• que se levanten los muertos - Fred Vargas

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    Despues de El hombre de los circulos azules, en esta nueva intriga policiaca nos encontramos a <>: Mathias, Lucien y Marc, tres jovenes historiadores en paro y sin un centimo, que intentaran resolver un caso muy complicado. Mathias es duro, casi de piedra, como la edad prehistorica de la que se ocupa; Lucien es un estudioso de la Primera Guerra Mundial, y Marc, un medievalista muy nervioso. No parecen el equipo idoneo para resolver un caso de homicidio que hunde sus raices en un pasado lejano, lleno de rencor y celos. Pero, a veces, la intuicion y la capacidad de analisis consiguen mas de lo que se pueda imaginar. El escenario: una calle del centro de Paris, donde todo el mundo se conoce y nada pasa desapercibido. En esta nueva entrega, Fred Vargas, con mucha ironia y un enorme talento, elige como protagonistas gente comun, con sus milagros y desastres cotidianos.

  • que se levanten los muertos (serie los tres evangelistas 1)

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  • Que se levanten los muertos: 56 (Nuevos Tiempos) Tapa blanda

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  • Que se levanten los muertos - Libro de Fred Vargas - Lecturalia

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    Tercera de las novelas de Fred Vargas y una de las que más adolecen de todas las virtudes y defectos de la autora francesa. Por un lado, Los que van a morir te ...

  • QUE SE LEVANTEN LOS MUERTOS - VARGAS FRED

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    Mathias, Lucien y Marc, tres jóvenes historiadores en paro y sin un céntimo, que intentarán resolver un caso muy complicado. Mathias es duro, casi de piedra ...

  • Que se levanten los muertos (Los tres evangelistas 1)

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    Que se levanten los muertos (Los tres evangelistas 1) ... Es el tipo de libro con el que quedarse en casa una noche tenebrosa.» The Guardian.

  • Que Se Levanten Los Muertos - Fred Vargas -5% en libros

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  • Que Se Levanten Los Muertos (Los Tres Evangelistas 1) - Fnac

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  • QUE SE LEVANTEN LOS MUERTOS, Fred Vargas

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    3 abr 2019 — Tal vez porque el primer libro que leí de ella fue este: Que se levanten los muertos (1995). Y es que hasta ese momento no había tenido ...

  • El aprendiz de artista de Francesc Mari

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    Para los padres de Ian la abogacia es la profesion que le dara a su hijo la vida que ellos no tuvieron, para Ian eso no es suficiente. Ante el hastio del joven no dudaran en mover sus contactos para encontrarle un trabajo que le llene y, en esa busqueda, daran con Frank Shawe, el artista del momento y al que muchos consideran el Leonardo Da Vinci del siglo XX. Ian se convertira en su secretario personal, algo que le dara la oportunidad de salir de la asfixiante ciudad de Londres y descubrir junto a Frank una nueva vida.

  • Hasta que el infierno nos separe de Sarah Hogle

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    Creo que esta noche me va a besar. Si no lo hace, me voy a morir. Es nuestra segunda cita y estamos en el coche, en un autocine, haciendo como que vemos la pelicula mientras nos vamos robando miraditas el uno al otro. La pelicula dura dos horas y cinco minutos. Llevamos una hora y cincuenta y cinco minutos sin besarnos. No quiero sonar desesperada, pero si me he aplicado iluminador en un tercio del cuerpo ha sido para que el se lleve alguna mancha en la camisa. Si todo va segun lo planeado, esta noche llegara a casa sin fuerzas, con el pelo hecho un desastre y suficiente polvo brillante de maquillaje en la ropa como para ser reflectante al paso de los coches. No importa lo mucho que se restriegue, estara oliendo a mis feromonas toda una semana. No me he mostrado timida a la hora de las indirectas. He llamado su atencion sobre mis labios lamiendomelos, mordisqueandomelos y tocandomelos distraidamente: consejo de la Cosmopolitan. Mi brillo de labios se desarrollo en un laboratorio para que atrajera como un iman la boca de los hombres, y es tan eficaz como el abanico de plumas de un pavo real. Los instintos mas primitivos de Nicholas seran incapaces de resistirse. Tambien es un iman para mi pelo, y los ojos se me humedecen cada vez que el sabor de la laca extrafuerte se me mete en la boca, pero a veces la belleza requiere estos sacrificios. Y, por si fuera poco, tengo la mano izquierda puesta sobre el asiento con la palma abierta hacia arriba para que resulte completamente accesible en caso de que el quiera tomarla y llevarsela a casa consigo. Mis esperanzas comienzan a apagarse cuando me mira y aparta rapidamente la vista. Quiza sea una de esas personas que de hecho van al autocine a ver la pelicula. Por mucho que deteste considerar esta posibilidad, quiza sencillamente no tenga ganas. No seria la primera vez que un piquito de oro encantador me deja en casa con un beso de buenas noches y se las pira justo cuando yo pensaba que la cosa se estaba poniendo bien. Y entonces la veo: la senal de que no me he pasado toda la noche comiendome el pelo en vano. Se presenta bajo la forma de un envoltorio vacio de caramelo de menta que descansa dentro del sujetavasos. Husmeo sutilmente el aire y, si, demonios, eso que huelo es sin duda aceite de hierbabuena. Le echo otro vistazo al sujetavasos y es incluso mejor de lo que habia pensado. !Son dos los envoltorios vacios! !Ha ido a por dos! Un hombre no se mete dos caramelos de menta en la boca a menos que se este preparando para algun pequeno avance. Dios mio, es tan atractivo que estoy bastante convencida de haberlo enganado de algun modo para que se metiera en esto. De Nicholas me gusta hasta el mas pequeno detalle. No espero tres dias a llamarme despues de la primera cita. Todos sus mensajes de texto son gramaticalmente correctos. Aun no me ha mandado ninguna foto no solicitada de su pene. Ya tengo ganas de ir reservando el salon de baile para la fiesta de nuestra boda. --?Naomi? --me dice, y yo parpadeo. --?Si? Sonrie. Es tan adorable que sonrio yo tambien. --?Me has escuchado? La respuesta es negativa porque estoy aqui, admirando su perfil, demasiado prendada de el para una fase tan temprana de nuestra… Ni siquiera puedo llamarlo relacion. Solo hemos salido dos veces. <> --?Sueles perderte en tus pensamientos? --pregunta el. Siento que se me suben los colores. --Si. Perdon. A veces la gente me habla y yo ni me entero. Su sonrisa se vuelve mas amplia. --Eres un encanto. ?Piensa que soy un encanto? Mi corazon se agita y centellea. Les dedico un discurso de agradecimiento internamente a mis pestanas postizas y al (elegante) escote de la blusa. El ladea la cabeza y me estudia. --Te decia que se ha acabado la pelicula. Vuelvo velozmente la cabeza hacia la pantalla. Tiene razon. No tengo ni idea de que ha pasado al final y no sabria indicar los puntos principales de su argumento. Creo que era una de amor, pero ?a quien le importa? Estoy mucho mas interesada en los amores que puedan tener lugar dentro de este coche. El aparcamiento se ha quedado desierto, lo que nos garantiza la intimidad suficiente como para que mi imaginacion se dispare. Podria pasar cualquier cosa. Aqui no hay nadie mas que Nicholas y yo, y… Una chaqueta de punto de color rosa pulcramente doblada sobre el asiento de atras, que evidentemente pertenece a una mujer. Una mujer que no soy yo. Se me revuelve el estomago, y Nicholas sigue mi mirada. --Es para mi madre --se apresura a decir. Yo no me muestro demasiado convencida hasta que me ensena la tarjeta de FELIZ CUMPLEANOS que hay debajo de la chaqueta, firmada por el y a la que le ha anadido un mensaje personal: <>. --Me parece muy bonito --le digo siendo sumamente consciente de la sensacion de aislamiento e intimidad que nos proporciona el coche. Noto mariposas en el estomago y los envoltorios vacios de los caramelos de menta siguen atrayendo mi mirada. La pelicula ha acabado, ?a que esta esperando?--. Gracias por traerme. Ya no quedan muchos autocines. Probablemente haya solo un par en todo el Medio Oeste. Aun es mas raro encontrar uno que funcione durante todo el ano. Por suerte han tenido la cortesia de darnos un calefactor electrico para compensar la locura que representa hacer algo asi en enero. Nos hemos puesto varias mantas por encima, y para tratarse de una cita invernal fuera de lo comun ha resultado sorprendentemente comoda. --De hecho, quedan ocho en todo el estado --dice el. Me parece impresionante que tenga ese dato tan presente--. ?Tienes hambre? Hay un puesto de yogur helado cerca de aqui donde hacen el mejor yogur helado que hayas probado en tu vida. No soy fan del yogur helado (sobre todo cuando hace frio fuera), pero pienso mostrarme conforme con todo. Aun no nos conocemos demasiado bien el uno al otro, y si quiero ganarme la tercera cita tengo que demostrarle que no requiero de grandes atenciones. Soy Naomi la despreocupada, divertida para pasar el rato y muy divertida para enrollarse con ella. Quiza me bese despues del yogur helado. Y es posible que se abra la camisa. --!Suena bien! En lugar de abrocharse el cinturon de seguridad y de poner el coche en marcha, titubea. Se pone a juguetear con el dial de la radio por la distorsion de la electricidad estatica hasta sintonizar un animado tema indie llamado <>. Me doy cuenta de repente de que se ha quedado callado porque esta nervioso, no por falta de interes, y me sorprende porque hasta el momento no habia exhibido mas que seguridad en si mismo. El aire esta cargado y se me acelera el pulso con la intuicion de lo que esta a punto de llegar. El ritmo de mi sangre es un coro: <>. --Eres preciosa --dice con gesto serio. Se vuelve para mirarme bien. Sus ojos estan llenos de duda, se muerde la mejilla y a mi me deja pasmada que sea el el que esta nervioso. El corazon me da un salto cuando se inclina un par de centimetros hacia mi. Luego otro par. Separa los labios, su mirada cae sobre mi boca, y yo me olvido de repente de todos los hombres con los que he salido: el los ha eclipsado por completo. Es inteligente y encantador y perfecto, absolutamente perfecto para mi. El corazon se me ha quedado firmemente atascado en la garganta. Sus dedos me acarician el cabello, dirigen mi cara hacia arriba para que reciba la suya. Nicholas se inclina ese ultimo centimetro e ilumina mi mundo como una estrella fugaz; la expectacion, la maravilla y una tremenda sensacion de idoneidad surcan mis venas a toda velocidad. Me besa y estoy perdida, tal y como anticipe que iba a pasar. Que noche tan magica y extraordinaria. 1 Un ano y nueve meses despues Que dia tan feo y asqueroso. La lluvia sale despedida del parabrisas del coche de mi companero de trabajo, igualmente asqueroso por su olor a patatas fritas frias del McDonald's y a pino. Leon hace tamborilear los dedos sobre el volante y se inclina un poco hacia delante para ver mejor el exterior. Los limpiaparabrisas lo estan dando todo en su ir y venir, pero es que llueve como si alguien hubiera rajado el cielo por la mitad y un oceano rugiente estuviera cayendo por el. --Gracias de nuevo por el viaje. --De nada, para eso estamos. Meto los labios hacia dentro e inspiro el verde de los pinos. No se con que ha rociado esto antes de que yo entrara, pero va a perseguirme alli donde vaya durante el resto del dia. No conozco demasiado a Leon, asi que es perfectamente posible que haya un cadaver en el maletero y que el espray de pino sea para ocultarlo. --Esta lloviendo con bastante fuerza --digo. Brandy no ha podido llevarme a casa porque su hermana ha pasado a recogerla antes de la hora. Zach ha venido hoy con la moto, y me apuesto algo a que se esta arrepintiendo. Melissa se ofrecio a llevarme con la esperanza evidente de que yo declinara, y por eso lo hice. Se viene mostrando irracionalmente quisquillosa conmigo desde que la lie con un amigo de mi prometido que resulto ser un adultero en serie. Cree que Nicholas y yo supimos que pertenecia al club de los infieles desde el principio y que hicimos trizas su confianza en los hombres a proposito. --Si, se supone que va a llover toda la semana. --Pues es una lastima para quien quiera salir a hacer truco o trato. Leon se vuelve a mirarme y un instante despues desliza los ojos de nuevo hacia la carretera. O a lo que puede ver de ella… Francamente, no se como sigue avanzando centimetro a centimetro, porque yo no veo nada. Por lo que se, podriamos estar segando un prado. Estamos a finales de octubre y la temperatura es de cinco grados. La semana pasada me puse pantalones cortos. La semana anterior hizo tanto frio que estuvo a punto de nevar. El otono en Wisconsin es una fiesta. --?Repartes golosinas? La respuesta deberia ser evidente. Me encantan las golosinas y me encantan los ninos, sobre todo cuando son pequenos y repulsivos, porque me parecen muy graciosos. Tambien me encanta el otono. Me he pasado todo el mes usando el tono de cacerola reluciente de cobre de mi paleta de sombras de ojos, intentando darles a mis parpados el mismo brillo que tienen los rayos del sol poniente cuando caen ligeramente inclinados sobre un huerto de calabazas. El suelo de mi habitacion es un caos de sueteres suaves que hacen que me sienta como un capitan de barco, botas altas y bufandas infinitas. Todas mis comidas tienen un toque de especia de calabaza. Cuando no estoy ingiriendo calabaza, la estoy aspirando como una adicta, alineando velas con olor a comida en todas las superficies disponibles de la casa. Tarta de manzana, tarta de calabaza, especia de calabaza, calabaza de manzana. Mi estetica es agresivamente convencional, y no me arrepiento de ello. En parte se la debo a aquella mujer del mostrador de una tienda de cosmetica que me dijo que soy otonal por el color ambarino de mis ojos y por mi cabello recto del color de las nueces pacanas, pero, por la manera en que me maravillo con los colores de las hojas, por mi amor hacia las gorras de lana y por mi tendencia a atiborrarme a calabazas, se de corazon que seguiria siendo una zorra convencional por mucho que tuviera matices neutros. Esta en mi ADN. Pese a todo ello, no tengo ganas de repartir caramelos por Halloween. Ni siquiera he colgado las decoraciones, y eso que solia ser una de mis actividades favoritas al comenzar la estacion. Es posible que acabe pasando la tarde sola, en chandal, viendo programas malos de television mientras Nicholas esta fuera, jugando a Gears of War en casa de un amigo, o que nos acostemos antes de las nueve tras haber repartido hilo dental y cepillos de dientes baratos y de tamano de viaje a algunos ninos decepcionados.

  • La capital de Robert Menasse

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    Bruselas es el corazon de la UE y tambien de esta novela. Esta obra es un viaje a las interioridades de la vida politica europea a traves de cinco historias conectadas que corren paralelas, cada una con un protagonista diferente, y que se centran en la vida diaria de la capital europea desde diversas perspectivas. La capital sigue de cerca el destino de sus personajes en sus frecuentes encuentros, ofreciendo una vision de sus vidas profesionales asi como de sus coloridas vidas privadas, alejadas de las oficinas y congresos. La mirada penetrante de Menasse, cargada de humor e ironia, hace de esta novela una lectura tan irresistible como importante en los tiempos actuales de nacionalismos, desde el Brexit hasta la independencia de Cataluna.

  • La casa del callejon de David Mitchell

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    <La casa del callejon. Es una historia delirantemente imaginativa, espeluznante y -aunque retrata otro mundo- maravillosamente humana sobre una casa embrujada.>>
    Gillian Flynn (autora de Perdida)

