• proyecto thule - Javier Mas

    https://gigalibros.com/proyecto-thule.html

    Cinco caminos conducen a la verdad que ocultan la CIA y la Sociedad Thule sobre el final de los jerarcas nazis y la tecnologia militar que deslumbro al mundo. Una investigacion que destapa la conexion de la Sociedad Thule con Espana y Hitler y que pone al descubierto la importancia que tiene hoy dia Madrid y Valencia para el entramado politico-economico contra el que lucha la CIA. Un thriller apasionante, lleno de misterios, revelaciones sorprendentes, realidades historicas y claves que el lector tendra que descubrir poco a poco.

  • Proyecto Thule Versión Kindle - Javier - Amazon

    https://www.amazon.es/Proyecto-Thule-Javier-M%C3%A1s-ebook/dp/B01HYNIWQY

    'Proyecto Thule' es un libro con una historia intensa, que nos habla de una de las peores épocas de la humanidad, y que nos muestra un misterio que tendremos ...

  • Proyecto Thule: El origen de la realidad oculta - Libros - Amazon

    https://www.amazon.es/Proyecto-Thule-origen-realidad-oculta/dp/8494486411

    Aún así, creo que es un buen libro y que hay que saber exprimir lo que nos cuenta. Os explico por qué: La protagonista de "Proyecto Thule" es una mujer fuerte ...

  • Proyecto Thule | Grupo Sar Alejandría

    https://editorialsaralejandria.com/producto/proyecto-thule/

    Cinco caminos conducen a la verdad que ocultan la CIA y la Sociedad Thule ... Ha escrito diversos libros y ensayos sobre los años 40 en España y Europa ...

  • PROYECTO THULE | VICENTE JAVIER MAS TORRECILLAS

    https://www.casadellibro.com/libro-proyecto-thule/9788494486418/2743049

    El libro PROYECTO THULE de VICENTE JAVIER MAS TORRECILLAS en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • PROYECTO THULE - Teran Libros

    http://www.teranlibros.com/Libro/PROYECTO-THULE-ISBN-978-84-944864-1-8-Codigo-EEB,000001

    Cinco investigaciones diferentes. Cinco misterios complementarios. Cinco vidas marcadas por la Rosa de Olaf. Cinco caminos que confluyen en un solo final ...

  • Proyecto Thule | Librería Online TROA. Comprar libro

    https://www.troa.es/libro/proyecto-thule_863063

    Comprar Proyecto Thule, editorial Es Varias. En la librería online TROA encontrarás a la venta el libro Proyecto Thule de Vicente Javier Mas Torrecillas ...

  • Proyecto Thule by Javier Más - Goodreads

    https://www.goodreads.com/book/show/30984961-proyecto-thule

    Proyecto Thule book. Read 20 reviews from the world's largest community for readers. Cinco caminos conducen a la verdad que ocultan la CIA y la Sociedad ...

  • Proyecto Thule - Home | Facebook

    https://www.facebook.com/Proyecto-Thule-1497716687197813/

    en el libro de hoy conoceremos de primera mano algunos de los misterios mejor guardados de la época de Hitler. Sinopsis: Cinco caminos conducen a la verdad que ...

  • Reseña: Proyecto Thule de Javier Más - Entre páginas y letras

    https://noelautnerstory.blogspot.com/2017/05/resena-proyecto-thule-de-javier-mas.html

    14 may 2017 — La historia de Proyecto Thule comienza contando tres hechos ... En cuanto a la estructura del libro, se encuentra dividido en seis partes.

  • LA VENGANZA el regreso de Karen de Sabina Rogado

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    Si te gusto EL PASADO SIEMPRE VUELVE aqui tienes el final de esta apasionante historia de amor… Jenny regresa a su hogar, despues de la traicion del que creyo su esposo, y lo hace con la seguridad de que es el lugar al que pertenece. El tiempo ha conseguido que las heridas del alma empiecen a cicatrizar, y ambos estan dispuestos a enterrar los fantasmas del pasado. Convencidos de que el amor que se tienen bastara para recuperar la felicidad que se merecen… y sin ser conscientes del peligro que acecha sus vidas. ?El motivo? LA VENGANZA planeada por una persona macabra, y cuya unica obsesion es destruirles cueste lo que cueste… Si te apasionan las lecturas llenas de misterio, pasion, venganza, y amor, esta es tu novela. ?Te atreves a leerla?

  • Amor descontrolado (Sweet love 2), Moruena Estringana de Moruena Estringana

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    Debbie no sabe como pero acaba metida en un juego del que espera no salir lastimada.
    Neill le propuso algo simple: explorar su sexualidad juntos, ese deseo que los consume cuando estan cerca y que les quema la piel cada vez que se tocan, y ver donde les lleva. Como amigos claro, ella no quiere enamorarse de el, sigue teniendo el gran defecto de ser capitan del equipo de futbol.

  • En silla de pista de Miguel Angel Aguilar

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    iempre asombrado, un punto incredulo, Miguel Angel Aguilar saborea el espectaculo del circo contemporaneo en silla de pista, en primera fila. Apenas a unos metros de los prestidigitadores de la Transicion, los domadores del golpismo y el terrorismo, los trapecistas de la libertad que parecia imposible. Aplicado alumno de la realidad, maestro del periodismo, Aguilar evoca hechos memorables del ultimo medio siglo de Espana. Fue testigo, a veces incluso un poco protagonista, y lo cuenta como nadie, con su inconfundible estilo ironico, agudo y elegante. Vio morir una Espana y nacer otra. Estuvo en El Pardo y en La Paz cuando se leian los partes del equipo medico habitual, y en las sesiones, comidas, cenas y conciliabulos que acabaron dando a luz a la Constitucion. Anduvo por El Aaiun cuando la Marcha Verde, en el Congreso el 23-F, lo proceso la jurisdiccion militar y acabo formando parte del tribunal que otorgaba el premio del tonto contemporaneo. Una vida profesional plena, resumida en un libro intenso.
    En silla de pista es un cronicon hecho de muchas cronicas. Recuerdos de cincuenta anos de la vida nacional. Un retrato impagable de Espana y sus personajes. Y tambien un gran homenaje a una prensa que ya no existe pero que fue esencial en la consolidacion del Estado democratico que hoy conocemos.

  • La hija del relojero de Kate Morton

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  • Ella es lady escandalo de Kate L. Morgan

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    Rayner Dankworth trato de escapar del pasado, renuncio a su titulo nobiliario como heredero del ducado de Letterston, se marcho de Inglaterra para comenzar de nuevo, pero ahora tiene que regresar a Pembroke House. Su abuela, la duquesa viuda, ha enfermado de gravedad. Su hermano menor ha desatado un buen lio famiar, y el tiene un asunto que resolver con cierta dama para terminar de enterrar a sus fantasmas.

  • Cada parte de mi (Trilogia competa) de Myriam Ojeda

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    “TODA LA TRILOGIA EN UN SOLO VOLUMEN”

  • La extorsion de Matt Kennard

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    La historia que los estadounidenses asumen como propia es convincente: Estados Unidos es una fuerza positiva en el mundo, refugio para prosperar y defensor incondicional de la democracia y los derechos humanos. Pero el veterano periodista de investigacion Matt Kennard revela una verdad mucho mas oscura. Tras cuatro anos en el Financial Times descubrio una estafa gigante. Su acceso a la elite global lo llevo a una sola conclusion: el mundo esta dirigido por un escuadron de hombres que fuman puros con armas grandes y gran efectivo. A partir de mas de 2.000 entrevistas con funcionarios, intelectuales y artistas de todo el mundo, Kennard revela como se nos vende un sueno y como ese sueno oscurece la realidad del estado corporativo, la encarcelacion en masa y la extirpacion de derechos humanos.

  • Donde nacen las estrellas de Christian Martins

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    Gina Steven se ve obligada a regresar al rancho en el que nacio y se crio; y ese es un viaje con el que no contaba. Rodeada de barro, de caballos y de un vaquero insoportable al que llevaba diez anos intentando olvidar, se desvivira por procurar solucionar los asuntos que la retienen en Kansas y regresar a la ciudad.

  • Las independencias de Africa de Custodio Velasco

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    Las independencias de Africa son, junto a las dos guerras mundiales, la bipolaridad Este-Oeste o la caida del Muro de Berlin, uno de los fenomenos capitales de la historia del siglo XX y, por tanto, un hecho fundamental para comprender la historia del tiempo presente. Custodio Velasco ofrece en este libro una amplia y documentada lectura de los procesos de esas independencias en el Africa Subsahariana. Una acotacion justificada por sus particularidades historicas con relacion al norte de Africa y por su trascendencia en los conflictos regionales y geopoliticos mundiales, cuyas secuelas se perciben en la renovacion de tensiones sociopoliticas y el creciente fenomeno migratorio, uno de los problemas de mas compleja solucion para la Europa del siglo XXI.

  • Noches sin luna de Cristina Rodriguez

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    Noches sin luna es una saga familiar sobre mujeres que deberan romper los lazos que las atan y luchar por encontrar su lugar en la vida.

  • La teoria imperfecta del amor de Julie Buxbaum

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  • Una Vez Tomado (Un Misterio de Riley Paige 2) de Blake Pierce

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    Mujeres estan siendo asesinadas en el norte del estado de Nueva York, sus cuerpos encontrados misteriosamente colgando en cadenas. El FBI esta en el caso. Dada la naturaleza bizarra de los asesinatos y la falta de pistas, solo hay una agente a la que pueden recurrir-la Agente Especial Riley Paige.

  • Tu ano perfecto de Charlotte Lucas

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    A sus cuarenta y dos anos, Jonathan Grief es un hombre rico, aunque no necesariamente feliz. Es propietario de una lujosa casa en Hamburgo y heredero de una exitosa editorial, pero su rol en la empresa es meramente simbolico. Desde su divorcio, la vida de Jonathan se centra en dos aspectos: seguir unos habitos altamente saludables y enviar todo tipo de quejas a la prensa.

  • Inside Out. Mi historia de Demi Moore

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    Inside Out. Mi historia es un retrato desgarradoramente honesto de una mujer con una vida tan iconica como corriente.

  • Una justa de caballeros de Morgan Rice

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    En UNA JUSTA DE CABALLEROS, Thorgrin y sus hermanos siguen la pista de Guwayne en el mar, siguiendolo hasta la Isla de la Luz. Pero cuando llegan a la devastada isla y al moribundo Ragon, puede que sea demasiado tarde.

  • Un angel se enamora (Amor amor 2) de Mile Bluett

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    Continua la serie, ambientada en La Habana del siglo XIX, <> con esta apasionante segunda entrega.

  • Alfheim Seul (Servicio de Paquete de Magia 1) de Chris J Coleman

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    Nunca negocies con un hada – Es demasiado peligroso.

