• no solo amigos jamie beck pdf - Jamie Beck

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    Escapando de una infancia solitaria y convulsa, Vivi ha crecido junto a los St. James, la familia de su mejor amiga, y desde hace trece anos vive enamorada de David, el introvertido hermano mayor. Hace tiempo que cada uno tiene su vida, pero Vivi no puede evitar seguir esperando que David se fije en ella durante las proximas vacaciones familiares en Block Island. El acude a la isla con su nueva novia, una chica con las miras puestas en el compromiso, pero pronto se da cuenta de que en su corazon va creciendo despacio y sin remedio una incipiente atraccion por Vivi. ?Es posible que la este empezando a ver como algo mas que una amiga?

  • No solo amigos (Hermanos St. James 1) - Jamie Beck

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    —Casi todo lo he aprendido leyendo libros y sacando vídeos de la biblioteca. A veces me quedo hasta tarde con el profesor de dibujo después de clase. — ...

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  • No solo amigos de Jamie Beck PDF - Libros de Moda

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  • No solo vecinos (Hermanos St. James nº 3) de Jamie Beck

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    03-may-2019 - Libro No solo amigos de Jamie Beck. Vivi ha tenido una infancia difícil, sin embargo, no está completamente sola ya que su mejor amiga no la ...

  • No solo socios (Hermanos St. James 2) de Jamie Beck

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    La vida perfecta de Cat St. James, modelo de portada, es pura apariencia. Por suerte, es una autentica maestra escondiendo la verdad a la camara y a los demas. Su actual problema se llama Hank Mitchell, el carpintero de voz suave al que dejo plantado hace unos meses. Verlo en la boda de su hermano no hace mas que empeorar su tristeza y despertar un inoportuno deseo que decide ahogar en champan.

  • Amigo imaginario de Stephen Chbosky

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    Kate Reese es una madre soltera que escapa de una relacion de abuso para empezar desde cero en el pueblo Mill Grove, junto a su hijo de siete anos, Christopher. Pero Mill Grove no resulta ser ese lugar seguro que cree: Christopher desaparece en un bosque cercano, donde hace cincuenta anos tuvo lugar otra desaparicion similar de un nino que nunca fue resuelta.

  • Las cadenas del deseo de Suzanne Forster

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    En los juegos del sexo, no hay perdedor.

  • Incendio de Tess Gerritsen

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    En una sombria tienda de antiguedades de Roma, la violinista Julia Ansdell tropieza con una curiosa pieza musical, un vals, ” Incendio ” , que la hechiza de inmediato. La composicion, apasionada, atormentada y estremecedoramente bella, de notas sombrias y febriles arpegios, parece dotada de vida propia. Julia esta decidida a dominar su compleja ejecucion y mostrarsela al mundo entero. De nuevo en Boston, en cuanto el arco y las cuerdas de su violin reproducen por primera vez las notas encendidas del vals, comienzan a suceder cosas extranas que trastocan su tranquila existencia. La musica tiene un efecto inexplicable y aterrador en Lily, su pequena de tres anos, que parece sufrir una brusca transformacion. Convencida de que los hipnoticos compases de ” Incendio ” estan urdiendo un hechizo maligno, Julia se propone encontrar al creador de la pieza y averiguar el origen de esta. Su busqueda la lleva a la ancestral ciudad de Venecia, donde descubre el oscuro secreto de una familia peligrosamente poderosa que no se detendra ante nada para impedir que la violinista desvele la verdad.

  • Elizabeth Bilford de Sophie Saint Rose

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    Lady Elizabeth Bilford debe proteger su fortuna de la codicia de su abuela antes de que sea demasiado tarde. Lo que menos se espera es que sera el nuevo Duque de Stradford, al que desprecia con todas sus fuerzas, el que la ayudara a recuperar su herencia protegiendola de los atentados contra su vida.

  • Un pitcher solo en mi corazon 2 de Christian Martins

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    ?Estas bien? --pregunta Bryan, observandome fijamente. La verdad es que no. No lo estoy. Cruzar el pasillo repleto de periodistas y camaras me ha dejado un sabor de boca amargo. Se que esta escapada de fin de semana nos traera muchas consecuencias, pero no se hasta que punto puede cambiar esto mi vida. La primera vez que Brian y yo quedamos en la cafeteria para arreglar los papeles del coche y nos fotografiaron pude atisbar discretamente lo que significa ser el foco de atencion constante. Y no me gusto. No me gusto en absoluto. Puede que mi hermana, Scarlett, este hecha para la fama. Pero yo no. --Estoy bien --murmuro, acomodandome en mi asiento. Es mejor que no le de importancia, al menos por ahora. Ya me preocupare manana de buscar una solucion a todo esto. --?Lo dices de verdad? No parece que estes bien... --susurra en voz baja, acariciandome el antebrazo. Es increible lo poco que hemos necesitado Brian y yo para formar esta complicidad entre nosotros. A su lado me siento comoda y feliz, como si llevase asi toda la vida. Como si nos conocieramos desde siempre. Es extrano, porque esa misma sensacion jamas la tuve con Marcus. --No me gusta la prensa --respondo en voz baja, para que nadie mas pueda escucharnos. Aunque en realidad, nadie puede hacerlo. Por primera vez en mi vida, viajo en primera clase. Y tengo que admitir que la diferencia con la clase turista es abismal. --Lo se. Olvidate de ellos, ?vale? No volveran a molestarnos en todo el fin de semana. Asiento, respiro hondo, y decido que seguire su consejo al pie de la letra: me voy a olvidar de ellos. Despues del mensaje de Patsy y de nuestra breve reconciliacion tras la fiesta de cumpleanos de Ginna Godbsy, este es nuestro primer encuentro. Y la primera vez que pasaremos juntos varios dias seguidos. Las ultimas semanas de mi vida han sido bastante complicadas, asi que me apetece mucho desconectar y disfrutar de Brian. Ademas, se que el partido que se disputa este fin semana es realmente importante para el y, en cierto modo, me hace feliz que me haya pedido que le acompane. Confia en mi y se apoya en mi. Me paso el resto del vuelo callada, pero para cuando llegamos a nuestro destino el malestar se me ha pasado y he terminado de olvidar por completo el episodio que nos ha tocado vivir con la prensa. Cogemos el equipaje de mano y desembarcamos del avion en primer lugar. Brian rodea mi cintura con su brazo, me estrecha contra el y me dedica una enorme sonrisa mientras caminamos por los pasillos del aeropuerto. --El coche nos esta esperando en la puerta --me dice, justo antes de guinarme el ojo derecho. Brian se ha encargado de todo. Bueno, no se si ha sido cosa de el, del club o de su manager. Y la verdad es que tampoco creo que ese detalle importe demasiado. Lo que realmente valoro es lo cuidada que me siento, como si pretendiera adelantarse a cualquier detalle e imprevisto para que mi unica labor estos dias fuera disfrutar. --Oye... --le digo, deteniendome en seco--. Gracias por todo. Creo que todavia no se las he dado. --No digas tonterias, Ash... Pero antes de que pueda restarle mas importancia, me pongo de rodillas y le beso en los labios. Brian sonrie justo antes de apartarse de mi. --Venga, vamos. Nos estan esperando. Antes de las nueve de la noche llegamos a nuestro hotel. Un impresionante edificio de cinco estrellas situado en una de las avenidas mas importantes y centricas de Baltimore. Sabian que llegabamos, asi que no tenemos que esperar. Un botones recoge nuestras maletas y nos guia hasta la habitacion que nos corresponde, situada en la ultima planta de todas. Es increible. Tiene unas impresionantes vistas a la ciudad y casi es mas grande que mi propia casa. --?Desean algo mas? ?Les gustaria pedir la cena? Brian me mira de reojo y yo me encojo de hombros. --Llamaremos si necesitamos algo, gracias. Y dicho eso, el hombre desaparece de la habitacion y Brian y yo volvemos a quedarnos a solas. --Guau... --murmuro para mi misma, repasando el bano de arriba abajo, que tambien es enorme y tiene una ducha preciosa, de piedra y cristal. El dormitorio, como ya he dicho, tambien es un espectaculo. Esta dividido en dos zonas. En una de ellas esta la cama con las dos mesitas de noche y la gigantesca television de plasma y en la otra hay un sofa, una mesita y... !Un jacuzzi! !Es increible! No quiero imaginarme lo que puede costar la estancia en una suite como esta, pero adivino que no sera precisamente barato estar aqui. Por un momento, me siento fatal. Todo esto lo esta pagando Brian sin pedirme nada a cambio. --?Que te ocurre? ?Hay algo que no te guste? Sacudo la cabeza en senal de negacion. --Si algo te disgusta, puedo pedirles que nos cambien de habitacion. Vuelvo a negar rotundamente. No se con que tipo de chicas ha estado Brian hasta ahora, pero no soy capaz de imaginar a quien en su sano juicio le puede disgustar esto. --No, todo es... perfecto --aseguro, dejandome caer sobre el sofa--. El problema es que es... --hago una pausa, esforzandome por encontrar la palabra adecuada--. Demasiado. Mucho mas de lo que me puedo permitir. Brian se sienta junto a mi. Parece confuso. --No entiendo. --Que esto es demasiado caro para un sueldo como el mio, Brian. --Pero tu no tienes que aportar nada --asegura--. Ademas, esta estancia la paga el club. Ni siquiera yo. Eso tampoco me consuela demasiado. Poyner se acurruca mas junto a mi y me levanta la barbilla para obligarme a mirarle a los ojos. --No puedes ser mas extrana, ?lo sabias? --bromea, aunque ya me lo ha repetido en demasiadas ocasiones--. Disfruta de lo bueno y deja de preocuparte por lo demas. ?Puedes hacerlo? --Si... Creo que si. Supongo que es mejor no plantearse las cosas. No puedo permitir que Brian pague todo cuando estemos juntos, pero supongo que por una vez puedo hacer la excepcion. La conversacion se queda suspendida en el aire cuando me besa. Sus labios humedos recorren los mios y nuestras lenguas comienzan un baile frenetico cuya coreografia no les es en absoluto desconocida. Son complices, al igual que nosotros. Siento sus manos recorriendo mi cuerpo. Las mias arrancandole la ropa. Asi es todo con el; no necesito demasiado para encender la llama y que, un simple beso, se convierta en un instante de pasion desenfrenada. Dos minutos despues, ambos nos encontramos desnudos. La ropa esta tirada en el suelo, bajo el sofa, mientras nos enredamos en un abrazo. Esta vez no me apetecen cuerdas ni juegos extranos, solamente quiero que seamos el y yo. --?Te apetece que encienda el jacuzzi? --propone sin apartarse de mis labios. --Me parece buena idea. Brian se levanta y enciende los grifos. Mientras la banera se llena de agua caliente, yo disfruto de las magnificas vistas que me ofrece su cuerpo. Es perfecto. Puede que simplemente sea cuestion de genetica o puede que se deba a las tantisimas horas de deporte que realiza semanalmente, no lo se. Y la verdad es que esos detalles tampoco me importan demasiado. --?Vienes? --pregunta, sumergiendose en el agua. Apaga los grifos y enciende el burbujeo. Yo camino hasta el, sintiendome un poco expuesta. Estoy totalmente desnuda y Brian me recorre de arriba abajo con la mirada, lo que me resulta... incomodo. El es perfecto; tiene un cuerpo musculado, definido y envidiable. Pero yo solamente soy una chica normal, con sus defectos. Practicamente corro hasta llegar al agua. Me introduzco en el jacuzzi, mirandole a la cara, y me siento sobre el. Siento su miembro ahi abajo, palpitante, dispuesto. Le sonrio y el me devuelve la sonrisa antes de estrecharme entre sus brazos. --?Crees que manana ganaremos? --pregunta. Si tuviera un poquito de idea sobre beisbol podria responder con sinceridad; pero la verdad es que nunca me han interesado demasiado los deportes hasta que Poyner tropezo en mi vida. --Estoy segura de que si --miento, aunque evidentemente eso es lo que deseo. Brian coge el botecito de jabon y deja caer un par de gotas en el agua. En pocos minutos, la espuma coge volumen alcanzando el borde del jacuzzi. El no parece preocupado por si se desborda, asi que yo tampoco. Brian coge otro poco de jabon, se lo coloca en las manos y las frota para extenderlo bien por sus palmas. Despues las deja caer sobre mis hombros y comienza a masajearme suavemente. --Manana tienes que madrugar, ?verdad? --Ahora mismo eso es en lo ultimo en lo que estoy pensando --me dice, justo antes de descender con las manos hasta mis pechos. Los masajea lentamente, presionando en los puntos clave para hacerme enloquecer. Brian sabe como tocarme, como hacerme disfrutar... Y eso, en ocasiones, me asusta. Es unos anos mas joven que yo, pero aun asi esta bastante claro que es el quien tiene mas experiencia de los dos. Mucha experiencia. Intento imaginar el numero aproximado de mujeres que han pasado por su cama, pero decido desechar ese pensamiento antes de que termine haciendome dano y causandome inseguridades innecesarias. Ahora esta conmigo. Aqui. El y yo... y nadie mas. Desliza sus manos sobre mi espalda y yo me inclino hacia el para poder besarle. Brian me lo permite, lo que es toda una novedad. Con el el sexo suele ser mas... extrano. Diferente a lo habitual. Le gusta que sea sumisa, que le deje hacer lo que quiera y que no me mueva ni un milimetro. Pero hoy, como si por arte de magia hubiera sido capaz de leerme el pensamiento, no esta siendo asi. Hoy simplemente hacemos el amor como una pareja normal. Siento su miembro endureciendose aun mas, rozandose con mi sexo. De forma inconsciente, comienzo a mecerme suavemente, rozandome contra el. Un cosquilleo se instala en mi bajo vientre, haciendome gemir. Brian tambien jadea. Puedo sentir como la excitacion va creciendo poco a poco entre nosotros. Sus manos vuelven a rodear mi cuerpo hasta mis senos. Los aprieta, masajea y disfruta. Me besa. Sus besos son suaves, humedos y calientes. Entonces me levanto levemente y guio su ereccion a mi interior. Una pequena parte de mi esta esperando a que Brian, como siempre, me detenga; pero no lo hace. Hoy no. Por una vez, me deja tomar las riendas. Me mira intensamente mientras yo desciendo hasta clavarme por completo, y entonces comienzo a mover las caderas en circulos. Echo la cabeza hacia detras. Mi cabello roza el agua, mojandose. Sus manos continuan paseandose por mi cuerpo y poco a poco van descendiendo hasta mi sexo. Me toca. Mis movimientos se aceleran mas. El jadea mi nombre, presionando mi clitoris, haciendome enloquecer y disfrutar. Y entonces, alcanzo el orgasmo. Siento como mi cuerpo se sacude por el placer y cierro los ojos, entregandome al momento. Cuando vuelvo a abrirlos, estoy abrazada a Brian. El sonrie con picardia mientras me besa en los labios. --Yo todavia quiero mas --me dice con la voz ronca. Suelto una risotada mientras se levanta del jacuzzi para salir de el. Despues, me pide que me ponga en pie y me coge en brazos. Estamos encharcando el suelo de la habitacion, pero a Brian no parece importarle lo mas minimo. Camina unos pasos hasta llegar al sofa y con delicadeza, me deja sobre el. Es increible la fuerza que tiene Brian; cuando me coge en brazos es como si me transformase en peso pluma. Me coloca de espaldas y me empuja suavemente hacia el respaldo. Despues me coge de las munecas para unir las manos y me penetra desde atras de forma brusca y mucho menos romantica. Suelto un grito por la sorpresa, justo cuando el comienza a entrar y salir mas fuerte. Este es mi Brian... Inmovilizandome. Sometiendome. Y tengo que admitir que me gusta. Tiene algo que engancha, que siempre te hace volver y querer mas. Entra y sale... Mas y mas fuerte, sin soltarme. Reteniendome. Y entonces, cuando siento que esta a punto de estallar y cuando pensaba que no podia sentir mas, exploto junto a el. Brian libera mis munecas y se deja caer sobre mi para besar delicadamente mi nuca. Despues me pide que me de la vuelta. --Eres increible, ?lo sabias? Le respondo con una sonrisa, porque no se que otra cosa se puede contestar a algo asi. Despues me coge por la muneca y me guia hasta la cama. No hemos cenado, pero no importa. Tampoco tengo hambre. Lo unico que deseo es acurrucarme junto a el en la cama, sentir su piel en contacto con la mia y cerrar los ojos. Aspirar su aroma y sentir paz. Nada mas. Nos metemos bajo la colcha y yo me coloco sobre su pecho. Aun estamos mojados, pero a ninguno de los dos parece molestarnos. Ya nos secaremos. Me concentro en su respiracion y cierro los ojos. Brian apaga la luz.

