secretos de papel libro
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secretos de papel libro - Teresa Corroto
https://gigalibros.com/secretos-de-papel.htmlEl ruido de unos zapatos negros de tacon de un cuarenta y dos retumbando bajo los pies de una mujer que pisaba ahora mas decidida que nunca, no dejaba indiferente a nadie. Una brisa de aire caliente. tipica de un mes de verano mas caluroso de lo habitual, mecia su corta y lisa melena a falta de subir solo los dos ultimos escalones para ver la luz del dia. La tradicional boca de metro de Atocha impasible ante el paso del tiempo, daba pie a un sol que acentuaba mas todavia el color rubio ceniza de su pelo. Siete minutos a paso ligero eran los que separaban a Alexia de su destino. Fueron tantos los dias que sus pies se habian dedicado a realizar ese recorrido, que hasta podia indicar los metros exactos que separaban su parada de metro diaria de la pinacoteca madrilena por excelencia la que se habia encomendado los ultimos treinta anos de su vida. Un ano entero era el tiempo exacto que habia permanecido alejada del lugar que consideraba como su segunda casa y que ahora la reclamaba de nuevo. La jubilacion habia llamado a sus puertas el mismo dia en que cumplia los sesenta y cinco. El semblante de la estatua de Velazquez custodiando incansable la entrada principal del museo, parecia mirarla de forma entranable y Alexia dejaba escapar su imaginacion al pensar que hasta esa estatua de bronce se habia atusado el bigote para darla la bienvenida. --Yo tambien me alegro de verte Diego --guinandole un ojo disimuladamente. El V Centenario de la muerte de El Bosco junto a la muestra monografica que se le dedicaba en Espana, eran la excusa perfecta para volver a pisar el museo del Prado y, de paso, aprovechar para rescatar momentos entre cercanos y olvidados, calles llenas de vida y descubrir otro Madrid que apenas hacia un ano parecia que se hubiese reinventado. Rumbo a la sala 56 A, dedicada en exclusiva al maestro flamenco, no dudo ni por un momento el recorrido que deberia seguir y no hizo escala en ninguna otra sala mas a no ser por el resto de visitantes que tenia que sortear y con los que deberia tener paciencia para que abriesen el hueco suficiente para poder atravesar. Atras quedaron aquellos tiempos en los que interrumpir a una pareja con un plano en la mano para ubicarles en el punto <
>, ya no se encontraba dentro de su cometido, aunque ganas no le faltasen de hacerlo. Era espectacular como unas luces led adheridas a un falso techo iluminaban toda la sala como nunca antes la habia visto y unos altillos de pladur, a la altura de la cintura de cualquier viandante, daban asiento a cada uno de los tripticos que compartian esa sala y singularizaba mas su caracter al contemplar tanto el anverso como el reves de sus laterales. < >, penso. Nada mas entrar, a la derecha, estaba el Carro del heno, a la izquierda La Adoracion de los magos y, entre medias, El jardin de las delicias. Una vez dentro, el profundo suspiro de Alexia acaparaba toda la sala del museo. Mientras exhalaba por completo el aire que sus pulmones habian retenido durante unos escasos segundos, sentia que su alma aun encerraba todas esas preguntas que nadie le habia sabido responder con palabras. A pesar de encontrarse situada justo entre los tres tripticos mas conocidos de todos los tiempos, El jardin de las delicias era su obra preferida y mas que merecedora de requisar toda su atencion. No era la primera vez ni la segunda que Alexia se sumergia entre tal alboroto de imagenes no para intentar desvelar su misterio, sino para permanecer sumergida en el. Figuras fantasmagoricas, animales maravillosos y un caos incendiandolo todo como un dia de fiebre, eran ilustraciones mas que emblematicas para ahondar en ellas y perderse el tiempo suficiente hasta conseguir despejar su mente. --El apocalipsis --decia Alexia en voz alta al contemplar la ultima tabla del triptico--. Todo arde ante el tormento de las almas torturadas por seres que despellejan y deguellan. Casi como en la vida real --retorciendo la comisura de sus labios al terminar de hablar y observando por el rabillo del ojo las curiosas miradas de los que se encontraban a su alrededor al escucharla. Era evidente que, ni su atrevido comentario, ni unas cuerdas vocales retocadas anos atras por la cirugia, iban a pasar inadvertidas ante nadie. Y es que nada le gustaba mas que permanecer con su impavida mirada ante la obra mas extraordinaria y, a la vez, mas enigmatica que el ser humano haya podido constatar y a la cual siempre visitaba cuando el trabajo se lo permitia antes de marcharse a casa. Nada menos que tres rigurosas decadas completaban el tiempo que Alexia habia dedicado en cuerpo y alma a procurar la proteccion de ese museo. Y nunca mejor dicho. Tambien llego a formar parte del cuerpo de seguridad que, al caer el sol, se encargaba de custodiar todas y cada una de esas obras. O como a ella le gustaba llamarlo, otra forma de felicidad terrenal. Su cuerpo habia sufrido una transformacion tremenda desde entonces y, ese museo, habia sido el maximo testigo de todo ese cambio fase por fase. Ni el mismisimo cuadro de La pasion de Juana de Arco juzgada por la inquisicion por actuar y vestir como un varon, podria explicar mejor un espiritu atrapado en un cuerpo que no se corresponde. Aspecto de hombre de dia, corazon de mujer de noche. Alli, donde las ideas revolotean como los angeles, lo extrano era bello, las obras solo pueden hacerse con amor y la imaginacion es capaz de dispararse sobre un simple lienzo en blanco, era donde su nostalgia encontraba cura. Y porque alli, entre dioses hermafroditas de la antigua Grecia plasmados en lienzos y delicadas estatuas de ninfas con pene, podia desnudar su alma y mostrarse tal y como era porque las obras de arte no la juzgaban, sino que se sentian identificados con ella. Desde que, por caprichos del destino, se establecio en Madrid con tan solo quince anos, lo unico que la ataba a su Mediterraneo y a su luz y calor, era el recuerdo de una tierna infancia y de una menos acertada adolescencia. Y de eso su querido Sorolla sabia mucho. No necesitaba mas que un barrido de ojos a su paleta de colores para regresar a su anorada Valencia y sentirse cuya nina, perfectamente plasmada, correteaba inofensiva por el mar. Atras quedaban ya las reuniones de amigos alrededor de las hogueras con olor a sal, el caluroso viento de levante, o los atardeceres envueltos en agua espumosa. Sus padres junto con el y su hermana, abandonaban su casa de Altea de toda la vida por la promesa de un ascenso para su padre a cuatrocientos kilometros de alli y de la posibilidad de darles una vida mejor. Una vida de privilegios con un final que se truncaba desde el mismo momento en que su hijo, recien cumplida la quincena, aparecia de repente a ojos de su padre vestido de mujer. --Pero ?que cojones haces con eso puesto? --le increpo su padre malhumorado mientras le atravesaba con fuego en la mirada. --Nada, papa --acerto a decir completamente bloqueado. --Alejandro, !que que cojones llevas puesto! --elevo el tono. Un silencio sepulcral entre ellos que hasta parecia atravesar las paredes impregnaba todo el salon. El nudo de Alex, cada vez mas latente en su garganta, parecia ahogarle. Si los ojos son el espejo del alma, el alma de su padre parecia estar cociendose en ese momento en las mismisimas puertas del infierno y Lucifer, a su lado, ser un simple aprendiz. Lo poco que fuese que se le estuviese pasando por la cabeza mientras observaba a su hijo travestido, o como diria el: disfrazado de marica, no seria ni por asomo la mitad comparado con la hostia que le esperaba a Alex si no arrancaba a hablar de un momento a otro y daba una buena explicacion de su modelito. --Tranquilo, papa, te lo puedo explicar --colocando sus manos frente a su padre a modo de escudo. --Te estoy esperando. -
Secretos de papel Tapa blanda – 21 mayo 2020 - Amazon.es
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SECRETOS DE PAPEL de TERESA CORROTO | Casa del Libro
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Dos Tontos intentando cazar a un Monstruo de Irene Peralta
https://gigalibros.com/dos-tontos-intentando-cazar-a-un-monstruo.htmlSIGLO XV
Seline, una nomada que viaja con su arco.
Aland que ha salido de su hogar junto con mas hombres en busca de una bestia que ha hecho estragos en su condado.
Ambos tienen un primer encuentro muy peculiar en el que Seline no deja muy bien parado a Aland. Asi que cuando ella se une a ellos en su busqueda, comienzan una extrana relacion, mientras intentan encontrar la manera de matar a la bestia que asombrosamente a resultado ser un vampiro.Ahora Seline tiene que lidiar con haber sido rechazada en la cama, su relacion casi infantil con Aland, y todos esos nuevos sentimientos que no entiende.
Y mientras el vampiro se hace mas fuerte e inteligente. -
El sentido de la vida de Carla de A. M. Irun
https://gigalibros.com/el-sentido-de-la-vida-de-carla.htmlMi novia ha insistido en que cuente como nos conocimos. Yo no soy periodista como ella y no se mucho acerca de como estructurar un relato, asi que lo voy a hacer a mi manera intentando encontrarle un sentido a todo esto. Yo soy una chica de rutinas. Lo sigo siendo a pesar de todo. Desde que destripe un reloj con seis anos supe que era asi como queria ser. Precisa, puntual, un diente de la rueda detras de otro, esperando paciente su turno. Me levantaba, corria cinco kilometros en menos de 25 minutos, me duchaba, desayunaba algo con alto contenido en fibra (unos cereales concretos y algo de fruta). Me secaba y me planchaba el pelo y bajaba al metro a una hora determinada para poder entrar en el mismo vagon de siempre. Con tanta precision era facil olvidarse de esa puesta a punto necesaria de vez en cuando debido a ese ligero desvio de los elementos que hace que todo se vaya a la mierda. Tenia unos ocho anos cuando crei comprender por primera vez el sentido de la vida. Huia de mi hermano Jaime al que le encantaba pelearse conmigo y me escondi en la habitacion de mis padres. Con la emocion, no me dio tiempo a frenar y choque contra una de las mesillas. El reloj despertador que habia sobre ella se cayo al suelo y se rompio, dejando al descubierto el mecanismo que lo hacia funcionar. Mi hermano no paraba de reirse y de decirme que me la iba a cargar cuando se enteraran nuestros padres, pero pronto deje de oirle. Quede hipnotizada por el tic-tac del segundero y el movimiento milimetrico de las ruedas dentadas que habia en su interior. Comprendi al instante su funcionamiento. Era un mecanismo muy complejo, casi inescrutable, pero con una precision propia de un super ingenio. Como digo, traslade aquello a mi vida y me converti en un reloj. Puntual, rutinaria, paciente. Como uno de aquellos dientes de la rueda del reloj, a la espera de mi turno para hacer sonar la alarma. Encontraba series, secuencias y patrones en todos los lados, explicaba mis dudas existenciales con cadenas de causa y consecuencia. Si algo habia salido mal, lo analizaba, destripaba sus partes y daba con el error. Lo corregia y lo incorporaba a mi manual para una vida feliz. Pero todo reloj pierde el compas, la precision. La hora no es algo exacto, sino que depende de la orbita de la Tierra alrededor del Sol y, si no se corrige, un reloj puede acabar siendo una pieza completamente inutil. Solo cuando la orbita de mi vida perdio completamente el eje entendi que no entendia nada de la vida. SEPTIEMBRE I Es dificil decir donde comienza una historia. Si nos pusieramos a buscar el punto exacto donde todo empieza, podriamos remontarnos hasta el origen del universo porque es ahi desde donde surge todo. Pero somos humanos y nos gusta pensar que todo empezo con nosotros. Y no ya solo con nosotros como especie, sino en nosotros como personas unicas. Asi que yo no voy a ser menos porque esta es mi historia. Siempre recomiendan arrancar una historia con una imagen visual que ponga a la persona que escucha en un estado de atencion y que le ayude a empanizar con el protagonista. Asi que esta historia comienza conmigo, Carla Pi Fonseca, corriendo a primera hora de la manana, una rutina que rara vez me saltaba. Correr cinco kilometros al punto de la manana me ponia en modo superheroina y sentia que podia con cualquier cosa que ocurriera ese dia. Era finales de septiembre y hacia calor pese a que eran las 8 de la manana. Me puse los auriculares con una playlist que habia hecho el dia anterior eligiendo cada cancion segun sus revoluciones por minuto, y sali a correr. Empece con fuerza, pero a los dos kilometros note que me habia pasado con la motivada. Baje un poco el ritmo pensando en recuperarme un poco y aumentarlo en el ultimo kilometro. Pense que quiza me habia pasado con lo de las revoluciones por minuto. Corregir, redisenar, aplicar de nuevo. Dios, como me gustaba el aire fresco en la cara, los pulmones a pleno rendimiento, el corazon a tope, el viento haciendo remolinos en mis oidos. A pesar del flato, las piernas me iban solas y la aplicacion del movil me senalaba que llevaba mi mejor ritmo hasta la fecha. Ahora es cuando la cosa se tuerce. Note un pinchazo en el vientre. No muy fuerte. Algo ligero y fugaz. No pare de correr pero si me vi obligada a bajar el ritmo. Adios, record personal. Hola, meses de pesadilla. No bati mi record y me costo bastante completar los cinco kilometros de mi recorrido habitual. Me sentia lenta y pesada. Algo no iba del todo bien. No pasa nada, me dije. Manana ira mejor. Me diagnosticaron sindrome de colon irritable hace un par de anos. Al principio lo achaque al cambio del Instituto a la Universidad. El menu de la cafeteria, las prisas, el estres. Ingenieria Industrial mola pero exige mucho. Y el divorcio de mis padres lo agravo. Me dolia la tripa y mi medico me dijo que tenia el colon irritable, que hiciera deporte, comiera sano y evitara las bebidas gaseosas y el alcohol. Fieston. Al principio fue duro, sobretodo lo de ir a fiestas y ser la rara que bebe agua o zumos. Pero enseguida note el cambio y segui con un estilo de vida saludable. Comenzaron a definirse los musculos de mis brazos y piernas, desaparecio por completo mi dolor de espalda causado por horas y horas de estudio y tenia un vientre plano que era la envidia de mis amigas en verano. Recuerdo como fue mi primer kilometro corriendo sin parar. Pense que se me iba a salir el higado por la boca, tenia la garganta sequisima y los hombros me pesaban. Me obligue a superar la pajara hasta que consegui mi objetivo. Si hubiera tenido fuerzas habria bailando, pero apenas podia sostenerme en pie. Estaba a punto de caer de rodillas y sin embargo me sentia toda una ganadora. --?Que tal ha ido, hija? --me pregunto mi madre nada mas salir de la ducha aquella manana en que todo iba a cambiar. --Mal. He notado un pinchazo aqui --le dije tocandome un lateral del estomago--. Me ha costado mucho acabar. --Manana ira mejor. Madres. Aunque esten destrozadas por dentro siempre tratan de animar a sus hijos. Mi padre nos dejo por una chica mas joven. Digo "nos" porque nos abandono a los tres: a mi hermano, a mi madre y a mi. No fue un abandono en plan “ahi os quedais”. Le seguimos viendo, paga lo que le corresponde de nuestra universidad, y si necesitamos algo mas, sabemos que va a estar ahi, pero por lo demas, se ha quedado una relacion bastante fria. Jaime y yo teniamos 18 cuando dejo a mi madre. Nos quedamos helados. Mi madre un poco menos porque supongo que se lo esperaba. Asi que ahora somos solo los tres. Tenemos un hermano mas, Dario, pero vive en Berlin con su increiblemente adorable y sexy novia alemana Gertha, y le vemos tres o cuatro veces al ano. --?Donde estan mis cereales? --pregunte rebuscando en los armarios de la cocina. --Aqui --senalo mi hermano. Tenia la caja delante de el y una sonrisa malevola en la boca. Mi hermano es en terminos generales lo que llamariamos un gilipollas. Mis padres tuvieron a Dario, y enseguida quisieron ir a por la parejita. Les costo cuatro anos hasta quedarse embarazados, y al final, la tan ansiada parejita vino junta. Jaime y yo somos mellizos. Solo tenemos igual los ojos, con forma de dos pequenas almendras y del color de la miel. El resto no podria ser mas diferente. El es de Letras, yo de Ciencias; el es un vago, yo me lo curro cada dia; el se ligaba a una tia cada finde, y yo… yo solo bebia los vientos por una. Me acerque a la mesa donde estaba mi hermano desayunando para coger la caja de cereales. La levante y note que estaba vacia. Jaime se llevaba a la boca la ultima cucharada de leche con cereales. Sonreia tontamente mientras la leche le caia por el labio de abajo. --?Te has comido mis cereales? --le grite. --Oh, lo siento --respondio con parsimonia. Se levanto y dejo el bol en el fregadero. --Mama, dile algo a este gilipollas. --!Carla! --me regano mi madre--. No llames gilipollas a tu hermano. Jaime me hacia la burla a espaldas de mi madre. --Sabes que necesito desayunar esos cereales para… --!Para cagar! --termino Jaime que hizo una pedorreta con la boca y salio de la cocina. Y ese tio queria entrar en la Sorbona. El dia habia empezado torcido y no parecia que fuera a enderezarse. Solo habia una cosa que si sabia que iba a ocurrir. Y era lo unico que me podia alegrar la manana. Me planche el pelo con esmero. Lo tenia largo y negro y si no me lo planchaba se me erizaba y quedaba fatal. Busque las lentillas, pero en la caja solo habia una. Seguro que mi hermano habria perdido alguna suya y me habria robado la mia. Gruni, me puse las gafas y sali de casa para ir a la facultad. II Una manana de hace un par de semanas, nada mas empezar el curso, me subi al metro pensando que seria un trayecto mas. Entre al vagon y me sente sin prestar mucha atencion a la gente. Escuchaba musica y, en un momento dado, me sorprendi a mi misma cantando por lo bajo. Pare en seco y mire a mi alrededor por si alguien me habia escuchado. Entonces la vi. Vi a la chica del metro. La chica del metro tenia algo que me gustaba mucho, pero no sabria describirlo. Tenia el pelo y los ojos castanos. Unas pestanas largas y preciosas que no hacia falta maquillar y un look desalinado. Echaba vistazos rapidos a la gente y se detenia en detalles aparentemente insustanciales del vagon como senales o carteles. Parecia un gorrion asustado que acababa de caer del nido. Solia pensar que eran idas de olla mias, pero cada dia que pasaba y la veia, me convencia de que la chica del metro era sensible y divertida. Asi era como yo me la imaginaba. Y me encantaba. Toda aquella primera semana trate de encontrar el momento para coincidir con ella en el metro, y lo consegui. No fue facil puesto que era comienzo de curso y aun no teniamos las rutinas definidas. La siguiente semana me deje ver, me esmere en arreglarme con mis mejores prendas. El verano se estaba acabando, pero la ropa aun daba algo de juego. Camisas con un boton de mas desabrochado, tirantes, coletas para mostrar el cuello... Supe que habia conseguido llamar su atencion cuando, a la tercera semana, coincidimos todos los dias. Creia eso de verdad. Creia que habiamos hecho un pacto silencioso en el cual quedabamos en un vagon concreto, a una hora determinada. Queria creerlo. El tren entro en la estacion. Mire mi reloj de pulsera, regalo de mi padre tras acabar el Instituto, pocos dias antes de que nos anunciara su decision de dejarnos. Cuando nos lo dijo, hubiera lanzado el reloj por la ventana, pero era precioso y me encantaba. A la saeta del minutero le faltaban tres rayitas para llegar a la hora senalada, asi que deje pasar el tren. Espere al siguiente tren. Siempre tenia cosquillas en el estomago durante ese rato, como si estuviera pixelado. Cuando por fin llego, respire hondo y entre. Ahi estaba ella, con sus vaqueros caidos, su camiseta de rayas y su cazadora vaquera. Suspire y, como en todos los viajes, nos dedicamos a esquivarnos la mirada. No se por que lo haciamos. No se por que ninguna de las dos no daba el paso despues de tanto tiempo. O si lo se. Lo se perfectamente. La razon romantica era para no romper la magia. La razon real era porque ninguna de las dos habiamos hecho eso antes y no estabamos seguras de si lo que veiamos en la otra eran senales o imaginaciones.
