• siempre en mi vida - Mileth Pineda

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    Kassidy es una exitosa analista de inversiones que en su momento decidio alejarse de Kilian, el que creyo el amor de su vida y eligio una relacion con Roger, del que descubrio un secreto que nunca imagino y por ello corre peligro.

  • Siempre en mi vida Versión Kindle - Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Siempre-en-vida-Mileth-Pineda-ebook/dp/B084RGQ2DH

    Mirar en el interior de este libro. Siempre en mi vida de [Mileth Pineda] ... el que creyó el amor de su vida y eligió una relación con Roger, ...

  • Te esperaré toda mi vida (Bestseller) - Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Te-esperar%C3%A9-toda-vida-Bestseller/dp/8408173316

    Te esperaré toda mi vida (Bestseller) : Maxwell, Megan: Amazon.es: Libros. ... Mi madre es española y mi padre americano pero siempre he vivido en España, ...

  • ENTRA EN MI VIDA | CLARA SANCHEZ | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-entra-en-mi-vida/9788423325177/1969166

    20 mar 2012 — Tras ese episodio, ha vivido siempre con la percepción de que la tristeza, las discusiones y los silencios en casa escondían algo de lo que ...

  • Te esperaré toda mi vida - Megan Maxwell | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-te-esperare-toda-mi-vida/250402

    4 jul 2017 — Te esperaré toda mi vida es una novela divertidísima, ... Otros libros de Megan Maxwell ... Pídeme lo que quieras, ahora y siempre · Libros ...

  • Descargar libro "Siempre Seras Mi Vida" [PDF / EPUB]

    https://descargarlibros.cl/siempre-seras-mi-vida.html

    Descargar libro Mis momentos .. Luis Alberto Molina Pérez. En este libro cuento a mi manera experiencias vividas durante toda mi vida, momentos de amor,...

  • Leer estos 3 libros me cambió la vida: ¿será que cambiarán la ...

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    01-jun-2017 - Hay algunos libros que nos marcan la vida para siempre. A mí que me encanta leer y he leído cientos de libros en mi vida; varios de ellos han ...

  • Maeva Inspira - Mi vida lejos de mí

    https://www.maeva.es/colecciones/maeva-inspira/mi-vida-lejos-de-mi

    Mi vida lejos de mí. Una novela que demuestra que siempre estamos a tiempo de recuperar nuestra vida. Eider Madariaga, Ana Guiu, Ainhoa Berganza.

  • Siempre Joven, el nuevo libro de Catalina Hoffmann para ...

    https://hoffmannworld.com/noticias/siempre-joven-el-nuevo-libro-de-catalina-hoffmann-para-aportar-vida-a-los-anos

    Siempre Joven, el nuevo libro de Catalina Hoffmann para aportar vida a los años. 24 may. 2019. Por Hoffmann World. Método Hoffmann. El manual de Catalina ...

  • Tu y otros desastres naturales de Maria Martinez

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    Harper ha planificado hasta el ultimo detalle de su futuro. Pronto acabara sus estudios y lograra el trabajo por el que tanto se ha esforzado. Tendra la vida que desea. Sin embargo, una triste perdida hara que su plan perfecto, aquello que creia querer mas que nada, se transforme de nuevo en confusion, dudas e inseguridades.

  • Owen Brooks. Mi refugio (Colter Bay 1) de Sira Brun

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    Volver a casa siempre es dificil. Mas aun, cuando has pasado los ultimos cinco anos tan centrado en tu trabajo, que has dejado de lado a tu familia y olvidado las promesas que les hiciste. Owen Brooks es un prometedor cirujano especializado en trauma en el prestigioso UCSD Medical Center de San Francisco, pero un acontecimiento traumatico le empuja a revelarse ante la injusticia y es obligado a tomarse unas semanas de vacaciones.

  • Guerrera Ardiente de Laura Cruz

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    Lloth, reina de la oscuridad, mejor conocida como la reina arana, habia logrado despertar de un profundo sueno, en el cual se habia sumido durante algunos siglos. Este, habia sido el castigo que habia recibido, por llevar la destruccion hacia la tierra de los elfos de la luz. Todos habian recobrado fuerzas, inclusive, los humanos, habian participado en esta contienda, la cual, tenia como unico destino, suprimir todo el peligro que representaba el poder de esta hechicera. La reina arana, era conocida por ser ambiciosa, codiciosa y lujuriosa, tenia un apetito tremendo por el sexo y el poder descomunal. Siempre habia tenido una necesidad incontrolable de mantener bajo su pie, a todos controlados, sumisos y obedientes ante sus deseos, ya que, era una mujer caprichosa, hermosa, pero con un alma tan oscura, que era capaz de hechizar a cualquiera, convirtiendolo rapidamente en su subdito. La reina Lloth, habia seducido a muchos hombres a lo largo de la historia, tanto asi, que habia logrado conquistar al rey Bernardo, lider de los humanos, quien casi le habia entregado su poder, pero Tredel, rey de los elfos, habia conseguido intervenir antes de que esto fuese demasiado tarde. El elfo de la luz, siempre se habia caracterizado por tener una vision mucho mas clara del futuro, una sensacion de prediccion y una magia increible, que podia superar inclusive en algunos aspectos la propia magia de la reina Arana. La gran batalla, se habia desatado en el reino de Rattnar, un lugar, que siempre habia sido codiciado por Lloth, la cual, sabia que al controlar la tierra de la luz, tendria dominio sobre todos los reinos. Rattnar era un lugar hermoso, un lugar de sueno, donde el sol, alumbraba con sus rayos hermosos cada manana, alimentando la vida y generando una paz enorme, que era inigualable en ninguna parte del planeta. Los elfos, tenian bajo su poder una gran cantidad de artefactos magicos, tesoros, riquezas y armamentos poderosos, que habian sido arrebatados de las manos de los grandes monstruos y bestias, que habian tratado de aflorar desde el mismo infierno, pero estos, luchando en una batalla tras otra, habian logrado reunir un arsenal de artefactos magicos que no podian estar en manos de cualquiera. Esto, habia llevado a la codiciosa reina Lloth, a ascender cada vez mas en sus ansias de poder controlar todos estos elementos que podrian significar su dominio total. La guerra definitiva, como la habian llamado, habia terminado despues de que muchos elfos hubieran muerto, bajo el liderazgo de las tropas oscuras de Lloth y el rey Tredel. Estos, eran los dos lideres mas poderosos que se encontraban en el campo de batalla, totalmente dispuestos a defender en contra de cualquier enemigo sus propios ideales. Pero mientras todos reunian fuerzas para luchar contra Lloth, esta parecia burlarse de todos como si se trataran de bufones, ya que, ella podia utilizar solo un porcentaje minimo de su poder y superarlos. Pero Tredel, tenia un arma secreta, un hechizo profundo que era capaz de condenar a un sueno infinito a Lloth. Ella sabia perfectamente que no podrian hacerle nada, aquellos hombres combinados con los elfos y algunos humanos unidos, habian utilizado toda su furia y habilidades para combatirla, pero el rey Tredel, habia ordenado que no se le hiciera un dano grave, ya que, la queria con vida. Un romance en el pasado, los habia mantenido muy enamorados, pero las diferencias de caracter, las formas diferentes de ver el mundo y la codicia distorsionada de la mente de Lloth, habia hecho que Tredel se enfocara en objetivos totalmente distintos. Este, quiza habia sido uno de los peores errores cometidos por el rey, ya que, dejarla con vida, era algo absolutamente peligroso, un riesgo para la raza entera, ya que, siempre existia la posibilidad de que esta reina arana, tarde o temprano despertara nuevamente. Algunos anos habian pasado, desde que habia sido condenada al sueno infinito, esta, en medio de la pelea, habia sufrido un trance absolutamente profundo del cual, no habia podido escapar, todos, la habian llevado hacia la fosa mas profunda de la tierra, y alli, debia permanecer sepultada durante toda la eternidad. Pero este mito, a lo largo de los anos, fue generando muchos mas curiosos, cada vez eran mas los que sentian una necesidad de buscar a la reina Arana y despertarla, sobre todo, los elfos oscuros, aquellos sobrevivientes que lucharon azulado y que habian sido desterrados hacia el abismo, un lugar desolado, donde nadie debia ir jamas si no querian sufrir los torturas y persecuciones de los elfos oscuros. Estos, habian sido alejados de la fosa, el lugar donde habia sido enterrada la reina Arana, pero uno de ellos, iria mas alla de los limites, y despues de mucho tiempo de exploracion, investigacion y busqueda, finalmente habia conseguido su objetivo. Erond, uno de los elfos oscuros mas letales que hubiese nacido jamas, habia iniciado su propio viaje personal de descubrimiento, finalmente, habia encontrado un objetivo en su vida, y para el, la unica opcion era regresarle la vida a la reina arana. No sabia cuales serian las implicaciones, pero sabia que alli estaba su verdadero futuro. Muchas veces, Erond habia intentado formar parte de las tropas de Rattnar, pero este, debido a su corazon codicioso, habia sido rechazado por los comandantes de las tropas. En venganza, sabia que debia buscar a un poder equivalente al del rey Tredel, asi que, despues de indagar, supo que al despertar a la reina arana, encontraria un contendiente nuevo que posiblemente despertaria con toda su furia para destrozar el reinado de Tredel. Habian pasado muchos siglos, el rey se habia hecho viejo y estaba cansado, asi que, habia entregado su control a su unica hija, la princesa Galadriel, la cual, llevaba muy bien las cosas en el reino de Rattnar. La busqueda hacia la fosa, habria permitido que Erond finalmente se encontrara frente a frente con la tumba de la reina arana, y despues de movilizar una gran roca y pronunciar el conjuro maldito, finalmente la habia despertado. Aquella mujer espectacular, de cabellos amarillos abundantes, labios rojos, rostro perfilado, grandes senos, curvas espectaculares, y una sensualidad tremenda, finalmente habia vuelto a la vida. -- ?Quien ha sido el honorable elfo que me ha despertado? Se escucho en toda la caverna, mientras la hermosa reina arana peinaba su cabello. -- Mi amada Reina Lloth. Es un placer para mi presentarme ante ti. Soy Erond, hijo de Perr. Estoy aqui para regresarle nuevamente la libertad que te arrebataron injustamente. -- Debo agradecerte de la unica manera en que puedo pagarle a un hombre, mi estimado Erond. Ven aqui, no puedo verte con claridad. Permiteme observarte. -- Dijo la reina. Erond, quien se encontraba inclinado, se puso de pie, y lentamente comenzo a avanzar hacia la espectacular mujer, la cual, habia sido descrita muchas veces por las leyendas, pero no se imaginaba que fuese tan espectacular. Realmente era una mujer que podia dejar a un hombre sin aliento, despampanante, bella, imponente, pero esta, parecia estar un poco cansada, de hecho, acababa de despertar de un sueno de duracion de siglos, por lo que, necesitaba alimentarse de la energia de algun elfo poderoso. Pero esta, no tenia intenciones de asesinar a Erond, de hecho, estaba muy agradecida por el hecho de que este hubiese puesto su vida de por medio en medio de esta exploracion para poder encontrarla. La reina, sabia que en el corazon de Erond habia una gran utilidad, y esta, sentia que podia utilizar la a su favor, empleando al propio Erond como un canal para poder materializar toda la maldad que ella podia hacer, emanar desde las profundidades del abismo. -- Eres un hombre muy hermoso, Erond. ?Puedo besar tus labios? -- Dijo la mujer mientras peinaba el cabello blanco del elfo oscuro. Los dedos de aquella mujer, se perdieron entre los y los ojos grisaceos del guerrero, el cual, la miraba directamente a sus ojos rojos, los cuales, parecia mirarlo directamente hacia su alma. Era una mujer absolutamente exotica, extrana, quiza intimidante, pero el se mantuvo siempre firme, dispuesto a enfrentar las consecuencias de lo que habia hecho. Pero parecia que recibiria un premio, ya que, la reina Arana, estaba sumamente agradecida por lo que habia hecho aquel hombre. Lo tomo de la mano, despues de darle un beso apasionado en el cual, su lengua, habia paseado por todo el interior de su boca y finalmente, lo habia llevado a deshacerse de sus ropas. Ella simplemente queria poseer el cuerpo del guerrero, que la complaciera, habia sido un largo tiempo de sueno, asi que, tras despertar, lo unico que deseaba, era que la llenaran de placer. -- Mi reina, no se si esto sea correcto. -- Dijo el intimidado guerrero. -- Has venido especialmente para despertarme de un sueno maldito, que debia mantenerse durante toda la eternidad. Ven a mi, puedo darte un placer que nunca antes habias conocido. Sentiras mi cuerpo y nunca podras renunciar a la conexion que habra entre nosotros. -- Dijo la reina, antes de lamer su cuello y morderlo. -- ?Realmente me crees digno de poder disfrutar de tu apasionada lujuria, mi reina? -- Tienes un espiritu fuerte, aguerrido y letal, asi que, permiteme a mi tomar la decision de si eres digno o no. Aquello, fue suficiente para dejar muy en claro que la reina seria quien llevaria el control de aquel encuentro. Tomo a Erond de una manera muy fuerte, y despues de acariciarle el pene durante algunos segundos, besando continuamente sus labios, aquel elfo estaba tan excitado, que ya no podria contenerse ante la necesidad de follarla. Habia dejado que esta mantuviese el control de absolutamente todo en aquel encuentro, pero ya su excitacion habia superado sus propios limites, asi que, Erond la tomo por el cabello y comenzaron a besarse de una manera salvaje, sabiendo hacia donde los dirigia aquella interaccion. Tenia que saciar su sed, Erond tenia unas ganas increibles de follarla, era un apetito descomunal que se fue haciendo cada vez mas incontrolable. La necesitaba, y aquella mujer, se fue desnudando poco a poco, deshaciendose de su traje de cuero, el cual, cayo al suelo, exponiendo un cuerpo espectacular que era una delicia con solo verlo. -- !Contempla! Todo mi cuerpo sera para ti. Podras devorarme limitaciones. Soy tuya, me has ganado, Erond, hijo de Perr. Pero esto, tendra un precio, y quiero que me garantices tu lealtad. En esas condiciones, Erond y no podia negarse ante nada de lo que pudiese proponerle esta mujer. Era la reina mas poderosa de los elfos oscuros, una diosa de maldad, la cual, se estaba ofreciendo a el sin ninguna condicion, mas que la lealtad. Si queria follarla, si queria tenerla entre sus brazos, penetrarla, y hacerle el amor de una manera salvaje, tenia que acceder a todo lo que dijera. Era un momento crucial, pero el propio Erond, estaba poniendo su alma en juego. -- He atravesado los peores sufrimientos y dolores para llegar hasta aqui, mi reina. No voy a retroceder un solo paso, estoy dispuesto a llegar hasta las ultimas circunstancias si es necesario. Permiteme tenerte, y nunca mas me separare de ti. -- Dijo Erond. La reina lo llevo directamente al suelo, y tras tenerlo en posicion horizontal, se acomodo justo sobre el, se ubicaron ambas manos en su cadera, mientras su cono, humedo, jugoso y mojado, estaba latiendo de deseo por ser penetrado una vez mas.

  • Hazme arder de Clare Connelly

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    Ally Douglas habia hecho un trato con Ethan Ash: solo sexo, nada de ataduras ni compromisos para toda la vida. Solo sabia que era una estrella de rock famoso en todo el mundo y absolutamente impresionante. La sintonia sexual habia sido instantanea y cautivadora y era un trato que satisfacia sus necesidades. Sin embargo, ahora que Ethan habia empezado a infringir las reglas, ?podria Ally evitar abrasarse?

