• resumen libro tan tuyo como tu muerte - Emili Bayo

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    Una asesina convertida en victima, un moribundo dispuesto a salvar una vida, el odio de la mano del amor… El sargento Abel Claramunt aspira a acabar sus dias como policia en un retiro tranquilo, pero el pasado familiar y la pasion de una joven companera le complican la existencia. Deberan esforzarse por salvar una vida, atrapar a una asesina e investigar un secuestro. Mucho para alguien a quien solo quedan unos meses de vida.

  • TAN TUYO COMO TU MUERTE | EMILI BAYO | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-tan-tuyo-como-tu-muerte/9788416580637/5211434

    6 mar 2017 — Sinopsis de TAN TUYO COMO TU MUERTE ... Una asesina convertida en víctima, un moribundo dispuesto a salvar una vida, el odio de la mano del amor..

  • “Tan tuyo como tu muerte” - Emili Bayo - Libros que hay que leer

    http://librosquehayqueleer-laky.blogspot.com/2017/04/tan-tuyo-como-tu-muerte-emili-bayo.html

    28 abr 2017 — Una asesina convertida en víctima, un moribundo dispuesto a salvar una vida, el odio de la mano del amor... El sargento Abel Claramunt aspira a ...

  • Tan tuyo como tu muerte de Emili Bayo - Blog para escritores

    https://escritoresnoveles.wordpress.com/2018/01/25/tan-tuyo-como-tu-muerte/

    25 ene 2018 — SINOPSIS. Una asesina convertida en víctima, un moribundo dispuesto a salvar una vida, el odio de la mano del amor… El sargento Abel Claramunt ...

  • Tan tuyo como tu muerte Versión Kindle - Libros - Amazon

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    Una asesina convertida en víctima, un moribundo dispuesto a salvar una vida, el odio de la mano del amor... El sargento Abel Claramunt aspira a acabar sus ...

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    https://www.fnac.es/a1342498/Emili-Bayo-Tan-tuyo-como-tu-muerte

    Tan tuyo como tu muerte, libro o eBook de Emili Bayo. Editorial: Versatil. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Tan tuyo como tu muerte...un libro con final en Calamocha

    http://recuerdosdecalamocha.blogspot.com/2018/06/tan-tuyo-como-tu-muerteun-libro-con.html

    23 jun 2018 — Localiza al autor y me cuentas” y por otro lado lo comente con el escritor de Barrendero, Enterrador Ferroviario, Jon Lauko, quien se entusiasmó ...

  • TAN TUYO COMO TU MUERTE - EMILI BAYO - Agapea

    https://www.agapea.com/Emili-Bayo/Tan-tuyo-como-tu-muerte-9788416580637-i.htm

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  • tan tuyo como tu muerte bayo,emili - UDL Libros

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    Una asesina convertida en víctima, un moribundo dispuesto a salvar una vida, el odio de la mano del amor... El sargento Abel Claramunt aspira a acabar sus ...

  • Tan tuyo como tu muerte de Emili Bayo - La Gata Negra de ...

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    12 mar 2019 — Una asesina convertida en víctima, un moribundo dispuesto a salvar una vida, el odio de la mano del amor… El sargento Abel Claramunt aspira a ...

  • Tan tuyo como tu muerte - Emili Bayo. - Brownie y sus cosas

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    8 mar 2017 — Año: 2017. Autor: Emili Bayo. SINOPSIS. Una asesina convertida en víctima, un moribundo dispuesto a salvar una vida, el odio de la mano del amor ...

  • El manana sin mi de Emili Bayo

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    Novela ganadora del premio Valencia 2019 Alfons el Magnanim de Narrativa en Castellano.

  • Hormigas salvajes y suicidas de A. G. Porta

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    A mediados de diciembre de 2007 Gustavo Braudel y su hija Albertine, a quienes ya conocemos por anteriores obras de A. G. Porta, participan en la operacion HSYS (Hormigas Salvajes y Suicidas), segun se desprende del relato que esta ofrecera al coronel Francisco Resano: “A veces una no sabe, querido coronel, por que echa de menos una epoca que en su momento no le parecio mejor que cualquier otra, pero a la que, sin embargo, le tiene un aprecio especial, posiblemente debido a las circunstancias que concurrieron en ella, a las personas que me rodeaban y, tal vez, a que pronto vayan a cumplirse cinco anos y todavia no haya podido pasar pagina.

  • Nora: Diario de una amante de Esperanza Alonso Campos

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    Nora solo quiere amar y ser amada, pero la suerte no le acompana en su empeno. Ella misma nos cuenta sus aventuras y, sobre todo, sus desventuras romanticas. ?Sera capaz de encontrar a su hombre ideal?

  • Una arruga en el tiempo de Madeleine L'engle

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    Fisica cuantica y romance adolescente en una alocada odisea espacial. Un clasico inclasificable de la literatura juvenil.
    Meg Murry, nuestra protagonista, tiene problemas para adaptarse en la escuela, es dificil adivinar que sus padres son cientificos. Papa desaparecio tiempo atras en extranas circunstancias, pero mama no ha perdido la esperanza de volver a verlo. Su hermano pequeno, Charles, es un nino prodigio; su mente posee una percepcion excepcional que le permite ver mas alla de las apariencias.Es esa habilidad la que les permitira encontrarse con las senoras Que, Cual y Quien, y descubrir que detras de ellas se esconde un increible secreto, "la arruga en el tiempo" que puede llevarlos a otros mundos. Justo lo necesario para emprender la busqueda de su padre perdido, ?no creen?En el espacio exterior no existe el aire, asi que respira hondo y preparate a viajar junto a Meg, Charlie y su amigo Calvin para averiguarlo.

  • Comer para no morir, Michael Greger de Michael Greger

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    La gran mayoria de muertes prematuras podrian prevenirse con tan solo llevar a cabo sencillos cambios en la dieta y en el estilo de vida. En Comer para no morir, el doctor Michael Greger, experto en nutricion y medico de fama mundial, analiza las quince primeras causas de muerte (enfermedades cardiovasculares, distintos tipos de cancer, diabetes, enfermedad de Parkinson o hipertension arterial, entre otras) y explica como algunos cambios en la alimentacion y el estilo de vida pueden ser mas eficaces que las pastillas u otros tratamientos farmacologicos y quirurgicos, y de este modo vivir una vida mas saludable.

  • Te hace falta un beso (Mis besos 1) de N. S. Luna

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    Delfina es una famosa youtuber que se gana la vida haciendo videos en Internet, donde es mas conocida como #FiniMoon.

  • Aniquilacion de Mariah Evans

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    Tras la llegada de los vampiros al tranquilo pueblo de Banff y la invocacion de la bestia, Christopher se infiltra en la comisaria como agente de policia, con el objetivo de ocultar las pruebas que ponen de manifiesto la guerra iniciada por lobos y vampiros por la conquista del territorio.

  • Nadie se muere de esto de Fatima Casaseca

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    Dicen que para solucionar cualquier problema el primer paso es reconocer que lo tienes, y la verdad es que, visto asi, parece facil. Como si reconocer algo no fuese mas que un tramite, una diligencia anodina consistente en admitir aquello que ya se sabia pero que, por alguna razon estupida y caprichosa, uno se empena en negar de manera sistematica. Sencillisimo, vaya. Poco menos que un juego de ninos si no se pasase algo por alto. Algo importante, fundamental. Y es que, para reconocer, primero siempre hay que conocer; es decir, percatarse, notar o percibir, pues dificilmente puede admitirse algo que se ignora. Yo misma, por ejemplo, hasta hace poco ignoraba que era una cobarde. Que soy bastante soberbia si que lo intuia, mas que nada porque es casi lo unico que llevan reprochandome en serio mi padre y mis hermanas desde que tengo uso de razon. Pero ?cobarde yo? No lo habria imaginado jamas. Nunca. De hecho, llevo --o llevaba-- toda la vida considerandome osada y transgresora, diferente, mejor incluso, y pavoneandome por ello dia si, dia tambien, con unas infulas que ahora se me antojan de lo mas ridiculas y cuyo recuerdo aun me sonroja, provocandome dolorosas punzadas de verguenza. Un recuerdo no muy lejano, todo sea dicho, porque aunque esta historia comenzo meses atras, su absurdo desenlace se produjo hace apenas unas semanas. Una resolucion que por mucho que mi padre se empene en considerar necesaria y, por eso mismo, acertada, a mi solo me parece triste. Triste, cobarde e indecorosa. Y con el amargo regusto que le queda a una al descubrir que ha estado demasiado tiempo haciendo el gilipollas. Me llamo Elena Garcinuno, por cierto, y voy a cumplir treinta y cuatro anos. El ultimo sabado de enero, hace casi siete meses, llame a mi hermana pequena en estado de shock. Al principio, como viene siendo lo habitual en estos casos, Natalia se cabreo con Alberto. Aunque quizas <> no se ajuste del todo a la sarta de improperios que le dedico, que lo puso de vuelta y media. Es probable que aquel dia no jugase a favor de Alberto el hecho de que mi hermana no le ha tragado nunca y que los ultimos cinco anos, por educacion y porque me quiere, se ha limitado a dejarme caer, como si fuera una observacion objetiva y sin malicia, que es un blandengue y que no entiende que veo en el. Con lo macarra que es Natalia, todo un detalle por su parte. Asi que durante esa conversacion telefonica no desaprovecho la oportunidad y se desquito a gusto; y no se le paso por la cabeza concederle siquiera la presuncion de inocencia. De todas formas, como esto es a toro pasado y estoy intentando ser sincera y despiadada conmigo misma --y valiente, claro--, reconozco que llamando a Natalia sabia perfectamente donde me metia y que eso era justo lo que buscaba. Pero es que la situacion era de todo menos simple y lo que yo tenia esa manana era el orgullo dolorido y un ataque de colera monumental y descontrolado que me urgia canalizar antes de verle. Que estaba llorando a moco tendido, vamos. Mientras aporreaba la pantalla del telefono era consciente de que, si me lo hubiese encontrado dandose un revolcon con otra, o intentandolo, habria sido todo muchisimo mas facil. Sobre todo por lo espontaneo. Conociendome, seguro que le habria abofeteado, escupido e insultado, y que despues me habria escapado a gimotear y a seguir injuriandole en algun bar, alternando amigas y familia. Y copas, eso por supuesto, mogollon de copas. La cuestion --y aqui residia el problema fundamental, mi problema fundamental-- era que no le habia pillado, asi, con las manos en la masa como quien dice, sino un mensaje antiguo en su Facebook que, ademas de parecer una despedida, por lo menos temporal, resultaba bastante ambiguo. Eran apenas tres lineas, tal vez cuatro, y aunque no era sexualmente explicito en su contenido, el hecho de no conseguir ubicar a la remitente --una tal Pilimindrina-- en mi lista mental de legitimas amistades femeninas de Alberto, ni lograr identificarla por su foto de perfil --una figura sin contornos ni facciones, a lo lejos, frente a lo que me parecio el Coliseo romano-- disparo todas mis alarmas. Ella, Pilimindrina --apodo que me la sugeria traviesa e inocente al mismo tiempo, como pilindri o pelandrusquilla, una aleacion irresistible para cualquier ego masculino--, habia escrito, hacia mas o menos un ano, que le habia hecho muy feliz conocerle, que desde aquellos dias pasados juntos en Barcelona no habia podido dejar de pensar en el, en las circunstancias que les impedian mantener una relacion mas estrecha, y que esperaba con ilusion y expectativa que el destino volviera a ponerlo en su camino pronto. Bla, bla, bla. Un zorron en toda regla, conclui, pues si hablaba de circunstancias adversas es que sabia de mi existencia. Y se la sudaba. Lo peor, no obstante, era que Alberto, mi en teoria entregadisimo novio, le habia contestado unos dias despues en un tono similar: <>. Aun a riesgo de parecer una neurotica, confieso haberme aprendido la respuesta de memoria, emoticonos incluidos, pero es que tuve que repasarla varias veces para confirmar que de verdad ponia eso y no otra cosa, tal era mi desconcierto. Que vaya ingenua, se burlaba Natalia, como si no estuviese clarisimo lo que significaba. Menudo cabron, cabronazo, pedazo de cabron, repetia machacona. Peor que eso, decia, una mosquita muerta es lo que es. Y es que Alberto --Albertito, como lo apodo despectiva nada mas conocerle--, el novio ideal, guapo y pijo, la envidia de todas mis amigas, el mas estupendo, detallista y sacrificado, siempre respetando mis tiempos y sin presionarme, nunca me habia dado motivos para sospechar de el.

  • Un pacto entre tu y yo de Donna Kenci

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    Pittsburgh, Pensilvania. 2007 Hay veces que un impulso, o una mala decision, te obliga a cometer errores imperdonables pero, en excepcionales ocasiones, esas equivocaciones te convierten mas tarde en una persona mejor... aunque en ese instante no te lo parezca asi. Al menos eso era lo que pasaba por mi mente mientras observaba de reojo a la directora pasearse de un lado al otro de su despacho, resoplando como un caballo y lanzandonos miradas furiosas a Ethan y a mi. Definitivamente, habiamos traspasado la frontera de lo que jamas se debia hacer. --Esto no quedara asi --gruno la senora Graham en voz baja--. Esta vez no os vais a librar del castigo que os mereceis. ?Me ois? Ethan y yo asentimos al mismo tiempo. A pesar de que el era dos anos mayor que yo y mas corpulento, parecia que aquella vieja silla lo habia encogido de tamano, engullendolo entre su tapiceria, hasta hacerle aparentar ser un nino asustadizo que espera la reganina de su madre con ojos llorosos. No habia ni rastro del adolescente rebelde y altivo que solia contestar de malas formas a todo el mundo. Desde luego, Ethan tenia mas que perder que yo. Cualquier castigo podria privarlo de lo que mas le gustaba: el hockey. Y eso era algo que el nunca me perdonaria, en caso de que la directora decidiera apartarlo de su deporte favorito. Sobre todo, sabiendo que esta vez la culpa era solo mia y de nadie mas. Bueno, al menos en parte. --Os voy a enumerar los desperfectos que habeis ocasionado, para que os hagais una idea del alcance de vuestra fechoria. --No es necesario, directora Graham --murmuro Ethan, en voz tan baja que por un momento crei que solo yo atine a escucharlo--. Los dos sabemos lo que hemos hecho y estamos muy arrepentidos. Ella lo oyo y se paro en seco. Sin embargo, prosiguio con su discurso, haciendo caso omiso a las palabras de Ethan. --Habeis destrozado la vitrina de cristal que contenia los trofeos deportivos de la historia de este centro. --Nos observo sin disimular su disgusto--. Como consecuencia, cinco de las copas se han roto y nos costara una fortuna arreglarlas. Por no hablar de los seis premios de poesia, de magnifica porcelana, que han quedado hecho anicos. Y lo peor de todo: el femur roto de la senorita Spencer, quien tendra que permanecer de baja medica durante varios meses, gracias a vuestro despreciable comportamiento. --Al instante nos senalo con el dedo indice, primero a uno y luego al otro--. ?Y bien? ?Teneis algo que decir al respecto? Contemple a un indignado Ethan y me senti mas miserable que nunca. --No, senora Graham --conteste, abatida--. Creo que hablo en nombre de los dos cuando digo que lamentamos mucho lo ocurrido y que asumiremos nuestro merecido castigo. Ethan protesto por lo bajo. Y yo quise hacerme invisible. No alcanzaba a comprender que clase de posesion diabolica se apodero de mi para llevarme a cometer semejante tropelia, si nunca fui una chica agresiva; al contrario, habitualmente huia de los enfrentamientos..., menos cuando se trataba de Ethan, claro. Lo cierto era que mi repentino arrebato nos pillo por sorpresa a todos. Y ni siquiera podia excusarme por haber recibido antes aquel insulto por parte del hermano de mi mejor amiga. Ya debia estar mas que acostumbrada a sus pullas, pues llamarme Dientes de Hierro era una de las cosas mas suaves con las que me habia agasajado su afilada lengua. No obstante, por una vez mi instinto me impulso a no quedarme de brazos cruzados e hice algo terrible: lo empuje con todas mis fuerzas. De nuevo revivi en mi cabeza la espantosa escena a camara lenta. Ethan cayendo sobre la profesora Spencer quien, a su vez, perdia el equilibrio y se precipitaba sobre la gran vitrina de cristal que contenia los trofeos. Ese pequeno rincon que suponia un gran motivo de orgullo para las generaciones que construian la historia de nuestro centro escolar. --Estoy cansada de vuestras continuas disputas. --La directora siguio paseandose de un lado al otro--. Pero esta vez voy a ponerle fin, aunque sea lo ultimo que haga y me lleve a plantearme vuestra expulsion, tal y como corresponde, debido a la gravedad de lo ocurrido. Ethan se incorporo, como impulsado por un resorte en el trasero. --Senora Graham, yo... Cuando la directora le puso un dedo sobre el torso y lo mando a callar sin pronunciar palabra alguna, el me lanzo una mirada asesina. --He dicho que eso es lo que dictan las normas del centro, no que sea mi decision final -- rectifico, antes de continuar--. No creo que expulsaros sirva de mucho, dadas las circunstancias. Los dos sois inteligentes y necesitais aprender la importancia de ponerse en el lugar del otro. Teneis que comprenderos mutuamente para poder alcanzar el grado de cordialidad que corresponde entre dos adultos; porque no olvideis que ya no sois unos ninos sin conciencia. Debeis aprender a ver la bondad en el otro. Ambos sois buenos chicos, por eso no entiendo por que os despreciais tanto. Los ambarinos ojos de Ethan se posaron sobre los mios con rabia. Yo creia saber que era lo que le motivaba a odiarme con tanta intensidad y no podia culparlo por sentirse asi, puesto que Maggie era lo que Ethan mas queria en el mundo. El nunca habia aprobado la amistad de su hermana conmigo, sobre todo cuando penso que yo era la responsable de que los dos se distanciaran. Era inutil intentar hacerle entrar en razon; explicarle que Maggie ya no era una nina y que no podia hablar con el sobre chicos, besos y citas. --... Y por eso quiero que lleveis un control por escrito de todo lo que sucede entre vosotros. --Las palabras de la directora me sacaron de mis pensamientos de forma abrupta, sobre todo cuando senti que algo pesado caia encima de mis piernas--. Nos reuniremos una vez a la semana para leer en voz alta vuestros diarios; en los que debeis anotar al menos una cosa positiva el uno del otro. --?Un diario? --se quejo mi mayor enemigo. Su expresion horrorizada me indico que lo que estaba oyendo era cierto. ?De veras la directora pretendia que escribieramos un diario? ?A nuestra edad? Pero si eso era cosa de ninos pequenos y nosotros ya asistiamos a la escuela secundaria. Vale que once anos no eran tantos, pero ?que diablos pintaba yo escribiendo tonterias en un diario? --Asi es --se reafirmo la senora Graham--. Esto os ayudara a comprender los pensamientos del otro, ya que no sois capaces de comunicaros como corresponde. --Nos contemplo a los dos por encima de sus gafas, con las cejas alzadas--. Si no quereis que os expulse, tendreis que escribir en esas paginas --senalo ambas libretas-- lo que ocurra entre vosotros; pero al menos una vez a la semana debereis dejar constancia de una accion positiva ante el otro. ?Lo habeis entendido? Yo no salia de mi asombro. Sin duda, ese era el castigo mas absurdo al que me habia enfrentado en mi corta vida. Absurdo e inutil. --?Significa eso que tenemos que hacer algo bueno por el otro una vez a la semana? -- pregunte. --En efecto, y lo anotareis en vuestros cuadernos. Todos los lunes os esperare en mi despacho tras finalizar las clases y leereis en voz alta lo que habeis escrito durante la semana anterior. Ethan emitio un sonido ahogado. --?Tendre que escuchar lo que Jane opina sobre mi? --Exacto. Pero yo seguia preocupada por la otra parte del castigo. La que, con toda probabilidad, me iba a costar mas de llevar a cabo. --Senora Graham, ?me puede explicar a que se refiere con hacer algo bueno por el otro? --Me refiero a que tendreis que esforzaros por tener un gesto amable o realizaros algun favor mutuamente. Una risa sospechosa se escapo de los labios de Ethan, lo que provoco mi ira de inmediato. --?Pretende que seamos amigos? Eso es imposible --me negue en rotundo--. Somos totalmente opuestos y jamas conseguiremos llevarnos bien. Candace Graham acerco su rostro al mio, amenazante. --Desde que asistis a esta escuela he tenido que soportar veros en este despacho cada semana, por un motivo u otro. Y con el paso del tiempo me he dado cuenta de que los castigos simples no sirven de nada con vosotros dos. Por eso he decidido que lo mejor es que seais ambos los que os preocupeis de llevaros bien y trateis de comprenderos, si no quereis terminar expulsados del centro. --Entendido, profesora Graham. El muy capullo de Ethan parecia aliviado con el castigo, algo que me saco de quicio. Finalmente se habia salido con la suya al no ver afectada su posicion como capitan del equipo juvenil de hockey. En cambio, los dos sabiamos de sobra que el se las ingeniaria para no cumplir con el castigo o buscaria la forma de continuar fastidiandome de alguna manera. Y asi me lo confirmo con su penetrante mirada de suficiencia. De nada servia sentirme culpable por lo ocurrido, ya que a Ethan le daban igual mis sentimientos; asi me lo habia demostrado una y otra vez desde que nos conocimos siendo tan solo unos ninos de no mas de cinco anos, cuando su familia se mudo a vivir a la casa de al lado. --Pues esto es todo. Confio en que esta vez vuestro castigo funcione, y no me volvais a defraudar. Os espero el lunes proximo. --Si, directora --contestamos casi a la vez. Parecia que incluso estabamos en sintonia, pero no era asi. En absoluto. --?Estas contenta? --me susurro mi detestable vecino al pasar por mi lado. En cuanto salimos del despacho de Candace Graham, Ethan me hizo un gesto obsceno con su mano por detras de la espalda, mientras se alejaba silbando por el pasillo del Instituto. --Imbecil --murmure en voz baja. Sin esperar mas tiempo, me sente en uno de los bancos y comence a escribir en mi nuevo cuaderno, volcando en el toda la furia que albergaba en mi corazon: <>.

