• sentirse enamorado - Julieta Bono

    https://gigalibros.com/sentirme-enamorado.html

    Hasta el momento, que Lilly tuviera un mal dia en el trabajo era el peor de sus males. Para colmo el dueno del Club donde estaba trabajando, habia ido sin previo aviso. Las cosas no estaban para buenas impresiones. Pero eso resulto no ser nada comparado con presenciar un asesinato.
    De un momento a otro se encuentra sin poder pedir ayuda y teniendo que emprender una travesia que, entre otras cosas, la lleva a conocer a un multimillonario y misterioso hombre. En el encuentra la proteccion que anhelaba y algo mas.
    Lo que ninguno de los dos sabe, es que para que las cosas salgan bien, tendran que enfrentar sus pasados, sus presentes y a un enemigo muy poderoso que podria poner en peligro sus vidas. Ambos pondran a prueba su suerte en esta historia donde la corrupcion, la traicion, la fe y el amor, se entrelazan en cada capitulo. Al final ambos tendran que luchar para intentar salvar no solo sus vidas sino tambien el amor que ha crecido dentro de ellos.

  • Diez libros para seguir enamorados del amor (y no estar locos)

    https://www.traveler.es/experiencias/galerias/libros-para-seguir-enamorados-del-amor-san-valentin/2993

    12 feb 2021 — Diez libros para seguir enamorados del amor (y no estar locos) · 'Victoria', de Knut Hamsun (Ed. · 'Amo a Dick', de Chris Kraus (Alpha Decay) · ' ...

  • Estar Enamorado Tapa blanda – 1 mayo 2004 - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Estar-Enamorado-Francisco-Luis-Bernardez/dp/849337587X

    Estar Enamorado : Bernardez, Francisco Luis: Amazon.es: Libros.

  • ESTAR ENAMORADA | GALE MOON | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-estar-enamorada/9789871192403/1177923

    El libro ESTAR ENAMORADA de GALE MOON en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Libro Estar Enamorada, Gale Moon, ISBN 9789871192403 ...

    https://www.buscalibre.es/libro-estar-enamorada/9789871192403/p/1985190

    Libro Estar Enamorada, Gale Moon, ISBN 9789871192403. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros importados, ...

  • Estar Enamorada - Gale Moon - Google Books

    https://books.google.com/books/about/Estar_Enamorada.html?hl=es&id=XVsD5USziOYC

    Estar Enamorada. Portada · Gale Moon. Vergara & Riba Editoras, 2007 - 64 páginas. 1 Reseña. El primer chico, el primer beso, ... Vista previa del libro » ...

  • ESTAR ENAMORADA - 9789871192403 - Agapea

    https://www.agapea.com/libros/ESTAR-ENAMORADA-9789871192403-i.htm

    Comprar el libro ESTAR ENAMORADA, V & R (9789871192403) con ENVÍO GRATIS desde 18 € en nuestra librería online Agapea.com; Ver opiniones, resumen, ...

  • Estar Enamorado Quiere Decir . . . por HOLZACH ALEXANDER

    https://www.cuspide.com/9789876128094/Estar+Enamorado+Quiere+Decir

    Reseña del libro Estar Enamorado Quiere Decir . . . Amor y humor en una nueva propuesta. Las ilustraciones en cada doble página con simpáticos dibujos y ...

  • El Amor: ¿Qué es realmente Estar Enamorado? - IEPP

    https://www.iepp.es/el-amor/

    10 ago 2021 — La definición de “enamorado”, según el diccionario, es el que tiene amor, ... redactando para distintos blogs y con dos libros publicados.

  • Como la primera vez de Julieta Bono

    https://gigalibros.com/como-la-primera-vez.html

    Habia pasado demasiado tiempo, segun yo, pero aqui estaba, frente a el y mi cuerpo temblaba.
    Nos volviamos a encontrar, mas maduros, pero con las mismas ganas que la primera vez.
    Despues de tanto tiempo, estabamos en cero. Cuando la vida parecia perfecta, todo se empezo a derrumbar. no sabiamos lo que pasaria, ambos estabamos lejos del otro, hasta ahora que estabamos de vuelta donde todo comenzo.
    Alli las mariposas comenzaron a aletear.
    Pero cuando se empezaba a sentir bien estar tan cerca de el nuevamente y cuando estaba confiando en el amor. me volvi a sentir en el limbo.
    No estoy segura que el amor sea para mi. descubrir esto lo cambia todo.

  • Revelacion (Los Guardianes de la Lagrima 1) de Simone Lari

    https://gigalibros.com/revelacion-los-guardianes-de-la-lagrima-1.html

    Un pacto que no puede romperse. Una piedra che tiene que ser encontrada. Un equilibro que debe conservarse. La eliminacion de un vampiro Anciano y el regreso a Persepolis de un viejo cazador el dia en el que una fuerza desconocida sera revelada. Nina, Jude y Angelique se encontraran catapultadas en un mundo que no pensaban que pudiera ser real, un mundo habitado por vampiros y cazadores, enfrentados bajo la sombra de los Guardianes de la Lagrima.

  • Y entonces apareciste tu de Grace Marie March

    https://gigalibros.com/y-entonces-apareciste-tu.html

    Dicen que la vida te puede cambiar en un instante y ese instante llego, pero no solo a mi vida, sino a la vida de todos, un dia pasamos de hablar de un virus que estaba muy lejos, en otros paises y de pronto nos decretaron el estado de alarma. Mis companeras de piso y yo estabamos viendo la television sorprendidas, y hubieron reacciones de todo tipo. – Yo ya habia quedado en la capi para ver una "mascleta". - exclamo Luisa un tanto enfadada por que le fastidiaran sus planes. – Por un fin de semana que te quedes en casa, tampoco creo que pase nada. – Bueno, uno no, dos, que el estado de alarma son 15 dias. – Por los rumores que he escuchado en el hospital, esto no es cuestion de quince dias, – les dije a mis companeras de piso. – Mira hablo la experta - dijo Isabel en tono de burla, – ?que va a saber una fregona? – !Oye! - le dije un poco molesta. – Perdona, no se ni lo que me digo, – pero veo la mueca en su cara y me doy cuenta de que su disculpa no es del todo sincera. Mis companeras de piso, bueno podria llamarlas amigas, tienen unos trabajos muy diferentes al mio, no por ello quiero decir que sean mejores, ya que cuando llega el momento de pagar los gastos mensuales del piso, todas ponemos la misma cantidad de dinero, y mi dinero es igual de bueno que el de ellas. Luisa trabaja en una agencia de seguros, la agencia de seguros es de su hermano y ella, bueno ella se limita a pasar alli las horas. Isabel trabaja como secretaria en un colegio. La unica diferencia entre los trabajos de ellas y el mio, es que yo pase a ser trabajadora esencial y ellas en cambio se quedaron en casa, Luisa se supone que trabaja desde casa, pero bueno si no lo hacia en la oficina como podia esperar su hermano que en casa hiciera algo, e Isabel haciendo teletrabajo. !Que despiste!, no me he presentado, mi nombre es Clara, como ya os he comentado trabajo limpiando en el hospital por las mananas y, de esto no os habia dicho nada, estudio por las tardes un grado medio de farmacia, es mi primer ano, me anime por mis companeras de trabajo, la idea es que el proximo ano haga las practicas en el hospital donde trabajo, lo cierto es que no podre quedarme alli a trabajar, pero me facilitaran mucho las cosas, incluyendo el tema de los horarios, entre a trabajar en el hospital, gracias a mi tia, si tengo que confesarlo, entre por enchufe, pero muchas personas entrar del mismo modo, y se que pensareis como puedo entrar por enchufe en un hospital publico, pues porque de la limpieza se encarga una subcontrata, de modo que mi tia me enchufo y cuando me puse a estudiar, decidi que lo mejor era que me mudara lo mas cerca posible del trabajo y del instituto. Mi idea era irme a vivir a la capital, pero... una de mis actuales companeras de piso, es amiga de la infancia, y vivir en los pueblos es lo que tiene, mi madre vio a la suya, le comento que queria mudarme, su madre le dijo que se acababa de ir una muchacha del piso de su hija, y que vivian en una pedania de Valencia, de modo que era como vivir en la capital, con la ventaja de un pueblo, vamos que le vendio la moto a mi madre, y claro la mujer se quedaba tranquila sabiendo que donde me iba estaria bien cuidada, porque al fin y al cabo, Isabel y yo nos conociamos desde los tres anos. Los dias fueron pasando y la tension fue en aumento, mas que nada porque nos pedian quedarnos en casa y muchas personas del centro de Espana, entendian que quedarse en casa era irse de vacaciones a la costa. Ademas no contabamos con los equipos de proteccion necesarios para que todos pudieramos hacer correctamente nuestros trabajos, lo cierto es que muchas personas se portaron bien con nosotros. Pero... Esa noche cuando llegue a mi piso compartido, vi que mi llave no entraba en la cerradura, me fije y vi que la habian cambiado, estaba extranada, ?habria alguna perdido la llave?, ?y como? Al fin y al cabo ahora no se puede salir de casa y ayer traje la compra del supermercado, ?donde iban a ir? – Alejate de la puerta - escuche sorprendida a Luisa. – ?Sucede algo? – Tu alejate - repitio ante mi asombro, estaba tan cansada que solo tenia ganas de ducharme y acostarme, pero debia entregar unos trabajos, ya que el instituto seguia de forma online. El tener que hacer mas horas en el hospital al final me acabaria pasando factura, pero lo estabamos haciendo todas, y tengo que reconocer que habian personas con trabajos con mucha mas responsabilidad que el mio. Cuando abrieron la puerta, sacaron mi maleta y cerraron rapidamente la puerta poniendo la cadena y volviendola a abrir. - Hemos pensado que estas muy expuesta al virus y podrias contagiarnos. – ?Que? - lo cierto es que no salia de mi asombro. – Lo hemos hablado esta manana, en la maleta tienes todas tus cosas, una vez pase todo esto si quieres puedes volver, pero ahora mismo tienes que irte del piso. – ?Isabel piensa igual? – Si, lo pienso - vi como se asomaba detras de Luisa, – tenemos miedo de que nos contagies, mejor quedate en otro sitio, puedes ir a casa de tu tia. - y para mi asombro cerraron la puerta, dejandome alli boquiabierta y sin entender nada. Lucas. Acababa de llegar al edificio donde vivo, lo cierto es que me habian hecho ir a la empresa, ya que habia fallado uno de los ordenadores que prestaba servicio a los trabajadores, y el unico que podia ir era yo, eso es lo que me dijeron, yo lo entendi entre lineas, al fin y al cabo yo no tengo hijos y mis otros dos companeros si. Bueno me presentare, mi nombre es Lucas y soy informatico, de normal ese tipo de problemas lo podria solucionar en casa, pero claro esta vez no era posible, mi jefe me envio por e-mail una autorizacion de trabajo por si me paraba la policia y me dijo que fuera si o si. Por suerte, ya estaba de nuevo en casa. Subi las escaleras para coger el ascensor cuando escuche unos sollozos en la escalera, me extrano tanto, que pense que igual alguien necesitaba ayuda, estamos en un momento tan complicado que creo que si todos nos ayudamos entre si, el confinamiento se nos hara mas llevadero, de modo que subi las escaleras de dos en dos, para encontrarme a una de mis tres vecinas que viven en el segundo piso, sentada sobre una maleta llorando. – ?Estas bien?, ?Puedo ayudarte en algo? - la joven miro hacia mi, no podia ni hablar, de modo que pase a su lado y pulse el boton del ascensor, – ven, vamos, – le dije mientras la ayudaba a levantarse y cogia su maleta, – veras como despues de tomarte algo, lo ves todo de forma diferente. - y pense que iba a irse a ver a algun familiar, que seguramente habia fallecido por la enfermedad, pero lo que no entendia era porque se llevaba esa maleta, total seria ir, estar un par de dias y volver, ?no? Como mi casa es un puto desastre, hice que dejara la maleta junto a la puerta de entrada y la guie hacia el balcon que tengo, haciendo que se sentara y fui hasta la cocina a por dos cervezas, es lo unico que tenia para ofrecerle, bueno agua tambien le hubiera podido haber ofrecido o un cafe, pero bueno en ese momento lo unico que pense fue en coger de la nevera cerveza. Y me sente frente a ella, esperando que se calmara un poco para poder hablar. – Hemos subido los dos en el ascensor y solo podia subir uno. - si soy sincero, lo ultimo que esperaba es que sus primeras palabras fueran una rina hacia lo que habia hecho. – Si tu no se lo dices a nadie, yo tampoco. - dije tratando de que se riera, pero no lo hizo. – Trabajo en un hospital, estoy expuesta al virus todo el dia, – dijo hipando y sonandose la nariz, – lo cierto es que nunca he podido ver llorar a nadie, creo que es por culpa de mi hermana, siempre lloraba para conseguir lo que queria, le funcionaba siempre, pero yo tenia que soportar sus lloros diarios, vamos que tenia claro que cuando me fuera de casa, viviria solo, aunque no pudiera pagar un piso en el centro, de modo que me tuve que ir a una pedania, el piso estaba muy bien, tenia que coger el metro para ir a trabajar, pero eso era algo que no me molestaba en absoluto. – ?Y?, yo hoy tambien he tenido que ir a la empresa y tambien me he expuesto.

  • Juicio a un alma atormentada de Ana Escudero

    https://gigalibros.com/juicio-a-un-alma-atormentada.html

    Lucas despierta en un lugar desconocido para el. Descubre que esta muerto y que su alma sera llevada a juicio para saber a donde debe ir. Sin embargo, sus buenas y malas acciones estan tan compensadas que debera llevar a cabo una mision en la Tierra: ayudar a una joven, cuya felicidad pende de un hilo. Pero ?quien es esa chica que le resulta tan familiar? ?Conseguira Lucas salvar la felicidad de la joven o estara
    condenada a sufrir mientras viva?

  • Lena (Juegos Salvajes 1) de Lena Wolf

    https://gigalibros.com/lena-juegos-salvajes-1.html

    La vida no ha sido facil para Lena y el destino, acaba de hacer su ultima jugada con ella. Sin trabajo, sin dinero y sin hogar, Lena tendra que valerse de todas sus armas para intentar sobrevivir.

  • Lluvia de Yolanda Quiralte

    https://gigalibros.com/lluvia.html

    La miro desconcertado y suspiro. Jamas hubiera podido llegar a imaginar, ni siquiera por un breve instante de tiempo, que aquella mujer, a la que siempre habia deseado de una manera sobrenatural, iba a dejar de satisfacer esa parcela tan importante de su vida. No era el, ni mucho menos, un sonador, o uno de aquellos hombres que se dejaba enamoriscar y engatusar por cualquier mujer; no, mas bien era todo lo contrario. Oscar se enorgullecia de ser uno de esos tipos duros y poco romanticos que hasta la fecha se dejaba llevar mas por impulsos sexuales que por verdaderos sentimientos. No es que no creyese en el amor, pero habia decidido no compartir su vida con nadie, al menos por el momento. Solo tenia veintiocho anos y aun le quedaba un largo camino por recorrer en el terreno de las conquistas. Volvio a mirar a su acompanante de cama. Ella dormia. Sus cabellos rubios se desparramaban por las almohadas y brillaban bajo aquel sol de primavera que entraba casi a escondidas por la ventana. Las sabanas, de un verde claro, formaban extranas formas mientras cubrian el esbelto e impresionante cuerpo de la mujer que descansaba a su lado. Ella tenia la maravillosa cualidad de poseer la piel mas tersa y suave del mundo, y el lo sabia muy bien, pues la habia recorrido con sus manos mas de mil veces. !En cuantas ocasiones habia temblado con solo imaginar en su cama que rozaba esa exquisita piel! !Cuantas! Y sin embargo... No es que la muchacha no tuviera otras facultades. Era de una belleza deslumbrante, con sus ojos azul cobalto y su boca, algo grande, pero bien formada. Podria considerarse que era toda una belleza. Conquistarla le habia costado lo suyo. No habia sido cosa de uno ni dos dias, ni siquiera semanas, y eso para el encantador ego de Oscar Quintana, habia supuesto todo un reto a vencer, incrementando sus ganas de hacer frente a aquella batalla con forma de cuerpo femenino. Y sin embargo... Sin embargo alli estaba, tendido junto a ella en aquel enorme lecho, exhausto tras haber gozado de ella una tarde mas. Una vulgar tarde mas. Al mismo Oscar le sorprendio la frialdad con la que describio lo que un buen observador hubiera denominado como la escena mas torrida jamas contada. Si, era cierto, sus cuerpos se entendian a la perfeccion. Cada vez que el rozaba con sus manos los lustrosos pechos, ella disfrutaba, al igual que lo hacia cuando, minuto tras minuto, la penetraba con fuerza una y otra vez hasta conseguir llevarla al mas profundo abismo. Y ella, !ay, ella!, era capaz de volverle loco con tan solo acariciarle el torso desnudo o besar su abdomen. Su virilidad siempre respondia con entusiasta satisfaccion a los masajes que aquella mujer, hecha para el placer, le proporcionaba. Y sin embargo... Sin embargo, lo supo. Lo supo tras haber derramado su semen una vez mas. Tras aquella explosion multicolor que lleno su cuerpo de temblores, descubrio que aquello ya no le producia la misma sensacion de placidez que en ocasiones anteriores. Algo habia cambiado. Fisicamente estaba claro,seguia disfrutando, pero en su alma empezaba a abrirse paso un vacio preocupante y nada comun. Volvio a mirarla. Quizas si la poseyera una vez mas, eliminaria todos esos pensamientos ridiculos que le martilleaban el cerebro. Y no porque se hubiera cansado de su amante, sino porque si era franco con sus emociones, siempre habia pensado que aquella mujer seria la amante definitiva, no su mujer, eso estaba claro. Nunca hubiese afirmado tal cosa. Martina conocia a la perfeccion el arte del sexo, pero no tenia las cualidades suficientes como para pedirle que se casara con el algun dia. Era una cortesana, muy habil, pero cortesana. Ella suspiro, y quizas eso fue lo que le distrajo de sus pensamientos. Decidio volver a poseerla a pesar de que aun dormia. Oscar deslizo sus manos despacio entre las sabanas hasta alcanzarle el trasero. Aquello fue la senal. Ella rodo en el lecho hasta ponerse con la espalda tocando el mullido colchon de plumas y abrio las piernas. El hecho de que durmiera, no importaba. Hasta en suenos sabia distinguir cuando Oscar estaba excitado. Y lo estaba, vaya si lo estaba. El se coloco entre sus piernas, y sin ni siquiera despertarla, la penetro con fuerza. Ante tal invasion, ella, adormilada, sonrio y fue abriendo los ojos a medida que el la embestia una y otra vez. La poseyo con dureza durante un buen rato, y solo tras lograr que ella obtuviera su orgasmo, se derramo en ella, volviendo a temblar con la misma intensidad de siempre, sin miedos, porque como ella decia siempre, no habia posibilidad alguna de quedar embarazada. Nunca habia sucedido a lo largo de sus muchos anos de matrimonio con el difunto conde. A pesar de todo, antes de dormirse, Oscar penso que aquello ya no tenia remedio. No le quedaba otra opcion que dejar de visitar a aquella diosa del sexo. Ya no le bastaba. Capitulo 1 Oscar Quintana era guapo, irremediablemente guapo, y lo peor de todo es que era consciente de ello. No es que se aprovechara de la situacion, pero su belleza, unida a una muy bien modelada educacion, hacian de el el perfecto prototipo de caballero. Los rumores que volaban por la ciudad susurraban que era un conquistador empedernido, un coleccionista de amantes. Se decia que por sus brazos habian pasado tantas mujeres que no cabian juntas en un gran salon de baile. La fama le precedia, y alla donde iba, antes de que el senor Oscar Quintana hubiera hecho su aparicion, podia verse a todas las mujeres, incluidas las casadas, expectantes y esperanzadas ante la posibilidad de lograr un buen beso de tan deseado caballero. Y todas las mujeres estaban satisfechas con el hasta entonces. Todas excepto quizas una,su madre Valeria. --Habladurias, mama --rio antes de preguntar--: ?Desde cuando has hecho caso a los rumores? --dijo Oscar besuqueando mimoso a su madre, una dama de la alta sociedad, bien situada y muy hermosa. --Oscar, es cierto. En esta ciudad los cotilleos se engrandecen pero, Dios mio, estos rumores empiezan a martillear mi conciencia. Hablan ahora de una condesa... --!Mama, por Dios! No es algo que deba preocuparte, puedo asegurartelo... --exclamo Oscar con la intencion de calmar a su madre, mientras la miraba con recelo--. La mitad de las conquistas que me adjudican son falsas. Cierto es que como soltero me permito algunas licencias mas... --Querido, ? algunas licencias? Desde que volviste de la universidad hasta ahora no hay semana en la que no me lleve algun sobresalto. Oscar miro a su madre de soslayo. ?Que sucederia si llegara si quiera a imaginar como fueron sus anos universitarios? Fue el despertar a la sexualidad. Alli descubrio el genero femenino. Alli comenzaron sus andanzas. --No dejo de escuchar rumores sobre el hecho de que hayas coleccionado << amistades>> una tras otra, sin tan siquiera plantearte la posibilidad de encontrar una mujer adecuada y casarte --concluyo su madre, mientras se ahuecaba las faldas color berenjena. << Maldicion>> , penso Oscar. !Ya estaba alli el dichoso tema! Sabia que a su madre le preocupaba que ninguno de sus hijos, cuatro para ser exactos, dos varones y dos damas, hubieran contraido matrimonio. Oscar, el primogenito; y Pablo, con quien tan solo se llevaba un ano de diferencia, ya estaban en edades de analizar la situacion. Lorena, de diecinueve; y Amelia, de catorce, aun podian sin embargo retrasar tan magna decision por un tiempo, aunque no demasiado,si se regian por los canones de la epoca. --Madre --comenzo a replicar con voz severa, tono que cambio cuando vio la tristeza que asomaba en sus ojos verdes y que se reflejaba en todo su rostro--. Mama, aunque considero razonables tus preocupaciones al respecto --dijo con un tono mucho mas dulce--, no deseo que ellas te impidan disfrutar de tu tiempo. Admito que quizas tengas un punto de razon en algunos de tus comentarios, pero te ruego dejes esa eleccion en mis manos. Confieso --anadio de forma silenciosa y un tanto apesadumbrado por los recuerdos-- no haber encontrado aun una mujer con la que poder vivir una historia de amor. --En tiempos anteriores, hijo --alego Valeria--, el amor era algo secundario. Bien sabes que cuando tu padre y yo nos casamos no habia entre nosotros ningun sentimiento romantico y, si te fijas, el destino hizo que nos enamorasemos. --Quizas sea por ello, madre --empezaba a agotarse su paciencia--, puesto que he sido testigo durante anos del amor que padre y tu os profesais, puedo aspirar a disfrutar de algo semejante, ?no? Jaque mate. Sabia que acababa de dejar a su madre sin palabras. --Bien, bien, Oscar, prometo concederte una tregua, puesto que he observado que este tema te produce cierta desazon. --Sonrio la dama, ahuecandose de nuevo las faldas para sentarse, con el mayor decoro posible, en el sillon de estilo romantico que presidia aquel cuartito de estar--. Lamento haber sacado tan espinoso asunto --y dicho esto procedio a ojear la nueva revista de moda que le habian facilitado zanjando asi el tema... De momento. La gran casa familiar presidia una de las principales calles de la ciudad. Tenia una gran balconada desde la cual se podia divisar el enrevesado e imponente parque, El Olmedar. Se decia de el que habia sido testigo silencioso de los principales romances de la ciudad, guiados, quizas los enamorados por el bucolico entorno de aquellos parajes centenarios, donde los caminos cubiertos de bellos olmos evocaban en la imaginacion escenas de amor furtivo, ese que aprovecha la oscuridad y la penumbra del follaje para dar rienda suelta a la pasion mas absoluta. La Mansion Quintana, como era conocida la finca, era descrita por Oscar como un gran cuartel de caballeria, salvando las distancias, por supuesto. Llena de alegria y luz, era de todo menos silenciosa. Alli se habian criado numerosas generaciones de Quintana, entre ellas, el ultimo batallon, como decia su padre, Alonso Quintana. La decoracion era impecable, cinendose a los canones actuales, desde luego, pero dotada tambien de cierta comodidad y bienestar, algo poco comun entre las casas aristocraticas de la zona. Abundaban los amplios sillones de terciopelo amarillento, cuyas almohadas cobijaban recuerdos de conversaciones secretas. Cabia destacar tambien la presencia de la amplia biblioteca, que hacia las delicias de toda la familia, desde el primero hasta el ultimo, incluyendo al numeroso personal domestico que ayudaba a mantener la mansion en perfecto estado. Estos ultimos constituian sin duda alguna un gran grupo de personas de confianza, ganada a pulso gracias a los numerosos anos de servicio a la familia, logrando con ello que los vinculos que se habian establecido entre senores y trabajadores se hallaran marcados por el afecto y la cordialidad, hecho que dotaba al servicio de ciertos privilegios, como el acceso a la biblioteca y a los libros, la participacion en tertulias familiares y la satisfaccion de ser tratados como autenticos miembros de la familia Quintana. El ama de llaves, Maria, llamada en la intimidad familiar con el diminutivo Marita, era una inflexible y organizada mujer que habia ayudado a traer al mundo a todos los actuales Quintana. Su mano firme y su capacidad de decision ferrea y autoritaria desaparecia por completo cuando ante ella se posaba cualquier par de ojos que perteneciera a un Quintana, especialmente el joven Oscar, puesto que el la habia salvado sin duda de una gran catastrofe. Marita estaba casada con Victor, tutor de estudios de todos los hermanos Quintana. Juntos vivian en una casita cubierta de jazmin amarillo que se encontraba en el jardin de gran la finca senorial. Formaban una estupenda y maravillosa pareja, que aun todavia, de vez en cuando, a pesar de los muchos anos que llevaban casados, eran sorprendidos por alguno de los hermanos dandose algun beso furtivo o alguna caricia sofocada. Tenian una hija, pequena aun, la traviesa y escurridiza Victoria, a la que todos llamaban Lluvia, en recuerdo de la magica noche en que fue hallada. Casi todos los miembros de aquella familia habian olvidado por completo que Lluvia en realidad no era hija de Marita y Victor. La nina aparecio de repente en sus vidas como un torbellino de fuerza y alegria. Sucedio una noche de tormenta. Todos los hermanos Quintana adoraban las tormentas. Les encantaba permanecer durante horas apoyados contra las enormes cristaleras de la mansion mientras disfrutaban de << la gran batalla>> , nombre popular con el que la familia solia llamar a las tan temidas, por otros, tormentas. La idea surgio de Alonso, el padre de familia, hombre dotado de una gran imaginacion y aficionado a escribir en sus ratos libres. Habia desarrollado toda una serie de fantasticas historias que entretenian a su numerosa familia durante las horas que duraban las descargas electricas. Una de esas noches, toda la familia al completo, incluyendo a Marita y a Victor, los Quintana se hallaban reunidos, acurrucados en torno a los ventanales, escuchando una de las maravillosas historias que Alonso solia narrar. Merecia sin duda la pena ver las caras de los ninos, mientras el patriarca gesticulaba, gritaba,susurraba y saltaba, a la vez que contaba su ultimo cuento. En aquellos dias, Oscar ya tenia 16 anos, y pronto comenzaria la universidad en una prestigiosa institucion donde habian estudiado todos los miembros varones de su familia. Pablo, con 15 anos, terminaba la escuela superior mientras comenzaba a convertirse en un alocado joven que traia de cabeza a sus padres con sus incesantes y constantes aventuras, pues era un enamorado de las piedras y las rocas, razon por la cual siempre andaba metido en alguna cueva buscando material geologico. Lorena, la mayor de las muchachas, con siete anos y una cara llena de pintorescas pecas, ademas de a sus obligaciones escolares, se dedicaba, no con demasiada fortuna, a tocar el piano; y Amelia, la benjamina de la familia, con solo tres anos, hacia las delicias de toda la familia, ahora que ya habia dejado de ser un bebe regordete y jugueton, mas bien dado a romper todo lo que encontraba a su paso. --... De pronto,se abrio de forma repentina el baul que con tanto esfuerzo habia llevado Baltasar al desvan y... ?Sabeis que encontro? --pregunto Alonso misterioso. Siete caras expectantes se movieron con rapidez a la vez que negaban con la cabeza... --!Pues encontro el viejo mapa del tesoro familiar que se habia perdido durante el viaje del tatarabuelo a las colonias! --!Oh, papa, es sin duda una de tus mejores historias! --Si, querido, hacia tiempo que no disfrutaba con tanta intriga. --?Crees que publicaras tambien este cuento? --?Lo haras bajo tu nombre secreto? Todas estas preguntas salian con atropello de las gargantas de los Quintana mientras hablaban a voz en grito preguntando al compas de los truenos y relampagos que sacudian con fuerza las hermosas ramas de los arboles que poblaban el jardin. --Tranquilos, hijos, tranquilos... Si, es probable que esta sea una mas de las increibles historias del legendario escritor Augusto Sancho --rio el padre con esa risa profunda y gutural a la que tan acostumbrada estaba ya su prole. De repente, un gran relampago ilumino la estancia, acompanado de un estruendo tan ensordecedor que por un instante ninguno de los Quintana oyo el grito desgarrador que bramo en medio de aquella salvaje tempestad. --?No habeis oido gritar a alguien?

