• nadie me ofende impunemente significado - Elisabeth Urian

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    ?No es demasiado temprano para beber? Uno esperaria que te contuvieras al menos hasta la cena. El hombre alzo la vista de la partida de ajedrez que se desarrollaba ante si y, al reconocer a su amigo, solto una risotada burlesca. Se recosto en la silla de madera de caoba tapizada en cuero oscuro. Sostenia en la mano una copa de absenta, un licor de sabor anisado y color verdoso que ya habia probado anteriormente, en uno de sus viajes a Francia. Se relamio los labios. --?Temprano? --pregunto despacio y arrastrando las palabras--. Nunca lo es para beber; y menos si el motivo es una celebracion --alzo la voz en el ultimo momento para que todos pudieran escucharle de nuevo. A Neil Bishop le gustaba hacerse notar y jactarse de sus victorias. Desde que se instalo en Irvine, un ano atras, sus amigos y conocidos habian comenzado a percatarse de sus alardes y gustos caros. Por ello, necesitaba una cantidad ingente de dinero que sufragase sus gastos. Esa tarde se sentia afortunado. El negocio que se traia entre manos desde hacia un tiempo comenzaba a dar sus frutos: prestar capital a nobles con problemas financieros. Su ultimo cliente, por asi decirlo, era un baron del norte de Inglaterra que habia acudido a Irvine con la unica intencion de hacer tratos con el. Tras investigar sus finanzas y su patrimonio, Neil le presto la suma requerida... Eso si, con unos intereses descomunales. No sabia como lo habia conseguido, pero el caballero habia devuelto el prestamo en solo tres meses, aumentando con ello sus riquezas. En la ultima hora, todos clientes del Milne's Inn conocian la cantidad exacta que habia ganado. Un movimiento poco inteligente, si se era consciente de las envidias que podria llegar a despertar. Sin embargo, se sentiria orgulloso de provocar semejantes sentimientos. Edwards arqueo una ceja y lo miro con aire socarron, para sentarse despues junto a el. Los otros dos hombres seguian jugando al ajedrez sin mostrar el minimo interes en la conversacion. --?Y por que sera...? --expreso muerto de curiosidad. Puesto que su amigo desconocia la noticia, era el momento de ponerle al corriente. Despues podria regodearse. --!La vida me sonrie! ?Que si no? --?Eso quiere decir que vas a invitarme a una cena? --sugirio el hombre en tono jocoso. Estaba acostumbrado al exagerado modo de actuar de Bishop, y era igual de fanfarron. Quizas por ello se llevaban tan bien--. Podriamos aderezarlo con compania femenina. Neil no tuvo tiempo de valorar la oferta de su amigo. Por su mente cruzo la imagen de una joven dama, de cabellos dorados y ojos seductores. Su rostro fino y delicado iba acompanado de un temperamental caracter que yacia escondido bajo una apariencia angelical. Era a ella a quien queria poseer, y no a una vulgar ramera. Sus gustos eran demasiado elevados como para conformarse con una simple mujerzuela. Para un dia cualquiera, tal vez, pero en aquel momento se sentia euforico. Se dijo que ya era hora de someterla a sus caprichos y hacerle tragar sus palabras de desprecio. Rehuia su presencia, apenas le dirigia la palabra y lo trataba como si no fuera un caballero lo suficientemente bueno para ella. Aunque era buen amigo de su padre y el daria por bueno un acercamiento entre ambos, ella insistia en rechazarle. Penso que con Elliot Singht en Edimburgo aquella era la ocasion perfecta para hacer una visita a la isla. No estaba ebrio; se necesitaban unas cuantas copas mas para conseguir emborracharlo y, aunque era tarde, no podrian negarle cobijo. Sonrio para sus adentros, complacido. No podia negar que la deseaba y que le hervia la sangre ante la perspectiva de tenerla. Aquella repentina idea estaba cobrando vida propia. Podia imaginarse a la dama entre sus brazos, solo para si. Le diria unas palabras bonitas y le contaria lo bien que le iba en los negocios. Eso cambiaria la opinion tan misera que tenia de el. Una vez ablandada, le seria muy facil meterse entre sus piernas. Neil decidio que aquella noche seria suya, costara lo que costara. --?Sabes que? Te invitare a una cena otro dia. --?De repente tienes mejores cosas que hacer? Aunque Edwards no parecia molesto, Bishop dedujo que le debia una explicacion. --Cierta dama me espera. De repente, estaba impaciente por volver a verla. Si todo salia segun lo esperaba, la noche seria muy larga. --?Y quien es, que te hace abandonar a tus amigos? Por una vez tuvo el buen juicio de bajar la voz y hablarle de la joven casi en confidencia. Edwards ya estaba al tanto de que ella le gustaba. Lo que le sorprendio fue la osadia de su plan. Trato de hacerle cambiar de opinion. Podia cometer una estupidez por una simple noche de placer. No era bueno aventurarse en el mar a aquellas horas, mas cuando quedaba tan poco para el anochecer y con el fuerte viento que soplaba. No logro convencerlo. Neil dejo el Milne's Inn de High Street poco despues. Se monto en un carruaje de alquiler y dio las indicaciones al cochero. --Al puerto --anuncio impaciente. A pesar de tratarse de una orden directa y sencilla, el chofer vacilo un momento. --?Algun problema?--mascullo Bishop en voz alta. No estaba de humor para que un simple cochero le planteara los mismos inconvenientes que Edwards. El sabia lo que se hacia. --No, senor --le escucho decir, dandose por satisfecho. Bajaron por Bridgegate, cruzaron el rio y se dirigieron hacia la zona de Fullarton, donde le dijo al cochero que esperara. Eran cerca de las cuatro de la tarde y el sol desaparecia tras el horizonte, aunque todavia habia suficientemente luz como para moverse con libertad. Eso si, no tenia mucho tiempo. Asi que se puso el sombrero, se subio las solapas del abrigo, largo y marron, protegiendose del frio, y fue en busca de cualquier hombre dispuesto a llevarle a la Isla de Beith a pesar del temporal. En contra de lo que habia esperado, a esas horas el puerto parecia desierto. Comenzaba a creer que tendria que volver a casa sin haber podido satisfacer sus necesidades. Estaba a punto de dar media vuelta, frustrado y todavia sin aceptar del todo una derrota, cuando se fijo en el viejo marinero que faenaba en la cubierta de un bajel. El barco de pesca era pequeno, de aproximadamente veinticinco pies, y poseia un casco poco profundo. Al parecer, dedujo Bishop, solo necesitaba de un tripulante para navegar. Neil Bishop sonrio por lo bajo. Confiaba en que aquel viejo estuviera lo bastante loco como para arriesgarse a salir en ese mismo instante. Si no era asi, tenia una formula infalible para convencerlo. *** --Sus ojos miraban fijos hacia adelante y dominaba su persona una rigidez petrea. Pero, cuando pose mi mano sobre su hombro, un fuerte estremecimiento recorrio su cuerpo; una sonrisa malsana temblo en sus labios, y vi que hablaba con un murmullo bajo, apresurado, ininteligible, como si no advirtiera mi presencia. Inclinandome sobre el, muy cerca, bebi, por fin, el horrible significado de sus palabras: ?No lo oyes? Si, yo lo oigo y lo he oido. Mucho, mucho, mucho tiempo… Muchos minutos, muchas horas, muchos dias lo he oido, pero no me atrevia… !Ah, compadeceme, misero de mi, desventurado! !No me atrevia…, no me atrevia a hablar! Ayla hizo una breve pausa para aumentar la tension dramatica que requeria el cuento. Si bien, antes de proseguir con el relato, echo un rapido vistazo a las dos mujeres que estaban sentadas en el pequeno salon. Complacida al advertir que ambas la escuchaban con atencion, repitio la ultima frase: --!No me atrevia…, no me atrevia a hablar! !La encerramos viva en la tumba! --!Jesus! --La exclamacion de la senora Davies sobrevino con la misma intensidad que un trueno en una tormenta de invierno. Ayla dejo la lectura y sonrio con benevolencia. Ella y su hermana habian decidido leer aquel libro, olvidado el ano anterior por algun invitado de su padre, descubriendo que era mas interesante de lo que habian supuesto en un principio. --?Se encuentra bien? --le pregunto a su queridisima ama de llaves; mujer de cabellos blancos y rostro afable. A pesar de su aspecto tierno y afectuoso, la senora Davies no poseia un alma endeble o impresionable; la vida le habia ensenado demasiado para eso y estaba acostumbrada a no esperar mucho de los demas. Pero con las muchachas siempre se comportaba de una manera casi maternal. En noches frias como esa, la senora Davies solia acompanarlas un rato, antes de irse a dormir. Ellas leian en voz alta mientras la mujer ocupaba el tiempo en sus bordados, como si su relacion con las jovenes fuera familiar. Ciertamente, las muchachas la querian incluso mas que a un pariente. Era una de las pocas personas a las que podian abrir su alma sin ser juzgadas con dureza. Las comprendia, toleraba sus rarezas y, a menudo, les daba consejos. Para las hermanas Singht aquella mujer era mucho mas que un ama de llaves. --Ese tipo de lectura es impropio de una dama. ?Que clase de escritor es? --pregunto la mujer con evidente indignacion, aunque sabia que las jovenes rara vez se comportaban como damas. Propiamente si lo eran; su padre habia puesto mucho interes en su educacion y contratado a las mejores institutrices. Pero a pesar de ello, el comportamiento de Cadha y Ayla distaba mucho de asemejarse a una: a menudo eran deslenguadas, insolentes, nada disciplinadas, odiaban los actos protocolarios, los cortejos, las visitas sociales y cabalgaban a horcajadas como los hombres. Ayla se encogio de hombros y examino la cubierta del libro. --Edgar Allan Poe --leyo--. No lo habia oido en mi vida. --Creo recordar, vagamente, alguna conversacion acerca de el --Cadha, la menor de las hermanas, fruncio el ceno tratando de hacer memoria--. Si, se trata de un escritor americano que por lo visto residio en Irvine... --murmuro, admitiendo que no poseia mas informacion. Si bien era el unico relato del senor Poe que caia en sus manos, estaba disfrutando tanto de la lectura como Ayla. Por lo cual le rogo: --?Proseguimos? --Creo que deberiamos dejarlo por hoy. ?No creeis?--opino el ama de llaves. --Es que quiero saber el final --protesto Cadha al tiempo que hacia un puchero que no convencio a nadie--. ?Usted no? No tenia ni idea de que fuera tan asustadiza… Ella las miro y, como siempre, termino accediendo a sus deseos. Asintio y continuo dando puntadas al bordado. Ayla retomo el relato.

  • NADIE ME OFENDE IMPUNEMENTE | ELIZABETH URIAN

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  • Nemo me impune lacessit - Wikipedia, la enciclopedia libre

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    La frase latina Nemo me impune lacessit (en castellano «Nadie me ofende impunemente») es el lema oficial del Reino de Escocia, usado en el Escudo de armas ...

  • Nadie me ofende impunemente - Elizabeth Urian - Amazon.es

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    Me ha gustado mucho el libro, tenía algo de miedo, por determinadas críticas, pero no se me ha hecho largo ni pesado. Es fácil de leer y engancha desde el ...

  • "Nadie me ofende impunemente" de Elizabeth Urian - Libros ...

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    18 sept 2015 — "Nadie me ofende impunemente" de Elizabeth Urian. Sinopsis. Ayla y Cadha Singht viven aisladas por voluntad propia en una remota isla ...

  • Nadie me ofende impunemente - Elizabeth Urian - Lecturalia

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    Ayla y Cadha Singht viven aisladas por voluntad propia en una remota isla escocesa, lejos de bailes, fiestas y del bullicio que impera en la ciudad.

  • Nemo me impune lacessit | Club Liberal Español

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    23 mar 2013 — Esta frase latina puede traducirse como “nadie me ofende impunemente”. Está en el escudo real del Reino Unido para Escocia y figura, ...

  • Nadie me ofende impunemente - Elisabeth Urian - Debeleer ...

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    Ayla se encogió de hombros y examinó la cubierta del libro. —Edgar Allan Poe —leyó—. No lo había oído en mi vida. —Creo recordar, vagamente, alguna conversación ...

  • Nemo me impune lacessit - español - Glosbe

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    ¿Quién dijo Nemo me impune lacessit? ... El lema de Escocia es Nemo me impune lacessit, que significa "Nadie me ofende impunemente". ... Por tanto, la Tierra tiene ...

  • Nadie me ofende impunemente - Librería Luzvi

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    Ayla y Cadha Singht viven aisladas por voluntad propia en una remota isla escocesa, lejos de bailes, fiestas y del bullicio que impera en la ciudad.

  • Desnuda de Raine Miller

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    Ethan Blackstone es un hombre rico, sexy y protector. Dirige su propia compania de seguridad privada y esta inmerso en la organizacion de los Juegos Olimpicos 2012. Brynne Bennet es una chica americana con un pasado que la aterroriza y por el que recibe tratamiento psicologico. Vive en Londres, donde intenta empezar de nuevo mientras compagina sus estudios de arte con su trabajo como modelo. Ambos se encuentran de manera fortuita en una exposicion de fotografia en la que ella participa. Entre los dos surge de inmediato una atraccion magnetica que los acerca de forma peligrosa. Pero en esta relacion se esconden secretos. Secretos que oprimen el alma y que dejan profundas cicatrices. ?Sera Ethan capaz de liberar a Brynne del pasado que la estigmatiza? ?Cedera Brynne a sus encantos, o los espectros que la atormentan volveran a resurgir y acabaran con la oportunidad de forjar un futuro en comun?

  • La fuga del gran narco de Harel Farfan Mejia

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    La historia de traicion y muerte, sobre la fuga de un gran narcotraficante y el nacimiento de nuevos criminales que se disputan los territorios de la droga.

