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    Esta es una historia de amor, intriga, engaños y erotismo. Acerca de este libro. 301páginas.

  • El amor que llego de Hollywood de Alessandra Torre

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    Cole Masten lleva anos siendo el marido perfecto de Hollywood, pero, alli, los amores eternos solo duran en la pantalla, asi que cuando su mujer le abandona, se convierte en el soltero dorado de la meca del cine. Que tengan cuidado las chicas de Los Angeles, hay un chico malo suelto en la ciudad, y esta dispuesto a arrasar con todo. Summer Jenkins. Esa soy yo, una chica surena atrapada en Quincy, Georgia.

  • Shades & Lights de Daniela Alessandra

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    Nicholas es un atractivo empresario que durante una decada ha trabajado duro para obtener la fortuna que hoy posee. Acostumbrado a tener todo lo que desea, no invierte en cenas romanticas, flores o chocolates porque lo unico que realmente busca en una mujer es sexo.
    Sin embargo, su ordenado y vacio mundo se pondra de cabeza al conocer a Elizabeth, una joven fotografa, enemiga de los zapatos de tacon y la vida social, que con su alegria, dulzura y determinacion luchara para que Nicholas acepte el sentimiento que ha nacido entre ellos, sin imaginar que, al hacerlo, el tendra que enfrentar a los fantasmas de un pasado que marco su vida y lo convirtio en el hombre desconfiado que es hoy.

  • Corazon culpable de Janice Maynard

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    -!La respuesta es no! Mazie Tarleton termino la llamada, deseando tener un telefono antiguo para colgar con fuerza el auricular. A sus espaldas, Gina, su mejor amiga y companera de trabajo, se acabo el ultimo bocado del bollito de canela y se chupo los dedos. -?Quien te ha enfadado tanto? Las dos mujeres estaban en el despacho de Mazie, un rincon al fondo de All That Glitters, la exclusiva joyeria de Mazie en el centro historico de Charleston que a tantos turistas y paisanos atraia. -Es otra vez la agente inmobiliaria de J.B. dandome la lata -comento Mazie. -No te quejes. J.B. te ha hecho una buena oferta por este edificio que se cae a cachos. -?De que lado estas? Mazie y Gina se habian conocido en el primer curso de la escuela de arte y diseno de Savannah. Gina conocia el desprecio que Mazie sentia por el empresario mas deseable y sexy de Charleston. -Hay carcoma en el desvan y la calefaccion es prehistorica, por no mencionar que la cuota del seguro se triplicara en la proxima renovacion. Se que los Tarleton sois muy ricos, pero no por eso tenemos que ignorar una buena oferta. -Si viniera de otra persona que no fuera J. B. -murmuro Mazie con tension en los hombros. Jackson Beauregard Vaughan, el hombre al que amaba tanto como odiaba desde que tenia dieciseis anos. Lo detestaba y queria hacerle tanto dano como el que el le habia hecho a ella. -?Que es lo que te hizo? -pregunto Gina. Su expresion de perplejidad era comprensible. J.B. Vaughan era el prototipo de hombre alto, moreno y guapo. Tenia una sonrisa arrogante, brillantes ojos azules y rasgos marcados, ademas de unos hombros muy anchos. -Es complicado -murmuro Mazie, sintiendo que le ardia la cara. Los recuerdos le resultaban humillantes. Mazie no recordaba ningun momento en el que J.B. no hubiera formado parte de su vida. Mucho tiempo atras lo habia querido como a un hermano. Pero cuando sus hormonas empezaron a enloquecer, lo habia visto desde una nueva perspectiva. El baile de primavera de su colegio se habia presentado como la oportunidad de jugar a ser adultos. Lo habia llamado una tarde de un miercoles del mes de abril. Con los nervios a flor de piel y el estomago encogido, le habia hecho la invitacion. J.B. se habia mostrado evasivo. Entonces, apenas cuatro horas mas tarde, habia aparecido en la puerta de su casa. Su padre estaba encerrado en su estudio bebiendo, y Jonathan y Hartley, sus hermanos, habian salido a hacer unos recados. Asi que habia sido ella la que habia abierto la puerta. Como se habia sentido incomoda de invitarle a pasar, a pesar de que ya habia estado antes un monton de veces, habia salido al porche y le habia sonreido con timidez. -Hola, J.B. No esperaba verte hoy. Se habia quedado apoyado en el poste, en aquella postura tan varonil. En pocas semanas cumpliria dieciocho y seria legalmente un adulto. -Queria hablar contigo cara a cara. Has sido muy amable invitandome al baile. Me siento halagado. -Todavia no me has dicho si iras conmigo. Sintio las manos heladas y empezo a temblar. -Eres una chica encantadora, Mazie, y me alegro de que seas mi amiga. No hacia falta que dijera nada mas. Era inteligente y sabia leer entre lineas, pero no estaba dispuesta a dejarlo escapar tan facilmente. -?Que intentas decir, J.B.? -Maldita sea, Mazie. No puedo ir al baile contigo. No deberias habermelo pedido. Eres una cria. -No soy una nina. Soy solo un ano mas pequena que tu. -Casi dos. Le sorprendio que lo supiera con tanta exactitud. Avanzo unos pasos hacia el. Se habia venido abajo, pero no estaba dispuesta a que se diera cuenta de cuanto afectaba a su autoestima. -No te inventes excusas, J.B. Si no quieres ir conmigo, ten las agallas de decirmelo a las claras. El maldijo entre dientes y le aparto un mechon de pelo de la cara. -Eres como una hermana para mi. No podia haber dado con una excusa menos convincente. ?Por que se empenaba en levantar muros entre ellos? Respiraba con tanta agitacion que corria el riesgo de hiperventilar. Era evidente que lo habia malinterpretado. J.B. no habia ido hasta alli aquella noche porque sintiera algo por ella o porque quisiera verla. Estaba alli porque era todo un caballero incapaz de decirle que no por telefono. Otra persona se lo habria puesto mas facil, pero Mazie estaba cansada de ser buena. Lo rodeo por la cintura y apoyo la mejilla en su amplio pecho. Llevaba una camiseta azul marino, unos vaqueros desgastados y sus nauticos de piel. Era el clasico James Dean, un chico malo e inconformista. Cuando lo toco, todo su cuerpo se puso rigido. Nada se movio, excepto una unica cosa, algo bastante abultado. Jackson estaba excitado y como Mazie se habia abrazado a el, le era imposible ocultarlo. Sus bocas se encontraron y volco toda su pasion de adolescente en aquel beso desesperado. J.B. sabia de maravilla, tal y como habia imaginado en sus suenos. Por un momento, se habia sentido vencedora. La estrecho contra el y su boca se fundio con la suya. Su lengua se deslizo entre sus labios y acaricio el interior de su boca. Las piernas no la sostenian y se aferro a sus hombros. -J. B. -susurro-. Oh, J.B. Sus palabras lo sacaron del hechizo en el que habia caido. Se aparto tan bruscamente que Mazie dio un traspie. J.B. ni siquiera alargo la mano para ayudarla a recuperar el equilibrio. Se quedo mirandola, iluminado por la poco favorecedora luz amarillenta del porche. El sol se habia puesto y la noche habia caido con todos los olores y sonidos de la primavera. Se paso la mano por los labios para secarselos. -Como te he dicho, Mazie, eres una cria, deberias salir con los de tu edad. -?Por que estas siendo tan cruel? A continuacion vio como tensaba los musculos del cuello, y los ojos se le llenaron de lagrimas. Pero no iba a permitir que cayeran. -Creo que hemos terminado con esto. Hazme un favor, J.B. Si alguna vez ocurre un desastre y tu y yo somos los unicos seres humanos que sobrevivimos en el planeta, pierdete. -Mazie... Hola, Mazie. La voz de Gina la devolvio al presente. -Lo siento, estaba sumida en mis pensamientos. -En J.B., ?verdad? Estabas a punto de contarme por que detestas a ese hombre despues de tantos anos y por que no quieres venderle este edificio a pesar de que te ofrece tres veces su valor. Mazie trago saliva, olvidandose del pasado. -Me rompio el corazon cuando eramos adolescentes y se porto muy mal. Asi que si, no quiero ponerselo facil. -No estas siendo razonable. Olvidate del dinero. ?Acaso no te ha ofrecido tambien otros dos locales en una ubicacion privilegiada para nuestra tienda? !Esta dispuesto a hacer un intercambio! ?A que estas esperando, Mazie? -Quiero hacer que se arrastre. J.B. habia comprado todos los metros cuadrados en una franja de dos manzanas cerca de Battery. Tenia planeada una impresionante rehabilitacion en aquella zona de la ciudad, respetando las normas de conservacion del patrimonio historico de Charleston. A nivel de calle estarian los comercios, siguiendo el tipico estilo sureno. Sobre ellos, la idea de J.B. incluia lujosos condominios y apartamentos, algunos de ellos con vistas al puerto. Lo unico que se interponia en los planes de J. B. eran Mazie y su local. Gina agito la mano ante la cara de Mazie. -Baja ya de la nube. Puedo entender que quieras vengarte del tormento de tu juventud, pero ?de veras te vas a cerrar en banda? -No estoy segura de querer vendersela. Necesito tiempo para pensar. -?Y si la agente inmobiliaria no te vuelve a llamar? -Lo hara. J.B. nunca se da por vencido. Es una de sus virtudes y tambien la mas detestable. -Espero que tengas razon. J.B. se sento en un taburete y alzo la mano para llamar la atencion del camarero. Se habia puesto chaqueta y corbata para una reunion. En aquel momento, se habia quitado la corbata y llevaba el primer boton de la camisa desabrochado. Jonathan Tarleton estaba sentado a su lado, tomando agua con gas. -Tienes mal aspecto -comento J.B. -Son estos malditos dolores de cabeza. -Tienes que ir al medico. -Ya he ido. -Entonces, tienes que encontrar otro mejor. -?Podemos dejar de hablar de mi salud? Tengo treinta anos, no ochenta. J.B. queria insistir en el tema, pero era evidente que Jonathan no estaba interesado. -De acuerdo. Tu hermana me esta volviendo loco. ?Puedes hablar con ella? No queria mencionar la verdadera razon por la que necesitaba ayuda. Mazie y el eran como el agua y el aceite. Ella lo odiaba y J.B. llevaba anos tratando de convencerse de que no le importaba. La verdad era muy diferente. -Mazie es muy cabezota -dijo Jonathan. -Es una cualidad de los Tarleton, ?no? -Tengo el proyecto paralizado porque me esta tomando el pelo. -A mi hermana no le caes bien, J.B. -Eso ya lo se. Mazie no quiere hablar de vender. ?Que se supone que debo hacer? -?Mejorar la oferta? -?Pero como? No quiere dinero. -No lo se. Siempre me he preguntado que hiciste para enfadarla. Se ve que mi hermana pequena es la unica mujer de Charleston inmune a tus encantos. J.B. apreto el menton. -No tengo tiempo para andar con juegos. Necesito empezar las obras antes de mediados de enero para cumplir lo programado. -Le gustan los bombones. Jonathan habia hablado en serio, pero J.B. sabia que se estaba burlando de el. -?Me estas diciendo que le compre bombones? -Bombones, flores,... no se. Mi hermana es una mujer complicada. Es lista como el hambre y tiene un gran sentido del humor, pero tambien tiene un lado oscuro. Te lo va a hacer pagar caro. Estate preparado para arrastrarte. J.B. dio un trago a su bebida e intento olvidarse de Mazie. Todo en ella lo volvia loco, pero no se podia dejar llevar. Se atraganto y tuvo que dejar el vaso para recuperar la respiracion. Los hijos de los Tarleton eran guapos. J.B. solo recordaba de la madre de Jonathan que era una mujer bella, con un eterno aire triste. Jonathan y Hartley habian heredado la tez morena de su madre, asi como sus ojos oscuros y su pelo castano. Mazie tambien era morena, pero su piel era mas clara y sus ojos de un marron dorado. Su hermano llevaba el pelo muy corto y Mazie lucia una melena por el hombro. Solia dejarse caer por casa de los Tarleton en Accion de Gracias, pero ese ano habia estado ocupado con otros asuntos. Sin darse cuenta, ya estaban en diciembre. -Seguire el consejo de los bombones. -Vere lo que puedo hacer, pero no te aseguro nada. En ocasiones, cuando le sugiero algo, hace justo lo contrario. Ha sido asi desde siempre. -Porque siempre ha querido estar a la altura de sus hermanos y los dos la habeis tratado como a una nina. -No fue facil despues de que mi madre ingresara en la clinica. La pobre Mazie nunca tuvo un referente femenino. No puedo ayudarte si te lo esta poniendo dificil. Solo Dios sabe por que lo hace

  • La Senora McGinty ha Muerto de Agatha Christie

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    La senora McGinty aparece asesinada. James Bentley, su inquilino, es acusado del crimen y condenado a la horca, pero el superintendente Spence de Scotland Yard no cree que sea el verdadero culpable y, para demostrarlo, pide ayuda a Hercules Poirot. El detective belga conseguira desentranar una verdad que las pistas mas superficiales habian ocultado.