  • Seduciendo al canalla de Olivia Kiss

    https://gigalibros.com/seduciendo-al-canalla.html

    Sebastian Cook ha conseguido todo lo que tiene a base de trabajo duro y sacrificio, asi que se prometio que jamas caeria en las redes de una de esas damas de la alta sociedad para las que durante anos fue invisible. Ahora, siendo rico, poderoso y atractivo, es famoso en Londres por sus escarceos amorosos y por dirigir junto a su socio uno de los clubs de juego mas conocidos. Por eso cuando Daphne Smith irrumpe en su local con una propuesta de lo mas escandalosa, el no duda en intentar deshacerse de ella lo mas rapido posible. En primer lugar, porque es una solterona y no quiere verse metido en ningun lio. En segundo lugar, porque la chica resulta ser mas interesante y avispada de lo esperado. Y, en tercer lugar, porque presiente que si la deja entrar en su vida podria terminar siendo su perdicion. Pero ?como librarse de esa joven que parece destinada a cruzarse en su camino?

  • El pozo del cielo de Cristina Cerezales Laforet

    https://gigalibros.com/el-pozo-del-cielo.html

    Andres y Florinda inician una historia de amor oculta, mientras juegan a llamarse Ariadna y Teseo. Pasados los anos, la pasion entre los dos amantes se va enfriando hasta conducir la relacion a un punto muerto. Pero un dia, durante un viaje de Andres, Florinda recibe una visita que trastoca su existencia y le hace abandonar su casa, el lugar de su amor secreto, sin dar ningun tipo de explicacion.Cuando el regresa, se encuentra con una casa sin Florinda, en la que no soporta vivir con su ausencia pero de la que tampoco puede escapar, no consigue dejar de esperarla.

  • En el piso de abajo de Margaret Powell

    https://gigalibros.com/en-el-piso-de-abajo.html

    Naci en Hove en 1907. Yo era la segunda de siete hermanos. Lo primero que recuerdo es que habia ninos que parecian andar mejor de dinero de lo que andabamos en mi familia. No obstante, nuestros padres se preocupaban muchisimo por nosotros. Hay algo que recuerdo especialmente, y es que todos los domingos por la manana mi padre nos traia una revista de historietas y una bolsa de golosinas. Las revistas de historietas valian medio penique cuando eran en blanco y negro, y un penique cuando estaban coloreadas. Cuando lo recuerdo ahora, me pregunto como se las arreglaria para comprarlas cuando estaba sin trabajo y en casa no entraba nada de dinero. Mi padre era pintor y decorador, una especie de manitas. Todo se le daba bien: arreglar tejados, enlucir... pero su fuerte era pintar y poner papel pintado. Sin embargo, en nuestro barrio habia poco trabajo en invierno. A la gente no le gustaba que se hicieran arreglos en su casa por esas fechas. No se podia pintar por fuera, y nadie queria tampoco las complicaciones de pintar dentro. De modo que los inviernos eran tiempos dificiles. Mi madre limpiaba casas desde las ocho de la manana hasta las seis de la tarde por dos chelines al dia. A veces volvia a casa con algun tesoro, como un cuenco de grasa de carne asada, media hogaza de pan, un poquito de mantequilla o un tazon de sopa. Mi madre odiaba aceptar cosas. Odiaba la caridad. Pero a nosotros nos gustaba tanto que trajera cosas que, cuando veiamos que traia algo, saliamos corriendo para ver que era. Supongo que hoy puede parecer curioso que mi madre odiara tanto la caridad, pero cuando mis padres nos criaron no habia dinero para los desempleados. Si recibias algo, era por caridad. Me acuerdo de que mi madre, una vez en que solo teniamos un par de zapatos para cada uno y todos necesitaban remiendos, se acerco al ayuntamiento para ver si le daban alguna ayuda. Tuvo que contestar montones de preguntas y le hicieron sentirse avergonzada por no tener suficiente dinero para mantenerse. Encontrar un lugar donde vivir era por aquel entonces muy distinto a como es ahora. Bastaba con salir a la calle y andar un poco para ver carteles de <>. Cuando las cosas se ponian muy cuesta arriba, nosotros solo podiamos tener una o dos habitaciones, y siempre en casa ajena. Sin embargo, cuando papa tenia trabajo, podiamos alquilar media casa. Nunca tuvimos casa propia. Por aquel entonces poca gente podia permitirse tener una casa entera para su familia. En lo que se refiere a comprar una casa, !santo cielo!, era algo que ni se nos pasaba por la cabeza. Me acuerdo de que yo me preguntaba a menudo como era posible que, estando las cosas tan mal como estaban, mama no dejara de tener ninos, y tambien me acuerdo de lo mucho que se enfadaba porque una pareja de solteronas para las que trabajaba le decia sin parar que no tuviera mas hijos porque no podia permitirselo. Una vez le pregunte a mi madre: <>. Y ella me respondio: <>. Ya ven cual era el unico placer que podia permitirse la gente pobre. Era algo que no costaba nada, al menos no mientras se estaba haciendo el nino. Tener ninos era de lo mas facil. A todo el mundo le daban igual los medicos y, ademas, traer a la partera suponia poco gasto. En cuanto al hecho de que despues si que fuera a suponer un gasto, bueno, por aquel entonces la clase trabajadora nunca pensaba mucho en el futuro. No se atrevia a hacerlo; bastante tenia con vivir al dia. Ademas, la gente no pensaba en el control de la natalidad. Solo se pensaba en tener familia. Tal vez fuera un legado de la epoca victoriana porque, en cierto modo, cuantos mas hijos tenias mas se te veia como a alguien que cumplia con su deber de ciudadano cristiano. Aunque la verdad es que la Iglesia no tenia mucho peso en la vida de mi padre o de mi madre. No creo que tuvieran mucho tiempo para eso. Aunque seguramente seria mas exacto decir que si tenian tiempo, pero no disposicion. A algunos de nosotros ni siquiera nos habian llevado a cristianar. Yo, por ejemplo, no lo estaba, y nunca lo he estado. Sin embargo, todos teniamos que ir a la escuela dominical. No porque mis padres fueran religiosos, sino porque asi se nos quitaban de en medio. Los domingos por la tarde se dedicaban a hacer el amor, porque en las casas de la clase trabajadora no se podia tener mucha intimidad. Cuando vivias en dos o tres cuartos, alguno de los ninos siempre dormia contigo. Si tenias sentido de la decencia --y mis padres lo tenian porque en toda mi infancia nunca llegue a enterarme de si hacian el amor-- te esperabas hasta que se durmieran o no anduvieran por medio. La verdad es que nunca los vi siquiera darse un beso, porque mi padre era tirando a seco, al menos en apariencia, y me asombre mucho cuando, no hace tanto, mi madre me dijo que en realidad era un hombre muy ardiente. Asi que, como ven, solo podian dejarse llevar cuando los ninos no andaban por medio. Total, que los domingos por la tarde, despues de una buena comida (todo el mundo procuraba hacer una buena comida los domingos) era el momento de pasarse un rato en la cama, haciendo el amor y echandose una siestecita. Porque, como me dijo mi madre tiempo despues, puestos a hacer el amor, mejor hacerlo con comodidad. Cuando llegas a la mediana edad, hacerlo en rincones raros ya no te hace tanta gracia. Por eso la escuela dominical tenia tanto exito. No se como sera ahora. Mi hermano y yo empezamos a ir juntos al colegio. Por aquel entonces te dejaban empezar con cuatro anos. Mi madre me envio a la escuela con el porque ya tenia a otro nino danzando por ahi, y penso que seria mejor quitarse a dos de encima. Teniamos que volver a casa para el almuerzo. En el colegio no se daba de comer, ni leche, ni nada parecido. Te llevabas una rebanada de pan con mantequilla envuelta en un trozo de papel y se la dabas a la maestra para que te la guardara, porque muchos de nosotros, de ninos, teniamos tanta hambre que nos la comiamos a mordisquitos durante las clases de la manana, en lugar de estar haciendo lo que tuvieramos que hacer. A las once en punto nos las repartian. Guardo pocos recuerdos de mis primeros dias en el colegio; es como si, hasta los siete anos, no hubiera tenido necesidad de ocupar un lugar en la existencia. Lo que paso es que, como mi madre se marchaba temprano por la manana para ir a servir y yo era la nina mayor, me tenia que ocupar de poner el desayuno a mis hermanos. Piensen que para darles el desayuno no habia que cocinar, ni nada parecido. Nunca tuvimos huevos, ni tocino, y de los cereales ni siquiera habiamos oido hablar. En invierno tomabamos avena cocida, y en verano unicamente pan con margarina y una capa fina de mermelada, cuando mama traia. Solo teniamos permiso para tomar tres rebanadas. Siempre me gusto ir a la panaderia y comprar esos panes redondos que por encima tienen un dibujo que hace cuatro picos (creo que se llamaban panes de Coburgo). Siempre nos peleabamos para quedarnos con los picos, porque contaban como un trozo de pan pero llenaban mas que una rebanada. Despues preparaba el te --un te muy flojo al que se llamaba escoria, de lo barato que era--, recogia, fregaba y me preparaba para ir al colegio. Llevaba a la guarderia a los dos pequenos. Valia seis peniques diarios por nino. Por ese dinero, tambien almorzaban. Los dejaba alli justo antes de entrar al colegio y los recogia por la tarde, al salir. A mediodia me iba a casa corriendo, sacaba las patatas y las verduras, ponia en marcha el almuerzo y hacia todo cuanto podia para que mi madre, al volver corriendo del trabajo, no tuviera mas que servirlo. Por lo general comiamos estofados, porque es lo que mas llena. A veces madre nos preparaba un pudin de carne. Cuando pienso ahora en aquel pudin de carne, me hace gracia. Me acercaba hasta la carniceria y pedia seis peniques de <>. La higiene no tenia nada que ver con lo que es ahora, y los carniceros colocaban unas grandes tablas de madera fuera de la tienda para exponer toda la carne, a la gente y a las moscas. A medida que cortaban siempre quedaban restos de carne, que iban esparciendo alrededor. A esos recortes se les llamaba <>. Por lo general, yo compraba seis peniques de recortes y un penique de sebo. Con eso mi madre preparaba un pudin de carne fantastico. Sabia muchisimo mejor que el que yo hago ahora, cuando pago cinco o seis chelines por la carne. En cuanto acababa de comer, mi madre se volvia al trabajo a todo correr, porque solo le daban media hora de descanso. Total, que a mi me tocaba fregar antes de volverme al colegio. Despues, en cuanto salia por la tarde, recogia a los dos pequenos de la guarderia, los llevaba a casa, ordenaba y hacia las camas. Nunca tuve la sensacion de estar sufriendo, ni tampoco de que me maltrataran. Las cosas eran asi, nada mas. Cuando eras la hija mayor en una familia de clase trabajadora, eso era lo que se esperaba de ti. Por las tardes era mama quien se encargaba de todo, claro. Volvia a casa a eso de las seis y nos daba de merendar lo mismo que en el desayuno: pan con margarina. De pequena nunca sali de noche a la calle, y mis padres eran muy estrictos en este sentido. En cambio, leia mucho. Por entonces ya teniamos una biblioteca gratuita. Tambien nos las apanabamos para entretenernos solos. Mi hermano mayor nos montaba a menudo espectaculos de magia. Se le daba de maravilla. Alguien nos regalo una linterna magica con transparencias. No se movian, desde luego, pero mi hermano se las arreglaba para inventarse historias sobre ellas. No hubo una sola tarde en que nos aburrieramos. Siempre habia algo que hacer. A diferencia de mucha gente que he conocido, en mis anos de escuela yo no hice amigos que perdurasen. Supongo que es facil verlo desde hoy y afirmar que mi madre y mi padre eran poco sociables porque no nos daban permiso para traer amigos a casa. Mama ya tenia bastantes ninos. Nunca tuve fiestas de cumpleanos, por supuesto; esas cosas eran inimaginables. En el colegio habia dos ninas con las que me llevaba bien, pero ya se sabe lo que pasa cuando hay tres, que son multitud y a una le dan de lado, y esa siempre era yo. Creo que aquellas dos ninas procedian de casas donde se hablaban las cosas, como por ejemplo de sexo, porque entre ellas habia una especie de codigo, del que yo nunca entendi ni una palabra, que hacia que anduvieran todo el rato con risitas. Una vez, cuando yo estaba a punto de cumplir los trece, una de ellas --se llamaba Bertha-- no queria salir a jugar. Yo le pregunte: <>. Y ella me respondio: <>. Y las dos empezaron con sus risitas. Pero la verdad es que, teniendo como tenia a mi familia, todo eso me daba igual y, ademas, teniamos toda la ciudad a nuestra disposicion.

  • 148 de David Munoz Lopez

    https://gigalibros.com/148.html

    ADVERTENCIA:
    Es importante que se asegure de querer leer este libro antes de subir al avion. No se trata de un libro cualquiera. Si decide no leerlo, viajara comodamente hasta llegar a su destino.