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La peor pesadilla de Mark Edwards
https://gigalibros.com/la-peor-pesadilla.htmlLe cayo como una bomba nuclear: unos segundos de inocente calma, quiza un leve silbido al precipitarse sobre el y, despues, la nada cuando, al abrir la puerta de casa, vio que todo estaba demasiado tranquilo y supo de inmediato que algo iba mal, pero no hasta que punto, no pudo siquiera sospechar lo absoluto e irrevocable de ese mal. Habia sido un dia especialmente largo. El inspector Patrick Lennon habia estado encerrado siete horas en una sala de interrogatorios sin ventanas con un drogadicto poco dispuesto a colaborar llamado Dean Kervin, que tenia la cara como una patata hervida hacia varios dias. Pese a que varios testigos y dos camaras de seguridad lo habian visto reventar el escaparate del outlet de prendas deportivas y matar a palos al guardia de seguridad, el se empenaba en negarlo. No paraba de repetir: <
>. Patrick llevaba todo el dia ansiando un poco de aire fresco y un cafe sin recalentar, pero lo que de verdad lo mantenia en pie era la idea de volver a su casa, calentita y perfumada, y abrazar a su tierna pequena de cinco meses, Bonnie. Una copa de vino en una mano, Bonnie acurrucada en la curva de su otro brazo y, en cuanto Bonnie se quedara dormida, comida china a domicilio mientras veia una pelicula con Gill. Casi le hacia reir el que un cuadro asi lo reconfortara tanto. Su yo adolescente se habria burlado despiadadamente de el. ?Vino y bebes? ?Chino y peli? Patetico. No. Patetico, no. La felicidad, la seguridad, la pureza de la familia eran la esencia de la vida. El unico inconveniente, en el frente domestico, era que Gill llevaba algun tiempo bastante deprimida. Todos sabian lo duro que era quedarse en casa el dia entero con la chiquitina, sobre todo para una atareada profesional con un cargo de responsabilidad. Gill era abogada y nada la hacia mas feliz que destrozar, destripar con palabras a desgraciados como aquel Dean, el tipo de la cara de patata. Lo hacia con tanto aplomo... Patrick confiaba en que pronto recuperase esa chispa. Aunque fuera de los tribunales era una mujer sociable y cordial por naturaleza, toda aquella camarilla de la NCT, esa oenege de apoyo a las madres primerizas, con sus cuadrillas de madres amamantadoras que invadian las cafeterias y asistian a clases de musica infantil, no acababa de llenarla. Lo habia intentado, pero siempre habia vuelto a casa amenazando con ponerse a gritar en cuanto volviera a oir hablar de panales y caquitas. La idea hizo sonreir a Patrick mientras estacionaba, marcha atras, el Prius bronce (otra de esas cosas que su yo adolescente le habria censurado) en la pequena entrada de la casita adosada que ocupaban en West Molesey. Cuando queria impresionar a alguien, les decia que vivia < >, aunque, en realidad, West Molesey estaba a dos kilometros y medio y era la hermana pobre de la grandiosa East Molesey, que disponia, en cambio, de una zona declarada patrimonio historico-artistico y multitud de fincas de dos millones de libras. Nunca se habia alegrado tanto de volver a casa. Hasta habia parado en el super para comprar una botella de vino y un ramo de gerberas, las favoritas de Gill. Mas tarde se pregunto si lo habia sabido desde el mismo instante en que habia hecho girar la llave en la cerradura o si solo habia imaginado que lo sabia. Lo que si percibio de inmediato fue el silencio. No creia que hubieran salido porque el cochecito estaba en el pasillo y todas las luces encendidas. ?Habrian ido un momento a casa de algun vecino? Improbable. Los vecinos mas proximos habian resultado bastante desagradables y Gill no habia hecho amistades en las inmediaciones. Normalmente se oia Radio 2 a todo volumen y en la tele se veia, sin sonido, la programacion infantil de la BBC. Ni el ruido de la secadora dando vueltas, ni el de la tetera hirviendo el agua, ni el repiquetear habitual de Gill por la cocina mientras preparaba la cena para ellos dos... No se oia nada de eso. --?Hola? --grito Patrick al tiempo que entraba y cerraba la puerta--. ?Gill? Nada. Fruncio el ceno. Se quito la chaqueta de cuero, colgo las llaves del automovil en el cuelgallaves dispuesto junto a la puerta y dejo las flores y el vino en el suelo de la entrada. Debian de haber salido, se dijo, luego titubeo; tuvo el presentimiento de que no era asi. Se le erizo el vello de todo el cuerpo, pese a que, en aquellos momentos, no tenia motivo para temer nada. --Gill, ?donde estas? --insistio nervioso antes de enfilar el pasillo que conducia a la cocina, al fondo de la casa. Cuando pasaba junto a la escalera, un movimiento lo sobresalto. Su mujer estaba sentada en el tercer escalon, con una cara que el no le habia visto a nadie en toda su vida. Su rostro, por lo general sonrosado, estaba ceroso y demacrado, y sus ojos, inmoviles, eran dos mares de espanto. Aferrada al juguete favorito de Bonnie, una Peppa Pig de punto, se mecia en silencio adelante y atras. Patrick hizo un aspaviento y la agarro por los hombros, medio abrazandola medio zarandeandola. --!Gill, carino!, ?que ocurre? --pregunto, hincandose de rodillas en las escaleras, abrazandola fuerte y meciendose con ella--. ?Que ha pasado? ?Ha muerto alguien? Aquel fue su primer pensamiento, porque, de haberle pasado algo a Bonnie, Gill no estaria sentada en las escaleras, sino junto a su cuna. Ella no respondio. Lo ignoro, como si no hubiera detectado su presencia. --Hablame, carino, ?que ha pasado? !Gill, por favor! La encontro menuda, la mitad de su tamano normal, como encogida por la conmocion y por aquel terrible dolor no manifiesto. --?Donde esta Bonnie? Gill dejo de mecerse. Dejo de respirar y apreto los labios, aquellos labios sensuales de los que Patrick se habia enamorado antes incluso de conocerla bien. Cerro los ojos y clavo los dedos en el rosado cuerpecito blando de Peppa Pig. Luego empezo a gemir. El gemido se torno ganido, despues bramido y, por ultimo, cuando volvio a abrir la boca, se transformo en un aullido de dolor casi animal que retumbo en las paredes y privo la casa de cualquier resquicio de paz para siempre. Patrick se levanto como un resorte mientras escapaba de su boca un sollozo. --Ay, Dios mio, Gill, ?donde esta la nina? ?Que ha pasado? ?DONDE ESTA? Aparto a su mujer y, aunque lo hizo solo con un empujoncito, Gill volco y rodo por los dos peldanos restantes hasta el suelo, donde quedo inmovil, sin dejar de proferir aquel aullido sobrenatural. El subio la estrecha escalera como un maratonista en su tramo final y, con la respiracion atrapada en el pecho, rodeo bruscamente la barandilla y entro en el diminuto dormitorio de Bonnie. Al principio, penso que habia una muneca tendida en su camita, una extrana muneca hinchada, de color purpura. Se adentro en la estancia y comprendio que la muneca era Bonnie. Sus extremidades estaban retorcidas de forma poco natural y tenia marcas visibles alrededor del cuello. Marcas de dedos. Tras proferir un aullido aun mayor que el de su mujer, solto la barra protectora de la cuna e inclinandose sobre su hija sin vida trato de insuflar aire en sus pulmoncitos inertes. Con dos dedos delicados y temblorosos le masajeo el esternon, rezando para hacerlo bien, procurando recordar correctamente los pasos del curso de reanimacion cardiopulmonar infantil al que Gill habia insistido en que asistieran ambos durante su embarazo. < > Bonnie seguia amoratada. Aun estaba caliente. Eso era bueno. < > Las lagrimas de Patrick cayeron en los parpados cerrados de la criatura. < > -
Charmed (Traduccion) de Alexa Riley
https://gigalibros.com/charmed-traduccion.htmlTodos los dias, Charlie va a dibujar un hermoso edificio que esta en construccion. Ella se siente atraida por alguna razon, y hace que sus pinturas cobren vida. El dia en que se termine la pintura, el desfile del Dia de San Patricio esta en la ciudad. Pero una escaramuza entre su bandeja de pinturas y una gran bestia malhumorada con un traje la hace huir por seguridad.
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Ciudad violenta de Jorge Balderas Galvez
https://gigalibros.com/ciudad-violenta.htmlImagina entrar a una Ciudad freneticamente violenta, una ciudad donde el mas debil muere y el fuerte lo pisotea sin reparo alguno.
Una ciudad en donde un virus infeccioso letal que convierte a la gente en zombies desquiciados e incansables acaba de ser liberado esta manana.
Una ciudad tan terrible que el hecho de tener a decenas de zombies persiguiendote por las calles sin detenerse, sin darte aliento, puede que sea el menor de tus problemas. -
Los secretos de Assam (Aromas de te 4) de Janet Macleod Trotter
https://gigalibros.com/los-secretos-de-assam-aromas-de-te-4.htmlTras la Segunda Guerra Mundial, Libby Robson deja Inglaterra para volver a la India, el hogar de su infancia y en donde dejo a su queridisimo padre, James, catorce anos atras. La embriagadora belleza del subcontinente le da la bienvenida: el bullicio de Calcuta, la exuberancia de los campos de te de Assam., pero bajo la superficie se esta gestando una revolucion y los dias de la dominacion britanica estan contados.
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Escrito en las estrellas (Sol y luna 2), Isabel Keats de Isabel Keats
https://gigalibros.com/escrito-en-las-estrellas-sol-y-luna-2-isabel-keats.html -
Heredera de plata de Julia De La Fuente
https://gigalibros.com/heredera-de-plata.htmlLa ambicion desmedida de un monarca desata la guerra en la hasta entonces pacifica region de Adrastea.
En este mundo de venganzas, traiciones y dolor, protegida tras los muros de su castillo, una joven princesa con alma aventurera y nobles ideales suena con ser caballero.
Heredera al trono mas poderoso de los nueve reinos, la sospechosa muerte de su padre la situara en el centro de una complicada trama de intrigas. -
Atrapada en mi pasado de Rose B. Loren
https://gigalibros.com/atrapada-en-mi-pasado.htmlabajadora social que vive atrapada en su pasado, con unas ansias de venganza que no la dejan avanzar. Tras varios anos apartada de su ciudad natal y de su familia, decide regresar a Los Angeles para poner en practica un plan con el que resarcirse de todo el dolor que le han causado. Pero, al poco de llegar, un acontecimiento inesperado le hara conocer a Patrick, un bombero que pondra patas arriba su vida y que hara peligrar los planes que durante un tiempo ha elaborado con tanto detenimiento.
?Podra Erin deshacerse de Patrick y llevar a cabo su venganza? ?Que ocurrio en el pasado de Erin para que guarde tanto rencor? ?Conseguira Patrick desbaratar los planes de ella? Descubrelo en <>, una historia de intriga, pasion y sobre todo de la lucha de una mujer herida por avanzar hacia un nuevo futuro. -
Bebo, luego existo de Roger Scruton
https://gigalibros.com/bebo-luego-existo.htmlUna copa de vino al dia, segun muchos medicos, es bueno para la salud. Mas de una, puede llevarnos a la ruina. Sea dudoso o no el consejo para la salud del cuerpo, defiende Scruton, es indudablemente bueno para la salud del alma. Y no hay mejor acompanamiento que el vino cuando se trata de filosofar. La filosofia, con una copa en la mano, no solo ensena a beber pensando, sino a pensar bebiendo. Con sentido del humor, el autor ofrece un antidoto ante tantos disparates que hoy se escriben sobre el vino, y defiende con contundencia una bebida que esta en el fundamento mismo de nuestra civilizacion. In vino veritas.
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Preguntame por que eres tu de Alejandra Beneyto
https://gigalibros.com/preguntame-por-que-eres-tu.htmlChristina esta casada con su trabajo como estudiante de doctorado. Christina conoce a Harry, que tiene en su mano la decision de financiar su investigacion. Harry es cautivado por Christina, y hara lo imposible por convencerla de que romper su regla de no involucrarse con nadie del mundo academico no es un error.Harry y Christina se acercan y se separan, pero el no dejara que las cosas se queden de esa manera.Paralelamente, Matt se encuentra con Kate. Kate no soporta a Matt y Matt pierde los papeles cuando ella esta cerca.
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Las lagrimas de Deirdre de Marisa Grey
https://gigalibros.com/las-lagrimas-de-deirdre.htmlEn el apacible valle de Alon, en la isla de Stronghein, el tiempo transcurre sin sobresaltos, hasta que en el horizonte aparecen el temido <
>, Dumbar Rhos, y sus mercenarios. El clan de los Murhag se sentira amenazado por la presencia de los hombres mas temidos del reino. Sin embargo, la llegada del < > no sera como esperan y el jefe de los Murhag se vera obligado a acoger al mercenario bajo su techo, sin saber que con su decision estara a punto de cambiar el destino de su familia y de su clan. -
Nunca pense que volveria a verte de Susana Scott
https://gigalibros.com/nunca-pense-que-volveria-a-verte.html!Diez anos! Tristes e interminables anos de soledad desde la ultima vez que lo vio.
Una ligera mirada al pequeno grupo le revelo que no habia expresado sus pensamientos, pues nadie le prestaba atencion... todo interes estaba centrado en el recien llegado.
El presidente de la compania, hacia las presentaciones y pronto llegaron a ella. Lleno sus pulmones de aire tratando de tranquilizar sus nervios, procurando parecer indiferente y fria.
El recien llegado la saludo con un informal apreton de manos. La mano masculina resulto calida y sus dedos firmes y decididos. El contacto de sus pieles la sacudio. El no dio muestras de haber sentido lo mismo.
Ella se sintio desconcertada. Al verlo tan de cerca no le cupo la menor duda de que se trataba de el, pero parecia no reconocerla. La saludo como si nunca la hubiese visto. -
Nos vemos en el museo de Anne Youngson
https://gigalibros.com/nos-vemos-en-el-museo.htmlA veces hace falta que un extrano te muestre quien eres… Una novela epistolar sobre las pequenas alegrias y las sorpresas cotidianas, pero tambien sobre la perdida y las vidas que no elegimos.
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La fatiga del amor de Alain De Botton
https://gigalibros.com/la-fatiga-del-amor.htmlLa historia de Rabih y Kristen se parece a la de muchos: una mujer y un hombre se encuentran, se enamoran y al cabo de poco tiempo se casan. Aqui podria acabar la novela con un <<…y vivieron felices comiendo perdices>>, pero en realidad este es el momento en que empieza el verdadero viaje, la fatiga del amor.
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El otro mundo de Gabriel Martz
https://gigalibros.com/el-otro-mundo.htmlUn misterioso evento en el universo abre una enorme grieta dimensional en el planeta llamado AN, dejando entrar una extrana energia. A causa de ello, el clima y la naturaleza se veran afectadas terriblemente, lo que generara gran temor entre los pueblos. Ciertos generales de las fuerzas mas poderosas al servicio del reino, conocidos como Asael y Ramael, seran enviados a investigar su procedencia, pero estos cambiaran drasticamente su personalidad despertando nuevos conocimientos al hacer contacto con ella.
Gracias a las habilidades de Asael, se alertaron de que alguien mas habia hecho contacto con la fuente y, siguiendo los rastros, se encontraran con un querubin llamado Luzbel, quien planeaba una rebelion en contra del rey para asi luego derrocarlo y tomar el trono; por lo que esto daria inicio a un complot entre los guardianes para llevar a cabo sus ambiciones. Una guerra sangrienta y catastrofica da comienzo.
Siete ninos seran la esperanza para salvar su mundo. -
El asesino del ano boreal de Claudio Hernandez
https://gigalibros.com/el-asesino-del-ano-boreal.htmlEn el frio invierno de 2017 empezaron los crimenes. Resulto ser quien menos se lo esperaba alguien. Peter lo habia descubierto porque lo habia tocado y entonces habia entrado en el. En una profunda oscuridad y le vio el rostro. El otono no mucho mejor y se repitio la misma historia. En primavera Ann estaba en serio peligro, pero Peter ya empezaba a estar cerca de ella. En el invierno de 2027 volvio un psicopata a hacer de las suyas despertando a los recuerdos muertos, como un revoloteo de hojas marrones en una espiral sin fin. Ahora, dos anos despues, Peter le habia dado el Brillo a Ann para que lo utilizara.
El asesino era… -
El titan de Wall Street de Anna Zaires
https://gigalibros.com/el-titan-de-wall-street.htmlUn multimillonario que busca la esposa perfecta…
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Entre letras y amor de Mary Kate Williams
https://gigalibros.com/entre-letras-y-amor.htmlSer escritora es transitar por un camino de constante esfuerzo y dedicacion. Lograr un espacio en la industria no es algo facil.
Al llegar a esta prometedora entrevista estaba preparada para cualquier cosa menos para encontrarme con mi viejo amor de secundaria. Alto, guapo y millonario hubiera sido suficiente para caer a sus pies, pero mi antiguo amor de juventud fue quien me dejo mi corazon sin animos de volver a amar. -
Enamorados sin querer de Bianca De Santis
https://gigalibros.com/enamorados-sin-querer.htmlLamentablemente, dias despues de haber aceptado, mire a mi alrededor y me percate que no habia sido asi.
