• no solo amigos jamie beck pdf - Jamie Beck

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    Escapando de una infancia solitaria y convulsa, Vivi ha crecido junto a los St. James, la familia de su mejor amiga, y desde hace trece anos vive enamorada de David, el introvertido hermano mayor. Hace tiempo que cada uno tiene su vida, pero Vivi no puede evitar seguir esperando que David se fije en ella durante las proximas vacaciones familiares en Block Island. El acude a la isla con su nueva novia, una chica con las miras puestas en el compromiso, pero pronto se da cuenta de que en su corazon va creciendo despacio y sin remedio una incipiente atraccion por Vivi. ?Es posible que la este empezando a ver como algo mas que una amiga?

  • No solo amigos (Hermanos St. James 1) - Jamie Beck

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    —Casi todo lo he aprendido leyendo libros y sacando vídeos de la biblioteca. A veces me quedo hasta tarde con el profesor de dibujo después de clase. — ...

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  • No solo vecinos (Hermanos St. James nº 3) de Jamie Beck

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    4 abr 2020 — «Descargar Epubs» es un sitio donde se irán publicando periódicamente los libros más aclamados y buscados del momento para ponerlos bajo su ...

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    03-may-2019 - Libro No solo amigos de Jamie Beck. Vivi ha tenido una infancia difícil, sin embargo, no está completamente sola ya que su mejor amiga no la ...

  • No solo socios (Hermanos St. James 2) de Jamie Beck

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    La vida perfecta de Cat St. James, modelo de portada, es pura apariencia. Por suerte, es una autentica maestra escondiendo la verdad a la camara y a los demas. Su actual problema se llama Hank Mitchell, el carpintero de voz suave al que dejo plantado hace unos meses. Verlo en la boda de su hermano no hace mas que empeorar su tristeza y despertar un inoportuno deseo que decide ahogar en champan.

  • Malon de amor y muerte de Graciela Ramos

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    Invierno de 1829. El pais estaba despiadado, ignorante y salvaje, asi lo definia don Julio Ramirez con sus amigos. Habia logrado liberarse de los colonizadores espanoles hacia trece anos, pero ahora la guerra civil era duena de las calles y los malones de indios dominaban los campos. La polvareda y la sangre embarraban los dias de los inocentes. Jose Maria Paz tomaba la gobernacion de la provincia. Juan Bautista Bustos pedia ayuda a Facundo Quiroga, pero ambos eran derrotados por Paz en la batalla de La Tablada el 23 de junio de 1829. En Villa de Tulumba, provincia de Cordoba, se establecia la hegemonia de la familia Reinafe, cuyos cuatro hijos eran federalistas. El interior del pais claudicaba ante los ataques de los malones que desgraciaban a las familias, los fusilamientos por diferencias politicas y las batallas que estaban a la orden del descuido… CAPITULO 1 LA APARICION Villa de Tulumba, estancia La Esperanza Rosalia suspiro y mientras miraba a sus hermanas se aletargo aburrida en el sillon. --!Tanta jarana por un vestido nuevo! --decia, harta de ver como perdian sus preciadas horas repitiendo la misma situacion, mirando una tela, luego otra, luego la misma. --!Rosalia!, acercate, manana viene Celia por las medidas y los modelos. Ven, amor, elige telas --decia carinosamente dona Ana Alvarez, madre de tres hermosas hijas y esposa de don Julio Ramirez. Una carismatica mujercita espanola, curvilinea, de gestos claros y mirada honda. --Si, claro, las vamos a usar para conquistar a los indios… --agrego Rosalia desafiante. --Hermanita, con estas telas vamos a ser la envidia de todas las muchachas, si Celia llega a tiempo con los vestidos para la tertulia de dona Mercedes y podemos viajar --decia Juana, la menor de la familia. --Si, y somos las primeras en elegir. Imaginate, las Cabrera se deben estar comiendo las unas --agregaba Teresa, la hermana mayor. La vida en el campo no era facil. Don Julio, viendo crecer a sus hijas, se preguntaba muchas veces si no debian mudarse a la ciudad. Alli tendrian mas posibilidades de ir al convento a estudiar, de viajar y hasta de poder conseguir un marido importante. Tal vez tendrian que pasar mas tiempo en la casa de la ciudad. Tal vez, tal vez… Las dudas mandaban en la mente de don Julio que veia como sus pequenas mujercitas se convertian en bellas e interesantes mujeres. Cada una de ellas se definia en su caracter, sus gustos. Eran totalmente diferentes entre si. Las hermanas Ramirez seguian eligiendo telas bajo la mirada de dona Ana, quien se detuvo en Rosalia. Tenia que hablar con su esposo sobre su segunda hija, ya deberia tener un pretendiente, sus inclinaciones por estudiar la habian alejado de la vida social que llevaban sus hermanas. Siempre estaba con un libro en la mano, o ensenando a leer a los criados. Rosalia, mas que un marido, pretendia un viaje a Francia o a Espana. Conocer el viejo mundo era una de sus ambiciones. Odiaba ese tipo de tertulias, un vestido y listo… para ella estaba bien. Teresa, la mayor, miraba minuciosamente las telas, se detenia en las puntillas… seguro estaba pensando en Francisco. El Reinafe la volvia loca, ?tendria un amorio a escondidas? La habia visto varias veces conversando con el; si don Julio se enteraba, la enclaustraba en las Carmelitas, no estaba en sus planes entregar a su hija a un coronel involucrado en la guerra civil que afectaba al pais en ese momento. Don Julio era un hombre de negocios muy respetado en la zona, recto y de pocas palabras, no compartia credo con los Reinafe, "esos caudillos criados por la hermana". Pensaba que no estaban bien asesorados, que eran buena gente con malas companias. No confraternizaba con las ideas del federalismo. Era mas amigo de algunos proyectos del unitario Paz, aunque sostenia que habia que sacar lo mejor de ambos partidos. Don Julio, al igual que habia hecho su padre, comerciaba sus productos sin considerar colores ni partidos. Esa conducta le habia infundido respeto a su imagen. Las horas pasaban y Rosalia se sentia empalagada por la situacion. Las telas empezaban a lucir todas iguales, el te posaba frio junto a la tortilla. Observaba a sus hermanas que simulaban diferentes modelos sobre sus cuerpos con los delicados generos. Las risas mostraban alegria y diversion. Agobiada, se levanto, busco su abrigo y salio a caminar un poco para despejarse. Esquivo la guardia que custodiaba la estancia ante los posibles ataques de indios, y anduvo sin rumbo durante un rato hasta que termino sentada sobre una piedra al costado del arroyo que se habia tragado su propia agua. Habia hecho caso omiso a sus pensamientos de prevencion; hacia apenas unos dias los indios habian atacado una estancia vecina dejando solo penuria y dolor. Don Julio habia prohibido la salida a sus hijas sin previa autorizacion. Rosalia decia que su padre era exagerado, pero el sabia muy bien de lo que hablaba. El frio gelido y seco enrojecia las mejillas de la muchacha. Le gustaba llenar sus pulmones de aire fresco, tomando revancha de los extremos calores del verano. Abrazo su chal de lana y cruzo el arroyo seco y hambriento de lluvias. Se lanzo al camino, las huellas le facilitaban el paseo. Sabia que no debia pasear sola por alli, nunca. Pero una de las caracteristicas de Rosalia era justamente su rebeldia. Caminaba inmersa en sus pensamientos y ese fue el motivo por el cual no sintio el taconeo del caballo que venia soplado por el viento. Cuando lo vio, ya estaba alli. Parecia que iba a atropellarla, sintio que su corazon se detenia. ?En que momento aparecio ese hombre? Se paro, tomo su faldon con ambas manos para salir corriendo, pero no pudo dar un solo paso. Habia quedado paralizada por el gran susto. --!Cuidado! --alcanzo a gritar al ver al caballo casi sobre su cuerpo y temiendo que el extrano quisiera cargarla en ancas y llevarsela. El corcel cayo de rodillas confundido ante las ordenes y tirones de las riendas del jinete asustado. --!?Pero que hace en el medio del camino, mujer?! Casi la aplasto con mi caballo --dijo el joven muy enojado, pero aliviado de no haber lastimado a esa muchacha que habia quedado impavida mirandolo. Salto del potro quedando al lado de Rosalia. En cuanto la vio se sintio conmovido y cambio enseguida su actitud: --Perdon, senorita, si la asuste, en realidad no la habia visto --dijo el muchacho. Rosalia habia perdido la voz, por mas esfuerzo que hacia, las palabras encallaban en su boca; de imaginarse sobre el caballo, tomada por un indio, ahora estaba frente a este caballero desconocido. Su voz salia acompanada de un dejo espanol, le recordaba a su madre. --?Esta usted bien? --insistio. --Si, si, claro, y usted casi me atropella --le contesto levantando su menton y estirando las cejas hacia arriba. --Tiene razon, lo que pasa es que no imagine que una hermosa mujercita sola estuviera en esta espesura. El joven estaba maravillado ante la aparicion en el medio del camino. No tenia ganas de seguir, pero… --Me dirijo a la estancia Santa Clara, ?sabe usted si estoy bien encaminado? --Caballero, no tengo idea, pero le sugiero que siga hacia el camino principal, seguro que alli sabran indicarle --dijo algo aturdida. Ese mocito habia logrado cortarle la respiracion, pero ella jamas perderia la compostura. --Mucho gusto. Me llamo Alfonso Cornejo. Y usted, ?cual es su gracia? --?Que? !Ah! Rosalia… --contesto ruborizada. --?Rosalia…? --Si, Rosalia Ramirez --dijo sin saber como continuar. Habia quedado cautivada por el atractivo del muchacho. Era alto y fortachon. Su cabello suave y rubio brillaba resaltado por su rostro bronceado. Sus rasgos duros contrastaban con su mirada suave; la boca grande y sus labios intensos. Queria irse de alli, pero no podia moverse. --Sigo mi trayecto, seguro nos volveremos a ver --dijo Alfonso mientras comenzaba a caminar al costado de su caballo. Luego de varios pasos regreso la mirada sobre su hombro y la vio, atontada, observandolo. Le guino un ojo y siguio. Con una sonrisa victoriosa, ahora si, salto sobre su potro y se perdio entre los espinillos. Le gustaba esa sensacion, siempre ganaba con las mujeres. Rosalia habia quedado embelesada con ese hombre. ?De donde habia salido? No era de por alli, conocia bien a todos los vecinos. Bueno, tal vez estaba de paso; por ese lugar transitaba mucha gente que venia de lejos. Pero estaba solo y nadie viajaba sin compania en esas epocas tan turbulentas. Automaticamente sus pensamientos cambiaron por el recuerdo del encantador rostro del mocito desconocido. Luego del altercado, y mirando hacia todos lados, regreso a la estancia con paso rapido y una sonrisa sonadora. ?Pero que habia pasado? La dura Rosalia, la intelectual… ?habia quedado prendada de la estampa de un desconocido? En la casa la reunion ya estaba llegando a su fin, se embrollo con disimulo entre sus hermanas, pero a dona Ana no se le escapaba nada y la miraba por el rabillo del ojo. Siempre excluida de todas las reuniones, solo lograba que asistiera bajo presion, y al menor descuido, desaparecia. ?De donde habia salido esta nina?, pensaba, ella era tan sociable, siempre pendiente de todos los detalles, los vestidos, las reuniones, los viajes… igual que sus otras dos hijas que siempre reclamaban vestidos nuevos y querian permanecer mas tiempo en la casa de Cordoba. A Rosalia solo le interesaba contradecir todas las opiniones y reclamar espacios libres para su lectura.

  • Manana. Capuchinos, bikinis #love de Agnes Ruiz

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    Cassie Gauthier y su mejor amiga se van a las Baleares. En sus maletas hay todo lo necesario para unas vacaciones de ensueno. Bikinis, proteccion solar, gafas de sol… ?Encontraran el amor bajo las palmeras? ?Quiza delante de un capuchino? Pero no hay que fiarse de las apariencias…

  • Estelar de Brandon Sanderson

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  • Miel del desierto de Edith Pearlman

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    Hace ya varios decenios que Edith Pearlman viene reclamando un puesto entre los grandes cuentistas de todos los tiempos. Su modo incomparable de ver la realidad, su consumada maestria, su ingenio amplio y generoso, han dado lugar a que se la compare con Anton Chejov, John Updike, Alice Munro, Grace Paley y Frank O’Connor. “Miel del desierto” constituye una asombrosa recopilacion de relatos y viene a ser una autentica celebracion de la autora. Sean cuales sean sus personajes, Pearlman los conoce a todos, intimamente, y nos los describe con insuperable generosidad. Su prosa, tan afinada como poetica, arroja luz sobre momentos muy precisos y muy devastadores, logrando que reflejen la belleza y la gracia que puede haber en la vida cotidiana. Por su merito literario y por lo facil que resulta identificar a estos personajes que con tanta exquisitez y solidaridad nos describe, “Miel del desierto” es una recopilacion que nunca llegara a borrarse de la memoria del lector y viene a demostrar, una vez mas, que Pearlman es una gran maestra de la forma, pero tambien que su vision del mundo nunca deja de ser sabia y comprensiva.

  • 29 de febrero, Juan Genoves Timoner & Montserrat Valls Giner de Juan Genoves Timoner

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  • Deseos ocultos del conde de Lorraine Heath

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  • Siempre Contigo de Christian Martins

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    Blair no era mas que un nino inocente cuando una flecha de su arco marco una maldicion y confirmo un destino ya escrito. Ese destino se llamaba Ailsa; tenia los cabellos dorados, la piel blanquecina y los ojos celestes. Se parecia a un angel. Pero en aquellas tierras altas el destino podia torcerse con mucha facilidad, y la maldicion que anos atras habia marcado a esos dos jovenes amenazaba con destruirles. Una guerra entre clanes, el poder de dirigir a un pueblo y la necesidad de proteger a Ailsa seran la perdicion que arrastre a la locura al joven Blair Sinclair, cuyo corazon late unicamente porque ella lo mantiene con vida. Un amor. Una guerra. Una Escocia plagada de peligros, secretos y magia. ?Te apetece viajar con ellos a las antiguas Highlands?

