• si yo te contara letra carlos macias - Mayte Pascual

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    Voy a vomitar, voy a vomitar, voy a vomitar...>>. --?Te encuentras bien, Nel? Alejo me saca de mis ensonaciones desquiciadas. Trago saliva e intento enfocarlo con un gesto de fingida profesionalidad. --???Yooo??? Perfectamente. --Vale. Lo que tu digas. --?Han llegado ya? --Aun no, pero no te preocupes. He hablado con Pedro y nos avisara cuando entren. <>. Alejo adivina mis pensamientos. --El guardia de seguridad, Pedro. --Perfecto. Avisame, por favor. En cuanto Alejo sale de mi despacho, me hundo en la silla. Estoy en un tris de meterme debajo de la mesa y no hacer acto de presencia hasta manana, pero estoy decidida a mantener el tipo como pueda. Rebusco en el primer cajon de la mesa y encuentro las pastillas que compre el ano pasado cuando tenia una gripe horrible que deberia haber pasado en cama. No hay ni rastro del ibuprofeno, asi que tendran que servir. Me tomo dos con un trago de Coca-Cola helada y noto cada una de las burbujas como cristales clavandose en mi garganta. No habia otro dia. No habia dias en la semana, en el mes, en el ano. Solo podia ser el dia despues de la cena de Navidad de la empresa el elegido por los socios del bufete para convocarnos a una reunion de grupo y tratar los objetivos del proximo ano. --!Ya estan aqui! !Estan en el ascensor! Alejo entra como un loco en el despacho y estoy a punto de tirarme toda la CocaCola encima. --!!Joderrrrr!! --Lo siento, lo siento, lo siento... --Se acerca a mi como una moto y comienza a revisarme el jersey que, como no, hoy he decidido que sea blanco--. No, no hay ni gota, no te preocupes. --Me observa frunciendo el ceno--. ?Seguro que estas bien? --Mira, Alejo, carino... --Intento hablar calmadamente y no perder los nervios--. Si vuelves a preguntarme eso, te juro que el que no estara bien seras tu. --Vale, vale, estas genial, lo pillo. --Alejo resopla y su flequillo se mueve teatralmente--. Espero que estes tan genial con los jefes y no con esa mala leche que te gastas, hija. --No te preocupes. Igual cuando acabe la reunion no me tienes que aguantar mas y me voy a mi casita a vivir del Estado... --Dices unas tonterias, nena... Justo cuando Alejo esta haciendo el mono en medio del despacho, la puerta se abre sin avisar. --Buenos dias, Penelope. --Marcos nos mira sin mostrar ninguna expresion. Echa un vistazo a mi companero y lo saluda con un gesto casi imperceptible--. Alejo. Cuando querais pasamos a la sala de juntas. --Claro que si, ahora mismo vamos. --Cojo todos los documentos que tenia preparados y voy hacia la puerta, aprovechando el camino para darle un empujon a Alejo, que se ha quedado petrificado. Me encantaria arrancarle la cabeza ahi mismo, pero me limito a lanzarle una mirada de grado diez, que recibe con gesto de panico. Correteamos por el pasillo detras de Marcos como sus perritos falderos y entramos en la sala de juntas los ultimos. Como no. --Buenos dias a todos. --Marcos espera a que Alejo y yo estemos sentados mientras los demas nos miran disimuladamente. Y yo me siento la mas gilipollas del mundo. Se positivamente que es muy probable que tenga los mismos coloretes que Heidi--. En primer lugar, nos queremos disculpar por no haber podido asistir anoche a la cena anual, pero acabamos de volver de Bruselas. Miro a Jacques y a Beltran, pero los dos tienen la misma expresion que Marcos: ninguna. No se si va con el puesto o si cuando tienes tanta pasta te da un aire y te conviertes en un muneco de cera, pero jamas he visto tres caras tan inexpresivas. --Por otro lado, hemos estado analizando todos los expedientes de este ano y, aunque no podemos negar que los resultados han sido muy buenos, queremos que los proximos doce meses sean, cuanto menos, excelentes. No puedo evitar mirar de reojo a Maria, que no hace mas que carraspear y tomar sorbos de su botella de agua. A pesar de sus cincuenta y cuatro anos, anoche se quedo con los mas jovenes hasta que no quedo ninguno. Juraria que la ultima vez que la tenia localizada estaba bailando una cancion de JLo con una pajita como microfono. Cuando nuestras miradas se cruzan, no hace falta nada mas. Ya es oficial. Somos dos miembros exclusivos del selecto club de la resaca. --Omar, Maria, Penelope. Nos gustaria hablar con vosotros cuando acabemos la reunion. Nos miramos con cara de terror. Ya esta. Se acabo. Manana mismo empiezo a actualizar el curriculo y a buscar trabajo. O quiza podria montarme mi propio bufete en casa, organizarme a mi ritmo, ir a clases de yoga y darme un tiempo para mi... --Penelope... --!Si! --Estoy a punto de saltar de la silla. Alejo me da en la espinilla con el tacon de su zapato y veo las estrellas. --?Has traido la sentencia Franklin? --Por supuesto. --Me levanto con paso vacilante y se la entrego. Por un momento, creo atisbar en su rostro de cera un gesto burlon que apenas dura un microsegundo. --Gracias. Debo felicitarte por este caso en concreto. Fue un exito rotundo. Sonrio discretamente, sintiendo que todo el mundo me esta mirando. --Muchas gracias, Marcos. Ha sido uno de los casos mas interesantes de mi carrera. Alejo se atraganta intentando aguantar la risa, y anoto mentalmente asesinarlo en cuanto estemos fuera de la reunion. --Por nuestra parte, no hay mucho mas que decir. Unicamente felicitaros las fiestas y desearos un feliz Ano Nuevo, ya que no se aun si tendremos oportunidad de vernos antes. --Igualmente --soltamos al unisono, como alumnos bien educados respondiendo al profesor. En cuanto ellos tres se levantan, todo el mundo sale por la puerta lo mas rapido que puede. Alejo me aprieta el hombro dandome animos y sale el ultimo, cerrando la puerta a su paso. --Bien, chicos. --Siento la tension en el aire y no es solo la mia--. Nos gustaria aprovechar la ocasion de nuestra visita para hablar con vosotros seriamente. Oigo una exclamacion ahogada. Omar se sujeta la cabeza con las dos manos y se que esta a punto de darle un infarto. En eso, Maria y yo tenemos cierta ventaja: nos sentimos tan mal fisicamente que este varapalo no nos hara tanto dano. --Nos gustaria agradeceros los anos y el esfuerzo que habeis dedicado a esta empresa... --Si, blablabla, blablabla, blablabla... Ya esta: se acabo. Vamonos a casita--... Y ofreceros puestos de mayor responsabilidad, que en un futuro muy cercano derive en ser socios de la empresa. <>. Los tres nos quedamos congelados, sin habla y absolutamente anonadados. --?Que habiais pensado? --consigo articular intentando romper el hielo. --Bueno, lo tenemos bastante claro: Maria, laboral; Omar, penal, y tu, el resto, Penelope, con especial interes en tema fiscal. Vaya por Dios. Me acaba de caer el marron mas grande de toda mi carrera profesional. Ahora mismo, el despido no sonaba tan feo. --Por supuesto, iria acompanado de una subida sustancial del sueldo. --Cuenta conmigo. --Se que Maria esta emocionada. Es la mejor abogada laboralista que conozco y va a disfrutar de lo lindo con este trabajo. --Yo acepto encantado, por supuesto. --?Penelope? --Claro, claro que si. --Aun estoy algo abrumada. Y aun tengo ganas de salir corriendo al bano y vomitar--. Estare encantada. Marcos echa hacia atras la silla y se levanta a camara lenta. --Solo queria pediros un poco de discrecion hasta que pasen estas fechas y podamos daros esos puestos de manera oficial. --No hay problema. --Bien, chicos, buen trabajo, a por ellos. Cuando estamos saliendo, aun absorta en la decision que he tomado, Marcos me detiene

  • Letra de la canción Si Yo Te Contará - Carlos Macias

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  • Letra de SI YO TE CONTARA de Carlos Macias - Musica.com

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    Letra Si yo te contara ... las veces que soñado con tenerte. ... el tiempo que pasamos no me basta. ... el corazón. ... salvar estas caricias que se mueren en mi piel.

  • Letra de Si yo te contara - Carlos Macias

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    17 sept 2015 — Carlos Macias Letra de Si yo te contara: Si he aceptado lo que me das, / no es porque este coforme con eso, / s...

  • Letra de Si Yo Te Contara de Carlos Macias | Musixmatch

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    10 sept 2021 — Letra de Si Yo Te Contara de Carlos Macias. Si he aceptado lo que me das No es porque esté conforme con eso Sino que no puedo pedirte ...

  • Letra de Si Yo Te Contara - En Vivo de Carlos Macias

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    19 oct 2021 — Si yo te contara, si tu alma escuchara, las veces que he soñado con tenerte. Si tu imaginaras que estando contigo, el tiempo que pasamos, ...

  • Si Yo Te Contara de Carlos Macías en Amazon Music

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  • Aló Deportes | Aló San Luis | Page 22

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    Pero mientras eso sucede te dejamos algunas canciones para la Friendzone. “Algo Contigo” Andrés Calamaro. “Si yo te contara” Carlos Macias ...

  • Noticias - Feria del Libro de Las Palmas

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    Los tres ciclos programados (Tinta en Malva; Arcoíris; y Letras africanas) se ... mientras entre los escritores canarios arrasan Coralia Quintana y Carlos ...

  • El que faltaba de Mayte Pascual

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    La clase entera exploto de risa ante sus narices. El senor Wright se acerco a la tarima y, tras unos momentos que aprovecho para limpiar sus gafas y crear misterio, la miro sonrio con el desprecio que lo caracterizaba. --Perfecto, senorita, no dudo que si sigue asi, tendremos un futuro premio Nobel entre nosotros. De novela rosa, por supuesto. La clase al completo volvio a reir. Ella los miro desafiante, y todos disimularon, sin poder evitar alguna sonrisa burlona. Todos menos Caleb, que solto una carcajada y la examino con descaro, guinandole un ojo. Entonces, y a la tierna edad de doce anos, Cloe lo entendio todo. Lo habia leido en muchas novelas, e incluso su padre hablaba de ello con su madre en la cocina mientras preparaban la cena. En la vida de toda persona se cruzaba un tonto de remate, un idiota que entorpecia tus planes y al que debias recordar toda tu vida, para aprender a reconocer a los de su especie y no volver a tener la mala suerte de cruzarse con ninguno. Caleb era un especimen unico en aquel campo. Era el cretino mayor del reino, de esos de libro. Vamos, un completo imbecil. Y aquel dia, como si nada, entendio que lo recordaria siempre. I Las siete de la manana no es buena hora para escribir a nadie, y menos aun aquel tipo de mensaje, lleno de emoticonos histericos y letras en mayuscula. ALICE: ?TIENES TODO PREPARADO? !HOY ES EL GRAN DIA!!!!!!!!!!!! Estoy a punto de contestar una serie de improperios por los que mi madre sin duda me desheredaria, pero por una vez me contengo. El simple hecho de contestar cualquier cosa desembocara en un sinfin de mensajes y en la creacion de un grupo llamado Chupi Pandi o algo similar, con miles de whatsapp mas acerca de una conversacion estupida. Y es mas, muchisimo mas de lo que puedo soportar a estas horas. Ya es suficiente con el planazo que me han preparado. Un fin de semana largo. Tres puneteros dias en los que habria podido estar en cualquier parte menos en aquella reunion. Pero ya no hay forma de escapar. Me estiro, sintiendo como todos los musculos de mi cuerpo se elongan al hacerlo. Cuento hasta diez, intento visualizar una imagen de paz y salgo de la cama, de mi maravilloso y seguro refugio. Solo setenta y dos horas. Bueno, quizas unas pocas mas, pero despues de eso habre cumplido, podre volver a mi estresante vida y olvidar estos dias para siempre. Solo eso. No es para tanto, vamos. Media hora, tres cafes y cinco cigarros despues estoy histerica perdida. Moira me llama para ultimar algunos asuntos de los que se ocupara esa tarde, pero, como temia, tambien quiere tranquilizarme y darme animos. --Animate, mujer. Eres Chloe D'Valliere, !!por favor!! Nos reiremos juntas de todo esto el lunes, ya veras. A lo mejor hasta podrias escribir sobre la experiencia en tu blog. No. Rotundamente no. Es Cloe la que ira a este fin de semana, en categoria de amiga de toda la vida. Chloe D'Valliere, sencillamente, no hace algo asi. Ella vive en un mundo paralelo, ajena a cosas como aquellas, tan mundanas y pasadas de moda. Cloe no es Ms D'Valliere, y D'Valliere no querria nunca verse en una como la de Cloe. Alice vuelve a escribir, ignorando mi silencio, esta vez, mas en su estilo. ALICE: !!No se os ocurra llegar tarde!!!YO YA HE SALIDO! Miro a mi alrededor, sumida en la desesperacion mas absoluta. Tengo el pelo empapado, la maleta a medio hacer y unas ganas locas de desaparecer del mapa. ?Que se le habra ocurrido a Alice? Es imposible saberlo. Sin pensarlo mas, meto en la maleta un variado repertorio de camisetas, vaqueros y ropa interior y un vestido de coctel que, aunque no me haga mucha gracia pensar, se que necesitare. Sofia llama al timbre a las diez y cuarto, cuando yo ya he pasado por la negacion, el nerviosismo, el enfado mas absoluto y la pena por mi misma. --!Cloe! !Estas fantastica! --Sofia entra en el piso mirando todo, sorprendida. -- Es precioso, en serio... !Que luz! --Gracias, lo elegi precisamente por eso. --!Que maravilla! Todo tan ordenado, tan limpio, tan minimalista... La miro consternada, localizando de reojo el monton de papeles que hacen desaparecer la mesa de cristal, el ordenador aun encendido y los cargadores que asoman por todos los enchufes. Sofia me lee el pensamiento y sonrie. --Entiendeme, con dos ninos y un marido que no hace ni el huevo en casa, las cosas se me van de las manos. Es tranquilizante ver que aun existen pisos de adultos, donde no hay juguetes esparcidos por el suelo y dedos pegajosos en todos los cristales. --Todo tiene sus inconvenientes. Despues de dos dias aqui, te aseguro que no podrias soportar mis montanas de papeles. Que sepas que he recogido en tu honor. Me voy hacia la habitacion, haciendo senas a Sofia para que me siga. --?Ya tienes todo preparado? --Hace una mueca, mirando la gran maleta--. Lo mismo tienes que meter algun modelito mas... --Me empuja carinosamente, burlandose de mi. --Pufff... Ya, lo se, pero es que no tengo ni idea de que llevar... --A ver... --Revuelve las prendas de la maleta, contabilizandolas--. Unos vaqueros, dos camisetas, no, perdon, !diez!, un pijama, calcetines, un modelito, no, dos, para las noches... ?Y la ropa interior? Ah, aqui... Vaya, vaya... --Saca un sujetador negro de encaje transparente...--. Pero ?que...? --Descubre una caja de preservativos que no me ha dado tiempo a esconder--. ?Y esto? De repente me siento como una nina pequena. --Soy una mujer soltera, ?recuerdas? --digo, encogiendome de hombros. Sofia suspira. --?Esto es por Aiden? Comienzo a meter todo de nuevo en la maleta sin contestarle. --Venga ya, Cloe, te conozco desde los cuatro anos. ?Me quieres decir que locura se te ha ocurrido ahora? Me siento en la cama, manoseando la delicada lenceria. --?Que que pasa? Mira a tu alrededor, Sofia: tengo una casa preciosa, con mucha luz, un monton de espacio y un vestidor para mi sola... Y ningun juguete por en medio... ?tu que crees? --?En serio? --Sofia se agacha y me coge la cara con las manos para asegurarse de que la miro fijamente--. ?Quieres tener un hijo? No puedo aguantar la risa y suelto una carcajada ante la mirada atonita de Sofia. --No, Sofia, no, al menos de momento. Pero no estaria mal poder practicar de vez en cuando. Desde que volvi de Londres... No es que me sienta sola, pero imagino que me falta algo. Me acostumbre a Chris, y aunque eramos mas amigos que otra cosa, echo de menos acostarme con alguien, salir de vez en cuando... Bueno, ya sabes... Sofia vuelve a mirar el sujetador. --?En serio que no tiene que ver con Aiden? --Pues no se, no tengo ni idea. --Cierro la maleta, ignorando el hecho de que seguramente me olvido de algo--. Si te digo que no me importaria... ?te molestaria mucho? Sofia va hacia la puerta, mirandome pensativa. --?Un polvo? --Sonrie maliciosamente--. No, en absoluto. Algo mas haria que te arrancara la cabeza. Recuerdalo.

