• rachel patrill instagram - Rachel Patrill

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    El... la mas peligrosa de las prisiones.
    Rainer Solheimsen, capitan del Valhala no solia aceptar encargos de aquella naturaleza, preferia que la Corona y sus problemas los resolviesen ellos mismos, pero cuando la mision llamo a su puerta, entendio que el mismo podia sacar tajada. El no era un santo y habia estado demasiado tiempo detras de aquellas tierras como para perder la oportunidad de que las escrituras de las mismas pasasen a su nombre.
    El viaje prometia ser tedioso y aburrido... hasta que un polizon de ojos dorados aparecio en sus bodegas.
    Ella... una gata de ojos dorados.
    Habiendose librado por poco del incendio que asolo la prision, Cat encontro su mejor oportunidad para abandonar la inmundicia de Londres a bordo de uno de los barcos mercantes del puerto. Se infiltraria como polizon y surcaria los mares a donde quiera que fuese, cualquier cosa para huir de Londres y encontrar un nuevo hogar.
    Con lo que no contaba, era que el barco perteneciera al unico hombre que debia evitar a toda costa, aquel al que habia robado y el cual podria enviarla de nuevo a la carcel y robarle la libertad que tanto ansiaba para siempre.
    Londres prometia ser el campo de batalla de una guerra que ninguno de los dos estaba dispuesto a perder.

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  • Rachel Patrill: Libros - Amazon.es

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  • Lady Thief: La Gata Ladrona by Rachel Patrill - Goodreads

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  • ¿Por qué ha desaparecido la cuenta de Instagram de Britney ...

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    18 mar 2022 — ¡Qué descaro vender tu libro y ahora ir hablando mentiras! Ojalá te sometieras al detector de mentiras para que todo el mundo vea que estás ...

  • Recomendaciones para proteger los datos personales en ...

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    La organización, como responsable del tratamiento, puede tomar la decisión de que determinadas actividades de su empresa se ejecuten en situaciones de ...

  • La Reunion de Meghan Hartley

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    !Caliente! !Torrido!

  • Quien Mueve Los Hilos de Lorena Franco

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    CUANDO BUSCAS LA VERDAD CORRES EL RIESGO DE ENCONTRARLA Una mujer rica y de exito muere en el mismo momento en el que el hombre al que amaba aparece en la lista de pasajeros del fatidico vuelo de Germanwings estrellado en los Alpes franceses el 24 de marzo de 2015. Sara Mendieta, propietaria del edificio de la zona alta de Barcelona donde aparece el cadaver, sera el objetivo de la investigacion y la obsesion de los investigadores Joel Sanz e Isabel Morgado. Sexo, violencia, riqueza, asesinatos, en definitiva lo mas oscuro del alma humana. Todo ello orquestado por dos mujeres, fragiles y letales a la vez, que descubriran quien maneja los hilos.

  • Suenos de trenes de Denis Johnson

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    En el verano de 1917 Robert Grainier participo en el intento de matar a un jornalero chino al que habian pillado robando, o al menos lo acusaban de haber robado, en los almacenes de la compania ferroviaria Spokane International, en el corredor septentrional de Idaho. Tres empleados del ferrocarril sujetaron bien fuerte al ladron y lo arrastraron por el largo terraplen que llevaba al puente que se estaba construyendo dieciseis metros por encima del rio Moyea. El chino emitia voluminosas rafagas de una rapida cantinela. Se bamboleaba y se retorcia como una comadreja metida en un saco, golpeando hacia atras con el puno que le quedaba libre al hombre que lo iba arrastrando por el cuello. Cuando el grupo paso frente a el, Grainier, viendolos en apuros, fue a prestarles su ayuda y se encontro a si mismo agarrando al culpable por un pie descalzo. El hombre que caminaba por delante de el, el senor Sears de la direccion de la Spokane International, llevaba agarrado casi inutilmente al prisionero por el sobaco y era el unico de todos, ademas del ininteligible chino, que iba hablando mientras todos se las veian y se las deseaban. --!Muchachos, no tengo ni punetera idea de como vamos a hacer esto! ?Acaso lo tenemos que llevar hasta alli?, tuvo ganas de preguntar Grainier, pero le parecio mejor guardarse el aliento para el forcejeo. A Sears se le escapo la risa, con la cara palida de fatiga y horror. Todos se desplomaron en el polvo, se levantaron y volvieron a caer, con el chino hablando en jerigonza y aterrandolos a los cuatro hasta el punto de que ya daba igual lo que hubieran tenido en mente inicialmente, ahora si que era hombre muerto. Ya no les quedaba mas opcion que tirarlo desde el puente de caballete. Alcanzaron al resto, una cuadrilla de una docena de hombres que estaban descansando al sol, apoyados en sus herramientas, secandose el sudor y contemplando el espectaculo. Grainier aferraba convulsamente el pie calloso del chino, asombrandose de si mismo, cuando el hombre que llevaba el otro pie lo solto, se sento jadeando en el suelo de tierra y recibio una patada en el ojo antes de que Grainier pudiera sujetar la pierna que ahora pataleaba libre. --Ha sido una broma. Una broma --dijo el hombre sentado en la tierra, y al aliado que tenia alli le dijo--: Venga ya, Jel Toomis, dejemoslo correr. --No lo puedo soltar --dijo aquel tal senor Toomis--. !Soy el que lo tiene agarrado del cuello! Y se rio mientras una rafaga de confusion le cruzaba el rostro. --!Yo lo tengo bien cogido! --dijo Grainier, agarrando con mas fuerza en sus brazos los dos pies del pequeno demonio--. !Lo tengo yo, al cabron, y yo me encargo! El grupo de verdugos llego a la mitad del ultimo tramo de puente completado, veinte metros por encima de los rapidos, y se puso al limite de sus fuerzas para tirar al chino al vacio. Pero el pudo con ellos, se dedico a aferrarse a sus brazos y piernas y a lloriquear en su jerigonza hasta que de pronto se solto y se agarro con un brazo a la viga que tenia debajo. Se quito de encima con facilidad a sus captores, que de todas maneras ya se estaban intentando deshacer de el, y salto al otro costado, suspendido sobre el abismo y descolgandose con una mano detras de la otra por la silueta esqueletica del tramo siguiente, pasando por encima del rio. El companero del senor Toomis corrio hasta alli, haciendo equilibrios sobre una viga y pisoteandole los dedos al tipo. El chino se fue descolgando de una viga a la siguiente, como si fuera un artista de circo, descendiendo por la estructura de barras entrecruzadas. Un par de trabajadores de la cuadrilla vitorearon su fuga, mientras que otros, aunque no tenian ni idea de por que lo estaban persiguiendo, gritaron que habia que detener al villano. El senor Sears se saco de la funda que llevaba al cinto un viejo y enorme revolver de polvora negra de cuatro balas y disparo las cuatro, sin resultado. Para entonces el chino ya se habia esfumado. En el camino de regreso a casa despues de aquel incidente, Grainier se desvio tres kilometros hasta la tienda que habia en el poblado ferroviario de Meadow Creek para comprarle una botella de zarzaparrilla Hood's a su mujer, Gladys, y a su hija pequena, Kate. La subida por la colina y a traves del bosque en direccion a su cabana lo dejo acalorado, y antes de recorrer el ultimo kilometro se detuvo a banarse en el rio, el Moyea, en una poza honda que habia rio arriba del poblado. Era sabado por la noche, y a modo de preparacion para la velada un grupo de trabajadores ferroviarios de Meadow Creek se habian congregado en la poza para banarse con la ropa puesta y secarse sentados en las rocas antes de que cayera la oscuridad en el canon. Los hombres dejaban a un lado los zapatos y las botas y se sumergian lentamente hasta los hombros, ahogando exclamaciones y salpicandose. Muchos de ellos ya daban sorbos de whisky de sus petacas mientras permanecian sentados temblando despues de sus abluciones. Aqui y alli asomaba de la superficie algun brazo que agarraba con la mano un sombrero maltrecho, senal de que alguien se estaba mojando la cabeza. Grainier no reconocio a nadie y se quedo solo a un lado, vigilando de cerca sus botas y su botella de zarzaparrilla. Mientras caminaba de regreso a casa bajo la oscuridad creciente, Grainier tuvo la sensacion de que se iba topando con el chino por todas partes. El chino en el camino. El chino en el bosque. El chino caminando con pasos suaves, con las manos colgandole de unos brazos que parecian sogas. El chino saliendo con movimientos danzarines del arroyo, como si fuera una arana. Le dio la Hood's a Gladys. Ella se incorporo hasta sentarse en la cama situada junto a la estufa donde estaba convaleciente de eczema y dando de mamar al bebe. Podria haber hecho acopio de fuerzas y haberse ocupado de la colada y de cortar las patatas y la trucha para la cena, pero siempre que a su mujer le dolia la cabeza o se le taponaba la nariz tenian la costumbre de dejarla que se tumbara con una botella o dos del dulce tonico de Hood's y se tomara un descanso de aquellas tareas. A la bebe de Grainier tambien se la veia afectada por el eczema. Tenia los ojos pegajosos de leganas y le colgaban burbujas de mucosidad de los orificios nasales mientras mamaba y roncaba pegada al pecho de su madre. Kate tenia cuatro meses y seguia siendo completamente calva. No parecia reconocer a su padre. Su ligera enfermedad no le doleria, siempre y cuando no le derivara en tos. Grainier se quedo de pie junto a la mesa de la unica habitacion de la cabana, preocupado. Estaba seguro de que el chino les habia lanzado una poderosa maldicion mientras ellos lo arrastraban, y que eso podia tener toda clase de consecuencias negativas. Aunque asombrado ahora por el frenesi de la tarde, y perplejo por su violencia y por como esta lo habia arrastrado como una semilla al viento, el joven Grainier seguia deseando no haberse refrenado y haber matado al chino antes de que este los maldijera. Se sento en el borde de la cama. --Gracias, Bob --le dijo su mujer. --?Te gusta tu zarzaparrilla? --Si, ya lo creo, Bob. --?Tu crees que la pequena Kate puede notar el sabor en tu teta? --Pues claro que si. Muchas noches oian el tren de la Spokane International que subia al norte, a su paso por Meadow Creek, tres kilometros valle abajo. Esta noche su silbido lejano desperto a Grainier, que se encontro solo en el camastro de paja. Gladys estaba levantada con Kate, sentada en el banco que habia junto a la estufa, desprendiendo restos frios de avena de los costados del cazo y dejando que el bebe chupara aquellas gachas de la punta de su dedo. --?Cuanto crees que sabe la nina, Gladys? ?Tanto como un cachorro, tu crees? --Los cachorros pueden vivir solos despues de que la perra los destete --dijo Gladys. Grainier espero a que ella le explicara que queria decir. Le pasaba a menudo que su mujer pensaba mas deprisa que el. --Una cria de hombre no puede hacer eso --le dijo ella--, irse a vivir por su cuenta cuando lo destetan. El cachorro sabe mas que el bebe hasta que el bebe aprende las palabras. Y me refiero a mas que unas cuantas. Un perro criado en casa tambien conoce unas cuantas palabras, tantas como un bebe. --?Cuantas palabras, Gladys? --Pues bueno --dijo ella--, sabe como se dicen las cosas que sabe hacer y las que tu le mandas que haga. --Dime algunas de esas palabras, Glad. Estaba oscuro y el queria seguir oyendo la voz de ella. --Pues <> y <> y <> y <> y <>. El perro sabe como se dice todo lo que el sabe hacer. En la oscuridad sintio que la mirada de su hija se volvia hacia el como la de una bestia arrinconada. No era mas que un engano de su imaginacion, pero le derramo algo frio en el espinazo. Se estremecio y se tapo con la colcha hasta el cuello. Robert Grainier ya no olvidaria aquel momento exacto de aquella noche durante el resto de su vida.

  • Una sola vez en la vida de Carlota Manzano

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    Abrochandome los botones de la camisa ante el espejo, pense que ya quisieran muchos de mi edad conservarse tan bien como yo. No quiero parecer un engreido, pero nadie podia creerse que tuviera cuarenta anos. Las chicas que conocia por ahi en los locales de copas me decian que las estaba vacilando, y es que ninguna me echaba mas de treinta o treinta y dos tacos. Supongo que el hecho de no tener ni una sola cana aun en las sienes tenia mucho que ver en el asunto. Cero canas, cero arruguitas en el rostro y cero barba, que siempre me ha gustado ir con la cara bien afeitada. Ademas, normalmente suelo vestir de manera informal y muy juvenil, pero aquella tarde de sabado tocaba ponerse un poco mas elegante, puesto que habia quedado con mi amigo Claudio para asistir a la inauguracion de un lujoso bar-pub en uno de los barrios mas selectos de Barcelona. La ropa de pitimini, como yo la llamo, la dejo para ocasiones especiales. Y para el trabajo, claro esta. Un director de banco no puede permitirse el lujo de sentarse en su despacho en vaqueros y camiseta para atender a los clientes, pero el resto del tiempo... dificil era pillarme a mi con traje de chaqueta y corbata. Ni siquiera aquella tarde. Una camisa blanca arremangada hasta medio antebrazo, un pantalon azul marino de pinzas y unos modernisimos zapatos marrones que tocaba estrenar me parecia el look perfecto para la ocasion. Ni mas mas ni mas menos. Bueno, miento. El Lotus que me habia regalado Maria un par de anos antes, puesto en la muneca, completaba mi atuendo. Con el pelo ligeramente engominado y un toque de mi perfume preferido de Calvin Klein, parecia yo el tipico senorito andaluz. Lo digo sin animo de ofender a nadie, ojo, pero esa fue la comparacion que me vino a la cabeza mientras me terminaba de abrochar los botones. En ese preciso momento recibi la llamada de Claudio. --?Como vas, Thiago? --Ya estoy listo. ?Por? --Genial, estoy por ahi en ocho o diez minutos, que me he metido en un atasco que no veas. --?Un atasco a estas horas? --Me extrano, la verdad. Si fuese a primera hora de la manana, cuando la ciudad condal es un autentico caos de gente moviendose a la carrera por todas partes para ir al trabajo, todavia... --Bueno, ha habido un pinazo con una moto. Una movida que no veas, ahora te cuento cuando te vea. --Perfecto, enseguida bajo. Claudio trabajaba en la misma sucursal bancaria que yo, solo que aquel chaval era un simple cajero, lo que no impidio, como es logico, que hicieramos buenas migas desde que entrase a currar alli seis meses atras. Mi amigo tenia treinta y seis anos y acababa de separarse cuando vino a parar alli. Lo estaba pasando mal, sobre todo porque su ex era una de esas mujeres de armas tomar que le ponia mil trabas para ver a las dos ninas cuando le tocaba recogerlas. Por mi parte, acababa de poner punto final a mi relacion con Maria, aquella mujer celosa hasta la saciedad. Tres anos y medio habiamos estado de noviazgo, tiempo suficiente para entender que lo nuestro no tenia ningun futuro. No solo por sus celos, que ya bastante con eso. Maria era una mujer con mamitis aguda cronica. Parece mentira que con casi treinta tacos no pudiera mover un pie sin el visto bueno de su madre. Aparte, todos los fines de semana sin excepcion teniamos que ir a comer con sus "papis", como ella les llamaba, al chalet en que vivian en las afueras. Y los tres veranos que estuvimos juntos... a Benidorm de vacaciones con ellos, al apartamento que los senores tenian alli, porque "?que mejor que pasar las vacaciones en familia?". Y como asi, tantas y tantas cosas mas, de modo que estaba un poco harto del tema. Mandona tambien, el colmo fue ver a las claras que aquella chica no queria tener hijos. Al principio no le di tanta importancia, pensando que con el tiempo quizas cambiase de opinion, pero al ver que me estaba equivocando de medio a medio porque nadie la sacaria de sus trece, me dije que por ahi no pasaba. Tengo cuatro hermanos, tres chicos y una chica, y bien orgulloso que estoy de todos ellos. Los cinco nos llevamos fenomenal y siempre estamos disponibles los unos para los otros en cuanto nos necesitamos. No es que pretendiera tener en el futuro una familia tan numerosa, pero queria tener al menos un par de hijos que heredasen mi apellido y mis genes. Estaba visto que con Maria tendria que abandonar mi sueno. Eso o abandonarla a ella, y opte por esto ultimo, aunque ese no fue el unico motivo, como ya he explicado. Claudio tardo algo mas de un cuarto de hora en aparecer con su Audi. Venia vestido mas o menos en mi misma linea. --Venga, sube, que nos cierran Barcelona--me dijo a la par que bajaba la ventanilla del coche. --A mi no me estreses, ?eh? que es sabado y hoy no tengo ninguna prisa en acostarme. --Toma, ni yo. Bueno, aunque manana tengo que recoger a las nenas a las once, asi que tampoco quiero enredarme mucho. --?Y todo bien? --Calla, toquemos madera--el muy vacilon se dio unos toquecitos en la cabeza con los dedos --. Ultimamente, la madre esta mas relajada. Yo creo que debe andar con alguien y por eso no chista. Vamos, que parece que esta deseando que me lleve a las crias para quedarse tranquila. --La vida sigue para todo el mundo. --Estaria bueno. Oye, ?Has visto la foto esa del local que ha salido hoy en el periodico? --No, vi una la semana pasada. --El sitio esta guapisimo, tiene un pedazo de terraza asi en plan chill out que flipas. --Veremos a ver que se cuece por alli. Nada malo, desde luego. Claudio aparco unos metros mas arriba en la misma acera y el portero nos dio la bienvenida alli en el escalon de entrada. "Esperamos que les guste el Karachi", anadio. Aquel sitio destilaba lujo por todos los rincones. El ambiente tambien era de lo mas "chic", con tanta gente elegantemente vestida, charlando animada con sus copas entre las manos. Mi amigo y yo nos acoplamos en la barra, cerca de un par de chicas mas jovenes que nosotros que andaban ya ahi sentadas en sus taburetes. Me llamo muchisimo la atencion una de ellas por su espectacular melena de rizos pelirrojos. Llevaba un traje de coctel de color rosa palido y unos altisimos tacones a juego que no le hacian mucha falta, y es que debia medir cerca de metro ochenta con ellos. No es que uno sacase ahi el metro, pero fue llegar nosotros y levantarse y salir andando hacia el bano. Un metro ochenta y cinco mido yo y aquella guapisima chavala de ojos verdes casi me alcanzaba. --Eh--Claudio chasqueo los dedos ante mis narices--, estoy aqui, espabila. Me habia quedado por unos segundos medio alelado, siguiendola con la mirada. --?Has visto que porte? Ufff, madre mia. --Ya te digo --me respondio mi companero alzando las cejas. Minutos despues, la chica volvia del bano y la escena se repitio. Ahi no pude reprimirme y le di las buenas noches educadamente al pasar junto a mi. --Buenas noches. No se limito a corresponder por cortesia a mi saludo con esas simples palabras. La preciosa sonrisa con que las acompano me cayo de propina, asi que no me lo pense mucho. Espere a que se sentase y apurase el ultimo trago de su vaso, le pregunte en voz baja a Claudio y, con su aprobacion, me acerque a ella. --Disculpa. ?Estais solas? Nos gustaria invitaros a una copa. La chica, que se quedo un poco cortada, miro a su acompanante antes de volver la cabeza de nuevo hacia mi para disculparse. --Te lo agradezco muchisimo. Mejor dicho, os lo agradezco, pero estoy hablando con ella de negocios. --Oh, perdon--Yo si que me quede cortado con su respuesta. --Lo siento mucho. Ademas, tengo que irme en breve a trabajar. ?A trabajar? Eso si que me pillo fuera de juego. Un sabado por la noche y de esa guisa... la verdad es que asi de repente no se me ocurrio a que podria dedicarse. --Planchazo, amigo mio--Claudio me hizo un gesto de resignacion con los ojos. En cambio, yo no me resigne a dejar la cosa ahi. No es que insistiese mas, pero se dio la circunstancia de que media hora despues entraron unos amigos de mi companero a los que, al parecer, hacia bastante que no veia, y se liaron a charlar. Apenas cinco minutos mas tarde, la preciosa y finisima pelirroja cogio su bolso de cartera y se dispuso a salir de alli con la otra chica, que tambien estaba de muy buen ver, por cierto. Alta, morena, con un vestido muy sexy y tacones plateados, parecia otra modelo de alta costura. Me disculpe con Claudio y sali tras ellas como un detective de pacotilla. Mi amigo se quedo flipado y quiso saber a que tanta prisa. --Ya te contare--Fue lo unico que le respondi. Capitulo 2 Ambas mujeres desfilaron hacia la puerta acaparando a su paso todas las miradas masculinas, con sus firmes y elegantes andares. Cuando las vi coger calle abajo y acercarse a un lujosisimo Mercedes blanco para meterse en el, tire para arriba y pare un taxi justo cuando la pelirroja echaba andar. --Buenas noches, ?donde vamos? --Quiso saber el taxista. Eso quisiera saber yo tambien, a donde ibamos, pero como no tenia ni idea ni era plan explicarle que teniamos que perseguir al coche blanco de delante, le dije que tirase, que yo le iria indicando. Asi pues, cada vez que la veia poner un intermitente, le indicaba que tirase a izquierda o derecha, segun procediera, y asi hasta ir a parar al comienzo del Paseo de Gracia. Cuando vi que la pelirroja aminoro la marcha y torcio a la derecha para entrar con su coche en el garaje de un edificio de alto standing, le pedi a aquel tipo bigotudo que parase ya donde pudiera. --Muchas gracias, que tenga buena noche. --Se debio poner mas contento que unas castanuelas con los cinco euros que le di de propina. --No hay de que, buen servicio, amigo. Y buena pamplina la que yo acababa de hacer, y es que... ?que narices hacia alli, en la otra punta de la ciudad, mirando como un idiota los ventanales de aquel suntuoso bloque? Tal vez la mujer habia ido a cambiarse de ropa para ir a trabajar. O quizas me la habia dado con queso y aquello solo habia sido una mera excusa para quitarse el muerto de encima. Espere como unos quince minutos, plantado ahi en la acera como un pasmarote, antes de montarme en otro taxi que me llevase de vuelta a mi casa. De camino, recibi un wasap de Claudio. --?Se puede saber que mosca te ha picado? ?A santo de que te has largado con tanta prisa? --?Sigues ahi? --Desvie el balon porque me sentia un tanto ridiculo. --Claro, seguimos aqui dandole a la alpargata, vente para aca, que no veas como se ha puesto ya esto de gente. --No, tio, tengo un poco de acidez de estomago y no me apetece mucho. --Que jodio, pues no sera por lo que has bebido hoy, que ni te has terminado el primer cubata. Venga, anda, animate. --No, gracias, prefiero tirar ya para casa. --?Eras tu el que decia que hoy sin prisas? Como veas, que te compre el que te entienda, pero tu te lo pierdes. Quizas tuviera razon, pero no me apetecia un pimiento volver hasta alli para juntarme con aquella panda de antiguos companeros universitarios de mi colega a los que yo no conocia de nada. Parecera una estupidez, pero me dije para mis adentros que lo mas interesante de ver en aquel lugar ya se habia recogido en su casa, asi que no dude en meterme en la mia, ponerme otra copa y tomarmela tranquilamente, escuchando musica en el sofa. Seguia dandole vueltas a la cabeza. Con que arte me habia despachado aquella pelirroja tan guapisima y tan bien moldeada... El viernes de la siguiente semana, al salir a mediodia de trabajar, me encontre de casualidad con un vecino y amigo con quien tambien habia salido por ahi en tiempos alguna que otra vez. Marcos entraba justo en ese momento en la zapateria de al lado del banco. --Ey, Thiago, ?ya acabaste por hoy la faena? --Me pregunto sonriendo. --Si senor, hasta manana ya no me ve ni Cristo el pelo por aqui. --?Tienes prisa? --Ninguna, ?por? --Echame una mano, tio, que tengo que comprarme unos zapatos para la boda de mi hermana, y luego nos tomamos unas canejas. --Vale. --Acepte su propuesta del tiron, y es que no tenia nada que hacer. Al menos, nada que no pudiera esperar. Despues de escoger uno de los pares de zapatos mas caros que habia alli dentro, entramos a tapear en un bar a la vuelta de la esquina. --?Tienes algun compromiso para manana? --. Estaba visto que pensaba plantearme alguno. --No, nada. --Pues vente con Israel y conmigo a tomar un copazo por la noche. Hace un par de dias me pregunto por ti. --?Donde pensais ir? --A un sitio que quizas no conozcas, pero creo que te va a gustar. Nosotros hemos ido un par de veces. Es un sitio de esos donde uno puede recrearse la vista a base de bien con los bombones que andan por alli. La vista y, si uno quiere, otras cosas tambien... Me la vi venir.

