• sentada al borde de la cama libro - Roberto Sanchez

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    No lo podia entender. No me cabia en la cabeza que hubieras dejado tu vida en mis manos. Y menos que lo hubieras escrito en ese papel del demonio. Era imposible que supieras nada cuando lo firmaste. Al dia siguiente se cumplia el plazo, Marta. Se habia empezado a descubrir toda la verdad sobre ti, sobre mi. Quedaban veinticuatro horas para que me dieras alguna senal y tomara una decision. Si hubieras podido oirme, habria bastado ese tiempo para ponerte al dia de lo que ocurrio desde que entraste en ese sueno profundo, en ese silencio que te estaba matando a ti y que nos habia condenado a las dos. Me costo reconocerte. Quizas porque entre deslumbrada. Llegue con los ojos llorosos, como se me ponen cada ano por esas fechas cuando empieza la primavera lanosa de Madrid. Vi el numero en la puerta: 227. Como para no creer en las casualidades. El veintidos, Marta, el de la suerte. Y el veintisiete, el que nos salvo una vez; tu numero fetiche. Entre mi conjuntivitis y la media luz, no me habia fijado, pero aquella habitacion tenia hechuras de una suite de hotel a la que hubieran ido vaciando poco a poco; ahora un cuadro, mas tarde un aplique, manana una alfombra, hasta que la dejaron unicamente con lo puesto, en los huesos. Como estabas tu. Pero una suite, al fin y al cabo. Llevabas un ano ajena a todo, dormida, inmovil, en mitad de aquel vacio, en una cama pequena, diminuta, amarrada a la vida por un lio de cables y tubos. Olia a clavo y a zotal. A consulta de dentista. Tambien habia algo tuyo en el ambiente. Me transporto a mil momentos, aunque se me agolpaban todos y ninguno era capaz de colocarse en su sitio. Lo intento ahora al escribirlo. Observe un frasco medio abierto de tu perfume de toda la vida sobre el estante inferior, junto a un liquido desinfectante y tu reloj de pulsera que seguia parado. A saber desde cuando. Por la hora podria ser desde el instante fatal. Me costo reaccionar. Me debati entre dar aquel paso o salir huyendo. Cuando estaba a punto de sentarme junto a ti, volvi una vez mas hacia la puerta para preguntar cuanto tiempo podia quedarme. Desee que me dijeran, marchese, vayase cuando quiera. En cambio, me respondieron que estuviera tranquila, que me tomase mi tiempo: <>. Me temblaba todo. Queria que despertaras. Lo deseaba, y sin embargo te hablaba en susurros, como cuando me colaba a hurtadillas en tu habitacion a la hora de la siesta. Pero no vi tus zapatillas ni a un lado ni otro de la cama, ni tuve que apartar tus trapitos que habrian estado hechos un higo, tal cual hubieran caido en aquel galan que era otro esqueleto, o revueltos de cualquier manera sobre la butaca en la que deje el bolso. Un sillon abatible para las visitas. Me hubiera quedado a dormir alli mas de una noche, pero sabes que no podia correr ese riesgo. Llevaba los documentos que habia leido millones de veces. Los entendia menos que los valores de las dos pantallas que te custodiaban. Respecto a estas, supuse que todo estaria bien mientras fueran marcando una misma cadencia, mientras no saltara la alarma y se llenara todo aquello de enfermeras. Imagino que tambien de policias. Me fio de ti. De lo que escribiste. Por muy sospechoso que resultara que antes del accidente hubieras sido capaz de dejar las instrucciones sobre tu legado dispuestas con tanta precision. Si descartamos la brujeria, no se me ocurre ninguna otra posibilidad. He barajado muchas hipotesis, pero no dejan de ser conjeturas. Ninguna de ellas esta exenta de cierta dosis de conspiranoia. Y no faltan razones para alimentarlas: desde tu posible conexion con las tramas corruptas del excomisario Bermejo, a tu peligrosa cercania con el ministro del que fuiste companera de pupitre. No habia aparecido todavia el tipo del tatuaje, el que conducia el Tiguan de color negro. No habia sido capaz de encontrarlo. Tampoco quedaba rastro del dinero. Cada manana, cuando me despertaba, lo unico que sabia es que era martes, o lunes, o jueves ...y que me llamaba Alicia. Poco mas. Me sorprendia alli, donde fuera, boca abajo, restregandome con una almohada desconocida, intentando recordar donde habia dormido. Hundia bien la nariz y aspiraba con fuerza. Nunca me resultaba familiar la funda aspera de turno que habrian lavado mil veces, aunque no recientemente. Digo mil porque es cuando empiezan a brotarle esas pequenas borlitas con las que me aranaba las mejillas. Era la casa de un hombre. Otro mas. Un tipo que ni siquiera habia tenido el detalle de colocar unas sabanas limpias. Aquellas desprendian un olor espeso, con una solera que no se consigue facilmente. Mira que hay que vestir una cama durante muchos dias seguidos y que no le hayan concedido ni unos minutos diarios de ventilacion para llegar a acumular ese buque al que me refiero. !Que asco, por Dios! Bueno, esas no serian precisamente las blasfemias que saldrian de mi boca unas horas antes, cuando las hubiera mordido con todas mis fuerzas, cuando estuviera poniendo de mi parte para aumentar el pozo sin fondo de germenes que acumulaba. Soy asi de generosa cuando me lo estan dando todo, ya lo sabes. A ese tipo tambien le habria dicho que me llamaba Alicia. Una de todas esas Alicias en las que me habia convertido durante ese ano. Todas las que habian estado buscando a nuestro hombre. He perdido la cuenta de las mentiras a las que he tenido que recurrir para llegar a saber la verdad, Marta. En ninguna de esas citas habia sido quien soy para quienes creen conocerme: la mujer que acaba de cumplir los cuarenta --cuarenta y pocos--, la profesional de exito, la de la envidiable solvencia economica para los tiempos que corren; esa tipa con una formacion solida, leida, cultivada, intelectualmente inquieta, con ciertas necesidades culturales. Y sin abuela que estoy. Eso es. Empece sin una idea sobre lo que podia ocurrirme. Sin prejuicios. Total, era una mujer soltera, sin obligaciones ni ataduras sentimentales; que seguia sin conocer lo que es tener una relacion estable; que sabia que a su edad eso no es muy normal; que no esta bien visto socialmente; que levanta sospechas. Todavia hoy en dia. Sobre todo, en una mujer. Das pie a que te tachen de rarita, a que les des mala espina y quieran salir huyendo. <>, se pregunta el personal. Sabes que no soy de esas que tienen aversion a las de su especie. En todo caso soy algo timida. Me obsesiono por el que van a pensar de mi si hago esto o si digo aquello otro. Quizas sea esa la coraza con la que me protejo de mis inseguridades y mis complejos y la que acaba dando una idea bastante distorsionada de mi; de una persona altiva o distante. Eso recuerdo que me dijiste nada mas conocernos, Marta. O Dolly, porque en la Facultad de Derecho todos te llamaban asi. ?De donde te venia? De muneca, explicabas; que asi te habian bautizado en el instituto de Connecticut donde cursaste el equivalente al COU espanol. Claro que, con el tiempo, cualquiera que llegara a conocerte sabia que era mucho mas cauto poner en cuarentena todas las anecdotas con las que tu misma, cuando no tus hagiografos, contribuyeron a alargar la sombra de tu carisma hasta convertirte en una leyenda. Habia que ir con sumo cuidado al aproximarse a tu perfil, no fuera a ser que acabara contaminado por alguno de esos bulos prenados de intencion. Tambien me dedique a eso: a indagar. Porque siempre habia dado por bueno lo que me contaste sobre tu pasado. ?Por que tendria que dudar? Supuse que el hecho de ser una profesional del engano no obliga a ser una mentirosa compulsiva con la gente que quieres. Hemos sido amigas y me has querido, ?verdad, Marta? A grandes rasgos, si una se pone a bucear en tu biografia, parece que no existe ninguna duda de que Marta Suarez Enjuanes nacio en Elche, en 1976. Hija de Margarita, aparadora de calzado de profesion, y de un viajante de comercio al que nunca llegaste a conocer. O sea, a efectos de inventario, toda la vida has llevado a cuestas el sambenito que se le pone en los pueblos a las hijas de madres solteras. Porque poco o muy poquito se sabia de quien te habia dado el Suarez del primer apellido. Nunca te contaron ni tan siquiera que tipo de estampados, de telas o de pulimentos llevaba ese vendedor en su cartera. El tal Suarez dejo de dar senales de vida despues de recibir la noticia de que de su ultima visita no habia fructificado unicamente un pedido millonario de los que solia facturar a Calzados Anton. Ahi entrariamos en el capitulo de las especulaciones. Ninguna probada. Aunque me contaste, con cierta guasa, que habia dos teorias que corrian como la polvora y con mejor suerte que el resto: las dos tenian en comun tu parecido con el propio patron de la marca, con Amadeo Anton, una retirada que iba algo mas alla de la casualidad. Mas adelante descubriste que tambien teniais maneras de proceder muy similares. Eso mismo, tal cual me lo confiaste, lo pude corroborar sobre el terreno. Alli volvi a oir la hipotesis que sostiene que nunca hubo un Suarez como tal, sino que tu serias la consecuencia de la furtiva relacion de tu madre, Margarita, con el patriarca de la empresa. Una relacion consentida por su mujer. ?Consentida? ?Por que? Al parecer, a cambio de que Amadeo Anton no le pusiera a ella cortapisas a sus pulsiones amatorias, que iban en direccion contraria, ya me entiendes. Las verdaderas preferencias sexuales de la senora eran conocidas, pero tanto los padres de uno como de otra no las tuvieron en cuenta. Es mas, las pisotearon cuando arreglaron la boda entre ellos. Lo hicieron con noble intencion de salvar su alma. Tambien para que no se diluyera la sociedad patrimonial que sumarian entre las dos familias. Pero, chica, sigue teniendo peso y hace furor entre el chafardeo la otra escuela, la que argumenta realmente eras nieta de Amadeo Anton, nada de hija. Porque este, en uno de sus escarceos extramaritales, dejo embarazada a una alemana que, camino de Denia para embarcar hacia las islas y perder sus rumbos en las playas ibicencas, recalo en Elche sin saber muy bien ni como ni por que. E igual que aquel destino no entraba en sus planes, tampoco le encajaba en su futuro idealizado lo de cargar con la criatura del bombo que se llevaba de recuerdo. A Anton no le resulto dificil convencerla de que volara ligera y que dejara a su cargo al bebe; tu madre, a la postre. Puso en el empeno una dosis de afilada labia, incluida una sutil insinuacion que quizas a alguien muy quisquilloso le podria haber sonado como un principio de extorsion. Tambien puso en la mochila de la alemana un argumento muy atractivo: un rulo de billetes de mil pesetas. Asi se las gastaba el abuelo.

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  • La candidata inadecuada de Laura A. Lopez

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    Lady Loretta ignoro durante una temporada completa al marques de Lansdowne y siempre se jactaba de ello; sin embargo, todo comenzo a cambiar cuando su hermano se comprometio con lady Anne Musgrave, en algo que dejo mucho que hablar sobre ellos. La razon por la cual Loretta rechazaba a Charles era la relacion existente entre el hombre que habia danado a su hermano y el caballero que la perseguia, y ademas era declarado su mas ferviente admirador. Lamento profundamente haber desperdiciado la oportunidad de contraer matrimonio con un caballero que le agradaba y la tenia en excesiva estima. Estaba furiosa por hacer causa comun con su hermano Gabriel para que el se casara quedando ella aun soltera a punto de ingresar en su proxima temporada. Su inmediato paso para iniciar con buen pie la primavera era aceptar cualquier peticion que le hiciera el marques. Si habia un excelente candidato en Londres, ese era el. Habian tenido varios encuentros en los que lo dejo muy mal parado. La divertia tanto. Era inteligente y simpatico, ademas de adulador y atractivo. Ella no se consideraba la mas bonita de Londres; pero si estaba orgullosa de tener a ese hombre a sus pies. No creia probable que algo dentro de el hubiera cambiado porque le habia declarado su amor tantas veces con diferentes palabras que se podia imaginar parte de su lexico completando frases por el. --En la carta de la senorita Smith me dijo que la Baronesa Hastings ya no es baronesa... -- conto Loretta para hacer conversacion en la mesa. --Supongo que se volvio a casar, por eso no posee el titulo --sopeso el padre de Anne que vivia con ellos. --?Se caso, Loretta? Si andaras de cotilla es mejor que digas completo el asunto --mando su hermano. --Dile, Loretta, que el cotilleo no tendria el sabor que posee si se dice de una vez --provoco Anne. --Si, se caso, con el conde de Jersey... --conto la muchacha, dejando a los otros tres comensales atonitos, con las cucharas flotando antes de entrar a sus bocas --. Es gracioso ver el efecto del cotilleo... Sus rostros son excepcionalmente sinceros. Gabriel observo a su esposa para saber lo que pensaba. Ella habia sido su prometida y estuvo a punto de casarse con aquel; pero su intromision lo impidio, se habia enamorado en su venganza contra aquel amante de su primera esposa. --Tendra que lidiar con un bastardo de su esposo que ronda por Francia --dijo al fin Gabriel para romper aquel silencio. --De lo que te has salvado, Anne --opino su padre. --No lo hubiera adivinado; pero supongo que lady Eleonor sabia sobre el asunto porque mi esposo era su buen <> --enmarco la ultima palabra que menciono en tono acusatorio. El con un gesto de la mano le resto importancia al asunto. Al estar casados, Anne supo muchas cosas sobre el y sus furtivas noches apasionadas con algunas damas de la nobleza. --Me tienes aqui, casado contigo... --zanjo la cuestion con eso. --A lo que quiero llegar es a que todos se han casado, !y yo no! --gruno Loretta de una manera que nadie podia suponer si era una queja real o alguna sutileza suya. --El marques estara libre aun. Su madre no ha logrado casarlo --la apoyo su cunada. --Si, pero hay una salvedad conmigo. Soy la hermana de lord Coventry, el asesino de su primera esposa, el escandaloso amante de la que hoy es su segunda esposa. ?Alguien comprende la sombra del conde de Coventry sobre mi? --Cuanto drama, querida nina. Podrias decirle a la vieja urraca que la decision es de su hijo y no suya --sugirio el padre de Anne. --Se me sumara otro defecto y no solo sere todo lo dicho con anterioridad, sino que tambien sere conocida como la hermana grosera de lord Coventry. --Loretta, hay muchos caballeros que querran casarse contigo. El marques de Lansdowne no es el unico buen partido, si es el unico que quiza este demente por ti... --repuso Gabriel. --Es un demente muy caballeroso --lo defendio. --Si quieres casarte con el, asi sera... --alento Anne, carinosa. --Debemos esperar a que el aun piense que soy el amor de su vida y me quiera de marquesa... En la residencia que Charles tenia en Londres sobre la calle Mayfair, sostenia la carta que le llego desde Francia con una noticia que con simpleza lo dejo sin aliento. --Howard... Casado... --conto para si. Estaba muy sorprendido por el asunto y mas sabiendo con quien se habia casado. --Hasta ese rufian coqueto y seductor se ha casado y tu, mi tan adorado Charles, no. -- lamento su madre con verdadera pena. --Me casare esta temporada con lady Loretta, este ano sera mio. --Oh, querido, que tristeza tan profunda saber que no has recuperado tu dignidad. Aquella dama cuya belleza es cuestionable, te ha humillado en demasiadas ocasiones para contarlas con una sola mano. Para peor suerte se ha sumado el escandaloso matrimonio de su hermano. Es por eso que se volvieron a ir de Londres. --?Y eso en que perturba mi afecto por ella? --!En que son una mala familia! --expuso su madre, agitada --. Carino mio, tu eres el mas galante de Inglaterra, digno de una mujer de su altura, no de una ruda muchacha de campo, con un hermano cuya reputacion es peor que un te frio. --Exagera, madre. He conservado con lord Coventry y no me parece alguien asi. --Me rindo contigo, Charles. Hice lo mejor por ti. Te presente a las mejores candidatas que han nacido en este reino y tu, solo tienes ojos para la exquisita lady Loretta. No aprendiste nada de la leccion que te ha dejado la anterior temporada. --Si, me ha dejado una leccion importante. A ella no le gusta que la adulen, desea que la rechacen. Usted me ha dado la mejor forma para conquistar a una mujer y eso es con otra mujer. --Perdiste la razon o soy yo quien ha quedado tan mal despues de insistir tanto.