  • Llamada Nocturna de Lara Arbi

    https://gigalibros.com/llamada-nocturna.html

    Saltillo, Coahuila. Febrero de 2020 3: 10 am El tono particular del celular de Sara, la hizo despertar de su profundo y reparador sueno. Casi lamentaba no haberlo apagado. Pero siempre existia la posibilidad de una llamada emergente de parte de alguien de su familia o de alguna amistad que requiriera de ayuda. Por eso, lo dejaba encendido. Siempre. Ella saco la mano de debajo de su gruesa y abrigadora frazada y sintio el frio apoderandose de su brazo. No era invierno, era que acostumbraba dormir con la refrigeracion al maximo, durante los meses calurosos. Definitivamente aquella era una llamada inesperada y eso de despertar de pronto, hacia que su pulso estuviera erratico y desatinado, asi que el celular termino resbalandosele de su mano. --!Auch...! --exclamo molesta, su voz se escucho ronca. Por suerte la alfombra frente al buro amortiguo el golpe y el celular sobrevivio al accidente, pero moverse para tomarlo casi le cuesta irse de cabeza al suelo. "!?A quien se le ocurre llamar a esta hora?!" rezongo en pensamientos. "!Ah! Si es otra vez el Joel, que necesita raite porque anda bien borracho, !lo va a lamentar!" Juro Sara, sin ver quien llamaba. --Diga --respondio Sara con voz aguardentosa y los ojos cerrados, pero nadie le respondio. Habian cortado. Tenia tanto sueno que no se preocupo en ver quien habia llamado, suponia que si era un conocido, le volveria a marcar, y si no lo era, le enojaria mucho enterarse de que se habia esforzado para descubrir que era un numero no identificado. Se lanzo sobre su almohada sin soltar el telefono, se arropo y cerro los ojos dejandose llevar por el sopor. En pocos segundos estuvo de nuevo sumergida en la agradable inconsciencia del sueno. Las imagenes empezaron a brotar en su mente, recreando realidades no existentes. Un encuentro con amigas en una reunion de cumpleanos. Habia muchas risas, buen ambiente, y repentinamente; todo desaparecio, de nuevo gracias a los tonos de su celular. Moverse hizo percibirlo en su mano y se agradecio a si misma por no haberlo soltado. En ese momento no recordo el detalle de que una llamada inesperada la habia despertado minutos antes, asi que respondio sin revisar quien marcaba. --Diga --balbuceo, completamente adormilada, y escucho una voz de alguien que no reconocio. --!Hola, hola! ?Como estas, amiga? Que placer escucharte. --?Que si como estoy? --respondio con cierta ironia--. !Pues estoy dormida! !Son las tres de la manana! ?Por que no esperaste a que amaneciera para llamar? --Oye; perdona la hora. Es que acabo de llegar. No te hubiera molestado de no ser porque necesitaba asegurarme de que te vere --dijo el tipo. Su voz era agradable, pero percibia un dejo de preocupacion en ella--. Si no hay inconveniente, voy alla en taxi, pero necesito que me digas tu direccion para que el taxista llegue sin problema, y la hora a la que pudieras recibirme, por favor. --?Quien habla? --pregunto sin abrir los ojos. --!Ja! ?Como que, quien? !Pues yo!, crei que me habias reconocido. Oye, luego hablamos de esos detalles, ahorita urge que me digas tu direccion. Tengo que arreglar mi estancia. Me estan esperando. Ella checo el numero entrante y se dio cuenta de que si era un numero que tenia en su agenda, y estaba a nombre de un amigo que hacia muchisimo tiempo no contactaba. --?Eres Alejandro Medina? --?Y quien mas te iba a estar hablando a estas horas, sino un viejo conocido? El suyo era un numero que se empolvaba en la agenda de Sara. Hacia tanto que ese amigo no le llamaba, que muchas veces estuvo tentada en eliminarlo de su agenda para que no le ocupara espacio. Alejandro Medina habia sido un buen companero de la preparatoria. El, se habia ido a estudiar la carrera profesional a la ciudad de Mexico, y desde entonces le habia perdido la huella. Habian pasado ya varios anos, considerando que ambos habian terminado ya su carrera profesional, y tenian al menos dos anos trabajando en lo suyo. Ella se sento en su cama, acomodando la almohada como respaldo y continuo la conversacion. --Ah. Perdona. No te reconoci la voz. Es que ya traes el tonito de "chilango". ?Ya tienes en que anotar? --le pregunto ella, pensando en aclarar condiciones. --Si, claro. Dime. Y fastidiada por estar despierta cuando debia estar durmiendo, termino diciendole su direccion con santo y sena, asi como los horarios en los que la podria encontrar, pues ella trabajaba. --Quisiera saludarte, pero si tienes que ir a trabajar, pues... lo mejor sera que nos veamos en algun restaurante, a la hora de la comida, o tu di a que hora y donde, ?no? --Bueno. Apunta: manana a la 1:30 en el restaurante "Delicias". Esta por la calle Venustiano Carranza, una cuadra despues del cruce con la Avenida Universitaria. Yendo de norte a sur. Esta muy visible. No te vas a perder. !Ey! Pero, hace tanto que no nos vemos que no te voy a reconocer. Y tampoco creo que tu lo hagas. He cambiado. ?Como te ubico? --Bueno. Veamos; llevare camisa azul lisa, y una cachucha beisbolera de color blanco. Llevo cabello un poco largo. Pero poquito. Tu, ?que llevaras puesto? --Mi uniforme de la empresa. Es color verde tierno, con blusa rosada. Lleva saquito del mismo color. Trabajo en con un licenciado. Muy estricto, por cierto. Apunta esto; yo traigo el cabello hasta el hombro, color cobrizo. Ya no soy rubia, ?recuerdas? --!Oh! Claro, como lo iba a olvidar. Bueno, te dejo dormir un poco mas y nos vemos en las "Delicias" a la hora de la comida. Hasta luego, linda. !Oye! ?No se molestara tu marido o tu novio, si sabe que saliste a comer conmigo? --Por supuesto que no. Primero porque, que yo recuerde, no estas tan lindo --bromeo ella--, y segundo, porque no me he casado todavia, ni tengo novio formal. !Nadie se enojara contigo! --Perfecto --lo dijo con tono de complacencia regularmente disimulado--. Entonces nos vemos en las "Delicias". --Hasta luego --dijo ella y en cuanto termino la comunicacion se recosto de nuevo, sin soltar su celular. Entonces recordo un detalle. "Hasta luego... !?linda?! Ay, Alejandro. Si que te has achilangado", penso sonriendo. Su voz y sus maneras eran diferentes a las que recordaba, pero era logico; habian pasado varios anos sin verse y suponia que al terminar sus estudios, el se habia quedado a vivir en la capital. Antes de quedarse dormida le vino a la mente otro detalle: "?Como que me recordaba rubia, si yo me teni el cabello hasta el segundo semestre de la profesional? El ya se habia ido a la capital", le dio vueltas al dilema por unos segundos, pero tenia sueno y termino concluyendo: "Lo dijo por no quedar mal. Despues de todo yo le estaba aclarando que llevaba el cabello tenido de rubio". No lo analizo demasiado. Tenia mucho sueno y necesito poco tiempo para volver a quedar profundamente dormida. *** Desperto al siguiente dia dando un salto, porque la sorprendio la alarma de su despertador. No recordaba el incidente de la llamada. Tenia prisa por alistarse y preparar un buen desayuno. Eso era fundamental para que, ella se sintiera bien durante la jornada de trabajo. Una hora despues, salio de su departamento, entro a su auto y hasta que cerro la puerta, recordo lo de la llamada nocturna. La curiosidad la acoso y se las arreglo para sacar su celular del bolso, mientras maniobraba el volante para enfilar rumbo a su trabajo. "Era el. Alejandro. Ademas me lo aclaro. No estoy segura de que sea el que recuerdo. Hace mucho que no lo veo. Bueno, ya lo vere a la hora de la comida" --despues de unos minutos de ir conduciendo, penso--. "?Que querra? !Ah!, me late que me quiere engatusar con algun negocio. Sucede tanto. Los embaucan a ellos, y ahi los traen, apurados consiguiendo gente que le entre a tal o cual estupido negocio de ventas" --viro a la izquierda--. "Lo que no sabe este cuate, es que no soy de las que se deja controlar. Soy de las que habla claro y directo. Lo saludare por los viejos tiempos, pero en cuanto empiece con sus cosas... !A volar, chiquitito!" Olvido el asunto en cuanto se ocupo de su trabajo, y lo recordo solamente a la hora de la salida, en el momento en que tomo su bolso y lo colgo al hombro. Estaba por ver a ese companero que hacia tiempo se habia ido a la capital. Se preguntaba, como se veia el ahora. A que se dedicaba, y sobre todo, que queria. Tenia muy en cuenta que una de las opciones de los estudiantes universitarios para apoyar el pago de sus estudios, era vender algo; sobre todo seguros. Ella consideraba a los vendedores de seguros como una plaga. Una vez mas se puso a planear los argumentos que usaria para no permitirle que la engatusara con algun plan suyo que trajera. Era verano. Al salir a la calle sintio que el calor le lastimaba la cara. Hubiera deseado irse directamente a casa a acostarse y disfrutar del descanso, viendo un programa de television o durmiendo, en medio de un ambiente refrigerado, y no tener que enfrentar una situacion que podia llegar a ser molesta. Pero no podia dejar de lado el compromiso que se habia creado con el tal Alejandro. Para desvanecer el sentimiento de molestia se concentro en los recuerdos de sus anos de bachillerato. No habian sido tan buenos. Habia pasado momentos amargos, dias pesados por el estudio, por los dichosos examenes que solian ponerles, y todas esas cosas relacionadas con, tener que aprobar para pasar el semestre. Pero Alejandro, si era un buen recuerdo. Estaba consciente de que con el tiempo la gente suele cambiar. Ella misma habia cambiado. Debia considerar que ahora Alejandro trajera, no muy buenas manas. Pero ya iba en camino a cumplir con esa cita y sucediera lo que sucediera, pronto estaria de regreso en casa. Se prometio que regresaria sintiendose tranquila, sin haberse dejado colgar obligaciones que no deseaba. "!Por nada del mundo debo dejarme embaucar con un negocio suyo, o lo que sea. Si se enoja, !pues que se enoje! Si. Es que, tratar de mantener a la gente contenta, muchas veces implica meterse uno en un berenjenal. ?Pero, y por que? No soy Hermanita de la caridad. Pero sobre todo, quiero vivir tranquila. Por Dios que si". Suspiro cuando penso esto y el semaforo se puso en rojo. Trato de no exasperarse. Recordaba que todo pasa, y pronto ese asunto estaria concluido. Normalmente no era tan hurana para relacionarse, pero la manera en que se dieron las cosas; esa llamada a las tres de la madrugada, el colgarle un compromiso que le conflictuaba un poco la existencia en un dia en el que deseaba estar tranquila, todo eso le hacia sentir cierto rechazo hacia ese encuentro. El semaforo cambio a verde y ella avanzo a la velocidad a la que iban el resto de los autos, unas cuadras mas adelante dio vuelta a la derecha. Ya estaba sobre la calle Carranza. Avanzo un poco mas y encontro la Avenida Universitaria. Sabia que a la derecha encontraria el acceso al restaurante. Afortunadamente habia lugares disponibles para estacionar su auto dejandolo bien protegido y sombreado con amplios tejados. Vio la hora en su celular y sonrio; estaba a tiempo. No encontraria a un Alejandro fingiendo que no estaba malhumorado por su tardanza. Se arreglo un poco el cabello y su maquillaje, y metio una pastilla de menta a la boca para refrescar su aliento, entonces salio del auto. Era un lugar de sobra conocido por ella. Habia estado muchas veces ahi, sola o acompanada, asi que sabia a donde dirigirse con confianza. Una vez adentro, se dedico a localizar a alguien con las caracteristicas que le describio su amigo; camisa azul corte formal, cachucha beisbolera de color blanco, cabello un poco largo. No estaba a la vista. Se sintio desconcertada por eso. Vio la hora y se dio cuenta de que habian pasado solamente diez minutos de la hora de la cita. Supuso que por haber estado fuera de su tierra tanto tiempo, podia haberse desubicado. En ese momento se acerco a ella uno de los jovenes meseros. --?En que puedo servirle, senorita? Ella se alegro de recibir ayuda. --Ah, si. Busco a un hombre que viste camisa azul y trae cachucha blanca. Tendra unos, treinta anos. ?Ha visto a alguien asi? El joven penso en ello por unos segundos y respondio: --La verdad no. No he visto a nadie vistiendo asi. Tal vez decidio quitarse la cachucha, pero aun asi no recuerdo haber visto a alguien de camisa azul, solo. Esperando a alguien --Sara se sintio incomoda por la situacion--. Pero dejeme dar una vuelta por el restaurante a ver si lo localizo. ?Cual es el nombre del senor? --Alejandro Medina. Gracias por su ayuda. Mire; me sentare por mientras, en esa mesa -- dijo, senalando una mesa situada en un rincon. --Bien, ahora vuelvo --dijo el joven amablemente. Sara se sento en la mesa desocupada y se sintio bien. Fue cuando comprendio que podia haber un monton de razones por las que Alejandro no estuviera ahi a tiempo. Si el joven mesero no lo localizaba, lo esperaria. Y hasta se previno pensando en que si no llegaba, ella no le daria otra cita. "!Que se vaya al cuerno, si no viene!" Entonces rio para si misma pensando en que se estaba defendiendo de algo que todavia no sucedia. Unos minutos despues vio que el mesero estaba de regreso. Pronto sabria si Alejandro, estaba o no estaba en ese lugar. "Pues, si esta aqui, que poco caballero. El deberia venir a mi encuentro", penso, una vez mas a la defensiva. Pero no habia llegado. --Mire, ya di la vuelta por el local y por los reservados y... no, el senor no ha llegado. ?Va a esperarlo? Tal vez no tarde. --Si, lo esperare. ?Donde puedo sentarme? --Ahi, donde esta. Si se siente comoda. --Si, estoy comoda --la razon era que no estaba muy a la vista, por eso de que no llegara Alejandro--. Estoy en buen punto para detectarlo en el momento en que entre por esa puerta -- aclaro ella. --Bien, ?desea tomar algo, mientras espera? Ella penso en una bebida suave para bajar la tension que le causaba ese trance. --Una cerveza, por favor. Cuando le sirvieron su bebida, Sara empezo a sentirse mas relajada y dispuesta a esperar a su amigo. La limitante era que solamente tenia una hora para comer y despues debia regresar a su trabajo. "Es el colmo. Le llamare a ver que pasa". --"?Alejandro?… !Oye!, ?que pasa que no llegas? !Se me esta haciendo tarde! --le dijo Sara, y no reprimio su molestia. --!Hijole! Sarita, lo siento. Es que me perdi. Pense que iba a ser facil y no. Lo siento. !Dame un minuto mas!, ?ok? --Pero un minuto nada mas. !Tengo que volver al trabajo! Sin embargo, los minutos pasaron sin que Alejandro apareciera y cuando se dio cuenta de que solo restaban veinte minutos de descanso, decidio comer algo para regresar al trabajo. Llamo al mesero y le pidio algo de carne y verduras y un refresco, aclarandole que solo podia quedarse ya menos de veinte minutos. "Como me esta haciendo pesado el dia, este amiguito. Primero, me llama a una hora inadecuada, me cita porque el quiere y por lo visto va a aparecer cuando el lo decida. !Pues, no! No se haran las cosas como el quiera, ?es que, piensa que porque viene de la capital va a obligarlo a uno a hacer lo que el quiera? !Para nada! Ya no soy tan docil como lo era en la prepa". Faltando diez minutos para su hora de entrar al trabajo, ella pago la cuenta y sintiendose indignada, salio hacia su auto. Apenas tendria tiempo de llegar a las oficinas donde trabajaba. No le perdonaria que le descontaran parte de su sueldo gracias a su irresponsabilidad. Al abrir la puerta del restaurante, sintio de inmediato el golpe del aire calido del exterior que se percibia mas al haber estado en un ambiente refrigerado. Con paso apresurado se dirigio a su auto, y justo cuando abrio la puerta escucho una voz a sus espaldas. --!Oh!, !Sara! --dijo. Cuando ella volteo a ver quien le hablaba, se encontro con un tipo que realmente no conocia, pero llevaba una cachucha blanca y camisa azul. Era Alejandro Medina. Ella se quedo estatica, pensando en que, no era asi como recordaba que era Alejandro. En todo caso, los anos lo habian transfigurado. "Pero me ha demostrado que es Alejandro. Incluso su numero de celular es el que tengo en la agenda". --?E-estas suficientemente molesta como para no darme un abrazo de bienvenida? --dijo el recien llegado, con expresion apesadumbrada. Ella no se atrevio a mostrarse violentamente enojada. Su sentido de cortesia supero a su enojo y con toda calma respondio: --Es muy tarde, Alejandro. Tengo que irme a mi trabajo. Creo que dejaremos nuestra cita para otro dia, ?de acuerdo? El se agito, mostrandose apenado y entonces le dijo: --Tienes razon. Lo siento mucho. Te he estado causando muchos trastornos desde que llegue. !No tengo derecho a perturbar tu vida! Sin embargo no quisiera irme sin que platicaramos. Mira, tengo una idea para lograrlo sin causarte mas dolores de cabeza. --?Cual es esa idea? --respondio ella, con gesto cansado. --Me ire contigo para ver donde esta tu lugar de trabajo, pero no, no te preocupes, no entrare. Me quedare en algun lugar cercano a esperar tu hora de salida. Asi, no habra mas contratiempos, por lo que sea. Tu no tienes por que batallar con mi desubicacion. !Es que ya ni me acuerdo, de las calles de mi ciudad, caray! Ella vio la hora. Le quedaban cinco minutos para llegar a su trabajo, y eso la hizo responder: --Pues, vamos. Y, estoy de acuerdo en que me esperes en algun lugar cercano. Lo siento, no te puedo pasar a las oficinas. Tengo un jefe muy intransigente. --No, no. Claro que no haria eso. Se hara como tu dices. !Vamos! Y con toda presteza, el fue a la puerta del copiloto obligando con eso a Sara a entrar para abrirle la puerta y apurar las cosas. Pero ella aceptaba el trance porque la hora le preocupaba. Ella actuaba con rapidez. Estaba seria, la verdad era que estaba molesta. Sin embargo lo haria por los buenos tiempos y solamente por esta ocasion. !Nunca mas! Encendio el auto y se apuro a salir rumbo a su trabajo. Alejandro iba en silencio, Su rostro no mostraba preocupacion, cosa que estaba causando mayor indignacion en Sara. Ademas se sentia un poco intrigada. El Alejandro que recordaba no era asi. Claro que habian pasado ya algunos anos por ellos y el tiempo cambia la fisonomia, muchas veces hasta el punto de volverlos irreconocibles. Pero... "Que distinto es. No hay nada en el, que me recuerde al Alejandro de la preparatoria". El Alejandro que observaba era un hombre de mediana edad, alto, de complexion recia. No podia decirse que era del todo, bien parecido. Varonil, si. Pero habia una actitud en el que le provocaba ansiedad, y hasta algo de temor. Habia algo en todo lo que estaba sucediendo desde que le llamara por la noche, que le estaba provocando un sentimiento extrano. Tenia la sensacion de que poco a poco estaba quedando mas atrapada en una situacion anomala, a la que no se decidia a ponerle fin, por no ser descortes con un viejo amigo. "!Vamos, vamos! !Somos viejos conocidos! Fuimos companeros de la preparatoria, no tengo por que sentirme atemorizada", argumento para quitarse de encima esa extrana sensacion que la embargaba. "Aun cuando el haya cambiado y se haya vuelto un tipo amanado por los anos que ha vivido en la capital. Claro, debe de haber pasado muy malos momentos, pero no creo que sea tan tonto de arriesgarse a venir a su tierra a cometer una tontera. Menos contra mi, que fuimos amigos"

  • Luciernagas en la ciudad de Jose Salento

    https://gigalibros.com/luciernagas-en-la-ciudad.html

    El recuerdo de aquellos dias es lo unico que me queda de un viaje inesperado entre la razon y la locura. Yo, que ahora no soy mas que la triste sombra de lo que una vez fui, ejerzo mi derecho a no olvidar, a nunca olvidar la traicion que acabo con la ultima esperanza de la humanidad. Pero no os adelantare mucho mas, narrare toda la verdad --o por lo menos mi verdad-- en las siguientes paginas. No sabria decirlo con certeza, quizas todo sucedio hace cincuenta anos o puede que fuera hace un siglo, para nosotros el tiempo no es mas que un invento humano al que debemos atenernos cuando trabajamos. La tarde en la que empezo el principio del final recibi un nombre, una direccion y una hora. Acto seguido me puse con los preparativos previos a cualquier recogida: me peine cuidando cada detalle, mi larga melena oscura es el fruto del trabajo de una eternidad y supone un gran esfuerzo ponerla a punto para el publico; luego me pinte los labios de un rojo intenso y las pestanas de negro; por ultimo, me maquille. Al acabar busque un traje formal en el fondo del armario, ajuste mi reloj y me dispuse a poner rumbo hacia la direccion senalada. Aunque no conocia el barrio al que me dirigia no estaba preocupada, nosotros nunca nos perdemos porque siempre sabemos encontrar el sitio al que debemos acudir. En ocasiones calculamos mal y llegamos a deshora, como aquella noche, pero esto no suele suponer un problema. Alcance el lugar indicado una hora antes y me sente a esperar. Era un cruce de avenidas en pleno corazon de la ciudad. Alli las calles se presentaban como lo que fueron y ya no eran, hasta donde alcanzaba la vista habia viejos locales vacios que habian albergado negocios que otrora habian tenido exito... y que ya no lo tendrian mas. Ahora apenas sobrevivian una peluqueria, alguna cafeteria y un avejentado pub. Normalmente tenemos varios nombres a por los que debemos ir al cabo del dia, pero yo llevaba un par de semanas sin recibir ninguno. Esas cosas pasan, a veces hay mucho trabajo, otras no hay tanto, pero siempre acaba llegando algun encargo. Por aquel entonces estaba leyendo un libro que habia pertenecido al ultimo nombre al que habia ido a buscar. Tenemos totalmente prohibido manipular o quedarnos con pertenencias de quienes recogemos, pero hacia ya mucho que empece a sentir que me aburria desarrollando mi funcion y comence a desobedecer el reglamento. Supongo que mi falta de respeto hacia las normas seria la causa de todo lo que ocurrio a continuacion. Asi que, con todas las ganas del mundo de acabar la novela e intentar comprender el porque de lo que sucedia en ella, me sente en un banco, abri mi bolso... y me di cuenta de que me la habia olvidado en casa. Hubiera sido mejor para mi haberme quedado quieta en aquel cruce, pero no, tuve que meterme en aquel pub de luces tenues. No estaba dispuesta a quedarme mirando el suelo una hora, ya ves tu que tonteria: ?que supone una hora en el infinito de la eternidad? Pues en aquel momento me parecio demasiado para estarme sin hacer nada. El pub era lo unico abierto cerca del cruce y no te miento si te digo que siempre he tenido atraccion por los sitios oscuros. Cuando entre todo estaba en silencio, mire extranada hacia el fondo y vi un pequeno escenario iluminado. Puede que en la oscuridad hubiera unas veinte o veinticinco personas de publico, no sabria deciros con certeza porque quede absorta en la imagen que vi sobre la tarima. Un hombre, sobre las tablas solo habia un hombre, pero su manera de hablar y lo que decia me atraparon. Estaba recitando unos versos con los labios pegados al microfono, recuerdo perfectamente aquellas palabras: <>. Entonces me percate que tenia sus enormes pupilas azules clavadas en mi. Aquello era catastrofico, ningun humano puede ver a un angel de la muerte... salvo que vaya a morir en poco tiempo, y ni siquiera eso es comun. Aquel hombre ataviado con una vieja chaqueta, que originalmente fue una compra cara pero que ya se notaba pasada de moda, siguio hablando tras un fuerte aplauso. Inicio un discurso sobre la necesidad de la experiencia como unico testigo real de haber vivido, sobre lo importante de entender el presente como algo irrepetible. En realidad, no era nada que antes no hubiera escuchado o leido, pero no podia retirar mi atencion de el, estaba atrapada en esa voz grave y limpia que fluia a traves de los altavoces del pub. Recito un poema sobre dos amantes que no saben que son amantes porque se desean, pero se niegan, y en esa tension no resuelta se encuentra latente su relacion. El pequeno aforo se puso de pie y aplaudio como si les fuera la vida en ello. Yo pense de manera automatica que no podia ser menos y aplaudi todo lo fuerte que podia, que a efectos practicos no es mas que lo que dos manos normales pueden. Era evidente que quien pisaba el escenario era alguien reconocido por el publico, ya que le lanzaban frases de elogio y alguna que otra proposicion indecente desde el sector femenino (supe minutos despues que su pareja estaba entre los asistentes). A continuacion, aquel hombre se dirigio a sus oyentes para agradecerles el haber acudido al recital. Para finalizar, quiso invitar a subir al escenario a una persona muy especial para el --la senorita Marta Rivas, dijo--, y la gente la ovaciono. Al subir se besaron brevemente, lo que me provoco una inesperada necesidad de separarle la cabeza del cuello a esa insolente muchacha. Nosotros no podemos segar las vidas que se nos antojen, solo tenemos acceso a aquellos nombres que nos asignen y, por tanto, llevarme un anima a voluntad no me estaba permitido. De todas formas, daba igual, mis ganas homicidas desaparecieron en un segundo: me di cuenta que su luz -- al igual que la de su pareja-- tambien se estaba apagando, no le quedaba mucho en este mundo. Marta Rivas se presento como un cargo de un partido politico que abogaba por la justicia social y un estado para el pueblo y por el pueblo. No soy experta en discursos y no juzgare sus palabras, pero tenia metido en el bolsillo a la gente --luego supe que casi todo el publico eran amigos y cargos del partido--. No te voy a mentir, no le preste nada de atencion, no dejaba de mirar al poeta o al que recitaba poesia o al que fuera lo que fuese. Ahi, en una esquina de la tarima, con la cabeza medio rapada intentado ocultar un evidente principio de alopecia, se alzaba su esbelta figura de ojos azules y barba de varios dias. No era muy alto, pero tenia algo que hacia que su presencia fuese imponente, incluso de ese modo tambien habia algo en el que lo hacia parecer extremadamente fragil. Sujetaba un vaso de ginebra que levantaba como si fuese agua y se muriese de sed. Mire el reloj, quedaban veinte minutos. Al acabar el minimitin, los aplausos exagerados y los gritos de animo inundaron el local. Muchos querian fotografiarse con ella, todos buscaban la foto con el, y yo no podia dejar de mirarlo. El, de vez en cuando, me devolvia la mirada, no sabia si se habia dado cuenta de quien era yo o si simplemente pensaba que era una espectadora mas. Incluso llegue a pensar que era una obsesion mia y me estaba imaginando que me veia, cuando el hecho normal seria que no lo hiciera. Estuve tentada en ir a hablar con el, pero ?que le iba a decir? Tenia la sensacion dentro de mi de que todo esto iba directo a ser una catastrofe de dimensiones nunca vistas. No me equivoque ni por un apice. Fuera, en la calle, comenzo a llover y yo me acerque a la puerta. Al mirar al exterior lo vi, alli estaba con su mascara cadaverica el otro angel, y lo salude con la mano. Cada uno puede ir a trabajar con las vestimentas o apariencias que desee, pero creo que debemos de poner un poco de coherencia a nuestra labor, si ya resulta traumatico para el humano comprender que ha fallecido, mas lo es tener que caminar junto a la Parca hasta las puertas del otro lado. No cuesta nada arreglarse, ponerse formal, que, aunque no quita el trauma del deceso, si que ayuda. Pero asi estaba, con su aterradora figura, le daba igual. En el local la gente se iba yendo. El estaba con el codo en la barra hablando de manera amistosa con un hombre, no parecian conocerse de antes, intercambiaban comentarios sobre no se que escritor americano del siglo XIX. En una mesa estaba ella con cuatro personas mas y varios papeles sobre la madera. No se por que me fui hacia aquel grupo, es como si hubiera tenido verguenza de acercarme a la barra y sentirme observada, no lo entiendo, nosotros no tenemos sentimientos. Asi que me sente en una silla que estaba vacia y cotillee los documentos un poco, los deje porque eran informes de proximos movimientos politicos: mitines, reuniones, congresos locales... algo bastante aburrido. Hablaban de que quedaban diez meses para las proximas elecciones nacionales y que el partido veia posibilidades de conseguir algo grande. Hablaban de la violencia y de la agresividad que estaban tomando los ultimos encuentros parlamentarios. Hablaban de simpatizantes de uno y otro lado reventando actos del partido contrario. Hablaban, hablaban simplemente. En un momento dado, uno de ellos le sugirio a Marta Rivas la necesidad de contar con su pareja como activo politico, ya que --segun decia--habia rechazado todas las propuestas para apoyarlos y era fundamental que cambiase de parecer debido a la importancia del apoyo de un intelectual tan distinguido. La discusion saco de quicio a Marta. Ella asentia y comprendia el requerimiento, pero argumentaba que su pareja era libre de decidir y habia decidido no compartir la lucha politica del lado de ellos. Terminaron la conversacion con el compromiso de parte de la joven candidata de que volveria a discutir con el poeta la posibilidad de un apoyo publico en actos de la futura campana electoral. Yo sabia que esa conversacion nunca tendria lugar, la luz de ambos se apagaba y ahora solo titilaban tenues en la oscuridad del pub. Mi reloj marcaba siete minutos para recoger el alma de aquel que discutia en la barra sobre un poeta muerto al otro lado del oceano. Tenia curiosidad por ver como ocurria todo, era evidente que no iba a ser un fallo natural, dos almas serian recogidas simultaneamente. No podia evitar mirar de un lado para otro nerviosa, en realidad aquello no tenia mucho sentido, la recogida seria en el cruce de las avenidas y no en el interior del local. Queria hablar con el hombre, no sabia que decirle, pero algo me llamaba la atencion en el como nunca me lo habia llamado nada. Aproveche para abordarlo cuando se adentro en el pasillo para ir al bano. Le toque el hombro y el se dio la vuelta, entonces se hizo el silencio, el cual rompi al titubear <>. Sonrio, se acerco a una mesa, saco un papel de un servilletero y un boligrafo de su bolsillo y escribio <>. Lo lei emocionada y quise agradecerle su dedicatoria, pero el ya habia desaparecido cuando levante la mirada. Me apoye en la barra y volvi a leer aquellos versos. Senti que todo se habia helado dentro de mi. Lo lei una tercera vez y decidi avisarlo, le iba a decir que huyera, que le daria todo el tiempo del mundo o, mejor aun, que me fugaria a su lado. Asi que saque valor de lo mas profundo de mi y me gire para buscarlo, pero ni el ni ella estaban ya en aquel lugar. Me habia quedado atrapada en el texto de la servilleta, sin darme cuenta de que ellos se habian despedido de la gente y se habian ido. El reloj marcaba dos minutos. Sali fuera todo lo rapido que pude y los vi entrando en un vehiculo. El se sento frente al volante, su pareja en el asiento aledano. Ella estaba muy alterada, las palabras que decia las acompanaba de gestos nerviosos que hacia con las manos. El otro buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas a que el funesto coche llegara. Me quedaba sin tiempo y sin ideas. Ellos empezaron a discutir dentro del automovil. El reloj marcaba un minuto. Me coloque delante del coche sujetando mi bolso fuertemente, no debian llegar al cruce. El encendio el motor y quito el freno de mano sin dejar de discutir con ella, no habian apartado la mirada el uno del otro y nadie se percato de mi presencia. Metio la primera marcha y me vio, puso cara de asombro e hizo un gesto para que me apartara a un lado. Le fui a decir que apagase el motor, pero, de repente, alguien golpeo con los dedos la puerta del copiloto. No lo vi llegar. El buitre de la muerte se relamia en el cruce de las avenidas. Todos miramos al individuo que acababa de entrar en escena. Ella bajo la ventanilla: -- ?Es usted Marta Rivas? -- Si. --Tengo un mensaje para sus votantes. Acto seguido, aquel hombre dio un paso atras y descubrio el revolver que sostenia con su mano derecha. Sin dudarlo un segundo, le acerco el canon a la cara de la politica. El asaltante fue a decir algo cuando, inesperadamente, el motor rugio y el poeta hizo el intento de escapar con el coche, pero no habia espacio para salir sin maniobrar y choco con el que estaba aparcado justo delante suya. El intento de evasion hizo que la ventanilla golpeara fuertemente la mano de aquel individuo, disparandose el arma que portaba. La bala alcanzo a Marta Rivas en la sien derecha. Nosotros no tenemos sentimientos. Mateo Rosas dio marcha atras y volvio a meter primera. El buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas. El asaltante, que parecia haber quedado paralizado tras haber abierto fuego, volvio a apuntar al automovil, que ya habia conseguido salir