  • Destino (Encrucijada 2) de Merche Diolch

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    Se encontraban en la habitacion central de la cabana de los Ancianos. Rodeados de velas esparcidas por pequenos rincones, en un intento de facilitar la vision de Ninox y no impedir la de los otros comensales. Habian pasado ya mas de dos semanas desde la llegada de los hermanos a Nueva Esparta y ahora estaban decidiendo, junto al resto de los neoespartanos, como llevar a cabo su plan contra Hyaena. De pronto, el sonido de un telefono retumbo por la estancia y todas las miradas se centraron en el jefe de seguridad de la familia Rapax. --Falco, es el tuyo --dijo Caetus. --!?Que dices?! --pregunto con burla--. Como va a haber cobertura aqui, si estamos perdidos en la nada. Su amigo miro a Seneca con una gran sonrisa. --Diselo a el --le senalo. --Hemos estado incomunicados estos dias por las tormentas, pero ya podemos recibir llamadas aunque no imagenes --indico el Anciano mientras el telefono sonaba, repitiendose una y otra vez una antigua melodia--. Hace tiempo, hackeamos uno de los satelites de tu familia, lo que nos permite tener comunicaciones con el exterior. Falco miro la pantalla del reloj, donde aparecia el nombre de quien llamaba y que no pertenecia al cuerpo de seguridad de la familia Rapax, ya que estos habrian utilizado el dispositivo intracraneal para comunicarse con el, al ser mas directo. --Ninox, es Feles --anuncio. --?Feles? --repitio su hermana, recibiendo como contestacion un movimiento afirmativo, mientras pulsaba el boton del reloj para comunicarse con ella y se lo acercaba a la oreja, ya que sin imagenes debia usar el metodo tradicional. --!Feles! --la saludo. --Falco... --La voz de la mujer se escucho por la habitacion. --?A que no sabes quien dice que se nos casa? --pregunto, pero no espero respuesta--. La pequena Ninox. Mi hermana ha encontrado a alguien al que martirizar --le guino un ojo a Gabriel--, y dice... --!Chrys! --le grito, acallando su diatriba. Hacia mucho que Feles no utilizaba ese nombre para dirigirse a el. El silencio se asento al otro lado de la linea. --?Estas bien, Feles? --El tono de preocupacion atrajo la atencion de los que le rodeaban. La tension se reflejo en el rostro de Ninox, al percatarse de que algo no iba bien. Falco estaba atento al sonido del otro lado de la linea. Su afilado sentido sensorial, conseguido gracias a su operacion genetica, le avisaba de que Feles no estaba sola. El suave deslizamiento de la hoja de un cuchillo al rozar el cuello de la mujer le llego con claridad. Un sordo sollozo acompano a ese ruido, consiguiendo que sus dedos se encresparan alrededor del reloj al presentir que era lo que le sucedia. --Falco... --La voz de un hombre le llego sin distorsion. --?Que le has hecho? --pregunto, remarcando el odio que sintio al reconocerle. Una carcajada aterradora resono en la sala. --Todavia nada --anuncio. --Como... --La impotencia se reflejo en el rostro y la voz de Falco. --?Que haras? --interrogo, sin dejar terminar la amenaza de su interlocutor, y volvio a reirse. --Hijo de puta. --Chrys... --Feles le llamo con un debil susurro. Los dedos que agarraban el reloj estaban cada vez mas blancos. --No la toques, porque si no... --Si no que, sobrino. El pitido continuo de la linea telefonica le informo de que la conversacion habia acabado. Miro el aparato sin comprender y dejo que sus negros ojos se posaran por el rostro del resto de ocupantes de la sala, hasta que se detuvo en el de su hermana. --Chrys... --La voz debil de Ninox le devolvio a la realidad--. ?Que sucede? El hombre expulso el aire que retenia sin darse cuenta y se paso una de sus manos por el cabello moreno. --Hyaena tiene a Feles. Capitulo 1 --!Voy con vosotros! --grito Ninox. Se paro delante de algunos de los hombres que transportaban cajas de alimentos, sacos y utiles necesarios para usar en alta mar, impidiendoles que siguieran trabajando. Vestida con ropa de abrigo, ya que el frio habia regresado hacia unos dias, y con las gafas que le permitian vislumbrar algo de lo que le rodeaba, en su rostro mostraba la determinacion de sus palabras. Falco se aparto el cabello negro de la cara, suspiro y se enfrento a su hermana. --Tienes que quedarte en Nueva Esparta --indico mientras sus ojos se fijaban en el hombre que habia detras de ella--. Gabriel tampoco viene. --Pero... --Ninox, ya lo hemos hablado. --El mencionado poso la mano sobre su hombro y asintio mirando a su futuro cunado--. Falco viajara hasta Nueva York Twin y nosotros le esperaremos aqui. Ella los observo y dejo que sus brazos cayeran sin fuerzas a lo largo de su cuerpo. --Se trata de Feles. Gabriel abrazo a la mujer que le habia robado el corazon y le dio un beso en la mejilla. Falco miro a la pareja y se reafirmo en su decision: ellos debian quedarse en Nueva Esparta. Dejo que sus negros ojos recorrieran todo lo que les rodeaba. Observo el bosque proximo a la aldea, situada en la montana, lejos del puerto donde se encontraban en esos instantes. Escucho con claridad el relincho de los caballos, gracias al viento que se habia levantado hacia unas horas, acompanado de los trinos de las aves que poblaban esa region. Animales que creia extintos hasta que recayo en esa tierra de leyendas, descubriendo lo equivocado que estaba. Las ensenanzas que le habian inculcado desde nino habian desaparecido cual espejismo. Llego hasta alli en busca de su hermana pequena, raptada por aquellos que creia enemigos, los neoespartanos. Nueva Esparta formaba parte de lo que se habia calificado como la Resistencia. Terroristas que buscaban atentar contra el estado de Nueva America, contra las normas implantadas por los haddasus. Un sistema que lideraba Hyaena, su tio, y que se habia deteriorado desde la muerte de su padre. Su sorpresa fue enorme cuando descubrio que el enemigo no era Gabriel, el neoespartano que habia secuestrado a Ninox y que con su accion solo habia buscado alejarla del verdadero peligro, de Isatis. Los acontecimientos que vivieron les revelaron que el secretario de Hyaena estaba obsesionado con Ninox. Sin experiencia ninguna y armado solo con su perfeccionado olfato, salio a la mar en busca de su amada. Las tormentas le sorprendieron y Falco termino rescatandole. Todavia a dia de hoy, el jefe de seguridad de la familia Rapax se reprochaba no haberse dado cuenta antes de lo que pretendia ese lobo con piel de cordero. Si no hubiera sido por Gabriel... Miro al hombre que susurraba palabras tranquilizadoras a su hermana en ese momento, y sonrio al recordar su primer encontronazo. Las ganas de matarle nada mas conocerle se apoderaron de el y ahora, cuando observaba lo enamorado que esta de Ninox y como la cuida, se alegraba de no haberlo hecho. Gabriel secuestro a Ninox, por ordenes de los Ancianos, y le robo el corazon a la haddasu. Si no hubiera sido por la llamada de Feles, todo habria terminado como los cuentos infantiles, con un <<...y comieron perdices>>. Pero la realidad esconde la crudeza de la vida. Observo el devenir de los neoespartanos, agricultores o ganaderos, oficios que ya creia extintos hasta la llegada a esa tierra. Saludo a uno de ellos que, cargado con un par de bidones de agua dulce, pasaba por su lado en direccion al barco que preparaban para regresar a la capital de Nueva America. Diez dias... Mucho tiempo... Apenas habia descansado desde que habia respondido a la llamada telefonica de Feles. A una orden de Seneca, miembro del consejo de Ancianos que coordinaba la vida de Nueva Esparta, ademas de las misiones de exploracion del resto del mundo, los bellatores se pusieron en marcha tras escuchar el sonido del telefono inerte cuando Hyaena colgo la llamada. Habia que equipar un barco para regresar a Nueva York Twin. La mision: rescatar a Feles de las garras de Hyaena. Los dias estaban siendo una agonia para Falco. Las horas se le pasaban con demasiada lentitud y las noches eran un infierno. Las pesadillas se sucedian en su subconsciente, suenos en los que encontraba a Feles sin vida porque no habia llegado a tiempo para salvarla, despertandose de improviso cuando oia su voz llamandole... <<--Chrys...>> Cuantas veces habia deseado que Feles le llamara por su verdadero nombre, como antano, cuando compartian intimidad, y que no utilizara el nombre de Falco como fria defensa hacia el, hacia todo lo que habian compartido... --Falco, Seneca te necesita. --La voz de Caetus le alejo de esos negros pensamientos. Observo como el recien llegado saludaba a Gabriel con una palmada en la espalda y le daba un beso a Ninox en la mejilla. Todavia recordaba como se sintio al descubrir que su amigo formaba parte de la Resistencia desde hacia bastante tiempo y aunque al principio creyo que su <> le habia traicionado, cuando se le revelo la verdad de Nueva Esparta, los tejemanejes de su tio para mantener su status en Nueva America y la posible relacion de Hyaena con la muerte de su padre, comprendio que en realidad Caetus no era un traidor sino un haddasu que buscaba la verdad. --Caetus, dile al cabezon de mi hermano que me deje ir con vosotros --Ninox le suplico. El hombre de piel oscura miro a los dos hermanos, y poso sus ojos en Gabriel quien encogio los hombros en un gesto de resignacion. --Ninox, ya lo hemos hablado. Te necesitamos aqui, en Nueva Esparta. Ella se cruzo de brazos y se alejo de las caricias de su futuro marido. --Creo que sere de mas utilidad en Nueva York Twin. Falco agarro las manos a su hermana y la acerco hasta el. --Seneca quiere que te quedes --indico mientras le acariciaba la mejilla--. Necesitamos que ejercites ese poder que escondes aqui. --Le dio con carino en la cabeza--. Cuando regresemos tenemos que saber cuantos territorios habitados hay para realizar expediciones, descubrir si hay mas tierra seca aparte de Nueva Esparta o averiguar como subsisten el resto de los habitantes de este planeta donde el agua lo invade casi todo. Ninox dejo sus ojos fijos en los negros de su hermano. --Chrys, prometeme que salvaras a Feles. Falco acaricio su mejilla y asintio con la cabeza. --Te lo juro. El silencio envolvio a los cuatro amigos ante la solemnidad de la promesa. --Caetus, te necesitamos. --El requerimiento de uno de los neoespartanos rompio lo que estaban compartiendo.

  • Guerras de internet de Natalia Zuazo

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    En este libro, la periodista y politologa Natalia Zuazo se propone bajar la tecnologia del pedestal y contar las historias humanas detras de internet para hacerla real, nombrar a sus protagonistas, y saber como funciona, quienes la controlan, que hacen las empresas y los gobiernos con nuestros datos, y cuanto de todo esto sabemos o ignoramos.

  • Una furtiva lagrima de Nelida Pinon

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    Una furtiva lagrima es el diario luminoso, intimo y singular de una de las escritoras mas importantes de la literatura latinoamericana. En este collage impresionista, formado por las reflexiones y los retazos mas lucidos de una inteligencia imparable, Nelida Pinon compone un autorretrato de su historia personal, de su familia y de sus raices.

  • El Terror viene de Noche de Pol Rupes

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    ?Son los monstruos de nuestra imaginacion, quizas, proyecciones de lo que es el ser humano capaz de hacer? O, quizas, ?existen seres que tejen, en nuestros suenos, imagenes perturbadoras de una realidad que nuestra mente, inconscientemente, es incapaz de asimilar?
    El Terror viene de Noche se compone de tres narraciones que pondran al lector en la ardua y lobrega tarea de lidiar con esas interrogantes.

  • Missing de Alberto Fuguet

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    Fuguet esta parado todo el tiempo tambaleandose sobre los hombros del mejor Bolano. Es un gusto verlo bailar asi, con su verdad en brazos.

  • El verano de los juguetes muertos (Inspector Salgado 1) de Toni Hill

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    En una ciudad donde nadie dice lo que piensa, un policia busca la verdad.
    Primera entrega de la trilogia del inspector Salgado.

  • ?Por que hacemos lo que hacemos? de Mario Sergio Cortella

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    ?Te cuesta ir a la oficina los lunes por la manana? ?La falta de tiempo se ha convertido en algo constante? ?La rutina te esta quitando el placer de la vida cotidiana? ?Todavia no sabes cual es el objetivo real de tu vida?

  • Mi rompecabezas de Rosa Cortes

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    Clara seguia buscando el verdadero amor, su peor pesadilla era quedarse soltera y por eso tiene una relacion que no le aporta lo que ella necesita. Su marido es un maltratador.
    Pablo es su mejor amigo y quien la ayuda a seguir adelante, secretamente esta enamorado de ella. La relacion con el prospera como el desea, pero entre las sombras. Todo tiene que ser asi hasta que Clara decida que hacer con su vida y con su matrimonio.

  • Propuesta Indecente de Sky Corgan

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    Ella piensa que le ofrecere un ascenso como gerente, pero tengo otra clase de ascenso en mente.