  • Pedro. Perdon (Los trajeados 1) de Nanda Gaef

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    Muchas veces los deseos se convierten en realidad; sin embargo, no siempre traen la tan ansiada felicidad.
    El siempre alegre y sonriente Pedro crecio deseando que su mejor amigo, Daniel, fuera su hermano. Al descubrir que es asi, no puede soportar conocer, por boca de terceros, que su madre y su mejor amigo -ahora hermano- le han ocultado esa informacion durante treinta anos.
    Ciego por el rencor y la desilusion, se aisla de todos, toma malas decisiones y, presionado por su pasado, huye para buscar el apoyo de su mejor amiga, Fatima.
    En su huida conoce a Paula, una mujer diferente a las que a el le gustan, pero que no pasa desapercibida a sus ojos. Para su sorpresa, Paula no cae rendida ante su encantadora sonrisa y conquistarla se convierte en un desafio para Pedro.
    Pero sus errores de juventud lo persiguen alla donde va y no le permiten seguir con su vida. La culpa le pesa y le impide seguir adelante.

  • Peligro !Alto voltaje!, India Alvarez de India Alvarez

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    Despues de sufrir varios desenganos en el pasado y haber perdido todo por lo que se habia esforzado tanto en conseguir, a Abril la vida le brinda otra oportunidad, pero su radar, algo estropeado, comienza a darle senales de PELIGRO, unas corrientes que solo el le hace sentir e intenta alejarse antes de volver a sufrir.
    Noah, un guapo y joven empresario, conoce de una manera un tanto extrana a la chica que va a necesitar en su trabajo y en su vida, pero ella no esta dispuesta a ponerselo facil.

  • Lo que me haces sentir de Eli Jane Foster

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    Marlena llevaba una vida muy ordenada y habia llegado a lo mas alto en su carrera. Era el momento de comprar su primera casa y un loft en el Soho era lo que mas la convencia. Nada de paredes y mucho espacio. Pero igual deberia haberselo pensado mejor al ver a su vecino de enfrente a traves del ventanal, porque su mirada la ponia realmente nerviosa y ella jamas perdia lo nervios.

  • Belgravia, Julian Fellowes de Julian Fellowes

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    La nueva novela del creador de Downton Abbey.

  • El Dragon de Su Majestad ( Temerario 1), Naomi Novik de Naomi Novik

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  • Voy a volverte loco de Pilar Pinero

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    Enamorarse de su jefe no estaba en los planes de Eva.

  • Bajo un mar de nubes de

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  • No soy un angel de Sandra Somera

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    Un ardiente encuentro en una fiesta de mascaras. Un secreto revelado. Un desengano. Traicion y venganza.

  • Un baile mas de Katherine Pancol

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    La novela que dio origen a la trilogia <>

  • Oriente Medio, Oriente roto de Mikel Ayestaran

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    Cuando Mikel Ayestaran decidio convertirse en reportero de guerra, dejando atras un apacible trabajo de redaccion, no tuvo demasiadas dudas sobre hacia donde iba a dirigir sus pasos. Oriente Medio no es la unica zona caliente del planeta, pero, de entre ellas, es la que no falta ningun dia en las secciones de internacional de los medios de todo el mundo. Marcada por profundas divisiones etnicas, politicas y religiosas, en la region las potencias mundiales y los regimenes locales dirimen sus diferencias a traves de terceros paises, y florecen grupos terroristas que han llegado a erigirse en amenaza global, como Al Qaeda o Estado Islamico.

  • La decision de Kendall (Liam 3) de Aitor Ferrer

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    Dos dias habian pasado desde que deje tirado a Aitor y me senti mas fuerte que nunca, dos dias en los que los medios y el mundo se pensaban que me habia casado, lo contrario solo lo sabia Cata y Mario, pero ellos no lo iban a decir por nada del mundo, me lo prometieron y es que sabian lo importante que era para mi que no lo hicieran hasta llegado el momento que seria inminente. --Gracias por todo --abrace a Cata, despues de facturar las maletas y antes de pasar el Control Policial. --No, de gracias nada, todos somos una familia y me alegro de haber evitado que cometieras el mayor error de tu vida. --Te quiero, Cata --la bese muy fuerte. --Bueno, preciosa --me cogio las manos Mario --, ya sabes lo que te espera con este viaje y ya sabes que ahora mas que nunca tienes que ser tu, tu y solo tu. --Si --se me saltaron las lagrimas. --Os quiero --me aparte de ellos y pase lo de la Policia. Para coger este vuelo tuve que acceder a ir en primera clase, ya que otras plazas no quedaban y me deje un rinon y parte del otro, pero no me importaba. Compre conexion a Wifi y vi que Liam habia subido una foto con Alexandra y Luis, en el porche de estos. "A pasar tres dias con la verdadera familia" Iba a pasar ese veintitres, veinticuatro y veinticinco con ellos, era normal, en principio iban a hacerlo en casa de Liam, pero conociendo a Alexandra ella queria trabajar esas comidas bien en su casa, ademas era de lo mas exagerada. Le puse un mensaje a Liam. Kendall: ?Como esta mi princesa y el padre mas guapo del mundo? Liam: Hola, preciosa, imagino que ya estas en Turquia. Nosotros bien, vamos a pasar las fiestas con Luis y Alexandra. Kendall: Si, ya estoy de los turcos hasta el mismisimo, acabamos de llegar y ya estoy por irme, con eso te lo digo todo. Liam: Bueno, paciencia, te esperan las Maldivas y creeme que de alli no te querras ir. Kendall: Veremos, ultimamente no me caigo bien ni yo. Liam: ?Y tu marido? Kendall: Se fue con dos turcos a jugar al padel y a tomar unos vinos. Me entro un ataque de risa que me miro hasta sonriendo la azafata, yo llevaba peluca y hasta lentillas, ademas de un panuelo cubriendome, asi que poco sabian de quien se trataba. Liam: ?Te dejo sola? Kendall: Aja, una pena que tengo que no puedo con ella... Liam: No se si me hablas en serio o bromeando. Kendall: Del uno al diez ?Cuanto me amas? Liam: ?Has bebido? Kendall: Bueno ahora tengo un te en mis manos, si no le echaron nada raro... Liam: ?Te has arrepentido de casarte? Kendall: No me he arrepentido de nada. Liam: No entiendo nada, pero bueno, si me preguntas cuanto te quiero del uno al diez te dire que infinito, no hay cantidad, te has llevado una gran parte de mi. Kendall: Yo te quiero hasta el infinito y mas alla. Liam: ?Seguro que no has bebido? Kendall: No, pero esta noche pienso emborracharme. Liam: Ten mucho cuidado por favor. Kendall: Estoy pensando en darle un hermanito o hermanita a Beth, asi que tomare bastante para ver si paso una noche desenfrenada. Liam: Pasa buen dia, Kendall. Kendall: Y usted tambien, senor James. Me eche a reir, aunque me daba pena, pero volvia a ser yo, la bromista, graciosa, descarada y la que iba a aterrizar en Miami a las seis de la tarde hora de alli. E iba dispuesta a todo, a recuperar lo que era mio. El dia anterior hice varias llamadas para hacer algo, asi que lo tenia todo previsto, queria llegar como la que llega a Hollywood pisando la alfombra roja. El vuelo se me hizo eterno y cuando faltaba una hora para llegar y vi que puso un post con sus amigos preparando una barbacoa para esa noche, pense en tocarle un poco mas los huevos, como hacia en el pasado. Kendal: Hola, Liam de nuevo ?Que vais a cenar? Liam: Estamos preparando todo para una barbacoa. Kendall: Te noto muy serio. Liam: No, estoy tocando las palmas y cantando por Pimpinela. Kendall: ?Sabes la cancion, "Ese hombre"? Liam: Kendall, por favor, para ya. Kendall: Pues tu te lo pierdes, estas de un estupido... Liam: Estoy destrozado y no te pillo una. Kendall: Normal, pero dime una cosa ?Que beberas esta noche? Quiero beber lo mismo que tu. Liam: Agua, bebere agua, para la resaca que pillare porque empezare a beber ya, falta me hace. Kendall: No descuides a nuestra hija... Liam: Para, por favor. Kendall: No me da la gana, me tienes que aguantar. Liam: Espero que no hayas consumido drogas. Kendall: Bueno, no estaria mal unas caladitas de un peta de Jamaica. Liam: ?Que pretendes? Kendall: Quitarme el aburrimiento mientras espero para cenar con el amor de mi vida, emborracharme y tirarme la noche follando a lo Grey. Liam: ?Usais esas cosas? Kendall: No, pero ojo, que esta noche me dejaria que me dieran hasta por detras. Me puse las manos en la boca del ataque de risa que me estaba entrando, pobrecito. Liam: ?Me has querido alguna vez? Kendall: Desde que supe de tu existencia. Liam: Pues no lo parece... Kendall: Y tu, ?me has querido? Liam: Ya te respondi. Kendall: Disfruta de esta noche, se feliz, haz lo que te pida el corazon y no se te olvide, que quienes te quieren estan contigo. Liam: No se que te pasa, pero me estas preocupando. Kendall: Estoy feliz, simplemente eso... Ni me contesto, eso le debio de doler, pero joder dos horitas de dolor no era nada, que se tomara un paracetamol, que ya luego beberia otras cosas... Aterrice en Miami y un furgon me esperaba, si un furgon. Solo llevaba una maletita, pero en ese vehiculo iba todo aquello que formaria parte del espectaculo de mi vida... Capitulo 2 Llegue a la casa de Alexandra, sabia que estaban en el patio, ellos entraban a la casa por delante, pero el patio tenia una puerta y ahi se iba a formar la tangana. El coro rociero que me canto se puso en posicion mirando hacia la puerta del jardin y comenzaron a cantar la cancion que yo cante el dia de mi boda, la de "Quiereme" Yo estaba escondida y vi como salio Liam con la nina en brazos y Alexandra y Luis, mirando sin entender nada mientras el coro cantaba. "Quiereme como se quiere por primera vez..." Y de repente entre el no entender nada, me toco a mi aparecer. "Siempre para mi eres lo primero Aunque falte el dinero, te quiero Yo sin oro ni plata te espero hasta el atardecer" Al ver la cara de Liam, pense que se le caia la nina de los brazos, las lagrimas le comenzaron a brotar y la pequena me miraba riendo y senalandome. Luis y Alexandra tenian las manos en la boca, incredulos, no terminaron en romper a llorar mientras yo seguia cantando, acercandome a Liam sin dejar de mirarlo y cogiendo a mi pequena en brazos, que me dio un abrazo de esos que curan el alma. El coro termino y me despedi de ellos, que se fueron de forma inmediata, Liam no reaccionaba solo me miraba llorando al igual que Alexandra y Luis. --?Y tu marido? --pregunto Alexandra la primera. --Lo deje en casa de Liam, se va a dar una vuelta en el barco --bromee y los tres me miraron incredulos --. No me case, no lo hice --se me saltaron las lagrimas mientras negaba. --?No te has casado? --En ese momento y mientras preguntaba me cogio la cara con las dos manos y me miro entre lagrimas. --No, no me he casado, pero la luna de miel me la teneis que dar ustedes --dije ocasionando a todos una risa, momento que aprovecho Liam para darme un beso en los labios y un abrazo a mi y la nina que seguia en mi pecho. Alexandra y Luis me dieron un abrazo muy fuerte y la bienvenida de nuevo a la familia, si ellos eran mi familia. --Ahora comprendo esos mensajes que me llegaron --dijo echando mi mano por mi hombro, a la nina ya la habia cogido Alexandra y puesto en un parquecito. --Claro, tonto --me pegue a el y nos abrazamos de verdad con un beso que duro por lo menos un minuto. --No sabes lo feliz que me hace tenerte aqui de nuevo. --Bueno, me dijiste que siempre estarias para mi, te recuerdo que no tengo casa --me eche a reir. --Tienes dos, una aqui y otra alli. --Las quiero a mi nombre --solte una carcajada. --Sin duda y esta vez para siempre. --Por supuesto, de eso me encargo yo --le dije bromeando y emocionada por tener a Liam de nuevo, sabia que no nos hacia falta hablar mas que ahora comenzaba nuestra verdadera historia de amor. Tengo que decir que uno de los encuentros mas bonitos fue con Cata, nuestra perrita, que cuando me vio se puso a dar saltos y se meo directamente de los nervios. --Necesito emborracharme hasta olvidarme de mis apellidos --murmure, echandome una copa de vino. --Tienes derecho a todo, hija --respondio Alexandra y Liam afirmo. --Eso si, no me quedo sin viaje, asi que quiero una ronda por el Caribe dentro de dos dias cuando pase la cena de manana y la comida de Navidad, que a este le tenemos que recordar lo bien que lo pasamos en Jamaica. --Dale, claro que nos vamos --dijo Alexandra. --Encantado de recorrer ese viaje de nuevo --respondio Liam, chocando su copa con la mia --. Por cierto, lo de que esta noche le ibas a buscar una hermanita a Beth... --Eso era broma, ?eh? Pero que si viene... --me rei y me abrazo. --Si viene no volvere a montar en coche en mi vida, esta vez no me lo pierdo... --No creo que seamos tan desgraciados --me rei comiendolo a besos. --Gracias por estar aqui, gracias --me miraba con esos ojos cristalinos del color de mal y me moria en ellos. --Gracias por volverme a querer --me eche a llorar --. Joder que yo venia graciosa y canera, eso si, a recuperar lo que era mio. --Todo lo tienes ya, no tienes nada que recuperar, jamas lo perdiste. Estuvimos charlando y durante la cena les conte todo lo sucedido. --Lo sabia, desde el dia que te llevo al hospital sabia que ese hombre no era trigo limpio. --Ya... --Menos mal que mi Cata tuvo la perspicacia de averiguar todo e ir a ti ese dia --murmuro Alexandra y tenia razon. --Pero le conte que fue cornudo y que me acoste con Liam --me eche a reir y ellos tambien. --?Y dejaste todo en su casa? --Mi ropa y la ropa de la nina, lo demas como joyas y eso me lo lleve al hotel --senale mi dedo con los dos anillos que tenia de Liam, del compromiso y la boda. --?Y como haras para recuperarla? --Mira Alexandra, me fui de aqui sin una millonada mia, no te creas que ire a buscar unos trapos que puedo comprar de nuevo. --Muy bien dicho --dijo Liam emocionado --, Ademas, eso te vas de compras con Alexandra y pones otro ropero lleno rapido. --Si --mire a mi amiga, le cogi la mano y sonrei. A nosotras no nos hacia falta decir mas nada, todo quedaria atras menos eso que sentiamos los unos por los otros. Pasamos una velada preciosa, de risas, confidencias, dejando ya atras todo lo pasado con Aitor, no queriamos ni nombrarlo, queriamos cogernos las manos y mirar al frente, ese futuro que seria el comienzo de algo que nunca debio de terminar.

