• reencuentro con el pasado - Dakota Milano

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    Cuando la unica opcion para vivir es dejar el pasado.

    Deje que un extrano enmascarado me vendara los ojos.

  • Halim: Reencuentro con el pasado Versión Kindle - Amazon

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  • Reencuentro con El Pasado (Tres amigos y un fantasma)

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  • REENCUENTRO CON EL PASADO | SUSANA VALLEJO

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  • Reencuentro con su pasado - Libros De Mario

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  • REENCUENTRO CON EL PASADO, Susana Vallejo ...

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  • Reencuentro Con El Pasado. Tres Amigos Y Un Fantasma

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  • reencuentro con el pasado - Librería La Puerta de Tannhäuser.

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    REENCUENTRO CON EL PASADO. TRES AMIGOS Y UN FANTASMA, VALLEJO, SUSANA, 12,90€. Me llamo Álex y tengo 13 años. Hace pocos meses que he llegado al internado ...

  • Reencuentro con el pasado: by Dakota Milano - Goodreads

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  • REENCUENTRO CON EL PASADO - VALLEJO SUSANA

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    Nos hemos propuesto ayudarla y averiguar qué le pasó, y por lo que parece ¡su muerte no es el único misterio en Las Camelias! LIBROS DEL AUTOR Y RECOMENDADOS.

  • Me enamore de mi jefe de Dakota Milano

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  • Muero por verte de Ondrea Lion

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    Diego creyo haber visto un hada flotando por los pasillos de la universidad cuando reparo en Camila por primera vez, sus cortos y ondulados cabellos hasta los hombros, castanos con destellos dorados; brillaban gracias a los rayos del sol que se filtraban por las claraboyas del techo, evadiendo la espesura del cielo nublado por el mal tiempo. Parecia una criatura mitica con ese rostro redondo, nariz perfilada y preciosos ojos azules. Era una vision que parecia sobrenatural. Agradecio la presencia de aquella hermosa chica ese dia en particular, contradictorias emociones lo mantenian incomodo y con un mal sabor de boca, deberia estar satisfecho de haber ingresado a la universidad, pero luego de tantos anos lejos de los estudios, habia perdido la confianza en sus habilidades academicas. Aquella encantadora criatura paso junto a el, su aroma lo embriago golpeando sus sentidos. No supo identificar el olor, solo estuvo seguro de que era lo mejor que habia olido en su vida. Intento seguirla, necesitaba averiguar su nombre, pero la chica atraveso una puerta que cerro, sin percatarse, en las narices de su seguidor. Un cartel que indicaba "SOLO PERSONALAUTORIZADO", evito que Diego abriera el portal para alcanzar su meta. Permanecio unos segundos paralizado, aturdido, indeciso sobre que hacer, ?se quedaba ahi esperando a que su hada saliera? Probablemente habia otra u otras salidas y perderia su primera clase para nada. Habia sacrificado mucho durante los ultimos anos, por lo que decidio confiar que la vida lo recompensaria con la oportunidad de conocerla. La veria de nuevo, quiso creer eso. *** Camila camino los pasillos de las oficinas administrativas con determinacion, rogando para sus adentros no toparse con el Decano Visser, el dirigente de la facultad, a quien no podia evitar identificar como un "viejo verde", siempre hablando con expresiones de doble sentido, insinuando la posibilidad de encuentros sexuales entre ellos. Solo una vez se le ocurrio tomar medidas y denunciarlo, debido a que su jefe estaba almorzando, la asistente del Director de Recursos Humanos de aquel momento fue quien la recibio, y cuando Camila le dijo en confidencia la razon de su visita, la secretaria le aconsejo que permaneciera callada y lo aguantara; que fuera fuerte y lo esquivara; Visser tenia el poder de arruinar su vida, acabar con sus estudios y su carrera, y arrebatarle cualquier oportunidad de ingresar a cualquier institucion educativa respetable. De vuelta en el presente, faltaban unos pocos pasos para que Camila llegara a su destino, la contable le habia solicitado un par de documentos adicionales para renovar su beca de estudios, en cuestion de segundos los entregaria, y luego saldria de ahi lo mas pronto posible. Durante los primeros dias de cada semestre academico, Visser se encontraba demasiado ocupado para deambular las areas de los salones de clases, y ella podia respirar durante ese tiempo. --Buenos dias, Camila --saludo una voz serpentina, o por lo menos de esa manera lo escuchaba ella, como el siseo de un animal rastrero que queria meterse bajo su piel. La chica sintio como su espalda se erizo, y una desagradable sensacion de vacio en el estomago la mareo. Se detuvo en seco, y observo como Vladimir Visser la bordeaba para encararla, cada uno de sus pasos producia un escalofrio que sacudia levemente su cuerpo. --Buenos dias, Decano Visser --replico Camila con baja voz, conteniendo el asco que sentia ante la presencia de aquel hombre. --?Que haces por aqui? ?Te puedo ayudar en algo? --pregunto el profesor, y al hacerlo, le quito el sobre que Camila llevaba presionado contra su pecho, aprovechando la ocasion para rozar uno de sus senos con sus dedos. Siempre aplicaba alguna tactica similar para tocarla inapropiadamente, ya fuera para "quitarle una pelusa de su camisa", o entregarle algun objeto; aquel hombre siempre se las arreglaba para rozar sus senos, su trasero o cualquier otra parte de su cuerpo. Camila se encogio hacia atras, y dijo tratando de sonar lo mas tranquila posible: --Debo entregarle esos documentos a Alexandra. --!Ah! Si. Los requerimientos faltantes para tu beca --replico el hombre ojeando los documentos. Camila supo en ese momento que nunca tuvo ninguna oportunidad de esquivarlo, el sabia que ella iria para alla, y que habia fingido no saber la razon de su presencia ahi. --Asi es --susurro la chica intentando recuperar su sobre. --?Que te parece si almorzamos para hablar de tu futuro? --pregunto el hombre lanzandole una mirada lasciva--. Quisiera proponerte que le hagas la suplencia a la profesora Meyer, sus medicos recomendaron extender su reposo para que se recupere totalmente antes de regresar al trabajo. Camila dudo por unos cortos instantes, necesitaba el dinero que ganaria con esa suplencia, y aunque consumiria gran parte de su tiempo, y le restaria necesarias horas de descanso, la ayudaria a avanzar mas rapido en su carrera profesional, pero la idea de pasar un par de horas junto a Visser, escuchando sus comentarios obscenos... un ligero estremecimiento recorrio su cuerpo, y tomo mucho esfuerzo de su parte ocultarlo. --Me gustaria cubrir las horas de la profesora Meyer, pero no dispongo del tiempo para sentarme a almorzar, debo prepararme para las clases, sabe lo importante que es estar preparada para los seminarios del doctor Remus... --Tienes que comer algo, mi nina --siseo el hombre acercandose mas a ella para tomarle un brazo--. Hay que ponerle mas masa a ese cuerpecito que puede partirse si alguien la estrecha con demasiada fuerza. --Camila --llamo la contable apareciendo en ese momento. --?Si? --replico la chica aprovechando la interrupcion para zafarse del agarre de Visser y aproximarse a Alexandra. --Te estaba esperando --dijo Alexandra intercambiando una mirada complice con Camila, el comportamiento del decano era un secreto a voces, todas las mujeres jovenes, y relativamente atractivas, eran sus victimas. --Hasta luego, Profesor Visser --dijo Camila moviendose con velocidad para recuperar su sobre y caminar agilmente tras Alexandra. Visser quedo solo, fantaseando con aquella hermosa mujer. Mientras Camila caminaba tras la contadora, se pregunto una vez mas, como alguien tas asqueroso como Visser habia logrado una posicion de tanta respetabilidad y poder, sus pensamientos fueron interrumpidos por su acompanante. --?Trajiste todos los requisitos? Camila respondio afirmativamente, y entrando a la oficina de Alexandra, le entrego el sobre, quien tomo el paquete y reviso documento por documento con una lentitud poco habitual de una empleada tan eficiente. --?Todo esta en orden? --Es mejor revisar todo con minuciosidad --replico Alexandra mirando tras Camila con disimulo. Camila se erizo pensando que Visser la estaba observando a sus espaldas. --Quiero asegurarme de que se vaya a su reunion, es a las 10 --susurro Alexandra hojeando los documentos por tercera vez. --A esa hora tengo una clase --mascullo Camila preocupada. --Se ira 15 minutos antes, tendras tiempo de llegar. Camila tomo asiento mientras miraba el reloj, era las 9:15. Tendria que esperar media hora para evadir al depredador. Capitulo II La primera clase de Diego, realmente no se pudo considerar como una clase, el profesor dio algunas indicaciones y dio por terminada la leccion del dia. Parecia estar molesto por algo, y que no estaba muy interesado en ensenar esa manana. Frustrado, Diego se dirigio a la sombra de un arbol para sentarse a leer, su proxima clase era Literatura Clasica, una catedra optativa que realmente no guardaba relacion con su meta de convertirse en Arquitecto. Pero necesitaba los creditos, y no todas las opciones que queria estudiar ese primer semestre estaban disponibles. Esa fue una de las consecuencias de enrolarse tarde en la Universidad. --?Diego? --pregunto con asombro una voz familiar. El chico levanto la mirada para encontrarse con dos pares de piernas, unas eran largas, provocativas, y estaban a la vista gracias a la corta longitud de la falda que poco las cubria. Le tomo pocos segundos reconocerlas, inclusive antes de terminar de subir su mirada para encontrarse con el rostro de su ex novia de la secundaria. --Angelina --dijo Diego a modo de saludo al ponerse de pie. Ella lo abrazo con fuerza, lo consideraba su primer amor, y por mucho tiempo, penso que seria el unico. Pero el desaparecio de su vida, evidentemente, no la amo como ella lo amo a el. --?Que haces aqui? --pregunto Angelina con un leve temblor en su voz, volverlo a ver le revolvio antiguos recuerdos de su pasado. --Estoy empezando, es mi primer dia de clases. --?De verdad? ?Arquitectura? Diego sonrio asintiendo, le causo cierto placer que Angelina recordara su meta despues de tantos anos. Hubo unos instantes de silencio en que ambos se miraron a los ojos sonriendo, rememorando la parte bonita de su romance juvenil. --Yo estoy terminando mi maestria --agrego Angelina. Por un par de segundos se arrepintio de su comentario, podia parecer que estaba presumiendo, pero en realidad, queria lucirse, verse bien ante el. --!Guao! ?En serio? ?Que has estudiado? Alguien carraspeo al lado de Angelina, su companera de estudios se encontraba de pie junto a ellos esperando ser presentada. --Diego, te presento a mi querida amiga, Tessa --dijo Angelina forzadamente, en ese momento deseaba estar a solas con su amor del pasado--. Tessa, este es Diego. --!El famoso Diego! --exclamo Tessa con impertinencia--. Me han hablado mucho de ti. --!No exageres! Te lo he nombrado porque fui mi primer noviecito de escuela, pero nada mas --replico Angelina avergonzada. --!Por Dios! !Primer noviecito! !Hablas de el como si fuera el amor de tu vida! --insistio su companera. --No es cierto --susurro Angelina dirigiendose a Diego. Con una mueca en su rostro y gesto de manos intento restarles importancia a las palabras de Tessa. Diego se tenso por la incomodidad, recordo con exactitud como le rompio el corazon a la chica. No lo hizo intencionalmente; las circunstancias de su vida, siete anos atras, lo coaccionaron a tomar la decision de sacarla de su vida; y, al verla ese dia, se avergonzo de haberle hecho dano. --Yo solo se que desapareciste de su vida rompiendole el corazon, ?por que no permitiste que te acompanara en tus momentos dificiles? Las mujeres podemos ser un muy buen soporte emocional --inquirio Tessa. --!Tessa! --exclamo Angelina lanzandole una mirada asesina. --?Que? Te has hecho esa pregunta durante anos, por que no aprovechar este reencuentro para averiguarlo --insistio su amiga. --No necesito preguntar, ni averiguar nada, Tessa. Basta --exigio Angelina de manera cortante. Diego cada vez se sentia mas incomodo, y penso que ese era el momento de retirarse por lo que dijo:--Bueno, debo pasar por la biblioteca antes de la proxima clase. Fue un placer conocerte, Tessa. Nos vemos por ahi, Angelina. La ultima supo que era una excusa, y asintio bajando la mirada. Tessa tenia la mirada perdida en los jardines, y actuo como si no se hubieran dirigido a ella.

  • El Principe de Kiera Cass

    https://gigalibros.com/el-principe.html

    La vispera de su cumpleanos, Maxon se da cuenta de que la Seleccion, que le parecia tan estimulante, es ahora muy intimidante. Cuando se confiesa con su amiga de toda la vida Daphne, la princesa francesa, queda sorprendido por su respuesta: ella lleva mucho tiempo enamorada de el y lo que de verdad le gustaria es poder optar a ganarse el corazon del principe, algo que el proceso de la Seleccion hace imposible.
    La agria discusion con Daphne y las acusaciones que esta le hace provocan que Maxon se plantee algunas cuestiones:
    ?Sera verdad que tenia el amor al alcance de la mano y no se dio cuenta? ?Y si no tiene la capacidad de sentir una emocion tan profunda?
    Sin embargo, la noche antes de que la competicion empiece de verdad conocera a America Singer. Le pilla desprevenido la antipatia que la chica parece sentir por el y se toma a broma lo brutalmente sincera que es, pero eso no hace mas que aumentar su curiosidad por ella.
    En El principe, accedemos al corazon de Maxon, vemos su humildad, sus miedos y su humor y habilidad para no tomarse en serio a si mismo al mismo tiempo que empezamos a entender las razones que hacen que se enamore de America.