  • Un grave error de Erina Alcala

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    -?Que pasa mama? -Pregunto Ana. La madre bajo la cabeza. -?Es grave?, papa dime que pasa. La familia Solis, estaba compuesta por el padre, Francisco Solis de 50 anos y su madre Berta de 48 y ella misma, Ana Solis como hija unica. Era una familia acomodada de Marbella, pues el padre trabajaba para la empresa de Floros Michelakis, un armador griego que tenia una de sus bases en Marbella. Vivian en una gran villa, desde que ella tenia uso de razon. Su padre era gerente de la empresa naviera. Llevaba ya trabajando tiempo con Floros, al tanto de los astilleros de Cadiz y de la flota de yates de recreo que se vendian en Marbella. Ahora, Floros se habia jubilado y su hijo Dimitri habia tomado el mando de todas las propiedades que la familia Michelakis tenian en Grecia, en Marbella, en Cadiz y algunos astilleros italianos e Inglaterra tambien. Su padre habia hecho un buen trabajo y Dimitri a sus treinta anos, era el dueno de una inmensa fortuna, un yate de lujo enorme y caro, un jet privado, una casa en la isla de Santorini, lejos del turismo, pero no menos preciosa, rodeada de un terreno de vinedos de los que estaba orgulloso, crecian en esa tierra volcanica que era la isla, y la casa estaba situada en una pequena colina. Abajo, por un sendero de unos trescientos metros, se bajaba a la playa, de arena blanca. Una playa privada de kilometro y medio con un embarcadero al final de la misma. Aunque no toda la isla tenia arena blanca, la otra parte de la isla, era arena negra, tan maravillosa como la blanca. Dimitri, se compro esa casa a seis kilometros de la civilizacion para estar tranquilo, cuando viajaba, era su remanso de paz, de descanso entre viajes. Tenia un balcon con piscina natural, como las casitas turisticas de la isla, una gran casa con una decoracion en tonos azules, gimnasio, piscina cubierta y otra en el jardin desde la que se veia el mar, y todo cuanto podia necesitar. Tres trabajadores se encargaban de la casa, dos mujeres, una de la cocina Cora, mujer de Cosmos que se encargaba de la vigilancia, del jardin y las piscinas, asi como de cerrar por la noche la verja que llevaba a la playa. Su mujer Cora, se encargaba de las compras y la cocina, dormian en una casita de invitados en el jardin, a una cierta distancia de la casa y Delia se encargaba de la limpieza de la casa. A dos kilometros, habia un almacen y una bodega, con todo lo indispensable para criar su propio vino. Un vino seco y de gran acidez debido al terreno volcanico de la isla. Estaba orgulloso de su bodega. Tenia para ello a tres trabajadores. Marco, era el supervisor y el encargado. En Atenas, donde tenia su trabajo, su oficina, habia adquirido un gran apartamento en el centro de la ciudad, y el resto del tiempo, o cuando viajaba lo hacia en el jet privado y el yate lo tenia de recreo para ir al resto de las islas, y se quedaba en hoteles cuando iba a otros paises. No queria mas propiedades, salvo las que su padre le habia dejado, a cambio, su padre recibia anualmente una buena cantidad de dinero para vivir bien con su madre, un yate y una casa en las afueras de Atenas. Su padre le decia que ya era hora de enamorarse y formar una familia, pero el decia que posiblemente lo segundo, lo primero impensable, Dimitri no era de esos, ni queria hijos. Ninguno. No tenia tiempo de atenderlos. No se veia como su padre. Le encantaba su trabajo y viajaba demasiado como para hacerse cargo de una familia al uso. Si queria una mujer, se la llevaba algunos viajes, si eran cortos. Habia salido con Anika, una griega hija de un banquero importante, pero le puso los cuernos con otra persona y no queria saber nada de mujeres. Tampoco es que tuviesen una relacion formal ni seria. Asi que no le dolio lo mas minimo cortar con ella. -Hijo, ?y a quien dejaras todo esto? Al menos nosotros te lo hemos dejado a ti. Tu padre ha creado un imperio y se que tu doblaras ese trabajo. Eres inteligente, pero una mujer buena a tu lado... -Quiza mas adelante te de una sorpresa, mama. tranquila soy joven aun, -Si, piensalo, tu padre me tenia a mi cuando volvia de sus viajes, y hemos sido felices treinta y cinco anos. -Ya veremos. Ahora viajo mucho y trabajo mucho mas. Papa se ha dado a la buena vida y estoy haciendo auditorias en todas las empresas antes de tomar decisiones importantes. -Tu padre ya ha trabajado bastante, viajado y quiere tranquilidad. -Es cierto, yo puedo ocuparme de todo. No os preocupeis. Te quiero, mama. -Y nosotros a ti hijo -Dijo abrazandolo. En Marbella, Ana estaba muy preocupada. -?Bueno, me vais a decir que pasa? -El senor Floros se ha jubilado y ha venido el hijo, que es el que se ha hecho cargo de todas las empresas de su padre. Es un joven duro, no es como su padre. -Bueno ?Y que pasa? -Ha hecho una auditoria en la empresa. Las esta haciendo en todas las empresas que su padre le ha dejado. -Y bien, es normal ?no? -No hija. Tuve que sacar dinero para la casa y la buena vida que llevamos. Iba a reponerlo, pero nunca reunia suficiente. -Pero papa... ?Has robado a la empresa? -Solo lo he cogido, pero no tengo el suficiente para reponerlo todo. Lo perderemos todo, e ire a la carcel. Su hijo es duro. -?Como? -Fue para que tu madre y tu vivierais bien y fueras a la universidad de Harvard a hacer Derecho y Administracion de empresas. -Pero papa, vamos a ver, tengo 23 anos. Acabo de terminar la carrera y por supuesto no ire a hacer ningun master, podia haber estudiado en Malaga, ?cuanto debes? -No puedo decirtelo, eran pequenas cantidades para que no se notara. -?Te ha echado? Por Dios papa, ?que has hecho?... -Me ha dicho que vaya manana a verlo a las 12 de la manana. Eso significara que si y que tendra alli a sus abogados. -Bueno, buscamos un piso pequeno de alquiler en Malaga y le das la casa o la vendes, y le das el dinero, y el dinero que tengas ahorrado tambien, vendes los coches, no necesitas esos dos coches. -No tengo nada hija, y la casa no es suficiente. -?Por Dios papa, ?que has hecho? -No se hija, se me ha ido la mano y ya no pude parar. -?Por que has llevado una vida que no te correspondia? Nos has mentido. Y tu mama ?lo sabias? -y su madre bajo la cabeza. -!Por Dios! Esto es lo mas, aparte de este calor infernal de agosto. -Deja hija, a ver si manana lo puedo convencer de que me siga dando trabajo y le doy la casa a cambio, o la vendo y le doy el dinero. -Si le das la casa ?cuanto le sigues debiendo? -Dos millones de euros. -?Dos millones? ?Estais locos? Eso no lo ganaremos en la vida ni trabajando los tres con un buen sueldo, ?que has hecho? Coches de lujo, ?creias que no te pillarian? -Ha hecho una auditoria en cuanto su padre se ha ido y ha tomado el mando. -Normal. Uff. Me voy a acostar, a ver que te dice manana. Si no, recogemos las cosas y nos vamos a trabajar en lo que sea los tres y le pagamos todos los meses algo hasta pagar la deuda, aunque tengamos que trabajar toda la vida para pagarsela. Y se fue a su cuarto temblando, cabreada con su padre, muy enfadada. Y llorando. Ella nunca les habia pedido nada a sus padres, a pesar de todo, no era una chica mimada, sino trabajadora y estudiosa. Tenia el pelo largo, y era morena y bajita como su madre, de ojos verdes y nariz con pecas respingona, tenia caracter y estudios, pero nada de experiencia. Y mientras pensaba en la cama en todo, se le ocurrio ir a ver a ese tal Dimitri, hijo del ex jefe de su padre, sin cita ni nada y hablar con el del tema de su padre – Si podia llegar a un acuerdo... No sabia como era ese senor, y aunque ella era joven, 23 anos, intentaria por todos los medios que sus padres salieran bien parados. Se iria a las nueve de la manana. Y esperaria lo que hiciera falta. A las ocho y media le pidio a su madre el coche, desayuno cerca del trabajo de su padre e iba con una carpeta y un boligrafo en el bolso, puso el movil en modo avion para que no la molestara nadie. Se habia puesto una falda de verano, una blusa de maga corta, sandalias altas y se habia recogido el pelo en una cola alta. Se maquillo lo justo y entro en el edificio de oficinas del puerto donde estaba ubicado el trabajo de su padre hasta hoy. Iba nerviosa, no sabia si la recibiria, ni con quien iba a encontrarse. Y, sobre todo, como la recibiria En la recepcion pregunto por el. -No esta, -le dijo la recepcionista -ha salido a desayunar. -?Tardara mucho?, le pregunto Ana. -Una media hora, como el resto de los dias, es muy puntual. -Quisiera hablar con el. -?Tiene cita? -No, pero soy hija de Francisco Solis. -!Ah bueno! Intentare que la atienda en cuanto venga. Si quiere espere en la planta quinta. Hay sillas. Al lado de la puerta, a la derecha, frente a la puerta del director. -Gracias. Lo espero arriba. Y espero media hora justa. Ya estaba temblando de los nervios, las piernas hechas un flan y hasta la barbilla le temblaba, cuando sintio unas pisadas seguras y el corazon le latia a mil por hora. Cuando ese hombre gigante, elegante donde los hubiera, de pelo negro y ojos verdes y barba de un par de dias, se paro junto a ella... -?Es usted hija de Francisco Solis? -Si, senor... -Michelakis. -Senor Michelakis, queria hablar con usted -y Dimitri sonrio con una sonrisa lobuna. -?Que edad tienes? -?Es importante? -Si no, no se lo preguntaria. -Veintitres. He terminado la universidad, si quiere saber mas. -Si un buen dinero mio invertido y en Harvard, nada menos -Y se puso roja -Vamos pase -Y la dejo pasar primero. Y a ella le parecio ir al matadero delante de ESE hombre tan grande, y tuvo un muy mal presentimiento. Hablaba muy bien castellano. -Bueno, a ver, saco unos documentos -sientese por favor -Y ella se sento frente a el en un sillon. -Francisco solo tiene una hija, Ana.

  • Donde nadie me espere de Piedad Bonnett

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    Cuando senti que alguien me daba golpecitos en el hombro, abri los ojos. Debia tenerlos llenos de miedo o de hostilidad o de rabia, porque el hombre que estaba en cuclillas se echo bruscamente hacia atras, levanto su mano como para defenderse y luego se irguio. Mi mirada registro borrosamente un par de zapatos gastados y se anclo en ellos por un momento mientras mi cabeza llamaba desesperadamente a la conciencia. Trate de recordar donde estaba, sintiendo que venian poco a poco a mis oidos los sonidos del mundo: primero el alboroto de la calle, el ruido de pasos y motores, el sonsonete de la lambada de un carro que retrocedia y luego el ronroneo de mi pecho, su silbido, su cascabeleo de culebra. Alli estaban otra vez, como prueba de que seguia vivo, el dolor en el tobillo, la tirantez de la piel del empeine, la cabeza embotada, la palpitacion del ojo. Mi mirada trepo con dificultad y se detuvo en los botones desproporcionados de un sueter beige. Entonces putie en voz baja: tal vez me habia quedado dormido en la puerta de algun tendero que no demoraria en darme una patada en las costillas. Volvi a cerrar los ojos, pero enseguida los abri sobresaltado, seguro de que finalmente habian dado conmigo. Trate de sentarme, aterrado, sintiendo que cientos de agujas se me clavaban en las axilas, pero no pude moverme: yo era un muneco de tela que habian rellenado de plomo. Fue entonces cuando oi mi nombre. Una, dos veces, mi lejanisimo nombre. Otro dentro de mi levanto la cabeza, se incorporo lentamente sobre el codo derecho. La luz acuosa de la manana me hizo cerrar los ojos. El hombre del sueter beige volvio a acuclillarse y se presento a si mismo, en voz muy baja, como si le hablara a un enfermo grave, a un moribundo, cosa que de alguna forma yo era. Aurelio. Una burbuja enorme estallo en mi cerebro. Aurelio. Senti deseos de huir, de pegar, de salir gritando malparidos todos dejenme en paz. Pero no hice nada de eso. Me sente, afiebrado, tiritando como un convaleciente de tifo, y como tratando de protegerme del frio abrace mis rodillas y, con la cabeza baja, permaneci en silencio. ?Aurelio? Levantate y anda. Eso decia la voz, aunque no de ese modo. Oi que me preguntaba si estaba bien. ?Como conteste a esa pregunta estupida? ?Acaso riendome a carcajadas o con la ironia de un hombre humillado? ?Me deshice en maldiciones, escupi? No. Pero por primera vez me atrevi a mirar a aquel hombre a los ojos. Habia en ellos una mezcla de conmiseracion, de bondad y de espanto. Oi que me invitaba a tomar un cafe. Su voz sonaba tembleque y tenia la respiracion agitada. Quise contestar algo, pero mi lengua, seca y pesada, se resistia. Trastabille al querer levantarme y cai una, dos veces. Aurelio no me ayudo a incorporarme. Una vez en pie lo segui como un perro, arrastrando mi pie adolorido, todavia con la vision un poco borrosa. Nos acercamos a la terraza de una cafeteria. El mesero llego dispuesto a espantarme de alli, pero Aurelio lo detuvo con un gesto, mientras corria una silla para que yo me sentara. Sin preguntarme que queria pidio dos cafes. El mesero me lanzo una mirada desdenosa, dio media vuelta y se fue. Aurelio lo llamo de nuevo y anadio: y traiganos dos pandeyucas. Durante un rato ninguno hablo, de modo que aquello parecia una escena de teatro, tal vez una version moderna del Rey Lear en la que yo hacia del pobrecito Tom. Mientras bebia mi cafe note que Aurelio me miraba las manos. Mucho tiempo buscandote, dijo, como hablando para si mismo. Anadio algunas otras frases, pocas. Agradeci que no hubiera en ellas ni sentimentalismo ni grandilocuencia. Cuando terminamos de comer saco un paquete de cigarrillos. Me ofrecio uno, como si aquel fuera el placido reencuentro de dos viejos amigos. Su esfuerzo me resulto patetico y me saco una sonrisa ironica. La posibilidad de un cigarrillo, sin embargo, destapo a medias la parte de mi cerebro que permanecia embotada. Aunque habia empezado a sentir nauseas, estire mi brazo para tomar uno, y fue entonces cuando note que los dos estabamos temblando. Vi como el fosforo se acercaba al cigarrillo, como este se encendia y salia el humo. Y oi que Aurelio me preguntaba por la herida del ojo, por la frente, por mi cojera. Menti con pocas palabras. Por su tono de voz comprendi que tenia miedo de que el grenudo que tenia enfrente, el malandro de ojos alucinados y boca hinchada, saliera corriendo y se perdiera de nuevo, esta vez para siempre. En voz muy baja, como la de un padre que despierta a su hijo con delicadeza, me hizo la propuesta. Entonces, de repente, como si el cafe milagrosamente hubiera encendido en mi cabeza la chispa de una lucidez hace mucho perdida, se me revelo la manana en toda su claridad y tuve conciencia de los bordes de mi cuerpo y del pasado y del porvenir. Comprendi que me habia rendido. Odio los hospitales, pero lo primero que pense fue que alla nadie me encontraria. Luego empece a fantasear con caldos calientes, con sabanas recien planchadas, con un inodoro que recibiera limpiamente todas mis porquerias y entonces me entregue con docilidad a la voluntad de Aurelio. En un despacho minusculo, las enfermeras, que me recibieron con caras impasibles, me hicieron preguntas que no supe o no quise contestar. Aurelio llenaba algunos de los vacios, trataba de explicar lo que yo no lograba. Despues, un enfermero de bata azul y tapabocas, con los brazos cubiertos de vellos oscuros y rizados, me condujo en una silla de ruedas por pasillos y jardines que se multiplicaban, hasta una especie de celda monacal. Aurelio me seguia, acompanado de una medica joven, de pelo rojo muy corto, un noble ser androgino. Los ojos de los pacientes y de los medicos se clavaron en mi con curiosidad fria o indolencia pasmada. Yo aceptaba sus miradas con una sonrisa impudica, como la de un asesino sin arrepentimientos. Me pasaron una pijama color arena, jabon, una toalla, y frente al enfermero, que no se despegaba de mi, me di una ducha, la primera de agua caliente que me daba en muchos meses. Por la rejilla del bano veia el cielo y un arbol con las hojitas en movimiento. Al salir, el reflejo del cristal de la ventana me revelo a un hombre que ya no recordaba, de piel cuarteada y pelo de erizo, que me miraba con una mezcla de dureza y asombro. Mucho despues entro un medico que me examino las manos, los dedos de unas quebradas, la lengua, la dentadura, los reflejos de mis rodillas, mi iris, mi esclerotica, mis parpados, la herida del empeine que se abria como la boca de un pez y dejaba asomar una materia blancuzca y pegotuda. La piel se veia lisa y brillante en el punto mas hinchado y luego pasaba del verde al amarillo y al violeta, en circulos concentricos.

  • Blaze – Stephen King de Stephen King

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    Clay Blaisdell, llamado Blaze por todos, mide dos metros y pesa ciento treinta y seis kilos. Es un verdadero gigante. Sin embargo, hasta conocer a George Rackley nunca habia hecho nada grande.

  • Sushi para dos de Patty Love

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    Mei Dube tiene un restaurante de sushi en
    Montreal, un amigo gay demasiado entrometido
    y una manipuladora madre con el firme proposito
    de hacer cumplir una tradicion familiar. Mei,
    en cambio, no las tiene todas consigo. Esa tradicion
    es arcaica y no esta dentro de sus planes a corto
    plazo pasar por el aro. Sin embargo, las cosas se
    complican un poco cuando su madre se presenta
    en su puerta con un enigmatico hombre,
    y lo haran todavia un poco mas cuando conozca
    a un simpatico camarero, que hace que su corazon
    se dispare, la respiracion se le acelere y la sangre
    le hierva en las venas.

  • Mi divan de A.r. Morena

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    A veces necesitamos un duro golpe para ser conscientes, de una manera psicofisica, de en lo que se esta convirtiendo nuestra vida y si de paso, ese golpe nos manda a kilometros de la mierda autocompasiva en la que nos estamos rebozando desde hace unos meses, pues mucho mejor.
    No siempre lo mejor es lo mas aparente, muy por el contrario, lo completamente opuesto suele ser lo que mas nos atrae.

