• se busca desesperadamente secretaria nisha scail pdf - Nisha Scail

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    <>. Ag ata Crossroad --Y nuestra tercera secretaria en seis meses acaba de salir volando. Brian cerro tras de si la puerta maciza de color negro que daba a la sala de juntas. Aquel, junto con algunos muebles en el mismo tono y las paredes grises, era uno de los pocos toques de color que predominaban en una habitacion dominada por el blanco. --?Que le has hecho? --pregunto sin molestarse en cambiar de posicion. Apoyado en el respaldo de la silla que presidia la mesa podia mirar a sus companeros y no sucumbir al tedio. --Abrirsela, todavia soy un caballero. Nolan puso los ojos en blanco ante la respuesta del bombero. --Antes de eso, genio. Levanto las manos a modo de rendicion. --Yo nada --se defendio mientras se sentaba en una de las sillas--. Estaba subiendo cuando escuche barullo en la oficina principal, cuando entre vi a Garret acompanando a la secretaria hacia el ascensor. La chica se estaba desganitando, no le decia precisamente cosas bonitas. En cuanto me vio la tomo conmigo, asi que, como caballero que soy, le abri la puerta. --?Era Garret o Trey? Camden estaba sentado a su izquierda y levanto la mirada de la Tablet en la que estaba curioseando para puntualizar un dato importante. Dependiendo de su respuesta, tendria que subir o no. --A juzgar por como gritaba y nos insultaba, la mirada asesina de la mujer y la sonrisa petulante del cabronazo... era Trey. --Joder... --Y otra secretaria que hace historia en manos del dragon del ultimo piso -- chasqueo Camden sacudiendo la cabeza. --?Sigue con la terapia o la ha dejado tambien? --?Que ha dejado ahora? --se intereso Brian mirando al hombre que acababa de hablar. --Las clases en el conservatorio -- se adelanto Nolan, las miradas de sus tres companeros cayeron sobre el. --Dime al menos que sigue con la medicacion... Asintio. Eso era algo con lo que se mantenia al dia. --Soy el contacto de urgencia de su psicoterapeuta y, dado que no me ha llamado, tengo que pensar que si, que ha asistido a las sesiones --confirmo. No pudo evitar mirar hacia el techo. --Pues esta claro que la secretaria lo ha sacado de sus casillas, porque Trey ha salido a pasear. El resoplido de Mich, quien estaba sentado al lado de Camden resono en la sala. --Eso quiere decir que me tocara a mi hacer el papeleo, fantastico. --Esta claro que estamos enfocando la busqueda de secretaria por el camino equivocado -- chasqueo Cam--. Necesitamos que ademas de secretaria, sea Rambo o algo parecido... --Esa es una imagen que... puaj... Sacudio la cabeza ante el comentario de Brian y suspiro. --Joder, ?no podia esperar hasta despues de Navidad para largarla fuera? --Ya ves que no --se encogio Brian de hombros--. Es un milagro que no la haya volatilizado antes. Mich asintio conforme. --A la chica le iba la marcha... segun creo. --Si, posiblemente, pero una marcha que no va con Garret a juzgar por las sangrientas amenazas que le dedico ella... --Habra que optar por otro camino. --Si, pero, ?cual? --insistio Brian. --Podriamos empezar por no pasarla por la piedra a la primera oportunidad. No pudo evitar poner los ojos en blanco ante la veraz respuesta del chef. --Es que esta ultima estaba buena... --se justifico el bombero--, y no soy de los que rechaza una invitacion abierta. Y esta era muy abierta. --Pues habra que buscar una que no sea tan abierta --replico mirandolos a ambos--. Tendra que ser un requisito indispensable. Brian chasqueo la lengua. --No se, ?entrar en la oficina y morirte del susto? No es algo que mi corazon pueda resistir. --Estas dramatizando. --Ya sabes que eso se le da de lujo. Sacudio la cabeza y recondujo la reunion. --Quiza debiesemos elaborar un anuncio que dejase claro el perfil de secretaria que buscamos -- sugirio barajando la posibilidad. --?Como el de que este dispuesta a hacerse cargo de las tareas de secretariado y asistir a los cinco capullos de sus jefes? --resumio Mich mirandolos a cada uno--. Y debo hacer hincapie en la palabra <> y todas las implicaciones que traen consigo. --Sin duda nuestra credibilidad quedaria entonces de puta madre --puso los ojos en blanco--. Empiezo a ver ya el rostro de Brian y el nombre de la compania en los periodicos y en las noticias de todas las cadenas del pais. --?Y por que tiene que ser mi cara? --Sea como sea, yo no puedo hacerme cargo de las tareas de administracion durante mas de una semana, tengo el despacho a reventar ahora mismo --anadio Mich. Al igual que el mismo y el resto de los socios de la compania, tenian un empleo principal que compaginar con las tareas en la Crossroad. Mich era abogado y actualmente estaba hasta arriba de litigios.

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  • Cuando Cupido mete la pata de Nisha Scail

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    Cup observo como el sol despertaba elevandose en el horizonte, la tranquilidad de la manana, el canto de los primeros pajaros y el suave viento meciendo las copas de los arboles lo hizo sonreir. Este era el dia que esperaba ano tras ano, en el que daba comienzo su tarea y al mismo tiempo ponia punto y final, un trabajo eterno para un ser inmortal, pero uno del que disfrutaba como solo el dios del amor podia hacerlo. --Dios, haces que los demas quedemos a la altura del betun levantandote antes de que salga el sol. El saludo llego desde sus espaldas, sonrio interiormente y se giro para ver al hombre que llevaba el camping en el que llevaba un par de anos viviendo. Eros llevaba una taza de humeante cafe en las manos, a juzgar por su aspecto, el retirado Ranger no parecia de muy buen humor. --No te preocupes, dudo que nadie mas, exceptuandote a ti, este despierto a estas horas de la manana y menos en esta parte del pais --replico con tono jocoso--. Somos los unicos que nos despertamos al mismo tiempo que las gallinas. --Habla por ti, Cup, yo todavia estoy intentando quitarme las leganas. Sonrio. Eros era el gerente del camping The Woods, una serie de cabanas de madera destinadas al turismo rural, perfectas para aquellos que necesitaban escapar del mundanal ruido y las bulliciosas ciudades o, como hoy, para celebrar una romantica noche o largo fin de semana. --Sera mejor que empiece a hacer cafe para los demas, hoy va a ser un dia movidito -- continuo con una mueca, giro sobre sus talones y volvio a entrar en la cabana principal, el centro del camping y donde se encontraba el comedor, la cocina, el salon comun y las dependencias privadas del hombre. --No tienes idea de cuanto --replico en voz baja, mas para si mismo que para el. Las reservas para ese dia estaban completas, algunos de los campistas ya estaban alli y otros llegarian a lo largo de la manana, al final del dia, el complejo estaria lleno. Se llevo la mano al bolsillo trasero del pantalon y extrajo el cuaderno con solapas de color rojo. --Hora de ponerse a trabajar --murmuro abriendo el cuaderno y empezando a revisar sus paginas--. Veamos... tu no... tu tampoco... todavia no ha llegado tu momento… Repaso una a una cada pagina haciendo pequenas anotaciones aqui y alla con una pluma en forma de flecha dorada hasta encontrar lo que buscaba. --Ah, si. Aqui estas --golpeo un par de veces el papel--. Bien, bien... todo va segun lo planeado. Cerro el cuaderno satisfecho y lo devolvio al lugar de donde lo habia sacado. Tenia una larga jornada de trabajo por delante, una fiesta que organizar y un pellizco de romanticismo y deseo que esparcir por el camping. Solo esperaba que este ano algo de eso cayese tambien sobre Eros, ese hombre ya habia pasado bastante tiempo solo. CAPITULO 1 El silencio se rompio por la insistente y repetitiva melodia del despertador. Valentina odiaba aquel sonido que aguijoneaba la conciencia y obligaba hasta al mas dormido de los mortales a abandonar la calidez del lecho para enfrentarse a un nuevo dia. Se revolvio en la cama, refunfunando, deseando con todas sus fuerzas que aquel maldito cacharro se quedase sin pila, o mejor aun, estallara en pedacitos. No funciono, la melodia continuaba abriendose paso con abrumadora insistencia en su cabeza. Con un suspiro de rendicion, deslizo el brazo por debajo de las mantas y palpo a ciegas hasta encontrar el interruptor de la lampara de noche. La luz rosada que emitia despejo la oscuridad del dormitorio. Abrio un ojo a modo de prueba y volvio a cerrarlo inmediatamente ante la molesta claridad antes de suspirar y volver a intentarlo. Enfoco hasta conseguir leer la hora en el reloj digital que seguia vibrando sobre la mesilla. --Mierda. --mascullo, su voz pastosa por el sueno. Tenia que levantarse, le esperaba por delante un viaje en coche de lo mas estresante. ?En que momento se le habia ocurrido la brillante idea de ayudar a su madre con las entregas de la tienda online? !Y el catorce de febrero, nada mas y nada menos! En serio, ?quien diablos queria salir a la carretera, hacer un monton de kilometros para entregar una caja de San Valentin? Charleen Vishow era como la version femenina de Cupido cualquier mes del ano, pero en este era incluso peor y eso hacia que se le pusieran los pelos de punta. La semana anterior la habia llamado para pedirle que le echase una mano con las entregas, la ultima de las cuales tenia que entregar hoy. La dichosa caja tenia que ser entregada en Bear River, un pequeno pueblo a las afueras, tan a las afueras que le llevaria mas de seis horas llegar conduciendo. --Gracias por el palizon que voy a tener que pegarme, mama. Suspiro, hizo las mantas a un lado y se levanto de la cama. La luz del sol habia empezado ya a filtrarse por las rendijas de la persiana que habia quedado mal cerrada, lo cual era toda una novedad ya que la ultima semana habia llovido para llenar un lago y el sol apenas se habia dejado ver entre las nubes. Hoy, sin embargo, la manana presentaba un aspecto diferente. Tras levantarla y abrir la ventana para que entrase un poco de aire fresco, confirmo lo que podria llegar a ser un buen dia si las nubes llegaban a despejarse completamente. --Hora de darse una ducha y espabilarse --murmuro estirandose, le dio la espalda a la ventana y cruzo la habitacion para meterse en el bano y empezar su jornada. Le habria gustado quedarse en casa, abrir el frigorifico, coger un helado y pasarse todo el dia viendo peliculas, pero habia tenido que elegir entre hacerle ese favor a su madre o pasarse el dia envolviendo ramos de rosas en su floristeria; el encargo de su progenitora prometia ser menos vomitivo. No. No le gustaba San Valentin. Demasiado rojo, demasiados corazones y demasiado azucar, era como si la gente solo recordase ese dia que existia el amor y sintiesen unas ganas irrefrenables de restregarles su felicidad a todos en la cara. Consumismo puro y duro, eso era lo que era el catorce de febrero. Una excusa para comprar y gastar, esa fecha que no se olvidaba como los cumpleanos y los aniversarios y en los que, si no recibias una punetera flor o unos chocolates, eras practicamente una apestada. Amor. Oh si. A ella tambien le habria gustado creer en el amor, sentir ese cosquilleo en el estomago y soltar corazoncitos por los ojos, pero a lo largo de sus treinta y seis anos de vida, habia llegado a la conclusion de que Cupido ni siquiera conocia su direccion. Asi que, ?cual era el mejor sustituto del amor? El sexo. Que se olvidasen del chocolate, una sesion de cama podia arreglarle la noche a una chica, sobre todo si dicha sesion era con el companero adecuado. --Una pena que Keith no este en la ciudad --murmuro pensando en el abogado que habia conocido un par de meses atras y con el que solia salir muy de vez en cuando a tomarse algo. Su relacion se basaba en <>. Quien pensara que una mujer no podia tener la iniciativa en el sexo, era gilipollas. ?Donde decia que el hombre era el unico que podia salir a divertirse sin ser pisoteado despues? Su vision de las relaciones personales estaba bastante tocada, lo sabia, pero la culpa la tenia en gran medida la educacion liberal de su madre y los fallidos amorios que habia tenido a lo largo de su vida. Si, Cupido se habia olvidado completamente de ella. Termino de ducharse en tiempo record, se envolvio en una toalla y salio secandose el pelo con otra. Limpio el espejo con una pasada de la mano e hizo una mueca al ver su aspecto. --No. Ni el mejor de los estilistas va a poder arreglar esto. Llevaba el pelo casi a la altura de los hombros, cortado en lo que en algun momento habian sido dos capas, un color a caballo entre su natural color zanahoria y los reflejos que todavia le quedaban del ultimo cobrizo que se habia aplicado. --Semana que viene, a la peluqueria --se recordo. Suspiro y se apresuro en darle unas ultimas pasadas con la toalla para reemplazarla por el aire caliente del secador. El tiempo jugaba en su contra, los minutos parecian pasar mas rapido de lo normal, pero siempre era asi cuando se tenia prisa. Su estomago rugio recordandole que todavia no habia desayunado y si no se daba prisa en enfundarse la falda, la blusa y las botas para salir disparada hacia la cocina, seguiria rugiendo hasta que pudiese parar para comer

  • La maleta de Ana de Celia Santos

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    En los anos sesenta y setenta del siglo pasado, cientos de miles de mujeres espanolas emigraron a Alemania para trabajar. Eran heroinas anonimas que se enfrentaban a un mundo nuevo y a menudo hostil solo para ayudar a sus familias.

