• resumen del libro fraude en rojo - Colleen Cross

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    Fraude en rojo – relato
    Cuando la auditora contable e investigadora de fraudes Katerina Carter y novio periodista Jace Burton aceptan una invitacion extemporanea a una fiesta, el crimen es la ultima cosa que pasa por sus mentes. Pronto, una inversion exitosa en vino dejara un regusto amargo en la boca de Kat, al tiempo que se vera enfrentada a una estafa de un millon de dolares en vinos. !Y todo esto antes de la cena!

  • Reseña: Fraude Rojo - Colleen Cross - Sueños entre paginas

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    Fraude Rojo es un relato de unas 20 páginas, donde vemos como Kat de manera intuitiva y eficaz descubre que es lo que esconde el amigo y ex compañero de trabajo ...

  • colleen cross - fraude en rojo (ebook) - Casa del Libro

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  • Fraude en rojo - Libros De Mario

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  • Colleen Cross - ¡¡Ábrete libro!! - Foro sobre libros y autores

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    28 ago 2017 · 2 publicaciones · 1 autor

  • Lee Fraude en rojo de Colleen Cross - Libro electrónico | Scribd

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  • Fraude en rojo : Los misterios de Katerina Carter - Amazon

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  • Fraude en rojo de Colleen Cross - Bajalibros.com

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  • Fraude en Rojo by Colleen Cross - Goodreads

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    Fraude en rojo - relatoCuando la auditora contable e investigadora d. ... Es un libro muy sencillo, fácil de leer y comprender; en menos de media hora puede ...

  • Fraude en rojo eBook por Colleen Cross - Rakuten Kobo

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  • Descargar Fórmula Mortal (Colleen Cross) | Libros Gratis

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    Resumen del Libro: libro Fórmula Mortal. Un thriller de suspense y misterio de Katerina Carter, detective privada Un Siniestro Crimen Yace en las ...

  • Los Exiliados Las doncellas de Summerwind de Kattie Black

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    En su sueno, la extrana niebla negra lo rodeaba y tiraba de el hacia abajo, llamandolo por su nombre. Lo llamaba con la voz de ella. Con la voz de Lis, de su Lissie, dulce y grave como una caricia que lo consolaba y heria al mismo tiempo. --Ven a mi, Baltair, mi amor... Ven a mi, mi amor, Baltair... En medio de la espesa bruma casi podia oler su perfume, sentir la suavidad de sus pechos contagiandole su calidez. Trato de asirla, pero ella se deshacia. Era un vaho caliente que se enredaba en su garganta, en sus munecas. --Lis... maldita, maldita seas... dejame verte. --Ven a mi, Baltair, mi amor... Ven a mi, mi amor, Baltair... --repetia--. Perdoname... perdoname... Al fondo de la humareda oscura, dos ojos brillaron. Al principio creyo que eran tan azules como los de ella, pero despues le parecieron verdes. O tal vez rojos. <>. Se sacudio en suenos, tratando de librarse de la pesadilla, pero no consiguio despertar. Cayo cada vez mas profundo, sintiendo como aquel cuerpo que de pronto ya no era calido sino frio, se apretaba mas contra el. Los brazos se enredaron en su cuello y una lengua viscosa y gelida intento entrar en su boca. --No... !No! Volvio a la vigilia con un sobresalto, tomando aire con la desesperacion de un ahogado. La pesadilla habia terminado, sin embargo, aun notaba el tentaculo frio anudado a su alrededor. Hizo un gesto instintivo para sacudirse los restos de la terrible alucinacion y a punto estuvo de soltar un grito cuando sus dedos golpearon un bulto viscoso y fresco que colgaba de su cuello. <>. Al bajar la vista, a la luz mortecina del fuego del campamento, vio a la horrible criatura. Una espantosa vejiga que lo miraba. Los restos de sueno desaparecieron barridos por la adrenalina. Se puso en pie y agarro la masa viscosa, tirando, hasta que se arranco sus finas extremidades del gaznate. Los tentaculos se soltaron y empezaron a moverse, tratando de atraparlo de nuevo. El ser que se retorcia entre sus manos tenia el tamano de una naranja y era blanquecino y escurridizo como una medusa. Un unico ojo amarillo de pupila vertical se abria en medio de una cabeza hecha de bultos y pustulas, sin pelo ni escamas, de la que brotaban tentaculos desiguales con las puntas rojas. --!Garren! !Garren! Sintio el ruido de las hojas secas quebrarse bajo los pies de su hermano cuando este se puso en pie de un salto. Un cuchillo de caza aparecio como de la nada y partio por la mitad al engendro, cuyas dos partes cayeron al suelo y empezaron a burbujear y a recomponerse. --?No se muere? --resollo Garren. Empunaba el cuchillo, con los ojos brillantes y la voz ahogada por el brusco despertar. --Es un demonio. Ahora... ahora son dos --comprendio Baltair al ver como nuevos tentaculos brotaban de las informes aberraciones.

  • Elijo sentir de Anna Bissette

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    --No, no me mires a mi, mira mas como... detras, como si estuvieses observando el horizonte, un atardecer, un barco a lo lejos. --Vaya ocurrencias las mias, si aqui lo mas lejos que podria mirar esta pobre chica seria un edificio en la acera de enfrente. Terminamos la sesion de fotos y empiezo a guardar todo en el maletin que tengo que cargar hasta llegar a casa. Ni tengo coche ni voy a malgastar dinero para ir comoda en taxi, asi que, como siempre, toca ir en metro. Agradezco enormemente cada trabajo para el que me contratan, porque se de buena mano que encontrar curro de lo mio en Nueva York no es tarea sencilla. Hay fotografos a patadas, y !de los que te dejan boquiabierta! Yo todavia necesito mas practica, pero no tengo tiempo. O si... aunque prefiero ocuparlo en disfrutar de las mil cosas que nos ofrece esta ciudad con mis amigas. No ha sido facil. Cuando les dije a mis padres que me mudaba a otra ciudad pusieron el grito en el cielo, porque mis estudios se reducen a un par de cursos de fotografia en la ciudad mas cercana a mi pueblo. Y ya cuando les dije que esa otra ciudad a la que me queria ir estaba, no solo fuera de mi pais, sino de mi continente..., bueno, eso es otra historia que, de contartela, solo podria describirte gritos, enfados y caras coloradas de rabia, luego lloros, abrazos... Ahora estan encantados con cada e-mail que les envio resumiendo las fotos semanales que consigo hacer, y con cada llamada y videollamada que hacemos para abrazarnos de forma virtual. ?Los echo de menos? Si, un monton, sobre todo el cuidar de mi hermano pequeno, Lucas, ese diablillo que nos trae a todos de cabeza, pero estas llamadas hacen que nos sintamos mas cerca. Y espero que algun dia me visiten y pueda ensenarles este maravilloso lugar, el lugar donde vivo. El metro es todo lo que imagine, aunque con mas gente, otro olor, un poco mas sucio... He llegado a ver de todo, aunque mejor te cuento lo de aquella violinista que hizo que me emocionara en solo unos segundos, cuando corria para no perder el siguiente metro, pero estas cosas hacen que pares, cierres los ojos y disfrutes de los pequenos momentos. Hasta que pasan por tu lado, soltando alguna groseria en otro idioma o dandote un golpe en el hombro alguien con mucha mas prisa que tu. Esa violinista de la que te hablo es Kate, una de mis amigas de la city, como nosotras la llamamos. Kate en realidad es Catalina, otra espanola como yo que vino a triunfar y a ganar millones para banarse en billetes de no se cuantos dolares en la banera de la suite mas lujosa del Four Seasons, o de cualquier otro hotel igual de majestuoso, para que enganarnos. Te lo cuento todo, con los cascos puestos y sonando With Me, de Sum 41. Mientras, vigilo el maletin de la camara de fotos, con la cazadora vaquera sobre mis piernas. Es primavera y hay contraste de temperaturas, por lo que a veces necesitas incluso panuelo y chaqueta en algunos lugares, mientras que, en otros, te sobra hasta el hilito del tanga. !Me encanta! Adoro vivir aqui, tanto por sus cosas buenas, que son muchas, como por las no tan buenas, y te mentiria si dijese que son pocas. Por fin, agotada, saco las llaves de la rinonera y abro la puerta de mi pequeno pisito, que comparto con Jess. Ella si que es de aqui, se quiso independizar y tampoco habia mucho donde elegir. Cuando empece a buscar alojamiento, mientras vivia en un albergue, todo lo que encontraba eran cajas de cerillas con la cama escondida tras un armario, en la parte de arriba del sofa, tipo litera, o con sofa cama. Todo esto por bastante mas de lo que podria llegar a pagar. Hasta que llegue a un anuncio que me parecia falso, con el objetivo de estafar a tontas como yo que buscaban desesperadas algo decente. Pero decidi probar, no perdia nada, y no, resulto que justo habia quedado libre hacia una semana, y era precioso. Tenia mucha luz y un balcon en el que podria sacar la cabeza para que me diese el aire, !aunque no puro!, ya sabes, y dos habitaciones, !dos! ?Te lo puedes creer? Mi pisito es precioso, luminoso, con una pared de ladrillos, la cocina pegada al salon, separada por una barra americana, para ahorrar espacio, un bano y dos habitaciones, una para Jess y otra para mi. Cuando encontre el anuncio y vine a ver el piso, le pedi de rodillas al casero que me lo reservara, que en unos dias encontraria un companero o una companera para poder compartir el alquiler, que estaba segura de ello. Empapele todo por donde pasaba, y por fin me llamo ella, una chica decidida, fuerte, valiente, segura de si misma, un poco seria y quizas hasta borde, pero es su encanto. Ella es Jess y, desde ese momento, nos lo contamos todo, nos hemos vuelto inseparables. Recorremos la ciudad juntas, ella es mi guia y, a veces, tambien descubre cosas nuevas de su ciudad, ya que normalmente no iba a esos sitios cuando era una simple habitante y no la companera de piso de una extranjera perdida como yo. --Por fin, Lisa. Tia, todo el dia para hacer las mismas fotos que me he hecho yo hoy tirada en el sofa viendo Dexter. --Se que lo dice por picarme. Ella valora mi trabajo y me ayuda mucho haciendo de interprete cuando hay algo que no entiendo bien o alguien con un acento que no consigo captar del todo. --?Gracias?, !por apoyarme, digo! Y espero que no hayas estado cogiendo ideas de esa serie --le digo en broma. !Casa! <>, suelen decir, y aunque me chifle este lugar y vivir en el barrio de Brooklyn, me falta algo. Veo mi vida perfecta, o casi, vivo en la ciudad de mis suenos, haciendo fotos, que es a lo que siempre quise dedicarme, tengo a Catalina y a Jess, que me apoyan y ayudan en todo lo que pueden, a mi familia a un clic de distancia... pero veo que no avanzo en mi trabajo. Estoy algo asi como estancada, siempre el mismo tipo de fotos, de edificios, de personas, y a veces incluso fotos serias porque me contratan empresas para fotografiar su plantilla. Y aunque Nueva York ha sido siempre lo mas para mi, no imagine vivir sin aire, sin campo, sin espacio... y aqui es de lo que menos tengo. Seguire dando vueltas a todo esto mientras no digo ni mu a mis amigas ni a familia. Me lo guardo para mi. Bueno, ya es hora de que me presente, ?no? Mi nombre es Elisabeth, aunque aqui todos me llaman Lisa. Tengo veinticinco anos y me encanta la fotografia, es lo que siempre me ha gustado. De pequena hacia dibujos y decia que eran fotos que habia hecho. Recuerdo la primera camara que me regalaron, unas navidades. No esperaron ni al Dia de Reyes para que asi pudiera hacer fotos de lo mas especial durante esos dias. A partir de entonces, empece a hacer cursos de fotografia y deje el instituto, cosa que no gusto nada a mis padres, pero al final me apoyaron porque me veian feliz y haciendo lo que mas me gustaba, y porque, si todo eso no salia bien, sabian que podria trabajar en lo que encontrase; no me ha molestado nunca trabajar de cualquier cosa. Siempre he sido mas bien independiente, aunque adoro un abrazo a tiempo, una mirada que lo diga todo, carcajadas hasta llorar y silencios comodos con la compania correcta. Queria, por todos los medios, venir a Nueva York, asi que busque y busque, y por fin me llamaron para concertar una entrevista de trabajo por Skype. Llegue con el visado de trabajo porque no podia venir sin ningun tipo de permiso y arriesgarme a que me echasen y multasen. Dos dias despues de hacer la entrevista, lo empezaron a tramitar todo para entrar a trabajar en el Sky Roof Terrace, un bar que, desde que lo busque en Google, me parecio un lugar increible. Se encuentra en el centro de Manhattan, asi que yo ya no necesite mas para aceptar. Las vistas de su terraza son una pasada, con el rio Hudson y el Empire State Building como un fondo espectacular. Todos alli van superarreglados, veia tacones de veinte mil centimetros de altura. Un sitio unico que siempre recomiendo a todos aunque ya no trabaje alli. Me fueron contratando empresas para las fotos de sus empleados, fiestas, celebraciones. Ademas se fue corriendo la voz de que tampoco cobraba mucho, y me llamaban bailarines, actores, cantantes... para hacerles su book profesional. Me he divertido mucho todos estos meses haciendo esto, siete meses de dolor de espalda haciendo fotos, de sonrisas eternas al acabar la jornada y de pasar al ordenador todo el trabajo para empezar a editar. Como hoy, que la actriz a la que fotografiaba ha hecho un gran trabajo con el frio que hacia, todos tiritando de vez en cuando, aun estando en marzo, y ella con un traje de noche, en tirantes, grrrr, y su cara disimulando el frio... Ojala yo fuese asi, y es que siempre se me nota todo lo que pienso. Durante este tiempo, he hecho muchos contactos, he conocido a mucha gente y he sido feliz, pero ya siento que todo esto de la city esta llegando a su fin. Necesito hacer otro tipo de fotografia, con mas sentimiento, mas natural y menos superficial y programado. Despues de reflexionarlo todo muy bien, me voy a aventurar. Esta tarde se lo contare todo a las chicas. Que sea lo que tenga que ser. Capitulo 1 Abro el grupo de WhatsApp que tenemos las tres amigas, Run the world; asi lo nombro Jess y asi se quedo. No le voy a contar la noticia a Jess aunque viva con ella porque no quiero excluir a Kate de todo esto, y porque Jess tambien esta trabajando. Ella es publicista, pero trabaja como secretaria en una de las oficinas de la Torre Hearst. Nunca llegare a entender lo que hace, es algo asi como la ayudante de un publicista que parece ser muy permisivo porque falta cuando le da la gana y acaba cuando le apetece, aunque si que mas de una vez y de dos la he visto llevarse trabajo a casa. Asi compensara todo el trabajo que ha perdido faltando, supongo. Es un poco pasota. Me dispongo a escribir y no se como explicarselo, asi que decido mandarles un audio, pero tampoco me salen las palabras. Entonces acabo con ganas de irnos a algun bar a tomar algo juntas, y asi les comento en persona. Si, mejor, mucho mejor. Yo: Hey, girls, ?nos vemos esta tarde donde siempre? Os tengo que contar algo importante. Y no, pesadas, no es de chicos. A las seis, ?os parece bien? Kate: Vale, alli estare. Jess: ?Tienes que contarnos que te has echado novio? !Dejate de rodeos! A las seis alli. Cuando llego, como era de esperar, soy la primera. Si es que me educaron para llegar tan puntual siempre que diez minutos antes de la hora ya estoy alli plantada. Por suerte no me hacen esperar mucho, solo el tiempo que tardo en pedir en la barra mi bebida preferida y en que me sirvan en la mesa un Long Island Ice Tea. Me apetece una bebida fria, aunque fuera hace bastante aire, y es que con las mantitas que nos dan en este bar se siente una tan a gusto que da igual que bebas frio o caliente. No tardan en mirarme de arriba abajo, tanto a mi como a mi coctel. Nunca he sido ni de bares, ni de alcohol, ni de chicos, ni de fiestas. Pero aqui todo cambio y lo empece a ver de otra forma, y estas chicas me ayudan a querer salir y a compartir momentos de risas y cotilleos. --Anda, la mojigata. ?Vienes a decirnos que te vuelves a Espana? --Creo que Kate me ha calado. Eso de citarlas yo, que siempre soy la que menos iniciativa tiene, y recibirlas con esto, en vez de con una cervecita con limon o un refresco de cola y ya esta, le ha resultado raro. --!Pero si solo es un te! Aunque, ?a que no lo sabiais? El Long Island Ice Tea, aunque su nombre indique <>, no lleva infusion ni nada de eso, apenas lleva un poco de vodka, ron blanco, ginebra, tequila, limon... --Hala, hala, ?te has dejado algun tipo de bebida alcoholica por pedir que echen en ese vaso? Al final te llevamos de vuelta a casa a rastras. Siempre con tus datos que solo a ti te parecen interesantes. --Menos mal que Jess controla a las mil maravillas mi idioma, asi me siento mucho mas comoda al no tener que estar traduciendo en mi cabeza todo lo que digo. Y asi tampoco parezco tonta cuando me quedo trabada intentando explicar algo.