  • Como hacer un coche de Adrian Newey

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    En este emocionante libro descubriremos de manera exhaustiva, fascinante y extraordinariamente entretenida como funciona un coche de carreras, mientras recorremos la trayectoria de Adrian Newey, el mas grande disenador de automoviles de la historia, desde sus comienzos en la IndyCar hasta alcanzar un exito inigualado en la Formula 1 disenando coches para pilotos como Mario Andretti, Nigel Mansell, Alain Prost, Mika Hakkinen, Mark Webber o Sebastian Vettel entre otros, siempre con un objetivo inquebrantable: conseguir el coche mas rapido.

  • Menina del Louvre de Mavi Tome

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    Intrigas palaciegas, luchas de espada y romance en la Corte de Luis XIII.

  • Un jefe muy Satisfayer de Dylan Martins

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    Sara esta decidida a quedarse con una buena porcion de la suculenta tarta que supone la venta de las bodegas de su abuelo, un hombre de negocios que siente autentica devocion por ella. Asi las cosas, obliga al comprador a firmar un contrato blindado con su nieta, que le asegura una posicion economica desahogada de por vida.

  • Toda la verdad de mis mentiras de Elisabet Benavent

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    ?Puede mantenerse una amistad a pesar de las mentiras?

  • Amor, Sexo, Repetir de

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  • La Ley Antigua de Alexander Rhode

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    La vida de Guillermo, un nino de diez anos, cambia por completo cuando presencia como una vecina suya de toda la vida se quita la vida en un lugar publico.
    Todo se agrava cuando, apenas unos dias despues, muere otra persona en circunstancias similares.

  • La gran huelga general de Sergio Galvez Biesca

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    El 14 de diciembre de 1988 Espana se paralizo: calles desiertas, sin transportes publicos ni practicamente coches; empresas, fabricas y pequenos comercios, cerrados; cines y teatros, clausurados; la carta de ajuste en la television. Alrededor de ocho millones de personas, en torno al 90 por 100 de la poblacion ocupada, secundo una huelga general que quedaria en la memoria colectiva como la ultima, unica y gran victoria de los sindicatos y los trabajadores contra las politicas liberales de los sucesivos gobiernos de la democracia. Pero ?realmente fue asi?, ?fue una autentica victoria sindical?, ?consiguio la huelga cambiar la politica economica del PSOE o provocar un giro social en el Gobierno?

  • Suplicando Problemas (Blackish Masters 3) de Nisha Scail

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    Faith Valentine tan solo buscaba respuestas. El que las encontrase en lugares poco recomendables, que la conducian a incomodas equivocaciones, no era culpa suya. Sin embargo, Dain pensaba que si. El estaba convencido que su sola presencia generaba problemas y que la unica manera de ponerle freno era manteniendola vigilada. Tener a ese hombre cerca no podia ser bueno para la salud, especialmente porque su atractivo, amabilidad y seductora presencia le hacia muy dificil el ignorarle.
    Hacerse el heroe no entraba en los planes de Dain Ratcliffe, pero cuando vio que maltrataban a una mujer no pudo quedarse cruzado de brazos. Si alguien le hubiese dicho que una buena accion lo mandaria al hospital y terminaria uniendole a una mujer cuyo segundo nombre era problemas, se lo habria pensado dos veces. Pero Faith resulto ser demasiado timida, calida y dulce para ser ignorada por su vena protectora, un verdadero iman para el desastre.

  • La luces y sombras de Lucifer de Charlotte Bennet

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    Alexander Crawford, alias "Lucifer", sabe que he descubierto su juego de seduccion asi como todas sus mentiras. Es por ello por lo que decido romper cualquier clase de vinculo con el. Algo que el arrogante multimillonario no encaja nada bien. De ahi que insista en que nos veamos, aunque yo solo aspiro a encauzar mi vida, y, simplemente, olvidar lo sucedido. Pero el caracter indomable, impulsivo, y autoritario del enemigo no facilita mucho las cosas, sino que las empeora, y tanto que Linus cree que debo de tomarme la revancha por todo el dano que me ha hecho, aunque...?hasta donde estaba dispuesta a llegar yo con tal de darle un escarmiento a Lucifer? ?Como encajara este mi repentina amistad con Dylan Caine? ?Permitira Natasha una relacion entre su hijo y yo? Y sobre todo, ?quienes son los Crawford, y que secretos esconden, ahora que nada es lo que parece?... No dejaba de ser una situacion, cada vez, mas complicada y compleja en la que tenia todas las de perder, o eso pensaba yo... ” LAS LUCES Y SOMBRAS DE LUCIFER” es la esperada continuacion de “EL OSCURO JUEGO DE LUCIFER”, una trilogia erotica con tintes de intriga en la que nada es lo que parece.

  • La cabana de Natasha Preston

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    Un fin de semana de juerga en una cabana remota es justamente lo que Mackenzie necesita. Quiere divertirse a tope con sus amigos, lejos de los padres y las obligaciones. Pero tras una noche loca dos de ellos mueren. asesinados.
    Sin signos de que la puerta haya sido forzada y ningun rastro de forcejeo, las sospechas recaen sobre el grupo de amigos.
    Entre ellos solo hay un asesino. Pero ninguno es inocente.

