• sergi navarro vilarrubi - Sergi Navarro

    https://gigalibros.com/el-regalo-fue-encontrarte.html

    A dos dias del esperado reencuentro con su amiga y ex companera de pantalla, Lydia Bosch, la ex azafata del famoso concurso televisivo Un Dos Tres, Nuria Carreras, recibe una de las peores noticias de su vida.
    La vuelta de la mano de Risto Mejide a los Estudios Roma, actual sede de Mediaset y donde grabaran el concurso que la lanzo a la fama, nos abrira la puerta a la Espana de los ochenta, a los anos de juventud de la primera chica negra que pisara los platos de Television Espanola, y quien de la mano de Chicho Ibanez Serrador, y en contra de su voluntad, se convertiria en una de las mas prometedoras y rutilantes estrellas televisivas de la epoca.

  • Sergi Navarro, Jefe de Cuidados Paliativos pediátricos del ...

    https://www.sjdhospitalbarcelona.org/es/sergi-navarro-vilarrubi

    Sergi Navarro Vilarrubí, pediatra Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Sergi Navarro Vilarrubí.

  • EL DESAFÍO DE LA CRONICIDAD COMPLEJA Y LA ...

    https://www.analesdepediatria.org/es-linkresolver-el-desafio-de-la-cronicidad-S1695403317304599

    Sergi Navarro Vilarrubí 10.1016/j.anpedi.2017.11.010. An Pediatr (Barc). 2018;88:1-2. This article is available in English ...

  • Sergi Navarro, jefe de Paliativos de Sant Joan de Déu

    https://cronicaglobal.elespanol.com/examen-protagonistas-dia/sergi-navarro_411303_102.html

    25 nov 2020 — Sergi Navarro es el jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos de Sant Joan de Déu, centrada en acompañar a niños enfermos y a sus familias.

  • Sergi Navarro Vilarrubi | Equipo Humano - irsjd

    https://www.irsjd.org/es/equipo-humano/581/sergi-navarro-vilarrubi

    El Sergi Navarro se graduó en Medicina en 2007 por la Universitat Autònoma de Barcelona y obtuvo su título de Especialista en Pediatría en 2012.

  • Buy books of the author Sergi Navarro Vilarrubí - nobelbooksellers ...

    https://www.nobelbooksellers.com/autor/1246309/sergi-navarro-vilarrubi

    Sergi Navarro Vilarrubí. Mostrando resultados de 1 a 2 del autor. Portada del libro Comunidades compasivas al final de la vida ...

  • Libros – Paliativos Sin Fronteras

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    Paliativos sin Fronteras (PsF) vai um passo além no seu livro Medicina ... Sergi Navarro Vilarrubí ✓ Cuidados paliativos em crianças e adolescentes com hiv ...

  • Reflexiones sobre la sedación por sufrimiento espiritual ...

    https://fundacioninstitutosanjose.com/fisj/reflexiones-sobre-la-sedacion-por-sufrimiento-espiritual-y-o-existencial/

    30 abr 2019 — El libro «Reflexiones sobre la sedación por sufrimiento espiritual y/o existencial». libro la sedación por ... Dr. Sergi Navarro Vilarrubí.

  • El heredero caido (Los Royal 4) de Erin Watt

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    Rivales. Reglas. Remordimientos. Los Royal acabaran contigo.
    Easton Royal es un triunfador: es guapo, rico e inteligente. Su meta en la vida es divertirse tanto como pueda y nunca piensa en las consecuencias de sus actos. No necesita hacerlo.
    Pero un dia aparece en su vida Hartley Wright, una joven que pondra su mundo patas arriba. A pesar de sentirse atraida por el, Hartley lo rechaza. Easton no entiende por que, y eso la hace aun mas irresistible. Hartley le dice que tiene que madurar. Y puede que tenga razon.
    Por primera vez en su vida, la riqueza y la popularidad de los Royal no sera suficiente para Easton.

  • 21 lecciones para el siglo XXI de Yuval Noah Harari

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    Vuelve Harari

  • Las libelulas purpura de Salva Vercher Ibanez

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    Flanagan habitaba un cuchitril en los suburbios de Madrid. Las paredes llenas de mugre, las abundantes goteras en el techo y un silencio perpetuo eran sus unicos companeros. Cuando sono el timbre, le dio un vuelco el corazon y se quedo paralizado. Temia que fuesen unos matones para reclamarle el pago de la deuda. Tuvo que sonar una segunda vez para que su cuerpo y su mente reaccionaran. Con satisfaccion hubiera comprobado a traves de la mirilla quien diablos era, pero la lente estaba rota, como casi todo en su casa. Asi que pregunto, con una voz quebrada por el exceso de whisky y tabaco. Una vocecilla similar al maullido de una gata en celo le respondio. --Buenas noches, senor Flanagan --lo saludo el casero cuando le abrio la puerta. Era evidente que estaba molesto--. Me he tomado la libertad de venir a verlo a esta hora intempestiva, ya que usted nunca esta en casa durante el dia, para recordarle que me debe tres meses de alquiler. --Espero en silencio algun tipo de reaccion por parte de su interlocutor--. Lo siento, pero ya no puedo soportar los gastos y me vere obligado a invitarlo a que haga las maletas. --Lo siento, senor Perez, pero ultimamente he tenido ciertos pagos extraordinarios. Le prometo que al finalizar la semana usted habra cobrado ya los meses pendientes. ?Quiere pasar a tomar cafe y unas galletitas? --dijo Flanagan. --Muchas gracias, pero es tarde y manana he de madrugar. Buenas noches. --El casero, contrariado, dio media vuelta y se marcho. Flanagan le devolvio las buenas noches cuando ya habia desaparecido escaleras abajo. Entro en su apartamento, saco una botella, su balsamo predilecto, y se dispuso a tomar el ultimo trago antes de acostarse. Quizas medio vaso de whisky escoces sin hielo calmara su sed y lo ayudase a conciliar el sueno. Se quito la camiseta raida y los muelles de la cama chirriaron cuando se recosto. Tamizada por la persiana, la luz del cartel luminoso de la planta baja entraba en la habitacion. Pertenecia al bar de Manuel, el segundo hogar de Flanagan, a tenor de las horas que pasaba alli. Habia sido un dia mas, sin nada extraordinario que rememorar; igual que lo fue el anterior y, casi con total seguridad, lo seria el siguiente. Penso en los anos dulces y lejanos de su vida. En la cara de ternura que le ponia su mujer cuando la sorprendia con una caja de bombones, siempre de chocolate puro, como a ella le gustaban. O en el beso conmovedor que le regalaba su hija antes de acostarse. Con estos recuerdos, exasperadamente vividos por la anoranza, se quedo dormido. No era frecuente que lo hiciera con tanta facilidad. Desde hacia muchos anos, solo conseguia adormecerse unas pocas horas. Durante la vigilia nocturna, solia dejarse llevar por pensamientos mas ambiguos, mientras lo invadian la melancolia y la frustracion. En terminos maritimos, era un naufrago, vocablo que quizas la sociedad sustituiria por otro mas peyorativo. Alguien que lo habia tenido todo en sus manos y, a la larga, habia acabado perdiendolo. Estudio en una de las mejores academias de Policia del pais, con unos resultados excelentes. Fue el que obtuvo la nota mas alta en las oposiciones, no solamente de su promocion, sino de la ultima decada. Entro en la comisaria de la Policia Nacional del distrito de Tetuan, en Madrid, y en menos de un ano se convirtio en inspector. Todo indicaba que aquel muchacho raquitico de tez palida llegaria lejos. Anos mas tarde, y despues de resolver algunos de los casos mas dificiles, su creciente adiccion al alcohol le empezo a pasar factura: acentuo su mal caracter e hizo que en el cuerpo policial se le multiplicaran los enemigos. A partir de ahi, sus errores se fueron acumulando, pero solo uno le echo a Asuntos Internos encima: acabar con la vida de un pobre inocente. Aunque Flanagan le habia advertido que levantase las manos, el joven metio una en el bolsillo, posiblemente para sacar el carne de identidad y esclarecer que el no era el peligroso delincuente que estaba buscando. Aquello hubiese quedado en un disparo en defensa propia debido a una desgraciada confusion, pero dio positivo en alcohol en el analisis que le realizaron a posteriori, y Asuntos Internos, que desde hacia mucho tenia su expediente sobre la mesa, comenzo a vigilarlo las veinticuatro horas del dia. Despues se paso a la investigacion. Era un detective de poca monta, al que le encargaban casos esporadicamente, y apenas ganaba para sobrevivir. La luz del alba se asomo por las rendijas de la persiana. Flanagan ya llevaba unas cuantas horas despierto, demasiadas. La relatividad del tiempo se hacia mas patente cuando el tedio se apoderaba de el. Aunque intentaba ocuparse en quehaceres que lo ilusionaran, la verdad es que nada le despertaba el menor interes.

  • Un misterio en Toledo de Anne Perry

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    La apasionante nueva novela de Perry protagonizada por Charlotte y Thomas Pitt nos invita a regresar al Londres victoriano, donde la codicia y la ambicion nunca duermen y las pasiones a veces se desbocan.

  • La testigo de Emma K. Johnson

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    Carino, este tipo tendra que limpiarse las babas cuando te vea --dijo Claudia al verme hacer mi mejor esfuerzo por no picarme los ojos con el delineador. --Ay si, seguramente --conteste, dejando la cochinada esa en mi mesita-- !Me rindo! !Mirame! Me veo... !Ridicula! --Sexy --me interrumpio--. Te ves sexy, muchacha --dijo Claudia al poner sus manos en mis hombros--. John me dijo que le encantaban tus ojos verdes, y asi con ese color resaltan todavia mas. Mi buena amiga. No se que hubiera hecho sin su apoyo. --?Te vas a poner eso? --pregunto frunciendo el ceno al ver la ropa que habia puesto en la cama. Me encogi de hombros y deslice mis manos encima de mis piernas. Siempre me relaja pasar mis dedos encima de la franela de mi pantalonera. Gire y vi el pantalon de mezclilla y la camisa que Claudia estaba viendo desde el pie de la cama. Creo que esa camisa era lo unico que me habia comprado cuando estuve casada con Pedro y que aun guardaba. --?Que tiene de malo? --pregunte, echando mis grenas rebeldes detras de mis hombros. --?Te llevara a un concierto de rock o a un bar de motociclistas? --dijo, levantando la camisa de la cama y mirandola como si quisiera usarla como trapo de limpieza. --No... No lo creo. --!Entonces tiene mucho de malo! --exclamo antes de irse a mi closet-- Fernanda, ?te gusta John? --Esta... guapo --dije. Nunca habia sido una chica que saliera mucho con chicos. En la prepa siempre fui una nina bien portada. Pedro fue mi unico novio y termine casandome con el. Pero no estaba hecha de piedra. Claro que veia a otros chavos y pensaba "esta lindo", pero asi como me sentia cuando sabia que Pedro iba a hacerme el amor o que me volteara a ver con deseo... No, ningun otro hombre mas que mi ex. !Y como queria que eso cambiara! --?Guapo? --grito Claudia desde las profundidades de mi closet-- Carino, John esta mucho mas ardiente que Pedro alguna vez lo fue. Okey, tenia buen cuerpo el tipo, pero ?esa nariz en forma de pelota de golf? !Yack! !No se que le viste! --Le vi algo --dije mirando el suelo del cuarto--. Dure cinco anos casada con el, despues de todo. --!Y que bueno que lo mandaste al carajo! --Sabes, no todo fue malo con el --dije, sacudiendo la cabeza y sobandome las manos--. Nunca me golpeo ni me maltrato ni nada. --!Uy! Que consuelo --dijo Claudia, asomandose y girando sus ojos hacia arriba--. Hay muchas maneras de maltratar, carino. ?Cuando te dejo salir conmigo? Negue con la cabeza. --?Cuando te dejo salir con tus companeras y companeros de trabajo? Volvi a negar. --?Cuando te dejo siquiera tener cuenta de redes sociales? Resople. El unico celular que tuve durante mi matrimonio fue de esos que solo servian para llamar y recibir llamadas. --Y ni empecemos con la ropa que te dejaba usar --dijo estremeciendose antes de entrar de nuevo a mi closet. Claudia tenia razon. No me apetecia regresar a una relacion que solo me habia hecho dano. --!Necesitamos ir de compras! --exclamo Claudia saliendo de mi closet. Me tomo de la mano y me llevo a jalones a su cuarto. Ahi abrio su armario y saco un vestido azul cielo de cuello circular. --!Vamos a ver! --dijo Claudia poniendolo frente a mi-- Oh si, esto servira. --!No me voy a poner esto! --?Por que no? Somos de la misma talla. Me levante y tome el vestido. --No lo se... --Midetelo. --!Estas loca! Vamos a ir a tomar un cafe, no a bailar. --?Y tu como sabes? Quiza despues del cafecito John quiera llevarte a otro lado... Y no necesariamente a bailar --dijo alzando las cejas y con una mueca burlona. Lleve el vestido de vuelta al armario. --Es mi primera cita en mucho tiempo, Clau. Dudo que lleguemos tan lejos. --!Ay, Fer! --exclamo-- ?Tienes idea de lo deprimente que es verte encuevada aqui todos los dias despues de trabajar? Claudia suspiro y se quedo paseando su vista por todo su armario. Me sente en la orilla de la cama. !Como admiraba a Claudia! Me habia cansado de todas las veces que me preguntaban en el trabajo por "la negrita guapa" que me iba a recoger. ?Y como no iban a querer con ella? Tenia un cuerpazo digno de concursos de belleza, igual de alta que yo, una mirada de esas que pueden hablar por si mismas, y el alma de cualquier fiesta a la que asistia. Para mi era un milagro que siguieramos siendo amigas antes, durante, y despues de mi divorcio. Pedro nunca la quiso. Siempre penso que era una mala influencia para mi con su vida fiestera y sus "ideas feministas", segun el les decia. Claro que Claudia tampoco quiso a Pedro. --!Ponte esto! --grito, lanzandome unos jeans. --Espera --me quite mi pantalonera y puse el pantalon. Claudia se asomo. --!Demonios! Chica, tienes mejor culo que yo. Me ataque de la risa al mirarme al espejo con el comentario de mi amiga. Estaba algo justo pero no estaba mal. No, no estaba nada mal. --Ahora ponte esto --dijo Claudia, dandome una blusa negra de tirantes. Me quedaba holgada de la panza y cintura, pero mis pechos quedaban justos y parecian que cualquier brinquito los haria saltar de mi escote. --!Andale! --dijo Claudia, abrazandome por atras y mirandome a los ojos en el espejo-- Te voy a decir una cosa: Si John puede seguirte viendo a los ojos durante su cita o es maricon o es un caballero. Me quede mirandome al espejo. No se veia de mal gusto mi escote, pero no me sentia comoda revelando tanto de mi. --Con Pedro jamas me hubiera podido vestir asi. --Fernanda, ?que dijimos? --dijo Claudia al darme la vuelta y mirarme a los ojos. --Que ya no hablariamos de ese imbecil. --?Que quieres que haga? Me miro como estoy vestida y escucho su voz en mi cabeza. --Dejame adivinar --dijo Claudia con el ceno fruncido--: ?Por que chingados te arreglaste? ?Quieres que se te queden viendo en la calle? ?Para que quieres que otros gueyes te vean las tetas y el culo? --dijo con voz grave y exagerada. Sonrei y mire mi perfil en el espejo. --Tambien me diria que me quitara esta mugre de la cara -- pase mi mano abierta frente a mi rostro--, que parezco payaso --el imaginarme a mi ex esposo diciendome esas cosas, y muchas otras peores, hizo que se humedecieran mis ojos--. Mas bien me diria que parezco puta. --!No no! --exclamo Claudia, acercandose y dandome un abrazo-- !Que lo metieran a la carcel es lo mejor que pudo haberte pasado! !Ya estas di-vor-cia-da! !Ya no le respondes al baboso ese! --No puedo hacer esto, Clau --me escape de su abrazo y fui hacia la ventana abrazandome de los brazos--. Todavia... todavia lo veo en los rostros de otros hombres. --Amiga, no todos son asi. --?Pero y si John es como Pedro? --Ay, amiga, ?por que crees que te lo presente? !Porque es todo lo opuesto a tu ex! --No estoy lista, Clau... Hablale y dile que... --No, ni madres --Claudia tomo mi celular y me lo estampo en la mano--. Si vas a cancelarle, hazlo tu. Solo me tomo unos segundos teclear un mensaje y enviarlo. --Listo --dije. Claudia gruno. -- ?Como esperas conocer a alguien si nunca sales de la casa? --No lo se... Pero... No, todavia no... Baje la cabeza y regrese a mi habitacion. Me sente en el escritorio y mire mis libros. "?Que estabas pensando, Fer?" pense, abriendo el libro. "Ahorita con mi certificacion no tengo tiempo de andar saliendo con nadie." Sono la campanita de mensajes de mi cel. Lo abri y vi el mensaje de John: --Al menos dejame llevarte esta flor que te compre. Que tierno. Debi contestarle, pero cuando trate de imaginarlo en mi puerta regalandome una rosa me asalto el recuerdo de la mirada imponente de Pedro sobre mi. Deje el cel en la mesa y de reojo vi que mi bote de basura ya estaba lleno de papeles. Tome mi cesto y recorri toda la casa para juntar las basuras de todos los botes. Un viejo habito de cuando estaba casada. Siempre que estaba a punto de explotar por algo juntaba toda la basura de la casa y la llevaba afuera. Y esa noche no era distinto. Ansiaba continuar con mi vida. Habia sido toda una odisea divorciarme con Pedro en la carcel. Y luego de escucharlo decirme todas las cosas que me dijo la unica vez que se me ocurrio irlo a visitar pense que me sentiria libre cuando ya terminara todo. Suspire cuando llegue al tambo y levante la tapa. Recorde cuando Pedro y yo eramos novios. Me regalaba rosas siempre que nos veiamos, hubiera jurado que conocimos todos los parques de la ciudad, y todo el tiempo me decia lo hermosa que era. Cerre el tambo luego de echar la basura, y me abrace los brazos. El aire estaba fresco, y parpadee mas rapido para no llorar. Talle mis ojos y sobe mis parpados mientras lo hacia. Me prometi que ya no lloraria por mi matrimonio fracasado. --Estas mejor que antes, estas mejor que antes --me repeti una y otra vez teniendo los ojos cerrados hasta tranquilizarme. Volvi a la casa y Claudia estaba encerrada en su habitacion hablando con algun muchacho. No sabia lo que estaba diciendo, pero identifique el tono que estaba usando. Habia visto a mas de un hombre doblarse a la voluntad de mi amiga cuando les hablaba asi. La envidie en ese momento. Fui a la cocina y me servi un vaso con agua mientras miraba fuera de mi ventana en completa oscuridad. Estaba viendo el vaso en mi mano cuando escuche un motor apagarse seguido de una puerta de coche azotarse. Levante la mirada y vi un auto negro con los vidrios polarizados estacionado a uno metros debajo el farol de una de las casas frente a las nuestra... Creo que el unico farol que funcionaba en toda mi calle. El que estaba junto a la mia llevaba meses fundido. El tipo que bajo del coche se quedo parado junto al vehiculo. Levanto la mirada y un escalofrio paso por mi espalda al verle. Claudia no vivia en el vecindario mas seguro, pero aquel tipo daba miedo. Tenia la cabeza rasurada y una barba de candado bastante gruesa. No se miraba muy alto, pero si muy corpulento. Traia una camisa negra ajustada, y sus manos se veian tambien negras. Debia estar usando guantes o algo, lo que se me hizo raro pues no estaba tan frio como para usar guantes.