  • Al caer la luz de Jay Mcinerney

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    Russell Calloway es un brillante y ambicioso editor y su mujer, la fascinante Corrine, una joven agente de Bolsa que trabaja en Wall Street. Llevan casados poco tiempo, pero a sus amigos les parece que forman un matrimonio perfecto.

  • Nunca seras agua de Patricia A. Miller

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    La familia, el trabajo y el beisbol son los tres pilares de la vida de Megan Gallagher, la unica bombera de la 52 de Chicago. Es valiente y perseverante; pero una decision erronea puede convertir una vida de esfuerzo y pasion en pesadilla. Una grave lesion llevara a Megan lejos de su felicidad, pero cerca de el, Nicholas Slater.

  • La mafia que nos une (La mafia 1) de Anny Peterson

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  • Muerte en verano de Benjamin Black

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    Cuando el magnate de la prensa Richard Jewel aparece muerto en su casa de campo una calurosa manana de verano, pocos lo lamentan. El doctor Quirke y el inspector Hackett no tardan en darse cuenta de que, lejos de tratarse de un posible suicidio, <> ha sido asesinado. La investigacion lleva a Quirke al orfanato de St. Christopher, donde vivio su infancia, y a frecuentar a la problematica Dannie, la problematica hermana de Jewell; a Carlton Sumner, el empresario rival, y a Francoise d'Aubigny, la elegante y misteriosa viuda. Tras el exito de En busca de April, una de las mejores novelas del ano (Que Leer), Benjamin Black crea una nueva y apasionante intriga que nos muestra a un Quirke mas intimo y confundido que nunca sobre el trasfondo del Dublin de los anos cincuenta. <>. New York Journal of Books.

  • Un lugar para mi de Melissa De La Cruz

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    Parece que estoy entre dos tierras, como si todo lo que hubiera hecho hasta ahora fuera una mentira. Como si me estuviera rompiendo, destrozandome. ?Quien soy? ?A donde pertenezco?
    Jasmine de los Santos siempre ha hecho lo que se esperaba de ella. Guapa y popular, ha estudiado duro, haciendo que sus padres, inmigrantes filipinos, se sientan orgullosos, y esta lista para recibir las recompensas en forma de una beca universitaria completa.
    Y entonces, todo se rompe. Una invitacion a un premio escolar nacional obliga a sus padres a revelar la verdad: sus visas expiraron hace anos. Toda su familia son ilegales. Eso significa que no hay beca, tal vez ni siquiera universidad y, sobre todo, una amenaza real de deportacion.
    Por primera vez, Jasmine se rebela, probando todas las cosas de adolescentes que nunca ha tenido tiempo de hacer. Mientras intenta darle sentido a su nuevo mundo, aparece Royce Blakely, el encantador hijo de un congresista, poniendolo patas arriba.
    Jasmine no tiene ni idea de donde encaja --si es que lo hace--, en el sueno americano. Todo lo que sabe es que no va a darse por vencida. Porque cuando las reglas con las que has vivido ya no valen, lo unico que puedes hacer es inventarte las tuyas propias.

  • Todo lo que puedas desear de Jackie Collins

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    La bella y atractiva Cameron Paradise ha decidido abandonar su casa en Hawai y a su marido Gregg, un maltratador, para comenzar una nueva vida en Los Angeles. Alta, rubia y con un cuerpo de escandalo, no tardara mucho en encontrar empleo como entrenadora personal, su gran vocacion, en uno de los centros deportivos mas inn de Los Angeles. Pronto, su trabajo le permitira entablar amistad con los hombres mas influyentes de la zona, que, rendidos ante su personalidad y atractivo, no dudaran en proponerle algo mas. Pero en la mente de Cameron solo hay cabida para su sueno: abrir su propio gimnasio y convertirlo en el mejor y mas exclusivo de Hollywood. Sin embargo, sus planes se veran truncados cuando conozca a Ryan Lambert, un fascinante director de cine independiente casado con Mandy, hija del magnate de Hollywood J. Hamilton Heckerling. Sin darse cuenta, Cameron se vera inmersa en una espiral de sexo e intrigas que la conduciran a una sordida historia con letales consecuencias…

  • La ultima revelacion de Dani Padilla

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    Miranda Cardona, periodista de investigacion de afamado prestigio, ha desaparecido en extranas circunstancias.
    Reclutados por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), los detectives Olivia Giralt y Aitor Cruz viajaran hasta la ciudad de Paris, lugar en el que se desvanece el rastro de la reportera y en el que deberan cenirse a una unica pista: el hallazgo de un antiguo libro relacionado con el misterioso simbolo Omega.
    Durante siglos, su significado ha suscitado la incomprension de filosofos, historiadores y expertos en simbologia, pero tras el descubrimiento del enigmatico volumen, una serie de acontecimientos amenazan con revelar una terrible verdad que se creia olvidada.
    Conscientes de que dicho escrito puede resultar la ultima esperanza de hallar con vida a la desaparecida, ambos investigadores desconocen que estan a punto de introducirse en la destructiva espiral de una leyenda oculta muy capaz de cambiar la percepcion que todos tenemos de nuestra propia humanidad.

  • Un beso bajo la lluvia (Besos 1) de Priscila Serrano

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    Primera entrega de la trilogia de romance contemporaneo <> de Priscila Serrano.

  • El gen: Una historia personal de Siddhartha Mukherjee

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    Magnifico, necesario y absorbente, Siddhartha Mukherjee, ganador del Premio Pulitzer por El emperador de todos los males, ha escrito una extraordinaria <> del gen y una respuesta a una de las cuestiones mas relevantes del futuro: ?Que significa ser humano cuando se es capaz de manipular la informacion genetica?