  • Pasion sublime (Sombras 2) de Kristel Ralston

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    Universidad de Yale. New Haven, Connecticut, Estados Unidos. Anos atras. --Solo unas copas mas, y nos largamos --dijo Dereck a su grupo de amigos y companeros de clase, mientras trataba a duras penas de mantenerse en pie. No recordaba cuantas botellas de cerveza habia bebido esa noche. Estaban celebrando el Ano Nuevo en el piso que pertenecia a la hermandad para mujeres Alpha Phi. Desde el dia en que recibio la carta de aceptacion de la Universidad de Yale, su cuadriculado y sencillo mundo cambio por completo. Paso de ser un adolescente que preferia aleccionar a su hermano mayor por insolencias y rebeldias, a un muchacho que disfrutaba la adrenalina de crear caos o pretender que tenia la capacidad de salir ileso de cualquier situacion. Dereck era habil con las palabras, y su exito en clases lo demostraba, pero su cerebro tenia tambien gran habilidad numerica. Sin embargo, fue su ego, en esos anos de estudio para ser abogado, que lo llevo a creer que poseia la destreza infalible de adquirir deudas de juego demasiado elevadas, y poder pagarlas sin mayores complicaciones. Gran error, porque ahora estaba buscando la forma de solucionar el embrollo en el que se habia metido. Para iniciarse en las mesas de Poker clandestinas, puesto que su billetera era ajustada, el hizo un prestamo bastante cuantioso. Sus ganancias durante las primeras rondas fueron impresionantes, y luego lo empezaron a ser tambien sus perdidas. El autocontrol volo por los aires, porque lo que habia enganchado a Dereck a las mesas de juego eran la euforia y la emocion de ganar. Esa satisfaccion que se volvia mortalmente seductora cuando se llevaba una buena racha. Ahora, el tenia que pagar casi ochenta mil dolares para sacarse de encima a los prestamistas o iba a terminar molido a golpes, mas pronto que tarde, en algun sitio de la ciudad. El dinero prestado, y tambien el ganado, habia sido repartido entre paseos con sus amigotes de Yale, fiestas, bebidas y un automovil. Si tenia dinero, ?por que no disfrutarlo un poco? El mayor de los Toussaint, Ryder, estaba tratando de resolver su propia vida incursionando en Wall Street, y Dereck jamas iria a contarle sus problemas. No tenia complejo de hermano menor en apuros. --Oye, Toussaint, no seas aguafiestas --replico Justin Nader, el mejor amigo y compinche de juergas--. Por cierto, ?cuando piensas acercarte a la hija de el Senador? Estas perdiendo el tiempo mirandola a la distancia. La musica estaba sonando, y las conversaciones en voz alta parecian el unico modo de hacerse escuchar. Si habia alcohol y buen ambiente, pues nadie se quejaba del alboroto o de los usuales adornos que caian al piso haciendose trizas o las constantes idas y venidas de parejas (no necesariamente monogamas) que subian al primer piso para aprovechar las habitaciones de la residencia Alpha Phi. --No es una conversacion banal --contesto, mientras apoyaba el hombro contra el marco de la puerta. Se llevo la botella de cerveza a la boca y la termino en pocos tragos. Miro alrededor para cerciorarse de que nadie hubiera escuchado la pregunta del imprudente de Justin--, y sera mejor que se lo recuerdes a tu bocaza, porque tengo mucho en juego. --Se que hay mucho sobre la mesa, si --replico Justin, consciente de que habia sido el, el artifice para que Dereck conociera las partidas de Poker ilegal en la ciudad. --Ademas, como bien dices, ya se en donde esta ella. Apenas termine esta cerveza, me acercare para hacerle conversacion. Mi proxima movida sera encontrarmela "de casualidad" en el edificio de la facultad y de ahi surgira algo. --Tienes solo un par de semanas para pagar ese dinero --dijo Justin en tono quedo. Con su cabello rubisimo y ojos celestes tenia un parecido al actor Devon Sawa en sus epocas juveniles. Solia ser el que propiciaba las juergas en la facultad. --No necesitas repetir lo obvio --replico Dereck con fastidio. El Senador era el apodo del hombre que estaba detras de la operacion de prestamos y cobranzas en los sitios que se organizaban las partidas de Poker, no solo para estudiantes, sino para el que le diese la gana de entrar a la mesa, y tuviera reputacion de no hacer trampas. Su hija, Tanya, iba dos anos detras de Dereck en la carrera, y este ultimo necesitaba ganar la voluntad de la muchacha para acceder a una reunion privada con el Senador y solicitar un plazo para el pago de la deuda. Dereck llevaba algunos dias tratando de hallar la forma de aproximarse a Tanya sin parecer subitamente interesado, y no era en vano que estuviera en esa fiesta de la hermandad Alpha Phi. ?Sabria la chica, lo que hacia su padre para ganarse la vida? Aquello era un misterio para Dereck. --Vaya, vaya, tus planes van a mejorar o cambiar, porque la chica que te interesa parece haber decidido ejercer sus tareas de anfitriona y viene hacia aqui --replico Justin de forma subita. --Supongo que el universo conspira a mi favor --dijo Dereck con una mueca. --Creo que la hemos pasado mejor aqui, que si hubiesemos ido a la fiesta de los idiotas de nuestra fraternidad --dijo Justin dandole una palmada en el hombro. --A ver que tal nos va --farfullo Dereck. No era la situacion ideal, porque no le gustaba utilizar a otras personas, pero en esta ocasion parecia ser la unica salida para negociar su deuda sin intermediarios. No se podia llegar a el Senador sin sus esbirros como mediadores, lo que implicaba que un par de matones se encargaran de dar una paliza al deudor. Dereck no tenia interes en perder clases, y llevar varias semanas cabestrillos o muletas. La informacion de que el Senador tenia una hija en la facultad de leyes de Yale, la encontro Justin. Su mejor amigo era un genio informatico y podia conseguir datos encriptados de la dark web sin problema. A juicio de Dereck era lo minimo que podia hacer, despues de haber sido el culpable de llevarlo a las mesas de juego. Dereck, con sus resplandecientes ojos azul claro y el espeso cabello negro, era el equivalente a un joven veinteanero con apostura, seguridad innata y sentido aventurero. Despues de su duro inicio en la vida, lo que menos le apetecia era regresar a ese estado de carencias. Estaba dispuesto a todo con tal de salir de ese embrollo. --Esta es la primera ocasion que te veo en la casa Alpha Phi --comento la suave voz de Tanya, mirando a Dereck, y refiriendose a la preciosa propiedad en la que residian las chicas de la hermandad--. Lo digo, porque soy la encargada de llevar la lista de invitados. No sabia que eras amigo de mis companeras. El se rio, y cruzo los brazos, haciendo que sus musculos resaltaran sobre la camisa azul marino. Todas las chaquetas estaban guardadas en el ropero, y el interior estaba perfectamente adecuado con la calefaccion. La madrugada tenia como componente principal una fuerte nevada. El frio exterior garantizaba que la fiesta iba a extenderse hasta las primeras horas de la madrugada, pues nadie queria salir en plena oscuridad a tratar de encender automoviles o pagar un taxi. --?Feliz Ano Nuevo? Creo que es una frase propia de este dia --replico con una media sonrisa. Viendola mas de cerca Tanya no la clase de mujer que deslumbraba, pero si provocaba ganas de pasar un buen rato a su lado. Llevaba un vestido rojo ajustado a unas curvas modestas, y el cabello negro azabache le caia en cascadas por la espalda. --Oh, es cierto --replico ella--, !feliz ano nuevo! --Se acerco y le dio un abrazo--. Como lo he hecho todo del reves, pues ahora toca presentarme --extendio la mano pequena y de unas pintadas de rosado--, soy Tanya Hatty. --Dereck Toussaint --dijo el estrechandole la mano con firmeza--, y creo que te he visto en la facultad de leyes. Ella asintio. --Si, quiza por eso te me hacias algo conocido --replico--. ?Te dieron un tour por la casa? --pregunto en tono de flirteo. Aquella era una invitacion abierta a que la acompanara a su habitacion, y pretendia dejarlo muy claro. --No sabia que era una de las posibilidades --contesto el de buen humor. --He notado que me has estado observando esta noche, asi que decidi cortar el tema visual y acercarme. Despues de todo soy una de las anfitrionas de la fiesta. Dereck esbozo una sonrisa cinica. --Jamas me atreveria a contradecir a una dama --dijo haciendole un guino --, en especial una tan guapa. Tanya se rio. Su tono era suave, pero su risa, chillona. A Dereck le fastidio, pero sabia que ella era un medio para un fin que, a diferencia de otros casos, podia salvarle el pellejo. Ya habia aprendido su leccion, y si lograba salir de este embrollo financiero no volveria a pisar una jodida sala de Poker, legal o no. --Entonces, ?vamos a hacer ese tour por la propiedad? --pregunto ella. Dereck preferia conquistar a ser conquistado, y no tenia que ver con los consabidos tintes machistas, sino porque era su naturaleza. No en vano intentar ganar casos legales era su mayor interes. Le gustaba encontrar las causas, recoger testimonios, investigar, defender, conquistar y ganar. Estaba en sus venas. Que Tanya se sintiera atraido por el y hubiera tomado la iniciativa, le haria el camino mas facil cuando le planteara la posibilidad de una reunion con el Senador, y cuyo nombre legal era Charlie Hatty. Imaginaba que la muchacha creia la fachada de Charlie ante la sociedad, en la que se presentaba como un agente deportivo. --Te hago una contrapropuesta --le dijo en tono encantador--. ?Que te parece si mejor, en la tarde cuando estemos repuestos de la fiesta, te invito un cafe? Le parecia una pesima estrategia acostarse con ella, y luego perderla de vista. Queria acercarse a Tanya hasta ganarse su confianza, y despues conseguir su objetivo. --Ah, me gusta la idea --sonrio con coqueteria. --Eso no implica que deje de interesarme conocer tu habitacion mas adelante, y quiza en un escenario menos congestionado --replico Dereck, porque no queria que ella pensara que estaba rechazandola. Herir el ego de una mujer que tomaba la iniciativa era un suicidio estrategico, y el no tenia espacio para equivocaciones. --Quiza --replico Tanya. --Dame tu numero telefonico. --Ella asintio y asi lo hizo--. Ya me marcho. --?A las dos de la madrugada y en plena fiesta? --pregunto ella. --Aunque hace un frio de mierda afuera, prefiero irme ahora con mis amigos, porque tenemos el automovil disponible, y uno de nosotros, que no soy yo, no esta pasado de tragos. -- Se inclino hasta dejar su boca cerca de la oreja de Tanya, y agrego--: Nos vemos manana. Te escribire. --Asi lo espero --murmuro ella. Cuando sintio el temblor que recorrio a la muchacha, Dereck sonrio para sus adentros. Conquistar a una mujer se le daba muy bien, y el siempre se salia con la suya. No recordaba una ocasion en que hubiera recibido un "no" como respuesta. Horas mas tarde, cuando Dereck tenia suficiente cafeina en el cuerpo para revivir, vio a Justin entrar en la sala del apartamento que compartian a pocos minutos del campus. Ambos eran companeros de fraternidad, pero habian optado por vivir fuera de ella. Pertenecian a Alpha Delta Phi. --Tengo una buena y una mala noticia --anuncio Justin. Llevaba en la mano una bolsa de una conocida cafeteria de la ciudad, y de la que era propietario. El y su familia tenian importantes negocios de comida repartidos en la costa este del pais. A veces, Dereck no entendia la tendencia de su mejor amigo de meterse en lios ridiculos. Dereck aparto la mirada del ordenador. Su hermano mayor acababa de enviarle un correo electronico con una propuesta para que se uniera al equipo legal de la compania apenas se graduara en Yale. Le estaba ofreciendo un cargo en el que podia practicar todo lo aprendido y desenvolverse en el ambiente corporativo vinculado al manejo de fondos de inversion. No solo eso, sino que iba de la mano de una paga estupenda. Claro, para graduarse todavia le quedaban algunos meses por delante. --Dime la buena primero --replico Dereck, apoyando la espalda en el respaldo de la silla giratoria, y cruzandose de brazos. Justin se rio, porque sabia que su amigo podia ser cinico, pero intentaba a toda costa de buscar el lado positivo de las desgracias. --He encontrado otra forma de salir del territorio de el Senador, y pagar tu deuda --dijo sacando un cruasan y llevandose medio trozo de una sola vez a la boca. Mastico un poco, y luego agrego--: Aunque requiere una estrategia similar. --?A que te refieres? --Ya que no aceptas que te haga yo un prestamo... --No quiero deberte nada, idiota, conozco que pretenderas que sea tu adepto seguidor en tus chorradas, asi que no --interrumpio Dereck, y Justin se carcajeo. --En todo caso --se encogio de hombros--, yo conozco a un abogado muy importante que necesita alguien a punto de graduarse para hacer practicas en su firma legal. El es amigo de mi familia, y gracias a quien obtuve la carta de recomendacion que me hacia falta para entrar en Yale. Si le refiero tu nombre te va a dar la oportunidad de trabajar en su oficina. --?Y por que no tomas tu esa oportunidad? --pregunto Dereck. --Porque no me interesa el derecho corporativo, sino el derecho penal, ya lo sabes --replico limpiandose la boca con el dorso de la mano. --No se en que me beneficia pedir un trabajo si el total del dinero no me lo van a pagar como si fuese una bonificacion. ?Eres idiota o que te pasa? Justin agarro la cafetera, y se sirvio en una taza un poco de cafe. --Este abogado, Byron Ashford, tiene una debilidad. --Dereck odiaba cuando Justin empezaba con sus frases a medio decir como si fuese un jodido escritor de thrillers--. Se trata de su unica hija. --A veces no se por que te considero mi amigo, Justin, de verdad. ?Que crees que es una ruleta rusa o tienes complejo de guionista barato? Justin se rio y se sento en la silla frente a la de Dereck. --El asunto es que tu ya conoces a la hija del amigo de mi familia, porque curso las primeras materias de leyes con nosotros, pero luego se retiro. Y ese fue un duro golpe para Byron. Nada le gustaria mas que convencerla de regresar a la carrera o al menos que trabaje con el en la firma legal. Dereck estaba empezando a perder la paciencia. --Termina de desarrollar la "buena noticia" --dijo Dereck con tedio. --Bien, bien, a lo que iba. Da la casualidad que la hija de Byron trabaja en Meets & Coffee, mi cafeteria en el centro de la ciudad, y hoy revise los turnos de los camareros, y ella esta en la lista supliendo a una de sus amigas que llamo a excusarse. --?Y? --Si logras convencer a Cassidy Ashford de trabajar en las oficinas de su padre, Byron te abrira las posibilidades que quieras en su compania. Y eso incluye hacer un anticipo salarial. El dinero le sobra, pero su hija es lo mas preciado. Quedara muy agradecido al notar que tu influencia en ella, como amigo, consigue lo que todos estos anos el no ha podido. Los hombres como Byron, dedicados a la familia, tienen un punto debil, y consiste en que su descendencia aprecie el legado que pretenden dejar, mas no evadirlo como Cassidy. --Tengo solo cinco semanas para pagar ochenta mil dolares. ?Como cojones piensas que voy a convencer a una mujer adulta de hacer algo que no le interesa, y por lo que renuncio a toda una jodida carrera en Yale? Esta idea tuya, exactamente como la de Tanya, es igual de estupida. A veces no se por que mierda te escucho. --Ejem --dijo carraspeando--, esa es la buena noticia. Ademas, no tiene que regresar a la carrera de leyes, sino aportar con sus conocimientos en la firma legal. A Byron le dara igual lo que haga con tal de que deje de trabajar en mi cafeteria. --Despidela. Justin se echo a reir. --Cassidy y yo somos amigos, por supuesto, asi que jamas le haria algo asi. --?Por que no la convences tu si sabes que te ganarias la voluntad, por ti mismo y no por influencia de tu familia, con el abogado ese? --Porque no me interesa el derecho corporativo, ?estas sordo, Toussaint? Dereck lo miro con fastidio. Necesitaba encontrar un modo de conseguir ese dinero sin comprometer su lealtad con sus amigos. Muchas amistades se perdian por cuentas mal hechas o faltas de pago. --Iluminame, Justin, ?cual es la mala noticia?

  • Rosas al anochecer de Cristina Font Briones

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    Los cuerpos congelados de Sofia Duarte y Daniel Saez son hallados aun con vida a unos kilometros de la localidad de Javea. La noticia causa incertidumbre sobre el extrano suceso acaecido a dos personas que, en apariencia, no se conocen de nada.Un mes antes, sus caminos se cruzaron en Valencia y surgio entre ellos una fuerte e inusual atraccion.

  • Amor con fecha de entrega de Silvia Garcia Ruiz

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    ?Que pasaria si la editora de un importante grupo editorial prometiera a una chica comun y corriente leer su manuscrito a cambio de que ella ayude a Miss Dorothy, una afamada escritora de novela romantica, a terminar ese libro que tanto se le resiste?

  • Librame de todo mal de S. A. Kirchen

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    La primera vez que el morbo se tradujo en humedad, la adolescencia afeaba un poco mi rostro con granos y espinillas, y me sorprendio paseando distraida hacia mi casa desde el instituto. Por expreso deseo materno, nunca cruzaba el atajo del cementerio viejo con tal de acortar el trayecto. Ella aseguraba, a propios y ajenos, que el sendero lo plagaban las animas atormentadas vagando sin reposo. Explicaba apasionada, un sinnumero de historias fantasticas sobre aparecidos y entes andrajosos visionarios de infortunios, que sugestionaban a los parroquianos hasta el punto de abandonar a sus muertos el Dia de Todos los Santos. Yo creci en ese ambiente religioso opresor, siempre temerosa al castigo divino, donde no era admisible pecar ni de pensamiento. ?Que me empujo a quebrantar la norma? Yo era carne de beata, siempre recatada y pudorosa. Mi uniforme escolar daba fe de ello; los calcetines bien altos y el dobladillo de la falda por debajo de la rodilla no dejaban un centimetro de piel al aire. Entonces, ?como sucedio? Hoy tras anos de mantener relegado aquel recuerdo al cajon desastre de mi memoria, comienzo a darle credito a las fabulas de mi madre; algo hubo de arrastrarme inconscientemente por aquella trocha estrecha y poco transitada, colmada de piedras caidas de los muros resecos y de la tierra, que, convertida en polvo, se fijaba a los mocasines lustrados en la manana. Cada rama que pisaba, mi mente la convertia en el crujido de un hueso al quebrarse. Cada hoja que me rozaba, eran jirones del atavio para amortajar de alguna novia suicida. Temblaba con cada soplo de viento que movia mi cabello, y me aferraba a la carpeta escolar como si fueran misales con la propiedad de ahuyentar a los espiritus molestos por mi intrusion. Sufri alucinaciones de todo tipo, hasta el punto de sudar en frio y respirar atropelladamente aquejada por el panico a lo desconocido o a lo imaginario. Me apresure a salir de la hijuela --se me antojo una peregrinacion-- con pasos acuciosos. Sin embargo, en mi fuga, el pie se enmarano en un raigon y al abrir los brazos para no perder los dientes en el batacazo, solte la carpeta y el contenido se desperdigo fuera de la senda. Ni sacudi la suciedad de la ropa, de un brinco me alce. Con miedo atroz, trizaba zarzales a manotazos sin acusar el escozor por los rasgunos de sus espinas. Asi, fui penetrando en el margen de la vereda y los vi. En el pueblo todos nos conociamos, y todos tambien teniamos un apelativo, por lo general otorgado en honor a alguna aptitud, labor, defecto o tara heredada de un antepasado. En mi casa eramos los Coratos, en recuerdo al caracter montaraz de una abuela. Los que estaban desnudos en el claro, rodeados de espesura silvestre y yerma, tampoco se libraban. Ella era Palmira, La Dona, nunca supe a que venia el apodo, era la esposa del alcalde, un hombre regordete y bigotudo, con los brazos desproporcionados en comparacion a su corta estatura, siempre apestando a puro, vino barato y refrito de bar. Yo les llamaba La extrana pareja. Las carencias fisicas del marido, eran superadas con nota por la belleza delicada de la mujer y, sobre todo, por su elegancia. Su acompanante no era el alcalde, si no el capellan, un hombre bien parecido y admirado por todas las devotas que proclamaban bondades de su persona. Alarmada, podria narrar como el pavor a ser sorprendida atenazaba mis musculos, podria, pero no; la imagen me subyugaba a seguir camuflada tras los matojos. Desde mi posicion podia sentir el sonido de sus besos arrebatados. El, le sujetaba con ambas manos la cara, sosteniendola con la maravilla que se admira un milagro; ella desabotonaba su camisa de abajo a arriba, dejando a la intemperie un torso definido y masculino, bien formado. Que extravagante es la vida, nunca habia contemplado a un hombre desnudo y el padre Samuel iba a mostrarme todas sus inocencias. Centimetro a centimetro, La Dona, fue retirando las prendas que entorpecian el acceso a la zona mas casta a mantener por un ministro del Senor, y cuando aparecio ante mis pupilas perplejas aquel pecado erguido, ahogue un grito de estupor. La mujer no tuvo remilgos en abandonar la boca hipocrita que, en la manana, habia impuesto penitencias a las confesiones de sus feligresas, para trazar con sus labios un rastro ardoroso derecho a calmar los latidos del miembro que acariciaba. Mi cuerpo tambien se agito expectante y acalorado, ardian mis mejillas y mis pulmones demandaban henchirse mas veces y mas profundamente. La mujer se postro ante el, aun vestida, mostrando los hombros, lo unico que le habia dado tiempo a descubrirle. Alzo la mirada desde su posicion, implorando ante aquel altar, relamiendose ansiosa de mimar sus exvotos expiatorios, y seguido, repaso con su lengua la envergadura exhibida sin reparos. Ahi, mis pulmones se vaciaron. A la par, en mis entranas principiaba un cosquilleo viciosamente agradable. Cuando ella le proporcionaba una caricia falica intensa, un millar de sensaciones se originaban alrededor, equivalentes a una sinfonia tosca de jadeos, paladeos, chasquidos y palabras sensuales, que me llegaban amortiguadas, pero con la energia estimulante precisa para avivar mis hormonas donceles. De repente, el, con voz ronca y excitada, rogo que se detuviera apartandole la cabeza de su intimidad, obligandola a levantarse. La observaba fervido, igual a un imaginero su obra sagrada, y fue desarropandola sin prisas, boton a boton, sosteniendole la mirada. Ambos desnudos se tumbaron en la yerba poco mullida. Los besos eran furiosos, suculentos, delirantes... Mordia el cuello de La Dona, que se contorsionaba bajo la figura del pecado. Tomo sus senos cual lactante hambriento y, cuando creyo haber catado suficiente, siguio buscando otro oasis en donde saciar su sed. No tardo demasiado en emplazarlo. Situando su boca en los labios intimos de la mujer, conseguia que gimiera retorciendose sin control implorandole un receso. No cedia a sus suplicas, al contrario, su lengua repasaba los pliegues del deseo, hurgaba en su cavidad intima y se centraba en saborear los jugos de la excitacion femenina, inmovilizando sus piernas, exponiendola de par en par ante el, absorbiendo sin reten la ambrosia ofrecida. Mi inquietud se habia convertido en agitacion y el calor, en llamas. La ropa interior empezaba a impregnarse de fluidos desconocidos hasta aquel entonces, mi libido intentaba orientarme torpemente sobre los pasos a seguir, hasta que la pareja cambio los juegos orales por los carnales. Ella, aun entre espasmos y convulsiones, recibia el primer envite. Se arqueo, el se mantuvo alli unos segundos y salio lentamente, para entrar de nuevo y repetir la operacion, una y otra vez, torturandola por como imploraba y se aferraba a la escasa hierba. Mi mano tomo la iniciativa al reptar por debajo de la falda. Estaba mojada, mi intimidad habia cambiado al tacto, era mas suave y mas esponjosa. Las censuras me asustaban y palpaba con aprension. Subitamente todos mis escrupulos se evaporaron junto con mis bragas, permitiendo a los dedos acariciar mi sexo, experimentando a darme placer sin mas prudencias. Con la falda por encima de las rodillas y con las bragas a la altura de los tobillos, escudrinaba la manera idonea de avezarme en enfasis a aquella fogosidad, ya no observaba a la pareja, verme a mi era asaz. Inesperadamente, una contraccion mas grata a las anteriores se manifesto imparable. Manipule mi vertice de goce, ignoto hasta el momento, y aprendi a presionarlo con el vigor adecuado para obtener una sacudida en respuesta. Algo restallaba dentro licuando mi candidez puber, tornando mi inocencia en un flujo viscoso y tibio que resbalaba entre mis nalgas. Lleve los dedos empapados a la boca, curiosa en conocer mi sabor y aroma, sin dejar de dedicarle fricciones intensas al punto erogeno profanado, succionando mi indice instruida por la vision de La Dona hacia unos minutos, y sin darme tregua a mi misma alcance el extasis. Contuve los gemidos mordiendome los labios por respeto a los adulteros de fe y promesas, que, tras consumar, se regalaban arrumacos de amantes fieles. Fui recomponiendome sin causarles molestia alguna y, tan silenciosa como apareci, me marche. Mi cuerpo aun sensible acusaba los roces de la ropa, tambien el corazon bombeaba la sangre con prisa y note mis pechos pesados y turgentes, entendi la necesidad apremiante de los imberbes companeros de clase, siempre animando a alguna de las chicas populares a complacer sus instintos basicos. Sin embargo, no solo disfrutaba de ese hallazgo, la angustia tambien ocupaba su parcela en mi, conjugando ambas emociones en diferente proporcion, y, con cada paso que me aproximaba a casa, la aprension ganaba al gozo. Mi madre estaria alli, entre sus miles de quehaceres, esperando mi regreso, pendiente del reloj. Con el tiempo habia conseguido diez minutos de cortesia y vadear el viejo osario me regalaba alguno mas, pero el rato de lubricidad superaba al computo total. Desee con ahinco que ella estuviera aquejada por alguna jaqueca, hecho probable, era una mujer victima de sus propias decisiones irreflexivas, producto de su lengua perennemente dispuesta a senalar los defectos ajenos e incapaz de distinguir los propios. Para mi descanso, nadie me esperaba, respire con alivio, habia temido delatarme al mal fingir no conocer sucesos resenables, cuando mis ropas sucias y mis zapatos polvorientos arguian lo contrario. La casa estaba vacia, podia mudarme ajena a miradas recelosas o preguntas incomodas a las que contestaria mintiendo. Evitando que una inspeccion ocular hiciera saltar todas las alarmas, saque brillo al calzado y lo guarde bajo la cama. Con sigilo, cruce de puntillas de mi habitacion al aseo y pase el cerrojo. Al desabotonar la blusa del uniforme y contemplar la imagen del espejo, me vi distinta, concretamente no se que habria cambiado, pero mi cuerpo me gustaba mas que en la manana o en la noche anterior. Repase con suavidad la rosada aureola que al contacto recuperaba tersura y mis senos tomaron forma sugerente, apetecible. Acariciaba las protuberancias semejantes a fresas y las pellizque, primero con tiento, luego con mas crudeza. Un jubilo chocante, entre gusto y desagrado, conecto mi sexo. Desabroche la falda y hasta el sonido al caer fue provocador. Mis braguitas de algodon con blonda infantil, estaban sucias, con briznas de paja y restos de arena; aun humedas, las baje, lanzandolas de un puntapie a un rincon del bano y de nuevo examine mi reflejo escandaloso, recobrando la exploracion en donde la habia dejado antes de descubrirme a mi misma. Entre mas maltrataba mis indefensos pezones, mas necesitaba escarbar en mi libidine e introduje el dedo corazon para notar el pulso en mi intimidad. Nuestro Senor fue habil al dotarnos de tantos dedos en cada mano, logre jugar con mis claves del hedonismo a la vez, aprendi a satisfacerme en menos tiempo del que emplee en la invocacion al Espiritu Santo. Cuando mi familia regreso de sus quehaceres, yo habia preparado la cena, puesto la mesa y esperaba acabando mis tareas escolares. Presentia que, si me observaban con detenimiento adivinarian mi intrusion en esos horizontes intemperantes. Asi que opte por intentar pasar inadvertida. En principio no deberia de ser una empresa dificil, en casa solo notaban mi presencia en caso de retrasarme. La noche estuvo llena de suenos variopintos, situaciones inconcebibles y tentaciones insolitas, en donde un fraile, poseia mi cuerpo haciendolo retorcer bajo sus habitos de saco, desgarrando su pureza con mi total entrega.

  • El ejercito de los sonambulos, Wu Ming de Wu Ming

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    Paris, enero de 1793. El rey Luis XVI esta a punto de ser guillotinado y la ciudad bulle entre el entusiasmo de los partidarios del nuevo orden y las conspiraciones de los monarquicos. El Terror no tardara en llegar, y la Revolucion entrara en una fase critica.

  • La mision de Bullsi de Alfonso San Eugenio

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    ?Hasta donde estarias dispuesto a llegar para conseguir tu sueno? Bullsi, un joven campesino que aspira a ser un gran aventurero legendario, sale de su pequeno pueblo natal para buscar aventuras que lo conviertan en una leyenda.

  • Una estrella para el demonio de Ahna Sthauros

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    El antano general ruso Leivan Angelovitch se ha convertido en demonio de la lujuria por culpa del engano del Angel Caido llamado Dazel. Su hermosura y esa sensualidad que exuda de forma automatica lo han llevado a ser uno de los demonios mas poderosos, pero, ahora, sus existencia gira alrededor de dos conceptos: el odio y la venganaza.