  • Hablame de ti. Carta a Matilda de Andrea Camilleri

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    Andrea Camilleri, el querido maestro de la novela negra fallecido en julio de 2019, escribe una carta a su bisnieta Matilda. En ella repasa los episodios mas representativos de su trayectoria personal y profesional junto con los hechos historicos mas notables del ultimo siglo.

  • Los ninos desaparecidos (Lottie Parker 1) de Patricia Gibney

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    Creian que habian dejado atras el pasado, pero estaban equivocados

  • La bailarina de Auschwitz de Edith Eger

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    Eger tenia dieciseis anos cuando los nazis invadieron su pueblo de Hungria y se la llevaron con el resto de su familia a Auschwitz. Al pisar el campo, sus padres fueron enviados a la camara de gas y ella permanecio junto a su hermana, pendiente de una muerte segura. Pero bailar El Danubio azul para Mengele salvo su vida, y a partir de entonces empezo una nueva lucha por la supervivencia. Primero en los campos de exterminio, luego en la Checoslovaquia tomada por los comunistas y, finalmente, en Estados Unidos, donde acabaria convirtiendose en discipula de Viktor Frankl. Fue en ese momento, tras decadas ocultando su pasado, cuando se dio cuenta de la necesidad de curar sus heridas, de hablar del horror que habia vivido y de perdonar como camino a la sanacion.
    Su mensaje es claro: tenemos la capacidad de escapar de las prisiones que construimos en nuestras mentes y podemos elegir ser libres, sean cuales sean las circunstancias de nuestra vida.

  • Quiero lo mismo que tu, Noe Casado de Noe Casado

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    Helen esta deprimida; solo quiere encerrarse en casa, atiborrarse de calorias y escuchar musica romanticona.

  • Nueva historia de la Espana de Jose Alvarez

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    Esta es una nueva historia de la Espana contemporanea, vista en toda su diversidad politica y cultural. El volumen esta estructurado alrededor de tres ejes que se entrecruzan y entre los que hay constantes referencias mutuas. La primera parte consta de siete capitulos definidos por la cronologia, que proporcionan la narracion historica basica. Le sigue una segunda parte, mas analitica, dividida en trece capitulos sobre temas especificos que cubren todo el periodo 1808-2018: la economia, los nacionalismos, las relaciones de genero, los modos de vida, el imperio y las colonias, la cultura, la vida intelectual, los movimientos sociales, la religion, el Estado, la guerra y los militares o las politicas de la memoria y la justicia transicional. La tercera parte reune una quincena de breves biografias de figuras representativas del mundo politico y cultural. Se anade asi una dimension humana a la historia con ejemplos ilustrativos de los problemas antes narrados, con detalles, matices y complejidades que no se abordan en los otros capitulos. Los autores, todos ellos especialistas de primera categoria, proceden de diversos campos historicos, como conviene a la pluralidad tematica de esta obra, asi como de paises distintos, Espana, Canada, Gran Bretana, Estados Unidos, Francia o Israel, lo que tambien asegura la diversidad de enfoques. No pertenecen a una misma escuela historiografica ni, por supuesto, comparten orientacion politica alguna, sino que expresan una gran diversidad en su formacion intelectual, experiencias y puntos de vista. Gracias a esta estructura tripartita y a una eleccion de autores tan variada, el libro ofrece una vision innovadora, mas rica y matizada de lo habitual, de una apasionante y compleja historia nacional que siempre fue tambien europea y global.

  • Hueles a lluvia de Dona Ter

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    Agotada. Felizmente agotada. Asi se sentia Chloe cuando salio del edificio donde habia pasado el dia trabajando. Reunion tras reunion. Era lo que menos le gustaba, ella preferia el trabajo de campo, de laboratorio para ser mas exactos; el resto era pura obligacion que siempre esperaba hasta el ultimo momento para hacerla. Lo suyo eran las esencias, la burocracia no le inspiraba nada. Saco el telefono y se puso a revisar los mensajes y llamadas, solo levanto la cabeza para fijarse en que habia un taxi parado frente a ella. Abrio la puerta y se subio en el. Estaba tan despistada, algo que su madre le recriminaba desde nina, que ni se dio cuenta que el taxista no espero a tener un destino para perderse entre las callejuelas de la ciudad. Otro problema que su progenitora le recordaba continuamente, dejarse llevar y no ser consciente de lo que pasaba a su alrededor. Cerca de ella, una melodia distorsionada, y bastante mal afinada, la hizo reaccionar. --Perdone, pero no recuerdo haberle dicho a donde quiero ir --advirtio Chloe al volver a la realidad pero sin despegar los ojos del telefono. Estaban parados en un semaforo, y a pesar de la llovizna, un ciclista estaba parado junto a ella apoyandose en el cristal y canturreando una cancion. Le parecio que era un villancico, un aviso en forma de cancion de la epoca en la que estaban. No habia mas hojas en el calendario, otro ano mas que pasaba, pero ese habia sido tan especial que aun le costaba reaccionar y asimilar todo lo ocurrido. --Lo se, pero se donde llevarla. Esa voz eclipso a Chloe, sin ser consciente, sus labios esbozaron una sonrisa, cerro los ojos y su mente se perdio en los recuerdos. Dos anos antes. Nervioso y loco. Sobre todo un "loco chiflado" es lo que se repetia una y otra vez Paul, sentado en su taxi esperando en la calle frente a un hotel. En lugar de aprovechar el mal tiempo que hacia aquel domingo por la tarde de mediados de marzo en Paris y hacer algo de dinero, sobre todo llevando a turistas que no querian mojarse, el habia decido esperar alli sentado. Creia en las casualidades, pero tambien que a veces hay que provocar la situacion para que ocurran. Por eso estaba alli, "esperando" su oportunidad. El amor incita a hacer locuras, eso todo el mundo lo sabia, fueran, o no, creyentes de Cupido; ademas estaba en la Ciudad del Amor, ?que se podia esperar? Que ocurriera, era solo cuestion de tiempo y parecia que habia llegado su momento. Tentado estuvo, pero aun no lo habia hecho, de llamar a su hermana Marion y contarselo. Ella, que con sus veinte anos era un romantica de libro, ella que creia ver amor, miradas dilatadas, almas de colores buscando su gemela en cada hombre que se cruzaba, estaria entusiasmada de que por fin el hubiera sucumbido. Refunfuno para si mismo, pero una sonrisa ladeada escapo de sus labios. Si hasta se habia puesto una camisa, que habia planchado instantes antes de salir de casa, lo nunca visto. El que era de camisetas con todo tipo de logos y colores, el de tejanos y zapatillas, el que lo de afeitarse era algo semanal y no ir a cortarse el pelo hasta que no le tapaba los ojos... se miro en el espejo del retrovisor como si con ese gesto pudiera ver algo que no hubiera visto en los ultimos veintiseis anos... Sabia que no era feo, pero tampoco un hombre irresistible. Era alto y delgado, pero no porque se privara ni machacara su cuerpo en gimnasio, habia nacido asi. Moreno, ojos verdes, nariz un poco aguilena, cara cuadrada, labios gruesos... nada resaltable, un conjunto de lo mas banal. Marion siempre le recordaba que no esperara que las chicas se le tiraran encima a la primera, "tu tienes "charme" ese encanto para seducirlas cuando te conocen, y esa es tu arma, porque luego no querran soltarte". <>, se repetia Paul, pero la sobrecarga adrenalina que llevaba desde el viernes le hacia sentir de algun modo mas vivo y con ganas de seguir esa aventura. Todo habia empezado el viernes noche cuando sobre las ocho habia acompanado a una chica desde la estacion de Montparnasse hasta su hotel en la zona de le Marais. La gente no presta atencion a lo que dice en un taxi, hablan por telefono como si estuvieran solos, detalles que frente a un desconocido nunca se les ocurriria hablar, alli dentro, parecian olvidarlo. Habia escuchado de todo, cerrar temas espinosos de contratos, citas clandestinas, peleas, palabras de amor, donde esconder las llaves o hasta la clave de ordenador de oficina... Todo ello era lo que habia llevado a escoger ese trabajo. Paul tenia una libreta siempre a mano, donde iba apuntando algunas frases, anecdotas. La inspiracion nunca sabia por donde podia aparecer. Y la chica de aquel viernes era todo un enigma. Habia algo en aquella mujer que cada vez que pensaba en ella le era imposible no suspirar como un adolescente. Desde que se subio al coche y la vio deshacerse el panuelo que llevaba en el cuello, sus ojos se habian quedado prendados por la sonrisa que ella le ofrecio al darle la direccion del hotel. El telefono de la pasajera sono y Paul se obligo a mirar hacia delante y hacer su trabajo. Con mas interes que otras veces, presto atencion a todo lo que ella decia mientras contestaba la llamada. Era una tal Annette, pronto entendio que era una amiga. En un viaje de media hora escasa, sabia que sus abuelos se habian ido a Benidorm en busca del sol y le habian dejado a ella a Coco, un loro parlanchin que tenia prediccion por Edith Piaff y desde entonces en casa solo se oia a la reina de la musette [1]francesa. Que esa misma manana se habia peleado con el que imaginaba era su novio, un tal Rene, el habia esperado hasta el ultimo momento para decirle que no la acompanaba en su viaje a Paris, y ella, harta de harta de tanta discusion, habia decidido poner fin y con palabras texturales "ir sin equipaje a la ciudad del amor". Y alli estaba el ahora, apurando el segundo cafe, ya frio de aquella tarde. Un paquete de galletas ya vacio tirado sin miramientos sobre el asiento del copiloto, junto a una libreta... y la musica de la radio sonando bajito para que no le impidiera pensar y afectara a sus frescos recuerdos. En la conversacion le recordo a Annette la hora exacta de llegada para que la fuera a buscar a la estacion, las nueve y treinta y seis minutos. Eso, junto el comentario "al pasar por Poitiers he saludado con la mano como me dijiste, aunque dudo que tu madre me viera" y algo sobre una patisserie [2] llamada David y sus famosos eclairs que no tenian nada que envidiar a las conocidas pastelerias parisinas eran las pistas que aquella noche utilizo Paul en su casa para descubrir de donde era la chica y a que hora salia su tren. "!Burdeos, te encontre!, Grito feliz." Cuando la vio salir, el corazon le empezo a bombear con rapidez, igual que un sabueso detras del maldito hueso de plastico, levanto los brazos en senal de victoria, ni que hubiera ganado la Champions. Se planteo hasta cambiar de oficio. No se le daba tan mal ser espia. Puso la luz en verde y se acerco a ella. Verla de nuevo fue una confirmacion que la espera habia valido la pena. No sabia como describirla, el era un hombre, solo llegaba a decir que llevaba el mismo chaqueton rojo y los zapatos de tacon del mismo color del viernes. Solo se le ocurrian palabras como elegante, sensual, preciosa. Siguio con precision cada paso de ella, el bamboleo sensual que hacia al caminar hacia el, completamente ignorante de los ojos hambrientos con los que Paul la observaba. Se bajo de un salto y abrio el maletero para guardar el pequeno equipaje que ella llevaba. --A la estacion de Montparnasse, por favor --dijo Chloe antes de resguardarse en el interior, se la quedo mirando absorto aun pensando en la suerte que habia tenido. Vale que el habia ayudado un poco a que se diera "esa" casualidad, ya que llevaba mas de dos horas frente a aquel hotel esperando que ella saliera, pero habia merecido la pena. Se sento y se dio cuenta de lo nervioso que estaba, hasta le temblaba una poco la mano cuando la puso en el cambio de marchas y emprendio el camino. --Maldita ciudad, estoy empapada --dijo buscando algo en el bolso. El sin anadir nada le entrego una caja de panuelos. No podia apartar los ojos de ella, estaba preciosa asi despeinada, mojada. No era la primera vez que alguna mujer aprovechaba el trayecto para maquillarse, pero para Paul, verla secarse la cara, peinarse un poco con los dedos y como remate sacar un pintalabios del bolso y pintarse los labios fue lo mas sensual que habia visto nunca, tanto como para sentarse mas erguido y recolocarse la camisa tirando de ella hacia abajo. Era preciosa, sexi. Media melena morena y algo ondulada que envolvia una cara pequena en forma de corazon, lo que mas resaltaba era sus ojos. Una mirada verde marina, grande, limpia, atrayente. El taxista no podia apartar los ojos de aquellos labios ahora rojos pasion, pasion que despertaba en el aquella boca de pinon. Sin hacer referencia a un cuerpo menudo pero con unas marcadas curvas que le hicieron hervir la sangre. Ella, ajena a los pensamientos de el, habia perdido la vista en la ciudad que un cristal cubierto de lluvia dejaba entrever. --Espero que no vaya con el tiempo justo, entre que es domingo por la noche y la lluvia esto es un caos. --No, lo imaginaba y voy con margen. Ademas el viaje ha resultado nefasto. --?No le ha gustado Paris? --pregunto el, feliz de poder empezar a hablar con ella, nada le apetecia mas. --La ciudad es preciosa pero me voy con las manos vacias. --?Venia con el o pensaba encontrarlo aqui? --No sabia porque le habia preguntado eso, pero queria saber todo de ella. --?El que? --inquirio ella sin entenderle. --El amor. --Era un tema de recurso para un taxista de Paris. --?Perdon? --dijo y antes de que pudiera contestarle le dejo claro que si que habia entendido-- No, se confunde. --?Y entonces a que ha venido? --insistio. Levanto un poco la vista, lo suficiente para verla a traves del retrovisor, parecia molesta y eso lo inquieto. --Por lo que se ve a darle conversacion a un taxista --contesto sin pensar. Una vez dicho se dio cuenta de lo mal que habia sonado y lo poco educado de la misma. Tanta espera tenia que valer para algo mas... aunque tenia que reconocer que le gustaba que no se lo pusiera facil. <> se dijo Paul. --Perdone, solo intentaba hacer mas ameno el viaje --se justifico... pensando en que decir para seguir pudiendo hablar con ella. Pero nada se le ocurria. --He venido buscando un olor --le informo Chloe al cabo de unos minutos. --Un olor... ?en la ciudad? --Estaba sorprendido. --Soy, o mejor dicho, quiero ser perfumista. Acabo de terminar Ciencias Quimicas y para entrar en Givaudan, la mejor escuela del mundo de perfumistas, tengo que dar con una excelente idea para la presentacion... --?Y que esperaba encontrar exactamente? Croissant, cafe, curry, especias, pis, y otros excrementos, humo, contaminacion... no veo yo donde esta esa inspiracion para un perfume... --Queria plasmar el olor del Paris nostalgico, el que todos los romanticos le venga a la memoria al pensar en la ciudad del amor. El Paris que inspiro a tantos artistas de la pluma como Hemingway, a los de pincel como Dali, a los de la alta costura... queria esa inspiracion... un perfume son emociones, son recuerdos...

