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  • La historia sonada – Silvia Ibanez Cambra de Silvia Ibanez Cambra

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    Paris, 1940. Esteban lleva un ano viviendo con su tio Eduardo, la persona que lo rescato de una Espana desolada tras la guerra. Alli, sin poder olvidar su pasado, le relata a Eric, amigo de su tio y escritor, sus vivencias, la muerte de sus acaudalados padres y las miserias que paso posteriormente, pidiendo limosna por las calles y siendo acogido en su casa por un inspector. Una acogida que no fue desinteresada ya que lo que el inspector queria de el era informacion sobre los Campillo, amigos de sus padres. La muerte de la mujer del inspector, Rosa, habia ocurrido en presencia de uno de los Campillo y se habia culpado del asesinato al hijo de uno de los empleados de la casa. Esteban era muy pequeno cuando todo ocurrio y apenas habia conocido a los Campillo, asi que, no pudo contarle nada.

  • La canguro de los Parker de Norah Carter

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    Faltan solo dos horas para mi cumpleanos, !lo se!, no esperaba comenzar mis veintiun anos cuidando a los hijos de los Parker, pero el dinero me viene bien. Hoy asisten a una fiesta y estaran fuera de casa hasta las tantas de la madrugada. Como buena ninera que soy, les dije que no era ningun problema hacer horas nocturnas para cuidar y velar los suenos de sus hijos, que sufren de pesadillas, total, duermo mejor que en mi propia cama... No me puedo quejar de los Parker. Tienen una hermosa casa, muy lujosa para mi gusto. Tengo una habitacion asignada para cuando me tengo que quedar a dormir. Es comoda y practica, se ha vuelto mi tercera estancia, ya que vivo en la universidad, y en casa de mis padres tengo mi dormitorio original. --Hola, Elena, ?que haces, chochete? --mensaje de Lucy. Suspire recostada en el sofa de cuero de la sala de estar de los Parker. --Nada, mirando el techo y medio ojeando Facebook --respondi. De respuesta, me envia una carita riendose a carcajadas, seguido de: --Mas bien diras, espiando el perfil de Ed, ?no? Pongo los ojos en blanco y le respondo: -- ?Que haces tu? -- !Claro chocho, tu cambia de tema hija!, estoy esperando a Rick, tenemos casa sola para nosotros, hoy mis padres estan en una cena de negocios del trabajo de papa. Me siento rapidamente en el sofa y le doy al boton de marcado rapido. !Jajaja!, oigo como se rie Lucy. Sonrio y le pregunto: -- ?Lo haras hoy? -- ?El que? --responde con aire de inocencia. Pongo una vez mas los ojos en blanco. -- !Ah, no se! ?Ponerte a tejer los calcetines de tu abuela? Se rie con fuerza del otro lado de la linea y dice con malicia: --tejer no, joder !siii! Me rio con ganas y le contesto: !dije tejer, no, joder! Ella suelta una risita y dice: --igual, me voy a "correr", jajaja... Nos reimos a mas no poder. Despues de unos minutos, le digo en voz baja: --Ten cuidado Lucy... -- !Que siii...! --y finalizo la llamada. Suspire viendo la pantalla del movil, 10:15 p.m. Mire a mi alrededor, esta casa es una belleza. Soy ninera de los hijos de los Parker, desde los diecisiete anos de edad, sus peques apenas tenian un ano de vida cuando los conoci, son dos hermosos gemelos varones de cinco anos. Se mudaron hace seis meses a esta casa, su antiguo hogar era lindo, pero este te quita el aliento, es mucho mas grande. Me rei, su casa anterior era grande, mas que la de mis padres la cual es de estilo clasico, esta es de estilo toscano y la antigua de los Parker, muy moderna para mi gusto. Aqui solo he estado tres veces y aun no me acostumbro. Movida por la curiosidad, me levanto para recorrer la casa, ya que las veces que me quedo a dormir, siempre lo hago acompanada de los padres, sobre todo de la Senora Karen, que se pasa todo el dia ocupada con su trabajo de diseno de interiores. El Senor Parker, "Jim", es uno de los mejores abogados, segun dice su esposa, con mucho orgullo. Son gente amable, no son engreidos, lo que si, son muy ricos, pero no son de aparentar. Contemple, la gran sala de estar, habia unas puertas grandes que guiaban a la piscina, no tenian cortinas que las cubrieran, ni falta que les hacia, dejaba apreciar la hermosa cascada artificial de la piscina. De noche, con las luces encendidas, parecia un cuento de hadas. Me pare delante de las puertas sin tocarlas, no queria dejar marcas en los vidrios. Suspire una vez mas, me di cuenta que toda la noche lo habia estado haciendo. El mensaje que me dejo Ed, hace menos de una semana, me traia malos recuerdos, ya habian pasado casi seis anos... no le echaba de menos, fue un completo imbecil conmigo. Me pregunte, ?cuando iba a superar lo que me hizo? Mosqueada por ese pensamiento, camine hacia la sala de juegos. La distribucion de las habitaciones era: dos, en la primera planta, (la de los ninos y una de invitados) y dos en la planta baja, (la habitacion principal y otra mas de invitados). Entre en la sala de juego, la cual tenia una mesa redonda como la de los casinos de poker supuse, un comodo sofa de tres plazas, de color marron con un contraste rosado claro, cuatro cojines con tonos a juego con el sofa y el resto de la sala. Sinceramente, no sabia nada de diseno. Segui mirando. Habia dos butacas, un mueble y una mesa de madera, con algunos adornos tallados encima. Apague las luces y continue mi recorrido. Fui a parar a la sala de TV, era mucho mas pequena que la de juegos. Habia una television de pantalla plana encastrada en la pared, un sofa de cuero negro en forma de media luna. Entre el sofa, y un carrito de licores, descansaba una mesa redonda con revistas. A cada lado del carrito, habia dos butacas algo incomodas a simple vista. Presidia la sala, una chimenea, esta, mas pequena que la de la sala de estar. Un bonito reloj de pared, una hermosa lampara de techo circular y otras dos de pared y ventanas con cortinas verdes, no habia mas que ver. Mire la pantalla considerando ver una pelicula, pero aquella salita con el sofa dandole la espalda a la puerta, me generaba incomodidad. Pase por el estudio, pero no entre, ya sabia como era, lo vi un dia cuando el Senor Parker me llamo para pagarme mis servicios como ninera, se me hacia raro entrar, el Senor Parker, "Jim" lo usaba mucho, sentia que era como entrar sin permiso en su dormitorio. Lo que me quedaba por ver del piso inferior era la cocina y el comedor, el cual tiene una pared divisoria con tres ventanas sin vidrios, donde hay jarrones grandes en cada una, "molaba mucho". Del otro lado de esa pared, se encontraba la sala para desayunar, el resto era la habitacion principal de los Parker y mi habitacion de invitados. Decidi ir a la cocina. De pronto, un ruido de algo rompiendose me sobresalto. Me quede quieta en el pasillo, fuera del estudio. Notaba mi corazon a mil, respire profundo presa del panico, y recorde que los ninos a veces se levantaban por alguna pesadilla, pero el hecho de estar husmeando por las salas de recreacion y que me pillaran los senores Parker (Si es que regresaron mas temprano de lo acordado), me hacia morirme de verguenza. Aunque la senora Parker, me dijo que me sintiera como en mi casa, que usara las salas a mi antojo, era obvio que se referia a la sala de estar, la sala de TV, la cocina, y mi habitacion temporal. Apresure el paso y oi vidrios siendo arrastrados. Ahogue un grito al ver una figura alta, un hombre sin duda, estaba barriendo lo que sea que se le habia caido. Para mi suerte no se habia percatado de mi presencia, pues estaba de espaldas. Mire a mi alrededor y lo primero que logre tener a mano, fue una piedra mediana, bueno, realmente era una estatuilla tallada en piedra porque tenia, ojos y boca. Me acerque despacio, sin hacer ruido hacia su espalda con la piedra/estatuilla en la mano, le pregunte casi gritandole, ?quien eres? !Lo se!, es lo mas estupido que he hecho en mi vida, en las pelis no preguntan, golpean primero y luego preguntan. El hombre dio un brinco y seguidamente, solto un taco. -- !Joder!, ?pero que cojones…? --se volvio y me miro sobresaltado. Mis ojos se abrieron y mi mandibula casi se desencaja cuando lo vi de frente. Si, sin duda es un hombre, !y que hombre...! !Joder! No creo que pase de los veinticuatro anos. Es impresionante. Ojos marrones, para perderte en ellos, nariz recta, boca con unos labios carnosos, que seguro harian maravillas... Tenia el cabello largo, por lo que pude apreciar cuando estaba de espalda, de color marron oscuro que se le rizaba un poco a los lados y en el medio. -- !Joder!, me acabas de matar del susto. -- ?Yo?, ?pero que dices?, tu eres el que entras y rompes, lo que sea que hayas roto --dije moviendo las manos en el aire con reproche. Su expresion cambio, se torno suave y burlona, para mi sorpresa y timidez repentina. Me observo sin disimulo de arriba abajo y sin dejar de sonreirme, mientras su mirada me recorria completamente, todo mi cuerpo se estremecio. --Tu, debes de ser la ninera, disculpame si te asuste o te di una mala impresion -- ?Mala impresion? Si casi me corro cuando me ha repasado de arriba a abajo... --Soy Hal, el hijo de Karen --dijo con expresion neutra, pero en su voz note recelo. --Yo soy Elena, y bueno, efectivamente soy la ninera --dije tratando de sonreir, con un molesto brote de timidez. !Y como no! El, lo noto. Para no caer en un silencio incomodo, le dije que obviamente, sus padres no estaban… bueno, su madre y su padrastro, ya que no era un secreto que Hal, no era hijo del Senor Parker. La Senora Parker, mencionaba con carino a su hijo. Recuerdo una vez, una semana exacta despues de mis diecinueve cumpleanos, la Senora Parker, estaba muy sentimental hablando de su hijo. "Esta casi terminando la universidad" la oi decir, pero lo dijo con un aire de tristeza, que no entendi. --Tu madre y el Senor Parker, regresaran sobre las cinco de la manana. No sabia como referirme al Senor "Jim". Hal, sonrio sin ganas. --Lo se -- dijo. Luego termino de barrer los pocos cristales que quedaron esparcidos por el suelo, logre ver que era un vaso de cristal. Sin saber que mas decir, el rompio el silencio que se estaba formando. --Descuida, no te quitare tiempo, solo vine a… --se quedo pensando con expresion dura por unos segundos, mirando hacia mi direccion, pero perdido en sus pensamientos, luego su expresion relajada regreso y me miro a los ojos, continuo hablando --, buscar unas cosas y me voy --finalizo sin sonreir. -- Descuida, es decir, esta es tu casa no tienes que explicarme nada, solo supuse que no sabias que ellos... Mire hacia el montoncito de cristales rotos apilados en el recogedor de basura. Me senti como una idiota, era obvio que el estaria al tanto de lo que hacen o no hacen su madre y el Senor Jim. Sentia como el calor se concentraba en mis mejillas e hice una nota mental, descubrir mas tarde que "cono" me estaba pasando, jamas me mostre insegura con ningun chico, bueno mentira, solo cuando tuve mi primera vez con Ed... -- !Esta, no es mi casa! Su tono de voz, me hizo subir la mirada, al encontrarme con sus ojos marrones que se tornaron mas oscuros y ver su expresion, supe que estaba molesto. --Es la casa de mi madre, yo nunca he vivido aqui --dijo moderando el tono, pero aun asi se le escuchaba irritado. --Bueno, de ambos --finalizo volviendose, dandome la espalda con el recogedor en mano. Como no sabia que mas decir, me volvi y me fui de la cocina. Sin pensar, mis pies me llevaron a mi habitacion, no queria subir a ver a los peques, la ventaja de que tengan cinco anos, es que no es necesario ir a verlos a cada rato como cuando tenian un anito de vida. Sin embargo, sufren de pesadillas desde hace ocho meses y aunque sus padres me dijeron que solo fuera a verlos cuando griten o me vengan a buscar, yo, los supervisaba al menos una vez cada rato, hasta que me fuese a dormir. Cuando fui a encender la luz de la habitacion de invitados de abajo, senti una mano en mi hombro y esta vez solte un grito. -- !Joder...! Tranquila, soy yo. --Pero, ?estas loco o que? Solte aun con el corazon en la boca. Hal Se rio con ganas. --Lo siento de verdad, desde que llegue solo te he asustado --dijo sonriendome con un brillo en los ojos. No se si eran ideas mias o las luces que se reflejaban en sus ojos, pero su color marron claro, parecia cambiar con su humor. No pude contestarle nada, ya que no solo sus ojos captaron mi atencion, tambien esos dos hoyuelos en cada lado que se le formaban al sonreir ampliamente, sin duda es demasiado guapo para su propio bien. Y mis mejillas una vez mas, me traicionaron volviendose fuego. Me miro divertido. -- Eres muy asustadiza, ?no? Negue con la cabeza. --Yo creo que si --insistio. -- !Pues no! --dije encendiendo la luz del techo de la habitacion y entrando en ella. Entro detras de mi. Y bueno, ?el no tenia que ir a recoger sus cosas? Suspire con ese pensamiento y me volvi para mirarlo, seguia con esa expresion como de burla y algo mas. !Ya, vale!, no podia mas con este tio, me estaba tocando las narices. -- ?Que te causa tanta gracia? --Pregunte cruzandome de brazos y mirandolo con cara de pocos amigos. --Nada, eres, adorable --dijo mordiendose el labio inferior. Lo mire atonita y me descruce de brazos, luego me pellizque el puente de la nariz. --Mira, no se que decir, cosa rara en mi, que no diga nada. --Asi que, te deje sin palabras, !que interesante...! --dijo paseandose por la habitacion, con aire arrogante y divertido al mismo tiempo. Cosa que me hizo sentir mucho mas calor, solo que ahora no se alojaba en mis mejillas... Comenzaba hacer calor en esta habitacion. --Voy a ver a tus hermanos --dije tratando de finalizar la conversacion, logre decirselo mirandolo a los ojos, no queria seguir echando mas lena al fuego... Su expresion ahora era de horror, estoy segura que la vi por unos segundos antes de que se volviera rapidamente hacia la ventana. -- ?Estas bien? --Le pregunte sin pararme a pensar, que le hizo poner esa cara de miedo. No tardo mas que dos segundos y se dio la vuelta con expresion neutra. --Si, ya me tengo que ir -- paso por mi lado hacia la puerta. Suspire, por... ya ni se cuantos suspiros he dejado escapar, !vaya noche!, que tio tan misterioso. Por un segundo se me cruzo por la cabeza que, a lo mejor, no era el hijo de la Senora Karen, pero en varias zonas de la casa, hay fotos de un nino pequeno con esos mismos ojos marrones que me miraron llenos de horror, hacia un momento. No son dificiles de reconocer, claro que en el momento que lo sorprendi en la cocina, estaba de espaldas a mi. Sali de la habitacion, para buscar como ocupar mi mente, camine hacia la sala de estar y me dirigi al sofa para sacar de mi bolso, una camara digital. Desde que conoci esta casa, me apetecia mucho tomar fotos de la cascada y mas de noche. Con camara en mano y movil en el bolsillo trasero de mis jeans, ya que mi atuendo del dia de hoy consistia en unos vaqueros azul claro, algo gastados con rotos en ambas rodillas y ajustados a la cadera. Una blusa de manga larga en color gris sin cuello, casi que parecia mas un sencillo sueter solo que esta, se amoldaba a mi pecho y a mi pequena cintura. Bueno no soy una tia de pechos enormes, me gusta pensar que caben en mi mano. Bueno..., no entran en mis manos, son mas bien medianas, ni grandes, ni pequenas, son perfectas. Total..., mientras me gusten a mi, esta bien. Al abrir las puertas, senti el aire fresco que me dio en la cara. Una leve brisa con ese deje de calor que indicaba que estabamos en verano. Mis ojos recorrieron maravillada el lugar, la paz que senti comenzo a despejar mi cabeza, inhale y exhale profundamente. La piscina se veia tan apetecible... Lamentablemente, no se nadar y estoy en horas de trabajo. No creo que los senores Parker, aunque me tengan confianza, me inviten alguna vez a nadar. Me acerque al borde de la piscina. Habia dos hamacas que se veian muy comodas para tumbarse y echarse una siestecita. En ese momento mirando el agua de un azul tan oscuro como el cielo, me pregunte como de profunda estaba. Me agache y meti una mano en el agua, estaba calida. Me sorprendi, pense que estaria fria. Mire alrededor de los bordes, buscando algo que me indicara que la piscina era templada, nunca supe como funcionaba eso, a lo mejor solo estaba calida, por estar expuesta al sol todo el dia. Cuando me fui a levantar, repentinamente se me resbalo de la muneca mi pulsera favorita, llevaba tiempo que el seguro se abria facilmente, con un quejido me puse de rodillas e hice todo lo posible con las manos para que no siguiera hundiendose, pero era inevitable, la pulsera pesaba ya que estaba hecha de plata. -- !No, no, no! --dije frustrada, al perder de vista la pulsera. Me levante y camine en busca del lugar donde guardaban los Parker las cosas para la limpieza de la piscina, si tenia suerte, conseguiria una red limpia piscinas, y asi, intentaria pescarla. -- !Aja!, !bingo! -- Vi una puerta metalica, camuflada con el mismo color de la pared. Rece para que no estuviera cerrada con llave, por suerte estaba abierta. Usando la linterna de mi movil, di con el interruptor de la luz casi de inmediato y me sorprendio un poco, ver aquel armario de la limpieza. No necesite buscar mucho ya que practicamente tenia frente de mi, la herramienta que necesitaba, la tome y di un grito, cuando una arana me subio por la mano derecha, sacudi el brazo violentamente. Cogi la red que se me habia caido al suelo del susto, y sin detenerme a cerrar la puerta, corri de vuelta a la piscina. Cuanto antes recuperara mi pulsera mejor. Seguia imaginandome siendo pillada por los Parker, en una situacion comprometida, al tomarme la confianza de abrir puertas y coger cosas de su propiedad, sin consentimiento alguno