  • Animal de nieve de Dara Scully

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    Llego con el galope de los caballos. Los animales habian comido de su mano, habian lamido aquellas palmas blancas, hermosas: palmas hechas para la caricia. Las alumnas lo vieron desde los dormitorios. Desde las ventanas: los ojos calientes de la casa. De pie, algunas ya vestidas, otras todavia en camison, los pies desnudos, frios sobre el suelo de madera. Tenian la vista clavada en el hombre desconocido. Quien seria, se preguntaron. Quien seria aquel hombre que tocaba a los caballos con sus manos delicadas, que se quitaba luego el sombrero en un saludo correctisimo. Tal vez un ministro, se dijeron, o un predicador; sin duda alguien de importancia, pues ahi estaba Miss Bell, erguida, rigida como su baston: una mujer de negro. La expectacion ascendia en los dormitorios. Pronto lo perderian de vista, entraria en la casa, su casa, su colegio. Seguiria a Miss Bell por los pasillos, por los rellanos silenciosos, entraria tal vez en su despacho. ?Para que?, se preguntaban. Una de las maestras va a casarse. Tal vez nos deje Miss Stone, que tiene el rostro blanco de las novias. Las alumnas especulaban. Un hombre habia penetrado en sus dominios, en su colegio de paredes de piedra, de entramados de flores en los jardines. ?Acaso se aventuraban a decirlo? ?Era tal vez un maestro? ?Se atreveria Miss Bell a dejar que un hombre ensenara a las muchachas? Frederic permanecia en silencio. Habia dejado atras un hilo de pisadas suaves, un rumor en la gravilla. No habia visto a las muchachas en las ventanas. Podria haber alzado la cabeza, mirarlas: rostros pequenos como flores tras los cristales. Pero seguia con la vista a la mujer que cojeaba. Su baston acompasaba el movimiento de su cuerpo. Le recordo a un fantasma que habia conocido una vez, en un tiempo apenas perceptible. Ella tampoco hablaba. Se habia presentado con educacion; habia en sus gestos una elegancia solapada, cierta nobleza en los rasgos afilados, en sus manos. Alguien habria dicho: no es solo una profesora. Una directora de un colegio para ninas. Un animal dormido la poseia. Habitaba en su cojera, acentuada en las escaleras que llevaban al ultimo piso. Quiso preguntarle su edad. Quiso saber, aquella primera vez, ante la mirada ciega de las muchachas, cuando se habia quedado coja. Si se habia caido de un caballo. Si habia sido la enfermedad o una rotura mal curada. Pero el silencio se habia vuelto movedizo. No hubiera podido hablar, aunque lo deseara. Estaba alli, denso, caliente, un silencio que ascendia por la casa. Una palpitacion muda de las voces de las ninas, de las maestras, todo detenido ante el paso irregular de quien guiaba la vida del colegio. Era un lugar sobrio. Los pasillos estrechos se abrian a las aulas. Dijo que se las ensenaria luego, cuando se hubiera acomodado. ?Llegaria su equipaje al mediodia? Algunas de las maestras ya se habian instalado. Le senalo las escaleras, el tercer piso: los dormitorios. Alli las alumnas cuchicheaban. Una de ellas, alta, de gesto altivo, observaba desde la balaustrada. Luego les relataria como Miss Bell habia guiado al hombre por el colegio. Imaginaria el paso desigual, la voz grave, el gesto amplio de la mano ante las cosas. Imitaria con perfeccion sus movimientos. Era sin duda un maestro, de geografia tal vez, quizas un refuerzo para las matematicas. Un maestro joven, de mirada diafana. <> Las ninas sonaban con los amantes. Sonaban con las novias, con Miss Stone, que llevaba un anillo dorado. Pero la muchacha se conducia con misterio. Habia visto mas de lo que contaba, y lo que decia se alteraba a traves de sus palabras. Podia ser todo lo que ellas imaginaran. Un caballero, un religioso, un hombre del mal. Lo que ella dijera seria aceptado por las muchachas aun descalzas, aun vestidas de blanco nocturno. Tenia el poder de la que ha visto, dominaba la ceguera de las otras. <>, les dijo. Y ellas empezaron a vestirse. Lo dejaron con la promesa de la comida. El cuarto era pequeno, desnudo; la luz aniquilaba su misterio. Veia el jardin desde la ventana. Un parterre de flores se acomodaba ante sus ojos. Al fondo, los sauces cercaban la casa, la hierba todavia humeda de rocio, fresca. Imagino sus paseos por aquel jardin cuidado, la lectura entre los sauces. De nino disfrutaba leyendo en los jardines. Aspiraba el aroma de las flores, la tibieza de la hierba; sus manos acariciaban la tierra con el cuidado de quien toca a un animal pequeno. Supo que aquel jardin lo acogeria. A diferencia de la casa, de las alumnas todavia invisibles, aquel jardin le resultaba conocido. Lo habia habitado antes, en otra vida, en otro tiempo feliz y escurridizo. Comio en su cuarto, en el escritorio que daba a la ventana. Una mujer joven le trajo una bandeja. Le dijo que pronto subirian su maleta, el baul pequeno y anticuado. El se habia quitado la chaqueta, se habia desatado los zapatos. El viaje habia sido largo. <>, le pregunto. Un cierto bullicio se habia apoderado de la casa. Las muchachas, uniformadas, calzadas ya con sus botas relucientes, cruzaban las estancias, se reconocian de nuevo, volvian a la vida del colegio. Habian pasado alejadas un verano entero. Habian aprendido palabras nuevas, tenian cosas que contarse. A el le daban jaqueca. Aquella voz caliente, unisona, trepaba por las paredes de la casa. Tomaria la cena en su cuarto. Comeria en la quietud de aquel reducto pequeno, aquel espacio blanco, limpio. Se enfrentaria a ellas a la manana siguiente. Desperto temprano, antes que la casa. En el jardin se intuia el otono; los sauces ondulaban sus ramas con el viento. El dia seria fresco. Atras quedaban el verano, las fresas maduras sobre la mesa, los largos banos en el rio. El colegio se plegaba sobre el frio, comenzaban a encenderse las chimeneas, las estufas. Pronto pasearian con mitones. Las capas largas de las ninas rozarian las hojas, la hierba a punto de escarcharse. Un invierno prematuro se intuia en los parterres. O tal vez era su propia debilidad. Su miedo creciente a haberse equivocado. Estaba en un colegio. A los treinta y seis anos ensenaria musica por primera vez. Dejaria atras las ensenanzas basicas, la botanica, el algebra, el estudio meticuloso de la ciencia. Aquello que le habian ensenado se disipaba. Tocaria como cuando era nino, ensenaria escalas, tal vez no ensenara nada en absoluto. ?Que sabrian las alumnas de musica? ?Habria alguna virtuosa entre ellas? En realidad no le importaba. Las ninas se mantenian alejadas, su voz habia enmudecido. Estaba alli como podia estar en cualquier parte, atento solo al trazado de las nubes en el cielo. Un ultimo lugar al que aferrarse, aquel colegio, aquella musica que le habia sido devuelta tras anos en la sombra. Habria preferido desayunar en su cuarto, pero aquella mujer joven de la vispera le pidio que la siguiera. Las maestras desayunaban en el comedor pequeno. Eran de edades variadas, de rostros serenos, agrietados algunos, lisos como el de las muchachas los mas jovenes. Habia un solo hombre entre ellas, anciano, ajeno sin duda a la ensenanza. No pregunto por el. Tampoco por Miss Bell, que se encontraba ausente. Las maestras mas mayores le tendieron la mano, saludaron con una educacion uniforme, aprendida tras largos anos en el colegio. Tambien su voz resultaba similar, de inflexion clara; la voz de quien gobierna multitudes. Las imagino ante las alumnas, algunas severas, otras sumisas, domadas por sus criaturas. No reconocio ningun rostro de la calle en ellas. Aquellas mujeres crecian en las escuelas, en los hospicios; caian luego en manos del colegio y alli acababan de formarse. Poseian una mirada comun; los muros de la casa las aislaban. Quizas habian sonado con viajar, con amar a hombres o a mujeres; tal vez lo hicieran todavia, tendidas sobre el lecho blanco, virginal, abiertos sus ojos a la noche. Imagenes de playas amplias o reuniones jubilosas, cualquier cosa que no fueran ninas malcriadas. --Asi que sera usted nuestro profesor de musica --le dijo una de ellas.