  • La isla olvidada de Jose Garrido Mendoza

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    El silencio del bosque nocturno se quiebra al aparecer una figura humana que emerge desde la oscura espesura. El individuo camina rapido, aunque de forma algo torpe. La fiereza que su aspecto le confiere: con una larga barba negra, manos curtidas, ojos de color azabache y un cuerpo fornido a causa del duro trabajo, es solo comparable a lo penoso de su vision. Paso a paso, se acerca al agua y un rayo de luna permite que su rostro pueda verse con mas claridad. Lo tiene cubierto de un liquido rojo y tambien el torso, en el que se adivina una herida que no para de sangrar. Los atavicos ropajes que porta, elaborados a base de pieles de animales, los lleva sucios y raidos. En su mano derecha, carga lo que parece ser una extremidad humana, un brazo. Es de uno de sus enemigos; se lo ha arrancado del tronco, minutos antes, en lo profundo del bosque. Todos en el poblado dormian placidamente cuando el ataque comenzo. Pensaba que, al vivir en una isla, estarian a salvo. Nada mas lejos de la realidad. Llevado por el mas puro instinto de supervivencia, se incorporo, azorado, al oir los primeros gritos. No tuvo tiempo de alcanzar ningun arma ni nada con lo que defenderse, asi que hizo lo propio con sus manos. Encontro al primero justo al abandonar su choza y se enzarzo en una dura pelea con el. Mientras lo hacia, pudo ver como otros dos mataban a su mujer y a su hija, y prendian fuego a su hogar. No pudo hacer nada para evitarlo, ya que su contrincante no le permitia acudir en su ayuda. La rabia que le confirio ser cruel espectador de la escena le permitio acabar con su oponente, metiendo sus dedos pulgares en los ojos de este y dejandolo ciego entre agudos gritos de dolor. Los que habian acabado con su familia se percataron de su presencia y corrieron hasta el. En solo unos segundos, tuvo tiempo de ojear lo que ocurria en el poblado. Sus conocidos morian a su alrededor. Ya todo estaba perdido, incluida su familia, asi que echo a correr hacia el bosque, perseguido por los dos hombres que le habian arrebatado su mundo. Detuvo su carrera, al ser consciente de que le estaban dando caza. Con un rapido movimiento, paro la embestida del primero, alzando sus brazos para contener el arma de su enemigo. Acto seguido, le propino un cabezazo y le arrebato el arma. Con ella, le abrio la cabeza de un golpe seco que hizo que sus musculos temblasen al romperle el craneo. En ese preciso instante, sintio un dolor agudo en su costado derecho: el otro asaltante habia clavado su rudimentario cuchillo alli, sirviendose de la ventaja que le proporcionaba la superioridad numerica. Agarro a su enemigo por el brazo con el que sostenia el arma, impidiendo que este pudiese sacarlo de sus entranas. En su otra mano, aun sostenia el arma roma con la que habia acabado con la vida del otro salteador y golpeo la extremidad enemiga que sostenia el cuchillo una y otra vez, con fuerza, hasta que se la arranco del tronco. Su adversario cayo al suelo de rodillas mientras la sangre le brotaba del tronco como si de una fuente se tratase. Girandose sobre si mismo, volvio a golpearle, esta vez en la cabeza, acabando con los restos de vida que aun quedaban en su cuerpo. Tiro al suelo el arma para usar esa mano para sacar el cuchillo clavado en sus entranas y lo hizo sin proferir ni un solo grito. Segundos despues, seco el sudor de su frente con la misma mano, permitiendo asi que se mezclase con la sangre que la manchaba. Respiraba con dificultad a causa del esfuerzo y las heridas, y su mente se habia extraviado en un extrano sendero lejano, debido a todo lo que sus ojos habian presenciado. Desde su posicion, podia ver el resplandor que emitia en el cielo el que habia sido su poblado, ahora en llamas. Sin saber por que, camino bajo las copas de los arboles y las estrellas del cielo en direccion opuesta a las llamas. En pocos minutos, dejo atras el bosque, llegando a la orilla de una de las playas de la isla. Cada vez le costaba mas respirar y sentia un fuerte dolor que le oprimia el pecho. Se acerco al agua y, cuando sus pies la tocaron, el tacto con el liquido frio le devolvio al mundo de nuevo. Observo que, en su mano derecha, portaba el brazo de su enemigo y lo lanzo lo mas lejos que pudo con un espasmo de repulsion. Despues, se arrodillo en el agua, la cual brillaba de una forma extrana a causa de los rayos de luna. En ese instante, pudo ver su rostro reflejado en ella y le parecio muy diferente a la imagen que guardaba de el en su mente. Limpio la sangre que lo cubria, ayudandose con el agua salada, y volvio a intentar llenar sus pulmones con el aire nocturno. Ya casi no podia hacerlo. La vida se le escapaba por el agujero de su costado a un ritmo acelerado. A su mente acudio el ultimo recuerdo de su mujer y de su hija, haciendo que las lagrimas resbalasen por sus mejillas. La incomprension entre la que navegaban sus pensamientos era total. ?Cual era la causa de toda aquella barbarie? Sin tiempo para mas, se desplomo sobre el agua de bruces y fue ahogandose lentamente, con fuertes espasmos que sacudian su maltrecho cuerpo cada vez que intentaba respirar bajo el agua, hasta que la vida lo abandono por completo y dejo de moverse. Su ser, ya sin vida, fue alejandose lentamente de la orilla, mecido por las suaves olas que llegaban hasta esta. Desaparecia en las negras aguas iluminadas por las estrellas mientras, a unos cientos de metros, el calor y el brillo del fuego asolaban la que habia sido su aldea. En el ultimo instante, el cuerpo se hundio para siempre, perdiendose en el olvido. I 1 Siglo VII a. C. La brisa primaveral acariciaba su rostro como si se tratase de la mano de una mujer, mientras su cuerpo se estremecia cuando imaginaba las aventuras que le aguardaban en su destino. El chico, moreno, de estatura media y algo enclenque, se apoyaba en el mastil del barco mientras observaba la orilla. En su mano derecha, sujetaba con fuerza el betilo [1] negro que Adama le habia regalado antes de partir. Ella lo habia visto caer del cielo, ardiendo, y penso que le protegeria en su travesia. Su madre y su hermana le habian despedido en el puerto de Tiro, con lagrimas en los ojos. El viaje habia sido largo. Contaban ya varios meses desde que diviso la costa de su amada ciudad por ultima vez. La travesia en el barco mercante estaba siendo bastante dura. Pocas veces se intento cubrir tanta distancia en un solo viaje. Las escalas en puertos amigos, tales como Cirene, Leptis, Cartago o Gadir, no resultaron demasiado provechosas. Su esperanza era el ultimo de los puertos fenicios, el que mas atraia a los hombres, uno en el que se daban cita una pletora de mercancias, entre las que destacaba la plata de los tartessos. Ahiram se habia enrolado en la panzuda nave mercante a causa de la muerte de su padre. El chico tan solo contaba diecinueve anos, pero en su ciudad eso era mas que suficiente para ser un hombre. Su padre habia fallecido en la mar, como buen marino fenicio, y ahora era el quien tendria que mantener a su familia, pero algo mas invadia su mente: la idea de conseguir riquezas en aquella lejana ciudad le daba fuerzas para seguir. En Tiro no dejo solo a su familia, tambien estaba ella, su amor, la mujer que nunca podria llegar a tener, aquella que ya habia poseido porque el deseo de dos jovenes podia estar muy contrapuesto a los intereses de sus progenitores: Adama, la mujer que amaba y por la que era amado, que, sin embargo, no podria ser suya jamas, al menos hasta que no regresase cargado de riquezas, cambiando asi su estatus social, siendo un buen pretendiente a los ojos del padre de la chica de la que estaba enamorado. El hippoi [2] navegaba, orgulloso, con su unica vela extendida ondeando al viento, sin necesidad de usar ninguno de sus dieciocho remos. Mas tarde, serian de ayuda. El puerto de Onoba [3] era famoso por la gran cantidad de canales circundantes que llevaban hacia asentamientos vecinos. Si tenian suerte, al llegar a su destino, podrian cambiar las anforas de aceite que consiguieron en Gadir [4] y algo del mejor atun que Ahiram jamas habia probado por la plata tartesica. Fue este el unico puerto en el que consiguieron cerrar un trato con el que el capitan de la nave se sintio medio complacido. Desde que abandonaron Gadir, navegaron bordeando la costa. Antes, habian pasado a traves de las columnas de Hercules, un lugar que el chico deseo ver desde que supo de su existencia. Contaban ya varios dias de navegacion en los que Ahiram habia podido observar desde la cubierta las hermosas playas que tenian enfrente, plagadas de animales que las pisaban en libertad: caballos, jabalies e, incluso, un extrano gato con aspecto felino y que el nunca habia visto antes. Fue este, sin duda, el animal que mas le sorprendio. Estaba claro que esta era una tierra diferente a su hogar, pero hermosa y salvaje; una tierra de oportunidades. Para el era como transportarse a otro mundo. Una vez que pasaron a traves de las columnas, navegaban hacia los confines del mundo. Mas alla, el misterio era lo que quedaba. Todos habian oido historias cuando eran pequenos sobre aquellos que se aventuraban a seguir su viaje alejandose de estas costas hasta islas lejanas y misteriosas, pero esa no era la intencion de Ahiram. La codiciada plata de Onoba era lo que le llevo a embarcarse en un viaje tan largo. Tras unas horas de navegacion desde su ultima parada la noche anterior, el chico pudo divisar algo que le maravillo: la confluencia de dos rios llegando juntos hasta el mar, algo que daba testimonio de que estaban a punto de llegar a su destino. Era una estampa increible; una vision digna de los dioses. --Capitan, hemos llegado --grito el chico, senalando hacia las aguas de los rios. --Lo se, chico --respondio el capitan--. !Remos! --grito acto seguido. Los remeros comenzaron a bogar, siguiendo el curso del rio situado mas a la izquierda, por el que llegarian a la ciudad. Ahiram se habia librado de ser uno de ellos, gracias a que el capitan de la nave era el esposo de su hermana, por lo que consiguio hacer las veces de aprendiz de timonel durante la travesia, sin dejar de ayudar a estibar la carga y acarrear las mercancias que intercambiaban en puerto. El hippoi seguia su camino, subiendo por el rio ayudado por el impulso de sus remos y por su unica vela, que seguia desplegada. En ese momento, el muchacho pudo distinguir una isla a su izquierda en la que se alzaba un gran templo. Habia oido hablar a los marineros del barco sobre la isla prohibida en la que se encontraba el enorme templo dedicado al dios Baal que dio nombre a la ciudad de Onoba: la fortaleza del dios Baal (<>). Desde la nave, la isla parecia ser un paraiso plagado de arboles frutales y aves extranas, y el descomunal santuario era algo impresionante y majestuoso, sin duda, digno de un dios. Se decia que los sacerdotes fenicios habian erigido aquel edificio sobre las ruinas de uno aun mas grande que estuvo dedicado a Hercules. Para Ahiram, la idea de que pudiese haber existido un templo de un tamano mayor al que estaba contemplando le parecia casi imposible. --Es la isla prohibida --dijo el capitan, dirigiendose al chico al percatarse de la expresion de su rostro cuando la contemplaba. Al girarse, Ahiram pudo ver al hombre que le hablaba: de tez morena y curtida, y una gran barba negra, al igual que su pelo rizado en el que ya podian adivinarse unas pocas canas, era mas alto que el y bastante mas fuerte. Un autentico marino de Tiro.--Lo se --respondio el chico. --Y ese es el gran templo del dios Baal. Yo mismo me llamo Barekbaal en honor a nuestro gran dios. --Lo se --volvio a decir. --Si, se que lo sabes todo. Eres un chico listo; tan listo como tu hermana. ?Sabes tambien que significa mi nombre? --El muchacho se mantuvo en silencio con cara de no saber a que se referia Barekbaal--. ?Ves, chico? No puedes saberlo todo. Significa que Baal me ha bendecido y, sin duda, lo ha hecho. Las anforas de ese estupendo aceite y el exquisito atun que trasportamos nos proporcionaran un buen trueque con estos tartessos. Para eso hemos venido. Ademas, hoy es un gran dia, chico. Seguro que tampoco sabias eso, ?eh? --El muchacho siguio en silencio, pues no tenia la menor idea de lo que estaba hablando su capitan--. !Recoged la vela! --grito--. A partir de ahora, usaremos solo remos, asi os ganareis la siguiente comida, perros ingratos. Remad con decision, que los habitantes de la ciudad puedan ver como se gobierna una nave de Tiro. Con maestria, no como esos enclenques de Qart-Hadasht [5] . Esos malditos creen que todo el comercio

  • Donde nadie habla de Jose Ignacio Garcia Martin

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    Donde nadie habla propone una intriga criminal que cambia los escenarios y personajes comunes del genero por referentes mas familiares y aparentemente libres de sospecha: los pasillos de una universidad privada, una reunion de antiguos alumnos, un cruce
    cualquiera en una noche de lluvia... Lugares donde los delincuentes mas peligrosos se llaman verguenza, pudor,
    prejuicio o tabu, y donde impera la ley del silencio.
    Al volver a casa una noche, Fernando es atropellado por un conductor que se da a la fuga y lo deja en coma. Mientras la policia investiga, el caso se va convirtiendo en trending topic.
    La inspectora Ruth Cuevas, lesionada durante una operacion para desmantelar una red de pedofilos, pasa ahora sus dias impartiendo charlas en colegios universitarios para concienciar sobre los peligros de las novatadas. Una coincidencia profesional hara que conozca a Rodrigo, un ejecutivo de prometedora carrera que se enfrenta a la certeza de que el pasado puede ignorarse, pero nunca borrarse.
    Ruth y Rodrigo terminaran jugando un papel esencial en la resolucion del caso y en la identificacion del agresor, un tipo enigmatico y atormentado que se debate entre morir para dejar de sufrir o matar para seguir viviendo.
    A medida que el lector conozca mas sobre Fernando y su agresor, se vera obligado a cuestionar su punto de vista y sus impresiones iniciales sobre las figuras de la victima y el culpable.

  • Fruitlands de Louisa May Alcott

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    Massachussets, finales de 1840. Los Lamb acaban de llegar por fin a su eden particular: una comuna que profesa la filosofia de los trascendentalistas (la de Thoreau y Emerson). Alli, planean vivir apartados del resto de la sociedad, alimentandose de la tierra y siguiendo los principios de la belleza, la virtud, la justicia y el amor. Todo parece sencillo y amigable en ese bosque lleno de intelectuales bienintencionados, pero quiza necesiten algo mas que filosofia para sobrevivir: ?como haran frente al crudo invierno de Nueva Inglaterra? ?Acaso saben algo sobre el mundo del pastoreo y la agricultura? ?Que ocurrira cuando lleguen las primeras tormentas? Louisa May Alcott esboza un magistral retrato del sueno de una familia que no dudo en unir sus fuerzas para hacer realidad lo irrealizable.

  • Persuasion (Placeres prohibidos 2) de Adrian Blake

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    Pidio veinticuatro horas… pero ahora Derek necesita mas.
    Gabrielle intenta olvidarle, pero volveran a encontrarse.
    Ella quiere experimentar. El esta dispuesto a intentarlo
    ?Sera Derek capaz de superar las duras pruebas que debera superar para estar con ella?

  • Luna de sangre (Beatrix Rose 2) de Mark Dawson

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    Hace diez anos, Beatrix Rose formaba parte de un implacable grupo clandestino que se encargaba de realizar el trabajo sucio del gobierno britanico. Cuando descubrio que el jefe del grupo era corrupto, este envio a cinco de sus asesinos para que la eliminaran, pero no lograron su proposito. Craso error.

  • El submayordomo Minor de Patrick Dewitt

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    Lucy Minor, un joven que esta dejando atras la adolescencia y adentrandose en el mundo adulto, se marcha del pueblo entre montanas del que no ha salido jamas. Lo hace despues de sufrir un desengano amoroso y constatar que en ese lugar en el que abundan los rudos gigantones sera siempre un marginado. Lleva en el bolsillo una carta con una oferta de trabajo: un puesto de ayudante de mayordomo en el castillo Von Aux.