  • Con el agua al cuello de Donna Leon

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    Desde la residencia donde pasa sus ultimos dias postrada en una cama, Benedetta Toso, enferma de cancer con apenas treinta y ocho anos, quiere hablar con Brunetti de algo que no quiere llevarse consigo a la tumba. Debil y al borde de la muerte, la mujer apenas consigue tener algun momento de lucidez y esbozar algunas frases sueltas que implican a su marido, Vittorio Fadalto, muerto recientemente en un accidente de trafico, con un dinero obtenido de forma ilegal y que, en consecuencia, su muerte fue en realidad un asesinato. <>, cuenta al comisario. Desgraciadamente, antes de poder obtener mas informacion al respecto, la mujer expira su ultimo aliento.
    ?A que dinero ilegal se referia? ?Quienes son esos <> a los que Toso acusa de haber asesinado a su marido? El fino hilo de investigacion llevara al comisario hasta el lugar de trabajo del hombre, Spattuto Acqua, una empresa privada encargada de vigilar por la calidad del agua en Venecia. Alli, Brunetti no solo se enfrentara a la verdad sobre si Fadalto fue asesinado o no, sino a un caso de soborno entre los empleados con el objetivo de ocultar vertidos contaminantes en el agua, lo que podria tener consecuencias catastroficas en la salud de los venecianos.