  • Sexo en Fantasia de Gema Perez

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    Hechizada por el Elfo Oscuro: Romance Paranormal y Fantasia Oscura
    Nueva York es la “ciudad que nunca duerme”.
    Pero en las sombras es mucho mas que eso.
    Todos piensan que llevo una vida normal.

  • ?Quien le teme al lobo feroz? de Blanca Santoro

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    LA VIDA NO ES UN CAMPO DE BATALLA; o por lo menos nunca lo fue para mi hasta que conoci a mi lobo particular, entonces se convirtio en una guerra por mi supervivencia. Claro que yo no era consciente de que, con cada capitulacion, sacrificaba una parte de mi. Yo era de las que creia que todos en algun momento de nuestra vida sacrificamos algo en nombre del amor: ya sean los amigos, la familia o, hasta, el trabajo. Era una de esas normas no escritas de la vida por la que todas las parejas pasamos. Un dejar atras para poder avanzar. Sin embargo, cada vez que renunciaba a algo, perdia una parte de lo mas valioso que poseia: a mi misma.
    Claro, hasta el dia en que Alejandro se cruzo en mi camino.
    A partir de ese dia, todo cambio.

  • El escudo de Hugo de Saray Ramirez

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    El ingenio y la maldad a veces se toman de la mano dando lugar a escenarios terribles; horrorosos eventos de dificil digestion para cualquier individuo cuerdo. Tras crecer entre frustraciones y harto de vivir disfrazado, Hugo fantasea con la idea de conocer a alguien que no le condene por ser un monstruo. Y es entonces cuando, por causas del azar, acaba tropezando con Mijail, un artista que pese a sentirse contrariado con sus obras, representa la violencia en cada cuadro con suma maestria. Conmovido ante tal descubrimiento y sintiendo que al fin ha hallado lo que tanto buscaba, Hugo tratara de lograr su objetivo cueste lo que cueste, incluso si la cordura de un ser humano depende de ello.

  • Jamas te olvidare (Generacion 2) de Elisabeth M.

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    La melodia de "Lonely Boy" de los Black Keys me desperto de mi fugaz sueno. Siempre que oia esa cancion me acordaba de los cabrones de mis amigos, se mofaban de mi porque decian que estaba hecha a mi medida. Basicamente que me hacia viejo por esperar al amor de mi vida. Me dolia practicamente todo el cuerpo pero tenia que descolgar, podria ser trabajo. La maldita crisis laboral que se estaba viviendo me habia golpeado de lleno. Tenia un buen trabajo en una emisora de radio como tecnico de sonido. Me iba muy bien, pagaba el alquiler de mi diminuto piso en Londres y podia permitirme unos caprichos de vez en cuando. Hasta que se acabo. Ahora no me quedaba otro remedio que hacer trabajos precarios de todo tipo. Jeff me estaba llamando y seguro que era faena. El muy cabron estaba muy bien colocado. --Dime, colega --dije al descolgar el telefono. --Hey tio, ?como lo tienes para encargarte de una mesa esta noche? -- Era una oferta de tecnico de sonido, de puta madre --. ?Estabas sobando? --Si Jeff, anoche tuve que encargarme del sonido de un puto evento electronico -- Fue insoportable --. Sabes que estoy bajo minimos y que cualquier oferta me sirve, si hace falta me arrastraria por el barro por unas cuantas libras. --Vale, pues ven al "Koko 1" volando. No me falles, te he recomendado como un loco para que sustituyas a un gilipollas. Piensan que nos soplamos las nucas, asi que mas vale que lo hagas bien y tendras trabajo para una buena temporada. Tienes la oportunidad de irte de gira por toda Europa. --?Quienes son? -- Necesitaba saber a quien me iba a encontrar, si el grupo me gustaba tendria mucha mas motivacion. --"Vulcano", lo estan petando -- mi colega noto mi resoplido --. Es trabajo tio, no tienen por que gustarte. Y la guitarrista esta tremenda. --Ya sabes lo que pienso de los musicos prefabricados, pero ahora mismo voy para alli. Colgue el telefono. De un salto me meti en la ducha y con otro sali de ella. Me vesti a toda prisa. En ese momento agradeci que mi piso fuera diminuto, era ligeramente ordenado pero no en exceso. Asi que la tarea de buscar mis cosas se reducia bastante. Cogi la bici y fui hasta alli como un rayo. Estaba motivado por la necesidad de tener un empleo que me devolviera la estabilidad que tenia hace seis meses. Encontrar a una chica que me cambiara la vida y disfrutar de ella. Harto de tener que hacer maravillas para poder pagar el piso. No queria volver a casa de mis padres, no por ellos, sino porque una vez de vuelta a mi pueblo natal, se acabaria mi carrera profesional. No estaba dispuesto a eso. Ancle la bici contra una farola y entre decidido. Me tenia que dejar la piel. Sabia que si conseguia el trabajo tendria que lamerle el culo a Jeffrey durante mucho tiempo. Seria muy bueno conseguir engancharme a algun grupo, aunque no me gustara en absoluto la musica que hacian. Por lo general me gustaba toda, pero ultimamente no encontraba algo que me motivara en las novedades de los ultimos anos. Jeff me esperaba en la puerta del recinto. Nos dimos un abrazo a modo de saludo y le agradeci que pensara en mi. --Tranquilo tio, a ver si al final voy a pensar que estas dispuesto a soplarme la nuca por el curro -- Era un cabron que iba de gracioso --. No en serio, eres el mejor tecnico de sonido que conozco para el puesto. El que se ha ido era un autentico payaso, asi que no lo puedes hacer peor. Aunque tienes un careto horrible. --Necesito el trabajo. No pensaba que a estas alturas me veria asi -- Era una mierda tener que suplicar trabajo por calderilla --. Con un cafe me cambiara el careto. --Tu limitate a no cagarla y haz lo que sabes hacer. Se que el puesto es tuyo, eres perfecto para hacerlo -- le dio una ultima calada a su cigarro --. Vamos dentro y te presento al equipo. Entramos alli y fuimos directos a la zona de control. Me presento a unos cuantos companeros mientras tomabamos algo de cafe. Al menos consegui recuperarme un poco de la noche anterior. --Jeff, ya era hora que trajeras a chicos guapos. Asi se trabaja mejor -- dijo una chica encima del escenario. Estaba colocando los Jacks. --No te distraigas Carlee, o si no la jefa te echara bronca --dijo Jeff sonriendo. --A sus ordenes jefe, pero que conste que es tu culpa. Cualquiera no se distrae con chicos asi -- Me guino el ojo desde alli arriba. Soy un tio bastante ligon, pero muy reservado. Muchas veces, por el simple hecho de ser tan timido, he acabado solo las noches de fiesta. Por eso me gane el apodo de "Lonely Boy". Despues de las presentaciones oficiales, me dieron indicaciones de la mesa de mezclas y demas. No tendria ningun problema, estaba acostumbrando a ese trabajo. Al fin y al cabo, el tecnico de sonido era uno mas en el escenario. Me notificaron que el grupo se pasaria por alli para hacer las pruebas. --Ya veras Dom, es una maquina -- Mi amigo parecia prendado de la guitarrista de aquel grupo --. Es una lastima que en la retaguardia tenga al novio vigilando. Vaya pedazo de mujer. --Lo que tu digas, pero una cara bonita es solo para vender mas -- Era mi opinion --. Siempre he pensado que estos grupos, en los que se explota tanto el fisico de un integrante, estan generados para ganar pasta. Pero a mi ya me vale mientras me den el trabajo. --Cuando acabe la noche volveremos a tener la misma conversacion. A ver si opinas lo mismo -- Mi amigo me guino el ojo y me dejo alli solo con otros dos chicos. Uno de ellos estaria conmigo controlando las luces del escenario. Mantuvimos una pequena charla hasta que llegaron los primeros componentes del grupo. --Minerva y Chris no pueden venir --dijo uno de ellos mientras cogia una guitarra. --Carlee y Jeff, os necesitamos aqui arriba --ordeno otro que cogia el bajo. --?Problemas en el paraiso? --preguntaba Jeff mientras se sentaba en la bateria y Carlee cogia la guitarra. --Estoy hasta los huevos, es insoportable. Como esten toda la gira asi renuncio -- Volvio a hablar el guitarrista. --Bueno, dadles tiempo -- Me dio la sensacion de que Jeff los conocia bastante bien --. Por cierto, os presento a Dominik, sustituira a Carlos. Es un profesional, un tio serio y responsable. Estoy convencido de que es nuestro chico. --Hola Dominik, yo soy Ansgar --dijo el guitarrista --. Y mi hermano Mikkel en el bajo y la voz. --Encantado --dije desde alli levantando la mano. --Bueno, empecemos con esta mierda -- Mikkel iba por faena. Por primera vez en mucho tiempo me sentia comodo trabajando. Tuve suerte de haber controlado aquella sala alguna vez. No era de las mas grandes pero tenia buena acustica. Conecte bastante rapido con aquellos tipos. Parecian buena gente.

  • ?Cuanto pesan las nubes? de

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  • Fuego, hierro y sangre de Theodore Brun

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  • Sin red (Serie Hacker 2) de Meredith Wild

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    A pesar de su caracter controlador, Blake Landon, el joven y rico hacker, ha conseguido por fin ganarse la confianza de la mujer que ama.
    Por su parte, Erica Hathaway, creadora de una red social de moda, ha accedido por fin a darle una oportunidad a Blake.
    Dispuestos a empezar juntos una nueva etapa, Erica esta decidida a no dejar que nada se interponga entre ellos, aunque para ello deba cederle el control a Blake dentro y fuera de su dormitorio.
    Pero cuando los demonios del pasado amenazan su futuro, Erica toma una decision que podria cambiar sus vidas para siempre.

  • El increible viaje de las plantas de Stefano Mancuso

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    Desde la publicacion de Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal, Stefano Mancuso se ha convertido en un referente ineludible en el conocimiento de la fascinante realidad de las plantas. Suponen el 99,7% de la vida del planeta y sobrevivirian sin los animales mientras que nosotros desapareceriamos inmediatamente en un mundo sin ellas. Si en sus libros anteriores Stefano Mancuso nos descubria que las plantas son sensibles, se comunican e intercambian informacion, duermen, tienen memoria, cuidan de sus hijos, toman decisiones, resuelven problemas y nos mostraba lo que las plantas nos ensenan para resolver los multiples desafios del futuro, en este su nuevo libro se centra en algo que la evidencia parece negar: que las plantas se mueven y viajan.

  • Apostando todo (Poker Guy 1) [LGBTI] de Gabriele Foncis

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    Aiden debe recoger a su hermano que llega a los Angeles desde Miami, pero al encontrarlo advierte que Ansel se hallaba en compania de un misterioso y atrayente joven de nombre James, al que Ansel habia conocido durante el vuelo.

  • El destino de Elisabeth de Laura Frantz

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    Lady Elisabeth Lawson lleva haciendo encajes desde que tenia cinco anos. Su tranquilo mundo se pone patas arriba cuando en el Williamsburg colonial la paz salta por los aires en visperas de la Revolucion Americana. Su prometido la abandona y por si fuera poco, la acusan de ser una espia britanica. Todos odian a los britanicos, asi que ella se queda sola, sin nadie que la apoye salvo Patriot Noble Rynallt, un hombre que ya tiene suficientes enemigos de por si. ?Y que hacer ahora? ?Podra confiar en el? ?Se quedara con los revolucionarios o se mantendra fiel a sus raices britanicas?