  • Bilogia Completa Nunca de Kris Buendia

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    ?Quien puede empezar a amar de nuevo cuando lo ha perdido todo?
    Ellie Roth esta atrapada en un amor del pasado y una relacion abusiva en el presente, la decision no es tan dificil de tomar, mas si ese amor del pasado regresa y no precisamente a continuar algo que nunca comenzo... sino a hacerla sufrir mas de lo que ya ha sufrido.
    ?Crees en los finales felices?
    Ellie no creen en los finales felices. Y es gracias a Logan Loewen, el ganador de cinco copas consecutivas de la NASCAR. El le ha ensenado que no hay finales felices, lo sabe porque con el aprendio a no esperar, a no tener miedo y lo peor... dejar de amar.
    Logan ha regresado con mucho equipaje, pero lo que Ellie no sabe es si regreso porque esta huyendo de algo o si realmente ahora tendran suerte en amar. El unico obstaculo es que Ellie ya no esta sola, ha encontrado un nuevo amor y Logan tendra que aceptarlo.
    ?Se quedara Logan esta vez o la dejara ir?
    ?De cuantos capitulos sera su amor ahora?
    Y lo peor de todo, es que en el pasado de Logan hay alguien mas que definitivamente no es Ellie.

  • Puerta con puerta de Adriana Rubens

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    Elena perdio su corazon.

  • Surnormal profundo de Manu Sanchez

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  • Tu y yo. Nivel principiante (Tu y yo 1) de S.j. Hooks

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    Ella es su alumna. El tiene mucho que aprender.

  • Perdona. te conozco de Olga Salar

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    Su mundo se acababa de desmoronar frente a ella y la seguridad de la que siempre habia disfrutado se esfumaba ante sus ojos sin que pudiera hacer nada por evitarlo. Desde ese momento ya nada podria volver a ser igual a como lo habia sido antes del cataclismo en el que se habia visto envuelta. La peor parte era que Sienna era consciente de que lo mejor que podia hacer, por su propio bien, implicaba alejarse de todo y de todos. Marcharse sin mirar atras y buscar su propio camino, ya que el que el futuro que imaginaba para si misma se habia desmoronado unas horas atras. Quedarse donde estaba era demasiado doloroso, demasiado sofocante, demasiado todo. Por una vez tenia que dejar de pensar en los demas y centrarse en lo mejor para ella. En cualquier caso, todos iban a estar bien sin su presencia. Su madre estaba conociendo a un hombre y a Melinda le estaba yendo genial en el bar de sus padres, del que habia comenzado a hacerse cargo. Lo habia transformado en un bar cafeteria, por lo que abria durante practicamente todo el dia. Por otro lado, estaba segura de que su amiga la visitaria donde quiera que fuera. Estaba tan segura de ello como sabia que su madre no lo haria. Los demas, ni le preocupaban ni les preocupaba, ese habia sido su mayor error, uno que deberia de haber asumido mucho antes. El problema era que jamas imagino que algo asi fuera a sucederle nunca. Y, aun asi, una parte de ella no podia evitar sentirse culpable por haberse dejado enganar, por no haberse dado cuenta antes de lo que estaba pasando justo frente a sus propias narices. ?Cuantas personas a su alrededor estaban enteradas de todo y se lo habian ocultado? ?Cuanta gente se encontraria en esos instantes sintiendo lastima por ella o simplemente hablando de lo que habia ocurrido...? La respuesta a sus preguntas era uno de los motivos por los que debia alejarse de Rockport. Para empezar, debia poner distancia cuanto antes, por ello lo mejor era mudarse de casa de su madre y buscar un trabajo a media jornada que pudiera cubrir los gastos de alquiler y alimentacion. Quizas Melinda podia hacerle un hueco entre su plantilla mientras terminaba el semestre en la universidad. Gracias a dios, el precio de la facultad quedaba cubierto por la beca. Despues buscaria trabajo apartada de todos ellos. Desapareceria de Rockport y, para ello Boston, era la mejor opcion. Quedaba lejos, pero lo bastante cerca como para tener un ojo sobre su madre. Que volviera a la ciudad en algun momento o no ya era otra cosa, en la que no iba a pensar en esos momentos. Las personas mas importantes de su vida la habian traicionado y eso era algo que no sabia si podria superar alguna vez. Y era mas que evidente que nunca lo olvidaria si se quedaba alli, donde en solo unos dias todo aquel que todavia no se habia enterado del chisme, estaria ya al tanto de lo sucedido. Capitulo 1 Seis anos despues... El dia comenzo como cualquier otro desde que habia empezado a trabajar en el bufete cinco anos atras. Llego diez minutos antes de las nueve y saludo a los companeros, madrugadores como ella, que se encontro de camino a su despacho, y agradecio a Faith el cafe con leche de soja y caramelo que la esperaba sobre su mesa. Una vez sentada frente a su escritorio se dedico a organizar sus tareas pendientes para ese dia. Tenia documentacion que revisar y, por suerte, no le tocaba ir al juzgado. De hecho, hasta las doce no tenia prevista ninguna reunion con clientes, lo que le otorgaba tiempo para preparar los tres casos de divorcio que tenia sobre la mesa y revisar un par de contratos para uno de sus clientes. El sonido de su movil personal la sobresalto, tan concentrada como estaba con el trabajo; lo saco del cajon donde lo guardaba normalmente para concentrarse en las largas jornadas que le esperaban habitualmente. Contesto sin dudas al ver que la llamada era desde el telefono de su madre, por lo que no esperaba que al otro lado de la linea estuviera otra persona. Una con la que no deseaba hablar bajo ningun concepto: --Te llamo por dos razones --anuncio Savannah a toda prisa, consciente de que si no se apresuraba le iban a colgar sin tener tiempo de exponer los motivos de su llamada. --No quiero escuchar ninguna de ellas. No me vuelvas a molestar o me vere obligada a cambiar de numero y no darselo a mama --pidio a punto de colgar. --Es precisamente de ella de quien quiero hablar. --?Ahora vas a usarla de excusa? --Mama tiene cancer --Savannah solto la bomba antes de que su hermana finalizara la llamada. Durante unos segundos Sienna Hale se quedo quieta y en silencio, tratando de asimilar lo que acababa de escuchar. --?Como dices? Si esto es tu idea de una broma es de muy mal gusto --la rabia que destilaba su voz no paso desapercibida para su hermana. Era consciente de que esa ira era mas por el golpe de la noticia que porque realmente creyera que mentiria con algo asi. --No es una broma, mama tiene cancer. Se lo diagnosticaron la semana pasada. Creia que te lo habia contado hasta que la escuche hablando con Ryan y supe que no lo habia hecho. --?Por que me lo ha ocultado? Hable con ella hace un par de dias y ni siquiera me dijo que se encontraba mal. --Es evidente que te lo ha ocultado porque vives lejos y no quiere preocuparte. La rubia suspiro sonoramente antes de anunciar sus intenciones de ir a verla. --?De veras vas a regresar, por fin? --Lo dices como si te importara --ironizo Sienna. --Eres mi hermana menor, por supuesto que me importa. No te he visto desde la boda de mama y entonces ni siquiera me permitiste acercarme a ti. --Eso no va a cambiar. No te quiero cerca. --!Somos hermanas! --insistio Savannah. --Permite que me ria. Al parecer soy tu hermana cuando te conviene y cuando no, lo olvidas. El silencio se alargo unos segundos antes de que Savannah volviera a hablar. --?No quieres saber cual es la otra razon por la que te llamo? --?Sinceramente? No. Si es igual que la primera no creo que pueda soportarlo. --No es tan mala y, en cualquier caso, te la voy a decir igualmente. --Tipico de ti, hacer lo que te venga en gana sin preocuparte por los sentimientos de los demas. Savannah no replico. Sabia que era cierto y en esos momentos lo importante era que su hermana le estaba hablando, aunque la conversacion estuviera cargada de desden y de sarcasmo, el caso era que le hablaba. Se habia pasado casi seis anos sin verla, sin poder descolgar el telefono y mantener una agradable conversacion con Sienna, y lo peor era que no podia enganarse a si misma condenandola, porque la unica que debia de cargar con la culpa por el distanciamiento era ella misma. --Necesito que seas mi abogada. Voy a divorciarme. --?Me estas tomando el pelo? ?No has tenido bastante con darme la noticia sobre el estado de salud de mama? ?Tambien quieres burlarte de mi? --No, no lo es. Es la verdad. Voy a divorciarme de Dave. Sienna suspiro. --En primer lugar, vete a la mierda, y en segundo lugar no creo que puedas pagar mis honorarios. --No te preocupes. Puedo hacerlo. --No sabia que el trabajo de constructor de Dave daba para tanto. --No voy a pagarte con su dinero, te pagare con el mio. --No me digas que no eres una ama de casa al uso. Me sorprendes, jamas crei que fueras capaz de trabajar en algo mas que en ti misma --dijo con una risa llena de burla. --No tienes ni idea, ?verdad? --?Sobre que? --inquirio un poco a la defensiva--. ?No me digas que despues de casarte incluso fuiste a la universidad? --!Lo hice! Pero eso tampoco importa. Supongo que, si regresas, lo sabras, despues de todo hay tiempo. --Sea como fuese no voy a llevar tu divorcio. Si en algun momento creiste que lo haria es que eres mas tonta de lo que creia. --Soy tu hermana. --Puedes seguir repitiendolo las veces que quieras, las cosas no van a cambiar solo porque de repente te acuerdes de nuestro parentesco. --Nunca lo he olvidado. --?De veras? ?Me estas diciendo que lo recordabas mientras te metias en la cama con mi novio? --espeto antes de colgar en telefono. A la mierda los casos pendientes de los que tenia que ocuparse, penso Sienna mientras buscaba en favoritos el numero de su mejor amiga. Melinda contesto antes del tercer tono: --?Por que eres tan madrugadora? --se quejo con la voz completamente despejada, lo que implicaba que ella tambien se habia levantado temprano. --Buenos dias para ti tambien. ?Tienes algo que quieras decirme o empiezo yo? La voz de su amiga sono completamente seria. --?Que sabes? --La pregunta seria que sabes tu y por que no me has dicho nada. --No me correspondia a mi contarte nada. --?Ni siquiera que mi madre tiene cancer? ?De veras no...? --?Que has dicho? --la corto Melinda--. !Oh, dios mio! El enfado de Sienna bajo unos puntos al comprender que no lo sabia, lo que significaba que si debia de estar la tanto del divorcio de su hermana. Durante los siguientes minutos ambas se olvidaron de todo excepto de la noticia sobre la salud de Susan. --Seguramente no te lo ha dicho porque sabia que me lo ibas a contar. --?Crees que mi madre lo sabe y se lo ha callado? --inquirio Melinda. La madre de Sienna y la suya se habian hecho amigas estando en el instituto y ambas seguian con la misma relacion cercana desde entonces. De hecho, era gracias a ellas que sus hijas se habian hecho inseparables. --Estoy segura. Mi madre jamas se lo ocultaria. --Suspiro agotada antes de volver a hablar --. Voy a regresar a Rockport y necesito tu ayuda. --Lo que sea. --Necesitare un lugar para vivir. No voy a quedarme en casa de mi madre. --Puedes quedarte conmigo. --Te lo agradezco, pero no. ?Grace Miles todavia tiene la inmobiliaria? --Si, ?quieres que hable con ella? --Si, por favor. Voy a estar liada aqui tratando de organizar mis casos y convenciendo a mi jefe de que necesito una excedencia. ?Podrias conseguirme un apartamento lo bastante grande como para que Hermione pueda pasearse por alli sin querer fugarse cada vez que alguien abra la puerta? --Carino, siento decirte esto, pero tu gata es una chica mala. Le gusta escaparse de casa, no tiene nada que ver con el tamano de esta. --A pesar de la situacion, Sienna pudo reir por el comentario de su amiga--. Yo me ocupare de todo. No te preocupes --y anadio con una sonrisa en la voz--: estoy segura de que Grace te va a encontrar la casa perfecta. --No le digas a nadie que voy a regresar. --No se lo dire a nadie mas que a Grace. --!Gracias! Por favor, pidele que guarde el secreto. --Nada de gracias y no te preocupes, Grace es discreta. ?Cuanto tiempo vas a quedarte? --El que sea necesario. --Vamos a aprovechar el tiempo perdido y vamos a cuidar mucho de tu madre. --Gracias, Mel --dijo, consciente de como su amiga trataba de subirle el animo. --Lo que necesites.

