• ochenta y seis cuentos quim monzo - Quim Monzo

    https://gigalibros.com/ochenta-y-seis-cuentos.html

    Traducido a mas de una docena de lenguas, la critica europea relaciona a Quim Monzo con Kafka, Borges y Rabelais. En cada libro ha sabido aumentar la exigencia y el rigor, y ha generado, ademas, un enorme y desacostumbrado interes popular, como en El porque de las cosas y Guadalajara. Hoy, Monzo ha revisado esos libros todos sus cuentos publicados hasta ahora, algunos de ellos ineditos en castellano, aplicando esa misma exigencia y ese mismo rigor. El resultado es Ochenta y seis cuentos, que ha merecido el Premio Nacional de Literatura en catalan y el Premio Lletra dOr, que se suman al Premio Ciudad de Barcelona y a los cuatro Premios de la Critica que otorga Serra dOr, concedidos a los ultimos cuatro libros de este volumen.

  • Ochenta y seis cuentos - Monzó, Quim - 978-84-339-2478-0

    https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/ochenta-y-seis-cuentos/9788433924780/NH_307

    Los últimos libros dedican atención a la angustia del escritor profesionalizado ("El secuestro", "La literatura") e incluyen parodias magistrales de cuentos y ...

  • Ochenta y seis cuentos: 427 (Compactos) Tapa blanda

    https://www.amazon.es/Ochenta-y-seis-cuentos-Compactos/dp/8433972812

    Ochenta y seis cuentos: 427 (Compactos) : Monzó, Quim, Cercas, Javier: Amazon.es: Libros.

  • ochenta y seis cuentos quim monzo: Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/ochenta-seis-cuentos-quim-monzo-Libros/s?k=ochenta+y+seis+cuentos+quim+monzo&rh=n%3A599364031

    Ochenta y seis cuentos: 427 (Compactos). de Quim Monzó y Javier Cercas | 5 marzo 2018.

  • OCHENTA Y SEIS CUENTOS | QUIM MONZO | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-ochenta-y-seis-cuentos/9788433972811/1119837

    Sinopsis de OCHENTA Y SEIS CUENTOS. Traducido a más de una docena de lenguas, la crítica europea relaciona a Quim Monzó con Kafka, Borges y Rabelais.

  • OCHENTA Y SEIS CUENTOS | QUIM MONZO | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-ochenta-y-seis-cuentos/9788433924780/754885

    El libro OCHENTA Y SEIS CUENTOS de QUIM MONZO en Casa del Libro: ... por la crítica europea con Rabelais, Kafka y Borges, Monzó es un cuentista portentoso.

  • Reseña de “Ochenta y seis cuentos”, de Quim Monzó, por ...

    https://letralia.com/lecturas/2020/10/31/ochenta-y-seis-cuentos-de-quim-monzo/

    31 oct 2020 — Una obra indispensable para conocer la evolución narrativa de su autor, pues reúne siete libros de relatos publicados entre 1978 y 1996.

  • ochenta seis cuentos de quim monzo - IberLibro.com

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    Ochenta y seis (86) cuentos de Monzó, Quim y una gran selección de libros, arte y artículos de colección disponible en Iberlibro.com.

  • OCHENTA Y SEIS CUENTOS - LAIE

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    Traducido a más de una docena de lenguas, la crítica europea relaciona a Quim Monzó con Kafka, Borges y Rabelais. En cada libro ha sabido aumentar la ...

  • OCHENTA Y SEIS CUENTOS. MONZO,QUIM. Comprar libro

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  • ochenta y seis cuentos - Cervantes y compañía.

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  • Los ciegos del 13 de marzo de Francisco J. Sanchez

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    Emitio un desesperado quejido al sentir un intenso dolor agudo, entreabrio los ojos y vislumbro a alguien vestido de blanco. Sus parpados volvieron a cerrarse y otra dolorida punzada le obligo a despertar. El frenesi de personal con batas y pijamas blancos por toda la sala era incesante. Aquella marea de actividad que pululaba de un lado para otro le sobrepasaba, no sabia donde se encontraba ni que sucedia, intento incorporase, pero le fallaron las fuerzas, opto por desistir y volver al mundo de Morfeo. --?Como te llamas?, ?que como te llamas? --oia con insistencia. --Ra... fa... --balbuceo con los dos ojos cerrados. --?Cuantas pastillas te has tomado? ?Que cuantas pastillas te has tomado? --volvio a interrogar la joven con voz firme y decidida. Le costaba mantener los ojos abiertos, solo le apetecia dormir y aquella gente le estaban incordiando. --Dejadme... tengo... sueno... --De eso nada. !Espabila! --ordeno la voz. El dolor provocado por la fuerte presion en el lobulo de su oreja le abrio los ojos, busco enfadado la causa de aquel ataque, pero sus munecas estaban maniatadas a la camilla. --Tranquilo, colabora, es por tu bien. Comprendio que se encontraba en el hospital, en urgencias, estaba muy somnoliento, pero vivo. Lo ultimo que recordaba fue el titanico esfuerzo que realizo para pulsar la roja tecla de emergencias de su telefono movil de ultima generacion. De subito se encontro mas lucido y espabilado, la inyeccion por via intravenosa que le aplico el enfermero por orden de la joven doctora le habia hecho un efecto inmediato. La facultativa, ya en un tono mas suave, comenzo a interrogarle para realizarle su historia clinica. Que si tenia alergias, si padecia alguna enfermedad, si tomaba algun tratamiento, antecedentes familiares. Rafa contestaba docilmente mientras quedaba embobado por la belleza de la doctora; <>, pudo leer de soslayo en la tarjeta identificativa que colgaba de su bata desabrochada. Por primera vez en su vida, se sintio relajado, tranquilo y a gusto con una mujer, a excepcion de su madre por supuesto. Se entretuvo contemplando a Alicia, su vaiven por la sala, escribir en el ordenador, susurrar ordenes a las enfermeras con un aterciopelado acento del norte: --Lavado de estomago con carbon activado y despues consulta con psiquiatria. Rafa permanecia fascinado, Alicia era alta y esbelta, morena con pelo largo atado en una coleta de caballo, ojos azules, labios carnosos. Sus pechos turgentes intentaban escapar del generoso escote, cintura de avispa, tras la bata se le adivinaba un culo prieto. --Si, mi turno de hoy es de veinticuatro horas, salgo a las ocho de la manana --escucho decirle a un companero. Tras el tipico sermon sobre las bondades de la vida y la estupidez del suicidio, le inculco animos para buscar solucion a sus problemas. Alicia se despidio muy amable y contoneandose por la sala de pacientes criticos se dirigio al pasillo, hacia su consulta. Debia continuar atendiendo a la larga cola de pacientes que seguian esperando atencion medica en la sala de espera. Rafa la observo obnubilado mientras se alejaba. Tras terminar de vomitar fue trasladado al area de psiquiatria. A primera hora de la manana no tuvo mas remedio que mantener una larga y sincera charla con el especialista. Rafa fue un nino gordito, de estilo rechoncho, un negado para el deporte y todos los juegos que requerian un esfuerzo fisico. Dado su peculiar aspecto, tuvo problemas con frecuencia en el colegio y en su pequeno pueblo natal, famoso por su puente de hierro, aledano a la sierra de la Alpujarra de Granada. Siempre fue el centro de las burlas y desprecio de sus companeros, se mofaban bastante de el. Esto le provoco un gran aislamiento social, convirtiendose en un solitario. En su infancia solo encontro refugio en las novelas, tebeos y enciclopedias de historia, convirtiendose en un avido devorador de literatura de todos los generos. Alcanzo su adolescencia padeciendo una timidez extrema. La unica ventaja es que disponia de mucho tiempo libre para dedicar al estudio y a una de sus aficiones favoritas, la informatica. Geneticamente se parecia mas a su padre que a su madre, por lo que heredo su pelo escaso y grasiento, asi como su baja estatura. Su traslado a la ciudad y la entrada en el ambiente universitario no le cambio demasiado la vida. Ya lucia ademas una prematura alopecia y una gran miopia adornadas con unas gruesas y poco estilosas gafas de alta graduacion que resaltaban aun mas su morfologia. Se licencio con excelentes notas, lo que le permitio buscar con facilidad su futuro profesional como programador. Lo encontro en Almeria, ciudad del sureste, en la costa mediterranea. Pero a demasiada distancia de la unica relacion estable y carinosa de toda su vida, su pequena familia. Adecuo su trabajo a su estilo de vida, se convirtio en su propio jefe. Su profesion la realizaba en casa, sin horario. Le presentaban el desarrollo de una aplicacion o el diseno de una pagina web, solo debia concentrarse, sumergirse en la tarea y dedicarle todo su tiempo. Descubrio que por la noche trabajaba mejor, las conexiones de Internet fluian mas despejadas, su ordenador iba mucho mas rapido y las paginas web subian con mayor velocidad. Asi que cambio sus habitos de vida, dormia mas por la manana y trabajaba en sus proyectos durante las tardes y las noches. Un dia se descubrio con cuarenta anos, sin amigos, sin pareja, sin familia, sin relaciones, solo y amargado. Dada las circunstancias de su vida, siempre tuvo una personalidad depresiva que solventaba con medicacion y muchas horas de trabajo. Le gustaba mucho el sexo, como a casi todo el mundo, aunque nunca habia mantenido relaciones, era virgen e incapaz siquiera de charlar de cosas banales con ninguna mujer. Se ponia tan nervioso que apenas conseguia articular palabra, provocandole una ridicula tartamudez. En una ocasion, recien llegado a la ciudad, intento contratar los servicios profesionales de una prostituta. Al subir a la habitacion de la pension, mientras la chica se desnudaba, se sintio tan nervioso que un amargo sabor de boca le provoco unas arcadas que no pudo reprimir, sin previo aviso y sin poder evitarlo vomito sobre la prostituta. La chica, que ya habia cobrado por adelantado, entro en colera y encontro la excusa perfecta para finalizar su trabajo y largarle a base de gritos: --!Pero sera asqueroso el gordo seboso este! !Como que me llamo Susana, que no me vuelvas a buscar en tu vida! !Cerdo! !A la puta calle! Tras la colosal bronca, Rafa, muy avergonzado, salio apresuradamente huyendo de alli en un lamentable estado de ansiedad. Despues de esta nefasta experiencia, su sexualidad continuo reduciendose a su coleccion de peliculas porno y a su muy querida y fiel amiga <>. Sus circunstancias vitales le provocaron un fuerte rechazo a la sociedad, un resentido y profundo odio general. Aquella fatidica madrugada las cosas iban rematadamente mal. Estaba atascado, como espeso, no le salia nada bien. Decidio tomarse un descanso, ver un poco la tele. No habia nada interesante, multitud de programas de concursos de llamadas, esos de respuesta muy facil, ganchos para sacarle dinero a la gente via telefonica. Encontro en un canal de television local una estupenda y guapisima chica, con unas curvas impresionantes. Realizaba un strip tease al ritmo de una suave musica, a los cinco minutos ya tenia una ereccion y tras otros cinco minutos se limpiaba el semen con un panuelo. Siguio sintiendose mal, fue al botiquin a tomarse su acostumbrada pildora antidepresiva pero en un arrebato, entre lagrimas, se tomo el frasco entero. Se tumbo a esperar en el sillon, mientras seguia viendo en la television lo que mas anoraba, el suave y aterciopelado contacto humano de una mujer. Cada vez le costaba mas sujetar los parpados, insistian en cerrarse, no podia con ellos. No supo por que, movido por un resorte inconsciente, quizas el instinto de supervivencia, alargo el brazo intentando coger el movil de la mesa, el cable que lo mantenia enchufado para cargar la bateria lo impidio y este cayo al suelo hacia el otro lado. Rafa se levanto para recogerlo, sus piernas ya no le sostenian y tambien cayo al suelo. Tras arrastrarse, consiguio alcanzarlo, estaba apagado, lo encendio con dificultad. No podia fijar la vista para marcar el pin, pulso el boton rojo de emergencias y al escuchar la voz de la operadora, solo alcanzo a suspirar <> antes de perder el conocimiento... Rafa salio del hospital convencido de la idiotez que habia cometido, el lavado de estomago habia sido una experiencia que no queria volver a repetir jamas. Le habia costado convencer al psiquiatra de que la crisis autolitica habia cesado y que se tomaria las cosas de otro modo, encarando los problemas de su vida. Llego a su casa, pero le aguardaba una desagradable sorpresa, la puerta estaba destrozada, solo se mantenia cerrada por unas pegatinas de la policia local con la leyenda de <>. El interior estaba algo revuelto, estaba muy cansado para ordenar, le apetecia dormir, asi que dejo el desorden para despues y bloqueo la puerta con una simple silla. Se acosto dejando su dormitorio a oscuras, con las persianas completamente bajadas y la opaca cortina extendida, como era su costumbre. Mientras entraba en el sueno no pudo reprimir pensar en Alicia que le habia causado una honda impresion, sabia que era inalcanzable, ella nunca se fijaria en un tipo como el. Se durmio mientras fantaseaba como podria conseguir atraer su atencion. Descanso durante varias horas, aunque, a pesar de tener un sueno profundo, unas voces lejanas le despertaron. Estaba empapado en sudor, volvio a oir voces, pero esta vez mas cerca. Abrio la puerta del dormitorio y la voz se oyo con mas fuerza, no entendia lo que decia, pero si, era aqui en su piso, dedujo que alguien se habia colado en casa aprovechando la rotura de la puerta. --!Un ladron! --penso preocupado. Tenia unos equipos informaticos por valor de mas de quince mil euros, se iba a enterar el <>, cogio una pesada lampara de la mesita de noche y se dirigio con sigilo hacia la cocina de donde provenia el ruido. Entro y se encontro al individuo de espaldas, como no era del genero valiente quiso evitar un enfrentamiento, no lo dudo y le asesto un fuerte golpe en la cabeza. El delincuente cayo al suelo inconsciente y un hilillo de sangre que manaba de la cabeza, invadio con rapidez el suelo de la cocina. La vision de tanta sangre le asusto. --<> --penso. Se arrodillo y volteo el cuerpo dejandolo boca arriba.

  • Como el hielo de Jennifer L. Armentrout

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    Nueva novela para fans de Jennifer Armentrout, con mucho romance y dosis del clasico humor ironico de la autora. Una historia sobre mejores amigos, que siempre se han amado en secreto. Primera entrega de la bilogia HIELO, una novela new adult, romantica y muy sexy, con toques de comedia, accion y suspense. Para Sydney, estar enamorada de Kyler no es nada nuevo. Han sido mejores amigos desde que el la empujo en el patio del colegio y ella le obligo a comerse un pastel de barro Y fue poco despues cuando empezo a sentir algo por el. Entonces, ?cual es el problema? Kyler es el chico mas guapo de la facultad. Nunca sale con una chica mas de un mes seguido, y ya que es su ultimo ano en la universidad, Syd no quiere arriesgar su amistad declarandole su amor. Kyler siempre ha sabido que Syd esta totalmente fuera de su alcance. Ella es perfecta. Lo es todo para el. Sin embargo, siempre ha intentado ocultar sus sentimientos por ella. Despues de todo, Kyler es el chico impulsivo que toma malas decisiones, y Sid siempre sera la unica chica que no puede tener. Pero cuando quedan atrapados en una estacion de esqui por una tormenta de nieve, no hay nada que impida que sus sentimientos al rojo vivo salgan a la superficie. ?Podra su amistad sobrevivir a la atraccion? O mejor aun, ?Podran sobrevivir ellos? Porque, mientras la nieve cae, alguien esta acosandolos, y ese inocente viaje podria cambiar su vida en mas de un sentido.

  • Una espina en mi costado de Karin Slaughter

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    Senti de nuevo el sabor desagradable en mi boca mientras ABBA llenaba el aire. En las dos ultimas horas, el bajo de Britney Spears que retumba en el pecho y las mezclas de club de Beyonce habian sido poco menos que tolerables; pero la introduccion presuntuosa del supergrupo sueco fue demasiado lejos. Dancing Queen se incrusto en mi oido bueno como algodon azucarado en una feria estatal. Pegajoso. Dulce. Conjurando el deseo animal de defecar en publico solo para interrumpir la demencia. Kirk estaba abstraido, moviendose al ritmo de la musica, estirando ocasionalmente un brazo en el aire en lo que era claramente un ademan de John Travolta. Tengo que reconocer que mi hermano es un bailarin increible. De algun modo se las arregla para ser uno con la musica y comienzas a preguntarte si esta conectado acaso a otro enchufe en el respaldo de la mesa del DJ. La forma en que se apropia de una cancion y la hace suya palidece en comparacion con la expresion de puro gozo en su rostro cuando esta bajo el reflejo de las luces. Te das cuenta de que ama lo que hace. No son muchas las personas que pueden decir lo mismo con sus trabajos, sus familias, sus vidas. Pero a Kirk le encanta bailar. Y a la gente le encanta mirarlo. Y a el le encanta que lo miren. Durante los ultimos quince anos, Kirk ha adornado todos los clubes nocturnos de Atlanta con sus pasos de baile. Sin importar cuantas veces lo vea la gente, siempre sucede lo mismo: se detienen. Observan. Sus labios se separan en senal de sorpresa. El no es solo el centro de atencion; es el ojo de la aguja. Incluso esta noche, segundos antes de entrar al Pink Pony, el se las arreglo para tomar el control de la pista girando sus caderas, moviendo sus pies en tiempo doble. Las mujeres sonreian abiertamente, aplaudiendo de alegria. Los hombres observaban maravillados. Y luego vinieron las miradas inevitables hacia mi: desconcierto, lastima, repugnancia. Era la maldicion de ser gemelo: el hermano menor, el menos dominante, el hermano que empezo a perder el pelo mas temprano y cuyo cuello se asemejaba mucho al que un granjero cortaria en dos partes con su hacha en cualquier manana del dia de accion de gracias; el que siempre fue un hombre extrano. A los treinta y ocho anos, he llegado a aceptar esto como mi destino en la vida. Kirk siempre ha sido el fascinante, el energetico, el divertido. Aquel con quien todas las chicas querian estar. Incluso mientras las ruidosas armonias de Fernando invadian el club nocturno atiborrado de humo y todos salian a bailar, yo solo podia estar alli con la mano en el bolsillo y la cabeza agachada, siendo el tic ocasional de mis hombros la unica senal de que yo no habia caido en un coma irreversible. Unos dedos finos recorrieron la parte posterior de los hombros de Kirk. Senti un estremecimiento, una extrana contraccion en el estomago y en la entrepierna. Cerre los ojos y trate de no oir nada salvo el latido de mi corazon, mientras los suecos, sacarinosamente dulces, me decian que esta noche habia algo en el aire. Yo habia vivido tantas veces esta situacion que podia adivinar la conversacion: Mujer: <>. Kirk: <>. La negociacion tardo poco --Kirk nunca pagaba al menudeo-- y luego senti un tiron, como si se tratara de una pelota de kickball amarrada a una cuerda. Y todo comenzo de nuevo. Kirk se dirigio a la salida trasera, empujando a todo aquel que se interpusiera en su camino. No tuve mas opcion que seguirlo. El aire me golpeo la cara como un manotazo helado. Mire a Kirk. El cambio habia sucedido tan repentinamente como la disminucion de la temperatura. Su sonrisa beatifica de la pista de baile habia desaparecido. Tenia la mandibula desencajada. Sus ojos se habian entrecerrado en su fulgor y pequenez habituales. Este era el Kirk que solo unas cuantas personas habian visto. Era el Kirk que yo conocia demasiado bien. --Deberiamos... --me aventure a decir. --Por aqui --asintio con la cabeza hacia nuestro Chrysler Town and Country. La minivan era de primera linea; color plateado metalico. Revestimientos interiores de cromo. Sillas de cuero. Sistema completo de entretenimiento en la parte posterior. Kirk oprimio el mando inalambrico y la puerta lateral se abrio. De repente, la mujer parecio inquieta. --?Cual es el problema? --le espeto Kirk, quien ya no era el encantador pseudoTravolta del Pink Pony. --?No quieres saber como me llamo? --dijo la mujer despues de tragar saliva. Kirk abrio la boca para decirle que no, que le tenia sin cuidado, pero yo hable primero. --Me llamo Wayne. El es Kirk, mi hermano --vacile con nerviosismo en busca de palabras--. Por supuesto, creo que ya sabes que somos hermanos. Sus ojos se posaban alternativamente entre nosotros. Sus pupilas se hicieron tan grandes que parecian platillos. O estaba completamente volada, o acababa de sufrir un derrame cerebral. Tal vez eran las dos cosas. El brillo de las luces de xenon del estacionamiento me revelo que no era tan joven y atractiva como te llevarian a creer las luces de la discoteca. Su vestido ajustado y negro estaba raido y no le quedaba bien. La desigualdad en el color de su cabello denotaba que desde hacia dos semanas necesitaba tintura capilar. Sus brazos delgados se asemejaban a palos. Palos con costras. Mire a Kirk. Obviamente, ella se habia inyectado. Por supuesto, no siempre encuentras a una senorita libre de drogas dispuesta a subir al auto de un extrano en las afueras de un club derruido. --Vamos. Kirk subio a la van. Por poco me golpeo la cabeza contra el techo al seguirlo. El se movia con rapidez, ansioso por acabar con esto. Halo el cerrojo y giro la silla para mirar a la mujer, quien no se habia movido salvo para frotarse los brazos con nerviosismo. Kirk saco la billetera y conto dos billetes de veinte y uno de cinco. --?Vamos a hacer esto o no? Ella miro el interior de la van como si esperara ver plastico y cinta adhesiva. Finalmente, ella me miro. --Costara mas si el mira. --No lo hara --Kirk me miro de reojo--. A lo tuyo, nino. Saque los audifonos de la consola y conecte el enchufe al sistema de entretenimiento. Kirk agito los billetes en el aire. Ni siquiera se molesto en despegarlos, flacidos como estaban por la humedad de su billetera. Se adhirieron al dorso de su mano como la lengua de un Labrador. --?Quieres el dinero, o no? Ella nos miraba, sopesando los peligros y las probabilidades. El sentido comun termino por sucumbir ante los atractivos del dinero. La chica subio a la van. Permanecio en la puerta abierta y nos miro. --Todo esto es muy raro. --Hagamoslo y ya --Kirk espero a que ella diera otro paso hacia dentro; oprimio el control inalambrico y la puerta se cerro. Las luces interiores se redujeron a un suave resplandor. Habiamos pagado un poco mas para que instalaran luces graduables; yo pense que era para efectos de ambiente pero Kirk las queria porque hacia que las mujeres que levantaba parecieran mucho menos lamentables y grotescas. Por lo menos esta era delgada. Las chicas grandes hacian imposible que los tres pudieramos movernos con comodidad en el interior. Hace tres semanas estuve a un paso de sufrir una concusion luego de golpearme la cabeza contra el techo. Kirk manoseo los botones y dijo: --Reglas basicas: no decir mi nombre... --Oh --ella parpadeo--. No recuerdo tu nombre. --Me llamo Wayne y el es... --le dije. Kirk me dio un punetazo en el hombro. --Callate --volvio a manosear los botones--. Simplemente mantente a mi lado --le ordeno --. Solo besame, mirame. No toques el culo. --Pero el esta aqui. Puede oirte --se quejo ella. --No --dijo Kirk--. Lo digo literalmente: no toques el culo. Es suyo. --?Suyo...? --El culo, la pelota izquierda, la tetilla izquierda. Todo lo que esta en el lado izquierdo. No lo toques. --?Y que de...? --Su garganta se asemejaba a la de una anaconda tragandose a un Chevelle--. Ya sabes. ?Y que de...? Senti el pecho de Kirk subir y bajar con una irritacion evidente. --Solo hay una verga, carino. Creeme, el nunca se acostaria si hubieran dos. Ella tosio, emitiendo un sonido que oscilaba entre la fascinacion y el alivio. --?Desde hace cuanto son...? --?Gemelos siameses? --Mi pecho subio y bajo con el de Kirk mientras llenabamos nuestros pulmones de aire. Esa era de lejos la pregunta mas estupida que nos habian hecho. Me habia acostumbrado desde hacia mucho tiempo a las miradas asustadas y a las expresiones de terror. Teniamos un espejo en casa. Yo sabia que eramos un espectaculo muy extrano cuando caminabamos por las calles. Dos cabezas. Un par de piernas. Un par de brazos. Crecimos de nuestros torsos como las ramas unidas de un manzano. Kirk tenia dos hombros, y yo uno y medio. Compartiamos un estomago, un corazon, un conjunto de intestinos, un bazo, el higado y el pancreas. La mayoria de las veces nuestros brazos se movian de manera independiente. Ambos controlabamos las piernas pero ninguno de los dos podria explicarse como lograbamos caminar al mismo tiempo; tampoco la medicina moderna, a la cual habiamos renunciado varios anos atras. Hasta donde yo podia decir, era un asunto de voluntades y de quien era el mas fuerte, lo cual significaba que Kirk se salia generalmente con la suya. Si el sentia picazon, yo me rascaba. El se echaba un pedo y yo decia perdon. El bebia y yo empezaba a cantar himnos a todo pulmon.