  • Atardeceres desde la ventana de Francisco Javier Rodenas

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    Un pueblo entero es sospechoso del asesinato de Carlos Palacios. Motivos no le faltan a nadie: Palacios abusaba de sus vecinos con su poder y arrogancia. Maltrataba a su esposa Carmen y era el responsable del distanciamiento entre ella y su mejor amiga Clara. Ademas, Palacios violo y asesino a Cristina Marquez, y su familia no lo ha olvidado. El encargado de dirigir esta compleja investigacion sera el inspector Valero, un policia perseguido por un pasado oscuro.

  • Diccionario de la politica espanola de Anacleto Panceto , Protestona

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  • Bajo el cielo purpura de Roma. Traicion de Alessandra Neymar

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  • Senora Miler (Valkiria 2) de Eva Gonzay

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    Un sonido tan estridente como brusco y fuerte me despierta de golpe haciendo que mis pulsaciones se disparen como si me estuviese persiguiendo un asesino en serie. Mientras la melodia me taladra los timpanos y yo trato de ubicarme y descubrir que cojones es eso, escucho tambien un par de manotazos sobre la mesilla y, unos segundos despues, el espantoso ruido se detiene haciendome suspirar de alivio. Abro los ojos como dos platos mientras trato de ubicarme y de pronto una luz se enciende. Miro a mi izquierda parpadeando varias veces para tratar de dejar de ver doble y veo a Valeria frotandose los ojos con extremada pereza. --Mas vale que borres esa mierda de alarma, ?quieres matarme de un infarto? --grazno despues de intentar aclararme la voz. Valeria se gira hacia mi lado y me observa tratando de aguantarse la risa. --Eres increiblemente desagradable cuando te despiertas, en serio--dice como si fuese todo un descubrimiento cada dia. --Despiertame de otro modo y sere mas amable. Valeria sube mi camiseta y me sorbe un pezon hasta que logra ponerlo duro como una piedra. Cuando se aparta, observa su obra con una sonrisa malvada y su mano se cuela por debajo de mis bragas, sus dedos me tantean y cierro los ojos pensando equivocadamente que esta dispuesta a recompensarme, pero lo que hace la muy zorra es estimular un poco mi clitoris y, en cuanto suelto el primer suspiro de placer me lo pellizca con suavidad y salta de la cama. --Tendras lo que quieres cuando te lo ganes, ahora levanta--ordena con autoridad. --?Que me levante? ?Que hora es? --pregunto con una mezcla de desconcierto y enfado. --Las seis. Pero bueno, ?se ha vuelto loca? --?Como que las seis? --pregunto incorporandome de golpe--?me he perdido algo? ?Vamos a algun sitio y yo no me he enterado? De verdad que no me lo puedo creer, ?como se le ocurre poner el despertador a estas horas? La oficina no abre hasta las nueve y yo siempre me levanto a las siete y media, este Valeria en mi casa o no. --Exacto, vamos a correr--contesta provocando que mis cejas se eleven de forma exagerada. --A correr--repito incredula. Valeria salta sobre la cama de repente y se sienta sobre mi a horcajadas. --Siempre dices que quieres volver a recuperar el habito de salir a correr, pero nunca encuentras el momento, asi que yo lo he decidido por ti. --Por mi--sonrio sarcastica--ya, pues no decidas tanto, bonita, si quieres correr cuando todavia no han puesto las calles me parece perfecto, pero yo voy a seguir durmiendo--digo derrumbandome de nuevo sobre la cama. Valeria se inclina sobre mi hasta que sus labios rozan mi oido y su melena suave y aterciopelada me acaricia el cuello. --O te levantas o te castigare, y no sera de una forma agradable para ti--amenaza en un susurro, despues sale de encima de mi y se dirige hacia el bano sin volver la mirada. --Joder...--me quejo incorporandome, todos sus castigos me vuelven loca, salvo cuando consisten en dejarme con el calenton como ha hecho hace unos segundos. Asi que, si la nina quiere correr, vamos a correr. Valeria ha propuesto algo suave, cinco kilometros en un recorrido circular que hace cuando no tiene mucho tiempo. Me ha parecido bien, en mis buenos tiempos corria entre doce y quince kilometros diarios, pero parece que mis buenos tiempos quedaron muy atras, porque no llevamos ni la mitad y siento que los pulmones estan a punto de explotarme. Poco a poco voy perdiendo fuelle y Valeria se va adaptando a mi ritmo sin articular palabra, pero soy tan competitiva que me imagino lo que debe estar pensando, que soy una floja. --Podemos parar ya si quieres y volver caminando--propone sin esfuerzo. --No--jadeo como un animal sediento. Deberia hacerle caso, pero mi orgullo no me lo permite. Asi que para demostrarle que todavia puedo aguantar, decido hacer un sprint y provocarla para que me siga. Valeria no tarda ni dos segundos en darme alcance, porque se me acaba de subir el gemelo de la pierna izquierda y me acabo de tirar al suelo de forma dramatica mientras me aguanto los lagrimones. --Me cago en la leche, como duele--berreo agarrandome la pierna flexionada con las dos manos. --Deja que te ayude--dice agachandose frente a mi. Dios mio, no recordaba que doliese tanto. La miro enfurecida y me contengo para no decirle que todo esto ha sido culpa suya, si no me hubiese amenazado, yo ahora estaria calentita en mi cama durmiendo a pierna suelta, y no tirada en el suelo humedo del parque aguantandome la respiracion para no gritar de dolor, porque mi pierna en lugar de suelta se ha quedado rigida como una tabla. --Esto tiene truco, deja a la maestra--se pavonea apartando mis manos. Valeria coge mi pierna y la estira completamente, despues me quita la zapatilla y tira de mis dedos hacia atras manteniendolos asi unos segundos. --No me jodas--digo asombrada cuando el dolor se calma de golpe. --Te he dicho que tiene truco--se rie la muy boba. --Me lo podrias haber dicho antes--me quejo aprovechando para recuperar el aliento. --Pense que una experta corredora como tu ya lo sabria. Le dedico una mirada incendiaria y Valeria ignora mi cabreo y me tiende la mano para ayudarme a levantar del suelo. Es lo que mas me gusta de ella, mi comportamiento a veces grosero y desmedido que no consigo aprender a controlar no le afecta y, la naturalidad con la que me ignora logra calmarme mas que una pastilla o el ladron de mi psicologo. Me pego a ella y le doy un sonoro beso en la mejilla, puede parecer algo absurdo e infantil, pero a ella le gusta, dice que asi todo el mundo se entera de lo que siento por ella, que a estas alturas puedo decir que es mucho. En fin, a veces creo que me estoy convirtiendo en una monas. --Bueno--dice contenta--creo que estas suficientemente tranquila, ya podemos volver e ir al trabajo. --?Que quieres decir? --pregunto caminando a su lado. --Nada. Esto si que no, puede que llevemos poco tiempo de relacion o lo que sea que tenemos, si por poco entendemos casi seis meses durmiendo juntas al menos cuatro noches a la semana. La conozco lo suficiente como para saber cuando me esconde algo, porque Valeria nunca hace nada por hacer y yo soy gilipollas por no haber sospechado que no era normal que de repente un dia decida que hemos de salir a correr a las seis de la manana. !A las seis! --?Que pasa? --pregunto agarrando su brazo para que deje de caminar. Se pega a mi y muerde el lobulo de mi oreja provocandome una descarga que me sacude todo el cuerpo. --Queria que quemases un poco de energia, ya sabes que eso calma tu mala leche--confiesa mordiendo mi cuello esta vez. --Me relajo mas cuando me follas--aclaro con los brazos en jarras mientras la miro exigiendo una explicacion. --Cierto, pero si te follo ahora no tengo garantias de que te controles despues, en cambio, hay mas posibilidades de que te portes bien y te controles si sabes que despues tendras una recompensa si lo haces. --?En que se supone que me he de controlar? --pregunto alucinada. --En el trabajo. --?En el trabajo? ?Que ha pasado? --pregunto poniendome tensa. --Sandra tambien esta embarazada. --!?Que?! Pero bueno, ?que pasa en esta empresa? ?Es que todas se han puesto de acuerdo? No es que me importe que quieran ser madres o no, es que cada embarazo significa una baja que debo cubrir con alguien nuevo a quien se le tiene que ensenar todo para luego despedirlo. Es algo que me irrita una barbaridad, no puedo remediarlo, y no hace ni dos dias que me entere de que otra empleada tambien se ha quedado en estado. --Sandra podria haber tenido el detalle de esperar a que Isabel volviese de su baja, asi podria aprovechar al mismo sustituto para cubrir las dos bajas--reniego en voz alta echando a caminar. --?Ves como necesitabas quemar energia? Imaginate como te hubieses puesto si te enteras al llegar alli-- comenta como si le hubiese hecho un favor al mundo cansandome a las seis de la manana. --No me hubiese enfadado. Valeria alza las cejas y me mira de reojo. --Bueno, un poco si--admito haciendola reir--pero si me controlo y no le digo nada cuando me lo cuente tendre recompensa, ?no? --pregunto sintiendome infantil. --Por supuesto--contesta dandome un suave azote en el trasero--?quieres saber quien es el padre? --No, no quiero saber nada--respondo cortante. --Es Mario, el de recursos humanos. --?Que parte de no quiero saberlo es la que no comprendes? --pregunto exasperada. --Lo siento, es que me pones mucho cuando te enfadas--dice abrazandome y provocando que por poco nos demos un tortazo. Me entran ganas de preguntarle si es bipolar, me hace levantarme a horas que deberian estar prohibidas para aplacar mi mal humor y ahora me provoca porque resulta que le pone cachonda verme enfadada. --Espero que no follen en horas de trabajo--bufo cogiendola de la mano. --Tu lo haces...--suelta encogiendose de hombros. No tengo argumentos para defenderme ante semejante afirmacion, asi que guardo silencio y decido disfrutar lo que queda de paseo hasta mi casa. Capitulo 2 Menuda manana de mierda llevo, mas vale que Valeria cumpla su palabra y me recompense bien despues. Pero el dia siempre puede empeorar, porque parece que ha llegado el momento de que Sandra venga a darme la gran noticia y, cuando cruza la puerta del despacho tiene la cara descompuesta. De repente siento una punzada extrana de angustia al pensar que su incomodidad se deba ante el hecho de tener que comunicarme algo que deberia alegrarla, ?de verdad la intimido tanto? Me gusta que me respeten y mantener la distancia con mis trabajadores, pero no hasta el punto de que me teman. Soy una maldita zorra. Valeria me hace una sena con las cejas senalando a Sandra. En este tiempo tambien he aprendido a descifrar sus gestos y lo que me pide basicamente es que no sea una borde. --No te preocupes, Sandra, ya me he enterado de lo tuyo. Enhorabuena--digo lo mas amable que puedo. Valeria sonrie aprobando mi actuacion y yo lo hago interiormente porque esto aumenta mi recompensa de despues, pero Sandra me observa estupefacta y me hace sentir como si fuese alguien de otro planeta. Eso me irrita, ?cree que no puedo ser amable? --Gracias--explota de repente rompiendo a llorar. Yo miro a Valeria completamente desconcertada y ella se levanta y se acerca a mi mesa para sentarse al lado de Sandra. Durante la siguiente media hora asisto perpleja al culebron que rodea la vida de Sandra y al parecer de parte de la empresa. Resulta que la chica, que apenas tiene veinticinco anos, esta prometida con su novio de toda la vida y se van a casar dentro de tres meses. Hasta aqui todo seria normal si no fuese porque la mosquita muerta, se ha liado con Mario, que a su vez es el responsable tambien del embarazo de la otra empleada, Isabel. Valeria la consuela y le tiende una caja de panuelos mientras yo las observo sin pestanear. --Lo has hecho muy bien--aplaude Valeria cuando Sandra se marcha por fin. Tras eso, se dirige hacia la puerta y echa el pestillo que me vi obligada a instalar dado que no hay forma de detener nuestros encuentros calenturientos aqui dentro. Me habia propuesto comportarme y aguantar hasta llegar a mi casa, pero me resulta imposible, cuando Valeria me mira de cierto modo me deshago por dentro y no soy capaz de razonar. --Ven aqui--ordena situada junto a su mesa. Obedezco notando como mi corazon se acelera sin remedio y Valeria me besa acorralandome contra la mesa hasta que mi culo se encuentra con el borde. Una vez ahi, se coloca en medio de mis piernas y presiona con su muslo haciendome suspirar. --?Crees que deberia despedir a Mario? --le pregunto entre suspiros. Inmediatamente me cabreo conmigo misma por haberle preguntado. Tiempo atras hubiese tomado la decision sin pestanear y probablemente sin tener en cuenta las consecuencias, pero desde que estoy con ella su opinion me importa mas de lo que me gusta reconocer, porque es mas analitica que yo y menos impulsiva. Valeria me complementa, y me cabrea sentir que la necesito tanto. --No--responde a la vez que baja mis pantalones y mis bragas hasta los tobillos. --Se esta follando a media empresa--reniego cuando muerde mi sexo, inmediatamente despues me da una cachetada justo ahi y me dedica una mirada seria. --No es tu problema, ya son mayorcitas. --Las bajas las voy a pagar yo, y todas sus ausencias cuando los ninos tengan mocos y diarreas, tambien. --Ya me has cabreado, date la vuelta--ordena apartandose de mi. --?Que? --Ya me has oido. Joder, sigo sin poder creerme que algo asi pueda ponerme tan cachonda. Me giro apoyando las dos manos en la mesa y le ofrezco mi trasero a Valeria, quien alterna varios azotes que me desesperan entre masajes en mis nalgas y dedos que tantean la entrada de mi vagina hasta clavarse dentro de mi con fuerza. Ahogo un gemido cuando la noto hasta el fondo y Valeria agarra mi hombro con su otra mano para ayudarse a empujar. Me folla sin descanso haciendo que me muerda los labios para no gritar y, cuando estoy a punto de correrme, saca sus dedos de mi interior y me da otro cachete que resuena con fuerza y me provoca un escozor mezclado con deseo que hace palpitar mi sexo con desesperacion. Otro nuevo cachete en el mismo lado me hace tensarme y ahogar otro gemido, y entonces sus dedos vuelven a mi interior con la misma determinacion de antes, follandome sin descanso hasta que me corro y acabo con la cabeza apoyada sobre la mesa porque las piernas no me sostienen. Valeria arquea su cuerpo sobre el mio y besa mi nuca. --Me encanta follarte asi--confiesa dandome un beso. Si el aliento me lo permitiese le diria que a mi tambien, las dos sabemos a lo que se refiere, a follarme fuerte, de forma algo brusca y sin preliminares. Me pone tremendamente cachonda que lo haga, y a ella le encanta. Despues de una jornada que se me ha antojado interminable, por fin abandono el despacho seguida de Valeria. Mantenemos las formas delante del personal, jamas han presenciado una muestra de afecto entre ambas o una conversacion que no sea sobre trabajo, pero no son tontos y hay rumores sobre el hecho de que pasemos tanto tiempo juntas, Valeria me lo conto hace poco. Al principio me puse de muy mal humor, pero no puedo negar lo evidente y acordamos simplemente seguir como hasta ahora, con discrecion en cuanto a las muestras afectivas, aunque sin negarnos el hecho de poder entrar o salir juntas del edificio. --Hasta manana, Gabriel--le digo al conserje cuando me abre la puerta de salida. --Hasta manana, senora Miler. No hay manera de que no me llame asi pese a que Valeria lo intenta algunas veces, pero ya no me molesta tanto que lo haga, quiza porque el hombre vino a disculparse personalmente por el comportamiento del chorizo de su sobrino cuando no tenia por que hacerlo. Tras despedirse tambien de Valeria, las dos caminamos hasta el aparcamiento y nos montamos en mi coche. --?Te vienes a mi casa? --pregunto cogiendo su mano antes de arrancar el motor. --Si te apetece, si, pero antes pasa por la mia, llevo un par de dias sin ir y hay que ventilar y ver que esta todo en orden. --De acuerdo. Esto se esta convirtiendo en algo muy habitual ultimamente, Valeria pasa mas tiempo en mi casa que en la suya y solemos hacer visitas como esta para comprobar que todo esta bien en su apartamento. Al principio yo la esperaba en el coche, pero poco a poco fui sintiendo la necesidad de conocerla de una manera mas profunda, de saber como vive y lo que le gusta, y ahora ya no le pregunto o espero a que me invite, simplemente bajo del coche y entro con ella.--Te va a explotar el buzon--comento cuando veo que pasa de largo para dirigirse al ascensor. --Mierda, siempre se me olvida--dice volviendo sobre sus pasos. Lo abre y extrae un buen fajo de cartas que me entrega mientras se dispone a cerrarlo. --?Puedes separar la publicidad de las cartas importantes mientras yo abro las ventanas? --me pide en cuanto entramos en su apartamento. Dejo mi bolso sobre una silla y me siento en otra para hacer lo que me pide, contenta de poder ayudarla. Resoplo al ver la cantidad de publicidad que hay, yo tengo un cartelito en el buzon donde pone expresamente que no quiero publicidad y, aun asi, me la dejan los muy desgraciados, es algo que no soporto. Sigo separando las cartas hasta que una de ellas me llama la atencion, no es que este leyendo ni cotilleando su correo, pero un sobre negro con un discreto logotipo dorado en la esquina inferior derecha con el nombre de Valeria escrito en el centro en letra dorada y caligrafica, pues no se, no es muy comun. Todavia lo tengo en la mano cuando la veo aparecer. --Perdona, es que es un poco hipnotizante--me excuso algo azorada al sentirme pillada. Lo pongo encima de la pila de cartas cuyo contenido puede ser importante y se lo entrego. Valeria acepta el paquete con una sonrisa divertida, coge el sobre negro y deja todo lo demas sobre la mesa. --?Quieres saber que es? --pregunta alzandolo frente a mi. Dios mio, me siento como un perro cuando su amo le muestra una chuche, de repente siento una curiosidad desmedida por conocer el contenido del maldito sobre.