  • Ciega traicion. Donde nace tu vuelo, libelula de Genne L. Paris

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    Armando Sanfield es un hombre de personalidad fuerte, con una trayectoria politica intachable y una gran carga emocional en su alma… Dedicarse a su carrera diplomatica era su prioridad, por lo que dejo de lado cualquier relacion personal que lo desviara de ese proposito. Distante, callado e intransigente, es como lo describen quienes se relacionan con el. Sin embargo, en la vida se tejen senderos que son imposibles de evadir…, porque escapar nunca fue una opcion. Asi, lejos de su tierra natal, una eslava de ojos azulados y piel perlada le robara el corazon, convirtiendose en su bendicion y... ?en su condena? Pero ?acaso puede sobrevivir un gran amor a la sospecha de haber sido traicionado? ?Que se es capaz de hacer por despecho? ?Conseguira un alma atormentada y herida encarcelar el dolor con tal de no perder lo que mas ama? Odiar y amar a la vez, ?es eso posible?… ?Donde esta la frontera entre la razon y la locura? El destino, imprevisible, lanza sus redes al viento como hojas marchitas de otono que se tejen entre si, enlazandonos a nosotros y, a veces, marcando el futuro de aquellos a los que tanto amamos… Descubre en este relato los detalles de un pasado que pueden resquebrajar la historia de Armando e Ivanna… Un gran amor, una ardiente pasion. Dos culturas diferentes y una dolorosa duda que te llevara con ellos a descubrir… Donde nace el vuelo de una libelula…

  • Lo nuestro es de otro planeta de Emma Mars

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    Un viaje puede cambiarlo todo. Un viaje de trabajo, de ocio o del corazon puede convertirse en el comienzo del resto de tu existencia. Cuando Diana llego a Madrid era jueves por la manana. Parecia un dia normal, aburrido y rutinario, de esos en los que suena el despertador, te despiertas de mal humor, resignada, y te diriges a una gris estacion (todas lo son) para tomar el primer tren del dia. El AVE desde Sevilla que debia coger con destino a Madrid partia a las siete en punto de la manana, ni un minuto antes ni uno despues. Hacia frio, el amanecer quedaba lejos y algunos viajeros se soplaban las manos para entrar en calor. Cargada con una ligera mochila al hombro, Diana se dirigio a la cinta mecanica reprimiendo un bostezo. Sostenia en una mano el programa del congreso al que asistiria los proximos dias. En la otra, un billete de tren que le tendio a un revisor igual de adormecido que el resto de los presentes. Todo parecia aburridamente rutinario. La superficie blanca del convoy resplandecia bajo los brillantes halogenos de la estacion y los ultimos pasajeros apuraban sus cigarrillos en el anden ante la mirada reprobatoria de algunos viajeros. Nada aventuraba lo que sucederia pocas horas despues. Diana entro distraida en el vagon que le habia sido asignado. Tomo asiento, recosto la cabeza contra la ventanilla y a los pocos minutos cerro los ojos presa de un agradable balanceo. Siempre le habian gustado los trenes, su transcurrir lento y cadencioso, los diferentes paisajes deslizandose por la ventanilla como el convoy lo hacia por sus railes. Recordo antes de quedarse dormida que el hombre del tiempo habia anunciado fuertes tormentas en Madrid para los proximos dias. Pero al cabo de un rato el sol andaluz empezo a asomarse con fuerza, transmitiendole una sensacion de paz que solo se quebro cuando el tren llego a su destino. Negras. Nubes negras prenaban todo el cielo madrileno y Diana no pudo evitar bufar con desesperacion cuando piso la calle y los transeuntes corrian para guarecerse de la lluvia. De eso hacia ahora un dia, pero el humor de Diana seguia igual de agitado que el pronostico meteorologico. ?La razon? Saber a ciencia cierta los motivos por los que su jefe la habia elegido a ella para acudir a ese congreso. <>. Javier la llevo a un aparte para hablarle del tema, pero Diana estaba desconcentrada. Solo podia pensar en lo mucho que le repugnaba su aspecto. Su jefe era un hombre bajito y desalinado. Sus hombros solian estar nevados de caspa y odiaba que le hablara tan cerca y su aliento oliera a cebolla y ella pudiera atisbar con claridad los pelillos negros y duros como cuerdas que brotaban de su nariz y orejas. <>. Javier la observo fijamente, a la espera de su respuesta. La miraba confuso, como si acabara de comunicarle que era la empleada del mes o que habia ganado una inmensa cesta de Navidad y esperara una reaccion de jubilo por su parte. Todo lo contrario. Diana no deseaba asistir al congreso y evito gesticular siquiera. El silencio era su gran aliado en estas ocasiones. <>, carraspeo Javier. Y se rasco la nuca profundamente incomodo con su silencio. <>. Fundamental. Esta palabra formaba ya parte de su idiosincrasia laboral tanto como lo hacian los ordenadores o los lenguajes de programacion. Javier era muy dado a utilizarla y Diana a veces no podia evitar repetirla mentalmente. Fundamental esto, fundamental aquello. El la usaba sobre todo cuando pretendia ocultar sus verdaderas intenciones. Diana no le culpaba por ello. Sabia que era poco inteligente decirle a una empleada: <>. Y por eso estaba en Madrid. Resignada. Malhumorada. Asqueada con una mala suerte que parecia haberle tomado carino. Con el descontento anadido de que este era uno de los congresos mas aburridos e interminables de cuantos habia asistido. Todos ellos solian ser eventos soporiferos protagonizados por ponentes pretenciosos y encantados de haberse conocido. Pero este era, si cabe, todavia peor. Estaba lleno de gurus de medio pelo a los que se sentia incapaz de prestar atencion. <>, escucho que decia en ese momento el ponente de turno. <>. Diana reprimio un bostezo y se esforzo por mantener los ojos abiertos, aunque estaba deseando que el dia concluyera para poder regresar cuanto antes al confort de su hotel. Ocho horas de soporiferas ponencias le parecian suficiente tortura. Diez minutos despues se escucharon por fin los aplausos de los alli congregados y Diana sonrio con alivio: el congreso habia terminado y no lo dudo ni un instante. Tomo su mochila, se la puso al hombro y alcanzo la salida antes de que los aplausos hubieran dejado de escucharse. El manto de la noche habia cubierto Madrid cuando abrio la puerta del recinto y puso el primer pie en la calle. El aire parecia cargado de una ansiedad electrica, densa y fastidiosa. La Castellana era un avispero de coches cuyos conductores, enfurecidos, utilizaban el claxon como via de escape a su propio nerviosismo. Cada vez que uno de ellos se despistaba unos segundos, los otros le recordaban a bocinazos que habia tardado mas de la cuenta en arrancar su vehiculo. Diana se contagio muy rapido del mal humor reinante. Cruzo la larga avenida tratando de esquivar los coches que se habian detenido con prisas sobre el paso de peatones; inquieta y enfurrunada, respiro hondo cuando por fin consiguio llegar al otro lado. Las grandes ciudades solian tener este efecto en ella. La multitud de coches, peatones y luces parpadeantes le hacian sentir chiquitita, enjaulada, y estaba tan deseosa de poner tierra de por medio que incluso el agujero del metro, atestado de gente, le parecio un buen escondrijo en el que guarecerse de la jungla de asfalto madrilena. Se subio al vagon y en la barandilla una fila de manos: peludas, suaves, de manicura cuidada, dedos largos y finos, de unas comidas, pintadas o sucias. Cuerpos que se mantenian de pie por inercia, la presion de unos contra otros. Conecto su reproductor de musica e hizo un recuento rapido del numero de estaciones que le quedaban para llegar a su destino. Habia mas de cincuenta hoteles cerca del Palacio de Congresos de Madrid. Cincuenta. Y sin embargo, el suyo se encontraba a las afueras, a varias paradas de metro. Eso significaba que al dia siguiente tendria que levantarse bien temprano para atravesar la ciudad de punta a punta hasta llegar a la Estacion de Atocha. Una autentica perdida de tiempo. ?Cuantos anos llevaba trabajando para Javier? Toda su carrera profesional. ?Y que es lo que habia logrado? Practicamente nada. Su sueldo seguia siendo el mismo y habia veces en las que su jefe la trataba como a la nina de los recados. Diana habia visto ascender a muchos de sus companeros en la mitad de tiempo que ella llevaba trabajando para la empresa. Pero, claro, ellos si se quejaban y, ademas, ?para que negarlo? Eran hombres. A ojos de Javier eso siempre suponia una ventaja. La megafonia del metro anuncio por fin que la siguiente era su parada. Las puertas se abrieron y la marea humana salio a la vida. Diana se encontraba tan cansada que no le importo ser arrastrada por un ovillo de cuerpos ansiosos por salir de las fauces del metro. Con dedos ateridos por el frio, se coloco la capucha, hundio las manos en los bolsillos de su abrigo y apresuro el paso mientras se adentraba en la oscuridad de la noche. La tormenta habia provocado un fallo electrico que fundio varios tramos del alumbrado publico. Los semaforos tampoco funcionaban y Diana se encogio de frio y miedo, tratando de no detenerse demasiado en el hecho de que las calles estaban desiertas y concentrarse en los placeres que aguardaban por ella en la habitacion del hotel. Ciertamente, no era un alojamiento de cinco estrellas --la alcoba olia a cerrado, la decoracion y los muebles parecian escasos--, pero se conformaba con poco. Le bastaba con una ducha de agua bien caliente y un momento de paz. Llamaria al servicio de habitaciones, pediria algo ligero pero sabroso y veria cualquier programa de television hasta quedarse aturdida en la comodidad de su cama. En ese momento cualquier cosa le parecio mas apetecible que caminar bajo la lluvia, expuesta a los vientos racheados de la tormenta. Transcurrieron unos minutos hasta que pudo distinguir a lo lejos la entrada del hotel. Esto le hizo sonreir. Los hoteles tenian algo especial, una esencia diferente, invitadora, no sabria explicarlo. Le sugerian historias descabelladas, romances prohibidos, encuentros entre personas con la peor de las intenciones. En los hoteles se alojaba gente tan variopinta que, incluso con su imaginacion desbordada, le resultaba dificil conjeturar todo lo que podia acontecer entre sus paredes. Asesinatos. Traiciones. Conspiraciones. El cielo de lo incorrecto era el limite. Por desgracia, ella era solo una humilde programadora cuya estancia alli no tenia nada singular. Al menos, hasta ese momento. Su destino parecio cambiar cuando advirtio por el rabillo del ojo un bulto tendido sobre la acera. Era tan voluminoso que resultaba imposible no reparar en el, enseguida llamo su atencion. Lo miro con recelo al principio, pero siguio caminando, sin saber de que se trataba. La miopia de Diana le impedia ver con nitidez a cierta distancia y sus gafas estaban en el interior de la mochila. Entorno los ojos para intentar averiguar que era. Tal vez una bolsa de basura. O los despojos de alguna construccion cercana. Habia un solar vacio justo al lado, bien podia tratarse de algun desecho procedente de alli, se dijo a si misma, intentando restarle importancia. Entonces algo la obligo a detener su marcha. Se paro en seco al ver que el bulto se estaba moviendo. ?A lo mejor habia sido el viento? Diana entorno todavia mas los ojos hasta convertirlos en dos rayas paralelas a ambos lados de su nariz. Le costo esfuerzo, pero acabo confirmando que no se trataba del viento: algo muy vivo se retorcia en ese solar vacio, a merced de la tormenta. Miro a ambos lados de la calle, confundida, sin saber que hacer. A veces se asustaba por nada pero trato de controlar sus nervios. Necesitaba pensar con claridad, asi que respiro hondo y se acerco con cautela al bulto. ?Un perro? ?Algun animal? ?La atacaria si se acercaba demasiado? Dio un paso, dos, mientras el bulto iba tomando forma, mostrandose menos borroso. Cuando lo vio con total claridad, no pudo evitar reprimir un grito ahogado. Aquello no era un animal ni basura ni nada similar. Muy al contrario: habia una mujer tendida en el suelo y parecia desmayada. La sorpresa de su descubrimiento la hizo sentir aturdida, no sabia que hacer. Tenia que haber alguien en los alrededores que pudiera ayudarla, ?no? Aquella mujer no podia estar sola, abandonada en un solar como la colilla de un cigarrillo. Diana se giro en redondo aunque no tenia muy claro que estaba buscando; tal vez solo alguien que pudiera asistirla, pero no habia nadie en los alrededores. La unica senal de vida humana era el destartalado letrero de una cafeteria cercana; sus luces chasqueaban como pidiendo auxilio. Esperanzada, advirtio que el dueno echaba en ese momento la reja para dar la jornada por concluida. --!Eh! !Espere! !No se vaya, necesito ayuda! Le grito con todas sus fuerzas, pero el viento ululaba con impetu y la lluvia se estampaba furiosa contra el asfalto, por lo que el hombre no fue capaz de escucharla. Diana intento acercarse, pero el se metio enseguida en el coche y arranco el motor para quedar engullido por la negrura nocturna como todo lo demas. Estaba sola, completamente sola, y habia una persona tendida en la acera que necesitaba asistencia. ?Que debia hacer en un caso asi? Diana no recordaba haber estado jamas en una situacion semejante. Por esos caprichos que tiene la memoria, recordo una noticia que habia leido unas semanas atras en el periodico: <>. Tenia veintiseis anos, nadie sabia que le habia ocurrido, los medicos no consiguieron explicar la causa exacta de su fallecimiento. Ningun familiar reclamo su cuerpo. Aparecio de la nada y se fue del mismo modo. Al leer la noticia habia sentido unos escalofrios similares a los que experimentaba ahora. ?Seria este un caso similar? ?Y ella la desafortunada que se habia topado con el? Mientras luchaba por mantener a raya su ansiedad, intento ver la cara de la mujer, pero desde su posicion solo consiguio advertir parte de su melena. Podia tratarse de cualquiera: una sin techo a la que la tormenta hubiera tomado por sorpresa; una adolescente fugada de su casa tras pelearse con sus padres; la enferma que se escapo de un manicomio (esta opcion no le gustaba demasiado) o el cadaver que un asesino habia dejado alli tendido porque no se le ocurrio mejor lugar donde esconderlo (improbable, pero posible, ?por que no?). La mente de Diana se hacia preguntas sin respuestas, pero la sospecha de haber encontrado un cadaver hizo que palideciera subitamente. Antes le habia dado la impresion de que se movia, aunque podia haberlo imaginado. Necesitaba acercarse para comprobarlo. Asi lo hizo, muy despacio, hasta que quedo arrodillada al lado de la desfallecida y pudo reparar en su aspecto. Tenia el rostro liso y palido, una frente tersa y la piel casi perfecta, sin una sola mancha a excepcion de un extravagante maquillaje. Calculo que rondaria la treintena y le tranquilizo ver su placido gesto de inocencia. El sereno rostro de la mujer no encajaba con la escena, tenia la cara de alguien que deberia estar en su casa viendo el telediario y disfrutando de una cena caliente en compania de algun ser querido. Y sin embargo, alli estaba, tirada en un solar, abandonada a su suerte. Diana comprobo de inmediato que su pecho subia y bajaba al compas de su respiracion y le alivio saber que no saldria en las noticias explicando como se habia encontrado un frio cadaver bajo una fuerte tormenta. Finalmente, coloco una mano sobre el hombro de la desconocida y la meneo con suavidad para intentar despertarla. Hacia frio, pero su cuerpo estaba caliente. --Oiga, ?puede escucharme? ?Se encuentra bien? No obtuvo respuesta. Parecia profundamente dormida o desmayada. Lo intento de nuevo, ahora elevando el volumen de su voz: --?Puede oirme? ?Se encuentra bien? Nada. La lluvia seguia cayendo sin piedad, tiritaba de frio y a Diana se le agotaban los recursos. Haria bien en delegar el caso a la policia y dejar que ellos se ocuparan. Pero cuando estaba a punto de marcar el 092 unas luces de intenso color azul quebraron la noche. Todavia arrodillada en el suelo, miro por encima de su hombro para ver que se trataba de un coche de policia: --?Se encuentra bien, senorita? --Le pregunto un agente, sacando la cabeza por la ventanilla. --Yo si, pero me temo que ella no. !Acabo de encontrarmela asi! El policia estiro el cuello. Desde donde estaba no parecia capaz de ver a la mujer desmayada. Tomo una gorra del salpicadero del coche, se la calo hasta las orejas y se acerco con cara circunspecta. --Estaba a punto de llamarles. --?Es familiar suya? --?Que? No, no. Yo solo estaba de camino a mi hotel. Acabo de encontrarmela. El agente se arrodillo junto a la mujer y presiono sus dedos contra la muneca. Espero unos segundos en los que la ansiedad reinante parecio detener el tiempo. --No tiene pulso. Diana abrio los ojos de puro terror. ?No estaria el pensando que...? --Agente, le juro por lo que mas quiera que yo no la he matado. Yo solo pasaba por aqui, yo solo queria... --Tranquilicese, por favor --le ordeno el policia en tono imperativo--. No estoy diciendo que la haya matado. ?Ve? Esta respirando. Diana se fijo en que efectivamente respiraba, tal y como ella misma habia comprobado minutos antes. Necesitaba tranquilizarse. Nadie la estaba culpando. No era una sospechosa, solo un testigo. Es que no has hecho nada, idiota, se recordo con enfado. --?Entonces? ?Que es lo que quiere decir? --Que no soy capaz de encontrarle el pulso. ?Tiene idea de que ha podido ocurrirle? Nego con la cabeza. --Ya estaba asi cuando yo llegue. --?Y sabe si tiene documentacion? Diana volvio a negar con la cabeza. Por supuesto que no lo sabia. ?Acaso el creia que se atreveria a meter la mano en el bolso de una extrana? La simple idea conseguia ofenderla. Estuvo a punto de hacerselo saber, que todavia existia gente decente y con modales, pero ya no le prestaba atencion. El policia se meso la barbilla con gesto preocupado, quiza arrepentido de haber detenido el coche para asistirla. Tiene cara de Gonzalez y de ser un bonachon, penso. Seguro que su esposa le recomienda siempre que haga la vista gorda como hacen otros de sus companeros. <>. Pero Gonzalez no es asi. A el le gusta ser diligente en su trabajo, es un caballero y si ve a una damisela en apuros es incapaz de no pararse a echar un vistazo. Agente Gonzalez, no le conozco, pero sepa usted que ya me cae bien. --Quedese aqui, ahora vuelvo. Gonzalez se incorporo entonces y fue hasta el coche para hablar por radio con la centralita. Ella no era capaz de escuchar lo que decia, pero empezaba a sospechar que la noche se alargaria porque no podria irse hasta que el agente se lo permitiera. Esto le hizo resoplar con desesperacion. No solo tenia que aguantar horas y horas de un congreso horrible y alojarse en un hotel ubicado en el otro extremo de la ciudad, sino que ahora se veia obligada a esperar bajo la lluvia. Sin cena, sin ducha, calada y tiritando de frio hasta que Gonzalez lo considerara oportuno. Agente Gonzalez: no le conozco, pero sepa usted que ya no me cae tan bien. Fastidiada, se arrebujo en su abrigo para no sentir el frio que estaba empezando a calar sus huesos. Anhelo tener algo con lo que entretenerse mientras esperaba, pero sintio miedo de sacar el movil por si el policia la llamaba al orden. Fue en ese momento cuando la mujer empezo a parpadear. --!Gonzalez! --grito Diana con todas sus fuerzas. El policia la miro confundido y entonces se dio cuenta de que no estaba segura de que se llamara asi--. !Agente! !Venga! !Se ha despertado! Gonzalez solto enseguida el aparato de radio y acudio presto a su encuentro. Se arrodillo junto a la mujer: --?Puede oirme? ?Se encuentra bien? Cuando volvio en si, la desmayada parpadeo durante unos segundos con desconcierto, parecia aturdida. Los observaba como si no recordara como habia acabado alli o por que. Tenia el mismo gesto aletargado de quien despierta de un largo y profundo sueno. --?Se encuentra bien? --repitio el. Transcurrieron unos segundos hasta que la mujer dijo por fin sus primeras palabras: --Ich bin gut, danke. Diana miro al policia para ver si la habia entendido. Los idiomas nunca habian sido su fuerte. Sabia un poco de ingles, sobre todo palabras relacionadas con el lenguaje de la programacion, y en el colegio habia aprendido algo de frances. Pero estaba casi segura de que la lengua que habia empleado para comunicarse con ellos no era ninguna de las dos. --Creo que habla aleman. Gonzalez fruncio el ceno como si este nuevo contratiempo le fastidiara, pero no por ello cejo en su interrogatorio: --Senorita, ?habla nuestro idioma? ?Entiende lo que le digo? La mujer pestaneo entonces muy rapido. Al principio Diana penso que no habia entendido la pregunta. Normal, es alemana, lo maximo que sabra decir es "cerveza", "Mallorca" o "salchicha". Para ella eso explicaba su pintoresco aspecto. Porque su nerviosismo previo le habia impedido reparar en las manifiestas rarezas de la alemana. Al observarla ahora con detenimiento advirtio que tenia media cara pintada con una especie de motivo tribal, los ojos perfilados con lapiz de color negro y el pelo en dos tonalidades: el lado izquierdo era naranja, el derecho azul. --No puede entendernos. Es alemana --razono Diana. Entonces descubrio hasta que punto estaba equivocada: --Oh, lo siento. !Idioma incorrecto! --dijo la mujer, esta vez en perfecto espanol--. No soy alemana, pero me encuentro perfectamente, gracias, muy amable. ?Mejor asi? ?Me entiende bien ahora? Gonzalez la miro sin saber que decir. Observo a Diana en busca de respuestas, pero ella tampoco las tenia. --?Recuerda algo de lo ocurrido? ?La han agredido? --?Agredido? --Se sorprendio la mujer--. Oh, no, solo me cai cuando la nave perdio fuerza. --Senalo un lugar impreciso en la negrura del cielo. Tanto Gonzalez como Diana elevaron la vista como si esperaran ver un avion sobrevolando en ese mismo instante sus cabezas. Por supuesto, lo unico que encontraron fue un cielo negro como la noche y miles de gotas estampandose con fuerza contra su frente. --?Ha dicho usted una... nave? Asintio con vigor. --?Que tipo de nave?

