raquel plaza santos
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raquel plaza santos - Raquel Plaza
https://gigalibros.com/hoy-hay-eclipse-amor.htmlEva, una joven periodista independiente y cabezota, vive enamorada del mejor amigo y companero de trabajo de su hermano Mario, Damian, un codiciado soltero, bastante mujeriego. Comienzan una relacion secreta, llena de enredos tanto por sus vidas, ya que Damian es de los cuerpos especiales del ejercito, como por sus familias, que pondran mil impedimentos cuando se enteren de la relacion, debido a la vida promiscua que ha llevado Damian.
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Raquel Plaza Santos - Ortodoncista - Centro Médico | LinkedIn
https://es.linkedin.com/in/raquel-plaza-santos-2a505241Ve el perfil de Raquel Plaza Santos en LinkedIn, la mayor red profesional del mundo. Raquel tiene 7 empleos en su perfil. Ve el perfil completo en LinkedIn ...
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Raquel Plaza: Libros - Amazon.es
https://www.amazon.es/Libros-Raquel-Plaza/s?rh=n%3A599364031%2Cp_lbr_books_authors_browse-bin%3ARaquel+PlazaCompra online entre un amplio catálogo de productos en la tienda Libros. ... de Raquel Plaza | 3 julio 2018 ... de Raquel Plaza | 9 junio 2018.
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Equipo - Clínica Dental Fraile. Dentista Palencia
https://clinicadentalfraile.es/equipo/Raquel Plaza Santos. Responsable del área de Ortodoncia y Odontopediatría. Maribel Aricha Herrero. Auxiliar de clínica. Clínica Dental Fraile es tu dentista ...
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Agenda y reserva de plaza - Santos Ochoa Logroño
https://blogs.santosochoa.es/logrono/agenda/Programa "Libros y Más", con Raquel Dávalos y Diego Ochoa. miércoles 6 de abril 2022. 19:30 - 20:00. Santos Ochoa (Calvo Sotelo, 19) y Canal YouTube ...
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Todos los libros del autor Plaza Raquel
https://www.todostuslibros.com/autor/plaza-raquelQuieres información sobre los libros de Plaza Raquel? Te damos información detallada de sus obras y te decimos donde comprarlas.
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Soñaras con volar - Raquel Plaza - PDF • Descargar Libros ...
https://www.debeleer.com/sonaras-con-volar-raquel-plaza/—Lola, me cago en la puta, no te muevas de allí, coge lo imprescindible que llego en cinco minutos. —Antes de colgar la oigo cagarse en todos los santos. Bea mi ...
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Firmas - Feria del Libro de Madrid
https://www.ferialibromadrid.com/feria-2021/firmas-2021/Listado de firmas de la Feria del Libro de Madrid 2021 del 10 al 26 de ... 10/09/2021, 17:00, 18:00, CASETA: 219 - EDITORIAL VERBUM, SOFIA PLAZA MORÓN.
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El novio stripper de Liah Jones
https://gigalibros.com/el-novio-stripper.htmlLas dificultades economicas son la causa de que Raul tenga que trabajar como stripper, al principio su novia esta asustada y no confia en esta profesion, que saneara sus cuentas, pero tambien se convertira en toda una aventura. Una aventura que pondra a prueba el amor entre los dos.
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El enigma de Lena de Margotte Channing
https://gigalibros.com/el-enigma-de-lena.htmlUn enigma del pasado
Un terrible asesinato
un secreto inconfesable
Cuando su padre la envia a pasar unos dias a casa de una amiga de la familia en un pueblo perdido de Leon, Lena teme pasar las vacaciones mas aburridas de su vida, pero no le da tiempo. Justo al dia siguiente de llegar, una vecina encuentra el cadaver de un hombre y la desconfianza se extiende por el lugar. Nadie esta libre de sospecha, ni siquiera los tres chicos que Lena acaba de conocer y con cuya ayuda esta dispuesta a llegar al fondo del asunto. Pero quiza el asesino no sea el unico que esconde algo. -
Valio la pena de Jorge Dezcallar
https://gigalibros.com/valio-la-pena.htmlJorge Dezcallar de Mazarredo quiso ser diplomatico desde que, de pequeno, escuchaba fascinado las historias que le contaba su tio, el embajador Guillermo Nadal. Una vez que sus suenos se hicieron realidad, su carrera le llevo a Polonia, Nueva York, Uruguay – donde vivio un rocambolesco 23-F-, Marruecos -fue embajador ante Hasan II y Mohamed VI-, Roma –ocupaba la embajada del Vaticano cuando murio Juan Pablo II y el conclave eligio a Benedicto XVI– y Washington, donde de nuevo vivio de cerca la historia con la victoria electoral de Barack Obama.
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Vidas en ruinas de Rachel Van Dyken
https://gigalibros.com/vidas-en-ruinas.htmlRachel van Dyken, autora que ha estado en las listas de los libros mas vendidos de The New York Times, Wall Street Journal y USA Today.
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Destinados a encontrarnos de Candace Camp
https://gigalibros.com/destinados-a-encontrarnos.htmlCuando un misterioso caballero aparecio ante su puerta, Alex Moreland se quedo estupefacto al descubrir que aquel desconocido no era un caballero, sino una hermosa dama disfrazada de hombre y muy necesitada de ayuda. La mujer no recordaba nada, excepto su nombre, Sabrina, y las unicas pistas que tenia para averiguar su identidad eran el contenido de sus bolsillos: un panuelo, un reloj de bolsillo, un saquito de cuero, un pedazo de papel y un anillo de oro.
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Sol poniente de Antonio Fontana Gallego
https://gigalibros.com/sol-poniente.htmlAunque hayan pasado miles de anos, sigue siendo el olor de las higueras de las tardes de mi infancia lo que me desvela en las negras madrugadas, como si durante mi sueno hubieran echado raices al otro lado de la puerta, en el pasillo, en la cocina, por todas partes, el dormitorio de repente un revuelo de insectos, de recuerdos que hay que espantar a manotazos hasta que se posan de nuevo sobre el polvo de los muebles o en la bruma del espejo donde estamos todos vivos: si apoyo la frente en el azogue, mi padre un puntito que se aleja entre las olas; si retrocedo unos pasos, mi madre asomada al balcon diciendo adios, adios; si fuerzo la vista, yo una noche de terral, dormido en el autobus que me trae de vuelta a casa desde el Pico de las Animas, el vaho en el cristal de la ventanilla confundiendose con el vapor de la olla que mi abuela se enorgullecia de no haber fregado nunca, <
>, una manera como otra cualquiera de decir que si se habia pasado la vida haciendo potaje en aquella olla, y esa semana tambien iba a hacer potaje, y potaje haria, seguro, la proxima semana, ?por que perder el tiempo fregandola? No habia que ser Einstein para deducir que el poso del potaje de las semanas y meses y anos anteriores se mezclaria con el potaje de esa semana, y que la combinacion de toda aquella grasa potenciaria el sabor del potaje de la semana entrante, y asi potaje tras potaje, hasta que un dia, aunque se le olvidara echarle, no se, garbanzos, nadie se daria cuenta, pues el potaje seguiria sabiendo a potaje y a garbanzos gracias a que la olla tenia lo que mi abuela llamaba sustancia; y yo nos imaginaba a ella, a mis padres, a mis hermanos y a mi sentados a la mesa del comedor, los siete masticando garbanzos inexistentes que se desharian en la boca como los de verdad. Lo mismo que con el potaje ocurria con el cafe de cada desayuno, mas concentrado que el cafe del desayuno anterior. La cafetera, cada manana, con mas rona que la manana anterior. Por dentro, las paredes de la cafetera ya no lisas; por dentro, las paredes de la cafetera, grumosas. Mugrientas. Posos, capas, estratos de cafe en el interior de la cafetera de la casa de mi infancia, que mi abuela tambien se negaba a fregar. Si hubieran decidido someter la costra de suciedad de nuestra cafetera a la prueba del carbono-14, sabe Dios a que conclusiones habrian llegado los cientificos. A que epoca. A que era. El holoceno. El pleistoceno. El plioceno. El cafe de la casa de mi infancia, un cafe atomico. Te tomabas una taza, y fuego por las venas. Te tomabas dos tazas, y un subidon de adrenalina. Te tomabas tres, y taquicardia. ?Seria por eso por lo que nadie venia a vernos? Principios Cuando, con un ano de diferencia, nacieron mi hermano Sebas y mi hermano Bruno, nuestra casa se lleno de parientes, de amigos de la familia y de eso tan antiguo que llamabamos < >; tambien de risas y de ramos de flores. Cuando nacio mi hermano Curro, recuerdo a los parientes, a los amigos y a las visitas, pero de las risas y los ramos de flores no consigo acordarme. Nadie nos dio la enhorabuena. Nuestra casa se poblo como de sombras. Espectros que se asomaban al precipicio de la cuna y suspiraban. Mas que de sombras, de lo que se lleno nuestra casa fue de suspiros. < > < > < > Hasta que, poco a poco, las sombras desaparecieron. Los parientes, los amigos, las visitas. No, no fue el cafe de mi abuela el culpable de que ya nadie viniera a vernos. <> Mi abuela, ahora, sonrie en blanco y negro. Mi abuela ya no mi abuela: mi abuela, las cenizas de mi abuela. Un nicho entre cientos de nichos, un bucaro, unas flores de plastico. Descanse en paz. Mis visitas al cementerio son tan escasas que siempre se me olvida cual es el nicho de mi abuela y como llegar hasta el, asi que siempre -siempre- tengo que pedirle un plano al sepulturero. Como es cojo y se apana mal con las muletas, el sepulturero prefiere moverse lo menos posible y guarda los planos fotocopiados en un cajon, de donde los va sacando para marcar con una equis el pariente que buscas. Entonces, plano en mano, busco a mi abuela como si buscara un tesoro. Mi abuela diciendo: < >. Mi abuela, encantada de que tuvieras mala cara, aunque lo tuyo no fuera nada, absolutamente nada, comparado con lo suyo. Lo suyo siempre era peor, muchisimo peor. Peor, incluso, que lo de mi hermano Curro. Un analisis de orina acababa de demostrar que se estaba muriendo a chorros, por eso mi abuela sonrie en la foto con la que decidimos decorar su pequena < > del columbario, como la llamaba mama. < >, la llamaba mi padre con sorna: < >. Que sonrisa la de mi abuela mientras agitaba el informe del ambulatorio y nos lo restregaba por las narices: -Tengo velocidad en la sangre, ?lo veis? -Y volvia a leer-: < >, aqui lo pone bien clarito. O sea, que la sangre me circula por las venas a mil por hora, lo mismito que un Ferrari. !Podria darme un jamacuco en cualquier momento! -Le brillaban los ojos, ?seria de orgullo?-. Y vosotros os creiais que eran imaginaciones mias… Y yo: -Pero abuela, si todos tenemos velocidad en sangre. -Que sabras tu. ?Acaso eres medico? No, ?verdad? Pues a callar. El resto del dia lucio aquella sonrisa con la que nos desafiaba en la hora de su muerte. Por eso la inmortalice con la Kodak de mi Primera Comunion, para recordarla despues; como tambien recuerdo, no se me olvida, la que me dedico cuando rescate para ella la vieja postalita del Pico de las Animas. Mi abuela tan poco dada a la felicidad desde que mama le obligo a abandonar su casa en aquellas calles en cuesta y a venirse a vivir con nosotros; quiza no haga falta puntualizar: sin consultarselo a papa. Cada manana mi abuela amanecia con una enfermedad nueva. ?Que el dolor de espalda le habia impedido dormir? < > ?Que por culpa de un flemon no habia pegado ojo? < > ?Que durante la comida habia rebanado el tuetano de los huesos del cocido? < > Como minimo. -
Vida oculta de Margaret Way
https://gigalibros.com/vida-oculta.htmlAlyssa Sutherland siempre habia querido mucho a su tia abuela Zizi, Elizabeth Jane Calvert, y valoraba mucho la relacion tan especial que habia entre ambas. Zizi habia tenido una vida tranquila y sin pasion. O eso creia Alyssa.
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Bailamos 1 de Chris Razo
https://gigalibros.com/bailamos-1.html -
Estado de miedo de Michael Crichton
https://gigalibros.com/estado-de-miedo.htmlblaba en ingles, tenia un acento exotico. A decir verdad, todo en ella era exotico, penso Jonathan. De piel oscura, pomulos prominentes y cabello negro, podria haber sido modelo. Y se contoneaba como una modelo, con su falda corta y sus zapatos de tacon de aguja. Era medio vietnamita y se llamaba Marisa. Mirando alrededor, anadio- : Pero ?no hay nadie aqui? – No, no -respondio el-. Es domingo. Hoy no viene nadie. Jonathan Marshall, de veinticuatro anos, era un londinense licenciado en fisica que, como parte de sus estudios de posgrado, trabajaba durante el verano en el ultramoderno Laboratoire Ondulatoire -Laboratorio de Mecanica Ondulatoria- del Instituto de la Marina frances en Vissy, al norte de Paris. Pero en el barrio residian sobre todo familias jovenes, y para Marshall habia sido un verano solitario. Por eso no podia dar credito a la buena suerte que habia tenido al conocer a aquella chica. Una chica muy guapa y sexy. – Explicame que hace esta maquina -dijo Marisa con una mirada radiante-, y que haces tu. – Con mucho gusto -contesto Marshall. Se acerco al gran panel de control y empezo a conectar las bombas y los sensores. Al otro extremo del deposito, los treinta paneles del generador de olas se activaron uno tras otro. Marshall miro a la chica, y ella le sonrio. – Es complicadisimo -comento Marisa. Se coloco junto a el frente al panel de control-. ?Hay camaras para grabar vuestra investigacion? – Si, en el techo y a los lados del deposito. Crean un registro visual de las olas generadas. En el deposito tambien hay sensores que recogen los parametros de presion de la ola al pasar. – ?Estan conectadas ahora esas camaras? – No, no -dijo el-. No las necesitamos; no estamos haciendo ningun experimento. – Quiza si -respondio ella, y apoyo la mano en el hombro de Marshall. Tenia unos dedos largos y delicados, unos dedos preciosos. Miro alrededor por un momento-. En esta sala todo es carisimo. Debe de haber grandes medidas de seguridad, ?no? – En realidad no. Simplemente hay que usar una tarjeta para entrar. Y solo hay una camara de seguridad. -Senalo por encima del hombro-. En aquel rincon. Marisa se volvio. – ?y esa esta encendida? – Si, claro -contesto el-, esa siempre. Marisa le acaricio suavemente el cuello. – ?Asi que ahora hay alguien vigilandonos? – Eso me temo. – Entonces debemos portarnos bien. – Probablemente. Por cierto, ?y tu novio? – Ese. -Dejo escapar un resoplido de desden-. Ya me he hartado de el. Unas horas antes aquel mismo dia Marshall habia salido de su pequeno apartamento para ir a la cafeteria de la rue Montaigne, que visitaba cada manana, llevandose como de costumbre un articulo especializado para leer. Al rato, aquella chica se sento en la mesa contigua con su novio. En breve la pareja empezo a discutir. A decir verdad, Marshall tuvo la impresion de que Marisa y el novio no estaban hechos el uno para el otro. El era un americano rubicundo y fornido, corpulento como un jugador de futbol, con el cabello largo y gafas de montura metalica poco acordes con sus toscas facciones. Tenia todo el aspecto de un cerdo que pretendia pasar por intelectual. Se llamaba Jim y estaba enfadado con Marisa porque esta, al parecer, no habia pasado la noche con el. – No se por que no me dices donde estuviste -repetia el una y otra vez. – Porque no es asunto tuyo, por eso. – Pero yo pensaba que ibamos a cenar juntos. – Jimmy, ya te dije que no. – No, me dijiste que si. Y yo te espere en el hotel. Toda la noche. – ?Y que? Nadie te obligo. Podias marcharte y pasartelo bien. – Pero te esperaba. – Jimmy, no eres mi dueno. -Exasperada, suspiraba, levantaba las manos o se daba palmadas en las rodillas desnudas. Tenia las piernas cruzadas y se le habia subido mucho la falda-. Yo hago lo que me da la gana. – Eso esta claro. – Si -dijo ella, y en ese momento se volvio hacia Marshall-. ?Que es eso que lees? Parece muy complicado. En un primer momento Marshall se alarmo. Saltaba a la vista que le habia dirigido la palabra para provocar al novio. No queria dejarse arrastrar a la pelea de la pareja. – Es fisica -contesto laconicamente, y se volvio un poco, procurando pasar por alto la belleza de la chica. – ?Que clase de fisica? -insistio ella. – Mecanica ondulatoria. Olas marinas. – ?Eres estudiante, pues? – Estudiante de posgrado. – Ah. E inteligente, por lo que se ve. ?Eres ingles? ?Que haces en Francia? Y casi sin darse cuenta Marshall entablo conversacion con la chica, y ella le presento al novio, que le dirigio a Marshall una sonrisa de suficiencia y le dio un desidioso apreton de manos. La situacion seguia siendo embarazosa, pero ella se comportaba como si no lo fuese. – ?Asi que trabajas por aqui? ?En que? ?Un deposito con una maquina? La verdad, no consigo imaginarmelo. ?Me lo ensenas? y alli estaban, en el Laboratorio de Mecanica Ondu1atoria. Jimmy, el novio, se habia quedado fuera, en el aparcamiento, malhumorado, fumando un pitillo. – ?Que hacemos con Jimmy? -pregunto Marisa, de pie junto a Marshall mientras el trabajaba en el panel de control. – Aqui dentro no puede fumar. – Yo me encargare de que no fume. Pero no quiero que se enfade mas. ?Crees que puedo dejarte entrar? A Marshall lo invadio un sentimiento de decepcion. – Claro. Supongo. Ella le apreto el hombro. – No te preocupes. Despues estara ocupado con otros asuntos suyos. Se alejo y abrio la puerta del fondo del laboratorio. Jimmy entro. Marshall echo un vistazo y vio que se quedaba rezagado, con las manos el1los bolsillos. Marisa regreso junto a el, que seguia frente al panel de control. – Jimmy ya se ha calmado -dijo-. Ahora ensenamelo. Los motores electricos del extremo opuesto del deposito ronronearon y las palas generaron la primera ola. Era pequena, y recorrio suavemente el deposito en toda su longitud hasta chocar, con un ligero chapoteo, en un panel inclinado en el lado donde ellos se hallaban. – ?Y esto es un maremoto? -pregunto Marisa. – Es la simulacion de un tsunami, si -contesto Marshall mientras pulsaba el teclado. En el panel de control, los monitores mostraron la temperatura y la presion, asi como imagenes en color falso de la ola. – Una simulacion -repitio ella-. ?Yeso que quiere decir? – En este deposito podemos crear olas de hasta un metro de altura -explico Marshall-. Pero los verdaderos tsunamis alcanzan cuatro, ocho o diez metros. A veces incluso mas. – ?Una ola de diez metros en el mar? -Marisa abrio los ojos desorbitadamente-. ?En serio? – Miro al techo intentando imaginarla. Marshall movio la cabeza en un gesto de asentimiento. Esa altura equivalia a un edificio de tres plantas. Y alcanzaba una velocidad de ochocientos kilometros por hora, avanzando atronadoramente hacia la costa. – ?y cuando llega a la costa? -pregunto ella- ?Eso representa el panel inclinado de este extremo? Tiene una textura de guijarros, parece. ?Eso es la costa? – Exactamente -contesto Marshall-. La distancia que recorre la ola tierra adentro depende del angulo de la pendiente. Podemos ajustar esa pendiente a cualquier angulo. El novio se acerco al deposito, pero siguio apartado de ellos, sin pronunciar una sola palabra. Marisa estaba entusiasmada. – ?Podeis ajustada? ?Como? – Esta motorizada. – ?A cualquier angulo? -Se rio-. Pon1a a vingt-sept grados. Veintisiete. – Alla va. -Marshall tecleo. Con un ligero chirrido, la pendiente de la costa aumento de angulo. El novio americano, atraido por la actividad, se aproximo mas al deposito para echar un vistazo. Era fascinante, penso Marshall. Cualquiera sentiria interes. Sin embargo aquel tipo continuo en silencio. Alli de pie, se limito a observar como crecia la inclinacion de la superficie enguijarrada. Esta no tardo en detenerse. – ?Esa es la pendiente, pues? -pregunto Marisa. – Si -dijo Marshall-. Aunque de hecho veintisiete grados es una inclinacion excesiva, por encima del promedio de las costas del mundo real. Quiza deberia ponerla... Marisa cerro su mano morena sobre la de el. – No, no -dijo. Tenia la piel suave-o Dejala asi. Ensename una ola. Quiero ver una ola. Cada treinta segundos se generaban pequenas olas que recorrian el deposito con un leve zumbido. _ – Bueno, primero tengo que conocer la forma de la costa. En este momento es una playa llana, pero si hubiese un entrante... – ?Cambiaria si hubiese un entrante? – Claro. – ?De verdad? Ensenamelo. – ?Que clase de entrante quieres? Un puerto, un rio, una bahia... – Ah -dijo ella, y se encogio de hombros-, que sea una bahia. Marshall sonrio. – Bien. ?De que tamano? Con un ronroneo de motores electricos, la costa empezo a curvarse y se formo una hendidura
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El siglo de la revolucion de Josep Fontana Lazaro
https://gigalibros.com/el-siglo-de-la-revolucion.htmlEl periodo que va de 1914 a nuestros dias ha sido un siglo de luchas de liberacion, de un gran enfrentamiento de clases. La revolucion que se inicio en Rusia en 1917 ha marcado el siglo entero. La amenaza de subversion del orden establecido determino la evolucion politica de los demas, empenados en combatirlo y, sobre todo, en impedir que se extendiera por el mundo. La culminacion de esta dinamica se produjo despues de la segunda guerra mundial, cuando, tras la derrota del fascismo, se organizo por una parte la guerra fria, mientras, por otra, los avances sociales del estado de bienestar servian como antidoto para evitar la penetracion de sus ideas en las sociedades del mundo desarrollado. Fue asi como se alcanzo aquella situacion excepcional de los anos que van de 1945 a 1975, cuando en los paises desarrollados se registraron las mayores cotas de igualdad hasta entonces conocidas.