  • Santiago Abascal. Espana vertebrada de Fernando Sanchez Drago

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  • Opus 77 de Alexis Ragougneau

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    Pero los minutos de silencio, como bien saben ustedes, nunca duran sesenta segundos enteros, ni siquiera en el recogimiento de una basilica ginebrina un dia de funeral. La impaciencia no tarda en despuntar, por mucho que el grueso de los asistentes sean musicos de la OSR que, por definicion, respetan el tempo que les impone su director. Esta vez, Claessens no esta en el podio. Esta tumbado en el ataud, delante del altar, bajo la afanosa mirada de un cura imbuido de su mision. Ensalzar al artista. Dejar caer un par de palabras sobre una posible inspiracion divina; nunca se sabe, tampoco cuesta nada y, al difunto, un poco de proselitismo dano no le va a hacer. Y lo que es su hija, sentada al piano unos metros mas alla, seguramente no dira nada, de lo ensimismada que parece. Por encima del teclado, anidada en la piedra, hay una Virgen con el Nino. En su rostro, vuelto hacia la vidriera, se queda prendida la luz del dia. Jesus, un angelote mofletudo de pelo rizado, me mira fijamente con sus ojos de alabastro. No hay forma de saber lo que esta pensando; debajo de la Madre y el Hijo, con el vestido de seda negro demasiado escotado para la ocasion y la melena cobriza colgando sobre las teclas de marfil, debo de quedar fatal, como una autentica Maria Magdalena. He venido a tocar una pieza en el entierro de mi padre. No se me ha ocurrido nada mejor para ponerme que el primer vestido de concierto que he encontrado en el fondo de un armario. Alli, en la segunda fila, hay alguien sorbiendo por la nariz y llorando que empieza a sacarme de quicio. Me siento rarisima, casi extranjera, como si estuviera dando un concierto al otro lado del mundo, en Sidney o en Tokio, aun atontada por el desfase horario. Esta manana temprano, cuando la iglesia aun estaba vacia de espectadores, vino un afinador para poner a punto el Bosendorfer (o, al menos, eso me ha asegurado el sacerdote). Me hubiese gustado cruzar unas palabras con el, charlar de ajustes y de mecanica (me encanta hablar con los artifices de instrumentos, tecnicos, afinadores...). No pude: me estaban esperando en el tanatorio. Que arrugado estaba Claessens. Que viejo, metido en el ataud. Ya era una momia. Como si todos los esfuerzos que se habia consentido para preservar la juventud, las cremas, los implantes capilares y el bisturi se hubiesen quedado en nada por la muerte y la enfermedad. Justo antes de que cerraran el feretro, meti dentro la batuta, pensando que se quedaria mas tranquilo teniendola, para poder marcar el compas alla donde va, a dos metros bajo tierra y a ningun otro lugar. En la nave, los musicos de la orquesta se han sentado espontaneamente en formacion de concierto. <>, asi los llamaba Claessens: <>. No lo olvido, papa. Noche tras noche, cuando tengo que tocar un concierto de Rajmaninov, de Beethoven o de Mozart, jamas lo olvido. La cuerda en las primeras filas. Violines a la izquierda y violas en el centro; a la derecha, los de mayor cilindrada, violonchelos y contrabajos. Mas alla, la <>, clarinetes y fagots, flautas y oboes, trompas, trompetas, trombones y tubas. Y por ultimo, al fondo del todo, los que pasan inadvertidos o casi, los percusionistas, que son mi picoteo favorito para despues del concierto y los autografos, para despues de los actos mundanos, en Nueva York, Milan o Berlin, cuando llega la hora de volver al hotel. Entre los lobos que aullan siempre escojo al mas sumiso, al mas insignificante, y lo invito a tomar la ultima, para que los machos alfa se vuelvan locos, de celos y de ira. Aqui, en esta basilica, veo que varios musicos de la Orquesta de la Suisse Romande, sobre quienes reinaba mi padre, se han puesto el frac de las noches importantes. El minuto de silencio aun no ha concluido, pero ya quieren acelerar el tempo, pasar a la ceremonia religiosa propiamente dicha. Los veo desde el teclado, veo como rebullen en la silla, cruzan y descruzan la piernas; oigo como carraspean, se chascan las articulaciones y se suenan de forma mas o menos discreta (hay que decir que estamos en invierno: fria, fria y humeda Ginebra). No saben que hacer sin un instrumento entre las manos. El silencio les resulta insoportable. Pero antes, todavia les queda escucharme. Anoche me dejaron claro (quien, ya no lo se, un tio con traje oscuro de raya diplomatica, ?el administrador de la OSR, tal vez?) que estaria bien que yo interpretase una obra en la iglesia, en memoria de mi padre. Me pillo desprevenida. Yo, Ariane Claessens, no sabia que tocar. Estos ultimos dias, en el centro de cuidados paliativos, me habia convertido en la espectadora de su muerte inminente. Ni me acordaba de los conciertos. Intentaba alimentarlo con cucharilla, darle de beber, pero siempre se negaba. Me quedaba observando a las auxiliares de enfermeria cambiarle los panales y arreglarle la cama, y una en concreto, tambien pelirroja, pero de mentira, no paraba de decir: <> (cito sus palabras), y yo: <>. Solo que no me movia del rincon. Primero, me van a tener que escuchar, queridos espectadores vestidos de negro. Cuando llegue aqui, tenia pensado tocar Funerailles, de Liszt. Un programa de circunstancia. Y ademas me gusta tocar los pasajes forte, ensanandome con el teclado hasta la extenuacion. Algo para desfogarme con el instrumento en un dia y un ambiente como estos. Pero antes de la ceremonia tuve que recibir los pesames en la escalinata de la iglesia, delante de un punado de periodistas aferrados al paraguas (fuera esta lloviendo a cantaros; fria, fria y lluviosa Ginebra). Estaba predestinada, ?comprenden?, a recibir las sentidas condolencias de la profesion. Yo, la ultima superviviente, o casi; la ultima mohicana o, mas bien, la ultima Claessens. Ariane, un cuarto de siglo bien colmado. Detras del cutis de melocoton y el pelo de fuego, debo de tener por lo menos cien anos. El primer apreton de manos me lo dio un percusionista. Uno de esos tios del fondo, junto al radiador: <>. Este, por muy percusionista que sea, obviamente nunca me ha tocado. La OSR es familia. No te llevas a tu madrina de copas a las dos de la madrugada pasadas, tendria algo de incestuoso; mas tarde les contare el asunto ese del amadrinamiento. Desfilaron todos delante de mi, en la escalinata de Nuestra Senora de Ginebra, a unos cientos de metros de la estacion; todos me dieron un apreton de manos siguiendo, por asi decirlo, el orden protocolario o, mejor aun, siguiendo la formacion de una orquesta sinfonica. Hasta el violin al que mi padre degradara muchos anos antes (de primero a segundo) se acerco con todos los dientes fuera, sin que me quedara muy claro si era para sonreir o para hincarmelos en las carnes. <> Y luego hace ademan de entrar en la basilica, donde el organo se mantiene mudo porque soy yo quien, dentro de un rato, va a aporrear el Bosendorfer a modo de marcha funebre; pero, en el ultimo momento, parece que se lo piensa mejor; ahora solo quedamos fuera el y yo, mientras sigue lloviendo a mas y mejor (fria, fria y siniestra Ginebra), y el segundo violin me susurra al oido, pianissimo : <>. Entonces le digo: <>. Y el dice: <>. Yo me quede imperterrita, que es algo que se me da muy bien, mientras por dentro me inundaban la tristeza y la ira. Entonces supe que no iba a tocar las Funerailles de Liszt, sino una obra mucho mas larga, de cuatro movimientos, sin contar la cadencia del solista. Una composicion para violin y orquesta, cuya transcripcion para piano me sabia de memoria por haberla ensayado mil veces con mi hermano. El Opus 77. Ya ha pasado el minuto de silencio, mas o menos, y me llega el turno de tocar. Me desnudan con la mirada, me clavan en el ataud de madera negra que lleva el marchamo de Bosendorfer. <> Como veran, dicho sea de paso, siempre hay alguien esperandome a la vuelta de la esquina; incluso cuando levanto la tapa de un teclado en el entierro de mi padre, los criticos presentes en la sala tienen que sacar el boligrafo y la libreta. Oigo silbar desde aqui su lengua viperina. <> De todas formas, para esa gente solo soy un fenomeno de feria. Inspiro hondo antes de empezar. Es como zambullirse en las profundidades a pulmon libre. Cierro los parpados y echo la melena hacia atras para darles a todos la oportunidad de verme brevemente el hermoso rostro salpicado de pecas. Mis dedos acarician las teclas (la fa mi la, la bemol sol fa do, si mi do la, sol la fa sostenido re). Tardan cinco segundos en reconocer el opus ruso. <> Si, senoras. Si, senores. Exactamente eso. Yo solita sere una orquesta al servicio del etereo de mi hermano. Ha habido que esperar a que David se quedara en silencio para que yo volviera a tomar la palabra al fin. Les ruego que se comporten con un minimo de dignidad delante de los despojos de mi padre. Creanme si les digo que ser pacientes tiene su recompensa. Ahora, escuchen atentamente, escuchen nuestra historia; la de mi madre, la de mi hermano y la de Ariane Claessens, que toca para ustedes de memoria; esta vez, se lo garantizo, me veran desnuda como el dia en que naci. * * * Uno de mis recuerdos mas lejanos es un recuerdo que no me pertenece. Debo de tener cuatro anos y David, seis. Desde hace dos o tres meses, en cualquier caso, desde que llegamos a Ginebra, todas las mananas mi hermano toquetea el Steinway del salon, despues de comerse el cuenco de cereales y antes de irse al colegio, ante los ojos arrobados de Claessens. Mi madre, por su parte, ya ha empezado a encerrarse en su habitacion en cuanto alguien abre la tapa del instrumento.

  • Jason Stuart de M. C. S

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    Con un titulo en derecho engavetado, Camilla Borges, hija de uno de los abogados mas respetados de su ciudad, recibe un ultimatum de su padre, haciendola elegir entre dejar su buena vida o ejercer su profesion. Lo que ella no podia imaginar era que su padre le daria el caso mas comentado de la ciudad, emitiendo un juicio apresurado cuando se encuentra con el acusado personalmente y algun tiempo despues haciendo que su juicio precipitado se desmorone.
    Odiado en la ciudad por cometer el accidente que causo la muerte de la hija del alcalde que habia sido su novia hasta entonces, Jason Stuart se encuentra con la abogada Camilla Borges. Pero lo que hasta entonces se suponia que era una relacion abogado-cliente podria conducir a una pasion inesperada y abrumadora entre ellos.
    Camilla sabe que no puede involucrarse ni enamorarse de un hombre con un destino practicamente ya decidido, seria el error mas grande que podria cometer, pero esta dispuesta a enfrentar ese gran y hermoso error.

  • Un lazo color lavanda de Heather Burch

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    Una mujer con el corazon roto encuentra una pila de cartas de amor de un heroe de la Segunda Guerra Mundial, ocultas durante decadas. ?Le permitiran recuperar la fe en el amor?

  • Los misterios de Charlotte Holmes de Brittany Cavallaro

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    Holmes y Watson como nunca los habias visto

  • La ultima casa en la montana de Xavier M. Sotelo

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  • El alfabeto alado de Mario Satz

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    Entre el alma humana y las mariposas existe un estrecho parentesco: lo que en una es oscilacion y ascenso en las otras es aleteo y color. Aristoteles fue el primero en acunar la palabra “psique” para designar ese nexo, y, tras el, poetas y pintores representaron el alma alada, fragil e inasible pero hermosa. Hoy es la fotografia la que documenta la vida de estos esplendidos insectos, cuya milagrosa existencia muestra a su vez cuan volatil y extraordinaria es la vida humana. Breves e intensos, los relatos que Mario Satz reune en este bellisimo libro dan cuenta de las aventuras y desventuras de esas joyas aladas que han dado lugar a tantos mitos, leyendas y fabulas dignos de ser recordados.

  • Cuando las paredes miran de Asia Lafant

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    En este nuevo caso, la pareja de detectives Leonor y Leo, eles para los amigos, tendra que verselas con un asesino que no deja rastro ni pistas. Por las calles de Barcelona, alguien que te vigila anda suelto; ni siquiera en tu propia casa te sentiras a salvo. Estas avisada.

  • Oculta en La Sombra de Vanessa Savage

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    Un estremecedor thriller psicologico que cautivara a los fans de ” El resplandor “.

  • La maldicion del verdugo de Nesa Costas

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    “Cinco condiciones mueren, cinco familias son la causa. Si tan horrible, violenta y aterradora considerais nuestra existencia que asi sea. Generacion tras generacion, el mundo que os desprecia tanto como lo despreciasteis sera vuestro.”
    A Reyes nunca le habian gustado los cambios, y estaban siendo demasiados. Su hermano se iria a la universidad, su grupo de amigos se distanciaria al empezar el bachillerato. Adrian, ese amor a todas luces imposible, no parecia capaz de verla como otra cosa que una cria. En resumen, el maravilloso mundo en el que llevaba quince anos viviendo se resquebrajaba, y nadie parecia darse cuenta de que estaba a punto de acabarse.
    A Saul nunca le habian gustado las responsabilidades, pero caian sobre el sin importar su criterio. Desde que la maldicion entro en su vida, su dia a dia era un infierno. Compaginar el trabajo en la fabrica con sus tareas sobrenaturales lo envenenaban, igual que no poder quitarse de la cabeza a la pelirroja de aire sereno. Un imposible en mayusculas tanto por las tramas normales, como por las peculiaridades magicas. En resumen, el desastroso mundo en el que llevaba veintitres anos viviendo lo asfixiaba, y nadie parecia darse cuenta de que los peligros iban en aumento.
    “No se cuestionan las ordenes. No se duda del lider. No se juega con las normas.”

  • La condesa de Castiglione de Antonio Sanz Oliva

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    Los ultimos dias de Virginia Oldoini.
    Una espia en la corte de Napoleon III.

  • Multimillonaria Libre 8 de J. S. Scott

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    Por fin Chloe Colter puede cumplir su sueno de casarse despues de mas de una decada de estudios para convertirse en veterinaria equina. Pero sus suenos de una vida perfecta se hacen anicos cuando su prometido se vuelve violento, obligandola a distanciarse definitivamente de una relacion destructiva.

  • Esa locura llamada amor de Nuria Rivera

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    Esa locura llamada amor es la historia de un beso, de una pasion y de como a veces el amor se convierte en locura.

  • Has sido tu de Chani Aparicio Vela

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    "Has sido tu", es un volumen unico que mezcla diferentes generos, el thriller de intriga, el romance y el drama contemporaneo escrito en un estilo directo y sencillo que facilita a cualquier lector que se acerque a sus paginas.
    En una incesante busqueda de la verdad, Roberto, un joven bien acomodado de Madrid, se ve envuelto en una serie de enganos y mentiras al cambiarle la vida por completo tras el asesinato de su madre en extranas circunstancias, supuestamente a manos de su padre, un hombre perturbado por su demencia. Una apasionante novela de amor, odio e intriga que ira envolviendo al lector de principio a fin.

  • El Reino de los Malditos de Mario Garrido

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    En un Reino habitado por todo tipo de gente violenta, un ladron de poca monta, a causa de su torpeza y lujuria, desencadena una serie de acontecimientos terribles que lo cambiaran todo. Asi, asistiremos a la practica de juegos y costumbres barbaras, al acoso de animales feroces en bosques donde nadie penetra, al peligro de adentrarnos por las calles de una ciudad llena de maleantes, a travesias en compania de piratas y asesinos, a las costumbres irracionales de un convento implacable, a la aventura de llegar por primera vez a unas islas ig-notas y a la materializacion de leyendas terrorificas. Porque en el Reino de Gurracam, todos sus habitantes son malditos.

  • Zorro de Dubravka Ugresic

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    El zorro es un bastardo: un ser salvaje y ladron, una criatura que no respeta las normas ni los limites; como el escritor. Y tambien como la voz de esta historia, fragmentada y multilingue, que quiza podamos llamar <>. Solo hay una pregunta: ?como se crean los cuentos? La narradora, en su busqueda de respuesta, ira desde Estados Unidos hasta Japon pasando por Rusia, Italia y Croacia, y nos hablara de escritores con autobiografias secretas, de artistas laureados gracias a sus viudas, de romances marcados por la irrupcion de la guerra y de ninas que convocan con unas pocas palabras todo el poder de la literatura. Conferencias, clases y entrevistas. Y, sobre todo, juego, en un brillante rompecabezas que nos invita a explorar la enganosa frontera que existe entre realidad y ficcion.