  • Muerte Sin Redencion de Jessica Fiedler

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    El punal lo atraveso sin previo aviso y en un primer instante la sorpresa impacto a Manny mas que el dolor. Cuando quiso reaccionar ya era demasiado tarde. Luego lo invadio la debilidad. Para entonces ya nada importaba. La vida se le escapo con la misma rapidez con la que su sangre formo un charco en el suelo, pero antes de morir consiguio murmurar una oracion de gratitud. Al menos, su final seria rapido. El asesino arranco el cuchillo del cuerpo de su victima y lo envolvio en un trapo. Lamentaba tener que deshacerse de un arma tan magnifica, pero no podia permitir que la relacionaran con el, asi que terminaria en el fondo del Patapsco. Miro al viejo que yacia en el suelo con la camisa ensangrentada, los ojos abiertos y la mirada perdida. Era una vision que deberia causarle euforia, o cuando menos satisfaccion. Habia esperado tanto por ese momento... y sin embargo se sentia vacio. La muerte de Bunkers no le proporciono el alivio que esperaba, y eso lo enfurecio. Despues de esconder el cuchillo en el interior de su chaqueta, se asomo a la puerta para comprobar que nadie se habia acercado al cuartucho que servia como vivienda al viejo conserje. El pasillo estaba desierto. Despues de todo, ?quien querria deambular por esa zona del hospital a esa hora de la noche? Aun asi aseguro la puerta con el cerrojo para no correr el riesgo de que lo interrumpieran. El asesino miro a su alrededor mientras trataba de adivinar donde podria encontrar aquello que Manny guardo en secreto durante tantos anos. La habitacion que habia servido de vivienda a Bunkers era pequena y daba oportunidad a pocos escondrijos, asi que el criminal paso por encima del cadaver de su victima y comenzo a registrar hasta el ultimo rincon. Si estaba alli, lo encontraria. Jarod. La manana comenzo mal, como corresponde a un mal dia. Iba camino del cuartel de Policia cuando entro la llamada de Marian y tuve que desviarme hacia el hospital Rothberg. No me gustan los hospitales. Me traen malos recuerdos, y comienzo a sentir punzadas en la cadera apenas pongo un pie en ellos. Mi psicologo de apoyo dice que es psicosomatico, pero es que tampoco me gustan los psicologos. En fin, que hice de tripas corazon y llegue al nosocomio. El Rothberg no habia cambiado mucho desde mi ultima visita. Las mismas paredes blancas con sus cristales impolutos en el exterior, los pasillos de ceramica blanca pulida, y el insoportable olor a desinfectante en el interior. Tan impersonal y aseptico que parecia un mausoleo. Despues de informarme con el recepcionista de la puerta, me encamine hacia la vivienda del conserje en el sotano del edificio, junto al cuarto de las calderas. Avance tan deprisa como mi maltrecha cadera me lo permitio sin que se notara la cojera. Cuando llegue al sotano, no resulto dificil encontrar la escena del crimen. Solo habia que localizar el perimetro trazado con cintas que vigilaban agentes uniformados, y detras del cual se desarrollaba un trasiego de personas con un tufo a policia que se percibia a varios pies de distancia. Stevens fue el primero que me vio. Se llevo la mano a la visera de la gorra a modo de saludo, y aparto la cinta para que yo pudiera pasar. --Te daria los buenos dias, Charlie, pero no pueden serlo si comienzan con un asesinato. --Usted lo ha dicho, teniente. --?De que se trata? --Nos llamo el jefe de seguridad. Esta manana temprano, algunos pacientes se quejaron de que la calefaccion estaba demasiado alta, asi que intentaron llamar al jefe de mantenimiento para que revisara las calderas, pero no pudieron localizarlo. Uno de los vigilantes vino a buscarlo y encontro la puerta asegurada. Cuando no recibio respuesta penso que el conserje pudo sufrir un colapso o algo asi, pues se trataba de un hombre de avanzada edad. En fin, el vigilante pidio refuerzos y un cerrajero. Cuando consiguieron abrir la puerta se dieron de bruces con el empleado muerto sobre un charco de sangre. Entonces nos llamaron. --Supongo que no habia nadie a su lado con el arma humeante, o una nota con la confesion del asesino --dije con sarcasmo. --Me temo que no, teniente. Me removi con incomodidad. Tenia un deseo imperioso de alejarme de ese lugar, y de repente comprendi la razon. --Todavia hace un calor infernal aqui. ?No revisaron las calderas? --Las puertas tambien estaban cerradas con llave. Solo hace pocos minutos que el cerrajero nos dio acceso a ellas y pudimos apagarlas, senor. --Sospecho que esto tambien es obra del homicida. Muy bien, Charlie, gracias por el informe. Entrare al horno y vere de que mas me entero. Stevens asintio y se hizo a un lado para que yo pudiera pasar. !Malditas las ganas que tenia! Esa manana me habia puesto un traje de tweed muy apropiado para la estacion, pero que me hizo sentir en los predios de Satanas en cuanto entre a la sobrecalentada habitacion. El olor que ya se desprendia del cadaver tampoco contribuia a mejorar mi disposicion a reunirme con mis colegas. La vivienda del conserje parecia el area de desastre de un tornado caprichoso. Los armarios y gavetas fueron vaciados y su contenido sembraba el suelo de todo tipo de objetos; ademas de que alguien se dedico a mover los muebles y sacarles el relleno. La conclusion era evidente.--El asesino buscaba algo --dije en un alarde de genialidad. --Cuidado te estalla la cabeza de tanto pensar --me respondio Pattie, sin apartar la concentracion del cadaver. --?Tienes algo para mi? Dukes me lanzo una rapida mirada de desaprobacion y volvio a lo suyo. --?Un <> te basta? --Mi alzamiento de una ceja debio convencerla de que no seria suficiente con eso--. De acuerdo. Apartando lo evidente, lo asesinaron con una punalada al corazon. Murio en cuestion de segundos. --?Cual fue la hora aproximada de la muerte? --Eso sera muy dificil de determinar --confeso la forense, mientras dejaba escapar un suspiro--. Con este calor se acelero la putrefaccion. --Si, supongo que ese era el objetivo del criminal cuando puso las calderas a tope -- conclui.--Esas vitaminas que te tomas le estan haciendo mucho bien a tu cerebro, ?no es asi? Esta vez fui yo quien suspiro ante el tono sarcastico de la doctora Dukes, al mismo tiempo que separaba la pretina de mi pantalon valiendome de mis pulgares. Pattie era la unica persona que conocia que era capaz de superar mi cinismo. Y se esforzaba en demostrarlo. --Touche. Reconozco que es una conclusion obvia, pero que esperabas a esta hora de la manana, antes de mi primera dosis de cafeina. ?Tenia nombre el occiso? --Manny Bunkers --respondio una voz grave y conocida a mi espalda. Cuando me volvi, me encontre de frente con el rostro del jefe del CSI. Me avergonzo comprender que habia escuchado el duelo verbal entre Dukes y yo. Me senti como un crio pillado en falta. Si alguien se tomaba en serio la escena de un crimen y el respeto a los muertos, ese era Jacobs, asi que contuve mi ironia y compuse mi expresion mas circunspecta. --?Encontraron algo sus hombres que sea de ayuda para la investigacion, capitan? El jefe del CSI lleno sus pulmones y contuvo el aire, como si se preparara para dar un largo discurso: --No puedo decirle mucho mas alla de lo evidente, teniente. En el suelo encontramos una botella de cerveza medio llena y los fragmentos de un vaso, asi que deducimos que Bunkers estaba sentado a la mesa bebiendo cuando se presento el homicida. --?Solo habia un vaso? --Si. Es evidente que no se sento a compartir una cerveza con el asesino, sino que este llego mientras el bebia. Sin embargo, el criminal debio estar muy cerca de el para poder asestarle una punalada tan certera. Por otro lado, el estado de la habitacion no nos permite saber si la victima se defendio. Supongo que debera esperar los resultados forenses para responder a esa pregunta --Alfred miro a Pattie cuando pronuncio las ultimas palabras. --Por supuesto, senor --respondio Dukes, con la misma actitud formal que habia adoptado yo. El prestigio de Jacobs imponia--. Cuando realice la autopsia sabremos si el senor Bunkers sufrio heridas defensivas. Decidi salvar mi imagen con una observacion un poco mas aguda que las obviedades que venia soltando: --Aun cuando es notorio que asesino y victima no compartieron una copa, el perpetrador debio estar a muy corta distancia para poder apunalarlo en el corazon --el jefe me miro con el ceno fruncido, asi que me apresure a explicarme--. Lo que quiero decir es que Bunkers debia conocer al homicida, aunque no compartiera mesa con el. --Expliquese mejor, teniente. --Muy bien, digamos que Manny esta sentado a la mesa bebiendo una cerveza cuando se presenta el criminal. Para que el homicidio se cometiera aqui y no en el umbral, el debio permitirle la entrada. --A menos que lo asesinara en la puerta y arrastrara el cuerpo hasta aqui para ocultarlo -- senalo Jacobs. Tanto el jefe como yo miramos en direccion a la doctora, como si formaramos parte de una coreografia. Dukes nego con la cabeza. --Puedo asegurarles que no movieron el cuerpo. --?Y si todavia estaba vivo cuando lo arrastro hasta aqui? --sugeri, haciendome eco de la idea del jefe. Juro que sin intenciones de adularlo. Esta bien, no mucho. Dukes nego con la cabeza antes de que terminara de exponer mi brillante teoria. --Una herida en el corazon como esta causa una hemorragia masiva --explico Pattie--. Es evidente por el charco de sangre que se formo debajo del cuerpo en los pocos segundos que tardo en morir. No habia ni una gota cerca de la puerta. --Tal vez el asesino la limpio para confundirnos --insisti, empenado en defender mi postura.--La doctora Dukes tiene razon --sentencio Jacobs, como un arbitro que saca la tarjeta roja. Y yo defendiendo su teoria, pobre ingenuo--. Las evidencias indican que la victima cayo en el lugar donde la encontraron. Aunque corregiremos nuestras conclusiones si hallamos manchas positivas al luminol cerca de la puerta. Asenti derrotado. ?Que mas podia hacer? De manera que volvi sobre mis pasos y enfoque el asunto desde la perspectiva original. --En ese caso, si el homicidio ocurrio aqui, significa que Bunkers dejo entrar a su asesino y que este lo apunalo por sorpresa, tal vez mientras hablaban. Si ocurrio asi, me pregunto cual fue el tema de conversacion. --Como de costumbre, tienes un asunto dificil de resolver entre manos, hijo --me dijo el jefe en tono paternal, mientras me palmeaba el hombro con conmiseracion. Jacobs no tenia idea de cuan profeticas resultarian sus palabras. *** Me alegro mucho abandonar la escena del crimen, y no pude sino compadecer a los chicos del CSI, aunque ellos ya debian estar bastante acostumbrados. Cuando consegui alejarme lo suficiente para dejar de sentir el olor a putrefaccion, llene mis pulmones con el aire cargado de desinfectante. Ni siquiera me importo, pues mi mente estaba concentrada en mi siguiente paso. Lo primero seria averiguar quien era el hombre que yacia sobre un charco de su propia sangre. ?Por que alguien querria asesinar a un viejo conserje? ?Habia ofendido a quien no debia? ?Tendria enemigos? Regrese a la recepcion, donde me indicaron como llegar a las oficinas administrativas. Se encontraban en el segundo piso, asi que decidi subir por las escaleras. Estaba seguro de que mi cadera protestaria, pero asi soy yo: un necio incorregible. Por supuesto que me perdi. Tengo la secreta certeza de que Dedalo fue el arquitecto que diseno el Rothberg, porque es lo mas parecido que conozco a un laberinto. Segui las indicaciones del personal de enfermeria que se cruzo en mi camino, al mismo tiempo que ignoraba sus expresiones de conmiseracion. ?Saldria de alli algun dia? Existen leyendas al respecto. Avanzaba tan concentrado en mis pensamientos que en un cruce de pasillos me di de bruces con un paciente y casi lo tiro al suelo. Mis reflejos afloraron con tanta celeridad como mi verguenza, y pude sujetarlo para ahorrarle la caida. Cuando levante la mirada para disculparme se me hizo un nudo en la garganta. Entonces mi atencion se centro en el baston y la pierna artificial. --!Jarod! ?Que haces por aqui? No me digas que la cadera te ha vuelto a causar problemas. Debo confesar que me sorprendio reconocer a Paul, aunque visto desde la distancia, no era tan extrano encontrarlo alli. Supongo que ese dia mi velocidad de pensamiento no estaba en su mejor momento. Despues de todo, solo habian pasado un par de dias desde mi ruptura con Tina, si es que puedo utilizar un fracaso sentimental para justificar mi torpeza. Abrace a mi amigo antes de responderle. Por supuesto que el correspondio a mi abrazo. --Nos llamaron por un suceso que ocurrio anoche y que debemos investigar --le respondi, evasivo. Aunque Paul era como mi hermano, no considere profesional contarle los detalles de lo que ocurrio, aun cuando estaba seguro de que el asesinato del conserje se convertiria en la comidilla del hospital en pocas horas. --?Que ocurrio? ?Un robo? --Eso no importa ahora. ?Que haces tu aqui? ?Estas enfermo? --Por supuesto que no. Ya sabes que soy un roble. Hace tiempo que no hablamos y por eso no te lo habia contado: me colocaran una protesis sensorial en lugar de esta <> --dijo, al mismo tiempo que daba un par de palmadas a su pierna izquierda--. ?No es genial? --?Protesis sensorial? --pregunte con desconcierto. --Esta provista de electrodos que me permitiran experimentar algunas sensaciones. Es grandioso, pero debo acostumbrarme, asi que vengo tres veces a la semana a la terapia fisica para adaptarme. --Me alegra mucho por ti, amigo. Despues de pronunciar el cliche, no supe que mas decir y se instalo un silencio incomodo entre nosotros. Ambos sabiamos que si el estaba condenado a vivir sin una pierna era por mi culpa. El lo llevaba mejor que yo. --Pareces bastante perdido --observo Paul--. Me recuerdas aquella ocasion… --Revie vio algo en mi expresion que lo obligo a cambiar de tema--. ?Buscas a alguien? --Debo encontrar el despacho de personal. --Es sencillo. Sigue por este pasillo y cruza en la segunda interseccion. Al final estan las oficinas administrativas. ?Tienes tiempo para tomarte un cafe? --Me gustaria Paul, pero me temo que estoy bastante ocupado. Tal vez otro dia. --De acuerdo. Quiza unas cervezas para celebrar mi nueva protesis. Asenti. Cualquier recuerdo o mencion de la perdida de la pierna de Paul me anudaba el estomago. Mi cerebro traidor me llevo al ano 2008 en Afganistan, donde servi en otra vida. Mi patrulla hacia una ronda. Yo los comandaba, asi que fui el principal responsable de lo que paso. Era un veinteanero imprudente y arrogante. Es doloroso reconocerlo, pero aquel aciago dia conduje a mis hombres a una trampa. La granada mato a Chris, mi mejor amigo. Cuando cayo a mi lado, ni siquiera senti los trozos de metralla que se incrustaron en mi cadera. Al siguiente momento, yo tambien estaba en el suelo a punto de perder la conciencia. Paul fue el heroe del dia. El asumio el comando, y junto con el resto de los hombres repelieron el ataque, pero en el intercambio de disparos una rafaga le alcanzo la pierna izquierda y se la destrozo. Si se hubiera puesto a cubierto conservaria todas sus extremidades y yo seria hombre muerto. Por esos dias ni siquiera eramos amigos todavia. Paul Revie me salvo la vida, y lo pago caro. --Jarod, ?te encuentras bien? Te pusiste palido de repente. --No te preocupes, Paul. Estoy bien --afirme, mientras me secaba el sudor de la frente con un panuelo--. Este hospital me trae malos recuerdos, eso es todo. Revie acompano su respuesta con un par de palmadas en el hombro: --La vida continua, companero. Ha sido duro, pero debemos afrontar el futuro con optimismo. --Si, claro. Supongo que tienes razon --respondi con sincera admiracion. Nunca pude comprender como Paul podia afrontar su perdida con una actitud tan positiva. Yo solo tenia un poco de metralla en la cadera que me molestaba en los dias frios, y que en ocasiones me obligaba a cojear un poco. Era suficiente para amargarme la vida. Me senti muy mal cuando me di cuenta de que mi amigo trataba de levantarme el animo, siendo el quien tenia que vivir con una pierna artificial. Me despedi de Paul con otro abrazo fraternal, y le desee suerte con su nueva protesis. Segui las indicaciones de Revie y llegue sin problemas a las oficinas administrativas. La secretaria se mostro muy compungida y colaboradora cuando me identifique. --!Esto es espantoso! ?Como es posible que alguien le hiciera algo asi al pobre Manny? Con lo mucho que lo queriamos. Nadie esta seguro. Digame, senor, detective... --Kinsley. Teniente Kinsley, de la Policia de Rothberg. --Si, claro, teniente. ?Ya detuvieron al asesino? --Todavia estamos investigando. Por esa razon necesito hablar con el director del hospital y con el jefe de Recursos Humanos. --El director esta de viaje desde hace dos semanas. Lo sustituye su ayudante, pero ahora esta operando. En cuanto al jefe de Recursos Humanos: la senora Harriet se encuentra en su despacho. --En ese caso, me gustaria hablar con ella. --Por supuesto. Aguarde un momento y lo anuncio. La chica abandono su silla y se encamino hacia una de las puertas que custodiaba. Despues de un par de toques suaves se escucho un <> apagado. La secretaria se asomo e intercambio un par de palabras con la persona que ocupaba la oficina, entonces me miro y sonrio: --Puede pasar, teniente. Obedeci. Despues de dar unos pasos me di cuenta de que estaba cojeando aunque no me dolia la cadera. <>, me dije a mi mismo. Debia olvidar el encuentro con Paul y la emboscada. Con un esfuerzo lo aparte de mi mente, aunque no fue facil. Consegui concentrarme en el caso, pero no pude evitar la sensacion de angustia que me invadia cada vez que recordaba lo que ocurrio en el desierto de Registan. Del otro lado de la mesa me esperaba una mujer de unos sesenta anos, cuya baja estatura era evidente aun cuando estaba sentada. Tenia la preocupacion pintada en el rostro. Por supuesto que ya conocia las novedades. --Teniente Kinsley --dijo, despues de comprobar mi nombre en la identificacion que le mostre--. Mi secretaria me informa que desea hablar conmigo. ?En que puedo ayudarlo? Por supuesto que colaboraremos con ustedes para que todo este desgraciado asunto se resuelva lo antes posible. Me sente frente a ella y despues de rechazar el cafe que me ofrecio a pesar de la protesta de mis tripas, entre en materia.

  • El truco de Emanuel Bergmann

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  • Al caer la noche de Mary Kubica

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    Jessie Sloane esta intentando reconstruir su vida despues de pasar anos cuidando de su madre enferma. Alquila un nuevo apartamento y solicita plaza en la universidad. Pero, cuando en la universidad le informan de que su numero de la seguridad social no es valido, Jessie descubre un sorprendente detalle que le hace dudar de todo lo que cree saber.

  • Planes de Boda de Sophie Saint Rose

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    Emma Emerson despues de salir a toda prisa de su pueblo natal en Texas, tiene que lidiar con su nuevo jefe. Malhumorado y sin sentido del humor, Kaine la vuelve loca. Literalmente. Asi que decide con su futura suegra que tiene que casarse con el.

  • Reflejos de justicia (El reflejo de la injusticia 2) de Hector Bueno Martin

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    LA ESPERADA SECUELA DE "EL REFLEJO DE LA INJUSTICIA" Tras la aparicion de un secreto familiar oculto, J.C. tratara de buscar justicia por la muerte de sus padres a manos de la organizacion "5 Senadores", un grupo que trabaja a la sombra del gobierno por su propio beneficio. Sin embargo, sus actos solo encenderan la mecha de una ira mas temible: la venganza de Lucio Tanjamino. Marel Marno volvera a enfundarse la mascara de nuevo para reflejar la injusticia que oscurecera sus vidas. El bilbilitano Hector Bueno continua la saga iniciada con "El Reflejo de la Injusticia", una historia de la busqueda utopica de un mundo justo en una sociedad injusta. Su otra novela, "Proyecto Tempus", sigue liderando los primeros puestos de ciencia ficcion en Amazon.

  • Dulce y picante… como tu de Marisa Sicilia

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    Divertirse es solo cuestion de encontrar la compania adecuada.

  • Volver a vivir de Danielle Steel

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    La incomparable Danielle Steel nos brinda una historia inspiradora sobre una mujer que pierde a su amor, su casa y su libertad y tiene que aprender a vivir de nuevo.