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Hija de la guerra de Baltasar Perez Gimeno
https://gigalibros.com/hija-de-la-guerra.htmlNoviembre de 1998. Claudia, una espanola residente en Nueva York, tras la muerte de su marido John, tendra que darle explicaciones a su hija Adriana, cuando esta descubra un diario oculto en un viejo escritorio durante casi sesenta anos. Claudia, arrebatada por su pasado, luchadora y tenaz, le contara todo lo ocurrido en la Espana de los anos 1933 a 1939, desde que empezo a estudiar en la universidad para ser dama enfermera, su compromiso con Salvador, al que no amaba, hasta los horrores que presencio y vivio en la Guerra Civil. ?Por que callo, misteriosamente, tanto tiempo? ?Que acontecimientos vivio durante los crueles y tenebrosos anos de la Guerra Civil para esconderlos por completo?
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Sexy, Yogi, Sandwich 2 de Coco Duval
https://gigalibros.com/sexy-yogi-sandwich-2.htmlMi vida en un Sandwich 2. Me llamo Johanna Mayer, tengo 36 anos y estoy echa un lio. ?Se puede querer a dos personas a la vez? Si. Yo soy la prueba.
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Seduciendo a Liliana de Dylan Martins
https://gigalibros.com/seduciendo-a-liliana.htmlCuando Brian acepta la oferta de su mejor amigo para unirse a el y a su mujer a un viaje a Cuba tras su regreso de la luna de miel, no puede imaginar que esto le cambiara la vida para siempre.
Liliana, una cubana que conoce de casualidad, pondra su vida patas arriba. Y Brian esta decidido a conseguirla.
?Te atreves a conocer sus armas de seduccion?
La vida de Brian dejara de ser la misma y Enzo y Emma lo acompanaran en la aventura de su vida. -
Al final mueren los dos de Adam Silvera
https://gigalibros.com/al-final-mueren-los-dos.html?Puede un solo dia albergar toda una vida?
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El senor del Eden (Serie Eden 4) de Olga Salar
https://gigalibros.com/el-senor-del-eden-serie-eden-4.htmlCamilla no ha tenido una vida facil. Ademas, su don la ha alejado de las personas, logrando que huya del contacto fisico que tanto la perturba. No obstante, cuando conoce a Sam siente que puede ser ella misma sin temor a sufrir.
El problema es que Sam tiene sus propios demonios y, por fin, ha decidido luchar contra ellos. -
El grito de la gaviota de Emmanuelle Laborit
https://gigalibros.com/el-grito-de-la-gaviota.htmlEl grito de la gaviota es el testimonio de una joven que, a los veintidos anos, ha conocido
ya la soledad absoluta, la duda y la desesperacion, pero tambien la dicha, la solidaridad y la gloria. La adolescencia y la primera juventud de Emmanuelle Laborit son la historia de una lucha por subsistir en un mundo <> y por el reconocimiento de los derechos de los tres millones
de sordos franceses, hasta conseguir que, en 1991, se ensenara por fin en los centros de educacion para sordos el lenguaje de signos. Con este triunfo colectivo y el personal, pero no menos emblematico, de su exito como actriz teatral, El grito de la gaviota cierra significativamente un itinerario personal tan breve como intenso. -
Cuando una mujer perdona (Gillander’s Whisky 2) de Eleanor Rigby
https://gigalibros.com/cuando-una-mujer-perdona-gillander-8217-s-whisky-2.htmlLlega la segunda entrega de la trilogia <
> de Eleanor Rigby.
Una nueva serie que tiene de todo: amor, intriga y mucha mucha pasion, ambientada en la regencia inglesa. -
Lo que no pude contarte de Adriana Moragues
https://gigalibros.com/lo-que-no-pude-contarte.htmlLa cantautora Adriana Moragues debuta en el mundo literario con una historia en la que los sentimientos laten con fuerza y la musica envuelve cada pagina.
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Cautivo de tu mirada (Los Cherry 1) de Marian Arpa
https://gigalibros.com/cautivo-de-tu-mirada-los-cherry-1.htmlComienza la apasionante bilogia <<Los Cherry>>.
Una historia de amor entre el Londres de la regencia y las altas tierras escocesas. -
Mas trabajo para el enterrador de Margery Allingham
https://gigalibros.com/mas-trabajo-para-el-enterrador.htmlVuelve el atractivo y elegante aventurero Albert Campion, en una trama criminal en la que se mezclan envenenamientos, cartas anonimas, mediums, certificados de defuncion falsificados, merodeos nocturnos y ataudes que se desvanecen. En la senorial casa de la excentrica familia Palinode, nostalgica de un pasado en que la fortuna les sonreia, cuyos miembros, todos hermanos y hermanas, se comportan como si el tiempo no pasara, con una dignidad exagerada de clase, comiendo y bebiendo lo que encuentran por los parques solo para ahorrar, se producen una serie de muertes de lo mas sospechosas. Campion acepta a reganadientes el caso para hacerle un favor a su fiel lugarteniente, el antiguo delicuente Lugg, y trata de desentranar un misterio que pone a prueba todas sus capacidades.
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10 cosas que quiero hacer... contigo de Irene Mendoza
https://gigalibros.com/10-cosas-que-quiero-hacer-contigo.html -
Asesinato en el laberinto de J. J. Connington
https://gigalibros.com/asesinato-en-el-laberinto.htmlLa finca de Whistlefield es famosa no solo por su belleza, sino tambien por el laberinto vegetal que disenaron sus primeros propietarios. El recorrido, delimitado por altos setos que se entrecruzan en caminos sin salida o que regresan al punto de partida, conduce a dos centros distintos en los que un comodo banco recompensa a quienes logran alcanzar la meta. Y es alli donde, en una calurosa tarde de verano, aparecen los cuerpos sin vida de Roger Shandon --el dueno de la heredad-- y de Neville --su hermano gemelo y conocido abogado--, ambos asesinados con la misma arma: un dardo impregnado de curare. Dado que todos los miembros de la familia, los unicos capaces de orientarse en el laberinto, parecen tener una solida coartada, seran necesarias una mirada aguda y una inquebrantable profesionalidad para averiguar quien ha cometido el extrano doble crimen. Cualidades que, inteligentemente disimuladas bajo una apariencia anodina, el jefe de policia Sir Clinton Driffield posee en extraordinaria medida.
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Entre el Valle y las Sombras – Isabel Acuna de Isabel Acuna
https://gigalibros.com/entre-el-valle-y-las-sombras-8211-isabel-acuna.htmlOlivia Ruiz Manrique, trabajadora social con especializacion en resolucion de conflictos, regresa a su pueblo natal despues de diez anos de ausencia. Trae consigo una valija llena de proyectos y buenas intenciones, pero tambien de dolor y culpa.
Para Miguel Robles, hacendado prospero de la region, el regreso de Olivia es un golpe duro a su corazon, pues no solo ella es la unica mujer que ha amado en la vida, sino tambien la culpable de que un grupo ilegal haya asesinado a su padre.
En medio del encuentro y los sentimientos que siempre han estado alli; Miguel y Olivia quedaran inmersos en una serie de hechos confusos y desacuerdos sentimentales que los obligaran a enfrentar un viaje a las profundidades del alma.
Victimas, desplazamiento forzado, injusticias, amor y erotismo son el eje fundamental de esta historia que nos habla de la pasion verdadera: esa que no se apaga con el correr del tiempo y para la cual siempre existe el perdon, el dolor y la valentia.
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Tengo un Secreto: El Diario de Meri de Blue Jeans
https://gigalibros.com/tengo-un-secreto-el-diario-de-meri.htmlTengo un secreto: el diario de Meri es la novela basada en el blog personal que escribe la intrigante Incomprendida en la pelicula El Club de los Incomprendidos. Basada en el besteller de Blue Jeans !Buenos dias, princesa!, la cinta, que se estrenara el proximo 25 de diciembre de 2014, esta producida por Bambu y Atresmedia y ya ha despertado una gran expectacion en las redes sociales. En la nueva novela, que arrasara entre todos sus fans, veremos como y por que empezo todo, seremos complices de las dudas, miedos e inseguridades de todos los Incomprendidos y, por fin, sabremos como siguen sus vidas despues del sorprendente final de ?Puedo sonar contigo? Una lectura imprescindible para comprender todo el universo de El Club de los Incomprendidos.
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La capital de Robert Menasse
https://gigalibros.com/la-capital.htmlBruselas es el corazon de la UE y tambien de esta novela. Esta obra es un viaje a las interioridades de la vida politica europea a traves de cinco historias conectadas que corren paralelas, cada una con un protagonista diferente, y que se centran en la vida diaria de la capital europea desde diversas perspectivas. La capital sigue de cerca el destino de sus personajes en sus frecuentes encuentros, ofreciendo una vision de sus vidas profesionales asi como de sus coloridas vidas privadas, alejadas de las oficinas y congresos. La mirada penetrante de Menasse, cargada de humor e ironia, hace de esta novela una lectura tan irresistible como importante en los tiempos actuales de nacionalismos, desde el Brexit hasta la independencia de Cataluna.
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Implicate (Mac 3) de Sonia Lopez Souto
https://gigalibros.com/implicate-mac-3.htmlCon un duro pasado del que no logra olvidarse, las noches de Rory MacBay estan plagadas de pesadillas, fruto del recuerdo de las barbaridades que tuvo que acometer durante su estadia en el ejercito. Aunque disfruta de la vida sin ataduras de ningun tipo y jactandose de ser un espiritu libre, la cruda realidad es que teme arrastrar a su mundo de oscuridad a quien se acerque demasiado a el.
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Todos los dias de mi vida de Laura R.
https://gigalibros.com/todos-los-dias-de-mi-vida.htmlLo unico que queria Maca era pasar un verano relajada y disfrutar del sol lejos de su isla. ?Como iba a imaginarse que seria en esas pequenas vacaciones donde conoceria el amor?
Miguel deja clara sus intenciones desde el principio: esta interesado en ella. Y aunque Maca no quiere enamorarse, su corazon decide lo contrario.
Su historia comenzara con secretos que podian terminar con la relacion cuando saliera a la luz. Todo depende de ellos y de que tan fuerte es ese amor que creen sentir el uno por el otro. -
Todas las veces que quieras de Armando Prieto Perez
https://gigalibros.com/todas-las-veces-que-quieras.htmlSangre cubana y un amor casi carnal por el arte, Luis es un seductor instintivo, de los que carecen de reglas e inhibiciones; por eso, ninguna mujer se le resiste, y sus conquistas terminan puntualmente en el taller de Navigli en el que pinta. Sobre sexo, cree saber incluso mas de lo que necesita, al menos, hasta que conoce a la propietaria de una tiendecita de vinilos en la que el tiempo parece haberse detenido, quien, sin pedirle permiso, pasa de ser su enemiga jurada a ser su obsesion. Todo por culpa de un huron. Pues si, porque, cuando la graciosa mascota comienza a sobrar en casa de ella, una noche de primavera en la que Milan parece magica, Luis se transforma en el Principe Azul: se ocupara de Lucky, pero, a cambio, ella tendra que posar para el una tarde a la semana, durante seis semanas. Un contrato autentico, del que Luis perdera pronto el control, arrebatado por una pasion que lo llevara, en el juego del placer, mas lejos de lo que nunca ha llegado. Y, mientras persigue la inspiracion y, poco a poco, conquista a su presa, no se dara cuenta de que, en realidad, el cazador ha sido cazado y de que puede que, con ella, haya encontrado el amor. Pero ?esta listo para reconocerlo y aceptarlo?
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Trilogia de la guerra de Agustin Fernandez Mallo
https://gigalibros.com/trilogia-de-la-guerra.htmlSobre estos tres escenarios se han librado batallas: la isla gallega de San Simon albergo un campo de concentracion durante la guerra civil espanola, Vietnam fue la gran herida de la Norteamerica de los sesenta, la costa de Normandia fue testigo del final de la Segunda Guerra Mundial. Como las estrellas, que nos alumbran aunque esten extinguidas, los caidos de estas contiendas estan unidos a los protagonistas de esta historia que, desde los mismos lugares pero hoy, entrelazan sus destinos mediante conexiones sorprendentes.
Con una intensidad creativa que no da tregua al lector, Trilogia de la guerra despliega un caleidoscopio de narraciones que cristalizan en un insolito pero certero retrato del siglo xx y el desconcertante xxi. Como si W. G. Sebald y David Lynch se hubieran aliado para desvelarnos la cara B de nuestra realidad.
Agustin Fernandez Mallo, uno de los grandes renovadores de nuestras letras, llega aqui a cotas no exploradas y escribe su proyecto mas ambicioso, con su estilo integrador de disciplinas como la ciencia, la cultura popular y la antropologia, en una novela atravesada por una poetica de enorme magnetismo que logra trazar un mapa concreto y trascendental de la contemporaneidad. -
Los Supervivientes. Survivors de Adrian Henriquez
https://gigalibros.com/los-supervivientes-survivors.htmlLa Tercera Guerra Mundial comienza y finaliza en pocas horas dejando los continentes transformados en gigantescos campos radiactivos.Solo sobreviven al impacto de los misiles intercontinentales algunas ciudades costeras y un punado de islas, entre ellas; Cuba.
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El instante mas oscuro de Anthony Mccarten
https://gigalibros.com/el-instante-mas-oscuro.htmlEste es el relato del tiempo angustioso que vivio Gran Bretana en mayo de 1940, desde el dia 10, en que las tropas de Hitler iniciaron la invasion de Holanda, hasta el 29, cuando los soldados britanicos y franceses derrotados por los alemanes embarcaron en Dunquerque para refugiarse en Inglaterra. Esta es una historia que se suele narrar en tonos de epopeya, pero que aqui se revive en torno a la figura de Winston Churchill, de acuerdo con la verdad de aquellos dias inciertos, reconstruida con una amplia documentacion, que incluye las discusiones del gobierno, y con los testimonios de sus contemporaneos. McCarten nos muestra las dudas de unos dias en que se penso seriamente en negociar con Hitler, aceptando la victoria que habia puesto Europa entera en sus manos, y nos descubre la evolucion que llevo a Winston Churchill a manifestar, el 4 de junio, su voluntad decidida de no rendirse, aunque hubiese que luchar contra los alemanes en las playas, en un discurso que iba a cambiar el rumbo de la historia.