  • Gente normal de Sally Rooney

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    Despues de Conversaciones entre amigos, Sally Rooney vuelve a deslumbrarnos con una historia sobre la fascinacion mutua entre dos personas que no consiguen encontrarse.

  • Mi mundo en tus ojos de Abril Camino

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    Una gran novela New Adult, emocionante, original y con personajes complejos y profundos, que adoraras en seguida y recordaras mucho tiempo despues de su lectura. Primera novela publicada de una de las autoras de romantica mas exitosas en Amazon. Mi mundo en tus ojos es una novela romantica y desgarradora, con una trama y unos personajes absolutamente impactantes. ?Que ocurre cuando dos personas rotas se encuentran en el punto perfecto del camino? La vida de Summer se hizo pedazos cuando solo tenia cinco anos. Sobrevivio al infierno, pero nadie la enseno a vivir. Hasta que llego a la universidad, conocio a un chico con los ojos color turquesa y vio su mundo en ellos. Logan sabe, en cuanto conoce a Summer, que esta tan destrozada como el. Y, entre musica de los sesenta, charlas de madrugada, paseos en moto, nubes de golosina y tatuajes que cuentan la historia de una vida, se convierten en el pegamento de los anicos del otro. Hasta que el pasado es mas fuerte que ellos. Sus vidas saltan por los aires. Y vuelven a estar rotos.

  • La Reina de las Brujas (Reinos divididos 2) de Kim Richardson

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    ELENA SOBREVIVIO LA GRAN CARRERA y las garras de los sumos sacerdotes, pero a un costo. El corazon de Arcania, la piedra magica mas poderosa en la tierra esta ahora en manos de los sacerdotes malos. Pero peor aun, Jon es capturado.

  • Volver a empezar (Segundas Oportunidades 2) de Esteffany Florian Mariano

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    Narra Tereza --Senora Roberts, el senor Paterson se encuentra aqui --dice Johanna al entrar en mi oficina --. ?Desea que lo haga pasar? --me pregunta. --No. Enseguida salgo. Iremos a almorzar --informo mientras apago el computador. --Ya le aviso --musita para luego retirarse. Termino de recoger unos papeles que se encuentran esparcidos sobre mi escritorio, me levanto de la silla y tomo mi bolso para dirigirme hacia la puerta. Al salir al pasillo me encuentro a William en una de las sillas de la recepcion, ojea una revista con aires de aburrimiento. --Nos vamos. --Hago que levante la vista de la revista que observaba y me dedica una calida sonrisa--. !Tengo tanta hambre que seria capaz de comerme un restaurante entero! --exclamo, no dudo en llevar mi mano hacia mi enorme panza. El solo se limita a reir con fuerza. --Con lo que te he visto comer estos ultimos meses, no lo dudaria --ironiza acercandose a mi, para luego besar mi mejilla--. ?Como estan? De manera inconsciente acaricio mi barriga con una sonrisa embobada. Ocho meses han pasado desde que el doctor me comento lo del embarazo. Al principio las cosas no fueron para nada faciles. La noticia me tomo por sorpresa, me aterre como nunca lo hubiera hecho en mi vida. Un miedo indescriptible se apodero de mi. Un bebe. Un bebe que naceria sin su padre. !Edward! No existia un solo momento en el que lograra sacarlo de mi cabeza, simplemente no podia, no queria. Suena masoquista de mi parte y se que lo es, pero cada vez que recuerdo aquel momento en mi oficina, la decepcion en su rostro, la desilusion, me siento desfallecer, no puedo evitar llorar al ser consciente del dano que le provoque. Solo deseo que sea feliz y que algun dia pueda volver encontrarlo, que me pueda perdonar, sobre todo que pueda conocer a su hija, a ese ser maravilloso que crece dentro de mi, y que no tiene culpa de los errores y malas decisiones de sus padres. Tengo la esperanza de que algun dia Edward pueda escuchar a su hija llamarlo papa. Quiza se pregunten, ?por que no lo busco para decirle que va a ser padre? La respuesta es mucho mas facil de lo que se imaginan. Hay dos razones simples, la primera: que ya lo intente. Cuando me entere de lo del embarazo entre en una depresion profunda. Clara, como buena amiga y excelente consejera, una vez mas me ayudo a salir adelante, claro que en esta ocasion con refuerzos. Bertha y William. De eso les cuento mas adelante. Aun recuerdo aquel dia especifico en el que me hizo abrir los ojos. <<-Ya estoy cansada de esta situacion. --Me arranca la sabana del cuerpo. Estamos en mi habitacion de la que no habia salido desde que supe del embarazo, es decir, aproximadamente dos semanas--. Creeme que, si fuera por ti, no te estaria insistiendo para que te levantes de esa cama. Te estas comportando como una nina, Tereza. --Pues entonces vete y dejame en paz --grito de vuelta. --Ganas no me hacen falta. Estas siendo muy egoista. --Hace que me enoje mas. --Egoista. Dice que estoy siendo egoista. --Rio sin ganas--. Estoy en esta situacion por pensar en alguien mas, y tu me dices egoista. --Primero, te me calmas que eso no le hace bien al bebe --me regana--. Segundo, si lo dices por lo de Edward, si, fuiste egoista, porque decidiste por el sin tomar en cuenta su opinion. Eso es ser egoista y lo estas volviendo hacer, !es que no te das cuenta! !Estas esperando un bebe! Y en vez de estar cuidandote para que nazca sano y fuerte, !estas aqui encerrada! No te estas alimentando bien, no te has tomado las pastillas que el medico indico, y te pasas todo el dia llorando. No se lo que para ti eso signifique, pero para mi, !eso es egoismo! Porque solo estas pensando en ti, en tu dolor, olvidandote de todo, incluso de un nino que no tiene la culpa de haber sido concebido en medio de una gran tormenta>>. Despues de ese episodio comprendi que mi vida debe volver a su cauce, girar en torno a una sola cosa, en este caso a una sola persona. A mi bebe. Mi mision consistiria en que fuera feliz. Es por eso que luego de que me entere que iba a tener una nina, busque la forma de comunicarme con su padre, porque tanto ella como el merecian conocerse, merecian ser feliz. Lamentablemente, con la unica persona que pude comunicarme fue con Ross; al contestar el telefono, me pidio que me alejara de su hermano, que no lo llamara, que el encontro con quien sustituirme. ?Dolio? Por supuesto que dolio. Es por eso que al principio pense que tal vez era una forma de vengarse de mi por lo que yo le hice a su hermano. Entendi su enojo, pero tambien lo sufri. Sin embargo, al parecer, si era cierto. Es lo que William me confirmo. ?Como William sabia aquello? Su hijo decidio irse a Inglaterra a estudiar, no queria separarse de Ross. Fue asi como se entero, su hijo le informo. La unica tranquilidad que me queda es saber que al menos la pequena Ross es feliz con la persona que ama, al igual que Edward, aunque esa persona no sea yo. La segunda razon por la que no segui insistiendo es la misma que me llevo a separarme de el. No queria que en un futuro proximo Edward me culpara de haber arruinado sus suenos, pero tampoco que me odiara. Fue por eso que insisti. No obstante, sin ningun resultado favorable. --?En serio piensas comerte todo eso? --pregunta William al escuchar todo lo que le he pedido al camarero. --Aun no se por que te sorprendes, sabes que lo hare, me has visto comer mas de lo que he ordenado ahora --respondo con una gigantesca sonrisa. En estos meses William ha estado presente cada vez que me he atragantado con cantidades enormes de comida sin poder evitarlo, tambien ha estado en cada momento importante brindandome su apoyo incondicional. La verdad es que nunca pense que el se convertiria en el gran amigo que hoy es para mi; sabe respetarme, cuidarme y ha comprendido que entre el y yo no podria desarrollarse ninguna relacion que no sea la amistad. Gracias a el, a Bertha y a Clara, he podido sobrellevar todo lo pasado en estos ultimos meses. Desde mi separacion con Edward, el enterarme de mi embarazo y la muerte de Luisa, mi madre. Dos meses despues de la partida de Edward y la informacion de mi embarazo, mi madre fallecio al entrar en la parte decisiva de su enfermedad; el saber que iba a ser madre me llevo a reconciliarme con la mia antes de perderla por segunda vez. Los medicos no pudieron hacer nada a pesar que puse en sus manos todos mis recursos. Recuerdo aquel dia como si hubiera sido ayer. La fui a visitar como Tania me pidio, no lo hice por ella, lo hice por mi, por mi bebe. Necesitaba cerrar ese capitulo de mi vida, queria que, cuando mi hijo o hija naciera, y me preguntara por su abuela, tener un buen recuerdo de ella. La perdone y senti como una carga pesada desaparecia de mis hombros, de mi alma. Si digo que no dolio, mentiria, porque a pesar de todo lo que me hizo, seguia siendo mi madre y eso no se puede borrar por mas que quisiera. Lo mas duro de esa etapa fue ver a una joven de quince anos derrumbarse por la muerte de una madre. Ver a Tania deprimida, sin ganas de vivir… Fue la parte mas dolorosa del proceso. Al parecer, Luisa si fue una buena madre para ella y le estoy agradecida por eso. Despues de todo, si tengo algo que agradecerle a Luisa: mi hermana, esa jovencita que vino a llenar un espacio de mi corazon que hace tiempo estaba desocupado, y eso se lo agradecere el resto de mi vida. Despues de la muerte de Luisa, El departamento de ninos y familia, intento llevarse a Tania a un lugar de acogida, pues aun era menor de edad. De inmediato, junto con Clara y los abogados de William, nos pusimos en el proceso de papeleo para que Tania se quedara conmigo. No fue facil, pero lo logramos, claro que la prueba de ADN fue determinante en ese caso. Hoy por hoy Tania vive conmigo. --Tienes razon. --Rie--. Espero que no te quejes por las libras de mas adquiridas despues del embarazo. --Es que no lo puedo evitar. --Hago un puchero, a lo que William vuelve a sonreir--. Es como si tuviera un dragon en mi estomago que me exige ser alimentado en vez de un bebe. --Lo bueno de esto es que al menos ya puedes retener los alimentos dentro de tu estomago. -- Toma un poco de vino del que el camarero dejo en nuestra mesa. --!Gracias al cielo! --digo de manera exagerada. Los primeros cinco meses de embarazo fueron toda una tortura, no paraba de vomitar, no habia nada que comiera que no lo devolviera. Segun el medico, no es comun, pero si normal que algunas mujeres les dure mas los sintomas, incluso se dan casos en los cuales algunas mujeres se pasan los nueve meses sintiendo nauseas y vomitando. Ese era mi caso. Gracias al cielo solo duraron cinco meses, los peores de mi vida. Mi consuelo es que pronto tendre a mi bebe entre mis brazos. --?Ya has pensado en el nombre? --Aun no… --En eso llega el camarero con lo ordenado--. No me decido --respondo de manera distraida al introducir el tenedor en mi boca. Desde que me informaron el sexo del bebe, Clara, William, Bertha y Tania han estado insistiendo con el nombre; sera una hermosa nina. Una nina que nacera sin su padre. --!Tereza! --me llama al ver que me he quedado ausente. --Es que… me hubiera gustado que el estuviera aqui, conmigo, que juntos pudieramos elegir el nombre de nuestra nina --suelto con melancolia. --Tereza, mirame. --Levanto mi rostro hacia el--. No puedes seguir asi, eso no le hace bien al bebe. --Sostiene mi mano por encima de la mesa. --Lo se, pero… --Nada de peros. Tranquila, se que entre todos elegiremos un hermoso nombre para la bebe. -- Me mira con ternura. --Gracias, William, eres un gran hombre. --Lo se. --Me hace reir, como lo ha venido haciendo todo este tiempo.