  • El juego de la inocencia de Marisa Sicilia

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    Louis Edmond d'Argenteuil La Rochelle, vizconde de Tremaine, caballero de la orden de Saint-Esprit y senor de Valdecourt y Chenerailles, por citar solo algunos de sus muchos titulos, esperaba con las manos extendidas a que su lacayo le pasase la toalla con la que secarse el rostro tras sus abluciones matutinas. En realidad, el pano estaba justo a su derecha y habria bastado con que Louis se girase muy ligeramente para tenerlo a su alcance; sin embargo, preferia esperar a que fuese Pierre quien se lo tendiese para proceder a su aseo. Ni siquiera se trataba de una decision meditada, era solo la fuerza de la costumbre. Louis se seco con parsimonia y volvio a extender los brazos para que Pierre lo vistiese con la camisa, le acomodase la levita y le calzase las medias y los escarpines. Cuando termino con su atuendo, fue a por una de sus pelucas, la ajusto con cuidado en la cabeza de Louis y procedio a esparcir polvos de arroz por su rostro para dotarlo de una palidez elegante y adecuada. Una vez Pierre dio por concluida su obra, Louis se volvio hacia el espejo y se complacio con lo que vio. La levita mostaza con festones dorados era magnifica y la palidez daba un matiz aun mas frio a su rostro. Sus facciones eran angulosas y no del todo formadas, ya que Louis recien habia cumplido veintiun anos, pero en su rostro juvenil e indolente ya destacaban algunos rasgos. Las pestanas rubias, claras y desdibujadas, los ojos de transparente iris azul palido; la mirada con frecuencia acompanada de soberbia pero viva e inteligente. Y sobre el conjunto destacaban sus labios, gruesos y, a decir de muchos, groseros, mas acostumbrados a las muecas de desprecio que a las sonrisas y, sin embargo, manifiestamente libidinosos y sensuales. Si, Louis tenia justo el aspecto con el que pretendia mostrarse. Un aristocrata joven, ocioso, libertino y hedonista. ?Y es que acaso la vida estaba hecha para algo mas que su disfrute? No obstante, el de aquel no era uno de esos dias en los que Louis pensaba sacar mas partido de la vida. Tenia concertado un encuentro con su tio paterno y tutor legal, Eustache d'Argenteuil, conde de Bearnes. No era la ocupacion con la que habria preferido perder el tiempo. El padre de Louis habia muerto pisoteado por un caballo cuando el tenia tres anos. A su madre se la habia llevado la tisis cuando no habia cumplido ni los ocho. La recordaba vagamente vencida en su lecho, su habitacion estaba siempre a oscuras, olia a enfermedad y corrupcion. Su madre lo llamaba implorante y le pedia que se acercase, pero los accesos de tos la interrumpian, se ahogaba y escupia sangre. Louis se soltaba de la mano de su aya para escapar al jardin y sentir de nuevo el calor del sol en el rostro. No recordaba haber llorado ni cuando la vieja Manon le comunico su muerte. Su tio ejercio la tutoria con rigidez y distanciamiento. Louis tuvo los mejores preceptores, severos y rigurosos, prestos a poner en practica aquello de que la letra con sangre entra. El joven Louis soportaba mal los varazos y palmetazos, pues nunca fue aplicado ni dado al estudio, y se tragaba las lagrimas como buenamente podia. Por fin, un dia, sus estudios se dieron por concluidos. Louis cumplio los dieciseis y como recompensa su tio le cedio la administracion y el dominio del vizcondado de Tremaine y le asigno una renta anual de tres mil ducados. La vida comenzo entonces para Louis. Dio buen uso de los tres mil ducados y, a decir verdad, no le sobraba nunca ni un franco; es mas, con frecuencia se veia obligado a pedir sumas extras a su tio. Normalmente acababa por concederselo, habria sido indigno que un Argenteuil no cumpliera a tiempo con sus compromisos, pero a cambio tenia que soportar sus enervantes reprimendas. Una burda molestia. Ademas, su tio no perdia ocasion de recriminarle su ociosidad y su comportamiento. Louis lo despreciaba. Actuaba como un mediocre burgues. Le parecia cargante y anticuado. El conde de Bearnes solia hacer vida retirada de la corte. Ocupaba su tiempo en reyertas con campesinos y arrendatarios. En sus encuentros de rigor abrumaba a Louis con pesadas charlas sobre el rendimiento de las tierras, nuevas clausulas de aparceria y mejoradas tecnicas de cultivo. Louis no disimulaba su tedio y su tio, el conde, le manifestaba su disgusto con inacabables discursos y reproches. A Louis aquello le resbalaba. Le fastidiaba, pero no le calaba. Solo tenia que esperar a cumplir los veinticinco para recibir su herencia al completo, y su situacion en la corte no podia ser mas aventajada. Era una y carne con Francois Garnier, intimo de la Du Barry, y no descartaba que la misma Maria Antonieta lo invitase algun dia no muy lejano a una de sus apreciadas fiestas pastoriles. Louis ya saboreaba el triunfo y se imaginaba gozando del honor de compartir lecho con su majestad la reina. Por el cristal de la ventanilla de su carroza diviso el perfil del palacio de Bearnes. Era un imponente conjunto de edificios de estilo renacentista y cierto aire italiano, influencia del arquitecto toscano que algun bisabuelo de Louis habia hecho traer expresamente para su construccion. Era mucho mas grande y senorial que Tremaine y, desde luego, mas impresionante. A Louis le mataba la envidia cada vez que lo visitaba. Aquel dia habia mucha actividad en el exterior. Cuadrillas de obreros se afanaban en los jardines. Louis sonrio. El viejo habia sucumbido por fin a la frivolidad y estaba llenando la mansion de fuentes y rotondas. Un nuevo y pequeno Versalles. No podia reprocharselo. El mismo habia gastado la nada desdenable cifra de ciento setenta y cinco mil francos adecentando Tremaine, y habria sido mucho mas si la mezquindad de su tio no lo hubiese frenado. La carroza se detuvo y un lacayo acudio a abrirle la puerta. Louis bajo y contemplo la fachada con aire de futuro propietario. En verdad, Bearnes no estaba nada mal, sus lineas clasicas conjugaban elegancia y tradicion en perfecta armonia. Ademas, se hallaba extraordinariamente bien situado, a un paso de Paris y a tiro de piedra del Trianon. Si, un lugar maravilloso del que disfrutaba el necio de su tio. Mientras avanzaba por las galerias enceradas, Louis se complacia en pensar que algun dia todo aquello seria suyo. La condesa, una mujer insignificante, triste y seca, habia tenido solo embarazos malogrados uno tras otro. En cuanto su tio Eustache falleciese, Louis lo heredaria todo. Si hubiese tenido fe en algo mas que el poder y las intrigas habria rogado al Senor por que tuviese la deferencia de no hacerle esperar demasiado. Pero conforme exigian las modas, Louis era rigurosamente ateo. Aunque por supuesto, en cuanto gozase de su herencia, se encargaria de anotar en su legado esplendidas donaciones a la iglesia. Por si acaso... Un lacayo de espalda encorvada lo saludo dificultosamente y se encargo de abrirle las puertas y anunciarlo. --Su ilustrisima excelencia el vizconde de Tremaine. Louis cruzo la amplia sala con la barbilla alta y la desenvoltura que le proporcionaba frecuentar los mejores salones de Paris y sonrio cordial a su tio. Tambien estaba familiarizado con la hipocresia. --Buenos dias, querido tio. ?Como os encontrais? Espero que esas molestias pasajeras de las que me hablasteis hayan cesado. Os veo francamente bien. Louis no mentia. Habia examinado con atencion el aspecto de su tio buscando senales de ictericia, llagas o tumores, cualquier cosa le habria valido, pero el maldito carcamal lucia tan duro y resistente como siempre. Su peluca vieja y gris, su menton mal afeitado, su piel cetrina y arrugada como la de un labrador... Louis a veces se horrorizaba pensando que pudiese acabar por parecerse a el. No, tal cosa no era posible. --Luces ridiculo, sobrino. Pareces una muneca adornado con tantos lazos. Si tu padre se levantase de la tumba se avergonzaria de ti. Su tio siempre era igual de afectuoso con el. Louis sonrio forzado. Podria haber optado por un vestuario mas discreto. No ignoraba la inquina de su tio por los adornos que eran comunes en la corte, pero Louis era un fiel seguidor de las modas y no iba a ceder en sus costumbres solo por darle ese gusto al cafre de su tio. --Siento que no os guste mi aspecto. --No me gusta nada de ti, Louis. Si no fuese por el respeto que me merecia tu pobre madre, dudaria incluso de que fueras mi sobrino. Louis volvio a estirar sus labios en una fria sonrisa. Si hubiese estado en su circulo habitual, habria tomado un pellizco de rape y habria devuelto el insulto con crueldad y agudeza. Pero no tenia sentido perder el tiempo con chanzas a costa de su tio. No sin mas publico que lo presenciara. --Os subira la tension y nada odiaria mas que alterar vuestra salud. ?Para que queriais verme, tio? Si es por los trescientos luises que os solicite en mi ultima carta no necesitabais molestaros. Bastaba con que hubieseis mandado un pagare a mi cambista. Su tio fruncio el ceno. Era terriblemente avaro y Louis sabia que nada le molestaba mas que el hecho de que le pidiera dinero. Era algo inevitable. Su renta era miserablemente mezquina, y solo el mantenimiento de los veinte sirvientes entre lacayos y doncellas que Louis necesitaba para ser atendido adecuadamente ya consumia esa cifra. Y tambien tenia que sufragar numerosos gastos. Sin ir mas lejos, esa misma semana habia encargado un florete nuevo, con la empunadura guarnecida con perlas y filigrana de plata y el acero mas flexible que podia obtenerse en todo Paris. Tenia mas de una docena aunque jamas habia usado ninguno, pero se lo habia visto al duque de Verlain y no se resistio a encargar otro igual. Ademas, le tenia prometido a Madame de Faberge un relicario de marfil para sustituir el que rompieron cuando la volco un tanto impetuosamente sobre la comoda de su dormitorio. En puridad, no creia que Madame de Faberge tuviese queja de su comportamiento, no le habia puesto el mas minimo reparo y se habia mostrado la mar de satisfecha, pero el original era una pieza exquisita y le habia sabido mal no haber tenido un poco mas de cuidado. --?Dinero? Voy a darte una mala noticia, sobrino. No pienso darte un franco mas. El rostro de Louis se contrajo. Una cosa era hacer una gracia y otra bromear sobre algo tan serio. --No entiendo de que me hablais, tio. --No lo entiendes, ?eh? --gruno el viejo Eustache--. !El senor de Vailles me dijo que te habia pedido audiencia por tres veces este mes para tratar sobre los arrendamientos y que se habia pasado toda la manana esperando a que lo recibieses! Louis hizo memoria. Recordaba fugazmente al senor de Vailles, un hombrecillo insignificante que vestia de negro y le hablaba de quintales de trigo y fanegas de terreno. Si llego a concertar con el audiencia alguna, habia quedado olvidada y habia preferido dormir hasta que el sol estaba bien alto en el cielo. Si al levantarse se encontro con que su ayuda de camara le anunciaba que se habia marchado tras esperarlo en vano, no lo habia lamentado. Ahora recordaba tambien que el tal Vailles venia especialmente recomendado por su tio. Una contrariedad.

  • El sacerdote de Sheila Maldonado

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    Kevin cumple la promesa que le hizo a su padre en el lecho de muerte y se convierte en sacerdote tal como era su mayor deseo, ver a su hijo conduciendo a la humanidad como guia espiritual. Tras veinte anos ejerciendo su obligada vocacion, se siente atraido por la joven viuda Esther, a la que ayuda en la granja tras la tragica muerte de su difunto esposo. Entre los dos surgiran sentimientos dificiles de controlar , y mas cuando ambos van a tener que vivir bajo el mismo techo.

  • Memorias de un amor de Ruby Martinez

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    Amar es la decision mas hermosa que una persona puede tomar en su vida.
    Sentirse amado es la sensacion mas extraordinaria que se puede experimentar.
    Pero ?que pasa cuando no eres correspondido? ?Que pasa cuando la chispa se apaga y tienes que verte obligado a terminar lo construido, y desgraciadamente se dicen adios de la manera jamas pensada?
    Este libro alberga 15 historias en las que, de manera delicada, se narra esa batalla interna entre el corazon y la razon, la cual provoca estragos muy amargos pero que son necesarios, ya que gracias a ellos nace una nueva oportunidad para amar.
    Muchas veces es mejor soltar que sostener.

  • Double Trouble de Sara Halley

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    Lance Evergreen recibe el encargo mas extrano de su carrera como detective privado: un adinerado hombre de negocios desea que investigue quien quiere deshacerse de el. Se trataria de un trabajo mas, de no ser porque su cliente fallece y, despues de muerto, le ofrece continuar la mision a cambio de una importante recompensa economica. Inmediatamente, las sospechas recaen sobre Charlotte Miller, la hija y heredera de la fortuna del magnate asesinado.
    Facil, ?verdad?
    Por supuesto que no.
    Dos generos, romantica y policiaca, mezclados con maestria en una sola novela. Dos protagonistas tan diferentes como la noche y el dia.
    El, un oscuro detective hecho a si mismo que cree saberlo todo hasta que llega la mujer que rompe sus esquemas. Ella, una explosion de luz a quien nunca le ha importado el dinero, alguien que busca justicia y es incapaz de ver el peligro que esto conlleva.
    Nada sera sencillo porque cada problema acabara siendo el doble de lo que esperaban en un principio. Porque nada es lo que parece en esta investigacion que te llevara a lo largo y ancho de la ciudad de Chicago en persecuciones, reyertas, espionaje y una buena dosis de romance.
    Todo para descubrir quien mato a Edward Miller.
    Y, lo mas importante, por que lo mataron.

  • Pasion a ciegas de Suzanne Brockmann

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    Cuando el amor llega es muy dificil escapar de el.

  • Mi medio limon de Carlota Laupani

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    La vida de Alicia es casi perfecta. Tiene un trabajo que le encanta, una casa preciosa, una hermana pequena a la que adora… si no fuera por su mala relacion con su madre y su aversion por las relaciones sentimentales, su vida seria completamente idilica. Sin embargo, cuando, de un dia para otro, se queda sin trabajo, todo cambia. Su mundo se viene abajo y no sabe como solucionar sus problemas. Hasta que conoce a Alex, un guapisimo camarero que la ayudara a salir del pozo en el que
    se encuentra.
    La quimica entre ellos es brutal, pero Alicia no esta por la labor de perderse en una relacion.
    ?Podra Alex hacerla cambiar de parecer?
    Y sobre todo, ?podra hacer que vuelva a creer en el amor?

  • Amor entre cenizas de Reyes Ramirez

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    Una historia de amor que te sorprendera. El debate entre el corazon y la razon. Una joven judia y un oficial nazi. La Segunda Guerra Mundial. ?Podra el amor sobreponerse al drama de un campo de concentracion? Amor, erotismo, deseo, aventura, sentimientos, …

  • El bosque infinito – Annie Proulx de Annie Proulx

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    A finales del siglo XVII, Rene Sel y Charles Duquet, peones contratados para cortar madera, desembarcan en Canada, conocido entonces como Nueva Francia, con un magro contrato para trabajar en durisimas condiciones en las tierras de un despota colono frances. Mientras Duquet, astuto y taimado, cae enfermo y escapa de esa <> para acabar dedicandose al comercio de pieles y, finalmente, de madera, Rene, sensible a su entorno, se queda en la plantacion y sobrevive a su <>, unido a una india mayor que el. Pese a que los destinos de ambos se anuncian tragicos, sus sucesores, a lo largo de tres siglos, seguiran ligados a lo que --cuando sus antepasados llegaron-- eran unos bosques sin limites, aparentemente inagotables. El bosque infinito sigue a los intrepidos descendientes de Rene y Charles hasta la actualidad, en un viaje a traves de Norteamerica, Europa, China y Nueva Zelanda: una aventura llena de peligros, venganzas, aniquilacion cultural y amor por las tradiciones indias, en una novela que explora no solo las relaciones entre los pueblos (indios y colonos; franceses, ingleses y norteamericanos; Oriente y Occidente), sino tambien la implacable destruccion de la naturaleza por el hombre.

  • Bajo observacion de Miriam Amor

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    ?El pequeno pervertido de al lado le esta apuntando con una camara?
    Despues de que el marido de Marion desaparece en un crucero, ella disfruta de su libertad al maximo.
    Un dia, despues de una sauna caliente, se aventura desnuda en su jardin para refrescarse.
    Sorprendida, descubre que el hijo de la vecina la esta observando en secreto.
    En lugar de avergonzarse, su cuerpo envia senales completamente diferentes.
    El deseo, la lujuria y el deseo brotan en ella. Se siente mas sexy de lo que se ha sentido en anos.
    Su libido ha despertado repentinamente de un sueno profundo. Un nuevo plan madura rapidamente en ella.
    Quiere atrapar al joven Benjamin en el acto y darle una leccion que no olvidara pronto.

