• mi highlander infame - Esmeralda Lynn

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    Debes mantenerte alejada de tu hermano bastardo, Beth....--. Mi padre dijo antes de tomar un sorbo de vino. Por su tono de voz sombrio, y el hecho de que estaba bebiendo a esa hora de la manana, supe que estaba preocupado. El Senor del clan McCulloch rara vez bebia, o hacia algo que rompiese las leyes de la decencia. Excepto cuando tuvo sexo con una mujer que no era mi madre y concibio un bastardo--. Rob Dalry es peligroso. --Empiezas a sonar como Madre. --sonrei. Mi madre odiaba a Rob, pues el era un constante recordatorio de la traicion de mi padre. Pero mi sonrisa se desvanecio cuando vi a mi padre fruncir el ceno. Realmente estaba preocupado, y yo comenzaba a preguntarme cual era el verdadero motivo por el cual me habia convocado a su estudio esa manana. --Solo prometeme que mantendras tu distancia...--puso una mano sobre mi hombro--. Siempre has sido una muchacha impulsiva, tal vez demasiado para tu propio bien, pero hazme caso en esto, por favor. --Lo prometo...--asenti. Tampoco seria una tarea muy dificil: por algun motivo que yo desconocia, mi hermanastro Rob me odiaba con todas sus fuerzas. Desde el primer dia que llego a nuestras tierras, sus ojos verdes solo han mostrado desprecio hacia mi. --Seras una buena esposa algun dia...un Lord sera muy afortunado de tenerte a su lado, como yo tengo la suerte de tener a tu madre --Mi padre sonrio antes de tomar otro sorbo de vino. Yo me encogi de hombros. ?Y tu forma de demostrarle lo agradecido que te sientes es traicionandola con una mujerzuela y concibiendo un bastardo? quise decir, pero me mordi la lengua. Ese tipo de respuestas eran las que mellaban mi reputacion, y sentia deseos de mas problemas. No esa manana. Tampoco sentia deseos de repetir con mi padre nuestra discusion sobre el matrimonio. No queria decirle de nuevo que me negaba a ser la esposa calma y sumisa que tolera las injusticias con una sonrisa, que aceptaba en su lecho a un hombre que no amaba y le daba herederos como una yegua de cria. Esa vida no era para mi. Pero yo tambien sabia que jamas me permitirian gobernar el reino de McCulloch como lo habian hecho mi padre y mi abuelo antes que yo. Observe nuestras tierras por el gran ventanal de mi padre; los tonos ocres se esparcian entre los arboles y las montanas lejanas, anunciando que el otono que habia llegado. Incluso el cielo matinal tenia tonos anaranjados. Justo debajo nuestro, en las cercanias del castillo, los sirvientes, herreros y artesanos estaban inmersos son sus tareas, ajenos a las intrigas que preocupaban a mi padre y a mi. Intrigas que rodeaban a mi hermano bastardo. --?Necesitas algo mas de mi, Padre? --pregunte, volviendo a la realidad. --No...--mi padre sonrio, acostumbrado a mis ensonaciones diurnas--. Pero no pierdas mucho tiempo cabalgando hoy, ni jugando con espadas o libros. Me han informado que has faltado a tus ultimas clases de costura. --La costura es aburrida --Asenti de nuevo antes de retirarme. Baje por las escaleras de piedra y cruce el patio principal. Era una manana demasiado hermosa para preocuparme por mi hermanastro, y ordene que prepararan mi caballo para un paseo. Pronto el otono daria lugar al invierno y seria imposible disfrutar un libro en la soledad del bosque. Actividad que disfrutaba mucho mas que las clases destinadas para senoritas como yo. Mientras esperaba en la caballeriza con mi libro bajo el brazo, Rob Dalry se aproximo a mi, silencioso como un depredador. --?Salimos de paseo de nuevo, princesita? --me hizo una reverencia exagerada y burlona. Siempre hacia eso, ponerme en ridiculo, era obvio que lo disfrutaba. Cuando levanto la cabeza de nuevo, sus cabellos rojos cayeron sobre su rostro, desordenados como de costumbre. Bajo esos rizos yacian su sonrisa lobuna y sus ojos verdes. Tan verdes como los mios, y a la vez, tan diferentes. --Supongo que la realeza hace lo que quiere. --Voy a dar un paseo y disfrutar de un libro --respondi, de manera seca. La verdad era que Rob Dalry me intimidaba; su presencia hacia que una extrana cosquilla irradiara desde mi pecho hacia el resto de mi cuerpo. --Tu y tus libros...--refunfuno. --Si, ya se lo que vas a decirme --puse mis ojos en blanco y repeti la misma pregunta que tanto nobles como criadas me repitieron desde que tenia memoria--, ?por que pierdes tanto tiempo leyendo si eres mujer? --No iba a decir eso --me sorprendio Rob-- Iba a decirte que hay toda una vida fuera de esas paginas, ?lo sabes? Deberias vivirla. Y dio un pequeno paso hacia mi. De nuevo, pude apreciar sus ojos verdes observandome, y el calor en mi pecho bajo inmediatamente hacia mis muslos mientras Rob me sonria. Tenia un par de anos menos que yo, pero mucho mas alto y fuerte. Si yo hubiese tenido la mitad de la malicia que Rob, hubiese hecho hincapie en que el jamas disfrutaria de un buen libro pues los bastardos no saben leer. En su lugar, dije: --Pues... ?Que haces tu aqui? !Deberias estar en la leccion de esgrima! --note como mi voz temblo un poco. Gire mi rostro a ver cuando llegaba el mozo de escuadra con mi caballo. Parecia tardar una eternidad. Las rodillas me temblaban en la presencia de mi hermanastro. --No necesito lecciones de esgrima....soy diez veces mejor con la espada que cualquiera de este clan --Rob me respondio entre dientes --Si la gente valorase mas el talento que los apellidos, el juego seria otro....Muchos Lord serian mis escuderos. --!Que creido eres! --Lance una carcajada, y al oirla, Rob dibujo una media sonrisita que me tomo por sorpresa. --Soy mejor que tu con la espada --me dijo, confiado. Volvi a mirar a Rob, lanzandole una maldicion por lo bajo que a el le parecio graciosa. Era cierto que era mejor espadachin que yo; de hecho, era el mejor que habia visto. No poseia mi tecnica elegante, pero poseia la fuerza y la agresividad tipica del bastardo. Supongo que era consecuencia de una crianza mucho mas pobre y violenta que la mia; en el pueblito de Dalry tenias que ser fuerte para sobrevivir. Los rumores decian que Rob habia asesinado a su primer hombre a los nueve anos, cuando este intento robarle lo que habia ganado mendigando en el dia. Ahora mi hermanastro estaba frente a mi, usando las mismas ropas que yo, con el kilt de mi familia colgando de su espalda y sujetado con un broche de plata. Pero con una simple mirada a sus cabellos rojos y salvajes, o su mueca cruel, era obvio que el no pertenecia alli, que era un bastardo. Yo deberia ser la unica persona que lo veia como un igual, como a un hermano. Ironicamente, yo tambien era la persona que recibia mas rechazo de su parte. El mozo de escuadra llego con mi caballo favorito; una yegua joven de color negro como la noche. Tome sus riendas y acaricie su hocico. --Rob... ?no quieres dar un paseo conmigo? --le pregunte, vacilante. No se que diablos se me habia metido para hacerle tal invitacion. Rob no amaba los caballos como yo, de hecho, ni siquiera le gustaban las personas. Era mas afin con los perros. --Hace meses que llegaste aqui y todavia somos como dos extranos. Los segundos que espere su respuesta me falto el aire. No se que impulso mi invitacion, pero de pronto me parecio injusto que este muchacho, tal vez un tanto bocon e insoportable, pero un muchacho al fin, recibiera tanto desprecio por algo de lo cual no era culpable. No tenia la culpa de lo que habia ocurrido antes de nacer, ni merecia el desprecio de mi madre ni el mio. Sin embargo, lo que Rob leyo de mi propuesta fue lastima. --No tengo nada que hablar contigo --Rob refunfuno. Era obvio que el no tenia tantas ganas de tener una hermana como yo. --Disfruta el paseo, princesita. Y me ofrecio otra de sus sonrisas desconcertantes. Una sonrisa que me acompano durante todo mi viaje, y que me hizo imposible concentrarme en mi lectura. Esa manana cabalgue lejos de las proximidades del castillo, y me adentre en los bosques de McCulloch. Estas tierras tambien le pertenecian a mi padre, sin embargo, aun conservaban esa belleza salvaje de lo inexplorado. Alli me sentia lejos del mundo, rodeada por las altas copas de los arboles que cubrian la luz de sol y los sonidos de los pajaros y bestias distantes. Descendi de mi caballo al llegar a un claro, y me arroje en la hierba a disfrutar de mi libro. Pero el rostro de Rob seguia rondando en mi mente, despertando preguntas y sensaciones perturbadoras en mi. Deje caer el libro sobre mi pecho y suspire, frustrada. No iba a ser posible leer nada hoy. No con Rob Dalry en mi cabeza. Recorde el dia que el llego a nosotros; su madre natural habia muerto de fiebre y el muchacho estaba solo en el mundo. Era un secreto a voces que mi padre habia engendrado un bastardo en el pueblo de Dalry hacia casi veinte anos atras. Pero no fue hasta que Rob aparecio en nuestro castillo con sus ropas derruidas y su cuchillo en el cinturon que tuvimos la certeza. Mi madre lo odio al momento de posar sus ojos en el, poco le importaba si el chico moria de hambre. Pero mi padre decidio que Rob viviria con nosotros. Aunque le concedio el derecho de usar el nombre de nuestro clan, detras de sus espaldas todos continuaban refiriendose a el como Rob Dalry, el nombre de su pueblo natal. Yo se muy bien que no fue piedad lo que motivo a mi padre a aceptar a Rob; si no el hecho de que necesitaba un heredero varon. Mi hermanastro seria un bastardo, pero tenia ciertas caracteristicas que a mi me faltaban, como fuerza en combate, resistencia y agresion. Caracteristicas que yo como mujer tenia prohibidas, pero que eran deseadas para el heredero de una casa noble. Y lo que mas me enfurecia era que, desde nina, siempre supe que mi padre estaba decepcionado de que yo sea mujer, y trate de compensarlo siendo una excelente espadachina, rechazando las actitudes sumisas de las damas nobles, y educandose para gobernar las amadas tierra de los McCulloch con honor y justicia, Peor a el no le importo. Solo le importaba que yo era mujer, y por ello mi destino era casarme con algun Lord que yo no amase.

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    14 ene 2021 — Mientras esperaba en la caballeriza con mi libro bajo el brazo, Rob Dalry se aproximó a mí, silencioso como un depredador.

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  • Secuestrada por el highlander - rankingdeopinion.com

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  • Como no escribir una novela de Howard Mittelmark

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    En Como no escribir una novela, Howard Mittelmark y Sandra Newman aplican sus anos de experiencia como editores y escritores para identifi car los 200 errores mas comunes que cometen los escritores y ensenarnos como evitarlos. Muchos libros ofrecen consejos sobre como escribir bien. Este no es uno de ellos.

  • Pasion fantasmal de Esmeralda Lynn

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    A pocos meses de casarse con su novio de toda la vida, la desempleada Cassy recibe una extrana noticia; ha heredado una vieja casona victoriana que le pertenecia a sus ancestros.

  • El hambre de Alma Katsu

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    En mayo de 1846 partio una caravana de pioneros de Missouri hacia California. Tomaron una nueva ruta que cruzaba el desierto del Gran Lago Salado y ese invierno se encontraron atrapados en Sierra Nevada debido a las dificultades del terreno y a una serie de accidentes. Cuando los pudieron rescatar en febrero del ano siguiente muchos pioneros habian muerto y se supone que los que quedaban vivos habian logrado sobrevivir gracias al canibalismo. Hasta aqui, la historia. Alma Katsu toma este legendario episodio del Oeste americano y lo recrea dandole un giro especial. La caravana no solo se enfrenta al frio, a la perdida del ganado, que muere sin poderse mover en la nieve, a la falta de provisiones, a las rencillas entre sus miembros… sino que el bosque se empieza a llenar de criaturas que les acechan.