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Un asunto demasiado familiar de Rosa Ribas
https://gigalibros.com/un-asunto-demasiado-familiar.htmlLa agencia de detectives de Mateo Hernandez tiene su sede en una centrica calle del popular barrio barcelones de Sant Andreu. Alli, junto a Mateo, trabajan sus hijos Marc y Amalia, y un asistente, Ayala, encargado de los trabajos mas sucios. A veces, ademas, colabora de una forma peculiar Lola, la mujer de Mateo, cuyas intuiciones sobre los casos suelen ser desconcertantemente certeras. Hasta hace unos meses tambien formaba parte del equipo Nora, la hija mayor del matrimonio, pero en la actualidad se encuentra en paradero desconocido; una preocupacion que, como un silencioso cancer, esta erosionando la convivencia de la familia. y de la empresa.
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Virgen de Clara Montecarlo
https://gigalibros.com/virgen.htmlCarol, Carolina y Virgen eran lo mismo.
La misma persona. La misma mujer.
El amor de mi vida. Y un universo distinto. -
Cuando sepas de mi de Valentin Alvarez Tremino
https://gigalibros.com/cuando-sepas-de-mi.htmlAlex y Cristina son dos almas unidas por el hilo rojo del destino, no importa cuanto esten separados, tras mas de 20 anos sin saber el uno del otro volveran a encontrarse en el momento que mas se necesitan, el esta atormentado por su pasado, se ha vuelto un chico sin ganas de vivir, sin nada que le haga tener una ilusion, se ha ido apartando del resto del mundo. Ella intentara sacarlo esa oscuridad en que esta metido, al mismo tiempo que ira recordando el porque de ese amor hacia el, que estaba perdido en el tiempo.
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?Un futbolista? Que sean dos de Angela Franco
https://gigalibros.com/un-futbolista-que-sean-dos.htmlMartina y Elisa son dos gemelas identicas que, movidas por la profesion de modelo de Elisa, recorren el mundo viajando sin parar. Martina vive por y para su hermana, pero lo que de verdad anhela es establecerse en algun lugar y trabajar como fisioterapeuta, profesion que adora. Tras doce anos sin pisar su pais, las hermanas regresan a la capital espanola y Martina tiene una premonicion. cree que su vida cambiara en Madrid. El destino lograra que estas hermanas se crucen en el camino de uno de los famosos futbolistas del Bulcano, dejandolo “fuera de juego”. Enredos y situaciones embarazosas acompanaran a las gemelas en esta segunda entrega de la serie “Los Tocapelotas”.
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La fragilidad del crisantemo de Jose Vicente Alfaro
https://gigalibros.com/la-fragilidad-del-crisantemo.htmlDos hermanos pequenos se sumergen en la profundidad del bosque en busca de lena, cuando una extrana criatura alada se materializa ante sus aterrorizados ojos...
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Hombre de futbol de Arthur Hopcraft
https://gigalibros.com/hombre-de-futbol.htmlUn clasico de la literatura deportiva. Mencionado constantemente como el mejor libro jamas escrito sobre el futbol.
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PRENADA de Laia Rommel
https://gigalibros.com/prenada.htmlCuando el ginecologo nos dijo que era casi imposible quedar embarazada de mi marido, entramos en shock y mis anhelos maternales se despertaron.
?Hasta donde estariamos dispuestos a llegar en nuestra ansia de ser padre? Y, lo mas importante, ?como afectaria a nuestra vida de pareja?
La sorpresa mayor me llego con una propuesta de mi marido que me parecio indecente, pero. -
Las mujeres no somos invisibles de Esperanza Riscart
https://gigalibros.com/las-mujeres-no-somos-invisibles.htmlDos historias de amor de dos mujeres valientes y decididas, que conseguiran encontrar la felicidad sin dejar de lado sus ambiciones y sus suenos.
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La vida al fin y al cabo, Fernando Garcia Lobo de Fernando Garcia Lobo
https://gigalibros.com/la-vida-al-fin-y-al-cabo-fernando-garcia-lobo.html -
Un matrimonio por Escocia de Edith Stewart
https://gigalibros.com/un-matrimonio-por-escocia.htmlRobert Bruce y sus principales caballeros permanecian reunidos en el salon del castillo de Edimburgo. Este habia sido arrebatado a los ingleses por las tropas de Thomas Randolph, conde Moray. El rey escoces seguia con su particular cruzada de recuperar todas las fortalezas que todavia estaban bajo dominio ingles. Tenia la mirada fija en el mapa desplegado sobre la mesa. Su atencion se fijaba de manera obsesiva en un solo punto: Stirling y su fortaleza. --Solo nos restan dos fortalezas para tener los principales castillos de Escocia bajo nuestro dominio --dijo senalando uno de los ultimos reductos ingleses en Escocia--. Y toda la nacion pasara a estar en nuestras manos. Lograremos expulsar a los ingleses de una maldita vez. El resto de hombres permanecian callados contemplando el mapa y escuchando a su rey. --En lo que va de ano hemos logrado arrebatarles a los ingleses los castillos de Roxburgh, Linlithgow y hace unas semanas este de Edimburgo. Los hombres estan cansados de pelear, pero tambien lo estan ansiosos de terminar esta ambiciosa empresa, senor --le informo James Douglas con cierta preocupacion. --Necesitamos tropas de refresco. Hombres procedentes de otros clanes que remplacen a los caidos en las batallas si pretendemos continuar la guerra --aseguro el conde de Moray--. El rey Eduardo tiene miles de soldados a su servicio. De Gales, de Irlanda y Francia a los que anadir grupos de mercenarios y lamentablemente algunos clanes escoceses --finalizo diciendo con repulsa por lo que eso significaba. --Si pudieramos atraernos a parte de esos clanes partidarios de Comyn y de Eduardo de Inglaterra --exclamo Edward Bruce, el hermano del rey. --Es algo imposible a mi modo de ver despues de lo sucedido entre vos y el --apunto Douglas mirando a Bruce y recordando lo acontecido en hacia ocho anos en la iglesia de Greyfriars en Dumfries. Nadie supo con exactitud que sucedio entre ellos, solo que Robert Bruce apunalo a Comyn frente al alta mayor. Desde ese momento los seguidores de este apoyaron a Eduardo de Inglaterra porque consideraba a Robert Bruce un asesino que conduciria a la nacion al desastre. --!Que mas quisieramos! El tiempo ha pasado, pero muchos de ellos no han olvidado lo sucedido. Llevamos anos luchando por la libertad de Escocia y algunos clanes se obstinan seguir apoyando a los ingleses --se lamento el rey Robert apoyandose contra el respaldo de su silla. Tenia la mirada ausente y el gesto turbado. El conde de Moray tenia razon: necesitaban aumentar sus tropas. Pero, ?como demonios iba a hacerlo? --Podriais intentar convencer a alguno de sus lideres ofreciendoles algo a cambio. Algo que no puedan rechazar como el castillo de Stirling una vez que este en nuestras manos --le aseguro James Douglas mirando de manera fija a su senor. Robert parecio reaccionar. Fruncio el ceno en un primer momento y despues miro a su consejero con extraneza. --?Hablais en serio? ?Ofrecerle el castillo de Stirling? --Seria un botin que pocos estarian dispuestos a rechazar, senor --le aseguro con total conviccion. --Si os soy sincero no me agrada la idea de dejarlo en manos de alguien que apoya a Eduardo de Inglaterra. Podria devolverselo a este una vez que el Murray se asentara en el trono --le confeso con temor a que eso pudiera suceder--. Y entonces todos nuestros esfuerzos y las vidas que se han perdido y se perderan en su toma, habran sido en vano. --Hablad con el jefe del clan Murray. Siempre os apoyo, y cuando sucedio lo de Greyfriars se mantuvo neutral mientras los demas tomaron partido por uno u otro pretendiente. Luego, quiero creer que las circunstancias de la guerra lo empujaron a aliarse con los Comyn buscando el bienestar de su clan. Ofrecerle el castillo de Stirling a cambio de su ayuda --le sugirio Edward Bruce--. No podra negarse a ello. Ya lo vereis. --No sera nada sencillo convencerlo para que se una a nosotros. Pese a que en su dia tuviera su apoyo --comento el rey sacudiendo la cabeza. --Si los Murray se unen, tal vez algun clan mas lo haga --sugirio el conde de Moray--. Pensadlo. --Si, pero debo ofrecerle algo mas que un castillo. Ademas, quiero tener cierto poder sobre este. No puedo dejarlo en manos de un seguidor de los Comyn, ya os lo he dicho --murmuro el rey dejando su mirada puesta en James Douglas, quien se la devolvia con expectacion por lo que estuviera considerando. --?Que mas podriais ofrecerle? --le pregunto este. --Murray tiene una hija --dijo el conde de Moray. --Si. Bronwyn --le informo Edward Bruce--. Al parecer no esta casada. James Douglas esbozo una cinica sonrisa. --?Por que os estais riendo? --pregunto el rey con curiosidad. --Ofrecerle un compromiso entre su hija y vuestro hijo --aseguro Edward Bruce senalando al jefe Douglas. Este fruncio los labios y asintio antes de echarse a reir. --?Con mi hijo? ?Estais borracho? --No, ni lo mas minimo. Pero pensadlo con detenimiento por un segundo. Ese compromiso nos otorgaria tener poder sobre Stirling y su castillo. Con el joven Douglas al frente de este casado con Bronwyn Murray, todos ganamos. Y seria una manera de recompensar su lealtad y su pericia en el combate --resumio el hermano del rey contemplando como el semblante del viejo Douglas cambiaba a medida que pensaba en esa proposicion. Robert Bruce permanecia callado escuchando la exposicion de los hechos de su hermano. Bien pensado, este tenia toda la razon. Un matrimonio en la hija del jefe Murray y el joven Douglas contentaria a ambos clanes. Y Stirling y su fortaleza estarian bajo el mando un clan leal a Escocia. --Id a buscarlo --pidio el rey con autoridad haciendo un gesto con el menton para que su propio padre fuera a por el--. ?Estas seguro? --le pregunto a su hermano Edward cuando James Douglas se hubo marchado. --Si poneis a un Douglas al frente del castillo de Stirling, podreis dormir tranquilo porque ningun ingles se atrevera a intentar tomarlo dada la fama de ese clan --le aseguro Edward Bruce al rey conociendo la clase de hombre que era William. Este permanecia en el patio del castillo junto a varios de sus leales seguidores. Su padre era el jefe del clan, pero el tenia su grupo de amigos y de fieles guerreros que le seguian en la batalla. Su destreza con la espada era mas que conocida, de igual manera que su astucia y su fiereza en el combate. Se habia distinguido como uno de los soldados mas despiadados del ejercito del rey Robert en su cruzada particular por recuperar los castillos de la nacion. --?Crees que atacaremos Stirling? --le preguntaba uno de los hombres que estaban junto a el William chasqueo su lengua y sacudio la cabeza. --No estoy seguro. Deberiamos hacerlo ya que es el ultimo castillo que retienen los ingleses en Escocia. --Te olvidas de Berwick... --Ya. Pero teniendo Stirling, los ingleses se lo pensaran antes de seguir la lucha o abandonarlo. Creeme Malcom. --Pero.... Mira, ahi viene mi padre. El mejor que nadie nos dira que han acordado con el rey --dijo el tal Malcom senalandolo cuando se acercaba a ellos. James no estaba seguro de como reaccionaria su hijo ante la propuesta del rey. Pero tendria que acatarla como leal vasallo suyo. Y por el bien de la nacion. Aunque no mirara a la cara a la hija del Murray, ni la tocara o ni tan siquiera durmiera en la misma cama. Eso eran aspectos sin importancia en estos momentos tan importantes para la nacion. --?Que ha dicho el rey? No parece que tengas buena cara. James bufo y se paso la mano por su poblada barba. --Stirling y su castillo son su principal objetivo. Tomarlo seria arrojar a los ingleses de Escocia. --Perfecto. --?Y Berwick? --De momento lo importante es Stirling. Luego ya veremos. --?Cuando partimos? ?Se sabe ya? --William se mostraba ansioso por volver a entrar en combate. Llevaban dias enteros en la corte y estaba algo cansado de comer, dormir, y frecuentar las tabernas y los burdeles de la ciudad. --Cuando sumemos mas hombres a nuestro ejercito --le confeso su padre contemplando como el gesto de su hijo y el de los hombres a su lado cambiaba. --Lo sabia. Lo estabamos comentando antes de que llegaras. Los hombres estan cansados y hemos sufrido numerosas bajas en la toma de la capital y de este castillo --aseguro haciendo un gesto a la fortaleza--. ?Como piensa el rey reclutarlos? ?Mercenarios franceses o de alguna otra nacion europea? Por que no creo que ni los galeses ni los irlandeses nos apoyen despues de haber sido poco menos que masacrados en tiempos de Wallace. E incluso tengo dudas acerca de los franceses. Son los unicos candidatos que conozco y ya te aseguro que no creo que muchos esten dispuestos a hacerlo. --No, no ha pensado en estos. --?Y de donde piensa sacar mas tropas? --pregunto uno de los hombres que permanecian al lado de William. --Va a ofrecer un trato al clan Murray --anuncio James Douglas con seguridad y parsimonia. --?Un trato? Pero ellos forman parte de ese grupo de clanes leales a John Comyn, el que fuera opositor al trono de Escocia junto al rey Robert. No aceptaran. --Les va a ofrecer Stirling y su castillo. William se quedo con la boca abierta. --?A los Murray? Es una locura. En cuanto Archibald Murray tome posesion de este se lo entregara de vuelta a los ingleses --le aseguro William enojado por esa decision del rey. Estaba furioso con este. James Douglas sacudio la cabeza. Estaba convencido de que no seria asi. --Estas equivocado. --?No me digas? ?Y como demonios va a evitarlo? ?Le hara firmar un documento que despues sera papel mojado? --No. Ese no sera el trato. No habra problemas con el trato que va a ofrecerle y en el entras tu. --?Yo? ?Que pinto yo con los Murray? --William entorno la mirada hacia su padre con cierto recelo por lo que este tuviera que contarle. --Te convertiras en el senor de Stirling. De ese modo el rey Robert se asegura de que no caera en manos inglesas. William dio un paso atras y sonrio algo nervioso. --Un momento. ?Y que pintan los Murray si yo sere al final el senor del castillo de...? --De repente se detuvo. Una idea inverosimil se le cruzo por la cabeza. Una a la que no queria prestar atencion. --Hijo, esto no va a ser sencillo. Pero tendras que acatar la voluntad del rey. Se que no has pensando en un compromiso, pero.... William jadeo porque no era capaz de sonreir. De repente tenia la impresion de que se ahogaba por falta de aire. Miraba a su padre primero y a sus dos amigos despues deseando que aquello fuera una pesada broma que habian urdido entre ellos. --Empiezo a entender cual es tu papel en todo esto, amigo --le aseguro Malcom asintiendo con toda intencion--. ?Que dices Angus? El otro hombre fruncio el ceno y los labios en un claro gesto de que no le gustaba lo que estaba pensando. Pero menos gracia le iba a hacer a William cuando se lo dijera. --Creo que se que clase de relacion guarda todo esto con los Murray o mas bien con la hija del jefe. William jadeaba porque no era capaz de reirse. Los nervios parecian tenerlo atenazado en ese instante. --Asi es. El rey va a ofrecerle al jefe Murray un matrimonio para su hija a cambio de su ayuda para tomar Stirling y su castillo. --?Por que yo? --William se encaro con su padre. --Eres mi primogenito y tienes que acatar lo que te ordene que hagas. --?Ves con buenos ojos un matrimonio con la hija del jefe Murray? --No nos queda otra. Necesitamos Stirling a toda costa, pero no podremos hacerlo sin mas tropas. Y el rey considera oportuno atraernos al clan Murray. Uno de los mas poderosos de los que apoyan al clan Comyn y por extension a Eduardo de Inglaterra. Pero para ello hay que negociar y ofrecerle algo que no pueda rechazar. --?Por que un compromiso con su hija? --William estaba furioso. Miraba a su padre con el ceno fruncido y las manos cerradas en punos. Sentia la sangre hirviendole en las venas. Deseaba golpear a alguien o incluso acabar con su vida. --Porque los Douglas nos hemos comportado como los mas leales y fieros guerreros. ?Nos ves que es una manera de reconocer tu valor y destreza en el combate? --?Con un compromiso que no deseo? Me basta con que Escocia sea libre. No necesito castillos, ni tierras, ... y menos una esposa --dijo como si escupiera la ultima palabra. --No me importa que ella no te guste. Como si no la miras. Una vez que estes instalado en el castillo podras vivir a tu aire, en una parte del mismo o en la propia ciudad. Eso es lo de menos. Como si no vuelves a verla. ?Que te importa? Lo unico que de verdad vale es expulsar a los ingleses y continuar la lucha. --?Y si su padre no acepta? ?O ella? --Ella acatara su voluntad como tu la mia. Y su padre no rechazara una joya como es el castillo de Stirling. Ahora deberiamos regresar dentro y decirle al rey que aceptas. Que es un honor que haya pensado en ti. William resoplo. --Ya lo creo que lo es --murmuro sacudiendo la cabeza camino del interior del castillo sin mirar a su padre. !Un compromiso con la hija de los Murray! !Por San Andres que era un completa locura! !No queria una mujer a su lado a todo momento! Se repitio una y otra vez negando con la cabeza antes de entrar en el salon donde el rey lo aguardaba. Al verlo aparecer, Robert Bruce se sintio mas tranquilo. Al ver que James Douglas se demoraba, el rey habia temido lo peor. Confiaba en la lealtad de los Douglas despues de sus hazanas en la guerra contra los ingleses. Y entendia que un compromiso tal vez no fuera lo que William esperaba, pero era necesario para vencer de una vez por todas. --Mi senor --dijo el joven Douglas con las manos a la espalda y un leve movimiento de cabeza en senal de respeto. --William. Tu padre te habra puesto al corriente de la situacion. --Si, senor. --?Que tienes que decir? Me interesa tu opinion franca y sincera. William parecio titubear unos segundos. Como si estuviera pensando en lo que debia decirle al rey. Llevaba combatiendo por el desde que este fue coronado en Scone, y de eso hacia ya ocho anos. Durante ese tiempo habia derramado sangre inglesa, y algo de la suya propia. No podia desobedecerlo con lo que habia en juego. Si queria ver a su nacion libre de los ingleses deberia sacrificarse. --Sera un honor complaceros una vez mas, mi senor. --Es una manera de recompensar la lealtad del clan Douglas durante todos estos anos de guerra. Creo que entregaros el gobierno de Stirling me dara tranquilidad en todo momento, porque no caera en manos inglesas. Por otro lado, ofrecerle la posibilidad de que su hija se convierta en senora del castillo, creo que puede animarlo a apoyarnos en esta guerra. --Lo entiendo, senor. --?Tengo vuestra palabra de que una vez que toda esta guerra termine, desposareis a la hija de Archibald Murray? William deslizo el nudo que acababa de apretar su garganta al sentir la mirada fija de su rey. Era como el lazo del verdugo y penso que no podria hablar. De manera que se limito a asentir primero, y responder a continuacion. Mientras recuperaba la templanza. --Lo estoy. Si no muero en las proximas jornadas --aclaro con una chispa ironica que provoco la sonrisa en todos los alli presentes. --Hasta ahora os habeis conducido con la prudencia y la sagacidad de un buen guerrero. Procurad no dejarla viuda antes de desposarla o perderemos posibilidades en Stirling --le pidio el rey con la misma chispa ironica que habia empleado el. --Lo intentare, mi senor. --En ese caso, lo prepararemos todo para partir los antes posible hacia las tierras de los Camero. Como no podia ser de otra manera, formareis parte de la expedicion --le aclaro mientras el joven Douglas asentia. William saludo a Robert por ultima vez antes de abandonar el salon. Habia dado su palabra y la cumpliria. Solo tenia que pensar que lo hacia por el bien de su nacion. Y no porque en verdad deseara atar su vida a la de una mujer. Horas mas tarde William disfrutaba de la bebida y la compania de sus amigos en una taberna. Pero en ciertos momentos no podia evitar quedarse pensativo dandole vueltas a la situacion a la que se veia abocado. --Entonces, ?cuando marchas a conocer a tu futura esposa? La pregunta de Angus, un escoces de cabello y barba castanos, parecio despertar a William de sus pensamientos. Sacudio la cabeza y contemplo a su amigo con los ojos entrecerrados. --?Por que no lo dejas estar? ?O quieres que parta la cara? --Dejalo o lo cabrearas de verdad. Bastante tiene con haber aceptado --comento Malcom, el otro fiel amigo saliendo en defensa de este--. Si te lo hubiera pedido el rey Robert en persona, tu habrias aceptado igual que el. O yo mismo. No se puede ir contra la voluntad de este. Decidimos rendirle pleitesia cuando fue coronado en Scone, de manera que no nos queda otra que acatar sus ordenes. --Creedme que no lo hago por mi voluntad, sino porque necesitamos mas hombres para tomar Stirling. Y como has dicho, rendimos vasallaje al rey Robert --resumio el joven Douglas mirando a Malcom y dejando luego la mirada suspendida en el vacio. --Es verdad. El castillo de Stirling es una de las ultimas fortalezas que retienen los ingleses junto con el de Berwick. Si los expulsamos de esta habremos dado un paso definitivo porque no creo que tengan intenciones de defender esa ultima fortaleza --dijo Malcom con orgullo--. La muerte de Wallace y las de tantos compatriotas no pueden haber sido en vano. Estamos ganando la guerra a Inglaterra. --El clan Murray es uno de los mas poderosos. Muchos hombres de otros clanes lo seguiran si el rey Robert consigue atraerlo a su causa --advirtio Angus. --Siempre fue partidario del rey. Pero el hecho de que este apunalara a Comyn en la reunion que ambos tuvieron en Greyfriars, lo hizo desconfiar --apunto Malcom. --Si, decidio no tomar parte por Bruce y se mantuvo neutral durante algun tiempo. Pero seguro que las circunstancias de la guerra hicieron que tomara partido por Comyn y Eduardo. Quiero creer que fue por el bienestar de su clan --resumio William expresando su opinion personal en ese asunto. --Ahi es donde entrais tu y la hija de Archibald Murray --senalo Malcom. --Y la propiedad del castillo de Stirling. No lo olvides. Sera la dote del propio rey Bruce a la pareja --aseguro Angus--. Por cierto, ?que sabes de ella? William fruncio los labios y encogio los hombros. --No me importa quien sea, ni como sea. Solo tengo que cumplir mi parte del trato y ya esta. --Si, viviendo en un castillo tampoco es necesario que os veais --apunto Angus convencido de que su amigo se comportaria de esa manera. --Ella tendra su propio servicio de damas. Podras hacer lo que le plazca. No me interesa -- insistio sacudiendo la mano para dejar claro que no le importaba lo mas minimo lo que ella pudiera hacer. --Pero admite que tendra que engendrar un heredero --le aviso Malcom con toda intencion. William gruno. --Si, bueno. Es su deber. No hace falta que nadie se lo diga. --?Y si es una vieja solterona? Ya me entiendes... Una mujer entrada en anos a la que su padre no ha conseguido casar --La risa de Angus enervo, mas todavia, el animo de Malcom. --He dado mi palabra. Si conseguimos que los Murray se unan a las huestes del rey, y con ello liberemos Escocia del yugo ingles, bienvenida sea --William apuro de un trago su bebida sin hacer mas caso a sus dos amigos. Apreto los dientes con rabia pensando en que ademas de haber aceptado el compromiso, su prometida no fuera nada agraciada. Si al menos fuera una muchacha joven y atractiva... se dijo en un intento por animar un poco. --Te aconsejaria que te desfogaras antes de ir a las tierras de los Murray a conocer a tu futura esposa --le jaleo Angus entre risas. Pero William no dijo ni una palabra mas. Se limito a mirar a los dos y sacudio la cabeza sin entenderlos. --Me gustaria veros en mi situacion. Estoy seguro de que no os estarias riendo. Decidio que lo mejor era alejarse de aquellos dos y estar a solas. No solo no se trataba de tener una esposa sino de que esta le diera un hijo que siguiera con el apellido Douglas. Pero eso a el no le importaba en ese momento. Ya se preocuparia cuando llegara. Por lo pronto, solo queria entrar en batalla y que volvieran a ser una nacion libre que tomara sus propias decisiones. Habia sido educado para pelear, para ser algun dia el senor del clan Douglas y procurar que todos lo respetaran. Desde que comenzo la guerra contra Inglaterra, no habia pasado ni un solo dia sin combatir al lado de su padre, conduciendo a su clan junto a otros tantos a la batalla. Y aun despues de muerto Wallace habia seguido combatiendo para liberar los castillos escoceses en manos de los senores feudales ingleses. Y lo haria hasta el final porque era su cometido. No habia cabida para el amor cuando habia visto su pais sometido y desangrado por Eduardo de Inglaterra.