  • La pasion de Vangelis (Mon 3) de Cristo Alcala

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    Vangelis Coppola. Empleada, de una de mis empresas. Mi rayo de sol. Mi nena. Simple, graciosa y algo torpe. La mujer a la que le pido casamiento y la muy cabrona me rechaza. Si, lo se…porque mis propuestas apestan. Bonita. Testaruda. Jodidamente, testaruda. Y la duena absoluta, de mis anginas de pecho obsesas. ?Yo? Heronimo Mon. El senor oscuro. Dueno de las metalurgicas, mas grandes del mundo.El rey del acero.Arrogante.De humor acido. Y con un vocabulario 90% sarcastico, temperamento controlador y 10% oso de peluche.Esta, es la continuacion de nuestra historia hasta el final. En directo, dura y sin algodones de azucar.Desde el punto de vista de mi nena, con algo de humor y desde el mio, con mi caracter de un T-Rex con picazon en la entrepierna. Nuestra historia de amor verdadero, natural y sexualmente directa.?Pueden dos personas, que viven y ven la vida de perspectivas diferentes, despues de haber afrontado y luchado juntos con los demonios del pasado, vivir sus felices para siempre? Vas a reir. Vas a llorar. Y te vas a emocionar… ?Dije, que vas a reir? Porque, nuestra historia es especial…

  • El lobo y la oveja de Tania Villar

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    El caso mas complicado de mi vida

    Sientes que tu carrera esta a punto de terminar antes de que empiece, hasta que llega la oportunidad que puede cambiar tu vida.

  • El viaje de los suenos de Ariel Lawhon

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    No era la primera amenaza de bomba, ?no es cierto? --El hombre de las gafas de montura negra levanta la carta y la agita ante la multitud--. ?Se molesto alguien en contar cuantas habia? ?O, por el amor de Dios, en darles alguna credibilidad? Max cree recordar que el apellido del hombre es Schroeder, pero no esta seguro, y en realidad tampoco le importa. Es un idiota si hace caso a esa chiflada de Milwaukee y da credibilidad a su carta. Claro que a ninguno de los presentes en la sala le interesa el discreto escarnio de Max. La gente murmura y asiente con la cabeza, como si fueran estupidas marionetas, ante la idea de un sabotaje. Examinen la correspondencia, decia la mujer. Hay una bomba a bordo. Esa es una teoria popular, sobre todo ahora, con los restos del dirigible todavia esparcidos ahi fuera, sobre la pista. Pero a nadie le importa la verdad. Prefieren el teatro y las teorias conspirativas. Y Schroeder esta dispuesto a proporcionarselas. El es el director de este circo y se asegurara de mantener entretenido al populacho. Wilhelm Balla se abre paso hasta el renqueando por el abarrotado hangar. Escapo del accidente con un esguince de tobillo y poco mas, pero Max sospecha que hasta en eso exagera. En cada paso se tuerce visiblemente hacia la izquierda para alardear. Para que el mundo sepa que esta herido. Balla escudrina el rostro de Max en busca de alguna pista sobre su estado emocional. --?Emilie? --le pregunta. --?Que pasa con Emilie? --?Esta preparada para volver a Alemania? Max dirige su atencion hacia el espectaculo que tiene lugar en la parte delantera de la sala. --No he preguntado. --Avisame cuando lo este. Me gustaria despedirme. --Carraspea--. Me han reservado un pasaje en el Europe con Werner para el dia 15. ?Como volvera ella a casa? --En el Hamburg, con los demas. Zarpa dentro de tres dias. Wilhelm Balla es un hombre poco dado a mostrar sus emociones. Hay quien incluso se pregunta si tiene pulso. Pero esto lo sorprende. --?No viajas con ella? Max apoya la cabeza en la ventana. El frio cristal mitiga ligeramente el martilleo que siente en la sien. No ha conseguido quitarse de encima esta jaqueca palpitante desde el accidente. Aunque bien mirado, es comprensible. --Hay muchas cosas que estan fuera de mi control, entre ellas cuando viajo. --Golpetea con la yema del dedo el sobre que tiene en el bolsillo--. No me toca declarar hasta el dia 19. Cogere el Bremen al dia siguiente. Balla le clava esa mirada lenta, escrutadora, que tanto le molesta. --?Cuantas veces has leido la carta de Emilie? --Con una tuve suficiente. Es mentira, pero no le apetece confiarse a el. No despues de los problemas que causo. Desde su lugar junto a la ventana, Max puede ver la pista y el esqueleto carbonizado que yace retorcido al lado del mastil de anclaje. Cierra los ojos e intenta apartar esa vision de su cabeza, pero es inutil. Las imagenes estan ahi, y sabe que seguiran ahi el resto de su vida: una lengua de fuego azul lamiendo el espinazo del Hindenburg, un estremecimiento de piel plateada seguido de un temblor de huesos metalicos, un destello apenas visible para quienes estaban en tierra. Confusion. Esta convencido de que los pasajeros que estaban lo bastante cerca para ver la explosion no llegaron a oirla. Simplemente fueron devorados por el fuego mientras la columna de la gran bestia flotante se partia en dos. Treinta y cuatro segundos de llamas devastadoras y a continuacion la destruccion completa, profunda. En medio minuto el dirigible paso de ser un hotel de lujo flotante a un amasijo de hierros humeante, un esqueleto que yace desplomado sobre este campo de New Jersey, ennegrecido por el humo y las llamas. No, hay cosas que nunca podra olvidar. Las comparecencias ya han comenzado. Habra testimonios. Periodistas y flashes. Una clase diferente de caos y un intento desesperado de entender por que. Habra disputas politicas. Titulares vociferando sus teorias en negrita y acompanadas de signos de exclamacion para darles enfasis. !ACCIDENTE! !SABOTAJE! Dedos senalando en todas direcciones y, por supuesto, los rumores sutiles, insinuantes. Las vagas atribuciones de culpa. Max se pregunta si sus nombres y sus caras se olvidaran cuando esos titulares sean reemplazados por una nueva tragedia. ?Se acordara alguien de los detalles de las personas que cayeron del cielo hace solo cuatro dias? El acrobata de vodevil. El grumete. Los periodistas. Una heredera americana. El comerciante de algodon aleman y el distribuidor de alimentacion judio. Una joven familia de expatriados alemanes que vivia en Ciudad de Mexico. Cocineros y mecanicos. Fotografos y oficiales. El comandante y su tripulacion. Un pequeno ejercito de camareros y Emilie, la unica camarera. Ancianos y ninos. Mujeres maduras y una muchacha de catorce anos que queria a su padre por encima de todas las cosas. ?Se acordara alguien de ellos? Los burocratas miden las perdidas con simbolos de dolar y contencion de danos. Ya han empezado. En el hangar no cabe un alfiler. Pero Max sabe que el siempre medira el coste por la perdida de vidas humanas. Tambien sabe que dentro de nueve dias, cuando le llegue la hora de sentarse en esa silla y declarar, no contara la verdad. Clavara la mirada en algun punto de la pared del fondo, justo por encima del hombro de Schroeder, y contara la mentira que ya ha elegido. Es la unica manera de proteger a Emilie. Y a los demas. Max Zabel jurara ante Dios y ante este comite que fue un vuelo sin incidentes. PRIMER DIA LUNES, 3 DE MAYO DE 1937 - 18.16 H, HORA DE CENTRO EUROPA FRANKFURT, ALEMANIA TRES DIAS, SEIS HORAS Y OCHO MINUTOS PARA LA EXPLOSION Este es el sueno del hombre desde hace muchas, muchas generaciones. No el avion, ni el hidroscopio. El hombre suena con una aeronave inmensa y elegante que se eleve con delicadeza del suelo y surque sosegadamente los cielos. Ha llegado, es un exito completo y su belleza es sobrecogedora. Akron Beacon Journal LACAMARERA --?No te parece una mala idea encender una cerilla aqui? --pregunta Emilie mientras sostiene la puerta de la cocina con el pie--. Podriamos salir todos volando. Xaver Maier, de solo veinticinco anos, es joven para ser el jefe de cocina, pero lleva su planchado uniforme --chaqueta cruzada de color blanco y pantalon de cuadritos-- con aire de autoridad. Tiene el delantal almidonado elegantemente atado a la cintura y el gorro bien cenido a la cabeza. Mira a Emilie con esa sonrisita arrogante a la que ella ha acabado por tomar carino a reganadientes y se lleva el cigarrillo a los labios. Da una calada, tan profunda que se le hincha el pecho, y lanza el humo al aire calido de mayo a traves de la ventana abierta de la cocina. --Ventilacion, cielo. Es todo cuestion de ventilacion. La manera en que pronuncia esa palabra, la forma en que la mantiene en la boca, sugiere claramente otras cosas, y Emilie lo rechaza con una carcajada. Xaver Maier es mucho mas joven que ella y demasiado engreido. --En estos momentos, cielo --responde ella--, es cuestion de aspirinas. Necesito dos. Y un vaso de agua, si puede ser. La cocina es pequena, pero esta bien organizada, y los ayudantes de Xaver estan ocupados troceando, hirviendo y cociendo en su jugo los alimentos que se serviran en la cena. Como un coronel dirigiendo a sus soldados, el jefe de cocina esta plantado en medio de la refriega, pendiente de cada uno de sus movimientos. --?Fingiendo una jaqueca? --pregunta--. Pobre Max. Pensaba que por fin te habias dejado camelar. Hemos hecho nuestras apuestas, ?sabes? --Para el carro. --Abre un cajon y hurga en su contenido. Ha dejado perfectamente claro que toda conversacion referente a Max es terreno prohibido. Tomara una decision cuando este preparada--. Ayer fui al dentista y siento como si se me fuera a caer el lado izquierdo de la mandibula. Deja el cajon abierto y pasa al siguiente. --Por lo general, cuando una mujer me dice que le duele la mandibula, le pido disculpas. Emilie abre un tercer cajon. Y un cuarto. Cierra este ultimo con vehemencia. --Me puso un empaste. --Comienza a impacientarse. Y a enfadarse--. ?Y las aspirinas? Se que las guardas por aqui. El la sigue cerrando cajones. --Ya basta. Eres peor que la verdammt[1] Gestapo. --?Que? --Emilie levanta la vista. Xaver alarga el brazo por detras de su cabeza y abre la puerta de un armario poco profundo atornillado al techo. Saca un bote de aspirinas, pero no se lo ofrece. --Me alegra comprobar que no estas al tanto de todo lo que ocurre en este dirigible. --Se da golpecitos con el bote en la palma de la mano y los comprimidos se agitan dentro con un repiqueteo metalico--. Aun es posible guardar secretos. --Tu no puedes ocultarme nada. --Alarga la mano--. Dos aspirinas y un vaso de agua. ?Que Gestapo? El cuenta las pastillas como si estuviera pagando una deuda. --Se presentaron aqui por lo de las amenazas de bomba. Quince de ellos con sus verdammte uniformes grises. --?Cuando? Ella coge un vaso del escurridor que hay sobre el fregadero y lo llena de agua tibia. Se toma las aspirinas de un solo trago. --Ayer. Registraron el dirigible entero. Tardaron casi tres horas. Tuve que bajar con los oficiales a la pasarela de la quilla y llevarlos a la despensa. Los muy cabrones abrieron hasta la ultima lata de caviar, hasta la ultima rueda de Camembert curado, y no creas que no probaron todo lo que pudieron encontrar. Dijeron que buscaban explosivos. Me he pasado la noche intentando encontrar repuestos. --El jefe de cocina se interrumpe para dar una calada larga y calmante a su pitillo--. Y te aseguro que a ese proveedor con cara de sapo de Bockenheim no le hizo ninguna gracia que lo despertara en mitad de la noche para servir un pedido de pate de oca. Por supuesto que Emilie ha oido hablar de las amenazas de bomba; todos han oido hablar de ellas. Las medidas de seguridad se han reforzado. Esta tarde le registraron el equipaje antes de dejarla entrar en el aerodromo. En su opinion la idea es absurda, imposible. Pero dicen que asi es la vida en la nueva Alemania. Un gobierno de gatillo facil, receloso de todos, independientemente de la ciudadania. No, de la ciudadania, no, se corrige, de la raza. Contempla la pista desierta desde las ventanas de la cocina. --?Sabias que no dejaran que la gente venga a despedirse? Los pasajeros estan esperando en un hotel de la ciudad a ser trasladados en autobus. Nada de bombo y platillo esta vez. --Sera un vuelo divertido. --Para eso --responde ella con una sonrisa-- tendremos que esperar al viaje de vuelta. Iremos completos, con todos esos americanos locos por la realeza que vendran para la coronacion del rey Jorge. --No me importaria conocer a una de esas americanas locas. Preferiblemente de California. Rubia platino. Emilie pone los ojos en blanco cuando Xaver silba y dibuja con las manos un cuerpo de guitarra. --Schwein --dice, pero se inclina y le da un beso en la mejilla de todos modos--. Gracias por las aspirinas. La cocina huele a levadura, a ajo y al aroma penetrante y fresco del melon. Esta hambrienta, pero falta mucho para que pueda comer. Una voz grave y jovial que habla desde la puerta interrumpe su lamento por el escaso almuerzo. --?De modo que eso es todo lo que se precisa para obtener un beso de fraulein Imhof? Es Max. Emilie no necesita darse la vuelta para poner nombre a la voz. Le averguenza que la haya encontrado asi, coqueteando --aunque inocentemente-- con el donjuan por excelencia del dirigible. --Me lo he ganado a pulso --se defiende Xaver--. Tu tambien deberias intentarlo. --Cuando me den la oportunidad. Su manera directa de decir las cosas la irrita. Max esta muy elegante con su uniforme azul marino. Tiene el pelo tan negro y brillante como los zapatos. No aparta sus ojos grises de ella. Aguarda paciente, como siempre, su respuesta. Emilie se pregunta como lo consigue. Max repara en su cara de desconcierto y una sonrisa tira de la comisura de su boca, dejando entrever un hoyuelo, pero logra someterla y se vuelve hacia Xaver. --El comandante Pruss quiere conocer el menu de esta noche. Cenara con varios de los pasajeros estadounidenses y confia en que la comida proporcione la suficiente distraccion. El jefe de cocina se enoja

  • El sindrome de Wendy, Lucy Morton de Lucy Morton

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  • Alguien inesperado de Eva P. Valencia

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    <>, Colin Wilde.

  • Del oleo al pasado de Mayra Redmontt

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    Elise Wright es una chica sencilla de Newark, quien con grandes ambiciones y suenos emigro a Philadelphia. Una noticia inesperada en la editorial donde labora le hara cambiar drasticamente su hasta entonces pacifica y rutinaria vida. Pronto su trabajo la orillara a conocer a un enigmatico par de artistas, Valrick y Gretchen Bremer, quienes son perseguidos por una tortuosa historia, que poco a poco, y sin haberlo previsto, se ira desentranando en una suerte de aventuras, donde el romance y el misterio van de la mano.