  • La venganza del ciego y otros cuentos de Victor Garcia Barquero

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    “La venganza del ciego y otros cuentos” es un libro de relatos de intriga, misterio e investigacion policial. Algunos de estos relatos son continuacion de los casos de los detectives Mark y Marcus (“Una llamada en mitad de la noche”, Editorial Planeta).

  • Cinder y Ella de Kelly Oram

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    ?Que harias si tu mejor amigo virtual fuese una estrella de Hollywood? Ellamara vive en Boston con su madre, esta en su ultimo ano de instituto y le encantan los libros de fantasia, en especial la saga de Las cronicas de Cinder. Eso la llevo a abrir un blog donde resena libros y peliculas. El dia de su cumpleanos, Ella sufre un grave accidente que tendra profundas consecuencias en su vida. Brian Oliver es el actor de moda de Hollywood. Tiene legiones de seguidores y, para que alcance los galardones mas preciados del cine, sus representantes deciden organizar un falso romance con Kaylee, su companera de reparto. Todo va segun lo previsto hasta que Brian recibe un correo electronico de una vieja amiga a la que conocio por internet.

  • Senora de rojo sobre fondo gris de Miguel Delibes

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    Un prestigioso pintor, sumido en una grave crisis creativa, va hilando ante su hija sus recuerdos mas intimos en un monologo que es a la vez homenaje y exorcismo. Su relato se centra en dos acontecimientos: la detencion de dos de sus hijos por motivos politicos y, fundamentalmente, la enfermedad y muerte de su mujer, Ana, a los cuarenta y ocho anos. Ana contagiaba una sensacion de belleza y plenitud que cobro un verdadero alcance sobre el fondo gris de lo cotidiano y los sinsabores de la enfermedad. Historia de un amor en carrera desenfrenada hacia la muerte y sobrecogedora semblanza de un personaje femenino, Senora de rojo sobre fondo gris es una profunda leccion de humanismo y madurez artistica que solo Miguel Delibes podia ofrecernos.

  • Rehenes de Nina Bouraoui

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    Escribi Rehenes como obra de teatro para el Paris de las Mujeres, festival dedicado a las autoras femeninas. Fue interpretada por Christine Citti en 2015 en el Theatre des Mathurins, en 2016 por Marianne Basler en la Bonnieux de Agnes Varda y en la Opera de Vichy, luego, en 2019, por Anne Benoit y Tommy Luminet en la Comedie de Valence y en el Theatre du Point du Jour de Lyon. Como el destino de mi heroina seguia unido al caos del mundo, escribi una nueva version, inspirada libremente en la obra de teatro, en homenaje a los rehenes economicos y amorosos que somos. Me llamo Sylvie Meyer. Tengo cincuenta y tres anos. Soy madre de dos hijos. Estoy separada de mi marido desde hace un ano. Trabajo en Cagex, una empresa de derivados del caucho. Dirijo la seccion de ajustes. No tengo antecedentes judiciales. No conozco la violencia ni he tenido una educacion violenta ni bofetadas ni azotes con el cinturon ni insultos, nada. Tambien me es ajena esa violencia que uno lleva dentro y que ejerce contra el otro, contra los otros. Es una suerte, una suerte enorme. Somos pocos asi, soy consciente de ello. Y no es que no conozca la violencia del mundo, la conozco, pero no me traspasa la piel. Tengo compartimentos para resistir, asi soy yo: separo las cosas. Nada malo puede contaminarme. He construido una autentica fortaleza en mi interior. Conozco cada habitacion y cada puerta de esa fortaleza. Se cerrarlas cuando hay que cerrarlas y abrirlas cuando hay que abrirlas. Y me va bien asi. La alegria es algo que hay que moldear. No sucede por arte de magia. La alegria requiere meter las manos en la tierra, en el barro, en la arcilla, y ahi es donde es posible agarrarla, atraparla. He buscado la alegria como loca, a veces he llegado a encontrarla y luego se me ha escapado volando como un pajaro, pero lo he aceptado y he seguido adelante, sin quejarme mucho o solamente un poco. No sirve de nada quejarse, ni para una misma ni para los demas. Es vulgar y lleva demasiado tiempo. Me parece que mi tiempo esta contado, que mi tiempo es algo precioso. Muy a menudo me siento llevada, empujada, cuando lo que a mi me gustaria de verdad es mirar el cielo y ver pasar las nubes, echarme en un bosque, cerrar los ojos y sentir el calor de la tierra. Amo la naturaleza. Creo en ella como otros creen en Dios. Me produce siempre un invariable sentimiento de plenitud, de sensacion de grandeza, de asombro: el misterio de las estaciones que se suceden, la profundidad de los oceanos, el poderio de las montanas, el color de la arena y el de la nieve, el aroma de las flores y el del musgo de los bosques, la inmensidad que nos hace tan pequenos. Nunca me he derrumbado, jamas, ni siquiera cuando mi marido se marcho hace un ano. He resistido. Soy fuerte, las mujeres somos fuertes, mas que los hombres, nosotras asimilamos el sufrimiento. Para nosotras sufrir es algo normal. Esta en nuestra historia; en nuestra historia de mujeres. Y seguira siendo asi. No digo que este bien, pero tampoco digo que este mal. Es incluso una ventaja: no hay tiempo para lamentarse. Y como no tenemos tiempo, pasamos a otra cosa. Rapidito y asi nadie se aflige. Hace un ano, cuando mi marido me dejo, no dije nada, no llore, ni frio ni calor, como con la violencia, calma chicha. Ya era raro que llevaramos juntos mas de veinticinco anos. Es mucho tiempo, veinticinco anos, mucho tiempo. Son anos llenos de costumbres, de amor tambien, pero seamos sinceros, sobre todo de costumbres, de pequenos habitos puestos uno detras de otro. Es una cinta que se desenrolla y que no termina nunca de desenrollarse, no se le ve el final, aunque a veces pensamos en ese final sin creer en el verdaderamente. La cinta es de un color determinado. Para la vida con mi marido yo elegiria el amarillo palido. No es que fuera un sol brillante, mas bien era entre nubes; todo iba bien, si, pero en cualquier momento podia suceder una desagradable sorpresa. Y no me equivocaba: un buen dia se desperto y me dijo: <>. No le conteste. Me fui a la cocina, prepare la mesa para desayunar con nuestros dos hijos, como si nada, y luego me duche muy rapido, como de costumbre. Cuando digo <> es para explicar que tampoco tengo tiempo para el placer. No tengo tiempo. Y es un error, porque el placer es una de las maneras de escapar de lo real. Habia un muro entre mi marido y yo. Un muro que se habia levantado poco a poco. Al principio, era una pequena linea, luego se hizo un pequeno escalon. Nos veiamos todavia, pero tropezabamos cuando uno se acercaba al otro. El escalon se volvio cada vez mas alto y cada uno permanecio en su lado por temor a hacerse dano. Nuestras manos aun podian tocarse, pero habia que hacer un esfuerzo. El cemento se espesaba. De pronto dejamos de vernos, de mirarnos, de sentirnos. El muro ya se habia levantado y seguia creciendo. Habiamos acabado sin llegar a decirnoslo porque, en el fondo, lo sabiamos. Esas cosas siempre se saben. Las tememos, pero las sabemos. Es falso eso de que es una sorpresa cuando el otro se marcha. Mentira. A veces, sin admitirlo, lo esperamos, lo provocamos, y cada uno de nuestros gestos lleva a ese desenlace. Cada una de nuestras palabras tambien. El muro lo hemos levantado los dos. Los dos hemos ido poniendo la arena, el agua, la grava y el hierro para que fraguase bien y nada pudiera llegar a romperlo. Aquel dia, cuando mi marido me anuncio que se iba, yo no llore. Era una noticia como cualquier otra, una mas dentro de las noticias del dia que yo podria haber integrado: la curva del paro, el calentamiento climatico, la subida de precios, la guerra. Era algo importante, pero a la vez tambien algo sin ninguna importancia. Formaba parte de las cosas generales y no de mi intimidad. Eso era lo mas extrano. Mi marido me abandonaba y yo tenia la impresion de que abandonaba a otra mujer. Era como si no me concerniera o me concerniera muy poco. El no era realmente el ni yo era realmente yo. El se iba, pero el muro seguia ahi. No lo vi marcharse. Solamente dijo una frase, algo asi como, por ejemplo, voy a comprar pan, o a pagar el recibo de la luz, o a recoger la ropa de la tintoreria. El lenguaje no significa nada cuando no queremos comprender. Las palabras se vuelven ligeras como pompas de jabon que flotan en el aire y estallan. Despues de la frase de mi marido, deje al menor de mis hijos en el colegio y luego me dirigi a Cagex. Fiche, fui a mi seccion, revise las maquinas y a los empleados que iban llegando, uno a uno, mis abejas. No era una jornada especial, tampoco ordinaria, pues en mi mente permanecia la idea de que algo habia pasado, que mi marido habia decidido marcharse, pero eso no me dolia demasiado, era como una piedra en el zapato, una piedra que aguantas porque no tienes tiempo para quitartela; simplemente lo aplazas y dices <>, pero ese mas tarde no llega nunca y la piedra se queda alli y no piensas mas en ella: forma parte de ti. Pensandolo bien, habia pasado una cosa: habia cambiado de lado de la cama. No me habia puesto en medio, como habria hecho otra mujer, no, yo me habia apropiado de su lado, el izquierdo. Mi cuerpo sobre su cuerpo que ya no estaba ahi, mi piel sobre su piel que ya no sentia contra mi, mi respiracion mezclada con su respiracion que ya no percibia, mi espalda, mi costado, mis nalgas encima de el que no estaba debajo, aunque a veces me figuraba que si lo estaba, pero tan solo era un hueco por rellenar.

  • Darien. El Imperio de sal de C.f. Iggulden , Conn Iggulden

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    La ciudad de Darien se encuentra en el corazon de un imperio a punto de extinguirse. Doce familias mantienen el orden gracias al control del monarca, a las alianzas y a las intrigas, aferrandose a una paz voluble que se desmorona. Los habitantes de la ciudad
    soportan una realidad que no pueden cambiar.
    Sin embargo, viejas disputas desembocan en un complot para matar al rey, una conspiracion que convocara a seis forasteros a la ciudad: Elias Post, un cazador, Tellius, un viejo espadachin expulsado de su hogar, Arthur, un nino que no habla, Daw Threefold, un chancero y jugador, Vic Deeds, mercenario sin remordimientos, y Nancy, una chica cuyo talento podria ser la ruina de todos.
    Su llegada a las murallas de la ciudad con el ocaso desatara una serie de acontecimientos explosivos. Antes de que el sol vuelva a levantarse, juntos forjaran el destino del Imperio de sal.

  • Todo lo que nunca fuimos de Alice Kellen

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    Leah esta rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevo a sus padres.
    Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un dia fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de el, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida esta a punto de cambiar.
    Porque ella esta prohibida, pero le despierta la piel.
    Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
    Porque a veces basta un <> para tenerlo todo.