  • Tras el cristal de Ricardo Gomez Gil

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    No pude estudiar, asi que trabajo en una tienda. Habra quien piense que esto es una advertencia; que con ello quiero decir que si no estudias caera sobre ti la maldicion de trabajar en una tienda, pero no es eso. La mia es una tienda de ropa y lo que pretendia decir es que no se necesita haber estudiado para hacer bien mi tarea. Y lo digo ademas para que se sepa pronto que soy un don nadie. Aunque no estoy insatisfecho con mi profesion. Me gusta. Hay lugares peores en los que uno tiene que ganarse la vida, incluso habiendo estudiado. Conozco a gente que dedico miles de horas a los libros, que sacrifico al saber fines de semana y vacaciones y que acaba sometida a horarios crueles, a la disciplina de un jefe botarate, inclinada sobre una mesa o sufriendo penalidades. Yo he tenido suerte. Se me ocurren decenas de oficios mas desagradables que el mio, con estudios o sin ellos. Cualquiera que haya entrado en una tienda, que es casi todo el mundo, puede imaginar que lo mas duro son los calendarios y los horarios. Dejando aparte los periodos en que los duenos echan el cierre, que no son muchos, todo el ano tienes que andar bregando, incluyendo los sabados y los dias que preceden a las fiestas, que es cuando mas se vende. Los horarios tambien son implacables, de la manana a la noche. Pero quitando eso, la tarea es comoda. Se esta a resguardo de la lluvia y del frio de la calle y en los dias mas calurosos se disfruta de aire acondicionado. Antes no era asi, pero ahora las tiendas suelen ser refugios confortables. ?Quien entraria aqui si este fuese un sitio hostil? La temperatura es estable, hay musica relajante de fondo, el entorno es limpio, la decoracion se cambia cada poco y el trato es, por lo general, amable. Ademas, los ratos en que no hay clientes se tiene mucho tiempo para pensar. Visto desde el escaparate de una tienda, el mundo resulta fascinante. Habra quien diga que un viaje a China tambien lo es, pero yo no le veo la gracia a recorrer miles de kilometros en pocos dias. ?Quien, a esas velocidades, puede apreciar los pequenos detalles que hacen de la vida lo que es, la suma de delicadas pinceladas que componen un cuadro? Aqui el horizonte es estrecho, el limitado por los extremos de la cristalera, pero si uno se acostumbra a observar a la gente con el paso de los dias descubre habitos, vicios, ritos, costumbres y manias. Y en un instante, el menos pensado, se rompe la rutina, brota la sorpresa y, entonces, los acontecimientos se precipitan. Tambien en esto me considero afortunado, quiza porque nunca me gustaron los libros. Hay empleados que distraen las horas muertas hojeando revistas o novelas, pero a mi ni se me ocurre. No digo que leer sea malo, cada cual es dueno de ocupar los ratos de descanso en lo que quiere. A mi lo que me apasiona es observar a traves del cristal, mirar, imaginar... Alguien se burlara si digo que a veces echo de menos trabajar domingos y dias de fiesta, porque sospecho que el comportamiento de la gente que pasa por aqui debe de ser muy distinto los laborables que los festivos. Pero de lunes a sabado compongo mis teorias acerca de lo que son las existencias ajenas. Aunque esta tienda lleva abierta mas de cuarenta anos, trabajo en ella desde hace quince. Se que es mucho, teniendo en cuenta que hoy todo el mundo cambia de trabajo cada dos por tres. Tal vez, como no he estudiado, no pueda aspirar a otra cosa distinta de la que hago, pero ya he dicho que esto me gusta. En estos quince anos he visto como bebes que hace nada iban en cochecito se transformaban en adolescentes, como algunos ancianos desaparecian, como vienen y van familias enteras, gente que cambia de barrio, otros que llegan. Yo soy un mudo testigo de estos cambios. Nadie entra en una tienda para avisarme: <>, <>, <>, <>... Sin embargo, yo me entero de todo. Incluso diria que quienes pasan por aqui me ignoran, pero no me importa. Dejando aparte el que me gane la vida en la tienda, me gusta estar aqui por el placer (insano, lo reconozco) de tener a la vista las vidas ajenas. Conozco muchos detalles de clientes que vienen por aqui, pero tambien se cosas de gente que nunca ha pisado esta tienda y que jamas lo hara. Es la posicion privilegiada de quien no tiene mas aspiraciones en la vida, de quien dispone de todo el tiempo del mundo para observar. Resulta apasionante ver a la gente moverse de aca para alla y, cuando la puerta esta abierta, captar retazos de conversaciones. Es como pasar todo el dia viendo una larguisima pelicula, con momentos de suspense que te dejan boquiabierto, y en la que es necesario prestar atencion a los detalles para encontrar una explicacion que tarde o temprano acaba por llegar. El miercoles de la semana pasada, por ejemplo, una ambulancia se detuvo a la entrada del portal, a pocos metros de aqui. De ella descendio primero dona Marta, que vive en el 3o C. Luego, un camillero ayudo a bajar a su hija en silla de ruedas. De pronto encajaron pequenas escenas que hasta ese momento carecian de significado: la madre, dos dias antes, salio de casa cargada con una bolsa y subio a un taxi; y el padre, que suele regresar hacia las siete de la tarde, esos dias volvio mas temprano. ?Que habia ocurrido con su hija? ?Una operacion de apendicitis? ?Una fractura de cadera? !Nada de eso! La chica sufrio un navajazo el sabado anterior, y ya han detenido al culpable, segun los vecinos. Alguno de estos, por lo visto, lo conocia. ?Fue un atraco, un asalto sexual? ?Donde y por que la hirieron? Pobre chica, espero que no haya sido grave... Hace nada entro aqui a comprar una cazadora. Tendre que esperar a los proximos dias para conocer mas detalles. Casi todo se acaba sabiendo. Claro que estos sucesos son excepcionales. Este es un barrio tranquilo. Lo que sucede alrededor no merece un par de lineas en un periodico y, sin embargo, la accion es continua y los pequenos misterios estan a la orden del dia. Ningun guionista podria anticipar que va a ocurrir una semana mas tarde. Esto es la vida misma. Como en las series de television, personajes que durante meses han sido secundarios, un dia se tornan protagonistas. Gente que siempre he visto pasar lejos del escaparate, de pronto se detiene, mira con interes, entra y desembolsa una buena cantidad de dinero para lucir ropa nueva. ?Que ocurrio en el pequeno mundo de la mujer madura que pasea su perrita, hasta ahora desalinada y vestida con astrosos chandales, para que de pronto decida cuidarse y cambiar de aspecto? ?Que le llevo a pensar que su vida no esta acabada? ?Suena con un novio o lo encontro ya? ?O solo le toco la loteria? En los proximos episodios... La vida me ha ensenado lo que se. Y se que no hay existencia trivial. Isidro, por ejemplo, es conductor de autobuses. Un dia entro a ultima hora de la tarde buscando un regalo urgente para su mujer. Debia de ser su aniversario de bodas, quiza el cumpleanos de ella. Tras rebuscar y solicitar precios de casi todo, se llevo un panuelo, que debia de ser lo unico que podia permitirse. Desde entonces, y hace ya mas de tres meses, su mujer lo lleva siempre puesto. ?Cual es la historia de amor de esta pareja madura que pasea siempre de la mano? Los sabados van a la compra al mercado cercano y el no consiente que ella vaya cargada: el tira del carrito y de algunas bolsas, la trata como si fuera su princesa. Y sus hijos... ?En que escuela aprendieron estos padres a criarlos tan bien? Tampoco estudiaron Isidro y Carmen, a la vista esta, pero es casi seguro que sus hijos llegaran a ser sabios. No hay mas que verlos. Quienes entran en una tienda dan mas informacion de lo que sospechan. Estan la forma de vestir, si saludan o no, la manera de hablar, como sacan los billetes o la tarjeta... Y luego, como se comportan al seleccionar una prenda o entrar en el probador. Con el tiempo se aprende a distinguir las personas resolutivas de las indecisas, y en ocasiones hago apuestas conmigo mismo acerca de si compraran o no, y gano casi siempre. Hay una mujer alemana, por ejemplo, ya mayor, de quien solo se que se llama Monika. Debe de trabajar en un laboratorio de investigacion o algo parecido, porque un dia la oi hablar por telefono de asuntos tecnicos y exigia que se repitieran unos analisis y se calibrara bien una maquina. Es un ejemplo de mujer resolutiva, acostumbrada a tomar decisiones. Sabe siempre lo que busca: toma un par de prendas, generalmente trajes de chaqueta, entra al probador y compra uno de ellos. Pasaria desapercibida de no ser por un detalle en apariencia insignificante. Siempre abre su cartera sobre el mostrador dejando a la vista una fotografia antigua, de un hombre vestido con chaque y pajarita. Mantiene visible esa foto desde que pregunta el precio hasta que acaba los tramites con la tarjeta, y en los tiempos de espera baja repetidamente la mirada hacia la imagen de ese hombre de aspecto distinguido y acaricia la fotografia a traves del plastico. Ha ocurrido tantas veces que tengo la certeza de que son padre e hija, aunque quiza el haya muerto ya, a juzgar por lo avejentado del papel. Puedo suponer que la foto se tomo cuando el era joven y Monika una nina, o tal vez ella ni siquiera hubiera nacido. ?Que vinculo misterioso ata a esas dos personas? ?Que la enorgullece tanto de ese hombre como para mostrarlo tan abiertamente? ?Cuantas veces al dia, al abrir su cartera, contempla esa foto, y no la de su marido o de sus hijos, si es que los tiene? Sospecho que si le preguntara por ello, su voz y su seguridad germanica se quebrarian e hilvanaria entre lagrimas algun emotivo relato. Muy diferente de esa otra mujer, que ha entrado al menos una docena de veces y jamas ha comprado nada. !Ni unas medias! Entra, observa, rebusca, se prueba, no solicita opinion, apila prendas sobre el mostrador y, al final, pide disculpas y dice que se lo pensara, que volvera otro dia. Lo asombroso es que, en efecto, vuelve otro dia para repetir casi con exactitud maniatica sus mismos gestos. La experiencia me ha ensenado que estos casos son los mas apasionantes. Esta mujer, con sus habitos machacones y su indecision, puede ser una fuente de grandes sorpresas. De un personaje aventurero se espera cualquier cosa, pero ?de que sera capaz esta mujer el dia que rompa sus manias? Hay algo que resulta misterioso en ella, y son sus silencios. Abre y cierra la puerta con sigilo, anda como si levitara sobre el suelo, habla con una voz que parece un susurro y me he fijado que rasca con sus unas las prendas que se prueba, y las frota acercandoselas al oido. Utiliza un criterio extrano cuando selecciona la ropa, lo mismo una casaca que una falda, unos pantalones que un gorro, de colores variados y estilos antiteticos. ?Que busca esta mujer, en realidad? A traves del cristal la he observado entrar en otras tiendas y sospecho que reproduce las mismas maniobras, porque jamas la he visto cargada con una bolsa. Detalles. Oi una vez que uno puede ser casualidad, que dos es confirmacion, pero que tres es ley. Hay comportamientos incomprensibles, pero que deben de tener su explicacion. Un hombre viene de vez en cuando por aqui a comprar pequenos complementos: calcetines, alguna camisa o ropa interior. Antes de salir, quita las etiquetas de todas las prendas, pidiendo unas tijeras incluso, y comprueba con maniatica obsesion que lo que se lleva, !sin bolsa, entre las manos!, este libre del mas pequeno adminiculo. Todo lo que se lleva es blanco y en ocasiones ha desechado alguna prenda por tener una minima raya de color o un discreto bordado. Se diria que esa obcecacion por la limpieza es sindrome de alguna mania sexual, pero a saber... Me gusta la calle. !Es hermosa! A veces el sol luce generoso, pero otras, incluso en dias despejados, parece enfadado y decidido a escarmentarnos. Si llueve, el cemento de las aceras despide un aroma agradable y los arboles parecen recien pintados. Esta tarde hace un calor de plomo, la calle esta desierta y el aire vibra en los bordes de las cosas. No hay nadie que entre a la tienda a estas horas, aunque estamos en epoca de rebajas, y por eso tengo tiempo de charlar con ustedes. No sera mucho mas, porque en un par de horas hombres, mujeres y ninos saldran a pasear, como si el cielo les hubiese perdonado y ya pudieran salir de casa. De nuevo la calle se convertira en un espectaculo. De haber estudiado, a mi me gustaria haber hecho Psicologia. Creo que poseo un don innato para detectar emociones que a otros les pasan desapercibidas. Si dentro de un rato quisieran salir conmigo les mostraria: aquella chica, ese muchacho, la mujer de alla, el hombre que viene por la acera... viven un gran amor. Pero no hay que fiarse de las apariencias. Hay jovenes que pasean cogidos de la cintura cuyos rostros delatan un enorme aburrimiento, y parejas que miman a sus criaturas y en cuyas miradas no aparece la menor huella de su antigua pasion. Y eso es triste. Igual que uno contempla como los ninos crecen y como los adultos caminan hacia la vejez, tambien se ve como ciertos amores declinan y acaban por esfumarse. Uno de los casos mas dramaticos es el de Adriana, que no hace muchos anos llego aqui con su reciente marido. !Ella se lo comia a besos por la calle, como comiendose el mundo! Hoy los dos se ignoran, apenas se hablan. Mantienen las convenciones y el acompana a su mujer a veces a la tienda, pero yo se que cuando ella escoge una ropa no se viste para el. Se ve en la forma en que se prueba los vestidos, mirando a su marido como si fuese una nube de gas. Apostaria algo a que tiene una aventura, que la mantiene viva cuando el marido no esta.

  • El Protector Elegido de Checko Martinez

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    La ciudad de Terrance Mullen esta siendo atacada por seres sobrenaturales. Solo el Protector Elegido y sus amigos podran ponerla a salvo.

  • ?En tu mesa o en la mia? de Rachel Rp

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    Olivia acaba de ser despedida porque han descubierto que sus acreditaciones son falsas. Todo por culpa de la secretaria de su jefe al cual no ha tenido ni tiempo de conocer. Pero no va a dejar las cosas asi, y menos despues de una noche de alcohol. Lo que tiene claro es que piensa vengarse de ella.
    Kenneth Crown, dueno de TransOcean, acaba de salir del hospital tras ser atendido por sobre carga de trabajo. A sus treinta anos ha conseguido lo que el resto a los cincuenta.

  • ?Jugamos? Animate a amar de Samantha Young

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    Soltar el pasado + Perdonarse = Abrirse al amor
    Creyo que una propuesta de matrimonio le permitiria escaparse, pero solo ha agregado mas dolor a su vida.
    Nada salio como lo esperaba.
    La culpa por las decisiones equivocadas no la deja dormir
    y sus suenos frustrados son una carga tan pesada...
    Cuando creia que ya no era capaz de amar ni dejarse amar, todo cambia en su vida. ?PODRA NORA ANIMARSE A SER FELIZ?

  • El desafio de Henry (Slow Death 4) de Antiliados

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    Henry Strom, bateria del grupo Slow Death, alegre, bromista, siempre con una sonrisa en el rostro, ha visto como sus companeros han ido cayendo en las garras del amor, uno tras otro. Pero el se niega a cambiar su estilo de vida desenfadada. El rock, las fiestas y el sexo van de la mano segun el. Y no piensa perder eso. Verse envuelto en una relacion seria y que todo se convierta en algo aburrido y monotono no le interesa.
    Todas las personas se marcan objetivos en la vida. Proyectos a corto, medio y a largo plazo. Dicen que tienen un desafio ante ellos cuando pretenden lograr el exito en un tema determinado. Pero ?que sucede cuando lo que se pretende superar esta en nuestro interior, en nuestro pasado?
    Una mujer entrara en su vida con ansias de conocer que esconde este alocado roquero con aires de hipster. Un tira y afloja peligroso en el que no se sabe quien ganara, ya que lo que para algunos es el mayor regalo del mundo, para otros es la muerte de su libertad.

  • La Mujer del Diplomatico de Isabel San Sebastian

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    Lucia es una editora que empieza a dejar atras su juventud justo cuando afronta una dolorosa ruptura sentimental. En esa dificil encrucijada, visita el desvan de la antigua casa familiar y descubre, en el fondo de un baul, el diario intimo que su madre, Maria, ya fallecida, escribio durante la crisis de los misiles de Cuba. Desde Suecia, donde ha seguido a su marido diplomatico, Maria narra con angustia los momentos mas tensos de la Guerra Fria, desahoga su miedo ante la amenaza nuclear y se replantea su situacion matrimonial, atormentada por la sospecha de que el tiene una aventura. Su relato --el de sus anhelos, temores, certezas y secretos--, hara que Lucia descubra a una madre muy diferente a la que ella creia conocer.

  • Si yo te contara de Mayte Pascual

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    Voy a vomitar, voy a vomitar, voy a vomitar...>>. --?Te encuentras bien, Nel? Alejo me saca de mis ensonaciones desquiciadas. Trago saliva e intento enfocarlo con un gesto de fingida profesionalidad. --???Yooo??? Perfectamente. --Vale. Lo que tu digas. --?Han llegado ya? --Aun no, pero no te preocupes. He hablado con Pedro y nos avisara cuando entren. <>. Alejo adivina mis pensamientos. --El guardia de seguridad, Pedro. --Perfecto. Avisame, por favor. En cuanto Alejo sale de mi despacho, me hundo en la silla. Estoy en un tris de meterme debajo de la mesa y no hacer acto de presencia hasta manana, pero estoy decidida a mantener el tipo como pueda. Rebusco en el primer cajon de la mesa y encuentro las pastillas que compre el ano pasado cuando tenia una gripe horrible que deberia haber pasado en cama. No hay ni rastro del ibuprofeno, asi que tendran que servir. Me tomo dos con un trago de Coca-Cola helada y noto cada una de las burbujas como cristales clavandose en mi garganta. No habia otro dia. No habia dias en la semana, en el mes, en el ano. Solo podia ser el dia despues de la cena de Navidad de la empresa el elegido por los socios del bufete para convocarnos a una reunion de grupo y tratar los objetivos del proximo ano. --!Ya estan aqui! !Estan en el ascensor! Alejo entra como un loco en el despacho y estoy a punto de tirarme toda la CocaCola encima. --!!Joderrrrr!! --Lo siento, lo siento, lo siento... --Se acerca a mi como una moto y comienza a revisarme el jersey que, como no, hoy he decidido que sea blanco--. No, no hay ni gota, no te preocupes. --Me observa frunciendo el ceno--. ?Seguro que estas bien? --Mira, Alejo, carino... --Intento hablar calmadamente y no perder los nervios--. Si vuelves a preguntarme eso, te juro que el que no estara bien seras tu. --Vale, vale, estas genial, lo pillo. --Alejo resopla y su flequillo se mueve teatralmente--. Espero que estes tan genial con los jefes y no con esa mala leche que te gastas, hija. --No te preocupes. Igual cuando acabe la reunion no me tienes que aguantar mas y me voy a mi casita a vivir del Estado... --Dices unas tonterias, nena... Justo cuando Alejo esta haciendo el mono en medio del despacho, la puerta se abre sin avisar. --Buenos dias, Penelope. --Marcos nos mira sin mostrar ninguna expresion. Echa un vistazo a mi companero y lo saluda con un gesto casi imperceptible--. Alejo. Cuando querais pasamos a la sala de juntas. --Claro que si, ahora mismo vamos. --Cojo todos los documentos que tenia preparados y voy hacia la puerta, aprovechando el camino para darle un empujon a Alejo, que se ha quedado petrificado. Me encantaria arrancarle la cabeza ahi mismo, pero me limito a lanzarle una mirada de grado diez, que recibe con gesto de panico. Correteamos por el pasillo detras de Marcos como sus perritos falderos y entramos en la sala de juntas los ultimos. Como no. --Buenos dias a todos. --Marcos espera a que Alejo y yo estemos sentados mientras los demas nos miran disimuladamente. Y yo me siento la mas gilipollas del mundo. Se positivamente que es muy probable que tenga los mismos coloretes que Heidi--. En primer lugar, nos queremos disculpar por no haber podido asistir anoche a la cena anual, pero acabamos de volver de Bruselas. Miro a Jacques y a Beltran, pero los dos tienen la misma expresion que Marcos: ninguna. No se si va con el puesto o si cuando tienes tanta pasta te da un aire y te conviertes en un muneco de cera, pero jamas he visto tres caras tan inexpresivas. --Por otro lado, hemos estado analizando todos los expedientes de este ano y, aunque no podemos negar que los resultados han sido muy buenos, queremos que los proximos doce meses sean, cuanto menos, excelentes. No puedo evitar mirar de reojo a Maria, que no hace mas que carraspear y tomar sorbos de su botella de agua. A pesar de sus cincuenta y cuatro anos, anoche se quedo con los mas jovenes hasta que no quedo ninguno. Juraria que la ultima vez que la tenia localizada estaba bailando una cancion de JLo con una pajita como microfono. Cuando nuestras miradas se cruzan, no hace falta nada mas. Ya es oficial. Somos dos miembros exclusivos del selecto club de la resaca. --Omar, Maria, Penelope. Nos gustaria hablar con vosotros cuando acabemos la reunion. Nos miramos con cara de terror. Ya esta. Se acabo. Manana mismo empiezo a actualizar el curriculo y a buscar trabajo. O quiza podria montarme mi propio bufete en casa, organizarme a mi ritmo, ir a clases de yoga y darme un tiempo para mi... --Penelope... --!Si! --Estoy a punto de saltar de la silla. Alejo me da en la espinilla con el tacon de su zapato y veo las estrellas. --?Has traido la sentencia Franklin? --Por supuesto. --Me levanto con paso vacilante y se la entrego. Por un momento, creo atisbar en su rostro de cera un gesto burlon que apenas dura un microsegundo. --Gracias. Debo felicitarte por este caso en concreto. Fue un exito rotundo. Sonrio discretamente, sintiendo que todo el mundo me esta mirando. --Muchas gracias, Marcos. Ha sido uno de los casos mas interesantes de mi carrera. Alejo se atraganta intentando aguantar la risa, y anoto mentalmente asesinarlo en cuanto estemos fuera de la reunion. --Por nuestra parte, no hay mucho mas que decir. Unicamente felicitaros las fiestas y desearos un feliz Ano Nuevo, ya que no se aun si tendremos oportunidad de vernos antes. --Igualmente --soltamos al unisono, como alumnos bien educados respondiendo al profesor. En cuanto ellos tres se levantan, todo el mundo sale por la puerta lo mas rapido que puede. Alejo me aprieta el hombro dandome animos y sale el ultimo, cerrando la puerta a su paso. --Bien, chicos. --Siento la tension en el aire y no es solo la mia--. Nos gustaria aprovechar la ocasion de nuestra visita para hablar con vosotros seriamente. Oigo una exclamacion ahogada. Omar se sujeta la cabeza con las dos manos y se que esta a punto de darle un infarto. En eso, Maria y yo tenemos cierta ventaja: nos sentimos tan mal fisicamente que este varapalo no nos hara tanto dano. --Nos gustaria agradeceros los anos y el esfuerzo que habeis dedicado a esta empresa... --Si, blablabla, blablabla, blablabla... Ya esta: se acabo. Vamonos a casita--... Y ofreceros puestos de mayor responsabilidad, que en un futuro muy cercano derive en ser socios de la empresa. <>. Los tres nos quedamos congelados, sin habla y absolutamente anonadados. --?Que habiais pensado? --consigo articular intentando romper el hielo. --Bueno, lo tenemos bastante claro: Maria, laboral; Omar, penal, y tu, el resto, Penelope, con especial interes en tema fiscal. Vaya por Dios. Me acaba de caer el marron mas grande de toda mi carrera profesional. Ahora mismo, el despido no sonaba tan feo. --Por supuesto, iria acompanado de una subida sustancial del sueldo. --Cuenta conmigo. --Se que Maria esta emocionada. Es la mejor abogada laboralista que conozco y va a disfrutar de lo lindo con este trabajo. --Yo acepto encantado, por supuesto. --?Penelope? --Claro, claro que si. --Aun estoy algo abrumada. Y aun tengo ganas de salir corriendo al bano y vomitar--. Estare encantada. Marcos echa hacia atras la silla y se levanta a camara lenta. --Solo queria pediros un poco de discrecion hasta que pasen estas fechas y podamos daros esos puestos de manera oficial. --No hay problema. --Bien, chicos, buen trabajo, a por ellos. Cuando estamos saliendo, aun absorta en la decision que he tomado, Marcos me detiene

  • El Club (La Terapia 2) de Rober Ortega

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    Tras los tragicos acontecimientos de “La Terapia”, Raul Duque huye a Italia junto con Maite Gallardo y Anais Baudin. Pero una llamada lo cambia todo. Es entonces cuando deciden hacer frente a la amenaza que les acecha y vuelven a Espana en busca de venganza. Un nuevo suspense con giros dramaticos donde las respuestas son la claves para desmantelar El Club.