  • La maldita mania de quererte de Manuel Montalvo

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    A veces, uno tiene que perderse para llegar a encontrar lo que en realidad es. Me he escondido tras un monton de bienes materiales olvidando que, al final, los sentimientos son los que te hacen ser rico de verdad. Bienvenidos a un lugar en el que el dinero y el amor son sinonimos de desastre y alegria. Solo os pido una cosa: si os dejo entrar, por favor, no rompais nada… <

  • Nunca Te Olvidare de Natalia Lee

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    Parecia un dia soleado de verano. Algunos ninos ruidosos jugaban en el cesped, mientras que otros paseaban en bicicleta con sus padres por el parque. Habia mucho verde por todas partes, y Mel se apoyaba contra el tronco de un arbol, aprovechando la sombra fresca que ofrecia. Inesperadamente, la figura de una mujer aparecio a pocos metros de la nina. La luz brillante que emanaba de ella eclipso los hermosos ojos azules de Melissa durante unos minutos, hasta que finalmente se detuvo. Frente a ella, descalza y con un vestido blanco que cubria la mayor parte de su cuerpo, estaba Helena, su madre. Aunque Mel queria abrazarla y besarla, debido al anhelo que sentia, la bella mujer no dejo que su hija se acercara. -Solo escuchame, Melissa, tenemos poco tiempo. – declaro. -Pero mama … -No, no hables, por favor. Se todo lo que estas sintiendo, querida. Se de tu angustia, tu tristeza, el miedo a volver a Nueva York … Es normal que tengas miedo. Todos tenemos miedo cuando tenemos que enfrentar cosas mas grandes que nosotros. Pero se necesita fuerza, hija, especialmente ahora que conoceras a muchas personas. Algunos no son lo que parecen, de hecho, son falsos, egoistas, pero puedes estar segura de que tambien encontraras otros que son justos, verdaderos y que te han estado esperando durante mucho tiempo. Simplemente no se han dado cuenta todavia. Se que lo que te estoy diciendo ahora no parece tener sentido, pero lo importante es que sabes que siempre estare a tu lado para protegerte. Confia en mi, carino, todo estara bien, no te preocupes. Por unos momentos Mel guardo silencio, totalmente paralizada . Su cerebro habia articulado una serie de frases y preguntas para la madre, pero ninguna palabra podia salir de su boca. Helena, por su parte, tampoco dijo nada mas. Solo miro a Melissa con ternura y sonrio. La suave luz de antes comenzo a envolver su cuerpo nuevamente, hasta que se volvio tan intensa que Melissa tuvo que apartar la cara para proteger sus ojos de la luz exasperante . -Senorita? !Senorita, despierta, por favor! "Dijo una voz desconocida, que ahora sonaba cada vez mas cerca de la luz cegadora. Desconcertada, Mel abrio los ojos bruscamente, al mismo tiempo que daba un pequeno golpe en la silla gracias al susto. Las gafas en sus manos rodaron directamente al piso del avion, uniendose a una revista que se habia caido alli desde que se durmio. -Disculpe las molestias, senorita, pero vamos a aterrizar. Por favor, abrochense los cinturones. Aun bajo la influencia del extrano sueno, Melissa solo sacudio la cabeza. La joven azafata sonrio mostrando su llamativo lapiz labial rojo y continuo recorriendo el pasillo del avion, despertando a las pocas personas que todavia estaban dormidas . “Fue un sueno, solo un sueno”, penso Mel, mientras buscaba sus gafas en el suelo. Pero aunque trato de convencerse de que todo era solo un gran desastre debido a su cerebro cansado, el encuentro con su madre parecia tan real como el hecho de que ella estaba alli, en ese avion, rumbo a los Estados Unidos. Cuando finalmente encontro las odiadas gafas con lentes gruesos, Mel se los puso en la cara de todos modos y se ajusto el cinturon como lo habia ordenado la azafata. Mirando por la pequena ventana a su izquierda, pudo ver un enorme lago brillando bajo el sol de la tarde, y su avion que se acercaba cada vez mas a la pista del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. -Si, bienvenida de nuevo a America, dijo Melissa. , respirando profundamente mientras se ajustaba las gafas, y se miro a si misma en el claro reflejo del cristal. – Finalmente llegaste a casa … * * * * * A pocos kilometros de distancia, en el corazon verde de Manhattan, Aaron Stonewell estaba distraido. Sentado en el cesped brillante de Central Park a la sombra de un arbol, no parecio notar a las dos ciclistas que pasaban por tercera vez (y a proposito, por cierto) frente a el. No es que no fueran bonitas, por el contrario, eran dos chicas impresionantes. Pero la atencion y los ojos de Aaron ahora estaban completamente pegados a la pantalla de su MacBook que mostraba en pequenos intervalos las innumerables fotos tomadas en el ultimo show de su banda de punk rock, Nonsense . Por mucho que ya las habia visto millones de veces solo esa tarde, era imposible para el no admirar toda la vibracion de la audiencia que parecia desbordarse a traves de la pequena pantalla del ordenador. Aunque ese era solo el decimo espectaculo de su banda inexperta, se habian conmocionado y eso valia mas para el que la pequena tarifa ofrecida por el propietario del pequeno club en Brooklyn donde tocaban. Aprovechando la distraccion de Aaron, una figura se escabullo a sus espaldas y, teniendo cuidado de no llamar su atencion, camino de puntillas hasta que estuvo muy cerca del nino. Sin embargo, la persona no contaba con el revelador crack de una rama de arbol seca que termino pisoteando por simple descuido. – Buen intento, Marvin James! se burlo Aaron, volviendose hacia su amigo. – Como ladron, soy un gran bajista, ?no? – Pregunto el chico de ojos negros, depositando su bajo en el suelo y sentandose justo al lado de Aaron. -Di, ?que estas viendo en ese cuaderno que te alegra tanto ? -Son las fotos de nuestro ultimo show. – respondio Aaron con cierto orgullo. – Disfrutan demasiado, ?no? Mira la emocion de la multitud! -Si Total! – Marvin estuvo de acuerdo, estirando el cuello para verlos. – Lastima que Sophie, tu nueva musa inspiradora, no fuera. -!Y Chloe , tu pequena pasion eterna , tampoco aparecio alli! espeto Aaron bruscamente. -Oye, solo soy el hijo del conserje de la escuela. !No tengo oportunidad con esa chica! Tu, hombre … Ah … !Puedes tenerla en cualquier momento! ?Olvidaste que te llaman a ti y a Oliver “Los hermanos perfectos”? Todas las chicas de la Academia Eugenne Sinclair babean por vosotros , incluso las mas veteranas … – Ah, esta bien … !Deja de exagerar , MJ! La mayoria solo sabe mi nombre por mi hermano. Y ademas, la unica chica que realmente me importa no se preocupa por mi ", suspiro Aaron, bajando la cabeza. El hecho de que Aaron Stonewell fuera adorado por gran parte del ala femenina de la escuela no era nada nuevo para nadie. El otro “Hermano Perfecto”, como las chicas comenzaron a llamarlo al final del sexto grado, tenia una belleza inusual. Era alto, delgado, con penetrantes ojos verdes, como los que no puedes dejar de mirar, y cabello negro corto e intenso, un poco desarreglado en el frente. Como si eso no fuera suficiente, ademas tenia una cara hermosa y una sonrisa brillante que hacia que todos a su alrededor sonrieran tambien. Su unico defecto real era que estaba enamorado de la ahora ex novia de su hermano Oliver. Y por mucho que Marvin le mostraba a su amigo la gran cantidad de chicas que se derretian por el en los pasillos de la escuela y en los espectaculos, era Sophie la que le gustaba y Aaron sufria debido a su increible indiferencia. -Olvidate de esa chica , sabes que todavia le gusta Oliver. Manana deberian comenzar a salir de nuevo. Lo hicieron tanto … No es la primera vez que pelean. – dijo MJ, ahora colocando el ordenador de grafito de Aaron en su regazo para ver mejor las fotos. -Pero esta vez fue grave, el idiota de mi hermano estaba con otra chica y Sophie lo vio. !Esta podria ser mi oportunidad! Creeme, no hay chica como ella en esta ciudad. Marvin, quien hasta entonces parecia no estar de acuerdo con su amigo, comenzo a sonreir. De hecho, Sophie debia ser la unica criatura en Manhattan, o quizas en todo el planeta, capaz de ser tan hermosa y tan egoista al mismo tiempo. Simplemente no se comparaba en maldad con Darth Vader de Star Wars, porque era de otra galaxia muy, muy lejana y la disputa se limitaba solo al espacio terrestre. -Estoy de acuerdo, ella es muy bonita. Pero no se, creo que le falta algo … – respondio Marvin, presionando las teclas del MacBook para que las fotos pasaran a una velocidad mas rapida. “?Le falta algo?”, Repitio Aaron, frunciendo el ceno como si su amigo hubiera dicho algo increible. -?Que puede faltar en una chica completamente perfecta? Aunque la respuesta de MJ era “corazon”, algo lo hizo detenerse repentinamente y reir en voz alta senalando la pantalla del ordenador . Alli, en una foto que parecia muy antigua, habia dos ninos sonrientes y abrazados, que no recordaba en absoluto haber visto en el ultimo espectaculo de la banda. -Oye! ?Quienes son la rellenita y el chico que tiene aparatos en los dientes? -Le pregunto Marvin al amigo, aun riendose. Cuando Aaron miro el MacBook, no pudo entender como esa foto que debia haberse perdido por los innumerables archivos que tenia su ordenador, habia parecido alli, junto con los registros del concierto, no tenia sentido . -Bueno, el de los aparatos soy yo. – Aaron comenzo a explicar un poco avergonzado. – Y la rellenita es Melissa, la hermana de Sophie que regresa a Nueva York. -?De verdad? ?Este feo eres tu? – se burlo Marvin, pareciendo no creerlo. – Wow … Has mejorado mucho eh, hombre! Y que cosa mas absurda, la nina llega hoy y esta foto de ella aparece asi, de la nada … Oye, pero ?por que la tienes en tu ordenador ? Pasion infantil, ?verdad? Es? Pregunto, alzando las cejas maliciosamente y golpeando ligeramente a su amigo. Aaron puso los ojos en blanco y volvio a llevar el ordenador a su regazo. -No inventes , Marvin. Melissa y yo jugabamos juntos cuando eramos ninos y eso es todo. Despues de que ella se fue con su madre a Brasil, nunca volvimos a hablar. Quiero decir, incluso nos enviamos correos electronicos al principio, pero luego la comunicacion se volvio mas rara. La zona horaria diferente tampoco ayudo y ella siempre estaba ocupada ayudando con la ONG de su tia. Entonces, ya sabes, la amistad se extinguio gradualmente. – explico Aaron, mientras cerraba el cuaderno. Habia un toque de tristeza en su voz, pero sabia como disfrazarlo. La verdad es que el y Melissa eran grandes amigos. “!Los mejores del mundo!”, Como Aaron incluso se llenaba la boca para decir cuando hablaba de su amistad con la pequena Mel. Se habian conocido en Central Park, mientras jugaban a los columpios bajo la supervision de sus nineras, y desde ese dia se mantuvieron unidos de tal manera que no pudieron hacer nada mas el uno sin el otro. Tenian una especie de hermosa amistad, una que todavia era demasiado pura para ser sacudida por las hormonas de la pubertad, cuando la linea divisoria entre ninos y ninas se fortalece y los hace parecer seres de planetas totalmente diferentes. Pero el destino decidio ser implacable con los dos amigos, y cuando Melissa menos lo esperaba, ya estaba en un avion que se dirigia a Sudamerica con su madre, dejando a Aaron solo y lloroso en Nueva York. Hoy en dia, incluso despues de que hayan pasado cuatro largos anos, el nino todavia recordaba tristemente la separacion forzada de su mejor amiga . Era una herida ya curada, que a veces dolia cuando veia algo que le recordaba a Mel, pero eso ya no importaba demasiado. El pasado estaba detras de ellos y ahora no serian mas que simples extranos el uno para el otro. – Bueno, y hablando de Melissa … – dijo Aaron con un suspiro, volviendose hacia MJ -… Creo que es hora de ir al hotel Meditteranean para empacar las cosas para la presentacion. Hoy la tarifa vale la pena y nos pagaran por adelantado. -Oh, ni me digas! Despues de esa bagatela que ganamos en el ultimo show, incluso pense en renunciar a mi carrera. – se burlo el bajista, saltando. Aunque llegarian un poco mas tarde de lo acordado con el dueno del hotel, Aaron y Marvin caminaron en silencio hacia la salida oeste de Central Park, cada uno pensando en lo que mas le importaba. El bajista de los altos salarios y Aaron en ver a Sophie de nuevo, hasta que sus pensamientos derivaron sin querer al recuerdo infantil de Mel. Por unos momentos recordo las travesuras que los dos habian hecho juntos cuando eran ninos y esto lo hizo sonreir, pero pronto la imagen infantil de la amiga se perdio y Sophie volvio a dominar su mente haciendo que su corazon volviera a dolerle. * * * * * El vestibulo de la Terminal Tres estaba lleno cuando Melissa aterrizo en el aeropuerto JFK. Parecia que todos los ninos estadounidenses habian decidido viajar en la primera semana de sus vacaciones escolares, a juzgar por la cantidad exorbitante de ninos y ninas que jugaban con los carritos de equipaje bajo la mirada impaciente de sus padres. Llevando sus dos pesadas maletas, Mel miro a su alrededor en medio de toda esa agitacion cuando reconocio a su padre, a pocos pasos de ella, con un elegante traje gris que lo hacia verse serio, un alto ejecutivo. Albert, al parecer, no habia cambiado tanto como ella habia pensado. Aunque su cabello ahora tenia algunos mechones blancos en las sienes, aun conservaba la forma encantadora que hacia que la madre de la nina muriera de celos cuando aun estaban casados. -Hola papa. – Mel lo saludo, luego de caminar torpemente hacia el. -Melissa?! Dios, no puede ser! !Carino, como has crecido ! Albert se sobresalto mirandola de pies a cabeza. – !Estas muy alta y hermosa ! Mel sonrio levemente y se sonrojo, bajando la cabeza para mirar al suelo. No estaba acostumbrada a escuchar cumplidos y, como no estaba satisfecha con su apariencia, tenia una imagen muy distorsionada de si misma. -Oh, no te pases, papa! Alta si, pero hermosa ? ?Esta chica miope? – bromeo, abrazandolo con timidez, sin acercarse demasiado. Despues de tanto tiempo fuera y un sujetador finalmente (y muy bien) lleno, Mel no sabia como comportarse con Albert. No eran como dos extranos, pero tampoco tenian la tipica intimidad de padre e hija. Ademas, ya no era esa nina de diez anos, y la falta de contacto habia abierto un profundo abismo entre los dos que solo el tiempo podia salvar. -Es bueno tenerte por aqui otra vez. No te puedes imaginar como tu hermana y yo te hemos extranado todos estos anos. Dijo, con la voz rebosante de emocion. Cuando acurruco a su hija en ese abrazo timido, pero lleno de anhelo, Albert cerro los ojos e inmediatamente su mente lo transporto al pasado a cuatro anos atras, cuando habia abrazado a Melissa por ultima vez en ese mismo aeropuerto. Fue una separacion dolorosa y los anos que siguieron fueron aun mas tristes, ya que gracias a la terquedad de Helena, su ex esposa, que se nego a darle la direccion donde vivia, nunca puedo visitarlos en Brasil y mucho menos enviar los regalos de cumpleanos y Navidad que compro todos los anos a Mel. Ni siquiera la pension que depositaba regularmente en el banco todos los meses para pagar la educacion de su hija, su ex esposa la toco. -Espera, dejame mirarte de nuevo. dijo Albert, liberandose de los brazos de Mel. – !No puedo creer que mi pequena nina ahora sea una adolescente de catorce anos ! 