• samuel sanagami - Samuel Sanaga

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    Perverso. La idea salio como le salen las ideas a todo gentio: por una minuscula probada, como se lo incito ella al entregarse al sendero de las hormonas. Ella, un cuerpo helado por la incertidumbre que le calaba las entranas, encorvada entre esos brazos como un nino pequeno. El, sudando frio, su piel palida, sus ojos enfermizos y vivaces arriba de orificios diminutos, sentia golpecitos en el pecho de adentro hacia fuera, y el darse cuenta de eso le inquietaba mas. La sentia liviana, porque no era la primera vez que la tomaba en sus brazos. Iba a trote, con el temor de escuchar el sonido de otros zapatos que los suyos en medio del silencio criptico. Llego a una esquina solitaria; al frente, a diez pasos, un muro de ladrillos viejos. Giro a la izquierda, fue estirando las piernas cuesta abajo. La humedad ya se sentia debajo de ese tremendo abrigo y tambien debajo de la capucha, una hilacha de liquido corria por la sien. ?Tan poquito has caminado y ya sudas? De tranco en tranco manoseaba la pierna de la chica, y evocaba movimientos frondosos de glorias bajo sabanas; pero las luces de los postes, uno en cada veinte pasos, imponian entornos amarillentos, hepaticos, en la pista de cerro muerto por la que se desplaza, que parecia aumentar de longitud con cada pisada. La adrenalina de hacer lo que hacia le permitia concentrarse mas en las hileras de casas mudas a la izquierda, y el muro de la derecha del estadio la Bombonera, que continuaba hasta terminar la ultima esquina del bullanguero 15 de Enero. El tipo desconocia el aire que deambulaba; por mas que vivio casi toda su vida en Lima, la frialdad era inusual, parecia penetrar desde los resquicios descubiertos de las ventanas oscuras, entre las lenguetas de tierra laterales a las veredas, le calaba la piel erosionada en puntos como gallina, hasta la punta de los mas reconditos bellos de su pulverizada conciencia. ?O es frio o eres tu el que tiembla tanto? Era precisamente la conciencia la que le estaba jugando una mala pasada. Miro al cielo vacio, Hasta la luna no quiere ser testigo de lo que hare hoy. Por la izquierda, a unos cuantos pasos, un gran grupo de piedras de cemento, desmonte de alguna casa remodelandose, quiza la que seguia. Al otro lado a medio metro debajo de la vista, una cabeza pequena, un par de ojos asustadizos, la criatura escualida denoto su olfato con un sonido, rompio el silencio de la madrugada comenzando a ladrar, el sujeto carajeo bajito y maldijo, se alejaba para prevenir muelas sucias en la piel. Sintio cerca del pie una roca de tamano regular y quiso saltarla, uno de los bordes le rasguno un tobillo, el cuerpo de la chica se le vencio al mar de piedras, el cayo apoyado en sus manos arriba de ella como si la protegiera, en posicion de cuadrupedo. Quedo perplejo un instante observandola, Gerald giro un tanto la cabeza, una roca le elevaba por su lado occipital. El tipo sintio dolor ajeno, se reprochaba, !Como llegue a este punto! Se levanto sintiendo hinchazon en las palmas de las manos. Alargando los brazos, quiso recogerla mientras los ladridos lo aturdian; puteo al perro, cogio una piedra y le asesto en pleno pescuezo. Sus ladridos se opacaron y se alejaron al igual que su silueta a la luz de un poste, al profesor le quedo en la cabeza el sonido de la piedra impactando esa piel. Recogio a la adolescente en sus brazos y reanudo la corrida. Su mente maquinaba forzosa, por querer callar la conciencia que brotaba; recuerda ocasiones entretejidas en telaranas, una sobre otra, cuando la perforaba con gusto y todo, sus movimientos, sus melodiosos gemidos bajo su cuerpo, sus temblores, las canciones que canturreaban luego de la accion en un limbo de oscuridad total, juntitos, endiablados, en medio de cuatro estrechas paredes. Quiso recordar mas, pero un sentimiento le golpeo el foco de su atencion; empezo a ralentizar sus pasos. A solo unos cuantos metros de la ultima esquina, el profesor dejo de correr. Quedo inerte un instante, mirando al suelo. Su memoria opera: la vez que se pasearon el parque de La Reserva, el la empujo hacia uno de los chorros que formaban arcos acuaticos cubriendo sus cabezas, emocionados con los reflectores de luz, ambos metiendo las manos en los arcos para lanzarse el agua como ninos; Tambien vino la vez en que ella se asomo al salon del primero C mientras el espectaba desde el pupitre a los uniformados haciendo tareas, se acerco y le dejo en las manos un poema que le habia compuesto, cuyas letras manejadas de su mano, le hicieron sentir un sabor a madurez y verano mezcladas en un solo cuerpo, y no pudo despedirse de el mas que con una estrechada de manos por miedo a que los chiquillos de primero vieran cosas imprudentes; Finalmente le vino a la cabeza la ocasion en que, sentados en un banco de madera labrada, apreciando un grupito de ninos dando vueltas en el centro de una alameda, ella le apreto las mejillas con dulzura como nunca sintio que se lo habia hecho mujer, mirandole a los ojos y susurrando: Te amo. La letra de una cancion de Grupo 5 pasaba por su mente, ?Por que tengo ahora estos recuerdos tan triviales? Todas esas imagenes, siempre con una Gerald sonriente, pudica, le hicieron analizar en como el amorio desequilibrado que vivieron los llevo a perder toda pulcritud; Tanto horror, tanta inconciencia, tanto condenado. Por fin bajo el rostro para verla: la muchacha tenia los parpados cerrados, tan dulce se veia con la carita blanca apegada a su pecho, silenciosa, drogada. Empezo a dudar; con todos los pensamientos de arrepentimiento y empatia que le apesadumbraban, deseaba hacerle algun bien y dejar de pensar --por lo menos por unas horas-- en si mismo y en su hambre de venganza, y la depresion de no volver a sentir -- ?Que cosa?-- el ocio, los bailes, las canciones, sus rodillas, sus muslos, su… !Ya! Carajo, ya se habia invertido mucho tiempo como para pensar en tirar la toalla justo ahora, en la penultima etapa. Aquella voz estridente le persuadio a seguir. Dio tres pasos agigantados. Freno de nuevo, los brazos, las piernas y el torso entero llevaban un temblorcillo que aumenta mientras mas piensa. Miro al frente, la calle despejada. Volvio a avanzar, cruzo el umbral de la reja en la que terminaba el barrio quincineriano, giro en diagonal a la izquierda donde lo esperaba el carro azul, al costado de un terreno baldosado y con cesped, con ciertos banquitos de concreto. Abrio la puerta trasera y acomodo a la chica durmiente en los asientos. Gira la vista, observa el tramo de la pista que va en subida, Tanto me he demorado en esa poca calle. Dejo a la adolescente con el cuerpo estirado y cerro la puerta. Acerco la muneca izquierda y apreto el boton de la luz. Eran las tres. Froto las palmas de las manos por los ojos y parte del rostro. La observaba recostada sobre su lado izquierdo. La piyama solo consistia en una camiseta rosada y un pantaloncillo plomo y delgado, y penso nuevamente en que Esto pudo haber terminado mejor. Giro la vista a la derecha, un misero pedazo de cesped del terreno baldosado. Sacudio la cabeza y las manos para darse valor. Entro al vehiculo y giro la llave. Tremulo, arranco a gran velocidad. II --Claro que esos sentimientos llegan cuando estas mas hundido, para terminar de fregarte --Ricardo hablaba senalando hacia abajo con la vista. Tenia apariencia trasojada, como si no hubiera dormido la noche anterior. Gerald cruzo los brazos sobre la carpeta. --Ya hasta hablas como filosofo... o, mejor dicho, pretendes hacerlo --respondio. --Tu no tienes enamorado, ?no, Gerald? --Stefany pregunta, dejo de maniobrar el lapicero azul y manoseo su barbilla. --No. --Geraldine es una intelectual, cualquier mequetrefe no estara a su altura --afirmo Ricardo palmeando la carpeta y sonriendo. Gerald permanecio seria. --No es que sea sobrada, simplemente no me da la gana. --Lo que pasa es que eres un poco alzada, Gerald, no lo niegues --dijo el companero bromeando; abajo de su barbilla, se lucia el lapicero al lado de una letra mayuscula escrita en el cuaderno. Lo tomo, observo su cobertura negra. --Que no soy alzada. --Si lo eres, se te nota en los ojos. --Eres mal educado --reprendio Stefany--, no sabes expresarte con amabilidad a una chica. --Soy directo, mujer. --Te apuesto que nunca tuviste enamorada. Gerald oprimio la punta con tinta haciendo el punto final al parrafo. Dejo caer al lapicero sobre el cuaderno. --?Tu crees en el amor? --Stefany le hablo apoyando la cara sobre sus manos. --Yo creo que ese... ese manojo de emociones... florece... en la juventud. Stefany junto los parpados. --Oye, ?que