  • La promesa del conde (Romance en Londres 3) de Emily Jo Cooper

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    Una mujer conocida como “Dama negra” vive sus dias al margen de la nobleza, de la cual huyo para embarcarse en una peligrosa busqueda. Un caballero atado a una promesa del pasado, debe usar sus dotes de espia y rastreador para traer de regreso a una dama que no solo es un trabajo, sino tambien quien rompio su corazon y lo traiciono cinco anos atras.

  • Voy a ser mama. Y ahora que de Sofia Fournier

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    Escribir el prologo de un libro no es siempre una tarea facil y agradable. Hay circunstancias en las que se acepta el encargo por cierta obligacion, la obra esta orientada a un terreno que no conocemos en profundidad y muchas veces sabemos poco o nada a los autores. Para esta ocasion no vale nada de lo anterior. La obra trata sobre el embarazo y el parto, temas que me son muy proximos puesto que constituyen mi ambito profesional habitual desde hace mas de cuarenta anos. Por lo que hace referencia a la autora, conozco a Sofia Fournier desde que abrio los ojos por vez primera, ya que tuve el placer de atender el parto de Ines, su madre, buena amiga de juventud. Es facil, pues, entender la ilusion que me hace este encargo, acrecentada ademas por el hecho de haber visto crecer personal y profesionalmente a Sofia durante estos ultimos anos en los que ha compaginado perfectamente su carrera profesional como ginecologa de prestigio con su papel de madre de dos fantasticos hijos. Dejando a un lado las siempre importantes consideraciones personales, me corresponde a mi hacer una valoracion de la obra propiamente dicha. Este no es un libro mas sobre el embarazo, sino que, para mi, es un excelente ejemplo de lo que la moderna divulgacion medica de calidad debe ser. En sus doce capitulos, la autora cubre todos los aspectos medicos y sociales que mas preocupan a las embarazadas de hoy, y lo hace con un tono proximo y desenfadado, sin olvidar en ningun momento su condicion de obstetraginecologo, y planteando todas las cuestiones desde una perspectiva medica global no renida con la claridad y la informacion mas dinamicas. Especialmente atractivos me han parecido los capitulos dedicados al papel de los maridos-futuros padres para ayudarles en el aprendizaje y la adaptacion a la situacion medica y personal que su mujer va a vivir en este periodo de nueve meses, y tambien aquellos apartados en los que la autora desmonta con exquisito rigor medico todas las leyendas urbanas que han constituido durante muchos anos la tradicion popular de lo que debian ser los cuidados de la mujer durante el embarazo. No me queda mas que agradecer al Grupo Planeta que haya apostado por este libro que ofrece un nuevo enfoque sobre el embarazo, y que haya encargado la responsabilidad de escribirlo a quien, por su condicion de joven madre y ginecologa, mejor podia hacerlo. 1 UN LIBRO PARA DISFRUTAR DEL EMBARAZO Todo lo que puedes hacer en esta preciosa etapa Si, es cierto: a primera vista, este es otro de los muchos libros que existen sobre el embarazo, pero te prometo que no es como los demas. ?Y por que me atrevo a decirte esto? No solo porque es el primer libro que escribo, sino porque con el voy a intentar transmitirte mi experiencia profesional como ginecologa pero a la vez mi experiencia personal como madre. Todo con el objetivo de procurar que disfrutes al maximo de estos nueve meses que tienes por delante. El embarazo es una de las mejores epocas de la mujer, una etapa diferente para la pareja, un tiempo de reflexion y autoconocimiento, y probablemente se vaya a dar pocas veces en tu vida (si resides en Espana y se cumplen las estadisticas, estaras embarazada una o dos veces). Asi, me voy a esforzar en darte toda la informacion que considero que puede serte util y siempre procurare hacerlo desde un punto de vista positivo, aportando los conocimientos adquiridos a traves de mis propias vivencias y los casos que he conocido en mi consulta. Soy de las que piensan que el embarazo hay que vivirlo con los cinco sentidos, pero sin dramas. Es un camino precioso en el que, si sigues unas pocas pautas, todas ellas muy logicas, podras seguir haciendo vida normal. No hay que agobiarse ni estresarse antes de tiempo. Yo he estado embarazada dos veces y te puedo asegurar que, aunque fueron dos embarazos muy diferentes entre si, disfrute de los dos al maximo. Me sentia pletorica, guapa, con energia, con ganas y, sobre todo, feliz, muy feliz. Por supuesto, tambien experimente las tipicas molestias. Tuve nauseas, miedos, varices y contracciones dolorosas, pero lo asumi como parte natural del proceso, siempre con alegria y buen humor y, por encima de todo, fascinada al notar como una personita iba creciendo dentro de mi. De esta manera, si quieres vivir tu embarazo sin obsesionarte, compartir esta experiencia con tu pareja sin cambiar radicalmente tu dia a dia y conocer un poco mas que te espera a lo largo de estos nueve meses de gestacion, estoy segura de que este libro te gustara. Yo lo escribi con muchisimas ganas, porque queria transmitirte lo que se y lo que siento, !y espero que tu lo cojas con la misma ilusion! Entonces, ?empezamos? !Por supuesto! ?Y con que? Pues con los cuatro consejos imprescindibles para toda embarazada. Pero no te pienses que son algo muy raro o misterioso, se trata de cuatro reglas basicas y es importante que tomes nota ahora que acabas de lanzarte a vivir esta aventura. Los cuatro basicos que toda embarazada debe saber 1. APRENDE A CONTAR EN SEMANAS Olvida lo de <>, el embarazo se cuenta en semanas. ?Y cuantas dura? 40 desde el primer dia de la ultima regla. Obviamente, no todos los bebes nacen el Dia D a la hora H. Si fuera asi, seria muy facil. La semana 40 es la fecha probable de parto, pero un embarazo normal puede durar entre 38 y 42 semanas. Lo de contar en semanas veras rapidamente que nos sirve a los medicos para hablar todos el mismo idioma. Es decir: sabemos que hacia las 12 semanas hay que hacer tal o cual prueba; que, si una embarazada de 35 semanas se pone de parto, la prematuridad extrema ya esta superada; o que, si a las ocho semanas se tienen nauseas es lo mas normal del mundo. En fin, que contar en semanas de gestacion es practico, agil y, ademas, permite establecer un protocolo de control del embarazo organizando las pruebas complementarias y las visitas hospitalarias en funcion de las mismas. 2. ESCUCHA POCO, ACEPTA MENOS CONSEJOS Me explico. Veras que cuando tu entorno se entere de que estas esperando un bebe, rapidamente las conversaciones de sobremesa en casa de tus padres, de las cenas con tus amigas o del momento cafe en el trabajo se centraran casi en exclusiva en tu embarazo. Y, con la mejor intencion del mundo, la gente te contara tal o cual anecdota: te explicaran que el medico de la hija de la vecina le dijo que era malisimo sentarse con las piernas cruzadas o que la hermana de la prima de su novio tuvo una reaccion alergica horrible al comer pescado y que, <>, es mejor no probar el atun. Luego estan los comentarios sobre el parto. Todas tus conocidas que hayan tenido hijos querran contarte su experiencia con total detalle y emocion (porque si, el dia del parto se te queda grabado a fuego, es unico, especial, inolvidable y emocionante), pero ni se les ocurrira pensar que para ti ese es un momento que aun esta a anos luz y que con solo mencionarlo te empiezan a entrar los agobios y los miedos. Ademas, cada una te aconsejara de manera insistente lo que a ella le funciono en su embarazo: <>. A lo que otra amiga replicara: <>. En fin, ya veras, puede haber momentos de estres en estas conversaciones inocentes sobre embarazos, partos y demas. ?Mi consejo? Tu escucha, claro que si, todo el mundo lo hace con buena fe, con ganas de ayudarte y apoyarte, pero luego, en casa, relativizalo todo. No te tomes nada al pie de la letra y, en caso de duda, siempre pregunta a tu ginecologo. Cada embarazo es unico, con sus circunstancias particulares, y lo que a una le fue bien puede que a otra no, o lo que le dijeron a ella puede no estar indicado en tu caso. 3. ESCOGE UN GINECOLOGO QUE TE TRANSMITA CONFIANZA Esto me parece fundamental. Durante las 40 semanas que dure tu embarazo, el ginecologo va a ocupar un papel bastante protagonista en la historia, en serio. Asi que mejor que sea un personaje agradable de la novela, ?no? Es cierto que es tu medico y no tu mejor amigo, pero te has de atrever a preguntarle todo lo que te preocupa y te agobia, sin verguenzas ni miedos de si la duda que tienes es una tonteria o no. ?A ti te agobia? !Pues preguntale! Yo siempre les digo a mis pacientes en la primera visita que se hagan una lista de preguntas para cada vez que vengan a la consulta porque, si no, por mucho que yo les explique cosas, seguro que se les acaba olvidando algo y luego en el coche, de camino a casa, le dicen a su pareja: <>. Personalmente, me encantan las pacientes que vienen a la consulta con <>, las que se atreven a preguntarme todo lo que les inquieta, las que veo que poco a poco van cogiendo confianza conmigo y se sienten comodas en la visita. 4. CUIDATE, CUIDATE MUCHO Si tuviese que dar un solo consejo a una embarazada, me quedaria con este sin dudarlo. Cuida tu alimentacion, cuida tu cuerpo, cuida tu mente, cuida tu imagen…. Cuidandote a ti cuidas a tu bebe. Aprovecha estos nueve meses para mejorar tus habitos de vida: dieta sana y ejercicio fisico son fundamentales en esta etapa, pero desde luego son buenas costumbres a mantener en el futuro. Yo siempre repito a las pacientes que lo importante no es hacer una dieta o un regimen durante el embarazo, el objetivo es lograr adquirir unas pautas de alimentacion saludables que acaben formando parte de tu vida. Y lo mismo sucede con el deporte: si el embarazo te sirve como detonante para que luego lo integres en tu dia a dia, !genial! Practicar ejercicio fisico moderado tiene un monton de beneficios que te ire contando, pues te ayuda a sentirte bien en tu cuerpo y juega un papel importante a la hora de prevenir complicaciones propias de la gestacion. Cuida tu imagen, sientete guapa, ve a la pelu, vistete mona. No te dejes, !en serio! Si te ves guapa por fuera, te sentiras mejor por dentro. Y, por ultimo, aprovecha para cuidar tu mente, para aprender a vivir sin estres, para pensar, para descansar y bajar el ritmo. Prueba el yoga, retoma habitos como la lectura, busca tiempo para algun hobby que te encante…. Y recuerda: mente sana + cuerpo sano = !embarazo feliz!

  • El Confidente de Helene Gremillon

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  • El libro de mi destino (Narrativa), Parinoush Saniee de Parinoush Saniee

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  • Los seguidores del miedo (Las mascaras de porcelana 2) de M. Montenegro

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    Un ano despues de resolver el caso de las Mascaras de Porcelana, en Vigo han hallado un cadaver colgado en los bordes de un precipicio. Lo mas impactante de todo, es que no hay heridas punzantes ni rastros de veneno. Andrea Harris y Nabar Balder resolveran este caso que les obligara a cruzar el oceano atlantico para atrapar a un asesino en serie peor que Doplegunger.

  • Los pasatiempos de la reina que buscaba catarinas de Jean Baptiste Andrea

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    A traves de la voz y el pensamiento de un nino al que todos consideran <>, Jean-Baptiste Andrea celebra la infancia, pero tambien la crueldad que puede nacer de los juegos mas inocentes.

  • Amigos y algo mas (Seleccion RNR), Ana Alvarez de Ana Alvarez

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  • La condesa de las tinieblas de Laura Gay

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    Paris, 1795. Marie Therese Charlotte de Borbon lleva tres anos viviendo encerrada entre los muros de la Torre del Temple, encarcelada por los revolucionarios franceses. Ha visto morir, uno tras otro, a todos los miembros de su familia y ha sufrido la mas terrible de las humillaciones: la violacion; teme que no haya escapatoria cuando se le ofrece la liberacion a cambio de doce prisioneros de guerra. Esa misma noche, mientras se divertia jugando a las cartas y con prostitutas, Leonardus Cornelius Van der Valckrecibe la visita de un noble austriaco que le hace una oferta que no puede rechazar: el mismisimo emperador austriaco le pide que tome bajo su custodia a su prima, la unica superviviente de la familia real francesa.

  • Siempre en mi vida de Mileth Pineda

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    Kassidy es una exitosa analista de inversiones que en su momento decidio alejarse de Kilian, el que creyo el amor de su vida y eligio una relacion con Roger, del que descubrio un secreto que nunca imagino y por ello corre peligro.

  • El retiro de Mark Edwards

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    Hace dos anos, Julia perdio a su familia en un tragico accidente: su marido murio ahogado tratando de salvar a la hija de ambos en el rio que discurre junto a su casa. Pero lo cierto es que el cadaver de la pequena Lily nunca se encontro. Destrozada por el dolor, Julia esta convencida de que su hija aun sigue viva en alguna parte.

  • Recuerdos del pasado de Chris Razo

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    Huir de una vida pasada y de unos recuerdos dolorosos, nunca fue tan complicado.
    Triana, decide cambiar su vida radicalmente y empezar de cero. Lo que no imagina es que, de la manera mas inesperada, el amor volvera a ella, porque este, siempre lo hace sin llamar.

  • Rojo de Carlos Sisi

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    En una base militar en Nueva Jersey mantienen custodiada a una vampira terriblemente poderosa. Cuando esta escapa, desata el terror y el apocalipsis en forma de plaga vampirica. Los vampiros asaltan la cercana poblacion de Hillsdale. Alli se juntan varios supervivientes: Sonia, una policia; y Jimmy, un inteligente friki de Star Wars. Ambos acuden al campamento militar, pero lo encuentran abandonado.

  • Lady McGregor de Arlette Geneve

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    Nicholas Cameron Worthington es el cuarto conde de Blakwey, pero su nombre y su titulo estan manchados con sangre. Nadie en el reino posee mejor punteria que el, pero el ultimo duelo mantenido con el marques de Bell, ha eliminado cualquier posibilidad de tener un compromiso con lady Rawhide, y Nicholas necesita con urgencia una esposa...

  • Esperanza tuya – Emma K. Johnson de Emma K. Johnson

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    La tentacion entre ellos es demasiada, y el amor no sabe decir que no.

  • El libro de la oscuridad 1. La bella salvaje de Philip Pullman

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  • La pregunta y la respuesta (Chaos Walking 2) de Patrick Ness

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    La continuacion de la aclamada trilogia en que se basa la superproduccion Chaos Walking, del novelista de Un monstruo viene a verme.