  • Las normas del avion de papel (Ruido 1) de Altea Morgan

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    Nico tiene un gran amor en su vida: la musica.
    Julia tiene un gran proposito en la vida: quererse a si misma.
    Ni Nico ni Julia buscan encontrarse, pero, un dia cualquiera en un apartamento a las afueras de Madrid, una melodia desubicada hara que se conozcan y que ya no puedan separarse el uno del otro.
    Un chico desencantado con las relaciones y una chica que preferiria no volver a ser parte de ninguna tendran que ponerse de acuerdo para convivir con todos los sentimientos que despiertan el uno en el otro. ?Como lo haran? Plasmando sus normas en un avion de papel.

  • El lobo y la oveja de Tania Villar

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    El caso mas complicado de mi vida

    Sientes que tu carrera esta a punto de terminar antes de que empiece, hasta que llega la oportunidad que puede cambiar tu vida.

  • Una corte de llamas plateadas de Sarah J. Maas

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    El agua negra que le pellizcaba los talones estaba helada. No como la mordedura del frio invernal, ni siquiera el ardor del hielo solido, sino algo mas frio. Mas profundo. El frio de los huecos entre las estrellas, el frio de un mundo anterior a la luz. El frio del infierno, el verdadero infierno, se dio cuenta mientras luchaba contra las fuertes manos que trataban de empujarla dentro del caldero. El verdadero infierno, porque era Elain la que yacia en el suelo de piedra con el hombre Fae de pelo rojo y un solo ojo que se cernia sobre ella. Porque esas orejas puntiagudas se clavaban en el cabello marron dorado de su hermana, y un brillo inmortal irradiaba de la piel blanca de Elain. Un verdadero infierno, peor que las profundidades de tinta a pocos centimetros de sus pies. Sumerjanla, ordeno el rey Fae de rostro duro. Y el sonido de esa voz, la voz del macho que habia hecho esto a Elain… Ella sabia que iba a entrar en el Caldero. Sabia que perderia esta lucha. Sabia que nadie vendria a salvarla: ni la sollozante Feyre, ni el antiguo amante de Feyre amordazado, ni su devastado nuevo companero. Ni Cassian, roto y ensangrentado en el suelo. El guerrero seguia intentando levantarse con brazos temblorosos. Para alcanzarla. El Rey de Hybern… el habia hecho esto. A Elain. A Cassian. Y a ella. El agua helada mordio las plantas de sus pies. Fue un beso de veneno, una muerte tan permanente que cada centimetro de ella rugio en desafio. Iba a entrar, pero no lo haria con suavidad. El agua se aferro a sus tobillos con garras fantasma, tirando de ella hacia abajo. Se retorcio, arrancando el brazo del guardia que la sujetaba. Y Nesta Archeron senalo. Un dedo… al Rey de Hybern. Una promesa de muerte. Un objetivo marcado. Unas manos la empujaron hacia las garras del agua que la esperaban. Nesta se rio del miedo que aparecio en los ojos del rey justo antes de que el agua la devorara entera. En el principio y en el final habia oscuridad y nada mas No sintio el frio mientras se hundia en un mar que no tenia fondo, ni horizonte, ni superficie. Pero sintio el ardor. La inmortalidad no era una juventud serena. Era fuego. Era mineral fundido que se vertia en sus venas, hirviendo su sangre humana hasta que no era mas que vapor, forjando sus fragiles huesos hasta que eran acero fresco. Y cuando abrio la boca para gritar, cuando el dolor la partio en dos, no hubo ningun sonido. En este lugar no habia mas que oscuridad, agonia y poder… Ellos pagarian. Todos ellos. Empezando por este Caldero. Empezando ahora. Ella desgarro la oscuridad con garras y dientes. Rasgo, hendio y destrozo. Y la oscura eternidad a su alrededor se estremecio. Se agito. Se agito. Ella se rio cuando retrocedio. Se rio de la bocanada de poder en bruto que arranco y trago entera; se rio de los punados de eternidad que introdujo en su corazon, en sus venas. El Caldero lucho como un pajaro bajo la pata de un gato. Se negaba a ceder. Todo lo que le habia robado a ella, a Elain, se lo quitaria ella. Envueltos en la negra eternidad, Nesta y el Caldero se enroscaron, ardiendo en la oscuridad como una estrella recien nacida. Primera Parte: Aprendiz Capitulo 1 Cassian levanto el puno hacia la puerta verde del tenue pasillo y dudo. Habia abatido a mas enemigos de los que le importaba contar, habia estado de rodillas en la sangre en innumerables campos de batalla y habia seguido luchando, habia tomado decisiones que le costaron la vida de guerreros expertos, habia sido un general, un soldado y un asesino, y sin embargo … aqui estaba, bajando el puno. Dudando. El edificio en el lado norte del rio Sidra necesitaba pintura nueva. Y suelos nuevos, las tablas que crujian bajo sus botas al subir los dos pisos habian sido una indicacion. Pero al menos estaba limpio. Definitivamente sombrio para los estandares de Velaris, pero a decir verdad la propia ciudad no tenia barrios bajos, y eso no era decir mucho. Habia visto y permanecido en lugares mucho peores. Sin embargo, nunca entendio por que Nesta insistia en vivir alli. Entendia por que no se alojaba en la Casa del Viento: estaba demasiado lejos de la ciudad, y no podia volar ni tamizarse, lo que significaba tener que lidiar con los diez mil escalones de subida y bajada. Pero ?por que vivir en este basurero, cuando la casa de la ciudad estaba vacia? Desde que Feyre y Rhys habian terminado la construccion de la casa del rio, la casa de la ciudad habia quedado abierta a cualquiera de sus amigos que la necesitara o quisiera. Sabia de hecho, que Feyre habia ofrecido a Nesta una habitacion alli… y habia sido rechazada. Fruncio el ceno ante la pintura desgastada de la puerta. Ningun sonido se filtraba a traves del gran hueco que habia entre la puerta y el suelo, lo suficientemente ancho como para que incluso las ratas mas gordas pudieran pasar por el; no habia olores frescos en el estrecho pasillo. Tal vez tuviera suerte y ella estuviera fuera, tal vez durmiendo bajo la barra de cualquier taberna de mala muerte, que hubiera frecuentado la noche anterior. Aunque eso podria ser peor, ya que tendria que buscarla alli. Cassian volvio a levantar el puno, el rojo de su Sifon parpadeando en las antiguas luces de los focos colocados en el techo. Cobarde. Ten las malditas pelotas. Cassian golpeo una vez. Dos veces. Silencio. Cassian casi suspiro de alivio en voz alta. Gracias a la maldita Madre… Unos pasos cortos y precisos sonaron desde el otro lado de la puerta. Cada paso mas enfadado que el anterior. Plego las alas, cuadrando los hombros mientras separaba los pies. Una postura de lucha tradicional, que le fue inculcada durante sus anos de entrenamiento, ya era casi un recordatorio muscular. No se atrevio a considerar por que el sonido de esos pasos hizo que su cuerpo tomara esa posicion. El chasquido que produjo al abrir cada uno de sus cuatro candados bien podria haber sido el golpe de un tambor de guerra. Cassian repaso la lista de cosas que debia decir, como Feyre le habia sugerido que las dijera. La puerta se abrio de un tiron, el pomo giro con tanta fuerza que Cassian se pregunto si ella lo estaba imaginando como si fuera su cuello. Nesta Archeron ya tenia el ceno fruncido. Pero alli estaba. Tenia un aspecto infernal. --?Que quieres? --Ella no abrio la puerta mas alla de un palmo. ?Cuando la habia visto por ultima vez? ?En la fiesta de fin de verano que fue en la barcaza en el Sidra el mes pasado? No tenia tan mal aspecto. Aunque supuso que una noche tratando de ahogarse en vino y licor nunca deja a nadie con un aspecto particularmente bien a la manana siguiente. Especialmente en… --Son las siete de la manana --continuo ella, mirandolo con esa mirada azul grisacea que siempre encendia su temperamento. Llevaba solo una camisa de hombre. Cassian apoyo una mano en el marco de la puerta y le dedico una media sonrisa que sabia que sacaba sus garras. --?Una noche dura? Un ano, en realidad. Su hermoso rostro estaba palido, mucho mas delgado de lo que habia sido antes de la guerra con Hybern, sus labios sin sangre, y esos ojos… frios y afilados, como una manana de invierno en las montanas. Ninguna alegria, ninguna risa, en ningun plano de ella. Hizo ademan de cerrar la puerta con la mano. El metio su bota en el hueco antes de que ella pudiera romperle los dedos. Sus fosas nasales se expandieron ligeramente. --Feyre te quiere en la casa. --?En cual? --dijo Nesta, frunciendo el ceno ante la bota que habia metido en la puerta--. Tiene cinco. Reprimio su respuesta. Ese no era el campo de batalla y el no era su oponente. Su trabajo consistia en llevarla al lugar asignado. Y luego rezar que la hermosa casa a la que Feyre y Rhys acababan de mudarse no fuera reducida a escombros. --La nueva. --?Por que mi hermana no me vino a buscar ella misma? El conocia ese brillo sospechoso en sus ojos, la ligera rigidez de su espalda. Sus propios instintos surgieron para enfrentarse a su desafio, para empujar y descubrir lo que podria pasar. Desde el solsticio de invierno, solo habian intercambiado unas cuantas palabras. La mayor parte habia sido en la fiesta de la barcaza el mes pasado. Habian consistido en: Muevete. Hola, Nes. Muevete. Con gusto. Despues de meses y meses de nada, de apenas verla, eso habia sido todo. Ni siquiera habia entendido por que se habia presentado a la fiesta, especialmente cuando sabia que estaria atrapada en el agua con ellos durante horas. Amren probablemente merecia el credito por la rara aparicion, debido a cualquier influencia que la mujer tuviera sobre Nesta. Pero, al final de esa noche, Nesta habia estaba al frente de la fila para salir del barco, con los brazos apretados alrededor de si misma, y Amren habia estado melancolica en el otro extremo, casi temblando de rabia y repulsion. Nadie habia preguntado que habia pasado entre ellas, ni siquiera Feyre. El barco habia atracado, y Nesta practicamente habia salido corriendo, y nadie habia hablado con ella desde entonces. Hasta este dia. Hasta esta conversacion, que se sentia como la mas larga que habian tenido desde las batallas contra Hybern. Cassian dijo por fin--: Feyre es una Alta Lady. Esta ocupada dirigiendo la Corte Oscura. Nesta ladeo la cabeza, con el cabello castano dorado deslizandose sobre un hombro huesudo. En cualquier otra persona, el movimiento habria sido contemplativo. En ella, era la advertencia de un depredador, que evaluaba a su presa. --Y mi hermana --dijo con esa voz plana que se negaba a dar cualquier senal de emocion--, ?considero necesaria mi presencia inmediata? --Sabia que probablemente necesitarias asearte, y queria darte tiempo. Te espera a las nueve. Espero la explosion mientras ella hacia las cuentas. Sus ojos se iluminaron. --?Parece que necesito dos horas para ponerme presentable? El aprovecho la invitacion para observarla: largas piernas desnudas, un elegante barrido de caderas, una cintura fina – demasiado fina- y unos pechos llenos y apetecibles que no encajaban con los nuevos y afilados angulos de su cuerpo. En cualquier otra mujer, esos magnificos