  • El asesinato de Laura Olivo de Jorge Eduardo Benavides

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    XIX Premio Unicaja de Novela Fernando Quinones Colorado Larrazabal es un expolicia peruano negro, de origen vasco, que ha abandonado su Lima natal tras haberse enfrentado a un caso de corrupcion en la epoca de Fujimori. Sobrevive en Madrid, en el barrio de Lavapies, haciendo trabajos ocasionales para el abogado peruano Tejada, tambien expatriado, y mantiene una relacion sentimental semi-clandestina con una joven marroqui, Fatima. Tras resolver el secuestro del padre de Fatima a manos de unos delincuentes de poca monta, su casera le encomienda ocuparse del caso de su sobrina, una joven periodista a la que todos los indicios senalan como unica sospechosa de la muerte de una celebre agente literaria, Laura Olivo, con la que estaba viviendo un torrido romance. Mientras Larrazabal se adentra para su investigacion en el mundo de las agencias literarias y en el lado menos amable del ambiente editorial, el lector se asoma a un entretenido fresco de escritores reconocibles y desencantados, novelas perdidas y ambiciones frustradas. Larrazabal es un buen policia y sufre la perplejidad que le causa un mundo complejo en el que se siente desplazado y donde a veces lo que no vemos esta justo delante de nuestros ojos. Personajes verosimiles, dialogos agiles, ambientes reconocibles, una sutil ironia y una estructura muy bien construida llevan al lector con mano maestra de sorpresa en sorpresa ofreciendole tambien materia para la reflexion. Como en los mejores clasicos del genero.

  • Aprendiendo a amar de Covadonga Perez-lozana

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    Miro el presente y veo muchos seres humanos despistados. Pareciera que nos interesa mas encontrar agua en Pluton o lograr acelerar un proton que aprender a vivir nuestras vidas en plenitud y agradecimiento. No sabemos vivir, y una de las pruebas de ello es que la gran mayoria de nuestras relaciones aun albergan algun tipo de conflicto. Les pedimos a los demas que nos hagan felices o, por lo menos, que no nos hagan dano. Esa mirada externa, tan practicada en nuestra forma actual de vivir las relaciones, nos distrae de la mirada interna: aquella que se mira a si misma y se encuentra, aquella que al encontrarse entra en paz. Todos buscamos amor, felicidad y paz, sin embargo, la perspectiva externa de esa busqueda no tiene nada que ver con su perspectiva interna. La primera reclama a la vida y a los demas que nos aporten aquello que creemos que no somos capaces de alcanzar por nosotros mismos. La segunda, en cambio, se basa en un autodescubrimiento que agradece todo lo que ocurre, porque, al ocurrir, nos permite conocernos un poquito mas. La primera mirada camufla nuestras debilidades y construye una mascara atractiva para atraer a aquellos que nos van a hacer felices. La segunda mirada considera la debilidad como una oportunidad de crecimiento y la mascara como un obstaculo innecesario que oculta una vision honesta hacia uno mismo y el mundo que le rodea. Somos una especie aun inmadura que cree estar realizada y completa. Creemos que ya hemos terminado nuestro viaje de autodescubrimiento cuando conseguimos el ultimo modelo de telefono movil. Sin embargo, todavia mendigamos amor, respeto y comprension a los demas, convirtiendo asi las relaciones en una especie de bufe libre de desequilibrios emocionales: culpa, resentimiento, remordimientos, frustracion e ira son los mas solicitados del menu. ?Te imaginas a dos personas cuyo discurso matutino dentro de sus cabezas sea decirle constantemente al otro: <>? Esta inmadurez de la que hablo no es, ni mucho menos, algo malo. Mas bien refleja un enorme potencial por descubrir y ser vivido. De ahi nace mi gran interes en invitarte, por un lado a que seas consciente de esta bella inmadurez, y por el otro a que te des cuenta de tu ignorancia (que es la de todos nosotros). Reconozcamoslo, no sabemos como relacionarnos de forma pacifica y amorosa con los demas, ni tampoco sabemos hacerlo con nosotros mismos. No sabemos respetarnos, escucharnos ni amarnos. Nos escondemos detras de nuestra personalidad pensando que esto nos hara sentirnos mejor con nosotros mismos y tambien con los demas. Quiza con este libro descubras que existe otra manera de relacionarse. Quiza sientas en tu corazon que es hora de dar un paso mas alla del temor, las quejas y los caprichos, y encontrar una forma de relacionarte basada en la unidad, que, a su vez, nace de la mirada interna. Covadonga nos invita a poner el foco en ello desnudando a la protagonista en las paginas de este libro, exponiendo su ignorancia a la luz del Sol y compartiendo con nosotros, los lectores, el resultado de esta valentia. Aprender a culpar a los demas de nuestras desdichas o responsabilizarlos de nuestra felicidad es una leccion mas que aprendida. Somos grandes maestros del victimismo, del drama y de regalar nuestra integridad a todos aquellos que tienen pinta de poder hacernos felices, aunque luego solo nos hagan desgraciados. Nacemos integros y, a medida que crecemos, aprendemos a desintegrarnos regalando a los demas algo que solo nos pertenece a nosotros: la capacidad de alcanzar la felicidad. Te invito a andar, junto a Covadonga, hacia ese proposito. Su forma de narrar y su manera de alcanzarlo son suficientemente claros y honestos como para que el camino personal de la protagonista de esta historia se vuelva transparente y te permita vislumbrar ese proposito que todos compartimos. No temas ser feliz. Sergi Torres INTRODUCCION Este libro comienza con el <>. Escribo las primeras lineas reproduciendo ese tortuoso patron de pensamiento egoico que dirigio y domino la existencia de la protagonista de este libro hasta mas alla de la treintena. Afortunadamente, la vida, en su infinita sabiduria, supo proveer a Guadalupe de las experiencias vitales necesarias para su dulce transformacion. Guadalupe no es una victima, nunca lo ha sido. Ha vivido muchas experiencias que la sociedad catalogaria como desgracias, pero ella sabe que no han sido tales, y tambien sabe que ha sido responsable de todas y cada una de ellas. Guadalupe esta agradecida a sus maestros por mostrarle el camino hacia su interior, hacia el empoderamiento personal. En este libro quiero compartir su experiencia para que del mismo modo que ella pudo transformar su mente, este relato ayude a otras personas a transformar la suya. Comienzo describiendo su egoica forma de pensar y finalizo mostrando una mente mas alineada con su conexion esencial, una mente mas limpia. Una mente que le permite vivir relajada y en paz. Espero que este relato ayude a otras personas a transformar su mente y responsabilizarse de su vida. INDICE 1. El desamor 2. Naranjas completas 3. Aprender a amarme 4. Que es el ego 5. El sistema de creencias 6. Mi flamante nuevo novio 7. Mi nueva vida 8. Repeticion de patrones 9. Quien no aprende de su historia... 10. Mi vida en soledad 11. Cuando tu cambias, todo cambia 12. La vida es un espejo 13. ?Desde cuando sabe la humanidad que la vida es un espejo? 14. La pareja como espejo 15. El enamoramiento 16. La pareja como maestro 17. El amor no implica sacrificio 18. Los contratos 19. Decir <> es un acto de amor hacia ti mismo 20. La presencia 21. El nino interior 22. Como influye el estado de presencia en nuestras relaciones 23. El estado de presencia y el sexo 24. Aceptacion 25. La aceptacion aplicada a la pareja 26. La victima 27. El compromiso 28. Los celos y la confianza 29. Si tu pareja te engana o te abandona 30. Liberate de la necesidad de tener razon 31. Mi relacion plena 32. El apego 33. La aceptacion de una ruptura 34. La independencia emocional 35. El origen de la dependencia emocional 36. Mi descubrimiento 37. La influencia del sistemico en los ordenes del amor 38. El perdon 39. El perdon en los ordenes del amor 40. Escuchar al corazon, la intuicion 41. El espacio de tu corazon y el amor universal 42. La pulsion de unicidad 43. La mision 44. La mision compartida: puro extasis vital 1. EL DESAMOR Me llamo Guadalupe y quiero contarte mi historia, la historia de un descubrimiento que me cambio la vida para siempre y que quiero plasmar en estas paginas para ayudarte a que tu tambien lo hagas. Pero antes de llegar a eso empecemos por el principio. Me quedaban dos meses para cumplir treinta anos y mi cabeza no paraba de darle vueltas a la idea de que iba a cambiar de decada y aun no me habia casado. Una parte de mi se repetia que eso eran historietas, convencionalismos sociales pasados de moda, pero otra parte, que en ocasiones tomaba el control, sentia que habia fracasado. Era como si en algun momento hubiera apretado la tecla equivocada, hubiera escogido el camino erroneo y todo hubiese dejado de funcionar. Me sentia profundamente vacia. <>, me repetia a mi misma. Llevaba 3 anos con Rodrigo, que era lo que oficialmente se considera un tio bueno. Era guapo, elegante, fino... tenia un lenguaje culto y elaborado, y era tremendamente atractivo. De lunes a viernes se vestia de traje para ir a la oficina y, por si esto fuera poco, encima se ponia una gabardina que le daba un toque misterioso. Parecia salido de un anuncio de Massimo Dutti. Yo podia sentir la envidia de otras mujeres cuando caminaba cogida de su brazo, cuando iba con el a una fiesta o cuando se enteraban de que era mi novio. Me sentia afortunada de estar con un chico tan guapo y elegante; llevaba su foto en mi cartera y subia constantemente fotos nuestras al facebook. Me encantaba mostrar en la red social fotos en las que saliamos abrazandonos, besandonos o haciendo planes juntos. Eramos la viva imagen de la felicidad, los dos tan ideales. En esa epoca descubri una aplicacion que te informa de quien te visita en facebook, y me regodeaba contando el alto numero de visualizaciones que tenian nuestras fotos y disfrutando de la atencion que suscitabamos. Sin duda eramos una pareja perfecta. Sin falsa modestia he de decir que yo siempre he sido muy atractiva fisicamente, sobre todo en aquella epoca. Aunque iba a cumplir treinta aparentaba veintitantos; estaba delgadita pero tenia formas muy sensuales. Mido 1,76, tengo unos ojos de color verde intenso y mis facciones desprenden feminidad. Siempre he llamado la atencion de muchos hombres, y en aquella epoca eso me parecia importante.

