• me dueles tanto - Zoe Robinson

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  • Me dueles Tanto de Zoe Robinson (2021) - Libros ...

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    29 ene 2020 — Me dueles Tanto de Noelia Jofré Aguilera. Amelia, quiere vivir la intensidad del amor y encontrar a esa persona perfecta para ella.

  • Me dueles Tanto - Zoe Robinson - Debeleer.com

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    PDF • Descargar Libros Gratis. Buscar: ... Me dueles Tanto – Zoe Robinson ... no me dejes, no te vayas, eres todo, te amo tanto, no quiero perderte”.

  • Me dueles Tanto by Zoe Robinson - Goodreads

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  • «Si te sienta mal algún alimento, puedes tener alterada la ...

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    31 ene 2022 — ... Ángela Quintas aporta en su libro '¿Por qué me duele la tripa? ... cómo pueden aguantar sintiéndose tan mal durante tanto tiempo. Me han ...

  • ¿POR QUÉ ME DUELE? (Libro en papel)

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    POR QUÉ ME DUELE?. LA CIENCIA DEL DOLOR, SUSANA PILAR GAYTÁN GUÍA, 20,00€. Todos hemos experimentado dolor en algún momento de nuestra vida y, ...

  • ¿POR QUÉ ME DUELE LA TRIPA? (Libro en papel)

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    Por lo tanto, si sufres cualquier tipo de dolor o molestia al hacer la digestión, este es tu libro. Ha llegado el momento de poner nombre y solución a eso que ...

  • Te Amo Pero Me Duele, ?ser? Amor? - Agapea

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  • Cristales en el cielo de Manhattan de Yolanda Cruz

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  • La casa de la caridad de Ulrike Schweikert

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    Berlin, 1831. El colera ha llegado a la ciudad. Los destinos de tres mujeres se cruzaran en la Charite, el hospital mas antiguo de Berlin.

  • Amor Complice, Cova Galena de Cova Galena

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  • Las 48 leyes del poder de Robert Greene

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    Como llegar a lo mas alto y quedarse alli…