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Cuidarte el alma (Cuidarte el alma 1), Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri
https://gigalibros.com/cuidarte-el-alma-cuidarte-el-alma-1-mariel-ruggieri.html“-?No te gusta el sexo, Andres? -Si, me gusta el sexo, Gabriela. El tema es que me gusta mas hacer el amor. Descubri que me excita el sentir cosas por mi companera de cama, y saber que ella siente lo mismo por mi. Despues de hacerlo de esa forma, el sexo por calentura pierde un poco la gracia. Llamame anticuado si queres, pero asi soy yo.” En el momento mas triste de su vida, el duende de las casualidades pone en el camino de Gabriela, al enigmatico e increible Andres Otero. Para una mujer de cuarenta y cuatro anos con dos divorcios a cuestas y con fobia al compromiso, este hombre tiene todas las desventajas: es demasiado atrayente, es demasiado querible, y ni siquiera es casado. Peligro, peligro. Alerta roja. ?Como hacer para llevar a la cama a un hombre que pondera los sentimientos por encima de las ganas? ?Como evitar desear enamorarlo? ?Como lograr no enamorarse? El deseo de disfrutarlo, es el anzuelo. Descubrir la pena que lo tortura, es la carnada. Y lo que tira del sedal es esa dulce forma de demostrarle que mas que para adorar su cuerpo, el fue creado para cuidarle el alma.
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Viaje al fin del oceano de Karina Luz
https://gigalibros.com/viaje-al-fin-del-oceano.html?Alguna vez te has enamorado del mar? Viaje al fin del oceano es un canto a la belleza de los suenos imposibles haciendose posibles, a ese amor entre seres afines y al mismo tiempo opuestos, que encontraran el amor verdadero mientras libran infinitas batallas de supervivencia en un realidad paralela, junto a Dioses, reinas, corceles alados y criaturas monstruosas. Hulsh es una joven nomada que dejo su tragico pasado atras; quedara embelesada con la luz azul inmarcesible y esplendorosa, que terminara por transportarla a otro mundo, mas maravilloso, mas real. Alli conocera al oceano en persona, conocera la poesia y luchara por descifrar un poema misterioso que encierra la clave de su destino.
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La caja de Pandora de Lindsey Davis
https://gigalibros.com/la-caja-de-pandora.htmlLa nueva novela de la reina del genero policiaco en la Antigua Roma.
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Un bolso y un destino de Leigh Himes
https://gigalibros.com/un-bolso-y-un-destino.html -
El susurrador de Donato Carrisi
https://gigalibros.com/el-susurrador.htmlGoran Gavila, jefe de un equipo de criminologos, se enfrenta a uno de los homicidios mas misteriosos y perturbadores de su carrera: seis brazos derechos que conducen a cinco cuerpos. Pero ?a quien pertenece el sexto? Mila Vasquez, una investigadora especializada en la busqueda de personas desaparecidas, se une a las pesquisas. Los metodos del asesino no se parecen a nada de lo que han visto antes y cada vez que creen estar acercandose al culpable, en realidad se adentran mas y mas en un juego de pesadillas, aceptando un continuo desafio que los obligara a mirar hacia la oscuridad que todos llevan en su interior.
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Rachel se va de viaje (Familia Walsh 2) de Marian Keyes
https://gigalibros.com/rachel-se-va-de-viaje-familia-walsh-2.html -
Historia de Jerusalen de Karen Armstrong
https://gigalibros.com/historia-de-jerusalen.htmlHistoria de Jerusalen describe la historia fisica y el significado espiritual de la ciudad desde sus origenes en el tercer milenio antes de Cristo hasta su violento y politicamente agitado presente, y examina su arqueologia y su topografia continuamente cambiante.
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Invitame a sonar de Noah Evans
https://gigalibros.com/invitame-a-sonar.htmlMartina acaba de conseguir su primer trabajo en una gran empresa. Educada en una familia exigente, y con una formacion brillante, deseaba poder demostrar que era capaz de ser independiente y conseguir sus logros por meritos propios. Sin embargo, el primer dia de trabajo conoce a Hector, director y dueno de la empresa, a pesar de ser tan solo unos anos mayor que ella. Entonces Martina comprende que ninguno de sus estudios le serviran para el nuevo reto al que tiene que enfrentarse.
Hector ha conseguido el exito en los negocios con tan solo veintinueve anos. Tiene poder, dinero, y sus empleados y amigos lo veneran como a un dios. Piensa que puede conseguirlo todo en la vida, aunque a veces la responsabilidad le puede. Pero en un aumento de su numerosa plantilla llega Martina, una joven brillante con un curriculum prometedor que no tiene problemas en oponerse a sus superiores si lo cree oportuno. Una joven con una seguridad capaz de arrollar al propio Hector y que se atreve a cuestionarlo como jefe si es necesario. Una mujer que no lo venera ni se deja impresionar por sus encantos.
Invitame a sonar. -
Atentamente tuyo de Josephine Lys
https://gigalibros.com/atentamente-tuyo.htmlCuando Eleanor Bradford conocio a Nicholas Brame, conde Wiltshire, en el baile de su amiga Mary Beth Benning, las primeras palabras que vinieron a su mente fueron: presuntuoso, atractivo, libertino, irresistible. Su amiga la habia prevenido de hombres como el, y la fama del Conde lo precedia a donde fuera. Despues de la muerte de su padre y de haberse hecho cargo de su familia, lo ultimo que queria Eleanor era arruinar su temporada de presentacion con las galanterias de ese tipo de hombre. Pero ?seria capaz de hacerlo? Cuando Nicholas Brame vio a Eleanor Bradford entrar al baile que ofrecia la familia Benning, supo que la invitaria a la pista en la primera oportunidad y, mientras bailaba con ella, las primera palabras que vinieron a su mente fueron: malcriada, hermosa, rebelde, irresistible. A pesar de sus treinta anos, Nicholas no queria saber nada con jovencitas casaderas, y en especial, nada con Eleanor. Pero ?seria capaz de olvidarla? Un fin de semana compartido en la campina hace que ambos se conozcan mejor y que compartan sus secretos y dolores mas intimos, lo que los hara pensar en profundizar su vinculo. Sin embargo, el marque de Lavillee, nuevo marido de la madre de Eleanor, tiene otros planes para ella: casarla con su sobrino en Francia para asi aduenarse de su fortuna. La obligara con una feroz amenaza a desairar al hombre que ama y partir hacia Paris. Un ano y medio despues, tras la muerte de su familia, y todavia soltera, Eleanor regresara a Londres, donde sufrira el desprecio de Nicholas. A pesar de todo, el destino parece guardar una ultima carta y hara que, para salvaguardar su honor, deban casarse. "Un matrimonio por conveniencia", acordaran. Pero ?alguno de los dos creera esa mentira? Con maestria y elegancia, Josephine Lys nos deslumbra con otra historia de amor ambientada en el periodo de la Regencia inglesa.
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Un cupcake para Daniela de Silvana D. Saba
https://gigalibros.com/un-cupcake-para-daniela.htmlCuando se cierra una puerta, se abre una ventana en la Toscana.
Algunas veces esa ventana es el lugar donde, sin buscarse, se encuentran dos corazones solitarios y la chispa enciende la llama del amor y de la pasion.
Tras divorciarse, Lucy abandona Roma para comenzar una nueva vida con su Teckel en Firenze, donde abre su negocio de reposteria.
Mattia y su hijita Daniela son nuevos en la ciudad, necesitaban cambiar de aires y rehacer sus vidas lejos de los recuerdos, por lo que se mudan desde Torino al mismo barrio en el que Lucy tiene su pasteleria.
Lucy no busca una relacion, pero cuando conoce a Mattia ve en el al perfecto principe azul salvo por un detalle, Daniela, y es que Lucy no sabe relacionarse con los ninos. Interrogantes, dudas y miedos se conjugaran para quitarle el sueno a Lucy y ponerle trabas a su relacion con Mattia.
Un cupcake sera el inicio de esta dulce historia ambientada en la Toscana que entrelazara el destino de sus protagonistas, llevandolos a afrontar sus miedos y prejuicios, y a encontrar esa ventana hacia los comienzos y las nuevas oportunidades.