  • Las deudas del cuerpo (Dos amigas 3) de Elena Ferrante

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  • El alocado mundo de Rebeca de Vega Fountain

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    ?Y si el mayor peligro de trabajar en riesgos laborales fuera el de enamorarte de tu companero de trabajo?

  • Placer prohibido (HQN), Julia London de Julia London

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  • Agente cero de Jack Mars

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    En este debut tan anticipado de una epica serie de suspenso y espias, del bestseller #1 Jack Mars, los lectores son llevados a un thriller de accion por toda Europa. Kent Steele como presunto agente de la CIA, perseguido por terroristas, por la CIA y por su propia identidad, debera resolver el misterio de quien lo persigue, del blanco pendiente de los terroristas – y de la hermosa mujer que sigue apareciendo en su mente.

  • Enamorarse en Central Park de Robert Blake

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    ?Que serias capaz de hacer por el amor de tu vida?
    En el Nueva York de los anos 90 donde las discotecas estaban abarrotadas, el Punk rock colapsaba las emisoras de radio y la moda Grunge inundaba de color las calles dos amantes tendran que enfrentarse a un destino que pretende separarlos
    Roger Dempsey es un informatico desenganado por el amor. Sus anteriores relaciones nunca llegaron a buen termino, hasta que un dia quedo fascinado por la incomparable belleza de una misteriosa mujer que le hara recuperar la fe en el amor.
    A partir de ese momento solo tendra en mente un objetivo:
    Pasar el resto de la vida a su lado.
    Desde ese instante emprendera una frenetica busqueda repleta de obstaculos y dificultades para conquistar un amor que le marcara para el resto de su vida.
    Dejate seducir por esta historia de amor entre Roger y Chantalle donde la ternura, el carino, y la pasion conviven en una apasionante historia cargada de romanticismo.

  • Una familia decente de Rosa Ventrella

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    En un decadente barrio italiano, un amor inesperado crece como una flor en una tierra yerma.

  • La torre tesla, Ruben Azorin de Ruben Azorin

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  • Stella, la novia provisional de Miguel Angel Itriago Machado

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    Al detective Pablo Morles, le toca descubrir la extrana desaparicion de dos parejas de alumnos del que fuera el centro educativo donde estudio cuando adolescente. Uno de los desaparecidos es el deportista mas famoso del Instituto y de la region, quien salio a disfrutar de un fin de semana, con Stella, una joven de extraordinaria sensualidad y belleza, amiga de su novia. La otra pareja esta integrada por un joven y la que fuera su enamorada, una muchacha con problemas. El desenlace del caso es sorprendente.

  • El lobo feroz de Nele Neuhaus

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    Un caluroso dia de junio encuentran el cadaver de una chica de 16 anos en el rio Meno, en una localidad cerca de Frankfurt. Todo indica que ha sido victima de malos tratos y ha muerto asesinada, pero nadie ha denunciado su desaparicion. Tras semanas de trabajo, en la Unidad K 11 no tienen ningun indicio sobre su identidad, pero una de las pistas conduce a los inspectores hasta una conocida presentadora de television que dirige un programa sensacionalista de testimonios. Pia y Oliver tendran que traspasar la fachada de la sociedad burguesa para darse de bruces con una trama que esta a punto de impactar en sus propias vidas. Y deberan actuar rapido si quieren evitar que alguien muy cercano caiga en las fauces del temible lobo feroz.

  • Mar de nubes de Mari Jungstedt

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    En la pequena habitacion reinaba un ligero olor a hierbas y una luz tenue. Por un altavoz situado en el techo sonaba una suave musica oriental. Las paredes estaban barnizadas en tono oscuro y en un rincon habia una planta. Le pidio a la mujer que se desnudara y se tumbara en la camilla. Ella se bajo un poco el vestido y se sintio desprotegida e indefensa. Por una parte deseaba dar media vuelta y marcharse de alli, pero habia algo que la retenia en aquel lugar. Una especie de curiosidad, de expectacion sobre lo que podria pasar a continuacion. Un calido cosquilleo le recorrio la piel. Sintio la boca seca y se humedecio los labios. El le dirigio una mirada rapida, y en ese mismo instante ella fue consciente de como habria de interpretar el su gesto de humedecerse los labios con la lengua. Sonrio insegura, sintio como se ruborizaba. Empezo a toquetearse uno de los tirantes. El se comporto con delicadeza y se dio media vuelta mientras ella se quitaba el vestido. Al colgar la ropa en el gancho de la pared le temblaban las manos. Titubeo, sin saber si debia conservar las bragas puestas. No habia hecho eso nunca antes, no sabia cual era el ritual, que se esperaba de ella. Se acomodo en la camilla tapizada de cuero y se tumbo boca abajo. Intento relajarse. Cerro los ojos mientras inspiraba por la nariz, espiro lentamente por la boca. El joven se dio la vuelta y le coloco una toalla sobre las piernas y nalgas, de tal manera que quedo justo bajo el borde de las bragas. Se movia con seguridad. Cuando la rozo con las yemas de los dedos sintio un escalofrio, a pesar de que en la habitacion hacia calor. Alzo la mirada. El se habia quitado la bata blanca. Le dio tiempo a entrever un atletico cuerpo bronceado y juvenil con prominentes brazos musculados. Abdomen plano y duro. Caderas estrechas. Apenas vello en el pecho y unos pezones pequenos y marrones. Sintio un ligero cosquilleo entre las piernas. El llevaba unos pantalones blancos de algodon. La fina tela le apretaba las caderas y tenia el trasero respingon. No podia dejar de pensar en como seria por debajo. Volvio la cabeza de nuevo, un poco abochornada. Tenia que concentrarse en relajarse, tal y como le habia dicho la persona que le aconsejo ese lugar. Sentir. Dejarse llevar. Concentrarse en el momento. Advirtio que el joven se giraba de nuevo, oyo como extraia aceite de una de las botellas que habia en una mesa y como, al frotarse las manos, el liquido rezumaba entre sus dedos. Ella respiro hondo. El masajista se situo a su lado, pegado a ella. Comenzo a acariciarle la espalda desnuda con movimientos largos y firmes. Sin querer, a ella se le escapo un suave gemido de placer. Sus manos eran fuertes y decididas. Cerro los ojos. Intento seguir con la respiracion el ritmo de los movimientos. Las manos se deslizaban por la espalda, le masajeo el cuello, los hombros, llego al final de la columna, le sujeto las caderas, trabajo con pequenos movimientos circulares. Los pulgares presionaban su piel desnuda. El hizo una pausa, le bajo las bragas y aparto la toalla de forma que el culo quedo al descubierto. Le masajeo las nalgas, que se tornaron suaves y escurridizas. Volvio a gemir. El hombre agarro las bragas a medio bajar y con un suave movimiento tiro de ellas y se las quito. Ahora se encontraba totalmente expuesta. El siguio masajeando los muslos con manos firmes y decididas. La tocaba con cuidado, le separo las piernas para poder llegar con facilidad a la parte interior de los muslos. Se encontraba a escasos milimetros de su sexo. Sintio humedad entre las piernas; respiraba con la boca abierta y apretaba la cara contra la abertura circular de la camilla. El siguio masajeandola, muy cerca, pero sin llegar a tocarle el sexo. Ella se sentia completamente aceitosa y brillante. El agarro la toalla que seguia en las pantorrillas y le pidio que se diera la vuelta. De forma mecanica hizo lo que le pidio, se tumbo boca arriba, y el pecho se balanceo junto a el. Le coloco la toalla encima, de forma que los pezones quedaron tapados, y se coloco detras, junto a la cabeza. Ella cerro los ojos. Intento concentrarse solo en vivir el momento. El se encontraba alli, justo encima de ella. Sentia la suavidad en todo su cuerpo abandonado, ahora anhelante, dispuesta a entregarse a el por completo. Empezo a masajearle la nuca y el cuello, dejo que las manos se deslizaran, ejerciendo pequenas presiones, hacia los hombros, prosiguio por la clavicula. La acaricio con cuidado siguiendo el borde de la toalla, junto al pecho. Ella respiraba pesadamente y al parecer, el tambien. No sabia si era a causa del esfuerzo o si el tambien estaba excitado. Estaba totalmente concentrada en sus manos y en anticipar sus movimientos. Como se deslizaban por su cuerpo. Movimientos decididos, carinosos, que le provocaban pequenas chispas en el sexo. Tenia una sensacion de vertigo y aturdimiento. Sobre su suave piel, las manos resultaban calidas y duras. Al fin, aparto la toalla del todo. Dejo que las manos se le deslizaran sobre los pechos. Y entonces se sintio perdida. 1 Martes 24 de junio Erika Bergman se encontraba frente al espejo de la habitacion, amueblada de forma espartana, y se peinaba minuciosamente la larga melena. Lo hacia con movimientos firmes y ritmicos para dejarla lisa y brillante. En realidad no tenia mucho sentido, pues el solia despeinarla tan pronto como podia. Contemplo satisfecha su cuerpo bien entrenado. Los muchos anos de practica regular de yoga habian servido para algo. Habia elegido con cuidado la ropa interior. Sintio como una ola en el vientre al pensar en lo que le esperaba esa noche. Erika esbozo una sonrisa; no era esa clase de practica con la que habia contado al reservar el viaje de yoga a Gran Canaria. La escuela de yoga se encontraba en un lugar apartado, lejos de los complejos turisticos con discotecas, bares y clubes nocturnos. Miro por la ventana y vio las montanas de mas de mil metros de altura que se perfilaban alrededor, las laderas con las plantaciones de frutas y, a lo lejos, las resplandecientes aguas del Atlantico. Este lugar era inusualmente verde para encontrarse al sur de Gran Canaria. Las plantaciones de platanos, papayas, calabacines, tomates, naranjas y limones se extendian hasta las playas de cantos rodados junto al mar. Apartada, a una buena distancia del vecino mas proximo, se hallaba la escuela de yoga Samsara Soul. La escuela se encontraba practicamente oculta tras un viejo muro que la protegia de miradas y visitas inesperadas. Pasaria alli dos meses, alejada de todo y de todos. Se dedicaria a entrenar, recibir masajes, dar paseos, tomar el sol y banarse. A recuperar el equilibrio para poder proseguir con su vida. Comenzaba a sentir que iba por buen camino. Cuando llego, hacia unas semanas, se sentia destrozada. No habia contado con ningun amorio, esto habia sido una inesperada recompensa. Dejo el cepillo y se pinto levemente los labios de rojo. Saco uno de los pocos vestidos que habia traido y se lo enfundo. Se puso unos zapatos de tacon. Miro el reloj, ya casi era la hora. Percibio un repentino movimiento junto a la ventana. Como si al otro lado pasara una sombra rapida y silenciosa. Tan cerca del cristal que casi lo rozo. Se quedo paralizada. Encontro su rostro en el espejo, reconocio su mirada temerosa. Creia que habia conseguido alejarse de ella, que la habia dejado en Suecia. Pero la habia seguido. Y ahora notaba la paralizante sensacion de que alguien la vigilaba. Tendria que echar un vistazo antes de salir y cerrar la puerta con llave. Ultimamente se asustaba por cualquier cosa. Permanecio inmovil un rato mientras escuchaba posibles sonidos, pero reinaba el silencio. Un silencio casi desagradable. Nadie solia pasar junto a su habitacion, que se hallaba al fondo de la casa, y su ventana daba a un pequeno patio donde solo habia unos arbustos. Entonces, con el rabillo del ojo percibio otro movimiento, apenas una sensacion de algo real. No se lo habia imaginado. Un escalofrio le recorrio la espalda. Se acerco con cuidado a la ventana, echo un vistazo hacia ambos lados. Una lagartija correteaba sobre el terreno reseco y desaparecio bajo unos arbustos. Se quedo ahi un buen rato, mirando por la ventana. Algo se ocultaba entre los arboles, mas alla, junto al muro que rodeaba la escuela. El corazon le latia desbocado. Entonces lo vio. El perro salio de entre los arbustos, husmeando un rastro en el suelo. Era grande, de pelaje marron cubierto de polvo, y parecia abandonado. Erika emitio un suspiro de alivio. Solo era un perro.

  • Los angeles de hielo de Toni Hill

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  • Musica del alma de Becca Berger

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    El amor es el sentimiento mas poderoso del mundo, capaz de hacernos reir, llorar, vibrar y suspirar.