  • Desaparecida. La historia de Hugo de Dylan Martins Y Janis Sandgrouse

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    --Hola, Hugo. --Hola, Andrew, te necesito --murmure agobiado echandome el pelo hacia atras. --?Que paso? --La pequena Laia ha desaparecido... Seis meses habian pasado desde la boda de Andrew con Laia, de ahi a que Alicia le pusiera el nombre a su hija, ya nuestra hija, porque la amaba como si fuera mia. A Alicia la conoci gracias a Andrew, cuando intervenimos en liberar en Marruecos a Laia, en aquel entonces una espanola que se caso con un marroqui que la sometio a una cautividad por dos anos, de ahi que la escritora Ariadna Baker, contara su historia y por ende el principio de la mia en una trilogia llamada Laia, ademas de Cautiva. Hoy en dia Andrew y Laia, vivian felices en las Highlands de donde era el, ademas habia pedido una excedencia para disfrutar de ella y los hijos que ya tenian, tres, Dylan, Hugo y Janis. La nina fruto del amor entre ellos y los ninos frutos del corazon tan grande que poseian, ya que eran adoptados. A Andrew lo conoci en varias cooperaciones conjuntas, ya que el era inspector en Escocia y yo en Espana, asi que nos vimos siguiendo a las mismas bandas de narcotraficantes que intervenian, tanto en su pais como en el mio, pero lo que realmente nos unio fue su historia con Laia, hoy su mujer y amiga de mi pareja Alicia. A Alicia la conoci y poco despues la dejo el marido, renunciando a la pequena Laia por irse con una mujer a algun lugar de Europa, donde se quedo con ella. poco despues supimos que esta lo dejo y el no regreso a Espana, pero, consciente de todo lo que dejo aqui, comenzo a amenazar a Alicia hasta que yo me puse serio. Fue en las Navidades antes de la boda de Andrew, cuando Alicia y yo nos comenzamos a dejar llevar por eso que nos dimos cuenta que sentiamos el uno por el otro, hace un ano, pero no lo confirmamos hasta el enlace de estos, Fue en las Navidades antes de la boda de Andrew, cuando Alicia y yo nos comenzamos a dejar llevar por eso que ahi donde sellamos nuestro amor con un beso. La verdad es que esa boda fue la confirmacion de un amor que se habia ido engrandeciendo en medio de un cautiverio y problemas que se sucedieron por un largo tiempo y en el que nos vimos en una espiral de acontecimientos. Al final ese caso se convirtio en mucho mas que algo laboral, Andrew se enamoro de ella y yo la ame como a una hermana, esa que se que tiene los mismos sentimientos hacia mi. Y a pocos dias de hacer un ano con Alicia y esa preciosa nina a la que amo como si fuera mia, desaparece... Ni veinticuatro horas de la llamada y ya tenia a Andrew y su familia en Huelva, en el piso que estos tenian alli de Laia y de donde era Alicia, la mujer de mi vida. Ademas, yo estaba con ella y la nina afincado en mi tierra, Cadiz, en donde ejercia mi profesion de policia en cubierto y donde escribia mis novelas, ya que publicaba en una plataforma enorme y que, para sorpresa mia, tenia muchas lectoras. Pero un dia antes de esa llamada a Andrew, nuestra pequena Laia desaparecio, si, por arte de magia. Estaba en el salon jugando con sus munecas en una manta en el suelo y Alicia preparando la comida, solo se despisto unos minutos para ir a mover la pasta y cuando regreso al salon, ni rastro de la pequena, eso si, la puerta de la terraza estaba abierta, alguien habia entrado... En mi trabajo cambie todo el rumbo y dije que ahora la prioridad era encontrar a mi nina sana y a salva, no podia soportar el dolor de saber que le podria estar pasando y no podia mirar a la cara a Alicia, que estaba desgarrada de dolor, sin dejar de llorar y gritando de impotencia. Laia y Andrew iban a dejar en Huelva a sus hijos con los padres de ella, asi que lo hicieron todo rapido y se vinieron a Cadiz, ella para arropar a su mejor amiga y el, para ayudarme a encontrar a la pequena Laia… Andrew se acerco a mi mientras Laia, corria a los brazos de Alicia. --La vamos a encontrar, lo vamos a hacer --dijo dandome un abrazo. --Te necesito, aunque se que ahora no tienes competencia, te quiero a mi lado, tu cabeza es una de las mejores para desenredar los casos. --Aqui me tienes, no me hace falta tenerla, solo la lealtad que siento por ti, Hugo ?Crees al igual que yo quien es? --Si, Pedro, el padre biologico de la nina, seguro que se la llevo a algun lugar de Europa. acontecimientos. Al final ese caso se convirtio en mucho mas que algo laboral, Andrew se enamoro de ella y yo la soportar el dolor de saber que le podria estar pasando y no podia mirar a la cara a Alicia, que estaba desgarrada de --Le tuvo mucha inquina a Alicia cuando le salio mal la otra relacion y se dio cuenta de que lo habia perdido todo, actuo con mal sentimiento contra ella pagando toda su ira, asi que hay que abrir la linea por esa parte, sin dejar otras abiertas, nunca se sabe. --En eso estamos, hemos pedido las camaras de seguridad de todo el perimetro de nuestra casa, para ver los coches que se movieron en esas horas antes de su desaparicion y a los minutos despues, queremos ver todas las coincidencias. --Eso esta perfecto. Alicia estaba derrumbada, daba pena mirarla y eso me estaba poniendo mucho peor. Nos metimos en mi despacho, ahi podiamos hablar tranquilos, lo bueno es que Laia estaba con ella, eran como hermanas y cuando paso lo de ella en Marruecos, Alicia hizo todo lo habido y por haber por recuperarla, asi que ahora contaba con ella, esa mujer que estaria dispuesta a estar ahi para todo... --Amo a esa nina mas que a su madre y eso que Alicia es el amor mas grande que senti por una mujer, pero esa nina... --Se me saltaron las lagrimas. --Lo se, habia mucha quimica entre ustedes... --Solo tiene cuatro anos y me miraba como si fuera Dios, se le iluminaba la cara con solo sacarle la lengua o hacerle una gracia. --Hugo, la vamos a encontrar --me apreto el hombro. --?Sabes? --Dime. --Las cosas no estaban marchando bien el ultimo mes con Alicia. --?Y eso? --pregunto cambiando el gesto de su cara. --Se que me ama como yo a ella, pero algo pasaba que nunca consegui averiguar, se que algo habia, no te digo que estuviera con otro hombre ni mucho menos, eso jamas se me paso por la cabeza, pero habia algo, le pregunte muchas veces y siempre me decia que no le pasaba nada o que estaba cansada. Quiero recuperar a nuestra hija y a ella, necesito a las dos en mi vida, no podria vivir sin ellas, me volveria loco. --?Ella dijo en algun momento que la desaparicion iba por parte de Pedro? --No, es mas dice que no, que el no vendria a por ella. --Esto me esta oliendo raro. --?Por que dices eso? --Sabes que tenemos un sexto sentido, pero siempre me dijiste que yo tengo un septimo, ese que no lo tiene cualquier policia. --?Y que piensas? --Aqui esta pasando algo mas, dejame avanzar un poco mas y te digo, pero creo que aqui hay algo que se nos esta escapando de las manos. --Vamos a hacer lo que quieras, tiramos por donde digas, tengo toda la fe puesta en ti, pero tenemos que traer de vuelta a Laia, de lo contrario... --La traeremos. --?Ella dijo en algun momento que la desaparicion iba por parte de Pedro? --No, es mas dice que no, que el no vendria a por ella. --Esto me esta oliendo raro. --?Por que dices eso? --Sabes que tenemos un sexto sentido, pero siempre me dijiste que yo tengo un septimo, ese que no lo tiene cualquier policia. --?Y que piensas? --Aqui esta pasando algo mas, dejame avanzar un poco mas y te digo, pero creo que aqui hay algo que se nos esta escapando de las manos. --Vamos a hacer lo que quieras, tiramos por donde digas, tengo toda la fe puesta en ti, pero tenemos que traer de vuelta a Laia, de lo contrario... --La traeremos. Capitulo 2: Alicia Me la habia quitado, Pedro me la habia quitado... No podia ni nombrarlo, llevaba un mes recibiendo amenazas que no le pude contar a Hugo, si lo hacia, la iba a matar, me lo habia advertido mil veces desde unas semanas atras y es que cuando mi pareja se metio por medio y le contesto a los mensajes, lo enfurecio mucho mas y desde ahi me lo tuve que tragar todo sola. Sabia que ropa llevaba mi hija, si habiamos ido a una farmacia, al colegio, a comprar pan, lo sabia todo y me lo advirtio, iba a matarla si le contaba algo a el. Solo queria una cosa... recuperarnos a las dos. Estaba en Irlanda, pero esa informacion solo la sabia yo, asi que, si era el artifice y lo era de la desaparicion de Laia, ya se la habia llevado alli y yo, yo tenia que ir a por ella, no podia ponerla en riesgo, no podia contarselo a Hugo. Lo tenia todo preparado, solo tenia que buscar la excusa perfecta, ya tenia en el maletero de mi coche una bolsa con ropas, solo tenia que salir sola de aquella casa e irme al aeropuerto de Jerez, coger un vuelo y luego hacer una escala para Irlanda, no podia ir directa, sabia que, si lo hacia, Hugo daria con mi rastro. --Laia ?Confias en mi? --Le dije a mi amiga, cogiendole las manos. --A estas alturas de mi vida y me preguntas eso --dijo ella, negando. --Se donde esta mi hija, pero si esta la policia por medio, la va a matar, el lo tiene todo perdido y la nina le importa una mierda. Por favor no puedes hablar de esto con ellos. --No Alicia, no me pidas eso --se le saltaron las lagrimas --. Sabes que ellos me liberaron, y eran mas peligrosos, era una banda. Por Dios Alicia, tenemos que contarselo. --Si le cuentas algo, o si le llega a suceder cualquier cosa a mi hija por haberle dicho algo, te juro que no te lo perdonare jamas --le dije, apretando los dientes --. Sacame de aqui, vamos a inventar una excusa, pero sacame de aqui sin que sospechen nada, si no lo haces, vas a salir de esta casa y de mi vida por poner a mi hija en riesgo con ropas, solo tenia que salir sola de aquella casa e irme al aeropuerto de Jerez, coger un vuelo y luego hacer una --la mire en tono amenazante, me dolia, pero tenia que conseguir que me ayudara a salir --Demuestrame que quieres a mi hija y confia en mi. --Lo hare, a pesar de saber que me estoy equivocando, pero lo hare. Ella se fue al despacho a buscar a los chicos y les dijo que me iba a llevar a dar una vuelta en el coche para que me diera el aire y queria hablar conmigo fuera de esas cuatro paredes, que luego volveriamos. Y asi fue, salimos de alli, ni pase a despedirme de Hugo, no queria que me viera, no queria que notara algo en mi rostro. Nos dirigimos al aeropuerto de Jerez, a cuarenta minutos, con la suerte que aborde un vuelo que compre de ultima hora y al que me subi, despues de dejar a Laia llorando y temblando. Ella se pensaba que mi destino estaba en Londres y eso era lo que queria, despistarlos a todos. Si algo tenia claro es que no iba a poner en riesgo la vida de la persona que mas amaba en este mundo junto a Hugo, a mi pequena Laia, el motor de mi vida. El vuelo lo pase entre nervios, llorando, apague el movil para siempre, habia comprado una tarjeta de prepago en el aeropuerto y yo tenia el numero nuevo de Pedro, ese que no tenia Hugo, asi que me pondria en contacto nada mas llegar. Y eso hice, aterrice en Londres y llame a Pedro. --Ya estoy en Londres, en dos horas vuelo a Irlanda. --Te espero en el aeropuerto. --Vale. --No le hagas nada a Laia, por favor, no le hagas nada, estoy dispuesta a quedarme contigo. --Bien, asi me gusta, recuperar lo que me pertenece --murmuro y colgo. En ese momento senti que el mundo se me terminaba de caer encima y por completo. Jamas imagine que Pedro fuera capaz de tener tanta maldad y sangre fria para abandonarnos renunciando a su hija, luego secuestrarla y ahora querer formar junto a nosotros esa familia que el destruyo, lo peor de todo, sin importarle nada, a costa de todo y todos. Nos dirigimos al aeropuerto de Jerez, a cuarenta minutos, con la suerte que aborde un vuelo que compre de ultima Durante el siguiente vuelo lo pase llorando, hasta tal punto que una de las azafatas vino dos veces a preguntarme si estaba bien o necesitaba algo.

  • La manguera que nos unio de Elena Garcia

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    Son mas de las doce y el encargo que le hice a la distribuidora sigue sin llegar. Llevo mas de dos semanas esperando a que me envien un paquete con medicamentos importantes y aqui no aparece nadie con ellos, y lo peor de todo es que cada vez que entra un cliente y se marcha con las manos vacias, se que no volvera. Los he llamado infinidad de veces y me dan largas continuamente. Como a ellos esta situacion no les genera perdidas, no llevan ninguna prisa. Si ya de por si en el negocio me va mal, esto sin duda lo empeorara. Salgo del mostrador aprovechando que no hay nadie y repongo los productos de higiene que se ha llevado la ultima persona que entro. Alzo la mirada y vuelvo a fijar mis ojos en la caja de las bolas chinas. Llevo vendiendolas en la tienda mas de seis meses y cada vez llaman mas mi atencion. Las ofrezco como ejercitadores de suelo pelvico para mujeres que acaban de dar a luz o que tienen algun problema de incontinencia, pero mi mente no deja de llevarlas a otro lugar. Mi amiga Lucrecia se las compro en un sex shop hace algunos meses y dice que es de lo mejorcito que ha probado, y eso que de esto tiene un buen arsenal. Yo, en cambio, en el tema sexo siempre he sido muy tradicional. Quizas mucho mas de lo que deberia, pues nunca he llegado a probar nada fuera de lugar. Mi expareja quiso experimentar conmigo en la cama y siempre me negue, asi que nunca he ido mas alla de las cuatro punaladas de carne. Asi me fue… En cuanto tuvo la oportunidad me dejo por otra. Por mi vecina para ser exactos. Por lo visto, y segun llego a mis oidos despues, va contando por ahi que esa si que se la chupa bien. Como si yo le hubiese hecho eso alguna vez. !Que asco! Imagino que esta especie de frigidez que me atormenta viene de atras y sospecho que se debe a que me he criado en un hogar un tanto puritano. Mi madre siempre criticaba a quienes lo hacian y mi padre, si era necesario, nos metia los dedos en los ojos a mi hermano y a mi para evitar que viesemos una escena subida de tono en la television. Eso si, el no le quitaba el ojo de encima, hasta que mi madre se daba cuenta y se armaba la guerra. Que tiempos aquellos… Ojala no vuelvan. --Buenos dias--. Margarita, la estirada e insoportable duena del local donde tengo instalada la botica, entra como cada dia a revisar que todo este en orden. --Hola… --respondo carente de entusiasmo. Esta mujer saca lo peor de mi. Si llego a saber esto el dia que firme el alquiler, me busco otro lugar. Es la persona mas pesada y agobiante que he conocido en mi vida. Por su avanzada edad quiero creer que ya chochea porque no logro hacerle entender que si estoy pagando por un espacio, es mio hasta que deje de hacerlo y puedo colocar el mobiliario como me de la gana. --?Que es eso? --Se inclina y rasca con una de sus unas recien pintadas el yeso de la pared. <> protesto para mis adentros. Ayer por la tarde, el senor Tomas casi se cae al entrar por mirarme los pechos y con la garrota golpeo una de las paredes, haciendo que un trocito insignificante de la pintura se desconchara. La imperfeccion apenas medira un par de centimetros. ?Como ha podido verla? Ojala mi abuela, que debe tener sus anos, tuviera tambien su vista. Dios se la bendiga mucho tiempo. --No lo se. --Trato de ignorarla para que se marche. Como se me ocurra darle alguna explicacion, la cosa se pondra mucho peor. --Tendras que pedir que lo arreglen o te lo descontare de la fianza. Todos los dias es la misma historia. Me tiene hasta los ovarios. En cuanto ve algo, por pequeno que sea, que pueda estar mal, comienza con las amenazas. Me duele la lengua de mordermela y si me he callado hasta ahora ha sido por respeto a sus canas. Si tuviera unos anos menos se iba a enterar. La suerte parece estar de mi lado y tras pasearse a sus anchas durante algunos segundos mas, observandome por el rabillo del ojo como si me perdonase la vida, finalmente se marcha. Expulso el aire de mis pulmones con alivio y continuo con lo que estaba haciendo. Alzo de nuevo la mirada y vuelvo a encontrarme de frente con las puneteras y llamativas bolas. Las observo varios minutos mas y juraria que puedo oir como me llaman: “Mariajo… Mariajo… dejanos ser tu badajo”, pestaneo varias veces pensativa y, cuando por fin sucumbo a la tentacion, estiro mi brazo para hacerme con una de las cajas. No puedo aguantar mas este suplicio, tengo que saber que se siente con ellas. La abro para sacar su contenido y, nada mas hacerlo, las pego contra mi pecho imaginando mil cosas que hacer con ellas, aunque en realidad solo sirvan para una. Cuando mas entregada estoy al fantaseo, el sensor de la puerta me indica que alguien esta entrando y en un acto reflejo las lanzo bajo el mostrador para evitar ser descubierta. --Buenos dias. --La voz de un hombre suena a mi espalda y rezo para que no lo haya visto. Despues de tanto como me ha costado tomar esta jodida decision, lo ultimo que quiero es que alguien me pille con las manos en la masa--. Si esta tratando de jugar a la petanca con eso, le va a ir muy mal. --Mis ojos se abren con sorpresa y toda la sangre del cuerpo se me agolpa en la garganta. Permanezco inmovil unos segundos mas, sin saber muy bien que hacer debido a la verguenza y, viendo que no me muevo, continua--. Siento decepcionarla, pero, para que el lanzamiento funcione, las bolas deben ser metalicas. Por su acento deduzco que no es de la zona. Cuando oigo como se rie, no se donde meterme y me giro poco a poco con intencion de recuperarme antes de encararlo. Al hacerlo, me encuentro de frente con un hombre enormemente atractivo y bastante alto. Casi tanto como mi primo Juanra, que mide alrededor de un metro noventa, pero ni que decir tiene que este le da mil vueltas y nada tiene que ver con mi pariente el larguirucho que, ademas de idiota, se cree guapo, cuando es mas feo que un gato sin pelo. Tambien parece mas joven, calculo que no alcanzara la treintena, y aunque eso es algo que en otro momento me agradaria, ya que practicamente solo atiendo a personas mayores durante todo el dia, esta vez no esta siendo asi. ?Que estara pensando de mi? Ojala en vez de el hubiese entrado el senor Tomas que, aunque es un poco acosador, no sabria que es eso que anda rodando por ahi y mi dignidad, de alguna forma, seguiria intacta. --Ho…la. --Mi voz suena forzada, como si alguien me estuviese estrangulando desde atras. Si a algo le doy gracias es a que todavia esos trastos del demonio estan fuera de mi cuerpo. De no ser asi, de tanto como estoy apretando el culo ya se me habrian subido a la traquea--. Ya se que no son para eso… --finjo reir y sueno como una puerta oxidada--. La caja estaba rota y, bueno…, se me han caido. Ahora las recogere. ?En que puedo ayudarle? --Aprieto la mandibula mientras el aguanta la risa al ser testigo de mi bochorno. --Necesito… --carraspea para seguir disimulando--, lubricante. --?Como? --Ya no se si habla en serio o es que esta pretendiendo hacerse el gracioso. --Quiero un bote grande de lubricante. El mejor que tenga. --Me mira directamente a los ojos y mis piernas flojean. Tiene la mirada mas sexi y empotradora que he visto en mi vida. Con un maromo asi seguro que se me quitaban las ganas de andar jugando con pelotitas. Lastima que los tipos como el ni siquiera se fijen en las mujeres como yo, porque a este si que le chuparia hasta el tuetano. ?Que cono acabo de pensar?--. Tambien quiero una caja de condones. Con esa frase logra sacarme de mis pensamientos y, por fin, me centro para prestarle atencion. --Ahora mismo. Me giro para ir a buscarlos y, por sorpresa, me detiene sujetando mi mano. --Espera. --Observo como su enorme brazo oprime mi muneca y mi mente vuelve a divagar. Debo de estar con la ovulacion porque, si no, no me lo explico--. Los condones deben ser grandes. De talla especial. --Ammm… Ok. --Muerdo mi labio y un enorme pene aparece en mis pensamientos. Por alguna razon que nunca sabria explicar, lo imagino como si fuese un tripode y sonrio sin darme cuenta. Cuando vuelve a hablar, soy consciente de lo que estoy haciendo y guardo las formas para ponerme seria. --?Tiene la talla XXL? Busco en su mirada algo que me indique que esta bromeando, aun a riesgo de parecer tonta, y al no encontrarlo me disculpo para entrar a la parte de atras y buscarlos. Si no recuerdo mal, esa talla equivalia a mas de veintidos centimetros, asi que ahora es la imagen de una anaconda la que me atormenta. Rio a placer aprovechando que no puede verme y, tras un par de minutos revisando las estanterias, por fin doy con ellos. Los guarde aqui hace un par de meses al no venderse por ser una talla poco usual y aproveche el lugar que dejaron en la vitrina para colocar otras cosas. --Aqui tiene. Los coloco sobre el mostrador y veo aparecer una sonrisa de satisfaccion en su cara. --Es curioso --habla, y le miro atenta esperando a ver que dice--. Es la primera vez que los compro sin tener que hacerlo por encargo. --No se a que se refiere. --De sobra lo se, pero prefiero disimular. Tampoco sabria que decir y, con lo nerviosa que estoy, apostaria lo que fuera a que suelto algo que todavia me ridiculice mas. --Mi...., bueno --rie y rapidamente me arrepiento de no haberle dicho otra cosa--. Mi Miniyo tiene unas medidas un poco… --Mi cara se vuelve tan roja como un tomate--, fuera de lo comun, ya me entiende. --Nah, no se crea… --Cada vez lo arreglo mas. ?Por que narices he dicho eso y por que no cierro la bocaza de una jodida vez? --Pues la experiencia me dice todo lo contrario. --Levanta una ceja, picaro, y ruego para que la tierra me trague de una vez. --No se preocupe, aqui vienen muchos asi --miento para salir del paso--. Si necesita mas de lo mismo, ya sabe donde encontrarme. --En el momento en que acabo la frase me doy cuenta de que se puede malinterpretar y rectifico--: Quiero decir… que cuando se le terminen o caduquen… --Mierda, ?acabo de insinuarle que no mantendra relaciones? --Quiero decir…, que si quiere mas… --Con cada palabra que suelto me siento mas absurda--. Tengo mas de lo que quiere en la parte de atras. --Suena bien eso. Creo que le tomare la palabra. --Me guina un ojo, deja el dinero en el mostrador y, en el momento en que se marcha, resoplo cubriendome la cara con las dos manos. --Madre del amor hermoso… --balbuceo. Es la primera vez que deseo que un cliente no regrese. CAPITULO 2 A la hora de cerrar todavia no he logrado sacarme de la cabeza el suceso y mi mente tampoco me ayuda. Y, para colmo, cada vez que tiene oportunidad me lanza una imagen clara y concisa del posible tamano de ese… animal. Recojo lo que puedo y, procurando dejar todo preparado para la jornada de manana, me marcho. Odio llegar a casa y saber que todavia me quedan cosas por hacer. Si quiero desconectar del trabajo esta es la unica manera. Cuando estoy bajando el cierre de seguridad, dando por hecho que ya he terminado, recuerdo que no he desconectado los automaticos y tengo que volver a subirlo para regresar. Desde hace meses noto que, si apago todo, a excepcion de las neveras, desembolso casi la mitad en la factura de la luz. Algo me dice que la estirada duena del local tiene algun tipo de enganche ilegal y es a mi a quien estan cobrando su consumo. Con lo racana que es Margarita podria apostar lo que fuese y no lo perderia. Abro la puerta del cuadro electrico, bajo los diferenciales que no necesito y, cuando estoy presionando el ultimo, una rafaga de luz sale proyectada en mi direccion. --!Que mierda ha sido eso! --Apenas he sentido dolor, pero el brillo inesperado de la luz me ha dejado ciega. Busco con las manos la pared para guiarme y, tras luchar contra cientos de destellos oculares, poco a poco voy recuperando la vista. Vuelvo la atencion al cuadro de luz buscando una explicacion y lo unico anormal que encuentro son unas motitas de hollin en el suelo. Definitivamente, la bruja de arriba me la esta jugando y manana sin falta hablare con ella. Igual que a mi me cobra por todos los desperfectos externos, esto es algo interno y debe hacerse cargo. Compruebo que los interruptores de las neveras estan bien, esta vez presionandolos con un liston de madera por si las moscas y, al ver que todos funcionan a la perfeccion, hago lo que deberia haber hecho hace rato y me voy. A medio camino, mientras conduzco, abro un poco mi ventanilla e inspiro profundamente el dulce aroma que desprenden las flores de azahar. Soy sevillana de nacimiento y si por cualquier razon tuviese que marcharme de aqui, lo primero que echaria de menos seria este adictivo perfume. Solo Sevilla puede oler asi. Aunque ya es tarde y apenas hay luz solar, no puedo evitar echar una mirada a traves de los cristales. Desde la carretera se aprecia la Giralda en todo su esplendor y, aunque paso cerca de ella todos los dias, me tiene totalmente enamorada. No se si sera por su altura, ya que durante anos fue la torre mas alta del mundo, o por su portentosa estructura con la que logra impactar a todos los que la visitan, pero lo cierto es que cada vez me gusta mas. Aunque quizas, pensandolo bien, tenga mas que ver con mi abuelo y el amor con el que me habla de ella. Alli fue donde beso por primera vez a mi abuela y eso debio de calar muy hondo en su corazon. Es tal su pasion por este campanario, que hasta llego a encargar un cuadro del Giraldillo, la escultura que corona la torre sobre una gran bola de bronce. --!Mierda! --Piso el pedal del freno-- !Las bolas! --Al pensar en la de bronce recuerdo que las he dejado encima del mostrador de la farmacia--. !Sabia que al final me olvidaria de algo! -- Golpeo el volante y por suerte no viene nadie detras. Es muy tarde para volverme ya y, por descuidada, me toca esperar hasta manana. !Con las ganas que tenia de probarlas! Al llegar a casa mi hermano esta en ella y me sorprende verlo. Es solo dos anos mayor que yo, pero se independizo hace, al menos, cuatro. --!Hola, hermanita! --Se acerca a mi y me besa en la frente--. Cada dia estas mas guapa. --Y tu mas pelota --rio mientras lo abrazo. Me parece increible que ahora nos llevemos tan bien, cuando siempre nos hemos estado peleando y hasta sacando trozos de piel. Aun recuerdo la vez que, en venganza por romperle uno de sus coches, me coloco varias cerillas entre los dedos de los pies mientras dormia y las encendio. !Menudo hijo de perra! Era mas malo que la carne de cabra vieja--. ?Que haces aqui? --Vive, al menos, a cien kilometros de distancia y, por las horas que son, entreveo que tambien se quedara a dormir. --Manana tengo una reunion importante aqui al lado y he aprovechado para venir ya y asi pasar un poco mas de tiempo con vosotros. --Llevabamos cuatro meses sin vernos--. ?Como va el negocio?

