• quiero confiar en ti frases - Lorena Concepcion

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    Atenea no era de esas chicas que se comian el mundo, pero tampoco se dejaba pisar. Nunca le habia importado tanto que la gente no la viera, en ninguno de los sentidos, o que no la tuvieran tanto en cuenta como ella queria. Como se decia a si misma, era invisible para los demas. Asi era ella, invisible a los ojos de cualquiera que no fuera su familia, y claramente, sabia que el problema era suyo, estaba en su caracter, no se hacia notar, y en muchas ocasiones era bueno, pero en otras, no tanto. A sus veintidos anos nunca habia tenido novio, tampoco tenia muchos amigos a causa de su timidez y sus inseguridades, pero ella estaba a gusto asi, no era debil, ni se dejaba menospreciar por nadie, era una chica fuerte, simplemente pasaba desapercibida. Atenea estaba convencida de que siempre seria asi para el resto de su vida, acabaria sola y con un monton de gatos, de hecho ya tenia uno, solo era cuestion de tiempo. Rio ante tal ocurrencia. Pero solo hubo un momento en su vida en el que deseo ser alguien que no pasara desapercibido, y ese momento fue cuando le vio a el, Kian, su vecino. Atenea habia alquilado un apartamento en el centro de la ciudad hacia unos meses y la primera vez que lo vio fue mientras se instalaba, el le ayudo con la mudanza y se presentaron, pero todo quedo alli. La segunda vez fue la tipica conversacion entre vecinos, el fue a pedirle sal, asi que tampoco paso nada. Otras veces solo se saludaban de pasada, el casi nunca estaba en su apartamento, pero la gran mayoria de las veces que venia, lo hacia acompanado de unas chicas que parecian y que claramente, eran modelos. Eso a Atenea no le gustaba, pero era tan guapo... alto, en forma, con unos brazos musculosos con los que mas de una noche habia sonado que la abrazaba, y otras cosas que la hacian sonrojarse. Su cabello rubio corto que la hacia querer meter los dedos mientras el la hacia gritar, y sus ojos color caramelo que tanto deseaba que la miraran. Ojala ella fuera de su tipo. Nunca se habia considerado una chica fea, pero tampoco se arreglaba mucho ?para que?Aunque lo hiciera seguirian sin hacerle caso, o peor, estaria ridicula. Era viernes por la manana y festivo, por lo que no tenia nada planeado, seguramente pasaria el dia en casa leyendo o recogiendo. Esa noche no habia dormido casi nada por culpa de un maldito sueno erotico con Kian. Atenea nunca habia tenido ninguno, pero desde que lo habia conocido, en su cabeza solo rondaba el, y eso no podia ser bueno, tenia que olvidarse de Kian lo antes posible, pues lo suyo jamas sucederia, ni en un millon de anos. El nunca estaria con una chica como ella teniendo a un moton de modelos babeando a sus pies. Aun llevaba el pijama, que no era otra cosa que una camiseta grande de su hermano que se habia dejado la ultima vez que vino a pasar la noche. Iba bajando las escaleras de marmol cuando llamaron a la puerta, se miro rapidamente en el espejo del recibidor para revisar que su pelo moreno y liso estaba presentable, sus ojos azules se veian mas intensos por la luz de la manana. <>. Se paso los dedos por el pelo y se lo puso a un lado y abrio la puerta. – Buenos dias.- Dijo Kian con una enorme sonrisa ensenando su perfecta dentadura en cuanto Atenea le abrio la puerta. Se quedo paralizada y le dio un vuelco el corazon, de todas las personas que podrian haber llamado, Kian era el ultimo al que esperaba. Estaba guapisimo, y vestido, no como ella. Llevaba unos pantalones vaqueros que le quedaban de lujo y una camiseta que hacia patente su musculado cuerpo, Atenea se sonrojo e imagenes del sueno de la noche anterior vinieron a su mente. – Bu... buenos dias.- Logro decir atropelladamente. – ?Te pillo en mal momento?- Pregunto mirandola de arriba abajo, si Atenea no lo creyera posible pensaria que la estaba devorando con la mirada, pero no era posible ?no? Decidio no darle mas vueltas pues ella no podia gustar a un chico como el. – No, bueno, no.- Rio.- ?Necesitas algo? – No, solo queria invitarte a desayunar.- Ahora Atenea se sorprendio aun mas, y se percato de la bolsa que Kian llevaba en la mano. - Mi madre es aficionada a la reposteria y me ha envido muchos dulces y yo solo no puedo con ellos, asi que si somos dos...Si no quieres desayunar conmigo te los doy igual, no quiero que se estropeen. ?Que no queria desayunar con el? ?Estaba loco o que? ?Por que tenia que ser tan malditamente amable y guapo? Aunque la invitacion solo fuera para que no se estropearan los dulces, a Atenea le valia. Sin embargo, por la cuenta que le traia a su corazon no sabia si merecia la pena, pero deseaba tanto pasar tiempo con el y conocerlo mejor que no pudo resistirse. – No, claro. Pasa. Yo invito a cafe.-Sonrio como una nina subida en el mejor columpio del parque. – Gracias. – Voy a cambiarme y... – No tranquila, por mi no te preocupes, asi estas bien.- El la miro de arriba abajo una vez mas con una sonrisa picara y le guino un ojo. AAtenea se le incendio la cara y a pesar de que la camiseta la cubria hasta los muslos sintio que estaba desnuda.- Si abres siempre asi la puerta vendre mas a menudo.- Le guino un ojo. ?Estaba coqueteando con ella? No podia ser, seguro que era algo que le salia sin mas. – Ja, ja. Alli esta la cocina, ahora bajo.- Y le dedico una sonrisa coqueta. Nunca se habia sentido asi, ella no era de coquetear con chicos !si ni siquiera sabia que sabia hacerlo! Pero un momento con el la habia hecho sentir la mujer mas sexy del mundo. Pero tenia que mantener las distancias, el no era para ella, pues solo hacia falta ver con que clase de chicas iba para saber que ella no era su tipo ni de lejos. En cuanto termino de arreglarse bajo por las escaleras de nuevo con el corazon martilleandole en el pecho. Como deseaba que su sueno se hiciera realidad y el hubiera subido a su habitacion y la tumbara en la cama para hacerla suya << ?Pero que estas pensando? !Madre mia, que verguenza! Menos mal que nadie escucha mis pensamientos...>>. – ?Como prefieres el cafe?- Pregunto el mientras ella bajaba las escaleras. – No, yo no bebo cafe, no me gusta, prefiero cacao.- Sonrio. Atenea no llego a pisar bien el siguiente escalon y se cayo de culo bajando un par de escalones.- !Au!- Y empezo a reirse. – ?Estas bien? - Corrio Kian hacia las escaleras. Atenea no paraba de reir. – Si, que caida mas tonta. Siempre estoy en el suelo. - Atenea no podia parar de reir, habia sido una caida tan tonta que preferia reir a pensar que se habia caido delante de Kian. Intento ponerse en pie pero el tobillo le dolio un poco. – Espera, ya te ayudo.- Entonces Kian la cogio en brazos. – No hace falta...- A Atenea se le iba a salir el corazon, se abrazo al cuello de Kian y aspiro su aroma. – No te preocupes.- La corto el sonriendole encantadoramente. Una corriente de pura electricidad le recorrio el cuerpo, olia tan bien... Noto como sus duros y tonificados musculos hacian la fuerza suficiente para sostenerla, la cual no parecia que le supusiera ningun esfuerzo. AAtenea le recorrio un deseo ardiente que se anido entre sus piernas. Quiso que su comedor fuera mas grande para que la sostuviera mas tiempo entre sus brazos, su calor la traspasaba y sentia la necesidad de hundir su cara en su masculino cuello y besarlo, pero se contuvo. Evito como pudo que el sintiera como su pulso estaba acelerado, y desvio la mirada de su perfecto rostro para no sentir la tentacion de besar esos gruesos y seductores labios. Por fin la sento con cuidado en el sofa. – A ver, dame tu pie.- La examino.- No tienes nada, un poco de hielo y estaras como nueva. Fui entrenador de futbol de los ninos de mi pueblo cuando era adolescente y vi muchos esguinces y roturas, y esto no es nada. Pero no te fies mucho que no soy medico. Voy a por hielo.- Le dedico una sonrisa encantadora que la fundio como un helado derretido por sol de verano. Antes de ir a por el hielo cogio un cojin y lo puso en la mesilla, y despues, con mucho cuidado, deposito el pie femenino. Su contacto la quemaba y la hacia desear mas, mucho mas. Algo que claramente no iba a hacer, ella no era su tipo, pero tampoco queria serlo, ya habia sufrido bastante en el amor como para encapricharse de alguien que jamas la corresponderia. Tenia que dejar de pensar en el. – Gracias.- Dijo Atenea. El no se habia reido de ella cuando se habia caido, a pesar de que ella no paro de reir, y eso le encanto ?Pero que le iba a hacer si las caidas tontas le hacian tanta gracia? Su gata, Diana, una persa blanca de ojos verdes se acerco a ella para pedirle que le pusiera de comer, Atenea la acaricio y la gata se tumbo a su lado en el sofa. Kian volvio enseguida con el hielo envuelto en un trapo de cocina. El se situo otra vez de rodillas delante de ella y se lo deposito en el pie magullado. Estuvieron unos minutos en silencio, el aguantandole el hielo en el pie y ella observando como la cuidaba. Atenea se deleito mirando al impresionante chico que le estaba poniendo hielo en el pie. Estaba guapisimo y solo deseaba que la mirara con deseo y la tocara ardientemente. – No sabia que tenias un gato.- Dijo el rompiendo el silencio pero sin dejar de mirar su pie magullado. – Es una gatita.- Le sonrio aunque el no la miro. – Ah, es muy bonita.- Senalo mirando ahora a la gata que dormia placidamente a su lado. – Si, pero a veces es una borde.- Rieron los dos. Atenea no podia dejar de mirar como Kian acariciaba dulcemente su pie alrededor del hielo, proporcionandole caricias calientes que la hacian estremecerse, estaba haciendo gala de todo su autocontrol para no lanzarse al cuello del hombre. Penso que por tal de que el la cogiera cada vez que ella se caia, se caeria encantada todas las veces que hicieran falta. Atenea rio ante tal tonteria y rio mas al recordar su caida. – ?De que te ries?- No se habia dado cuenta de que lo habia hecho en voz alta. – Solo pensaba en la caida.- Y volvio a reir.

  • Un libro con consejos para ser feliz: "El poder de confiar ...

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    9 may 2019 — Un libro con consejos para ser feliz: "El poder de confiar en ti" · "Nada se pierde por vivir. Todo se pierde con no atreverse" · "Para vivir con ...

  • EL PODER DE CONFIAR EN TI - CURRO CAÑETE | Alibrate

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  • El poder de confiar en ti: Aprende a tener fe en ti ... - Amazon.es

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    Quizás para alguien que nunca haya leído autoayuda pueda ser interesante pero no es más que un refrito de frases de otros libros de autoayuda. En general no ...

  • Curro Cañete: "Ya que vivimos solo una vez, realmente ...

    https://www.libertaddigital.com/cultura/libros/2019-03-21/curro-canete-el-poder-de-confiar-en-ti-felicidad-1276635110/

    21 mar 2019 — El coach y escritor publica El poder de confiar en ti, un manual de ... Son muchos los prejuicios que rodean a los libros clasificados bajo ...

  • El poder de confiar en ti - Curro Cañete | PlanetadeLibros

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    19 mar 2019 — Un libro que todo el mundo debería leer (al menos una vez en la vida), lleno de sabiduría, de amor y de poder personal.» Rut Nieves, autora de ...

  • curro cañete - el poder de confiar en ti - Planeta de Libros

    https://www.planetadelibros.com/libros_contenido_extra/41/40225_El_poder_de_confiar_en_ti.pdf

    Tardé años en entender el verdadero significado de esta frase: Magia es confiar en ti mismo. Si logras hacer eso, puedes conseguir cualquier cosa. En ...

  • El poder de confiar en ti: Aprende a tener fe en ti y consegu...

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    Como lector del género de autoayuda y psicología, Mi opinión sobre este libro es que se tratas de una recopilación de ideas y frases de otros libros clásicos de ...

  • El poder de confiar en ti - PSICOLOGÍA en ZARAGOZA

    https://www.psicologoenzaragozablog.com/2020/01/el-poder-de-confiar-en-ti.html

    19 ene 2020 — El libro está compuesto por 6 capítulos, se lee en aproximadamente una hora de duración, es fácil y ligero, y viene adornado con frases y ...

  • El poder de confiar en ti: Aprende a tener fe en ti y consigue lo ...

    https://es.babelio.com/livres/Canete-El-poder-de-confiar-en-ti-Aprende-a-tener-fe-en-t/86251

    Mucha gente tiene prejuicios a la hora de leer libros de crecimiento personal. Si te duele algo vas al médico pero cuando estas triste, apagado, estresado o ...

  • Divorciados.com de Eileen Thornton

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    Cuatro amigas divorciadas y una agencia de citas. ?Que puede salir mal?

  • Elige mi aventura. Adios al novio perfecto de Julia Zambra

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    Elige mi aventura es una comedia romantica interactiva. Es decir, Lectora, que tu tambien participas y mucho en la eleccion de lo que pasa. Y es que necesito tu ayuda. Por favor. Mi novio Perfecto, (no es que sea perfecto, que va), es que se llama asi, fue a comprar semillas de chia al Herbolario y no volvio. Su desaparicion me ha sumido en una crisis creativa. Soy escritora y tengo una entrega cerca. Estoy desesperada. Necesito que te unas a mis amigas y me ayudes a decidir que hacer en cada capitulo. Venga, tia, prometo que conmigo no te aburriras ni un segundo. Tenemos un lio padre: la desaparicion de mi novio, bueno, ex, bueno, ya te lo explicare luego; la llegada de mi suegra, vas a flipar, es peor que uno de esos granos de la nariz; el buenorro del Herbolario, !wou! para hacerse vegana… y miles de cosas mas que pondran mi vida patas arriba. Por favor, ayudame a ordenar este caos, si es que se puede, y si no, pues… !que nos quiten lo bailao!

  • La dama de las flores (El escoces errante 3) de Sophie West

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    Escocia, 1209.
    Kenneth Allaban es un soldado mercenario y vagabundo que alquila su espada al mejor postor. Viaja de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad, ofreciendo sus servicios a quien pueda pagarlos, sin importarle si son de noble cuna o simples vasallos. En sus correrias seduce y es seducido, ahogando el dolor que lo esta consumiendo en el sexo, el alcohol y las peleas. Pero la unica verdad es que despues de cinco anos aun no ha podido olvidar a Seelie, su unico y verdadero amor, de cuya muerte se culpa.

  • Vindicta de Monique Amoedo

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    Daniela tiene un futuro prometedor como periodista, pero ha aparcado todo sus proyectos por permanecer al lado de Alex. Hasta que descubre quien es el realmente. Herida y llena de rencor urdira un plan para vengarse con la intencion de devolverle todo el dano que el le ha causado.
    La intriga y la expectacion son los elementos conductores de esta historia de ajuste de cuentas y vindicta

  • No fotografies soldados llorando de Jordi Sierra I Fabra

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  • Puedes darme un beso de Chris M. Navarro

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    Zoe sabia que volver al pueblo despues de dieciseis anos y sin haber cumplido sus suenos no seria facil, y mucho menos para su hija Helena, una adolescente incapaz de ver con buenos ojos que la sacara de su adorado Manhattan.