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Ebola de David Quammen
https://gigalibros.com/ebola.htmlDurante la primavera y el verano de 2014, el mundo vio con preocupacion, horrorosa fascinacion, compasion y no poco temor el brote de la enfermedad del virus del ebola (EVD, por sus siglas en ingles) que poco a poco se extendio hacia el oeste de Africa, especificamente entre los problematicos paises de Guinea, Liberia y Sierra Leona, y que despues dio un salto desconcertante, por avion, hacia Nigeria. El virus se mantuvo latente por meses; sus victimas mortales se contaban por docenas, hasta que finalmente exploto sin control en el mes de agosto de ese ano y empezo a contarse semana tras semana en cientos el numero de los muertos. Se convirtio en el peor brote en la historia de esta peculiar y desconcertante enfermedad. La historia del brote de 2014 fue tan impresionantemente horrible que competia por los encabezados periodisticos con los eventos en Siria, Ucrania y la Franja de Gaza. Sin embargo, las implicaciones de un virus como el del ebola son muy distintas a las de los mas terribles eventos politicos y belicos, al punto de resultar inexplicables, espeluznantes. Para empezar, el virus del ebola es invisible, excepto, claro, cuando se mira a traves de un microscopio electronico, o por sus fascinantes efectos patogenos. Es impersonal. Es apolitico. Pareciera tener la misma fuerza destructiva de la decima plaga de Egipto de la que nos habla el Exodo: la infligida por el angel de la muerte. Esta ultima impresion puede ser enganosa. El virus del ebola no es el angel de la muerte. A pesar del desconcierto que provoca, no es un evento sobrenatural: es solo un virus; uno que, sin llamar la atencion y en cualquier lugar, se vuelve infernalmente destructivo cuando infecta el cuerpo humano. Cada nuevo brote de una enfermedad infecciosa, incluido el ebola, comienza con una historia misteriosa. Los misterios son varios: ?cual es la causa de esa explosion repentina de miseria y muerte? Si es un virus, ?de que tipo? ?Alguna vez la ciencia ha visto algo similar? ?De donde viene? Si cada virus debe permanecer en un ser vivo para sobrevivir y reproducirse con el tiempo, ?de que creatura hablamos? ?Como es que ese virus se transmite a los seres humanos? ?Puede este nuevo virus ser controlado? ?Puede ser combatido con tratamientos farmaceuticos o vacunas? ?Puede ser detenido? ?O este brote se convertira en The Next Big One, 1 una pandemia de dimensiones catastroficas, destinada a barrer y matar a un numero considerable de la poblacion mundial, como la peste negra en el siglo XIV o la epidemia de influenza de 1918? Poca gente sabe que tanto los cientificos especializados en enfermedades como los funcionarios de salud son investigadores intrepidos, al estilo de los detectives ficticios Sam Spades, Philip Marlows y la superintendente de policia Jane Tennison, quienes mostraron su valor para encarar estas incognitas. En el caso del virus del ebola, ellos han podido responder algunas preguntas pero no todas. Este libro se basa en otro mio, publicado en 2012: Spillover, 2 mismo que es adaptado con algunas reflexiones y material nuevo; es un intento para entender el brote del virus del ebola acaecido en el oeste de Africa en 2014, asi como el que posteriormente estallo en la Republica Democratica del Congo, en un contexto general que haga sentido de estos misterios y sea una alternativa a las, hasta ahora, respuestas parciales. Mi aportacion es meramente una perspectiva mas a la historia y la ciencia del ebola, y en cierto modo personal, pues es fruto de los viajes que he podido auspiciar con mis modestos recursos por el habitat del ebola, asi como de la casualidad de haberme encontrado en la selva con dos hombres que habian visto lo peor del virus: como mataba a sus amigos y a sus seres queridos (para ser claro: yo nunca he pasado por una experiencia tan desgarradora como esa, ni he viajado al oeste de Africa en el momento de un brote con la intencion de observar o informarme sobre el mismo). Tambien incluyo algunas reflexiones sobre el virus de Marburgo, por dos razones: porque el tema esta estrechamente vinculado con el virus del ebola, pues dicho virus pertenece a la misma familia de los filovirus, y porque algunas cuestiones importantes que permanecen sin respuesta acerca del virus han sido resueltas, como se vera, por lo que se conoce de Marburgo, a traves de valiosas (aunque precavidas) conclusiones utiles para entender esta terrible enfermedad. El virus del ebola ha sido sobre todo una calamidad africana (hasta cierto punto), y aunque es un fenomeno unico, no es una anomalia, mas bien representa un episodio especialmente dramatico de un fenomeno global. Todo viene de alguna parte, y las nuevas como extranas enfermedades infecciosas que emergen abruptamente entre los seres humanos provienen principalmente de animales no humanos. La enfermedad puede ser causada por un virus, una bacteria, un protozoario o algun bicho peligroso. Ese bicho puede vivir, sin llamar la atencion, oculto en un tipo de roedor, murcielago, ave, mono o simio. Si pasara por algun accidente del animal que le sirve de escondite a su primera victima humana, podria encontrar las condiciones propicias; podria reproducirse agresiva y abundantemente; podria causar alguna enfermedad, incluso la muerte, y, mientras tanto, podria pasar de su primera victima humana a otras. Hay una palabra elegante para este fenomeno, utilizada por cientificos estudiosos de las enfermedades infecciosas desde una perspectiva ecologica: zoonosis. Si bien la zoonosis es un termino ligeramente tecnico, extrano para la mayoria de las personas, ayuda a esclarecer la complejidad biologica de la gripe porcina, la gripe aviar, el sindrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en ingles), el virus del Nilo occidental, entre otras enfermedades emergentes; enfermedades que tienen en comun pertenecer a la familia de las zoonosis y que amenazan con ser una pandemia global. Este enfoque ayuda a comprender por que la ciencia medica y las campanas publicas de salud han podido combatir algunas de las enfermedades mas aterradoras, como la viruela y la polio, pero son incapaces para contrarrestar otras, como el dengue o la fiebre amarilla. La zoonosis es la palabra del futuro, destinada a un uso intenso en el siglo XXI; se refiere a la infeccion animal transmisible a los seres humanos. Tanto la peste bubonica como las distintas cepas de la influenza son zoonosis. Tambien la viruela de los monos, la tuberculosis bovina, la enfermedad de Lyme, el virus de Marburgo, la rabia, el sindrome pulmonar por hantavirus (HPS, por sus siglas en ingles), la extrana afeccion de nombre Nipah, que ha matado a cerdos y a granjeros en Malasia, y ademas a algunas personas en Bangladesh que bebian de la savia caduca de una palmera (contaminada con este virus por las heces de ciertos murcielagos). Cada una de estas enfermedades refleja la accion de un patogeno que puede cruzar de otras especies a las personas. Esta forma de salto entre especies es comun, no rara; asi, actualmente se sabe que cerca de 60 por ciento de estas enfermedades infecciosas de igual manera pasan rutinariamente o han pasado recientemente entre animales no humanos y humanos. Algunas de ellas --principalmente la rabia-- son conocidas, se han esparcido y siguen siendo letales, al grado de que han matado a miles de personas a pesar de los cientos de esfuerzos concertados internacionalmente para erradicarlas o controlarlas, y del conocimiento preclaro de la ciencia sobre como actuan. Otras enfermedades de este tipo son inexplicablemente esporadicas; estas son responsables de varias muertes o de algunos cientos de muertes en aquel lugar o en otro, para luego desaparecer por anos. La viruela, para tomar un contraejemplo, no pertenece al grupo de las zoonosis; es causada por el virus variola, que bajo condiciones naturales infecta solo a seres humanos. Esto ayuda a explicar por que la campana global promovida en 1980 por la Organizacion Mundial de la Salud (OMS) para combatir la viruela fue exitosa. Esta enfermedad puede ser erradicada porque ese virus no tiene la capacidad para sobrevivir y reproducirse en cualquier lugar, excepto en el cuerpo humano o en un espacio controlado como un laboratorio, donde no se puede esconder. En cambio, los patogenos zoonoticos si lo hacen. Esa propiedad de esconderse los vuelve al mismo tiempo tan interesantes, complicados y problematicos. Estos patogenos, por supuesto, no se esconden conscientemente. Encuentran las condiciones propicias para vivir y propagarse como lo hacen solo porque en el pasado, y por casualidad, hallaron esas condiciones dada su flexibilidad para habituarse al ambiente idoneo para sobrevivir y reproducirse. Como en la mas fria logica darwiniana de la seleccion natural, la evolucion convierte a la casualidad en estrategia. La estrategia menos evidente de estos patogenos es acechar desde lo que se conoce como huesped reservorio, es decir, la especie portadora del patogeno, que lo alberga cronicamente mientras lo padece, aunque puede sufrir poco o no la enfermedad. Cuando una enfermedad parece desaparecer entre sus brotes, el agente que la causo debe irse a algun lugar, ?no es asi? Tal vez se esfuma por completo de la Tierra, aunque es poco probable que asi sea. Quiza se extinga por completo de una region y reaparezca cuando los vientos y el destino la traigan de nuevo de vuelta en algun otro lugar. O tal vez permanece cerca, por todas partes, escondido dentro de algun huesped reservorio. ?Un roedor? ?Un ave? ?Una mariposa? ?Un murcielago? Para que el virus pase inadvertido dentro de un huesped reservorio es probablemente mas facil que lo haga en cualquier sitio donde la diversidad biologica sea alta y el ecosistema sea relativamente tranquilo. Lo contrario tambien es cierto: un ecosistema perturbado es un buen caldo de cultivo para que las enfermedades aparezcan. Sacude un arbol y muchas cosas caeran. Caza un murcielago para comer, y podrias atrapar algo mas. Mata un chimpance para alimentar a tu familia y a tu aldea, y quien sabe que horripilantes sorpresas podrian aparecer. Existe un termino para designar al acontecimiento de transmision, cuando un patogeno pasa de una especie de huesped a otro: lo llamamos derrame. 3 Ahora que estamos familiarizados con los conceptos basicos, este es el punto de partida que seguiremos a lo largo de la obra: el ebola es una zoonosis. 1 El autor hace un simil con el hipotetico temblor (The Next Big One) de ocho grados de magnitud que se supone ocurrira en la Falla de San Andres. [Nota del T.] 2 David Quammen, Spillover: Animal Infections and the Next Human Pandemic, W. W. Norton, 2012 3 Del ingles spillover. [Nota del T.] 1 A lo largo del curso superior del rio Ivindo, al noreste de Gabon, cerca de la frontera con la Republica del Congo, yace una pequena aldea llamada Mayibout 2. Se trata de una especie de asentamiento satelite ubicado a 1. 6 kilometros rio arriba de su homonima: la aldea Mayibout. En febrero de 1996 esta comunidad fue azotada por una cadena de eventos terribles y desconcertantes: 18 personas enfermaron repentinamente luego de que participaron en el sacrificio de un chimpance.
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La balada de Tom el Negro de Victor Lavalle
https://gigalibros.com/la-balada-de-tom-el-negro.htmlLos que se mudan a Nueva York siempre cometen el mismo error: no son capaces de verla. Es lo que sucede con Manhattan, aunque tambien con los barrios de la periferia, ya sean Flushing Meadows en Queens o Red Hook en Brooklyn. Llegan buscando magia, del tipo que sea, y no hay nada que los convenza de que no existe. No obstante, no es algo necesariamente malo. Algunos neoyorquinos habian aprendido a ganarse la vida gracias a este error de juicio. Charles Thomas Tester era uno de ellos. La manana que nos incumbe dio comienzo con la salida de Charles de su piso en Harlem. Lo habian contratado para realizar una entrega en una casa de Queens. Charles compartia vivienda con su padre enfermo, Otis, un hombre que llevaba en proceso de abandonar este mundo desde el fallecimiento de su esposa tras veintiun anos de matrimonio. Habian tenido un unico hijo, Charles Thomas, y aunque ya tenia veinte anos, la edad indicada para independizarse, representaba el papel de hijo responsable. Charles trabajaba para cuidar de su padre moribundo. Trapicheaba para proporcionarle comida, techo y un dinerito extra para apostar de vez en cuando a un numero. Sabe Dios que no ganaba para mucho mas. Salio de casa algo despues de las ocho de la manana, vestido con su traje de franela gris; los pantalones estaban impolutos pero gastados, y las mangas eran visiblemente cortas. Buena tela, aunque deshilachada. El conjunto otorgaba a Charles un aspecto concreto: el de un caballero sin la cuenta corriente de un caballero. Escogio los zapatos de cuero calado marrones con las puntas rozadas y el gorro con orejeras marron chocolate, en vez del sombrero de fieltro. La visera del gorro evidenciaba tanto su edad como su uso, cosa que tambien era buena para sus trapicheos. Por ultimo, se llevo la funda de la guitarra, esencial para completar el disfraz. La guitarra la dejo en casa con su padre postrado en cama. Lo que transportaba dentro de la funda era un libro amarillo, no mucho mayor que una baraja. Cuando Charles Thomas Tester salio del piso sito en la calle 144 Oeste, oyo a su padre rasguear las cuerdas en el dormitorio de atras. El anciano podia pasarse la mitad del dia tocando el instrumento mientras cantaba al ritmo de la radio que tenia al lado de la cama. Charles esperaba llegar a casa antes del mediodia con la funda de la guitarra vacia y la cartera llena. Pagina 7 --Who's that writing? --canto su padre con voz ronca pero, precisamente por ello, encantadora--. I said who's that writing? Antes de marcharse, Charles le respondio con la ultima linea del estribillo: --John the Revelator. Se avergonzaba de su voz, nada melodiosa, al menos si se comparaba con la de su padre. En el piso, a Charles Thomas Tester lo llamaban Charles, pero en la calle todos lo conocian como Tommy. Tommy Tester, siempre con su funda de guitarra. No era porque aspirara a ser musico; de hecho, apenas era capaz de recordar un punado de canciones, y su voz bien podria describirse, siendo amable, como temblorosa. Su padre, que se habia ganado la vida como paleta, y su madre, que se dedicaba al servicio domestico, adoraban la musica. El tocaba la guitarra y ella tenia un don para el piano. Aunque lo mas natural habria sido que Tommy Tester acabara dedicandose al espectaculo, la pega era que le faltaba talento. Se consideraba un actor. Otros dirian que era un timador, un estafador, un defraudador, por mucho que el no lo viera de ese modo. Ningun embaucador que se precie se veria asi. Lo cierto es que, con la ropa que habia elegido, tenia todo el aspecto de un deslumbrante musico vagabundo. Era de esos hombres que llamaban la atencion, y eso le gustaba. Se dirigio a la estacion de ferrocarril como si fuera de camino a tocar en una fiesta privada con Willie <
> Smith. Y, efectivamente, Tommy una vez toco con la banda de Willie, salvo que, tras una unica cancion, Willie lo habia echado. Aun asi, el llevaba aquella funda de guitarra como si fuera un orgulloso hombre de negocios que cargara con su maletin al trabajo. Las calles de Harlem se habian sumido en el caos en 1924, cuando los negros empezaron a llegar de las Indias Occidentales y meridionales. Una parte de la ciudad ya abarrotada de por si se encontro con que tenia que alojar a mas gente aun. A Tommy Tester le parecia muy bien. Pasear por Harlem a primera hora de la manana era como convertirse en una gota de sangre dentro de un cuerpo enorme que se desperezaba. Ladrillos y argamasa, las vias elevadas del tren y kilometros de tuberias subterraneas; la ciudad estaba viva. Dia y noche, medraba. Tommy ocupaba mas espacio que la mayoria por culpa de su funda. En la entrada de la calle 143 tuvo que levantarla por encima de la cabeza para subir las escaleras que daban a las vias elevadas. El librito amarillo del interior daba tumbos, aunque no pesaba demasiado. Fue en tren hasta la calle 57 y alli hizo transbordo para coger la linea Corona de la BMT hasta la avenida Pagina 8 Roosevelt. Era la segunda vez que se desplazaba a Queens; la primera habia sido cuando acepto el trabajo especial que estaba a punto de cerrar. Cuanto mas se adentraba Tommy Tester en Queens, mas destacaba. En Flushing vivian muchos menos negros que en Harlem. Tommy se calo un poco mas el gorro. El conductor entro dos veces en su vagon y ambas se detuvo para hablar con el. Una vez le pregunto si era musico y acompano la pregunta con un golpecito en la funda de la guitarra, como si fuera suya, y en la segunda ocasion le pregunto si se habia saltado su parada. Los demas pasajeros fingieron desinteres, aunque Tommy los veia pendientes de sus respuestas, que el procuro no complicar: < > y < >. Hacerse invisible, camuflarse, obedecer: eran trucos utiles para un hombre de piel negra en un barrio blanco. Tecnicas de supervivencia. En la ultima parada, Main Street, Tommy Tester salio con todos los demas --en su mayoria inmigrantes irlandeses y alemanes -- y bajo al nivel de la calle. Desde alli le quedaba un largo paseo. Durante todo el camino, se maravillo de la amplitud de las calles y de las casitas adosadas. Aunque el barrio habia crecido y se habia modernizado mucho desde sus primeros tiempos, en los que no habia mas que granjas holandesas y britanicas, para un chaval como Tommy, criado en Harlem, todo aquello era rustico, un desconcertante campo al aire libre. Los brazos abiertos del mundo natural le preocupaban tanto como los blancos, puesto que ambas cosas eran un misterio para el. Cuando se cruzaba con algun blanco por la calle mantenia la vista clavada en el suelo y los hombros caidos. Los hombres de Harlem eran famosos por sus andares, por sus zancadas de leon, pero alli los oculto. Asi no lo detenian, por mucho que no dejaran de observarlo. Su disfraz y el arrastrar de pies funcionaban. Por fin, tras muchas manzanas de casas adosadas recien construidas, Tommy Tester llego a su destino. Se trataba de una vivienda privada, pequena y casi perdida en una arboleda, ya que el resto de la manzana la ocupaba una funeraria. Aquel lugar crecia como un tumor en la casa de los muertos. Tommy Tester se metio en el camino de entrada y ni siquiera tuvo que llamar: antes de subir los escalones, la puerta principal se entreabrio. Una mujer alta y delgada ocupaba el umbral, medio oculta entre las sombras. Ma Att. Ese era el nombre que le habia dado, el unico al que ella respondia. Lo habia contratado de aquel mismo modo: en el umbral, a traves de una puerta entreabierta. Hasta Harlem habia llegado el rumor de que la mujer necesitaba ayuda, y el era el tipo de hombre que le podia proporcionar lo que buscaba. Citado en su puerta para recibir un encargo sin que lo invitaran a entrar. Lo mismo sucederia en aquel momento. Pagina 9 El lo entendia o, al menos, intuia la razon: ?que iban a pensar los vecinos si la mujer dejaba que los negros entraran tranquilamente en su casa? -
Amigos o algo mas (Divalentis Romantica 6) de Deborah F. Munoz
https://gigalibros.com/amigos-o-algo-mas-divalentis-romantica-6.htmlAna no ha decidido aun que hara durante sus vacaciones. Lo que si que tiene claro es que el primer dia se va a hartar a dormir. Pero cuando su amiga Tam se rompe una pierna al intentar subir la escalera con unas cuantas copas de mas, esta la manipula para que le haga un favorazo y se encuentra, de pronto, al cuidado de dos gemelas. Al principio es duro, pero justo cuando le empieza a coger el tranquillo a eso de ser ninera, las dos diablillas suben a la habitacion de su misterioso tio, a pesar de que lo tienen prohibido, y la vida de Ana cambia para siempre.
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Algo mas que una dama (Familia Marston 1) de Christine Cross
https://gigalibros.com/algo-mas-que-una-dama-familia-marston-1.html -
Arrastrame al infierno contigo (Samsara 1) de Jane Reyals
https://gigalibros.com/arrastrame-al-infierno-contigo-samsara-1.html?Que harias si el amor de tu vida, por el que renunciaste a tus alas, no recordara siquiera tu nombre? Los secretos, los celos, el amor, el deseo y la posesividad inundan la vida de Naia, una joven que oculta un gran secreto. Inmersa en sus estudios, rechaza cualquier tipo de relacion con los hombres, pero pronto se sentira acorralada por un profesor que afirma conocerla mas de lo que ella cree. Entretanto, Zackary, un angel arrojado a la tierra, condenado por amar lo prohibido, intentara recuperar a su angel. Para ello entregara sus alas a los Kazoos, los guerreros del infierno, encargados de recuperar el mapa, el unico conducto que puede llevarlos de vuelta al Eden. Angeles deberan unir fuerzas para derrotar Kazoos del ultimo ser que esperarian, aquel que aguarda librar una batalla milenaria para cumplir su venganza.
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El callejon escondido de Sela Garcia Pedrera
https://gigalibros.com/el-callejon-escondido.htmlOlivia es la elegida para restablecer la energia que nutre la dimension intemporal en la que ahora habita; pero sera su hija Celia, una joven de hoy, quien llevara a cabo esta mision en la Tierra enfrentandose a las sombras malignas que luchan por conseguir ese poder custodiado en la libreria de un callejon escondido. En la intrigante busqueda del libro que contiene el secreto para conseguirlo, Celia descubrira sus poderes, el valor de la familia y la amistad, y conocera el deseo y el amor autenticos.