  • A tu lado puedo ser feliz de Sophie Saint Rose

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    Un portazo en la planta baja indicaba que su hija habia llegado a casa. - ?Selina? -!Estoy aqui, mama! -respondio subiendo las escaleras. Agotada aparto su melena rubio platino de su hombro para sujetar la correa de su bolso y evitar que se le cayera.- ?Ocurre algo? Porque he quedado con Stayce para ir a una fiesta y todavia tengo que cambiarme- dijo yendo hacia su habitacion. Su madre la intercepto al salir de la habitacion de sus padres. La miro con sus ojos marrones como si quisiera matarla y por el vestido negro de lentejuelas que llevaba se dio cuenta de que querria que se quedara en casa. -Me dijiste que hoy te quedarias con Rebeca. Bufo enfadada al oirla - ?Por que tengo que quedarme cuidandola cada vez que salis? !Contratar una ninera, como todo el mundo! Paso ante su madre que parecia a punto de estrangularla - !Sera porque no haces nada en todo el dia, salvo ir de compras! Miro asombrada a su madre - ?Que no hago otra cosa? !Solo gasto mi asignacion! -!Que es muy generosa para mi gusto!- grito de los nervios- Ni estudias, ni trabajas. Solo te pedimos que cuides de tu hermana cuando no estoy en casa !Tampoco es para tanto! Entro en su habitacion furiosa - !Estoy harta! !Aqui no tengo intimidad, por no decir que siempre te tengo detras para decirme lo que tengo que hacer! !Tengo veinticinco anos, por el amor de Dios! -!Pues consigue un trabajo y vete de casa! Eso si que no se lo esperaba. Habian sido ellos los que le habian dicho que no se fuera cuando termino la universidad. Que ahora se lo echaran en cara, era el colmo. Habia sido ella, la que dijo que la echaria de menos y su padre, el que le dio la asignacion para que se sintiera independiente.- ?Que consiga un trabajo? Su madre desvio la mirada y Selina vio el pasador de diamantes de su abuela en su recogido.-Mama - dio un paso hacia ella asombrada- ?Ese es mi pasador? Su madre se sonrojo llevando la mano hasta su pelo tenido de rubio- ?No te importa, verdad? Me quedaba bien con este vestido. Selina entrecerro los ojos. No le hacia mucha gracia que su madre lo hubiera sacado del banco pues era muy valioso, pero ese no era el tema que estaban discutiendo.- Da igual- dijo poniendo los brazos en jarras ensenando el vestido de seda rosa que llevaba- Ese no es el tema. Me dijisteis... Su madre hizo un gesto con la mano sin darle importancia- ?Te quedas con tu hermana? Se miraron a los ojos. Los verdes de Selina refulgieron de furia- !No! Su madre, Regina Corrington la miro furiosa- !Muy bien, llamare a la ninera!- salio de la habitacion dando un portazo y durante un segundo se sintio culpable. Durante un segundo - Que contraten una ninera. -dijo entre dientes recogiendo sus bolsas. Al dia siguiente estaba recostada en la tumbona de la piscina leyendo una revista cuando aparecio su madre. Todavia estaba enfadada y Rebeca le dijo en voz bajaAhi viene... Miro a su hermana de siete anos que era un reflejo de ella misma y sonrio guinandole un ojo. Su hermana con su bikini rosa salio corriendo hacia su piscina infantil pegada a la de adultos- !Selina!- los tacones de su madre resonaron en el terrazo de la piscina. -?Si, mama?- pregunto sin levantar la vista. -?Te dije que dentro de una semana me voy a Paris y que te tienes que hacer cargo de tu hermana? No se lo habia dicho y lo sabia de sobra. Se lo decia ahora porque despues de lo del dia anterior esperaba que se sintiera culpable.-No, no me lo habias dicho- la miro sonriendo- ?Por que no te la llevas? Esta de vacaciones de verano. Su madre entrecerro los ojos- Tu padre estara muy ocupado... -Pero tu no- se levanto de la tumbona poniendose a su altura -Puedes ensenarle Paris mientras os vais de compras. -Tu no tienes que hacer nada y cuando vayamos a las cenas de negocios no tendremos que dejarla sola en el hotel. Se miraron evaluandose durante unos segundos - Muy bien, entonces me voy con vosotros a Paris. -!Ni hablar! Te quedaras aqui con tu hermana. Punto- dijo furiosa.- !Se te va a acabar toda esta tonteria! -No me importa quedarme con ella -dijo senalandola- !Pero no voy a dejar que me utiliceis a vuestro antojo! -!Haras lo que yo diga mientras vivas aqui! !Se te acabo esta vida de lujo sin hacer nada! -?Que ocurre aqui?- la voz de su padre resono en toda la piscina. Alto y moreno, todavia se conservaba bien para los cincuenta y dos anos que tenia. Las miro con sus ojos verdes a las dos - ?A que vienen esos gritos? -Tu hija no quiere hacer nada que no sea tomar el sol e ir de compras a Rodeo Drive- dijo su madre con desprecio dejandola atonita. -!Te recuerdo que fuiste tu la que me dijiste que no buscara trabajo cuando termine la universidad! -!No tienes necesidad de trabajar pero no significa que hagas el vago todo el dia! -!No, tengo que hacerte de ninera! -!Silencio!- su padre las miraba como sino las conociera- Regina- le dijo a su madre- ?le dijimos a Selina que no se buscara trabajo y ahora se lo echas en cara?- Selina sonrio ironica mirando a su madre con los brazos cruzados. Su hermana paso tras ella y le dio un azote en el trasero con su manita mojada. Su padre la miro a ella- y tu... !porque ayudes en el cuidado de tu hermana no creo que te vayas a agotar! Se sonrojo ligeramente -No es eso, papa. No me importa cuidarla pero siempre me avisa en el ultimo momento. Ayer me lo dijo cuando iba a salir y pretendia que anulara mi cita. -Pues del viaje a Paris te aviso con tiempo -dijo sonriendo ligeramente- Asi que ya sabes... No soportaba que la trataran como a una nina y la fastidiaba que le echaran en cara que no trabajaba- Esta bien. Me quedo con Rebeca. Su madre asintio satisfecha y se giro para mirar triunfante a su marido que todavia seguia muy serio. – Selina... -?Si, papa?- pregunto entre dientes. -Quiero que revises unos disenos que tengo que llevar a Paris.-dijo indicandole con la cabeza que lo acompanara. Se puso el caftan sobre su bikini azul electrico y le siguio por el camino que llevaba a la casa. No hablaron hasta llegar al despacho -Pasa -dijo dejandola pasar al enorme despacho donde trabajaba por las tardes. Cerro la puerta tras ella y suspiro- No te enfades. -No me enfado. -Tu madre no nacio en esta vida y todavia le sorprenden ciertas cosas.- dijo llegando a su escritorio

  • No te dejaria escapar de Sophie Saint Rose

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    Lori vive en un pueblo muy pequeno y fue inevitable que se enamorara de uno de los hermanos Taylor. Desgraciadamente desde que eran adolescentes habian dicho que se casarian con dos hermanas y Lori era hija unica… Pero tenia una prima

  • Tu tan jefe y yo. !Tan caprichosa! – Ariadna Baker de Ariadna Baker

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    Con una vida de ensueno y un trabajo como subdirectora de una de las revistas mas importantes del corazon de Miami, Jennifer cree tenerlo todo.
    Cuando el dueno de esta se jubila y es su hijo quien viene a tomar el control, la atraccion entre ellos hara explotar una serie de acontecimientos para los que no estaban preparados.
    El es un misterio, con una vida oculta que ella intenta sacar a la luz. Sin saber que, de camino, sera arrastrada a un mundo desconocido y que a la vez necesitara.
    Una historia de romance y pasion que te enganchara a ella desde el primer momento.

  • El granizo, Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri

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    El cancer le quito muchas cosas a Victoria, pero tambien le dio tanto. Le brindo la oportunidad de descubrir su femineidad dormida y una intensa pasion, que derribo sus tabues y sus miedos mas arraigados.
    En Punta del Diablo, un pequeno pueblo de pescadores en la costa atlantica uruguaya, su inesperado retiro espiritual le pone en el camino a Renzo, un hombre diez anos menor que tambien esta experimentando su propio drama existencial.
    La chispa que se produce ni bien se conocen los lleva directo a la cama. Victoria no esta preparada para aceptar que ese parentesis en su vida signifique algo mas, por lo que que huye de El Granizo sin mirar atras.
    Pero el destino tiene otros planes y cuando se reencuentran tiempo despues trabajando en Buenos Aires, no pueden evitar sucumbir nuevamente al deseo. ?Lograra Victoria vencer los obstaculos que la separan de Renzo? ?Podra obtener el equilibrio necesario para conciliar su pasado, con un futuro junto a el?
    Una historia de amor diferente, donde la perfeccion de lo imperfecto toma protagonismo, y abre el camino de la felicidad.

  • Mi protector de Christian Martins

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    Harry Hunter siempre ha sido el mejor en lo que hace por varias razones: no tiene familia, ni amigos, ni pareja. Vive, exclusivamente, para cumplir con sus misiones y sobrevivir al dia a dia. Pero su rutina se ira al traste cuando le ofrezcan una nueva mision; una que no podra rechazar y en la descubrira a la joven Bailey Kim. La teoria se la sabe muy bien: no debe establecer lazos sentimentales si quiere continuar con vida. Pero en la practica es otra cosa. Bailey tiene algo especial que le atrae, algo que le impide desentenderse de todo y renunciar, algo que no le permite traicionarla. Protegerla, liberarla y cuidar de ella no sera sencillo, pero ya no tiene nada que perder.

  • Quiero amarte de Tina Casado

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    Una Escocia moderna y romantica son el escenario perfecto para demostrar valores como la pasion, el amor, la ternura. La lealtad tambien habra que demostrarla. Pero no todo es bueno, lo negativo tambien hara acto de presencia. El odio puede ser fuerte, pero ?lo sera mas del amor que existe entre ellos?

  • Medio Principe, Rocio M Bescos de Rocio M. Bescos

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  • Purgatorio (Cronicas Apocalipticas 1) de Tea Cedeno

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    Antes del manto, lo tenia todo, pero su imparable y mortal aparicion me lo arrebato.Soporto mi propio purgatorio habitando un mundo al que no deseo pertenecer y preservando una vida que no quiero vivir.Mi mayor aspiracion es acabar con el sufrimiento, pero el tipo que se ha comprado una parcela en mi cerebro siempre me lo impide.Sabe que si muero, el lo hara conmigo.Me llamo Brad Harris, y esta es mi historia.Y la mia, cretino.

  • Perros que duermen de Juan Madrid

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    Madrid, 2011. Juan Delforo, periodista y escritor, hijo de padres republicanos y con un pasado de militancia en la lucha antifascista, acude a un chalet de El Viso para recoger el legado de un hombre que no conoce y que acaba de morir. Se trata de Dimas Prado, un comisario, viejo falangista, que se relaciono en el pasado con los padres de Delforo y ha ejercido de protector en la sombra del joven disidente.
    Burgos, 1938. Dimas Prado es encargado de la investigacion del espeluznante asesinato de una jovencisima prostituta a manos de un jerarca del bando nacional. La investigacion, que tendra por objeto borrar cualquier rastro del crimen, permitira relanzar la carrera policial de Dimas Prado, que cuenta con la ayuda del siempre fiel Guillermo Borsa.
    Malaga, 1945. El padre del protagonista, Juan Delforo, militar republicano que lucho en la Defensa de Madrid, es detenido y condenado a muerte. Dimas Prado intercede por el a cambio de una informacion fundamental para su futura carrera politica y le permite un encuentro con su mujer, Carmen Munoz, a la que le unian lazos nunca revelados.
    ?Por que el viejo comisario quiso como ultima voluntad que Juan Delforo heredara su historia?
    ?Puede un novelista contarlo todo?
    ?Que verdades se esconden tras las lealtades ocultas de estos personajes?
    Juan Madrid, en la que es su novela mas ambiciosa hasta el momento, nos lleva a traves de las paginas de “Perros que duermen” a aquella epoca sombria de la guerra y la posguerra civil, y a sus ecos en la construccion de nuestro presente. Una novela de intriga, inquietante y estremecedora, con personajes complejos, contradictorios y ricos en matices, que nos hara reflexionar sobre el genero humano y sobre la necesidad de contar historias.