  • Hindenburg de Cristina Cerrada

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    En una ciudad del este de Europa devastada por la guerra y la miseria moral sobrevive Razha, una mujer que trabaja como limpiadora en una fabrica de medicamentos para mantener a su madre y a su hija. Hace tiempo que Razha no siente miedo. Acosada por un hombre violento y temiendo por la desaparicion de su hija, no dudara en emplear cualquier metodo para salir a flote.
    La poetica de la violencia se mezcla con los recursos clasicos del thriller para crear una novela llena de suspense que retrata el derrumbe moral de Europa. Cristina Cerrada despliega en esta novela un pulso
    narrativo fuerte e impactante, unos personajes tallados con precision y unos dialogos magistrales, propios de una autora que domina tanto lo que se cuenta como lo que se oculta tras su escritura.

  • La isla de los cien ojos de Mikel Santiago

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    La tormenta lo trajo. Lo arranco de donde nunca debio salir y lo dejo varado en nuestras playas. Ocurrio durante una terrible noche de viento y lluvia como no habiamos vivido en anos. Los rayos partieron dos arboles en Santry Hill y las olas embistieron el puerto con tal fuerza que destrozaron un par de chalupas. La tarde anterior, mientras oiamos los primeros y furiosos embistes del ciclon contra las ventanas del Bohars Head, el viejo Gallagher dijo que aquello era "viento del sur". Afirmo que debia ser la punta del algun tortuoso huracan procedente de Mejico. Dijo que pasaba uno cada cincuenta anos y que el recordaba uno de cuando era nino. "Se llevo varios tejados y una vaca del establo de Doyle" recordo "A Dios gracias que solo fue eso" Gallagher siguio profetizando mas desgracias y aconsejo a los hombres que metieran a su familia bajo la cama aquella noche. Dijo que tenia un "muy mal palpito" con aquel viento silbante y calido "que algo muy malo estaba a punto de ocurrir" Yo hubiera alzado mi voz para serenar los animos y explicar lo improbable de que un ciclon caribeno llegase siquiera a rozar la costa de Irlanda, pero me contuve. ?De que hubiera servido iniciar una discusion? Todos los datos cientificos que yo pudiera aportar sonarian, a oidos de aquellos lugarenos, igual de magicos que las palabras de Gallagher, de modo que al final todo se reducia a una cuestion de credito. ?Y quien era yo al lado del viejo Gallagher? Solo un medico recien llegado de la ciudad, que ademas era protestante, y que muchos opinaban que tenia rostro de nino (por mucho que yo quisiera aderezarlo con un varonil bigote) Con todo, la noche fue terrible, digna de una profecia como la de Gallagher. Jamas he oido el viento golpear de aquella manera, como un ejercito de fantasmas aullantes que hubiese desembarcado en la tierra. Las furiosas rafagas recorrian la calle moviendo letreros, agitando los arboles y derribando tiestos. Cualquier cosa que estuviera levemente mal atada, clavada o pegada aquella noche debio salir volando. Pase casi toda la noche en vela, asustado por los rayos y los golpes que el viento daba contra mis ventanas. Supuse que la campana de mi consulta no tardaria en sonar para requerirme en algun sitio, pero curiosamente, aquella noche nadie necesito de mi ayuda. Imagine (no sin una malvada sonrisa en los labios) que los habitantes de Dowan estarian bajo de sus camas rezando al Todopoderoso mientras que el viejo Gallagher dormia su borrachera sin enterarse de un pito. Al dia siguiente amanecio claro y tranquilo, como si nunca hubiera existido la tormenta. Kate, una muchacha pecosa y habladora que servia en mi casa, fue la primera en darme algunas noticias cuando llego aquella manana. Me dijo que habia visto algunos arboles humeando en Santry Hill y que en el puerto habia habido varios destrozos. – El barco de Donovan aparecio medio hundido. Al parecer uno de los botes debio golpearle el casco y abrirle un buen boquete. Y han desaparecido un par de barcas. Y se inundo la tienda de Nolan y ha echado a perder muchisimo genero. Y... La chica estaba tan excitada haciendo inventario de las desgracias que y ni siquiera se retiro para dejarme desayunar a solas. No me importo. Al fin y al cabo, en Dublin solia leer el periodico mientras desayunaba, y en Dowan, a falta de periodico, estaba bien tener a Kate. Despues del desayuno me dirigi a la consulta y lo dispuse todo para comenzar la jornada. En el mismo instante que termine de ordenar mi escritorio sono la primera campana de la manana. Oi a Kate correr a abrir y escuche como se desarrollaba una conversacion en el vestibulo. Despues aparecio Kate otra vez, con gesto de extraneza en el rostro. – Es John Mulvaney - anuncio - Trae un caballo para usted. Dice que ha ocurrido algo en Sandyford. – Hagale pasar - le dije John Mulvaney era un chico de doce anos que servia en la mansion de Sandyford, a unas diez millas del Dowan. Su padre era el zapatero del pueblo. Me habia pagado con un exquisito par de botines de cuero por un remedio para las jaquecas de su mujer. Kate acompano al muchacho hasta la consulta, que con gesto timido se quito la gorra y se aclaro la garganta para hablar. Dijo que traia recado del senor Coverdale de llevarme con el a Sandyrock. -?Algun accidente? - pregunte. El nego con la cabeza. – ?Algun enfermo entonces? El muchacho enrojecio y volvio a ladear la cabeza. – !John Mulvaney! - le recrimino Kate - ?Puedes hacer el favor de hablar por esa boca? ?Que es lo que ocurre? El doctor no tiene tiempo para perder. – Es algo que ha aparecido en la playa - respondio el chico, ya completamente ruborizado – ... el senor... quiere que lo vea usted. – ?Que algo ha aparecido...? – Si, senor, un bote. Lo trajo la tormenta. – ?Y para que me necesita alli? Seguramente sera uno de los que han desaparecido del puerto esta noche. – No lo creo senor - dijo John – Vera ... es mejor que venga y lo vea usted. Me quede en silencio mirando a John. Estaba como asustado, sumido en un inconfesable secreto, y decidi no hacerle mas preguntas. El senor Coverdale era un hacendado ingles dueno de practicamente toda la isla. Habiamos charlado en cierta ocasion, meses atras, durante una revision medica que me pago generosamente. No me parecio un hombre tendente a la exageracion ni a las bromas. Asi que decidi que aquel misterio debia tener cierto fundamento. Apure mi te y le pedi a Kate mi gaban. Tras preparar un maletin con equipo basico, sali con John a la calle, donde nos esperaban dos magnificos caballos. Tomamos el camino de Santry Hill, la colina mas alta de las tres que rodeaban el poblado de Dowan. Al llegar alli vimos los dos arboles que los rayos habian partido e incendiado esa noche. Aun humeaban. Desde alli se tenia una buena vista del pueblo. El puerto, tal y como habia dicho Kate, uno de los dos barcos pesqueros estaba escorado. Una cuadrilla de hombres se esforzaba por enderezarlo mientras otros achicaban el agua. Pense que aquello costaria una verdadera fortuna a la economia local. Cabalgamos por el camino que bordeaba los acantilados de Ben Guillian (Llamados asi en honor a un antiguo fantasma local que debio suicidarse alli) y llegamos a la "roca del aguila" desde donde se divisaba la mansion de Sandyrock. El cielo estaba claro, sin una brizna de viento, y el mar estaba radiante. En contraste con el azul, relucia la blanca fachada de la mansion, una elegante casa senorial de tres plantas rodeada de una brillante extension de hierba y pequenos jardines. La casa estaba construida sobre un saliente bajo el cual las olas se batian en espumosos ataques contra la roca negra. A cien yardas de ella, rendida a la fuerza de la naturaleza, se abria una cala de arena blanca. Sobre ella aviste un grupo de personas rodeando un negro objeto que yacia varado junto a la orilla. Arree mi caballo. Edward Coverdale tenia porte de artista mas que de aristocrata. Tendria unos cuarenta anos, o quizas mas, pero su rostro parecia resistir los efectos de la edad. Vestia de una forma un tanto bohemia -botines negros, pantalones estrechos y una amplia camisa blanca que se hinchaba como una vela al viento – , y llevaba el pelo largo, recogido en una coleta. Era el suyo un aspecto mas apropiado para un actor del west end londinense que para un distinguido terrateniente Irlandes, cosa que al parecer (segun sabia por los chismes de Kate) tambien irritaba a sus parentela, que lo habria enviado a administrar aquella remota hacienda para alejarlo de los "circulos" Dublineses. Tambien sabia que en el pueblo no le profesaban mucha simpatia. No debia de ser un terrateniente demasiado fiero – le bastaba con cobrar las rentas aunque llegasen con cierto retraso – pero sus dedicaciones artisticas (como la pintura o la literatura) y cierta aficion por el estudio de los vestigios celtas de Dowan habian ayudado a granjearle una fama oscura entre los supersticiosos parroquianos; Ademas, no faltaban las leyendas sobre pactos con el diablo y brujeria que los contadores de historias locales (encabezados por Gallagher) se habian encargado de inventar aprovechando sus poco habituales aficiones. – Temo haberle molestado en una manana especialmente agitada - me saludo nada mas desmontar- ?Como ha despertado el pueblo? ?Ha habido muchos destrozos? – Uno de los pesqueros resulto danado - respondi – , por lo demas todo parecen cosas menores. Tejas rotas y algun negocio inundado. Sobreviviremos. ?Y que hay de usted? – El viento casi se lleva uno de los establos esta noche. Tambien me rompio un par de ventanas. Y tambien trajo eso - dijo senalando a un bote que yacia varado a unas diez yardas de nosotros – Uno de los mozos lo encontro esta manana -continuo diciendo – La tormenta debio arrastrarlo hasta aqui desde alta mar. Y por lo que encontramos en su interior, supongo que llevaba vagando a la deriva bastante tiempo. ?Quiere echarle un vistazo? – Por supuesto - respondi. Coverdale saco entonces un foulard blanco que llevaba en una de sus mangas y me lo ofrecio – Sera mejor que se tape la nariz y boca. Extranado, pero sin hacer preguntas, tome el panuelo y arrancamos a caminar hacia el bote. Mientras lo haciamos me percate del sepulcral silencio que nos rodeaba. Habia alli un par de mozos ademas de John y todos permanecian en silencio, guardando una buena distancia respecto del bote. A medida que nos acercabamos comence a percibir un fuerte olor a descomposicion que fue haciendose mas fuerte a cada paso que dabamos. Tome el panuelo de Coverdale y me lo coloque a modo de mascara, debatiendome entre la curiosidad y el temor sobre el origen de semejante fetidez. El bote yacia varado, hundido en la arena que brillaba como un espejo. Una capa de costra se extendia por su casco, salpicado de grietas y suciedad. Lo primero que mis ojos distinguieron, aun en la distancia, fue una capa de algas oscuras que cubrian practicamente todo el interior de la lancha. Sobre ella se arremolinaba un enjambre de moscas enloquecidas. Pero habia algo mas alli, una forma acurrucada bajo de aquella carpa amarillenta y resquebrajada... No tarde en verlo. Y el espanto hizo que retrocediera inconscientemente. Debajo de la carpa, enredado entre aquellas algas putrefactas asomaba el horrible cadaver de un hombre. Era un muneco atroz. Como una marioneta hecha de tela de saco. No tenia ojos, tan solo dos cuencas vacias. Su boca, por la que entraban y salian aquellas laboriosas moscas en busca de alimento, era como una negra caverna sin fondo. El resto de su cuerpo, medio cubierto de harapos desgarrados por el sol y el salitre, mostraba una piel cauterizada, reseca y dura como jamas habia visto en ningun otro cadaver antes (ni siquiera en mis practicas de la universidad donde a veces los traficantes de cuerpos traian desechos de la peor clase)

  • Los complicados amores de las hermanas Valverde, Maria Paulina Camejo de Maria Paulina Camejo

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  • El arte de callar de Roberto Brodsky

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    Reedicion de la gran novela de Brodsky sobre el crimen real de un reportero ingles en el Santiago de 1990.

  • El gran dinero de John Dos Passos

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    Con El gran dinero (1936), John Dos Passos concluia esa magna obra que es la <>, iniciada en 1930 con Paralelo 42 y continuada en 1919 (1932). El proyecto mas ambicioso que ningun novelista estadounidense haya afrontado.

  • Te lo dare todo de Arwen Grey

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    ?Que significa tenerlo todo cuando has perdido tu corazon?
    Nueva York 1839
    En una ciudad nueva como el amanecer, todos luchan por crearse un futuro, aunque sea a costa de los demas.
    Flynn y Alba han crecido juntos. Sus corazones laten al mismo ritmo y no dudan que tambien moriran juntos un dia. Sin embargo, recien llegados a la joven Nueva York, se ven obligados a rehacer sus vidas en el mismisimo corazon del infierno, Hell’s Kitchen.
    El hombre mas cruel y despreciable de la ciudad se interpone entre ellos y les separa. hasta que el destino y la fuerza del amor les vuelven a unir y les dan la oportunidad de vengar un pasado que nunca podran olvidar.

  • Esposada al Rey de Laura Cruz

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    Sylvia era una joven princesa.
    Inocente, atractiva y virgen.
    Aaron era todo lo contrario.
    Un rey maduro, firme...

  • El secreto del faro de Jean E. Pendziwol

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    Cuando vives en una isla, nada puede ser secreto.

  • Enamorados sin querer de Bianca De Santis

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    Lamentablemente, dias despues de haber aceptado, mire a mi alrededor y me percate que no habia sido asi.

  • Deseo confuso de Amy Meyer

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    Amanda es una chica joven que nunca ha mantenido relaciones sexuales. Hugo, un chico mayor que ella, se enamora perdidamente de su inocencia hasta el punto que decide cambiar su vida con tal de tenerla.
    Todo parece ir muy bien hasta que Hugo decide presentarla a sus padres y Amanda es reconocida como la amante del padre de Hugo. Sin embargo, hay algo que no encaja, la amiga del padre de Hugo murio ocho meses atras y era mayor que la dulce chica.
    ?Son la misma persona la dulce chica virgen que descubre el sexo con Hugo y la mujer madura que mantuvo relaciones sexuales con su padre?