  • No estaras sola de Licena Tuero

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    ?Alguna vez sintieron ganas de dejar todo atras, huir a algun lugar, donde nadie nos conozca, y empezar de nuevo? Fara es una chica de veinticinco anos, cargada de tristezas, errores y decepciones, que ha renunciado al amor. Bautista es el tipico hombre del que te enamorarias a primera vista. Guapo, irresistible, seductor.

  • La teoria de Marie de J. R. Valk

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    Mark es un joven ruso que vive en la ciudad de Samara, en la cual tiene una gran amistad con sus vecinos.
    su pasion por la ciencia y la escritura, le sirven como refugio y esperanza para encontrar respuestas a lo que acontecera en el dia que comience a escribir este diario.
    las secuelas y el desamparo, le haran buscar las raices de los suenos y el pensamiento humano entre libros.
    como lo que desato el comienzo de la sentencia de quienes lo abrazaban, cuando el alma Alemania dormia en un sueno, del cual solo los afortunados lograron despertar.

  • Escribir es un oficio peligroso de Alice Basso

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    Perspicaz, desenfadada, inteligente y divertida, asi es Vani Sarca. Su habilidad para entender la personalidad de cualquiera e imitar a la perfeccion su estilo, la ha convertido en una excelente ghostwriter y, en esta nueva entrega, regresa para enfrentar una de las pruebas mas dificiles de su carrera: escribir un libro de cocina que recoja las recetas y memorias de Irma, la fiel cocinera de los Giay Marin, una de las grandes familias de la alta costura italiana. Sin proponerselo, se involucrara en la peligrosa busqueda por descifrar los motivos que llevaron a la extrana muerte de Adriano, el hijo mayor y heredero de la famosa casa de moda. Solo hay un problema: Vani odia cocinar. Afortunadamente el comisario Berganza pondra a su servicio una vez mas su proteccion, ademas de sus indiscutibles dotes culinarios.

  • Vive mas y mejor de Miquel Porta

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    Uno de los expertos mundiales en contaminacion interna nos ensena en este libro que hacer para reducir los contaminantes en nuestro dia a dia. Si te interesa tu salud y la de los tuyos, no dejes de leerlo y descubrir los toxicos que conviven silenciosamente con nosotros.

  • Muneca Bonita y Rota de Magenta Perales

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    Grayce tenia una vida normal.
    24 anos. Un marido normal.
    Una casa normal. Un trabajo normal.
    Y un secreto bien escondido.

  • La Vendedora de Deseos de Andrew Hesber

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    Existe un lugar distante, uno en donde las estrellas son solo el brillo de enormes faros coronando islas. Las ciudades terrenos flotantes como barcos a la deriva. Y el cielo, un mar multicolor e infinito. Alli, en medio de ese sin fin, viven nuestras dos protagonistas: Isbel y Arlette.Isbel siempre ha sonado con dejar atras su vida en los suburbios de La Ciudadela y comenzar una nueva en el nivel superior, donde la contaminacion jamas podria alcanzarla. Cuando un misterioso noble se cruce en su camino y le ofrezca su fortuna a cambio de participar en un peligroso plan, se embarcara en un viaje lleno de peligros y traiciones que podria cambiarlo todo para siempre. Arlette, sin embargo, es la peligrosa Dama Sanguinaria, una temida Pirata del Firmamento, que esta segura de que la leyenda de la Vendedora de Deseos es real. Empujada por sus demonios internos y rota por el recuerdo de un amor perdido, surcara el Cielo Infinito y se enfrentara al propio destino con tal de ver cumplido su unico deseo: revivir al amor de su vida.

  • No sin ti de Africa Huertas

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    En ocasiones cuando pierdes a alguien importante la vida se detiene, todo cambia de rumbo, todo pierde valor. Cuando sientes un vacio tan inmenso que no puedes respirar, seguir… y entonces sucede. Sucede sin mas. La vida te da una segunda oportunidad para continuar, para valorar lo que habias olvidado.

  • El secreto esta en Sasha de Rafa Melero Rojo

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    El asesino en serie es una criatura de una enorme complejidad y que camina a paso lento y seguro, como un camaleon, cambiante y letal, y siempre al acecho de su proxima victima; algunos pueden cometer sus crimenes durante anos antes de que surja un indicio que ponga a la policia tras su pista. Nadie sabe esto mejor que el sargento de los Mossos d'Esquadra Xavi Masip, que tras el asesinato de la mujer de un empresario barcelones es capaz de atar cabos con el caso de <>, una chica encontrada muerta en un bosque de Girona con una extrana senal marcada en su cuerpo, y enseguida se da cuenta de que no se trata de un crimen aislado. Masip no solo tendra que enfrentarse a un criminal infinitamente cruel, sino que, ademas, debera lidiar con la implicacion de la mafia rusa que controla gran parte de la prostitucion de la costa barcelonesa y con ciertas desavenencias con otros grupos de los Mossos. Por si esto fuera poco, su investigacion hara saltar las alarmas de otros cuerpos policiales y Masip debera incluir en su equipo a la inspectora Andrea Martinez, de la Policia Nacional. Despues de La ira del Fenix y La penitencia del alfil, Rafa Melero vuelve, con su voz mas reconocible, a sumergirnos en un sinfin de emociones mientras acompana al sargento Masip por el laberinto de una nueva investigacion criminal repleta de retos que pone a todo su equipo, y al lector, al limite de sus capacidades.

  • Real Money de Lynda Rees

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    El agente de bienes raices, el novio de Chloe Roberts, el alguacil adjunto Leo Sanders, sospecha que su madre, Ava, mato al rico amante de Ava. El mafioso reformado, su abuelo Tony, se ha recuperado recientemente de la muerte y es otro sospechoso. La vida amorosa de Chloe esta al borde de la distincion, y no puede esconder la nariz de la investigacion. Mientras tanto, el asesino tiene hambre de sangre nueva.

  • Los moteros del MidWay (Serie Completa) de Patricia Sutherland

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    !Las historias de la serie Moteros que siempre has querido leer!

  • No soy la Bella Durmiente de Teresa Camaselle

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    Esta historia empieza con un gato llamado Tesoro.
    Aunque, como empieza de verdad, es con la chica que le gusta al chico que cuida de Tesoro.
    Y no es una historia de "chico conoce chica...", porque Sergio y Sofia ya se conocen, mucho; de hecho fueron novios en el instituto. Pero han pasado diez anos sin verse. Y ahora viven de nuevo en la misma ciudad, y a el se le ha ocurrido mudarse al mismo edificio, y visitarla en el trabajo cada dos por tres… Y su vecino tiene un gato, y viaja mucho, y precisamente durante uno de esos viajes empieza esta historia.
    Fin de semana del 25 de julio de 2010. Ano Santo Compostelano. La ciudad de Santiago llena de peregrinos, turistas y paisanos dispuestos a festejar dia y noche.. Y unos intrusos intentan entrar en casa del vecino del gato. Y todo termina por liarse…
    Sorpresas, robos, persecuciones, diamantes en bruto, amigas bienintencionadas, novios olvidadizos, policias mosqueados, extranjeros sospechosos, gatos desquiciados, familiares extravagantes, sol, playa, pimientos de Padron, tarta de Santiago...
    Y Sergio y Sofia... que ya no pueden resistirse mas a su destino.

  • Un perverso encanto de Candace Camp

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    Ella es demasiado puritana, a el le gusta transgredir las normas sociales, pero tendran que trabajar juntos para vencer aquella fuerza oscura.
    A Lilah Holcutt le disgusto Constantine Moreland desde el primer momento en que lo vio. Tal vez fuera guapo, pero tambien frivolo, brusco, impulsivo y, lo peor de todo, un libertino. Pero, cuando el hermano gemelo de Con se caso con la mejor amiga de Lilah, ella empezo a verlo mas de lo que le habria gustado. Y, cuando las hermanas de Con sufrieron un misterioso secuestro, la propia curiosidad y terquedad de Lilah terminaron por imponerse, de manera que se encontro comprometida a fondo con la investigacion de Con.

  • El lenguaje oculto de las olas de Johan Varo

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    UNA NOVELA DESCRITA CON EXQUISITEZ, UTILIZADA COMO VINCULO
    DE LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE REPRESENTACION DE LAS COSAS
    MAS BELLAS Y MUESTRARIO DE LA COMPLEJIDAD CULTURAL Y
    COSTUMBRISTA DEL SIGLO XXI.
    Al borde de la muerte, asi comienza esta inocente y atrevida historia que rompera con todos los estereotipos.
    La vida de Jack Tylor no ha sido facil, desde su adolescencia tuvo que asumir demasiadas responsabilidades. Tras la tragica muerte de su padre, Jack decide dejar su pequeno pueblo y comenzar una nueva aventura en la capital, embarcandose asi en un escalofriante viaje por su mundo interior que le llevara a descubrirse a si mismo. Nuestro protagonista se adentrara en una voragine pasional aun desconocida para el, donde la intensidad del deseo le obligara a sopesar el valor de la ambigua amistad existente con el atractivo, interesante y enigmatico Alberto Di Vaio, en la que los sentimientos se hallan separados por una efimera linea. Y cuando por fin las aguas parecian haberse calmado, un inesperado suceso volvera a sorprender a Jack como nunca imagino.
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  • Cuentos de Antonio Tabucchi

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    La maestria literaria de Antonio Tabucchi no se plasma solo en sus novelas, sino que tambien impregna su produccion cuentistica. Reunimos en este volumen los cinco libros de relatos del escritor italiano (aunque portugues de adopcion), que permiten valorar su virtuoso dominio de la forma breve, asi como la variedad de sus tematicas y sus escenarios.
    El lector se topara aqui con una Toscana secreta y embrujada, con las calles de Lisboa, Estambul, Varsovia y Bucarest, con un tren que hace el recorrido entre Bombay y Madras, con un Berlin por el que deambula un ex agente secreto que espio a Bertolt Brecht y con las historias de ballenas y balleneros de las Azores que configuran Dama de Porto Pim.
    Y aparecen perdedores que nunca se dan por derrotados, viajeros sin rumbo, contadores de historias, personajes sacados de El gran Gatsby e incluso algun fantasma. Todos ellos protagonistas de unos cuentos cosmopolitas y filosoficos, que condensan todas las virtudes -elegancia, sutileza, capacidad evocadora, profundidad- de ese escritor portentoso que fue Antonio Tabucchi.