Una lucha entre dos amores, entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte, entre el miedo y la determinacion. Una alegoria de la lucha vital, en la que los suenos, a veces, pueden hacerse realidad. -
Perros que duermen de Juan Madrid
https://gigalibros.com/perros-que-duermen.htmlMadrid, 2011. Juan Delforo, periodista y escritor, hijo de padres republicanos y con un pasado de militancia en la lucha antifascista, acude a un chalet de El Viso para recoger el legado de un hombre que no conoce y que acaba de morir. Se trata de Dimas Prado, un comisario, viejo falangista, que se relaciono en el pasado con los padres de Delforo y ha ejercido de protector en la sombra del joven disidente.
Burgos, 1938. Dimas Prado es encargado de la investigacion del espeluznante asesinato de una jovencisima prostituta a manos de un jerarca del bando nacional. La investigacion, que tendra por objeto borrar cualquier rastro del crimen, permitira relanzar la carrera policial de Dimas Prado, que cuenta con la ayuda del siempre fiel Guillermo Borsa.
Malaga, 1945. El padre del protagonista, Juan Delforo, militar republicano que lucho en la Defensa de Madrid, es detenido y condenado a muerte. Dimas Prado intercede por el a cambio de una informacion fundamental para su futura carrera politica y le permite un encuentro con su mujer, Carmen Munoz, a la que le unian lazos nunca revelados.
?Por que el viejo comisario quiso como ultima voluntad que Juan Delforo heredara su historia?
?Puede un novelista contarlo todo?
?Que verdades se esconden tras las lealtades ocultas de estos personajes?
Juan Madrid, en la que es su novela mas ambiciosa hasta el momento, nos lleva a traves de las paginas de “Perros que duermen” a aquella epoca sombria de la guerra y la posguerra civil, y a sus ecos en la construccion de nuestro presente. Una novela de intriga, inquietante y estremecedora, con personajes complejos, contradictorios y ricos en matices, que nos hara reflexionar sobre el genero humano y sobre la necesidad de contar historias.
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De viento y sal de Clara S. Mendivil
https://gigalibros.com/de-viento-y-sal.htmlComienzos del siglo XVIII: la Edad de oro de la pirateria. Filibusteros y corsarios campan a sus anchas por las islas del mar Caribe, saqueando veleros y hacie ndose con los ma s preciados botines. Anne Cormac, una joven de buena familia irlandesa afincada en Ame rica, se siente irremediablemente atrai da por la libertad que intuye en la vida no mada y salvaje de los piratas, y, tras una fuerte discusio n con su padre, decide huir de su hogar para siempre. Asi dara comienzo la carrera de una de las piratas ma s importantes e influyentes de la historia. En su primera novela, la escritora Clara S. Mendivil nos relata, con un ritmo trepidante y un estilo afilado, las apasionantes aventuras de la primera mujer condenada por pirateria.
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El secreto de Xein (Guardianes de la Ciudadela 2) de Laura Gallego
https://gigalibros.com/el-secreto-de-xein-guardianes-de-la-ciudadela-2.html -
Diario de una Fatgirl de Melanie Alexander
https://gigalibros.com/diario-de-una-fatgirl.htmlMi nombre es Elisabeth Ortega, soy fotografa profesional y gorda de nacimiento.
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Devuelveme la luna de Elena Moreno Scheredre
https://gigalibros.com/devuelveme-la-luna.htmlNo importa si alguien oso prometerte la luna y le creiste, lo importante es descubrir que nadie puede darte aquello que no posee.Al destino se le puede esquivar, pero el corazon siempre te encuentra.
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Cautiva de mi Senor de Sophie West
https://gigalibros.com/cautiva-de-mi-senor.htmlBranden Ware era un capullo. Guapo, si, eso no podia negarlo, con un aura sexy que la ponia muy nerviosa, con esos fuertes pomulos, los labios jugosos y ese cuerpazo de infarto que le quitaba la respiracion. Pero un capullo, al fin y al cabo, que la habia tenido trabajando hasta las tantas de la noche buscando antiguos informes y resoluciones para uno de sus casos. Branden era una de las estrellas en auge de la firma de abogados en la que trabajaba como archivista, Hooper, Maloney y asociados, y no entendia por que narices tenia que ponersele la piel de gallina cada vez que lo veia. --Capullo --repitio por lo bajo mientras subia las escaleras del metro. Eran las diez de la noche pasadas, y la calle estaba desierta. El calor empezaba a ser molesto, y Jailyn se habia quitado la chaqueta y la llevaba colgada del brazo. Vestia un traje chaqueta gris clarito, el uniforme del despacho, como ella lo llamaba, con una blusa blanca y unos zapatos de salon de tacon bajo, formales pero comodos. Subio el ultimo escalon y respiro profundamente, cerrando los ojos durante un instante. El lunes acababa de terminar y preveia una semana larga y terriblemente aburrida hasta el proximo fin de semana. Enfilo la calle en direccion a su casa. Compartia apartamento en el SoHo, en una tipica casa de fachada amarilla que habian dividido en pequenos estudios. Le gustaba vivir alli. A pesar de la gentrificacion, el barrio todavia mantenia ese aspecto bohemio tan caracteristico que la hacia viajar a los anos setenta, cuando aquel lugar era un reducto de artistas despreocupados. El alquiler no era bajo, pero su sueldo era bastante decente y compartir los gastos con Kendra, su amiga y companera de trabajo, lo hacia asequible. Sus tacones resonaron sobre el pavimento de la acera y el eco reboto contra las paredes. Jailyn se desabrocho los dos botones de arriba de la blusa y se abanico con la mano. Junio estaba siendo especialmente caluroso, y la ropa que la obligaban a llevar en el trabajo no era fresca precisamente. Paso por delante del Victor's, un pequeno restaurante italiano cuyo dueno estaba bajando la persiana, terminada ya su jornada. Lo saludo con una sonrisa y este se la devolvio. Solian ir alli con Kendra a menudo, sus pizzas eran de las mejores y su lasana... mmmm. Se le hizo la boca agua solo de pensarlo. Giro la esquina y apresuro el paso. Ya podia ver la fachada de su casa. Se daria un bano en cuanto llegara, se tomaria una copa de vino y, si Kendra se lo permitia, se meteria en la cama. Aunque podia ser que la estuviera esperando para ver el nuevo episodio de Anatomia de Grey, con un gran bol de palomitas preparado. Si era asi, no tendria mas remedio que acompanarla. !La de cosas que hacia por la loca de su amiga! Como acompanarla al Taboo, el club de BDSM al que se empeno en ir el sabado pasado. Todavia se moria de verguenza al recordar lo que habia pasado en aquel tetrico lugar. De todas las personas que hubiese imaginado encontrar, desde luego, Branden Ware no era una de ellas. Pero alli estaba, vestido de una manera informal que jamas le habia visto, con un pantalon vaquero y una camiseta ajustada que le sentaba como un guante, mirandola con aquellos penetrantes ojos castanos que la hacian temblar como si fuese un polllito recien salido del cascaron. --Capullo --volvio a musitar, como si aquella palabra se hubiese convertido en un mantra para mantenerlo alejado de su mente--. La curiosidad mato al gato, pero a ti te ha metido en una buena encerrona. Apenas le quedaban cien metros para llegar a su portal. Inspiro profundamente para controlar el temblor que la sacudio al pensar en lo que le habia hecho y apreto la mandibula con fuerza, decidida a quitarselo de la cabeza. Branden no era para ella. Por muy sexy que fuese, hasta el punto de babear solo al pensar en el; por mucho que ansiara volver a sentir sus grandes manos sobre su piel, y por mucho que en su mente reviviera el espectacular orgasmo que habia vivido entre sus brazos, tenia que cerrar de un portazo esa diminuta parte de su vida y mantener el recuerdo bien enterrado para que no volviera a molestarla. Absorta en sus pensamientos, y deseosa de llegar a su casa, no se dio cuenta de la furgoneta oscura con cristales tintados que giro por la esquina y se acerco a ella por detras, a una marcha lenta, hasta que fue demasiado tarde. El vehiculo se detuvo en seco a su lado, alguien abrio la puerta lateral, y un hombre con pasamontanas salto para agarrarla. Jailyn intento gritar, pero una gran mano le tapo la boca con un trapo humedo al tiempo que con la otra la agarraba por la cintura y la alzaba del suelo. Pataleo, intentando defenderse, pero el hombre era alto y fuerte, y no la solto. La metio dentro de la furgoneta sin que ella dejara de forcejear. Le clavo las unas en las manos y consiguio arrearle una patada en la espinilla. El hombre grito y aflojo la mano que le tapaba la boca, momento que ella aprovecho para gritar primero y morderlo despues. --!Jailyn, joder! Esa voz, a pesar de estar distorsionada por el pasamontanas, le resulto conocida. Jailyn se quedo quieta, estupefacta. ?Quien era? No podia recordar, pero estaba segura de que lo conocia. Intento seguir peleando, pero su cuerpo empezaba a notar los efectos del sedante que le habian hecho respirar. <
>, penso, mientras sus ojos pesados empezaban a cerrarse. El trapo humedo que le habia puesto en la boca debia estar mojado con algun tipo de tranquilizante. --Vaya chapuza estas haciendo, de esta nos meten en la carcel --oyo decir a una voz masculina desconocida, con un tono divertido que le parecio fuera de lugar. --Cierra la boca y arranca --contesto la voz conocida, evidentemente molesto con la chanza --. No te preocupes, nena --fue lo ultimo que Jailyn le oyo decir antes de caer en la inconsciencia. La voz estaba cargada de una ternura que no supo si permitir que la reconfortara o que la alarmara todavia mas--. No voy a hacerte dano. Capitulo uno Unos dias antes Jailyn Middleton estaba de pie delante de la puerta del despacho del senor Ware. En los brazos, llevaba la pila de documentos referidos a los casos que habia pedido hacia un rato y que habia estado recopilando junto a Susan Prescott, una de las pasantes del despacho. Estaba nerviosa, como siempre que tenia que subir hasta la planta diecisiete, donde estaban los despachos de los abogados de la firma en la que trabajaba. Respiro con fuerza un par de segundos y apreto los labios con decision. Por suerte, Carola, la secretaria, no estaba alli, o hubiera tenido que soportar su mirada altanera y la ceja alzada con diversion mal contenida. La muy zorra se habia dado cuenta de que Jai bebia los vientos por su jefe y no desaprovechaba ninguna ocasion para hacerle ver que una chica simplona y nada sofisticada como ella no tenia ni una sola oportunidad de llamar la atencion del abogado mas guapo y sexy del edificio. Expulso el aire con dureza, llenandose de determinacion, y llamo a la puerta con energia. A la mierda Branden y a la mierda Carola. Podia ser que ella se pusiese cachonda como una perra solo al mirarlo, pero no iba a dejar que le hiciese perder la cabeza ni la valentia. La voz de Branden no respondio al otro lado. Quiza no estaba. Indecisa, alzo la mano mientras cambiaba el peso de un pie a otro. Golpeo de nuevo la madera con los nudillos, y espero. Nada. Estaria en la sala de descanso tomando cafe, o metido en algun bano metiendole mano a la secretaria, seguro. No le extranaria nada que esos dos estuviesen liados. Carola si era el tipo de mujer que llamaba la atencion de los hombres como Branden: sofisticada, elegante y sexy, incluso con la ropa sobria que les obligaban a llevar en el trabajo, con ese pelo rubio moldeado desde la raiz hasta las puntas... Era como una version moderna de Marilyn Monroe, con peca incluida. No como ella, que parecia una mojigata de pueblo con la blusa abrochada hasta el cuello, la falda por debajo de las rodillas, y los pantis color carne en lugar de las medias de seda con filigranas plateadas que le habia visto a Carola mas de una vez. Nada habia mas anti erotico que unos pantis color carne. Algo muy parecido a los celos se enrosco en su estomago al pensar en la secretaria enrollandose con Branden, como una serpiente despertada de mala gana, furiosa y con ganas de morderle el culo a alguien. --Le morderia el culo al senor Ware sin dudarlo --musito, cabizbaja, rindiendose a la evidencia. Se quedo unos segundos mas delante de la puerta cerrada, mirando el pomo con mucho interes, como si alli hubiera algo super interesante que hubiese llamado su atencion. Despues, miro a su alrededor para comprobar que no habia nadie observandola. Sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa cuando se le ocurrio una idea peregrina que, seguro, no haria mas que traerle problemas. < >, se dijo, algo que no tenia porque suceder. Puso la mano en el pomo y lo hizo girar. La puerta se deslizo en sus goznes sin hacer ruido alguno y Jailyn la atraveso y cerro detras de ella antes de que alguien pudiese verla y llamarle la atencion. Jamas habia estado alli dentro ella sola, sin la presencia de un Branden demasiado ocupado para levantar la cabeza de su trabajo para mirarla. <>, se tranquilizo. Si. Con decir que le traia los informes que le habia pedido, podria salvar la situacion si se daba el caso. Dejo la documentacion sobre uno de los asientos enfrentados a la enorme mesa del despacho y la rodeo. Sobre ella habia un ordenador con la pantalla apagada, varios boligrafos, el telefono fijo y mucho papeleo desperdigado. No habia fotos familiares, ni objetos personales, como en las mesas de sus companeros. Aquella mesa era impersonal y estaba vacia de recuerdos; solo con mirarla, nadie sabria adivinar quien era su ocupante, podria pertenecer a cualquiera. Paso los dedos sobre la madera, acariciando la suave y brillante superficie, y suspiro. ?Por que se habia encaprichado tanto con aquel hombre que ni siquiera sabia que ella existia? Nunca le habia pasado algo asi. Ya siendo una adolescente inexperta en temas amorosos, habia tenido claro que si un chico no le hacia caso, tenia que borrarlo de su cabeza y enfocar sus energias en otra cosa. Insistir en ir detras de alguien a quien ella no le interesaba era una perdida de tiempo, y provocaba danos emocionales que no valia la pena sufrir; nunca habia tenido problemas para olvidar, ni siquiera cuando se enamoro como una idiota de Jack Torrance, el quaterback del equipo del instituto, un muchacho que solo tenia ojos y manos para las animadoras. Paso varias semanas suspirando por las esquinas, espiandolo como una buena acosadora, haciendose la encontradiza con el con la esperanza de que la mirara, sonriendole como una boba cada vez que se cruzaban por el pasillo. Ni una sola vez consiguio que el reparara en su presencia, ni siquiera para burlarse, como hacia con otras el muy cretino. Al final, se armo de determinacion y decidio borrarlo de su cabeza y de su corazon. Paso unos dias bastante jodidos, luchando contra la tentacion de espiarlo de nuevo; pero al fin consiguio su objetivo y la siguiente vez que se cruzo con el, su corazon no se acelero, y las angustiosas mariposas no hicieron acto de presencia en su estomago. Se lo habia quitado de la cabeza. ?Por que no conseguia el mismo resultado con Branden Ware? ?Por que, a pesar de las veces que se habia dicho que tenia que dejar de pensar en el, seguia haciendolo? --Porque eres idiota --murmuro, molesta consigo misma. Era idiota, desde luego, y su necesidad enfermiza por conocer mas cosas de el, la llevaron a abrir los cajones de la mesa con la esperanza de encontrar algun objeto personal que le contara algo sobre su desconocida vida fuera del despacho. A duras penas lo conocia. Solo sabia que era un hombre muy atractivo que exudaba masculinidad por todos los poros de su piel, con unos ojos castanos preciosos, una boca demasiado besable para su buena salud mental, y un cuerpo de infarto que se moria por lamer. ?Pensar asi era tan superficial como le parecia? Si, lo era, pero !no podia evitarlo! Encontrar a un hombre tan atractivo fuera de la pantalla del cine era practicamente imposible, y era una tonteria sentirse culpable por esa atraccion animal y salvaje que la poseia cada vez que pensaba en el. Los hombres lo hacian constantemente y nadie los senalaba con el dedo por ello. De su caracter, poco podia decir. Era amable pero serio, muy formal en su trato con las personas que, en la empresa, ocupaban posiciones inferiores a la suya, y siempre se comportaba correctamente, como un caballero; pero jamas lo habia visto sonreir. Fue este pequeno detalle el que hizo que se fijara en el, mas que los musculos que se adivinaban bajo sus trajes caros, o el rostro perfectamente simetrico y varonil. Abrio otro cajon con la esperanza de encontrar algo, quiza una foto familiar, de algun hermano, o padres, o algo, pero la sorpresa por lo que encontro la hizo cerrarlo de golpe, espantada. ?Que demonios guardaba alli? Volvio a abrirlo, muy despacio, como si temiera que el contenido saltara sobre su cara de repente. Parpadeo varias veces, intentando convencerse de que aquello era una broma. Quiza no era la primera vez que alguien se dedicaba a curiosear en sus cajones y habia decidido darle una leccion a la entrometida de turno, ella en este caso. Metio la mano dentro, hipnotizada por los objetos que ocupaban el cajon, y saco uno. Era un dildo de un tamano considerable, muy realista excepto por el color rosa chicle, con las venas muy marcadas. Parecia una polla de verdad. ?Seria posible que Branden fuese gay y nadie lo supiera? No, se nego a pensar en esa posibilidad. Habia rumores sobre el que apuntaban en una direccion totalmente opuesta. Saco otro objeto, unas esposas de cuero negro forradas de pelusa roja que se quedo mirando, horrorizada consigo misma por sentir una punzada de excitacion. Lo dejo caer dentro del cajon como si le hubiera quemado en las manos y lo cerro, asustada. ?Que cono le estaba pasando? Se llevo las manos al pecho intentando normalizar su respiracion, que se habia vuelto irregular y agitada. !Estaba excitada! Durante un instante, se habia imaginado a Branden Ware poniendole aquellas esposas mientras < > con ella, y la respuesta de su cono habia sido empaparse de necesidad. Llena de curiosidad, como el gato al que no le importa arriesgar su vida, volvio a abrir el cajon y siguio curioseando. Por sus manos pasaron un latigo hecho de tiras de cuero muy suaves, o un plug bucal de silicona, de los que obligan a quien lo lleva a mantener la boca abierta. Dios santo, !Branden Ware era un pervertido! < >. Cerro el cajon con tanta fuerza que el chasquido la sobresalto. Se llevo la mano a la entrepierna con la esperanza de detener el torrente de sensaciones y deseo que la habian asaltado por sorpresa, y musito un < >, mientras respiraba en profundidad, intentando recomponerse. Se habia excitado con la idea de ser sometida.!Una locura! Tenia que salir de alli. Se movio con rapidez, como si su vida estuviera en peligro; cogio la pila de documentos que habia dejado sobre el asiento para no dejar pruebas de su presencia alli, y salio por la puerta como alma que lleva al diablo, rezando para que nadie se diese cuenta del estado tan lamentable en el que se encontraba. Se metio en el bano, dejo los documentos en el inmaculado suelo, abrio el grifo sin dejar de resollar como una res agotada, y metio la cara bajo el chorro de agua fria. Por suerte, aquella manana se habia levantado demasiado perezosa como para entretenerse en maquillarse. Volvio a su planta un rato despues, repuesta de su insolita experiencia. Se metio en su cubiculo e hizo lo que deberia haber hecho desde un principio: llamar al departamento de mensajeria de la empresa para que fuesen a recoger los documentos para el senor Ware. Colgo el telefono y miro hacia el cubiculo en el que su amiga Kendra estaba trabajando. Necesitaba contarle a alguien lo que habia experimentado, y no podia esperar a volver a casa. Se levanto y fue hacia ella. --Vamos a tomar un cafe --le dijo, senalando hacia el pequeno cuarto que utilizaban para descansar de vez en cuando. --?Estas bien? --le pregunto su amiga mirandola con aquellos ojos celestes tan peculiares--. Te veo un poco palida y sudorosa. No tendras fiebre, ?no? --Estoy bien. Vamos. La agarro de la mano y tiro de ella para serpentear entre las mesas de sus companeras de departamento. Kendra la siguio llena de curiosidad. Entraron en la sala de descanso y Jai miro hacia la oficina, donde sus companeros seguian trabajando, ajenos a sus movimientos. Deseo poder tener un poco mas de intimidad, pero ni siquiera habia una puerta que poder cerrar. --No te vas a creer lo que me ha pasado --susurro. Se lo conto, con pelos y senales, delante de una buena taza de cafe, echando una mirada de vez en cuando hacia la puerta para asegurarse de que nadie estaba escuchando su conversacion. Kendra la escucho en silencio, dejando ir de vez en cuando alguna exclamacion de sorpresa, mirandola con los ojos muy abiertos y tapandose la boca de vez en cuando para ahogar una risa. --?En serio tiene todo eso metido en un cajon? --exclamo su amiga en voz baja, tan sorprendida como divertida, cuando termino su relato--. Vaya con don seriecito, que sorpresas da la vida. --Te lo juro. Y no veas como me ha puesto, tia. --?Cachonda como una perra? --se rio--. No me extrana. El tio esta como un quesito, y si encima va de Amo... ?Te lo imaginas vestido de cuero negro, con unos pantalones apretados que le marcasen ese culo prieto? Joder, que salida voy. --Mas que eso me he imaginado, carino --contesto, indecisa por contarle el resto de la historia. --Venga, sueltalo --la animo su amiga, llena de curiosidad. Estaba siendo un dia muy aburrido y aquello le estaba dando la vida. --Me imagine desnuda ante el --confeso bajando aun mas la voz--, de rodillas, con las esposas puestas y el plug bucal, a punto de hacerle la mamada de su vida. --Tia, necesitas echar un polvo pero ya. --Lo que necesito es que Branden Ware se fije en mi, me secuestre y me convierta en su esclava sexual durante unos dias --solto a bocajarro, haciendo que su amiga ahogara una carcajada que estuvo a punto de hacerle escupir el cafe que acababa de llevarse a la boca--. Hablo en serio, no te rias. Quiza asi me lo quitaria de la puta cabeza. --Carino --Kandra alargo la mano para posarla sobre la de Jai y la apreto, en un gesto solidario y consolador--, creo que necesitas mucho mas que eso. Nunca te habia visto tan obsesionada por un tio. --Precisamente por eso. Seguro que una semana en sus manos me quitaria la tonteria. Descubriria todos sus defectos y ahi acabaria todo. --O descubririas sus virtudes y te enamorarias hasta las trancas. --Los tios como Branden Ware no tienen virtudes, Kendra. A estas alturas, deberias saberlo. -