te has fumado? --Nada que te importe. --No necesitas decir cosas elegantes a cada rato. Gerald apoyo la nuca en sus manos, mirando hacia el techo. Los amorios no la preocupaban, preferia pensar en su ninez, ?Te acuerdas? Tu cabello era olitas diminutas, y tu mentecilla se preocupaba en juegos libres, caricias, ganarles las canicas a los ninos, los malditos ponies que nunca te compraron, en vez de preocuparte en rellenar cuadernos, presentar tareas ineficaces, escuchar a tus companeros hablar estupidez y media. Ella baja la vista para observarlos: sus palabras son ausentes a sus meditaciones, dos ojos masculinos hundidos arriba de pomulos redondos, casi una senal de depresion, una voz dulce; la companera de al lado, robustita, lentuda, intercambiaba palabras como no lo hacia con muchos. Los uniformados de todo el sitio se prestaban a socializar; el profesor, estrabico de sus actividades, sentado en su pupitre, ojeaba un cuaderno y una hoja se caia para un lado, tenia cuadraditos rellenos de numeros diminutos, y Gerald se preguntaba de que color eran esas notas, Mas rojas que azules, de seguro. Giro la cabeza a la izquierda y miro a los demas; unos copiando la tarea de la pizarra, otros, tan ajenos al texto, intercambiaban frases y abrian grande la boca, tan profunda como un tunel, y los ojos, como si no pareciese que se estan riendo de lo sucia que esta la falda de una companera, otro se burla senalando al alumno que apoyaba la cabeza y los brazos sobre la carpeta, muerto en suenos, delante de ella. Dejo caer los brazos a los costados. Nunca hizo falta las presiones atolondradas ni los castigos risibles de ineficaces padres para que mantuvieras buena posicion en los puntajes ?no, Gerald? Eres de las muchachas que poco se encuentra, y que poco se conoce, y con el soporte social de conversar con muchos y amistarte solo con algunos cuantos. En sus pensamientos mas comunes idealizaba que nadie podia negar lo atractivo y lo presentable de su fisionomia, un par de ventanas cristalinas con dos pelotitas negras brillosas, con apariencia de piedad, y en medio una nariz regular y lisa, como la tez blanca. De lejos, parecia que su rostro llevara una forma casi redonda, pero su mirada era de las que pronosticaban a la primera impresion un gesto de pureza, armoniosa con la personalidad esbelta que demostraba. Se acordo del consejo de alguien, que solo le hacia falta lentes para combinar lindura e intelectualidad, pero ella aborrecia la idea. "Las personas que usan lentes son muy intelectuales". Gerald puso las cejas pesadas, ella conocio a personas de erudicion que no necesitaron mejorar la apariencia con un par de vidrios, y lo confirmo al mirar a la derecha, en el grupo de cuatro carpetas mas cercano a la puerta, El Duro lanzaba a sus companeros repulsivas babosadas y mentadas de madre, llevaba puesto un par de ojos adicionales como apariencia de "intelecto"; tambien giro al sentido contrario para divisar, en el otro grupo, a la companera que hoy se puso en la vista un par de lunas con monturas rosadas y pensaba lo mismo que sus companeras le decian: "Se te ve lindo", "Te asienta". Gerald la miro bien, !?te asienta?! No pudo evitar que salga un sonido risueno. --Tonta-- el pensamiento salio literalmente de su boca. Miro a su costado, Stefany escribia concentrada, no la escucho, parece. Volvio a poner las manos tras la nuca, relajandola. Ricardo ha levantado la vista para verla. Ella percibe a su companero por el rabillo del ojo, se formula la duda si le esta viendo los pechos o si esta mirando hacia otra direccion. Dirigio el iris hacia el, el muchacho bajo la mirada al cuaderno donde transcribia. --Se ve que escribes muy rapido, Gerald. --Ella ha devuelto la vista al techo. --Asi es. A dos carpetas de distancia, Jorge, un palillo alagado, torcido, con la piel de un matiz oscuro, la miraba de reojo a su izquierda. Jugaba con un D.N. I. ajeno en una mano, leia el apellido Castillo. --Maldita --susurro entre dientes. --Oye, tu si te pasas. --Aurelio se acomodaba el cordon amarillo que se le caia del hombro. Estaba riendo. --De que cosa. --Angello le miraba con ojos vivos. --Lo de hacer una de esas jugadas. Pero seria bacan, ?no? --Si, pues, tenemos que hacerlo. --Verdad, la profesora de historia dejo tarea ?no? --dije yo. --Creo que si --dijo Aurelio, y siguio el tema-; pero no hay maestro mas jodido que Paul. ?Te contaron lo que hizo en el bano? --En el bano pasa de todo. Claro. --El tiene tino para eso. --Si, ?no?, ese huevon revento una rata-blanca en el water, ya te imaginaras como salio la aguita marron como volcan --dijo Angello, la risa se le salia atorada, y sus ojos se ponian mas chinos. Los tres saliamos del salon despues que la campana del recreo habia sonado, ya medio salon habia desaparecido. Nos ibamos al bano. --A mi me han contado que dos anos antes, uno de quinto se grabo cagando encima de una carpeta. --!Ja, ja, ja! --Y fue en el salon donde estamos ahora. Yo los escuchaba casi sin hablar mucho, el pasillo no tenia mucha gente que estorbaba el paso, hasta llegar a donde queriamos. El bano tenia una reja nueva, observamos las losetas limpias y celestinas del lavadero de un lado, antes eran de un color blanco falso, porque parecian con manchas amarillentas de tanto uso. Cuando entramos los cuadritos de losa estaban tan nuevos que hasta reflejaban las caras. Se veian mejor a comparacion de antes, cuando los banos de los hombres estaban en el segundo piso y no habia ni puerta, un marco de fierros oxidados rodeaba la entrada, y algunos de los bloques donde estaban los inodoros no tenian ni puerta. --Me gustaria hacer algo mejor que eso --dijo Angello mientras se acercaba a una puertilla y la abrio. --!Oigan, oigan, miren aqui! Angello ?Te refieres a esto? --Aurelio senalaba el inodoro y nos acercamos a mirar. Al fondo de la tasa en medio de la aguita repugnante, habia un DNI enmicado y con la cara de una chica en la parte frontal. Rieron mas fuerte que antes. --Ella no es.... --No jodas. --Ella no es... --!Esa es Gerald! alaaa, esto es literalmente la prediccion del futuro --dijo Angello. --Pues, si sigue siendo como es --dijo Aurelio. --?Como "es"? --dije yo. --!Ah, perdon, Ricardo! no debi decirlo contigo aqui. --Aurelio me tocaba de un hombro y luego se tapaba la sonrisa con la mano. En el recreo, ha llevado una silla cerca a la puerta, y sentada, observaba el desfile desorganizado de jovenes de todas las clases y tamanos, y le distraen de sus pensamientos dos criaturas enanas que parecian saltar delante suyo a toda prisa como crias de chivo. Los nuevos que entraron a secundaria siguen pareciendo ninos, ?no?, y que feo, Gerald, estos mocosos parecen ser mas vivos de lo que eramos el C en primero. Por andar correteando casi le arrancan los audifonos que estan colgando del cierre de su casaca, que reproducen una cancion a bajo volumen. Se los pone a los oidos. Entrelazadas como canasta, dos de sus companeras van tomadas del brazo al quiosco, igualitas como la mayoria del colegio: las vastas de las faldas cuatro dedos mas subidas de la rodilla, los cuellos de la camisa sin abotonar, bordeadas por una especie de culebras oscuras y largas, y los monos que no estan detras de la cabeza sino arriba en la coronilla, deformes, informales, sujetos con un cole de distintos colores, ?De donde salio esa moda tan lacra? Quiza nunca lo sepas, Gerald; para ti las vacaciones ya terminaron, fueron dos semanas pequenisimas, solo una interrupcion a diez meses de rutinarias ensenanzas, un pequeno viajecito a provincia, para visitar a los primos, unas cuantas vueltas a la Lima jodida, y de vuelta seis horas y media adentro de esta cazuela pintada de azul, casi todos los dias, acompanada de chibolos excentricos y estrabicos que se creen de lo mejor, aunque para algunos de ellos, las vacaciones nunca terminan. El timbre ha sonado y ella prefirio meterse sin comprarse algo para el estomago. El recreo duro veinte minutos y hacia falta cinco para que todas las cabezas dejen de chapar en los sitios oscuros, los hombres dejen la pelota y todo el mundo se encuentre en el aula. Los del quinto C entran mas despacio, porque parece que el profesor de fisica no llega todavia. --Y eso que el es puntual --ha dicho Saltachin--. Hoy toca fisica ?no? --?Ya no te acuerdas? --le dijo El Duro-- Mejor si no viene. Ambos estiran las piernas por el pasillo, se alejan del salon, pero grande es su sorpresa al ver llegar a una mujer de contextura regular, de cabello corto color rubio artificial, y usando un par de ojos adicionales con monturas doradas y redondas como un reloj de pendulo. --Mierda, alla esta Elia. --Ah, que pesada.