  • Una propuesta irresistible de Emilia Hover

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    Aunque bajar el consumo de carbohidratos era una buena idea para mantenerse en forma, cuanta falta estaba haciendole en ese momento haber comido una gran dosis de carbohidratos durante la tarde. Para contener al tipo borracho que habia ingresado al servicio de traumatologia, a Andrea Marquez le hacia mucha falta comer la gran dona con chocolate extra y su gaseosa habitual de los jueves en la manana El hombre estaba muy alterado. --!Te ordeno que me dejes en paz, zorra! --No seria facil controlarlo. Andrea habia tenido ‘suerte’. Era la enfermera de guardia cuando llego la chica. Isaias, otro de los enfermeros de guardia, llego a auxiliarla, y ella tambien peleo contra el. --Rosa, no te preocupes. Administrale el medicamento. Hazlo ya --dijo, con sus hombros tensos. Rosa mantuvo sus manos firmes. !Carajo! --dijo la chica, maniobrando con sus manos. Introdujo la aguja en la vena del tipo y le administro un potente sedante. Andrea e Isaias mantenian el pulso con la chica, pero ella no soportaria mucho mas. Empezaba a cansarse. El sujeto tenia fuerzas todavia. Era increible que el sujeto no tuviera grandes heridas en su cuerpo despues de haber sufrido un choque frontal a alta velocidad en la autopista.Ademas, habia estado forcejeando con los enfermeros. No habia podido usar sus extremidades superiores para lastimar a los enfermeros ni herirse a si mismo porque tenia heridas leves en uno de sus brazos y fuertes contusiones en el otro. Pero su pie derecho estaba ileso. Lo uso para patear la mesa cercana a la camilla. Habia tenido la intencion de lesionar a la enfermera que cortaba sus pantalones para revisar sus piernas. Los instrumentos cayeron y el ruido fue estruendoso. --!Alejate de mi! !Vete, zorrita! --grito. Andrea tomo el brazo del paciente para que no se quitara la aguja de su brazo. Presiono con todas sus fuerzas. --Aumenten la dosis --dijo Andrea en voz baja. Todos lo veian y el seguia maldiciendo. El sujeto busco herirse con su brazo libre, pero solo pudo gritar. Tal vez la mezcla de alcohol con el sedante dificultaba su recuperacion. Ademas, tenia una gran contusion en su cabeza que sangraba a cantaros, aunque el personal habia intentado infructuosamente coserla. Unos momentos despues dejo de luchar. Giro para ver su aguja. Tal vez era el efecto del sedante o estaba agotado. Andrea lo solto y se alejo con extrema precaucion. Antonio Pena entraba. Andrea suspiro al oir las puertas abrirse lentamente. Andrea respiro profundamente. El llego a la sala, con su aire elegante y atractivo. Ver a Antonio siempre la hacia sentir nerviosa. Andrea penso en miles de cosas que se habian retirado de su mente hacia mucho tiempo. Cosas como partes del cuerpo de Andres sobre el suyo o su abdomen esculpido. Era inoportuno, porque estaba en un hospital. La vida de los pacientes dependia de ella. No importaba si el estaba tenso. Como en ese momento. La presencia maravillosa del doctor Antonio Pena siempre tenia ese efecto en ella. Sus musculos estaban rigidos. --?Y los hijos? --pregunto alguien. --Murieron durante el traslado --dijo Antonio. Una enfermera le entrego unos guantes quirurgicos a Antonio. El se los puso. Su mirada se dirigia al paciente. --?Y la madre? --pregunto Isaias. --No sobrevivira. Esta en coma inducido por su abundante sangrado -- respondio Antonio. Se acerco a la camilla del paciente. Andrea olvido sus pensamientos sexuales. Todos quedaron en silencio con su respuesta. Vio a Antonio. Su frase habia sido dura, si, pero era frecuente en un hospital grande como ese. YAntonio se habia expresado como si no le importara. Ella nunca lo habia oido expresarse con ese tono. Los enfermeros retrocedieron. Lo tenian como un doctor muy profesional, con experiencia en la unidad de Emergencias, pero que siempre mantenia la compostura y la calma. Una intensa molestia reemplazaba esa serenidad. --!Maldito! --dijo el paciente, y los gritos retumbaron en las paredes. El hombre intento ponerse de pie, o al menos sentarse, pero el dolor terrible de su brazo lo freno y lo tiro a la camilla de nuevo. Grito varias veces. Los enfermeros volvieron a acercarse a la camilla. Uno de ellos se apuro a decir. --!Administren otra dosis! --De inmediato, uno tomo una inyectadora. Andrea busco el brazo del sujeto. Pero no pudo hacerlo. El hombre tomo su bata y la llevo a su cara. --!Mierda! !Los odio! !Dejenme en paz! Ella quiso decir algo para calmarlo, tomar el brazo del hombre con los suyos, pero Antonio se acerco y tomo la muneca del tipo. El hombre grito varias veces, dijo otros improperios y sintio un gran dolor. Isaias se acerco a Antonio. Ambos pusieron sus manos en el pecho del hombre. Lo obligaban a acostarse nuevamente. Andrea retrocedio. --Respira profundo --le pidio Antonio. --Vete a la mierda. Estaba tenso. Andrea notaba esa expresion en su rostro. --Los enfermeros quieren ayudarte --le dijo Antonio. --Metanse su ayuda por el culo !Y tu tambien vete a la mierda! --le grito a continuacion. Quiso tomar el brazo de Antonio, pero el tomo su brazo y lo hizo gritar. Antonio. Seguia tenso. --Parece que me olvidaste, Alejandro --le dijo--. Hace tres meses estrellaste tu auto y yo te opere. Tu cuerpo quedo como nuevo. El sujeto seguia muy enojado, pero parecia calmarse lentamente. --Yo lo recuerdo --dijo Antonio. --Pudiste recuperarte despues de que te ayudaramos. Y una vez que pudiste caminar, viste el sol de la manana, le sonreiste a la vida y te reincorporaste a ese trabajo que te permitia ayudar a la gente... Un momento --dijo mientras lo veia fijamente y se acercaba a el. Una de las personas que se suponia que ayudabas, una chica, esta con tubos en su boca en la habitacion que esta justo al lado. Hoy, cuando se desperto temprano, beso a sus pequenos hijos y salio a trabajar, lo hizo por ultima vez. Y ella no lo sabia. Todo gracias a ti. --Hablaba con frialdad. Todos contenian la respiracion. Andrea estaba tensa, al igual que los demas. Solo podia ver como Antonio hablaba mientras su cara expresaba un mar de emociones. Estaba molesto. Como si lo odiara. Alejandro vio hacia otro lado, pero Antonio tomo su menton y llevo sus ojos sobre los suyos. --?Puedes ver tu cuerpo? --le pregunto Antonio--. No te paso nada si lo comparamos con esos pobres ninos. Y, sin embargo, estos enfermeros se quedan a ayudarte. Ellos podrian usar este tiempo para hacer algo mejor. Por ejemplo, yo estuve cinco horas operandote en ese quirofano para que salieras de aqui con vida. Cuando manejaste tu auto mas temprano, solo querias decirme que no te importara lo que yo hiciera. Mataste a tres personas--. Hablaba con rabia y en voz baja. Andrea sintio que en cualquier momento Antonio lo mataria. --Si yo no te hubiera ayudado, esa mujer y sus hijos estarian vivos y felices. Que pensaban los demas era la pregunta que sacudia la mente de Andrea. Pero solo podia ver los ojos de Antonio y escucharlo. --No vale la pena ayudarte. Me asegurare de que vayas a prision --le dijo. Alejandro lo vio fijamente y trato de levantarse nuevamente. Trato de alejar sus brazos. --!Vayanse al carajo!!Los odio, malditos!!Quiero irme de aqui! Andrea estaba cerca de Antonio. Reacciono al escuchar los gritos. Se reservo para sus adentros el temor que su presencia le hacia sentir y avanzo. Antonio le propino un fuerte golpe a Alejandro. Andrea solto un largo suspiro. Antonio noto la sangre en su nariz inflamada y trato de levantarse y pelear. Se mostro furioso. Los enfermeros se quedaron congelados y silenciosos. --Doctor Pena, alejese --dijo Isaias cuando puso sus manos en el pecho de Antonio, reaccionando primero que sus colegas. Antonio escucho y se alejo del sujeto. Alejandro cayo en la camilla, afectado por el dolor. Isaias tenso su mandibula y se armo de valor para contener al paciente. Andrea le dijo a Isaias que no se preocupara. Como pudo, se abalanzo sobre Antonio y puso sus manos en su pecho. Ella lo empujo. Sintio su corazon con sus manos. No se habia atrevido a tocar al doctor de esa manera, excepto cuando lo rozaba para entregarle algun instrumento. --Doctor Pena --le dijo, esperando que el sintiera sus manos y la viera. Antonio era mucho mas alto que ella. Ademas, era mucho mas musculoso. Andrea era hermosa, pero eso no significaba nada delante del abdomen perfecto de Antonio cuando de una pelea se trataba. --!Doctor Antonio! --grito Andrea con mas fuerza. Entonces Antonio la miro. Dio algunos pasos hacia atras. Andrea noto sus ojos persiguiendo el cuerpo del paciente. --Tu golpe fue tan fuerte que pudiste haber fracturado su nariz --dijo. Solo Antonio pudo escucharla. Lo dijo en su oido. --Esa era la idea. Andrea entendio que, ciertamente, habia tenido las ganas de hacerle dano. Se sorprendio y levanto sus ojos. Pero no pudo responder. Tampoco pudo deshacerse del calor que sentia en sus manos y se extendia por su cuerpo. No se habia acercado desde su llegada a Palma Sola. Habia decidido mantenerse lejos de ella, pero finalmente la habia visto. Era una linda mujer. Su aroma y su cara eran agradables. Y ahora podia sentir sus manos sobre su pecho. Por fin. Entonces vio al hombre en la camilla. Sintio un deseo irrefrenable en su cuerpo. Quiso llevar sus pensamientos a un lugar mas agradable. O a una persona mas hermosa, como la chica calida frente a el. Alejandro Castillo habia manejado en estado de ebriedad y habia causado una tragedia. Eso le impedia a Antonio concentrarse en otra cosa. Y no se arrepentia de haber golpeado su nariz. Su dolor nasal era una infima parte del dolor que todos sentian por la muerte de dos ninos de apenas seis y tres anos. Su intencion era que el sintiera, aunque fuese una minima parte del dolor que le habia causado a esa familia. Sin embargo, se habia sentido relativamente feliz de haber conectado con fuerza su cara. Pero era consciente de que habia perdido la compostura y se habia comportado como el. Un error cayendo sobre otro error. Todo eso no le importaba: lo habia golpeado y se sentia mejor. Antonio necesitaba esas sensaciones. Las necesitaba hacia mucho tiempo, pues su vida habia sido dificil. Especialmente por querer poner algunas cosas en orden. Cosas que se escapaban de sus manos. Su mente volvio a detenerse en Andrea. Sus manos seguian sobre su pecho y su rostro demostraba sus pensamientos: para ella, era un notable cirujano, todo un profesional con una exitosa carrera, que se habia dejado llevar por su rabia y habia golpeado la nariz de un paciente. Entonces penso como podia sentirse mejor por unos instantes. Beso sus labios apasionadamente. La tomo por sus codos y la subio un poco para que llegara a su cara. Los enfermeros llevaron sus manos a sus bocas para contener sus palabras. Si, esa sensacion lo habia hecho sentirse mejor. En cualquier caso, una sancion seria inevitable por su comportamiento con el paciente. Podrian incluir ‘acoso sexual a una enfermera en el lugar de trabajo’ a su expediente. No le importaba. Y Andrea no habia reaccionado como si Antonio estuviera acosandola sexualmente. Habia sujetado sus labios con los suyos. Llevo sus manos a sus hombros y ella deslizo sus labios con calidez sobre la boca de Antonio. Su cuerpo se acerco al suyo y dejo que la lengua de Antonio entrara fogosamente por su boca. Antonio solo pudo detenerse, en lugar de hacerle el amor alli mismo, porque dos vigilantes habian aparecido de la nada. --Doctor Pena, debemos acompanarlo a la entrada del Hospital Universitario. Se alejo de Andrea, a pesar de que queria pegarse a ella y continuar sintiendo esa sensacion de felicidad. Queria mantener so boca sobre la suya. --No se preocupen. Los acompanare. --Estaba decidido a marcharse. --El sedante esta haciendo efecto --le dijo una enfermera que se habia acercado al paciente y luego a Isaias. Antonio escucho todo. Las cosas habian salido bien para el. --Salgamos entonces. --Antonio giro para desalojar el lugar. Tenia que haber dado ese paso hacia muchos anos. Pero solo lo habia hecho tras golpear al paciente. --Necesito un favor de ti, Andrea. --Era su hermano quien pronunciaba esas palabras. Y Andrea recordaba que, definitivamente, era la frase que mas odiaba en el mundo. Ella respiro profundamente. --No ha sido el mejor dia de mi vida, Fernando --. Queria descansar, ver programas viejos en la television, ponerse ropa de dormir y llenar su cuerpo de comida grasosa como la de El Rincon del Pollo. --Lo necesito, hermana. --No te lo pediria si no me hiciera falta tu ayuda -- le respondio Fernando. Hablaba como si quisiera invitar a una chica a salir. Su voz siempre convencia a las chicas timidas. Pero Andrea no era precisamente una chica de esas. --Tengo... muchas cosas que hacer. --Mejor termina de arreglarte para que salgamos. Es un asunto importante --dijo. Andrea se vio en el espejo. Estaba arreglandose. Guardo silencio. ?Como lo sabia el si no estaba con ella en la sala sino en otro lado de la ciudad, conversando con ella por telefono? Se asusto un poco. --Como te dije, tengo cosas que hacer. --Me dijiste 'tengo' y luego te tomaste un tiempo para completar tu frase. --Andrea se molesto con sus palabras. --?Entonces? --Entonces te descubri. Buscabas como sonar convincente con tus mentiras. Su hermano tenia razon. No supo que decir. Lo habia logrado. Otra vez. Mierda. --Andrea, tienes que ayudarme. El solo hecho de que yo te diga que es un asunto importante deberia bastarte --le dijo su hermano. Ya ella no tenia "cosas que hacer. --Ya simplemente estaba aburrida. Ese asunto no le concernia. Ademas, cuando su hermano decia la palabr. --importante --podria referirse a todo, porque para el todo lo era. Importante para el era que no sabia donde hospedar a dos amigas que vendrian a la ciudad para las vacaciones. Que necesitara dinero para apostar. O que una chica que se habia acostado con el ya queria casarse y el tenia que buscar a una ‘verdadera’ esposa para salir del atolladero. Ese recuerdo molesto a Andrea. Fingir que era la esposa de su hermano era especialmente perturbador. Fernando la convencia de actuar como una zorra enojada y ella se sentia triste por la chica enganada. --Mi dia en el hospital fue complicado. --Si. Por el doctor Antonio Pena. Su beso habia sido magico y profundo. El director del departamento de Recursos Humanos habia pedido una junta de emergencia. Lo habia hecho para que ella presentara una queja formal por acoso sexual. Andrea habia tenido que hablar con los miembros de la Junta y los abogados del hospital. Ademas, Antonio habia sido suspendido sin paga. Todos en el hospital estaban preocupados. Querian cerrar el tema de una manera agradable y rapida. Pero ya habia delitos y acusaciones, lo que dificultaba el panorama. El paciente Alejandro Castillo era incriminado por homicidio de tres personas, incluyendo dos menores. Y el doctor Antonio era responsable de agresion fisica. Ella apenas se habia incorporado como jefa de la Unidad de Emergencias hacia unos cinco meses. No estaba en sus planes trabajar sin el mejor cirujano de traumatologia del sur del pais. Uno de los mas calificados de toda la nacion. El era una pieza vital en el hospital. Ademas, Andrea lo queria. No para besarlo de nuevo o por sus manos sobre su pecho, sino para que su esfuerzo salvara vidas en el hospital. Asi que los dias por venir serian mas complicados para Andrea. Los dias, las semanas Ella entendia que el salvaba vidas. Admiraba su labor. Era una de las razones por las que no queria ocupar una oficina y alejarse de los pacientes. Le gustaba mucho estar alli, cerca de la accion. Y al dirigir toda la unidad, sentia que podia salvar mas vidas. Podia incluso tomar turnos adicionales para tener mas casos. Y esos turnos los tomaba justo cuando Antonio estaba trabajando. Era un beneficio de estar al frente de toda una unidad. Pero ella sabia que estaba bajo el escrutinio y cualquier acto podria considerarse indecente. En su opinion, cualquier cosa que significase estar juntos era incorrecto. No podian tener una cita. Ni siquiera sonreirse indiscretamente. Si se desconcentraban, los pacientes a su cargo podrian morir. Su atencion debia estar siempre sobre ellos. Y no solo eso. Las reglas del hospital eran claras. Salir con algun companero de trabajo no era una restriccion, pero ella era la encargada de la Unidad de Emergencias. Andrea sabia, de todos modos, que vivia un momento esplendoroso, en el que no necesitaba salir con un hombre ni acostarse con el. Estar al lado de un excelente cirujano la hacia sentir muy bien. Incluso mas que si tuviera relaciones sexuales con el. Un pensamiento volvio a la mente de Andrea. Antonio estaba suspendido. Estaba molesta porque por primera vez desde que trabajaban juntos, el habia dejado que su rabia lo controlara. Ella habia sentido esa furia muchas veces. Sus colegas tambien. Era habitual cuando se trabajaba con personas airadas. Entendia que la unidad de emergencias podria verse en aprietos por lo que estaba pasando. Pero tambien sabia que Antonio podria pasarla peor. --Supe lo que sucedio --dijo Fernando. Su hermano era paramedico. Claro que lo sabia. Dirigia el equipo con el mayor numero de ambulancias en todo el estado. Conocia a todos los enfermeros y doctores de emergencias en casi todos los hospitales, Ademas, era amigo de la mayoria de ellos, como Antonio. --No quisiera tomar mi tiempo para…. --Andrea Moreno Marquez, siento mucha pena por ti --dijo el, interrumpiendo su frase. --No quieres ayudar a tu hermanito. El unico que tienes. Aunque el habia nacido cinco anos despues, su tamano era mayor que el de ella. Asi que si, era su unico hermano masculino. Pero no su ‘hermanito’. Usaba la palabra hermanito con frecuencia. Sabia que era la verdad. Era su pequeno hermano. Andrea sentia que debia estar a su cargo, aunque hubiera crecido y ya rondara los veintisiete anos. --Pues no me siento bien --le dijo, aunque sabia que el no le creeria. --Es, como te dije, una pena. Intento pintar sus unas y toar su celular con su mano libre. --?De que se trata? --le pregunto. --Un trabajo como ninera. De eso se trata. --?Ninera? ?Oi bien? --Se sorprendio y puso la pintura de unas en la mesa de noche. --Pero debo preguntarte si tienes ropa sexy. --No entiendo nada. --Andrea contuvo su respiracion. --Tienes que usar esa ropa. Si no la tienes, pidela prestada --le conto Fernando. --Ah, y lo olvidaba. Tacones altos... Um... No creo que los tengas -- dijo con dudas. --Tengo tacones. --Aunque no recordaba donde los habia guardado, sabia que tenia un par. --?Y el vestido? --Tambien lo tengo. --?Es sexy? Tiene que serlo. ?Puedes llamar a Gabriela y decirle que te preste uno? Algo pasaba, y Andrea no sabia que era. ?Como que Gabriela le prestaria un vestido sexy? Eso no pasaria, porque ella jamas vestia de forma sensual. Al contrario, era muy recatada al momento de elegir su vestuario. --?De verdad este es un trabajo de ninera? --pregunto Andrea, y suspiro. Se inclino por ponerse unos vaqueros, una corta camiseta gris y una chaqueta amarilla. Lo del vestido sexy habia quedado en el olvido. No se encargaria de un nino. Buscaria... a un tipo en un bar. De todas maneras, habia decidido usar tacones. Recordo que habia tomado la decision de usarlos esa noche, pero de inmediato se arrepintio. El sonido de los tacones golpeando el piso la molestaba. Nunca los usaba. O al menos hacia mucho tiempo. Para ella, camino al bar, seguia siendo un arrebato. Andrea no recordaba en que momento se habia dejado llevar por ese impulso. Pero maquillar su cara con tonos que combinaran con su vestuario no lo habia sido tanto. Los ojos de Andrea vieron el inmenso cartel con letras amarillas que daba la bienvenida al bar. Se suponia que Antonio tomaba alli y se comportaba como un idiota despues de unos tragos. Tomo su gran bolso rojo y lo llevo sobre su hombro, intentando no caer. No sabia como se llamaba el lugar, pues casi todas las luces de neon del cartel ya habian dejado de funcionar. Recordo sus tacones y volvio a grunir de la molestia. Una inmensa camioneta negra estaba estacionada. Ella paso a su lado. Las luces del auto la iluminaron y luego se apagaron. Sucedio varias veces. Siguio murmurando su molestia. Ella casi se cae por los tacones incomodos. Estaba en una zona que no conocia bien. Ademas, estaba sola, maquillada y vestida como para ir a una fiesta. Hubiera sido mejor para ella no ir a ese lugar, pero ya estaba alli. Como le habia sucedido otras veces, sin quererlo ya estaba involucrada en los problemas. Tomo la puerta del bar con la intencion de entrar, pero el claxon de la camioneta irrito sus oidos. Volteo asustada y vio el auto negro. De nuevo, los faros alumbraron su cara. Por el lado del conductor se asomo un sujeto. --Queria verte vestida de esa forma, carino. Andrea respiro profundo. --?Que te sucede, Marcos? Fue al encuentro de Marcos, con suma cautela para no tropezar por sus tacones. Oyo como se reia Marcos en la enorme camioneta. El era uno de los mejores amigos de Fernando. Marcos parecia un habitante de La Bahia. Estaba muy bronceado y su cabello era dorado. Pero era un paramedico de la zona mas retirada de Casa de Campo. --Me encanta tu atuendo. Todo. --Sonreia maliciosamente. Era Lorenzo Montes, otro amigo de Marcos, quien estaba sentado en la parte trasera de la camioneta. El ya no era bombero sino paramedico. Para ella, todo el personal de salud era parte de una hermandad, pero esas palabras le agradaban mas que si vinieran de un hermano. Sabia que el o cualquiera de ellos hablaria con honestidad al dirigirse a ella de esa forma.--Hola Lorenzo.--Andrea lo saludo sinmucha alegria. Los vio a ambos y luego se detuvo en los ojos de Carlos Barrios, otro paramedico moreno sentado detras de su hermano Marcos. --Quisiera saber que hacen aca. --Vinimos para que el idiota de Torres no saliera del bar y manejara borracho antes de tu llegada --dijo Carlos. Su ojo estaba inflamado y tenia hielo sobre el. La veia de arriba abajo. Andrea se sorprendio. --Carajo, ?que paso? --El pendejo de Torres --dijo. A Andrea le resultaba increible que eso hubiera pasado. --?El te golpeo? Habia agredido a un paciente y ahora habia tocado a uno de sus mejores amigos. Y no solo eso. Parecia que Antonio se habia vuelto loco, aunque era una gran persona. Si bien era de contextura fuerte, Carlos habia estado en la Liga Nacional de Lucha Libre. Evidentemente, era mas alto, mas pesado y con mas experiencia en cuanto a peleas. Golpear su ojo no era buena idea. Para ninguna persona. Carlos estaba molesto. --El no estaria en ese bar si lo hubiera hecho -- dijo. --Quiso quitarle las llaves del auto a Antonio, pero un codo llego al ojo de Carlos sin querer --dijo Fernando viendo a su amigo y sonriendole levemente. Fernando rio al escuchar las palabras en voz baja que dijo su amigo Carlos. --YAntonio no pidio disculpas. Entonces Carlos esta molesto por ello. --?Y por que esta en esta pocilga? --pregunto Andrea, con su indice senalando el bar. Lorenzo sonrio al ver el bar. --En realidad no lo trajimos. Vinimos porque loseguimos. Fernando le dio la razon. Ya no sonreia. --Como queriamos que se relajara, lo acompanamos a tomar unos tragos. Como manana trabajamos, decidimos irnos. Pero el queria seguir bebiendo, asi que se vino aca. Dijo que queria terminar de joder su cuerpo. Entonces noto que lo seguiamos. --Como si fuese un hijo rebelde --dijo Marcos, interrumpiendo la explicacion. Fernando asintio ante sus palabras--. Tienes razon. Mierda. --Si, como si fuese nuestro hijito descarriado --dijo Lorenzo. --El punto es que se molesto al vernos y quiso distraernos para que no lo siguieramos --dijo Fernando tras escuchar. Abrio sus ojos ampliamente. Andrea evito sonreir, aunque le costaba hacerlo, pues los imaginaba a todos vestidos como madres preocupadas buscando a sus hijos. --?Que quieres decir con 'distraernos'? --Que primero fue a un bar de musica tropical y trato de esconderse alli. Marcos contuvo su aliento y Andrea no pudo contenerse mas. --?Y te sentiste mal por ello? --Un poco. --Habia chicas con faldas cortas y sombreros azules --dijo Lorenzo. --Y luego vino aqui --dijo Andrea. Marcos vio a las chicas de neon que apenas se veian en el anuncio. --Si, a buscar otras bailarinas. Andrea noto la expresion de Carlos. No estaba muy contento de estar ahi. Ahora profesaba la fe cristiana. Aunque quisiera golpear a Antonio, no lo haria. Sus principios eran muy fuertes. No podia acercarse tampoco a mujeres con trajes cortos. Solo habia ido a los bares con sus amigos porque era el unico que no tomaba alcohol. Quizas los acompanaba tambien para ayudar a Antonio en caso de que lo necesitara. Ella llevo su mirada al otro lado de la acera y cerro su boca sonriente. Suspiro e imagino la charla biblica que le habria dado Carlos a sus amigos en la camioneta. --Entonces ahora me esperan a mi. --Puede decirse que si --dijo Marcos. Su voz reflejaba tranquilidad. --Soy la chica que resuelve los problemas que cuatro hombres no pudieron resolver.

  • Cada corazon, un umbral de Seanan Mcguire

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    Deslizandose entre las sombras bajo la cama, o a traves de un armario, o por madrigueras de conejos… los ninos siempre han sabido acceder a mundos magicos. Pero ?que ocurre cuando regresan y no consiguen adaptarse y no son aceptados por sus familias? Eleanor West tiene un internado que acoge a estos ninos que quieren volver a su mundo de fantasia. Pero con la llegada de Nancy algo cambia en el internado y pronto tendran que enfrentarse a una tragedia por si mismos.

  • Phurya de Daniel G. Segura

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    Jamas te saltes el toque de queda.
    Kyle Dwayne reside en Clevence Town, un pueblo aislado de la civilizacion con un autoritario Gobierno que impone su poder alrededor de unas ferreas leyes.

  • Nunca estuve tan cerca de Claudia Serrano

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    Una novela sobre el amor en la sociedad de nuestros dias, en la que cada vez hay menos cabida para los sonadores y sus suenos.