Abrazame (En tus brazos 2) de Noe Casado
https://gigalibros.com/abrazame-en-tus-brazos-2.htmlANTES no era preciso que sonara el despertador para ponerse en funcionamiento cada manana, su insomnio cronico la ayudaba a estar despierta con la antelacion necesaria para arreglarse antes de empezar una de sus largas jornadas laborales. Una rutina bien organizada en la que mantenerse evitando altibajos de cualquier tipo y que hasta no hacia mucho funcionaba a la perfeccion. Pero ahora se le antojaba dificil como poco, pues, cuando oia el odioso <
> de su alarma, solo sentia deseos de acurrucarse bajo las sabanas y en buena compania. La buena compania en esos instantes dormia placidamente a su espalda, rodeandola por la cintura, por lo que las ganas de ser responsable se diluian en el acto. Extendio el brazo y apago la maldita alarma. Nicole se movio hasta quedar boca arriba y hacer una mueca. Tantos anos de responsabilidad al garete. Sonrio. ?Quien hubiera pensado que la chica mas responsable del planeta ahora queria hacer novillos? No obstante, algo siempre queda; asi que, dandole un beso suave en el hombro a su grunon y pervertido particular, se levanto de la cama dispuesta a ocuparse de unos cuantos asuntos pendientes. La vida glamurosa que se le presuponia a la novia de un exfutbolista famoso no lo era todo, y ahora tenia que ocuparse del cierre definitivo del bufete. No era plato de buen gusto dar carpetazo a aquella empresa, especialmente tras tantos anos de dedicacion, pero las circunstancias asi lo exigian. Su exsocio ahora, quien lo diria, ya no era el adicto al trabajo de antano y habia montado un despacho propio, lo que la dejaba a ella como unica responsable, hecho que le robaria demasiado tiempo y, tras el cambio experimentado en su vida, no queria pasar tantas horas encerrada en un despacho, marchitandose. Nicole, la chica otrora eficiente y profesional, miro por ultima vez la cama y suspiro mientras dudaba entre apartar la sabana y despertar a la fiera o darse una ducha, fria, antes de ir a trabajar. Se mordio el labio mientras se lo comia con los ojos, pero al final opto por acudir a su cita. La esperaban en el despacho y no podia llegar tarde, no al menos cuando se trataba de un cliente importante. Si ya el estado de la oficina daba que pensar, pues su funcionamiento distaba mucho del de otra epoca, encima no podia permitirse el lujo de no estar presente, por mucha tentacion que en forma de novio pervertido la provocara. < >, penso entrando en el cuarto de bano. Programo el termostato de la cabina de ducha y se metio bajo el chorro; necesitaba refrescarse y parecer una mujer seria y decente, nada que ver con la ligerita de cascos que la noche anterior habia sudado y gemido entre las sabanas como una descarriada. Tras el aseo y con cuidado de no despertar a Max, se metio en el vestidor y saco uno de sus trajes sastre, uno gris marengo entallado de esos de aspecto pulcro y profesional que el odiaba pero que le permitia conservar por eso de jugar a la bibliotecaria cachondona, aunque Nicole preferia usarlos solo en el ambito laboral. Tras un ligero maquillaje y con los zapatos de medio tacon en la mano, salio del dormitorio en direccion a su estudio para recoger los documentos que precisaba en la reunion. Que tuviera pensamientos excitantes no significaba desatender sus obligaciones. Miro la hora y apenas le dio tiempo para un cafe rapido, pese a que la cocinera, sin pedirselo si quiera, ya tenia el desayuno preparado. --Senorita Sanders, que esta en los huesos… --protesto la mujer cuando la vio salir sin probar ni una sola de las tostadas. Nicole se dirigio escopetada hacia su Audi y arranco como alma que lleva el diablo para llegar cuanto antes a su oficina. Cuando acabara sus obligaciones ya se ocuparia de tomarse un tentempie. Aparco en la plaza de garaje reservada en el edificio comercial y, con su portafolio bajo el brazo, subio hasta su despacho. Cuando iba a introducir la llave en la cerradura se dio cuenta de que la puerta estaba entornada y eso no era normal. Ahora ya no disponia de secretaria, y a esas horas el servicio de limpieza jamas trabajaba; por lo tanto, habia algun intruso dentro. --Maldita sea… --farfullo a caballo entre asomar la cabeza y comprobar quien podia haberse colado y para que o bien, lo mas sensato, llamar a la policia y que hiciera su trabajo. Oyo un ruido, un golpe de algo cayendo al suelo, y se sobresalto. --!Joder! --oyo alarmandose aun mas. ?Habia pillado a los ladrones in fraganti? Por si acaso, saco su movil y marco el telefono de la policia para estar preparada en caso de emergencia. Despues del incidente con ese malnacido que ni queria nombrar, empezaba a ser respetada en la comisaria. Bueno, por eso, y por tener a un ex con uniforme, que siempre venia bien. --!Joder, vaya puta mierda de caja! < >, penso Nicole cuando de nuevo se oyo un fuerte golpe. Como le pudo la impaciencia, entorno la puerta y entro. --!Deje eso ahora mismo en su sitio! --grito a pleno pulmon. Puede que una mujer indefensa tuviera las de perder, pero irritando timpanos hubiera ganado una medalla. Un tipo de espaldas a ella, vestido con vaqueros desgastados, sudadera deportiva y con una caja de carton en las manos y otra a los pies con su contenido desparramado, se giro despacio para no enervar mas a la histerica que le habia chillado. El intruso se dio la vuelta lentamente hasta quedar frente a ella y la miro achicando los ojos. Nicole abrio los ojos como platos y su bolso, que pretendia utilizar como arma defensiva en caso de ser necesario, cayo al suelo. Miro al tipo de arriba abajo, parpadeando para asegurarse de que no era una vision. --Esto pesa --dijo el con sarcasmo con la intencion de sacarla del trance. --Lo siento, no te habia conocido --murmuro avergonzada. Y es que costaba reconocer a su exsocio. Parecia otro asi vestido. En todos los anos que lo conocia nunca le habia visto de esa guisa. --Si, yo tampoco me reconozco --mascullo Thomas--. No sabia que ibas a venir; estoy terminando de recoger mis cosas --anadio senalando las cajas. --No pasa nada --dijo sintiendose un poco tonta, alli de pie, los dos en la recepcion como si fueran dos extranos. Aunque en cierto modo asi era. --?Como te va? --termino preguntando por hablar de algo y no seguir alli como dos pasmarotes. --Bien. No me quejo. ?Y a ti? --Depende de como se mire --respondio no muy contento consigo mismo. --?Y eso? --inquirio. No porque le interesara realmente, pero ahora procuraba comportarse de forma menos altiva y ser mas comunicativa. Ademas, no costaba nada perder cinco minutos. En ese instante la puerta se abrio… y una morena, ataviada con el chandal mas azul electrico del mundo y con una sonrisa de oreja a oreja, entro convirtiendose en el acto en el centro de atencion. Sin ningun reparo, se acerco a el, le dio una palmada en el culo y dijo riendose: --!Deja de darle a la sin hueso que he dejado el coche mal aparcado! --Y despues se volvio hacia Nicole--: !Cuanto tiempo sin verte! Ambas se dieron dos besos e hicieron caso omiso al refunfunon que sujetaba una caja. --Dame las llaves del coche --pidio Thomas--. Mientras os da por poneros al dia, voy bajando algo. Olivia se las metio en el bolsillo delantero del pantalon y el se marcho; eso si, Nicole tuvo la decencia de mantener la puerta abierta para que pasara. --Te veo estupenda --comento la abogada. --Pues tu tampoco te puedes quejar… Y a todo esto, ?que haces currando? Se supone que tienes una vida glamurosa, repleta de invitaciones y todo eso… --Intento llevar algunos casos sencillos. No todo va a ser ir de fiesta en fiesta --respondio de buen humor--. ?Que tal esta el pequeno Robert? --Mi nino esta para comerselo…, --murmuro orgullosa--. Mira que yo queria una nina, ya sabes, por eso de volver loco a su padre, pero al final Thomas se salio con la suya. --No se como ha consentido que le pongais ese nombre… Nicole conocia la tragedia familiar de su exsocio asi que, cuando supo el nombre escogido, se llevo una gran sorpresa. --Bah, todo es cuestion de persuasion. Ademas, entre Julia y yo le dimos la chapa y, como mi sobrina es la madrina, pues ella eligio el nombre y el padre a callar y punto. Sabe que en casa tiene las de perder y poco a poco le estamos reformando… --Ya me he dado cuenta --adujo con una sonrisita--, es la primera vez que le veo asi. Tan… --?Normal? --Si --respondio sin perder el buen humor. Habia que reconocerlo, hasta no hacia mucho pensaba que su exprometido seria incapaz de cambiar, pero, como suele decirse, torres mas altas han caido. --Me ha costado un triunfo, no veas. Es que, cuando se pone petardo… no hay quien lo aguante, pero si los vaqueros le quedan de muerte. Ah, y no son de marca, que conste --explico Olivia satisfecha. El aludido eligio ese momento para hacer su aparicion y las miro a las dos frunciendo el ceno. --?Tienes para mucho? --pregunto a su mujer con sarcasmo. Sabia que, si insistia para sacarla de alli, mas se empecinaria ella en quedarse; por tanto, mejor insistir lo justo. --No te enfurrunes que te salen arrugas. ?No me digas que no esta mono asi, con barba de tres dias? --pregunto Olivia acariciandole las mejillas. --Bueno… si --convino la otra, acostumbrada a vivir con su propio tipo desalinado. Lo cierto es que ver a Thomas con ese aspecto tan, ?normal?, como habia sugerido su mujer, le hacia parecer menos insoportable. Si ademas le sumabas un caracter menos propenso a la arrogancia, lo cierto es que hasta podian llegar a ser amigos. Thomas hizo una mueca. Lo que habia que sufrir por el bien de su relacion. Si alguien, un par de anos antes, le hubiera mencionado algo asi… Para no seguir siendo objeto de estudio, decidio poner fin a la tertulia de chicas. --Venga, que se nos hace tarde. Y te recuerdo que tu y las normas de circulacion no os llevais nada bien. --La culpa no es mia. ?A quien se le ocurre conducir al reves? Por Dios, que raritos sois --se quejo negando con la cabeza. Nicole se echo a reir. --Ya deberias haberte acostumbrado. --Me niego --adujo toda seria. --Ya discutiremos otro dia ese asunto --intervino Thomas tirando de ella. --Ah, por cierto… --Olivia busco en su bolsillo y extrajo unas tarjetas de visita que entrego a Nicole--, me he hecho freelance. --Joder… --refunfuno el a su lado y anadio mirando a su ex--: no la animes, por favor. --?Freelance? ?Te has metido a periodista? --!Que mas quisiera yo!--se lamento el abogado. Pero ninguna de las dos le prestaba atencion. --No, que va. Soy freelance de la estetica --explico orgullosa Olivia mientras la otra mujer guardaba las tarjetitas en su cartera. --Que conste que he intentado impedirlo por todos los medios --apostillo el evidenciando su desagrado por tal circunstancia. --Bah, ni caso. Veras: es que abrir un centro de estetica, como siempre habia sido mi sueno, me es imposible. --Porque no quieres, que el banco si te daba el prestamo --intervino Thomas recordandoselo. --Ya, y toda la vida trabajando para devolverlo. No, he preferido ir a mi aire. Ademas, de ese modo puedo vivir aqui o en Espana sin estar atada a un negocio. Hago clientas a traves de contactos, me llaman, voy a su casa y las atiendo. !Un negocio perfecto! --Pues me parece una idea estupenda --convino la abogada--. Dame mas tarjetas, que se las paso a mis amigas -- pidio Nicole interesada. Olivia se mostro encantada. --Tambien me ocupo de los novios y amigos… --insinuo Olivia picarona. --No me lo recuerdes… --farfullo un hombre descontento y un pelin celoso. --Pues mira, ahora que lo pienso… Igual podrias pasarte manana por casa… --Lo que me faltaba --protesto el. --Deja de enfurrunarte. Tiene derecho a montar su propio negocio --le recrimino Nicole. --?Ves como es una buena idea? --inquirio Olivia aprovechando la ventaja. --A ver, que quede claro, yo no me opongo. Pero eso de ir todo el dia con el maletin de aqui para alla, de casa en casa, no es serio. Podia haber montado un salon profesional y hacerse con una clientela respetable, pero no, la senora siempre tiene que desbaratar los planes. --Oh, por favor, ya te salio la vena petarda. Tu ni caso --dijo dirigiendose a Nicole--, tengo muchas ganas de pillar por banda a tu novio, que, por cierto, ?cuando lo vas a convertir en un hombre decente? --Un dia de estos --respondio sin comprometerse. --Porque he leido en las revistas que te lo ha pedido unas cuantas veces. --Pero siempre le digo que no --respondio con una sonrisa--. Lo de estar comprometida no es para mi. Su ex se mantuvo prudentemente en silencio. --Pues a lo mejor tienes razon… --reflexiono Olivia--; ademas, si te animas a tener crios no necesitas estar casada. Si te soy sincera, yo acepte por el --hizo una mueca burlona--, porque para estas cosas es de un antiguo… --dijo senalando al < >. --Deja de cotillear --insistio Thomas--, que al final no hacemos nada. --Bueno, pues te dejo, que con un responsable asi, a cuestas, no puedo ir a ningun sitio. Las dos mujeres se despidieron con besos y la promesa de que Olivia los visitaria al dia siguiente para ejercer de freelance estetica con Max. Cuando Nicole se quedo de nuevo a solas, cerro la puerta y comprobo la hora; se percato de que, a pesar de que se habia citado con un cliente y, despues de venir a la carrera, este ni siquiera se habia presentado. Se encamino hacia su despacho y se sento en su confortable sillon de oficina. Dejo sobre su escritorio, como siempre impoluto, los papeles que llevaba y encendio el ordenador. Le daria un tiempo de cortesia a su cliente mientras revisaba los correos electronicos y otras cosillas. Noto una vibracion en el bolso y saco su movil. --?Diga? --Siento el retraso, senorita Sanders. Llegare en diez minutos. Nicole suspiro y se preparo los papeles necesarios para entregarselos y asi perder el menor tiempo posible. Hubo suerte; su visita esta vez si cumplio y pudo despacharla en menos de dos horas. Asi que, con el trabajo terminado, se dedico a navegar un rato por Internet. Encontrar noticias de Max en la red ya no suponia ninguna novedad, pero de vez en cuando convenia echar un vistazo por si alguna mencion estaba fuera de lugar o se usaba su imagen de forma incorrecta. Ahora que le llevaba los asuntos profesionales, ademas de los personales, visitar webs entraba dentro de sus funciones. No encontro nada relevante, amen de algunas fotos en las que tambien aparecia ella, por lo que se quedo tranquila. Sin embargo, justo antes de cerrar el navegador hubo algo que le llamo la atencion y quiso ampliar la informacion que daba el titular… Capitulo 2 --NO puede ser… A cada palabra que leia su perplejidad iba en aumento. Deberia estar curada de espanto. Multitud de mujeres afirmaban haberse acostado con Max y, si bien algunas simplemente se lo inventaban por alcanzar notoriedad, otras aportaban pruebas, como fotos, para dar mas credibilidad a la historia. E incluso daban detalles mas intimos, como gustos personales sobre el cuerpo de su amante o habilidades especiales, lo cual Nicole conocia de primera mano, por lo que escuchar a un monton de mujeres mencionandolo jorobaba bastante. Entendia que el tuviera un pasado, aunque costaba un poco digerirlo. Y eso que Max, siempre que la pillaba martirizandose, la llamaba poco menos que idiota, por dar pabulo a esas memeces. Especialmente porque, cuando asimilo de quien se habia enamorado, lo hizo aceptando todas las condiciones, y su vida pasada entraba en el lote. Lo intentaba y lo conseguia, mas o menos, pero esta noticia era completamente diferente. No era menos cierto que a veces se difundian noticias a las que el medio en cuestion anadia detalles de su propia cosecha para hacer mas jugoso el reportaje, y luego, como no, estaban quienes, a titulo personal, se lo pasaban en grande inventado lios en los que Max era el protagonista. Aun asi, costaba digerirlo. No queria terminar siendo una de esas mujeres celosas que arrancaba los pelos a cualquiera que se acercara a su chico, ya no tenia edad para eso. Era adulta, podia racionalizar las cosas y ser objetiva, pero, utilizando palabras de su chico: jodia, y mucho. Con un nudo en el estomago y la esperanza de que solo se tratase de otra aspirante a vivir del cuento, recogio todas sus cosas y se dirigio a su coche con la idea de dar una vuelta y despejarse un poco. Sentada en el vehiculo, pero con el motor apagado, se planteo donde acudir. A esas horas, Carla, una de las pocas personas a las que podia llamar < > y a la que podia confesarle sus temores sin recibir una sarta de buenas palabras, estaria ocupada en su trabajo. Y conociendola, no estaba muy segura de querer saber su opinion, pues podia ser de todo menos racional. Podia pasarse por casa de sus padres y perderse en la chachara intrascendente de su madre, pero, como suele decirse, es peor el remedio que la enfermedad. No necesitaba acabar la jornada