  • Naci princesa de Regina Roman

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    Marta es dura como el diamante. Sus comentarios intimidan, su voz es cortante, su interes por los demas, escaso. Cualquiera que la conozca pensaria que es una chica demasiado joven para estar tan amargada. Pero en el pasado de Marta hay poderosas razones que han moldeado su caracter y lo que espera de los demas, que es. NADA. Su presente esta lleno de interrogantes. Los “podria”, los “deberia” y los “que ocurriria si.” la atormentan demasiado. Especialmente desde que volvio a encontrarse con el. Alguien que la marco a fuego de tal modo, que es imposible olvidar.

  • Como restos de marea de Alvaro Abanda

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    Espana, Mexico y Guatemala, son los escenarios de este relato de amor, erotismo y lucha entre dos mujeres que, desafiando las rigidas normas imperantes en la epoca, viviran su pasion tras veinte anos de ausencia, despues de un primer encuentro casual en plena posguerra espanola y siendo ninas de muy distinta clase social; la una, hija de un ministro del dictador Franco, la otra, de un idealista republicano perdedor en la contienda civil.

  • Sushi para dos de Patty Love

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    Mei Dube tiene un restaurante de sushi en
    Montreal, un amigo gay demasiado entrometido
    y una manipuladora madre con el firme proposito
    de hacer cumplir una tradicion familiar. Mei,
    en cambio, no las tiene todas consigo. Esa tradicion
    es arcaica y no esta dentro de sus planes a corto
    plazo pasar por el aro. Sin embargo, las cosas se
    complican un poco cuando su madre se presenta
    en su puerta con un enigmatico hombre,
    y lo haran todavia un poco mas cuando conozca
    a un simpatico camarero, que hace que su corazon
    se dispare, la respiracion se le acelere y la sangre
    le hierva en las venas.

  • La ley del menor de Ian Mcewan

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    Acostumbrada a evaluar las vidas de los demas en sus encrucijadas mas complejas, Fiona Maye se encuentra de golpe con que su propia existencia no arroja el saldo que desearia: su irreprochable trayectoria como jueza del Tribunal Superior especializada en derecho de familia ha ido arrinconando la idea de formar una propia, y su marido, Jack, acaba de pedirle educadamente que le permita tener, al borde de la sesentena, una primera y ultima aventura: una de nombre Melanie. Y al mismo tiempo que Jack se va de casa, incapaz de obtener la imposible aprobacion que demandaba, a Fiona le encargan el caso de Adam Henry. Que es anormalmente maduro, y encendidamente sensible, y exhibe una belleza a juego con su mente, tan afilada como ingenua, tan preclara como romantica; pero que esta, tambien, enfermo de leucemia. Y que, asumiendo las consecuencias ultimas de la fe en que sus padres, testigos de Jehova, lo han criado, ha resuelto rechazar la transfusion que le salvaria la vida. Pero Adam aun no ha cumplido los dieciocho, y su futuro no esta en sus manos, sino en las del tribunal que Fiona preside. Y Fiona lo visita en el hospital, y habla con el de poesia, y canta mientras el violin de Adam suena; luego vuelve al juzgado y decide, de acuerdo con la Ley del Menor. Con lo que ocurre despues para ambos compone IanMcEwan, con un oficio que extrae su fuerza de no llamar nunca la atencion sobre si mismo, una pieza de camara tan depurada y economica como repleta de conflictos y volumenes; una novela gracil y armoniosa, clasica en el mejor sentido de la palabra, que juega su partida en el terreno genuino de la escritura mas indagadora: el de los dilemas eticos y las responsabilidades morales; el de las preguntas dificiles de responder pero imposibles de soslayar. La ley del menor habla del lugar donde justicia y fe se encuentran y se repelen; de las decisiones y sus consecuencias sobre nosotros y los demas; de la busqueda de sentido, de asideros, y de lo que sucede cuando estos se nos escapan de las manos: lo hace con la seguridad tranquila de un maestro en la plenitud quintaesenciada de sus facultades.

  • A traves del honor (Highlands 2) de Alexia Seris

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    Logan McRae lo ha perdido todo tras desafiar a Ian, el Laird de Nairn. Tras el ultimatum de este, abandona las tierras que una vez fueron su hogar para partir hacia un futuro incierto y un destino desconocido. Athdara McGregor es la primogenita de su clan, marcada con un don, la pesada carga que lleva dentro de su corazon la obliga a salir al encuentro de aquel a quien debe ayudar para recuperar su honor y su valia. Solo hay un problema, el caballero al que debe ayudar es el highlander por el que lleva suspirando toda su vida. Secretos, intriga, amistad, lealtad, mentiras, traicion, pasion y un amor tan intenso como la vida en Escocia. La segunda entrega de la trilogia “Highlands” no te dejara indiferente. ?Te atreves a adentrarte en la Escocia medieval?

  • Proteger a una dama (Baile de mascaras 2) de Alexia Seris

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    William Carmichael, octavo conde de Tillshire, es un hombre que se siente culpable por sus errores del pasado y que ha sido traicionado mas veces de las que le gustaria admitir. Ha perdido todo el interes por la vida tal y como la conoce. Por eso es el primer sorprendido cuando se erige como paladin de una dama que claramente esta en serios apuros.

  • Cual es tu historia de Ana Paula Benitez

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    Al desnudo, esta historia comenzo asi. Desperte aquella manana con casi la mitad del cuerpo sobre el escritorio. Me habia quedado escribiendo hasta muy tarde y, como siempre, me habia dormido frente a la laptop. Mire la pantalla por un momento y note que al menos no habia arruinado la escritura. Si habia babeado el escritorio de manera descomunal… Buen trabajo. Mire hacia la ventana y la luz del sol me cego por unos segundos. Me cubri los ojos con una mano y me apoye en el escritorio con la otra. Me levante y camine lentamente hacia la ventana. Sin antes bostezar y estirarme, corri las cortinas blancas y abri un poco la ventana para que el viento de la manana refrescara la habitacion. Me voltee y camine hacia la cocina con la idea de prepararme un cafe, pero no pude ni siquiera completar medio trayecto cuando fui atacada por una pieza de Lego. Si, leyeron bien. --!Ah! !Tony! !Deja de robar las cosas de los vecinos! --Con furia me dirigi hacia la cuna del gato y como de costumbre me encontre con nadie--. Desagradecido, te compro una cuna hermosa y sigues durmiendo en cualquier otro lado. !?Sabes cuanto cuesta una cuna como esa?! Calle al darme cuenta de lo inutil que era quejarme. Aun asi, se sentia muy bien. Escuche un estruendo en el patio trasero del edificio y al fin supe hacia donde debia gritar. Corri hacia la ventana y sali al balcon cargada de colera y autoridad. Asi es, soy duena de un gato y lo trato como tal... o algo asi. --!Tony! !Te voy a matar! Mire hacia el patio y note que el causante de tal estrepito no habia sido Tony. Despegue los labios para hablar, pero lo unico que salio fue un balbuceo bastante incoherente. --Hola. Al desnudo, asi comenzo. Un hombre de tez palida y ojos azules y profundos estaba parado detras de una reposera. Se veia muy nervioso y apresurado. Y lo unico que traia puesto era un reloj de oro. ?Quien era el? ?Por que estaba desnudo? ?Donde estaba Tony? Frunci el ceno y abri la boca de nuevo, pero segui sin hablar. --Tuve una mala noche --bromeo el--. ?Podrias ayudarme? --Am... --!Vivo en el noveno piso! --aclaro repentinamente--. No soy un extrano. Tu eres la duena del gato cleptomano, ?verdad? --S-Si. Mi Tony es popular entre los vecinos. --Entonces... ?me ayudas? --!E-Espera alli! Me voltee y corri hacia el dormitorio. Resbale con un calcetin y cai de espalda. Oh, bendita habitacion la cual no habia ordenado desde la ultima visita de mi madre... Tome una toalla y corri hacia el balcon de nuevo procurando no pisar otro calcetin asesino. Arroje la toalla por el balcon y le indique a mi desvestido vecino del noveno piso que esperara en la puerta. Me coloque las pantuflas y baje por el ascensor hasta la planta baja. Estaba nerviosa, avergonzada, como siempre cuando tenia que socializar con alguien. Abri la puerta y mi vecino entro con una sonrisa y una expresion de alivio en el rostro. --Gracias. --De nada. Hice una mueca nervuda con los labios y me mire los pies. --Necesitaria otro favor --mi vecino se rasco la nuca al hablar. Luego bufo, pero no dejo de sonreir ni por un segundo. --Claro. --?Me prestarias tu telefono? Necesito llamar al cerrajero para que abra la puerta, no tengo las llaves encima y, bueno... Hizo un ademan y al fin deje escapar una risilla. --No hay problema. Subimos por el ascensor en silencio, ni siquiera me atrevi a verlo. Escuche alguna que otra risa suelta en el aire por parte de el, pero no me atrevi a mirar ni una sola vez. !Adios, manana cuasi tranquila! --Soy Benjamin. --Cara. --?Cara? --Si. --Ya veo. Benjamin apreto los labios y contuvo la risa. Lo ignore por completo. Habia sido el centro de bromas en la escuela primaria y secundaria, ya estaba acostumbrada. Entramos al departamento y me dirigi a la mesa del comedor en busca del telefono celular. Escuche que la puerta de la entrada se cerro con suma delicadeza y supuse que aquel hombre envuelto en la toalla era bien educado. --Ten. --Le entregue el telefono y me aleje mientras el marcaba el numero--. Tony --murmure --. Tony, ?donde te metiste? Me incline un poco para mirar debajo de la mesa, pero no encontre nada. Junte el bloque y lo sacudi de arriba abajo por unos segundos, en silencio trate de especular donde podria estar husmeando mi felino amigo. --?Tony? --la voz de Benjamin me hizo voltear. --Mi gato --respondi mientras me sumergia en aquellos orbes llenos de curiosidad--. Sientate... donde quieras. Lo siento. Educacion Cara. Se educada tambien. --Estoy bien --contesto sin dejar de mirar los cuadros--. Bonita decoracion. --Gracias... --En especial las tazas sucias y los paquetes vacios en el escritorio --menciono y apunto el escritorio con el dedo indice. --Es mi zona de trabajo --trate de defender injustificable. --Oh, claro, necesitas ese paquete para... ?En que trabajas? --Con una ceja arqueada hacia arriba me miro. --Soy... escritora. --!?Escribes?! !Eso es fantastico! --?Eso es ironia? --pregunte con desconfianza. --?Que? !No! ?Por que haria algo como eso? Am... ?Porque la mayoria del tiempo las personas que conozco piensan que no es un trabajo real? ?Porque ni siquiera mi madre esta conforme con lo que hago? --No lo se --bufe y oculte la verdad en tres palabras. Note un brillo especial en los ojos de Benjamin. Aquel hombre con clase paso a comportarse como un nino en cuestion de segundos. --?En serio crees que es fantastico? --!Por supuesto! --Benjamin alzo las manos en el aire y me miro como si fuera una ingenua--. Me encantan los libros --comento--. Quiero decir, los buenos libros --esclarecio--. Cuando era pequeno no tenia muchos amigos. --?En serio? Con esa increible apariencia era dificil de creer. Lindos ojos, lindos labios, lindos modales... --Oye --Benjamin murmuro ofendido--. Me enfermaba mucho, tenia un sistema inmunologico deplorable. --Alli iba el y sus complejas y elegantes palabras. Benjamin se rasco la nuca por unos segundos, suficientes como para permitirme memorizar los detalles de su sonrisa--. Leia muchos libros --conto el--, Julio Verne, Edgar Allan Poe, Mark Twain, ?los conoces? --No personalmente --bromee--. Pero si, los he leido. --Lo que hacen con las palabras --hablo inmerso en su mundo--. !Son artistas! ?No crees? -- Asenti con la cabeza y el me senalo--. Los escritores son artistas, nobles artistas que viven haciendo lo que aman y que no son tan valorados como deberian. --Supongo --murmure. No supe que decir, senti las mejillas calidas y me rasque la nariz para tratar de ocultar el notorio rubor que probablemente tenia en el rostro. --!Claro que si! --reafirmo--. Crean mundos, personas, historias... --Benjamin miro el escritorio--. Pero tu casa es un desastre, si me permites decir. Benjamin tenia un modo bonito de insultar a las personas. Te ofendia, pero con cierto respeto que te provocaba mas frustracion que enojo. Benjamin se coloco las manos en la cintura, pero segundos despues cambio de postura y se puso en accion. Mi vecino tomo algunas tazas de sopa instantanea sin esperar un segundo mas y las tiro en el tacho de basura. Luego camino hacia el escritorio, arrugo los paquetes vacios e hizo lo mismo que antes. Yo solo admire la espalda de Benjamin en silencio por unos segundos. --Oye, no hagas eso. Excelente reaccion, Cara, verdaderamente apresurada y certera. --?Acaso los necesitabas? --pregunto con ironia. --N-No, pero... --?Pero...? --Es mi casa. --Y se nota --bromeo Benjamin. --!Oye! --No creo que sea una buena idea tener tantas cosas tiradas, al menos que estes construyendo una granja de cucarachas en tu propia sala. --Tal vez lo este haciendo. --?Si? --Son populares en los paises asiaticos. Benjamin dejo escapar una risilla y miro el polvo de los estantes con cierto pudor. --Oh, ya entiendo --susurre. --?Que tienes un gran problema? --No --respondi--, eres un obsesivo compulsivo por la limpieza. Benjamin me miro con la boca abierta y sonrojado, aun mas sonrojado que yo. !Touche! --!El cerrajero! --cante con felicidad al oir el timbre del departamento. Ignore los reproches de Benjamin y atendi al cerrajero con una sonrisa de oreja a oreja. Cuando al fin el cerrajero pudo abrir la puerta, Benjamin me agradecio una vez mas y se despidio. Y asi, la tortura comenzo. 1 Drama innecesario ?Por que tortura? Porque al dia siguiente de aquel encuentro no tan maravilloso decidi salir al mundo por uno de los objetos mas preciados por el ser humano y al volver a mi dulce hogar me encontre con que Benjamin estaba esperando frente a la puerta. --Es un chiste --dije con la bolsa de arena para gato aun en brazos. --No --respondio con seguridad--. No puedo dejar que esa cosa nos consuma a todos. --?Cosa? --Solo abre. --De acuerdo. --?Y tu gato? --Todavia no volvio. --Tal vez este muerto debajo de toda esa basura. --!No bromees con eso! --No era una broma. Tony no estaba muerto. Volvio horas despues con la ropa interior de la vecina del quinto piso. Un gato cleptomano y un vecino obsesivo compulsivo, fantastico. --Tu casa no se ve tan mal cuando esta limpia. --Benjamin dejo la escoba por un momento y suspiro cansado. --Tienes razon. Mire a Benjamin y comence a reir sin poder evitarlo. El me miro con cierta incredulidad y curiosidad. --Esperaba un agradecimiento. --!Lo siento! Me cubri el rostro para que no me viera reir. Benjamin se veia muy gracioso con el delantal puesto, y los guantes, y el panuelo en la cabeza, y las mejillas rosadas de tanto trapear. Eso si, conste que yo no lo habia obligado a nada. El se ofrecio solo. Bueno, “ofrecer”, mas bien, se metio en mi departamento y lo considero parte de su habitad natural, pulcro y refinado. --Grosera. Me compuse segundos despues y lo mire con cierta pena, pero me di cuenta que el solo estaba bromeando. Benjamin sonrio un poco y se saco el panuelo de la cabeza. Se sento en el sofa y Tony se acerco a el. --?Tienes agua al menos? --Si. Fui a la heladera a buscar la botella y el aprovecho la oportunidad para mirar mi trabajo en la laptop. Ignoro el interrogatorio realizado por los maullidos extranos de Tony, se saco los guantes y enseno el reloj de oro. Se sento en la silla del escritorio y en silencio leyo algunas oraciones. Observe como los labios de Bejamin se movian mientras el pronunciaba de manera inaudible cada palabra. Note que reaccionaba con cada palabra, que las sentia, y que sus ojos brillaban con cada uno de esos sentimientos. Trague saliva al ver que estaba sucediendo. Me estaba enamorando. --Escribes muy bien. --Supongo. --Algo detallista. --?Lo crees? --Si, es como si observaras demasiado las cosas. --Mi madre siempre dice eso --comente mientras dejaba un vaso de agua fresca en el escritorio--. Que observo mucho, que pienso mucho. --?Lo haces? --Eso creo. --?Tienes portavaso? Tome un papel lleno de garabatos y se lo di. Benjamin tomo el papel y bufo por la nariz. Mi vecino del noveno piso bebio un poco de agua y dejo el vaso encima del papel. --Di algo de mi. --?Sobre ti? Aquella pregunta me tomo por sorpresa. --Si, algo. Note que los labios de Benjamin estaban humedecidos por el agua y sonrei un poco. Entrecerre los ojos y mire hacia la ventana, luego volvi a mirar a Benjamin y deje escapar aire por la boca. --Cuanta concentracion --bromeo el. Benjamin sonrio un poco y el foco imaginario se encendio encima de mi. --?Que tal tu sonrisa? --?Mi sonrisa? Benjamin amplio mas aquella mueca de felicidad cuando escucho mis palabras. --Si... por ejemplo, cuando te ries, tus labios se estiran junto con tus fosas nasales --le explique. El se toco la nariz, curioso--. Tienen una perfecta armonia, y se hacen unas pequenas muecas en los costados, como unos hoyuelos casi perfectos... casi. --Arrugas, malo para mi edad. Rei un poco y negue con la cabeza. --Pero cuando sonries con tranquilidad no se notan las muecas y los labios se vuelven mas finos y delicados, como si supieran que era el momento perfecto para moverse de aquella manera. --Por algun motivo habia bajado el tono de voz al hablar. Note que me habia inclinado para verlo mejor y que estaba demasiado cerca de el--. !Sin mencionar que parecen bien cuidados! --Me separe casi un metro de el. Lo se, a veces exagero demasiado--. ?Usas manteca de cacao? --Solo en invierno --dijo con una sonrisa burlona. --Y esa sonrisa burlona de costado es muy diferente a la ganadora o a la nerviosa. --?Existen mas sonrisas? --Si --respondi. Hice un ademan para que se moviera. Benjamin se levanto de la silla y se paro al lado del escritorio. Yo me sente en la silla y respire hondo para tratar de concentrarme y volver al trabajo. --Eres muy buena --murmuro Benjamin--. Pero no sabes nada de los detalles del hogar. Puse los ojos en blanco y deje escapar un quejido. Quise enojarme, quise sentirme ofendida. Pero no pude hacerlo ni un poquito. Tampoco pude evitar enamorarme de el. Aprendi cada detalle de el como si fuesen parte de una pintura. Desde el lunar debajo de su barbilla hasta la profundidad de su voz. El dia que nos conocimos, el habia salido con una chica por segunda vez. Una chica a la que jamas habia llamado de nuevo, a la que creyo jamas haberla visto o invitado a una cena y con la que aprendio una gran leccion. La dulce venganza de una mujer resentida. La mujer lo dejo en un cuarto de hotel, desnudo, atado a la cama y solo con el reloj para que se preparara cuando la mucama entrara y lo viera alli con una camara a un lado, una nota, y una foto de el desnudo. Rei lo suficiente como para que el tambien se riera de la desgracia que le habia pasado. Odie eso, odie caerle tan bien. Odie aquella sonrisa y aquellos gestos. Y los ame, ame todo de el. Odie que me abrazara cada vez que queria y que se parara tan cerca para leer la pantalla. Odie que me ayudara a escribir porque me resultaba cada vez mas dificil ser independiente. Depender de alguien de aquella manera... pateticamente romantico. Y ame los abrazos, calidos y llenos de afecto. Ame los juegos y las palabras aburridas que salian de su boca. Ame el orgullo que le salia por los poros cada vez que hablaba del trabajo, de alguna mujer o de un buen dia. Ame cuando bromeaba con sinonimos absurdos e inexistentes. Ame aquella sonrisa variante, aquellos ojos brillantes y aquella actitud deslumbrante. Amar y odiar al mismo tiempo las mismas cosas solo me hacian sentir confundida y nerviosa. Era una tortura eterna. Una tortura que yo misma cree.