Ternura, risas, amor venganza, celos. ?Podra triunfar el amor? -
El verano de Seb (Hombres de Maine 3) de K. C. Wells
https://gigalibros.com/el-verano-de-seb-hombres-de-maine-3.htmlUn enorme agradecimiento, como siempre, a mi maravilloso equipo de betas. Sois lo maximo. Un agradecimiento especial a Jason Mitchell, por seguir siendo el alfa mas maravilloso y la mejor caja de resonancia. Donal Mooney, por permitirme utilizar parte de nuestra conversacion en un dialogo. Kazy Reed, por su inestimable ayuda. Ha estado presente en los tres primeros libros de la serie, pero en este se necesitaba un conocimiento un poco mas experto, y ella lo ha proporcionado. Jack Parton, por sus inestimables conocimientos sobre Maine, pero tambien por sus consejos. No podria haber escrito este libro sin el, y nunca habria descubierto al Dr. Carl Hart. Gracias por dar vida a Marcus. PROLOGO Anteriormente, en El Jefe de Ben… --!Me cago en mis muertos! !No puedo creer que me este pasando esto! --Seb, vas a despertar a la abuela --dijo Ben--. Acercate aqui y calmate ?Que ha pasado? Seb se dirigio a grandes zancadas hacia donde estaban sentados, sus manos como punos a ambos lados de su cuerpo y su pelo revuelto de tanto frotarlo. --Esa era mi madre al telefono --su pecho subia y bajaba rapidamente. --Respira, colega --dijo Ben. Nunca habia visto a Seb en ese estado--. Ahora, cuentanos, mas relajadamente, que ha pasado. Seb hizo un obvio esfuerzo por complacerle e intento relajarse. --Mi tio Gary ha ido y se ha roto la jodida pelvis, eso es lo que ha pasado --dijo y se paso la mano por el pelo, rastrillandolo con los dedos. No era la primera vez que hacia eso, sospecho Ben, y fruncio el ceno. --?Sois cercanos? ?Es esa la razon por la que estas tan afectado? --pregunto Ben. Solo que Seb no estaba exactamente afectado. Parecia enojado, hasta el punto de que su cuerpo estaba vibrando, visiblemente, con lo que parecia ira. --No, no somos cercanos --dijo Seb--. Bueno… eramos cercanos cuando yo era un crio, pero no le he visto desde hace mucho tiempo. Nos fuimos distanciando, supongo. Y lo que esta pasando, es que mi madre le ha dicho a mi tio que yo le ayudaria porque, aparentemente, soy el unico que puede. --Lo que estas diciendo no tiene ningun sentido --dijo Ben. Seb se sento en la silla mas cercana, se inclino hacia delante y oculto su rostro entre las manos. --Yo tenia planes, me cago en la puta. Iba a relajarme, salir, follar, follar algo mas… -- inspiro profundamente--. El tio Gary tiene su propio negocio de pesca ahi abajo, en ese pequeno sitio que posee en la costa: Cabo Porpoise. Un nombre encantador, ?eh? Es exactamente como suena. Encantador, pintoresco, idilico… y tranquilo. Tranquilo como la muerte de tranquilo porque alli no hay nada. Nunca pasa nada. Y, mi madre, le ha dicho al tio Gary que iria a quedarme con el y le ayudaria el resto de mis vacaciones de verano. Ben se mordio el labio, intentando, con gran esfuerzo, contener la risa. --?Vas a pescar? --pregunto y no pudo evitar reir. No deberia reirse. Realmente, no deberia. Pero, bueno, la situacion era hilarante. Seb alzo la cabeza como si hubiese recibido un latigazo, sus ojos salvajes. --No es gracioso, colega --dijo ofendido. --Lo es desde donde yo estoy --contesto Ben--. Recuerdo ese verano que fuiste a ayudar, ?cuando eramos mas pequenos? Eso era lo que hacia toda tu familia, ?no? Haciais turnos para ser mano de obra para el puerto durante el verano --sonrio abiertamente--. Recuerdo que cuando volviste no paraste de quejarte y lamentarte, fuiste un drama y juraste que esa iba a ser la ultima vez en tu vida que alguien te meteria en un barco de pesca. Seb le miro, atonito. --?Y lo que es peor? --dijo consternado-- Voy a hacer todo eso gratis. Deberias haber oido a mi madre: “Eres profesor, ya tienes un salario. No necesitas el dinero” --dijo imitando la voz --. Como que no, !joder que no! “Ayudale y toma las riendas”, me ha dicho. Si, claro. ?Vosotros podeis verme --a mi--, levantandome a las putas no se cuantas de la manana o lo que sea, para salir en un bote como un famoso marinero de cubierta? Porque eso es todo lo que voy a ser --se irguio en la silla--. ?Sabeis que? Ni siquiera voy a pensar en esto, porque seria como aceptar su existencia y eso no va a pasar. Gary puede encontrarse otro grumete --se puso en pie--. Lo siento, chicos. Me voy de aqui. Esa llamada me ha amargado la noche. Os llamare pronto --se despidio y se dirigio ofuscado hacia la salida del recinto. CAPITULO 1 13 de junio. Lo que sea que Seb Williams estuviese sintiendo en ese mismo momento iba mucho mas alla de estar meramente enojado, y todo lo que habia necesitado para llegar a ese estado habia sido una llamada de su madre. Volvio con paso firme al interior de la casa, parando en seco --en el ultimo segundo--, antes de dar un portazo, porque la parte logica de su cerebro se puso en marcha y le recordo que podria despertar a la abuela si hacia eso. <
>. Aun no podia creer que le hubiese metido en toda esa mierda. < >. Bueno, pues de ninguna jodida manera iba --el-- a pasar sus esperadisimas y sonadas vacaciones de verano --con las que habia estado fantaseando durante todo el ano--, limpiando boyas, preparando anzuelos, acarreando contenedores y asegurando las pinzas de las langostas. Incluso le horrorizo el darse cuenta de que sabia todo lo que habia que saber sobre esa mierda. Ese trabajo estaba grabado a fuego en su memoria. < >. Cuando Seb cogia su chaqueta de uno de los percheros que habia en la pared al lado de la puerta, Levi salio de la cocina. --Oye, ?algo va mal? --pregunto. Seb se forzo a respirar profundamente antes de contestar. --Oye, colega. Es un gran fiesta y todo eso, pero voy a irme. Acabo de tener una conversacion realmente desagradable con mi madre y, si me quedo, voy a arruinar la noche a todo el mundo. Te llamare, ?vale? Al segundo siguiente habia salido y caminaba en direccion al coche, agradecido por no haber bebido demasiado alcohol durante la fiesta. Hacia casi dos horas desde que se habia tomado la ultima cerveza, pero esa llamada habia sido como un jarro de agua helada y le habia devuelto la sobriedad al instante. Abrio el coche, se puso tras el volante y resistio el impulso de dar rienda suelta a su ira y proferir a gritos lo que estaba pensando. <>. Su telefono sono y se retorcio sobre el asiento intentando liberar el movil del bolsillo de sus vaqueros. --?No has olvidado algo? --dijo Levi segun contesto la llamada. --?Aparte de mis modales? No lo creo --contesto Seb. < >. --Y ?que hay de los invitados que iban a pasar la noche en tu casa? Ben, Dylan y Aaron, ?no iban a quedarse contigo esta noche? < >. --Mierda, si --dijo Seb. Se habia olvidado de ellos completamente. < >. Antes de poder anadir palabra, Levi se le adelanto. --Mira, no te preocupes por ellos, pueden quedarse aqui esta noche. Preparare la habitacion de invitados. < >. --No tienes por que hacer eso. --Si, si tengo. No creo que estes de humor para entretener a ningun invitado. Mandame un mensaje cuando llegues a casa, ?vale? Solo para saber que no has decidido envolver un arbol con tu coche o algo por el estilo. --Claro. Gracias, Levi --dijo Seb y colgo. < >. Luego, recordo el resto de sus planes para ese fin de semana: iban a ir todos a su casa, para almorzar. < >. Si se veia capaz de mejorar su estado de animo, a lo mejor. Condujo de nuevo hasta Ogunquit, en casi absoluto silencio, excepto por el extrano y virulento "!Joder!" que se escapaba de vez en cuando de su boca. Cuando llego a su casa, su rabia habia disminuido ligeramente. < >. Seb se habia dejado el culo trabajando en el colegio y necesitaba recargar sus baterias y, por como se sentia en ese momento, sabia que necesitaria todos y cada uno de los dias que le quedaban hasta que el colegio empezara de nuevo, a finales de agosto, para conseguirlo. Abrio la nevera y saco una botella de cerveza. Su telefono vibro sobre la mesa y miro hacia la pantalla con terror. < >. Cuando vio que no era ella, respiro con mas tranquilidad. Era un numero desconocido. Seb cogio el telefono y pulso "Contestar", esperando que, quienquiera que estuviese al otro lado, hablara primero. Si era una llamada de publicidad, se encontraba en un estado de animo perfecto para estallar con ellos. --?Seb? ?Estas ahi? Reconocio la voz de su tio inmediatamente. --Hola, tio Gary --saludo. < >. Parecia que esta mierda iba a empezar a ponerse seria. Una risa burlona inundo sus oidos. --Por el amor de Dios, chico, ya eres un poco mayor para esa mierda de tio. Llamame Gary --dijo y por la voz parecia agotado. Seb tenia que darle la razon. Llamarle tio le hacia sentir como si tuviera ocho anos de nuevo. --Me ha llamado mama. Me ha dicho que has tenido algo de mala suerte --dijo mientras sacaba una silla de la mesa de la cocina y se sentaba. Gary resoplo. --Mierda, ya te digo. Perdona si mi jodido lenguaje ofende tus delicados oidos. A pesar de su estado de animo, rio. Parecia que Gary no habia cambiado nada. --?Como te has roto la cadera? Espera, no me lo digas, ?te resbalaste con un pescado? Oh, no, ya se. ?Una langosta te hizo la zancadilla? --Ja-ja. Muy gracioso, chico. Mi maldita moto me dejo tirado. Y no esta rota, esta fracturada. Confia en tu madre para exagerar todo el puto asunto --dijo Gary. Seb oyo una voz amortiguada de fondo seguida de un grunido de Gary--. No, no voy a dejar de decir tacos en mi jodida casa. Por el amor de Dios, mujer. Voy a estar en tus garras las proximas ocho semanas o mas. Sera mejor que te vayas acostumbrando a mi lenguaje, porque no tengo intencion de abandonarlo en un futuro demasiado proximo. --?Quien esta ahi contigo? --pregunto Seb. --Tu tia Annie. Y es como tener un enorme grano en el culo --gruno Gary. Seb oyo de nuevo la voz de Annie, elevandose al otro lado del telefono, y luego lo que parecio ser un forcejeo--. Hola, Seb, soy Annie. --?Acabas de luchar con Gary por el telefono? --Estupida vieja mula --se quejo Annie, pero Seb percibio el tono afectuoso en el insulto. --?Como es de grave? --pregunto. --Lo suficiente como para que hayan tenido que usar tornillos para volver a poner todo en su sitio. Y no escuches ni una palabra de lo que te diga. Fractura, mis cojones --gruno--. Ahora me tiene maldiciendo a mi tambien. Llevo solo cinco minutos a su lado y ya soy tan soez como un marinero de cubierta. Lo que necesita ahora es descanso total sobre una cama. Los medicos han dicho que puede tardar de ocho a doce semanas en recuperarse por completo, asi que me lo llevo a casa conmigo. No puede quedarse aqui solo. Ademas, tu ya tienes suficiente con lo tuyo sin tener que hacer de enfermera para un viejo amargado. --!Oye! --Oh, callate. Sabes que tengo razon. Ademas, si te quedas aqui lo unico que haras sera criticar todo lo que haga Seb. Tim sabe lo que esta haciendo, ?verdad? --Seb oyo a Gary, al otro lado del telefono, dando su aprobacion reganadientes--. ?Ves?, todo ira bien. Dejas a Tim al mando, Seb hara lo que le digan que haga y tu te centras en recuperarte. --Otra pausa--. !Ve a hacer te! --ladro Gary. La voz de Annie se atenuo y el suspiro de Gary inundo el oido de Seb--. Tiene buenas intenciones --explico-- y se por que esta haciendo todo esto. Todos tus primos han abandonado el nido y ella necesita a alguien al que cuidar de nuevo, ?no es cierto? Y ha decidido que ese alguien, voy a ser yo. < >. --?Te duele? --pregunto Seb. --?Estas bromeando? Me tienen atiborrado a unas pastillas que me hacen volar tan alto como una jodida cometa --hizo una pausa--. Mira, siento todo esto, pero fuiste el unico que me vino a la mente. Seb forzo un profundo suspiro. --Lo entiendo. Mi madre ya me expuso toda la situacion y argumento que "tu estas libre todo el verano". Y Annie tiene razon. Al menos, ella sera capaz de cuidar de ti. --Asi que… --empezo Gary-- ?A que hora puedes estar aqui manana? < >. --?Perdona? -
El Libro de los Abrazos de Eduardo Galeano
https://gigalibros.com/el-libro-de-los-abrazos.htmlEl libro de los abrazos es una sintesis perfecta del imaginario mas inspirado de su autor. Celebraciones, sucedidos, profecias, cronicas, suenos, memorias y desmemorias, deliciosos y extraordinarios relatos breves en los que hasta las paredes hablan.
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Un diamante ruso (Secretos de alcoba 2) de Anne Marie Cross
https://gigalibros.com/un-diamante-ruso-secretos-de-alcoba-2.htmlGran Ducado de Hesse y el Rin. Julio de 1843 Maria Aleksandrovna acaricio su prominente barriga y sonrio. Apenas en un par de meses seria madre de nuevo. Cerro los ojos y se recosto contra el respaldo del sofa mientras agradecia el silencio que se respiraba en la salita. La vida en la corte le resultaba en extremo dificil de sobrellevar, sobre todo si tenia detras a cada noble vigilando sus pasos y, en especial, a su suegra, la emperatriz Alexandra Fiodorovna, quien no habia dado su aprobacion al matrimonio con su hijo. Segun su opinion, y la del resto de la aristocracia rusa, Maria era demasiado sencilla, sin encanto y carente de temas de conversacion como para convertirse en la proxima Emperatriz consorte de Todas las Rusias, titulo que le corresponderia en el momento en que su esposo, Alejandro Nikolaievich, asumiese el trono. Lo cierto era que tampoco ella deseaba ese titulo ni las responsabilidades que conllevaba. Tenia diecinueve anos, llevaba casada dos y ya habia dado a luz una hija, Aleksandra, que pronto contaria con un hermano. Habia conocido a su esposo en 1838, cuando Alejandro habia viajado por Europa en busca de consorte. Tras su visita al Gran Ducado de Hesse, le habia confesado que se habia enamorado de ella y deseaba convertirla en su esposa. En ese entonces, Maria solo contaba catorce anos, por lo que habian tenido que esperar a que ella cumpliese los diecisiete para casarse. Era demasiado joven, y nada la habia preparado para las intrigas palaciegas. Suspiro al tiempo que desviaba la vista desde los grandes ventanales de la sala hasta el libro que sostenia en sus manos. Le gustaba mucho leer, especialmente aquellos libros provenientes de autores ingleses, pero en la corte no tenia demasiado tiempo para permitirse ese lujo. Por eso, aprovechaba cada visita que hacia a su tierra natal. No se avergonzaba de cambiar la fria San Petersburgo por Darmstadt, la capital del Gran Ducado, sobre todo cuando sabia que su esposo no la echaba de menos mientras se hallaba en brazos de alguna de sus amantes. Una tristeza amarga reposo en su corazon. Alejandro la amaba, a su manera, pero ella hubiera deseado que tambien le fuese fiel. Supuso que se trataba de un deseo poco realista. Clavo su mirada en las letras del libro, sin verlas, mientras pensaba en su padre, el Gran Duque Luis II, y en su madre, la princesa Guillermina de Baden, que habia fallecido siete anos atras. Segun sabia, ella, al igual que sus hermanos Alexander e Isabel, no eran hijos de Luis, sino de un amante de su madre. La puerta de la sala se abrio, y Maria abandono sus cavilaciones. Se giro para mirar al recien llegado. --Buenos dias, hermana. ?Que tal te encuentras hoy? Maria dirigio una sonrisa agradecida a Alexander y acepto su beso en la mejilla. Su hermano le habia servido de escolta desde San Petersburgo, donde, siguiendo la tradicion marcial de su familia, se hallaba sirviendo al ejercito ruso. --Muy bien, gracias. Esta noche me ha dejado descansar --respondio, mirando hacia su abultado vientre. Alexander percibio la ternura en sus ojos oscuros. --?Eres feliz? --Maria y el se llevaban tan solo un ano de diferencia, por eso se sentia mas cercano a ella y a Isabel que a sus dos hermanos mayores, que tenian catorce y dieciseis anos mas que el--. ?Te trata bien tu esposo? --Por supuesto que si. No debes preocuparte por eso. Soy feliz, aunque os echo mucho de menos. Desde luego, no iba a compartir con su hermano las intimidades de su matrimonio. <