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  • A ciegas de Josh Malerman

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    NO ABRAS LOS OJOS. Hay algo ahi fuera. Algo espantoso, que hace que la gente enloquezca y se suicide ante su sola vision. Nadie sabe que es ni de donde viene.

  • Manifiesto por la lectura de Irene Vallejo

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    Habia una vez una mujer sola en un territorio peligroso. Menuda y delgada, cada noche debia enfrentarse a una temible amenaza. Pero, en los cuentos, los pequenos, los debiles, los fragiles poseen siempre un talisman salvador. Ella conocia un sortilegio infalible: era capaz de levantar a su alrededor un muro de aire para defenderse. Los sillares de esa muralla invisible eran las palabras. Cuando una historia brotaba de sus labios, la gente se detenia a escuchar, con la mirada fija, como en trance, olvidando sus quehaceres, sus angustias y su ira. Sus fabulas eran, para todos, un refugio frente al acecho del peligro. Es facil reconocer en ella a la persuasiva Sherezade, pero tambien a la protagonista de una leyenda nacida en la tradicion oral francesa, <>, donde una joven aprendia el arte de narrar escuchando el susurro del viento entre los arboles. Al regresar a casa con el bagaje de las historias aprendidas de los alamos, de las hayas y de los robles, el embrujo de su voz lograba enmudecer la vara con que, dia tras dia, la golpeaban. La mitologia griega nos hablo de Odiseo, el zarandeado y luchador heroe homerico, que recurria a astutos relatos para salvar la vida. Tambien de los versos y los cantos magicos de Orfeo, que encandilaban a los animales y vencieron a la muerte. En la ceremonia del Premio Cervantes, Ana Maria Matute afirmo: <>. En esta confidencia vibran los ecos de una larga andadura de nuestras letras. Ya el Cantar de mio Cid alude a una nina que salvo a su pueblo con la belleza de sus palabras; siglos despues, Manuel Machado dedicaria un poema a esa chiquilla tejedora de discursos: Una voz de plata y de cristal responde... Hay una nina muy debil y muy blanca en el umbral. Patronio se negaba a dar consejos al conde Lucanor, pero le contaba sabias fabulas para alumbrar su camino. Lazaro de Tormes, nuestro lazarillo, advierte al comienzo de su historia: <>. Pero, anade, mis cuentos son <>. En el Quijote, la pastora Marcela defiende su libertad por medio de una vibrante narracion. Nuestros clasicos nos confian una y otra vez el mismo mensaje con distintas voces: los relatos nos ayudan a sobrevivir. Las palabras son un hechizo cargado de futuro. Somos una especie fragil, particularmente fragil: ni muy fuerte, ni demasiado rapida ni especialmente resistente al hambre, la sed, el calor o el frio. No estamos adaptados al vuelo o la vida bajo el agua. Nacemos completamente indefensos y nuestra infancia es mas prolongada que la de ningun otro animal. Hasta un virus minusculo nos pone en peligro. Sin embargo, la brisa de una cualidad asombrosa nos ha impulsado hacia un desarrollo inesperado, hacia un imprevisible progreso. Esa facultad es nuestra imaginacion, que, aliada con el lenguaje, nos permite sonar lo inconcebible, colaborar y fortalecernos unas a otros. Somos la unica especie que explica el mundo con historias, que las desea, las anora y las usa para sanar. Nuestra autentica fortaleza es creativa. Gracias a la imaginacion, hemos inventado el mito de Icaro y los aviones, el Nautilus y los submarinos, los viajes estelares de Luciano y el Apolo XI. Si los humanos no hubieramos fabulado con tierras sonadas como El Dorado o con seres mitologicos como las sirenas, no habriamos podido explorar territorios desconocidos ni llegar a la luna, alumbrar la teoria de la relatividad, el automovil o el ordenador. Lo imposible debe ser sonado primero, para algun dia hacerlo realidad. II ALAS YCIMIENTOS Narramos, escribimos y leemos porque hemos fabricado la fabulosa herramienta del lenguaje humano. Por medio de las palabras, podemos compartir mundos interiores e ideas quimericas. Cuando un animal fantasea --si tal cosa es posible--, carece de herramientas para contarselo a otro animal. Algunas especies estan dotadas de habilidades comunicativas, en ocasiones asombrosamente complejas, pero ninguna puede compararse con las nuestras en flexibilidad, libertad y riqueza de matices. Este prodigio linguistico nos permite coexistir en dos geografias: el espacio tangible que habitamos junto a miles de seres vivos y un universo paralelo que nos pertenece en exclusiva --el de la fantasia, el de las posibilidades, el de los simbolos--, al que ninguna otra criatura puede acceder. Propulsados por el lenguaje y la creatividad, nuestros cerebros despegaron de la mera evolucion biologica, cuya cadencia es implacablemente lenta, y elevamos el vuelo con las rapidas alas de la evolucion cultural. Hace miles de anos, la invencion de una sofisticada tecnologia, la escritura, abrio las puertas a conservar conocimientos, ideas y suenos, a expandirlos y hacerlos revivir con cada mirada que se posa en las letras de una pagina. El filosofo Richard Rorty piensa que leer nos cambio la mente de forma irreversible. Gracias a la lectura, hemos desarrollado una anomalia llamada <>. Descubrir los personajes de una historia se parece a conocer gente nueva, comprendiendo su caracter y sus razones. Cuanto mas diferentes son esos personajes, mas nos amplian el horizonte y enriquecen nuestro universo. A traves de los libros, anidamos en la piel de otros, acariciamos sus cuerpos y nos hundimos en su mirada. Y, en un mundo narcisista y egolatra, lo mejor que le puede pasar a uno es ser todos. Leer nunca ha sido una actividad solitaria, ni siquiera cuando la practicamos sin compania en la intimidad de nuestro hogar. Es un acto colectivo que nos avecina a otras mentes y afirma sin cesar la posibilidad de una comprension rebelde al obstaculo de los siglos y las fronteras. Por el camino del placer, sobre los abismos de las diferencias, la lectura ofrece puentes colgantes de palabras. El psicologo Raymond Mar y su equipo de la Universidad de Toronto probaron en 2006 que las personas que leen son mas empaticas que las no lectoras, especialmente quienes frecuentan obras literarias. Un grupo de estudiantes debia elegir entre dos sobres: uno contenia La dama del perrito de Chejov; el otro, un texto que describia exactamente la misma historia, pero en un lenguaje neutro, frio, casi documental, sin las inflexiones propias del antiguo oficio de la narracion. Quienes leyeron las palabras de Chejov lograron mejores calificaciones en las escalas de empatia, especialmente aquellos a quienes mas emociono el cuento. La cualidad de sumergirse en el lugar del otro y bucear en aguas distantes no solo enriquece nuestra intimidad, sino nuestra vida privada, la convivencia cotidiana, las habilidades sociales que desplegamos, y expande sus beneficios hasta la politica internacional o los logros de las empresas. El habito de leer no nos hace necesariamente mejores personas, pero nos ensena a observar con el ojo de la mente la amplitud del mundo y la enorme variedad de situaciones y seres que lo pueblan. Nuestras ideas se vuelven mas agiles y nuestra imaginacion, mas iluminadora. Al asomarnos a la madriguera de un relato, escapamos de nosotros y nos proyectamos en los personajes de un pais inventado. Sostiene Mario Vargas Llosa que ... la vida, injusta, nos obliga a ser siempre los mismos, cuando quisieramos ser muchos, tantos como requeririan para aplacarse los incandescentes deseos de que estamos poseidos. (...) La buena literatura es siempre un desafio a lo que existe. Anhelamos ver por otros ojos, pensar con otras ideas y sentir otras pasiones. La magia consiste en ponernos las lentes de la ficcion y observar a traves de ellas, deslizandonos en los placeres, los terrores o las ambiciones ajenas. Y, sin movernos de la cama, el universo entero nos pertenece, la inmensidad esta al alcance de nuestros dedos. En los mundos inventados nos encontramos, nos entendemos y aprendemos a colaborar. La filosofa estadounidense Martha Nussbaum, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, defiende que la lectura forma parte de la preparacion necesaria para vivir en democracia. Desde que los griegos lo ensayaron por primera vez hace milenios, este sistema es el mas exigente y asombroso que hemos intentado. Pretende crear una convivencia que no se sustente en la fuerza, sino que se apoye en una delicada urdimbre de acuerdos y en una conversacion incesante. Como nos recuerda Antonio Basanta, <>. En el compas cotidiano de la experiencia democratica, todos y cada una tomamos con nuestro voto decisiones que tendran consecuencias cruciales en la vida de otras personas. En un texto titulado La crisis silenciosa,Nussbaum reflexiona: La capacidad de imaginar la experiencia del otro debe cultivarse y pulirse si queremos guardar alguna esperanza de afianzar la dignidad de ciertas instituciones, a pesar de las abundantes divisiones que albergan todas las sociedades modernas. Cuanto mejores trapecistas seamos, capaces de esa pirueta que nos coloca en la mirada ajena, mas solida sera la democracia que edificamos. El ejercicio de volar fortalece nuestros cimientos.

  • Ren. A microfono solitario de Kannah Winter

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    Nadie te prepara para sufrir, pero sin embargo, yo siento desde que el inicio de mi vida estaba mas que lista para sufrir.
    Cuando conoci a Ren esa noche de eterno invierno en la playa, supe que estaba mas que lista para sufrir sin importar que.
    Quizas mi madre siempre tuvo razon, dos personas que llevan el mismo nombre y se amen, eso no implica que puedan estar juntas. Quizas debi aprender de los errores de mis padres y cambiar la direccion de mi destino.
    Pero mi amor por la musica y por Ren me llevo a sufrir justo como todo estaba planeado. Quizas despues de todo debo esperar a que algo bueno suceda.
    Aquellas noches y conciertos, aquellas canciones y las melodias suaves del piano de Ren, esos son mis mejores recuerdos.
    Dime, Ren, tu que estas muerto, ?crees que naciste para sufrir?

  • Y llegaste tu 1 de Coral Moon

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    Aburrida, mire hacia el otro lado de la barra y mis ojos se encontraron con los suyos. Destellos de imagenes comenzaron a desfilar ante mis ojos, hasta que todo dejo de existir entre nosotros. Solo estabamos el y yo, mirandonos el uno al otro, deseando poseernos. Respire hondo, simplemente no llegaba a comprender como podia sentirme tan atraida por alguien a que apenas conocia. Por increible que parezca, senti que era el hombre de mi vida hasta que se abrio la puerta. Mire hacia ella con la boca abierta cuando la vi entrar y se dirigio hacia el para besar los labios que yo llevaba deseando besar otra vez. Me miro de una forma tan intensa… que por un instante se me olvido respirar.