  • El camino fantasma de Pat Barker

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    Esta novela, que cierra la trilogia de Pat Barker sobre la Primera Guerra Mundial, merecio el Premio Booker en 1997, y conforma junto a las otras dos novelas de la trilogia, Regeneracion y El ojo en la puerta, la obra mas importante de la autora. El camino fantasma esta ambientada en los ultimos meses de la Primera Guerra Mundial, cuando millones de hombres que participan en una brutal guerra de trincheras ya no son mas que “fantasmas en ciernes”.

  • Recuerdame de Kathalee Trueba

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    ?Estas despierto? -- pregunto Jason desde el otro lado de la puerta-- Eithan... Abri los ojos. -- Pasa-- dije entre quejidos. La puerta se abrio, y el entro. -- Tu movil tiene horas sonando-- dijo al aventarlo sobre la cama. Lo tome y mire. -- Es Gretel. -- dije al cubrir mi rostro-- No pienso responder. Hizo una mueca. -- ?No vas a ir a trabajar? Me lleve las manos a la cabeza. -- ?Que hora es? -- Van a dar las ocho. -- !No me jodas, es tardisimo! -- me queje -- Ademas, me mata la cabeza. --Claro que te mata la cabeza, si te tomaste mas de media botella. Lo mire. -- Prometo reponerla esta noche. Nego. -- No lo digo por eso, pero, vamos... ?Solo? Me sente. -- Cuando me di cuenta, ya llevaba media botella y estaba cantando. Me miro. -- ?Que cantabas? -- pregunto divertido. Sonrei. -- No pienso decirlo. --No tienes que hacerlo, me lo imagino. -- Como sea, no lo volvere a hacer. Nego. -- Si, Eithan. -- En serio, no vuelvo a tomar asi y menos por... desamor. Me miro fijamente. -- ?Que sucedio con Alena? -- Tuvimos sexo-- dije al ponerme de pie. -- Eso me queda claro. Me referia a que... -- La verdad, preferiria no hablar de ello-- camine hacia el bano-- las cosas siguen igual. Hizo una mueca y me siguio. -- No ire a la boda. Lo mire y me meti el cepillo de dientes a la boca. -- ?Por que no? Se alzo en hombros. -- Creo que prefiero quedarme en casa con mi mejor amigo-- sonrei -- a cantar canciones de Luis Miguel mientras nos bebemos una botella de whisky. Rei. -- Alena es tu amiga, te invito y ... -- Tu eres mi mejor amigo. Hice una mueca y suspire. -- Debo... prepararme para el trabajo, es tarde. Lo que menos queria, era hablar sobre la boda. -- Me prepare de desayunar, ?Quieres algo? -- No, gracias. -- dije al salir del bano -- No tengo estomago para nada. -- Como sea-- dijo al caminar hacia la salida-- deberias dejar la puerta abierta, apesta a borracho aqui. Rei. Jason salio de la habitacion, y el movil comenzo a sonar de nuevo. Una vez que le active el modo silencio, me meti al bano a asearme. -- ?Como te sientes? -- pregunto al verme salir de la habitacion. El corria sobre la cinta. -- Siento que mi alma abandono mi cuerpo. Sonrio. -- Hay un gatorade* en el refrigerador. -- Eres el mejor. -- dije al abrir la puerta-- Te lo compro en la noche que vaya a hacer el super. Sonrio. -- Dejare que te emborraches mas seguido tu solo, al dia siguiente eres muy amable. Rei. Mi movil nuevamente comenzo a sonar. -- ?Sigue siendo Gretel? Asenti. --Si llega a venir, no estoy. ?De acuerdo? -- De acuerdo. Suspire. -- Nos vemos en la noche. -- No comiences a tomar sin mi. Sonrei y me marche. No solo me habia arrepentido de estar con Alena, tambien de haber bebido como si no existiera un manana. La tarde en el departamento fue bastante productiva, mi caso iba lento, pero seguro. Aunque me era complicado adaptarme a gente nueva, las cosas iban bien, el hecho de que mis companeros fueron hombres ayudaba mucho, era mas facil entenderlos a ellos, que tratar de entender a un grupo de mujeres. -- ?Como va todo? -- pregunto Daphne al entrar a la sala de descanso, ya casi cuando era hora de la salida. La mire. -- Bien-- se acerco-- ?Y tu? ?Que tal? -- ?Los ojos rojos son por llorar? Sonrei. --Ayer bebi un poco. -- Resaca -- dijo al mover la cabeza de un lado a otro. Sonrei. -- ?Que decias? -- Tengo una montana de documentos-- dijo con flojera-- me llevare el trabajo a casa. Hice una mueca. -- Un masaje te vendria bien... Sonrio. -- Tal vez manana-- dijo al darme un beso en los labios--hoy debo trabajar. -- El desprecio vale por dos salidas, eh. Sonrio. -- No es desprecio, es un rechazo obligado. -- Me da igual, vale por dos salidas. -- camino hacia la entrada-- Descansa. -- Tu igual. Suspire. La verdad era que, hubiese preferido pasar parte de la noche con ella, con la mente y el cuerpo ocupado, en lugar de pensar en la boda. Mire mi reloj, eran casi las seis, para ese momento Alena estaba a un par de horas de casarse. Aquello dolia, en verdad mataba. Despues de un rato de pensar en ella, tome el movil y comence a buscar en mi agenda, no queria pasar la noche solo, asi que, decidi llamarle a Cassie, y despues de una rapida seduccion, quede de recogerla por la noche. Cuando volvi a casa, me puse a recoger la recamara y me di un bano. Aunque en realidad deseaba con toda mi alma dormir, necesitaba salir, necesitaba pensar en otra cosa. -- Ya me voy-- le dije a Jason. Estaba trabajando sobre la mesa de centro. Me miro. -- ?Ingrid? Negue. -- Cassie. Asintio. -- Asi que me he quedado en casa para acompanar a mi amigo, y el me ha cambiado por una tipa... Sonrei. -- Te has quedado por trabajo, no me culpe. -- Claro que no, yo estaba dispuesto a ponerme ebrio contigo. Sonrei. -- No me esperes despierto, carino-- dije al caminar hacia la entrada. Lo escuche reir. Cuando abri la puerta, mi movil comenzo a sonar. No reconoci el numero y dude en atender, pero al final, tome la llamada. -- Bustamante. -- Soy yo... -- ?Alena? Jason me miro. -- No me case. 2 Mire nuevamente el documento. Solo tenia que firmar sobre aquella linea para, oficialmente, convertirme en la esposa de Christopher, para pasar el resto de mi vida a su lado. Podia sentir la mirada de todos sobre mi espalda, sobre mis manos y la manera en que no dejaba de mover el boligrafo. Estaba nerviosa. -- Es su turno-- repitio el juez al mirame. En ese momento mire a Christopher. <> -- Lo siento -- dije al dejar el boligrafo sobre la mesa-- en verdad lo siento. Christopher me miro confundido. -- ?Que haces? Negue. -- Perdoname, no puedo. Con prisa, me quite el anillo y lo deje sobre la mesa, a un costado del boligrafo. Sin poder mirarle, di la vuelta y sali de ahi ante la mirada de todos y sin importar que mi madre gritara mi nombre una y otra vez. Al salir del lugar, gire hacia la derecha y segui caminando sin direccion alguna, lo unico que queria era alejarme tanto como fuera posible. No podia creer que lo que habia hecho, yo, que habia pasado por aquella humillacion, que sabia como se sentia ser el centro de atencion, el que la gente te mire con lastima. No tenia ni idea de como era que volveria a ver a mis padres a la cara, a mi hermano, sobre todo a Christopher, lo unico que sabia era que ya no sentia que algo oprimia mi pecho. Al estar parada frente al juez, mire a Christopher y no senti mas que miedo, entonces supe que era lo que debia hacer. Cuando la lluvia comenzo a caer, me refugie en una parada de autobus, hasta entonces me di cuenta que habia caminado bastante y que no llevaba ni un peso conmigo. Mire a cada una de las personas ahi. -- Disculpe…-- le dije a una mujer que miraba su movil. Me miro. -- ?Si? Trague saliva. -- No tengo dinero, ni mi movil -- la mujer hizo una mueca--?Me dejaria hacer una llamada para que vengan a recogerme? -- la mujer me miro de pies a cabeza-- Le juro que no tardare nada. Hizo una mueca de desagrado. -- Que sea rapido. Asenti. -- Gracias. Con prisa, tome el movil y marque el numero de Eithan. -- Bustamante-- dijo del otro lado de la linea. -- Soy yo. --?Alena?-- pregunto confundido. Trague saliva. -- No me case. La mujer me miro sorprendida. -- ?Estas hablando en serio? -- ?Podrias venir a recogerme? -- ?En donde estas? Mire a mi alrededor buscando el nombre de la calle. -- La parada numero seis de la linea azul-- dijo la mujer a mi costado. -- ?Escuchaste?-- le pregunte. -- No te muevas, voy para alla. Colgo. -- Gracias-- dije al entregarle el movil a la mujer. Asintio. -- No pude evitar escuchar tu conversacion. Hice una mueca. -- ?Es usted casada? -- Desde hace cinco anos. Asenti. -- ?Cuando se caso no sintio miedo? Nego. -- Tenia nervios, pero, miedo... no. -- Yo si. Me dio panico darme cuenta que pasaria el resto de mi vida con un hombre al que no amo. Me miro. -- ?Entonces por que te comprometiste? Suspire. -- Porque... pense que era una buena idea. Movio la cabeza en forma de rechazo. En ese momento, un autobus se paro frente a nosotros. -- ?Quieres que espere contigo hasta que vengan a recogerte? -- Oh, no-- sonrei-- es muy amable, pero no. Gracias. Sonrio. -- Buena suerte-- dijo al abordar el autobus. Le sonrei como agradecimiento. El agua comenzo a caer cada vez mas fuerte y el viento comenzo a sentirse mas frio. Yo no llevaba con que cubrirme, y claramente las personas me miraban de manera extrana, supuse que era por el vestido. La gente que bajaba de los autobuses se refugiaba a mi lado, fue entonces que una pequena me hizo pensar en Milenka. ?Como le explicaria lo sucedido? ?Como le diria que Christopher no viviria con nosotros? ?Que responderia cuando me preguntara la razon por la que no quise casarme? ?Que demonios habia hecho? Cuando una camioneta negra se detuvo justo frente a nosotros de golpe, todo mundo se mostro nervioso, incluso la madre de la pequena, se paro frente a ella como protegiendola. Eithan bajo de la camioneta, rodeo la misma y se quito la chamarra. -- ?Estas bien? -- me pregunto-- Ponte esto. Asenti y me cubri. Me abrio la puerta del pasajero y me ayudo a subir. La mujer con la pequena me sonrio, y una mujer de mayor edad asintio como aprobando aquella accion. --Te amo-- le dije cuando abordo el auto. Sonrio. -- Yo a ti, pequena-- dijo al poner el auto en marcha-- ?A donde quieres ir? -- A donde sea, mientras sea contigo. Sonrio. Condujo en completo silencio, sin embargo, a pesar de la lluvia jamas solto mi mano. Yo iba observando a toda la gente, algunos corrian, otros se refugiaban en donde podian, pues se trataba de una lluvia atipica. Eithan detuvo el auto justo afuera del edificio de Jason. Bajo del auto y despues de rodearlo, me abrio la puerta. -- Cuidado-- dijo al tomar mi mano y ayudarme a bajar-- esta resbaloso. Asenti. Tomados de la mano, caminamos hasta el elevador y de ahi hasta el cuarto piso. El hecho de que no hablaramos, me ponia nerviosa. Cuando Eithan abrio la puerta, Jason me miro. -- Hola-- le dije. Sonrio. -- ?Que tal la lluvia? -- pregunto. -- Fuerte -- dije sintiendome avergonzada. --?Quieres que te prepare un te? -- me pregunto Eithan. -- No, gracias. Asintio. -- Estaremos en la habitacion -- le dijo a Jason. Este asintio. Una vez que entramos y Eithan cerro la puerta, me miro. -- Yo... -- No digas nada -- dijo al quitarme la chamarra de encima. Me tomo por la cintura y me beso. Si, era el. Solo el podia hacerme sentir tanto con tan solo tocarme, podia hacerme sentir tocar cielo con sus besos. Cuando sus manos bajaron a mi cadera, yo puse las mias en su pecho y comence a desabrochar su camisa boton por boton. Despues me ayudo quitandose la camiseta que usaba debajo. -- Date vuelta -- me dijo. Cuando lo hice, desabrocho el vestido y lo hizo caer el piso. Despues, me cargo y me llevo a la cama. -- ?Ahora si me dejaras tocarte? -- le pregunte cuando se puso sobre mi. Sonrio. -- Dejare que hagas conmigo lo que quieras. La intimidad con Eithan era armoniosa, era increible que aun sin decirle nada, el sabia exactamente que hacer, en donde tocar o besarme para hacerme vibrar. Mi cuerpo se amoldaba perfectamente al suyo. Me encantaba escucharlo gemir cerca de mi oido mientras se hundia en mi. Me gustaba la sensacion de su piel desnuda sobre la mia, ese calor que emanaba de su cuerpo. No habia ninguna duda; el era el hombre a quien amaba, y yo era suya.

  • Una noche en el Tamesis (Un dia en el Tamesis 3) de Diaz De Tuesta

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    !Vuelve Diaz de Tuesta con el esperado final de la trilogia <>, para deleite de todos sus lectores!

  • El Libro de Toth de Juan Carlos Boiza Lopez

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    Del Libro de Toth, la mitologia egipcia cuenta que su lectura concedia poderes inimaginables sobre el cielo, la tierra y el mar, permitia controlar personas y animales, resucitar a los difuntos e incluso daba poder para mirar al sol cara a cara.
    Una serie de sucesos de caracter sobrenatural estan sacudiendo el mundo por lo que el Vaticano decide encargar a Antonio Alviero, un joven sacerdote y brillante investigador de la Iglesia Catolica, que averigue que esta ocurriendo. La investigacion concluye que un terrible poder, temido desde tiempo inmemorial por al Vaticano y conocido como "La Fuente", esta despertando. El padre Elias, un oscuro sacerdote venerado y temido a partes iguales en la Iglesia, por ser el responsable del Circulo Octogonus, una organizacion secreta bajo el mando directo del Santo Padre, sera el encargado de buscar "La Fuente" y neutralizarla con la ayuda del padre Alviero.

  • Neandertal Cavernicola 2, Mary Ferre de Mary Ferre

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    Nancy decide volver a Chicago tras haberse refugiado en Crest Hill despues de haber vivido su primer desamor. La traicion del que era su novio le ha hecho caer en un pozo sin fondo en el que se ha destruido asi misma y necesita encontrar la fuerza suficiente para continuar viviendo. Va a enfrentarse a nuevos desafios una vez que se de cuenta que nunca ha dejado de ser observada por el que fue el hombre de su vida.

  • Esclava de tus besos de Maria Cuadrado Villadiego

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    La caja de pandora poco a poco comienza abrirse, el pasado reaparece y los secretos estallan, haciendo que las personas menos indicadas sufran por ello.
    Elizabeth, despues de abandonarlo todo por amor y que saliera mal, comienza sola una nueva vida en Londres. En este tiempo, conoce nuevas personas, se rencuentra con viejos amigos, y refuerza ese amor que siente por Emma, aquella nina que le ha robado el corazon y le da ganas de seguir adelante; pero no deben confiar en todos, ya que muchos solo quieren destruirla.
    El imperio que formo Damian con tanto esfuerzo, se viene abajo lentamente y sin quererlo se queda solo, mientras en las tinieblas esa persona que quiere destruirlo, sigue planeando su gran final.