  • Infiltrada (Agente especial Alicia Walker 1) de Clara Ann Simons

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    ALICIA El jeep vuela por una polvorienta carretera del desierto hacia nuestra base, dejando atras los disparos. Presiono la herida con la mano y mis ojos se llenan de lagrimas mientras, sobre mi regazo, siento como la vida de Cat se escapa sin que yo pueda hacer nada por evitarlo. La sangre brota a borbotones de su pecho, sus ojos fijos en mi suplicando que no la deje marchar, no de esta manera. Agitada, me despierto y permanezco sentada en la cama desorientada, tratando de recordar donde me encuentro. Ya han pasado tres anos y no consigo sacar de mi cabeza esa puta pesadilla, supongo que no llegare a hacerlo nunca. Joder, parece tan real, el panico en sus ojos es tan autentico, que miro frente a frente a la muerte casi todas las noches. Cat, la unica mujer que ha llenado mi vida se marcho ese dia entre mis brazos de la manera mas tonta. Juro que si algun dia me entero de quien fue la persona que no comprobo los parametros de la mision, le deguello. --?Te encuentras bien?--pregunta la mujer que duerme a mi lado abriendo con pereza los ojos. Asiento con la cabeza y una especie de grunido, buscando torpemente en el cajon de la mesita de noche la caja de Trankimazin y engullendo una de las pastillas con un sorbo del whisky que sobro de la noche anterior a falta de agua. Las jodidas pastillas consiguen que esos recuerdos no regresen a mis suenos, pero me vuelven mas torpe. Banada en un sudor frio, me recuesto junto al cuerpo desnudo de Carrie, o Katie, o como quiera que se llame mi acompanante de la ultima noche, no recuerdo bien su nombre. Besaba bien y follaba mejor, aunque dudo que la vuelva a ver. No se si algun dia podre olvidar a Cat. *** --Llegas tarde, Walker, una vez mas. A mi despacho--ladra Bill en cuanto me asomo por la puerta de la oficina. Lo ultimo que necesito en estos momentos es una bronca, pero tiene toda la razon, estamos a viernes y es la tercera vez que llego tarde esta semana. Entro en el despacho de mi superior, el agente especial al mando Bill McGrath, esperando solamente que no se alargue demasiado, necesito un cafe doble bien cargado para empezar a funcionar. --Bill, lo siento, no se lo que ha pasado, no se repetira--me disculpo intentando adelantarme a sus palabras. --Cierra la puerta--responde con sequedad. Hago lo que me ordena y me dejo caer sobre una de las sillas que hay frente a su mesa, masajeando mis sienes para intentar olvidarme del dolor de cabeza que me atenaza. --Alicia, no se que cono te pasa. Es como si fueses dos personas diferentes al mismo tiempo; en las misiones de campo eres la mejor agente con la que he trabajado, en cambio, en la oficina, eres un jodido desastre, practicamente un zombi--recrimina mirandome fijamente a los ojos. Antes de que pueda empezar a contestar, vuelve a tomar la palabra con el rostro serio, cargado de preocupacion. --No es eso para lo que te he pedido que vengas, aunque de cara a tus companeros es necesario que lo parezca--expone mirandome por encima de sus gafas. --Tu diras. --Tengo una mision para ti, ordenes directas del director adjunto Smith, pero, por algun motivo no acabo de verlo y podria ser peligroso si se tuerce. Tendras que trabajar sin companero --explica abriendo una carpeta marron que se encuentra sobre su mesa. --Sabes que no me importa el peligro y, aunque os guste trabajar por parejas, prefiero hacerlo sola. ?De que se trata?--inquiero con ganas de volver al trabajo de campo y abandonar la jodida oficina que me aprisiona como una jaula. --Se que no temes al peligro, a veces, es como si no le dieses ningun valor a tu vida, aunque espero que tengas cuidado--insiste el agente McGrath. --No soy facil de matar, puedes creerme. ?De que se trata la mision? --Una desaparicion, una chica de veinticinco anos, Sofia Bartow. No saben nada de ella desde hace dos dias, su madre ha sido quien la ha denunciado--expone mi superior con calma sacando algunos papeles de la carpeta marron. --?Una desaparicion? No me jodas, Bill. ?Por que entra el FBI en ese caso?--pregunto confusa. --?Te dice algo el apellido Bartow?--inquiere arqueando las cejas. --?La farmaceutica? --Exacto, es la hija del difunto Paul Bartow, y su tio Julius Bartow dirige Bartow Pharma Inc. Su madre es Melinda Mastoris, retomo el apellido de soltera tras morir su marido, la hermana del senador Mastoris, quien ha llamado directamente al director adjunto para que nos ocupemos del caso--explica Bill extendiendo los papeles sobre su mesa de despacho. --Joder, Bill, seguramente se habra marchado con su novio y ahora mismo estara follando en alguna isla del Caribe, no llamara hasta que se le acabe el dinero--refunfuno negando con la cabeza sin poder creer que nos tengamos que ocupar de un caso asi. Haciendo uno de sus caracteristicos largos silencios, Bill McGrath me sirve una taza de cafe antes de seguir hablando. --Hay testigos que la situan en el Colmillo negro la noche de la desaparicion junto a Marco Saavedra, a quien se relaciona, como sabes, con la gente de Sinaloa y parecia muy nerviosa-- anade mi superior senalando una foto del tal Marco Saavedra. El Colmillo negro es un local de lujo del que se cuenta que sirve como tapadera para facilitar tratos entre las distintas organizaciones criminales que operan en Chicago y, en general, toda la zona del Medio Oeste del pais. Sin embargo, que se reunan alli capos de distintas organizaciones sobre los que no pesa ninguna orden de detencion no constituye delito alguno, aunque no deje de ser sospechoso. El departamento de policia ha solicitado en mas de una ocasion poder efectuar una redada, pero el local esta hasta la bandera de la gente guapa de la ciudad, todos los jovenes herederos de las mayores fortunas del estado lo frecuentan con asiduidad y eso complica una intervencion que llame la atencion. --?Crees que se trata de un secuestro para financiar sus operaciones?--pregunto extranada. --Eso es lo que pensamos al principio, sin embargo, nadie se ha puesto en contacto con la familia para pedir un rescate, por lo que se baraja incluso una operacion de trata de blancas-- masculla Bill con preocupacion. --No da el perfil--replico negando con la cabeza--. Seria complicarse la vida de manera innecesaria, no se van a arriesgar llevandose a una chica cuya familia esta dispuesta a remover cielo y tierra para encontrarla y, ademas, tienen los medios para hacerlo. --Eso mismo es lo que le he dicho al jefe--reconoce mi superior acariciandose el menton-- pero debemos mantener todas las lineas de investigacion abiertas. El director adjunto quiere que frecuentes ese bar de incognito y te mezcles con la gente a ver si puedes sacar algo en claro. No hace falta que te diga que si los de Sinaloa estan detras de esto, lo ultimo que necesitas es que alguien te relacione con el FBI. --Por lo que cuentan de ese local, no solo me tengo que preocupar de los de Sinaloa, tambien lo frecuentan los italianos, gente del Este de Europa, incluso grupos del sudeste asiatico-- puntualizo haciendole ver que no creo que merezca la pena la linea de trabajo que hemos elegido. Tras dejarme bien claro que no tenemos eleccion porque las ordenes vienen de arriba, Bill me asegura que soy la persona mejor preparada para hacerme cargo del caso y, a continuacion, indica algunos de los peligros que conlleva trabajar de incognito, que van mas alla del riesgo obvio de que te identifiquen. --Si la mision se alarga, existen riesgos psicologicos asociados a trabajar infiltrado--me explica con su tipico gesto de mirar por encima de las gafas--. Te obligara a estar un tiempo separada de tu trabajo, de tu familia o de tus amigos y no podras discutir el caso nada mas que conmigo o con el director adjunto, y eso muy de vez en cuando. --Lo entiendo--le aseguro. --?Has trabajado alguna vez infiltrada?--inquiere con curiosidad.

  • Sedienta de Aeryn Anders

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    El traqueteo del vagon, junto a los efectos de alguna sustancia que permanecia en sus venas, la mantenia en un duermevela constante. Ni los gritos de la nina del asiento trasero ni el persistente rezo susurrado de la monja sentada a su lado, lograron que su mente se despejara. Su cuerpo se mecia al compas del vaiven de las ruedas de hierro al rozar las vias. Se mojo los labios con la lentitud que la acompanaba, necesitaba dejar atras la sequedad que abordaba su boca y no sentir la aspereza cada vez que tragaba. Su mente estaba repleta de flashes que se proyectaban segun la lucidez del momento. Aprovecho el instante de disfrutar uno de ellos para bajar la mirada. Una manta gris le cubria el cuerpo desprovisto de ropa, las dudas se aduenaron de sus pensamientos de inmediato. <>, logro preguntarse antes de dejarse vencer otra vez por Morfeo. Sintio un frio tremulo, la humedad de la superficie --mezclada con el agua expandida a su alrededor-- se filtraba por la piel desnuda de los muslos helandole los huesos. Alzo la cabeza aun condolida al oler el desagradable hedor que le impedia una correcta respiracion. Sus ojos enfocaron a la nada, la oscuridad la envolvia por completo. Los brazos le dolian debido a la posicion, la tension de tenerlos estirados en la espalda atados con una soga imposibilitaba que pudiese moverlos. Al tragar comprobo que la misma cuerda que la mantenia maniatada le presionaba la garganta impidiendole un buen funcionamiento. Bajo de nuevo la cabeza para evitar ahogarse ella misma. Escucho el descorrer del pestillo y al instante una luz mortifera inundo la estancia. Alzo el rostro a la misma vez que abrio los ojos. Le descoloco ver el gris sucio del sillon. Desvio el rostro e intento enfocar la imagen de la religiosa que miraba a cualquier parte del vagon menos a ella. Sacudio la cabeza, lo unico que deseaba era aclararla, volver a tener todos los sentidos en alerta; pero su mente no le daba tregua, seguia empenada en mantenerla en la inopia mas de lo establecido. Con pesadez llevo la mano izquierda a la sien. Los moratones que lucia, penso que serian producto de la atadura. Se acaricio la cabeza con suavidad, todavia sentia miles de aguijones clavandose en su interior. Miro por la ventanilla y le impacto la imagen que proyectaron sus retinas en el cristal: estaba de pie con los brazos en cruz sujetados por unas esposas negras a la madera que, debido al barniz, le refrescaba la espalda. Frente a ella se bosquejaron unos ojos negros como la noche que --junto a unos carnosos labios-- la observaban con lascivia a la vez que se humedecia el belfo. Sintio la caricia en la mejilla seguida de una bofetada que le giro el rostro. <>, ordeno una voz sugerente en el interior de su cabeza. Quiso cerrar los ojos y dejar de verse en aquella tesitura; pero la mirada azabache junto a la sensualidad de la voz, la mantenian rehen de su propia zozobra. El tren redujo velocidad y logro sacarla de la ensonacion. Le costo horrores enfocar de nuevo la vista hacia su companera de viaje. --Perdone, hermana, ?que hora es? --Sintio los aguijonazos en la garganta con la primera palabra, pero se obligo a terminar la frase. Debia de recomponer el lapsus de tiempo que su mente se negaba a mostrarle por voluntad propia. La monja alargo el brazo y senalo la pequena pantalla que colgaba del techo al otro lado del pasillo. Edna parpadeo un par de veces, por mucho que se esforzo por adivinar en que franja horaria vivia, sus retinas se negaban a ofrecerle tal consideracion. --Disculpe, hermana, pero es que no logro verlo, ?podria decirmela usted si es tan amable? --suplico sin dejar de observarla, aunque la religiosa se negaba a ofrecerle una mirada de compasion. A la religiosa no le hacia demasiada gracia hablar con una hija de la calle que encima tenia la poca decencia de subirse al tren repleto de menores, mujeres decentes y hombres con miradas libidinosas, desnuda; pero su deber, al ser una sierva de Dios, era ayudar a los necesitados. --Las ocho y media de la tarde --respondio sin llegar a observarla. Un flash obligo a Edna a cerrar los ojos, vagamente recordaba haberse subido al tren a primera hora de la manana, y si el trayecto duraba tres horas, no podia ser tan tarde y que aun estuviesen camino de Valencia. <>, se pregunto desconcertada. <>, eso era el motivo de estar en el tren, tenia la presentacion de la nueva novela de su mejor amiga. Se alarmo al comprobar que iba tarde, por mucho que quisiera no llegaria a tiempo. --?Ha habido algun imprevisto para que llevemos once horas de trayecto? --Tomo una bocanada de aire para proseguir--. Valencia esta a tres horas de Murcia. Era la primera vez que su companera de viaje desviaba la vista hacia ella. A Edna le sorprendio, y alarmo a partes iguales, la incredulidad que sus iris proyectaron. --Senorita, en una hora llegaremos a Madrid. --?Madrid? --alcanzo a cuestionar. La religiosa asintio una vez. --?Que dia es? --Domingo. ?Se encuentra usted bien? --Deseo saber la hermana, comenzaba a preocuparle el estado en el que se hallaba. Le extrano, a la vez que escandalizo, que accediera al vagon desnuda; pero eso no fue lo que en realidad llamo su atencion, verla repleta de mugre y sangre por doquier logro que se santiguara en mas de una ocasion. No tardo en llamar la atencion de una azafata y solicitar que trajese una manta o cualquier prenda para tapar la desnudez de la chica que parecia perdida, aunque sus movimientos se asemejaban mas a estar bajo los efectos de algun potente estupefaciente. Antes de ladear el cuerpo y mirar por la ventana opuesta a la suya, se aseguro de que ella respiraba, incluso le arrebato el billete de las manos con delicadeza para entregarselo al revisor de turno con el proposito de que no la despertara. Edna volvio a caer en el duermevela que la mantenia al margen de la realidad, no tuvo tiempo de contradecir a la monja, su mente se apago de repente sumiendola en una voragine de imagenes que no lograba encajar. Todo lo que le rodeaba parecia la mala organizacion de un puzle al que le faltaban piezas para poder acabarlo, y estaba segura de que esas eran las que lo recomponian. Esforzo hasta el limite sus recuerdos, simplemente alcanzo a rememorar el momento justo que llego a la estacion de tren de Murcia, su hermana habia sido la encargada de llevarla para evitarle el gasto del taxi. Otra fugaz imagen le mostro estar sentada en el banco a la espera de que llegase el tren y partir hasta Valencia a pasar el fin de semana con Sara, tenia muchas ganas de verla, de estar de nuevo con ella. Otro momento efimero le mostro alguna que otra diapositiva de ella en el vagon con el movil en las manos, hablaba con… Su mente volvio a bloquearse, no recordaba quien era la persona que lograba arrancarle mas de una sonrisa; pero estaba segura de que no se trataba de su amiga, aquella atontada iluminacion de rostro nada mas la mostraba por un hombre, un hombre que le gustaba. La turbacion se apodero de sus somnolientos pensamientos haciendola cuestionarse los hechos. ?Quien era aquel extrano con el que habia hablado de camino a Valencia? ?Seria el dueno de los ojos azabaches que la excitaban y asustaban a partes iguales? ?Y por que se encontraba direccion hasta Madrid sin sus pertenencias? Abrio los ojos al escuchar el chirriar de unas ruedas necesitadas de un poco de aceite, las pobres se lamentaban con cada giro que alguien les obligaba a hacer. Parpadeo con insistencia hasta que logro ver a la joven azafata que la miraba con pena. --?Quiere un poco de agua? --Ofrecio con una sonrisa en la cara. --Si, estoy sedienta. --Logro articular. Alargo el brazo, pero no llego a alcanzar el vaso que la chica le ofrecia, este cayo con peso muerto sobre el regazo de su companera. La miro a la espera de obtener su perdon, un perdon que no llego. La azafata se apiado de ella. Se hizo con el vaso y le acerco el plastico a los labios para incitarla a tomar sorbos pequenos. La enfermera que viajaba en el vagon contiguo les habia advertido a todos los trabajadores que no le diesen nada solido, a lo mucho un poco de liquido. Edna engullo el vaso en un suspiro, noto como el agua le danaba la garganta a su paso, pero a la vez aliviaba la sensacion de lija en la que se habia convertido. --Mas --rogo. La mujer quiso apiadarse de Edna y darle mas. Las instrucciones eran claras, un vaso pequeno cada hora, no sabian bajo a que efectos estaba sometida y no debian arriesgarse o podian empeorar su salud. --No se preocupe, en el hospital le daran mas. Quiso cuestionar aquella afirmacion, pero su aletargada mente no lo permitio. Espero sentada mientras los demas pasajeros bajaban del tren, por mucho que quisiese alejarse de todo aquello y recuperar la normalidad, su cuerpo se negaba a obedecer las instrucciones de su cerebro. Sintio unas manos sujetandola con suavidad por los brazos, su instinto fue pegar la espalda al asiento. Su confusa mente la premio con otra imagen que para nada era la real que vivia en ese momento. En la fantasia, el hombre de ojos oscuros, le presionaba los biceps con insistencia, tanto que la dolencia era insoportable. Noto como algo le rasgaba desde el mismo centro de su cuerpo, el dolor ascendio por la espina dorsal hasta ubicarse en la cabeza. <>, en esa ocasion la voz no emanaba sensualidad, era rudeza lo que emitia. --Senora --escucho lejano--. Senora, tiene que acompanarnos. La llevaremos al hospital y alli podra recuperarse. --?Que me ha pasado? El enfermero --encargado de ayudarla a bajar-- la miro con compasion. No era la primera vez que la veia, su rostro llevaba una semana mostrandose en todos los noticieros del pais, tanto su amiga como su familia habian denunciado su desaparicion siete dias atras. Fueron los propios trabajadores de Renfe quienes dieron el aviso de su paradero al verla subir mugrienta, ensangrentada, desorientada y desnuda en la estacion de Alcira, y en Atocha estaban apostados a la espera de su llegada. Su mente rechazaba rellenar los recovecos que seguian con bastantes lagunas. Cuando volvio a despertar noto que su cuerpo no pesaba tanto como horas atras; pero aun asi, por mucho que lo intento, Edna no fue capaz de recordar lo ocurrido. Presto atencion al escuchar lejana una diccion conocida, los lagrimales se humedecieron al oir la voz angustiada de Sara. --Doctor, ?no insinuara que mi amiga se marcho por voluntad propia? --No insinuo nada, senora. Lo unico que pretendo es que comprenda que no hay sintoma alguno de que su amiga fuese obligada y tampoco se ha hallado semen, lo que descarta que haya sido violada. Por otra parte, el examen toxicologico releva una gran cantidad de cocaina consumida. --Lo que me faltaba por escuchar --se quejo Sara--, mi amiga no es ninguna drogadicta. Edna dejo de prestar atencion, su mente le revelaria lo sucedido, pero hasta que no encajara todas las piezas del rompecabezas no hallaria la verdadera respuesta. Cerro los ojos y una sonrisa calida la recibio con alegria, los abrio sobresaltada al reconocerlo. 2 Cuarenta y ocho horas antes de desaparecer --Damos paso a las noticias mas relevantes de hoy, viernes 24 de noviembre de 2017. Retiran un polemico mensaje para concienciar a la gente contra la violencia de genero. Este ano las denuncias por malos tratos han repuntado mas de un 24 %. Por otro lado, saltan las alarmas en la estacion de Villena, ya son dos jovenes las que han desaparecido... Alargo el brazo hasta alcanzar el radio despertador. Le encantaba comenzar el dia con la melodica voz del locutor. Desde aquella manana que la escucho en la oficina se habia enamorado de ella, su mente no alcanzaba a imaginar que rostro acompanaria tan bella diccion; pero habia logrado cautivarla de tal modo que compro un despertador con emisora para levantarse cada manana con ella. Desperezo el cuerpo antes de ponerse en marcha, le deleitaba rezagar la salida de debajo de las mantas, algo que solo ocurria en epoca invernal, el resto del ano nada mas sonar la alarma se ponia en marcha. Sonrio con amplitud al saber que dia era, por fin habia llegado el tan ansiado viaje que la llevaria directa a pasar unos dias inolvidables junto a Sara, su amiga. Hacia tres anos que se conocian gracias a las Redes Sociales. Pronto congeniaron a las mil maravillas convirtiendose, ademas de en amigas, en el apoyo que ambas necesitaban para lograr las decenas de objetivos que se marcaban para superarse profesionalmente. A Edna le encantaba hablar con ella, le fascinaba la capacidad de imaginacion de Sara, como de la nada se sacaba una novela que te absorbia hasta la ultima palabra. A ella siempre le atrajo aquel solitario pero fascinante mundo, el poder de unir palabras hasta crear una historia que atrapase al lector al instante. Sara era especialista en ello, no lo decia por tener la suerte de ser su amiga y leer sus novelas antes que nadie, todos los medios y entendidos del tema elogiaban el estilo de su pluma. En cambio, su trabajo hacia meses que habia dejado de atraerle. Al principio disfrutaba con cada venta de vivienda que realizaba, le satisfacia saber que aportaba su granito de arena a que familias comenzasen una nueva etapa. Pasados los anos, era tan monotono que debia obligarse a ir cada manana a la oficina para comenzar un nuevo dia. Aquel viernes era distinto, lo tenia libre puesto que no deseaba perderse la triunfal presentacion del nuevo libro de Sara, porque estaba convencida de que seria todo un exito como los demas. Sin perder la felicidad del rostro se preparo para marcharse, en menos de un par de horas tenia que estar en la estacion si no deseaba perder el tren. La insistencia de un claxon en la calle le advirtio de la llegada de su hermana. Apago las luces de casa antes de agarrar el asa de la maleta y cerrar la puerta hasta su regreso.