  • Muerte. Amor desde la Tumba de Rocio Verdejo

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    Alfredo Ferrer acababa de mudarse a la ciudad de Nueva York, este, habia sido uno de los logros mas significativos de toda su vida, ya que, siempre habia querido vivir en la gran manzana. Habia nacido en la ciudad de Monterrey, y posteriormente, se habia mudado a la ciudad de Mexico, donde habia crecido, y habia desarrollado finalmente estudios en la secundaria y en la universidad. Pero los Estados Unidos, siempre habia estado entre los principales objetivos de Alfredo, quien consideraba que habia nacido en las condiciones equivocadas y de alguna u otra manera, tenia que alcanzar ese estatus que resultaba tan atractivo para el. El de los grandes millonarios que lucian imponentes, y eran conocidos por absolutamente todo el mundo. Pero si algo caracterizaba a Alfredo Ferrer, era el hecho de que queria construir su fortuna de una manera legal y honesta, se le habian presentado diferentes oportunidades a lo largo de su vida donde podia conseguir ese poder tan deseado, pero bajo circunstancias realmente peligrosas. Educado por una madre trabajadora y un padre muy arraigado a los valores familiares, Alfredo habia tenido una vida normal, sencilla, pero sin extrema necesidad. Por fortuna, nunca se habia tenido que ir a la cama sin probar un bocado de comida, sus padres le habian proporcionado un techo, y siempre tenia para vestir. Pero, aunque trataba de ser agradecido con todo lo que le habia sido proporcionado, Alfredo siempre habia esperado mas de la vida, y sentia que esa inconformidad que tenia en su interior, y que lo agobiaba durante las noches mientras desarrollaba sus ilusiones, lo llevaria tarde o temprano por el camino adecuado. Despues de mudarse a Nueva York, el ultimo ano habia sido el mejor de toda su vida, el negocio habia ido muy bien, logrando estandares que ni el mismo se habia imaginado. Su fortuna crecia a un ritmo exorbitante, y todo habia sido gracias al trabajo, la dedicacion y la creencia en si mismo. A lo largo de su carrera, habia asistido a diferentes conferencias donde los expositores vendian las historias de exito como si fuesen muy sencillas de alcanzar. Pero el sabia que nada de lo que le vendian en este tipo de eventos, lo iba a llevar a alcanzar lo que este deseaba obtener si no se enfocaba y conseguia su propia vision del mundo. Habia hombres que construian su fortuna simplemente parandose frente a otras personas a contarles como les habia ido de bien, y la manera en que habian conseguido el exito, pero muy temprano en la vida, Alfredo Ferrer habia comprendido que las formulas no se aplicaban de la misma manera a todo tipo de personas. Por mucho que tratara de emular a sus heroes financieros, Alfredo entendio que no iba a conseguir absolutamente nada mientras estuviese en el mismo lugar, tenia que movilizarse, conseguir dinamismo en su vida, y arriesgarse, ya que, habia heredado una parte muy desfavorable de su madre; el miedo a avanzar. Siempre habia tenido una percepcion completamente clara sobre su madre, era una mujer luchadora que no habia dejado de trabajar un solo dia para llevar el pan a la casa, pero esta, teniendo multiples oportunidades para mejorar su vida, siempre habia sufrido de miedo e inseguridad, por lo que, preferia mantenerse en un ambiente seguro, y no arriesgarse a perder lo poco que tenian. Alfredo, decidido a cambiar por completo este esquema para su propia vida, habia comenzado a explorar territorios fuera de la burbuja del confort, enfocandose en sus estudios y en prepararse para una vida de negocios, que demandaria una mayor disciplina y compromiso. Sus primeros pasos en el mundo empresarial habian sido como vendedor de seguros a domicilio, no era el trabajo de sus suenos, pero las comisiones de este empleo habian sido suficientes para conseguir lo primero que habia comprado con su propio dinero, su primer coche. Algo que para muchos era simple procedimiento de todos los dias, para el era un logro increible poder comprar su primer coche, habia sido el primer paso de una serie de metas y exitos que comenzarian a llegar gradualmente. Para unos era simplemente un vehiculo de cuatro ruedas, pero para Alfredo, era un trofeo, el primero y el mas simbolico, ya que, se habia planteado en lo mas profundo de su ser, que si habia logrado conseguir aquel coche, entonces podria aplicar la misma formula para poder apuntar a elementos mucho mas importantes. De lo que si estaba completamente seguro es que todo no se trataba de lo material y lo superficial, Alfredo habia crecido con fuertes valores por lo espiritual, ya que, debia acompanar a su madre a la iglesia cada domingo, algo que le habia permitido acumular una gran cantidad de conocimientos teologicos. Conocia la biblia, y entendia muy bien el equilibrio entre el bien y el mal. Aunque no era demasiado religioso ni practicaba el catolicismo, sabia que una gran parte de su personalidad estaba edificada bajo las ensenanzas de su madre, quien, durante toda su vida, sirvio como un gran soporte para acompanarlo a lo largo de toda esa carrera hacia el exito que, el mismo por decision propia habia decidido emprender. Habia sido un periodo de trabajo duro, vender seguros a domicilio, no era algo bien visto por parte de los clientes, los cuales, constantemente estaban atentos ante la posibilidad de estafa. El simplemente era un chico inseguro que poco a poco iba desarrollando su propio metodo, pasando por encima de las ensenanzas de sus mentores, los cuales, parecian adiestrarlos simplemente para que fallara y no se convirtiera en una competencia. Y era precisamente este elemento el que habia entendido Alfredo que funcionaba como un engranaje muy importante del motor que lo llevaria a alcanzar sus suenos, los competidores. El podia asumir la posicion del competidor en desventaja o el que era perseguido, y mientras mantuviese este enfoque en su mente, siempre se mantendria dinamico, trazando una estrategia para avanzar en la carrera o simplemente permanecer atento ante el momento en que alguien quisiera pasar sobre el. Fueron largos dias de agotamiento, inclusive, durante algunas noches, solo llegaba a dormir un par de horas, ya que, pasaba gran parte de la madrugada estudiando, buscando la manera de mejorar en lo que hacia. Con solo 25 anos de edad en ese momento, tenia una gran cantidad de proyectos en mente, pero cuatro anos despues, y no precisamente de la nada ni por arte de magia, se habia convertido en el hombre que siempre habia querido ser, un hombre poderoso, millonario, pero que no habia perdido la humildad. Le habia sugerido a sus padres que se mudaran con el a los Estados Unidos, pero ellos tenian raices muy arraigadas en Mexico, asi que, simplemente habian dejado que su pequeno pichon volar hacia nuevos cielos. Era la materializacion de un sueno, y ese momento en el que Alfredo se despidio de sus padres yendose hacia la busqueda de su futuro desde el aeropuerto de la ciudad de Mexico, fue decisivo, era un antes y un despues. La independencia, la emancipacion, la dependencia de si mismo, era algo que lo hacia sentir realmente gratificado cuando veia las cosas que poco a poco iba alcanzando. No se las debia a nadie, no tenia que pagar favores, nadie le habia prestado un solo centavo, todo lo habia alcanzado Alfredo Ferrer con sus propios medios, con sus ideas, sus estrategias, sus habilidades que habia entrenado con largas noches de estudio. El hecho de trabajar para otros, habia dejado de ser una necesidad, ya que, estaba cansado de generar dinero para sus superiores, ahora, el tenia la posibilidad de generar empleo para otras personas, que se encontraban en la misma situacion que el hacia unos anos atras, asi que, de esa manera habia comenzado su camino hacia el poder absoluto. Cuando Alfredo Ferrer abrio su primera oficina en la ciudad de Nueva York, se mantuvo en el mismo sector, habia decidido hacer lo que conocia, vender seguros, pero esta vez, lo haria de una manera mucho mas ambiciosa, invirtiendo hasta el ultimo centavo que tenia, y con la posibilidad de irse a la quiebra si todo fracasaba. Pero era precisamente esa creencia total en sus habilidades, la que le daba una ventaja adicional a Alfredo sobre sus competidores, los cuales, consideraban una gran cantidad de riesgos y evaluaban mucho las condiciones para poder avanzar. Alfredo era un saltador al vacio nato, constantemente, se arriesgaba cuando una nueva idea surgia en su mente, y esto, era lo que lo habia movilizado hacia la evolucion. Se habia mudado de la ciudad de Mexico a la Gran Manzana, dando un salto significativo, ya que, sabia que, en Nueva York, la competitividad era un mayor, y habia personas mucho mas preparadas que el, dispuestas a aplastar a la competencia. Pero el espiritu, la conviccion y la luz que llevaba dentro Alfredo, lo fueron llevando a ver con sus propios ojos, la materializacion de algunos de sus suenos mas extremos. Comprar su primer piso en la ciudad de Nueva York fue otra meta significativa para el, no lo habia pagado a credito, era uno de los pocos que podian darse el lujo de comprar un Pent-house de contado, pagando hasta el ultimo centavo y sin deberselo a absolutamente nadie. Su exito personal, estaba en la cuspide, y sentia que absolutamente nada podia derribarlo de aquel pedestal donde el mismo habia llegado con cada gota de sudor derramada y cada noche invertida en evolucionar su conocimiento. Pero no todo era perfecto en la vida de Alfredo, o al menos no durante toda su vida, ya que, esa creencia, esa casi obsesion en poder alcanzar las metas que para otros serian imposibles, lo habian alejado de una vida normal. No habia tenido demasiadas novias, y aquellas que se involucraban con el, siempre terminaban frustradas ante la incapacidad de este chico de poder conectar sentimentalmente con alguien. No estaba listo para enamorarse, sabia que los sentimientos simplemente lo iban a desviar del camino que queria seguir, era energia que no estaba dispuesto a perder innecesariamente, ya que, necesitaba todo el enfoque para sus proyectos. Era guapo, muy seductor, pero era algo natural, su mirada era profunda, penetrante, casi invasiva, sin querer que asi fuese, y esto, hacia que las mujeres se derritieran para el, sin que este hiciera absolutamente nada mas que ser el mismo. El exito que habia tenido con las mujeres, habia sido natural, nada demasiado sintetico, no tenia que esforzarse como los otros chicos, que se ejercitaban excesivamente para tener algunos musculos en sus pechos, o en sus brazos para poder conquistar a las chicas.