  • La doble cita desastre (Cita para Rehacer 2) de Susan Hatler

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    Hay ciertas cosas por las que una persona debe pasar para encontrar el verdadero amor, y supongo que entre ellas se incluye que se me ensucie el coche, una de las cosas que mas odio. Viviendo en una ciudad tener el coche limpio es algo alucinante, teniendo que entrar y salir del centro de Sacramento entre el trafico, necesitando recorrer el centro comercial para comprar un traje y unos zapatos nuevos de tacon, o teniendo que conducir para llegar a la ultima apertura de una galeria. Desde luego, yo no era una experta (ni si quiera un poco) en hacer que un restaurante de sushi fuera un exito, pero no hacia falta mucho sentido comun para adivinar que el propietario no deberia situarlo a 20 kilometros de la ciudad en un aspero, desigual y polvoriento camino al lado de un ruidoso rio con ni siquiera un rascacielos a la vista. Es decir, ?como podria atraer dicho restaurante a una larga cola de personas? Quizas yo no habia llegado a ese capitulo especifico en la pila de libros en constante crecimiento en mi mesita de noche acerca de inicia-tu-propio-negocio; algo bastante posible considerando todo lo que tengo que leer a diario. Pero, aun asi, ?la localizacion no lo es todo? Mientras conducia, me retorci al ver el polvo volando alrededor de mi coche. Me desvie para evitar un socavon y luego una piedra en el camino de tierra y seguidamente mire mi GPS, confirmando lo que ya habia comprobado seis veces: la direccion del restaurante de sushi que me habia dado Hannah, que debia estar justo enfrente. En el medio de la nada. Sin Wi-Fi. Estremecedor. Mi coche vibraba mientras el polvo recubria mi parabrisas y un olor extrano (que creo que algunas personas lo llaman aire fresco) entraba por las rejillas del aire acondicionado sin importar cuantos botones pulsara para detenerlo. Estaba empezando a cuestionarme si debia estar agradecida de haber aceptado la doble cita con Hannah. Pero Abigail, la amiga de Hannah, habia conocido a Cooper Hill, el amor de su vida, de una forma poco convencional (a traves de intercambios de correo electronico sobre la adopcion de mascotas), de modo que si tenia que conducir por un camino sucio lleno de baches para tener la posibilidad de encontrar a la persona ideal en los siguientes minutos, ?por que no? Hannah me habia enviado la invitacion por correo electronico en el punto algido de mi caotica tarde en la que mi telefono del trabajo habia estado sonando desde algun lugar, enterrado bajo una montana (el unico tipo de montana que yo, Jennifer Page, habia tenido la intencion de escalar alguna vez) de informes que necesitaba revisar antes de una reunion, que se suponia que iba a tener lugar en cuestion de diez minutos, a quince minutos atravesando la ciudad. Mi telefono movil tambien habia elegido ese momento para vibrar con violencia y, a continuacion, lanzarse desde de mi escritorio hacia una piscina de salsa agridulce sobrante de los rollitos de primavera para llevar que me habia medio comido andando hasta la oficina durante la hora del almuerzo, mientras leia la seccion financiera del periodico tras comprarle un cafe a Courtney Carmichael, la duena de mi carrito dispensador de cafe favorito (yo soy como una corredora de maraton que acepta un vaso de agua: sin detenerse). Pense en Courtney Carmichael y su negocio con el carrito de cafe. Ella habia sido abogada y se habia quemado de trabajar veinticuatro horas siete dias a la semana, siendo facil averiguar que se habia quemado de trabajar demasiadas horas. No queda mucho tiempo para la vida social. Supongo que su marido estuvo de acuerdo porque se divorcio alegando que ella nunca tenia tiempo para el. El carrito de cafe era una segunda oportunidad para Courtney, un rehacer de la vida, y ella parecia feliz con su eleccion. Mi negocio de venta y diseno de equipaje seria mi rehacer de la vida, me encontraba muy preparada para la siguiente fase. Mi telefono movil continuo vibrando y me lance decidida a recuperarlo de su pegajosa (aunque deliciosa) caida en picado, pero golpee accidentalmente la bebida con cafeina antes mencionada y se derramo sobre los bocetos de otra maleta de viaje de diseno propio que pensaba mostrar a mi potencial inversor. Fue en ese momento, mientas escribia en un papel adhesivo de color rosa que debia de cambiar la tela de ni nueva maleta para que fuera anti derrames, que eche un vistazo a la pantalla de mi ordenador justo a tiempo para leer el correo electronico de Hannah hablandome de esta cita doble (y potencial para conocer al amor de mi vida). Incluso con mi asistente metiendome prisa por la reunion y con la mitad de mi atencion desviada hacia la limpieza de la salsa agridulce que habia quedado en mi telefono movil, fui totalmente capaz de pillar la esencia del correo electronico de Hannah: restaurante Sushi Aguas Bravas y chico guapo. ?Que mas podia pedir una mujer soltera? Teclee una respuesta rapida con el codo mientras lamia el agridulce de mis dedos: <> A ver, no fue una respuesta de Shakespeare, pero si una comunicacion efectiva. Ella pillaria la esencia. No hay tiempo para la edicion cuando se va con prisas, como de costumbre. Con mi energia comenzando a agotarse, considere sorber un poco de cafe derramado de mi escritorio para recibir un chute de cafeina, pero no lo hice porque hay lineas que no se cruzan, ni por ese dulce nectar negro. Ademas, mi asistente estaba observando. En su lugar, imprimi el correo electronico de Hannah para poder recordar la hora de la cita doble y la direccion del restaurante de sushi. Cogi el correo electronico impreso aun caliente de la impresora, lo meti en el bolso y puse los informes bajo el brazo antes de salir disparada por la puerta con mi ayudante, que no estaba siendo de mucha ayuda al recordarme que llegabamos tarde. ?En serio, Lucas? Es la historia de mi vida (como el bien sabia) y viviria perfectamente sin sus constantes recordatorios. Me gustaria senalar que no siempre habia salsa agridulce en mi telefono movil. A veces era salsa Alfredo de Cafe Mattia, o salsa de cacahuete de Thai Palace en la calle J, o en mi intento de dieta sana era salsa ranchera light de Salad Company. Pero, sin falta, siempre caia algo. Cada dia un nuevo derrame, alguna nueva emergencia, un nuevo caos. Trabajando a tiempo completo y a la vez tratando de poner en marcha mi negocio tambien a tiempo completo, mi agenda estaba siempre hasta arriba al igual que mi cesta de la compra cuando pierdo el control y paso por el pasillo de aperitivos en el supermercado. Huelga decir que habia poco espacio en mi vida para citas, a menos que contara como cita el quedarse una noche sola en casa con una cena congelada, una copa de vino y mi ordenador portatil en la cama. Asi que me encontraba feliz de haber cazado al vuelo aquella cita doble con Hannah y el Sr. Chico Guapo, pero no sabia que tendria que conducir hasta Siberia para llegar. Mi estomago rugia lo suficientemente fuerte como para que lo escuchara por encima del sonido que hacia la arena de la carretera bajo mis neumaticos y decidi que tenia que dejar de pensar tanto en comida. Mire de nuevo al GPS, que mostraba que estaba cerca de mi destino. !Ay! Deseaba que mi cita no esperara de mi que consumiera delicadamente cada grano de arroz de mi sushi como un pequeno pajarito porque eso no era lo que iba a pasar. Iba a meter mi cara directamente. Si alguna vez llegaba alli, claro... Una piedra en el camino me hizo rebotar con dureza, casi sacandome de mi asiento y haciendo que mi cafe para llevar de Courtney saliera disparado de su vaso. Grite y seguidamente alcance mi guantera en busca de una servilleta para disimular la mancha de cafe de mi vestido. Simplemente genial. No estaba molesta por el vestido. Estaba molesta porque necesitaba la cafeina dentro mi cuerpo, no sobre el. Habia estado toda la noche trabajando en la propuesta de mi potencial inversor y todavia no habia terminado. Aquel dia, me habia pasado corrector de ojeras para tratar de cubrir los circulos oscuros bajo mis ojos tras toda la noche ocupada. Tambien pase demasiado tiempo por la manana quitandome el traje y poniendomelo de nuevo porque el sueno que tenia habia afectado tanto a mi cerebro como para habermelo puesto del reves. Pero la locura de mis dias, la falta de sueno y la ausencia de un amor en mi vida, todo valdria la pena si convencia aquel inversor y era capaz de abrir mi propia tienda de equipaje. El inversor era la mayor oportunidad de mi vida, mi camino hacia el exito que no podia desaprovechar. Si el inversor firmaba, podria dejar mi trabajo y pasar las riendas a Hannah, a quien veia mas que capacitada. Entonces tendria tarjetas de visita hechas con el nombre de mi empresa escrito en la parte superior. Convocaria mis propias reuniones y conferencias telefonicas y fijaria plazos. En lugar de vender mis productos a traves del boca a boca, venderia mi equipaje disenado personalmente por mi en mi tienda, en otras tiendas, en las estaciones de tren y en los aeropuertos, por lo que podria ser utilizado por mujeres de exito como yo. El otro camino, por supuesto, era el fracaso, que era totalmente inaceptable. Era simplemente mas de lo mismo: cafe derramado, manchas de sudor de ir a la carrera de sala de conferencias en sala de conferencias, acne de quedarme dormida con el maquillaje, agotamiento de los dias laborables de dieciseis horas al dia siete dias a la semana trabajando en mi trabajo y luego para mi negocio. !Mi GPS anuncio que habia llegado a mi destino y quise gritar de alegria y pedirle a alguien que me pidiera un roll de tempura de camarones! Me detuve en un stop, empuje mis gafas de sol hacia la parte superior de mi cabeza y seguidamente escudrine en el dispositivo. El resplandor de los rayos del final de la tarde hacia casi imposible leer. Ahueque mi mano sobre el mapa digital, me acerque a el y entrecerre los ojos. No aparecieron nuevas direcciones y el pequeno punto verde se quedo en el lugar. Pense que el nombre del destino, Sendero Tenedor Sur, sonaba como un bar donde se pedian hamburguesas, patatas fritas y cerveza ligera, sentados con el suelo cubierto de cascaras de cacahuete (y junto a un motorista llamado Tiny que era, sin duda, enorme). No parecia estar anunciando el restaurante Sushi Aguas Bravas. Inclinandome aun mas sobre el GPS, presione los botones para ver que estaba mal con la direccion cuando la voz anuncio una y otra vez que ya habia llegado a mi destino. Pero estaba rodeada de arboles y arbustos y, bueno, suciedad. Algo tenia que ir mal. --!Jennifer! --dijo una voz femenina desde fuera del coche--. !Jennifer! !Eh!

  • Body Art de Don Delillo

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    El tiempo parece transcurrir. El mundo sucede, se desdobla en instantes sucesivos, y uno se detiene a contemplar a una arana aplastada contra su tela. Se advierte una inmediatez en la luz y un sentido de cosas delimitadas con precision y de fugaces destellos que relucen en la bahia. Sabemos mejor quienes somos en esos dias brillantes y poderosos en que, tras la tormenta, hasta las mas pequenas hojas secas caen imbuidas de identidad propia. El viento susurra entre los pinos y el mundo nace, irreversible, y la arana cabalga sobre su tela oscilante bajo la brisa. Ocurrio esta ultima manana. Coincidieron en la cocina, esquivandose el uno al otro mientras sacaban cosas de las alacenas y los cajones y luego esperandose mutuamente junto a la pila o el refrigerador, aun algo humedos de sueno derretido. Ella dejo correr el agua del grifo sobre los arandanos que portaba en el hueco de la mano y cerro los ojos para disfrutar del aroma que ascendia. El, sentado frente al periodico, removia el cafe. Se trataba de su cafe, de su taza. Compartian el periodico, pero el periodico, en realidad, le pertenecia tacitamente a ella. --Quiero decir algo, pero que. Ella dejo correr el agua del grifo y parecio notarlo. Era la primera vez que lo hacia ante algo asi. --Es sobre la casa. Eso es lo que es --dijo el--. Algo que queria contarte. Ella observo como el agua del grifo se tornaba opaca en cuestion de segundos. Brotaba transparente y cristalina y luego, en cuestion de segundos, se tornaba opaca. Que curioso le parecia que durante todos aquellos meses, y al cabo de tantas veces como habia abierto el grifo de la cocina, nunca hubiera reparado en como el agua brotaba transparente al principio para luego volverse quiza no exactamente lobrega sino mas bien opaca, o es que tal vez no habia sucedido antes, o acaso lo habia advertido para luego olvidarlo. Se dirigio a la alacena con los arandanos aun humedos en una mano, alargo la otra para coger el paquete de cereales y llevo la caja hasta la encimera, la caja de tonos mayoritariamente marrones y blancos, y entonces el cacharro de tostar salto y ella volvio a conectarlo porque tenias que esperar a que saltara dos veces para que el pan se dorara, y el asintio distraidamente porque eran sus tostadas y su mantequilla, y a continuacion conecto la radio y sintonizo la prevision meteorologica. Los gorriones se apelotonaban en el comedero, aleteando y luchando por un espacio en sus perchas curvadas. Ella abrio la alacena mas proxima para coger un cuenco, sacudio un punado de cereales en su interior y, finalmente, esparcio los arandanos por encima. Se seco la mano en los vaqueros, experimentando en alguna parte la incierta sensacion de un color azul desvaido y acuoso. Como se dice, la palanca. Oprimio la palanca para que se terminaran de hacer sus tostadas. Las tostadas eran de el; el boletin meteorologico, de ella. Escuchaba los boletines, llamaba con frecuencia al numero de informacion del tiempo y a veces se asomaba a la puerta principal y escrutaba el firmamento costero, saboreando la brisa en busca de implicaciones latentes. --Si, exacto. Ya se lo que es --dijo el. Ella se dirigio a la nevera, abrio la puerta y se detuvo, intentando recordar algo. Dijo ella: --?Que? --queriendo decir que has dicho, no que era lo que querias decirme. Recordo las semillas de soja. Cruzo la cocina en direccion a la alacena y cogio la caja y luego atrapo la puerta del refrigerador antes de que se cerrara. Alargo la mano para coger la leche, y al hacerlo recordo las palabras que no le habia oido pronunciar a el ocho segundos atras. Cada vez que tenia que inclinarse para rebuscar en las remotas zonas inferiores de la nevera dejaba escapar un gemido --aunque tampoco siempre-- que era mas parecido a un lamento vital. Era demasiado elegante y flexible como para acusar el esfuerzo, y no hacia con ello sino remedar a Rey inequivocamente, gimiendo su gemido, pero de un modo tan ininterrumpido, tan profundo, que tambien expresaba su propio malestar. El, ahora que ya habia recordado lo que tenia que decirle, parecio perder interes. No le hizo falta ver su rostro para saberlo. Se percibia en el aire. Se percibia en la pausa que arrastraba su observacion de ocho, diez, doce segundos atras. Algo insignificante. Algo tan trivial que si se refiriera a ello el lo consideraria como una especie de autodesprecio. Se aproximo a la encimera y vertio soja sobre los cereales y las frutas. La palanca salto o resalto y el se levanto y se llevo la tostada a la mesa y luego fue en busca de la mantequilla y ella, sin soltar el carton de leche que sostenia en el aire, tuvo que apartarse ligeramente de la encimera cuando le vio acercarse para que el pudiera abrir el cajon y coger un cuchillo para la mantequilla. La radio emitia voces como en hindi, o asi sonaban. Ella vertio leche en el cuenco y el se sento y se levanto. Se dirigio a la nevera y cogio el zumo de naranja y se detuvo en medio de la estancia agitando el envase para reflotar la pulpa y espesar el zumo. Nunca se acordaba del zumo hasta que las tostadas estaban listas. Agito el envase, y luego escancio el zumo y observo la burbujeante cinta de espuma que se depositaba a lo largo del borde del vaso. Ella se quito un pelo que llevaba pegado a los labios y se detuvo junto a la encimera, contemplandolo, un pequeno cabello de tono palido que ni era suyo ni era de el. El seguia agitando el envase. Lo agitaba mas de lo necesario porque no estaba prestandole atencion, penso ella, y porque en cierto modo absurdo e inofensivo le resultaba gratificante, por lo infantil del acto, por la sacudida y el chapoteo y aroma a naranja acartonada. Dijo el: --?Quieres un poco de esto? Ella seguia examinando el cabello. --Dimelo porque no estoy seguro. ?Bebes zumo, tu? --dijo el sin dejar de agitar el condenado trasto, pinzando el pico con dos dedos. Ella se raspo la lengua con los dientes superiores para liberar a su organismo del complicado recuerdo sensorial de aquel cabello ajeno. Dijo: --?Que? Nunca bebo de eso. Lo sabes. ?Cuanto tiempo llevamos viviendo juntos? --No mucho --dijo el. Cogio un vaso, vertio el zumo y observo la presencia de la espuma. A continuacion, se acomodo algo dolorosamente en su asiento. --No lo bastante como para reparar en esos detalles --dijo. --Siempre pienso que estas cosas no deberian pasar aqui. En cualquier sitio menos aqui, pienso. Dijo el: --?Que? --Un pelo en la boca. De la cabeza de otra persona. El se unto la tostada de mantequilla. --?Acaso piensas que solo pasa en grandes ciudades con gran diversidad de poblacion? --En cualquier sitio menos aqui. --Sostuvo el cabello entre el indice y el pulgar, contemplandolo con fingida repugnancia, o con autentica repugnancia forzada hasta limites artisticos, con los labios torcidos, paralizados--. Eso pienso. --Igual llevas con el desde que eras nina. --Regreso a su periodico--. ?Tenias perro? --Eh. ?Ahora te despiertas? --dijo. El periodico era de ella. El telefono era de el, excepto cuando ella llamaba para enterarse del tiempo. El ordenador lo utilizaban los dos, pero espiritualmente era de ella. Siguio alli, junto a la encimera, observando el cabello hasta que, por fin, lo dejo caer al suelo. Se volvio hacia la pila, se lavo la mano con agua caliente y a continuacion llevo el cuenco de cereales hasta la mesa. Su paso junto a la ventana hizo desperdigarse a los pajaros. --Te he visto beber litros de zumo, algo tremendo, no se como decirte --dijo el. Ella aun conservaba el rictus resultante de la experiencia de haber compartido la existencia desconocida de algun manipulador de alimentos o de haberse enfrentado a una realidad mucho mas desusada y serpenteante, el intimo transito del cabello de persona a persona y, de algun modo, de boca a boca a traves de anos y de ciudades y de enfermedades y alimentos contaminados y numerosos fluidos corporales de indole perniciosa. --?Como? Lo dudo mucho --dijo ella. De acuerdo, deposito el cuenco sobre la mesa. Se encamino al fogon, recogio la tetera y la lleno de agua del grifo. El cambio la emisora de la radio y dijo algo que no alcanzo a entender. Devolvio la tetera al fuego porque asi es como uno vive la vida incluso si no lo sabe y a continuacion volvio a rasparse la lengua con los dientes, insistiendo, mientras observaba el azulado chorro de la llama que brotaba del quemador. Casi tuvo que dar un brinco para separarse de la encimera cuando el se acerco en busca del cuchillo de la mantequilla. Se desplazo en direccion a la mesa y los pajaros huyeron una vez mas del comedero. Dejaron atras la sombra de los aleros y volaron hacia el sol y el silencio, en una accion que ella diviso tan solo en parte, elusiva y mudamente hermosa, las aves tan refulgentes bajo la luz que se veian consumidas por ella, incorporeas, transformadas en algo puro y fugaz y dispersamente brillante. Se sento y hojeo diversas secciones del periodico y advirtio que no tenia cuchara. No tenia cuchara. Le miro y vio que llevaba una tirita a un lado de la mandibula. Habia optado por la vieja tetera abollada en lugar de la nueva que acababa de comprar porque… ignoraba por que. Vivian en una vieja casa de madera con numerosas habitaciones y chimeneas utilizables y animales en las paredes y moho por todas partes, un lugar que habian alquilado sin verlo antes, una reliquia de los anos gloriosos de las madereras y las navieras, exageradamente grande, y tenia tarimas que crujian y diversos utensilios deformados desde Dios sabe cuando. Se dejo medio caer de la silla en un gesto de autodesprecio y se dirigio a la encimera en busca de una cuchara. Aprovecho para devolver tambien a la mesa las semillas de soja. La soja poseia un olor que no parecia corresponderse con la arenosa sustancia contenida en la caja. Era un leve tufo a trigo mezclado con pies. Lo olia cada vez que utilizaba la soja. Lo olisqueo dos o tres veces.--Te has cortado otra vez. --?Que? --Se llevo la mano a la mandibula, hundida aun la cabeza en el diario--. Solo es un rasguno. Ella comenzo a leer un articulo de la parte que tenia del periodico. Era un periodico viejo, del domingo, comprado en el centro porque hasta alli no llegaban las entregas a domicilio. --Te pasa ultimamente, no se, quiza no deberias afeitarte enseguida. Espera a despertarte. ?Y para que afeitarte? Vuelve a dejarte el bigote. Dejate barba. --?Para que afeitarme? Debe de existir un motivo --dijo el--. Quiero que Dios pueda verme la cara. Alzo la mirada del periodico y dejo escapar una de esas carcajadas vacuas que tanto le disgustaban a ella, se llevo a la boca una cucharada de cereales y comenzo a leer otro articulo. Ultimamente tendia a situarse, a insertarse en ciertos relatos de los periodicos. Era como una especie de ensonacion divagadora. Lo hacia y luego advertia que estaba haciendolo y a veces volvia a hacerlo pocos minutos despues con esa misma historia u otra diferente y luego volvia a darse cuenta. Alargo la mano hacia el paquete de soja sin alzar la mirada del papel y escancio unas cuantas semillas en el cuenco mientras en la radio se oian el trafico y las tertulias. Al parecer, la idea era que tendria que agotar la capacidad de uso de la vieja tetera, usarla y volver a usarla hasta que le salieran burbujas de oxido, y entonces y solo entonces podria sustituirla tranquilamente por la que acababa de comprar. --?Tienes necesariamente que escuchar la radio? --No --dijo ella, y siguio leyendo el periodico--. ?Que? --Que mierda tan increible. Su modo de acentuar la m de mierda, dignificando la palabra. --Yo no encendi la radio. Tu encendiste la radio --dijo ella. El se encamino a la nevera y luego regreso con un higo oscuro y enorme y apago la radio. --Dame un poco de eso --dijo ella, leyendo el periodico. --No estaba echando culpas. Quien la encendio, quien la apago. Andamos un poco susceptibles esta manana. Que digo, yo soy el que deberia estar a la defensiva. No la jovencita que se dedica a comer y a dormir y a vivir sin hacer otra cosa. --?Como? Anda, Rey, callate. El arranco el tallo de un mordisco y lo arrojo en direccion a la pila. Luego, abrio el higo con las unas y le arrebato la cuchara de entre los dedos y la lamio para limpiarla y la utilizo para extraer una porcion de pulpa rosada del pellejo abierto del fruto. La deposito sobre su tostada -- la masa, la papilla, la pulpa-- y a continuacion la extendio con el dorso de la cuchara, formando untuosos remolinos sanguinolentos rebosantes de semillas. --Yo soy el que tiene que estar susceptible por las mananas. El que tiene que quejarse. El terror de otro dia cualquiera… --dijo maliciosamente--. Tu aun no sabes lo que es eso. --Dejanos en paz un ratito --le dijo ella. Se inclino, y el le alargo el pan. En los arboles proximos a la casa, los cuervos entonaban su estridente reclamo. Ella asesto un nuevo bocado y cerro los ojos para poder pensar en el sabor. El le devolvio la cuchara. Luego, encendio la radio y recordo que acababa de apagarla y volvio a apagarla de nuevo. Ella vertio unas semillas en el cuenco. El olor de la soja era algo a caballo entre el olor corporal, si, de las extremidades inferiores y cierta vida germinativa y real de la tierra, una vida sembrada y profunda. Pero eso no lograba describirlo. Leyo en el periodico un articulo sobre un nino que habian abandonado quien sabe donde. Nada lo describia. Era olor en estado puro. Era lo que es el olor, independientemente de sus fuentes. Era como, y a punto estuvo de decir algo en este sentido, porque a el tal vez le habria divertido, pero lo dejo pasar, era como si un, tal vez un escolastico medieval hubiera intentado clasificar todos los olores conocidos y hubiera descubierto algo que no encajaba con su sistema y lo hubiera llamado soja, lo que facilmente podia formar parte de algun sublime termino latino, pero no, era imposible, y siguio alli, pensando en algo, no estaba segura de en que, con la cuchara a unos centimetros de la boca. Dijo el:

  • Ultima (Judith Rashleigh 3) de L.s. Hilton

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    La glamourosa e internacionalmente conocida marchante de arte Elisabeth Teerlinc sabe bastante sobre el mundo de las falsificaciones. Despues de todo, ella misma no deja de ser una falsificacion o una especie de fraude. Su verdadera identidad, Judith Rashleigh, se encuentra enterrada bajo una fina capa de mentiras. Por no mencionar la cantidad de cadaveres que se ha llevado por delante, de todos aquellos que querian entorpecer su camino.

  • Tras la muerte de don Juan de Sylvia Townsend Warner

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    “Tras la muerte de don Juan” aborda un tema espanol, la fi-
    ?gura de don Juan, a partir de la opera de Mozart, “Don Giovanni”, en el punto en que el autor del libreto, Lorenzo Da Ponte, dejo la historia: su muerte.
    Escrita al mismo tiempo en que la escritora estaba implicada en el apoyo a la Republica espanola, publicando articulos y relatos sobre la guerra, y realizando una intensa labor de activismo politico, puede considerarse, en palabras de su autora, “una parabola [?] o una alegoria [?] de la quimica politica de la guerra espanola, con el don Juan [?] convirtiendose en el fascista del texto”.

  • Tu hoy no te casas de Maria Jose Vela

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    Coco esta fabulosa envuelta en su exclusivo vestido de novia. Incluso su madre, la editora de moda mas poderosa del momento, parece dar su visto bueno.

  • Y llegaste tu 1 de Coral Moon

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    Aburrida, mire hacia el otro lado de la barra y mis ojos se encontraron con los suyos. Destellos de imagenes comenzaron a desfilar ante mis ojos, hasta que todo dejo de existir entre nosotros. Solo estabamos el y yo, mirandonos el uno al otro, deseando poseernos. Respire hondo, simplemente no llegaba a comprender como podia sentirme tan atraida por alguien a que apenas conocia. Por increible que parezca, senti que era el hombre de mi vida hasta que se abrio la puerta. Mire hacia ella con la boca abierta cuando la vi entrar y se dirigio hacia el para besar los labios que yo llevaba deseando besar otra vez. Me miro de una forma tan intensa… que por un instante se me olvido respirar.

  • La violeta de Garden House (Seleccion RNR), Nunila de Mendoza de Nunila De Mendoza

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  • Sin lluvia no hay arcoiris de Eva M. Soler, Idoia Amo

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    La puerta golpeo la pared al abrirse con brusquedad, pero a ninguno de los dos le importo, ocupados como estaban en besarse apasionadamente. Patrick la cerro con el pie, mientras guiaba a Brooke hacia el interior sujetandola por la cintura. La chica llevo las manos a sus hombros para bajarle la chaqueta y quitarsela, dejandola caer al suelo. Empezo a desatar sus botones, mientras Patrick se arrancaba la corbata y la tiraba a un lado. Cogio a Brooke y la sento sobre una de las encimeras de la cocina, deslizando las manos por su espalda mientras buscaba una cremallera o unos botones, o lo que fuera que mantenia el maldito vestido en su sitio. Ella tambien tenia problemas con su camisa, porque Patrick noto un tiron y escucho el sonido de varios botones caer al suelo. Se aparto unos segundos para deshacerse de la prenda, y sus miradas se cruzaron en la penumbra de la cocina, donde tantas veces se habian peleado por un trozo de encimera, un cuchillo o una cazuela en particular. Brooke se humedecio los labios y palpo los musculos de su pecho. Sabia que Patrick utilizaba el gimnasio y la piscina del hotel, porque ella tambien y pronto habia aprendido sus horarios para no coincidir, aunque no imaginaba que le diera tan buen uso. Alargo las manos hacia el cinturon del pantalon y Patrick volvio a besarla, cogiendola por la nuca para sostener su cabeza mientras introducia su lengua hasta tocar la suya, de una forma que la hizo gemir contra su boca. Con la otra mano volvio a recorrer el vestido, sin exito, y dejo aquellos labios con un juramento. --?Como demonios te quito esto? --gruno. --Es complicado, olvidate. Se llevo las manos al cuello, y desato el nudo que ataba el vestido por arriba. Al comprarlo, le habia encantado el estilo pin up que tenia, atado arriba y con vuelo por debajo; incluso tenia un ligero cancan de encaje para darle volumen. De saber lo que iba a pasar, habria buscado algo mas sencillo: se ataba con una cremallera lateral, ademas del nudo, y no tenia paciencia en aquel momento para pegarse con ella. Y por lo que veia, Patrick tampoco, porque cogio las tiras de tela y las bajo, dejando sus pechos al descubierto. Brooke agradecio que hubiera poca luz, porque enrojecio al ver como la miraba. El vestido tenia la espalda muy baja; por eso se habia decidido a no llevar sujetador, algo que no era habitual en ella. Patrick estaba alucinado, jamas hubiera imaginado que Brooke no llevara nada debajo de aquel vestido, y eso que se habia pasado buena parte de la noche con los ojos en ese escote como un idiota. Durante un segundo se pregunto si haria lo mismo en dias de trabajo... No, seguro que no, o se habria dado cuenta. Claro que nunca le habia mirado el escote hasta entonces, y el uniforme de trabajo tampoco tenia: pantalon y camisa con cierre de botones lateral, todo en blanco. Fruncio el ceno al darse cuenta, pero desecho el pensamiento al instante; no era momento de pensar en nada. Inclino la cabeza para bajar los labios hasta uno de los pezones, lamiendolo con ansiedad. Brooke le acaricio el pelo, suspirando. Echo la cabeza hacia atras mientras el la sujetaba por la espalda, reclinandola poco a poco sobre la mesa a la vez que pasaba sus labios al otro pezon. Cuando la tuvo tumbada, tuvo que pelearse con el vestido y el cancan para poder acceder a sus piernas. La acaricio desde el tobillo hasta los muslos, pensando en lo sexi que estaba con aquellos zapatos peep-toe y ese look tan anos treinta. Bajo la cabeza para besar la parte interna de los muslos, metiendo la mano hasta alcanzar la ropa interior y asi quitarsela, tirandola tambien al suelo. Se coloco sus piernas en los hombros para de ese modo poder acariciar con los labios y la lengua entre ellas. Brooke se sujeto como pudo a la encimera, a punto de dar un bote al sentir lo que hacia. Su mente estaba nublada, apenas era capaz de pensar, solo de dejarse llevar mientras notaba como su cuerpo le pedia cada vez mas. Se retorcio bajo el, bajando las manos para cogerle por el pelo instandole a subir, pero Patrick no se movio, sino que la llevo al limite... y cuando paro, durante unos segundos tuvo deseos de matarlo, hasta que escucho el sonido de la cremallera de su pantalon. Lo miro al ver que se quedaba quieto de pronto y se dio cuenta de lo que estaba pensando. --En mi bolso --se apresuro a decir--. El pack de regalo. Patrick respiro aliviado; si hubieran tenido que parar en ese momento, le habria dado algo. Se agacho para recoger el bolso de Brooke del suelo, metio la mano sin apenas mirar y saco el paquetito de plastico. Ella se agito, impaciente, mientras Patrick rasgaba el envoltorio. Una vez listo, la acaricio con los dedos, comprobando que estaba preparada para el, y la sujeto por las caderas para penetrarla de un solo movimiento que casi hizo gritar a ambos. Brooke se arqueo sobre la encimera, perdiendo de nuevo la conciencia. Pensaba que no podia ir a mejor, hasta que Patrick empezo a moverse contra ella, con una mano en la cintura y la otra en una de sus piernas, que aun tenia sobre los hombros de el. Patrick apreto los dientes, intentando concentrarse, pero aquello era demasiado agradable, demasiado intenso como para poder mantener la cordura. La forma en que ella se movia contra el, como respondia a sus caricias y gemia, lo volvia loco. Miro su rostro; con los ojos verdes entrecerrados, los labios humedos por sus besos... Era una vision de los mas seductora. La necesitaba mas cerca, asi que le coloco las piernas en su cintura y la elevo para sentarla, besandola de nuevo. Brooke le rodeo el cuello con los brazos, pegandose a su cuerpo. El roce de su piel desnuda la enardecio aun mas y Patrick acelero sus movimientos, clavando los dedos en sus caderas sin poder evitarlo. A ella no le importo, estaba igual que el: al borde de estallar. Patrick beso su cuello, rozandolo con los dientes. --!Patrick! Brooke no pudo evitar gritar su nombre, estremeciendose de pies a cabeza, y aquello termino con el poco control que a el le quedaba. La estrecho contra si y se tenso al notar como su cuerpo se liberaba y lo dejaba exhausto. Se quedaron abrazados mientras recuperaban la respiracion. Brooke tenia los dedos enredados en su pelo y le acariciaba los mechones rubios de forma distraida. Aun debia asimilar lo que acababa de pasar, nunca habia sentido nada tan fuerte ni intenso, ni siquiera estaba segura de que sus piernas la sujetaran si se apoyaba en el suelo. Y no queria soltarle; si lo miraba... si hablaban se romperia el momento, y queria alargar esa sensacion lo mas posible. Pero poco despues, Patrick se movio. Se quedo quieta mientras el la besaba y se quedaron mirandose como si nunca se hubieran visto antes. Patrick delineo su rostro con un dedo, desde las cejas bajando por la nariz, hasta rozar sus labios. --Te he dejado sin maquillaje --murmuro. Ella sonrio y le toco la mejilla, que comenzaba a estar aspera por la barba incipiente. --Creo que todo mi pintalabios lo tienes tu. Patrick la cogio por la barbilla, dandole un beso. --Brooke... --susurro. Y entonces se encendio una luz en al otro lado de la puerta, que tenia dos ojos de buey en la parte superior. Patrick reacciono con rapidez, bajandola de la encimera mientras se subia los pantalones velozmente. Se agacharon para ocultarse detras de la encimera, parapetandose con los muebles. Brooke miro de reojo a Patrick, que estaba con la vista fija en los ojos de buey. Y entonces fue consciente de que su vestido estaba arrugado a la altura de su cintura, la parte superior seguia desatada... se apresuro a cubrirse rehaciendo el lazo del cuello, mientras alisaba a duras penas la falda. Su mirada se desvio hacia el suelo, donde su ropa interior yacia junto a la corbata de el. La vision la hizo enrojecer y alargo la mano para coger ambas prendas. Tambien cogio su camisa y chaqueta, y le rozo el hombro desnudo para llamar su atencion. Patrick la miro y recupero sus prendas sin decir nada. Se quedo con ellas en la mano, volviendo la atencion al exterior. Una sombra paso cerca de la puerta, pero siguio su camino y poco despues las luces se apagaron de nuevo. Los dos se incorporaron evitando mirarse. Brooke termino de vestirse, mientras el se abotonaba la camisa en la medida de lo posible y se la metia por dentro del pantalon. Se coloco la corbata alrededor del cuello e hizo un gesto hacia la puerta, con la chaqueta en la mano. --Quiza no debamos regresar juntos --comento. Brooke afirmo con la cabeza, apartando la vista de su pecho. ?Sabia el lo atractivo que estaba con aquel aspecto desenfadado? El pelo rubio revuelto, la corbata sin atar y un par de botones desabrochados... Le daban ganas de volver a arrancarle la camisa. Pero parecia que el habia recuperado el sentido mas rapido que ella, porque levanto una ceja de forma interrogativa. --?Quieres que salga yo primero? --pregunto Patrick, al ver que la chica no se movia. --No, ya voy. Se quedo unos segundos mas indecisa. ?Que se suponia que decia una en aquellas circunstancias? <> <> --Feliz Ano Nuevo, Patrick. El parecio sorprendido por aquella frase, pero inclino la cabeza con media sonrisa y le contesto igual: --Feliz Ano Nuevo, Brooke. Brooke penso que aquella debia haber sido la frase mas estupida del universo... En fin, era lo unico que se le habia ocurrido y, al fin y al cabo, era Ano Nuevo, ?no? !Si todo habia comenzado por culpa de la cuenta atras dichosa de Nochevieja! Ni siquiera habia visto a quien tenia a su lado en la fiesta de empleados en ese momento, hasta que la gente empezo a besarse como era costumbre y, al girarse, se lo encontro a el. Y algo habia pasado, porque en lugar de darse la vuelta y marcharse cada uno por su lado como solian hacer, inexplicablemente se habian acercado para besarse. Y lo que habia comenzado como un beso casto en los labios fue a mas y, antes de darse cuenta, estaban en la cocina. Se metio en el primer cuarto de bano femenino que vio para intentar recuperar la compostura. ?Pero que demonios le habia pasado? !Si Patrick era su enemigo numero uno! Llevaban meses compartiendo cocina, sin llevarse bien ni un solo dia. Cada uno tenia una forma de cocinar, de organizarse... !de todo! Ya desde el primer dia chocaron y nunca habian compartido un solo momento de ocio fuera de la cocina. ?Seria por eso? ?Habia bajado la guardia porque estaban en un ambiente relajado? Maldita fiesta de fin de ano... Se miro en el espejo, y se asusto al ver el estado en que estaba su pelo, por no hablar del maquillaje inexistente, ni de las zonas rojas en su cuello, alli donde Patrick... Sacudio la cabeza para no pensar en eso. Se peino con los dedos lo mejor que pudo y recompuso su maquillaje con el pulso algo tembloroso. Cuando estuvo satisfecha con el resultado, observo su reflejo, sin poder reprimir una expresion preocupada. ?Que iba a pasar cuando volvieran al trabajo? Patrick espero un par de minutos en la cocina, sin dejar de dar vueltas junto a la encimera donde... reprimio una maldicion y coloco bien un par de espumaderas que ellos habian movido sin querer antes de salir y meterse en el primer cuarto de bano que vio. Se miro en el espejo, apoyando las manos en el lavabo. ?Pero que demonios le habia pasado? !Si Brooke era su enemigo numero uno! Llevaban meses compartiendo cocina, sin llevarse bien ni un solo dia. Cada uno tenia una forma de cocinar, de organizarse... !de todo! Ya desde el primer dia chocaron, y no habian compartido nunca un solo momento de ocio fuera de la cocina. ?Seria por eso? ?Habia bajado la guardia porque estaban en un ambiente relajado? Maldita fiesta de fin de ano... Aunque tampoco podia echar la culpa al alcohol, ya que solo se habia tomado un par de copas de champan. Ni siquiera se habia fijado en ella hasta que se deslizo a su lado bailando y tuvo que mirar dos veces para reconocerla. Entonces observo que llevaba su cabello moreno diferente, suelto con ondas, peinado de una forma que, junto con el vestido, le recordo a las chicas de los calendarios pin up. Ya no habia podido evitar seguir observandola hasta encontrarse a su lado cuando habia comenzado la cuenta atras. Y cuando ella se giro, esos labios pintados de rojo pasion lo atrajeron como si de un iman se tratara. El mismo rojo que ahora estaba esparcido por toda su cara, asi que se echo agua fria para quitarselo y de paso rebajar el calor que empezaba a sentir al pensar en ella. Saco un panuelo del bolsillo del pantalon y se seco el rostro, eliminando todos los restos del pintalabios. Termino de abotonarse la camisa e hizo un nudo perfecto en la corbata. Se echo un poco de agua en el pelo para alisarselo y, tras ponerse la chaqueta, se examino en el espejo. Asi no se le veia la parte de la camisa sin botones, su pelo volvia a estar arreglado... En la cocina siempre estaba impecable con su uniforme blanco; ponerse un traje para fin de ano le habia parecido adecuado, aunque ahora le diera demasiado calor. En fin, todo en orden, asi que quiza deberia volver a la fiesta. Si no fuera por la expresion preocupada que tenia en la cara, nadie diria que habia ocurrido nada. Pero claro, ?que iba a pasar cuando volvieran al trabajo? De vuelta en la fiesta, Brooke fue a la mesa donde habia botellas y vasos para que cada uno se sirviera. Se lleno un vaso de champan, se lo tomo de un trago y volvio a llenarlo. --!Eh, garganta profunda! ?Piensas acabar con todas las bebidas? Levanto la vista para encontrarse a Denise, la subdirectora del hotel y su mejor amiga alli. Habian congeniado desde el principio y con ella pasaba su tiempo libre cuando coincidian ambas. Asi como Brooke vestia con el uniforme de la cocina a diario y pocas veces se arreglaba como esa noche, Denise era todo lo contrario: siempre iba perfecta, con tacones y el pelo rubio perfectamente alisado, con una media melena y flequillo que enmarcaban su rostro angelical. Su puesto tenia mucho que ver en su estilo, obvio, aunque tambien formaba parte de su personalidad. --Es mi intencion --le contesto. --?Estas bien? Pareces acalorada. ?Has bailado mucho o que? --No, no es eso. --?La gente te agobia? No lo entiendo, ya deberias estar acostumbrada. Hizo un gesto que abarcaba al nutrido grupo que se habia juntado alli, practicamente todo el personal del hotel que vivia en los apartamentos para trabajadores. Como era una noche especial, se habia contratado personal externo para entretener a los clientes esa noche y la empresa habia dado libre a todos los departamentos. Denise habia tenido mucho que ver en eso, ya que era la primera vez que se lograba algo asi. Llevaba un ano y medio alli, unos meses mas que Brooke, y uno de sus objetivos era mejorar las condiciones laborables. Los empleados solo libraban un dia a la semana, por ejemplo, otro tema que tenia pendiente. El Paradise Lanikai Beach era un enorme complejo hotelero a pie de playa en la isla principal de Hawai, Oahu. Tenia dos bloques principales, cada uno con su correspondiente piscina, unidos por varios puentes de madera con antorchas decorativas que encendian por la noche. En el centro habia un escenario donde se hacian actuaciones en ocasiones especiales o se colocaba alguna orquesta itinerante. Detras de todo ello, separado por vallas de bambu, se encontraban los apartamentos de los empleados. Todos tenian un bungalow de una habitacion, con una pequena cocina unida a un salon, y en el centro de los edificios habia una piscina, con vestuario y gimnasio propio. Como tenian poco tiempo libre, la piscina no solia estar muy masificada. Ademas, el personal rotaba con bastante frecuencia y muchos preferian pasar ese tiempo descubriendo la isla y sus playas. El motivo del cambio de personal era, por un lado, que no todos se acostumbraban a trabajar en una isla, y, por el otro, que formaba parte del programa de intercambio de la cadena para que los empleados adquirieran experiencia en diferentes localizaciones y tipos de hotel. Era normal que los que empezaban se inscribieran en ese programa, daba muchas oportunidades para recorrer mundo, lo que era otro punto a su favor. --Mejor te lo cuento --solto. Brooke cogio a una sorprendida Denise del brazo y la alejo de la musica y la gente, detras de una palmera. --?Que me he perdido? --pregunto Denise, sin entender nada. --Me acabo de acostar con Patrick --espeto su amiga. Denise se quedo con la boca abierta. Decir que se habia quedado alucinada era poco, estaba a punto de pellizcarse por si sonaba, porque aquello no podia ser verdad. Tenia que haber oido mal. --Repite eso --pidio. --Digo que me acabo de acostar con el. Despues de la cuenta atras, hemos ido a la cocina y... En fin, eso. Denise abrio de nuevo la boca. La cerro, volvio a abrirla y parpadeo varias veces. --Espera a ver si me he enterado bien --dijo--. ?Me estas diciendo que Patrick y tu habeis echado un polvo en la cocina? ?Tu y el mismo Patrick que odias desde el dia uno que entraste en este hotel, el mismo Patrick al que, y te recuerdo tus palabras exactas, llamaste <>? ?El mismo Patrick que te quita tu sarten favorita y tu a el su cuchillo de cortar preferido? --Denise... Pero su amiga estaba lanzada, con aquel brillo que se le ponia en los ojos azules cuando algo le resultaba divertido y sorprendente al mismo tiempo. --?El mismo Patrick que, dijiste, era un imbecil estirado que solo sabia mirarse el ombligo y que metiste en la lista de <> sobre el personal del hotel que hicimos en la fiesta de despedida de Karen? --A ver, Denise, !que si! --?Y en que momento ha salido de la lista? Porque cuando todas estuvimos de acuerdo en que el chico esta muy bien, tu solo le sacaste defectos. A saber... --empezo a enumerar con los dedos--: va siempre repeinado, no sonrie nunca (algo que, debo decir, es falso), el uniforme de cocinero le queda fatal, tiene cara de aleman... lo cual sigo sin entender por que es malo, !si encima su madre es alemana! --Pues porque... porque si. Y ademas es un borde... --Contigo. Porque tu tambien lo eres con el. Pero no te me disperses, por favor. ?Como fue? --No lo se. --?Estabas borracha y no te acuerdas? Porque te veo muy lucida ahora mismo. --No, ?a que te refieres?