  • Los chicos malos del barrio de Gavin Knight

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    Tres historias reales y tres ciudades que podrian ser cualquier otra…

  • Samsara. Dentro de mis suenos de Isabel Quilis Bayona

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    La informacion le llegaba a traves de terribles pesadillas. Cada dia perdia mas el control de su vida experimentando vivencias ajenas a ella que la sumergian en una voragine de sensaciones y emociones fuera de su realidad. No sabia como salir del mundo de sombras que la rodeaba y que cada noche la acosaba y la sacrificaba para volver a revivirlo una y otra vez sin posibilidad escapar. La locura se iba instalando poco a poco en su interior, debia encontrar una salida antes de volverse completamente loca.

  • Atrapada en mi pasado de Rose B. Loren

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    abajadora social que vive atrapada en su pasado, con unas ansias de venganza que no la dejan avanzar. Tras varios anos apartada de su ciudad natal y de su familia, decide regresar a Los Angeles para poner en practica un plan con el que resarcirse de todo el dolor que le han causado. Pero, al poco de llegar, un acontecimiento inesperado le hara conocer a Patrick, un bombero que pondra patas arriba su vida y que hara peligrar los planes que durante un tiempo ha elaborado con tanto detenimiento.
    ?Podra Erin deshacerse de Patrick y llevar a cabo su venganza? ?Que ocurrio en el pasado de Erin para que guarde tanto rencor? ?Conseguira Patrick desbaratar los planes de ella? Descubrelo en <>, una historia de intriga, pasion y sobre todo de la lucha de una mujer herida por avanzar hacia un nuevo futuro.

  • Japon inexplorado de Isabella Bird

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    Por primera vez en castellano el relato de un viaje asombroso realizado en solitario por una mujerque hizo epoca al retratar los misterios del inexplorado Japon del siglo XIX. Aislado, cerrado a los extranjeros, muy pocos occidentales se adentraban en el interior del pais, e islas como la actual Hokkaido, habitada por los ainus, guardaban secretos sin desvelar. Autentica pionera, mujer valiente, de solidas convicciones, y mas que probada curiosidad, Bird atraviesa la espina dorsal del norte de Japon desvelando la ignota vida rural del interior y visitando remotas tribus aborigenes como los antiquisimos ainus, de cuya cultura poco o nada se tenia noticia en Europa. No sera un viaje facil, ni comodo. A pie, a caballo, en barco, sampan o kuruma, alla donde va despierta curiosidad y su presencia convoca muchedumbres asombradas. Valiente y nada convencional, la vemos disfrutar a pesar de la comida, las pulgas, la dificultad de los caminos, o la ausencia de intimidad en las chadoyas, mientras que su afilada mirada nos desvela un Japon rebosante de prodigioso encanto.
    Traducido y editado con esmero por el profesor Carlos Rubio, su lectura revive hoy el hechizo de una cultura, lejana y distinta, que no deja de sorprendernos.

  • Desatame de Noe Casado

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    Sin trabajo, sin casa, sin amante… La vida de Carla es un autentico desastre, y para rematar la faena se ve envuelta en un turbio asunto en el que Aidan, un policia con aires de don perfecto al que detesta, interviene para defenderla. Lo que el chico de oro ignora cuando se presta a ayudarla a salir del bache, es que ella es una mujer de armas tomar…Desatame, la nueva y esperada novela de Noe Casado. Erotismo, pasion y emocion, te dejara sin aliento.

  • La cruz de madera de Lola Solana

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    Hay algo que ni la guerra ni la muerte pudieron destruir: el honor de una familia

  • Creo que me enamore de ti de Carmen Batista

    https://gigalibros.com/creo-que-me-enamore-de-ti.html

    Te quiero, le dije, como amigos...
    Amigos que comparten la vida, los gustos, la cama, esto ultimo no se lo dije, pero lo pense. Mejor guarde silencio y vi como continuaba hablandome de su novia con quien se iba a casar.
    La verdad no estoy segura de poder continuar ocultando mis sentimientos y fingiendo, " no importa que sienta esto, ya se me pasara".
    No se si podre seguir haciendo un lado esto que siento, por momento me podria confundir y creer en que lo nuestro funcionaria, pero luego esta su boda, su chica y el hecho de que espera que yo ayude con los preparativos. Definitivamente tengo ganas de arrancar... Deberia detenerme, estar a solas para componer mi corazon, mis heridas y desde ahi continuar... huir de todo, eso es lo que deberia hacer... Si tan solo el entendiera... si tan solo el me amara como yo...

  • La Pequena Maria de Sylvain Saulnier

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    Un estudioso de la geometria de Aristoteles y una joven cronista de una revista de modas se aman y se desean en modo absoluto y exclusivo. Se revelaron ya mutuamente todos los secretos y las complejidades eroticas propias de cualquier pareja de nuestro tiempo, inquieta y curiosa. Cuando el autor <> a sus personajes, estos se encuentran veraneando en una casa de campo y llevan ya conviviendo el periodo normal en que las relaciones eroticas tienden a mustiarse, de no cultivarlas mediante juegos mas elaborados que los crean las pasiones iniciales. Uno de estos juegos es precisamente La pequena Maria, una jovencita de doce anos. El autor narra cuatro dias de este principio de verano en que sus personajes elaboran y llevan a termino el arriesgado <> que conciben en el hermoso esfuerzo por reanimar y sacudir la amenazante monotonia de sus, aun asi, intensas y sofisticadas relaciones eroticas. Es, en suma, una historia de amor, pero contada desde las raices profundas de toda vida amorosa: el Eros.

  • Apegos feroces de Vivian Gornick

    https://gigalibros.com/apegos-feroces.html

    … Contenido ….

  • Sonrisa mortal de Joseph Knox

    https://gigalibros.com/sonrisa-mortal.html

    El detective Aidan Waits, a quien conocimos en Sirenas, emprende la caza del hombre que sonrie.

  • Amigos, sin mas (Serie Amigos 4) de Ana Alvarez

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    Una emocionante historia de amor oculta en el pasado.

  • El temblor del heroe de Alvaro Pombo

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    Roman es un profesor universitario jubilado al que invade la nostalgia de los dias luminosos de la pedagogia en que fascinaba a sus alumnos despertandoles el amor por el saber y ayudandoles a alcanzar una vida mas noble y mas alta.

  • Una vida sin limites – Nick Vujicic (PDF) de Nick Vujicic

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    El libro inspirador de un hombre extraordinario, un camino para vivir completamente feliz

  • Furia Un thriller psicologico de amor, misterio y suspense (Suspenso romantico 3) de Pablo Poveda

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    No podia disimular su expresion corporal, por mucho que deseara pasar desapercibido. Los musculos de la cara se le habian encogido. Su rostro blanquecino despertaba la curiosidad de los que caminaban en direccion contraria a el. El barrio estaba despierto, las mesas de los bares ocupaban las terrazas de la calzada y las parejas de enamorados paseaban de la mano para disfrutar del sol dominical. Habia vuelto a despejarse el cielo, a salir el sol y todo pronosticaba que seria un domingo de ensueno. No obstante, lo que parecia una estampa primaveral y castiza, llena de color y energia, no lo era para el arquitecto, que caminaba hacia su domicilio tras haberse apeado del coche. Despues de contemplar como el vehiculo se perdia a lo lejos por el final de la calle, la voz de aquel hombre todavia resonaba en su cabeza. De pronto, levanto su mano a la altura del esternon y sintio los latidos del corazon golpeando la puerta de su pecho. No era miedo lo que arrastraba. Tampoco era el odio lo que le hacia bombear asi. Una extrana sensacion, poco habitual en el y, afortunadamente, casi desconocida: furia. Mientras la lengua coloquial hablaba de esta como un mero enojo, para Don significaba algo mas que eso. Los romanos habian llamado Furias a las diosas violentas engendradas con la sangre de los testiculos de Urano, dos temibles criaturas capaces de enloquecer al propio Zeus. Para el arquitecto, aquella historia mitologica tenia sentido. Enfurecer, en el maximo esplendor de la expresion, era lo que habia evitado durante tanto tiempo a traves de sus actos, sus cambios de personalidad, de profesion e incluso de apariencia. Un trabajo de artesano al que habia dedicado toda una existencia y que estaba a punto de convertirse en pedazos a causa del infortunio. Lo que menos le preocupaba era perder todo lo que habia conseguido. Despues de todo, lo material carecia de sentido para el. Sin embargo, temia perder a Marlena. Temia que, a causa de un descontrolado y frenetico ataque, perdiera la cordura y se convirtiera en alguien totalmente irreconocible para ella. Tres dias. Eso era todo lo que tenia en sus manos para encontrar el modo de salir airoso. Si es que existia. Frente a la puerta del edificio, encontro su reflejo en el cristal que habia tras la reja negra. Tenia el cabello despeinado a causa del temporal matutino, bolsas en los ojos y un semblante cadaverico. A diferencia de la mente, el cuerpo no tardaba en manifestar los excesos que el propio dueno era capaz de darle. Demasiados viajes en pocos dias, largas horas de coche, cortas noches de sueno y una fatidica visita inesperada que le ponia en jaque por momentos. Se mecio el pelo, introdujo la mano en el bolsillo de su pantalon y saco un juego de llaves metalicas. Despues abrio la puerta. Antes de subir el escalon de la entrada, un pequeno gorrion se poso sobre el bordillo. Era pequeno, redondo y tenia las plumas de color marron. Don observo al pajarillo como cantaba, libre y sin miedo ante la presencia humana del arquitecto. En un lapso, se imagino a si mismo agarrandolo con la mano y apretando el puno con fuerza hasta ahogarlo. Asi se sentia el en esos momentos. Confundido, meneo la cabeza para olvidar el desagradable pensamiento y comprobo que el ave ya se habia marchado. No era su mejor momento, aunque el peor todavia estaba por llegar. Cuando cruzo el umbral de su apartamento, nada de lo que habia frente a sus ojos volvia a ser como lo habia sido antes: el sofa, las cortinas blancas de tela, la television de pantalla plana, la cadena de musica, su coleccion de discos de musica clasica, la estanteria de libros... El unico refugio en el que se sentia recogido tras una jornada de trabajo, tras una actuacion temeraria o un desencuentro con la vida, ahora, se habia convertido en un lugar extrano, aseptico y sospechoso. Habitar entre aquellas cuatro paredes no seria lo mismo. Cerro de un golpe y paso el seguro de la puerta. Despues camino con sigilo hasta las habitaciones y se aseguro de que no hubiera nadie, al menos, esperando alli dentro. Mientras muchos madrilenos pasaban el mediodia dando una vuelta por el centro de la ciudad o visitando el parque del Retiro, Don estaba dispuesto a encontrar cada uno de los dispositivos de espionaje que habian instalado en su vivienda para controlar sus movimientos. Cada rincon era un buen lugar para escuchar, ver o sentir al arquitecto. Paso las cortinas, se acerco al sofa y observo las instantaneas que habia encontrado bajo el mueble. Agarro las fotos en las que aparecian los cadaveres de Ferrec y Baumann y puso a un lado la de Marlena. Despues se dirigio al fregadero, cogio una caja de cerillas del mueble de la cocina y prendio fuego a las imagenes. Como una cinta de video acelerada, los fotogramas de su ultimo viaje pasaron a toda velocidad por sus ojos mientras las imagenes se doblaban entre llamas hasta reducirse a cenizas. Ambos eran historia y ahora debia centrarse en ese misterioso hombre de pelo canoso y mirada gelida. Ni siquiera sabia como se llamaba, pero ese era un asunto que resolveria mas tarde. Miro el reloj y comprobo que eran las once y media de la manana, una hora perfecta para poner patas arriba el apartamento. Mientras intentaba idear que hacer con las horas que tenia por delante, decidio empezar por limpiar su apartamento de una vez por todas. Desconecto la conexion de red, de telefono y comprobo las lamparas de las habitaciones. Ni rastro, pero no se iba a dar por vencido tan rapido. Busco con esmero, en los armarios, en el cuarto de bano y bajo los cojines del sofa hasta que, hastiado, se sento por un segundo para recuperar el aliento y volvio a comprobar la hora en el reloj que habia junto al televisor. Un reloj redondo de sobremesa marcaba las tres de la tarde con sus agujas. Era de color negro, cuadrangular y tenia una esfera dorada en el centro. Un objeto de decoracion por el que habia pagado mas de cuatro mil euros en una subasta y por el cual no tenia el mas minimo aprecio. De pronto, el arquitecto recordo que solo habia dado cuerda una vez al artefacto, el mismo dia que se lo llevaron a su casa. De aquello habia pasado mas de medio ano, por lo que, en caso de funcionar, detalle del que dudaba, el reloj debia seguir sin el cambio de horario de invierno. Tomo un angulo recto y saco el telefono movil de su bolsillo para comprobar la hora. El telefono indicaba las tres de la tarde. Alguien lo habia puesto en hora. Se acerco al aparato y lo observo de cerca. Podia ver su rostro reflejado en el pendulo dorado que colgaba del viejo reloj. En el centro, bajo las agujas, habia un pequeno lunar oscuro que se convirtio en una lente a medida que acercaba la vista. --Malditos hijos de perra... --dijo hacia sus adentros. Un ano era demasiado tiempo para haber convivido en el mismo apartamento. Las escuchas y las imagenes habrian sido suficientes para recabar informacion sobre el arquitecto y seguir sus pasos, saber cuando entraba y salia para que nunca les cogiera desprevenidos. Probablemente, aquella era la unica camara en todo el salon, pero con una les bastaba. Estaba colocada en un lugar estrategico desde el que podia capturar todo lo que sucedia en la habitacion y en la cocina contigua. Sabian que Don pasaba la mayor parte del tiempo alli, ya fuera por las mananas, durante sus sesiones de ejercicios, o por las noches frente al ordenador. Lo habian visto todo: su intimidad, sus rutinas, sus ataques insanos de agresividad, las mujeres con las que se acostaba y como maquinaba los planes para encontrar a sus victimas.