  • La mujer desnuda de Armonia Somers

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    Que nadie se sienta incapaz de leer esta novela. Al reves, que todo el mundo se atreva a acercarse a ella. Saldriamos ganando. Siempre he odiado los prologos y tambien esas pequenas introducciones de diez o quince minutos a cargo de los criticos con las que se presenta en la television la emision de determinadas peliculas. Considero que la buena ficcion, tanto literaria como audiovisual, merece que nos adentremos en el universo que recrea completamente desarmados, como si se tratara de un sueno en el que nos reconocieramos de pronto, sin proteccion ni antecedentes, al habernos quedado dormidos. Esa es la unica manera de que el mensaje de la obra impacte en nosotros y nos hiera, para devolvernos despues a la realidad que habitamos minimamente transformados. Pocas cosas hay mas valientes que enfrentarnos a la mentira sin armadura. Asi que bienvenidos a este sueno, el que en La mujer desnuda, publicada por primera vez en 1950, Armonia Somers (Uruguay, 1914-1994) describe para el lector; un viaje a medio camino entre el erotismo y el terror, tanto el uno como el otro nada maniqueos, mimbres de un ejercicio que no persigue ensenar, sino descubrir, y que para ello impone una condicion no negociable: la supresion de todos los filtros de percepcion adquiridos. Rebeca Linke acaba de cumplir treinta anos y, para celebrarlo e interrogarse acerca de lo que el acontecimiento supone, decide pasar la noche en una finca que linda con un inmenso y oscuro bosque. Alli, nada mas llegar y ante la dificultad para conciliar el sueno, mientras contempla el paisaje nocturno a traves del estor que ciega a medias la ventana de su habitacion, decide cortarse la cabeza y, tras colocarsela de nuevo sobre los hombros, aventurarse desnuda al exterior. Este es el planteamiento de partida de una historia cimentada sobre tres conceptos que adquieren entre sus paginas la categoria de simbolos: la cabeza, el cuerpo y el bosque; tres estrellas brillantes que, como los mechones bien cepillados de una trenza, Somers entreteje con un notable sentido del ritmo y una interesante influencia de su tiempo --la lectura nos remitira desde el inicio al estilo onirico de los relatos de Clarice Lispector y a El bosque de la noche (1936), de Djuna Barnes, pero tambien a la crudeza del cine mas experimental de Bunuel, que tiene su maximo exponente en El perro andaluz (1929), y al terror que William Hope Hodgson supo ligar como nadie a las formas y colores de la naturaleza en La casa del confin de la tierra (1908). Empecemos por la cabeza y esa decapitacion casi involuntaria, mas instintiva que consciente, y al fin y al cabo reversible, sin la que Rebeca no hubiera podido comenzar su periplo. ?Que significa? ?No representa acaso una especie de bautismo, el rito con el que Armonia Somers le regala a su personaje --y por extension a su mirada de autora y a la nuestra de indiscretos voyeurs -- un nuevo principio limpio de connotaciones y experiencias previas? Y es que esa es, sin duda, una de las pretensiones mas loables de La mujer desnuda, su ansia de <>, de vaciar nuestro cerebro (y no hay manera mas grafica de hacerlo que la decapitacion) para permitir luego, al recuperarlo, que lo previamente percibido nos impresione otra vez, desintoxicado del conocimiento anterior y el prejuicio, incluido el propio cuerpo, como le sucede a Rebeca al reencontrarse con el tras la traumatica y reparada amputacion: <>. Encierran las primeras paginas de la novela de Somers un interes por dejar en la puerta de la ficcion, sin permiso para participar de la misma, todo atisbo de convencion social, porque esa es la unica estrategia para liberar al lector de las ataduras morales, los miedos y la culpa y regalarle la historia como un campo de pruebas donde experimentar sin autocensurarse interpretaciones no previstas, en este caso sobre el sexo, el odio y las fronteras del deseo no solo fisico, sino tambien mental. Es en este punto de la narracion cuando el cuerpo entra en escena, la figura desnuda y libre de Rebeca Linke se adentra en el bosque y se convierte en una provocacion para todo aquel que se cruza en su camino y, a diferencia de la mirada de la protagonista y de nuestra propia mirada, no ha sido bendecido con la bula de la autora para percibir la humanidad sin tamiz. Ante estos perfiles encadenados a la realidad, construida con un peso de milenios, Rebeca se rebela y adopta una actitud que interpela y provoca, que desafia: <>. ?Por que nos cuesta aceptar a quien, a pesar de no hacer dano a nadie, se niega a actuar segun unas reglas a menudo incomprensibles, asumidas simplemente por la costumbre y la conveniencia de la imitacion? El cuerpo de Rebeca es un grito; un grito en el siglo XXI, desde el que leemos la novela, y un grito aun mas fuerte en el ecuador del siglo XX, momento en el que el texto se publico para, con o sin intencion, reivindicar la identidad fisica de la mujer y combatir la tendencia a ocultar y condenar la belleza ante el temor de las sensaciones que suscita; un gran error. Armonia Somers nos dice en La mujer desnuda que no hay mas que un modo de alcanzar el equilibrio emocional, cierta felicidad, si es que esta existe; y es partiendo de la incomodidad e interrogandonos acerca de las pulsiones que acentua en nuestro interior la presencia absoluta del otro. En este sentido, hombres y mujeres somos victimas, y la novela va un paso mas alla del feminismo para situarse en un plano de denuncia universal y proponer una liberacion del pensamiento que, aunque preso durante mas de mil anos, tiene el poder de desprenderse de las cadenas en un segundo si, como en un conjuro, damos con las palabras adecuadas, por que no, magicas: <>. Como el aceite en el agua, como un revulsivo, asi es como el cuerpo de Rebeca, que ademas de tentar experimentara el frio de la amenaza a cada paso, se introduce en el bosque, que es el mundo y nuestra ultima estrella. Alli, donde todos los personajes son el mismo, el lenador y su mujer, los gemelos y el cura, el aficionado a las intrigas y el misterio, y el caballo..., alli es donde habitamos, inmersos en la oscuridad. El bosque es nuestro entorno, nuestra conciencia dormida, un lugar que carece de sentido si no estamos dispuestos a convertirlo en escenario de la batalla. Porque el conocimiento es una guerra continua.

  • Napalpi Atrapada en el viento de Gabriela Exilart

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  • La Decada que nos dejo sin aliento de Juan Eslava Galan

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    La decada que nos dejo sin aliento pertenece a la serie dedicada al siglo XX, de la que ya han aparecido tres volumenes que abarcan desde 1936 a 1959. Esta vez el tema son los anos comprendidos entre 1973 y 1982: comienza con el asesinato de Carrero Blanco y termina con Alfonso Guerra levantando la mano de Felipe Gonzalez en una ventana del hotel Palace de Madrid tras la victoria socialista en las elecciones. En ese decenio escaso, el pueblo espanol transita de la dictadura a la democracia tras navegar por los turbios anos de la Transicion. Es probablemente la etapa mas decisiva e interesante de nuestra historia contemporanea, llena de torpes improvisaciones y de pactos contra natura. Nuevamente los familiares personajes de la serie (Chato Puertas, don Proculo, la Uruguaya, etc.) nos llevaran de la mano a traves de esos anos en los que Espana experimenta una revolucion social y politica sin precedentes.

  • Con la suerte en los tacones(Amor en cadena 7) de Lorraine Coco

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    No me puedo creer que en mi ultimo dia en Nueva York me hayas traido a hacer yoga --protesto Kat en un susurro, resoplando con evidente desgana. --No te quejes. Tu eres la que se va a recorrer el pais con su novio cachas, y yo, la que me quedo a pasar el peor verano de calor en siglos en esta ciudad. Sola, sin novio y sin fumar. Un poco de apoyo por tu parte no me vendria mal --le contesto Isthar de malas pulgas. Miro a su monitor de yoga, un tipo de unos treinta y largos anos, con un cuerpo estupendo y un halo misterioso y mistico que en otra epoca de su vida le habria hecho temblar las rodillas, pero que en ese momento la dejaba fria. Vio que colocaba un dedo sobre sus carnosos labios para indicarles que guardasen silencio. Ishtar suspiro con fastidio. --Ahora teneis que inspirar elevando los brazos y espirar por la boca energicamente al bajarlos --dijo el monitor, y ella penso que era exactamente lo que acababa de hacer, resoplar--. Ahora inhalad en la posicion inicial y, flexionando el tronco, espirad energicamente sacando la lengua --continuo. --Eztamoz para una foto --le susurro Kat, hablando con la lengua fuera. Ishtar no pudo evitar reirse viendo a su amiga hacer la payasa. !Cuanto la iba a echar de menos! Desde que se habia ido a vivir con Randy, su prometido, a Knoxville, ya solo la veia cada tres semanas, cuando Kat iba a las oficinas de QBV, la revista de moda para la que escribia. Pero, en esta ocasion, la separacion duraria dos meses: Kat se iba a acompanar a su novio en su gira de conciertos por todo el pais, y a ella le quedaba soportar aquel caluroso y asfixiante verano en Nueva York. Sola. Hacia un mes que habia terminado la relacion de siete anos con Kevin, enfrentandose de esta manera, y despues de muchos anos, a su nueva condicion de mujer soltera. Con treinta y un anos, casi treinta y dos, y habiendo dejado recientemente de fumar. La ansiedad se la estaba comiendo por los pies y por eso penso que las clases de yoga y meditacion eran exactamente lo que necesitaba. --Exhalar completamente el aire antes de iniciar el movimiento. Sumir y soltar el estomago unas treinta veces. Permanecer sin aire durante las contracciones e inhalar volviendo a la posicion inicial. --?Sabes lo que necesita mi estomago de verdad? --le pregunto Kat, volviendo al ataque--. Uno de esos bagels rellenos de Sack's, y un batido de chocolate con nata y virutitas de colores por encima como las que les ponen a los... --!Esta bien, esta bien! --dijo Isthar, elevando la voz. El resto de asistentes a la clase de yoga la miraron con una mezcla de sorpresa y reproche por interrumpir su esmerada concentracion--. Lo siento, chicos, pero mi amiga tiene razon. Esto no se quita con respiraciones. Necesitamos calorias y buen sexo. Eso si te deja relajada --se agacho a recoger la esterilla de ejercicios del suelo y su estomago bramo--. !Que sean dos bagels! --le dijo a Kat con una mueca. Su amiga no lo penso dos veces y salio de la sala de yoga como si la estuvieran pinchando en el trasero. Una vez en Sack's, Kat observo a Isthar mientras esta sorbia su batido helado de fresa. Estaba mas callada de lo habitual y aquel ceno fruncido que exhibia desde su llegada a la ciudad no podia significar nada bueno. --Bien, ?lo vas a soltar ya o no? --la insto a hablar. Isthar apuro el contenido de su copa ruidosamente y Kat suspiro poniendo los ojos en blanco. --No me pasa nada --le contesto Ishtar, en un tono nada convincente. --Ya... Muy bien, pues dime lo que no te pasa. Porque o tienes una explicacion para este comportamiento erratico tuyo, o eres una alienigena que esta suplantando a mi amiga. --Eres muy graciosa, ?sabes? Creo que de hecho ese sentido del humor tuyo tan desternillante es lo que mas voy a echar de menos cuando te vayas --le dijo Isthar concentrada en doblar en diminutos triangulos su servilleta de papel turquesa con el logotipo de Sacks's. --Asi que es eso... --comenzo a decir Kat, buscando la mirada de su rubia--. Yo tambien voy a echarte de menos, Isthar. Se que no es el momento para irme: la ruptura con Kevin, la proximidad de tu cumpleanos... --Kat hizo una pausa, esperando que su amiga hiciese algun gesto que le revelase que iba por buen camino en sus conclusiones. Isthar no lo estaba pasando bien. La ruptura con Kevin habia sido un mal necesario. Llevaban mucho tiempo juntos, nada menos que siete anos, demasiados, tirados por el desague de las relaciones vacias y sin sentido. Le habia tomado mas tiempo del debido tomar la decision de acabar con esa relacion que, aunque no le aportaba nada de lo que ella necesitaba y esperaba de un hombre, si la habia hecho sentir segura. A Isthar, con toda la fortaleza que exhibia, no habia nada que le diese mas miedo que la soledad. Y por alguna estupida razon habia estado pensando durante anos que era mejor estar mal acompanada que sola. El hecho de estar a punto de cumplir anos tampoco ayudaba. Se veia un ano mas vieja. Sobre todo, mas vieja para estar soltera. Ademas, le traia algunos recuerdos dolorosos de la infancia de los que sabia que no estaria dispuesta a hablar. Isthar por fin la miro y tomo su mano. --Si, es el mejor momento para irte. No quiero que te preocupes por mi. Y claro te voy a echar mucho de menos, sabes leer en mi como nadie. Y si, tambien tienes razon en todo lo que has dicho. Me siento un poco perdida, descolocada, desquiciada, desubicada... --Bueno, ahora no le eches la culpa a la ruptura de todo eso. Ya estabas asi antes --le dijo Kat, sacandole la lengua con una mueca. Isthar se echo a reir, con esa risa genuina y ligeramente ronca que volvia locos a los hombres, y Kat supo que saldria de aquello. Isthar era una mujer fuerte, luchadora, trabajadora, intuitiva, imaginativa... En definitiva, maravillosa. Llevaba anos esperando que tomara las riendas de su vida y por fin iba a hacerlo. Iba a ser dificil para ella, pero lo conseguiria. --Y tu, ?como llevas lo de pasar el verano de gira con Randy y al mismo tiempo preparar una boda? --le pregunto Isthar, queriendo cambiar de tema. No queria empanar las ultimas horas que le quedaban con Kat antes de que esta se marchase durante meses. Kat suspiro y sonrio con mirada sonadora. --Es un poco locura, la verdad. Menos mal que Martha, Daryle y Georgia me estan ayudando. Como la celebracion es en Oakriver, ellas pueden hacerlo sin problemas. --Con la familia de Randy te ha tocado el premio gordo --dijo Ishtar, pensando que ella no habia tenido en siete anos, ni de lejos, la buena relacion que mantenia Kat con la familia de su novio--. !Va a ser espectacular ver como te casas con el senor Randy Buxton! --le dijo Isthar sinceramente emocionada--. Pero mas te vale no ponerme un traje de dama de honor en plan merengue, o te arruinare la boda --la amenazo con la cuchara de su batido. --Ya vere lo que hago. Porque, la verdad, creo que estarias adorable con un vestido de esos en amarillo brillante, o rosa demoledor, todo lleno de encajes, brillantitos... --Te estas jugando la vida, futura senora Buxton --le advirtio, escondiendo una sonrisa--. No voy a ir ningun sitio vestida de payasa. Como una de las blogueras de moda mas importantes de esta ciudad, tengo una reputacion que mantener --dijo, enarcando una ceja con expresion altiva. Cruzo las largas piernas y se reclino en el asiento, adoptando una postura que ni las mejores modelos conseguirian para la portada de QBV, antes de agregar--: Y ahora, hablemos de lo realmente importante. !Tu despedida de soltera

  • Una noche loca de Liah Jones

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    Llega la cena anual de empresa y se celebra una gran fiesta, en la ciudad condal. Dos amigas y companeras deciden disfrutar de la noche… ?Lo que pase en Barcelona, se quedara en Barcelona…?
    Una historia de emociones, amistad, complicidad y sexo. No recomendada para menores de dieciocho anos, por contener escenas de sexo explicito.