  • Latido del corazon de Marian Herrera

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    Sebastian Videla poseia los ojos de un demonio melancolico, tan fragil y danado que Angela nunca recupero lo que llego a amar. Las almas gemelas simbolizan una misma luz distribuida en dos cuerpos mortales; algo que ni el mundo, ni ellos mismos, comprenden. Al ser separados, el vacio residira en sus espiritus hasta que logren volver a fusionarse.

  • La decision de John (Slow Death 5) de Antiliados

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    John Wells, bajista del grupo Slow Death, siempre se ha caracterizado por ser una persona serena, que se preocupa por los suyos, hasta incluso se podria decir que en ocasiones demasiado. Sin embargo, todo su mundo se ve agitado cuando Nate el primo de la esposa de su amigo Henry, aparece con la intencion de conquistarle y remueve sus sentimientos.
    No obstante, John, aloja en su corazon el recuerdo del primer amor. Una mujer que ha cambiado tanto en los ultimos anos que ni el mismo la reconoce cuando regresa a su vida.

  • El Circulo de Laurel de Camelia A.v. Ramos V

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    William, un chico como cualquier otro chico de 17 anos, se encuentra pasando uno de los veranos mas calurosos de su vida en un viejo poblado europeo luego de mudarse alli con sus padres. Siendo un chico solitario, se vuelve amigo de una de las familias mas antiguas del pueblo, de quienes se dice son personas completamente raras. Luego de que un acontecimiento extrano llame la atencion de su amiga Odette, el joven se vera envuelto en un vortice de emociones que van desde el mas profundo terror hasta la desesperacion y la tristeza absoluta.Muchas preguntas resonaran sin cesar en su mente: ?Que tiene que ver el con la antigua familia? ?De verdad existira la magia? ?Que ocultan los ancestrales arboles que rodean el pueblo de Howll?

  • Hazme arder de Clare Connelly

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    Ally Douglas habia hecho un trato con Ethan Ash: solo sexo, nada de ataduras ni compromisos para toda la vida. Solo sabia que era una estrella de rock famoso en todo el mundo y absolutamente impresionante. La sintonia sexual habia sido instantanea y cautivadora y era un trato que satisfacia sus necesidades. Sin embargo, ahora que Ethan habia empezado a infringir las reglas, ?podria Ally evitar abrasarse?

  • En el calor de tus brazos de Lori Foster

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    Un prometedor luchador de artes marciales mixtas queria algo mas que una noche con una mujer que huia de su pasado.

  • La lista de Lisette, Susan Vreeland de Susan Vreeland

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    La historia de una mujer y su pasion por el arte en el sur de la Francia de Vichy, con la Segunda Guerra Mundial como telon de fondo.
    En 1937, la joven Lisette Roux y Andre, su esposo, se trasladan desde Paris a un pueblo de la Provenza para cuidar a Pascal, el abuelo de Andre.
    Pascal, dedicado a la venta de pigmentos y a la produccion de marcos de madera, entabla amistad con Pissarro y Cezanne, que le pagan los marcos con cuadros pintados por ellos. Pascal instruira a Lisette tanto en el arte como en la vida, y le hara redactar una lista de promesas que ella misma debera cumplir.
    Cuando estalla la guerra, Andre se marcha al frente, pero antes esconde los cuadros de Pascal. Ante la expansion de las tropas alemanas por Europa, la repentina caida de Paris y el surgimiento de la Francia de Vichy, Lisette debera buscar los cuadros escondidos del abuelo de Andre.
    A traves de alegrias, tragedias y grandes actos de coraje, en una epoca que marco el destino de Europa, Lisette aprendera a entender y perdonar el pasado.

  • Pan de Bruja de Noela Lonxe

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    Un cuento de hadas oscuro sobre pactos secretos y mujeres magicas.

  • Musica y Anatomia de Hector Santos

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    Lili Rivers es una chica excepcionalmente talentosa en la musica. Escribe canciones y las toca con sus amigas en una banda que espera salir al estrellato en una pequena ciudad a traves de la radio local. Ethan es profesor de Anatomia. En el verano se comprometio con la profesora Minerva y espera sorprenderla con una pieza musical en piano. Naturalmente le pide ayuda a Lili que parece ser un desastre en la materia de Anatomia. Con el poco tiempo se ven envueltos en decisiones y circunstancias que debaten las constantes preguntas sobre el amor ?La edad importa? ?Que hay de las reglas y estatus sociales? ?Existe tal cosa como el amor verdadero? ?Como afrontar las oposiciones del amor? Descubre en este viaje un amor que podria cambiarlo todo.

  • Dame un motivo de Gwendolen Hope

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    Tras la muerte de Isaac Myers, sus hijos heredan Llanura de los Robles, tierra que es un simbolo familiar, a la que todos han estado indisolublemente ligado por generaciones. Edward Sanders y sus hijos, ricos industriales, duenos de las tierras con las que confina la propiedad Myers, quieren apropiarse a toda costa de ella y estan dispuestos a utilizar todos los medios posibles, tanto licitos como ilicitos, para alcanzar su proposito. Victoria Sanders, en particular, quiere ganar esas tierras mas que nada en el mundo y, por ese motivo, no duda en jugar sucio. ?Pero que sucede cuando conoce a Cam Myers y se da cuenta que lo que esta en juego no es unicamente la propiedad sino su propia felicidad?

  • El perdon segun Marcos de Norma Estrella

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    Marcos conocio la violencia y el miedo desde pequeno. Aprendio a esconderse cuando su padre volvia gritando a casa y a no hacer preguntas cuando su madre ocultaba la cara. Hasta que se canso. Su madre rezaba y le decia que debian perdonar, pero los ninos aprenden con el ejemplo y Marcos aprendio que los punos eran mas efectivos que los rezos.
    Miriam crecio en Palmira. Sus padres le ensenaron a respetar el legado cultural de las civilizaciones milenarias que florecieron entre el Tigris y el Eufrates. No entiende conceptos como frontera o nacion, pero cuando un grupo armado destroza el trabajo de sus padres y estalla la guerra en Siria, tiene claro de que lado esta: del de las victimas.
    Las vidas de Marcos y Miriam se cruzan en Alepo, un lugar que muchos definirian como el infierno en la tierra, pero hasta en los lugares mas dejados de la mano de Dios la luz y la esperanza logran abrirse camino, siempre y cuando se luche por ellas.

  • Cuidado con lo que deseas de Tierra Salvaje

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    Antonio anhela una vida como la que tiene su jefa, tanto que, en algunos momentos, desearia ser ella. Dicen que si deseas algo con muchas ganas, se cumple. Antonio lo vivira de primera mano, descubriendo asi, todos los secretos que esconde su jefa.

  • Sexo Duro y Salvaje de Sara Toledano

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    Nina Mala: Sumisa Adiestrada por el Dominante Millonario

  • Rescatame (Siempre te Amare 1) de Lorena Salaz

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    Emma es una chica que ama profundamente a su familia a la cual esta muy unida. Su hermana y sus padres son parte fundamental de su vida.

  • Dimensiones de Alice Munro

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    En Dimensiones, la premio Nobel de Literatura hace gala de su maestria a la hora de describir la vida interior de sus personajes y nos sumerge de lleno en una historia psicologica que va mas alla de la anecdota.

  • El amor que llego de Hollywood de Alessandra Torre

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    Cole Masten lleva anos siendo el marido perfecto de Hollywood, pero, alli, los amores eternos solo duran en la pantalla, asi que cuando su mujer le abandona, se convierte en el soltero dorado de la meca del cine. Que tengan cuidado las chicas de Los Angeles, hay un chico malo suelto en la ciudad, y esta dispuesto a arrasar con todo. Summer Jenkins. Esa soy yo, una chica surena atrapada en Quincy, Georgia.

  • La sonrisa de los pajaros de Lea Velez

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    Alma, periodista y escritora de treinta y cuatro anos, regresa a Paraiso, la urbanizacion en pleno campo en la que vivio hasta la adolescencia, veinte anos despues de que un tragico accidente acabara con su
    felicidad familiar. Llamada por un impulso inconsciente, alquila la casa en plena naturaleza donde crecio para tratar de reencontrarse con los recuerdos, en la esperanza de que sirvan de respuesta a sus preguntas vitales.

  • Una noche con su ex de Katherine Garbera

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    El reencuentro inolvidable de dos amantes.

  • Republica luminosa de Andres Barba

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    ?Que tiene que suceder para que nos veamos obligados a redefinir nuestra idea de la infancia? La aparicion de treinta y dos ninos violentos de procedencia desconocida trastoca por completo la vida de San Cristobal, una pequena ciudad tropical encajonada entre la selva y el rio. Veinte anos despues, uno de sus protagonistas redacta esta Republica luminosa, una cronica tejida de hechos, pruebas y rumores sobre como la ciudad se vio obligada a reformular no solo su idea del orden y la violencia sino hasta la misma civilizacion durante aquel ano y medio en que, hasta su muerte, los ninos tomaron la ciudad. Tensa y angustiosa, con la nitidez del Conrad de El corazon de las tinieblas, Barba suma aqui, a su habitual audacia narrativa y su talento para las situaciones ambiguas, la dimension de una fabula metafisica y oscura que tiene el aliento de los grandes relatos.

  • La historia sonada – Silvia Ibanez Cambra de Silvia Ibanez Cambra

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    Paris, 1940. Esteban lleva un ano viviendo con su tio Eduardo, la persona que lo rescato de una Espana desolada tras la guerra. Alli, sin poder olvidar su pasado, le relata a Eric, amigo de su tio y escritor, sus vivencias, la muerte de sus acaudalados padres y las miserias que paso posteriormente, pidiendo limosna por las calles y siendo acogido en su casa por un inspector. Una acogida que no fue desinteresada ya que lo que el inspector queria de el era informacion sobre los Campillo, amigos de sus padres. La muerte de la mujer del inspector, Rosa, habia ocurrido en presencia de uno de los Campillo y se habia culpado del asesinato al hijo de uno de los empleados de la casa. Esteban era muy pequeno cuando todo ocurrio y apenas habia conocido a los Campillo, asi que, no pudo contarle nada.