  • la muneca tatuada de Abigail Villalba Sanchez

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    “A veces, ni siquiera yo se quien soy, ni que me trajo aqui. El tiempo pasa a mi alrededor como un velo de lluvia llevado por el viento, como un susurro gritado a la nada. Pero estoy aqui, guardando un secreto que nadie quiere conocer, que a nadie le interesa. Estoy sola, completamente aislada en la negrura y, sin embargo… continuo esperando. ?Que espero? No lo se. ?A quien? Tampoco. Solo tengo la certeza de que, al final, tras los dias que escapan por mi ventana llegara algo, y ese algo, cambiara mi vida” Ara releyo las lineas que estaban escritas en la pared. Tras dos largas semanas de busqueda, habia encontrado la puerta que daba a esa habitacion. Por fin. Apenas se habia fijado si algo era diferente a la primera vez que habia entrado, pues lo unico que le interesaba era saber si aquellas frases seguian alli. Suspiro profundamente y las acaricio con la yema de los dedos, con dulzura. A pesar del tiempo que habia empleado en investigar sobre ellas, no habia encontrado nada que arrojara un poco de luz sobre su misterio. Incluso habia buscado mas letras en su habitacion, Aun sabiendo que en esas cuatro paredes no habia nada de interes. Era frustrante y, a la vez, emocionante. De hecho, era lo unico emocionante que habia alli. --?Quien demonios eras? --pregunto, en un susurro y arrastrando las silabas, como si le costara vocalizar. Carraspeo, sacudio la cabeza y dejo su voz escondida en un rincon, apartada para otro momento. Despues se sento en el suelo y apoyo la espalda en la pared, justo al lado del parrafo. Sus ojos violetas se entrecerraron, mientras luchaban contra el polvo que ella misma habia levantado. Intento no toser pero, tras un incomodo momento, su pecho se contrajo dolorosamente en una serie de espasmos. Poco a poco, el polvo se asento y Ara consiguio tomar un poco de aire, pese a que este no era el mejor. Efectivamente, la habitacion seguia tal y como ella recordaba: mas pequena que el resto, pintada en un brillante tono azul y decorado con pequenos elefantes amarillos. Aparentemente, la habitacion de un nino. Pero ?por que parecia que ese nino nunca habia nacido? Todo estaba sin usar, impecable… salvo por la gruesa capa de polvo que cubria todo a su alrededor. Tras unos segundos de completo silencio, en los que ni siquiera ella se atrevio a pensar, Ara se levanto y deambulo por la habitacion, como si fuera la primera vez que lo hacia. Observo cada detalle, cada minuscula particula que conformaba ese pequeno y extrano universo. Acaricio los juguetes pulcramente colocados en la estanteria, y sonrio cuando noto en ella una inesperada ola de carino y esperanza. Ignoraba por que, pero aquellos sencillos elementos llenaban su mente de musica, de risas y de un incontrolable anhelo. No era la primera vez que le pasaba, asi que desecho como pudo los sentimientos y continuo con su escrutinio, esta vez, para acercarse a la cuna. Nunca antes lo habia hecho pero, como de costumbre, ignoraba por que. Quiza fuera porque las letras la habian llamado mas la atencion o, simplemente, porque le daba miedo encontrarse algo alli que no quisiera ver. Esa vez, sin embargo, impulsada por esa repentina necesidad de saber mas, se acerco y aparto el cobertor de seda azul con toda la lentitud del mundo. Y la vio… Y grito. Como si la poca voz que le quedaba quisiera escapar. En la cuna habia una muneca, una pequena, desnuda y con los ojos abiertos. Y en su frente, bajo el pelo rubio, habia dos palabras escritas, dos palabras que a ella se le tornaron eternas, hermosas y siniestramente vacias. Porque, ?quien se atrevia a decir “te quiero” a alguien que, en realidad, no existia? *** Ignoraba cuanto tiempo habia pasado desde que cerro los ojos. ?Una, dos horas? ?Quiza mas? La oscuridad rodeaba todo lo que tenia al alcance de la mano, incluso el reloj que marcaba las cinco y media de la manana. Enzo se estremecio cuando el frio acaricio sus brazos desnudos y su rostro, apenas despierto. Somnoliento, se paso la mano por la barba de tres dias que nacia en su menton y despues, bostezo sonoramente. No recordaba cuando se habia quedado dormido, ni siquiera recordaba haberse desnudado. Fruncio el ceno, se rasco la nuca y contemplo el reflejo de la television encendida, justo frente a el. Una pelicula porno brillaba en la pantalla, aunque sus gemidos baratos quedaban ahogados por el silencio de la habitacion. Ignoro por completo la pelicula y cogio el mando que reposaba junto a su cadera, apenas cubierta por la sabana. Aun asi, no fue consciente de que los canales pasaban ante sus ojos, en un vano intento de venderse a el, a sus ojos y a ese bolsillo que, cada dia, se llenaba de mas billetes. En realidad, su mente estaba muy lejos de alli, oculta en un lugar al que nadie queria entrar, ya que podian perderse tanto como el lo estaba haciendo. Al cabo de un rato, Enzo suspiro, cerro los ojos y se levanto. Era evidente que no podia dormir y, si podia evitarlo, no iba a perder el tiempo. Cogio de la silla sus pantalones de traje, su camisa blanca y una corbata que le gustaba bastante. Despues se paso una mano por el pelo, dejo que este se alborotara bajo ella y se puso los zapatos. Justo en ese momento, su movil, que habia quedado relegado a uno de los bolsillos, vibro con insistencia. --?Si? --pregunto, con suavidad. --?Papa? ?Eres tu? --Una voz sutil, apenas un silbido, atraveso la barrera del sueno y le hizo despejarse. --?Ocurre algo, princesa? --Enzo suspiro profundamente y se detuvo junto al ascensor. Una triste sonrisa se dibujo en sus labios, como tantas veces a lo largo de esos dos meses. --No… o si, no lo se. --La voz de la pequena parecio titubear, porque casi desaparecio--. La abuela dice que no vas a volver hasta dentro de mucho. ?Es verdad? Enzo se estremecio con fuerza al notar la tristeza implicita en esa frase, una desolacion tan arrolladora como la que el mismo cargaba. Trago con fuerza, carraspeo y se obligo a dar un paso mas, a seguir adelante a pesar de todo. --Volvere, Adriana. No se cuando, pero lo hare lo antes posible --contesto, sin ser capaz de mentirla--. ?Te ha explicado la abuela por que no estoy alli? ?Por que tengo que quedarme aqui? El silencio parecio alargarse durante lo que solo fueron unos segundos. Casi podian escucharse las dudas de la pequena hacerse palabras. --No demasiado bien. Dice que tienes una mision, como los heroes que salen en la tele --susurro, emocionada--. ?Es verdad? --Es verdad, si. Pero no soy ningun heroe de la tele --contesto, en el mismo tono cadente y dulce de la nina--. Solo soy un hombre que hace lo que tiene que hacer. De nuevo, el silencio se apodero de la conversacion. Ninguno dijo nada durante unos momentos, hasta que Enzo cayo en la hora que era. Tomo aire y lo solto con un suave bufido. --?Te has dado cuenta de la hora que es, canija? ?No deberias de estar en la cama? -- ?Si? Oh. --Adriana dejo escapar una carcajada llena de dulce picardia--. Ahora voy, promesa. --?Promesa de verdad? --!De la buena! Enzo sonrio, como solo el podia hacer en esos momentos: calmadamente, con suavidad, con paciencia. Con carino. Su corazon acelero sus latidos hasta que resonaron sobre el ruido del ascensor al llegar, sobre el ultimo silencio de la conversacion. Suspiro, aferro el telefono con mas fuerza y apreto la mandibula hasta que esta crujio. Como echaba de menos estar con ella. Como anhelaba volver atras en el tiempo, a esos estupidos momentos en los que sus brazos no eran el unico refugio. Como deseaba regresar a ese ideal que mantenia vivo en su cabeza, cual frenetica llama a punto de morir. Como dolia la cruda verdad. --?Adriana? --susurro, con la voz rota. --?Si, papa? --Te quiero. --?Estas…llorando? --pregunto, con tanta tristeza que el sintio como se le encogian las entranas de puro desasosiego. --No, carino. Los heroes no lloramos --contesto y tras dejar que una lagrima desbordara sus ojos, colgo. *** Hacia un frio horrible en aquella habitacion y Ara no tardo en ser consciente de ello. Se cruzo de brazos, se mordio el labio inferior y observo, de nuevo, la dichosa muneca que habia trastocado su mundo en tan solo unos segundos. ?Cuanto llevaba alli? ?Y por que? ?Era para ella o, simplemente, pertenecia a esa habitacion, como todo lo demas? Frustrada, se aparto de la cuna unos pasos y miro a su alrededor, sin saber bien donde posar sus ojos. De pronto, alli donde posaba su mirada veia algo nuevo, algo inquietante que hacia que su corazon latiera desbocado. Incluso el espejo que la reflejaba, con sus perfectas grietas a los lados, le parecia distinto. Ara se estremecio cuando el miedo que llevaba por dentro amenazo con salir mas deprisa de lo que ella podia soportar. La sensacion de que todo se le iba de las manos no fue tan fugaz como pensaba porque permanecio con ella incluso cuando, momentos despues, decidio salir corriendo. Hacia anos que no recurria a eso y hacia incluso mas que no huia de nada. Al menos, no estando despierta o consciente. El resto… bueno, con el resto de los miedos no podia hacer nada, porque incluso ella sabia que en las pesadillas no habia una manera justa de lucha. El pasillo parecia infinitamente largo y oscuro, lo cual era curioso, porque estaba perfectamente iluminado por pequenas lamparas de pared que apenas titilaban. Como siempre, las puertas se sucedian unas a otras: hechas de madera, de cristal, acero. Habia puertas desvencijadas, rotas, nuevas… cada una cerrando la entrada a un secreto que, tarde o temprano, descubriria. Sin embargo, y aunque su curiosidad innata la llevaba a querer abrirlas todas, esa vez solo se detuvo al llegar a una puerta en concreto. Una discreta, blanca y limpia, con un brillante veintidos anclado en ella. Ara suspiro freneticamente, abrio la puerta y volvio a cerrarla tras de si. Poco a poco sus latidos fueron tranquilizandose, hasta que se convirtieron en un murmullo apenas tapado por el ronco sonido del ventilador que giraba en el techo de la habitacion. Alli se iniciaban sus recuerdos, precisamente en aquella habitacion. Podria decirse que, de alguna manera, todo habia empezado alli, aunque no entendia ni como, ni por que. De aquel lugar, con sus paredes pintadas en verde y con aquellas cortinas blancas que rozaban el suelo, solo podia decir cosas buenas. --Por fin en casa --susurro quedamente, mientras se quitaba la fina camiseta de manga larga y la dejaba en el respaldo de una silla, donde se podian ver otro monton de prendas apiladas. Nadie contesto a su timido saludo aunque ella tampoco esperaba respuesta. Ignoraba el tiempo que llevaba alli, pero nunca se habia encontrado con nadie mas, aunque tenia la certeza de que no estaba sola. ?Como iba a estarlo, a fin de cuentas? Tendria que ser tonta para creer que toda la comida, el agua y la ropa aparecian por arte de magia. Alli, en algun lugar, habia alguien mas y era cuestion de tiempo que le encontrara. Ara sonrio brevemente cuando la conocida sensacion de bienestar acaricio su piel erizada. Obvio la television apagada y los relojes que marcaban las seis de la tarde, y despues, tras acariciar el lomo de los libros que se acumulaban en la mesilla, se dirigio al bano contiguo. Adoraba la rutina del dia a dia, a pesar de todo: despertar, sonreir, descubrir que habia tras la siguiente puerta. Despues, regresar a aquella habitacion, perderse en la dulzura del agua caliente… y esperar al dia siguiente. Era agradable, aunque una tarea solitaria que, poco a poco, mermaba su espiritu. A veces, no podia evitar hacerse preguntas mientras el agua mecia sus caderas llenas de cicatrices, rojizas, que parecian recientes. ?Por que ella? ?Por que alli? ?Por que siempre tenia la sensacion de que su vida era un sueno inconcluso? Pero las respuestas nunca llegaban, o al menos, ella nunca sabia interpretarlas correctamente, lo que era realmente frustrante.

  • La verdadera felicidad de Lorena Lazo

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    Cristina siempre se sintio favorecida por el azar al pertenecer a un hogar de clase alta con unos papas muy importantes en el ambito social. Ella de caprichosa obtuvo lo que se proponia y es entonces cuando se convierte en la esposa de Carlos, un militar millonario que se habia pensionado despues de una tragedia que hizo que no volviera a caminar nunca mas siendo una gran perdida para la defensa del pais.

  • Un ligero parecido puede llevar a confusion de A. R. Cid

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    Si alguien me dijera donde me encontraria hoy pensaria que mentia. Ahora no reconozco a la mujer que me devuelve la mirada desde el reflejo del espejo y lo mas sorprendente es que me encanta. Al fin encontre la mejor version de mi misma. Sencillamente, soy feliz. Crei que necesitaria muchas cosas, no es cierto. Aun no habian dado las siete y ya estaba en pie. ?Madrugar yo? !Jamas si se podia evitar! Pero... El tiene que trabajar y no puedo dejarlo marchar, asi como asi, me dije instantes antes, mientras saltaba de la cama sin hacer mucho ruido y con una sonrisa de oreja a oreja. ?Cuales son mis planes? Ni idea, ya se me iran ocurriendo por el camino y es que, quien me diga que el sexo no es adictivo miente. Desde que coloque mis manos sobre su cuerpo escultural y, puede que, con un ciento de chupetones involuntarios, lo marque como mio, siempre necesito mas. (Me he borrado del gimnasio, ahi lo dejo). El, como todas las mananas entro en el bano sin echar el cerrojo. El agua caera con fuerza en segundos y esa sera la senal, no quiero ser descubierta. Su cuerpo desnudo... no es que sea perfecto, tiene alguna que otra cicatriz y lunar, sin embargo, pasar las unas por unos abdominales que, sin ser excesivos, continuan con firmeza hasta llegar a su entrepierna es una de mis actividades favoritas. Entro con sigilo. Cual pantera me coloco al lado del espejo y disfruto de mi reflejo mientras dejo al descubierto el cuerpo que me ha tocado. Me gusta, me siento sexy y poderosa porque se que cuando el me descubra me observara con aquel brillo oscuro capaz de hacerme jadear antes de rozarme siquiera. Tiene esa capacidad y, para que negarlo, la ha tenido desde el mismo instante en el que... !Mierda! !Casi me descubro! Por ahora no voy a deciros quien soy o quien ha conseguido atrapar al hombre que saciara sus instintos animales durante decadas. Me coloco de lado y suelto mi melena. Me encanta que casi roce mis caderas y los bucles tan hermosos que forman al descender en cascada. Abro la puerta de la ducha y me percato de que ya ha percibido mi presencia. Su silencio es la antesala de una ataque sucio, caliente y muy humedo. Entre aquella cascada que desciende por su cabeza se ocultan pensamientos pecaminosos dirigidos solo a mi, por primera vez creo esas palabras que todo macho que intente ligar suelta "No podria mirar a otra mujer, ninguna es como tu". Pero el no me lo ha dicho, me lo ha demostrado a cada segundo. Nada mas adelantar el pie derecho sus brazos me envuelven y atrapan. Es un buen cazador y yo deseo ronronear ante la idea de ser torturada por sus labios, sin embargo, y por motivos que no voy a desvelar en esta ocasion quiero ser yo la que lo torture, la que lo acerque al precipicio, una y otra vez, sin permitirle culminar. Y es que la tortura y el placer pueden llevarse muy bien, convertirse en amigos que vuelve locos a cualquiera. --?Que haces? --me pregunta cuando, sin previo aviso, me escurro entre sus dedos y acabo arrodillada ante alguien que me saluda con alegria. ?Esta nervioso? Es posible, siempre le ha costado dejar en mis manos el control, aunque tampoco consigue decirme que no. --?Tu que crees? --devolvi yo. En mi cara mis intenciones al descubierto. --No tienes por que hacerlo --jadea el, cogiendo aire con fuerza cuando soplo sobre su amiguito. Parece que la ansiedad, el miedo, la emocion y la impaciencia juegan en el interior de su mente sin dejar que se decida. Lo quiere, ambos lo sabemos. --?Y si quisiera? Tu sabor tiene algo capaz de encenderme y... --Me mordi en labio inferior con intencion. Mi sonrisa se ensancho--. Tengo un antojo... --Puse morritos--. Solo recordar la primera vez que... Mmm... --Deja que sea yo quien te complazca. No me gusta que te esfuerces --trato de argumentar el. No se lo permiti. Atrape a su amiguito entre mis labios y me movi con suavidad. Juro que no hice nada mas, sin embargo, tuvo que agarrarse a las paredes para no caer. Perdio las fuerzas. --?Estas bien? --Trate de sonar preocupada. Se me escapo una risilla y jodi todas mis intenciones. --Mala. --Lo se. ?No te encanta? --Y yo temble al sentir sus dedos agarrando mis cabellos en un puno. No hizo nada, el jamas me moveria contra mis deseos, no pidio nada. Solo me aferro con fuerza, sin danarme, pero mostrandome que era suya. (Aunque lo intente no puedo explicarlo mejor). --Me las pagaras. --Cuando quieras, capullin. Y volvi a su prepucio. La piel tan suave, tan duro, tan perfecto. Su sabor, su postura tensa mientras contenia los jadeos. ?Quien podia jurar que era yo la que se sometia a su placer cuando todo el control me pertenecia? Sus pensamientos y deseos tenian un nombre, el mio. Me movi con rapidez y constancia, al principio. ?Suena un poco guarrete decir que tambien probe a sus gemelos? El pobre olvido como se respiraba, creo que se atraganto. El problema es que lo que crei que serian horas se transformaron en minutos. Lo vi venir, lo esperaba, no obstante... Dire que tengo una excusa para lo que ocurrio a continuacion. Y volviendo a lo que seguro que os tiene intrigadas. ?Que ocurre cuando un hombre toca el cielo? Que lo demuestra en forma de pequenos escupitajos, llenos de nadadores, que salen a presion en busca de un final que no iban a encontrar en las paredes del bano. Ahora me direis, ?y que tiene eso de malo? Malo, malo... nada. Yo contaba con tres impulsos, me llamareis obsesiva, pero despues de meses de sexo crei que con el siempre eran tres, con tan mala suerte que hubo uno mas y en mi anhelo de ponerme en pie me dio en un ojo. No soy vengativa, ?vale? Tampoco es que fuera algo malo lo que, mi cuerpo sin tener en cuenta a mi cerebro, respondio. En algun breve instante mi cuerpo lo vio como una ofensa y, momentaneamente ciega, mi respuesta mas logica fue devolverle el favor. ?Conclusion? Puede que, en el cuarto impulso de mi prometido, tras un impacto no esperado en lo que consideraba mi ojo derecho y sin ningun tipo de maldad en mente, yo le escupiera la polla. Bueno, puede que lo hiciera dos veces. Para mi abogado comentare que estoy embarazada de dos meses y las hormonas me tienen loca. Para mi hermana... !Casi me descubro de nuevo! !Ay el amor, que punetero es! Capitulo 1 Y solo cuando la noche cae, cuando la luna decide timidamente ensenar la nariz, puedo ser realmente yo. Aquella luz plateada llena mi cuerpo de energia, de magia, y me permite volar sin preocuparme de las consecuencias. Poco importa lo que opinen los demas, solo estamos mis deseos y yo. El espejo confirma la sensacion que se ha atrincherado en mi pecho, estoy hermosa. ?La felicidad difumina los defectos? Es posible, al menos mis ojos castanos brillan con fuerza mientras termino de pintarme los labios. Soy yo, pero no la yo que por el dia estudia y trata de sacar adelante su carrera de fisica. Soy aquella que quiere bailar hasta que los musculos le duelan, aquella que quiere sentir las miradas sobre su cuerpo, el deseo de aquellos que la rodean y saben que jamas podran alcanzarla. Quizas, tal vez esta noche encuentra a alguien que cumpla MIS requisitos, tal vez... ?Y si es asi? Me pregunte mordiendome el indice y con una sonrisa depredadora en mi rostro. Melanie me espera fuera. Sarah no deja de bufar desde el sofa, no ha habido forma de convencerla. No puedo creer que nos parezcamos tan poquito... --?Y bien? ?Que os parece el resultado? --pregunte saliendo triunfal de mi dormitorio. Las luces del salon no eran las mejores para resaltar mis atributos, pero la sonrisa de Melanie me dio la respuesta--. ?Y esta? ?Sigue de morros? --anadi, sentandome al lado de Sarah sin llegar a mirarla. --!A mi no me metais! --respondio Melanie levantando las manos en senal de paz, aunque la risita no consiguio ocultarla. --Deberias soltarte la melena. --Me gire hacia Sarah y atrape uno de sus mechones al vuelo --. !Oh! !Venga ya! No te pongas de morros. ?De verdad esperas que el protagonista de alguno de estos tostones romanticos salga de la pantalla y decida llevarte al fin del mundo? !Despierta! Si quieres un tio sal y buscalo. --Para follar no necesito a nadie --solto con rotundidad. Si nuestra madre pudiera escucharla... la nina buena tenia la lengua afilada--. Lo que necesito no se encuentra en los antros que tanto te gustan. --Me encogi de hombros y decidi que era una noche muy hermosa para desperdiciarla en la eterna discusion. Tacones bajos para poder soportar el pasar de las horas y mucha energia. Lo demostre levantandome de un salto y haciendo una ligera inclinacion en direccion a Melanie. --Estas loca --dijo Melanie aceptando la oferta. --?Que tiene de divertido ser una persona recatada y cuerda? --Acerque mi rostro al suyo y, con un tono mucho mas bajo y sensual anadi--. Dejame llevarte al infierno y hacerte sudar... --Algun dia pensaran algo raro --contesto Melanie, sin llegar a alejarse. Las dos estallamos en carcajadas mientras, agarradas del brazo, nuestros tacones repiquetearon en el parque rumbo a la salida. --!Aqui no traigas a tu ligue que luego me toca a mi echarlos! --grito Sarah, digamos que no la escuche por culpa del portazo--. !Como lo hagas lo largo en pelotas! --Vale, ahi no pude evitar responder. --!Sarita, no me digas eso o te traigo a dos! --aunque bien pensado eso podia dar demasiado trabajo... Dicen que salir de fiesta es ir a beber y hacer locuras, yo, en cambio, disfrutaba sintiendo la musica en las articulaciones, en los musculos. Cuando entrabamos en cualquier antro Melanie se dirigia a la barra y yo a la tarima. Queria ser el centro sin ver a nadie, cerrar los ojos y dejar que aquellas notas me llevasen a mecer las caderas, convirtiendo mi cuerpo en caliente gelatina capaz de llevarme al limite. El placer no solo es un beso, una caricia, un polvo. Placer puede ser aquella tension saliendo de mi cuerpo cuando me dejaba llevar por una cancion que colapsaba mis neuronas y acallaba la voz que gritaba en el interior de mi mente. Las responsabilidades se difuminaban en la oscuridad, resaltada por luces estroboscopicas que nos daba sensacion de intimidad, aunque podia haber decenas de ojos sobre nuestras pieles. Yo era una amazona, no la que caminaba por el dia y sonreia controlando, en cierta manera, mis respuestas. Yo era la que podia pasar las unas por el pecho de un hombre, que claramente me deseaba, con la mirada incendiada sin ninguna intencion de ir mas alla. Era la que pasaba los ojos sobre aquellos que podrian, o no, interesarme olvidandome a los dos segundos de todos ellos si la musica me gustaba.