  • Me guardas el secreto de Larru

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    Cuando el unico miedo que sintio de verdad fue el vacio, el silencio, la invisible soledad, a lo que se aferro fue a su hogar y alli regreso. Como un fantasma para la eternidad. Durante mucho tiempo, Don Gonzalo Gomez de Butron, maldijo su muerte que le habia convertido en un espectro errante entre las paredes de las que antano, habia sido dueno y senor. Sin embargo, su orgullo le impedia abandonar aquel sitio, su hogar, porque el era el legitimo propietario, habia pertenecido a su familia siempre. Ademas, un alma guerrera y violenta como el, estaba condenada para la eternidad, por toda la sangre derramada que habia perpetrado, su muerte y derrota suponia el dictamen de Dios. Sucedieron anos, lustros, decadas, siglos y todo a su alrededor cambiaba, excepto el. El lugar fue remodelado, obra de la que quedo gratamente impresionado. y que, aunque no hubiera sido asi, se hubiera resignado como al resto de las cosas. Ya nada estaba en sus manos, bajo su poder, su existencia se habia transformado insignificante y carente de sentido. Hasta la noche que aparecio aquel hombre por el castillo de Butron. Llevaba aquellas vestimentas negras como habia visto en otros con anterioridad sin embargo, irradiaba mas luz que cualquiera de las otras personas y ese influjo provoco que se fijara en el. Caminaba con aplomo y mostraba el semblante de quien poseia linaje, empezo a seguirle con cautela y tratando de averiguar mas detalles de el. No en vano, el era el Senor de Butron y debia conocer a quien entrara en su territorio. Un dia confirmo sus suposiciones cuando le vio quitarse el ropaje oscuro y descubrir que llevaba dibujado un lobo a la altura del corazon. Como los que mostraba el escudo de armas de los Butron. Trato de llamar su atencion, gritandole con voz tosca y grave un “eh” que murio como eco en el vacio. En otra ocasion, intento hacerle caer en una especie de zancadilla y le traspaso en su invisibilidad. Pero hubo una vez, que aquel hombre por fin le descubrio y ocurrio cuando vio el reflejo de su espectro en un espejo. Sabia que le habia visto, por como sus ojos le escrutaron y la sorpresa que mostro su rostro al girarse y no encontrar a nadie detras de el. CAPITULO 1 El monumental Castillo de Butron, ahora lugar de visita turistica, a esas horas tan tempranas estaba desierto o casi, la unica persona que deambulaba por sus antiguos corredores era Urtzi Garai, uno de los vigilantes del sitio, que terminaba en poco menos de media hora su turno de la noche. Tras cruzar la ultima puerta antes de llegar al puesto de mando, se asomo por una de las ventanas y vio que su companera estaba aparcando. La contemplo mientras salia de su viejo Renault Megane y atravesaba el patio direccion a la puerta de entrada. Debia reconocer que era guapa, le recordaba a Angelina Jolie, pero era antipatica o timida, no sabria definirla. Desde el primer dia que empezaron a trabajar alli, Maialen llegaba a su turno, intercambiaban un saludo de cortesia, Urtzi le comentaba si habia ocurrido algun incidente y nada mas. Luego el se marchaba y hasta el dia siguiente. Urtzi continuo hasta el despacho para hacer el informe nocturno y esperar que llegara ella. Una vez hecho el trabajo rutinario, penso en lo a gusto que iba a ser meterse al fin en la cama, ultimamente no dormia muchas horas y estaba muy cansado. Cerro los ojos por unos instantes hasta que un golpe en el hombro le hizo abrirlos de golpe. Maialen le miraba con cara de burla, frente a frente. --?Asi es como trabajas tu? Asi que luego tenemos una fama… --le espeto Maialen. --Perdona --dijo y anadio mirando su reloj--. Pero mi turno ha acabado hace un par de minutos. Ella se limito a mirarlo de arriba abajo, le dio la espalda e inicio sesion en el ordenador. Urtzi gruno y la observo por detras. Tenia unas curvas muy bien delineadas, si no fuera tan borde… Esta vez el le toco un hombro: --Para la proxima vez, despiertame con un poquitin mas de suavidad. Maialen se quedo perpleja. Sus ojos negros le miraron con inquisicion y ella se percato de que su companero moreno y de pelo corto era realmente atractivo. Urtzi tambien la escruto con la mirada. Estaban casi a la misma altura, los ojos de ella centelleaban, los tenia tan abiertos que parecian querer salir de sus orbitas. --?Crees que podras? --insistio con sonrisa burlona. --?A que te refieres? --se callo unos segundos y anadio--. ?Tal vez con un beso en los labios cual princesa de cuento? Urtzi se sonrio, despues de todo la chica tenia chispa. --No creo que te atrevieras. Maialen se rio y con un movimiento rapido, le cogio por los brazos y le planto sus labios en los de el. Tardo unos instantes en separarse. --Bueno, ahora ya sabes que si, princesa --advirtio ella. Urtzi se habia quedado sin habla y ella sonreia ampliamente. --En todo caso, principe, ?no? La chica asintio. El se acerco a ella con lentitud notando como a ella se le aceleraba la respiracion. Ella estaba desconcertada, eso le gusto. y se acerco aun mas, como si fuera a besarla el esta vez. --Hasta manana, princesa, aqui te quedas en el castillo encantado. --?Tiene fantasmas? Urtzi se aparto de ella un poco y tardo unos segundos en contestar: --Nunca se sabe… Maialen se separo del todo de el y se sento delante del ordenador. Urtzi comprobo que ella estaba roja y se marcho contento al vestuario. Su companera no era tan arisca como aparentaba.

  • Una familia decente de Rosa Ventrella

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    En un decadente barrio italiano, un amor inesperado crece como una flor en una tierra yerma.

  • Coaching de John Whitmore

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    Esta edicion revisada y ampliada de la <> del coaching profesional revolucionara como se aborda tradicionalmente la cultura de las organizaciones. Ejercicios practicos, ejemplos corporativos, dialogos de coaching y un glosario nuevo refuerzan el proceso de aprendizaje, mientras que un capitulo nuevo y crucial explica como medir los beneficios del coaching en terminos de rendimiento de la inversion.

  • Rozando El Cielo de Cristina Gonzalez

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    Le he dicho que no quiere sentarse al lado del ministro de industria frances. No, no y no. ?Acaso quiere provocar una guerra? Por el amor de Dios... - le gritaba yo al asesor de eventos noruego (y estupido) -. Si... Si... Aja... Me parece bien. Si, esa mesa es estupenda. Gracias. Y colgue. A pesar de que mi noruego no era el mejor (no era el idioma que mas dominaba), habia sido capaz de evitar que mi jefe, el senor Miller, no tuviese que atravesar una situacion de lo mas incomoda. Desde que Terrarius comenzo con las obras de la nueva linea de ferrocarriles de alta velocidad, los franceses se habian retrasado en todos los pagos, obligando a detener el proyecto y sobrecargando demasiado la economia de la empresa. Y John Miller, el presidente de Terrarius, no estaba dispuesto a almorzar en la misma mesa que el peor de sus clientes. Y yo sabia que, si el ministro frances conocia lo suficiente al senor Miller, tampoco querria enfrentarse cara a cara con el. - Necesito ver un resumen de la situacion de los tres ultimos meses Praxton - me bufo mi jefe mientras pasaba por delante de mi mesa. Despues se encerro en su despacho de un portazo y pude adivinar a traves del cristal como se sentaba, pasaba su mano por su cabello en un ademan de desesperacion y luego fijaba sus gelidos ojos turquesas en la fria pantalla de su portatil, repleta de numeros. Imprimi el informe que habia preparado detalladamente durante las ultimas dos semanas. Me incorpore y camine con paso firme hacia su santuario. Toque con mis nudillos suavemente sobre la madera de la puerta y entre. Despues deposite los papeles sobre su mesa, al lado de su brazo medio descubierto al encontrarse su palida camisa remangada hasta el codo. Sin musitar una sola palabra, sali de alli, cerrando la puerta con delicadeza para no hacer ruido. Despues me sente de nuevo frente a mi mesa de madera de roble y continue trabajando. Mas y mas llamadas, mas y mas reuniones que organizar. Informes, diapositivas, folletos y papeleos varios que mantuvieron mi mente ocupada durante las seis horas siguientes. Sin embargo, mi trabajo me divertia, me apasionaba. Para llevar a cabo mi actividad diaria necesitaba no menos que dominar como minimo cuatro idiomas: el frances, aleman, espanol y ruso. El resto: como el noruego, rumano, portugues, y otros tantos, los repasaba cuando me era necesario utilizarlos. Adoraba los idiomas. Cuando vivia, mi madre solia decirme que poseia un don para comunicarme, y que por supuesto, habia sabido aprovecharlo bien. Y lo bueno que tenia ser la secretaria personal del dueno de Terrarius era que necesitaba utilizarlos todos constantemente, de manera que jamas se oxidaban en mi cerebro. Alguna vez habia pillado al senor Miller observandome y escuchando una de mis conversaciones acaloradas en un frances mas bien insolente con algun administrativo parisino. Me habia llenado de orgullo ver a mi jefe sonreir de medio lado al comprobar como les plantaba cara a las largatijas del funcionariado en un idioma que ni siquiera era el mio. En el fondo John me caia bien. Mucha gente lo temia y lo evitaba por los pasillos. Tenia un halo de autoridad innegable y muy necesario para hacer que las cosas funcionasen en una empresa tan gigantesca. El era exigente con todo el mundo y sobre todo, con el mismo. Suspire. Habia llegado la hora de comer. Mire de nuevo a traves de la persiana de su despacho y comprobe que el senor Miller continuaba apuntando cosas y llamando por telefono. Era la clase de jefe que predicaba con el ejemplo. Si sus empleados trabajaban, el lo hacia el doble. Si nosotros nos marchabamos a las seis de la tarde, el se iba a las nueve. Y si llegabamos a las ocho, el a las seis y media. Me pregunte si no tendria a nadie con quien compartir su tiempo libre, y de ser asi, que clase de relacion seria. Porque a pesar de que yo ya llevaba tres anos trabajando para el, no conocia absolutamente nada acerca de su vida personal. Ni tampoco me interesaba especialmente. Era solo que en ocasiones se me antojaba triste y solitario y sentia cierta compasion por el. En algunas ocasiones le habia tenido que acompanar a diversos eventos: reuniones, cenas, inauguraciones... Y siempre le habia visto con una mujer diferente. Por lo habitual, John solia llevar acompanantes jovenes y glamourosas con las que hablaba lo justo y necesario. Desde luego, no se le veia feliz con ninguna de ellas. Apague el ordenador. Recogi mis cosas, ordene mi mesa y me encamine hacia el ascensor. Despues de un corto trayecto en autobus y de una caminata de quince minutos, llegue al edificio de pisos en el que se encontraba mi acogedor y reducido apartamento. *** - !Molly! - grite nada mas entrar - !Estoy aqui! Al instante, una chica de veintidos anos y la persona con mejores sentimientos y buenas intenciones que me habia encontrado en el mundo hasta la fecha, aparecio tras la puerta de la cocina y me saludo con una sonrisa. Una sonrisa un tanto forzada. Una de las cosas buenas de Molly era su transparencia. Con solo ver su cara podia adivinar cuando las cosas no iban bien. Me sente en el sofa y la inste a que me pusiera al corriente de lo que habia pasado aquel dia. Ella tomo asiento a mi lado y se coloco algunos mechones tras su oreja. - Esta algo amodorrada... Lleva una manana muy rara... Tiene mucho sueno... Dice que esta muy cansada - dijo ella nerviosa, refiriendose a mi hermana. - ?Esta dormida ahora? - pregunte dejando entrever mi nerviosismo. - Si... Y salvo eso, esta bien. Me preocupa que la medicacion este provocandole algun efecto secundario... Habria que llevarla al medico - sugirio Molly casi en un susurro. Ambas sabiamos lo que aquello significaba: dinero. Y no por la consulta con el doctor... Si no porque, cada vez que saliamos de alli, teniamos que comprar algun farmaco distinto y muy caro. La entranable Rachel, mi hermana pequena, habia nacido con sindrome de Down. Mis padres la habian cuidado con mimo y esmero, protegiendola y dedicando su vida a ella. La habian llevado a un colegio de educacion especial, que pudieron permitirse gracias a los ahorros de toda una vida, ya que el Estado no lo financiaba por completo. Alli Rachel habia aprendido todas aquellas cosas que estaban a su alcance: sabia vestirse - mas o menos -, comia sola, se duchaba sola - aunque yo preferia vigilarla, tenia miedo de que pudiera caerse - e incluso habia aprendido a leer - palabras basicas, lecturas infantiles... Pero era capaz de hacerlo -. Estaba sana, tenia cierta tendencia a engordar, pero nada mas - a excepcion de su patente problema neurologico debido a su enfermedad -. Mis padres la habian llevado al cardiologo para que la revisara, al neurologo todos los anos para comprobar los avances - o retrocesos - y hasta hacia poco tiempo, tambien al pediatra. Yo me habia marchado de casa cuando comence a trabajar para John Miller, pero aun asi, me habia mantenido en estrecho contacto con mi familia e iba a visitarles a menudo. Hasta que ocurrio. Como podria haberle ocurrido a cualquier familia, a cualquier persona, ser querido... Mis padres fallecieron en un desafortunado accidente de trafico. Mi madre perdio la vida en el acto, mientras que mi padre se desvanecio a los dos dias por una sepsis ingresado en la unidad de cuidados intensivos. Como por arte de magia, Rachel, quien tambien viajaba en el coche con ellos, habia salido absolutamente intacta de aquella colision. Esto habia sucedido el ano anterior. Desde entonces, ni Rachel ni yo volvimos a ser las mismas y a duras penas hemos logrado recuperarnos del impacto. En ocasiones la escuchaba llorar por las noches. Y cuando aquello ocurria me levantaba de la cama para abrazarla, hasta que se quedaba dormida de nuevo. Y entonces yo lloraba. Despues pensaba que si nuestra madre nos habia ensenado a ser fuertes y a afrontar la vida tal y como decidiera presentarse, debia serle fiel a sus ensenanzas y tratar de reencauzar nuestro dia a dia. Asi fue como decidi contratar a Molly, para que cuidara de Rachel durante mis horas de trabajo. Le pagaba poco, y ella sabia que yo no podia dar mas de mi. Porque a pesar de que la herencia que me habian dejado nuestros padres podia solucionar algunos apuros, no debia derrocharla - solia utilizarla para pagar las visitas medicas, los medicamentos y las pruebas que necesitaba mi hermana -. Y mi sueldo me alcanzaba para pagar mi alquiler, comida y ropa para ambas. Y a Molly , por supuesto, quien se conformaba con unos miseros cuatrocientos dolares mensuales, por dedicarle casi el dia entero a Rachel. - Sabes que puedes marcharte cuando lo necesites - le solia decir a la joven de vez en cuando. Pero ella contestaba: - El dia que no pueda mantenerme, vendre a vivir contigo... Yo trabajare por la tarde y tu por la manana. Asi ambas podremos cuidar a Rachel y mantener la casa. Molly tenia cualidades parecidas a las de mi madre y por eso creo que nos comprendia tan bien a mi hermana y a mi. Me lenvante del sofa y camine hasta la pequena habitacion en la que dormia Rachel. Abri la puerta despacio, con suavidad y entre de puntillas. Le di un imperceptible beso en la mejilla y la observe durante un minuto. Su respiracion era profunda y tranquila... Como la de la criatura inocente que era. Sin embargo, me preocupaba que se sintiera tan cansada siendo tan solo las seis de la tarde. - Pedire cita para el neurologo para dentro de un par de dias, necesito decirselo a John con algo de tiempo - le susurre a Molly mientras Rachel suspiraba entre suenos. Ambas salimos del dormitorio y nos tomamos un cafe juntas en la cocina. - Sarah, necesito pedirte algo - me dijo antes de terminarse su taza. Asenti, invitandola a hablar. - Mi padre tiene que operarse la semana que viene y tal vez deba faltar tres o cuatro dias... ?Te daria tiempo a pedirle permiso a tu jefe? ?O al menos a encontrar a alguien que pueda sustituirme durante ese tiempo? Adivine la desesperacion en sus palabras, al tener que divirse entre cuidar a Rachel y atender a su padre. Respire hondo. Rapidamente planee la manera, el tono y la cantidad de palabras que utilizaria para pedirle a John Miller que descontara de mis vacaciones la mitad de la semana siguiente. Alegaria problemas familiares. De salud... Lo que fuera. Pense que en caso de fallar aquello, podria fingir una gripe. Yo era buena, John me apreciaba. Quise creer que no le importaria que me ausentara unos dias por cuestiones familiares. - Esta bien, Molly. El tiempo que necesites. Ya me apanare. A fin de cuentas, no es algo que pase todos los dias - razone, sin poder ocultar el nerviosismo de mis palabras -. Espero que todo salga bien... ?De que es la operacion? Ella sonrio con tristeza. - Tiene un tumor en el colon... Pero afortunadamente lo han detectado a tiempo. Le di un abrazo para apoyarla. Su padre era la unica familia que le quedaba y adivine que escuchar la palabra tumor salir de la boca de un medico fue un golpe muy duro para ella. Pero asi era Molly. Se quejaba poco. A duras penas contaba sus problemas y solia llevar siempre una gran sonrisa en su cara. "Todos tenemos derecho a decaer de vez en cuando, incluso ella", pense al escuchar lo mas parecido a un sollozo sobre mi hombro. - Tranquila, Molly. Todo saldra bien. Me avisaras cuando acabe ?verdad? Ella se separo de mi hombro y asintio. 2 Habia ensayado el monologo al menos una docena de veces. En voz alta, en voz baja, mentalmente, delante del espejo... Y aun continuaba repitiendolo para mi misma mientras el ascensor me llevaba rascacielos arriba, hacia mi mesa de trabajo. "Senor Miller, me han surgido unos asuntos familiares que me veo obligada a atender... Si fuese usted tan amable...". Constantemente me recordaba a mi misma que mi relacion con mi jefe era sustancialmente buena. Me valoraba como la buena profesional que habia demostrado que era y por ello yo queria creer que seria incapaz de negarme tres dias libres. Me sente, deje mi bolso bajo el escritorio y encendi mi ordenador. Observe a traves de la persiana que el senor Miller ya se encontraba, como siempre a las siete y media de la manana, entregado por completo a una nueva jornada laboral. - Piensa, Sarah, piensa... - repeti en voz baja. Porque ya no se trataba solamente de como pedirle a John Miller que me diera permiso, si no de seleccionar el momento adecuado en el que el estuviese dispuesto a escucharme y a ser posible, de buen humor. Resople. El presidente de Terrarius siempre estaba ocupado. Y normalmente, todo lo que no estuviese cuidadosamente colocado en su agenda con un minimo de una semana de antelacion, le estorbaba. "Solo seran cinco minutos", pense. "No le quitare mas tiempo". Mi mesa se encontraba a unos siete pasos de su despacho. Separada de este por un pasillo cubierto por una aseptica moqueta grisacea. La madera de tonos claros daba color a las puertas y a los muebles, en los cuales se reflejaba la luz blanca de los focos de oficina que iluminaban la estancia desde el techo. De pronto me di cuenta de que Miller tenia una reunion programada para las diez de la manana, y despues recorde que John, tras las reuniones siempre solia tomarse un pequeno descanso para organizar sus ideas. "Despues de la reunion hablare con el", pense con aires de victoria. Ya estaba planeado. El momento, el lugar, las palabras e incluso los gestos. - Praxton, ?le importaria pasar a mi despacho? Ahora, por favor. Me sobresalte al ver a mi jefe apoyado en el umbral de la puerta de su despacho, observandome. Medite sobre su exquisita educacion. En sus ordenes no solian faltar los "por favor" y los "gracias", a excepcion de cuando se encontraba muy apurado. No obstante, aquellos ademanes tan caballerosos se perdian en su mirada intransigente. Su "por favor" se podia traducir perfectamente por un: "para ayer". - Si, senor Miller - respondi con inmediatez al tiempo que me levantaba de mi silla negra. Le segui. Observe su camisa de rayas, que le quedaba sustancialmente grande. Era compresible, pues se trataba de un hombre bastante delgado y esbelto, al cual le seria bastante dificil encontrar ropa de su talla. Ademas, su altura le hacia parecer aun mas consumido. Supuse que mediria cerca de un metro noventa. Cuando tome asiento, note sus ojos azules clavados en mi. Adverti que el turquesa de sus iris parecia mas intenso de lo habitual, nada que ver con el azul palido y cristalino que lucia cuando se encontraba mas relajado. Aquella era una buena manera de calibrar su estado de animo. Normalmente, yo solia darle las noticias menos buenas cuando veia el azul claro y balsamico en sus ojos. De lo contrario solia apartarme hasta que el turquesa intenso hubiese desaparecido. - Vera, Sarah, estoy muy contento con su trabajo - comenzo el. Su tono de voz jamas se elevaba mas de lo necesario. Contuve el aliento. No me gustaron aquellas palabras, no anunciaban la peticion de un nuevo informe, ni una nueva presentacion de diapositivas, ni un cambio en su agenda. Espere, tensa. - He leido su curriculum a lo largo de esta semana - continuo el.