  • El filo de la verdad de Selva Palacios

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    Un sol de justicia caia impio sobre Nueva Trada. Ni siquiera los ancianos mas longevos recordaban haber sufrido con anterioridad un calor como ese que asolaba la ciudad desde hacia varios dias. Mik Rogers accedio con parsimonia a una de las tabernas mas inmundas del puerto. Saludo al dueno mientras caminaba hacia el fondo del local. Los parroquianos dormian la mona o bebian sumidos en el pozo de sus pensamientos. Ninguno tenia demasiada gana de charla, de juerga o de trifulca. Eso lo dejarian para cuando la noche cayera y la temperatura diese un respiro. Dentro no olia a orines como en las inmediaciones, pero si a sudor rancio. Mik arrugo la nariz y clavo su mirada en la mesa mas apartada, esa que permanecia guarecida por la penumbra en un rincon y que habia reclamado tiempo atras como suya. La utilizaba como centro de operaciones para sellar todo tipo de acuerdos turbios. El antiguo pirata llevaba trece anos pululando por los bajos fondos de aquella ciudad maldita, esclavo de los pactos que amarraban en corto su conciencia, preso de los malos recuerdos que enturbiaban sus pesadillas. Un hombre se hallaba sentado en su silla. Portaba esa mirada turbia de quienes ya estan acostumbrados a que el duermevela ligero sustituya un descanso reparador. Daba cuenta sin prisa alguna de una botella de vino medio vacia y mantenia la cabeza gacha, como si en el fondo quisiera pasar desapercibido. Mik alzo las cejas, sin dar credito. Debia tratarse de un error: a aquella hora intempestiva esperaba encontrarse con un servicial criado y, en cambio, era un caballero el que ahora habia engarzado su mirada con la suya y lo estudiaba con un rictus de seriedad demasiado impostado bajo su sombrero. No albergo duda alguna: el origen de ese tipo era noble y lo dilucido por sus ropas, por la rigidez a la que sometia a su espalda, pero, sobre todo, por la manera en que desentonaba en aquel tugurio. Estaba fuera de su ambiente y era tan obvio que, si perdia cuidado, pronto tendria problemas. Mik se sento frente al desconocido con recelo, pero intrigado por saber que asuntos queria tratar con un don nadie como el. -- Dispensa si no me quito el sombrero -- dijo hombre, tocandose el ala --, pero tengo motivos para conservarlo sobre mi cabeza. Mik sonrio, divertido. Su dentadura blanca contrasto al instante con su piel morena. -- ?Y cuales son dichos motivos, senor? Si no le importa que le pregunte... -- Dos, principalmente -- contesto, muy sereno --. El primero, que deseo minimizar el riesgo de ser reconocido. El segundo, que no pretendo tener deferencia para con un hombre de tu calana. Sin ofender --. Anadio, muy serio. Mik rio. Echo la cabeza hacia atras y expulso con fuerza el aire por la nariz. Despues, robo un trago a la botella que reposaba sobre la mesa. El liquido caliente se deslizo por su garganta y le revolvio las tripas. -- Hace falta mucho mas que palabras para ofenderme, senor, asi que pierda cuidado. Yo si que me descubrire la cabeza -- anuncio, tras despojarse de su sombrero y dejarlo descansando sobre la rodilla izquierda --. Al fin y al cabo, estoy ante un respetable miembro de la ilustre ciudad de Nueva Trada. El caballero le dedico una sonrisa ladeada que no duro mucho. Paso por alto el tono condescendiente de Mik y fue directo al grano. -- Supongo que te estaras preguntando por que estoy aqui cuando podria haber enviado a un intermediario en mi lugar... Mik coloco el codo en el respaldo de la silla y apoyo la espalda en la sucia madera. Estudio a aquel tipo, intrigado. Tenia la piel muy blanca y su barba bien recortada enmarcaba una boca de labios finos y dentadura pobre. -- Entiendo que estara a punto de desvelarme la incognita. -- En efecto. Veras, la cuestion es que si puedo encargarme yo mismo de un asunto tan delicado como este que nos trae entre manos, no lo dejare en las de otros. Es el unico modo de asegurarme de que todo saldra como es debido. Mik se fijo en sus unas bien cortadas, en sus dedos largos y finos. Estaba claro que aquel tipo nunca se habia ganado el pan con el sudor de su frente. Su interlocutor y el no podian ser mas distintos en cualquier aspecto en que se compararan. Alzo el menton y lo miro a los ojos. -- Le escucho. Antes de hablar, el desconocido aparto la vista. No acostumbraba a tratar a hombres como Mik de igual a igual. Probablemente, era la primera vez en su vida que un negro lo miraba directamente a los ojos. Y no le gustaba, pero tendria que soportarlo. O mas bien acostumbrarse: cada vez eran mas los esclavos que compraban su libertad. Los tiempos estaban cambiando y no para bien. -- Quiero que te encargues de un pequeno asunto que deseo encomendarte. Y te advierto de que, si no cuento con tu discrecion absoluta, habra consecuencias. Mi posicion en esta ciudad es privilegiada. Soy amigo personal del gobernador y me ha puesto al tanto de tu peculiar... situacion. Mik torcio el gesto y chasqueo la lengua: si venia de parte de Joaquin Ventura, el mandamas de Nueva Trada, sabia que tipo de tarea se disponia a encomendarle el caballero: una sucia, en la que se mancharia las manos de mierda o de sangre. Probablemente de ambas. Se encogio de hombros, dispuesto a seguir con la conversacion como si trataran asuntos mas mundanos. -- Creo que ha quedado sobradamente demostrada mi capacidad para desempenar todo tipo de encargos con eficacia y sin levantar sospechas -- expuso Mik --. Mi reputacion me procede. -- !Desde luego, eso no lo pongo en duda! Estoy ante el mejor asesino de la ciudad -- dijo, bajando la voz --. Por no hablar de tu habilidad creando toda clase de pocimas y unguentos. !Tu eficacia es legendaria! -- rio sin ganas y se inclino ligeramente hacia el --. No estoy aqui para cuestionar tus sanguinarios metodos, Rogers, al contrario. Lo que deseo es que los utilices en mi beneficio, pero antes quiero acotar los terminos bajo los cuales cumpliras mis ordenes. Deberas seguirlas a rajatabla para no dejar margen de error. La improvisacion es enemiga del exito. El caballero sudaba copiosamente bajo sus delicados ropajes. Sendos cercos de sudor se expandian bajo las axilas oscureciendo la tela y una pelicula brillante perlaba su frente haciendola brillar. En cambio, Mik resistia con bastante entereza los envites del clima. Ventajas de provenir del continente africano. -- ?A quien desea que borre del mapa? -- pregunto Mik, repentinamente cansado de tanto rodeo --. ?A un rival en los negocios? ?A un viejo enemigo? ?Al amante de su esposa, tal vez? Rio su ocurrencia, pero el caballero lo escrutaba con aires de suficiencia y el gesto bien serio. No volvio a tocar la botella, aunque la miro de pronto como si necesitara desesperadamente un trago. -- En tu ultima suposicion no ibas muy desencaminado -- admitio, muy a su pesar --. En este caso, el amante soy yo. Quiero casarme en segundas nupcias, pero para ello, primero debo enviudar y por ende, mi esposa debe morir. Mik lo miro durante un buen rato con la boca cerrada a cal y canto. Se paso la mano por la mejilla y se rasco la cabeza, que lucia afeitada para evitar la molesta invasion de piojos y otros parasitos. -- Lo que me esta pidiendo es del todo imposible, senor -- le informo con solemnidad -- . No asesino a mujeres ni a ninos. Siento comunicarle que no soy su hombre. Busquese a otro. Se levanto con parsimonia y se coloco el sombrero en la cabeza. Murmuro una despedida. La voz del caballero lo detuvo cuando ya le daba la espalda. -- ?Un asesino con escrupulos? !No puedo creerlo! Mik no se giro. Efectivamente, aun no habia perdido toda la rectitud que quedaba en el, aquella que Samuel Rogers le inculco. Dio un paso mas en direccion a la salida, deseando que el aire torrido de la calle le golpeara en la cara para asi, al menos, sentir algo. -- !No puedes negarte, escoria! No estas en condiciones de rechazar mi peticion. Tienes contraida una deuda con esta ciudad y con nuestro gobernador. ?O acaso lo has olvidado? Mik se detuvo y cerro los ojos. Gruno. Solto un improperio en alguna lengua desconocida y se sento de nuevo a la mesa. Su humor se habia agriado y ni siquiera hizo el mero intento de disimularlo. -- ?Por que? -- No estas en disposicion de negociar, ni de hacer preguntas, Rogers. Mik se trago su orgullo acompanado por una buena dosis del vino barato que tenia frente a el. -- No me malinterprete, senor, se lo ruego. No es menester mio juzgarlo. Eso queda entre usted y Dios -- expuso con la solemnidad de un parroco encerrado en un confesionario --. Supongo que estara al corriente de que existen alternativas para hombres como usted. Seguro que halla un metodo efectivo para disfrutar de los placeres que su... amante pueda proporcionarle sin poner en riesgo la integridad de nadie. Muchos caballeros siguen este precepto y son plenamente felices. Incluso cuentan con la bendicion de su esposa. El tipo rio. Alzo la cabeza y le dedico una mirada furibunda por encima del ala de su sombrero. -- Es usted muy temerario, Rogers. De ser otras las circunstancias, no le quepa la menor duda: mandaria que lo azotaran hasta verlo desangrarse y nada me complaceria mas que esa vision. Sin embargo, no soy la clase de bestia inhumana que cree que soy. No pretendo deshacerme de mi esposa por capricho. Mi matrimonio fue una farsa desde el inicio. Nos unimos por interes mutuo de nuestras familias y nunca desarrollamos sentimientos de afecto el uno por el otro. Al contrario, detesto a esa vaca esteril que no ha sido capaz de cumplir con su unica obligacion: traer a mi heredero al mundo. Y, tras una decada, senor Rogers, comprendera que ya no albergo absolutamente ningun tipo de esperanza. Ese feliz acontecimiento no va a suceder: no me dara descendencia. Por ello, me veo en la obligacion de sustituir a mi amada esposa por otra mas... competente. Y mas joven. He ahi la razon de hallarme frente a usted. Por eso requiero de sus... servicios. Mik exhalo un suspiro y lo taladro con la mirada. -- ?Y no ha considerado el divorcio? El caballero enfurecio. Una sombra negra planeo sobre sus ojos. -- !No digas sandeces! -- Grito, provocando que un par de miradas se posara sobre ellos. Percatandose de ello, bajo la cabeza y la voz --. !Eso es pecado! !Una blasfemia propia de la gente barbara del norte! Y aunque fuese legal en Nueva Trada, sin mi, mi esposa no es nada. !No es nadie! Creeme, ella opinaria lo mismo: estara mejor bajo tierra que deshonrada y condenada al ostracismo de la alta sociedad. Mik entorno los ojos y puso las palmas de sus manos encima de la mesa. -- Lo lamento mucho senor, pero creo que su problema tiene mejores soluciones que esa... -- Si no eres tu, Rogers, !otro se encargara! --. Le interrumpio el tipo, perdiendo la poca paciencia que le quedaba --. Hare que te ejecuten en la horca. A ti y a los tuyos, a los que quedan. Solo tengo que mover un dedo y el peso de la justicia caera sobre tu tripulacion por entero. !Piensalo bien, necio! Dio un punetazo en la mesa que delato su nerviosismo. La botella vibro durante un efimero instante. Mik trago saliva y bajo la mirada. Reflexiono acerca de su situacion y de sus opciones. El caballero, por muy poco que mereciera tal apelativo, estaba en lo cierto: no tenia mas alternativa que aceptar. Cargaria en el foso de su conciencia con otra vida que iba a sesgar por encargo, por no hablar de todas las que arrebato en alta mar, con Samuel Rogers y despues, como capitan del Servus. Aquellos tiempos quedaban bien lejos. Otros mas oscuros eran los que le estaba tocando vivir. Mandaria al cielo otra alma para que la suya fuese directa al purgatorio. Y esta vez, se trataria de una mujer inocente cuyo unico pecado era no haber parido hijos. !No podria hacerlo! Se imagino a si mismo empunando su daga pero no hundiendola en la carne de aquella dama. Aunque no la mirara una sola vez a los ojos para leer en ellos como pedia misericordia, sabia que