  • Contemplaciones de Zadie Smith

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    Se escribiran muchos libros sobre el 2020: analisis historicos y politicos, informes exhaustivos. Este no entra en ninguna de esas categorias, y ademas aun no estamos ni a mediados de ano. Mi intencion ha sido organizar, en los retazos de tiempo que estos peculiares meses nos han concedido, algunos sentimientos y reflexiones que los sucesos han provocado en mi hasta ahora. Son, por encima de todo, ensayos personales; modestos por definicion, breves por necesidad. A principios de la crisis volvi a leer las Meditaciones de Marco Aurelio, pero, por primera vez en mi vida, no como un ejercicio academico, ni por placer, sino con la misma actitud con que leo las instrucciones para ensamblar una mesa: necesitaba asideros practicos. (Que los asideros que Marco Aurelio ofrece sean espirituales no los hace menos practicos, en mi opinion.) Desde entonces, otra clase de crisis ha venido a sumarse a la primera y, aunque no soy mas estoica ahora que antes de abrir ese antiquisimo libro, me dio dos indicaciones que no tienen precio: hablar contigo mismo a veces ayuda y escribir significa que alguien puede oirte. Londres, 31 de mayo de 2020 Peonias Justo antes de marcharme de Nueva York me encontre de pronto en una posicion inesperada: agarrada a las rejas del Jefferson Market Garden mirando a traves de los barrotes. Un momento antes iba a la carrera, como de costumbre, intentando sacar provecho de dos minutos que habia rascado de los tramos de cuarenta y cinco en que, entonces, fraccionaba mis dias (compactando y nivelando cada bloque de tiempo con la precision con que un nino construye un castillo de arena). Dos minutos <> equivalian a un macchiato (en un mundo ideal, sin necesidad de pagar en efectivo, si nadie me daba conversacion). En aquella epoca, la hoja de mi pala siempre estaba afilada para ahuyentar a camareros parlanchines, madres excesivamente simpaticas, estudiantes en apuros, lectores curiosos: cualquiera que me pareciese una amenaza contra mi programa. Ah, !que bien protegida iba! Pero, a traicion, me ataco… la horticultura: los tulipanes que florecian en el triangulo de tierra de un pequeno jardin metropolitano. No es que los tulipanes sean flores muy sofisticadas; un crio podria dibujarlos; y ademas eran de un rosa chillon con vetas naranjas. Desde el mismo instante en que me detuve a mirarlos desee que fueran peonias. Nacida y criada en la ciudad, no era consciente de sentir un entusiasmo especial por las flores, o al menos no un interes tan profundo como para renunciar al cafe. Aun asi, segui aferrada a los barrotes de aquella verja; no iba a soltarme. Y no estaba sola: a ambos lados del Jefferson habia otras dos mujeres, ambas mas o menos de mi edad, atisbando a traves de la reja. Era un dia frio, radiante, azul; ni una nube entre el World Trade Center y el numero de siete digitos pintado en el viejo anuncio de la farmacia Bigelow. Las tres teniamos obligaciones que atender; no obstante, algun instinto poderoso nos habia atraido hasta alli, y el afan depredador con el que escrutabamos aquellos tulipanes me hizo recordar como describia Nabokov la presunta genesis de Lolita: <> Siempre me ha interesado esa cita, aun sin creer una sola palabra de lo que dice. (Algo inspiraria Lolita, sin embargo, estoy convencida de que no hubo primates implicados.) El cientifico ofrece el trozo de carboncillo esperando o deseando una revelacion trascendente sobre ese chimpance, pero la revelacion resulta ser fruto de la mera contingencia, de una serie de circunstancias determinadas, de la situacion como tal. El chimpance esta enjaulado por su naturaleza, por sus instintos y por sus circunstancias (el orden de los factores habran de debatirlo los zoologos); es lo que hay. Por mi parte, no necesitaba que un freudiano me explicara que aquellas tres mujeres de mediana edad, al filo de la perimenopausia, se habian sentido atraidas por un simbolo que pregonaba la fertilidad y el renacimiento en medio de una yerma metropolis de cemento… Y, en efecto, cuando advertimos la presencia de las demas, las tres sonreimos avergonzadas. En mi caso, sin embargo, fue una verguenza bien distinta a la que habria sentido en otro tiempo, cuando era muy joven y lei Lolita por primera vez. En aquella epoca, para mi, la jaula de mi circunstancia era el genero. No en su manifestacion concreta: me gustaba mi cuerpo. Pero no lo que creia que significaba: que estaba atada a mi <>, a mi cuerpo animal --al reino simiesco del instinto--, y todo esto de un modo mucho mas fundamental que, digamos, mis hermanos. Yo tenia <>, ellos no; yo debia prestar atencion a distintos <>, ellos no necesariamente. Habia palabras especialmente dirigidas a mi acechando en el horizonte, empaquetadas de antemano para senalar las posibles etapas de mi existencia: podria convertirme en una solterona, podria convertirme en una arpia, podria ser un <>, una madura deseable o una mujer <>, mientras que mis hermanos, sin importar que mas les ocurriera, continuarian siendo simplemente hombres. Y al final, con suerte, llegaria a ser la criatura mas patetica de todas, una anciana a quien ya adivinaba como alguien a quien cualquiera, hasta los ninos, se permitiria dar lecciones. Solia escuchar la cancion You Make Me Feel (Like A Natural Woman) [Me haces sentir (una mujer natural)] e intentaba imaginar su contrapartida. Podias hacer que alguien se sintiera un hombre <> (sin duda, otro tipo de jaula), pero nunca un hombre natural: un hombre era un hombre era un hombre. Doblegaba la naturaleza a su voluntad; no se sometia a ella, salvo en la muerte. La sumision a la naturaleza iba a ser mi reino, y era un reino al que yo no queria pertenecer: seria una mujer, pero no natural. Me negue a llevar ningun tipo de control de mi ciclo menstrual, por ejemplo, prefiriendo ponerme a llorar el lunes y descubrir la (supuesta) razon de mi llanto el martes. Si, mucho mejor eso que prepararse a conciencia para un lunes triste o creer que era inevitable sin mas. Mis estados de animo eran mios: no reflejaban la naturaleza. Me negue a tolerar la idea de que nada en mi siguiera un movimiento ciclico, mensual. Y si algun dia decidia ser madre, lo seria cuando llegara <>, por mas que sonaran las alarmas en los temidos relojes de las revistas femeninas. De los <> no queria ni oir hablar: no era una gallina clueca. Y, a partir de los veinte, si algun freudiano atrevido hubiera osado insinuar que mi apartamento, lleno de cojines peludos, alfombras peludas, almohadas peludas, mantas peludas y pufs peludos, delataba un deseo sublimado de compania en el sentido animal, o que inconscientemente acolchaba el nido con esperanzas de albergar nueva vida, desde luego le habria ensenado a ese impertinente donde estaba la puerta. Yo era una mujer, pero no esa clase de mujer. Hoy quiza lo llamarian <>. No dispongo de un termino mejor. Aun asi, en el nucleo de ese rechazo latia una obsesion con el control comun entre mi gente (los escritores). Suele decirse que la escritura es <>; a mi nunca me ha parecido una descripcion correcta. Plantar tulipanes es creativo; plantar un bulbo (me imagino, porque nunca lo he hecho) es participar con un pequeno gesto en el milagro ciclico de la creacion. La escritura es control. La facultad donde doy clases de hecho deberia llamarse Departamento de Control de la Experiencia. La experiencia --enigmatica, abrumadora, consciente, inconsciente-- nos arrolla a todos. Intentamos adaptarnos, aprender, acomodarnos, a veces resistiendonos, otras veces sometiendonos, para encarar lo que venga. Los escritores, sin embargo, van mas alla: toman esa masa informe de perplejidad y la vierten en un molde de su propia invencion. La escritura es siempre resistencia. Y tal vez por eso sea una actividad noble, y a veces incluso util, una vez sobre el papel; sin embargo, por lo que se, no funciona como practica para la vida real. En la vida real, la sumision y la resistencia carecen de una forma predeterminada, y para una escritora como yo resulta aun mas desconcertante que ciertos valores --sumision, negativo; resistencia, positivo-- que por norma se asocian a las palabras que los escritores vierten en la pagina, no son fiables sobre el terreno. A veces es un acierto someterse al amor y un error resistirse al afecto; a veces es un error resistirse a la enfermedad y un acierto someterse a lo inevitable; y viceversa. Cada novela que lees (y ni que decir las novelas que escribes) planteara alguna teoria acerca de que actitud conviene adoptar en que momento, y --si lees las suficientes-- te ofrecera, cuando menos, un amplio repertorio de reacciones posibles. Sin embargo, sobre el terreno, la experiencia no tiene epigrafes, ni saltos de linea, ni elipsis que te permitan recuperar el aliento… no da tregua.

  • Siete para la morgue de Doug Lamoreux

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    Es casi medianoche, y un vecino fisgon encuentra a sus vecinos, muertos. Armado de coraje, decide llamar al servicio de emergencias. A pesar de la tormenta torrencial que azota la noche, la Policia, el Departamento de Bomberos y una ambulancia responden enseguida el llamado.