> no era una palabra que la definiese, pero tampoco se consideraba desgraciada. Su esposo la trataba bien, tenia una hija maravillosa y otro que venia en camino, y, algun dia, se convertiria en emperatriz. El tomo asiento a su lado y se quedo pensativo. --Yo no se si podria casarme con una mujer que me fuera impuesta --le confeso. La preocupacion nublo el rostro de Maria. Sabia por Alejandro que el zar Nicolas habia considerado a su hermano como un posible esposo para su sobrina, y aunque se trataba de una joven hermosa y educada, tambien conocia las ideas romanticas de Alexander, que deseaba casarse por amor. Y, por lo que habia visto, mucho se temia que su hermano ya habia entregado su corazon. Aunque era menor que el, a veces se comportaba como si fuera su madre, sobre todo cuando creia que necesitaba un consejo. --?Hay alguna joven que te interese de manera especial? Alexander suspiro y se paso la mano por el cabello, alborotandoselo. --Ya sabes que si, la condesa Julia. --?Julia de Hauke? --pregunto, sorprendida. La joven tenia apenas dieciocho anos. Habia quedado huerfana a la edad de cinco, por lo que, junto a su hermano Maurice, fueron puestos bajo la tutela del zar--. ?Mi dama de compania? --Si. Ya se que es joven, ambos lo somos, pero, con el tiempo... Maria salio de su estado de estupefaccion. --No se trata de eso, Sasha --lo interrumpio, usando el diminutivo carinoso con el que siempre lo llamaba. No queria que lo que iba a decirle sonara como un mandato--. Tu eres principe y ella solo una condesa, no puedes pensar en casarte con ella. A pesar de haber usado un tono dulce y suave, su hermano la miro como si lo hubiese abofeteado. --?Como puedes decirme eso, Maria? --repuso, dolido--. Crei que tu me comprenderias. --Pero el Almanaque de Gotha deja claro que una union asi es imposible. --Imposible. --Su tono elevado la sobresalto tanto como la forma intempestiva en que se puso de pie--. ?Acaso pide el corazon permiso para amar a alguien? ?Que importa lo que diga un miserable papel? No es palabra de Dios, solo de hombres. Pero ese documento que se publicaba anualmente en Europa --y que compendiaba con todo detalle datos de las casas reales, la alta nobleza y la aristocracia europeas, asi como datos del mundo diplomatico--, podia destruir la vida y la carrera de su hermano, penso Maria. Si Alexander se empenaba en seguir con aquella locura lo exiliarian, ya que era inconcebible que un miembro cercano de la familia imperial se desposase con una simple condesa. --Piensa en las consecuencias, Sasha. --?Y que importan las consecuencias, Maria, si estas al lado de quien amas? Hablas asi porque nunca has estado enamorada. --Apenas termino de pronunciar las palabras, se arrepintio. Su hermana no habia hecho sino cumplir con su deber al casarse con Alejandro; no habia tenido ninguna otra posibilidad. Se arrodillo ante ella y la tomo de las manos--. Lo siento. No queria decir... Ella acuno su mejilla en un gesto tranquilizador. --Lo se. Sabes que te apoyare decidas lo que decidas. Solo deseo que estes seguro del paso que vas a dar. Su hermano asintio despacio. --No tenemos prisa, como te he dicho, ambos somos demasiado jovenes. --La beso en la mejilla--. Tengo que irme, nuestro hermano, Luis, quiere hablar conmigo. Supongo que tambien querra sermonearme. El intento de bromear no consiguio alejar el punzante dolor que sus anteriores palabras habian provocado en ella. Su relacion con Alejandro habia sido impuesta por las circunstancias, ambos eran nobles y principes, y su matrimonio era bueno para las relaciones entre los dos paises. Le tenia carino, pero no lo amaba. Sin embargo, no era cierto que nunca habia estado enamorada. --Ve con el --lo animo--, o se quejara ante padre, y ya sabes lo que eso significa. Alexander suspiro y se puso de pie. --Mantendre contento a nuestro hermano. Que tengas un buen dia. Lo vio salir de la sala y se recosto contra los suaves cojines mientras su mirada se perdia, a traves de los grandes ventanales, en el lejano cielo azul de Darmstadt. Sonaron unos golpes en la puerta y esta se abrio. Una doncella entro en la sala. --Alteza, tiene visita. El conde de Bellesford. El corazon de Maria experimento un estremecimiento. No, no era cierto que nunca hubiese estado enamorada, el problema era que el amor la habia encontrado demasiado tarde. --Hazlo pasar, por favor, Hanna. Se acomodo en el sofa, extendiendo la ampulosa falda sobre el tapizado, y espero, con el corazon latiendole a una velocidad imposible. El rubor coloreo sus mejillas cuando la puerta se abrio de nuevo y entro el joven conde. Lord Bellesford tenia veintitres anos, cuatro mas que ella. Se habian conocido al inicio del verano, cuando ella habia llegado a la residencia de sus padres para pasar las vacaciones y el asistia a una recepcion en el palacio real. Aunque se encontraba realizando el Grand Tour por Europa, despues de conocerla habia decidido detenerse un tiempo mas alli. Sus ojos se demoraron en su figura. Era apuesto, con un cabello del color del trigo y unos ojos tan azules como el cielo de Darmstadt. Vestia unos ajustados pantalones negros y una chaqueta del mismo color sobre un chaleco azul plateado. --Buenos dias, alteza. --Se acerco a ella y tomo su mano, depositando sobre el dorso un beso calido que se demoro mas de lo que exigian las normas sociales--. Cada dia que pasa la encuentro mas hermosa. Maria sonrio, nerviosa. --Es usted muy galante, milord. --Retiro su mano con un movimiento delicado, aunque le hubiese gustado seguir sintiendo la calidez de su piel. --No digo mas que la verdad. --Se quedo unos instantes en silencio, antes de anadir--: He venido a despedirme. Tengo que regresar a Inglaterra. Ella lo miro y apreto los punos con fuerza. Quiso gritarle que no se fuera, pero se trago las palabras. No tenia derecho a pedirle que se quedara. Entre ellos no podia haber nada fuera de aquellos maravillosos dias que habian pasado juntos, de las miradas llenas de anhelos prohibidos, de los roces casuales, de los paseos a solas, de las conversaciones y las sonrisas intimas. --?A Inglaterra? Creia... creia que despues de Darmstadt ibas a ir a Italia. --Mi padre ha enfermado de gravedad y mi madre me ha pedido que regrese a casa -- explico. Se sento a su lado en el sofa y tomo sus manos--. Sabes que mientras estuvieses aqui no me habria alejado de tu lado, Maria. Entiendo que lo nuestro es imposible, pero no puedo prohibirle a mi corazon amarte --le dijo con un tono de profunda tristeza que provoco que sus ojos se llenasen de lagrimas--, aunque sea en silencio. Y lo seguire haciendo toda mi vida. Ella nego con la cabeza. --Tienes derecho a ser feliz, Paul. --?Aunque tu no lo seas? --Yo tendre a mis hijos. --Apoyo una mano en su mejilla, y el le beso la palma con devocion--. Mereces encontrar el amor. --Ya lo he encontrado. Maria volvio a negar. Habia sido testigo del modo en que la infidelidad de su madre habia destrozado la convivencia entre sus padres. Ella nunca haria nada parecido, no deseaba que sus hijos sufrieran. --Volveras a enamorarte, con el tiempo; y a nosotros nos quedaran los recuerdos hermosos que compartimos. No se dio cuenta de que estaba llorando hasta que el retiro, con el pulgar, las lagrimas de su mejilla. --Ven conmigo a Inglaterra. --Conocia la respuesta antes incluso de que la pronunciaran los labios femeninos, pero habia querido intentarlo una vez mas. --Sabes que no puedo. El silencio se extendio entre ellos, hasta que el solto sus manos y ella sintio el vacio clavandose en su pecho como un afilado cuchillo. --Entonces, esto es una despedida. --Asi debe ser. --Su voz broto en un susurro suave, casi agonico. Deseaba que el la comprendiera. --Odio tu sentido del deber, pero no podria quererte menos por ello. Eres una mujer admirable, Maria; y de lo unico que me arrepiento es de no haberte conocido antes. Siempre te amare. No importa el tiempo que pase. --Antes de levantarse, metio la mano en el bolsillo interior de su chaqueta y extrajo un pequeno estuche de terciopelo y un sobre que deposito en el sofa junto a ella--. Parto en una hora. Si alguna vez decides ir a Inglaterra, te estare esperando. --Ya te has llevado mi corazon. Paul se agacho y bebio de sus labios las amargas lagrimas de la despedida. Fue un beso que les rompio el corazon a ambos. Despues el se alejo, deteniendose solo cuando habia llegado a la puerta. --Adios, Maria. --Adios, Paul. Cuando la puerta se cerro tras el, Maria comprendio que era para siempre. Nuevas lagrimas corrieron por sus mejillas mientras rememoraba en su mente cada uno de los momentos pasados juntos en los que habian sido los dias mas felices de su vida. No supo cuanto tiempo habia transcurrido cuando dejo que la realidad la envolviera de nuevo. Bajo la mirada hacia el estuche de terciopelo y lo tomo. Dentro reposaba un exquisito anillo de oro con un diamante engarzado en forma de corazon. Cogio el sobre y lo abrio para leer la carta que contenia. Mi amor, Si estas leyendo estas letras es porque ya no me queda la esperanza de que envejezcamos juntos. Por eso, te dejo mi corazon. Es tuyo desde el primer instante en que te vi y lo sera siempre. Este anillo ha pertenecido a mi familia durante generaciones. Mi madre me lo dio para que yo se lo entregara a la dama que conquistase mi corazon y a quien desease convertir en mi esposa. Esa eres tu, y nunca habra otra. Hasta el dia en que me muera, te llevare en mi pensamiento, y no perdere la esperanza de que pueda volver a tenerte entre mis brazos otra vez. Tuyo para siempre, Paul Creia que ya no le quedaban lagrimas, pero no fue asi. Acuno el anillo contra su pecho, donde el corazon le latia dolorosamente, convertido en diminutos pedazos, y lloro. Lloro por Paul y por ella. Ningun imperio merecia el sacrificio del amor. Capitulo 1 San Petersburgo. Finales de abril de 1857 Lady Mary Branson corto una rosa mas y la deposito en la cesta que llevaba colgada del brazo, junto al resto de las flores que ya habia recogido. Metio, tambien, en el interior las tijeras y elevo el rostro hacia el cielo para recibir la caricia de los tibios rayos de sol del mes de abril. El silencio que reinaba en la mansion la asfixiaba. Echaba muchisimo de menos a su hermano. Misha --diminutivo de Mikhail-- se habia casado hacia una semana y habia partido con su esposa en un viaje por Europa. La guerra en Crimea por el control de los territorios otomanos habia terminado apenas un ano atras, el 30 de marzo de 1856, con el Tratado de Paris. Las fronteras se habian abierto, aunque con ciertas restricciones. El zar Nicolas I habia muerto casi un ano antes del tratado, y el nuevo zar, Alejandro II, no habia quedado muy contento por la forma en que se habian resuelto las cosas. Rusia habia perdido mucho en aquella guerra. Mary se retiro un mechon de cabello de la frente y avanzo hacia el siguiente rosal. Se alegraba mucho por el matrimonio de Misha, por supuesto; su esposa era una joven maravillosa y lo haria feliz, de eso estaba segura. Pero no podia evitar compadecerse un poco por si misma. Tenia veintidos anos y, tras la boda de su hermano, se quedaba sola en el mundo. Ella viviria en la mansion que siempre habia pertenecido a sus padres, mientras que Misha, como nuevo marques de Mansbourg, pasaria la mitad del tiempo en San Petersburgo y la otra en Londres, cumpliendo sus obligaciones en la Camara de los Lores. --Quiza deberia irme a vivir a Inglaterra --reflexiono en voz alta, al tiempo que cortaba uno de los tallos de la rosaleda. Suspiro. A pesar de todo, sabia por que le costaba tanto tomar esa decision. No solo porque las tumbas de sus padres se hallaban en el cementerio de Novodevichi y seria duro para ella dejarlos atras --aunque ellos ya no estuviesen realmente alli, segun rezaba la fe ortodoxa en la que la habian criado, como a cualquier buen ciudadano ruso--, sino tambien porque en Londres estaba James... y su esposa. El marques de Hallbrook habia sido su primer y gran amor, y aunque con el paso del tiempo habia comprendido que el siempre la habia visto como a una hermana, aun le dolia haberlo perdido. Su mente le trajo recuerdos de aquellos dias en que viajaron a Londres para la presentacion en sociedad de Sophia, la hermana de James y de Alex, y la suya propia. El habia estado demasiado ocupado, ayudando a la que en esos momentos era su esposa, lady Elisabeth, como para dedicarles tiempo a Sophia y a ella. Ni siquiera la acompano de vuelta a Rusia, sino que tuvo que soportar en el viaje al insufrible, arrogante e imposible duque de Ainsworth. --Milady. La llamada de una de las doncellas aparto sus pensamientos de unos ojos azul medianoche que todavia, despues de tres anos, aparecian de vez en cuando en sus suenos. Se volvio hacia el camino de piedrecillas por el que venia la joven. --?Que sucede, Sonya? --La inquieto el nerviosismo que dejaban traslucir el pecoso rostro y los ojos oscuros de la muchacha. --Tiene visita, milady. Fruncio el ceno. Era demasiado temprano para recibir visitas, y aunque a veces atendia a algunas de sus amistades a esas horas, desde luego su presencia no suscitaba ese estado de nervios en Sonya. --?De quien se trata? -
Los afectos de Rodrigo Hasbun
https://gigalibros.com/los-afectos.htmlEl dia que papa volvio de Nanga Parbat (con unas imagenes que trituraban el alma, tanta hermosura no era humana), mientras cenabamos, nos dijo que el alpinismo se habia tecnificado demasiado y que lo importante se estaba perdiendo, que ya no escalaria mas. Tras oirlo mama sonrio como una idiota, creyendo que esas palabras contenian algun tipo de promesa, pero se quedo callada para no interrumpir. Es la comunion con la naturaleza lo que importa, siguio diciendo el, la barba mas larga que nunca, tan oscura como sus ojos un poco desquiciados, la posibilidad de llegar a los lugares que han sido abandonados hasta por Dios es lo que importa. No, por Dios no, se corrigio, en el principio de uno de esos monologos que duraban horas apenas llegaba, antes de que empezaran a crecerle el silencio y las ganas de emprender una nueva aventura, es mas bien en esos lugares donde se lo encuentra, donde Dios descansa de nuestra ingratitud y sordidez. Monika y Trixi lo oian sumidas en una hipnosis incipiente y mama ni que decir. Eramos su clan, las que lo esperabamos, hasta entonces siempre en Munich pero ahora en La Paz desde hacia un ano y medio. Irse, eso era lo que papa sabia hacer mejor, irse pero tambien volver, como un soldado de la guerra permanente, hasta reunir fuerzas para irse una vez mas. Solia suceder luego de unos meses de quietud. Esta vez, justo despues de quejarse del alpinismo, con la boca medio llena, menciono que pronto se largaria en busca de Paititi, una antigua ciudad inca que habia quedado enterrada en medio de la selva amazonica. Nadie la ha visto en siglos, dijo y me dio pena mirar a mama, constatar lo poco que le habia durado la ilusion. Esta llena de tesoros, los incas los resguardaban ahi de la codicia de los conquistadores, anadio el, pero eso era lo que menos le interesaba, su unico tesoro seria encontrar las ruinas de la ciudad. Lo cierto es que a su regreso de Nanga Parbat habia hecho una escala decisiva en Sao Paulo y finalmente tenia el financiamiento y los equipos. No hay que olvidar cuanto tiempo paso desapercibida Machu Picchu, dijo, durante cientos de anos nadie sabia que estaba donde esta, hasta que el audaz de Hiram Bingham la encontro. Papa se sabia los nombres de mil exploradores, yo no. Me faltaba un ano de colegio y mis preocupaciones eran otras, entre ellas que haria despues. La Paz no estaba tan mal, pero era caotica y nunca dejariamos de ser extranos, gente venida de otro mundo, un mundo envejecido y frio. Al menos ya habiamos logrado adaptarnos, despues de meses de meses luchando contra todo, incluido el bendito espanol. Mama apenas podia hablarlo, pero mis hermanas lo manejaban cada vez mejor y yo me defendia sin grandes dificultades. Mi segunda opcion era regresar a Munich. Me disuadia el hecho de que Monika estuviera considerandolo tambien, porque en ese caso quiza terminariamos viviendo juntas. Ella tenia dieciocho recien cumplidos y acababa de graduarse y estaba mas confundida y rabiosa que nunca. Con sus crisis nerviosas habia logrado que todo girara a su alrededor aun mas que antes, y que Trixi y yo tuvieramos que resignarnos a ser personajes secundarios, un poco como mama en relacion con papa. Era feo verla revolcandose, no voy a negarlo. Era impactante, horrible incluso, hasta habiamos tenido que atarla la ultima vez. ?Papa ya sabia? ?Se lo habia contado mama en alguna carta? ?Se lo habia contado mas temprano, apenas se quedaron solos en su cuarto, antes de la cena? Aunque mama llevara meses implorando, Monika no le daba importancia al asunto (no es nada, decia, dejenme en paz) y se negaba tajantemente a visitar a un psiquiatra o a un medico internista. En cualquier caso, el desorden interior de mi hermana coincidiria diez dias despues de la llegada de papa con esto otro: los arqueologos brasileros a los que esperaba le notificaron que necesitaban postergar el inicio de la expedicion. El no entendio los motivos o los asumio como una afrenta personal, y una tormenta de mierda se desato entonces en casa. En los dias siguientes lo oimos hacer llamadas interminables, cerrar puertas con todas sus fuerzas, amenazar y gritar. Entre medio se la pasaba rumiando como una bestia en cautiverio, como un hombre que lo ha perdido todo. Nosotras estabamos de vacaciones y no podiamos eludir el martirio. Al fin, una tarde en la que Monika y yo lo ayudabamos en el jardin, le propuso a ella que lo acompanara. Mi hermana no sabia si queria estudiar ni que estudiaria si lo hacia, ni donde lo haria de hacerlo. Por lo demas, ella habia sido la que cuestiono mas la decision de instalarnos en Bolivia, hasta en el barco sus reproches fueron de nunca acabar. No podemos dejar nuestras vidas asi como asi, decia antes de que empezara el pataleo, eso no se hace. Empezar de cero es una oportunidad que pocos tienen, decia papa. Empezar de cero no se puede, lo cortaba mi hermana, irse es de cobardes. Ante palabras como esas el se quedaba callado y a ella su silencio le daba rienda suelta, al menos hasta que el perdia la paciencia, y entonces mama nos decia a Trixi y a mi que nos fueramos a pasear por la borda mientras ellos se quedaban discutiendo, a veces durante horas. Luego, el dia que llegamos a La Paz, entendi mejor los temores de mi hermana. Nada era reconocible (habia ninos mendigando por las calles, indios cargando bultos enormes en sus espaldas, demasiadas casas a medio construir), y en general todo se veia precario y sucio. Un par de meses despues, ya acomodadas en un barrio centrico y luego de que papa se hubiera ido a Nanga Parbat, empezaron las crisis nerviosas de Monika. Habia pasado mas de un ano desde entonces. Ahora, en el jardin, para mi sorpresa, acepto de inmediato la propuesta que el acababa de hacerle. Obviamente papa intentaba matar dos pajaros de un tiro: contar con su ayuda para la expedicion, que segun supimos entonces habia decidido no retrasar un solo segundo, pero ademas alejar a Monika de sus demonios y de su incertidumbre. Tras oirlo, incredula, dije que tambien debia llevarme. Tu todavia estas en el colegio, pelotuda, se entrometio mi hermana. Puedo faltar unos meses, respondi sin perder la calma, y luego volvi a dirigirme a papa. Algo como esto podria ser importante en mi vida, dije, tu lo sabes mejor que nadie. ?Como seria para el volver a casa despues de tanto tiempo rodeado de naturaleza inhospita, acompanado unicamente por hombres parecidos a el? ?Habria pasado algo de lo que no estabamos al tanto para que no quisiera seguir escalando? Y con lo de Paititi, ?que buscaba realmente? ?Y yo? ?Faltar a clases nada mas? ?Sentirme unica entre mis amigas, que reventarian de la envidia al enterarse? ?No quedarme atras en relacion con Monika? Como si lo hubiera previsto todo, incluidas las preguntas que me estaba haciendo, se le formo una sonrisa rara a papa mientras asentia. Se me helo el pecho y mire a mi hermana y ella me miro y ya ninguna supo que decir. Supongo que nos dio miedo saber que el asunto iba en serio.
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Aguilas Y Cuervos, Pauline Gedge de Pauline Gedge
https://gigalibros.com/aguilas-y-cuervos-pauline-gedge.htmlTras la conquista del emperador Claudio en el siglo I, las tribus celtas de Albion ven como la pax romana los despoja de sus tierras e intenta acabar con una antigua cultura cuyos rituales y ofrendas desagradan al invasor.
Los britanos, pueblo de artesanos y guerreros donde las mujeres combaten igual que los hombres y el honor representa el maximo valor, comprenden que solo la unidad les permitira oponerse a la todopoderosa aguila romana. Liderados por Caradoc, jefe de los catuvelaunos, y con el apoyo de los druidas, custodios de la sabiduria secreta, los cuervos celtas se repliegan al oeste para iniciar la resistencia. Pero el orgullo y la pasion de los individuos inciden, una vez mas, en el curso de la Historia.
La lucha de Caradoc se perpetuara en la persona de Boudica, reina de los icenos, que se enfrentara al brillante general romano Suetonio Paulino.
En esta saga, que abarca tres generaciones, la escritora canadiense Pauline Gedge, autora, entre otras, de La dama del Nilo, ha plasmado con su habitual rigor una pagina apasionante de la historia de la dominacion romana.