  • La Bella Y El Baron de Larissa De Silva

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    Sabia que iba a pasar. Lo sabia. Lo senti, pero no queria sentirlo. No sabia si era porque vivia en la negacion, o solo porque la idea de que volviera a suceder me asustaba. Pero senti calambres, y luego, tal vez tres minutos despues, habia comenzado. Otro periodo. Otro fracaso. Sabia que Roger tenia que ser la primera persona en saberlo. El estaba involucrado en esto, tal vez incluso mas que yo. Habiamos tenido suerte. No habia sido necesario. No habiamos tenido ninguna perdida todavia. Habiamos empezado a ir a un especialista, pero el proceso de Fertilizacion In Vitro todavia estaba lejos. La Dra. Zaphyr habia dicho que teniamos suerte de no haber concebido todavia. Ella recomendaba un terapeuta a todos aquellos cuyo embarazo habia terminado en un aborto. Despues de que nos dijo eso, se quedo mirando. Como si quisiera que le pidiera que le recomendara un terapeuta. Pero aun no estabamos alli. Lo estabamos intentando, y eso era todo lo que podiamos hacer. Fui al bano, me arregle el maquillaje con manchas de lagrimas y me limpie la nariz antes de volver a la sala de estar. Roger estaba viendo la television, golf creo, y apenas me miro mientras yo sacudia lentamente la cabeza. No dijo nada. --Roger --dije, tratando de evitar que mi voz temblara. Entonces levanto la vista, y nuestras miradas se encontraron por un largo segundo. --?Que? --Lo siento --dije, aunque me habia dicho antes que no iba a disculparme por esto otra vez. --Tengo mi periodo. Miro a la television nuevamente. Murmuro algo, pero no pude oirlo. --?Que fue eso? Me miro otra vez. --Nada --dijo, y luego se enderezo un poco. --No es una maldita sorpresa, ?verdad? Conociendote. Pestanee. --?Crees que yo hice que esto sucediera? Tardo mucho en responder. Cuando oi su voz, ya no estaba en la sala de estar. *** El divorcio, me aseguro mi abogado, iba bien. No tenia ningun punto de comparacion, nada con lo que relacionarlo, y no estaba particularmente interesado en profundizar en el proceso. Mientras me quedara con lo que era mio, el podia protestar todo lo que quisiera. Todos mis amigos me dijeron que deberia ser capaz de ver lo que habia pasado entre nosotros como una bendicion disfrazada -no querias realmente un nino con ese tipo, ?verdad?- pero no se sentia como una bendicion. Se sentia como una bofetada en la cara, como si no hubiera logrado escapar de nuestra relacion con dignidad. El habia sido el que presiono por el nino, y yo siempre quise complacerlo, pero me habia dado cuenta de que yo tambien queria desesperadamente un bebe. Resulto que el divorcio fue un proceso largo e interminable, y aunque una parte de mi se decia a si misma que era arcaico preocuparme por haber pasado mi mejor momento antes de quedarme embarazada, no podia permitirme ir por ello sola. Y la idea de encontrar un hombre… no era solo desagradable. Era tan absurda como la luna hecha de queso. Sabia lo que tenia que hacer. Tenia que mantener la cabeza baja, seguir haciendo mi trabajo, y preocuparme por eso, y solo eso. Eso era lo que mi terapeuta me habia recomendado. Era gracioso, habia terminado pidiendole a la Dra. Zaphyr una recomendacion despues de todo. Por eso segui yendo al trabajo, aunque cada vez que interactuaba con un nino, sentia una tristeza muy particular e insidiosa. Sabia que no iba a desaparecer, pero si no era capaz de traer a mi propio hijo a este mundo, lo menos que podia hacer era asegurarme de que los ninos que me rodeaban fueran tan felices y saludables como pudieran serlo. --?Quien es el siguiente en llegar? --Le pregunte a mi asistente, que estaba obedientemente a mi lado. --Se llama Tatiana Wilde-Garcia. Tiene tres anos y medio. --?Tres y medio? ?Para un nino sano? --Le pregunte. --La familia se acaba de mudar a la zona --respondio Kelly. --Son un poco… --Espera, ?entonces esta es su primera visita? --No para nuestra practica --dijo Kelly--. Solicitaron otro medico despues de ver al Dr. Dayleview por primera vez. Parpadee un poco. --?Dijeron por que? --Querian a alguien un poco mas… minucioso. No pude evitar reirme de eso. --Bien, de acuerdo --dije--. Supongo que tendre que hacer un gran espectaculo de esto. --Si. El padre esta un poco… parece un poco ansioso por la salud --dijo Kelly, su forma educada de decir que este padre iba a ser una pesadilla fuera de lo comun. --Lo entiendo --respondi--. No te molestes en entrar y tomar la historia antes que yo, entonces. Yo me encargare de eso. Sus ojos se abrieron de par en par. --?Esta segura, Dra. West? --Absolutamente --dije--. No quiero que tenga que seguir repitiendo lo mismo, y se hara a la idea de que soy mas atento que el Dr. Dayleview, lo cual todos sabemos que no es cierto en absoluto. Solo quedate conmigo, Kelly, y toma notas detalladas. Podria ser una de esas personas cuya ansiedad se alivia con el conocimiento. --?Lo crees? Le sonrei antes de llamar a la puerta de la habitacion cinco. --Quiero decir, honestamente, solo puedo esperar --respondi en voz baja antes de proyectar mi voz en la habitacion--. !Vamos a entrar! Abri la puerta sin mucho aviso. La nina estaba caminando, mirando el techo, que estaba pintado de colores, y el padre estaba sentado en una silla de plastico, mirandola. No pude verlo tan bien, porque su cara estaba alejada de mi, y estaba encorvado. Pude ver que era alto, porque sus piernas eran tan largas que casi me tropece con el. Tardo un poco en reposicionarse, mirandome despues de lo que parecia una eternidad. Lo primero que note en el, aparte de lo alto que era, fue lo cansado que parecia. Habia bolsas oscuras bajo sus ojos claros, y aunque parecia que habia intentado hacer un esfuerzo con su pelo, estaba claro que habia estado a medio camino, en el mejor de los casos. Sus ropas estaban limpias, pero cuando me arrastre hasta sus pies, note que sus calcetines no hacian juego. --Dra. West --dijo mientras se ponia de pie. Extendio su mano hacia mi--. La han recomendado mucho. Le sonrei mientras estrechaba su mano. Note lo suave que era su palma, pero las puntas de sus dedos tenian callos y sus unas eran un poco largas. El apreton de manos fue un poco incomodo antes de que se alejara de mi. Empece a hablar. --Asi que esta es tu… --Si, mi hija --dijo--. Es mi hija, y esta enferma, y quiero saber que le pasa. La observe un poco. Era una nina tranquila, de tamano normal para su edad, con grandes ojos y una pequena sonrisa en su rostro. No decia nada, lo que me sorprendio un poco, pero cuando obtuvo mi atencion, sonrio y me saludo. Sonrei y le hice senas para que se acercara y me arrodille. --Hola --dije--. Me llamo Dra. West. ?Como te llamas? --Tati --dijo en voz baja. --Hola, Tati --dije--. Tu papa me dice que te sientes un poco mal. ?Puedes senalar donde te duele? Sacudio la cabeza y note que su nariz estaba un poco tapada. --Bien --dije--. Hazme un favor, ?vale? Tu papa te va a ayudar a subirte a esta mesa por mi, y luego solo necesito que te quedes quieta para que pueda ayudarte a sentirte mejor pronto. ?Puedes hacer eso por mi? Ella asintio de nuevo. Su padre entro, la levanto y ella sonrio. Antes estaba bien, pero definitivamente parecia estar mejor en sus brazos. El le devolvio la sonrisa, pero habia algo en la forma en que la sostenia. --Mi asistente va a necesitar que extiendas tu brazo --dije mientras indicaba a Kelly. --Y la maquina va a apretar tu brazo un poco. Solo quedate quieta para que no tengamos que hacerlo de nuevo, ?de acuerdo?” --?Oiste eso, Tati? --dijo el padre. Ella asintio con la cabeza. --Es timida --dijo mientras Kelly se ponia a trabajar. Me gire para mirarlo. --Tiene un pequeno resfriado, pero parece estar bien. ?Ha tenido fiebre? --No --respondio--. No hay fiebre. --?Alguna tos seca o estornudo? Sacudio la cabeza. --?Que hay de perdida del apetito? --No lo se --respondio, encogiendose de hombros. --Es dificil alimentar a un nino pequeno. --Absolutamente --dije--. Lo entiendo. ?Esta mas malhumorada que de costumbre? Sacudio la cabeza. --No, honestamente, siempre ha sido una bebe muy facil de llevar --dijo --. Desde entonces… durante los ultimos meses, ha estado mas tranquila de lo normal. --Bien --dije--. ?Asi que te preocupa que su cambio de actitud este relacionado con su salud? --Oh, no. Su actitud cambio hace un tiempo --dijo, mirandome y levantando las cejas cuando no dije nada. --Su madre murio. Estamos adaptandonos. Pase saliva. --Siento mucho su perdida --dije. --Gracias --respondio. --Entonces, ?ha estado mas callada desde entonces? --No lo se --dijo--. Ocurrio de repente, y creo que, desde entonces, las cosas no han sido exactamente iguales. Estoy preocupada. Se que tiene poco sentido, pero parece que de alguna manera ella es mas vulnerable a enfermarse. Volvi a asentir con la cabeza. Tendria que preguntar mas sobre la historia familiar, y sabia que probablemente tendria que remitirlo a terapia familiar, pero no podia simplemente dejarlo asi. -- ?Le molesta si le pregunto que paso? --Cancer --dijo--. Pancreatico. Etapa cuatro en el momento en que fue descubierto. Nuevamente pase saliva. --Lo siento mucho. Es horrible. --Yo tambien --dijo--. Solo tenia treinta y seis anos. Nunca espere que criara a mi hija yo solo. Espere a que dijera algo mas, sobre todo porque no sabia que mas decir. Me sonrio, un poco triste. --Lo siento --dijo--. No quise hacerte sentir incomoda. --No lo hiciste --respondi--. ?Cuando ocurrio? --Justo antes de Navidad --dijo. Asenti con la cabeza y mire la tabla en mi mano, aunque no necesitaba leer nada. --Bueno, es un gran cambio --dije--. Dudo que le afecte fisicamente, pero puede que note algunos cambios de personalidad. El duelo es extremadamente dificil para los adultos, y los ninos pequenos no pueden decirnos como se sienten al respecto. Asintio con la cabeza, mirando entre Kelly y su hija. --Bueno --dijo--. Estoy haciendo terapia de duelo, y ella esta haciendo terapia de juego. No se si esta ayudando. Volvi a asentir con la cabeza. --Lo entiendo completamente --dije--. Es un proceso. --Gracias --dijo, su expresion se suavizo un poco. Luego cruzo los brazos sobre el pecho. Se lamio los labios antes de empezar a hablar de nuevo. --Creo que el Dr. Dayleview penso que estaba siendo paranoico, pero solo quiero que ella este bien. --Entiendo --respondi--. Bueno, dejeme examinarla, pero parece una nina feliz y saludable. Sonrio, pero aun asi parecia devastado. Me incline antes de que pudiera pensar en ello. --Escucha --dije--. Normalmente no hago esto, pero entiendo que sus circunstancias son un poco diferentes a las normales. Levanto las cejas. --Te voy a dar mi numero de telefono personal --le dije--. Enviarme un mensaje de texto es mas facil si tienes alguna pregunta, ?de acuerdo? Normalmente estoy un poco ocupado para responder. Pero si crees que ayudara… --Gracias, Doctora --dijo, sonriendome, y esta vez, se veia un poco mejor--. Se lo agradezco mucho. --?Tienes tu telefono? --Si --dijo. Lo saco de su bolsillo y estaba a punto de darme un telefono tan grande que apenas cabia en mis manos. Lo abrio primero, antes de darmelo. --Gracias de nuevo. Ha sido tan dificil, tuvimos que mudarnos justo despues de que muriera, y ha… ha sido un gran cambio. --Apuesto que si --dije mientras veia a Kelly echarme un vistazo--. Bien. Voy a examinar a su hija ahora, de acuerdo, Sr… --Wilde --dijo--. Pero puedes llamarme Oscar. Lo mire, parpadeando. --Esta bien --dijo--. Te dejare hacer una broma sobre ello, ya que eres la medica de mi hija y todo eso. Me rei. --Me abstendre. Aunque es curioso. --Una medica muy recomendada, y muy educada --dijo--. No se que mas podria haber pedido. --Soy muy competente, Sr. Wilde --le dije, sonriendole. --En serio --respondio--. Oscar esta bien. CAPITULO DOS Oscar --Lo estas haciendo muy bien --le dije a mi pequena. Ella me miro con esos enormes ojos marrones y fruncio el ceno--. La doctora dijo que estas bien y saludable. Siento que tu nariz haya estado congestionada ultimamente. No dijo nada. --Bueno, supongo que eres muy pequena para preocuparte mucho por tu estado de salud --dije mientras caminaba con ella hacia mi coche--. Pero te has portado muy bien, y eso merece una recompensa. ?Que te gustaria? Continuo mirandome fijamente. --Bien, supongo que estas cansado de la doctora --le dije mientras la ponia en su silla en el asiento trasero. Siempre habia sido una nina pequena, y me parecio aun mas pequena desde que Camila murio. Habia crecido tan rapido cuando llego al mundo, pero senti que la muerte de su madre habia proyectado una sombra tan grande sobre nosotros que su pequeno cuerpo no podia seguir creciendo. Sabia que no estaba siendo razonable, sabia que era solo una extrana conexion que mi mente habia hecho, otra cosa sobre la que pensaba que podria tener poder. Otra cosa para discutir con mi terapeuta, supuse, mientras abrochaba el cinturon a Tati. --Vamos entonces, monito --le dije--. Vamos a llevarte a casa y luego podemos ver a Moana juntos. ?Que te parece? --!Si, papa! --respondio, agitando los brazos con entusiasmo. Le devolvi la sonrisa, le bese la cabeza y me subi al coche. No estaba lejos, pero nuestro apartamento estaba en el centro, y habia mucho trafico en el camino. Sali del garaje y segui esperando en el trafico. El trafico era una de mis formas menos favoritas de pasar el tiempo, pero estaba decidida a pasar todo el tiempo que pudiera con mi hija. Me habia llevado demasiado tiempo darme cuenta de que el tiempo que habia pasado con mi difunta esposa habia sido muy poco, muy valioso. No queria parpadear y perderme nada que pudiera ser importante, no con mi bebe. Solia tener choferes para hacer este tipo de cosas, para ir por ahi y hacer mis recados, pero ya no. No desde que perdimos a Camila. Habia sido duro. Me di cuenta de que todavia habia mucha gente que hacia mis tareas por mi, pero eso estaba bien, porque eran las tareas que habrian cortado el tiempo que pasaba con mi hija. Me costo mucho, pero me di cuenta, cuando mi esposa murio, que el tiempo es el bien mas valioso. No importa cuanto dinero tengas… deberia saberlo… porque el tiempo es un regalo. Cada momento, cada segundo. Incluso cuando no se siente asi. Eso es lo que me dije a mi mismo mientras miraba a mi pequena en la parte de atras del coche. Ella estaba durmiendo entonces, muy cansada de su dura cita con la pediatra. Yo tambien tenia ganas de dormir una siesta, pero tenia que llevarnos a casa antes de poder hacerlo. Tosio un poco, dando vueltas en su sillita. Mi corazon se hundio hasta el estomago. La doctora puede que no haya encontrado algo, pero eso no significo nada. Todo lo que podria haber significado es que ella no estaba alli en el momento adecuado, o que la doctora no vio algo obvio. Eso fue lo que paso con Camila, asi que no vi por que no podia pasar con Tatiana. Habia una parte de mi que queria volver y que la revisaran de nuevo. Me dije a mi mismo que no fuera paranoico. Esto no era algo que yo pudiera controlar, y no habia necesidad de que me volviera loco. Todavia no. No hasta que la llevara a otro especialista, porque claramente, esta se habia quedado corta. Fue una pena, porque me habia gustado. Parecia inteligente, competente, y como si fuera buena con los ninos. Ciertamente era muy buena con Tati. Bueno, habia sido buena manejandola, pero no pense que fuera necesariamente buena en su trabajo. Tati tosio de nuevo y senti un escalofrio en mi columna vertebral. El trafico se habia sentido mal antes, pero tan pronto como empezo a toser, parecio reducirse a un goteo. Me pase todos los semaforos en rojo, un auto al azar me corto el paso varias veces, y habia una larga fila antes de que pudiera entrar al estacionamiento cubierto que estaba paralelo a nuestro edificio. Para cuando la desabroche, me senti listo para vomitar. La sostuve cerca, y ella se movio y sonrio. --Hola, papa --dijo. La abrace fuerte. Se rio, pero se retorcio en mis brazos. --Estas apretando demasiado fuerte. Afloje mi control sobre ella. --?Estas bien, monito? --Estoy bien --dijo--. ?Moana? --Bien. Vamos --dije. Le bese la parte superior de la cabeza, mas que nada para ver si estaba caliente, pero no lo estaba. No volvio a toser, y senti que mi ansiedad disminuyo un poco. No mucho, solo lo suficiente para llevarla al ascensor y subir las escaleras. No dijo nada. Parecia estar bien, ni siquiera inquieta o de mal humor. No estaba caliente, no se quejaba, y ya no tosia. Me dije a mi mismo que habia estado paranoico. Aun asi, saque mi telefono del bolsillo y mire el numero de telefono y la tarjeta de contacto de la Dra. West. Me pregunte si su oferta habia sido sincera. No queria tener que llamarla, pero no sabia si iba a tener muchas opciones. --?Papa? --Tati dijo, mirandome. --?Si, carino? --Pareces triste --dijo. Me mordi el labio inferior, e intente evitar que llorara. Cada vez que se daba cuenta de lo triste que me veia, hacia todo mucho mas dificil. --Estoy bien --dije--. Solo estoy cansado. Yo tambien tuve un gran dia. Me dio un abrazo y mis ojos se llenaron de lagrimas. --Veremos la pelicula juntos --dijo, repitiendo como un loro algo que le habia dicho un millon de veces. --No ayudara para siempre, pero ayudara un poco, y eso es todo lo que necesitamos.

  • El tribunal negro de Antonio Orozco Guerrero

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    Poco despues del estallido liberal del verano de 1835, Meliton Rechi, jefe de policia de Cadiz, y su ayudante, el agente Candido Molina, achacarian los crimenes del Tribunal Negro a la reaccion de algun fraile de la ciudad contra las represalias sufridas. Tenian fundadas razones para llegar a esa conclusion. ?A quien sino a un religioso, profundamente irritado con la situacion politica y avido de venganza por el maltrato sufrido, se le iba a ocurrir resucitar la Santa Inquisicion de manera ilegal y ponerse a matar herejes? Mas tarde, descubririan que las cosas no eran tan sencillas. * * * Desde el balcon principal de la casa Aduana, sede del Gobierno de Cadiz, el mariscal de campo Rafael de Hore y Diaz agitaba los brazos de arriba abajo, con las palmas de las manos extendidas, tratando de calmar los animos de una multitud que gritaba cada vez mas enardecida. Con una sonrisa benevola y amplios movimientos verticales de cabeza, trataba de hacer ver a los que gritaban, cada vez con mas fuerza e insistencia, <> que les comprendia perfectamente y que compartia su fervor liberal, lo cual estaba muy lejos de ser cierto. Hore siempre supo adaptarse a las circunstancias politicas de cada momento. Teniente en 1791, en diciembre de 1808 ya era coronel. La rendicion de Badajoz ante los franceses hizo que fuera arrestado en la Isla de Leon en 1811. Se le acusaba de cobardia; dos anos despues, el consejo de guerra que lo juzgo en Cadiz determino su puesta en libertad. El conocido en Espana como <>, entre 1820 y 1823, no comenzo bien para el ya por entonces brigadier. Varios oficiales bajo su mando solicitaron en septiembre de 1820 su separacion del servicio <>. Se le abrio expediente, pero resulto, una vez mas, declarado inocente. En mayo de 1822 fue nombrado gobernador de Ciudad Real y en 1823, siendo gobernador de Santona, fue hecho prisionero por los franceses que invadieron Espana para liberar al rey don Fernando Septimo y llevado a Francia. En 1824, cuando el movimiento liberal auspiciado por Rafael de Riego ya habia sido desbaratado y este habia sido llevado al patibulo, Hore pidio regresar a Espana, presumiendo de que siempre habia combatido contra Riego y su liberalismo exaltado. Tras el fallecimiento del rey don Fernando, en septiembre de 1833, su capacidad de adaptacion lo llevo a convertirse en uno de los militares partidarios de sostener a la reina viuda regente --un <>-- y dispuesto a luchar por la causa de la reina nina dona Isabel en contra del infante don Carlos Maria Isidro, hermano de don Fernando y absolutista donde los haya. Nada mas iniciarse la primera guerra carlista, en noviembre de 1833, siendo ya mariscal de campo y gobernador de Castellon, Hore asalto Morella y expulso de alli a los cabecillas carlistas. Y ahora estaba alli, en aquel balcon de Cadiz, como gobernador de la provincia, <> y un poco hastiado del excesivo calor y humedad que habia traido el mes de julio. <>. Ese era el pensamiento pertinaz que se habia instalado en la cabeza del gobernador. Y era cierto. El Gabinete de Cea Bermudez, surgido a raiz del fallecimiento del rey, duro poco, pues su reformismo administrativo no satisfacia a los mas conservadores y su conservadurismo politico repugnaba a los mas liberales. Menos de cuatro meses despues de la llegada de Cea al poder, en enero de 1834, Martinez de la Rosa, un tibio liberal por entonces, se hizo cargo del Gabinete. Los liberales radicales, imprescindibles para sostener a la regente ante la guerra con los carlistas, no podian sentirse satisfechos, despues de los anos pasados en el exilio, con el <> que urdio Martinez de la Rosa, una carta otorgada muy alejada de la Constitucion de 1812. El cierre de los conventos en los que se habian estado produciendo fugas de religiosos a las filas carlistas no fue suficiente para apaciguar el odio de los radicales hacia el clero regular, que se habia distinguido en las denuncias contra liberales encubiertos durante los ultimos anos de vida del rey don Fernando. Y todo lo anterior termino por llevar, en junio de 1835, al conde de Toreno, un liberal exaltado, al poder en Espana. Aun asi, los mas radicales seguian sintiendose insatisfechos. Querian una Constitucion y la querian ya. Y deseaban fervientemente que se tomaran medidas drasticas contra el clero regular, acusado en su totalidad de apoyar al bando carlista. Una acusacion excesiva que hizo pagar a muchos justos por pecadores. El conde de Toreno trato de calmar los animos de sus correligionarios politicos decretando el dia 4 de julio la expulsion de los jesuitas de sus conventos --aunque sin obligarlos a salir de Espana-- y el 21 la expulsion de los monjes y religiosos de las casas en las que habitaran menos de doce profesos. La medida, en vez de llamar a la paz de sus companeros radicales, los llevo a considerar al conde de Toreno como un traidor. No aceptaban nada que no fuese la expulsion general de todos los religiosos y monjes de sus conventos y la incautacion de todos sus bienes por parte del Estado. Cuatro dias despues del tibio decreto de expulsion de religiosos, el gobernador de Cadiz estaba presenciando el primer conato de insurreccion contra el nuevo Gobierno. Detras de Hore, fuera del balcon, se encontraba su ayudante de campo, el comandante Ortega. --!Manuel! --?Si, mi general? --Cambiate de paisano, corre para el cuartel de San Roque y le dices al coronel Osorio que le llevas mi orden de enviar a los mandos y tropa de su regimiento que considere necesario para dispersar a esta chusma. Informale del numero aproximado y dile que luego monte patrullas por la ciudad. --?Y sobre los medios a utilizar, mi general? --El coronel Osorio sabe lo que debe hacer y como hacerlo. Asi que eso va de su cuenta. --!A la orden, mi general! Una hora despues, el coronel Francisco Osorio se encontraba en el despacho del gobernador, esperando que el batallon del comandante Mendez resolviese la cuestion. Osorio era, antes que nada, un militar con muchos anos de oficio y poco dado a entrometerse en asuntos de politica. En cierto modo, la antitesis de Hore. --Bueno, Paco, cuentame como has organizado el cotarro. --Mi general, he dado ordenes al comandante Mendez, jefe del segundo batallon, para que disperse al personal de ahi fuera. Por otro lado, el comandante ha enviado una Compania al ayuntamiento, porque nos hemos enterado de que ha sido tomado por algunos radicales. Una vez expulsados los de alli y dispersados los de aqui, se organizaran patrullas durante todo el dia hasta que se de por pacificada la ciudad. --Me parece muy bien. Y, respecto a los medios a utilizar y a los procedimientos, ?que me dices? --Mi general, en mi opinion, es preferible usar la minima fuerza posible. Con el precedente del 10 de marzo de 1820, creo que ya tiene Cadiz suficientes <>. Ya sabe a que me refiero… Por eso he ordenado al comandante que se prodiguen los disparos al aire, los empujones y las carreras, e incluso, si me apura, los culatazos que sean necesarios, pero que se evite hacer victimas por disparos