pechos habrian sido motivo suficiente para que el comenzara a cortejarla en el momento en que la conociera. Pero desde el instante en que conocio a Nesta, el frio fuego de sus ojos habia sido una tentacion de otro tipo. Y ya que era una Alta Fae, toda la dominacion y agresion inherentes -y una actitud de mierda- hacia que la evitara en la medida de lo posible. Especialmente con lo que habia pasado durante y despues de la guerra contra Hybern. Ella habia dejado mas que claro sus sentimientos hacia el. Cassian dijo por fin--: Parece que te vendrian bien unas cuantas comidas abundantes, un bano y ropa de verdad. Nesta puso los ojos en blanco, pero se toco el dobladillo de la camisa. Cassian anadio--: Echa a ese desgraciado, aseate y te traere un te. Sus cejas se alzaron una fraccion de pulgada. El le dedico una sonrisa torcida. --?Crees que no puedo escuchar a ese macho en tu dormitorio, tratando de ponerse la ropa en silencio y escabullirse por la ventana? Como si se tratara de una respuesta, un ruido sordo llego desde el dormitorio. Nesta siseo. --Volvere dentro de una hora para ver como van las cosas. -- Cassian puso suficiente mordacidad detras de las palabras que hasta sus soldados sabrian que no debian presionarlo, que requeria siete sifones para mantener su magia bajo control por una buena razon. Pero Nesta no volaba en sus legiones, no luchaba bajo su mando, y ciertamente no parecia recordar que tenia mas de quinientos anos y... --No te molestes. Llegare a tiempo. Se aparto de la jamba de la puerta, agitando ligeramente las alas mientras retrocedia unos pasos. --Eso no es lo que se me pidio. Tengo que acompanarte de una puerta a otra. Su rostro se tenso. --Ve a posarte en una chimenea. Esbozo una reverencia, sin atreverse a quitarle los ojos de encima. Ella habia salido del Caldero con… regalos. Regalos considerables, oscuros. Pero nadie habia visto ni sentido ninguna senal de ellos desde la ultima batalla con Hybern, desde que Amren habia destrozado el Caldero y Feyre y Rhys habian logrado arreglarlo de la misma forma. Tampoco Elain habia revelado ningun indicio de sus habilidades videntes desde entonces. Pero si el poder de Nesta seguia siendo capaz de arrasar campos de batalla… Cassian sabia que no debia hacerse vulnerable a otro depredador. --?Quieres tu te con leche o con limon? Le cerro la puerta en la cara. Luego cerro cada una de las cuatro cerraduras. Silbando para si mismo y preguntandose si ese pobre bastardo dentro del apartamento huiria de hecho por la ventana -mas que nada para escapar de ella- Cassian recorrio el tenue pasillo y fue a buscar algo de comida. Ese dia necesitaria sustento. Especialmente cuando Nesta supiera precisamente por que su hermana la habia convocado. Nesta Archeron no sabia el nombre del macho en su apartamento. Busco en su memoria empapada de vino mientras regresaba al dormitorio, esquivando montones de libros y montones de ropa, recordando miradas en la taberna, el encuentro humedo y caliente de sus bocas, el sudor cubriendola mientras lo montaba hasta que el placer y la bebida la enviaron al bendito olvido, pero no recordaba su nombre. El macho ya se habia asomado a la ventana, con Cassian sin duda acechando en la calle de abajo para presenciar su espectacular y patetica salida, cuando Nesta llego a la tenue y estrecha habitacion. La cama con postes de laton estaba desarreglada, las sabanas medio derramadas sobre el chirriante e irregular suelo de madera, y la ventana agrietada golpeaba contra la pared con sus bisagras sueltas. El hombre se giro hacia ella. Era guapo, como lo eran la mayoria de los machos Altos Fae. Un poco mas delgado de lo que a ella le gustaban, practicamente un nino comparado con la imponente masa de musculos que acababa de llenar su puerta. Se estremecio cuando ella entro y vio su expresion de dolor al ver lo que llevaba puesto. --Yo… Esa es ... Nesta se quito la camisa, dejando solo la piel desnuda a su paso. Sus ojos se abrieron de par en par, pero el olor de su miedo permanecio, no el miedo a ella, sino al macho que habia escuchado en la puerta principal. Cuando recordo quien era su hermana. Quien era el companero de su hermana. Quienes eran los amigos de su hermana. Como si algo de eso significara algo. ?A que oleria su miedo si se enterara de que ella lo habia utilizado, se habia acostado con el, para mantenerse a raya? Para calmar esa oscuridad que se retorcia en su interior desde el momento en que salio del Caldero. El sexo, la musica y la bebida, que habia practicado ese ultimo ano, ayudaban. No del todo, pero impedia que el poder se desbordara. Incluso si ella todavia podia sentir que corria por su sangre, enroscado en sus huesos. Le arrojo la camisa blanca. --Ya puedes usar la puerta principal. Se colgo la camisa por encima de la cabeza. --Yo… ?Sigue…? --Su mirada seguia en los pechos de ella, que se asomaban contra el frio de la manana; su piel desnuda. El vertice de sus muslos. --Adios --Nesta entro en el cuarto de bano oxidado y agujereado, adjunto a su dormitorio. Al menos el lugar tenia agua corriente caliente. A veces, Feyre y Elain habian intentado convencerla de que se mudara. Ella siempre ignoraba sus consejos. Al igual que ignoraria lo que le dijeran ese dia. Sabia que Feyre planeaba una reprimenda. Quizas algo relacionado con el hecho de que Nesta habia firmado la escandalosa cuenta de la noche anterior en la taberna a la cuenta bancaria de su hermana. Nesta resoplo y giro la manilla de la banera. El metal estaba helado al tacto y el agua chisporroteo, para luego rociar la banera agrietada y manchada. Esa era su residencia. Sin sirvientes, sin ojos vigilando y juzgando cada movimiento, sin compania a menos que ella los invitara. O a menos que los entrometidos guerreros indiscretos hicieran su asunto para pasar por alli. El agua tardo cinco minutos en calentarse lo suficiente como para empezar a llenar la banera. Habia habido algunos dias en el ultimo ano en los que ni siquiera se habia molestado en tomarse el tiempo. Algunos dias en los que se habia metido en el agua helada, sin sentir su mordida, sino la de las oscuras profundidades del Caldero mientras la devoraba por completo. Mientras le arrancaba su humanidad, su mortalidad, y la convertia en esto. Le habia costado meses luchar contra el panico que tensaba su cuerpo y que hacia que sus huesos temblaran por estar sumergidos. Pero se habia obligado a enfrentarse a ello. Habia aprendido a sentarse en el agua helada, con nauseas y temblores, con los dientes apretados; se habia negado a moverse hasta que su cuerpo reconocio que estaba en una banera y no en el Caldero, que estaba en su apartamento y no en el castillo de piedra al otro lado del mar, que estaba viva, inmortal. Aunque su padre no lo estaba. No, su padre era cenizas en el viento, su existencia marcada solo por una lapida en una colina a las afueras de esta ciudad. O eso le habian dicho sus hermanas. Te ame desde el primer momento en que te tuve en mis brazos, le habia dicho su padre en esos ultimos momentos juntos. No pongas tus sucias manos sobre mi hija. Esas habian sido sus palabras finales, escupidas al Rey de Hybern. Su padre habia desperdiciado esas palabras finales en ese gusano de rey. Su padre. El hombre que nunca habia luchado por sus hijas, no hasta el final. Cuando habia ido a salvarlas, a salvar a los humanos y a los Fae, si, pero sobre todo, a sus hijas. A ella. Un gran y estupido desperdicio. Un poder oscuro e impio fluyo a traves de ella, y no fue suficiente para evitar que el Rey de Hybern le rompiera el cuello. Ella habia odiado a su padre, lo odiaba profundamente, y sin embargo el la habia amado, por alguna razon inexplicable. No lo suficiente como para intentar librarlos de la pobreza o evitar que se murieran de hambre. Pero de alguna manera habia sido suficiente para que el levantara un ejercito en el continente. Para llevar a la batalla un barco que llevaba su nombre. Todavia habia odiado a su padre en esos ultimos momentos. Y entonces su cuello se habia quebrado, sus ojos no estaban llenos de miedo mientras moria, sino de ese tonto amor por ella. Eso era lo que habia perdurado: la mirada de sus ojos. El resentimiento en su corazon mientras el moria por ella. Habia quedado en su memoria, royendo en ella como el poder que habia enterrado en lo mas profundo, corriendo desenfrenadamente por su cabeza hasta que ningun bano helado pudo adormecerlo. Podria haberlo salvado. Fue culpa del Rey de Hybern. Lo sabia. Pero tambien era suya. Asi como fue su culpa que Elain fuera capturada por el Caldero despues de que Nesta lo espiara con ese escrutinio, era su culpa que Hybern hubiera hecho cosas tan terribles, cosas para cazarla a ella y a su hermana como a un ciervo. Algunos dias, el miedo y el panico encerraban el cuerpo de Nesta tan fuerte que nada le permitia respirar. Nada podia impedir que el horrible poder empezara a surgir, a surgir, a surgir en ella. Nada mas alla de la musica de aquellas tabernas, las partidas de cartas con desconocidos, las interminables botellas de vino y el sexo que no la hacia sentir nada, pero que le ofrecia un momento de liberacion en medio del rugido de su interior. Nesta termino de lavarse el sudor y otros restos de la noche anterior. El sexo no habia sido malo; habia tenido mejores, pero tambien mucho peores. Incluso la inmortalidad no era suficiente para que algunos machos dominaran el arte del dormitorio. Asi que se habia ensenado a si misma lo que le gustaba. Consiguio un te anticonceptivo mensual en un boticario local, y luego habia traido a ese primer macho aqui. El no tenia ni idea de que su virginidad habia estado intacta hasta que vio la sangre manchada en las sabanas. Su rostro se habia tensado con desagrado, y luego un atisbo de temor de que ella pudiera informar a su hermana que su primer companero de cama no la habia dejado satisfecha o informarle al insufrible companero de su hermana. Nesta no se habia molestado en decirle que evitaba a ambos a toda costa. Especialmente a este ultimo. Estos dias, Rhysand parecia alegrarse con hacer lo mismo. Despues de la guerra con Hybern, Rhysand le habia ofrecido trabajos. Puestos en su corte. Ella no los queria. Eran ofrendas de lastima, intentos de conseguir que formara parte de la vida de Feyre, que tuviera un empleo remunerado. Pero el Alto Lord nunca le habia agradado. Sus conversaciones eran friamente civilizadas en el mejor de los casos. Ella nunca le dijo que las razones por las que la odiaba eran las mismas razones por las que ella vivia alli. A veces tomaba banos con agua fria. Otros dias se olvidaba de comer. No soportaba el crujido y el chasquido de la chimenea. Y se ahogaba en vino, musica y placer cada noche. Cada cosa maldita que Rhysand pensaba de ella era cierta y ella lo sabia mucho antes de que el hubiera seguido su puerta. Cualquier ofrenda que Rhysand le lanzara fue hecha unicamente por amor a Feyre. Mejor pasar su tiempo de la manera que ella deseaba. Ellos seguian pagando por ella, despues de todo. La llamada a la puerta hizo temblar todo el apartamento.