  • Kharos. Almas de Plata de Diana Buitrago

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    La niebla que sube del rio, una hoguera en las montanas y un rumor siseante en las calles. La daga en la mano preparada para ensartarla en un drakko, la noche que llora a sus caidos y la diosa que aulla a la luna. Un alarido en la distancia y terror en el corazon.
    En eso se han convertido los dias que pasan tortuosamente en la desolada ciudad de Sapphire, donde la magia negra se ha aduenado de sus calles y la esperanza reside en un viejo templo y un portal interdimensional derruido.
    Desde FireCross, Los Portales, el Clan Magno, la Catedral y Nebulose hasta el mismisimo templo y la fabrica abandonada. El pincel de la esperanza que se niega a resquebrajarse luchando por la vida que naufraga como la luna por el cielo.
    La plata de los Kharos que siempre llega al corazon y un grupo de presos que estaran dispuestos a sacrificar su propia vida para terminar con la masacre. Porque cuando todo falta solo el alma prevalece.
    Kharos-Almas de Plata, novela autoconclusiva, distopia de fantasia oscura, juvenil y urbana. Una aventura trepidante por la oscuridad de sus calles y la profundidad del alma.

  • La fuerza del amor (Blue Roses 2) de Noelia Jimenez Sanguesa

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    El mayor miedo de Sophie siempre fue permanecer sola, bajo las sombras. Ese miedo empezo cuando su marido comenzo a beber (aunque no sabia exactamente que, puesto que no era alcohol) y volvia a las tantas de la madrugada pidiendo solo sexo. Poco a poco el hombre se iba volviendo algo sadico.