  • Sombras. Las profecias de Marife Barchino

    https://gigalibros.com/sombras-las-profecias.html

    No estamos solos, nunca lo hemos estado y jamas lo estaremos.
    Unas feroces, tenebrosas y mortiferas sombras
    aguardan con paciencia su momento. Durante siglos han estado ahi,
    esperando la fuerza necesaria para despertar y poder salir del inframundo.
    ?Quien les proporcionara dicha fuerza?
    ?Por que lo hara?
    El sufrimiento y el sacrificio, de generaciones de mujeres de una misma familia,
    proporcionara a la elegida lo necesario para impedir la destruccion de toda la humanidad.
    ?Quien sera la elegida?
    ?Quien invocara a las sombras?
    ?Que pasara mientras llega la elegida?

  • Un bolso y un destino de Leigh Himes

    https://gigalibros.com/un-bolso-y-un-destino.html

  • Inimaginable de Dina Silver

    https://gigalibros.com/inimaginable.html

  • Sirenas de Joseph Knox

    https://gigalibros.com/sirenas.html

  • Milan. Montreal. San Francisco (Todo es posible 2) de Audrey Carlan

    https://gigalibros.com/milan-montreal-san-francisco-todo-es-posible-2.html

    Amo a las mujeres. A todas las mujeres. Me he preparado para saber que es lo que cada mujer necesita. ?Quieres algo y tienes el dinero para perseguir ese sueno? Hablemos. Por el precio adecuado, todo es posible. Parker Ellis es el CEO de International Guy Inc., y su trabajo consiste en asesorar a la gente mas rica del mundo sobre la vida y sobre el amor, aunque a veces no puedaevitar que salte la chispa entre el y su cliente. Sabe que hay todo un mundo alli fuera esperandole, pero lo que no sabe es que quizas tambien se cruce con alguien que le acabe robando el corazon.

  • No puedes ser tu de Sarah Rusell

    https://gigalibros.com/no-puedes-ser-tu.html

    Arranque el coche y casi se tiran los viandantes al suelo, ese tubo de escape ya estaba en las ultimas, pero claro, sin trabajo, apenas me daba mi madre para lo justo y poco mas, demasiado que ese dia me podia permitir el lujo de cogerlo pues tenia un restillo de gasolina. El coche era de mi padre que habia fallecido doce anos atras, para aquellos entonces ya lo tenia desde hacia ocho anos por lo cual, demasiado que siempre se le hacia un arreglo de ultima hora para pasar la ITV y lo bueno era que, un vecino mio que trabaja alli, nos echaba el cable y nos daba el visto bueno pues sabia con la poca pension que se vivia en mi casa. A mi madre solo le quedaron setecientos euros, los unicos ingresos que entraban en el hogar, ya que yo no encontraba trabajo o me duraban dos dias. La casa estaba pagada, por ese lado nos salvabamos, pero vamos, vivir con mi madre era vivir en un constante mal rollo impresionante y es que siempre tenia una cara que le llegaba al suelo y chocabamos bastante. Iba a una entrevista de trabajo para la que no tenia ni cita, pero me habian dicho que estaban buscando limpiadora para las oficinas de una de las mayores firmas de joyas. --?Su nombre y apellido, por favor? --me pregunto la chica de detras del mostrador. --Clara Bronca. --?Como? --Clara Bronca. --A ver, su nombre es... --Clara --resople. --?Y su apellido? --Bronca. B de Barcelona, R de Roma, O de Oviedo... --Ya, ya --negaba con la mano para que me callara mientras ponia mala cara, incredula por mi nombre. !Ni que tuviera yo la culpa de llevar ese San Benito! --?Y a que hora dice que tiene la reunion con Susana? --A las diez --sonrei. --No, no veo aqui ninguna cita, dejeme un momento que vaya a hablar con ella. --Gracias. Mentira cochina, no tenia ninguna reunion con la tal Susana, pero estaba claro que era la unica forma que tenia para llegar a la jefa de limpieza e intentar camelarmela para que me diera el puesto. Eche una visual y volvio, me hizo un gesto para que la siguiera. --???Clara??? --pregunto al verme. --Joder ???Susana??? --!Si! --exclamo emocionada y vino a abrazarme. --No me digas que eres la jefa de limpieza. --Si, desde hace un par de anos --agarraba mis manos. --El tiempo que no llevas con mi primo Ricardo. --Efectivamente --se rio--. Por cierto, perdona, no tenia constancia de esta cita. --Tranquila, ni yo, pero me dijeron que estaban buscando personal y ya sabes --rei. --Le echaste morro... --Volteo los ojos riendose. --Efectivamente. --Sabes que siempre tuve debilidad por ti y que te dare el puesto, pero me tienes que prometer que no la vas a liar. --No, no, pero ya sabes que los fines de semana son sagrados. --Tranquila --se reia negando--, el horario es de lunes a viernes de ocho a dos. --?Y no hay de diez a dos? --!Clara! --se rio. --Esta bien, hare un sacrificio y me levantare mas temprano. --No cambias --me dio un pellizco en la mejilla. --?Y cuando empiezo? --El lunes. --De lujo, asi tengo cuatro dias de descanso hasta entonces. --Que morro tienes. Anda ven, vamos a ir al despacho del asesor para que te prepare el contrato. --?Esta bueno? --Tiene sesenta anos, no esta mal, pero no empieces --me dio una colleja y la segui hasta alli. Tras dos golpecitos en la puerta y escuchar una voz de lo mas varonil, entramos y juro que casi me desmayo. !Madre mia como estaba el asesor! Si ese hombre era abuelo, yo firmaba por llegar a su edad en las mismas condiciones. Que bien llevados los sesenta anos, por Dios. Que yo me esperaba un senor asi bajito, mas bien calvo, regordete, con el traje tan apretado que le podria estallar el boton del ombligo en cualquier momento, y tenia delante a mi propio guardaespaldas, pero literalmente porque el tio era clavadito a Kevin Costner. Mas de metro ochenta, ojos azules, cabello castano con unas cuantas canas y bien apanadito. Vamos, que si yo tuviera veinte anos mas le tiraba los tejos. Un codazo me saco de mis pensamientos, mire a Susana y ahi estaba ella, con ceja arqueada y con la cara de "No la lies, que no te contrato", que me estaba dando hasta miedo. --Senor Perez, veniamos a que le prepare el contrato a la chica nueva para limpieza --le dijo ella. --Ahora mismo. Si me permites tu DNI --lo saque del monedero, se lo entregue y tras leer mis datos le vi contener la risa, y le estaba costando, pero el hombre era un caballero de los pies a la cabeza y no dijo ni pio. Media hora despues sali del despacho con una amplia sonrisa y mas feliz que todas las cosas, ya tenia mi nuevo empleo asi que a partir del lunes tocaba dar el do de pecho, madrugar y dejar aquellas oficinas como los chorros del oro. --Muchas gracias, Susana --dije dandole un abrazo. --Con que seas responsable y no me falles, me doy por satisfecha. --Lo hare, no te preocupes. --Nos vemos el lunes, en el vestuario tendras una taquilla con tu nombre y dentro la bata de limpieza. --Genial. Nos vemos. Lo de limpiar mesas y fregar suelos no era el sueno de mi vida, pero no habia estudiado, no encontraba otra cosa y necesitaba dinero, que con lo que me daba mi madre para salir algun fin de semana, no me llegaba. Subi al coche y por mas que le daba no queria arrancar, asi que espere cinco minutos ahi metida, asandome como un pollo, hasta que al fin me hizo caso. Volvi a casa, pero antes me pase por la panaderia a por una barrita de pan, era la matraca de mi madre, si sales trae pan y si no salia ese dia no comiamos pan. --Ya he vuelto --dije en cuanto entre. Viviamos en una casa baja, con un pequeno jardin delantero, tres habitaciones, salon, cocina y, a Dios gracias, dos cuartos de bano. Bueno, cuarto de bano y aseo, el segundo era el que yo me habia quedado para mi solita, que para algo estaba cerca de mi habitacion. --?Has traido pan? --pregunto ella, a voz en grito, desde la cocina. --Si --conteste cuando llegue a la puerta y lo deje en la mesa. --Vamos a comer en nada, pon la mesa. --Me cambio en dos minutos y voy. Y asi fue, me puse el pantalon corto y la camiseta de tirantes de andar por casa, puse la mesa y la ayude a servir la comida. Como de costumbre, ese rato el silencio era tan solo roto por los cubiertos chocando en los platos, pero es que preferia no hablar para no acabar discutiendo. Cuando acabamos, me puse un cafe, cogi un cigarro y me asome a la ventana del salon para fumarlo tranquila. Tardo poco en echarme la bronca. --No se las veces que te he dicho que lo dejes. --Pues como tropecientas, pero sabes que me da igual. --El mismo vicio que tu padre. --Algo tenia que tener de el, no iba a ser todo tuyo. Y es que me parecia fisicamente a mi madre un monton, pero el caracter era el de mi padre. --Mas valia que hubieras salido a mi en otras cosas. --?Por ejemplo? --pregunte sin mirarla. --En lo trabajadora, que no te dura un puesto mas de dos dias. Yo no se que hice mal contigo, de verdad que no lo se. --Pues si no lo sabes tu... --?Ves? Siempre contestando. Eres como el aceite hija, tienes que quedar por encima. --Papa decia eso mismo de ti. Me acabe el cigarro y el cafe de un trago, cuando iba a la cocina para fregar la taza, volvio a la misma cantinela de todos los dias.

  • Carolina entre lineas de Tatiana M. Alonzo

    https://gigalibros.com/carolina-entre-lineas.html

    Ademas de ser Community Manager en la libreria Cafe y letras, y buscando aunque sea en suenos salir de la rutina, he intentado escribir al menos veinte historias en las que encuentro el amor verdadero de la forma que menos espero y, por supuesto, con quien menos espero; desde un millonario que ama mi timidez, hasta un revoltoso para el que represento un reto. Porque vamos, hay que ser francos, en la vida real eso no sucedera y afortunadamente no es delito sonar despierto.

  • Las buenas madres de Alex Perry

    https://gigalibros.com/las-buenas-madres.html

    Fundada hace mas de 150 anos por pastores calabreses, la ‘Ndrangheta esta considerada la mafia mas poderosa del mundo: trafica con el 70 % de la cocaina y la heroina de Europa, negocia acuerdos ilegales de venta de armas con criminales y terroristas, y blanquea miles de millones de euros al ano. Es el imperio del crimen mas poderoso, afirma Alex Perry, pero lo extrano es que pocos de nosotros hemos oido hablar de ella.

  • El momento perfecto de Kate Dawson

    https://gigalibros.com/el-momento-perfecto.html

    Lexie Quennell tenia una vida perfecta: un marido que la ama, dos hijas maravillosas y un trabajo que le gustaba. Un terrible e inesperado accidente hara saltar por los aires toda esa falsa estabilidad y la llevara de vuelta a River Place, el lugar del que escapo doce anos atras. Ante ella se presenta una nueva oportunidad de amar… si es capaz de arriesgarse.

  • Tenerte nunca es suficiente (Para toda la eternidad 4) de E. L. Todd

    https://gigalibros.com/tenerte-nunca-es-suficiente-para-toda-la-eternidad-4.html

    Mientras Cayson se debate intentando tomar una decision sobre la Facultad de Medicina, se percata del extrano comportamiento de Slade. Parece que nunca esta donde asegura encontrarse y esta claro que le esta ocultando algo a todo el mundo. Cayson esta convencido de que tiene novia y se siente mas dolido cuanto mas lo niega Slade. ?Por que no le estara contando la verdad? Decide investigar mas el asunto y descubre algo que nunca habria creido posible... especialmente de Slade.

  • Ojala pudiera decirte te quiero (Ojala pudiera 1) de A. Leon

    https://gigalibros.com/ojala-pudiera-decirte-te-quiero-ojala-pudiera-1.html

    Primera parte de la trilogia de misterio “Ojala pudiera…”

  • Los cadaveres blancos de Gemma Herrero Virto

    https://gigalibros.com/los-cadaveres-blancos.html

    ?Por que el asesino deja los cadaveres de las victimas en canteras abandonadas de Vizcaya y las coloca sobre una piedra con los brazos en cruz como si fueran una ofrenda en un altar? ?Por que cubre sus cuerpos con maquillaje blanco y quema sus caras y sus manos con acido? ?Que significan las mascaras blancas sobre sus rostros y las extranas inscripciones escritas en ellas? ?Tienen algun sentido los relojes con las manecillas paradas que llevan en su mano izquierda? ?Que quiere decirnos el asesino con estos extranos rituales?

  • La fragil belleza del cristal de Amy Harmon

    https://gigalibros.com/la-fragil-belleza-del-cristal.html

    Una novela poderosa llena de amor, dolor y esperanza Italia, 1943. Alemania ha ocupado la mayor parte del pais y la poblacion judia corre un grave peligro. Eva Rosselli y Angelo Bianco se criaron como si fueran de la misma familia y el amor no tardo en llegar, pero las circunstancias y la religion los separaron: a pesar de sus sentimientos por Eva, Angelo decidio hacerse sacerdote. Ahora Eva es una mujer perseguida por la Gestapo y Angelo la esconde en un convento. Alli, mientras esperan a que llegue la ayuda que les salvara la vida, Eva y Angelo sobreviven a un peligro tras otro hasta enfrentarse a la eleccion mas dura de todas.

  • Vibrating Love. Deseo compartido de Carol Branca

    https://gigalibros.com/vibrating-love-deseo-compartido.html

    La relacion de David y Sofia no pasa por su mejor momento ?seran capaces de arreglarlo? ?Ayudara el hecho de que se encuentren de vacaciones en una isla con sus amigos? ?Sera acertado que Fani proponga nuevos juegos para subir la temperatura de sus noches? Descubrelo en Deseo compartido, la segunda parte de la serie Vibrating Love. Una historia de amor distinta, sensual y divertida.

  • Tu (Fall Away de Penelope Douglas

    https://gigalibros.com/tu-fall-away.html

    ?Has estado alguna vez tan enfadado que eso de ponerte a golpear las cosas te relajaba? ?O tan ciego que te creias que eras mas cuando no lo eras? En los ultimos anos yo me he sentido asi. Viajando entre la furia y la indiferencia sin paradas intermedias.
    Hay quienes me odian por eso y a los demas les doy miedo por el mismo motivo. Ya nadie puede herirme, nada me importa, nadie me importa.
    Salvo Tatum.
    La quiero tanto que la odio. Hubo un tiempo en que eramos amigos, pero me di cuenta de que no podia confiar ni en ella ni en nadie.
    Asi que le hice dano. La aparte de mi.
    Pero sigo necesitandola. Cuando la veo me centro y lanzo todo el odio que siento sobre ella. Me gusta meterme con ella, retarla, acosarla. lo necesito como el comer, como el aire, como si eso fuera la ultima parte de mi que hace que siga sintiendome humano.
    Hasta que un dia se fue. Se fue a Francia durante un ano, y cuando volvio ya no era la misma.
    No, ahora, si le doy, me la devuelve.

  • El hombre invisible de Salem de Christoffer Carlsson

    https://gigalibros.com/el-hombre-invisible-de-salem.html

    Leo Junker es un policia de asuntos internos que no atraviesa sus mejores momentos, lo que intenta superar con absenta y antidepresivos. Cuando aun no ha logrado recuperarse de la ruptura con su pareja tras la tragica muerte de su hijo, se ha visto apartado del servicio al fracasar en una envenenada operacion en la que resulto muerto otro policia.
    Una noche le desvelan los destellos luminosos de los coches patrulla. Una mujer acaba de ser asesinada de un disparo certero en el albergue para indigentes que hay en el bajo de su casa. Pese a estar suspendido, Junker no puede evitar inspeccionar la escena del crimen en la que observa que la joven muerta aprieta en su mano un objeto que le resulta familiar. Cuando se descubre que dicho objeto tiene sus huellas, lo que le convierte en sospechoso, no le queda mas remedio que implicarse en el caso de forma extraoficial. Con la sensacion continua de que le andan siguiendo, la investigacion se va a convertir para Junker en mas complicada y sorprendente de lo que esperaba, ya que va a resucitar viejos fantasmas y viejas heridas aun sin cicatrizar de su pasado.
    Christoffer Carlsson, uno de los mas destacados escritores actuales de la novela negra escandinava, nos presenta en <> una narracion tan apasionante como estremecedora y adictiva. A traves de la atormentada vida de Leo Junker, y de los fascinantes personajes que la secundan en el pasado y en el presente, Carlsson recrea de forma sin igual el ambiente de penumbras, frio y lacerante, de los suburbios humildes y de los bajos fondos de Estocolmo. Un ambiente de profundas tensiones sociales, muy alejado de la idea comun del bienestar sueco.