  • La muerte juega a los dados de Clara Obligado

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    La muerte juega a los dados es un libro capaz de situarse en la frontera de los generos y de la ficcion misma. En una casa de la clase alta de Buenos Aires aparece un hombre con un disparo en la sien. Estamos en 1936. A partir de este relato, se teje una compleja red de historias que, en general, ha sido exclusiva de la novela. Clara Obligado desarrolla, al mismo tiempo, una narracion policiaca y una saga familiar que llega hasta nuestros dias, una coleccion de cuentos de brillante arquitectura cuyos afluentes arrastran al genero hacia caminos nuevos.

  • Cicatrices de la memoria de Sealtiel Alatriste

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  • Tony Takitani de Haruki Murakami

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    Tony Takitani es un joven que ha crecido aislado, entre las burlas de los companeros y muy solo, pues su padre, trompetista de jazz, se ausenta a menudo para tocar en giras. Buen profesional, se dedica a ilustrar portadas para revistas de automoviles o anuncios. Hasta que de pronto conoce a una chica, empleada a tiempo parcial de una editorial, a la que le gustan especialmente los vestidos.
    Maravillosamente ilustrado por Ignasi Font, este relato del celebre escritor japones nos habla de la soledad y la falta de afecto en la sociedad actual.

  • El triunfo del hogar (Edentown 1) de Annabeth Berkley

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    ?Estas completamente segura? --Si --asintio decidida la bonita pelirroja mirando a sus dos amigas que la miraban preocupadas. La sonrisa que siguio a su afirmacion les dejaba clara su determinacion y firmeza. Llevaba mucho tiempo reflexionandolo, investigando, calculando las diferentes opciones, y por fin se habia decidido. --Escucha Megan --insistio la rubia de ojos claros mientras detenia su ritmo y recuperaba el aliento del footing que practicaban a diario--. Esto no es como cuando decidiste conocer hombres por internet. Estas hablando de tener hijos. Laurel tambien habia dejado de correr y la miraba preocupada mientras se retiraba el flequillo de la frente y sacudia sus bonitas piernas para relajarlas. El camino natural que bordeaba parte del lago Eden les servia de escenario para sus encuentros deportivos antes de que cada una empezara su jornada laboral. --Quiero tener hijos --insistio Megan deteniendose con los brazos en jarras--. Estoy decidida. --sus ojos castanos se iluminaban cada vez que lo pensaba--. No puedo pasarme la vida esperando a que llegue un hombre que no aparece o que ni siquiera existe. Esperar a que se enamore de mi y esperar a formar una familia. --Por favor, Megan. Las cosas suelen funcionar asi --insistio Jane empezando a caminar malhumorada--. Si ahora tienes un hijo todavia vas a dificultar mas la posibilidad de encontrar un hombre --resoplo consciente de que ella tenia la misma inquietud que su amiga. --Creo que Jane tiene razon --dijo Laurel caminando a la par que ellas mientras se alejaban del lago. --Para ti es facil decirlo. Tienes a Nick --le contesto Megan--. No me malinterpretes. Nick es un sueno de hombre con el que formar una familia, pero es tuyo. El mio no aparece y me he cansado de esperarle. Tengo treinta y cinco anos. Mi reloj biologico no puede esperar mucho mas. --Pues espero que el mio si --suspiro Jane--. Vamos, Megan, una fecundacion in vitro no es algo para tomarselo a broma. --?Quien se lo toma a broma?--refunfuno molesta--. Esperaba que me apoyarais. Sabeis que lo llevo pensando bastante tiempo. --Claro que te apoyamos --le aseguro Laurel--. Es solo que nos preocupas. Un bebe es algo muy serio. Va a cambiar totalmente tu vida. --No tengo humor para un cafe --les dijo con el ceno fruncido al llegar a la bonita casa de Laurel donde siempre se tomaban el primer cafe de la manana--. Hoy tengo que estar temprano en la oficina. Las dos amigas la vieron alejarse hacia la calle principal y se miraron negando con la cabeza. --?Se habra enfadado mucho? --pregunto Laurel preocupada. --No --respondio Jane seria--. Es Megan. Se le pasara enseguida. Pero alguien tiene que hacerle ver todas las posibilidades, no solo las suyas. Megan Saint James volvio a su casa pensativa. Estaba decidida. No podia esperar que el hombre de sus suenos apareciera montado en un caballo blanco y le regalara la familia que nunca habia tenido. En primer lugar, porque cada vez estaba mas convencida de que ese hombre no existia y en segundo lugar, porque no podia esperar que su vida girara en torno a el o a su busqueda. O tal vez si podia esperar... pero no queria hacerlo. No le habia quedado mas remedio que ser independiente toda la vida y estaba visto que tenia que seguir siendolo. Nunca habia conocido a su familia, y eso habia alimentado su ilusion de formar una. Despues de mucho buscar habia encontrado el lugar donde establecerse, Edentown, un bonito pueblo a orillas de un precioso lago. Habia conocido personas que le habian ensenado con su ejemplo lo que era la lealtad y el carino, y sabia que podia apoyarse en ellas en caso de necesidad. Ademas, tenia un negocio propio que no le iba mal. Podia permitirse el lujo de tener un hijo sola y estaba decidida a ello. Siempre habia sonado con una gran familia y ya era hora de que empezara a construirla. Con marido o sin el. Despues de ducharse, envuelta en el albornoz, desayuno de pie apoyada en la encimera de la cocina de su pequeno apartamento. Sus tres gatas, su unica familia por el momento, la miraban esperando que compartiera algo de su bizcocho casero. Ella las miro sonriente. Las habia sacado de la calle y les habia dado el hogar, la estabilidad y el cobijo que ella nunca habia tenido. --Vosotras ya habeis desayunado --les explico carinosa-- ?Que os parece si ampliamos la familia? Esta vez con un bebe... Es buena idea, ?a que si? Si, yo tambien lo creo. Sonriendo y llena de confianza, sintonizo una emisora de radio con musica alegre, para recargarse con energia positiva. Quito la humedad de su larga y rizada melena con el secador y se vistio con uno de sus comodos y anchos vestidos, dispuesta a disfrutar de otro caluroso dia del recien comenzado verano. Bajo al piso inferior donde estaba la inmobiliaria de su propiedad. Era la unica de Edentown y se encargaba de cuantos alquileres y compra-ventas surgieran en el bonito pueblo en el que llevaba afincada poco mas de cinco anos. Se sentia orgullosa de esa bonita oficina pintada de azul claro. Estaba en una de las calles principales del pueblo y nunca le faltaban clientes, curiosos o especuladores con los que trabajar. Ella sola habia conseguido todo lo que tenia y se sentia orgullosa por ello. Se habia esforzado muchisimo y ahora que todo parecia que iba sobre ruedas, era el momento perfecto para tener un hijo. Estaba convencida. Miro la hora en el reloj de pared. Era cerca del mediodia y la cita que tenia concertada se estaba retrasando. Se centro de nuevo en la pantalla del ordenador. Reviso su bandeja de correo. Llevaba una temporada tranquila, desde que se habia dado de baja de las paginas de contactos a las que habia recurrido en su afan de encontrar pareja. No habia nada nuevo. Sonrio triste pensando en las veces que habia pensado que la puerta de su negocio se abriria y el hombre de su vida entraria seguro de si mismo diciendo... --Creo que me esta esperando. Levanto la cabeza del ordenador sobresaltada sintiendo que el corazon iba a salirsele del pecho. Dirigio su mirada a la puerta y miro al hombre que acababa de hablar y que ya se habia acercado al mostrador. Era alto y corpulento. Tenia el cabello rubio, mas largo de lo considerado como normal y una desarreglada barba. Su expresion no era precisamente amable. Rozaria la cuarentena, calculo mientras se acercaba a el. Llevaba una vieja mochila al hombro sobre una camiseta blanca de manga corta que le marcaba unos musculosos brazos y miraba distraido hacia uno de los grandes ventanales por los que entraba el sol. --Creo que no --reconocio Megan mientras trataba de que su pulso recuperara el ritmo normal -- ?En que puedo ayudarle? El hombre la miro para responderle y se encontro frente a la bonita pelirroja de ojos castanos. Fruncio el ceno molesto. Era una tentacion para la vista y el hacia mucho tiempo que no estaba con una mujer... ni queria estarlo, se recordo. Megan mantuvo la mirada de sus oscuros ojos y levanto las finas cejas como respuesta al ceno fruncido. La mirada de aquel hombre, bordeada de ligeras arrugas, le indicaba que no estaba pasando por su mejor momento. Pero, vaya, su corazon estaba latiendo a un ritmo bastante acelerado y sentia un cosquilleo por la espalda que le llegaba hasta la nuca. Ese hombre, ademas de mal humor, irradiaba una fuerza masculina que la atraia sin poder evitarlo. --Habia quedado con la senorita Saint James... creo --busco un trozo de papel en el bolsillo trasero de su pantalon vaquero. --Ah, pues soy yo --reconocio Megan confundida revisando la agenda que tenia sobre el mostrador-- Perdone, pero no le esperaba --se sonrojo. --Habiamos quedado a las once --insistio malhumorado--, pero el coche me dejo tirado en el camino. Megan fingio una sonrisa que no sentia ante la incomodidad de la situacion. --Bueno, no hay problema... yo tenia apuntado a un sargento que se habia jubilado del cuerpo de marines... --?Y yo que soy? --pregunto molesto e impaciente. Megan lo miro boquiabierta ante el exabrupto y su propio error --?Sargento Keith Logan? disculpeme, no se por que crei que era mucho mayor... --Yo tampoco se porque creyo eso, pero no me importa --corto hurano-- ?Tiene las llaves de mi piso? --Si, si, claro --respondio Megan con su mejor sonrisa intentando suavizar la situacion mientras cogia las llaves--. Si no ha solucionado la averia del coche, Dexter Campbell, en la gasolinera de las afueras, tiene servicio de grua. Trato de serenarse para no pensar en lo desagradable que le estaba resultando aquel hombre y lo estupida que se estaba sintiendo ella. Keith observo el nerviosismo de la joven pelirroja, pero no le importo. Estaba mas que cansado. Solo queria llegar a su casa, tumbarse en una cama y a ser posible no despertar en una semana, cuando todo se hubiera arreglado... algo. --Sigame, el jefe de su departamento me insistio en que queria para usted la mejor casa de la zona --cerro la puerta de la inmobiliaria con llave haciendo que la siguiera--. Como ha dicho que no tiene coche podemos ir andando. No esta muy lejos. ?Conoce Edentown? Keith la seguia dos pasos por detras. Se distrajo admirando lo que intuia que eran unas largas piernas bajo ese vestido de color claro. Volvio a recordarse que no queria saber nada de ninguna mujer, ya habia tenido bastante con Bianca. Ella se giro esperando una respuesta, pero el no tenia ganas de hablar. Ese dia, no.

  • CaSa 206 de Jade Escajeda

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    Casa 206
    Kate es una adolescente de 18 anos que tras por fin a verse graduado de la preparatoria se tiene que mudar a la cuidad para ir a la universidad y quedarse en casa donde esta su primo Erick. Tras empezar una nueva etapa de su vida se va dando cuenta de los dolores y placeres que tiene la vida al crecer. Kate junto con su nueva companera de clase Arizbeth se enfrentan a una terrible aventura al mudarse a la casa 206. Kate sabra lo que es que es sentir verdadero panico tras una lamentable muerte. Mientras se encuentra con los secretos que encierra aquella casa.

  • La Marca Del Silver Wolf de Marcia Dm

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    El Silver Wolf andaba suelto, todos lo sabiamos.
    ?Quien es? Bueno, el es el hombre que hace que no puedas dormir por la noche, el es la sensacion de que alguien te esta observando, el es la adrenalina que corre por tu cuerpo cuando crees que te estas por morir...o al menos eso nos han dicho.
    Lo unico que se con seguridad es que:
    El es el hombre que cambiaria mi mundo por completo.
    El es el hombre que me haria sentir cosas que no sabia que podia sentir.
    El es el hombre que me marcaria para toda la vida.
    El es el Silver Wolf.
    Lo unico que no se es como sobrevivir a el.