  • El rey del Honka-Monka de Tomas Gonzalez

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    Despues de la tragedia se quedaron todavia por un tiempo en Bogota. Pasadas las molestias del entierro, las palmadas en el hombro, la piedad de gente que apenas conocia, el perdio la fortaleza que se le habia visto despues de la noticia y durante las ceremonias que siguieron. Y entonces a ella, que habia sufrido de desmayos primero y luego habia sido sacudida por crisis nerviosas que debieron ser calmadas con enormes dosis de Valium, le toco oirlo llorar a altas horas de la noche, encerrado en el bano, con gemidos contenidos de persona corpulenta. No volvio a tocar un pincel y amontono los cuadros, sin mirarlos, en una especie de bodega que habia bajo la escalera. Y aunque seguia siendo una persona silenciosa y afable, se le podia notar cierto desgano, cierta agresividad refrenada. Todavia andaba con muchos amigos, pero ahora se quedaba alelado mientras los otros hablaban, mirando al vacio con ojos desolados. A veces bebia demasiado y terminaba dejando su pesado corpachon colgado de la silla. Los amigos lo cargaban entonces y Lucia los veia entrar, sudando, los tragos pasmados por el esfuerzo de bajarlo del carro y subirlo hasta la alcoba. Lucia les servia un trago, les ponia un disco, conversaba un poco, los besaba en la mejilla y los echaba. Despues de un ano de verlo como roto e inmovilizado, ella empezo a preocuparse. Con los cuadros terminados se habia logrado montar una exposicion que resulto ser un relativo exito, tratandose de un pintor todavia joven y poco conocido. Pero si en condiciones normales el exito le producia cierta desconfiada curiosidad, ahora lo dejaba indiferente. Lucia tuvo que disfrutar sola con las resenas donde se alababa su extrema habilidad y se le auguraba un futuro promisorio; y solo ella pudo alegrarse por la rapida venta de los cuadros y recibir unos dineros que llegaban bien, aunque en el fondo no los necesitaran. Entonces metieron los muebles en un deposito, alquilaron la casa y se fueron. Volaron a Los Angeles. Alquilaron un carro. Al principio el parecio aliviado con el cambio, y por momentos se le pudo ver alegre con aquel vagabundeo que los metia veloces entre naranjales infinitos y despues los hacia entrar a los deslumbrantes paisajes resecos de Nuevo Mexico y Arizona. Vieron soles enormes desaparecer entre piedras y cactus; vieron camiones lejanos titilando en la distancia requemada. Se quedaban un par de dias en algun motel o cabana y despues volvian a meterse en los paisajes gigantescos, donde podia sentirse al mismo tiempo la sensacion de la inmovilidad y del vertigo. Y si viajaban de noche, el incluso podia poner musica, subir el volumen y dejar que el sonido de mandolinas saliera por las ventanillas y se fuera como chispeando contra la enorme oscuridad. Pero fue un entusiasmo fugaz. Antes de llegar a Nueva Orleans su mal genio volvio a acentuarse. Se quejaba de la monotonia de hoteles y autopistas, hacia comentarios sarcasticos sobre la pulpa insipida en que los gringos convertian todo lo que tocaban y se burlaba de los cuadros de Picasso que colgaban sobre los inodoros de los hoteles. Cuando llegaban a algun hotel, se quedaba esperando a que ella saliera de la oficina con la llave, y entonces estacionaba el carro, entraba al cuarto y se tiraba a la cama sin ayudar a bajar nada, sin lavarse los dientes, sin desvestirse siquiera. Y al dia siguiente Lucia debia cargar maletas y maletines, y entregar la llave en la oficina. En Nueva Orleans se alojaron en el barrio frances en un apartamento bello y polvoriento que les alquilo una senora que tenia los dientes podridos y parecia la bruja de Hansel y Gretel. Salieron de dia a pasear por las aguas lodosas del Misisipi en un pequeno vapor de aspas rojas, cargado de turistas, que navegaba bien aunque pareciera de confite y caramelo; por la noche recorrieron Bourbon Street, mezclados con los demas turistas a medio emborrachar que recorrian la calle de arriba abajo oyendo musica y mirandose los unos a los otros. Y aquella primera noche, rematada en un bar donde un pianista musculoso que tenia nariz quebrada de boxeador le dedico a Lucia una version algo desvencijada de Farolito, el parecio divertirse. Durmio mal, sin embargo. A las cuatro de la manana, sentado en el balcon frente a un cenicero repleto de colillas, miraba pasar los ultimos borrachos. Y a las diez miraba su desayuno con cara cenuda y cenicienta. Ella le recordo, en el tono mas severo del que era capaz, que no era solo el quien habia sido golpeado por la desgracia. Se quedaron cuatro dias en Nueva Orleans. A pesar de los comentarios sarcasticos que debia oir de tiempo en tiempo, Lucia se sintio fascinada por esa ciudad alegre, un poco sucia y un poco fermentada, tan parecida a las ciudades del Caribe. Como pasa a veces con la gente silenciosa, el parecia certero cuando hablaba; pero si alguien se hubiera puesto exigente, lo del Disney World para borrachos o lo de los prostaticos tocando clarinete habrian resultado apenas intentos debiles de hacerle dano a un sitio que resultaba dificil dejar de querer. Lucia se quedaba un rato callada, mirandose las manos, y despues de darle la razon volvia a dejarse llevar por un bullicio y un movimiento que la deslumbraban. En Nueva Orleans entregaron el carro, que con su olor a resinas sinteticas, sus blanduras plasticas y sus peluches a base de petroleo habia empezado a asquearlo a fondo, y se fueron para el norte en el camarote-litera de un enorme tren expreso. Por la noche, mientras pasaban postes y fabricas sombrias, mientras el dormia o fingia dormir en la litera, Lucia miraba la eternidad que cada cierto tiempo abrian hacia el este los relampagos de una tormenta cercana. Horas despues se acosto y lo sintio llegar, innecesariamente brutal -- dulce y carinosa, ella nunca se le habia negado--, arrancandole la ropa a manotazos y penetrandola, rasgando y magullando, mientras el tren pitaba feroz, metido ahora en la tormenta masiva que azotaba las ventanillas y revolcaba los arboles vertiginosos y relumbrados. El climax fue rapido y aterrador, y parecio venirles desde el corazon mismo de las tinieblas. Dias despues, sin camisa, el miraba llover por la ventana. Aunque estuvieran todavia en plena primavera, sobre la ciudad habia caido una ola de calor y lluvia que la oscurecia y la hacia aun mas densa. Frente al hotel un hombre despatarrado dormia aferrando una botella de vino en la mano derecha. Lucia habia salido temprano y esta vez ni se habia tomado el trabajo de invitarlo. Cuando lo llamo a mediodia para decirle que todavia se demoraba otro par de horas, el le contesto que podia demorarse lo que quisiera; cuando regreso, a eso de las cuatro de la tarde, lo encontro sin camisa, mirando llover por la ventana. El hombre despatarrado se habia despertado y, sin levantarse, sin soltar la botella ni quitarle la cara barbuda a la lluvia, le pedia plata a la gente que pasaba. Dejo de llover. Visitaron a un amigo pintor que se vestia de negro, llevaba el pelo muy corto y usaba una gotera de oro en una oreja pulcra y rosada como un caracol. Tenia un estudio grande, donde producia cantidades abrumadoras de animales como electrizados sobre fondos de colores primarios. Despues de dos tragos empezaron a recorrer el estudio mirando esa serie infinita de imagenes -- vendidas, ciertamente, mucho antes de que empezaran a ser pintadas--. <>, dijo el, y Lucia lo miro con ojos muy abiertos. El amigo no parecia ofendido, pero tampoco encontraba que decir. Sonrisa cordial y ojos helados, menciono los tiempos, que cambiaban. Lo de la puta fabrica fue lo unico que dijo hasta el final de la visita. Para salvar las apariencias, ella tuvo que sostener la conversacion con su ingles precario mientras un macaco endemoniado la miraba desde uno de los oleos. El cielo se habia cerrado otra vez y habia tomado el color del cemento. De regreso al hotel, Lucia sintio ganas de llorar. El domingo siguiente miraban a un maromero chino que con dos palos lograba mantener otro en el aire, golpeandolo constantemente hasta dar la sensacion de que flotaba. La pequena plaza era un caos de prestidigitadores, equilibristas y musicos. Jovenes de pelo verde y pantalones de cuero fosforecian de palidez bajo el sol. Despues de hacer flotar el palo, el maromero chino empezo a escupir candela, pero solo Lucia pudo verla, porque el estaba sentado en una banca, encorvado bajo sus grandes espaldas, mirandose los zapatos. De regreso al hotel vieron a una viejita en patines, con la cabeza canosa llena de flores plasticas de colores. Cruzo frente a Lucia y le sonrio, afectuosa y feliz. --?La viste? --pregunto ella. El no contesto. Lucia dijo que habia visto a una viejita en patines con el pelo lleno de flores plasticas de colores. --?Y que queres? --pregunto el. Y entonces pregunto que si ella queria que el se orinara de la risa. Para la primavera siguiente el pellejo le colgaria de los huesos como a un buey enfermo. Despues de la partida de Lucia --lo dejo, por supuesto, incapaz de aguantar por mas tiempo esa mezcolanza de apatia y crueldad-- se sintio aliviado, como si le hubieran quitado un morral de encima. Camino liviano por las calles, sin rumbo. Entraba a los bares, salia de los bares, disfrutaba de una inmediatez que por su intensidad abolia el pasado por completo. A la senora que le alquilo el cuarto, unas roidas, joyas baratas y una actitud impersonal algo ingenua, le dijo que se llamaba Boris y se dedicaba a la reparacion de instrumentos. Adorno la mentira con algunos detalles y dejo aparecer el gesto mas parecido a una sonrisa que habia tenido o iba a tener en mucho tiempo. Y se instalo en un cuarto que olia a humedad y a estiercol de palomas. Las palomas venian de todas partes y anidaban en el alfeizar de las ventanas. La primera manana fue despertado por su arrullo desapacible y por el aleteo sordido que producian cuando llegaban o se iban del alfeizar. No sin esfuerzo abrio la ventana, que habia sido pintada muchas veces sin nunca abrirse y estaba soldada al marco, y vio dos nidos, cada uno con un par de pichones implumes y ciegos. Blandos reptiles del Apocalipsis, gargolas repugnantes, abrieron sus desmesurados picos con avidez primordial y cayeron al vacio como pequenos demonios, para estrellarse y desaparecer tres pisos mas abajo, entre pedazos de ladrillo, pedazos de alambre, sillas desbaratadas y colchones sucios, todos desperdigados en el patio que correspondia al edificio. Dos edificios vecinos estaban abandonados: uno tenia las ventanas tapiadas y parecia un enorme nicho funerario, del otro entraban y salian las palomas. Y del reguero de ladrillos del patio brotaban pequenos arboles, muy proporcionados, frescos y de un verdor absurdo para aquellos lugares donde no llegaba nunca el sol. Durante el verano durmio de dia y camino sin rumbo por las noches. Tal como se habia anunciado desde la primavera, el verano llego especialmente caliente y sofocante: llovia mucho y antes de cada aguacero el aire se ponia espeso y aplastaba. Metido en una penumbra de persianas bajadas el sudaba en pantaloncillos, durmiendo o mirando girar un ventilador de aspas metalicas que sonaba como si alguien estuviera sacudiendo una bolsa con clavos o monedas. Por la noche se ponia la ropa sobre el cuerpo todavia encharcado de sudor y salia a la calle despues de sacar un par de billetes del sobre donde Lucia le habia dejado una suma grande, tan grande al menos como irian a ser sus necesidades durante el verano, dinero que el ni habia pedido ni habia rehusado. Despues de caminar un rato se metia a cualquier bar, pedia una cerveza y se sentaba a mirar la television. En las tinieblas del bar alumbraba el verde del pasto en estadios donde hombres de mandibula cuadrada escupian y rasgaban el aire con miradas diamantinas. Senoras de ojos azules abrazaban con amor cajas de detergente mientras maridos vestidos con camisas impecables las miraban complacidos. Una pareja de novios se arrebataba una galleta de chocolate y se reia. La espuma de su cerveza se desvencijaba poco a poco, regresando de una elaborada e ilusoria estructura a la sencilla repugnancia del liquido plano y ahora tibio, que el bebia sin asco y casi sin pensarlo. En la pared de los banos, vulvas humilladas recibian falos en los que el orgullo masculino se sumaba a la propia torpeza del dibujo para plasmar una vanagloria atroz que alcanzaba los ultimos limites posibles de la fealdad. Cuando algun fanatico del beisbol le palmoteaba la espalda, sin sospechar que no se trataba de un camarada sino de alguien que solo miraba el verde puro, abstracto e irreal de los prados lejanos, el encogia sus hombros anchos, cada vez mas huesudos, de modo que el fanatico dejaba congelar un poco la sonrisa, enfriar sus ojos entusiastas, y retiraba el brazo, consciente de que habia tocado un territorio profundo y prohibido. Despues de mantener por horas el codo sobre la barra y la mandibula apoyada en la palma de la mano, salia del bar a la hora de cerrar con el hombro derecho cubierto por la ceniza de los incontables cigarrillos que habian ardido entre sus dedos mientras miraba a los novios que se disputaban las galletas de chocolate. Caminaba por calles que olian a orines, llenas de periodicos y paraguas desmembrados, y se dirigia hacia los parques del rio. En las bancas dormian los hombres desplomados. El movil reflejo de un aviso de Pepsi-Cola flotaba sobre las aguas oscuras. A veces dormia en una banca, como los otros, a veces se amanecia viendo bajar las aguas sucias hacia el mar. Cuando llegaba al cuarto se tomaba un trago grande, para escapar del aleteo de las palomas, y se tiraba en la cama a sudar y a sonar con un pasado que regresaba en imagenes descoyuntadas y revolcadas, como si por su memoria acabara de pasar un viento furibundo. Sin hablar casi con nadie, sin lavar su ropa, sin preocuparse por su creciente mal olor, se le fue pasando el verano. El pintor de animales endemoniados lo invito un dia a una fiesta a la que irian amigos comunes, pero el no fue, por supuesto. Ni siquiera penso que resultaria dificil entenderse con gente demasiado inteligente, que el buen gusto de una rebeldia aparente iba a hastiarlo o que las minimas formas convencionales de trato irian a resultarle insoportables. En un tono neutro dijo, sin mas, que no queria ir; miro con sencillez al pintor de animales electrizados, como se mira y entiende un cactus o una rosa, le dio la espalda y lo olvido por completo. El clima todavia no empezaba a refrescarse. Los hidrantes elevaban de dia chorros de agua en los que se banaban los ninos como pajaros; de noche caian contra el espejo del asfalto como si arrastraran carros y edificios, sirenas y neones, y los aniquilaran en un cataclismo espectacular contra la tierra. El recorria las noches del verano metiendose por sitios profundos, recovecos turbios, pero casi siempre buscando terminar la noche bajo cielo abierto. Por algun tiempo anduvo con una mujer morena que tenia el tatuaje de una culebra en el estomago. Con ella entro y salio de bares, con ella paso dias en cuartos de hoteles desastrados, que tenian baneras negras y cortinas espesas y raidas, y que parecian estar mas hondo que los trenes subterraneos cuyo ruido los calaba por completo. Envuelta en la luz de mecheros de alcohol, la vio hacer brillar jeringas, la vio casi desaparecer de placidez en el fluido de su propia sangre como quien se deja llevar por un ancho rio hacia el olvido. Aparte de que se hacia llamar Boris, ella no supo ni quiso saber nada de su vida. Se poseian con lujuria y sin ternura. Se encontraban al azar, sin alegria y de un modo fatal, como si dioses desganados hubieran tenido el momentaneo capricho de arrimarlos. Se despedian sin darse cuenta, desapareciendo el uno del otro como desaparecen las personas en los suenos. Cada cierto tiempo recibia cartas con estampillas de animales, plantas tropicales, proceres. Las dejaba sin abrir hasta que llegaba una nueva y entonces leia las dos con desatencion, chismes lejanos, historias de amigos que ya habia olvidado, formas afectivas que de lo puro marchitas ya ni tristeza producian. A veces se quedaba largos ratos mirando el azul intenso de las grandes mariposas, y a duras penas leia la letra abierta, pulcra, femenina, que le hablaba de gente que para el ya estaba muerta. Las orquideas, las mariposas de Muzo, los heroes de mirada ingenua, en la barra de un bar, en su propio cuarto, en los hoteles, eran despojos minimos y nitidos de un inmenso naufragio que a estas alturas ya ni centro tenia, ni periferia. En un sobre le llegaron las paginas dobladas de un periodico, donde se hablaba de el y se reproducia uno de sus cuadros. Las miro y volvio a doblarlas como si fueran un documento amarillo y apolillado, un poco repugnante, que hablaba de gente remota, desde hacia mucho tiempo convertida en polvo. Para entonces el pelo le habia crecido demasiado y se lo habia agarrado atras con un caucho. Su frente se veia muy amplia, sus ojeras muy grandes. Los vientos empezaron a soplar mas frescos. Las camisas de pana que habia traido de Bogota le colgaban abundantes y le daban una apariencia mistica. Se afeitaba cuando el roce de la barba con la almohada empezaba a fastidiarlo, cada tres o cuatro dias, sin espejo, rapido y sin preocuparse por los parches de barba que quedaran. Una vez, ya casi de madrugada, lo sorprendio un aguacero mientras miraba bajar el agua del rio para el mar. Camino despacio bajo la lluvia y sintio que uno de sus zapatos estaba roto. La noche siguiente, en un baratillo que abria las veinticuatro horas, compro unos tenis que al principio casi cegaban de blancura en contraste con su ropa oscura, pero que rapidamente se fueron curtiendo con el polvo de calles y bares hasta ponerse casi negros, y que serian usados sin lavarse nunca y de un modo continuo hasta su disolucion total. Otra noche un hombre tan flaco y grande como el mismo le pidio cuarenta y tres centavos que le faltaban para una botella de vino. Con uno de los billetes que le dejara Lucia compraron una botella de conac caro y se sentaron a beber frente al rio. Un pequeno velero, con solo una luz verde en lo alto del mastil y las velas desplegadas, paso remontando la corriente en la oscuridad, como una mariposa nocturna. El hombre dijo ser sueco. Durante la noche dijo ser exmarino mercante, exingeniero, exgeologo. Tambien era aleman, y el entonces lo dejo hablar, sin creer ni dejar de creer, como el que se deja acompanar por el ruido del agua que baja entre las piedras. La noche era limpia y las luces de los aviones se movian muy nitidas contra la negrura compacta del cielo. Una rata larga paso en la oscuridad y desaparecio en un bote de basura volcado. El sueco, ya borracho, termino una historia que lo habia conmovido y agitaba los hombros bajo el peso de sollozos vigorosos. Se bebio un trago grande. Parecio aliviado de la angustia que le habia producido su propia ficcion y siguio hablando sin parar, como saltando un abismo a cada instante, creyendose por turnos extopografo, finlandes, exgeologo, exmarino, holandes, unas veces arruinado por los viajes, otras por las mujeres, el juego y el alcohol. Como esa noche pasaron muchas. Las personas desaparecian y volvian a aparecer. A traves del sueco conocio mucha gente. Habia ajedrecistas fetidos, borrachos y caballerosos, muy raidos, que jugaban partidos a veces insensatos, a veces brillantes; habia hombres abstraidos que garrapateaban incansablemente cosas en cuadernos sucios; habia gente que con el alcohol comenzaba a discutir minucias a grandes voces y con gestos ampulosos y violentos, como si estuvieran en juego los destinos ultimos. Noches largas durante las cuales probo por primera vez vinos dulces que llevaban nombres como Rosa Salvaje de Irlanda, o Pajaro del Trueno, los mas baratos tal vez sobre la Tierra; noches que terminaban en un reguero de papeles y botellas quebradas que chispeaban despues con el sol mientras los hombres que las bebieron, desperdigados ahora, quedaban caidos en bancas, donde respiraban apenas entre su propia sombra, o intrincadamente ocultos en las grietas del cemento, como si fueran cucarachas o murcielagos. Las hojas empezaron a caer copiosas y a acumularse junto a las basuras de los parques. El caminaba metido en una gabardina demasiado larga, aunque corta de mangas, como las de los espantapajaros de las tiras comicas. La habia comprado por dos dolares a un amigo que ofrecia mercancia vieja, casi basura, en la plazoleta donde habia una escultura que representaba un dado gigantesco. Por algunos dias alcanzo a sentir el espeso olor acumulado de anteriores propietarios, sedimento oscuro que se perdia en los origenes de la raza humana, pero ahora su propio olor habia tomado posesion, o se habia tal vez integrado al antiguo, y ya no lo sentia. Y como la caldera del edificio aun no habia sido encendida, muchas veces el llegaba y se tiraba a la cama con la gabardina puesta, mientras afuera arrullaban las horripilantes palomas, a sonar con un pasado que cada vez le llegaba mas trocado y equivoco. A finales de septiembre recibio una carta donde se anunciaba la llegada de un pariente para principios de octubre. La carta decia que ellos estaban muy preocupados por la falta de noticias, y el tuvo que hacer un esfuerzo para recordar de cuales <> se trataba. A la duena del cuarto todo en la vida, al parecer, le importaba un bledo, y se encogio de hombros cuando el le dijo que se iba. Recibio la llave sin mirarlo y no se tomo siquiera el trabajo de levantar los ojos para verlo salir con su pequeno maletin en la mano y perderse en una noche excepcionalmente calida, aunque llena de bruma. Horas despues la mujer entraria al cuarto y meteria medias rotas, tubos de papel higienico y colillas en una bolsa de plastico negro. Lo haria con gestos mecanicos, sin siquiera odiar, sin recordar siquiera a la persona que habia dejado tras de si semejante basural. Se metio en un hotel pequeno, al frente de una avenida que cruzaba la ciudad de este a oeste, apretujado entre un almacen de almohadas y colchones demencialmente desordenado y una ferreteria polvorienta. Alquilaban cuartos por horas, dias, semanas, anos, tal vez siglos. Al otro lado de la avenida habia un parque con columpios y balancines oxidados, donde alumbraban por la noche los botes de basura a los que hombres oscuros metian fuego y despues rodeaban para calentarse. Su cuarto tenia un inodoro rajado minuciosamente, como una cascara de huevo, y un lavamanos mugroso. No habia ni ducha ni ropero. Ni el ni las demas personas que entraban y salian parecian ya necesitarlos. Se salia del hotel por corredores y escaleras iluminados por debiles lamparas de neon que soltaban luz nebulosa. Todas las noches, al lado de las canecas de basura y de la escalera que bajaba del hotel a la acera, habia un viejo que se acurrucaba para dormir protegido del viento. Mantenia la cabeza metida en una bolsa de plastico negro a la que le habia hecho orificios para respirar. Una vez el le ofrecio dinero, pero el hombre no quiso recibirlo; dejo en cambio oir una voz aspera y gruesa que venia de las profundidades de su cerrada noche de plastico, y le dijo que se llevara su dinero para otra parte, que nadie le estaba mendigando. Por entonces habia empezado a dibujar con carboncillo a la gente de los bares. Una noche quisieron comprarle el dibujo que habia hecho de modo mecanico sobre una servilleta, y que mostraba a un hombre pequeno sentado en una banca alta, encorvado sobre la barra del bar, a la vez envuelto en si mismo y echado para adelante, como un ave de rapina o un demonio. Esa vez no quiso recibir dinero, aunque no tuvo inconveniente en dejarse invitar a un par de tragos que, como siempre, le duraron hasta que cerraron el sitio. Pero despues decidio comprar un revolver que le ofrecian por ahi, conto lo del sobre y vio que le alcanzaba para el arma y solo le sobraba algun ripio. Entonces comenzo a dibujar a la gente y a recibir lo que quisieran dar por los dibujos. Los retratos eran tan oscuros como los bares, y las personas, aunque todavia identificables, aparecian a medio tragar por las tinieblas. Pero el limite de la oscuridad no se adivinaba en el bar (esquinas que, aunque invisibles, estuvieran alli; estructuras que, sin ser vistas, llenaran el alma con la luz de su logica, tranquilizandola), sino que se perdia sin remedio en un abismo sin fondo. El reflejo de unas gafas, una mano cundida de anillos de plata, eran creados con la nitidez necesaria para que todo lo demas cayera en el vientre horroroso de lo oscuro. Sin embargo, la gente, metida en su sopor de alcohol y cigarrillo, rara vez se horrorizaba; miraba el dibujo con interes, sorprendida por la evidente habilidad del dibujante, hablaba un rato con el, le ponia las manos en el hombro y se mostraba casi siempre generosa. Tan pronto recogia lo necesario para pagarse la noche de hotel, la comida y los tragos, el dejaba de dibujar y se quedaba otra vez en la barra, inmovil y en silencio. Pagaba el hotel cada madrugada. Llegaba poco antes de que saliera el sol y le daba el dinero al empleado sonoliento, que le entregaba una llave atada a una lamina metalica de apariencia carcelaria y le devolvia el maletin repleto de ropa sucia que habia dejado en la oficina al salir. Caminaba por escaleras inundadas de luz lechosa --el revolver, helado, subia metido en una media entre la ropa-- y entraba a un cuarto que cada noche era distinto. Todos tenian espejos desportillados y borrosos e inodoros rajados, pero unos daban a la avenida y otros a pasadizos oscuros donde las ratas hacian sonar las latas en las basuras. A el todos le daban lo mismo. Por las delgadas paredes llegaban sonidos que a veces eran vagos, sollozos lejanos que se fundian con los ruidos del vapor en los tubos de la calefaccion, disputas deshilachadas; pero a veces eran demasiado nitidos, bofetadas en cuartos adyacentes, gemidos sexuales, carcajadas crueles.