  • No puedo quererte (Historia en las Highlands 2) de Jenny Del

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    Llevo dos noches sin poder pegar un ojo... La habitacion de aquel hotel que con tanta ilusion escogi en compania de Ivonne se ha convertido para mi en una celda y las lagrimas en mis companeras. Se ha marchado sin ni siquiera recoger las pocas pertenencias que portaba el dia que llego a mi casa... Ivonne, agarrada a su bolso, y pidiendo por favor que la escuchara (algo a lo que yo hice caso omiso), termino saliendo a la carrera sin poder soportar mis gritos, que no fueron moco de pavo. Desde entonces me estoy devanando los sesos, intentando recordar mas sobre mi pasado. La desesperacion se ha aduenado de mi y a menudo me dan ganas de apretarme la sesera hasta que esos recuerdos no tengan mas opcion que aparecer y contarme el porque de tanto sufrimiento. Acabo de despertarme y me levanto con muchas ganas de un cafe. Hago ademan de ir a la cocina a prepararmelo, sin darme cuenta de que no estoy en casa. Es entonces, cuando mentalmente echo mano de ese cafe... Y la veo, veo a Ivonne, un ano antes, en la maquina de cafe de la universidad, y recuerdo aquella primera conversacion que ambos mantenemos. Cielos, solo es un recuerdo, pero el dorado de su cabellera y el celeste de sus ojos me resulta tan nitido que juraria que casi puedo tocarla con solo alzar una mano... --!Maldita maquina! --murmuro entre dientes. --?Eres nueva? --le pregunte a aquella atractiva espanola que tenia unos ojazos del tamano de dos globos terraqueos. --Si, ?tanto se me nota? --Un poco o, mejor dicho, bastante. na a prepararmelo, n nitido que juraria --?Por que hablas mi idioma? --?Tendra que ver el que sea profesor de castellano? Porque a mi me da que si. --?Tu vas a ser mi profesor? --Si tu eres una alumna, es practicamente seguro--le tendi la mano--. Me llamo Sloan. --Encantada, Sloan, es mi primera manana aqui. --Razon de mas para que no sepas que deberias ir a la cafeteria si quieres tomar un buen cafe, lo de la maquina solo es un reclamo para los pardillos. --?Me invitas a uno? --Me hizo gracia la forma tan resuelta en la que me la pregunto. --Claro, no hay problema. --Oye, no vayas a pensar que soy una descarada, pero es que no he llegado con buen pie a Edimburgo. --?No? ?Y se puede saber por que? --Buff, es que llevo aqui dos dias y todo han sido problemas. Anoche pense que me volvia a casa, que no merece la pena. --No, tu no me pareces de esas que tiran la toalla a la primera de cambio, tu tienes cara de guerrera, ?como te llamas? --?No te lo he dicho? Perdona, pero es que parece que no me funciona el coco, estoy super atontada. Soy Ivonne --Me dio dos besos apresurados. --Perfecto Ivonne, pues entonces vamos a tomar ese cafe. --?Tienes tiempo? --Si, mujer, hoy solo tengo un par de presentaciones mas tarde. He llegado con un buen rato de anticipacion para no andar con prisas, odio las prisas. asa, que no merece anticipacion para --Yo tambien, y eso que vivo en Madrid y alli tampoco es que vayamos precisamente pisando huevos, ?sabes? Efectivamente vivia en Madrid y no en Toledo como me quiso hacer ver durante su etapa en mi casa, ?que podia pensar de una mentirosa compulsiva como ella? --Ya, ?y lo que has visto de Edimburgo te gusta? --Ya te lo he dicho, me parece que estoy gafada aqui, pero la ciudad es bonita, eso desde luego, ?tu eres de aqui? --No, yo soy de Pitlochry, ?lo conoces? --Que va, es mi primera vez en las Tierras Altas. --?Si? ?Y que te trae por aqui? --Los escoceses, que siempre me han apasionado, eso es lo que me trae, pero que seria mejor haberme ahorrado tanta pasion, que eso no lleva a ninguna parte. --?Has venido a estudiar aqui porque te molan los escoceses? --Por eso y porque tenia que perfeccionar el ingles tambien, que todo hay que decirlo. --Pero la mayoria de gente que viene aqui en verano es mas joven que tu, ?como te has decidido ahora? --?Me estas llamando vieja? Porque si es asi te advierto que no esta el horno para bollos. Me eche a reir abiertamente, pues parecia una descaradilla total y eso me hacia tela de gracia...Una descaradilla, lo mismo que pense el dia que aparecio por mi casa para cuidarme. ?Por que? ?Por que habia hecho las cosas asi? ?Por que no dio la cara el dia que se presento y me dijo que habiamos sido novios? Me estaba volviendo loco y, como las cosas siguieran asi, mi cordura mental estaba en peligro definitivamente. --No, claro que no te estoy llamando vieja, solo debes tener... --Veinticuatro, te lo voy a poner facil, no sea que tires para arriba y la tengamos. , ?tu eres de aqui? --No, no iba a apuntar mas arriba... --Claro, tu que vas a decir. --?Vamos a tomarnos ese cafe? --Venga, dale. Nos sentamos en la mesa de la cafeteria y la note con ganas de hablar. --He terminado la carrera algunos anitos mas tarde de lo que deberia porque cuando estaba en primer curso me salio un serio competidor que me quito tiempo para hincar los codos. --?Tienes un hijo? --Me parecio logico, si habia estado embarazada y despues cuidando de un hijo de corta edad era normal que los estudios pasaran a un segundo plano durante un tiempo. --No, lo que tuve fue un cancer. --?Un cancer? --Que mal suena la jodida palabra, pienso. --Si, un cancer, pero tranquilo que ya esta todo controlado. Resople porque me parecio que era una mujer muy fuerte y que tal cualidad era de alabar. --Me alegra que lo hayas dejado atras, ?y que estudiaste? --Turismo, es lo que quise hacer desde pequenita y cuando derrote al bicho me dije "Ivonne, ahora a cumplir tus suenos" y eso es lo que hice. El asunto es que a mi ingles le hace falta todavia una vuelta de tuerca y por eso estoy aqui. Ahora entiendo tambien que ella sabia mas ingles del que me hacia ver, por aquello de que se suponia que nunca habia estado antes en las Tierras Altas. Buena coba me habia dado en todo y por todo, ya que si estuvo un ano como mi alumna salio con buen nivel si o si. --Pues me alegro mucho, Ivonne, ahora ya solo falta que me cuentes por que estas tan agobiada desde que has llegado. Y si encima el cafe te gusta, comprenderas que tu suerte ha cambiado. --El cafe esta bueno, no volvere por la maquina... hijo de corta edad rca y por eso estoy --Haces bien, ?y el resto? --El resto tiene que ver con que tengo un casero que es un acosador total y que encima se cree que me ha alquilado el Palacio de Oriente, no sabes lo agobiada que me tiene. --?Y eso? --Es que en estos dos dias se ha pasado ya varias veces por casa y no para de meter las narices en todo. Me da que es un tipo que esta aburrido y que encima le va el rollo acosador. --?Y por que no te alojas en la residencia de estudiantes? --?Tu que crees? --Prefiero no creer nada y que me lo cuentes tu; sera mas rapido y efectivo. --Porque es mas cara y a mi familia tampoco es que le salgan los billetes por las orejas; he trabajado para poder ahorrar y venirme este curso, pero tampoco es que traiga el oro ni el moro. --Puedo hablar con Meribeth, ella dirige la residencia y es posible que podais llegar a un entendimiento, ?tu que sabes hacer? --?A que te refieres? No se, supongo que se hacer muchas cosas, pero ahora no caigo. --Pues debes ir cayendo, podemos ir a verla ahora si quieres. --Oye, ?y tu por que te tomas tanto interes? --Porque soy profesor vocacional y me interesa que mis alumnos esten en las mejores condiciones posibles. Ah, y tambien porque me has caido fenomenal. Siento que un escalofrio me recorre el cuerpo porque revivo las sensaciones de aquellos momentos; no era solo que me hubiera caido estupendamente, sino que me senti atraido por ella desde ese mismo cafe... --Vale, pero esa Meribeth, ?que tal es? Porque si es una de esas personas que parece que tiene un palo de escoba metido por el trasero, paso, de veras que paso. --?Meribeth? No, es una buena mujer, te tratara bien. --?Tu crees? --Su gestito de cordero degollado me llego al alma, porque la percibi verdaderamente perdida. Se ve que el fulano ese le debio tocar bastante las narices. Me refiero a su casero. Hace falta ser mala persona para tratar asi a una chica como ella, que lo unico que pretende es aprender ingles y disfrutar de las Highlands. --Claro que lo creo, y ahora dime, ?que es lo que mas te gusta de mi tierra? --?De las Highlands? Pues mira, eso es muy facil, los highlanders. Directa si que se la ve y eso me llama la atencion, pues, aunque no nos separan varias decadas (de hecho, solo es una), no estoy acostumbrado a que mis alumnos sean tan directos. Y en el caso de Ivonne tira con bala. --?Los highlanders? ?De veras nos ves tan distintos al resto de los hombres? --A ver, yo vivo en Madrid y en el barrio de Carabanchel, un poco distintos si que sois. Alli, si a un chico le dar por usar una falda, como que se lia la de Dios. --Mas guerreros que en las Highlands no creo que sean en ese Carabanchel tuyo, pero es que ademas nosotros no usamos faldas. --Porque tu lo digas, y no reniegues de ellas, que bien guapos que estais. --?Te molamos asi? --Pues claro, a ver si te crees que una no tiene ojos en la cara. --Me alegra saberlo, pero que no son faldas, que se llaman kilts. --Se llamaran como tu digas que se llamen, pero eso es una falda de toda la vida de Dios, ?tu tienes una falda de esas? --?Un kilt? Claro, ?que clase de highlander seria si no lo tuviera? --Ay, yo que se, que no soy especialista en folklore de esta tierra, que yo con intentar manejarme en ingles ya tengo bastante. --Normal, es que si fueras especialista en Historia y en folklore le estarias haciendo la competencia a mi companero Cameron y no creo que eso le hiciera ninguna gracia. demas nosotros no Conforme van viniendo a mi mas detalles de esa conversacion me quedo sorprendido, pues estoy siendo capaz de recordarla al milimetro, con cada uno de sus matices y eso me ha llevado a Cameron. ?Quien es Cameron y que ha representado en mi vida? Intento ir un poco mas alla y no puedo. Para explicarlo de una manera sencilla es como si se tratara de compartimentos estancos. La conversacion la reproduzco con pelos y senales, pero no puedo ver mas alla de ella. --?Cameron? No me digas que tambien nos va a dar clases este curso, que yo con el ingles ya tengo bastante. --Pero el curso se compone de mas materias y con Cameron podrias aprender muchas cosas sobre la zona, ?me dejas echarle un vistazo a tu matricula? --Todavia no la tengo cerrada, aunque la Historia no es que me haya entusiasmado nunca--me contesto dejandome ver su boceto sobre asignaturas en el movil. --Pero eso es porque no conoces la de las Highlands ni la emocion con la que Cameron la cuenta. --Debeis ser muy buenos amigos, porque no veas si lo vendes bien. --Cameron es uno de los mejores profesores de esta universidad y si, no te quepa duda, es un gran amigo, el mejor que tengo en Edimburgo. No se que otros amigos tendre, quizas alguien pueda ayudarme con ello si es que no soy capaz de recordarlo antes, pero intuyo por la conversacion que Cameron ha jugado un papel importante en mi vida. --Bueno, si lo crees necesario puedo matricularme en sus clases, igual le faltan alumnos y hasta le hago un favor con eso. --?Faltarle alumnos a Cameron? No, eso nunca, sus clases siempre estan de bote en bote. --?Y las tuyas? ?Tambien sabes venderte igual de bien que como lo haces con el? --Puede que si o puede que no, pero tu deberias apurar ese cafe para que fueramos a ver a Meribeth. --?Siempre vas con tantas prisas? Ten cuidado, que esas no son buenas companeras y lo mismo un dia te da un infarto y acabas en el hospital, advertido quedas. No sabia ella, cuando decia esas palabras, que acabaria en el hospital, pero por motivos muy diferentes. oy siendo capaz de Cada vez estoy mas confundido y solo rezo porque ese episodio me lleve a otro y termine hilvanando uno a uno los retazos que han compuesto mi vida. Reconozco que me da miedo que acabe ese recuerdo y volver a las tinieblas en las que me siento cuando ignoro quien soy o de donde vengo. --No, odio las prisas y la mayoria de las cosas me gustan pausadas, pero me temo que hoy es el primer dia de clase y que tu tienes un millon de cosas que solucionar todavia. --Un millon no, haz el favor de no agobiarme, pero si me hicieras el favor de presentarme a esa tal Meribeth y ella pudiera echarme una manita... --Eso esta hecho, no te preocupes por nada, dejalo todo en mis manos. No dispongo de los suficientes datos sobre mi para saber si siempre soy tan condescendiente con todas las personas o actue asi con ella porque me impacto desde el primer momento, pero soy capaz de cerrar los ojos y respirar en el ambiente la felicidad que me produjo acompanarla a la residencia universitaria. --?Y me puedes decir que es lo que sabes hacer? Porque si quieres quedarte aqui a un precio low cost, no voy a negartelo, tendras que currartelo--le dijo Meribeth en cuanto le expusimos su problema. --Se cocinar, soy la mayor de cinco hermanos y mis padres trabajan, eso puede darte una idea de como me las he tenido que maravillar en la cocina. --?Si? Eso lo tendra que valorar Peter, estoy seguro de que le vendra bien un pinche. --Pero ella estara en clase a la hora a la que se deben preparar los almuerzos, no veo la forma en que pueda compaginar una cosa con la otra--repuse. --Tambien servimos cenas, ?o es que piensas tenerla todo el dia en clase? La pregunta dio para mucho y por mi mente pasaron diversas ideas al respecto de lo que podria hacer con Ivonne si la tuviera todo el dia a mi lado. Eso me sorprendio, debia ser la primera vez que me ocurria con una alumna, pues el choque en mi cabeza era monumental. --No, no, claro que no. Las tardes las tendra libres. --?Lo has oido? Podre tener las tardes libres y estoy dispuesta a hacer todo lo que me pidais con tal de vivir en este lugar. Pense que el tugurio en el que se hubiera metido debia ser lo suficientemente malo como para que ella vendiera de como me las he su alma al diablo con tal de salir de alli. De buena gana me hubiera ofrecido a ayudarla incluso economicamente, pero supongo que siempre habre tenido claro donde estan los limites en las relaciones con los alumnos y que tal gesto habria olido a chamusquina desde lejos. --Ok, pues te dejo que hables con Peter y si el te da el visto bueno, formalizare tu entrada en la residencia. --No dudes que te lo dara--Aquella descaradilla contaba con una frescura y una seguridad en si misma de lo mas atractivas. --Yo tambien me voy entonces, ya me contaras luego. --Vale, oye y muchas gracias, de veras que te estoy muy agradecida. Meribeth era una mujer muy seria y su gesto no dio lugar a que Ivonne se me acercara, pero note sus ganas de darme un abrazo. Sin embargo, no se reprimio un rato mas tarde, cuando llego por los pelos a clase, en el momento en el que yo estaba ya cerrando la puerta para comenzar. --!Ey, ey, no corras tu tanto! --Me dio un beso en la mejilla. Suerte que los demas alumnos iba a lo suyo, charlando sin parar entre ellos y que no se percataron de lo ocurrido. Me eche mano a la mejilla, un tanto sorprendido, mientras le pregunte. --?Le has gustado a Peter? --Su carilla picara me dio a entender que la pregunta tenia miga. --?Tu que crees? --Me refiero a tu forma de cocinar--La descaradilla logro sacarme los colores. --Pues claro que si, que le he preparado unos bunuelos de viento para chuparse los dedos. --?Bunuelos de viento? No habia escuchado esa expresion nunca. --Son muy tipicos de Madrid. Y si te portas bien, igual, solo igual, un dia preparo una fuente para ti.

  • Sin control de Zara Cox

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    Nada mas conocer a Lily Gracen, todo un prodigio en programacion, Caleb Steele supo que iba a saltarse su regla de no acostarse con las clientas. Sin embargo, antes tenia que dar con su acosador. Estaba a cargo de la seguridad de Lily, aunque era ella la que tomaba la iniciativa cuando se encerraban en su mansion de Silicon Valley. La cuestion era que, de tanto contenerse, Caleb estaba a punto de perder el control.

  • Todo es posible de Rosa Jove

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    La psicologa Rosa Jove, autora del bestseller Dormir sin lagrimas, nos invita a un viaje maravilloso que arranca desde el momento mismo de la concepcion, guiandonos por senderos insolitos que nada tienen que ver con el exceso de estimulacion temprana ni con las <> tan obsesivamente implantadas en la actualidad.

  • Yo hago de Jefe de Lexy Timms

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    Jamie Connors tiene todo lo que siempre habia sonado. Un cuerpo delgado, la confianza en si misma que nunca penso tener, el mejor trabajo del mundo y ahora esta comprometida con el futuro marido perfecto.

  • !Tu te lo buscaste! 4, Emma Green de Emma M. Green

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  • Las piedras del frio de Nuria Pagratis

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    Violeta viaja a Praga para visitar a su amiga Flor. Ambas acaban envueltas en un asunto turbio de robos y asesinatos relacionados con unas piedras muy especiales.

  • El Rastro de Andres Trapiello

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    Andres Trapiello nos invita a un viaje unico y hace su personal homenaje del Rastro, uno de los mercados ambulantes mas emblematicos del mundo. Podremos conocer a su gente y entender sus vidas a traves de sus recuerdos y sus objetos.
    Una historia unica de la ciudad de Madrid, su tradicion y su cultura.

  • La tercera hija (eLit 3) de Dani Sinclair

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    Con las palabras de su padre aun retumbandole en los oidos y un pistolero pisandole los talones, Alexis Ryder huyo hasta aquella mansion abandonada llamada Hearstkeep donde descubrio la increible verdad: ella no era Alexis Ryder, sino una trilliza perteneciente a una rica familia… y aquel era un secreto por el que habia alguien dispuesto a matar. Ansiosa por saber algo mas, asumio la identidad de una hermana a quien no conocia… y se lanzo a los fuertes brazos de la ley.

  • Quiero volver a verte de Angela Drei

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    Una historia de amor bajo el cielo de Londres.

  • La caja vacia de Anabel Samani

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    La vida de Andrea ha cambiado mucho en los ultimos tiempos. Despues de perder la vista en un accidente, su familia deja Espana para irse a vivir a Estados Unidos. Y Andrea sabe que ella es la razon de ese traslado.

  • La posada del pozo de Raquel Victoria Morea

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    En la Espana de los anos veinte, en un pueblo limitrofe de Teruel, Nieves regenta, junto a su padre, una legendaria y reputada posada familiar. Su fuerte caracter y su avanzada mentalidad le llevaran a concienciarse con las miserias y penurias padecidas por la gente humilde de su entorno. Mas tarde, con su marido Bernardo, sus amigas y otros paisanos, se involucrara en la lucha de clases por la igualdad y la justicia social, alentada por un pueblo que vive del campo y las minas. La repentina llegada de la Guerra Civil truncara los propositos de todos ellos, pero hara fluir sus sentimientos mas profundos y honestos, que floreceran en medio de un universo lleno de angustia y desolacion, volviendose cada vez mas aterrador con el paso de los dias.

  • Terra Alta de Javier Cercas

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    Un crimen terrible sacude la apacible comarca de la Terra Alta: los propietarios de su mayor empresa, Graficas Adell, aparecen asesinados tras haber sido sometidos a atroces torturas. Se encarga del caso Melchor Marin, un joven policia y lector voraz llegado desde Barcelona cuatro anos atras, con un oscuro pasado a cuestas que le ha convertido en una leyenda del cuerpo y que cree haber enterrado bajo su vida feliz como marido de la bibliotecaria del pueblo y padre de una nina llamada Cosette, igual que la hija de Jean Valjean, el protagonista de su novela favorita: Los miserables.

  • Los ultimos dias de Clayton & Co de Francisca Solar

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    A fines del siglo XIX, en la desaparecida localidad de Atlas, la joven Abigail Clayton era reconocida por el curioso talento de fotografiar a los muertos. Una habilidad que cuidaba un aterrador secreto: los protagonistas de sus imagenes le susurraban secretos sobre los vivos. Personas de todo el pais viajaron a conocer a la “medium Clayton”; recibio a campesinos y diplomaticos, ayudo en casos legales y policiales, hasta que una acusacion de demencia y un escabroso homicidio terminaron con su corta carrera. “Bruja, loca, asesina”, dicen que estuvo encerrada mas de una decada en el sotano de un sanatorio antes de que la tuberculosis y el olvido la mataran. Dicen muchas cosas sobre ella. Sin embargo, lo unico claro, es que la verdadera historia de quienes retrataba se escondia en el susurro de los fantasmas o detras del clic de una de sus fotos.

  • Hechos poco fieles de Lena Andersson

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    Vuelve el fenomeno escandinavo:
    Lena Andersson y la afilada secuela de Apropiacion indebida.

  • Doblan por los mastines (Malaz. El Libro de los Caidos 8) de Steven Erikson

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    Doblan por los mastines es el octavo volumen de la saga <>, la decalogia, originalmente publicada entre1999 y 2011, que ha convertido al escritor canadiense Steven Erikson en una de las mayores voces de la fantasia epica contemporanea.

  • Bruja de Mary Ann Taylor

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    Cuando acude esa noche a una playa para iniciarse en la brujeria lo unico que Pat pretende es vengarse de su ex novio, sin embargo, cuando los acontecimientos empiezan a precipitarse en el pueblo ella decide echarse atras… pero ya es tarde.