  • Amor, siempre mi amor de Connie Daniels

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    Fui una fisioterapeuta por obligacion pero de eso ya un buen tiempo. Ahora me dedico a realizar mis suenos. Tengo un pequeno cafe en la ciudad y es lo justo y necesario para hacer de mis dias los mas luminosos. Hasta ahora.
    Ver pasar por la puerta a mi ex, que no solo era alguien a quien me costo olvidar si no que su presencia traia a mi un doloroso recuerdo, fue algo mas que sorprendente. Verlo revivio todo por lo que pasamos. Lo ame con todas mis fuerzas, pero su vida como jugador de futbol americano no se podia complementar con formar un familia y finalmente todo se desmorono.
    Ahora, despues de tantos anos, estaba aqui, y elevaba mi pulso, no lo odiaba pero no estaba segura de quererlo cerca. Pero las circunstancia de la vida son como son y aqui estaba, ayudandolo para ayudarme.
    De aqui en mas este pedazo de mi vida, se vuelve enredos, enfrentar miedos y tomar decisiones... No es facil darse cuenta que a quien se ama de verdad nunca se le olvida y tampoco es facil saber si vale la pena perdonar a este nivel. Pero donde hubo fuego, cenizas quedan y aqui esto se puede volver incendio...

  • Los perdidos de Sheena Kamal

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    Pensaba que su pasado habia quedado olvidado. Se equivocaba...

  • Una buhardilla en Paris de Catherine Roberts

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    Siglo XIX. Amy escapa de Londres el dia antes de su boda concertada, que la hubiese llevado a un destino muy comodo, pero con un hombre al que detesta.
    El viaje hacia su libertad no sera facil. Vivira lo mejor y lo peor del Paris bohemio, poblado de actrices, cabarets, moda y atrevidos pintores impresionistas.
    El misterioso vecino de la buhardilla la introducira en un mundo que ella nunca pudo imaginar.
    ?Has sonado alguna vez con ser libre y escapar?

  • Una reconciliacion temporal de Dani Collins

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    Era solo un acuerdo conveniente... hasta que el se dio cuenta de que la queria para siempre.

  • El Cabo Del Mundo de Xabier Quiroga

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    Una gran novela galardonada con el Premio de la Critica en Galicia que rescata uno de los episodios mas siniestros y desconocidos del franquismo.

  • El rapto de Daniel Evans de Raul Garbantes

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    Vancouver, Canada. George Devon es un detective obsesionado con resolver casos asociados a desapariciones de ninos o maltrato infantil. Su nueva asignacion es la denuncia por el secuestro de un bebe. Las dos denunciantes son dos hermanas con caracteristicas diametralmente opuestas. Diana Evans es la madre del nino y esta muy enferma. Sheila Roberts es la tia y fue la ultima persona que vio el nino antes de que desapareciera.
    Este nuevo caso confronta a Devon con los demonios de su pasado como huerfano cuando fue un nino vendido por sus padres drogadictos. Debido a su propia experiencia, el detective comienza a tener sus propias sospechas al margen de los testimonios oficiales y comienza a imaginar la posibilidad de que alguien no esta diciendo toda la verdad. Un drama detectivesco con secretos familiares en donde la belleza de Vancouver se ve ensombrecida por la delincuencia de los bajos fondos.

  • Tras un invierno, un verano en tu corazon de Monika Hoff , Norah Carter

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    Invierno
    Cuando Dana se reencuentra con un amigo de la infancia, las emociones que le hacen sentir son tan fuertes que teme enamorarse.
    Su sexto sentido no le fallaba, Lucas entro en su vida y ella se enamoro perdidamente. Pero nada era sencillo, sobre todo porque el estaba felizmente casado y solo le podia ofrecer un invierno de “felicidad”.
    Aunque Dana acepto, los malos entendidos y las emociones la sobrepasaron. ?Que ocurrira cuando el la abandone y vuelva junto a su mujer?
    Una historia que solo sera real lo que dure un invierno.

  • Camino hacia el Silencio de Esteve Humet

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    Partiendo de su experiencia en la practica terapeutica y de su trabajo con grupos de meditacion, Esteve Humet ha decidido poner por escrito este camino hacia el descubrimiento del Silencio interior. El objetivo del texto es ayudar no tanto a quienes ya estan iniciados en la meditacion o practican asiduamente alguna forma de oracion, sino sobre todo a aquellos que oyen hablar del tema y desean entrar vivencialmente en el, pero no encuentran a nadie que les ayude en esta exploracion.

  • La princesa del bosque de Miriam Formenti

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    NOVELA DIECIOCHESCA
    1784
    El marques Tristan de Latour, rebelde americano y heredero de una noble familia francesa, ha combatido por la independencia de su pais, y por ese ideal ha visto morir a su padre y arder su casa.
    Al tomar posesion de su herencia podria ser feliz, pues tiene todo lo que un hombre puede desear, pero Francia no es la tierra en la que ha nacido y su prometida no es la compania que le gustaria.
    Durante una tarde de lluvia socorre a una joven mujer, unica superviviente de la emboscada de unos bandoleros. Esta gravemente herida, pero antes de perder la conciencia dice que es una princesa y que se llama Malpighi. Tristan no tiene motivos para dudar de ello, ya que las credenciales que se encontraban en la carroza saqueada la probaban en parte. Sin embargo, la princesa no recuerda nada de lo acontecido y en la mente solo tiene imagenes fragmentadas de una vida que no es capaz de reconocer como suya.
    ?Es de verdad la princesa Malpighi?
    Nada es tan simple como parece, y entre intrigas, rencores y mentiras nacera un amor pasional. Un amor que, al final, tendra un solo nombre.

  • Hay amores para toda la vida (Rendicion 2) de Lina Perozo Altamar

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    Alessandro da el salto de fe que Samantha le pidio anos atras, confiando solamente en el amor plasmado en las paginas de su historia, se marcha a America con la esperanza de recuperar a la mujer que ama y tener una vida junto a ella.
    Samantha sentira como todo su mundo se pone de cabeza nuevamente, debera decidir entre quedarse con la vida organizada, calmada y predecible, que le ofrece el hombre a su lado o apostarlo todo y lanzarse a vivir junto a Alessandro, ese amor intenso que el le brindo y no ha logrado olvidar.
    Despues de casi cuatro anos volveran a estar frente a frente, luego de aquella dolorosa separacion donde las dudas y el orgullo hablaron por ellos, el destino juega sus cartas una vez mas llevandolos al mismo lugar que fue testigo de su rendicion. Sin embargo, el paraiso no sera exclusivamente suyo esta vez y deberan enfrentar situaciones que los pondran a prueba, descubriendo cuanto han madurado en ese tiempo separados.
    Rendicion: Hay amores para toda la vida, nos llevara a revivir el amor de Alessandro y Samantha, quienes esta vez estaran acompanados de nuevos personajes que entraran a escena, y cada uno sera una ficha que juegue a su favor o en contra. Historias paralelas donde cada personaje buscara el amor, el equilibrio y el complemento que se necesita para ser feliz, y al final cada uno encontrara el camino que escoja en la vida.