  • La verdad de Anna Guirao de Lorena Franco

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    NUNCA SE ESTA LO SUFICIENTEMENTE CERCA DE LA VERDAD

  • Venerada por su lobo (Los lobos de Green Valley 3) de T.n. Hawke

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    Pam:

  • Algun dia nos lo contaremos todo de Daniela Krien

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    Es verano, un verano caluroso, esplendido. La finca consta de tres edificaciones. En el centro, una casa alargada e independiente, de dos plantas y un gran desvan. A la izquierda, el granero anejo; se entra por un porton de madera en el frente y se sale por otro en la parte posterior. Detras, a unos metros de distancia, una construccion ancha y plana, de madera: el aserradero. Campos y prados se extienden hasta el rio. Un trecho rio arriba, poco antes de llegar a una vieja presa, hay un cobertizo medio en ruinas. En la otra orilla se yergue una pronunciada colina poblada de arboles. La construccion de la derecha da cobijo a las vacas y las gallinas. Detras, en una casita de madera elevada del terreno y con suelo cubierto de viruta y paja, se alojan los gansos. En un anejo que amplia en diez metros los mas de treinta que mide el establo estan los vehiculos. Tambien aqui, igual que en el granero y el establo, se accede por un porton y se sale por otro igual en la pared posterior. Mirando a la izquierda, desde alli se divisa el redil, junto al huerto; al frente se ven campos cercados y el terraplen de la via ferrea y, tras los railes, a cierta distancia pero claramente reconocible, la finca de Henner. La granja de los Brendel y la de Henner son las mayores del lugar. Dicen que en esta ultima todo sigue como antes de la guerra: los muebles, las estufas, los suelos, los ventanucos que no cierran bien. En invierno probablemente hace frio. En este aspecto los Brendel son mas modernos, cuentan incluso con calefaccion central. Al entrar en la casa se accede a un pequeno recibidor. A izquierda y derecha se abren puertas que dan a la cocina y las habitaciones; todo recto, una escalera conduce arriba; tras la escalera estan la puerta por la que se sale al huerto y la entrada al sotano. Los cuartos de abajo los ocupan Siegfried, Marianne y Lukas; los de arriba, Frieda y Alfred; la buhardilla es nuestra, de Johannes y mia. En la cocina, que es la estancia mas grande, se conserva la vieja cocina economica, que aun puede usarse, pero la abuela Frieda se acostumbro hace tiempo a la electrica. Los asientos tienen mas anos que ella, al igual que la gran mesa de comedor y la solida alacena. Solo los armarios colgados de la pared y una encimera datan de los tiempos de la RDA. Todo esta limpio y ordenado, aunque siempre a oscuras. Ahora, en verano, las ventanas suelen permanecer abiertas. Son ventanas antiguas, con manija giratoria; de los marcos se desprende pintura blanca cuarteada. El techo, bajo, resulta opresivo y protector a la vez. Siegfried, el padre, esta sentado a la mesa. Dada la imponente sombra que desde fuera proyecta el castano, por las ventanas solo entran pequenos jirones de luz vespertina. Nadie habla; los rostros de la familia estan tan poco iluminados que apenas los distingo. Poco a poco van sentandose los otros. Marianne, la madre; Frieda, la abuela; el viejo Alfred, al que antes habrian llamado mozo; Johannes y Lukas, los hermanos. Siegfried corta una gruesa rebanada de consistente pan y la unta con mantequilla. Encima pone unos trozos de pimiento rojo que su mujer ha partido. Come despacio, sin decir palabra. --Me alegro de que ahora podamos comprar pimientos, son muy sanos, ?lo sabiais? -- comenta luego, sonriendo. Y mira hacia arriba sin levantar la cabeza. Los hijos no responden. --Pronto habra muchas mas cosas --afirma su mujer asintiendo. Siegfried coge el plato del pimiento y se lo ofrece a Frieda: --Toma, madre --dice, animandola. Yo miro alrededor, intento entender las normas que rigen en esta casa; no llevo mucho tiempo aqui. Un domingo por la manana, en mayo, Johannes me dijo: <> Y me quede, ya no me fui. Ahora estamos en junio. Comemos en silencio. Escucho los ruidos de los demas al masticar. Al que mas se oye es a Alfred, que farfulla sin mirar a Siegfried: – Liese parira esta noche. Tiene toda la pinta. Siegfried asiente y mira por la ventana hacia el establo. Johannes se levanta pesadamente con la mirada baja. --Me voy. He quedado con unos amigos en la ciudad. --?En moto? --pregunta Marianne, que tambien se pone de pie. --Sentaos. La voz del padre tiene ahora ese deje bajo, amenazador, que me gusta e infunde cierto miedo. A los demas no los asusta. --?No me llevas contigo, Johannes? --le pregunto, clavando la mirada en su cabeza gacha. Sin embargo, el no me mira. Ni responde. Continua de pie y luego sale de la habitacion. En silencio. Una carretera pasa por delante de las dos granjas y dos estrechos caminos conducen hasta las casas. Al otro lado de la carretera, a unos trescientos metros de las fincas, se encuentra el pueblo. La carretera del pueblo esta flanqueada de tilos, que ahora, en junio, exhalan una intensa fragancia. Cerca del puente que cruza el rio se halla el bar, el Linden. Detras se alinean las casas y granjas de menor tamano, correos, el economato y la iglesia dispuestos en circulo alrededor del pequeno lago. Angostas callejuelas serpentean entre las casas y llevan hasta otras casas y granjas. Uno de esos caminos que arrancan del centro del pueblo en forma de haz conduce directamente hasta dos construcciones de cemento alargadas que parecen estar en el campo por error: las oficinas de la cooperativa de produccion agricola local. Y detras, orgullosa, la gran porqueriza comunitaria. Es un pueblo especial. Ni la guerra ni la RDA pudieron con el, como le gusta decir a Frieda. Aparte de algunas casas y la cooperativa no hay muchas cosas nuevas. Algo asi ya no se encuentra a menudo, y los fines de semana viene gente de la ciudad a dar una vuelta. Las gallinas corretean por fuera. Marianne se ha olvidado de encerrarlas en el establo. Frieda se asoma a una de las ventanas de arriba y grita: --!Marianne, vendra el zorro por las gallinas! Despues de veinte anos sigues sin enterarte. Cuando oscurece, hay que meterlas en el establo. El viejo castano proyecta sombras sobre la casa entera pero, segun ha anunciado Siegfried, pronto lo talaran. Quiere plantar uno nuevo; este ha crecido demasiado. Marianne se acerca al final del granero y sigue con la mirada a su hijo, que se marcha estrepitosamente en su MZ negra. Le he cogido una panoleta del armario y me la he echado por los hombros. La observo desde la puerta de casa. --Te queda bien --dice ella cuando vuelve, y anade--: No le pasara nada. Yo no me preocupo. Es ella quien no pegara ojo hasta que su hijo haya regresado. Ultimamente ha habido varios accidentes mortales en la carretera. En uno de ellos murio un amigo de Johannes. Yo estoy tranquila, fumando y echando el humo al aire fresco del campo; despues la ayudo a encerrar las gallinas. Casi es medianoche cuando oigo el petardeo de la moto y luego el motor que se apaga. Las habitaciones de la buhardilla acumulan el calor diurno; me he quitado el vestido de verano y llevo un camison blanco que encontre en uno de los numerosos arcones que hay aqui arriba. Seguro que antes lo usaba Frieda. Si miro por la ventana trasera, ante mis ojos se extienden el paisaje ondulado y el susurrante rio; veo los bosques y el ganado en los pastos. Por la parte delantera diviso la granja y la fronda del castano, que se llena de pajaros; y por el tragaluz, los campos, el redil y la via ferrea hasta la finca de Henner. Hasta que vine aqui no sabia lo bonito que es este paraje. Por el momento, no puedo imaginar un lugar mejor. Sin embargo, ahora es de noche, asi que solo veo a Johannes, que mete la moto en el cobertizo, sale, enciende un cigarrillo y mira hacia arriba. No puede verme. He apagado la luz para no tener que aguantar las aranas que se descuelgan del techo por hilos transparentes. Me dan asco, pero se que a el le parece ridiculo ese miedo infantil mio. Ha estado en la ciudad, con los artistas. Cuando entra en la habitacion, finjo dormir. Se desviste y tira la ropa al suelo de cualquier manera, se cepilla los dientes lo justo, como siempre. Es tarde y manana tendriamos que salir temprano. Volvere a mentir, dire que no tengo clase hasta tercera hora, y asi me quedare en la cama hasta que el vuelva. Johannes esta en ultimo curso; vamos al mismo instituto, el a duodecimo y yo a decimo. Cuando aun vivia con mi madre y mis abuelos, tenia que bajar a diario del monte a la pequena ciudad --tres cuartos de hora de caminata-- y despues coger el autobus para llegar a la capital del distrito. En total tardaba alrededor de una hora y cuarto. La vuelta no era tan rapida, pues era monte arriba.

  • El Beso del Vampiro de Sara Toledano

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    Ella no es tonta. Sabe no puede pasearse sola de noche. No de noche. En mi ciudad. Pero lo hizo. Y ahora me toca educarla. Llevo siglos dedicandome a esto. Controlo el crimen. Los clubes. Y todo el mundo conoce mi nombre. Kilian. El intocable. El inmortal. Normalmente no hubiera pasado nada. Pero paso, y me toco salvarle la vida. Por desgracia para ella, todo tiene un precio. Y el precio era ella. Su cuerpo. Su mente. Su alma. No debio salir sola con un vestido rojo. No estando yo de guardia. Ahora es mia. MIA. Collar incluido. A mis pies. Acariciandome. Besandome. Rogando por el roce de mis manos. Mi aliento. Mis besos. Mi sangre. Alissa es mi mascota. Ahora. Pero va a convertirse en mucho mas que eso. Va a ser la reina del senor de los Vampiros. Advertencia: Una novela romantica y erotica paranormal con BDSM entre una joven inocente y el senor del crimen de la ciudad, un Vampiro centenario obsesionado con su nueva amante.

  • Tiempo de odio de Andrzej Sapkowski

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    La catastrofe se abate sobre el mundo de Geralt de Rivia. Decir que la conoci seria una exageracion. Pienso que, excepto el brujo y la hechicera, nadie la conocio de verdad jamas. Cuando la vi por vez primera no me causo especial impresion, incluso pese a las extraordinarias circunstancias que lo acompanaron. Se de algunos que han afirmado que al instante, a primera vista, percibieron el halito de la muerte que seguia a esta muchacha. A mi sin embargo me parecio completamente normal, y ya por entonces sabia yo que no era normal, por eso me esforce en mirar, descubrir, percibir lo extraordinario en ella. Pero nada vi y nada percibi. Nada que pudiera haber sido senal, presentimiento ni profecia de los tragicos acontecimientos posteriores. Aquellos de los que fue causa. Y aquellos que ella misma provoco.