  • El amor te encuentra (Hermanas McVee 2) de Annabeth Berkley

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    Tess McVee resoplo cuando llego frente al hotel rural que su hermana le habia recomendado, en un pueblo perdido de la region vinicola de Georgia. Creia que no iba a llegar nunca. Se habia perdido dos veces intentando encontrar la carretera que le llevaria a Dahlonega y sentia un enfado tan grande que no se aguantaba ni ella. Quito la llave del coche y su cuerpo se estremecio por la baja temperatura. Hacia frio y solo queria meterse bajo la ducha para entrar en calor y librarse del cansancio de tantos kilometros en el cuerpo y mas de seis horas al volante. Intento calmar su frustracion como le habian aconsejado en la terapia para aprender a gestionar sus emociones de la que acababa de salir. Esperaba ver los resultados en breve. Respiro profundamente un par de veces y trato de comprender <>. ?Que querian decirle? Tess no encontraba otra explicacion: Que eso le pasaba por confiar en su hermana, resoplo de nuevo. Penso en Sharon. Siempre estaba sonriendo, siempre parecia feliz... y, por lo visto, para ella, tomarse un tiempo para replantearse la vida se reducia a aislarse de la civilizacion. ?Por que habia hecho caso a su sugerencia? Salio del coche dando un portazo. Se tenia que haber recluido en un resort de cinco estrellas en Hawai, penso. Alli no sabia si hubiera podido reflexionar mucho, pero hubiera contado con mas comodidades y el clima seguro que seria mas calido. Ya era tarde para eso. Murmuro entre dientes unos cuantos improperios malsonantes, maldiciendo la idea que habia tenido su hermana. Ahi estaba y ahi se iba a quedar hasta que supiera que hacer con su vida. No iba a volver a casa hasta que no tuviera una idea clara sobre hacia donde dirigir sus pasos. Bastante humillada se habia sentido ante su familia como para regresar igual de avergonzada que se habia ido. Saco su equipaje del maletero antes de dirigirse a la puerta. Era un pintoresco hotel de tres plantas pintado en color claro, rodeado por un pequeno jardin, vacio de flores, por la epoca en la que estaban. Supuso que no tardaria en llenarse de calabazas de Halloween, que se celebraria en un par de semanas. ?A quien le gustaba Halloween?, murmuro molesta. Volvio a resoplar. Asi, quejandose por todo, no podia seguir, se recrimino. Se obligo a dejar ir la frustracion y el enfado que sentia. Cogio aire con intencion de encontrar el lado positivo y disfrutar de su estancia, como sabia que tenia que hacer para empezar a sentirse mejor. La teoria del curso al que habia asistido se la sabia de memoria y parecia ser momento de aplicarla. Seguro que todo iria bien y una ducha caliente la estaba esperando para acabar de llevarse toda la decepcion y la apatia que sentia, se animo. El calor del acogedor hotel la abrazo nada mas entrar la puerta y Tess lo agradecio. Parecia que las cosas se arreglaban. Un pequeno recibidor le daba la bienvenida, aunque habia delante de ella media docena de personas de diferentes edades. Todos parecian estar esperando la llave y ninguno parecia tener prisa. Tess resoplo de nuevo, molesta. Miro hacia la sencilla recepcion. Un hombre con camisa vaquera parecia que estaba intentando organizarse revisando varios papeles de diferentes tamanos a la vez, mientras cogia las llaves de las habitaciones. Miro a su alrededor. Una pequena salita en color crema, con estampados florales en los sillones y una pequena mesa de madera de caoba, se abria a uno de los lados. Habia que reconocer que daba la sensacion de que el hotel era agradable, aunque la espera no lo resultara tanto. Cuando despues de un rato esperando, fue su turno, la poca paciencia que le quedaba y que, de por si, tenia, se habia agotado. --?Su nombre? --le pregunto sin mirarla el hombre que tenia sentado tras el desordenado mostrador. --Tess McVee --le respondio seria. Nathan Murray asintio buscando entre los papeles que habia sobre la mesa. La recepcionista se habia puesto de parto hacia dos dias, dos meses antes de lo esperado, sorprendiendoles a todos. No habian tenido tiempo de contratar a nadie ni formarlo para el puesto, asi que el habia asumido el cargo, suponiendo que no seria tan dificil. Y, probablemente no lo era, si no hubiera sido porque no le gustaban en absoluto las gestiones administrativas, y mucho menos las informaticas. Despues de dos frustrados intentos de trabajar con el ordenador y entender el programa instalado para las reservas, habia optado por la solucion mas tradicional y la mas sencilla para el. El papel y el boligrafo. Cuando Lucy volviera ya se encargaria de pasar al ordenador lo que hiciera falta. Lo malo era que no terminaba de aclararse con sus propias notas ni con un intento de cuadrante que habia improvisado para asegurarse de no colocar a nadie en una habitacion equivocada. --Aqui esta --exclamo aliviado cogiendo la llave asignada --. Es la habitacion 211. Levanto la vista para darsela y se sorprendio de ver ante el a una mujer preciosa y parecia que muy enfadada. Su cabello largo y castano enmarcaba un rostro alargado de nariz pequena y expresivos ojos de color avellana. Tess no se esperaba que el hombre que le tendia la llave y que se habia levantado al mirarla fuera tan alto y atractivo. Ojos claros, cabello corto castano, mandibula cuadrada y nariz recta. Le sorprendio gratamente. Era mas alto que ella, ancho de hombros, parecia delgado, aunque la camisa vaquera no le daba demasiada informacion. Por lo menos, era agradable de mirar, algo que agradecer despues de un largo viaje. Le cogio la llave, ridiculamente grande, que no parecia tener intencion de soltar. --Nathan Murray --se le presento soltando finalmente la llave--. Aviseme si necesita cualquier cosa. --Lo tendre en cuenta --le respondio firme. No estaba alli para hacer amigos, se recordo. --Bienvenida a Dahlonega --le dijo con una sonrisa que casi le quito el aire. Tess asintio obligandose a dejar de mirarlo. No queria saber nada de ningun hombre por muy guapo que fuera. La ultima relacion que habia tenido habia supuesto una experiencia muy desagradable y casi habia terminado con sus relaciones familiares. El muy cretino la habia utilizado para conseguir informacion de su propia empresa y robarle clientes. Se habia sentido tan estupida... A eso habia que anadir que su padre solo contaba con su hermana para la direccion del negocio familiar. Esos dos golpes simultaneos habian sido demasiado para ella y su escasa paciencia y confianza. Se habia despedido por orgullo y ahora estaba alli, en mitad de Georgia, sin trabajo, sin pareja y sus expectativas se reducian a una ducha con agua caliente. Nathan la vio dirigirse al unico ascensor que tenia el hotel. Era alta y estilizada, y tenia bastante caracter a juzgar por la rabia que escondian sus ojos y que, esperaba no se la hubiera producido el tiempo de espera frente a la recepcion. Una mujer asi podria hacer lo que quisiera con un hombre, penso. La vio llamar impaciente al ascensor. Nathan se le acerco para apretar el boton por ella. --Quiza alguien se haya dejado la puerta abierta --le comento despreocupado. Tess le miro. De cerca era mas alto de lo que le habia parecido y tambien mas atractivo. Por su estatura, Tess pocas veces encontraba a hombres con los que necesitara levantar la mirada para hablar. Ademas, percibio que olia a algun perfume caro. --Vamos --le dijo el cogiendole la maleta grande sin esfuerzo--. La acompanare a su habitacion. Empezo a subir por las escaleras que habia junto al ascensor. Tess resoplo mas alto de lo que esperaba sin soltar su maleta de mano, y Nathan se giro para mirarla divertido. --?Ha sido un largo viaje? Aqui descansara bien --le aseguro antes de seguir subiendo. Tess le siguio bastante molesta. No le apetecia nada subir escaleras. Si hubiera querido hacer ejercicio se habria quedado en su casa, con el gimnasio, al que iba a diario, a cinco minutos. Menos mal que las vistas no estaban mal, penso fijandose en los pantalones vaqueros del hombre que subia delante de ella. Cuando llegaron a la segunda y ultima planta del hotel, Nathan cerro la puerta del ascensor que se habia quedado medio abierta inutilizandolo. --Problema resuelto --le dijo antes de mirarla y darle opcion de caminar delante de el por el acogedor pasillo que terminaba en la puerta de su habitacion. Nathan sonrio cuando ella paso por delante de el. Ahora era su turno de apreciar sin disimulo su bonito cuerpo enfundado en un abrigo oscuro. No le habia visto alianza en el dedo ni senal de ella, y aunque hacia mucho tiempo que no tenia ninguna relacion, desde su desagradable divorcio, no le importaria cenar con ella algun dia... aunque para eso, tendria que encontrar a alguien que se encargara de la recepcion. Tess abrio la puerta de su bonita y calida habitacion y cuando fue a girarse para cogerle el equipaje a Nathan, el la esquivo para entrar y llevar la maleta junto a la cama de matrimonio. --Espero que disfrute de su estancia aqui, senora McVee. --Senorita --le corrigio ella dandose cuenta inmediatamente despues, a juzgar por la sonrisa de el, que habia sido un gesto intencionado para enterarse de su estado civil. Nathan le sonrio abiertamente y de una manera muy atractiva.

  • Inalcanzable de

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    Nunca me habia imaginado que me enamoraria tan perdidamente de el. A pesar de tener una amistad fuerte, rompimos vinculos hace muchos anos. Quiza lo unico que nos unia ahora era el odio mutuo.
    Los rumores recorren por el pequeno pueblo de Hope, mas rapido de lo que me gustaria creer. Es asi como todo el mundo sabe sobre el y sus pequenos problemas con el cigarrillo, alcohol y drogas ilicitas.
    Lo habia conocido con tan solo ocho anos, todo un nino lindo y coqueto desde pequeno. Recuerdo sus ojos maravillados, como si fuera la cosa mas increible de ver. Siempre fui vista ante los demas ninos como una nina rara por usar frenillos y lentes, pero el nunca me vio asi. Me vio con anhelo y con adoracion desde el principio.
    Bueno, al final, todo cambia constantemente. Y eso paso con nosotros: cambiamos.
    Ahora tengo un novio que dice amarme, aunque se que no es asi. Una amiga dice que no somos el uno para el otro y que no deberia estar con el, pero estoy segura de que lo quiere solo para ella. Y bueno, Athan y yo no nos hablamos mas, salvo que sea cuando nuestros padres se reunen.
    Mis papas adoran a mi novio, Jason, para ellos siempre sera el chico perfecto: ojos verdes, cabello color miel, abdominales marcados, brazos algo musculosos, pero no de manera grotesca; inteligente, millonario y, para variar, educado. Todo un Ken, segun mi madre y mi hermana.
    Se que, segun muchos, Athan no es mas que el “chico malo” de la historia. Pero no era asi, yo no lo conoci de aquella manera y no pretendia que eso me importara. Bueno, tambien tenia varias justificaciones a su comportamiento: tiene dos hermanos que son dos idiotas y un dolor de cabeza; su padre fue un grano en el trasero que lo dejo por una cualquiera; trabajaba el tiempo que podia para ayudar a su mama y a Helen, su hermanita que perdio la movilidad de sus piernas por un accidente, el cual cobro la vida de dos personas importantes en su vida, sus abuelos. Lo entendi, realmente lo hice.
    Y aunque trate por todos los medios de sanarlo, mi apoyo no fue suficiente para el. Ya estoy suficientemente rota para hacerlo. Se suele decir que las personas oscuras necesitan una luz para iluminar su ser, pero creo que yo no soy una luz exactamente. Somos inalcanzables.

  • La promesa de Ruth de Luis David Perez

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    ?Hasta donde estarias dispuesto a resistir por cumplir una promesa?

  • Humo de Jose Ovejero

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    Nos decian que las abejas estaban desapareciendo, pero algunas mananas hay tantas que si salimos de la cabana tenemos que caminar con la boca y los ojos cerrados para que no se nos metan en ellos. En realidad, ya salgo yo sola, si no queda otro remedio, porque la ultima vez que lo hicimos los dos al nino se le introdujeron siete u ocho por las mangas y el cuello de la camisa y le clavaron los aguijones en los brazos y en el pecho. Primero grito muy fuerte, un solo grito que parecia mas de sorpresa que de dolor. Luego rompio a llorar. Sus ataques de llanto no suelen durar mucho. Ademas, se quedo muy impresionado cuando escupi en la tierra y forme un barrillo con los dedos que, despues de extraer los aguijones con las unas, aplique sobre las picaduras. Para que el barro chupe el veneno, le explique. Desde entonces el nino se queda en la cabana, con la frente pegada a la ventana, si tengo que salir en medio de la nube de abejas a cortar lena o a desatascar de lodo el desague roto que va a la fosa septica. Aunque lo remiendo una y otra vez, el cano esta partido por tantos sitios que el barro termina por entrar y se solidifica en su interior, provocando el atasco del retrete. Cuando una de esas pequenas emergencias que me obligan a salir de la cabana coincide con la invasion de abejas, cierro los bajos del pantalon y los punos de la blusa o el jersey con una cuerda. Me tapo el cuello con una bufanda y me envuelvo la cabeza con otra para evitar que se me enreden en el pelo. Al principio me ponia gafas para que no chocasen contra mis ojos, pero siempre se extraviaba alguna por detras de los vidrios, se asustaba y acababa picandome en un parpado. Aunque me he acostumbrado a las picaduras, en el parpado son muy dolorosas y la inflamacion me dificulta la vision durante dias. Pero si podemos nos quedamos en la cabana mirando esas oleadas que se desplazan con movimientos como los de los estorninos. Igual que una bolsa de plastico flotando en el viento, baja, sube, se ondea, parece deformarse. El nino mira en silencio -casi todo lo hace en silencio- y debe de sentir miedo porque me toma de la mano y se sacude a veces como si sintiese escalofrios y se junta un poco mas a mi. Es uno de los raros momentos en que me permite que rodee sus hombros con un brazo. En algunas ocasiones nos envuelven durante tantas horas que acabamos por abandonar nuestro puesto de vigilancia, lo que no significa que nos olvidemos de ellas, porque el zumbido atraviesa las paredes de madera y yo misma me sacudo con frecuencia un insecto inexistente cada vez que me rozo con algo. La piel me pica como si estuviese recorrida, tambien debajo de la ropa, por miles de patitas invisibles. Cuando por fin desaparecen abrimos la puerta y el mira a un lado y a otro para asegurarse de que se han marchado, aunque si estuviesen cerca seguiriamos oyendo el bordoneo de sus alas. En el suelo quedan algunos cadaveres y tambien abejas que no han terminado de morir y caminan atontadas o patalean de espaldas en la tierra. El nino no las remata pisandolas, pero las contempla con desconfianza y a veces, cuando alguna deja de caminar, la empuja con la punta del pie como para asegurarse de que ha muerto. No he conseguido averiguar de donde vienen. Los panales de corcho que se encuentran en el camino del bosque estan abandonados y en ellos se acumulan las hojas secas y telaranas sucias en las que tiritan palitos y restos de insectos. Tampoco se por que vienen; no las veo libar en las flores cercanas a la cabana, no se interesan por jaras ni cantuesos ni retamas e incluso se arremolinan en esta zona en epocas en las que apenas hay flores; tan solo vuelan, apelotonandose unas contra otras en el aire de forma que a veces hasta resulta dificil distinguir las montanas que se alzan al otro lado del valle. Ahora deben de haber pasado dos o tres semanas desde que el ultimo enjambre rodeo la casa. Quiza porque empieza a entrar el frio o porque desde hace dias sopla desde la sierra un viento que las ahuyenta. Aunque en realidad estoy hablando de la misma cosa, porque el frio siempre llega con el viento de la sierra, como si el invierno no pudiese venir desde otro lado. La llegada de ese aire helado me produce todos los anos una sensacion de desaliento y de rabia a la vez. Me paraliza durante horas en el interior de la cabana. Me hace pensar en la huida o imaginar un milagro -mentira, ni siquiera puedo imaginarlo- que venga a resolver mis problemas. Con la entrada del invierno nuestra vida se vuelve aun mas precaria si cabe, mas incierta. Otra vez el hielo. Otra vez la nieve. Sobre todo, otra vez el hambre. ?Tendran temores parecidos los pocos animales que habitan estos bosques? Hace cinco o seis anos que no piso una ciudad y me he acostumbrado a oir unicamente los sonidos que produce la naturaleza. No hay maquinas por aqui cerca y al coche aparcado a cien metros de la entrada de la casa ya le habian robado el motor cuando llegue. Aunque para usar la palabra robar habria que suponer la existencia de un dueno. Por supuesto le faltan las ruedas y supongo que tambien los circuitos electricos. Una de las primeras cosas que comprobe fue si le quedaba gasolina, pero el tubo que introduje en el deposito solo me aporto una bocanada de gases de petroleo, cuyo sabor punzante aun recuerdo. Tampoco funciona el aserradero, que se ha ido desmoronando en medio del bosque de eucaliptos y ahora crecen entre las tablas lilos y piornos, zarzamoras y rosales silvestres. Incluso los aviones que a veces atraviesan el cielo trazan en silencio sus lineas blancas sobre el azul: el aeropuerto mas cercano esta a varios cientos de kilometros y por eso los aviones vuelan a gran altura. Asi que casi unicamente oigo crujidos, zumbidos, silbidos, las hojas rozandose en las ramas unas contra otras, la llamada o la queja de un animal, la lluvia sobre las tejas y la uralita, el viento haciendo tabletear las contraventanas, que quite por ese motivo y porque estaban tan rotas que no protegian del frio. Tampoco el nino es ruidoso. No es que no hable, es solo que puede pasarse dias sin decir palabra. A veces responde y a veces no, otras es el quien, por iniciativa propia, dice algo. Senala y dice: avellanas. Dice arroyo, y lo dice alargando y acentuando la erre, como si le produjese placer pronunciar ese sonido. Dice lluvia. Dice cardo. Dice fuego. Dice ayer, y entonces no se a lo que se refiere. Si le pregunto de donde viene se queda un rato pensativo y dice: tiempo. Ignoro como se llama y quiza ni el lo sepa. Uno de los primeros dias, sentados cada uno a un lado de la mesa de la cocina, lleve el indice a mi pecho y dije: Andrea. No me llamo Andrea, pero es un nombre que me gusta y da igual como me llame de verdad. Esa es una de las pocas cosas que puedo elegir. Andrea, le repeti senalandome. Andrea. Luego lo senale a el. Doblo el cuello para ver donde se apoyaba mi dedo contra su esternon. Yo Andrea, volvi a tocarme. ?Tu? Fruncio el ceno; miraba mi dedo como esperando a ver que venia despues, como si ese gesto fuese el inicio de un acontecimiento interesante. Adios, dijo por fin, que es lo que dice siempre que una situacion lo supera. Desde entonces, cuando estoy de buen humor, lo llamo Adios. Afirmar que el sonrie seria mucho afirmar, pero si tengo la impresion de que sus facciones se destensan un poco, como si estuviese pensando en sonreir. Por las mananas, cuando su rostro esta relajado, apenas abre los ojos al despertar, se diria que tiene seis anos. Hacia la tarde ya ha envejecido, mas bien, se ha desgastado y sus rasgos parecen difuminarse, deshacerse. Entonces recuerda a un chico de diez o doce que acaba de escapar del orfanato en el que lo maltrataban. Me gusta mucho por la manana, me produce alegria vigilar de reojo los gestos con los que explora el diminuto mundo en el que vivimos encapsulados. Hacia la tarde ya siento por el ternura o compasion o las dos cosas mezcladas, me gustaria acunar a ese pajaro recien caido del nido, a ese gato que regresa a casa tras sobrevivir a un chapuzon en el rio helado, a ese perro que a pesar de todo se acerca temeroso a la persona que acaba de golpearlo. Vivo con un animalito que no es del todo domestico, con un ser incapaz de sobrevivir por si mismo y que sin embargo ni mendiga ni se rinde. Si fuese mi hijo estaria orgullosa de el. Contemplo un atardecer incendiado. Las nubes que han pasado casi todo el dia prendidas de la falda de la montana han ido alzandose y ahora flotan sobre los picachos con la panza de color rosa, tinendo la nieve con su reflejo. Ya el sol se ha puesto para nosotros, pero la luz es mas brillante que hace unas horas. Tambien brillan rojizas y amarillentas las ultimas hojas de los alamos y los robles. Bajo la vista y descubro que el gato esta mirando en la misma direccion. ?Tendran los animales un sentido de la belleza? ?Sentiran emocion ante un mar reventando contra la base de un acantilado, ante un bosque invadido por la bruma, ante un cielo que parece a punto de fundirse en un manto de ascuas? El nino, a nuestro lado, dibuja figuras en el polvo: nunca dibuja animales ni personas, arboles ni casas, tampoco nubes o soles. Sus garabatos parecen reflejar un mundo de seres unicelulares: ovalos rodeados de flagelos, formas ahusadas de las que sobresalen antenas, figuras que podrian ser corales o amebas. Acumula un dibujo encima de otro, sin borrar el antiguo, como si se fagocitasen. Mientras tanto el cielo ha pasado del rosa al rojo ascua, los bordes de las nubes son filos incandescentes, pero el fondo del valle se va difuminando, como si se sumergiera en agua turbia. El nino se ha puesto en pie. Cierra los ojos unos segundos y los abre durante un lapso similar, repite la operacion una y otra vez y me pregunto si se cerciora de que cuando abre los ojos el prodigio continua alli. Quiza piense que el mundo solo existe cuando el lo percibe. ?Te gusta?, le pregunto. El asiente, creo, y a veces pienso que nuestra comunicacion va mas alla de lo inmediato, que en realidad hablamos de algo mucho mas amplio y significativo que lo que podrian traducir mis palabras. <>, he escrito, como si de verdad el respondiese con frases mas o menos imperfectas. Luego continua dibujando su mundo geometrico en el que no puedo imaginar que retrata o muestra. Quiza nada. Entre esas lineas y lo que lo rodea es posible que no exista relacion alguna. Tampoco parece encarinarse con ninguna de sus obras; no las examina al terminar -si es que ha terminado algo-, las pisa sin cuidado, no le importa que Miss Daisy o yo hagamos lo mismo. La gata y el nino no pueden explicarme por que hacen lo que hacen, no aportan motivos. Son dos cajas negras imposibles de abrir. Tampoco es que yo les de muchas explicaciones. Convivimos, calladamente la mayor parte del tiempo. Hacemos lo que tenemos que hacer; sin justificarnos. Sin mentir. No puedo imaginar una familia mejor