  • La marquesa de George Sand

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    Tras varias experiencias desafortunadas en el amor y haber desarrollado el odio hacia los hombres. “La marquesa” narra el enamoramiento fulminante de una exquisita aristocrata por un actor teatral, sublime en escena, pero ordinario y decepcionante en la vida real.

  • El loco de la plaza libertad de Hassan Blasim

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    El loco de la plaza Libertad es el primer volumen de cuentos de Hassan Blasim, considerado por muchos como el mejor escritor arabe contemporaneo de ficcion. Mezclando lo fantasmagorico con lo mas descarnadamente real, en un estilo que se ha comparado con el de Roberto Bolano por su propension a la comedia macabra, Blasim sumerge al lector en los destinos individuales de quienes vivieron la paranoia institucionalizada del regimen de Sadam Hussein, la guerra de Irak, y la posterior ocupacion americana, y de los que tuvieron que emigrar sufriendo el trafico de seres humanos en los bosques de los Balcanes o las pesadillas al tratar de construir una nueva vida en Europa. Pocas veces se ha narrado la perturbadora verdad de la experiencia de la guerra y de los refugiados como en estos cuentos, escritos por alguien que vivio ese infierno donde ideas como la dignidad humana y la libertad de decision suelen convertirse y la libertad de decision suelen convertirse en un chiste cruel.

  • Los secretos del multimillonario (Los Sinclair 6) de J. S. Scott

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    Xander Sinclair, una estrella del rock en horas bajas, ha abandonado el centro de rehabilitacion, pero no ha dejado atras todos sus problemas. Vive encerrado en su mansion de Amesport, torturado por el recuerdo del asesinato de sus padres y aislado de sus hermanos.

  • Black soul, ambar death de Rachel Rp

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    Todo lo que sabe es que un “hermano” necesita que cuide a alguien de su familia….

  • Camas y famas de Daniel Samper Pizano

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    Los amores mas inesperados, tragicos y divertidos que cambiaron la historia del mundo y las letras bajo la lupa de Daniel Samper Pizano.

  • Devotio de Massimiliano Colombo

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  • Cuestion de Piel de Mariela Villegas R

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    Una intrigante e intensa historia donde el amor no juega ningun papel y la fuerza de voluntad lo es todo para sobrevivir.
    En la vida de Miranda solo hay una persona: ella misma. Su existencia ha transcurrido de una forma tan facil como increible, y por todas las razones erroneas. No es una mujer de alma noble ni conoce el amor. Por tanto, decide comenzar a asistir a terapia con una psiquiatra de renombre para que la ayude a “sentir algo” por alguien mas, ya que se acepta ignorante al respecto y no desea terminar sus dias sola. Pero en esta historia las cosas no son lo que parecen. El amor no tiene cabida y ella se dara cuenta de esto cuando conozca al diablo en persona: Damian, un hombre tan irreverente y encantador como manipulador. Aunque, en algun punto de sus alocados dias, no sabran quien manipula en realidad a quien. Todo puede suceder cuando ellos estan juntos, y aquel que se cruce en sus caminos corre un riesgo enorme de caer en una voragine de deseo y pura y vil corrupcion. ?Quien dijo que la pasion y la lujuria eran las emociones mas avasalladoras que el ser humano pudiera experimentar? Aqui todo siempre es mas, mucho mas. Un thriller erotico y psicologico que te robara el sentido. ?Podras sobrevivir en su retorcido y seductor mundo? ?De que se trata la verdadera esencia de la locura? No te quedes con las ganas de saberlo, pero cuida tu mente en el camino.

  • Siempre fiel al amor de Sophie Kiss

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    La vida nos da sorpresas. Eso fue lo que le paso a Paul, una enfermedad terminal le pone fin a su vida lentamente, para que su esposa no se quede sola, decide buscarle un nuevo companero de vida, comienzan las citas clandestinas por internet a sabiendas de Paul para encontrar al candidato adecuado y por si fuera poco aparece Mark, el amigo de toda la vida de Paul, un multimillonario y desvergonzado el cual es otro candidato para quedarse con ella. Aillen ama con todo su corazon a Paul ?Con quien se quedara Aillen?

  • La ultima bala de Juan Jose Revenga

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    Traficantes de armas, guerrilleros en todo el mundo y los principales carteles mexicanos de droga son los protagonistas de este ensayo ficcionado. Conoceremos los entresijos del narcotrafico de la mano de uno de los capos mas importantes y mas buscado, el capo del cartel del golfo; o a traves del famoso secuestrador <>, un criminal que estuvo al mando de una red criminal con los mas altos estamentos de la policia mexicana e incluso politicos en su nomina, entre otros.

  • Hola, preciosa de R. Vera

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    Rebeca Millan es una joven profesora interina de instituto que nunca ha tenido demasiada suerte con los hombres. Su unica meta al comienzo del nuevo curso academico es aprobar las malditas oposiciones y dejar de sonar todas las noches con. el, un desconocido enfundado en gafas de sol y gorra con el que se lleva cruzando durante todo el verano cuando va a correr por el Paseo Maritimo.

  • Eres todo lo que necesito de Mia Ford

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    --Vale, Aubrey, vete a jugar, carino. Papa solo tiene que hacer una llamada, ?vale? --Si, papa. --Me regala una sonrisa gigante que me derrite el corazon--. Gracias. Mi preciosa nina morena de dos anos corre hacia los columpios. Tiene el pelo oscuro como yo, pero en todo lo demas es como su madre. Esos ojos azules brillantes son todos de Nora, lo que casi me rompe el corazon. Suspiro con fuerza y tomo asiento en el banco cercano mientras hago algunas llamadas telefonicas. Necesito distraerme. --Hola, Adam. ?Como te va? ?Todo bien en la oficina? --Si, todo esta bajo control. Sabes que puedes confiar en mi, soy el gerente. Me rio con un sonido gutural. --Bien, bien, solo queria comprobarlo. Ya sabes como soy. --Lo se, lo se, la linea de moda es tu bebe, pero confia en mi, lo estoy haciendo bien. --?La sesion de fotos va bien? ?Todas las modelos se estan comportando? --Las modelos estan… ya sabes, siendo modelos, pero lo estan haciendo lo mejor posible. Todas quieren ser la cara de Ventry. Escuche a algunas de ellas decir que es un trampolin para grandes cosas. Tengo que admitir que eso me hace sentir bien. Lleve esta linea de moda desde los inicios, convirtiendola en un negocio de mil millones de dolares en un espacio relativamente corto de tiempo. Me ocupo mucho tiempo y vida, pero me encanta. No lo cambiaria por nada del mundo. Me ayudo ver a mi madre trabajar en la moda toda su vida. Aprendi los entresijos, los trucos del oficio, y lo he aprovechado. --Entonces, ?no hay ningun drama importante? ?Nada de lo que deba preocuparme? --Todo esta bien, Cooper, honestamente no necesitas preocuparte. --Lo se… pero sabes que lo hare de todos modos. --Se que lo haras. Pero no dejes que interrumpa tu tiempo en familia. Es importante. Cierro los ojos, escuchando esa verdad. Se que corro el riesgo de convertirme en un adicto al trabajo. Si no fuera por Aubrey, no saldria de la oficina para nada, pero tengo que hacerlo. Es algo bueno en realidad, pero el fanatico del control que hay dentro de mi no se deja llevar. Desearia poder dividirme en dos para poder estar en todas partes a la vez. --Lo se, por eso estoy ahora mismo soportando el infierno del parque infantil. --Oh, apuesto a que te encanta eso. Todos esos ninos gritando. --!Oh, es tan divertido! --Oh, lo siento. Una de las chicas me esta llamando… --Bueno, eso esta bien. Gracias, Adam, tratare de dejarte seguir un poco. --Gracias jefe, y te vere como siempre el lunes por la manana para que puedas revisarlo todo. Tal vez se supone que este deberia ser el momento en el que doy un paso atras y simplemente disfruto de los frutos de mi trabajo, pero todavia no puedo hacerlo. Estoy obsesionado con que todo sea perfecto, soy la clave del exito de la empresa. Bueno, ahora lo soy; hace tiempo no era solo yo. Resoplo con tristeza mientras cuelgo el telefono, enfrentandome a la verdad que hoy intento ignorar. Hace seis meses que toda mi vida dio un vuelco. Hace seis meses, aquel conductor borracho choco contra Nora, matandola al instante. Hace seis meses que toda la base de mi existencia cambio, y ahora estoy un poco perdido. Por suerte, tengo muchas cosas en las que centrarme, pero por desgracia, todo lo que tengo me recuerda lo que he perdido. Aubrey, obviamente; esa parte es un puntazo. De vez en cuando, es dificil mirar a mi hija porque me recuerda mucho a ella. En los primeros dias, cuando ocurrio, cada vez que miraba a Aubrey, lo unico que veia era la cara de Nora mientras moria aplastada. La unica gracia del accidente es que la mato al instante. Ella no sufrio. Tampoco puedo lanzarme de lleno al trabajo porque eso me recuerda a Nora. Ella no empezo conmigo, no estuvo al principio, pero en cuanto la vi al otro lado de la barra y nuestro romance empezo a florecer, me ayudo. Empezo con alguna que otra sugerencia aqui y alla, pero pronto se convirtio en parte de la empresa. No creo que hubiera sido lo mismo sin ella. Me froto la frente, intentando alejar el dolor de cabeza que me golpea en la base del craneo. Me pregunto que pensaria Nora de mi ahora. ?Estaria orgullosa de como me estoy esforzando o querria mas de mi? A veces tengo la sensacion de estar un poco disperso intentando ser todo para la linea de moda y para Aubrey, sin dar nunca lo suficiente a ninguna de las dos. Ella siempre fue mucho mejor que yo para organizarlo todo. La echo de menos. La extrano tanto que me duele. Perderla me ha dejado un enorme agujero en el pecho. La gente me ha dicho que deberia pensar en seguir adelante, pero creo que aun no estoy preparado. Eso es algo que improvisare. Claro que fui un playboy en su dia, antes de que llegara Nora, pero a los treinta y dos anos, con una hija a cuestas y un negocio que dirigir, no puedo volver a eso. Ella me cambio. Apago al playboy en el momento en que entro en mi vida y no creo que pueda volver a encender esa parte de mi. Seria una falta de respeto a la memoria de mi esposa. Que me la arrancaran cuando menos lo esperaba me ha roto. Pense que envejeceriamos juntos, que tendriamos mas hijos y mas vida. Normalmente, puedo seguir con el dia a dia, no me revuelco en la pena tanto como esto, pero es nuestro sexto aniversario, asi que me tomo el dia para estar pensativo. --Lo sentimos, Sr. Ventry. Tenemos malas noticias para usted… Esas fueron las peores palabras que he tenido que escuchar. No se lo desearia a nadie. Abro los ojos de golpe, necesitando volver al presente antes de perderme por completo en la pena, pero en cuanto lo hago, el panico se apodera de mi. No puedo distinguir de inmediato ese mechon de pelo castano, lo cual es preocupante. Se que este parque es muy grande y que podria estar en cualquier parte, pero a pesar de todo me levanto de mi asiento, necesito llegar a ella. Sin Nora aqui, ella es mi unica responsabilidad, y no puedo soportar perder a otra persona que quiero. --!Aubrey! --grito, haciendo que todas las miradas se dirijan hacia mi--. Aubrey, ?donde estas? Siento el pecho apretado, todo el aire sale de mis pulmones, me oigo roncar desesperadamente. Una vision borrosa me envuelve, me mareo tanto que apenas puedo mantenerme en pie. Esto es horrible, cuanto mas pasan los segundos, mas me asusto. Me duele el corazon. Esto es horrible. --Aubrey, ?donde estas? Contestame, carino, necesito saber donde estas. Oyes este tipo de cosas en la television, ninos que desaparecen mientras sus padres estan ocupados en sus telefonos, trabajando. Pero nunca pense que me tocaria a mi. Imagenes horripilantes pasan por mi mente mientras recorro con la mirada un monton de ninos diferentes, ninguno de los cuales es Aubrey. --Dios mio. --De repente, la veo y el mundo a mi alrededor se detiene. El silencio me rodea mientras mi cuerpo se calma. Mi hija esta a salvo, no le ha pasado nada malo, no tengo que preocuparme--. !Aubrey! Se gira para mirarme y me regala de nuevo esa sonrisa encantadora. Casi se me llenan los ojos de lagrimas cuando la cojo para abrazarla. Es curioso como solo hace falta un segundo para que todo cambie. Es una leccion que deberia haber aprendido ya. --Oh, Aubrey, me tenias tan preocupado, por un momento no pude verte. --Mami. --Esa sola palabra destroza cada centimetro de mi--. Mami. Mira. --No, carino. Mama no esta aqui. Solo estoy yo. Una parte de mi penso que pronto se olvidaria de Nora por su corta edad, pero no lo ha hecho. Habla mucho de ella como si todavia estuviera aqui. Me rompe el corazon, se que debe echarla mucho de menos. --No, mama. Mira. Sigo su mirada, mas por intriga que por otra cosa, y la vision que veo me detiene el corazon en el pecho. Es Nora, esta de pie frente a mi, como un fantasma del pasado. Me paralizo, no puedo moverme ni un centimetro, aunque no estoy seguro de querer hacerlo. Esto es lo mas cerca que me he sentido de ella en seis largos meses. El mismo pelo rojo fuego, los mismos ojos azules penetrantes, la misma cara en forma de corazon, el mismo cuerpo con curvas. --Hola… --la vision habla. --H… hola. Es Nora, pero no del todo. Es unos diez anos mas joven que ella, como Nora con veinte anos. No es que la haya conocido con veintitantos, pero he visto muchas fotografias. Entiendo que la pobre Aubrey confunda a esta mujer con su madre. Es una pena que no lo sea. - Su hija es muy linda. Es un verdadero encanto, hemos estado hablando. Inmediatamente, como hago con cada mujer que veo, recorro con la mirada su ropa, y aqui es donde terminan las similitudes de esta mujer, que despues de todo podria ser real y no un fantasma. A Nora le encantaban los estampados florales. Siempre fue tan bonita, tan femenina, tan dulce. Rosas, colores pastel, volantes. Esta mujer tiene un aspecto mucho mas negro y motero. Es como la chica problematica del colegio, escondida detras del cobertizo de la moto con un cigarrillo colgando de los labios. El tipo de chica por la que estaria super intrigado… -- Gracias, si, Aubrey es un encanto. -- Siento que pensaras que la habias perdido. Solo me vio y corrio hacia mi. -- Esta bien, es mi culpa, me distraje por un segundo. Dejo a Aubrey en el suelo y la veo correr de nuevo hacia el tobogan, completamente ajena del drama que acaba de ocasionar. No solo con la desaparicion, que todavia me deja sin aliento, sino con el hecho de que ahora estoy con una mujer que se parece tanto a mi esposa, que es dificil de digerir. -- Lo siento, debe pensar que te pareces a su madre. Intento reirme para que no sea demasiado incomodo, pero estoy seguro de que se nota la tension. -- ?Su madre no esta aqui? -- Su madre… ya no esta viva. -- Eso me hace otro agujero en el pecho -- . Murio hace tiempo. -- Oh, siento mucho escuchar eso. Es horrible. -- La mujer me mira a traves de sus pestanas -- . ?Sabes que? Pareces un poco estresado, como si hubiera sido uno de esos dias. Estaba a punto de coger un cafe del pequeno puesto de alli. ?Quieres uno? Probablemente no deberia decir que si, no se si tengo la capacidad emocional para una pequena charla con esta desconocida tan especial, pero parece que mi cuerpo tiene otras ideas para mi. Mi cabeza asiente sin mi permiso. -- Genial. Bueno, toma asiento e ire a encontrarme contigo en un minuto. ?Como te gusta? -- Negro con una de azucar. -- Oh, azucar. Sabes que eso es malo para ti, ?verdad? Mientras sonrie, mi corazon vuelve a dar un vuelco. Eso es exactamente lo que Nora siempre me decia. Es casi como si esto fuera una senal, un mensaje de ella desde el mas alla. Me parece que es alguien a quien deberia conocer, aunque no sepa exactamente por que.