  • Ginger de Tierra Salvaje

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    Hoy es sabado, no tengo ningun plan mas alla de ver una pelicula en casa y descansar. La semana se me hizo cuesta arriba con tanto trabajo, y estoy cansado. Un dia de relax no viene mal. Cuando estaba en Netflix buscando algo medio decente para ver llaman a mi puerta. Voy al teleportero, veo que Hugo esta abajo y le abro. Hugo es mi mejor amigo. Es la persona a la que le puedo contar cualquier cosa y consigue hacerme reir siempre que nos vemos. Le abro la puerta en calzoncillos, pero que cono, el es mi amigo. Con el no tengo que recoger los platos sucios de la cocina ni la ropa del viernes todavia tirada en un sillon. Es Hugo, hay confianza. --Joder, tio, ?que haces de esa guisa? -- ?Que pasa? Iba a ver una peli tranquilo --No me digas que ya te has olvidado del cumple de Ruth. No puedes ser mas capullo ni intentandolo. --Dijo mientras empezaba a reirse. --Menos mal que vine a buscarte temprano. Vete a la ducha y yo te espero por aqui. Y rapidito que nos esperan en media hora para cenar. --Pero... --Pero nada, hace dos semanas que nos aviso, ?asi que te vas duchando o tengo que ensenarte yo a hacerlo? --Dijo mientras me amenazaba con la jarra de agua que habia en la encimera. --Ademas hasta puede que pilles, pero eso si, no la traigas aqui. ?Cuanto hace que no lavas los platos? --No me seas cabron que tu eres peor que yo. --Dije ya desde el pasillo hacia el bano. Esta claro que no iba a sacar nada de discutir, y, lo peor de todo, el tenia razon. Ruth nos habia avisado hace dos semanas, y hace una semana nos lo habia recordado. Gracias a los benditos regalos en comun no tenia que preocuparme de comprarle algo, pero no me apetecia nada salir. Ya me habia hecho a la idea de pasar el fin de semana sin rascarla y aqui estoy yo ahora, pensando que cojones me voy a poner. Creo que tengo la camisa negra planchada y los vaqueros que me regalo Ruth por mi cumpleanos en la secadora. Seguro que le gusta el detalle de llevarlos, y, bueno, los vaqueros no se planchan ?No? Le di vueltas a lo que Hugo dijo de pillar. ?Deberia recortar un poco el vello alrededor de mi polla? Dicen que parece mas grande si no hay tanta selva. Hombre, yo no me quejo, pero nunca esta de mas. Mire el reloj y decidi que no tardaria mucho. Tras terminar de esquilar me meti en la ducha e intente quitar todos los pelillos pegados a mis piernas. Afeitarse, desodorante, colonia... Tras 20 minutos de reloj estaba yo como un pincel entrando en mi salon. Cuando vi a Hugo comiendose los espaguetis con albondigas que me habia traido mi madre ayer y que iban a ser mi comida de manana casi lo mato. --No me mires con esa cara. Da igual a donde vayamos a cenar, nada va a estar tan bueno como los espaguetis de tu madre y lo sabes. --Me dijo mientras me miraba con cara de cordero degollado. --Era mi comida de manana, cabronazo. --Pues pide una pizza. Ademas, tu disfrutas de los tuppers de tu madre a menudo, y sabes que yo no como tuppers de mi madre ni, aunque me pagaran. Que suerte tienes con la madre que te pario. Ademas, te hago un favor, tantos hidratos se te estan empezando a notar. --Se que es la envidia la que habla y no pienso contestarte. --Lo dije con mucha mas confianza de la que sentia. Ultimamente no habia tenido tiempo para nada mas que el trabajo, lo cual excluia tambien el gimnasio. Cuando pasamos por el espejo de la entrada, mientras Hugo cogia la cazadora, aproveche para echar un vistazo. Yo no notaba diferencia, pero ya se sabe que uno no nota nada hasta que de repente no te cabe ni un punetero pantalon. Supe que Hugo me la habia jugado cuando dijo que vino en moto y mi casco seguia casualmente en su casa. Lo cual era un eufemismo de "vamos en coche y tu no bebes". Que majo por su parte. En fin, no soy de los que echa de menos el alcohol, con lo que no me importo. Lo cual no quiere decir que no fuera insultandolo hasta el restaurante. No tengo pensado reconocerlo ante nadie, pero me vino genial cenar fuera y hablar de cosas que no tuvieran nada que ver con trabajo. Consegui desconectar al cien por cien, reirme, hablar con gente que llevaba tiempo sin ver, todo iba genial, y cuando nos dimos cuenta la cena habia terminado y yo estaba por retirarme cuando Hugo me dijo que fuera con el a por una cosa que se habia dejado en el coche. -- ?Desde cuando necesitas que te acompane al coche, ?que pasa? --Es que hoy es el cumple de Ruth, y, bueno, la noto mas receptiva de lo normal, ademas le compre un regalo solo mio para ella y queria darselo cuando venga con nosotros a la disco, venga tio, necesito que me ayudes. Por un instante no me gusto que me hubiera metido en un embolado asi, pero yo sabia que el estaba mas colado por Ruth de lo que reconocia y si podia hacer algo para poder sacarlo de la friendzone lo haria. Cuando volvimos un par de parejas se habian marchado y el resto ya habian decidido a donde ibamos. Nos repartimos en los coches y consegui que la cumpleanera fuera en el mio. Nada mas llegar al coche me di cuenta de que me habia "olvidado el movil en el restaurante" y fui a ver si todavia no me lo habia robado alguien. Les di diez minutos hasta que "casualmente" descubri que lo tenia en el bolsillo trasero del vaquero. Cuando llegue estaban los dos sentados en los asientos traseros muy juntitos. Ella con la cara roja y el con una sonrisa de oreja a oreja. Parecia que las cosas habian salido bien asi que me sente y conduje en silencio hasta la discoteca mientras ellos se decian cosas al oido y se reian. Senti una punzada de celos cuando los vi tan complices. No celos de Ruth, para nada, y de Hugo menos, yo quiero que sea feliz. pero yo nunca he conseguido conectar tanto con una tia. Es decir, no soy un santo, y he tenido sexo increible, pero ese vinculo, ese no poder sacar los ojos de una tia, esa sonrisilla tonta, ese aleteo de mariposas nunca lo he sentido. Quizas no todos estamos destinados al amor. O igual tengo unas expectativas muy altas. Igual la tia de mis suenos ha pasado por delante de mis narices y no me he dado cuenta. Llegamos al local y todos estaban en la puerta esperandonos. Sali del coche para explicar el retraso y todos miraron sin ningun disimulo a los dos tortolos que salian de los asientos de atras. No hicieron ningun comentario, pero sabia que cuando las chicas se fueran al bano o a bailar a Hugo le caeria un puteo de aupa, probablemente alguna palmadita en la espalda tambien. Pero sobretodo un puteo generoso. Asi que fui a por bebidas a la barra y los deje que fueran a escoger sitio. Con las manos llenas de bebidas me gire para buscarlos con la vista, y vi que habian juntado varias mesas bajas y sillones en una esquina de la pista de baile, en penumbra. Como llegamos directamente de cenar era temprano y no habia demasiada gente, pero hicimos acopio de sillones con cazadoras para los que faltaban por llegar, porque en una hora el local estaria de bote en bote. No pude evitar sonreir al ver a Ruth sentada en el brazo del sillon de Hugo y como disimuladamente "resbalo" hasta quedar totalmente sentada encima de las piernas de el. No paraban de hablar al oido e incluso en un momento me parecio ver que ella le mordia el lobulo de la oreja. Yo estaba sentado al lado, por eso podia ver el espectaculo de primera mano. Pude ver como ella aprovechaba que se colocaba la falda para pasar la mano por encima del paquete de mi amigo y se sentaba justo encima de el. Tambien vi como el habia aprovechado tambien para apretarle una nalga, desapareciendo sus dedos en las profundidades de su falda. Y cualquiera podia ver como el top de saten de ella marcaba sus pezones como si no llevara ropa, casi se podia distinguir la aureola de lo excitada que estaba. Yo no era el unico que me fijaba en el espectaculo que estaban dando y que habia conseguido que mi polla se pusiera morcillona. Uno no es de piedra y esos dos como no pararan pronto iban a acabar follando alli mismo. De hecho, si las miradas contaran, esos dos ya habrian consumado un par de veces.