  • No te lo habia contado (relatos cortos) de Kelly Dreams

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    Sus pasos resonaban con fuerza sobre el largo pasillo de marmol oscuro, el aire se colaba entre las desnudas paredes de pilares trayendo el olor de las flores de los jardines. El sol habia empezado a ocultarse en el horizonte coloreando el cielo de rosas y naranjas, en cualquier otro momento le habria gustado saberse en casa, pero no hoy, no ahora. Giro a la izquierda en el siguiente cruce de pasillos, todavia tenia una tarea pendiente antes de poder dedicarse a descansar y pensar con cuidado la mejor manera de llegar a esa pequena bruja que lo tenia hechizado. Empujo con desgana las pesadas puertas de su habitacion abriendolas por completo, su mandibula se tenso, sus ojos adquirieron un peligroso brillo de crueldad y su voz sono fria y mortal cuando dejo escapar la imperativa orden al verla ocupada; esta noche no estaba de animo para ese tipo de placeres. --Fuera. Reclinada sensualmente sobre la cama y cubierta apenas por unos velos negros a modo de vestido, estaba una de sus ultimas amantes. De estatura mediana, cremosa piel blanca y un espeso pelo negro la habia encontrado tan atractiva como lujuriosa, pero ahora no estaba de humor ni siquiera para verla delante de el. --Mi senor... --ronroneo ella incorporandose lentamente de manera sensual--, os he estado esperando. Los exoticos ojos marrones de la mujer brillaron con lujuria al posarse sobre su cuerpo, podia leer sus pensamientos reflejados en sus ojos. Una sensual sonrisa empezo a estirar sus labios al ver que el se acercaba a la cama, pensando que ya era suyo. La daga bajo con fuerza y se hundio en el colchon justo al lado de su oreja derecha asustandola mortalmente, el aire quedo aprisionado en sus pulmones mientras abria los ojos con desorbitado terror. --!Fuera! --gruno. --He dicho fuera --respondio dejando escapar el aire entre dientes a escasos centimetros de la cara de la mujer, su enorme cuerpo la cubria casi por completo, pero sin llegar a tocarla. La mujer apenas pudo dejar escapar un jadeo como respuesta, sus ojos lo miraban atonitos y aterrorizados, el tenue rojo que habia cubierto sus mejillas hacia apenas un instante era ahora de una palidez total, al igual que su cara. Con un fluido movimiento de la mano arranco el punal que habia clavado en el colchon dejando escapar un seco grunido, aquello era todo lo que necesito esa hembra para recuperar el aliento, pelear para salir de debajo de el y escapar hacia la puerta abierta como alma que lleva el diablo. Soltando una maldicion, golpeo con fuerza la cama siseando al ver como habia salido huyendo la doncella. --Estupidas mujeres buenas para nada --mascullo una vez mas volviendose mirando hacia la puerta. El recuerdo de unos desafiantes ojos verdes acudio a su mente. Habia visto tanta inocencia en ellos, tanta calidez. Maldita fuera. Cerro los ojos con fuerza al recordar el momento en que la vio por primera vez, el aliento se le habia escapado de los pulmones dejandolo vacio de aire. Era ella, la cadencia musical de su voz, el sinuoso movimiento de su cuerpo, su esencia... los recuerdos de las visiones habian regresado a el abofeteandole. La conocia, conocia el tacto y el sabor de su piel, el sonido de su voz bordeado de pasion, la dulzura y suavidad de sus pequenas manos... asi como conocia las lagrimas que corrian por sus mejillas y que hacian que su estomago se encogiera de dolor. Visiones, suenos de una mujer de carne y hueso que se habia plantado antes el y se habia atrevido a desafiarle. --Maldita sea, !Es mi presa! -- mascullo lanzando la daga que tenia en la mano clavandola con un sordo golpe en el cabecero de la cama. Le habian encargado la mision de matarla, y habia fallado estrepitosamente, aquella maldita mujer no solo se habia burlado de el y de sus tacticas, habia tenido la osadia de compadecerlo, de perdonarlo... a el… !ni mas ni menos que a el! Sus pequenas manos se habian posado un momento sobre las suyas provocando que sus ojos se inundaran de miedo, dolor y una soledad tan grande que nadie que no hubiese estado tan abandonado como el podria haber entendido. ?Que habria visto ella? Soltando un nuevo juramento recorrio la habitacion de un extremo a otro deteniendose en uno de los amplios ventanales que daban al patio. No le gustaban los lujos, no los necesitaba, aun asi la habitacion estaba ataviada con toda clase de comodidades. Una cama, un arcon a los pies, alfombras cubriendo los suelos y cortinas que se movian con la brisa de la cercana noche. Una buena coleccion de armas reposaba sobre una especie de vitrina de marmol, lujos que no queria ni necesitaba. Con un ultimo vistazo a la daga que permanecia clavada en el cabezal de la cama, volvio a recorrer la habitacion hasta el extremo mas a la izquierda, abrio una pesada puerta de metal entrando asi a un amplio bano, quizas incluso mas grande que la propia habitacion.