con dolor de cabeza y menos aun inventarse nuevas excusas para justificar que siguieran viviendo en pecado, hecho que Nicole disfrutaba, pero que a su madre todavia le escocia. No era ningun secreto que la senora Sanders se moria por organizar el bodorrio mas espectacular y hortera del mundo para casar a su unica hija. Y Nicole se resistia a ello con todas sus fuerzas. Cuando le preguntaban <>, ella siempre respondia <>. Tambien ciertas amistades le recordaban que su novio era un tipo, por decirlo de manera suave, bastante solicitado, y que, por lo tanto, deberia tener los ojos bien abiertos para evitar que una lagarta se lo levantara, de ahi que casarse fuera < >. Ya, como si a Max o, ya puestos, a cualquier otro hombre fuera a detenerlo un papel en caso de querer ser infiel. Nicole odiaba que intentaran inocularle el virus de la maldita duda; ella solita, como en esos instantes, ya se autoflagelaba lo suficiente como para recibir ayuda extra. Podian ser comprensibles, aunque irracionales, sus dudas y mas si cabe cuando Max nunca le habia dado un solo motivo para ello. Pero era humana y a veces aparecen sentimientos inoportunos que te joroban y que, como tales, no pueden ser mandados a paseo chasqueando los dedos. --Mira que soy estupida --murmuro mientras buscaba las llaves del coche en su bolso. Termino arrancando el vehiculo y, con la prudencia habitual, maniobro para salir del estacionamiento. Lo mejor era regresar a casa y esperar que semejante noticia fuera solo un bulo mas de tantos que corrian por la red. De momento no le comentaria nada a el, pues no tenia sentido hacer una montana de un grano de arena y enfadarle, ya que, normalmente, Max echaba unos cuantos juramentos cuando ella se preocupaba, a lo tonto, de ese tipo de noticias. Nada mas llegar, aprovecho para cambiarse de ropa, pues corria el riesgo de echar el traje a perder si Max la pillaba por banda, ya que tenia cierta obsesion con su ropa de trabajo; segun el, palabras textuales: < >. Eso tenia su gracia, pues, visto desde fuera, su traje sastre era de todo menos picante; pero, con una mente tan pervertida como la de Max, cualquier cosa era posible. Nicole nunca se atreveria a ponerlo en duda, asi que, con algo menos provocativo (ironias de la vida), bajo al gimnasio, donde seguro lo encontraria a esas horas. No le fallo el instinto y, cuando empujo la puerta doble que daba acceso a el, se quedo alli, atornillada al suelo, mientras un tipo que solo vestia un pantalon de deporte sudaba la gota gorda sobre un banco de abdominales acolchado; ella era incapaz de hacer ese practica, ya que con un poco de yoga y pilates le bastaba para estar en forma. Por supuesto sin estar el delante, jamas, pues no haria ni un estiramiento decente. Todavia le costaba realizar ciertas actividades en presencia de Max. Y, ademas, estando sola evitaba las burlas y comentarios jocosos sobre sus ejercicios. Se le hizo un nudo en la garganta. Sintiendose una mirona en toda regla, hecho que antes nunca le preocupo, y aprovechando que Max estaba de espaldas, espero a que el se percatara de su presencia. No iba a jadear como una tonta, pero casi. --Con las prisas y tu mania de llegar pronto, ?hoy no has desayunado? La voz de Max, que para estar haciendo ejercicio no sonaba nada forzada, la saco de su ensimismamiento. Parpadeo antes de poder hablar. --?Perdon? --se vio obligada a pregunta -
La geografia de tu recuerdo de Laia Soler
https://gigalibros.com/la-geografia-de-tu-recuerdo.htmlPodria quemarlo todo. Una vela bastaria para convertir este monton de basura en una pira funeraria. Oigo el crepitar de mis peluches, veo sus ojos derritiendose como mantequilla, los papeles ardiendo, el humo pegandose al techo y a las paredes. Podria hacerlo. Lo unico que me detiene es que no hay agua corriente, y no estoy tan loca como para incendiar la casa entera. Imagino el anuncio: <
>. La luz de las velas se derrama por las paredes, desnudas por primera vez desde que tengo memoria, y trastabilla por la montana de basura creando un tetrico juego de luces y sombras. Mi viejo colchon gime al dejarme caer sobre el. Ropa, posteres, cuadros, diarios, zapatos, peluches, apuntes, libros, discos. Todas mis cosas estan ahi. Podria quemarlo todo porque no necesito nada de lo que deje en esta casa. Barcelona, eso es lo que necesito. Mi Barcelona, la que me acogio hace tres anos; mi ciudad, mis dos trabajos, mi diminuta habitacion en un barrio demasiado turistico y mis companeros de piso, todos de un pais diferente. Ese lugar desaparecio hace dieciocho dias; el primer viernes de enero sali de casa con dos trabajos y volvi con dos cartas de despido. Ni siquiera me moleste en escuchar las razones de Paula. Desconecte a su tercer < >; firme donde habia que firmar y dije que si, que yo tambien preferia que ese fuera mi ultimo dia. Mientras recogia mis cosas, Carla se acerco a mi mesa para compartir el rumor del dia: Paula y Daniel peleandose por mi. El queria despedirme en diciembre; a ella le horrorizaba la idea de mandarme al paro antes de Navidad. Me fui con mis cosas y el consuelo de las noches en el Molly Malone's. Apareci en el pub dos horas antes de lo habitual, asi que aproveche para calentar la voz con cerveza y la historia de como los cabrones de mis jefes me habian sustituido por dos becarios. Si hubiera sabido que Jorge ni siquiera esperaria a que guardara a Helvetica en su funda para pedirme que hablaramos en el almacen, habria bebido mucho mas. --Sabes que estamos contentos contigo, ?verdad? --Me voy. --No necesitaba escucharle para saber que venia a continuacion. El se puso delante de la puerta. --Espera. La decision ya estaba tomada. Queria decirtelo el domingo, pero visto lo visto, creo que mejor hoy, mejor todas las noticias de golpe, ?no? Las malas noticias de golpe y asi es mas facil… Si, ?verdad? Tu sabes que aqui te apreciamos mucho y que estamos contentos contigo, lo sabes. Pero ya llevas aqui mucho tiempo y a veces es bueno cambiar. Los cambios son buenos. Para todos: para ti, para nosotros, para todos. Y no es facil, a veces uno tiene que tomar decisiones que… Lo siguiente con sentido que escuche fue la mejor excusa de despido que podia esperar: < >. Algo mas irlandes, dijo el muy imbecil. El, Jorge Diaz, me estaba diciendo que yo, Ciara O Rinn, no era lo suficientemente irlandesa para un pub que se creia que estaba en Temple Bar por llamarse Molly Malone's y servir Guinness y tener algunos cuadros con castillos en ruinas colgados en las paredes. No le rompi a Helvetica en la cabeza por respeto a mi guitarra. No merece ese final. Cuando un par de dias despues me trague mi orgullo y volvi al Molly Malone's para hacer cambiar de opinion a Jorge, entendi a que se referia con algo < >. Irlandes, en masculino. Esa noche, tras la barra estaban las tres camareras de siempre, y tras el microfono, donde habia estado yo de miercoles a domingo durante los ultimos dos anos y medio, habia un chico rubio de metro noventa con ojos azules, brazos como troncos y sonrisa de idiota. Esa misma madrugada, tirada en el sofa de casa en completa oscuridad, comprendi, con una certeza abrumadora, que Barcelona estaba rompiendo conmigo. Unas horas despues, compre un billete de ida a Cork y llame a Ailis para anunciarle que volvia al pueblo. Su forma de darme la bienvenida ha sido dejar unas velas en el recibidor junto a una nota: < >. Es coherente, una mujer de palabra. Durante estos ultimos anos, ha hecho lo posible por cumplir lo que me dijo la ultima vez que nos vimos: < >. Desde entonces no me ha llamado ni una sola vez. Siempre ha respondido a mis llamadas, eso si, porque si algo aprendio de Edna es a ser una mujer educada. Dime, Ciara. Hola a ti tambien, Ailis. Hola. ?Como esta Aidan? Bien. ?Y Connor? Bien tambien. ?Ya habla? Tiene seis meses. ?Pero habla? No, Ciara, no habla. ?Algun comprador para la casa? No. ?Ningun interesado? Una pareja. Dijeron que olia raro y que llamarian. ?Y llamaron? No. Cuando le dije que volvia a Kilkerry no me dedico mas de cinco minutos, asi que no deberia sorprenderme que esta tarde no haya venido a recibirme. Y eso que mi vuelta es todo un acontecimiento. Un milagro, habria dicho Edna. Si estuviera aqui, le aclararia que no es un milagro. ?Dos despidos en un dia? Mensaje recibido. Es lo mejor que podria haberme pasado, en realidad. Hace demasiado tiempo que estoy posponiendo este viaje. Se agradecida. Edna vuelve a colarse entre mis pensamientos. El plan de Dios, diria. Da las gracias a Nuestro Senor. Deberia dar las gracias. Por Barcelona, por mis despidos, por esta casa, por esa montana de basura y por esta noche y esta cama y este colchon que no deja de grunir. Deberia dar las gracias, si. Hay que mirar el lado bueno de las cosas. Eso diria Edna, con las manos en las caderas, sus perlas brillando sobre un vestido estampado y una sonrisa dividiendole la cara, y la gente asentiria a su alrededor, porque Edna siempre conseguia que le dieran la razon, aunque estuviera diciendo la mayor estupidez del mundo. Yo no soy ella, asi que le hago una peineta a Dios, al universo o a quien quiera o lo que sea que este observando, si es que hay algo o alguien, y apago las velas para que la noche caiga tambien en la habitacion. La ultima llama se apaga y los fantasmas que cubrian las paredes corren hasta tus parpados. Te remueves en la cama, como hacias cuando de pequena las pesadillas te atrapaban los pies. No puedo moverme, murmurabas en suenos. No puedo moverme, no puedo moverme, no puedo moverme Lo repetias hasta que alguien te oia y corria hasta tu cuarto, y solo entonces, cuando te despertabamos y veias que estabas en tu habitacion, a salvo de los peligros de tus suenos, tu respiracion se calmaba. Esas pesadillas que te atrapaban los pies desaparecieron hace muchos anos. Lo que te ha atrapado esta noche es peor, porque impregna cada rincon de esta casa. Oscuridad y silencio, los companeros que nunca quisiste y que siempre te han sido fieles entre estas paredes. Son ellos quienes empapan tu edredon y hacen que te ahogues y te revuelvas en la cama como si yacieras en un lecho de brasas. Ellos te arrancan palabras desterradas y las dejan caer entre tus suenos para que las escuches ahora y las recuerdes cuando despiertes. Y tu gritas con los labios apretados, pero ya no llamas a nadie como cuando eras pequena y las pesadillas te atrapaban los pies. Dices que no necesitas a nadie y por eso nadie puede ayudarte. Yo siento y te observo y me resigno a ser silencio. -
50 bolsitas de te Earl Grey de Olga Andreu
https://gigalibros.com/50-bolsitas-de-te-earl-grey.htmlTrabajo en una compania de seguros, mas concretamente en asistencia en carretera, y concretando aun mas, soy la que responde al telefono cuando alguien necesita que lo asistan en caso de accidente, averia o peligro de muerte inminente. Un trabajo donde solo soy una voz amiga que te manda la grua a un punto kilometrico concreto, nadie sabe que cara ni cuerpo tengo... Es un trabajo donde se liga poco, mas bien nada. Avril es mi mejor amiga y mi companera de trabajo, no es la tipica amiga guapa, es mas gruesa que yo y tiene un aspecto desalinado, pero una voz fantastica. Apuesto a que mas de uno ha creido que la chica de asistencia en carretera Avril Northon era una diosa del sexo. Un cuerpo hecho para el pecado y han llamado solo para masturbarse en el arcen fingiendo un accidente. Avril es el 60% de mi problema de sobrepeso, ella me incita a comer porquerias cuando estamos juntas. Siempre es mejor echar la culpa a otros que a una misma, actuando como victima en las situaciones que yo misma me he generado, asi es el genero humano de tonto y absurdo. --Quien tenga que querernos nos querra por lo que somos por dentro. Mi amiga siempre me suelta ese topicazo mientras se traga a dos carrillos unos nachos con extra de queso cheddar, un pastelito de crema inglesa o comida basura en general. Lo mas patetico es que me lo acabo creyendo y tragando como una cerda a la par que ella y, cuando llego a casa con restos de comida en la ropa, vuelvo a la triste realidad: gorda, pelirroja y pecosa… ?A quien quiero enganar? No me gusto y no me gusta estar asi. Y lo reitero, no me gusta, pues todavia no he alcanzado el nivel mil zen ni estoy satisfecha con lo que me muestra el espejo cada manana. Y estoy en mi derecho de no quererme a pesar de las alentadoras frases de internet que te instan a ello. Soy mi propia amenaza mental, aunque cada dia me jure que Avril no va a volver a convencerme, que me centrare en mi triste ensalada y no volcare mis frustraciones en la comida, ?o son las frustraciones de Avril? Puede que esa terapia convencional cuando salimos a comer sea para no sentirse la unica morsa. Lo se, me paso mucho con las descripciones de mi sobrepeso, pero he aprendido que insultarse a una misma minimiza el impacto de esas palabras en boca de los demas. No nos vayamos a enganar, igual que las modelos saben que estan de rechupete, yo se que mis nalgas podrian catalogarse como territorio nacional. Ultimamente he pensado mucho en ello, no en pedir la independencia de mi culo a lo Willian Wallace, sino en dar un cambio drastico a mi vida. Deberia pedir cita con un dietista serio. Quiza Avril quiera acompanarme, pero me temo que acabe comiendose al dietista y diciendo: --Quien tenga que querernos lo hara por lo que somos por dentro. ?Y que cono somos por dentro?: ?grasa? Aun no lo he dicho, pero amo en secreto a Kevin Parhed. No es un cantante, actor o comico de la BBC. Es el jefe de personal de mi compania. Alto, castano, ojos verdes, atletico y encantador. Un gentleman a la inglesa en su maxima expresion. Y lo amo, lo amo en riguroso secreto (solo lo sabe Avril, y ya no es por tanto del todo riguroso) desde que me contrato, segun el: --Por su don de gentes y su maravilloso curriculo. Empieza manana de 10:00 a 16:00. !Enhorabuena! --Gracias, senor Parhed, espero estar a la altura. Y lo que me hubiera gustado decir hace tres anos es que me gustaria estar a la altura, pero de su boca. Ademas de todo lo que antes he mencionado, soy bajita, ciento cincuenta y seis centimetros para ser mas exactos, un tapon de balsa regordete muy fuera de las expectativas romanticas de Kevin. Lo tengo asumido, pero !que bonito es sonar! Ya os he puesto un poco en situacion de quien soy, a que aspiro y por quien suspiro desde mi cubiculo de dimensiones poco apropiadas, en lo que a ancho se refiere para una mujer como yo, mientras me rugen las tripas. Hoy no he podido salir a comer, mi amado caballero me ha creido perfecta para grabar el nuevo mensaje para la espera de llamada, lo he tenido tan cerca que le he podido oler hasta el bazo. --?Podrias decirlo con mas convencimiento? --?A que te refieres? ?No ha sonado convincente el tipico: <
>? --le he dicho con mi estomago tocando la sonata en do mayor de Mozart. --Se mas amable, mas femenina. Menos escocesa. !Genial!, a la lista de cualidades poco deseables de mi persona, tengo que anadir que soy poco femenina y que las escocesas tenemos fama de rancias y, si le sumo que ademas viene de parte del hombre que ocupa todos mis pensamientos sexuales, es un fiasco monumental mas que anadir a la larga lista de cualidades inclasificables. --Kevin, tengo hambre. Lo siento si no he dado clases de interpretacion antes de grabar el jodido mensaje. --Carol, no te preocupes por la comida, tienes reservas de sobra… Mi cara ha debido tornarse azul, verde y roja al mismo tiempo, me ha llamado gorda en todo el careto. Me hubiera gustado decirle: < >, pero he acabado diciendole que iba a visitar un dietista para solucionar ese tema y el me ha dado palmaditas de animo en la espalda. Muy excitante todo. Al final, aunque poco convencido por mis dotes interpretativas me ha dejado libre, como a Willy, preciosa paradoja. --?Cenamos luego en Harry’s? --Te advierto que hoy si comere una ensalada --le he dicho seriamente a Avril, con la moral arrastrandose por el suelo como un gusano, a una hora de terminar la tediosa jornada. --?A quien quieres enganar? --me ha contestado con una sonrisa de medio lado. En efecto, ?a quien he querido enganar? Me he comido una ensalada cesar con extra de salsa y una hamburguesa con bacon, patatas fritas y un helado con nueces. Cuando he llegado a casa, he subido a la bascula y he hiperventilado cuando los digitos han marcado mi peso. Estoy al borde de cambiarla por una de galibo y control de pales. Medio arrastrandome he cogido la guia de empresas de Londres, he arrancado la pagina donde vienen numeros de dietistas respetados y la he metido en el bolso. Despues de ponerme el pijama me he preparado un Earl Grey con sacarina y… unos maccarons y, la verdad, no me he sentido mejor despues. La teoria de mi madre esta poco madurada, el te no ha solucionado el exceso de lorzas, ni mi pelo se ha tornado rubio platino ni mis labios se han hinchado sensualmente a lo Scarlett Johanson. Diria incluso que si quedaba un hueco de mi cuerpo sin cubrir de grasa se ha rellenado cual funda nordica tras comerme los maccarons. 2 Bolsitas de te Mi pelo se encuentra en el peor de los estados, son las siete de la manana y soy un duendecillo de los noventa con el pelo rojo y enmaranado. Es casi imposible domarlo, la pelicula de Brave hizo mucho dano a mi persona, crei que podria llevarlo como la protagonista: libre, al viento, despreocupado, y lo intente varios dias. Tuve que descartarlo de mi lista de looks otonales, la gente me miraba raro y con la humedad londinense aumentaba, si cabe, un tercio mas. Era un seto con pulgon andante de color bermellon. La plancha extraalisante a 230oC es mi otra mejor amiga, aunque Avril podria dejarlo incluso mejor si lo pusiera entre sus nalgas apretadas y yo tirase con impetu de el. Su culo y el mio bien podrian valer de prensadoras industriales. La he encendido, y el piloto rojo no se ilumina como de costumbre, parpadea, pero no le doy importancia y sigo en mi afan de dejarlo medio decente. No tengo tiempo de entretenerme con nimiedades como esa, las placas parecen estar calientes y me dedico a seguir apresando mi pelo. Ya tengo media cabeza adecentada y el piloto parpadea con mas fuerza, pero !soy Caroline!, sigo sin preocupacion. Bien, solo me queda el flequillo, mi util y maravilloso flequillo que tapa la gran mancha marron. La peca extragrande que tengo en la frente, que tampoco es pequena. A estas alturas debes tener una imagen de mi similar a la de un ciudadano de Mordor, creeme, yo tambien me veo asi, no te culpo. !Caca podrida! Esto parece no funcionar, sacudo la plancha como un termometro de mercurio, mi flequillo parece un scone entre el pelo perfectamente liso. Es como si entre dos cascadas hubiera una isla llena de rastrojo, un fardo de paja despeluchado, un monton de pelo pubico puesto a traicion. !Alegria!, el piloto se enciende del todo, no parpadea. Abro pinzas y meto el pelo del flequillo entre las placas ceramicas, aprieto y bajo lentamente con una sonrisa de satisfaccion y me digo mentalmente que todo va a salir bien… Chispas, deflagracion, humo... !Joder, joder, no veo! Me he quedado ciega por la inesperada fogata capilar y, lo peor de todo, !seguramente calva! Mi vista vuelve poco a poco de entre los muertos y mi olfato se agudiza, huele a pollo churrascado, a pelillos de cerdo quemados en la barbacoa. !Vista no vuelvas!, prefiero vivir en la ignorancia antes que ser consciente de mi recien estrenada calvicie. -
Amor azul de Emily Maat
https://gigalibros.com/amor-azul.htmlAbby ha cumplido 40 anos sin ninguna suerte en el amor y sin ninguna estabilidad material. De una extrana belleza melancolica, se ha sumergido en cuatro paredes, donde el caracter autoritario de su madre la ha vuelto dia a dia en una mujer mas fragil.