  • San Valentin en Alaska (Alaska 2) de N. Q. Palm

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    <>, o eso afirmaban las historias que Susan habia oido siendo pequena. Los hombres que alli vivian no eran unos simples mortales, y habia uno en especial, que llamaba poderosamente su atencion. Storm era alto, musculoso y muy atractivo. Mas o menos como el hombre que la habia atacado dos meses atras, y al que no reconocio. Asi que no iba a haber un acercamiento por su parte. Ella desconfiaba de esos tipos.
    Storm miraba con deseo a la mujer que se cruzaba de vez en cuando en la ciudad, pero el ya habia cubierto el cupo. En su linaje habia unas normas, y el no estaba exento de ellas. Seguiria admirando su curvilineo cuerpo y sonando con poseerla. Nada mas que eso. Pero esos ojos azules no hacian mas que aparecer en su mente, una y otra vez.
    Cuando un suceso precipita las cosas, tanto Storm como Susan tendran que superar los obstaculos que una cultura y otra impone sobre ellos.

  • Quien se atreve, gana 2 de Yunnuen Gonzalez

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    Sarah Lloyd es una londinense mas que ha visto lo que el terrorismo ha hecho en su pais y fuera de el. Con el paso de los anos, la indiferencia ha sabido ocultar su miedo que es recordado todos los dias por los noticiarios.
    El destino la pone en el camino de Caleb McGregor, el hombre atractivo que conquisto su corazon desde la primera noche juntos. Vivio con el el gran romance que nunca imagino tener.
    Pero, cuando Caleb desaparece de su vida, empieza a descubrir que es un soldado de fuerzas especiales, cuya vida siempre ha estado rodeada por la muerte.
    El miedo regresa de mano de la tragedia, y es aprovechado por Dylan Jenkins, socio de un pub que se ha enamorado de Sarah, y que hara todo lo posible por conquistarla.
    Sarah sera incitada por Dylan una y otra vez para tomar el mejor camino para su estabilidad emocional.

  • Espana. Un relato de grandeza y odio de Jose Varela Ortega

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    Jose Varela Ortega realiza en esta obra una apasionada defensa de Espana y de sus multiples valores. Y lo hace desde varios campos: la filosofia, la literatura, el cine o el arte.

  • Secretos, Christian Martins de Christian Martins

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    A falta de unos dias para dar el “si, quiero”, Julia decide mandar todo a paseo y comenzar una vida de cero. Para hacerlo, toma la decision que disfrutar en solitario del viaje que tenia programado para la luna de miel, sin saber lo que encontrara en este.

  • Noches de invierno de Jill Shalvis

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    Nadie pensaria que el caso de un Santa Claus malvado era el regalo de Navidades perfecto, pero Molly Malone, la encargada de la administracion de Investigaciones Hunt, no era como la mayoria de la gente. Ademas, a ella le iria muy bien poder distraerse de las fantasias que tenia desde que habia pasado la noche con su amor secreto, Lucas Knight. En realidad, no habia ocurrido nada, aunque Lucas no lo supiera, pero Molly queria disfrutar del hecho de ser un poco traviesa.

  • A traves de Escocia (Highlands 1), Alexia Seris de Alexia Seris

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  • Volver a respirar de Beatriz Saiz

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    Lucca llega a York con dieciseis anos, junto a una madre que no lo quiere y un padre que lo ama pero que no puede estar con el. En su camino se cruza una adorable nina de ojos azules, pelo rubio y piel blanquecina que le hace sentir cosas que no consigue explicar. Tras mucho esfuerzo, Lucca se da cuenta que no puede alejarse de Sandra, y pasa a su lado el mejor ano de su vida. Pero los miedos de Lucca son mayores y acaba huyendo lejos de ella.

  • El Terror viene de Noche de Pol Rupes

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    ?Son los monstruos de nuestra imaginacion, quizas, proyecciones de lo que es el ser humano capaz de hacer? O, quizas, ?existen seres que tejen, en nuestros suenos, imagenes perturbadoras de una realidad que nuestra mente, inconscientemente, es incapaz de asimilar?
    El Terror viene de Noche se compone de tres narraciones que pondran al lector en la ardua y lobrega tarea de lidiar con esas interrogantes.

  • Singular de Amy Realto

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    Murcia. Seis anos antes. --Papa, tengo que irme. No puedo seguir en Espana. En Murcia y en Madrid, todo, absolutamente todo, me recuerda a ella. --Edu escondio el rostro entre las piernas, los codos apoyados sobre las rodillas y las manos entrelazadas detras de la nuca, intentando hacerse pequeno. Intentando desaparecer--. Necesito un cambio. Vivir mi vida. Dedicarme solo a mi. No quiero que pienses que soy un egoista por largarme justo en este momento. Entiendeme…, por favor --pidio mirando a su padre de nuevo. --Lo hago --respondio este--. Se que ahora lo ves todo negro. Tu vida ha girado en torno a ella desde que eras un nino. Aqui y luego en Madrid. Las elecciones que has hecho han sido siempre contando con ella. Teniais trece anos cuando empezasteis. --Deseo que sentirse comprendido aliviara su angustia. --No solo contaba con ella, papa. Tambien con vosotros. Con mama, con mis hermanos, contigo y con la empresa. Tenia mis suenos. Eran simples… Solo queria acabar la carrera y ganar lo suficiente para formar una familia, como la nuestra. Y quiza… Quiza, si la cosa me iba bien, comprar una casa en alguna zona bonita con vistas al mar para vivir con ella. Parecia facil, pero… Todo se complico. --Los ojos color miel de Edu habian dejado de brillar. Cada linea de su rostro, cada sombra, era una triste prueba de su desolacion. Su padre no pudo sostenerle la mirada y la dirigio al mar. --La vida es asi, no siempre vienen las olas como queremos. A veces tenemos que saber navegarlas, corregir el rumbo e intentar llegar a nuestro puerto --dijo, y acaricio con carino la espalda de su hijo--. Cuando te fuiste a Madrid eras aun un nino, hoy tengo ante mi a un hombre. El mundo de los adultos es muy complicado. Ahora lo sabes. Lo sufres. No pierdas el tiempo buscando razones por que no las hay. --Ya tengo el billete a Tegel --dijo con resolucion. Habia tomado una decision y nada ni nadie iban a cambiarla--. Empiezo en septiembre, pero quiero llegar a Berlin antes para organizarme. Cuando vi que aun estaba a tiempo para solicitar plaza lo hice, me daba igual el destino, solo queria que fuera lejos de mi vida --explico--. Es la unica forma que he encontrado para seguir adelante, papa. No creo que pueda resistir un verano aqui. Recordando todos los anteriores. ?Me ayudaras con mama? --Tu vida forma parte de ti. Nunca vas a poder alejarte de ella ni de tus recuerdos, vas a tener que aprender a convivir con ellos, aunque lejos probablemente te resulte mas sencillo. -- Esperaba que asi fuera--. Por mama no te preocupes, aunque no lo creas, ella esta mas preparada que yo para dejarte ir. Los dos hombres dejaron pasar el tiempo, callados, sintiendo en su rostro la brisa, todavia fresca de la manana. --Papa, ?nunca has tenido miedo a perder lo que quieres? --pregunto el chico. --Tengo miedo de ello cada dia. --?Y merece la pena? --Aunque solo hubiera podido vivir un minuto al lado de tu madre… Si, es algo de lo que estoy seguro. Merece la pena vivir la vida con aquellos a los que quieres, aunque sea corta --respondio tras pensarlo unos segundos. --Yo no lo estoy, duele demasiado perder a alguien que amas con toda tu alma. Angel, no supo que responder, imagino una vida sin Africa o sin sus hijos y comprendio perfectamente el dolor desgarrador que sentia Eduardo. Miro al horizonte, al inmenso y brillante mar que tenian delante, y como siempre que lo hacia se sintio pequeno en un mundo muy injusto. ?Que le dices a tu hijo cuando ha perdido al amor de su vida? Sobraban las palabras, los dos quedaron sumidos en sus pensamientos. Un silencio roto unicamente por el melodico rumor de las olas al llegar a la costa. Y en ese momento, acompanado por la tranquilizadora presencia de su padre, Eduardo se juro, que solo sufriria por las cinco personas en el mundo que mas queria, su familia. No permitiria a nadie mas acceder a su corazon y de ese modo, quedaria protegido contra el dolor. Capitulo 2 Madrid. En la actualidad. Eduardo observaba la acogedora vivienda mientras hablaba por telefono. Habian estado en la nueva casa de Daniela viendo como queria distribuir el espacio, que tipo de muebles pretendia instalar y eligiendo los colores que, mas adelante, sus pintores darian a las paredes. Finalizaba septiembre, pero hacia un calor de mil demonios. Seguramente por eso, o por ser amable, ella le habia invitado a tomar algo en la casa en la que vivia con su amiga. Habia tenido que organizar su apretada agenda para poder atender la llamada de Daniela. Todavia queria acercarse a la reforma del restaurante. Tenia que ver como habia quedado el remate de las columnas, que no habian podido quitar para ampliar el comedor como era la idea inicial, y comprobar si, por lo menos, habia suficiente sitio para un par de mesas junto a ellas. Si lo habia serviria como reservado o zona romantica, lo que daria un valor anadido a la reforma. Pero estaba sediento, asi que acepto. Daniela fue a la cocina y el aprovecho para concretar el trabajo con la cuadrilla de pintura. Le habia sorprendido su llamada esa manana. No habian vuelto a verse desde que la conocio, solo habian intercambiado algun que otro mensaje cordial. Y no esperaba hacerlo tan pronto, aunque hacia unos dias no habia podido resistir la tentacion de comprar un peluche para su futura sobrina y estaba esperando el momento para darselo. El dia que les conto lo del embarazo a Leo y a el, no pudo evitar sentir pena por ella, porque de entre todos los hermanos Cano habia ido a acabar con el mas jodido. Bueno, quiza ese era el, pero pensaba que hasta el momento lo habia disimulado bien. Su personalidad sociable le permitia esconder sus fantasmas con mayor facilidad que a Angel, ya que este al ser de trato mas arisco y aspero, suscitaba de primeras, un caracter atormentado. Aquel dia, con la explicacion que ella les dio y su razonamiento, Eduardo quedo completamente convencido de sus buenas intenciones, y sabiendo como iba a reaccionar Angel ante la noticia, y siendo consciente del enfado que Leo intentaba disimular, decidio romper sus reglas. Dejandose llevar, cosa que no hacia desde hacia anos, permitio que esa chica y su futura sobrina entraran en su vida, independientemente de lo que pensara su familia. Les abrio la puerta del selecto y reducido grupo de personas a las que consideraba importantes y por las que se permitia preocuparse, dandole su telefono y su apoyo. Al recordarlo, aun se sorprendia de su reaccion. Mientras hablaba se fijo en los bonitos paisajes que adornaban las paredes. Hermosas fotografias en las que la luz existente en el momento de ser capturadas les conferia un efecto especial. Se pregunto si las habria hecho ella. Habia imagenes tambien con otra chica en distintas situaciones y en distintos momentos. En algunas se veian demasiado jovenes. Le atrajo la evidente complicidad entre las chicas, pero, sobre todo, la radiante sonrisa de su amiga en muchas de ellas. En cuanto al salon, este era muy acogedor, con unos muebles practicos y una decoracion nada sobrecargada. Le gustaba como habian aprovechado el espacio, consiguiendo un lugar agradable para vivir. Tras despedirse de su interlocutor, Eduardo se dirigio a la cocina. --Los pintores vendran pasado manana. Van a tenerlo listo enseguida. Con la casa vacia como esta y todo despejado, no deben tardar mas de dos dias --dijo mientras entraba--. La proxima semana podremos empezar con los muebles. Le sorprendio la reaccion de la chica que tras dar un pequeno saltito se lanzo a sus brazos. Le resulto extrano devolverle el abrazo, pero consiguio hacerlo de forma casi natural. Eduardo, no tenia ese tipo de relaciones con nadie. No se permitia muestras de afecto mas alla del tipico trato cordial. Era experto en mantener las distancias sin resultar maleducado. Solo era afectuoso con su familia, formada ya solo por su madre y sus tres hermanos. Pero con Daniela se comportaba de forma diferente, y no sabia la razon. Sol llego a casa, cansada y cargada con la comida para llevar que habia comprado en el chino de la esquina. Dejo las llaves en el mueble de la entrada y el bolso sobre el sofa; con una mano libre, ya pudo repartir el peso de las bolsas. Habia sido un dia duro en el hospital, un no parar de urgencias de aqui para alla, y se sentia agotada. Tambien estaba molesta con Eva que de nuevo habia anulado los planes para cenar juntas, esta vez, por un guapo portorriqueno que habia conocido ese dia. Asi que Daniela y ella tendrian que reventar o congelar las sobras, y con toda la comida que les habia dejado Juana, apenas tenian espacio en el frigo. Juana habia sido su vecina hasta que unos dias antes se habia mudado a una residencia dejando el piso de enfrente libre. Piso que pronto iba a ocupar Dani con su hija. <>, penso. Se percato de que habia una chaqueta de traje masculino apoyada en el respaldo del sofa, no parecia del padre de Daniela. Ademas, Pedro no solia usar americana, y menos con ese calor. Curiosa siguio el sonido de las voces que procedian de la cocina. Desde la puerta pudo ver como Daniela abrazaba a un desconocido. Analizo al guapo receptor del abrazo. Alto, bastante mas que su amiga, y delgado. Pese a su delgadez el hombre tenia la espalda ancha y su complexion parecia fibrosa. Los pantalones del traje se ajustaban perfectamente a su cuerpo sin cenirse demasiado, y la tela caia con gracia permitiendo vislumbrar el contorno de un bonito trasero. Llevaba la camisa remangada, lo que dejaba a la vista unos fuertes y morenos antebrazos. El pelo castano --que en algun momento habia sido domado con fijador--, estaba despeinado y un mechon rebelde le caia sobre la frente, confiriendole el aspecto de chico malo que tanto le gustaba a ella.

  • Por ti, una cancion de Betty Carrillo Z

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    Dos mujeres. Kara y Enya son dos cantantes famosas a quienes miles de personas aclaman, pero viven en una eterna soledad, en un mundo donde la magia, musica, luces y fama, son su unica compania. Ambas, buscando encontrar el amor verdadero de maneras muy diferentes. Una, en la eterna espera. La otra, en cualquier lugar. Una cancion y un escenario las une. La atraccion es inmediata, pero no sera facil, deberan descubrir de manera individual si la otra es la persona merecedora de esa cancion. !Ojo! si no tienes una ilusion, si no crees en historias rosadas o en el amor verdadero, este libro no es para ti.

  • Soy Leyenda de Richard Matheson

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    Robert Neville es el unico superviviente de una guerra bacteriologica que ha asolado el planeta y convertido al resto de la humanidad en vampiros. Su vida se ha reducido a asesinar el maximo numero posible de estos seres sanguinarios durante el dia, y a soportar su asedio cada noche. Para ellos, el autentico monstruo es este hombre que lucha por subsistir en un nuevo orden establecido. Todo un clasico en su genero, este es un perturbador relato sobre la soledad y el aislamiento y una reflexion sobre los binomios como normalidad y anormalidad, bien y mal, que se evidencian como una mera convencion derivada del temor y el desconcierto ante lo diferente.

  • La version de Emily de Carolina Gattini

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    Emily Jhonson, ha tenido el desproposito de prometerse con Lord Thomas Henry Bradbury, hijo de Lord Arthur Bradbury, septimo duque de Hampshire. Algo que el duque no va a permitir por ningun medio, ya que considera a Emily una cazafortunas; aunque entiende perfectamente por que su hijo se ha prometido con ella, es una joven hermosa que podria embaucar con sus encantos a cualquier hombre. Pero el la va a desenmascarar, asi como todo lo que oculta, aunque para ello tenga que traspasar los limites de la moralidad victoriana.