  • El septimo circulo del infierno de Santiago Posteguillo

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    El KGB, el regimen nazi, la Inquisicion, las guerras, el FBI, el gobierno chino, el hambre, la perdida de un ser querido, la enfermedad, el exilio, la censura… Muchos son, en efecto, los infiernos de la literatura a los que se han tenido que enfrentar escritores y escritoras de todos los tiempos.

  • Besame, princesa de Marta Lobo

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    Lucia no es una chica como las demas. Bailarina de profesion y luchadora, sonadora, descarada e impulsiva por pasion. Disfruta de la vida tal como le viene. No es la tipica princesa que se deja deslumbrar.
    Hans no es un chico como los demas. Enamorarse no entra dentro de sus planes. Descarado, picante, sabroso y dulce en ciertas dosis. No es el tipico chico que se enamora a la primera de cambio.
    A veces el camino mas recto no es el que te lleva al amor. Hans y Lucia tendran que aprender a disfrutar de esas curvas y enamorarse.

  • El camino de Greta de Rosa Boliart

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    Greta, Yolanda y Marta son tres amigas que deciden realizar el Camino de Santiago. El primer dia conocen a un hombre que viaja solo y con el cual comparten vivencias.
    Al salir de sus rutinas cotidianas surgen situaciones que ponen al descubierto actitudes y secretos personales. Las diferencias entre ellas aparecen cuando conversan sobre temas que antes no habian tratado y una de ellas se siente atraida por el desconocido.
    Al regresar a sus casas ya nada es igual, ni la relacion entre ellas, ni la relacion de la protagonista con su entorno familiar. Greta confecciona un plan para cambiar de vida, pero un reves causado por una circunstancia repentina le hace dar un vuelco a sus planes al tener que tomar la decision mas importante y dura de su vida.

  • Atrapada por ti de Carolina Fuentes

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    Segunda y ultima parte de la bilogia Atrapada;
    Erick Covarrubias, arruino mi vida de todas las maneras posibles, me ha hecho vivir los peores 8 meses de mi vida, me ha tenido secuestrada y enganada, pero nada es igual, ahora tengo un motivo muy grande por luchar y salir de este infierno; estoy embarazada y no dejare que el le haga dano a mi hijo. Tengo un plan porque no voy a dejar que me siga teniendo… Atrapada.

  • No dejes de sonar de Nuria Pariente Nogueras

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    Carolina (patosa, despistada e inteligente) y Lorena (popular, chula y un tanto... influenciable), amigas desde que tenian dos anos, se enfrentan a su primer dia de instituto juntas.

  • Breve tratado de historia de las religiones de Frederic Lenoir

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    ?Cual fue la primera religion de la humanidad? ?Como surgieron las nociones de dios, sacrificio, salvacion, plegaria, clero…? ?Por que se paso de la adoracion a las deidades femeninas a las masculinas? ?De la creencia en muchos dioses a uno solo? ?Cuales

  • Por que el tiempo vuela de Alan Burdick

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    En esta exploracion ingeniosa, elegante e intima, Alan Burdick, autor galardonado y redactor de la revista The New Yorker, embarca a los lectores en una busqueda personal para comprender los relojes que hacen tictac dentro de todos nosotros. Durante casi una decada, Burdick se dedico a visitar a cientificos que estudian las cuestiones mas espinosas acerca de nuestras percepciones del tiempo.

  • La ciudad, Luis Zueco de Luis Zueco

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  • Los heroes felices de Vea Kaiser

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    En un tono tragicomico irresistible y con desbordante talento para la fabulacion, Vea Kaiser despliega el abanico de peripecias que vive una familia griega desde los anos cincuenta hasta el presente.

  • No me olvides de Sarah Summers

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    Un viaje inesperado.
    Un amor a la vuelta de la esquina.
    Es curioso como la vida puede cambiarte en cuestion de minutos. Desde encontrar el amor de tu vida cuando menos te lo esperas, hasta conseguir un viaje inesperado a Nueva York, la ciudad de tus suenos. ?Y si sucedieran ambas cosas como le ocurrio a Anne? Ella, su hermana melliza Angelica y su hermano mayor Anton se embarcaran en una aventura que les llevara a descubrir nuevas amistades y a conocer el amor verdadero.
    Lo que no saben es que esta inesperada aventura les marcara sus vidas para siempre y que el amor puede hacer de las suyas.

  • Dios del Sexo de Jorge Borges

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    James Vilch era un Dios.
    Dios de los negocios.
    Dios de la gran pantalla.
    Dios en la cama.

  • Voltaire contraataca de Andre Glucksmann

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    Polemico, controvertido, amado y odiado a partes iguales, Andre Glucksmann ha sido sin duda uno de los mas influyentes pensadores europeos de los ultimos cincuenta anos. Y este es el ultimo libro que escribio. Como si hubiera querido dejar un testamento a sus conciudadanos europeos, Glucksmann invoca la figura de Voltaire como faro para una Europa erratica y asaltada por peligros que no sabe ni identificar. Con Voltaire contraataca, Glucksmann ha escrito un canto a la libertad cosmopolita y llama a releer Candido, uno de los mas hilarantes himnos a la tolerancia y una oda a la libertad, ante tantos aprendices de dictador, ante el aumento de nacionalismos identitarios y xenofobos, ante tantas infamias, fanatismos y nihilismo. Candido, el heroe que no posee mas que el “vertigo de la lucidez”. Como dice Josep Ramoneda en el prologo, “Glucksmann cierra asi un ciclo vital ligado a la filosofia que se abrio cuando era un nino y descubrio el valor de “la audacia de decir en publico, costara lo que costase, lo que el ciudadano consideraba cierto””. Y esa actitud sigue siendo imprescindible en la actualidad.

  • Sere solo para ti (Bilogia completa) de Christian Martins

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    *La exitosa bilogia con la que debuto Christian Martins reunida en un mismo volumen”

  • El latido de la tierra de Luz Gabas

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    Vuelve Luz Gabas con su novela mas sentida.