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Casi pierdo el norte de Jenny Del
https://gigalibros.com/casi-pierdo-el-norte.htmlNo hacia ni siquiera seis meses que habia terminado una relacion de cerca de ocho anos con el que yo consideraba el amor de mi vida, cuando cai literalmente en las garras de Armando. No exagero con lo de las garras, y es que, tras esa impresionante fachada suya por la que suspiraban muchas mujeres del barrio, se escondia el animal que casi nunca se dejaba ver mas alla de la intimidad. O sea, de cara a la galeria era un santo varon que respondia gustoso con sus favores a quien fuese y que disfrutaba invitando a beber y comer a todo el que se le arrimase. Pero de puertas para adentro era un hijo de Satanas, por tanto, muy pocos los que de verdad sabian quien era aquel tipo. Con su carita angelical y sus risuenos ojillos azules, era capaz de embaucar a cualquier mujer que se le antojase, para despues, teniendola ya en su terreno, machacarle el cerebro con toda clase de vejaciones. Al menos, esa habia sido mi experiencia a su lado. No se si realmente se trataba de un mismo patron de comportamiento con unas y con otras o si se cebo conmigo, aprovechando que por esos dias yo no tenia mas salida que aguantar el chaparron y capotear como pudiera todo lo que me echara. Bueno, si, si se de al menos un caso como el mio. Marta, su anterior pareja, le soporto tambien como pudo durante unos anos. Ahi es nada, partiendo de la base de que yo habia estado con el apenas cinco meses y casi me vuelvo loca. De hecho, estoy plenamente convencida de que, si no me volvi loca de aquellas, no lo perdere jamas. Creo que, despues de lo vivido entre las paredes del apartamento que compartieramos, estoy preparada psicologicamente para afrontar todo lo que la vida me tenga asignado. La diferencia entre la pobre Marta y yo es que ella habia tenido un hijo con el. Asi pues, la pobre infeliz soporto por la criatura lo indecible, hasta que exploto y le planto tras sufrir un millon de humillaciones, algunas en publico. Como no la creia capaz de plantarle, eso habia supuesto un golpe bajo para aquel capullo integral. De entrada, a sus cuarenta anos, era un hombre atormentado por las consecuencias del termino de esa relacion y por el influjo de una serie de malas companias, lo que, en suma, le provocaba unas pesadillas horrorosas. Se despertaba en mitad de la noche chillando como los locos y dando unos saltos de la cama que a mi, mas de una vez, casi me hacen echar el corazon por la boca del susto. Recuerdo que, en una de esas ocasiones, dando gritos sobre el colchon como un desquiciado, salio escopetado hacia la ventana y saco medio cuerpo por ella. Parecia totalmente que fuera a tirarse. Es mas, estoy segura de que lo hubiera hecho si no vuelo tras el y se lo impido. Episodios parecidos a ese se repetian noche si y noche no, de manera que, si el dia era un sinvivir, la noche no resultaba un calvario menor. Cuando por fin se tranquilizaba y volvia a acostarse, a mi me daba normalmente por llorar, aunque no quisiese, y es que los sobresaltos que me llevaba me hacian reventar de esa forma. Lo peor es que ni eso me estaba permitido siquiera… --Bueno estamos, ?ya vas a empezar otra vez con las lagrimitas, Ana? --solia decirme. --Es que me has asustado. --Pues echate a dormir, que ya veras lo pronto que se te pasa. Era el el unico que volvia a enganchar el sueno. Esta que esta aqui ya se pasaba el resto de la noche en vela. No obstante, a Armando tampoco le duraba mucho el descanso, porque raro era que no abriese los ojos a eso de las cinco y no empezara ya con la misma retahila de siempre, y asi, hasta que sonaba el despertador. --A mi esta no me va a vacilar mas. El dia que la enganche por ahi, la mato. --Carino, por favor, dejalo ya. Ella no te esta molestando. Solo quiere vivir su vida. --?Vivir su vida? !!!???Vivir su vida???!!! Esta comiendole el coco a mi hijo, ?te enteras? !El nino solo se acerca a mi para pedirme dinero! ?O es que no te das cuenta? Claro que me la daba. Y tenia todita la razon del mundo en lo que decia, pero si el nino actuaba asi con el, no era porque la madre le estuviera comiendo el coco, sino que, a sus trece anos, ya iba adquiriendo la madurez suficiente como para ver por si mismo que clase de perro tenia por padre. Y no es que con el chiquillo precisamente se portase mal, al contrario. Era carinoso y, con tal de ganarselo y quedar como el bueno de la pelicula, le daba todos los caprichos habidos y por haber, sabiendo que Marta no podia rivalizar con el en ese sentido, dada su precaria situacion economica. Pienso que tampoco hubiese sido positivo para su educacion que ella hiciera igual con el nino comprandole todo lo que se le antojara, al reves. El tema es que Mario era consciente de las faenas que el otro seguia haciendole todavia a su madre, aun habiendo transcurrido ya cuatro anos de la separacion, y eso a Armando le estaba pasando factura. Volviendo al tema de sus pesadillas, estas tambien traian cola para mi durante el desayuno. --Te tengo dicho que no me despiertes cuando me veas asi. Nada mas que estoy sonambulo, y despertar a un sonambulo es malo, ?o no lo has escuchado nunca? Algo me sonaba, pero ?quien podia mantenerse impasible en esas circunstancias? Estar durmiendo tan tranquila y que a una la despierten de sopeton en la mas absoluta oscuridad con esas voces era mision imposible. Dejando a un lado sus pesadillas por tratarse de algo totalmente involuntario, Armando me las hacia de todos los colores. Podia pasar en decimas de segundo de estar mirandome embobado a bombardearme con una sarta de puyitas que dejaba caer "en broma". No podia estar mas ciega. --Que guapa eres, mi nina, que ojos tan bonitos tienes. No me dejes nunca, ?eh? En esos momentos me sentia la mujer mas dichosa sobre la faz de la tierra, pero poco me duraba la ilusion; el tiempo de volver a abrir su miserable boca. --...aunque esas patitas de gallo que te estan saliendo te los afean un poco. Venga, vistete, que te voy a invitar a cenar unas ostras, pero no te me pongas ropa de fulana barata. Una de cal y otra de arena. Asi se las gastan este tipo de maltratadores, que tienen dos caras perfectamente definidas. A ratos, te hacen creer que eres la persona mas especial del mundo para ellos, sin la que no pueden vivir. En otros, es decir, la mayoria, te ofenden, te desprecian, tratan de hacerte ver que en comparacion con ellos no eres nadie porque se consideran dioses y que les debes hasta el aire que respiras. Lo mas triste es que saben montarselo tan bien que llega un momento en que de verdad te sientes inferior y empiezas a ver a ese malnacido como tu dios particular. En este punto hay que decir que no todos son iguales. Unos se pasan el santo dia dando voces e incluso son capaces de levantar la mano, mientras que otros, como el susodicho, actuan con mas sutileza, aunque al final el resultado es el mismo; logran que te sometas a su dominio sin darte cuenta y que te sientas como un mojon temeroso incluso de abrir la boca. Un sabado cualquiera, a eso de las ocho de la manana, estabamos remoloneando en la cama cuando escuche una notificacion de wasap. Habia dejado por la noche el movil cargandose en la cocina y me dispuse a levantarme para cogerlo, sabiendo de sobra de quien era el mensaje: o de mis padres o de Yolanda, mi intimisima amiga. --Eso, corre, corre, que sera alguno de tus amantes --Lo escupio y se quedo tan pancho. --Armando, por favor... --Ni Armando ni hostias. Ten cuidadito con sacar los pies del plato, porque sales por la ventana. Tu y tu coleccion de zapatos detras. No se si hubiese sido capaz de llegar a ese extremo, pero no quise tentar a la suerte nunca ni replicandole, por si acaso. En realidad, mi conducta durante aquel tiempo en que convivi con el fue intachable desde primer dia hasta el ultimo. Tenia silenciados mis contactos en la agenda, como si fuera una delincuente que me relacionara con gentuza de mi "misma calana" o una golfa que tuviera ahi un listado interminable de rollos. De sobra sabia el que ni lo uno ni lo otro era cierto, pero para no darle lugar a comentarios como aquel porque ya estaba viendo de que palo iba, quise curarme en salud de esa manera; aparentando que mi movil estaba como muerto porque no me hablaba ni con Cristo. Eso era precisamente lo que el queria; aislarme por completo del resto de los mortales para tenerme bajo su ala a todas horas y que nadie fuese a intentar abrirme los ojos al respecto. Pero a mis padres, como es logico, no iba a tenerles silenciados. Mucho menos, encontrandose solos en el pueblo. Para colmo, mi padre llevaba un tiempo regularcillo de salud. En cuanto a Yolanda, era otra excepcion, y es que, aparte de ser mi amiga del alma, tenia la "suerte" de contar con la simpatia de mi verdugo por su caracter, su saber estar y por no tener un rabo entre las piernas, claro. Si Armando hubiese sabido el concepto que ella tenia de el y el contenido de ciertas conversaciones entre nosotras, otro gallo hubiera cantado. Bueno, la verdad es que en aquella epoca poco pude hablar con mi Yoli, mal que me pese. Efectivamente, el wasap era de esa chica que habia nacido ademas con el don de la humildad y que se hacia querer por todo el que la conociera.
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Unas Vacaciones de Ensueno de Nina Klein
https://gigalibros.com/unas-vacaciones-de-ensueno.html?Q U NO ue es el paraiso? Buena pregunta. Me alegraba decir, ademas, que en ese momento podia contestarla. El paraiso es estar tirada en una tumbona, al sol, en bikini, al borde de una piscina, con un mojito helado en la mano. Todo eso en un resort de cuarenta estrellas, super exclusivo y lujoso, en Hawai. Me lo merecia de sobra, despues de los ultimos dos anos horribles que habia pasado: trabajando sin parar, diez o doce horas al dia (a veces incluso mas), y sin vacaciones. Lo peor era eso. No me acordaba de la ultima vez que me habia ido de vacaciones. Lo que si era seguro es que habian sido unas vacaciones infinitamente mas cutres que las que estaba disfrutando en ese momento. Lo bueno --por decir algo bueno-- de trabajar diez o doce horas al dia es que no tienes tiempo para hacer vida social, luego no gastas dinero. Lo mismo podia decir de las vacaciones: lo bueno de llevar dos anos sin cogermelas era que habia podido ahorrar todo ese dinero, mas el dinero que no habia gastando saliendo a ningun sitio, para tener esas vacaciones. Todo aquel trabajo me habia servido para ascender y habia acabado ganando una pasta, asi que pude ahorrar todavia mas. Lo malo era que trabajar todas las horas del dia, fines de semana incluidos durante dos anos, habia acabado quemandome, y llego un momento en que tuve dos opciones: o desconectar de todo y pasar dos semanas sin hacer nada en un sitio como aquel, donde no tenia ni que pensar ni mover un musculo si no queria, o la alternativa: tener una crisis nerviosa y no poder trabajar el resto de mi vida en nada que no fuese cultivar un huerto de vegetales. Habia elegido las vacaciones. La pasta que habia acumulado aquellos dos anos me habia permitido elegir ese sitio. Eh, me habia quedado sin vida social, amorosa y de cualquier tipo: sin vida, en definitiva --bienvenidos al trabajo en una startup--, pero ahora mismo estaba en un sitio que de otra manera nunca me habria podido permitir. ?Merecia la pena? Probablemente no. Pero los dos anos ya los habia perdido --invertido, pense con una mueca--, y ahora estaba alli, calentandome al sol y pensando en nada, la mente completamente en blanco, en el paraiso. Tenia que vivir el momento y descansar, el cerebro y el cuerpo. Ya tendria tiempo de hacer balance cuando volviese a casa. La sola idea de volver a casa, a la rutina que acababa de abandonar, casi hizo que me diera un ataque de panico, asi que respire hondo y deje que el sol me calentara la piel. Estaba, de verdad, en el paraiso: las mejores vacaciones que el dinero podia comprar. El resort era maravilloso, con gusto, super exclusivo, dedicado a profesionales y ejecutivos: nada de familias con ninos, nada de ruido, ni turistas en bermudas floreadas y chanclas. Solo relax y no preocuparse por nada. Masajes, spas, restaurantes, bebidas... todo de lo mejor, y todo incluido en el precio desorbitado que habia pagado para estar alli dos semanas, que podia servir para dar la entrada de un apartamento pequeno en una ciudad no muy cara. No tenia que preocuparme de nada: si queria agua, fruta, comida, que me preparasen una bebida, solo tenia que levantar la mano y llamar a un camarero. Incluso habia un app del resort que me habia instalado nada mas llegar, con mi numero de cliente, para cosas como reservar en el restaurante o pedir que me dejaran comida en la habitacion para cuando subiese de la piscina. O que me lavaran la ropa, o cualquier cosa. Solo tenia que preocuparme de existir. Podia dejar a mi cerebro sin actividad perfectamente. Y eso era lo que estaba haciendo: moverme lo menos posible, no pensar. Descansar. Llevaba alli solo un par de dias y ya empezaba a recuperar mi color habitual, un poco de aspecto saludable. Me habia pasado dos anos practicamente sin ver la luz del sol, encerrada en una oficina sin ventanas, estaba blanca y ojerosa como un vampiro. Abri los ojos detras de las gafas de sol y observe la piscina: de agua salada, una piscina infinita, de esas que no tienen borde y parece que te vas a caer por un precipicio. Solo habia media docena de personas, la mayoria flotando en la superficie, haciendo lo mismo que yo pero en el agua. El resort tenia cinco piscinas en total, y ninguna llegaba a estar llena, nunca. Estaba contemplando si era mucho esfuerzo mover los musculos para refrescarme en la piscina, cuando una sombra cayo sobre mi. --Hola --dijo una voz masculina. No... no no no. Estaba pensando en si podria hacerme la dormida, teniendo en cuenta que tenia las gafas de sol puestas, pero habia movido la cabeza cuando habia oido el hola. No tenia escapatoria. Era la tercera vez que el tipo se me acercaba, y solo llevaba alli dos dias. DOS DIAS. Dos de mis catorce dias de ensueno. Era el tipico ejecutivo, como los dos millones que vomitaba la parada de metro de Wall Street todas las mananas. Estaba super arreglado --sobre todo para estar en una piscina--, con un bronceado que podia ser verdadero o falso, un corte de pelo de doscientos dolares --?cuanto tiempo le costaria hacerse esa especie de tupe todas las mananas?-- y unas gafas de sol de trescientos, sonrisa de dientes blancos --un poco demasiado blancos para ser naturales--, cuerpo cuidadosamente tonificado en gimnasio, banador negro un poco demasiado revelador pero no lo bastante para resultar de mal gusto. Era curioso: puedes sacar al tipo del traje, pero no puedes sacar al traje del tipo. Estaba en banador, delante de mi, sonriendome, y la sensacion era la misma que si llevase traje puesto. No me preguntes por que. Quizas el Rolex en la muneca tenia algo que ver. Un Rolex en una piscina. Me reservaba mi opinion. Digo todo esto porque el tipo era atractivo, de eso no habia duda: en otro momento, otra situacion u otra vida, probablemente no me habria importado que se acercase a decir hola. O que aquella manana hubiese intentando iniciar una conversacion a la hora del desayuno, cuando yo entraba en el restaurante y el salia. O el dia que llegue, esperando al ascensor, despues de coger mi llave en recepcion. En otra situacion, repito, quizas no me habria molestado; pero no en mis vacaciones merecidas por las que habia pagado una pasta, no en mi descanso, no en mi recargar las pilas, no en ese momento de mi vida, no en esa semana. Simplemente, no. Se sento en la tumbona al lado de la mia --menos mal que no estaban demasiado juntas, estaban separadas por una mesita y la sombrilla--, y dijo: --?Descansando? ?No te apetece un bano? No habia respondido a su hola, no porque fuese una maleducada, sino porque no me habia dado tiempo, y tenia miedo de que al responder se lo tomara como una invitacion a hacer exactamente lo que acababa de hacer: sentarse y darme la puta chapa. Conocia a aquella clase de tipos: le daba igual que respondiese o que no. El habia ido a lo que habia ido, y mis sentimientos al respecto, mi opinion, le importaban bien poco, eso estaba claro. Suspire. --No --respondi, con tono de voz helado, y cogi el libro que tenia apoyado en la mesita, al lado de la bebida. Si me apeteciera un bano estaria dentro del agua, porque se andar y meterme en la piscina sola, pense, pero al final no lo dije porque no queria iniciar ningun tipo de conversacion, ni siquiera hostil. Abri el libro por una pagina aleatoria y me puse a leer. A hacer como que leia, mas bien. Era una suerte que me hubiese llevado el libro. No se por que lo habia metido en la bolsa porque no pensaba leerlo, no pensaba hacer nada que requiriese hacer un esfuerzo mental, por pequeno que fuese, poner en marcha mis neuronas, pero en ese momento me servia para ponermelo en la cara e ignorar al tipo. --Bradley. Me llamo Bradley. Aunque puedes llamarme Brad --dijo, con una voz totalmente llena de confianza en si mismo, como si realmente le fuese a llamar Brad, Bradley o de ninguna manera. Hice un sonido de asentimiento, como un mmm mmm, pero ni solte el libro ni me lo quite de la cara.--?Esta bien este sitio, verdad? Me lo recomendo mi broker y tenia buenas reviews online, asi me que decidi a... Deje de escuchar en broker. El tipo segui hablando, demostrando que el hecho de que yo le escuchase o no era irrelevante. A ver. En principio no me importa ser chunga con la gente si es necesario, pero ?por que tengo que hacerlo? Tenia derecho a estar alli descansando. Habia sido todo lo sutil que habia podido ser --esa vez y las dos veces anteriores-- y el tipo no se daba por aludido. No queria tener que decir "por favor, prefiero estar sola". Eso solo iba a llevar a una confrontacion directa, y mas problemas. Pero tampoco queria que me dieran conversacion. Queria descansar y relajarme, joder, y no hablar con nadie. Por eso habia ido de vacaciones sola. No-quie-ro-ha-blar-con-nadie. Igual tenia que tatuarmelo en la frente. No habia ido sola de vacaciones para ligar. Habia ido sola para vegetar, que nadie me molestase, comer lo que quisiera cuando quisiera y la hora que quisiera, moverme si queria y si no queria, no. Descanso total. Rejalacion total. No queria una confrontacion porque al fin y al cabo estabamos en el mismo hotel, era un hotel super exclusivo y no tenia muchas plazas, y me iba a volver a encontrar al tipo seguro. No queria tener que andar evitandole, escondiendome, tener que aguantar que me mirase mal, o encontrarmelo con cara de perro cada vez que fuese a desayunar. ?Tan dificil era de entender? --?...con alguien? Le mire sin tener ni la mas minima idea de que estaba diciendo, o de que me habia preguntado. Habia desconectado hacia ya un rato. Como no me quedaba otro remedio, abri la boca para decir que no queria compania, cuando de repente una voz masculina --otra-- dijo: --Carino, menos mal que te he encontrado. No sabia a cual de las piscinas habias ido. V D OS olvi la vista hacia el recien llegado. Tenia musculos pero no parecia que los hubiese conseguido en un gimnasio, sino cargando con sacos de cemento o cortando arboles, o jugando al rugby. A diferencia del pelma, tenia el pelo despeinado y desordenado, como si no se hubiese peinado al salir de la cama, no se habia depilado el pecho --no era que lo tuviese peludo, lo normal, pero no parecia de plastico-- y no, no llevaba un Rolex en la muneca. De hecho no llevaba reloj, solo una mochila pequena en la mano y una toalla. Tampoco se habia afeitado ese dia, probablemente tampoco los dos dias anteriores. Tambien estaba de buen ver, pero en plan mas relajado, no como si hubiese estado preparandose una hora antes de salir de la habitacion. De todas formas tampoco me fije mucho. Estaba a lo que estaba. El pelma de la tumbona, en vez de levantarse e irse, siguio mirando al recien llegado de arriba a abajo. --?Que has hecho con el anillo? --dijo el tipo nuevo, mirandome la mano izquierda con el ceno fruncido. Tenia las neuronas en modo descanso, pero de repente me di cuenta de lo que estaba haciendo el hombre que acababa de llegar. Me estaba haciendo un favor. --Lo he dejado en la habitacion, corazon --le dije, con la voz mas melosa y absurda que se me ocurrio poner--. No queria que se me perdiera en la piscina... Le lance una sonrisa de oreja a oreja, me la devolvio, y a continuacion ambos miramos a puedes-llamarme-Brad. El tipo todavia se hizo el remolon unos segundos, pero acabo levantandose, murmuro un "nos vemos", o algo igualmente patetico, y se escurrio fuera de nuestra vista. Con suerte, a alguna de las otras cuatro piscinas. Plasta. --Una pensaria --dije, mientras miraba al tipo irse-- que por la pasta que se paga por venir aqui, no iba a encontrarme a babosos de discoteca. --Es un poco dificil --dijo el desconocido, y me volvi a mirarle-- porque, ?como los filtras? ?En el formulario de reserva del hotel? ?Puede por favor marcar esta casilla si es usted un gilipollas? Ademas, tambien hay gilipollas con pasta. De hecho, diria que incluso son mas numerosos entre la gente de pasta. Ya sabes, esa sensacion de que pueden tener lo que quieran cuando quieran... Le mire sonriendo y moviendo la cabeza.