  • Algo inesperado de Pilar Cabero

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  • Dos golpes a un mismo corazon, MEG Ferrero de Meg Ferrero

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  • El submarino del narco (El Albatros 4) de Federico Supervielle Berges

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    Walter dejo la carretilla en el suelo y cogio un trapo para secarse el sudor de la cabeza rasurada. A sus cuarenta y cinco anos, mantenia un fisico que le permitia mover aquellas cargas con cierta facilidad, pero el peso del artilugio era considerable y sus musculosos brazos y espalda brillaban con una fina capa de sudor. --Te dije que me dejaras ayudarte --dijo David al entrar por la puerta, senalando el pesado cilindro que descansaba en la carretilla. --No pesa tanto --contesto Walter--. Me viene bien hacer algo de ejercicio; al final, me paso todo el dia encerrado aqui en el taller. --Bueno, hoy ha sido una manana divertida --sonrio David. --No ha estado mal --dijo Walter, mesandose la fina perilla blanca que le rodeaba la boca. Habian salido temprano, aun de noche, hacia la pequena cala que llevaban anos usando como campo de pruebas. La vieja camioneta los llevo sin problemas, cargando en la parte de atras con dos de los prototipos de Walter. Guyana no era un pais en el que las fuerzas de seguridad supusieran un problema importante para negocios como el suyo, pero a Walter Darke no le gustaba correr riesgos. Ademas de tener a sueldo a algunos de los policias que ocupaban puestos clave en la zona, se molestaba en esconder sus actividades todo lo bien que podia. Sin embargo, no era la policia lo unico que le preocupaba; de hecho, le inquietaban bastante mas otras organizaciones. La cala que utilizaba, recluida y oculta a la vista desde otras playas, tenia la ventaja de que solo se podia acceder por un sinuoso camino. Su ultima defensa era Pluto, el viejo pointer ingles que habia bautizado su hermano pequeno poco antes de morir. El perro, obediente y leal hasta decir basta, se quedaba montando guardia en el camino y bajaba ladrando a la playa, si sus finos oidos o su poderoso olfato detectaban a alguien acercandose. El guyanes se permitio retroceder unos anos a sus tiempos en Colombia. Vasili habia sido un maestro rudo, pero sus ensenanzas estaban resultando impagables. Incluso, una vez el viejo ruso se encarino con el, los trabajos mas duros fueron recayendo en los otros mozos, mientras que el viejo submarinista sovietico dedicaba el tiempo que pasaba con Walter a ensenarle todo lo que sabia sobre el diseno de submarinos, que no era poco. Hasta el mas basico sumergible requeria de unos conocimientos avanzados y una cuidadosa construccion. --El otro cabron nos ha tenido entretenidos un rato --rio David, senalando el artilugio que aun descansaba sobre la carretilla. --Si --sonrio Walter. Vasili habia sido un maestro inigualable; su experiencia como submarinista y como ingeniero en la poderosa Rubin sovietica ofreciendo unos conocimientos que estaban al alcance de muy pocos. Pero el viejo ruso se habia limitado a construir un punado de lanchas de perfil bajo para los colombianos. La insistencia y entusiasmo del joven Walter le animaron a terminar el proyecto que siempre parecia aplazar: un verdadero submarino que fuera totalmente invisible para la policia y los guardacostas. Durante los anos que el guyanes paso alli, llegaron a botar tres minisubmarinos, que hicieron el viaje hasta Mejico docenas de veces y, algunas, hasta la mismisima California. Pero el alumno estaba obcecado en superar al maestro. Walter habia aprendido por las malas que, en Guyana y en su negocio, contentarse era peligroso. Siempre habia que ir un paso mas alla, buscar una nueva oportunidad y explotar cualquier ventaja que apareciese. Sus lanchas semisumergibles llevaban un par de anos haciendo la ruta a Cabo Verde, con un exito casi rotundo. Las escasas perdidas eran mas que compensadas por el volumen de mercancia que era capaz de transportar. Sin embargo, como en todo juego del gato y el raton, el otro bando empezaba a reaccionar. Los caboverdianos no tenian demasiados medios, pero ya comenzaban a ponerle empeno y, aunque Walter sabia que tenia las de ganar, no tenia ninguna intencion de dejar que el enemigo llevase la iniciativa. Si la policia o la marina de Cabo Verde subian las apuestas, el guyanes queria seguir teniendo las mejores cartas. Y ahi es donde entraban las pruebas de aquella manana. Walter llevo a la playa dos prototipos distintos. La diferencia fundamental era la propulsion: uno se movia mediante un motor de aire comprimido y el otro por baterias. A priori, el primero debia dar mas velocidad y alcance, con la desventaja de que dejaba una estela de burbujas muy visibles. Pero, en tan bisono torpedo, aquello no le preocupaba; el objetivo era comprobar cual de los dos funcionaba mejor. O, siendo mas rigurosos, ver si alguno funcionaba. La prueba del torpedo a pilas fue decepcionante, pero definitiva. El artilugio salio disparado en la direccion elegida, pero no habia recorrido ni la decima parte del camino previsto cuando se paro y se fue al fondo. Walter y David, debidamente preparados con equipos de buceo autonomo, habian bajado a recuperarlo, aunque el primero ya diagnostico el problema nada mas ver detenerse al torpedo. Las baterias con las que contaba no eran suficientemente potentes, y seria dificil encontrar unas que le valieran, teniendo en cuenta las enormes restricciones de espacio con las que tenia que jugar. Sus torpedos tenian que ser mucho mas pequenos que los que usaban las marinas de guerra. Walter aprovecho para mirar de reojo a David. Era unos anos mas joven que el, aproximadamente de la misma edad que hubiera tenido ahora Desmond. Walter habia vuelto de Colombia para descubrir la muerte de sus padres y su hermano pequeno. Los esfuerzos trabajando para el cartel no tuvieron ningun resultado: su familia acabo muerta mientras el se dejaba la piel para mandarles unos dolares todos los meses. Al volver, solo David, un nino mocoso con la cara picada por la viruela, fue capaz de decirle algo sobre su familia. El amigo de Desmond, que habia perdido a sus propios padres anos atras, vivia en la calle, dependiendo de la caridad de otros. Aun asi, no cejo hasta conseguir que los vecinos dieran una sepultura digna a los Darke. Walter se lo agradecio, acogiendolo, y el joven le correspondio con una lealtad comparable tan solo a la de Pluto. El guyanes devolvio sus recuerdos a las pruebas de aquella manana; al segundo prototipo, que habia resultado tan <>. El torpedo salio disparado desde el costado de la embarcacion y les habia costado seguirlo. Las pruebas las hacian desde una semirrigida que bajaban en un remolque hasta la cala. La lancha era muy rapida, pero apenas pudo seguir al torpedo. El ingenio siguio la trayectoria rectilinea prevista durante varios cientos de yardas; pero, de repente, se descontrolo por completo. El torpedo salio del agua dibujando una curva, con la mala suerte de que, al volver a impactar con la superficie, parecia haberse roto algo. Desde ese momento, su trayectoria fue completamente erratica, hasta detenerse e irse al fondo. Walter creia saber que habia pasado y sabia que recuperar suficientes piezas iba a ser dificil. El artilugio habia llegado a una zona mas profunda y estaba casi seguro de que algunas piezas se habrian desprendido al golpear con la superficie del mar. En cualquier caso, demostrar su teoria iba a ser relativamente sencillo: el pendulo con resortes que debia controlar la profundidad se habia quedado fuera de limites por la variacion de peso que suponia el consumo del aire comprimido. Nada que unas pocas pruebas en el taller no pudieran solucionar. Los rayos de sol incidian con fuerza sobre las aguas de la darsena, dandoles su paradisiaco color turquesa. Un barco de casco gris perturbaba la idilica imagen, su proa recta levantando pequenas ondulaciones que iban a parar contra los muelles y los demas barcos que llenaban el puerto de Mindelo. El Guardiao era el orgullo de la marina caboverdiana y Henrique Almeida se consideraba un afortunado por poder mandarlo. Habia conocido la mar de pequenito, de la mano de su abuelo, uno de los viejos pescadores de la isla. El entusiasmo por los barcos le llevo a la pequena marina local, donde destaco por su buen hacer y dedicacion, y un golpe de suerte hizo que tuviera la oportunidad de formarse en Lisboa, en la escuela naval portuguesa. --Segundo, todo tuyo --dijo Almeida, al librar el rompeolas. El comandante se sento en su sillon y observo como sus oficiales establecian la condicion normal de navegacion y dirigian al Guardiao a su zona de patrulla. Tras la formacion recibida en Portugal, la carrera del joven marino habia sido meteorica. Lo aprendido en Lisboa, unido a una habilidad marinera casi innata y a la pasion por su trabajo, le impulsaron hasta el puesto de mayor responsabilidad en la marina de Cabo Verde. El Guardiao era el barco de mayor porte de las fuerzas caboverdianas y, desde hacia unos anos, el unico con verdadera capacidad oceanica. Desde la retirada del viejo Vigilante, un dragaminas aleman del ano 70, reconvertido, los caboverdianos solo contaban con el Guardiao y una miriada de embarcaciones menores. Almeida era perfectamente consciente de que su pais no podia permitirse mucho mas y de que la marina se limitaba a un modesto servicio de guardacostas, pero eventos recientes estaban demandando mucho de las fuerzas navales caboverdianas. Un pais archipelagico, con poca o ninguna trascendencia en la geopolitica internacional y sin grandes incertidumbres de seguridad y defensa, no debia tener mayores problemas en proteger sus intereses maritimos; y todo habia sido asi hasta la reciente aparicion de una amenaza con la que nadie contaba. Como era logico, el trafico de droga desde Sudamerica a Europa, tradicionalmente, se hacia por barco; pero los grandes mercantes, entre cuya carga se escondia la mercancia, no tenian motivo para detenerse en Cabo Verde, y el archipielago habia vivido inmune a los peligros que este particular comercio suponia. Sin embargo, todo cambio hacia cosa de un par de anos. Almeida no sabia si fruto de la presion ejercida en las aduanas de los puertos, de un nuevo modelo de negocio o, simplemente, de la busca de nuevas oportunidades, pero los narcos evolucionaron: imitando la reciente eclosion de los narcosubmarinos en las rutas por la costa del Pacifico, los traficantes que llevaban la droga a Europa empezaron a usar estas pequenas embarcaciones. Inicialmente, todo el mundo descarto la posibilidad de que los ingeniosos, pero precarios, semisumergibles fuesen capaces de hacer la travesia transatlantica; pero los hechos demostraron que infravaloraban a los traficantes. El termino <> podia llevar a error, ya que la mayoria de las embarcaciones no eran completamente sumergibles, sino que navegaban semihundidas, con solo una pequena parte del casco sobresaliendo del agua. Cuando el fenomeno comenzo a tomar fuerza, Almeida, por curiosidad profesional, leyo un poco sobre el tema. En el Pacifico, era evidente que existian distintos modelos, lo que parecia indicar varios constructores diferentes; probablemente, cada uno asociado a un cartel. Sin embargo, el marino estaba convencido que todos los arribados a Cabo Verde habian salido del mismo <>. En Sudamerica, habia modelos derivados de embarcaciones de recreo, y otros fabricados expresamente. Los que estaban cruzando el Atlantico parecian de este segundo tipo. Hasta el momento, se habian encontrado dos narcosubmarinos abandonados en las costas del archipielago. Parecia que usaban las islas como nodo, usando otras embarcaciones para hacer el trayecto final hasta el continente. La policia les intentaba seguir la pista y los rumores apuntaban hacia una rama de la mafia rusa, pero hasta el momento no habian tenido ningun exito. Ambas embarcaciones encontradas compartian la forma de una lancha de carreras, aunque estaban disenadas para navegar casi hundidas, con solo un minusculo puente y las aspiraciones y exhaustaciones por encima del agua. Almeida sabia que se trataba de un enemigo a tener en cuenta; dificiles de detectar y, aunque no se habia dado el caso, un hombre con un arma automatica dentro podia hacerlos una presa dificil. Pero le preocupaban mas todavia los narcosubmarinos que no veia. No solo las lanchas semihundidas que se colaban sin ser vistas, sino que ya se habian encontrado varios ingenios verdaderamente sumergibles; la mayoria, en aguas del Pacifico o, incluso, siendo construidos en las selvas de Colombia. Sabiendo que ya habia aparecido un semisumergible nada menos que en el norte de Espana, Almeida estaba seguro de que habria verdaderos submarinos capaces de hacer la travesia transoceanica. Al marino caboverdiano no le cabia duda de que, si no estaba ocurriendo ya, pronto, toneladas de cocaina se escaparian de su control bajo las aguas del archipielago. El problema era que no tenia los medios para hacer nada al respecto. --Comandante, la primera guardia esta en sus puestos y hemos establecido la vigilancia de superficie.