  • Pasion sublime (Sombras 2) de Kristel Ralston

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    Universidad de Yale. New Haven, Connecticut, Estados Unidos. Anos atras. --Solo unas copas mas, y nos largamos --dijo Dereck a su grupo de amigos y companeros de clase, mientras trataba a duras penas de mantenerse en pie. No recordaba cuantas botellas de cerveza habia bebido esa noche. Estaban celebrando el Ano Nuevo en el piso que pertenecia a la hermandad para mujeres Alpha Phi. Desde el dia en que recibio la carta de aceptacion de la Universidad de Yale, su cuadriculado y sencillo mundo cambio por completo. Paso de ser un adolescente que preferia aleccionar a su hermano mayor por insolencias y rebeldias, a un muchacho que disfrutaba la adrenalina de crear caos o pretender que tenia la capacidad de salir ileso de cualquier situacion. Dereck era habil con las palabras, y su exito en clases lo demostraba, pero su cerebro tenia tambien gran habilidad numerica. Sin embargo, fue su ego, en esos anos de estudio para ser abogado, que lo llevo a creer que poseia la destreza infalible de adquirir deudas de juego demasiado elevadas, y poder pagarlas sin mayores complicaciones. Gran error, porque ahora estaba buscando la forma de solucionar el embrollo en el que se habia metido. Para iniciarse en las mesas de Poker clandestinas, puesto que su billetera era ajustada, el hizo un prestamo bastante cuantioso. Sus ganancias durante las primeras rondas fueron impresionantes, y luego lo empezaron a ser tambien sus perdidas. El autocontrol volo por los aires, porque lo que habia enganchado a Dereck a las mesas de juego eran la euforia y la emocion de ganar. Esa satisfaccion que se volvia mortalmente seductora cuando se llevaba una buena racha. Ahora, el tenia que pagar casi ochenta mil dolares para sacarse de encima a los prestamistas o iba a terminar molido a golpes, mas pronto que tarde, en algun sitio de la ciudad. El dinero prestado, y tambien el ganado, habia sido repartido entre paseos con sus amigotes de Yale, fiestas, bebidas y un automovil. Si tenia dinero, ?por que no disfrutarlo un poco? El mayor de los Toussaint, Ryder, estaba tratando de resolver su propia vida incursionando en Wall Street, y Dereck jamas iria a contarle sus problemas. No tenia complejo de hermano menor en apuros. --Oye, Toussaint, no seas aguafiestas --replico Justin Nader, el mejor amigo y compinche de juergas--. Por cierto, ?cuando piensas acercarte a la hija de el Senador? Estas perdiendo el tiempo mirandola a la distancia. La musica estaba sonando, y las conversaciones en voz alta parecian el unico modo de hacerse escuchar. Si habia alcohol y buen ambiente, pues nadie se quejaba del alboroto o de los usuales adornos que caian al piso haciendose trizas o las constantes idas y venidas de parejas (no necesariamente monogamas) que subian al primer piso para aprovechar las habitaciones de la residencia Alpha Phi. --No es una conversacion banal --contesto, mientras apoyaba el hombro contra el marco de la puerta. Se llevo la botella de cerveza a la boca y la termino en pocos tragos. Miro alrededor para cerciorarse de que nadie hubiera escuchado la pregunta del imprudente de Justin--, y sera mejor que se lo recuerdes a tu bocaza, porque tengo mucho en juego. --Se que hay mucho sobre la mesa, si --replico Justin, consciente de que habia sido el, el artifice para que Dereck conociera las partidas de Poker ilegal en la ciudad. --Ademas, como bien dices, ya se en donde esta ella. Apenas termine esta cerveza, me acercare para hacerle conversacion. Mi proxima movida sera encontrarmela "de casualidad" en el edificio de la facultad y de ahi surgira algo. --Tienes solo un par de semanas para pagar ese dinero --dijo Justin en tono quedo. Con su cabello rubisimo y ojos celestes tenia un parecido al actor Devon Sawa en sus epocas juveniles. Solia ser el que propiciaba las juergas en la facultad. --No necesitas repetir lo obvio --replico Dereck con fastidio. El Senador era el apodo del hombre que estaba detras de la operacion de prestamos y cobranzas en los sitios que se organizaban las partidas de Poker, no solo para estudiantes, sino para el que le diese la gana de entrar a la mesa, y tuviera reputacion de no hacer trampas. Su hija, Tanya, iba dos anos detras de Dereck en la carrera, y este ultimo necesitaba ganar la voluntad de la muchacha para acceder a una reunion privada con el Senador y solicitar un plazo para el pago de la deuda. Dereck llevaba algunos dias tratando de hallar la forma de aproximarse a Tanya sin parecer subitamente interesado, y no era en vano que estuviera en esa fiesta de la hermandad Alpha Phi. ?Sabria la chica, lo que hacia su padre para ganarse la vida? Aquello era un misterio para Dereck. --Vaya, vaya, tus planes van a mejorar o cambiar, porque la chica que te interesa parece haber decidido ejercer sus tareas de anfitriona y viene hacia aqui --replico Justin de forma subita. --Supongo que el universo conspira a mi favor --dijo Dereck con una mueca. --Creo que la hemos pasado mejor aqui, que si hubiesemos ido a la fiesta de los idiotas de nuestra fraternidad --dijo Justin dandole una palmada en el hombro. --A ver que tal nos va --farfullo Dereck. No era la situacion ideal, porque no le gustaba utilizar a otras personas, pero en esta ocasion parecia ser la unica salida para negociar su deuda sin intermediarios. No se podia llegar a el Senador sin sus esbirros como mediadores, lo que implicaba que un par de matones se encargaran de dar una paliza al deudor. Dereck no tenia interes en perder clases, y llevar varias semanas cabestrillos o muletas. La informacion de que el Senador tenia una hija en la facultad de leyes de Yale, la encontro Justin. Su mejor amigo era un genio informatico y podia conseguir datos encriptados de la dark web sin problema. A juicio de Dereck era lo minimo que podia hacer, despues de haber sido el culpable de llevarlo a las mesas de juego. Dereck, con sus resplandecientes ojos azul claro y el espeso cabello negro, era el equivalente a un joven veinteanero con apostura, seguridad innata y sentido aventurero. Despues de su duro inicio en la vida, lo que menos le apetecia era regresar a ese estado de carencias. Estaba dispuesto a todo con tal de salir de ese embrollo. --Esta es la primera ocasion que te veo en la casa Alpha Phi --comento la suave voz de Tanya, mirando a Dereck, y refiriendose a la preciosa propiedad en la que residian las chicas de la hermandad--. Lo digo, porque soy la encargada de llevar la lista de invitados. No sabia que eras amigo de mis companeras. El se rio, y cruzo los brazos, haciendo que sus musculos resaltaran sobre la camisa azul marino. Todas las chaquetas estaban guardadas en el ropero, y el interior estaba perfectamente adecuado con la calefaccion. La madrugada tenia como componente principal una fuerte nevada. El frio exterior garantizaba que la fiesta iba a extenderse hasta las primeras horas de la madrugada, pues nadie queria salir en plena oscuridad a tratar de encender automoviles o pagar un taxi. --?Feliz Ano Nuevo? Creo que es una frase propia de este dia --replico con una media sonrisa. Viendola mas de cerca Tanya no la clase de mujer que deslumbraba, pero si provocaba ganas de pasar un buen rato a su lado. Llevaba un vestido rojo ajustado a unas curvas modestas, y el cabello negro azabache le caia en cascadas por la espalda. --Oh, es cierto --replico ella--, !feliz ano nuevo! --Se acerco y le dio un abrazo--. Como lo he hecho todo del reves, pues ahora toca presentarme --extendio la mano pequena y de unas pintadas de rosado--, soy Tanya Hatty. --Dereck Toussaint --dijo el estrechandole la mano con firmeza--, y creo que te he visto en la facultad de leyes. Ella asintio. --Si, quiza por eso te me hacias algo conocido --replico--. ?Te dieron un tour por la casa? --pregunto en tono de flirteo. Aquella era una invitacion abierta a que la acompanara a su habitacion, y pretendia dejarlo muy claro. --No sabia que era una de las posibilidades --contesto el de buen humor. --He notado que me has estado observando esta noche, asi que decidi cortar el tema visual y acercarme. Despues de todo soy una de las anfitrionas de la fiesta. Dereck esbozo una sonrisa cinica. --Jamas me atreveria a contradecir a una dama --dijo haciendole un guino --, en especial una tan guapa. Tanya se rio. Su tono era suave, pero su risa, chillona. A Dereck le fastidio, pero sabia que ella era un medio para un fin que, a diferencia de otros casos, podia salvarle el pellejo. Ya habia aprendido su leccion, y si lograba salir de este embrollo financiero no volveria a pisar una jodida sala de Poker, legal o no. --Entonces, ?vamos a hacer ese tour por la propiedad? --pregunto ella. Dereck preferia conquistar a ser conquistado, y no tenia que ver con los consabidos tintes machistas, sino porque era su naturaleza. No en vano intentar ganar casos legales era su mayor interes. Le gustaba encontrar las causas, recoger testimonios, investigar, defender, conquistar y ganar. Estaba en sus venas. Que Tanya se sintiera atraido por el y hubiera tomado la iniciativa, le haria el camino mas facil cuando le planteara la posibilidad de una reunion con el Senador, y cuyo nombre legal era Charlie Hatty. Imaginaba que la muchacha creia la fachada de Charlie ante la sociedad, en la que se presentaba como un agente deportivo. --Te hago una contrapropuesta --le dijo en tono encantador--. ?Que te parece si mejor, en la tarde cuando estemos repuestos de la fiesta, te invito un cafe? Le parecia una pesima estrategia acostarse con ella, y luego perderla de vista. Queria acercarse a Tanya hasta ganarse su confianza, y despues conseguir su objetivo. --Ah, me gusta la idea --sonrio con coqueteria. --Eso no implica que deje de interesarme conocer tu habitacion mas adelante, y quiza en un escenario menos congestionado --replico Dereck, porque no queria que ella pensara que estaba rechazandola. Herir el ego de una mujer que tomaba la iniciativa era un suicidio estrategico, y el no tenia espacio para equivocaciones. --Quiza --replico Tanya. --Dame tu numero telefonico. --Ella asintio y asi lo hizo--. Ya me marcho. --?A las dos de la madrugada y en plena fiesta? --pregunto ella. --Aunque hace un frio de mierda afuera, prefiero irme ahora con mis amigos, porque tenemos el automovil disponible, y uno de nosotros, que no soy yo, no esta pasado de tragos. -- Se inclino hasta dejar su boca cerca de la oreja de Tanya, y agrego--: Nos vemos manana. Te escribire. --Asi lo espero --murmuro ella. Cuando sintio el temblor que recorrio a la muchacha, Dereck sonrio para sus adentros. Conquistar a una mujer se le daba muy bien, y el siempre se salia con la suya. No recordaba una ocasion en que hubiera recibido un "no" como respuesta. Horas mas tarde, cuando Dereck tenia suficiente cafeina en el cuerpo para revivir, vio a Justin entrar en la sala del apartamento que compartian a pocos minutos del campus. Ambos eran companeros de fraternidad, pero habian optado por vivir fuera de ella. Pertenecian a Alpha Delta Phi. --Tengo una buena y una mala noticia --anuncio Justin. Llevaba en la mano una bolsa de una conocida cafeteria de la ciudad, y de la que era propietario. El y su familia tenian importantes negocios de comida repartidos en la costa este del pais. A veces, Dereck no entendia la tendencia de su mejor amigo de meterse en lios ridiculos. Dereck aparto la mirada del ordenador. Su hermano mayor acababa de enviarle un correo electronico con una propuesta para que se uniera al equipo legal de la compania apenas se graduara en Yale. Le estaba ofreciendo un cargo en el que podia practicar todo lo aprendido y desenvolverse en el ambiente corporativo vinculado al manejo de fondos de inversion. No solo eso, sino que iba de la mano de una paga estupenda. Claro, para graduarse todavia le quedaban algunos meses por delante. --Dime la buena primero --replico Dereck, apoyando la espalda en el respaldo de la silla giratoria, y cruzandose de brazos. Justin se rio, porque sabia que su amigo podia ser cinico, pero intentaba a toda costa de buscar el lado positivo de las desgracias. --He encontrado otra forma de salir del territorio de el Senador, y pagar tu deuda --dijo sacando un cruasan y llevandose medio trozo de una sola vez a la boca. Mastico un poco, y luego agrego--: Aunque requiere una estrategia similar. --?A que te refieres? --Ya que no aceptas que te haga yo un prestamo... --No quiero deberte nada, idiota, conozco que pretenderas que sea tu adepto seguidor en tus chorradas, asi que no --interrumpio Dereck, y Justin se carcajeo. --En todo caso --se encogio de hombros--, yo conozco a un abogado muy importante que necesita alguien a punto de graduarse para hacer practicas en su firma legal. El es amigo de mi familia, y gracias a quien obtuve la carta de recomendacion que me hacia falta para entrar en Yale. Si le refiero tu nombre te va a dar la oportunidad de trabajar en su oficina. --?Y por que no tomas tu esa oportunidad? --pregunto Dereck. --Porque no me interesa el derecho corporativo, sino el derecho penal, ya lo sabes --replico limpiandose la boca con el dorso de la mano. --No se en que me beneficia pedir un trabajo si el total del dinero no me lo van a pagar como si fuese una bonificacion. ?Eres idiota o que te pasa? Justin agarro la cafetera, y se sirvio en una taza un poco de cafe. --Este abogado, Byron Ashford, tiene una debilidad. --Dereck odiaba cuando Justin empezaba con sus frases a medio decir como si fuese un jodido escritor de thrillers--. Se trata de su unica hija. --A veces no se por que te considero mi amigo, Justin, de verdad. ?Que crees que es una ruleta rusa o tienes complejo de guionista barato? Justin se rio y se sento en la silla frente a la de Dereck. --El asunto es que tu ya conoces a la hija del amigo de mi familia, porque curso las primeras materias de leyes con nosotros, pero luego se retiro. Y ese fue un duro golpe para Byron. Nada le gustaria mas que convencerla de regresar a la carrera o al menos que trabaje con el en la firma legal. Dereck estaba empezando a perder la paciencia. --Termina de desarrollar la "buena noticia" --dijo Dereck con tedio. --Bien, bien, a lo que iba. Da la casualidad que la hija de Byron trabaja en Meets & Coffee, mi cafeteria en el centro de la ciudad, y hoy revise los turnos de los camareros, y ella esta en la lista supliendo a una de sus amigas que llamo a excusarse. --?Y? --Si logras convencer a Cassidy Ashford de trabajar en las oficinas de su padre, Byron te abrira las posibilidades que quieras en su compania. Y eso incluye hacer un anticipo salarial. El dinero le sobra, pero su hija es lo mas preciado. Quedara muy agradecido al notar que tu influencia en ella, como amigo, consigue lo que todos estos anos el no ha podido. Los hombres como Byron, dedicados a la familia, tienen un punto debil, y consiste en que su descendencia aprecie el legado que pretenden dejar, mas no evadirlo como Cassidy. --Tengo solo cinco semanas para pagar ochenta mil dolares. ?Como cojones piensas que voy a convencer a una mujer adulta de hacer algo que no le interesa, y por lo que renuncio a toda una jodida carrera en Yale? Esta idea tuya, exactamente como la de Tanya, es igual de estupida. A veces no se por que mierda te escucho. --Ejem --dijo carraspeando--, esa es la buena noticia. Ademas, no tiene que regresar a la carrera de leyes, sino aportar con sus conocimientos en la firma legal. A Byron le dara igual lo que haga con tal de que deje de trabajar en mi cafeteria. --Despidela. Justin se echo a reir. --Cassidy y yo somos amigos, por supuesto, asi que jamas le haria algo asi. --?Por que no la convences tu si sabes que te ganarias la voluntad, por ti mismo y no por influencia de tu familia, con el abogado ese? --Porque no me interesa el derecho corporativo, ?estas sordo, Toussaint? Dereck lo miro con fastidio. Necesitaba encontrar un modo de conseguir ese dinero sin comprometer su lealtad con sus amigos. Muchas amistades se perdian por cuentas mal hechas o faltas de pago. --Iluminame, Justin, ?cual es la mala noticia?