  • Si los gatos desaparecieran del mundo de Genki Kawamura

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    Un joven cartero regresa a su casa despues de que el medico le diagnosticara un tumor cerebral en fase avanzada. Alli se encuentra a su gato Col y a un extrano personaje, identico a el excepto en su actitud y en su vistosa indumentaria. Dice ser el diablo y le anuncia su muerte inminente. Pero le ofrece un trato: por cada objeto animado o inanimado que acepte que desaparezca del mundo, ganara un dia de vida. Empieza por los telefonos, sigue el cine, luego los relojes… Pero cada uno le evoca aspectos de su vida, la relacion con su exnovia, con su padre cuya relacion termino mal… Cuando le llega el turno a los gatos, encuentra una carta que su madre le dejo escrita antes de morir pidiendole que se reconciliase con su padre. ?Y que pasara cuando desaparezcan los gatos? Genki Kawamura nos deleita en ” Si los gatos desaparecieran del mundo ” con una novela agil, evocadora, emotiva, fantastica…, divertida en la interrelacion entre el gris e introvertido cartero, el peculiar diablo y el gato Col. Una novela que pone en valor nuestra existencia cotidiana y lo que nos rodea, al mismo tiempo que critica a una desnortada sociedad en la que prima el individualismo y lo superfluo sobre lo esencial de la vida.

  • Aislamiento (Ryan Lock 1) de Sean Black

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    Aun durante la Vispera de Navidad en la ciudad de Nueva York, para el militar retirado convertido en guardaespaldas, Ryan Lock, el trabajo continua como siempre. Su mision: proteger al director de una de las companias biotecnologicas mas grandes del mundo de la amenaza de un grupo de activistas radicales altamente determinados.

  • Una corte de alas y ruina de Sarah J. Maas

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    Feyre ha vuelto a la Corte Primavera decidida a desvelar las artimanas de Tamlin y las razones del rey que amenaza Prythian. Pero para hacerlo, tendra que jugar al mortal juego del engano. un solo paso en falso podria condenarla, no solo a ella sino a todo su mundo. La guerra se cierne sobre todos, y Feyre tendra que elegir muy bien en quien confiar.

  • El primer paso a la verdad de Jessica L. Pliego Herrera

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    Este proyecto fue escrito con un lenguaje sencillo y calido, de manera que la persona que tenga en sus manos mi obra, pueda identificarse con los personajes de la novela y reflejarse a si mismo con los planteamientos/dilemas de la narracion, para hacer una analogia con su propia vida real; y mas importante aun, que descubra las herramientas que puede desarrollar para atravesar su propias dificultades mediante la propia resolucion de los personajes.

  • Vanesa entre lios de Tatiana M. Alonzo

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    No tengo una vida mas alla de mi cubiculo de oficina. De lunes a viernes le sirvo cafe a Marco, un jefe que insulsamente es mi amor platonico, pero que la mayor parte del tiempo me ignora. Y por las noches escribo novelas que solo mi mejor amiga lee. Hasta que…

  • Amenaza de Tormenta de Nora Roberts

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    La posada The Pine View estaba confortablemente situada en las montanas Blue Ridge. Despues de dejar la carretera principal, el serpenteante camino cruzaba un estrecho vado del rio con la anchura suficiente como para que pasara un coche. La posada estaba a muy a poca distancia del vado. Era un edificio con mucho encanto, lleno de personalidad, de lineas tan limpias que disimulaban su ruinosa estructura. Tenia una altura de tres plantas y estaba construido en un ladrillo rojo que el tiempo habia deslucido hasta un rosa claro. En la fachada habia ventanas estrechas con contraventanas de color blanco. El tejado, de cuatro aguas, habia ido perdiendo color hasta adquirir un tono verde claro. En el se erguian tres chimeneas. El edificio estaba rodeado por un porche de madera de color blanco y habia puertas para acceder a el en todos los laterales de la casa. El prado que la rodeaba estaba perfectamente cuidado. A menos de cincuenta metros de la posada, los arboles y los afloramientos de roca reivindicaban su presencia en el prado. Era como si la naturaleza hubiera decidido que la casa podia ocupar ese espacio y ni un milimetro mas. El efecto era impresionante. La casa y las montanas permanecian en pacifica convivencia sin que ninguna le restara a la otra un apice de belleza. Mientras dejaba el coche en la zona destinada al aparcamiento, Autumn conto cinco coches, el viejo Chevy de su tia incluido. Aunque todavia estaban en temporada baja, al parecer ya habia algunos huespedes. Soplaba un ligero viento frio de abril. Los narcisos todavia tenian que abrirse y la flor del azafran estaba comenzando a marchitarse. Algunos capullos de azalea mostraban ya algun punto de color. El campo parecia estar esperando la llegada de la primavera. Las montanas mas altas todavia vestian sus abrigos de invierno, pero comenzaban a salpicarlas algunos toques grisaceos. No continuarian vestidas de marron y de gris durante mucho tiempo. Autumn se colgo la camara a un hombro y el bolso al otro, el bolso siempre ocupaba el segundo lugar en importancia. Del maletero del coche todavia habia que sacar dos enormes maletas. Tras un pequeno esfuerzo, consiguio colocar el equipaje de tal manera que pudo llevarselo en un solo viaje. Despues, subio los escalones de la entrada. Como siempre, la puerta estaba abierta. No habia nadie en el interior de la posada. El descabalado cuarto de estar que hacia las veces de salon estaba vacio, aunque el fuego crepitaba en la chimenea. Autumn dejo las maletas en el suelo y entro en la habitacion. No habia cambiado nada. Viejas alfombras salpicando el suelo y mantas de ganchillo en sendos sofas. En las ventanas, cortinas estampadas de flores. La coleccion de figuritas Hummel continuaba sobre la repisa de la chimenea. La habitacion estaba limpia, pero distaba mucho de estar ordenada, algo que siempre la habia caracterizado. Habia revistas por todas partes y un cesto de costura a punto de rebosar. Los cojines apilados en el asiento de la ventana mas que decorativos eran simplemente comodos. El ambiente era acogedor, con un encanto ligeramente descuidado. Autumn penso sonriente que aquella habitacion encajaba perfectamente con la personalidad de su tia. Sintio un extrano placer. Siempre era reconfortante descubrir que algo que uno amaba no habia cambiado. Echo un ultimo vistazo a la habitacion y se paso la mano por el pelo. Le llegaba mas alla de la cintura y lo llevaba revuelto por haber conducido con las ventanillas abiertas. Se le paso por la cabeza la idea de que debia cepillarselo, pero lo olvido en cuanto oyo pasos en la entrada. -!Autumn, estas aqui! Tipico de ella, su tia la saludo como si acabara de volver despues de haber estado una hora en el supermercado, y no tras haber pasado un ano en Nueva York. -Me alegro de que hayas llegado antes de cenar. Estamos haciendo carne guisada, tu plato favorito. Autumn sonrio, no tuvo valor para decirle a su tia que ese era el plato preferido de Paul, uno de sus hermanos. -!Tia Tabby, me alegro mucho de verte! -camino rapidamente hasta ella y le dio un beso en la mejilla. El familiar olor a lavanda de su tia la envolvio. Su tia Tabby no se parecia en nada al gato en el que su nombre hacia pensar. Los gatos eran animales arrogantes hasta resultar esnobs, desdenosamente tolerantes con el resto del mundo. Eran conocidos por su rapidez, su agilidad y su astucia. Su tia Tabby era conocida por sus absurdas divagaciones, sus conversaciones inconexas y sus pensamientos confusos. No tenia ninguna astucia. Y Autumn la adoraba. Se separo de su tia y la observo con atencion. -Estas magnifica. Era una verdad inmutable. Su pelo continuaba siendo tan castano como el de su sobrina, aunque con numerosas hebras grises. Tambien el pelo encajaba con su personalidad. Lo llevaba corto y anarquicamente rizado alrededor de su cara redonda. Sus facciones parecian hechas a pequena escala: la nariz, la boca, las orejas, incluso las manos y los pies. Los ojos eran de un neblinoso azul claro. Aunque tenia mas de cincuenta anos, su piel se negaba a arrugarse. Tenia un cutis tan suave como el de una nina. Era unos quince centimetros mas baja que Autumn y tenia unas formas agradablemente redondeadas. Autumn se sentia desgarbada y flaca como un palillo a su lado. La volvio a abrazar y le dio un beso en la mejilla. -Estas absolutamente maravillosa. Tabby alzo la mirada hacia ella y le sonrio. -Que guapa eres. Siempre supe que serias guapisima, !pero eres tan delgada! -exclamo palmeandole la mejilla. Mientras abrazaba a su tia, Autumn penso en los cuatro quilos que habia engordado al dejar de fumar. Habia vuelto a perderlos muy rapidamente. -Nelson siempre fue muy delgado -anadio Tabby, pensando en su hermano, el padre de Autumn. -Sigue siendolo-contesto Autumn. Dejo la camara en la mesa y le sonrio a su tia-. Mama siempre le esta amenazando con ponerle una demanda de divorcio. -!Vaya! -Tabby chasqueo la lengua y la miro pensativa-. No creo que sea muy sensato despues de llevar tantos anos casados. Comprendiendo que no habia entendido la broma, Autumn se limito a asentir mostrando su acuerdo.

  • Si, acepto. El contrato de Camilla Fava

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    Serio, analitico, con un fin en su vida, aparte de hacer dinero, ser reconocido como el emperador de Manhattan.
    ?Que busca? Una mujer que pueda seguir sus pasos: docil, obediente, ejemplar y, a la vez majestuosa, atrevida, fuerte. Su esposa debe tomar el titulo de emperatriz.
    Dicen que para guardar un secreto se necesita de dos, solo que ninguno debe saber el del otro. El ofrecio proteccion y una vida de lujos a un buen precio.
    Solo debe decir… Si, acepto.

  • Diez preguntas que la ciencia (todavia) no puede contestar de Nora Lia Bar

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    Porfiada acumuladora de datos simpaticos, cronista infatigable, en este libro Nora Bar nos guia a traves de la cocina de los hallazgos cientificos fundamentales del siglo XX, tomando como excusa diez incognitas que la ciencia aun no logra resolver. Desde que sucedio antes del Big Bang hasta por que dormimos, su propuesta nos lleva a recorrer la historia de la ciencia occidental a partir de anecdotas desopilantes y datos curiosos, extranos azares y situaciones por momentos paranormales.

  • No puedo creer que no me quieras de Nunila De Mendoza

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    Ella, la mas bonita, la mas vivaz, la mas intrepida.
    El, el mas guapo, el mas atleta, el mas bacan.
    Dos jovenes destinados a ser novios, amantes y esposos.

  • Saga completa ?Tu me ves? de Gemma Herrero Virto

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    ?Te imaginas que pudieras regresar a los anos 80 y recorrer Nueva Inglaterra en una caravana? Libertad, buena musica, aventuras, paisajes increibles…
    ?Te imaginas que, ademas, te ganaras la vida resolviendo casos paranormales y enfrentandote a fantasmas, demonios y casas encantadas?
    Al y Eli te invitan a acompanarles en ese viaje. Date prisa, que ya salen.