  • Luciernagas en la ciudad de Jose Salento

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    El recuerdo de aquellos dias es lo unico que me queda de un viaje inesperado entre la razon y la locura. Yo, que ahora no soy mas que la triste sombra de lo que una vez fui, ejerzo mi derecho a no olvidar, a nunca olvidar la traicion que acabo con la ultima esperanza de la humanidad. Pero no os adelantare mucho mas, narrare toda la verdad --o por lo menos mi verdad-- en las siguientes paginas. No sabria decirlo con certeza, quizas todo sucedio hace cincuenta anos o puede que fuera hace un siglo, para nosotros el tiempo no es mas que un invento humano al que debemos atenernos cuando trabajamos. La tarde en la que empezo el principio del final recibi un nombre, una direccion y una hora. Acto seguido me puse con los preparativos previos a cualquier recogida: me peine cuidando cada detalle, mi larga melena oscura es el fruto del trabajo de una eternidad y supone un gran esfuerzo ponerla a punto para el publico; luego me pinte los labios de un rojo intenso y las pestanas de negro; por ultimo, me maquille. Al acabar busque un traje formal en el fondo del armario, ajuste mi reloj y me dispuse a poner rumbo hacia la direccion senalada. Aunque no conocia el barrio al que me dirigia no estaba preocupada, nosotros nunca nos perdemos porque siempre sabemos encontrar el sitio al que debemos acudir. En ocasiones calculamos mal y llegamos a deshora, como aquella noche, pero esto no suele suponer un problema. Alcance el lugar indicado una hora antes y me sente a esperar. Era un cruce de avenidas en pleno corazon de la ciudad. Alli las calles se presentaban como lo que fueron y ya no eran, hasta donde alcanzaba la vista habia viejos locales vacios que habian albergado negocios que otrora habian tenido exito... y que ya no lo tendrian mas. Ahora apenas sobrevivian una peluqueria, alguna cafeteria y un avejentado pub. Normalmente tenemos varios nombres a por los que debemos ir al cabo del dia, pero yo llevaba un par de semanas sin recibir ninguno. Esas cosas pasan, a veces hay mucho trabajo, otras no hay tanto, pero siempre acaba llegando algun encargo. Por aquel entonces estaba leyendo un libro que habia pertenecido al ultimo nombre al que habia ido a buscar. Tenemos totalmente prohibido manipular o quedarnos con pertenencias de quienes recogemos, pero hacia ya mucho que empece a sentir que me aburria desarrollando mi funcion y comence a desobedecer el reglamento. Supongo que mi falta de respeto hacia las normas seria la causa de todo lo que ocurrio a continuacion. Asi que, con todas las ganas del mundo de acabar la novela e intentar comprender el porque de lo que sucedia en ella, me sente en un banco, abri mi bolso... y me di cuenta de que me la habia olvidado en casa. Hubiera sido mejor para mi haberme quedado quieta en aquel cruce, pero no, tuve que meterme en aquel pub de luces tenues. No estaba dispuesta a quedarme mirando el suelo una hora, ya ves tu que tonteria: ?que supone una hora en el infinito de la eternidad? Pues en aquel momento me parecio demasiado para estarme sin hacer nada. El pub era lo unico abierto cerca del cruce y no te miento si te digo que siempre he tenido atraccion por los sitios oscuros. Cuando entre todo estaba en silencio, mire extranada hacia el fondo y vi un pequeno escenario iluminado. Puede que en la oscuridad hubiera unas veinte o veinticinco personas de publico, no sabria deciros con certeza porque quede absorta en la imagen que vi sobre la tarima. Un hombre, sobre las tablas solo habia un hombre, pero su manera de hablar y lo que decia me atraparon. Estaba recitando unos versos con los labios pegados al microfono, recuerdo perfectamente aquellas palabras: <>. Entonces me percate que tenia sus enormes pupilas azules clavadas en mi. Aquello era catastrofico, ningun humano puede ver a un angel de la muerte... salvo que vaya a morir en poco tiempo, y ni siquiera eso es comun. Aquel hombre ataviado con una vieja chaqueta, que originalmente fue una compra cara pero que ya se notaba pasada de moda, siguio hablando tras un fuerte aplauso. Inicio un discurso sobre la necesidad de la experiencia como unico testigo real de haber vivido, sobre lo importante de entender el presente como algo irrepetible. En realidad, no era nada que antes no hubiera escuchado o leido, pero no podia retirar mi atencion de el, estaba atrapada en esa voz grave y limpia que fluia a traves de los altavoces del pub. Recito un poema sobre dos amantes que no saben que son amantes porque se desean, pero se niegan, y en esa tension no resuelta se encuentra latente su relacion. El pequeno aforo se puso de pie y aplaudio como si les fuera la vida en ello. Yo pense de manera automatica que no podia ser menos y aplaudi todo lo fuerte que podia, que a efectos practicos no es mas que lo que dos manos normales pueden. Era evidente que quien pisaba el escenario era alguien reconocido por el publico, ya que le lanzaban frases de elogio y alguna que otra proposicion indecente desde el sector femenino (supe minutos despues que su pareja estaba entre los asistentes). A continuacion, aquel hombre se dirigio a sus oyentes para agradecerles el haber acudido al recital. Para finalizar, quiso invitar a subir al escenario a una persona muy especial para el --la senorita Marta Rivas, dijo--, y la gente la ovaciono. Al subir se besaron brevemente, lo que me provoco una inesperada necesidad de separarle la cabeza del cuello a esa insolente muchacha. Nosotros no podemos segar las vidas que se nos antojen, solo tenemos acceso a aquellos nombres que nos asignen y, por tanto, llevarme un anima a voluntad no me estaba permitido. De todas formas, daba igual, mis ganas homicidas desaparecieron en un segundo: me di cuenta que su luz -- al igual que la de su pareja-- tambien se estaba apagando, no le quedaba mucho en este mundo. Marta Rivas se presento como un cargo de un partido politico que abogaba por la justicia social y un estado para el pueblo y por el pueblo. No soy experta en discursos y no juzgare sus palabras, pero tenia metido en el bolsillo a la gente --luego supe que casi todo el publico eran amigos y cargos del partido--. No te voy a mentir, no le preste nada de atencion, no dejaba de mirar al poeta o al que recitaba poesia o al que fuera lo que fuese. Ahi, en una esquina de la tarima, con la cabeza medio rapada intentado ocultar un evidente principio de alopecia, se alzaba su esbelta figura de ojos azules y barba de varios dias. No era muy alto, pero tenia algo que hacia que su presencia fuese imponente, incluso de ese modo tambien habia algo en el que lo hacia parecer extremadamente fragil. Sujetaba un vaso de ginebra que levantaba como si fuese agua y se muriese de sed. Mire el reloj, quedaban veinte minutos. Al acabar el minimitin, los aplausos exagerados y los gritos de animo inundaron el local. Muchos querian fotografiarse con ella, todos buscaban la foto con el, y yo no podia dejar de mirarlo. El, de vez en cuando, me devolvia la mirada, no sabia si se habia dado cuenta de quien era yo o si simplemente pensaba que era una espectadora mas. Incluso llegue a pensar que era una obsesion mia y me estaba imaginando que me veia, cuando el hecho normal seria que no lo hiciera. Estuve tentada en ir a hablar con el, pero ?que le iba a decir? Tenia la sensacion dentro de mi de que todo esto iba directo a ser una catastrofe de dimensiones nunca vistas. No me equivoque ni por un apice. Fuera, en la calle, comenzo a llover y yo me acerque a la puerta. Al mirar al exterior lo vi, alli estaba con su mascara cadaverica el otro angel, y lo salude con la mano. Cada uno puede ir a trabajar con las vestimentas o apariencias que desee, pero creo que debemos de poner un poco de coherencia a nuestra labor, si ya resulta traumatico para el humano comprender que ha fallecido, mas lo es tener que caminar junto a la Parca hasta las puertas del otro lado. No cuesta nada arreglarse, ponerse formal, que, aunque no quita el trauma del deceso, si que ayuda. Pero asi estaba, con su aterradora figura, le daba igual. En el local la gente se iba yendo. El estaba con el codo en la barra hablando de manera amistosa con un hombre, no parecian conocerse de antes, intercambiaban comentarios sobre no se que escritor americano del siglo XIX. En una mesa estaba ella con cuatro personas mas y varios papeles sobre la madera. No se por que me fui hacia aquel grupo, es como si hubiera tenido verguenza de acercarme a la barra y sentirme observada, no lo entiendo, nosotros no tenemos sentimientos. Asi que me sente en una silla que estaba vacia y cotillee los documentos un poco, los deje porque eran informes de proximos movimientos politicos: mitines, reuniones, congresos locales... algo bastante aburrido. Hablaban de que quedaban diez meses para las proximas elecciones nacionales y que el partido veia posibilidades de conseguir algo grande. Hablaban de la violencia y de la agresividad que estaban tomando los ultimos encuentros parlamentarios. Hablaban de simpatizantes de uno y otro lado reventando actos del partido contrario. Hablaban, hablaban simplemente. En un momento dado, uno de ellos le sugirio a Marta Rivas la necesidad de contar con su pareja como activo politico, ya que --segun decia--habia rechazado todas las propuestas para apoyarlos y era fundamental que cambiase de parecer debido a la importancia del apoyo de un intelectual tan distinguido. La discusion saco de quicio a Marta. Ella asentia y comprendia el requerimiento, pero argumentaba que su pareja era libre de decidir y habia decidido no compartir la lucha politica del lado de ellos. Terminaron la conversacion con el compromiso de parte de la joven candidata de que volveria a discutir con el poeta la posibilidad de un apoyo publico en actos de la futura campana electoral. Yo sabia que esa conversacion nunca tendria lugar, la luz de ambos se apagaba y ahora solo titilaban tenues en la oscuridad del pub. Mi reloj marcaba siete minutos para recoger el alma de aquel que discutia en la barra sobre un poeta muerto al otro lado del oceano. Tenia curiosidad por ver como ocurria todo, era evidente que no iba a ser un fallo natural, dos almas serian recogidas simultaneamente. No podia evitar mirar de un lado para otro nerviosa, en realidad aquello no tenia mucho sentido, la recogida seria en el cruce de las avenidas y no en el interior del local. Queria hablar con el hombre, no sabia que decirle, pero algo me llamaba la atencion en el como nunca me lo habia llamado nada. Aproveche para abordarlo cuando se adentro en el pasillo para ir al bano. Le toque el hombro y el se dio la vuelta, entonces se hizo el silencio, el cual rompi al titubear <>. Sonrio, se acerco a una mesa, saco un papel de un servilletero y un boligrafo de su bolsillo y escribio <>. Lo lei emocionada y quise agradecerle su dedicatoria, pero el ya habia desaparecido cuando levante la mirada. Me apoye en la barra y volvi a leer aquellos versos. Senti que todo se habia helado dentro de mi. Lo lei una tercera vez y decidi avisarlo, le iba a decir que huyera, que le daria todo el tiempo del mundo o, mejor aun, que me fugaria a su lado. Asi que saque valor de lo mas profundo de mi y me gire para buscarlo, pero ni el ni ella estaban ya en aquel lugar. Me habia quedado atrapada en el texto de la servilleta, sin darme cuenta de que ellos se habian despedido de la gente y se habian ido. El reloj marcaba dos minutos. Sali fuera todo lo rapido que pude y los vi entrando en un vehiculo. El se sento frente al volante, su pareja en el asiento aledano. Ella estaba muy alterada, las palabras que decia las acompanaba de gestos nerviosos que hacia con las manos. El otro buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas a que el funesto coche llegara. Me quedaba sin tiempo y sin ideas. Ellos empezaron a discutir dentro del automovil. El reloj marcaba un minuto. Me coloque delante del coche sujetando mi bolso fuertemente, no debian llegar al cruce. El encendio el motor y quito el freno de mano sin dejar de discutir con ella, no habian apartado la mirada el uno del otro y nadie se percato de mi presencia. Metio la primera marcha y me vio, puso cara de asombro e hizo un gesto para que me apartara a un lado. Le fui a decir que apagase el motor, pero, de repente, alguien golpeo con los dedos la puerta del copiloto. No lo vi llegar. El buitre de la muerte se relamia en el cruce de las avenidas. Todos miramos al individuo que acababa de entrar en escena. Ella bajo la ventanilla: -- ?Es usted Marta Rivas? -- Si. --Tengo un mensaje para sus votantes. Acto seguido, aquel hombre dio un paso atras y descubrio el revolver que sostenia con su mano derecha. Sin dudarlo un segundo, le acerco el canon a la cara de la politica. El asaltante fue a decir algo cuando, inesperadamente, el motor rugio y el poeta hizo el intento de escapar con el coche, pero no habia espacio para salir sin maniobrar y choco con el que estaba aparcado justo delante suya. El intento de evasion hizo que la ventanilla golpeara fuertemente la mano de aquel individuo, disparandose el arma que portaba. La bala alcanzo a Marta Rivas en la sien derecha. Nosotros no tenemos sentimientos. Mateo Rosas dio marcha atras y volvio a meter primera. El buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas. El asaltante, que parecia haber quedado paralizado tras haber abierto fuego, volvio a apuntar al automovil, que ya habia conseguido salir

  • Deseo de Veronica A. Fleitas Solich

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    Hugo y Alexia llevan un par de meses viviendo juntos, tienen planes para el futuro y sus vidas son lo que siempre imaginaron que serian: perfectas, ordenadas y exitosas. O eso creia Alexia, hasta el momento en que se encuentra frente a su tarta de cumpleanos a punto de soplar las velas y descubre unos ojos azules clavados en ella.