  • AQUELLO QUE FUIMOS de Pilar Munoz Alamo

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    En plena juventud y tras cuatro anos de ausencia, Blanca regresa a su Malaga natal arrastrando una maleta y un pasado que no sabe si podra afrontar.
    En otro punto de la ciudad, un ano mas tarde, Victor recibe una llamada de telefono en relacion con Fuensanta, su madre, que pondra su vida en jaque dejando al descubierto una estela de enganos en la que todos se veran implicados, hasta descubrir una oscura verdad.
    Vidas con diferente origen, fuertemente marcadas por decisiones propias o ajenas de aparente insignificancia. Futuros rotos que requeriran un maximo de valor, fuerza y coraje para poderlos superar.

  • El pacto Churchill – Hitler de Carlos De Napoli

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  • Sin alas en el sur de Angelo Azzurro

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    Sin alas en el sur es la primera novela de Angelo Azzurro, una escritora novata de Genova.
    Cuenta una historia parcialmente real, vivida entre Sicilia y Francia. Un giro romantico dara un nuevo impulso a la historia y algunos acontecimientos dramaticos nos haran reflexionar sobre el todavia demasiado oprimido y amenazado mundo de las mujeres. La protagonista es una de muchas, una de nosotras… Algunas querra sonar, algunas mas se reconocera a si misma.
    Increible pero cierto, un extracto fue premiado en el concurso y en otro la novela entera merecio una mencion especial!

  • Una tentacion para el duque de Lorraine Heath

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    Tres jovenes herederos encerrados por un despiadado tio escaparon en direccion al mar, a las calles o a guerras lejanas, esperando el dia en que pudieran regresar y reclamar sus derechos de herencia.

  • El manuscrito nazi de Juan Martorell

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    La arqueologa Nicole Pascal se ve de nuevo envuelta en una aventura que la llevara a adentrarse en los secretos y en las creencias esotericas de los grandes jefes del nazismo aleman. Una pluma que le regala su novio, Jean Massard, sera el desencadenante que llevara a la pareja a hacerse con un manuscrito de un importante jefe de las SS: Hans Heins. En el, el autor nos narra su vida y sus relaciones con la plana mayor de los dirigentes nazis. Protegido por Himmler, mantuvo relacion con Hitler, Hess, Rosenberg, Von Schirach, dentro del mundo de creencias magicas y ariosoficas que conformaron buena parte de la filosofia de quienes dirigieron el destino de Alemania en aquella epoca.