  • Entregarse a lo Prohibido (Entregarse 1) de Priscilla West

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    --?Ya te vas? Hice todo el esfuerzo que pude para no despertar a mi companera de apartamento mientras juntaba la pila de documentos del cliente que descansaba sobre la mesa de la habitacion del hotel. Riley Hewitt tenia sueno pesado, especialmente si habia salido y bebido la noche anterior, su pasatiempo de vacaciones preferido. Por eso me sorprendio cuando levanto la cabeza rubia rojiza de debajo de las sabanas. Aparentemente, no habia hecho el silencio suficiente. --Perdoname por despertarte. Me tengo que encontrar con Richard abajo en unos minutos, asi que solo estoy recogiendo las cosas. --La noche anterior habia estado leyendo cuidadosamente la estrategia de cliente con mi supervisor, Richard Hamm, en su habitacion del hotel, como si ya no la hubiesemos examinado decenas de veces la ultima semana. Cuando volvi a mi habitacion, examine nuevamente los materiales, memorizando cada detalle, reproduciendo mentalmente la secuencia de eventos que llevarian a conseguir este cliente para nuestra compania. Cerrar este trato significaria mucho para mi carrera: las empresas de gestion de patrimonios prestigiosas no tenian la costumbre de dejar que analistas con apenas tres anos de experiencia volaran a Ciudad del Cabo, Sudafrica, para captar clientes de mil millones de dolares. Habia sido solo gracias a una serie de acontecimientos afortunados --un grupo de empleados de alto rango que renuncio para comenzar su propia empresa, mi reciente ascenso y un encuentro casual con uno de los directores en la cafeteria-- que me encontraba en esta situacion. Decir que esto era algo grande seria subestimarlo. --No te preocupes. --Bostezo y se restrego un ojo sonoliento mientras hacia un ruido que sono como algo entre un gemido y un gorjeo--. De todos modos, me queria levantar. Desayunar algo, ir a ver algo de television extranjera. No todos los dias puedes ver a Abelardo hablando en afrikaans. ?Estas lista para la reunion? Dios, eso espero. Deberia estarlo despues de tanta practica y preparacion. Por suerte, las mariposas que revoloteaban en mi vientre me daban mas energia que la que una taza de cafe podria darme jamas. --Creo que estoy lista. Ademas, Richard es quien se encargara de la mayor parte de la conversacion. Tiene anos de experiencia en esto. Yo solo estoy como apoyo. Su sonrisa de victoria destello--: Y para ser el rostro bonito. Lo haras excelente, Srta. Egresada de Harvard. Le saque la lengua juguetonamente. Riley era de Staten Island y realizo los estudios superiores en NYU. Aunque ambas terminamos trabajando en el mundo de las finanzas, Riley era una contadora especializada en asuntos impositivos para corporaciones gracias a la orientacion de sus padres y, con frecuencia, me recordaba que su trabajo era mucho menos emocionante que el mio. Sin embargo, ella generaba muchas de sus emociones durante sus descansos. La puerta de su dormitorio que giraba permanentemente garantizaba que siempre tuviera una historia jugosa para contar en nuestras "noches de cita" de mojitos y comida mexicana semanales. Al observarla examinar un menu de servicio de habitacion reflexione por millonesima vez que tenia una suerte increible al tenerla en mi vida. Nos habiamos conocido en un seminario insensibilizador, al que nos enviaron del trabajo, sobre la Expansion de la Productividad Corporativa en la Facultad de Negocios Stern de la NYU, donde no aprendimos absolutamente nada acerca de como expandir la productividad corporativa y casi todo acerca de cada una durante un periodo de tres horas. Desde entonces, ella ha sido el yin de mi yang, la guerrera de fin de semana de mi bibliotecaria. Con frecuencia, bromeabamos acerca de enviarle a NYU una linda canasta con frutas en agradecimiento, aunque Riley siempre respondia: "los doscientos mil que deje alli para un titulo en Filosofia es suficiente agradecimiento". Aun asi, no podia suprimir la ola de alegria que me inundaba cada vez que pasaba frente a la imponente facultad de negocios de acero y vidrio mientras caminaba hacia el gimnasio; sabia que, sin Riley, mi estadia en Manhattan hubiese sido tan fria y solitaria como los anos en Harvard. Cuando le conte que iba a hacer un viaje de negocios a Ciudad del Cabo por una semana, insistio en usar sus vacaciones para acompanarme, para mi satisfaccion. Pasar el rato con ella en la playa seria mucho mas divertido que tomar sol sola o --que Dios no lo permita-- con Richard. Guarde el ultimo de los expedientes, cerre la mochila y me alise la blusa celeste y la falda de tubo negra. El atuendo habia sido meticulosamente combinado para mezclar profesionalismo y estilo. Formaba parte de la estrategia. --?Como me veo? --Te confiaria mis millones de dolares (si los tuviera). --Esperemos que el chico malo multimillonario Vincent Sorenson piense lo mismo. --Te he visto trabajar sin parar para esta reunion durante un mes. Estas mas que preparada, nena. De cualquier manera, esta noche nos vamos a divertir. No te olvides de eso. Por supuesto, una tarde y una noche completas de aventura con Riley: la dulce recompensa por despertarme condenadamente temprano para captar un cliente que, segun mis investigaciones, era muy dificil. Saludando con la mano, sali de la habitacion del hotel y baje por el ascensor hasta el vestibulo para encontrarme con Richard. Mientras daba un paso hacia las baldosas de marmol y los tacos golpeteaban, verifique la hora. Las 7:30 a. m. en punto. Habiamos acordado encontrarnos una hora antes de la reunion, para darnos tiempo suficiente para caminar las pocas cuadras que separaban el hotel del edificio de la oficina del cliente y repasar cualquier detalle de ultimo momento que hubiera surgido durante el sueno. Dios sabe lo que sone con este momento. Bueno, mas bien parecian pesadillas. Y por alguna extrana razon, todas terminaban conmigo en ropa interior. Localice a Richard sentado sobre el borde de un comodo sillon, con los ojos pegados a su Blackberry. El traje de color gris pizarra y la corbata cerulea lo hacian parecer mas joven. Solo unos pocos mechones de canas revelaban que se acercaba a los cuarenta. --Buenos dias --lo salude. --?Ya desayunaste, Kristen? --me pregunto sin levantar la vista de su Blackberry. Aunque sus malos modales me habian irritado al principio, los ultimos seis meses que trabaje con el me habian ensenado a tener conversaciones enteras sin hacer contacto visual ni siquiera una vez. A menos, por supuesto, que el tema fuera el dinero. En ese caso, Richard era todo oidos. --Tome un jugo de naranja y comi una barra de granola, pero tomaria un cafe. --Pongamonos en marcha entonces. Podemos detenernos a tomar uno. --Tomo su maletin y lo segui al salir del hotel. Cuando nos marchamos del alero del area de valet, la vista del oceano a lo lejos me ayudo a calmar los nervios. Una brisa de manana temprano me despeinaba y el sol de mediados de junio resplandecia. Al tiempo que caminabamos tranquilamente por las calles transitadas de Ciudad del Cabo, disfrutaba de la vista, de los aromas y de los sonidos que no habia observado ayer por haber estado tan ocupada con la preparacion. Altos edificios corporativos que penetraban el cielo, bocinas de autos que sonaban, una mezcla eclectica de personas que viajaban al trabajo, un McDonald's aparentemente en cada esquina... de muchas maneras, me recordaba a Manhattan. Aun asi, la mezcla de colores brillantes, lenguas desconocidas y oleadas de surfistas con rastas que se dirigian hacia la playa para atrapar alguna ola matutina le daba a este lugar su encanto propio. En el camino, nos detuvimos a tomar un cafe y Richard aprovecho la oportunidad para repasar nuestra estrategia. --Cuando entremos al edificio, quiero que seas puras sonrisas, Kristen. Quiero verte los dientes en todo momento. Yo me encargare de la mayor parte de la conversacion, pero tu tambien juegas un papel importante. Puede que los clientes tengan mas dinero que algunos paises pero, primero y principalmente, son personas. Las personas tienen emociones. Los hombres, en particular, son debiles ante el encanto femenino. Tu los ablandas y yo los moldeo. --Solia decir este tipo de pendejadas diariamente, sin absolutamente nada de ironia. Es como si mi papel pudiera reemplazarse por un carton recortado con tetas. Genial. El cumplido con doble sentido de Richard me irrito, pero no me encontraba en una posicion como para estorbar. Aunque hubiera muchas mujeres en el mundo de las finanzas, las esferas mas altas consistian en clubes de hombres con sus propias reglas. No decia nada cuando Richard hacia esos comentarios sexistas, pero eso no significaba que fuera a comprometer mi integridad personal si alguna vez me sugeria que avanzara un poco mas que una sonrisa. Despues de haber estado tres anos en este negocio despiadado, muy pocas cosas podian conmocionarme. --Bien. Un enfoque impulsado por las emociones. --Use sus propias palabras para demostrarle que lo comprendia. Sonrio. --Yo lo llamo el Sistema Hermano. Segun mi experiencia, Vincent es Tipo B. Un aficionado, apasionado por las actividades recreativas, que en realidad no sabe bien como dirigir una compania pero que tuvo mucha suerte. Un CEO desenfrenado y que no se preocupa por los detalles pero que es bueno para delegar responsabilidades a sus vicepresidentes. Al tipo le encanta surfear y machacarsela. Tenia mis dudas acerca de su valoracion, pero me las reserve. Vincent habia comenzado como un surfista avido y fabrico una camara economica a prueba de agua que sujeto a su tabla de surf, lo que le permitia filmar sus logros. Pronto, la generacion de deportistas extremos de YouTube clamaba por una camara similar para sujetar a sus tablas de surf/cuerdas de puentismo/patinetas/paracaidas, y la compania que Vincent construyo de cero generaba miles de millones de ingresos. Mi investigacion habia pintado a Vincent Sorenson como una persona adicta al trabajo --su imperio se habia expandido e incluia un programa de television de deportes extremos, una linea de ropa y tablas de surf hechas a medida--, pero si Google Images pudiera opinar, diria que era un fanatico de la playa todo tatuado, con un bronceado oscuro y ojos con parpados pesados. Un vago con tatuajes y abdominales marcados. Richard continuo mientras cruzabamos la calle. --Estos tipos son bastante predecibles. Todas las demas empresas de gestion de patrimonios que se disputan su dinero se ven exactamente igual sobre el papel. Le hablaran acerca de coeficientes alfa, dividendos, fondos de cobertura, y el no lo va a entender. Queremos que nuestro enfoque destaque. Al demostrar tu interes en lo que a el le apasiona ganaras la mitad de la batalla. Observa, te apuesto a que vestira una camiseta, shorts y sandalias cuando nos reunamos con el. Mi sensibilidad a las suposiciones iniciales incorrectas se activo, pero no iba a discutir con Richard. Nuestra estrategia estaba establecida. Afortunadamente, la confianza de Richard ayudo a mitigar la constante sensacion de que todavia no estabamos preparados. Parecia la ansiedad por los examenes que senti durante toda la etapa de facultad, excepto que ahora fracasar significaba perder millones de dolares en lugar de perder algunos puntos en el promedio general. Cuando llegamos a destino, apenas reconoci la estructura de la torre de nuestra investigacion. --?Vincent es el propietario de este edificio? --No. La compania solamente alquila algunas oficinas en el vigesimo tercer piso para pequenas operaciones en el area. El viene aqui principalmente a surfear. Me asegure de fijarme la sonrisa antes de pasar por la puerta giratoria de la entrada. Luego de registrarnos, subimos por el ascensor hasta el piso de Vincent donde una recepcionista nos acompano hasta su oficina. --Solo golpeen --dijo antes de regresar a su puesto. --?Estas lista? --me pregunto Richard al acercar los nudillos a la puerta. Alli estabamos. Inspire profundamente y lo mire a los ojos: --Hagamoslo. Golpeo la puerta y escuche una voz claramente masculina que nos decia que entraramos. Elevando las comisuras de los labios para darle a mi sonrisa esa ventaja extra, segui a Richard que me guiaba hacia dentro. Mi sonrisa se desvanecio al ver al hombre que estaba sentado detras del escritorio. Se encontraba sereno y poseia un refinamiento masculino que era mas digno de un modelo de Calvin Klein que de un CEO de Fortune 500. Mientras miraba fijamente esos ojos marrones intensos, la nariz pronunciadamente grabada y la boca seductivamente tallada, ubicada en una estructura osea sin duda alguna disenada por un artesano experto, pense por un segundo que habiamos ingresado al estudio de una sesion fotografica. Pero no habia dudas de que este era Vincent Sorenson, en carne y hueso. Las horas que habia pasado analizando sus imagenes con la excusa de la investigacion no me habian preparado --no habrian podido prepararme-- para el real. En la foto mas actual que habia podido conseguir, se encontraba en el mar con el agua hasta la cintura y se acercaba a la orilla con una sonrisa radiante que hacia que se te detuviera el corazon, como si fuese algun tipo de dios sexual mistico ansioso por reclamar sus ofrendas. No resultaba dificil imaginarse a virgenes que se sacrificaban voluntariamente por el. Pero la foto se habia sacado hacia meses y en aquel entonces tenia el cabello rubio oscuro corto. Ahora caia enmarcandole los rasgos como un retrato listo para la exposicion en un museo. Por un instante, lo unico en lo que podia pensar era como se sentiria deslizar las manos por esos mechones sedosos. Mis pasos aminoraron la marcha para igualar el ritmo de la respiracion mientras lo observaba ponerse de pie con elegancia y rodear su gran escritorio de roble, para disminuir la distancia que nos separaba con una destreza sobria. Luego de estrechar la mano de Richard, se quedo de pie frente a mi. Frunciendo el entrecejo con mucha curiosidad, sus hermosos ojos se mantuvieron fijos en los mios, evaluando y analizando con astucia. Me senti extranamente vulnerable y expuesta bajo el peso de aquella mirada, como si estuviese sin ropa, desnuda ante el.