  • La caida de Aquilae de Claudio Hernandez

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    Las huellas siempre quedan. El sol estaba radiante --como de costumbre-- en mi pueblo natal, bello y lleno de historia. Tengo el pulso debil y, fijate tu, he decidido escribir a mis ochenta anos. Pero creo que merece la pena. He indagado en la profundidad del corazon de mi ciudad y me he encontrado con tantos secretos que ni yo misma puedo ocultar. Ahora veo una montana a lo lejos, desde el cristal de mi ventana, y a veces, en la siniestra nube que parece un fuego elevandose hacia el cielo, me muestra algun que otro edificio. Los puneteros no han construido la Residencia mirando al sur, a la playa, al pico de la Aguilica. Hacia el castillo San Juan de las Aguilas, que sigue resistiendo siglos, imponente, desde lo alto de una pequena montana que se come el mar embravecido. Desde el reinado de los romanos, los piratas y los arabes. Siempre estuvo alli. Y la historia siempre ha existido. Pero las personas se van. Y yo. Yo quiero contaros la caida del Imperio romano de Aquilae y una bella historia de amor. Imposible, si. Pero cierta. Algo que supuso un punto y aparte en la Historia. Giro como una peonza y rompio muchos estatutos y normas. Pero al fin y al cabo era el amor imposible del capitan romano Inisio y la pobre esclava Sisha. Asi que voy a escribir como pueda, con estas gafas tan grandes y estos boligrafos tan pequenos. Esta es la historia. 2 Despues de todo, en el siglo III d. C. comenzo a florecer la cultura romana en Aguilas. Mientras que la legion --capitaneada por el cruel y despiadado Inisio, cual gladiador--nunca existio mas que para hacer reir a la gente de Roma, este hombre, de fortaleza descomunal y barba espesa, solo conocia la sangre en el filo de su espada: tan pesada como las posaderas de su caballo Romin. Un hombre que hacia sacar de quicio --en una burla-- al propio emperador de Roma, quien se habia acomodado en una cama de lustro, cubierta de sedas, al igual que Neron dos siglos atras, o Vitelio --cuyos nombres se habian lapidado en piedra caliza-- tras crear <>, con al menos cuatro bestias como valor para identificar su simbolo de poder. Eso era una legion, e Inisio estaba en otra. Pero mucho, mucho despues, envuelto en una gran nube de polvo y arena que los caballos, al galopar, lanzaban por detras, como las ruedas de los coches de formula 1 --algo nada comparable en esa epoca--, o quiza como un tornado en medio de una tierra seca, despues de su gloria, tras la caida de la Cartagena punica, tenia que cumplir su ultima locura. Porque todas su decisiones en el reinado de Aquilae eran puro terror. Conquistar Aguilas y matar a cuantos se resistieran. El anciano aguileno tenia la mano como visera sobre sus pobladas cejas, y, resoplando, dijo: --Se acercan. Y muy rapido. El anciano, con rostro oscuro y piel curtida por el sol, se dio media vuelta con el corazon fuera del pecho y camino cojeando hacia la multitud. El jolgorio era tal que podia confundirse con el galopante ruido de todo un batallon con siluetas, que crecia de forma amorfa. Podian verse los dientes de los caballos y de los romanos. Tan blancos y apretados como dos piedras una encima de la otra. El sol lucia en un cielo celeste; y, abajo, en la Tierra, todo era luz sobre la aridez de la arena. Pero pronto habria sangre. Tanta que Aguilas se teniria de rojo. El mar estaba zozobrando ante la llegada de aquellos monstruos y las algas quisieron escapar de las orillas hacia adentro para no degustar el sabor empalagoso de la sangre. El castillo seguia ahi. Imponente, y mirando con su ojo bizco. Habia sido reconstruido varias veces y en cada una de ellas le crecia un apendice. El ala este estaba ajena a todo el ajetreo, debido a que miraba hacia el otro lado del mar. Mucho mas lejos, y donde las olas no existian mas que cuando llovia una o dos veces al ano. El perturbador ruido crecia sin cesar, y en los oidos de aquellos pobres desgraciados se escuchaban los gritos de los soldados y los llantos de los ninos. Pero, sin duda alguna, eso no iba a ser el fin. 3 --?Esta usted escribiendo una poesia? --pregunto Ana, una de las auxiliares de geriatria. Yo la llamaba asi, porque dentro de este orden comunal habia tantos titulos y distinciones que me perdia, y al final acababa llamandolas por ese nombre, o por el de "mi medico". Alce la vista y la mire fijamente. --No es una poesia --respondi. Recuerdo que le mostre una leve sonrisa, pero albergando a la vez, dentro de ella, algo sordido y doloroso como la soledad y los recuerdos que se evaporaban como el humo de la lena en el fuego. Ella agacho la cabeza para mirar mi libreta. --Elena. Esto es una historia cualquiera --me dijo, al tiempo que se apartaba el cabello que la envolvia sus ojos. --No, claro que no. Es una novela historica --le explique, en un dia que tenia mal humor. <>, pense. Es por ello que querer recordar es despertar el alma adormecida y eso duele. Mucho. Agache la cabeza y pose literalmente mis ojos sobre aquellas letras irregulares --. ?Crees en el amor? --Si, claro --acucio ella. Se habia despertado la sonrisa tonta. Sin mirarla, me di cuenta de que mostraba todos sus dientes blancos. --No me refiero a follar --le dije, con total vehemencia. Desde luego que ese dia no estaba yo de muy buen humor, porque sabia que… Eso tenia una explicacion. Ella, alarmada y con los brazos en jarra mientras movia la cabeza como si la tuviera atada a un muelle, dijo: --Esas palabrotas no se dicen. --A mi me vas a ensenar --conteste, y por sorpresa sonrei un poco, pero lo cierto es que aquello me parecio mas un rictus malevolo. Si, era eso. --Claro, porque tenga cierta edad no significa que… --No significa que cuando usted haya venido, ?yo haya ido tres veces? Esta vez si la mire. Tenia unos ojos preciosos y sus labios estaban arrugados ahora, como dos morcillas de esas rojas, pisoteadas. --Bueno. Viendolo asi… --No se preocupe --le corte alzando mi mano izquierda. A traves de la luz del sol me di cuenta de que mis hematomas eran cada vez mas oscuros--. Le contare un secreto --menti. Ella se arrodillo ante mi como si quisiera pedirme la mano y, toda atenta, observandome con aquellos ojos celestes que nunca olvidare ni despues de mi muerte, me pregunto: --Y, ?se puede saber cual es el secreto? --Me case tres veces y yo mismo los envie a la tumba. Ella se llevo la mano a la boca. Sus unas estaban negras, o mejor dicho, se las habia pintado con esmalte negro. <>, pense. --Oh, lo siento. Sin duda alguna, estaba desconcertada la pobre. --Pero todo acabo bien --anadi con cierto sarcasmo, montado a lomos del tono de mi voz. Ella meneo la cabeza en sentido de nones. --Oh, vaya.

  • ?De donde vienen las brujas? Los Ausentes de Nesa Costas

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    Hay errores imperdonables y deudas eternas. Con trece anos, Rita traiciono a su familia y a su mejor amigo. A la nina que fue la dieron por muerta, y en su lugar aparecio una enorme mentira.

  • El Diablo de Melody Calixto

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    Los primeros rayos del sol entraron por mi ventana obligandome a abrir los ojos de mala manera, odiaba madrugar asi que maldije el modo en el que habia despertado. Me esperaba un dia lleno de asuntos que arreglar, ante todo era un profesional y no debia abandonar mis negocios; en breve llegaria una mercancia de cocaina desde el norte de Africa y como no podia ser de otra manera, tenia que conocer todo detalle de la operacion; de ello dependia que unos miles de euros llegaran a mi poder y fuera un poquito mas millonario. Aun sin levantarme de la cama tome mi telefono, marque el numero de Fabio, mi mano derecha y tambien mejor amigo por el momento, ya que en estos negocios quien menos lo esperas te puede traicionar, aunque el conocia las consecuencias de ello... la traicion se paga con la vida en estos mundos y yo no pensaba flaquear en ese sentido, debia mantener mi reputacion. Tras unos largos y desesperantes tonos, una voz familiar atendio al otro lado del telefono, con voz contundente y segura contesto: --Ya estoy en la costa, no te pongas dramatico. --Dijo en tono tranquilizador. --No esperaba menos de ti. --Respondi aliviado--. No olvides pagarle su parte a Matteo Bertotti. Matteo Bertotti, un inspector de policia que amablemente trabajaba para nosotros, le pagaba una cantidad de dinero bastante tentadora y el a cambio se volvia ciego, sordo y mudo, de esta forma me beneficiaba de ciertos privilegios con la ley, asi eran las reglas del juego, todos tenemos un precio. Colgue a Fabio despues de aclarar el panorama y tranquilizarme con la buena noticia; eche un vistazo a mis mensajes, mujeres, negocios y mas negocios. Borre algunas chicas que me dejaron de interesar y bloquee a algunas otras, total para lo que las queria cualquiera que me gustara fisicamente me servia, he de reconocer que tenia mucho exito con las mujeres, supongo que mi aspecto y mi condicion economica las conquistaba sin mucho esfuerzo. Ya en pie, me contemple en el espejo enterizo de mi habitacion, encantado de haberme conocido y como si de una gran obra de arte se tratara, me contemple con admiracion cada parte de mi cuerpo. --!Joder! Cada vez estoy mas bueno... no puedo con tanta perfeccion. --Me halague. Para ser sinceros no estaba nada mal, contaba con treinta anos recien cumplidos, cuerpo escultural, rubio y con ojos azules, creia ser el creador de todo y merecedor de una vida cargada de cosas maravillosas, como si eso fuera lo realmente importante en la vida. Despues de agasajarme una y otra vez, me dispuse a darme una larga y relajante ducha. Mi movil comenzo a sonar y aun sin haber terminado mi bano sali rapidamente completamente lleno de jabon; seque mi rostro rapidamente y enrede una toalla a la cintura para atender cuanto antes a la llamada, en cuestion de segundos las cosas se podian torcer en ese terreno tan pantanoso como el del narcotrafico. Un incomodo silencio al otro lado de la linea hizo que presagiara lo peor, la falta de informacion aumento mi desesperacion. Algo debio salir mal en cuanto Fabio volvia a repetir su llamada, no era lo habitual en el. --!Habla Fabio! --Ordene--. ?Que ha pasado? Deduje que estaba preso del panico, no se si tenia miedo a mi reaccion o a lo que le hubiese ocurrido, la incertidumbre se estaba apoderando de mi y la paciencia no era una de mis grandes virtudes. --!Que hables Joder! --Grite impaciente. --Los Cannavaro se han adelantado... nos han robado la mercancia. --Tartamudeo. Colgue el telefono sin mas, necesitaba pensar, planear algun tipo de venganza por lo sucedido y hacerles entender a esa familia que con Elio Carletti no jugaba nadie, tampoco me convenia dar la imagen de debil, en Italia me conocian por ser despiadado y no queria que cambiaran de parecer. Me volvi a meter en la ducha para terminar lo que habia comenzado y centrarme en algun plan maligno que hiciera arrepentirse a esos inconscientes. 2 Transcurrio un dia desde lo sucedido con mi mercancia, tiempo suficiente para que los Cannavaro confiaran en el triunfo de su hazana. Ellos, nuestros eternos competidores por quedarse con el mejor trozo del pastel; en toda historia siempre existe un enemigo, en la mia eran todos y cada uno de los miembros de esa familia. Sin meditarlo demasiado me puse en contacto con algunos de los hombres que trabajaban para mi, queria lo que me pertenecia a como diera lugar o por lo menos que recibieran un buen escarmiento. Ordene que me trajeran al mas joven de la familia, un chico llamado Gabriel de unos dieciocho anos, a mi parecer no tenia nada que ver con el negocio, pero la vida podia ser muy injusta, a veces pagaban justos por pecadores. Les di instrucciones a mis hombres sobre lo que debian de hacer con el, el plan era llevarlo a mi lugar secreto donde los traidores, ladrones y demas escorias recibian su merecido. Me vesti de forma informal con ropa deportiva, para el trabajo sucio no habia que usar nunca ropa de calidad, las manchas de sangre son demasiado dificiles de quitar y pense que ninguno de ellos merecia que me preparara para la ocasion. A penas transcurrio una hora y mi equipo de trabajo (como me gusta llamarlos) me tenian a ese desgraciado en el lugar acordado, un descampado situado lejos de la ciudad, cuanto mas lejos, menos testigos. Al estacionar mi coche fuera de la pequena choza, pude oler el miedo de aquel inocente, por lo visto salia de la universidad donde estudiaba, mala suerte pertenecer a ese circulo vicioso, donde no existia la bondad, ni el perdon. Entre con toda seguridad, haciendo entender a todos los presentes que alli estaba yo; cualquier persona con un minimo de sentimiento hubiera sentido lastima por Gabriel, ese chico maniatado y con la cara tapada con un pasamontana. Me acerque a el y de un gesto le arranque el trozo de tela que cubria su rostro, representaba la viva imagen del miedo. --No te preocupes, te voy a dar una oportunidad. --Susurre en su oido. Habia que estar preparado para cualquier imprevisto, asi que tome el telefono que utilizaba para estos casos, uno totalmente equipado para no poder ser descubierto, ni el numero real ni tampoco la ubicacion, imposible de rastrear por ningunas de las formas existentes. Teclee el numero del que supuse que seria el perrito faldero del cabecilla de la familia. --Tremenda osadia la de ustedes ?no? La mercancia la quiero en la costa en una hora ?entendido? --Ni lo suenes, esta vez no te saldras con la tuya. --Respondio con firmeza la sabandija asquerosa al otro lado. --Bueno... tengo aqui al pequeno Cannavaro, te lo paso para que se saluden y puedan llegar a un entendimiento. Le extendi el telefono para que hablara, la imagen no podia ser mas digna de un cuadro; el joven no articulaba palabra mientras que el aburrimiento se apoderaba de mi con tanto drama. Bostezaba, miraba mi reloj... todo para hacerle entender que mi tiempo era muy preciado y lo estaba perdiendo con alguien que para mi no tenia ni un apice de importancia. Tras un tiempo prudencial en el que todo eran llantos, dudas y tragedia, decidi que era hora de que acabaran la charla. --Una hora, ni un minuto mas. --Adverti. Colgue sin quitar la mirada de Gabriel por el que solo sentia un gran desprecio. Las imagenes de mi ninez visitaron mi mente, esa maldita familia siempre fue un lastre para nosotros, recordaba cuando solo tenia siete anos de edad y el padre del sujeto que se encontraba a escasos centimetros de mi acabo con la vida de mis padres delante de mi sin una pizca de piedad. Paseabamos por un precioso parque situado en Napoles, cuando dos disparos me hicieron aprender lo que era la maldad de ese mundo al que siempre perteneci sin saberlo, el patriarca de esa familia ordeno matar a mis padres por un tema similar al que estaba viviendo en aquellos instantes. Desde entonces, Marco mi unico tio se encargo de mi, hasta que cumpli los dieciocho anos, en mi propia fiesta de cumpleanos lo mataron de forma similar a la de mis padres. En mi interior solo quedaba odio, resentimiento y ganas de venganza, asi que segui con el negocio familiar, necesitaba vengarles de alguna manera y para ser francos me parecia un "trabajo" bastante "facil". Cerre los punos de rabia al recordar cada episodio de mi vida, yo al menos le estaba dando la oportunidad para que rectificaran, aunque en mi cabeza cabia la posibilidad de que el chico acabara como el rosario de la aurora. Mi paciencia se estaba acabando y las agujas del reloj a penas se movian, los minutos parecian hora, desesperado no paraba de contemplar la grotesca imagen de ese chico asustado, me recordaba a mi con su misma edad. Por fin la espera acabo, llame p

  • Un lugar sobre el acantilado de Kris L. Jordan

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    Un magico lugar en las islas Orcadas, un hotel sobre un acantilado y el mar esperan la llegada de unos visitantes muy especiales: una escritora de novela romantica y sus guardaespaldas.
    Katy cerro su corazon, pero una bonita sonrisa podria desbaratar sus planes.
    Ishbel es una loca de la vida que disfruta del amor sin ninguna atadura, hasta que un texano cabezota se cruza en su camino.
    Dos historias de amor en las que, como en la vida misma, las cosas mas sencillas se vuelven complicadas.