  • La venganza de M.j. Fernandez

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    ?Que diferencia hay entre justicia y venganza?

    Samuel es un joven brillante con un prometedor futuro. Cuando la oportunidad de cumplir su sueno llama a su puerta, todo se derrumba al ser acusado del brutal asesinato de su novia. Su vida es truncada por la confabulacion de tres hombres, que por diversos motivos se benefician de su desgracia, pero no es el unico. Con la misma perfidia destruyen la vida de otros inocentes sin llegar a sentir el menor remordimiento.

  • Se avecinan problemas de Ivonne Vivier

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    Un novio, una novia, su hermana gemela y un beso = Problemas.
    ?Que pasaria si lo inesperado sucede?

  • La hija olvidada de Armando Lucas Correa

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    Tras el exito del best seller internacional La nina alemana, la segunda novela de Armando Lucas correa narra un nuevo episodio desconocido de la Segunda Guerra Mundial.

  • Juegos prohibidos 2, Emma M. Green de Emma M. Green

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  • La mujer que aranaba las paredes de Jussi Adler-olsen

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    Primera entrega de Los casos del Departamento Q, un imparable best seller en toda Europa (Novela negra)

  • Como Ninguno Seduciendo de Sophie Kiss

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    El dia comienza con una taza de cafe, unas tostadas mientras revisa su portatil, mirando sus redes sociales, su emprendimiento en internet, es independiente economicamente, Iban es un chico sensible, no le da explicaciones a nadie.

  • Entre los 35 y los 45. La ruptura de Beatriz Curi Chercoles

    https://gigalibros.com/entre-los-35-y-los-45-la-ruptura.html

    Es una novela romantica dirigida a un publico adulto, de facil comprension de lectura, muy dinamica y divertida.

  • Empiezo a recordarte de Noe Casado

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    A nadie le sienta bien que le den planton, pero solo duele la primera vez. Para cuando vuelve a ocurrir, uno ya esta anestesiado. Eso, al menos, es lo que quiere creer Pierce, por lo que al abandono de su ultima
    pareja no le dedica siquiera cinco minutos de su tiempo, y menos aun cuando toda su atencion esta centrada en la remodelacion de un antiguo palacete renacentista, propiedad de su familia, que quiere convertir en hotel de lujo.

  • Estacion Sol de Gregorio Leon

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    Julia es una joven fotografa que empieza a trabajar en El Universal. Con su camara a cuestas, capta la imagen de Alfonso XIII entrando en un chale de la mano de una mujer que no es la reina, Victoria Eugenia de Battenberg, sino una amante. El director del periodico se niega a publicar esa foto, y encomienda a Julia un reportaje sobre las obras de construccion de un modernisimo medio de transporte que va a alterar la vida de Madrid: el Metropolitano; y mas aun cuando poco despues aparece el cadaver del capataz de las obras.

  • Como al leon por sus garras de Jose Manuel Sanchez Ron

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    <>, la expresion que utilizo el matematico Johann Bernoulli cuando reconocio un texto de Newton sin firma, abre esta interesantisima recopilacion de textos de grandes cientificos. Una gran oportunidad para conocer a los maestros de la ciencia mediante una cuidada seleccion de escritos en los que explican sus descubrimientos.

  • Muriendo sin ti de Freya Asgard

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    Luego de cerrar la carpeta que contenia los documentos, el abogado de Jose Fernandez miro a la unica heredera legal, su hija, Victoria Fernandez Subercaseaux, una mujer de veintiseis anos, tez blanca, ojos verdes y pelo negro, no habia heredado los rasgos europeos de su madre. De su padre, nada tampoco. --?Usted me quiere decir que todo lo que menciono ahi es mio? --Todo, senorita. --?Esta seguro que no le pertenece a alguien mas? --Seguro. Usted es la unica heredera, los padres de Jose Fernandez, sus abuelos, ya no viven, no tenia hermanos, tampoco estaba casado. Usted es la unica heredera legal, nadie mas puede reclamar lo que es solo suyo. --?Alguien mas podria o querria hacerlo? El abogado trago saliva y se acomodo la corbata. --Digame, ?hay alguien mas que querria tener eso? --indico la carpeta. --Bueno, si, algo asi, pero el no tiene derecho legal alguno sobre la herencia. --?Quien es? --El encargado de la hacienda, Rodrigo Montero, el aun no esta informado, manana viajo al sur para hablar con el. --?Es el capataz? --No, el es hijastro de don Jose, se crio con el. Victoria se quedo en silencio, no supo que decir; ella, que no habia significado nada en la vida de su padre, habia heredado todo, sin embargo, ese hombre que lo habia tenido todo junto a el, estaba quedando sin nada. Y eso no le gustaba nada. Ella no era una mala mujer, por mas dano que le hubiera hecho su padre. --Manana a las once viajare al sur, ?vendra conmigo? --consulto el abogado. --?En que posicion quedara el? --inquirio Victoria muy preocupada. --Eso sera decision suya, senorita, usted ahora es la duena universal y yo que usted, me quedo con todo, es lo que corresponde, despues de todo, su padre le debe pension alimenticia por muchos anos --respondio con malicia el licenciado.

  • Empezar de cero – Virginia V. B de Virginia V. B

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    Julia, es la hija de un arquitecto muy importante de Estados Unidos. Un hombre despota que no la trata precisamente bien. En una fiesta que organiza su padre, conoce a Abraham Asbai. Un nuevo arquitecto recien llegado a la ciudad del que se enamora perdidamente, y con el que se casa poco despues de conocerse. Ella, esta muy enamorada, y por supuesto cree que su marido siente lo mismo que ella. Hasta que sin querer escucha una conversacion de este con su mejor amigo y descubre algo que evidentemente, ignoraba.
    Desesperada y decepcionada huye en el coche para ver a su amiga y hablar con ella de lo que acaba de descubrir, pero un camion se cruza en su camino, y tiene un tragico accidente que la dejara en coma y posteriormente amnesica.
    ?Podra seguir Julia con su vida cuando se despierte del coma a pesar de no recordar nada de ella?
    ?Y que sucedera cuando esos recuerdos regresen?
    ?Se vera con fuerzas para empezar de cero?

  • Anos de soledad de Soledad Becerril

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    Soledad Becerril fue una de las veintiuna mujeres elegidas diputadas en las elecciones generales de 1977, en un Congreso donde habia 350 escanos; fue la primera mujer nombrada ministra, de Cultura, en un Gobierno de la monarquia parlamentaria en 1981; fue, tambien, la primera mujer elegida alcaldesa de Sevilla, en 1995, ciudad a la que dedica paginas conmovedoras, y la primera mujer defensora del Pueblo, en 2012. Diputada en seis legislaturas, senadora en una, a veces en la oposicion y otras veces con la mayoria ganadora, llego a la politica antes de cumplir los treinta anos con el afan de tomar parte en los hechos y decisiones que permitieron alcanzar la democracia y el deseo de priorizar siempre la transigencia, el dialogo y la concordia. En este libro recoge sus recuerdos de una larga etapa que empieza a comienzos de la decada de 1970 y acaba a mediados de 2017. A lo largo de una gran parte de los anos que rememora, la presencia de la mujer en la vida publica era casi inexistente, por lo que la actividad que llevo a cabo y su figura fueron seguidas con una atencion inusitada y muy critica. Este libro esta dedicado a los jovenes para que valoren como se ha llegado a un Estado democratico y de derecho, y comprendan que este reciente capitulo de nuestra historia es uno de los que acaba bien. Y a las mujeres, que hoy lo tienen todavia dificil, para que el legado y el trabajo de personas como Soledad Becerril valga para que sean tratadas con respeto, igualdad y sin discriminacion.

  • Tu ley es mi oscuridad de Alexandra Granados

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    Dispare a bocajarro al mejor amigo del hombre que amo. Atente contra su familia. Le menti y abuse de su confianza. Y ahora estoy sola, inmersa en la oscuridad luchando contra mis demonios. Ya no tengo nada por lo que luchar. ?Y que hace un animal cuando se siente herido y acorralado? !Ataca! Me llaman la psicopata de Carson City, ?no? Pues ahora veran cuan acertado es ese apodo”.

  • No me prometas la luna de Laia Andia Adroher

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    Irene y Felipe llegaron a mi sin esperarlo y aprendi mucho con ellos. A superarse, a luchar, a reponerse y sobre todo a amar. Aprendi que la familia que se escoge puede darte mucho y que el valor de la amistad es fundamental, que hay personas que estaran ahi pase lo que pase y se preocuparan por ti porque realmente les importa.
    Me encanto vivir con ellos, pero mas me gustara compartirlos y que los conozcais porque para mi significan algo muy especial.

  • Un error en las Vegas de Erina Alcala

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    Los hermanos Morgan, Luca y Gabriel Morgan, habian heredado un gran Rancho a las afueras de Austin, la capital del Estado de Texas cuando su padre se jubilo. Eran texanos puros, criados en el rancho desde pequenos. Se parecian mucho, altos, 1,87, casi iguales de estatura, ojos azules y el pelo claro. Gabriel Morgan era el mayor, 34 anos y se casaba en dos semanas con Anna, una chica de Austin, secretaria, buscando trabajo, aunque habia trabajado en un ar de empresas, ahora estaba en paro. Una chica rubia, alta y preciosa. Luca, sin embargo, decia que el no se casaria nunca, era mas mujeriego, gracioso, ironico, 32 anos. Su hermano Gabriel era mas serio y formal. Ambos habian estudiado derecho en Austin. Pero lo de ellos era el rancho, el aire libre donde se habian criado. Su madre, Claire Morgan, habia muerto joven, cuando Luca tenia apenas 17 anos y entraba en la universidad el ano siguiente. Y se quedaron solos los tres en el rancho. Y cuando su padre, Luke Morgan se jubilo a los 60 anos y volvio a casarse al cabo de 15 anos de la muerte de su madre con Ivy, una viuda como el, rica, decidio retirarse e irse a vivir a Florida donde el clima era bueno, se habian comprado una casa en los Cayos y pasaban casi todo el tiempo alli. Les dejo a sus hijos la mitad del dinero de la herencia, que pertenecia a su madre y el rancho entero. Pero los hermanos decidieron comprar unos terrenos colindantes al rancho y hacer del rancho dos ranchos distintos. Repartieron el dinero que quedaba, y echaron a suertes las dos partes en que se dividio el rancho. Llegaron al acuerdo de poner todo lo necesario en cada parte, casa, edificaciones necesarias, reformar el de su padre y asi ambos tendrian lo mismo. Cuando acabaron de repartir, hasta las reses. Cada uno se hizo con su rancho. A Luca, le toco el de las edificaciones nuevas. Ya no era el gran rancho que tenian, pero era los suficientemente grandes como para vivir muy bien de ellos y cada uno queria un rancho para llevarlo a su manera. Con el tiempo compraron mas ganado y se repartieron a los vaqueros, aunque tuvieron que contratar con el tiempo a mas chicos. Y poco a poco, despues de tantos gastos empezaban a ahorrar y a funcionar. Estaban satisfechos, se llevaban muy bien y estaban pendientes uno de otro, y su padre estaba orgulloso de sus hijos. No necesitaba nada, tenia su paga de jubilacion y su dinero bien invertido mas el de su nueva esposa, e iba a ver a sus hijos dos veces al ano. Ivy no tenia hijos, pero ya llevaba con el padre de ellos cinco anos casada y queria a los chicos como si fuesen suyos. aunque ahora estaban lejos, pero hablaban mucho por telefono. Los ranchos Morgan I y Morgan II, el Morgan I era de Gabriel y el II de Luca. Tenian tres amigos rancheros, ademas, cuyos ranchos lindaban unos con otros y se conocian de ninos, ya que eran de las mismas edades, habian ido al colegio, al Instituto y a la Universidad. Algunos trabajaban con su padre y otros compartian el rancho con su hermano, como Connor, tambien soltero, alto y guapo, que llevaba con su padre el rancho, y Carter y Aiden, hermanos que llevaban un rancho a medias y se planteaban hacer lo que los hermanos Morgan habian hecho. Ellos no tenian padres. Y ahi estaban los cinco, haciendo una maleta para pasar la despedida de soltero de Gabriel Morgan en Las Vegas. Anna se iba con sus primas y amigas a California, pero llegaron al acuerdo que, de acostarse con otros, nada. Se lo prometieron. Asi, uno de los vaqueros de Gabriel, los llevo a todos al aeropuerto con sus sombreros e iban a pasar seis dias en Las Vegas, de muerte. Habian reservado uno de los hoteles de cuatro estrellas. Cinco habitaciones juntas en la misma planta. Iban contentos cuando subieron al avion. Se notaba su presencia, con el cachondeo que llevaban. En el otro lado del planeta, un grupo de chicas malaguenas, que habian ido a la universidad juntas, contables, y que ademas trabajaban en una empresa auditora importante de Marbella y recorrian toda Andalucia y Malaga junto con los pueblos de la provincia, la costa del sol, auditando empresas, se preparaban para irse a Las Vegas, estaban en el aeropuerto. Todas tenian 27 anos y llevaban trabajando en la empresa ya cuatro anos. Soraya, una de ellas, se casaba con el subdirector de la empresa, Ruben Varea y decidieron irse a Las Vegas una semana para celebrarlo, claro que casi dos dias eran de viaje, mientras los amigos de Ruben y el mismo, iban a Dubai a ver el campeonato de formula uno y despues a Italia. Las chicas, Soraya, Julia, Patricia, Blanca y Claudia, que tenia miedo a los aviones, se montaban en el avion. -Vamos Claudia tienes que relajarte. Toma valeriana. -Y le dio una caja de pastillas -y luego te tomas un par de botellitas. -Y voy borracha todo el camino. -Y vamos a ir, a beber y a divertirnos, un buen coche descapotable para pasearnos. Apostar lo que hemos acordado, y vosotras a ligar un buen americano. Yo no puedo. Ya sabes mi Ruben...- decia Soraya. -Tu quietecita -y Soraya se reia. -!Ay, Dios! que esto sube para arriba -y Soraya le agarraba la mano fuerte a Claudia. El viaje a Las Vegas duro una eternidad. 19 horas de vuelo. Gracias que la mayor parte era de noche y fueron dormidas hasta el amanecer en que empezaron a poner los desayunos. No llegarian hasta casi la noche. Iban a coger un taxi grande para ir al hotel de cuatro estrellas que habian reservado. Todas las habitaciones juntas en la misma planta. Los chicos llegaron un dia antes y les dieron en el hotel sus habitaciones en la planta 15. Tenian unas vistas fantasticas de la ciudad tan colorida, sobre todo por la noche. Salieron a cenar y se fueron en un coche descapotable a recorrer la ciudad. Iban con sus sombreros, y las chicas los saludaban y ellos les gritaban. Las Vegas era espectacular. Cuando volvieron al hotel, esa noche se fueron a ver el espectaculo de chicas que habia con poca ropa. Y despues se fueron a una sala de baile a tomar unos chupitos y unas copas. Con un punto de alcohol se recogieron a las cinco de la manana para el dia siguiente ir a desayunar juntos. Luca cayo en la cama a pulso. Vestido y todo. Por la manana, se levanto, se ducho y se cambio de ropa, le dolia un poco la cabeza. Llamo a su hermano y a los demas, eran casi las doce, y ya no habia desayunado a comer directamente con un buen cafe caliente. Fueron al museo de cera y al mirador de la Torre Eiffel de Paris en Las Vegas. Les quedaba ir al gran canon y un vuelo nocturno en helicoptero sobrevolando la ciudad. Llegaron de noche de las visitas y subieron a darse una ducha y a vestirse para la noche, cuando vieron a cinco chicas con maletas arrastrandolas por la moqueta dentro del pasillo del hotel de su planta a sus habitaciones y se miraron. Estaban en las habitaciones justo enfrente de las suyas. -Hola saludo Luca, -que era un ligon junto con Connor. -?Os ayudamos? – dijo este ultimo. -No hace falta, gracias. -?Sois extranjeras? -Si, espanolas, -dijo Claudia que era la que mejor hablaba ingles, ya que la mayoria de las empresas que auditaba ella, eran inglesas o americanas. -?Y habeis venido a Las Vegas desde tan lejos? Se acerco a ella Luca ocupando su espacio vital. Ella lo miro hacia arriba, era tremendamente sexy y arrebatador. Si se empinaba un poco podia besar esos labios que tenia, de largas piernas y los vaqueros desgastados le sentaban como un guante, tenia el sombrero en la mano y sus ojos azules le traspasaron el alma. No habia visto un tio mas bueno y atractivo en toda su vida y su vos arrastrando las palabras sensualmente era lo mas. Si estaba en sus manos, se lo tiraba, eso seguro, pero esos vaqueros eran tan altos y ellas no eran tan altas y buscarian chicas despampanantes. -Si, mi amiga Soraya se casa, – y la senalo. -Vamos a estar cinco dias. - dijo Julia. -!No me digas!, mi hermano Gabriel se casa, y hemos venido seis dias, llegamos ayer. -Venga vamos a presentarnos, si no conoceis a nadie ni nosotros tampoco... Y se presentaron. Luca, se los presento a todas. -?Que vais a hacer ahora? -Bajar a cenar, estamos muertas de hambre, vamos a ducharnos y bajamos a cenar y nos quedamos esta noche a ver que hay en el hotel. Manana vamos de excursion al canon. -?En serio? nosotros tambien. Vamos juntos. Lucas era un caso organizando. -Bueno. Y miro a las chicas y estas sonreian, eso era un si. -De acuerdo. -Vale, en media hora para la cena, os ensenamos donde esta el comedor- dijo Luca. -40 minutos. -40 minutos. Y se encerro en su habitacion justo enfrente de la de Claudia. Hicieron una videollamada para no salir de las habitaciones. -?Has visto que tipazos?- dijo Julia. Y vaqueros, Dios. -El rubio es tuyo Claudia- le dijo Soraya- por como te ha mirado, casi se te tira encima y esta de muerte. -Esta la mar de bueno, si, si me voy a desmelenar ese es el mio. Tu no puedes Soraya, a ti Gabriel para charlar de bodas. -!Joder!... -No puedes. Asi se fueron asignando los chicos que luego mas tarde se recompusieron ellos, pero desde luego el que no cambio fue Luca que iba con Claudia. Le habia gustado, ese pelo liso, los ojos verdes grandes, la naricilla y ese estilo elegante que se gastaba al andar. Tambien le miro el culo y los pechos, pero Claudia tambien miro, iban a pasar esos dias con los vaqueros, fue llegar y pegar. A no ser que ellos se fueran solos. Pero ya seria mala suerte, con lo buenos que estaban. -?Que tal la comida?- le dijo Luca, a Claudia en el comedor. -Me encanta la carne, pero he tenido que pedirla muy hecha, no me gusta al punto. Los otros tambien hablaban de dos en dos. -?Y a que te dedicas en Espana? -Pues somos auditoras. Todas. En la misma empresa. Vivimos en Marbella, en Malaga. Y ella se senalo en el movil. -!Que bonito! -Si -Es grande. Yo llevo las empresas de habla inglesa. Y viajo bastante. -?Eso es hacer la contabilidad de una empresa? -Parte, pero en general si, que coincidan las cifras. ?Y tu que haces? -Tengo un rancho. De vacas. -?Tuyo? -Mio propio. Bueno era muy grande, pero mi padre nos lo dejo a los dos y lo hemos dividido. Cada uno tiene su parte, y estamos al lado y los demas chicos tambien, son vecinos, algunos lo llevan con sus padres, pero nosotros solos. -?Y tu hermano se casa? -Si, en un par de semanas.