  • Vamos Juntos de Mia Ford

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    Era jueves, gracias a Dios, y la semana estaba a punto de terminar. Desde que empece con este negocio tecnologico despues de la universidad, no habia hecho mas que avanzar, avanzar y avanzar. Sabia lo que habia que hacer para que un negocio tuviera exito, y siempre me decia a mi mismo que cuando llegara al club de los multimillonarios bajaria el ritmo, pero alli estaba, trabajando como un esclavo en mi escritorio despues de que todo el mundo se hubiera ido a casa, intentando sacar adelante un poco mas de trabajo. Era casi una obsesion, en realidad. Mi padre me enseno desde muy joven que para tener exito habia que hacer sacrificios, asi que eso fue exactamente lo que hice. El telefono sono, interrumpiendo mi concentracion, y suspire, asumiendo que era un cliente tardio con mas trabajo. --Blaine Butler, Butler Technologies --dije, contestando al telefono. --Eh, gilipollas, ?que haces todavia ahi? Me rei. --Hola, Caleb. Caleb y yo nos habiamos conocido en la universidad, y ambos nos mudamos a Filadelfia despues para perseguir nuestros suenos. El era un gran abogado fiscal y acababa de convertirse en socio de su empresa a principios de ano. Era mi hombre de referencia, el tipo con el que podia hablar de cualquier cosa, sin importar que. --Todavia vas a venir a la boda de mi hermana el sabado, ?verdad? --pregunto. --Tio, tengo mucho trabajo que hacer --conteste--. Creo que voy a tener que faltar. --No --dijo con severidad--. Lo prometiste. No puedes dejarme solo con todos los viejos. --Esperaba terminar un gran proyecto este fin de semana --dije--. Para estar a la vanguardia. --Vamos, hombre --dijo Caleb--. El trabajo seguira ahi el lunes. Pasa el rato este fin de semana. Pon un poco de diversion en tu vida. Hazlo por mi. Me rei. --Uf, bien. Pero solo porque me has hecho sentir culpable. Espero que te sientas bien con eso. --Espectacular --dijo riendo--. No llegues tarde o te mato. --Si, si --dije, colgando el telefono. Mire el reloj y decidi que habia terminado por hoy. Lo deje todo de lado y sali de la oficina, decidiendo que me convenia tomar una copa despues de haber trabajado tanto. Baje a un bar no muy lejos de mi oficina y entre, me quite la chaqueta del traje y me sente en la barra. Pedi un whisky con hielo y mire la television que habia sobre la barra, leyendo los subtitulos de la resena deportiva. Los comentaristas hablaban de un monton de partidos que yo no veia por culpa del trabajo. A veces me parecia que me perdia muchas cosas de la vida por tener la cabeza metida en la pantalla del ordenador. Suspire y mire mi bebida. Una mujer se sento a unos cuantos asientos de mi, llamando mi atencion. Observe las curvas de sus caderas y sus sensuales labios y supe inmediatamente que estaba alli por una sola razon: encontrar un hombre. Se echo hacia atras y cruzo sus largas piernas desnudas. Su corta falda se deslizaba por sus suaves muslos. Llevaba la blusa desabrochada y pude ver el encaje negro de su sujetador envolviendo sus grandes tetas. Me miro y sonrio, con un brillo en sus ojos mientras miraba mi traje y se metia la cereza de su bebida entre los labios. Esto iba a ser pan comido. --Oye --dije, poniendome de pie y acercandome a ella--. ?Te importa si me siento? --En absoluto --dijo ella, todavia jugando con la cereza--. Soy Missy. --Encantado de conocerte, Missy, soy Blaine Butler --respondi, mostrando una sonrisa. --Blaine Butler --dijo ella con una mirada tensa de pensamiento pasando por sus ojos--. ?Como Butler Technologies? --Si. --Me rei, mirando su telefono--. Veo que te gusta el movil Slicer. Era uno de mis favoritos cuando se fabrico. Tuve cuatro de ellos. --Vaya. --Ella solto una risita, acercandose y tocando mi pierna--. Es bastante impresionante. --?A que te dedicas? --Soy cosmetologa, --dijo--. Trabajo para MAC en el centro de la ciudad. Tambien soy masajista certificada, pero aun no he encontrado un spa donde conseguir trabajo. --Que bien, me encanta el sitio de la Octava --dije, sonriendo--. Voy al menos dos veces al mes. --Son fantasticos --dijo emocionada--. Sabes, si no quieres salir de tu casa, siempre puedes llamarme y puedo ser tu masajista personal. --?Ah, si? --Me rei y la mire a los ojos--. No estoy seguro de poder soportar que me toques de esa manera sin cruzar el limite entre paciente y masajista. --No creo que me importe ni un poco --dijo, inclinandose y sonriendo. --Oye --dije, inclinandome tambien--. Se que esto puede ser presuntuoso, pero ?quieres que nos vayamos de aqui? Mi casa esta a unas pocas manzanas. --Claro que si --dijo ella, dando un trago a su bebida y poniendose de pie para ponerse el abrigo sobre los hombros. Salimos inmediatamente, cogimos uno de los primeros taxis y nos dirigimos a mi atico. Cuando entramos, ella se quedo boquiabierta ante la loca tecnologia con la que habia equipado el lugar. Todo se activaba con la voz, y cuando entre por la puerta principal ya estaba sonando musica. Se acerco a los grandes ventanales de la sala de estar y miro el horizonte de Filadelfia, moviendo la cabeza. --Una vista increible --dijo. --Estoy de acuerdo --respondi, poniendome detras de ella y mirando su firme y redondo trasero--. ?Te apetece una copa? --Me encantaria --dijo, mirando la decoracion--. Este es un lugar increible, aunque no se que esperaba del genio dueno de Butler Technologies. --Me gusta trastear --dije, dirigiendome a la cocina abierta contigua. Servi dos copas de champan--. Este sistema fue mi creacion. No lo vendemos. --Deberiais hacerlo --dijo ella--. A la gente le encantaria. Volvi a acercarme a ella y le di una copa. Ella tomo un trago y siguio mirando todo el arte, pero yo mantuve mis ojos pegados a ella. Hacia bastante tiempo que no tenia sexo con nadie, y me sentia extremadamente reprimido. No tenia tiempo para complicaciones, asi que me mantuve alejado de las relaciones. Habia tenido varias relaciones de una noche en el ultimo ano, pero habia estado tan ocupado que la mayoria de las veces estaba demasiado agotado al final del dia para salir. Missy era exactamente lo que buscaba y me abalance sobre ella como un cazador que atrapa a su presa. Avance hacia delante y le quite el vaso de la mano, dejando los dos sobre la mesa de centro. Con un suave movimiento, me levante y la agarre por la nuca, presionando mi boca profundamente contra la suya. Ella solto una risita cuando mi lengua se movio por sus labios y yo hundi mi lengua en su boca, haciendola callar muy rapido. Al instante, el fuego me recorrio y baje la mano, deslizandola por su muslo y subiendo su falda hasta la cintura. Se aparto de mi y me miro fijamente, haciendome pensar que no estaba contenta con lo que estaba haciendo. Aparte mis manos de ella, pero entonces vi como una timida sonrisa se dibujaba en sus labios. Se arrodillo lentamente, juntando sus labios rojos y brillantes, y me desabrocho los pantalones, bajando la cremallera y dejandolos caer a mis pies. Froto su mano por mi dura polla que tiraba de mis calzoncillos negros. Los musculos de mi vientre se tensaron cuando me toco los huevos, haciendolos girar en su mano. Se levanto, agarro la cintura y tiro de mis calzoncillos hasta los tobillos, agarrando mi polla dura y rebotante con su mano y mirandome con una sonrisa. Sus labios rojo rubi se adelantaron y pude sentir el calor de su aliento en la punta de mi polla. Incline la cabeza hacia atras y cerre los ojos. El humedo movimiento de su lengua me provoco, y sonrei ligeramente antes de gemir cuando sus labios se movieron sobre la punta y su boca se abrio, acogiendome profundamente. Cuando su boca se abrio y se cerro en torno a mi pene y comenzo la succion, me di cuenta de que era una buena idea. Levanto la mano y me agarro por las caderas, atrayendome hacia ella mientras empezaba a mover la cabeza hacia delante y hacia atras con un movimiento mas rapido y mas fuerte. Baje la mano y la enrede en su pelo rubio y empuje y me movi con su ritmo. Si no creyera que es una groseria recibir una mamada y mandarla a paseo, habria dejado que me hiciera acabar asi. Sin embargo, siendo el caballero que soy, vigile de cerca el calor que se cocia a fuego lento en mi estomago. Ella gimio con fuerza cuando mi polla se acerco al borde de sus labios y luego volvio a bajar. El ruido vibraba arriba y abajo de mi ereccion. Gruni con fuerza, haciendole saber lo mucho que me gustaba y vi como me miraba, con los ojos llorosos y una pequena sonrisa en los bordes de su boca. La agarre por la cara y le saque la polla de la boca, no queria esperar ni un segundo mas y arriesgarme a explotar en ese momento. La levante y la lleve al sofa, orientandola hacia el respaldo y empujandola sobre sus rodillas. Separe sus piernas y apoye mis rodillas en el borde, agarrando mi polla por la base y llevandola hacia ella. Le empuje la falda hasta la cintura y le aparte el tanga rojo, frotando la cabeza de mi polla entre sus jugos. Empuje hacia delante y ella solto un profundo gemido, agarrandose al respaldo del sofa e inclinandose hacia delante con el culo asomando. Le pase la mano por la mejilla del culo y la abofetee ligeramente, escuchando sus risitas y gemidos de dolor y placer. Estaba muy mojada y tarde un segundo en darme cuenta de que tenia que coger un condon. Me agache y saque uno de la cartera de mis pantalones y le arranque la parte superior, sacando la polla solo lo suficiente para deslizar la goma por encima y hacia abajo. Volvi a empujar dentro de ella, dejando que su humedad me guiara. Rodee sus caderas con las manos y empuje y tire, introduciendome con fuerza en su interior. El sonido de su voz resonando en el apartamento era erotico, y esperaba que se corriera pronto porque yo estaba muy cerca. --Frotate el cono --gemi. Ella se metio la mano entre las piernas y gimio con fuerza mientras sus dedos bailaban sobre su clitoris. Se ponia cada vez mas tensa a medida que mi polla se hundia y sus dedos seguian el ritmo de mis caderas. A medida que su voz aumentaba, yo me movia mas rapido, sintiendo como su cuerpo se retorcia entre mis manos. --Dios --grito--. Me voy a correr. --Si, nena, correte en mi polla --gruni. Con dos empujones mas, ella estallo en un orgasmo, y su cono se apreto contra mi eje. Con solo tres empujones mas, finalmente me deje llevar, empujando tan profundo como pude y gimiendo fuertemente mientras mi semilla llenaba el condon y sus calidos jugos goteaban sobre mis pelotas. Mi cuerpo se tenso y flexiono mientras el placer fluia a traves de mi, hasta que finalmente mis hombros se relajaron y deje salir el aire de mis pulmones. Lentamente, me retraje, tirando de mi polla hacia atras y dirigiendome al bano para limpiarme. Era justo lo que necesitaba para quitarme el estres de la semana. En el bano, tire del condon y me lave las manos y la polla, nunca me ha gustado la sensacion despues de tener sexo con una total desconocida. Me mire el pelo en el espejo y tense el pecho, impresionado por la constitucion que habia mantenido los ultimos meses. Podia oir a Missy vistiendose en el salon, y esperaba que no insistiera en quedarse. Cogi los pantalones del pijama que colgaban de la parte trasera de la puerta del bano y me los puse antes de volver a salir de la habitacion. --Espero que no te importe --dijo ella, recogiendo sus cosas y poniendose la ropa--. Realmente tengo que irme. Tengo que trabajar temprano por la manana. --Que pena --dije, tratando de sonar convincente. --Tal vez podamos vernos pronto --dijo, acercandose y besando mis labios antes de dirigirse a la puerta. --Si --dije, siguiendola y entregandole mi tarjeta--. Aqui esta mi tarjeta. Llamame. --Genial --dijo, abriendo la puerta y volviendose--. Tal vez pueda traer a mi perro, y podemos ir al parque o algo asi. Hice una mueca al oir la palabra <>, y todo mi cuerpo se puso inmediatamente en tension. Los perros y yo no nos llevamos bien despues de haber sido atacado por uno cuando era nino. El simple hecho de escuchar esas palabras eran un sincero freno al trato. --Bueno, probablemente no --dije, negando con la cabeza--. Ni por ti ni por tu perro. Pero fue divertido. Cerre la puerta antes de que pudiera procesar lo que habia dicho. No iba a permitir el asunto del perro en absoluto, sin importar quien fuera la mujer. Era la tipica mujer de siempre. Capitulo 2 Reese Abri la puerta trasera de mi oficina y entre sonriendo, cuando un pequeno cachorro corrio hacia adelante para saludarme. Me agache, riendo cuando tropezo con una de sus grandes orejas y choco con mi pie. Me acerque y le acaricie la cabeza, lo rodee con la mano y lo cogi en brazos. --?De donde has salido, pequeno? Yo tenia un centro de cuidado de animales que se centraba principalmente en el alojamiento, la limpieza, el aseo y los cuidados menores que no requerian la atencion de un veterinario. Organizabamos clinicas de esterilizacion y castracion una vez al mes, acogiamos a los perros callejeros para los que la perrera no tenia sitio y, lo mas importante, podiamos pasar el rato con todos los amigos peludos y emplumados que venian a visitarnos. Me acerque al corral que albergaba a los nuevos cachorros que habiamos acogido y deje al cachorro con los demas, cerrando la puerta. Deje mis bolsas en la mesa de aseo y entre en la zona de alojamiento, donde me recibio un coro de ladridos. Cada uno de esos perros estaba a mi cargo de una forma u otra, ya fuera porque su familia estaba de viaje, porque necesitaban un nuevo hogar o porque habian envejecido y necesitaban que alguien los cuidara. Los perros mas viejos eran los mas dificiles para mi. No por su cuidado, sino porque me enamoraba de todos los perros que pasaban por alli, y estos solian estar alli por poco tiempo, ya que sus vidas habian llegado a los ultimos anos. En cualquier caso, siempre trate a cada uno de ellos como si fuera de la familia. --Bueno, buenos dias, amigos mios --dije, pasando la mano por las jaulas--. Por fin es viernes. Espero que ya hayais hecho planes. Pase y salude a cada perro. Luego, pase a la habitacion de al lado e hice lo mismo con los gatos. No teniamos ningun otro animal en ese momento, asi que me salte por completo la sala de los conejos, cobayas y reptiles. Cuando volvi al puesto de acicalamiento, Lenna entraba por la puerta con un aspecto mas cansado que de costumbre. Era mi mejor amiga, y habiamos empezado este negocio juntas justo despues del instituto, sabiendo ambas que no teniamos ambiciones universitarias en ese momento. Tuve que admitir que era bastante impresionante trabajar con mi mejor amiga. Ella y yo nunca nos habiamos peleado por nada, y no podia imaginar una socia mas perfecta. Ambas amabamos a los animales, trabajabamos muy duro para mantener el local en marcha y nos complementabamos. Donde yo era debil, ella era fuerte, y viceversa. Ademas, ella era la tecnica veterinaria y podia poner inyecciones y cosas asi cuando era necesario. --El Senor Floppy volvio a salir --dije riendo--. Me ha saludado en la puerta, asi que ten cuidado donde pisas. Todavia no he buscado bombas de caca. --Oh, alegria --dijo Leena con un bostezo--. Es demasiado pronto para esto. --?Empezaste el fin de semana temprano? --Claro que si --dijo con una sonrisa somnolienta--. Y he conocido a un tio que esta muy bueno, con el que tengo una cita de nuevo el sabado por la noche. --Mirate, siempre en movimiento. --Me rei. --?Que hiciste anoche? --Me bane, vi una pelicula y me quede dormida. --Sonrei. --Vaya --dijo con voz monotona--. Emocionante. ?Que tal este fin de semana? ?Tienes algun plan increible? --?Lo tengo alguna vez? --No, pero seguire preguntando cada semana con la esperanza de que un dia me sorprendas con algo escandaloso, como, oh, no se, una cita o algo asi --dijo, mirandome a la cadera mientras pasaba. Yo me conformaba con seguir trabajando en el negocio, centrarme en crecer y aprender y, al mismo tiempo, mantener los ojos abiertos para cuando apareciera ese chico. Ese chico que hace que todo encaje, el que toda chica suena con conocer algun dia. Sin embargo, Leena piensa que estoy loca por pensar en ese cuento de hadas y esta mas que dispuesta a sacarme, a llevarme a que eche un polvo y a llevarme por otro camino. No era virgen porque estuviera esperando al Senor Perfecto. Simplemente no habia encontrado ningun Senor Perfecto en este momento que realmente pudiera encajar. De hecho, no habia habido ningun Senor Nada durante bastante tiempo, y yo estaba bien con eso, incluso aunque pareciera molestar a todos los demas a mi alrededor. --Si, tengo esa boda este proximo fin de semana --dije, sacando mis materiales y alineandolos sobre la mesa. --Oh, si --dijo ella--. ?Quien se casa esta vez? --Caroline Haynes --dije--. Era una chica con la que salia cuando eramos ninas. --Oh, si, en el club al que pertenecia tu padre --respondio--. Sigo pensando que es muy raro que vengas de una familia con dinero. --?Por que? --Es que pareces tan normal. --Ella se rio. --Supongo que si, si consideras normal a una virgen de veintitres anos que ha abandonado la universidad --dije, poniendo los ojos en blanco. --Recuerdas que tienes un negocio realmente exitoso que construiste desde cero, ?verdad? --Si, y estoy orgullosa de ello, pero mi padre es otra historia --dije con un suspiro--. No se hizo a la idea de este negocio hasta que compramos el edificio. --Bueno, es bueno que tu dirijas tu vida, no tu padre --dijo, dandome una palmadita en el hombro--. Ademas, a tu madre le encanta este lugar. Estoy bastante segura de que ya ha pasado la hora a la que suele venir a visitar a todos los perritos. --Es el final de los eventos de verano en el club --le recorde--. Le quedan como tres dias para marujear con las otras mujeres antes de que el clima se enfrie y todos los ricos se escondan en las zonas residenciales. --?Van a ir a la boda? --No, gracias a Dios --dije con una risa nerviosa--. Van a estar fuera el fin de semana visitando a mi hermano en Nueva York. --Bueno, ahi tienes --dijo, volviendose hacia mi--. Entonces puedes contar totalmente con la boda como planes de fin de semana. Pensaba que tus padres te iban a llevar a rastras y te iban a exhibir como una munequita, como tanto les gusta hacer. --No. --Me rei--. ?Y sabes que? Eso significa que tengo planes para este fin de semana. Voy a beber champan, bailar y mirar fijamente a la hermosa y feliz pareja, preguntandome a cuantas bodas ire antes de tener la mia. --Asi que, podrias llevar una cita a esa fiesta, ?verdad? --Si conociera a alguien que pudiera ser una cita, si --dije--. Pero sabes tan bien como yo que no he conocido a ningun hombre ultimamente. Diablos, no he conocido a nadie sin pelo y cuatro patas en mucho tiempo. --Vaya, ?a que clase de bares vas? --Muy gracioso --respondi, riendo.