  • Cupcakes en Manhattan, Una hist de Olga De Llera

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    Me miro en el espejo del bano con los ojos casi cerrados. Nunca he sido muy madrugadora. Me cuesta horrores levantarme por la manana. Pero como entre las leganas veo que me ha salido una cana, me espabilo de golpe. Cojo el maldito pelo blanco, que resalta como luces de neon entre mi espesa cabellera color azabache, y lo arranco de cuajo. Lo miro como si fuera un implante que los alienigenas me han insertado durante la noche y me deshago de el tirandolo dentro de la taza del vater. Quiero perderlo de vista para que no me recuerde mi decrepitud. Una ducha mas tarde ya estoy en la cocina, mirando mi telefono movil mientras Matthew, mi esposo, me prepara una taza de cafe. Los ninos todavia no han bajado a desayunar y el les apremia con sus gritos de guerra matinales. --!Chicos, daos prisa o volveremos a llegar tarde al colegio! Levanto los ojos de la pantalla y le miro con cara de asesina. Sabe que no soporto que grite, no a esas horas de la manana. Mi cerebro todavia esta a medio gas y la poca energia que tiene debe emplearla para organizar la manana y contestar los mensajes; mi jefe tiene por costumbre enviarme un monton fuera de horas de trabajo, sobre todo antes de una reunion importante. --?Otra vez Marvin, eh? --Matthew intuye que mi mal humor se debe al capullo de mi jefe; no porque otras mananas este de mejor humor, sino porque hoy debo tener peor cara. --Aja --. me limito a responder sin apartar la vista de la agenda del telefono. --?Volveras tarde esta noche? Me encojo de hombros. Sabe de sobras que nunca se a que hora saldre de la oficina. --Quizas me pase por el gimnasio. Despues de un dia duro me apetece hacer ejercicio. Bueno, me voy ya, que no quiero llegar tarde. Marvin estara muy tenso con lo de la reunion de los japoneses y si se cruza luego le tengo todo el dia de culo. --?No te terminas el cafe? --Me comprare uno en la estacion. Despidete por mi de los ninos --. le lanzo un beso que el finge atrapar con la mano, es su manera de decirme que preferiria que se lo diera en los labios, y salgo a toda velocidad de casa; tardare casi una hora en llegar a la oficina, eso si el tren no va con retraso. Llego a la estacion de destino y me dirijo como un rayo al puesto de venta de cafes. El chico negro que sirve las bebidas me pregunta que voy a tomar. A pesar de ir varias veces a la semana y pedirle siempre lo mismo, un cafe solo sin azucar, no se acuerda de mi. Supongo que recordar a un cliente entre los miles que pasan cada dia por su puesto de venta de cafe debe ser complicado, por no decir imposible. Cojo el vaso termico que me ofrece con la sensacion de ser una hormiga mas dentro de un descomunal hormiguero, le doy un billete de dolar y sigo a las otras obreras hasta la boca del metro. Cinco paradas mas tarde llego al punto de peregrinacion, a la Meca de los negocios. Subo las escaleras que llevan a la superficie del hormiguero y vuelvo a convertirme en persona. Aspiro el aire lleno de humo y polucion como si fuera el mejor de los perfumes franceses (comparado con los efluvios subterraneos lo parece), y pongo la vista en las enormes puertas de cristal del rascacielos de oficinas que absorbe las diminutas personas que pasan frente a su entrada. --!Mierda! !Joder! -- exclamo abriendo y cerrando la boca como un pez al que han sacado del agua. Un negro de casi dos metros se ha cruzado en mi camino, golpeandome la mano con la que sujetaba el cafe. La tapa de plastico se ha abierto y el brebaje marron me ha dejado el abrigo hecho unos zorros --!Podrias vigilar por donde vas! -- le grito sacando todo el aire de mis pulmones; cuando estoy tensa me cuesta controlar el temperamento. --!Que te den! -- me suelta el muy cabron. Y sigue andando como si nada. --!Que te den a ti! -- rebato hecha una furia, pero el ya ha desaparecido dentro del hormiguero. En el edificio de oficinas los ascensores parece que se han confabulado para que no llegue a mi despacho. En la planta baja no para ni uno. Mientras espero, o me desespero, abro la mochila y me cambio de calzado. Me deshago de las zapatillas de deporte y me pongo los zapatos de tacon que me compre hace un par de semanas. !Me encantan! Eran carisimos, pero pegan con el abrigo que se me acaba de estropear con el cafe. Decido esconderlo dentro de la mochila, junto a las deportivas. Mas tarde encargare a mi secretaria que me compre uno nuevo. Para aprovechar el rato utilizo las puertas metalicas de los ascensores para reponer el lapiz de labios que he dejado pegado en el vaso de cafe. Termino justo a tiempo. Las puertas del ascensor se abren y no espero ni una decima de segundo para meterme dentro. A estas horas de la manana la competencia es feroz. El ultimo que sube es el que tiene que bajar si la alarma de exceso de carga se dispara y no quiero perder mas tiempo o pelearme. Un dia ya tuve que hacerlo. Un tipo gordo y yo fuimos los ultimos en subir y la alarma del ascensor se disparo. Yo no me movi, y el tampoco. Las puertas no se cerraban y la gente empezo a mirarnos irritada. Al final el tio insinuo que yo era la que debia bajar, y yo le solte que el ascensor se estaba quejando de su peso, no del mio; a mis cuarenta y pico todavia tengo la misma talla que tenia a los veinte y un fisico envidiable, no en vano me machaco varias horas en el gimnasio cada semana y evito las calorias igual que el Conde Dracula el sol. En la planta 58 Marvin me esta esperando con su habitual pose de inquisidor. En dos minutos me pide que haga diez cosas a la vez, y yo le pido a mi secretaria otras tantas. Las cosas en la oficina funcionan asi, como un pendulo de Newton. La primera bola golpea a la segunda y la energia se transmite hasta el final de la cadena. --Los japoneses llegaran en cualquier momento --. dice Marvin mordiendose las unas -- Un solo error y toda la operacion se ira al garete. No me falles, Sara. No me falles. Si hay que invertir mas horas, se invierten. Pero no quiero ni una metedura de pata mas. Mira lo que encontre ayer --. me lanza un dossier con los informes que estuve repasando el fin de semana. Los que me costaron una bronca con Matthew. Mi esposo opina que deberia pasar mas tiempo con el y los ninos. Ya se que nuestra vida familiar no es como habiamos sonado, pero las circunstancias obligan. Me case joven. Un ano despues tuve a Amy. Una nina adorable. Ahora tiene 17 anos y se ha convertido en una adolescente autista; se pasa el dia encerrada en su habitacion hablando o chateando con sus amigas. Matt llego ocho anos mas tarde. Fue una bendicion de Dios, pero nos acabo de hundir economicamente; el prestamo de la universidad, la hipoteca de la casa, los seguros medicos... Afortunadamente he conseguido escalar puestos en la empresa y ahora ya no tenemos que preocuparnos por las facturas de final de mes. A Matthew, que tiene un caracter menos ambicioso que yo, no le importa quedarse en casa a cargo de Amy y Matt. Trabaja escribiendo para un famoso blog culinario y aunque no le pagan mal, comparado con mi sueldo es calderilla. !Por eso me cabrea cuando me acusa de ser una madre y esposa ausente! --Marvin, no se que decir... Lo repase mil veces. --Dime que no volvera a pasar --. grune y me arranca el dossier de las manos -- Iremos a comer con los <>. Mas te vale ser convincente. El trato debe quedar cerrado. Hoy. Llego tarde al restaurante. Marvin hace media hora que esta enviandome mensajes y yo estoy al borde de las lagrimas. Me he tirado mas de 20 minutos en la calle para conseguir un taxi, y se ha puesto a llover. Por eso al ver el codiciado coche amarillo corro para adelantar a una senora mayor con muletas que va a cogerlo antes que yo. Me siento culpable, pero me deshago del remordimiento pensando que ella no tiene que soportar un jefe como el mio y que si llega tarde a su cita, como mucho, va a cabrear al perro o al gato por no estar a la hora de siempre para ponerle la comida. Cierro la puerta del taxi, le doy la direccion al conductor y me miro en el espejo que llevo en el bolso. Doy pena. Con la humedad mi pelo se ha encrespado, el rimel se ha corrido con las gotas de lluvia y para acabarlo de arreglar, el abrigo horroroso que me ha comprado mi secretaria lo tengo que llevar abierto !porque es dos tallas mas pequeno! Al apearme del taxi delante del restaurante me doy cuenta que llevo una carrera en las medias. ?Cuando ha ocurrido? Parece que hoy todo me sale mal. Si me hubiera disfrazado de mendiga seguro que no daba tan mala impresion. Por suerte llevo unas medias de recambio en el bolso y puedo pasar por el bano a cambiarmelas. En el espejo del tocador me repaso las pestanas con mascara de ojos y me aliso el pelo con la mano. Lista. No estoy despampanante, pero he quedado presentable. Me siento satisfecha y sonrio. Mi reflejo me devuelve la sonrisa. !Joder! Me ha salido otra arruga. Eso me recuerda que debo pasar por Bergdorf Goodman a comprar mas crema antiarrugas y maquillaje, para tapar las que se resistan. Trago saliva mientras el maitre me acompana al salon privado donde Marvin me espera. El piensa que voy a convencer a los japoneses de que la oferta que les presentamos es inmejorable, aunque todos sabemos que podria ser mucho mejor, y cree que voy a cerrar el trato con solo una reunion; aunque necesitare varias para hacerlo, si es que lo consigo. Le adverti que los nipones tenian una forma de hacer negocios muy distinta a la nuestra, y que debiamos empaparnos de su cultura si queriamos salir victoriosos. Pero el me solto que lo dejaba en mis manos, que es lo que suele decir cuando cree que algo es una gilipollez. Por eso estoy hecha un flan. No tiene ni idea de como tratar a nuestros interlocutores, y si algo sale mal va a echarme las culpas a mi

  • Ferox. Seras leyenda de Olivia Sterling

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    Un viaje lleno de aventuras y descubrimientos, en el que la joven salvaje que apenas sabia nada del mundo se convirtio en leyenda.

  • Los pecados heredados. Ultraje de Jana Westwood

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    Estamos en la segunda mitad del siglo XIX. Caroline Wilkie, duena de un singular temperamento desde nina, posee una destacable inteligencia y un enorme afan por aprender. Hija ilegitima, su misterioso origen es un secreto muy bien guardado por su madre.

  • Las libelulas purpura de Salva Vercher Ibanez

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    Flanagan habitaba un cuchitril en los suburbios de Madrid. Las paredes llenas de mugre, las abundantes goteras en el techo y un silencio perpetuo eran sus unicos companeros. Cuando sono el timbre, le dio un vuelco el corazon y se quedo paralizado. Temia que fuesen unos matones para reclamarle el pago de la deuda. Tuvo que sonar una segunda vez para que su cuerpo y su mente reaccionaran. Con satisfaccion hubiera comprobado a traves de la mirilla quien diablos era, pero la lente estaba rota, como casi todo en su casa. Asi que pregunto, con una voz quebrada por el exceso de whisky y tabaco. Una vocecilla similar al maullido de una gata en celo le respondio. --Buenas noches, senor Flanagan --lo saludo el casero cuando le abrio la puerta. Era evidente que estaba molesto--. Me he tomado la libertad de venir a verlo a esta hora intempestiva, ya que usted nunca esta en casa durante el dia, para recordarle que me debe tres meses de alquiler. --Espero en silencio algun tipo de reaccion por parte de su interlocutor--. Lo siento, pero ya no puedo soportar los gastos y me vere obligado a invitarlo a que haga las maletas. --Lo siento, senor Perez, pero ultimamente he tenido ciertos pagos extraordinarios. Le prometo que al finalizar la semana usted habra cobrado ya los meses pendientes. ?Quiere pasar a tomar cafe y unas galletitas? --dijo Flanagan. --Muchas gracias, pero es tarde y manana he de madrugar. Buenas noches. --El casero, contrariado, dio media vuelta y se marcho. Flanagan le devolvio las buenas noches cuando ya habia desaparecido escaleras abajo. Entro en su apartamento, saco una botella, su balsamo predilecto, y se dispuso a tomar el ultimo trago antes de acostarse. Quizas medio vaso de whisky escoces sin hielo calmara su sed y lo ayudase a conciliar el sueno. Se quito la camiseta raida y los muelles de la cama chirriaron cuando se recosto. Tamizada por la persiana, la luz del cartel luminoso de la planta baja entraba en la habitacion. Pertenecia al bar de Manuel, el segundo hogar de Flanagan, a tenor de las horas que pasaba alli. Habia sido un dia mas, sin nada extraordinario que rememorar; igual que lo fue el anterior y, casi con total seguridad, lo seria el siguiente. Penso en los anos dulces y lejanos de su vida. En la cara de ternura que le ponia su mujer cuando la sorprendia con una caja de bombones, siempre de chocolate puro, como a ella le gustaban. O en el beso conmovedor que le regalaba su hija antes de acostarse. Con estos recuerdos, exasperadamente vividos por la anoranza, se quedo dormido. No era frecuente que lo hiciera con tanta facilidad. Desde hacia muchos anos, solo conseguia adormecerse unas pocas horas. Durante la vigilia nocturna, solia dejarse llevar por pensamientos mas ambiguos, mientras lo invadian la melancolia y la frustracion. En terminos maritimos, era un naufrago, vocablo que quizas la sociedad sustituiria por otro mas peyorativo. Alguien que lo habia tenido todo en sus manos y, a la larga, habia acabado perdiendolo. Estudio en una de las mejores academias de Policia del pais, con unos resultados excelentes. Fue el que obtuvo la nota mas alta en las oposiciones, no solamente de su promocion, sino de la ultima decada. Entro en la comisaria de la Policia Nacional del distrito de Tetuan, en Madrid, y en menos de un ano se convirtio en inspector. Todo indicaba que aquel muchacho raquitico de tez palida llegaria lejos. Anos mas tarde, y despues de resolver algunos de los casos mas dificiles, su creciente adiccion al alcohol le empezo a pasar factura: acentuo su mal caracter e hizo que en el cuerpo policial se le multiplicaran los enemigos. A partir de ahi, sus errores se fueron acumulando, pero solo uno le echo a Asuntos Internos encima: acabar con la vida de un pobre inocente. Aunque Flanagan le habia advertido que levantase las manos, el joven metio una en el bolsillo, posiblemente para sacar el carne de identidad y esclarecer que el no era el peligroso delincuente que estaba buscando. Aquello hubiese quedado en un disparo en defensa propia debido a una desgraciada confusion, pero dio positivo en alcohol en el analisis que le realizaron a posteriori, y Asuntos Internos, que desde hacia mucho tenia su expediente sobre la mesa, comenzo a vigilarlo las veinticuatro horas del dia. Despues se paso a la investigacion. Era un detective de poca monta, al que le encargaban casos esporadicamente, y apenas ganaba para sobrevivir. La luz del alba se asomo por las rendijas de la persiana. Flanagan ya llevaba unas cuantas horas despierto, demasiadas. La relatividad del tiempo se hacia mas patente cuando el tedio se apoderaba de el. Aunque intentaba ocuparse en quehaceres que lo ilusionaran, la verdad es que nada le despertaba el menor interes.

  • Musica en la noche de Aldous Huxley

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    Durante su vida, Aldous Huxley se gano la reputacion de ser uno de los gigantes de la prosa inglesa moderna y uno de los mejores comentaristas sociales de su epoca. Conocido sobre todo por sus novelas, Huxley se sentia tambien muy comodo con la forma del ensayo. Abarcando desde el periodismo hasta las resenas criticas y las reflexiones literarias, politicas, culturales y filosoficas, sus ensayos constituyen uno de los ejemplos mas finos del genero en la literatura moderna. Musica en la noche es ya todo un clasico. En este volumen, el autor de Un mundo feliz, comunica sus puntos de vista acerca de diversos temas --la tragedia, el silencio, el arte, la gracia, la historia, el puritanismo, la belleza --, apuntando siempre a cuestiones fundamentales de la condicion humana. La indudable originalidad del ensayista se ve favorecida por la gran cantidad de recursos que le proporcionan su vasta cultura y su enorme curiosidad. Los ensayos aqui reunidos sorprenden por las grandes intuiciones, los agudos comentarios y las ingeniosas e inesperadas observaciones que son ya la marca inconfundible de uno de los escritores mas influyentes del siglo XX.