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Buscando Esposa de Julia Quinn
https://gigalibros.com/buscando-esposa.htmlLondres, cerca de St. George, Hannover Square, Verano de 1827 Sus pulmones estaban en llamas. Gregory Bridgerton estaba corriendo. A traves de las calles de Londres, ignorando las miradas curiosas de los transeuntes, estaba corriendo. Habia un extrano y poderoso ritmo en sus movimientos -uno dos tres cuatro, uno dos tres cuatro- que lo empujaban, impulsandolo a seguir adelante, mientras su mente permanecia enfocada en una sola cosa. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tenia que detener la boda. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Un minuto? ?Cinco? No podia saberlo, no podia concentrarse en otra cosa diferente a su destino. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tendria que haber empezado a las once. Eso. La ceremonia. Eso que jamas debio haber pasado. Pero sin embargo, ella lo habia hecho. Y el tenia que detenerla. Tenia que detenerla a ella. No sabia como lo iba a hacer, y seguramente no sabia por que, pero ella estaba haciendolo, y todo era un error. Ella tenia que saber que estaba en un error. Ella era suya. Ambos se pertenecian. Ella lo sabia. Lo peor de todo, era que ella lo sabia. ?Cuanto tiempo tardaria en desarrollarse una ceremonia? ?Cinco minutos? ?Diez? ?Veinte? Nunca habia prestado atencion antes, seguramente nunca penso en mirar su reloj de principio a fin. Nunca penso que necesitaria esa informacion. Nunca penso que le importaria tanto. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Dos minutos? ?Diez? Giro alrededor de una esquina y se dirigio a Regent Street, grunendo lo que parecia ser un <
> cuando tropezo con un caballero respetablemente ataviado, y le tiro su maleta al piso. Normalmente Gregory se habria detenido para ayudar al senor, inclinandose para recoger su maleta, pero no hoy, no esta manana. No ahora. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. No podia pensar en nada mas. No debia. Debia... !Maldicion! Patino al hacer una parada, cuando un carruaje se detuvo enfrente de el. Descansando las manos en sus caderas -no porque queria, sino porque su desesperado cuerpo se lo exigiaaspiro enormes bocanadas de aire, intentando aliviar la furiosa presion de su pecho, ese horrible ardor, que lo hacia sentir como... El carruaje se movio y el comenzo a correr de nuevo. Ahora estaba cerca. Podia hacerlo. No podian haber pasado mas de cinco minutos desde que habia salido de la casa. Quizas seis. Se sentian como treinta, pero no podian haber pasado mas de siete. Tenia que detener esto. Todo estaba mal. Tenia que detenerlo. Lo detendria. Ya podia ver la iglesia. A lo lejos, su torre gris elevandose hacia el brillante cielo azul. Alguien habia colgado flores en las linderas. No podia decir que clase de flores eran -amarillas y blancas, pero en su mayoria eran amarillas. Se derramaban en el exterior con un abandono temerario, saliendo de los cestos. Lucian alegres, incluso contentas, y todo estaba tan mal. Este no era un dia alegre. No era un evento que debia ser celebrado. Y el lo detendria. Redujo la velocidad solo lo suficiente para poder seguir corriendo sin caerse de bruces, y entonces tiro de la puerta para abrirla, amplia, mas amplia, mientras escuchaba el golpe al chocarse con la pared exterior. Quiza debio haber entrado con un poco mas de silencio, dandose un momento para evaluar la situacion, para darse cuenta lo lejos que habian llegado. La iglesia quedo en silencio. El sacerdote detuvo su parloteo, y cada columna vertebral de cada banco se giro, hasta que todas las caras se volvieron. Hacia el. – No -jadeo Gregory, pero tenia tan poco aliento, que apenas si podia escuchar sus propias palabras. – No -dijo, mas alto esta vez, agarrandose del borde de los bancos mientras avanzaba-. No lo hagas. Ella no dijo nada, pero el la vio. Tenia la boca abierta de la conmocion. Vio como el ramillete de flores se caia de sus manos, y sabia, por Dios que lo sabia, que ella habia dejado de respirar. Se veia tan hermosa. Su cabello dorado parecia capturar la luz, y brillar con un fulgor que lo llenaba de fuerzas. Se enderezo, aun respirando con dificultad, pero ahora podia caminar sin ayuda, y se solto del banco. – No lo hagas -dijo el otra vez, avanzando hacia ella con la gracia furtiva de un hombre que sabe lo que quiere. Que sabe lo que debe ser. Ella aun no hablaba. Nadie lo hizo. Eso era extrano. Trescientos de los entrometidos mas grandes de Londres, estaban en ese edificio, y nadie habia proferido ni una palabra. Nadie podia apartar la vista de el mientras caminaba en medio del pasillo. – Te amo -dijo, justo alli, enfrente de todo el mundo. ?Y a quien le importaba? No podia guardarse ese secreto. No permitiria que se casara con nadie mas, sin asegurarse de que todo el mundo supiera que ella era la duena de su corazon. – Te amo -dijo otra vez, y por el rabillo del ojo pudo ver a su madre y a su hermana, sentadas en un banco, boquiabiertas de la sorpresa. Siguio caminando. Por el pasillo, cada paso era mas seguro, mas confiado. – No lo hagas -dijo, saliendo del pasillo y entrando en el altar-. No te cases con el. – Gregory -susurro ella-. ?Por que haces esto? – Te amo -dijo, porque era lo unico que podia decir. Era lo unico que importaba. Sus ojos brillaron, y el podia ver como contenia el aliento. Ella miro al hombre con el que estaba tratando de casarse. Levanto las cejas cuando el simplemente le contesto con un diminuto encogimiento de hombros, como si le dijera: Esa es tu opcion. Gregory inclino una rodilla. – Casate conmigo -dijo, con su mismisima alma en sus palabras-. Casate conmigo. Contuvo el aliento. La iglesia entera dejo de respirar. Ella fijo los ojos en los suyos. Eran grandes, claros y todo lo que habia pensado que era amable y verdadero. – Casate conmigo -susurro el, una ultima vez. Sus labios temblaron, pero su voz fue clara cuando dijo... Capitulo 1 En el que nuestro heroe se enamora Dos meses antes. A diferencia de la mayoria de los hombres que conoce, Gregory Bridgerton cree en el verdadero amor. Tendria que ser un tonto para no creer en el. Teniendo en cuenta lo siguiente: A su hermano mayor, Anthony. A su hermana mayor, Daphne. A sus otros hermanos, Benedict y Colin, sin mencionar a sus hermanas, Eloise, Francesca, y (aunque no lo crean) Hyacinth, todos -absolutamente todos-estaban completamente enamorados de sus respectivas parejas. A la mayoria de los hombres, ese tipo de cosas solo les produciria un ataque de bilis, pero para Gregory, quien habia nacido con una alegria incomparable, que de vez en cuando (segun su hermana menor) era irritante, eso sencillamente significaba que no tenia otra opcion, mas que creer en lo obvio: El amor existia. Y no era una completa invencion de la imaginacion, disenada para evitar que los poetas murieran de hambre. Podria ser algo que no se podia ver, oler o tocar, pero estaba alli, y era solo cuestion de tiempo antes de que el, tambien, encontrara a la mujer de sus suenos y se estableciera para ser fructifero, se multiplicara y asumiera aficiones como el papel mache y la coleccion de ralladores de nuez moscada. Aunque, si queria ser claro en un punto, que parecia ser bastante necesario para ese concepto tan abstracto, sus suenos no incluian exactamente a una mujer. Bueno, no a una con atributos especificos e identificables. No sabia nada de la mujer que iba a ser suya, la unica que supuestamente transformaria su vida completamente, convirtiendolo en un pilar feliz de aburrimiento y respetabilidad. No sabia si seria bajita o alta, o morena o rubia. Le gustaba pensar que podria ser inteligente y poseer un gran sentido del humor, pero mas alla de eso, ?Como iba a saberlo? Ella podia ser timida o franca. Tal vez le podria gustar cantar. O quizas no. Quizas era una amazona, con un cutis sonrosado por estar demasiado tiempo bajo el sol. No lo sabia. Cuando esa mujer llegara, esa imposible, maravillosa y actualmente inexistente mujer, todo lo que en realidad sabia era que cuando la encontrara... Lo sabria. No sabia como lo sabria; solo sabia que lo sabria. Ocurriria algo muy importante, su mundo se estremeceria, y la vida se alteraria... bueno, en realidad, no iba a llegar susurrando su paso por su existencia. Vendria pleno y poderoso, como una tonelada proverbial de ladrillos. La unica pregunta era cuando. Y mientras tanto, no veia ninguna razon para no pasarla bien mientras se anticipaba a su llegada. Despues de todo, uno no tenia que comportarse como un monje mientras esperaba al verdadero amor. Gregory era, segun todos, un tipico hombre londinense, con una comoda -pero no extravagante-asignacion, tenia muchos amigos, y el suficiente sentido comun para saber cuando debia alejarse de una mesa de juegos. Era considerado lo suficientemente decente para ser tenido en cuenta en el Mercado Matrimonial, puede que no estuviera precisamente a la cabeza (los cuartos hijos nunca llamaban mucho la atencion) y siempre estaba en demanda cuando las matronas de la sociedad, necesitaban a un hombre que llenara los requisitos para ser invitado a un buen numero de fiestas. Lo que hacia que su anteriormente mencionada asignacion, se estirara un poco mas, convirtiendose en un beneficio. Quizas debio haber tenido un poco mas de proposito en su vida. Alguna clase de direccion, o incluso una tarea insignificante que realizar. Pero eso podria esperar, ?no es verdad? Pronto, estaba seguro, todo se aclararia. Sabia que era lo que deseaba hacer, y con quien deseaba hacerlo, y mientras tanto, el tenia... No tenia tiempo. Por lo menos, no en ese preciso momento. Para explicar: Actualmente Gregory estaba sentado en una silla de cuero, una muy comoda por cierto, y no era que realmente tuviera que pensar en el asunto, mas que en el hecho de que la falta de incomodidad conducia a las personas a sonar despiertas, lo que a su vez conducia a no escuchar a su hermano que, debe anotarse, estaba de pie, aproximadamente a un metro de distancia, hablando sobre algo o alguna cosa, casi seguramente relacionada con alguna variacion de las palabras deber y responsabilidad. En realidad, Gregory no le estaba prestando la debida atencion. Raramente lo hacia. Bueno, no, ocasionalmente lo hacia, pero... – ?Gregory? !Gregory! Levanto la mirada, pestaneando. Anthony tenia los brazos cruzados, esa nunca era una buena senal. Anthony era el vizconde Bridgerton, y lo habia sido durante mas de veinte anos. Y mientras que era -Gregory era el primero en insistir-el mejor de los hermanos, tambien hubiera podido ser un excelente senor feudal. – Perdoname por entrometerme en tus pensamientos, de esta manera -dijo Anthony en una voz seca-, pero tu has, quizas -solo quizas- ?escuchado algo de lo que te he dicho? – Diligencia -repitio Gregory como un loro, mientras asentia con lo que juzgaba era un gesto de suficiente gravedad-. Direccion. – En efecto -replico Anthony, y Gregory se felicito a si mismo por lo que claramente habia sido una excelente actuacion-. Es tu ultima oportunidad de que le busques alguna direccion a tu vida. – Por supuesto -murmuro Gregory, principalmente porque no habia cenado, y tenia hambre, y habia escuchado que su cunada estaba sirviendo refrescos en el jardin. Ademas, nunca tenia sentido discutir con Anthony. Nunca. – Debes hacer un cambio. Escoger un nuevo camino. – Claro. -Quizas habia bocadillos. Podia comerse cuarenta de esas ridiculeces cortadas por la mitad. – Gregory. La voz de Anthony tenia ese tono. Aquel que era imposible de describir, pero lo suficientemente facil de reconocer. Y Gregory sabia que era el momento de prestar atencion. – Correcto -dijo, porque de verdad, era notable como una sola silaba podria borrar a una frase apropiada-. Espero unirme al clero. Eso hizo que Anthony se congelara. Muerto, helado, frio. Gregory hizo una pausa para saborear el momento. No le importaba que para ello, hubiera tenido que convertirse en un condenado vicario. – ?Disculpame? -murmuro Anthony finalmente. – No es que tenga muchas opciones -dijo Gregory. Y cuando esas palabras emergieron, comprendio que era la primera vez que las habia dicho. Las hacia mas reales, de algun modo, mas permanentes-. Es el ejercito o el clero -continuo-, y bueno, debo decir esto: Soy una bestia para disparar. Anthony no dijo nada. Todos sabian que tenia razon. Despues de un momento de incomodo silencio, Anthony murmuro: – Hay espadas. – Si, pero con mi suerte, me enviarian a Sudan. -Gregory se estremecio-. No debe ser demasiado terrible, pero en realidad, hace mucho calor. ?Querrias ir? Anthony objeto inmediatamente. – No, claro que no. – Y -agrego Gregory, empezando a disfrutarlo-, esta Madre. Se hizo una pausa. Entonces: – Ella sabe algo de Sudan... ?verdad? – No le gustaria mucho mi partida, y entonces tu, sabes, seras el unico que debera sostener su mano cada vez que se preocupe, o tenga alguna pesadilla horrible sobre... – No digas mas -le interrumpio Anthony. Gregory se permitio reir internamente. Realmente no era justo para su madre, quien, solo para senalar, nunca habia dicho alguna vez que pronosticara el futuro con algo tan tonto como un sueno. Pero si odiaria que el se marchara a Sudan, y Anthony tendria que escucharla cuando se preocupara por eso. Y como Gregory no estaba particularmente deseoso de partir de las orillas nubladas de Inglaterra, el argumento era muy discutible, de cualquier forma. – Correcto -dijo Anthony-. Bien. Estoy feliz, entonces, de que finalmente hayamos podido tener esta conversacion. Gregory le echo un vistazo a su reloj. Anthony se aclaro la garganta, y cuando hablo, se escuchaba un filo de impaciencia en su voz. – Y que hayas pensado finalmente en tu futuro. Gregory sentia que algo se apretaba en la parte de atras de su mandibula. – Solo tengo veintiseis anos -le recordo-. Seguramente soy muy joven como para que tengas que repetirme la palabra finalmente. Anthony simplemente arqueo una ceja. -
Un conflicto sin fin de Lorena A. Falcon
https://gigalibros.com/un-conflicto-sin-fin.html -
Chantaje de Selva Palacios
https://gigalibros.com/chantaje.htmlEl repiqueteo de sus tacones altos contra el pulido suelo de marmol dejaba claro que se trataba de una mujer muy segura de si misma. Si se hubiese inclinado, habria podido contemplar su hermoso rostro reflejado a sus pies. Varios hombres giraron sus cabezas para seguir observandola mientras se alejaba con parsimonia de ellos. Sus andares eran insinuantes, casi hipnoticos. Sus largas piernas quedaban ocultas a la altura de la rodilla bajo un ajustado vestido azul que hacia destacar sus bien proporcionadas curvas. Se detuvo frente al ascensor y con el dedo indice pulso el boton de llamada. Sus unas estaban cubiertas por un par de capas de laca color rojo brillante. Estiro la mano y comprobo que su manicura seguia intacta, como si ninguna otra preocupacion nublara su mente. Dejo el puno reposando sobre su diminuta cintura y descanso su peso sobre una sola pierna. Al hacerlo, la curva de su trasero se acentuo, haciendolo parecer mas voluminoso. Un pitido advirtio de que las puertas del ascensor se abririan. Se introdujo en la cabina y se echo un pulso frente al espejo. Sus ojos eran grandes, verdes, ribeteados por un halo avellana en el limite de su iris. Su cabello color castano se deslizaba en suaves ondas sobre sus hombros. Le llegaba hasta mitad de la espalda. Sus labios eran carnosos, cargados de voluptuosidad. Los llevaba pintados de rojo e hizo un breve sonido al apretarlos entre si. Sonrio y alzo una ceja, senal de que le gustaba lo que veia. Justo entonces, las puertas del ascensor se volvieron a abrir, diez pisos mas arriba. Unos pasos mas y estaria en su despacho. Ayudandose de una llave electronica, abrio la puerta. Al lado de esta, un letrero. En blanco sobre negro, podia leerse: "Estefania Madariaga. CFO". Por supuesto, CFO eran siglas en ingles, idioma que dominaba a la perfeccion. Chief Financial Officer. Aquel era el cargo que ocupaba desde hacia tres meses. Habia sido un ascenso fugaz en su meteorica carrera. Lo habia sudado, habia peleado como una condenada jabata, dejandose la piel, trabajando mas de diez horas diarias durante los ultimos seis anos. El esfuerzo habia dado sus frutos y, habiendo demostrado que estaba mas que cualificada para ese puesto, se gano una promocion sin duda merecida. La noticia habia levantado unas cuantas ampollas entre companeros mas veteranos, haciendo ruido como un enjambre encolerizado de abejas asesinas durante semanas por los pasillos de la oficina. Sin embargo, aquel no era su problema. Ella estaba muy por encima de todo eso. Estefania era la mas joven en ocupar un cargo directivo en toda la compania, y la primera mujer CFO en la historia de la empresa. Un hito que nadie habia podido replicar en ninguna de las treinta delegaciones que se repartian por todo el mundo. Se atuso el pelo antes de poner sus preciosas posaderas en su silla ergonomica de diseno. Era la directora financiera de aquella corporacion. El titulo de su cargo en castellano tenia mucho menos glamour. Y, si habia algo que le sobraba a Estefania, eso era precisamente glamour. --?Tienes un minuto? Mas bien tenia un suspiro, y se lo dedico por entero a la persona que demandaba su atencion. El semblante de Estefania cambio como por arte de magia. Una sonrisa estudiada aparecio en su cara, mostrando unos dientes perfectamente alineados y muy blancos. --Claro. Su voz era algo mas grave de lo que uno se esperaria en una mujer tan femenina como ella. Sin embargo, le sentaba bien. En las reuniones dificiles, cuando debia imponerse ante hombres que le sacaban veinte anos, sabia modularla, explotar su partido. Como al resto de las armas que reunia. Lo importante era salirse con la suya, y con frecuencia lo lograba. Le gustaba ganar. Su secretaria traspaso el umbral de la puerta cargando unos folios y empezo a vomitar una retahila de informacion inconexa a la que Estefania no presto excesiva atencion. Se perdio en sus propias ensonaciones, todavia tratando de asimilar que era ella la que ocupaba ese cargo. Sus anhelos, sus metas, se habian materializado en aquella realidad que aun le resultaba inexplicablemente ajena. Y es que Estefania era una mujer que se habia hecho a si misma... o casi. Licenciada en una de las mejores universidades, beca Erasmus incluida, habia realizado un master y un MBA en prestigiosas escuelas de negocios de Londres y Nueva York respectivamente. Desde nina ya tenia claro que queria llegar alto, ser la mejor. Tenia a quien parecerse. Apreto los dientes, contrariada. Aunque le doliera admitirlo, jamas habria podido costearse ella sola la matricula ni los gastos derivados de su exclusiva formacion academica. Todo eso se lo debia a el. Estaria agradecida de por vida con aquel hombre por haberle permitido desarrollar su potencial. Sin embargo, su radio de influencia era todavia mas amplio. En el fondo de su alma, Estefania sabia que el habia tenido mucho que ver con el hecho de que ella ocupase esa confortable silla. --Entonces, ?te parece bien que adelantemos la reunion al martes? Estefania parpadeo varias veces seguidas. Tres capas de rimel alargaban sus pestanas hasta hacerlas kilometricas. Enmarcaban su mirada gatuna de un modo que pocos hombres podian resistirlo. --No --respondio, sin alterarse un apice--. Aprovechemos que esta aqui el senor Cortes hoy para atajar el asunto de una vez por todas. Comprueba cuando quedan libres para convocarlos a todos a continuacion. Con un gesto algo altivo, le hizo entender a su secretaria que podia retirarse. Ella asi lo hizo, cerrando la puerta al salir. Estefania echo una ojeada a la pantalla de su portatil ultimo modelo. En su bandeja de entrada habia por lo menos medio centenar de correos por leer. Ya lo haria mas tarde. Se levanto de la silla y paseo por el despacho. El frufru de sus muslos al caminar en contacto con el tejido de su falda se hizo tremendamente audible en el silencio reinante. Dejo que sus rojas unas se deslizasen lentamente por la blanca pared. Aquello era suyo. Sus dominios. Se dio media vuelta y contemplo el paisaje que se extendia ante sus pies. Las oficinas de su empresa se situaban en el decimo piso de una de las torres acristaladas mas llamativas de la ciudad financiera de la capital. Desde tan arriba, los coches parecian de juguete, las personas, insignificantes peones viviendo anodinas existencias. Estefania casi sintio lastima por todas ellas. Sin embargo, una punzada le atraveso el corazon al acordarse de su hermano, Diego. Cerro los ojos para tratar de borrar el recuerdo de su marchito cuerpo en la cama de aquella fria clinica. Era muy injusto que el destino se cebara de aquel modo con el. Lo peor de todo, sin duda, residia en que su mente estaba lucida todo el tiempo, haciendo a Diego plenamente consciente de que su carne se consumia. La enfermedad, ese monstruo impio, era degenerativa; lenta pero inexorablemente la luz de Diego se apagaba. Estefania apreto los punos. El tratamiento que conferia cierta calidad de vida a su hermano era mas que caro, prohibitivo. La mitad de su generoso suelo iba destinado a pagar las facturas que mes a mes volvian a estar ahi, como una pesadilla recurrente, recordandole la suerte que su hermano habia corrido. --Estefania, ya esta hecho. En hora y media, sala doscientos tres. Lo tienes en tu agenda. Ella dio media vuelta, dejando las espectaculares vistas de la ciudad detras para que la ciudad disfrutara de unas magnificas vistas de su trasero. Sonrio sin mostrar los dientes, contrariada por el hecho de que su secretaria la hubiese pillado con la guardia baja. Al volver a quedarse sola, paseo su mirada por el despacho, maravillandose otra vez por lo espacioso que era, por lo pulcramente que estaba decorado. Todo era blanco: el suelo, su gigantesco escritorio, sus archivadores, el sofa de dos plazas situado al lado de la puerta, su silla de diseno, incluso el enorme cuadro que colgaba de las niveas paredes derrochaba pulcritud. Un vago esbozo llamado arte moderno: tres tristes circulos marrones en un oceano de lienzo sin tocar. Habia costado miles de euros a la empresa, pero era lo que ella deseaba, y sus deseos eran ordenes. Contemplo el reloj que adornaba su minuscula muneca. Tomo su telefono movil y encargo una ensalada a su restaurante favorito a traves de una aplicacion. En menos de quince minutos ya la habia terminado, y pudo centrarse en preparar la reunion, que se avecinaba larga. Estefania no se equivoco: la reunion fue larga, justo como imaginaba que la tendria el senor Cortes. Lo contemplo sin reservas a traves de sus largas pestanas, sabiendo que la atencion estaba puesta en la persona que exponia las conclusiones de un reporte trimestral ante una selecta audiencia de la que ella tenia el deber de formar parte. Leonardo Cortes era un habitual en las juntas. A pesar de que llevaban viendose seis anos en reuniones, eventos y conferencias, Estefania se dio cuenta de que apenas sabia nada sobre el. --?Podriamos ir al grano? No tengo todo el dia... Su voz era grave, autoritaria, no dejaba espacio a la replica. Leonardo ni siquiera estaba mirando al aludido, sino a su carisimo reloj. Suspiro tenuemente y manipulo uno de los gemelos de oro y zafiro que adornaban el puno de su camisa. Entonces, alzo la vista y la miro. Bueno, no la miro. Para ser exactos, clavo sus ojos azules sobre Estefania y le sostuvo la mirada como si estuviese de caza. Ella trago saliva, pero no se amilano. Leonardo entreabrio sus labios, una boca fina pero apetitosa por la que Estefania se sintio tentada, pero se abstuvo de contemplarla. No pensaba perder aquel absurdo juego. Ella nunca perdia. Leonardo curvo las comisuras de sus labios hacia arriba. Se paso la mano por la mandibula, como si estuviese repasando su afeitado y se inclino lentamente hacia delante, hasta que su espalda dejo de tocar el respaldo de la silla. Estefania pudo sentir que su respiracion se agitaba, muy a su pesar. Comenzo a respirar por la boca, y la sintio seca. Una voz la llamo por su nombre por tercera vez. Con ello se rompio el juego de miradas que se traian los dos. Estefania pestaneo varias veces y sonrio a los presentes. Recupero la compostura en un visto y no visto. Se levanto de la silla, estiro la tela del vestido hacia abajo y camino con seguridad hasta situarse al lado del proyector. Comenzo a exponer su parte hablando de cifras, porcentajes, indicadores. Sus bonitos ojos verdes hicieron un barrido por toda la sala. Tenia la atencion de todos aquellos hombres. Sin embargo, no transcurrio mucho tiempo hasta que enfoco sus pensamientos unicamente en el senor Cortes, que habia girado su silla en un angulo de noventa grados y se habia cruzado de brazos para escucharla. Su semblante era inexpresivo al tiempo que repasaba sin perder detalle el cuerpo de Estefania embutido en aquel vestido azul. Bueno, no solo eso: ella descubrio en sus ojos algo que ya habia detectado en los de otros hombres: deseo. Si, eso era. La estaba desnudando con la mirada. Trago saliva y se quedo en blanco. Apenas fueron unos segundos, pero eso basto para que el senor Cortes sonriera satisfecho, mostrando una hilera de dientes perfectos, dignos de anuncio televisivo. Ella se paso una mano por el pelo. Para poder terminar su exposicion y salir impune, tuvo que esforzarse. Regreso a su sitio y mantuvo su atencion en el proyector. Sabia que Leonardo seguia mirandola: por el rabillo del ojo se hacia eco de su escrutinio. Estefania se pregunto que mosca le habria picado a aquel hombre. Le hacia sentir incomoda, incluso... insegura. Apreto los dientes y se encontro deseando que terminara aquella reunion cuanto antes. Sin embargo, aun faltaba para eso. Leonardo se levanto de la silla y, en lugar de estar de pie, quieto, se dispuso a caminar por toda la sala, atrayendo, irremediablemente, la atencion de Estefania por enesima vez. El senor Cortes exponia su discurso con una seguridad y un aplomo que ella, en secreto, admiro. Haciendo uso de pocas palabras, esbozaba ordenes, deseos, de manera extraordinariamente directa. Leonardo era socio minoritario de la compania, pero ella sabia que aspiraba a mas. Siempre queria mas. Desde que lo conocia, Estefania habia seguido de cerca sus movimientos, siendo testigo indirecto de sus progresos, de sus avances. Sabia que, de seguir por aquel camino, pronto se haria fuerte entre los miembros del consejo de administracion, lo que potencialmente convertiria al senor Cortes en su jefe. La mera idea estallando en su cabeza fue suficiente como para que un escalofrio le recorriera la espalda.