no seria capaz de infligirle dano alguno. Se conocia mejor que nadie. Era un hombre cauto, pese a la vida que llevaba. Pensaba detenidamente las consecuencias de sus actos. Nunca se precipitaba antes de actuar. Samuel le enseno a ser mas astuto, mas rapido, mas fuerte y mas valeroso que ningun otro. Solo asi habian sobrevivido ambos en aquel mundo gobernado por hombres blancos. Por eso, cuando una idea cruzo su mente, fue tal el cambio que acusaron sus facciones que el caballero se puso en alerta, mas no dijo nada. -- Esta bien, senor -- concedio Mik --. Lo hare. Digame como se llama su esposa, donde y cuando. El como, me lo reservo para mi. El caballero sonrio. Los ojos le brillaban. Una gota de sudor descendio por su sien hasta aterrizar sobre la mesa. Mik lo miro con desagrado. Quiza Dios o la naturaleza no deseaban que aquel sujeto se reprodujese. De inmediato compadecio a su esposa, a pesar de que no fuese buena idea empatizar con una futura victima. El desconocido ni siquiera se percato de las tribulaciones del antiguo pirata. Estaba demasiado ocupado celebrando su triunfo por anticipado. No veia el momento de regresar con su amante y yacer con ella en pecado por ultima vez. Pronto la convertiria en su esposa mientras fingia llorar a la anterior. Se inclino sobre la mesa y coloco la mano en torno a su boca: -- Escucha atento y no pierdas detalle -- repuso con voz grave --. Manana, emboscaras el carruaje en el que Elvira regresa a casa. Al anochecer. * Dona Elvira de Diego se enjuago el sudor de su frente con un suave panuelo de seda. Lo empapo tras restregarlo tambien por la cara y por el cuello hasta que la tela se torno translucida. Volvio a guardarselo en las profundidades de su generoso escote. Resoplo, maldiciendo para sus adentros el calor tan insoportable que hacia dentro del carruaje. No veia la hora de regresar a casa, asearse y meterse en la cama. Habia sido un dia agotador. La visita a su prima lejana, Angustias, no se desarrollo todo lo bien que esperaba. Angustias la recibio con animos destemplados pese a que fue ella quien insistio, misiva tras misiva, en que debian verse de inmediato. Ambas tenian la misma edad. Se habian criado juntas, casi como hermanas. Sin embargo, su relacion nunca fue buena. Llevaban cinco anos sin verse cuando a Angustias le entro apremio por citar a su prima en su lujosa mansion, ubicada a las afueras de Nueva Trada. En seguida Elvira comprendio que las prisas de Angustias obedecian a un unico proposito: el deseo de restregarle la felicidad que experimentaba por la cara. Contaba con un esposo carinoso y atento, cuatro hijos maravillosos que gozaban de buena salud, unas amistades solidas y unos excelentes contactos que la convertian en una de las damas mas populares de la ciudad. Por si esto fuera poco, acababa de adquirir una lujosa mansion equipada con los ultimos adelantos modernos de tres plantas y catorce habitaciones. Su afianzada posicion dentro de la alta sociedad nuevatradense era ya un hecho consolidado. Angustias recibio a Elvira en su salon de te. Proyectaba seguridad y confianza en si misma, nada que ver con esa chiquilla vacilante que diez anos atras era un alma en pena. Sus lamentos se debian a que ningun hombre la pretendia, ninguna propuesta de matrimonio llegaba. La envidia la corroia al ver como su prima Elvira se prometia con uno de los mejores partidos de la ciudad: Leopoldo de Diego. Habia llovido mucho desde entonces. Las tornas giraron tanto que se terminaron invirtiendo. La tirria de Angustias hacia su prima se habia transformado en una superficial lastima tenida de fingida compasion. Durante varias horas, frente a una taza de te que se habia quedado frio, Elvira tuvo que aguantar los comentarios hirientes y las sarcasticas burlas de su prima, que no paraba de jactarse de su larga racha de buena suerte. Era, precisamente, de lo que carecia Elvira en aquellos momentos, pero aguanto la tempestad con estoicismo y clase. Siempre con una sonrisa permanente en sus labios. Porque ante todo, si algo caracterizaba a dona Elvira de Diego era, precisamente, la clase que tenia. Y asi lo demostraba cada vez que tenia ocasion: llevaba el orgullo adherido a su persona como una suerte de segunda piel. Ni Angustias ni nadie la veria flaquear jamas, aunque Elvira sintiera que su vida se estaba desmoronando sin que pudiera hacer nada por evitarlo. El camino estaba plagado de baches. La senora De Diego se agarro con firmeza a su asiento y respiro agitadamente. Apoyo los pies con firmeza en el suelo para evitar caer hacia delante. El cochero restallo el latigo con el que azuzaba a los caballos. Debia darse prisa. Estaba a punto de anochecer y la oscuridad propiciaba que bandidos y pistoleros campasen a sus anchas por los desolados caminos, desamparados ante la ausencia de luz. Un repentino mareo invadio a Elvira. No solo lo causaba aquel maldito y accidentado viaje, sino el tercer trozo de pastel que habia engullido en casa de su prima Angustias. Demasiado dulce para pasar aquel amargo trago. No le habia caido bien en el estomago y ahora pagaba las consecuencias de su gula. Cerro los ojos y sintio la desagradable sensacion que acompana a una repentina arcada. Dio dos golpes secos en la pared del carruaje. El cochero no se detuvo. Lo intento otra vez, ya sin paciencia. Se hizo dano en los nudillos al aplicar en el proceso todas las fuerzas que le quedaban. Por fin, el vehiculo paro a un lado del camino. Elvira abrio la puerta y descendio apresurada. Su sudor era frio, lo percibio en cuanto se levanto una leve brisa. Con la mano izquierda se tapaba su boca. Con la derecha, se tocaba el vientre. Ese vientre que era yermo, esteril. Se acurruco tras un arbol, se agacho y vertio la merienda sobre unas hierbas procurando no hacer demasiado ruido mientras regurgitaba. Desde su posicion, el cochero seguro estaria escuchando los estertores que la garganta de Elvira emitia. Eran tan poco dignos de una distinguida dama que un repentino arranque de verguenza la invadio. Se le pusieron rojas las mejillas otorgando algo de color a su tez palida y empanada. Un pensamiento esperanzador broto de las profundidades de su mente. ?Y si estaba encinta? Desecho la idea de inmediato, torturandose por albergar ilusiones huecas. Era fisicamente imposible. Leopoldo llevaba sin yacer con ella meses. El fracaso de su matrimonio se comportaba como un viejo fantasma que de vez en cuando acudia a ella para atormentarla. Elvira se incorporo y, con el mismo panuelo que antes, limpio sus labios. Una solitaria lagrima salio despedida de uno de sus ojos azules. No se molesto en secarla. Achaco su presencia al hecho de que se encontraba mal del estomago, y no a la tristeza que se empenaba en invadirla. Apoyo su mano en el tronco del arbol que tenia al lado. Se sereno contemplando el horizonte anaranjado. Consiguio respirar con normalidad al fijar la vista en esos ultimos rayos de sol que se perdian lejanos, oblicuos, moribundos, a punto de ser tragados por la oscuridad. Sin previo aviso, un brazo le rodeo la cintura con fuerza. Una mano le tapo la boca. La punta de una daga rozo su yugular. Elvira se olvido de tomar aire. Estaba paralizada y no solo debido al miedo. Hacia mucho tiempo que no sentia el calor de otro cuerpo cera del suyo, el cuerpo de un hombre. Percibio un aroma varonil invadiendo sus fosas nasales que, en otras circunstancias, le hubiese suscitado cierto agrado. Sin embargo, en el contexto de un asalto esta informacion paso desapercibida y el terror se manifesto sin tapujos. Las rodillas le temblaron. La garganta se le cerro. Ni siquiera el grito que habia dejado a medias termino de salir. Aquel era su fin. El fin de Dona Elvira de Diego, ilustre senora de Nueva Trada. -- No se mueva o la matare -- susurro una voz ronca a su oido. El acento delataba que se trataba de un extranjero. Un proscrito, tal vez. Elvira descendio la mirada y, bajo la luz del crepusculo, estupefacta, descubrio que la mano que le tapaba la boca pertenecia a un hombre de piel oscura. Un mestizo, quiza algo peor. Se pregunto que querria aquel malnacido de ella. Dinero. Joyas. Un rescate. Deshonrarla, en el peor de los casos, mancillando su cuerpo sin remedio. Entonces su esposo la repudiaria para siempre y de manera definitiva. Aquel seria para Elvira un fin peor que la muerte. El corazon le latia tan rapido que creyo estar a punto de abandonar este mundo. Recupero su voz tan solo para emitir un leve quejido. Ni siquiera en esas circunstancias era capaz de imponerse, de luchar por su vida. Reprocho internamente su propia pasividad, su cobardia. Aquel fue el ultimo pensamiento racional que tuvo antes de desmayarse de puro espanto, de autentico pavor.

  • Un hombre distinto de Julie Kenner

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  • Proxima estacion, Atenas de Petros Markaris

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    En su serie de novelas policiacas, Petros Markaris envia siempre al comisario Kostas Jaritos a investigar por el laberinto de Atenas, al principio en su Mirafiori, luego en su Seat y ultimamente, debido a la crisis, en autobus. Ahora, el autor se lleva al lector consigo y lo acompana por la ciudad, siguiendo la
    linea mas antigua de metro de la capital griega. Es un viaje por todos los estratos sociales: desde la ciudad portuaria del Pireo hasta el centro, y de alli, a traves de los barrios mas pobres, a la noble Kifisia. Como en una maquina del tiempo, el pasajero viaja a la Antiguedad, a pleno siglo xix y al presente; y si
    quiere huir del ajetreo, encuentra, bajo la guia experta de Markaris, rincones escondidos donde el tiempo parece suspendido.

  • Por un beso de Danperjaz L. J

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    Para Miranda Foster el amor era algo asi como un boleto de loteria premiado, que solo muy pocos podian ganar. La vida la llevo a enamorarse del hombre que no debia, y Rogelio Sambrano, enamorado de su mejor amiga, era el hombre equivocado. No estaba dispuesta a perder la cabeza por un hombre, pero tambien sabia que Rogelio era su boleto de loteria y debia jugar hasta ganar. O irremediablemente perder en el intento.

  • Con C de Cretino de Liah S. Queipo

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    ?Quereis que os de un consejo? Id siempre con la verdad por delante; aunque duela, decidla. Yo siempre lo hago y, por ahora, me va bien. Normalmente no me creen, pero ese ya es su jodido problema. Las mujeres, y si, voy a generalizar, tan solo escuchan lo que quieren oir. Les dices que solo quieres un polvo y ellas, aceptan gustosas mientras que su pequena y retorcida mente imagina que no has querido decir eso realmente y que, en realidad, quieres casarte con ellas. No, queridas. Solo os quiero para un rato. ?Tan dificil os resulta aceptarlo? No te esfuerces, no intentes ser la mejor novia del mundo; solo me interesa pasar un buen rato. Uno en el que los dos gocemos y se acabo. Despues, dejaras de interesarme. No es por ti. No es que seas mala, ni fea, ni nada por el estilo; directamente, ya no tengo interes en repetir. Podemos disfrutar de dos polvos en una noche pero manana no esperes que te llame, porque no lo hare. Si quieres que duerma contigo en plan "cucharita", o esperas que te prepare el desayuno, lo llevas mal; mal no, fatal. Yo no duermo con nadie, es mas, me molesta hacerlo. No te voy a regalar bombones, ni pienso arrastrarme en busca de tu carino. Si me quieres, tomame, pero tengo fecha de caducidad, como todo lo bueno en esta vida. Si seguis mi consejo os ira bien. Quizas os insulten, tal vez os odien; pero sereis felices. El problema aparece cuando te mientes a ti mismo, cuando llega un punto en el que no sabes como ni por que, pero lo que empezo como un juego se convierte en una obsesion. Cuando tienes ganas de dormir con esa persona, cuando no te corresponde, cuando esta prohibida, para eso... Para eso no tengo putos consejos.