  • Medias verdades de Lisa Unger

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    La periodista Ridley Jones recibe un dia la visita del FBI y una desagradable sorpresa: en varias de las fotografias que ha tomado durante sus vacaciones, aparece siempre un misterioso personaje confundido entre la multitud. El fantasma de su tio Max Smiley, su padre biologico, el hombre al que quiso toda su vida y que demostro tener un lado oscuro y criminal, vuelve a acecharla. Lo sorprendente es que Max esta muerto y la propia Ridley vio quemar su cuerpo? De nuevo, su fragil mundo se desmorona y deja a la vista una realidad demasiado cruel para creerla. Y, como antes, sabe que ha de seguir intentado descubrir la verdad? aunque le cueste la vida.

  • Despertar a la vida de Merline Lovelace

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    --!Lo oigo! --grito alborozada la figura enfundada de pies a cabeza en un traje termico de intenso color naranja--. !Esta perforando! Su companero giro en redondo y escruto la superficie lisa e ilimitada del casquete polar. Una docena de diferentes tonos de blanco le heria los ojos, pese a llevarlos cubiertos con gafas protectoras. El blanco azulado del hielo. Los plumosos ventisqueros de reluciente nieve, suaves como nubes. El blanco caliginoso y gris del cielo, que se fundia con el horizonte. --!Yo no oigo nada! --!Escucha! Exasperado, se quito la capucha. Se arriesgaba a perder una oreja al exponerse al viento mordiente que habia hecho caer la temperatura a treinta grados bajo cero, pero estaba demasiado ansioso para notarlo. Dio un grito de alegria al oir una serie de golpes secos que hendian el aire. De pronto, a poco mas de treinta y cinco metros, la capa de hielo se resquebrajo. Comenzaron a emerger enormes planchas blancas que, bramando, se alzaban rectas en el aire antes de derrumbarse con estrepito. Un momento despues, la negra cabeza del cuarto de derrota de un submarino asomo por la grieta. --?Que te parece? !Justo en la diana! Los dos hombres sonrieron. Un sofisticado sistema de navegacion habia guiado al USS Hawkbill desde Hawai, pero solo la fuerza bruta habia senalado al submarino su lugar de emersion: una enorme <> excavada en el hielo. Los dos oceanografos alzaron las manos enfundadas en guantes forrados de piel y se las estrecharon con jubilo. Tras meses aislados en su remoto laboratorio, a doscientos sesenta y cinco kilometros al norte de Point Barrow, Alaska, ansiaban una nueva infusion de suministros y de conversacion procedente del exterior. Sonriendo todavia, observaron como se iba elevando el cuarto de derrota del submarino. El pesado cuerpo de la nave aparecio arrojando a ambos lados grandes trozos de hielo. La escotilla superior se abrio y por ella asomo un marinero encapuchado. Los dos hombres echaron a correr hacia el. --!Chico, como nos alegramos de verte! --grito el mas mayor de los dos cientificos--. Hemos gastado hasta la ultima bateria de la boya de observacion subacuatica. --Les traemos los repuestos que pidieron --envuelto en el grueso traje protector, el marinero bajo torpemente por la escalerilla de hierro del cuarto de derrota--. Empezaremos a descargarlos inmediatamente. --Los ayudaremos. Jack, trae el vehiculo oruga. Ansioso por descargar el valioso material y transportarlo al conjunto de barracones conectados por tuneles que formaba la Estacion Estadounidense de Investigacion Oceanografica del Artico, el oceanografo jefe lanzo una mirada impaciente por encima de su hombro. --!Jack! !La oruga! --su companero no se movio. Paralizado, miraba boquiabierto una de las grandes planchas de hielo arrojadas por el submarino--. Pero ?que te pasa, hombre? --el mas mayor de los cientificos corrio torpemente por el hielo. Su aliento formaba una nube en el aire gelido. Bajo el pasamontanas, el enojo fruncia su frente--. ?Que haces ahi parado? Tenemos mil cosas que hacer antes de... !Oh, Dios mio! Los ojos se le saltaron. El estupor broto en una oleada y le cerro la garganta, cortandole la respiracion. Deteniendose en seco, tambaleandose, miro estupefacto la figura tocada con un casco que tenia frente a si, a unos metros de distancia, sobre el hielo. Capitulo 1 Una brisa de principios de junio retozaba por las calles de Washington. Los arboles engalanados de verde claro se inclinaban y mecian como bailarines sincronizados al sol del atardecer. Los castanos centenarios que bordeaban la apacible bocacalle en los aledanos de la avenida Massachusetts, en el corazon del distrito diplomatico de la capital, susurraban la misma gozosa cancion. Sus ramas murmurantes ocultaban casi por completo las fachadas de las casas de estilo federal que flanqueaban por ambos lados la travesia pavimentada de adoquines. La casa que se alzaba a mitad de la calle poseia un frontispicio senorial muy semejante al de sus vecinas. Con sus tres pisos y sus altas ventanas, que centelleaban al sol de verano, la antigua y elegante mansion ostentaba junto a la puerta una discreta placa que informaba de que el edificio servia ahora como oficina del enviado especial del presidente, un nebuloso puesto creado anos atras para recompensar a un donante de campana con ganas de un titulo pomposo y un ardiente deseo de codearse con la clase politica de la capital. Solo unos pocos conocedores de los entresijos de Washington sabian que el enviado especial era tambien el jefe de OMEGA, una organizacion tan secreta que, entre los circulos mas elevados del gobierno, sus agentes eran conocidos unicamente por su apodo. Al igual que la letra omega era la ultima del alfabeto griego, aquella organizacion representaba el ultimo recurso del presidente de Estados Unidos en caso de crisis. Sus efectivos se movilizaban unicamente cuando otros organismos de caracter mas convencional, tales como el Departamento de Estado, la CIA o el Ejercito, no podian hacerse cargo de una crisis por motivos legales o politicos. El director de OMEGA era designado personalmente por el presidente, quien, con gran pesar, acababa de nombrar a uno nuevo, pues la antigua directora habia solicitado una larga excedencia. Tras dirigir la agencia durante tres legislaturas, Maggie Sinclair habia decidido tomarse algun tiempo de descanso a fin de terminar el libro que estaba escribiendo sobre fonetica infantil. Pensaba ademas anadir un tercer hijo al enorme y caotico hogar que compartia con su esposo, sus dos hijas, un desgrenado perro pastor y una iguana de ojos saltones y rayas azules y naranjas amante del papel y las plantas. El marido de Maggie, que respaldaba plenamente la decision de esta, habia renunciado recientemente a su puesto de delegado de Estados Unidos en el Banco Mundial. Mientras Maggie trabajaba en su libro, el rico y sofisticado Adam Ridgeway habia decidido probar suerte como padre a tiempo completo. Todos los agentes que no estaban movilizados se habian reunido en el tercer piso del centro de control OMEGA para desearles buena suerte. Haciendo caso omiso del suave coro de silbidos y pitidos que emitian las consolas electronicas, brindaban por Maggie y Adam, quienes estaban a punto de emprender la fase final de su azaroso y agitado matrimonio. --Me apuesto algo a que dentro de un mes estais de vuelta -- predijo un alto y desgarbado agente al que apodaban Cowboy--. El uno o el otro. Perseguir terroristas y traficantes de armas crispa menos los nervios que criar ninos. --Tu debes de saberlo --replico Maggie--. La mayoria de las parejas habria tenido el buen sentido de parar despues de tener dos pares de gemelos. --?Que puedo decir? --sonrio Nate Sloan--. Este viejo vaquero siempre dispara con bala. Entre los gritos y abucheos que siguieron, Elizabeth Wells fue rellenando pausadamente las copas de champana de los invitados.

  • Los dias del Cesar de Simon Scarrow

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    Cato y Macro los personajes que ya se han convertido en una leyenda de la novela historica para millones de lectores, se vuelven a meter en lios, para salvar el Imperio Romano.
    El emperador Claudio ha fallecido y ahora es Neron quien lleva las riendas del Imperio. Sin embargo, su hermanastro, Britanico, ha reclamado el trono.

  • El doctor (Seleccion RNR) de Bel Diciembre

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    La casa era imponente. En medio de la campina inglesa, sus muros grises se alzaban majestuosos. Con una altura de tres pisos, mas de mil metros cuadrados por planta y una extension de casi tres mil hectareas, no cabia duda de que la mansion del Conde de Gloucester era una muestra del poderio de aquel noble ingles. Martin caminaba despacio intentando seguir el ritmo que su padre, con la pierna lesionada, no tenia mas remedio que tener. Pero eso le permitia apreciar con mayor capacidad toda la inmensidad del lugar en el que se encontraba. Sin embargo, su padre no paraba de grunir y resoplar. --No te preocupes. Vamos con tiempo suficiente. --Martin intento tranquilizarle sabiendo que el sufria siempre por mantener lo que consideraba las minimas formas, y entre las que se encontraba el guardar una correcta puntualidad. --Lo se, hijo, pero me siento un inutil viendo como debes contener tu paso. La edad no perdona y esto solo es una muestra de lo que puede pasarme en un futuro muy cercano. --No digas tonterias. No hay ningun futuro cercano que anuncie calamidades y, cuando llegue el futuro lejano al que te refieres, tendras tu propia casa y el jardin en la misma puerta para poder regarlo si quieres desde la misma ventana, sentado en tu butaca. De eso me encargo yo, te lo aseguro. El senor Golsmith miro a su hijo con orgullo. Tenia ya veintisiete anos y habia heredado la hermosura de su madre, pero con una masculinidad propia. El color de su pelo era rubio mientras que sus ojos se acercaban al gris profundo abandonando el azul. Sin embargo, estaban siempre brillantes, muestra de una fuerte personalidad, curiosa y avida de conocimientos, que disfrutaba con lo nuevo y lo antiguo sin distincion. El cuerpo atletico era el de alguien que siempre ejercia algun que otro ejercicio fisico y todos los esfuerzos realizados por su educacion se dejaban ver en sus gestos y maneras, propias de cualquier miembro de la aristocracia. El senor Golsmith nunca habia ahorrado una sola libra en esa formacion pero, ademas, habia tenido la inmensa suerte de que el marques de Standford, con quien estuvo trabajando durante mas de veinte anos, le dejo en herencia una cantidad que para John Golsmith fue toda una fortuna. Aquel dinero se dedico en su integridad a su unico hijo a quien, con catorce anos, envio al mejor college de Inglaterra. Conocia los riesgos de esa decision. Relacionarse con la aristocracia cuando tus origenes eran tan humildes como los que correspondian a un simple jardinero no iba a ser facil para su hijo. Pero tambien era cierto que los tiempos estaban cambiando y que ya no era imprescindible poseer un titulo nobiliario para acceder a las mejores posiciones e, incluso, ser miembro del Parlamento. Martin demostro ser un muchacho con una tremenda personalidad. Nunca se acomplejo ni se amilano ante sus companeros de altisima clase social. Muy al contrario, su caracter bondadoso, su liderazgo natural y su privilegiada capacidad intelectual le granjearon, en muy poco tiempo, grandes amigos entre los que se contaban el vizconde de Ressy y el conde de Charmington. Junto con ellos, estudio aquellos primeros anos y nunca perdieron la amistad pese a que cada uno escogio caminos diversos para completar su formacion, desde el mundo de las finanzas para el conde de Charmington hasta la formacion en naviera militar preferida por el vizconde de Ressy, pasando por los estudios de medicina que habian sido la pasion de su hijo desde que, a los ocho anos, se habia quedado sin madre por una enfermedad que fue tan devastadora como cruel y repentina. El orgullo de ir conociendo como su hijo iba progresando personalmente fue un sentimiento mucho mas poderoso que la anoranza de no verlo mas que muy de vez en cuando. Durante todos aquellos anos se habian escrito cartas casi con frecuencia semanal y en todas ellas su hijo siempre le informaba de los mas nimios detalles, al tiempo que nunca olvidada transmitirle un carino que parecia ser incombustible a la distancia sin que nunca mediara un solo reproche. Era una prueba mas del caracter bondadoso de aquel muchacho, que habia sido siempre una constante en su personalidad. Sin embargo, lo cierto era que cada vez que lo miraba, John Golsmith veia a un hijo fisicamente muy diferente y a veces temia no poder reconocerlo en la siguiente ocasion. No era de extranar, la visitas que siempre suponian el traslado del padre donde estuviera su hijo, solo se producian una o dos veces como mucho al ano, y por muy breve tiempo. Para John Golsmith no era facil viajar porque suponia abandonar su trabajo y tenia un coste importante. Traer a Martin a su lado tampoco era simple. Los jardineros siempre vivian en casas muy humildes y pequenas ubicadas en las propiedades que cuidaban. Pero, por encima de todo, Mr. Golsmith queria evitar que su hijo tuviera que conciliar de una manera excesiva sus posibilidades y entorno con lo que significaba su propia familia