  • Entre las brumas del sueno de Estefania Jimenez

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    Munich, Alemania, 12 de octubre de 1840. Oscurecia. En el cielo las nubes estaban iluminadas con un resplandor anaranjado que iba perdiendo intensidad a medida que el sol se escondia. Era hermoso y Alexander, sin duda, habria disfrutado de su belleza en otra ocasion, pero no ese dia. La noche se acercaba y ella no aparecia. ?Cuanto tiempo llevaba alli esperando? Habia escuchado a la gente salir de la iglesia de San Nicolas hacia bastante, no deberia estar tardando tanto. ?Por que no venia? Su inquietud comenzaba a convertirse en angustia. Alexander escucho el leve roce de unos pasos sobre los adoquines, apenas eran audibles, pero a el nada podia escaparsele. --?Eva? --murmuro, y lo hizo solo porque la esperanza aun se negaba a marcharse, aunque bien sabia que no era ella. --!Maldito sea por siempre, Herr Amsel! ?Es su oido tan anormal como todo en usted? --Un hombre vestido de negro salio de detras de un arbol, a varios metros de el. Alexander se tenso al percibir el peligro. No era la unica presencia que notaba alli, aquel individuo no habia venido solo--. No, no soy Fraulein Brandt. --Eso es obvio --gruno, en guardia. Sus ojos lanzaron un destello peligroso. El desconocido intuyo la amenaza y se detuvo. Tres hombres mas se hicieron visibles en las sombras--. ?Quienes sois y que quereis? --?Siempre es tan maleducado? --dijo el hombre de negro con una sonrisa. Alexander bufo despectivo y se acerco a el--. No de un paso mas, tengo un arma y no me gustaria matarle antes de decirle quien ha encargado su muerte. --!Ya se quien ha sido! --mascullo mientras daba un paso mas--. ?Y que excusa pondreis? Esto no deja de ser un crimen. --No necesitamos excusas --espeto otro de los matones--. Todo el mundo sospecha ya de usted, tan solo hemos de decir que finalmente le cazamos y la gente nos lo agradecera. !Monstruo! --Herr Amsel, ?no va a preguntar como hemos dado con usted? ?Como sabiamos que estaria aqui? --El tipo se rio al ver el rictus de dolor que no logro ocultar--. !Oh, pero creo que lo sospecha! ?Me equivoco? ?De verdad creia que la hija de Herr Brandt iba a abandonarlo todo por usted? !Oh, si que lo habia creido! Lo habia creido fervientemente y se habia sentido dichoso de pertenecer al mundo de Eva. Ella era la luz que necesitaba. --!No te creo! --escupio con rabia. --Si, nos dijeron que tal vez no nos creyera. --El hombre sonrio satisfecho por el efecto de sus palabras. En ese momento, el traqueteo de un coche de caballos hirio el silencio. Un carruaje doblo la esquina, negro y lujoso, con cortinas de seda blanca que, descorridas, mostraban el interior--. Alli tiene la respuesta a sus dudas, Herr. No queria mirar. Sabia lo que veria. A pesar de tantas cosas, siempre lo habia temido. Sus ojos se oscurecieron y la furia lo invadio. Giro la cabeza y observo aquella ventanilla. Alli estaba, su peor pesadilla: Eva lo contemplaba desde el carruaje. Su rostro palido parecia sereno ante la tormenta que era el. Lo miro y apoyo la mano contra el cristal con languidez. Ludwig iba a su lado, sonriendo con soberbia, tan cerca de ella… ?De veras habia elegido a ese bastardo? ?Todas esas lagrimas y suplicas habian sido una mentira, un plan para capturarlo? Un dolor como jamas recordaba haber sentido lo rasgo de arriba abajo al intuir el tamano de su traicion. Alexander entrecerro los ojos y les envio todo su odio y desprecio con una sola mirada, una mirada que sabia les acompanaria siempre en sus pesadillas. Vio la estupefaccion en el rostro de Eva y el miedo en el de Ludwig. Sin despegar los labios siquiera, los condeno a vivir bajo la sombra de su amenaza. Ludwig cerro la cortina de nuevo, como si con ello pudiera librarse de el. Cuando el carruaje desaparecio de su vista, Alexander cerro los ojos y se preparo para enfrentarse al inicio de una vida cargada de odio y venganza. Cuando volvio a abrirlos, habia una sentencia dibujada en ellos. 1 Algunos meses antes. Munich, Alemania, 8 de abril de 1840. El cafe estaba lleno. Una nube de humo de pipa flotaba en el ambiente y se mezclaba con el olor del licor. Los hombres hablaban en distintos rincones, acomodados en los sillones de piel o formando grupos entre las columnas de madera. A Alexander todos le parecian iguales. Insulsos individuos que querian destacar en un mundo en el que la apariencia y el estatus lo eran todo. --?Que opina usted del tema, Herr Amsel? --El anciano que estaba sentado frente a el lo observaba por encima de un periodico. Alexander arrugo la frente en una muda pregunta. El hombre sonrio--. ?En que piensas, muchacho? Supongo que aun estas cansado del viaje. El curvo los labios y nego con la cabeza. --No, solo estaba algo distraido, Herr Muller, lo siento. Centro su atencion en el titular que le mostraba el hombre y, tras ojearlo rapidamente, volvio a reclinarse en su sillon y tomo con calma un sorbo de su cafe. --?No le parece preocupante, Herr? --exclamo algo airado el caballero que se sentaba a su derecha. Sus dedos no paraban de tamborilear sobre la mesa de madera, era irritante. --Francamente, Herr Schwarz, no veo extrana la muerte en los seres vivos. --Los dos hombres se quedaron mudos--. !Oh, por favor! No me malinterpreten, no es que no me parezca un tema importante, es solo que lo considero algo cotidiano, si ustedes me entienden. --Te entiendo, hijo, te entiendo. --El anciano suspiro con una sonrisa nostalgica--. Tambien yo pensaba como tu a tu edad. A los dieciocho, la muerte nos parece algo ajeno. Sin embargo, cuando llegas a los sesenta y cinco como yo, ese es un tema que cada vez te preocupa mas. --Sin embargo, no es de muertes comunes de lo que estamos hablando, senores. !Se trata de crimenes! Un enfermo camina por las calles de Munich en estos dias --repuso Herr Schwarz con aire ofendido. --Las calles de Munich siempre han estado repletas de gente <>, las calles de cualquier ciudad del mundo lo estan, de hecho --dijo Alexander con calma. --Y de eso sabe bastante nuestro invitado, Ludwig, ya que ha recorrido casi todo el mundo a pesar de su juventud, ?no es cierto, Herr Amsel? --pregunto Herr Muller antes de soltar una carcajada y el aludido volvio a sonreir--. No obstante, en algo tiene mi sobrino razon. Las muertes de los ultimos dias no son muy naturales, ?no cree? --He leido sobre ello. Dos eran ancianos de mas de setenta anos, uno era un enfermo de sifilis, una doncella aquejada de tisis y un nino de ocho anos que padecia meningitis. --Alexander se encogio de hombros--. Caballeros, a mi me parecen unas muertes de lo mas normales. El anciano solto una risotada mientras sacudia la cabeza y dio un trago a su copa de brandy. Ludwig Schwarz resoplo con indignacion y lo fulmino con la mirada. --Bueno, muchacho, algo de raro si hay --continuo Herr Muller antes de pasarle el periodico a Alexander, este le echo un vistazo y se lo devolvio sin cambiar la expresion de su rostro--. Puede que todos estuvieran al borde de la muerte, pero lo extrano es que las victimas aparecieron calcinadas, ?no crees que eso si es, al menos, especial? --Cadaveres --murmuro Alexander sin apenas despegar los labios. --?Como dice? --increpo Ludwig con los ojos echando chispas. Su antipatia hacia el casi podia saborearse. --Cadaveres, Herr Schwarz, no victimas. No me parece correcto hablar de victimas mientras no se demuestre que ha existido un crimen. --?Y no le parece suficiente prueba el hecho de que les prendieran fuego, Herr? --En algunas culturas el fuego se considera purificador. Quien sabe, tal vez esos pobres desgraciados necesitaban ser purificados. En cualquier caso, el fuego podria haber salvado sus almas, ?no creen? --Alexander los miro a ambos con despreocupacion, deleitandose con las caras de estupefaccion de sus contertulios--. Digame, Herr Schwarz, si temiera por su alma, ?no desearia que se hiciera lo que fuera por salvarla? ?Y usted, Herr Muller? --Uhmm, tal vez. --El anciano volvio a reir a carcajadas--. Dejame decirte, y por favor no te ofendas, que eres condenadamente raro, Alexander... ?Puedo llamarte Alexander? --Desde luego, ese es mi nombre --concedio con una sonrisa agradable--. Y, despreocupese, en absoluto me ofende. --?Raro? --escupio Ludwig--. !A mi me parece que esta loco! Alexander lo miro con las cejas alzadas. --!No hay razon para ser grosero, Ludwig! Alexander solo esta dando su punto de vista. -- Muller miro a su sobrino con ceno; por fortuna, la puerta de vidrieras del cafe se abrio en ese momento y la tension se disolvio cuando el anciano exclamo--: !Ah, pero aqui esta el esperado caballero! Todos se pusieron en pie cuando el recien llegado se acerco a su mesa. El hombre no debia de tener mas de cuarenta anos, pero su rostro tenso y su mirada altiva lo envejecian mas que las escasas canas que salpicaban su pelo castano. --Alexander, permite que te presente a mi socio, Herr Brandt --dijo Herr Muller con solemnidad mientras daba al recien llegado unas palmadas en la espalda. Alexander inclino la cabeza con respeto y le tendio la mano. --Es un placer, Herr Brandt. --El placer es mio. !Vaya! Me lo habian comentado, pero en el fondo no esperaba que fuera usted tan joven --exclamo el hombre con voz grave. --No se deje enganar por las apariencias, Herr. En ocasiones puedo parecer viejo como el diablo --contesto Alexander con una sonrisa traviesa. Herr Muller solto una de sus estridentes risotadas y cogio al muchacho por los hombros con afecto. --Es un joven prometedor, no te quepa duda, amigo. Un poco raro, desde luego, pero prometedor, creeme. --Le guino un ojo--. Y ahora, ?que les parece si hablamos de negocios, senores? Entre otros prosperos negocios, Alexander poseia una flota de barcos mercantes en Hamburgo. Aquellos hombres pretendian exportar su produccion de cerveza al extranjero y a su vez importar a Baviera productos de lujo de las principales capitales europeas. En resumen: lo necesitaban. El a ellos no, pero de vez en cuando le gustaba probar algun negocio nuevo. No obstante, la reunion fue tal y como Alexander esperaba: larga, aburrida y llena de cantos de alabanza. Le parecio que habia pasado una eternidad cuando al fin esos hombres idearon todos los puntos de su futuro acuerdo. Alexander apenas les presto atencion, tenia gente que se encargaria de redactar ese contrato con todo el cuidado que precisara.

  • Solo tuya y para siempre (La fuerza de amar 2) de Barbara Crespo

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    Seis meses han pasado desde que Sindy firmo el papel que la ha llevado a vivir un calvario en vida, sin saber nada de Ian y preguntandose, porque todavia no ha dado senales de vida, subsiste a las humillaciones, palizas y degradaciones con las que Dago, se propone doblegar su fuerza y entereza. Cuando Ian por fin aparece, una pequena luz de esperanza nace en su corazon, siendo destruida poco despues por el hombre que ama, resultando ser el mayor enemigo. Sindy tendra que luchar contra el demonio con el que convive, encontrar la manera de escapar y liberarse del hombre que se ha empecinado en amargar su existencia. ?Sera verdad que Ian ha dejado de amarla? ?Podra perdonarle Sindy, cuando descubra que clase de hombre es en realidad Ian? ?Que la haya abandonado?

  • Cenizas antiguas de Rocio Verdejo

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    Aaron estaciono su coche justo frente a un edificio grande de vidrios oscuros, el cual, se muestra imponente en el centro de la ciudad, es una de las construcciones mas innovadoras que se ha desarrollado en aquel lugar, el cual, en los ultimos anos, ha tenido un crecimiento economico vertiginoso. Tras poner su pie sobre el pavimento, Aaron sabia que estaba tomando la decision correcta al llevar a cabo uno de sus planes mas ambiciosos. Cierra la puerta del coche, ajusta su corbata, da algunos retoques a su traje oscuro muy elegante, se cerciora de que sus zapatos esten limpios, es un hombre, cuya atencion a los detalles, siempre lo ha caracterizado. En sus munecas, se pueden visualizar unos gemelos de oro, los cuales, tienen forma de una especie de cruz. No es la cruz habitual que solemos ver en cualquier lugar, tiene puntas afiladas con cierta curvatura, que las hacen lucir un poco mareadas. Parecen gemelos hechos a mano, artesanales, pero del oro mas puro que se haya extraido jamas de una mina. Cualquiera que lo vea, puede quedarse impactado, ya que, la estatura de Aaron es bastante imponente, alcanza casi los 2 metros de altura, resultando un hombre fuerte, estilizado, y muy moderno. Lleva una barba muy bien cuidada, su cabello estaba perfectamente peinado, su mirada estaba fija en el edificio, parece que esto se ha convertido en su unica obsesion durante los ultimos dias, asi que, despues de verificar que su coche ha quedado perfectamente cerrado, comienza a caminar hacia su destino. Dejaba pasar a algunas personas frente a el, mientras parecia estudiar el comportamiento de los habitantes de Dealon. Las personas apenas estaban comenzando a adaptarse a la transformacion de la ciudad, la cual, tan solo hace algunos anos atras, era un simple pueblo minero, el cual, simplemente se dedicaba a actividades agricolas, y apenas tenian electricidad y telecomunicaciones. La llegada de inversionistas y descubrimientos inesperados, habia hecho que el pueblo experimentara una explosion economica, atrayendo a una gran cantidad de estudiosos, los cuales, habian comenzado a hacer vida profesional en Dealon. Poco a poco, aquellos que habian tenido una vida tranquila en el poblado, habian sido desplazados, siendo presionados para abandonar sus tierras mientras se levantaban importantes edificios, centros comerciales y empresas, era un cambio drastico de 180deg para todo lo que habian vivido los habitantes de Dealon. Para Aaron, parecia algo absurdo lo lujoso que podia llegar a ser un edificio construido en un lugar como este, pero este, era un reflejo de la personalidad de su creador, con quien se encontraria por primera vez en esta oportunidad. Habia tenido algunas conversaciones via telefonica, incluso, por correo electronico, pero nunca habia tenido la posibilidad de encontrarse frente a frente con Terrance Ford. Tras entrar en aquel lugar, camino directamente hacia el elevador, y coincide en su paso con una rubia espectacular, la cual, capta su atencion desde el primer momento, y a pesar de que trata de enfocarse en otro punto, aquella mujer le roba la atencion desde el primer Instante. No solo era su figura, la cual, era muy ardiente y despampanante, con una cadera ancha, con unas nalgas de acero, una cintura delgada y apretada, piernas alargadas y senos voluptuosos. Era toda una escultura, pero mas alla de esto, Aaron parecia tener la habilidad de ver por encima de estas caracteristicas. Veia a traves de las personas, y aquella mujer, parecia proyectar una seguridad en si misma, un espiritu aguerrido y una personalidad avasallante. Parecia poco probable que una simple mirada pudiese revelar tanta informacion, pero era la experiencia que habia logrado desarrollar a lo largo de su existencia este personaje tan particular y misterioso, el cual, finalmente habia llegado a la puerta del elevador. Habia dejado que la chica presionar el boton, y ambos habian cruzado una sonrisa de cortesia mientras esperaban. La hermosa mujer, tomo su movil mientras hacia tiempo, y parecia muy enfocada en sus asuntos, era del tipo de chica que no iba por el mundo distraida o esperando que el tiempo se quemara sin ningun objetivo, esta mujer era una adicta al trabajo, eso podia verse a leguas. La observo de manera discreta, no queria llamar su atencion, no queria ser visto como un acosador o un psicopata, asi que, simplemente daba miradas de reojo periodicamente, mientras trataba de detallarlas. Su cabello era liso hasta los hombros, perfectamente peinado hacia un lado. No habia una sola cosa imperfecta en esta chica, su piel era suave, a simple vista se veia que la cuidaba mucho, tenia ese brillo particular de una dermis humectada y bien tratada. En su mano llevaba un bolso, en la otra sujetaba un abrigo colgado en su antebrazo, mientras su movil era manejado con destreza. Finalmente, la puerta del elevador se abrio, salieron un grupo de ejecutivos, ellos se apartaron para que salieran, y finalmente Aaron permitio que la chica ingresada. En esta oportunidad, serian solo ellos dos los que utilizarian el elevador, y por primera vez, escucho la voz de Alice. --?Hacia que piso te diriges? --Pregunto la chica. Aquella dulzura que emano de la hermosa joven de cabellos rubios, dejo a Aaron sin palabras, se quedo atontado, viendola como si fuese idiota, simplemente perdido en su belleza, en sus facciones, y la perfeccion de las lineas de su rostro que parecian ser dibujadas por el propio Leonardo da Vinci. --Disculpa, necesito que me digas hacia que piso vas, o tendras que viajar conmigo hasta mi destino. --Dijo la rubia con una sonrisa en su rostro. Esta vez, pudo ver sus dientes, eran grandes, simetricos y perfectamente cuidados, posiblemente con ortodoncia, aunque se inclinaba mas por una genetica infalible, ya que, aquella chica parecia haber nacido en una cuna dorada. Era bella, dulce, inteligente y decidida, con todas las caracteristicas que pudieran llamar la atencion de un hombre como Aaron. --Lo siento, estoy un poco distraido. Voy al ultimo piso. Creo que es el 22. --Dijo Aaron, mientras veia el tablero del elevador. --Oh, que casualidad Yo tambien voy para el piso 22. --Respondio ella, mientras presionaba el boton. Estaban encerrados alli, y esto parecia haberle generado una sensacion completamente distinta a la chica, ya que, ahora no se veia tan segura como en un primer plano. Ahora estaba insegura, nerviosa, no parecia estar acostumbrada a estar en lugares cerrados con otras personas, esto, le genero cierta curiosidad a Aaron, quien puede notar como aquella joven tan espectacular, movia sus pies de manera nerviosa, golpeando la superficie del suelo del elevador mientras esperaba a que aquel objeto subiera lo mas rapido posible. --?Ocurre algo? Te ves un poco incomoda. --Dijo Aaron. --Detesto los elevadores. No me gustan las alturas. --Respondio de una manera timida a su acompanante. --Tengo entendido que este es uno de los edificios mas importantes de la ciudad, ha sido creado con una tecnologia de primera, asi que, creo que no tienes nada porque preocuparte. -- Respondio Aaron. Ella no respondio, simplemente, sonrio de una manera cortes y trataba de controlar sus nervios. En cada oportunidad que tenia que subirse a un elevador, o encontrarse en un punto alto, su actitud era completamente descontrolada. No podia tener dominio de aquellas reacciones que se generaban, habia sudor, temblores, no podia hablar con normalidad, las palabras parecian quedarse atragantadas en su garganta, como si su cerebro dejara de funcionar de manera normal. Ante aquella incomodidad proyectada por la rubia, Aaron decidio guardar silencio y comenzar a hacer hipotesis en su mente, ya que, una chica tan hermosa y sexy en un lugar como este que fuese al mismo destino que el, posiblemente iba con otras intenciones. Rapidamente, cambio de parecer, era posible que aquella hermosa rubia, fuese una de esas que eran contratadas por los millonarios para darse un gusto de vez en cuando. Era muy probable que esta despampanante mujer, fuese un escort de lujo, un acompanante de altos ejecutivos, la cual, podria cobrar por sus servicios una fuerte suma de dinero. Esto no la hizo menos interesante, ya que, posiblemente este tambien podria contratar sus servicios si realmente este fuese el caso. Aquel viaje sirvio para que Aaron imaginara mil y una cosas, simplemente con tenerla alli frente a el, era una oda a la perfeccion, su silueta, su actitud, el aura que emanaba de ella, todo era simplemente espectacular. Como si se tratara de un milagro, finalmente, las puertas del elevador se abrieron, y Alice salio rapidamente de aquel objeto infernal, el cual parecia convertirse en su principal enemigo cada vez que entraba. Ella, camino rapidamente por el pasillo, olvidando que aquel hombre le habia iniciado una conversacion, esta no parecia interesada en hacer conexion con absolutamente nadie, era una joven timida, reservada e introvertida. Esto, potencio mucho mas el interes de Aaron, ya que, queria explorar cuales eran esos misterios que emanaban de una mujer tan enigmatica y bella. Era evidente que dejaria salir a la chica primero, ya que, de esta manera tendria la posibilidad de detallar con mucho mas detenimiento las dimensiones de su culo, asi de descarado era Aaron, y no se contuvo. Apenas la tuvo frente a el, avanzaba a paso lento, degustando se con lo que sus ojos veian. Ni siquiera noto que su lengua paso por su labio, aquella delicia que estaba contemplando le habia despertado el apetito sexual. Sintio como aumentaba su ereccion instantanea, pero siguio caminando detras de ella, tratando de fingir que nada estaba pasando. Era un fanatico de las mujeres, de esto no habia duda, le encantaban, le fascinaban, le entretenia mucho poder seleccionar una nueva victima, saciarse con sus talentos, con su carne, darse placer con sus atributos, y posteriormente, seguir con su vida ajetreada dedicada a el cumplimiento de sus planes principales. Mientras camina por aquel lugar, las personas que lo miran, lo observan con cierto recelo, es un hombre misterioso y que no se ajusta al esquema de los habitantes de Dealon. Es evidente que es la primera vez que ingresaba alli, y su unica fuente de atencion son dos personajes hasta el momento, el hombre con quien se reunira, y la rubia que camina justo delante de el con aquel vestido color gris plomo, el cual se ajusta de manera entallada a su figura. Un par de mujeres, comentaron acerca de la belleza de aquel hombre, era imponente, masculino, irradiaba una seguridad tremenda, y al hacer contacto visual con ellas, estas sintieron que se estremecieron de manera instantanea. Aaron les sonrio a ambas, y estas, casi experimentaron un orgasmo al momento, era un tipo de esos que solian aparecer en las portadas de revistas de negocios, pero que muy perfectamente podria ocupar la portada de una revista fitness. Su cuerpo era majestuoso, se veia que entrenaba, o al menos eso era lo que asumieron aquellas mujeres, las cuales, comenzaron a preguntarse de donde habia salido aquel especimen tan perfecto. Aquellas mujeres no eran nada feas, eran bastante atractivas y sensuales, de esas que facilmente podria poner de rodillas simultaneamente, y que compartieran una sesion de sexo oral con su gran miembro expuesto en el bano de aquel edificio. Se veian que eran mujeres faciles, lujuriosas, pero para el, no es momento de distraer su atencion. Va camino en la misma ruta de aquella rubia, y en algun punto, se preocupo de que esta pensara que la estaba siguiendo.

  • La mujer escorpion de Thomas Peterson

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    El texto tiene dos protagonistas con nombre propio: Juana Maria y Nemesio. Ambos son oficinistas que en teoria son companeros de trabajo. Ella es una mujer joven y atractiva, creyente a todo trance de la astrologia y muy atenta a los avatares de su signo Escorpion y su planeta regente, Pluton. Asimismo, la diosa griega Nyx (deidad de la noche) esta involucrada formando una trilogia en torno a la cual gira la vida cotidiana de Juana Maria; entonces tenemos a Nyx, Pluton y al Escorpion. Estas tres entidades conforman el caracter de la protagonista: frivola, seductora, un tanto prosaica y muy proclive a los placeres carnales.

  • Sin fin de M. C. Andrews

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    Daniel sabe que tiene que enfrentarse a los fantasmas de su pasado antes de la boda, por lo que le pide a Amelia que lo acompane a Hartford. Durante el viaje por la campina inglesa, la pareja pone a prueba los limites de su deseo y se entregan el uno al otro de un modo hasta entonces insospechado... <>. M. C. Andrews

  • Camille (Un caso del comandante Camille Verhoeven 4) de Pierre Lemaitre

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    El final de la tetralogia protagonizada por el comandante Camille Verhoeven, la serie mas apasionante de los ultimos anos, ganadora del prestigioso Dagger Award de novela negra.

  • !Aparta, que no me veo de Ana Belen Canete Jimenez

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    Pasiones, celos, infidelidades, divina juventud, oportunidades de trabajo, enamoramientos… Todo ello se da cita en !APARTA, QUE NO ME VEO!, la novela romantica a la cordobesa que nos hace viajar hasta las Islas Baleares y vivir la transformacion de Ines tras su ruptura sentimental.
    La autora de Cordoba nos hace sentir, vivir y amar como lo hace la protagonista de esta novela romantica: INES.
    Ines es una joven cordobesa que lleva una vida tranquila y estable hasta que un dia de Navidad recibe un regalo en forma de foto que hace que Inesastra, su alter ego, despierte de su letargo y presa de la rabia, el dolor y la gripe acompanada de fiebre toma una decision un tanto precipitada.