  • Por Siempre te Amare: Hasta el silencio me habla de ti, Manuel Alejandro de Manuel Alejandro

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    Jose Luis es un muchacho que ha llegado a la cuspide de su carrera estudiantil, sin embargo la inesperada noticia que su amor de infancia se ha casado lo lleva a hundirse en la mas profunda melancolia, en ese momento cumbre y dramatico aparece en su vida Luisa Maria, una chica con una belleza fisica abrumadora atrapando el corazon de Jose Luis desde el primer instante que la ve. De inmediato nace una buena amistad entre ellos, pero la meta real de Jose Luis es conquistarla, emprendiendose en una larga travesia de lucha entre multiples pretendientes y diversos obstaculos durante nueve anos, en donde va descubriendo la verdadera Luisa Maria que se mantenia escondida y que lo impulsaria en convertirse en escritor, con un desenlace inesperado y a la vez cautivador, llevando al lector hasta el borde maximo de emociones y sentimientos encontrados.
    Una novela que debe ser leida a paso lento...

  • Por un beso de tu boca de Maria Cuadrado Villadiego

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    Despues de la gran revelacion, Elizabeth no cree en las segundas oportunidades, para ella no valen la pena. Motivada por sus desaciertos, hara grandes cambios en su vida; la soledad sera su mejor consejera.
    En esta nueva etapa, su vida es mas solitaria y oscura. A pesar de ello, aparecen personas indeseables que lo complican todo, volviendo mas tormentosa su vida; en medio de tanta odisea y en el momento menos esperado, llegara alguien a demostrarle lo feliz que puede llegar a ser.

  • Los centenarios de Lore Segal

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    Que todas las personas mayores que pisan cierto hospital “pierdan la chaveta” -y he alli el diagnostico mas preciso con el que han conseguido dar los medicos-, podria ser el resultado de una conspiracion, un plan terrorista para mantener a los ancianos occidentales con vida hasta el final de los tiempos, pero sin que puedan valerse. Mal de la chaveta. Al menos eso opina uno de los personajes de esta satira, el experto en textos apocalipticos y teorias de conspiracion. Y ya se sabe que un paranoico es el que acaba de darse cuenta de lo que en teorias de conspiracion esta pasando.

  • Mi Placer (Tus Secretos 3) de Virginia Camacho

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    “Acuestate conmigo” no es, ni de lejos, la declaracion mas romantica que Eloisa haya escuchado en su vida. Ademas, escuchar que esta hecha para el placer de un nino rico tampoco es muy cautivador; sin embargo, ella misma tiene que aceptar que parecen muy adecuados el uno para el otro en ciertos aspectos de la vida.
    ?Podra de esta transaccion de placer nacer algo duradero? O, tal como ha sucedido en el pasado, ?sera solo el inicio de otra historia de penas y tristezas?

  • Como restos de marea de Alvaro Abanda

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    Espana, Mexico y Guatemala, son los escenarios de este relato de amor, erotismo y lucha entre dos mujeres que, desafiando las rigidas normas imperantes en la epoca, viviran su pasion tras veinte anos de ausencia, despues de un primer encuentro casual en plena posguerra espanola y siendo ninas de muy distinta clase social; la una, hija de un ministro del dictador Franco, la otra, de un idealista republicano perdedor en la contienda civil.

  • LA PAREJA PERFECTA (Blue Heron 2), Kristan Higgins de Kristan Higgins

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  • La gran conquista (Unidos por el amor 4) de Fernanda Suarez

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    Cuarta entrega de la serie <> de Fernanda Suarez que apasionara a todos los lectores de novela romantica ambientada en la regencia.

  • El indomito escoces de Julia London

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    Nacida en la abundancia y criada en el lujo ingles, Margot Armstrong no pertenecia en absoluto al temerario universo de los jefes tribales escoceses. Tres anos antes, habia escapado de un matrimonio de conveniencia y ya no habia vuelto a mirar hacia atras, excepto para revivir los apasionados momentos que habia disfrutado en los fuertes y toscos brazos de Arran McKenzie. Pero cuando la fragil unidad de sus respectivos paises amenazo con quebrarse, Margot tuvo que regresar con su marido para desenmascarar su papel en la traicion y evitar asi la acusacion que se cernia sobre su propia familia.

  • La musica del viento de Jordi Sierra I Fabra

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    Un periodista encuentra en una alfombra traida de la India un mensaje del nino que la ha tejido. Es una peticion de socorro, un grito desesperado, y no puede permanecer ajeno a el. Aunque millones de ninos son explotados en el mundo, el mensaje tiene un nombre, Iqbal, y una procedencia: la ciudad de Madurai.

  • Sonrisa mortal de Joseph Knox

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    El detective Aidan Waits, a quien conocimos en Sirenas, emprende la caza del hombre que sonrie.

  • La Noche Sonada de Maxim Huerta

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    En la vispera de San Juan de 1980, los habitantes de Calabella, en la Costa Brava, esperan a la mitica Ava Gardner, que va a inaugurar el cine de verano del pueblo. Todo el mundo esta pendiente de la actriz, salvo Justo, el benjamin de la peculiar familia Brightman. En el dia mas magico del ano, el muchacho ha decidido que, en vez de pedir un deseo, va a hacer todo lo que este en su mano por cambiar el destino de los suyos. La noche sonada es una historia sobre la busqueda de la felicidad. De la mano de Maxim Huerta, el lector descubrira que el viaje mas arriesgado es el que se emprende hacia el amor, tantas veces doloroso e imposible, pero con el que nunca deberiamos dejar de sonar.

  • Miradas perdidas de Marta Sebastian Perez

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    Una mujer aterrorizada.

  • Toxic Man (Destruccion 1) de Grislanddy L. Hernandez

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    El amor, un sentimiento que para Emilie Green y Damon Armstrong esta prohibido.
    Ella huyendo de su pasado y el teniendola en la mira. El es destruccion, peligro y dolor, mucho dolor. Que no te confunda su Rolex, su traje Kiton 50 creado por el mismisimo, Enzo Diorsi, esa sonrisa arrogante ladeada o su sensual boca y sobre todo no caigas en sus palabras intensas.

  • Random de Kiara Espinales

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    “Yo era un chico bueno, pero ellas prefiero chicos malos.”
    London acepta una apuesta inocente que la ayudara a ganar cien dolares solo por ilusionar a un hombre con irse a la cama con ella. Lo que es un juego, termina con una deuda de un millon de dolares a una red de prostitucion elite.
    Si no paga, muere.
    Es vendida al mejor postor para saldar la deuda. Uno que hara con ella lo que se le plazca hasta que la venta sea culminada, sometiendola a cosas que la haran desear no haber aceptado apuesta alguna.
    Pero ?quien es el benefactor?
    Su nombre es Random, y si quieres saber mas, el mismo te lo dira.
    Preparate para sumergirte en una red de mentiras y apariencias.

  • Por Elisa (Elisa 2) de Lily Perozo

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    Despues de superar muchas pruebas el amor entre Elisa y Jules se ha fortalecido, cada vez es mas dificil ocultar el sentimiento que comparten, y la urgencia por estar juntos los lleva a revelarse contra aquellos que mas duro los juzgan.
    Sin embargo, su felicidad no puede ser completa, aun las culpas pesan en sus almas, ambos saben que no pueden olvidarse de todo y vivir su amor plenamente y en libertad, no a costa de la infelicidad y el sufrimiento de Frank.
    Nuevas situaciones daran un giro a la historia y haran que este amor sea puesto a prueba una vez mas, exigiendo mayores sacrificios. Nuevos personajes, algunos aliados y otros enemigos de este sentimiento, jugaran un papel muy importante en la toma de decisiones de Elisa y Jules.
    Por Elisa, nos llevara a traves de emociones que nos haran cuestionarnos, hasta donde se puede llegar por amor y cuanto estamos dispuestos a sacrificar por la persona que amamos.

  • Varron de Amasilys Palencia Ruiz

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    Puedes leer este libro entero en una sentada, preparate para una intensa experiencia…

  • Amor…, ?que te he hecho yo? de Rose B. Loren

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    El amor no siempre llega a primera vista. Y si no que se lo digan a Violet, una mujer que, tras dos relaciones fallidas, ha perdido la esperanza de encontrar a su pareja ideal. Dinamica e independiente, trabaja como comercial en Nueva York y tras su ultima mala experiencia decide alquilar parte de su vivienda para no sentirse tan sola. Su companera de piso sera Abby, la protagonista de <>, y forjaran una gran amistad y complicidad. Esa amistad le llevara a conocer a Brandon, un hombre que vive sin ataduras en Boston, entregado al libertinaje y con un trabajo de ojeador deportivo que en el fondo no le llena. Este, tras un dia de fiesta con su mejor amigo Archi, conocera a Violet, con la que pasara una noche en un hotel y, aunque al principio parecia que ella solo era una mas en su lista de conquistas, pronto despierta en Brandon algo para el desconocido. ?Sera deseo, pasion o amor?

  • Agua de Limon de Clara Fuertes

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    Me llamo Clara. Clara, como la mujer anciana de la portada de este libro. Era mi bisabuela. A su lado reposa mi madre. Tenia la misma edad que yo. Tan solo doce anos. Doce anos no son nada, apenas el inicio de una primavera que esta aun por florecer; pero fue precisamente a mis doce anos cuando recibi su herencia, hecha de palabras, de memorias, entre almohadones y susurros. Durante las largas siestas de su ultimo verano, mi abuela Magui me relato su vida, la recupero para mi. Vivencias unicas, la historia de nuestra familia en un momento tragico en el que Espana se moria de tristeza. <>.

  • Saga completa ?Tu me ves? de Gemma Herrero Virto

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    ?Te imaginas que pudieras regresar a los anos 80 y recorrer Nueva Inglaterra en una caravana? Libertad, buena musica, aventuras, paisajes increibles…
    ?Te imaginas que, ademas, te ganaras la vida resolviendo casos paranormales y enfrentandote a fantasmas, demonios y casas encantadas?
    Al y Eli te invitan a acompanarles en ese viaje. Date prisa, que ya salen.