  • Territorio de luz de Yuko Tsushima

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    El apartamento tenia ventanas a los cuatro lados. Cuando mi hija era todavia pequena, vivimos durante un ano en el ultimo piso de un viejo edificio de tres plantas; eramos las unicas inquilinas, y por esa razon teniamos la planta entera para nosotras, asi como la azotea. En el bajo habia una tienda de fotografia, y las dos siguientes plantas albergaban oficinas. Una pertenecia a una empresa que fabricaba y enmarcaba escudos familiares de oro macizo; la segunda era una asesoria contable, y la tercera, una escuelita para aprender a tejer. En todos los meses que pase alli, solo hubo una oficina que no se ocupo nunca: una de la segunda planta que daba a la avenida. A veces, por las noches, mientras mi hija dormia, me colaba alli a hurtadillas, abria un poco la ventana y disfrutaba de las vistas, ligeramente distintas a las del tercero. Otras veces me limitaba a pasearme por las habitaciones vacias; era como estar en un lugar secreto que nadie mas conocia. Por lo visto, antes de mi llegada, toda la tercera planta habia sido la vivienda del antiguo propietario del edificio, lo cual explicaba que solo se pudiera acceder a la azotea desde mi apartamento y que en esa azotea hubiera un cuarto de bano enorme. Eso estaba muy bien, pero por esa misma razon parecia que el cuidado de la torre de agua y de la antena de television habia recaido sobre mi, y la nueva propietaria dio por hecho que yo me ocuparia de bajar las escaleras para cerrar la persiana mecanica de la entrada por las noches, cuando la gente de las oficinas ya se hubiera marchado. La empresaria que habia comprado el bloque se apellidaba Fujino y era bastante conocida en la ciudad. Rebautizo su adquisicion como <>, con la idea de empezar a alquilarlo con fines residenciales y no para albergar oficinas, como habia sido el caso hasta entonces. Yo fui su primera inquilina. Al parecer, como no estaba segura de si lograria alquilar el piso --al fin y al cabo, se trataba de un edificio bastante deteriorado y los apartamentos no tenian una distribucion normal--, le puso un precio muy bajo, para tantear el mercado. Tuve mucha suerte, porque fue una tremenda casualidad que yo lo encontrara justo en ese momento, como tambien fue casualidad que el edificio hubiera sido bautizado con el apellido del hombre que todavia era mi marido. A esto se debio que la gente me confundiera constantemente con la propietaria. Al subir por las escaleras rectas, estrechas y empinadas, se llegaba a una puerta de aluminio, que quedaba justo enfrente de otra puerta, esta vez de hierro: era la salida de emergencia. Habia muy poco espacio en el descansillo entremedias, y para abrir la puerta del piso habia que, o bien bajar un peldano, o bien inclinar el cuerpo hacia el umbral de la salida de emergencia. La llamaban <>, pero en realidad no era mas que una serie de barrotes de hierro perpendiculares al suelo; de ocurrir alguna emergencia, habria sido mas seguro rodar escaleras abajo con mi hija en brazos. Sin embargo, en cuanto abria la puerta, me encontraba en un apartamento que derrochaba luz a cualquier hora del dia. El parque rojo que se extendia desde la entrada hasta el fondo del salon hacia que la sensacion de luminosidad resultara especialmente intensa, hasta tal punto que tenia que entornar los ojos cuando llegaba con la vista acostumbrada a la penumbra de las escaleras. --!Anda, que calentito! !Que bonito! Mi hija, que estaba deseando cumplir los tres anos, se puso a soltar grititos la primera vez que se sumergio en aquel bano de luz. --Es muy calido. El sol es una maravilla, ?verdad? --le dije. Mi hija empezo a corretear por el salon y respondio, toda orgullosa: --Claro que si, ?es que no lo sabias? Me di cuenta entonces de que aquella luz me estaba permitiendo, ya desde el primer momento, proteger a mi hija del gran cambio que acababa de producirse en su vida, y senti el impulso de darme a mi misma una palmadita en la espalda. La ventana que recibia la luz de la manana estaba situada en una pequena habitacion de menos de dos tatamis, contigua a la entrada. Decidi que ese seria mi dormitorio. Al asomarme por aquella ventana orientada al este podia ver el vecindario, los tendederos de ropa y las azoteas de otros edificios mas pequenos que el Fujino. Se trataba de una zona comercial ubicada enfrente de la estacion de tren y no habia casas con jardin, pero daba gusto ver las macetas y las tumbonas que la gente colocaba en alfeizares y azoteas, donde de vez en cuando aparecian personas mayores envueltas en sus yukata.[1] Habia ventanas orientadas al sur en cada una de las habitaciones que se sucedian en fila --en la pequena, en el salon y en el cuarto de seis tatamis--; al asomarse, uno podia ver parte del tejado de una casa vieja y una callejuela con bares y restaurantes de yakitori. El trafico era intenso a pesar de lo estrecho de la calle, y el estruendo de las bocinas llegaba hasta el salon. Al oeste, es decir, al fondo de aquel piso tan angosto y alargado, habia una gran ventana por la que el sol y el ruido se infiltraban sin piedad. Desde esa ventana se veia la avenida, con sus autobuses y su rio de cabezas negras atravesando el paso de cebra, hacia la estacion si era por la manana, hacia el lado contrario si era por la tarde. Tambien se veia a la gente esperando el autobus en la parada situada frente a la floristeria, al otro lado de la carretera. Cada vez que pasaba el autobus, o algun camion, el piso entero se ponia a temblar y los platos tintineaban dentro del aparador. En la esquina de mi edificio confluian tres vias, dibujando una interseccion en forma de cruz si se tenia en cuenta la callejuela que se extendia al oeste. Varias veces al dia el semaforo y el trafico se sincronizaban, dando lugar a un breve silencio que apenas alcanzaba a disfrutar: desaparecia enseguida cuando el semaforo se ponia en verde y los coches aceleraban impacientes haciendo tronar sus motores. Desde el extremo izquierdo de esa misma ventana tambien se atisbaba el bosque, un parque extenso que antano habia formado parte de la mansion de un daimio. Solo se veia un trocito, pero ese pedazo de verde era fundamental para mi. Suponia el principal atractivo de la ventana. --?Eso? Eso es el Bosque de Bolonia --les decia a las visitas cuando me preguntaban al respecto. Aquel parque situado a las afueras de Paris me sonaba a cuento de hadas, aunque solo fuera por el nombre, como Bremen o Flandes. El mero hecho de pronunciarlo me resultaba de lo mas divertido. A lo largo de la pared norte del salon se alineaban un armario, un aseo y las escaleras para subir a la azotea. El aseo tenia su propia ventana, por la que se veian los trenes y la estacion. A mi hija le encantaba aquella pequena ventana. --!Se ven los autobuses y los trenes! !Toda la casa se echa a temblar! --empezo a presumir en la guarderia delante de sus maestras y amigos. Sin embargo, nada mas mudarnos, le subio la fiebre y se paso en cama casi toda una semana. La tuve que dejar en casa de mi madre, que vivia sola en otro barrio, no muy lejos de alli, para poder ir al trabajo. La biblioteca estaba dentro de las oficinas de una emisora de radio, y yo me encargaba de organizar los documentos relacionados con la programacion, ordenar las cintas, tramitar los prestamos, etcetera. Despues del trabajo me acercaba a casa de mi madre, me quedaba con mi hija hasta pasadas las nueve y finalmente volvia sola a mi edificio. Estoy segura de que, si hubiera llamado a mi marido, me habria ayudado sin dudarlo, pero yo preferia importunar a mi madre antes que depender de el. No dejaba de sorprenderme el miedo que tenia a que mi marido volviera a acercarse a mi. Me aterraba mi exceso de dependencia. Mi marido me sugirio repetidas veces que regresara a casa de mi madre. --Tu madre esta sola, debe de sentirse triste, y para ti tambien es duro cuidar a la nina por tu cuenta. Me quedaria mas tranquilo si supiera que, despues de nuestra separacion, vas a estar con tu madre. El ya habia encontrado un apartamento a orillas del ferrocarril. Tenia previsto mudarse al mes siguiente de que el piso se quedara libre. Yo, en cambio, no sabia adonde ir, no podia pensar, todavia no habia sido capaz de asimilar su decision. Seguia albergando la esperanza de que quiza, al dia siguiente, me dijera entre risas que todo habia sido una broma. ?Para que entonces iba a preocuparme de si me mudaba o no me mudaba, y adonde? --No pienso volver a casa de mi madre --respondi--. Cualquier cosa menos eso. No quiero tratar de disimular asi tu ausencia. Fue en ese momento cuando me dijo que me ayudaria a buscar piso. --Si intentas hacerlo sola, seguro que te enganan. Y si terminas mudandote a un sitio raro me quedare intranquilo y no podre dormir. Asi que no te preocupes y dejamelo a mi. Estabamos a finales de enero y llevabamos varios dias de buen tiempo cuando empece a visitar inmobiliarias con mi marido. Nos citabamos a la hora de comer en alguna cafeteria cercana a mi trabajo y preguntabamos en las agencias de los alrededores. Lo unico que yo tenia que hacer era estar callada y seguirlo a el. Mi marido les explicaba a las inmobiliarias las caracteristicas que queria: un piso de dos habitaciones con mucha luz y un bano completo, y que no costara mas de 30 000 o 40 000 yenes al mes.

  • Buscame en el viento de Silvia Montemurro

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    Camilla vive de notas esparcidas por el viento. Estudia en el conservatorio y la musica es todo su mundo. Vive en un pueblecito cerca de Milan, el mismo en el que nacio y que, a diferencia de sus amigas, todavia no ha logrado abandonar. Quien sabe, quiza algun dia lo hara, para intentar colmar la inquietud que a veces la asalta.
    Teo acaba de llegar al pueblo y todavia tiene grabado en la retina el mar de su Cerdena, el mismo que de pequeno miraba todos los dias por la ventana, en casa de su abuela. Alli, con la nariz pegada al cristal, hacia descubrimientos extraordinarios, mas instructivos que un libro de texto. Tal vez por eso, al crecer, prefirio arremangarse y ponerse a trabajar, en vez de estudiar. Desde aquella ventana, Teo empezo a observar a las personas y a catalogarlas, y decidio que si un dia tenia que entrar en una de esas absurdas categorias, solo habia una cosa que queria ser: un solitario.
    Camilla y Teo se conocen un dia cualquiera, en un bar cualquiera. Pero en aquel momento, algo ocurre. Porque siempre es algo inocuo lo que nos cambia la vida. Tierra y mar, luz y sombra: Camilla y Teo son dos almas opuestas que, despues de rechazarse brevemente, se atraen. El amor entre ambos es tan intenso y unico que les crea la ilusion de ser invencibles. Pero la vida los obligara muy pronto a afrontar una prueba terrible.

  • Provocame (La chica del servicio 1.5) de Patricia Geller

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    Decepciones, dolor y abandonos... Cada fracaso de Matt Campbell era un duro golpe para el. Sus vivencias lo marcaron de por vida y por ese motivo hoy era el hombre en el que, con cada desengano y fracaso, se habia convertido. Diecisiete anos atras... Como cada dia, Matt se levanto, responsable, para arreglarse e ir al colegio. Le extrano no ver a su mama preparandole el desayuno. <> No le faltaba de nada... En realidad si, lo mas importante: el carino y el afecto de aquella mujer. No tenia padre, Antonio Salgado los habia abandonado sin llegar a conocer al pequeno. Algo que habia hecho mucho dano a Elisabeth, la madre de Matt, y que, sin tener culpa alguna, el habia pagado por ser un hijo no deseado... un bastardo. Al entrar en la pequena cocina todo estaba desierto. Un escalofrio le recorrio la espalda, pero quiso convencerse de que no sucedia nada malo… No iria al colegio, no, la esperaria, aunque aquello nunca antes hubiese ocurrido. El se creia mayor, con doce anos decia que era el hombre de la casa, y se valia por si mismo, al no tener en quien apoyarse. Por obligacion, maduro antes de lo que le correspondia. Tras horas esperandola, acurrucado en el sofa, Matt entendio que su madre se habia marchado, que lo habia abandonado. Al ser consciente de la soledad que lo acechaba y lleno de una rabia que nunca antes habia sentido, tiro y golpeo todo lo que tenia a su alrededor. --!Vuelve! --grito, partiendo una silla en dos--. !No me dejes! Pero dejo de luchar cuando unos brazos lo rodearon desde atras. --Tranquilo, chico. Eran los de servicios sociales, que se lo llevaban con ellos al no tener Matt a nadie que se hiciera cargo de el. Con la mente nublada por la impotencia, se solto y se defendio como pudo, buscando el modo de no ser arrastrado a un lugar desconocido para el. Ahi empezo a ser agresivo y nunca mas lo supo cambiar. Fue su forma de dar salida a su rabia, su dolor. Los segundos... ... minutos... ... horas... ... y dias en el centro de acogida fueron horribles, alli experimentaba unos cambios de humor que solo conseguian trastornarlo cada vez mas. Pero los vivia en silencio, por temor a que pensaran que algo no iba bien en su cabeza. --Matt --lo llamo una de las trabajadoras, a la que el no miro. Seguia desolado--. Pronto tendremos noticias para ti, tranquilo. No dijo nada, encerrado en la habitacion, con su companero Denis. Poco tiempo despues, volvio a pertenecer a una familia: los Campbell, un grupo solido y unido. William y Karen, sus padres adoptivos, y Roxanne y Eric, sus hermanos, lo miraban con ternura, ilusionados con la llegada del nuevo miembro. --Ya estas a salvo --le susurro su hermana Roxanne, la pequena, acercandose a el--. Y ya te queremos, ?verdad, mama? --Claro que si, cielo. Eric, el mayor de los tres, le enseno un coche de juguete. --?Vienes? --No --contesto Matt--. Dejame. --Venga, chicos --intervino William, el padre, acariciando el cabello oscuro del recien llegado--. No lo agobieis. Mas tarde jugara con nosotros. Pero Matt estaba roto y sabia lo dificil que seria para el volver a querer a una persona como habia venerado a su madre biologica. El temor de que lo abandonaran lo acompanaba siempre. Se volvio inseguro, lleno de miedos, herido, incluso acabo siendo otra persona. Le dio igual la familia Campbell, hasta que empezo a quererlos. No soportaba no sentirse amado, se sentia frustrado cada vez que veia que Karen y William salian sin el. Necesitaba ser una sombra pegada a ellos. --Carino, volvere dentro de unas horas --le dijo Karen, carinosa, destapando un yogur de fresa para el--. He de ir a una comida, pero te prometo que volvere pronto. --?Y si no vuelves? --exclamo Matt. William miro a su mujer preocupado--. !No me abandoneis! Karen se lamento en silencio. --Chis --lo consolo William, abrazandolo contra su pecho--. Tranquilo, yo me quedare en casa. Vamos a jugar con tus hermanos. Cinco anos despues... Matt Campbell acababa de cortar definitivamente con su primera y unica relacion amorosa. Desgraciadamente para el, ella no significaba nada. Se habian conocido el ano anterior, durante sus vacaciones en Espana, pero Amanda queria mas de lo que Matt podia darle. Sin embargo, tras recibir un mensaje alarmante de ella, acudio una vez mas a la playa donde quedaban muy a menudo... y se le cayo el mundo encima al ver lo que vio. --?!Que haces!? --chillo descompuesto, corriendo por la arena. --Matt... La voz de Amanda sono amarga, acompanada de lagrimas desesperadas. Estaba de rodillas, tenia cortes en las munecas y le suplicaba con la mirada que la ayudara. Tambien se sentia sola... y habia intentado suicidarse. --No me dejes, Matt --sollozo. --!Basta, Amanda! --Se arrodillo a su lado y se desgarro la camisa para vendarle las heridas y llevarla al hospital--. Por favor, !basta...! No me atormentes asi. --Es por ti... --El aparto la cuchilla--. Te quiero, Matt… por favor. Esa chica le recordaba lo duro que era amar a alguien, lo destructivo que era el amor. El la apoyaria y cuidaria, pero no podria soportar estar siempre pendiente de ella, como Amanda necesitaba. Matt Campbell era consciente de como empeoraba su situacion. Con los anos, se habia habituado a su nueva familia, pero en su interior sufria cambios espantosos. En menos de cinco minutos, tan pronto reia como lloraba o gritaba. De la euforia pasaba a la tristeza mas absoluta... No sabia por que se comportaba asi, pero desde la adolescencia, esas reacciones se estaban volviendo habituales en el. <> Tiempo despues, y tras buscar desesperadamente una salida, decidio acudir a profesionales. Y ahi tuvo la primera y dolorosa confirmacion. --Lo siento --le dijo el especialista--. Le aconsejo que su familia lo sepa, sobre todo su pareja. Para que lo entiendan y ayuden en esta dificil enfermedad. Pero el se nego a hacerlo. Tras salir de la consulta, se encerro aun mas en si mismo. Mantuvo el diagnostico en secreto y ni siquiera a su familia le hablo de su tormento; un serio problema que cargaba el solo. Por otra parte, no lo acepto. No se puso en tratamiento. Doce anos mas tarde... Matt era ya una persona adulta, cerca de cumplir veintinueve anos, y una vez mas la vida le daba un duro golpe. Miro a su novia, o a la que lo habia sido hasta ese momento, y contemplo a su mejor amigo, Sam... Juntos... La repulsion dio paso a la ira. Desesperado, estrello el puno contra la pared como habia hecho tantas otras veces, destrozandoselo. --!Cerdos! --Los traidores se habian quedado mudos--. !Confiaba en vosotros! Un golpe y otro. Su mano sangraba una vez mas, ?cuantas magulladuras llevaba ya...? El dinero que habia conseguido con esfuerzo, al montar su propia empresa, lo movia todo a su alrededor. Nadie lo queria por el, tristemente, si por su riqueza. --Matt --susurro Alicia--, puedo expli... --!Callate! Sam la silencio tirandole del brazo. Conocia a Matt y sabia que no se calmaria hasta desahogar su agresividad contra cualquier objeto o consigo mismo. --!No quiero volver a veros! --escupio, yendose defraudado. No le dolia por Alicia, porque nunca la habia amado. Pero habia sido una buena companera que lo aceptaba con sus multiples cambios de personalidad, sin saber que se escondia tras ellos... Tampoco lo preguntaba. !Maldito dinero! <> Sin embargo, se juro no volver a confiar en nadie y mucho menos en una mujer. Lo habia hecho con su madre biologica y esta lo abandono. Mas tarde, la llegada de Amanda a su vida le recordo lo malo que era el amor al ver como la chica se destruia por tenerlo. Y ahora Alicia y Sam. ?Cuantos mas lo defraudarian? Endurecio su corazon y se juro aborrecer a las mujeres y utilizarlas como hacian ellas con el. Pero el destino a veces es muy traidor... Al llegar a su casa y encerrarse en su despacho, una chica de cabello castano con reflejos rubios y unos ojos grises transparentes y osados cruzo la puerta con desverguenza. Sin pedir permiso y mirandolo sin pudor alguno de pies a cabeza, se planto dentro con una bandeja en la mano. <> Matt Campbell se agito en la silla, trastornado. ?Quien era aquella descarada que lo habia alterado nada mas verla? --Stone, Gisele Stone --se presento orgullosa--. La nueva chica de servicio. <> Antes muerto. Aunque aquella faldita lo estuviera tentando y su cabeza le gritara la palabra <>, jamas querria a Gisele Stone para otra cosa que no fuera sexo, y asi se lo haria saber.

  • El Secreto de la Sirena de Laura Garcia

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    Tras una tragedia familiar, Aneris decide dejarlo todo atras para regresar a su pueblo natal con la finalidad de desenterrar su pasado.

  • El lamento de los inocentes de Marcos Nieto Pallares

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    La linea de luces que las farolas alargaban calle abajo, posibilitaba vislumbrar mi sombra sobre la acera. Cambiantes detalles como esa negra silueta, resultaban los unicos capaces de eludir a la realidad en mis recuerdos. Lo inamovible, lo que el transcurrir del tiempo no altera o erosiona lentamente, se mantenia en ellos con todo lujo de detalle. El tantas veces transitado camino a casa, se perpetuaba en mi memoria desde la primera vez que lo recorri; fotografia que en cualquier momento podia revisar, e incluso, visitar. Poseia el don de volver a cualquier evento preterito, espacio ocupado, instante remoto..., para vivirlo de nuevo. Un album de vivientes instantaneas: el interior de mis celulas cerebrales. Rememoraciones que ayudaban a hallar donde otros no encontraban. Actuar en lo avistado tiempo atras, me ofrecia gran ventaja ante casos complejos. De conocer mis facultades, muchos las atribuirian al fenomeno de la hipermnesia; lo mio va mucho mas alla. Pocos saben de mi secreto y espero que asi siga siendo. No permitire que utilicen mis sesos como a los de un conejillo de indias. El pasar de los anos me agudizo el don, hasta el punto de obligarme a vivir inmerso en dos mundos equidistantes: presente y recuerdos. Detentaba la capacidad de penetrar en mi intelecto para de este modo, acceder a cualquier punto anterior. Pero en ocasiones, mas bien se me empujaba a ellos de forma alevosa e inconsciente. Quedar pensativo propiciaba que la bobina de mi cerebro retrocediera. Un hecho actual y espontaneo, me remitia sin previo aviso a episodios de una vida ya cumplida, convirtiendome entonces en un mero espectador. E inmerso en los detalles de una nocturna Manhattan, al tiempo que cruzaba un paso de peatones ensimismado en sus anchas y horizontales rayas, dos luces emergieron de la nada deslumbrandome hacia una indeseada evocacion: tres impactos. Ante el brillo cegador de los faros del vehiculo que colisionaba con mi Mustang, una luna agrietandose como un copo de nieve al nacer. Y tras el vidrio quebrado, el capo doblandose como un agitado mar de metal. Refulgiendo al son de una luna llena, fragmentos de cristal envolviendo ese asiento en el cual ya no reposaba mi espalda; materia dispuesta a salir disparada por donde una lamina vidriada brillaba por su ausencia. Un paquete de tabaco surcando el espacio a mi derecha. Colillas, plasticos... y mi ser exento del cinturon de seguridad. Las costillas parecian querer salirseme del pecho; el organismo se me abalanzaba presto a escapar de ese habitaculo a punto de convertirse en un amasijo de hierros. De haber entrado alli por voluntad propia, me habria deleitado en los detalles. Pero de forma impensada, solo podia observar al milimetro, revivir en primera persona el traumatico y ulterior suceso; tomarmelo con calma desde una perspectiva lejana quedaba fuera de mi alcance. Y vole con la cabeza por delante. Vino entonces el segundo impacto: mi masa golpeando la dura calzada. Pero antes vivi el tercero: emocional --el orden es lo de menos--. Mientras surcaba la oscuridad contemple a la conductora del coche contra el que acababa de estamparme: cara contra el volante, cabello desmelenado e impregnado en sangre... Estire la mano en un acto reflejo intentando arrancarla de ese timon que se le incrustaba poco a poco... Y al tiempo que yo proseguia con mi destino <> a ras de un techo de chapa azul, ella consumaba su muerte, la ausencia de latidos en su corazon.