  • El collado de la marquesita, Miguel de Leon de Miguel De Leon

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  • Moonlight de Taylor S

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    La luna jugo entre las nubes que intentaban ocultar la batuta de esa danza nocturna que ella dirigia entre las estrellas. Fue entre medio de esas batallas y la que mi ventana me ofrecia,-- ya que esta era lo suficientemente alta como para que no me permitiera subirme a ella, dejandome sin la opcion de poder admirar de mejor manera aquel espectaculo nocturno-- cuando aparecio la sonrisa mas bonita que habia visto. Una nina de cabellos negros se colo en mi habitacion con el ceno fruncido y un vestido rojo que hacia relucir a su piel palida. --?Que haces? --me pregunto cruzandose de brazos mientras yo intentaba con todas mis fuerzas que mis manos alcanzaran el borde de la ventana para poder observar con mayor cercania esa danza de la cual queria ser parte. --Quiero ver a la luna bailar con las estrellas --respondi sin darle mucha importancia a la forma que ella me miro ante mi respuesta. Ella me miro como si estuviera alucinando. --Estas loca --exclamo sorprendida mientras yo ignore su comentario y volvi a intentar que mis manos tocaran el borde de la ventana, sin embargo, mi pequeno cuerpo no estaba siendo de gran ayuda--. Te vas a lastimar -- sentencio haciendo que bufara por su falta de animo hacia mi mayor deseo. Desvie la mirada hacia esa nina que ni siquiera conocia y no tarde en fulminarla con la mirada por aquel comentario. Jamas la habia visto, pero no parecia mayor que yo por lo cual suspire y rode los ojos. Seguramente era la nina que mama habia mencionado que vendria a cenar. --Ver de cerca aquella danza valdria la pena --murmure suspirando en un intento fallido de pensar que podia hacer para alcanzar la ventana. La nina fruncio el ceno ante mi respuesta y no tardo en quitarse los zapatos para rapidamente acompanarme en la cama observando curiosa que habia detras de esa ventana, la cual aunque me esforzase no lograba alcanzar. --Soy Laia --confirmo sin dejar esa seriedad que se presentaba en todo su rostro. Yo solo asenti porque realmente no llamaba mi atencion su presencia, mas interesante era la luna y sus estrellas. --Helen Brooke --respondi para no parecer una maleducada ante su presentacion, debido a que mama seguramente me castigaria si llegaba a descubrir la forma hostil con la cual me estaba comportando con esa nina. Podia tener ocho anos, sin embargo, sabia a la perfeccion que enojar a mama no era una opcion. --Eres rara --comento casi en un susurro--. Pero tienes razon, la luna vale la pena --afirmo con una sonrisa que se mezclo con el cuarto menguante de la fiel gobernante de las noches oscuras. Mientras la luz de esta hizo que sus cabellos negros como la misma noche que se presentaba hoy, se iluminaran como si estuvieran hecho de estrellas. Tal vez aquel reflejo tan majestuoso existio, porque la luna sabia que estaba presenciando a quien era la unica heredera existente de su belleza. CAPITULO 2 Marzo, 1910 Laia resoplo aburrida mientras yo no dejaba de ver como las estrellas encendian aquel escenario nocturno que nacia a traves de la ventana de la habitacion de la pelinegra. --?Por que siempre miras la luna? --me pregunto frunciendo el ceno mientras yo no dejaba que mis ojos se apartaran de aquella danza tan genuina y unica que solia ocurrir por las noches cuando todo se silenciaba y se oscurecia para darle un mayor protagonismo a aquel espectaculo que el mundo no entendia y que Laia intentaba comprender, pero ella era un ano mayor que yo, por lo cual muchas veces simplemente fruncia el ceno ante mis explicaciones que ella tildaba de “cosas de ninos”. --Porque no hay nada mas bonito --respondi suspirando ante las estrellas que no dejaban de hacer magia con su brillo. La pelinegra bostezo antes de acercarse a mi y abrazarme como siempre hacia cuando dormiamos juntas en su casa o en la mia. Desde aquella cena donde ella habia entrado a mi habitacion, nos habiamos vuelto inseparables. Ella no entendia la magia de la noche, pero yo la disculpaba porque daba los mejores abrazos del mundo y porque sus ojos verdes eran mas bonitos que las nubes cuando amanecia. Laia era muy bonita pero no tan bonita como la luna, no obstante, a ella parecia no gustarle que le dijera eso, porque siempre se quedaba en silencio y sus mejillas se encendian como si fueran los petalos de las rosas que mama pone en la mesa cuando es primavera. --Tus ojos son muy bonitos --susurro encogiendose de hombros lo cual me hizo reir porque solo eran cafe. --Solo son cafe --asevere dejando de mirar la luna y notando como los ojos verdes de ella se iluminaban de una manera que jamas habia visto--. Los tuyos son esmeraldas --dije mordiendo mi labio antes de volver a sonreir --, son como la noche. Laia fruncio el ceno ante mi respuesta como si no entendiera lo que queria decir, pero eso era normal, ella no entendia mucho de lo que decia como yo tampoco lo hacia. Supongo que el ano que nos separaba no nos dejaba entendernos entre si por lo cual el silencio comenzo a aparecer aunque realmente no me importaba porque con Laia los silencios jamas eran tan incomodos como los que nacen entre los adultos, sus silencios son bonitos como todo su ser. --La noche es oscura --refuto frustrada y yo chasquee la lengua ante su respuesta porque eso era lo mas tonto que me habia dicho en lo que llevabamos siendo amigas.--Y mis ojos no son oscuros. --Pero no hay nada mas bonito que la noche --musite como si fuera un secreto debido a que no queria que ella frunciera el ceno por mi respuesta--. Y tu eres igual a la noche --concrete antes de observar como una sonrisa se instalaba en todo su rostro. Deje de admirar el cielo por unos minutos, para que mi mirada quedara en aquella pelinegra. Ya que la luna habia dejado de ser tan interesante, porque esa noche Laia era mas bonita que ella. CAPITULO 3 Julio, 1910 El verano era mi estacion favorita porque significaba que podia tener todo el tiempo del mundo para poder estar con Laia sin tener las tareas del colegio ni las presiones que ponen los adultos cuando existe cualquier otra estacion. Es como si el calor trajera libertad oculta entre los rayos de sol, ademas de ser quien ofrecia las noches mas bonitas de todas. Sin embargo, en los ultimos meses me habia dado cuenta que el dia podia ser bastante atractivo si lo pasaba con esa chica pelinegra que habia crecido varios centimetros desde la ultima vez que nos habiamos visto. --!No Helen! --grito entre medio de mi jardin al notar como mis cosquillas comenzaban a atacar su cuerpo. Yo solo rei por la forma tan bonita que tiene de sonreir. Me gustan sus sonrisas porque desprenden un brillo que nunca antes habia visto, aunque si tenia que aceptarlo, la verdad es que amaba todo lo que provenia de ella hasta el hecho de que Laia creyera que lo sabia todo solo porque tenia once anos y yo diez. --!Para! --sugirio mientras rodabamos por el cesped sintiendo como el rocio acariciaba nuestra piel y las flores sentian envidia de nuestra diversion. Segui con mi ataque de cosquillas sintiendo como nos juntabamos de tal manera que sus ojos verdes fueron el unico panorama que tuve, mientras ella suspiraba con una sonrisa por nuestra cercania. Intente ignorar las mariposas que nacieron al notar como ella comenzaba a mostrar ese color rojo que sus mejillas dejaban ir cuando estaba conmigo, por lo cual separe nuestras distancias porque a las personas no solia gustarle tener las mejillas calientes. --?Hoy te quedaras a dormir? --le pregunte mientras recostaba mi cabeza en su hombro y nuestros cuerpos caian en el pasto como si fueramos partes de los tintes verdes del dia de verano. Laia asintio emocionada ante eso antes de besar mi cabello lo cual no me sorprendio porque siempre lo hacia. De hecho, me encantaba que lo hiciera ya que me recordaba a los besos de buenas noches que mama me da antes de ir a la cama. --?Que quieres hacer esta noche? --pregunto tomando una pequena margarita que habia estado a solo unos centimetros de nosotras para ponerla sobre mi cabello haciendome cosquillas por ello. --Ver las estrellas --sugeri como si fuera lo mas obvio del mundo, sin embargo, Laia no fruncio el ceno como suele hacer cuando escucha esa opcion, sino que vuelve a sonreir como si le agradara la respuesta. Tal vez por fin estaba comprendiendo lo bonito que era el cielo. --?Has besado a alguien? --murmuro rapidamente como si sus palabras fueran rayos que se perdian entre su boca. Yo negue ante ello sin antes mirarla como si no entendiera lo que me decia. A veces no entendia ni la mitad de las cosas que ella decia, pero tampoco me molestaba no entenderlo, ya que ella tampoco solia comprender lo que le decia. --?Por que? --dije sin saber que decir. Ella se acerco a mi y acaricio segura mi mejilla haciendo que las mariposas volvieran a encontrarse solo con un simple gesto. --Porque eso hacen las personas cuando se aman, todo el mundo lo sabe --refuto segura como siempre, no obstante, yo aun no sabia que responder sobre ello porque yo la amaba y nunca la habia besado. --?Tu has besado a alguien? --pregunte sintiendo como mi corazon por alguna razon latia mas fuerte de lo comun y sonaba como si fuera un tambor que solo yo podia escuchar. --No --contesto en un suspiro y por alguna razon me senti feliz por ello. No queria que nadie mas fuera afortunado de tener su amor. Ese dia me di cuenta que la amaba porque mis labios solo querian besarla y que le dijeran todo el amor que sentia por ella.