  • Amor entre espinas de Kristell Alvarez S

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    Carolina recorre los pasillos de la libreria totalmente absorta, anda buscando un libro en particular, tiene mucho tiempo queriendo encontrarlo, pero no ha tenido mucho exito. Tiene ya un rato recorriendo los estantes, primero siguiendo el supuesto orden que hay en cada uno, dejandose llevar por el genero que anuncian en la parte alta de cada estanteria, pero al descubrir titulos en desorden y fuera de contexto, ha decidido hacer una pesquisa mas minuciosa. Esta claro el caos en que estan acomodados, por lo tanto no debe dejar pasillo alguno fuera. Inicia desde el fondo de la libreria, revisando a consciencia cada uno de los estantes, hoy le llego la alarma a su correo electronico de que al fin habian vuelto a surtir esa novela. !Tiene que estar!, piensa con determinacion y sigue mirando titulos de arriba abajo, agachandose, moviendo libros para ver los que estan atras, no tiene la intencion de darse por vencida. --!Carajo! Exclama frustrada, no ha logrado dar con el dichoso libro, el encargado de la famosa libreria le dijo que aun quedaba un ejemplar, pero ni el logra hallarlo. Segun le conto el muchachito, ayer habian llegado los nuevos ejemplares, pero practicamente volaron como pan caliente. ?Por que no vine ayer? Se regana interiormente dejandose caer en el piso frente al pasillo del estante de lo paranormal, con la mirada perdida en el mar infinito de libros delante de ella, donde es muy poco probable que este la novela de Kristen Miller que busca. Sin embargo, pese a ser casi imposible sus ojos se clavan en el azul brillante de una portada: "DESEOS" lee sin dar credito. Ahi, en la ultima fila del estante esta la preciada continuacion de "ETERNOS", al fin lo ha encontrado. Sin levantarse del suelo practicamente gatea hasta el, sin fijarse en nada mas estira la mano para tomarlo cuando ve que de la nada es elevado por unas manos que no son las de ella. Atonita levanta la mirada lentamente hasta encontrarse de frente con un joven que sonrie entusiasmado con el libro en su poder. Carolina lo mira incredula. Ese es libo de chicas, una novela romantica, quiere gritarle al desconocido que la observa divertido, en cambio solo alcanza a balbucear: --Ese libro es mio... El desconocido en automatico lo prende a su pecho y con una sonrisa de medio lado le dice un poco apenado encogiendose de hombros: --Yo lo agarre primero, lo siento. Da media vuelta y sin dilacion practicamente corre hasta la caja. Carolina se levanta de un brinco para seguir al desconocido, ese es su libro, tiene seis meses esperandolo, muriendo por leer la segunda parte de tan maravillosa historia, no va a dejar que se lo arrebaten tan facil. --!Espera, por favor! --practicamente le grita al tipo. El desconocido gira a mirarla, pero no dice nada, sigue caminando hasta llegar a la fila de la caja. Carolina se planta junto a el y poniendo su cara mas dulce le exclama casi rogando: --!Tengo seis meses esperando por ese libro! Y llevo toda la manana buscandolo, pero no estaba en el estante correcto... --Lo se --la interrumpe el tipo--, yo lo he cambiado de lugar ayer que lo encontre, habia dejado mi billetera en el auto y estaban a punto de cerrar, no me daba tiempo de ir por ella. Me dijeron que era el ultimo, asi que lo escondi para venir por el hoy. Carolina lo mira desconcertada. !Lo escondio! ?Que tipo de persona hace eso? Si, ella lo hizo alguna vez, pero es un raton de biblioteca, esta justificado, el no tiene pinta de serlo ni a kilometros. Su aspecto es mas de chico fresa, muy guapo si, con sus intensos ojos verdes que no paran de mirarla con diversion, pero no un devorador de libros. Ladron de libros, si. Lector avido, lo duda. --?Por que? --Se trasluce la incredulidad en su voz-- Tu para que lo quieres, es lectura de chicas. Sabe que esta siendo prejuiciosa y discriminativa, estableciendo etiquetas de genero--algo que de verdad odia y no es nada propio de ella--, pero esta muy frustrada, molesta y a punto de llorar de la desesperacion. Casi nadie entiende eso de ella, de verdad se apasiona con sus libros, son sus mejores amigos. Y nada la puede desesperar mas que no leer la continuacion de alguna historia que la haya cautivado tanto como esta. El chico la mira un poco divertido, al parecer encuentra gracioso que ella lo este acusando de leer libros "para chicas", como si la literatura tuviera genero. --Si te tranquiliza saberlo, el libro no es para mi, es para mi novia. Ella tambien tiene un rato buscandolo. Carolina se queda de una pieza. !Perfecto! Ahora ademas de frustrada, siente envidia, otro de los sentimientos que mas detesta, tanto en ella como en los demas, pero caray, como no hacerlo, jamas nunca uno de sus ex novios tuvo un detalle de ese calibre con ella, ni siquiera le regalaron un libro, mucho menos estar pendiente del que ella estuviera esperando. Lo mira con tristeza y casi a punto de las lagrimas, no solo por el libro que acaba de perder, sino porque le hizo rememorar sus fatidicas relaciones y su recien roto corazon, hace tan solo un mes que su ex tuvo la brillante idea de serle infiel con su vecina, a la que casi consideraba su amiga. --!Chica afortunada! Exclama melancolica y se adelanta hasta la caja para hablar con el encargado de la libreria. Al parecer el sistema de correo electronico no es tan efectivo, por lo que decide dejar su nombre y numero telefonico para que le avisen a penas les llegue nuevos ejemplares de la novela. El sonriente dependiente anota los datos, pero le explica que cree que tardaran un poco en surtirlo. Carolina se encoge de hombros maldiciendo a su suerte. Se gira sobre si misma para salir de la libreria. Sus ojos estan a punto de soltar millones de lagrimas y no quiere hacerlo ahi delante de todos, menos del desconocido que se lleva su libro y quien no le quita la vista de encima, observando curioso su actitud. Seguro piensa como todos, que esta loca por ponerse asi por un "simple libro", como le han dicho antes. Camina un par de cuadras sobre la avenida Juarez, mentando madres por lo bajo por haber venido hasta el centro en balde. Entra en la plaza Juarez para llegar a la calle Independencia donde esta el estacionamiento donde ha dejado su auto. Poco a poco sus anegados ojos dejan salir todo ese llano reprimido, en parte por el libro y en mucho por todos esos malos recuerdos que se soltaron de golpe, los habia tenido un poco reprimidos y salieron en banda para joderle un poco mas, si eso es posible, la existencia. Sus leves sollozos se convierten de a poco en un llanto incontrolable, ni de broma puede manejar asi, por lo que tratando de acomodarse tantito la compostura entra en Cielito querido cafe, una cafeteria muy mexicana que esta al fondo de la plaza. Con voz entrecortada pide un chocolate caliente y un panquecito de nata: Las penas con pan son menos, lee en su mente uno de los muchos letreros pintados por todo el lugar, frases muy mexicanas cargadas de verdad. Armada con su enorme taza y su platito de peltre --un detalle muy original de la cafeteria--, busca la mesa mas solitaria en la terraza del lugar para sentarse a ahogar su tristeza en su chocolate y atragantarse un poco de pan para ver si asi sus penas se alivianan un poco. Carolina picotea el panque con la mirada absorta en la nada. El libro perdido ha pasado a segundo plano, ahora su memoria navega por sus siempre tragicas historias de amor. A sus treinta anos tan solo ha conocido el lado doloroso, a pesar de dar lo mejor de si a sus parejas, al final la han traicionado. ?Por que? ?Por que le toca perder cada vez? Se pregunta y el llanto ahogado vuelve a ella. No lo reprime, lo deja salir sin pudor, aunque quisiera no podria contenerlo, hay demasiada tristeza dentro de ella. Los pocos transeuntes que pasan junto a ella la miran curiosos, pero ni se fija, solo quiere vaciarse por completo para sentirse mejor. Mira sin ver el horizonte, con la vista nublada por las lagrimas y de repente alguien se detiene frente a ella, no lo distingue, tan solo ve una silueta. --?Estas bien? ?Necesitas algo? Le pregunta una voz masculina que le resulta familiar, se seca un poco los ojos para tratar de enfocar y descubre frente a ella al desconocido de la libreria. --He estado mejor --responde con amargura--, pero gracias por preguntar. A pesar de su adusta respuesta el joven jala la silla frente a ella y se sienta. Carolina lo mira desconcertada, sus ojos lanzan interrogantes silenciosas, abre la boca para decir algo, pero la cierra de nuevo. El joven le sonrie comprensivo. --Nadie que este tan triste debe estar solo --responde adivinando sus preguntas--, tal vez quieras hablar o tal vez no, pero me sentare un rato aqui contigo, a veces solo hace falta que alguien nos acompane. Por cierto, me llamo Nicolas. Carolina mira al desconocido, que ahora sabe se llama Nicolas, estupefacta. No da credito a la extrana situacion. Su dia ha pasado de fracasado a bizarro. Al menos ahora esta pensando en otra cosa distinta a su fracasada vida amorosa. --Me robas mi tan esperado libro y ahora quieres consolarme --dice con un dejo de ironia en la voz. --?Estas asi por el libro? --Cuestiona Nicolas perplejo--, si es asi, te juro que te lo doy, ya vere que otra cosa le compro a mi novia. Carolina esboza una media sonrisa girando con la cabeza. Podria aprovechar la situacion, pero su consciencia no la dejaria jamas en paz por quitarle la ilusion a alguien de regalar algo tan especial. --No podria aceptarlo, tu novia seguro va a ser muy feliz cuando se lo des, pero muchas gracias por el ofrecimiento. Yo soy Carolina, por cierto. El suelta el aire un poco aliviado, si bien lo ofrecio porque no soporta ver a alguien asi de triste, en el fondo no queria deshacerse del libro, su novia lo desea tanto y a el no hay nada que lo haga mas feliz que cumplirle sus deseos. --Mucho gusto, Carolina. Y, ?Entonces? ?Por que lloras?--pregunta curioso inclinandose hacia delante en clara senal de atencion. --Por todo y nada. Si, me dio pesar perder el libro, pero ver el esfuerzo que hiciste por darle a algo tan especial a tu novia me hizo recordar que nadie me ha querido de esa manera y, lo que es peor, creo que ni siquiera me han querido o no terminaria siendo siempre traicionada como me acaba de suceder hace tan poco. Suelta sin pestanar y de corrido. No sabe porque, pero se sintio en confianza para soltar esa perorata dramatica que la esta consumiendo desde que salio de la libreria. Nicolas la mira comprensivo, sin dejo alguno de lastima, la hace sentir que entiende por lo que esta pasando. Con dulzura estira su mano y toma la de ella, apretandola en un gesto que le resulta familiar y tranquilizador. --?Quieres hablar de eso? Te haria bien desahogarte.

  • Plastic detox de Jose Luis Gallego

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    Este libro no es para ecologistas convencidos, ni militantes, ni extremistas, este libro no pretende criminalizar el plastico. Este libro es para todo tipo de consumidores, que dia tras dia son cada vez mas conscientes del terrible impacto del plastico sobre el medio ambiente, y quieren poner remedio. La pregunta es si es posible hacer cambios positivos sin cambiar radicalmente nuestro estilo de vida. Y la respuesta es si, absolutamente. Este practico libro sugiere alternativas al plastico, para todos los bolsillos.

  • Cancion De Sombra de S. Jae-jones

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    Oscura, romantica e inolvidable, una encantadora historia para las lectoras de Dentro del laberinto y La bella y la bestia. La conclusion de la extraordinaria bilogia iniciada con Cancion de invierno.