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Fuego de Judit Da Silva
https://gigalibros.com/fuego.htmlClea Freeman siempre habia sido la mas alocada y despreocupada de las hermanas Freeman. Le importaba poco o nada lo que la gente pudiera decir o pensar de ella. Por eso, cuando se le presento la oportunidad, ?como iba a negarse a la posibilidad de viajar a solas con Jack Mardling, el gran amor de su adolescencia? Incluso aunque ello significara ganarse la ira de su hermana mayor.
Por su parte, Jack Mardling llevaba anos deseando dibujar a la joven Clea Freeman. Algo en ella siempre habia despertado su deseo de plasmarla sobre un lienzo. Y, cuando ella por fin habia cedido, parecio que su mundo se volvia mas brillante. Sin embargo, no estaba preparado para todo lo que significaria viajar y pintar a aquella joven y alocada mujer. -
Bajo la sombra de una mentira de Arenos Consuegra
https://gigalibros.com/bajo-la-sombra-de-una-mentira.htmlBajo la sombra de una mentira, ambientada a principios del siglo XX, narra la historia de Marina, una joven muchacha que deja su pequeno pueblo para ir a trabajar como doncella a una mansion a orillas del mar. En aquella casa escuchara unos gritos extranos, sobre los que preguntara y nadie le dara respuesta. Descubrira en Fernando, el senor de la mansion, un amor diferente al de Diego, su primer amor. La vida de Diego, el pasado de dona Clotilde y el resto de los habitantes de la aldea, se iran desvelando y desarrollando a la par que la suya. El tiempo y una serie de circunstancias, alguna tragica, volveran a llevar a Marina a su pueblo y a cruzar su vida con la de Diego.
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Un incendio invisible de Sara Mesa
https://gigalibros.com/un-incendio-invisible.htmlEsta novela fue publicada por primera vez en 2011. Desde entonces, he escrito otras dos novelas y una veintena de cuentos. Han sido cinco anos fructiferos en los que, logicamente, mi escritura ha evolucionado. Sin embargo, el concepto de evolucion no ha de ser asociado necesariamente al de progreso: cada libro es una estampa fija que refleja el momento en que se escribio y esta estampa es, o debe ser, por su naturaleza, inamovible. Con todo, en la presente reedicion he realizado algunos cambios --probablemente imperceptibles para el lector, pero no para mi--, que no alteran en lo mas minimo el espiritu de la novela, su sentido, sus personajes, su estructura ni su lenguaje. Los cambios, como digo, son producto de una reflexion lectora --o relectora-- y se vinculan mas bien con la concepcion de la escritura que me he ido forjando en los ultimos anos. Quiza ni siquiera necesitarian ser explicados, puesto que en su primera version esta novela apenas consiguio lectores. No obstante, no me resisto a poner algun ejemplo. Asi, en un principio, el protagonista doctor Tejada tenia el labio leporino. Este y otros rasgos fisicos que pretendian remarcar negativamente a los personajes --rasgos de enfermedad, de vejez o de abandono-- han sido suprimidos o atenuados. Pienso que la degradacion y la excentricidad de la ciudad de Vado y de las criaturas que la habitan han de emanar de una raiz de normalidad, aunque esta normalidad sea tan terrible y desconcertante como la que rodeo el proceso de despoblacion de Detroit, fenomeno en el que me inspire --en parte, y muy libremente-- para escribir este libro. A pesar de todo, la historia que aqui se narra no tiene pretensiones de verosimilitud, camina constantemente en los limites de lo admisible y, en su dimension distopica, se emparenta con Cuatro por cuatro, novela que, en contraste con el geriatrico New Life de Un incendio invisible, transcurre en un internado escolar. Como en Cuatro por cuatro, aqui se habla de maldad, incomunicacion y egoismo, de desigualdad y miedo, de soledad y encierro. No puede ser por tanto un libro misericordioso ni clemente. Pero precisamente por ello, creo necesaria cierta contencion. De ahi que tambien haya pulido --tratando de no modificar el estilo inicial-- algunos excesos retoricos. Por ultimo, el feismo y la crueldad de ciertos momentos de la trama han sido suavizados no debido a un hipocrita impulso benevolente, sino a la mayor compasion que siento ahora por mis personajes, en el convencimiento ademas de que tratarlos con respeto los hace mas humanos y, quiza, mas creibles. Nunca releo mis libros una vez publicados. Una mezcla de pudor, cansancio y desazon --por no poder ya modificarlos-- me impide hacerlo. Esta vez, sin embargo, la experiencia de relectura me ha resultado grata y sorprendente. Sin yo ser consciente de ello, he comprobado que en esta novela anida la semilla de los temas que desarrollaria mas tarde, motivos recurrentes en mis obras que aparecieron aqui por vez primera: la ciudad de Cardenas, la llegada de un foraneo a un mundo desconocido y hermetico, la salvacion --o perdida-- de un perro, la paternidad --o maternidad -- encarnada en un maniqui, los centros comerciales como representacion del caos, el amor desigual y perverso, la ambiguedad de las relaciones entre adultos y ninos, el poder y sus abusos. Es por esto por lo que siento esta novela tan cercana y a la vez tan enigmatica. Volverla a publicar es un regalo que agradezco a mi editorial y que me produce la extrana y feliz sensacion de un reencuentro. S. M. 1. LA LLEGADA A unos veinte kilometros del centro de Vado, una vez enfilada la flamante autopista de Cardenas, todavia podian verse los ultimos barrios perifericos: casitas adosadas, urbanizaciones a medio construir, solares roturados y, mas alla, los bloques terrosos de Bocamanga y de Pozolan. Mirado desde el coche, el paisaje carecia por completo de vida. Solo de vez en cuando, entre las nubes deshilachadas, se distinguia una pareja de milanos volando con desgana a media altura. Un par de coches y un camion de pollos sin pollos cruzaron por uno de los carriles opuestos. Pudo oirse un graznido, pero no se supo de quien. Las afueras de Vado, anuncio el taxista mirando hacia delante, ni mas ni menos como las de todas las demas ciudades del mundo. Hoy nadie lo diria, continuo, pero aquellos habian sido barrios normales, incluso mas limpios y modernos de lo habitual, con gente mas feliz y tranquila que en el resto de los sitios. Vado siempre habia sido un buen lugar para vivir, anadio entrecerrando los ojos; eso era indiscutible. Un conjunto de chales de color rojo paso como una rafaga a traves de las ventanillas. A pesar de la velocidad, Tejada se dio cuenta de que todos estaban deshabitados. La voz del taxista retumbaba en el interior del coche. Desde el asiento trasero, Tejada solo veia su nuca humedecida por el calor. Quiza esperaba alguna respuesta, pero Tejada permanecio con la mirada clavada en el salpicadero, sin romper su mutismo. El peso de aquel cielo blanquecino, como recien lavado en agua sucia, los inmovilizaba sobre la grisura del alquitran. El taxista cerro los punos y acelero. El silencio entre ambos comenzo a hacerse incomodo. Avanzaron varios kilometros mas por la carretera vacia, flanqueada por una zona de naves industriales y almacenes de venta al por mayor. Los bordes de la autopista estaban desbordados por rastrojos. Las adelfas de la mediana habian crecido tanto que invadian parte de los carriles. Todo continuaba insolitamente despoblado. Tejada apreto los labios y no pregunto nada. Para llegar a la residencia, anuncio el taxista, habia que coger el siguiente desvio y despues cruzar Nuevo Vado, una descomunal area de servicio disenada como replica comercial de las calles del centro del autentico Vado. La imitacion copiaba el trazado y la arquitectura original, incluidos los edificios mas antiguos --el ayuntamiento, la biblioteca central, el museo de historia natural, la iglesia de San Lazaro--, al modo postizo de la Venecia de Las Vegas. Tan solo un ano antes, tiendas, restaurantes, parques de atracciones y hasta un casino --ahora ya cerrado-- habian sido el entretenimiento de familias que hacian cola en el coche hasta encontrar una plaza de aparcamiento. Dos lineas gratuitas de autobuses y un tren de cercanias llegaban tambien hasta alli, atestados de adolescentes, amas de casa y jubilados ociosos. Pero eso era antes, suspiro el taxista mirando a Tejada por el retrovisor. Ahora unicamente se veian algunos coches dispersos y dos o tres camiones que traian --o quiza se llevaban-- mercancia sin vender. Giraron hacia una via de servicio flanqueada de alamos. El taxi disminuyo la velocidad, como resistiendose, hasta que en la distancia comenzaron a perfilarse las construcciones de la residencia. Tejada se bajo y vio los tres grandes edificios formando una C, las placas solares reverberando bajo la luz declinante de la tarde, las parcelas secas, una piscina semiolimpica sin agua. La sombra cubria la mitad del edificio principal, resaltando sus aleros y sus fuertes pilares. Bien, se dijo Tejada, aqui estoy. Pago al taxista y se encamino hacia la verja, arrastrando tras el sus dos viejas maletas. El viejo estaba sentado en una mecedora de ratan con sucios colchoncillos en el asiento y el respaldo. Sostenia con firmeza su baston y se balanceaba con la mirada perdida en el horizonte, los ojos acuosos. Tras el, una de las camaras de videovigilancia colgaba despedazada. Los jardines estaban tomados por la maleza; varios gatos salvajes dormitaban bajo los arbustos. La cabeza pelada le escocia por el sol. --Salud, Viejo --dijo la Clueca al pasar en su silla de ruedas, y le guino un ojo obscenamente. La silla de ruedas dejo tras de si una nube de polvo. Maldiciente y rencorosa, la Clueca se agarraba a ella con furia y giraba sus ruedas entre bufidos. A veces, confundia las cosas y se insinuaba con impudicia a cualquiera, contoneando el torso hacia delante. Intentaba seducir a sus companeros, a las enfermeras, a cualquiera que se cruzara ante su silla. Con las faldas arremolinadas, reia para si misma con lascivia. El Viejo, meneando a un lado y otro la cabeza, la miro alejarse por el senderillo de grava. --Ustedes siguen riendo, bailando, bebiendo y fornicando, pero el Ojo sabio ya anuncia lo que se nos avecina. ?Para que tanta cabina de hidromasaje, tanta sala de terapia, tanta cortina igifuga? Los buitres van a venir lo mismo, nos sacaran los ojos, ardera todo este edificio y nos retorceremos entre las llamas. Y solo quedaran los cuervos y los murciegalos. Las frases del Viejo eran hinchadas, solemnes. Estaba ahora chillando. --!Eh, Clueca, eh! Pensaste cuando joven que seguirias asi eternamente, pensaste que siempre tendrias los hombres a tus pies y que tus hijos bendecirian la mesa que ponian para ti. Creiste que el mundo entero estaba a tu servicio, que eras la emperatriz eterna, con tus joyas de oro y de plata. Ah, Clueca, !que poco te queda ahora para sufrir los padicimientos mas terribles, las plagas de langostas, las moscas en los ojos, las hormigas entrando en las orejas! Mirate ahora, mirate y veras lo que el tiempo ha hecho de ti: !ahi estas, condenada por siempre a tu silla de hierro, pegada sin remedio a tu culo apestoso! !Eh, Clueca! ?Ni siquiera eres capaz de contestarme? Una enfermera morena, de mirada huidiza, se acerco muy despacio hasta el Viejo. Lo tomo de las axilas y lo levanto casi sin esfuerzo, como un trapo. El Viejo se resistio, maldijo, sacudio el baston y permanecio con las rodillas flexionadas, negandose a caminar. --!Me quitaran el sitio si me voy! --grito--. !No pienso moverme! --!Oh, vamos! --contesto ella cansadamente--, le dare un colacao si se porta bien. Al Viejo le brillaron los ojos. Aflojando el cuerpo, se dejo llevar a trompicones hasta el edificio lateral. Alli doblo la esquina y desaparecio. Empezaba a caer la tarde y el patio se llenaba poco a poco de ancianos. La mecedora de ratan fue pronto ocupada por una vieja que se mecio placidamente hasta quedar dormida. En otros tiempos, New Life habia sido la residencia de ancianos mas grande y mas lujosa de todo Vado. En sus folletos promocionales se destacaba --con colores brillantes y un buen numero de mayusculas-- la primicia de las parcelas Bioclimaticas y las zonas de Microclima de Confort, toda esa variedad de fuentes, aspersores y vegetacion exotica que Tejada nunca llego a conocer. En total --dijo el alcalde durante la inauguracion-- habia mas de cuatro hectareas de jardines, decorados con arces japoneses, mirtos, cerezos, bambues y senderos de guijarros sobre los que maullaban gatazos indolentes. Ahora, sin embargo, justo cuando mas azotaba el calor, todos los aspersores estaban secos, o rotos, con un rumor como de agua por dentro que nunca se decidia a brotar del todo. La mayoria de los viejos solo se atrevia a salir cuando el sol descendia, avanzando con sus muletas y sus andadores, jadeantes, con las venas sobresaliendo de sus cuellos y la nariz dilatada en el esfuerzo. Bajo la luz caida y amarillenta, todas las tardes a la misma hora los jardines de New Life --ahora asperos y desapacibles-- se poblaban de un resentimiento enconado. Los doce jardineros y tres paisajistas que tan solo un ano atras regaban las plantas y podaban ramitas con delicadeza se habian marchado sin dar explicaciones, y ahora era un enfermero alcoholico, desposeido de su titulo, quien vagaba por los caminos con unas tijeras en las manos, cortando aqui y alla distraidamente. Fue este enfermero, Catalino Fernandez, el que recibio a Tejada cuando llego. En realidad, ni siquiera fue un recibimiento. En los recuerdos de Tejada permaneceria mas adelante algo asi como un saludo frio y un par de preguntas que ya entonces le parecieron sin sentido. --?Duerme bien por las noches? ?Cree que la residencia seguira abierta para Navidad? Tejada solto sus maletas en el suelo y resoplo mirando alrededor. A lo lejos, una anciana -- posiblemente la Clueca-- se abanicaba sin parar de reir. --Mire, hijo, yo acabo de llegar y no se nada. Catalino le refirio algo que habia escuchado dias antes en la television. Algo sobre <
> alojados en el corazon de los < >. Tejada le olfateo el aliento. --Uno nunca puede dormir tranquilo, ?sabe? --susurro el enfermero--. Cuando menos lo esperas, te dan la punalada trapera. De quien menos la esperas. De tu vecino. De tu companero de habitacion. !De tu mujer! Nunca se sabe por donde vendra, pero vendra. Un soplo de aire caliente arremolino los cabellos de Tejada, pegajosos del viaje. Carraspeo con impaciencia y se recoloco los pantalones. --?Para que ha venido aqui? --insistio Catalino alzando una de las maletas. Tejada no contesto. No estaba de humor para dar explicaciones. De momento, queria solo dejar el equipaje, tomar una ducha y beberse una cerveza sin importarle que demonios estaba pasando en aquella ciudad asfixiante, cuya poblacion huia en masa como en la leyenda de los lemmings.