  • Por una cama de princesa de Hadha Clain

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    Eva vive en funcion a unos principios de honestidad y esfuerzo destinados a compensar sus faltas pasadas. Tras resurgir de los oscuros pozos de la adiccion retoma su vida y establece una serie de objetivos a los que dirigir sus esfuerzos: comprar el atico que siempre ha deseado y tener una cama con dossel digna de una princesa de cuento. Pero sus estructurados planes se tuercen cuando una de las amantes del Jefe le dispara tras una de sus maratones sexuales.

  • Un “te quiero” por Navidad de Christian Martins

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    La carrera literaria de la joven Gabrielle no va demasiado bien y, decidida a dejar ese bache atras y desbloquearse, aceptara escribir un relato con la historia de Logan; un chico que ha viajado muchisimos kilometros para reconquistar al amor de su vida por segunda vez. Logan esta dispuesto a recorrer Nueva York de punta a punta hasta dar con su chica, y Gabrielle le acompanara en esa aventura.
    ?Conseguira Logan encontrar a la mujer de la que esta enamorado? ?Reconquistarla?
    ?Que descubrira Gabrielle durante la busqueda?

  • 48 Horas para un destino de Emi Negre

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    ?Hasta donde llegarias para recuperar todo aquello que amas?

  • En el principio (Coraje y ternura 1) de Victoria Morrigan

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    "?Como he podido pasar de "me cae mal ese chico que siempre saca mejores notas que yo en clase" a "por favor, no me dejes"?

  • Belleza Animal de C. M. Rose

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    No podia creer lo que mis ojos estaban viendo era una casa gigantesca de dos plantas, habia espacio para mas de seis automoviles, parecia una mansion; me dio algo de nostalgia al ver esa casa y recordar mi hogar; parecia mas bien una casa de una familia muy adinerada que de seis personas como me habia comentado la senora Montes, revise varias veces las direccion que me anoto en un pedazo de papel, si era exactamente la misma pero no podia creer que en ese lugar solo vivieran seis personas y todos hombres, debia existir algun error para ello; estaba reconsiderando la idea de buscar otro lugar, pero no tenia mucho dinero para seguir viviendo en un hotel o en cualquier parte necesitaba estar en un lugar fijo; solo era unos dias que podia probar si me gustaria quedarme o si me queria marchar, lo peor que podia perder era mi tiempo. Agarre muy fuerte la llave contra mi pecho, odiaba que la senora Montes no me haya dado mucha informacion de mis companeros, iba ser un poco extrano compartir vivienda con seis hombres, pero la propuesta que ella me dio era tentadora y no me queria rehusar, era algo que me beneficiaba demasiado. Tome una gran bocanada de aire y segui adelante, abri la pequena reja; todo se veia muy limpio en la parte de afuera, el pasto estaba tan verde y parecia recien cortado, arrastrando mi gran maleta me acerque a la puerta y la toque varias veces, nadie abrio la puerta me enoje un poco. No me sentia muy comoda entrando a una casa sin que las personas que vivian alli no supieran que alguien iba a estar cuando regresaran, pero me encontraba muy cansada y lo que mas deseaba en ese momento era poder sentarme, tomar un vaso de agua y dormir un buen rato; no pude soportarlo y entre. – !Buenas tardes! – Grite muy fuerte esperando que alguien me escuchara. – !Buenas tardes soy el nuevo huesped la senora Montes me envio! – Segui gritando tal vez a la nada, pero igual continue esperando que alguien me escuchara. – Perdon la intromision y por haber entrado de esa manera… – Conclui que la casa estaba vacia se encontraba en silencio absoluto; era algo incomodo, era mejor dar media vuelta y marcharme; tal vez esperar en el pequeno portico a que alguien llegara, podria estar allanando una propiedad privada y en vez de estar en la casa podria terminar presa. Me senti aterrorizada y un escalofrio recorrio mi espalda en tan solo pensar en que llegaria estar en prision y la unica llamada tendria que hacerla a mi madre y me mataria por todo esto. Estaba algo perturbada, estar en un lugar que no conocia y que nadie me podria recibir y mucho menos sin saber con quien iba a vivir; ya habia entrado y debia afrontar que estaba en una casa que no era mia, sin permiso. Deje mis cosas en la entrada, pude notar que toda la casa estaba pintada con un tono blanco, el color de los muebles contrastaba de una manera muy estetica; tal vez tendrian a alguien que les limpiara todo estaba impecable, me daba mucha verguenza ensuciarla o arruinarla. No podia ser que seis hombres fueran tan limpios, podrian ser gais y parejas todos; y yo podria incomodarlos, o todos podrian ser hermanos, muchas ideas comenzaron a rondar mi cabeza de que serian estos seis chicos, o que relacion tendrian entre ellos. Me quite los zapatos y me adentre mas a la casa. – ?Hola? – Dije asomandome a la cocina, me sorprendio muchisimo al verla, era muy hermosa, la decoracion era muy sencilla, pero me gustaba; estaba segura que en esa cocina cabian mas de diez personas sin ningun problema; me acerque al frigorifico, se que no estaria bien pero no pude evitar abrirlo, para ver que comian estos hombres. Al verlo de arriba abajo me sorprendio muchisimo que tuvieran carne cruda congelada como para alimentar a un batallon. Menos mal no era vegetariana sino seria un karma para mi vivir con seis carnivoros; toda la estanteria de la cocina estaba de comida enlatada, frituras y caramelos. Parecia que estos chicos comian como animales, nunca habia visto tanta comida y estaba acostumbrada a ver mucha comida al tener una familia tan grande, pero ellos me estaban sorprendiendo sin ni siquiera conocerlos. Sali de la cocina, pero la curiosidad pudo conmigo, revise cada rincon de la casa, el primer piso tenia una habitacion muy grande, pero parecia que nadie la estaba usando, la cama estaba solo con el colchon, y parecia que hace mucho tiempo nadie entraba en ese gran lugar. Me sente en la cama, el colchon parecia comodo no me recoste; si lo hacia me quedaria dormida y eso seria el peor problema porque el que pudiera suceder en este lugar; pase mi dedo por la pequena mesita de noche, la linea por donde pase mi dedo quedo marcada demostrando que habia una gran gruesa capa de polvo e. Si esa llegase a ser mi habitacion tendria mucho que limpiar antes de poder dormir, tenia su propio bano, que tambien se notaba que estaba sin usar desde hace un buen tiempo. Termine de revisar el primer piso y no habia muchas cosas interesantes, sabia que no debia subir, pero no pude residirteme; para mi mala suerte todas las habitaciones estaban cerradas con llave, habia seis habitaciones cerradas y un bano. Baje desanimada las escaleras por no saber ni siquiera como eran, camine hasta el gran salon, habia un sofa de color blanco; me sente un rato mientras me imaginaba como serian mis companeros, a que se dedicarian o que harian de sus vidas, el sofa era demasiado como, me recoste un momento, estaba demasiado agotada para luchar con el cansancio, por mi cabeza comenzaron a pasar imagenes de leones tigres, lobos y zorros, no entendia muy bien el porque; cerre un momento los ojos y me quede profundamente dormida. Capitulo 1 Buscando donde vivir Me comenzaba a arrepentir de haber dejado mi casa, la comodidad de la que estaba acostumbrada, arrastrando la maleta por la calle y muy desanimada, no sabia que iba hacer, o para donde debia irme; aun no tenia amigos y no conocia a nadie, pero aunque estuviera mal por todo lo que habia pasado aun pensaba en iniciar mis clases en la universidad y me lograba animar un poco, habia trabajado tanto para lograrlo y no podia rendirme; pero las cosas no estaban marchando muy bien, pero no podia vivir en una casa compartida donde a todas horas hay personas gritandose groserias o cosas muy obscenas; la ropa sucia de cualquiera terminaba dentro del frigorifico, o alguien dormido encima de la mesa de la cocina desnudo pero creo que lo peor que todas las cosas que sucedian en esa casa eran las cucarachas, creo que hubiera pasado los gritos, la ropa sucia o una que otra vez a alguien dormido completamente desnudo, pero ese animalito no lo tolero, me habia quedado literal en la calle, pero ahora era mi responsabilidad y mi problema ver que hacia para salir de esta horrible situacion. Mi paciencia tenia su limite y estaba por acabarse me comenzaba a desesperar, mis clases estaban por comenzar, necesitaba un lugar lo antes posible para instalarme. Una parte de mi pensaba y se replanteaba en dejar todo botado y regresar al pueblo, despues de la lucha que tuve con mis padres esa idea no me entraba en la cabeza, al dejar la casa estaba segura que mi habitacion, debia estar transformada por uno de mis hermanos. – Hola – Dije atendiendo mi celular. – ?Como que hola no sabes quien soy? – Mama lo siento, estoy caminando y no pude ver quien era. – ?Que estas haciendo tan temprano un sabado en la calle? La ciudad es peligrosa ?No quieres regresar? – No mama – <> pense mientras se me ocurria que inventarle a mi progenitora. – Estoy conociendo la ruta que debo tomar todos los dias para ir a la universidad. – Menti. – Bueno tu sabras como hacer las cosas, no me hagas caso mas bien dame el numero del telefono de donde estas viviendo. – !?Que?! – Me exalte – ?Para que lo necesitas? – Si no atiendes ese aparato puedo llamar a esa casa para que me digan que estas haciendo. – Era increible por lo que estaba pasando. – Mama no tienen telefono ahi. – no se si estaba mintiendo o siendo honesta. – !?Como que no?! – mi mama estaba histerica, comenzo a gritar y no se por cuanto tiempo lo estuvo haciendo, segui caminando con mi maleta y mi celular alejado de mi oido, estaba segura que no queria quedarme sorda por los gritos de ella. – Mama no lo se, la verdad no he pregunte. – Pregunta de una buena vez – Necesitaba decirle algo para tranquilizarla. – Esta noche te llamare y te dire si hay o no hay telefono ?Te parece? – No muy convencida acepto; se que no estaba de muy buen genio, pero necesitaba que se tranquilizara, entre en panico. – !Dios iluminame! – Grite de la desesperacion que ese momento me consumio. Las personas me miraron como si estuvieran viendo a una loca. No estaba tan lejos de enloquecerme entonces no me molestaba que miraran de esa manera. Los dias pasaron y mi primer de clase llego, odiaba tener que dormir en hostales, era muy incomodo, teniendo una maleta gigante. Llegue a la facultad con una mi fiel compania que era la maleta morada que mis padres me habian regalado, los demas estudiantes me observaban de una manera extrana, no los puedo culpar nadie va a una universidad con una maleta llena de cosas y tan grande; estaba segura que este dia iba a ser demasiado largo. No podian seguir asi, esa semana debia pagar un hotel por lo menos para poder dejar mis cosas en un lugar seguro. Ojala ese fuera mi unico problema, todos los dias tenia a mi madre llamandome a preguntarme como eran mis companeros y que se los pasara para poder hablar con ellos. Todo se empezaba a complicar cada dia mas, el dinero que mis padres me enviaban, mas el que habia ahorrado desde la secundaria se estaba agotando con los dias. Necesitaba encontrar un trabajo de medio tiempo al igual que un lugar bueno, bonito y no muy costoso para vivir. Despues de la tormenta por fin llego la calma y las cosas comenzaron a mejorar, aunque no tuviera un lugar donde vivir, encontre un trabajo de medio tiempo, lo cual me venia como anillo al dedo, teniendo ya una entrada economica, me sentia un poco mas tranquila. Pero me gustaria encontrar un lugar donde pudiera vivir mas tranquila y sentirme mas comoda, aunque el hotel era bueno no era lo mismo que estar viviendo en una casa con companeros, o en un departamento sola. Un dia escuche a unos companeros hablando de que en la cartelera de nuestra facultad publicaban, lugares que alquilaban desde habitaciones, casas compartidas hasta departamentos para uno solo. Las cosas estaban mejorando y era algo que me alegraba muchisimo. Estaba muy enojada, llame a cada lugar de los que habia visto en la cartelera, ya estaban alquilados o pedian demasiado dinero y era el momento que no tenia tanto como para pagar, cada dia iba a revisar la cartelera, para ver si habia algo nuevo, o quizas disponible. Posiblemente fue cosa del destino o suerte no estaba segura, pero era la direccion de una mujer Emma Montes duena de una empresa de bienes raices; ya habia desgastado todas mis ideas asi que no perdia nada en intentar hablar con ella. En mi ultima clase de ese dia estaba demasiado ansiosa, queria ir a ver a la senora Montes, queria salir de la situacion tan horrenda en la que me encontraba; estaba contenta de que ese dia no trabajara, fue un alivio poder estar tranquila en mi busqueda; no fui al hotel aun tenia un par de horas para la guardar mis cosas, antes de que me cobraran otra noche. Tome el metro, con cada estacion menos sentia que estaba mas cerca de una solucion que me beneficiaria, me puse a ver por la ventana pensando en que conseguiria algo muy bueno. Por fin despues de unos minutos por fin llegue a mi destino, sali del vagon como si me estuvieran persiguiendo, segui la ruta que habia encontrado; camine un par de calles hasta que por fin encontre el lugar que tanto ansiaba, un letrero gigante con el nombre de Emma Montes me hizo sentir la persona mas dichosa del mundo. – !Buenas tardes! – entre saludando, esperando que alguien apareciera. – Bienvenida buenas tardes. – A los pocos segundos aparecio una mujer vestida con un perfecto vestido blanco y una chaqueta roja; con una pequena placa dorada con su nombre. – Busco a la senora Montes. – Dije, mirando a la mujer que me sonreia, parecia una modelo de pasarela, aunque ya pasara los cuarenta se veia demasiado bien; tenia unos tacones negros que eran bastante altos; su cabello tan negro como el carbon le llegaba un poco mas abajo de los hombros, detras de esas curiosas gafas amarillas escondia unos espectaculares ojos azules. – ?Que necesitas linda? – Me pregunto mirando sobre las gafas. – Es que … necesito un lugar donde vivir… – Titubee por un momento – ?Usted me puede ayudar? – La mire esperando respuesta ella se limito a sonreir. – Claro que te puedo ayudar, acompaname a mi oficina. – Ella camino por un pasillo, donde habia mas personas, algunas hablando por telefono, otros mirando una especie de folletos y otros escribiendo sin darse cuenta de la presencia de la senora Montes o mia, se encontraban muy concentrados en sus trabajos, todos los cubiculos estaban ocupados, se escuchaba el bullicio de todos hablando. – Sigue por favor. – Antes de que la puerta se abriera pude leer la inscripcion “Emma Montes Gerente General” – ?Como te llamas? – Me pregunto rodeando el escritorio que ocupaba gran espacio de la oficina. – Jessica. – Me sente en una de las sillas de cuero blanco frente a la Senora Montes, por la decoracion de su oficina pude notar que ella amaba el blanco, todas las paredes tenian el mismo color, al igual que la alfombra peluda. Tambien parecia que le gustaba muchos los gatos, tenia cuadros con gatos pintados al igual que una pequena estatua y otras cosas con la tierna forma. – Bueno Jess. – <> La senora Montes era un poco confianzuda conmigo. – Yo soy Emma Montes, por favor dime Emma. – Me miro fijamente con una sonrisa de oreja a oreja. – Cuentame que es exactamente lo que deseas. – Llegue a la ciudad hace un mes y estaba en una casa compartida con mas personas, pero las cosas se descontrolaban, fue terrible, despues de eso he vivido en hostales y ahora me encuentro en hotel. – ?Estas en un hotel ahora? – asenti. – Un hotel en esta ciudad es muy costoso, necesitamos encontrar algo para ti y pronto. – ella comenzo a buscar algo en su computadora que no podia faltar que fuera de un blanco mate muy hermoso.