  • Mentiras y enganos de Jose Ismael Ospina Vergara

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    Despues de un pasado tormentoso Andrea esta lista para emprender una nueva etapa de su vida junto a su nuevo esposo, joven y atractivo. Sin embargo las cosas no son como uno las suena, un viaje a Espana que termina de forma repentina es el inicio de una serie de eventos que la empujan a regresar a Colombia sola, sin trabajo y sin otra opcion que volver a empezar.

  • Empezar de cero – Virginia V. B de Virginia V. B

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    Julia, es la hija de un arquitecto muy importante de Estados Unidos. Un hombre despota que no la trata precisamente bien. En una fiesta que organiza su padre, conoce a Abraham Asbai. Un nuevo arquitecto recien llegado a la ciudad del que se enamora perdidamente, y con el que se casa poco despues de conocerse. Ella, esta muy enamorada, y por supuesto cree que su marido siente lo mismo que ella. Hasta que sin querer escucha una conversacion de este con su mejor amigo y descubre algo que evidentemente, ignoraba.
    Desesperada y decepcionada huye en el coche para ver a su amiga y hablar con ella de lo que acaba de descubrir, pero un camion se cruza en su camino, y tiene un tragico accidente que la dejara en coma y posteriormente amnesica.
    ?Podra seguir Julia con su vida cuando se despierte del coma a pesar de no recordar nada de ella?
    ?Y que sucedera cuando esos recuerdos regresen?
    ?Se vera con fuerzas para empezar de cero?

  • Prestame tu fuerza de Iris Boo

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    Nick Vasiliev mantiene viva la leyenda del Ruso Negro, como lo hizo en su momento su hermano mayor. Sabe muy bien cual es su responsabilidad con la familia, sus obligaciones, pero eso no quiere decir que no se divierta tambien. Ser el hijo pequeno del gran patriarca de la mafia rusa en Las Vegas tiene sus ventajas, pero eso no le libra de trabajar en los negocios que posee su familia; aqui no se regala nada, y el lo sabe. Como tambien es consciente de que no hay nada mas importante que la familia, y que si es necesario, se sacrificaria por los suyos sin dudar.

  • Pasion por el Highlander de Aitor Ferrer

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    Mirar a su alrededor y no reconocer ni un solo detalle que le resulte familiar, sume a Diana en la mas absoluta de las desesperaciones cuando se despierta de su ?accidente? Ni siquiera eso tiene claro.

  • Circo Maximo: La ira de Trajano – Santiago Posteguillo de Santiago Posteguillo

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    Circo Maximo es la historia de Trajano y su gobierno, guerras y traiciones, lealtades insobornables e historias de amor imposibles. Hay una vestal, un juicio, inocentes acusados, un abogado brillante, mensajes cifrados, fortalezas inexpugnables, dos aurigas rivales, gladiadores y tres carreras de cuadrigas. Hay un caballo especial, diferente a todos, leyes antiguas olvidadas, sacrificios humanos, amargura y terror, pero tambien destellos de nobleza y esperanza, como la llama del Templo de Vesta, que mientras arde, preserva a Roma. Solo que algunas noches la llama tiembla. La rueda de la Fortuna comienza entonces a girar. En esos momentos, todo es posible y hasta la vida de Trajano puede correr peligro. Y, esto es lo mejor, ocurrio: hubo un complot para asesinar a Marco Ulpio Trajano.

  • Siempre estuvieron ellas de Javier Santamarta Del Pozo

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    Espana es un pais femenino. Dudarlo seria no reconocer que su Historia esta salpicada, y aun forjada, por mujeres que despuntaron en todos los campos en que quisieron destacar. Tanto si era posible, como si no. Espana es un lugar donde las mujeres han desarrollado un papel como en pocos sitios mas podemos encontrar. Hay heroinas, literatas, reinas, escultoras, inventoras, cientificas, santas. Mujeres avanzadas a su tiempo que se toparon con trabas e impedimentos y que, pese a todo, triunfaron. Magnificos exponentes del coraje y del empeno puesto en una causa, aunque les costara la vida.

  • Berta Isla de Javier Marias

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    Muy jovenes se conocieron Berta Isla y Tomas Nevinson en Madrid, y muy pronta fue su determinacion de pasar la vida juntos, sin sospechar que los aguardaba una convivencia intermitente y despues una desaparicion. Tomas, medio espanol y medio ingles, es un superdotado para las lenguas y los acentos, y eso hace que, durante sus estudios en Oxford, la Corona ponga sus ojos en el. Un dia cualquiera, <> que se podria haber ahorrado, condicionara el resto de su existencia, asi como la de su mujer.

  • Desapegarse sin anestesia, Walter Riso de Walter Riso

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    Si consideras que algo o alguien es indispensable para tu felicidad, tienes un grave problema: estas a la sombra de un amo. Y no me refiero al aire que respiras, la comida que te alimenta o el sueno que te repone, sino a muchas necesidades de las cuales podrias prescindir sin que tu supervivencia emocional y psicologica se viera afectada de alguna manera. No importa la fuente del apego, llamese fama, poder, belleza, autoridad, aprobacion social, internet, juego, moda o pareja, la adiccion psicologica hara que tu existencia sea cada dia mas insalubre: te arrodillaras ante ella, le rendiras pleitesia y vivira en el filo de la navaja por miedo a perderla. Establecer una relacion dependiente significa entregar el alma a cambio de obtener placer, seguridad o un dudoso sentido de autorrealizacion.

  • Ikigai esencial de Ken Mogi

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  • Dame un ano de tu vida de Maria Border

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  • El Clan de Breoghan de Miguel Angel Fernandez Ramirez

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    Una antigua leyenda irlandesa dio a conocer al mayor de los heroes del pueblo gallego: Breoghan, padre de Brigantia.
    Olvidado en su tierra durante generaciones, en el siglo XIX la figura de este mitico guerrero resurgio de las cenizas para no desaparecer jamas ni de la memoria ni de la historia.
    ***
    El el siglo V a.C, en el noroeste de Ispnya, los dioses quisieron cambiar el destino de Caicher, hijo de la tribu de los Betu, para que viviera otra vida diferente, una repleta de accion y aventuras. Este destino le llevara a conocer al legendario Breoghan, lider de los gaedheal. Junto a su clan, descubrira lo que es el amor, la amistad, el valor, la guerra, la ambicion, la traicion y la venganza. Con ellos recorrera medio mundo en busca de la verdad y el honor, encontrando tambien por el camino sangre y dolor.
    ***
    La obra esta basada en los relatos recogidos en el “Leabhar Ghabhala” o “Lebor Gabala Erenn” (Libro de las invasiones de Irlanda), donde se relatan las sucesivas invasiones que sufrio la isla de Irlanda hasta la llegada de los Milesianos. Estos Milesianos pertenecian al linaje del rey Breoghan, lider de la tribu de los gaedheal en la peninsula iberica y fundador de Brigantia.

  • Un lugar junto al mar de Angela Drei

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    Una historia sobre las decisiones, la vida y el amor.

  • Dejame morir de Alberto Meneses

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    DEJAME MORIR. UN NUEVO CASO DE ROBERTO FUENTES.Despues del exito de <>, llega un nuevo caso de Roberto Fuentes.Tras finalizar su ultimo caso en la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, Roberto Fuentes recibe una llamada desde Asturias; una menor de edad ha desaparecido en Nueva de Llanes y el unico detenido es un amigo de la infancia que solo le contara a el la verdad sobre lo ocurrido.Junto a la sargento Eva Ruano, Roberto se sumergira en un oscuro mundo de rituales sangrientos y poderes en la sombra donde la vida humana parece no tener ningun valor, y que pondra a prueba sus mas fuertes convicciones.?Descubriran quien esta detras de la desaparicion de la joven? ?Es la unica o hubo otras antes que ella? ?Por que Roberto no deja de sonar con la desaparecida?<> es un nuevo thriller policiaco de Alberto Meneses, autor de una docena de libros y con varios miles de ejemplares vendidos.

  • Hazme una escena de amor, C.M.A de

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    Anabela Bregan es una reconocida autora de novela romantica que se enfrenta a un momento decisivo en su carrera, debe re-formularse o extinguirse. Tiene dos opciones: se echa de cabeza de una vez por todas a la moda erotica, o muere a los pies de sus colegas que saben explotar el genero. La derrota es inminente, su falta de creatividad sexual encuentra la base en la inexperiencia personal. Joaquin es el amante perfecto, un autentico maestro del sexo, y algo mas que la casualidad lo llevara a golpear a su puerta con un proposito en particular, ser el trabajo de campo que Anabela necesita. La desesperacion llevara a Ana a tomar una decision no propia de ella, arrojarse en los brazos de ese hombre con la unica intencion de encender su cuerpo y que este haga lo mismo con su imaginacion. ?Que sucede cuando juntas a una especialista del amor con un especialista del sexo? Mmmm…mejor no te lo digo. Descubrelo. !Vamos, ven…hazme una escena de amor!