  • Olvida el para siempre de Toni Fernandez

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    Adam vive la vida en sonrisas, Camila en recuerdos.
    El es un amante de la pintura, ella no sabe todavia que amar.
    Entre pinceles, camisetas divertidas y una mascota con nombre de personaje de Pixar, se dejaran llevar hasta sentir que las piezas comienzan a encajar.
    Pero ?que sucede cuando esas piezas no son las correctas? Ninguno de los dos puede sustituirlas, mucho menos romperlas. Tal vez ni siquiera puedan huir de ellas.
    Y tal vez, despues de todo, no exista un para siempre para ellos.

  • El caso Malaussene (Me mintieron 1) de Daniel Pennac

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    Despues de casi dos decadas, regresa Benjamin Malaussene, el carismatico heroe de Daniel Pennac. A pesar de haber envejecido, este esceptico y bonachon alter ego del autor se encuentra en plenitud de facultades y vuelve bien arropado por los celebres miembros de su estrambotica <>, asi como por un nuevo coro de personajes que se incorporan a la legendaria saga.

  • La quinta montana de Paulo Coelho

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    En mi libro El Alquimista, la tesis central esta en una frase que el rey Melquisedec dice al pastor Santiago: <>. Creo absolutamente en esto. No obstante, el acto de vivir el propio destino incluye una serie de etapas que exceden en mucho a nuestra comprension, y cuyo objetivo es siempre reconducirnos al camino de nuestra Leyenda Personal; o hacer que aprendamos las lecciones necesarias para cumplir el propio destino. Pienso que puedo ilustrar mejor lo que digo contando un episodio de mi vida. El dia 12 de agosto de 1979 me fui a dormir con una unica certeza: a los treinta anos de edad estaba consiguiendo llegar a la cumbre de mi carrera como ejecutivo de una firma discografica. Trabajaba como director artistico de la CBS de Brasil, acababa de ser invitado a ir a los Estados Unidos a hablar con los duenos de la empresa discografica y, seguramente, ellos pensaban darme todas las posibilidades para realizar todo lo que deseaba hacer en mi area. Claro que mi gran sueno --ser un escritor-- habia sido dejado de lado, pero ?que importaba eso? Al fin y al cabo, la vida real era muy diferente de lo que yo habia imaginado; no habia lugar para vivir de la literatura en el Brasil. Aquella noche tome una decision, y abandone mi sueno: era preciso adaptarme a las circunstancias y aprovechar las oportunidades. Si mi corazon protestara, yo podria enganarlo, haciendo letras de canciones siempre que deseara y, de vez en cuando, escribiendo en algun periodico. Por otro lado, estaba convencido de que mi vida habia tomado un rumbo diferente, pero no por esto menos excitante: un futuro brillante me esperaba en las multinacionales de la musica. Cuando me desperte, recibi una llamada telefonica del presidente de la empresa discografica: acababa de ser despedido, sin mayores explicaciones. Aunque llame a varias puertas durante los dos anos siguientes, nunca mas consegui un empleo en ese campo. Al terminar de escribir La Quinta Montana, me acorde de este episodio, asi como de otras manifestaciones de lo inevitable en mi vida. Siempre que me sentia absolutamente dueno de la situacion, pasaba algo queme derribaba. Yo me preguntaba: ?por que? ?Estare siempre condenado a acercarme, pero jamas a cruzar la linea de llegada? ?Sera que Dios es tan cruel como para hacerme ver las palmeras en el horizonte, solo para matarme de sed en medio del desierto? Tarde mucho tiempo en entender que no era exactamente asi. Hay cosas que son colocadas en nuestras vidas para reconducimos al verdadero camino de nuestra Leyenda Personal. Otras surgen para que podamos aplicar todo aquello que aprendimos. Y, finalmente, algunas llegan para ensenarnos. En mi libro Diario de un mago procure mostrar que estas ensenanzas no estan necesariamente unidas al dolor ni al sufrimiento; bastan disciplina y atencion. Aun cuando esta comprension ha significado una importante bendicion en mi vida, me quedaron sin entender algunos momentos dificiles por los que pase, incluso con la mayor disciplina y atencion. Uno de los ejemplos es el caso antes citado; yo era un buen profesional, me esforzaba al maximo para dar lo mejor de mi, y tenia ideas que hasta hoy considero buenas. Pero lo inevitable sucedio justamente en el momento en que yo me sentia mas seguro y confiado. Pienso que no estoy solo en esta experiencia; lo inevitable ya rozo la vida de todo ser humano en la faz de la Tierra. Algunos se recuperaron, otros cedieron, pero todos nosotros hemos experimentado el roce de las alas de la tragedia. ?Por que? Para responderme esta pregunta, deje que Elias me condujese por los dias y noches de Akbar. PAULO COELHO Y prosiguio: y puedo aseguraros que ningun profeta es bien recibido en su propia tierra. En verdad os digo que habia muchas viudas en Israel en tiempos de Elias, cuando el cielo se cerro por tres anos y seis meses, reinando la gran hambruna en toda la Tierra; y a ninguna de ellas fue Elias enviado, sino a una viuda de Sarepta, de Sidon. Lucas, 4, 24-26 PROLOGO A comienzos del ano 870 a. J.C., una nacion conocida como Fenicia --a la que los israelitas llamaban Libano-- conmemoraba casi tres siglos de paz. Sus habitantes podian enorgullecerse de sus logros; como no eran politicamente fuertes, se vieron obligados a desarrollar una envidiable capacidad de negociacion, unica manera de garantizar la supervivencia en un mundo asolado por constantes guerras. Una alianza hecha alrededor del ano 1000 a. J.C. con el rey Salomon de Israel habia permitido la modernizacion de su flota mercante y su expansion comercial. Desde entonces, Fenicia no habia dejado de crecer. Sus naves ya habian llegado a lugares tan distantes como Espana y el oceano Atlantico, y hay teorias --aun no confirmadas-- de que habrian dejado inscripciones en el nordeste y sur del Brasil. Transportaban vidrio, cedro, armas, hierro y marfil. Los habitantes de las grandes ciudades, como Sidon, Tiro y Biblos, conocian los numeros, los calculos astronomicos, la fabricacion del vino, y usaban, desde casi doscientos anos atras, un conjunto de caracteres para escribir que los griegos conocian como alfabeto. A comienzos del ano 870 a. J.C., un consejo de guerra reuniase en un lugar distante, llamado Ninive. Un grupo de generales asirios habia decidido enviar sus tropas para conquistar las naciones situadas a lo largo de la costa, en el mar Mediterraneo. Fue Fenicia el pais elegido para ser invadido en primer termino. A comienzos del ano 870 a. J.C., dos hombres, escondidos en un establo de Gileade, en Israel, esperaban morir en las proximas horas.

  • Corazones en la arena (Cuidarte el alma 4), Dante Aviles & Mariel Ruggieri de Dante Aviles , Mariel Ruggieri

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    Elegi llamarme Dante, porque un amor armado en el cielo me condujo al infierno.
    “Corazones en la arena” es una novela autobiografica, pero tiene dos versiones. La primera tuvo el desenlace que marco mi desesperacion, no mis deseos. La segunda es esta, la verdadera, la que surgio despues de que purgue mis culpas y el destino me brindo otra oportunidad junto a ella.
    Esta historia no tiene principio ni tiene final, porque desde ninos creemos que este amor se gesto antes que nosotros y que en cada nueva existencia nos volveremos a encontrar. No se como se llamaba ella en sus vidas pasadas, ni como se llamara en las futuras.
    Lo que si se es que en esta vida, mis corazones en la arena llevaran siempre el nombre de Eva.

  • El mito de la transicion pacifica de Sophie Baby

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    La existencia de violencias politicas plantea, en toda sociedad, una serie de desafios que conocemos bien: en primer termino, la accion violenta y su contencion -sea en dictadura o ya en democracia-, pero tambien cuestiones de memoria y reconciliacion nacional, del papel de la ley y la violencia estatal, del papel politico de las victimas; muchas cuestiones que cabe abordar en un marco inedito -la transicion-hasta la aparicion de este magnifico libro. <> constituye un analisis revelador y pionero tanto de las violencias politicas que sacudieron Espana durante la transicion como del modo en que dichas violencias condicionaron y marcaron el devenir de la joven democracia espanola.

  • El trato mas dulce, Amanda Laneley de Amanda Laneley

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    Lucy esta a punto de hacer un trato que cambiara su vida.
    Desde nina, a Lucy la ha acomplejado su apariencia. Aunque es una brillante asesora de negocios, se siente invisible para los hombres. Despues de vivir una humillante situacion, decide que las cosas no pueden seguir asi. Necesita un cambio y lo necesita ya.
    La solucion viene de la mano de Max, un atractivo personal trainer que suena con tener su propio negocio. Max es esforzado y perseverante, pero no demasiado habil como emprendedor.
    El trato es simple: Lucy asesorara a Max con su empresa y, a cambio, el le ayudara a mejorar su aspecto y a conseguir el amor del hombre de sus suenos.
    ?Que podria arruinar un arreglo en apariencia tan ventajoso? Nada. excepto el amor.
    ?Podra Max emparejar a Lucy con otro cuando descubra que la quiere para si?

  • El resurgir de los lobos (Canada 1) de Mariah Evans

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    “-Se lo que eres… cazador.
    Adrien la miro confundido.
    -?Como puedes saberlo? Nuestras identidades son secretas.
    -Ayudame por favor o manana morire -suplico.”

  • Prohibido confiar en Blake Royal de Ella Valentine

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    Venga, chico, coge tus cosas y sube al coche. --La voz imperativa del hombre de servicios sociales, que se habia identificado como Nolan Simmons, hizo que Blake apretara los punos y tensara el menton con fuerza. No pensaba marcharse a ninguna parte. No sin Summer. Miro a la chica menuda que observaba la escena bajo el umbral de la puerta de la habitacion que ambos compartian. Sus ojos azules reflejaban el panico que sentia en aquel momento y Blake intento tranquilizarla con una sonrisa, sonrisa que desaparecio cuando volvio a encararse al tal Nolan, que habia irrumpido en la casa con intencion de llevarselo con el. Tenia quince anos y llevaba mas de diez dentro del sistema de acogida. De esos diez anos, los ultimos cinco los habia pasado con Summer, sufriendo y padeciendo juntos a los distintos padres de acogida que les habia tocado por suerte. De todos los lugares que habian habitado, aquella casa, era de lejos la mejor. Puede que la senora Fisher fuera un poco rara, escondiera la comida bajo llave y bebiera mas de lo recomendable, pero, a pesar de todo eso, era inofensiva. No como los Cole, el matrimonio que los habia acogido anteriormente, que habian usado el cinturon como medida disciplinaria. O los West, que les habia obligado a compartir un sotano lleno de humedades y falto de ventilacion con dos ninos mas. En comparacion con todo lo vivido, aquella casa cochambrosa les parecia el paraiso. --Con todos mis respetos, senor, no pienso marcharme a ningun lado. Nolan chasqueo la lengua con gesto cansado. --No tengo tiempo para sandeces, muchacho. Vas a venir conmigo por las buenas o por las malas. Y, dado tu historial, me lo pensaria dos veces antes de hacer una tonteria. Los hombros de Blake se tensaron. Mierda. Aquel tipo tenia razon. Estaba a una infraccion mas de acabar en un reformatorio. En su defensa tenia que decir que la mayoria de faltas anteriores que le atribuian habian sido en defensa propia. --Voy si ella viene conmigo. --Senalo a Summer con un movimiento de cabeza. Nolan nego con impaciencia. --Ella se queda. --Entonces yo tambien me quedo. --Quizas no me haya explicado bien, pero esto no es una negociacion. --Saco un papel del bolsillo interno de su cazadora y se lo mostro--. Este requerimiento del Estado de Nevada precisa que seas trasladado urgentemente a tu nueva casa. Puedes ponermelo facil, coger tus cosas y subirte al coche por voluntad propia, o puedes ponermelo dificil, negarte y acabar en la parte trasera de un coche patrulla. Tu decides. Blake noto el pulso palpitarle en las sienes. No queria marcharse. Summer y el eran familia. Llevaban cinco anos cuidando el uno del otro y queria hacerlo durante mucho, mucho tiempo mas. Sin embargo, negarse a obedecer no era una opcion viable. Su custodia pertenecia al estado; si este habia decidido destinarlo a otra casa de acogida, poco podia hacer el para cambiar esa decision. Solto la furia que bullia en su interior en forma de bufido. No podia negarse. Joder, !no tenia opcion! --Dame un momento --mascullo. --Cinco minutos, chico. Nos queda un largo camino por delante y no me gusta conducir de noche. Te espero en el coche. Con rabia contenida, Blake cerro la puerta de un portazo y entro en el dormitorio, seguido de Summer. Cogio la mochila de deporte que utilizaba en cada mudanza y empezo a llenarla con sus pertenecias, que no eran muchas. Summer seguia sus movimientos con el panico grabado en su expresion facial. --?Donde te llevan? --pregunto con la voz estrangulada. --No lo se, pero no te preocupes, Summer: todo va a salir bien --aseguro colgandose la mochila del hombro una vez tuvo todas sus cosas dentro. --?Como no voy a preocuparme? Te vas y ni siquiera se donde. Ademas, sin ti, nada va a estar bien. --Su voz se quebro, sus ojos se aguaron y unas lagrimas resbalaron mejilla abajo. El corazon de Blake se resquebrajo ante la imagen de Summer llorando. Sabia lo mucho que ella odiaba llorar, lo vulnerable que se sentia cuando lo hacia. Mordiendose el labio, la abrazo con fuerza. Hundio el rostro entre la mata de pelo rubio y desordenado que caia sobre sus hombros e inspiro su aroma, un aroma que, despues de tantos anos, era sinonimo de hogar. Aun le sorprendia notar curvas alli donde hasta pocos meses antes no habia habido nada. Summer era dos anos menor que el, tenia solo trece anos, pero en los ultimos meses su cuerpo habia cambiado considerablemente. Ya no quedaba nada de la nina de aspecto enclenque que desperto en el, al verla por primera vez, su instinto mas basico de sobreproteccion. Ahora era una mujer hecha y derecha, y despertaba en el otro tipo de cosas, cosas que aun no estaba preparado para afrontar. --Escuchame, Summer --le susurro al oido, sin dejar de abrazarla--, volvere a por ti. Te lo prometo --Pero ?cuando? --En cuanto pueda.

  • Liberada (Trilogia Criminal 2), Kris Buendia de Kris Buendia

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    Emily Thompson esta libre y busca vengar la muerte de su esposo. Las cartas que dejo Harry revelan algo mas que secretos y tendra que recuperar el imperio que perdio, aunque su nuevo socio, Blake Storm haga que se olvide por un momento de su venganza.

  • Tal como eramos de Silvia Tarragona

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  • Una arruga en el tiempo de Madeleine L'engle

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    Fisica cuantica y romance adolescente en una alocada odisea espacial. Un clasico inclasificable de la literatura juvenil.
    Meg Murry, nuestra protagonista, tiene problemas para adaptarse en la escuela, es dificil adivinar que sus padres son cientificos. Papa desaparecio tiempo atras en extranas circunstancias, pero mama no ha perdido la esperanza de volver a verlo. Su hermano pequeno, Charles, es un nino prodigio; su mente posee una percepcion excepcional que le permite ver mas alla de las apariencias.Es esa habilidad la que les permitira encontrarse con las senoras Que, Cual y Quien, y descubrir que detras de ellas se esconde un increible secreto, "la arruga en el tiempo" que puede llevarlos a otros mundos. Justo lo necesario para emprender la busqueda de su padre perdido, ?no creen?En el espacio exterior no existe el aire, asi que respira hondo y preparate a viajar junto a Meg, Charlie y su amigo Calvin para averiguarlo.

  • Antes de septiembre de Mario Escobar Goleros

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    La conmovedora historia de una familia separada por el Muro de Berlin y su lucha por reunirse de nuevo.

  • Anos de soledad de Soledad Becerril

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    Soledad Becerril fue una de las veintiuna mujeres elegidas diputadas en las elecciones generales de 1977, en un Congreso donde habia 350 escanos; fue la primera mujer nombrada ministra, de Cultura, en un Gobierno de la monarquia parlamentaria en 1981; fue, tambien, la primera mujer elegida alcaldesa de Sevilla, en 1995, ciudad a la que dedica paginas conmovedoras, y la primera mujer defensora del Pueblo, en 2012. Diputada en seis legislaturas, senadora en una, a veces en la oposicion y otras veces con la mayoria ganadora, llego a la politica antes de cumplir los treinta anos con el afan de tomar parte en los hechos y decisiones que permitieron alcanzar la democracia y el deseo de priorizar siempre la transigencia, el dialogo y la concordia. En este libro recoge sus recuerdos de una larga etapa que empieza a comienzos de la decada de 1970 y acaba a mediados de 2017. A lo largo de una gran parte de los anos que rememora, la presencia de la mujer en la vida publica era casi inexistente, por lo que la actividad que llevo a cabo y su figura fueron seguidas con una atencion inusitada y muy critica. Este libro esta dedicado a los jovenes para que valoren como se ha llegado a un Estado democratico y de derecho, y comprendan que este reciente capitulo de nuestra historia es uno de los que acaba bien. Y a las mujeres, que hoy lo tienen todavia dificil, para que el legado y el trabajo de personas como Soledad Becerril valga para que sean tratadas con respeto, igualdad y sin discriminacion.

  • 6 cortos de amor de Barbara Padron Santana

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    A todos nos gustan las palomitas con su mantequilla derretida o con mucha azucar, una buena banda sonora que nos ponga los pelos de punta y una comoda butaca en la sala de cine. Esta vez os dare mucho mas.
    Desde el sillon de tu casa o, tal vez, tu cama podras disfrutar de seis historias que Barbara Producciones ofrecera.
    Sientate y echa volar la imaginacion, hay maromos para todos los gustos.
    !Silencio! Que empieza…

  • Poder contarlo de Ferran Torrent

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    Valencia, ano 1982. Messie y Llargo regentan varios negocios sospechosos, como una sala de juegos clandestina y combates de boxeo irregulares. Esta relativa calma se ve truncada cuando Messie convence a Llargo para rememorar los viejos tiempos y unirse a un antiguo socio y a dos jovenes de extrema
    izquierda que planean robar el importante banco Intrans.

  • Aquel Viejo Sentimiento de Lorena Valois

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    Los tres hermanos Hunter parecian tenerlo todo gracias a su talento, atractivo y carisma.
    Forjando una carrera de musicos, cosechaban exitos y suspiros de sus fans.
    Pero fuera del escenario, no todo era color de rosa.
    Dylan habia encontrado al amor de su vida muy pronto y lo habia perdido por causa de un gran malentendido ocasionado por los celos y la desconfianza.
    Benjamin, tambien habia hallado el amor,aunque su discolo caracter escondia un duro secreto por debajo.
    Frederick, el mayor de los tres, amaba a la misma mujer desde hace anos, pero nunca se permitio acercarse a ella, desperdiciando valiosos anos en la espera.
    En medio de esa voragine en sus vidas, se veran envueltos en unos sucesos de venganza y oscuridad, que podria destruir todo cuanto le es querido.
    ?Que decision tomaran al verse enfrentados entre viejos sentimientos y unas nuevas emociones?
    Con mucha musica de por medio, unos personajes entranables y finales inesperados, Lorena Valois nos trae su primera novela romantica contemporanea.