  • La guardiana del ambar de Freda Lightfoot

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  • Hombre de honor de Judy Christenberry

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    FACTURAS, facturas y mas facturas. Abby Stafford suspiro mientras repasaba el correo. La cena estaba sin hacer y Robbie, en el salon, miraba la television con gesto impaciente. Podia oir la musica de su programa favorito mientras el cantaba a todo pulmon, desafinando como siempre. Si no le hubiera dado un quesito para que se entretuviera, estaria yendo detras de ella por todo el apartamento, como un cachorro hambriento. Robbie tenia cuatro anos y medio, pero ella solia llamarlo carinosamente <>. Como su padre, penso. Pero Robbie era lo mas importante del mundo para ella. Un golpecito en la puerta interrumpio sus pensamientos. Tenia que ser Gail otra vez. Por mucho que le dijera a su vecina que no estaba interesada en que le buscase una cita, la mujer no cejaba en su empeno. --Ya te lo he dicho, Gail --suspiro, mientras abria la puerta--. No estoy interesada. --Y yo no soy Gail. El timbre de esa voz era inolvidable, terriblemente familiar. Antes de que pudiese levantar la mirada, las facturas se le cayeron de la mano, planeando suavemente hasta el suelo. Abby penso que iba a pasarle lo mismo, aunque ella caeria con menos gracia. El hombre al que habia amado desde que tenia dieciseis anos por fin habia aparecido en su casa. --?Que haces aqui? --pregunto, con voz temblorosa. No habia visto a Nick Logan en cinco anos, desde el funeral de su padre. Desde que la muerte de Robert Logan habia destrozado sus planes de boda. Sus suenos de irse a Cheyenne y dejar atras Sydney Creek, el pueblo en el que ambos se habian criado. Abby lo miro. Lo miro desde el pelo oscuro hasta las botas. Aquel hombre habia mejorado con la edad. Seguia siendo igual de alto, pero ahora parecia mas musculoso, gracias, sin duda, a su trabajo en el rancho. Y tenia arruguitas alrededor de los ojos castanos, seguramente de guinarlos para evitar el sol. Nick tambien se tomo su tiempo para observarla mientras sostenia el sombrero Stetson con una mano. --He venido a verte. Pero el tono de su voz no era agradable. Era duro, como el. No habia nada de la delicadeza con la que solia tratarla anos atras. --Yo… no sabia que estuvieras en la ciudad. --Si, bueno. Cuando Julie me escribio para decirme cuanto la habias ayudado desde que se mudo a Cheyenne, pense que debia venir a darte las gracias. Habia sido un placer ayudar a la hermana de Nick; eran amigas desde siempre. --Es muy amable por tu parte, pero… --No te equivoques, Abby. No me siento precisamente amable --la interrumpio el dando un paso adelante--. !Estoy furioso contigo! --?Por que? --Como si no lo supieras. Ella lo sabia, pero no pensaba admitir nada a menos que tuviera que hacerlo. De modo que mintio: --Pues no, no lo se. !Y si vas a ser tan grosero, por mi puedes desaparecer otros cinco anos! --Abby estaba a punto de darle con la puerta en las narices cuando oyo la voz de Robbie a su lado. --Mama, ?la cena esta lista? La mirada de Nick se suavizo al ver al nino. --Hola. Me parece que no nos conocemos. ?Como te llamas? --le pregunto, poniendose en cuclillas. --Robbie. ?Tu quien eres? Abby trago saliva. --Nick, no, por favor… El la miro un momento. En sus ojos no habia simpatia alguna. --Soy un amigo de tu madre --le dijo--. Me llamo Nick. Y me alegro de conocerte --anadio, ofreciendole su mano. Robbie la estrecho, sonriendo. --?Eres un vaquero? Abby nunca le habia hablado sobre vaqueros. Habia evitado ese tema, pero hacia unos dias su profesora les habia leido un cuento sobre un perro que ayudaba a un vaquero a guiar el ganado. Y desde entonces su hijo no hablaba de otra cosa. --Si --contesto Nick--. Soy un vaquero. ?Te gustan los vaqueros? Robbie asintio con la cabeza. --?Y montas a caballo? --Claro. ?Quieres que vayamos a montar juntos? Robbie miro a su madre. --?Puedo, mama? --!No! Tienes que ir al colegio manana, carino. Y ahora ve a lavarte las manos. Estamos a punto de cenar. Evidentemente, Nick no se tomo muy bien el rechazo. --Antes de irte, Robbie, quiero preguntarte una cosa. Pareces muy mayor. ?Cuantos anos tienes? Esa era la pregunta que Abby no queria que contestase. --Cumplire cinco en… ?cuantos meses, mama? Ella no respondio. En lugar de hacerlo, lo empujo suavemente hacia el cuarto de bano. Luego se volvio, rezando para que Nick se hubiera ido. Pero el hombre seguia alli, sus anchos hombros ocupando todo el umbral de la puerta. --?Por que no me lo habias dicho? No tenia sentido negarlo. Ademas, le debia una respuesta. --Me dijiste que debia irme a la ciudad, que debia vivir mi vida, ?te acuerdas? -- Abby intento, sin conseguirlo, borrar la amargura de su tono. --!Pero no sabia que estuvieras embarazada! --Yo tampoco. Nick respiro profundamente, pasandose la mano por el pelo oscuro. --Podrias habermelo dicho. Estamos en el siglo XXI, Abby. Hay muchas maneras de ponerse en contacto con la gente. Ella se estiro todo lo que le permitia su metro setenta y tres de estatura. --?Para que? ?Para angustiarte aun mas? Tu madre no se separaba de tu lado y habia cinco ninos que dependian de ti. ?Necesitabas otro? --!Abby, es mi hijo! ?Crees que le habria dado la espalda? --No, a el no, pero a su madre si --contesto ella, apartando la mirada. Todo se habia ido al traste cuando el padre de Nick murio. Las responsabilidades y las obligaciones hacia su familia le pesaban como una losa, haciendo que no le quedase nada para Abby, la mujer de la que, supuestamente, estaba enamorado. --Abby, intente hacer lo que me parecio mejor para ti. --Ah, ?si? ?Y quien me habia puesto a tu cargo? El la miro, turbado. Nadie le llevaba la contraria, nadie se atrevia a enfrentarse con el. Pero Abby no pensaba echarse atras. --?Ibas a quedarte en Sidney Creek despues de terminar la carrera? ?Eso era lo que querias? --pregunto Nick. --Queria poder elegir --contesto ella. Nick nego con la cabeza. --No podia dejar que hicieras eso. Te habias esforzado mucho para terminar la carrera y tenias un trabajo esperandote en Cheyenne… --Y tu tambien --lo interrumpio Abby. --Pero yo tenia otras responsabilidades. ?No entiendes que tuve que hacer lo que hice? Ella asintio con la cabeza. --Yo tambien. --?Esconderme que tenia un hijo durante casi cinco anos? --le espeto el. Abby no queria que aquello se convirtiera en una bronca, de modo que respiro profundamente. --Lo mejor es que te marches, Nick. --!De eso nada! Tu has tenido a Robbie durante cinco anos, ahora es mi turno. Esta ciudad no es sitio para criar a un nino.

  • Junior de Nadia Noor

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    La suave brisa de mayo mece con delicadeza el arco nupcial formado por flores niveas y una sinuosa hilera de yedra verde. En el ambiente reina la alegria, propia de una ceremonia de esas caracteristicas, y el olor salado del mar se desperdicia entre los caros perfumes femeninos. De fondo se escuchan los acordes de un piano, que entona una sentida cancion lirica, a la que nadie presta atencion. Estoy de pie, junto al altar improvisado, soportando con entereza los minutos previos a la llegada de la novia. Minerva, mi madre, me da un breve apreton en el brazo para infundirme animos. Su presencia me reconforta, aportandome templanza sin necesidad de palabras o gestos. Inclino la cabeza y nuestras miradas, del mismo tono grisaceo, se encuentran y nos sonreimos. Mi padre, Cristian, se mueve entre los invitados asegurandose que estan bien atendidos. Viste un traje color gris antracita, de corte impecable y tela exquisita, camisa blanca almidonada y corbata estrecha de seda natural. A sus cuarenta y cinco anos luce el mismo cuerpo atletico de siempre, que mantiene en forma con largas sesiones de gimnasio y duros entrenamientos. Dieciseis anos atras, se caso con mi madre biologica y, aun cuando sus principios como pareja fueron un tanto atormentados, mantienen en la actualidad uno de los matrimonios mas estables y envidiados del panorama futbolistico. Dejo de prestarle atencion a mi progenitor, levanto un poco la manga de mi impoluta camisa y consulto de forma disimulada el reloj. Faltan solo tres minutos para las doce. ?Por que narices pasa el tiempo tan despacio hoy? Las masas, las ceremonias, ser el centro de atencion no son mi punto fuerte, pero mantengo la calma sabiendo que algunos compromisos son inevitables. Como mi boda, por ejemplo. Cambio el peso corporal de una pierna a otra demasiado tenso para mantenerme quieto. Percibo como todos los musculos de mi cuerpo estan en fase de alerta maxima. Me pregunto si todos los novios pasan los mismos apuros antes del enlace. Lo mas seguro es que si. Necesito mantener la mente ocupada asi que vuelvo a consultar el reloj. Sus agujas se mueven con una lentitud demoledora que me saca de quicio. Dos minutos, eso es lo que falta para que la mujer que amo desde que tengo uso de razon, se acerque a mi vestida de blanco. Por delante de mis ojos pasa una sucesion de imagenes nuestras siendo ninos. Desde el primer instante en que la vi, mi corazon comenzo a latir por ella. Maria es valentia, coraje, firmeza, no hay obstaculo en el mundo que se le resista. Es pasion, fuerza, entusiasmo, un verdadero tsunami que arrasa con todo a su camino. Es hermosa y de buen corazon. <>, me felicito orgulloso. <>, me corrige una voz envidiosa en mi cabeza. Siente celos de mi felicidad y es comprensible. Pocas personas en el mundo tienen la suerte de casarse con su primer amor. Ese que te quita las ganas de comer, el sueno y te mantiene con la mirada atrapada en las esquinas del techo de tu cuarto. Me considero un hombre afortunado, hasta la fecha todos mis suenos se han hecho realidad. Mi yo al completo se encuentra en un estado apoteosico y mi autoestima en su nivel mas elevado. Los sonoros acordes nupciales interrumpen mis reflexiones provocando en todo mi cuerpo una inmensa explosion de calor. Un nudo grande se aloja en mi garganta, no se donde mirar ni que hacer con mis manos que, de pronto, me pesan mas de lo normal. El gran momento ha llegado y yo estoy demasiado agitado para disfrutarlo. <>. Inspiro lentamente y meto la mano en el bolsillo del pantalon aparentando sosiego. Dejo salir el aire de mis pulmones y le devuelvo la sonrisa a mi padre. Sus ojos oscuros me exploran con atencion, soy un maldito libro abierto, un ser incapaz de ocultar sus emociones. El lee entre lineas y me levanta el pulgar, para animarme. Ese pequeno gesto, muy nuestro, consigue reconfortarme. Cuadro los hombros y me armo de valor. Observo desde la distancia a mi prometida. A pesar del largo tramo que nos separa, nuestras miradas se encuentran y, lo que veo, hace que me tense todavia mas. Maria esta espectacular con su precioso vestido de seda, en tono beige, de corte sencillo y tela delicada. Una pretina con finas incrustaciones plateadas delimita la falda larga, simple y sin aderezos del corpino liso previsto de un moderno escote rectangular. Su pelo negro, lacio y lustroso esta adornado con decenas de flores minusculas y sus labios, pintados en un sutil rosa petalo, lucen exquisitas. Camina del brazo de su hermano menor, John, y, a primera vista, parece lo que es, una novia que se acerca al altar el dia de su boda. Pero algo no va bien, sus ojos miran en todas las direcciones menos en la mia y arden angustiados. Avanza insegura por el ancho pasillo central cubierto por una vistosa alfombra verde, su cuerpo esbelto esta tenso y sus hombros estrechos, cubiertos por el tul transparente del velo, rigidos. Aprieta los labios como si se estuviera aguantando las ganas de llorar. Si algunos minutos atras los nervios previos al enlace me reconcomian por dentro, ahora me siento invadido por gigantescas oleadas de panico. Me cuesta mantener la mano en el bolsillo, asi que la saco y me la paso por el pelo, sabiendo de antemano que me alterara todavia mas. Cambio el peso corporal de una pierna a otra y vuelvo a dejar la mano a buen recaudo, en el bolsillo del pantalon. Molesto conmigo mismo por este momento de inseguridad, trato de sobreponerme. <>, me calma mi yo interior. <>. Esa breve explicacion alivia mi ansiedad y renueva mis animos. Nos separan pocos metros de distancia asi que le sonrio buscando conectar con ella, pero su mirada perdida, da la impresion de hallarse a mil anos luz de mi. De pronto, detiene sus pasos y hace una sena con la mano, dando a entender que desea hablar. Este pequeno gesto tiene el poder de una rafaga ruidosa, ya que, en cuestion de segundos, todos los asistentes dejan de lado sus conversaciones y se centran en ella. <>, me pregunto para mis adentros, hecho un mar de dudas. El hombre que toca el piano, al advertir que debe interrumpir su pequeno minuto de gloria, levanta la mirada confundido. Con las manos aun sobre las teclas detiene la musica malhumorado. Se une a la multitud y centra su atencion en la novia. Mis sospechas se multiplican, observo decaido que la mayoria de los invitados esperan expectantes su discurso. En los dias previos a la ceremonia hemos ensayado varias veces el acto en si. El cometido de Maria era llegar hasta mi, enlazar sus manos con las mias, sonreirnos y sentarnos ante el alcalde encargado de oficiar la ceremonia. Solo eso. No entiendo nada. Ni yo, ni los trescientos invitados que no despegan los ojos de ella, esperando intrigados su discurso. Observo que al coger el microfono, sus manos tiemblan ligeramente y se muerde el labio inferior, tratando de no venirse abajo. Tengo un mal presentimiento pero no puedo impedir el avance de los acontecimientos. Tras unos instantes cargados de tension, saluda con timidez, provocando que el murmullo de los invitados se apague de golpe y un denso silencio envuelva la atmosfera. --Hola a todos y muchas gracias por venir. --Intenta mostrarse serena pero las palabras le salen atropelladas y su tono de voz suena diferente, como si fuera el de una desconocida. Recorre con la vista la multitud, aunque no mira a nadie en concreto. Tras unos segundos de titubeo lanza al mundo una noticia de lo mas desconcertante--. Lamento deciros que yo no... no voy a casarme hoy con Junior. ?!Que!? Un monton de senales de interrogacion se multiplican dentro de mi cabeza y hago un esfuerzo sobrehumano para que mi barbilla no colisione con el reluciente cesped que parece bailar bajo mis pies. Los peores presagios se estan materializando ante mis ojos abiertos como platos. Las rodillas se me convierten en gelatina y un gran vacio comienza a formarse en mi interior. Los labios se me resecan y no puedo tragar. Aprieto el puno hasta que los nudillos adquieren un tono blanquecino y acepto agradecido la mano que mi madre posa sobre mi brazo. No soy capaz de mirarla, ni a ella ni a ninguno de los trescientos invitados que me observan boquiabiertos. Y no puedo culparlos, han acudido vestidos con sus mejores galas dispuestos a acompanarme en el dia mas feliz de mi existencia y se encuentran con el marron del siglo. Nunca he experimentado la sensacion de caida libre al vacio y, si antes no sabia que hacer con las manos, ahora me sobran todas las partes del cuerpo. Los ojos me arden, el corazon se me contrae y una enorme garra se clava en mis entranas. Quisiera desaparecer, tener una capa bajo la cual ocultar mi metro ochenta de altura y esfumarme de alli. Pero no la tengo, asi que sigo de pie, con la cabeza bien alta, tratando de comprender lo incomprensible. Busco con insistencia conectar con ella y, esta vez, me devuelve la mirada. Sus ojos oscuros, de normal complemente limpios y serenos, lucen turbios y acuosos. Me mira con cierta emocion, una mezcla de amor y dolor infinito que, lejos de aclararme nada, me ahondan mas en la desesperacion. <>. Una vez superada la sorpresa inicial, me siento invadido por oleadas de enfado. <>, le recrimino en mi mente, porque soy demasiado orgulloso para hacerlo en voz alta. La confusion que habita en mi cabeza no hace mas que crecer. La situacion es muy reveladora: por algun motivo, extrano y desconocido, mi prometida esta renunciando a mi en publico. En la punta de mi lengua se amontonan decenas de preguntas pero el orgullo me impide hablar. Me sorprendo hasta yo cuando su nombre sale de mis labios en forma de doloroso lamento. --Maria. Al escucharme, traga con dificultad; es evidente que mi reproche silencioso la ha afectado. Alza la barbilla como si se estuviera preparando para una gran batalla y rompe de forma inconsciente los petalos de las rosas que forman el ramo nupcial que sostiene en la mano. Parece atormentada, pero no da senales de retractarse. Su voz suena impersonal, fria y, desprovista de todo sentimiento, cuando lanza su sentencia final: --Yo... lo siento Junior, tenemos que anular la boda, he comprendido que... no te quiero. Esas palabras que van dirigidas a mi se convierten al instante en navajas afiladas que se clavan con dureza en mi piel. Mantengo la compostura, aunque el sepulcral silencio formado a mi alrededor no me ayuda demasiado. La analizo con atencion y no aparto los ojos de ella hasta que no me sostiene la mirada. Parpadea angustiada y, por un breve instante, siento que lo que estoy viviendo es una alucinacion, un mero producto de mi imaginacion. No puedo estar pasando por esta pesadilla el dia que, supuestamente, deberia ser el mas feliz de mi vida. Sus siguientes palabras me rematan con tanta dureza que me pregunto de donde sacare las fuerzas para reponerme. --Eres el nino mimado de tus padres, demasiado infantil para ser un hombre de verdad. Por mi parte, la boda queda cancelada. A modo de camara lenta observo como deja de lado el microfono, se da la vuelta y, agarrando los pliegues del vestido, acelera el paso, seguida de su hermano, un adolescente de tan solo catorce anos, que agacha la cabeza, confundido ante el lamentable espectaculo ofrecido por su unica hermana. Nadie abre la boca para romper el molesto silencio que reina alrededor; los invitados se limitan a espiarme de reojo lanzandome ojeadas cargadas de lastima porque, ante el brusco e inesperado rechazo de Maria, han quedado demasiado impresionados. Durante todo ese tiempo yo sigo parado en el mismo lugar, bajo el arco cubierto de flores que da la impresion de reirse de mi y de mis ilusiones. Apenas puedo creer que la mujer que amo con locura desde que soy un nino me haya abandonado en publico. ?Que no me quiere? ?Que soy el nino mimado de mis padres? ?De que va toda esa locura? No se cuanto tiempo ha pasado desde que se fue. Soy incapaz de hablar, de pensar, y mucho menos de ir tras ella para pedirle una explicacion. Mi parte racional me pide reaccionar, aunque mi disperso cerebro funciona a medias. No existe un maldito manual de instrucciones que ensene a un novio rechazado la manera de comportarse, asi que me limito a presenciar impasible como mi vida se esta desmoronando. Mi orgullo esta gravemente herido y mi yo al completo hecho pedazos. Por un segundo, fantaseo con la idea de que el suelo se rasgue bajo mis pies y me hunda en el frio y acogedor corazon de la tierra. No quiero ver ni hablar con nadie. Pero mis deseos no son concedidos y el cuidado cesped no da senales de querer acogerme en sus entranas. <>. Hago un esfuerzo sobrehumano y muevo las piernas. Algo tan comun y automatico como caminar me resulta sumamente dificil. Minerva quiere acompanarme pero detengo su intento con un gesto. Mi padre se mueve alterado entre los invitados, tratando de restablecer el orden. Le toca capear el temporal, aunque eso no me preocupa, es un hombre de recursos y se que por mi, seria capaz de mover el sol de sitio si fuera necesario. De un modo u otro, quitara importancia al hecho que su unico hijo acaba de ser plantado ante el altar. Los invitados no me pierden de vista, pero nadie se atreve a importunarme ni a dirigirme la palabra, ni siquiera Alan, mi intimo amigo desde la infancia. Es jugador de baloncesto y mide diez centimetros mas que yo por lo que su presencia no pasa desapercibida. Cuando paso por su lado se limita a darme una palmadita consoladora en el hombro y me envia con sus ojos castanos, colmados de preocupacion, un mensaje del tipo: <>. Hago un gesto imperceptible de agradecimiento y sigo andando lo mas digno que puedo en direccion al hotel, que mi padre ha reservado en exclusiva para mi boda. A pesar de estar aturdido, me esfuerzo en guardar la compostura mientras avanzo, con la cabeza gacha y el rostro ensombrecido. Mis padres me alcanzan, deseosos de acompanarme en estos duros momentos; rechazo sus intentos con un gesto categorico. Soy un animal herido que necesita un lugar apartado para lamer sus heridas en solitario. La puerta giratoria de la entrada del hotel comienza a moverse al detectar mi presencia y, mi perfil, reflejado en el cristal atrae mi atencion. Sonrio con amargura. A pesar de las circunstancias, me mantengo en pie con dignidad. Mi exterior no esta tan danado como mi interior y eso hace que mi autoestima levante un poco la cabeza. Piso el reluciente suelo de marmol de la recepcion, soportando resignado las miradas de las empleadas que no saben como tratarme. Y no es para menos. A sus ojos, soy el estupido futbolista famoso que ha reservado un prestigioso complejo hotelero para celebrar su boda y, todo, para acabar rechazado por la flamante novia. El apuro de la recepcionista al entregarme la llave de la suite nupcial, me provoca un repentino y violento ataque de risa. Cuando logro calmarme, suelto la pregunta que me quema la lengua: --?Se ha marchado? La chica me fija con los ojos desorbitados, asintiendo levemente con la cabeza. Puedo ver en los iris azulados que se asoman entre sus pestanas encorvadas, la gran lastima que me tiene y siento rabia contra mi mismo por no haberme quedado callado. He sufrido una vertiginosa caida, no hay necesidad de que me arrastre por el suelo. --Si, senor Cros --responde en tono bajito y lastimero--. La nov... Quiero decir, la senorita Medina, ha cogido el primer taxi disponible. Ni siquiera se ha molestado en quitarse el vestido de novia. Me siento estupido, muy, muy estupido, ya que por una milesima de segundo albergo la esperanza de que me este esperando para darme una explicacion, para pedirme perdon. Mi corazon sangra, herido de muerte, anhelando ser reconfortado por un balsamo reparador. --Gracias. --Es todo lo que logro decir. Los siguientes segundos pasan con lentitud y un silencio embarazoso se forma entre nosotros. Me gustaria anadir alguna chorrada para que la empleada del hotel no se quede con mi imagen derrotada, pero es superior a mis fuerzas pensar. --A veces, las apariencias enganan --anade ella en tono disculpatorio, deseosa de echarme un cable salvavidas, como si esa frase hecha me fuera a ayudar en algo. --A veces, pero no siempre --respondo con amargura. La recepcionista me entrega la llave y, para alivio de ambos, damos nuestra pequena conversacion por finalizada. Reuno los pedazos rotos de mi orgullo maltrecho y me dirijo lo mas digno posible al ascensor. Mientras me subo a la tercera planta, donde se encuentra la suite reservada para mi noche de bodas, noto como el peso del mundo entero se aloja sobre mis hombros encogidos. Me quito con lentitud la pajarita que adorna el cuello almidonado de mi camisa y me desabrocho los tres botones superiores. Liberar el cuello de la presion hace que me sienta un poco mejor y me permito reflexionar sobre lo ocurrido. Maria, el amor de mi vida, me ha abandonado con unas palabras duras e hirientes. Desconozco el porque y, en este momento de crisis personal, sus razones carecen de importancia. Hay instantes en la vida en donde los hechos hablan por si solos. El ascensor se detiene y sus puertas se abren con un clic sonoro. Camino distraido hasta la habitacion 301, que encuentro al fondo del pasillo central. Entro y cierro la puerta a mis espaldas. Apoyo mi cuerpo en ella y me tapo los ojos, aliviado. Ahi, en la intimidad de esas cuatro paredes, me siento a salvo. Se que es una solucion provisional, en algun momento tendre que dar la cara al mundo y soportar las consecuencias de ser un novio rechazado.