  • El error del Duque de Hugo Sanz

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    --Corwin, tienes una llamada. --La voz de Elina, mi secretaria, ponia la nota calida a aquella gelida manana de enero. Acababa de llegar a mi despacho y todavia estaba aterido de frio. Por el amor del cielo, ?cuanto se habian propuesto bajar las temperaturas? Me frotaba las manos para tratar de entrar en calor. --Ahora no puedo, Elina, me llaman los del comite de zona. Esa panda de carcamales ha decidido volverme loco de atar--me queje. --Trabajas demasiado, Corwin, y te tomas las cosas muy a pecho. Se que te lo he dicho en multitud de ocasiones, me duele la lengua de hacerlo, pero es que me preocupas. --Pues que no te preocupe tanto, que bicho malo nunca muere. Anda, dile a quien quiera que sea que estoy ocupado. --Esta bien, esta bien, que se pare el mundo, que ademas es viernes y solo tengo ganas de que el reloj haga un esfuercito y se plante en el mediodia. La que volvio a plantarse, pero literalmente y en pocos segundos en mi despacho, fue ella. --Creo que es serio, Corwin, te paso la llamada, hazme caso. Aparte de mi secretaria, Elina era amiga desde hacia varios anos y yo la conocia a la perfeccion. Si decia que tenia que ponerme, ya debia darme patadas en el culo para hacerlo. --De acuerdo, pasamela, por favor. Resople pensando que ojala que no fuese nada extremadamente importante. Como bien habia dicho ella, era viernes, el dia en el que uno deseaba que se parase el mundo. No habia sido mi mejor semana, para que iba a enganarme. De hecho, llevaba ya tres dias sin hablarme con Lara, mi prometida. Tres largos dias en los que tuve ocasion de darme cuenta de que lo nuestro no es que fuera precisamente sobre ruedas. Y en el caso de que lo fuera, seria para despenarme por un abismo... --Si, digame. --Algo me decia que aquella llamada me complicaria la vida, aunque jamas hubiera imaginado que me la cambiaria para siempre. --?Senor Albertson?--Aunque llevara cuatro anos sin escuchar su voz, reconoci al instante la de Ronan, el mayordomo de mi padre. --?Ronan? Cuanto tiempo, ?ha pasado algo? --La mia temblo, indiscutiblemente debia ser grave. --Mucho me temo que si, su padre ha fallecido esta noche, lo siento de corazon. Ronan no solo era un mayordomo, sino que estaba considerado como toda una institucion en el castillo... El castillo en el que yo habia crecido y que era propiedad de mi padre, el duque. --?Fallecido? --Mis ojos se llenaron de lagrimas. El destino no podia hacerme eso, no era justo --. !No! --chille. --Le esperamos en casa, senor. --Su voz me transmitia el momento tan tenso que debian estar viviendo. Aquella lagrima cayendo sobre mi mesa de cristal me recordo a las muchas que verti veinte anos antes, el dia que mi padre entro en mi dormitorio para comunicarme que mi madre habia fallecido en tragicas circunstancias, jamas aclaradas; aquella caida por las escaleras del castillo provoco que pasara a mejor vida sin ni siquiera tener la posibilidad de despedirse de mi, su unico y amado hijo. Y ahora me esperaban en casa, la misma casa que yo no habia vuelto a pisar desde que mi padre me comunico que se casaba con Chanel, una chica que podia ser su hija. Claro que podia serlo, si era cinco anos mas joven que yo, que acababa de cumplir los cuarenta. Seria injusto afirmar que fue su relacion con Chanel la que termino con la nuestra, cuando lo cierto es que, desde la muerte de mi madre, mi padre y yo nos llevabamos como el perro y el gato. La razon no era otra que en la ultima etapa de su vida les vi discutir en innumerables ocasiones. --Carino, es posible que tu padre y yo terminemos por separarnos--me comento unos dias antes de su fallecimiento. --Sinceramente, creo que sera lo mejor, el ya no te hace feliz, mama. --No me cogio por sorpresa su decision. Diria mas, lo deseaba; lo que yo sentia por mi madre era adoracion y no creia que una vida al lado de mi padre fuera lo que ella mereciera. Soy consciente de que lo estoy poniendo como un ogro, pero es que con mi madre perdia pie y no podia soportar verla llorar discusion tras discusion. Desde que cinco anos antes el tuvo un desliz con una doncella, ella no se lo habia perdonado y las discusiones en casa eran el pan nuestro de cada dia. Entonces, de la noche a la manana, sufrio aquel accidente que le dejo a el via libre para hacer su nueva vida. No quiero senalarle con el dedo acusador, pero reconozco que en el fondo de mi corazon siempre existio la duda de que tuviese algo que ver con su mortal encontronazo. Y si no directamente, quizas si de manera indirecta, pues les habia escuchado discutir minutos antes y quizas ella salio corriendo con la vista nublada por tanta tension como se vivia en aquel maldito lugar. Su funeral y posterior entierro es algo de lo que solo tengo flashes en mi memoria; lo vivi como en una nube... Igual era la misma nube que descargo un increible chaparron justo en el momento en el que a ella la metian en el insigne panteon familiar... Insigne, ese es el adjetivo que mejor definia al duque y a todo lo que le rodeaba. A partir del momento del fallecimiento de mi madre, el hizo bueno el dicho de que "el muerto al hoyo y el vivo al bollo", porque mi progenitor se hizo asiduo a toda fiesta que se preciara de serlo y fueron multiples sus conquistas. En honor a la verdad, he de decir que al menos no tuve que presenciar sus correrias porque siempre fue muy discreto al respecto. Vivi con el unos cinco anos mas hasta que me independice y me fui a Londres, entrando a trabajar en la sucursal bancaria de la que anos despues me converti en director. Alli, en Londres, habia logrado ser lo que tanto ansiaba; Corwin Albertson a secas, sin la mas minima aspiracion de que se me relacionara con la nobleza. Dicho en otras palabras, a mi lo de ser duque me la traia al pairo, y nada mas lejos de mi deseo que volver a pertenecer a aquel mundo del que hacia ya mucho tiempo sali huyendo. La noticia del enlace de mi padre con Chanel me cayo como un jarro de agua fria. Hasta ese instante, yo cumplia con los estandares minimos como hijo, haciendole al duque una llamada de vez en cuando y volviendo a casa por Navidad. Hasta ahi. Sin embargo, que fuera a casarse y con la que yo consideraba una trepa total me rompio todos los esquemas. Chanel era amiga de mi prima Freya, quien se la presento en una fiesta. Mi padre y ella se llevaban nada mas y nada menos que la friolera de treinta anos, y la muy fresca queria hacer ver que lo suyo fue amor a primera vista. Por esa regla de tres simple yo era el cardenal Richelieu, no te fastidia. Con el animo de excusarse, mi padre con el poco tacto que caracteriza a lo que viene siendo todo un enconamiento, me lo vendio poco mas o menos como que Chanel era el amor de su vida. Y hasta ahi llegamos, me toco las narices soberanamente.