  • Bajo la lluvia (Sobre el arcoiris 1) de G. Elle Arce

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    Hace anos, cuando era muy joven, decidi liberarme de las ataduras emocionales que conlleva tener parejas, manteniendo mis "relaciones" -si es que se le puede llamar de alguna manera-, en un plano meramente fisico, donde solamente reina el placer sexual; haciendome gozar en lugar de sufrir.
    Como en todas las cosas, tenia una predileccion... Ivar. Ivar es un noruego, alto, fuerte y rudo, un chico malo, un motociclista muy atractivo, que me prende con solamente verlo u oirlo.
    Sin embargo, todo eso cambia al conocerlo a el... un hombre que, a simple vista, no era mi tipo; un hombre peculiar, que no se parece a ninguno de mis anteriores pretendientes; un hombre que amenaza con destruir mis creencias, y desmoronar mi interior, hasta dejarme totalmente expuesta.

  • Amor, me ahogo de Carlota Manzano

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    Estaba deseando llegar a aquel pequeno pueblecito. Se lo decia a "mi pastelito" como llamaba a mi Fiat 500 color rosa. Me lo habia comprado seis meses antes y ahora, hasta el pago de sus cuotas estaba en peligro. --Tu no te preocupes, cielo, que a ti y a mi no ha nacido quien nos separe. Ya veras como Kayra sale adelante, por mi vida que lo hago. Poco podia imaginarme el dia que lo saque del concesionario que a la senora Engracia, mi jefa en el restaurante, le quedaban dos telediarios. Y no lo digo de manera metaforica, que menudo numerito habiamos tenido. Aquel aciago domingo el restaurante estaba de bote en bote y ella, como la polvorilla que era, no podia menearse con mas gracia y garbo por el. Engracia era una manchega con todas las de la ley y a sus ochenta anos, decia que no la jubilaba ni Dios. Yo siempre pense que se iba a morir con las botas puestas, pero no en ese momento ni de aquella forma. Salia de la cocina con un buen plato de queso recien cortado cuando escuche su caida, sorda que, paradojicamente, nos dejo mudos a todos los presentes. Nada pudo hacerse por ella, que salio de alli con los pies por delante. Y ninguno de los que alli trabajamos pudimos convencer al buitre de su hijo Santi para seguir adelante con el bar. Para mi, sin querer ser mala, que la muerte de su madre le vino como anillo al dedo, pues ese debia tener ya apalabrada la venta del bar, que tiraron en las siguientes semanas, para levantar aquel edificio de pisos de lujo. Ahi comenzaron mis penurias economicas y, como mi pueblo en Albacete no es que fuera precisamente Nueva York, me quede con una mano delante y con otra detras. Mi amiga Vero fue la primera en localizar por Internet aquel anuncio de trabajo en el que pedian una chica para trabajar en la cocina de un club social perteneciente a una urbanizacion de lujo. Habia varias maneras de contactar con la persona que ofrecia el puesto, pero a mi la que me mas me convencio fue la de llamarla por telefono. No voy a decir que Nuria, que asi se llamaba me cayera nada bien. Mas bien lo hizo como un tiro de mierda, pero yo no aspiraba a conquistar su corazon sino, simple y llanamente, a que me diera el puesto. --?Estas segura de que tienes experiencia acreditada y ganas de trabajar? Porque si no es asi, te digo desde ya que puedes ahorrarte el viaje. En mi club solo quiero a gente competente, tenlo en cuenta. Era de lo mas simpatica y me daba la impresion de que confiaba en las personas de antemano, dicho sea con toda la ironia del mundo, que la tia debia tener timba. Ganas no me faltaron de mandarla a tomar vientos, pero yo el curro lo necesitaba. Desde que mi padre, Rodolfo, se quedo en paro, en casa nos habiamos quedado a la cuarta pregunta. Bastante tenian el y mi madre, Manuela, con mantenerse y mantener a mi hermanito, David, que tenia quince anos, once menos que yo. Total, que en casa no es que estuvieramos nadando en la abundancia precisamente y, hasta entonces, mi sueldo habia caido como agua de mayo. Imposible que yo me convirtiera en una boca mas que alimentar que encima no aportara nada, antes muerta. Sin mas, me puse como loca a echar curriculums y a buscar trabajo, y este del que me hablo Vero se perfilo como el principal candidato. Cerca de casa no es que estuviera, pero, al tratarse del club social de una lujosa urbanizacion, contaba con unos pequenos apartamentos en los que alojaban a los currantes. Eso suponia para mi una bendicion porque mi sueldo pasaria integro a mis manos, habida cuenta de que tambien podria comer en el restaurante del club. ?Que mas daba si mi jefa era una amargada? Lo importante seria que me adaptara bien al puesto, como una garrapata pensaba hacerlo. A mi no me echaban de alli ni con agua caliente. Fui escuchando musica por todo el camino, necesitaba animarme, ya que era la primera vez que salia de casa para trabajar y la idea me daba un poco de vertigo. Por suerte, eso si, no dejaba ningun amor a mis espaldas. Desde que un ano antes Julian y yo habiamos roto, yo andaba libre como el viento. Mejor, asi no tenia mas perdidas que lamentar y podia desplazarme de lugar libre como el viento. --Dios, pastelito, otra gasolinera que me paso de largo. ?Como puedo ser tan desastre? Apura, ?eh? No me vayas a dejar tirada, por lo que mas quieras... Al pobre solo le faltaba hablar, y no seria porque yo no hiciera encajes de bolillos para que asi fuera, que me pasaba el rato dirigiendome a el como si fuera una persona. El wasap no paraba de sonarme y, como lo tenia personalizado, sabia que era de Vero. No podia estar mas pendiente de mi. La de horas que nos habiamos pasado sonando juntas en los ultimos dias con la posibilidad de que pudiera venir a verme en cuanto yo le hubiera cogido el tranquillo a mi curro... Con el verano a la vuelta de la esquina, Valencia seria digna de ver, estaria de no caber un alfiler. Pese a ello, mi trabajo no solo seria de temporada estival, sino para el ano completo. Y es que, en aquella urbanizacion de lujo, aunque cerraran la piscina cuando los termometros tiraran a la baja, el club social seguia a tope el ano entero. Si algo podia decir que me tenia nerviosa, eso si, era el talante de la que iba a ser mi jefa, la engreida de Nuria, pero a mi me sobraban redanos para pasar de ella como de comer mierda llegado el momento. Lo tenia muy claro; yo iria a lo mio. Mi idea era subsistir, quedarme con algo de dinero y, con lo que me sobrara, aprovechando que no tenia que pagar alojamiento ni manutencion, echar una manita en casa. La carita que pondria David cuando le llegaran esas botas de futbol con las que llevaba meses sonando, bien valdria cualquier esfuerzo por mi parte. Mi pastelito llego al pueblo en cuestion, que era turistico a mas no poder, con el combustible justo para que no tuvieran que empujarme. Me pare en una gasolinera que habia a las afueras y un chaval encantador me atendio. --?Vienes de turismo? --No, vengo a trabajar a la urbanizacion "Las Acacias", ?la conoces? --Nos ha jodido, pues claro que la conozco, la de los pijos. --Si, eso me han dicho, que alli hay mucho nivel. --Y mucha tonteria, y muchos cuentos y, ya de paso, muchos cuernos. --El chaval hizo el gesto con la cabeza, como si fuera un toro y yo me eche a reir. --?Muchos cuernos? Mira que si acabo yo sentada en el "Salvame" dandole a la lengua--bromee. --Pues no lo descartes del todo, que ahi alquila de vez en cuando hasta algun famosete. --No me digas, mira, espero que no sea Mario Casas porque me puedo quedar muerta en la piedra, aunque tampoco su hermano pequeno esta para hacerle ascos, que vaya dos maromos que echo ahi su madre al mundo. --Yo de eso no entiendo mucho, de maromos digo, aunque mi hermana Lucia opina exactamente igual que tu, asi que supongo que algo tendran. --Si, algo tienen, ?me pones tambien estos caramelos? --Eche mano de unos de propoleo porque, de tanto cantar por el camino, llevaba la garganta un tanto perjudicada. --De acuerdo, pero a esos invita la casa, no te preocupes. --Que majo, espero tener suerte con el resto de la gente que me encuentre en el pueblo.

  • Elementum Forgos de Phavy Prieto

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    Fuego, fuoco, fire, ignus, una manifestacion visual de la combustion que nos proporciona luz y fascinacion ante su espectaculo, pero que tiene nombre y rostro.

  • Viernes (Atemporal 5) de E. L. Todd

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    Me ama.

  • Encanto de Medianoche de B. J. Castillo

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    Mary esta asustada. Cuando creia que las cosas no podian ponerse mas oscuras, con la revelacion de algunos secretos familiares, ahora debe embarcarse en una peligrosa mision de rescate para salvar a Andrew Treddaway de las garras del malvado nigromante que tomo cautivo a su hermano. Pero no todo resulta como lo esperaba. Mientras, Andrew sufre de los abusos y torturas de Mahlon West, y para no perder su alma, debera enfrentarse a todas las sombras que lo llevaron a ese lugar.

  • Villa Triste de Patrick Modiano

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    Principios de los anos sesenta. Un joven de dieciocho anos, bajo la identidad de conde Victor Chmara, se oculta del horror de la guerra franco-argelina en una ciudad de provincias. Chmara conoce a Yvonne, una joven actriz con la que iniciara una historia de amor, y a su mano derecha, Rene Meinthe, un medico homosexual. Y con ellos Victor se introduce en ese circulo de gente mundana que se reune en la estacion termal y que vive de espaldas a la Francia poscolonial de los anos sesenta…

  • Se busca desesperadamente secretaria de Nisha Scail

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    <>. Ag ata Crossroad --Y nuestra tercera secretaria en seis meses acaba de salir volando. Brian cerro tras de si la puerta maciza de color negro que daba a la sala de juntas. Aquel, junto con algunos muebles en el mismo tono y las paredes grises, era uno de los pocos toques de color que predominaban en una habitacion dominada por el blanco. --?Que le has hecho? --pregunto sin molestarse en cambiar de posicion. Apoyado en el respaldo de la silla que presidia la mesa podia mirar a sus companeros y no sucumbir al tedio. --Abrirsela, todavia soy un caballero. Nolan puso los ojos en blanco ante la respuesta del bombero. --Antes de eso, genio. Levanto las manos a modo de rendicion. --Yo nada --se defendio mientras se sentaba en una de las sillas--. Estaba subiendo cuando escuche barullo en la oficina principal, cuando entre vi a Garret acompanando a la secretaria hacia el ascensor. La chica se estaba desganitando, no le decia precisamente cosas bonitas. En cuanto me vio la tomo conmigo, asi que, como caballero que soy, le abri la puerta. --?Era Garret o Trey? Camden estaba sentado a su izquierda y levanto la mirada de la Tablet en la que estaba curioseando para puntualizar un dato importante. Dependiendo de su respuesta, tendria que subir o no. --A juzgar por como gritaba y nos insultaba, la mirada asesina de la mujer y la sonrisa petulante del cabronazo... era Trey. --Joder... --Y otra secretaria que hace historia en manos del dragon del ultimo piso -- chasqueo Camden sacudiendo la cabeza. --?Sigue con la terapia o la ha dejado tambien? --?Que ha dejado ahora? --se intereso Brian mirando al hombre que acababa de hablar. --Las clases en el conservatorio -- se adelanto Nolan, las miradas de sus tres companeros cayeron sobre el. --Dime al menos que sigue con la medicacion... Asintio. Eso era algo con lo que se mantenia al dia. --Soy el contacto de urgencia de su psicoterapeuta y, dado que no me ha llamado, tengo que pensar que si, que ha asistido a las sesiones --confirmo. No pudo evitar mirar hacia el techo. --Pues esta claro que la secretaria lo ha sacado de sus casillas, porque Trey ha salido a pasear. El resoplido de Mich, quien estaba sentado al lado de Camden resono en la sala. --Eso quiere decir que me tocara a mi hacer el papeleo, fantastico. --Esta claro que estamos enfocando la busqueda de secretaria por el camino equivocado -- chasqueo Cam--. Necesitamos que ademas de secretaria, sea Rambo o algo parecido... --Esa es una imagen que... puaj... Sacudio la cabeza ante el comentario de Brian y suspiro. --Joder, ?no podia esperar hasta despues de Navidad para largarla fuera? --Ya ves que no --se encogio Brian de hombros--. Es un milagro que no la haya volatilizado antes. Mich asintio conforme. --A la chica le iba la marcha... segun creo. --Si, posiblemente, pero una marcha que no va con Garret a juzgar por las sangrientas amenazas que le dedico ella... --Habra que optar por otro camino. --Si, pero, ?cual? --insistio Brian. --Podriamos empezar por no pasarla por la piedra a la primera oportunidad. No pudo evitar poner los ojos en blanco ante la veraz respuesta del chef. --Es que esta ultima estaba buena... --se justifico el bombero--, y no soy de los que rechaza una invitacion abierta. Y esta era muy abierta. --Pues habra que buscar una que no sea tan abierta --replico mirandolos a ambos--. Tendra que ser un requisito indispensable. Brian chasqueo la lengua. --No se, ?entrar en la oficina y morirte del susto? No es algo que mi corazon pueda resistir. --Estas dramatizando. --Ya sabes que eso se le da de lujo. Sacudio la cabeza y recondujo la reunion. --Quiza debiesemos elaborar un anuncio que dejase claro el perfil de secretaria que buscamos -- sugirio barajando la posibilidad. --?Como el de que este dispuesta a hacerse cargo de las tareas de secretariado y asistir a los cinco capullos de sus jefes? --resumio Mich mirandolos a cada uno--. Y debo hacer hincapie en la palabra <> y todas las implicaciones que traen consigo. --Sin duda nuestra credibilidad quedaria entonces de puta madre --puso los ojos en blanco--. Empiezo a ver ya el rostro de Brian y el nombre de la compania en los periodicos y en las noticias de todas las cadenas del pais. --?Y por que tiene que ser mi cara? --Sea como sea, yo no puedo hacerme cargo de las tareas de administracion durante mas de una semana, tengo el despacho a reventar ahora mismo --anadio Mich. Al igual que el mismo y el resto de los socios de la compania, tenian un empleo principal que compaginar con las tareas en la Crossroad. Mich era abogado y actualmente estaba hasta arriba de litigios.

  • Anonimos infinitos de Marina Bernal Guerrero

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    Este libro esta hecho con relatos pequenos, microrrelatos, sobre gente anonima que ha tenido la suerte de cruzar sus vidas con la de la autora de todos ellos, Marina Bernal. Anonima, pero real. Personas que sufren, se divierten, emocionan, se separan, se quieren, cumplen anos, hacen el bien, en una palabra… viven. De ahi el titulo, gente real que esta reflejada de forma anonima. E infinito, como el mar que tanto gusta a la autora, y porque estas historias van a continuar, como continuara la vida. …Todas las breves historias que se relatan en este libro son reales, con protagonistas reales y hechos reales. Marina tiene la suerte de que muchas personas le hagan participes de sus deseos, de sus sentimientos y de sus vidas… y luego le gusta describirlos respetando su intimidad y la confidencialidad. Lo cuenta, pero la mayoria de las veces no los identifica, por eso forman parte de estos Anonimos Infinitos……

  • La bahia de los suspiros (Los Guardianes 2) de Nora Roberts

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    Segundo libro de la <>.

  • Croatoan (?Tu me ves? 6) de Gemma Herrero Virto

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    El esperado final de la saga ?Tu me ves?

  • La cancion de los caballos de Ricarda Jordan

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    Las andanzas de la romantica y aventurera Aenlin en la Espana del Cid Campeador.