  • Nueva historia de la Espana de Jose Alvarez

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    Esta es una nueva historia de la Espana contemporanea, vista en toda su diversidad politica y cultural. El volumen esta estructurado alrededor de tres ejes que se entrecruzan y entre los que hay constantes referencias mutuas. La primera parte consta de siete capitulos definidos por la cronologia, que proporcionan la narracion historica basica. Le sigue una segunda parte, mas analitica, dividida en trece capitulos sobre temas especificos que cubren todo el periodo 1808-2018: la economia, los nacionalismos, las relaciones de genero, los modos de vida, el imperio y las colonias, la cultura, la vida intelectual, los movimientos sociales, la religion, el Estado, la guerra y los militares o las politicas de la memoria y la justicia transicional. La tercera parte reune una quincena de breves biografias de figuras representativas del mundo politico y cultural. Se anade asi una dimension humana a la historia con ejemplos ilustrativos de los problemas antes narrados, con detalles, matices y complejidades que no se abordan en los otros capitulos. Los autores, todos ellos especialistas de primera categoria, proceden de diversos campos historicos, como conviene a la pluralidad tematica de esta obra, asi como de paises distintos, Espana, Canada, Gran Bretana, Estados Unidos, Francia o Israel, lo que tambien asegura la diversidad de enfoques. No pertenecen a una misma escuela historiografica ni, por supuesto, comparten orientacion politica alguna, sino que expresan una gran diversidad en su formacion intelectual, experiencias y puntos de vista. Gracias a esta estructura tripartita y a una eleccion de autores tan variada, el libro ofrece una vision innovadora, mas rica y matizada de lo habitual, de una apasionante y compleja historia nacional que siempre fue tambien europea y global.

  • Jimena de Luisa J.c

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    El dia de la boda de una de sus mejores amigas, Carla, Jimena conoce a un joven apuesto empresario. Debido a un desafortunado accidente, Jimena no puede prestarle la atencion que el se merece y ella querria darle, ya que se debe a la obligacion de cuidar de su amiga, Iratxe, que ha sido la peor parada del mismo.?Conseguira Jimena conocer al hombre que con tan solo una mirada le ha impactado tanto?

  • GOG. Empieza la cuenta atras de J. J. Benitez

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    Gog es el libro que J. J. Benitez nunca hubiera deseado escribir. Esas son sus palabras. Pero escrito esta. Segun el autor navarro, lo mas importante de esta supuesta novela < que se lee>>.
    Si, Gog es una pequena joya (envenenada). Se trata del libro mas breve, y dramatico, del autor de Caballo de Troya.

  • Cenicienta no pertenece a nadie de Rachel Bels

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    Erase una vez una princesa valiente…
    Una prostituta.
    Una esclava.

  • La aprendiz (Cronicas del Mago Negro 2) de Trudi Canavan

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    El segundo libro de la trilogia de las <>.

  • La fiebre del heno de Stanislaw Lem

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    Una agencia de detectives requiere los servicios de un astronauta norteamericano retirado para que ayude a esclarecer una serie de misteriosas muertes acaecidas en un balneario de Napoles. Varias personas han enloquecido y algunas se han suicidado sin que se conozca motivo para ello. Otras parecen haber muerto accidentalmente. Todas las victimas eran extranjeras, viajaban solas, rondaban la cincuentena y padecian algun tipo de alergia. Tanto la policia local como la Interpol consideran que no hay pistas suficientes para afrontar el caso con garantias, hasta que empieza a cundir la idea de que en cierto modo las muertes obedecen a algo mas perverso. ?Estaran sujetos los asesinatos al jugueton capricho de las leyes de la probabilidad y el caos? Obra maestra indiscutible de la ciencia ficcion, aderezada con los ingredientes de la novela clasica de suspense, La fiebre del heno es un autentico tesoro recuperado del genio Stanislaw Lem y una de las historias mas miticas de un autor irrepetible.

  • Y, de pronto, llegaste tu de Kris L. Jordan

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    ?Como un jugador profesional de football americano termina viviendo en un pueblecito de la sierra de Madrid?
    Dean Woods, es de los mejores Quaterbacks del mundo. Conoce la fama y el lujo, muchas mujeres han pasado por su cama y la mayoria de sus compatriotas le adoran
    como si fuese un Dios. Pero eso no le hace feliz y, tras la muerte de su padre, cae en una depresion. Su vida cambia radicalmente cuando, gracias a su unico amigo Pedro, acaba en un avion camino de Espana huyendo de la prensa. Alli conocera a Marta, una mujer unica y muy especial, con una pintoresca y atipica familia.

  • Cero se repite siempre de G. S. Prendergast

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    OCTAVO es un soldado de bajo rango del ejercito Nahx carente de voz propia, pero sabe cual es su deber: proteger a su companera, y dejar que sea ella quien dispare, quien mate a los humanos. RAVEN es una chica de dieciseis anos de edad que se encuentra en un campamento de verano cuando ocurre la terrible invasion de los Nahx. Aislada en el bosque, Raven solo puede esperar el rescate, pero un alienigena asesina a su novio y ella se oculta para evitar sufrir su mismo destino. Arrojados en un mundo violento y desconocido, Octavo y Raven son presas del odio y el miedo. Pero cuando Raven es gravemente herida, y Octavo abandona su unidad de asalto, su supervivencia dependera de la confianza que puedan depositar el uno en el otro.

  • Sentenciar un amor de Manu Ponce

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    Todos los derechos reservados. Esta publicacion no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por, un sistema de recuperacion de informacion, en ninguna forma ni por ningun medio, sea mecanico, fotoquimico, electronico, magnetico, electrooptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito del autor. Agradecimientos Como siempre, agradecer a Las chicas de la Tribu. Cada dia a su lado se transforma en una revolucion de sonrisas. Sin duda, mis dias tienen mas color desde que las conozco. A cada una de mis lectoras, gracias por confiar en mis letras. Gracias por los consejos y el carino que me brindan. Y este libro en especial va dedicado a dos de mis companeros: Aitor y Jenny. Un gran cambio llego a sus vidas y solo puedo desearles lo mejor del mundo en esta nueva etapa. Que estos cambios, los llenen de felicidad y dicha. Merecen todo y mucho mas, por ser las grandes personas que son. <> Capitulo 1 Sentenciar un amor deberia estar prohibido. Hoy lo se, me sobran motivos para afirmarlo. No siempre fue asi, hubo un tiempo en el que me lo cuestione todo mas, ?deformacion profesional? Quizas si. Soy juez y mi nombre es Remy. Mi historia podria haber sido como la de cualquiera de mis companeros de juzgado; un matrimonio convencional, ninos, reconocimiento social y mirar para la galeria; antes muerto. Si os soy sincero, a mi lo de la erotica del poder como que me ha resbalado siempre. No asi otro tipo de erotica, pues creo firmemente que la sugerencia de unas curvas femeninas pueden ser la perdicion de cualquier hombre. Lo afirmo con conviccion y es que las cicatrices del pasado me avalan para ello. Todos llevamos nuestra propia mochila, no os descubro America si os digo que esto es asi, pero hay cicatrices mucho mas hondas que otras. Todo empezo una noche de sabado de un mes de invierno de hace dos anos... --Remy, ?existe alguna posibilidad por remota que sea de que lleguemos a tiempo? --La que hablaba asi era Amanda, mi mujer... --Existe, pero si insistes en mantener ese tono es muy posible que la cosa cambie. --Torci el gesto. El ambiente en casa no era precisamente el ideal y tampoco podia adjudicarle a ella la culpa, eso habria sido totalmente injusto. Y yo de impartir justicia si que entendia. Amanda y yo nos habiamos conocido dieciocho anos atras, cuando a mi me faltaban dos cursos para acabar la carrera de Derecho y ella era una estudiante de primer curso de Economicas. Desde el principio nos hicimos inseparables. Para mi, fue mi primera novia formal, dado que hasta entonces solo tuve un par de novietas que pasaron por mi vida sin pena de gloria. Por su parte, fui su primer novio a secas, porque antes no habia salido con nadie. A ojos de nuestros padres eramos la pareja ideal; estudiosos, formales, responsables y cuidadosos el uno con el otro. En unas familias como las nuestras, en las que las apariencias lo eran todo, lo nuestro cayo como agua de mayo. Por aquel entonces mi hermano mayor, Andres, habia dejado embarazada a su novia y abandonado los estudios. El disgusto supuso tal mazazo en casa que mi madre estuvo ingresada un par de veces en urgencias, del soponcio que le dio. Ante el cariz que tomaron los acontecimientos, Amanda supuso una bendicion para ellos y no les dolieron prendas en hacerme ver que trenes asi no pasaban dos veces en la vida, que cuando uno conocia a alguien con quien "casaba" tan bien no debia detenerse a pensar nada mas... Y justo eso fue lo que hicieron, encargarse de que nos casaramos en cuanto yo saque las oposiciones de juez, a los veintiocho anos. Si digo que por aquel entonces seguia enamorado de Amanda corro el riesgo de que me crezca la nariz, porque no fue asi. Me case con ella por costumbre y con el tiempo detecte en su actitud que a mi mujer le habia pasado tres cuartos de lo mismo. Eso si, vista desde fuera, nuestra vida bien podia parecer idilica; nuestra posicion social era digna de envidiar, ya que a mi plaza de juez sumabamos que Amanda paso a dirigir una importante empresa en un tiempo record. Asi las cosas, solo nosotros sabiamos que nos faltaba algo; y ese algo era la chispa que debe alumbrar la vida de cada pareja. Digamos que entre Amanda y yo no habia grandes problemas, porque tampoco estabamos por la labor de buscar grandes soluciones. Si uno tenia un dia una queja, el otro miraba para otra parte y esperaba a que pasara. En el terreno sexual, ?que quereis que os cuente? Pues que la cosa tampoco era para tirar cohetes, como ya estareis sospechando. No os equivocais; Amanda y yo nos limitabamos a echar uno o dos polvos semanales y pare usted de contar. La rutina se instalo en nuestra cama el mismo dia que el amor salto por la ventana y la cosa iba cuesta abajo y sin frenos. Fue Soraya, la mejor amiga de Amanda, quien detecto que nuestra vida marital no es que fuera el colmo de la pasion y le dio aquella idea que en principio me parecio tan rocambolesca. --?Ir a un club de intercambio de parejas? Venga ya, Amanda, solo faltaba que alguien nos reconociera--le dije cuando me lo propuso. --?Que sabras tu? La hermana de Soraya ha ido con su marido, el frances, y por lo visto estan encantados con el tema. --Yo no lo veo, te digo que no lo veo, ?y que me cuentas de lo del tema de la confidencialidad? --Como que te crees tu que los que estan alli tienen intencion de que su cara salga en primer plano en los periodicos, no te fastidia. Ademas, todo es de lo mas sofisticado, la gente va con unas mascaras que impiden que se les reconozca. --?Con unas mascaras? --me interese porque ese tipo de complementos siempre me habian chiflado.