  • Santos de Rosalia Reyes

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    Santos era el lider de una banda de moteros.
    Latino, alto, fuerte, dominante y un animal.
    Pero tambien era el hombre al que amaba.
    Sin que el lo supiera.

  • Un caballero de East End de Ana De Lievana

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    Lo habia perdido todo… y entonces la encontro a ella.

  • Romina Rossi de Angella Aryes

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    Romina Rossi, en la recta final de su carrera tiene tantos suenos: ejercer su carrera y realizarse como profesionista, clasificar para las Olimpiadas, establecerse en la empresa familiar; sin embargo, un golpe del destino la pone frente a frente de Leonardo Bianchensi, un hombre 11 anos mayor que ella, dando un giro a su mundo de 180 grados. Leonardo Bianchensi, considerado “El Midas del siglo XXI”. Controlador, perfeccionista, su mundo se pone de cabeza al saber que la nina a quien conocio y aprendio a querer a traves de las platicas de su mejor amigo y hermano de Romina, Rafael, ha secuestrado su corazon como una atractiva mujer y sin que el se diera cuenta.
    ?Que hara Romina cuando su mundo estable y siempre bajo la proteccion de su familia, se tambalea ante la nueva perspectiva que se vislumbra para ella?
    ?Que hara Leonardo para manejar la necesidad de proteger y control a Romina? Ambos tendran que, Aprender a amar.

  • Sin titulo y otros cuentos de Theo Pollak

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    Sin Titulo y otros cuentos, es un conjunto de relatos interconectados con un cierre final que te pone los pelos de punta. Se destacan el conocido cuento : “Explicacion cientifica de como Gregorio Samsa se convirtio en un terrible insecto” como la hilarante “Monografia de Leonardo”, ganador de varios concursos de cuentos. Ademas, podemos ver el relato “Alibaba”, Construccion linguistica intraducible , que podriamos bien hermanar a las iniciativas del grupo Oulipo, del cual sus epigonos Georges Perec y Raymond Queneau, son muy queridos por el autor. Pero tambien se podra revisar el espeluznante relato : “El asesinato de la chica Telcel” que refleja hechos del Mexico del ultimo tiempo. Una realidad amenazadora que marca una reflexion sobre la violencia y los terribles hechos de la vida cotidiana en este pais . Por otro lado, veran un protagonista inmaterial que trasunta cada historia : la ciudad de Berkeley, California. Y si parafraseamos a un personaje del autor : “Y Berkeley que tiene que ver ?”. Todo.

  • La terquedad de las estrellas de Lara Beli

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    Anne es timida, sonadora y un poco torpe. Trabaja de barista en un casino (o de barwoman, como le gusta decir a ella porque suena a superheroina) y espera pacientemente un amor que no llega.

  • Tenia que ser el de Mar Vaquerizo

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    Barbara es una conocida disenadora de zapatos con su vida laboral asentada y la unica preocupacion de sacar adelante la siguiente coleccion, pero todo se complica cuando Toni, su hermana menor, la incluye en la organizacion de su proximo enlace matrimonial.
    No contenta con endosarle todos los preparativos como si fuese su organizadora de bodas, tambien le encarga el diseno de sus zapatos, algo que le trae de cabeza.
    Cuando todo esta controlado y a menos de dos meses para el gran dia, una llamada de la novia hara que su vida se ponga patas arriba.
    La unica persona capaz de sacar la boda adelante no es otro que Mario, un gran chef y su ex mejor amigo, ex novio, ex hombre de su vida
    ?Aceptara el cocinero el trabajo? ?Sera Barbara capaz de salir indemne de este enlace?

  • Mas Alla Del Horizonte de Maricela Gutierrez

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    ?Acaso tiene limites el amor? Creci rodeada de lujos, en un mundo de apariencias donde las normas dictan que debes ser feliz simplemente porque lo tienes todo; sin embargo, lo unico que deseaba era por primera vez sentirme libre, entonces, un dia conoci a Erik y desde el primer momento que lo vi con sus expresivos ojos y su sonrisa amable, supe que nunca volveria a ser la misma. El no tuvo una vida facil, aun asi, nunca dejo de creer en los suenos. Nosotros no debiamos amarnos, pues nos habian ensenado que eramos diferentes; pero juntos aprendimos que el corazon no hace distinciones y que nuestros sentimientos eran tan fuertes que podiamos enfrentarnos a todos los obstaculos que se presentaran, aunque nada nos preparo para la montana rusa de situaciones en la que se convertirian nuestras vidas.

  • Las falsas verdades. Origen de Gemma Garcia Veiga

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    <>. Ni el Cielo es lo que parece ni el Infierno un agujero inmundo de deshechos humanos. Drako no quiere mentiras que consuelen sino la verdad, aunque duela. Cuando Iris entra en su vida descubre que toda su existencia fue manipulada y esta dispuesto a llegar al fondo del asunto, aunque en tal empresa pierda por segunda vez la vida.

  • Los cabrones tambien se enamoran de Yanira Garcia

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    Soy Helena Miller, aunque el se empene en llamarme Helena con hache... Sobra decir que lo odio, ?verdad? ?A el? A el tambien, por supuesto.
    No me he parado a pensar siquiera como he acabado trabajando en New York Style tras una entrevista de los mas rara, ?que por que? Pues porque... No pienso desvelarte todos mis secretos, !entonces no tendria gracia!
    El senor microbio, que asi es como lo llamo carinosamente --anadase un punado de ironia en esta parte--, me ha encomendado una mision: debo escribir una columna en la revista sobre como conquistar a un hombre... !Yo! Que no tengo ni idea de ello, en fin, me toca improvisar, eso si, mientras mi mente se plantea como ser creativa para cumplir el objetivo por el cual me han contratado, jugare a ser su piedra en el zapato.
    Lo que no me esperaba es que la cosa se terminara complicando hasta el punto en que... en que... Pues hasta este punto.
    Loren, Mia y Sarah, mis mejores amigas, intentaran ayudarme en este camino, unas veces acertaran y otras me complicaran las cosas mas aun y luego esta Guille, mi companero de piso que solo piensa en... ?empotrarme?
    Lios, risas, confesiones, consejos, vodkas, enemigos, amigos, verborrea, dramatismo, locuras... Esos son ingredientes que encontraras en mi historia, ?te atreves a descubrirla? Si no lo haces, te arrepentiras... !Os presento mi mundo! !Bienvenid@s!

  • Hoyos de Louis Sachar

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    Los chicos buenos van al cielo, los malos… al Campamento Lago Verde. Stanley Yelnats se convierte en interno del campamento despues de ser acusado del robo de unas zapatillas; alli conocera a Zero y su vida cambiara para siempre. ?Donde estan los limites entre el bien y el mal?Una historia estremecedora para reflexionar sobre el significado de la justicia.