  • Un oceano entre tu y yo de Alexandra Roma

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    Adriana parpadeo un par de veces tumbada sobre la hierba fresca. Aspiro profundamente, para llenarse los pulmones de ese olor a mar entremezclado en su justa medida con el de la naturaleza que la rodeaba. Los expertos habian dicho que esa noche habria una lluvia de estrellas como no se habia visto antes. Caerian entre cien y cuatrocientos meteoros por hora, un hermoso espectaculo que podia rivalizar con el de las famosas perseidas. Era consciente de que a lo largo y ancho del mundo, miles de personas se encontraban como ella, exactamente en su misma postura, esperando a que el infinito universo los maravillara como solo el sabia hacer, con su grandeza eterna. Sin embargo, Adriana era una afortunada. Tenia una de las mejores panoramicas del acontecimiento, desde la cumbre montanosa que custodiaba su ciudad en las Rias Baixas, Vilagarcia de Arousa. Casi podia competir con la del mirador de Lobeira. El manto oscuro cubria hasta donde alcanzaba la vista y, como banda sonora, poseia el silencio de la intimidad, adornado con el balanceo de las ramas de los arboles y los roedores, animales y aves que, conscientes de que ese territorio les pertenecia, se movian en el con total libertad. Las luces de las diferentes viviendas de las colinas parecian luciernagas que pintaban un cuadro gallego imposible de olvidar. Los arboles, salvajes e independientes como sus habitantes, crecian sin control, tratando de rozar con su copa esas nubes que alli estaban mas cerca de la tierra que en ningun otro sitio. De pequena, Lidia, su madre, siempre le decia que la linea que separaba lo terrenal de lo divino era mas tenue en Galicia. <>, repetia sin cesar. Pero su criterio era poco objetivo y, por si alguna vez tenia alguna duda, solo era necesario que sacara a relucir las viejas leyendas de las meigas. Distinguio el primer astro que caia, transformandose en un rastro que trazaba un difuminado camino blanquecino que se perdia en el firmamento, entre las constelaciones. Lo senalo, pese a que estaba sola, e imagino la cantidad de deseos que se estarian formulando en ese mismo instante. Ella no pidio ninguno. No estaba acostumbrada a dejar su vida en manos del azar ni de antiguas supersticiones. Si algo tenia que pasar, ocurriria sin que una estrella tuviera que interceder. No le gustaba sonar con fantasias futuras, sino modificar su realidad para vivir el presente deseado. Permanecio en la misma postura, hasta que esa imagen de postal se enturbio con la aparicion de un halo de luz blanca que provenia directamente de entre las nubes, enfocando un punto en el mar. No, no estaba presenciando una especie de acontecimiento paranormal. Se trataba de un helicoptero de la Policia Nacional, que acababa de localizar una lancha que trataba de introducir droga, no sabia si cocaina o heroina, que era con lo que mas se traficaba alli, en el interior de las rias. El barco comenzo a moverse entre las olas, serpenteando bajo la atenta mirada del piloto, que perseguia a los narcotraficantes sin tregua. Estos, en lugar de tirar los fardos o entregarse, trataban de huir. A saber cuanto dinero costaba la mercancia que transportaban y las consecuencias de no llegar al punto fijo que habian pactado con los cabecillas de la organizacion. Tal vez en esos momentos los delincuentes no temian entrar en la carcel, sino el dia que tuvieran que salir de ella y enfrentarse a otro tipo de justicia mas irracional. Con la sangre comenzandole a hervir, Adriana fue consciente de que debia regresar a casa si no queria que notasen su ausencia. Desde que tenia uso de razon, su padre, Edelmiro, siempre habia sido un poco exagerado en cuanto a la seguridad se referia. Pero su paranoia se habia incrementado notablemente desde que, en las ultimas semanas, habian recibido un par de cartas en las que, con letras recortadas de periodicos y revistas, amenazaban a su familia. Pese a la alarma que eso habia generado en casa de los Sierra, Adriana no estaba preocupada. Era normal que en el hogar de un politico, concretamente el alcalde de Vilagarcia de Arousa, los detractores de sus medidas les dirigiesen mensajes poco amables, repletos de insultos y alguna que otra advertencia para intimidarlos. El problema, segun su opinion, era que se les daba demasiado credito a palabras viscerales, surgidas de manera irracional, que en realidad no eran mas que una forma de expresar la frustracion de muchos. Se lo habia intentado explicar a Edelmiro en innumerables ocasiones mientras este caminaba arriba y abajo de su despacho, pero su padre siempre contraatacaba con lo mismo. El pertenecia a la generacion de los anos setenta, esa que el llamaba generacion perdida, y, segun su experto e inalterable punto de vista, se empezaban a repetir los mismos sucesos. Le hablaba de la historia negra de la costa gallega, donde el dinero, la droga y el poder se juntaron, fulminando de golpe a toda una poblacion de jovenes que se entregaban al polvo blanco, la farina, como comunmente la llamaban en su tierra, sin prever las consecuencias. La convivencia con el narcotrafico provoco que el consumo se viera con total normalidad. Hombres como su abuelo, que, crecidos en familias salidas de la miseria, tras enriquecerse con el negocio invertian en caprichos con los que nunca antes habian sonado y se permitian pazos, vinedos de albarino, joyas y coches de lujo. Pero a ninguno de los capos, la mayoria de ellos rondando la carcel, se les ocurria probar la mercancia de sus clientes, a los que, por otra parte, despreciaban. Adriana sabia que ese habia sido el escenario en el que Edelmiro se habia criado, viendo como su padre incrementaba la fortuna gracias a actos delictivos. Y por ese mismo motivo, por su experiencia, habia dedicado su vida a eliminar ese lastre impuesto, demostrandose a si mismo y a los demas que la delincuencia no era hereditaria. El era un hijo de mafioso transformado en politico, que dedicaba su tiempo a borrar la huella familiar con las medidas mas restrictivas que se recordaban en la ria de Arousa. Pese a su esfuerzo, Edelmiro aseguraba en las largas comidas en su churrasqueria preferida, A Ria de Carril, frente a al Parque Nacional Islas Atlanticas de Galicia, que la ciudad estaba revolucionada. El dinero facil siempre era atractivo y tentador, pero a diferencia de los anos setenta, los nuevos cabecillas no lo usaban para sacar adelante a sus familias, sino para quemarlo con sus vicios, dejando parte de la mercancia en casa para consumo propio. Y era consciente de que si se mezclaba el negocio y el vicio, el resultado eran ajustes de cuentas, venta y consumo. En mitad de esa lucha encarnizada contra la droga, estaba su familia. Lo unico con lo que podian atacar a Edelmiro y volverlo vulnerable. Y a eso se debia la <> de Adriana. Avisar de todos sus movimientos y no poder salir de casa una vez llegada la noche, eran las consecuencias que pagaba. Aunque ella no hacia caso en absoluto de las normas impuestas entre los muros de su hogar, con veintisiete anos, le parecia absurdo tener que escaparse a hurtadillas para ver una lluvia de estrellas. Y si ese dia habia operativo, el ambiente estaria caldeado en casa de los Sierra. No queria ni imaginar como se pondria Edelmiro si se percataba de que esa noche su hija mediana habia desobedecido sus normas. Pese a saber que se debia dar prisa, la curiosidad le pudo y se quedo hasta que vio como un policia se lanzaba desde el Condor hasta la lancha. Desde donde estaba no podia distinguir los detalles, pero al ver que el pequeno barco blanco habia frenado en seco, supuso que el agente habia amedrentado a los delincuentes con su arma y no habian tenido mas remedio que abortar la mision que los narcos les habian encomendado. Meditando sobre cual seria el castigo para la persona que pilotaba el navio, y no se referia a la carcel, sino a la ley de la calle, Adriana deshizo el camino hasta llegar a la valla que limitaba el pazo de los Sierra. Una antigua construccion de piedra rodeada por ostentosos jardines y la fragante presencia de cientos de eucaliptos. La luz de la segunda planta estaba encendida, lo que significaba que su madre y sus hermanas estarian viendo algun concurso de cocina, cuyas recetas la primera pondria en practica, posiblemente al dia siguiente. Tambien vio encendida la del despacho y eso la preocupo un poco mas. Rodeo la casa hasta llegar a la parte trasera. Exactamente a la parte donde la valla poseia menor altura y estaba en un punto muerto de las camaras de seguridad. Por ahi escapaba Adriana dia tras dia, volviendo a sentirse con la adrenalina de una adolescente que evita a sus padres para ocultarles que se ha pasado con la bebida. Paso un pie por encima y noto como la piedra se le clavaba en los muslos desnudos. Se tendria que haber puesto algo mas de tela que sus shorts vaqueros. Una vez arriba, sonrio satisfecha por su hazana y salto.

  • Estos anos barbaros de Joaquin Estefania

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    Mas pobres, mas desiguales, mas precarios, menos protegidos, mas desconfiados, menos democratas. Este es el devastador balance que ha dejado la crisis economica en amplias zonas del mundo, en especial en el sur de Europa, convertido en el laboratorio mayor de los experimentos de la denominada ‘austeridad expansiva’. Una combinacion tan desmesurada y tan desfavorable de elementos no se ha dado en la historia contemporanea mas que en cuatro ocasiones: las dos guerras mundiales, la Gran Depresion y la Gran Recesion que empezo en el verano del ano 2007.

  • El orfanato de Pamplona de Bryan Valarezo

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    Un viejo orfanato...

  • Harmony de Paco De La Nuez

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    En 2.036 el espacio exterior se encuentra bajo supervision de Naciones Unidas. La moderna Estacion Espacial Internacional Harmony lleva anos desarrollando investigaciones de vital importancia de cara al proximo gran salto: Marte.

  • 1000 recetas de oro de Karlos Arguinano

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    Tras siete decadas de vida y medio siglo cocinando, Karlos Arguinano nos brinda un amplio recetario que configura el mejor testimonio de su experiencia y amor por la gastronomia.
    Mil recetas que son un homenaje a todos los elementos que le han llevado a convertirse en el cocinero de referencia de millones de hogares. Un cuidado y amor unicos por la materia prima, elaboraciones sencillas aptas para todo tipo de cocineros, consejos que dan al plato el toque especial y una propuesta amplia para todo tipo de paladares y ocasiones.
    Arroz caldoso con tempura de borraja, canutillos de pastel de pescado, bloody mary con berberechos o crema de calabaza con cigalita y beicon… Recetas de elaboracion propia, para disfrutar en familia o con amigos, y de las que emana esa alegria contagiosa que tan bien define su cocina.

  • La Venus de las Pieles de Leopold Von Sacher-masoch

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    En La Venus de las pieles el lector descubrira en Severino al sujeto que busca una dominadora a la cual esclavizarse, acudiendo inclusive a obligarse formalmente mediante un contrato que consagrara con detalle su deber, voluntariamente consentido, de someterse a las mas diversas situaciones humillantes y a las sofisticadas torturas que ofrece la imaginacion depravada de los dos firmantes, con el fin de provocarse la ansiada excitacion sexual, al tiempo que el sujeto pasivo que recibe el beneficio del sufrimiento es puesto en el centro de un ritual de dolor, humillacion y sumision, de desdenosa frialdad y de castigos fisicos y morales, que entre mas insufribles le resulten, le propiciaran el extasis buscado. No olvidemos que es Severino quien fuerza a Wanda, contra la voluntad de ella, a adoptar el papel de ama y a aceptarlo a el como esclavo, para lo cual la obliga incluso a firmar un contrato, una de cuyas clausulas estipula que debera ir envuelta en pieles tan a menudo como pueda y, en particular, cuando se muestre cruel con su esclavo. Asi que ya saben: sumerjanse en la lectura de esta novela que con tanta agudeza profundiza en la imposible igualdad de las relaciones amorosas y quizas hallen aqui esas alegrias verdaderas que la vida tan cruelmente nos niega.

  • A Siberia de Per Petterson

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  • Las Hijas de Tara de Laura Gallego

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  • Poseida 1, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Liz es joven y hermosa, Sacha es un seductor endiabladamente rico. No han nacido para conocerse, !pero su relacion hara que salten chispas! ?Hasta donde estara Liz dispuesta a llegar para seguir a su extraordinario amante? Y Sacha, ?que quiere realmente?
    Entre en el fascinante mundo de la nueva saga de Lisa Swann: ?Cedera Liz a la llamada del lujo y el placer? ?Sabra Sacha satisfacer el deseo ardiente de la joven?

  • La marquesa de George Sand

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    Tras varias experiencias desafortunadas en el amor y haber desarrollado el odio hacia los hombres. “La marquesa” narra el enamoramiento fulminante de una exquisita aristocrata por un actor teatral, sublime en escena, pero ordinario y decepcionante en la vida real.

  • Desde la eternidad de Susana Martin Gijon

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    Una ciudad tranquila como Merida salta al primer plano de la actualidad informativa por dos crimenes casi simultaneos. El propietario de un spa ambientado al estilo romano aparece apunalado en sus termas. Un alto cargo del gobierno regional resulta gravemente herido durante un acto publico. Parecen casos sin ninguna conexion, pero la agente Annika Kaunda no lo cree asi, sobre todo cuando descubre un dato desconcertante: las armas empleadas en ambos crimenes pueden tener casi dos mil anos de antiguedad.

  • Cosas peores de Margarita Garcia Robayo

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    < detuviera y se derramara furiosa sobre el. Hasta arrasarlo, hasta que no
    quedara nada>>.

  • La vida cotidiana en el antiguo Egipto de Jose Miguel Parra

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    Soldados, esclavos, sacerdotes, reinas, madres, estudiantes, embalsamadores, criminales? la sociedad egipcia era un mosaico complejo de hombres, mujeres y ninos. El dia a dia a orillas del rio era un ciclo en el que se relacionaban un monton de piezas que de algun modo encajaban las unas con las otras, manteniendo en pie la estructura social de aquellos que vivian bajo la atenta mirada del dios Amon Ra.

  • La mujer que tu quieras de Carrie Blake

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    Una historia de amor intensa y adictiva.

  • Senora de Asolo de Siobhan Daiko

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    No podemos cambiar el pasado, pero el pasado puede cambiarnos.

  • El cuerpo nunca miente de Alice Miller

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    El cuarto mandamiento -<>, heredado de la moral tradicional- nos exige que honremos y queramos a nuestros padres, pero oculta una amenaza. El que quiera seguirlo pese a haber sido despreciado o maltratado por sus padres solo podra hacerlo reprimiendo sus verdaderas emociones. Sin embargo, el cuerpo a menudo se rebela, con graves enfermedades, contra esta negacion y esta falta de reconocimiento de los traumas infantiles no superados. Alice Miller nos permite comprender estos mensajes que nos envia el alma y asi liberarnos de los sintomas e, incluso, de los traumas.