  • La sombra del pasado de Patricia Hortiguela

    https://gigalibros.com/la-sombra-del-pasado.html

    Cuando me levante esa manana no me imaginaba que iba a ser un dia tan extrano. Ahora me encontraba en un atasco sin saber bien a donde dirigirme. Solo buscaba huir rapidamente. Habia conseguido guardar algunas cosas en una pequena maleta, lo imprescindible. El atasco estaba consiguiendo ponerme muy nerviosa. Cuando estaba quieta, mi cabeza no paraba de dar vueltas y eso no era bueno, ya que podia arrepentirme y regresar. Habia decidido irme y no queria ni debia regresar. Esta ultima vez habia sido la gota que habia colmado el vaso. No iba a permitirle que volviera a tratarme asi, no me lo merecia. Deseaba escapar de ese circulo vicioso y malicioso en el que me encontraba. Los coches de delante no avanzaban debido a algun suceso que desde mi posicion no llegaba a distinguir. El tiempo iba empeorando, habia empezado a nevar con fuerza y si no nos moviamos pronto la carretera iba a estar intransitable. Ademas, los coches no paraban de tocar el claxon y eso me desquiciaba. Busque en la guantera, recordaba tener un mapa de carreteras. Despues de sacar los papeles del coche, un paquete de clinex y unos cedes antiguos encontre el libro de mapas. Hubiera preferido usar el GPS del movil, pero tenia poca bateria y queria mantenerla, por si acaso. Me costo un poco situarme en el mapa, indague hasta encontrar una carretera alternativa. Habia decidido ir hacia el norte porque siempre me habia gustado el mar y me parecia un buen lugar donde empezar de nuevo, ademas de que estaba lejos de mi anterior residencia. Solo queria alejarme de el todo lo que pudiera y lo mas rapidamente posible. Tuve que hacer unas cuantas maniobras y hasta cometer alguna infraccion para conseguir llegar a la carretera que queria. Se trataba de una carretera comarcal poco transitada y mal asfaltada, pero por lo menos me estaba moviendo de nuevo. Continue por ella atravesando pequenos pueblos cada vez mas aislados los unos de los otros. El paisaje era hermoso incluso cubierto por la nieve. No estaba muy acostumbrada a conducir con nieve. En Madrid, de donde era, el clima era muy bueno y pocas veces nevaba. Ojeaba de vez en cuando el mapa para orientarme un poco, pero no estaba muy segura de que fuera por buen camino. Me estaba dejando guiar por la carretera. Conduje por lo que parecia un puerto, tuve que reducir para subir lentamente. El tiempo iba empeorando. La carretera era cada vez mas empinada pero ya no podia hacer otra cosa, no habia sitio para dar la vuelta. Corone y empezo el descenso. El coche se aceleraba por su propio peso y tenia que frenar lentamente para evitar que me derrapara por la nieve cuajandose en el asfalto. Tuve miedo, debia ir con cuidado si no queria salirme y caer por el desfiladero. Iba concentrada en la carretera, en las curvas y en frenar el coche para no embalarme demasiado, cuando el sonido del movil me sobresalto. Por la melodia, sabia de sobra quien me llamaba; era el. Habia regresado a casa y se habia dado cuenta de que no estaba. Un gran miedo me invadio porque estaria furioso. El estomago se me encogio como otras muchas veces me habia sucedido cuando el se enfadaba conmigo. Con el tiempo habia empezado a conocerlo muy bien y cuando se enfurecia se volvia peligroso, irascible y violento. Cualquier cosa, por nimia que fuera, era suficiente para que saltara y empezara una discusion, en las cuales yo siempre salia perdiendo por mas que me disculpara. El movil no paraba de sonar, estaba empezando a dudar si cogerlo o no, pero no debia hacerlo porque el me convenceria para regresar y ya estaba harta de esa relacion tan danina. Subi la musica para asi dejar de escuchar el movil, pero era imposible; en cuanto acaba la melodia, volvia a empezar. Se notaba que estaba desesperado por hablar conmigo. Un sonido de mensaje me indico que habia dejado algo en el buzon de voz. Al rato, otro mensaje mas. Como pude, toque la tecla para oir los mensajes: <>. Otro mensaje: <>. Y luego, mas mensajes, cada uno mas subido de tono: <>. Un escalofrio me sacudio el cuerpo. Si me cogia, me lo haria pagar; de eso estaba segura. Sabia que debia dejar de escuchar esos mensajes del buzon de voz, pero no podia. <>. Empezaron a temblarme las manos solo de imaginarme lo que me haria si volvia o si me encontraba. La sola idea me dejaba sin respiracion. Rompi a llorar de puro miedo. Las lagrimas me brotaban sin control. Me costaba ver bien la carretera entre la nieve y el llanto. Decidi dejar de oir sus mensajes o no conseguiria calmarme. Al dejar el movil, cogi sin querer una llamada suya. En cuanto me di cuenta de lo que habia hecho, empece a temblar, me faltaban las fuerzas. No era capaz de colgarle, por lo que le escuche decir a gritos: --?Por que te has ido? Mas te vale que vuelvas. ?Donde esta mi cena? Te voy a tener que dejar las cosas claras sobre quien manda en esta casa. ?Por que no me hablas, maldita estupida? --Yo... --fue lo unico que consegui que me saliera por la boca. Queria decirle tantas cosas, pero no me salia la voz como en las otras veces me habia sucedido cuando hablaba o intentaba hablar con el. El miedo me paralizaba. --Yo, yo... ?solo sabes decir eso? Si es que eres tan idiota que no vales para nada. Si no fuera por mi, nadie estaria contigo --ataco. Mi voz interior intentaba coger fuerzas y gritarle que no iba a regresar, que no queria volver a verlo y que me estaba yendo muy lejos de su lado, pero no salia nada de mi boca. --Mas te vale que estes viniendo para aca --amenazo. No respondi. --No encontraras a nadie que te soporte y menos que te quiera, asi que deja de hacer el idiota y vuelve a casa --ordeno. --No --consegui decir muy bajito. --?Acaso has dicho algo? Como tenga que ir a buscarte te rompere todos los huesos del cuerpo --amenazo. Su amenaza me hizo estremecer hasta el punto de que movi el volante sin querer y perdi el control del coche. Hice una maniobra un poco brusca al intentar recuperarlo y consegui lo opuesto, perdi la adherencia a la calzada y derrape. Perdi el control. El coche patinaba en la calzada llena de nieve y se embalaba sin poder impedirlo. Frene fuertemente en un intento por detenerlo, pero las ruedas resbalaron y provocaron que el coche se fuera de culo hacia la derecha. Di un volantazo en la otra direccion para evitar que se cruzara en la carretera. Comence a ir de un lado a otro sin conseguir controlarlo, ni parar. Una curva cerrada aparecio delante de mi y supe que no podria tomarla. Seguia deslizandome por la calzada sin adherencia y a bastante velocidad. Cuando llegue a la curva, intente girar dando otro volantazo, pero el coche torcio sin control, girandose y cambiando de sentido, ahora iba de culo descendiendo. Golpee el quitamiedos y despues cai marcha atras por la ladera. No podia ver por donde iba, solo notaba los golpes, los envites y el ruido de ramas chocando con la carroceria. Veia como la carretera por donde me habia caido se alejaba de mi y como los arboles me rodeaban en mi descontrolada caida. Estaba asustadisima, pense que me iba a matar. Que triste final para mi vida, era la unica idea que me surcaba la cabeza. Moriria en esa carretera y nadie me encontraria ni me echaria en falta. Cerre los ojos esperando el triste desenlace. No puedo asegurar cuanto tiempo estuve cayendo puesto que a mi me parecio una eternidad. Un fuerte golpe detuvo el coche, oi ruidos de cristales rotos y la carroceria abollandose. El cinturon me agarro fuertemente al asiento y salto el airbag que me golpeo duramente en la cara y los brazos. La luna del coche se desquebrajo y todo se volvio oscuridad. --Es la ultima vez que se repite esto, no te pueden volver a expulsar -- recrimino Joaquin. --No ha sido culpa mia, estaban pegando a Juan y yo solo lo defendi -- respondio Tomy, su sobrino. --Sabes que no me gusta que te metas en peleas, debias haber intentado ayudarle sin violencia. --Te prometo que para la proxima lo tendre en cuenta--respondio Tomy, sonriendo. --Alguien iba demasiado rapido en la curva --comento Joaquin al llegar a la curva de la carretera. Se veia que el quitamiedos habia sido arrancado. --Se habran llevado un gran susto --opino Tomy. --Parece que las marcas de las ruedas son recientes, voy a parar y asegurarme que no hay nadie herido. Tu quedate en el coche y ten el telefono a mano por si hay que llamar a emergencias --manifesto. --Pero puedo ayudarte --suplico Tomy. --Quedate en el coche y obedece --ordeno Joaquin. --Vale. Joaquin salio del coche y se acerco a la curva, tuvo que inclinarse bastante para ver bien por la linde. Le parecio distinguir un coche entre la maleza y los arboles. Rapidamente busco el mejor sitio por donde descender con cuidado, ya que la pendiente era pronunciada y resbaladiza debido a la nieve. Fue bajando hasta llegar a un abollado Opel Corsa negro. El coche estaba de morros, por lo que habia caido hacia atras. Joaquin penso que eso podia haber salvado a los ocupantes. La luna del coche estaba desquebrajada, asi que se acerco a la puerta del piloto para poder comprobar si habia alguien en el interior. Entonces vio a una chica que parecia estar inconsciente, golpeo el cristal para ver si reaccionaba, pero no hubo respuesta. Joaquin se imagino lo peor. Intento abrir la puerta, pero estaba atascada; por ahi era imposible. Se dirigio a la puerta del copiloto y esta si se abrio, aunque con dificultad. Echo un rapido vistazo al interior y pudo comprobar que dentro del vehiculo solo estaba la chica. Tenia que sacarla de alli. Antes de entrar en el coche, Joaquin comprobo que el vehiculo estaba atascado y que no iba a seguir descendiendo por la ladera porque un gran arbol lo habia detenido. Se acerco a la joven y la llamo suavemente para ver si se despertaba, pero no hubo respuesta. Se sento en el asiento del copiloto y reviso por encima sus heridas. Tenia un golpe en la cabeza por el que sangraba y algunos cortes superficiales, pero no parecia algo grave; seguramente gracias a que llevaba puesto el cinturon de seguridad. Se lo desabrocho y suavemente la saco del asiento colocandosela en su regazo. No pesaba gran cosa, asi que le fue facil moverla. Al tenerla tan cerca, aprovecho para observarla detenidamente. Tenia el cabello castano claro y por los hombros, unos labios carnosos y la tez con un color rosado. Era una joven hermosa, no le cabia duda de ello. Con la mano la limpio unos pequenos trozos de cristal que tenia en la cara y cuando lo estaba haciendo la joven abrio los ojos. Unos ojos verdes impresionantes lo miraron. Al ver a ese hombre tan cerca de mi me asuste, aunque al tiempo su dulce mirada me tranquilizo. No sabia muy bien por que, pero sentia que no iba a hacerme dano. Intente moverme y el dolor me paralizo. Entonces cai en la cuenta de que habia tenido un accidente y que ese hombre me estaba ayudando. --Por favor, no me lleves a un hospital --suplique. Si iba a uno mirarian mis contactos y lo llamarian a el. Entonces sabria donde encontrarme y nada habria valido la pena. --Tendria que ir a que le revisaran --opino el. --No hace falta --lloriquee. Creo que el percibio mi desesperacion y aunque yo sabia que no lo comprendia no insistio mas. --Esta bien, no iremos al hospital --acepto Joaquin. --Gracias --respondi aliviada. --Sera mejor que salgamos del coche --sugirio. La idea de salir del coche me parecio bien, todo dentro de el me recordaba al accidente. Lo unico bueno es que no me encontraba tan mal. Tenia el cuerpo dolorido, pero no tenia nada roto. Ademas, estando en los brazos de ese hombre incluso me sentia a gusto. Su cercania en vez de ponerme nerviosa me provocaba el efecto contrario. La verdad es que si hubiera podido me habria quedado asi un rato largo. Me imaginaba que esa satisfaccion tambien se debia a estar lejos de Mateo y de su asfixiante control; hacia mucho tiempo que no me sentia un poco libre. Joaquin salio con cuidado del coche conmigo en brazos. Una vez fuera, me dejo suavemente. Cuando pose los pies en el suelo perdi un poco el equilibrio, pero el me sujeto para que no me callera. Sus manos agarrandome fuertemente desprendian una seguridad que me hacian sentir muy rara y a la vez tranquila. No me sujetaban de forma posesiva ni intentaban hacerme dano; al contrario, lo hacian para ayudarme. Era tan diferente a la forma como me agarraba Mateo. --?Se encuentra bien? --me pregunto preocupado. Asenti con la cabeza. Vi entontes como estaba el coche o mejor dicho lo que quedaba de el. Estaba destrozado, parecia mentira que hubiera sobrevivido al accidente puesto que estaba irreconocible. La parte de atras estaba hundida y no se distinguian los asientos traseros porque habian desaparecido en un amasijo de hierros. Si en vez de caer hacia atras hubiera caido con el morro por delante, no lo estaria contando. Un horrible escalofrio me sacudio, podia haber muerto. Habia huido para vivir y casi me mato yo sola. La asimilacion de ese hecho me conmociono y explote. No pude aguantar mas toda la tension, el miedo y la adrenalina que tenia. Rompi a llorar como una nina y no podia parar, mi cuerpo se agitaba con cada lloro. Joaquin al verme tan desconsolada creo que hizo lo unico que se le ocurrio para calmarme. Me abrazo. Un abrazo fuerte e intenso hasta que mis lloros empezaron a menguar. Cuando me agarro senti toda su fuerza y su calor. Escuche el latido de su corazon y senti su suave respiracion que me acariciaba la cabeza. Ese dulce abrazo hizo que mi miedo desapareciera y poco a poco consegui calmarme. Una vez que me recompuse, el olor de su fragancia me penetro. Olia a hombre, junto a algo que parecia animal, pero lejos de desagradarme me encanto, era reconfortante y muy varonil. El calor que su cercania desprendia me hizo dejar de temblar, ya no tenia frio ni tampoco miedo, aunque debia tenerlo, no solo por el accidente sino porque era un desconocido el que me abrazaba, pero no lo tenia. Ese hombre me hacia sentir bien incluso despues de un accidente y no sabia como lo conseguia. Habia dejado de llorar y me sentia totalmente recompuesta. --Tio Joaquin, ?llamo a emergencias? --pregunto alguien desde arriba. Levante la mirada hacia donde venia la voz y pude ver lo lejos que se encontraba la carretera y por donde habia caido. Me estremeci solo al recordarlo y entonces el me apreto mas fuertemente para tranquilizarme y sirvio. --No hace falta Tomy, esta bien. Ahora subimos --respondio. Su voz era tan viril, lo mire a la cara. Entonces me di cuenta de lo guapo que era. Tenia el cabello corto y de color castano oscuro. Unos grandes ojos marrones y unas bonitas facciones, su nariz y sus labios tenian el tamano perfecto y eran muy masculinas. Como seguia abrazandome, pude comprobar que su cuerpo estaba musculado y que tenia un porte atletico; ademas, era mas alto que yo. Fui entonces consciente de la cercania de su cuerpo con el mio y empece a acalorarme solo de pensar en ello. No habia estado tan cerca de ningun hombre a excepcion de Mateo y el no me hacia sentir nada de eso. Jamas me habia agarrado con tanto carino. --?Cree que sera capaz de subir por la ladera? --pregunto mientras me separaba de su dulce abrazo. Sali de mi ensimismamiento y mire la cuesta; dije si con la cabeza. --De todas formas, la ayudare --manifesto. Me coloco la mano en la espalda y me empujo suavemente para que iniciara el ascenso. Poco a poco fuimos subiendo por la resbaladiza ladera. Era muy empinada y nos costaba ascender. Mis zapatillas casi sin suela no eran el mejor calzado para esa tarea y provocaban que me resbalara continuamente. Aunque el siempre me ayudaba para que no me cayera, sujetandome por la espalda. Nos agarrabamos a las ramas para ir subiendo. Nos toco un tramo que era muy empinado y complicado. El se adelanto y una vez que estuvo bien sujeto me dijo: --Agarrese a esas ramas e intente llegar hasta mi mano. Asenti y cogi las ramas que me indicaba. Con la otra mano agarre otra rama que estaba mas arriba y, al soltarme para intentar ascender, el pie derecho me resbalo y cai al suelo. Para frenar el golpe puse la mano derecha y me hice dano en la muneca. Ademas, por culpa de la acumulacion de la nieve descendi un buen trozo de ladera. --!Mierda! --blasfemo el. Me levante todo lo rapido que pude y me disculpe por la torpeza: --Lo siento mucho. Joaquin no pudo evitar que la joven se cayera, no pudo agarrarla desde su posicion y solo vio como se resbalaba. Bajo rapidamente hasta ella, que ya estaba levantandose del suelo. --?Esta bien? --pregunto preocupado. --Si, es que soy muy torpe, perdona --me justifique de nuevo. --No tiene por que disculparse, es culpa mia por no haberle ayudado mejor. Soy yo el que lo siente --se disculpo Joaquin. Me sorprendio su respuesta y no supe que contestar. Mateo jamas me habria dicho eso, me habria chillado e insultado por mi torpeza. Ese hombre a todas luces era muy diferente. --Deme la mano y no la soltare --prometio mirandome fijamente a los ojos. Yo lo mire atonita y supe que lo decia de verdad, la honestidad de sus ojos me lo dejaba claro. No lo dude ni un instante, podia fiarme de el. Asi que le di mi mano izquierda y me deje guiar, a sabiendas de que no me soltaria. Ya no hubo mas incidentes y subimos hasta la carretera. Al llegar arriba, vi a un muchacho joven que estaba al lado de un coche. --Dices que esta bien, pero tiene muy mal aspecto --opino al verme. --No seas desagradable, Tomas --contesto enfadado, al tiempo que me soltaba la mano y se dirigia a su coche--. Perdon --se disculpo mirandome. --Seguramente tengas razon y tenga una pinta horrible --dije para quitar miga al asunto. El joven asintio y me sonrio. Era un muchacho guapo tenia el pelo negro y la tez morena. Tendria unos 12 anos mas o menos y una mirada vivaz. Me revisaba de arriba a abajo inspeccionandome. Yo me mire y pude darme cuenta de por que me observaba asi: tenia la ropa manchada y empapada debido a la caida. Solo llevaba puesta una camisa de manga larga y unos vaqueros azules que dificilmente podrian verse con tanta suciedad y barro. Mis manos estaban sucias y me imaginaba que tambien tendria la cara igual. Debia de tener un aspecto espantoso. Me sacudi un poco la suciedad de la ropa y de las manos, pero fue inutil. Empece a sentir frio, habia anochecido y la nieve era ya muy compacta. No estaba segura de cuanto tiempo habia estado en el coche puesto que era de dia cuando estaba conduciendo, pero la verdad es que tampoco me importaba demasiado. --Juraria que llevaba una manta en el maletero --dijo el hombre. --Apuesto lo que quieras a que la usaste con algun animal --indico el muchacho. --!Mierda! Es cierto --respondio. Se quito su cazadora, se acerco a mi situandose delante y me la coloco en los hombros. Se aseguro de que no se me cayera y me dijo: --Asi entrara en calor. Su mirada era tan intensa y a la vez tan tranquila que me embelesaba. --Gracias, pero tu tendras frio --opine. --No se preocupe por mi, usted necesita entrar en calor mas que yo -- contesto. Le sonrei como agradecimiento. Que hombre tan detallista, pense. Mateo jamas hubiera hecho eso por mi. --Habra que llamar a la Guardia Civil -comento mientras buscaba el movil en sus pantalones vaqueros. --Preferiria que no --intervine. Me miro extranado y entrecerro los ojos frunciendo las cejas de una forma encantadora. --Es lo normal en estos casos, se da parte y si pueden sacaran el coche. --No me importa el coche. --Seguramente tampoco te iba a servir de mucho despues del accidente -- intervino el muchacho. El hombre me observada sorprendido por mi negativa de avisar a la Guardia Civil. La verdad es que no queria dar parte alguno, pero por como me miraba intuia que ese hombre no lo iba a dejar pasar. Lo que menos queria era que Mateo se enterara de mi accidente y de donde me encontraba porque me haria regresar. Un escalofrio de miedo me recorrio todo el cuerpo. Me abrigue mas con la cazadora que me habia prestado, intentando entrar en calor y que el miedo desapareciera. No queria volver a ver a Mateo, la sola idea me aterrorizaba. Cerre los ojos para coger fuerzas. Existia la posibilidad de que, como el coche era mio, igual no tendria por que enterarse de nada. Rogaba a Dios que asi fuera porque si el hombre insistia mucho o llamaba a la Guardia Civil, no me quedaria mas remedio que dar parte. --Podemos dejarlo para otro momento, no me veo con ganas --dije intentando que dejara el tema. --Esta bien --acepto. Le sonrei con gratitud. --?Quiere que la llevemos a algun sitio o que llamemos a alguien para que venga a buscarla? --me pregunto. --No, gracias --respondi. --Pero ?que va a hacer? No se puede quedar aqui. Y si no quiere que llamemos a alguien, diganos a donde acercarla -insistio. --Puede tutearme, me sentiria mejor --intente cambiar de tema. --Esta bien --contesto. --?A donde quieres que te llevemos? --volvio a formular la misma pregunta. --No iba a ningun sitio en concreto --respondi sinceramente.