  • Ebrias decisiones de Antonio Preciado

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    El reloj del auto marcaba las 18:45 horas. Conducia el Mini convertible por el carril de alta velocidad sobre la avenida Garza Sada dirigiendome a casa de Daniel, el unico de mis amigos al que le emociona la idea de volverse mas viejo cada seis de octubre. Nos reuniriamos en su casa para cenar junto con su familia y celebrar su cumpleanos veintisiete: la excusa perfecta para abrir la botella de vino tinto que me acompanaba en el asiento del copiloto. "Espero que Daniel tenga un sacacorchos en casa", pense al voltear y asegurarme de que el cinturon de seguridad estuviera ajustado sosteniendo la botella. Mas vale prevenir que lamentar. Despues de atravesar la metropolis, llegue a la calle donde se encuentra su casa. Localizar espacio para estacionarse en el estrecho camino parecia imposible por la absurda aglomeracion de autos sobre las banquetas. Aparque en una esquina a cinco casas del portico. Verifique el acomodo del flequillo negro sobre mi frente en el espejo retrovisor. "Perfecto". Sali del auto; mi mano derecha sostenia la botella de vino y con la otra presione el boton de la llave para cerrar el coche. Me quede parado unos segundos frente a la entrada principal, imaginando a la familia de Daniel del otro lado de la puerta. Casi podia verlos sentados en circulo frente a la mesa del comedor repleta de platos con comida y de bebidas. Su madre organizando el viaje a Cancun para asistir a la boda de su sobrino el ano siguiente. Su hermana Gloria contando los meses que faltaban para dar a luz al nuevo integrante de la familia. Yo ya esperaba que sus hermanos me hicieran, en tono burlon, aquella pregunta que se volvia cada dia mas irritante: ?Cuando nos van a llegar las invitaciones de tu boda, Alonso? Pero estan muy acostumbrados a verme sin pareja; han dado por hecho que ese evento nunca lo celebrare en esta vida. Ni en la siguiente. Presione el timbre dos veces y Daniel aparecio del otro lado de la puerta, invitandome a pasar con unas palmadas en la espalda. --!Te haces del rogar! --dijo, apuntando al reloj digital en su muneca--. Habiamos dicho que llegarias hace una hora. El color blanco de la camisa hacia que su piel morena resaltara. Nuestra similar complexion y el metro setenta y cinco de altura han hecho que la gente nos pregunte en mas de una ocasion si somos hermanos. Caminamos por el corto pasillo hacia la cocina. Daniel tomo la botella de vino tinto y la coloco en la mesa del comedor. Conozco la casa a la perfeccion. Suelo venir los domingos cuando Daniel me invita a ver los partidos de Los Rayados de Monterrey. No soy fanatico del equipo y tampoco me interesa el futbol soccer, pero me gusta sentarme frente al televisor a beber una o dos cervezas... o tres. Salude a sus padres y hermanos. Tras la cordial y corta bienvenida, pase al bano. Moje mis manos y el rostro acercando mi cuerpo al lavabo de ceramica. Parado frente al espejo, me quede observando la profundidad de mis ojos cafe oscuro. Me pase los delgados dedos sobre la cara y note que mi aspecto mostraba senales de fatiga. Las ojeras por las trasnochadas de los dias y semanas anteriores comenzaban a notarse cada dia mas; la resequedad en mis labios suplicaba beber algo mas que alcohol. A pesar de eso, no me veia mal en absoluto. El aspecto joven y varonil reflejaba la edad precisa: veintiseis anos. Mantenia mi cuerpo esbelto y en su lugar gracias a las horas semanales de ejercicios cardiovasculares y pesas. La balanza de prioridades estaba muy bien distribuida: trabajo, ejercicio y vida social. Todos importantes, ninguno mas que otro, ?o si? Seque mis manos en los Levi's azul oscuro y sali del bano. Daniel me esperaba con una copa de vino tinto; todo el mundo sabe que es mi favorito. Nos dirigimos hacia el patio trasero donde sus hermanos preparaban cortes de carne sobre el pequeno asador. Habian instalado mesas plegables redondas con sillas alrededor, separamos dos de ellas. Mi mano izquierda sostenia la botella de vino que agarre de la mesa antes de salir al patio, y la derecha resguardaba la copa a medio llenar. --Ahora si, !cuentame! ?Ya decidiste donde quieres continuar la fiesta despues de la cena? -- pregunte justo antes de dar un sorbo a la copa. Me rodo una gota sobre el menton. --No, aun no decido --Daniel dio un sorbo a la botella de agua que saco de la nevera--. Ademas, no seremos muchas personas. Karen viene en camino, podemos discutirlo cuando llegue. Ya sabes que no puedo decidir por ella. Esperar a que llegue la novia de Daniel a cualquier lugar es como esperar una nevada en Monterrey: !absurdo! Karen es la persona mas impuntual que conozco. No me sorprenderia que llegara tarde a la celebracion de su propio funeral. Del bolsillo derecho de mi pantalon saque el celular. No tenia notificaciones de WhatsApp ni comentarios en mis estados recientes de Twitter y Facebook, pero si en mi ultima publicacion de Instagram, que era una foto de una lasana instantanea extendida sobre un plato de loza. La imagen hacia que el valor comercial del platillo aumentara su precio al triple. Junto al plato habia una copa de vino blanco y la botella de Verdeo importada desde Espana. La publicacion era del dia anterior con la descripcion: Cena para uno #Wine. Deslizando mi dedo sobre la pantalla, me dirigi al buscador de Google para escribir Horgans. La pantalla mostro el mapa de Monterrey y la ubicacion del club en el centro de la ciudad. Pase mi dedo sobre la informacion, y al encontrar el numero de telefono, marque. --Buenas noches, quisiera hacer una reservacion para hoy a las once --dije, y escuche a la chica al otro lado apretando un extremo del boligrafo, preparandose para apuntar--. !Claro! La reservacion a mi nombre, Alonso Rodriguez. Termine la llamada, di un trago a la copa y me dirigi a Daniel. --Ahora ya puedes decir a tus invitados hacia donde moveremos la fiesta el dia de hoy --dije guardando el celular sin notificaciones en el bolsillo. --Sabia que no aguantarias las ganas de ir a Horgans --y saco su celular. Escabulli la mirada por encima de su brazo: Daniel mandaba un mensaje a un grupo de WhatsApp llamado Parejitas para dar aviso a los integrantes sobre el nuevo plan de la noche. Yo no estaba incluido en ese grupo, ?por que habria de estarlo? El nombre del grupo era una ofensa a mi eterna solteria por eleccion, ?o seria por obras y planes del destino? No lo sabia y no me importaba… ?o si? --?Tienes pensado invitar a mucha gente? --pregunte--. ?A tus amigos de la oficina, a los del equipo de futbol? --y verti mas vino en la copa medio vacia. --La verdad solo voy a invitar a los de este grupo --Daniel me enseno la pantalla del celular con la conversacion reciente de las "parejitas"--. No le dije a nadie mas. Mis amigos tenian otros compromisos y casi nunca tienen dinero para ir a esos lugares. Ademas, Karen insiste en que convivamos mas con Anna y Ricardo. No entiendo por que, si nos vemos cada semana. En fin, seriamos solo nosotros cinco, incluyendote. El sonido del timbre interrumpio nuestra conversacion. Su hermana Gloria habia llegado en compania de su esposo y una enorme barriga de siete meses. --?Te molesta si te dejo por unos minutos mientras atiendo a mis invitados no alcoholicos? -- pregunto Daniel. --!Por supuesto que no! Tengo la compania que necesito --y levante la copa. Me quede solo y en silencio por un par de minutos mientras terminaba el liquido que restaba en la botella. Los hermanos de Daniel entraban y salian de la casa hasta el patio trasero cargando ingredientes para la cena. Puse mi mano sobre el bolsillo izquierdo del pantalon y note que algo faltaba. Me levante de inmediato de la silla y entre a la casa para buscar a Daniel. --Te vere junto con los demas afuera de Horgans --le grite mientras me aproximaba a la puerta con las llaves del auto en la mano. --?A donde vas? Acabas de llegar --pregunto Daniel acompanandome hasta la puerta--. ?Puedes esperar al menos a que termine la cena? Mi familia se ira despues de eso y no quiero que bebas alcohol con el estomago vacio. ?Recuerdas como te pusiste en nuestro ultimo viaje a Playa del Carmen? Lo recordaba, o al menos algunas cosas; por suerte no tenia memoria para las mas embarazosas. Hice una pausa antes de girar la perilla y me dirigi a Daniel. --Me acabo de dar cuenta de que olvide mi cartera en casa. Pero no te preocupes, te vere afuera de Horgans antes de las once. Dile a Karen que... Justo antes de cruzar la puerta, la cabellera rizada y castana de Karen se interpuso en mi camino hacia la salida. --?Te vas tan pronto? Apenas comienza la noche --dijo Karen entre risas, colocando su mejilla junto a la mia. El saco rojo la cubria desde los hombros hasta las rodillas, dejando al descubierto las medias negras. Los zapatos de tacon aumentaban su corta altura hasta casi emparejarse con la mia. El poco maquillaje en su cara y el labial rojo hacian que su piel blanca se viera mas palida de lo normal. --Olvide algo en casa y tengo que ir a recogerlo, pero no te preocupes, los vere en Horgans mas tarde. --?Quien decidio ir a ese lugar? --pregunto Karen. --Fue Daniel, le dije que debiamos esperar a que llegaras, pero es muy insistente --dije antes de salir por la puerta. Karen comenzo a reir y agito la mano, despidiendose. Daniel la recibio con un beso en los labios y la invito a pasar. La puerta se cerro a mis espaldas. Encendi el motor y me dirigi rumbo a casa. El trafico era denso: las filas de autos transitando entre municipios crecian mientras avanzaba la noche. El tablero marcaba diecinueve grados y las nubes se esparcian por el cielo de la ciudad. El Mini convertible circulo sobre la Carretera Nacional al sur de Monterrey hasta llegar a la caseta de vigilancia de la colonia Sierra Alta. El portero me saludo desde lejos y alzo la barrera metalica que dejo pasar al auto. Varado frente a la casa, esperaba a que el porton electrico se elevara para poder entrar. La camioneta Suburban de mi padre, el ingeniero Rodriguez, estaba estacionada dentro de la cochera. Conozco aquella maquina desde el exterior: podria contar con los dedos las veces que he subido al vehiculo, ya sea en el asiento del copiloto o en los traseros. El ingeniero Rodriguez nunca me ha dejado conducirla; su risa burlona dice que lo arruinaria, como con todo lo que pasa en mi vida. Esa risa no logra ocultar la verdadera intencion de sus palabras: "Nunca la vas a conducir, no tienes las aptitudes". Aparque al lado izquierdo de ese vehiculo medio metro mas alto que yo. El porton se cerro sin prisa detras de mi. Sali del auto y camine hacia la puerta lateral de la cochera para entrar a casa.

  • !Y tenia que ser mi jefe! 7 de Monica Hoff , Norah Carter

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    Davinia y Peter por fin disfrutaban de un merecido tiempo para ellos solos. Risas, playa y mucho amor… Pero la soledad les duro poco. Davinia esta embarazada y ahi comienza el caos de nuevo en sus vidas.
    El final de la saga con momentos divertidos, con todos los personajes y con la culminacion de una historia de amor que nos ha mantenido en vilo. ?Seran, por fin, nuestros protagonistas felices para siempre?