  • Fingelo de Mia Ford

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    Me recojo los largos rizos oscuros y me preparo para ir a trabajar. El parloteo que me rodea se mezcla en una cacofonia de murmullos. Todo el mundo esta ya borracho y gritan unos sobre otros, por encima de la musica y del zumbido de sus propios oidos. Dios no quiera que te duela la cabeza cuando tienes que trabajar. Llevo casi tres anos trabajando en bares y la escena es siempre la misma. Hay grupos que entran y se relacionan entre si a distancia. Casi puedes adivinar que chico va a hablar con que chica por el grupo de personas con el que han entrado en el bar. Uno de mis juegos favoritos es <> Me doy cuenta de que alguien intenta hablar con otra persona, le hace ojitos o le paga una copa. Entonces, los otros camareros y yo nos inventamos las cosas que se estan diciendo y cuales pueden ser los posibles motivos de ruptura. Las razones por las que no saldran del bar y seguiran su camino hacia la ciudad del amor se vuelven completamente ridiculas. Como si el tuviera una serpiente en la banera y quisiera que ella la alimentara con ratas. Me espera otra larga noche y respiro profundamente antes de salir para comenzar mi turno. Me situo justo en el almacen, desde donde puedo ver a todo el mundo pero ellos no pueden verme y ademas puedo oirlos. Los televisores de pantalla plana de alta definicion se alinean en las paredes reproduciendo el ultimo partido. Nunca hay sonido en los televisores porque no tendria sentido, nadie oiria nada. El bar esta repleto y con todos los empujones que se producen, sabia que era cuestion de tiempo que esto sucediera. --Te voy a matar --grita una marimacho rubia tenida. Es enorme y, a medida que me acerco, pienso en retroceder un poco. Tal vez no sea justo llamarla asi, pero debe medir al menos 1,80 metros y es mas flaca que un palillo. Definitivamente podria acabar conmigo o al menos partirme en dos, sin ponerle demasiado empeno. --Solo tienes que intentarlo --dice una morena bajita, con unos pendientes colgando de sus orejas que deberian hacerla caer. Se que es una famosa de segunda porque esta en el bar todo el tiempo y la he escuchado hablar sin parar de su supuesta fama. La marimacho, efectivamente, la matara si no intervengo. Lo ultimo que quiero es entrometerme en el camino de la marimacho o hacerme notar, pero la mas bajita no me estaba dando muchas opciones. El cuerpo de la mujer alta esta rigido como si pudiera salir vapor de sus orejas y se mezcla de tal forma con todo el vapor y la colonia cara que hay en el aire, que hace que mis ojos lloren. Como se preveia, comienzan los empujones y la gente se aleja de ellas, dispersandose como ratones lejos de la pareja de gatas salvajes. Los transeuntes agravan la situacion dandose la vuelta para mirar, bloqueando mi vista. Despues de dar la vuelta a la barra, me meto en la refriega para intentar separar a las dos mujeres extremadamente borrachas. Sacudo la cabeza hacia Gary, decepcionada. El portero no quiere separar las peleas de chicas. Le preocupa violentar a las mujeres y que le demanden. Deberia preocuparse de que demanden a nuestra jefa. Por eso intervengo. A pesar de todo, me gusta mi trabajo. Eso me permite ser la heroina. No estoy baja de forma, pero tampoco soy la mujer mas fuerte. Con un metro y medio, me mantengo en forma. Ir a yoga un par de veces a la semana vale la pena, al igual que correr, cuando puedo. Quizas eso me ha hecho ser mas atrevida de lo que deberia, porque una vez que me pongo en medio de las mujeres me doy cuenta de que es un error. La marimacho parece medir unos dos metros y la famosilla se gira justo cuando me pongo delante de ella y me mira a los ojos. Las estrellas estallan en torno a mi vision mientras comienza una palpitacion. No es el mas duro de los golpes, pero es suficiente para aturdirme durante un par de segundos. La fuerza de la sacudida me hace salir de la refriega durante un segundo llevandome la mano a la cara. La rubia lanza varios improperios mas tipicos de borrachos. Estoy empezando a cabrearme. Me repongo saltando de nuevo y estirando la mano. La agarro por la cola de caballo y le doy un fuerte tiron. Vale, puede que no este luchando de forma justa, pero a estas alturas me importa una mierda. No puedo permitir que haya un derramamiento de sangre durante mi turno, y a juzgar por la rabia que colorea la cara de la marimacho, existe la posibilidad de que haya uno. Es el tipo de chica que probablemente escribiria REDRUM en el espejo de su bano despues de la ducha. Tiene una mirada en sus ojos que definitivamente me daria miedo si yo fuera la otra chica. Le agarro el pelo y la alejo de la chica alta antes de que las dos acabemos colgadas encima de su enorme cuerpo. Esto seria mas facil si ella cooperara conmigo en lugar de ir en contra, pero dudo que se de cuenta de que estoy tratando de terminar esto lo mas rapido posible. --Regina --le grito a la otra camarera--, ayudame a sacarlas de aqui. Regina me mira con la mirada perdida. Le hago un gesto brusco con la cabeza que parece hacer que se mueva. Con Regina agarrando timidamente a la mas grande, sacamos a las dos mujeres del bar. Nos empujan y tiran de nosotras, pero si lo que necesitan es pelear, pueden resolverlo en la calle. --Mierda --dice Regina--, te ha dado bien en ese ojo. --Desde luego --digo, y toco con un dedo el punto sensible. Me estremezco. Me sorprende que ya se haya hinchado. La adrenalina disminuye dejando pasar al dolor. Por suerte no he sentido el agotamiento antes de mi turno. --?La rubia tenida tiene destreza? --dice riendo. Regina es rubia natural y no es alta como la marimacho, pero definitivamente es varios centimetros mas alta que yo. Pongo los ojos en blanco y hago una mueca de dolor. --No, fue un golpe de suerte. --No me sorprende que Regina encuentre un chiste en medio del desastre. Con suerte o sin ella, duele mucho. Espero que esta noche se tropiece con algo de camino a la cama o que se golpee el dedo del pie con una comoda. Regina se rie. --Con suerte o sin ella, vas a tener un ojo morado. --Regina intenta tocarlo y yo retrocedo, no necesito una presion extra justo en el moraton. Gimoteo. --Perfecto. Dejame ver si puedo taparlo --le digo y entro en el bano. Ya esta empezando a ponerse negro y tengo la sensacion de que se me va a hinchar el ojo. Me dirijo a las taquillas de detras de la barra para buscar algo de maquillaje y ver si puedo salvar mi aspecto. Dependo de las propinas que consigo cada noche para sobrevivir. Va a ser muy dificil atender el bar como una pirata tuerta. Una vez me prestaron dinero para el alquiler, y ese fue un error que me ha perseguido desde entonces. El alquiler se acercaba de nuevo y necesitaba poder ligar con los mejores, no parecer una extra de una pelicula de terror. Por suerte, siempre llevo conmigo suficiente maquillaje para cubrir la cara de seis chicas. Regina volvio para ver como estaba. --El segundo turno esta aqui. George esta entreteniendo al publico un minuto. Me miro en el espejo y aplico un poco de tapa ojeras alrededor de la parte mas oscura del hematoma. Decido aprovechar al maximo un ojo ahumado antes de que se hinche. A este paso, tendre suerte si no me apunalo accidentalmente con el rimel. --Bien, creo que puedo tapar el moraton por esta noche. No te se decir como estara manana. --?Te visitara cierto pretendiente rico esta noche? --pregunta Regina mordiendose una una y apoyandose en las taquillas. Es una mania que tiene, y estoy segura de que ni siquiera sabe que lo esta haciendo. Me estremezco pensando en la piel desgarrada de su cuticula que debe arder cuando pone limones en los chupitos. --Deja de hacer eso --la regano, y entonces una leve sonrisa se dibuja en mi cara--. Y, no estoy segura. Thomas es la mejor parte de mis tardes. Literalmente, lo mejor de mi dia y, sobre todo, cuando tengo que trabajar. Le gusta hacerlo en publico y venir al bar es su cita favorita. Hacia poco que habia descubierto quien era realmente Thomas. Pensaba que solo era un tipo bien vestido que coqueteaba conmigo en el bar. No fue hasta que lo vi en Entertainment Tonight cuando me di cuenta de que era una figura publica. El averguenza a la morena famosilla y hace que mi nucleo tiemble de expectacion. Todavia no entendia muy bien por que era famoso. Habia sido el novio en un reality show. La chica seguia en el programa, pero desde que habian roto, los paparazzi continuaban siguiendolo a el. Tal vez esperaban que volvieran a estar juntos y que se enamoraran en la television. Yo, en fin, no podia soportar ver los antiguos episodios y la mirada en su cara o la forma en que ella lo trato durante ese tiempo. Puede que sea el pasado, pero aun asi me dejaba quemada cuando lo veia, aunque el no fuera mio y todo esto sea por diversion. Diversion es lo que me recuerdo una y otra vez al mirar mi reflejo en el espejo. Ni siquiera suelo ver la television, y me habia enganchado. Regina sigue hablando pero ignoro la mayor parte de lo que dice. --Esta demasiado bueno. No puedo creer que hayas conseguido al ex novio de Rosa Diaz. --Dudo que quiera que se refieran a el como el ex novio de alguien --le digo, y termino los ultimos retoques con mi tapa ojeras. Giro la cabeza de izquierda a derecha. He conseguido disimular parte de las rojeces y, por suerte, no se me ha puesto negro… todavia. Vuelvo a meter el maquillaje en la taquilla y la cierro de golpe. Regina canturrea, alejando mi atencion de la puerta metalica de la taquilla y de mis actuales problemas de alquiler. Miro a Regina y siento que el color me llena las mejillas. --Sin embargo, espero que se pase por aqui esta noche, se acerca mi descanso. --Me abanico rapidamente porque el rubor de mi cara irrita el dolor de mi ojo hinchado. Nunca he conocido a alguien como Thomas. Conoce mis necesidades antes que yo y las satisface de tal manera que nunca me siento insatisfecha despues de estar juntos. Es fantastico siempre. Cada vez es mejor. Es tan caliente y esta tan fuerte que es lo unico en lo que puedo pensar durante horas y horas despues de estar juntos. Cuando volvemos al bar, George esta haciendo sus habituales trucos de exhibicion, lanzando botellas al aire y dando vueltas. Las mujeres se lo comen, aunque el es cien por cien gay. Les muestra su galardonada sonrisa, guinando un ojo a algunas y soplando besos a otras. Se pasea por el bar haciendome reir. Es un provocador, pero mientras den buenas propinas, ?quien soy yo para quejarme? Una vez le pregunte si le molestaba que las mujeres pensaran que era como un enorme bistec al que les encantaria hincarle el diente. <>, fue su respuesta. Las mujeres pueden ser absolutamente intrepidas cuando beben. Apenas puedo creer algunas de las cosas que les he visto hacer. Una senora mayor se tomo unos tres martinis y se quito las bragas para darselas a el. Otra intento hacerle un baile erotico pero se cayo y se torcio la muneca al subir a la barra. Realmente ya no hay nada que me sorprenda. Comprendo el punto de vista de George cuando vuelvo a salir a la barra para sonreir a los clientes y llamarles con nombres de cachorros como <>, <>, <> o algun otro nombre asquerosamente dulce. Un dia, tal vez, tendre una carrera de verdad y no tendre que trabajar tanto. No me malinterpretes, ser una perra de bar, como nos llamamos carinosamente Regina y yo, tiene sus ventajas. He conocido a gente increible, pero mezclar bebidas y lidiar con mierdas como recibir un golpe en el ojo, cansa muy, muy rapido. Mezclar bebidas no es tan facil como mucha gente cree. Hace falta mucha habilidad y concentracion para mezclar la bebida perfecta. A veces se trata de una propina barata al final de la cuenta del bar o de varios billetes de veinte que sirven para comprar el almuerzo para el resto de la semana. Personalmente, me gusta almorzar y hago lo posible por ganarme esos veinte. Thomas no se acercara a pedir una bebida. Entrara por la parte de atras y me mandara un mensaje. Sabe que le reconoceran y no quiere que yo salga en las camaras, ya que solo nos estamos divirtiendo. Alguien que fuera una cazafortunas se ofenderia, pero estoy de acuerdo, solo nos estamos divirtiendo, realmente no hay necesidad de llamar la atencion innecesariamente sobre lo que sea que estemos haciendo. Me gusta mi vida tal y como es, muchas gracias. Bueno, en su mayor parte. Puede que nunca sea mio, no en la forma en que funcionan las relaciones convencionales, pero por ahora, cogere lo que me ofrece y lo disfrutare. --He oido un rumor, gota de amor --me dice uno de los habituales. Se que trabaja para una de las cadenas de entretenimiento que se ocupan de los cotilleos de los famosos. Lo habia escuchado tratando de impresionar a una chica con sus historias de persecucion de famosos. No recordaba cual, ni me importaba, mientras no nos pusiera a Thomas y a mi en la misma columna de cotilleos. --Oh, en serio, ?un rumor sobre que? --pregunte sonriendo mientras me encogia por dentro. ?Gota de amor? ?De verdad? Esta comadreja me eriza la piel y, mas que nada, me encantaria darle un punetazo en el ojo. Mi mano se mueve sosteniendo el vaso alto para un Tom Collins y arreglando mi bandeja para salir corriendo. Sigue parloteando y yo le escucho a medias. Sin embargo, las siguientes palabras que salen de su boca me hacen reflexionar, pero solo brevemente. --Que estas lamiendo algunos de los descuidos de Diaz.

  • Los Supervivientes. Survivors de Adrian Henriquez

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    La Tercera Guerra Mundial comienza y finaliza en pocas horas dejando los continentes transformados en gigantescos campos radiactivos.Solo sobreviven al impacto de los misiles intercontinentales algunas ciudades costeras y un punado de islas, entre ellas; Cuba.

  • Los ninos del rio de Sarah Pinborough

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    Un nuevo caso del Doctor Thomas Bond.

  • Amor de niebla y destino de Natalia Sanchez Diana

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    Lucian Monroe se ha pasado la vida luchando por mejorar los derechos de los trabajadores en los molinos de Manchester pero una fatidica noche, un acontecimiento violento le obliga a huir.Desde que perdio a su esposa, no ha vuelto a tocar a una mujer porque se hizo una promesa.
    Todo se tambalea cuando coincide con Catalina Wright, a la que han enviado lejos para casarla con algun aristocrata que quede prendado de su cautivadora belleza y de la riqueza de su hermano.
    Pero lo que quiere Catalina es encontrar su lugar en el mundo y descubrir la pasion.
    Lo que empieza con un favor inocente, se complica cuando ambos descubren el deseo y el pasado reclama su venganza.
    Rebelate contra las normas.
    Lucha, camarada.
    Y enamorate.

  • Te amare por siempre (La chica de Indhira Jacobo

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    Arrastrando los pies llego a mi casa. Me duele la cabeza y me siento el cuerpo pesado. Una vez mas agradezco a la virgencita que no hay nadie, mi hermano no ha llegado del trabajo, confirmo la hora y me doy cuenta que tengo tiempo para ducharme y acostarme a dormir. No quiero tener que enfrentarme a un interrogatorio, por lo menos no hoy. Necesito una aspirina con urgencia, !mierda! Ni siquiera se si puedo tomar una maldita aspirina. Al llegar al bano, me miro en el espejo, estoy palida, tengo los ojos rojos e hinchados. No me reconozco y no me gusta mi reflejo. Siempre he sido amante de los banos despues de un dia agotador para relajarme, hoy tengo ganas de tomar una ducha rapida que acabe con todo. <>. Porque no solo me duele el cuerpo sino que tambien me duele el alma. Me desvisto y meto debajo del chorro de agua caliente y nuevamente las lagrimas me asaltan. Quiero parar de llorar pero las lagrimas siguen cayendo, parece como si tuvieran vida propia. <>. --"fue algo de ultimo momento" --dijo. --Ultimo momento, !una mierda! --grito--. Te casaste porque quisiste. Preferiste escogerla a ella y destrozarme la vida a mi. Varios sollozos se escapan de mi boca y las fuerzas me abandonan. Poco a poco me deslizo contra las baldosas y me dejo caer en el piso de la banera. Encojo mis piernas, las rodeo con mis brazos y escondo mi cabeza entre las rodillas. Me quedo bajo el chorro de agua caliente pensando en todo lo que ha pasado en estos ultimos meses. En como ha cambiado mi vida. Yo que siempre fui una persona precavida, inteligente, que intentaba evitar cualquier tipo de problemas. No entiendo como me meti en algo que no iba a poder manejar. Sabia que estaba mal, pero no supe detenerme a tiempo. Mi cabeza siempre supo que el no la dejaria, pero mi corazon escogio creer en el. Puede que sea la romantica que llevo dentro que penso que se quedaria conmigo como en las telenovelas o en los cuentos de hadas. ?Quien en su sano juicio iba a dejar a una rica heredera que le permita entrar en la crema y nata de la sociedad italiana? Nadie, y mucho menos para estar con una simple empleada que apenas esta comenzando en el mundo. Salgo de la ducha cuando ya se ha acabado el agua caliente y tengo las manos arrugadas, me pongo la pijama, me meto en la cama y vuelvo a llorar. Lo ultimo que recuerdo antes de caer rendida es que mi vida es una mierda y que soy la persona mas infeliz en la faz de la tierra. --!Hey! --escucho que alguien me llama mientras me dan palmaditas en el hombro. Abro los ojos y me encuentro con la mirada de preocupacion de Alex, la misma que me ha lazado en los ultimos dias cada vez que nos vemos--. Despierta dormilona. --!Hola! --lo saludo con la voz ronca. Tengo la garganta reseca--. ?Hace cuanto que estas en casa? --Hace una hora mas o menos. Solo he venido a banarme y por un poco de ropa, este fin de semana me quedo con Michelle y no queria marcharme sin hablar contigo --me dice mientras me incorporo. Miro por la ventana de mi cuarto y ya ha oscurecido. --?Que hora es? --Son pasada las ocho. --?Que ocurre? --Nada solo que casi no te veo y queria saber como van tus cosas --se interesa al mismo tiempo que me examina como si fuera un bicho raro bajo un microscopio. --No hay mucho que contar todo esta como siempre. Mi hermano resopla. --Como siempre significa que sigues sin alimentarte como es debido, estoy muy preocupado Adri cada dia estas mas delgada, parece que te estas consumiendo desde adentro. No puedes seguir asi. Tienes que ver un medico. --Fui a ver un doctor --respondo a la defensiva, un poco mas alto de lo que deberia e inmediatamente me pincha la sien. Cierro los ojos, me llevo los dedos al lugar de mi molestia y masajeo en pequenos circulos--. Me ha dicho que tengo problemas de tiroides y que por eso estoy perdiendo peso. <>. --Me alegra escuchar eso. ?Por que no me comentaste que irias a verlo? hubiera sacado un tiempo para acompanarte. Se acomoda a mi lado y apoya la cabeza en la cabecera acolchada de mi cama. Abro los ojos y me asalta la culpa. Alex siempre se ha preocupado y ha cuidado de mi, me duele no poder contarle la verdad. --?Que mas te dijo? --me pregunta y me entra panico, de repente tengo miedo de que haya percibido mi angustia. --?Que te hace pensar que me dijo algo mas? --Por favor Adriana, no hay que ser medico para saber que no te encuentras bien, ?Es que no has visto lo palida que estas? Algo mas has de tener a parte de ese problema de tiroides --dice y el tono es demasiado alto para mi cabeza. Me acaba de llamar por mi nombre muestra de que esta hablando en serio y que no esta para juegos. --Tambien ha dicho que tengo anemia --miento descaradamente--, debo tomar unas vitaminas y por favor baja la voz que me duele la cabeza. --Lo siento no quiero ponerme pesado pero entiendeme, estoy muy preocupado por tu salud --ladea la cabeza y me mira detenidamente--. Le dije a mami que cuidaria de ti y ultimamente siento que no te he dedicado el tiempo necesario. --No seas exagerado Alexander que no soy una nina --me quejo con cierta irritacion--, es solo una anemia y pronto estare bien. Me mira sin estar del todo convencido, asi que me apresuro a decir suavizando la voz: --Te lo prometo. Me estudia con sus ojos grandes durante unos segundos hasta que finalmente asiente con la cabeza. --Tambien te desperte porque tengo que comentarte algo. Ahora es mi turno de observarlo cautelosamente. Conozco esa mirada y por lo general viene acompanada de algo que no me va a gustar. --Michelle no deja de quejarse que casi no nos vemos, como ultimamente estoy saliendo tarde del trabajo, a veces hago doble turno; solo la veo los fines de semana. --Aja. Tomo un hondo respiro y retengo todo el aire de mis pulmones. --Pues que me ha propuesto irnos a vivir juntos --dice y su tono de voz deja entrever que hay algo mas importante aun. Vuelvo a respirar mas tranquila. No es lo que esperaba que dijera pero teniendo en cuenta que llevan saliendo juntos tres anos no es algo que me sorprenda. --Felicidades. Lo miro a los ojos y le digo con toda la sinceridad de la que soy capaz a pesar de mi falta de entusiasmo. Michelle es una excelente muchacha, muy bien criada, estudiante de medicina y lo que es mejor aun, esta loca por los huesitos de mi hermano. --Me alegro mucho por los dos. --Bueno aun no le he dicho que si, le dije que tenia que comentarlo contigo primero. --?Conmigo? --inquiero sorprendida--. Si me estas pidiendo permiso de una vez te digo que no me molesta que se venga a vivir con nosotros; la casa es grande, es mas hasta sobra espacio. Conozco tan bien a mi hermano que por la forma en que arruga la nariz, demostrando asi su nerviosismo y la manera en la que sus ojos se mueven, me da a entender que esta escogiendo cuidadosamente sus proximas palabras. Eso hace que me ponga nuevamente en alerta. Presiento que no me va gustar lo que me dira. --He estado pensando que deberiamos vender la casa... --dice bajito--... y mudarnos a un apartamento mas pequeno y mas cerca de nuestros respectivos trabajos. <>. --!?Mudarnos!? --casi grito. !Que horror! Me siento totalmente erguida, giro un poco el cuerpo y lo miro escandalizada-- ?Quieres mudarte del lugar donde hemos vivido toda la vida? <>. Eso no. !Joder! No ahora. Cuando crees que tu mundo se esta desmoronando viene tu hermano mayor y te lanza una bomba de ese calibre. !Dios! ?Pero que es lo que esta pasando?