  • Mi druida (Los Ocultos 3) de Laura Nuno

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    Cuando Alba me pidio escribir sobre mi vida no supe donde me estaba metiendo. Y no porque hurgar en dos mil anos doliese, sino porque no sabia por donde empezar.
    Ella dice que por el principio, pero ?cual de ellos?
    ?Debo empezar por el momento en que desperte convertido en un Oculto, perdido y sin memoria? ?O tal vez por el momento en que descubri que dentro de mi vivia un invitado no deseado que tambaleaba mi autocontrol a cada segundo y que, si se desataba, toda la Humanidad correria peligro?
    ?Acaso por el momento en que todas mis esperanzas y cualquier deseo de futuro se aniquilaron cuando descubri mi segunda maldicion, esa que me impedia tener sexo?
    No. Creo que lo mejor es empezar por el instante en que mi mediocre vida tomo sentido cuando una criatura con carita de duende y cabello castano rojizo aparecio en escena, pese a saber que nunca, jamas, la podria tener.
    ?Nunca?
    Mi nombre es Dru.
    Y esta es mi historia.

  • Se busca duende a tiempo parcial (Hostal Dreamers 2) de Lighling Tucker

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    Para Kya las ultimas navidades fueron un desastre, por poco muere a manos de su amante Tom en el Hostal Dreamers. Pues este ano no parece mejor, su exmarido ha hecho publico su divorcio a los medios y las camaras la siguen a donde quiera que vaya.

  • Quien crea la noche de Pedro Sorela

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    El testamento literario de Pedro Sorela: una <> sobre la vida contemporanea en la ciudad.

  • El fuego en tus ojos de Virginia Camacho

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    Altoona, Pensilvania. Samuel Slater salio de la vieja casa de su padre hacia el jardin delantero buscando a su hermana. Era una noche de verano, y se escuchaba el cantar de los grillos en los arboles; la brisa calida hacia desear meterse a un recinto con aire acondicionado, pero en su casa no habia, asi que, despues de todo, afuera estaba mas fresco. De todos modos, por esta zona no era recomendable ir por alli en la oscuridad, aunque eso Cassie ya lo sabia. La encontro sentada junto a los setos de la senora Wilson, tan bien cuidados como siempre, y se sento a su lado en el bordillo del anden. Cassie lucia un pantalon corto de jean y una simple blusa de tiras de colores. Su cabello castano oscuro estaba recogido, y gracias a la luz de las farolas, se veia el brillo de las lagrimas en sus ojos. Se estuvieron en silencio por varios minutos, mirando la niebla entre los anosos arboles de la calle, y de vez en cuando se escuchaban los sollozos de Cassie. --Lo siento --sollozo ella, y metio su cabeza entre sus rodillas, como si quisiera abrir un agujero en la tierra y meterse alli por una eternidad--. Lo siento tanto--. Samuel levanto su mano y la abrazo--. No queria fallarles asi... --No nos has fallado... --dijo con voz tierna y grave, pero eso no apaciguo a Cassie. --Esto echa a perder todos nuestros planes. --No es cierto... --Y no quiero abortar --siguio ella, moviendo su cabeza para mirarlo de frente--. Lo pense, lo pense muy bien, y me da mucho miedo... De hecho, me da mas miedo que tu y papa furiosos y decepcionados de mi. Tendre este bebe, Sam. --Esta bien. --No, no esta bien --volvio a sollozar ella--. Solo tengo veinte anos... y mi trabajo no es que me este pagando en oro... --No tengas miedo --le pidio el acercandola con su brazo y besando su cabello--. Cuando me gradue, sere un ejecutivo con una muy buena paga, y luego, un exitoso empresario. Mi sobrino, o sobrina, lo tendra todo, porque a pesar de que tu entres a la universidad luego de que yo haya salido, seras tambien una profesional. El bebe no altera nuestros planes. --Solo los hace mas dificiles de conseguir. --Por un tiempo --admitio el--. Pero no estas sola... En ningun momento, Cassie--. Los ojos de ella volvieron a inundarse de lagrimas, y lo abrazo con toda su fuerza. Ah, adoraba a este tonto de cabeza dura, sonrisa facil y convicciones firmes. Era, junto a su padre, su pilar en la vida, su ejemplo a seguir, casi su mitad, pues habian compartido utero y nacieron con una diferencia de solo minutos. La pobreza trae pobreza, decian por alli, y era muy comun que jovencitas sin estudios superiores como Cassie, venidas de ninguna parte, procrearan sin son ni ton. Ella habia cometido el error de acostarse con un hombre que luego se hizo el sordo cuando le notifico de su embarazo, y ahora tenia que apechugar. Afortunadamente, su hermano estaba alli; solo su apoyo moral ya le daba un gran alivio. --Siento poner esta carga sobre tus hombros--. Samuel solo suspiro. --Te apoyare en todo lo que este en mi mano --le prometio el--, pero al fin de cuentas, seras tu quien lleve la mayor parte de esa carga, Cassie. Yo me ire a la universidad, y aunque vendre para el nacimiento, y estare en las fiestas y las vacaciones todo lo que me sea posible, seras tu quien sufra las nauseas, los antojos, los dolores, los trasnochos... --Oh, no hables de eso, que me entran ganas de salir corriendo --Samuel sonrio. --Y papa te ayudara --dijo--. No lo viste, pero, luego de la primera impresion, creo que lo hace feliz ser abuelo. --?Tu crees? --Si, lo creo. Tal vez no vaya a aplaudirte, pero tampoco te dejara sola--. Cassie suspiro apoyando su cabeza contra la de el, sintiendose mucho mejor. --Ojala sea una nina --dijo de pronto. Ocho meses despues de aquella conversacion, nacio Harper; y tal como lo prometio, Samuel tomo un autobus desde el estado de Massachusetts, donde estaba su universidad, hasta Pensilvania. Solo pudo estar con ella unas pocas horas, pues tuvo que regresar el mismo dia debido a todas sus obligaciones, pero consiguio tener en sus brazos a su bella sobrina y besar a su hermana en la frente mientras al fin se daba un respiro luego de la dura labor de traer a su hija al mundo. --Bienvenida, Harper --le dijo a la pequena y preciosa carga que llevaba en sus brazos, arrullandola con suavidad, temiendo hacerle dano, y al mismo tiempo, deseando apretarla muy fuerte entre sus brazos--. Soy tu tio, el tio Sam. ?No es apropiado? Nada te va a faltar, te lo prometo. Ahora eres una razon mas para trabajar mucho y superarme--. En el momento, Harper arrugo su carita, asomo su lengua blanca y rosada y bostezo estirandose como una gatita, pero al tiempo volvio a relajarse y siguio dormida. El corazon de Samuel quedo totalmente cautivado. Desde ahora, hasta su muerte, ella era el amor de su vida. 1 Ciudad de Nueva York. --No puedes hacerme esto --protesto Catherine caminando tras su madre a traves de los pasillos del enorme apartamento en el que habia vivido la mayor parte de su vida. Laverne Brown simplemente ignoro a su hija y se sento tras un escritorio de alamo, elegante y enorme, que ocupaba casi toda la habitacion--. Mama, te lo advierto, no me hagas esto. --?Que es ese castigo tan grande que crees que te estoy infringiendo? --No voy a casarme con Oliver White. En primer lugar... !No siento nada por el! En segundo, !es un idiota!, y en tercero... Me gustaria, si algun dia me caso, elegir al hombre por mi misma. --?Como que no sientes nada por el? --replico Laverne, como si hubiese sido lo unico que Catherine dijera--. ?No has sido su novia desde hace...? --!Nunca he sido su novia! Solo amigos, amigos del club, de fiestas y paseos, eso no me hace su novia... Lo sabrias si escucharas algo de lo que te digo, pero... --Entonces son buenos amigos. Eso es suficiente. No necesitas sentir nada demasiado especial para casarte... --!No! --protesto Catherine en voz alta--. No, mama, !no! --Laverne respiro profundo al ver que su hija se alteraba y le lanzaba miradas acusatorias. --No puedo creer que a estas alturas de la vida todavia me salgas con tonterias como esa --dijo con voz suave, aunque no amable--. ?Acaso no te eduque para que fueras una mujer emocionalmente independiente? ?Ahora me sales con que quieres sentir cosas especiales por tu marido? --?Y que tiene de malo? --Tu deber como la heredera de Laverne Inc. no es tener esos suenos tontos de nina. !Despierta, ya estas en el mundo real! --Mama... --La familia White esta mas que dispuesta a pasar por alto nuestras diferencias en riqueza y aceptarte en su familia. Deberias darte por bien servida, ojala yo hubiese tenido tu suerte. Creeme, todo habria sido mas facil para mi. --Pero es... --Te estoy facilitando las cosas y no haces sino quejarte --siguio Laverne sin dejar hablar a su hija, algo muy comun en sus conversaciones y que siempre irritaba a la mas joven--. Cumplo con mi deber de madre al dejarte bien posicionada en la vida, !y solo lloras! Catherine miro a su madre con rencor. No era cierto. Nada de lo que acababa de decir provenia de sus sinceros sentimientos. En primer lugar, Laverne no queria que su hija heredara su preciosa compania, su marca de maquillaje que la habia llevado al exito internacional. Solo tenia cuarenta y siete anos, por lo tanto, aspiraba estar en la silla de presidencia muchos anos mas. Cuando, inocentemente, una vez le dijo que seria la mejor en la escuela y la universidad para algun dia dirigir la marca, ella solo se rio y le contesto que siguiera sonando. En ese momento penso que lo habia dicho porque dudaba de sus capacidades, asi que se esforzo muchisimo mas. Veia a su madre trabajar de sol a sol, llevarse documentos a casa y estudiarlos hasta altas horas de la noche, y ese se habia convertido en su ejemplo a seguir. Fue muchos anos despues, luego de que logro ingresar a la MIT, y que gracias a eso los socios empezaron a evaluarla como futura presidente, que le dijo que aprendiera todo lo que pudiera para que algun dia iniciara su propia empresa. No para heredar, no. Para iniciar la suya. Lo que indicaba claramente que Laverne Brown no veia en su hija a su heredera, sino una competencia. La estaba casando con un idiota hijo de una familia mas rica y poderosa solo para tener excelentes contactos y sacarla a ella de su camino. Dos pajaros de un tiro. Saber eso ardia y dolia al mismo tiempo. Para su madre, ella nunca estaria lista; nunca estaria a la altura. Pero lo comprendia solo ahora, que era adulta y se estaba acercando peligrosamente a sus objetivos. Como todavia dependia economicamente de ella, estaba jugando sucio. "Yo tambien se jugar sucio, mama", quiso decirle. "Aprendi de la mejor, tu". Toda la educacion de Catherine habia estado orientada a convertirla en una mujer dura, de acero; de las que pegan antes de ser golpeadas, de las que aplastan antes de sentirse siquiera amenazadas. Pero la que la estaba amenazando ahora era precisamente la mujer mas fuerte que ella conocia, asi que tendria que callarse sus pensamientos y ser mas astuta. Aunque, la verdad, era que por dentro estaba asustada y dolida. Habia hecho de todo para conseguir la aprobacion de Laverne, para estar a la altura de sus exigencias, y cada vez que creia que lo estaba consiguiendo, sucedian cosas como esta. ?Pero que se podia esperar de la mujer que acabo con su propio marido? Cuando estaba pequena, un dia simplemente su madre tomo sus cosas, a ella, y se fue lejos. Rento un apartamento en Manhattan, la puso en una nueva escuela, y a su padre solo lo veia muy de vez en cuando. Se estaban divorciando, comprendio. --No quiero que se divorcien --le habia dicho a su madre, llorando--. Quiero que esten juntos otra vez. --Tu padre es un perro infiel --exclamo Laverne entre dientes--. Como todos los hombres, perro infiel. Te prohibo que llores por el. No tiene derecho a que lo extranes. El nos cambio por una zorra. Al principio lo lloro, lo llamaba a escondidas exponiendose al castigo de su madre, y el le contestaba feliz, diciendole todas las cosas bonitas que necesitaba escuchar. Cuando le pregunto si era verdad que era un perro infiel, su padre se molesto, llamo a Laverne para reclamarle el estar hablandole mal de el a su hija, y entonces ella recibio un castigo por llamar a su papa sin autorizacion. El divorcio fue largo y ruidoso, pero Laverne le quito todo lo que pudo. Como la infidelidad de su padre pudo demostrarse, le quito el dinero, los bienes, y sobre todo, le quito a su hija, que era lo unico que el le pedia. --?Por que le fuiste infiel? --le reclamo ella a su padre en una de esas ocasiones en que podian verse. Unos cortos dias en verano, de ano en ano--. ?Por que destruiste la familia? --El solo la miro con tristeza. No podia decirle que era mentira, pero si le explicaba sus circunstancias, ella no las entenderia. Pero luego fallecio en un accidente, asi que nunca pudo explicarle nada. Cuando entro en la adolescencia, en su mente ya estaba acunado el pensamiento de que los hombres eran perros infieles, que ninguno servia para nada, que las mujeres podian estar muy bien sin ellos. Al fin y al cabo, su madre lo habia conseguido; era una exitosa empresaria, cada vez ganando mas dinero con su marca de maquillaje, haciendose cada vez mas famosa, mas fuerte. Si se enteraba de que tenia algun amigo, Laverne la alentaba a aprovecharse de el todo lo que pudiera, sacandole regalos costosos a cambio de muy poco. Si se enteraba de que alguna chica era amiga de su "novio", le aconsejaba que la destruyera, pues no se podia confiar en nadie. Era una filosofia de vida agotadora, y a Catherine a veces le faltaban tripas para ejecutarla. Sin embargo, en todas las relaciones que tuvo, ella nunca fue la perdedora. Excepto ahora que, al parecer, su madre la estaba considerando una amenaza, y la estaba "destruyendo". Estaba aplicando en ella sus metodos. --No me casare --insistio Catherine, tratando con todas sus fuerzas de parecer firme--. Si lo que quieres es tener buenos contactos, hay otras formas de conseguirlo. Si necesitas dinero... --?Me lo vas a conseguir tu? --se burlo Laverne elevando la comisura de sus labios y mirandola despectiva. El corazon de Catherine se acelero; su madre estaba cambiando el modo de batalla, lo veia en sus ojos gris palido, iguales que los suyos, en su sonrisa tenebrosa. Trago saliva y empuno su mano. --En este momento no --susurro--, pero... --Casandote es la unica forma en que podrias proporcionarme esos millones. Oliver esta obsesionado contigo, y es de agradecer. Recuerda que no eres tan bonita--. Al escuchar aquello, Catherine se quedo sin aire--. Atrapa marido ahora que eres joven. Si te parecieras mas a mi, te garantizaria tener a todos los hombres a tus pies aun cerca de los cincuenta, pero saliste a tu padre y aun a tus veinte, pareces un hombrecito. --No me... --!Eres la menos bonita entre tus amigas, y lo sabes! Que Oliver se fijara en ti, y no en la boba de Joyce, o la taimada de Jessica, !es un milagro! --Basta, mama... --Ah, ?no te gusta que te recuerde la realidad? Entonces no me provoques, y haz lo que te digo. Oliver es el mejor candidato que jamas tendras. Hazlo por las buenas... Conoces mis metodos a las malas, y no te gustan--. Los labios de Catherine temblaron, pero se los mordio obligandolos a estarse quietos, y sin poder anadir nada mas, dio la media vuelta y salio del despacho privado de su madre. Al llegar a su habitacion, no pudo evitar correr y sentarse frente a su espejo. Desde luego, no era la primera vez que Laverne atacaba a su hija de esa manera; desde nina siempre le senalo todos los defectos que tenia. Segun ella, Catherine tenia el rostro huesudo, igual que todo su cuerpo, sin curvas, como un hombre. Laverne odiaba su nariz, tanto, que incluso habia hecho las diligencias para una rinoplastia. Le molestaba que su cabello fuera castano y no rubio, como el de ella, y siempre criticaba sus cejas anchas y gruesas, tambien de hombre. --Seguro ibas a ser un macho --decia siempre--, y a mitad de camino la naturaleza se arrepintio, y naciste con vagina. Ni tetas tienes.