  • La imborrable huella del amor de Mari Cruz Gonzalez

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    Yo era la chica mas feliz que pisaba este planeta. Tenia un trabajo con un buen sueldo que me permitia llegar desahogadamente a final de mes, una familia bastante unida y un novio que me queria con locura. Aaron era perfecto. Llevabamos diez anos como pareja y justo el dia en el que los cumpliamos, hinco rodilla delante de casi cincuenta personas en el restaurante en el que cenabamos esa noche. Todavia recuerdo las exclamaciones de asombro, un camarero grabandonos y una cocinera rechoncha llorando como una magdalena, sorbiendose los mocos mientras todos los alli presentes aplaudian. Fue la noche mas bonita, romantica y magica que recuerdo. Teniamos una relacion de envidia o eso me decian mis amigas. La verdad era que nos llevabamos muy bien, apenas discutiamos y no teniamos problemas de confianza, sinceridad o fidelidad. Viviamos juntos desde hacia seis anos y la convivencia era bastante buena: cocinaba, me ayudaba con las tareas domesticas, era ordenado, limpio y un manitas arreglando cosas. Era increible. No tenia mas palabras para describirlo. Era mi principe azul, por el que hubiera dado todo. Estabamos tan emocionados con casarnos que hasta planeamos un viaje. Yo fui la que propuso la idea. Nos ibamos a Andorra en nuestro propio coche. Queriamos una pre-luna de miel: esquiar, estar en contacto con la naturaleza rodeados de montanas y respirando aire puro. Lo organizamos todo en nuestros respectivos trabajos para poder ir en febrero. Pero antes de irnos, mi madre, mi futura suegra y yo nos fuimos a comprar el vestido de novia mas espectacular que habia. Lo encontre despues de recorrer varias tiendas: un palabra de honor con una cola larga. Las dos mujeres que me acompanaban se emocionaron al verme de blanco. Lo guarde muy bien en casa de mis padres, Aaron no podia verlo. La noche anterior al viaje la dedicamos a hacernos el amor tan apasionadamente que parecia que aquella era la ultima vez que iba a tenerlo en mis brazos. Me abrace a su cuerpo, escuchando a su corazon latir a mil despues del orgasmo, y senti unas irrefrenables ganas de hacerle saber cuanto lo amaba. Se lo dije unas veinte veces o mas mientras me comia su cara a besos para despues volver a abrazarme a el en nuestro ultimo abrazo antes de quedarme dormida. Salimos despues de comer. Decidimos hacerlo asi para que yo pudiera conducir un tramo pues me daba respeto conducir de noche. Paramos en una gasolinera a estirar las piernas, llenar el deposito de combustible y hacer el cambio. El conduciria hasta Andorra y ya empezaba a oscurecer. Nos dirigiamos a Zaragoza a una velocidad normal, puesto que apenas habia coches en la carretera. La musica sonaba de fondo y yo le daba conversacion sobre lo que ibamos a hacer alli. Estabamos muy ilusionados por conocer un pais nuevo aunque fuese pequeno. Pero, en un abrir y cerrar de ojos, nuestros planes se truncaron para siempre. Solo recuerdo una luz cegadora y nuestros gritos. Aaron sobre el airbag. Dolor. Sangre. Luz. Silencio. Paz. -- Judith, Judith... Me gire reaccionando a mi nombre. Era Aaron. Estaba lejos en aquella inmensidad totalmente blanca. No podia correr, ni lanzarme a sus brazos. Al llegar a el, me cogio de las manos y me sonrio. -- Te quiero-- yo le respondi lo mismo--. Pero ha llegado el momento... tenemos que separarnos aqui. Lo mire aterrada. ?De que estaba hablando? -- ?Por que? Quiero irme contigo. No quiero estar en un sitio donde no estes tu-- fue lo unico que pude decir. -- No puedes-- dijo mientras negaba con la cabeza y apretaba mis manos--. No es tu hora. No es demasiado tarde para ti, pero si para mi. No entendia nada, todo esto sonaba a despedida. -- Tengo que irme pero ten por seguro que no te voy a dejar ni un solo segundo sola. Te deseo lo mejor. Te amo muchisimo. Nunca lo olvides, por favor. Me beso en los labios y me abrazo. No podia llorar. Comenzo a alejarse. Comenzo a desvanecerse en el aire. -- !Espera, Aaron!-- intente correr--. !Te amo, te amo! Llegue hasta el pero ya era tarde. Cai de rodillas sin comprender todavia. Un profundo dolor me recorria el cuerpo. Y luego, luz. Luz blanca y pura. Tranquilidad absoluta. Abri los ojos poco a poco. La luz de los fluorescentes me hacia dano. Un pitido intermitente retumbaba por toda la habitacion, haciendose el dueno del silencio junto a un ruido ensordecedor y monotono. Parpadee repetidas veces, lo veia todo muy borroso. Estaba tumbada en una cama con un monton de maquinas a mi alrededor. Tenia puesta una mascarilla de oxigeno. Bajo ella, un pequeno tubo se apoyaba encima de mi oreja y, pegado a mi mejilla por alguna especie de cinta adhesiva, se introducia en mi fosa nasal izquierda. Algo rigido me rodeaba el cuello hasta la clavicula. Sentia ganas de vomitar y me dolia la cabeza. Levante los brazos para observar que tenia cables en ellos, en mis dedos y hasta en el pecho me los pude palpar. Tambien conte al menos una aguja atravesandome la piel. Movi un poco mis piernas, la izquierda la tenia en alto rodeada de escayola y me dolia a rabiar. Hice un guino y solte un grunido de dolor. Me sentia cansada, agotada, como si un camion me hubiera pasado por encima. Oi una exclamacion de susto a mi derecha. -- !Doctor, doctor!-- salio apresuradamente una enfermera de la habitacion. No la habia visto, mi campo visual era muy limitado. Me dolia demasiado el cuello y lo tenia inmovilizado. Al poco rato entro un hombre. -- Judith, al fin-- suspiro con alivio. Me sonaba su voz--. ?Como estas? Me encogi de hombros. !Dios! Me dolia todo. Los ojos se me cerraban. -- ?Puedes hablar?-- espero un instante y luego insistio--. Habla, por favor. -- Me duele todo. ?Donde estoy? ?Que ha pasado?-- mi voz sono muy debil y ronca. -- Tranquila, Judith. ?Te acuerdas de mi?-- se acerco mas a la cama y busco mi mirada perdida. Lo mire a la cara detenidamente, haciendo un enorme esfuerzo para que no se me cerraran los parpados. Me sonaba tambien. -- ?German?-- asintio y sonrio ampliamente. Se sento sobre la cama. -- Aun te acuerdas de mi-- confirmo sin dejar de sonreir. -- Me alegro de verte-- tosi por culpa del vapor de la mascarilla y el temblor de mi cuerpo al hacerlo fue peor que haberme ahogado con el. Frunci el ceno con resignacion. -- Yo tambien, pero no asi-- me miro de arriba hacia abajo haciendo enfasis en 'asi'. -- ?Que ha pasado, German?-- musite sin apenas fuerza en la voz. -- Tuviste un accidente de coche. Un borracho conducia en direccion prohibida en plena autovia y chocasteis de frente. Has estado casi un mes en coma, no habia muchas posibilidades de que salieras de el. Estas viva de milagro. Me quede paralizada un momento. Recorde una luz cegadora. Tosi. -- ?Puedes quitarme esto, por favor? Si no me he muerto, esto me va a matar. Ademas, parezco Darth Vader-- hice el intento de quitarmelo pero el me bajo la mano hacia el colchon mientras sonreia. -- No, no puedes quitartelo, al menos aun no. Tienes que descansar-- me apreto la mano derecha. Mire nuestras manos juntas. Un anillo precioso brillaba en mi dedo anular. Gritos. Dolor. Sangre. -- !Aaron!-- grite, reuniendo las pocas fuerzas que tenia--. ?Y Aaron? German se puso serio y trago saliva con cierta dificultad. Se levanto, rehuyendo mi mirada. -- Tranquila, Judith, tienes que descansar-- repitio, nervioso. -- ?Donde esta Aaron?-- espere contestacion pero no la recibi--. Dimelo, German. Se miro las manos mientras retrocedia hacia la puerta. El monitor cardiaco pitaba cada vez mas rapido. -- !Maldita sea, dimelo!-- insisti, incorporandome dolorosamente. Empece a quitarme la mascarilla, la aguja y los cables de mi pecho, brazos y manos como pude. Me sorprendio aquella repentina fuerza que me invadio estando en tales circunstancias. Las maquinas que me rodeaban comenzaron a volverse locas emitiendo pitidos. -- !Para! !Enfermera!-- grito mientras me retenia de las munecas contra la cama--. !Enfermera! -- !Solo dime como esta Aaron! !Necesito saberlo, por favor!-- forcejee con el en vano mientras las lagrimas me caian a raudales a ambos lados de mi cara y se estampaban contra el collarin y la sonda. Una enfermera entro a toda prisa y me cogio de un brazo. Senti un pinchazo y en seguida deje de tener voluntad. -- Tranquila, Judith-- oi la voz de Aaron y me di la vuelta. Ahi estaba el de nuevo. Ahora, en el parque donde nos conocimos o, mejor dicho, donde nos presentaron.