  • Prometo liberarte de Diana V

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    Andy no es como todos los chicos del instituto, y Anna lo sabe. Apodado El Monstruo, luego de golpear hasta dejar inconsciente a uno de sus companeros por una broma que nadie logro oir, es conocido por todos por mantenerse siempre en silencio, en el fondo del salon, lejos de la mirada de los maestros. Anna intuye que puede estar en malos pasos, pero tambien cree que tras su oscura vestimenta y sus ojos perdidos puede existir algo mas. Pero Anna no tiene idea de lo que tras la puerta de la casa de Andy sucede

  • Persigueme de Tessa Bailey

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    Bailey nos muestra una heroina apasionada e independiente que nos hara vibrar y emocionar a partes iguales. Una historia que nos sorprende por su dosis de humor y sus escenas ardientes. Emociones honestas y verdadera pasion.- Publishers Weekly. Roxy Cumberland se traslada a Nueva York con la intencion de lograr su sueno de ser actriz, pero nada es tan facil como parece Para colmo su cuenta bancaria disminuye dia a dia y ya no consigue ni llegar a fin de mes. Asi que ante su desesperacion por conseguir algo de dinero, decide apuntarse a un trabajo que consiste en cantar telegramas -la gente envia telegramas originales a alguien a modo de actuacion-. Su primer cliente es Louis McNally, un joven abogado al que su ligue de una noche le envia un telegrama cantado para reirse de su masculinidad. Por si el tema de la cancion no fuera suficientemente humillante, Roxy tiene que ir vestida de conejita, ?de verdad le esta pasando esto a ella? A pesar de una situacion tan comica, bromean y la tension sexual y la complicidad entre ellos es evidente Louis queda impresionado del audaz ingenio y la sensual voz de Roxy, y mas cuando ella toma la iniciativa para besarlo y dejarlo sin aliento. Desde ese momento, Louis estara perdido, y hara todo lo posible por saber mas de Roxy, simplemente la desea Pero Roxy es una mujer independiente, no esta dispuesta a tener una relacion con un hombre acostumbrado a conseguir todo lo que quiere ?Sera Roxy la excepcion? ?O podria ser Louis el hombre que necesita en su vida?

  • Justicia criolla. El crimen del extranjero de Nacho Solorzano

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    Ni treinta anos de servicio en la Policia ayudaron al comisario Edgar Augusto Duarte Pereira a reprimir el espasmo de nausea ante la escena repugnante que quedo al descubierto cuando levanto la sabana blanca que disimulaba un bulto de forma alargada. La victima, de sexo femenino, yacia sobre una mancha negra que contrastaba con el arenoso suelo de tono mas claro de la orilla del rio, ligeramente oscurecido por la lluvia que habia caido durante toda la tarde, la misma que habia dado lugar a una noche apacible y llena de estrellas que desentonaba con el horror de la escena. La desnudez de la muchacha, la postura indecente y las heridas y hematomas en areas del cuerpo normalmente privadas atestiguaban que su agresor habia cometido un crimen vergonzoso, empeorado por la garganta rebanada de oreja a oreja, seguramente para acallar sus gritos. El lado derecho de la cara, que parecia dormir apaciblemente, contrastaba con el lado izquierdo, horriblemente hinchado y amoratado, a tal punto que el ojo se distinguia apenas como una rayita bordeada de finos vellos. Tenia la boca cubierta de sangre que habia brotado copiosamente de la nariz, a su vez doblada en un angulo humanamente imposible, claramente rota por un impacto con algun objeto contundente. A pesar de todos los vejamenes, el cadaver parecia delatar el cuerpo de una joven mujer; sin embargo, los gritos desgarradores de la madre --<>--, que llegaban desde detras de los arbustos que ocultaban la escena, mostraban que se trataba todavia de una nina. Asi lamentaba dona Celia la impensable perdida de su hija mayor, Marta, de dieciseis anos. Los vecinos hacian esfuerzos por contenerla mientras que los policias antimotines, que habian llegado al lugar para contener la ira y la indignacion popular, no quitaban los ojos de la muchedumbre. De pie, cortando la carretera, a unos doscientos metros de la escena del crimen, cubiertos con chalecos antibalas y cascos blindados, y armados con macanas de madera y escudos de plastico, estaban listos para atacar, y matar de ser necesario, a aquellos conciudadanos suyos, a los que el deber les exigia proteger. Enfrente tenian una muralla de habitantes del pueblo, armados con escopetas, armas de mano, palos y piedras, dispuestos a no dejarse pasar por encima. La tension entre ambos bandos se sentia en el aire, pesada, como una tormenta a punto de estallar. Policias y pobladores estaban concentrados sobre la carretera que corria paralela al rio, y que atravesaba la aldea, a unos quinientos metros de la entrada de la misma. Ya dentro del pueblo, se transformaba en calle principal y sobre ella, a unos cien metros de la subestacion de Policia, que todavia ardia luego de que los pobladores le prendieran fuego durante los disturbios de la tarde y que nadie se apresuraba a apagar, una segunda barrera de antimotines se encontraba frente a un grupo menor de habitantes. Los cadaveres de los dos policias vapuleados por la turba enardecida y los de los tres bochincheros que los agentes habian logrado abatir antes de ser ellos mismos asesinados yacian frente a la subestacion. Al lado de los agentes, una mancha de sangre y dos trazas largas proveniente de ella mostraban que alguien habia sido arrastrado en direccion a los policias. El herido, cuyo rescate habia sido el punto de partida de los disturbios, iba ya en camino al hospital de la cabecera del departamento en una ambulancia. A unos cincuenta metros calle arriba de la subestacion ardian los restos de un carro incendiado por la turba en su furia. Aquel herido rescatado por los policias era el hombre que la poblacion creia responsable del crimen. La turba lo habia linchado y lo habian dejado, dandolo por muerto, junto a los policias que lo custodiaban cuando habian sido obligados a retroceder por el contingente de antimotines completamente equipados que se habia abalanzado sobre ellos. Para sorpresa de los oficiales, a pesar de las graves heridas, el presunto asesino estaba todavia con vida, aunque inconsciente, y habian logrado sacarlo del pueblo para transferirlo a la ambulancia. Mientras tanto, al otro lado del pueblo, el comisario intentaba hacer sus constataciones o, mas bien, pretendia memorizar lo mejor posible la escena del crimen, pues los pobladores no habian permitido que llevara ni siquiera un lapiz y una libreta para tomar notas, ni pensar en una camara. El cadaver se encontraba a no mas de diez metros de la carretera, oculto por una hilera de espesos matorrales que crecian a lo largo de la via ocultando el rio de la vista de los pasantes. La barrera vegetal se detenia a unos tres o cuatro metros del agua, donde comenzaba una leve pendiente que marcaba el borde del rio cuando este estaba lleno. Era en esta especie de playa, cubierta de una fina mezcla de tierra y arena de color normalmente beis, pero que se oscurecia al estar mojada, donde el cadaver habia sido descubierto por los pobladores luego de haber constatado la desaparicion de la muchacha. El policia se agacho para ver mejor la escena del crimen mientras se ponia un par de guantes de latex. Miro sobre su hombro y saco un hisopo, cuya cabeza de algodon estaba cubierta con un pequeno tubo de plastico que se cerraba en un extremo para proteger las muestras asi tomadas. Abrio el tapon hermetico y empujo la barita dejando al descubierto la cabeza. Lo acerco a la intimidad de la muchacha para recoger una muestra, pero el clic de un arma que se amartillaba detras de el lo hizo detenerse en seco. --Chonte morboso. Ver y no tocar fue el trato en que quedamos, ?no? El comisario, que se habia detenido en seco en la maniobra, ni siquiera se digno en volver a ver al muchacho que le apuntaba con el arma. Mas que asustado estaba indignado, y no por que le apuntaran con un arma por la espalda, sino porque lo trataban de <>, el termino despectivo usado en la region para referirse a los policias. --Necesito muestras para que las analice el laboratorio. Ustedes dijeron que querian que metieramos en la carcel al que hizo esto, entonces dejenme trabajar. --La mama se opone a que le pongas una mano encima a su hija y, si ella lo hace, nosotros tambien. De todas formas, el hijueputa que hizo eso ya se quedo tieso. Asi que... --el comisario sintio el acero del arma en el cuello--. Ver y no tocar. Duarte suspiro porque a pesar de no estar en lo mas minimo impresionado con el tono amenazante de aquel muchacho, que seguramente no tenia ni idea de a quien se dirigia, sabia muy bien reconocer una partida perdida cuando veia una, en especial al encontrarse del lado equivocado de un arma de fuego en manos de un inexperto. A su interlocutor no le faltaba razon: una de las condiciones para que los enardecidos pobladores le dejaran entrar a ver el cadaver era que no llevara nada y otra era, efectivamente, <>. En lugar de poner el hisopo en el cuerpo de la muchacha, lo metio en la arena al lado del cadaver, lo saco, lo cerro y se lo metio de nuevo al bolsillo. --Podria ser mi hija --dijo el comisario mas para si mismo que para continuar la conversacion con el pistolero. En efecto, desde que habia levantado la sabana una imagen perturbadora se habia fijado en su mente: la cara de su hija de quince anos en aquel cuerpo martirizado. Sintio el arma despegarse de su cuello. --Podria haber sido mi hermana --replico la joven voz detras de el en un tono comprensivo. El comisario escucho el ruido del martillo que volvia a su lugar. --?Y estan seguros de que fue ese hombre el que le hizo eso? --Aqui todos nos conocemos y el es el unico que no es de aqui que andaba en el pueblo. No puedo creer que tus cuates se lo hayan llevado vivo, pero del hospital no sale ese hijueputa. Visto como lo dejamos. --Pues, si fue el, que bien que le hayan quebrado el culo. Yo lo que tengo que hacer aqui es asegurarme de que... --un ruido de pasos le indico que se habia quedado hablando solo-- las pruebas confirmen que fue el para que no los vengan a chingar a ustedes luego --pronuncio las ultimas palabras en un susurro, para si mismo. Durante toda la conversacion no habia logrado apartar la vista del cuerpo de la muchacha, en la que no dejaba de ver la cara de su hija. Tal era el clima en el cual el comisario Duarte Pereira debia conducir su indagacion. El era el unico investigador de la Policia Nacional al que la poblacion de Arretenango habia permitido llegar hasta la escena del crimen. La autorizacion habia llegado despues de casi seis horas de negociaciones conducidas por un representante de la Procuraduria de los Derechos Humanos llegado desde la capital por helicoptero. Varias flores habian sido depositadas sobre la mancha de sangre en la que el cuerpo yacia y algunas veladoras habian sido habian sido encendidas por parientes y amigos de la victima, lo cual mostraba que la escena del crimen habia sido tan violada como la pobre muchacha y que lo que se podia encontrar en los alrededores no solo podia venir del asesino, sino tambien de aquellas bienintencionadas personas o incluso de los chuchos que vagaban por alli. Un tufo a amoniaco, que se mezclaba con el olor a sangre y el hedor a descomposicion que comenzaba a emanar del cuerpo, delataba que hasta algun gato errante habia dejado ya su contribucion. --Una investigacion tecnica e imparcial --se repitio el comisario, en un susurro, la instruccion que le habia dado el representante de la Procuraduria, al tiempo que negaba con la cabeza--. Se me hace que nos la vamos a tener que echar como en los tiempos de la contrainsurgencia. La reflexion se referia a aquellos anos, los de la epoca mas dura de la guerra civil, cuando la forma de <> era elegir al culpable, plantar las pruebas y luego presentarlas en un simulacro de juicio, que no era mas que un intercambio interminable de expedientes entre funcionarios judiciales que, a veces intimidados pero la mayor parte del tiempo corruptos, terminaban por fallar en favor de la autoridad acusadora o de quien quiera que fuera que hubiera dado la mordida mas grande. La presuncion de inocencia habia sido en aquellos tiempos una utopia, ya que la funcion de los mal llamados jueces era simplemente justificar los abusos innombrables que en nombre de la lucha contrainsurgente cometian las fuerzas del orden, convertidas en el aparato opresor del Estado. No era raro en aquellos tiempos que los pobres miserables que tenian la desgracia de cruzarse en el camino de la temida maquinaria judicial fueran presentados como criminales degenerados en lugar de politicos, sindicalistas o simples ciudadanos perseguidos, a veces por sus ideologias y otras por el simple hecho de haber cruzado una mirada con la persona equivocada. A pesar de las evidentes dificultades, la <> era una de las condiciones que habian sido acordadas entre el representante de la Procuraduria de los Derechos Humanos y los lideres de la muchedumbre para detener los disturbios generados por la colera de los vecinos, que habia empeorado luego del rescate del pobre infeliz acusado del crimen, lo que habia frustrado sus intenciones de quemarlo en la calle principal del pueblo. La furia colectiva se habia enardecido aun mas al darse cuenta de que los policias no habian rescatado un cadaver, sino un herido de gravedad que habia sido puesto en una ambulancia en direccion al hospital de Chepiltenango, cabecera del departamento donde se encontraba Arretenango.

  • Boicot a la boda de Hugo Sanz

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    Poco podia imaginar Paul que la boda de sus amigos Joel y Victoria supondria su reencuentro con Elisa, una mujer que habia marcado su pasado. Eclipsado por el cambio que ella habia experimentado, volvio a caer en las redes de sus encantos sin ser siquiera consciente de lo que su corazon comenzaba a sentir.
    El secreto que Elisa escondia le cogio por sorpresa y, lo que en un primer momento represento un doloroso handicap, se convirtio pronto en el gran reto de su vida: conseguirla al precio que fuera.
    Tres meses por delante, un plan meticulosamente trazado y la inestimable ayuda de sus amigos constituian las bazas a su favor. Y el destino. ?de que lado se posicionaria?
    Una emocionante historia con un final espectacular.