  • La familia Martin de David Foenkinos

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    Me costaba escribir; no avanzaba. Habia pasado anos imaginando muchas historias y nutriendome muy pocas veces de la realidad. Estaba entonces con una novela relacionada con los talleres de escritura. La trama transcurria durante un fin de semana dedicado a las palabras. Pero quien no tenia palabras era yo. No sentia interes alguno por mis personajes, me aburrian tanto que me daban mareos. Pense que cualquier relato real seria mas interesante. Cualquier existencia que no fuese ficticia. Cuando iba a firmar libros, muchos lectores acudian para decirme: <>. Seguro que era cierto. Podia bajar a la calle, parar a la primera persona que pasara, pedirle que me proporcionase algunos elementos biograficos y estaba casi seguro de que iba a motivarme mas que una nueva invencion. Asi fue como empezo todo. Me dije en serio: <>. 2 Debajo de mi casa hay una agencia de viajes; paso a diario delante de esa extrana oficina sumida en la penumbra. Una de las empleadas sale a menudo a fumar delante del local y se queda ahi quieta, mirando el movil. A veces me he preguntado en que estaria pensando; creo firmemente que los desconocidos tambien tienen una vida. Asi que sali de casa diciendome: <>. Pero la desconocida no estaba. Y yo habia estado a una voluta de humo de convertirme en su biografo. A pocos metros vi entonces a una senora mayor que cruzaba la calle tirando de un carrito morado. Me absorbio la mirada. Esa mujer no lo sabia, pero acababa de entrar en el territorio de la novela. Acababa de convertirse en el tema principal de mi nuevo libro (si aceptaba mi propuesta, claro). Yo podria haber esperado a que llegara la inspiracion u otra persona que me atrajera mas. Pero no, tenia que ser <>. No habia mas alternativa. Tenia la esperanza de que esa casualidad organizada me condujera a una historia emocionante o hacia uno de esos destinos que permiten comprender alguna de las apuestas esenciales de la vida. A decir verdad, lo esperaba todo de esa mujer. 3 Me acerque, disculpandome por molestarla. Me dirigi a ella con la cortesia melosa de los que quieren venderte algo. Aflojo el paso, sorprendida seguramente de que alguien se le acercase asi. Explique que vivia en el barrio y que era escritor. Cuando paras a alguien que va andando hay que ir al grano. Suele decirse que las personas de edad son desconfiadas, pero la mujer me dirigio en el acto una amplia sonrisa. Me senti lo bastante a gusto como para exponerle mis planes. --Pues vera: me gustaria escribir un libro sobre usted. --?Como dice? --Ya se que puede sonar un poco raro... Pero es como un reto que me he puesto a mi mismo. Vivo justo ahi --dije senalando mi edificio--. Le ahorro los detalles, pero se me ha ocurrido que me gustaria escribir sobre la primera persona con quien me cruzase. --No entiendo. --?Podriamos ir a tomarnos un cafe para que le explique la situacion? --?Ahora? --Si. --No puedo. Tengo que subir a casa a meter algunas cosas en el congelador. --Ah, si, claro, me hago cargo --conteste, preguntandome si ese primer contacto no estaba tomando un giro de lo mas patetico. Me habia animado mucho seguir mi impulso, pero resulta que ya habia llegado al extremo de escribir sobre la necesidad de no volver a congelar los productos descongelados. Pocos anos despues de haber recibido el premio Renaudot, notaba como me bajaba por la espalda el escalofrio del declive. Le propuse esperarla en el cafe que estaba al final de la calle, pero prefirio que la acompanase. Al pedirme que fuera con ella me estaba brindando, ya de entrada, su confianza. Yo en su lugar no habria permitido nunca que un escritor se me metiese en casa con tanta facilidad. Sobre todo un escritor carente de inspiracion. 4 Pocos minutos despues estaba sentado a solas en el salon de la senora, mientras ella trajinaba en la cocina. De forma totalmente inesperada, me embargo una intensa emocion. Mis dos abuelas llevaban muchos anos muertas y hacia mucho que no me encontraba asi metido en el decorado de la vejez. Habia tantas cosas en comun: el hule, el reloj ruidoso, los marcos dorados rodeando la cara de los nietos... Con el corazon oprimido, me acorde de cuando iba a visitarlas. No nos deciamos nada, pero me gustaban nuestras conversaciones. Mi protagonista volvio trayendo una bandeja con una taza y unas pastas. No se le ocurrio poner algo para ella. Para tranquilizarla, le conte mi trayectoria en pocas palabras, pero no parecia preocupada. La idea de que pudiera ser un hombre peligroso, un impostor o un manipulador no se le habia pasado por la cabeza. Mas adelante le pregunte a que se habia debido ese exceso de confianza. <>, me contesto, dejandome un tanto perplejo. A mi, la mayoria de los escritores me parecen libidinosos o depresivos. A veces, ambas cosas. Asi que, para esta mujer, tenia la cara adecuada para mi trabajo. Que ganas tenia de descubrir mi nuevo argumento de novela. ?Quien era? Lo primero era saber como se llamaba: --Tricot --me desvelo. --?Tricot, como de tricotar? --Si, eso es. --?Y el nombre? --Madeleine. Asi que me hallaba en presencia de Madeleine Tricot. Un nombre que me dejo dubitativo unos segundos. Nunca habria sido capaz de inventarlo. A veces me he pasado semanas buscando el nombre o el apellido de un personaje, completamente convencido de la influencia de la sonoridad en un destino. Era algo que me ayudaba incluso a entender algunos caracteres. Una Nathalie no podia portarse como una Sabine. Sopesaba los pros y los contras de cada denominacion. Y resulta que, sin tener que cavilar, tenia una Madeleine Tricot. Esa es la ventaja de la realidad: se ahorra tiempo. En cambio, hay un inconveniente de envergadura: la falta de alternativas. Habia escrito ya una novela sobre una abuela y la problematica de la vejez. ?Iba a tener que someterme otra vez a ese tema? La verdad era que no me entusiasmaba, pero tenia que aceptar todas las consecuencias del proyecto. ?Que interes tendria la cosa si empezaba a distorsionar la realidad? Tras pensarlo, se me ocurrio que no me habia encontrado con Madeleine por casualidad: los escritores tienen con su tema predilecto una relacion no muy distante de la cadena perpetua.[1] 5 Madeleine llevaba cuarenta y dos anos viviendo en el barrio. A lo mejor ya me habia cruzado con ella, aca o alla, pero su cara no me sonaba de nada. Dicho lo cual, yo todavia era relativamente nuevo por alli, pero me gustaba pasarme horas recorriendo las calles para pensar. Soy de esos para quienes escribir esta emparentado con una forma de anexionar un territorio. Madeleine debia de saberse la historia de muchos de los moradores del barrio. Debia de haber visto crecer ninos y morir vecinos, debia de saber detras de que comercio nuevo se ocultaba una libreria desaparecida. Seguramente pasarse la vida entera en el mismo perimetro conlleva cierto placer. Lo que yo veia como una carcel geografica era un mundo de referencias, de evidencias, de protecciones. Mi aficion inmoderada por la huida me impulsaba muchas veces a mudarme (tambien soy de esa clase de gente que nunca se quita el abrigo en el restaurante). A decir verdad, me gustaba alejarme del decorado de mis recuerdos, al contrario que Madeleine, que seguramente iba pisando a diario por las huellas de su pasado. Cuando pasaba delante de la escuela de sus hijas, quiza volvia a verlas corriendo hacia ella y echarse en sus brazos gritando: <>. Aunque aun no fueramos intimos, nuestra charla habia arrancado de forma muy fluida. Al cabo de unos minutos, a los dos se nos habia olvidado, me parece, el contexto de nuestro encuentro. Lo cual confirma algo evidente: a la gente le gusta hablar de si misma. Un ser humano es un condensado de autoficcion. Notaba que Madeleine estaba radiante al pensar que le interesaba a alguien. ?Por donde ibamos a empezar? Lo ultimo que queria yo era guiarla por la jerarquia de sus recuerdos. Acabo por preguntarme: --?Tengo que empezar por hablarle de mi infancia? --Bueno. Pero no es obligatorio. Podemos empezar por otras epocas de su vida. --?...? Parecio un poco perdida. Era preferible que la guiase por el laberinto del pasado. Pero, en el momento en que iba a empezar a entrevistarla, giro la cabeza hacia un marco pequenito. --Podriamos hablar de Rene, mi marido --dijo--. Hace mucho que murio... Asi que le gustara que hablemos primero de el. --Ah, de acuerdo --conteste, tomando nota de paso de que, ademas de a los lectores vivos, tambien iba a tener que contentar a los muertos. 6 Entonces Madeleine inspiro hondo, como si fuera a bucear a pulmon libre y los recuerdos, precisamente, estuviesen ocultos bajo el agua. Y el relato empezo. Habia conocido a Rene a finales de la decada de 1960, en el baile del 14 de julio en un cuartelillo de bomberos. A una amiga y a ella se les habia metido en la cabeza buscarse a un guaperas para bailar. Pero fue una silueta mas bien enclenque la que se le acerco. De entrada a Madeleine la conmovio ese hombre; se le notaba que no solia acercarse a hablar con desconocidas. Lo cual era cierto. Algo excepcional habria sentido, en el cuerpo o en el corazon, para tener la osadia de lanzarse asi. Rene le conto mas adelante las razones de su turbacion. Segun el, Madeleine era clavada a la actriz Michele Alfa. Igual que me ocurria a mi, Madeleine no la conocia. Hay que senalar que no hizo demasiadas peliculas despues de la guerra. Al descubrir su cara en una revista, la joven se quedo sorprendida: el parecido era remoto. En el mejor de los casos, podia decirse que se daban un aire. Pero, para Rene, Madeleine era casi la doble de esa actriz poco conocida. Esa emocion tenia origen en una dimension distinta. Aquello lo habia remitido a un episodio aterrador de su infancia, durante la guerra. Su madre pertenecia a una red de la Resistencia. Una vez que la perseguia la milicia, escondio al nino en un cine.[2] Muerto de miedo, Rene se aferro, por decirlo de alguna manera, a las caras de la pantalla. La de Michele Alfa se habia convertido en una inolvidable fuerza protectora y reconfortante. Y resulta que, algo mas de veinte anos despues, volvia a encontrar una de sus expresiones en la mirada de una mujer con la que se habia cruzado en el baile de los bomberos. Madeleine le pregunto el titulo de la pelicula. La aventura esta en la esquina, le contesto Rene. Disimule mi pasmo: era un curioso guino a mi proyecto. Madeleine tenia por entonces treinta y tres anos. Todas sus amigas estaban ya casadas y con hijos. Se planteaba si no le habria llegado el momento de <>. Aclaro que usaba esa palabra refiriendose al libro de Simone de Beauvoir Memorias de una joven formal, publicado unos anos antes. Aunque no pretendia faltarle al respeto a su marido, preferia decirme la verdad: por entonces habia hecho mas caso al cuchicheo de la razon que al de la pasion. Le gustaba mucho que la quisiera un hombre reconfortante y seguro de lo que sentia; tanto que hasta le resultaba posible olvidarse de lo que sentia de verdad. Con el tiempo, la delicadeza de Rene acabo triunfando. No quedaba ya la menor duda. Madeleine lo habia querido. Pero nunca habia notado por el los estragos de su primer amor. * Callo un instante, sin duda con reticencias ante la perspectiva de recordar esa historia que parecia dolorosa. <>, pense. Por supuesto, me intrigaba esa referencia a una pasion tragica, con toda verosimilitud. Para mi novela, me parecia una pista que habia que tomarse en serio. Las confidencias que ya me estaba haciendo Madeleine eran tan espontaneas que no queria forzarla pidiendole que desarrollase aquello que acababa de esbozar. Ya volveria a salir mas adelante. Y, aunque no puedo desvelar ahora mismo lo que iba a saber mas adelante, si que puedo anunciar que esa historia, por su naturaleza intensa, va a ocupar un lugar determinante en el relato. * Por ahora, sigamos con Rene. Despues de conocerse en el baile, se prometieron volver a verse muy pronto. A los pocos meses ya estaban casados y, a los pocos anos, eran padres. Stephanie nacio en 1974 y Valerie, en 1975. Por entonces era bastante inusual convertirse en madre casi a los cuarenta. Madeleine lo habia ido retrasando mas que nada por razones profesionales. Aunque habia disfrutado de la maternidad, le habian sentado muy mal las consecuencias que habia tenido para su carrera. Bajo su punto de vista, era una injusticia que les imponia a las mujeres una sociedad de hombres. <>, dijo entonces con lo que aun sonaba a amargura. Pero parecia bastante inutil echarselo en cara a un muerto. Seguramente, Rene no habia caido en la cuenta de lo frustrada que se sentia su mujer. Estaba orgulloso de su trayectoria en la RATP, el consorcio de transportes de Paris. De simple conductor de metro habia acabado en uno de los mayores puestos de responsabilidad del consorcio. Para el era una segunda familia, hasta tal punto que la jubilacion le cayo como una condena a muerte. Madeleine se encontro con un marido completamente desvalido. <>, repitio tres veces, cada vez mas bajo. Hacia ya veinte anos que se habia ido, pero nuestra conversacion otorgaba al pasado el brillo de una emocion muy reciente. Rene se levantaba por las mananas como un combatiente sin guerra. Su mujer lo animaba a volver a estudiar, a dedicarse a algun voluntariado, pero el rechazaba toda proposicion. A decir verdad, le habia herido profundamente la forma en que todos sus antiguos companeros se habian ido desentendiendo de el. Se dio cuenta de la absoluta vacuidad de las relaciones que habia trabado y, a partir de ahi, todo le parecio absurdo. Un cancer de colon acompano esa decadencia; una forma de poder ponerle nombre a un estado difuso. El dia del entierro, apenas un ano despues de la jubilacion, acudieron muchos directivos y empleados de la RATP. Madeleine los miro uno por uno sin decir nada. Algunos pronunciaron unas palabras durante la ceremonia, elogiaron a un hombre recto y cordial, pero el no estaba alli para oir esos tardios testimonios de una amistad indeleble. A su mujer le parecio un comportamiento francamente patetico, pero no dijo nada. Cedio mas bien al recuerdo de lo bonito que habia habido entre ellos, esa forma de apacible entendimiento. Habian llevado a cabo tantas cosas juntos, habian tenido alegrias y penas, y ahora todo se habia acabado. De que manera tan viva hablo Madeleine de Rene (casi se podia creer que iba a aparecer en el salon para unirse a nosotros). Desde mi punto de vista, era la posteridad mas hermosa; seguir existiendo en un corazon. Me pregunte como era posible sobrevivir al amor de una vida. Pasar cuarenta o cincuenta anos con una persona, tener a veces la sensacion de que es tu propio reflejo en el espejo, y luego un dia ya no queda nada. Al estirar la mano tocas el aire, notas movimientos raros en la cama o dices palabras que se convierten en conversaciones huerfanas. No vives solo, sino con una ausencia.