  • Diez preguntas que la ciencia (todavia) no puede contestar de Nora Lia Bar

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    Porfiada acumuladora de datos simpaticos, cronista infatigable, en este libro Nora Bar nos guia a traves de la cocina de los hallazgos cientificos fundamentales del siglo XX, tomando como excusa diez incognitas que la ciencia aun no logra resolver. Desde que sucedio antes del Big Bang hasta por que dormimos, su propuesta nos lleva a recorrer la historia de la ciencia occidental a partir de anecdotas desopilantes y datos curiosos, extranos azares y situaciones por momentos paranormales.

  • Los pacientes del doctor Garcia de Almudena Grandes

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    Tras la victoria de Franco, el doctor Guillermo Garcia Medina sigue viviendo en Madrid bajo una identidad falsa. La documentacion que lo libro del paredon fue un regalo de su mejor amigo, Manuel Arroyo Benitez, un diplomatico republicano al que salvo la vida en 1937. Cree que nunca volvera a verlo, pero en septiembre de 1946, Manuel vuelve del exilio con una mision secreta y peligrosa. Pretende infiltrarse en una organizacion clandestina, la red de evasion de criminales de guerra y profugos del Tercer Reich que dirige desde el barrio de Arguelles una mujer alemana y espanola, nazi y falangista, llamada Clara Stauffer. Mientras el doctor Garcia se deja reclutar por el, el nombre de otro espanol se cruza en el destino de los dos amigos. Adrian Gallardo Ortega, que tuvo su momento de gloria como boxeador profesional antes de alistarse en la Division Azul, para seguir luchando como voluntario de las SS y participar en la ultima defensa de Berlin, malvive en Alemania, ignorando que alguien pretende suplantar su identidad para huir a la Argentina de Peron.

  • Sobre heroes y tumbas, Ernesto Sabato de Ernesto Sabato

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  • Su rostro verdadero (Las bodas del diablo 2) de Agatha Allen

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  • ?Jugamos? Animate a amar de Samantha Young

    https://gigalibros.com/jugamos-animate-a-amar.html

    Soltar el pasado + Perdonarse = Abrirse al amor
    Creyo que una propuesta de matrimonio le permitiria escaparse, pero solo ha agregado mas dolor a su vida.
    Nada salio como lo esperaba.
    La culpa por las decisiones equivocadas no la deja dormir
    y sus suenos frustrados son una carga tan pesada...
    Cuando creia que ya no era capaz de amar ni dejarse amar, todo cambia en su vida. ?PODRA NORA ANIMARSE A SER FELIZ?

  • El temblor del heroe de Alvaro Pombo

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    Roman es un profesor universitario jubilado al que invade la nostalgia de los dias luminosos de la pedagogia en que fascinaba a sus alumnos despertandoles el amor por el saber y ayudandoles a alcanzar una vida mas noble y mas alta.

  • Para siempre, Norah Carter, Monika Hof, Patrick Norton de Norah Carter

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  • Mujeres que ya no sufren por amor de Coral Herrera Gomez

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    En este momento, mujeres de todo el mundo sufren por amor sonando con un modelo de hombre que no existe, con una pareja ideal como tabla de salvacion. Gracias a la educacion recibida, a la sociedad, a los cuentos de hadas, al cine de Hollywood, a la herencia religiosa, a un larguisimo etcetera han conseguido volvernos adictas a la droga del amor, al milagro romantico, a la satisfaccion de esa utopia individual. Todos estos relatos parecen inocentes, pero en realidad no lo son. Como afirma Coral Herrera, al patriarcado le conviene que permanezcamos encadenadas a esta ilusion, porque mientras nos abracemos a ella, permaneceremos debiles y no volveremos la mirada hacia lo que verdaderamente importa: que las mujeres unidas, empoderadas en busca del bien comun, pueden resultar muy peligrosas para el sistema.

  • Perfect de Alison G. Bailey

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  • El Tormento de Alex de Elena Garcia

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    Las imprudencias se pagan y eso es algo que, por desgracia, Alex sabe muy bien. Un hombre atormentado por una mala decision. Una promesa cada dia mas dificil de cumplir y un sentimiento que creia olvidado amenazan con florecer de nuevo en su interior.

  • Tequila, sal y pimienta. Verano (Estaciones 1) de L. White

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    ?Alguna vez has pensado en el?
    ?Habra pensado el en ti?
    Las amigas de Tali tienen una sorpresa para ella, se la llevan de vacaciones a Maspalomas.
    Lo que no sabe es que alli se encontrara fortuitamente con Oscar, su gran amor de la adolescencia, con quien perdio la virginidad y del cual nunca mas volvio a saber.
    Ella no ha podido olvidarlo y el la odia por haberse marchado. Entre noches de copas y dias de playa los dos comenzaran una lucha interna por lo que sienten.
    El pasado no sera lo unico que tengan en contra, una persona del presente no estara dispuesta a consentir esta relacion y hara todo lo posible por evitarla.
    ?Seran capaces de superar la adversidad y dejarse llevar?

  • En mis suenos de Rose B. Loren

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    Aanisa Salek es la directora de una multinacional del petroleo con sede en Valencia. Durante varios meses y debido a su estresante ritmo de vida, cada noche se despierta sobresaltada, siempre con un mismo y perturbador sueno. En el aparece un hombre al que no reconoce, solo recuerda sus preciosos ojos verdes, su penetrante mirada y despues. un destino incierto.

  • Y entonces apareciste tu de Grace Marie March

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    Dicen que la vida te puede cambiar en un instante y ese instante llego, pero no solo a mi vida, sino a la vida de todos, un dia pasamos de hablar de un virus que estaba muy lejos, en otros paises y de pronto nos decretaron el estado de alarma. Mis companeras de piso y yo estabamos viendo la television sorprendidas, y hubieron reacciones de todo tipo. – Yo ya habia quedado en la capi para ver una "mascleta". - exclamo Luisa un tanto enfadada por que le fastidiaran sus planes. – Por un fin de semana que te quedes en casa, tampoco creo que pase nada. – Bueno, uno no, dos, que el estado de alarma son 15 dias. – Por los rumores que he escuchado en el hospital, esto no es cuestion de quince dias, – les dije a mis companeras de piso. – Mira hablo la experta - dijo Isabel en tono de burla, – ?que va a saber una fregona? – !Oye! - le dije un poco molesta. – Perdona, no se ni lo que me digo, – pero veo la mueca en su cara y me doy cuenta de que su disculpa no es del todo sincera. Mis companeras de piso, bueno podria llamarlas amigas, tienen unos trabajos muy diferentes al mio, no por ello quiero decir que sean mejores, ya que cuando llega el momento de pagar los gastos mensuales del piso, todas ponemos la misma cantidad de dinero, y mi dinero es igual de bueno que el de ellas. Luisa trabaja en una agencia de seguros, la agencia de seguros es de su hermano y ella, bueno ella se limita a pasar alli las horas. Isabel trabaja como secretaria en un colegio. La unica diferencia entre los trabajos de ellas y el mio, es que yo pase a ser trabajadora esencial y ellas en cambio se quedaron en casa, Luisa se supone que trabaja desde casa, pero bueno si no lo hacia en la oficina como podia esperar su hermano que en casa hiciera algo, e Isabel haciendo teletrabajo. !Que despiste!, no me he presentado, mi nombre es Clara, como ya os he comentado trabajo limpiando en el hospital por las mananas y, de esto no os habia dicho nada, estudio por las tardes un grado medio de farmacia, es mi primer ano, me anime por mis companeras de trabajo, la idea es que el proximo ano haga las practicas en el hospital donde trabajo, lo cierto es que no podre quedarme alli a trabajar, pero me facilitaran mucho las cosas, incluyendo el tema de los horarios, entre a trabajar en el hospital, gracias a mi tia, si tengo que confesarlo, entre por enchufe, pero muchas personas entrar del mismo modo, y se que pensareis como puedo entrar por enchufe en un hospital publico, pues porque de la limpieza se encarga una subcontrata, de modo que mi tia me enchufo y cuando me puse a estudiar, decidi que lo mejor era que me mudara lo mas cerca posible del trabajo y del instituto. Mi idea era irme a vivir a la capital, pero... una de mis actuales companeras de piso, es amiga de la infancia, y vivir en los pueblos es lo que tiene, mi madre vio a la suya, le comento que queria mudarme, su madre le dijo que se acababa de ir una muchacha del piso de su hija, y que vivian en una pedania de Valencia, de modo que era como vivir en la capital, con la ventaja de un pueblo, vamos que le vendio la moto a mi madre, y claro la mujer se quedaba tranquila sabiendo que donde me iba estaria bien cuidada, porque al fin y al cabo, Isabel y yo nos conociamos desde los tres anos. Los dias fueron pasando y la tension fue en aumento, mas que nada porque nos pedian quedarnos en casa y muchas personas del centro de Espana, entendian que quedarse en casa era irse de vacaciones a la costa. Ademas no contabamos con los equipos de proteccion necesarios para que todos pudieramos hacer correctamente nuestros trabajos, lo cierto es que muchas personas se portaron bien con nosotros. Pero... Esa noche cuando llegue a mi piso compartido, vi que mi llave no entraba en la cerradura, me fije y vi que la habian cambiado, estaba extranada, ?habria alguna perdido la llave?, ?y como? Al fin y al cabo ahora no se puede salir de casa y ayer traje la compra del supermercado, ?donde iban a ir? – Alejate de la puerta - escuche sorprendida a Luisa. – ?Sucede algo? – Tu alejate - repitio ante mi asombro, estaba tan cansada que solo tenia ganas de ducharme y acostarme, pero debia entregar unos trabajos, ya que el instituto seguia de forma online. El tener que hacer mas horas en el hospital al final me acabaria pasando factura, pero lo estabamos haciendo todas, y tengo que reconocer que habian personas con trabajos con mucha mas responsabilidad que el mio. Cuando abrieron la puerta, sacaron mi maleta y cerraron rapidamente la puerta poniendo la cadena y volviendola a abrir. - Hemos pensado que estas muy expuesta al virus y podrias contagiarnos. – ?Que? - lo cierto es que no salia de mi asombro. – Lo hemos hablado esta manana, en la maleta tienes todas tus cosas, una vez pase todo esto si quieres puedes volver, pero ahora mismo tienes que irte del piso. – ?Isabel piensa igual? – Si, lo pienso - vi como se asomaba detras de Luisa, – tenemos miedo de que nos contagies, mejor quedate en otro sitio, puedes ir a casa de tu tia. - y para mi asombro cerraron la puerta, dejandome alli boquiabierta y sin entender nada. Lucas. Acababa de llegar al edificio donde vivo, lo cierto es que me habian hecho ir a la empresa, ya que habia fallado uno de los ordenadores que prestaba servicio a los trabajadores, y el unico que podia ir era yo, eso es lo que me dijeron, yo lo entendi entre lineas, al fin y al cabo yo no tengo hijos y mis otros dos companeros si. Bueno me presentare, mi nombre es Lucas y soy informatico, de normal ese tipo de problemas lo podria solucionar en casa, pero claro esta vez no era posible, mi jefe me envio por e-mail una autorizacion de trabajo por si me paraba la policia y me dijo que fuera si o si. Por suerte, ya estaba de nuevo en casa. Subi las escaleras para coger el ascensor cuando escuche unos sollozos en la escalera, me extrano tanto, que pense que igual alguien necesitaba ayuda, estamos en un momento tan complicado que creo que si todos nos ayudamos entre si, el confinamiento se nos hara mas llevadero, de modo que subi las escaleras de dos en dos, para encontrarme a una de mis tres vecinas que viven en el segundo piso, sentada sobre una maleta llorando. – ?Estas bien?, ?Puedo ayudarte en algo? - la joven miro hacia mi, no podia ni hablar, de modo que pase a su lado y pulse el boton del ascensor, – ven, vamos, – le dije mientras la ayudaba a levantarse y cogia su maleta, – veras como despues de tomarte algo, lo ves todo de forma diferente. - y pense que iba a irse a ver a algun familiar, que seguramente habia fallecido por la enfermedad, pero lo que no entendia era porque se llevaba esa maleta, total seria ir, estar un par de dias y volver, ?no? Como mi casa es un puto desastre, hice que dejara la maleta junto a la puerta de entrada y la guie hacia el balcon que tengo, haciendo que se sentara y fui hasta la cocina a por dos cervezas, es lo unico que tenia para ofrecerle, bueno agua tambien le hubiera podido haber ofrecido o un cafe, pero bueno en ese momento lo unico que pense fue en coger de la nevera cerveza. Y me sente frente a ella, esperando que se calmara un poco para poder hablar. – Hemos subido los dos en el ascensor y solo podia subir uno. - si soy sincero, lo ultimo que esperaba es que sus primeras palabras fueran una rina hacia lo que habia hecho. – Si tu no se lo dices a nadie, yo tampoco. - dije tratando de que se riera, pero no lo hizo. – Trabajo en un hospital, estoy expuesta al virus todo el dia, – dijo hipando y sonandose la nariz, – lo cierto es que nunca he podido ver llorar a nadie, creo que es por culpa de mi hermana, siempre lloraba para conseguir lo que queria, le funcionaba siempre, pero yo tenia que soportar sus lloros diarios, vamos que tenia claro que cuando me fuera de casa, viviria solo, aunque no pudiera pagar un piso en el centro, de modo que me tuve que ir a una pedania, el piso estaba muy bien, tenia que coger el metro para ir a trabajar, pero eso era algo que no me molestaba en absoluto. – ?Y?, yo hoy tambien he tenido que ir a la empresa y tambien me he expuesto.