  • Confina-Dos de Anna Garcia

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    "Estiramos... Mantenemos durante diez segundos... No os olvideis de la respiracion... Utkatasana..." --?Que haces? --Yoga. --?Eso es yoga? Parece que le estes gritando a la vecina mientras tienes retortijones. --Shhhh. Por favor. Que me desconcentras. --?Desde cuando practicas yoga? --Desde hoy mismo, y pienso hacerlo todos los dias. --Ya. Claro. --Vete. No me hagas hablar, que me tengo que concentrar en respirar. --?Desde cuando te tienes que concentrar en...? --Alex, ya. ?No tienes nada que hacer en vez de molestarme? --Uy, si. Un monton --contesta con sarcasmo--. Quedaria con mis amigas, pero resulta que me obligas a quedarme en casa... --Claro. Porque el virus este lo he creado yo en la Thermomix, !no te fastidia! Que no lo digo yo, Alex, que lo dice el gobierno. Que no podemos salir. Ni tu, ni yo, ni nadie. --La vecina de enfrente sale. --Muy seria, dejo de mirar la pantalla de mi Tablet para centrarme en mi hija--. La vi anoche. --Estaria sacando la basura... Alex me mira enarcando una ceja mientras niega con la cabeza. --Y no tiene perro --insiste--. Y no eran horas para ir a la farmacia o al medico. No me extranaria que esa loca estuviera pasandose por el arco del triunfo la prohibicion de salir. Es la misma que pone la musica de Raphael y el Puma a todo trapo todos los domingos por la manana. La misma que vive asomada a la mirilla y no duda en abrir la puerta en cuanto ve algo que no le agrada. La misma que se queja constantemente de que sus vecinas de arriba, un grupo de estudiantes, pisan muy fuerte en el suelo y hacen un ruido infernal. La que tiene frita a la cartera, que en breve se negara a repartirnos mas cartas. E incluso tengo grandes sospechas de que es ella la que roba ropa de los tendederos del terrado. --El friky ese ha cambiado de postura hace rato... --dice Alex, senalando la pantalla de mi Tablet con un dedo y devolviendome al presente de golpe. Chasco la lengua y me doy por vencida. --?Y deberes? ?No tienes? --Ya los he hecho todos. --Ni de cona. --?Por que nunca me crees? --Porque tu fama te precede. --Te lo juro, mama. --De acuerdo. Te creo. Sigueme. Por el rabillo del ojo la veo caminar detras de mi con expresion satisfecha por haberse salido con la suya. O eso le hago creer el tiempo que tardo en ponerle en la mano un trapo y un bote de limpia muebles. --?Que es esto? --Esto es un trapo y esto... --Giro el envase para que pueda leer la etiqueta, pero ella me corta antes. --!Ya se lo que es! !Me referia a por que tengo que hacerlo yo! --Porque yo tengo que bajar a comprar y asi te mantienes ocupada. --Prefiero bajar yo a comprar. --No puedes. --!?Por que?! --Porque los ninos sois los que mas lo... --Mama, no soy una nina --me corta--. Tengo catorce anos. --Lo que tu digas. Mi respuesta sigue siendo no. --!Esto es muy injusto! !Me haces parecer una apestada! !Encerrada en esta mierda de piso! !A ver si viene ya papa a buscarme! --Pues siento comunicarte que han recomendado que los hijos de padres separados pasen el confinamiento con el progenitor con el que lo hayan empezado. --!?Que?! --Yo tampoco estoy entusiasmada con la idea, asi que menos dramas. --Fantastico... --resopla, dandome la espalda con el telefono ya en la mano--. Esto no se va a quedar asi. Voy a hablar con papa y seguro que vendra a por mi, aunque tenga que infringir la ley. --Si, seguro que si. Dejara a su amiguita en casa y vendra corriendo a buscarte --susurro, justo antes de salir de casa. Apoyo la espalda en la puerta, cierro los ojos y respiro profundamente. Esta manana ha salido un psicologo en la television explicando los posibles efectos negativos que esta situacion podria provocar. Decia que el confinamiento podria llevar al enfado, a la frustracion, al miedo o a la locura, y que todo eso podria ir a mas con el paso de los dias. Yo llevo solo tres dias confinada en casa con mi hija y puedo asegurar que he pasado ya por todos los estadios. El psicologo daba algunos consejos para poder sobrellevarlo mas o menos bien, tales como marcarse una rutina, hacer algo de deporte y hablar con amigos y familiares, ya sea en persona o por telefono. Nosotras, hablar, hablamos. Y nos gritamos tambien. A veces incluso nos insultamos un poco. Tambien hablo por telefono con mi familia, aunque a mi padre aun le cueste un poco hacerse con las nuevas tecnologias, con amigos e incluso realizo videoconferencias con mis alumnos del instituto. Asi que esa parte la cumplo. ?Deporte? Si soy sincera, nunca he sido amante del deporte. Tampoco es que mi horario en el instituto y la preparacion en casa de las clases me dejaran mucho tiempo para practicarlo, pero me he propuesto que el confinamiento no me lleve al sobrepeso, asi que pongo todo de mi parte para lograrlo. Si no me interrumpen como hoy, claro esta. Ya se que mi estilo no es el mas depurado, y quiza mis mallas tienen mas anos que Alex, pero el merito esta en intentarlo, ?no? --!?Que estas haciendo tanto rato en el rellano?! La voz de la vieja loca me sobresalta, y clavo la mirada en la puerta de delante. --Senora, metase en sus asuntos. --!Voy a llamar a la policia! --?Y por que motivo, si se puede saber? --!Porque solo se puede salir de casa para comprar bienes de primera necesidad e ir al medico! --!Y a eso voy, senora! --!Sin entretenerse por el camino! Resoplando y fulminando su puerta con la mirada, empiezo a alejarme hacia las escaleras. Al llegar a la calle, aun maldiciendo a la vieja, me tapo la boca y la nariz con el panuelo que llevo anudado al cuello y me dirijo al supermercado situado al final de la calle. Con el paso acelerado y la cabeza agachada, miro por el rabillo del ojo a un lado y a otro. Me siento como si estuviera haciendo algo ilegal, como si me estuviera escondiendo. Me consuela que el comportamiento de la poca gente con la que me cruzo sea igual que el mio. Un senor mayor incluso ha cruzado de acera para no tener que pasar cerca de mi. Lo entiendo, aunque no puedo evitar sentirme algo mal por ello. Una vez dentro del supermercado, me sorprende ver que reina el caos absoluto. Hay pasillos enteros con estanterias totalmente vacias. Algunos clientes corren empujando un carrito, mirando a un lado y a otro, sucumbiendo al panico por no encontrar lo que buscan. Un par de agentes de seguridad intentan que mantengan la calma, sin exito alguno. --La gente esta fatal... --susurro mientras camino hasta el pasillo de los lacteos. Cuando llego, me quedo totalmente en shock--. ?Donde...? Giro sobre mi misma, algo desubicada. Un carrito me golpea por la espalda. Dolorida, me doy la vuelta en busca de una explicacion o disculpa, pero a la senora parece importarle bien poco mi estado, y enseguida se pierde por otro pasillo. --Perdone... ?donde esta la leche? --le pregunto a una empleada del super, que me mira con expresion de agobio antes de contestar. --Estaba ahi. --?Estaba? Vuelvo a mirar hacia las estanterias vacias, atando cabos, de repente consciente de que las imagenes de supermercados desabastecidos, con interminables colas de clientes, son la cruda realidad. Empiezo a sentir agobio al imaginarme abriendo la nevera y encontrandola vacia, teniendome que conformar con una rama de apio mojada en hummus. Presa del panico, acelero el paso y recorro los pasillos a la carrera, llenando el cesto sin ningun criterio especifico. --Mantengan la distancia --me pide la cajera una vez me pongo en la cola y yo la miro recelosa, agarrando mi cesta de la compra como si temiera que alguien me la fuera a robar. En el fondo, no respiro tranquila hasta que salgo de nuevo a la calle, con una extrana sensacion de victoria, como si hubiera conseguido pasar una prueba. Con mi bolsa colgada al hombro, de nuevo con la boca y la nariz tapadas, corro hacia casa. Una vez en el ascensor, resoplo agotada y miro mi reflejo en el espejo. Empiezo a tener un color cetrino nada favorecedor. Quiza podria subir al terrado la hamaca de playa y aprovechar para tomar el sol. Asi tambien podria vigilar que nadie hurte ropa ajena. Con esa idea aun en la cabeza, meto la mano dentro de la bolsa. Saco una botella de horchata y la miro detenidamente. No es que me guste especialmente y creo que es la primera vez que la compro. En realidad, empiezo a preguntarme por que lo he hecho. Y sigo con la misma sensacion cuando echo un vistazo dentro de la bolsa y veo la coliflor, la lata de melocoton en almibar, la caja de conos de fresa y las toallitas de bebe. --Ni siquiera me gusta demasiado la fresa --susurro con la caja en la mano mientras se abre la puerta del ascensor y salgo al rellano. --!?Eso es un bien de primera necesidad?! --Escucho a la vieja gritar, consiguiendo asustarme de nuevo. No me lo puedo creer... --!Senora, por favor! !Haganos un favor a todos y centrese en Que bello es vivir! --!Voy a llamar a la policia! --!Y yo al asilo! !A ver si le hacen un hueco! En cuanto cierro la puerta de casa a mi espalda, descubro a Alex al final del pasillo, de brazos cruzados y con gesto de reproche. --?Haciendo amigas? --me pregunta. --Esa mujer es insufrible --digo, camino a la cocina. --!Hostias, helado! !Genial! --grita ella al ver la caja en mi mano, siguiendome con la clara intencion de abrirla y llevarse uno. --Ni hablar. Hay que racionar la comida, que no puedo estar saliendo cada dia a comprar. --?Coliflor? !Joder, que asco! ?Esto que es? ?Alcachofas en vinagre? Mama, ?que mierda has comprado? --Pues... --Rapido, que no te vea dudar. Con conviccion. No puede saber que entraste en panico y compraste lo primero que viste en las estanterias del supermercado--. Tienes que comer mas verdura, Alex. ?Has limpiado? Intento mantenerme firme y aguanto su mirada de brazos cruzados, imperterrita. Ella me mira durante unos segundos mas con una mueca extrana dibujada en la boca, hasta que se da por vencida. --Si. --?Seguro? --Enarca una ceja dandome a entender que no piensa contestarme--. ?Y has hablado con tu padre? Se la respuesta nada mas verle la cara, y tambien puedo adivinar como ha ido la conversacion a tenor de su comportamiento esquivo. --Si... --?Y va a venir a rescatarte? --insisto, cada vez mas convencida de la respuesta de su padre, mascando esta pequena victoria con deleite. --No. Me ha dicho que tengo que quedarme aqui por mi bien --contesta de forma esquiva, sin mirarme a los ojos--. Y ademas tiene mucho trabajo... --Ya. Bueno. Lo siento por ti, entonces --digo mientras me doy la vuelta para intentar que no vea la sonrisa de satisfaccion que se ha dibujado en mi cara. Cuando acabo de guardar todos los deliciosos manjares que he comprado, abro la caja de los helados y le tiendo uno a Alex. Ella lo coge y me sonrie de medio lado. Al ir a guardar el resto en el congelador, veo una luz de esperanza en el horizonte materializada en una pizza sabor barbacoa. La saco con orgullo, consciente de que sera el golpe definitivo para meterme a mi hija en el bolsillo. Parte 2: Hector. 4o 1o Me quito el casco de la moto y me peino el pelo con los dedos de la mano, de forma perezosa. Luego me froto la cara y bostezo de forma prolongada. Al principio fui reacio a marcharme el hospital, desoyendo a todos los companeros que insistian para convencerme. Me negaba a irme porque sentia como si, al hacerlo, les estuviera abandonando en la estacada. --Hector, por favor... Vete a casa a descansar. ?Cuantas horas llevas currando? --Estoy bien. --Imposible. Llevas mas de cuarenta y ocho horas sin parar. Vete a casa. --Desoyendo sus palabras, cojo el historial de otro de los pacientes postrados en una camilla en mitad del pasillo del hospital. Las Urgencias estan tan colapsadas que colocamos a los pacientes donde podemos, a la espera de ser atendidos. Dani pone una mano encima del historial para impedirme leerlo y me lo quita al rato--. Vete. A. Casa. Ahora. Es cierto que te necesitamos, pero descansado y en plenitud de facultades. Ahora mismo, eres mas peligroso que util. Asi que, despues de hacerme de rogar, le hice caso y aqui estoy, sentado sobre mi moto, con los brazos apoyados en el casco, intentando poner en orden mis pensamientos. Aun me cuesta creer que todo esto este pasando en realidad. Las calles desiertas, los hospitales colapsados y los supermercados vacios son mas propios de una pelicula apocaliptica. Antes de subir a casa, entro en el colmado de Hamza para comprar algo de pan. --Hola, Hector. ?Como estas? --Bien. ?Y tu? --Bien tambien. --?Y tu mujer y los ninos? --Bien. Asustados, pero bien. --Cualquier cosa, ya sabes donde vivo. --Gracias --me responde con una sonrisa agradecida. --?Te queda algo de pan? --le pregunto. --Creo que al fondo hay pan para hamburguesas... --Bueno. Menos es nada --contesto, encogiendome de hombros. --Tienes aspecto de cansado --comenta cuando estoy de nuevo frente a el--. ?Mucho trabajo en el hospital? --Si. --Es mas grave de lo que nos hacen creer, ?verdad? Le miro durante unos segundos, valorando si decirle la verdad o enganarle. --Saldremos de esta --opto por contestar, guinandole un ojo para infundirle confianza y afianzar mis palabras. Parece funcionar, porque el sonrie abiertamente, asintiendo a la vez con la cabeza. Levanto la palma de la mano para despedirme al tiempo que salgo de la tienda y camino hacia mi portal. Normalmente subo por las escaleras, corriendo y retandome a mi mismo para hacerlo cada vez en menos tiempo. Hoy no. Hoy subo en el ascensor. Apoyado en una de las paredes, observo mi reflejo en el espejo. Realmente no tengo buen aspecto. Si un paciente me viera acercarme con estas pintas, no creo que creyera que esta en buenas manos. Lo primero que hago al entrar en casa es quitarme la ropa y meterla dentro de la lavadora. Luego, dejo las zapatillas de deporte en el lavadero y me dirijo hacia el bano para pegarme una ducha. Toda precaucion es poca cuando vengo de un sitio tan contagioso como un hospital. Pierdo la nocion del tiempo. Plantado bajo el chorro de agua, dejo que esta golpee suavemente mi cabeza y mis hombros mientras apoyo las palmas de las manos en las baldosas. Cuando salgo, me visto con un pantalon corto y una camiseta vieja, cojo una cerveza y un par de los panecillos que he comprado antes, que pienso zamparme sin molestarme siquiera en rellenarlos con alguna loncha de embutido, y me dejo caer en el sofa. Cojo el movil y busco el telefono de mi padre. --Hola, hijo --me responde al primer tono. --Vaya. Que rapido --comento. --Es que estaba haciendo un Sudoku. --Ah, muy bien. ?Como estais? --Bastante bien, teniendo en cuenta las circunstancias. ?Y tu? --Ya sabes... cansado, pero bien. --?Estas en casa? --Si. Me han... obligado a tomarme un descanso. --Me alegro. ?Como estan las cosas por el hospital? --Bien. --No hace falta que me mientas. Soy viejo, pero tengo television y tu madre me obliga a ver todos los programas especiales acerca del Coronavirus. Es lo unico que se ve en casa, aparte de los gemelos esos que tiran paredes. --Se me escapa la risa--. Yo no me rio. Ahora no para de imaginar como quedaria el comedor si tiraramos la pared que lo separa de la cocina. Concepto abierto, lo llama ella. Si no me mata el colesterol, lo haran tu madre y sus ideas de bombero. -- Resopla de forma prolongada antes de continuar--: ?Y bien? --No es facil, papa, pero vamos haciendo progresos. Decidi parecer algo mas optimista de lo que ahora mismo me siento. --Eso es bueno, ?no? --Si. --Vale. --Le escucho hablar con mi madre de fondo--. No se lo voy a preguntar. No. Porque no hace falta. Me vas a volver loco... Esta bien. Espera. Hijo. --?Si? --?A que no esta permitido ir a la peluqueria? --?A la...? ?Mama tiene intencion de ir a la peluqueria? --Dice que tapar sus canas es cuestion de primera necesidad. --!No puede hacerlo! --Gracias. Dice que no puedes hacerlo. --Los escucho discutir durante unos minutos en los que yo intento meter baza, sin exito. La voz de mi madre se vuelve cada vez mas debil, y entonces mi padre vuelve a hablarme--: Cualquier dia la tienes que ir a buscar al cuartelillo. O eso, o acaba conmigo. --No la dejes salir. Dile que haga una lista de lo que necesitais del supermercado y manana os lo voy a buscar yo. --Ya la ha hecho. ?Le hago una foto y te la envio al movil?

  • El dulce sabor del amor de Yolanda Bello

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    El hambre puede volver loco a una persona. Ese vacio dentro que te retuerce y te apunala hasta que la unica cosa en la que te puedes concentrar, es en llenarlo. Poder, dinero, mujeres... comida. Algunos hombres tienen apetitos que nunca podran ser apaciguados. Un hambre tan grande, tan poderosa, que es imposible parar. Hombres como yo. --Llegamos, Sr. Flint. Levanto la vista de las facturas y ordenes de trabajo en mi regazo y veo a mi conductor mirandome por el espejo retrovisor. Asiento con la cabeza mientras el Maybach se detiene frente al restaurante. Normalmente conduzco yo mismo. Dios sabe que tengo suficientes autos para manejar, pero hoy ha sido un dia ajetreado, y he pasado todo el tiempo que he podido revisando el papeleo para un nuevo lugar en Las Vegas. --Gracias, Cliff --Le digo mientras abre la puerta y salgo a las luces de 'Cuchillo': el restaurante mas concurrido de Los Angeles. Le doy cien dolares--. Tomare un taxi de regreso. Puedes irte, gracias. Sonrie con amistad, vuelve a entrar en el auto y se va, dejandome de pie por un momento frente al lugar. Todavia se ve hermoso despues de todos estos anos. Una gran entrada; un cristal tan fino que juraria que no hay nada alli, enmarcado por madera en grano escogida a mano de los troncos de Portland. Un dosel de color rojo intenso, inspirado en los cines de epoca de la Prohibicion, se asoma por encima de las puertas. Mas arriba de eso, la palabra ‘Cuchillo’ en letras de acero. A traves del cristal a ambos lados de la entrada, brillando en el oro de la luz de las velas contra la mamposteria vista, puedo ver a los comensales sentados en sus mesas. La musica de sus charlas, sus risas y sus cubiertos es tenue, tanto como el aroma del ajo y la salsa de vino blanco en los mejillones, la dulzura de un souffle recien caramelizado. Sensaciones que te invitan como las pestanas parpadeantes de una mujer, instandote a acercarte mas, lo suficientemente cerca como para devorar lo que has puesto en tu mirada. El lugar es limpio, elegante, moderno. Y en una noche como esta, incluso despues de un dia como hoy, cuando la brisa del Pacifico que se mueve por Los Angeles empuja las hojas de las palmeras como si estuvieran conjurando un sueno, es casi magico. Lo que no se ve es la sangre, el sudor y las lagrimas incrustadas en esos ladrillos. La lucha y las dificultades que los unieron. Las traiciones, las amistades rotas, el empuje ardiente y la determinacion resistente que puso sus cimientos. Solo yo puedo verlos. Parado aqui, soy el unico que puede entender como se lograr formar desde cero un lugar como este. Subo y entro, saludado por el maitre de pie detras de su podio. --Buenas noches, Sr. Flint --dice. --Buenas noches, Alvaro. El hombre a trabajado aqui durante seis anos y sigue siendo el mejor. El chiste dice que Alvaro es tan bueno haciendo esperar a la gente que es solo cuestion de tiempo antes de que el DMV lo contrate. El trabajo esta en su sangre. Tanto asi que no me llama Xavier, no importando cuantas veces se lo haya pedido. --?Que desea hoy, senor? --Bueno, he pasado un dia entero tratando con los idiotas de Las Vegas, no he comido desde esta manana, y me gustaria llegar a casa a tiempo para ver lo mas destacado de los Clippers. Mientras traes el vino mas alcoholico que tengas, no me importa lo que la carta ofrece. Alvaro sonrie ironicamente. --Muy bien, senor. La mayoria del personal del restaurante empezaria a sudar ante la idea de escoger algo del menu ellos mismos, pero como dije, Alvaro es de una raza diferente. Su truco esta en saber lo que la gente va a pedir mientras sigue esperando. Un talento, que a mi juicio, merece aplausos. Acabo de decirle que estoy cansado y que me falta tiempo, lo que significa que no me molestare con un aperitivo. El vino mas alcoholico que tienen es un tinto Zinfandel, que se recomienda para los platos de carne de vacuno. Y ademas, es martes de mayo, asi que acaban de recibir una nueva entrega de cortes de rib eye, que por lo demas es de un sabor unico y exquisito. --?La mesa cuatro, senor? Asiento con la cabeza y me muevo hacia adentro. Es una noche relativamente tranquila, lo que significa que la mayoria de las mesas estan llenas, pero no hay fila afuera. Mi instinto mueve inmediatamente la atencion sobre las tres mujeres atractivas que se encuentran en una mesa al otro lado del lugar. Especificamente la rubia recatada que me mira de reojo, con un vestido verde tan ajustado que no necesito de mucha imaginacion para saber que hay debajo. Me pilla mirando e inmediatamente coge su copa de vino para esconder la verguenza en sus labios. Segundos despues de tomar asiento, el vino es traido y vertido en mi copa. Me inclino hacia el camarero y apunto sutilmente en la direccion de la rubia. --?Que estan bebiendo alli, Ned? Hizo un gesto sutil, con indiferencia, y luego me miro a mi. --El rosado de la casa, senor. --Enviales otra botella, yo invito. Diles, pero mira a la rubia cuando lo hagas, que es por lucir tan elegantemente esta noche. --Si, senor. El camarero se va y yo espero a que la rubia me mire de nuevo antes de levantar la copa en su direccion. Ahora sonrie mas ampliamente, y luego susurra a sus amigas, que miran a su alrededor. Solo una rapida mirada antes de que vuelvan a su posicion, inclinandose para reirse entre ellas como conspiradoras. Un clasico que jamas pierde poder cuando se trata de mujeres, siempre genera un gusto delicioso. Tal vez me reconozcan del programa de television que tuve hace un par de anos, donde ensene a un grupo de ex convictos y jovenes delincuentes a cocinar profesionalmente. Fue un momento divertido, pero abandone el programa cuando me di cuenta de que la productora seguia tratando de crear un drama entre los miembros del elenco. En realidad, la mayoria de ellos amaban la cocina como patos el agua, y el trabajo arduo no dejaba a ninguno con suficiente energia para causar problemas. Asi que los productores tuvieron la "brillante" idea que eso condimentaria un poco el espectaculo y provocaron algunas peleas, para que los cocineros se pusieran nerviosos. Bueno, y a mi no me gusta el drama, especialmente en mis cocinas. Asi que renuncie. Cambie los delantales blancos de chef por trajes finos, empece a peinarme por las mananas, y decidi volver al lado de los negocios ya que 'Cuchillo' parecia estar funcionando bien, solo con una supervision limitada de mi parte. Fue entonces cuando empece mis planes de abrir otro restaurante, esta vez en Las Vegas. Volvamos al vino, ese espectaculo si que me gusta, las mujeres aun tienen la boca escandalizada y rubores leves. El camarero me senala y yo levanto una ceja, manteniendo los ojos en la rubia mientras me llevo la copa a los labios, saboreando el dulce sabor del vino y la elegante curva de su escote al mismo tiempo. Ahora sonrie, se esconde timidamente detras de ese cabello y me echa unas cuantas miradas. Sus delgados dedos sostienen delicadamente el tenedor que juega alrededor de su plato. Suave y cuidadoso. No dire que llevar a esta mujer a la cama esta noche sera facil, pero la verdad es que no va a ser dificil. Y despues de la semana que he tenido, me vendria bien la distraccion. --Su filete, Xavier. Me alejo de la rubia para ver a Ned, el camarero, colocar el plato grande frente a mi. --Gracias --Un pequeno grunido sale de mi voz mientras miro hacia abajo a la carne jaspeada. Apetitosa y jugosa, delineada por los chorros de granos de pimienta y las lineas de la parrilla, la salsa de vino tinto que brilla de tal manera que parece casi viva. La rubia tendra que esperar un poco. Corto un trozo, me gusta ver que los cuchillos han sido afilados, y revelo el centro; rojo como la lujuria. Lo lanzo, tomo un pedazo de la patata crujiente como si fuera una idea de ultimo momento, y me lo pongo en la boca. Mi cerebro tarda aproximadamente un segundo en recibir los mensajes que mi lengua me esta enviando, pero cuando me doy cuenta, vuelvo a poner los cubiertos en el plato lo suficientemente fuerte como para hacer que los comensales que me rodean giren en mi direccion. Ned se apresura, sus cejas de muneco Ken suben mientras ve mi mandibula apretada y mi expresion fija. --?Algo va mal? --dice timidamente--. ?Quien trabaja en las verduras esta noche? --Um… Camila. --?Camila? --Si… la nueva chef. La contratamos la semana pasada, ?recuerda? mientras usted estaba en Las Vegas. Frunzo el ceno. --Traela aqui. Ned duda por una fraccion de segundo, obligandome a mirarlo y a borrar cualquier duda de que estoy siendo cien por ciento serio. Luego, desaparece de la escena. Despues de golpear con los dedos el fino mantel por unos instantes, el camarero regresa, la chef viene siguiendolo de cerca. Camina elegantemente, orgullosa. Hombros hacia atras y barbilla alta. Su parte superior de color blanco y los pantalones negros holgados que esconden su cuerpo, el cabello rubio oscuro retorcido y enterrado bajo una redecilla, el cuello largo y las delicadas facciones de su cara son aun mas llamativas para la sencillez del atuendo. Ojos marrones con forma ovalada, labios que se mueven como si estuvieran en medio de un beso, y una nariz ligeramente respingona tan perfecta que solo un artista podria haberla hecho.