  • El barrio de la plata de Julia Guillamon

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    Un mundo posindustrial de fabricas abandonadas convertidas en talleres y agencias de transporte, un hotel familiar en un pueblo de montana en los anos sesenta, la emigracion masiva de valencianos a Barcelona a principios del siglo XX, la vida de las clases populares en el barrio de Gracia, el anarquismo y el pistolerismo. Un paisaje extraordinario para una historia arrebatadora. El barrio de la Plata es el microcosmos donde se desarrolla la tragedia de los padres y el drama de los hijos: la fascinacion de los contrarios, el choque entre diferentes maneras de entender la vida, la cultura como elemento fundamental en la construccion de la identidad contemporanea.

  • Tentacion y tempestad de Paola Rimieri

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    Valeria siente que la sucesion de dias de su vida es una voragine que esta a punto de aplastarla. Transcurren indefectiblemente una a otra, rutinas domesticas y laborales, maternidad y relacion de pareja. Como si fuera poco, por un capricho de su joven jefe, debera cambiar de area y trabajar con las redes sociales. En este mundo nuevo para ella, comenzara a seguir, casi como un juego, a un actor europeo que triunfa en Hollywood: Nickie Challenge. La belleza y los detalles de la vida del actor que comienza a conocer en Twitter, hacen que Valeria encuentre una distraccion en la red y una motivacion cotidiana. Valeria descubrira pronto que tiene un seguidor misterioso. ?Sera Nickie? Es lo que ella espera, pero… ?es posible? Asi, nuestra protagonista se vera cada vez mas atraida por el, que la enloquece y la arroja a un mar en medio de una tempestad, casi como una vision magica. El gran debate sera entre la culpa y el deber, entre la emocionante sensacion de estar viviendo un sueno y la realidad en la que es mama, profesional y esposa. Valeria actua casi sin pensar, pero sin dejar de preguntarse: ?Estoy dispuesta dejarlo todo por el?

  • Yo en Roma, tu en Nueva York de Christian Martins

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    Esta novela trata sobre el reencuentro, el amor, la vida, el destino y las ganas de continuar.
    Habla de Natalia, una chica normal que persigue sus suenos. Y de Vera, que aunque ni siquiera ella lo sabe, tambien esta persiguiendo sus suenos.
    Natalia tiene una vida por delante, quiere redescubrirse, encontrarse, continuar creciendo y hacer algo grande.
    Vera cree que su vida ya ha pasado y que lo unico que puede hacer es resignarse.
    Esta novela trata sobre aprender, tropezar, levantarse y equivocarse. Quizas no en ese orden, pero si sobre todo eso. Y mucho mas.
    ?Te apetece viajar a Roma o a Nueva York?

  • He sonado contigo de Olga Salar

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    ?Podrias amar a alguien sin conocerlo?
    O para ser mas exactos, ?podrias amar a alguien a quien conoces, pero sin embargo, nunca has visto?

  • Atame y no me sueltes de Laura Palma Avila

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    Segunda parte de Atame Comandante.

  • Pifias matematicas de Matt Parker

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    ?Que hace que un puente se tambalee cuando no estaba previsto que fuera asi? ?Como es posible que miles de millones de euros se esfumen en un instante? ?O que un edificio tiemble cuando una clase de gimnasia que salta al ritmo de una determinada cancion iguala su frecuencia de resonancia? La respuesta a todas estas preguntas son las matematicas. O, para ser mas exactos, lo que sucede cuando las matematicas fallan en el mundo real.

  • Materia oscura de Blake Crouch

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    CUALQUIER DECISION SE RAMIFICA EN UN NUEVO MUNDO. Jason Dessen vive en Chicago, donde ha renunciado a sus grandes aspiraciones cientificas para dar clases y centrarse en su familia. Una noche, tras asistir a la celebracion en honor de un antiguo companero galardonado con un importante premio de astrofisica, Jason se dirige a casa y nunca llega. Un hombre oculto tras una mascara de geisha lo conduce a punta de pistola a una central electrica abandonada, donde le inyecta algo. Cuando recobra la conciencia, unos desconocidos con trajes especiales lo reciben con las palabras <>. Pero esta realidad no es la que conoce: su mujer no es la misma, su hijo no ha nacido y el ni siquiera es profesor. ?Es este mundo un sueno? ?O acaso lo era su vida anterior?

  • La intermitencia de Andrea Camilleri

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    La empresa Manuelli constituye un potente conglomerado que sostiene la economia de Italia y da trabajo a miles de personas. Y su director general, Mauro de Blasi, un ejecutivo que hace gala de toda la firmeza, la elegancia diplomatica y la ferocidad que exige el cargo. Sin embargo, Mauro tiene un problema: ultimamente padece una especie de <> en los que, durante unos segundos, no oye, se le nubla la vista y se queda paralizado, como si no estuviera presente.

  • El enigma del domador de pulgas de Antonio Envid Minana

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    Antonio Envid (“El tenue aroma de la acacia”, 2013; “La invencion de la taberna”, 2014, y “A beneficio de inventario”, 2015) nos sorprende con esta nueva y excitante novela negra con la que, con su siempre sabia pluma, consigue sumergir al lector en una apasionante trama policiaca, a menudo impregnada de su caracteristico y sutil humor, en el interesante contexto de la Espana del final del franquismo, con un inspector y un comisario que tratan de esclarecer el enigma de un personaje de oscuro pasado: un domador de pulgas. La investigacion nos trasladara hasta la Guerra Civil y al cruel destino de aquellos espanoles que acabaron en el amargo exilio de la Europa de la Segunda Guerra Mundial.

  • Mira dentro de Maria De Castro

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    Rico, alto, moreno y guapo, Marcos Benedetti, marques de Monteferro, solo echa algo en falta: la vista. A los veinte anos, su padre moribundo le habia obligado a prometer que viajaria a Oriente, donde habia oido de la existencia de una cura para su ceguera. Obligado por la palabra dada, Marcos viaja en una busqueda infructuosa de la que regresa tan ciego como se marcho, pero mucho mas maduro y cargado con un pecado, una promesa y una deuda de honor. Diez anos despues de ese viaje, se vera obligado a elegir entre mantener la promesa realizada o conservar a la mujer que ama.

  • Londres, Berlin, Washington (Todo es posible 3) de Audrey Carlan

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    <> Parker Ellis es el CEO de International Guy Inc. y su trabajo consiste en asesorar a la gente mas rica del mundo sobre la vida y sobre el amor, aunque a veces no pueda evitar que salte la chispa entre el y sus clientas. Sabe que hay todo un mundo alli fuera esperandole, pero lo que no sabe es que quiza tambien se
    cruce con alguien que le acabe robando el corazon.

  • La cancion de la llanura de Kent Haruf

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    La novela mas celebre del autor de Nosotros en la noche.

  • Gente asi 1 de Vicente Lenero

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    Este libro reune diecisiete historias de Vicente Lenero, una de las plumas mas representativas de Mexico.

  • Un Ambiente Extrano de Patricia Cornwell

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    Kay Scarpetta viaja a Dublin para ofrecer unas conferencias en la Facultad de Medicina del Trinity College, pero el proposito real de la forense es investigar una serie de homicidios ocurridos en Irlanda diez anos atras. Estos presentan algunas similitudes con el caso del Carnicero, que ha infundido el panico en los habitantes de Virginia, y Scarpetta intenta establecer hasta que punto los asesinatos cometidos a ambos lados del Atlantico presentan caracteristicas comunes. A su vuelta a Estados Unidos todo se precipita: el torso de una mujer aparece en un vertedero de basura con los miembros amputados. El arma ha sido una sierra de carnicero, como en los casos irlandeses, pero la forma de amputar los miembros no responde al mismo patron...

  • Extrana gracia de Tessa Gratton

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    Una vez una bruja y un demonio hicieron un pacto. La leyenda dice que se amaban con locura. Pero ?se puede confiar en las historias? Este ano, la Luna del Sacrificio se ha alzado antes de lo planeado sobre Las Tres Gracias, el Bosque del Demonio reclama un nuevo martir a cambio de paz y proteccion. Mairwen, la bruja; Rhun, el santo y Arthur, el rechazado son los candidatos mas probables, por el deber a su pueblo, por los secretos y por el amor que los une. Sin embargo, el demonio que deberan enfrentar no es como dictan las leyendas... En el camino, desenterraran tales verdades que daran vuelta su mundo. Y destruiran sus corazones.

  • Una boda por contrato de Anne Aband

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    Andy, un atleta australiano, esta desesperado por participar en las olimpiadas. Jordi, entrenador de la seleccion espanola de atletismo, ha mostrado interes en su ficha. Andy haria cualquier cosa por formar parte del equipo. incluyendo pagar a una desconocida, casarse con ella y obtener asi la nacionalidad.

  • Alados. Renacer oscuro de Alissa Bronte

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  • La Sonrisa Eterna (La Primera Meiga 2) de Juan J. Prieto

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    13 de marzo de 2013
    En Roma Habemus Papam. Al mismo tiempo, miles de fieles llegan a un pueblo portugues llamado Nazare. Siniestros Monjes Negros les rodean. Acaba de nacer Jesus, aquel que traera al mundo la sonrisa eterna.
    Y a la misma hora, repartidos por el mundo, doce apostoles reciben la llamada de Lilium, la constelacion perdida de los dioses. Belshazzar, un mago arabe, acude al alumbramiento, guiado por su estrella, para ser el mentor de Jesus.
    Hordos, el oscuro prelado, no cedera en su deseo de arrancar la vida al recien nacido. Reclamara el trono de Dios que considera legitimo e incluso pactara con sus enemigos, los Hijos del Profeta. Pero Jesus ha venido al mundo para darle su sonrisa.
    Una historia epica sobre los dificiles equilibrios entre el bien y el mal. Un canto a la tolerancia entre todas las civilizaciones y sus religiones. Un viaje fantastico por el interior de la autentica esencia humana. Y un canto al milagro de la verdadera inclusion.

  • La Tierra errante de Cixin Liu

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    Primera antologia de relatos del autor chino que ha deslumbrado a cinco millones de lectores con El problema de los tres cuerpos.

  • La noche que no paro de llover de Laura Castanon

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    Valeria Santaclara necesita reunir la fuerza necesaria para abrir un sobre cerrado que esta en su poder desde hace anos y en cuyo exterior alguien ha escrito <>. Para ello, y no por casualidad, acude a la consulta de la psicologa Laia Vallverdu, quien a traves de las sesiones de terapia la ayudara a recomponer el puzle de su existencia desde la infancia acomodada en el Gijon burgues de finales de los anos 20, la relacion conflictiva con su hermana, las circunstancias historicas de un tiempo convulso, y la culpa que vive en el fondo de su ser y cuya naturaleza ultima no es capaz de confesarse.

  • Lo que haria por ti de Luz A. Pinzon

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    Esther Rosas es una mujer que ha tenido exito en todo lo que emprende en su vida. Desde el ambito profesional hasta el amoroso; sin embargo, hay un solo aspecto que le produce anoranza: Tener un hijo.
    Lleva casada siete anos con su esposo Ricardo, quien por mucho tiempo ha insistido que los hijos pueden esperar y que ellos aun tienen mucho que hacer, emprender y viajar, mientras intentan mantener a flote su empresa Rosas doradas corp. Lo cual es importante para Esther, pero al mismo tiempo, ella empieza a considerar que sus deseos son menospreciados y puestos a un lado.
    Por consejo de su mejor amiga, Esther emprende una cruzada para convencer a su esposo de tener un bebe; empieza con pequenos detalles, gestos seductores y disposicion completa a el. Sus metodos para endulzar parece que funcionan por un tiempo, llevandola a que se llene de esperanza y anhelos. Por desgracia, dura poco. Esther se entera de los enganos en los que ha estado inmersa y se propone a hacer grandes cambios para conseguir lo que quiere; se deshace de lo que le hace dano y encuentra a alguien que esta dispuesto a recordarle que los deseos son poderosos si se trabajan por ellos con pasion.
    Mucha pasion.

  • Loki de Mike Vasich

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    Dios de la Maldad, Padre de la Mentira, Heraldo de la Destruccion. Exiliado y torturado por los dioses, Loki jura venganza. Invocara al mitico lobo Fenrir y a la legendaria serpiente de Midgard, y junto a ellos dirigira un ejercito de gigantes y muertos de Niflheim contra Thor, Odin y el resto de los Aesir. Con el poder del ser mas destructivo de los Nueve Mundos bajo su mando, Loki no descansara hasta que Asgard caiga y los dioses mueran a sus pies.

  • Hija de revolucionarios de Laurence Debray

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    Laurence Debray es hija del filosofo Regis Debray y la historiadora Elizabeth Burgos. Sus padres provenian de familias acomodadas y tradicionales -la de el parisina, la de ella venezolana-, y ambos abrazaron la causa revolucionaria de Fidel Castro y el Che. En 1967 Regis Debray se unio a la guerrilla del Che en Bolivia como agente de enlace, fue detenido y poco despues cayo el lider.

  • Amando a un duque de Claire Phillips

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    Maximiliam regresaba al hogar tras muchos anos al servicio de la Marina Real de su Majestad. Regresaba a casa para hacerse cargo de sus responsabilidades como heredero del ducado de Frenton y sabia que entre ellas se hallaba el encontrar la esposa adecuada y aportar nuevos herederos al titulo. Nunca penso que sus planes originales sufrieran un reves al reencontrarse con una Amelia convertida en una mujer hermosa, sensual y arrolladoramente atractiva que despertaba en el deseos muy alejados de los que deberia sentir quien siempre la habia considerado una hermanita pequena a la que proteger y cuidar.

  • La fiesta prohibida de Charlotte Byrd

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    Yo no pertenezco aqui
    Camino contra mi voluntad. Pero tengo deudas que pagar.
    Llaman mi nombre. El foco esta encendido. Comienza la subasta.
    El Senor Black es el mejor postor.
    Es oscuro, rico y poderoso. Le gusta jugar juegos.
    La unica regla es que no hay reglas.
    Pero es solo una noche.
    ?Que es lo peor que puede pasar?

  • Reconstruyendo a Amelia de Kimberly Mccreight

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    Cuando a Kate Baron la llaman del prestigioso colegio privado al que asiste su hija porque la van a expulsar durante unos dias, ella se queda atonita. ?Que motivo pueden tener para castigar a Amelia, que siempre ha sido una alumna aplicada?

  • Los Piratas de los Asteroides de Isaac Asimov

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    El sistema solar ha sido colonizado por la Tierra, unificada bajo el gobierno del Consejo de Ciencias. En el enjambre de asteroides que orbitan entre Marte y Jupiter,

  • El dia mas blanco de Raul Zurita

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    Relato autobiografico del gran poeta Raul Zurita.