  • Rosario Tijeras de Jorge Franco

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    Una de las novelas mas importantes de los ultimos tiempos en Colombia.

  • No te enamores del profesor de Karol Miller

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    Natalie Taylor es una joven que ha tenido que superar las malas artes del destino. Se enfrenta junto a su hermana a una nueva etapa tras la perdida de su padre. Por fin, parece que vera cumplida una promesa: Graduarse. Pero no sera un camino de rosas el que le queda por delante. Antes de convertirse en una Licenciada debera aprobar todas las asignaturas, incluida la que imparte James McLean.
    El es un profesor arrogante, prepotente, exigente, experimentado, guapo y tremendamente sexy. Es un pecado para todas las mujeres. Cuando Natalie conoce a su profesor solo hay una palabra que le asalta constantemente: Peligro. Pero James parece no estar interesado en algo mas cuando ve a Natalie. Solo busca sexo sin compromiso, sin complicaciones. Pero ambos no pueden luchar contra su atraccion.
    La vida da muchas vueltas y el paso del tiempo cambia a las personas. ?Que ocurrira cuando vuelvan a encontrarse? ?Sera capaz Natalie de conquistar el corazon de James? ?O se rendira a los encantos de otro?

  • Un lugar llamado destino de Moruena Estringana

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    Jennifer acaba de romper con su novio y entre eso y que no sabe que hacer con su vida, si estudiar en la universidad o no, se siente muy perdida.
    Sus padres le aconsejan que se vaya al pueblo que vio nacer a su progenitor a empezar alli de cero.
    Jennifer se marcha sin saber que su vida cambiara para siempre al igual que la vida de los que alli residen, pues la joven llega en el momento justo para que todos dejen de vivir en la rutina y empiecen a vivir de verdad.
    Sobre todo Alberto, un joven que sufre mal de amores y que aunque no quiere enamorarse no puede estar lejos de ella, por mas que lo intente.
    Y es que existen personas capaces de irradiar una luz tan potente que es capaz de dar luz a los que llevan anos viviendo entre las sombras.

  • Simplemente un error de Colette Green

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    Un grupo de jovenes esta en la edad donde las hormonas y la posiciones mas primitivas comienzan a ser parte del drama de la vida.
    se testigo de sus historias y contagiate de sus deseos.

  • Paul McCartney. La biografia de Philip Norman

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    La historia de Paul jamas contada fue confiada al cronista por antonomasia de la vida y obra de estos improbables semidioses; seres por los que nadie daba un duro en sus inicios, ni siquiera el que fuera su mentor, Tony Sheridan. Philip Norman ya nos deleito con su enciclopedica biografia del companero de andanzas de Paul, John Lennon, en un abrumador alarde de apabullante erudicion, solo apto para conversos, voyeurs insaciables y amantes de la obra ilustre del cuarteto de escarabajos. No menos ambiciosa es esta segunda entrega dedicada al que muchos consideran el rey sin corona de la banda.