  • Los asesinatos de Manhattan (Inspector Pendergast 3) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    Un nuevo y trepidante caso del inspector Pendergast.

  • La dama numero trece de Jose Carlos Somoza

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    L a sombra se deslizaba entre los arboles. La maleza y la noche le otorgaban el aspecto de una figura incorporea, pero era un hombre joven, de cabello largo, vestido informalmente. Al llegar al limite de la espesura se detuvo. Tras una pausa, como para asegurarse de que el camino se hallaba libre, atraveso el jardin en direccion a la casa. Era grande, con una galeria de columnas blancas en la fachada a modo de peristilo. El hombre subio las escalinatas de la galeria, penetro en la casa con tranquila sencillez, recorrio la planta baja sin encender una sola luz y se paro frente a la puerta cerrada del primer dormitorio. Entonces saco del bolsillo uno de los objetos que llevaba. La puerta se abrio sin ruido. Habia una cama, un bulto bajo las sabanas; se oia una respiracion. El hombre entro como la niebla, mas leve que una pesadilla, se acerco al lecho y vio la mano, la mejilla, los ojos cerrados de la muchacha dormida. Aparto con delicadeza la mano y, segundos antes de que despertara, levanto su pequeno menton descubriendo el cuello desnudo, un punteado de lunares, la vida latiendo bajo la piel; apoyo la punta del objeto cerca de la nuez y ejercio una ligera y exacta presion. Un rastro como de petalos rojos lo acompano hasta el segundo dormitorio, donde se hallaba la otra mujer. Cuando salio de este ultimo, sus manos estaban mas humedas, pero no las seco. Regreso por donde habia venido en busca de las escaleras que llevaban a la planta superior. Sabia que arriba se encontraba su verdadera victima. Las escaleras desembocaban en un pasillo. Era largo, estaba alfombrado y se adornaba de bustos clasicos colocados sobre pedestales. La sombra del hombre eclipsaba los bustos conforme pasaba frente a ellos: Homero, Virgilio, Dante, Petrarca, Shakespeare..., silenciosos y muertos dentro de la piedra, inexpresivos como cabezas decapitadas. Llego al final del corredor y cruzo una antecamara magicamente revelada por la intensa luz verde de un acuario sobre un pedestal de madera. Era un objeto llamativo, pero el hombre no se detuvo a contemplarlo. Abrio una puerta de doble hoja junto al acuario, y, con una linterna, convoco las formas de una lampara de arana, varias butacas y una cama con dosel. Sobre la cama, una figura imprecisa. El brusco tiron de las sabanas la desperto. Era una mujer joven, de cabello muy corto y anatomia delgada, casi fragil. Estaba desnuda, y al incorporarse, los pezones de sus pequenos senos apuntaron hacia la linterna. La luz cegaba sus ojos azules. No hubo intercambio de palabras, apenas hubo sonidos. Simplemente, el hombre no se abalanzo sobre ella. no quiero La noche proseguia afuera: habia buhos que observaban con ojos como discos de oro y sombras de felinos en las ramas. Las estrellas formaban un dibujo misterioso. El silencio era una presencia terrible, como la de un dios vengador. En el dormitorio, todo habia terminado. Las paredes y la cama se habian tenido de rojo y el cuerpo de la mujer yacia disperso sobre las sabanas. Su cabeza separada del tronco se apoyaba en una mejilla. Del cuello sobresalian cosas semejantes a plantas marchitas emergiendo de un bucaro. Silencio. Paso del tiempo. Entonces sucede algo. Lenta pero perceptiblemente, la cabeza de la mujer comienza a moverse, no quiero sonar gira hasta quedar boca arriba, se incorpora con torpes sacudidas y se apoya en el cuello cortado. Sus ojos se abren de par en par no quiero sonar mas y habla. --No quiero sonar mas. El medico, un hombre corpulento de cabellos y barba sorprendentemente blancos, fruncio el ceno. --Los somniferos no van a ayudarle a no sonar --advirtio. Hubo una pausa. El boligrafo planeaba sobre la receta sin posarse. Los ojos del medico observaban a Rulfo. --?Dice que siempre es la misma pesadilla?... ?Quiere contarmela? --Contada no es igual. --Pruebe, de todas formas. Rulfo desvio la vista y se removio en el asiento. --Es muy complicada. No sabria. En la consulta no se escuchaba el menor ruido. La enfermera dirigio sus parpadeantes ojos negros hacia el medico, pero este seguia observando a Rulfo. --?Desde cuando lleva sonando lo mismo? --Desde hace dos semanas, no todas las noches, pero si la mayoria. --?En relacion con algo que usted sepa? --No. --?Nunca habia tenido suenos asi? --Nunca. Leve rumor de papeles. --<>, un nombre curioso... --La culpa es de mis padres --replico Rulfo sin sonreir. --Ya imagino. --El medico si sonrio. Su sonrisa era amplia y afable, como su rostro--. <>. Muy joven todavia... <>. ?Como es su vida, senor Rulfo? Quiero decir, ?en que trabaja? --Estoy en paro desde finales del verano. Soy profesor de literatura. --?Cree que le esta afectando mucho esa situacion? --No. --?Tiene amigos? --Algunos. --?Amigas? ?Novia? --No. --?Es feliz? --Si. Hubo una pausa. El medico dejo el boligrafo a un lado y se froto el rostro con las manos. Tenia unas manos grandes y gruesas. Luego retorno a los papeles y reflexiono. Aquel tipo contestaba como una maquina, como si nada le importara. Quiza estuviera ocultando algo, quiza aquellos suenos se relacionaran con un suceso que no deseaba recordar, pero lo cierto era que solo se trataba de pesadillas. El atendia diariamente a enfermos con problemas mucho mas graves que unos cuantos suenos desagradables. Decidio darle un par de consejos y acabar cuanto antes. --Escuche, las pesadillas no tienen demasiada trascendencia clinica, pero son la prueba de que algo no marcha bien en nuestro organismo... o en nuestra vida. Un somnifero es un parche inutil, se lo aseguro, no va a impedirle sonar. Procure beber menos, no acostarse recien comido y... --?Me va a dar los somniferos? --interrumpio Rulfo con suavidad, pero su tono revelaba impaciencia. --No es usted un hombre muy locuaz --dijo el medico tras una pausa. Rulfo sostuvo su mirada. Por un momento fue como si uno de los dos quisiera anadir algo, compartir algo con el otro. Pero un segundo despues los ojos retornaron al suelo o a los papeles del escritorio. El boligrafo descendio y se deslizo por la receta. El prospecto aconsejaba una sola pildora antes de acostarse. Rulfo ingirio dos, ayudandose de un vaso de agua que relleno en el lavabo del cuarto de bano. Desde el espejo le observaba un hombre no muy alto pero si robusto, de cabellos y barba ensortijados y negros y dulces ojos castanos. Salomon Rulfo gustaba a las mujeres. Su atractivo sobrevivia intacto a su descuido personal. Debido a ello, la imaginacion de las dos o tres ancianas solitarias del destartalado edificio donde vivia ardia inventandole un turbio pasado. ?De donde habia salido aquel joven que no hablaba con nadie y casi siempre apestaba a alcohol? Sabian su nombre (Salomon, madre mia, el pobre), que cogia unas borracheras preocupantes, que andaba con putas de vez en cuando, que habia comprado al contado el pequeno apartamento del tercero izquierda casi dos anos atras y que vivia solo. Pese a todo, preferian su presencia a la de los inmigrantes que ocupaban el resto de pisos de aquel bloque de Lomontano, una callejuela angosta y desordenada cerca de Santa Maria Soledad, en el centro de Madrid. Las mas pesimistas pronosticaban, sin embargo, que el <> les daria un susto tarde o temprano. Y agregaban, inclinadas sobre los oidos de las otras: <>. <>, lo defendia la portera, sin poner objeciones a la opinion sobre su aspecto. Rulfo salio del bano y efectuo una parada en el comedor para liquidar los residuos de una botella de orujo, regalo prehistorico de cumpleanos de su hermana Luisa. Se dijo que debia acordarse de comprar whisky al dia siguiente. Era un gasto que no podia permitirse, pero, despues de la poesia y el tabaco, el whisky era una de las cosas que mas necesitaba en este mundo. Luego se dirigio al dormitorio, se desvistio y se metio en la cama. Estaba solo, como siempre, en medio de la noche. Su soledad nunca era facil, pero ahora, ademas, le atemorizaba aquella pesadilla. Ignoraba que podia significar, y su mecanica repeticion habia llegado a agobiarlo. Estaba seguro de que se trataba de una quimera, una fantasia emergida del pantano de su subconsciente, pero retornaba de forma casi inevitable, noche tras noche, desde hacia dos semanas. ?Relacionada con algo? Relacionada con nada, doctor. O con todo. Depende. Su vida era propicia para los malos suenos, pero lo mas grave, lo decisivo, habia ocurrido hacia dos anos. Resultaba absurdo suponer que ahora empezaba a pagar la factura de aquella remota tragedia. Esa tarde, en el ambulatorio de Chamberi, habia sentido la tentacion (ignoraba por que) de confiar por primera vez en alguien y confesarselo todo a aquel medico. Por supuesto, no lo habia hecho. Ni siquiera habia querido contarle la pesadilla. Penso que asi evitaria molestas preguntas y, quien sabe, hasta la posibilidad de recibir una papeleta gratis para el manicomio. Sabia que no estaba loco. Lo unico que necesitaba era dejar de sonar. Preferia confiar en las pildoras. Encendio la luz de la mesilla de noche, se levanto y decidio leer algo sublime mientras aguardaba a que la oleada hipnotica lo cubriera como una suave y tibia marea. Examino las estanterias del dormitorio. Tenia estanterias repletas en el comedor y el dormitorio. Habia libros apilados junto al ordenador portatil, incluso en la cocina. Leia en todas partes y a todas horas, pero solo poesia. Las ancianas de Lomontano jamas habrian sospechado una aficion asi en aquel hombre, pero lo cierto era que procedia de la mas temprana juventud de Rulfo y se habia acrecentado con los anos. Habia estudiado filologia y, en sus buenos tiempos (?cuando habian sido?), habia ensenado historia de la poesia en la universidad. Ahora, nadando en la soledad, con su padre muerto, su madre condenada a vejez perpetua en una residencia y sus tres hermanas dispersas por el mundo, la poesia constituia su unica tabla de salvacion. Se aferraba a ella a ciegas, sin importarle el autor, ni siquiera el idioma. No le resultaba preciso entenderla: gozaba con el simple ritmo de los versos y el sonido de las palabras, aunque fueran extranas. Georgicas. Virgilio. Edicion bilingue. Si, aqui estaba. Extrajo el libro del monton que habia cerca del ordenador, regreso a la cama, abrio el volumen al azar y dirigio los ojos al flujo torrencial de palabras latinas. Aun se encontraba muy desvelado: sospechaba que la inquietud no le dejaria conciliar facilmente el sueno, pese a la ayuda farmaceutica. Pero deseo que el medico estuviera equivocado y las pastillas evitaran que aquel absurdo terror volviera a repetirse. Siguio leyendo. Afuera, el trafico enmudecio. Los ojos se le cerraban cuando escucho el ruido. Habia sido breve. Provenia del cuarto de bano. No pasaba mucho tiempo sin que algo nuevo --una repisa, un anaquel-- se desprendiera de su sitio en aquel miserable apartamento. Resoplo, dejo el libro en la cama, se levanto y camino despacio hacia el bano. La puerta estaba abierta y su interior a oscuras. Entro y encendio la luz. No descubrio nada fuera de lugar. El lavabo, el espejo, la jabonera con el jabon, el retrete, el cuadrito con los arlequines ejecutando una campanela, la repisa metalica, todo se encontraba igual. Excepto las cortinas. Eran opacas, de pesima calidad, y estaban adornadas de un vistoso artificio de flores rojas. Las mismas de siempre. Sin embargo, creia recordar que se hallaban descorridas cuando habia salido del bano la ultima vez. Pero ahora estaban cerradas. Se intrigo. Penso que quiza su memoria le enganaba. Era posible que, antes de salir del bano, las hubiese corrido, aunque no entendia bien por que tendria que haberlo hecho. En cualquier caso, albergaba la sospecha de que el ruido habia sido provocado por algo que habia caido a la banera despues de rebotar en ellas. Supuso que seria el frasco de gel, y tendio la mano para descorrerlas y comprobarlo. Pero de pronto se detuvo. Un miedo inexplicable, casi inexistente, casi virtual, congelo su estomago y levanto como pequenas empalizadas los vellos de su piel. Comprendio que se habia puesto nervioso sin ningun motivo real. Es absurdo, ahora no estoy sonando. Estoy despierto, esta es mi casa, y detras de esas cortinas no hay nada, solo la banera. Reanudo el gesto sabiendo que las cosas seguian como antes; que encontraria, quiza, un objeto caido, puede que el frasco de gel, y que, tras verificarlo, regresaria al dormitorio y los somniferos le harian efecto y lograria descansar toda la noche hasta el amanecer. Descorrio las cortinas con absoluta tranquilidad. No habia nada. El frasco de gel seguia en su sitio sobre la repisa, junto al champu. Ambos botes llevaban meses alli: Rulfo no exageraba, precisamente, en lo tocante a su higiene personal. Pero lo cierto era que nada se habia caido. Supuso que el ruido se habia originado en otro apartamento. Se encogio de hombros, apago la luz del bano y regreso al dormitorio. Sobre su cama se hallaba el cuerpo desmembrado de la mujer muerta, la cabeza cortada apoyada en los pechos contemplandolo con ojos lechosos, el cabello endrino y humedo como el plumaje de un pagalo y una lombriz de sangre huyendo de las comisuras de sus labios yertos. --Ayudame. El acuario... El acuario... Rulfo dio un salto hacia atras, rigido de terror, y se golpeo el codo con la pared. un grito No sonaba: estaba bien despierto, aquel era su dormitorio y el golpe en el codo le habia dolido. Probo a cerrar los ojos un grito, oscuridad y volver a abrirlos, pero el cadaver de la mujer seguia alli (ayudame), hablandole desde la carniceria de su cuerpo destrozado (el acuario) sobre las sabanas. Un grito. Oscuridad. Desperto banado en sudor. Se encontraba en el suelo, junto con la mayor parte de las sabanas. Al caer de la cama se habia golpeado el codo. Aun aferraba el libro arrugado de Virgilio.