  • Horizonte (Guardianes Del Alma 3) de Kim Richardson

    https://gigalibros.com/horizonte-guardianes-del-alma-3.html

    Kara Nightingale estaba sentada sobre un piso frio de piedra. Se sentia entumecida y vacia, vacia de todo sentimiento. Podia oir el coro desgarrador de gemidos distantes de los otros prisioneros, y se pregunto cuando empezaria a tener alucinaciones ella misma. No queria que las sombras de la oscuridad perenne de su celda le hicieran perder la cabeza. Las voces de los muertos y los olvidados eran sus unicos companeros. Con el tiempo, los muros grises irregulares se habian convertido en un alivio para ella. No habia tenido ningun visitante desde que el arcangel Zadkiel se la habia llevado a la carcel y encerrado en su celda. Habia montado en la parte posterior de una de las grandes aguilas, como un caballero montado en un corcel de gran calce. Ella habia viajado suspendida por debajo entre las garras afiladas del ave, como una presa lista para ser comida. Zadkiel habia sido la ultima persona que habia visto, y se pregunto si alguna vez veria a alguna otra alma otra vez. Kara suspiro. Tomo una piedra afilada y se volvio contra la pared detras de ella. Se acerco y raspo la roca en la piedra con suficiente presion para hacer un pequeno guion en forma de una linea dura. Se sento sobre sus talones y admiro su labor. Cada marca representaba un dia. Conto veintiocho pequenas marcas. No estaba segura si sus calculos eran correctos; era dificil determinar el tiempo en Horizonte, porque la oscuridad la rodeaba todo el tiempo, y nunca veia la luz del dia. Pero penso que su calculo era mas o menos correcto, dando de margen un par de dias. Pero, ?que importaba de todos modos? Los angeles no eran mortales. El tiempo tenia un significado totalmente diferente en Horizonte. Su primera asignacion como una guardiana le habia ensenado eso. Con la garganta apretada, recordo la primera vez que habia estado encerrada en el Tartaro. Podia recordar la cara sonriente de David cuando llego a rescatarla y se habia parado en el umbral de su celda. Su caballero de brillante armadura, habia dicho el. Pero nadie habia venido por ella esta vez. Ella habia estado encerrada durante casi un mes, olvidada como un par de zapatos viejos. No le hacia ningun bien pensar en el pasado. Ella estaba realmente asombrada de que todavia no habia perdido la cordura. Los locos gemidos y aullidos de sus vecinos la hacian pensar que habian al menos una docena de otros presos encerrados… ?Cuantos niveles y celulas habian en el Tartaro? No tenia ni idea. Miles tal vez. Se pregunto cuanto tiempo habian dejado abandonados a los otros presos desvaneciendose en el tiempo para que sus mentes no pudieran reconocer mas entre la ilusion y la realidad. ?Cuanto tiempo tendria que pasar hasta que ella empezara a gemir y a marchitarse? Tal vez contar los dias mantendria su mente funcional y sana. Ardia con el deseo de hablar con el Consejo y reclamar una vez mas su inocencia. La energia de esa idea la mantenia viva. Confiaba en que algun dia, pronto, podria enfrentarse a ellos y probar de una vez por todas que no era un espia del demonio, sino un angel adolescente normal, si es que tal cosa existia. No era el enemigo que la acusaban de ser. Podian confiar en ella. Era una de las buenas, ?cierto? Kara reclino su cabeza contra la pared. Ella sabia que realmente habia hecho mal un monton de cosas. Casi habia matado a un companero tutor. Luego, escapo del Tartaro sin esperar su juicio. Habia olvidado su mandato para salvar a los mortales y habia estado preocupada con una busqueda egoista para salvar el alma de su madre. Se habia convertido en un vigilante, una marginada del mundo sobrenatural. Ella solo podia adivinar lo que el consejo haria con ella, aunque sabia que iba a ser muy desagradable... Con un suspiro, Kara dejo caer su cabeza sobre sus rodillas. Recordaba la sonrisa malvada en la cara del Arcangel Zadkiel. Polvo y pequenos escombros habian caido desde el techo a sus ojos cuando golpeo la puerta de la prision para cerrarla. Sus ojos habian destellado con satisfaccion. Amplias arrugas, como patatas fritas, se habian formado en la parte superior de su calva cabeza. Sus profundos ojos negros y cejas pobladas se habian burlado de ella. Recordo preguntandose por que estaba el tan satisfecho. Le parecia que el Arcangel tenia una vendetta personal contra ella y no podia esperar hasta que la encerraran. Zadkiel habia ignorado sus alegatos para llevarla directamente a Gabriel. Habia ignorado su informacion sobre los planes de Asmodeus… ella no estaba segura de que le hubiera escuchado nada de lo que habia dicho. Era como si se hubiera quedado sordo. No deseaba nada mas que hacerla callar, echarla en la carcel y deshacerse de ella para siempre. Kara se trago su resentimiento y meneando su cabeza murmuro: “Estoy realmente jodida...” “Todavia no”. Kara se congelo. Esforzo sus orejas y se dio cuenta de que la voz venia de atras de la pared. “?Quien es? ?Quien dijo eso?” Kara volteo sobre sus rodillas y vio de frente hacia la pared. Una inspeccion mas cercana revelo una gran grieta con forma de rayo en la roca irregular. La voz venia a traves de ella. Se acerco mas al agujero. “Tienes que salir de aqui, Kara", dijo una ronca voz a traves de la fisura. Kara imagino que la voz pertenecia a un anciano. La imagen de Merlin el Mago con largo cabello blanco y barba blanca desalinada que le llegaba hasta el piso, le vino a la cabeza. “Tienes que detener a Zadkiel antes que sea demasiado tarde”. “?Que--? ?Quien eres? ?Y como sabes mi nombre?" pregunto Kara con sus labios rozando la pared de roca afilada. Ella se esforzaba para lograr ver algo a traves de la grieta, pero solo lograba ver una sombra. Hubo un momento de silencio y entonces el hombre hablo otra vez. “Escuche a los guardias hablar de ti. Se que eres el angel de la guarda Kara Nightingale. Tambien se que eres diferente de la mayoria de los Angeles, y que posees poderes unicos e increibles, poderes que asustan y enojan al Alto Consejo. Tienes muchos enemigos en la Legion, querida. Kara escucho como el anciano aclaraba su garganta, y luego hablo otra vez. “Entiendo que esta es la segunda vez que estas en el Tartaro, y que eres hija de Asmodeus”. Kara se estremecio a la mencion de las ultimas palabras. Le resultaba extrano como el hombre lo habia dicho sin emocion alguna, como si fuera un conocimiento comun entre todos los prisioneros. Se encontro preguntandose si este hombre era otro loco y si todavia guardaba algun rastro de cordura. ?Seria el tipo de loco que nunca callaba y seguia divagando para siempre? ?La acompanarian sus divagaciones hasta el fin del tiempo o hasta que se volviera completamente loca? El sabia quien era. Tal vez los otros presos no estaban tan locos. “Mi nombre es Legan", dijo el desconocido. Su voz era suave y gentil, para nada el tono de un loco incoherente. El continuo, "… y lo que tengo que decir ahora es muy importante. Tienes que prometerme que le diras al Consejo exactamente lo que voy a decirte. No puedes olvidar un solo detalle. Prometemelo, Kara”. Kara se enderezo. Ella no podia evitar asombrarse despues de lo que habia escuchado. “Eh… encantada, Legan. Pero, ?de que estas hablando? ?Que es exactamente lo que quieres que le diga al Consejo? Es probable que nunca llegue a ellos… asi que podrias estar perdiendo el tiempo. Tengo el presentimiento de que vamos a estar aqui por mucho, mucho tiempo”. Kara escucho pies arrasandose y luego un suave “plop”. Ella sabia que Legan se habia sentado. Ella presiono su mejilla contra la pared y sintio un hormigueo fresco contra su piel de angel. El prisionero estaba silencioso otra vez. Kara se pregunto si estaba preparando sus proximas palabras cuidadosamente, para tratar de convencerla de alguna manera. “Tienes que decirle al Consejo", dijo Legan “que Zadkiel es un traidor”, dijo entre dientes. Kara noto su disgusto cuando pronuncio el nombre de Zadkiel, como si el propio nombre se pudriera en su boca. A ella nunca le habia gustado el Arcangel Zadkiel; siempre la hizo sentir incomoda y grotesca. La habia llamado porqueria del demonio mas de una vez. Kara sonrio y sintio una empatia inmediata hacia Legan, porque tambien odiaba a Zadkiel. Tal vez podian ser amigos. “Nunca me agrado", anuncio Kara. “Siempre me dio escalofrios. ?Dices que es un traidor? ?Estas seguro?” Ella cruzo los dedos. “?Tienes pruebas?” “Todavia no”, respondio Legan y Kara pudo escuchar la decepcion en su voz. “Tiene a todo el Consejo enganado. Pero a mi no me engana. Se a que amo es al que verdaderamente sirve. Por eso termine aqui. El sabia que yo estaba tras de el. Tenia que deshacerse de mi. Veras, yo estaba a punto de revelar su marca”. Kara se estremecio ante la mencion de la marca. La marca era el simbolo de lealtad al demonio. Una horrible cicatriz, la marca de un demonio parecida a la tela de arana, se habia envuelto alrededor de su tobillo una vez. La Legion entera la habia acusado de ser un espia del demonio a causa de ello. David habia desconfiado de ella cuando la vio en su piel. Su pecho se encogio cuando recordo su cara enojada y confundida cuando ella le mostro su tobillo. Ella solo lo habia frotado, como si no fuera nada importante. Nunca podria haber imaginado el caos que causaria mas adelante. Aunque el arcangel Raphael la habia removido, el dano estaba hecho. Sabia que los angeles no confiarian nunca mas en ella. “?Donde esta marcado?” pregunto Kara abruptamente, con un tono de voz mas alto de la que ella hubiera querido usar. No podia imaginar donde estaria la marca en el. Claramente, estaba oculta. “No lo se”, dijo Legan, y Kara lo oyo suspirar. “La marca esta bien escondida. No puedo decir como se las arreglo para ocultarla, aunque debe estar usando a algun tipo de ilusion para enmascararla. Un dispositivo de camuflaje de algun tipo, no estoy seguro. !Pero se que el esta marcado!” Kara se mordio el labio. Se preguntaba sobre la historia de Legan. Tal vez Zadkiel habia encerrado al viejo, y ahora el queria vengarse de el de alguna manera. Involucrarse con un loco no podria ayudar su situacion actual de ninguna forma, ella sabia eso. Con un suspiro de resignacion, se empujo lentamente de la pared y se sento con la espalda contra la roca irregular. Despues de unos minutos de silencio, Kara escucho decir a Legan: “No me crees, crees que soy un viejo loco, ?no? Crees que lo invente todo”. "Ya no se que creer. Si tienes algun problema con Zadkiel... ese es tu problema. Tengo suficientes problemas propios. No necesito esto ahora. Tal vez deberias pedirle a alguien mas que te ayude". Kara lanzo una piedra contra la pared opuesta y dejo caer su cabeza. “No puedo pedirle esto a nadie mas. Eres la unica. Esta es tu tarea y solo tu puedes llevarla a cabo. Tienes que creerme, cuando digo que solo tu puedes hacerlo, Kara", dijo Legan. Kara sintio una cierta urgencia en su voz que la hizo sentir incomoda. “Zadkiel no devolvio el alma de tu madre al Salon de las Almas... ” “!?Que?!” Kara salto a sus pies y golpeo su frente en la pared de la celda. “?Como supiste sobre el alma de mi madre?” Recordaba la sonrisa de satisfaccion en la cara de Zadkiel cuando ella le habia dado el frasco que contenia el alma de su madre. Ella se dio cuenta en un momento de horror que no sonreia porque podia devolver el alma al Salon de las Almas -- estaba sonriendo porque no iba a hacerlo. Habia sentido un escalofrio en ese momento y sentia otro ahora. ?Que le habia pasado al alma de su madre? “Yo sabia muchas de las cosas que ocurrian en Horizonte, querida”. Continuo Legan, “he vivido, vamos a decir… durante mucho, mucho tiempo. No se me escapa nada...bueno, no se me pasaba nada hasta que me metieron aqui. Pero eso ya no importa. Lo que importa ahora es lo que tu hagas ahora. Creeme cuando te digo que no regreso el alma de tu madre". La tierra temblo ligeramente y Kara se sujeto de las paredes para evitar caer. El unico pensamiento feliz que la habia mantenido todo este tiempo en la prision era esa conviccion de que el alma de su madre estaba segura entre todos los otros globos brillantes, flotando en el Salon de las Almas. Pero ahora esa esperanza se habia perdido. Trabo su mandibula. Que tonta habia sido. La habian encerrado en la carcel para nada. Kara espero que la sensacion de mareo se le pasara antes de hablar otra vez. “?Como se que me dices la verdad y que estas no son algunas fabricaciones fantasticas de tu mente enferma? ?Como se que no estas trabajando con Zadkiel para que me maten?” “No hay forma de hacerlo. Tienes que confiar en mi", dijo con una voz suave. Cuando Kara no contesto, Legan continuo. “Creeme, Kara. Te digo la verdad. Parte de ti sabe que digo la verdad... puedo sentirlo". El silencio descendio en la habitacion. Kara realmente deseaba volver a estar con su madre. Si lo que el viejo decia era cierto, entonces su madre estaba en peligro. Tenia que hacer algo. “?Que puedo hacer?”, dijo Kara, y sabia que no podia ocultar el temblor en su voz. “!Estoy atascada aqui! ?Como voy a poder hacer algo? ?Sabes acaso como salir de aqui?” Kara lanzo su peso contra la dura pared, pero era como intentar mover un elefante. Ella sabia de sobra que no podria abrirse camino hacia fuera. Penso intentar forzar la cerradura, pero ?habia una cerradura en la puerta de su celda? Ella no recordaba haber visto una. La desesperacion la ahogo. ?Como iba a salir? “No estaras encerrada en el Tartaro por mucho tiempo", le informo Legan, como si leyera su mente. “Pronto seras convocada a una audiencia para enfrentar los cargos impuestos sobre ti por el Alto Consejo. No sera facil, ya que el Consejo ha sido enganado por el veneno de la boca de Zadkiel. Pero debes detenerlo. Esta sera tu unica oportunidad. Nuestra unica oportunidad. ?Entiendes? Si no tienes exito, estamos muertos”. Kara sintio otro escalofrio subir por su espalda. Se estremecio involuntariamente. “?Que quieres decir exactamente?” Ya era bastante malo que fuera en parte responsable de permitir que los demonios cruzaran al mundo mortal. Ella no queria que la caida del mundo angelico tambien recayera en su conciencia… Seria demasiado para una sola alma. “Uh… Estoy completamente perdida. ?Que es exactamente lo que debo hacer?” “Lo debes tocar”. Kara sacudio la cabeza. “?Disculpa? ?Estas loco? !?Tocarlo?!” “Si", dijo Legan, “un solo toque y la marca se mostrara”. El panico broto dentro de su pecho. No podia ver como ella podria conseguir acercarse lo suficiente como para tocarlo. Este plan iba de mal en peor. “Nunca me dejaran acercarme a el. Yo soy el engendro del demonio; ?Recuerdas? Me mataran si me acerco a alguien del Concilio, y entonces ?a donde iriamos a parar?… "Pero debes hacerlo, Kara. Debes tocarlo y mostrarle al Consejo a que amo es al que realmente esta sirviendo. Te creeran una vez que la marca se revele. Lo prometo”. “No lo se. Esto no suena como un buen plan". Kara apoyo la cabeza contra la pared. Una imagen del bello rostro de su madre bailaba delante de sus ojos. Musica de camara se colo por sus orejas. Recordaba como escuchaba a Billie Holliday mientras lavaba los platos con su madre cantando en coro y derramando agua por todo el piso de linoleo. Sus nervios se agitaban como gelatina. Debia intentarlo, por su madre.

  • En un metro de bosque de David George Haskell

    https://gigalibros.com/en-un-metro-de-bosque.html

    Un hombre se sienta cada dia durante un ano en la misma piedra del mismo bosque, a veces bien abrigado contra el frio y la lluvia, otras a pleno sol, a veces sin que pase nada, otras asistiendo a acontecimientos increibles, y lo narra en un libro. Un ano oyendo cantar a los pajaros, viendo caer y nacer las hojas, siguiendo el trayecto de las hormigas, oyendo al fondo el ruido de la carretera o de una motosierra. En un metro de bosque esta el mundo entero, y en el empieza y termina este libro que, crealo o no, apasiona al lector como la mejor de las novelas y le descubre una realidad insospechada como el mejor de los ensayos. Finalista del premio Pulitzer de no ficcion

  • Trilogia Completa. Somos (Mi tarea pendiente) de Marta Lobo

    https://gigalibros.com/trilogia-completa-somos-mi-tarea-pendiente.html

    Mi nombre es Mariola Santamaria y hace muchos anos llegue a Nueva York con una gran maleta llena de suenos e ilusiones.
    Pero una serie de acontecimientos hicieron que mi vida se convirtiese en un caos de la noche a la manana.

  • Los caprichos de la princesa (Bajo la piel 1) de Ana Garcia

    https://gigalibros.com/los-caprichos-de-la-princesa-bajo-la-piel-1.html

    Hope es hija de uno del presidente de una de las bandas de motociclistas mas temidas de Estados Unidos, ella decidio alejarse de ese mundo y empezar desde cero pero el destino se encargara de hacerla regresar a su antiguo hogar y el encargado de ello sera Rex Morrow, su antiguo amante.

  • Silencio de Elisabet Castro Rodriguez

    https://gigalibros.com/silencio.html

    Tenia ganas de vivir, pero me destrozaron la vida dejandome rota, sola y sumergida en mi silencio. Veia a mi madre sufrir y mi hermana pequena intentaba ayudarme para hacerme sentir mejor. Pero necesitaba a mi propio salvavidas y ese salvavidas era Dylan, un amor inalcanzable.

  • El libro de los viajes equivocados de Clara Obligado

    https://gigalibros.com/el-libro-de-los-viajes-equivocados.html

    Todo viaje puede desarrollarse en tres ambitos: el interior, el que transcurre en el tiempo y el que transita por el espacio. El que tiene como dimension el espacio colma los sentidos, el temporal alimenta la experiencia, aunque es el viaje interior el que puede cambiar al ser humano. Pero ?puede un ser humano modificar el sentido del universo?

  • El guerrero de las sombras (Medieval 2) de Anne Marie Warren

    https://gigalibros.com/el-guerrero-de-las-sombras-medieval-2.html

    Tras la muerte de su padre, el laird de los MacLead, a manos del clan vecino y con un traidor entre sus muros, a Maisie solo le quedaba recibir la ayuda de un impresionante ingles llegado de las cruzadas, cuya presencia no seria bien recibida por su clan al creer que se trataba de un demonio llegado del infierno.
    Rohan Glaymore estaba acostumbrado a que todo el mundo le temiera, al haber nacido con el rostro marcado, y ser considerado una aberracion. Una marca que solo le habia traido soledad y tristeza, hasta que una valerosa escocesa lo miro directamente a la cara sin mostrar temor, desafiando con cada mirada a que su corazon la amara.
    Traicion, romance, aventura y todo un mundo de supersticiones en esta segunda entrega.

  • No me apartes de ti de Sophie Saint Rose

    https://gigalibros.com/no-me-apartes-de-ti.html

    Abrielle miro su reloj. Madre mia, iba a llegar tarde. Ya eran las cinco y su siguiente paciente la esperaba a y cuarto. Gimio porque estaba en el otro extremo de la ciudad. Corriendo hacia el metro cargando con la dichosa camilla portatil, escucho que le sonaba el movil y rezo porque fuera su siguiente cita para decir que el tambien llegaba tarde, pero no. Al mirar la pantalla vio a su hermana sacandole la lengua. Descolgo bajando los escalones. --Kaylin, ahora no puedo hablar. --!Es una emergencia! Se detuvo en seco a mitad de la escalera. --?Que pasa? ?Papa esta bien? --!Se va de vacaciones! --grito indignada--. !No se las coge nunca y se tiene que ir precisamente ahora! Puso sus ojos verdes en blanco y siguio bajando escalones. -- Kaylin llego tarde a una cita importantisima. !No me fastidies! ?Que pasa? --?Tu lo sabias? Cogiendo su bolsa y la camilla con una sola mano, mientras agarraba el movil con la cara pegandolo al hombro, empezo a buscar la tarjeta del metro. --Claro que lo sabia. Como has dicho nunca va a ningun sitio. Tiene que divertirse en lugar de estar todo el dia en el taller. --!Me imaginaba que era cosa tuya! --dijo muy enfadada. Casi chilla de la alegria al encontrar la tarjeta y la paso por la ranura. --Mira, ?que tal si hablamos de esto por la noche porque...? --!Me y esta che! --grito su hermana medio histerica. Se detuvo en seco haciendo que la que iba detras se chocara con ella. --A ver si miramos --dijo estresadisima. Se puso a un lado para dejar pasar--. Se va a cortar Kaylin, ?que has dicho? --!Me han dado la be en cia! ?Me oyes? --Mierda de cobertura. --Se acerco algo a la entrada dejando la bolsa y la camilla en el suelo. Se paso la mano por la frente que estaba sudorosa, sin darse cuenta de que levantaba su flequillo rubio casi dejandoselo de punta. Suspirando pregunto --?Que te han dado que? --!La beca en Escocia! Chillo de la alegria. --?De verdad? !Felicidades! --Ti que quedarte... --Uff... te oigo fatal. --!Tienes que quedarte con Muffin! Dejo caer la mandibula. --Ah, no. --Por favor... Papa se va quince dias nada mas. Luego se lo quedara el. !Son quince dias! No puedo llevarmelo a Escocia y estare alli seis meses. --!Tu perro me odia! !Me grune cada vez que me ve! --Es un chihuahua, no te va a devorar --dijo su hermana exasperada--. Por favor... Son quince dias. Gruno porque su hermana realmente casi nunca le pedia favores. Y la muy insensata adoraba a ese chucho. Menuda responsabilidad, como le pasara algo le sacaba los ojos. --Esta bien... --Gracias, gracias. Cuando termines de trabajar pasate por mi apartamento. Tienes que llevarte muchas cosas. Miro su camilla. Mejor pasaba por casa primero. --Vale. --!Te quiero! Su hermana colgo antes de que se arrepintiera y gruno por lo bajo metiendo el movil en su enorme bolsa. --Estupendo, Abrielle... Van a ser los quince dias mas divertidos de tu vida. --Cogio la camilla y la bolsa cargandosela al hombro antes de salir corriendo de nuevo hacia el tunel que decia Downtown. Cuando llego ante Industrias Gillingham entro corriendo en el hall y casi con la lengua fuera se acerco a la recepcion. --Tengo una cita con Niguel Curtis --dijo casi sin aliento. --?Senorita Lavery? --Si, esa soy yo. Si me dice por donde ir... --Lo siento. El senor Curtis ha tenido una reunion urgente y seguramente no podra atenderla. Jadeo asombrada mirando el reloj que habia tras ella. Solo habia tardado cinco minutos. --?Y esa reunion cuando ha empezado? --Hace dos horas. --Pues me podia haber avisado --dijo indignada--. Mi tiempo tambien es valioso y me he recorrido toda la ciudad para llegar aqui, ?sabe? --Si habla con recursos humanos seguro que le compensaran por las molestias. --!Pues claro que voy a hablar con ellos! !He cancelado dos citas esta tarde para venir hasta aqui porque la senora Curtis me dijo que en esta empresa podia tener mucho trabajo! La chica sonrojada le puso una tarjeta colgada de la camiseta rosa que llevaba. --Segunda planta, pregunte por la senora Lion. Indignada porque ya estaba calentita con todo lo que le habia pasado aquel dia, levanto la barbilla muy digna antes de agacharse para coger la punetera camilla. Fue hasta el ascensor grunendo por lo bajo que la gente no tenia ninguna consideracion. Y ella corriendo como una descosida para llegar a tiempo. Y retrasando las citas con Esther y Jonathan para hacerle un hueco a ese tipo. No pensaba darle una cita nunca mas. Que se fastidiara. Cabreada pulso el dos y se alejo para que pasaran dos trajeados. Dio otro paso atras cuando entraron otros dos y los que tenia delante casi la incrustaron en el espejo. Les fulmino con la mirada y carraspeo, pero parecian concentrados en lo que decia el tipo que estaba delante. --Hay que impedir esa compra. Arreglaos como querais, pero quiero resultados. Su voz ronca le llamo la atencion y sin darse cuenta estiro el cuello para mirar por encima del hombro del tipo que tenia delante, que era bastante alto. --Es inconcebible e intolerable que esa fusion llegue a algun sitio, ?me habeis entendido? --pregunto con autoridad. --Si, Jack --dijeron los tres a la vez. Abrielle estiro mas el cuello y se le corto el aliento al ver un espeso cabello negro. Cuando el miro al hombre que tenia al lado ella descubrio su perfil y separo los labios de la impresion. Sus labios eran finos y en ese momento los apretaba como si estuviera muy disgustado. Su nariz era recta, pero tenia un pequeno bultito en el tabique, lo que indicaba que se la habia roto alguna vez y no se la habian curado bien. Pero lo que realmente le llamaron la atencion fueron sus ojos. Eran verdes, pero no como los suyos. Eran de un color claro que impresionaban, seguramente porque estaban rodeados por largas pestanas negras. Abrielle separo aun mas sus labios suspirando porque era un placer mirarle. Las puertas se abrieron, pero ella de puntillas para seguir observandole ni se dio cuenta. Entonces sus ojos coincidieron y el entrecerro los suyos como si estuviera molesto. --?Se baja aqui? Se sonrojo asintiendo. --?Es la segunda planta? El asintio y Abrielle roja de la verguenza porque la habia pillado mirandole se agacho. --!Oh, entonces si! ?Puede retener la puerta? --Giro la camilla golpeando las piernas del que tenia al lado. --!Uy, perdon! --Giro de nuevo para pasar entre ellos pisando al otro. -- Uy, lo siento. --Rio sin ganas. --Estos ascensores cada vez los hacen mas pequenos. --Los hacemos nosotros --dijo el moreno ironico. --Uy, muy bonito. --Estirando el brazo para pasar entre ellos solto una risita tonta. --Es que sois todos muy grandes, seguro que es por eso. El gruno como si su opinion le importara un pito, lo que hizo que quisiera salir mas rapido golpeandole con la bolsa. --Uy, lo siento. Gimio saliendo del ascensor y alejandose a toda prisa. -- ?Senorita Lavery? Sorprendida miro hacia atras para ver que uno de los hombres del ascensor retenia las puertas. --?Es usted la senorita Lavery? --Si --respondio--. ?Senor Curtis? El sonrio agradablemente. --Si, soy yo. Siento no haber estado a tiempo. --Niguel, ?que pasa? --pregunto el moreno mirando su carisimo reloj de platino como si estuviera impaciente. --Es la fisio que me ha buscado Karen. ?Hemos terminado? El que debia ser su jefe gruno antes de asentir. Pensando que igual todavia podia aprovechar la cita dio un paso hacia el. --?Esta libre ahora? A las seis tengo otra cita y no puedo esperar mucho. --Si, por supuesto. Venga. Muerta de la alegria se metio en el ascensor de nuevo y al volverse golpeo al moreno y a otro con la camilla. Sonrio timidamente. --Lo siento. Niguel sonrio mostrando una dentadura perfecta. --Como me alegro de haberla encontrado. Tengo el cuello que no puedo ni dormir. --Enseguida se lo arreglo. --Dicen que tiene unas manos magicas. Asi que espero que haga uno de esos milagros. --Llameme Abrielle, por favor. El extendio la mano. --Niguel. --Al ver que tenia las manos ocupadas se echo a reir. --?Siempre cargas con eso? --Servicio a domicilio. --Miro de reojo a su moreno que parecia pensar en sus cosas. --?A usted tambien le duele el cuello? Parecio que le sorprendia la pregunta. --?A mi? --Inclina su cuello algo hacia adelante. Puede ser mala postura al leer o al estar ante el ordenador y eso provoca dolores. El entrecerro los ojos. --Me duele en el centro de la espalda. --Oh, claro. Sobrecarga mas abajo. Deberia tener un pequeno cojin en la silla de trabajo. Eso hara que arquee su espalda hacia atras ligeramente. Se encontrara mucho mejor. --Gracias. --Si quiere le echo un vistazo --dijo a toda prisa porque se moria por ponerle las manos encima. --No sera necesario, tengo mi propio masajista. --Fisioterapeuta. No soy masajista. --Sonrio radiante. --Es distinto. El levanto una ceja. --Niguel, cuando tu fisioterapeuta termine contigo, ven a verme. Tenemos que ultimar esos numeros de la fabrica de Canada. --Alli estare. Y seguro que mucho mejor. --Por supuesto, yo me ocupo de eso. El que obviamente era su jefe salio del ascensor y Niguel le indico con la mano que pasara. --Por aqui. Mi despacho esta al final del pasillo a la izquierda. Salio del ascensor y sin poder evitarlo miro hacia atras para ver que el moreno pasaba ante dos secretarias casi sin mirarlas y entraba en un despacho que tenia unas puertas dobles lacadas en negro. --Es Jack Gillingham --dijo Niguel trayendola al presente. Se sonrojo porque la habia sorprendido mirandole. --?El jefe? --El jefazo, si. ?Te ayudo con eso? --Oh, no. Estoy acostumbrada. Ademas, no quiero que te lesiones mas. Llegaron al final del pasillo y el abrio la puerta. --Tampoco estoy tan mal. Abrielle sonrio a la secretaria que debia tener la edad de su tia y lucia un hermoso recogido frances. --Milly, ella es la que me va a salvar de ese collarin que querias comprarme. Abrielle Lavery. --Encantada --dijo soltando la bolsa para darle la mano. --Mucho gusto. --Y lo del collarin puede ser una mala idea. --?De verdad? --Dependiendo de la lesion eso puede empeorarlo. Solo hay que ponerselo si lo aconseja un doctor. --Oh, no lo sabia. --Mi doctor me ha dicho que es una contractura. Me ha recetado masajes y un analgesico. --Pues vamos a ello. --Iba a agacharse de nuevo por la bolsa, pero el lo hizo primero. Todos escucharon el crack y Niguel se llevo la mano a los rinones gimiendo. --!No te muevas!