  • La chica con pies de cristal de Ali Shaw

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    Con esta fabula sobre el amor, bella, singular y exquisitamente triste, el escritor britanico Ali Shaw ha visto como su primera novela se convertia en un hallazgo literario. La chica con pies de cristal ha recibido excelentes criticas en Inglaterra y Estados Unidos, ha obtenido el Premio Desmond Elliot y ha sido finalista del Premio Costa de Primera Novela y del Premio Crawford, ademas de traducirse a catorce idiomas. Extranos sucesos ocurren en el remoto archipielago de Saint Hauda. Criaturas de una rara belleza sobrevuelan la marisma helada y animales albinos encuentran refugio en los bosques, mientras las medusas iluminan con destellos electricos el oscuro fondo del mar. Tras unas breves vacaciones en una de las islas, la joven Ida Maclaird descubre que sus pies se estan volviendo de cristal. Alarmada, Ida regresa a Saint Hauda en busca de una explicacion a este fenomeno.

  • La receta del amor en pareja de Victoria Cardona

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    ?Como animar y revitalizar el amor para que perdure una union profunda, la correspondencia de sentimientos y asi alcanzar la felicidad? Las claves para un amor en pareja que perdure las encontramos en las demostraciones de carino, la entrega total con ternura y pasion, el respeto por la autonomia y promocion de la personalidad del conyuge, la comunicacion sincera y el buen humor ante les dificultades.

  • Indignacion de Philip Roth

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    Corre 1951, el segundo ano de la guerra de Corea. Marcus Messner, de Newark, Nueva Jersey, comienza su segundo curso en la bucolica y conservadora Universidad de Winesburg en Ohio. ?Por que esta ahi? Porque su padre, un esforzado carnicero de barrio, parece haber perdido el juicio, loco de temor y aprension ante los peligros de la vida adulta, los peligros del mundo, los peligros que en cada esquina acechan a su amado hijo. Indignacion, relato de la formacion de un joven en los tremendos riesgos y los extranos obstaculos de la vida, se suma a las agudas exploraciones de Roth sobre el impacto de la historia norteamericana en la vida del vulnerable individuo aislado.

  • Eres solo una esclava. Reina de Aina Castillo

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    Ya vienen. Ya vienen. --No podemos tenerla aqui. La mataran. --Tenemos que hacer algo urgente. No podemos quedarnos aqui. El ruido de los pasos que avanzaban, sonaban como la marcha de la muerte. De fondo, los gritos de desesperacion que se ahogaban en las detonaciones de las armas. En la oscuridad, la discusion era llevada en susurros. A pesar del miedo que sentian, ese hermoso bebe dormia placidamente en los brazos de su madre. La mujer la envolvio aun mas porque, a pesar del terror, la noche estaba mas fria que nunca. La contemplo por un rato. La expresion de serenidad y de completo amor le hizo pensar que por un momento nada malo podria suceder. Pero no era asi, el sonido del peligro se hacia cada vez mas intenso y sabia que no habia escapatoria. --Vete. --?Pero de que hablas? --Vete, vete con la nina. Vayanse. --No te puedo dejar aqui. --Vete, te he dicho. El le tomo el rostro y una lagrima recorrio la mejilla. Ella supo que el final era inminente por mas que lo negara en su alma. --Vete... Hazlo ya. La voz fue mucho mas suave pero igual se sintio como una sentencia cruel. El dolor estaba en el aire pero eso era lo que se podia hacer. No habia otra solucion. Entonces, la mujer diviso una puerta en el medio de la oscuridad y antes de irse, giro para ver por ultima vez al hombre que siempre habia amado. Se encontro en la calle, en ese lugar que habia sido su hogar por tanto tiempo y que ahora era solo un escenario de destruccion y dolor. Los gritos aumentaban, por lo que tomo a su bebe entre los brazos para protegerla de todo lo que habia alrededor. Se convertiria en su escudo sin importar nada mas. Sorteo lugares con cuerpos y sangre, reconocio los rostros de vecinos y de las mascotas que tambien se habian convertido en parte de su familia. Casas destruidas y ese ambiente de desolacion. Ese era el futuro que le esperaba a su hija. Corrio con todas las fuerzas de su cuerpo, al mismo tiempo que sus brazos actuaban como la barrera de proteccion contra todo lo demas. Poco a poco, la mujer dejo atras aquello que tanto amaba. Recorrio caminos que no habia conocido jamas, con la sensacion de que la pesadilla aun no habia terminado... Y tenia razon. Justo cuando penso que por fin estaba lejos de todo, fue interceptada por un grupo de hombres altos y muy amenazantes. Se quedo muda y comprendio que su destino ya no era el de estar con ella, pero al menos haria el intento de salvarla. --Por favor, mirenla. Es solo una bebe. No tiene culpa de nada. Tenia los ojos cargados de lagrimas y la voz quebrada por la desesperacion. Si alguien tenia que vivir, sin duda, era la pequena. --Hagan conmigo lo que quieran, no me importa. Pero por Dios, se lo ruego, no le hagan dano. Es un ser puro e inocente. Se lo ruego, por lo que usted mas quiera. Tuvo la sensacion de que todo estaba perdido hasta que un hombre emergio entre el grupo. Ella no lo pudo detallar porque todo estaba oscuro y la angustia era demasiado grande. Entonces, el estiro los brazos para recibirla. La madre, le sonrio agradecida y antes de despedirse de ella, le dio un beso en la frente. --Estes en donde estes, siempre estaremos contigo. La dejo sobre los brazos del desconocido con la esperanza de que ella tuviera un futuro. Luego, se quedo alli de pie, mirando como su hija se separaba de ella, mientras aun dormida en la tranquilidad. Ese ligero cambio fue suficiente como para que la bebe pudiera despertar. Abrio esos grandes ojos azules y miro fijamente a esa persona que la sostenia. No lloro, no se puso inquieta, mas bien estaba tranquila y curiosa. --No te preocupes. Todo saldra bien. II El hombre subio a un coche de color negro mate mientras aun cargaba a la nina en brazos. Se quedaba mirandola, como ensimismado y se dio cuenta que queria cuidarla como si fuera el mas preciado de los tesoros. No estaba seguro de lo que habia pasado pero sintio que la amaba mas que nunca. Lo cierto es que todo el caos que habian dejado atras fue producto de un cambio que movio los cimientos de una sociedad fracturada. El mundo quedo ahogado en la oscuridad y en la incertidumbre, no habia una alternativa y solo quedo la necesidad de hacer una lucha de clases encarnecida y violenta. Era una especie de guerra civil, la cual sirvio para dividir aun mas a la gente. Los pobres contra los poderosos y, en el medio, la gente que apenas pudo salvarse al escoger de bando. Por supuesto, esto tambien represento que el futuro cambiaria por completo y para siempre. Eso, sin embargo, era solo la punta del iceberg. El conflicto social se vio bordeado por el politico y economico. La llamada burbuja exploto y acarreo un conflicto sin precedentes. No hubo oportunidad de recuperar nada, solo mirar el caos desde lejos. La crisis de los hidrocarburos tambien hizo mella, sin dejar de lado los conflictos sobre migrantes y refugiados. Poco a poco, las naciones comenzaron a aliarse entre si, con la finalidad de erigir muros para protegerse. La multiculturalidad se convertia en una especie de sombra del pasado. Gracias a ello, se hicieron movimientos civiles para purgar a esas clases "incompetentes". Ejercitos financiados por hombres de poder, se encargaron de eliminar a todo aquello que representara una potencial amenaza. La intencion era clara, se trataba de acaparar todo el control posible a traves del miedo. Los resultados se veian claramente. De esta manera, la sociedad mundial se organizo en ciudades estados y con una division social muy marcada: en el tope, los Alfas, individuos con todo el poder posible y unicos capaces de disfrutarlos privilegios de ello. Los Beta tendrian una postura menor pero hasta cierto grado influyente. Surgieron por medio de alianzas como metodo para salvarse el pellejo. Al final, tendria la ventaja de poder participar en ciertas decisiones relevantes, pero aun preservando una posicion inferior. En el fondo de la piramide, estaban los Omegas, considerados como la clase mas detestable que podria existir. Generalmente, estaba conformada por ladrones, prostitutas, drogadictos y todo aquel que no se le considerada medianamente decente o siquiera importante. Eran de lo peor y tenian que lidiar con ese destino hasta el dia de su muerte. Asi pues, luego de las purgas y de la caida de lo que se conocia en la humanidad, la sociedad volvio a resurgir de las cenizas pero de una manera radical. Ya nada seria como antes. Por ejemplo, en estas grandes ciudades-estados tambien se amurallaron entre si, con el fin de separar aun mas las clases. Los Alfas optaron por quedarse en el mejor lugar, seguidamente los Betas, ubicados en los alrededores. Los Omegas, por otro lado, fueron enviados a la periferia como si fueran desechos de la peor clase. Por ende, se resignaron a vivir en un ambiente hostil y dificil, sin la posibilidad de que pudieran mejorar sus condiciones de vida. En vista de todo aquello, el hombre negro no queria que su hija viviera entre extranos y maleantes, la queria lejos de todo aquello que pudiera corromperla. Por cuestiones de la vida, ni el ni su esposa podian concebir, asi que la llegada de esa criatura cambio todo. Por completo. --?Te parece bien? Los ojos de la mujer reflejaban una inmensa necesidad de amar. El solo verla la convencio de que era lo mejor que podia hacer por ella misma. Asi que la tomo en brazos y se quedo prendada de esos ojos grandes y azules. Tan brillantes, tan vivos. --Si... Que se quede con nosotros siempre, siempre. Siguio mirandola ensimismada por su belleza y termino por decir. --Louise... Ese sera tu nombre, Louise. La bebe sonrio como si estuviera de acuerdo con el nombre. Y desde ese momento, Louise Walker se convertiria en una de las Alfas mas importantes de ese lugar. Sus padres adoptivos hicieron lo posible por ocultar su verdadera identidad. Entonces, modificaron documentos y se inventaron una historia para hacerles entender a los demas que ciertamente se trataba de su hija. Sin embargo, estaba la constante pregunta que rondaba en el aire: "?Como lograron concebir?", esa misma que parecia ensombrecer su felicidad pero que era algo que lograban evadir de manera exitosa. Asi pues, Louise Walker crecio poco a poco rodeada de los lujos y de la tranquilidad de una sociedad Alfa que la apreciaba cada vez mas. Su caracter dulce y justo, su inteligencia y su fuerza resultaban admirables. Todo aquello vivia dentro de ella y resultaba ser conmovedor. Aunque era indudablemente encantadora, su padre se encargo de senalarle que el mundo era un lugar peligroso, por lo que tenia que aprender a defenderse de aquellas personas que estaban dispuestas a hacerle dano. --Aprenderas a pelear para que no dependas de nadie, salvo de ti misma. --?Por que? ?Acaso no tenemos personas que nos cuidan, papa? El viejo Walker recordo el momento en que su madre rogo por su vida en medio del fuego y de la muerte. Esa imagen punzo las neuronas de una manera que penso que perdia las fuerzas en las piernas. Entonces, tuvo que recordarse a si mismo que estaba alli, frente a su hija, con el fin de hacerle entender que tenia que hacerle caso

  • Reverenciada por su Lobo de T.n. Hawke

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    He esperado anos para poder conocerla.

  • Estacion de cercanias de Juan Malpartida

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    En este nuevo diario, Estacion de cercanias, Juan Malpartida asume la memoria y la fijacion del momento en una atractiva alianza de la reflexion y la afectividad, de pensamiento y los sentidos. Aunque no deja de responder en ocasiones a la urgencia de lo cotidiano, se trata de un diario que da cuenta de varias obsesiones: las ideas e imagenes que nos hemos dado sobre el tiempo y la Historia; las aportaciones de la neurociencia a la comprension de la naturaleza humana; la revolucion que supone tener en cuenta la realidad evolutiva de la vida, en la que estamos insertos, aunque sea de manera problematica; las tensiones entre creencia y conocimiento; la complejidad del deseo y de la pasion amorosa; y, finalmente, pero en el centro de esta Estacion, el fenomeno de la creacion poetica, que forma parte de una concepcion del ser humano como eminentemente creador.
    Sin ser un ensayo -aunque lo es en cierto sentido muy literario-, Juan Malpartida pretende crear un espacio, una estacion de cercanias; en ella, bitacora de lecturas, confluyen pequenas reflexiones, pensamientos, dialogos con escritores y meditaciones sobre libros, que a modo de salidas al mundo, se comportan como trenes de cercanias: en la distancia corta, por afectiva y por su proximidad, tienen un caracter abiertamente confesional, dotando a la reflexion de una dimension corporal, transformando el diario en un retrato de una mente y un cuerpo.

  • El lamento de los inocentes, Marcos Nieto Pallares de Marcos Nieto

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    ?Y si nos muestra sus cartas?:
    escuchamos lamentos, ruegos, gritos y suplicas.
    ?Y si, ademas, nos muestra tambien sus actos?:
    sangre, impactos de bala…, ojos en blanco.
    ?Y si todo acontece en tiempo real?
    ?Que ocurre entonces?
    Sucede que el deber me llama.