  • La ciudad de las sombras de Victoria Alvarez

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    En 1923, Helena Lennox tiene diecisiete anos y un unico deseo: sustituir las calles de Londres por una vida de aventuras y excavaciones en tierras lejanas. En consecuencia, cuando sus padres se marchan a la India para investigar la desaparicion de unos arqueologos, ella decide acompanarlos. unos dias despues y a escondidas. Son muchas las leyendas que circulan en torno a la ciudad fantasma de Bhangarh, pero Helena nunca ha creido en las supersticiones. No obstante, el principe Arshad de Jaipur (si, ese que odia a los ingleses) le insiste en que se equivoca: Bhangarh esta maldita y al anochecer, cuando el palacio real se tine de oscuridad, todo el que se adentra en sus muros desaparece sin dejar ni rastro. En su recorrido por la exotica India de los anos veinte, Helena se ve envuelta en una investigacion en la que solo una verdad parece salir constantemente a la luz: nadie regresa de la ciudad de las sombras.

  • La luna tras las rejas de Marina Tena Tena

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    HAY HUMANOS EN ELBOSQUE. Aprieto los labios sin abrir los ojos. Tengo miedo de que me traicionen. Espero que Sin Sombra tambien siga con los parpados cerrados. Estamos tendidas de espaldas sobre la hierba fresca que se mece sobre nuestros hombros mientras que el sol acaricia nuestras caras. No anade nada mas, asi que escojo con cuidado las palabras. ?Que es lo que diria si no supiera ya lo que esta pensando? Enredo mis dedos en los brotes verdes y me esfuerzo en que mi tono de voz suene adormilado. --?Estas segura? --?Recuerdas que nos pediste arnica? --Se termino antes --asiento. Mi voz suena mas despierta--. Con el cambio de tiempo a muchos ancianos les duelen las articulaciones. --Fuimos hasta el valle despues de una caceria. Encontramos restos de un campamento. Apestaba a ellos. Los pajaros trinan a lo lejos, como si siguieramos en calma. Ordeno a mi corazon latir despacio, y a mis nervios a quedarse bajo la piel, sin mover un solo musculo. Cuando vuelvo a hablar mi voz es un susurro: --?Crees que pueden encontrarnos? --No se si nos estan buscando. --Incluso con los ojos cerrados puedo visualizar el encogimiento de hombros con el que mi amiga suele acompanar sus frases cuando esta nerviosa--. Supongo que tendremos que estar mas alerta. --Ojala pudiera acompanaros. Es trampa, y me siento mal por usarla. Soy tan licantropa como ella, como el resto, pero yo nunca sere una guerrera. No importa que me haya dejado la piel intentandolo. Los ancianos lo llaman la maldicion de la luna nueva: somos pocos los nacidos en la noche en la que la reina del cielo no nos regala su presencia, una de esas en las que ni siquiera se dibuja su silueta como si fuera una cuchilla blanca y curva. Fue una mala senal que la primera hija del lider eligiera esa noche para venir al mundo. <> solia decir mi madre, para consolarme. Y yo queria creerla. <>. Arano la arena bajo las flores. La echo tanto de menos... Sin Sombra pone su mano sobre la mia y la estrecha. Se que ahora si que me esta mirando, asi que fuerzo una sonrisa. Siempre ha estado a mi lado, desde mis primeros recuerdos, pero cuando mi madre murio dejo de ser una amiga para convertirse en una hermana. Una parte imprescindible de mi vida. No se que hubiera hecho sin ella. Por eso se me remueven las tripas al ocultarle la verdad, pero hay cosas que ni siquiera Sin Sombra puede comprender. --Eres valiosa, Sauce, y tu padre tambien lo sabe. Aprieto de nuevo los labios, pero esta vez no es para contener la verdad, si no las emociones. Es algo que me hubiera dicho ella. Mi madre decia que eligio mi nombre porque el espiritu de los Sauces nos protege, para que me guardase alla donde fuera. Ella tambien era buena contando mentiras, o verdades a medias. Supongo que lo he aprendido de ella. Se que la primera vez que se encontro con mi padre estaba sentada, con los pies en el rio, rodeada por estos arboles. Tambien se que su primer beso fue en esa misma orilla, varias lunas mas tarde. Mis padres se quisieron como nunca he visto a nadie quererse. Bastaba con que ella sonriera distraida para que mi padre la mirase como si fuera el mismo sol que habia bajado a la tierra y tintaba de vida y luz el horizonte. Cuando se marcho nos rompio por dentro. Nos dejo una de esas heridas que nunca sanan del todo. Puedo sentirlo cuando pienso en ella. El corazon rasga esa enorme cicatriz que mana dolor en vez de sangre. Lo veo tambien en el rostro de mi padre cuando algo le recuerda a ella. Un atardecer, unas flores blancas, o algun gesto que hago sin darme cuenta. Mi madre era el puente que nos unia, y ahora somos dos barcas perdidas que chocan o se alejan, pero nunca se encuentran. Sin Sombra me da otro apreton y me rescata de mis pensamientos. Se lo agradezco con una sonrisa y me incorporo, apoyandome en un codo para quedar de costado. --Solo te lo digo porque creo que tenemos que estar alerta --dice. --Lo estare. --Y... que tengas cuidado. Ladea la cabeza, casi avergonzada de decirlo. Culpable de marcar una vez mas la diferencia entre el resto de lobos y yo. Me trago esa sensacion amarga de saber que incluso los que me quieren me consideran menos y me siento en silencio. Su pelo liso, tan blanco como el de una anciana, tiene un par de hojas de treboles y briznas de hierba. Se las quito y ella arruga la nariz y sacude la cabeza de la misma forma en la que lo hace cuando se transforma en un precioso lobo blanco con los ojos del color de la sangre. No es la unica que se siente culpable. Nacer la noche en la que la luna nos da la espalda ha hecho que sea un lobo mas fragil. Mis garras no atraviesan con tanta facilidad la carne o la cadera. Mis mandibulas no pueden partir el hueso. En forma lupina soy incluso mas menuda que mi hermano Guerrero, que aun no ha cumplido los once anos. Pero eso no me convierte en una criatura indefensa. Soy rapida. Mas agil que el resto, y la mas silenciosa. Puede que no pueda ganar a nadie de mi propia tribu en una pelea frente a frente, pero los humanos son mas debiles que nosotros. Lo complicado es adivinar su estrategia y esquivar sus armas, sobre todo las de plata. Mi padre se opondria a que me aleje tanto de nuestro terreno para explorar las fronteras de nuestro bosque, pero no puede prohibirme lo que no sabe que hago. Hay humanos en nuestro bosque, pero no estoy sorprendida. Ya los he visto antes. Por e eso enterre bajo las raices de un arbol las reservas de arnica y les pedi que me trajesen mas para que encontraran su rastro. Era mas sencillo que explicarle a mi padre por que me habia alejado tanto de la tribu. No queria tener otra discusion con el, ni ver como trataba de no herirme mientras me pedia que me comportase como una nina indefensa. Asi es como el me ve, eso lo que soy a sus ojos: inmadura, debil, incapaz de hacerle sentir orgulloso. Alzo la barbilla al cielo. Sin Sombra pasa un brazo por mis hombros y me consuela, pero por los motivos equivocados. Yo les guie hasta los hombres, aunque no lo supieran. Y no puedo sentirme culpable por haberlos visto porque eso ayuda a mi tribu. No me importa que tenga que ser en secreto. Sabia que debia alejarme inmediatamente, que cada segundo que pasaba cerca de ellos me ponia en peligro, tanto a mi como al resto. Pero me quede un rato mas para observarlos. Habia algo fascinante en poder observar a tus enemigos cuando no sabian que alguien les estaba viendo. Era peligroso y tambien hipnotico. El cosquilleo recorria la piel desde mi vientre y subia por las venas hasta convertirse en un picor suave en las palmas de mis manos. Supongo que era como mirar el baile entre las llamas de un incendio. No parecian tan terribles al hablar entre ellos. Entendia su lenguaje, era el mismo que el de mi madre. Despues de todo, ella era una humana que habia renunciado a su mundo para abrazar el nuestro. En todas nuestras historias, los humanos son criaturas crueles, malignas, pero no parecian terribles con las primeras luces del dia iluminando sus rostros aun adormilados. Usaban palabras suaves y bromeaban. Me recordaron a nosotros y, a la vez, eran de un mundo desconocido: con sus botas altas, esos trajes tan incomodos y las armas de metal que hacian que se me encogiera el estomago. Pero no me marche ni siquiera al verlas. Me apoye en el tronco de un roble y asome la cabeza. Cerca del suelo, para que la hierba alta me ocultase. Una chica de pelo rojo empujo a su companero al agua, y el resto estallo en carcajadas. Me encogi en mi escondite y despues me di cuenta de que me estaba riendo como si estuviera con ellos. Con ese grupo de personas que seguramente trataban de darnos caza. Sacudi la cabeza, y entonces mis ojos se cruzaron con los suyos.