14 -Es asi padre, si lo soy. – Mel murmuro, un poco incomoda con toda esa atencion. -Pero ya es suficiente, esta conversacion se esta volviendo demasiado dificil. Siempre dijiste estas mismas cosas por telefono despues de que te envie mis fotos por correo electronico, ?recuerdas? A pesar de la alegria que sentia, Albert decidio no molestar mas a Melissa con esos comentarios sobre el crecimiento, tipicos de las tias solteronas en las reuniones familiares. Queria que se sintiera bien por haber regresado y, sobre todo, que se olvidara de la muerte de su madre que habia sucedido meses atras. Luego, volviendose hacia el guardia de seguridad del traje negro que esperaba inmovil como un soldado ingles a pocos metros de distancia, Albert hizo un leve gesto con la mano para que se acercara el empleado. -Toma hija, creo que esto es tuyo. dijo, tomando algo de las manos del empleado y colocandolo justo despues de la cabeza de Mel. Al instante reconocio su vieja gorra azul para mascotas de los Yankees de Nueva York , el equipo de beisbol que amaba de nina. Ya ni siquiera recordaba las reglas del juego, ya que en Brasil el deporte popular era el futbol, pero no podia contenerse ante algo que le recordaba tanto a su infancia. -Wow! Pense que lo habia perdido durante el traslado a Brasil. Muchas gracias papa! – le agradecio Melissa, mientras ajustaba la gorra en su cabeza. -No, hija, no me lo agradezcas todavia. Tengo otra pequena sorpresa para ti y creo que te complacera mucho mas que esta. Incluso sin fuerzas debido al viaje y su cuerpo pidiendo a gritos una cama, la apariencia cansada de Melissa se animo repentinamente . Tenia curiosidad por saber de que hablaba Albert. ?Sorpresa? Dijo Mel , frunciendo el ceno. – Ah, padre, dime … por favor. -No puedo. Tendras que ser paciente. Por ahora, creo que sera mejor que caminemos a la limusina. Aunque parte de la ciudad esta pasando las vacaciones de verano en los Hamptons , el trafico de Manhattan puede no ser muy bueno a esta hora. dijo, senalando el equipaje de Melissa para que lo llevara el guardia de seguridad. Aunque no le pagaban por eso , sin embargo, lo hizo de todos modos, sin lugar a dudas. – Vamos! No he estado en una limusina en mucho tiempo. Creo que ni siquiera recuerdo como es por dentro … Mel exagero, recordando sus dias de infancia, cuando todavia iba y venia por Manhattan, llevada a donde quisiera por el chofer de su padre. Un coche como ese estaba muy lejos de la realidad que ella vivia en el interior de Brasil. Como su madre y su tia Veronica habian abrazado la causa ambiental, siempre preferian usar bicicletas o transporte publico para ir a algun lado. Obviamente, no eran las formas mas faciles y rapidas de moverse, sino formas politicamente correctas para evitar que se arroje innecesariamente mas dioxido de carbono al aire y se agote la capa de ozono. ?Que dirian las dos si vieran a Mel entrar en una limusina que gastara tanto combustible ? La chica ni siquiera se lo queria imaginar … Pero tambien, ?que podia hacer ella? Su padre estaba en la lista de los 100 hombres mas ricos de los Estados Unidos segun la revista Forbes. Si no tuviese una limusina, ?que utilizaria ? Autobus? Metro? Coches compartidos? En realidad no … Eso era para los mortales pobres, no para el poderoso propietario de la cadena hotelera The Meditterranean . Y, como hija del dueno, Melissa tendria que acostumbrarse nuevamente, voluntaria o involuntariamente, a esta vida llena de mimos y privilegios. Albert cruzo rapidamente el vestibulo, feliz de tener a su hija de regreso a su lado y, cruzando la puerta automatica que conducia a la calle, se dirigio hacia la magnifica limusina que se detuvo ante ellos con precision cronologica. -Entonces? ?Lista para tu primera vuelta? pregunto, mientras el chofer abria la puerta del lujoso coche para que la chica entrara. Al ver la limusina justo delante de sus ojos, Mel trago, totalmente deslumbrada. Era dificil pensar en los casquetes polares que se derretian a miles de kilometros de distancia gracias a las emisiones de CO2, cuando algo tan hermoso, brillante y lujoso estaba parado frente a ti. -Disfruta, querida . Es del hotel y solo atiende a clientes VIP , pero hoy ordene que estuviera completamente a tu disposicion. – Una limusina? ?Solo para mi? Vamos , papa, a esto llamas una pequena sorpresa? – Mel se admiraba a si misma mientras se acomodaba en el suave asiento del auto. Albert se sento a su lado riendo y despues de cerrar la puerta de la limusina, fue al frigorifico y tomo una botella de agua mineral Glaceau para calmar su sed. -Pero no dije que esta sea la sorpresa. continuo, recordando lo que les esperaba en el restaurante del hotel. – Aun no has visto nada, hija. Y para ser sincero, las emociones de esta noche apenas comienzan. Capitulo 2- PIMIENTA Y DIENTES Despues de tantas retenciones tipicas de Manhattan, la limusina entro en Park West Street, donde se encontraba el famoso y admirado hotel The Meditteranean . Con sus ojos atentos al continuo movimiento de personas caminando por las aceras esa tarde, Mel pronto reconocio el maravilloso verde de Central Park que aparecia en el lado derecho de la calle. – ?Estamos ahi? pregunto ella, ajustando sus odiadas gafas que insistian en deslizarse casi hasta la mitad de la nariz. -No creo que no estes reconociendo el hotel, hija. A pesar de que se sometio a algunas renovaciones, no esta tan diferente. dijo Albert, saliendo del coche . Cuando Mel salio de la limusina y miro la imponente fachada del Mediterraneo , le era imposible no admirar, como si fuera la primera vez, el majestuoso hotel frente a ella. Es cierto que habia crecido en esos pasillos y conocia incluso los detalles mas pequenos del lugar, sin embargo, despues de tantos anos de distancia, regresar y mirar todas esas pequenas ventanas blancas, las banderas estadounidenses ondeando en el viento y los pisos que casi se perdian de vista. Fue emocionante para ella. ” Wow, no puedo creer que este aqui de nuevo ” , penso Mel mientras entraba en el gran salon de The Meditteranean con su padre. Cuando pisaron la lujosa alfombra que completo la sofisticacion del lugar, Melissa pronto fue reconocida por el gerente del hotel, y tambien por el imbecil encargado del hotel de su padre, Pierre Le Blanc. Al mismo tiempo, dejo el mostrador donde estaba supervisando al personal que registraba a los huespedes , para sonreir y encontrarse con ella y Albert. -Mademoiselle Fenner , que honrra los terrmes aqui! Pero, maldito mon Dieu , !como creciste y adelgazaste ! ?Cuando fue emborra dificilmente podria olharr porr el balcon y agorra es mi tamano. Oh! Me estoy haciendo viejo. Dijo dramaticamente, con su acento frances divertido que se nego a perder. -Es bueno verlo tambien, senor. dijo la chica, todavia un poco timida. Mel sabia que habia cambiado mucho, despues de todo, habia perdido varios kilos y era mucho mas alta, pero estar alli escuchando ese bla bla bla acerca de cuanto pero habia perdido y crecido era casi una tortura. No le gustaba recordar sus dias de “peso pesado” como algunos companeros de escuela la llamaban en ese momento. "Si , es verdad. Era una bola de manteca que tenia un trasero mas grande que la luna y del tamano de un enano. Satisfecho? “Fue la respuesta grosera que tenia en la punta de la lengua, pero que no se atreveria a decir Era demasiado educada y no le gustaba herir los sentimientos de los demas. Afortunadamente, uno de los empleados del hotel arrojo torpemente el equipaje de un huesped importante del carrito del equipaje y Pierre dejo la conversacion para ir y reganarlo con toda la autoridad que el trabajo del gerente le garantizaba. Solo despues de deshacerse de Le Blanc, Melissa puede notar realmente el impresionante entorno a su alrededor. El vestibulo del hotel parecia mucho mas lujoso ahora que en su infancia. En el centro estaba la gran recepcion flanqueada a la derecha y a la izquierda por dos escaleras de marmol gigantes, por las que siempre se deslizaba por la barandilla para desesperacion del gerente Le Blanc. Ahora habia un pequeno salon luego de la entrada, para la comodidad de los huespedes y visitantes, asi como muchas plantas, flores y obras de arte que se extendian a traves de las diversas paredes del lugar decoradas exactamente en estilo europeo. En el techo, ademas de una pintura inspiradora con angeles y nubes, estaba el costoso candelabro de cristal, con un diseno firmado por Tiffany, que era dificil de no notar debido a su intenso brillo. A pesar del poco tiempo que paso en el Salon, Mel quedo impresionada por lo sumamente sofisticado que era ahora The Mediterranean . -Es maravilloso, lo se. – dijo Albert en el elevador , mientras miraba a la nina a traves del reflejo del espejo lleno de arabescos florales. – Hoy somos el segundo mejor hotel de Manhattan. Solo estamos detras del Plaza. Pero ya estamos haciendo mejoras para resolver esta situacion. -Dios, papa, no pense que The Mediterranean estuviera asi. Parece mas un palacio que un hotel. – exagero Melissa. -Si, pero ahora es tu palacio, querida. – Anadio sonriendo, saliendo por la puerta de metal que acababa de abrir. En el pasillo bien iluminado lleno de pequenas estatuas de marmol, Mel y su padre caminaron hacia la puerta de madera y vidrio del Chateau D’ore. A pesar del silencio pedregoso que dominaba el lugar y la ausencia de personas que entraban y salian del restaurante, lo que seria normal en ese momento, la chica no se dio cuenta de la misteriosa atmosfera que se cernia alli. -Tu primero, hija. – ordeno Albert enigmatico, empujandola ligeramente por la espalda. Cuando Mel entro en el restaurante, todavia vacilante, se vio sumida en la oscuridad. Al no ver nada frente a ella , penso en retroceder unos pasos hacia la puerta, pero de repente se encendieron las luces y cayo una lluvia de globos de colores y mucho papel picado. Varias personas, en su mayoria adolescentes que estaban dentro del restaurante, la recibieron dandole la bienvenida. -Es un placer tenerla con nosotros, senorita Fenner . Sea bienvenida. – dijo una mujer con cabello rojo, apareciendo justo frente a ella . Parecia haber pasado la treintena recientemente y tenia ojos en forma de almendra que la hacian sentir envidia. Mel abrio la boca, pero todavia estaba demasiado sorprendida para responder algo. ?Quienes eran todas esas personas? ?Y por que demonios tu padre no te advirtio sobre eso? Al menos podria haberse puesto ropa mas presentable que la que llevaba puesta. -Querida, esta es Rebeca Pitty, mi secretaria personal. Ella fue quien me ayudo a planear toda esta fiesta para ti. dijo Albert, senalando a la mujer. -?Ah, si? Gracias , senorita Pitty. – saludo Mel, todavia un poco confundida , pero devolviendo la sonrisa amistosa a la secretaria. Sophie, que estaba a solo unos metros de distancia, se acerco a los tres, seguida de cerca por Chloe y Vicky , sus inseparables amigas que se parecian mas a un par de guardaespaldas que la perseguian. Cuando las hermanas finalmente se encontraron cara a cara, Mel tuvo la ligera impresion de que Sophie no estaba muy entusiasmada con su regreso. La miro de arriba abajo como si la ropa de Melissa fuera una ofensa en ese lugar, y respiro hondo, como lo haces cuando vas a tomar una medicina horrible. -Bienvenida, Melissa. – dijo la hermana entre dientes, abrazandola con cuidado para no arrugar su top de Marc Jacobs . Gracias a Mel, Sophie se estaba perdiendo el lanzamiento de la nueva coleccion de Rihanna en una galeria super moderna en Soho , la meca de la moda de Nueva York, y no estaba contenta con eso. Su presencia alli era obra de Albert, que le habia ordenado que asistiera a la fiesta de bienvenida de su hermana bajo la pena de cancelarle todas las tarjetas de credito si no se presentaba. -Es bueno verte de nuevo, Sophie. – l respondio Mel, un poco timida . – Ha pasado tanto tiempo, ?no? -Sabes que ni siquiera me di cuenta? – respondio la hermana, con un timbre seco en su voz. -Wow! Pense que eran gemelas como Mary Kate y Ashley Olsen, pero al mirar a ambas ahora, se puede ver que tienen muy pocas cosas en comun. – Comento Vicky , analizando a Mel como si fuera un animal exotico en exhibicion. De hecho, las hermanas no eran muy parecidas. Despues de todo, no eran identicas , y el tiempo habia colaborado aun mas para acentuar estas diferencias. Sophie era hermosa como una pintura. Tenia el pelo rubio liso y la piel blanca que la hacia parecer una muneca de porcelana, ademas de tentadores ojos azules y finos labios rosados. Aunque Mel tenia el mismo color que los ojos y el cabello de su hermana, al mirarla se sentia fea. En realidad no lo era, pero cuando se comparo con Sophie, descubrio que su cabello ondulado y opaco no se comparaba con el de ella . Si solo Albert le hubiera contado sobre la fiesta antes, tal vez habria logrado vestirse un poco para no verse tan sin sal frente a todas las personas elegantes y bien arregladas. !Oh, como queria salir de alli y volver a Brasil! “?Tienes alguna preferencia musical, querida ?”, Pregunto Albert de repente. – No tenia idea de lo que te gustaba, asi que contrate una banda y un DJ especialmente para tu fiesta de bienvenida. Que quieres escuchar -Bueno, hmm … Dejame ver … Realmente me gusta esa cantante, Pink, ?sabes? – dijo Mel, fingiendo no darse cuenta de que Sophie miraba sus zapatillas grises All Star y arrugaba su nariz. Aunque no tenia idea de a quien era esa “Pink” que mencionaba su hija, Albert fue inmediatamente a un rincon de la habitacion para responder a su solicitud. Alli, apretujados entre el bar y la puerta del balcon debido a la cantidad de invitados a la fiesta, estaban Aaron, Marvin y Doug, ya en posesion de sus instrumentos, esperando que Albert pasara su repertorio para comenzar otro espectaculo sin sentido. -Bueno, ya que Sophie no nos presenta, soy Victoria McQueen. dijo Vicky , extendiendo la mano para estrechar la mano de Melissa. -Hola, bienvenida . Ya me conoces, soy Chloe Von Bondenburg . – saludo a la otra chica con cabello castano, flequillo corto y ojos color miel. – Chloe ” Dumbo “? ?La que estudiaste conmigo en la Academia Sinclair ? !No puede ser! !Tenias orejas enormes! Mel disparo, sin querer. Sophie y Vicky se miraron con miedo, esperando que Chloe explotara. Melissa habia tocado inadvertidamente un tema delicado para la chica y eso era sinonimo de detonacion, pero en lugar de una respuesta grosera, Chloe se sonrojo.