  • No me llames muneca de Nari Springfield

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    Diana es una chica sencilla con una vida un poco complicada: a sus veintitres anos tiene dos gemelas, trabaja en una pequena libreria en La Cala del Moral y tiene miedo a enamorarse. Desde que su ex pareja la abandono al enterarse de su embarazo le cerro las puertas al amor y se centro en sus hijas y en su apasionante trabajo. Hasta que una noche dos ojos azules, electricos, forzaran la cerradura que tantos anos han mantenido sus sentimientos a raya.
    Matthew es un ligon cuya relacion con las mujeres no va mas alla de una torrida noche de pasion tras unas cuantas copas de alcohol. Sin embargo, tras esa fachada se esconde un escritor sin musa, un nino herido que teme a sus propios sentimientos, a las voces que le dicen que necesita ayuda y a las cuales acalla con fiestas y alcohol. Su vuelta al Rincon de la Victoria, donde paso los veranos de su infancia, es un vago intento de retomar la escritura de su ultimo libro. Pero dos ojos del color del mar le recordaran donde se esconden sus musas.
    Dos historias conectadas por un libro. Dos corazones rotos que buscan la caricia idonea para sanar.

  • Juego de apariencias de Ingrid Desjours

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  • Los siete maridos de Evelyn Hugo de Taylor Jenkins Reid

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    Evelyn Hugo, el icono de Hollywood que se ha recluido en su edad madura, decide al fin contar la verdad sobre su vida llena de glamour y de escandalos. Pero cuando elige para ello a Monique Grant, una periodista desconocida, nadie se sorprende mas que la misma Monique. ?Por que ella? ?Por que ahora?

  • Touchdown de Ludmila Ramis

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    Un amor abstracto se delimito con cada mirada, palabra y accion, hasta definirse como una relacion fascinante en su sencillez, y, a veces, en su complejidad.
    Kansas Shepard es una espontanea y comica universitaria que siempre termina enredada en lios que no ocasiona. Malcom Beasley, por otro lado, es del tipo de personas que evitan todos los problemas. El sigue una rutina estructurada y permanece lejos de los rebeldes ciclones de los sentimientos humanos y de los imprevistos.
    Cuando estas dos personalidades deben vivir bajo el mismo techo, la coexistencia, que parecia imposible en un principio, resulta ser el detonante de una aventura que terminara por arrasar tanto con el corazon de Kansas como con el del jugador de los Jaguars, el numero 27.
    ?El resultado?
    Un touchdown.

  • Sin aliento (Sin compasion 3) de W. Winters

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    H 1 . C A RT E R a pasado mucho tiempo desde que alguien intento matarme en mi propia casa. Nadie se habia atrevido a hacerlo. Y aun mas tiempo desde que alguien me apunto con un arma y vivio para contarlo. Apenas puedo escuchar debido al zumbido en mis oidos. He esperado este momento, pero no es asi como pense que seria. Ella me ama, me recuerdo. Ella me ama, joder. Se que es asi. La cara de Aria esta sonrojada y su mano tiembla mientras lucha por mantener firme el arma. Doy un paso hacia ella y ella prepara el gatillo. El clic resuena en las paredes. Si quedaba algo de corazon en mi pecho, se acaba de pulverizar, los pequenos fragmentos disparan oleadas de dolor a traves de mi cuerpo. La sonrisa enfermiza en mi rostro se desvanece incluso mientras lucho por mantenerla en su lugar, concentrandome en esos hermosos ojos color avellana. Ojos que me atrajeron hacia ella, que me suplicaron piedad, que me hicieron sentir mas de lo que he sentido en anos. Ojos que me enganaron. --Suelta tus armas --exige Aria, su voz temblorosa pero clara y fuerte independientemente. Es una jodida locura que en este momento me parezca absolutamente hermosa. Asi de fuerte, esta en su momento en el que se ve mas hermosa. --!Sueltalas! --ella grita con mas fuerza y el arma vacila. Es obvio que nunca ha tenido una antes, o al menos, nunca ha disparado. Sin embargo, me esta apuntando con ella. Podria disparar accidentalmente, y matarme. ?Se arrepentiria? Cuestiono y siento un fuerte tiron en el pecho. Un pozo de emocion amenaza con romper mi compostura. Cada centimetro de mi piel esta entumecido mientras miro el canon de la pistola, sintiendo que todo se desmorona a mi alrededor. Frente al enemigo. Delante de mis hermanos. En frente de ella. --?Carter? --Escucho a Jase sin verlo, preguntandole si deben escucharla o no. Dos de mis hermanos, Jase y Declan, estan detras de mi con pistolas apuntando a tres hombres arrodillados en el suelo. Dos de ellos son sus primos y el tercer hombre es su antiguo amante y amigo. El nombre por el que oro mientras ella estaba en la celda, el unico nombre que estoy cansado de escucharla pronunciar. Los tres son hombres que querian matarnos hace solo unos momentos. Hombres a los que Aria esta protegiendo y dispuestos a matarme para salvarlos. Esos jodidos fragmentos cavan mas profundamente en cualquier herida que me hayan abierto en el pecho. Tragando el nudo en mi garganta junto con la angustia que estoy sintiendo, respondo a Jase, aunque no aparto la mirada de Aria. --Sueltenlas. --Al instante, el alivio se muestra en el rostro de Aria, e incluso relaja el agarre del arma hasta que agrego--: Pero no dejes que esos cabrones las tengan. Nadie tiene un arma-- trago saliva y agrego, forzando una sonrisa en mi rostro, --excepto Aria. El control todavia esta en mi demanda. Me escucharan, todos los que valen un carajo en este lugar lo haran... pero a medida que pasa el tiempo, puedo sentir que se me escapa. Solo puedo imaginar lo que piensa su familia, pero es lo que mis hermanos estan viendo lo que me destroza. Saben que la amo. Y ahora la estan viendo traicionarnos a todos. --Dejalos ir --Aria ordena en un tono mas debil, lleno de una suplica. Visiblemente tragando, finalmente rompe mi mirada para mirarlos. Su asombrada y brusca inhalacion a lo que ella ve me destruye. Su misericordia y compasion por ellos son repugnantes. Ellos vinieron a matarme. Ella sabe eso. Ella podria matarme todavia. La amo. Se que la amo y ese fue mi primer error. La ira aumenta y resuena en mi sangre. Mi cordura finalmente vuelve a mi, endureciendome y recordandome quien soy y todo por lo que he trabajado. Todo se va a derrumbar. Todo por ella. Hubiera hecho cualquier cosa por ella. --Vamonos. --Escucho la voz de Nikolai, baja y llena de dolor. La sangre todavia esta rojo brillante por la herida de su labio y ya se ha formado un moreton en su rostro. Mis nudillos se ponen blancos mientras mi puno se aprieta. Todo lo que necesito es un momento para descargar cada parte de mi agresion sobre el. Quiero romperle la mandibula por atreverse a decirle esas palabras a mi Aria. Nunca senti la rabia como la siento ahora cuando el la alcanza como si pudiera alejarla de mi. Porque el puede. Porque ella esta dispuesta. --Vete --dice ella, y la voz de Aria es fuerte mientras lo mira. Una vez mas, el arma esta floja en su agarre. No parece darse cuenta de lo suelta que esta la pistola en sus manos. Podria tomarla; Podria arriesgarme. Pero correria el riesgo de ponerla en peligro, y mi mirada cae ante el pensamiento. --Ahora --sisea uno de sus primos, tirando del brazo de Nikolai. La camisa se aprieta alrededor de su cuello mientras tira de la tela. Mirandolo desde mi periferia, estoy disgustado, al igual que Nikolai, a juzgar por su expresion. --Ven con nosotros --insta Nikolai, alzando la voz para ordenarle, pero tambien le suplica, y aparto mi atencion de Aria, mirando al hombre que es Nikolai. Me recuerda al chico que una vez fui. Necio e imprudente. Pero el nunca paso por la mierda que yo lo hice. Fue criado en esta vida, no fue arrojado a ella y obligado a luchar para sobrevivir todos los malditos dias. Sin embargo, el cree que puede llevarsela. --Yo me quedo --dice Aria con autoridad antes de que yo pueda decir algo. Su declaracion hace que Nikolai se estremezca. Un poco de esperanza revolotea en mi pecho. Mi garganta se aprieta y me duele el pecho, sintiendo como si estuviera a punto de abrirse de par en par. Ella se queda. --!No tenemos tiempo para esto! --grita uno de sus primos, mirando alrededor del lugar como si en cualquier momento yo fuera a cambiar de opinion y los fuera a matar a todos. El tendria razon si no fuera por Aria. Ella los quiere. Ella los eligio. --No me ire sin ti --grune Nikolai y acecha a Aria, listo para llevarsela. Esa es mi senal para alcanzar mi arma. Su reunion ha durado bastante y me niego a dejar que el se la lleve. Nadie me la quitara. Nadie. La adrenalina corre por mi sangre, mi respiracion se hace mas pesada mientras mi mandibula se aprieta. El arma esta caliente en mi mano. Mas caliente que nunca. La mia apunta a Nikolai; la de Aria me apunta a mi. Mi voz es profunda y aspera cuando les digo a los tres--: Tienen dos minutos para correr. --Carter --ella dice, suplicando desesperadamente, pero no tiene lugar para negociar y no me queda piedad, ni siquiera por ella. La ignoro, sintiendo que la rabia de lo que ha hecho se filtra en la medula de mis huesos cuando termino de decir--: y luego abriremos fuego. Mis hermanos se mueven lentamente, alcanzando sus armas mientras la expresion de Aria se arruga por el dolor y se balancea hacia la pared, con su nerviosismo evidente. La mandibula de Nikolai esta tensa, sus ojos azul claro brillando con odio. --Ven conmigo --el dice entre dientes y luego le habla a sus aliados--. !Tomenla! Pero corren, dejandolo solo y dejandola atras. --!Ella tuvo su oportunidad! --Uno de los hombres grita detras de el. Sus tenis deportivos chirrian cuando sus pasos golpean el piso recien pulido. Cobardes. Los hombres de Talvery son cobardes. --Aria, por favor --le suplica Nikolai como si eso le rompiera el puto corazon. Que se joda. --Un minuto --digo entre mis dientes y finalmente el me mira. Mi agarre se aprieta en el arma. Un apreton del gatillo y me desharia de el para siempre. Estoy tan cerca de tirar del gatillo, solo para terminar con todo. El me mira a los ojos y desearia que la mirada que le devolviera fuera suficiente para matarlo. --Vete --ella gime. Mirando primero al arma en mi mano y luego a el. --!Sal de aqui! --ella le grita. --Volvere por ti --el le dice como si ella fuera su amor perdido hace mucho tiempo. Espero que el vuelva por ella. Mis fosas nasales se dilatan y me duele el pecho mientras ella jadea por respirar al verlo irse. Vuelve por ella, Nikolai. Vuelve, asi puedo romperte el maldito cuello. Muerdo mi lengua, saboreando el sabor metalico de la sangre en mi boca. Lo matare asi sea lo ultimo que haga. El todavia esta corriendo lejos de ella. Mis unas desafiladas se clavan en mis palmas mientras mis punos se aprietan y la ira y los celos se mezclan en una combinacion mortal. El rojo sangra en mi vision y es todo lo que puedo hacer para no apretar el gatillo mientras sigue sus movimientos. --Queria decirte --solloza Aria mientras el sonido de Nikolai huyendo se desvanece en el pasillo--. No pense... --?Decirme que? --le pregunto. --Que ellos venian --ella dice con un dolor en la voz que coincide con el que se arremolina en sus ojos. Ella se esta rompiendo, apenas respira y puedo ver el arrepentimiento, el remordimiento. Pero solo una cosa me resuena. --?Tu sabias? --la interrogo y siento un escalofrio recorriendo mi cuerpo que se hunde hasta mis huesos. Nunca me amo. Nunca lo hizo. Proteges a los que amas. Siempre. Y ella no me protegio. Fui un maldito tonto y ella no es la mujer que yo pensaba que era. Ella es una maldita mentirosa. --?Realmente los estamos dejando ir? --La pregunta de Declan atraviesa la bruma de la incredulidad y la traicion. --?Tu sabias? --le pregunto de nuevo, mi temperamento regresa. --Yo, yo... --ella tartamudea, su mirada recorriendo mi rostro, el miedo y el dolor hacen que sus ojos color avellana se llenen de lagrimas. Baja su arma, sin atreverse a apuntarme y dejo caer la mia mientras me acerco a ella, cada paso pesado suena mas premonitorio que el anterior. --?Carter? --Declan grita mi nombre, exigiendo una respuesta. Con cada paso mas cerca de ella, da uno en reversa hasta que sus hombros golpean la pared. Guardo mi arma en la funda antes de arrancar la suya de las manos, aunque ella no se opone. --Carter --Declan llama de nuevo, sin importarle que la mujer que yo amo me engano. Ella sabia que venian a matarme, a matarnos a todos, y no hizo nada. --?Los vamos a dejar ir o no? --pregunta Declan. Con una mano apoyada en la pared sobre la cabeza de Aria y la otra sujetando su cadera, la miro a los ojos, ignorando todo lo que me atrae de su mirada. Ya no puede tener eso. Le estoy quitando ese poder. Sintiendo el dominio del odio fluir a traves de mi y queriendo lastimarla como ella me lastima a mi, respondo a Declan con una voz profunda que es apenas audible.

  • Esa locura llamada amor de Nuria Rivera

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    Esa locura llamada amor es la historia de un beso, de una pasion y de como a veces el amor se convierte en locura.

  • El secreto esmeralda de Eva Esteban-acebo

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    Amor, intriga y desencuentros.

  • Mientras te escondes (Rancho Triple K 6) de Laia Sinclair

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    !La esperada novela del tercer hermano Wescott ha llegado al fin!