  • Mataras por mi de Rafael Salcedo

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    Aderezada con intriga, drama, romance y salpimentada con humor castizo, esta obra transcurre a principios de la decada de los 80 del siglo pasado y, ambientada en el mundillo del teatro de la capital de Espana, relata las vicisitudes de un joven actor, de nombre Daniel “Cary” Hidalgo -reputado “Don Juan” tanto sobre las tablas como, en mayor medida, fuera de estas- tras convertirse en sospechoso numero uno del asesinato de su esposa, cometido justo en la manana en la que se iba a celebrar la vista en sede judicial de su divorcio. Huyendo del acoso policial, utilizando para ello de forma magistral sus dotes teatrales, Daniel recibira la ayuda desinteresada de toda su compania, en especial de las feminas de esta, y tambien, aunque a reganadientes, de su abogada y amiga, Andrea Laborda quien, siendolo tambien de su esposa y albergando serias dudas sobre su autoria, recurrira al investigador privado Sebastian Santiago; un tipo peculiar, de dos metros de altura, recien llegado a la cuarentena, quien se jacta de ser ex paracaidista, ex policia, ex marido y, segun sus propias palabras, ex de todo, cuyo mejor amigo confiesa es un tal “Johnnie Walker, Etiqueta Negra”, y al que correspondera la tarea de salvarle de las garras policiales o, en su caso, desenmascararle pero, de cualquier modo, a contrarreloj.

  • Perderte para volver a encontrarte de Dana Darius

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    Emma creia que lo tenia todo. Estaba a punto de cumplir sus suenos junto a Sergio y era feliz, pero el dia antes de su boda descubrira algo que hara tambalear su mundo y que deje de creer en el amor.

  • El despertar del lobo, Lola P. Nieva de Lola P. Nieva

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  • En la piscina vacia de Felix Sabroso

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    Llevaba ya mas de dos anos sin escribir. Casi ni siquiera fantaseaba con hacerlo. Me habia dedicado un tiempo, demasiado, a esa pequena literatura oral que nos convierte en charlatanes de fiestas, sobreactuados de red social, manipuladores de las palabras en favor de un goce no siempre de ida y vuelta. Un intenso palabritas, sobrado y elucubrador. Un pesado a evitar, soportable solo a ratos. Siempre conseguia eludir el papel. No queria bajar al sotano, aterrado ante el sonido que de alli me llegaba. No era un sonido, era un terrible olor que a duras penas conseguia disfrazar, un hedor sonoro como un grito podrido. Pensaba a menudo que era cuestion de tiempo, de rachas, periodos de observacion y reflexion, de etapas de llenado. Acumulando sin discriminar, como si todo fuese informacion, como si todo me sirviese alguna vez para algo en mi Diogenes absoluto. Amontonando vivencias apestosas, situaciones y miradas como bolsas de basura apiladas en los pasillos... Me castigaba y me toleraba al mismo tiempo. Siempre supe hacerlo, combinar indulgencia y autorreproche, mi coctel favorito. Pero en cada uno de aquellos dias habia siempre un momento para la decision y la audacia, asi me convencia de que estaba intentando remediarlo, de que arrancaria con la escritura por fin partiendo de cualquiera de las innumerables ideas que diariamente hacian en mi el camino de entrada y salida. Cualquiera de ellas, incluso la peor de todas. La satisfaccion estaba solo en pensarlo: un goce neurotico, una fantasia analgesica y paralizante. El cuerpo obedece con automatica ferocidad y busca caminos para nuestros mas titubeantes requerimientos, casi siempre en contra de nosotros mismos. El cuerpo gobierna y, atendiendo a ese deseo de volver a escribir, realizo algunos movimientos, intentando ponerle remedio de la unica manera que sabia: haciendo mas ruido aun, rompiendolo todo y poniendome en jaque. Asi, una noche en la que el olor estaba a punto de asfixiarme, mi cuerpo abrio las ventanas de par en par; y alli estaba el, husmeando, merodeando. Y yo, claro, lo deje entrar. Aun confundo el momento exacto en que entro en mi vida, pero esta intacto el retrato mental que me hice de el. Era un torpe, un ambicioso, el muchacho sordo y mudo que tenia todos los nombres y ninguno. Ese idiota innecesario al que invitaria al festin con mi desden de vampiro amateur y mi exceso de falso enamorado de la vida sin decirle que el era la unica vianda. Lo habia visto ya antes, a distancia, y sabia lo que estaba haciendo. No eran, ni por asomo, pasos inocentes los suyos, pero los mios tampoco. Comence con algunas frases tontas y el respondio con algun cuestionable halago. Luego, un gesto suyo de prematuro desinteres fue decisivo para que afilase mis colmillos y me tirase en barrena a por el a una velocidad vertiginosa y comica a un tiempo. Se llamaba Victor, como siempre humilde y pretencioso como el charol embarrado de un zapato que no esta hecho para caminar y que sin embargo lleva ya el cuentakilometros al limite. Podria completar la descripcion pero lo cierto es que el dibujo a trazo gordo del idiota interesado saltaba de el a mi como las pulgas... Y nos fundiamos, o mejor, nos confundiamos, mezclandose nuestros rasgos de origen antagonicos hasta el mimetismo absoluto, como en esos videoclips con morphing de los noventa. Asi, a veces yo era el y otras el era yo, a veces moria de pena por el y otras me lamentaba de mi mismo. En cuanto a el, tambien a veces le ocurria todo, pero casi siempre nada. Podria dedicar mas tiempo a describir con detalle todos los episodios de esta breve relacion que venia a colmar el vaso, a provocar un equilibrio a traves de un gran desastre, a cambiar las cosas quiza o a desmontarlas definitivamente para que nada se moviese. Podria contarlo, disfrazando habilmente las obviedades, porque tengo cada instante de aquellos escasos dos meses minuciosamente elaborado y, por supuesto, reinventado: cuando el idiota se hizo listo, cuando yo me volvi idiota, cuando manipule triunfante, cuando me dieron la vuelta, cuando crei amar, cuando jugue sin piedad, cuando creyo amar el, cuando me desprecio, cuando se sintio despreciado, cuando nos reimos todos de el, cuando el se rio el ultimo... Pero definitivamente esto no es una cancion de amor, hablamos del egoismo y sus excelencias, asi que el relato exige a gritos una elipsis. Se trataba de un asunto de dos tan intenso como comun, tan brillante como repetido, de tal manera que todo el que fuese ajeno a aquella borrachera emocional, es decir, todo el mundo excepto yo, lo encontraria, sin duda, eludible, inutil, soporifero y no pasaria de estas primeras paginas. Malos tiempos para cuentos de amor con el unico y endeble fin de emocionar, para historias esperanzadoras que no han sido desvirgadas por venenosos puntos de giro, para paginas y paginas de dulce retrato prenado de eficaz empatia pero sin cargas de dinamita ocultas tras cada punto y aparte. Nada de eso. Voy a ir a lo que considero sin duda el verdadero arranque de la cuestion. Dare un salto mortal para situarme directamente en el momento en que mate a Victor. Aquella imborrable noche en la que destroce a ese muchacho de tal modo que no lo reconocio ni su madre. 2 Comienzos exagerados de eyaculador precoz. Siempre me pongo el liston muy alto para asi defraudar y defraudarme, creando para mi mismo un apacible fracaso, una emocion familiar que me devuelve al mismo lugar: ese narcotico confort donde siempre me rindo, me inmovilizo y apago el ruido. Destroce a aquel muchacho de tal modo que no lo reconocio ni su madre. !Que exageracion tan resultona! Soy un gandul acomodado con infulas de roquero que confunde a la audiencia haciendole esperar algo mas audaz, incorrecto y emocionante de lo que en realidad fue: ni un crimen de pasiones del hemisferio sur, ni el de un psicopata descuartizador, ni el de un escritor asesino con complejo de Dios --creador y destructor, filosofia y metafora del mundo que se desmorona, la podredumbre de la sociedad del exito, ego y naturaleza creativa--. Nada de eso. Fue solo un torpe accidente: no conduzco bien, no conduzco nada y habia bebido tanto como una comunidad autonoma. No estaba colerico ni desesperado, no se me habia colmado el vaso, aun no estaba a punto para la revolucion que posteriormente protagonizaria. Solo fue una llamada de atencion, un trailer promocional, una actuacion histerica e innecesaria: me largaba de la fiesta de cumpleanos de Adriana, mi editora, tras discutir con ella -- desacuerdos y amenazas-- y despues de una sobredosis de impertinencias de Victor. Pero la fiesta la dejamos para luego. Ahora vamos al accidente: a la rueda que marcha adelante y atras, al neumatico chirriante, a mi mano errada titubeando con las marchas, quemando el mecanismo, a su cabeza arrastrandose por el asfalto, al chof de cucaracha aplastada, al ruido de la maquina cuando cruje al ser. Le habia pedido las llaves de su coche. Nos conociamos hacia apenas dos meses y era nuestra primera fiesta juntos, pero el ya sabia perfectamente que yo no conducia nunca y se hacia evidente que estaba muy borracho. Aun asi me las dio. La indolencia y la irresponsabilidad impidieron que Victor dudase ante mi solicitud, muy propio de una generacion en la que debieron verter sosa caustica sobre el neurotransmisor encargado de la empatia con el projimo. Sali de aquel chale --oda tantas veces repetida al siglo XX y sus excelencias decorativas-- haciendome notar, interpretando el orgullo, la altivez y la radicalidad de alguien que hubiese llegado a una suerte de conclusion iluminada: una tontuna en contra de todavia no sabia que... Como pude llegue al coche y, tampoco se como, consegui meter las llaves en el contacto. El equipo de musica se activo enseguida, saturando y aniquilando mas si cabe mi percepcion del entorno. Sonaba un CD del chico, una macarrada infumable. No lo apague. La senti de pronto como la banda sonora perfecta para dar contenido a mi terrorista interior; en ese momento yo era Victor. Y probablemente tambien Victor fuera yo, porque hizo lo que sin duda hubiese hecho yo mismo: seguirme arrepentido hasta el parking. En nuestros escasos encuentros esos habian sido los pequenos gestos que yo interpretaba como amorosos, no habia otros a los que asirse. Asi se construia nuestro endeble y enganoso asunto. Victor me siguio preocupado y a mi, subjetivo como mi oficio, estos cuasigestos me ponian hasta el culo de endorfinas. Probablemente solo penso --porque efectivamente alguna vez parecio hacerlo (mas por fria templanza que por comun proceso reflexivo)-- en como cono volveria a su barrio desde aquella urbanizacion tan irritantemente desubicada, o quiza temio que me cargara su coche, su unica y mas preciada propiedad: una chatarra patria de tercera mano. Di marcha atras. No lo vi, nunca lo veia y esta vez tampoco. No supe que era lo que se habia enganchado, primero a las ruedas y luego al chasis inferior. Lo arrastre una y otra vez. En lugar de frenar, debi de concluir que la mejor manera de deshacerme del bulto seria superarlo, pisotearlo hasta que se soltase. Tambien soy asi, cuando la cago insisto hasta la gran cagada y remato... No fue tan facil mover el vehiculo adelante y atras, pero segui hasta acabar envolviendolo todo en humo. Por fin me detuve y baje del coche. Alli estaba Victor: sus zapatos pretenciosos me enternecieron. Me di cuenta por primera vez de que los llevaba para buscar mi aprobacion, otro gesto que sobreinterprete nuevamente como mudo acto de amor. Asi, antes del horror, primero senti lastima de aquel pobre hombre que en ese momento era yo; antes del horror, me cupieron incluso las milesimas ironicas, el chiste que enciende la culpa inmediata y te obliga a recular sobre ti mismo. Una casi risa ante sus delgadas piernas saliendo por la parte trasera del vehiculo: una imagen de dibujos animados, el coyote aplastado. ?Por que no grito? ?Por que cayo inerte desde el primer instante como un saco de patatas? No somos de piedra y, aunque recorramos carreteras secundarias ante el dolor --humor, escepticismo, lastima--, al final, en estas situaciones, de un modo o de otro, siempre acaba teniendo lugar la unica posible emocion de resultante logica: el horror absoluto. Vomite, me cegue y camine por las calles oscuras de la urbanizacion hasta poner entre ambos toda la distancia posible. Pero no la suficiente. Victor se quedaria conmigo mucho tiempo. ?Como llegue hasta el centro y hasta mi casa desde aquella colonia periferica? Eso es otra elipsis. El caso es que llegue y no debi tardar tanto porque la enajenacion nerviosa no me habia abandonado aun... Asi comenzo todo: el panico, la espiral de errores, las hojas de periodico tapando las ventanas, el fantasma maltratador, la locura absoluta... Pero rebobinemos hasta Adriana, mi editora, su cumpleanos, la fiesta y un grabado de Baco

  • 1945. Como el mundo descubrio el horror, Annette Wieviorka de Annette Wieviorka

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  • Voces en la niebla de Diana Paulino

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    Voces en la niebla trata de la historia de amor, con sus sinsabores y complicaciones, entre una mujer de mediana edad casada y su jefe, tambien casado.

  • Siete Pecados de Nathan Burkhard

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    Reed Fletcher es un prometedor agente del FBI. Su meta es recopilar pruebas contra la familia Kapot y hacer justicia, pero su destino tiene otros planes. Cuando se cruza en su camino la joven Naval Kapot, acabara haciendo lo que una vez juro no hacer: enamorarse perdidamente de su objetivo.
    Naval Kapot, al ser la hija de un poderoso narcotraficante, acepto en su vida estas tres palabras: drogas, perdida y traicion. No obstante, en una noche de fiesta conoce a un hombre de ojos azules, decidido y con temperamento explosivo que le cambiara la forma de ver la vida.
    Cada uno de ellos se debatira entre sus ideales y sentimientos, pero sobre todo lucharan contra el destino. Todo para poder permanecer juntos. ?Pero su amor sera lo suficientemente fuerte para resistir los Siete pecados?