  • Una sombra de duda de Leovigildo Zamora

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    Henry, un abogado, experto criminologo y analista de informacion, esta acostumbrado a resolver los crimenes mas inexplicables. Y con la llegada de un nuevo caso, va a tener que poner toda la carne en el asador si quiere salvar su bien ganada reputacion. Rockford John, un exalumno de la Universidad Estatal de California, muere en circunstancias extranas al practicar la escalada. Sus averiguaciones lo llevaran a trazar una linea recta entre los excompaneros de universidad del occiso y un supuesto y misterioso homicida.

  • Reinventando a Bella Style de Vanessa Hernando

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    Cuando despierto no tengo muy claro donde estoy ni que ha pasado. El gotero que tengo enchufado al brazo y las maquinas que pitan a mi alrededor me dan una pista. Y el ligero hormigueo y la escayola de la pierna confirman mis sospechas. Hace solo tres dias estaba en el despacho de mi madre intentando organizar mi boda con el amor de mi vida y probando un coche espectacular y, ahora, desde esta cama en el hospital, lo unico que tengo claro es que me quedan por delante meses de recuperacion y que tengo que buscar la manera de seguir trabajando en este estado desastroso. Nadie dijo que ser influencer fuera facil...

  • Al llegar la noche de Jezz Burning

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    Manon Capwell es la responsable de las excavaciones que tienen lugar en las tierras colindantes a las del apuesto Lucan Dux, quien, para evitar que la excavacion alcance sus propiedades logra que la empresa que financiaba el proyecto retire sus fondos.La noticia no es bien recibida por Manon y acude al despacho de Lucan Dux para tratar de recuperar el apoyo economico. A raiz de este encuentro una serie de fenomenos extranos empiezan a sucederle: un lobo intenta atacarla; su madre, que lleva anos ingresada, despierta de un coma profundo; unas inquietantes imagenes alteran sus suenos; y, ademas, algo que Manon no pretendia: se siente irremediablemente atraida por ese misterioso hombre de mirada penetrante y salvaje.Lo que ella ignora es que ese hombre esconde un secreto y que ese secreto arrastrara a Manon a una experiencia que cambiara su vida.

  • Una vieja historia de Jonathan Littell

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    Un narrador sale de una piscina, se cambia y empieza a correr por un pasadizo oscuro. Descubre puertas que se abren a territorios (una casa, una habitacion de hotel, un estudio, un espacio mas amplio, una ciudad o una zona salvaje), lugares donde se representan una y otra vez, hasta el infinito, las relaciones humanas mas esenciales (la familia, la pareja, la soledad, el grupo, la guerra). Asi describe Jonathan Littell Una vieja historia, con la que regresa a la novela por primera vez desde el acontecimiento literario que supuso Las benevolas (premio Goncourt 2006, unos dos millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, traducciones a treinta lenguas).

  • No te atreveras de Ana Maria Gonzalez Lopez

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    Tras la repentina muerte de su prometido, Sofia decide mudarse a Madrid con una antigua amiga del colegio. Buscando trabajo como profesora, se encuentra con Leonardo. Este es un futbolista de elite el cual tiene un problema con su hijo de ocho anos. Inicialmente, su relacion profesional y personal sera un verdadero desastre, debido a que ella se instalara en su casa como profesora interina, y hara estragos en la vida de pareja que tiene Leonardo con la famosa modelo Isabella. Leonardo poco a poco vera en Sofia aspectos de su difunta mujer, mientras que Sofia tendra que lidiar con los abusos sexuales que se produjeron en su ninez. Entre los dos nace algo mas que atraccion. ?Podran lidiar con sus nuevos sentimientos?

  • Los huespedes de pago de Sarah Waters

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    Londres, 1922. La sociedad esta en pleno proceso de cambio y las consecuencias de la Primera Guerra Mundial siguen muy presentes. A Frances Wray la contienda le arrebato a sus dos hermanos, y ahora vive con su madre viuda en una mansion de una zona residencial a las afueras de Londres. Madre e hija, de clase alta, pasan apuros economicos, y, para aliviarlos, deciden alquilar parte de su residencia a unos huespedes de pago.

  • La maldicion del circulo perfecto (El reino del Aguila 2), Moruena Estringana de Moruena Estringana

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  • Una noche con ella. La pasion de Cathryn De Bourgh

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    El estaba acostumbrado a tenerlo todo en esta vida: dinero, exito, mujeres, sexo, pero habria dado todo lo que tenia en esta vida por una noche con ella, por volver a sentir en su corazon el amor, esa maldita locura que tanto miedo da.

  • Poseida 2, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Liz esta en Nueva York con Sacha y todo el equipo de Courcelles Inversiones. Sus encuentros con el apuesto multimillonario son explosivos. Aunque la colma de regalos, a cada cual mas elegante y caro que el anterior, se sigue mostrando inaccesible. ?Conseguira ella ganarse su confianza y descubrir que se esconde detras de ese hombre increiblemente irresistible?

  • Tibio tempano de nuestra calidez de Daniel Maturana

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    Simona Ferrara se convierte en la peor asesina serial que ha visto Chile y la prensa se deleita con esto. Sin embargo, Morena Cabello, encargada del caso, pretende ir mas alla del morbo y encontrar respuestas a todas sus interrogantes.

  • El martillo de Thor, Jordi Villar Lleonart de Jordi Villar Lleonart

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    El hombre mas buscado del mundo. Un nuevo satelite espia. Un medico que esconde un secreto familiar, y un agente de la CIA en una mision especial. Cuatro historias entrelazadas que conforman un thriller apasionante, que cobra vida en los salones del Congreso de los estados Unidos en Washington y en las arenas del desierto del Yemen.

  • Amor Latente de Isabel Conde

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    Barbara Jensen ha besado a demasiadas ranas.
    Lo tiene claro: El principe encantado no existe.
    Demasiados errores y desastres en su vida romantica.
    Es mejor estar sola y olvidarse de los hombres.

  • La cita misteriosa de Lady Amor

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    Antonio ha recibido una nota de una admiradora secreta que lo cita en un bar proximo a su trabajo. No puede evitar estar nervioso: solo sabe que tiene que buscar a una misteriosa chica de rosa…