  • Prohibido contar verdades de Jorge Zuniga Flores

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    No siempre la vida universitaria marca a uno. De hecho, muchas de las personas que conozco o que he conocido, me comentaron alguna vez entre reuniones de trabajo academico, que les encantaba la universidad porque llegaba uno a sentir un grado de independencia, un sitio donde puedes construirte un nuevo tu, un nuevo inicio o una nueva carta de presentacion. A veces me pongo a dudar de las personas que dicen extranar la escuela. En algunos casos, si tu extranaras la escuela, estas diciendo que admites las llamadas de atencion, el jalado de ojeras por parte de la auxiliar de turno, el hecho de reprobar ese curso o materia que no te gusta (que por lo general es fisica o matematica) y demas cosas. Dudo mucho que alguien extrane por un momento ese tipo de vida. La universidad era un nuevo comienzo que toda persona que va a estar en ella debe pasar, debe temer, pero debe vivir. Habia pasado ya 2 anos desde que Juan aprendio a convivir en esa universidad a ejecutar su nueva carta de presentacion. No le fue facil. No por el hecho de no creersela para aprobar los cursos, sino por el hecho de formar vinculos de amistad. Era un tipo timido, pero con ganas de comerse al mundo. Dos anos despues era el mismo, pero pensaba quizas diferente. Habia logrado un cierto nivel de madurez y tenia mas claro lo que queria para su vida. Era la primera semana de la universidad y el comedor principal estaba repleto en su mayoria por becarios en todas sus mesas. Grupos de 4 o 5 estudiantes las ocupaban y habia una cola larga esperando las raciones de la comida diaria, muy basico para cualquier campus. Juan no tenia apetito alguno y se dispuso a ir a la Casa Guzman a sentarse en un comodo sofa y decidio leer Los Miserables. Era un libro que Juan lo habia tratado como meta personal. El profesor de literatura Pancho Navarro (que en paz descanse), senalo alguna vez en su curso de literatura que dicho libro era una de las mas grandes obras de la literatura, que tenia el mismo nivel que Hamlet de Shakespeare, que Ulises de Joyce o que tenia tanta aventura como los cuentos de Verne. Habia dicho alguna vez en su clase: "Si alguno en esta sala quiere dedicarse a la literatura o ser un pinche escritor en secreto, tiene que leer este libro. Si no, abstenganse a escribir", dijo provocando las risas de las cachimbada. Ese era Pancho. Los que han estudiado a partir del 2016 no lo entenderan, pero siempre considere que una manera de ser bautizado en la Ruiz era recibir un coscorron del querido profesor Navarro. Imponia disciplina mediante la comicidad, y eso es muy dificil para el mundo en el que vivimos hoy. Era la clase de profesor que todo estudiante queria tener y creo que fue el perfecto puente de la vida escolar hacia la vida universitaria. No era de gritar ni de llamar la atencion, ni mucho menos de resondrar a todo aquel que no hacia caso. Lo que imponia era una suerte de orden a la ligera. Como buen dotador de artes, entendia, creo yo, la vertiginosa vida juvenil. Por eso, sus coscorrones era una forma de adaptarse a esa vida tan ajetreada, pero a la vez comica y risible. Una vez, trabajabamos uno de los capitulos de Don Quijote de la Mancha. Eran las 11 o 12 por lo menos, y como que a esa hora no sabiamos decir si queriamos salir a tomar un poco de aire o pedir que prendan el aire acondicionado, porque era un marzo caluroso. Pancho, como siempre, llevaba sus lentes grandes y a cada rato se pasaba la mano a su cabello. Todos coincidiamos de que el peinado del profesor era posible gracias a los dotes de la energia electrica, pues siempre parecia muy despeinado el pobre docente. – Tienen que entender muchachos la complejidad que tiene esta obra. Esta pieza fundamental de la literatura universal vio la luz en 1605, en pleno nacimiento del siglo XVII. Dulcinea es un imaginario presente en la vida del quijote y tambien por su puesto para la vida de Sancho. ?No lo crees asi Juan? - dijo acercandose a Juan poniendole una cara de asombro y abriendo bien los ojos. – Pues si, lo creo. - dijo nervioso el pobre. Emilia tuvo que contener la risa. – ?Has leido el capitulo? – ?El que estamos viendo? – ?Cual otro mas Juan? - Muchos empezaron a reir. – No - dijo apenado. – Ven aqui - dijo con voz resignada. Hizo que Juan agache su cabeza y Pancho le dio su merecido coscorron. Ese era el espiritu del profesor Francisco Navarro, quien carinosamente todos llamaban Pancho, de aquel dotador de arte refugiado tiernamente en la fe. Son el tipo de profesores que te dejan un mensaje oculto que agarra significado anos despues cuando te dices a ti mismo que fuiste feliz sin darte cuenta. Ese momento cumplia todos los requisitos para que perdure en el tiempo y dificilmente aquello se podra borrar uno de la memoria. 2 Habiendo pasado media hora, los estudiantes iban y venian en la casa Guzman. Unos minutos despues de que Juan habia logrado cierta concentracion, entro Carlos por el lado izquierdo del lugar. Era uno de los pocos amigos cercanos de la universidad, aunque a veces renegaba de el. Iba exhausto y caminaba de forma indignada. – !Carlos! - dijo Juan ni bien noto su presencia. – Juancito - respondio - Disculpa. No te habia visto. Mas bien, antes que nada. ?Has visto a Liliana? – No. ?Por que? – ?Como que por que? ?No te has enterado? – ?Enterarme de que? Soy el ultimo en enterarme de cualquier cosa. - dijo Juan a reganadientes Carlos no perdio tiempo y le mostro un comunicado redactado por el consejo estudiantil. En el, mostraban su profunda indignacion a la universidad por contratar a Elena Torres como profesora de Teologia e Introduccion al Derecho. Bajo la perspectiva del consejo, el estilo de ensenanzas morales no iba acorde a la universidad, y que era un grave error contratarla como docente. Invocaban a todos los alumnos interesados a una reunion de emergencia para el miercoles 15 a las 2 en punto. Juan habia escuchado aquel nombre antes y se acordo inmediatamente de un par de entrevistas que habia escuchado en la radio cuyo tema era la union civil y de unos cuantos discursos moralistas que sinceramente a nadie le interesaba. A el le encantaba renegar cada vez que la veia o escuchaba en cualquier medio de comunicacion. – ?Cuando publicaron esto? – Lo vi en una publicacion en Facebook y yo me encargue de pasarlo a Word para hacerlo mas notorio. De hecho, iba a pegarlo cerca a la fotocopiadora o en la entrada del comedor. – ?Sabes algo de Francisco? – ?Que tiene que ver el? Si es el mas feliz. - dijo Carlos – Cholo, acaban de declararle la guerra a su vieja. ?No crees que lo minimo que puede pasar es que Francisco le menta la madre a Lili o a alguien del consejo? – ?Para que? – ?Como que para que Carlos? Francisco es el primero que quiere que su madre este ensenando en la Ruiz. Y te puedo apostar que incluso lo quiere mas que el propio rector o quien quiera que haya tenido la idea de traerla - dijo Juan y al terminar se tomo la cara – ?En serio fue idea de la Ruiz? – Ni siquiera una fuerza sobrenatural ha querido desgraciar la tranquilidad aqui. - dijo Carlos - Me niego rotundamente a creer que la idea de traerla haya salido de aqui. Serian unos huevones. Traer a esa mujer es lo equivalente a una santa inquisicion. – Y somos jesuitas, ?verdad? - dijo Juan provocando la risa de su amigo. – Por supuesto estas en contra. ?Verdad? - dijo Carlos – Mira, su nombramiento me va y me resbala. Puede haber otras terroristas de la religion si quieren, pero ella no. Las veces que la veo en programas o en el celular me da pena. Es como una mujer que quiere tener la razon a todo, y yo aborrezco a esa clase de personas. Por lo general, terminan siendo incompetentes. – ?Vas a ir? Creo que hasta cierto punto es importante que tus vayas, para que la reunion este balanceada. – Tu sabes que nunca he sido bienvenido a ese colectivo. Lo comprobe el ano pasado cuando fueron las presidenciales. Ya no veia las horas para que terminaran las elecciones. Si te contara todo el bullying que me hicieron. – Vamos pues Juan. Por esa pavada puedo comprenderlo - dijo Carlos - pero aqui estan en juego intereses de la universidad huevon. Tienes que estar ahi. – ?Tengo? – Bueno, eres de la Ruiz ?No? ?No defendias las causas humanistas? – Lo siento. Anda y representame. No puedo estar en esa reunion. Si quieren botarla, haganlo. Pero me sentiria incomodo estar rodeado de personas con quien no me llevo bien. Juan se paro y no tuvo reparo en despedirse de Carlos de una forma agridulce. En su mente, si quiera ir a batallar o dar pelea verbal. Necesitaba hacer sentir su voz de protesta, en especial a Monica, una estudiante de tendencia izquierdista. Apoyaba cualquier idea de hacerle a Elena Torres una especie de callejon oscuro. Intervenir en esa asamblea era una buena oportunidad. Sin embargo, cuando sus deseos iban en un crescendo rapido, se acordo de los personajes que iban a estar. No era malos, pero por cuestiones meramente politicas y por lo tanto meramente estupidas, habia cierto roce y malestar. Por algo, los politicos en la Ruiz eran llamados fosforitos. Armado el problema, armada la huelga, solian decir algunos. Muchos simpatizantes izquierdistas que iban de huelga en huelga marchaban contra cualquier medida por parte del gobierno de turno que "infrinjan" a los estudiantes. Lamentablemente, la Ruiz no era exclusiva de aquellas marchas. Dicho colectivo se pronunciaba con la esperanza de ganar mas adeptos. Hay estudiantes que de verdad les encanta perder el tiempo en alguna manifestacion que, al final de cuentas, no llevara a nada. La epoca de Hugo Blanco se termino y las marchas de San Marcos tambien, amigos mios. Eso pensaba Juan. 3 Al llegar a la avenida Bolivar, Juan no dudo en ponerse los audifonos, segun decia para aislarse de ese ruido gris llamado Lima. Fue al paradero de siempre y se puso a esperar a que pase la linea 11 o la 32-B, buses que lo dejaban mas cerca de su casa por ese entonces. Mientras venia los carros venir de su lado, volteo y se dio cuenta que, al otro lado de la calzada, una chica le estaba alzando la mano. Parecia gritar, pero Juan no podia oir porque escuchaba a Charly Garcia. Se dio cuenta que era Juliana. Tras cambiar el semaforo en rojo, ella cruzo y fue directo a su amigo a intercambiar palabras. Tras ello, quedaron (y al decir quedaron significa que Juliana obligo a Juan) en subir a la 40, linea de buses que la dejaba a ella en su casa y a el en la Avenida San Luis, un poco lejos para ir a pie, pero no era cosa seria. Tenian suerte porque habia varios asientos desocupados. – ?Vos te enteraste de Lili? - pregunto Juliana – Justo me encontre con Carlos y me conto lo que paso. Quiere que este en la reunion. – Yo voy a ir. A mi me da asco que esa mujer ensene en la Ruiz. Da ganas de irse a la catolica enserio. - dijo ella – ?Y que? ?Quedarte sin plata? – Amigo, vos estas hablando con alguien que tiene plata. Asi que dejate de preocupar, che. - dijo Juliana cruzando las piernas y poniendole la mano en la mejilla. – ?Sabes? Lei un articulo donde senalaba una pregunta interesante. ?Que prefieres? ?Estudiar tu maestria en la catolica o comprarte una casa o un departamento? Porque ambas cosas tienen el mismo precio. No te preocupes, que se que me vas a responder la casa. – Vaya, no lo vi desde esa logica. - dijo ella reflexionando – Pero enserio Juan, conforme pasan los anos la Ruiz se esta volviendo cada dia mas cerrado. – Lo entiendo, pero no es para que digas eso. ?o acaso quieres ir a estudiar mas abajo? Si es asi, tienes suerte de que la 40 llegue hasta la catolica. – Si lo pones como tu dices, no. - dijo Juliana – Si quieres ir manana, anda y ve. - dijo Juan retomando el dialogo anterior – Pero te digo lo que le dije a Carlos. Yo podre estar en contra, pero por cuestiones de ciertas personas que no puedo ver, me abstengo a ir. – ?No vas por Monica? - dijo ella. – No es solamente Monica. Ella me cae bien, pero te apuesto que el miercoles va a hacer un recital absurdo sobre sus ideas politicas y tantas cosas. Para mi resulta un tanto incomodo observar su supuesta indignacion. Es como si Eva Peron y Zuleika Esnal hubieran hecho el amor y de esa transmutacion salio ella. – ?Quien es Zuleika Esnal? – Una argentina progresista que le falta huevo. Parece que nunca se lo dieron porque la chica para amargada cuando habla. – dijo el haciendo reir a Juliana – Bueno, yo manana voy a ir. Si quieres te cuento como fue. – Vale, pero yo estoy preocupado por algo. – ?Que cosa? – dijo ella mientras miraba su celular – Lamentablemente, tu y yo somos amigos de Francisco, y en el comunicado, la firma de Liliana esta en la parte final. Le dije a Carlos que lo minimo que va a hacer el es mentarle la madre. Y si Lili fuese hombre, olvidate le puede dar un punete. – Juan, ?En serio crees que haga eso? - pregunto Juliana – ?Tu no? ?Soy el unico que vela por la integridad de Liliana acaso? Me encontre con Carlos tambien me dio a entender de que no cree que pase cualquier cosa. – Bueno, yo tambien lo creo capaz, pero hay dos posibilidades. Si lo hace, posiblemente lo haga fuera del campus o en los alrededores. De pasar eso, te apuesto que se va a armar un escandalo en el grupo de Facebook de la Ruiz. Si no lo hace, posiblemente quede como el nino que no hizo nada por su madre. – En ambos va a tener rabia. – Relajate, Juan - dijo Juliana – Francisco tiene mierda en el cerebro, pero no tanta. No es como su madre. Lo mas probable es lo primero. Y eso si es que se da, porque ese huevon grita un culo, pero a la hora de la hora se caga de miedo.

  • A ras del ocaso de Kevin Calvo

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    Habia vuelto a suceder. Otra vez la misma pesadilla que le estaba atormentando y dejandole en vela durante toda la semana. No habia dado resultado las pastillas para dormir que le habia recetado el psicologo hace dos dias, y eso que "resultaban" ser bastante fuertes. Despues de dos meses aun continuaba considerandose culpable de aquel accidente. Aquel en el que resulto catastrofica e irreparable, acabando con la vida de aquella mujer con su hijo, y aun sabiendo que la culpa fue de aquel camionero, se sentia rencoroso consigo mismo por no haber estado pendiente del trafico y no de aquel maldito Porsche 911 que le adelanto sin apenas poder ser visto de la velocidad a la que iba. Segun los forenses, el camionero triplicaba la tasa de alcohol y, por si fuera poco, se quedo dormido al volante e invadio el carril del coche de los difuntos, que tragicamente no sirvio de mucho el frenazo ya su coche colisiono con el e hizo que por muy poco que fuera, lo empujo hasta tal punto que se vio arrastrado con el camion y ambos salieron despedidos fuera de la carretera. Nadie sobrevivio a aquel accidente. El camionero terminara su vida entre rejas y el no volvio a ser el mismo. Despues de despejarse un poco, y de encender la luz de la radio que mostraron las 06:37h, decidio darse una ducha para quitarse el sudor que lo empapaba provocado por la pesadilla, pero mientras estaba preparando el agua caliente, sono el fono porta. ?Quien podria ser a estas horas? !Es sabado! Penso mientras se rascaba la barba de una semana de su rostro cuadrado con caracteres imponentes. Se acerco a la cocina y contesto a la llamada. -- ?Quien? -- con voz risuena y desganada. -- ? No vas a abrirle a un amigo ? --sono mientras se reia. --? Carlos…? ? Eres tu…? -- contesto. -- Pues claro hombre, ?quien sino…? -- dejando una pausa que duro mas bien poco. -- Vamos Oscar abre, aqui hace un frio de cojones, y no voy a esperar mas y tu querras escuchar lo que tengo que decirte. No respondio, directamente abrio la puerta y fue a la entrada a recibir a su amigo. La casa no estaba como para recibir visitas, no habia limpiado a fondo desde hace un mes minimo, desde que invito a sus padres a comer y de eso ya hace tiempo, al igual que el no habia ido a la barberia a arreglarse su pelo con grenas y negro como el carbon. Pero penso en que Carlos no diria nada por ello, seguramente lo entenderia, mucho trabajo y muchas mas comeduras de cabeza. Abrio la puerta quitando los dos cerrojos y ahi estaba el, con un abrigo de borrego y una bufanda que le cubria practicamente su diminuta cabeza redonda tiritando mientras soplaba a sus manos frotandolas entre si para entrar en calor. Hacia tiempo que no sabia nada de Carlos, y no recordaba que estuviera tan rechoncho y bajito, asi que con una sonrisa burlona lo invito a pasar senalandole permiso sin decir nada cerrando la puerta detras de si. Como un tornado se lleva todo a su paso, recogio toda la basura que pudo llevandola a la cocina. Pasaron 5 minutos bien largos y ninguno de los dos habia abierto la boca ni para suspirar. Carlos contemplando aquel estercolero y terminando de entrar en calor , fue el primero en decir algo. --Veo que has estado bastante ocupado. -- dijo mientras se quitaba la bufanda y los guantes.-- Si puedes prepararme un cafe largo te lo agradeceria. Algo caliente no sentaria nada mal. --Perdon por el desorden, ya sabes... trabajo...-- contesto Oliver mientras sonreia de forma vergonzosa. -- Y sobre el cafe, tengo en polvo. -- adjunto mientras observaba como su invitado inesperado daba el visto bueno con un simple movimiento de cabeza. Despues de preparar las tazas de cafe y ponerse una camiseta que pillo tirada en el respaldo de una silla de la cocina, se dirigio al salon donde le esperaba su amigo y aquello tan misterioso que queria saber y no iba a tardar mucho es descubrir. -- Sera importante para venir a estas horas un sabado. -- propino dejando las tazas sobre la mesa de centro.-- Aunque no te preocupes, me pillaste despierto. -- No te va a gustar, pero seguramente aceptaras seguro. -- contesto mientras daba un sorbo a la taza mojandose los labios con el cafe. -- Desembucha. -- Esta bien. Ejem…-- pauso mientras daba otro sorbo.-- Es con relacion al accidente Oliver... Ayer murio Tomas, el camionero. -- ?A muerto ? ?Y que pasa con eso?-- pregunto mientras estiraba las piernas encima de la mesa. -- Veras, no ha muerto de forma natural. Ha sido asesinado. Ayer a las 12h tenia su ultimo juicio para sentenciar el caso, pero se ha dado el caso de que iba a confesar algo que por ahora no sabemos. -- ? Asesinado ? Y por la confesion, me da que ya es un poco tarde...? No crees?-- dijo sonriendole.-- Ademas sabes que desde aquel dia estoy fuera de servicio, y no tengo porque saber lo que me estas contando, aunque ya es un poco tarde. -- Eso ya lo se, pero pense que podria servirte para dar un paso al frente y ayudarte a superar aquello. --contesto.-- Y sobre la confesion, su abogado es quien lo sabe, pero con lo ocurrido, se suspendio el juicio y el abogado esta en su domicilio con una patrulla bajo su casa por si las moscas.-- anadio poniendo su mano en el hombro de su amigo. -- No se si estoy preparado Carlos. Y parece un caso concluido. Ves a hablar con el abogado y fin de la historia.-- propuso recogiendo las tazas vacias para dirigirse a la cocina para dejarlas. --Puede ser, por eso quiero que vengas conmigo , me acompanes a la comisaria y vayamos a hablar con el abogado. No pierdes nada por ello. Oliver al escuchar lo que le propuso, penso en ello mientras ordenaba un poco la cocina y le servia un poco mas de cafe a Carlos. Y entre tantos pensamientos, su subconsciente o esa voz que todos tenemos y nos habla, le decia que aceptara la proposicion y ahuyentara a sus fantasmas de una vez por todas. Su fiel amigo, companero de trabajo y hasta hace unos meses, su segundo en resolver crimenes de casos abiertos, habia ido hasta su casa de buena manana solo por y para ayudarlo a superar el miedo que lo comia poco a poco, dia tras dia. Asi que, sin dudarlo mas , se dirigio a su habitacion, que estaba igual de desordenada que el resto de la casa ,se vistio, se aseo en el bano y cogio el abrigo del perchero que estaba entrando al salon. Cogio las llaves de la casa y miro a Carlos que aun tenia el abrigo puesto y estaba mirando a la nada con la mirada perdida. -- Vamos. -- le dijo abriendo la puerta y cerrandola con llave despues de que su amigo y companero, saliera antes que el. -- Antes tenemos que pasar por comisaria, recuerda. Sera rapido. Tras subir al coche, un Volkswagen Golf Mk2 negro del 92, que en mas de una ocasion habian pedido el cambio por uno mas nuevo, pero la contestacion del comisario Molina que siempre recibian era la misma, " no hay suficientes ingresos, y si os lleva donde quereis ir, aun hace su trabajo". La comisaria no estaba a mas de 15 minutos de la casa de Oliver, que vivia en Alboraya. Lo que le venia muy bien si queria irse al domicilio para descansar, comer, resolver dudas o planificar presentaciones para exponer al resto del cuerpo de policia. Hacia mas de 3 anos que junto a Carlos, habian subido al rango de inspector que tanto estaban deseando. Desde que entraron al cuerpo con 25 anos, los dos habian sido una y carne patrullando las calles de Valencia Centro y Norte, creyendose los reyes de las calles como en las peliculas de Hollywood. En mas de una ocasion han tenido que hacer persecuciones a conductores ebrios y sobre todo a adolescentes que llevaban estupefacientes o habian tenido algun encontronazo en grupo porque uno habia mirado mal o millones de otras excusas infantiles que solian decir. Pero, despues de casi 10 anos haciendo lo mismo, los dos querian aspirar a mas y poder llevar las pruebas de los casos y ser ellos quien van en busca de delincuentes gordos y no de los de poca monta. Tras tanto insistir al comisario de que les diera la oportunidad, llego el dia en que los llamo a los dos a entrar en su despacho. Tenian que atrapar a una banda que se dedicaba al trafico de armas y al blanqueo de dinero. Les llevo bastante tiempo en atraparlos ya que las pruebas y confidentes eran escasos o mas bien nulos. Se les apodo, Bolivares ,ya que la mayoria del grupo eran bolivianos y una pequena parte espanoles, del que formaban parte de una organizacion mas grande y del que ellos solo eran intermediarios al igual que otras pequenas bandas que han ido capturando.