  • Nacida bajo el fuego de Aries de Florencia Bonelli

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    La historia de un primer amor ardiente y apasionado entre dos jovenes a la busqueda de un destino marcado por las estrellas.

  • Por una mentira de Sophie Saint Rose

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    Tabitha colocaba el expositor y cuando vio llegar a la senora Morley gimio dejando el pollo que tenia en la mano, para incorporarse y mirarla por encima con una sonrisa en los labios que no llegaba a sus ojos violeta. -- Buenos dias, senora Morley. --Buenos dias, nina. -- respondio mirando la mercancia con su ceno fruncido. La senora Morley era una de sus clientas habituales, pero para venderle una pechuga de pollo se pasaba en la carniceria una hora y queria que le mostrara todo el genero. A sus casi noventa anos decia que no podia meterse cualquier cosa en el cuerpo, asi que la torturaba todo el tiempo que le daba la gana. Tabitha suponia que no tenia mucho mas que hacer que darle el conazo. -- ?Que le pongo hoy? -- dijo mirando su vestido de flores de cuello blanco, acompanado por su collar de perlas. Tambien se fijo que esa manana se habia decidido por sus zapatos planos de cordones marrones -- Tengo la ternera de oferta. -- ?La ternera? No creo. Mi pension no llega para tanto. --la miro con sus ojitos azules detras de sus gafas de pasta y entrecerro los ojos-- ?Llevas la redecilla? No la veo. ?La llevas? No voy a consentir encontrarme un pelo pelirrojo en mi comida. --Si, senora Morley. --se acerco a ella por encima del expositor senalando su horrible redecilla blanca -- ?La ve? Es obligatorio llevarla. --Por eso te lo digo, nina. --dijo con los ojos entrecerrados intentando centrar la vista. Molesta porque no veia tres en un burro, miro el expositor de nuevo-- Vamos a ver, ?eso que es? ?Pavo? --No, senora Morley. Es la ternera que le decia. --Va, no tiene buen color. Tabitha se mordio la lengua forzando una sonrisa y miro a traves del escaparate de la tienda al exterior esperando que llegara su jefa y se pudiera librar de atender a la mujer-- ?Que le parece pollo? -- respondio importandole un pito lo que se llevara la buena mujer. -- ?Pollo? !Me lleve pollo ayer! --No, senora Morley. Se lo llevo el lunes y estamos a viernes. -- al fin era viernes y descansaria todo el fin de semana. Las ganas que tenia de perder de vista a las clientas solo las sabia ella-- ?Y conejo? -- !Conejo! !La cantidad de conejo que me comi en los cuarenta! Madre mia, ya la habia liado. La mujer se puso a relatarle toda su infancia y la adolescencia. A describir lo dura que era la vida entonces y no como ahora, que los jovenes solo se quejaban de vicio -- !Y mi marido! !Oh, lo que trabajaba el pobre! -- entrecerro sus ojitos-- ?Y tu? -- ahi venia-- ?Ya te has casado? -- la pregunta de todas las semanas. --No, senora Morley. Desde hace siete dias, que me lo pregunto la ultima vez, no me he casado. -- respondio cogiendo el cuchillo clavandolo en la tabla de madera pensado por que cono tenia que explicarle su vida a todo el mundo. -- !Pero nina! ?Cuantos anos tienes? !Joder! ?Por que no se compraba la pechuga de pollo de una vez y la dejaba en paz? -- Veintisiete, senora. La senora Morley la miro con horror como todas las semanas. Un dia iba a sacarle una foto y a colgarla en Internet -- Pues casate nina o… -- ?Y que le parece cerdo? Unas buenas chuletitas de cerdo. La mujer chasqueo la lengua y en ese momento entro su jefa que llegaba de ir al banco a realizar los ingresos-- Buenos dias, senora Morley. -- dijo pasando ante ellas a toda prisa y metiendose en la trastienda a la velocidad de la luz despues de mirarla con cara de panico. Tabitha dejo caer los hombros y agarro el mango del cuchillo-- Cobarde. -- susurro desclavando el cuchillo. Miro el reloj que tenia colgado y vio que la mujer llevaba en la tienda exactamente cuarenta y siete minutos. La mujer seguia hablando sobre que no le apetecian chuletas de cerdo y cuando tomo aire, Tabitha metio baza-- ?Y de cordero? -- !Oh, el cordero me sienta mal, nina! ?Que te pasa? Estas muy distraida. --Tiene toda mi atencion, senora Morley. --cuando vio entrar en la carniceria a su amiga Kat sonrio de oreja a oreja-- ?Las tienes? -- !Ja! -- saco dos invitaciones a la inauguracion de la nueva discoteca en Manhattan para esa noche-- Creias que no podia, ?verdad? -- dijo apartando con chuleria su pelo moreno. -- ?Que eso, nina? ?Os vais al cine? Kat miro a la mujer con una sonrisa en la boca y Tabitha nego con la cabeza indicandole que no contestara-- No, son las entradas a una discoteca. La senora Morley las miro con horror como si fueran dos perdidas y jadeo-- ?Una discoteca? --Si. -- respondio Kat confundida. Miro a Tabitha como si la hubiera decepcionado-- ?Vas a esos antros de perdicion, drogas y alcohol? -- dijo levantando la voz-- !Deberias ir a la Iglesia, nina! !Ahora entiendo que no te hayas casado! --la senalo con el dedo-- !Los hombres decentes van a la Iglesia! !Ahi conocia a mi Martin y estuve casada sesenta y tres anos! Tabitha miro hacia la puerta de la trastienda que se abrio en ese momento saliendo su jefa vestida para ponerse a trabajar. La miro como si hubiera metido la pata y ella miro a Kat como si quisiera matarla. Su amiga susurro-- Bueno, yo me voy. La anciana seguia soltando por la boca que los jovenes en la actualidad habian dejado de ir a la Iglesia, porque estaban tan cansados despues de drogarse toda la noche, que no querian oir la palabra de Dios para no tener remordimientos. Su jefa asintio --Que razon tiene, senora Morley. ?Le pongo unos filetitos de pollo? Kat hizo una mueca yendo hacia la puerta, haciendole un gesto como que la llamaba luego--Gracias por tu visita, Kat. --dijo ironica con ganas de pegarle cuatro tiros. --Lo siento. -- vocalizo antes de salir practicamente corriendo. Como una buena chica tuvo que escuchar como debia reformarse de su disipada vida. ?Disipada vida? !No echaba un polvo desde que su novio la habia dejado por la pastelera del final de la calle! Y eso habia sido hacia dos anos. En ese tiempo a ellos les habia dado tiempo a casarse y tener gemelos. Con una mueca en la boca que se suponia que era una sonrisa, vio como llegaba otra vecina y opinaba sobre su vida como si tuviera todo el derecho del mundo, aliandose contra ella. Miro a su jefa que la observaba cruzada de brazos-- Ya le he dicho que mi hijo estaria encantado de salir con ella. -- dijo su jefa dando la puntilla --Gabriel esta medio enamorado de Tabitha y lleva esperandola desde que la conoce. Cuatro anos hace que lo tiene esperando al pobre chico. ?Pobre chico? !Era un cromanon que solo hablaba de futbol, soltaba eructos, que pesaba cien kilos y estaba calvo! No estaba tan desesperada. Pero eso no se lo podia decir a su jefa, por supuesto. Asi que sonrio dulcemente diciendo-- Nuestros caracteres son muy distintos. -- !Dejate de tonterias, nina! -- dijo la senora Morley levantando la barbilla-- !Que caracteres, ni caracteres! !En casa mandas tu! !Punto! !Todo lo demas son tonterias! -- !Eso le digo yo! Si cuando le sonrie, el pobre se pone a babear. Pero ella nada. !Ni siquiera quiere salir con el una vez! --Tabitha, debes ser mas flexible. -- dijo la senora Rubin acercandose al expositor--Ponme carne para picar. Voy a hacer hamburguesas. Tabitha se puso a servir a la mujer pensando que deseaba que dieran las dos, que era la hora en la que salia ese dia. Metio la carne en la picadora despues de pesarla, rumiando que necesitaba una noche loca. Si, se cogeria un buen pedo. De los que hacen epoca. No sabia como despues de trabajar alli cuatro anos, no se habia dado al alcohol. Escuchandolas ponerla verde por ser muy exquisita, termino de picar la carne y le tendio el paquete a la mujer cobrandole-- Aqui tiene, senora Rubin. La vuelta. -- ?Que te parece si sales con mi Steve? Acaba de dejar a su mujer y siempre le has gustado. !Ja! !Ni loca! Pero sonrio radiante porque ahora el tema se desviaria. -- ?Tu hijo ha dejado a su esposa? -- pregunto escandalizada la senora Morley sonrojando a la vecina. Cuando llego a su casa arrastrando los pies, vio a su madre en el pequeno jardin tirando de los hierbajos-- Uy, uy, hoy ha sido un dia malo. --Pesimo. Estoy mas harta... -- ?Por que no buscas algo en Manhattan? --dijo quitandose los guantes para acercarse y quitarle la redecilla de su pelo pelirrojo-- Hija, no puedes seguir asi. Miro con horror a su madre-- ?Me he paseado por todo Brooklyn con eso puesto? La risa de su madre la altero todavia mas-- No tiene gracia. --Claro que la tiene. Tenias tanta prisa por salir que ni siquiera te has dado cuenta. Gruno subiendo las escaleras-- !Que harta estoy! --Si hubieras terminado... Se volvio fulminandola con la mirada-- ?Me lo vas a recordar otra vez? Si hubieras terminado la carrera, ahora serias un medico de prestigio y vivirias en Manhattan. -- !Es que es la verdad! -- !Mama! !Me echaron! Su madre miro a su alrededor jadeando-- !Que no te oigan las vecinas! --Soy una negada para estudiar medicina. ?Sabes todos los nombres que hay que aprender? !El instituto estaba tirado! -- !Pero sacabas muy buenas notas! Por eso te dieron la beca. !Lo que pasa es que te desviaste! Eso era cierto. La vida en el campus era tan distinta a la que habia llevado, que se despisto un poco. No un poco, muchisimo. No se encontro en todo el semestre y cuando lo suspendio todo, ya era tarde. La echaron a patadas. --Mira, no quiero hablar de lo que ya no puedo arreglar. -- entro en casa de sus padres frustrada. -- !Podrias volver a estudiar! -- !Todos los dias tenemos que tener esta conversacion! Mama, aceptalo. No voy a ser medico. -- ?Y enfermeria? Puso los ojos en blanco dejando el bolso en el perchero y yendo hacia la cocina -- Puedes estudiar por las tardes. Tomo aire sacando una cola de la nevera. Su madre estaba preocupada por ella. Lo sabia. Tenia veintisiete anos y se habia dejado llevar. Cuando la echaron de la universidad para disgusto de todos, volvio a casa y trabajo en un supermercado. Alli habia acabado de carnicera y de alli a la carniceria del barrio. Siempre habia ganado dinero, pero no era la vida que siempre habia sonado. --Tienes dinero ahorrado. Lo bastante como para ponerte a estudiar de nuevo si no quieres trabajar. --su madre se acerco y le acaricio la mejilla --Yo quiero que seas feliz y no lo eres. En Manhattan tendrias mas oportunidades y… --Pensare en algo, ?vale? Te lo prometo. Su madre tenia razon. Lo sabia. Lo que no sabia era lo que le pasaba. Era como si desde que habia ido a la universidad le diera miedo lanzarse a la vida para no pegarse otra leche. Asi que alli estaba, viviendo en casa de sus padres, aunque ellos estaban encantados. Trabajando en el barrio y sin pareja. Todo un panorama. Su madre sonrio y Tabitha alargo la mano para quitarle una hierba de su pelo negro-- No te preocupes por mi. --Estoy encantada de tenerte aqui y lo sabes. -- Tabitha asintio-- Pero quiero que empieces a vivir tu vida. Siempre estas pendiente de nosotros, sobre todo de tu padre. Desde que tenias dieciseis anos echabas una mano en el taller y cuando sales de trabajar te pasas muchas veces para ayudar. No puedes seguir asi. !No eres feliz! -- se alejo y abrio un cajon de la cocina-- Mira, he hablado con tu tutora del instituto. -- Tabitha abrio los ojos como platos. -- !Mama! --Escuchame, ?vale? Puedes ir a clases nocturnas y en dos anos tendras tu titulo de auxiliar de enfermeria. --le enseno un folleto y Tabitha suspiro. Cogio el folleto de sus manos y la miro asombrada. !El folleto tenia tres anos! -- ?Por que me lo das ahora? --Porque estas al borde de un ataque de nervios y es el momento apropiado. Antes pensabas que estabas bien. Ganabas dinero y tenias novio. Incluso pensasteis en casaros y te entro el panico. Ahora estas preparada para cambiar tu vida. -- ?Por que he tocado fondo? -- dijo divertida. --Exacto. --la beso en la mejilla-- Piensatelo, ?vale? --Si, mama. -- la agarro por la cintura antes de que se apartara-- ?Sabes cuanto te quiero? Su madre se echo a reir mirandola con sus mismos ojos color violeta-- Seras zalamera. --Si, lo soy. -- la beso en la mejilla y se aparto dispuesta a comer algo. Volvio a abrir la nevera sacando algo de jamon para hacerse un sandwich. --Carino, ?no esperas a la cena?

  • Mi jefe de Whitney G

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    La carrera de Claire Gracen como directora de marketing no podia ser mas meteorica, y, ademas, estaba felizmente casada con el hombre del que habia estado enamorada desde la adolescencia; su vida era perfecta.

  • Entre mis suenos Gin y yo de Diego Villegas Canales

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    ?Que pasa cuando te despiertas y tu vida da un giro inesperado?

    -Amor, intriga, miedo, felicidad. todas esas emociones senti al despertar de aquel sueno, sudando sobre las sabanas pegadas a mi piel, sin dejar de preguntar ?Por que?