  • La reina de los dragones de Amanda Lake

    https://gigalibros.com/la-reina-de-los-dragones.html

    Mina tiene un buen trabajo, pero su existencia es aburrida, practicamente no tiene vida social. Se considera una chica del monton, en cambio su amiga, Maria, quizas su unica amiga, es cualquier cosa menos eso: alta, espigada, guapa, arrogante. son tan diferentes que Mina tiene la sospecha que simplemente sale con ella para brillar con mucho mas esplendor. Mina es una romantica empedernida y, a falta de una relacion real, se refugia en las historias de amor que viven sus heroinas en unas peliculas que ha visionado cientos de veces. No obstante, en la oficina hay un chico nuevo, un Apolo americano, por el que Mina se siente muy atraida y cree, o quiere creer, que por su forma de actuar, quizas el tambien siente lo mismo por ella, solo que no lo expresa por timidez.

  • Amor a toda velocidad de Tina Isabel Leung

    https://gigalibros.com/amor-a-toda-velocidad.html

    “?Quieres un trago?” rompe el silencio. Su voz es aterciopelada y al mismo tiempo me indica que el fuma. “Recuerdo tu rostro.”
    “Yo tambien recuerdo el tuyo,” respondo.
    “Quizas el alcohol pueda refrescar nuestra memoria,” comenta y le hace una senal al mesero. Unos segundos despues, colocan en frente de nosotros una bandeja de metal con shots de vodka que irradian colores rosados y morados. Empezamos a beber y trato de ponerlo en diferentes periodos de mi vida. No era facil, ya que estoy bastante ebrio y todo esta revuelto en mi mente.
    “?Cual es tu nombre?” me pregunta finalmente.
    Y aqui estamos, presentandonos entre nosotros como si fueramos dos extranos sin relacion alguna. De alguna forma extrana duele como si ya lo hubiera perdido antes y ahora lo estoy volviendo a conocer. Solo para perderlo de nuevo, para olvidarlo.
    “Soy Lance,” digo.
    Sus iris brillaron instantaneamente con familiaridad. Al mismo tiempo, como si estuvieramos conectados por una corriente electrica, yo tambien lo recuerdo.

  • Pura vida de Patrick Deville

    https://gigalibros.com/pura-vida.html

    En el centro de este libro esta la figura de William Walker, personaje desmesurado, casi inverosimil, pero real. Un aventurero y filibustero nacido en Nashville, marcado por la muerte de su amada y fascinado por los poemas de Byron, que en el siglo XIX partio a la conquista de Sonora -y llego a fundar una Republica de Sonora que acabo en fracaso- y despues llego a Nicaragua con un grupo de hombres armados y consiguio presidir el pais durante un breve periodo para mas tarde, con solo treinta y seis anos, enfrentarse a un peloton de fusilamiento en Honduras.
    Sobre este personaje <>, al que el New York Tribune llamo en su dia <>, escribe el narrador de la novela desde un hotel de Managua. Y a traves de sus evocaciones, pesquisas, recorridos y encuentros emergen conquistadores, libertadores, dictadores y revolucionarios, figuras como Gonzalo Fernandez Oviedo, Bolivar, Francisco Morazan, Narciso Lopez, Antonio de la Guardia, el Che y su sombra -el agente doble Che .50, una figura digna de una pelicula de James Bond-, Ernesto Cardenal, Sergio Ramirez…
    He aqui una novela total, abierta, poliedrica, laberintica, que se ramifica en mil historias y dibuja, a partir de la indagacion en un personaje historico disparatado, un collage de imagenes, un puzle de situaciones que dan como resultado una estimulante y panoramica mirada sobre la convulsa historia de America Latina, forjada sobre utopias y violencia. Pura vida es una narracion envolvente, erudita y agil con la que Patrick Deville inicio un ambicioso ciclo novelistico que recrea la historia a partir de personajes reales arrastrados por la aventura y el ideal, y del que forman parte las tambien deslumbrantes

  • Vulcano (Elohim 2) de Mariah Evans

    https://gigalibros.com/vulcano-elohim-2.html

    Neil acude junto a sus companeros a Sicilia en una busqueda a contrarreloj para hallar el casco de Hades, pues Bronte y sus aliados tambien van tras el. Alli, Neil conoce a Adriana, una joven psicologa que trabaja en el Centro de Acogida para Solicitantes de Asilo de Mineo, la cual se vera acosada por la mafia de trata de blancas al intentar defender a las migrantes.
    Siguiendo los indicios que el Arte y la Literatura esconden, emprenderan un viaje para dar con uno de los mayores tesoros de la humanidad. Lo que ellos desconocen es que toda reliquia tiene su historia.

  • Y llegaste tu 1 de Coral Moon

    https://gigalibros.com/y-llegaste-tu-1.html

    Aburrida, mire hacia el otro lado de la barra y mis ojos se encontraron con los suyos. Destellos de imagenes comenzaron a desfilar ante mis ojos, hasta que todo dejo de existir entre nosotros. Solo estabamos el y yo, mirandonos el uno al otro, deseando poseernos. Respire hondo, simplemente no llegaba a comprender como podia sentirme tan atraida por alguien a que apenas conocia. Por increible que parezca, senti que era el hombre de mi vida hasta que se abrio la puerta. Mire hacia ella con la boca abierta cuando la vi entrar y se dirigio hacia el para besar los labios que yo llevaba deseando besar otra vez. Me miro de una forma tan intensa… que por un instante se me olvido respirar.

  • Ni la muerte nos puede separar de Mano Book

    https://gigalibros.com/ni-la-muerte-nos-puede-separar.html

    Edward Mu es el soltero mas codiciado de la ciudad, nacido en una familia rica, nunca supo lo que era el amor, algo que jamas obtuvo de sus padres. Rocio era una mujer especial. Como una coronel del ejercito, estaba acostumbrada a llevar una vida dura y sacrificada, sin embargo, su principal objetivo era luchar como madre soltera por criar al hijo que tuvo con Edward seis anos atras y del quien el ni siquiera conocia la existencia. Un dia, finalmente, ella decidio reaparecer en su vida con el pequeno… Pero lo que no esperaba era que esa decision transformaria por completo la vida de los tres. Cautivado por esta mujer tan especial, esta vez Edward la amaria con locura. ?El destino les daria una nueva oportunidad?

  • El sentido de la vida de Carla de A. M. Irun

    https://gigalibros.com/el-sentido-de-la-vida-de-carla.html

    Mi novia ha insistido en que cuente como nos conocimos. Yo no soy periodista como ella y no se mucho acerca de como estructurar un relato, asi que lo voy a hacer a mi manera intentando encontrarle un sentido a todo esto. Yo soy una chica de rutinas. Lo sigo siendo a pesar de todo. Desde que destripe un reloj con seis anos supe que era asi como queria ser. Precisa, puntual, un diente de la rueda detras de otro, esperando paciente su turno. Me levantaba, corria cinco kilometros en menos de 25 minutos, me duchaba, desayunaba algo con alto contenido en fibra (unos cereales concretos y algo de fruta). Me secaba y me planchaba el pelo y bajaba al metro a una hora determinada para poder entrar en el mismo vagon de siempre. Con tanta precision era facil olvidarse de esa puesta a punto necesaria de vez en cuando debido a ese ligero desvio de los elementos que hace que todo se vaya a la mierda. Tenia unos ocho anos cuando crei comprender por primera vez el sentido de la vida. Huia de mi hermano Jaime al que le encantaba pelearse conmigo y me escondi en la habitacion de mis padres. Con la emocion, no me dio tiempo a frenar y choque contra una de las mesillas. El reloj despertador que habia sobre ella se cayo al suelo y se rompio, dejando al descubierto el mecanismo que lo hacia funcionar. Mi hermano no paraba de reirse y de decirme que me la iba a cargar cuando se enteraran nuestros padres, pero pronto deje de oirle. Quede hipnotizada por el tic-tac del segundero y el movimiento milimetrico de las ruedas dentadas que habia en su interior. Comprendi al instante su funcionamiento. Era un mecanismo muy complejo, casi inescrutable, pero con una precision propia de un super ingenio. Como digo, traslade aquello a mi vida y me converti en un reloj. Puntual, rutinaria, paciente. Como uno de aquellos dientes de la rueda del reloj, a la espera de mi turno para hacer sonar la alarma. Encontraba series, secuencias y patrones en todos los lados, explicaba mis dudas existenciales con cadenas de causa y consecuencia. Si algo habia salido mal, lo analizaba, destripaba sus partes y daba con el error. Lo corregia y lo incorporaba a mi manual para una vida feliz. Pero todo reloj pierde el compas, la precision. La hora no es algo exacto, sino que depende de la orbita de la Tierra alrededor del Sol y, si no se corrige, un reloj puede acabar siendo una pieza completamente inutil. Solo cuando la orbita de mi vida perdio completamente el eje entendi que no entendia nada de la vida. SEPTIEMBRE I Es dificil decir donde comienza una historia. Si nos pusieramos a buscar el punto exacto donde todo empieza, podriamos remontarnos hasta el origen del universo porque es ahi desde donde surge todo. Pero somos humanos y nos gusta pensar que todo empezo con nosotros. Y no ya solo con nosotros como especie, sino en nosotros como personas unicas. Asi que yo no voy a ser menos porque esta es mi historia. Siempre recomiendan arrancar una historia con una imagen visual que ponga a la persona que escucha en un estado de atencion y que le ayude a empanizar con el protagonista. Asi que esta historia comienza conmigo, Carla Pi Fonseca, corriendo a primera hora de la manana, una rutina que rara vez me saltaba. Correr cinco kilometros al punto de la manana me ponia en modo superheroina y sentia que podia con cualquier cosa que ocurriera ese dia. Era finales de septiembre y hacia calor pese a que eran las 8 de la manana. Me puse los auriculares con una playlist que habia hecho el dia anterior eligiendo cada cancion segun sus revoluciones por minuto, y sali a correr. Empece con fuerza, pero a los dos kilometros note que me habia pasado con la motivada. Baje un poco el ritmo pensando en recuperarme un poco y aumentarlo en el ultimo kilometro. Pense que quiza me habia pasado con lo de las revoluciones por minuto. Corregir, redisenar, aplicar de nuevo. Dios, como me gustaba el aire fresco en la cara, los pulmones a pleno rendimiento, el corazon a tope, el viento haciendo remolinos en mis oidos. A pesar del flato, las piernas me iban solas y la aplicacion del movil me senalaba que llevaba mi mejor ritmo hasta la fecha. Ahora es cuando la cosa se tuerce. Note un pinchazo en el vientre. No muy fuerte. Algo ligero y fugaz. No pare de correr pero si me vi obligada a bajar el ritmo. Adios, record personal. Hola, meses de pesadilla. No bati mi record y me costo bastante completar los cinco kilometros de mi recorrido habitual. Me sentia lenta y pesada. Algo no iba del todo bien. No pasa nada, me dije. Manana ira mejor. Me diagnosticaron sindrome de colon irritable hace un par de anos. Al principio lo achaque al cambio del Instituto a la Universidad. El menu de la cafeteria, las prisas, el estres. Ingenieria Industrial mola pero exige mucho. Y el divorcio de mis padres lo agravo. Me dolia la tripa y mi medico me dijo que tenia el colon irritable, que hiciera deporte, comiera sano y evitara las bebidas gaseosas y el alcohol. Fieston. Al principio fue duro, sobretodo lo de ir a fiestas y ser la rara que bebe agua o zumos. Pero enseguida note el cambio y segui con un estilo de vida saludable. Comenzaron a definirse los musculos de mis brazos y piernas, desaparecio por completo mi dolor de espalda causado por horas y horas de estudio y tenia un vientre plano que era la envidia de mis amigas en verano. Recuerdo como fue mi primer kilometro corriendo sin parar. Pense que se me iba a salir el higado por la boca, tenia la garganta sequisima y los hombros me pesaban. Me obligue a superar la pajara hasta que consegui mi objetivo. Si hubiera tenido fuerzas habria bailando, pero apenas podia sostenerme en pie. Estaba a punto de caer de rodillas y sin embargo me sentia toda una ganadora. --?Que tal ha ido, hija? --me pregunto mi madre nada mas salir de la ducha aquella manana en que todo iba a cambiar. --Mal. He notado un pinchazo aqui --le dije tocandome un lateral del estomago--. Me ha costado mucho acabar. --Manana ira mejor. Madres. Aunque esten destrozadas por dentro siempre tratan de animar a sus hijos. Mi padre nos dejo por una chica mas joven. Digo "nos" porque nos abandono a los tres: a mi hermano, a mi madre y a mi. No fue un abandono en plan “ahi os quedais”. Le seguimos viendo, paga lo que le corresponde de nuestra universidad, y si necesitamos algo mas, sabemos que va a estar ahi, pero por lo demas, se ha quedado una relacion bastante fria. Jaime y yo teniamos 18 cuando dejo a mi madre. Nos quedamos helados. Mi madre un poco menos porque supongo que se lo esperaba. Asi que ahora somos solo los tres. Tenemos un hermano mas, Dario, pero vive en Berlin con su increiblemente adorable y sexy novia alemana Gertha, y le vemos tres o cuatro veces al ano. --?Donde estan mis cereales? --pregunte rebuscando en los armarios de la cocina. --Aqui --senalo mi hermano. Tenia la caja delante de el y una sonrisa malevola en la boca. Mi hermano es en terminos generales lo que llamariamos un gilipollas. Mis padres tuvieron a Dario, y enseguida quisieron ir a por la parejita. Les costo cuatro anos hasta quedarse embarazados, y al final, la tan ansiada parejita vino junta. Jaime y yo somos mellizos. Solo tenemos igual los ojos, con forma de dos pequenas almendras y del color de la miel. El resto no podria ser mas diferente. El es de Letras, yo de Ciencias; el es un vago, yo me lo curro cada dia; el se ligaba a una tia cada finde, y yo… yo solo bebia los vientos por una. Me acerque a la mesa donde estaba mi hermano desayunando para coger la caja de cereales. La levante y note que estaba vacia. Jaime se llevaba a la boca la ultima cucharada de leche con cereales. Sonreia tontamente mientras la leche le caia por el labio de abajo. --?Te has comido mis cereales? --le grite. --Oh, lo siento --respondio con parsimonia. Se levanto y dejo el bol en el fregadero. --Mama, dile algo a este gilipollas. --!Carla! --me regano mi madre--. No llames gilipollas a tu hermano. Jaime me hacia la burla a espaldas de mi madre. --Sabes que necesito desayunar esos cereales para… --!Para cagar! --termino Jaime que hizo una pedorreta con la boca y salio de la cocina. Y ese tio queria entrar en la Sorbona. El dia habia empezado torcido y no parecia que fuera a enderezarse. Solo habia una cosa que si sabia que iba a ocurrir. Y era lo unico que me podia alegrar la manana. Me planche el pelo con esmero. Lo tenia largo y negro y si no me lo planchaba se me erizaba y quedaba fatal. Busque las lentillas, pero en la caja solo habia una. Seguro que mi hermano habria perdido alguna suya y me habria robado la mia. Gruni, me puse las gafas y sali de casa para ir a la facultad. II Una manana de hace un par de semanas, nada mas empezar el curso, me subi al metro pensando que seria un trayecto mas. Entre al vagon y me sente sin prestar mucha atencion a la gente. Escuchaba musica y, en un momento dado, me sorprendi a mi misma cantando por lo bajo. Pare en seco y mire a mi alrededor por si alguien me habia escuchado. Entonces la vi. Vi a la chica del metro. La chica del metro tenia algo que me gustaba mucho, pero no sabria describirlo. Tenia el pelo y los ojos castanos. Unas pestanas largas y preciosas que no hacia falta maquillar y un look desalinado. Echaba vistazos rapidos a la gente y se detenia en detalles aparentemente insustanciales del vagon como senales o carteles. Parecia un gorrion asustado que acababa de caer del nido. Solia pensar que eran idas de olla mias, pero cada dia que pasaba y la veia, me convencia de que la chica del metro era sensible y divertida. Asi era como yo me la imaginaba. Y me encantaba. Toda aquella primera semana trate de encontrar el momento para coincidir con ella en el metro, y lo consegui. No fue facil puesto que era comienzo de curso y aun no teniamos las rutinas definidas. La siguiente semana me deje ver, me esmere en arreglarme con mis mejores prendas. El verano se estaba acabando, pero la ropa aun daba algo de juego. Camisas con un boton de mas desabrochado, tirantes, coletas para mostrar el cuello... Supe que habia conseguido llamar su atencion cuando, a la tercera semana, coincidimos todos los dias. Creia eso de verdad. Creia que habiamos hecho un pacto silencioso en el cual quedabamos en un vagon concreto, a una hora determinada. Queria creerlo. El tren entro en la estacion. Mire mi reloj de pulsera, regalo de mi padre tras acabar el Instituto, pocos dias antes de que nos anunciara su decision de dejarnos. Cuando nos lo dijo, hubiera lanzado el reloj por la ventana, pero era precioso y me encantaba. A la saeta del minutero le faltaban tres rayitas para llegar a la hora senalada, asi que deje pasar el tren. Espere al siguiente tren. Siempre tenia cosquillas en el estomago durante ese rato, como si estuviera pixelado. Cuando por fin llego, respire hondo y entre. Ahi estaba ella, con sus vaqueros caidos, su camiseta de rayas y su cazadora vaquera. Suspire y, como en todos los viajes, nos dedicamos a esquivarnos la mirada. No se por que lo haciamos. No se por que ninguna de las dos no daba el paso despues de tanto tiempo. O si lo se. Lo se perfectamente. La razon romantica era para no romper la magia. La razon real era porque ninguna de las dos habiamos hecho eso antes y no estabamos seguras de si lo que veiamos en la otra eran senales o imaginaciones.