  • Un vinedo para Allison de Olivia Kiss

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    Cuando eran jovenes, Alexandre y Allison se reunian todos los veranos en El Vinedo Morriset y su amistad pronto dio paso a algo mas, un sentimiento profundo. Sin embargo, antes de la amarga despedida, el le prometio que le escribiria, pero nunca lo hizo.
    Diez anos mas tarde, el vinedo esta en venta. El senor Morriset quiere que termine en manos de alguien que realmente entienda lo que significa aquel lugar, asi que Alexandre y Allison acaban siendo los unicos aspirantes y deberan pasar unas semanas juntos en ese sitio en el que se enamoraron, aunque ahora el odio, el dolor y el sabor de la traicion parezca interponerse irremediablemente entre los dos. ?Pueden los muros de aquella casa derribar los que ellos mismos han construido? ?Realmente ya no sienten nada el uno por el otro?

  • Lo que aprendemos de los gatos de Paloma Diaz-mas

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    Pasaron por nuestras vidas cautelosos como quien pisa sobre almohadillas de algodon; capaces de andar sobre vidrio sin quebrarlo, de rozar una copa sin derramar una gota siquiera. Sabios en escoger en verano la sombra mas fresca, en invierno, el calor de nuestros cuerpos dormidos. Andaban por la casa dejando una estela de inaprensibles briznas de oro o nacar. Cuantas veces nos quitaron nuestro sitio, que era tambien su lugar favorito, y nosotros, reyes destronados y enormes, fuimos a acomodarnos --es un decir-- en el mas incomodo asiento de la casa. Cuantas veces sosegaron nuestra angustia con ese rumor que vibra en su garganta. Les dimos cuanto quisieron; lo aceptaron ellos con la majestad de quien nada ha pedido. Y a veces nos poseia la extraneza de haber metido en casa una fiera terrible, una fiera armada de garras y de dientes que con lengua de lija peina su seda al sol. Al fin murieron: apenas un suspiro y quedo de ellos un jiron de piel suave, casi nada, sigilosos y dignos en la muerte como en la vida. Asi fueron nuestros gatos y aun ahora, muchos meses despues, de vez en cuando, encontramos un pelillo de seda en nuestras ropas. ESTEBAN VILLEGAS, Vida cotidiana, 1995 Un gato En el jersey negro que acabo de ponerme he encontrado uno, dos hilillos de oro. Tomo uno de ellos entre los dedos --no me resulta facil porque, pese a su delicadeza, la fibra se adhiere con fuerza a la lana del jersey, como si estuviera entrelazada con ella-- y lo observo. Si mi vista fuese mejor o pudiera observarlo con una lente de aumento, ya se lo que veria con toda nitidez: la fibra dorada no es de un solo color, sino que tiene tres tonos, el rubio dorado oscuro, el blanco y, entre uno y otro, un suave color crema tan delicado que resulta dificil distinguirlo. Son las rayas que tenia Tris-Tras, que murio hace ya cuatro meses. Su capa de gato europeo dorado aparentaba estar hecha de pelos de distinto color pero, en realidad, cada uno de sus pelillos repetia en miniatura el dibujo de la piel del gato entero. Cada dos por tres encontramos, todavia, sus huellas por la casa: un pelo que se adhiere a nuestra ropa o que aparece en un cojin del sillon; el enganchon que hizo con sus unas en la mejor colcha de nuestra cama, una colcha que ella mullia como quien ordena, antes de dar tres vueltas sobre si misma y acomodarse en la parte mas confortable; la aparente suciedad de la parte baja de la mesa resulta ser la marca de la grasa de su pelaje y, de repente, la recordamos frotando su mejilla, su cuello y su lomo contra esa pata del mueble, marcando el territorio que ella tenia como suyo, un territorio en el cual nosotros viviamos de prestado, como huespedes bienvenidos o, mejor dicho, bien tolerados. La primera vez que paso esto fue en un viaje transoceanico. Llegue al hotel por la tarde, aproximadamente a la misma hora en que habia salido del aeropuerto de origen (el avion habia luchado infructuosamente contra los husos horarios y nos encontrabamos en el mismo punto de partida de un dia larguisimo), y al abrir la maleta lo primero que vi fue una hebra de oro incrustada en mitad de la solapa del traje de chaqueta que pensaba ponerme en la reunion de trabajo mas formal de mi estancia. Me hizo gracia que Tris-Tras, que se habia quedado en casa, me hubiese acompanado hasta el otro lado del Atlantico, representada por aquella hebra que parecia de seda. Tome el pequeno filamento y lo deposite con cuidado en un pliegue de los gruesos cortinones de cretona que cerraban la ventana: queria dejar ahi aquel recuerdo de un animal que alli nunca estuvo ni estaria, una presencia virtual. Tal vez siga aun en el mismo sitio. A lo largo de los anos, hemos ido sembrando el mundo con menudos rastros de Tris-Tras. Los hemos llevado encima sin sentirlos y los hemos diseminado por aviones, trenes y autobuses, en nuestro coche, en la calle, en los comercios, en las butacas de los cines y en los sofas de las casas de nuestros amigos; desde alli un ejercito de desconocidos los transportaron consigo, sin darse cuenta, hasta muy lejos, a unos lugares en donde nunca estuvimos; algunas hebras doradas han llegado hasta el mar, otras se han perdido en los bosques por cuyos senderos hemos paseado sus portadores. Las hebras sedosas --cada una de las cuales tiene tres colores sutiles, como tenidos a proposito-- se habran esparcido por rincones lejanos de un mundo globalizado. Es lo que queda de Tris-Tras, ahora que ella ya no esta. Ese animal se marcho dejando el mundo lleno de pelos. Seguimos repitiendo, sin querer, los viejos gestos, ahora innecesarios: dejar todas las puertas un poco entreabiertas para que Tris-Tras pueda circular libremente por la casa, porque los gatos no soportan verse encerrados en una habitacion. Tener cuidado de cerrar bien las ventanas, no sea que se vuelva a precipitar desde un segundo piso, como ya paso una vez; y nos da un vuelco el corazon cuando pensamos que ahora ya podemos tener las ventanas abiertas de par en par: esa libertad nuestra recien adquirida nos deja una sensacion de vacio y un regusto triste. A la hora de costumbre pensamos <>, para caer en la cuenta de que no hay ya a quien dar de comer ni de beber. Y a veces, cuando pasamos ante la puerta de cualquier habitacion, echamos una ojeada para comprobar donde esta el gato, que ya no esta.