  • El placer del pirata (Al tiempo del pirata 2) de Mariah Stone

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    C N . M encuentro en una suerte de trance observando sus ojos onix detras de sus parpados bajos. Una barba incipiente le cubre el menton definido, y una cicatriz le atraviesa la mejilla. Lleva el largo cabello oscuro amarrado detras de las orejas en una media cola, mientras el resto le cae por debajo de los hombros. Sus rasgos son duros y elegantes. Peligrosos. ?Como es posible que una pintura enmarcada me genere este sentimiento? A lo mejor este es el tipo de estupor que le provoca una serpiente a un raton antes de lanzarse sobre el y tragarselo vivo. Siento un codazo en las costillas que me sobresalta. Miro de reojo a Samantha, mi mejor amiga, que esta de pie a mi lado en el Museo Ciudad de Piratas. Observa el retrato de James Principe Barrow, colgado al lado del de Cole. Entre las pinturas, hay dos colgantes de jade antiguos, expuestos contra la pared. --!Que atractivo! --Fija la mirada en James--. Y, aun asi, no logro encontrar una cita para ir al baile. Observo el cabello dorado, los ojos violetas, el menton cuadrado y la nariz en alto de James. Es todo lo contrario a Cole. A decir verdad, James es el tipo de hombre por el que me suelo sentir atraida, el tipico Principe Encantador. Asi era Hank, mi ex prometido. --Pero, ?quien no querria ir al baile con el, Samantha? -- pregunto y siento que se me forma un nudo en la garganta--. Ningun hombre deberia verse asi de guapo. El pensar en Hank me distrae y me provoca un dolor en la piel similar al de una ducha helada luego de un bano de inmersion calido. El era todo lo que yo siempre habia querido. La mente me da vueltas, los ojos me pican, pero no hay lagrimas, gracias a las tres pinas coladas que Samantha me hizo beber en el desayuno. Samantha pone los ojos en blanco. --Pues, yo no iria. --Senala el retrato de Cole--. El otro sujeto es mi tipo. Sigo mirando a James. Es mas seguro. Me temo que, si vuelvo a mirar al Senor Peligro, se saldra del retrato, me arrojara sobre un hombro y me llevara lejos para hacer cosas obscenas y perniciosas conmigo. Placeres prohibidos y salvajes. El tipo de cosas que las chicas decorosas como yo no deberian anhelar. --Se me ocurrio que podriamos animar un poco nuestra vida sexual --recuerdo que dijo Hank. --?Estas aburrido de mi? --le pregunte mortificada, mientras el sudor me resbalaba de la piel como hielo derretido. El bajo la mirada. --Pues, si, nena. Tienes muchas reglas. Que las luces apagadas, que ni hablar de sexo oral, que ni… Dejo de hablar, suspiro y me miro. Mis brazos y mis piernas se sentian como algodon humedo. --?Y si vamos a uno de esos intercambios de pareja para que puedas sentir otros placeres? --me sugirio. --?Quieres acostarte con otra mujer? ?Tan aburrido estas de mi? El recuerdo me da vueltas en la mente y me genera dolor de cabeza. Niego con la cabeza y me obligo a mirar a Cole con la esperanza de que logre distraerme. Cole es diferente a Hank. Mientras que Hank es el encanto personificado, es evidente que Cole es un predador que usa a las mujeres para su propio placer, como si fuera su dueno. Es probable que las deslumbre, como a mi, y despues las subyugue a su poder. Al final, las termina descartando. Decido que el tiene miedo de amar. Miedo de resultar herido. Si los hombres como el se abrieran al amor, no sentirian la necesidad de acostarse con otras mujeres. El me hace acordar a alguien que conozco: a Samantha. --Ah, si, Cole el Negro parece ser mas tu tipo, Samantha -- coincido--. Al igual que tu, necesita alguien que ame su alma perdida. Ella suelta un resoplido, pero yo sonrio y niego con la cabeza. Ella se merece la felicidad absoluta al lado del hombre indicado. Creo que la terminara encontrando. Creo que, a pesar de lo de Hank, yo tambien la encontrare. Por mas que este pasando lo que deberia haber sido nuestro quinto aniversario con Samantha. Y que tenga el corazon hecho anicos. Como soy una persona leal, estaba dispuesta a trabajar en nuestra relacion. Y el… el solo queria acostarse con otras mujeres. --No puedo hacer eso --le conteste. --Entonces, se acabo --determino. Y aqui estoy. Siento nauseas en el estomago y volteo el rostro hacia la brisa que se cuela por la ventana abierta y acarrea el aroma a mango, pera y piedras calientes. A lo lejos, se ve el destellante tono azul oscuro del oceano Atlantico bajo el sol. El guia turistico personal que contrato Samantha arquea las cejas. Adonis es un isleno que lleva puesta una camiseta blanca, una panoleta de un rojo intenso en la cabeza, un colgante de cuentas de colores, y tiene consigo una serpiente viva. --No tengas miedo --me dice Adonis. --No tengo miedo --le aseguro y me acerco para ver a la serpiente que se retuerce y saca la lengua en el aire. --?Estas loca? Alejate de ese bicho --me ordena Samantha. Sonrio, entretenida por haberla sorprendido. Ella cree que me conoce, pero hay cosas que nunca le he contado. Como mi fantasia de que Hank me tomara y me dominara porque no hubiera podido seguir respirando si no lo hacia. La realidad era que siempre me hacia hacer casi todo el trabajo y, en muy pocas ocasiones, me hizo acabar. --?Hablas en serio, Sam? --pregunto mientras observo a la serpiente--. Nunca he albergado a ninguna serpiente en mi hotel. Adonis me mira lleno de curiosidad. --?Tienes un hotel? --Un hotel de mascotas en Nueva Jersey. --Le sonrio a la serpiente--. Me encantan los animales. Tengo tres perros y dos gatos, todos adoptados. Los deje con mis padres, pero los echo mucho de menos. Samantha suspira. --Que buena manera de darle uso a tu titulo de la Universidad de Nueva York: abrir un pequeno negocio en una zona aun mas pequena y no poder contratar a mas de dos empleados. Podrias tener algun trabajo en los medios, como yo, y vivir en Manhattan. Podriamos comprar apartamentos en el mismo edificio y vivir una al lado de la otra. --Oh, detente, Sam. Me encantan mis clientes peludos, y el negocio va de maravillas. Ella pone los ojos en blanco, y Adonis retoma la historia de James. Cole y James eran amigos: los dos eran piratas y los dos capitaneaban sus propios navios. Habian asaltado un barco espanol y conseguido un gran tesoro, pero James se vio en apuros y tuvo que luchar por su vida. Cole termino quedandose con todo el tesoro, pues habian acordado que, si algo salia mal, el que tuviera el tesoro lo dividiria con el otro cuando las aguas se hubieran calmado. --Cole mantuvo su palabra y escondio la parte del tesoro que le correspondia a James --nos cuenta Adonis con una sonrisa taimada. --?Ves? --exclamo--. Te dije que Cole era un alma perdida. Se podria haber quedado con todo el tesoro, pero no lo hizo. Solo se necesita un poco de amor para abrir el corazon. Samantha niega con la cabeza. --Me asombra que sigas siendo una romantica incurable tras tu ruptura.

  • Juegos Ardiente (Ardiente 3) de Tara Crescent

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    --?Q 1 NINA ue es eso que he oido de que el doctor Bollington va a vender tu edificio? --me pregunta Maggie--. ?Es uno mas de los chismes de New Summit, o es verdad? --Es cierto --confirmo tristemente--. Me hablo de ello la semana pasada. El doctor Bollington, mi cruz, mi casero del infierno, ha decidido poner en venta el edificio que alberga mi bar, La Coqueta Alegre. Normalmente me habria puesto a dar volteretas por la calle ante la idea de tener un nuevo casero, pero la economia de New Summit esta floreciendo y varias franquicias van husmeando en busca de oportunidades inmobiliarias de primera. Si le vende el edificio a una de esas franquicias, no tengo duda de que me desahuciaran. --Voy a intentar no ponerme nerviosa por ello. Maggie, Becky, y yo estamos en el China Garden, el restaurante que Maggie dirige junto con su madre y su hermano. Las tres hemos adoptado la costumbre de comer juntas una vez a la semana, normalmente los martes. Mia y Cassie se unen a nosotras con frecuencia, pero ambas tenian otros planes hoy. Cassie esta pintando el salon de la casa que sus dos hombres, James y Lucas, estan reformando, y Mia esta con sus novios, Ben y Landon, en Nueva York, en una especie de firma de libros. Si, lo han leido bien. Mis dos amigas estan en trios. New Summit es el paraiso de los menage a trois. A este paso, toda la ciudad se vera implicada en relaciones poco convencionales, y las costuras de las leyes de la realidad se rasgaran. No es que yo tenga tiempo de pensar en todo eso. A pesar de lo que les he dicho a Maggie y a Becky, me he pasado la semana pasada aterrorizada ante la idea de la inminente venta. Cuando abri La Coqueta Alegre quince meses antes, mi padre me presto cien mil dolares para que mi negocio pudiera despegar. Desde entonces le he entregado cada dolar que gano y que me puedo permitir. Voy bastante adelantada con la devolucion de mi prestamo, pero aun le debo sesenta mil dolares. Si me veo obligada a reubicar La Coqueta Alegre, estare jodida. --?El doctor Bollington no acaba de venderles a Ben y a Landon el edificio de Mia? --pregunta Becky con el ceno fruncido. --Si.-- Esta helando fuera, y el gran bol de sopa agridulce calienta mis entranas mientras la tomo--. Por desgracia, la tienda de muebles junto a mi acaba de cerrar y no consigue encontrar otro inquilino para ella. Sin inquilinos... --Se le esta acabando el dinero --Maggie sacude la cabeza--. Mi madre siempre penso que Bollington era terrible con sus finanzas. ?Encontrara comprador? Seis meses antes habria estado segura de que el tiempo jugaba a mi favor, pero New Summit estaba creciendo de un modo inesperado. Estan construyendo una enorme urbanizacion en las afueras de la ciudad. Matthew Steadman, el capataz de la construccion, nos dice que las casas estaran a la venta en primavera y espera que todas las casas se vendan. --Mucha gente joven trabaja desde casa actualmente --me dijo la semana pasada, sonando sorprendentemente como un agente inmobiliario--, y no pueden permitirse vivir en Manhattan. Antes de que Bollington soltara su noticia bomba, yo estaba bastante encantada con la inyeccion de gente nueva en la pequena ciudad que ha sido mi hogar durante los ultimos veinte meses. Pero ahora la floreciente economia esta en mi contra. Los edificios del centro se han convertido de repente en productos muy deseados. Starbucks compro un edificio en la esquina noroeste de Water y Main el ano pasado, y las franquicias estan husmeando en busca de espacio que alquilar. --Esperemos que no --digo, cruzando los dedos sobre mi regazo--. Hablemos de otra cosa. Maggie, ?que novedades tienes? --Mi madre va a comprar una casa --responde. Agarrando un rollito de primavera, lo moja en un pequeno recipiente de salsa de ciruela picante que tiene al lado--. Fuimos a ver la casa piloto de la nueva urbanizacion ayer. Levanto una ceja sorprendida. --?Vas a mudarte fuera del centro? Una amplia sonrisa aparece en su rostro. --Yo no --responde--. Mi madre. Va a vivir sola. --Vaya --Maggie volvio a mudarse al apartamento de su madre cuando su padre murio, y lleva viviendo con ella desde hace tres anos. Aunque Maggie nunca se queja, sospecho que ha sido todo un reto para mi amiga--. ?Que lo ha provocado? Becky suelta una risita. --?No lo sabes? --pregunta--. La senora Zhang y Patrick Fowler fueron vistos paseando por el parque juntos. Fueron al cine la semana pasada, y el sabado por la noche el Corolla rojo de la senora Zhang estuvo aparcado en la puerta de la casa de Lucas y James toda la noche --se sirve arroz frito en su plato desde la bandeja del centro--. Maggie, has crecido aqui, asi que quizas seas inmune a ello, pero esta ciudad es tan chismosa que es una locura. --Dimelo a mi --grune Maggie--. Cada vez que voy al supermercado, la senora Fischer intenta sacarme informacion. Incluso tuvo la caradura de preguntarle a Dominic como se sentia ante la idea de que Patrick se uniera a nuestra familia. El hermano de Maggie es intensamente celoso de su intimidad. Tengo que reprimir una risita cuando me imagino su reaccion ante la intromision de la senora Fischer. --?Cuando se muda? Todavia queda un rollito de primavera en el plato y nadie parece quererlo. Becky ha pasado al arroz y Maggie tiene un rollito a medio comer delante de ella. Ya me he comido tres de esos deliciosos rollitos y me pregunto en silencio si pareceria muy avariciosa si cojo el ultimo. --No estoy segura --responde Maggie--. Creo que la cuadrilla de Matthew aun tiene que terminar los interiores. Zane pensaba que pasaria un mes antes de que ella pudiera recibir sus llaves. <> Mi corazon deja de latir cuando oigo ese nombre. <> El Zane que yo conocia era estrella del rock, no promotor inmobiliario. Solo que Zane no es un nombre muy comun. --?Zane? --pregunto, asombrada de que mi tono se mantenga casual--. ?Es el de la inmobiliaria? Maggie niega con la cabeza. --Es el cantante de un grupo llamado Evolving Whistle -- contesta--. Charlamos un rato mientras nos ensenaba el lugar. El padre de Zane es el constructor y Zane le esta ayudando, creo, mientras el y su amigo Scott trabajan en su nuevo album --se abanica de un modo exagerado--. Son dos hombres guapisimos -- anade. Becky deja el solitario rollito de primavera en mi plato mientras Maggie continua hablando. --Estuvieron preguntando por La Coqueta Alegre --dice--. Creo que podrian tocar en tu noche de micro abierto. Y con esas palabras, mi apetito desaparece por completo. En cierta ocasion, yo habia estado locamente enamorada de Zane Marshall y Scott Leyland. Durante ano y medio viaje con su grupo mientras iban de gira por Norteamerica y Europa. Lo habia dejado todo por ellos hasta que me quedo meridianamente claro que, aunque yo estaba enamorada hasta las trancas de ellos, mis sentimientos no eran correspondidos. Asi que un dia me marche y, justo como habia sospechado, ellos nunca intentaron averiguar por que. ?Por que iban a hacerlo? No tenian escasez de mujeres desesperadas por ocupar mi lugar al lado de las estrellas del rock que eran tan sexis que deberia ser pecado. Ahora, veinte meses mas tarde, estan en New Summit. Mis emociones estan patas arriba. Furia y rabia entran en conflicto con la profunda herida que pensaba que el tiempo habia curado. La semana pasada tuve finalmente una cita por primera vez desde que deje a Scott y a Zane. He intentado olvidarles. He luchado con todas mis fuerzas para tener paz mental. Y aqui estan para arruinarlo todo. Para destrozar mi corazon otra vez. Pero esta vez no se los permitire.

  • Arthur de Virginia V. B

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    Conoci a Theodore James en la facultad de Harvard y nos hicimos inseparables. Almas libres. Folladores natos con mil aventuras a nuestras espaldas. Asiduos a antros que es mejor no recordar. <>, soliamos jactarnos. Que tiempos aquellos. Ahora el esta casado y yo metido en un lio. Un lio que me ha pillado por sorpresa y que no se como enfrentar.
    El amor y la vida en pareja nunca entraron en mis planes. Mucho menos formar una familia. Despues de ver como la mia se desmoronaba por culpa de las infidelidades de mi madre, y todo lo que eso supuso, me niego rotundamente. Imaginarme con un hijo me paraliza hasta el riego sanguineo. Estoy entre la espada y la pared. Una espada bien afilada y una pared demasiado tentadora.

  • Dejala que caiga de Paul Bowles

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    Nelson Dyer reside en Nueva York donde trabaja de cajero en un banco. Hastiado de la irrelevancia de su vida, se traslada a Tanger en busca de un cambio radical y acepta un empleo en una agencia de viajes regentada por un viejo conocido suyo, Jack Wilcox. Pero, de hecho, lo que le interesa es sumergirse en los bajos fondos de la ciudad: sus bares y burdeles; sus salas de cine porno; sus aristocratas y sus prostitutas; y en turbias transacciones financieras. Determinado a conseguir que algo ocurra en su nueva vida, se ve arrastrado por una serie de acontecimientos cada vez mas siniestros de los que parece imposible escapar. Esta magistral narracion de un descenso a los infiernos es para muchos la mejor novela de Paul Bowles.