  • El suave susurro de los suenos de Christina Courtenay

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    Y ahora, jovencitas, como os podeis imaginar, la ultima voluntad de vuestros padres no contiene ninguna sorpresa, excepto por... A lo que me refiero es que a todas os corresponde una cuota igual en la herencia, por supuesto. Sobre eso no existe ninguna duda. El senor Parker, el abogado de la familia, estaba sentado en el borde del sofa; en la mesa de cafe se extendian varios documentos dispuestos en montones ordenados. Madeline Browne y su hermana pequena, Olivia, ocupaban los dos sillones de enfrente y esperaron en silencio a que continuara. --Si, ?y...? --Olivia, tan impaciente como siempre, le insto a que prosiguiera en cuanto no lo hizo de inmediato. --Bueno, hay un pequeno detalle que todavia tengo que revelaros --dijo al fin--, aunque no afecta en absoluto al asunto de la herencia. --Se le veia claramente incomodo y tuvo que aclararse la garganta un par de veces. Una mosca zumbo en la ventana intentando escapar hacia la libertad que proporcionaba el exterior. Maddie deseo poder hacer lo mismo, pero tuvo que conformarse con tragarse las lagrimas que amenazaban con volver a desbordarse. Toda aquella horrible situacion la estaba sobrepasando. --Vuestros padres anadieron un codicilo en el testamento segun el cual... Bueno... Tengo que deciros que... En resumidas cuentas, ellos creian que debiais saber que no sois hermanas de sangre --dijo de sopeton. Inmediatamente despues anadio--: Maddie, eres adoptada. Maddie solto un jadeo y miro al abogado. --?Adoptada? --Si, asi es. --El senor Parker hizo un gesto de asentimiento para dar mayor enfasis a su revelacion y se dispuso a ordenar una pila de papeles que estaba perfectamente alineada. --?Pero que...? Quiero decir, ?por que...? --Maddie no podia creerse lo que estaba oyendo y a su cerebro le costo horrores procesar la informacion. Tenia una extrana sensacion en el estomago, como si se hubiera tragado una bolsa llena de cubitos de hielo y se le hubiera entumecido la parte superior del torso. Sabia que la lectura del testamento seria dolorosa, pero aquello era algo del todo inesperado. ?Como podian sus padres haber mantenido un secreto asi durante tanto tiempo? ?Por que demonios no se lo dijeron? Tenia veintisiete anos, ya no era ninguna nina. Como si le estuviera leyendo el pensamiento, el senor Parker dijo: --Me temo que no se por que no te lo quisieron decir antes. Tal vez pensaron que era lo mejor para ti. --Se encogio de hombros--. Nunca me contaron nada sobre este asunto. Otro silencio, esta vez mucho mas incomodo. El senor Parker se movio nervioso en el sofa y se inclino hacia delante para volver a ordenar los papeles. Maddie se habia quedado paralizada, incapaz de mover ni un solo musculo, aunque las siguientes palabras de su hermana la sacaron de aquel trance. --Si Maddie no es mi hermana de verdad, ?por que tiene derecho a la mitad del dinero de mis padres? --!Olivia! --El abogado abrio los ojos claramente escandalizado por tal pregunta, pero Maddie ni siquiera pestaneo. Es mas, aquello casi le arranco la primera sonrisa desde que le comunicaron la noticia del accidente de trafico de sus padres. La pregunta era un claro ejemplo de la forma retorcida y egoista en que funcionaba la mente de su hermana. Nadie la conocia mejor que ella. --Como hija adoptiva de tus padres, Maddie tiene los mismos derechos que tu, Olivia. Todos los documentos estan en orden. --El abogado tenia los labios apretados en una tensa linea y el ceno fruncido en un gesto que mostraba su profunda desaprobacion, pero aun asi Olivia ni se inmuto y se limito a enarcar las finisimas y depiladas cejas sobre sus maquillados ojos intentando fingir una expresion de candida inocencia. --Pero si no tenemos ninguna relacion de consanguinidad, ?no deberia por lo menos llevarme la parte mas cuantiosa? --Bajo la espesa capa de maquillaje Olivia mostraba una expresion fria, de total indiferencia. No habia ningun atisbo de dolor por el fallecimiento de sus padres. Ni rastro de culpa por querer despojar a su hermana de la herencia. Nada que indicara que entendia la crueldad de lo que estaba diciendo. El senor Parker abrio la boca incredulo. --!Olivia, en serio, esto esta completamente fuera de lugar! --Se volvio hacia Maddie con una mirada de disculpa. Se notaba que aquel giro de los acontecimientos le habia pillado desprevenido. Empezo a juguetear con una elegante pluma estilografica, quitandole y poniendole el capuchon. --Me he quedado sin palabras --anadio de forma innecesaria. Maddie decidio que ya era hora de acudir en su ayuda. Mientras escuchaba las preguntas de Olivia, se vio invadida por una furia contenida. Se dio cuenta de que no se trataba de algo que hubiera surgido de repente. No, la ira habia ido creciendo con los anos, pero siempre se habia controlado por respeto a sus padres. Ahora, sin embargo, ya no habia ninguna razon que le impidiera dejarla salir y esa rabia le dio la fuerza suficiente para lidiar con aquello de una vez por todas. --No se preocupe, senor Parker. --Se inclino hacia delante para colocar una mano sobre su manga, intentando tranquilizarle--. Como bien puede imaginarse, esta noticia me ha causado un gran impacto, pero tambien me ha hecho ver una cosa muy clara. Olivia no es y nunca ha sido una hermana para mi. A pesar de lo mucho que he luchado por que tuvieramos una relacion mas cercana, no lo he conseguido. Siempre me he preguntado por que, pero hoy me acaba de dar la respuesta. Gracias. --Ya estas haciendote la santa, como siempre --susurro Olivia en tono despectivo. Maddie no mordio el anzuelo. Anos de practica le habian ensenado a ignorar las pullas de su hermana para evitar dar un disgusto a sus padres, que detestaban las confrontaciones de cualquier tipo. Ademas, no iba a ganar nada contraatacando. Olivia tenia la piel mas dura que un armadillo y al final, no sabia muy bien como, siempre se salia con la suya. --Tus padres te adoptaron porque creyeron que no podrian tener hijos propios --intervino el abogado--. Los he conocido durante anos y siempre te quisieron como si fueras hija de su propia sangre. Y eso no cambio cuando fueron bendecidos... --vacilo ligeramente y lanzo una mirada dudosa en direccion a Olivia-- ...con una hija biologica. --Lo se, senor Parker. --Maddie alzo una mano para detenerle. Todo era muy reciente, todavia seguia con las emociones a flor de piel y preferia no seguir hablando. Lo unico que ansiaba era salir de esa estancia, de esa casa y alejarse de Olivia--. Estoy de acuerdo con usted, no he podido tener mejores padres. Me dieron lo que mas necesitaba cuando estaban vivos: su amor. Ahora no quiero nada mas de ellos. Deje que Olivia se quede con todo. No me importa. --Pero Maddie, claro que importa. Estamos hablando de una cantidad considerable de dinero. --El rostro del abogado volvia a tener la misma expresion de incredulidad de antes. --No. Lo digo en serio. La conozco mejor que nadie. --Ahora fue el turno de Maddie de mirar a Olivia--. Y se que no parara hasta que no se salga con la suya. Olivia aparto la vista y se dedico a estudiar sus perfectamente pintadas garras como si la discusion no fuera con ella o no hubiera sido la culpable de meter al zorro en el gallinero. Maddie apreto los dientes. --No hay nada que Olivia pueda hacer al respecto --protesto el senor Parker--. Todo esta en regla. --No me importa. Ni siquiera quiero volver a verla o hablar con ella. Asi que, si es tan amable de ayudarme a recoger algunos objetos personales y recuerdos, puede quedarse con lo demas. Se encargara usted del papeleo necesario, ?verdad? --Maddie estaba que echaba humo, incluso podia sentir sus emociones al rojo vivo burbujeando en su interior y dispuestas a salir como llamas incandescentes en cualquier momento, pero estaba decidida a controlarse. Ya lloraria mas tarde, cuando estuviera sola. Ahora, sin embargo, saldria de aquel lugar de la manera mas digna posible y no se molestaria en mirar atras. Nunca regresaria. Era la unica forma de hacerlo. Olivia, que habia estado escuchando sus ultimas palabras con una sonrisa de satisfaccion en los labios, fruncio el ceno de repente y la miro de forma sospechosa. --?Que es lo que vas a recoger? No se te ocurra llevarte el mejor... --!Olivia! --ladro el senor Parker con una voz que le recordo a la de un director recriminando su comportamiento a un alumno dificil. Si los padres de Olivia hubieran intentado ir por ese camino en alguna ocasion, lo mas seguro es que no hubieran tenido que mantener esa conversacion ahora--. Te sugiero que des las gracias por la suerte que has tenido --continuo el abogado, fulminando con la mirada a su hermana-- y dejes que Maddie se lleve lo que quiera. Si no, hare todo lo posible para conseguir que acepte su parte de la herencia. No vayas a creerte ni por un momento que no soy capaz de hacerlo. O incluso, si es necesario, puedo retener un fideicomiso en favor de sus futuros hijos. --Se le veia tan determinado por lograr su objetivo que Olivia asintio en silencio. --No te preocupes, Olivia --Maddie esbozo una tensa sonrisa--. Nunca hemos tenido los mismos gustos, asi que lo mas probable es que no me lleve nada a lo que le tengas mucho aprecio. --Se puso de pie y se dirigio hacia la puerta. --Ya veremos --mascullo Olivia mientras seguia a la que hasta ahora habia sido su hermana fuera de la estancia con los brazos cruzados sobre el pecho de forma beligerante. El senor Parker cerraba la comitiva con la ira e incredulidad reflejadas en su rostro. Cuando alcanzo a las dos hermanas, Maddie vio su expresion confundida y le susurro: --En serio, senor Parker, es mejor asi. Ahora sere libre para siempre. Confie en mi, merecera la pena. Al senor Parker no le quedaba mas remedio que creerla.

  • Trenes nocturnos, Barbara Wood de Barbara Wood

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  • Un falso caballero (A la caza de un noble 5) de Amaya Evans

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    Lady Marianne Abberton, condesa viuda de Carlisle, acaba de perder a su marido hace menos de un ano y aunque lo extrana, le queda el consuelo de su hija y de su familia para pasar por esos duros momentos. Ella esta convencida de que el hombre que enterro, era un caballero correcto en todo el sentido de la palabra, un padre amoroso y un marido respetuoso que siempre se preocupo por ella y por su hija pero cuando un dia llega Damien Trayford asegurando que es el verdadero y unico heredero del conde, queda devastada al darse cuenta de que entre su marido y ella existian demasiadas cosas sin decir y la imagen que ella tenia de el, se viene abajo. Sin embargo todavia se rehusa a creer que un hombre como Damien pueda ser familiar de su esposo y se dedica a averiguarlo sin esperar que en el camino, se enamore de ese hombre y se descubran muchos secretos que debieron quedarse escondidos por el bien de todos.

  • El rompecabezas de los gatos blancos de Vlad Strange

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    Despues de dos anos, Arturo regresa a Mexico para asistir al funeral de Andrea, una companera de preparatoria. Ahi se reencuentra con Blanca, su exnovia y hermana gemela de su mejor amigo. Ella, totalmente destrozada, le comenta a Arturo sus sospechas sobre el supuesto suicidio de Andrea. Llevado por los sentimientos que Arturo aun tiene por Blanca, el accede a ayudarla a resolver el misterio tras la muerte de Andrea, sin prever que en su investigacion no solo descubriran las incognitas de un posible crimen, sino que tambien se destaparan los secretos de todos los que los rodean.

  • Escalofrios de Douglas E. Winter

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    He aqui un libro estremecedor que reune a los maestros de la literatura de terror contemporanea. Desde el entusiasmo maniaco de Stephen King hasta el elegante ingenio de Paul Hazel, pasando por el simbolismo enigmatico de M. John Harrison, el psicologismo inquietante de Clive Barker, el estilo implacable de Denis Etchison y el erotismo refinado de Thomas Tessier, esta obra recopila seis pequenas joyas del horror universal. Se trata de seis largos relatos que, por distintos medios, logran un mismo resultado: sacudir las fibras intimas del lector, hacerle participe de espeluznantes experiencias que bordean los imprecisos limites entre la realidad y la ficcion. Una lectura imprescindible para conocer lo mejor de un genero apasionante.

  • Teoria de la gravedad de Leila Guerriero

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    En esta seccion de columnas, publicadas a lo largo de mas de cinco anos en la contraportada de El Pais, Leila Guerriero, una de las grandes firmas del periodismo narrativo latinoamericano, se coloca a si misma en su afilado punto de mira. Con una prosa feroz y precisa, la autora bucea en lo sutil para, desde el asombro con el que es capaz de iluminar la realidad cotidiana, alumbrar lo que permanece oculto en nosotros.

  • Realidad de Raquel Attard

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    El miedo me seguia a todas partes, como ese lobo que acecha a la gacela en la oscuridad. Ella no lo ve, pero sabe que esta ahi. Siempre habia alguien observando, preparado para dar el punto y final a la aventura. --?Que quieres de mi? --Le pregunte. --No lo pienses --me dijo--. Solo salta. Y salte. ?Que otra cosa podia hacer? Todo parecia diferente y, de repente, me di cuenta. Como salida de la nada estaba la niebla con forma de sombras en la noche. Lo percibia, lo sentia en la piel, todo iba a ser distinto. Era el principio del fin de mi vida tal y como la conocia. Alex tambien seguia alli. Me tocaba como si empezara a conocerme y me miraba como si me estuviera viendo con otros ojos. Unos que nunca me habian observado antes. Los ojos de la muerte. No era yo, no era la misma. Y pensar que todo esto habia empezado hacia solo dos semanas… Capitulo 1. El comienzo del fin BLAKE Estaba atascada estudiando para los examenes finales. Aqui era donde se decidia mi futuro. Si sacaba la carrera o tenia que repetir otro ano con alguna asignatura que me hubiera quedado pendiente. “No puedo fallar, no puedo fallar”, me repetia esa frase como un mantra, a ver si me entraba en la cabeza y, por arte de magia, no fallaba. Mi familia contaba conmigo y tenia que ser mejor por ellos. Por eso estudiaba derecho y gestion de empresas. Sabian que tenia intuicion para el negocio y que podia llevarlo al siguiente nivel. Mire mi telefono. John me habia llamado pero yo no se lo habia cogido. Hacia tiempo que queria romper con el porque estaba aburrida. Le tenia carino, nuestras familias eran amigas desde antes de que nacieramos y ambos estabamos destinados a dirigirlas cuando nuestros padres dejaran el negocio. Era tan natural que resultaba poco emocionante y yo necesitaba mas. De donde viniera ese mas, ahora mismo ni me lo planteaba, pero debia dejarlo si queria avanzar. Me iba a centrar en mi trabajo despues de los estudios. Si todo salia bien, acabaria con unas notas que me permitirian acceder a la especialidad que yo queria, por delante de otros alumnos. Me habia esforzado mucho para ello. Era capitana del grupo de debate, pues queria aprender todo lo necesario sobre negociacion, y hacia practicas con la profesora Johnson para iniciar mi tesis y poder doctorarme en derecho empresarial. Para preparar los examenes, habia contado con la ayuda de Fiorella Gulio, que era una de mis mejores amigas, junto a Lucrezia Lorenzzo, a la que todos llamabamos Zia. --No le gustaba que la llamaran por su nombre completo, aunque a mi siempre me habia parecido muy bonito--. Las tres estudiabamos la misma carrera, que esperabamos terminar con los examenes de manana. El caso es que John ya no encajaba en mi vida. Hacia tiempo que lo veia con otros ojos, como si ya no me conquistara cada vez que sonreia o se dirigia a mi. Cuando eramos pequenos, me bastaba, era lo que se esperaba de nosotros, pero ahora no. A veces me parecia que seguiamos juntos por costumbre o por comodidad y eso se tenia que acabar. De una forma u otra. Llegue a la Facultad y me fije en que habia varios estudiantes de primero ayudando a preparar la gala de graduacion, colgando pancartas y haciendo carteles para indicar a los invitados donde debian sentarse. Esa tarde teniamos un ensayo general con todos los estudiantes de la promocion. El acto de graduacion seria el viernes e iba a venir toda mi familia. Mis padres, Lena y Roberto. Mis abuelos, Annetta y Domenico. Mis tios, Bianca y Agostino, y mis primos, Giordano y Cosomo, que eran como hermanos para mi. Sabia que teniamos mas familia en Italia, pero desde que los padres de mi padre emigraron a America, no habiamos vuelto. De hecho, yo nunca habia estado alli. Arriba, abajo, recoge el diploma, pasa el birrete de un extremo al otro… Una vez terminado diligentemente el ensayo, fui al despacho de la profesora Johnson, que me felicito por haber concluido mi trabajo en su departamento y me prometio hablar con el profesor Williams para que me aceptara como alumna y poder empezar el doctorado en septiembre. Luego me encamine hacia el vestibulo, buscando un momento para hablar a solas con Zia y contarle mi inquietud. La encontre con su novio, Matteo Inchenza. Llevaban tres anos juntos, se conocieron en la universidad y desde entonces eran inseparables. Los cuatro, junto con Fiorella y su novio Carrick, formabamos uno de los grupos mas populares de la facultad. Siempre que los chicos venian a vernos, nuestros companeros se quedaban mirandonos, queriendo formar parte de lo que sea que estuvieramos organizando, aunque nadie sabia en realidad de que hablabamos cuando estabamos juntos. La familia de Zia, la de John, la de Fiorella, la de Matteo y la mia, eran las cinco familias mas poderosas de Nueva York. Nuestros negocios estaban hermanados y se podia decir que trabajabamos juntos y que nos apoyabamos siempre. El unico que no pertenecia a nuestro “submundo” era Carrick, pero cuando su relacion con Fiorella se hizo seria, decidimos contarselo todo. Eso si, el sabia que su vida dependia de que nos guardara el secreto y que no era ninguna broma. --Zia, te necesito. --Le dije arrancandola de los brazos de Matteo--. !Ahora te la devuelvo! --Le saque la lengua y me la lleve a un aparte. --?Que te pasa? --Me dijo divertida. A mi amiga no le preocupaba absolutamente nada. Aunque por su apariencia nadie lo diria, era una de las personas mas frias que conocia cuando debia serlo. --Voy a hacerlo. Voy a dejarle. --Le dije decidida. --?Otra vez con el tema de John? --Me pregunto desesperada, pero sabia que era solo una pose. Me conocia mejor que nadie y sabia lo mal que lo estaba pasando con este asunto. --Tengo que hacerlo. No puedo retrasarlo mas. Levanto las cejas y suspiro. --Lo entiendo, pero antes de la graduacion me parece cruel. Yo suspire tambien. Estaba cansada. --Si no lo hago ahora, no lo hare nunca. Ya sabes que nuestras familias tienen planes para nosotros despues de la graduacion. Asi era. Nuestras familias querian que nos casaramos para dejarnos como cabezas del negocio. “Por separado somos fuertes, pero juntos somos invencibles”, nos decian siempre. Mi padre era un lider nato y me habia ensenado a ser como el. Sabia que yo podria seguir sus pasos sin problemas y que no necesitaba a ningun hombre a mi lado para hacerlo, pero los Marconni habian hecho un pacto con los Ricco, la familia de John, para ampliar el negocio y se sellaba con el matrimonio. De todas formas, hablaria con el y buscariamos la forma de continuar con el pacto sin pasar por el altar. Estaba segura. El nunca me obligaria a hacer algo que no quisiera. No en el terreno personal. En los negocios, si, desde luego. Mi primera pistola la dispare con diez anos. Me dijo que tenia que saber defenderme. Me apunto a clases de karate y me hizo seguirlas hasta que fui cinturon negro. Lo acompanaba a todas las negociaciones desde los doce y me dejaba participar activamente en ellas desde los dieciseis. Siempre fui muy espabilada y el contribuyo a ello. Cuando cumpli los dieciocho, puso a un grupo de cuatro hombres a mis ordenes y no habia perdido a ninguno. Nuestro negocio estrella era la cadena de hoteles De Lucchi, apellido de soltera de mi madre, que estaba administrada por una junta directiva de la que mis padres eran accionistas mayoritarios. Yo me encargaba de dirigir el resto de empresas legales, que sobre todo se dedicaban a la intermediacion. Si un negocio tenia una necesidad, yo se la cubria. Pero tambien controlaba todo lo que habia que saber sobre extorsion, blanqueo, enganos, chantajes, contrabando, falsificaciones… Lo llevaba en la sangre. --Bueno, pues hazlo. Miralo, por ahi viene. --Senalo hacia la puerta de la entrada de la facultad y yo fui a su encuentro. Cuando llegue hasta donde estaba John, me cogio en volandas y me beso. Le devolvi el beso. Iba a ser el ultimo. --Hola preciosa. --Me dijo con una sonrisa encantadora. John era rubio, musculoso, un poco mas alto que yo, atletico. Era la clase de chico que hacia que te volvieras para mirarlo y yo iba a dejarlo. --Hola cielo, tenemos que hablar. --Yo nunca decia apelativos carinosos, pero a John si. Con el siempre habia tenido esa complicidad. Le cogi de la mano y tire de el hasta un banco--. A ver, esto no es facil, John. --No sigas. --Me corto antes de que pudiera siquiera comenzar--. Ya se lo que vas a decir. Lo he estado esperando durante anos. ?Lo sabia? ?Tan obvio era? ?Y por que nunca me habia dicho nada? --?Lo sabes? --Le pregunte timida. --Se que hace mucho tiempo que no eres feliz conmigo. He intentado remediarlo, he hecho de todo, pero nada parece nunca suficiente. --Se paso una mano por el pelo. No me miraba. Estaba dolido. --Lo siento, John. No queria hacerte dano. --Le puse una mano en la mejilla y le obligue a mirarme a los ojos--. Sabes que te quiero, pero mas como amigo que como pareja. Hemos pasado por muchas cosas juntos y siempre estare a tu lado para lo que necesites. --Le asegure. --Y yo al tuyo, Blake. --Me dijo levantandose--. Pero me llevara un tiempo. --Se quedo parado un segundo y me hablo sin mirarme--. Cuando rechazas a alguien, aunque quieras arreglarlo y decir algo que le de otro sentido, el dano ya esta hecho y no lo puedes reparar con palabras. Me quede sentada en el banco mientras veia como se alejaba. Al fin y al cabo, era lo que yo queria, dejarle. No podia ir tras el y no habia nada que pudiera decir para mejorar la situacion. Ademas, estaba segura de que retomariamos la conversacion en algun momento. Despues de haber estado toda la vida juntos, habia resultado sorprendentemente facil. John fue mi primer beso, mi primera vez, mi mejor amigo. Habiamos pasado por muchas cosas juntos, nos complementabamos. Es muy dificil encontrar a alguien asi y mucho mas dificil dejarlo escapar.