  • Cuidarte el alma (Cuidarte el alma 1), Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri

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    “-?No te gusta el sexo, Andres? -Si, me gusta el sexo, Gabriela. El tema es que me gusta mas hacer el amor. Descubri que me excita el sentir cosas por mi companera de cama, y saber que ella siente lo mismo por mi. Despues de hacerlo de esa forma, el sexo por calentura pierde un poco la gracia. Llamame anticuado si queres, pero asi soy yo.” En el momento mas triste de su vida, el duende de las casualidades pone en el camino de Gabriela, al enigmatico e increible Andres Otero. Para una mujer de cuarenta y cuatro anos con dos divorcios a cuestas y con fobia al compromiso, este hombre tiene todas las desventajas: es demasiado atrayente, es demasiado querible, y ni siquiera es casado. Peligro, peligro. Alerta roja. ?Como hacer para llevar a la cama a un hombre que pondera los sentimientos por encima de las ganas? ?Como evitar desear enamorarlo? ?Como lograr no enamorarse? El deseo de disfrutarlo, es el anzuelo. Descubrir la pena que lo tortura, es la carnada. Y lo que tira del sedal es esa dulce forma de demostrarle que mas que para adorar su cuerpo, el fue creado para cuidarle el alma.

  • Luz de juventud de Ralf Rothmann

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    Julian es un nino de doce anos que vive en un pueblo de la cuenca del Ruhr, en la decada de los sesenta. El trabajo en las minas de carbon ha ido perjudicando la salud de su padre, y su madre, abrumada por el cansancio y una vida distinta a la que esperaba, no es especialmente carinosa con el. Los unicos apoyos con los que cuenta Julian son su hermana pequena, Sophie, y Marusha, una vecina adolescente en quien vera la primera llamada del sexo. Cuando su madre se va de vacaciones con su hermana y lo deja unas semanas de verano solo con su padre, Julian empieza a ser consciente del fin de su infancia.

  • Una herencia misteriosa, Danielle Steel de Danielle Steel

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    Unidos por el azar, Jane y Phillip investigan una misteriosa herencia que desafia el paso del tiempo.

  • Dejala que caiga de Paul Bowles

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    Nelson Dyer reside en Nueva York donde trabaja de cajero en un banco. Hastiado de la irrelevancia de su vida, se traslada a Tanger en busca de un cambio radical y acepta un empleo en una agencia de viajes regentada por un viejo conocido suyo, Jack Wilcox. Pero, de hecho, lo que le interesa es sumergirse en los bajos fondos de la ciudad: sus bares y burdeles; sus salas de cine porno; sus aristocratas y sus prostitutas; y en turbias transacciones financieras. Determinado a conseguir que algo ocurra en su nueva vida, se ve arrastrado por una serie de acontecimientos cada vez mas siniestros de los que parece imposible escapar. Esta magistral narracion de un descenso a los infiernos es para muchos la mejor novela de Paul Bowles.

  • Suenos hechos realidad de Nora Roberts

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    La vio venir. Aunque llevaba unos pantalones vaqueros, una chaqueta y casco, Katch reconocio su feminidad. Tenia una moto Honda pequena. El le dio una calada al cigarro y admiro su forma competente de entrar en el aparcamiento del mercado. Ella aparco la moto y se bajo. Era alta. Debia de medir un metro setenta centimetros, y era esbelta. El se apoyo en la maquina de refrescos y siguio mirandola por pura curiosidad. Entonces, ella se quito el casco. Al instante, su curiosidad se multiplico. Era una mujer despampanante. Tenia el pelo suelto y liso, largo casi hasta los hombros, de un color moreno al que el sol arrancaba reflejos dorados y rojizos. Tenia una cara fina, de rasgos marcados. El habia conocido modelos que se mataban de hambre para conseguir los angulos y las sombras del rostro de aquella mujer. Sin embargo, su boca era carnosa, amplia. Katch conocia bien las sutilezas del uso de los cosmeticos, y sabia que ella no habia usado ninguno para anadirle interes a sus rasgos. No los necesitaba. Tenia los ojos de color castano. Le recordaban a los ojos de un potro, profundos, grandes y alerta. Sus movimientos carecian de afectacion; tenian una gracia indefinible, tambien parecida a la de un purasangre. Era una mujer joven, de unos veinte anos. El dio otra calada a su cigarro. Claramente, aquella mujer era magnifica. --!Eh, Megan! Megan se volvio, apartandose el flequillo de los ojos mientras se movia. Al ver a las gemelas Bailey parar junto a la acera, en su Jeep, sonrio. --Hola --dijo, y cuando termino de abrochar el casco con una correa a su moto, se acerco al coche. Les tenia mucho carino a las gemelas. Igual que ella, tenian veintitres anos. Eran rubias, de ojos azules y tez clara. El viento las habia despeinado por el camino. Ambas miraron mas alla de Megan, hacia el hombre que estaba apoyado en la maquina de refrescos. En un acto reflejo, ambas se atusaron la melena y se metieron los mechones detras de las orejas. Tacitamente, pensaron que su perfil derecho era el mejor. --Hacia tiempo que no nos veiamos --dijo Teri Bailey, sin apartar la mirada de Katch mientras hablaba con Megan. --He estado ocupada. Tenia que terminar algunas cosas antes de que comience la temporada --dijo Megan. Su voz era grave y tenia el acento suave de la costa de Carolina del Sur--. ?Como estais? --!Muy bien! --respondio Teri, que estaba sentada tras el volante--. Tenemos la tarde libre. ?Por que no te vienes de compras con nosotras? --le pregunto a Megan. Ella tambien tenia a Katch en su vision periferica. --Me gustaria... --Megan ya estaba negando con la cabeza mientras hablaba--. Tengo que recoger unas cuantas cosas aqui. --?Como por ejemplo, a ese hombre de los espectaculares ojos grises? --pregunto Teri. --?Como? --pregunto Megan con una carcajada. --Y hombros --anadio Teri. --No le ha quitado los ojos de encima, ?verdad, Teri? --comento Teri--. Y nosotras que nos gastamos doce cincuenta en esta camiseta --dijo, y toco con el dedo el tirante fino de la camiseta rosa que llevaba, igual a la de su hermana. --?De que estais hablando? --pregunto Megan con desconcierto. --Detras de ti --respondio Teri, inclinando ligeramente la cabeza--. Hay un monumento junto a la maquina de refrescos. Es guapisimo --dijo, pero al ver que Megan volvia la cabeza, continuo con un susurro desesperado--: !No te des la vuelta, por Dios! --?Pero como voy a verlo si no me doy la vuelta? --pregunto Megan, razonablemente, mientras se giraba. Era un hombre rubio, aunque su pelo no era tan claro como el de las gemelas, sino mas parecido al color de la arena de la playa. Tenia el cabello espeso y rizado. Era delgado y alto, y llevaba unos pantalones vaqueros desgastados. Tenia una expresion de inteligencia, de relajacion, y estaba apoyado en la maquina, bebiendo de una lata. Sin embargo, su semblante no era perezoso, penso Megan, sino de atencion. Necesitaba un buen afeitado, pero su estructura facial era fabulosa. Tenia una ligera hendidura en la barbilla, y una boca larga y delgada. Por lo general, a Megan le habria parecido un rostro fascinante, de rasgos fuertes y bellos. Sin embargo, su mirada era de insolencia. Tenia los ojos gris oscuro, y era algo maleducado, decidio Megan, frunciendo el ceno. Habia visto a aquellos tipos mas veces. Solitarios, errantes, en busca de una efimera compania femenina. Ella fruncio el ceno de nuevo. La estaba mirando sin disimulo, y al llevarse la lata a los labios, le guino un ojo lentamente. Al oir la risita de una de las gemelas, Megan volvio a girarse. --Es adorable --dijo Jeri. --No digas tonterias --respondio Megan--. Es tipico. Las gemelas se miraron, mientras Jeri arrancaba el motor del Jeep. --Eres demasiado selecta --declaro. Despues, las dos hermanas sonrieron y se alejaron de la acera. --!Adios! Megan les arrugo la nariz, pero les dijo adios con la mano antes de darse la vuelta. Ignoro a proposito al hombre que estaba a la entrada del supermercado y entro. El tendero la saludo, y ella le devolvio el saludo. Megan se habia criado en Myrtle Beach. Conocia a todos los comerciantes que habia a siete kilometros a la redonda del parque de atracciones de su abuelo. Despues de tomar una cesta, comenzo a recorrer el primer pasillo. Solo iba a comprar unas cuantas cosas, se dijo mientras agarraba un carton de leche. No tenia mas que las bolsas de la moto para llevar la compra. Si la furgoneta no se hubiera estropeado... Se quito de la cabeza aquel problema en concreto. No podia hacer nada por el momento. Megan se detuvo en la seccion de galletas. No habia comido, y las cajas y bolsas de aquella parte le resultaban tentadoras. Tal vez las de cebada... --Estas son mejores. Megan dio un respingo al ver una mano que se alargaba por delante de ella para tomar una bolsa de galletas con doble racion de pepitas de chocolate. Giro la cabeza y se encontro con aquellos ojos grises e insolentes. --?Quieres las galletas? --pregunto el, con la misma sonrisa que tenia fuera. --No --respondio Megan, mirandole significativamente la mano, que el habia posado en su cesta. El se encogio de hombros y aparto la mano, pero para irritacion de Megan, siguio caminando a su lado. --?Que tienes en la lista, Megan? --le pregunto cordialmente, mientras abria la bolsa de galletas. --Me las arreglare sola, gracias --dijo ella, y continuo caminando hacia el siguiente pasillo, en el que tomo una lata de atun. Megan advirtio que el caminaba como un pistolero, con pasos largos y con un poco de balanceo. --Tienes una moto muy bonita --dijo el hombre, y mordio una galleta--. ?Vives por aqui? Megan tomo un paquete de te y lo metio en la cesta. --No es asunto tuyo. --Que mona --dijo el, y le ofrecio una galleta. Megan le hizo caso omiso, y paso a la siguiente seccion. Sin embargo, cuando Megan iba a tomar una bolsa de pan, el puso una mano sobre la de ella--. Es mejor el pan integral. Megan noto la palma de su mano, dura y firme sobre el dorso de la suya, y con indignacion, se aparto. --Mira, tengo que... --Sin anillos --dijo el, e hizo que sus dedos se entrelazaran--. Sin compromisos. ?Te apetece cenar conmigo? --Ni hablar --respondio Megan, y zarandeo la mano, pero se dio cuenta de que el la habia atrapado con firmeza. --No seas antipatica, Megan. Tienes unos ojos muy bonitos --replico el, y le sonrio como si fueran las dos unicas personas del mundo. Alguien paso por detras de Megan con un murmullo de fastidio, para poder tomar una bolsa de rebanadas de pan de centeno. --?Quieres dejarme en paz? --le ordeno ella en voz baja. Se habia quedado asombrada de que el consiguiera afectarla con su sonrisa, aunque ella supiera perfectamente lo que pretendia--. De lo contrario voy a montar un numerito. --No pasa nada --dijo el--. No me molestan los numeritos. --Mira --respondio Megan enfadada--. No se quien eres, pero... --David Katcherton --informo el con otra sonrisa--. Katch. ?A que hora quieres que pase a recogerte? --No vas a recogerme. Ni ahora, ni nunca. Sueltame la mano. --La Camara de Comercio asegura que Myrtle Beach es un pueblo muy hospitalario, Meg -- dijo Katch, y le solto la mano--. Vas a darle mala fama. --Y deja de llamarme Meg --respondio ella furiosamente--. No te conozco de nada. Entonces, salio disparada por el pasillo, empujando la cesta por delante de ella. --Pero me conoceras --respondio el en voz baja. Sin embargo, Megan lo oyo. Sus miradas volvieron a cruzarse, la de ella, oscura de ira, y la de el, segura. Megan se dio la vuelta y camino rapidamente hacia la caja. --No te vas a creer lo que me ha pasado en el supermercado --dijo Megan mientras dejaba la bolsa de la compra sobre la mesa de la cocina, de un golpe. Su abuelo estaba sentado a la mesa, con toda su atencion en la mosca que estaba confeccionando. Gruno a modo de saludo, pero no levanto la vista. Ante si tenia plumas e hilo de pescar, y pesos, apilados con orden. --Un hombre increiblemente maleducado me ha abordado en la seccion de galletas --dijo ella, mientras comenzaba a guardar las cosas--. Queria que fuera a cenar con el. --Umm --dijo su abuelo, y siguio atando, meticulosamente, una pluma amarilla a la mosca--. Que lo pases bien. --!Abuelo! --exclamo ella con frustracion, pero no pudo evitar sonreir. Timothy Miller era un hombre bajito y delgado, de sesenta y cinco anos. Tenia el rostro arrugado y moreno, y el pelo y la barba blancos. Sus ojos azules conservaban todo el brillo, a pesar de la edad. Megan se dio cuenta de que estaba completamente concentrado en sus cosas. El hecho de que hubiera oido algo de lo que decia era prueba de lo mucho que aquel hombre queria a su nieta. Ella se acerco y le dio un beso en la cabeza.

  • Ejemplaridad publica de Javier Goma Lanzon

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    Javier Goma, Premio Nacional de Ensayo 2004, propone la ejemplaridad como principio necesario y organizador de la democracia moderna.

  • Cuatro vestidos para Carlota de Mercedes Alonso

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  • Un encuentro accidental de Cathy Williams

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    Casarnos, Abigail. No hay otro camino.

  • Desmontando al motero de Cassie Alexandra

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    Tank, el recien designado presidente de los Gold Vipers tiene un objetivo: encontrar a la mujer responsable de asesinar a uno de los miembros del club a sangre fria. Sea o no una mujer, esta decidido a obtener venganza y no se detendra hasta ponerle las manos encima a la asesina.