  • Mision Exterminio de Stefania Gil

    https://gigalibros.com/mision-exterminio.html

    Madison se sentia mareada. No entendia nada de lo que estaba ocurriendo. Escuchaba voces que no reconocia; movimientos bruscos, sonidos metalicos como si estuviera en la parte trasera de un camion. Trato de levantar la cabeza, no lo consiguio. Queria hablar y no podia, algo se lo impedia. El resto del cuerpo parecia no responder en lo absoluto a las ordenes que le estaba dando. ?Que ocurria? ?En donde estaba? Las imagenes de los recuerdos en su cerebro pasaban tan deprisa y todo era tan confuso, que no lograba entender nada de lo que veia. Estaba dominada por un profundo letargo que no solo le impedia movilizarse, sino que tambien, le impedia retener los recuerdos aunque fuera por un momento para poder aclarar su situacion y comprender en donde se encontraba. El traqueteo de su cuerpo ocasionado por el movimiento del vehiculo en el que estaba, se detuvo. Ruidos fuertes y secos se produjeron. Un mecanismo que se accionaba. Parecia el engranaje mecanico de una puerta pesada. Percibio mas ruidos metalicos pero esta vez, muy cerca de ella. Y de pronto, una luz la cego. Entendio entonces que estuvo llevando la cabeza tapada y de ahi que no pudiera ver nada. La luz, ahora, tampoco ayudaba porque sus pupilas se sintieron traicionadas con el brusco cambio. La realidad se sumaba a la voragine de imagenes que pasaban en su mente haciendo que todo se balanceara en su interior. Su cuerpo parecia un barco, navegando a la deriva. Mantuvo los parpados cerrados. Tenia la boca seca. La lengua parecia pesarle una tonelada. Tal como sentia que pesaban sus extremidades. Sonaban cadenas y sentia movimiento de nuevo en el vehiculo pero no porque este se moviera, no, era ese vaiven que producen las personas de peso y tamano cuando se mueven dentro de un coche. Su cuerpo respondia asombrosamente a ese vaiven. Abrio los ojos de nuevo, parpadeo un par de veces antes de darse cuenta de que su cabeza colgaba. Las imagenes en su memoria seguian agobiandola, intentando llamar su atencion. Le era imposible fijarse al menos en una. No lo conseguia. No encontraba la forma de aferrarse a ellas. Un hormigueo empezo a recorrerle el cuerpo. Intento hablar dandose cuenta entonces de que no podia abrir los labios. Fue la primera vez que noto que dolia al intentarlo. No pudo levantar la cabeza de golpe porque tambien aquello le dolia un infierno pero si algo tenia Madison Sullivan era que no se daba por vencida tan facil; asi que, con mucha lentitud y con la precision que le permitia el lejano letargo que ahora tenia su cuerpo, fue levantando la cabeza. Parpadeo varias veces, seguia sin ver nada. La maldita luz cegadora estaba frente a ella imposibilitando la vision de las personas que estaban detras del foco. Volvio la cabeza a la izquierda y solo habia oscuridad. Lo mismo lo que pudo ver a la derecha. Su cuerpo, empezaba a despertar. El letargo desaparecia junto al hormigueo constante que la tenia dominada. Por instinto, movio la pierna derecha y fue cuando su corazon se detuvo intuyendo que todas las cosas que estaba descubriendo no estaban bien. El palpito se expandio en su pecho cuando fue consciente de que estaba colgada del techo por las munecas, dentro de un cubo cubierto de telas negras. ?Un contenedor? Mantuvo la calma intentando buscar una explicacion logica a su situacion. Aquello no podia tratarse de un simulacro porque la alarma por la que le sacaron de Quantico era real; lo vio, y Dakota converso con ella sobre lo que harian al llegar a Nueva York. Su mente aturdida, le regalo un recuerdo que le dejo en claro que, su situacion, no era un simulacro. Recordo el coche en el que ella y Nell Jenkins estaban siendo trasladadas al aeropuerto en donde les esperaba el jet de la Agencia Federal para viajar a Nueva York. Hiperventilo porque sintio el panico que se apoderaba de ella al empezar a ver, con claridad, las imagenes que se detenian, finalmente, en su cabeza; y deseo poder volver a su estado de letargo porque aquel instante le estaba sembrando un terror que desconocia. Cerro los ojos e hizo una fuerte inspiracion; queria, no, mas bien <> encontrar calma para poder pensar con claridad. La imagen de Nell, con el rostro banado en sangre, sin sentido, despues del volcamiento del coche que les trasladaba, le bloqueo la respiracion por completo. Sentia que se asfixiaba. --Es el momento, empieza a recordar lo que le ocurrio y va a transmitir el panico que quiero que los demas sientan con mi mensaje --Dominic Lane chasqueo los dedos y sus companeros asintieron encendiendo la camara y accionando el sistema para transmitir --en directo-- un mensaje a todo el pais. Capitulo 2 Mark estaba haciendo trabajo administrativo en la comisaria cuando los telefonos empezaron a sonar con desespero y sus companeros empezaron a correr para atender las llamadas. Confirmo sus sospechas de que algo grave ocurria en cuanto observo al capitan llevarse la mano a la frente mientras hablaba con alguien por telefono dentro de su oficina. Los ojos del hombre, con mucha mas experiencia en el campo que Mark, se apagaron y la preocupacion se hizo presente en ellos. Vio el reloj. 11. 00 a.m. Las pantallas de TV que tenian instaladas en puntos estrategicos dentro de la comisaria, empezaron a transmitir imagenes de varios centros educativos de la ciudad que estaban bajo amenazas de bombas unos; y tiroteos, otros. Mark fruncio el ceno. El capitan salio a toda marcha de la oficina. --?Terroristas? --No lo sabemos todavia pero creemos que son del grupo supremacista que ataco hace un ano en un centro comercial de Nueva Orleans. Mark nego con la cabeza sintiendo como su pecho se contraia al pensar en lo malvados que podian llegar a ser los seres humanos en aras de una supuesta mejora para el mundo; cuando, en realidad, era de ellos de quienes debia librarse el planeta. Para eso estaba el y el resto de las fuerzas de seguridad del estado que entrarian en accion y acabarian con todos esos idiotas llevandolos al lugar que les correspondia por naturaleza: la carcel. Megan. Corrio junto al telefono para llamar al centro educativo en el que se suponia que su nina debia estar recibiendo clases, por fortuna, no era de los que se encontraban bajo amenazas; sin embargo, dio ordenes a los directivos de enviar los ninos a casa de inmediato y cerrar el centro. Lo mismo se hizo con los demas centros educativos que estaban fuera del radar. Era mejor tomar previsiones. El capitan Henderson no podia disimular la rabia que lo consumia. Era un hombre afroamericano que a sus sesenta anos, de seguro habia recibido muchos maltratos por el color de su piel. Era la primera vez que Mark lo veia entristecido, mucho mas que cuando hablaba de la tragedia ocurrida en el gran atentado del centro financiero de la ciudad hacia varios anos en el que muchos de sus companeros murieron cumpliendo con su deber. --?Nos dejaran intervenir los del FBI? --Si. Acabo de recibir la llamada y asi como yo, otras comisarias tambien estan siendo llamados para servir de apoyo --Las tomas en TV mostraban un helicoptero que sobrevolaba los colegios en la mitad de la pantalla; mientras que, la otra mitad, se dividia en dos dejando ver al conductor del noticiero en el estudio conversando con los corresponsales en escena. Mark miro hacia el escritorio de Madison, ahora ocupado por Ross, su nuevo companero desde que Madison abandonara la comisaria y se trasladara a Quantico para recibir el entrenamiento adecuado y formar parte del FBI. Estaba tan orgulloso de ella. Le quedaban solo un par de semanas para salir de ahi y cuando lo hiciera, por fin empezarian a organizar todo para la boda. --Ross --Henderson se dirigio al joven--, te quedas a cargo del equipo que voy a dejar aqui para dar apoyo, los patrulleros iran a dar apoyo in situ y nosotros tenemos que trasladarnos a las oficinas del FBI. La Agente Especial Grant y el jefe de la division de antiterrorismo, nos esperan. --?Dakota? --Mark se sorprendio ante la mencion de la chica porque la division de ella nada tenia que ver con terroristas aunque si podia ayudar mucho en el caso.

  • El canto de las montanas de Nguyen Phan Que Mai

    https://gigalibros.com/el-canto-de-las-montanas.html

    Mi abuela me decia que, cuando mueren, nuestros antepasados no desaparecen, sino que siguen protegiendonos. Y ahora siento que ella me protege mientras enciendo una cerilla y prendo una varilla de incienso. En el altar de los antepasados, detras de la campana de madera y de las bandejas de comida humeante, los ojos de mi abuela brillan cuando la llama de color azul anaranjado prende el incienso. Agito la varilla para apagarla y, al tiempo que se consume sin llama, las espirales de humo y el aroma ascienden hacia el Cielo, llamando al espiritu de los muertos para que regresen. --Ba oi --susurro, alzando el incienso por encima de la cabeza. Entre la niebla que difumina la frontera entre nuestros dos mundos, la abuela me sonrie. --Te echo de menos, abuela. Una rafaga de viento entra por la ventana y me acaricia el rostro, tal como hacia mi abuela. --Huong, querida nieta. --Los arboles que crecen junto a la ventana susurran sus palabras--. Estoy aqui contigo, siempre estoy contigo. Coloco la varilla en el tazon situado delante del retrato de mi abuela. Sus suaves rasgos brillan con el perfume del incienso. Contemplo las cicatrices de su cuello. --?Te acuerdas de lo que te dije, querida? --murmura su voz entre las ramas incansables--. Los retos que los vietnamitas han tenido que afrontar a lo largo de su historia son tan altos como las mas altas montanas. Si nos detenemos demasiado cerca, no podemos ver las cumbres. Si nos alejamos de las corrientes de la vida, podremos tener una vision completa... Rojo sobre blanco Hanoi, 1972-1973 La abuela me da la mano mientras caminamos en direccion al colegio. El sol es como una gran yema de huevo que se asoma entre una hilera de casas con tejado de hojalata. El cielo es tan azul como la falda favorita de mi madre. Me pregunto donde estara. ?Habra encontrado a mi padre? Me sujeto el cuello de la chaqueta mientras el viento se abre paso y arremolina una nube de polvo. La abuela se inclina y me pone un panuelo sobre la nariz. Mi mochila del colegio le cuelga del brazo y se tapa la cara con la palma de la mano. Volvemos a ponernos en marcha en cuanto se disipa el polvo. Por mucho que me esfuerce, no oigo cantar a los pajaros. Busco, pero no encuentro ni una sola flor a lo largo del camino. No hay hierba a nuestro alrededor, solo montones de ladrillos rotos y metal retorcido. --Guayaba, ten cuidado. --La abuela tira de mi para alejarme del crater de una bomba. Me llama por mi apodo, Guayaba, para protegerme de los malos espiritus que, segun ella cree, rondan la tierra en busca de ninos hermosos para secuestrarlos. Dice que mi nombre verdadero, Huong, que significa 'fragancia', los atraeria. --Cuando vuelvas a casa tendras tu comida favorita, Guayaba --me dice la abuela. --?Sopa pho con fideos? --La felicidad hace que me salte un escalon. --Si... Los ataques aereos no me han dejado cocinar, pero ahora esta todo en calma, asi que vamos a celebrarlo. Antes de que pueda contestar, una sirena rompe nuestro momento de paz. Una voz femenina grita desde un altavoz atado a un arbol. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Se acercan los bombarderos americanos a Hanoi. Estan a cien kilometros de distancia. --!Oi troi dat oi! --La abuela invoca al Cielo y a la Tierra. Corre tirando de mi. Rios de gente salen de las viviendas como si fueran hormigas huyendo de un hormiguero destrozado. A lo lejos, desde lo alto de la opera de Hanoi, aullan las sirenas. --Por aqui. --La abuela corre hacia un refugio antiaereo excavado al borde del camino. Tira de la pesada tapa de hormigon. --!No hay sitio! --grita una voz desde abajo. En el interior del agujero redondo, en el que solo cabe una persona, hay un hombre medio arrodillado. El agua fangosa le llega hasta el pecho. La abuela se apresura a cerrar la tapa. Tira de mi hacia otro refugio. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Los bombarderos americanos se aproximan a Hanoi. Estan a sesenta kilometros de distancia. Las fuerzas armadas se disponen a rechazarlos. --La voz femenina parece mas imperiosa. Las sirenas son ensordecedoras. Vamos refugio tras refugio, pero estan todos llenos. Delante de nosotras, la gente se precipita de un lado a otro como pajaros con las alas rotas, abandonando bicicletas, carros, bolsos. Una nina pequena, sola, llama a gritos a sus padres. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Los bombarderos americanos se acercan a Hanoi. Estan a treinta kilometros de distancia. Aturdida por el miedo, tropiezo y me caigo. La abuela me levanta. Tira mi mochila del colegio a un lado de la calle y se agacha para que me suba a su espalda. Me sujeta las piernas con las manos y echa a correr. Un ruido ensordecedor se aproxima; se oyen explosiones lejanas. Me agarro a los hombros de la abuela con manos sudorosas, aplasto la cara contra su cuerpo. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Se acercan mas bombarderos americanos a Hanoi. Estan a cien kilometros de distancia. --Corred al colegio, no van a bombardearlo --grita la abuela a un grupo de mujeres que cargan con ninos en brazos o a la espalda. A los cincuenta y dos anos, la abuela es fuerte. Pasa corriendo junto a las mujeres y se pone a la altura de las que van delante. Entre sacudidas presiono la cara contra su largo cabello negro, que huele como el de mi madre. Mientras pueda olerlo estare a salvo. --Huong, corre conmigo. --La abuela se acuclilla delante de mi colegio, jadeando. Tira de mi hacia el patio y se mete en un refugio vacio situado junto a un aula. Me deslizo a su lado y el agua me llega hasta la cintura; me agarra con manos heladas. Hace un frio horrible. Estamos a principios del invierno. La abuela se incorpora para cerrar la tapa. Me abraza y el latido de su corazon palpita en mi sangre. Agradezco a Buda que nos haya dado este refugio en el que cabemos las dos. Tengo miedo por mis padres, que estan en el frente. ?Cuando volveran? ?Habran visto al tio Dat, al tio Thuan, al tio Sang? Las explosiones se acercan. El suelo se mece como si fuera una hamaca. Me tapo los oidos con las palmas de las manos. El agua sube de golpe, me moja la cara y el pelo, me nubla la vista. El polvo y las piedras se cuelan por una pequena hendidura y me caen en la cabeza. Se oye el fuego antiaereo. Hanoi devuelve el ataque. Mas explosiones. Sirenas. Gritos. Intenso olor a quemado. La abuela se lleva las manos al pecho. --A Di Da Phat, Nam Mo Quan The Am Bo Tat. --De sus labios sale un torrente de plegarias a Buda. Cierro los ojos y la imito. Las bombas siguen rugiendo. Sobreviene un minuto de silencio. Un ruido estridente. Me encojo de miedo. Una tremenda explosion nos impulsa hacia la tapa del refugio. El dolor me oscurece los ojos. Aterrizo con los pies sobre la barriga de la abuela. Tiene los ojos cerrados, las manos parecen una flor de loto en su pecho. Reza mientras el ruido atronador desaparece y se elevan los gritos de la gente. --Abuela, tengo miedo. Tiene los labios azules, tiembla de frio. --Ya lo se, Guayaba... Yo tambien tengo miedo. --Abuela, si bombardean el colegio, ?se... se hundira este refugio? Se agita en el reducido espacio y me atrae hacia sus brazos. --No lo se, carino. --?Si se cae moriremos, abuela? Me abraza con fuerza. --Guayaba, si bombardean el colegio, quiza el refugio se nos caiga encima, pero solo moriremos si Buda lo consiente. No morimos aquel dia de noviembre de 1972. Despues de que las sirenas anunciaran el final del bombardeo, la abuela y yo salimos, temblando como hojas, y avanzamos tambaleantes por la calle. Se habian derrumbado varios edificios, los escombros cubrian el camino. Reptamos tosiendo por montones de cascotes. Los ojos me ardian con las espirales de humo y polvo. Agarre con fuerza la mano de la abuela mientras contemplaba a las mujeres que se arrodillaban y aullaban junto a los muertos cuyos rostros habian cubierto con ajadas alfombrillas de paja. Las piernas de los cadaveres nos apuntaban. Piernas mutiladas, cubiertas de sangre. De una piernecita colgaba un zapato rosa. La nina muerta tendria mi edad. Empapada, cubierta de barro, la abuela tiro de mi, cada vez mas deprisa, y pasamos junto a trozos humanos dispersos, casas derruidas. Sin embargo, al lado de la sombra del bang, nuestra casa se alzaba bajo un sol glorioso e incoherente. Habia escapado de milagro. Solte la mano de la abuela y corri hacia la puerta de entrada. La abuela me ayudo a cambiarme a toda prisa y me metio en la cama. --Quedate en casa, Guayaba. Baja si vuelven los aviones --dijo, senalando el refugio antiaereo que mi padre habia excavado en el suelo, junto a la entrada del dormitorio. El refugio era lo bastante grande para las dos y estaba seco. Preferia refugiarme ahi, bajo la atenta mirada de mis antepasados, cuya presencia irradiaba el altar familiar situado en lo alto de la estanteria. --Pero... ?adonde vas, abuela? --pregunte. --A mi colegio, a ver si mis alumnos necesitan ayuda. --Me arropo con nuestra fina manta. --Abuela, es peligroso... --Esta a dos manzanas, Guayaba. Volvere corriendo en cuanto oiga la sirena. ?Me prometes que te quedaras aqui? Asenti. La abuela se dirigio a la puerta de la casa, pero volvio a mi cama. Me calento el rostro con la mano. --?Me prometes que no saldras a curiosear? --Chau hua --conteste con una sonrisa para tranquilizarla. Nunca me dejaba ir sola a ningun sitio, ni siquiera durante los meses sin bombardeos. Siempre habia temido que me perdiera. Me preguntaba si mi tia y mis tios tendrian razon cuando afirmaban que la abuela me sobreprotegia porque sus hijos habian sufrido cosas terribles. Cuando la puerta se cerro a su espalda, me levante y cogi un cuaderno. Moje la plumilla en el tintero. <>, escribi, empezando una nueva carta para mis padres sin dejar de preguntarme si les llegaria alguna vez. Se desplazaban con las tropas y no tenian direccion fija. Estaba leyendo otra vez Bach Tuyet va bay chu lun, inmersa en el mundo magico de Blancanieves y sus amigos, los siete enanitos, cuando la abuela volvio a casa con mi mochila del colegio colgada del brazo. Le sangraban las manos, heridas al haber intentado rescatar a las personas enterradas bajo los cascotes. Me atrajo hacia su pecho y me abrazo con fuerza. Esa noche, me deslice bajo nuestra manta mientras escuchaba las oraciones de la abuela y el ritmico sonido de la campana de madera. Rezaba para que Buda y el Cielo terminaran con la guerra. Rezaba para que mis padres y tios regresaran sanos y salvos. Cerre los ojos y me sume a sus oraciones. ?Estaban vivos mis padres? ?Me echaban tanto de menos como yo a ellos? Queriamos quedarnos en casa, pero una notificacion urgente de las autoridades ordeno a los ciudadanos que evacuaramos Hanoi. La abuela tenia que guiar a sus alumnos y a sus familias a un lugar remoto en las montanas, donde seguiria impartiendo clases. --Abuela, ?adonde vamos? --pregunte. --A un pueblo que se llama Hoa Binh. Alli no podran encontrarnos las bombas, Guayaba. Me pregunte quien habria elegido un nombre tan bonito para un pueblo. Hoa Binh eran las palabras que llevaban en las alas las palomas pintadas en las paredes de mi colegio. Hoa Binh en mis suenos era de color azul, el color del regreso a casa de mis padres. Hoa Binh significaba algo sencillo, intangible y valiosisimo: 'paz'. --?Esta muy lejos ese pueblo, abuela? ?Como vamos a ir? --Andando. Esta solo a cuarenta y un kilometros. Si vamos juntas, podremos hacerlo, ?no crees? --?Y la comida? ?Que comeremos? --No te preocupes. Los campesinos nos daran comida. En momentos de crisis la gente es buena --contesto con una sonrisa--. ?Me ayudas a hacer el equipaje? Mientras nos preparabamos para el viaje, la voz de la abuela se elevo en una cancion. Tenia una voz preciosa, igual que mi madre. Se divertian inventando canciones tontas, cantando y riendo. Cuanto echaba de menos aquellos momentos tan felices. Cuando la abuela cantaba, los grandes campos de arroz abrian sus brazos verdes para recibirme, las ciguenas me llevaban en sus alas, los rios me arrastraban con la corriente. La abuela extendio un panuelo. Apilo nuestra ropa en el centro y anadio mi libreta, la pluma, el tintero y el material que ella empleaba para dar clase. Puso encima de todo la campana de rezos y luego ato las esquinas opuestas para hacer un hatillo que pudiera echarse al hombro durante el viaje. Del otro se colgo un largo tubo hecho con una cana de bambu, lleno de arroz crudo. Habia preparado ya mi mochila del colegio con agua y comida para el camino. --?Cuanto tiempo estaremos fuera, abuela? --No lo se, quiza un par de semanas. Me plante delante de la estanteria y pase las manos por el lomo de los libros. Cuentos de hadas vietnamitas. Cuentos rusos. La bija del vendedor de pajaros, de Nguyen Kien, La isla del tesoro, de un autor extranjero cuyo nombre no se pronunciar.

  • Recuerda, mi amor de Nekane Gonzalez

    https://gigalibros.com/recuerda-mi-amor.html

    Dejate enamorar por la historia de Julia y Tony en la que tendran que enfrentarse a innumerables acontecimientos, peligros que jamas imaginaron y situaciones adversas en las que nadie es lo que parece.

  • Dias temibles de A. M. Homes

    https://gigalibros.com/dias-temibles.html

    Tensiones familiares; crisis de pareja; personajes desnortados; el apasionado encuentro de una novelista transgresora y un corresponsal de guerra en un congreso sobre genocidios; un chat en el que asoma una historia de abusos sexuales a una menor; una jornada de compras en un supermercado que acaba con una candidatura a la presidencia de Estados Unidos; un encuentro en Disneylandia, donde el protagonista estuvo de nino en un ultimo viaje familiar antes de que todo se desmoronase.

  • Breviario de historia de Espana de Laura Lara , Maria Lara

    https://gigalibros.com/breviario-de-historia-de-espana.html

    En los ultimos 20 anos no se ha publicado una Historia de Espana en un solo volumen que sirva de lectura para el publico en general y, a la vez, como manual para los estudiantes que deseen obtener una vision completa y proporcionada desde el Antecessor a la crisis de la globalizacion. Con ese fin, el afan de buscar la verdad y la intencion de generar amistad con nuestra propia Historia, aparece esta obra en la que las autoras reflexionan en clave actual sobre todos los eventos que Espana ha protagonizado. ?Sabia que el Neanderthal ya era detallista cuando ensayo destrezas de joyero? ?El joven Balbo, gaditano y millonario, mostro dotes publicitarias al organizarle la campana a Julio Cesar? ?Que a Alvar Nunez Cabeza de Vaca no lo echaron al caldero gracias a que los nativos lo tomaron por curandero, o que en la Espana de los Austrias el personaje que mas pavor causaba, en ninos y adultos, era el corsario ingles Francis Drake? ?Que nuestro horario es producto de que, en 1942, Franco decidio retrasar 60 minutos los relojes para alinear el tic tac espanol con el huso de Centroeuropa durante la Segunda Guerra Mundial? Todos estos misterios, y mucho mas, se resuelven con un estilo ameno y desde una perspectiva sumamente didactica para que los lectores disfruten descubriendo como ha discurrido la vida en el mayor imperio sonado.

  • Mi sabor preferido eres tu de Andrea Adrich

    https://gigalibros.com/mi-sabor-preferido-eres-tu.html

    Eva esta lejos de ajustarse a los canones de belleza que dicta la sociedad. Sus complejos e inseguridades impiden que fantasee con la idea de que un hombre como Adrian Montenegro pueda desearla.
    El es guapo, sexy, elegante. y puede tener a la mujer que quiera. Pero el dijo que la queria a ella.
    Sin embargo, el secreto y los miedos con los que convive Eva pueden mandarlo todo al traste y acabar con cualquier oportunidad para ellos. Sobre todo cuando se da cuenta de que el pasado y sus fantasmas tienen una y mil formas de pasar factura en el presente.

  • Dulce desvelo 2 de Megan Marsell

    https://gigalibros.com/dulce-desvelo-2.html

    Tanto Beth como Maddox tienen un pasado oscuro y traumatico, un pasado marcado que les causa horribles pesadillas, obligandolos a permanecer despiertos.
    Cuando Maddox y Beth se conocen, establecen una conexion que los unira cada vez mas en las largas horas de desvelo.

  • Mi paraiso eres tu (HQN), Arwen Grey de Arwen Grey

    https://gigalibros.com/mi-paraiso-eres-tu-hqn-arwen-grey.html

  • La guerra civil contada a los jovenes de Arturo Perez Reverte

    https://gigalibros.com/la-guerra-civil-contada-a-los-jovenes.html

    La Guerra Civil espanola contada de forma escueta, objetiva y rigurosa, sin cliches partidarios ni etiquetas faciles, en textos de Arturo Perez-Reverte e ilustrada de forma esplendida por Fernando Vicente.