  • El Administrador de Fincas de Amador Moya

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    Una trama de intrigas se cierne sobre la comunidad de propietarios de la calle la Industria donde algunos vecinos pretenden hacerse con el control de la junta y echar a la administradora.
    Una policia acaba de llegar al cargo de presidenta con el proposito firme de aclarar estos misterios.
    La comision de un delito en las propias instalaciones de la comunidad, le dara la oportunidad de investigarlo y, con ello, tambien los sospechosos acontecimientos que vienen ocurriendo en el edificio desde hace tiempo.
    ?La aprovechara? !Por supuesto que la va a aprovechar! Tratara de llegar hasta el fondo de la trama, pero no es facil: la investigacion policial no avanza, la alarma social crece, sus jefes la presionan buscando resultados. mientras tanto, va conociendo las intenciones ocultas y las intrigas de sus propios vecinos, a los que les estorba la administradora.
    Unos y otros juegan sus bazas, pulen sus trampas, tejen sus redes y tratan de alcanzar sus fines.
    Una sucesion de mentiras y contradicciones colocan a la administradora como la principal sospechosa, lo que aprovechan sus enemigos para convocar una reunion con el fin de echarla.
    El teson, la profesionalidad y la valentia de esta investigadora novata la llevaran a no desfallecer mientras se enfrenta a sus propios vecinos por un lado y a sus jefes por el otro.
    ?Y la administradora? ?Sera la culpable? ?Habra sido capaz de matar por venganza? No te lo pierdas.

  • El mal causado (Un dia en el Tamesis 2) de Diaz De Tuesta

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    !Segunda entrega de esta apasionate serie de Diaz de Tuesta!

  • Piel de topo de Jon Arretxe

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    Arrastrado por la rutina, te dejas caer sobre la misma silla de todos los dias y fijas tu mirada en los monitores alineados en la estancia. Las camaras capturan para ti fragmentos de realidad que empiezas a engullir junto con el cafe de la manana. El menu parece variado, aunque, en el fondo, es mas de lo mismo: gitanos, negros, moros, sudacas, putas, yonquis... Observas sus idas y venidas, su hacinamiento en las calles y plazoletas, sus encuentros a la puerta de locutorios, tiendas, teterias... Hoy, en el barrio, la vida transcurre en un estado de aparente normalidad, de momento todo se mantiene en calma, y piensas que con un poco de suerte no te daran excesivos quebraderos de cabeza. Pasan las horas, la manana se va consumiendo lentamente, sin sobresaltos, y por fin, a mediodia, decides orientar una de las camaras hacia la farmacia Arteta. En cuanto obtienes el encuadre deseado, te fijas en el reloj digital que aparece en un angulo de la escena. Ya falta poco, pero no te impacientes, aun tienes que aguantar unos minutos mas. Para entretenerte, vuelves la vista hacia otra de las pantallas, la que muestra la calle de las Cortes, la de las putas. Ahi estan las muy guarras, pululando alrededor de esos clubs asquerosos, cutres donde los haya, mientras esperan aburridas la visita de algun cliente, algun hombre atraido por el olor de la carne a precio de saldo. Las tarifas han bajado mucho, es cierto; sobre todo desde que llegaron las ultimas nigerianas intentando hacerse un hueco en el mercado. Has oido que ahora se puede echar un polvo por quince euros. Te parece una cantidad ridicula, aunque, a la vista del genero, poco mas se puede pedir. Lo cierto es que el catalogo es un autentico horror: dentro de la oferta nacional, fulanas viejas y yonquis esqueleticas; y, para gustos mas exoticos, ahi estan esas sudacas amorfas o esas mugrientas africanas. Da lo mismo, cualquier opcion hace que se te revuelvan las tripas, ni borracho meterias la polla en uno de esos agujeros. Lo unico que clavarias a esas zorras seria la punta de tu pistola, eso si que lo harias a gusto... Encanonandolas bien, hasta el fondo, y entonces... !Pum! Te estremeces de placer solo con pensarlo. De repente, algo llama tu atencion, algo sucede en las cercanias del Marylin. Unas cuantas prostitutas echan a correr sobresaltadas, al principio no entiendes lo que pasa, pero enseguida captas la escena: un moro las persigue con un palo en la mano. No tardas en ponerle cara, se trata del Boxeador, ese argelino que siempre viste pantalon militar. Por ahi se dice que si no hubiera tropezado con las drogas, hoy seria un gran campeon del ring; pero para ti solo es un idiota. Lo habeis detenido infinidad de veces y no espabila, al contrario, cada vez esta peor. Los efluvios del pegamento y el alcohol le han debido de secar la sesera, ya no le queda ni siquiera un poco de sentido comun para esperar a que oscurezca para cometer sus fechorias. Miralo, ahi va el muy imbecil, corriendo detras de las putas a plena luz del dia. Como en los documentales sobre animales salvajes, el depredador siempre va a por el miembro mas debil de la manada, en este caso una gorda sudamericana que ha quedado rezagada de sus companeras. Tiene las piernas cortas y le pesa demasiado el culo, esta claro que no podra escapar. De hecho no tarda en ser cazada, una zancadilla y la mujer estampa sus narices contra el pavimento. El argelino ya tiene a su presa y, sin darle opcion a levantarse, comienza a descargar golpes contra ella. Luego le arranca el bolso, lo abre, extrae un movil y sigue rebuscando hasta dar con algun billete perdido en el fondo. Su cabreo es notable cuando se dirige a la fulana para reprocharle no llevar mas dinero encima. Al final levanta la vista buscando a las otras putas, pero las que aun no se han refugiado en el interior de algun club ya estan muy lejos y parece que al tipo no le quedan excesivas ganas de seguir corriendo, ?o quizas si? El episodio no termina ahi, ahora el moro va tras dos mujeres negras. Un buen poli avisaria a la patrulla, pero que hostias, tu no eres un buen poli. Te limitas a mirar de nuevo el reloj, esas zorras te importan una mierda y no vas a joder a tus colegas en el ultimo minuto de su turno. Ademas, tienes otras cosas en mente. Ya casi es la hora, cinco minutos para que cierre la farmacia. Mientras te incorporas de la silla, el Boxeador atiza un buen lenazo en la cabeza a una de las negras. Ves la escena en uno de los monitores: el golpe hace que la peluca de la furcia caiga al suelo. Que les den por saco. Coges tu cazadora y abandonas la central de vigilancia desde donde se controla todo lo que ocurre en la Pequena Africa. Antes de pisar la acera ya tienes un pitillo entre los labios, aspiras con fruicion mientras se te llenan de humo los pulmones. Llegas a la calle que da nombre al barrio, San Francisco, y continuas hacia arriba. Como de costumbre, hay un monton de hombres desempleados sin otra cosa que hacer, aparte de matar el tiempo formando corrillos a la puerta de los comercios. Algunos no te reconocen sin el uniforme, otros si, aunque traten de disimularlo haciendose los despistados cuando pasas junto a ellos. Percibes una tensa quietud, no puedes evitar sonreir satisfecho, la vida de toda esta escoria esta bajo tu control gracias a la informacion privilegiada que, minuto a minuto, te proporcionan las camaras. Nada puede complacerte mas que esa sensacion de poder. Adviertes la presencia de un colega de Toure, su companero de piso, el maliense Osman, un desgraciado mas. Se encuentra a la puerta del locutorio de su primo, donde supuestamente trabaja, con un vaso de te en la mano. El tambien te ha visto, sabe que te aproximas, pero esquiva tu mirada y hace como si no oyera cuando le saludas: "Hasta luego, Osman". Te alejas sonriendo cinicamente. Continuas caminando hasta la tienda de los chinos donde sueles proveerte de whisky. Es uno de los comercios que mas frecuentas, siempre envuelto en el halo de omnipotencia que te da tu estatus. Segun el dia que tengas, pagas por la botella o simplemente la coges y te la llevas, sin mas. Seguro que la joven pareja que atiende el negocio se habra sentido aliviada al ver que hoy pasas de largo. Que no se hagan ilusiones, ahora es otro tu destino y no quieres perder el tiempo, pero ya encontraras el momento de volver. Accedes a la farmacia Arteta a falta de dos minutos para el cierre. Te entretienes mirando los productos de las estanterias mientras la farmaceutica pelirroja se despide de la ultima clienta, una vieja pesada. Tan pronto como esta sale a la calle, la chica echa el cierre y, sin decir nada, se dirige a la trastienda. Tu la sigues en silencio. --Hoy estas muy guapa, Cristina --le dices, mientras se va despojando de sus ropas--. ?O prefieres que te llame Sa Kene, como tus amigos africanos? Ella te mira y en sus ojos puedes ver claramente el odio que te profesa. Eso termina de ponerte a tono, sientes como se te pone dura y sin mas preambulos te desabrochas el pantalon. La chica saca un condon que tu rechazas. --Chupamela --le dices tirando la goma al suelo--. Esa era tu especialidad, ?no? Le dedicas una sonrisa burlona, sabes cuanto le jode que le recuerden cual era su oficio antes de entrar a trabajar en la farmacia. Aun asi, ella no dice nada, seguro que esta deseando escupirte a la cara, pero tendra que tragarse la bilis en silencio. La rabia y el asco hacen que se contraiga el gesto de sus labios, los mismos labios que en cuestion de segundos rodearan tu pene con una suave caricia. Tu imaginacion se anticipa a ese momento produciendote un estremecimiento. --Es la ultima vez --dice ella, rompiendo su silencio. --Sabes que no --respondes mientras haces que se arrodille. --Cualquier dia te la arranco de un mordisco. --No te atreveras, ya sabes que pasaria si lo haces. Tras esa conversacion de breve recorrido, la farmaceutica se dispone a pagar un plazo mas de la deuda infinita a la que esta condenada; pero apenas ha empezado cuando se oye una musiquilla proveniente de uno de los bolsillos de tu cazadora. Vaya fastidio, te preguntas quien sera el inoportuno. Tras un instante de duda, sacas el telefono y echas un vistazo a la pantalla. La expresion de tu rostro pasa de la contrariedad al sarcasmo en cuestion de segundos. "!Que casualidad!", piensas al reconocer el numero. Se trata de Toure, el mismo que tantas veces habra ocupado el lugar donde estas tu precisamente ahora. Tienes la tentacion de responder a la llamada del africano para contarle donde te encuentras y que pueda escuchar en directo lo bien que te lo estas pasando con su complaciente amante. Pero al final decides dejarlo y vuelves a guardar el movil, ya hablaras mas tarde con ese pringado. La chica continua de rodillas, dandote placer. Tus dedos se hunden en su cabellera de fuego, hasta que la muy puta aparta tus manos, no quiere que la toques. Aun asi, tu insistes, intentas acariciar su pelo, pero en cuanto siente el mas leve roce, ella vuelve a rechazarte, entrando en un juego que te excita todavia mas. Su actitud rebelde y desafiante te pone a cien, tienes que hacer un ejercicio de autocontrol para no correrte demasiado rapido, deseas prolongar este momento tanto como sea posible, saborear cada segundo ralentizandolo. No todo el mundo tiene a su disposicion semejante hembra; pero tu si, tu tienes barra libre siempre que quieras y para lo que quieras. De todos modos, andate con cuidado porque esta zorra ya ha demostrado en muchas ocasiones lo inteligente que es; nunca te fies de ella. Una vez mas, pones tus manos sobre su cabeza; una vez mas, ella se las quita de encima. La fiesta continua.