  • Amor en el desierto de Maribel Roa

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    Samira Leibe es una mujer como la mayoria de las mujeres de la faz de la tierra, luchadora, segura y enamorada. Sin embargo, un dia todo salta por los aires. Un matrimonio que se esfuma, una inseguridad que se apodera de ella y una batalla de sentimientos que la deja devastada.
    Un dia, su confidente y mi mejor amiga, Cayetana, le propone embarcarse en una aventura, ir a visitar el pais vecino de vacaciones y hacer una ruta por las kasbahs. Sin saber muy bien por que, acepta.

  • Inri de Fernando Carrasco

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    En la arida colina del Monte Calvario, al pie de la cruz donde habia expirado Jesus en medio de un gran estruendo en el primer Viernes Santo de la historia, Jose de Arimatea, miembro del sanedrin, dirige las operaciones del descendimiento del cuerpo del Nazareno para su enterramiento, momento en que se lleva consigo un secreto del divino madero, que casi tres siglos despues, sera descubierto en Jerusalen por la emperatriz Flavia Iulia Helena, madre de Constantino I el Grande y luego canonizada como Santa Elena. Tras el hallazgo, la Emperatriz ordena llevar a cabo una mision de busqueda por todo el Imperio: ha de encontrar a los descendientes de Jose de Arimatea. Antonino Quintus, joven legionario, es uno de los encargados de llevarla a cabo. Livia, la fiel sirviente de la emperatriz, enamorada de Antonino huye de Jerusalen en busca de venganza, siguiendo los pasos de su amado. Jerusalen, Roma, Ostia Antica, Massilia, Hispalis e Italica son los escenarios donde se desarrolla esta aventura con tintes epicos, que situa al lector desde la primera pagina en un tiempo en el que el Cristianismo se consolidaba en un Imperio Romano en declive. INRI es una trepidante historia de amor pero sobre todo de fe, la que llevo a quien luego fue canonizada como Santa Elena a instaurar en el Imperio Romano de Oriente y Occidente el Cristianismo como unica religion.

  • La habitacion en llamas, Michael Connelly de Michael Connelly

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    No hay muchas victimas que mueran una decada despues de que se cometa el crimen. Asi pues, cuando un hombre fallece por las complicaciones derivadas de un balazo recibido diez anos antes, a Harry Bosch le corresponde un caso en el que el cuerpo todavia esta fresco pero apenas hay ninguna otra pista. Incluso para un policia veterano seria un caso complicado. Y la nueva companera de Bosch en el Departamento de Policia de Los Angeles, la detective Lucia Soto, no tiene ninguna experiencia en homicidios. A Bosch y a Soto se les encarga resolver un caso que resulta tener alta tension e implicaciones politicas. Empezando por la bala que ha permanecido alojada durante anos en la columna vertebral de la victima, los detectives deben conseguir nuevas pistas a partir de pruebas reunidas anos atras, y estas pronto revelan que el disparo no tuvo nada de aleatorio. Cuando la investigacion gana velocidad, conduce a otro caso sin resolver en el que todavia hay mas en juego: las muertes de varios ninos en un incendio ocurrido veinte anos atras. Pero cuando su trabajo empieza a amenazar carreras y vidas, Bosch y Soto deben decidir si vale la pena arriesgarlo todo para encontrar la verdad o si es mas seguro dejar que algunos secretos permanezcan enterrados.

  • Natalia sobre ruedas de Elsa Tablac

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    Un "zangano con monopatin". Esa es la impresion que Natalia se lleva de Alvaro una manana que chocan en plena calle, mientras el da un salto con su tabla de skateboard.

  • Te encontre entre corazones de Moruena Estringana

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    A Nia no le gustan ahora mismo todas las fruslerias romanticas, y no hablemos de los cientos de corazones que hay por todos lados anunciando el dia de San Valentin.
    Todo le irrita excesivamente, pues acaba de romper con su novio con el que llevaba desde la adolescencia y ella era todo corazones y cucadas con el.
    De camino a Paris, la ciudad del amor, que ha inspirado cientos de canciones y enamorado corazones, no esperaba que pararse un instante a tomarse un cafe cambiara su vida para siempre.
    Y es que entre corazones encontro a un hombre que iba a poner su vida patas arriba, Kenneth.

  • Un ruso blanco en la Division Azul de Xose Manoel Nunez Seixas

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    Este libro recoge las memorias ineditas -con edicion, estudio introductorio y notas de los historiadores Xose M. Nunez Seixas y Oleg Beyda- del exiliado ruso blanco Vladimir Ivanovich Kovalevski (1892-?), quien tras servir en la Legion Extranjera francesa recalo en Espana en 1938 como voluntario en las filas franquistas. Tras establecerse en San Sebastian, en junio de 1941 se alisto como voluntario e interprete en la Division Azul. Desde su perspectiva de veterano anticomunista y patriota ruso, Kovalevski muestra en sus memorias su pronta decepcion con el proceder de la Wehrmacht en Rusia como ejercito ocupante, y adopta una postura critica hacia el comportamiento de los soldados de la Division Azul y sus mandos -desde el general Munoz Grandes hasta Fernando Castiella, posterior ministro de Asuntos Exteriores franquista.

  • Confina-Dos de Anna Garcia

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    "Estiramos... Mantenemos durante diez segundos... No os olvideis de la respiracion... Utkatasana..." --?Que haces? --Yoga. --?Eso es yoga? Parece que le estes gritando a la vecina mientras tienes retortijones. --Shhhh. Por favor. Que me desconcentras. --?Desde cuando practicas yoga? --Desde hoy mismo, y pienso hacerlo todos los dias. --Ya. Claro. --Vete. No me hagas hablar, que me tengo que concentrar en respirar. --?Desde cuando te tienes que concentrar en...? --Alex, ya. ?No tienes nada que hacer en vez de molestarme? --Uy, si. Un monton --contesta con sarcasmo--. Quedaria con mis amigas, pero resulta que me obligas a quedarme en casa... --Claro. Porque el virus este lo he creado yo en la Thermomix, !no te fastidia! Que no lo digo yo, Alex, que lo dice el gobierno. Que no podemos salir. Ni tu, ni yo, ni nadie. --La vecina de enfrente sale. --Muy seria, dejo de mirar la pantalla de mi Tablet para centrarme en mi hija--. La vi anoche. --Estaria sacando la basura... Alex me mira enarcando una ceja mientras niega con la cabeza. --Y no tiene perro --insiste--. Y no eran horas para ir a la farmacia o al medico. No me extranaria que esa loca estuviera pasandose por el arco del triunfo la prohibicion de salir. Es la misma que pone la musica de Raphael y el Puma a todo trapo todos los domingos por la manana. La misma que vive asomada a la mirilla y no duda en abrir la puerta en cuanto ve algo que no le agrada. La misma que se queja constantemente de que sus vecinas de arriba, un grupo de estudiantes, pisan muy fuerte en el suelo y hacen un ruido infernal. La que tiene frita a la cartera, que en breve se negara a repartirnos mas cartas. E incluso tengo grandes sospechas de que es ella la que roba ropa de los tendederos del terrado. --El friky ese ha cambiado de postura hace rato... --dice Alex, senalando la pantalla de mi Tablet con un dedo y devolviendome al presente de golpe. Chasco la lengua y me doy por vencida. --?Y deberes? ?No tienes? --Ya los he hecho todos. --Ni de cona. --?Por que nunca me crees? --Porque tu fama te precede. --Te lo juro, mama. --De acuerdo. Te creo. Sigueme. Por el rabillo del ojo la veo caminar detras de mi con expresion satisfecha por haberse salido con la suya. O eso le hago creer el tiempo que tardo en ponerle en la mano un trapo y un bote de limpia muebles. --?Que es esto? --Esto es un trapo y esto... --Giro el envase para que pueda leer la etiqueta, pero ella me corta antes. --!Ya se lo que es! !Me referia a por que tengo que hacerlo yo! --Porque yo tengo que bajar a comprar y asi te mantienes ocupada. --Prefiero bajar yo a comprar. --No puedes. --!?Por que?! --Porque los ninos sois los que mas lo... --Mama, no soy una nina --me corta--. Tengo catorce anos. --Lo que tu digas. Mi respuesta sigue siendo no. --!Esto es muy injusto! !Me haces parecer una apestada! !Encerrada en esta mierda de piso! !A ver si viene ya papa a buscarme! --Pues siento comunicarte que han recomendado que los hijos de padres separados pasen el confinamiento con el progenitor con el que lo hayan empezado. --!?Que?! --Yo tampoco estoy entusiasmada con la idea, asi que menos dramas. --Fantastico... --resopla, dandome la espalda con el telefono ya en la mano--. Esto no se va a quedar asi. Voy a hablar con papa y seguro que vendra a por mi, aunque tenga que infringir la ley. --Si, seguro que si. Dejara a su amiguita en casa y vendra corriendo a buscarte --susurro, justo antes de salir de casa. Apoyo la espalda en la puerta, cierro los ojos y respiro profundamente. Esta manana ha salido un psicologo en la television explicando los posibles efectos negativos que esta situacion podria provocar. Decia que el confinamiento podria llevar al enfado, a la frustracion, al miedo o a la locura, y que todo eso podria ir a mas con el paso de los dias. Yo llevo solo tres dias confinada en casa con mi hija y puedo asegurar que he pasado ya por todos los estadios. El psicologo daba algunos consejos para poder sobrellevarlo mas o menos bien, tales como marcarse una rutina, hacer algo de deporte y hablar con amigos y familiares, ya sea en persona o por telefono. Nosotras, hablar, hablamos. Y nos gritamos tambien. A veces incluso nos insultamos un poco. Tambien hablo por telefono con mi familia, aunque a mi padre aun le cueste un poco hacerse con las nuevas tecnologias, con amigos e incluso realizo videoconferencias con mis alumnos del instituto. Asi que esa parte la cumplo. ?Deporte? Si soy sincera, nunca he sido amante del deporte. Tampoco es que mi horario en el instituto y la preparacion en casa de las clases me dejaran mucho tiempo para practicarlo, pero me he propuesto que el confinamiento no me lleve al sobrepeso, asi que pongo todo de mi parte para lograrlo. Si no me interrumpen como hoy, claro esta. Ya se que mi estilo no es el mas depurado, y quiza mis mallas tienen mas anos que Alex, pero el merito esta en intentarlo, ?no? --!?Que estas haciendo tanto rato en el rellano?! La voz de la vieja loca me sobresalta, y clavo la mirada en la puerta de delante. --Senora, metase en sus asuntos. --!Voy a llamar a la policia! --?Y por que motivo, si se puede saber? --!Porque solo se puede salir de casa para comprar bienes de primera necesidad e ir al medico! --!Y a eso voy, senora! --!Sin entretenerse por el camino! Resoplando y fulminando su puerta con la mirada, empiezo a alejarme hacia las escaleras. Al llegar a la calle, aun maldiciendo a la vieja, me tapo la boca y la nariz con el panuelo que llevo anudado al cuello y me dirijo al supermercado situado al final de la calle. Con el paso acelerado y la cabeza agachada, miro por el rabillo del ojo a un lado y a otro. Me siento como si estuviera haciendo algo ilegal, como si me estuviera escondiendo. Me consuela que el comportamiento de la poca gente con la que me cruzo sea igual que el mio. Un senor mayor incluso ha cruzado de acera para no tener que pasar cerca de mi. Lo entiendo, aunque no puedo evitar sentirme algo mal por ello. Una vez dentro del supermercado, me sorprende ver que reina el caos absoluto. Hay pasillos enteros con estanterias totalmente vacias. Algunos clientes corren empujando un carrito, mirando a un lado y a otro, sucumbiendo al panico por no encontrar lo que buscan. Un par de agentes de seguridad intentan que mantengan la calma, sin exito alguno. --La gente esta fatal... --susurro mientras camino hasta el pasillo de los lacteos. Cuando llego, me quedo totalmente en shock--. ?Donde...? Giro sobre mi misma, algo desubicada. Un carrito me golpea por la espalda. Dolorida, me doy la vuelta en busca de una explicacion o disculpa, pero a la senora parece importarle bien poco mi estado, y enseguida se pierde por otro pasillo. --Perdone... ?donde esta la leche? --le pregunto a una empleada del super, que me mira con expresion de agobio antes de contestar. --Estaba ahi. --?Estaba? Vuelvo a mirar hacia las estanterias vacias, atando cabos, de repente consciente de que las imagenes de supermercados desabastecidos, con interminables colas de clientes, son la cruda realidad. Empiezo a sentir agobio al imaginarme abriendo la nevera y encontrandola vacia, teniendome que conformar con una rama de apio mojada en hummus. Presa del panico, acelero el paso y recorro los pasillos a la carrera, llenando el cesto sin ningun criterio especifico. --Mantengan la distancia --me pide la cajera una vez me pongo en la cola y yo la miro recelosa, agarrando mi cesta de la compra como si temiera que alguien me la fuera a robar. En el fondo, no respiro tranquila hasta que salgo de nuevo a la calle, con una extrana sensacion de victoria, como si hubiera conseguido pasar una prueba. Con mi bolsa colgada al hombro, de nuevo con la boca y la nariz tapadas, corro hacia casa. Una vez en el ascensor, resoplo agotada y miro mi reflejo en el espejo. Empiezo a tener un color cetrino nada favorecedor. Quiza podria subir al terrado la hamaca de playa y aprovechar para tomar el sol. Asi tambien podria vigilar que nadie hurte ropa ajena. Con esa idea aun en la cabeza, meto la mano dentro de la bolsa. Saco una botella de horchata y la miro detenidamente. No es que me guste especialmente y creo que es la primera vez que la compro. En realidad, empiezo a preguntarme por que lo he hecho. Y sigo con la misma sensacion cuando echo un vistazo dentro de la bolsa y veo la coliflor, la lata de melocoton en almibar, la caja de conos de fresa y las toallitas de bebe. --Ni siquiera me gusta demasiado la fresa --susurro con la caja en la mano mientras se abre la puerta del ascensor y salgo al rellano. --!?Eso es un bien de primera necesidad?! --Escucho a la vieja gritar, consiguiendo asustarme de nuevo. No me lo puedo creer... --!Senora, por favor! !Haganos un favor a todos y centrese en Que bello es vivir! --!Voy a llamar a la policia! --!Y yo al asilo! !A ver si le hacen un hueco! En cuanto cierro la puerta de casa a mi espalda, descubro a Alex al final del pasillo, de brazos cruzados y con gesto de reproche. --?Haciendo amigas? --me pregunta. --Esa mujer es insufrible --digo, camino a la cocina. --!Hostias, helado! !Genial! --grita ella al ver la caja en mi mano, siguiendome con la clara intencion de abrirla y llevarse uno. --Ni hablar. Hay que racionar la comida, que no puedo estar saliendo cada dia a comprar. --?Coliflor? !Joder, que asco! ?Esto que es? ?Alcachofas en vinagre? Mama, ?que mierda has comprado? --Pues... --Rapido, que no te vea dudar. Con conviccion. No puede saber que entraste en panico y compraste lo primero que viste en las estanterias del supermercado--. Tienes que comer mas verdura, Alex. ?Has limpiado? Intento mantenerme firme y aguanto su mirada de brazos cruzados, imperterrita. Ella me mira durante unos segundos mas con una mueca extrana dibujada en la boca, hasta que se da por vencida. --Si. --?Seguro? --Enarca una ceja dandome a entender que no piensa contestarme--. ?Y has hablado con tu padre? Se la respuesta nada mas verle la cara, y tambien puedo adivinar como ha ido la conversacion a tenor de su comportamiento esquivo. --Si... --?Y va a venir a rescatarte? --insisto, cada vez mas convencida de la respuesta de su padre, mascando esta pequena victoria con deleite. --No. Me ha dicho que tengo que quedarme aqui por mi bien --contesta de forma esquiva, sin mirarme a los ojos--. Y ademas tiene mucho trabajo... --Ya. Bueno. Lo siento por ti, entonces --digo mientras me doy la vuelta para intentar que no vea la sonrisa de satisfaccion que se ha dibujado en mi cara. Cuando acabo de guardar todos los deliciosos manjares que he comprado, abro la caja de los helados y le tiendo uno a Alex. Ella lo coge y me sonrie de medio lado. Al ir a guardar el resto en el congelador, veo una luz de esperanza en el horizonte materializada en una pizza sabor barbacoa. La saco con orgullo, consciente de que sera el golpe definitivo para meterme a mi hija en el bolsillo. Parte 2: Hector. 4o 1o Me quito el casco de la moto y me peino el pelo con los dedos de la mano, de forma perezosa. Luego me froto la cara y bostezo de forma prolongada. Al principio fui reacio a marcharme el hospital, desoyendo a todos los companeros que insistian para convencerme. Me negaba a irme porque sentia como si, al hacerlo, les estuviera abandonando en la estacada. --Hector, por favor... Vete a casa a descansar. ?Cuantas horas llevas currando? --Estoy bien. --Imposible. Llevas mas de cuarenta y ocho horas sin parar. Vete a casa. --Desoyendo sus palabras, cojo el historial de otro de los pacientes postrados en una camilla en mitad del pasillo del hospital. Las Urgencias estan tan colapsadas que colocamos a los pacientes donde podemos, a la espera de ser atendidos. Dani pone una mano encima del historial para impedirme leerlo y me lo quita al rato--. Vete. A. Casa. Ahora. Es cierto que te necesitamos, pero descansado y en plenitud de facultades. Ahora mismo, eres mas peligroso que util. Asi que, despues de hacerme de rogar, le hice caso y aqui estoy, sentado sobre mi moto, con los brazos apoyados en el casco, intentando poner en orden mis pensamientos. Aun me cuesta creer que todo esto este pasando en realidad. Las calles desiertas, los hospitales colapsados y los supermercados vacios son mas propios de una pelicula apocaliptica. Antes de subir a casa, entro en el colmado de Hamza para comprar algo de pan. --Hola, Hector. ?Como estas? --Bien. ?Y tu? --Bien tambien. --?Y tu mujer y los ninos? --Bien. Asustados, pero bien. --Cualquier cosa, ya sabes donde vivo. --Gracias --me responde con una sonrisa agradecida. --?Te queda algo de pan? --le pregunto. --Creo que al fondo hay pan para hamburguesas... --Bueno. Menos es nada --contesto, encogiendome de hombros. --Tienes aspecto de cansado --comenta cuando estoy de nuevo frente a el--. ?Mucho trabajo en el hospital? --Si. --Es mas grave de lo que nos hacen creer, ?verdad? Le miro durante unos segundos, valorando si decirle la verdad o enganarle. --Saldremos de esta --opto por contestar, guinandole un ojo para infundirle confianza y afianzar mis palabras. Parece funcionar, porque el sonrie abiertamente, asintiendo a la vez con la cabeza. Levanto la palma de la mano para despedirme al tiempo que salgo de la tienda y camino hacia mi portal. Normalmente subo por las escaleras, corriendo y retandome a mi mismo para hacerlo cada vez en menos tiempo. Hoy no. Hoy subo en el ascensor. Apoyado en una de las paredes, observo mi reflejo en el espejo. Realmente no tengo buen aspecto. Si un paciente me viera acercarme con estas pintas, no creo que creyera que esta en buenas manos. Lo primero que hago al entrar en casa es quitarme la ropa y meterla dentro de la lavadora. Luego, dejo las zapatillas de deporte en el lavadero y me dirijo hacia el bano para pegarme una ducha. Toda precaucion es poca cuando vengo de un sitio tan contagioso como un hospital. Pierdo la nocion del tiempo. Plantado bajo el chorro de agua, dejo que esta golpee suavemente mi cabeza y mis hombros mientras apoyo las palmas de las manos en las baldosas. Cuando salgo, me visto con un pantalon corto y una camiseta vieja, cojo una cerveza y un par de los panecillos que he comprado antes, que pienso zamparme sin molestarme siquiera en rellenarlos con alguna loncha de embutido, y me dejo caer en el sofa. Cojo el movil y busco el telefono de mi padre. --Hola, hijo --me responde al primer tono. --Vaya. Que rapido --comento. --Es que estaba haciendo un Sudoku. --Ah, muy bien. ?Como estais? --Bastante bien, teniendo en cuenta las circunstancias. ?Y tu? --Ya sabes... cansado, pero bien. --?Estas en casa? --Si. Me han... obligado a tomarme un descanso. --Me alegro. ?Como estan las cosas por el hospital? --Bien. --No hace falta que me mientas. Soy viejo, pero tengo television y tu madre me obliga a ver todos los programas especiales acerca del Coronavirus. Es lo unico que se ve en casa, aparte de los gemelos esos que tiran paredes. --Se me escapa la risa--. Yo no me rio. Ahora no para de imaginar como quedaria el comedor si tiraramos la pared que lo separa de la cocina. Concepto abierto, lo llama ella. Si no me mata el colesterol, lo haran tu madre y sus ideas de bombero. -- Resopla de forma prolongada antes de continuar--: ?Y bien? --No es facil, papa, pero vamos haciendo progresos. Decidi parecer algo mas optimista de lo que ahora mismo me siento. --Eso es bueno, ?no? --Si. --Vale. --Le escucho hablar con mi madre de fondo--. No se lo voy a preguntar. No. Porque no hace falta. Me vas a volver loco... Esta bien. Espera. Hijo. --?Si? --?A que no esta permitido ir a la peluqueria? --?A la...? ?Mama tiene intencion de ir a la peluqueria? --Dice que tapar sus canas es cuestion de primera necesidad. --!No puede hacerlo! --Gracias. Dice que no puedes hacerlo. --Los escucho discutir durante unos minutos en los que yo intento meter baza, sin exito. La voz de mi madre se vuelve cada vez mas debil, y entonces mi padre vuelve a hablarme--: Cualquier dia la tienes que ir a buscar al cuartelillo. O eso, o acaba conmigo. --No la dejes salir. Dile que haga una lista de lo que necesitais del supermercado y manana os lo voy a buscar yo. --Ya la ha hecho. ?Le hago una foto y te la envio al movil?