  • El elefante que sonreia de Gustavo Vazquez Lozano

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    En medio de la Gran Depresion un circo estadounidense se traslada a Mexico con sus personajes deformes, fantasticos, caracteristicos del circo norteamericano. Huyendo de la miseria y de historias personales insoportables, el senor Carothers y sus artistas comienzan de nuevo, acompanados de sus contrapartes mexicanos. Durante anos recorren el pais, envejecen y ven como su espectaculo pasa de moda. Con la intencion de atraer mas gente y salvar el circo, el mago recurre a la hipnosis colectiva y al espectaculo-horror. Para ello acude a Cecilia, una acrobata cuya cara le fascina y repele al mismo tiempo. Como una sombra pesa sobre todos la virgen de Jalapilla, una nina asesinada que tiene fama de hacer milagros y esta enterrada en una tumba clandestina.

  • Yo caminare de tu mano de Towanda Richardson

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    Lena Bouvier es una nina prodigio de la informatica. Con solo veinticinco anos, dirige el departamento de programacion de una importante empresa de diseno de aplicaciones para moviles. Es feliz con su trabajo, con su puesto de entrenadora de un equipo de baloncesto adaptado, con sus amigos. Hace mucho tiempo que dejo de llorar por el desgraciado golpe del destino que la dejo postrada en una silla de ruedas cuando solo era una adolescente.

  • Provocame (La chica del servicio 1.5) de Patricia Geller

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    Decepciones, dolor y abandonos... Cada fracaso de Matt Campbell era un duro golpe para el. Sus vivencias lo marcaron de por vida y por ese motivo hoy era el hombre en el que, con cada desengano y fracaso, se habia convertido. Diecisiete anos atras... Como cada dia, Matt se levanto, responsable, para arreglarse e ir al colegio. Le extrano no ver a su mama preparandole el desayuno. <> No le faltaba de nada... En realidad si, lo mas importante: el carino y el afecto de aquella mujer. No tenia padre, Antonio Salgado los habia abandonado sin llegar a conocer al pequeno. Algo que habia hecho mucho dano a Elisabeth, la madre de Matt, y que, sin tener culpa alguna, el habia pagado por ser un hijo no deseado... un bastardo. Al entrar en la pequena cocina todo estaba desierto. Un escalofrio le recorrio la espalda, pero quiso convencerse de que no sucedia nada malo… No iria al colegio, no, la esperaria, aunque aquello nunca antes hubiese ocurrido. El se creia mayor, con doce anos decia que era el hombre de la casa, y se valia por si mismo, al no tener en quien apoyarse. Por obligacion, maduro antes de lo que le correspondia. Tras horas esperandola, acurrucado en el sofa, Matt entendio que su madre se habia marchado, que lo habia abandonado. Al ser consciente de la soledad que lo acechaba y lleno de una rabia que nunca antes habia sentido, tiro y golpeo todo lo que tenia a su alrededor. --!Vuelve! --grito, partiendo una silla en dos--. !No me dejes! Pero dejo de luchar cuando unos brazos lo rodearon desde atras. --Tranquilo, chico. Eran los de servicios sociales, que se lo llevaban con ellos al no tener Matt a nadie que se hiciera cargo de el. Con la mente nublada por la impotencia, se solto y se defendio como pudo, buscando el modo de no ser arrastrado a un lugar desconocido para el. Ahi empezo a ser agresivo y nunca mas lo supo cambiar. Fue su forma de dar salida a su rabia, su dolor. Los segundos... ... minutos... ... horas... ... y dias en el centro de acogida fueron horribles, alli experimentaba unos cambios de humor que solo conseguian trastornarlo cada vez mas. Pero los vivia en silencio, por temor a que pensaran que algo no iba bien en su cabeza. --Matt --lo llamo una de las trabajadoras, a la que el no miro. Seguia desolado--. Pronto tendremos noticias para ti, tranquilo. No dijo nada, encerrado en la habitacion, con su companero Denis. Poco tiempo despues, volvio a pertenecer a una familia: los Campbell, un grupo solido y unido. William y Karen, sus padres adoptivos, y Roxanne y Eric, sus hermanos, lo miraban con ternura, ilusionados con la llegada del nuevo miembro. --Ya estas a salvo --le susurro su hermana Roxanne, la pequena, acercandose a el--. Y ya te queremos, ?verdad, mama? --Claro que si, cielo. Eric, el mayor de los tres, le enseno un coche de juguete. --?Vienes? --No --contesto Matt--. Dejame. --Venga, chicos --intervino William, el padre, acariciando el cabello oscuro del recien llegado--. No lo agobieis. Mas tarde jugara con nosotros. Pero Matt estaba roto y sabia lo dificil que seria para el volver a querer a una persona como habia venerado a su madre biologica. El temor de que lo abandonaran lo acompanaba siempre. Se volvio inseguro, lleno de miedos, herido, incluso acabo siendo otra persona. Le dio igual la familia Campbell, hasta que empezo a quererlos. No soportaba no sentirse amado, se sentia frustrado cada vez que veia que Karen y William salian sin el. Necesitaba ser una sombra pegada a ellos. --Carino, volvere dentro de unas horas --le dijo Karen, carinosa, destapando un yogur de fresa para el--. He de ir a una comida, pero te prometo que volvere pronto. --?Y si no vuelves? --exclamo Matt. William miro a su mujer preocupado--. !No me abandoneis! Karen se lamento en silencio. --Chis --lo consolo William, abrazandolo contra su pecho--. Tranquilo, yo me quedare en casa. Vamos a jugar con tus hermanos. Cinco anos despues... Matt Campbell acababa de cortar definitivamente con su primera y unica relacion amorosa. Desgraciadamente para el, ella no significaba nada. Se habian conocido el ano anterior, durante sus vacaciones en Espana, pero Amanda queria mas de lo que Matt podia darle. Sin embargo, tras recibir un mensaje alarmante de ella, acudio una vez mas a la playa donde quedaban muy a menudo... y se le cayo el mundo encima al ver lo que vio. --?!Que haces!? --chillo descompuesto, corriendo por la arena. --Matt... La voz de Amanda sono amarga, acompanada de lagrimas desesperadas. Estaba de rodillas, tenia cortes en las munecas y le suplicaba con la mirada que la ayudara. Tambien se sentia sola... y habia intentado suicidarse. --No me dejes, Matt --sollozo. --!Basta, Amanda! --Se arrodillo a su lado y se desgarro la camisa para vendarle las heridas y llevarla al hospital--. Por favor, !basta...! No me atormentes asi. --Es por ti... --El aparto la cuchilla--. Te quiero, Matt… por favor. Esa chica le recordaba lo duro que era amar a alguien, lo destructivo que era el amor. El la apoyaria y cuidaria, pero no podria soportar estar siempre pendiente de ella, como Amanda necesitaba. Matt Campbell era consciente de como empeoraba su situacion. Con los anos, se habia habituado a su nueva familia, pero en su interior sufria cambios espantosos. En menos de cinco minutos, tan pronto reia como lloraba o gritaba. De la euforia pasaba a la tristeza mas absoluta... No sabia por que se comportaba asi, pero desde la adolescencia, esas reacciones se estaban volviendo habituales en el. <> Tiempo despues, y tras buscar desesperadamente una salida, decidio acudir a profesionales. Y ahi tuvo la primera y dolorosa confirmacion. --Lo siento --le dijo el especialista--. Le aconsejo que su familia lo sepa, sobre todo su pareja. Para que lo entiendan y ayuden en esta dificil enfermedad. Pero el se nego a hacerlo. Tras salir de la consulta, se encerro aun mas en si mismo. Mantuvo el diagnostico en secreto y ni siquiera a su familia le hablo de su tormento; un serio problema que cargaba el solo. Por otra parte, no lo acepto. No se puso en tratamiento. Doce anos mas tarde... Matt era ya una persona adulta, cerca de cumplir veintinueve anos, y una vez mas la vida le daba un duro golpe. Miro a su novia, o a la que lo habia sido hasta ese momento, y contemplo a su mejor amigo, Sam... Juntos... La repulsion dio paso a la ira. Desesperado, estrello el puno contra la pared como habia hecho tantas otras veces, destrozandoselo. --!Cerdos! --Los traidores se habian quedado mudos--. !Confiaba en vosotros! Un golpe y otro. Su mano sangraba una vez mas, ?cuantas magulladuras llevaba ya...? El dinero que habia conseguido con esfuerzo, al montar su propia empresa, lo movia todo a su alrededor. Nadie lo queria por el, tristemente, si por su riqueza. --Matt --susurro Alicia--, puedo expli... --!Callate! Sam la silencio tirandole del brazo. Conocia a Matt y sabia que no se calmaria hasta desahogar su agresividad contra cualquier objeto o consigo mismo. --!No quiero volver a veros! --escupio, yendose defraudado. No le dolia por Alicia, porque nunca la habia amado. Pero habia sido una buena companera que lo aceptaba con sus multiples cambios de personalidad, sin saber que se escondia tras ellos... Tampoco lo preguntaba. !Maldito dinero! <> Sin embargo, se juro no volver a confiar en nadie y mucho menos en una mujer. Lo habia hecho con su madre biologica y esta lo abandono. Mas tarde, la llegada de Amanda a su vida le recordo lo malo que era el amor al ver como la chica se destruia por tenerlo. Y ahora Alicia y Sam. ?Cuantos mas lo defraudarian? Endurecio su corazon y se juro aborrecer a las mujeres y utilizarlas como hacian ellas con el. Pero el destino a veces es muy traidor... Al llegar a su casa y encerrarse en su despacho, una chica de cabello castano con reflejos rubios y unos ojos grises transparentes y osados cruzo la puerta con desverguenza. Sin pedir permiso y mirandolo sin pudor alguno de pies a cabeza, se planto dentro con una bandeja en la mano. <> Matt Campbell se agito en la silla, trastornado. ?Quien era aquella descarada que lo habia alterado nada mas verla? --Stone, Gisele Stone --se presento orgullosa--. La nueva chica de servicio. <> Antes muerto. Aunque aquella faldita lo estuviera tentando y su cabeza le gritara la palabra <>, jamas querria a Gisele Stone para otra cosa que no fuera sexo, y asi se lo haria saber.

  • Tigres de cristal de Toni Hill

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    Una absorbente historia de suspense psicologico que explora los limites entre la culpa y la expiacion.

  • Efecto Frida de Susana M. Vidal

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    Susana M. Vidal se ha dedicado a investigar la influencia de Frida Kahlo en la cultura popular, arte, moda y movimiento feminista. Fruto de ese trabajo, vio la luz Frida Kahlo: Fashion as the Art of Being, de 2016. A raiz de su publicacion, la autora ha sido reclamada por importantes instituciones para dar conferencias en las que la singular artista mexicana es presentada como un ejemplo vital.