  • La promesa de Helena. Bilogia completa de Chloe Santana

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    Helena era una experta en llegar tarde. Nadie la creeria por mucho que ella dijera que no lo hacia a proposito. La realidad era que siempre le surgian contratiempos que la ralentizaban en contra de su voluntad. Por ejemplo, aquella manana habia sido bastante precavida al despertarse con dos horas de antelacion. Le habia dado tiempo a darse una ducha larga, pelearse un buen rato con el armario hasta escoger el jersey azul cielo que segun su madre hacia juego con sus ojos, desayunar un bol de cereales e incluso se habia acordado de ordenar la habitacion para causarle una buena impresion a su companera. Para ella tenia mucho merito porque era un desastre con patas (o eso afirmaba su padre). Pero la vida constantemente la bendecia, notese la ironia, con percances que la retardaban. Y esa manana no contaba con aquella anciana de la parada del autobus que estaba visiblemente desorientada. Si Helena hubiera sido otra clase de persona, se habria limitado a esperar el bus como el resto de los pasajeros. Pero Helena era una mujer empatica por naturaleza y siempre tenia una sonrisa para todo el mundo. Como decia su abuelo: <>. Ella creia en los pequenos gestos y la habian educado para ser amable con los demas, asi que se intereso por la octogenaria y descubrio que se habia equivocado de parada. Ni corta ni perezosa, se subio con ella en un autobus que la alejaba de su destino y le indico cual era la parada correcta. Al fin y al cabo, le hubiera gustado que alguien hiciera lo mismo por su abuelo. ?Por que la gente iba a lo suyo en un mundo que giraba demasiado deprisa? No pudo responderse a si misma porque le sucedio lo de siempre: llegaba tarde. Habia vuelto a confiarse y su buena voluntad le habia jugado una mala pasada. Era su primer dia en la universidad. Se habia matriculado en humanidades en la universidad de Chicago con la intencion de graduarse en periodismo. O quiza en escritura creativa. Aunque Lengua y literatura inglesa le ofrecia bastantes posibilidades en el mercado laboral. Todavia no lo tenia claro pero sabia que su gran pasion eran los libros. Y como llegase tarde a aquella primera clase tendria un inicio academico de lo mas catastrofico. Corrio a toda prisa por los pasillos de la universidad mientras buscaba su aula. Ademas de ser impuntual era despistada. La clase de persona que olvidaba donde habia dejado las llaves de casa e ignoraba que su clase de literatura universal se encontraba en el edificio anexo. Le costo diez minutos y preguntar a un monton de alumnos dar con el sitio exacto. Estaba empapada en sudor y tenia la respiracion acelerada cuando llego al aula magna. Sentia tal euforia que abrio la puerta de par en par y todos se volvieron hacia ella. Por lo visto habia hecho un poco de ruido. Trago con dificultad e intento mimetizarse con la pared, pero su maldito jersey celeste resaltaba demasiado sobre el muro de hormigon blanco. ?Algo que Helena no soportase? Ser el centro de atencion. Ella preferia ir a lo suyo porque pensaba que destacar solo le traia problemas a una chica que habia sido bendecida con una belleza de la que no se sentia orgullosa. Apreto la carpeta contra el pecho y deseo ser invisible. Centenares de ojos se posaron en ella mientras subia las escaleras con la cabeza gacha y la intencion de ocultarse en el fondo del aula. --Empezaremos la clase cuando la senorita impuntual se siente. Tranquila, no tenemos prisa. Si Victor Hugo tardo diecisiete anos en escribir Los miserables, nosotros podemos esperar unos minutos a que usted le apetezca escoger un asiento --la autoritaria voz del profesor de literatura universal arranco las risas maliciosas de un punado de alumnos. <>. Un calor abrasador le subio por las mejillas cuando todo el mundo empezo a mirarla. Algunos lo hacian con cierta compasion y otros con impaciencia. Hubo cuchicheos y miradas de desaprobacion. Seguro que pensaban que a la rubia tonta le encantaba llamar la atencion --para su desgracia, era la imagen que solia provocar en los demas--. Se sento en el primer asiento libre. Le temblaban las piernas y el corazon se le iba a salir del pecho por culpa de la carrera y la verguenza. --Menos mal. Ha tardado lo suyo. Esperemos que no sea igual de lenta para todo... --la broma de mal gusto del profesor la obligo a mirarlo a la cara para encajar el golpe. Era un hombre alto, canoso y de mirada desabrida. Tres segundos en clase y ya se habia ganado su antipatia--. Muy bien, senorita... --Helena Jones --su voz sono estrangulada. --Senorita Jones, ya que ha interrumpido mi clase, no le importara hacer la introduccion del primer epigrafe del temario sobre Los origenes de la literatura. La escuchamos. <>. A Helena le empezaron a sudar las manos. ?Una exposicion sobre Los origenes de la literatura? Si ni siquiera le habia dado tiempo a comprar el libro. Pensaba hacerlo aquella misma tarde porque ayer su prima Martha la llamo llorando desconsolada porque su novio habia roto con ella y claro, ?como iba a decirle que no podia escucharla porque tenia que ir a la libreria? Ante todo, Helena era impuntual y buena amiga. --Yo... esto... Senor... --intento recordar el nombre del profesor. Uf, se estaba luciendo. Ademas de impuntual y buena amiga, tenia memoria de pez. ?Como se llamaba el profesor de introduccion a la literatura universal? Recordaba haber leido su nombre en aquel temario que se habia manchado de cafe cuando se quedo dormida viendo por enesima vez Pretty Woman. La culpa de todo la tenia Richard Gere--. Disculpe, Senor... El profesor le dedico una mirada irritada. --Ya se que no soy Shakespeare, pero no le vendria mal aprenderse mi nombre. Mas risas maliciosas. Se acababa de labrar una reputacion de imbecil que la perseguiria durante todo el curso. Que bien empezaba. --Llega tarde, no se sabe el temario y desconoce el nombre del profesor. En lugar de haberse matriculado en la universidad, deberia volver a prescolar para que le ensenaran las nociones basicas sobre como comportarse en publico. Helena noto como todo el peso de la verguenza caia sobre sus hombros. A partir de ahi, la clase fue a peor. El Senor Foster, que asi se llamaba el susodicho, no dejo pasar la oportunidad de ridiculizarla cada vez que explicaba algun tema. <> <> <> Helena se sintio tan humillada que tuvo que hacer un gran esfuerzo para no echarse a llorar o huir de la clase. El profesor habia encontrado al blanco perfecto de sus burlas y por lo visto no iba a soltarlo. Hasta que una voz masculina y socarrona se impuso entre las risas de sus companeros: --Yo tampoco lo se. El senor Foster levanto la cabeza del libro y busco al propietario de aquella voz masculina tan energica. --?Disculpe? --Josh Sackler --dijo con orgullo el alumno--. Le decia que yo tampoco se la diferencia entre la lirica renacentista y el petrarquismo. No tengo nada en contra de la senorita Jones, pero me parece fatal que monopolice la clase. Si va a darle clases particulares a la senorita Jones, tambien me apunto. He notado que tiene cierta predileccion por ella y no soporto los tratos de favor. Tampoco iba a desperdiciar la oportunidad de hacerme notar, para que mentir. --todo el mundo se volvio hacia el con los ojos abiertos de par en par. Helena lo miro entre sorprendida y aliviada por dejar de ser el centro de atencion--. Por cierto, esta noche doy una fiesta y estais todos invitados. Quiza no sea tan interesante como esta apasionante clase de literatura, pero nos merecemos disfrutar de una buena juerga antes de que la presion academica nos asfixie. Al Senor Foster se le cambio la expresion. Arrugo la frente y puso mala cara cuando la mitad de la clase rio las gracias de aquel joven. A Helena no le paso desapercibida la seguridad que desprendia. A diferencia de ella, estaba encantado siendo el protagonista. De lejos pudo apreciar que era la clase de universitario atractivo y descarado que tendria bastantes admiradoras. --En fin, ya tenemos al gracioso de turno. No sera el mas listo de la clase pero seguro que es el alma de la fiesta. Gracias por su intervencion, Senor Sackler. --De nada, Senor Foster Hizo una reverencia antes de sentarse y casi toda la clase se partio de risa. Menos ella. Estaba demasiado abochornada para sonreir. Se paso el resto del tiempo tomando apuntes para ponerse al dia, mientras se juraba que aquella misma tarde iria a la biblioteca para pedir prestado el libro y enterraria la cabeza dentro hasta absorber todo el temario. Asi le demostraria al Senor Foster que no era una completa idiota. Cuando la clase termino, busco a su salvador para darle las gracias. Era lo minimo que podia hacer porque habia sido el unico que le habia echado un cable. Los demas se limitaron a mirar para otro lado, agradecidos de no ser ella, o a reirse en voz alta de su mala suerte. Josh estaba de espaldas y charlaba animadamente con un grupo bastante numeroso de alumnos. Parecia el lider, algo impropio de un alumno de primero. A lo mejor no habia sido tan desinteresado como ella pensaba y habia montado aquel numerito para destacar. A partir de ahora seria conocido como aquel alumno de primero que se habia atrevido a contradecir en publico a un profesor. Todos hablarian de el. <>. --Hola. Helena tuvo que levantar la voz para hacerse notar. El estaba demasiado encantado pavoneandose delante de un par de chicas que la miraron con fastidio cuando ella le toco el brazo. Josh se volvio hacia ella con una amplia sonrisa que se ensancho cuando la reconocio. No era atractivo, era guapisimo. De pelo negro, ojos verdes y piel tostada por el sol. Intento adivinar de que parte de Estados Unidos seria antes de que el hablase. --Hola, senorita Jones. Del sur. California, Los Angeles, Arizona... tal vez Texas. --Hola, senor Sackler --le siguio el juego--. Solo queria que supieras que agradezco mucho lo que has hecho por mi. Te debo una. El la miro con interes y ella capto la clase de mirada que le dedicaba. Solia provocar aquel efecto en los hombres. Lo odiaba. Cuando eras guapa los demas siempre sacaban conclusiones precipitadas y creian conocerte. Lo que veian era el envoltorio, pero el envoltorio jamas definia quien eras. --Hecho. Ven esta noche a la fiesta que se celebra en mi fraternidad. Asi estaremos en paz. <>. Helena sabia como quitarse de encima a aquella clase de tipos. Se haria la tonta, que era lo que esperaban de ella, y luego le diria lo que queria oir. Era la unica estrategia para salir airosa de la situacion. --Pues... no se. La verdad es que todavia tengo que instalarme y hacer algunas compras de ultima hora. --Me gustaria mucho que vinieras --el insistio con una seguridad que la arroyo. Estaba convencido de que ella daria su brazo a torcer. Era muy predecible. --Me lo pensare --respondio, y se aparto el pelo de la cara para demostrar unos nervios que no sentia. Tenia ganas de quedarse a solas y llorar sobre la almohada por lo sucedido con su profesor. Pero debia provocar la impresion equivocada si queria quitarselo de encima. En la vida se habia topado con suficientes Josh Sackler para saber como actuar--. Sera mejor que me vaya. Tengo clase y no quiero llegar tarde. Otra vez. --Adios, senorita Jones. A ella le gusto su voz. Suave, confiada y varonil. Le ofrecio una media sonrisa y se alejo a paso ligero. El resto del dia transcurrio con normalidad. Llego puntual a todas las clases, fue a la biblioteca y consiguio el ultimo manual de literatura universal y ceno un sandwich de queso mientras leia Desesperacion. Lo habia escrito Vladimir Nabokov y se quedo dormida con la intencion de demostrarle al Senor Foster que no era una estupida. No fue a la fiesta. 1 En un recondito lugar de Texas. Presente. Mantengo la mano izquierda sobre el volante e intento cambiar de emisora de radio con la derecha. Me doy por vencida cuando lo unico que logro sintonizar es una emisora local de musica country. Odio la musica country. Yo soy mas de Adele, Sia o Dua Lipa. Bajo el volumen pero la dejo encendida. Llevo casi cuatro horas al volante y no quiero quedarme dormida. El sol de principios de marzo se refleja en el parabrisas delantero y tengo ganas de echar una cabezadita. No soy una imprudente, pero quien habria imaginado que lo unico que veria durante cientos de kilometros serian surtidores abandonados, una carretera eterna y un horizonte de pastos dorados. Menos mal que llene el deposito hace cuatro horas, porque de lo contrario no se que habria sido de mi. El gps del movil me ha abandonado y mi unica guia es un mapa anticuado que adquiri en la gasolinera por cuatro dolares. La semana pasada estaba convencida de que mi vida no podia ir a peor. Arruinada, sola, con una excedencia y amargada. Entonces tome la decision de embarcarme en esta locura de viaje con la intencion de revertir mi situacion. Me dije: <>, pero como diria Murphy: <>. Y ahora cabe la posibilidad de que me quede sin gasolina y deambule deshidratada por una carretera solitaria hasta desmayarme de agotamiento y ser devorada por los buitres. Menudo final tan patetico. Tengo ganas de gritar, pero en lugar de ello subo el volumen cuando suena una cancion decente. Shania Twain canta que se siente como una mujer y que va a salir de fiesta. Mi fiesta perfecta seria encontrar una habitacion de hotel decente y darme una ducha de agua fria. El aire acondicionado del coche que he alquilado no funciona --un detalle sin importancia que se le olvido comentar al de la agencia--, y fuera hace tanto calor que sospecho que en el asfalto podria freirse un huevo. Aunque llamar <> a un camino polvoriento y lleno de baches es ser demasiado considerada. Bajo la ventanilla para refrescarme y me veo obligada a subirla cuando el interior del vehiculo se llena de un polvo amarillento y denso que esta a punto de asfixiarme. Me entra un ataque de tos y los ojos se me llenan de lagrimas. Odio la musica country. Odio los viajes largos. Odio Texas. Es la primera vez que estoy aqui y ya me he labrado una opinion precipitada. Texas representa todo lo que aborrezco. Es el segundo estado mas grande de Estados Unidos por detras de Alaska. Supera el indice promedio nacional de la tasa de criminalidad y la mitad de las ejecuciones del pais tienen lugar aqui. Es un bastion republicano y hace mas de medio siglo que en Texas no gana ningun candidato democrata --concretamente desde Jimmy Carter--. Kennedy fue asesinado en Dallas y es el estado con un mayor numero de armas de fuego registradas ademas de ser la cuna de la cultura cowboy, el petroleo y las minas de carbon. Para una democrata contraria a la pena capital, vegetariana y ecologista, es algo asi como el paraiso. Notese la ironia. Sin embargo, nadie pudo quitarme la idea de la cabeza cuando decidi emprender este viaje. Ni siquiera mama y sus: <>. O Penny y sus: <>. Si, las dos tenian razon. Este ultimo ano me ha hecho perder el juicio y sentirme tremendamente culpable. Por eso estoy aqui. En un intento desesperado por solucionar mis problemas y cumplir una promesa. Quiza de paso mi vida cobre ese sentido que perdio hace quince meses.

  • Articulo 353 del codigo penal de Tanguy Viel

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    Finales de siglo xx en una region francesa en pleno declive industrial y economicamente y moralmente perjudicada. Martial Kermeur ha sido arrestado por la policia por haber lanzado al mar al promotor inmobiliario Antoine Lazenec. Martial relata al juez los motivos que le han llevado a esa situacion: su divorcio, la custodia de su hijo Erwan, su jubilacion y, sobre todo, los corruptos proyectos de Lazenec, quien ha estafado y dejado a Kermeur sin los ahorros de toda una vida.

  • El lado equivocado del cielo de Eva M. Soler , Idoia Amo

    https://gigalibros.com/el-lado-equivocado-del-cielo.html

    Liv Monroe. Derek Gray. Shawn Bennett. Zazzie, Carter, Kumiko. ?Que tienen en comun este variopinto grupo de desconocidos? Que van a pasar un largo, complicado y caluroso verano en Hendersonville como resultado de varios delitos leves.
    Todos han sido condenados a prestar servicios comunitarios para pagar su deuda con la sociedad, y que mejor manera que participar como mano de obra en la restauracion de una preciosa mansion en Carolina del Norte.
    Liderados por Adeline, una jefa de obra que los maneja con mano dura, y en medio de un entorno muy diferente al que estan acostumbrados, este grupo de personas tan distintas entre si estan a punto de descubrir que ese castigo puede ser la mejor experiencia de sus vidas.

  • Un bolso y un destino de Leigh Himes

    https://gigalibros.com/un-bolso-y-un-destino.html

  • No hay reglas para olvidar de Iris T. Hernandez

    https://gigalibros.com/no-hay-reglas-para-olvidar.html

    Nasha dejo atras su zona de confort y se separo de su novio, Andres Zuniga, para lanzarse a la aventura, levantar su negocio y construir su reino.

  • Amor en la fila 27 de Eithne Shorthall

    https://gigalibros.com/amor-en-la-fila-27.html

    ?Que pasa cuando Cupido juega a ser copiloto? Todavia recuperandose de una ruptura, Cora Hendricks ha renunciado a encontrar el amor. Para ella, en realidad. Para pasar el tiempo, mientras trabaja en el mostrador de check-in de Aer Lingus en Heathrow, Cora empieza a jugar a ser cupido con parejas solteras durante el vuelo. Utilizando solo su intuicion, Internet y la afable asistente complice, Nancy, la fila 27 se convierte en el laboratorio del amor de Cora. En lugar de sentarse al azar, dos pasajeros, de forma involuntaria, se sentaran junto a la persona de sus suenos, o no. Cora asegura que la fila 27 es solo algo de diversion, pero mientras ella esta ocupada haciendo que salte la chispa a gran altura, el amor que habia abandonado para si misma podria haber aterrizado justo en frente.

  • Las grabaciones del comisario de Roberto Sanchez

    https://gigalibros.com/las-grabaciones-del-comisario.html

    <Asesinos de Series.

  • Donde habita el miedo de Maite R. Ochotorena

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    Para los amantes del terror y el suspense, <> ha sido una sorpresa, original, impactante, dura.

  • Platon en 90 Minutos de Paul Strathern

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    PLATON EN 90 MINUTOS es uno de los primeros en una serie de libros desenfadados y distintos que presentan la vida y la obra de los filosofos mas importantes. En un relato a la vez estimulante e informativo, Paul Strathern ha entretejido en el texto las ideas principales de Platon, de manera que son comprensibles tanto por estudiantes de filosofia como por los que no lo son. La primera ambicion de Platon era la de hacerse luchador profesional, pero no pudo llegar a los Juegos Olimpicos. Probo entonces su suerte como poeta tragico, pero no gano ninguno de los grandes certamenes. Como ultimo recurso, fue a visitar a Socrates. Fue amor a primera vista, y lo demas, como se suele decir, son filosofias. Una introduccion y un epilogo situan la obra de Platon dentro del panorama de la filosofia; tambien se ofrece una completa lista cronologica. Finalmente, una seleccion de citas del Teeteto, del Fedon y, sobre todo, de La Republica da indicacion de sus intenciones, conceptos mas importantes y de su estilo.