  • Suenos de verano de Susan Wiggs

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    La vida de Sonnet Romano era casi perfecta. Tenia una magnifica carrera profesional y un novio perfecto, y acababan de ofrecerle una beca muy prestigiosa. No habia nada mas que pudiera desear, salvo tal vez. ?un hermanito?

  • Recuerdame (Welcome to London 3) de Yunnuen Gonzalez

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    Algunos dicen que los primeros dias de clase siempre seran inigualables, llenos de cosas nuevas y excitantes. Yo concordaba con esa aseguracion. Para mi era un viaje a lo desconocido, en donde todo era posible si ponia empeno en ello. Sobre todo en la universidad. Me apresure a hacer todas las cosas cotidianas que uno hace usualmente en la manana. Tenia que salir a tiempo para ir a la universidad y registrarme para el nuevo semestre. Habia quedado de verme con mi mejor amiga, Vera, a las afueras de las oficinas para inscribirnos juntas. Este no era un primer dia, ni siquiera era de la semana, pero aun asi presentia que estaria a la altura de uno maravilloso. --!Hola, Vera! --llame a mi amiga que hacia fila para inscribirse. Para molestia de los alumnos de atras, me metio en la fila. Vera era mi mejor amiga desde el primer dia de clases. Ambas habiamos cruzado la puerta de la universidad juntas, con esa mirada asombrada y palpitaciones aterradas. Coincidio que ibamos en las mismas clases. Ella era de Gales y vivia en una de las casas para estudiantes que tenia la universidad a algunos minutos caminando, cerca de Waterloo. --Hola, Ally. ?Como estas? --!Muy bien! ?Y tu? --No tanto. Volvi a pelear con Tom. --?Otra vez? Vera asintio mientras hacia muecas de fastidio. --Si no fuera porque lo amo mucho, ya hubiera terminado lo nuestro... --respondio en lo que tomaba de su bolso el celular que no paraba de sonar. Por supuesto era Tom que, de acuerdo a las respuestas de Vera, deseaba verla para hablar y posiblemente conciliarse. Espere pacientemente a que terminaran de hablar. Su noviazgo con Tom databa de la preparatoria. Sus personalidades eran tan diferentes que no sabia como habian durado ya tanto. Justo termino de hablar cuando era nuestro turno de entrar. Quince minutos despues, salimos las dos con nuestro nuevo horario. Nos sentamos en una banca para revisar las asignaturas que tomariamos ese semestre. Al poco rato se acercaron Mason y Luke, nuestros mejores amigos, y nos arrebataron los horarios para averiguar cuantas clases compartiriamos. Al parecer, Vera estaria todas con Luke, una noticia que no le agrado mucho porque el la ha pretendido desde que la conocio. Aun recuerdo cuando los conocimos. Era una historia que empezo conmigo odiando a Mason y Vera sintiendose incomoda con el constante escrutinio de Luke. Pero ?como no podia odiar a Mason en un principio? Quitando que me parecio guapo, se habia acercado a mi con la tonta excusa de que necesitaba una regla, como si yo aun fuera una nina de primaria que cargara con una. Mi respuesta logica fue una sonrisa ironica que le dio la oportunidad de derretir el hielo entre los cuatro. Dias despues, llegue a la conclusion de que yo no le gustaba, y solo me habia hablado para que su amigo llegara a Vera. Solo que no sabian que ella ya estaba harta de el. A donde fueremos, ahi estaban siempre vigilando nuestros movimientos desde lejos. Con el paso de los dias, porque compartiamos un par de clases con ellos, platique mucho con Mason, y me di cuenta de que me caia mejor de lo que creia. Igual le sucedio a Vera con Luke. La amistad crecio sin mucho esfuerzo, hasta el punto en que ibamos mucho al pub a divertirnos y los extranabamos cuando no nos veiamos entre clase y clase. Me puse de pie para estirarme un poco. Vi de reojo que Mason me escudrino con la mirada. --?Que sucede? --le pregunte revisandome de pies a cabeza. Esperaba descubrir que me habia puesto zapatos disparejos, u otra cosa. --?Como le haces para verte bien aun sin arreglarte? Me sonroje, no pude evitarlo. Mason rio por lo alto, como si yo hubiera caido en una de sus tantas bromas. Aunque esta no lo parecia, ya que estaba muy serio cuando me hizo la pregunta. No quise averiguarlo, por eso le pique las costillas para alejar esa incomodidad que sentia. Mason era guapo, pero era uno de esos casos en que no sentia quimica con el; con todo y que eramos juguetones con el otro, como ninos de primaria. --!Es en serio! Eres preciosa hasta mas no poder --siguio coqueteando conmigo. Volvi a picarle las costillas en lo que el reia. Luke y Vera se interesaron por nuestro jugueteo, entonces, Mason quiso abrazarme para detenerme pero su toque incomodo me dio escalofrios, por lo que retrocedi torpemente. Al instante senti como unas manos me tomaron por la cintura sorpresivamente; habia chocado contra alguien. Mi mirada se encontro sin dificultad con el tipo que aun me tenia sujetada por la cintura; unos escalofrios extranos me atacaron y mis latidos se aceleraron sin razon alguna. Jamas me habia pasado esto. No dijo nada; de hecho, se veia molesto porque tire su documentacion y le habia pisado un pie cuando chocamos. --Lo siento --murmure alejandome de el; nuestras miradas chocaron de nuevo sin querer. Quise ayudarlo con sus cosas pero su mirada aun estaba en mi; se sentia como un peligroso fuego que me llamaba a fundirme con el, y no podia resistirme. Termine escondiendome detras de la atractiva presencia de Mason. El tipo termino de levantar sus papeles y se alejo. Tras tal encuentro, fui a sentarme a la banca, aun intimidada. --Ally --me llamo Vera--, ?no hay problema si te dejo? Luke va a darme un aventon a casa. --No hay problema. Tambien tengo que irme. Las despedidas iniciaron, siempre acompanadas con los usuales comentarios tontos. Cuando llegue a Mason, me tomo del brazo para retenerme unos segundos mas a su lado. --Por favor, no te vayas aun. Quiero hablar contigo --me dijo al oido. Asenti. No estaba nerviosa, no era la primera vez que nos quedabamos solos. Generalmente, ibamos a comer algo para seguir conversando de cosas vanales; nos gustaba pasar el tiempo juntos. Tras que Vera y Luke se marcharon, volvi a sentarme en la banca. Mason no se decidia en sentarse, quedarse de pie o seguir paseando frente a mi muy nervioso; parecia gatito enjaulado. Empece a balbucear acerca de mi dia para relajar el momento. Mason me puso aun mas nerviosa con ese gemido callado que me decia que me estaba escuchando. Entonces, finalmente se sento a mi lado. --?Que sucede? --pregunte, acomodandome de tal manera que quedaba frente a el. Pero apenas nuestras miradas se encontraron, sonrio conquistador y sujeto mi rostro entre sus manos sin esperarlo para robarme un beso. Logicamente me sorprendi, pero no se por que no lo rechace; aunque hubiera terminado cediendo. Mason era tenaz cuando queria algo. Como un lindo cachorrito que no soltaba el hueso hasta que lo conseguia. --?Quieres andar conmigo? --pregunto despues de detener sus labios un segundo para averiguar si estaba feliz o no. Retiro algunos cabellos que cayeron sobre mi rostro. Si no supe por que no rechace su beso, mucho menos por que le susurre un si. Mason volvio a besarme y, no, no senti nada aun, pero decidi que le daria algunos dias para que esos sentimientos escondidos salieran a la luz. Solo porque recorde que alguna vez me senti celosa cuando una companera le acomodo un mechon de cabello mientras conversaban durante un cambio de clases. Ademas, me gustaba pasar el rato con el. Si era un buen amigo, tambien seria un buen novio. Despues de haber ido a comer una hamburguesa, Mason me llevo a mi casa. Por suerte no me pidio pasar y solo se despidio con un beso apasionado. Finalmente senti un hormigueo en mi estomago y algo de emocion. Tal vez, muy en el interior, Mason si me hacia estremecer. Por todo ese fin de semana no lo vi. Lo cual fue mejor porque me dio tiempo para analizar mis sentimientos por el. A decir verdad, no me sentia incomoda con la idea de ser su novia; por el contrario, me alagaba que alguien tan guapo quisiera estar conmigo, y que se estremeciera al besarme. Porque sus labios temblaron de emocion y torpeza cuando me robo ese beso. Mason me gustaba, eso siempre lo he tenido claro desde el momento en que lo conoci. Solo tenia que darle tiempo al tiempo para que esa atraccion se convirtiera en amor. LUNES Mason me telefoneo la noche del domingo para decirme que pasaria a recogerme, pero le dije que preferia verlo en la universidad. Nadie sabia aun que eramos novios, ni siquiera Vera y Luke. No queria hacerlo con pompa y circunstancia y muy agarraditos de la mano al entrar a la universidad. Sali temprano de casa. Queria llegar antes para hablar con Vera y comentarle de la nueva. Espere pacientemente en la misma banca de siempre, en donde se reunia el pequeno grupo de amigos. La banca en cuestion estaba en el pasillo principal que llevaba a los salones de clase, podia ver quien entraba y con quien. Tenia a toda la universidad vigilada desde ahi. Nadie se me escapaba. --!Ally! --escuche que me grito Vera--. ?Por que no me llamaste para platicarme el chisme? --Veo que ya te enteraste. --!No puedo creerlo! !Tu y Mason! !Wow! --!Shhh! --No sabia que te gustaba. --Siempre me ha gustado. Que sintiera algo por el, eso es otro asunto. Le platique todo lo que llegue en conclusion durante el fin de semana. De que le daria una oportunidad al romance. --?Sabe Mason como te sientes respecto a el? --No. --Creo que lo mejor es que le pongas las cosas en claro, Ally. Asi si te arrepientes, no le rompes el corazon. --?Decirle que esta a prueba? --Si, tal y como lo esta Luke. --?Disculpa? ?Que tiene que ver Luke en todo esto? --Deje a Tom por Luke --revelo como si nada. --!?Que?! --exclame asombrada. ?Como podia hacerle eso a Tom? --Termine con el el viernes. Ya estaba fastidiada de tanto drama. Hablamos y nos dimos cuenta que llegamos a un punto en que ya no sentiamos nada uno por el otro. Ya era rutina. --!Pero me dijiste que lo amabas! --!Exacto! !Lo amaba!… Tiempo pasado. Me quede boquiabierta, pero finalmente pude hablar. --?Quieres a Luke? --Un poco. Me gusta. Es por eso que le hice "rogarme", queria saber que tan seguro estaba de sus sentimientos por mi. --?Y? --Salimos a tomar un cafe, hablamos y... Me quiere y vamos a probar. --!Sorprendente! ?Quien diria que empezariamos este semestre con novio? --Nadie. Ambas reimos. Vera me relato como fue su fin de semana romantico con Luke. Nuestro amigo era realmente detallista y trataba a mi amiga como una princesa. Era logico, tanto habia molestado a Vera con que le hiciera caso, que ahora que por fin era suya no iba a descuidarla para que Tom la convenciera de regresar con el. Vera siguio parloteando cuando, de pronto, perdi la mirada en un tipo que me cautivo con su sonrisa desde lejos. !Ah! Todo paso a segundo termino al instante: mi amiga, las risas de los demas estudiantes... mi respiracion. Era como si alguien hubiera robado el boceto de mi chico ideal y lo hubiera moldeado en arcilla solo para darme una sorpresa. Desafortunadamente, no pude ver sus ojos porque los cubrian unas gafas oscuras. Miro su reloj deportivo en lo que seguia andando cual top model. Mi corazon se desboco de nervios porque pasaria frente a mi, lo que me permitiria ver con mas detalle toda su persona. !Nunca me he sentido asi de atraida por un hombre! El venia platicando con quienes supuse eran sus amigos. No noto que me tenia totalmente fascinada. Segui cada uno de sus movimientos: como traia su cuaderno en la mano, marcando ligeramente los musculos de su antebrazo; como se acomodaba las gafas, como torcia sus labios en una sonrisa ironica pero igual de seductora cuando la chica de alado lo hizo sonreir. !Argg, la odie por eso! --!Hey! !Despierta! --grito Vera por lo alto, al mismo tiempo que aplaudio frente a mi cara. Sali del embobamiento con un exagerado sobresalto. Todo el barullo hizo que el y compania voltearan a vernos. Por supuesto, sus amigos se dieron cuenta de que estaba babeando aun por el. Lo que no le gusto, porque de inmediato apreto los labios hasta desaparecer y solto un resoplido molesto. Desvio la mirada y apresuro el paso en lo que sus amigos se burlaban de como me habia puesto. Baje la cabeza muy apenada hasta que crei que ya se habian alejado. --?Quien es el? --pregunte a mi misma en un susurro. --?Quien? ?El de los lentes oscuros? --me inquirio Vera. --Si. ?Lo conoces? --pregunte emocionada. --No. ?No lo recuerdas? --No. --Es el tipo con el que chocaste el miercoles pasado. --!?Es el?! --exclame realmente sorprendida. Voltee a verlo. No recordaba que fuera tan atractivo; a decir verdad, solo recordaba que su mirada me habia acribillado por cruzarme en su camino, nada mas. --!Vaya, necesitas lentes! --No los necesito. Es que no vi su rostro lo suficiente para poder recordarlo... Es mas, solo recuerdo el choque electrico que me dio al tocarme --confese en un suspiro mientras que lo seguia a lo lejos con la mirada. Rogaba a mis adentros que volteara para deleitarme con su perfecta fisionomia. --?De que choque electrico hablas? --escuche que me preguntaron por detras. La sorpresa me levanto rapido. Eran Mason y Luke. --Hola, nena --saludo Luke a Vera con un beso rapido. --El que tu le das --respondio Vera sagazmente. Mason sonrio de oreja a oreja, muy satisfecho, cuando vio que yo asentia como loca. --Buenos dias --dije a Mason. Me acerque a el y le di un beso rapido para que ya no preguntara mas. Me dio pena ser carinosa en publico. --?Nos estaban esperando? --pregunto Mason al aire. --Si --respondio Vera en lo que tomo la mano de Luke. --Bien, vamonos o llegaremos tarde --dijo Luke en lo que cambio la tomada de manos por un abrazo. Zigzaguee para que Mason no tomara mi mano tambien. No queria que el averiguara que tenia novio. Ahora me arrepentia de ser la novia de Mason. MESES DESPUES El semestre corrio con una inusual rapidez. Me sorprendieron mucho cuan rapido mis sentimientos por Mason crecieron. En realidad, su forma de ser no cambio mucho de amigo a novio. Lo que queria decir que si seguia siendo galante, dedicado a mi y, sobre todo, me hiciera reir como loca, terminaria amandolo. Muchas no tienen la fortuna de tener a un amigo en su novio, alguien que supiera distinguir cuando estar ahi para apoyarme y cuando estar ahi para apapacharme. Era feliz, mas de lo que crei llegar a ser. Sin embargo, dentro de toda esa felicidad habia una pequena nube que opacaba el carisma de Mason por momentos: el tipo con el que quede en ridiculo. No lo habia vuelto a ver. Logico, era una universidad grande con muchos alumnos. Muchas veces llegue temprano a la universidad para esperar en la entrada y verlo llegar; quizas se atreveria a acercarse a mi. Pero no tuve tal suerte tampoco. Tenia una necesidad desesperante de conocerlo bien. El recuerdo de sus intimidantes ojos no se acoplaba bien con el resto de su cuerpo. Parecia mas un cuadro de Picasso que un ser humano. Y, por lo que comento Vera, era muy guapo. Tanto que merecia el ridiculo que hice, segun ella. Para la semana de examenes finales, me rendi en buscarlo y me concentre en Mason tanto que me olvide por fin de el. No era justo para Mason estar pensando en alguien mas. --?Que haremos despues de clases? --pregunte casual a Mason. Estabamos tonteando con las manos. --Tengo el departamento para mi solo --comento--. ?Quieres pasar la tarde conmigo?… !Mmm!, tengo mucha hambre de ti --enfatizo la palabra hambre con connotacion sexual. --Tu... Yo... ?Solos? --dije en lo que me acercaba a el para acomodar un mechon de su cabello castano claro. El tambien retiro parte de mi cabello para que mi rostro estuviera libre--. !Me encanta la idea! --agregue en lo que me ponia de puntas para besarle. Besar a Mason en publico se volvio un placer, sobre todo cuando al andar conmigo fue descubierto por muchas estudiantes que empezaron a pavonearse frente a nosotros para atraer su atencion. El solo tenia ojos para mi. --Ally, es hora --me llamo uno de mis companeros. Me separe de Mason a reganadientes. --Suerte, nena --dijo en lo que yo caminaba al salon. --Igualmente, carino --conteste en lo que le aventaba un beso cual caricatura sexy. Entre al salon y fui a sentarme en el lugar de siempre. --Bien... --dijo el profesor para llamar nuestra atencion--, ya saben las reglas. No me hagan repetirselas, por favor. Acomode todo lo que iba a necesitar para el examen, mientras que el profesor entregaba los examenes a cada estudiante sin olvidar desearnos buena suerte. Segui pensando en Mason y su invitacion, en lo mucho que nos ibamos a divertir teniendo sexo, hasta que me di cuenta que habia desperdiciado diez minutos en el. Deje de fantasear y me apresure a contestar las preguntas mas faciles. Dedicaria el resto del tiempo a las dificiles. Tras una hora recordando, analizando y respondiendo, me tome un descanso. Me perdi en el escenario antiguo que me dejaba ver la puerta abierta del salon, o sea la pared. Senti una punzada en la cabeza, no era buena senal; un dolor de cabeza se avecinaba. Me restregue los ojos fuertemente y, cuando los abri, lo vi pasar. Por una fraccion de segundo crei que estaba tan agotada que mi cerebro me jugaba una mala pasada, trayendome su recuerdo sin desearlo. Pero algo me aseguro que si era el y me arrojo a salir corriendo del salon detras de el. Escuche al profesor exclamar en trasfondo: "!Cuando tienes que ir, tienes que ir!" Mis companeros se carcajearon. Trote por el pasillo, buscandolo, pero no habia nadie. Me apresure al cubo de las escaleras, y desafortunadamente tampoco estaba ahi. ?Como podia ser? ?No podia ser en realidad un fantasma para desaparecer como tal? Aunque eso explicaria por que no lo he visto en todo el semestre. No, Vera lo vio tambien. Lo mas logico era que habia entrado a uno de los tantos salones que corrian a lo largo del pasillo.

  • ?Y de postre? de Merche Diolch

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  • Felices para siempre (Cinder y Ella 2) de Kelly Oram

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    ?Que sucede despues de que Cenicienta consiga a su principe azul?
    El final de una historia es a menudo el comienzo de otra. La estrella de Hollywood Brian Oliver y su princesa, Ellamara Rodriguez, han encontrado por fin el amor fuera del mundo virtual. Pero, tras dejar atras el anonimato, la joven pareja se enfrenta a una nueva serie de problemas.
    El estres, los seguidores enloquecidos y la presion de la fama de Brian haran mella en la relacion, y los dos jovenes dudaran si son capaces de disfrutar de su flamante historia de amor. ?Podran Brian y Ella hacer frente a los obstaculos que encuentren en su camino y vivir el “felices para siempre” con el que suenan?

  • ?Quien diablos eres? de Raquel De La Morena Rubio

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    Alicia de la Vega, una joven periodista de origen espanol que vive en Nueva York con su madre y su hermana, comienza a trabajar para una revista especializada en fenomenos paranormales. Junto a un enigmatico fotografo, se enfrentara a misteriosos casos sobrenaturales que pondran a prueba su escepticismo: descubrira que las historias de casas embrujadas, exorcismos, maldiciones y vampiros esconden mas verdad de la que jamas imagino. De hecho, ella sera la unica capaz de ver al fantasma de un joven amnesico de aspecto decimononico, llamado Duncan, por quien pronto empezara a sentir una fuerte atraccion.
    ?Quien es el? ?Que vinculo los une? Para hallar las respuestas, Alicia emprendera un apasionante viaje a traves del espacio y del tiempo hasta la Escocia del siglo XIX. En su camino se cruzara con las huellas de personajes historicos como Jane Austen, Oscar Wilde o sir Walter Scott.
    Una trama llena de romance, misterio y aventuras que nos muestra que el amor es capaz de sobrevivir a cualquier adversidad. Incluso a la muerte.

  • Punto de fuga de Jeremias Gamboa

    https://gigalibros.com/punto-de-fuga.html

    Los primeros relatos del autor de Contarlo todo.

  • Tiene que llover (Mi Lucha 5) de Karl Ove Knausgard

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    De los anos que captura este libro, apenas quedan unos pocos recuerdos, nos dice el autor. Y, por encima de todos, uno: el de la ignorancia, la ingenuidad, el fracaso. Y, sin embargo, en Tiene que llover un Knausgard concentrado y frontal exprime su prodigiosa capacidad evocativa para, cerrando el circulo, describir el camino por el que llego a convertirse en el autor que conocimos con La muerte del padre, y dar vivido testimonio de los impedimentos, errores y tropiezos que contribuyeron a conformarlo. Un camino que empieza, en 1988, donde terminaria catorce anos mas tarde: en Bergen, con un veinteanero Karl Ove convertido en el alumno mas joven de la Academia de Escritura de la ciudad, y pletorico de un entusiasmo que no tarda en abandonarle. Y es que el precoz novelista se revela inepto en todos los frentes: el social, el amoroso, el literario.

  • Margaritas olvidadas (Corazones en Manhattan 6) de Camilla Mora

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    Sexta entrega de la serie de romance actual <> de Camilla Mora.