  • Un dia de playa de Nina Klein

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    L U N O a brisa del mar me acaricio la piel, cerre los ojos y respire hondo. Estaba mucho mejor en la playa que en la oficina, donde iba a parar. Habia decidido que ese dia --un miercoles por la manana-- era el dia perfecto para ir a la playa. Llegue a esa conclusion despues de ver el dia que se habia presentado en mi ventana nada mas levantarme: soleado y agobiante. La ola de calor duraba ya mas de una semana, y se me estaban agotando las fuerzas. Podia sentir mis neuronas derritiendose ya desde primera hora. Me habia vestido para trabajar, pero la blusa beige y el traje de chaqueta, las medias y los zapatos de tacon de tres centimetros que me habia puesto para ir la oficina se me pegaban al cuerpo. Y solo eran las siete y media de la manana. Asi que hice lo que nunca habia hecho: llame al trabajo diciendo que estaba enferma. No era la primera persona que lo hacia en la oficina aquella semana, pero si era la primera vez que yo lo hacia. Llevaba cinco anos en aquel trabajo y no me habia cogido ni un dia por enfermedad, tambien era verdad que habia tenido suerte y no habia estado enferma, pero tampoco me habia cogido ningun dia para ir al dentista, o de asuntos propios, ni nada por el estilo. Era, y siempre habia sido, la persona mas responsable del mundo. Sin embargo, de repente la sola idea de pasar un dia como aquel metida en la oficina, a pesar del aire acondicionado, se me hacia insoportable. Asi que no tuve ningun problema cuando llame, incluso la secretaria se mostro comprensiva, mejorate, me dijo, mientras yo fingia una tos y tiraba de topicos para hacerlo todo mas creible: el aire acondicionado, ya sabes. Los cambios de temperatura. Sonrei un poco mientras me extendia el protector solar de coco por el brazo derecho, luego el izquierdo. Factor 50. No habia mucha diferencia entre el color de la crema y el de mi piel. No solia ponerme morena, pero siendo abril, estaba casi fosforescente. Aunque tampoco destacaba mucho entre los otros cuerpos diseminados por la arena. Pocos, muy pocos, apenas una docena de personas repartidas por toda la playa: era un miercoles laborable de abril, y eran las diez de la manana, por mucha ola de calor que hubiese. Todos los cuerpos tenian un tono similar al mio, iban desde blanco puro hasta alguna tonalidad de rosa, exceptuando los de los chicos jugando al voleibol a unos metros de donde me encontraba tumbada en la toalla. Suficientemente lejos como para que no me diesen un pelotazo sin querer, suficientemente cerca como para poder deleitarme con el espectaculo. Volvi a mirar en su direccion al oir sus bromas y risas. Universitarios, o al menos esa era la edad y el aspecto que tenian, saltandose las clases. Aunque a juzgar por la piel morena, no era el primer dia que se las saltaban, tampoco. Amparada por las gafas de sol, admire los cuerpos bronceados, ligeramente brillantes de sudor, los musculos de los brazos al golpear la pelota. Eran tres, dos a un lado de la malla, uno al otro lado, al que le estaban pegando una paliza mientras reian. Uno de los chicos del equipo de dos se retiro un poco y saco una botella de agua de una pequena nevera que tenian junto a sus toallas. Habian ido mas preparados que yo, que estaba muriendome de sed, el agua que habia metido en la bolsa de playa se habia recalentado casi antes de salir de casa. Le observe mientras bebia, me fije en su garganta, en su cuello. Le hacia falta un corte de pelo. Se le rizaba un poco en la nuca y le caia sobre la frente. Al terminar de beber me parecio que miraba en mi direccion --el chico tambien tenia gafas de sol-- y sonreia ligeramente. Pero no estaba segura, estaba demasiado lejos para saberlo. Quizas habia visto a alguien detras de mi. Algunas chicas tambien universitarias, quizas, rubias, bronceadas y en forma, que venian a jugar con ellos. Gire la cabeza y mire por encima de mi hombro. No habia nadie, mas que un hombre de unos sesenta anos tirandole un frisbee a un perro. No habia nada de malo en mirar, me dije. Era mi dia de hacer cosas que normalmente no haria. A esa hora --mire mi reloj de pulsera, ya eran casi las once-- estaria en alguna reunion aburrida y horrible, rodeada no de cuerpos jovenes y hermosos, sino de mis companeros de oficina, hombres de mediana edad que habian perdido el pelo --solo el de la cabeza, lamentablemente-- hacia mas de una decada y si su forma de peinarse no me enganaba, todavia no se habian resignado. Con sus barrigas sobresaliendo por encima del cinturon del traje, enganando a sus mujeres habitualmente. No conmigo: ademas de no dejar que me tocasen ni con un palo, y de no creer en las relaciones en el trabajo, increiblemente, con treinta y cinco anos, era demasiado vieja para aquellos tipos de cuarenta y pico y cincuenta, que sonaban con liarse con jovencitas de veinte. Vivir para ver. Asi que decidi seguir alegrandome la vista. No solia ir por ahi acosando a hombres con la mirada, mucho menos a jovenes a los que sacaba probablemente diez anos, quizas algo menos, pero no hacia dano a nadie, recogia material para mis fantasias y, repito, era el dia en el que estaba haciendo cosas que no solia hacer nunca. Asi que le devolvi la sonrisa al chico del voleibol. Vi como volvia a inclinarse sobre la nevera, cogia otro botellin de agua y empezaba a andar hacia mi. Resisti la tentacion de volver a mirar por encima de mi hombro, en caso de que no se estuviese dirigiendo a mi, sino a alguien detras de mi. El joven atractivo se acerco. Abdominales marcados, musculos en los brazos y en las piernas. Se dio la vuelta para lanzar la pelota que tenia en la mano hacia donde estaban sus amigos, y pude admirar la espalda musculada y los biceps flexionandose. Los amigos siguieron jugando mientras el joven se acercaba. Llevaba un banador negro, no uno de esos ajustados --menos mal-- sino uno suelto que le llegaba a la mitad de los muslos musculados y morenos. Mejor no mirar muy fijamente. Volvi a alegrarme, por enesima vez, de tener las gafas de sol puestas. --Hola --dijo, con una voz grave y profunda. --Hola --sonrei. Me tendio el botellin de agua helada.

  • Los pecados del padre de M.j. Fernandez

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    A lo largo de veinticinco anos, en cuatro paises de Europa, un asesino en serie acaba con la vida de parejas jovenes, enganando a la policia para que crean que el muchacho en cada una de ellas es el culpable. Michael Sterling, comisario de Scotland Yard, que conoce su modus operandi y esta obsesionado con detenerlo, emplea todos sus esfuerzos para descubrirlo. La investigacion se lleva a cabo con un equipo policial que involucra dos paises, Inglaterra y Espana, mientras un pecado familiar surge del pasado para exigir su expiacion.
    Una novela intrigante con un final sorprendente.

  • El Sonido de los Almendros de Alberto Munoz Duran

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    La aparicion de tres cadaveres esparcidos entre el pueblo de Teovin y el inmenso bosque de Tierra de Pinares, donde Moises sintio la verdadera naturaleza de la fe siendo solo un nino, desencadenara una serie de pistas reveladoras que relacionaran al asesino en serie mas buscado de Espana con los diez mandamientos de Dios.
    Desde ese preciso instante, el expolicia judicial tendra que volver a sus origenes mas primitivos e iniciar una carrera contrarreloj para salvar a la unica persona que le ha importado de verdad a lo largo de una vida marcada por la soledad.Esta es la historia del sonador que consiguio entender a su verdadero yo y se enfrento a los demonios que un dia se le aparecieron para hacerle dudar de un destino que ya tenia asignado bajo la inconfundible melodia de los almendros.
    Una leyenda magica que se hizo real despues de conocer el amor, oler la sangre de los inocentes y pelear consigo mismo mientras perseguia al monstruo que mantuvo a todo un pais en vilo durante dos largas, frias e interminables semanas invernales, en uno de los casos mas escabrosos de la cronica negra.

  • Refugiado de Alan Gratz

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    JOSEF es un chico judio que vive en la Alemania nazi de los anos treinta. Ante la inminente amenaza de los campos de concentracion, su familia y el se embarcan en un navio rumbo al otro extremo del mundo ISABEL es una nina cubana en 1994. Con los disturbios y la agitacion que asolan su pais, su familia y ella se echan a la mar en una balsa con la esperanza de hallar la seguridad en Estados Unidos MAHMOUD es un muchacho sirio en 2015. Con su patria desgarrada por la violencia y la destruccion, su familia y el inician una larga caminata hacia Europa Los tres ninos partiran en un terrible viaje en busca de refugio. Los tres se enfrentaran a peligros inimaginables: desde la posibilidad de morir ahogado hasta los bombardeos y las traiciones. Pero siempre existe la esperanza de un manana, y, aunque Josef, Isabel y Mahmoud estan separados por los continentes y las decadas, sus historias acabaran por entrelazarse de manera sorprendente.

  • Demasiado para mi de Victoria Dahl

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  • El legado de la villa de las telas de Anne Jacobs

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    Una poderosa familia.
    Una situacion dramatica.
    Una mansion que esconde mas de un secreto…

  • Oxen. El hombre oscuro de Jens Henrik Jensen

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    El soldado de elite Niels Oxen no confia en nadie. Nunca. Ahora se esconde tras una nueva identidad, lejos de un pasado que quiere olvidar. Pero una siniestra y poderosa sociedad secreta esta tejiendo un plan oscuro del que nadie puede ocultarse.

  • Torres en la cocina 3 de Javier Torres , Sergio Torres

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  • Cuentos victorianos de Navidad de

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    El extenso periodo victoriano fue, por diversas y variadas circunstancias, quien dio carta de naturaleza al “espiritu navideno” y consolido buena parte de la imagen y el caracter que asociamos a estas festividades hoy en dia. Fue, asimismo, la edad de oro del cuento de Navidad, del que dejaron muestras los mas destacados autores de la epoca, siendo los de miedo y los de misterio los que gozaron de mas aceptacion. En esta recopilacion antologica no falta, como es natural, Charles Dickens, y junto a los suyos se recogen tambien magnificos relatos de Anthony Trollope, Charlotte Riddell, Arthur Conan Doyle (uno de ellos protagonizado por Sherlock Holmes), Juliana Ewing y Wilkie Collins.