  • La Mujer Carmesi de Jaime Heras

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    California, anos 90. Los Crawford han recuperado una vieja foto familiar. Para su sorpresa descubren que en la foto aparecen posando con un hijo que no recuerdan. Tras entrar en contacto con una mujer que ha sufrido un caso parecido, los tres comenzaran una investigacion para averiguar que ha sido de sus hijos y por que nadie los recuerda. Contaran con la ayuda de un hippie con lagunas de memoria y un investigador de fenonemos paranormales. En su aventura desentranaran una historia que comenzo sesenta anos antes, pero cuyas raices se hunden en la noche de los tiempos.

  • Brillo de luna de Kristel Ralston

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    A Caine Valliard le basto ver solo una vez a Ashley Sagget para saber que tenia que conquistarla. Nunca habia sentido las ganas de sentar cabeza ni de dejar de ser un mujeriego, hasta que la conocio. Y podria decir que la vida de casado iba viento popa. Sin embargo, a pesar de que la quimica entre el y su esposa era fantastica, sentia que ella le ocultaba algo. Y ese secreto empezaba a resquebrajar poco a poco su solido matrimonio.

  • El mal que nos devora de Andrea P. Munoz

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    Diana Thorne es una joven policia atormentada por el recuerdo de su hermana, victima en su infancia del asesino en serie Black Demon. Quince anos despues el pueblo de Nollsbury vuelve a estar en boca de todos cuando la pequena Monique Brown desaparece de su cama en mitad de la noche. Max Chandler es enviado en calidad de reportero y asesor policial por su despota jefa una manana fria donde la niebla parece envolver cada parte de la excentrica estacion ferroviaria. Ambos se uniran en una investigacion que los guiara a las entranas de un circo anclado en el tiempo debido a un pacto con el mismisimo Diablo.

  • Limoncello para 4 de P. K. Evans

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    Andrea vive feliz en su isla natal, Capri, hasta que pierde el trabajo y su pareja lo abandona. Deshecho, dolido y sin un euro, vive inmerso en la autocompasion y la necesidad, hasta que sus amigos de toda la vida se vuelcan en ayudarlo. Le encuentran un trabajo de tele operador erotico para el colectivo gay. Tras aceptar el reto, la vida de Andrea no volvera a ser la misma, ni la isla de Capri tampoco.