  • La borde y dulce Lai de Monica Benitez

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    Ni siquiera habia terminado de acomodarme en mi nuevo apartamento y ya estaban llamando a la puerta, si despues de seis dias viviendo alli, los vecinos ya se tomaban la libertad de molestarme tal vez deberia optar por no acabar mi mudanza y elegir otro lugar. Mire el reloj, las nueve de la manana. <> El timbre volvio a sonar, esta vez dos veces, lo odiaba, no soportaba a la gente impaciente. Salte de la cama y me asegure de que llevaba unos minimos de ropa, esa noche me habia aliviado un par de veces y no era plan de abrir en pelotas. Tras observar que mis bragas seguian en su sitio, introduje mi mano en la montana de ropa que habia acumulado encima del sillon durante esos dias y me puse una camiseta de manga corta. El timbre volvio a sonar. --!Ya voy!--grite. De camino a la puerta me tropece con una de las pocas cajas que habia en el comedor, no era que no hubiese tenido tiempo de acabar la mudanza, simplemente no me habia molestado en hacerla, abria las cajas conforme iba necesitando las cosas. Tuve que saltar por encima para evitar caerme. <> Por fin llegue a la puerta y cometi el error de no mirar por la mirilla primero, si lo hubiera hecho no hubiera abierto, pero ahora ya era tarde. --Hola Lai--dijo con una expresion de remordimiento dibujada en su rostro. --?Que quieres Vero?--conteste con el corazon encogido. --Te he traido algunos libros... --Te dije que pasaria a buscar mis cosas cuando no estuvieras, no quiero que me traigas nada. --Te he visto leer estos libros unas cuantas veces, he pensado que te gustaria tenerlos...--insistio. --?Como has sabido donde vivo?--pregunte enfadada conmigo misma por haber abierto la puerta. --Soy poli, tengo recursos--sonrio alzando las cejas. Ella era poli y yo gilipollas. Cogi la caja de sus brazos y la deje en el suelo, Vero aprovecho ese movimiento para colarse en mi apartamento y cerrar la puerta. Su exquisito olor al moverse impregno mis sentidos. --!No quiero que estes aqui Vero, largate ahora mismo!--dije con el corazon latiendome en la garganta y los ojos banados en lagrimas. --Lo siento mucho Lai, yo no queria que pasara esto--dijo colocando su mano en mi torax. ?Ella no queria? ?Insinuaba que era cosa mia? Llevabamos seis anos viviendo juntas cuando me demostro que yo no era suficiente. ?Y ahora tenia la puta jeta de decirme que ella no queria? --No me toques Vero--le suplique con la voz ahogada. La odiaba por lo que me habia hecho, estaba dolida, decepcionada, cabreada, asqueada y con un dolor insoportable, pero lo que mas me jodia era que la seguia queriendo, la deseaba, en cuanto puso su mano encima de mi, desee que me follara como lo habia hecho cada dia en los ultimos seis anos. Teniamos una vida sexual muy activa, daba igual la hora del dia, el rincon de nuestro apartamento, el coche, banos publicos, ascensores, playas...Lo habiamos hecho en tantos lugares que era incapaz de recordarlos todos. --Te echo de menos--me susurro mientras su mano se colaba por debajo de mis bragas. Una parte de mi queria gritarle que parara, que cogiera su puta mano y fuera a hacerle una paja a su nuevo novio, pero la otra queria que siguiera, sus dedos ya estaban bailando entre mis piernas y mis labios esperaban haciendo palmas lo que sabian que estaba por venir. Me hizo recular hasta el sofa y me empujo hasta que cai de espaldas y ella se me tumbo encima. Subio mi camiseta y empezo a lamer mis pechos vorazmente mientras me quitaba las bragas. Yo ardia, hacia tres semanas que me habia ido de su casa y desde entonces solo me habia pajeado, siempre llegaba al orgasmo pero no era lo mismo, no era lo mismo que correrme en su boca, que sentir su lengua serpenteando por mi sexo, que sentir su sexo encajado con el mio, que besarla hasta quedarme sin aire, follarla hasta quedarme sin fuerza y abrazarla hasta quedarme dormida. Yo tambien la echaba de menos cada puto segundo del dia que pasaba, pero no pensaba decirselo. Intento besarme mientras dos de sus dedos se introducian por mi humeda vagina, eso no se lo permiti, eso pude negarselo y me senti orgullosa de poder arrebatarle algo que sabia que ella deseaba, a Vero le encantaba que la besara, decia que tenia un don para usar la lengua dentro de su boca, yo no sabia si era cierto o no, pero hacia tres semanas que ella habia perdido el derecho a beneficiarse de ese don. Introdujo un tercer dedo y yo gemi profundamente cuando note su pulgar en mi clitoris, ella sabia todo lo que me gustaba, seis anos de sexo diario nos habian servido a las dos para conocer nuestros cuerpos a la perfeccion, para saber que nos gustaba y que nos gustaba todavia mas. Vero sabia que me gustaba que me follara fuerte cuando estaba cabreada y eso era lo que estaba haciendo, sus tres dedos entraban y salian de mi vagina con fuerza y velocidad mientras intentaba coordinar su pulgar con esos movimientos para estimular mi clitoris al maximo, ya estaba a punto y por su puesto ella lo sabia, mis cada vez mas frecuentes gemidos asi se lo indicaban, asi que saco sus dedos de mi vagina y se centro en hacer circulos en mi clitoris hasta que me corri en su mano. Alli estaba yo, tirada en el sofa, con una camiseta subida por encima de las tetas y las piernas abiertas mientras Vero secaba las lagrimas que se me habian resbalado tras el orgasmo. Aparte la cara, habia dejado que me follara pero no queria que me mirara con esa cara compasiva, sabia que ella me seguia queriendo, podia leerlo en sus ojos, me habia querido demasiado como para dejar de hacerlo en tres semanas, pero estaba claro que queria a alguien mas y que poco a poco sus sentimientos por mi iban a desaparecer. Tan solo esperaba que los mios por ella hicieran lo mismo cuanto antes. --Quiero que te vayas--susurre sin mirarla. --?No quieres que lo hablemos mi vida? No me dejaste darte explicaciones... --!Ni se te ocurra llamarme asi Vero, ya no!--dije enfurecida. --Perdona, es la costumbre...--contesto cabizbaja. Me gire hacia ella furiosa, me baje la camiseta para recuperar algo de dignidad y me sente. --No hay nada que explicar Vero, me quedo muy claro en cuanto llegue. Quiero que te largues y que no vuelvas mas, no quiero que me traigas nada ni que me llames por telefono. Largate de una puta vez por favor--le rogue. --Nunca quise que pasara Lai, y jamas pretendi hacerte dano de esta manera-- dijo con sus preciosos ojos azules banados en lagrimas--solo queria que lo supieras. Levanto su esbelta figura del sofa, se llevo un par de mechones de su larga melena rubia detras de las orejas y se fue. Volvi a llorar desconsoladamente, igual que lo hice durante las dos semanas que pase viviendo en casa de Lorena tras presentarme aquella noche con una pequena mochila y contarle que habia encontrado a mi novia follandose a un tio en el hueco de la escalera de nuestro portal. No me hubiera enterado si no hubiese sido por los gemidos. Habia subido ya un par de escalones cuando oi gemir a una mujer y reconoci aquellos gritos de placer de inmediato, yo habia estado provocandolos a diario durante anos. Las piernas me temblaron y me quede paralizada, debatiendome entre mirar y asegurarme de que era ella o simplemente subir a recoger mis cosas de su apartamento mientras acababa de follar con su amante. Opte por la primera, necesitaba corroborar con mis ojos lo que mis oidos me decian, que era muy simple: aquella mujer de la que estaba locamente enamorada, aquella en la que confiaba ciegamente desde el primer dia me habia traicionado, me estaba traicionando en ese preciso momento. Casi por inercia baje los escalones que habia subido y me asome al hueco de la escalera. La imagen no pudo ser mas dolorosa, en efecto era ella, era mi chica a la que aquel cabron estaba empalando contra la pared con su polla una y otra vez mientras ella le comia la boca y acariciaba su cabeza. Solo fueron unos segundos el tiempo que permaneci ahi, pero en esos segundos ella abrio los ojos y me vio, se solto de inmediato dejando a su amante empalmado, se bajo la falda y camino hacia mi suplicandome perdon. Yo me sentia doblemente enganada en aquel momento, uno por motivos obvios y dos porque jamas me hablo de su bisexualidad, todas sus parejas anteriores habian sido mujeres, jamas se me ocurrio que seria una polla la que me arruinaria la vida. --Lai lo siento mi vida--la oia decir. Pero yo no podia pensar, no podia respirar, los oidos me zumbaban y millones de imagenes acumuladas durante aquellos anos con mi novia volaban por mi mente haciendo que me dolieran los ojos. Tenia un nudo en la garganta, ella pedia perdon mientras aquel se la cascaba detras de ella. --No subas hasta que yo no me vaya--eso fue lo unico que me salio por la boca. Arranque a correr escaleras arriba, entre en el apartamento y llene una mochila con lo justo para sobrevivir unos dias. Me dirigi a la puerta y de camino hice un alto, en el mueble del recibidor habia una fotografia nuestra, del dia que nos conocimos, le arree un guantazo tan fuerte que salio despedida contra la pared. Sali por la puerta y baje tan rapido como pude, ella seguia en el portal, al menos me habia respetado en lo de no subir, lloraba desconsoladamente pidiendo que no me fuera pero yo no podia ni mirarla. *** Yo era escolta privada, asi es como conoci a Vero cuando tenia veintitres anos, ella tenia dos mas que yo. El presidente de no se que pais africano venia al consulado espanol, me asignaron la proteccion de su hija menor y Vero formaba parte de la escolta policial que nuestro querido gobierno les habia brindado. Mientras ese presidente estaba de reuniones y la nina jugaba en una pequena sala bajo mi atenta supervision Vero se acerco a mi. Podia decirse que yo acababa de salir del armario en aquel entonces, no porque me diera miedo sino porque no fue hasta esa edad cuando por fin me di cuenta de que lo unico que no habia encajado nunca en mi vida eran las pollas. Habia tenido un par de rollitos antes, pero ella fue mi primera novia oficial, la que me lo enseno todo, la que me dejo experimentar timidamente con mis manos y mi boca en su sexo, la que me hizo cosas que hasta entonces yo no sabia que existian, la que estaba a mi lado en los momentos buenos y en los malos, la que me hizo saber lo que era sentirse amada y lo maravilloso que podia ser amar a alguien. Ahora podia anadir una nueva leccion a la lista: Vero tambien me habia ensenado lo que era el dolor mas insoportable que habia experimentado hasta entonces. Lorena era mi entrenadora, bueno no solo mia, trabajabamos para la misma empresa de seguridad privada. Ser escolta en aquella empresa no consistia solo en proteger a quien te asignaran, recibiamos entrenamiento diario para asegurar que siempre estabamos en forma y atentos, y Lorena era la que se encargaba de eso. Era una tia fuerte, tambien rubia para recordarme a mi ex en todo momento, estaba increiblemente fibrada, cualquier curva de su cuerpo era puro musculo y se movia como una gata por el tatami. Empezo como ayudante del antiguo entrenador y al final se quedo con su puesto cuando el se jubilo. Aunque era casi nueve anos mayor que yo, conecte con ella desde el primer dia, en seguida nos hicimos amigas, ella se acababa de divorciar de su segundo marido cuando nos conocimos y yo fui su apoyo durante el tiempo que necesito para recuperarse, que fue bastante. Ahora ella era el mio. Casi me obligo a quedarme en su casa durante las dos primeras semanas y fue la que me acompano a ver mas de diez apartamentos hasta que por fin alquile aquel. *** Las visitas de Vero empezaron a ser frecuentes, ella venia, yo me cabreaba, despues me follaba, nos quedabamos un rato abrazadas sin articular palabra alguna y ella se marchaba. Ese ciclo empezo a repetirse al menos una vez por semana. Me decia a mi misma que era bueno para mi, la echaba tanto de menos que pense que haciendo aquello me seria mas facil acostumbrarme a su ausencia, si tenia una pequena dosis de vez en cuando podria soportar el puto mono de Vero que tenia. Yo no la tocaba nunca, no podia, no podia tocar o lamer aquello que otro tambien tocaba o lamia, en cambio si que dejaba que me tocara y me lamiera con las mismas herramientas que utilizaba con el, era contradictorio, era una mierda...Vero no se quejaba, creo que sentia que me debia esos polvos y yo decidi aprovecharme de eso, regalarme orgasmos era lo minimo que podia hacer despues de lo que me habia hecho. Lorena no estaba de acuerdo, decia que jamas lo superaria si no cortaba aquello de forma radical, yo sabia que tenia razon, pero no me sentia preparada para no volver a ver a Vero, la sola idea hacia que no solo se me hiciera un nudo en el pecho, ademas me dolia, era como si alguien estuviera sujetando mi delicado corazon con sus manos y decidiera estrujarlo. Me follaba por la tarde y yo lloraba por la noche, habia entrado un espiral autodestructivo del que parecia que no iba a poder salir, o eso pensaba yo antes de acabar con la paciencia de Lorena. Solia acudir a sus entrenamientos a ultima hora, cuando los demas ya se habian ido, asi aprovechabamos para hablar de lo que fuera y ?porque no?, yo me beneficiaba de clases particulares. Lorena se dedicaba a profundizar en los movimientos que mas me costaban y yo quemaba energia hasta que mi cuerpo no podia mas. Aunque sabia que mi amiga no aprobaba mis encuentros con mi ex, yo se lo contaba siempre (no los detalles, pero si que habia estado con ella), pero aquella tarde parecia que Lorena no estaba dispuesta a permitir que aquello continuara. Nos pusimos los guantes y empezo a atacarme, al principio no me costaba defenderme pero despues empezo a anadir ataques verbales a sus punetazos y aquello empezo a ponerme nerviosa y a volverme erratica. --?Hasta cuando vas a dejar que Vero te folle Lai?--dijo acompanandolo de pequenos y rapidos golpes en mi cara y mis costados--?Seras su juguetito lesbico hasta que se canse?--seguia pegandome...?Cuanto crees que tardara en cansarse de ti?--no podia defenderme, me atacaba cada vez mas rapido, me buscaba, queria cabrearme y hacia un rato que lo estaba consiguiendo--?Sabes lo que hace despues de follar contigo no?--yo le lance un derechazo con toda mi rabia, pero me esquivo sin despeinarse--exacto Lai, despues de follar contigo se va a su casa y se lo folla a el. Arremeti sin control contra Lorena, mis brazos iban solos en busca de su cara, de su abdomen, de cualquier hueco, queria pegarle con rabia pero no conseguia traspasar sus coberturas, estaba agotada, casi no podia respirar pero no dejaba de pegarle como una quinceanera cabreada hasta que Lorena se harto y me asesto un hostion en toda la cara, cai plana encima del tatami, por un momento me senti desorientada, el corazon me latia en el ojo, en el pomulo, en la frente, y joder, como me dolia. Ella estaba de pie delante de mi, una pobre chica de veintinueve anos que no era capaz de superar que su novia la hubiera enganado, estaba espatarrada en el tatami, mirando a aquella cabrona que acababa de derribarme con un solo movimiento cuando de pronto senti como su pie me aplastaba el cono. No me lo podia creer ?en serio? ?El pedazo de hostia que acababa de darme no era suficiente? ?Tenia que humillarme de esa manera? ?Es que acaso intentaba inutilizar la mas preciada de las partes de mi cuerpo? ?Aquella capaz de proporcionarme tantisimo placer? Eso si que no podia permitirlo. --!Joder Lore!--dije agarrando su pie por el tobillo. Ella apreto mas y yo gemi, de dolor claro. Notaba como me miraba cabreada, pero desde aquella humillante posicion me costaba identificar hasta que punto estaba enfadada, me dolia demasiado el ojo como para intentar enfocar. --No la necesitas Lai, Vero no es la unica capacitada para hacer que te corras-- dijo apretando mas--!hay muchas chicas por ahi que estarian encantadas de perderse entre tus piernas gilipollas! --?Vas a follarme con el pie?--atine a decir. No se porque lo dije, Lore era hetero, pero me salio asi. Lorena por fin retiro su pie de mi zona sagrada, se agacho, me agarro por la pechera y me levanto como a una maleante. Lo cierto es que me movio tan rapido que me maree un poco, pero a ella no parecio importarle, me empotro contra la pared y me alzo, de forma que mis pies solo rozaban el tatami con la punta de los dedos mientras mis manos se agarraban a sus munecas, ahora que la tenia mas cerca alcance a ver lo mucho que la habia cabreado... --!Tu estas por encima de eso joder! No la necesitas a ella ni a nadie, tienes que cortar esas visitas o te acabaras hundiendo en la mierda Lai--entonces me sacudio como si fuera un trapo lleno de polvo y me solto. Me deje escurrir por la pared hasta sentarme en el suelo, entonces paso, me entro la risa, no podia dejar de reirme, por primera vez en los tres meses que hacia desde que Vero me la pego, habia dejado de sentir dolor, no era que el dolor hubiera desaparecido sino que ahora estaba ocupado por otro, el del hostion que Lorena me habia pegado. La cara me dolia a rabiar, pero me gustaba, en ese momento fui consciente de que podia sentir algo mas alla de Vero. Lorena empezo a reirse conmigo, como si estuviese leyendo mi pensamiento, se acerco a la nevera y trajo una de las bolsas de hielo, se agacho frente a mi y me la aplasto en la cara sin mucho miramiento, ella era asi de bestia. --Aaau--me queje riendo. --No seas llorica--dijo retirando la bolsa un momento para ver el alcance de su puno. Yo volvi a quejarme cuando presiono mi pomulo con sus dedos, ahora ya no me reia, joder como me dolia. --Perdona, creo que me he pasado un poco--dijo volviendo a colocar la bolsa en mi cara--?Porque no hablas con Toni? Preguntale si sigue en pie la oferta que te hizo, te vendra bien--sugirio. Lorena se colo entre mi y la pared, se sento y me rodeo con sus brazos, yo me gire un poco y repose mi lado bueno de la cara contra su pecho casi plano. Me sentia bien, me sentia segura con ella. Toni era nuestro jefe, no el jefazo, pero si aquel ante quien yo respondia. Unos dias antes del peor dia de mi vida, Toni me ofrecio una especie de ascenso por asi decirlo, queria que me dedicara a clientes de largo plazo, asi llamabamos nosotros a aquellos a los que habia que acompanar durante semanas, ya fuera en viajes de negocios, de placer o la simple rutina diaria. Yo lo rechace porque eso implicaba estar mucho tiempo separada de Vero, pero ahora ella ya no estaba y tal vez fuera una buena idea para mi. --Quiza lo haga--dije cerrando los ojos un rato. --Buena chica--contesto besandome la cabeza--esta noche duermes conmigo, me siento responsable de tu estado de torpeza. Yo estaba demasiado cansada para negarme y al fin y al cabo en su apartamento todavia me quedaba algo de ropa. Lorena solo tenia una cama, dormi con ella durante aquellas dos semanas y todas las noches me repetia lo mismo que acababa de decirme. --Nada de meterme mano ?eh? Yo sonrei y deje caer mi cabeza en su hombro hasta que me dormi. 2 Adios Vero Esa manana me levante euforica, tanto que se me olvido donde estaba, me tropece con las zapatillas de Lorena y me estampe todo lo larga que era contra el suelo. --!Joder!--grite con mi lado malo pegado a la baldosa. Yo tenia grandes planes para ese dia y lo estaba empezando besando el suelo. Lorena no dejaba de reirse mientras me ayudaba a levantarme. --Desde luego mira que llegas a ser torpe cuando te lo propones--dijo echando un vistazo a mi cara y haciendo una mueca extrana. --?Que?--pregunte dirigiendome directamente al bano para mirarme en el espejo. --!Joder Lore! ?Tenias una puta piedra metida en el guante? Tenia el pomulo y el ojo ligeramente hinchados, pero eso no era lo preocupante, desde el pomulo hasta la frente mi cara era surtido variopinto de colores, que iba del azul al rojo, pasando por el morado y el verde. Lore disimulo aquel desastre con maquillaje, aun asi era evidente que me habian partido la cara. --?A donde vas con tanta prisa?--dijo sin una pizca de remordimiento cuando me bebi el cafe de un trago y cogi una deliciosa tostada entre los dientes mientras me ponia la chaqueta. Si habia una cosa que Lore sabia hacer bien sin duda era cocinar, bueno, ahora podia anadir otra a la lista, hostiarme, eso tambien lo habia hecho de maravilla. --A ver a Vero, voy a decirle que no quiero mas visitas. Despues hablare con Toni --dije saliendo de su apartamento. --!No te la folles!--grito mientras yo sonreia al oirlo.