  • La posadera de Ivy Hill de Julie Klassen

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    Un amor, una apuesta y una muerte misteriosa que dejan a la que fue una gran dama en la disyuntiva de luchar por seguir adelante o dejarlo todo.
    En Ivy Hill, un pueblecito situado en una colina, esta The Bell, la posada que es el alma del pueblo, alli donde se detienen los coches de postas, donde llegan las noticias, el correo, los viajeros y los productos mas diversos.

  • Clarent House (Los Huntington 2) de Charlotte Bennet

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    Sintiendose nuevamente enganado y defraudado por su hermano Fred, el duque de Clarent inicia una busqueda para encontrarlo antes de que Fitzwilliams, con el que tiene mas de un desencuentro, lo haga. En dicha busqueda Graig se adentra en los ambientes mas peligrosos y turbios de la ciudad. Ahi se topa con gente de dudosa reputacion, y sin escrupulos, que se atreven a chantajearle ya que poseen informacion comprometida sobre Fred.
    Por otro lado, las constantes ausencias del duque abren un nuevo frente en su relacion con Victoria que, a duras penas, intenta sobrellevar el distanciamiento que existe entre ambos. Para ello cuenta con la comprension de su suegra, Eleanor, y el amor incondicional de su madre, Melisa, a la que perdona finalmente. Sin embargo, un repentino contratiempo hace que Victoria se plantee seriamente su matrimonio con Graig.
    El destino vuelve a poner a prueba la fortaleza de uno de los hombres mas poderosos e influyentes de Inglaterra. Pero ?lograra este encontrar a su hermano? ?Solucionara sus problemas, finalmente?

  • Correspondencia 1946 de Albert Camus

    https://gigalibros.com/correspondencia-1946.html

    .<>
    Rene Char a Albert Camus,
    3 de noviembre de 1951

  • Vosotros sereis mi vida (Corazones heridos 3) de Towanda Richardson

    https://gigalibros.com/vosotros-sereis-mi-vida-corazones-heridos-3.html

    Alex y Emma llevan juntos toda una vida. Enamorados casi desde ninos, cumplen en San Francisco todos sus suenos. Hasta que, pocas horas despues de graduarse en la universidad, y con todo listo para empezar su nueva vida, Alex le rompe el corazon a Emma. Ella solo encuentra consuelo en los brazos de Sam, un buen amigo de ambos, al que acude porque el dolor es tan fuerte que no puede soportarlo sola.

  • Todo lo que sucedio en el valle – Ramon Solsona de Ramon Solsona

    https://gigalibros.com/todo-lo-que-sucedio-en-el-valle-8211-ramon-solsona.html

    El asesinato de un guardia civil sera el hilo conductor de esta novela ambientada en los anos sesenta y que narra el proceso de construccion de las grandes obras hidroelectricas en los Pirineos. Miles de trabajadores procedentes de toda Espana encontraron trabajo en aquellas faraonicas obras de ingenieria, con mas de 50 kilometros de galerias subterraneas, pozos verticales y grandes centrales invisibles desde el exterior. En una zona geografica frecuentada por contrabandistas, militares y fugitivos, se daran cita una serie de personajes de diferentes origenes que lucharan por obtener una vida mejor.

  • El abismo de la mente de Olivia Ortiz

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    Marie Odette a sus padres mato, con un hacha las cabezas corto, en las manos se las dejo, a observarlos ella se sento…

  • Lo que queda de nosotros: Paris de Lina Perozo Altamar

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    Mientras Brigitte estuvo sentada en aquella banca en la estacion de trenes Victoria, con su mundo y sus sentimientos hechos pedazos, nunca llego a pensar que conseguiria rehacer su vida lejos del hombre que la hizo feliz, pero que tambien termino causandole un profundo dolor.
    Timothy, hundido en su desesperacion por haber perdido a Brigitte, tendra que aprender de la manera mas dura a que en la vida nada se puede dar por sentado, ni siquiera aquel amor que creia incondicional.
    A su vez, Donatien luchara por ser el hombre que despierte nuevas emociones en ella, ese que la acompane en el viaje de autodescubrimiento, que la convertira en la mujer que siempre quiso ser.
    Paris sera el escenario de un reencuentro que trastocara sus vidas, justo en el momento en que todo parecia ser perfecto y creian el pasado superado. Y los hara cuestionarse la posibilidad de un nuevo comienzo o aceptar que ya no queda nada entre ellos.
    Lo que queda de nosotros: Es una novela donde cada personaje luchara por tener una segunda oportunidad, pero quizas no todos sean merecedores de la misma.

  • Pasaje al nuevo mundo de Tania Juste

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    Una apasionante travesia en un transatlantico a principios del siglo XX decidira el destino de una joven barcelonesa.

  • La busqueda del arcoiris (Herederos del mundo 3) de Mile P. D. Bluett

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    Desenlace de la Saga Herederos del mundo. Paz, Sebastian y Apolo, continuan adentrandose en Tierras Inhospitas. Los aliados crecen, su enemigo se fortalece. La capital los reclama. Nuevos personajes vendran y se volveran entranables. Sebastian y Paz estaran unidos por un hilo invisible y poderoso, que les hara experimentar el amor mas puro que existe. El corazon de Apolo volvera a ser tocado por una mujer. Una adolescente corre hacia su libertad. Un nino reclama los brazos de su madre. Dos seres que tienen todas las respuestas mas alla del arcoiris, pero que no son conscientes de su poder. El final esta muy cerca.

  • H de Harry (BG.5 1) de Darlis Stefany

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    Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida. Mucho. Casi se puede decir que demasiado. Es un alma libre, o al menos asi se definiria ella. Kaethennis solo tuvo una debilidad, un desliz: Jake.

  • A un minuto de medianoche (Forelsket 1) de Ros Marval

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    Emily Evans siempre tuvo una meta en la vida: ser publicista y vivir en Manhattan. Su tenacidad la llevo a conseguirlo; sin embargo, pronto aprendio que el destino puede llegar a tejer otros planes a tus espaldas.
    Tras la repentina muerte de sus padres, se vio obligada a abandonar su vida sonada para volver a Taylors Falls, su pueblo de origen, y a hacerse cargo de sus dos hermanos adolescentes. Ahora sus dias transcurren entre dos trabajos, facturas y labores del hogar. Apenas tiene tiempo para ella misma y ya ni siquiera suena por las noches.

  • Gold and Diamonds II, Eli Jane Foster de Eli Jane Foster

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  • Vuelve de Samuel Benchetrit

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    Adicto a los cigarrillos y al alcohol, con alergia a las responsabilidades y en busqueda constante de una inspiracion que no llega. Asi es el antiheroe encantador y tierno de Vuelve, al que solo le queda agarrarse
    desesperadamente al unico proyecto viable que tiene en el horizonte: la adaptacion de uno de sus libros a serie de television. El problema es que el libro ya no esta disponible y el productor en cuestion todavia
    tiene que leerlo.

  • La casa de las voces de Donato Carrisi

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    Una caricia en suenos. En el nebuloso confin con la vigilia, un instante antes de caer en el abismo del olvido, el suave toque de unos dedos frios y finos en la frente, acompanado de un triste y dulce susurro. Su nombre. Al oir la llamada, la nina abrio los ojos de par en par. Y en ese mismo instante, sintio miedo. Alguien habia venido a visitarla mientras se iba quedando dormida. Podia ser alguno de los antiguos habitantes de la casa; a veces charlaba con ellos o los oia moverse como ratones, rozando las paredes. Pero los fantasmas hablaban en su interior, no fuera de ella. Tambien Ado --<>-- iba a visitarla. Sin embargo, a diferencia de todos los demas espiritus, Ado no hablaba nunca. Por eso ahora un pensamiento mas concreto la turbaba. Aparte de mama y papa, nadie sabia su nombre en el mundo de los vivos. Era la <>. La idea de haber violado una de las cinco recomendaciones de sus padres la aterraba. Siempre habian confiado en ella; no queria decepcionarlos. Y menos ahora que papa le habia prometido ensenarle a cazar con el arco y que mama habia estado de acuerdo. Pero entonces reflexiono: ?como iba a ser culpa suya? <>. No habia dicho su nuevo nombre a extranos, y tampoco era posible que alguno de ellos se hubiese enterado accidentalmente. Ademas, hacia al menos un par de meses que no veian a nadie merodeando por los alrededores de la casa de campo. Estaban aislados en medio de la nada; la ciudad mas cercana se encontraba a dos dias de camino. Estaban a salvo. Solo ellos tres. <>. Entonces, ?como era posible? Quien la habia llamado era la casa; no encontraba otra explicacion. A veces, las vigas producian siniestros crujidos o gemidos musicales. Papa decia que la casa se asentaba en sus cimientos como una senora entrada en anos sentada en un sillon y que, de tanto en tanto, necesita acomodarse mejor. En el duermevela, uno de esos ruidos le habia parecido el sonido de su nombre. Eso era todo. La inquietud en su alma se aplaco. Volvio a cerrar los ojos. El sueno, con su silencioso reclamo, la invitaba a seguirlo a ese lugar acogedor y calido donde todo se disuelve. Cuando ya iba a abandonarse, alguien volvio a llamarla. Esta vez la nina levanto la cabeza de la almohada, se incorporo y, sin bajar de la cama, sondeo la oscuridad de la habitacion. En el pasillo, la estufa hacia horas que se habia apagado. Al otro lado de las mantas, el frio sitiaba su lecho. Ahora estaba completamente despierta. Quienquiera que la habia invocado no estaba en casa; se hallaba fuera, en la oscura noche de invierno. Habia hablado con la voz de las corrientes de aire que se insinuan por debajo de las puertas o entre las persianas cerradas. Pero el silencio era demasiado profundo, y ella, con el corazon latiendo con impetu en los oidos como un pez dentro de un vaso, no lograba distinguir ningun otro sonido. <>, le habria gustado preguntar a las tinieblas. Pero temia la respuesta. O tal vez ya la conocia. <>. Se levanto de la cama. Pero, antes de moverse, busco a tientas la muneca de trapo con un solo ojo que dormia a su lado y la agarro para llevarla consigo. Sin encender la luz de la mesilla, se aventuro a ciegas por la habitacion. Sus pequenos pasos descalzos resonaban en el suelo de madera. Debia avisar a mama y a papa. Salio al pasillo. El olor del fuego que se consumia lentamente en la chimenea subia por la escalera que conducia a la planta de abajo. Se imagino la mesa de olivo de la cocina, todavia con los restos de la pequena fiesta de la noche anterior. La tarta de pan y azucar que habia preparado mama en el horno de lena y a la que le faltaban tres raciones exactas. Las diez velas que habia apagado de un solo soplido, sentada sobre las rodillas de papa. Mientras se acercaba al dormitorio de sus padres, los pensamientos felices se evaporaron y dejaron paso a oscuros presagios. <>. Lo habia visto con sus propios ojos: los extranos cogian a la gente, se la llevaban lejos de sus seres queridos. Nadie sabia donde iban a parar ni que era de ellos. O tal vez todavia era demasiado pequena, todavia no estaba preparada, de modo que nadie se lo habia querido contar nunca. Lo unico de lo que estaba segura era de que esas personas ya no regresaban jamas. Nunca mas. --Papa, mama... Hay alguien fuera de la casa --susurro, pero con la determinacion de quien no quiere que sigan tratandola solo como a una nina. Papa se desperto el primero y, un instante despues, lo hizo mama. La nina obtuvo inmediatamente toda su atencion. --?Que has oido? --pregunto la madre, mientras el padre cogia la linterna que siempre tenia a mano junto a la cama. --Mi nombre --contesto la nina, titubeando, temiendo una reganina por haber violado una de las cinco reglas. Pero ninguno de los dos le dijo nada. Papa encendio la linterna y cubrio el foco con la mano para iluminar apenas la oscuridad de la habitacion y que los intrusos no supieran que estaban despiertos. Sus padres no le preguntaron nada mas. No sabian si creerla o no. Pero no porque sospecharan que hubiera mentido, sabian que nunca mentiria sobre algo asi. Solo debian determinar si lo que habia contado era real o no. A la nina le habria gustado que simplemente se tratase de su imaginacion. Mama y papa estaban alerta. Pero no se movieron. Permanecieron en silencio, con la cabeza ligeramente erguida, escrutando la oscuridad, como los radiotelescopios de su libro de astronomia, que escrutan lo ignoto que se esconde en el cielo, esperando y a la vez temiendo captar una senal. Porque, como le habia explicado su padre, descubrir que no estamos solos en el universo no seria necesariamente una buena noticia: <>. Discurrian interminables segundos de silencio absoluto. Los unicos ruidos eran el viento que agitaba las copas de los arboles secos, el llanto quejumbroso de la veleta de hierro oxidado en lo alto de la chimenea y los grunidos del viejo granero, como una ballena durmiendo en el fondo del oceano. Un sonido metalico. Un cubo cayo al suelo. El cubo del pozo, mas concretamente. Papa lo habia atado entre dos cipreses. Era una de las trampas sonoras que colocaba cada noche alrededor de la casa. El cubo estaba situado cerca del gallinero. Ella estaba a punto de decir algo, pero antes de que pudiera hacerlo, su madre le puso una mano en la boca. Queria sugerir que tal vez se tratara de un animal nocturno --una comadreja o un zorro--, no necesariamente de un extrano. --Los perros --susurro el padre. No se le habia ocurrido hasta entonces. Papa tenia razon. Si hubiese sido un zorro o una comadreja, despues del ruido del cubo al caer, sus perros guardianes sin duda habrian empezado a ladrar para senalar su presencia. Como no lo habian hecho, solo habia una explicacion. Alguien los habia hecho callar. Ante la idea de que les pudiera haber ocurrido algo malo a sus amigos peludos, unas calidas lagrimas le hirvieron en los ojos. Hizo un esfuerzo por no echarse a llorar; su disgusto se mezclo con un repentino ataque de terror. Sus padres intercambiaron una mirada. Fue suficiente para saber exactamente lo que debian hacer. Papa fue el primero en bajar de la cama. Se vistio rapidamente, pero sin ponerse los zapatos. Mama lo imito, pero ademas hizo algo que dejo a la nina atonita durante un instante: le parecio que su madre esperaba el momento en que el padre no se diera cuenta, y a continuacion vio como metia una mano debajo del colchon, cogia un pequeno objeto y se lo introducia rapidamente en el bolsillo. La nina no tuvo tiempo de ver que era. Le extrano. Mama y papa no tenian secretos. Antes de que ella pudiera preguntarle nada, la madre le dio una segunda linterna y se arrodillo delante poniendole una manta sobre los hombros. --?Recuerdas lo que debemos hacer ahora? --pregunto, mirandola fijamente a los ojos. La nina asintio. La mirada decidida de la madre le infundio valor. Desde que empezaron a vivir en la casa abandonada, hacia alrededor de un ano, habian ensayado decenas de veces el procedimiento: asi lo llamaba papa. Hasta entonces nunca hubo la necesidad de llevarlo a la practica. --Agarra fuerte a tu muneca --le recomendo su madre. A continuacion, cogio su pequena mano con la suya, calida y fuerte, y se la llevo. Mientras bajaban la escalera, la nina se volvio un instante y vio que el padre habia cogido uno de los bidones del trastero y ahora esparcia el contenido por las paredes de la planta de arriba. El liquido se filtraba a traves de las vigas del suelo y tenia un olor penetrante. Cuando llegaron a la planta inferior, mama la arrastro consigo hacia las habitaciones traseras