  • Si no te veo antes de Eric Lindstrom

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    Suena el despertador y yo lo apago de un manotazo y aprieto el boton del altavoz al mismo tiempo. Stephen Hawking dice: <<5:55 de la manana>>. Solo queria asegurarme, como siempre. Abro la ventana de un tiron y saco la mano. Fresco, neblinoso, pero sin humedad. Es probable que el cielo este encapotado. Me visto --sujetador deportivo, camiseta sin mangas, pantalones cortos, zapatillas de atletismo-- sin molestarme en comprobar nada mas, porque todas mis prendas de correr son negras. Salvo los panuelos. Los palpo con los dedos, comprobando las etiquetas de plastico, decidiendo de que humor estoy. Es raro, pero me siento inquieta, asi que escojo uno que quiza me venga bien: el de algodon amarillo con caritas felices bordadas. Me lo ato alrededor de la cabeza como si fuera una venda, poniendo una sonrisa sobre cada uno de mis parpados cerrados. El sol, recien salido, me calienta las mejillas: el cielo debe de estar despejado, al menos en el horizonte. Cierro la puerta de mi casa y me deslizo la fria llave en el calcetin. Cuando el sendero de entrada se convierte en acera, giro a la derecha y empiezo a correr. Las tres manzanas que hay hasta llegar al campo estan programadas en mis pies, en mis piernas, en mi equilibrio. Tras siete anos haciendo lo mismo, identifico cada bache, cada grieta, cada raiz que asoma de la acera. No necesito ver por donde corro, porque lo siento. --!Parker! !Para! Freno bruscamente y me tambaleo, aleteando con los brazos como si estuviera al borde de un precipicio. Y, si resulta que ayer paso por aqui una retroexcavadora, perfectamente podria estarlo. --!Lo siento mucho, Parker! --la sufrida voz de ama de casa de la periferia de la senora Reiche me grita desde su porche. Ahora esta trotando por el sendero de acceso a su casa, haciendo tintinear las llaves--. El hermano de Len vino anoche... Intento no imaginarme a mi misma estrellandome contra uno de los lados de su furgoneta. Avanzo con las manos extendidas hasta que toco metal frio y cubierto de rocio. --No hace falta que lo muevas --recorro la resbaladiza superficie del coche al tiempo que lo rodeo. --Claro que lo muevo. Cuando vuelvas, ya no estara. Vuelvo a encontrar la acera y sigo corriendo mientras la furgoneta ruge a mis espaldas. Espero en la esquina hasta que la senora Reiche ha apagado el motor para poder escuchar el trafico. No oigo mas que el piar de los pajaros, asi que pongo un pie en el cruce. Cuando toco el alambre de la verja del campo de entrenamiento Gunther, giro a la derecha. Doy catorce pasos hasta el agujero de entrada y giro el cuerpo a la izquierda para atravesarlo, la mano ligeramente adelantada por si acaso hoy es la primera vez en anos que no he calculado bien la distancia. Lo traspaso sin problemas, como siempre. El campo tiene unos noventa metros de ancho. Si han aparecido obstaculos nuevos desde ayer, hay pocas posibilidades de que los encuentre a la primera pero, si ya es una locura correr aqui, mas loco seria todavia hacerlo sin dar antes un paseo de reconocimiento. Llego hasta la verja que hay en la otra punta del campo, a ciento cuarenta y dos pasos. Todo bastante normal y despejado. Despues de unos minutos de estiramientos, me siento lista para correr. Setenta y cinco zancadas a ritmo medio, dos docenas de pasos hasta tocar la otra verja, y vuelta a empezar. Despues de cinco rondas, llega el momento de hacer esprints. Sesenta zancadas me dejan a veinticuatro pasos de la verja de enfrente. A continuacion, me desplazo lateralmente para volver a ponerme en linea, porque me he desviado un poco. El aire no se mueve y es mas calido que ayer, pero la sensacion cuando lo atravieso volando es de frescor. Hace semanas que dejamos atras lo peor del calor del verano. Diez esprints y se acabo. Despues de cruzar la calle, troto lentamente para ir relajando los musculos, pero me pongo a caminar cerca del acceso a la casa de los Reiche. He escuchado como movian el coche, pero cuando se presenta un problema uno tarda un tiempo en olvidarlo. Al llegar al otro lado, en el punto en el que el acceso a la casa se eleva ligeramente para volver a convertirse en acera, vuelvo a acelerar. En cuanto abro la puerta de casa, se que ha pasado algo. No huelo el desayuno. Hasta los dias en que toca desayunar cereales hay tostadas. En la cocina solo escucho los ruidos habituales de una casa aun dormida: el zumbido del frigorifico, el tictac del reloj sobre los fogones, mi respiracion y, cuando me paro a escuchar mas detenidamente, el latido de mi corazon. Me dirijo a las escaleras y me tropiezo con algo que hay en el recibidor. Me acuclillo y descubro a mi padre, tendido en el suelo, vestido con unos pantalones de pijama de franela y una camiseta de manga corta. --?Papa? !Papa! ?Estas bien? --Parker --me dice, con una voz extranamente tranquila. No parece ni cansado ni dolorido. --?Te has caido? ?Que ha pasado? --Escucha --me pide. Su voz sigue sin sonar como deberia hacerlo si realmente estuviera tirado al pie de las escaleras--. Todo el mundo tiene secretos, Parker. Todo el mundo es un misterio. Ahi es cuando me despierto, como siempre. Sin embargo, eso es exactamente lo que ocurrio el pasado 3 de junio, una semana despues de terminar el colegio y dos semanas despues de que fuera mi decimosexto cumpleanos. Salvo por dos cosas. La primera es que si que estuve a punto de estrellarme contra la furgoneta de los Reiche, solo que eso ocurrio otro dia, un par de semanas despues. La segunda es que mi padre no estaba tendido al pie de las escaleras. Estaba todavia en la cama, y llevaba horas muerto. UNO UNO Marissa esta lloriqueando. Otra vez. --Y entonces el... el... el no... --su voz grave parece un grunido. Patetica. Y eso que es una chica lista... Salvo cuando se trata de Owen. --?No podeis hablar vosotras con el? Yo no respondo y Sarah tampoco. Solemos ofrecerle buenos consejos --gratis, incluso--, pero nunca nos involucramos. Se lo hemos dicho a Marissa mil veces; decirselo otra vez seria desperdiciar oxigeno. Solo tenemos que esperar a que se seque las lagrimas. De todas formas, no hay nada que hacer hasta que suene el timbre. El ano pasado, esta misma escena se repetia cada pocas semanas. Si no fuera por estos numeritos, Marissa practicamente no hablaria conmigo. Apenas soy capaz de recordar como suena su voz cuando no lloriquea, se sorbe la nariz, solloza, tose en un mar de lagrimas y mocos, y se congestiona tanto que, si no se suena, se ahoga. Hay una creencia popular de que perder la vista agudiza el resto de los sentidos. Y es cierta, pero no los magnifica. Sencillamente, uno se libra de la apabullante distraccion que supone verlo todo, todo el tiempo. Por otro lado, la experiencia de sentarse con Marissa consistia casi por completo en escuchar todos los sonidos que su nariz y su boca eran capaces de producir con toda su pegajosidad. Asi es como suena en mi mente el amor no correspondido: asqueroso. --?Parker? ?Tu no puedes hacer algo? --Ya lo estoy haciendo. Te estoy diciendo que te busques a otro --callo un momento, como establece el guion, para que ella pueda interrumpirme. --!Nooo! Soy la reina del <>, pero la indiferencia de Marissa ante un patio lleno de personas --el primer dia de clase, ni mas ni menos -- que la contemplan mientras emula a una borboteante fabrica de mocos... Bueno, deja la mia a la altura del betun. --Escuchame, Marissa: las almas gemelas no existen. Pero, si lo hicieran, serian dos personas que quieren estar juntas. Tu quieres estar con Owen, pero Owen quiere estar con Jasmine, lo que significa que Owen no es tu alma gemela. Tu solo eres su acosadora. --Espera... ?Jasmine? --yo disfruto de un momento de paz mientras la sorpresa por la noticia, que ya le contamos la primavera pasada, la deja callada durante un segundo--. Pero ?no es...? --Si, a Jasmine le gustan las chicas. Sin embargo, todavia no ha encontrado a ninguna que le guste lo suficiente, asi que Owen tiene la estupida idea de que aun tiene posibilidades con ella. Por eso, el que Owen la persiga por todos lados es ligeramente mas triste e inutil que ver como tu lo persigues a el. De hecho... Sarah chasquea la lengua y yo se lo que eso significa, pero, cuando cojo velocidad, llevo demasiada inercia como para detenerme o frenar. --... lo unico que Owen y tu teneis en comun es estar enamorados de alguien que no os corresponde. De alguien que ni siquiera conoceis. ?Te has parado alguna vez a buscar las palabras <> o <> o <> en un diccionario? El silencio que sigue es un ejemplo perfecto de lo que mas odio de ser ciega: no poder ver como reacciona la gente a lo que digo. --Pero... --Marissa se sorbe un buen monton de mocos--. Si pasaramos tiempo junt... Salvadas por la campana. Ella y yo. Pero sobre todo ella. iii --Anda, pero si son No Recomendada Para Menores de 13 Anos y su perro lazarillo --el familiar chirrido suena a mi izquierda, acompanado del chasquido de una taquilla al abrirse. --Por favor, dime que su taquilla no esta justo ahi --le digo a Sarah con un teatral susurro--. El verano pasado descubri que soy alergica al PVP. Ahora tengo que llevar en la mochila un boli de epinefrina. --Oh, vaya --dice Faith con su vocecilla insolente--. ?Y yo soy PVP? Eso significa... Personas... Personas... --Polivinilpirrolidona. Se usa en la laca, en la gomina, en las barras de pegamento y en el contrachapado. --Vaya, yo creia que PVP significaba Personas Vastamente Populares. Yo no puedo evitar echarme a reir y salirme del personaje. --!Bueno, bueno, Fay-Fay! ?Se te ha ocurrido a ti solita? --!Pues claro que si! No soy ni la mitad de tonta de lo que tu pareces. El aroma a kiwi y fresa anuncia lo que esta a punto de pasar, asi que afianzo los pies en el suelo. Lo llamaria <> si Faith no fuera demasiado delgada como para que nada de lo que haga recuerde a un oso. La estrecho un poco mas de la cuenta y luego la suelto. --?De verdad llevas un boli de epinefrina? --me pregunta. --Vaya, Fay --comenta Sarah--. ?Acaso sabes lo que es eso? --Mi sobrino es alergico a los cacahuetes. ?Y tu sabes que eres una zorra pretenciosa y condescendiente? --!Claro que lo uuufff...! La rafaga de aire y la respuesta de Sarah me indican que Faith acaba de abrazarla tambien a ella. --?Habeis visto a todos esos bichos raros? --comenta Faith, sin el mas minimo intento por disimular--. Esto se ha convertido en un zoo. --Al menos son ellos los que nos invaden a nosotros... --opina Sarah--. Y no al reves. Es verdad. La localidad de Coastview ya no podia financiar dos institutos, asi que el Jefferson tuvo que cerrar y todos sus alumnos vinieron al Adams. Los pasillos estan tan abarrotados de gente que desconoce las Reglas (y no me refiero solo a alumnos de primero), que he tenido que agarrarme del brazo de Sarah para poder abrirme paso por todo ese caos y llegar hasta mi taquilla. Acostumbrarse a la presencia de todos estos novatos va a ser un lio, pero al menos no tendre que aprender a manejarme en un colegio completamente nuevo. --Ay, vaya, aqui viene otro --dice Faith, mas cerca y en voz mas baja, recordando esta vez la Regla no 2. Me abraza otra vez--. Siento mucho haberme pasado todo el verano en Vermont. Sabes que habria venido si hubiera podido, ?verdad?

  • Un Sheriff De Alabama de Erina Alcala

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    Rosa Vera habia nacido hacia veintinueve anos en Martos, un pueblo de la provincia de Jaen, situado en Andalucia, en el sur de Espana. Ahora habia vuelto a su tierra que la vio nacer, y no precisamente para felices reencuentros. Era hija y nieta unica. Sus abuelos y sus padres habian sido ricos terratenientes de la zona. Poseedores de una de las mas extensas tierras de olivos de la provincia de Jaen y, por consiguiente, de infinidad de fabricas de aceite de oliva, repartidas por los pueblos de dicha provincia y tambien de parte de la provincia de Cordoba. Para desgracia de Rosa, a los catorce anos se habia quedado huerfana. Sus padres murieron una noche lluviosa de invierno, en un accidente de coche, cuando se desplazaban de un pueblo cercano hacia su casa, a solo cinco kilometros de distancia: TorreDonjimeno. Ese era uno de los muchos pueblos donde tenian una fabrica de aceite de oliva. Una de un total de mas de cien fabricas. La fortuna de sus padres la habian generado por ellos mismos, y no eran menos ricos que los abuelos. Y estos, cuando murio su unico hijo, el padre de Rosa, eran los unicos familiares de la pequena, asi que se hicieron cargo de ella. Le dieron siempre lo mejor. Rosa estudio bachiller en Martos, un pueblo de casas blancas de veinte mil habitantes a unos doce kilometros de la capital de la provincia, Jaen. Cuando quiso ir a la Universidad a estudiar medicina, sus abuelos, al igual que lo hubiesen querido sus padres, la enviaron a estudiar a una universidad de EE. UU. En parte, porque daba prestigio y porque la carrera de medicina era lo que Rosa habia querido estudiar desde siempre. La admitieron en la Columbia University de Manhattan. Alli permanecio, desde los diecisiete anos, edad en que termino el instituto, hasta los veinticinco. De la universidad salio con un doctorado en cirugia y su titulo de medicina. Era buena, por lo que en poco tiempo empezo su trabajo en el Presbyterian Lower Manhattan Hospital. Alli permanecio especializandose durante cuatro anos. Llego a ser, en esos anos, una cirujana de reconocido prestigio, a pesar de su edad. Era, sin duda, de las mejores que tenia el hospital. Ademas, Rosa caia bien. Siempre estaba dispuesta a hacer horas extras y guardias. En el transcurso de los anos, solicito la Green Card, que le otorgaria la nacionalidad americana. Y le fue concedida. Tenia doble nacionalidad y hablaba tres idiomas, frances, ingles y castellano, por supuesto. Mientras vivio en EE. UU., habia vuelto al pueblo, cada dos anos, a ver a sus abuelos. Utilizaba sus vacaciones para ello. El trabajo en el hospital era tan estresante, que las utilizaba para ir a ver a sus abuelos, que ya eran mayores y la unica familia que tenia en el mundo. Se querian mucho, y no era para menos. La habian criado de pequena y eran su unica familia. Rosa recordaria con carino esas vacaciones. Ahora hacia un ano que su abuela habia fallecido. Evidentemente fue a su entierro y sintio una pena infinita por su abuelo, que se quedaba solo despues de perder a su esposa por un ictus, del cual no consiguio sobreponerse del todo, y cuando sufrio el segundo, le fue imposible superarlo. Ahora estaba de nuevo en el pueblo, porque el que habia muerto era el abuelo. Ya no le quedaba a nadie en esta vida. Habia pedido veinte dias de vacaciones en el hospital, y utilizo tres con solo hacer la maleta, sacar los vuelos y llegar al pueblo. Un periplo amargo con el unico objetivo de despedirse del que ya no estaba. No se atrevio a ir a casa del abuelo para pasar la noche. Rosa se habia quedado en el hotel del pueblo. Ya tendria tiempo de recoger las llaves cuando fuera de dia. Miro por la ventana la noche estrellada que abrazaba al pueblo que la vio nacer. Parecia mentira que, aunque estuviera lejos, siempre llevaba un pedazo de esas calles en su corazon. A la manana siguiente a su llegada, se dirigio a la oficina del abogado justo despues de desayunar. El era el albacea de sus abuelos, como lo fue de sus padres. El abogado, Juan Medina, era un hombre alto, de mediana edad, algo calvo por la coronilla, muy serio y educado. Era el hijo de los abogados que toda la vida tuvieron sus familiares y que mantenia el bufete de su antecesor. Nada mas verla entrar en su despacho la invito a sentarse. --Sientese, senorita Vera. --Y ella se sento. --Como sabra, mi padre y yo, por ende, somos los albaceas de sus padres y de sus abuelos. Como mi padre murio, no le queda mas remedio que tratar conmigo de todos sus asuntos legales.--Bien, muchas gracias, senor Medina, siento lo de su padre. --Gracias. Y yo, lo de su abuelo. Mientras ponia encima de la mesa una carpeta negra algo gruesa, con el nombre de Familiares Vera, ella observaba sus movimientos metodicos y tranquilos. --Como sabra, su abuelo fue enterrado ayer junto a su abuela. Era lo que solicito, su ultima voluntad y su deseo. No se pudo esperar a que llegase. Nos hicimos cargo de todo. --Lo se. Y se lo agradezco. He venido lo antes posible, pero estoy lejos. Aunque pasare mas tarde por el cementerio. O estos dias que permanecere aqui. --Bueno, si esta lista, empiezo. Aqui tengo todas sus propiedades. Paso a enumerarselas: cincuenta fabricas de aceite (sus abuelos vendieron la otra mitad de las fabricas, antes de morir su abuela), diez mil fanegas de olivos, tres cortijos, mas la propiedad de sus abuelos que es la casa del pueblo, mas el dinero que tenian en el banco. --?Todo eso tenian mis familiares? Sabia que eran ricos, pero esto es una barbaridad. --Si, senorita. Eso hace un total aproximadamente de ciento cincuenta y tres millones de euros aproximadamente. Evaluandolo por encima, claro. --El abogado la miro con una sonrisa blanca por primera vez. Rosa se quedo en blanco. Ella, de sus abuelos habia recibido lo suficiente para estudiar, sin que le sobrara el dinero. No habian sido tacanos con ella mientras estudiaba, pero en modo alguno dadivosos. Y luego al acabar la carrera y empezar a trabajar, no recibio un euro. Ganaba mas de doce mil euros mensuales en el hospital y desde luego, no los necesitaba economicamente. Ella habia conseguido ahorrar con sus guardias y recibiendo un buen sueldo de cirujana en esos casi cuatro anos, unos doscientos cincuenta mil dolares y algo mas, porque vivia bien. Tenia alquilado un apartamento pequeno, pero caro en Manhattan y le gustaba vivir bien, ropa cara, maquillaje y perfume. Ir de vez en cuando a darse masajes, mas bien por necesidad y cuando podia ir al gimnasio a desentumecer los musculos. Salir a tomar unas copas algunos fines de semana o comer en algun restaurante. El resto lo hacia en casa. Tampoco eran demasiados lujos si se lo podia permitir con su sueldo. Lo que nunca penso es que sus padres y sus abuelos tuvieran tal cantidad de propiedades. Ella, nunca pregunto y ellos nunca le dijeron nada. El abogado, la saco de sus pensamientos. --?Como? --dijo ella sin haberlo escuchado--, perdone, me habia perdido. --Le decia, senorita Vera, que su abuelo ya tenia compradores para todas sus propiedades. El senor Vera, sabia que usted no iba a volver aqui, que se quedaria en Estados Unidos. Y habia conseguido hablar con algunos futuros compradores para sus propiedades. Y asi usted recibir el dinero en metalico. --Si, alli tengo mi trabajo y mi vida. No voy a vivir aqui, ni a volver a Espana. Ya no tengo a nadie. Mi intencion es vivir en Estados Unidos. --Entonces, ?que piensa hacer? --Creo que lo que tenia mi abuelo pensado. Vender todas las propiedades. ?En cuanto tiempo cree que podria venderlos? Tengo apenas quince dias para cerrar esos asuntos. ?Lo podria conseguir en ese tiempo? --No es mucho tiempo, pero lo podemos intentar, ya que tenemos a los compradores adjudicados a cada propiedad. Eso si, puede llevarse los objetos personales de la casa, si quiere. Y quedarse en ella hasta que terminemos todo el asunto. --Me llevare las fotografias, el resto no. Y si es necesario, me quedaria a vivir en el hotel en que me aloje anoche durante ese tiempo. Si los compradores quieren entrar antes, claro. --No sera necesario. Esperaran. Tras una breve pausa. --Bien. Hoy mismo me pondre en contacto y resolvemos esto lo antes posible. Mi bufete trabajara incansable en este asunto para que pueda irse con sus propiedades vendidas. La llamare para firmar todos los documentos. Mis ayudantes trabajaran estos dias para usted, antes de que regrese. Le advierto, que hay que descontar lo de Hacienda y nuestra minuta. --No se preocupe, lo entiendo. Es lo normal. --Hacienda se lleva un buen pico. --?Cuanto? --pregunto ella, porque no sabia lo que en Espana se cobraba por la venta o compra de propiedades. No estaba al tanto, pero miraria en internet por la tarde. No por desconfianza. Sus abuelos y sus padres habian confiado en ese bufete toda la vida y ella confiaba tambien. Tenian un gran prestigio, no solo en Martos, sino en los alrededores. --Un veinte por ciento. --Habra que pagarlo antes de irme. Quiero dejar pagado todo, para que no se me reclame nada una vez este fuera del pais. No quiero problemas con Hacienda, si ustedes pueden encargarse tambien de ello, se lo agradeceria. Y en todo caso, les voy a dejar mi tarjeta y mi telefono por si fuese necesario. Y yo, tambien los llamare. --Perfecto. Pues en eso quedamos. Le avisaremos para las firmas y necesitaremos un numero de cuenta para el ingreso antes de que venga de nuevo. --Y ella, se lo dio--. Aqui tiene las llaves de la casa de sus abuelos. --Estupendo. Espero su llamada. Gracias, senor Medina --dijo, levantandose y saludando al abogado que tambien se levanto y la acompano a la puerta. --A ustedes, por confiar en nosotros. Se despidio del abogado y cuando salio a la calle, al centro de la ciudad, casi le da un ataque de ansiedad. Sabia que sus abuelos eran ricos, pero eso era una barbaridad. Con esos pensamientos en la cabeza, lo primero que hizo fue ir a un bar y tomarse un par de cervezas y un par de tapas e irse al hotel donde se habia quedado la noche anterior, pagar la cuenta y subir a casa de los abuelos, en la parte alta del pueblo. La casa era maravillosa, una gran casona andaluza, estilo antiguo con un gran patio de flores. Ella recordaba haber estado alli cuando era nina jugando y de adolescente durante el instituto. Dormiria en su antigua habitacion; donde se quedaba cuando iba a ver a sus abuelos desde Nueva York. Se hizo un cafe y se tumbo en el sofa. Habia dormido poco desde que el vuelo desde Nueva York la dejara en Madrid, y de ahi el Ave hasta Cordoba y otro tren a Jaen y tomo un taxi hasta Martos. Ya estaba cansada y no iba a tomar el autobus. Tendria que hacer lo mismo a la vuelta. Se quedo dormida hasta el dia siguiente. Nunca habia dormido tanto. Ni habia tanto silencio en la casa. Abrio su maleta y se ducho, se cambio de ropa y salio a desayunar. Se dio una vuelta por el pueblo y se compro un libro para esos dias de espera, el periodico y una revista del corazon. Era 25 de marzo y el tiempo aun era frio en ese tiempo, a pesar de estar ya en primavera. Despues de cinco dias, se puso algo nerviosa al ver que el abogado no la habia llamado, pero decidio esperar. Recorrio el pueblo de parte a parte, e incluso un dia subio a la Pena, al cementerio, con flores para sus abuelos y sus padres. Al siguiente dia de espera, fue a ver el Castillo de Jaen y paso la manana en la capital, donde comio y paseo. Volvio por la tarde despues de tomar el cafe. Al sexto dia, la llamo el abogado. Deberia pasar manana por la tarde para firmar los documentos. Ella estuvo de acuerdo. !Que eficiencia! CAPITULO 2 <>, penso Rosa. Habia firmado los documentos y el abogado vendio las propiedades. Tal como le habia indicado, tambien pago a Hacienda, para que no tuviera que preocuparse de nada. Le paso su numero de cuenta donde le hicieron una transferencia. Cuando Rosa salio del despacho, despues de entradas y salidas, tenia en su haber: ciento veinte millones de euros que cambio a dolares. Casi ciento cuarenta millones de dolares, mas lo que tenia ahorrado, daban un total de ciento cuarenta millones doscientos cincuenta mil dolares. Una fortuna millonaria. A eso habia que anadirle el dinero que llevaba encima para el viaje, que era la ultima nomina. Con ella saco los pasajes, pago el hotel y lo que se gasto alli. Toda una locura. Tendria que invertir en algo, quizas en propiedades. Pero todo eso lo haria cuando llegara a Estados Unidos. Tres dias despues, volaba a Nueva York. Solo se llevo una maleta y una bolsa de fotografias de sus seres queridos, una cuenta abultada y una ansiedad latente por volver al hospital. Esos dias, en el pueblo le hicieron querer recobrar una paz que no habia conseguido desde que termino el instituto. La Gran Manzana podia ser estresante. Su trabajo en el hospital mucho mas y su vida emocional cero. Su vida sexual y romantica, menos que cero. Suspiro mientras miraba por la ventanilla del avion. Con el dinero que tenia, incluso podia dejar de trabajar, pero eso no era lo que queria. Se habia pasado anos estudiando para trabajar y le gustaba ser doctora y tambien cirujana. Pero desde que habia pasado esos dias en el pueblo le rondaba una idea en la cabeza: dejar Nueva York. Si, no era necesario dejar de ser doctora, pero podia abandonar Nueva York, el bullicio y el estres e irse a un lugar mas tranquilo. No sabia donde, ni cuando, pero tal vez... lo antes posible. Un hospital pequeno, puede que no de un pueblo, se conformaba con una pequena ciudad... El lugar no era tan importante. Ese cambio era algo que necesitaba en esos momentos. Siendo cirujana y medica, dos ramas en las que era buena, no le faltaria trabajo. Tenia veintinueve anos y necesitaba un cambio en su vida. El haber pasado por el pueblo le habia hecho pensar en su estilo de vida. Al final era de pueblo, no de ciudad. Le gustaba la gente mas que la soledad de un apartamento en un lugar de millones de personas que ni se saludaban. Por no pensar en que en ese ambiente no se sentia comoda, le costaba hacer amigos con la gente de la urbe, siempre recelosa. En cuanto a los hombres... No tenia suerte, aunque Rosa era una chica guapa de uno sesenta centimetros. Morena, con el pelo largo ondulado y ojos verdes claros como el agua de un lago transparente, que cuando te miraban siempre se veian risuenos. Su nariz respingona estaba salpicada de pecas. Llevaba las unas cortas y sin pintar, todo a causa de su profesion. Tenia un buen cuerpo y los pechos generosos, sin llegar a ser demasiado exagerados. El gimnasio hacia su efecto. Era una mujer feliz por naturaleza. Y no solo estaba por su alegria, sino tambien por sus andares seguros. Atraia a los hombres, pero era quizas demasiado distante, independiente e ironica y cuando ligaban con ella, desconfiada. Se creia la mitad de la mitad de lo que los hombres le contaban. Y no se cortaba un pelo al hablar o decir lo que tuviese que decir. No habia tenido novios al uso. Nunca. Pero se habia acostado por necesidad con algunos hombres. Cuando habia salido sola algun fin de semana a tomar una copa a algun lugar de moda y le habia gustado un hombre se acostaba con el, pero nada mas. No daba nunca su telefono, quizas porque no le habia interesado ninguno. ?Que le gustaria encontrar a su media naranja?, claro, pero eso era dificilisimo. Y su reloj biologico iba a darle cualquier dia un disgusto. Pero ella sabia que era una chica familiar, que en un futuro no muy lejano querria hijos y un marido y ese ultimo era el que tenia que encontrar. Un hombre con quien formar una familia. Suspiro de nuevo. Seguro que en la Gran Manzana no habria un hombre para ella.