  • Mujeres malqueridas de Mariela Michelena

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    A lo largo del ultimo siglo son muchos y muy valiosos los territorios que la mujer ha conquistado. El voto, la independencia economica y decidir como, cuando, donde y con quien tendra sus hijos, son logros indiscutibles. Sin embargo, en medio de los aplausos por tantas victorias, llevamos algun tiempo escuchando las quejas de mujeres independientes y emancipadas, que sufren por un mal amor. Hace no tantos anos su lamento encajaba perfectamente en el listado interminable de maltrato y postergacion social del que la mujer ha sido victima. Su padecimiento por amor era una queja mas, o casi podria decirse que una queja menos, porque entre tanta reivindicacion fundamental, una lagrima, una espera, un nudo en la garganta o un insomnio, parecian detalles insignificantes. Tomando en cuenta las condiciones de menoscabo que ha sufrido durante siglos la mujer, interrogarse por su felicidad en el amor hubiera sido como si, ante un nino que empuja una carreta de carbon en una mina de Gales, nos hubieramos preocupado por el estado de sus unas o de sus dientes. Hoy, que otros problemas mas acuciantes estan resueltos, las voces de las mujeres que sufren por amor se escuchan con mas intensidad. Sus lamentos chirrian en un mundo que muchas dan por conquistado. Todos conocemos a mas de una mujer que se queja de que la quieren mal. El eco de su pena se escucha en los lugares de trabajo, en el gimnasio, en las animadisimas comidas entre amigas y en las series de television. Dicen que es un tema femenino de actualidad. Por supuesto que conozco y frecuento todos esos foros, pero en este libro voy a hablar desde mi experiencia como psicoanalista. Malqueridas Cuando hablemos de malqueridas hablaremos de mujeres que padecen por un mal amor, no necesariamente de mujeres maltratadas fisicamente, sino de mujeres enzarzadas en relaciones imposibles, destructivas, que lloran por un amor perdido o sin futuro aunque pasen toda la vida enganchadas a ese llanto y a esa relacion. Mujeres fieles a parejas intermitentes. Amores furtivos, prohibidos, clandestinos. Mujeres extraordinarias que se transforman en ninas enfermizas si un hombre no las llama. Mujeres encadenadas a una pena de amor, condenadas a ser la horma de cualquier zapato, o a instalarse debajo de cualquier zapato. Mujeres que no se cansan de escuchar: <>. Mujeres sumisas, mansas, asustadas, complacientes. Mujeres que son fuertes ante todos los retos de la vida, brillantes para resolver sus tareas, para enfrentarse a cualquier desafio, valientes para todo, excepto para resguardarse de ese hombre que las quiere mal. Mujeres dispuestas a esperar y a esperar y a esperar. Enganadas, traicionadas, malqueridas... De sus parejas seria arduo delimitar donde empieza el maltrato emocional y donde termina la malquerencia. Y cuando digo que las malquieren, no me refiero a que NO las quieran, al contrario, puede incluso que las quieran muchisimo, lo que ocurre es que las quieren mal. Quieren a una que no es ella, la quieren raro, torcido, al reves, y ella se retuerce y se contorsiona hasta encontrar la forma exacta que encaje con el trazado caprichoso de ese mal amor. A veces el hombre quiere a <> que tiene en su imaginacion y pretende transformar a su amada en alguien que no es ella, y la amada descoyunta su ser intentando complacerle. A la mujer verdadera apenas la tiene en cuenta, a veces ni siquiera se ha preocupado por conocer sus gustos, sus inclinaciones, sus dificultades; ?para que? Es suficiente con que ella siempre este alli para el. Se trata de un amor que suele quedar un poco estrecho de cintura y holgado de espalda. Es un amor <> que no le sienta bien a casi nadie y que, no obstante, esa mujer insiste en llevar a cuestas a pesar del sufrimiento que le supone. Una mujer subida a un amor como ese, debe tener la misma sensacion que una mujer subida a unos zapatos prestados, estrechos, puntiagudos y de tacon muy alto. Mientras todos los que la rodean la ven haciendo malabares y tambaleandose, ella se cree elegantisima y maravillosa, incapaz de reparar en que no es mas que una mujer que sufre y que se siente profundamente desgraciada. Lo que yo sostengo es que en toda mujer malquerida por una serie de hombres, hay una mujer que se quiere mal a si misma. Y cuando digo que se quiere mal, quiero decir que se quiere con un amor tergiversado. Con sus palabras ella dice que quiere una cosa, pero sus actos revelan que quiere otra. No estoy hablando de que <>; no me refiero a que tenga una <>. Puede que, sin saberlo, incluso, se quiera a si misma en exceso y se sienta en el fondo tan fuerte y tan poderosa como para ser capaz de salvar, por amor, todas las dificultades que se le presenten en el camino, aunque en el empeno se deje la sangre y la piel. Alguien que hace un mal negocio no necesariamente es alguien que no tiene dinero, puede quedarse sin dinero por no haber sacado bien las cuentas, a causa de un negocio torcido, o de una mala inversion. Pero quedarse sin dinero es una consecuencia, no una causa. Quedarse sin autoestima puede ser la consecuencia de haber invertido mal el amor propio. A veces el amor propio tiene una preocupante tendencia al heroismo, a adornarse a si mismo con una capita de superheroe, que lleva a su duena a sentirse capaz de acometer ciertas proezas titanicas que no le reportaran ni el exito, ni la fama mundial, ni siquiera le serviran para asegurarse un lugar en el Cielo. Solo obtendra cansancio, humillacion y sufrimiento. Ellas tienen la palabra Desde mi experiencia como psicoanalista, he tenido ocasion de toparme con muchas mujeres malqueridas. Sus historias aparecen en estas paginas lo suficientemente enmascaradas como para que ni siquiera ellas mismas puedan reconocerse. Todas ellas me han ensenado algo. Todas y cada una me han permitido descubrir una fascinante y singular respuesta. A todas ellas, para empezar, mi agradecimiento. A cada una de sus historias me acerco como si fuera la primera y no puedo dejar de preguntarme <>. ?Y por que esta mujer, tan inteligente, tan desenvuelta y exitosa en su trabajo, no se da cuenta de cuanto esta sufriendo? Y, si lo sabe, ?por que lo acepta como si no tuviera otra alternativa? ?Y por que sufre tanto por el final de una relacion que iba tan mal? ?Y por que vuelve con el despues de todo lo que ha sufrido a su lado? ?Y por que lo echa tanto de menos si apenas se soportaban? ?Y por que sigue esperando a que cambie, si es evidente que nunca va a cambiar? ?Y por que le parece que ese hombre es tan extraordinario si tampoco es para tanto? ?Y por que se ha buscado a otro hombre exactamente igual al anterior? De todas estas preguntas se desprende una que resulta esencial: ?que ventaja saca ella de todo esto? ?Que extrana y secreta transaccion ha realizado ella, consigo misma, con su pareja, con la vida, para creer que una situacion tan dolorosa le resulta rentable? ?Como explicar que se resista con tanta voluntad a abandonar ese lugar que aparentemente es tan incomodo? Intentar responder a estas preguntas es el tema que va a recorrer como un hilo rojo las paginas de este libro y lo que va a diferenciarlo de otros.

  • A Sexy Berling Interlude (Sexy Berling 3), Maya Blair de Maya Blair

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  • Acompanando a Simone de Beauvoir de Sami Nair

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    No se nace mujer, se llega a serlo”: esta afirmacion surge como una flecha de El segundo sexo, obra maestra de Simone de Beauvoir, que provoco un verdadero choque cultural en 1949. Mas alla de la “fabricacion” de la mujer, hoy vivimos la toma de conciencia de la forja de los seres humanos, de las identidades aceptadas o impuestas, del rol, en definitiva, apremiante del entorno y de la educacion sobre el individuo. Fundadora del pensamiento feminista moderno, filosofa, escritora, ensayista, militante comprometida, libre e independiente, ha marcado como nadie su tiempo e influye decisivamente sobre el nuestro.

  • El algoritmo de la felicidad de Mo Gawdat

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    Durante muchos anos, Gawdat estuvo interesado en disenar una formula que le permitiera desarrollar un verdadero estado de felicidad permanente. Despues de incontables horas de investigacion, por fin descubrio una ecuacion basandose en la comprension de como el cerebro absorbe y procesa la alegria y la tristeza.

  • El Hombre Perfecto de Marta Escudero

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    Carlos es el hombre perfecto. Mi hombre perfecto. Fuerte. Trabajador. Prohibido. Trabajaba para mi padre. Como mecanico. Me saca diez anos. Y vivia al lado. Le he visto mirandome por la ventana. Mientras me cambio de ropa. Y me sonrio cuando me di cuenta. No tiene verguenza. Podria perderlo todo. Pero esta dispuesto a ello. Por mi. Me resultaba imposible no ceder. Asi que lo hice. Y entonces me enamore de el. Perdidamente. Ya no era solo una universitaria. Era su chica. Y el era el mejor hombre que podia desear. Fuerte. Trabajador. Prohibido. Y con gran corazon, pese a ser un sinverguenza.

  • El sindrome de Korsakoff de Alberto Fausto

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    Cuando Vanessa de Laurentis, la madre del afamado escritor Hugo Esmerodes, fallece presumiblemente asesinada durante la presentacion de su ultimo libro, el caos se desata. ?Quien? ?Como? ?Por que? y ?Donde? Son preguntas que quedan en agua de borrajas, dada la complejidad del argumento.

  • El vals de las orquideas de Olga Lucas

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    No sabia como habia ido a parar al casino, pero estaba ahi. Sentada en torno a una mesa, jugando a la ruleta y pidiendole suerte al crupier. Por unos instantes el crupier abandono su cara de poquer y le dispenso una sonrisa amable. Contraviniendo la norma y costumbre de la casa, no pudo resistir la tentacion de responder con un gesto amable a la mirada suplicante de aquel rostro angelical con aire despistado. Y hasta se arriesgo a dirigirle la palabra. Ella, en efecto, estaba fuera de lugar, completamente desubicada. Lo que se dice una mosca en un vaso de leche. Triste por dentro, risuena y pletorica por fuera, desconcertada, asombrada, con sus ojos medio ciegos bien abiertos, intentaba vanamente registrar, entender y asimilar los acontecimientos de la noche. De pronto, un beso vehemente y la voz del crupier: --Bueno, algo de suerte le he traido. El casino y cuanto habia en el empezo a dar vueltas. El suelo, las mesas, los vasos, el techo, la gente. Todo convertido en una inmensa ruleta imparable girando alrededor de su cabeza. Y en medio de tanto giro, no lograba enterarse de si habia ganado un novio o un dinero. Por su oido derecho la voz del crupier anunciando su suerte, en la mejilla izquierda un beso apasionado y el panel demasiado lejos para su corta vista. Antes de desmayarse supo que habia ganado algo de dinero, pero tardaria tiempo en descubrir la naturaleza y el alcance del beso. Despues de realizar los ejercicios de relajacion, anoto en su Diario de integracion personal lo mismo de siempre: <>. --!Pobrecita! --?Por que? --Llevamos ya muchos meses con la terapia y no avanza nada. Absolutamente nada. Todos los dias nos entrega el mismo ejercicio, el mismo texto, sin variar ni una coma. Parece haberselo aprendido de memoria y no hay quien la saque de ahi. En tanto tiempo ni siquiera se ha podido averiguar que hacia en el casino. --?Tu estas segura de que necesita avanzar, de que debe salir de <>, como dices? --!Vaya pregunta! Para eso nos la trajeron. --Si, por haberla encontrado inconsciente en el casino. ?Es suficiente motivo? ?Cuando sucedio? --No lo recuerdo con exactitud, no se, estara en su expediente. Un ano, tal vez algo mas. En cualquier caso el tiempo suficiente para haber obtenido algun resultado. --Insisto. Desmayarse en el casino ?es suficiente motivo para intentar cambiarle su personalidad? --No entiendo tu pregunta. Es obvio que no la tratamos por un desmayo, sino por sus delirios y confusion mental. Ella ni siquiera sabe que hacia en el casino. Alli nadie la conocia. Y del supuesto novio que, al parecer, la habria llevado a divertirse y jugarse los cuartos ni rastro. --Eso ya lo se. Lo he leido en su historial. --Pues entonces, si has tenido acceso a su historia, ?por que me mareas? --Porque yo creo que ella es feliz asi. Si en lugar de enamorarse de un fantasma, se hubiera enamorado de un hombre real, de carne y hueso, probablemente seria mas desdichada. --No seas cinica. --No es cinismo, es realismo. En tanto tiempo ya habria descubierto todos sus defectos. Lo veria como vemos las demas a nuestros maridos o ex maridos. De este modo, sigue con la ilusion del primer dia. La ilusion del primer dia La paciente, efectivamente, conservaba la ilusion del primer dia. Y tuvo que ser la inquietud de una empleada del archivo quien hiciera reflexionar a sus terapeutas sobre este punto. Ellas, en cambio, la habian perdido por completo y, ademas, sin darse cuenta, sin tan siquiera percatarse de la perdida, del momento y lugar en que todo quedo atras. Rara vez recordaban el primer beso, la primera vez que alguien las tomo de la mano o el primer ramo de violetas. En cambio, la paciente, es decir, la mujer a quien ellas debian devolver a la <>, llevaba esos recuerdos y muchos mas literalmente tatuados en su piel, grabados a fuego en la retina, incrustados en sus papilas gustativas y olfativas. Hablaba de las flores que le envia un senor de Madrid con autentico embeleso y fascinacion. Al oirla, casi, casi se podian oler. Despues de su absurda conversacion con la archivera al entregarle el expediente de Alicia, Marta no pudo dejar de cavilar. Se lo comento a Fina, su colega y amiga. --Pero, chica, no iras a complicarte la vida por lo que pueda opinar esa ignorante. --Ciertamente, la ignorancia es atrevida, pero el atrevimiento no siempre conduce al desastre. A veces, puede empujarnos hacia territorios interesantes, puede incluso conducirnos a descubrir otras verdades. --No iras a ponerme el ejemplo de la penicilina, ?verdad? --Pues no, Marisabidilla, no pensaba en la penicilina, tampoco en la manzana cayendo sobre la cabeza de Newton, ni en la polarizacion de la luz o en los errores de Fermat. --Vale, no te enfades y cuentame. ?Cuales son esas conclusiones, esas otras verdades o lo que sea? --Verdades y conclusiones todavia ninguna, pero reflexiones muchas. Es cierto que ella es feliz, que las atenciones del senor de Madrid la colman de alegria y bienestar. Es igualmente cierto que nosotras, a quienes, desde nuestro ultimo parto, nadie nos ha vuelto a sorprender con un ramo de flores, pretendemos atraerla a nuestro terreno. ?Acaso no te haria ilusion recibir un ramo, aunque no fuera de Madrid? --Tu estas loca. --Lo mismo decimos de ella con mayores o menores eufemismos cientificos, pero responde a mi pregunta, ?no te haria ilusion un ramo de flores, una caja de bombones, una invitacion al teatro o al casino? --Me preocupas. Creo que el caso te esta agobiando. O tal vez estes muy cansada incubando una gripe o algo parecido. Espero que se te pase pronto, pero, te lo advierto, si sigues por ese camino, hablare con el jefe para que te releve y le asigne el caso a otra persona. Llevamos anos juntas, te aprecio lo suficiente para rescatarte antes de que te conviertas tu misma en una paciente de este centro. --?Ah, si? ?Y eso en que cambiara las cosas? ?Disminuiran tus suspiros por un ramo de flores y la ilusion del primer dia? --!Basta! !Dejalo, es muy tarde, vamonos a casa y hazme caso, tomate una aspirina y una tila! Antes de irse, Marta paso por el archivo central para hablar nuevamente con Liliana. --Y a ti ?quien te autorizo a leer el expediente de Alicia Berenguer? --En verdad, nadie. Cuando informatizamos el archivo… hum …bueno, no pude resistir la tentacion. ?Me vas a incoar expediente? --No, bien lo sabes tu, pero te senalo tu falta y te conmino, eso si, muy severamente a que pierdas la costumbre de… --No, no. No es mi costumbre. Es el unico expediente que he leido en los doce anos que llevo aqui. Reconozco que este me lo he estudiado a fondo, pero es el unico, creeme, no te mentiria. --Lo se. Bueno, en eso confio, y por eso mismo estoy dispuesta a hacer la vista gorda, pero, dime, si eres tan consciente de tus obligaciones, ?de donde el interes por este caso hasta el extremo de transgredir la norma? --?Recuerdas que decidi realquilar una habitacion? Pues bien, como el mundo es un panuelo, al cabo de unos meses, charlando con mi inquilina, ya sabes, un poco de todo, al final de hombres, lo de siempre, pues descubri que Alicia Berenguer es su companera de oficina. Me entere asi de algunas cosas que me hicieron dudar y reflexionar. Durante mucho tiempo me contuve, pero el dia en que los expedientes pasaron por nuestras manos para algo mas que entregaroslos a los medicos y terapeutas, lo siento, ese dia no pude contenerme. Lo mismo me paso hace poco, cuando me lo devolviste para su archivo. Lo se, debi haberme callado, una simple administrativa no es quien para discutir diagnosticos ni terapias, pero, comprendelo, es un peso que llevo encima y como contigo hay confianza… pues, mira, si, lo reconozco, meti la pata.