  • Comenzar de nuevo de R.m. De Loera

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    El informe de ventas de fin de ano no saldra a tiempo y el empleo de Alcine Varga, una contable hungara, depende de una buena presentacion ante sus jefes, sobre todo el. Cedric Berger, el director de ventas, un suizo con ojos aguamarina, a quien hace tres anos encontro en su oficina con otra mujer. Sin embargo, los dos tienen algo en comun. ?Podra Alcine olvidar esa primera impresion y continuar? O ?Su similitud en personalidades sera un obstaculo para comenzar de nuevo?

  • Mujeres de Al de Teresa Ortiz-tagle

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    Te hallas ante la increible historia de dos mujeres.

    Fatima y Asunta, abuela y nieta, buscaran un enigma increible que las llevara hasta los confines del Islam y los reinos cristianos.

  • Encontrando a Silvia (Saga Silvia 2), Elisabet Benavent de Elisabet Benavent

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  • El jardin de lavanda de Noelia Senas Polo

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    Claudia ha descubierto, en un curioso cambio del destino, que no existen las casualidades.Sin saber como, descubre que es atraida por una fuerza inexplicable hasta un lugar que parece de ensueno, pero que puede que llegue a ser parte de sus pesadillas.Por otra parte, en otra epoca, Julia es una sirvienta que empieza una nueva vida en una casa, lejos de su hogar, y comienza a darse cuenta que la vida es mas complicada de lo que nunca penso.Dos mujeres, dos epocas y una union sobrenatural.

  • Besos de cereza de Lorraine Coco

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    ?Puede el primer beso marcarte para toda la vida?
    Andrea creia que no, pero lo cierto es que durante los ultimos doce anos, no ha podido olvidar el suyo. Cuando, de la forma mas inesperada, el chico al que entrego ese beso, aparece en su trabajo convertido en un atractivo hombre, cree que se trata de una jugarreta del destino. Mas aun cuando se ve obligada a quedar con el y con su carismatica hija, por el bien de su sobrino, Nico.
    A partir de ese momento, su vida se convertira en una aventura, un mar de tentaciones y muchas preguntas que no sabe si esta preparada para responder.
    ?Conseguira mantenerse a salvo, o caera rendida en su trampa de besos de cereza?

  • Despertar a la vida de Merline Lovelace

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    --!Lo oigo! --grito alborozada la figura enfundada de pies a cabeza en un traje termico de intenso color naranja--. !Esta perforando! Su companero giro en redondo y escruto la superficie lisa e ilimitada del casquete polar. Una docena de diferentes tonos de blanco le heria los ojos, pese a llevarlos cubiertos con gafas protectoras. El blanco azulado del hielo. Los plumosos ventisqueros de reluciente nieve, suaves como nubes. El blanco caliginoso y gris del cielo, que se fundia con el horizonte. --!Yo no oigo nada! --!Escucha! Exasperado, se quito la capucha. Se arriesgaba a perder una oreja al exponerse al viento mordiente que habia hecho caer la temperatura a treinta grados bajo cero, pero estaba demasiado ansioso para notarlo. Dio un grito de alegria al oir una serie de golpes secos que hendian el aire. De pronto, a poco mas de treinta y cinco metros, la capa de hielo se resquebrajo. Comenzaron a emerger enormes planchas blancas que, bramando, se alzaban rectas en el aire antes de derrumbarse con estrepito. Un momento despues, la negra cabeza del cuarto de derrota de un submarino asomo por la grieta. --?Que te parece? !Justo en la diana! Los dos hombres sonrieron. Un sofisticado sistema de navegacion habia guiado al USS Hawkbill desde Hawai, pero solo la fuerza bruta habia senalado al submarino su lugar de emersion: una enorme <> excavada en el hielo. Los dos oceanografos alzaron las manos enfundadas en guantes forrados de piel y se las estrecharon con jubilo. Tras meses aislados en su remoto laboratorio, a doscientos sesenta y cinco kilometros al norte de Point Barrow, Alaska, ansiaban una nueva infusion de suministros y de conversacion procedente del exterior. Sonriendo todavia, observaron como se iba elevando el cuarto de derrota del submarino. El pesado cuerpo de la nave aparecio arrojando a ambos lados grandes trozos de hielo. La escotilla superior se abrio y por ella asomo un marinero encapuchado. Los dos hombres echaron a correr hacia el. --!Chico, como nos alegramos de verte! --grito el mas mayor de los dos cientificos--. Hemos gastado hasta la ultima bateria de la boya de observacion subacuatica. --Les traemos los repuestos que pidieron --envuelto en el grueso traje protector, el marinero bajo torpemente por la escalerilla de hierro del cuarto de derrota--. Empezaremos a descargarlos inmediatamente. --Los ayudaremos. Jack, trae el vehiculo oruga. Ansioso por descargar el valioso material y transportarlo al conjunto de barracones conectados por tuneles que formaba la Estacion Estadounidense de Investigacion Oceanografica del Artico, el oceanografo jefe lanzo una mirada impaciente por encima de su hombro. --!Jack! !La oruga! --su companero no se movio. Paralizado, miraba boquiabierto una de las grandes planchas de hielo arrojadas por el submarino--. Pero ?que te pasa, hombre? --el mas mayor de los cientificos corrio torpemente por el hielo. Su aliento formaba una nube en el aire gelido. Bajo el pasamontanas, el enojo fruncia su frente--. ?Que haces ahi parado? Tenemos mil cosas que hacer antes de... !Oh, Dios mio! Los ojos se le saltaron. El estupor broto en una oleada y le cerro la garganta, cortandole la respiracion. Deteniendose en seco, tambaleandose, miro estupefacto la figura tocada con un casco que tenia frente a si, a unos metros de distancia, sobre el hielo. Capitulo 1 Una brisa de principios de junio retozaba por las calles de Washington. Los arboles engalanados de verde claro se inclinaban y mecian como bailarines sincronizados al sol del atardecer. Los castanos centenarios que bordeaban la apacible bocacalle en los aledanos de la avenida Massachusetts, en el corazon del distrito diplomatico de la capital, susurraban la misma gozosa cancion. Sus ramas murmurantes ocultaban casi por completo las fachadas de las casas de estilo federal que flanqueaban por ambos lados la travesia pavimentada de adoquines. La casa que se alzaba a mitad de la calle poseia un frontispicio senorial muy semejante al de sus vecinas. Con sus tres pisos y sus altas ventanas, que centelleaban al sol de verano, la antigua y elegante mansion ostentaba junto a la puerta una discreta placa que informaba de que el edificio servia ahora como oficina del enviado especial del presidente, un nebuloso puesto creado anos atras para recompensar a un donante de campana con ganas de un titulo pomposo y un ardiente deseo de codearse con la clase politica de la capital. Solo unos pocos conocedores de los entresijos de Washington sabian que el enviado especial era tambien el jefe de OMEGA, una organizacion tan secreta que, entre los circulos mas elevados del gobierno, sus agentes eran conocidos unicamente por su apodo. Al igual que la letra omega era la ultima del alfabeto griego, aquella organizacion representaba el ultimo recurso del presidente de Estados Unidos en caso de crisis. Sus efectivos se movilizaban unicamente cuando otros organismos de caracter mas convencional, tales como el Departamento de Estado, la CIA o el Ejercito, no podian hacerse cargo de una crisis por motivos legales o politicos. El director de OMEGA era designado personalmente por el presidente, quien, con gran pesar, acababa de nombrar a uno nuevo, pues la antigua directora habia solicitado una larga excedencia. Tras dirigir la agencia durante tres legislaturas, Maggie Sinclair habia decidido tomarse algun tiempo de descanso a fin de terminar el libro que estaba escribiendo sobre fonetica infantil. Pensaba ademas anadir un tercer hijo al enorme y caotico hogar que compartia con su esposo, sus dos hijas, un desgrenado perro pastor y una iguana de ojos saltones y rayas azules y naranjas amante del papel y las plantas. El marido de Maggie, que respaldaba plenamente la decision de esta, habia renunciado recientemente a su puesto de delegado de Estados Unidos en el Banco Mundial. Mientras Maggie trabajaba en su libro, el rico y sofisticado Adam Ridgeway habia decidido probar suerte como padre a tiempo completo. Todos los agentes que no estaban movilizados se habian reunido en el tercer piso del centro de control OMEGA para desearles buena suerte. Haciendo caso omiso del suave coro de silbidos y pitidos que emitian las consolas electronicas, brindaban por Maggie y Adam, quienes estaban a punto de emprender la fase final de su azaroso y agitado matrimonio. --Me apuesto algo a que dentro de un mes estais de vuelta -- predijo un alto y desgarbado agente al que apodaban Cowboy--. El uno o el otro. Perseguir terroristas y traficantes de armas crispa menos los nervios que criar ninos. --Tu debes de saberlo --replico Maggie--. La mayoria de las parejas habria tenido el buen sentido de parar despues de tener dos pares de gemelos. --?Que puedo decir? --sonrio Nate Sloan--. Este viejo vaquero siempre dispara con bala. Entre los gritos y abucheos que siguieron, Elizabeth Wells fue rellenando pausadamente las copas de champana de los invitados.

  • El extrano caso de Nellie Bly de Mario Escobar

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    Nunca tanta belleza inspiro tanta locura.
    Un thriller perfecto que consagra a Mario Escobar como el maestro del suspense en Amazon.
    Una joven intenta arrojar a las vias del metro en Manhattan a una chica y los servicios de salud de la ciudad la encierran en el Centro Mental Blackwell’s Island. Despues de varias decadas cerrado, el afamado psiquiatra John Hulton III, lo a reabierto con la esperanza de encontrar un tratamiento efectivo para la mayoria de las enfermedades mentales. La joven Nellie Bly, una huerfana desconocida que intentaba convertirse en escritora en Nueva York, ha sido ingresada tras un ataque psicotico e intento de asesinato hasta que salga el juicio. Nellie niega que este loca y defiende que ha sido victima de una trampa. El ayudante de John Hulton III, Robert Pappe debe evaluarla, para dictaminar si se puede presentar ante un juez. Unos dias mas tarde, una joven del centro aparece asesinada y todos sospechan que la culpable es Nellie. El unico que parece creer en su inocencia es Robert.

  • El Ultimo contrato de Adrian Henriquez

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    A sus cuarenta y dos anos Alex Mendez lleva mas de una decada aceptando contratos exclusivos. Es el asesino latinoamericano mas cotizado por gobiernos, carteles y mafias.
    Alex acepta su ultimo contrato por el valor de veinte millones de dolares.
    La mision: asesinar a un exgeneral del desaparecido gobierno de Saddam Hussein, quien se oculta en Cuba, junto con el coronel cubano encargado de su proteccion.
    Como en cada contrato, Alex prepara un plan B, C y D... aunque para este, el reclutamiento de una bailarina y prostituta cubana que trabaja en Cayos Santa Maria, sera la clave del exito... o del fracaso.
    ***
    ?Que serias capaz de hacer por cien mil dolares?