  • Elena sabe de Claudia Pineiro

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    Se trata de levantar el pie derecho, apenas unos centimetros del suelo, moverlo en el aire hacia adelante, tanto como para que sobrepase al pie izquierdo, y a esa distancia, la que sea, mucha o poca, hacerlo bajar. Apenas de eso se trata, piensa Elena. Pero ella piensa, y aunque su cerebro ordena movimiento, el pie derecho no se mueve. No se eleva. No avanza en el aire. No vuelve a bajar. No se mueve, no se eleva, no avanza en el aire, no vuelve a bajar. Eso apenas. Pero no lo hace. Entonces Elena se sienta y espera. En la cocina de su casa. Tiene que tomar el tren que sale para la Capital a las diez de la manana; el siguiente, el de las once, ya no le sirve porque la pastilla la tomo a las nueve, entonces piensa, y sabe, que tiene que tomar el de las diez, poco despues de que la medicacion logre que su cuerpo cumpla con la orden de su cerebro. Pronto. El de las once no, porque entonces el efecto de la medicacion habra declinado hasta desaparecer y ella estara igual que ahora, pero sin esperanza de que la levodopa actue. Levodopa se llama eso que tiene que circular por su cuerpo una vez disuelta la pastilla; conoce el nombre desde hace un tiempo. Levodopa. Asi le dijeron, y ella misma lo anoto en un papel porque sabia que no iba a entender la letra del medico. Que la levodopa circule por su cuerpo, sabe. Eso es lo que espera, sentada, en la cocina de su casa. Esperar es todo lo que puede hacer por el momento. Cuenta calles en el aire. Recita nombres de calles de memoria. De atras para adelante y de adelante para atras. Lupo, Moreno, 25 de Mayo, Mitre, Roca. Roca, Mitre, 25 de Mayo, Moreno, Lupo. Levodopa. Solo la separan cinco cuadras de la estacion, no es tanto, piensa, y recita, y sigue esperando. Cinco. Calles que todavia no puede andar con sus pasos esforzados aunque si repetir sus nombres en silencio. Hoy no quiere encontrarse con nadie. Nadie que le pregunte por su salud ni que le de el pesame tardio por la muerte de su hija. Cada dia se le aparece alguna persona que no pudo velarla o no pudo estar en el entierro. O no se atrevio. O no quiso. Cuando alguien muere como murio Rita, todos se sienten invitados a su funeral. Por eso las diez no es una buena hora, piensa, porque para llegar a la estacion tiene que pasar por delante del banco y hoy se pagan las jubilaciones, entonces es muy probable que se cruce con algun vecino. Con varios vecinos. Aunque el banco abra recien a las diez, cuando su tren este entrando en la estacion y ella con el boleto en la mano se acerque al borde del anden para tomarlo, antes de eso, Elena sabe, ya va a encontrar jubilados haciendo la cola como si tuvieran miedo de que la plata alcanzara solo para pagarle a los que primero llegan. Solo podria evitar el frente del banco dando una vuelta manzana que su Parkinson no le perdonaria. Ese es el nombre. Elena sabe desde hace un tiempo que ya no es ella la que manda sobre algunas partes de su cuerpo, los pies por ejemplo. Manda el. O ella, y se pregunta si al Parkinson habria que tratarlo de el o de ella, porque aunque el nombre propio le suena masculino no deja de ser una enfermedad, y una enfermedad es femenina. Como lo es una desgracia. O una condena. Entonces decide que lo va a llamar Ella, porque cuando la piensa, piensa <>. Y puta es ella, no el. Con perdon de la palabra, dice. Ella. El doctor Benegas se lo explico varias veces pero Elena todavia no termina de entender; si entiende lo que tiene porque lo lleva en el cuerpo, pero no algunas de las palabras que usa el medico. La primera vez estaba Rita presente. Rita, que hoy esta muerta. Les dijo que el Parkinson es una degeneracion de las celulas del sistema nervioso. Y a las dos les cayo mal la palabra. Degeneracion. A ella y a su hija. El doctor Benegas seguramente se dio cuenta, porque enseguida trato de explicarles. Y dijo, una enfermedad del sistema nervioso central que degenera, o hace mutar, o cambia, o modifica de manera tal algunas celulas nerviosas que dejan de producir dopamina. Y Elena se entero entonces de que cuando su cerebro ordena movimiento, la orden solo puede llegar a sus pies si la dopamina la lleva. Como un chasqui, penso aquel dia. Entonces el Parkinson es Ella, y la dopamina el chasqui. Y el cerebro nada, piensa, porque sus pies no lo escuchan. Como un rey derrocado que no se da cuenta de que ya no gobierna. Como el emperador sin traje del cuento que le contaba a Rita cuando era chica. Rey derrocado, emperador sin traje. Y ahora esta Ella, no Elena sino su enfermedad, el chasqui y el rey derrocado. Elena repite sus nombres como antes repitio los de las calles que la separan de la estacion; esos nombres comparten su espera. De atras para adelante y de adelante para atras. Emperador sin traje no le gusta porque si no lleva traje esta desnudo. Prefiere rey derrocado. Espera, repite, combina de a pares: Ella y el chasqui, el chasqui y el rey, el rey y Ella. Prueba otra vez, pero los pies siguen ajenos, ni siquiera desobedientes, sordos. Pies sordos. A Elena le encantaria gritarles, pies muevanse de una vez por todas, hasta carajo les gritaria, muevanse de una vez por todas, carajo, pero sabe que seria en vano, porque sus pies no escucharian tampoco su voz. Por eso no grita, espera. Repite palabras. Calles, reyes, otra vez calles. Incluye palabras nuevas en su rezo: dopamina, levodopa. Intuye que la dopa de dopamina, y la dopa de levodopa, deben ser la misma cosa, pero solo intuye, no tiene certeza, repite, juega, deja que su lengua se trabe, espera, y no le importa, solo le importa que el tiempo pase, que esa pastilla se disuelva, circule por su cuerpo hasta sus pies y estos se enteren, por fin, de que tienen que ponerse en marcha. Esta nerviosa, lo cual no es bueno, porque cuando se pone nerviosa la medicacion tarda mas en actuar. Pero no puede evitarlo. Hoy va a jugarse la ultima carta para tratar de averiguar quien mato a su hija, hablar con la unica persona del mundo a la que cree que puede convencer de que la ayude. A cambio de una deuda lejana en el tiempo, casi olvidada. Va intentar cobrar esa deuda, aunque Rita, si estuviera, no estaria de acuerdo, la vida no es un trueque, mama, hay cosas que se hacen porque si, porque Dios manda. No va a ser facil, pero lo va a intentar. Isabel se llama la mujer a la que busca. No esta segura de si se acordara de ella. Cree que no. De Rita si, le manda una postal cada fin de ano. Tal vez no sepa de su muerte. Si nadie le dijo, si no leyo el unico aviso funebre que pusieron recien dos dias despues del entierro en nombre del colegio parroquial donde trabajaba Rita, el cuerpo directivo y docente, alumnos y padres acompanan a Elena en este momento tan dificil, si ella no la encuentra al fin de ese dia, seguramente este diciembre esa mujer que Elena hoy busca enviara una postal dirigida a un muerto, deseandole feliz Navidad y un prospero Ano Nuevo. De Rita se acuerda, pero de ella, de Elena, Elena piensa, seguramente no. Y si se acordara no la reconoceria, asi doblada, con ese cuerpo viejo que no se corresponde con los anos que tiene. Sera su tarea, le va a explicar quien es y por que esta alli, frente a ella, cuando la enfrente. Le va a contar de Rita. Y de su muerte. Aunque sea le dira lo poco que entiende en medio de todo lo que le contaron. Elena sabe donde encontrar a Isabel, pero no como llegar. Alli donde ella misma la llevo hace veinte anos, siguiendo a Rita. Si la suerte esta de su lado, si Isabel no se mudo, si no murio como murio su hija, alli la encontrara, en una vieja casa en Belgrano, con puerta de madera pesada y herrajes de bronce, justo al lado de unos consultorios medicos. No se acuerda del nombre de la calle, si se acordara al menos de la pregunta que le hizo entonces su hija, ?vos escuchaste alguna vez una calle que se llame Soldado de la Independencia, mama?, entonces sabria. Pronto va a saber, porque si se acuerda de que es a una o dos cuadras de la avenida que corre bordeando Buenos Aires desde Retiro hasta la General Paz, cerca de una plazoleta, y de las vias de un tren. No vieron el tren, pero escucharon su marcha y Rita pregunto, ?que ramal es?, pero Isabel no contesto, porque lloraba. Para saber como volver a viajar, esta segunda vez, casi veinte anos despues, Elena fue a la remiseria de la esquina de su casa, la que pusieron hace unos anos en el local donde antes habia estado la panaderia en la que Elena compro para su familia el pan de cada dia desde que llego al barrio, recien casada, hasta que desaparecio el pan y aparecieron los autos de alquiler. El chofer no sabia, soy nuevo, se disculpo y le pregunto al dueno. Repitio las palabras de Elena, dijo, la avenida que bordea Buenos Aires, de Retiro a la General Paz, cerca de una via, y el dueno le contesto, Libertador, y Elena que si, que se llamaba Libertador, ahora que se lo dice se acuerda, y que tenia que ir hasta Belgrano, hasta una plazoleta. Olleros, dijo otro chofer que acababa de llegar de un viaje, eso ya no estoy segura, dijo Elena, Olleros, repitio el hombre con seguridad, pero ella no se acordaba del nombre de la calle, si de la puerta de madera, y de los herrajes de bronce, de Isabel, y de su marido, poco de su marido. ?La llevamos?, le preguntaron y Elena dijo que no, que era mucho viaje, mucho gasto, que iba a ir en tren y en todo caso, si ya no podia consigo misma y su cuerpo no se animaba al subte, tomaria un taxi en Constitucion, le hacemos precio, propuso el dueno, no, gracias, contesto ella, le podemos fiar, insistio, en tren, dijo Elena, no me gustan las deudas, y no dio lugar a otra insistencia, subte cerca no la deja ninguno, senora, el de Carranza, pero de ahi tiene como diez cuadras, le dijeron, si toma taxi tenga cuidado de que no la paseen, digale al taxista que vaya derecho por 9 de Julio hasta Libertador y de ahi otra vez todo derecho hasta Olleros, bueno, no, corrigio el chofer que sabia, porque Libertador se convierte en Figueroa Alcorta, antes de llegar al Planetario se va a tener que fijar que doble a la izquierda, hasta el Monumento a los Espanoles, y que retorne Libertador, o en el Hipodromo de Palermo, aclaro el dueno, pero no deje que la paseen, ?en serio no quiere que la llevemos? Elena se fue sin responder, porque la misma pregunta ya la habia contestado antes y demasiado esfuerzo era para ella todo como para contestar dos veces lo mismo. Constitucion, 9 de Julio, Libertador, Figueroa Alcorta, Planetario, Monumento a los Espanoles, Libertador, Olleros, una puerta de madera, herrajes de bronce, una puerta, Olleros, Libertador, 9 de Julio, Constitucion. De atras para adelante, de adelante para atras. No recuerda en que lugar del rezo tiene que meter el Hipodromo. Espera, piensa, cuenta otra vez las calles. Las cinco que la separan de la estacion y las otras, las que no conoce, o no se acuerda, aquellas hacia donde va para cobrar una deuda en la que cree a fuerza de necesidad. Rey sin corona. Ella. Desde su posicion, sentada, trata de levantar el pie derecho en el aire, y el pie ahora se da por enterado y se eleva. Entonces esta lista, sabe. Apoya la palma de cada una de sus manos sobre sus muslos sentados, junta los dos pies para que sus piernas queden en un angulo de noventa grados a la altura de la rodilla, luego cruza la mano derecha al hombro izquierdo y la mano izquierda al hombro derecho, empieza a balancearse en la silla y, con el impulso, se levanta. Asi la hace levantar el doctor Benegas cuando la revisa, y ella sabe que es mas dificil de esa manera pero lo intenta cada vez que puede, practica, porque quiere estar entrenada para la proxima visita. Quiere impresionar al doctor Benegas, mostrarle que puede, a pesar de las cosas que le dijo la ultima vez que la vio, quince dias antes de que Rita apareciera muerta. Parada frente a la silla que acaba de dejar levanta el pie derecho, lo eleva en el aire, apenas unos centimetros, lo mueve hacia adelante hasta que sobrepasa el pie izquierdo lo suficiente como para que ese movimiento signifique un paso, entonces lo baja, y ahora es el turno del pie izquierdo que debe hacer lo mismo, exactamente lo mismo. Elevarse. Avanzar en el aire. Bajar. Elevarse, avanzar en el aire, bajar. De eso se trata. Apenas de eso. De caminar, para llegar a tomar el tren de las diez

  • Reina de Elizabeth Duval

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    Primeras memorias en Espana de una mujer de la generacion Z que a los 19 anos ya es un referente de la poesia y del activismo.