  • Llevame Siempre Contigo (Llevame contigo 3) de Yara Ariza

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    Jannice Hernandez tiene la mala fama, entre sus amigas, de siempre llegar tarde a todos lados. No se permite salir de casa sin estar bien arreglada, nunca se sabe a quien pueda encontrarse.

  • Tequila, sal y pimienta. Verano (Estaciones 1) de L. White

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    ?Alguna vez has pensado en el?
    ?Habra pensado el en ti?
    Las amigas de Tali tienen una sorpresa para ella, se la llevan de vacaciones a Maspalomas.
    Lo que no sabe es que alli se encontrara fortuitamente con Oscar, su gran amor de la adolescencia, con quien perdio la virginidad y del cual nunca mas volvio a saber.
    Ella no ha podido olvidarlo y el la odia por haberse marchado. Entre noches de copas y dias de playa los dos comenzaran una lucha interna por lo que sienten.
    El pasado no sera lo unico que tengan en contra, una persona del presente no estara dispuesta a consentir esta relacion y hara todo lo posible por evitarla.
    ?Seran capaces de superar la adversidad y dejarse llevar?

  • El hombre del corazon negro de Angela Vallvey

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    Mas de 70.000 mujeres cada ano son enganadas y sometidas a esclavitud sexual solo en Europa. Este es un dato extraido de los periodicos, pero en esta novela todas esas mujeres se resumen en Polina, una adolescente nacida en Moldavia cuyas ilusiones comienzan a desmoronarse en un tetrico sotano de Estambul. Muy lejos de los sollozos de la pequena, la historia comienza con la desaparicion de los cinco gatos de la viuda Hergueta en un barrio residencial de la periferia de Madrid. Los vecinos rusos resultan los primeros sospechosos, ya que su actitud es hurana y misteriosa. Gracias a sus contactos, las quejas de la viuda encuentran finalmente eco en Sigrid Azadoras, una agente experta en artes marciales, a la que la insignificante desaparicion de los gatos la llevara a adentrarse en el complicado entramado de las mafias del Este, una estructura que tiene sus raices en el desmoronamiento politico, economico y social de las ex republicas sovieticas.

  • Como hilos de cristal, Tania Sexton de Tania Sexton

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  • La tierra que pisamos de Jesus Carrasco Jaramillo

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    Hoy me ha despertado un ruido en mitad de la noche. No un ronquido de Iosif, que, raro en el, a esa hora dormia a mi lado en silencio, medio hundido en la lana del colchon. He permanecido tumbada, con la mirada detenida en las vigas de haya que sustentan el techo, apretando fuertemente las sabanas en busca de una firmeza que el lino, tan sutil, me ha negado. Durante un buen rato me he quedado quieta, con los hombros contraidos y las manos cerradas. Queria volver a escuchar el ruido con nitidez para poder atribuirselo a alguno de nuestros animales y asi, tranquila, regresar al sueno. Pero, mas alla del aire agitando las ramas de la gran encina, no he percibido nada, y entonces, como por ensalmo, el viejo mito del intruso de ojos vaciados por la codicia se ha agarrado a mis tripas y ha empezado a devorarlas. Es agosto, las hojas de guillotina estan subidas hasta los topes y una brisa perfumada y calida mece los visillos. Los hace danzar de un modo tan hermoso que, en esta epoca, durante mis desvelos, me siento contra el cabecero y me quedo embelesada viendolos ondear cual delicados pendones. Aspiro las fragancias que el aire trae y que, por momentos, desplazan a los aromas estancados del cuarto. Llegan en oleadas, de la misma manera que el mar va depositando en la orilla los restos de un barco naufragado. En primavera el azahar de los naranjos florecidos lo ocupa todo, especialmente cuando cae la tarde. Dias antes de que eso suceda, el arbol siempre envia un mensajero. Jornadas todavia frescas en las que, repentinamente, un hilo fugaz avisa de que, en algun lugar de los contornos, la vida ha sido convocada a su renacimiento. Con los punos llenos de tela y los ojos cerrados, he tratado de concentrarme en la oscuridad exterior. Y asi, he imaginado que me asomaba al porche elevado sobre el fragante cesped que rodea la casa y, desde alli, he dirigido mi atencion hacia el frente, al lugar donde el predio se asoma al valle. A lo lejos titilan las farolas de gas del pueblo, encaramado como un galapago a las faldas del castillo. En mi mente desciendo los escalones de madera y camino unos pasos sobre la hierba humeda hasta la verja que domina el huerto de la terraza inferior. No oigo nada alli, ni siquiera el aspero roce de las hojas ya secas del maiz. Me giro hacia la casa para recorrer la parte trasera de la propiedad. En los tiestos sujetos a la balaustrada del porche crecen formas confusas. La campana de alarma cuelga del tejadillo sobre ellas y su cuerda casi las toca. A la izquierda del edificio se levanta la gran encina, un ser poderoso y rotundo, cuya copa invade parte del alero. Al otro lado, entre la vivienda y el camino, el pequeno establo con sus ventanucos enrejados y sus tejas alomadas. Dentro, ni siquiera se oye a la yegua rascar el suelo de pizarra con sus herraduras. Tampoco se oye a Kaiser, nuestro perro; era de suponer, porque es sin duda el animal mas indolente que se pueda imaginar. <>. Y yo quiza sonrei por la ocurrencia y seguro que le di la razon para que se marchara pronto. Al parecer hay un lince, o un lobo, que lleva varias semanas merodeando por los alrededores del pueblo y que ha matado, dicen, a varias ocas y a algun cordero. Me lo conto el doctor Sneint en el dispensario de la guarnicion la ultima vez que fui al castillo en busca de las medicinas de Iosif. Mientras colocaba los frascos en mi alforja, el se levanto y, despues de repasar someramente los lomos de su biblioteca, extrajo un atlas de fauna iberica y me lo mostro. Del grabado me llamaron la atencion las patillas colgando a los lados de la boca y el aspecto puntiagudo de las orejas. <>. Tanto la idea de buscar los excrementos como la de abrirlos me resulto en aquel momento repugnante, pero luego, ya de vuelta a la casa, encontre las heces y no pude resistir la tentacion de revolver en ellas con un palo. Hacerlo no me resulto desagradable. Olian a conejo y, por su aspecto, se diria que esos animales solo se alimentan de pelo. Me he levantado y he prendido la lampara que tengo sobre la mesilla. Asomando el cuerpo sobre el alfeizar, he movido la luz a un lado y a otro en busca de signos del animal, pero enseguida me he dado cuenta de que la luna llena iluminaba mas que mi farol y he terminado por apagarlo. En cualquier caso, no he apreciado nada extrano. Quiza mi luz lo haya espantado. Los animales seguian tranquilos y yo he dejado que el aire templado que asciende por el valle me acaricie la cara. La luna llena tenia de un extrano amarillo las nubes detenidas sobre la llanura distante. He cerrado las contraventanas y me he vuelto a meter en la cama. Mientras regresaba el sueno, de nuevo mirando al techo, he reparado en que no hay hayedos en esta parte del pais. www.lectulandia.com – Pagina 7 2 Lo veo por primera vez con la manana bien entrada, mientras arreglo los geranios. Los pliegues de su chaqueta se cuelan por entre las lamas blancas de la verja que da al huerto, justo enfrente de mi. Iosif descansa en su mecedora a mi lado, aunque decir que descansa es, de algun modo, redundante, pues se pasa el dia recostado: en la cama, en el sillon del salon y, durante el buen tiempo, aqui, en el porche. Lo levanto cada manana, lo visto y lo siento donde corresponda segun la epoca del ano. Le agarro del codo y el, con pasitos cortos, se deja llevar de un lado para otro como un perrillo complaciente. La enfermedad lo ha reducido a una minima expresion de lo que fue. Un hombre que ha tenido a su mando divisiones, que ha dispuesto de las vidas de otros hombres, que ha asediado ciudades y pasado a cuchillo a enemigos y sediciosos. Me pregunto si sus viejos adversarios, aquellos a los que sometio hasta convertirlos en subditos de su majestad, conservaran la antigua furia con la que, sin duda, rindieron sus armas a este hombre a cuya sombra he vivido y cuya sombra es ahora todo lo que respiro. Su mente opera de manera discontinua y lo mismo pasa dos semanas callado, con la cabeza caida, incapaz siquiera de levantarse solo e incluso haciendose sus necesidades encima, que comienza a regir de manera repentina. En esos episodios, de duracion indefinida, se incorpora a la vida cotidiana tan plenamente que parece que nunca la hubiera abandonado. A veces regresa y se comporta igual que un paciente caprichoso. Si estamos en la cocina y me esta viendo cortar verduras, me exige que haga trozos grandes, y me explica, por enesima vez, que a el le gusta notar lo que esta comiendo. <>. En ocasiones, su cordura se remonta al pasado y se dirige a mi como si yo fuera parte de un recuerdo; me llama <> o <>, con tono marcial o almibarado, segun el caso. Y lo extrano es que nunca en la vida, ni cuando estabamos prometidos, me llamo asi, <>. Se diria que entre las grietas de su cerebro reverdecen viejos anhelos o el recuerdo de otra mujer a la que, sin duda, deseo durante sus largas ausencias; en la epoca en que las campanas se sucedian y parecia que el Imperio acabaria ocupando el globo entero. Por suerte, el que hace anos que no me visita es aquel hombre que hacia temblar los cimientos de mi mundo. El modo en que se enfurecia cuando el pequeno Thomas no declinaba correctamente, o cuando volvia manchado del jardin. Lo agarraba de la oreja, tiraba hacia arriba y casi levantaba al muchacho. Lo zarandeaba y no fueron pocas las veces en que recibio bofetones y golpes en los dedos con la regla de madera. Yo le suplicaba que lo dejara, que era solo un nino, y entonces el se volvia y me hundia con la turbidez de su mirada; la de quien ha bebido hasta hartarse la sangre bullente de los hombres. Una mirada cuyo recuerdo todavia me estremece y de la que aun quedan rastros en el fondo de sus ojos. www. lectulandia.com – Pagina 8 <>, me digo al ver los tallos agujereados. Son imposibles de exterminar y todos los anos tengo que arrancar muchas de mis plantas y quemarlas tras la casa, ya que es la unica manera de que la plaga no afecte a los ejemplares sanos. Las tomo por el tallo y las vuelco para sacarlas de los tiestos. La tierra oscura cae al suelo, siempre fresca y bien ligada, formando grumos esponjosos que yo me llevo a la nariz para embriagarme con sus aromas

  • Liderazgo. El poder de la inteligencia emocional de Daniel Goleman

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    La primera coleccion completa de Daniel Goleman de sus hallazgos clave sobre liderazgo.

  • Amor a la italiana de Amy Meyer

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    Claire es la hija de un magnate entregado a su trabajo que consiste en gestionar sus restaurantes por todo el mundo. Como cualquier hija de millonario ha vivido siempre una vida frivola y superficial, ha asistido a fiestas y su maxima preocupacion es la marca de los proximos zapatos que se va a comprar.
    Su padre quiere acabar con esta vida de nina bien y le exige que haga algo para ganarse el pan que come, asi que decide enviarla a Italia con uno de los mejores chef del mundo.
    Claire viaja alla sin demasiado convencimiento con la idea de cumplir con su padre pero sin demasiado estimulo de conocimiento. Una vez alli empieza a descubrir otra realidad, no solo se apasiona con los ingredientes de cada comida y su origen, tambien se apasiona con Romeo, un chico que parece de todo menos un chef pero con el que descubrira otra realidad que se vera amenazada por el crimen de uno de los alumnos de la escuela de cocina.