  • Decreto real de Cara Colter

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    ?Podria negarse a obedecer la orden real. de sellar el trato con un beso?

  • Una semana de placer de Jc Harroway

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    Actual. Atrevida. Independiente.

  • Luna de gato de Christian Martins

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    Amanda, la chica de los labios azules, es timida, sonadora y vive en su propio mundo. Trabaja en una editorial y dibuja lunas de gato.
    Brett es abogado, es extrovertido y trabaja en un bufete. Aunque no tiene muy claro lo que le tiene preparado el futuro.
    No tienen mucho en comun, excepto que son vecinos. Y que trabajan en la misma calle. Y que ambos acabaran embarcados en una aventura comun que cambiara sus vidas para siempre.
    ?Te apetece conocerles?

  • Mama duerme la siesta de Beatriz Olivenza

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    Un dia, Joaquin Solis falta a su trabajo en una empresa de teleoperadores y no vuelve a dar senales de vida. Es un hombre oscuro y poco comunicativo; nadie lo echa en falta excepto Gabriela, una de las empleadas, que esta lejos de su patria y ha compartido con Joaquin momentos de soledad y nostalgia. Un sentimiento de gratitud impulsa a Gabriela a investigar la desaparicion de su companero. Pero la unica pista que encuentra es un papel con una direccion, un numero de telefono y una misteriosa frase: Mama duerme la siesta. Tirando de ese hilo, Gabriela se adentrara en territorios insospechados.

  • Cuando mis besos acaricien tus alas (Libelula 2) de Genne L. Paris

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    ?Es posible existir cuando todo se destruye a tu alrededor? ?Como sentirse vivo si la fe desaparece y la esperanza se vuelve un ideal efimero?
    Gael Alcazar dejo de creer, de sentir y de esperar. Solo le habia pedido al futuro cumplir sus suenos de juventud al lado de su amada libelula, pero todo se volvio en su contra y. !Jamas perdonaria a la vida por ello!

  • En ruta al destino, Lee Vincent de Lee Vincent

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    Cuando Lara Mackenzie dijo con voz firme frente al altar del pueblo de Walden: "No, no acepto", jamas imagino que esa frase le diera a su vida un giro inesperado que la colocaria frente a un enigmatico y apuesto hombre.

  • Su alma al diablo (M. Cacho 2) de Artur Rodriguez

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    Siempre que se gana algo, se pierde otra cosa.
    Si solo lo hubiera sabido cuando, hace un ano, mi viejo me mando al Burton College. Entonces tenia dieciseis anos y, a pesar de toda la mierda que me habian metido en la cabeza, hice un monton de colegas; te lo aseguro. Lo pasamos en grande sorbiendo nenuco a todas horas y moviendo el esqueleto. Pero de golpe aparecio un fiambre y todo se torcio. La muerte siempre lo tuerce todo. Y, despues de esa muerte, llegaron otras muertes. Y todo se mezclo con la birra y el amor, con el mal y el colegueo, con los suenos y las risas; con un Londres invernal y una lluvia que lo lava todo, que se come tu alma como si fuera un maldito Boca Bit, que te mata y te resucita.
    Esta bien, lo que tienes entre manos son mis aventuras de crio.
    Colega, lo vas a flipar.

  • Solo Mia de Gwendolen Hope

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    Liam y Katharine tienen una vida juntos solo en los papeles. En la realidad, estan enredados en un matrimonio por interes y viven ignorandose y despreciandose mutuamente. Hasta que un trivial, pequeno incidente cambiara las cartas sobre la mesa y repentinamente Katharine se encontrara siendo otra mujer. ?Todo esta perdido? ?O el fuego todavia arde peligrosamente bajo las cenizas?

  • Tomas. North Group de Fanny Ramirez

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    TOMAS BROWN <> Esa frase se convirtio en mi mantra, mi tatuaje interior, como Jason mi mejor amigo, llamaba. El tenia demasiados bajo la piel, los mismos, hicieron que una noche decidiese acabar con su agonia tomandose un frasco de pastillas. Apenas alcanzo los veinte anos y quien lo conocio sabe que aparentaba mas de los que tenia. <> Y para Jason nunca fue un problema la velocidad. No me gusta catalogar a las personas, ser debil no te hace menos fuerte, solo que Jason no supo como decir: no, cuando tuvo la oportunidad. Nacer entre porqueria, basura, solo te dictaba tu futuro, no solo estoy hablando de la que se tira a un contenedor. La droga, hizo que amigos, mi propia madre y mi hermano pequeno, se transformasen en personas irreconocibles. La sonrisa ya no formaba parte de sus caras a menos que consiguieran un nuevo chute y eso, era demasiado triste. Mi tatuaje interior ardia cada vez que las lagrimas acudian a mis ojos. Fueron pocas veces las que pasaba, tres, creo recordar, que lo hizo con mas fuerza. Mi mente se ha encargado de borrar la mayoria de recuerdos de mi ninez y parte de mi adolescencia. La primera vez que recuerdo, fue cuando vi a Jason por ultima vez, lo estaban metiendo en un coche, tenia los ojos abiertos, rojos, su piel traslucida y entre el shock escuche la vocecilla de mi hermano a mi lado preguntandome: <> Si, lo estaba. Mi mejor amigo me dejo solo, cuando me habia jurado que no lo haria nunca. Con el tiempo entendi que no hacia falta tener a las personas fisicamente, tambien podian cuidarte desde cualquier lugar en el que estuviesen. La segunda vez, fue cuando vi a mi hermano pequeno inyectarse una mierda en el brazo mientras sus amigos fumaban marihuana en el parque de detras de casa. A partir de ahi, mi vida se convirtio en un verdadero infierno. Intente por activa y por pasiva que lo dejara, me lleve anos reteniendolo contra su voluntad, tragandome sus reproches, sus miradas de odio, hasta que por fin lo consegui. Lastima que ya su destino estaba escrito con la firma de la maldita enfermedad llamada: cancer. La tercera tiene nombre y apellidos: Emily Berry Lauler. Sin embargo, de ella no puedo hablar sin que se me aprieten las entranas y me recuerde a mi mismo que no hago nada bien en la vida. Pero esa... es una historia que no merece la pena rememorar. INTRODUCCION --Solo seran un par de horas, Emi, ademas, tu estaras con tus primas toda la noche haciendo esas cosas que las chicas haceis cuando estais solas. Resoplo y yo no pude hacer mas que poner los ojos en blanco ahogando un suspiro de cansancio. Emily podria ser un grandisimo dolor en el trasero cuando queria, y esa noche quiso con ganas, pues era el cumpleanos de John. Los chicos planearon ir al local de Mike, un tugurio de mala muerte que servia la mejor cerveza en aquellos tiempos. Emily no aceptaba que yo tuviera una vida, sin embargo, ella si parecia tener derecho a tenerla. Era lo que mas me jodia, no obstante, estaba enamorado hasta las trancas de esa nina del demonio con aires de grandeza. Como si en vez de una simple mortal, estuviese hecha de fibra de oro con incrustaciones de diamantes... Me rasque el pecho sobre la camisa cuando una picazon insoportable me recordo que no debia joderlo con ella. Parecia mentira que con todo lo que habia soportado a lo largo de mi vida, me estaba convertido en un autentico imbecil por una chiquilla mimada. Pero era lo unico que me quedaba, aparte de mis amigos, claro. Y un hermano que casi no veia. Emily se convirtio en la pieza que me faltaba para que el vacio que me dejo mi hermano pequeno se llenara un poco, solo un poco. Aunque eso hacia de mi martirio algo mas soportable. --Solo espero que no haya muchas chicas, Tomas, o te juro que... --No digas tonterias, Emily, vamos al local de Mike. Alli casi nunca hay mujeres, menos chicas que puedan hacerte ni sombra. Por el rabillo de mi ojo, vi aparecer a Leon, Chad, Lauren y John; este ultimo bebiendo a morro de un botellin de cerveza. Gracias a Dios no me escucharon arrastrandome como una babosa. Sonrei sin poder remediarlo, intentando que Emily no escuchara los disparates que estaba soltando John. Habia sido cumplir la mayoria de edad y ya se reventaba el higado en publico. Leon ladeo la cabeza, preguntandome en silencio con quien hablaba. Con un gesto con la boca, le di a entender de quien se trataba. El rodo los ojos, Chad me saludo palmeandome el hombro al igual que Lauren, y John me dio un beso sonoro en la mejilla, susurrando un: <>, antes de entrar al bar. --?Que ha sido eso y porque ha sonado como si alguien le estuviera comiendo la boca a mi novio? --el ladrido de Emily me hizo apretar los punos teniendo que contar hasta diez con la respiracion atascada en los pulmones. Entonces hice lo que deberia haber hecho mucho antes, colgarle el telefono y ponerlo en silencio para ni enterarme siquiera si vuelve a llamar. Sin contestar a su estupida acusacion. Me tenia hasta la jodida coronilla. Abri la puerta y la musica se hizo mas sonora. Los chicos estaban en la barra, seguramente pidiendole a la camarera una cerveza, junto con algunos parroquianos ya asiduos. Faltaba Ray, como siempre, seguramente estudiando, haciendose a la idea de su proxima matricula de honor. Di una ojeada rapida a mi alrededor, algunas mujeres disfrutaban de una charla amena en una mesa al fondo, raramente venian a un lugar como ese. Pero viendolas de lejos, parecian de fuera, espanolas al escuchar un par de palabras descarriadas; sabia de alguien al que le haria una tremenda ilusion. A la derecha del local, un senor bebia de su cerveza mientras que el humo de un pitillo lo envolvia haciendo de la escena algo de lo que inmortalizar en una imagen. Su pelo ceniza hacia que las volutas de humo que volaban a su alrededor desaparecieran, para luego emerger y cubrir su rostro demasiado demacrado para su edad. Aunque no supiera cuantos anos tenia. De alguna manera siempre lograba encontrar parecido a la gente con alguien cercano a mi y ese senor le daba un aire a mi padre. --Tomas, me he dado el atrevimiento de pedirte una cerveza --la voz de Chad me hizo desviar la mirada de aquel senor que por momentos hacia que vagos recuerdos, demasiado amargos, volvieran a aparecer en mi mente. Con una sonrisa, sintiendo mi telefono vibrar en el bolsillo de mis pantalones, me acerque a ellos y me deje abrazar por un John demasiado ebrio para ser apenas las once de la noche. Ray se nos unio una hora mas tarde, con cara de no haber dormido en siglos, avergonzado por culpa de Leon que lo vitoreaba como si fuera una superestrella. --Ey, Ray, ?pudiste despegar la nariz de los libros para poder venir a mi cumpleanos? es todo un honor... --Dijo John, levantandose con dificultad para luego engancharse en sus hombros. Negue con la cabeza al mismo tiempo que lleve mi vaso de cerveza a los labios. Ya me veia cargandolo hasta llegar a nuestra residencia. --Y tu no pierdes el tiempo... con apenas horas de tener los dieciocho y ya te emborrachas en un bar --contesto Murray haciendonos reir. John saco la lengua, pareciendo un crio de dos anos. Me daba tremenda lastima a veces. Era un chico joven, con energia, positivismo y una mente brillante. Aunque ese cerebro no lo usara nunca para lo que realmente tenia que hacerlo. --?Viste las chicas del fondo? --me pregunto Leon, mirando a las susodichas de reojo. Tenia los ojos brillantes y las mejillas rojas gracias al alcohol. Me vi girando hacia donde el me senalaba e hice una mueca cuando me pillaron mirandolas descaradamente. --Joder, pero no mires asi. Las vas a espantar --se quejo resoplando y bebiendo de nuevo hasta acabar su jarra. --Son espanolas, las he oido hablar --le informe, provocando una sonrisa de su parte. --Sostenme esto, es hora de cazar dos buenos pares de jamones ibericos, !ole! --dijo en espanol, dejandome la jarra en las manos y peinandose el cabello con las manos antes de ir en busca de las chicas. Con curiosidad, me lleve casi cinco minutos viendo a Leon hacer su magia. Las chicas reian encantadas, incluso una de ellas, le toco el brazo supuse para comprobar que el tio se pasaba las horas haciendo ejercicio. --?Crees que se las follara a las dos? --la pregunta de Chad me hizo pestanear y dejar de observarlos. --Seguro... es el unico que he conocido con la facilidad de llevarse a mas de una a la cama y a la vez. No se como mierda lo hace. --Tu podrias si dejaras a esa chalada con la que estas. Lo mire con la mandibula apretada del coraje. Odiaba que se metieran con Emily o con mi relacion. Aunque luego supe que debia haberles hecho caso a todo lo que decian mucho antes. Me hubiera ahorrado todo lo que acontecio. --No te voy a consentir que la llames asi --lo mire con toda la rabia que pude reunir, haciendo que frunciera el ceno y alzara las manos a modo de rendicion. Al cabo de un rato, en los que me dedique a mensajearme con mi novia, la cual estaba bastante molesta, decidimos sentarnos en una mesa. Leon nos acompano a reganadientes unos minutos despues, diciendoles algo en espanol a las chicas, lo que provoco que rieran. --Si te sobra una, ya sabes, me la pasas --murmuro Chad arrastrando las palabras. Leon se sento a su lado y se acerco a su oido para susurrarle algo que lo hizo carcajear y ponerse contento. Resople. Lo mas seguro es que hicieran una jodida orgia, como si los viera. Malditos putos... --Bueno, ahora que estamos todos juntos quiero haceros una propuesta --dijo Lauren, haciendo que dejaran la alegria para otro momento. Por un segundo les tuve envidia. Echaba de menos relacionarme con las mujeres, charlar con ellas, no solo con la mujer que no paraba de llamarme y mandarme mensajes para que le enviara fotos de donde estaba. Suspire en derrota, diciendome que no merecia la pena quejarme por eso. Me queria, no tenia ninguna duda, por lo menos en ese momento. Lauren empezo a contar acerca de un proyecto que tenia entre manos. North Group se llamaria. La cabeza me daba vueltas, debatiendome entre alegrarme, brindar, celebrarlo y pensando que diria Emily al respecto. Entonces tuve claro una cosa. Seguiria adelante estuviese ella de acuerdo o no aunque luego sufriera las consecuencias. UNO <> Parece sacado de una jodida pelicula de terror. No quise hacerle caso a nadie cuando me advirtieron de lo loca que estaba la mujer con la que me iba a casar. Incluso di por hecho que sus acciones, reproches y celos, se debian a mera inseguridad o me queria tanto que no concebia compartirme con nadie. Luego llegaron las preguntas, las acusaciones, el acoso y lo que mas miedo me daba: las amenazas. No solo hacia mi persona, sino las que atentaba contra su propia vida. Froto mi rostro en un vano intento de despejar asi mi cabeza de tantos pensamientos funestos. No debe ser sano estar continuamente pensando que por mi culpa esa mujer, a la que tanto ame, se suicide. Ya ni recuerdo cuantas han sido las veces que me lo ha dicho llorando a lagrima viva. Ya sea por telefono o en persona. Por puro masoquismo, abro el cajon de mi escritorio y miro con nostalgia la fotografia que nos tomamos hace aproximadamente dos anos en la casa de los Hamptons. Ella sonreia montada a mi espalda y yo la miraba por encima de mi hombro embelesado por su belleza. Emily es hermosa. De pelo rubio, larguisimo, que casi siempre llevaba en una cola de caballo excepto aquel dia. Acaricio, sin poder remediarlo, la imagen de sus manos. Sus unas pintadas del mismo color que su bikini rojo. Como me gustaria volver a aquel dia, donde por arte de magia, se convirtio en una persona diferente. Ya fuera porque estabamos lejos de casa o solos en esta. Donde segun ella, no habia ninguna distraccion cerca. Mis amigos eran distraccion, las mujeres que paseaban por la calle, trabajaban en la empresa o simplemente esperaban a ser atendidas en una cafeteria, tambien lo eran; las reuniones importantes, las llamadas, el punetero trabajo. Todo el mundo, todo lo que yo hacia para ganarme la vida y llenar la de ella de lujos, eran distracciones y podia hacer que dejase de amarla. Una risa amarga brota de mis labios antes de cerrar el cajon mas fuerte de la cuenta, provocando un fuerte ruido. Me levanto de la silla notando mi labio inferior temblar de la rabia y miro a traves del ventanal en busca de una enesima solucion. <> Las palabras de Leon resuenan una y otra y otra vez como si fuese lo unico que tuviera cavidad ahora mismo en mi mente. ?Pero que cojones hago? Esa es la pregunta que mas formulo tanto en voz alta como en pensamiento. ?Como hago para que me deje vivir, respirar? ?Que solucion puede haber cuando ya he intentado hasta denunciarla? Pero como ya se viene sabiendo, la ley parece amparar mas a la mujer que al hombre en estos casos. Alguien toca a la puerta y carraspeo, llevandome el dedo indice al rabillo de mi ojo quitando asi la maldita lagrima que crei extinta de tanto que he llorado por su culpa. La voz de Murray me hace girar para mirarlo. Esta contento, con una sonrisa indeleble en su rostro y todo es debido a su Ceci como el la llama. A Dios gracias por haberla puesto en nuestros caminos, no se que hubieramos hecho sin su deliciosa comida del catering en los numerosos eventos. Tambien nos privo de ver a Murray babeando por los rincones, gracias al cielo. --?Te tragaste un unicornio? ?O es que por fin has podido comprobar que el sexo anal no es tan malo como parecia? --Intento hacer la broma, sin que se me note demasiado lo podrido que estoy por dentro. Mi traje negro impoluto, mi camisa blanca recien salida de la tintoreria y mis zapatos lustrosos brillando como si fueran espejos, hacen que nadie se de cuenta de lo sucio y asqueado que me siento. Murray rie y niega con la cabeza un poco ruborizado. Eso me hace lanzar una carcajada al aire que agradezco como un vaso de agua en pleno desierto. --No, vengo a decirte si vienes a por algo para desayunar. Frunzo el ceno ante su invitacion. Es raro que alguno de nosotros salgamos a comprar nada una vez estamos trabajando. Para eso tenemos a los secretarios y a monton de personal que se encarga de eso. --?Que le hiciste a Ferran? No me digas que cogio baja por sobreexplotacion --le digo con una sonrisa ladeada. --?Estas muy gracioso hoy, no? --pregunta entrecerrando los ojos--, simplemente me apetece charlar, Leon, Lauren, Chad y el tonto de John estan reunidos con un cliente. Me dijeron que tu estabas libre como un pajarillo ahora en la manana. --Claro, dame unos segundos y nos vemos en recepcion. Tengo que arreglar un asuntillo pendiente. --Treinta segundos, Tomas --advierte senalandome, cerrando la puerta tras de si con un tarareo. Suspiro una vez la soledad me envuelve nuevamente, agarrando el telefono y leyendo por tercera vez el mensaje que Emily me ha escrito hace escasos quince minutos. Mis dedos se posicionan en el teclado y escribo para luego a borrar asi hasta que harto de mi cobardia, le doy a enviar. <> Me arrepiento en cuanto le llega. Pero es que no se que demonios hacer para que me deje tranquilo, ?es mucho pedir? Dejo el telefono en la mesa, sin ganas de ver ningun mensaje mas y verificando que llevo mi cartera, salgo del despacho escuchando la vibracion del aparato sobre el cristal. --Que te den, Emily. *** En la recepcion veo a Murray sonreir como un imbecil mientras habla con alguien por telefono. No hay que ser muy listo para saber con quien, solo hay que ver como se le ilumina el rostro. La misma luminosidad, alegria y entusiasmo que alguna vez tuve yo. En cuanto estoy a su lado, se despide con un <> que me estruja el corazon y las entranas por la maldita envidia. Lejos de huir despavorido, yo ansio encontrar a una persona a la cual amar y que me ame sanamente. Lo malo es que por mucho que lo intento, no me lo permite. --Tomas, ?ocurre algo? Si no quieres venir, no pasa nada, solo... --Ya te dije que si, es solo algunos temas que tengo que resolver. Me tendrian que dar un premio de la evasiva, por malo, porque siempre digo la misma pueril excusa cuando no quiero hablar del tema. Odio que me den consejos, odio que me digan lo que tengo o no que hacer como si yo no lo hubiese intentado todo. Estoy destinado a llevar mi cruz a cuestas, a no ser feliz a menos que Emily deje de acosarme. --Si es con Emily, ya te dije que podemos hacer algo para que la metan en la jodida carcel. --Con dinero no se compra todo, Murray, Y el lo sabe. Lo hemos intentado todo, por activa y por pasiva. Solo hemos conseguido algo de tiempo, luego vuelve con mas fuerza todavia. El huracan, la llama John. Arrasa por donde pasa. --Creo que Cecilia esta embarazada --suelta de sopeton cuando salimos del edificio.