  • La debilidad de Alec (Hermanos MacLeod 2) de Jane Mackenna

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    No se exactamente cuanto tiempo ha trascurrido desde mi llegada a Dunvegan. No siento tristeza ni melancolia porque eche de menos a mi antiguo clan, jamas me senti parte de el. Aquellas tierras parecian estar malditas, todo era frio y oscuro, sin vida. Muy distinto de las de los MacLeod. Si Ian creia que enviandome lejos conseguiria olvidar el infierno que me hicieron pasar su padre y su hermano, estaba muy equivocado. No hay noche que no tenga pesadillas en las que revivo una y otra vez aquella tortura; despierto llorando, temblando y gritando. Soy incluso capaz de percibir el dolor que senti cuando me arrebataron la inocencia, el asco que me embargo, e incluso puedo volver a olerlos en mi cuerpo. Nadie viene a socorrerme en medio de la noche. Solo Ian parecia comprenderme por completo, pues fue obligado a ver mi humillacion. Lucho con unas y dientes para liberarse de sus captores y ayudarme, mas no pudo hacerlo. El cree que lo culpo, que lo desprecio, sin embargo, no es asi. Puede que haya dejado de amarlo, porque ese dia no solo perdi mi inocencia, tambien me arrebataron la capacidad de sentir. Ya no soy capaz de querer a nadie, ni siquiera soporto estar rodeada de mucha gente. Los MacLeod han sido generosos y pacientes conmigo, sobre todo, mi senora. En Rosslyn veo mucho de Ian, quien me conto que nunca estuvieron muy unidos por culpa de su padre y de su hermano mayor, ellos intentaron hacer de el otro demonio, sin conseguirlo. No obstante, en el proceso perdio una hermana y muchos anos sin estar al lado de su madre. Solo yo se cuanto le dolia el distanciamiento con ambas. Todas las mujeres MacLeod han intentado ayudarme, tratandome casi como a una igual, cuando no soy mas que una simple criada que practicamente ha sido desterrada de su clan. Mas no consigo sentirme tranquila con casi nadie a mi alrededor. Soporto a mi senora, a Glenda, a la madre de Ian, quien es una santa por no odiarme despues de todo, su hijo mato a su primogenito por mi culpa y fui la ramera de su esposo, aun recuerdo como si fuera ayer la ternura con la que me cuido despues del ataque. *** Mis ojos estan abiertos, pero no soy capaz de ver nada. Escucho como Ian solloza a mi lado y me pide perdon una y otra vez mientras hace un esfuerzo por no tocarme, pues la primera vez que lo ha intentado he gritado, a pesar de que ya no me quedan mas fuerzas para hacerlo. --Buscare ayuda --dice mientras se levanta, aun estando tan malherido como yo--. !Madre! --grita con fiereza y cierro los ojos, rezando para no volver a abrirlos jamas--. !Madre! -- vuelve a insistir. No se el tiempo que trascurre hasta que escucho un grito ahogado que me hace levantar los parpados, hinchados de nuevo, y veo ante mi a la esposa del laird MacKinnion que me mira horrorizada. --?Que te han hecho, criatura? --pregunta, rompiendo a llorar mientras se agacha a mi lado --. ?Quien ha sido el animal que te ha dejado en este estado? --Tu esposo y tu hijo son los responsables --escupe con furia Ian, quien no se ha marchado en ningun momento--. Tienes que salvarla --implora--. Se que no he sido el mejor hijo, pero, por favor, madre... --Detente, Ian --le pide ahora, observandolo con ternura--. Claro que la ayudare, y tu y yo hablaremos largo y tendido despues. Centra de nuevo su atencion en mi, su mirada de compasion es como una punalada en mi corazon. --Ian va a tener que cogerte en brazos --me explica--. Necesitas una buena cama. Tranquila, voy a curarte. --Lo siento --balbuceo, pues noto que mis labios no me pertenecen y el sabor de mi propia sangre me hace tener ganas de vomitar--. Lo siento, mi senora, yo no queria... --!Calla, nina! --ordena espantada--. No vuelvas jamas a pedir perdon por lo sucedido esta noche. Guardo silencio al comprender que esta buena mujer no me culpa por lo ocurrido, y dejo que Ian me tome en sus brazos, a pesar de que me causa tal sensacion de repugnancia que cierro con fuerza mis ojos y mis labios para evitar vomitar; me tenso por el dolor y las ganas de salir corriendo si pudiera. --Te prometo que mi padre y Bruce pagaran por lo que te han hecho --susurra sin mirarme, pues es muy consciente de que no soporto su tacto, ese que antano era capaz de estremecerme--. Los matare. Hay tal fiereza en su voz y su rostro que se me hiela la sangre, se que esta hablando en serio y, a pesar de lo que me han hecho, no podria soportar que se ensuciara las manos con la sangre de su propio padre y hermano. Sin embargo, ahora mismo no me encuentro con fuerzas para discutir, solo quiero dormir y que al despertar todo esto haya sido una terrible pesadilla. No tengo claro en que alcoba me encuentro, pero cuando mi cuerpo mancillado es dejado sobre un colchon de plumas, se con seguridad que no estoy en la habitacion que comparto con dos muchachas mas. --Sigo pensando que no es apropiado que este en tu alcoba, Ian --escucho como su madre discute con el mientras ordena a alguien que le traiga agua y panos. --Me importa bien poco si es lo correcto o no, madre --espeta--. Ayudela. --Deja que te cure a ti tambien --dice ansiosa--. Estas lleno de sangre... --Ahora me limpiare --contesta, restandole importancia--. No permitas que nadie se acerque a ella. *** Aquella noche, ambos sellamos nuestro destino. Ahora Ian es el laird de los MacKinnion, despues de que Cameron MacLeod matara a su padre y el mismo asesinara a su hermano por lo que me hizo. No importo las veces que le rogue que no lo hiciera, ahora ambos demonios deben estar quemandose en las llamas del infierno, pero, aun asi, logran atormentarme. --Siempre que te encuentro estas parada y perdida en tus pensamientos, muchacha --la voz potente de Alec, el pequeno de los MacLeod, me sobresalta y, como ya es costumbre, mi corazon comienza a latir con rapidez--. ?Acaso tu senora no necesita ayuda? --pregunta, adentrandose en la cocina en la cual estoy sola en esos momentos. --Ahora mismo esta con mi laird y el pequeno --tartamudeo, mirando a mi alrededor para encontrar una forma de escapar. --!Deja de hacer eso! --exclama, alzando la voz, y siento que en cualquier momento voy a desmayarme--. No pienso saltar sobre ti --grune mas bajo--. No es que tengas gran cosa que apreciar. --?Puedo ayudarle en algo, mi senor? --pregunto, intentando aparentar una valentia que estoy muy lejos de sentir, ni siquiera soy capaz de levantar la cabeza. --Si --asiente mientras entra contoneandose Gladys, mi peor pesadilla en Dunvegan--. Que trabajes. Estoy harto de verte deambular sin hacer nada. Cuando soy capaz de mirarle, Gladys esta pegada a el recorriendo su cuello, a la vez que me observa muy ufana. Alec lo hace como si me odiara y no comprendo el motivo. No le he hecho absolutamente nada, siempre he procurado mantenerme alejada de su camino, porque, desde la primera vez que le vi, me di cuenta de que era el mas explosivo de los hermanos. --Si, mi senor --asiento avergonzada ante la escena que trascurre frente a mi. --Y no vuelvas a llamar la atencion para que venga alguien a interrumpirnos, estupida -- espeta Gladys. Alec, sin decir mas, la coge entre sus brazos y se pierden en el pequeno cuarto donde guardamos las provisiones. No tardo en escuchar gemidos y gritos. No lo soporto y salgo con rapidez hacia las escaleras buscando algo en lo que pueda ocupar mi tiempo mientras mi senora no me da trabajo. He llegado a pensar que lo hacen a proposito, trabajo mucho menos que cualquier criada del castillo, lo que no me hace muy querida entre ellas, algo a lo que ya estoy acostumbrada. ?Que hay de malo en mi? Soy huerfana de nacimiento, nunca supe quien era mi padre, y mi madre murio al darme a luz. Asi que me criaron las propias sirvientas de los MacKinnion hasta que fui lo bastante mayor como para empezar a trabajar. Rezo para encontrarme con alguna de las senoras, pero es demasiado temprano y el unico con el que me cruzo es Evan, que sale silbando de sus aposentos. Al verme, me mira cenudo, y pregunta con delicadeza... --?Ocurre algo, Moira? --Niego con la cabeza, porque siempre me cuesta encontrar la voz para dirigirme a los hombres, aunque sepa que no van a hacerme nada--. ?Alguien te ha molestado? --Por supuesto que no --me apresuro a responder, no quiero problemas de nuevo con Alec --. Solo queria saber si mi senora necesitaba algo... ?Tal vez su esposa? --insisto esperanzada. --Glenda todavia esta en la cama --dice con orgullo--. Puedes preguntar por si le apetece un bano. Se marcha dejandome frente a la puerta. Suspiro, llamo con delicadeza y no entro hasta recibir respuesta. --Buenos dias, mi senora --saludo--. ?Necesita algo? --Buenos dias, Moira --exclama feliz--. Lo cierto es que si Rosslyn no te tiene ocupada, me gustaria darme un bano. --Por supuesto --respondo enseguida, aunque se me revuelve el estomago al pensar que debo volver a la cocina, y seguramente Alec y Gladys aun no habran acabado. --?Sucede algo? --pregunta, incorporandose en la cama y dejandome ver que esta completamente desnuda. ?Es que en este castillo no pueden parar de encamarse? --No, mi senora --me apremio a decir--. Enseguida le preparo su bano. Me apresuro a llegar a la cocina e intentar no pensar en lo que esta ocurriendo a pocos pasos de distancia. Comienzo a llenar cubos de agua para calentarlos, y casi choco con un pecho desnudo y sudoroso. Alzo los ojos asustada y, como temia, es Alec, que ni se molesta en ocultar que ha estado haciendo. Detesto a Gladys, ?como puede dejarse hacer lo mismo una y otra vez? No podria soportarlo. --Asi me gusta, que trabajes --se burla y se marcha silbando muy alegre. ?Como no?, si ha obtenido lo que deseaba... Continuo con mi trabajo, subo varios cubos por las escaleras con esfuerzo, y de nuevo vuelvo a asustarme cuando unas manos aparecen por detras para quitarme peso de las manos. --Te he dicho que trabajes, no que te deslomes --grune--. ?Son para Rosslyn? --pregunta sin mirarme. --No --respondo, al fin, cuando soy capaz de recuperarme de la sorpresa--. Para Glenda. Asiente y los deja en la puerta, sin entrar. Cuando se marcha, lo hace sin dirigirme una sola mirada. ?Por que me ha seguido? ?Por que me ayuda si esta claro que le molesta mi presencia en el castillo? Son tantas preguntas para las que no tengo respuesta... Cuando entro en la habitacion, la tina ya esta dispuesta. Puede que las demas chicas no me tengan mucho aprecio, pero saben cumplir ordenes. Comienzo a llenarla con agua caliente y preparo todo lo necesario para un buen bano. --Gracias, Moira --agradece Glenda mientras se sumerge con un suspiro en el agua--. Quedate un poco conmigo --me pide con su acostumbrada alegria. No puedo negarme asi que me siento y la escucho parlotear... CAPITULO I Alec MacLeod <>. No puedo parar de pensar en ella, aunque este poseyendo a Gladys. Sus gemidos en mi oido no hacen nada para acallar mi mente. Soy incapaz de olvidar la mirada de terror que me ha dirigido en la cocina, ni la de asco al darse cuenta de lo que ibamos a hacer mi amante y yo. ?Por que demonios le repugno? Nunca le pondria las manos encima, mucho menos sin su consentimiento, y siempre me observa como si estuviera esperando que me abalanzara sobre ella igual que un animal. --Alec --repite Gladys una y otra vez, solo quiero que se calle. Cierro los ojos y sigo penetrandola con fuerza, gruno cuando el placer estalla y me dejo ir encontrando el alivio momentaneo que buscaba. Me retiro y alejo con rapidez de ella, hoy no estoy para estupidas caricias. Desde que regrese a Dunvegan, Gladys se ha vuelto bastante posesiva, y creo que esta haciendose demasiadas ilusiones, tarde o temprano tendre que romper nuestro acuerdo. --?Que ocurre? --pregunta con voz jadeante--. Alec... --Tengo cosas que hacer, Gladys --la interrumpo--. Vuelve al trabajo. Salgo con rapidez, incluso sin haber acabado de vestirme, y algo menudo golpea contra mi; contengo un grunido al darme cuenta de quien se trata. Reconoceria su olor en cualquier parte. <>, pienso, intentando contener mi lengua. No soporto su cara de decepcion, no comprendo por que me mira asi. Desde que la vi por primera vez en tierra de los MacKinnion, supe que me traeria problemas. Ojala, Ian no nos hubiera pedido que dejaramos a Bruce con vida para poder matarlo el, pues yo hubiera cumplido el cometido con gusto. Contemplo su rostro mientras intento alejarla con palabras bruscas. De las heridas ya no queda nada, solo una pequena cicatriz sobre una de sus cejas. Un recordatorio constante de lo que debio sufrir a manos de esos bastardos. Me marcho para alejarme y no comportarme como un miserable con ella. Es tan inocente que no comprende mi forma de actuar, ni yo mismo me entiendo a veces. Pero no puedo mantenerme alejado por mucho tiempo, me he dado cuenta de que esta llenando cubos de agua, lo cual significa que alguna de mis cunadas quiere darse un bano. Como suponia, la encuentro subiendo cuatro; es tan pequena, tan delgada que me sorprende que pueda con ellos. No logro evitar correr para cogerlos yo y que no se haga dano. De nuevo, consigo asustarla y eso me enfurece de nuevo. Una vez cumplido mi cometido, me marcho para una buena sesion de entrenamiento, asi, tal vez, deje de una vez de pensar en ella. Odio los sentimientos que despierta en mi porque no los comprendo. Nunca he sentido por una mujer algo que no fuera deseo, mas Moira es diferente. Hace que ansie protegerla al verla tan destrozada, quisiera que no me mirara como si fuera a danarla, y eso es lo que hace que me enfade y la trate mal. Luego, cuando mi maldito genio se calma, me siento un imbecil y me gustaria poder disculparme, pero se que acercarme a ella es imposible. Dejo de pensar cuando veo a Evan aguardando con cara de pocos amigos, espero que no me de un sermon por llegar tarde, porque no tengo la paciencia necesaria para soportarlo. --Al fin apareces --refunfuna mi hermano Evan--. ?Que demonios estabas haciendo? No respondo y cojo una espada, pretendo descargar toda mi ira y frustracion con mi hermano, y espero que este preparado. --?Donde esta Cam? --pregunto mientras me preparo para atacar. --Sabes que desde que nacio Owen es dificil que aparezca temprano --responde sin quitarme los ojos de encima. --Es el laird --siseo tras hacer mi primer movimiento que esquiva con facilidad. --Cuando seas padre, lo comprenderas --se burla mientras me devuelve la estocada. --?Quien te ha dicho que quiera serlo? --espeto a la vez que esquivo por los pelos su espada. --Al paso que vas, no me extranaria que tuvieras algun bastardo --grune cuando le golpeo. Maldigo ante la posibilidad y dejo de hablar para concentrarme por completo en la pelea. No se cuanto tiempo estamos entrenando, me duelen todos los musculos y el sudor empapa mi cuerpo, solo nos detenemos ante la llegada de nuestro hermano mayor. --?Quereis mataros? --pregunta de brazos cruzados, mirandonos con el ceno fruncido. --Estamos haciendo lo que te corresponde desde hace horas, Cameron --respondo, intentando recuperar el aliento. --?Tienes algo que decirme, Alec? --interroga con aparente tranquilidad, aunque se que esconde un caracter parecido al mio, solo que el ha aprendido a controlarse. Esta preguntandome si cuestiono su liderazgo para con el clan, y no es asi, jamas pondria en duda su valia o su derecho al titulo. Nos retamos con la mirada durante unos instantes, pero soy el primero en apartarla. --Nada --escupo--. No tengo nada que decir. Me alejo de ellos para ir al lago que no se encuentra muy lejos de aqui y lavarme. En esta epoca del ano, el agua esta helada, mas no me importa, estoy mas que acostumbrado. Al llegar, me desnudo sin preocuparme por quien pueda verme, no muchos suelen venir aqui y menos en invierno. Me sumerjo y comienzo a nadar durante un rato, necesito estar agotado para no pensar en el futuro. ?Que me espera a mi? Cameron es el laird del clan, tiene una esposa y un hijo al que adora. Evan tiene a Glenda, y no creo que tarden mucho en aumentar la familia, y yo...

  • La silueta del olvido de Joaquin Camps

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    La inspectora Claudia Carreras quiere ser una buena policia, y una buena persona. Por ese orden. Pero ambos objetivos le resultan inalcanzables por culpa de la desolacion que siente tras el asesinato en Madrid de su companero y amante, Tomas.
    Para olvidarlo se traslada a Valencia, donde debe investigar el extrano secuestro de Lara Valls, la hija de una adinerada familia. Pronto descubre que nada en este caso es lo que parece, y poco a poco empatiza con Lara: ambas son adictas a la literatura, al pasado y al sufrimiento. Tres drogas que pueden llegar a ser mortales.
    Una trama intrigante, una prosa aparentemente ligera pero repleta de guinos y cargas de profundidad, junto con unos personajes que viven como si trepasen por una cascada, impediran al lector dejar de pasar las paginas de La silueta del olvido.

  • Con solo una caricia de Eva Gil Soriano

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    ?Podra Valerio conquistar el amor de una seria ejecutiva como Noelia?

  • Las flechas de Cupido de Grace Marie March

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    Richard vive cada dia mas volcado en su trabajo, solo su hermana le hacia desconectar de la empresa, pero desde que Marie esta recuperandose de un pequeno accidente, en el cual perdio la memoria, no se han podido reunir igual que hacian antes.
    Tessa trabaja en una cafeteria, para poder llevar adelante los gastos diarios y cuidar de sus hermanas, desde que sus padres fallecieron las cosas han ido cada vez peor, pero si algo tiene claro, es que ya sea en buenos o malos momentos, estaran las tres juntas.