  • Mia por esta noche de J. S. Scott

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    Simon Hudson permanecia de pie en silencio en la penumbra del opulento vestibulo, las manos en los bolsillos de sus pantalones y un hombro apoyado contra el marco de una gran ventana que miraba a la calle. Todo su cuerpo estaba en tension; sus oscuros ojos castano examinaban la acera con la intensidad y atencion absolutas de un loco. <>. Sabia que Kara trabajaba aquella noche. Las dos noches anteriores habia llamado para decir que estaba enferma, pero habia vuelto a trabajar en Helen's Place, sirviendo mesas en el turno de tarde. Lo habia comprobado. Su madre era la duena del pequeno restaurante donde trabajaba Kara y por lo general era bastante comunicativa cuando Simon queria informacion, pero el era cuidadoso. De lo contrario, su unica progenitora lo acosaria para averiguar por que queria informacion sobre Kara. Su madre, maravillosa pero curiosa, seria como un sabueso tras un rastro si pensara que el interes de Simon era cualquier cosa menos informal. Su madre lo incordiaria hasta el aburrimiento porque querria saber exactamente que intenciones tenia con Kara. Simon fruncio el ceno. Como si tuviera intenciones de ninguna clase. Tenia fantasias y todas ellas incluian a Kara abierta de piernas en su cama, gritando su nombre mientras el hacia que se corriera una y otra vez. Inspiro profundamente y espiro despacio, intentando hacer que su cuerpo se relajara y diciendose que tenia que estar loco para situarse en el mismo lugar, noche tras noche, por una mujer que no le habian presentado oficialmente. Pero ahi estaba... otra vez, dandole la espalda al portero curioso, mirando por la ventana como un acosador desequilibrado, esperando para ver un momento a Kara Foster. Algo en aquella mujer sacaba a relucir unos instintos extranos, territoriales y protectores que hacian que permaneciera ahi, vigilando, esperando a que pasara por su bloque de apartamentos de camino a su casa despues del trabajo. Y entonces, cuando la vio, hizo lo mismo de siempre: la siguio a cierta distancia, intentando no alarmarla, y espero a que entrara en su apartamento a salvo antes de dar media vuelta y volver a casa andando. No hablaba con ella ni se acercaba a ella siquiera. Nunca lo hacia. No es que no quisiera hacerlo, pero Kara iba a la Escuela de Enfermeria y trabajaba a jornada completa en el restaurante de su madre. Segun ella, Kara se negaba vehementemente a tener citas porque no tenia ni tiempo ni energia para invertir en una relacion. Probablemente tenia razon con respecto a eso. Estaba loca; no dormia bastante ni comia lo suficiente. No tenia a nadie que se preocupara por ella excepto a la madre de Simon... y a el mismo. <>. El problema es que el no era un familiar y sus sentimientos distaban mucho de ser fraternales. <>. Simon tuvo que contener un grunido de frustracion al pensar en la primera vez que vio a Kara, los ojos azules chispeantes de humor, rizos negros de pelo sedoso saliendo de su perenne cola de caballo y su cuerpo ligero moviendose con gracia de una mesa a otra en el restaurante de su madre. A la edad de veintiocho anos, aun conservaba ese aspecto de inocencia y vulnerabilidad que tenia a Simon atrapado en su red inintencionada. Estaba prisionero en ella desde entonces. Su madre hablaba de Kara como si fuera su hija, y Simon sabia que a Kara y su madre las unia un vinculo especial: uno que no se debia a la sangre, sino a una amistad especial. <>. Torciendo los labios ligeramente, Simon esperaba que su madre nunca pretendiese que fuera como un hermano para ella. Eso no iba a ocurrir. Se le ponia dura como una piedra cada vez que la veia. ?Que demonios tenia esa mujer en particular que lo ponia tan tenso y nervioso? Simon se habia follado a mujeres que eran mas atractivas y sofisticadas; ni una sola le habia causado la mas minima emocion. Era un solitario; preferia pasar su tiempo con el ordenador en lugar de asistir a eventos sociales, pero a veces necesitaba la compania de una mujer para aliviar sus necesidades fisicas. De cuando en cuando, tomarselo por su propia mano no era suficiente. Simon tenia ciertas conocidas para esas ocasiones, mujeres que le daban el control que necesitaba y que tenia que tener en la habitacion, sin demasiadas exigencias ni preguntas. <>. Hizo una mueca sin dejar de mirar a la calle, se metio las manos hasta el fondo de los bolsillos y ajusto su postura para dar descanso a sus hombros apoyando la cadera contra la pared. <>. Casi gruno ante la idea de otro hombre le pusiera las manos encima al delicioso cuerpo de Kara. Simon lucho contra un instinto meramente salvaje que desperto en el ante la idea de otro hombre tocando a su mujer. <>. Por una vez en su vida, Simon deseo parecerse mas a su hermano mayor, Sam, la otra mitad de Hudson Corporation. Sam no tendria problema en pedirle algo a Kara. Encantar, conquistar y abandonar siempre habia sido el estilo de su hermano y Sam ni siquiera se habria planteado la posibilidad de que lo rechazaran. Probablemente porque nunca fallaba. Su unico hermano cambiaba de mujer como alguien con catarro cambia de panuelo. Sam habria derribado las defensas de Kara, la habria encantado para que se bajase las bragas y despues la habria dejado tirada para pasar a su siguiente conquista. <>. Simon sacudio la cabeza, sorprendido ante su comportamiento. Si, le gustaba el control; de hecho, lo necesitaba, pero nunca habia deseado a ninguna mujer en particular. Ahora, apenas podia pensar en otra cosa que la bonita camarera que habia captado su atencion hacia un ano. <>. Simon fruncio el ceno ante aquel pensamiento. <>. Su hermano Sam era el rostro de la compania, el comercial. Simon era un genio de los ordenadores, y estaba encantado de permanecer de fondo. ?Que sabia el sobre seducir a una mujer? Nunca habia necesitado persuadir a ninguna mujer para llevarla a la cama. Las mujeres que se follaba solo estaban con el por interes. Se le conocia por ser un amante generoso. No era tan estupido como para creer que sentian algo por el. Eso lo entendia y podia aceptarlo. <>. ?Bastaria con eso? ?Podria librarse realmente de su fijacion por aquella mujer si encontrara la manera de acostarse con ella? <>. Su preocupacion irracional por Kara habia empeorado cada vez mas a lo largo del ultimo ano, haciendo que no desease a ninguna mujer excepto a ella. No habia tocado a nadie excepto a si mismo en mas de un ano, y la verdad es que necesitaba quitarse esa comezon. Y sin embargo... no podia. Si intentaba entrar en accion, hacer algo para llamar a otra mujer, veia la cara bonita de Kara y colgaba el telefono. <>. Simon observo una figura que se acercaba, a punto de descartar mentalmente a la mujer de cabello oscuro vestida con una minifalda negra de cuero y un sueter rojo vivo. Nunca habia visto a Kara vestida con nada excepto pantalones y una camiseta con el logotipo del restaurante, el uniforme casual estandar del restaurante de su madre. Volvio a mirarla sorprendido mientras se aproximaba y se quedo boquiabierto cuando le vio el rostro.

  • La maga del olvido de Mar Ledea

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    Camila Infante, una mujer instruida de mediana edad y amante del Martini azul, ha perdido sus recuerdos producto de una rara enfermedad mental. Dispuesta a recuperarlos, regresa a su pueblo natal, Cabo Azules, donde emprende un viaje a traves del tiempo de la mano de unas viejas fotografias encontradas en una caja de sombreros.

  • La danza del gohut de Ferran Varela

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    Me encanta descubrir nuevos autores. Nuevas voces, jovenes y maduras, nuevas ideas, nuevas formas de narrar tamizadas por diferentes referentes, experiencias, sensibilidades. Lei por primera vez a Ferran Varela cuando me remitio un cuento para la antologia de fantasia oscura Dark Fantasies. Publicar nuevos valores es uno de los objetivos de las selecciones que preparo y su historia, Profundo, profundo en la roca, me sorprendio por su frescura y dominio del medio narrativo; un nuevo escritor del que nada habia oido hablar pese a que ya contara con un ramillete de relatos publicados. En el siguiente volumen, El viento sonador, repitio con Las cadenas de la casa de Haden, una historia sorprendente de sangre y honor ambientada en una sociedad compleja esbozada en apenas unas lineas, una de las senas de identidad de este escritor catalan. La novela corta que ahora tienes en tus manos sigue la misma tonica y podria, incluso, formar parte del mismo universo a medio camino entre la epica y la fantasia, con elementos cotidianos, miticos y antropologicos. Gran imaginacion, un mundo secundario de inspiracion medieval muy bien perfilado, abundante introspeccion y unos protagonistas de carne y hueso capaces de llegarnos al alma son otras de sus caracteristicas distintivas que podemos encontrar en ella. Historias, sociedades y personajes de los que siempre queremos saber mas. Como en los dos relatos citados, los actores de este microcosmos de ficcion son seres especiales, no por el hecho de detentar poderes sino porque solo ellos conocen la terrible verdad sobre el mundo. Personajes principales que en su mayoria suelen ser mujeres --una bruja y la heredera de un jerarca en el caso de los cuentos, una tutora de la Academia en la presente novela --, de fuerte caracter, respetadas y reconocidas por su tenacidad, enfrentadas a un reto de dificil solucion. Acompanemos en esta ocasion a la joven Leara en su mision de devolver el juicio al heredero de la Casa mas poderosa de Tiuma, quien ha permanecido prisionero de los salvajes gohut durante cuatro largos anos. A traves de sus conversaciones asistimos a un verdadero choque de culturas, dos modelos de organizacion social completamente antagonicos, entre el clasismo y la rigidez jerarquica a la norma propia de la civilizada Tiuma --que es el precio a pagar por el orden y la seguridad-- y el canto a la naturaleza y la libertad sin limites de la sociedad tribal gohut, que posee ademas una concepcion taoista de la existencia: vida y muerte, noche y luz, gozo y dolor, partes indisolubles de un todo completo. Dos mundos tan irreconciliables como la razon y los suenos. Varela construye un mundo rico y verosimil, con un enfoque mucho mas literario y trascendente de lo que suele ser habitual en el subgenero. Un texto laboriosamente trabajado pleno de bellas y originales metaforas magnificamente engarzadas en la trama y que aprovecha el estereotipo para facilitar la fluidez de la historia. En el se repiten algunas de las constantes habituales del autor, como es la importancia del linaje, los sutiles equilibrios de poder en las altas instancias de la politica, una sociedad con un alto apego a la tradicion que se resiste a cambiar viejas formulas que reproducen prejuicios e injusticias, la cruel inevitabilidad de los eventos a acontecer. En esta hermosa tragedia no faltan las escenas de accion, los dialogos repletos de frases gloriosas ni la inevitable chispa del amor. Un canto de vida y libertad que nos propone romper las cadenas que, con excesiva frecuencia, nos atan a una sociedad hipocrita y abrazar por el contrario nuestros instintos primarios que nos haran mucho mas libres y felices. A traves de los labios de Rin descubrimos que todo ello es posible, que como Richard Harris en Un hombre llamado caballo o Kevin Costner en Bailando con lobos es posible gozar de una vida nueva, tan excitante, salvaje y pasional como seductora. Confieso que lei esta novela hace ya algun tiempo y me alegra que finalmente se haya publicado en un sello como ediciones el Transbordador, con un bagaje tan interesante de nuevos autores a sus espaldas. Lector, dejate llevar por esta bella y elegante fantasia, obedece a tus impulsos y baila conmigo la danza del gohut. Te prometo que te conducira a un lugar magico y poderoso del que no querras regresar. Mariano Villarreal Verano de 2018 A mi hermana, que tiene alma de gohut Uno La pala golpeo la tapa del ataud y le arranco un chasquido sordo y hueco. En la quietud de la noche, bajo la luna del cambio, el crujir de la madera resono con tal fuerza que los perros aullaron a lo lejos. Ara cerro los ojos, aguanto la respiracion y se maldijo por no haber cavado con mas cuidado. Seria una pena que la descubriesen ahora que estaba tan cerca de lograrlo. El fracaso no era una opcion. No despues de lo mal que lo habia pasado para regresar a Tiuma. No despues de lo que habia sufrido al acatar durante todo un dia esas absurdas normas humanas que asfixiaban su voluntad. No despues de la humillacion de volver a ponerse esas estupidas ropas que ocultaban su verdadero yo, que levantaban una barrera de seda entre su piel y el mundo, que le impedian sentir el aire, y la lluvia, y la tierra. Y se sorprendio paladeando el agrio sabor del miedo. Miedo a ser atrapada y ejecutada por la guardia, a morir sin ser ella misma. Miedo a ser capturada y sometida a experimentos en el ala de investigacion de la Academia. Miedo a huir sin haber completado el ritual y condenarse a vivir una vida incompleta. Para librarse de el, se concentro en el reconfortante cosquilleo de las plumas de halcon que portaba a la espalda. Recordo quien era. Era Ara. Pronto seria una gohut, y un gohut no siente miedo. Se reprendio por ese instante de cobardia y, para demostrarse que estaba tan libre de temores como del resto de lastres humanos, alzo un pie y golpeo con el talon sobre el ataud tres veces mas. Los mastines de las casas adyacentes al cementerio volvieron a ladrar, pero nadie les hizo el menor caso. Tras lanzar una carcajada de triunfo y deleitarse con las timidas caricias de la llovizna en su rostro, la mujer se agacho y aparto con las manos los ultimos punados de tierra mojada. Clavo la punta de la pala en la juntura de la tapa y, apoyando todo el peso de su pequeno cuerpo en el mango, hizo palanca. Las astillas volaron acompanadas por la melodia de la madera quebrada y el ataud se abrio. Dentro yacia el joven cadaver del dos veces nacido y dos veces muerto; el unico gohut con cuerpo de hombre. A Ara se le encogio el estomago al ver el rostro del chico. No era como lo recordaba. Un ano bajo el fango habia hecho mella en el. La descomposicion no le habia dejado nada mas con que taparse la calavera que unos jirones de carne reseca y unos mechones de pelo lacio. Con los ojos anegados en lagrimas, la joven cayo de rodillas. Ese ya no era el orgulloso gohut al que habia conocido, sino una mera carcasa vacia. Aun asi, Ara no pudo resistir la tentacion de volver a sentir el suave tacto de sus dedos recorriendo las curvas de su cuerpo desnudo. Se rasgo el vestido, le tomo las manos y las apreto contra sus pechos. Pero esas ya no eran sus manos, sino dos colgajos de piel ceniza y huesos quebrados. No habia en ellas calor, ni anhelo, ni suenos. Hacia mucho que su voluntad habia abandonado aquel cascaron y habia vuelto a la Tierra que Sustenta y al Cielo que Arropa. Ara lloro, desconsolada. Entre gemidos, deseaba que el frenetico bombeo de su corazon pudiera, de alguna forma, ser suficiente para los dos. Que sus latidos se tornasen mana, brotasen de sus pezones y se clavasen en las palmas de su amado. Que recorrieran sus venas insuflandole vigor. Ojala eso bastase para traer de vuelta los soles que habian compartido. Ojala algo bastase. <>, se recordo. <>. La mujer arrastro el cadaver fuera de la tumba. Lo coloco boca arriba en el barro, se inclino sobre el y lo beso dos veces. La primera en la frente, en senal de respeto. La segunda en el lugar en el que deberian haber estado sus labios, en senal de algo tan profundo que ni siquiera tenia nombre. Luego se alzo y, blandiendo la pala como un hacha, se dispuso a cortarle la cabeza. No consiguio decapitarlo de un tajo limpio. Necesito siete golpes para partir la vertebra, y aun asi tuvo que usar el pequeno cuchillo de silex que siempre llevaba encima para terminar de cortar el ultimo trozo de pellejo del cuello. Cuando acabo, alzo la testa del joven hacia el firmamento y, por un infimo instante, un claro entre las nubes enmarco la luna del cambio. Bajo su palida luz, la calavera sonreia. Parecia feliz, asi que Ara se esforzo por reir tambien. La certeza de que su pecho albergaria el alma del gohut la llenaba de dicha. Llevaria su espiritu dentro por siempre jamas. La chica se recoloco el vestido de modo que se disimularan los rasgones que le habia hecho, metio la cabeza del muerto en su bandolera y se la colgo al hombro, asegurandola con un doble nudo. Y, aunque dio media vuelta y echo a andar a buen ritmo, dispuesta a salir de esa ciudad cuanto antes, se obligo a volver sobre sus pasos. No podia irse aun. Todavia quedaba una cosa por hacer. Se acerco a la lapida y, compungida, paso las yemas sobre el marmol mojado y palpo el relieve de las letras cinceladas en el. <>, rezaba la losa. Si, ese nombre la habia ayudado a encontrar el cadaver de su amado, pero era falso. Era un asqueroso nombre humano, un nombre nacido para atar y restringir la voluntad. Escupio para librarse de la oleada de repugnancia que le recorrio las entranas. No podia dejarlo asi, a el no le hubiese gustado. La repulsion de Ara se torno furia. La colera tomo el control de su cuerpo. Lejos de luchar contra ella, la mujer se abandono al frenesi de la ira y disfruto cada una de sus salvajes llamaradas. Grito como una nina y se rio como una loca, bailando al son de sus desbocados sentimientos. Pues el suyo era, a fin de cuentas, el camino de las libertades y no el de las normas. Esgrimio la pala de nuevo y pico con su canto la superficie de la lapida una y otra vez. No le importo que los perros enloquecieran por el ruido, ni que los vecinos, alarmados por los constantes ladridos, comenzasen a encender velas y antorchas. Sabia que la llegada de la guardia era solo cuestion de tiempo, mas el riesgo merecia la pena. En el mejor de lo casos, acabaria antes de que eso sucediera y podria escapar hacia las llanuras al amparo de la noche. En el peor, sus restos mortales reposarian junto a los de su amado. Ara no dejo de golpear con la pala hasta que fue imposible distinguir la mayoria de las letras cinceladas en el marmol. Para cuando dio por concluida su obra, solo podian reconocerse tres. Entonces, la joven deshizo una de sus trenzas, libero la unica flor que adornaba su pelo y se arranco una de las plumas que llevaba pegadas a la espalda. Dejo su humilde ofrenda sobre el cuerpo decapitado. Una pluma de halcon y un crisantemo blanco. Su ultimo adios consistia en ese sencillo gesto y en la pronunciacion de las tres letras que aun podian leerse en la lapida. --Rin --suspiro Ara. Y dejo que los ultimos vientos del otono se llevasen el recuerdo de su amado en una espiral de vaho. Rin. El autentico nombre del joven. El nombre de su alma gohut. El nombre por el que ella lo habia conocido en una vida anterior, tan solo dos anos antes.