  • Tarjeta Amarilla de Paolo Bacigalupi

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    Los machetes relucen en el suelo del almacen, reflejando una roja conflagracion de yute, tamarindo y muelles percutores. Ya estan por todas partes. Los hombres con sus panuelos verdes en la cabeza, sus consignas y sus hojas chorreantes. Sus voces resuenan en el almacen y en la calle. El hijo numero uno ya ha desaparecido. A Flor de Jade no consigue encontrarla, da igual cuantas veces pedalee su numero de telefono. Los rostros de sus hijas se han partido por la mitad, como durios afectados por la roya. Mas llamaradas. La negra humareda se enrosca a su alrededor. Atraviesa las oficinas del almacen a la carrera, dejando atras las carcasas de madera de teca y los pedales de hierro de los ordenadores, los montones de ceniza que senalan el lugar donde sus empleados se han pasado la noche quemando documentos, eliminando los nombres de las personas que han ayudado a las Tres Velas. Corre, asfixiado por el calor y el humo. Una vez en su elegante despacho, se abalanza sobre los postigos de la ventana y forcejea con los pestillos de bronce. Embiste con el hombro contra la madera pintada de azul mientras el almacen arde y los hombres de piel tostada irrumpen como una marabunta, blandiendo sus viscosos cuchillos escarlatas… Tranh se despierta, sin aliento. Unos afilados cantos de cemento se clavan en las protuberancias de su espinazo. Un asfixiante muslo salobre le cubre la cara. Aparta de un empujon la pierna del desconocido. En la penumbra resplandecen pieles barnizadas de sudor, marcadores impresionistas que senalan la posicion de los cuerpos que fluctuan y se agolpan a su alrededor. Ventosidades, gemidos y vuelcos, carne contra carne, hueso contra hueso, los vivos y los muertos a causa del calor, todos juntos. Un hombre tose. Pulmones humedos y gotitas de saliva que surcan el aire hasta el rostro de Tranh, que tiene la espalda y el vientre pegados a las sudorosas pieles desnudas de los desconocidos que lo rodean. La claustrofobia se revuelve en su cubil. Se obliga a contenerla. Se obliga a yacer inmovil, a respirar de forma acompasada, hondamente, a pesar del calor. A paladear las sofocantes tinieblas con toda la paranoia de su mente de superviviente. Se mantiene despierto mientras los demas duermen. Conserva la vida cuando otros hace ya mucho que la perdieron. Se obliga a permanecer inmovil, y a escuchar. Suenan timbres de bicicleta. Abajo, a lo lejos, a diez mil cuerpos de distancia, a toda una vida de distancia, suenan timbres de bicicleta. Se desenreda de la madeja humana, arrastrando tras el el saco de canamo que contiene sus pertenencias. Llega tarde. De todos los dias en los que podria demorarse, este es el peor. Se cuelga la bolsa de un hombro huesudo y baja las escaleras a tientas, pisando con cuidado entre el alud de carne dormida. Sus sandalias se deslizan entre familias enteras, amantes y hambrientos fantasmas al acecho, rezando para no resbalar y partirle el cuello a algun anciano. Paso, tanteo, paso, tanteo. Una maldicion se eleva de entre la masa. Los cuerpos ruedan y se sacuden. Recupera el equilibrio en un rellano, entre los privilegiados que yacen horizontalmente, y continua anadeando. Abajo, siempre hacia abajo, doblando mas recodos en la escalera, pisando con cuidado en el manto que forman sus compatriotas. Paso. Tanteo. Paso. Tanteo. Otro recodo. Un destello de luz grisacea se insinua a lo lejos. Un soplo de aire fresco le besa la cara, le acaricia el cuerpo. La catarata de carne anonima se materializa en individuos, hombres y mujeres amontonados unos encima de otros, con el cemento por almohada, apoyados en la pendiente de la escalera sin ventanas. La luz gris se torna dorada. El tintineo de los timbres suena ya con mas fuerza, tan claro como el repicar de las alarmas de cibiscosis. Tranh sale de la torre de pisos y se zambulle en la marea de vendedores de congee, tejedores de canamo y carros de patatas. Apoya las manos en las rodillas y jadea, llenandose los pulmones de remolinos de polvo y estiercol pisoteado, agradeciendo cada bocanada de aire mientras el sudor mana a chorros de su cuerpo. De la punta de su nariz caen perlas salobres cuya humedad salpica el empedrado rojo de la acera. El calor mata a las personas. Mata a los ancianos. Pero el ha salido del horno; no ha perecido asado, pese al ardor de la estacion seca. Las bicicletas y sus timbres pasan por su lado como bancos de carpas, camino de los respectivos puestos de trabajo de sus duenos. La torre de pisos se cierne a su espalda, cuarenta alturas de calor, enredaderas y hongos. Una ruina vertical de ventanas rotas y apartamentos saqueados. Un residuo del esplendor de la antigua Expansion energetica, devenida ahora en recalentado ataud tropical, sin aire acondicionado ni electricidad que lo protejan del implacable sol ecuatorial. Bangkok mantiene a sus refugiados encerrados en el palido firmamento azul, con la esperanza de que no salgan de alli. Y sin embargo el ha emergido con vida, pese al Senor del Estiercol, pese a los camisas blancas, pese a los anos; una vez mas, ha bajado de los cielos abriendose paso con unas y dientes. Tranh endereza los hombros. La gente remueve woks repletos de fideos y extrae humeantes bolas de baozi estofado de sus ollas de bambu. El engrudo gris de arroz U-Tex rico en proteinas inunda el aire con la pestilencia del pescado podrido y los aceites acidos saturados. El estomago de Tranh se encoje de hambre y una pelicula de saliva pastosa le reviste la boca, todo cuanto consigue invocar su cuerpo deshidratado ante el olor a comida. Los gatos demonio rondan las piernas de los vendedores ambulantes como tiburones, aguardando a que caiga algun bocado, atentos a la menor ocasion de latrocinio. Sus relucientes formas camaleonicas centellean parpadeantes, revelando indicios de pelajes manchados, siameses y anaranjados antes de confundirse con el telon de fondo de las paredes de cemento y las hordas hambrientas contra las que se rozan. Los woks arden con fuerza, resplandecientes de metano tenido de verde, emitiendo nuevos aromas conforme los fideos de arroz chapotean en el aceite caliente. Tranh se obliga a girar sobre los talones. Se abre paso a empujones entre el gentio, arrastrando la bolsa de canamo con el, ignorando a quien golpea y quien lo impreca a su espalda. Las victimas del Incidente ocupan los portales, agitando las extremidades amputadas y mendigando a aquellos que tienen un poco mas que ellas. Acuclillados en taburetes para el te, algunos ven como se acumula el bochorno de la jornada mientras fuman diminutos cigarrillos de tabaco de hoja dorada de contrabando liados a mano que saltan de boca en boca. Las mujeres conversan en corrillos, manoseando nerviosas sus tarjetas amarillas mientras esperan a que los camisas blancas aparezcan y les renueven los sellos. Los tarjetas amarillas se extienden hasta donde alcanza la vista: un pueblo entero, refugiados en el gran reino de Tailandia tras huir de Malaca, donde de repente habian dejado de ser bienvenidos. Un denso coagulo de desplazados sometidos a la autoridad de los camisas blancas del Ministerio de Medio Ambiente, como si no fueran mas que otra especie invasora que contener, como la cibiscosis, la roya y el gorgojo pirata. Tarjetas amarillas, personas amarillas. Huang ren por todas partes, y Tranh llega tarde a la unica oportunidad de escapar de su presa. Una sola oportunidad en todos sus meses como refugiado chino tarjeta amarilla. Y llega tarde. Se abre camino junto a un vendedor de ratas, traga otro torrente de saliva ante el olor de la carne asada y se adentra corriendo en un callejon, en direccion a la bomba de agua. Frena en seco. Otras diez personas hacen cola delante de el: ancianos, jovenes, madres, chiquillos. Se le hunden los hombros. Le gustaria indignarse ante semejante reves. Si tuviera energias para ello… si hubiera comido bien ayer, o anteayer, o incluso el dia anterior, gritaria, tiraria la bolsa de canamo al suelo y la pisotearia hasta reducirla a polvo… pero sus calorias estan demasiado bajas. No es mas que otra oportunidad malograda gracias a la mala suerte de los huecos de la escalera. Deberia haber dado sus ultimos baht al Senor del Estiercol para alquilar un espacio en algun apartamento cuyas ventanas dieran al este a fin de ver el sol en cuanto despuntara y levantarse temprano. Pero opto por racanear. Con su dinero. Con su futuro. ?Cuantas veces les habia dicho a sus hijos que gastar dinero para ganar mas dinero era perfectamente aceptable? Pero el timido refugiado tarjeta amarilla en que se ha convertido le aconsejo que reservara los baht. Como un ignorante raton de campo, eligio aferrarse a su dinero y dormir en huecos de escalera negros como la brea. Deberia haberse alzado como un tigre y haber hecho frente al toque de queda y a las porras de los camisas blancas del ministerio. Ahora llega tarde, apesta a hacinamiento y debe hacer cola detras de otros diez, todos los cuales deben beber y llenar un cubo y cepillarse los dientes con el agua marron del rio Chao Phraya. Hubo una epoca en que exigia puntualidad a sus empleados, a su esposa, a sus hijos y a sus concubinas, pero eso era cuando poseia un reloj de pulsera de cuerda y podia contemplar el lento desgranar de los minutos y las horas. De vez en cuando daba vueltas al muelle diminuto, escuchaba su tictac y azotaba a sus vastagos por su actitud indolente. Se ha vuelto viejo, lento y estupido, de lo contrario habria previsto esta situacion. Como deberia haber previsto la creciente beligerancia de los Panuelos Verdes. ?Cuando se emboto tanto su mente? Uno por uno, los demas refugiados terminan con sus abluciones. Una madre con la dentadura mellada y brotes grises de fa' gan tras las orejas llena su cubo, y Tranh avanza. El no tiene ningun cubo. Tan solo la bolsa. La preciada bolsa. La cuelga junto a la bomba y se cine el sarong en torno a las caderas enjutas antes de acuclillarse debajo del cano. Tira de la palanca de la bomba con un brazo esqueletico. Lo bana un chorro caliente de agua marron. La bendicion del rio. La piel se descuelga de su cuerpo con el peso del agua, tan flacida como la de un gato afeitado. Abre la boca y bebe el liquido arenoso, se frota los dientes con un dedo, preguntandose que protozoos podria estar engullendo. No importa. Ahora confia en la suerte. Es lo unico que le queda. Los ninos observan como se bana el cuerpo arrugado mientras sus madres rebuscan entre las pieles de mango de PurCal y las cascaras de tamarindo de Red Star con la esperanza de encontrar algun pedazo de fruta sin contaminar por la cibiscosis.111mt.6… ?O es 111mt. 7? ?O mt.8? Antes conocia todas las plagas biologicas de diseno que las afectaban. Sabia cuando estaba a punto de malograrse una cosecha, y si los nuevos bancos de semillas estaban pirateados. Se beneficiaba de esos conocimientos llenando sus cliperes con las semillas y las hortalizas adecuadas. Pero de eso hace toda una vida. Le tiemblan las manos cuando abre la bolsa y saca su ropa. ?Es la edad o la emocion lo que le hace estremecer? Ropa limpia. De calidad. El traje de lino blanco de un hombre adinerado. El atuendo no era suyo, pero ahora si, y lo ha mantenido a salvo. A salvo para esta ocasion, aun cuando necesitaba desesperadamente venderlo a cambio de dinero en efectivo o ponerselo mientras el resto de sus ropas se convertian en harapos. Arrastra los pantalones por sus piernas huesudas, quitandose las sandalias y haciendo equilibrios sobre cada pie. Comienza a abotonarse la camisa, obligando a sus dedos a apresurarse mientras una vocecita en su cabeza le recuerda que el tiempo apremia. --?Piensas vender esas ropas? ?O vas a pasearlas por ahi hasta que te las arrebate alguien con carne en los huesos? Tranh mira de reojo a pesar de que no deberia ser necesario, deberia reconocer esa voz, y sin embargo mira de todas maneras. No puede evitarlo. Antes era un tigre. Ahora no es nada mas que un ratoncito asustado que salta y se estremece a la menor insinuacion de peligro. Y alli esta: Ma. De pie ante el, sonriente. Gordo y exultante. Tan vital como un lobo. Ma sonrie de oreja a oreja. --Pareces uno de esos maniquis de alambres de la plaza Palawan. --Ni idea. No puedo permitirme el lujo de comprar alli. --Tranh continua vistiendose. --Ese traje es tan elegante que podria haber salido de Palawan. ?Como lo has conseguido? Tranh guarda silencio. --?A quien quieres enganar? Esas ropas se disenaron para alguien mil veces mas grande que tu. --No todos podemos ser igual de gordos y afortunados. --La voz de Tranh es un susurro. ?Desde cuando susurra asi? ?Ha sido siempre un monton de huesos traqueteante que susurra y suspira ante cada nueva amenaza? Lo duda. Pero le cuesta recordar como deberia sonar un tigre. Lo intenta otra vez, templando la voz--. No todos podemos ser tan afortunados como Ma Ping, que vive en los pisos mas altos con el Senor del Estiercol en persona. --A pesar de todo, sus palabras suenan como juncos barriendo el cemento. --?Afortunado? --Ma suelta una carcajada. Tan joven. Tan pagado de si mismo--. Me gano mi destino. ?No es eso lo que solias decirme siempre? ?Que la suerte no tiene nada que ver con el exito? ?Que todas las personas se forjan su propia fortuna? --Vuelve a reirse--. Mirate ahora. Tranh rechina los dientes. --Hombres mejores que tu han caido. --Otra vez ese espantoso susurro cohibido. --Y hombres mejores que tu se alzaran. --Los dedos de Ma se posan en su muneca. Acarician un reloj de pulsera, un elegante cronografo antiguo de oro y diamantes: Rolex. De otra epoca. De otro lugar. De otro mundo. Tranh se queda mirandolo fijamente, embobado, como una serpiente hipnotizada. No logra apartar la vista de el. Una sonrisa languida se dibuja en los labios de Ma. --?Te gusta? Lo encontre en una tienda de antiguedades, cerca de Wat Rajapradit. Me parecio familiar. La rabia de Tranh se incrementa. Empieza a replicar, despues sacude la cabeza y no dice nada. Pasa el tiempo. Abrocha los ultimos botones, se pone la chaqueta y se peina los ultimos mechones de su lacio cabello gris con los dedos. Si tuviera un peine… Hace una mueca. Es un deseo estupido. La ropa es suficiente. Tiene que serlo. Ma se rie. --Ahora pareces un pez gordo. No le hagas caso, dice la voz en la cabeza de Tranh. Saca los ultimos baht arrugados de la bolsa de canamo --el dinero que ha ahorrado durmiendo en los huecos de las escaleras, el responsable de que ahora llegue tarde-- y se los guarda en los bolsillos. --Cuantas prisas. ?Tienes una cita en alguna parte? Tranh se abre paso a empujones, procurando no encogerse mientras aparta el corpachon de Ma. --?Adonde vas, mister Pez Gordo? --se rie Ma a su espalda--. !Mister Tres Prosperidades! ?Tienes algo de informacion que te gustaria compartir con el resto de nosotros? Otros levantan la cabeza ante sus gritos: tarjetas amarillas de rostros famelicos y bocas hambrientas. Los tarjetas amarillas se extienden hasta donde alcanza la vista, y todos ellos estan mirandolo ahora. Supervivientes del Incidente. Hombres. Mujeres. Ninos. Ahora saben quien es. Reconocen su leyenda. Con un cambio de atuendo y un simple grito ha salido del anonimato. Sus burlas lo banan como un diluvio monzonico: --Wei! !Mister Tres Prosperidades! !Bonita camisa! --!Comparta un cigarrillo, mister Pez Gordo! --?Adonde vas tan deprisa, tan arreglado? --?Te vas a casar? --?Has encontrado una decima esposa? --?Has encontrado un empleo? --!Mister Pez Gordo! ?Tienes trabajo para mi? --?Adonde vas? !Quiza deberiamos seguir todos al antiguo empresario! A Tranh se le eriza el vello sobre la nuca. Se sacude el miedo de encima. Aunque lo siguieran, seria demasiado tarde para que pudieran aprovecharse. Por primera vez en seis meses, la ventaja de la habilidad y la informacion esta de su parte. Ahora todo depende del tiempo. Trota en medio de la aglomeracion matinal de Bangkok, cruzandose con bicicletas, rickshaws y escuteres de cuerda. Esta cubierto de sudor. Tiene la camisa empapada, incluso la chaqueta se ha humedecido. Se la quita y se la cuelga en el brazo. Su cabello gris se adhiere al cuero cabelludo liso como una cascara de huevo, salpicado de vitiligo, chorreante de agua. Se detiene cada pocas manzanas para caminar y recuperar el aliento mientras las espinillas empiezan a dolerle, su respiracion se entrecorta y su corazon de anciano martillea en su pecho. Deberia invertir los baht en un viaje en rickshaw, pero no logra animarse a hacerlo. Llega tarde. ?Demasiado tarde, quiza? Si es demasiado tarde, habra dilapidado los baht y pasara hambre esta noche. Por otra parte, ?de que sirve un traje empapado de sudor? El habito hace al monje, les decia a sus hijos; la primera impresion es la que cuenta. Empezad con buen pie y empezareis con ventaja. Por supuesto que se puede conquistar a alguien con talento e informacion, pero las personas son ante todo animales. Cuida tu aspecto. Huele bien. Satisface sus sentidos primarios. Despues, cuando se sientan bien dispuestos hacia ti, formula tu propuesta. ?No fue ese el motivo de que propinara una paliza a su segundo hijo cuando este se presento en casa con un tigre rojo tatuado en el hombro, como si fuese un gangster de calorias cualquiera? ?No fue ese el motivo de que pagara a un dentista para que retorciese los dientes de su propia hija con bambu cultivado y curvas de goma importadas de Singapur hasta dejarselos rectos como cuchillas? ?Y no es ese el motivo de que los Panuelos Verdes de Malaca odiaran a los chinos? ?Por nuestro buen aspecto? ?Por parecer tan acaudalados? ?Por hablar tan bien y trabajar con tanto ahinco cuando ellos ganduleaban y nosotros sudabamos de sol a sol? Tranh ve pasar una manada de escuteres de cuerda, todos ellos de manufactura chino-tailandesa. Que artefactos tan ingeniosos y veloces: un muelle percutor de un megajulio y un volante, pedales y frenos de friccion para reutilizar la energia cinetica. Y todas sus fabricas pertenecian al ciento por ciento a los chinos chiu chow, a pesar de lo cual, la sangre de los chiu chow no corre por las cunetas de este pais. Los chinos chiu chow son queridos, pese al hecho de que llegaron al reino thai como farang. Si nos hubieramos integrado en Malaca como hicieron aqui los chiu chow, ?habriamos sobrevivido? Tranh sacude la cabeza para apartar de si esa idea. Habria sido imposible. Su clan habria tenido que convertirse tambien al islam y renegar de todos sus antepasados en el infierno. Habria sido imposible. Quiza fuera ese el karma de su pueblo, la destruccion. Controlar y dominar brevemente las ciudades de Penang y Malaca, ademas de toda la costa oeste de la peninsula malaya, y extinguirse despues. El habito hace al monje. O lo mata. Tranh por fin ha aprendido esta leccion. Un traje blanco a medida de los Hermanos Hwang es lo mas parecido a una diana. Una antigualla mecanica de oro oscilando en tu muneca no es mas que un cebo. Tranh se pregunta si los dientes perfectos de sus hijos yaceran aun entre las cenizas de los almacenes de Tres Prosperidades, si sus preciosos relojes atraeran ahora a los tiburones y los cangrejos en las bodegas de sus cliperes barrenados. Deberia haberlo sabido. Deberia haber visto como subia la marea de sectas sedientas de sangre y nacionalismo exacerbado. Del mismo modo que el hombre al que siguio hace dos meses deberia haber sabido que un atuendo elegante no es ninguna armadura. Un hombre trajeado, tarjeta amarilla para colmo de males, deberia haber sabido que no era mas que un pedazo de cebo ensangrentado ante un dragon de Komodo. Por lo menos el muy mentecato no mancho sus elegantes ropas de sangre cuando los camisas blancas acabaron con el. Ese no tenia espiritu de superviviente. Habia olvidado que ya no era un pez gordo. Pero Tranh esta aprendiendo. Igual que aprendio una vez a leer los informes de las mareas y los mapas de profundidad, el movimiento de los mercados y las plagas biologicas de diseno, ahora aprende de los gatos demonio que parpadean y se ocultan a la vista, que huyen de sus cazadores al primer indicio de peligro. Aprende de los cuervos y los milanos que prosperan con la carrona. Estos son los animales a los que debe emular. Debe descartar los reflejos del tigre. Ya no quedan tigres, salvo en los zoologicos. El destino de un tigre es ser cazado y abatido. Pero un animal de pequeno tamano, un carronero, tiene la oportunidad de roer los huesos del tigre y huir con el ultimo traje de los Hermanos Hwang que habra de cruzar jamas la frontera de Malaca. Con el clan de los Hwang exterminado y todos sus disenos reducidos a cenizas, no queda nada salvo recuerdos y antiguedades, y un anciano carronero que conoce el poder y los peligros de una fachada elegante. Un rickshaw vacio pasa ociosamente por su lado. El conductor mira a Tranh por encima del hombro, inquisitivos los ojos, intrigado por la tela de los Hermanos Hwang que ondea sobre el magro armazon de Tranh. Dubitativo, Tranh levanta una mano. El rickshaw aminora. ?Es prudente arriesgarse? ?Dilapidar con tanta frivolidad su ultima medida de seguridad? Hubo una epoca en que enviaba cliperes al otro lado del oceano, a Chennai, con las bodegas repletas de durios pestilentes con el presentimiento de que los indios no habrian tenido tiempo de sembrar variedades resistentes antes de que se les echaran encima las nuevas mutaciones de la roya. Una epoca en que compraba te negro y madera de sandalo en los mercados fluviales con la esperanza de poder revenderlos en el sur. Ahora no es capaz de decidir si deberia montar en el rickshaw o seguir caminando. !Que personaje tan gris se ha vuelto! A veces se pregunta si no sera en realidad un fantasma voraz, atrapado entre dos mundos sin poder escapar hacia ninguno de los dos. El rickshaw rueda despacio ante el; el jersey azul del conductor reluce bajo el sol tropical, aguardando una decision. Por senas, Tranh le indica que siga su camino. El conductor del rickshaw se pone de pie sobre los pedales, sus sandalias aletean contra los talones encallecidos, y acelera. El panico se apodera de Tranh. Levanta la mano otra vez, corre detras del rickshaw. --!Espera! --Su voz no es mas que un susurro. El rickshaw se incorpora al trafico, uniendose a las bicicletas y las gigantescas formas bamboleantes de los megodontes elefantinos. Tranh deja caer la mano, alegrandose secretamente de que el conductor no lo haya oido, de que la decision de gastar sus ultimos baht haya recaido sobre una fuerza mas grande que el. Las aglomeraciones de la manana fluyen a su alrededor. Cientos de ninos con sus uniformes de marineros cruzan en columnas las puertas de las escuelas. Monjes con habitos azafranados pasean a la sombra de grandes paraguas negros. Un hombre con un sombrero conico de bambu se fija en el y murmura algo para su amigo. Ambos lo estudian. Un reguero de temor recorre la espalda de Tranh. Lo rodean por completo, igual que en Malaca. Para sus adentros, los llama extranjeros, farang. Y sin embargo aqui es el el forastero. La criatura que no encaja. Y lo saben. Las mujeres que cuelgan sarongs en los alambres de sus balcones, los hombres sentados descalzos mientras beben cafe con azucar. Los pescaderos y los vendedores de curri. Todos lo saben, y Tranh a duras penas consigue dominar el terror. Bangkok no es Malaca, se dice. Bangkok no es Penang. Ya no tenemos esposas ni relojes de oro y diamantes que puedan robarnos. Pregunta a los cabezas de serpiente que me abandonaron en la jungla infestada de sanguijuelas de la frontera. Ellos tienen toda mi riqueza. Yo no tengo nada. No soy ningun tigre. Estoy a salvo. Durante unos segundos, lo cree de veras. Pero, de repente, un muchacho con la piel oscura como la teca rebana la tapa de un coco con un machete oxidado y se lo ofrece con una sonrisa, y Tranh debe recurrir a toda su fuerza de voluntad para no proferir un alarido y huir despavorido. Bangkok no es Malaca. No van a incendiar tus almacenes ni a cortar a tus trabajadores en pedazos que emplear como cebo para los tiburones. Se enjuga el sudor de la cara. Quiza deberia haber esperado antes de ponerse el traje. Llama demasiado la atencion. Hay demasiadas personas que lo observan. Seria mejor mimetizarse como un gato demonio y cruzar la ciudad al amparo del anonimato en vez de pasearse por ahi como un pavo real. Poco a poco, los bulevares ribeteados de palmeras dan paso al paramo descubierto del nuevo barrio extranjero. Tranh aprieta el paso camino del rio, adentrandose en el imperio manufacturero de los farang blancos. Gweilo, yang guizi, farang. Cuantas palabras en cuantos idiomas para estos simios sudorosos de piel translucida. Hace dos generaciones, cuando se agoto el petroleo y se clausuraron las fabricas gweilo, todo el mundo dio por sentado que estaban verdaderamente acabados. Pero ahora han vuelto. Los monstruos del pasado han regresado con nuevos juguetes y nuevas tecnologias. Las pesadillas con que lo amenazaba su madre invaden las costas asiaticas. Autenticos demonios, inmortales. Y el se dispone a rendirles pleitesia: los secuaces de AgriGen y PurCal, con sus monopolios de arroz U-Tex y trigo TotalNutrient; los hermanos de sangre de los ingenieros biologicos que piratearon gatos demonio inspirandose en un libro y los dejaron en libertad para que procrearan a sus anchas; los patrocinadores de la misma Policia de Propiedad Intelectual que abordaba sus flotas de cliperes en busca de infracciones, husmeando como lobos tras el rastro de calorias sin sello y cereales pirateados, como si sus plagas de cibiscosis y roya de diseno no bastaran para garantizarles los mayores beneficios… Ve un corro de gente ante el. Tranh frunce el ceno. Empieza a correr, pero se obliga a seguir caminando. Sera mejor no dilapidar calorias ahora. Ya se ha formado una fila enfrente de la fabrica de los Hermanos Tennyson, esos diablos extranjeros. Se extiende a lo largo de casi toda una li, dobla la esquina, pasa por delante del logotipo de equipamiento para ciclistas que adorna la reja de hierro forjado de la Corporacion de Investigacion Sukhumvit, por delante de los dragones entrelazados de la Division del Este Asiatico de PurCal, y por delante de Mishimoto & Cia., la ingeniosa empresa japonesa de dinamica de fluidos a la que Tranh solia encargar el diseno de sus cliperes. Se rumorea que Mishimoto esta repleta de mano de obra mecanica importada. Repleta de neoseres ilegales modificados biologicamente que caminan, hablan y se mueven a trompicones… y que roban el arroz de los cuencos de personas reales. Criaturas de hasta ocho brazos, como los dioses hindues, criaturas sin piernas para que no puedan fugarse, criaturas con ojos tan grandes como tazas que, aunque solo pueden ver a unos pocos palmos de distancia, lo inspeccionan todo con su tremenda curiosidad aumentada. Nadie puede ver lo que hay dentro, no obstante, y si los camisas blancas del Ministerio de Medio Ambiente saben algo, los astutos japoneses deben de pagarles bien para que hagan la vista gorda ante sus afrentas contra la biologia y la religion. Se trata tal vez de lo unico en lo que podrian estar de acuerdo un budista, un musulman e incluso los cristianos grahamitas farang: los neoseres carecen de alma. Cuando Tranh compraba sus cliperes a Mishimoto, hace tanto tiempo, eso le traia sin cuidado.