  • La cabana junto al lago (Stillhouse Lake 1) de Rachel Caine

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    Creyo estar a salvo, pero el mal volvio a llamar a su puerta.

  • Play (Stage Dive 2) (Traduccion), Kylie Scott [PDF] de Kylie Scott

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    Ericson, baterista de la famosa banda de rock Stage Dive, necesita limpiar su imagen rapido -al menos por un corto tiempo. Tener una chica buena en su brazo deberia hacer el trabajo facil. Pero no contaba precisamente con lo divertido que podria ser estar con la chica correcta. Anne Rollins nunca penso que conoceria al dios del rock con quien empapelaba las paredes de su dormitorio de adolescente-especialmente no en estas circunstancias. Anne tiene problemas de dinero. Unos grandes. Pero que te paguen para fingir ser la novia de un loco baterista nunca podria terminar bien. Sin importar cuan caliente fuera. Y ahora que aparentemente no esta libre, el finalmente esta prestandole atencion. Si tan solo la quimica entre ella y su estrella de rock dejara de alcanzar tales alturas.

  • Del fascismo al populismo en la historia de Federico Finchelstein

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    ?De que hablamos cuando hablamos de fascismo y populismo? ?Que los asemeja y que los diferencia? ?Cuales son sus conexiones en terminos teoricos y cuales en su decurso historico? ?Como y por que el fascismo se transformo en el populismo en la historia?

  • El sindrome de Lisboa de Eduardo Sanchez Rugeles

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    Un ano despues de la desaparicion de Lisboa, el mundo seguia en el mismo lugar. Los agoreros del desastre tuvieron que resignarse al paso de los dias, a la repeticion incesante de las horas, como si nada hubiera ocurrido, como si la perdida de mas de quinientas mil almas hubiera sido una experiencia fugaz y sin importancia. El Juicio Final, anunciado por profetas exaltados, quedo suspendido hasta nuevo aviso. La existencia mantuvo su rumbo errante a pesar de que, segun los expertos, el eje de rotacion del planeta sufrio un grave e imperceptible desplazamiento. Las mareas y los vientos adoptaron comportamientos erraticos, una masa de niebla se agolpo sobre los cielos lejanos del Caribe, pero el sol continuo su recorrido tranquilo y, pasados los meses de zozobra, los pueblos de la Tierra aprendieron a convivir con la memoria de la tragedia. Pero a pesar de que las vidas humanas siguieron adelante, existe un antes y un despues de Lisboa. Desde que estallo la desembocadura del Tajo, el tiempo transcurrido es una experiencia cotidiana de la inanidad y el vacio. La fatalidad que destruyo Portugal fue una bisagra en la trama del mundo, el punto de giro de un argumento macabro y absurdo, una prueba fehaciente de nuestro desamparo frente a los impredecibles designios de Dios, el Azar o la Nada. Un ano despues de la desaparicion de Lisboa, tres anos despues de la pandemia, me encuentro en el mismo lugar. Hace frio. Las moscas revuelan alrededor de las servilletas usadas, tiradas en el suelo. El televisor, anclado en la esquina de la barra, muestra imagenes intermitentes de un concierto benefico. No tenia conciencia de la efemeride, Gimenez fue el que se acordo: <>. Limpiaba los filtros de cerveza, parecia hablar para si mismo, disgustado por su buena fortuna. Las visiones me invadieron de lleno, como si se tratara de un acontecimiento reciente. Las lagrimas de Tatiana acapararon el recuerdo. El fin de Lisboa coincidio con nuestro hundimiento. Me distraigo con el concierto, reconozco a The Edge, el guitarrista de U2, envejecido y enlutado. <>, anuncia el cintillo del noticiero, sobre una marea de gente que conmemora el aniversario de la hecatombe. No se escucha nada. Gimenez mira la television a diario, pero nunca la oye. Me incorporo en la silla, inclino el cuerpo sobre la barra; el control remoto, envuelto en cinta plastica, descansa al lado de una pila de vasos. Subo el volumen, la cancion elegiaca se cuela entre el polvo. Una pelicula de grasa porcina cubre la pantalla, provocando el efecto de un filtro amarillo, de un Bono con hepatitis. Miro a mi alrededor, enfocando mi desconsuelo en las fotografias colgadas en la pared y en una estanteria sobre la que reposan algunas medallas de laton. El barullo de los mediodias fue silenciado por la carestia. Gimenez limpia los filtros de sifones estropeados, a la espera de clientes que no volveran, pero que, con sus idas y vueltas, alegrias y pesares, escribieron la historia privada de Bello Monte. Cierro los ojos. Recupero el abrazo de Tati. Los primeros rumores sobre lo que habia ocurrido al otro lado del mundo nos permitieron acercarnos. El miedo a lo desconocido develo la profundidad de nuestros lazos y, durante unas horas, mientras no supimos lo que estaba pasando, cuando solo sabiamos que en algun lugar lejano habia ocurrido lo impensable, nuestro amor arriesgo sus ultimos estertores. La informacion era imprecisa. Los medios, como era habitual, apostaron por la censura. Internet cayo, junto con todos los servicios de telefonia. La muerte de las redes sociales alento la desesperanza de aquellos que habian reemplazado los sinsabores de la realidad por una existencia virtual y alternativa. Solo se sabia que un terremoto o algo parecido habia devastado una parte de Europa y que, en cualquier momento, podia ocurrir una replica. El temor por la suerte de los seres amados poblo las iglesias de noveles feligreses, porque muchos de los hijos y hermanos de nuestros amigos, de nuestros vecinos, de nuestra urbanizacion, de nuestra ciudad, de nuestro pais, hacia tiempo que se habian mudado de continente, en busca de la serenidad perdida. Y en las calles, en las panaderias, en las colas de los automercados, empezo a circular la idea de que habia comenzado el fin del mundo. La peninsula iberica, comentaban los mas entusiastas, habia desaparecido. Al tercer dia, cuando la angustia le habia dado la palabra a los fanaticos, cuando la incertidumbre amenazaba con incendiar las embajadas, el Alto Mando Militar, en cadena de radio y television, informo lo que en el resto del planeta era un hecho confirmado y fehaciente. Me costo creerlo. Tati lloraba sobre mi hombro, repitiendo en voz baja: <>. Los estragos en la ciudad de Lisboa eran incuantificables. <>. Un ano despues, permanezco mirando el concierto en la barra de Gimenez, desganado e incredulo. Sin nada que hacer, sin nada que perder, con las emociones revueltas por las revelaciones de Moreira, el abandono de Tatiana y la marca indeleble de los ultimos duelos... los demasiados duelos. En Berlin, Lady Gaga interpreta una balada con arreglo de piano. La multitud, conmovida y drogada, la observa en silencio. Explosiones distantes. La batalla continua en la autopista Francisco Fajardo. Estelas de polvora acompanan la brisa. De vez en cuando se escucha algun disparo o el grito desesperado de una arenga libertaria, pronunciada por algun estudiante cautivo o moribundo. Los combates son parte del paisaje, pero no hay esperanza ni ambicion. Lo unico que queda es el hastio inagotable de nuestras vidas anuladas y los fuegos fatuos de la resistencia, condenados a desaparecer.

  • Despegando por amor (Los alemanes 2) de Noni Garcia

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    En la vida de Carmela no hay tiempo ni espacio para volver a enamorarse. Ser madre soltera de un nino, casa y familia, que siempre han sido lo primero para ella, ocupan toda su vida. No se niega a tener algun que otro escarceo, aunque no entra en sus planes tener algo mas.

  • La luces y sombras de Lucifer de Charlotte Bennet

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    Alexander Crawford, alias "Lucifer", sabe que he descubierto su juego de seduccion asi como todas sus mentiras. Es por ello por lo que decido romper cualquier clase de vinculo con el. Algo que el arrogante multimillonario no encaja nada bien. De ahi que insista en que nos veamos, aunque yo solo aspiro a encauzar mi vida, y, simplemente, olvidar lo sucedido. Pero el caracter indomable, impulsivo, y autoritario del enemigo no facilita mucho las cosas, sino que las empeora, y tanto que Linus cree que debo de tomarme la revancha por todo el dano que me ha hecho, aunque...?hasta donde estaba dispuesta a llegar yo con tal de darle un escarmiento a Lucifer? ?Como encajara este mi repentina amistad con Dylan Caine? ?Permitira Natasha una relacion entre su hijo y yo? Y sobre todo, ?quienes son los Crawford, y que secretos esconden, ahora que nada es lo que parece?... No dejaba de ser una situacion, cada vez, mas complicada y compleja en la que tenia todas las de perder, o eso pensaba yo... ” LAS LUCES Y SOMBRAS DE LUCIFER” es la esperada continuacion de “EL OSCURO JUEGO DE LUCIFER”, una trilogia erotica con tintes de intriga en la que nada es lo que parece.

  • Mas alla de marte y venus de John Gray

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    El autor del libro sobre parejas mas famoso de todos los tiempos vuelve con una guia actualizada para las nuevas generaciones. Un verdadero experto entiende que a medida que los tiempos cambian, los metodos que se consideraban probados deben ser reexaminados y actualizados. Hace mas de dos decadas, John Gray revoluciono la forma en la que concebimos al amor y la pareja con su libro Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus.

  • La isla de lo eterno de

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    ?Que se supone que debo hacer ahora en un mundo que no es el mio, en un lugar que no necesita mi ayuda, donde nadie me recuerda, ni me conoce, ni me echa de menos? Decidme, ?que sentido tiene mi vida ahora que estoy muerto?>> Ano 1719. El Capitan Carlos Vasquez, un oficial de infanteria de marina del ejercito espanol, se ofrece voluntario para viajar a Escocia y participar junto a sus hombres y algunos clanes de highlanders en la rebelion jacobita. Lleva la intencion de dejar atras no solo su pais sino los recuerdos de un corazon roto, el suyo, y comenzar una nueva vida... pero la perder sin llegar a conseguirlo. Ano 2017. Ariadna Alvarez, una joven periodista espanola absorbida por su trabajo, recibe la noticia del fallecimiento en Edimburgo de su hermana menor, Iveth. En un intento de ahorrarle dolor a su madre, enviudada recientemente, decide ocultarle la noticia y hacerse cargo de todo por su cuenta. Tras viajar a la capital escocesa encuentra el diario de su hermana, en el que tenia recogidos los planes de una escapada por las Highlands que solo queria realizar con ella. Sintiendose culpable por no haber podido cumplir sus suenos, decide embarcarse en el viaje junto a Beathan, el novio de Iveth. El punto algido del recorrido sera el castillo de Eilean Donan, donde se encontrara con el espiritu de Carlos, al que solo ella puede ver. Con la ayuda de Ariadna, el soldado intentara averiguar que le ata al castillo y a este mundo, impidiendole cruzar al Mas Alla, mientras ambos lidian con sus respectivos problemas personales y en el proceso descubren sentimientos que nunca pensaron podrian volver a experimentar. ?Crees en las almas gemelas? Si existe una sola persona adecuada para cada uno, ?que ocurre cuando esta muere sin encontrar a su pareja?

  • El jefe perfecto (Los hermanos Smith 1) de Brenda Ford

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    Ella esta completamente fuera de mis limites.
    Habia sido un playboy toda la vida, hasta que aparecio. Con sus curvas y sus profundos ojos verdes, consiguio que dejara atras mi pasado, al convertirse en lo unico que me importaba.
    Pero ella es inocente.
    Es mi secretaria y mucho mas joven, por lo que soy el ultimo hombre con el que no deberia estar. Sin embargo, soy el unico que lo daria todo por ella.
    Es mia.
    Estoy demasiado obsesionado para dejarla ir. Especialmente ahora que esta embarazada. Por lo que hare lo que sea necesario para reclamar a mi familia.

  • La bella Helena de Mills Bellenden

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    ?Que se esconde detras de un nombre?
    Puede ser un barco que asole los mares, puede ser una mujer por la que ir a la guerra.
    ?Que se esconde detras del nombre La bella Helena?Una historia, un barco, una mujer. Pero, mas que nada, se esconde un destino, un puerto que se ofrece despues de haber pasado todas las tormentas.

  • Las independencias de Africa de Custodio Velasco

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    Las independencias de Africa son, junto a las dos guerras mundiales, la bipolaridad Este-Oeste o la caida del Muro de Berlin, uno de los fenomenos capitales de la historia del siglo XX y, por tanto, un hecho fundamental para comprender la historia del tiempo presente. Custodio Velasco ofrece en este libro una amplia y documentada lectura de los procesos de esas independencias en el Africa Subsahariana. Una acotacion justificada por sus particularidades historicas con relacion al norte de Africa y por su trascendencia en los conflictos regionales y geopoliticos mundiales, cuyas secuelas se perciben en la renovacion de tensiones sociopoliticas y el creciente fenomeno migratorio, uno de los problemas de mas compleja solucion para la Europa del siglo XXI.

  • El alma de la espada. La sombra del zorro 2 de Julie Kagawa

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    Hace mil anos, el gran dios Dragon fue invocado para conceder un deseo terrible, y la tierra de Iwagoto se sumio en una era de oscuridad y caos. Ahora se concedera un nuevo deseo a aquel que sea el poseedor del Pergamino de las Mil Oraciones.

  • La escapista de Brad Meltzer

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    ?Quien es Nola Brown? Un misterio. Un problema. Y se supone que esta muerta.

  • Lolita… de mis fantasias de Paul Nguyen

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    El hombre vivia solo, alquilaba el altillo de aquella casa antigua y gozaba de la confianza de todos los integrantes de la casa. Siempre prolijo, trabajador, educado, honesto, incapaz de llevarse algo que no le pertenecia. Era una sombra en el hogar que no perturbaba en absoluto. Una garantia cabal. Habian pasado los anos y se habia quedado soltero; a veces salia los fines de semana, de seguro a la pizzeria de la esquina a comerse una porcion de faina y beberse una cerveza mientras jugaba al pool con sus ocasionales companeros de boliche. Y cuando el deseo apremiaba solo bastaba marcharse a la whiskeria donde lo aguardaba Daisy, con su carino de alquiler y sus expertas y frias caricias. Bastaban pocas arremetidas para desfogarse. Despues fumar algun cigarrillo con ella como a escondidas, eso si, siempre y cuando no estuviera muy concurrida la cosa. Sino a sacudirla y... afuera y bailando... Una vida chata y gris, sin futuro aparente, salvo por la presencia de ella. La habia visto crecer ante sus ojos: la flor de la casa. Aquella muneca delicada y pristina como un jazmin paseaba su fresca belleza por el lugar causando en el emociones encontradas. Veia como los galancitos la rondaban, con poco disimulado ardor, pero eso no lo inquietaba. Si ella se liaba con alguno de ellos y si hasta le obsequiaba su inmaculado tesoro, eso le tenia sin cuidado. La deseaba para saborearla sin prisas, con calma, como se hace con los mejores manjares. Asi lo imaginaba las veces que bajo la ducha se masturbaba en su honor, elucubrando dulces placeres y profundos abismos de gozo al tiempo que sentia como el orgasmo en su estallido le nacia desde lo mas profundo. Ya era una mujer, al menos asi la ley lo decia, aunque su cuerpo lo gritara desde hacia mucho antes, y el hombre comenzo a atreverse como si hubiera podido traspasar esa difusa frontera entre las ideas y el hacer. Ella parecia alentarlo, con sus sonrisas sugerentes y su mirada penetrante, esa... la inconfundible... la que le dice a un macho lo que una hembra no se atreve a expresar... La danza de los amantes, el juego de seduccion se extendio sobre la mesa y el experto tahur se enfrento a la aprendiz. No era facil traicionar la confianza de aquellos que le habian abierto las puertas de su hogar y jugar de trampa fue su unica opcion posible. Le gusto el desafio, le anadio adrenalina a su cordura y cosquillas casi olvidadas a sus entranas... La tarde se presento propicia. Hacia demasiado calor y ese dia el habia regresado antes. Una rapida inspeccion comprobo que no habia nadie en la casa. En silencio, lo agradecio. Paso por la habitacion de la nereida y hallo la puerta entreabierta. La vio de espaldas, se estaba secando, acababa de ducharse. Su cabello humedo sobre su espalda, su cintura perfecta y su culo que no dejaba lugar a la imaginacion, alli desplegado ante sus ojos, en ese espectaculo inesperado provoco en el una soberbia ereccion que no pudo ni quiso disimular. Por instinto se llevo la mano a su entrepierna y sobo su pedazo, entrecerrando los ojos. Ese gesto le proporciono el placer justo, el aperitivo adecuado que lo dejo con mas ganas... Abrio la puerta sigiloso y juro que ella noto su presencia pero se quedo alli inmovil contemplando la escena mientras la gacela seguia secandose la espalda como si tal cosa. Avanzo hasta ella e hizo sentir su aliento en su cuello, la tomo por los hombros y la obligo a girarse. La contemplo, fijo su vista en aquellos pechos jovenes, con la medida y la densidad justa como para abarcarlos con la mano y sus pezones desafiantes esperando una caricia bucal que no tardaria en llegar. Al hombre le dolieron hasta los huesos ante tanta belleza, por la vision de su vientre plano y esa almejita que lo esperaba mas abajo con la muda promesa de deleitar a esa fiera que rugia dentro de su ropa. No dudo nunca del consentimiento. Con una mano tomo su nuca y con la otra abarco el sexo de la chica. No le costo hallar el clitoris que se asomaba timido entre los labios que comenzaban a entreabrirse; el dedo mayor en toda su extension hizo el trabajo acariciando el boton mientras su boca invadia la de ella y su lengua se animaba a jugar con la suya, en suave cadencia, sin apurar el trago. Ella comenzo a gemir y sintio como se le aflojaban las piernas en esa oleada de placer que no llego del todo hasta la orilla. El hombre en cambio sintio como se humedecian sus dedos y como su propia calentura le exigia mas lena a la hoguera. En una habil maniobra desordeno su ropa de la cintura hacia abajo y en un gesto mas de desesperacion que de exigencia afirmo sus manos en los hombros de ella obligandola a colocarse de cuclillas.