  • En esto del amor… ?La primera escoba, la segunda senora de Cristina Serrano

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    Impaciente peino el cabello con los dedos, lo recojo en el hombro derecho. Claudia lleva un buen rato, desde que nos sentamos en la terraza de la cafeteria, estudiando con meticulosidad cada dibujo del bloc. Alcanza la ultima pagina y alza la ceja derecha. Creo que me va a dar un infarto, voy a ser testigo de ese segundo de tension que se merece el momento. Pero no sucede tal cosa, porque un brazo masculino con un tatuaje maori grabado a la altura de una pulsera se interpone en el trayecto visual y rompe la magia. Maldigo en silencio la inoportuna interrupcion. Se a quien pertenece la extremidad y no pienso darle el gusto de que se sienta protagonista de nada. Inclino la cabeza hacia un lado, evito el acto involuntario de mirar al camarero antes de que se retire. Claudia continua recreandose en el dibujo a lapiz. !Genial! Es el boceto mas arriesgado y comprometedor, el que juzgara con mayor o menor objetividad sus expertos ojos. --Este retrato es... --Eleva las manos sin apartar la vista del papel--. Es impresionante. Nunca me habria imaginado desde esta perspectiva, y reconozco, que a cierta edad agrada que te hagan rejuvenecer. --Siempre te veo joven y risuena. --!Aduladora! --dice mirandome de soslayo. --?De verdad crees que es un buen trabajo? Encoge los labios y asiente antes de sonreir. El corazon me da un vuelco de alegria. Otorga su sincera aprobacion y su valoracion favorable importa muchisimo. Porque Claudia no tiene pelos en la lengua, si algo le desagrada lo dice sin vacilar. De la emocion salto de la silla metalica, le doy un susto, pero tambien un abrazo y un sinfin de besos en la mejilla. Nadie sabe la admiracion que siento por mi madrina, literalmente, la idolatro. --Eres una joven promesa, una excelente dibujante y seras una gran pintora. O lo que te propongas. !Me alegro tanto de haberte animado a escoger la carrera de Bellas Artes! Pequena, posees un don y sabras sacarle partido. Rio, pongo en duda sus palabras. --Ya veremos, tia Claudia. Aunque me apasione no creo que llegue lejos en el mundillo del arte. Las tendencias y las tecnicas cambian a pasos agigantados. Hace un gesto desdenoso con la mano. --Claro que si triunfaras. La creatividad persistira de por vida, con tu talento lograras ser una artista reconocida mundialmente. Carino, a mi solo se me daba bien… Bueno, no era la mejor en nada, todo hay que decirlo. Por eso acabe trabajando para otros virtuosos. Buscandoles lo mas innovador en lugares insospechados del planeta. Sin embargo, tu moldeas y tratas las materias a la perfeccion, demuestras tener ideas avanzadas. Pronto te daras cuenta del potencial que llevas dentro, y el mundo sabra apreciarlo. <>. Pienso distraida girando la taza del cafe en su platito. Posee un olfato especial para hallar tesoros en bruto, cualquier tipo de materia prima; piedra, madera, metales, hilos, etcetera, que vende a otros artistas. Lleva decadas ejerciendo esa profesion, rentable, aunque sacrificada. --Acabo de empezar el segundo trimestre, aun queda otro curso para terminar la carrera de Bellas Artes. Es complicado seguir adelante; dificil culminar con un master. --Resoplo echandome hacia atras mientras aireo la melena con los dedos. Sin pretenderlo, estorbo al camarero que no deja de revolotear por la mesa en un intento de llamar la atencion. Apenas le hago caso cuando se excusa, ambos sabemos que es el culpable de invadir mi espacio vital. El tipo comienza a ser molesto. --?Que problema hay que te impida conseguirlo? Levanta la vista de los dibujos ajena al insignificante percance que he tenido con el antipatico. --Sabes que papa nunca aprobo mis estudios, insiste en que no sirven para nada de provecho. Que es una perdida de tiempo y dinero. Insiste en que busque un empleo a jornada completa y me temo que voy a tener que considerarlo. --Hija mia. Ese hombre es un ignorante que aun piensa que las mujeres solo servimos para estar en casa y criar hijos. Aunque hubieses elegido la carrera de perito agronomo como quiso imponer, no te habria apoyado al cien por cien. --Coloca su mano sobre la mia y me proporciona unos golpecitos condescendientes--. Carino, hicimos lo correcto plantandole cara a ese astado. --Ya lo se, siempre os agradecere a ti y a Diego vuestro respaldo. Pero mi hermano lleva anos enlazando misiones humanitarias en el ejercito, con tal de coincidir lo menos posible con Pepe. Y tu, un tanto de lo mismo. La semana que viene regresas a Sudamerica y Dios sabra cuando volvere a verte. Eleva las manos sin comprender. --Cielito, esa cancion no es nueva. Estais solas Ana y tu. --Mama se encuentra en un estado de animo delicado. Papa, bueno, ya conoces a Pepe. Ahora esta convencido de que puede cultivar su propio huerto ecologico. Como dentro de poco se jubila, se le ha metido en la cabeza vender el piso y volver al pueblo del que dice no debio marcharse. --Eso significa que te veras obligada a costearte los gastos de un alquiler y la manutencion --deduce sulfurada. --Si. No obstante, es lo que menos me preocupa. Finalizare los estudios sin demorarme. --!Hay que fastidiarse! !Sera tacano y egoista! Pequena, te respaldare economicamente. --No, no. Diego y tu habeis hecho bastante abonando las matriculas universitarias estos anos. Soy adulta y puedo asumir los gastos porque tengo algunos ahorrillos guardados. El asunto es que, aunque no lo parezca, resulta triste quedarme sin ninguna compania. --Debes continuar apostando por lo que deseas, has llegado lejos por tu esfuerzo. Esa es una actitud que Pepe nunca tuvo. Dejo de mover el lapiz entre los dedos, lo apoyo en el labio inferior. --En ese punto discrepo contigo. Por edad viviste otros tiempos distintos. Tuviste facilidades para alcanzar tus metas, a Pepe se las impusieron desde pequeno. Recuerda que te supera en casi dos decadas. --No digas tonterias sobrina --regana con carino--. Cristobal Colon nacio hace..., siglos. Y ya por aquel entonces albergaban mas inquietudes que tu padre. Rie la comparacion, es indiscutible que nunca ha soportado a su cunado. --Reconozco que no me convencen mis palabras --confieso con la mirada puesta en el cielo. Claudia es una mujer positiva, a todo le encuentra facil solucion. Ese espiritu no se lo ha otorgado la edad o la experiencia. Es de mentalidad abierta desde que nacio. Podia definirla como independiente, moderna y valiente. La antitesis de Pepe o de su hermana Ana, mi madre, que se ha quedado atrapada en el tiempo por culpa del caracter hurano de su marido. --Carino, en la vida hay que estar preparada para el fracaso, pero antes se debe luchar e intentar cumplir las ambiciones, no sucumbir a lo que los demas te impongan. Porque de lo contrario seras doblemente infeliz. Primero, por no haber realizado tus suenos. Segundo, porque no puedes contentar al mundo entero. Si te quedas en la ciudad tu sola, !mejor!, menos lata te dara el pesado de tu padre. --Grune irritada--. Aun no me explico que vio Ana en el, tan pronto tuvo oportunidad, hizo de ella una Escoba. Aprieta la mandibula con la vista puesta en la puerta de la cafeteria. Noto resentimiento, nostalgia y pena en su rostro. No me atrevo a interrumpir sus pensamientos, asi que espero a que continue o cambie de tema. --Sabes, si nos hubiese separado menos edad, jamas habria permitido que Ana se casase con semejante inepto. Lamentablemente, cuando comprendi lo que sucedia fue demasiado tarde. --?Algun dia contaras la verdadera razon? ?Lo que ocurrio entre vosotros para no soportaros ni perdonaros? --Prefiero recordar que me ha regalado unos sobrinos maravillosos, que no han heredado su mala disposicion. Y como se la jugue el dia de tu bautizo. En cuestion de segundos alegra el rostro, nunca amarga el presente con sucesos pasados que no puede cambiar. Decido que esta vez sere quien empiece a contar la anecdota. --Para el despistado de Pepe Rivas era una odisea, un trabajo enorme ir a inscribir a su hija al registro despues del nacimiento de esta. Siempre hallaba cien destinos distintos... --Hija, no alteres la historia --interrumpe--. Encontraba cien bares a su paso que le impidieron e hicieron olvidar durante una semana que su hija no estaba reconocida legalmente. Pero que se le va a pedir al borrico de tu padre. El caso es que, si no llego a estar en Espana para realizar el tramite, aun serias una ilegal en el pais. O peor todavia, te llamarias Filemona o Filomena. O como se llamase tu abuela paterna. Cielos, no tengo nada en contra de ese nombre, !bien lo sabe Dios!, pero mi unica sobrina no podia llamarse asi siendo la bebe mas bonita que he visto jamas. Dejo de contener la risa, su mirada llena de afecto demuestra cuanto me quiere. Un millon de veces habra repetido que soy el impulso de su vida. --Aquella manana --prosigue Claudia--, cuando el administrativo me pregunto cual era el nombre de la nina que iba a reconocer. No lo dude, escribi en los papeles: Sur Rivas Aguirre. Comienza a reir a carcajadas llevandose la mano al pecho, tose y respira hondo en un intento de calmar el ataque. Por un instante me preocupo por su salud. Desde joven tiene los pulmones delicados por culpa de una neumonia mal curada. --El inepto de Pepe no se percato hasta que dos dias despues te bautizamos y el cura dijo en voz alta tu nombre. Me costo una considerable suma de "buena voluntad" que el parroco accediera a retrasar ese momento culminante. Esta vez la unica que rie soy yo, por el gesto desaprobatorio que dedica al cura. Tras unos segundos sigue narrando. --Hija. Desde entonces tu padre solo entra en una parroquia para encenderme dos velas negras. Pobre cunado, luchar contra mi le es imposible. --Todavia, cuando refunfuna mi nombre, se acuerda de ti. --Eso es que me quiere, a su manera, pero me quiere. Seca las lagrimas que le provoca la risa. --Jamas me molesto que eligieses el nombre de Sur. Ni que me lo pusieses por el simple hecho de que te encanta Andalucia. Pero si tuviese un hijo, no me aventuraria con un nombre tan poco comun. Claudia aspira el aire que sus sufridos alveolos le permiten antes de contestar.