  • Polos opuestos (Baile 1) de Monica Garcia

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    --Nos vemos manana, chicas --dije. Una a una mis alumnas fueron saliendo del aula en donde impartia clases de baile a ninas de entre seis y diez anos. Suspire mientras avanzaba hacia la parte trasera de la sala. Alli habia dejado mi bolsa y una fina chaqueta por si el dia se torcia. Abri la mochila y saque la botella de agua que siempre llevaba al estudio. La destape y di un gran trago. --Maddie --oi a mis espaldas. Me gire para encontrarme con Hayley, mi alumna mas joven --, tengo una duda. --Muestrame. --No se si he pillado bien el ultimo ejercicio de la coreografia. Le pedi que repitiera el rol rueda y asi lo hizo. Se tumbo en el suelo boca abajo y alzo las piernas a la vez que tenia la barbilla apoyada en el suelo. Poco a poco fue bajando las piernas hasta apoyarlas en el suelo delante de su barbilla, arqueando el cuerpo. La observe con detenimiento mientras ejecutaba el ejercicio. --Lo haces bien, pero debes tener cuidado a la hora de arquear la espalda. Ademas, debes alzar mas las piernas. No se si me he explicado bien --la fui corrigiendo. Ella asintio y repitio el ejercicio tal y como le habia dicho. --Bien hecho. Te veo manana, ?vale? La pequena afirmo con la cabeza con entusiasmo y salio disparada por la puerta hacia los vestuarios. Recogi mis cosas y sali de la sala que Hannah Brown, la directora de todo el estudio, me habia asignado para dar mis clases. Tenia que recorrer medio edificio para llegar al aula veintiseis, en donde ella nos daba clase a mis companeras de grupo y a mi. Diez minutos despues entre en los vestuarios. En ellos solo se encontraba Sarah, una de mis mejores amigas. Cada aula tenia el suyo adherido a ella. Se podia entrar a la clase por alli o por la puerta de entrada, aunque nosotras lo haciamos a traves del vestuario. --Buenas tardes, Maddie --me saludo. --Hola. --?Que tal la clase? Empece a cambiarme de ropa. Cambie mis gastados vaqueros por unas mallas ajustadas y mi camiseta de manga francesa por una camiseta verde sin mangas. --Bien. Creo que ya estan preparadas para competir. --?Se lo has dicho a Hannah? --pregunto. --Todavia no he tenido tiempo de hablar con ella. Me puse las punteras y despues me recogi el cabello en una trenza que me llegaba por debajo de los hombros. A mi lado, Sarah se hizo una coleta. Poco despues de terminar de prepararnos, Samantha, Emma, Tamara y Susana entraron en los vestuarios, todas ellas charlando entre si. --Muy buenas, chicas --nos saludaron, alegres. --Hola. Esperamos a que ellas terminaran de vestirse para ir juntas al aula. Esta era muy espaciosa, con los suelos revestidos en madera. El lado contrario a la puerta principal estaba ocupado por un gran espejo que terminaba un poco antes de donde se situaba la puerta de los vestuarios. Las paredes eran de un blanco impoluto y algunas zonas estaban tapadas por gigantescos posters de bailarines famosos que habian estudiado en ese mismo estudio. Practicabamos baile de lunes a viernes y algunos fines de semana. Empezabamos a las cinco de la tarde y terminabamos a las nueve, aunque habia algunos dias que las sesiones se alargaban o que, debido a algun concurso importante, nos veiamos obligadas a faltar al instituto. Concursabamos todos los fines de semana, los sabados para ser mas exactos. Como era de esperar, llegamos antes que Hannah, quien seguramente estaria entretenida dando clase o analizando concienzudamente algunos papeles. Ella se tomaba muy enserio su trabajo y, por ende, era muy dura con nosotras. Queria sacarnos el maximo partido a todas. Sarah y yo fuimos hacia una esquina y nos pusimos a estirar los musculos mientras charlabamos sobre asuntos triviales. Minutos mas adelante, mientras me tocaba la punta de los dedos de los pies teniendo las piernas completamente estiradas, Hannah Brown irrumpio en la estancia. El cabello lo llevaba recogido en un apretado mono del que se le escapaban un par de mechones castanos. Observo con seriedad el espacio, comprobando que todas estuvieramos alli. --Siento el retraso, chicas. La clase que he tenido a las cuatro se ha alargado considerablemente. --No pasa nada, Hannah --la tranquilizo Tamara, sonriendole. Todas nos acercamos a ella, formando un circulo a su alrededor. Como ya estabamos a mediados de semana sabiamos cual era nuestro papel en la competencia de este fin de semana; en mi caso, solo actuaria en el baile grupal. Estabamos esperando instrucciones. --Bien, chicas. Como sabeis, la competicion de este fin de semana es bastante importante. En ella bailaran los mejores estudios de la zona, asi que debeis ir a por todas. <<Empezaremos por el baile grupal. Despues, Tamara ensayara su solo. Cuando termine con ella, Samantha hara el suyo. Por ultimo, volvereis a practicar lo primero que he dicho --nos explico mirandonos a cada una--, ?entendido? Asentimos con la cabeza, sin decir ni una sola palabra. --Bien, en ese caso podemos comenzar. *** Volvi al Moonlight completamente reventada. El ensayo habia sido agotador, tanto que apenas podia mantenerme en pie. Hannah se habia esmerado con la clase de hoy. Segun ella, todo debia salir a la perfeccion. Sonrei al ver la enorme verja de hierro forjado y los setos que rodeaban los terrenos del orfanato. Saque las llaves de la bolsa y meti la mas pequena en la abertura de la cerradura. La gire hasta que se abrio con un clic. Entre cerrando la verja a mis espaldas y avance por el jardin delantero, plagado de flores y arbustos, hasta llegar a la entrada principal del Moonlight. Repeti el mismo gesto y entre. --Maddie --dijeron Maya y Owen, levantandose del sofa y viniendo corriendo hacia mi. Abri mis brazos y los abrace con fuerza, besando sus coloradas mejillas. --?Que tal estais, preciosos? --pregunte sin soltarles, poniendo la voz mas grave, tal y como se les habla a los ninos pequenos. Despues, avance por el salon hasta sentarme en uno de los numerosos sofas con ellos encima de mi regazo. Maya y Owen eran los mas pequenos que vivian en el Moonlight. Ambos tenian seis anos y eran adorables. Siempre estaban juntos, a todas horas, y nunca se peleaban; es mas, Owen siempre defendia a Maya en el colegio cuando alguien se metia con ella. --Muy bien. Hemos empezado a aprender a escribir palabras largas --dijo con orgullo Owen. --Tambien nos han ensenado a escribir varios numeros --agrego Maya sonriendo. Ambos me miraban con la emocion reflejada en sus rostros infantiles. --!Que mayores os estais haciendo! Que rapido pasaba el tiempo. Todavia recuerdo el dia en que empezaron a ir a preescolar, lo asustados que estaban ambos. Sonrei al recordarlo. Los dos rieron por mi comentario. --Todavia somos ninos, por si eso te consuela --hablo Owen en cuanto paro de reirse. Sonrei con dulzura y, acto seguido, les hice cosquillas. Unos pasos resonaron por toda la estancia, provocando que parara de torturarles. En el salon entro Kara, la directora del Moonlight, seguida de Alvaro, su marido, con quien compartia el cargo. Los dos discutian sobre algo. --...Te digo que no podemos permitirnoslo --decia ella frunciendo el ceno. --Y yo te digo que si. Podriamos... --Alvaro callo al vernos. A pesar de haber pocos internos en el hogar, los gastos eran excesivos. Entre el colegio, el instituto, las extraescolares y los gastos que generaba el Moonlight andaban justos de dinero. Es por eso que yo habia decido dar clases de baile, para ayudarles con los gastos, ya que la academia de baile a la que asistia era muy cara. Como las clases privadas eran las mas costosas, habia decidido pagarmelas. --La cena esta lista, chicos --comento Kara intentando que olvidaramos lo que habiamos oido. En cuanto esas palabras salieron de su boca, los ninos salieron disparados hacia el comedor, dandoles un beso en la mejilla a ambos antes de marcharse por la puerta. --?Tan mal esta la cosa? --pregunte cuando estuve segura de que nadie mas nos oia. Kara se toco el puente de la nariz con frustracion y Alvaro suspiro con pesadez. Las ojeras eran notables en ellos. Parecian agotados y estresados a la vez. --Hablaremos de ello luego. Ve a cenar --me ordeno Alvaro. Asenti con la cabeza. Subi las escaleras de caracol y camine por el largo pasillo hasta llegar a la habitacion que compartia con Lea. En total habia siete dormitorios: tres para las chicas y cuatro para los chicos. Si a eso se le sumaban la habitacion de los directores mas las de las cuidadoras y la de la cocinera... Ademas, por cada habitacion habia dos personas, salvo en el caso de las ninas mas pequenas, quienes dormian juntas. El caso es que entre y fui hasta el fondo de la estancia. Deje mi mochila de baile en mi cama, bajo una de las ventanas del gran dormitorio. Habia tres camas, aunque la habitacion solo estaba ocupada por Lea y por mi. Habia espejos aqui y alla y tres grandes armarios. Las paredes eran de un tono rosa pastel y el suelo estaba cubierto con una gran alfombra morada. Cuando baje al comedor, todos estaban alli, esperandome. Me sente entre Lea y Maya y, despues, me servi un buen plato de ensalada de pasta. --?Que tal las clases? --pregunto Lea mientras pinchaba una espiral con el tenedor. --Muy bien, la verdad. Cada vez ejecutamos mejor el baile grupal. Hoy, sin ir mas lejos, Hannah nos ha felicitado y nos ha dicho que si lo hacemos con la pasion con la que ensayamos, seguramente ganaremos el concurso del sabado. --?Sabes donde va a celebrarse o todavia no os ha revelado el lugar? Sonrei. --Va a ser aqui, en Portland. Mi amiga, quien habia estado bebiendo un sorbo de agua, casi se atraganto. Empezo a toser, dandose suaves palmadas en el pecho. --?En Portland? --pregunto en cuanto se hubo calmado. Asenti con la cabeza. --!Eso es estupendo! !Podre verte sin tener que salir de la ciudad! Rei al notar el entusiasmo que destilaba su voz. Normalmente los concursos solian ser en ciudades cercanas; por eso estaba tan emocionada Lea, porque se ahorraria el viaje. --?Que pasa en Portland? --pregunto Kara, mirandonos a ambas con el ceno fruncido. Seguro que estaria preguntandose en que andariamos metidas. --El concurso de Maddie --contesto Maya antes de que pudiesemos hacerlo nosotras. Nos la quedamos mirando sorprendidas--. ?Que? --pregunto la pequena--. Hablabais muy alto. --Asi que es en la ciudad... --dijo Alvaro pensativo--. ?Sabes ya la hora? --Empezara a eso de las cinco, mas o menos. Pero yo debo estar dos horas antes para prepararme --explique. --Estaremos ahi para animarte --me dijo Owen. --En primera fila --agrego Amber. Despues de eso, el comedor se quedo en silencio. Solo se oia el ruido que producian los cubiertos al chocar con los platos. Pocos minutos mas tarde, Lea me pregunto por las clases que daba y yo le conte lo orgullosa que estaba de mis ninas. Estaba completamente segura de que estaban preparadas para competir y asi se lo habia dicho Hannah, quien habia quedado conmigo en ver la clase de manana para determinar si estaban preparadas o no para asistir a concursos de baile. --Ojala estes en lo cierto y puedan participar --dijo Lea sonriendo--. Estoy segura de que eres una gran profesora. Me sonroje ante su comentario. Ni siquiera habia pensado en eso. Si mis alumnas tenian el nivel suficiente como para competir, eso significaria que mis clases habian dado sus frutos. --Yo tambien lo espero. Capitulo 2 Eric El maldito despertador casi me provoco un infarto. Maldiciendo, le di un manotazo, tirandolo al suelo. Di media vuelta en la cama, tapandome de nuevo con la sabana. --!Eric, es hora de levantarse! --grito mama desde la puerta de la habitacion pasados unos minutos, tocandola con fuerza. --Cinco minutos mas... --murmure adormilado. Oi como la puerta se abria con fuerza y enseguida empece a escuchar las pisadas de mama. Maldicion, habia entrado en mi dormitorio. --!Vamos o llegaras tarde! --Me zarandeo con fuerza. Me levante a reganadientes. Odiaba madrugar. Maldito instituto que nos obligaba a levantarnos temprano. Mi madre salio de mi territorio y pocos minutos despues fui al bano para darme una ducha de agua fria, a ver si asi lograba despejarme del todo. Cinco minutos despues, sali con una toalla enrollada en mi cintura. Seque mi cuerpo con rapidez y me puse una muda. Acto seguido, cogi del armario unos pantalones vaqueros y una camiseta gris, y me vesti. Cuando baje a desayunar, todos se encontraban en la mesa de la cocina. Papa leia el periodico mientras fruncia el ceno debido a alguna noticia que le desagradaba; mama preparaba el desayuno entonando en voz baja una cancion; Dylan y Andrew discutian tal y como lo hacian todas y cada una de las mananas; y Hayley tomaba en silencio su desayuno. --Buenos dias, familia. --Buenos dias, hijo --dijeron mama y papa a la vez, como si estuvieran sincronizados. Me acerque a mi madre, que seguia preparando el desayuno, y deposite un beso en su mejilla. Repeti el gesto con papa y con Hayley. Dylan y Andrew se creian demasiado mayores como para recibir besos. Me sente al lado de mi hermanita menor y cuando mama deposito mi desayuno en la mesa, lo devore. --Papi, recuerda que debes llevarme a clase de baile --le recordo Hayley. Todas las tardes ella daba clases de baile en la mejor academia de Portland, el Hannah Brown Studio. La que normalmente la llevaba era mama, aunque ese dia no podia porque le habian adelantado una operacion. Mama era cirujana y papa, periodista. --Tranquila, pequena, no lo olvidare. --Dejo el periodico sobre la mesa y sonrio con ternura. Termine mi desayuno y una vez deje mis cosas en el fregadero, subi a mi habitacion. Alli cogi la mochila con los libros. A continuacion, sali de mi habitacion y baje corriendo las escaleras. --!Me voy! --grite para que todos me oyeran. --!Ten un buen dia! --oi que decia mama desde la cocina. Sali de casa cerrando la puerta con un ruido seco. Camine hasta la acera, en donde estaba aparcado mi deportivo negro, regalo de cumpleanos de mis padres. Subi en el dejando la mochila en el asiento del copiloto, meti las llaves de contacto y las gire, provocando que el motor rugiera con fuerza. Sonrei, me encantaba ese coche. Conduje por varias manzanas hasta llegar a la casa en donde vivia mi mejor amigo, John. Ambos habiamos ido a la misma escuela primaria y desde el primer momento estuvimos juntos. Le vi sentado sobre el pavimento, mirando su telefono movil con interes. Toque el claxon antes de parar a unos metros de el. John alzo la cabeza, sobresaltado por el estridente sonido, pero cuando vio que era yo, sonrio burlonamente. --Ya te ha costado llegar --dijo a modo de saludo, rodeando el coche y ocupando el asiento del copiloto, aunque primero tuvo que quitar mis cosas de ahi. --Yo tambien me alegro de verte. Una vez mi amigo estuvo asegurado, arranque de nuevo el coche. --Odio las clases de hoy --comento John mientras miraba por la ventana. --Yo tambien las detesto. Ademas, hoy tenemos dos horas seguidas de matematicas. --Buf, ni me lo recuerdes. Solo de pensarlo me da dolor de cabeza. --Se llevo las manos a la cabeza exageradamente provocando que se me escapara una sonora carcajada. --!Que dramatico eres! ?Por que no te apuntas al club de teatro en vez de a baloncesto? --me burle. John me miro con total seriedad. --Ni de cona. Todos sabemos que ese club esta plagado de inadaptados sociales. Los siguientes cinco minutos transcurrieron en silencio, sin contar el hecho de que mi amigo se puso a buscar una emisora de radio que al final no encontro, ya que cuando llegamos al aparcamiento del instituto todavia seguia canaleando. Aparque el coche en donde solia dejarlo, cerca de la salida. --?Que tal te fue ayer con Tessa? --me pregunto a la vez que avanzabamos por el mar de gente. Hice una mueca. Ayer habia ido a su casa con la excusa de que me explicara un ejercicio. Habia intentado por todos los medios acostarme con ella, en vano. Esa chica no se enteraba de mis indirectas. --Ha sido horrible. Pese a que lo he intentado con todo, no captaba nada. Estaba empenada en explicarme las malditas derivadas. --Y eso ha sido un duro golpe para tu ego, ?verdad? --se burlo el haciendo una mueca. --No hablemos de mi ego --resople mientras entrabamos. Cuando estabamos lo suficientemente cerca de nuestras taquillas, divise a Jack, a Ethan y a Caden. Los tres estaban rodeados de chicas que iban ligeras de ropa y que coqueteaban con ellos sin parar. --?Que pasa, chicos? --nos saludaron mientras se apartaban de las chicas. Chocamos los punos a modo de saludo y fuimos directamente a nuestras taquillas. Puse la combinacion y la abri. Deje la mochila y saque los libros de las materias que tenia a la manana, en este caso tendria dos horas seguidas de matematicas. Tuve que esperar a que los lentos de mis amigos cogieran sus cosas, ya que de vez en cuando se paraban a hablar como marujas en un mercado. Sonrei ante esa idea. No me los imaginaba en un mercado chismorreando con senoras mayores. El timbre me devolvio a la realidad, y parece ser que les dio el empujon que necesitaban para terminar de coger lo necesario de las taquillas, ya que pocos segundos despues los tenia a mi lado. Los cinco nos pusimos en marcha. Andabamos con tranquilidad, total la clase no se moveria de sitio. De vez en cuando, la gente se giraba para lanzarnos miradas; muchas de ellas eran de admiracion o deseo, y otras, de pura envidia. Nosotros eramos los chicos mas deseados de la escuela. Todas las chicas suspiraban por nuestros pies. Yo nunca habia tenido una relacion duradera; lo mio era rollo de una sola noche. No me gustaba comprometerme y eso las chicas lo tenian claro. Cuando llegamos al aula, esta estaba ya repleta de companeros. En la primera fila ya se encontraban sentadas las empollonas de clase, dos chicas inadaptadas que siempre sacaban buenas notas. Charlaban animadamente sobre un tema que desconocia y que me importaba mas bien poco. A su lado tambien estaban sentados los que querian sacar buenas notas, aunque no lo eran tanto como las de ellas. En las filas centrales se sentaban los alumnos que no sacaban ni buenas notas ni malas notas. Y en las ultimas filas nos sentabamos nosotros, a los que menos nos importaba la asignatura. Nos acomodamos en nuestros sitios y nos pusimos a hablar hasta que el profesor nos mando callar. Las dos horas se me hicieron eternas. No entendia nada de lo que el profesor explicaba, por lo que los ejercicios los hacia de pena. Mis amigos intentaron ayudarme, sin exito. Era un zoquete. Al final de la clase el profesor me pidio que me quedara unos minutos porque queria hablar conmigo. Asi que me despedi de mis amigos y espere a que todos hubieran salido. --Senor Woods --me saludo--, ?sabe por que esta aqui? --No, senor. ?Por que razon querria hablar conmigo ese senor bajito, calvo, gordo y sudoroso? El profesor de matematicas era un tipo peculiar. Sudaba a mares todos los dias del ano y normalmente vestia con unos trajes que realzaban su descomunal barriga, ademas de ser totalmente espantosos. Pero lo peor de todo era su rostro arrugado, cuya guinda del pastel era su horrible uniceja. --Esta a punto de suspender mi asignatura. Palideci. !No podia ser posible! Pese a que se me daban muy mal las matematicas, siempre aprobaba esa maldita asignatura. Ademas, necesitaba aprobar todas para poder jugar en los partidos de baloncesto. --Es imposible --me negue a creerlo. --Mirelo usted mismo. Todos y cada uno de los ejercicios que ha hecho han estado mal. No solo eso, no se esfuerza en mi asignatura. Asi que como suspenda el examen, no aprobara--. Se paso un panuelo por el cuello y por la cara para secarse el notorio sudor. Reprimi una mueca de repulsion. --!No puedo suspender! --La rabia me consumia. No queria creerlo. Necesitaba con urgencia aprobar esa asignatura. --Creame, yo tampoco. Es por eso que se me ha ocurrido ponerle un tutor particular que pueda darle clases por la tarde. ?Que le parece? Lo sopese. Su oferta era muy tentadora. Pero no sabia si serviria de algo o no, teniendo en cuenta que no se me daban bien las mates. Ademas, ?quien sabia quien seria la persona encargada de ayudarme? Lo que menos queria era un friki a mi alrededor, dandome ordenes. Pero, por otro lado, lo necesitaba. Si no, suspenderia. --Esta bien. ?Cuando podria empezar con esas clases y con quien las haria? --pregunte. Sonrio. --Manana mismo puede empezar cuando le presente a su tutor. *** --?Profesor particular? --John no se lo creia. Abria mucho los ojos, tanto que parecia que se le iban a salir de sus orbitas. Hice un movimiento afirmativo con la cabeza. --?Como es eso de que vas a suspender? --Jack estaba estupefacto--. No puedes suspender. --?Crees que no lo se? --exclame pinchando un trozo de carne con el tenedor. Nos encontrabamos en el comedor del instituto, rodeados de gente que hablaba. La intensidad de las voces era tal que teniamos que alzar mucho la voz para oirnos entre nosotros. --?Y quien va a ser el afortunado de aguantarte? --pregunto Ethan. --?Aguantarme? Yo voy a ser el que tenga que aguantarle --dije molesto. La idea de que alguien tuviese que ayudarme no me gustaba ni un pelo--. Ademas --anadi--, el muy canalla del profesor no me ha dicho quien es. --Seguro que es uno de los empollones de clase --comento Caden mirando la mesa en la que estaban sentados un grupo de ellos, charlando animadamente, ajenos a nuestra conversacion. Suspire pesadamente. Lo que menos queria era que fuera uno de los sabelotodos de la clase, pero, bueno, no estaba en mis manos decidirlo. Terminamos el almuerzo y depositamos nuestras bandejas en su sitio. Estabamos avanzando por el pasillo, camino hacia las taquillas para coger las mochilas, ya que por la tarde no teniamos clase, cuando, de pronto, choque contra alguien, quien cayo redondo al suelo. Mis amigos y yo reimos por su torpeza. --Mira por donde vas, friki --dije.