  • La Cara Oculta De La Luna de Claudia Cardozo

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    Surrey, Inglaterra. 1880 Eleanor nunca podria olvidar la ultima vez que tuvo frente a si a James Haversham. Ella tenia doce anos y hasta entonces jamas habia visto a un hombre llorar. No que el pobre caballero se encontrara sollozando a lagrima viva; ni siquiera hubiera podido decir que pareciera hundido por el dolor. En realidad, y la idea en si le parecio tan triste como perturbadora, el discreto llanto del senor Haversham parecia mas bien nacido de la ira y el despecho. Pero en esa epoca Eleanor era solo una nina y su sensibilidad, aunque pronunciada, no era capaz aun de captar esa clase de matices y comprenderlos a cabalidad. Lo unico que tenia claro era que el senor Haversham, ese caballero a quien conocia desde hacia solo unas semanas y que le resultaba tan agradable, se encontraba en ese momento sumido por la pena. Hubiera deseado consolarlo de alguna forma, decirle cualquier cosa que le hiciera sentir mejor. El problema era que ella ni siquiera deberia encontrarse alli y haberlo visto en semejante situacion. Desde luego, todo ese enredo tenia un claro culpable. Una culpable en realidad. Cecily. Siempre era culpa de Cecily. Si su prima aprendiera a comportarse como la joven bien criada que supuestamente era, habrian podido evitar todo ese enredo. Cuando Eleanor la vio salir apresurada de la casa supo que debia de estar planeando algo. Lo mas sensato por su parte hubiera sido hacer como si no la hubiera visto, la experiencia le habia ensenado que era lo mas inteligente para evitar involucrarse en sus problemas; pero ella solo era una nina curiosa en aquella epoca, su tia decia con frecuencia que estaba lejos de ser sensata y le basto con advertir que el senor Haversham tomaba el mismo camino que Cecily para que sus pies empezaran a moverse como si tuvieran vida propia. Mientras recorria el breve trecho entre las cocinas y el establo, donde adivino de inmediato que debian de haberse citado, recordo esas charlas oidas a hurtadillas entre la cocinera y el ama de llaves cuando pensaban que nadie les prestaba atencion. Segun ellas, la senorita Cecily parecia haber caido hechizada por el encanto del nuevo amigo de su hermano y era posible que el senor Haversham consiguiera arrancarle una promesa antes de volver a Oxford. A Eleanor eso le parecia una lastima porque consideraba a aquel joven demasiado agradable para su prima, pero se cuido de decirlo, y no solo porque de hacerlo habria sido descubierta escuchando, sino porque tambien estaba acostumbrada a cuidarse de decir lo que pensaba acerca del comportamiento de Cecily. De cualquier forma, su prima apenas acababa de cumplir dieciseis anos y el senor Haversham no podia haber llegado a los veinte, asi que supuso que un compromiso no era del todo inminente. A lo sumo, quiza, el joven lograra que ella consintiera en mantener correspondencia y que fuera recibido en una proxima visita. Eso si que le parecia una buena noticia, se dijo Eleanor segun daba un rodeo al establo antes de entrar: el senor Haversham era bastante simpatico y, excepto por su primo Gabriel, la unica persona a quien conocia que la trataba con sincera estima. Le gustaria volver a verlo y si para ello era necesario que contrajera algun tipo de relacion con Cecily, bueno, suponia que no seria algo tan terrible siempre y cuando fuera fugaz. El establo era uno de sus lugares favoritos de la propiedad de sus tios. No solo porque amaba a los caballos y pocas cosas le divertian mas que escabullirse alli para admirarlos, sino tambien porque lo consideraba una suerte de refugio en el que podia dar rienda suelta a su imaginacion. El ritmo de la vida parecia perder velocidad cuando conseguia dejar la casa atras y se internaba en su interior. Su cuaderno de notas, un rincon silencioso y el viento que se colaba entre las rendijas de madera: eso era todo lo que necesitaba para sentirse feliz. Eleanor sabia bien por donde debia entrar si no deseaba ser vista; estaba acostumbrada a ello, asi como a subir una escalerilla que llevaba a un altillo que los caballerizos usaban para almacenar el heno y para tomar algunas siestas durante el dia. Ella lo usaba tambien, aunque no para dormir, sino para disfrutar de algo de privacidad cuando trabajaba en sus historias. En ese momento, ademas, comprendio en tanto andaba de puntillas y subia los peldanos con los ojos entrecerrados y rogando por no hacer demasiado ruido, que le daria tambien una posicion estupenda para saber en que nuevo enredo se habia metido Cecily. No sintio demasiados escrupulos en tanto se acomodaba boca abajo sobre el suelo de madera cubierto por paja o mientras agachaba la cabeza hasta que su menton rozo el borde del altillo; sentia demasiada curiosidad para ello. No tuvo que esperar demasiado; cuando llego, su prima ya estaba alli, pero se cuido mucho de que no advirtiera su presencia mientras se movia a sus espaldas. La joven, ademas, lucia muy inquieta, consciente de lo riesgoso de su accionar; se habia quedado de pie bajo el dintel de la entrada con todo el cuerpo oculto en las sombras del interior atisbando a las afueras; Eleanor pudo moverse a su antojo sin llamar su atencion. Su tia Margaret decia con frecuencia que la pequena Ellie, como la llamaban en casa, se movia con la suavidad de un gato de puerto al que era imposible seguir la pista, lo que, si bien dudaba de que fuera dicho como un halago, a ella le complacia mucho. En los escasos minutos en que espero a la llegada del otro convidado a la cita secreta, se permitio admirar el perfil de su prima, algo que hacia con cierta regularidad, aunque odiara reconocerlo. <>, se dijo con un suspiro de enojo. Tal vez Cecily fuera egoista y un tanto odiosa, pero era tambien muy bella. Con su cutis impoluto, su sedoso cabello rubio y los que todos en la familia llamaban unos rasgos perfectos, era imposible que no llamara la atencion. Y ella lo sabia porque habia sido criada para obtener el mejor partido a esos atributos. Eso explicaba la fascinacion que desperto en el senor Haversham tan pronto como la conocio, lo mismo que habia ocurrido con otros antes que el. La diferencia, cavilo Eleanor replegandose en su escondite al oir unos pasos acercandose, era que por primera vez Cecily parecia interesada en alguien que no fuera ella misma. Desde luego, considerando de quien se trataba el hombre que despertaba ese interes, Eleanor no podia culparla. El senor Haversham arribo al establo moviendose con el mismo cuidado que habia mostrado Cecily antes que el, pero no fue de inmediato hacia ella, sino que se mantuvo un momento en la entrada sin dar visos de la impaciencia que Eleanor no dudaba que debia de sentir. Tal y como habia hecho con su prima, aprovecho ese momento de inmovilidad para inspeccionarlo y no pudo evitar esbozar una sonrisa al reparar una vez mas en su rostro atractivo, el cabello oscuro que peinaba sobre la frente y el aire gallardo que a sus ojos sobresalia incluso en la semioscuridad. El seria un estupendo heroe romantico, considero no por primera vez, lamentandose de no poseer aun la habilidad para plasmarlo en el papel. Pero algun dia, se prometio, cuando se sintiera lista para ello, escribiria una historia inspirada en aquel joven. --?Por que ha tardado tanto? ?Nadie lo ha visto? Las preguntas de Cecily, hechas en un tono ansioso que no altero en absoluto su voz musical, la obligaron a dejar sus ensonaciones y a mirar con mayor atencion por encima de la buhardilla. Finalmente habia sido ella quien se acerco al senor Haversham y Eleanor advirtio que posaba una mano sobre su brazo en un movimiento delicado. Eleanor habia perdido la cuenta de las veces en que habia escuchado a la tia Margaret adiestrando a su hija respecto a la forma mas apropiada de acercarse a un caballero e incluso tocarlo si las circunstancias lo permitian, todo ello con exquisito cuidado de mantener el aire ingenuo y angelical que, en su opinion, era su mayor atributo. No pudo oir la respuesta del senor Haversham porque el tomo una de las manos de Cecily entre las suyas y se inclino hacia ella para susurrar algo a su oido. Lo que hubiera dicho, sin embargo, consiguio que ella se ruborizara y Eleanor fruncio el ceno, intrigada. La verdad era que hacian una hermosa pareja, sin duda; el tan alto, con hombros anchos y las facciones afiladas, al lado de ella, espigada como un junco con formas delicadas y el rostro tan lozano como una rosa. Algunas personas decian que Eleanor era una version mas joven y un tanto oscura de su prima, que con el tiempo sus rasgos infantiles ganarian en belleza, pero ella sabia que eso no era del todo cierto ni queria que lo fuera; la apariencia de Cecily, aunque impresionante, le parecia un tanto simplona y ordinaria, pero no le extranaba que resultara tan fascinante para quienes no conocian su interior. Detuvo sus pensamientos respecto a lo que podria esperar de su futuro y que tanto se pareceria a su prima segun creciera al advertir que el senor Haversham acercaba el rostro al de Cecily, buscando sus labios, y estuvo a punto de girar el cuello para evitar ver lo que ocurria, pero una extrana fascinacion parecio hacerla presa de los movimientos de esas dos personas que permanecian ignorantes de su presencia. Espero que su prima se retirara, que hiciera algun gesto para apartarlo porque supuso que eso era lo que una jovencita debia hacer en una situacion como aquella, pero ahogo un jadeo al advertir que ella entreabria los labios y se ponia de puntillas para posar una mano sobre la linea de piel entre el cabello y el cuello de la chaqueta de caza del joven. El beso no pudo durar mas de unos cuantos segundos, pero a Eleanor le parecio como si hubieran pasado horas hasta que el senor Haversham se aparto para luego acariciar su rostro en un gesto cargado de algo que no supo definir, pero que le inspiro un irreprimible deseo de llorar. Cecily, en tanto, respiraba como si acabara de correr y lo veia con los ojos brillantes; Eleanor no podia recordar haberla visto antes mirar a alguien con el mismo anhelo como no fuera a su propio reflejo. --?Tiene que irse? Han sido solo dos semanas; seguro que puede quedarse un poco mas... Eleanor afilo el oido, ladeando el rostro para oir la respuesta al ruego hecho por su prima y esta vez si que alcanzo a escuchar la respuesta del senor Haversham: --Es imposible --explico el, oyendose tan decepcionado como la joven --. No puedo dilatar mi regreso; es mas importante que nunca que cumpla con mis responsabilidades. Usted debe entenderlo mejor que nadie. Eleanor hizo un mohin al comprender lo que deseaba implicar, pero advirtio que a Cecily le tomo un poco mas de tiempo hacerlo; lo supo por su ceno fruncido que revelaba su confusion y que no se relajo hasta que cayo en la cuenta de todo lo que esa frase significaba para el. --No deberia... Fue dificil, pero Eleanor consiguio contener el impulso de emitir un bufido burlon al ver la forma en que su prima batia las pestanas y desviaba la mirada para simular una timidez que sin duda no sentia. El senor Haversham, sin embargo, no parecio advertirlo, porque tomo su mano con mayor impetu y la llevo a su pecho. --Debo. Desde luego que debo decirlo porque es importante que usted lo sepa --dijo el con una voz apasionada que a Eleanor le provoco un extrano cosquilleo en la nuca--. Estoy seguro de que no es una sorpresa para usted. Despues de todo el tiempo que hemos pasado juntos... Hasta donde Eleanor sabia, el tiempo que el mencionaba no habia sido tanto, en absoluto lo suficiente para que el joven pudiera hacerse una idea clara del caracter y las motivaciones de Cecily, pero era obvio que eso a el no le importaba del todo. La cocinera lo habia llamado <>, pero ella no estaba segura de entender a que se referia ni podia preguntarlo porque en primer lugar ni siquiera deberia haberlo oido. Ahora, no obstante, observo a Haversham prestando mayor atencion a la forma en que veia a su prima y comprendio que su mirada parecia limitada a esa figura preciosa que tenia ante el y por completo incapaz de ver lo que estaba mas alla de ese bonito exterior. Segun Gabriel, su amigo era uno de los hombres mas listos que habia conocido y Eleanor podia dar fe de ello tan solo tras haberlo tratado un par de semanas, pero estaba claro que ese <> podia enceguecer a cualquiera. --Cecily, necesito que prometa que esperara por mi --continuo el ante el silencio de la joven. Eleanor fruncio el ceno ante el ardoroso pedido y noto que Cecily hacia otro tanto, mostrandose indecisa por primera vez desde su llegada. --?Esperar? --repitio ella, y Eleanor capto la duda en su voz--. ?Esperar a que? El senor Haversham no debio de advertir esa vacilacion de inmediato porque esbozo una sonrisa y mantuvo sus manos firmemente unidas. --Ya se lo he dicho. Por mi. Por ambos --aclaro el--. No sera sencillo, y tal vez tome tiempo, pero le prometo que valdra la pena. Tan pronto como termine en Oxford iniciare mi viaje y una vez que haya asegurado mi futuro volvere a Inglaterra. Eleanor aprovecho el silencio de su prima para rebuscar en su memoria lo que Gabriel le habia contado de su amigo. Aunque el senor Haversham habia sido encantador con ella, la verdad era que no conto mucho acerca de si mismo en las ocasiones en que compartieron un poco de tiempo, lo que no dejaba de tener logica, claro. ?Por que confiaria sus mas intimos deseos a una nina que solo inspiraba en el ternura y una buena cuota de compasion? Pero Gabriel nunca fue tan discreto y le habia contado que Haversham era el segundo hijo de un vizconde de origen irlandes y que su familia, aunque antigua y con unos blasones irreprochables, distaba de ser rica. Meramente acomodados, fue el termino que uso recordandole un poco a su madre, para su disgusto. Segun el, James, como lo llamaba, era tan inteligente y ambicioso que dudaba de que fuera a conformarse con las circunstancias en las que lo habia puesto la vida. Tenia familiares en America y su mayor anhelo era culminar sus estudios en Oxford para viajar alli y forjarse su propio futuro; uno mucho mas acorde con sus deseos. Todo ello paso por la mente de la chiquilla en unos cuantos segundos y comprendio que era eso lo que el senor Haversham pedia a su prima; que tuviera paciencia y confiara en el lo suficiente para esperar a su regreso. El no tenia como saber, sin embargo, que Cecily ni era paciente ni entregaria jamas su confianza a alguien basada tan solo en una promesa, por mucho que se sintiera atraida por ese alguien. Pero Eleanor si lo sabia y por eso no le extrano comprobar que de pronto ella se veia algo menos entusiasmada de lo que se habia mostrado hasta entonces y que daba un paso hacia atras para poner cierta distancia entre ambos. Ese gesto si que parecio ser lo bastante significativo para que Haversham lo advirtiera porque fruncio el ceno y la observo con extraneza. --?Cecily? La joven sacudio la cabeza de un lado para otro y sujeto una mano contra la otra con la mirada puesta en un punto sobre su hombro como si se supiera incapaz de verlo a los ojos. --Soy muy joven para adquirir un compromiso como el que me pide, mi madre jamas lo consentiria --musito ella simulando una pena que, Eleanor supo, no era del todo fingida; en verdad lo lamentaba--. Ademas, sere presentada en la corte la proxima temporada y no se lo que ocurrira entonces. Tal vez... --Tal vez conozca a alguien mas --culmino el por ella en un tono grave y carente del ardor que habia mostrado hasta entonces--. Alguien mas conveniente. Eleanor hubiera deseado cubrirse los ojos con las manos para no ver la profunda decepcion en cada uno de sus gestos, pero fue incapaz de hacerlo. El deseo de no perderse ni un instante de lo que ocurria parecio ser mas fuerte que ella y se sintio un poco avergonzada por ello. --Espero que no me juzgue. Han sido unos dias deliciosos y confio en que podamos vernos nuevamente... --?Para que? --Haversham interrumpio las palabras de Cecily una vez mas, ahora con mayor aplomo y evidente indignacion--. ?Con que objeto podria desear verme una vez mas, Cecily? ?Por que querria verla de nuevo luego de conocer sus verdaderos sentimientos? La joven exhalo un suspiro que revelaba su enojo y frustracion y levanto el rostro para verlo con ojos brillantes. Eleanor supo sin asomo de duda que eran lagrimas de rabia por lo que hubiera deseado y que sabia que no podia poseer. --?Sentimientos? --repitio ella--. ?Que tienen que ver los sentimientos con esto? --?Que que tienen...? !Todo! --Haversham no parecia poder creer lo que oia--. Le he abierto mi corazon con la esperanza de ser correspondido, pero ahora veo que era un deseo ridiculo. Es evidente que usted no siente lo mismo por mi; de hacerlo, no habria vacilado en asegurar que esperaria a mi regreso. Cecily emitio una risa seca y carente de gracia, y Eleanor sintio que se le erizaban los vellos del brazo; la conocia lo suficiente para saber que su propia frustracion estaba a punto de orillarla a decir algo hiriente y hubiera deseado tener el valor para descubrirse y bajar corriendo para evitar que dijera cualquier cosa que pudiera lastimar mas al hombre que se encontraba frente a ella y que parecia aun demasiado inocente para entender a lo que se enfrentaba. Una vez mas, sin embargo, se vio imposibilitada de mover un solo musculo; tenia demasiado miedo de lo que diria su tia si se enteraba de esa travesura. --Es usted un iluso. Mezcla sentimientos y esperanza con la realidad -- espeto la joven y su hermoso rostro se vio deformado por el desprecio--. ?Cree que arriesgaria todo lo que puedo obtener por unos cuantos besos y una promesa? Usted podria morir, no regresar nunca, y entonces yo habre perdido la oportunidad de ser feliz. Haversham se llevo una mano a la nuca y una mueca de desagrado reemplazo el sufrimiento que habia mostrado hasta entonces. A Eleanor le parecio que finalmente parecia consciente de lo que ocurria y supuso que ese gesto era al fin y al cabo una muestra de lo que pensaba de Cecily y sus principios. --Bueno, tal vez no muera. Tal vez si regrese, pero es posible que lo haga siendo tan pobre como lo soy ahora --comento el con una voz que restallo en el espacio como un latigo--. Esa, supongo, seria una desgracia aun mas penosa para usted que mi muerte, ?verdad? Es eso lo que la atormenta: la ausencia de dinero y poder. Puedo verlo ahora.

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    Tanner Montgomery se ha dedicado a su rancho y a la familia en cuerpo y alma. Pero ahora puede perder la custodia de su hija y la unica persona que puede evitarlo es Rebeccah.

  • Su cuerpo y otras fiestas de Carmen Maria Machado

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    Una mujer se niega a permitir que su marido le quite una misteriosa cinta verde que lleva alrededor del cuello; otra mujer relata sus encuentros sexuales mientras una letal plaga se extiende por el planeta; una intervencion quirurgica para perder peso tiene unos resultados siniestros; un par de detectives investigan varios crimenes acompanados por los fantasmas de las chicas asesinadas; una mujer es capaz de oir los pensamientos de los actores de las peliculas porno… Los ocho cuentos que componen este libro exploran el universo femenino mezclando sin complejos terror, realismo magico, erotismo, ciencia ficcion y comedia. Aqui la sexualidad confluye con lo siniestro, el deseo se torna perturbador, el humor deriva hacia lo grotesco y el cuerpo y la carnalidad se convierten en el sugestivo e inquietante centro de la creacion literaria.

  • Mia de Maria Beatriz Munoz Ruiz

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    Ana atraviesa un momento muy dificil en su vida y decide romper con todo y marcharse a un pais desconocido para seguir ejerciendo de profesora. Los problemas llegaron cuando el destino hizo que se enamorara de la persona equivocada, aquel que en poco tiempo se convirtio en su enemigo. ?Podra resolver la situacion? ?Se resistira a los encantos del todo poderoso y atractivo Victor?

  • El otro de Thomas Tryon

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    Verano de 1935. En un pueblo de Nueva Inglaterra, la gente no para de hablar sobre la epidemia de muertes que esta asolando el hogar de los Perry. Vining y Russell Perry, padre e hijo, han sido misteriosamente asesinados. Otro de los miembros de la familia se ha ahogado mientras patinaba. La viuda de Vining se cae por las escaleras. ?Se trata de simples accidentes? Los hijos gemelos de los Vining son de lo mas peculiar: cada uno podria leer los pensamientos del otro, pero no podrian ser mas diferentes. Holland es sarcastico e introvertido, y todo el mundo le considera una mala influencia, mientras que su gemelo, Niles, es agradable y generoso, adorado por todos. Ambos estan inmersos en un extrano juego telepatico con su abuela rusa. Y puede que el juego se les este yendo de las manos..

  • Las intrigas de la fama 3 de Mercedes Franco

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    Carolina decide irse de viaje ayudada por Gustavo Cortez y una persona inesperada, ella logra ganar un importante papel en una pelicula internacional.

  • Lagrimas de libertad de Raquel G. Estruch

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    La vida de Maria, una conocida escritora, cambiara por completo de la noche a la manana. La tragica muerte de Gonzalo, su marido, unida a la desaparicion de Elena, su mejor amiga, provocara en ella un inmenso vacio y confusion.
    Una madrugada, harta no encontrar explicacion a ninguno de los recientes sucesos de su vida decide hacer la maleta y dejarlo todo atras durante un tiempo.