  • El secreto de las hermanas Blackwood de Ellen Marie Wiseman

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    L CAPITULO 1 LILLY Julio de 1931 Blackwood Manor Horse Farm Debbin's Comer, Nueva York ILLY BLACKWOOD, DE NUEVE ANOS, SE PLANTO EN LA buhardilla del atico de Blackwood Manor por milesima vez, deseando que la ventana se abriera y poder asi oler el aire fresco. Al dia siguiente seria su cumpleanos y no podia pensar en un regalo mejor que aquel. Seguramente, papa le traeria un vestido nuevo y otro libro cuando volviera de Pensilvania, pero habia estado lloviendo y queria saber si afuera se estaba igual que adentro. Se pregunto si las gotas de lluvia habrian impregnado el ambiente de suavidad y frescura, como le pasaba al agua cuando se daba un bano de esponja. ?O afuera tambien estaria el aire caliente y pegajoso como el de su cuarto? Le habia pedido cientos de veces a mama que cambiara la ventana por otra que pudiera abrir, y quitar aquella reja enroscada para poder ver mejor, pero mama, como de costumbre, nunca la escuchaba. Si mama supiera que papa la dejaba jugar en la otra parte del atico cuando ella se iba a misa, papa estaria en apuros. Mas que cuando la enseno a leer; mas incluso que cuando le regalo una gata en su tercer cumpleanos. Lilly suspiro, saco el telescopio por el alfeizar, y arrimo el ojo. Por lo menos era verano y no tenia que rascar el hielo del cristal. Papa llamaba a aquella hora del dia <>, cuando el paisaje parecia pintado unicamente con dos colores, verde y azul. La hilera de pinos al otro lado del establo, pasando por los prados donde jugaban los caballos, parecia hecha del mismo fieltro que Lilly usaba como mantas para las munecas. Las sombras, cada vez mas oscuras, estaban por todas partes. Fue deslizandose por el borde del bosque buscando al ciervo que habia visto el dia anterior. Ahi estaba el sauce torcido; la roca junto al arbusto que el invierno pasado se puso roja; el tronco quebrado junto a la valla de piedra; y ahi estaba la... Paro y volvio con el telescopio a la valla. Habia algo diferente al otro lado del bosque, cerca de las vias del tren que atravesaban el lejano prado. Aparto el telescopio del ojo, parpadeo, miro nuevamente y jadeo. Le silbo el pecho, como cada vez que se ponia nerviosa. Habia una serie de luces azules, rojas, amarillas y verdes, como las que papa colgaba en su cama en Navidades, colgando sobre una gigantesca casa de tela. Habia otras luces rodeando mas casas con forma de fantasmillas regordetes. Lilly no pudo distinguir las palabras, pero tambien habia senales con letras iluminadas por bombillas de colores. Las banderas ondeaban desde lo alto de sus postes, y una linea de luces amarillas flotaba a lo largo de las vias del ferrocarril. Parecian las ventanas de un tren que estuviera detenido. Uno de los largos. Lilly dejo el telescopio, espero a que sus pulmones dejaran de silbar, fue a la estanteria y cogio su libro ilustrado favorito. Paso las paginas hasta encontrar lo que estaba buscando --un colorido dibujo de una tienda a rayas rodeada de vagones, caballos, elefantes y payasos--. Se apresuro de vuelta a la ventana para comparar la forma de la tienda del libro con la casa brillante del otro lado del bosque. Estaba en lo cierto. Era un circo. Y podia verlo. Normalmente, las unicas cosas que podia ver a traves de su ventana eran caballos y pastizales, y a papa trabajando junto a su ayudante junto a las vallas blancas, o el establo amarillo de los caballos. A veces, mama paseaba cruzando los pastos hasta el establo, con su larga melena rubia arrastrandose tras ella como un velo. Otras veces, los camiones paraban a la entrada del establo y el ayudante de papa subia y bajaba los caballos de los remolques o descargaba sacos y balas de heno. Una vez, dos hombres vestidos con ropas anchas --papa los llamo gandules-- se encaminaron hacia la entrada, donde el ayudante de papa salio a recibirlos con la escopeta. Cuando Lilly tenia suerte, podia ver a los ciervos asomando por el bosque, o a los mapaches corriendo a lo largo de la valla en direccion al cobertizo, o el tren acercandose por las vias. Y si pegaba la oreja a la ventana, el ruido de la maquinaria del tren o el pitido del silbido llegaban hasta ella atravesando el cristal. Pero ahora habia un circo ahi fuera, al otro lado de la ventana. !Un circo de verdad, en ese mismo instante! Por primera vez en su vida, estaba viendo algo diferente y lo estaba viendo en vivo, no en un libro ilustrado. Se puso muy contenta, pero al mismo tiempo, tambien se puso triste. Si no se hubiera pasado la tarde leyendo, habria podido ver como descargaban las cosas del circo en la parada del tren; podria haber visto como traian las tiendas; podria haber visto los elefantes, las cebras y los payasos. Ahora estaba demasiado oscuro para ver nada salvo las luces. Dejo el libro y conto los travesanos de la ventana. A veces contar la hacia sentirse mejor. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Nada. No funcionaba. No podia dejar de pensar en lo que se habia perdido. Apreto la oreja contra el cristal. A lo mejor podia oir los gritos del director o la musica del circo. Pero lo unico que oyo fue el pitido de su pecho y los latidos acelerados del corazon. En el alfeizar de la ventana, su gata, Abby, se desperto y parpadeo con somnolencia. Rodeo con el brazo al atigrado felino anaranjado, atrayendola hacia si, y hundiendo su nariz en el suave pelaje del animal. Abby era su mejor amiga y la gata mas lista del mundo. Podia apoyarse en sus patitas traseras para dar besitos y levantar la zarpita para tocarla y llamar su atencion. Incluso podia saltar a la cama de Lilly o bajarse de ella cuando se lo pedias. --Apuesto a que mama ira al circo --dijo Lilly-- porque la gente no le tiene miedo, asi que ella no tiene por que preocuparse de eso. La gata ronroneo. ?Como sera el hombre elefante?, se pregunto Lilly. ?Que se sentira al tocarle la piel arrugada y quedarte mirando esos ojos marrones y grandotes? ?Y montar en el caballo rosa y blanco de un carrusel? ?Como sera? ?O caminar entre la gente, comer cacahuetes y algodon de azucar? ?Y ver un espectaculo de leones autentico, en vivo y en directo? Habia noches en las que, tras apagar las luces y acurrucarse en la cama, los pensamientos salian de su mente abandonando la habitacion, corriendo escaleras abajo. Habia leido bastantes libros como para saber que la casa tenia mas de una planta, y se imaginaba a si misma escabullendose por el atico, encontrando una escalera, abriendose paso por las plantas inferiores de Blackwood Manor, y saliendo por la puerta principal. Se imagino alli fuera, con los pies sobre la tierra, respirando profundamente, oliendo a algo mas que madera vieja, telaranas y polvo caliente, para variar. Durante las visitas semanales de papa, uno de sus juegos favoritos consistia en adivinar a que olia su ropa. A veces olia a caballos y heno; otras veces a betun o humo, pan horneado o... ?Como se llamaba esa cosa que se suponia que era una mezcla de limones y cedro? ?Colonia? Bueno, fuera lo que fuese, olia bien. Papa le habia hablado mucho del mundo exterior. Tambien sabia como era por lo que habia leido en los libros, pero no tenia ni idea de lo que era sentir la hierba entre los dedos, ni como era el tacto de una corteza. Sabia que las flores eran aromaticas porque su padre le traia un ramillete cada primavera, pero se moria por pasear a traves de un campo de margaritas y dientes de leon y poder sentir la tierra y el rocio en los pies descalzos. Queria oir a los pajaros cantando y escuchar el viento. Queria sentir la brisa y el sol sobre su piel. Habia leido todo lo que se podia leer sobre plantas y animales, podia recitar el nombre de cada uno de ellos si era necesario, pero al margen de Abby y el raton que habia visto correr por el zocalo aquel invierno, jamas habia visto ningun otro animal de cerca. Su otro juego favorito era escoger un lugar en el atlas y leer todo lo que pudiera sobre el para, seguidamente, planear un viaje hasta quedarse dormida, decidiendo que hacer y donde ir cuando estuviera alli. Su lugar favorito era Africa, donde se imaginaba corriendo con los leones, los elefantes y las jirafas. A veces imaginaba que rompia la ventana de la buhardilla, se arrastraba hasta el tejado y se deslizaba hacia abajo por un lateral de la casa, escapando furtivamente hasta el establo para ver los caballos. Y es que por todo lo que habia visto y leido, eran sus animales favoritos, aparte de los gatos, por supuesto. No es solo porque fueran fuertes y hermosos, sino porque podian tirar de remolques, trineos y arados. Dejaban que la gente los montase y podian encontrar el camino de regreso a casa si se perdian. Papa decia que los caballos de Blackwood Manor estaban demasiado alejados de la ventana del atico, asi que Lilly los bautizo con nombres de su propia invencion: Gypsy, Eagle, Cinnamon, Magic, Chester, Samantha, Molly y Candy. Como le habria gustado acercarse a ellos, acariciarles las crines y cabalgar sobre sus lomos por los prados. Si esos estupidos barrotes de la ventana que mama decia que eran por su propio bien no estuvieran ahi... Entonces recordo la advertencia maternal, y sus suenos se convirtieron en pesadillas. --Esos barrotes son para protegerte --le habia dicho su madre en mas de una ocasion--. Si alguien se atreviera a entrar y te viera se asustaria, y trataria de hacerte dano. Cuando Lilly le pregunto por que tendrian que tener miedo de ella, mama le dijo que era porque era un monstruo, una abominacion. Lilly no sabia lo que era una abominacion, pero sonaba mal. Bajo los hombros y suspiro en mitad de la quietud de su habitacion. No habria circo para ella. Ni ahora ni nunca. Jamas podria salir del atico. El unico modo en el que podria ver el mundo seria a traves de los libros. Papa decia que afuera el mundo tampoco es que fuera una maravilla, como ella creia, y que debia estar agradecida y feliz por tener una cama caliente y comida que echarse a la boca. Habia mucha gente que no tenia casa ni trabajo, y tenian que hacer cola para que les dieran un trozo de pan y algo de sopa. Le conto algo sobre bancos y dinero, y no se que crisis financiera, pero ella no entendio ni jota. Y tampoco la hizo sentir mejor, la verdad. Rodeo a Abby entre sus brazos y se sento en la cama de hierro que habia medio escondida debajo de un rincon de papel pintado de un cielo azul redondeado. La lampara de su mesilla de noche proyectaba sombras alargadas sobre el suelo de madera, lo cual significaba que pronto oscureceria y seria hora de apagar la luz. No queria olvidarse de apagarla. De lo contrario, tendria que aguantar las monsergas de mama, siempre con la misma cantinela. Le habia dicho mas de cien veces que si alguien veia luz en su habitacion y la descubria alli se la llevarian lejos y nunca mas volveria a verlos. Pero la semana anterior hubo una noche que se olvido de hacerlo porque habia empezado a leer un libro nuevo y se habia quedado durmiendo. Dejo a la gata en la cama y examino las cicatrices de sus dedos. Papa tenia razon, la locion estaba surtiendo efecto. !Pero hay que ver como quemaba la llama de la lampara de mama! --La letra con sangre entra --habia dicho mama. Lilly estuvo a punto de preguntarle si la Biblia decia algo sobre aquello de la letra con sangre entra, pero al final no se atrevio. Se suponia que debia saber lo que decia la Biblia. --Me pregunto que haria mama si supiera que me paso el dia leyendo los libros de papa en lugar de esa vieja Biblia --le dijo a Abby. La gata restrego el hocico contra el brazo de Lilly. Despues se hizo un ovillo y se volvio a dormir. Cogio la Biblia de la mesilla de noche --no se habria atrevido a ponerla en ningun otro lugar --, movio el punto de lectura hasta situarlo unas cuantas paginas mas adelante, y volvio a dejarla en el mismo sitio. Mama solia revisar cuanto avanzaba la lectura, y si el marcapaginas no se movia, empezaban los problemas. De acuerdo a su madre, la Sagrada Biblia y el crucifijo que habia colgado en la pared sobre su cama eran las dos unicas cosas que necesitaba para ser feliz. El resto de cosas que habia en la habitacion eran cosa de papa: la mesa de mimbre para las fiestas de te, con tapete de encaje, su bandeja de plata y sus tazas de porcelana, la mecedora a juego y el osito de peluche que habia sentado en el taburete acolchado de color azul junto al armario; la casa de munecas con los muebles en miniatura y sus munequitas; la maqueta de la granja de animales asomando desde la balda superior de la biblioteca, con aquellas caras que parecia que se iban a poner a cantar de un momento a otro; tres munecas de porcelana con vestidos de encaje en un cochecito de bebes, de esas que tenian ojos que se abrian y se cerraban. Y, por supuesto, la biblioteca llena de libros. Hubo un tiempo en que parecia que no habia cosa en el mundo que papa no fuera capaz de darle, hasta que leyo Blancanieves y le pidio un espejo. A veces, en mitad de la noche, cuando estaba segura de que todo el mundo estaba durmiendo y no habia mas que una oscura negrura al otro lado de la ventana, encendia la luz y estudiaba su reflejo en el cristal. Lo unico que veia era una mascara fantasmagorica y borrosa devolviendole la mirada, con los barrotes rizados serpenteando sobre su piel. Observaba aquel reflejo blanco detenidamente, se tocaba la frente, la nariz y las mejillas, intentando hallar lo grotesco, o el trozo que faltaba, pero todo parecia encajar a la perfeccion. Cuando le preguntaba a papa que habia de malo en ella, le decia que para el era muy hermosa y eso era lo unico que importaba. Pero ponia ojos comicos cuando lo decia, asi que no creia que dijera la verdad. Pobre de el si mama llegaba a enterarse alguna vez, porque su madre siempre decia que mentir era pecado. Por suerte para el, ella nunca le delataria. Papa le habia ensenado a leer y escribir, a hacer sumas y restas. Fue el quien decoro las paredes de su habitacion con el papel pintado rosa, y era el quien le traia vestidos y zapatos cuando los que tenia se le quedaban pequenos. Traia comida para Abby y dejaba que Lilly fuera a la otra parte del atico para que pudiera estirar las piernas. Una vez, hasta trajo un fonografo para ensenarle a bailar el charleston y el tango, pero ella se ahogo de cansancio y tuvieron que parar. Le encantaba la musica. Le suplico que dejara el fonografo en su habitacion pero tuvo que llevarselo de vuelta abajo, y es que si mama se hubiera llegado a enterar de que lo habia cogido, se habria puesto hecha una furia.

  • La mala hierba (EXITOS), Agustin Martinez de Agustin Martinez

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  • En los negocios y en el placer 2 de Carolina Gattini