  • Once escandalos para enamorar a un Duque de Sarah Maclean

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    En retrospectiva, la senorita Juliana Fiori deberia haber recapacitado sobre cuatro acciones de aquella noche. Para empezar, tendria que haber ignorado el impulso que la llevo a desatender el baile de otono de su cunada para aventurarse en los jardines de Ralston House, un lugar menos empalagoso, mas fragante y mucho peor iluminado. En segundo lugar, deberia haberselo pensado dos veces cuando el mismo impulso la llevo a adentrarse en los lobregos senderos que bordean la mansion de su hermano. Y en tercero, deberia haber regresdo al interior de la casa en cuanto tropezo con lord Grabeham, completamente ebrio, que se mantenia en pie a duras penas y expelia comentarios poco caballerosos. Pero no deberia haberle golpeado. No importaba que la hubiera atraido hacia el y la hubiera obligado a oler su aliento calido y apestoso, a whisky nada menos, ni que sus labios frios y humedos hubieran buscado torpemente el arco de su mejilla; ni siquiera que sugiriera que iba a disfrutarlo tanto como lo habia hecho su madre. Las damas no golpean a la gente. Al menos las damas inglesas. La senorita Juliana Fiori observo como el supuesto caballero gritaba de dolor y sacaba un panuelo del bolsillo para cubrirse la nariz y manchar de escarlata el inmaculado lino blanco. Paralizada, sacudio la mano distraidamente para deshacerse del escozor mientras el miedo la consumia. Aquello saldria a la luz publica. Se convertiria en un <>. Y no importaba que el susodicho caballero lo mereciera. ?Que otra cosa podria haber hecho ella? ?Permitir que la maltratara mientras esperaba que un salvador apareciera entre los arboles? Era mas probable que cualquier hombre que estuviera en el jardin a aquella hora de la noche fuera otro acosador y no un salvador. Pero acababa de confirmar todas las habladurias. Jamas podria ser uno de ellos. Juliana levanto la vista hacia el dosel que formaban los arboles. Hacia tan solo un momento el susurro de las hojas por encima de su cabeza le habia prometido un respiro de las destemplanzas del baile. Ahora el sonido se mofaba de ella, como el eco de los suspiros que brotaban de los salones de todo Londres cuando pasaba por delante de ellos. --!Me ha golpeado! --El grito del hombre gordo fue demasiado alto, nasal e indignado. Juliana se llevo su palpitante mano a la cara para apartarse un mechon suelto de la mejilla. --Si vuelve a acercarse, recibira mas de lo mismo. El hombre siguio mirandola fijamente mientras se limpiaba la sangre de la nariz. El enfado que reflejaban sus ojos era evidente. Conocia ese sentimiento. Sabia que significaba. Juliana se preparo para lo que venia a continuacion. Pero el sufrimiento fue el mismo. --Se arrepentira de esto. --El hombre dio un paso amenazador hacia ella--. Le hare creer a todo el mundo que me lo rogo. Aqui, en el jardin de su hermano, como la fulana que es. Un dolor penetrante se instalo en su sien. Sacudiendo la cabeza, Juliana dio un paso atras. --No --dijo, e hizo una mueca ante el espesor de su acento italiano, el mismo que llevaba tanto tiempo intentando dominar--. No le creeran. Sus palabras sonaron vacias incluso para ella. Por supuesto que le creerian. Lord Grabeham leyo el pensamiento en sus ojos y derramo en la noche una risotada furiosa. --No puede imaginar que la creeran. Apenas legitima. Tolerada solo porque su hermano es un marques. Es imposible que crea que el va a confiar en su palabra. Al fin y al cabo, no es mas que la hija de su madre. La hija de su madre. Por mucho que lo intentara, aquellas palabras eran un bofeton imposible de esquivar. Juliana alzo el menton y se cuadro de hombros. --No le creeran --repitio, deseando que su voz se mantuviera estable-- porque nadie puede imaginar que me sienta atraida por usted, porco. Lord Grabeham tardo unos segundos en traducir la palabra del italiano al ingles, en procesar el insulto. Pero cuando lo hizo, la palabra cerdo quedo suspendida entre ambos en las dos lenguas. Grabeham alargo hacia ella una mano rolliza de dedos como salchichas. Aunque era mas corto de estatura que ella, compensaba la diferencia con la fuerza bruta. Sus dedos se clavaron en su muneca con una fuerza que prometia dejarle moretones. Al intentar zafarse de el retorciendo el brazo, Juliana noto una quemazon en la piel. Contuvo el dolor y actuo por instinto, agradeciendo a su creador haber aprendido a pelear con los chicos en los arenales de Verona. Su rodilla salio propulsada hacia arriba, contactando con precision y crueldad con su objetivo. Grabeham emitio un alarido y aflojo la mano lo suficiente para que ella pudiera liberarse. Y entonces Juliana hizo lo unico que se le ocurrio. Echar a correr. Levantandose los faldones de su brillante vestido verde, atraveso los jardines evitando en todo momento la luz que se filtraba por los ventanales del enorme salon, sabedora de que ser descubierta corriendo en la oscuridad resultaria tan nocivo como acabar en las zarpas del odioso Grabeham... quien se habia recuperado con alarmante presteza. Podia oirle avanzar pesadamente detras de ella a traves de un seto particularmente espinoso, resollando a grandes bocanadas. El sonido la espoleo e hizo que traspasara velozmente la puerta lateral del jardin que daba acceso a las caballerizas que colindaban con Ralston House, donde una serie de carruajes esperaban en una larga fila a que sus propietarios los reclamaran para regresar a sus domicilios. Juliana tropezo con algo afilado y dio un traspie. Detuvo la caida con las manos sobre el empedrado, se las arano al tratar de recuperar el equilibrio. Se maldijo a si misma por la decision de quitarse los guantes al salir del salon; por engorrosos que fueran, la cabritilla le hubiera evitado unas cuantas gotas de sangre aquella noche. La puerta de hierro se cerro detras de ella, y Juliana vacilo durante una fraccion de segundo; el sonido podia atraer la atencion de alguien. Una rapida mirada en derredor le hizo descubrir la presencia de un grupo de cocheros absortos en una partida de dados en el otro extremo del callejon; ninguno de ellos mostro el menor interes por ella. Al mirar hacia atras, vio como la mole de Grabeham avanzaba hacia la puerta. Era como un toro embistiendo el capote; tenia pocos segundos antes de ser corneada. Los carruajes eran su unica esperanza.

  • La muerte de Jesus de J. M. Coetzee

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    La muerte de Jesus cierra la saga -poetica, filosofica- del Premio Nobel J.M. Coetzee sobre la vida de David en un mundo sin memoria. Una vida luminosa y fugaz como un cometa en el cielo.

  • El precio de la llama eterna de Gibraan Hanna

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    Despues de que la ONU descubre evidencias de desarrollo de armas nucleares en Iran, se desata una intensa crisis y la real posibilidad de una guerra de alcances mundiales. Acusados de estar envueltos en este terrible hecho, la diplomatica brasilena Helena Gouveia y el ingeniero nuclear Arash Zarak son considerados fugitivos internacionales y reciben la dificil mision de viajar a Iran y seguir las pistas que dejo el inventor Cesar Montenegro, mentor de Helena. Estas pistas indican el camino del artefacto cientifico mas revolucionario de la historia: un prototipo de Energia Libre que proporcionara no solo energia limpia, libre y gratuita para toda la humanidad sino tambien un salto cientifico nunca antes visto en las areas de la fisica y la medicina ademas de una drastica ruptura del sistema geopolitico vigente. Sin embargo hay un gran obstaculo en el camino que ambos emprenden: una fuerza paralela que, por intermedio de un asesino mortal, intenta impedir a toda costa que esa tecnologia sea dada a conocer no sin antes robarla para si.

  • Sirens 4 de Lena Valenti

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    Historia original de Lena Valenti y Valen Bailon.