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Lo que te hace grande de Valenti Sanjuan Gumbau
https://gigalibros.com/lo-que-te-hace-grande.htmlPense que correr servia para escapar. Asi empezo todo. Corria para escapar. Para dejar fantasmas atras. Huyendo de personas, sentimientos y decepciones que todavia ardian demasiado hondo como para poder meter el dedo dentro del cazo sin quemarte la piel hasta arrasarla. Sin arrancarla de cuajo demasiado pronto. Como cuando arrancas el Ironfix transparente de un libro de la escuela que estabas forrando y, al ver que queda una pequena burbujita, o que queda desencajado, intentas despegarlo y te llevas todos los colores que habia en la portada. Todos los rostros. Todas las miradas. Todos los recuerdos. Todos los todos. Un all included en toda regla. O como cuando arrancas un bluetag de la pared, porque la foto que aguantaba ya no debe estar ahi, ni en la pared ni en tu vida, y al quitarlo te llevas por delante medio centimetro de pladur. Porque la pared no era pared, y el recubierto de pintura era menos solido que lo que te unia a la persona de la foto que acabas de romper a pedacitos. Por eso corria yo. Solia hacerlo a todas horas. Corria por la manana, a mediodia, antes de comer o despues de hacerlo, a media digestion. Corria en ayunas, antes del amanecer, mientras la ciudad todavia no se habia despertado, como sintiendo que les estaba robando a todos unas cuantas horas de ventaja. Incluso puede que pensara que absorbia alguno de sus suenos, minutos antes de que se levantaran --os levantarais-- para ir a trabajar. Haciendole trampas al reloj, desactivando la cuenta atras para que no estallara la bomba. Corria a la hora de la siesta, o despues de hacerla, o mientras todo el mundo veia El diario de Patricia. Corria antes de hacer el amor, o recien follado. Corria habiendo merendado un zumo de naranja con cereales, o sin ganas de correr. Con las calles iluminadas por el sol, por farolas, o por nada. A ritmo de buena musica, de un podcast de radio o de mis propios pasos contra el suelo. Derecha izquierda, derecha izquierda, uno dos, uno dos, vamos vamos tira tira tira tira, vamos vamos vamos, de forma casi hipnotica. Corria mientras echaban futbol por la tele, aunque fuera la final de la Champions. O mientras el 90 por ciento de la gente de mi edad y en esa misma ciudad preciosa que es Barcelona estaba emborrachandose en el Razzmatazz o en el Apolo. Corria en verano, en invierno, en primavera o en otono. Incluso en epoca interestacional, si es que esto existe. Muerto de hambre porque aun tenia que cenar o jodido de frio porque ese dia diluviaba y habia salido a lo Sanjuan, es decir, sin un puto cortaviento. Y ni hablar de chubasquero: es lo que tiene la vida, que los chaparrones no avisan. El que avisa es el hombre del tiempo de las noticias, y no da una ni en pintura. Life is life, dicen en ingles. O <
>, que dicen en mi barrio. Corria por la ciudad. Asfalto en vena. Como sintiendo que gastando suela gastaba dolor. Como creyendo firmemente, y juro por el de la religion y el de las biblias que es verdad, que a cada paso que daba, estaba un metro mas lejos de aquello que me atormentaba. Asi de ingenuo era entonces. Cuanto mas corras, mas habras huido. Cuanto mas corras, menos te perseguira el ruido. Corria por la carretera de les Aigues, un santuario que todo corredor que vive en mi ciudad venera como una especie de pulmon al que escapas cuando los archivadores verticales ya te han comido demasiado terreno y tienes el alma a media asta. O cuando la alegria que te caracteriza te obsequia con un minuto de silencio que dura dias. O Semanas. O meses. O con un cerrado por defuncion. Ahi es donde antes solia refugiarme: poca gente, vistas privilegiadas de las calles, hormigas que se mueven en plena ebullicion. Y tu, en medio de la montana. Lejos. Pero no tan lejos como para no ver todo lo que sucede. Cerca, pero no tanto como para no sentirte superior: estas por encima. Muchos metros por encima. Y a la tranquilidad que eso te da, hay que anadirle un inevitable sentimiento de superioridad: < >. Bueno, esto fue hasta que de repente ese templo, en una referencia casi biblica, se convirtio en un mercadillo de poca monta. O en una analogia mas nuestra: hasta que la carretera de les Aigues se transformo en las Ramblas. Corria por Collserola. Por la avenida Diagonal, arriba y abajo. Al lado de Sagrada Familia, donde vivia en ese momento. Y bordeando el mar que le da vida a la capital catalana. Siempre el mar. Siempre el romper de las olas. Siempre el vaiven del agua contra las rocas. Asi que fuera la hora que fuese, en algun momento de mis carreras, a medio sprint o recuperando despues de hacer series, olia esa libertad que venia manchada de Mediterraneo. Siempre ese olor a mar roto. A sal apetecible. A helado no dulce ni comestible, pero que te llena la boca solo con su aroma. Daba igual si era al amanecer. Por la tarde. A la hora de la siesta o a la hora del polvo mananero. Pero sobre todo corria de noche. Y los que habeis corrido de noche sabeis que correr de noche no es correr. O no es solo correr. Corria de noche. De madrugada, incluso. Porque la oscuridad de la noche oculta tu fragilidad ante la gente que te cruzas por la calle. Y eso ya es algo. Pero la soledad de la madrugada hace que no haya nadie por las calles que pueda juzgarte. Paz absoluta. Tranquilidad sanadora. Segundos que se convierten en minutos, que mutan en horas, que vacian tu cabeza y te recargan el alma. Cuantas mas horas corria, mejor me sentia. Cuanto mas sudaba, menos pensaba. Cuanto mas lloraba, menos recordaba. Cuanto mas escapaba, menos me alcanzaban. Mis fantasmas. Mis problemas. Mis horas turbias. Como si fuera un poema, en fondo y forma. La primera epoca en que sali a correr con regularidad, sin que eso tuviera nada que ver con un entreno o un objetivo deportivo, fue por una chica que me dejo. El tema de siempre. Mas viejo que Van Gogh, que se corto la oreja para mandarsela a una chica; mas gastado que Laura Pausini. Si, si, la de < >. Pues superalo, mujer, y no nos atormentes con tu musica. Y aun asi, cai en lo mismo en lo que caemos todos desde el inicio de los tiempos. Asi de previsibles somos. A mis veinticinco anos estaba convencido de que iba a ser la mujer de mi vida. Recuerdo que cuando me dejo por otro que trabajaba conmigo no podia evitar los ataques de panico. De inseguridad. Hasta tal punto que durante unos dias me sentia incapaz de hacer lo que llevaba ya siete anos haciendo: una simple entrevista. Un reportaje. Unas preguntas divertidas con el micro por la calle. Lo unico que me tranquilizaba en ese primer gran duelo que senti en mi vida era meterme en la cama abrazando su cuerpo desnudo. Pequeno. Menudo. Agarrable. Aunque, claro, despues de una primera noche sin ser novios pero durmiendo abrazados y desnudos, me di cuenta de que iba a ser peor el remedio que la enfermedad. Y sin pensarlo, sin que nadie me lo hubiera recetado, sin saber muy bien de donde lo saque ni por que, sin esperar que lo anunciara el hombre del tiempo, que de todas formas no iba a acertar, a la siguiente madrugada sali a correr. Corri toda la noche. Corri toda la madrugada. Corri por toda la madrugada. Un rato y paraba. No estaba demasiado en forma. Andaba y corria. Corria y me paraba. Lloraba y pensaba, y volvia a correr. Y a llorar. Y a parar. Y arrancaba de nuevo. ?A que? Pues a todo un poco. Y asi paso mi primera madrugada corriendo. Ese fue mi bautizo. Porque en cierto modo se puede decir que esa noche volvi a nacer. Y ese 25 de octubre de 2005 empezo una nueva vida para mi. Aunque en ese momento yo no lo sabia. De dia seguia hecho trizas. Porque mi cabeza pensaba. Porque mi corazon sentia. Porque mi alma anoraba. Y que cojones, porque me habia tirado la noche corriendo y llorando, y llorando y corriendo. O al reves. En esa epoca las hice bastante gordas. Eso si que eran sanjuanadas y no lo que hago ahora. Recuerdo que saliamos a tomar unas copas con los amigos. Al Jamboree, por ejemplo. De hecho, a cualquier local de la plaza Real. Salir, o estar fuera de casa, que no es lo mismo, me convenia. Porque a pesar de ser mi casa, mi casa no era mi casa si no estaba ella. Total, que, a la minima que podia, montaba un plan para salir a darlo todo. Aunque fueran solo unas horitas, para enganar al cuerpo y hacerle pensar que todo iba bien, y que al llegar a casa, una vez desnudo, despojado de problemas, y de noche, y de oscuridad, me meteria en la cama y ahi estaria la agarrable. La menuda. La que me acababa de dejar por un companero de trabajo -
Prometido deseado (Hermanas Laurens 2) de Sophie Saint Rose
https://gigalibros.com/prometido-deseado-hermanas-laurens-2.htmlLady Bethany miro de reojo a su padre. El Conde de Keighley leia el periodico mientras se llevaba a la boca el tenedor. Observo como comia el jamon antes de cortar de nuevo otro pedazo. Ella se mordio el labio inferior y miro a su hermanastra que sentada a su lado le hizo un gesto con sus expresivos ojos verdes para que hablara con el. Carraspeo enderezandose y aparto sus rizos castanos de su hombro algo nerviosa. -- Padre... --?Si, nina? --pregunto distraido. --Carlton, la nina quiere hablar contigo. Deja de leer --dijo su madrastra sentada a la derecha de su marido antes de cogerle el periodico de su mano para echarle un vistazo. La cara de indignacion del Conde fue evidente, pero su esposa le guino un ojo seductora y se le olvido enseguida. --Padre... --Oh, si. --Miro sus ojos azules, que precisamente habia heredado de el, teniendo toda su atencion. --?Que ocurre, hija? --Estoy esperando. --Eso ya lo veo. --No, que estoy esperando tu proposicion. Porque a mi no me lo vas a imponer, pero acepto propuestas. Su padre la miro sin comprender y esta gimio por dentro porque se estaba explicando muy mal. --Tengo ya la edad, padre. Cumplo dieciocho en dos semanas. --?Ya? --pregunto asombrado haciendola grunir. --Si. --Como pasa el tiempo. Eugenia suspiro. --Es cierto. Mira a Delia. Ya es toda una mujer. --!Madre! --Su hermanastra se sonrojo apartando un rizo moreno de la frente. --Que me averguenzas... --Que tonteria. Debo hablar con tu hermano sobre la temporada. El ano pasado tuvimos que irnos cuando apenas habias debutado, pero este ano no sera asi. Ya veras como encuentras el hombre de tus suenos. Bethany miro a su padre ansiosa, pero estaba tan obnubilado por su esposa que parecia que no se habia enterado de nada. --!Padre! La miro sorprendido. --?Que? --!Mi prometido! --?Que prometido? --pregunto asombrado--. ?No me digas que te han propuesto matrimonio? ?Quien se ha atrevido? --No, que donde esta mi prometido. Su padre estaba totalmente perdido y le miro desilusionada. --No me lo has buscado. --?Buscado? --Querido, como se lo has buscado a su hermana mayor, la nina quiere que le busques uno. Es que nunca te enteras de nada. --El Conde la fulmino con la mirada. --Cielito, no me mires asi cuando es obvio lo que quiere decir. Carlton la miro entendiendo antes de volverse a su hija. --Le prometi a tu hermana que dejaria esa decision en tus manos. --Carraspeo incomodo. --Aunque tengo que darle el visto bueno. --No le prometiste eso. !Lo del visto bueno no se dijo en ningun momento! --!Pero se lo tengo que dar! Bethany chasqueo la lengua como tenia por costumbre y le miro de reojo. --?Asi que no tienes ningun candidato? ?Nadie? Su padre suspiro. --Pues ya que lo dices si que tenia. --Las tres se adelantaron mirandole fijamente. --Pero se caso hace dos meses. No me dio tiempo a proponerle nada. --Vaya... --susurro Delia. Decepcionada se encogio de hombros. --Bueno, ya buscare yo algo. ?Puedo levantarme? Su padre vio la decepcion en su rostro y asintio. --Si, hija. Puedes retirarte. Delia se levanto con ella y ambas salieron en silencio del comedor. Eugenia le fulmino con la mirada. --No hace falta que me mires asi. !Se lo prometi a Belinda! --!Belinda esta muy bien casada! Seguro que ahora no protesta tanto por el marido que le ha tocado en gracia. --?Que sea tu hijo no tiene nada que ver con esa opinion? --pregunto divertido. --?Te atreves a decir que no son el uno para el otro? --No, por supuesto que no. Acerte de pleno. --Pues eso es lo que quiere tu otra hija. !Que aciertes! El Conde pensativo se quedo mirando la puerta. --Bethany esta de acuerdo. No puede protestar al respecto. Eugenia sonrio de oreja a oreja. --?Ves? Tienes medio camino ganado. No se negara en redondo como tu otra hija. En ese momento se escucho un portazo y vieron que Belinda llegaba con cara de mal humor. --Uy, esta ha discutido con Daniel --susurro su esposa. El Conde forzo una sonrisa. --Que sorpresa, hija. ?Como esta mi nieto esta manana? Les miro con los ojos como platos antes de chillar saliendo de casa a toda prisa. --Se ha vuelto a dejar el nino en el carruaje --dijo Eugenia como si fuera un desastre. --!La ninera esta con el! !Y tiene muchas cosas en la cabeza! En ese momento entro su hija con su nieto en brazos refunfunando sobre que la ninera parecia un fantasma que nunca abria la boca. Forzo una sonrisa. --Aqui esta el pequeno Daniel. Los abuelos se levantaron de inmediato y Eugenia lo cogio en brazos. --Cada dia esta mas grande. --El nino los miro con sus ojos azules como platos y parecio reconocerles porque solto un gorgorito. El Conde se echo a reir asustandole mientras Eugenia con carino le quitaba un rizo moreno de la frente. --Es igualito a mi hijo. Por cierto, ?donde esta? Gruno sentandose a la mesa y haciendole un gesto al mayordomo. --Un te. --Enseguida, Marquesa. Los abuelos hicieron una mueca antes de mirar a Belinda. --Se va a Boston --dijo dejandoles de piedra. --?Perdon? --pregunto su padre--. !Me dijo que viviria aqui! !Era una de las condiciones del compromiso! --Pretende vivir aqui, pero ahora se va a Boston. Negocios --siseo--. !Y no puedo ir! --?Como que no puedes ir? --Se lo dije, pero el nada, que no me hace caso como siempre --dijo como si no estuvieran delante--. Le avise. !Fui muy clara, pero no me creyo y concerto las reuniones! ?A quien se le ocurre?
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Las doce puertas 1 de Vicente Raga
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https://gigalibros.com/el-paisaje-de-los-suenos-de-oro-belinda-alexandra.htmlUna conmovedora historia que se mueve entre dos grandes ciudades: Barcelona, en el periodo previo a la Guerra Civil, y Paris en la decada de 1970.