  • Si te tientan mis labios (Los Hijos de la Infamia 2) de Eleanor Rigby

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    En el ajedrez y en el amor, siempre es la reina quien protege al rey…

  • Alfileres en el corazon de Erika Gael

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    --Disculpe, senorita, creo que me he equivocado de puerta. Despues de tres meses trabajando en el museo, Danielle necesitaba distracciones con urgencia, de las que habia anhelado cuando decidio cambiar su tedioso pueblo del sur por la alocada Nueva Orleans. Una distraccion como esa, por ejemplo. Clavo sus ordinarios ojos negros en el desconocido que se apoyaba en el quicio con indolencia. Le hizo una radiografia rapida. Pelo rubio, ojos azules, rostro anguloso, musculos por todas partes. Banda de cuero al cuello. Abrigo largo. Todo negro. Y --ooooohhh, siiii, ven con mama, bebe-- NewRocks[1] en los pies. Un autentico pura sangre de los que cabalgan por Decatur Street[2]. Le dedico su mejor sonrisa --su mas caliente sonrisa--. --Depende de que esperabas encontrar del otro lado. El desconocido le devolvio el gesto, ensenando una hilera de dientes perfectos. Habia que ser muy tonta para dejar escapar a un ejemplar del sexo contrario como ese. --Bueno, en realidad venia a hablar con Steph. Oh, claro, Steph. Todos venian a ver a Steph, pero no era algo que reprocharles. Melena rizada y cobriza, grandes ojos verdes, piernas de vertigo enroscadas como hiedras bajo la minifalda. --Steph no esta --aclaro con expresion compungida, casi de verdad--. Ha salido a tomarse un cafe. Y tarda mucho --anadio--. Mucho. Nunca he visto a nadie girar la cucharilla con tanta parsimonia. No te aconsejo que la esperes. El desconocido chasqueo la lengua. Parecia contrariado. --?Quieres que le deje tu recado? --se apresuro a ofrecerle--. Si rellenas este formulario con tu nombre, tus datos personales y tu numero de telefono, sabra quien ha venido y podra llamarte. Un suave aleteo de pestanas --cortas, si, pero tan utiles en casos de emergencia...-- acompano el movimiento de su muneca mientras le tendia un papel cualquiera, tal vez una hoja de reclamaciones, o incluso puede que fuera el ultimo recibo de la luz. Si es que los jefes tenian el valor de pagarle a la compania de electricidad por algo que no se consumia en el siniestro y oscuro Museo del Vudu. Unas cuantas letras y un par de tachones despues, el desconocido se largo por donde habia venido con una mueca suspicaz, y Danielle ondeo su tesoro para que se secara la tinta. Habia que ser redomadamente idiota para dejar escapar a un hombre como ese. Y ella no lo era. Corrio al establecimiento de la senora Laveau en cuanto termino su jornada laboral. Nueva Orleans bullia de excitacion, entre tiendas que aun no habian echado el cierre y bares que ya estaban abiertos. La senora Laveau no era la original senora Laveau --los malos espiritus la tengan con ella--. Era la amiga de la hija de una cunada de la antigua manceba que habia acompanado a la celebre Marie Laveau en sus comienzos como diosa del vudu. En Nueva Orleans todo el mundo lo sabia --en Nueva Orleans todo el mundo se conocia--, pero a pesar de eso le guardaban un gran respeto a la recientemente bautizada como senora Laveau junior. La senora Laveau junior --Dory, para los amigos--, la recibio con una sonrisa y los ojos entrecerrados. Cuando el carrillon sobre la puerta aun no habia dejado de sonar, ella ya se habia precipitado a la lugubre trastienda, desde donde regreso con un monton de cajas cubiertas de polvo. --Sabia que volverias --dijo en cajun[3], con su perfeccionada voz de hechicera popular--. ?Como se llama tu elegido? A Danielle no le hizo falta repasar la informacion escrita en la hoja. Ya se la sabia de memoria. --Kieran Reid. 1525 de Prytania Street. Telefono 504-50... Dory sacudio una mano ante los ojos de la joven, que guardo silencio. --Ya, ya, nina. Te dije que con el nombre seria suficiente. Danielle se encogio de hombros. --Por si las moscas. --?Y por que crees que el es el elegido para ti? --Dory balanceo una rama seca de solo ella sabia que especie vegetal a su alrededor. Romero, identifico cuando su ropa y su pelo quedaron impregnados del fuerte olor. --Es el hombre mas guapo que ha pasado por el museo desde que trabajo alli. Ademas, usted leyo en las cartas que mi hombre llevaria botas militares. La anciana enarco una ceja. --?Y? Mas de la mitad de los hombres de esta ciudad las lucen. --?Como que y? --Danielle se llevo un dedo a la sien--. !Este lleva NewRocks, por el amor de Dios! La senora Laveau se santiguo y corrio a esparcir unas cuantas semillas sobre la mesa tipo altar tras la que despachaba. Hizo varios paquetitos con ellas, que etiqueto con esmero y cerro con varias vueltas de cordel. Despues de sacar pequenas cajas de hierbas y anadirlas al pedido, cogio tres libros de una estanteria, agrego varios folletos, un minusculo bote de agua perfumada, tela de arpillera, varios saquitos de arena, un alfiletero y tres o cuatro amuletos con dientes y colmillos de animales. O eso prefirio pensar Danielle, que tamborileaba los dedos con impaciencia sobre el mantel del mostrador.

  • Lo bueno que hay en mi (Violeta 2) de Vicky Hernan

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    Una muralla invisible que separa a Violeta y a Jan y que ambos deberan encontrar como superar. La llegada de mister Universo, cuya intensa personalidad lleva a provocar conflictos con la misma facilidad que genera situaciones comicas. El pasado y los secretos de la Diosa por fin desvelados. Sensualidad, deseo y pasion. Un amor que madura y otro que florece. Todo ello envuelto en la mas sincera y leal de las amistades.Los protagonistas de Lo Malo Soy Yo, junto a sus amigos y familiares, siguen entretejiendo una historia que nos fascina y cuyos resultados seran impredecibles.Lo Bueno que hay en mi es la segunda entrega de la trilogia “Serie Violeta”.

  • La catadora de Rosella Postorino

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    Una gran novela aclamada por la critica y en la lista de mas vendidos de Italia.

  • En Realidades Infinitas (Almas Suicidas 2) de Gonzalo Ruiz

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    Para conseguir la felicidad, un objetivo por el cual vivir, es necesario ir a buscarlo, no a esperar sentado o sentada. Sin importar nada, ni las distancias, los recuerdos, las dificultades, a veces algunos idiotas intentan lo que sea por sonreir una vez mas sin importar perderse a si mismos otra vez. Salir de la depresion es dificil. Buscar la felicidad y encontrarla es mas porque el mundo puede llegar a ser cruel o a veces algo bueno.

  • Amor vidente de Elizabeth Pineda

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    Por fin ha llegado el dia que tanto he esperado. Estoy sentado en la cama de mi habitacion esperando a que Elyon me llame y me diga a quien ha elegido para ser mi companera. En la vida de todo vidente llega el punto donde no puede continuar solo y Elyon le obsequia a la mejor persona para que este a su lado. Ese dia ha llegado para mi. De pronto las luces parpadean, todo se pone borroso y luego, El aparece. --Has aguardado mucho tiempo para esto --dice. --Asi es --contesto emocionado. --Me fue dificil encontrar a alguien para ti, pero finalmente he hallado a la mujer perfecta. Lo mejor de Elyon es que nunca se anda con rodeos y dice las cosas directas. Una imagen comienza a titilar delante de mis ojos y poco a poco aparece la imagen de una joven mujer. La observo con detenimiento, sin perderme un detalle de su identidad, pero... algo anda mal, ella no puede ser la mujer que ha escogido para mi. --Debe ser una broma --comento. --No, jamas bromearia con algo asi. --No me pidas eso por favor --suplico--. He sido leal a ti. Jamas he hecho nada malo. --Asi es como deben ser las cosas hijo mio --responde inflexible. --No, tu... no me puedes hacer esto. Toda mi vida he sonado con conocer a una hermosa chica y enamorarme de ella. --Ella es la chica que elegi para ti. --Te he dedicado mi vida entera, lo menos que podria esperar por eso es una buena esposa. --Sabes bien que mi decision ya esta tomada. --Tu me odias ?cierto? --Claro que no, hijo yo te a... --!Es una prostituta! --Lo interrumpi--. ?Donde esta el amor en eso? --Es suficiente, hablare contigo despues. --!No, no! --grite esperando que se quedara un momento mas, pero unos segundo mas tarde, el extasis termino. 1 Keren Levanto la cabeza hacia el balcon con la esperanza de que Dario no se encuentre ahi, si ve que me siento un segundo, se enfadara; pero lo necesito, necesito quitarme los malditos tacones que estan matandome. Llevo toda la noche trabajando sin parar, creo que merezco un descanso. Por fortuna, el balcon esta vacio, quiza ya esta en su oficina contando sus ganancias de la noche. Me dirijo discreta hacia el bano, donde nadie me molestara. Una agradable sensacion recorre mis piernas cuando el primer tacon cae. Suspiro de alivio y luego masajeo mis pies. Se que la vida que llevo no es la mejor. Cuando me ven, muchos me llaman mujer perdida, otros me llaman zorra o prostituta, pero la mayoria prefiere decirme dama de compania, tal vez sienten que asi me ofenden menos. Honestamente, no me interesa lo que piensen, me gano bien la vida; y por lo menos no estoy robando como hacen otros. Tan solo desearia que los turnos no fueran tan largos. --?Keren? --La voz de mi amiga Talita suena dentro del bano--. ?Estas aqui? --Aqui estoy Talita --respondo con cansancio--. ?Que necesitas? --Amiga, Dario te busca. Acaba de entrar un nuevo cliente, quiere que lo atiendas. "Dios ?es enserio?" pienso, esto tal vez retrase mi salida. Tomo mis tacones en las manos y salgo del bano. --?Por que debo atenderlo yo? --pregunto molesta --Casi es mi hora de salida. --Lo se Keren, pero Dario dice que este es un cliente nuevo, y quiere mostrarle lo mejor para que regrese mas adelante. --?Asi que yo soy de lo mejor? --pregunto con sarcasmo. Talita solo se encoge de hombros--. Bien, ire, pero no prometo nada. --Keren, espera --dice y me toma de un brazo--, retoca un poco tu maquillaje, esta terrible y ponte los tacones. Por lo que vi, este cliente es de los dificiles. --?A que te refieres? --Ya lo veras cuando salgas. Sigo el consejo de mi amiga, y retoco un poco mi maquillaje, ella tiene razon, esta terrible. Cuando salgo minutos despues, todo esta vacio, excepto por un joven sentado en la barra. Esta de espaldas a mi, pero aun asi puedo percibir que es atractivo. Tiene hombros anchos, cabello corto y ademas es alto, quiero decir, muy alto. Lleva una chaqueta de piel negra y unos vaqueros desgastados que le vienen muy bien. Me acerco hacia el con la sonrisa mas provocadora que puedo fabricar. --Hola guapo --saludo mientras rozo su espalda con mis dedos. Aunque el ni se inmuta--. Nunca te habia visto por aqui. Cuando me siento a su lado, el joven levanta la vista de la barra y me mira con aburrimiento, ahora veo a lo que Talita se referia. --?Como te llamas? --pregunto para no dejar morir la conversacion. A pesar de mi pronunciado escote, sus ojos se mantienen fijos en los mios, me doy cuenta que detras de sus gafas, hay unos increibles ojos azul electrico. --Ezequiel --responde casi a la fuerza. --Bueno, Ezequiel, dime ?por que eres tan callado? El se rie cuando pregunto eso, quise darle una bofetada por cretino, pero Dario me observaba desde el balcon. --?Que es tan divertido? --le pregunto poniendo mi mano en su pierna, una tactica que nunca me ha fallado, pero el la aparta de inmediato. --Ustedes las prostitutas son todas iguales --dice con arrogancia. Me parece que alguien mas se esta dando cuenta de las dificultades que este cliente representa para mi. Poco a poco escucho como la musica comienza a subir de nivel y eso me da una idea. --Tal vez no --comento--, ven a bailar conmigo, te mostrare algunos pasos. De nuevo, cuando intento tomar su mano para sacarlo a bailar, el la retira y la esconde en la bolsa de su chaqueta. --?Por que no mejor te vas por ahi a saquear el armario de tu hija? --dice fastidiado. Ese comentario es el colmo para mi, ya no me interesa que Dario este cerca y me levanto furiosa. --Escucha cretino infeliz, si tanto te molestan las prostitutas ?Por que no regresas al monasterio de donde saliste? El ni siquiera se molesta en mirarme, tan solo toma su ridiculo vaso con agua y le da un sorbo. En segundos aparece Talita a mi lado. --Keren, tranquila --me dice y luego me toma de los hombros para alejarme de el. Se que quiere evitar que haga un escandalo mayor y Dario termine por correrme. --!Espera! --grita Ezequiel cuando ya nos hemos alejado algunos pasos-- ?tu nombre es Keren? --!Que te importa! --le respondo furiosa y luego me alejo con Talita hacia las habitaciones. Talita empuja la puerta de la habitacion mas proxima y nos metemos en ella. --Amiga, tienes que calmarte --dice--, te has molestado con tres clientes esta semana. Dario no te agradecera que hayas perdido a este ultimo. --Es un completo cretino --digo en tono cansino. --Todos los que vienen a este lugar son unos cretinos --apunta. --Si pues... este se lleva el premio mayor. --Piensa en Esteban, tu necesitas este empleo para darle sus estudios. Me siento en la cama para quitarme los tacones y volver a masajear mis pies. Esteban es mi pequeno de cinco anos, lleva meses diciendome que quiere entrar a la escuela para tener amigos, pero no puedo pagar una escuela, apenas si puedo mantenernos a los dos, y si pierdo este empleo con toda seguridad ni eso podre hacer. --?Como esta por cierto? --pregunta Talita. --No lo se --suspiro--, siempre llego directo a dormir. Cuando despierto, el solo se limita a mirar television. --Tienes que hacer algo por ese nino Keren, el esta creciendo y tu lo estas perdiendo. --?Crees que no lo se? --suelto de pronto--. Se que no soy la madre del ano pero... no puedo yo sola. --Esta bien, tranquila, se que es dificil. Talita estaba a punto de sentarse a mi lado cuando Dario entro en la habitacion. Miro a mi amiga y le hizo una sena para que saliera, Talita obedecio de inmediato.

  • Desconocidos de David Lozano

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    Dos vidas que se cruzan de madrugada a traves de las redes. Pronto daran el siguiente paso: una cita a ciegas. Sin embargo, encontrarse con un desconocido siempre entrana riesgos. Porque todos ocultamos secretos. Un cadaver. El cuerpo de un muchacho, desfigurado por la violencia de la caida. Una vida joven arruinada para siempre, una muerte que suscita mas preguntas que respuestas.

  • La ladrona de libros de Markus Zusak

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  • Lady McGregor de Arlette Geneve

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    Nicholas Cameron Worthington es el cuarto conde de Blakwey, pero su nombre y su titulo estan manchados con sangre. Nadie en el reino posee mejor punteria que el, pero el ultimo duelo mantenido con el marques de Bell, ha eliminado cualquier posibilidad de tener un compromiso con lady Rawhide, y Nicholas necesita con urgencia una esposa...

  • Las lagrimas de Julio Cesar de Jesus Maeso De La Torre

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  • Furia Un thriller psicologico de amor, misterio y suspense (Suspenso romantico 3) de Pablo Poveda

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    No podia disimular su expresion corporal, por mucho que deseara pasar desapercibido. Los musculos de la cara se le habian encogido. Su rostro blanquecino despertaba la curiosidad de los que caminaban en direccion contraria a el. El barrio estaba despierto, las mesas de los bares ocupaban las terrazas de la calzada y las parejas de enamorados paseaban de la mano para disfrutar del sol dominical. Habia vuelto a despejarse el cielo, a salir el sol y todo pronosticaba que seria un domingo de ensueno. No obstante, lo que parecia una estampa primaveral y castiza, llena de color y energia, no lo era para el arquitecto, que caminaba hacia su domicilio tras haberse apeado del coche. Despues de contemplar como el vehiculo se perdia a lo lejos por el final de la calle, la voz de aquel hombre todavia resonaba en su cabeza. De pronto, levanto su mano a la altura del esternon y sintio los latidos del corazon golpeando la puerta de su pecho. No era miedo lo que arrastraba. Tampoco era el odio lo que le hacia bombear asi. Una extrana sensacion, poco habitual en el y, afortunadamente, casi desconocida: furia. Mientras la lengua coloquial hablaba de esta como un mero enojo, para Don significaba algo mas que eso. Los romanos habian llamado Furias a las diosas violentas engendradas con la sangre de los testiculos de Urano, dos temibles criaturas capaces de enloquecer al propio Zeus. Para el arquitecto, aquella historia mitologica tenia sentido. Enfurecer, en el maximo esplendor de la expresion, era lo que habia evitado durante tanto tiempo a traves de sus actos, sus cambios de personalidad, de profesion e incluso de apariencia. Un trabajo de artesano al que habia dedicado toda una existencia y que estaba a punto de convertirse en pedazos a causa del infortunio. Lo que menos le preocupaba era perder todo lo que habia conseguido. Despues de todo, lo material carecia de sentido para el. Sin embargo, temia perder a Marlena. Temia que, a causa de un descontrolado y frenetico ataque, perdiera la cordura y se convirtiera en alguien totalmente irreconocible para ella. Tres dias. Eso era todo lo que tenia en sus manos para encontrar el modo de salir airoso. Si es que existia. Frente a la puerta del edificio, encontro su reflejo en el cristal que habia tras la reja negra. Tenia el cabello despeinado a causa del temporal matutino, bolsas en los ojos y un semblante cadaverico. A diferencia de la mente, el cuerpo no tardaba en manifestar los excesos que el propio dueno era capaz de darle. Demasiados viajes en pocos dias, largas horas de coche, cortas noches de sueno y una fatidica visita inesperada que le ponia en jaque por momentos. Se mecio el pelo, introdujo la mano en el bolsillo de su pantalon y saco un juego de llaves metalicas. Despues abrio la puerta. Antes de subir el escalon de la entrada, un pequeno gorrion se poso sobre el bordillo. Era pequeno, redondo y tenia las plumas de color marron. Don observo al pajarillo como cantaba, libre y sin miedo ante la presencia humana del arquitecto. En un lapso, se imagino a si mismo agarrandolo con la mano y apretando el puno con fuerza hasta ahogarlo. Asi se sentia el en esos momentos. Confundido, meneo la cabeza para olvidar el desagradable pensamiento y comprobo que el ave ya se habia marchado. No era su mejor momento, aunque el peor todavia estaba por llegar. Cuando cruzo el umbral de su apartamento, nada de lo que habia frente a sus ojos volvia a ser como lo habia sido antes: el sofa, las cortinas blancas de tela, la television de pantalla plana, la cadena de musica, su coleccion de discos de musica clasica, la estanteria de libros... El unico refugio en el que se sentia recogido tras una jornada de trabajo, tras una actuacion temeraria o un desencuentro con la vida, ahora, se habia convertido en un lugar extrano, aseptico y sospechoso. Habitar entre aquellas cuatro paredes no seria lo mismo. Cerro de un golpe y paso el seguro de la puerta. Despues camino con sigilo hasta las habitaciones y se aseguro de que no hubiera nadie, al menos, esperando alli dentro. Mientras muchos madrilenos pasaban el mediodia dando una vuelta por el centro de la ciudad o visitando el parque del Retiro, Don estaba dispuesto a encontrar cada uno de los dispositivos de espionaje que habian instalado en su vivienda para controlar sus movimientos. Cada rincon era un buen lugar para escuchar, ver o sentir al arquitecto. Paso las cortinas, se acerco al sofa y observo las instantaneas que habia encontrado bajo el mueble. Agarro las fotos en las que aparecian los cadaveres de Ferrec y Baumann y puso a un lado la de Marlena. Despues se dirigio al fregadero, cogio una caja de cerillas del mueble de la cocina y prendio fuego a las imagenes. Como una cinta de video acelerada, los fotogramas de su ultimo viaje pasaron a toda velocidad por sus ojos mientras las imagenes se doblaban entre llamas hasta reducirse a cenizas. Ambos eran historia y ahora debia centrarse en ese misterioso hombre de pelo canoso y mirada gelida. Ni siquiera sabia como se llamaba, pero ese era un asunto que resolveria mas tarde. Miro el reloj y comprobo que eran las once y media de la manana, una hora perfecta para poner patas arriba el apartamento. Mientras intentaba idear que hacer con las horas que tenia por delante, decidio empezar por limpiar su apartamento de una vez por todas. Desconecto la conexion de red, de telefono y comprobo las lamparas de las habitaciones. Ni rastro, pero no se iba a dar por vencido tan rapido. Busco con esmero, en los armarios, en el cuarto de bano y bajo los cojines del sofa hasta que, hastiado, se sento por un segundo para recuperar el aliento y volvio a comprobar la hora en el reloj que habia junto al televisor. Un reloj redondo de sobremesa marcaba las tres de la tarde con sus agujas. Era de color negro, cuadrangular y tenia una esfera dorada en el centro. Un objeto de decoracion por el que habia pagado mas de cuatro mil euros en una subasta y por el cual no tenia el mas minimo aprecio. De pronto, el arquitecto recordo que solo habia dado cuerda una vez al artefacto, el mismo dia que se lo llevaron a su casa. De aquello habia pasado mas de medio ano, por lo que, en caso de funcionar, detalle del que dudaba, el reloj debia seguir sin el cambio de horario de invierno. Tomo un angulo recto y saco el telefono movil de su bolsillo para comprobar la hora. El telefono indicaba las tres de la tarde. Alguien lo habia puesto en hora. Se acerco al aparato y lo observo de cerca. Podia ver su rostro reflejado en el pendulo dorado que colgaba del viejo reloj. En el centro, bajo las agujas, habia un pequeno lunar oscuro que se convirtio en una lente a medida que acercaba la vista. --Malditos hijos de perra... --dijo hacia sus adentros. Un ano era demasiado tiempo para haber convivido en el mismo apartamento. Las escuchas y las imagenes habrian sido suficientes para recabar informacion sobre el arquitecto y seguir sus pasos, saber cuando entraba y salia para que nunca les cogiera desprevenidos. Probablemente, aquella era la unica camara en todo el salon, pero con una les bastaba. Estaba colocada en un lugar estrategico desde el que podia capturar todo lo que sucedia en la habitacion y en la cocina contigua. Sabian que Don pasaba la mayor parte del tiempo alli, ya fuera por las mananas, durante sus sesiones de ejercicios, o por las noches frente al ordenador. Lo habian visto todo: su intimidad, sus rutinas, sus ataques insanos de agresividad, las mujeres con las que se acostaba y como maquinaba los planes para encontrar a sus victimas.