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    Me llamo Robert Doyle, llevo un traje italiano a medida que me sienta como un guante y un reloj de oro en mi muneca. Me siento como si fuera un idiota, me siento como si fuera mi hermano, Jonathan Doyle. Todos me miran como si no pudieran creer que estoy aqui, en una enorme sala de reuniones donde los principales accionistas me estudian de arriba abajo, solo les falta el monoculo… Despues de pasar casi dos anos en Tailandia todo esto me parece una broma, o una pesadilla. Pero tengo que defender mi posicion en este mundo cruel donde los negocios son como la presa de un monton de tiburones. Soy un buscador de sensaciones, diagnosticado, he buceado en aguas llenas de tiburones de verdad, pero estas experiencias son demasiado peligrosas. Sinceramente no creo que este hecho para esto, para los negocios, pero no tengo mas remedio. Mi hermano se ha casado y ha decidido “cortarme el grifo”, por lo que ya no podre mantener mi vida tal cual la he conocido. El ha renunciado a seguir en Nueva York y ha dejado todo a mi cargo mientras se divierte con su querida esposa. Nunca he odiado a mi hermano, pero estoy experimentando ciertos sentimientos encontrados… Estas cosas no se le pueden hacer a alguien como yo, no estoy acostumbrado. Lo bueno de ser el hermano pequeno durante mucho tiempo es que nadie espera nada de ti, ese es el trato no escrito en el universo desde el origen de los tiempos. Ademas, no me gustan las responsabilidades, siempre he huido de ellas como de la peste. Tampoco me gusta que me miren todos como si fuera retrasado. A mi derecha tengo una panda de vejestorios que prefiero no describir, a mi izquierda se han sentado los “jovenes”, tal vez en otro universo sean jovenes, en este solo son “menos viejos”. Bueno, y no solo hay accionistas, tambien han venido acompanados de sus abogados, etc. Pero todos y cada uno tienen algo en comun, creen que soy un inutil. Una de las accionistas, en el lado de los vejestorios, me mira como si hubiera matado a uno de sus hijos. Me dan ganas de gritarle que no he cometido ningun crimen. Pero no me dejare intimidar, ni por ella ni por la cuatrojos con pinta de abogaducha reprimida sexualmente que hay sentada tras ella. Al lado de los “jovenes” hay otro especimen que me mira sonriendo, como si estuviera esperando que metiera la pata en cualquier momento. Yo no necesito esto, no lo quiero. Sera mejor que renuncie y llame a mi hermana. Ella se ocupara de estos idiotas. --Disculpen, tengo que hacer una llamada --me limito a decir mientras el poco agradecido publico cuchichea ante mi anuncio. Ya se que esperaban algo mas elocuente tras citarlos a todos con lo dificil que es. Me voy de la sala con toda la dignidad de la que soy capaz y cierro la puerta dejando escapar un suspiro mientras lo hago. --?Senor? --dice Francis, mi secretario. --Llama a mi hermana y citalos manana para que se reunan con ella, y les dices que estoy enfermo. --Su hermana tiene doce anos --me recuerda sin perder la calma, pero mirandome como si hubiera perdido la cabeza. --Si, pero saca muy buenas notas en el colegio, que por cierto es un buen colegio, habla cuatro lenguas perfectamente, y ademas en matematicas es la mejor de su clase, creo que es superdotada. Y lo mas importante: tiene mucho temple, clave para enfrentarse a ese grupo de ahi dentro. ?No crees? --No voy a responder a eso. --He dado una orden y tienes que cumplirla. --No estamos en el ejercito. Ademas, a mi me paga su hermano. --Pues entonces no me llames senor, que me creo que mando. Y tuteame. --?Bob? --Bob suena a perro. Robert esta mejor. --Pues entonces, Robert --remarca mi nombre con un tono agudo--, entra ahi y haz tu trabajo o lo perderemos todos --me ordena ahora levantandose de su silla tras la mesa y cambiando el tono amable por otro mas duro. Suspiro y cierro los ojos, tiene razon… Debo entrar ahi. Aun estoy decidiendome cuando la puerta de esa infernal sala se abre y aparece la cuatrojos que me miraba esperando que hiciera alguna estupidez, bueno, como me miraban todos, pero esta es mas repelente, me recuerda a una companera del colegio que creia saberlo todo. --Tengo una reunion dentro de una hora, ?va a tardar mucho? --me pregunta con una voz demasiado aguda incluso para aquella companera de colegio. --?Megan? --pruebo por si se trata de aquella nina, que ha crecido y ha llegado a mi vida de nuevo para amargarme la existencia en mi etapa adulta con su voz aguda. --No --se limita a responder antes de darse la vuelta frunciendo el ceno. Aun es mas repelente y fea cuando hace ese gesto de desprecio. Francis viene hasta mi y me da una palmadita en la espalda para infundirme valor. Vuelvo a entrar con pasos lentos pero aparentemente decididos y me coloco frente a la mesa, presidiendola en la cabecera. Tengo un monton de carpetas apiladas frente a mi que recuerdo que debia darselas a ellos. Un secretario a mi derecha y otra secretaria a mi izquierda esperan mi orden para entregarselas a cada uno de los accionistas minoritarios que rodean la mesa. Yo les hago un gesto afirmativo con la cabeza y las distribuyen. Tendria que haber hecho esto de las carpetas mucho antes, porque asi se habrian entretenido leyendo y no mirandome. Y ahora que lo pienso, podria haber puesto una pantalla con una proyeccion, asi habria desviado su atencion. Me lo apunto mentalmente para la proxima, aunque preferiria que no hubiera una proxima. --Parece correcto --dice uno del lado de los vejestorios, un abuelo canoso y con gafas de culo de vaso--. Pero el problema que yo veo, y creo que estamos todos de acuerdo en esta mesa, es que no nos fiamos de usted. --Me ofende --digo sobreactuando, colocando mi mano izquierda sobre mi pecho. Veo a la cuatrojos poner los ojos en blanco y a la vieja a su lado negar con la cabeza. --No hemos venido a perder el tiempo --dice otro en el lado de los “jovenes”, parece el tipico chulo de Wall street, no puede llevar mas gomina en la cabeza… --El problema es que tiene la mayoria de acciones --dice una mujer a su lado, esa no lleva gomina, lleva peluca, creo, porque ese pelo tan cardado no es normal. Y por fijarme en todas estas tonterias es por lo que jamas me dedique a los negocios como hizo mi hermano. --Estoy dispuesta a comprar las acciones y ocuparme yo mismo de la empresa --asegura el viejo de las gafas de vaso. --Ya quisiera yo, pero no puedo hacerlo, me temo que tendran que soportarme. Legalmente es como si estuvieramos casados. Nos tenemos que aguantar mutuamente. Se oye un murmullo que empieza a subir de tono. Luego se ponen a discutir unos con otros y yo me siento. La senora sentada con la cuatrojos se levanta para hacerse oir y por alguna razon que desconozco todos se callan. --Como segunda accionista, tengo una propuesta que hacer. Les cito manana a la misma hora. Y la tia se queda tan ancha, recoge su carpeta y se va, seguida de la gafotas. Bueno, y ?yo que hago? ?que pinto aqui? Decido concluir la reunion y todos asienten recogiendo sus cosas al igual que hago yo, un poco incomodo por la situacion. --Francis, ?quien es esa? El me mira frunciendo el ceno sin saber de quien hablo. --La vieja y la gafotas. --Son dos huesos duros, no me atreveria a llamarlas asi. Ni siquiera en privado. Capitulo 1. No, no me llego a acostumbrar a este estilo de vida, ni al trabajo. Levantarme a las 8 es un crimen, me niego. Que celebren esa reunion ellos solos, total yo no pinto nada alli. Me niego a levantarme de la cama, ?que va a pasar si no voy? Van a decidir lo que quieran ellos solos y encima nadie me toma en serio. Apago el despertador y sigo durmiendo. !Que mas da! Ya madrugue ayer y no tengo costumbre. En algun sitio lei que era malo para la salud cardiovascular madrugar tanto… Cuatro horas despues. El sonido insistente y exasperante del telefono me esta matando, estaba sonando con ese sonido y, cuando despierto, descubro que es real. Descuelgo al fin y oigo una voz masculina. --Senor, disculpe, es que hay una senorita que esta subiendo a su piso, no se como ha conseguido la llave, pero como me dijo que nadie le molestara jamas… Y que si a alguien se le ocurriera venir a visitarlo llamara a la policia… --?Y la has llamado? --pregunto bostezando. --No, senor, al tener la llave no podria llamar a la policia. --?Y como es la senorita? ?Esta buena? El conserje se queda en silencio unos segundos. --No creo estar autorizado para emitir un juicio asi, senor. Que hombre tan estricto, podria decirme que si o que no. Todo es tan raro aqui… No me gustan las ciudades. Me despido de el y cuelgo. Mientras estoy estirandome en la cama y bostezando de nuevo antes de decidirme a levantarme, una sombra aparece tras la puerta medio abierta de mi habitacion. Joder, me estoy acojonando. Agarro la manta de plumas y la llevo hasta la barbilla acostado aun en mi cama. Solo falta la musica de una pelicula de terror y creo que me cagaria literalmente encima. Cuando aparece tras la puerta esa mujer suelto un grito de puro horror y ella me mira enfadada acercandose hasta la cama y agarrando la manta para quitarmela de encima. --!No, por favor! --exclamo aterrorizado. Ella niega con la cabeza y yo trago saliva y agarro con mas fuerza la manta. --Estoy desnudo. Ella parece dudar mientras valora las posibilidades. --Te voy a explicar como seran las cosas a partir de ahora --amenaza soltando la manta, al fin debe haber decidido que era mejor no quitarmela y exponerse a la posibilidad de verme desnudo--. Me han nombrado tu administradora en la reunion a la que no has asistido. Tu empresa y mi empleo dependen de que te comportes como un ser humano normal, y yo tengo ordenes de que asi sea. Cada vez me da mas miedo esta mujer. Ahora entiendo por que el conserje no queria emitir un juicio de valor sobre la susodicha. Es la gafotas de la reunion, ahora me acuerdo de ella. Con esa voz aguda… Tan estridente a estas horas de la manana. No he pasado tanto miedo ni cuando estuve en una carcel turca un par de dias, prefiero no recordarlo, pero es que ha sido inevitable tras la imagen de esa mujer. Que ahora que lo pienso, me pregunto si es una mujer o un hombre delgado, aunque tiene el pelo largo, pero no por ello tiene que ser mujer, ?no? Bueno, tal vez me estoy pasando en su descripcion, pero es poquita cosa y muy poco femenina. --Levantate y vistete, te espero en el salon. Tienes cinco minutos --me ordena. ?Esta que se cree? Esta loca si cree que voy a obedecerla… Sin embargo no me da margen de respuesta, porque cuando se me ocurre una respuesta para ella, ya se ha ido. No tardo cinco minutos, tardo uno en ponerme los pantalones y una camisa y presentarme en el salon, donde me espera de pie con su maletin. --No pensaras ir asi a la oficina, ?verdad? --No pienso ir a la oficina, pero si quisiera ir, ?por que no podria ir asi? Ella me mira boquiabierta, creo que se ha quedado sin palabras, y yo sonrio al comprobarlo en su reaccion. Pero no, no se ha quedado sin palabras. --Pues para empezar es ridiculo lo que llevas puesto, esa camisa no tiene botones hasta el ombligo, por no hablar de los pantalones, que creo que es imposible que el ojo humano pueda apreciar mas variedad de colores, ademas de que la gente acabaria preguntandose hasta donde llegan tus partes nobles --dice ruborizandose al final. --Si alguien se preguntara eso se lo podria ensenar --aseguro sonriendo y sosteniendo mis “partes nobles” con la derecha. Creo que ya se su punto debil, parece muy dura, pero no es mas que una ninata que se ruboriza y llama “partes nobles” a mis partes nobles, pienso sonriente--. Ademas, nunca se sabe cuando sera necesario hacer yoga, o incluso cuando sera necesario ensenar hasta donde llega --digo volviendo a poner mi mano en mi entrepierna. --Pues ponte un traje y vamonos, porque no vas a hacer yoga. --Pues solo con verte ya me entran ganas de hacer yoga o algun tipo de metodo para relajarme. ?Te han dicho que eres insufrible alguna vez? --Nadie inteligente --sentencia--. Y ahora ponte algo con lo que te pueda sacar a la calle y no digas mas tonterias, tenemos trabajo que hacer. --Puedo hacer mi trabajo perfectamente sin ti, no acepto lo que se ha acordado en esa reunion. --Si hubieras estado sabrias que si no colaboras se liquidara todo y venderan las acciones, nadie da un centavo por esta empresa ahora mismo, bajo tu responsabilidad. No te queda mas remedio que aceptar mi intervencion o nadie querra hacer negocios con los Doyle. --Odio a mi hermano --me quejo como un nino con una rabieta. Empiezo a lanzar los cojines del sofa a todas partes porque no me puedo librar de esta pesada. Tengo que trabajar con ella por culpa de esos vejestorios y de mi hermano y yo nunca he querido trabajar, y menos con una repelente gafotas como ella. --?Has terminado? --pregunta ella sin moverse de donde ha estado todo el tiempo. Yo miro el sofa y localizo un pequeno cojin. --No --respondo agarrando el cojin y lanzandolo con furia al suelo--. Ahora si. La veo poner los ojos en blanco y negar con la cabeza. Tambien oigo que susurra algo para si cuando me doy la vuelta para hacer lo que me ha dicho. Ha conseguido que me ponga un traje, pero he elegido uno que bien seria digno de un gigolo. El traje es blanco y lo he acompanado de unas gafas de sol doradas. Vamos en su coche, se ha empenado en conducir ella alegando que no se fia de mi. Tambien me ha dicho que vendra a por mi cada manana. Tengo miedo de nuevo. --No pienso perder mi empleo, he trabajado mucho para que un ninato malcriado me arruine la vida. --!Pero si eres tu la que me la esta arruinando! --Llevas arruinandote tu solo desde que naciste. --No, llevo viviendo y siendo feliz desde entonces hasta esta manana, cuando has aparecido en mi habitacion como la nina de la maldicion. Todavia se me ponen los pelos de punta. Ella esta algo tensa, lo noto en que conduce un poco mas deprisa, y ahora tengo mas miedo que antes. --Me daria verguenza ser como tu --dice en un tono bajo, como si hablara para ella misma. --Deberias de refunfunar menos. ?No tienes un novio que te eche un polvo para que te tranquilices? --Esa es la tipica respuesta machista que diria un idiota. --Imaginaba que no tendrias novio… --digo mirando por la ventanilla. --Tu tampoco tienes novia. Y no me extrana… --Pero lo mio es por decision propia, lo tuyo viene impuesto… Solo hay que verte --le espeto con voz burlona negando con la cabeza. La oigo resoplar y acelera al mismo tiempo. Creo que hasta que deje de conducir voy a dejar de burlarme de ella, no vaya a ser que nos matemos. Cuando lleguemos al edificio Doyle seguire…

  • Tumba de Dioses de Jay Kristoff

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    Mia Corvere ha encontrado su lugar en la Iglesia Roja, la famosa escuela de asesinos. La joven se halla entre los elegidos de la Senora del Bendito Asesinato, aunque muchos creen que no lo merece.

  • El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza

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    Las enigmaticas desapariciones de ninas del colegio de las madres lazaristas de San Gervasio son el punto de inicio de la aventura indagatoria que tiene como protagonista a un cliente del manicomio, quien, obligado a convertirse en investigador, se vera envuelto en toda clase de percances de los que lograra salir llevando a cabo su cometido y descubriendo una intrincada farsa de gente pudiente. Aparentemente nivelada y lisa, la escritura de Mendoza constituye un esplendido ejemplo de investigacion literaria personal, ajena a todo mimetismo, que ahonda en las posibilidades de volver del reves, sin infringirlas a primera vista, las posibilidades del relato tradicional, e indagar asi, como un buen detective, o como un personaje de Henry James en el dibujo que se nos muestra al dorso del tapiz de la trama. Una farsa burlesca y una satira moral y social que tiene sus raices ultimas en la picaresca y en el modelo cervantino.

  • Fernandez mata a Fernandez de Federico Jeanmaire

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    “Fernandez mata a Fernandez” es el titulo de la noticia que atrapa a un experiodista de policiales. Luego de leerla en la pagina de un diario sospecha que no se trata de un accidente e inicia una investigacion personal que lo lleva hasta el lugar de los hechos. Una anciana que alimenta a las palomas, un portero gay obsesionado con la limpieza de las veredas, un jubilado comunista, el director de un diario manipulador, una jueza corrupta y un periodista retirado corto de entendimiento, todos de apellido Fernandez, son los protagonistas que hacen oir sus voces en esta novela, en la que cada uno defiende su punto de vista como si en ello se les fuera la vida o, mejor, como si verdad y conveniencia constituyeran sinonimos. Federico Jeanmaire despliega una serie de personajes que configuran la particular trama social de la ciudad. Un policial entretenido e inteligente, en donde el lector no puede dejar de reir al tiempo que tampoco puede dejar de reflexionar acerca de aquello de lo que se esta riendo. Una historia de las que solo suceden en la Argentina, en la que los vicios parecen igualar a particulares y poderosos, revelando que, de algun modo, “todos somos Fernandez”.

  • Diabolica de S.j. Kincaid

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    Una diabolica es implacable.
    Una diabolica es letal.
    Una diabolica tiene un solo fin:
    matar para proteger a su dueno.

  • El amor y el deber de Cat Schield

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  • Empezar de nuevo de Soledad Simond

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    Soledad Simond cuenta como supero un divorcio que la dejo lastimada y en un mar de luto: “Tarde tiempo en entender que ese inevitable quiebre, que me partia al medio, era una bendicion. Pero en ese momento lo vivia mas bien como una maldicion. No habia manera de que en esta cabeza completamente lineal y logica entrara el misterio de la evolucion”.

  • Las Mascaras de Porcelana 1 de Ruben Falgueras Pradas

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    Andrea Harris es una prometedora policia de Nueva York, trasladada a Espana cumpliendo una nueva legislacion que aboga por la globalizacion de los cuerpos de seguridad mundiales. En su primer dia de estancia conocera a su nuevo companero, Nabar Balder, un detective fuera de la ley cuyos metodos son muy cuestionados. El aviso de un macabro asesinato hallado en La Sagrada Familia de Barcelona dara comienzo a una investigacion en la que nada sera lo que parece. Ruben Falgueras Pradas nos trae en su primera novela un cocktail lleno de intriga y asesinatos, a caballo entre Barcelona, Granada y Madrid

  • Un asunto demasiado familiar de Rosa Ribas

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    La agencia de detectives de Mateo Hernandez tiene su sede en una centrica calle del popular barrio barcelones de Sant Andreu. Alli, junto a Mateo, trabajan sus hijos Marc y Amalia, y un asistente, Ayala, encargado de los trabajos mas sucios. A veces, ademas, colabora de una forma peculiar Lola, la mujer de Mateo, cuyas intuiciones sobre los casos suelen ser desconcertantemente certeras. Hasta hace unos meses tambien formaba parte del equipo Nora, la hija mayor del matrimonio, pero en la actualidad se encuentra en paradero desconocido; una preocupacion que, como un silencioso cancer, esta erosionando la convivencia de la familia. y de la empresa.

  • El ultimo gran unicornio de Clara Tahoces

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    Un cuento que narra el despertar de un unicornio en un mundo totalmente desconocido. Toma la decision de buscar a su madre recorriendo un camino real y, al mismo tiempo, de superacion y autoconimiento. En su viaje encuentra personajes que le regalan pildoras informativas que le ayudaran a seguir adelante, cambiar estereotipos, afrontar acontecimientos, cometer errores y aprender de ellos, transformar sus sentimientos negativos en perdon... en definitiva, a madurar. Al final aprendera, que el camino, la vida, es tan importante como la meta.

  • O calle para siempre de J. M. Guelbenzu

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    Un mensaje anonimo enviado al parroco que ha de oficiar una boda de postin y el asesinato de un chantajista de medio pelo en mitad de la ceremonia, involucrara a la juez Mariana de Marco y a su pareja, el periodista Javier Goitia, que asistian como invitados. Mariana esta convencida de que alguien de una de las familias de los contrayentes trato de impedir la boda, y que otro de los asistentes fue el asesino del maleante contratado para sabotearla.

  • El algoritmo del amor de Diana Al Azem

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    Raquel es una chica desafortunada en el amor. Sus anteriores relaciones no le han durado demasiado y ha perdido la ilusion por encontrar a un hombre que la haga feliz. Sin embargo, este ano, en su nuevo trabajo, Raquel conocera a alguien siete anos menor que ella; un chico enigmatico que es adorado por muchas y deseado por otras. Raquel comenzara a sentir ciertos sentimientos por el joven que le haran dudar sobre su posicion en el trabajo, pues si esa relacion saliera a la luz, podria incluso perder su empleo. El problema es que el no tiene miedo a demostrar sus deseos hacia ella y sera muy persuasivo. ?Sera Raquel capaz de contener sus sentimientos?

  • Chica Dura de Elena Romero

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    Angela no es una mujer cualquiera.
    Es una boxeadora profesional.
    Y muy prometedora.
    Hasta que necesito dinero. Mucho.

  • Lo que no esperaba de Christian Martins

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    Violeta Bairina es la fundadora de "Amour et vie", la famosa revista a la que ha dedicado toda su vida. Sale con Fernando, el mayorista principal de su revista y tiene una familia..., muy peculiar. Violeta cree que la felicidad radica en el exito, que el amor puede existir de muchas formas diferentes y que la familia no siempre es tan importante como uno piensa. Pero muchas veces la vida es capaz de sorprender incluso al mas esceptico de todos.
    ?Te apetece sumergirte en la revista de Violeta?