  • Un bosque confuso de Lorena A. Falcon

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    El despertar del reino entre las nieblas se acerca.

    Ines sabia que debia tomar una decision… si tan solo no tuviera tanto miedo de herir a los demas.

  • En la oscuridad o en tu corazon de Luz Guillen

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    Maria Costa Berenguer, guia turistico en Barcelona, acaba de cumplir veintiocho anos. Como <> recibe el encargo de acompanar durante una semana a Sean McLoud, un escoces muy especial que la retara a ensenarle la Ciudad Condal desde los sentidos, olvidandose por completo de lo que muestran los folletos publicitarios. La atraccion entre ellos nace sin buscarla y, tras un tiempo, Maria decide que merece la pena arriesgarse y cambiar su lugar de residencia, su gente y su forma de vida por un nuevo comienzo en Glasgow. Alli la espera Sean, su perro Dark y un clan de amigos y familia, que enseguida la acogeran con carino. Pero no todo puede ser perfecto. Claudia, la exnovia de Sean que lo abandono en el peor momento de su vida, reaparece para amargar la existencia de la pareja en mas de un sentido.

  • Historia argentina de Rodrigo Fresan

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    Con Historia argentina, su primer libro (que contiene, dice, el germen de todos los libros posteriores), Rodrigo Fresan causo conmocion y fue considerado el abanderado de la llamada joven narrativa argentina.

  • Con los pies en el cielo de Enrique Delgado Zayas

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    “Cuando el dolor y los deseos dejan de gritar preguntas en la mente, el espiritu susurra todas sus respuestas.”
    El cancer es una de las enfermedades enigmaticas que asolan hoy en dia a la humanidad. Es tan multifactorial y compleja como lo son sus primas, las alteraciones mentales. Esta es una novela apasionante que habla acerca de ambas. Encontrareis el escenario de unas vidas verdaderas que elevan sus voces por encima de las religiones y sus dogmas; de las ciencias actuales y su estricta objetividad. Es un libro ideal para lectores inquietos. Y si alguien os dice que tal vez resulte una obra dificil de leer, contestadle que para vosotros nada es demasiado complejo o profundo, porque esas son solo algunas de las propiedades inconmensurables de la realidad.
    “Cada voz es celosamente registrada por su rincon vibrante del universo; sus sonidos resurgen constantemente, pero su apreciacion siempre depende de quien es el que escucha.”

  • La dama envidiada (Damas poderosas 3) de Noa Pascual

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    Lady Sophie Allende es una jovencita sonadora y enamoradiza que esta a punto de debutar. Su mayor sueno es convertirse en la debutante mas admirada y enamorar al hombre que le robo el corazon dos anos atras: el conde de Stanton.
    Lo que la joven no sabe, es que el destino es caprichoso y quiere mostrarle que existen muchas formas de amar. Por ello, pone en su camino a personas que la ayudaran a madurar, a aprender de los errores y, sobre todo, a ver la vida a traves de otros ojos; los que la ensenaran a vivir la vida como le plazca, convirtiendola en la dama envidiada, para que ella decida si de verdad quiere convertirse en la condesa de Stanton, la esposa de otro hombre, o vivir sola. Porque ella tendra libertad de decision, algo impensable en las damas de su posicion.

  • Siente, suena y ama de Marisol Gallardo

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    Lucia llevaba una vida feliz junto a los suyos, ese verano acababa de cumplir diecisiete anos. Una manana alguien llama a su puerta, era Miguel y preguntaba por su padre. A partir del momento en que sus miradas se cruzaron, se hicieron inseparables, dias llenos de ternura, complicidad y amor. Pero un dia, Miguel se subir al primer tren de la manana y desaparecer. Si quieres saber que ocurrio, las claves estan en siente, suena y ama, una novela, donde descubriras a Bea su amiga de la Universidad, Diana, una joven alocada que huye de su pasado y Ariel, una chica mexicana tan especial como sus antepasados. Una historia de amor y lealtad que te cautivara, te hara sonreir, emocionante y sobre todo valorar la verdadera amistad.

  • Ensename a dibujar sonrisas de Cherry Chic

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    A veces una sonrisa puede con todo.
    A veces, no.
    A veces el amor puede con todo.
    A veces, no.
    A veces a nuestras vidas llegan personas con el unico proposito de ensenarnos algo.
    A veces aprendemos.
    A veces, no.
    Esta es la historia de dos personas que intentan adaptarse a la vida que les ha tocado y, en el camino, se cruzan.
    Esta es la historia de una chica que sonrie por inercia y un chico que no sabe ver la vida de otra forma.
    Esta es la historia de Carmen y Gabriel, pero podria ser la historia de cualquiera que a veces sienta que se ahoga y otras que la vida es demasiado bonita.
    Podria decirte mas, pero ?por que no entras y eres testigo de primera mano de todo lo que ellos estan deseando contar?

  • La Ley Antigua de Alexander Rhode

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    La vida de Guillermo, un nino de diez anos, cambia por completo cuando presencia como una vecina suya de toda la vida se quita la vida en un lugar publico.
    Todo se agrava cuando, apenas unos dias despues, muere otra persona en circunstancias similares.

  • Blake Wolf de Arwen Mclane

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    Blake Wolf es el CEO de una gran multinacional en la ciudad de Philadelphia. Es un hombre frio y poseedor de un duro corazon. No tiene piedad, ni siente lastima por nada ni nadie, ya que la vida se ensano desde bien pequeno con el.

  • El sueco de Gabor Schein

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    Han pasado cuarenta y siete anos desde que el senor Gronewald viajo a un campo de refugiados en Austria y adopto a Ervin, un nino hungaro de seis anos que hizo realidad su deseo y el de su mujer, Teresa, de crear una familia. Los primeros anos de vida de Ervin han sido siempre para el y para sus padres adoptivos un misterio y un tema prohibido. Pero el silencio se ha ido volviendo cada vez mas opresivo y ha dado paso a una necesidad vital: entender las circunstancias del pasado. Gabor Schein explora con inmensa sensibilidad y gran destreza narrativa los avatares de la identidad personal y el intrincado laberinto de los afectos.

  • Madrid, Rio, Los Angeles (Todo es posible 4) de Audrey Carlan

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    <> Parker Ellis es el CEO de International Guy Inc. y su trabajo consiste en asesorar a la gente mas rica del mundo sobre la vida y sobre el amor, aunque a veces no pueda evitar que salte la chispa entre el y sus clientas. Sabe que hay todo un mundo alli fuera esperandole, pero lo que no sabe es que quiza tambien se cruce con alguien que le acabe robando el corazon.

  • Houston, tenemos mas de un problema de Garcia De Saura

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    Claudia no se imaginaba que, en mitad de su jornada laboral, dos agentes de policia llegarian de improviso a su puesto de trabajo en su busca. Sus incondicionales amigas, Vera y Daniela, testigos de la escena, intentan defenderla exigiendo saber de que se la acusa. Pero la visita de los agentes esconde una sorprendente y reveladora noticia.

  • El refugio de Mick Kitson

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    Sal ha estado planeando la fuga durante casi un ano. Ha leido una guia de supervivencia de cabo a rabo y ha mirado un monton de videos de YouTube. Ha sustraido un mapa de la agencia cartografica nacional. Ha robado varias tarjetas de credito y ha comprado una brujula, un cuchillo de montana, un par de impermeables y un kit de primeros auxilios. Y ahora esta preparada. Sabe muchas cosas: como construir un refugio y encender un fuego, como calcular distancias, como cazar conejos y disparar una pistola de aire comprimido. Pero sobre todo, sabe como proteger a su hermana de diez anos, Peppa.

  • El mestizo de Kasia Bacon

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    Yo, Ervyn Morryes, del clan de la Montana Negra, se muy bien lo que es el control.
    Como el unico elfo oscuro de pelo blanco de las Tierras Altas, he tenido que aprender a controlar tanto mis punos como mi caracter para evitar que se burlaran de mi.
    Y, para ser el mejor arquero entre mis semejantes, tambien he tenido que aprender a controlar mi respiracion y cada uno de mis movimientos.
    Pero el dia en el que el mestizo al que llaman Lochan Feyes llego al campo de entrenamiento, toda mi disciplina parecio desaparecer. Porque -por todos los dioses del firmamento- cuando estoy cerca de ese frio asesino de ojos azules. la necesidad que me provoca es incontenible.

  • Corazon esquimal de Jose Vicente Alfaro

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    Groenlandia. Siglo XIV de nuestra era.

  • Las Supervivientes de Riley Sager

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  • A Sexy Berling (Epilogue), Maya Blair de Maya Blair

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  • La vecina del tercero derecha de Eugenia Dalmau

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    La aparente tranquilidad que se respira en el edificio de un elegante barrio de Valencia se vera perturbada por el inesperado fallecimiento de Enrique Giner, uno de sus vecinos.La desaparicion de un talonario de recetas medicas que Ignacio, psiquiatra y vecino del atico, echa de menos la noche de la muerte de Enrique alertara a Violeta, quien comenzara a fisgar en la vida de cada uno de los residentes: una viuda empenada en conseguir todo lo que se propone y su hijo soltero de cuarenta y cuatro anos; un atractivo y solitario vecino; una mujer dominada y anulada por su retorcido marido, convencida de que va a ser asesinada; un matrimonio idilico, padres de cuatro perfectos retonos; y una estirada vecina, esposa del fallecido.Con la ayuda de Ignacio y de la avispada portera, Violeta ira descubriendo que nada es lo que parece y poco a poco se sumergira en una peligrosa marana de mentiras que la llevara a temer por su propia vida.

  • Poseidon (Elohim 1) de Mariah Evans

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    Una ciudad que cayo en el olvido. Una ciudad que, en nuestros dias, vuelve a nuestra memoria. Asi empieza todo, con una ciudad perdida durante milenios que ansia ser descubierta de nuevo, con sus luces y sombras.
    Laureano Molina es un reputado historiador e investigador de antiguas civilizaciones, cuyo descubrimiento podria cambiar la concepcion sobre los origenes de la humanidad. A su muerte, su legado queda incompleto por decision propia y sera su nieta Lucia Molina, una joven licenciada en Cultura Clasica, la que asumira voluntariamente la tarea de descubrir que es lo que su abuelo con tanto esmero se encargo de ocultar y por que motivo lo hizo.
    Gael, un joven informatico, es una de las ultimas personas que colaboro con Laureano, con el cual mantenia no solo una relacion profesional, sino una confianza absoluta.
    La tenacidad de Lucia obligara a Gael a ayudarla en su mision, si bien el guarda sus propios secretos. A la vez, debera protegerla frente a fuerzas inimaginables que escapan a la compresion del ser humano y que podrian traer de vuelta un mal ancestral.
    Juntos iniciaran la busqueda de la verdad visitando lugares tan emblematicos como Egipto y recordando emplazamientos donde Laureano habia viajado con Lucia, tales como Israel, Malta y muchos otros.
    Todo esta conectado. Ellos siempre han estado aqui, protegiendonos, aunque la humanidad no haya sido consciente de ello.

  • Miedo a perder de Karina Brown

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    Tras cinco anos lejos, Shaira regresa y descubre que esta a punto de perderlo todo. Con la ayuda de Noah, intenta buscar una solucion. Pero quien podia ayudarla a ver una luz al final del tunel, desaparece repentinamente, dejando solo una carta.

  • Prometeme todos tus dias de Clara Albori

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    ?Que harias tu si te sintieras amenazada de muerte?
    Eso se pregunto Aria tras presenciar la muerte de su gemela y ser atacada y casi asesinada por el novio de esta.
    Asustada tras su posible futuro, Aria decide huir sin nada mas que algo de dinero y un poco de ropa. Confundida y perdida, piensa en regresar a Espana y enfrentarse a su destino, pero Zach Lowell se interpondra en su camino para ayudarla en el cambio de su vida.
    Aria tendra que superar sus miedos, sobrevivir ante el hecho de que el asesino de su hermana siga suelto, hacer frente a sus recuerdos y pesadillas e intentar seguir adelante, pero tendra que enfrentarse a nuevos desafios durante su estancia en Leicester.
    ?Estara algun dia preparada para volver?