  • Nada mas verte, Isabel Keats de Isabel Keats

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    El robo de unas ilustraciones antiguas y del famoso baculo pastoral de William de Wykeham del s. XIV obligan al director del New College de la Universidad de Oxford a pedir ayuda a Scotland Yard. La detective Taylor sera la encargada de investigar el caso y, para que nadie sospeche de ella, Stephen Allen, un brillante aunque algo desastrado catedratico de Historia Antigua, se ve forzado a acogerla en su casa y a fingir que estan emparentados. Las personalidades de ambos son muy distintas: el aparenta estar anclado varios siglos atras, mientras que ella es una joven moderna, a la que nada se le pone por delante; y sus puntos de vista son tan opuestos que los roces entre ellos se suceden.

  • Locamente atraido a ti de Dani Eliott

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  • La prisionera espartana de Africa Ruh

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    Esparta, 465 a. C. Cinisca se siente fuera de lugar: mientras su padre y su hermano se preparan para la guerra y su madre y su hermana sirven a la ciudad dandole hijos, ella se escabulle a contarles historias a los ninos esclavos. Pero sabe que es el hazmerreir de las otras muchachas y que, antes o despues, debera cumplir con su deber como espartana y formar su propia familia.

  • La prision del Titan, Leah Jackson de Leah Jackson

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  • Furia y poder de D. Martin

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    Sebastian Costa llega a la ciudad paradisiaca de Los Cabos, en Mexico. A primera vista parece un hombre normal que disfruta de sus vacaciones, pero oculta un siniestro pasado. Un pasado en el que era un brillante medico que trabajaba bajo las ordenes de la Familia Di Tella, una de las mafias mas poderosas de Italia. Tras una cirugia de rutina termina ocasionando la muerte de uno de los miembros mas influyentes de la organizacion. Su complice y amante tambien se ve inmiscuida y juntos idean el plan de escape, solo que todo resulta terriblemente mal y la situacion se convierte rapidamente en una carrera contra el tiempo, en la que un misterioso amuleto podria ser la clave para salvar sus vidas…

  • Tierras de niebla y miel de Marta Abello

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    Oceano Atlantico, marzo de 1899 Decidio marcharse el dia del eclipse, bajo el influjo de la luna roja. Compro un nombre falso, fingio su muerte y con el miedo en las entranas huyo de Nueva Orleans. A sus veintitres anos y quebrando su destino, Martina de Icaza regresaba a Cadiz. La bocina del vapor Montevideo atrono sobre las aguas del Atlantico, tintadas de purpura al atardecer. La joven, vestida de seda negra y tafetan, aferro con sus manos enguantadas la barandilla de popa. Se sintio observada, sin mas certeza que su instinto. Solo estaban ella y aquel mar de duelo dibujando una fragil linea entre el pasado y el futuro. --Senorita… !Si esta lloviendo! ?Que hace aqui? --Erlinda, su doncella mulata, surgio de entre las sombras y luces de la cubierta de botes--. Ya le he planchado el vestido para la cena. !Llevo horas buscandola! La cotidianeidad ahuyento su desazon. Toda la audacia mostrada en la huida desaparecia al recordar los dedos frios de Conrado sobre su cuello, la traicion, el infierno. Sujeto las cintas de su capota de crespon que el viento pretendia arrebatar y se apresuro hacia las escotillas que conducian a los camarotes de segunda clase. --!Ay, senorita! !Digame que no estoy beoda! --El buque escoraba a estribor haciendoles perder pie. Huerfana y criada en uno de los hospicios catolicos de Nueva Orleans, Erlinda solia contar que las monjitas la encontraron hacia dieciocho anos junto a un tonel de miel de cana del muelle y que por eso su piel tomo el color del mar Caribe. Martina siempre prefirio su compania a la de otras sirvientas y ahora era su ancla para no desfallecer ante el humillante regreso a la casa familiar. La osadia de abandonar a Conrado traeria consecuencias: quizas su padre quisiera obligarla a volver o internarla en un convento; quizas su madre intercediera para evitarlo. El final de la alfombra de arabescos del pasillo de camarotes les anuncio que habian llegado al 201, uno interior de cuatro literas situado en popa que compartiria durante los dieciseis dias de travesia con las hermanas Williams, dos viajeras neozelandesas que habian embarcado en La Habana. Las vibraciones de los motores y los gemidos del buque, mas perceptibles en la madrugada, le daban noches insomnes, pero era lo que habia podido pagar. Su partida a America fue en una lujosa suite de primera, con vientos a favor durante la travesia y cenas con aristocratas y estrellas del canto; su vuelta, en un oscuro camarote de segunda y el mar enfurecido. Aun asi, contaba con un colchon confortable, lavamanos con agua fria y caliente y un timbre electrico para llamar al servicio. La libertad no necesitaba ostentacion ni toallas de algodon egipcio. Palpo la limosnera que llevaba a la cintura, alli donde guardaba la cedula de identidad falsa que la identificaba como Catalina Valdivia, viuda, residente en Sevilla. Una mascara para protegerse ante preguntas incomodas. Quisiera Dios que su esposo no descubriera su treta, pero, si lo hacia, aquella cedula despistaria sus pesquisas. Apenas le quedaban unos dolares de plata tras el pago de los pasajes y volvio a contarlos uno a uno, como quien custodia un tesoro. Descorrio la cortina de su litera y se sento en ella sujetando entre sus manos la novela que habia tomado prestada de la biblioteca del barco, Juana Eyre. Acaricio la portada color sepia y la abrio por una de las paginas doblada en la esquina superior: <>. Suspiro. Ya no creia en hados ni predestinaciones. Solo en causas y efectos. --!Hoy ha caido un hombre por la borda, senorita! --Erlinda se santiguo descolgando del armario un vestido de crepe y muselina negra mientras le daba su parte del dia--: Y dos soldados de Cuba estan en la enfermeria de infecciosos y… Con el rizador de pelo en la mano, Erlinda parloteaba apremiandola a asearse y vestirse. Senalo con desden el desorden en las camas de sus companeras de camarote. --Son de la mala vida, que se lo digo yo --dijo enrollando un mechon en el tubo caliente--. Dos mujeres que andan mas cerca de los cuarenta que de los treinta, que viajan solas y no usan corse… Y huelen a jazmin, !como las prostitutas de Nueva Orleans! Martina cabeceo riendo: --Son intelectuales, Erlinda. Mujeres listas que viajan por el mundo. Indiferente a las vidas y cuitas de sus pasajeros, el veloz vapor de la Compania Trasatlantica surcaba el oceano a catorce nudos. Bajo los truenos que rugian impasibles, enfrento la intensa lluvia que comenzo a azotar sus tres cubiertas. Erlinda salio hacia el comedor de tercera con los emigrantes y sirvientes. Martina hacia el de segunda, donde compartia mesa con las Williams y una familia de Barcelona. Los zapatos le apretaban como si quisieran detener sus pasos; mas aun cuando creyo oir la risa de Conrado dentro de un camarote y ver su rostro en un camarero de piso que la saludo al pasar. Se dio prisa en las escaleras que conducian al comedor y se detuvo ante las puertas batientes, tras el trajin de platos y voces confusas. Rebusco en su bolso de mano un botecito de sales y aspiro para recuperar el valor, el mismo que la habia sacado del vacio. El buque chirrio, inclinandose a babor, y se sujeto a la barandilla metalica, paralizada por el vertigo en su estomago al imaginar la furia de Conrado exigiendo que buscaran su cuerpo en el Misisipi, blasfemando ante la escueta nota en la que Martina anunciaba su decision de terminar con todo. El lamento del Montevideo atravesando la tormenta la llevo de regreso a su huida por las calles heladas de Nueva Orleans, aterrada porque habia llegado la hora. Tuvo que retrasar sus primeros planes a causa de la extraordinaria ventisca helada que azoto la ciudad: en sesenta anos no se habia visto temporal igual. El dia de San Valentin se alcanzaron los catorce grados bajo cero y ocho centimetros de nieve cubrieron las calles en un atipico Mardi Gras. La flota quedo amarrada a puerto y su evasion quedo truncada: los vapores corrian el riesgo de sufrir averias en su maquinaria por los pequenos icebergs desprendidos de un Misisipi congelado desde su cabecera hasta el golfo de Mexico. Todos los estados de la Union sufrieron lo que las cronicas llamaron la Gran Ola de Frio, que llevo a Minnesota a alcanzar los cincuenta y nueve grados bajo cero. Todo se helo, como su propia vida. Su exultante llegada a aquella hermosa casa de la calle Bourbon, un edificio de ladrillo espanol, altos techos y grandes ventanales como bocas de fiera, pronto quedo eclipsada por el caracter voluble y colerico de Conrado Lefebvre, por sus escapadas a los antros de Baton Rouge. La paz en el hogar se mantenia con regalos y promesas, con arrepentimientos que para Martina eran falsas monedas. Tal vez se hubiera resignado con alguna migaja de amor; tal vez hubiera acatado el consejo del padre Francois de no reprender sus faltas, de asumir las propias, de olvidar la posibilidad de un divorcio que la condenaria por siempre. Pero cuando aparecio aquel hombre en sus vidas, cuando resquebrajo la vida de Martina como un espejo, de parte a parte, decidio abandonar aquel infierno, asi se congelara como Nueva Orleans. Y huyo para esconder la pena y la humillacion, para liberarse de un secreto que a nadie podria revelar jamas. El padre de Martina, que tras la boda aun andaba por los cafes de Cadiz pavoneandose del buen matrimonio de su hija, que emparentaba a los de Icaza con los Lefebvre de Jerez, le habia asegurado una vida facil, prestigio, riqueza y buenas amistades con lo mas granado de la sociedad espanola y francesa en Nueva Orleans. Demetrio de Icaza no conto con que su buena fortuna, leida en sus manos por una gitana en el parque Genoves, se desmontaria como un castillo de naipes. Y ante el fuego de la sala, con el frio rodeando aquella casa que sentia prision, espero librando la batalla entre lo correcto y lo osado hasta que la aguja pincho su indice manchando su labor con una pequena perla carmesi. Se la entrego a Mammy Dorothea para que la limpiara y conto con los dedos los diez dias que ya habian pasado desde la partida de Erlinda. La doncella, que se habia despedido para seguir a Martina en su huida, la esperaba en una pension cercana al puerto donde trabajaba una de sus antiguas companeras del hospicio. Sus contactos con buscavidas le permitieron vender su sortija de esponsales, disponer un baul con ropa y enseres para el viaje y conseguir una nueva cedula de identidad que eliminara piedras de su camino. Conrado apenas reparo en la ausencia de Erlinda. Cuando Mammy Dorothea le informo, esputo en la fina escupidera de porcelana de la sala y penso que la servidumbre era desagradecida por naturaleza. Aquella mulata seguro que se habia encaprichado de algun marinero de su tierra. <>

  • Una despedida, siete relatos y un viaje (Sin Mar Precuela 0) de Cherry Chic

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    Esto no es una novela corta, pero tampoco es un relato largo. Es una despedida amarga, un quejido, un llanto, un paseo de la mano de Javier por la vida de sus hijos, los hermanos mas famosos de Sin Mar. Esto es el inicio, la base de todo. Es la historia de un hombre que se rehizo a si mismo una y otra vez para convertir a sus hijos en lo que son. Aqui vas a encontrar un inicio con sabor a final, siete relatos y un viaje que lo cambiara todo y volvera a ser el inicio, otra vez. Bienvenido al Sin Mar de antano, al de ahora y al del futuro, porque esta urbanizacion, para muchos y muchas de nosotros/as, ya es eterna.

  • El secreto de Lady Belling de Amylynn Bright

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    Lady Belling esta comprometida cuando el amor de su vida vuelve a Londres

  • Nudo de alacranes de Eloy Urroz

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  • El ano del verano que nunca llego de William Ospina

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  • Una novia para el griego de Lynne Graham

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    El habia descubierto su secreto… !Tenia un hijo suyo!

  • Lord John y el prisionero escoces de Diana Gabaldon

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    Ano 1760. La <> existencia de Jamie Fraser -jacobita escoces- esta a punto de desmoronarse debido a la aparicion de Tobias Quinn, un antiguo camarada del Levantamiento.

  • Demasiado ruido de Jose Javier Abasolo

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    El asesinato de un mendigo en el centro de Bilbao, alguien invisible a los ojos de la sociedad, no parece inquietar a nadie, salvo a Mikel Goikoetxea, mas conocido como ?Goiko?, un antiguo ertzaina que, pese a haber abandonado tanto su vieja profesion de policia como sus actividades posteriores de detective, se ve abocado a investigar que hay detras de esa muerte que, de un modo inesperado, amenaza la tranquila existencia que se ha forjado en los ultimos tiempos e incluso su propia vida.Pero Goiko no es el unico interesado en conocer lo ocurrido. Su viejo companero Eneko Goirizelaia, alto cargo de la Ertzaintza, la policia autonomica vasca, anda tambien tras la pista de los asesinos y no deja de presionarle, ya que sospecha que su excolega sabe mas de lo que cuenta.Y por si eso no fuera suficiente, unos extranos homicidios cometidos en Londres, que traen en jaque a las autoridades de Scotland Yard, asi como las vicisitudes de un inmigrante africano que antes de viajar a Europa fue, tambien, policia en su pais natal, acabaran complicando aun mas la situacion, llevando a Goiko a un limite en el que su propia estabilidad personal sera puesta a prueba.

  • La luna de Joachim Kalka

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    La simbologia y el influjo de la luna a lo largo de nuestra historia son tan amplios como diversos, tan antiguos como vigentes. Y son infinitos los recorridos que pueden hacerse en torno a este astro que siempre ha estado ahi, testigo y parte del desarrollo de las civilizaciones.
    Joachim Kalka presenta en este libro un paisaje tan erudito como personal que orbita en torno a la luna; incluye notas y reflexiones sobre ciencia, filosofia, literatura y distintas expresiones artisticas que van desde la pintura, la escultura y la poesia, hasta otras mas recientes como el cine o el comic.
    El autor nos sumerge en libres e hipnoticas asociaciones que entreveran, con fluidez y naturalidad, aproximaciones biblicas, astronomicas y astrologicas de la luna, su simbologia, mitologia y leyendas, pero tambien la situa como protagonista de grandes hitos de la historia como la llegada del hombre a la luna o la profunda influencia que significo en la obra y pensamiento de grandes autores. Un texto apasionante y poliedrico, siempre inacabado, sobre este ente cosmico misterioso y mutable.