  • Una proposicion en navidad de Kate Dawson

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    Jane Bradford vive en Nueva York.
    Jane es disenadora de juguetes para una empresa coreana.
    Y Jane odia la Navidad.
    No es facil que te guste una fecha que cada ano te recuerda el dia en el que descubriste a tu novio dandose el lote con otra, justo una semana despues de encontrar el vestido de novia perfecto.
    Pero lo que Jane no sabe es que este ano la Navidad va a ser muy diferente.
    Alguien tiene una proposicion que no podra rechazar.

  • Una dama inocente (Damas 2) de Olga Salar

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    Lady Agnes Carroway estaba decidida a casarse esa misma temporada. Nada imposible dada su belleza y el linaje de su familia. El problema era que deseaba casarse por amor, igual que lo habian hecho sus hermanos y sus amigas.
    De modo que para ello necesitaba asegurarse de que los dos caballeros que se disputaban su corazon lo hacian por el motivo correcto y no por salir vencedores en la rivalidad que desde ninos ha marcado sus vidas.
    Y si para lograr sus fines debe dejar de ser una dama inocente y transformarse en una mujer distinta, esta mas que dispuesta a hacerlo.

  • Dos de amor, por favor de Aitor Ferrer

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    Exultante, asi me sentia en aquella maravillosa jornada de verano en la que por fin se iba a cumplir mi sueno. Y es que no todos los dias tenia una el placer de conocer a su hermana y encima !gemela! Si, si, como os lo cuento. A Cecilia y a mi nos separaron al nacer, un error que habia tardado nada mas y nada menos que veinticinco anitos en resolverse... "Un error", dicho asi cualquiera puede pensar que a mi madre le faltara un tornillo y que una de las ninas se le hubiera caido sin darse cuenta. Pero no... A la pobre la durmieron en el momento de dar a luz (nunca supo a santo de que) y despues los medicos le explicaron que una de sus dos hijas se habia ido al cielo. Mucho no se equivocaron, pues lo cierto es que se marcho lejos de narices, concretamente a Miami... Ahi era nada. Toda mi corta vida me la pase con la cantinela de que mi hermana no habia sobrevivido al parto y que yo tenia que ser fuerte por las dos, ya que habia tenido la dicha de quedarme en este mundo mientras que ella se marchaba al otro. Poniendo las cosas en su sitio, ahora sabia que la dicha era la suya y que quien de verdad habia vivido era ella, que para eso se habia criado en un ambiente privilegiado y yo en uno bastante modesto, aunque a mucha honra. Todo ocurrio por una casualidad del destino. ?Cuantas posibilidades habia de que aquello ocurriera? Pues francamente, casi inexistentes. Mi prima Lucia acababa de ganar una beca para estudiar Periodismo en Miami y, al segundo dia de estar alli, se dio de frente, segun ella, !conmigo! --Prima, ?estoy sonando? ?Como es posible? Te juro que me voy a pellizcar, eres la ultima persona que esperaba ver aqui. ?Esto es una broma de un programa de television que viene buscando catetas por el mundo como nosotras o que? --Me abrazo o mas bien creyo abrazarme. --Who are you? I don`t know you. --Fue toda la respuesta que obtuvo. --Mira que seras cachonda y luego dices que no tienes buen oido para los idiomas, mal rayo te parta... Menos mal, si cualquiera diria que te has criado aqui, mira la tia... El desplante que recibio a continuacion, cuando a su juicio "me" gire sobre mis talones y la deje con viento fresco alli, hizo que mi Lucia, que podria ganar perfectamente un premio a la universitaria mas burra del ano, "me" cogiera por la coleta y "yo" chillara como si me estuvieran cociendo en una olla. Claro que ni era a mi a quien habia cogido por la coleta ni yo quien habia chillado... Cuando Lucia termino por cerciorarse, despues de que aqui se formara una gresca de espanto, de que aquella no era su prima, entro en shock al punto de que termino con una pastillita debajo de la lengua en la enfermeria del campus. Una vez repuesta y pensando que todo aquello habia sido fruto de su imaginacion (contemplo la posibilidad de que alguien hubiera colocado alucinogenos en su desayuno) me llamo por telefono y me conto lo ocurrido. --Lorena, por mis mulas que eras tu, que yo sere un poco descerebrada, pero que loca no estoy. Eras tu... --"Eras tu quien me dio mas abrazos en los malos momentos..." --le cante por Merche mofandome de ella. --Eso, tu canta, canta, pero te digo yo que aqui ha habido un poltergeist o algo, tu te has teletransportado por un agujero de esos del espacio y despues te has vuelto para Malaga tan campante. --Si, si, que buena es mi madre para que no este yo de vuelta a la hora del almuerzo, capaz es de echarme el plato por la cabeza. --Muy graciosa, tu tomatelo a cachondeo, pero que te digo que te he visto y es que te he visto... --Que si, pesada, que era yo, que queria gastarte una broma y, como me sobra el dinerito, he dicho "ahora mismo me voy a darle una sorpresita a mi Lucia que la voy a dejar con las patas echa trancas", va a alucinar... --?No me crees? Pues te digo yo que un dia te vas a tener que comer tus palabras, te lo digo... --?Me estas vacilando, prima? ?A que clase de birras le dais ahi? Por Dios que deben tener una graduacion que le salga a una por las orejas, no he escuchado una cosa igual en mi vida... --Yo solo te digo que tu no me creas, pero que "arrieritos somos y en el camino nos encontraremos", te lo advierto. Lucia colgo el telefono y yo me quede llorando de la risa. Mi madre, que andaba por la casa canturreando el "Marinero de luces" de Isabel Pantoja, se contagio de mi risa, sin saber de que leche estabamos hablando. --Lorena, hija, que arte tienes en esa cara, ?se puede saber que es eso tan gracioso que te ha dicho tu prima? Porque hacia tiempo que no te veia reir asi... --Mama, pues nada, que jura y perjura que me ha visto en la universidad, en Miami y, como no es pesadita, cualquiera la baja del burro. Que dice que me ha visto y que me ha visto, que no hay mas... Grabado tengo en la memoria esa milesima de segundo que transcurrio entre que yo nombrara Miami y que a mi madre se le cortara el punto... y hasta casi la respiracion. --?En Miami has dicho? Lorena, ?en Miami? --En Miami, mama, si... ?Es que no vocalizo? Que me vas a hacer coger complejo. --Es que en Miami... --Mama, ?que pasa alli? No me asustes, que te has quedado blanca, parece que te has lavado la cara con lejia Neutrex. --Es que en Miami vivia tu padre, hija. Aquella si que era una novedad. Desde que tenia uso de razon estaba servidora preguntandole a su madre por la identidad de su padre, sin lograr que jamas saliera de sus labios una palabra. Yo siempre supuse que mi padre tenia que haber sido una pieza de cuidado para que mi madre no quisiera ni mentarlo y no debia andar muy desencaminada. --?Mi padre era de Miami? Mama yo creo que ha llegado el momento de que me cuentes muchas cosas, ?no te parece? --Lo mismo si, hija, yo se que me he dejado ir una mijilla en esto, pero supongo que tienes todo el derecho del mundo a saber. --Pues digo yo que si, venga mama, sueltalo, que me estoy poniendo de los nervios. Y eso que yo no sabia lo que venia, pero me iba a enterar en breve. Aunque la que se entero de verdad fue mi madre. --Hija, tu sabes que yo otra falta tendre, pero a trabajadora no hay quien me gane. --Lo se, lo se, mama. --Pues cuando tenia dieciocho anitos entre al servicio de una familia de Miami que se habia trasladado aqui a Malaga por trabajo. Yo daba saltos de alegria porque era mi primer empleo, y porque todavia no los conocia, que ya luego salte menos. Bueno, si que salte en mas de una ocasion, pero para tirarme de los pelos del mono de la guasa que tenian. --Unos senoritingos de cuidado, ?no? --No lo sabes tu bien. Alli el unico que se salvaba (o eso creia yo en ese momento) era el hijo, Ronald, que tenia cara de angel... --?Y rabo de demonio? --le pregunte haciendo una graciosa mueca y mi madre me indico que como siguiera por ahi iba a tener que tomar sopa con pajita a partir de entonces, pues me iba a saltar todas las muelas. --Perdon, perdon --carraspee. Mi madre se removia en su asiento y se notaba que el relato la estaba importunando al maximo, por lo que la deje seguir antes de que perdiera el hilo. --Ronald era bueno y amable conmigo. Nos llevabamos siete anos, pues el tenia justo tu edad actual y yo veia en el una tabla de salvacion cada vez que sus padres me chillaban, que lo hacian siempre y en todo lugar. Bastaba que vieran una mota de polvo para que ya estuvieran blasfemando los muy estupidos. --Que gloria, mama --suspire. --Si, hija, pero en esos momentos solia salir en mi defensa Ronald, que parecia un alma candida, por lo que se fue colando en mi corazon. "Y en otros sitios..." pense yo sin atreverme a musitar palabra, que bastante esfuerzo estaba haciendo ya la mujer al echar toda esa mierda fuera. --Lo entiendo, mami. --Carino, una no es de piedra, y a mi el chico me gustaba mas que los espetos de sardina, asi que un dia, en el que el se habia plantado delante de sus padres para cantarles las cuarenta por haberme ofendido, una cosa llevo a la otra y yo termine en su cama. --?Y ahi empezo una bonita historia de amor, mami? --Por eso hubiera puesto yo la mano en el fuego, pero se ve que era la unica tonta que lo sentia asi, eso o que despues le dieron la vuelta como a un calcetin. --Sigue, mami, desahogate. --Un par de meses despues yo estaba que me iba por la patilla y me compre un Predictor, rezando porque no se tinera de rosa en mi cuarto de bano, como cantaria Sergio Dalma. --Mama, pues anda que he sido yo una nina deseada... --Hija de mi vida y de mis entranas, que yo te he querido luego con todo mi ser, pero que entonces era una chiquilla y temblaba como una hoja solo de pensar en una barriga. --Ya lo se, mami, si no hay otra como tu, que te voy a contar, si yo te adoro. --Y yo a ti, mi nina, que para eso nos quedamos solas en el mundo cuando me entere de que te esperaba. --?Ronal no te apoyo, mami? --Ese desgraciado se ve que considero que ya me habia apoyado bastante, pero con "ll" y no con "y". --Ay, mami, que penita me da.

  • Las fuentes del silencio de Ruta Sepetys

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    Desenterrar fragmentos del pasado puede ser doloroso, pero conocer nuestra historia nos ayudara a sanar las cicatrices.

  • La viuda y el escoces de Julia London

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    Lady Chatwick, Daisy Bristol, se habia quedado viuda, y el testamento de su difunto esposo la obligaba a casarse otra vez, so pena de perder la herencia de su hijo, Ellis. Tras recibir una carta de Robert, su primer amor, Daisy decidio marcharse de Londres.

  • Yo tambien tengo mi Amor de Sophie Rose

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    PREPARATE PORQUE NUNCA SABES A DONDE NOS LLEVA EL DESTINO Y EL JUEGO DEL AMOR