  • El susurro de los ameneiros de Pedro Sande Garcia

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    Despues de un tragico suceso, Mateo Velasco decide iniciar una nueva etapaen su vida y regresa de Madrid a Valdovino, un pequeno pueblo en la costaatlantica gallega. Alli, donde estan sus origenes, entre recuerdos de su pasadoy los paseos por su querida playa de la Frouxeira, inicia una nueva vidamarcada por la magia que desprende la naturaleza que le rodea. Dos acontecimientosagitan de nuevo su vida, la aparicion de un cadaver entre unoscanaverales y el extrano encuentro en su casa, de una pequena y misteriosapiedra de cristal. Su obsesion por resolver lo ocurrido y su amistad con Johnel irlandes, un personaje hurano y con un oscuro pasado, convierten su vidaen la preocupacion de todos los que le rodean. Intenta alejarse de todo loocurrido iniciando un viaje que le llevara a Madrid, Paris y Nueva York, perograves acontecimientos le haran regresar de manera precipitada a Valdovino.La banda sonora, marcada por la aficion de Mateo por la musica, y unamanera muy personal de entender la gastronomia envuelven una narraciondonde la tension ira en aumento hasta el desenlace final.

  • Los Ultimos de Hanna Jameson

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    Inmerso en una crisis matrimonial, Jon Keller asiste a un congreso en un remoto y mastodontico hotel de Suiza cuando llegan noticias de diversos ataques nucleares. La situacion mundial parece apocaliptica, las noticias son confusas y las comunicaciones no tardan en interrumpirse. Ante la incertidumbre y el presunto caos que reinan en el exterior, veinte huespedes optan por permanecer en el hotel, que arrastra su propia leyenda negra. Entre ellos empezaran a aflorar tensiones y comportamientos paranoicos.
    Para acabar de complicar las cosas, el descubrimiento del cadaver de una nina en un deposito de agua empujara a Jon a dar con el culpable en medio de un clima extremadamente enrarecido y peligroso.

  • Noches sin luna de Cristina Rodriguez

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    Noches sin luna es una saga familiar sobre mujeres que deberan romper los lazos que las atan y luchar por encontrar su lugar en la vida.

  • Arriesgando: Libro 2 (Para siempre), Norah Carter de Monica Hoff , Norah Carter , Patrick Norton

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  • La luna tras las rejas de Marina Tena Tena

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    HAY HUMANOS EN ELBOSQUE. Aprieto los labios sin abrir los ojos. Tengo miedo de que me traicionen. Espero que Sin Sombra tambien siga con los parpados cerrados. Estamos tendidas de espaldas sobre la hierba fresca que se mece sobre nuestros hombros mientras que el sol acaricia nuestras caras. No anade nada mas, asi que escojo con cuidado las palabras. ?Que es lo que diria si no supiera ya lo que esta pensando? Enredo mis dedos en los brotes verdes y me esfuerzo en que mi tono de voz suene adormilado. --?Estas segura? --?Recuerdas que nos pediste arnica? --Se termino antes --asiento. Mi voz suena mas despierta--. Con el cambio de tiempo a muchos ancianos les duelen las articulaciones. --Fuimos hasta el valle despues de una caceria. Encontramos restos de un campamento. Apestaba a ellos. Los pajaros trinan a lo lejos, como si siguieramos en calma. Ordeno a mi corazon latir despacio, y a mis nervios a quedarse bajo la piel, sin mover un solo musculo. Cuando vuelvo a hablar mi voz es un susurro: --?Crees que pueden encontrarnos? --No se si nos estan buscando. --Incluso con los ojos cerrados puedo visualizar el encogimiento de hombros con el que mi amiga suele acompanar sus frases cuando esta nerviosa--. Supongo que tendremos que estar mas alerta. --Ojala pudiera acompanaros. Es trampa, y me siento mal por usarla. Soy tan licantropa como ella, como el resto, pero yo nunca sere una guerrera. No importa que me haya dejado la piel intentandolo. Los ancianos lo llaman la maldicion de la luna nueva: somos pocos los nacidos en la noche en la que la reina del cielo no nos regala su presencia, una de esas en las que ni siquiera se dibuja su silueta como si fuera una cuchilla blanca y curva. Fue una mala senal que la primera hija del lider eligiera esa noche para venir al mundo. <> solia decir mi madre, para consolarme. Y yo queria creerla. <>. Arano la arena bajo las flores. La echo tanto de menos... Sin Sombra pone su mano sobre la mia y la estrecha. Se que ahora si que me esta mirando, asi que fuerzo una sonrisa. Siempre ha estado a mi lado, desde mis primeros recuerdos, pero cuando mi madre murio dejo de ser una amiga para convertirse en una hermana. Una parte imprescindible de mi vida. No se que hubiera hecho sin ella. Por eso se me remueven las tripas al ocultarle la verdad, pero hay cosas que ni siquiera Sin Sombra puede comprender. --Eres valiosa, Sauce, y tu padre tambien lo sabe. Aprieto de nuevo los labios, pero esta vez no es para contener la verdad, si no las emociones. Es algo que me hubiera dicho ella. Mi madre decia que eligio mi nombre porque el espiritu de los Sauces nos protege, para que me guardase alla donde fuera. Ella tambien era buena contando mentiras, o verdades a medias. Supongo que lo he aprendido de ella. Se que la primera vez que se encontro con mi padre estaba sentada, con los pies en el rio, rodeada por estos arboles. Tambien se que su primer beso fue en esa misma orilla, varias lunas mas tarde. Mis padres se quisieron como nunca he visto a nadie quererse. Bastaba con que ella sonriera distraida para que mi padre la mirase como si fuera el mismo sol que habia bajado a la tierra y tintaba de vida y luz el horizonte. Cuando se marcho nos rompio por dentro. Nos dejo una de esas heridas que nunca sanan del todo. Puedo sentirlo cuando pienso en ella. El corazon rasga esa enorme cicatriz que mana dolor en vez de sangre. Lo veo tambien en el rostro de mi padre cuando algo le recuerda a ella. Un atardecer, unas flores blancas, o algun gesto que hago sin darme cuenta. Mi madre era el puente que nos unia, y ahora somos dos barcas perdidas que chocan o se alejan, pero nunca se encuentran. Sin Sombra me da otro apreton y me rescata de mis pensamientos. Se lo agradezco con una sonrisa y me incorporo, apoyandome en un codo para quedar de costado. --Solo te lo digo porque creo que tenemos que estar alerta --dice. --Lo estare. --Y... que tengas cuidado. Ladea la cabeza, casi avergonzada de decirlo. Culpable de marcar una vez mas la diferencia entre el resto de lobos y yo. Me trago esa sensacion amarga de saber que incluso los que me quieren me consideran menos y me siento en silencio. Su pelo liso, tan blanco como el de una anciana, tiene un par de hojas de treboles y briznas de hierba. Se las quito y ella arruga la nariz y sacude la cabeza de la misma forma en la que lo hace cuando se transforma en un precioso lobo blanco con los ojos del color de la sangre. No es la unica que se siente culpable. Nacer la noche en la que la luna nos da la espalda ha hecho que sea un lobo mas fragil. Mis garras no atraviesan con tanta facilidad la carne o la cadera. Mis mandibulas no pueden partir el hueso. En forma lupina soy incluso mas menuda que mi hermano Guerrero, que aun no ha cumplido los once anos. Pero eso no me convierte en una criatura indefensa. Soy rapida. Mas agil que el resto, y la mas silenciosa. Puede que no pueda ganar a nadie de mi propia tribu en una pelea frente a frente, pero los humanos son mas debiles que nosotros. Lo complicado es adivinar su estrategia y esquivar sus armas, sobre todo las de plata. Mi padre se opondria a que me aleje tanto de nuestro terreno para explorar las fronteras de nuestro bosque, pero no puede prohibirme lo que no sabe que hago. Hay humanos en nuestro bosque, pero no estoy sorprendida. Ya los he visto antes. Por e eso enterre bajo las raices de un arbol las reservas de arnica y les pedi que me trajesen mas para que encontraran su rastro. Era mas sencillo que explicarle a mi padre por que me habia alejado tanto de la tribu. No queria tener otra discusion con el, ni ver como trataba de no herirme mientras me pedia que me comportase como una nina indefensa. Asi es como el me ve, eso lo que soy a sus ojos: inmadura, debil, incapaz de hacerle sentir orgulloso. Alzo la barbilla al cielo. Sin Sombra pasa un brazo por mis hombros y me consuela, pero por los motivos equivocados. Yo les guie hasta los hombres, aunque no lo supieran. Y no puedo sentirme culpable por haberlos visto porque eso ayuda a mi tribu. No me importa que tenga que ser en secreto. Sabia que debia alejarme inmediatamente, que cada segundo que pasaba cerca de ellos me ponia en peligro, tanto a mi como al resto. Pero me quede un rato mas para observarlos. Habia algo fascinante en poder observar a tus enemigos cuando no sabian que alguien les estaba viendo. Era peligroso y tambien hipnotico. El cosquilleo recorria la piel desde mi vientre y subia por las venas hasta convertirse en un picor suave en las palmas de mis manos. Supongo que era como mirar el baile entre las llamas de un incendio. No parecian tan terribles al hablar entre ellos. Entendia su lenguaje, era el mismo que el de mi madre. Despues de todo, ella era una humana que habia renunciado a su mundo para abrazar el nuestro. En todas nuestras historias, los humanos son criaturas crueles, malignas, pero no parecian terribles con las primeras luces del dia iluminando sus rostros aun adormilados. Usaban palabras suaves y bromeaban. Me recordaron a nosotros y, a la vez, eran de un mundo desconocido: con sus botas altas, esos trajes tan incomodos y las armas de metal que hacian que se me encogiera el estomago. Pero no me marche ni siquiera al verlas. Me apoye en el tronco de un roble y asome la cabeza. Cerca del suelo, para que la hierba alta me ocultase. Una chica de pelo rojo empujo a su companero al agua, y el resto estallo en carcajadas. Me encogi en mi escondite y despues me di cuenta de que me estaba riendo como si estuviera con ellos. Con ese grupo de personas que seguramente trataban de darnos caza. Sacudi la cabeza, y entonces mis ojos se cruzaron con los suyos.

  • Coffee Sugar. Un lugar para empezar de Ariadna Baker

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    La vida de Valeria transcurre de lo mas tranquila, dedicada en cuerpo y alma a regentar la pasteleria que acaba de inaugurar junto con su novio, Edu. De la noche a la manana, el toma de la decision de marcharse con otra mujer, dejando a la joven con el corazon roto y al frente del pago de numerosas deudas.

  • Touchdown a tu amor de Vanessa Lorrenz

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    Ryan Tylor era conocido como el mejor quarterback de la historia de los New England Patriots. Por lo menos era lo que la prensa ponia en los titulares y eso era completamente cierto. Aunque algo dentro de el le decia que por mas que se esforzara no llegaba a la cima, llevaba seis copas ganadas y solo dos derrotas, algo totalmente bueno teniendo en cuenta que estaba por cumplir treinta y cuatro anos. El futbol americano era su pasion, y a base de esfuerzo logro llegar a las grandes ligas. Habia estudiado como un mulo para obtener una beca, en el instituto se esforzo en destacar en las canchas y no paro hasta conseguir llevar a la victoria a su equipo local, cuando los reclutadores habian llegado para ofrecerle un contrato, no lo dudo, dejo todo lo que tenia en su rancho familiar en Texas y se mudo para comenzar una nueva vida en la ciudad. Nada se comparaba con la adrenalina del juego. La fama que conseguia, tanto como el dinero, no eran nada comparados con la emocion de dejarse la vida en el campo. Su familia lo habian dejado a un lado al enterarse que dejaba todo en su rancho para convertirse en el jugador mas cotizado de todos los tiempos. Pero mirandolo en retrospectiva, el marcador de juego de su vida le estaba diciendo que le quedaba poco dentro de su profesion. Los companeros que empezaron con el ya tenian sus vidas hechas, pues sus equipos ya no les habian renovado su contrato. Aunque segun su entrenador y su manager, aun le quedaban otras temporadas por jugar, ya que segun ellos, estaba en la cuspide de su carrera. Pero eso era mentira, por mucho que lo intentara solo le quedaban unos tres anos mas y eso ya era con bastante rendimiento. El futbol era para la gente joven. No es que se sintiera viejo, de hecho, sentia que estaba en la mejor edad para hacer todo lo que el quisiera, tenia una vida plena, era feliz dedicandose a lo que mas amaba, pero en el fondo de la situacion se sentia completamente solo. Tenia claro que la etapa de andar de casanova ya estaba llegando a su fin, y aunque podia tener a cualquier mujer que deseara, ese juego le estaba cansando. Suspiro metiendose en la ducha de los vestuarios, estaban comenzando la temporada y los entrenamientos eran pesados, pero si querian ser los mejores debian dejarse el alma en el juego. Antes de salir con rumbo al aparcamiento vio que no quedaba nadie. Saliendo se encontro a lo ultimos integrantes del equipo, pero vio que estaban con sus familias a punto de partir, asi que lo mejor era que el tambien se fuera a su apartamento. Lo que menos necesitaba era ver como los demas tenian familias y eran felices. Tal vez la gente pensara que la vida de una persona con su trayectoria era demasiado facil, pero la realidad era otra, porque si Ryan queria tener una buena calidad de vida despues de despedirse de los campos deportivos, necesitaba ir pensando en un proyecto de vida que le diera buenos beneficios. Tenia el rancho de sus padres, el cual compartiria con su hermano menor, pero hasta la fecha, su padre y su hermano se las habia apanado muy bien para sacarlo adelante. Hacia unos anos habia contratado a un asesor financiero que lo ayudara a invertir su dinero, hasta ese dia le habia dado buenos rendimientos duplicando su fortuna, pero necesitaba dar el pistoletazo inicial al proyecto de vida que tenia en mente. Siempre le habian llamado la atencion los barcos, asi que llevaba varios meses negociando para comprar una naviera, su asesor le dijo que era una buena inversion y que solo necesitaba cierta inyeccion de capital. Y esperaba con todas sus fuerzas que le diera la satisfaccion de poder dirigirla el resto de su vida. --!Ryan! --escucho que le decia uno de sus companeros de equipo que se llamaba Tom--, ?que te parece si vamos a tomar una copa?. Es viernes por la noche, hay que disfrutar de nuestro descanso. El lunes Edward nos volvera a machacar. Ryan estuvo a punto de decir que no, lo que menos le apetecia era entrar en un bar a tomar algo. Luego la prensa se tiraba encima de ellos y no dejaban de fotografiarlos como si fueran monos de circo. La verdad es que a veces odiaba ser una figura publica, no podia ir a comprar una simple pomada porque ya estaba saliendo en la prensa la marca que usaba y las razones por la que la habia adquirido. Estaba a punto de declinar la invitacion, cuando por su mente paso el pensamiento de que estaba demasiado viejo para salir de juerga, asi que, haciendo un esfuerzo por demostrarse que aun estaba en buenas condiciones, le dijo a su companero que si. <> No entendia que habia sucedido, recordaba que en el bar algunos miembros del equipo que eran solteros se les habian unido, y con ellos venian algunas chicas que estaban dispuestas a pasarlo bien. Nada parecia extrano, pidieron una ronda de bebidas mientras veian el partido de los equipos contrincantes. No supo en que momento salieron del bar, no supo si salio solo o acompanado, lo unico que sabia era que ahora estaba en la habitacion de un hotel, junto a una chica que estaba muerta. Al parecer la habian estrangulado. Su mente estaba nublada, no sabia que diablos le habian puesto en la bebida, pero el era incapaz de matar nadie, ahora lo unico malo era como demonios lo iba a demostrar. La puerta de habitacion se abrio de pronto para dejar ver a una mujer que llevaba un monton de toallas en las manos, al ver la escena grito de miedo dejandolas caer y saliendo a la velocidad de la luz pidiendo auxilio. Nada lo habia preparado para eso, su vida estaba acabada. Todos los titulares mostraban su fotografia en pantalla completa, pero esta vez no hablaban sobre su nueva conquista, o si lo habian visto llevando juguetes y autografos a los ninos con cancer. Esta vez los titulares decian en letras grandes y claras: "Estrella del deporte acusado de homicidio" Tenia que ser una pesadilla de la que no lograba despertar, aun estaba en una neblina de estupefaccion, nada cuadraba en la historia. La policia habia llegado a la habitacion y lo habian detenido al instante, pese a que el habia dicho que no tenia nada que ver con el asesinato de la joven, es mas, no recordaba que salieran juntos del bar. Maldijo la hora en la que se le ocurrio decir que si saldria a tomar una copa. Esperaba salir bien parado de esta situacion, pero lo dudaba. La reja de la celda donde estaba encerrado se abrio dejando ver a un policia. --Tu--dijo gritandole--, tienes visita. Ryan se levanto del suelo donde estaba, mientras se frotaba los ojos, los tenia hinchados porque en un momento de debilidad habia roto en llanto. Pasaron por un pasillo largo que estaba protegido con dos rejas, despues fueron a lo que parecia una sala de interrogatorios, donde se encontraban Edward, el entrenador del equipo, y Jason, su manager. --?Que demonios sucedio, muchacho? -- le dijo el entrenador del equipo. --No lo se, no recuerdo nada de lo que sucedio esa noche. --Pues las cosas no pintan nada bien, esa mujer era la sobrina de uno de los fiscales de la ciudad. Todo apunta a ti.