  • Limite prohibido (La Fiesta Prohibida 5) de Charlotte Byrd

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    ?Es este nuestro fin?

  • Recien cazados de Roxana Aguirre

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    Lo que pasa en Las Vegas… Definitivamente, no se queda en Las Vegas. Esto es algo que David y Natalie aprendieron muy bien, y es que despues de una tremenda borrachera y varias historias de desamor, ambos deciden escaparse a Las Vegas. El infierno comienza al dia siguiente, cuando se enteran de que hay un acta matrimonial de por medio y fotografias en sus redes sociales anunciando su matrimonio a todas las amistades. Entonces ambos se ven obligados a continuar por no dar su brazo a torcer frente a familiares y amigos.

  • Ave Fenix. Se puede renacer por amor de Christian Martins

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    Tras la muerte de su padre, Madison Harvey y su madre se trasladan a un pequeno pueblo con la intencion de comenzar una nueva vida; pero la joven Maddi no tarda demasiado en darse cuenta de que en ese lugar los habitantes se comportan de una forma muy extrana.

  • Filthy Coach (Chicos malos 6) de Amy Brent

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    ?Que es lo mejor de ser famoso?, me pregunta la gente a menudo. Suponen que tener toneladas de dinero en el banco o una flota de coches exoticos en la entrada de tu mansion de cincuenta habitaciones, o la adoracion de millones de fans, que hace que a una estrella le tiemblen los dedos de los pies. Mentira. Lo que mas me gusta de ser famoso, si es que se me puede seguir llamando asi, son las seguidoras: esas senoras, algo ligeras de cascos, que te chupan la polla por debajo de la mesa en un club nocturno, o que te follan hasta la saciedad en una caseta del bano de un estadio de futbol durante el descanso. Hay groupies de todas las edades y colores, de todas las formas y tamanos, todas dispuestas a aceptar lo que quieras darles. En la boca, en el cono, en el culo; lo que sea. Para ellas siempre es lo mismo y para mi tambien. Hay una cosa que se debe comprender de ellas, que no tienen nada que ver contigo; al menos no con tu verdadero yo. Todo se relaciona con tu <> famoso, el personaje publico que creen conocer, el que ven en la television o en las revistas. No se tiran o se la chupan al famoso por satisfaccion sexual, sino para presumir ante sus amigas groupies. <>, seria su conversacion. Piensalo, ?cuantas mujeres pueden decir con sinceridad que se han follado a un quarterback de la Liga de Futbol Americano, en el vestuario del equipo durante el descanso de un partido de los playoffs del campeonato nacional? Solo una que yo sepa. Y lo se porque fui yo el que se la follo. No recuerdo su nombre, pero se llevara esos derechos de jactancia a la tumba. Nadie la creera cuando cuente la historia, pero no importa porque ella sabe en su corazon que es verdad. Cuando se es famoso, independientemente del motivo, las seguidoras forman parte del juego. Mick Jagger tiene una fila de ocho kilometros de veinteaneras excitadas, dispuestas a follar con el, aunque sea mas viejo que el Guardian de la Cripta y parezca que se esta descomponiendo ante nuestros ojos. Los cantantes, los actores, los deportistas, los multimillonarios, todos tienen sus fans. Incluso los asesinos psicopatas tienen mujeres preparadas para tener sexo con ellos. Charles Manson sigue recibiendo cartas de amor de mujeres que quieren tener un hijo suyo, a pesar de que lleva cuarenta y cuatro anos encerrado en la carcel por asesino en serie. Los dos hermanos Menendez se casaron despues de ir a la carcel por matar a tiros a sus padres. El puto OJ Simpson consiguio mas conos despues de matar a su mujer y a su amiga. Las groupies no pueden controlarse, hay que comprender que eso forma parte del encanto y del peligro. Son como sabuesos. Te olfatean alla donde vayas, siempre al acecho de un nombre conocido al que poder tirarse, chupar o follar, para luego colgarlo en Facebook o presumir ante sus amigas de a que famoso tuvieron en algun agujero de su cuerpo. Diablos, en realidad no hace falta ser una gran estrella para que se sientan atraidas como las abejas por la miel. O las moscas a la mierda. Solo hay que mirarme. Soy un tipo guapo, pero no soy millonario; al menos, ya no. Soy mas popular por lo que solia ser que por lo que soy ahora. Con los anos, he notado una degradacion de la sensualidad de las fans que se me acercan. Tal vez sea eso. La calidad de la seguidora disminuye en proporcion directa a la disminucion del nivel de fama. Cuando eres Sammy Carson, el quarterback titular de un equipo de futbol universitario clasificado a nivel nacional, o Sam Carson, el quarterback franquicia de un equipo de la AFL, que juega en la television cada dos domingos por la noche, la calidad de la admiradora es increiblemente alta. Pero cuando eres Sam Carson, el ex quarterback cuyo brazo de lanzar se destrozo en un accidente de coche, lo que practicamente puso fin a tu carrera como jugador de la noche a la manana, y tienes que dedicarte a ser entrenador solo para mantener un pie en el juego, las seguidoras bajan a la mitad. No me quejo. Incluso las pocas que me admiran estan mucho mas buenas que las que siguen a la mayoria de los chicos del monton. Se dan revolcones con cuatro o cinco conos y son felices de conseguirlos. En los deportes profesionales, las groupies estan por todas partes y juegan en todos los niveles del futbol. Cuando yo era el pasador titular de los Nassau College Buccaneers, las animadoras solian hacer cola fuera del vestuario para ver con cual pasaba la noche. Algunos dias, me llevaba a dos o tres a casa, lo que cabreaba al resto del equipo porque se quedaban con mis sobras. Lo siento, amigos. Tal vez podais conseguir que una de ellas os la chupe en el autobus de vuelta a casa. Si no, podeis abriros camino en el grupo de ex alumnos que estarian encantados de llevarse a un jovencito a la cama. Yo soy la estrella y escojo primero. !Si no os gusta, que os den por culo! Cuando me reclutaron en los New York Thunder, las mujeres comenzaron a surgir de la nada para estar conmigo. Al convertirme en el quarterback titular del equipo, salia con una mujer diferente cada noche y tenia que tomarme un dia libre, de vez en cuando, para dar un descanso a mi pobre polla. Incluso ahora, como entrenador de los Troyanos de Atlanta, con cuarenta y dos anos de edad, todavia me admiran. <>, me preguntan con los ojos muy abiertos y riendose. <>, respondo con amabilidad. <>. Asi fue, mas o menos, la conversacion que mantuve cuando sali de Atlanta por la Interestatal 16 para orinar. Tambien eche gasolina a mi Land Rover, de camino a la casa de playa de mi jefe en Hilton Head, Carolina del Sur. La chica que estaba detras del mostrador tendria unos treinta y cinco anos, llevaba el pelo tenido de rojo y tenia un buen par de tetas. Me miro y me reconocio enseguida. --Hola, ?no eres Sam Carson? Sonrei y movi la cabeza. --Lo soy. --Soy Janine --dijo con un marcado acento sureno. Paso la lengua por sus carnosos labios--. Me encantan los Troyanos de Atlanta. Apuesto a que estaras muy guapo ahi abajo, en la banda, con los auriculares puestos. --Esperemos que si. --Suspire, senalando con la cabeza hacia los surtidores de gasolina y anadi--: He puesto treinta y cinco de gasolina. Puse los dos paquetes de seis cervezas en el mostrador y le mostre mi tarjeta de credito para que me cobrara. Ella la ignoro, me miro con ojos sonadores y fruncio los labios. Bingo. Alerta de una groupie. Volvi a meter la tarjeta de credito en la cartera y sonrei. --Entonces, ?quieres que te firme las tetas o algo asi? Eso fue todo lo que necesite. Ella se acerco al mostrador sin decir nada mas. Paso por delante de mi para cerrar la puerta principal y luego me llevo a la habitacion trasera. La incline sobre una pila de cajas de cerveza y me la tire por detras. El suyo no era el cono mas estrecho en el que la habia metido, pero funciono. Diez minutos mas tarde, estaba de vuelta en la carretera con un tanque lleno de gasolina y dos paquetes de seis de cervezas; todo por cuenta de la casa. Ya lo dije. Las fans son jodidamente increibles. Capitulo 2 Allie Winston Tarde casi cinco horas en mitad de un intenso trafico en la interestatal. Iba desde mi loft, en el centro de Atlanta, hasta la casa de playa de mi padre en Hilton Head Island, justo en la costa de Carolina del Sur. Fue un viaje lento, pero disfrute de la paz y la tranquilidad del largo trayecto. Estaba deseando disfrutar de la soledad de un largo fin de semana en la playa. Era viernes por la tarde y no tenia que volver a la oficina hasta el martes. Pensaba pasar todos los dias con la unica compania de varias botellas del mejor Chardonnay de mi padre y la ultima novela de John Grisham. Ni siquiera me iba a llevar un ordenador. Iba a ser la primera vez que me desconectara en anos. De acuerdo, no estaria totalmente alejada de las redes. Tenia mi iPhone, pero no se podia esperar que una chica se desconectara de golpe. Me prometi a mi misma que no navegaria por Internet ni responderia a ninguna llamada que no fuera de mi padre o de Darcy, mi asistente en Atlanta. Ella enviaria un mensaje de texto al 911 si se incendiaba la oficina y solo me avisaria si se convertia en un infierno que no podia apagar. Mi padre, que era el dueno del equipo de futbol profesional de los Troyanos de Atlanta, estaba en Los Angeles en una reunion, asi que no esperaba saber nada de el hasta la semana siguiente. Sinceramente, si no viera, hablara o tuviera noticias de otro ser humano en los proximos tres dias, me pareceria bien. Una vez que sali del horror que es el trafico de Atlanta y llegue a la Interestatal 16 este, acelere mi Audi, puse el ultimo CD de Bruno Mars y cante a todo pulmon. Me sentia muy bien, como si dejara atras el mundo y todos sus problemas, al menos durante unos dias. Conduje sin zapatos y con las ventanillas bajadas. Me encantaba la sensacion del viento acariciando mi cara y azotando mi larga melena rubia. Era primavera en Georgia. El aire era calido y humedo, pero la brisa era fresca y refrescante cuanto mas me acercaba al oceano. Mire por las ventanillas laterales y di un suspiro de felicidad. El mundo habia vuelto a ser verde, despues de un invierno aburrido que me dejo muy necesitada de un descanso. Lo llamo descanso en lugar de vacaciones porque si no me alejo de vez en cuando para descomprimirme, soy capaz de romper cosas en la cabeza de la gente. Llevo bastante bien el estres, pero de vez en cuando me afecta. Soy asesora de imagen y relaciones publicas para una de las principales empresas de marketing deportivo del pais, con sede en Atlanta. Trabajo sobre todo con deportistas profesionales que juegan en el sureste, incluidos los que juegan en el equipo de mi padre, los Troyanos de Atlanta. Es un oficio estresante, pero me encanta y no puedo imaginarme haciendo otra cosa. Trabajo con mi padre sin tener que rendirle cuentas porque es mi cliente, no mi jefe. No me gustaria que fuera de otra manera. Le quiero mucho, pero nunca podria estar a sus ordenes. Puede ser un poco abusivo, como dice que hay que serlo si se quiere triunfar en el despiadado mundo del deporte profesional. Papa no me estresa, al menos, desde que soy una adulta que ha demostrado que puedo cuidar de mi misma. Mi ansiedad la produce mi vida personal; sobre todo, la larga lista de gilipollas que se cuelan en mi cama y en mi corazon. Suelen ser autenticos idiotas que tienen miedo al compromiso, o que ya estan liados con alguien y se han olvidado de decirmelo, o son delincuentes convictos que huyen de la policia, o son homosexuales que quieren experimentar con mujeres. Incluso pueden ser todo lo anterior. No bromeo, es tal y como lo cuento. El ultimo imbecil que ha pasado por mi vida ha sido Brett, el hermano pequeno de un ex amigo --antes era un amigo-- que estaba deseando conocerme, follar conmigo, robarme la tarjeta de debito y vaciar mi cuenta corriente. Al final, la broma fue para el. Mi banco retiene, en el acto, el dinero que sobrepasa una cantidad determinada; de modo que el bueno de Brett solo escapo con cien dolares y mi eterno desprecio. No me habria importado tanto el robo si el sexo hubiera sido bueno, pero los recien nacidos podian mantener la ereccion mas tiempo que Brett. La cocaina provoca ese problema y le llaman <>. ?Quien lo diria? Aparte aquellos pensamientos sobre el despreciable culo de Brett y gire por la interestatal 278. Estaba a menos de treinta minutos de la casa con vistas a una playa privada, en el lado del oceano de Hilton Head Island. Me moria de ganas de descorchar una botella de vino y hundir los pies en la arena. Un fin de semana a solas era exactamente lo que necesitaba para recuperar la cabeza.

  • Apostoles de Tom Bissell

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    Un viaje profundo y conmovedor al corazon del cristianismo que explora las vidas y los legados misteriosos y a menudo paradojicos de los doce apostoles.

  • Esos ojos me suenan de Natalia Divan

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    Amy es una periodista freelance estadounidense a la que sus trabajos apenas le dan para subsistir. Cuando se le presenta la oportunidad de ascender en la revista para la que principalmente trabaja si entrega un buen articulo, decide hacer uso de los pocos ahorros que tiene y viajar en un crucero que surcara el mar Mediterraneo, en busca de inspiracion.
    Lo que Amy desconoce todavia, es que el azar del destino la hara coincidir con alguien del pasado que guarda un delicado secreto, y le hara vivir, a su vez, peligrosas aventuras no exentas de romanticismo.

  • La sangre es mas dulce de Helena Hermman

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    Historias de amores prohibidos existen muchisimas. Pero si consideramos que esta novela de Helena Hermman ha sido considerada como la mas morbosa y perversa de la literatura under, entenderemos antes de leerla que siempre existe un limite que no todos pueden cruzar.

  • Encadenada a mi destino (Guardianes Universales 1) de Kelly Dreams

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    Ella, el alma de un dios hecha carne por una mala jugada del Destino, renacida para hospedar al Libre Albedrio en su interior. Dryah veia como el mundo que habia conocido se habia venido abajo con su despertar, todo su pasado habia quedado anulado y el futuro la condenaba como un ser capaz de destruir el Universo tal y como era conocido, pues ella se habia convertido en la portadora del Libre Albedrio. El, habia sido elegido como Juez Universal, el unico hombre con suficiente poder como para poner de rodillas a los dioses y llevar a cabo los deseos del Universo. Cuando a Shayler le dieron la noticia de que su nueva tarea era llevar a cabo el Antiquerum, el Juicio Supremo, para resolver la inocencia o culpabilidad de la portadora del Libre Albedrio, habia pensado en que seria algo rapido. Llegaria, la veria, la condenaria y podria seguir con su tranquila vida. Pero el no contaba con que su custodio resultara ser la unica mujer que convertia sus suenos en realidad, la unica que estaba destinada a el desde el principio de los tiempos, una mujer cuya unica aspiracion era liberarse de su Juicio y su presencia con la mayor brevedad posible. Sumidos en una carrera contra el tiempo y el Universo, deberan enfrentarse a la mas dificil de las pruebas y evitar que sus corazones se rompan en el proceso.

  • Una casa 7 problemas de Hana Candela Chung

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    La suerte no esta del lado de Alex Foster. Su madre murio hace un mes, no ve a su padre y a su hermano desde que tiene cinco anos, y su mejor forma de desahogarse es ir de fiesta en fiesta.
    Hasta que llega su padre, la persona que mas odia, para llevarsela al otro lado del mundo. Nada le sono mas absurdo en sus 17 anos, pero no tiene otra opcion. Y cuando llega a Los Angeles, le dan la peor noticia: No vivira con su padre, sino con su hermano Drake y sus seis mejores amigos.

  • Su cancion de Rose B. Loren

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    Anabel es una joven sonadora espanola afincada en Canada. Tras terminar sus estudios financieros acepta el trabajo de ninera que le ofrece un reconocido compositor de fama mundial, que abandono su carrera tras la muerte de su esposa y que actualmente dirige la empresa familiar.

  • Una joya (Stage Dive 2,5) de Kylie Scott

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    Relato corto con Mal y Anne (Solo fue un juego), de la serie Stage Dive.
    A la atractiva encargada de una libreria hipster le choca ver la enorme lista de libros que ha seleccionado un cliente, todos sobre sexo. El, arrogante, experimentado y muy seguro de sus encantos, inicia un divertido <> verbal con ella para intentar seducirla. La chica se mantiene indiferente hasta que es ella quien lo reta a el a que le muestre los atributos de los que tanto presume. En la trastienda de la libreria la pareja nos regala un final excitante e inesperado.

  • Amar es para siempre (Los Collinwood 2) de Victoria Magno

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    Alissa es una hermosa joven que al parecer lo tiene todo: pertenece a la nobleza britanica, su padre es rico y la adora, tiene muchos pretendientes y el hombre al que ama desea casarse con ella. Sin embargo, su vida cambiara inesperadamente.

  • Bajo la lupa de Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle

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    Seleccion, traduccion y notas de Rodolfo Martinez
    Si Edgard Allan Poe inventa el relato policiaco con “Los crimenes de la calle Morgue“, es Arthur Conan Doyle quien lo convierte en un genero maduro y adulto con el que es, sin duda, el mejor detective consultor del mundo: Sherlock Holmes, residente en Baker Street, Londres.
    En esta seleccion, Rodolfo Martinez recopila y traduce sus dieciseis relatos favoritos de Conan Doyle protagonizados por Holmes. En ellos el lector podra encontrar algunos de los mas brillantes momentos del detective junto con el retrato, impresionista pero certero y agudo, de una epoca y una sociedad. Cada historia ha sido elegida atendiendo no solo a los elementos policiacos del caso, sino al propio interes de este, ya sea literario, de estudio de personajes o de analisis social, cuando no de los tres.
    Sin duda una seleccion imprescindible para conocer a fondo a Sherlock Holmes, su mundo y su epoca.
    El signo de los cuatro
    Escandalo en Bohemia
    Un caso de identidad
    El detective moribundo
    El interprete griego
    El hombre del labio retorcido
    EL tratado naval
    La caja de carton
    El problema final
    La casa vacia
    Los planos del Bruce-Partington
    Los bailarines
    Charles Augustus Milverton
    El problema del puente de Thor
    La melena de leon
    Su ultima reverencia

  • El viaje del amor de Brianne Miller

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    Tayler es una enamorada de los dramas coreanos y decide terminar sus estudios de medicina en Seul. Se enfrentara a un nuevo pais, una nueva lengua y una nueva cultura a la que tendra que adaptarse, con nuevos amigos y por supuesto el tipico chico que parece sacado de la portada de una revista... ?Vivira Tayler su propio drama coreano?