  • La Wanda de Masoch (Mujeres fuertes 1) de Maria Elena Sarmiento

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    En esta ceremonia todo es falso y, sin embargo, Wanda esta feliz. Por un momento piensa en su nombre. Unos meses atras, ni siquiera sabia quien era Wanda y ahora hasta se habla a si misma de esa forma. La original es el personaje de una novela del hombre del que esta enamorada, en el que ha depositado sus expectativas y que la tiene fascinada. Si el quiere llamarla asi, ?que tiene de malo? Ella nacio siendo Angelika Aurora Rumelin, ?quien ha escuchado ese apellido? La pobreza y la lacra de una familia insignificante la han acompanado siempre. Es cierto que lo que esta llevando a cabo es un matrimonio ficticio, pero sabe que Leopold von Sacher Masoch es un caballero de principios y cree que el es sincero en su sentimiento, tan sincero como puede ser un individuo que se enamora una y otra vez. Sabe que no puede confiar en la palabra de nadie, pero al menos cree haber encontrado a un hombre ilustre que parece honesto. Habla de sus propias debilidades, de sus creencias, tiene la sensibilidad de mostrarse vulnerable. Dice que la ama, que no puede vivir sin ella y la describe como si la conociera de toda la vida. Su inteligencia la tiene deslumbrada, aunque no sabe cuanto tiempo puede durar interesado en ella. Lo que si es seguro es que por una temporada tendra el sustento asegurado. !Le pregunto si ella consideraba que les alcanzaria con los 6000 florines que calculaba ganar al siguiente ano para vivir! Toda su familia habia subsistido hasta ese dia con la decima parte o menos. Lo que fuera, era mejor que como habia vivido hasta entonces. Tal vez, si cumple con todo lo que se espera de la mujer de un intelectual tan importante, pueda conservar su amor. El no solamente es rico, sino que estudio Derecho, Historia y Matematicas, tiene un doctorado en Leyes y es un escritor famoso. Wanda, por su parte, no ha sido tan honesta. El ha interpretado que ella viene de una familia pudiente y no ha querido desmentirlo. Es mas, para mantenerlo interesado, le ha hecho pensar que es una mujer casada en proceso de divorcio. No es facil explicarle de otra forma el porque ya no es virgen. No esta segura de cual seria su reaccion si se enterara de que ya ha tenido relaciones sexuales y eso que nunca ha estado casada. La mayoria la juzgaria, aunque por las cartas que se han intercambiado, cree que tal vez el no vea las cosas tan drasticas. Aunque quien sabe, por escrito uno puede decir cualquier cosa y no es necesario que sea verdad. De cualquier forma, no es facil hablarle de lo que ella, una mujer de 27 anos, ha tenido que hacer para sobrevivir. Quiza mas adelante, cuando ambos esten mas seguros de su relacion, podra confiarle todo. De momento, le ha dicho que sabe que el no esta hecho para el matrimonio porque se ha comprometido a casarse muchas veces y se ha zafado al final en cada ocasion. Por eso, acepta vivir con el solo con un juramento personal y privado entre los dos, sin importarle como los juzguen los demas. En esta ceremonia estan llevando a cabo una farsa, pero aceptada por ambos. Wanda piensa que esto ya es al menos un compromiso importante, aunque no legal. Han llegado en un carruaje rentado. Se detienen a las orillas del rio Mura, a la entrada de un jardin en las faldas de la colina Schlossber. Durante el trayecto, han venido admirando las cascadas que se forman al caer el agua de las montanas. Buscan un lugar en donde el rio ha perdido el impetu y les ofrece la calma que necesitan para estar seguros de lo que se van a prometer. El lleva puesto un traje y corbata blancos. Le abre la puerta y la ayuda a bajar al tiempo que, con una reverencia, le regala un abrigo largo hasta los talones fabricado con nueve piezas de piel de oveja curtida y el cuello y los punos de conejo. Wanda se asombra ante el obsequio tan esplendido. Se lo pone de inmediato sobre el unico vestido formal que tiene, el que parece de seda negra. Leopold la mira extasiado y le pregunta al cochero: --?Ha visto dama mas bella sobre la Tierra? ?Verdad que parece una diosa? El hombre no escucho bien y cuando Leopold Sacher Masoch le repite las preguntas, responde en voz baja: --Si. Muy hermosa --Se retira sin saber si esa era la contestacion adecuada. Leopold sonrie y conduce a Wanda de la mano hasta la orilla del Mura. Ahi se quedan un momento en silencio. No saben muy bien lo que tienen que hacer. Se han prometido que no tendran sexo sin antes haber llevado a cabo este ritual en el que se entregaran sus almas. Con la mirada se demuestran su amor y su deseo. Ella espera que el, un hombre de 36 anos, le ensene a encontrar el placer, como se lo ha jurado. El espera que ella se le entregue en cuerpo y alma. Las promesas son reales, aunque por el momento son lo unico que los liga uno al otro. --Para mi, esta union es mas sagrada que si el Papa en persona la hubiera bendecido, mi amada Wanda. El que tu, una mujer tan hermosa, tan grande en todos sentidos, este dispuesta a entregarseme a mi, el mas bajo de los hombres y sin una bendicion apostolica ni un papel, es el mas alto honor que he recibido --a Leopold le tiembla la voz cuando le pone el anillo a su mujer. --Esta fecha quedara grabada en mi corazon para siempre: 15 de noviembre de 1872, dia de tu santo, querido. Para mi, con nuestras voluntades basta. Esta es una boda verdadera --Wanda coloca el anillo en el dedo del hombre al que ama. --Prometo respetar tu libertad, estar atento a tus apetencias, a tus deseos y ayudarte a cumplirlos en la medida de mis posibilidades. Prometo ayudarte a ser fiel a tu verdadera naturaleza y satisfacerte todos los dias de mi vida. --Prometo intentar ser la mujer que tu esperas y ... --No, no, no --la interrumpe el--. Se trata justo de lo contrario. Tu debes ser la mujer que eres, asi sin intentar imitar ni complacer a nadie mas y yo debo poner mi mayor esfuerzo en darte gusto siempre y en todo lugar. --Gracias --se sonroja ella--. Bueno, prometo ser feliz a tu lado y ayudarte a que tu tambien alcances la felicidad. ?Asi esta mejor? El asiente. Muy emocionado, deja que las lagrimas recorran sus mejillas. Ella se suelta para tomar el panuelo que trae escondido entre las faldas. El se lo impide. Sin soltarla, le besa las manos y anade: --Te juro que algun dia lo haremos legal, amada mia. Ahora estoy seguro de que si me quiero casar contigo porque tu estas dispuesta a ser mi mujer sin que la sociedad lo haya aprobado. Esperaremos a que tu divorcio se concrete, para hacer la formalidad de otra ceremonia, pero se en mi corazon, que nuestra boda real es esta. El la dirige hasta una banca de piedra, la ayuda a sentarse y, quitandole el zapato izquierdo, con mucha suavidad le roza con sus labios los dedos del pie. Al principio Wanda va a pedirle que se levante porque se siente apenada de tenerlo arrodillado enfrente, le impresiona la humildad con la que se postra, como si le dijera que el no es nada comparado con ella, pero la caricia la ha tomado por sorpresa y una agitacion la recorre desde la punta del pie hasta el pecho. Es un calorcillo agradable que le dificulta respirar. -- Mirame, postrado ante ti, pisoteame y sere feliz con tal de que me toque tu pie. Ella sonrie. Traviesa, le despeina el cabello. Leopold, al ver que el color se le ha subido a su mujer a las mejillas, va acariciando la pantorrilla izquierda, subiendo con lentitud hasta llegar adonde el liguero sostiene la media. Con manos expertas suelta primero el broche delantero y luego el de atras y va deslizando la media hacia abajo hasta que deja esa pierna desnuda. Wanda cierra los ojos y deja escapar un jadeo largo al tiempo que echa la cabeza un poco hacia atras, como si pudiera ver al cielo con los ojos cerrados, como si de esta manera, el olor de la hierba mojada penetrara mejor en sus orificios nasales y la ayudara a situarse donde esta, porque siente que esta perdiendo piso. Los labios de Leopold van rozando la piel que quedo descubierta, subiendo poco a poco hasta llegar al muslo

  • El Juego del Angel de Carlos Ruiz Zafon

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  • La comunidad de Helene Flood