  • Amor intempestivo de Rafael Reig

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    Con mas de cincuenta anos, seguia echandome de menos a mi mismo, y empece a escribir en un cuaderno de doscientas cuarenta paginas tamano cuartilla, de pie, en un barril del bar de Lucia, con un whisky y frente a la piedra de La Maliciosa coronada de nieve. Tarde meses en llenarlo y cuatro anos en llegar hasta el final, desde el que ahora escribo. Las novelas --como la vida-- se leen desde el primer capitulo hasta al ultimo, pero se escriben siempre desde el final --tambien como la vida, que solo adquiere sentido una vez vivida--. Intente apartarlo de mi, escribi otras cosas (las novelas Senales de humo y Para morir iguales), pero el cuaderno de tapas negras seguia esperandome sobre la mesa con sus ciento veinte paginas escritas a lapiz por una sola cara; y otras tantas en blanco, al dorso. Quedaba una cara de mi que no me atrevia a descubrir. Como si hubiera hecho la cama al contrario, con la almohada a los pies, oia el ruido amenazador de mis pasos acercandose. Por eso decidi terminar la otra cara de las paginas: para salir a mi encuentro. Todo empezo con una reunion de viejos amigos, fantasmas del pasado. El Festival Ene se celebra en el Circulo de Bellas Artes de Madrid y cada ano lo organiza una persona distinta, a la que llaman comisario. En 2016 la comisaria fue Marta Sanz y --como es costumbre-- lo lleno todo de amigos de su edad, escritores nacidos en los anos sesenta. Marta me invito a lo que la prensa llama <> --como llama a las elecciones <>-- para que participara en una mesa redonda. Acepte por ver a los amigos y porque no puedo resistirme a nada que me proponga Marta, menos aun con su placa de sheriff. Tambien necesitaba que me diera el aire. Llevaba mas de un ano sin escribir, porque me habia convencido de que mis novelas eran como los inventos del profesor Bacterio: o no funcionaban o, si lo hacian, era siempre en contra del lector. La mesa redonda, que tuvo lugar el viernes 4 de noviembre a las 21:30, se titulaba <>, y el programa (que conservo) la presentaba asi: Hace veinte o treinta anos coincidieron en las aulas y en el bar de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Autonoma de Madrid cuatro muchachos que se han convertido en figuras centrales de las letras espanolas por su labor docente y literaria. Javier Azpeitia, Eduardo Becerra, Antonio Orejudo y Rafael Reig reviviran viejas conversaciones y sus temas de interes de ayer y de hoy. Me recordo a los dibujos de mi infancia, las Merrie Melodies, que se anunciaban como <>. Quiza fuera intencionado y Marta Sanz queria insinuar que nuestros <> son propios de los dibujos animados. Baje temprano a Madrid en el autobus de linea, el 684 de Larrea, decidido a administrarme en el oportuno bar la anestesia necesaria para afrontar la intervencion. Contra todo pronostico, la charla sobre el exito y el fracaso, sobre la lealtad y la traicion, no solo me parecio entretenida, sino que me devolvio las ganas de escribir. Esa noche dormi en Madrid y volvi a casa a mediodia, y al dia siguiente me levante, como siempre, a las cinco de la manana. Desayune y me di una ducha que termine con agua fria, hasta que empezo a salir el agua de <>, como se dice en el pueblo con tono solemne e intimidatorio. Aqui el agua siempre sale del grifo muy fria, te deja los dedos morados, pero llega un momento en el que aparece de pronto un agua heladora que viene de la remota tuberia profunda, soterrada bajo el nevero perpetuo de la montana, y que puede hacer que se te pare el corazon de golpe. Eso dicen en Cercedilla. Llevaba tanto tiempo resistiendome a escribir, que el ordenador se nego a arrancar. Por eso me fui a escribir a mano en el barril. David, el amigo informatico que todos tenemos, probo el <>, que no funciono, y me dijo que iba a buscar un <>. Segun me explico, el ordenador almacenaba el estado del sistema en varias fechas a las que podia retroceder para ponerse en marcha tal y como se encontraba entonces. Lo que hubiera sucedido a partir de ese momento, desapareceria --programas, archivos, documentos-- y volveriamos atras (sin memoria ni deseo) para empezar de nuevo. La idea me parecio sugerente. Igual que los ordenadores, quiza nosotros tambien establezcamos hitos en el tiempo, a los que volver cuando ya no seamos capaces de seguir adelante: antes de la primera novia, de la primera claudicacion, del nacimiento de un hijo, de la muerte de un ser querido. Como era previsible, la mesa redonda me transporto a uno de esos instantes: antes de terminar la carrera, cuando todos eramos genios y todavia inmortales. En mi caso, ese estado se prolongo un ano mas, porque obtuve una beca como lector en la Tufts University, en Boston, donde pude seguir siendo inmortal y un genio, mientras mis companeros preparaban la oposicion a secundaria y daban clases particulares o repartian pizzas en motocicleta para poder hacer el doctorado. Treinta anos despues, ya calvos, mediocres y mortales, con barrigas, canas y ojeras, arrastrando los pies y llevando a cuestas divorcios, hipotecas, deudas y sinsabores, nos fuimos encontrando en la famosa Pecera del Circulo, junto a la mujer desnuda esculpida por Moises Huerta y bajo los lienzos del techo pintados por Jose Ramon Zaragoza. Era dificil no mirar aquel cuerpo de marmol, tendido a nuestros pies en una postura muy poco natural, y con los ojos cerrados. No esta dormida, nos dijo Chavi Azpeitia: esta muerta. En mi familia todos tenemos dibujos de Zaragoza, que era de Cangas de Onis y debio de ser buen amigo de mi abuelo Benito. Sus pinturas, demasiado clasicas, sin duda se parecen al modelo y son --como tantos matrimonios-- fieles pero aburridas. De los dibujos lo que llama la atencion es que todos los que tenemos son de hombres desnudos. Alli, mirando con timidez el hermoso cadaver y las acartonadas pinturas, estabamos la presunta generacion de los sesenta, que casi nunca ibamos al Circulo de jovenes. En los ochenta aquello era poco mas que un casino de provincias, cuando decidieron resucitarlo con una primera medida decisiva: cobrar la entrada. A veinte duros. Y por supuesto funciono, aunque nosotros siguieramos yendo al Deportes (que estaba al lado de la editorial Cambalache), al Casa Riera, al Galdos o a tabernas como La Dolores. Si existiera una <> (pero no es mas que una conjetura), su caracteristica mas sobresaliente tendria que ser nuestra inoportunidad. ?Que clase de jovenes sonarian con ser novelistas cuando la literatura ya habia perdido toda relevancia social? Los ultimos que llegaron a tiempo fueron los que tenian diez o quince anos mas que nosotros: Javier Marias, Munoz Molina, Millas, Mendoza, Llamazares... Con veinte anos, en los ochenta, les vimos triunfar, pero no nos dimos cuenta de que eso nunca iba a volver a suceder. Debiamos de ser los tontos de la clase, el peloton de los torpes, porque el resto de los jovenes de nuestra edad no querian ser escritores, sino cantantes, directores de cine, arquitectos o simplemente ricos. Si existiera esa generacion (pero insisto, se trata de una idea de bombero), habria que llamarla <>, siempre estuvimos, como dice el diccionario, <>. Asi nos va. Nuestros predecesores aguantan el tipo como pueden, a sabiendas de que son un anacronismo. Miralos: uno escribe a maquina y se comunica por fax, otro se hace pasar por neoyorquino de Brooklyn con acento andaluz, otro se mete en armarios empotrados que dan a su otro yo... En fin, se comportan como cunados con una copa de mas en la boda de su hermana, o como filatelicos obsesos y empecinados. ?Y nosotros? No somos mas que un hatajo de acreedores, se nos debe la gloria y vamos reclamandola por los rincones. Nuestras novelas pertenecen todas al mismo genero literario que los cartones que ponen los mendigos al lado de su manta: pedimos una limosna de gloria contando nuestra triste vida, y lo llamamos autoficcion. Eso somos las <> que escupiamos en corro <>. Salvo por la ausencia de torres de vigilancia, aquella Universidad Autonoma de Madrid era identica a una prision provincial de grises muros de hormigon, aislada y laberintica, con patios interiores y escaleras supernumerarias que dificultaban la huida. La blanda hierba que decoraba el campus tambien le daba --combinada con la arquitectura penitenciaria-- ese aspecto de inocencia simulada que caracteriza a los laboratorios farmaceuticos y a los emplazamientos militares secretos. Lo mas acogedor era el bar de la Facultad. !El inolvidable bar de Juanjo! Con la no menos inolvidable tortilla de patatas en olla que hacia Mercedes, la mujer de Juanjo. Aquellos eran los tiempos, primera mitad de los ochenta, y en el bar de Juanjo habia parejas de literatos discutidores: Gerena y Echevarria, al que llamabamos Echabarriga, Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra, Pepe Ridao y Juan Blazquez, y Orejudo y yo. Ninguno esperabamos cumplir los treinta: moririamos jovenes, como los heroes, fulminados por nuestro propio talento, igual que el olmo viejo hendido por el rayo (y en su mitad podrido). Juan era el mas ambicioso de todos: bebia ginebra por las mananas y ni siquiera confiaba en cumplir los veinticinco. El bar tenia una barra en forma de ele; el lado corto acababa junto a una ventana que daba a la entrada principal; el largo recorria la sala hasta una pared, tras la que estaba la estacion de tren. En las otras dos paredes habia repisas para dejar las copas, los cafes o los botellines, y para apoyar el codo con displicencia y la cadera dibujando esa curva caracteristica de Praxiteles. El pequeno espacio de barra junto a la ventana era el lugar privilegiado, que ocupaban siempre los modernos, palidos, ojerosos, recien exhumados de sus tenebrosas sepulturas en el Penta, la Morasol, el Morgenstern o el Rock-Ola. Los plumiferos nos repartiamos el resto: Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra en el otro extremo de la barra, Echabarriga y Gerena en la repisa mas cercana a la puerta; Orejudo y yo en el angulo de la ele; Blazquez y Ridao, al lado de la entrada: todos incansables en nuestra liturgia de bendiciones y maldiciones. !Tolstoi es Dios! Mejor Dostoievski: !es el Demonio! !Clarin es un estrenido! !Las novelas de Galdos huelen a repollo, como un descansillo de escalera! !Neruda es mas plomo que el catastro! !Pues anda que Vallejo: un indio deslumbrado por las baratijas del simbolismo frances! Y asi cada manana. ?De que hablabamos? De nosotros mismos, todo el tiempo, de la identidad que intentabamos construirnos. Por eso eramos tan categoricos --estabamos dando palos de ciego-- y por eso estabamos tan impacientes: !teniamos los dias contados! Y sin embargo Azpeitia y Becerra siguen vivos (uno es un escritor bastante reconocido y el otro es catedratico), y viven tambien Echabarriga (alto cargo en una multinacional de fabricacion y distribucion textil) y Gerena (que fue actor y periodista, y ahora arregla el pais en las tertulias de la tele); y vive y publica libros Pepe Ridao (aunque ahora se llame Jose Maria y sea embajador, ademas de un ensayista importante), por no hablar de Orejudo y de mi, que insistimos en publicar novelas, pero cada vez mas cansados, porque ya solo hablamos de nosotros mismos, incapaces de encontrar nada de mayor interes. El unico que murio --pero no antes de los veinticinco-- fue Juan Blazquez, que tantas ambiciones tenia, el primero que publico una novela, aunque ya no volvio a escribir jamas hasta su muerte, de una cirrosis devastadora, a la edad de Garcilaso y sin ninguna gloria, salvo la de ser recordado por sus amigos treinta anos despues en la barra de un bar, a partir de la tercera copa. Alli los que queriamos ser escritores nos vigilabamos unos a otros. ?Y si alguno de pronto iba y escribia la gran novela de nuestro siglo? Esa era la amenaza, y a mi entonces lo que mas me aterrorizaba era que la escribiera Antonio Orejudo. Durante varios anos fuimos inseparables. Mas que amistad, se trataba de una folie a deux que ambos alimentamos, no tanto por espiritu de cooperacion, sino sobre todo porque ninguno estabamos lo bastante locos como para mantener el delirio por nuestra cuenta. Convertirse en novelista es como atracar un banco o cometer un crimen: se necesitan complices. Asi sucedia con Gerena y Echabarriga, con Chavi y Eduardo, con Ridao y Juan, y con Orejudo y conmigo. Solo he conocido a alguien lo bastante chiflado y con tanto ego como para intentarlo en solitario: Benavides. Una vez, seria por el 86, tras el referendum de la OTAN, en el semaforo de la calle Sagasta, a punto de cruzar hacia la taberna de Araceli, Jose Carlos Benavides nos revelo a Orejudo y a mi que el iba a ser <>. Tal cual. Casi nos atropellan, porque nos quedamos paralizados, mudos de admiracion, e intercambiamos esas miradas que indican que uno se halla por fin en presencia de un autentico orate. Benavides compaginaba Derecho y Filologia, asi que poco despues afirmo que Tomas y Valiente queria que, en su momento, le sustituyera en el Tribunal Constitucional, y luego que Lazaro Carreter le estaba tanteando para la Academia Espanola. Todo lo decia con el aplomo de los lunaticos: era fascinante. Y siempre actuaba solo, como un agente secreto o un francotirador. Durante un tiempo fue secretario de Estado de Cultura y ya no se por donde andara ahora: quiza haya remplazado a Lola Flores, a Tina Turner o a la madre Teresa de Calcuta --nada estaba fuera de su alcance-- o quiza este dando alaridos encerrado en una gavia. Orejudo y yo colaboramos para convencernos el uno al otro de algo no menos disparatado que las salidas de pata de banco de Benavides: que ambos ibamos a cambiar el curso de la literatura universal. Juan Blazquez en cambio no representaba una amenaza para nadie por una razon obvia: follaba demasiado. Gustaba a las chicas, las volvia locas, como si acabara de despertarlas de un profundo sueno en pleno dia, o tal vez de rescatarlas de una pesadilla. Tenia ojos azules, labios grandes y abultados, un flequillo rebelde que atravesaba la frente buscando un atajo, y cara de nino bueno, interrumpida de pronto por una sonrisa esquinada y provocativa que parecia decir: se lo que quieres, aunque tu todavia no lo sepas, y te lo voy a dar. Esa sensacion de peligro inminente --?quien no prefiere seguir ignorando su deseo oculto?-- debia de ser lo que les gustaba de el: el fondo pantanoso de sus labios bajo el agua diafana de su mirada. ?Que necesidad tenia de escribir novelas, si ya era tan atractivo? Ademas, para tener exito en los ochenta, bastaba con declararse cantante, actor, pintor o disenador; ya no era necesario ni aconsejable encerrarse a escribir cientos de folios que nadie iba a leer de todas formas. Los plumiferos nos habiamos convertido en mamarrachos, nos dabamos mucha importancia, pero actuabamos como exploradores polares cuando los polos --y la misma Antartida-- ya estaban repletos de McDonald's y cajeros automaticos. Mis unicos amigos no plumiferos eran los del club de ajedrez que formamos algunos de la Facultad, el club Al Paso, con el gran Ostolaza de presidente, el gordo Tomas, Macarena, Escalona y Carmen Avellan (a la que quise tanto y me dejo sin mas por Jaime Escalona). A Juan Blazquez mis amigos ajedrecistas le causaban bastante asombro: se negaba a creer que quisieran --tal y como afirmaban-- llevar vidas normales y corrientes. Estaba convencido de que esas vidas siempre desembocan en diverticulos en el colon, en la ominosa tos improductiva o en una inflamacion cronica de los tobillos. No eran mas que una perdida de tiempo, del buen humor y de la circulacion de retorno, eso decia, con su vaso de ginebra en la mano. Nosotros creiamos que solo se hacia escritor el que no tenia mas remedio. Si no tienes cuentas pendientes con el mundo, no te pones a escribir novelas. Eso es lo que les faltaba tanto a Juan como a Benavides: la inagotable energia del rencor. A final de cuarto Blazquez ya empezo a dejar de tener encanto. Cuando volvia del bano no era raro que trajera el pantalon manchado de pis, vomitaba en las fiestas o se quedaba dormido; y sus comentarios puede que siguieran siendo agudos, pero apenas se entendian tras la segunda ginebra. Nada mas terminar la carrera, se caso con Ines Baraona, una chica de provincias bastante pavisosa, y dejo de escribir. ?Por que dejo de escribir? Frente a una pregunta como esa hay varias respuestas posibles. La mas natural y razonable es otra pregunta: eso depende de para que escribiera. Otras opciones son: porque tenia otras cosas que hacer. Porque se aburria. Porque no recibio la recompensa que esperaba. Porque le parecia un esfuerzo excesivo. Porque prefirio la ginebra. Porque no se le ocurria nada. Ademas, ?que tiene de misterioso que alguien deje de escribir? Escribir no es tan importante. Todo el mundo deja muchas cosas: una carrera universitaria, a su pareja, de comer carne, una ciudad, de fumar, de llevar corbata o de ponerse vaqueros; pero nadie se preocupa, intrigado, de por que Fulano habra dejado de jugar al parchis, a las damas o a la petanca. En la Pecera le preguntamos a Azpeitia como sabia que la mujer de la escultura estaba muerta. Lo se, aseguro: y todos la conoceis. Creo que no fui el unico que se sintio acusado, tambien quiza culpable. ?Quien es?, pregunto Becerra, y en ese momento la comisaria Sanz nos aviso de que teniamos que empezar la tertulia. Al salir de alli ninguno pudo evitar mirar hacia el suelo, a la mujer desnuda, pero a mi me dio verguenza o quiza preferi despedirme, mirando al techo, de los tres tristes lienzos del amigo de mi abuelo: El Amanecer, El Dia y La Noche.

  • Mi guardaespaldas de Carolina Paz

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    Lukas Parker es el negociador del equipo SWAT de la ciudad de Los Angeles, pero un acontecimiento inesperado hace que se aleje de su unidad por un tiempo y que decida aceptar un trabajo como guardaespaldas.
    Asi es como llega a trabajar para la familia Cross los cuales estan siendo victimas de una serie de ataques en su contra. Su mision, cuidar la vida de Nicole Cross.
    Desde el primer dia en que la ve, Lukas sabe que esta mujer le pondra el mundo de cabeza, aunque trate de ser lo mas profesional posible y no dejarse dominar por lo que comienza a sentir luego de conocer un poco mejor a su protegida.
    El esta ahi para protegerla, no para involucrase mas alla con ella y se llama a la cordura diciendose que, algo entre dos personas de mundos tan distintos, no puede ser.
    Un suceso pone en riesgo la vida de Nicole y Lukas sabe que todo lo que se diga para mantener sus sentimientos a raya no vale de nada. El tiene que salvarla, aunque en el camino tenga que dejar su corazon.
    ?Podra Lukas llevar a cabo la mision mas complicada de su vida?

  • Amor en la fila 27 de Eithne Shorthall

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    ?Que pasa cuando Cupido juega a ser copiloto? Todavia recuperandose de una ruptura, Cora Hendricks ha renunciado a encontrar el amor. Para ella, en realidad. Para pasar el tiempo, mientras trabaja en el mostrador de check-in de Aer Lingus en Heathrow, Cora empieza a jugar a ser cupido con parejas solteras durante el vuelo. Utilizando solo su intuicion, Internet y la afable asistente complice, Nancy, la fila 27 se convierte en el laboratorio del amor de Cora. En lugar de sentarse al azar, dos pasajeros, de forma involuntaria, se sentaran junto a la persona de sus suenos, o no. Cora asegura que la fila 27 es solo algo de diversion, pero mientras ella esta ocupada haciendo que salte la chispa a gran altura, el amor que habia abandonado para si misma podria haber aterrizado justo en frente.

  • No me vas a pillar de Anna Anudi

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    ?Que paso esa noche? No lo recuerdo.
    ?Por que me acosas?
    ?A que juegas entrando en la Dark Web?

  • Segunda estrella a la derecha (Aviones de papel 1) de Sofia Ortega Medina

    https://gigalibros.com/segunda-estrella-a-la-derecha-aviones-de-papel-1.html

    Ella siempre quiso volar con el hacia el pais de Nunca Jamas…
    El siempre quiso llevarla volando hacia el pais de Nunca Jamas…

  • La jaula del Rey, Victoria Aveyard de Victoria Aveyard

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    ?Que pasara cuando la chispa de la Nina Relampago se apague?, ?quien iluminara entonces la senda de la rebelion? Debilitada y prisionera, privada de su potente rayo y atormentada por sus errores, Mare Barrow se ha postrado a los pies de un traidor. La otrora <> vive ahora a merced del joven que alguna vez amo, Maven Calore, espurio rey de Norta, quien continua su malevola campana de expansion y genocidio. Pero mas alla de las murallas palaciegas, la rebelion Roja crece y se multiplica; y el joven principe Cal, legitimo heredero del trono, hara todo lo posible por rescatar a su amada. Sangre roja y plateada correra por pasillos y plazas. !Que resuenen poderosos los tambores de guerra! !Que todo arda!

  • Coleccionista de recuerdos de Eva Guerrero

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  • La mas bella de las mujeres de Patricia P. Guerola

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    Elisabeth nunca imagino que un fugaz desliz pudiera amargarle tanto la existencia.
    Porque, cuando para alguien ser companeros no es suficiente…, todo lo complica.
    Hasta que un dia, alguien inesperado y sumamente atrayente aparece para endulzarsela…, demasiado…
    Pero…, ?y si este fuera el verdadero problema?
    ?Hasta donde seria capaz de aguantar una persona por amor?
    Y, lo peor de todo, intuyendo que se esta poniendo en peligro…
    Amores no correspondidos. Sexo. Promesas. Pasion.
    Apariciones que marcaran un antes y un despues.
    ?Creer o no creer?
    Cuando la realidad parece ficcion…
    Cuando nada es lo que parece…

  • Sally y el principe canalla de Alexandra Risley

    https://gigalibros.com/sally-y-el-principe-canalla.html

    Viena, Imperio Austrohungaro, 1885
    Sarah Elizabeth Withfield es la hija de un magnate ingles del ferrocarril. Desde la adolescencia, Sally se ha visto rodeada de privilegios inimaginables, y tambien ha padecido el menosprecio de una aristocracia que desdena a la burguesia. Un entorno de envidia, rechazo y pretendientes codiciosos ha forjado su caracter hasta convertirla en una muchacha desconfiada que protege sus sentimientos tras una mascara de orgullo.