  • Desesperada (Novias 2) de Eva Alexander

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    Ni la mitad. Estaba recorriendo la carretera que me llevaba a mi ciudad natal y no sentia ni la mitad de la felicidad que deberia sentir, esa felicidad que era un sueno para mi. Mi primer recuerdo era de la entrada a la ciudad, el camino rodeado de arboles verdes y altos hasta el cielo. Recuerdo que iba sentada en el asiento de atras sosteniendo un muneco de Mickey Mouse, mirando por la ventanilla del coche y escuchando a mis padres hablar. Se por lo que me contaron mis padres y por las fotos que llenaban cada pared de nuestra casa que ese dia volviamos de Disneyland, que me llevaron para celebrar mi tercer cumpleanos, pero lo unico que yo recuerdo es que estaba muy feliz, que mientras el coche iba por esa carretera era la nina mas feliz del mundo. Mi madre decia que era porque era la primera vez que salia de la ciudad y que nada se puede comparar con la felicidad de volver a casa. No digo que no tenia razon, pero no he vuelto a sentir esa felicidad, ni ahora ni en las otras veces que he vuelto a casa. Tal vez tiene algo que ver con el hecho de que mis padres ya no estan. ?Tal vez? Seguro que si. Estaba volviendo a casa, mejor dicho, estaba corriendo de vuelta a casa. He conseguido hacer un desastre de mi vida y todo por buscar esa felicidad que ahora me doy cuenta de que no existe para mi. Anos y anos de busqueda para nada, tiempo perdido, esfuerzo y lagrimas en vano. El nunca llego. El, el hombre que me haria tan feliz como mi padre hizo a mi madre. Se que estas pensando, que estoy persiguiendo un sueno que no es mio, que si algo fue bueno para mi madre no necesariamente sera bueno para mi. Que estoy buscando algo para sentirme cerca de ellos, de tenerlos a mi lado a pesar de que llevan veinte anos muertos. Deberia saber mejor que eso, ?verdad? Al fin y al cabo, soy psicologa, se todo lo que hay que saber sobre traumas. !Dios! A cualquier paciente le diria que deberia olvidar el pasado, le ayudaria a encontrar algo mas en que centrar su atencion. Pero ?lo hago? No, yo sigo adelante con la busqueda de ese hombre sin importar las consecuencias y eso es lo que me ha llevado a este momento, a volver a casa llorando. Abandone mi consulta, mis pacientes, mis amigos, para ir a casa a llorar, a curar mis heridas. Lo que no sabia era si iba a conseguirlo, nunca en mi vida estuve tan herida, tan humillada y avergonzada. Nunca senti ese dolor tan atroz en mi corazon. La ultima vez que pase por algo parecido consegui sobrevivir aqui, en casa, tuve ayuda, mucha, y por eso estaba volviendo. Kent Village, mi ciudad natal, la ciudad de mis padres, la ciudad donde nacieron mis abuelos y bisabuelos. Un pueblo pequeno en la montana rodeado de bosques, donde la gente vivia tranquila y eso era justo lo que necesitaba. Soledad, tranquilidad. Queria ir a pasear por el bosque, respirar el aire fresco y aclarar mi mente. Queria poner orden en mi vida y este era el lugar perfecto. Poco despues de entrar en el pueblo gire a la derecha echando un vistazo a la senal oculta por las ramas de los arboles. Mountain Lounge. !Dios! Mi padre era el mejor del mundo, pero ahi habia fallado y mira que no era muy dificil encontrar un buen nombre para las cabanas. No se como hizo para encontrar clientes, pero lo consiguio. Las cabanas estaban siempre reservadas, invierno y verano, los huespedes llegaban para pasar un buen rato. No habia mucho que ver excepto la montana, pero me imagino que eso era lo que ellos buscaban. Soledad, tranquilidad. Se notaba la falta de cuidados y no solo en los hierbajos que rodeaban el camino, el propio camino era un desastre. Mi pequeno hibrido Lexus de color rojo solido era perfecto para la ciudad, para la montana no tanto y solo de pensar en la factura del taller mecanico me entraba un ataque de panico. Habia ahorrado durante mucho tiempo para comprarme el coche y no pense que un dia iba a tener que hacer un viaje en la montana por caminos llenos de rocas, baches y socavones que iban a destrozarlo. Era mi culpa por haber salido corriendo de la ciudad y no pensar en el coche, pero la verdad es que no pense en nada mas que no fue correr. Correr de mi vida. Correr de esa mirada que veia cada vez que cerraba los ojos. Correr de esa palabra pronunciada con tanto asco. Desesperada. Ahora tampoco era un buen momento para pensar en lo que me hizo coger el coche y venir aqui, tenia que concentrarme en llegar a las cabanas con el coche de una sola pieza. Muchos minutos despues llegue al claro que debia ser el aparcamiento, pero en cambio era solo un mar de hierbajos. Ni loca iba a dejar a mi precioso coche ahi asi que segui adelante y me detuve delante de la fuente. Justo enfrente estaba la cabana principal y a los lados las otras cabanas. Tres a la izquierda, tres a la derecha y otras cuatro detras de estas. Todas formaban un circulo y en el medio estaba la fuente, una que habia construido mi madre con piedras que recogio en el rio que bajaba de la montana t corria detras de la propiedad. Tenia una forma extrana, piedra sobre piedra con el agua saliendo de un lugar que no podia ver, y de pequena pasaba horas mirando e intentando averiguar que era. A veces me parecia que era un elefante, otras que era una nube. Cuando estaba convencida de que habia conseguido dar con la forma justa iba corriendo a contarle a mi madre y ella me abraza riendo, diciendo que debia intentar una vez mas. Nunca averigue lo que mi madre quiso construir y tal vez no esta mal, tal vez es asi como debe ser, tal vez deberia pasar el resto de mi vida sentada en el porche intentando descifrar el misterio de la fuente. Las cabanas estaban en mal estado y no queria imaginarme como estaban en el interior, con el exterior tenia suficiente. Pintura que una vez fue blanca ahora estaba gris ahi donde quedaba algo, algunas ventanas estaban rotas, el techo de la cabana Rosa tenia un agujero. Si, cabana Rosa. Mi padre nombro el establecimiento y mi madre las cabanas. Rosa, Blanca, Roja, Azul, Verde, Morada, Gris, Violeta, Amarillo y Turquesa. La verdad es que mis padres hicieron muchas cosas que ahora me cuesta entender, mira que hicieron con los nombres con lo facil que hubiera sido poner numeros como en los hoteles. Baje del coche y al poner el pie en el suelo maldije. Mis sandalias eran tan ideales para este sitio igual que el Lexus para un camino de montana. Salir corriendo no fue una buena idea y ahora me tocaba pagar el precio. Maldije entre dientes mientras caminaba y sentia los tacones hundiendose en el barro, mientras la hierba raspaba mis tobillos. Me sente en el pequeno banco que estaba enfrente de la fuente y mire la cabana principal. Mi casa. Yo naci ahi, mi madre se puso de parto durante la nevada mas horrible de ese invierno y sobrevivi gracias a que mi abuela estaba de visita y ayudo a mi madre. Creci ahi, dije mis primeras palabras, di mis primeros pasos, hice muchas cosas y me faltaban muchas por hacer. Este sitio siempre fue mi lugar feliz y ahora solo era uno abandonado, deteriorado por el tiempo y por el dolor. Veinte anos cambian un lugar, cambian a las personas. Cerre los ojos y recorde como estaba antes. Las cabanas blancas, las flores de todos los colores brillando en tiestos en cada porche. El sonido del hacha de mi padre cortando los troncos para la chimenea. El olor a galletas que estaba horneando mi madre. Las risas de los ninos que llegaron por la manana con sus padres y se hospedaban en la cabana Blanca. No habia soledad o tranquilidad, solo ruido, risas y felicidad. Lo queria para mi, lo busque sin encontrarlo durante los ultimos diez anos de mi vida y empiezo a creer que lo estuve buscando en el lugar equivocado. Abri los ojos mientras una idea se formaba en mi cabeza, pero no tuve tiempo para dejarla fluir. El sonido de un coche llego y aun despues de tantos anos reconoceria ese motor entre miles. Era un milagro que todavia estuviera funcionando y tambien era un milagro que la persona que lo estaba conduciendo pudiera hacerlo. Me quede quieta mientras aparcaba el coche, mientras bajaba y caminaba hacia mi y solo cuando se detuvo detras de mi me levante. --Hola, abuela --dije sonriendo. --Hija. Eso fue todo, una sola palabra y las lagrimas empezaron a salir a una velocidad increible como si el tono de la abuela fue la senal de que podrian comenzar. --Hija --repitio la abuela mientras yo le rodeaba los hombros con los brazos y la abrazaba con fuerza. Llore recordando la ultima vez que lo hice en los brazos de ella. Fue hace veinte anos cuando la policia llamo a la puerta y dijo que mis padres habian fallecido en un accidente de coche. El ultimo fin de semana de cada mes era para mis padres, era su ritual, su tiempo de enamorados como lo llamaba mi padre y el accidente ocurrio justo cuando volvian de uno de esos fines de semana. Nunca supe a donde iban, si iban en coche o en avion, y no me importaba ya que ellos volvian felices. Yo pasaba esos dias con los abuelos y hacia todo lo que mis padres me prohibian. Era feliz hasta ese dia, cuando mi padre ignoro los avisos de tormenta y condujo a casa, bueno, debido a la falta de visibilidad y a la carretera mojada condujo hacia un barranco. Cayeron, el coche exploto, se incendio y no quedo nada para enterrar. Me quede huerfana a los diez anos y gracias a mis abuelos, los padres de mi madre, he sobrevivido. Estaba en su casa cuando me dijeron sobre mis padres y es ahi donde me quede hasta que me fui a la universidad. Nunca mas volvi a casa. Dos dias despues del funeral la abuela quiso llevarme a casa para recoger algo de ropa y en cuanto tomo el camino que llevaba a las cabanas empece a llorar y a gritar. Paso lo mismo semanas despues, meses despues, hasta que entendieron que no podia, que no queria volver a este lugar que habia sido mi hogar. Ya no lo era, lo que lo convertia en mi hogar eran mis padres y ellos ya no estaban ahi asi que no tenia sentido volver. Los abuelos respetaron mi decision, no vendieron la casa, no la cuidaron, no la tocaron, la dejaron como estaba que fue lo que yo les pedi. Hasta cuando llego el momento de enfrentar al pasado, de olvidar y de darle una oportunidad al futuro, de darme la oportunidad de ser feliz sin la necesidad de tener lo que ellos tenian. Sin amor. La abuela sintiendo que mi crisis habia terminado rompio el abrazo y en esos dos segundos que tarde en bajar mis brazos ella consiguio sacar un panuelo que me entrego. Blanco, planchado, doblado perfectamente y con sus iniciales bordadas. C.A.K. Caroline Anne Kent, mi abuela que a sus ochenta anos tenia una mirada que expresaba vitalidad, confianza y optimismo y eso es algo que yo no habia heredado. La confianza la tenia, bueno, en mi vida profesional si, en lo de privado no tanto. ?El optimismo? Nunca lo tuve y con cada paciente que no conseguia ayudar me iba mas hacia el lado oscuro, ese en el que no habia esperanza. --Has vuelto --dijo la abuela. --Si --asenti limpiando mi rostro con el panuelo que olia a vainilla. --Vamos a devolverle la gloria a este lugar --dijo ella mirando hacia las cabanas. ?Como diablos sabia que habia vuelto para hacer justo eso cuando ni yo misma no lo sabia hasta hace poco? La mire con los ojos entrecerrados y ella me atrapo. Se acerco, levanto la mano y acaricio mi mejilla. Sus ojos azules, y los de mi madre, brillaban con una emocion desconocida mientras que sus labios esbozaban una pequena sonrisa ensenando sus dientes perfectos. Ochenta anos y tenia la dentadura perfecta, el cutis de una mujer de sesenta y el cabello blanco, pero ni una de esas cosas delataban su verdadera edad. Para cualquiera podria pasar por una mujer mucho mas joven y mas de una vez me pregunte como lo hizo. Como sobrevivio a una infancia dificil, a la perdida de dos bebes, a la muerte de la unica hija que le quedaba y finalmente a perder al que fue su amor durante mas de cincuenta anos, el abuelo.--Este es tu lugar, Jane, siempre lo fue. Solo tenias que darte cuenta tu misma --declaro la abuela antes de darse la vuelta y caminar hacia la casa principal. Me quede mirandola, extranada por la agilidad de sus pasos. Parecia que estaba flotando, su chaqueta de punto que le llegaba hasta los tobillos pareciendo la capa de un superheroe. Malva, su chaqueta era de color malva igual que la falda y la camisa. El pequeno sombrero era blanco como el cabello que le caia poco por debajo de los hombros. Seguramente olvido que tenia cita en la peluqueria para cortarlo, a la abuela le gustaba el mismo corte desde hace mas de cincuenta anos. Corte bob a la altura de la mandibula y le sentaba tan bien que hace anos se lo robe, ahora era mi corte de cabello y la unica diferencia era que mi color era castano, un castano normal y aburrido. La abuela llego a la puerta y empezo a buscar en sus bolsillos, en los de la chaqueta, en los de la falda. Nada, la llave no estaba. Sonrei acercandome al pillar del porche, el de la izquierda donde justo a metro y medio de altura habia un escondite. Mi padre hizo un agujero en la madera y ahi guardaba la llave de repuesto, mejor dicho, las llaves. Veras, la abuela es muy olvidadiza en cuanto a las llaves y no es de ahora que ya tiene ochenta anos, no. Eso le viene de muy joven, es alguna mierda genetica que heredo mi madre y luego yo. Mi padre, harto de volver de donde estaba para abrirle la puerta a mi madre cada vez que ella olvidaba las llaves tuvo la idea de esconder algunas. Llaves, muchas llaves. Es extrano como funciona la mente humana, mi madre recordaba cada lugar en las que estaban escondidas, pero nunca recordaba coger la llave cuando salia de casa. A mi me pasa algo parecido, tanto que tengo al cerrajero en la lista de contactos favoritos. Intente todo lo posible, poner una nota en la puerta para verla antes de salir, colgarla de una cadena a mi cuello como los ninos, hice cincuenta copias y las guarde en todos mis bolsos. ?Y sabes que? Pues que en vez de mirar hacia la puerta y ver la nota yo miraba mis zapatos, la cadena me la quitaba cuando llegaba a casa y olvidaba ponerla de nuevo, las cincuenta llaves se acabaron un dia y olvide hacer otras copias. Al final renuncie y puse una cerradura electronica ya que el codigo nunca se me olvidaba. La parte mala es que no es muy barata y para reemplazar todas las cerraduras de las cabanas iba a salir muy caro, tanto que no podia permitirmelo. Voy a tener que seguir el ejemplo de mi padre y encontrar nuevos lugares para guardar llaves fuera de la casa. Recordar hacer copias tambien era buena idea. Menos mal que no hay muchos robos en el pueblo que si no los ladrones tendrian una manera muy facil de entrar a mi casa. --Jane, la puerta se ve muy floja. ?Por que no le das una patada a ver si la abres? -- pregunto la abuela. Mire la puerta despues de recoger la llave de su escondite y muy floja no parecia, la verdad es que la madera se veia muy solida. Y sucia, me arme de valor mientras miraba las telas de aranas y buscaba a esos bichos que me provocaban un miedo atroz. --?Por que romper la puerta si tengo una llave? --pregunte acercandome. --Esta es mi chica. --Sonrio la abuela. Meti la llave en la cerradura y la gire, la puerta se abrio haciendo un ruido espeluznante y juro que casi espere ver una arana gigante en la casa. Pero no, el sonido era algo normal en una puerta que llevaba veinte anos cerrada. Tal vez deberia reconsiderar mi decision. Tal vez. Segui a la abuela dentro, pero mientras ella iba hacia la cocina Dios sabe porque, yo me quede en la entrada. Justo delante estaba el escritorio que usaba mi madre para todo relacionado con las cabanas. Encima estaba el ordenador y la agenda de mi madre con su boligrafo favorito. Detras, en la pared, estaba el armario de las llaves con llaveros coloridos para saber a que cabana pertenecia. Amaba ese rincon, de pequena me sentaba ahi y me imaginaba que era mayor, que este era mi negocio. Pero lo que mas amaba era la agenda de mi madre, que no se porque razon encontraba tan fascinante. Me acerque al escritorio e ignorando el polvo cogi la agenda y la abri. Nombres, fechas, numeros de telefonos. Mi madre nunca me dejo tocarla y creia que ahi escondia secretos oscuros, pero lo unico que habia era la lista de clientes y las citas de mi madre. Jueves, diez de la manana, peluqueria. Viernes, ocho de la tarde, cena en el CP. Sabado, diez de la noche, CP con FP. Esas eran las ultimas notas de mi madre, las ultimas citas que hizo y de repente ya no quise recordar. Cerre la agenda y la deje en el mismo lugar. Limpie el sudor de mis manos en el vestido veraniego que llevaba y camine hacia el salon. Era el lugar en el que mas tiempo pasabamos como familia, fue mi lugar favorito, pero ahora solo podia sentirme agobiada. Las paredes de un marron extrano, las estanterias que cubrian todas las paredes de la habitacion, los muebles grandes y feos, los objetos que llenaban cada superficie. Me estaba ahogando, la habitacion parecia que me queria ahogar y tuve que dar media vuelta e ir a buscar a la abuela. La encontre en la cocina. Limpiando. --?Abuela? --Coge un trapo y ayudame --dijo ella. Despues de seis horas de conducir sin una sola parada para comer o ir al servicio, lo que menos me apetecia era limpiar suciedad de veinte anos. Estaba mirando los trapos y buscando la manera de convencer a la abuela de que esto era una mala idea cuando ella se dio la vuelta, puso las manos en las caderas y me miro. --?Vas a limpiar o vamos a casa y me cuentas sobre lo que te ha traido de vuelta a casa? --pregunto la abuela. Suspirando di un paso hacia la mesa y cogi un trapo. --Voy a limpiar --murmure. --Lo sabia. Claro que lo hacia, ella lo sabia todo y antes de darme cuenta iba a saber la razon de mi vuelta, pero no ahora. Lo que importaba en ese mismo instante era pasar tiempo con la abuela en lo que fue mi casa durante los primeros anos de mi vida y lo que esperaba que iba a ser mi hogar hasta el fin de mis dias.