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    Me preguntas que cuando conoci a Jorgen. ?Te puedes creer que no me acuerdo? Debio de ser en el jardin o en la escalera o en el portal de casa, pero no lo recuerdo. Mi hijo habia nacido justo despues de la mudanza y habia sido prematuro. Eran tantas las consultas en el hospital, tantas las cosas que nos preocupaban… No lo digo por eludir el tema. Es la pura verdad. Sencillamente no me acuerdo. Pero si que me viene a la memoria la primera vez que lo vi. Tuvo que ser a principios de julio del ano en que nos mudamos. Lo puedo situar con precision porque fue pocos dias despues de adquirir el apartamento, una calurosa tarde de verano, cuando Asmund y yo aun viviamos en el viejo y ya no pude aguantarme mas: tenia que ir a ver la casa donde estaba a punto de empezar nuestra nueva vida. Ellos estaban sentados en la terraza del jardin cuando llegue. Ya sabes que el camino de la entrada pasa justo al lado. Los mire al cruzar, preparada para saludarlos, pero estaban comiendo en la mesa y ni siquiera me vieron. Eran cinco, y por lo visto buenos amigos. Yo estaba sola. Me encontraba en las ultimas semanas del embarazo, con una tripa enorme, y habia caminado a paso rapido, asi que estaba sudando muchisimo. Ademas, no los conocia. Me encerre en mi nuevo hogar. El apartamento estaba vacio. Los anteriores duenos se habian llevado sus cosas, pero habian quedado sus olores. No olia a nosotros, ?sabes a lo que me refiero? Cuando nos hicimos con el apartamento era como si hubiesemos comprado tambien un cierto estilo de vida, un espacio social, algo asi. Como si, por alguna razon, fueramos mas distinguidos que antes solo porque eramos los propietarios de esa casa, en esa direccion. Pero ahora que el apartamento se ha vaciado de su elegante mobiliario, ahora que mis pasos resuenan entre las paredes, desnudas y con agujeros de clavos, me asaltan las dudas. No encuentro otra manera de explicarlo: tengo la impresion de haberme disfrazado con unos zapatos demasiado grandes para mi. En la cocina, me acerque a la ventana y observe la terraza y a quienes estaban sentados alli. No abri la ventana aunque hacia calor. No se. Tal vez no queria importunarlos. Por lo visto habian terminado de cenar. Habia algunas botellas de vino en la mesa. Charlaban y yo oia sus voces pese a que las ventanas estaban cerradas; no lo que decian exactamente, pero si el tono. Fuera el tema que fuese, el debate parecia intenso, si bien el ambiente era bueno. De tanto en tanto rompian a reir, los cinco a coro. Eran tres hombres y dos mujeres. Reconoci a uno de los hombres: era un cineasta que habia realizado un polemico documental un par de anos atras. No recuerdo sobre que…, los refugiados, su integracion o algo asi. La prensa habia escrito mucho sobre ello. Tambien una de las mujeres me sonaba; tenia la impresion de haberla visto en la television. Sentados a uno de los lados largos de la mesa habia un hombre y una mujer que claramente eran pareja. El tenia el brazo apoyado en el respaldo de la silla de la mujer, y, en una de esas, cuando algo los hizo reir a todos, ella se volvio hacia el sonriendole y le retiro algo de la mejilla. Luego el movio el brazo y se lo puso en la parte baja de la espalda. La mujer se acerco hacia la mesa para decir algo. Llevaba el pelo largo, de un rojo intenso, recogido en una trenza espesa y bien atada, y al inclinarse hacia delante para hablar la trenza se le deslizo a un lado. Su marido, sentado junto a ella, la tomo con cuidado para recolocarla en su lugar. La mujer se volvio hacia el, consciente de que la tocaba, y siguio hablando sin dejar de sonreirle. Tal vez estaba contando algo que habian vivido juntos. El hombre me daba la espalda, de modo que no me resultaba facil verle el rostro, pero cuando miro hacia un lado pude apreciarlo. Era guapo, con el cabello ondulado tirando a gris. Pomulos prominentes y una sonrisa amplia y seductora que parecia usar a menudo. Le eche cuarenta y pico, quien sabe si ya rozaba los cincuenta. Era Jorgen. Aquella fue la primera vez que lo vi. Como no parecian advertir mi presencia, me quede alli y segui mirandolos: cinco amigos que hablaban de cosas importantes en torno a una mesa durante una noche de verano en un jardin de Kastanjesvingen. La mujer de la trenza se levanto. Cogio una bandeja vacia de la mesa y se dirigio hacia el camino que lleva al portal de la casa. A mitad de trayecto me vio. Era evidente que yo estaba ahi, de pie, en medio de la ventana. No es que estuviera fingiendo que no los observaba. Me habia quedado como fascinada, y no se me ocurrio que tendria que haberme apartado de alli. La mujer se detuvo para mirarme. Alce la mano en un gesto de saludo. La mujer no se movio. No me devolvio el saludo. No me sonrio, pero tampoco parecia molesta. Su expresion era casi neutra. Se quedo un instante ahi mirandome, solo un momento, luego siguio su camino. Desde donde estaba la oi abrir la puerta del portal. Me aleje apresuradamente de la ventana, avergonzada por haberlos estado observando con tanto descaro. Lo note en el estomago: me habia comportado de manera inapropiada. Me senti abochornada. El primer sabado Los arboles que me rodean son de hoja caduca, con copas enormes y ramas robustas, muy distintos a los abetos del bosque cercano a la casa donde creci. Y, sin embargo, se, a la manera en que saben los que suenan, que me encuentro en el bosque de mi ninez. Lo conozco bien: se lo facil que es desaparecer en su interior. Recorres senderos que conoces. De repente te sales del camino siguiendo el ruido de un ciervo o porque atisbas unos arandanos exuberantes un poco mas alla, y, al volver, todo ha cambiado. Mires donde mires, hay arboles oscuros y silenciosos, hileras y mas hileras, y ninguno se parece a los que ya conoces. En el sueno estoy buscando a alguien que ha desaparecido. Al principio no se de quien se trata. Luego caigo en la cuenta de que son mis hijos. !Lukas!, grito, y echo a correr. !Emma! Ante mi, el bosque se abre a un calvero. No es grande, como mucho cinco metros hasta que el bosque espeso empieza de nuevo, pero aqui el sol se cuela entre las copas; es un sitio luminoso y calido, en las laderas crece hierba joven. Me detengo. El lugar es hermoso, pero algo no encaja. Siento un nudo en la garganta y me cuesta respirar. Algo espantoso ha sucedido. En el salon hace frio por las mananas. Cierro a mis espaldas la puerta del dormitorio con sigilo: no quiero despertar a los demas. En la luz sin relieves de la manana, el salon me resulta desconocido. Tal vez mi cuerpo aun este sumido en la pesadilla, porque los muebles parecen enormes y severos. Los estantes parecen cerrados y la mesita del cafe, desacostumbradamente pulcra. Mis pies absorben el frio del suelo. Junto a la entrada encuentro mis zapatillas. Me las calzo y voy a la cocina. Tambien aqui me sorprende la pulcritud. Anoche Asmund y yo compartimos una botella de vino mientras veiamos una pelicula bastante mala, aunque quien sabe si luego mejoro algo. Me entro sueno y me fui a la cama a media pelicula. Asmund debio de limpiar cuando acabo. La luz roja del lavavajillas me dice que el programa ha terminado, de modo que, por una vez, se acordaria de ponerlo en marcha antes de acostarse. Me apoyo en la encimera de la cocina. Este espacio es el principal argumento en la venta de nuestro apartamento. Fue aqui donde se tomo la fotografia que ocupaba por entero la primera pagina del folleto que nos mostraron en nuestra primera visita. La cocina es grande y luminosa, y mientras que el resto de las ventanas dan o bien a un muro lleno de vegetacion que se levanta detras de la casa, o bien al edificio de al lado, las de la cocina se asoman al jardin. Para aprovechar mas la luz, el arquitecto que diseno el edificio alla por los anos cincuenta hizo de esta pared una larga sucesion de ventanas. Hemos colocado la mesa de la cocina justo delante, de modo que, cuando nos sentamos ahi, podemos ver el pequeno jardin entero: la terraza con sus muebles de exterior, el anoso manzano, la hilera de buzones y la valla de listones blancos. Mas alla se extiende Kastanjesvingen, la calle sin salida que termina en una rotonda a unos cuarenta metros de nuestra puerta. Al otro lado de la calle hay casas unifamiliares; algunas de ellas datan de la decada de los cincuenta, como nuestro edificio de cuatro apartamentos, pero otras son mas recientes. Y mas alla de esas casas se alza Bakkehaugen, la colina que nos separa del centro de la ciudad. Y, aunque no pueda verla desde las ventanas de la cocina, saber que la ciudad esta justo ahi detras me produce una calida sensacion de hogar. Pensar que vivimos asi, en una apacible calle cerrada, pero con la ciudad tan a mano que casi se puede tocar. Me siento. Estoy en silencio, a la escucha. ?Hay alguien despierto ahi arriba? ?Se mueve? ?Los ruidos que oigo provienen de el? Es demasiado pronto, eso si que lo se. Puede que sea yo la unica que no duerme en toda la casa. Con todo, el silencio no es total. Las paredes no estan bien aisladas; se oyen incluso vientos moderados, las ramas del castano cuando chocan contra la ventana del salon, el crujido de los tablones cuando algun vecino camina. Todavia tengo sueno y me desperezo. Anoche me dormi profundamente. No he oido a Lukas subirse a nuestra cama. Me he despertado a oscuras y asustada por la pesadilla; al abrir los ojos, he visto su cabello revuelto, su manita cerca de la mia, los deditos con mugre bajo las unas y una tirita verde que le cubria una herida invisible en el dedo indice. He sentido un alivio enorme despues del sueno. Alli estaba el. Todo estaba bien. Le he revuelto el pelo. ?A que hora habra entrado en la habitacion? Al otro lado de la calle veo a Rikard Hoffmo salir de su casa marron. Se detiene en los escalones de la entrada y mira a su alrededor como un terrateniente que vigila sus dominios. Tiene los brazos en jarras, las manos a cada lado de su voluminosa barriga. Se estira, lleva las caderas a un lado y luego al otro; la barriga le cuelga y se balancea por encima de la cintura. Se prepara para salir a correr, pues el es asi: ya ha cumplido los setenta y va a correr dos veces por semana, haga el tiempo que haga. Su conjunto deportivo azul, con una tira blanca en cada pierna, es un superviviente de los anos setenta, lo que le confiere un aspecto si cabe aun mas comico. Pero Hoffmo tiene algo, una especie de autoridad natural, que te quita las ganas de encontrarlo risible. Nos llevamos bien, el y yo. <> Nos llamamos por el apellido a modo de broma. Ahora se dobla hacia delante. Toca el suelo. Es agil para un hombre de su edad y corpulencia. Vuelve a erguirse, hace un estiramiento y ya esta listo para correr. Levanto la mano para saludarlo desde la ventana, pero no me ve. Oigo pisadas de nino antes de que Lukas entre en la cocina, con esos piececitos veloces que golpean en el suelo. Se agarra a mi y se me sube al regazo. Me apoya la cabeza en el hombro y cierra los ojos. Seria perfectamente capaz de quedarse alli dormido; es capaz de dormirse donde sea. Una parte de mi quisiera que lo hiciera y pasar el tiempo asi, sentada en paz con el nino adormilado encima. --Lukas --le digo--, ?esta noche has entrado tu solito a nuestro cuarto? Abre los ojos y me mira. --Si. Pero no es una afirmacion, sino mas bien una pregunta. ?Si? ?Yo hice eso? --Es que no te he oido entrar --le comento. No considera que esto merezca respuesta. Apoya de nuevo la cabeza en mi hombro y cierra los ojos. Respiro hondo, atenta a senales de vida en el apartamento de arriba. Lukas abre de nuevo los ojos. --Mami, ?podemos buscar mi tiranosaurio grande? Me levanto y veo a Hoffmo correr con pasos cortos y ligeros por el camino de acceso a su garaje. Se apoya en el porton y me ve. Alza la mano para saludarme y le devuelvo el saludo con un gesto militar en honor a su hazana deportiva, lo que le produce una risa que sacude en oleadas su voluminosa humanidad. Despues de desayunar, hacemos las camas y nos preparamos para un dia que se presenta de lo mas ajetreado. Ya hace tiempo que lo hemos planificado todo. Ahora solo falta poner los planes en marcha. Asi seran nuestros fines de semana hasta diciembre. A veces pienso que somos hamsteres en una rueda, de camino a una cita para luego acudir a la siguiente, en una cuesta arriba que no termina jamas. Hace algunos anos fantaseaba con la idea de poner la casa en alquiler, retirar nuestros ahorros del banco y comprar cuatro billetes para volar a Vietnam. Vivir alli de un hotelito que tendriamos junto a la playa. Vivir en el ahora. Disponer de tiempo para nosotros, para los ninos. Ver los dias pasar. No vivir contra reloj, cumpliendo tareas y terminandolo todo antes de desplomarnos en la cama para recuperar fuerzas y empezar de nuevo al dia siguiente. No. Yo quiero vivir. De verdad. Una vida autentica, en contacto con la naturaleza. Hoy ya no pienso asi. En la playa de Vietnam habrian pasado otras cosas: nos habria preocupado la rentabilidad del hotel; a los huespedes les habria molestado esto o aquello; habriamos sufrido inundaciones y temporadas de sequia; las tuberias estarian deterioradas por los anos y resultaria demasiado caro reemplazarlas. Y asi sucesivamente. Asmund rescata una camiseta de entre la ropa que se amontona en un rincon. Mientras hago la cama le hablo de mi sueno, aunque ya no logro recordar los detalles: estaba buscando algo y tenia miedo. --Debo de haber dormido profundamente --le digo--, porque Lukas entro en el cuarto y se acosto entre los dos sin que me despertara. --Tenemos que quitarle esa costumbre --comenta Asmund mientras se ajusta el reloj a la muneca--. Ya es lo bastante mayor como para dormir solo. --Solo tiene cuatro anos --replico. --A los cuatro anos Emma dormia toda la noche en su cama --senala Asmund--. Y eso de dormir de dia…, de verdad que eso tiene que acabar, Rikke. Ya es muy mayor para necesitar una siesta por las mananas. --Claro --contesto sin ganas de seguir discutiendo. Lukas es mi nino de la suerte. Nacio dos meses antes de tiempo. Estabamos mudandonos al apartamento cuando llego. Yo estaba sacando tazas y abriendo cajas cuando un dolor muy agudo se me extendio por el estomago y la espalda. No se donde estaba Asmund, probablemente trayendo muebles nuevos. Emma se hallaba en casa de la abuela. Yo me encontraba delante de los armarios vacios de la cocina y pense: ?Me habre pasado? ?Habre hecho demasiados esfuerzos? ?Deberia sentarme un rato? Llegue al hospital ya casi de parto. Llame a Asmund mientras esperaba al taxi. Se precipito al coche y llego al hospital justo a tiempo. Se llevaron al nino en cuanto nacio: tenian que hacerle pruebas, medirlo, pesarlo. El tiempo era oro y algo de informacion debio de perderse en medio de aquel frenesi, o puede que me extraviara en las brumas del parto, porque no entendia la situacion, porque no sabia como estaba el nino. ?Estaba vivo o no? Solo sabia que se lo habian llevado. Me volvi hacia Asmund: --?Hemos vuelto a ser padres? Asmund estaba llorando, pues el es asi, no lo puede evitar, se le saltan las lagrimas en bodas y bautizos. Entro una doctora, ceno fruncido y labios apretados, y yo al verla asi pense: El nino ha muerto. Senti el miedo primero como un golpe en el estomago, pero luego se extendio por los brazos y las piernas, se apodero de todo mi cuerpo. Ni la doctora ni Asmund se dieron cuenta, pero en los segundos que pasaron antes de que nos dijera que todo estaba bien, que el nino era pequeno pero fuerte, que habria que hacer un monton de pruebas, que tal vez resultase necesario realizar un seguimiento en el hospital, pero que todo saldria bien…, durante esos segundos estuve segura de que lo habia perdido. Era mi realidad. Y luego, al caer en la cuenta de que no lo habia perdido, probablemente, mi alivio fue tan grande que todo lo demas, el riesgo de asma y de TDAH, o los posibles problemas pulmonares, no me preocupo lo mas minimo. He vuelto a ese momento una y otra vez. Aun lo hago. Mi nino de la suerte. De una forma u otra es un premio. Lo habia perdido. Lo recupere. --Ya estoy --dice Asmund. Va vestido de ciclista, conjunto negro con rayas amarillas. Mientras yo llevo a Emma al teatro del colegio, y desde ahi ire a un cafe donde he quedado con mi hermana, el se llevara a Lukas de paseo a Baerum para que vea a amigos. Claro, va con la bici electrica, pero vestido como si fuese a correr un maraton. Ha engordado algo en estos ultimos anos. No tiene nada de extrano, estas cosas pasan. Sus amigos tambien han cogido peso. Algo les ha ocurrido mediada la treintena. Algo que ha dejado huellas fisicas. --?Que pasa? --me pregunta. --?Que pasa de que? --?Que me miras? Sonrio. --Tu atuendo --le contesto. --Ya. Eso. ?Me aprieta? ?Me queda muy justo? --No, para nada. Se ve muy profesional. Me hace un guino. --El Tour de Tasen, carino --dice mientras va al salon. Lo oigo alzar a Lukas en alto y soltar un rugido. Lukas se rie. La culpa me raja el estomago, rapida y dolorosa. Alla va. El padre de mis hijos, el hombre al que prometi amar y honrar. Termino de hacer la cama y recojo la ropa sucia del suelo. Arriba el silencio sigue siendo total.

  • Cada corazon, un umbral de Seanan Mcguire

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    Deslizandose entre las sombras bajo la cama, o a traves de un armario, o por madrigueras de conejos… los ninos siempre han sabido acceder a mundos magicos. Pero ?que ocurre cuando regresan y no consiguen adaptarse y no son aceptados por sus familias? Eleanor West tiene un internado que acoge a estos ninos que quieren volver a su mundo de fantasia. Pero con la llegada de Nancy algo cambia en el internado y pronto tendran que enfrentarse a una tragedia por si mismos.

  • Afronus de Felix A. Bas

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    Afronus lleva la realidad virtual al nivel definitivo. No es una red social, ni un videojuego online multijugador masivo, sino una experiencia tan real como la vida misma. En Afronus el dolor y el placer se siente como si fuera real, por lo que salir de la seguridad que aporta la Tierra virtual es un precio que pocos estan dispuestos a pagar. Aquellos que lo hagan viajaran a los llamados mundos ilegales, peligrosos planetas que homenajean la edad de oro de los videojuegos y el cine, donde podran obtener poderes inimaginables: habilidades que superan los limites humanos y magias que podran desarrollar al escoger senda.

  • Amada por sus Lobos (Los Lobos de Green Valley 4) de T.n. Hawke

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    Clara:

  • Vuela conmigo de Katariina Tammert

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    Laura, azafata de vuelo, comienza una prometedora carrera en la aerolinea mas importante del pais a la vez que empieza a formar parte de un complicado triangulo amoroso. Este la llevara a hacerse las preguntas mas profundas sobre su identidad y sobre lo que busca en la vida. Mientras aparecen las respuestas conocera a hombres que le descubriran patrones transgeneracionales ocultos, pero muy presentes en su familia. Entre tanto el camino se le ira revelando cargado de viajes, fiestas, glamour, aventuras y alegria.

  • Progenie de Susana Martin Gijon

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    Tras el exito de La novia gitana,

  • Mucho mas que lady de A. R. Cid

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    Dulce, tierna, callada, atenta. Lady Kate es todo lo que un marido puede ansiar, todo menos feliz.
    A solo unos dias de que su padre le comunique el nombre de su futuro marido, lady Kate conoce a un hombre peligroso, de hermosos ojos verdes, que le hace una extrana proposicion.
    Solo tiene que huir a su lado, dejarse llevar. Lo que nunca penso es que todo su mundo, su pasado, ella misma, podria desaparecer a su lado. ?Y si todo lo que crees saber es mentira?
    Lo desea, negarlo seria como tratar de tapar el sol con un dedo. A su lado esta descubriendo placeres indescriptibles y su ausencia era insoportable.
    Al final sera una decision compleja: ?Perdonarlo y amarlo o vengarse por lo que jamas debio ocurrir? ?Podra ese caballero de ojos verdes mantenerla a salvo y darle todo lo que siempre debio pertenecerle?

  • Alguien como tu (Predestinados 2) de Adrianne Holt

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    El primer amor nunca se olvida y eso le queda muy claro a Irina, quien no ha podido superar la muerte de su primer novio, Joshep.

  • Las espinas del amor (Penword 1) de Arlette Geneve

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    Justin Clayton Penword es el heredero del ducado de Arun. Es un hombre temperamental al tomar decisiones, posesivo con sus amantes, y muy peligroso, pues puede hacer caer a un rival en el campo del honor… y a una mujer con un solo beso, pero Justin sera vencido por una gran belleza cuyo amor por la libertad, la independencia y la aventura rivaliza con el. Y por una pasion arrolladora que sumira a ambos en una voragine de placer, venganza, y amor.

  • Volveras de Maria Girardet

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    Santiago un hombre soltero rico y empresario, solitario por su forma de ser amargada y poco divertida debido a sus obligaciones y poco interes en la sociedad, se vera atrapado en las riendas del amor, el cual, sin tan siquiera imaginarselo llegara a su vida en la noche de su cumpleanos, una noche que como decia su fallecida madre, traia consigo buenos augurios cuando esta, fuera tan oscura y estrellada al mismo tiempo, ese buen augurio, tiene nombre y apellido, <> quien trae consigo, un gran secreto y unas dulces espinas, que haran a Santiago. . Enloquecer.

  • El hombre que perseguia su sombra ( Millennium 5) de David Lagercrantz

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    Lisbeth Salander esta cumpliendo condena en la carcel de Flodberga, en la que intenta a toda costa evitar cualquier tipo de conflicto con el resto de las presas. Pero en el momento en el que Lisbeth se convierte en la protectora de la joven de Bangladesh que ocupa la celda vecina, la peligrosa lider de las internas la coloca en su punto de mira.

  • En el azul de tu mirada (Romantic Ediciones), Jasmine Rogers de Jasmine Rogers

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  • Corazon y coraza de Tania Rodriguez

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    Corazon y Coraza se centra en las vivencias de una joven londinense llamada Sanah, cuya existencia dara un giro abrupto, tras conocer a un afamado artista de quien se enamorara profundamente. Con el poema de Mario Benedetti como eje, los enamorados daran rienda suelta a un amor jamas experimentado. Proveniente de una familia conservadora, la timida y obediente Sanah debera sacar a relucir su fortaleza interior para defender sus deseos y vivir su historia de amor a pleno y despojada de la coraza que la oprime.