  • Robot salvaje de Peter Brown

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    Cuando Roz abre los ojos por primera vez, descubre que esta sola en una isla remota y salvaje. No tiene idea de como llego ahi o con que proposito, pero sabe que necesita sobrevivir. Despues de enfrentarse a una feroz tormenta y escapar del ataque de un oso, se da cuenta de que su unica oportunidad para sobrevivir es adaptandose a sus alrededores y aprendiendo de los demas habitantes, aunque estos nos sean los mas amigables. Cuando trata de hacerse cargo de un gansito que queda huerfano, finalmente los demas animales deciden cooperar, y la isla se empieza a sentir como un hogar. Los castores le ensenan tecnicas avanzadas de construccion, el venado le muestra como cultivar un huerto y una tortuga le cuenta a Roz acerca de los efectos del cambio climatico. Hasta que un dia, el misterioso pasado de Roz viene a perseguirla… Con fantasticas ilustraciones que parecen saltar de las paginas, llega una novela conmovedora y llena de aventura sobre lo que sucede cuando la naturaleza y la tecnologia colisionan. Del reconocido ilustrador y autor Peter Brown. Las diferencias no nos hacen menos, sino unicos.

  • Por ti Juliana de Charles Saintduval

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    Carlos es un nino que conocera los desafios del corazon, el miedo y la introspeccion constante. Es presa de los cambios de personalidad que causa la adolescencia y victima del hoy conocido Bullying, en la secundaria, lo que le orilla a un derrumbe emocional y academico. En su mente lo mas importante es el amor y unos pilares. Ya joven, no se sincera con ninguna chica sobre sus sentimientos, hasta que conoce a JULIANA. La mujer que le dara un haz de luz, una esperanza para volver a creer en el amor. La tristeza y la desolacion forman parte de su animo y fruto de ellas tambien la poesia, para Carlitos.
    Por ti Juliana.

  • El Levante de Mircea Cartarescu

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    Mircea Cartarescu comenzo a escribir El Levante en 1987, cuando era un amargado profesor en una escuela de barrio en Bucarest. Recien casado y con una hija pequena, escribia en la cocina, en su maquina de escribir Erika, sobre un mantel de hule; con una mano tecleaba y con la otra mecia el cochecito de la nina.
    Concluyo la obra pocos meses antes de la caida del comunismo, sin sonar siquiera con la posibilidad de publicarla. El resultado fue uno de los experimentos poeticos mas fascinantes escritos jamas: una epopeya heroico-comica, que es tambien una aventura a traves de la historia de la literatura rumana, que sigue la tecnica utilizada por James Joyce en el capitulo del Ulises <>. Pero no hace falta conocer la literatura rumana para disfrutar como un nino de las aventuras del poeta Manoil, de Zotalis, de la bella Zenaida, del temible Yogurta, de los piratas y ladrones que pululan por las aguas del Mediterraneo, y de acompanarles en su propia Odisea, plagada de batallas, amores y deserciones. Un delicioso escenario bizantino donde se confunden realidad y ficcion, y un cautivador relato que invita a una lectura gozosa, pueril, inolvidable.

  • Calle Jamaica de Samantha Young

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  • Tres mil noches con Marga de Pedro Ramos

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    Marga es una joven biologa gallega, brillante en su profesion, que trabaja como investigadora en Alaska desde hace seis anos. Desde entonces nunca ha vuelto a A Coruna para visitar a su familia, y el vinculo se reduce a las pocas llamadas telefonicas con su madre.
    Pero en su ultima conversacion recibira la noticia de la enfermedad de su padre y, a pesar del miedo a enfrentarse a los fantasmas de su pasado, decidira regresar de inmediato. El rencuentro familiar abrira inevitablemente heridas mal curadas, y Marga se debatira entre contar aquello que la hizo alejarse de todos sin dar mas explicaciones o mantenerlo en secreto, y seguir viviendo en un extrano equilibro entre el sentimiento de culpa y la responsabilidad de amparar a los suyos.
    Una novela cautivadora que nos sumergira en la vida de Marga, sus veranos de juventud y el primer amor, y reconstruira con la complicidad del lector los anos de una familia que tuvo que bregar con el cambio de mentalidad de un pais desde finales de los ochenta hasta la actualidad.
    Un sorprendente hallazgo literario.

  • Sin rodeos de Jana Aston

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    Hacerte pasar por tu hermana gemela puede ser divertido. y peligroso En tan solo una semana, Violet ha perdido a su novio, su trabajo y su casa. Asi que su hermana gemela, Daisy, le ofrece alojamiento, pero, a cambio, le pide que se haga pasar por ella en su trabajo. La noche antes de su primer dia, Violet conoce a Jennings, un britanico muy atractivo con el que tendra una aventura. Pero ambos se llevaran una gran sorpresa al descubrir que ninguno de los dos era quien afirmaba ser.

  • Las flores del frio de Silvia Carrandi

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    “En la vispera del Dia de Todos los Santos, el 31 de octubre de 1937, sucedieron en Penon tres hechos tragicos. Mi padre desaparecio. A mi madre estuvieron a punto de matarla, y yo, descubri, en la fuerza con la que alguien se colgaba de las campanas de la iglesia, que vivia en un valle lleno de mentiras.”

  • Nada mas verte 1 de Mhairi Mcfarlane

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    ?Que pasa cuando aquel que desaparecio de tu vida regresa?
    Rachel y Ben. Ben y Rachel. Ambos contra el mundo. Hasta que todo se vino abajo.
    Ha pasado una decada desde la ultima vez que hablaron, pero cuando Rachel se topa con Ben un dia de lluvia, todo ese tiempo parece desvanecerse.
    Desde el momento en que se conocieron fueron dos, socios en lo peor y los mejores amigos. Sin embargo, la vida ha cambiado. Ahora, Ben esta casado. Rachel no. De hecho,
    los hombres de su vida han hecho que casi acabe por querer tomar los habitos...
    Sin embargo, en una fraccion de segundo, nada mas verle, siente que, de nuevo, se reactiva aquella vieja amistad. Y junto a la amistad, su corazon vuelve a estar destrozado porque, en realidad, nunca logro recuperarse. ?Conseguira ahora, por fin, al amor de su vida?

  • Otra luz de Alfred Garcia

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    Este conjunto de poemas, canciones y fotografias de Alfred Garcia son el cuaderno de bitacora de su ultima gira y de algunas impresiones que tuvo a partir de su participacion en Operacion Triunfo, Eurovision y de la creacion de su disco 1016.

  • Origenes de Lewis Dartnell

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  • The Beatles. La historia de Manolo Bellon Benkendoerfer

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    Las mejores historias de The Beatles.

  • Maldito ex. diario de una ruptura de Isabella Marin

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    Que tu novio corte contigo, cuando tu ya habias fichado el vestido de novia, es una desgracia.

  • El diario de una bastarda (Diarios nobles 1) de Maria Isabel Salsench Olle

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    Alice Smith es una bastarda y no soporta que se lo digan. Ha vivido siempre a la sombra de sus perfectas hermanas reconocidas por la sociedad y lo unico que desea es llevar una vida tranquila lejos de las habladurias. Por fin encuentra la paz en Francia o eso piensa hasta que… un hombre muy apuesto y de ojos plateados le hace pedir perdon de rodillas, humillandola en publico.
    Ese sera el inicio de una rivalidad en la que Alice buscara recobrar su dignidad. Sin embargo, lo que no espera es enamorarse en el camino…
    Hugo Silvery es un acaudalado noble de origen ingles que se ha instalado en Francia para dejar correr sus vicisitudes lejos de la reprobacion de su padre. No soporta a la gente de clases inferiores y asi se lo demuestra a Alice, a la que considera poco mas que una campesina, pero no contaba con que ella fuera la mujer mas hermosa que habia visto nunca. Y sera la belleza femenina lo que le hara dificil despreciarla por ser una bastarda.

  • Nerd. Chantaje 2.1 de Mia Del Valle

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    Carmela y Geronimo son grandes amigos desde la adolescencia, y se puede decir que se conocen tanto que puede llegar a ser molesto, ambos compartieron vacaciones, salidas, tambien se consolaron luego de algun amor fallido y camuflaron grandes resacas con sus familias fingiendo males e inventando mentiras de todo tipo.
    Ellos se quieren y odian en partes iguales, Gero es un mujeriego empedernido, Mela una maniatica controladora y aman llamarse con despectivos sobrenombres como "blonda tonta" y "estupido nerd" y aunque la mayor parte del tiempo la dedican a discutir, una noche su amistad se vio levemente alterada, cuando tras una mala cita Carmela busco refugio en los brazos de su amigo Nerd, traspasando de esa forma la barrera chica-chico que siempre tuvieron por norma.
    De un momento a otro Carmela debera poner sobre la balanza su amistad con el mujeriego numero uno, sabiendo que quien juega con fuego puede salir quemado.
    En esta oportunidad Mia del Valle nos presenta la historia de Carmela y Geronimo, amigos de Clara <> Nerd, una novela romantica, acida y llena de humor.

  • Las manos de los maestros de J. M. Coetzee

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    Primer volumen de una magistral recopilacion de los ensayos mas brillantes del Premio Nobel de Literatura J.M. Coetzee, algunos de ellos ineditos, en torno a los escritores esenciales de la literatura universal.

  • El lobo y la oveja de Tania Villar

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    El caso mas complicado de mi vida

    Sientes que tu carrera esta a punto de terminar antes de que empiece, hasta que llega la oportunidad que puede cambiar tu vida.

  • Rendida al Destino de Clare Connelly

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  • Pieles de Erika Fiorucci

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    Vittoria Fera es la perfecta descripcion de la mejor amiga de cualquier heroina de novela: hermosa, rica, fiestera y un poco <>. Es su mejor fachada, la piel que usa todos los dias en la universidad para que sus companeros no noten que es diferente, que hay un extrano depredador entre ellos.
    Sin embargo, por mas corriente que aparente ser, no puede enganarse a si misma. No es normal entre sus companeros de universidad, pero tampoco es normal en casa. <>, <>, <>, <>, son palabras que ha escuchado desde que era nina, susurradas a su paso, acompanadas con miradas de pena.

  • La naturaleza del escorpion de G. G. Velasco

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    TODA DUDA ES UNA VERDAD A MEDIAS…

    Mientras la ciudad Estado de Aldacia se enfrenta a una insolita ola de calor y a los disturbios derivados de su primera huelga feminista, la vida de Dante Riesco, divulgador experto en psicologia positiva, confluye por accidente con la de Nora Sarafyan, una joven aquejada por un trastorno de empatia con quien pronto emprende algo similar a una relacion amorosa.

  • Como salir del armario y no morir en el intento de Helga Fernandez Ruiz

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    Mercedes, una joven recien licenciada en periodismo, criada bajo los estrictos ideales patriarcales de su familia, con todo lo que esto supone, tiene un matrimonio concertado practicamente desde su nacimiento, sin ella saberlo. Para poder llevarlo a cabo, sus padres y los de Antonio, el joven abogado que quiere formar una familia por encima de todo, deciden reunirse al llegar el verano y realizar una pedida de mano como Dios manda.
    Pero Mercedes tiene otros planes, unos que le haran sentir en sus propias carnes mil y un sentimientos encontrados, unos que la alejaran de un camino y la acercaran a otro... Y aunque nada de todo lo que ocurre entraba en sus planes, la muchacha se vera envuelta en una situacion que la obligara a tomar las riendas de su propia vida y se enfrentara a todo un huracan de personas, emociones y situaciones que la conduciran a ser ella en estado puro.

  • La noche de los regalos (Fuego y hielo 2.8) [LGBT] de Mike Lightwood

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    En la Noche de Reyes, Oscar tiene todo lo que podria desear en la vida. Pero Sergio va a pasar la noche con el, y eso significa que le tiene preparado algo especial… aunque antes tendran que entrar en calor para refugiarse del frio invernal, claro.

  • Mis poderes y tus polvos magico de Garcia De Saura

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