  • Diez preguntas que la ciencia (todavia) no puede contestar de Nora Lia Bar

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    Porfiada acumuladora de datos simpaticos, cronista infatigable, en este libro Nora Bar nos guia a traves de la cocina de los hallazgos cientificos fundamentales del siglo XX, tomando como excusa diez incognitas que la ciencia aun no logra resolver. Desde que sucedio antes del Big Bang hasta por que dormimos, su propuesta nos lleva a recorrer la historia de la ciencia occidental a partir de anecdotas desopilantes y datos curiosos, extranos azares y situaciones por momentos paranormales.

  • Tiramisu al ron de Milly Johnson

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    Ven, Roz, Olive y Frankie se conocen desde el colegio. Sonaban con un futuro glorioso, lleno de riquezas, romance y trabajos fabulosos. !El mundo seria suyo! Veinticinco anos mas tarde, Olive limpia casas para mantener a un marido en paro y a una suegra impedida. Roz es incapaz de demostrarle amor a su companero Manus porque su mujeriego exmarido ha destrozado su capacidad para confiar en los hombres. Y parece que nadie sabe nada de Frankie… Pero Ven esta decidida a reunir a sus amigas y a convertir el sueno que tenian desde ninas en realidad.

  • Euforia de Xavier Bosch

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    ?Que fue de Dani Santana? El periodista esta enyesado de arriba abajo en un hospital tras un intento de asesinato. En la clinica traba amistad con el Gratu, un jugador de rugby juvenil que ha quedado en silla de ruedas. El Gratu, paciente inquieto y hacker compulsivo, arrastra a Santana a investigar ciertas practicas que han llevado nuestro sistema sanitario a la ruina. Mientras tanto, llega a Barcelona uno de los hombres mas ricos del mundo. El empresario mexicano Roberto M. Faura, lider de la telefonia movil, negocia con el gobierno la instalacion del parque tematico mas grande de Europa. Las protestas ciudada!nas, el intento de saltarse la ley y las condiciones del poder haran tambalear un proyecto que parece vital para reflotar la economia del pais. Pero no todo es como cuentan los periodicos.

  • Sin pretenderlo (Bolonia 4) de Laimie Scott

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  • El funeral de las Cadenas_LA MISMA SANGRE de Adhemar Antunez

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    pitulo – 1 El mundo tiene tantas historias como dias girando, sin embargo, todas ellas intentan ser en su complejidad, diferentes a la mia. Y aunque muchas veces las historias contadas son ficticias, no logran conquistar al lector, no lo atraen y lo empujan a sentirse identificado, incluso, no lo hacen encontrar sentido a las palabras que lee. Yo se que mi poesia es ambigua, y se bien que le falta protagonismo, aunque pueda escucharla en mi mente a la hora de crearla, no es buena, la realidad es otra, no logro plasmar lo que en definitiva quiero escribir. Por eso, estoy pensando en dedicarle algo de tiempo a los relatos, a los cuentos, dejar en pausa por un tiempo los versos libres de mis sonetos. Pero no tengo idea, ?por donde comenzar? Es verdad que la inspiracion suele nacer en cualquier momento, en un instante fugaz, que una idea es capaz de florecer, ahi, donde menos se espera. Estoy un poco perdida, me faltan pensamientos y no logro concentrarme, la primera oracion que me indique que voy por buen camino, no se hace presente. No siento las letras que escribo, las vocales y consonantes van y vienen, pero no se llevan, no tiene sentido seguir. Mejor dejo por hoy, no seguire forzando mi cabeza, cuando menos lo piense, una idea vendra a salvarme. Hoy es viernes, y ya se que me espera en la facu. Lo mas seguro es, que el profesor de literatura saldra con una de sus ideas de misterio. Temo que la tarea de esta semana sea todo un reto, o un pensamiento distorsionado, porque en realidad nunca se sabe que pasa por la cabeza de ese loco de las letras. Mientras no sea ir a recorrer las ferias y buscar un libro que perdio hace treinta anos, y que jamas pudo encontrar. !Pobre profesor!, sigue atormentado por el no hallazgo de lo que el cree, es una obra insuperable de la literatura. He llegado a pensar, que ese libro tan extraordinario solo esta escrito en su pobre mente. Bueno, este dia sera toda una prueba a la hora de satisfacer su sueno, pero yo lo entiendo, porque nunca hay que perder lo que aun no se alcanza, y con las mismas ganas, jamas hay que dejar de sonar. Ya se me hace tarde, para colmo los viernes tengo que pasar a levantar todas las fotocopias y llevarlas a la clase. Las de esta semana, son todas referidas a Benedetti. La verdad es una sola, y es que me queda un poco bastante a tras mano ir por ellas, igual nadie me escucha cuando sugiero, que alguien mas tendria que hacer estas tareas. Para mi es toda una historia caminar doce cuadras hasta el ciber, para luego tener que tomarme dos omnibus y llegar a tiempo a clases. !No lo puedo creer!, me olvide del celular arriba de la cama, lo dicho, esto de salir antes para llevar el material y cumplir con todos, me esta haciendo crecer una bolsa repleta de olvidos en la cabeza. Comence a dejar de lado otras necesidades, por culpa de ser tan eficiente. No tengo manera como avisarle a Cecilia, que hoy no puedo pasar a buscarla. Por tener que revisar de arriba abajo en mi bolso en busca de monedas, ya perdi el (144) Espero que ella entienda mi retraso, y que no me espere, pero bueno, no puedo hacer nada al respecto. !Es seguro!, hoy llego tarde a clases. Recien tome el primer omnibus, y lo de siempre, lleno hasta el motor. No hay lugar ni en el descanso para sentarse, donde es preferible no ir, ya que el olor a transpiracion escondido entre perfumes, es intolerable. ?Como extrano el telefono?, por lo menos con el, el viaje se hace mas corto. Hoy no podre adelantar algunas pantallas en el Candy Crush. Parece de otra realidad, las conversaciones mescladas con los ringtones hacen del omnibus un teatro ambulante, donde todos interpretan un papel protagonico. !Permiso, permiso!, guarda, la parada que viene por favor. Si me apuro logro tomar el otro omnibus. El (103) esta recostado sobre el cordon, parece que esta pinchado. Por suerte no, es solo la gente que se amontona igual que hormigas en la puerta para subir. Por fin estoy arriba, a lo sumo llegare quince minutos tarde, siempre y cuando no encuentre a Juan, el vagabundo que pernota en las escaleras de la facu. Hoy no traje nada para ofrecerle, ni siquiera tengo diez pesos para que se compre un alfajor. Todos los dias le traigo algo de casa, pero hoy espero no verlo, no quiero sentirme mal por no ayudarlo. Se bien, que no es mi culpa que se encuentre en la calle, pero tampoco es de el. Unas cuantas veces mantuvimos pequenas charlas, y por su forma de hablar y por lo que me ha contado de su vida, soy testigo que no eligio estar donde hoy esta. !Permiso Profesor!, perdon por llegar tarde, es que perdi el omnibus y aunque no es excusa, es la verdad. Aca estan todas las fotocopias, y ademas tengo que decirle que hoy no tendra que pedirme que pague el celular, porque no lo traje. _?Que te paso Rosana? _Me olvide el celular en casa, por eso no pude avisarte Cecilia. _?Por que no le decis al Profesor, que elija a otro para las fotocopias? _!Ya se lo pedi, y mas de una vez! _?Y que te contesto? _Que aparte de mi, ninguno en la clase incluida vos, lo quiere hacer. _Tenes razon, pero en algun momento tendra que buscar a alguien mas. _!Si!, que lo haga pronto, porque yo ya estoy cansada de ser la de los mandados. Luego de una hora y media interminable, donde diversos autores y sus obras fueron expuestos ante nuestros oidos, ya casi tocaba el timbre y sucedio lo temido. El Profesor comenzo a repartir las tareas para el dia viernes, que fuera de horario desembocaban en el fin de semana, la famosa busqueda de su tesoro. Esta vez hubo cambios, la desesperacion de encontrar su ansiado grial literario, lo llevo a formar parejas mixtas de estudiantes para investigar en distintos lugares; donde el cree, que puede estar el dichoso libro.

  • Worlds: Capsulas de Renacimiento de B. L. Ramiz

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    Lori acaba de comenzar la Mision Iluminum a bordo de la Alegria. Pero poco despues de que diera comienzo la mision, la cual duraria casi cinco anos, su planeta, Eurinum, fue destruido por un enemigo desconocido.
    Lori, y toda su tripulacion, continuan con la mision ajenos a aquellos sucesos, pero pronto descubrira que el universo le guarda un destino con el que no contaba, una responsabilidad para la que no se habia preparado, y ella, junto con algunos amigos que ira encontrando por el camino, tendran que lidiar con enemigos muy poderosos para salvar mucho mas que el Universo.
    Pero pronto se rompera la confianza a causa de una traicion procedente desde su circulo mas cercano. Lori tendra que apoyarse en sus nuevos amigos y aprender a confiar de nuevo, pues quien no conoce la desconfianza, cambia totalmente cuando esta llega por primera vez.