  • Todo es posible 1 Paris. Nueva York. Copenhague de Audrey Carlan

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  • Despegare cuando amanezca de Francisco J. Olivero

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    Una vida de exito profesional transcurre para la joven espanola Julia de La Vega, una comandante de ambulancias aereas en la ciudad de Wichita, Kansas.
    Sin embargo, una muerte cercana y un accidente en dudosas circunstancias le obligaran a cuestionar su futuro y los valores por los que se ha estado rigiendo. Intentara darle un nuevo sentido a su vida a traves de la entrega.
    La consecucion de eventos que experimentara en diversos lugares de una Latinoamerica humilde y compleja, le expondra a peligros, personas y situaciones en las que nada parece ser lo que es.
    Inmersa en todo ello, nunca estara sola.
    El autor combina acertadamente el drama intimista, la intriga y unas dosis de humor, convirtiendola en vehiculo de reflexion sobre la busqueda del sentido de la vida, las relaciones familiares y las razones y motivaciones detras de las decisiones que tomamos.
    El lector hara un recorrido cargado de matices por la Norteamerica profunda, Latinoamerica y la Espana mas tradicional, sumergido en una historia en la que sus personajes y situaciones emocionan y divierten a partes iguales. No quedara indiferente.

  • Tormenta inesperada: Ahora que haras? de Miriam Magana Pimientel

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    A muchos de nosotros, nos ha sucedido de pronto vivir una tormenta.
    Este libro es como el abrazo y el consejo de una amiga, que necesitas en estos momentos de dudas.
    Sus lineas dejaran una esperanza en tu corazon.
    La meta es ser feliz, asi que no te arrepientas de nada, cuando estes al final del camino,
    de lo unico que te arrepentiras es de las cosas que no hiciste cuando podias. !A un estas a tiempo!
    Puedes empezar ahora, a formar un nuevo inicio.

  • Avalon (Britannia 4) El elegido de la reina, Javier Pelegrin & Ana Alonso de Ana Alonso , Javier Pelegrin

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    Magia, aventura, lucha y una historia de amor que trasciende la leyenda.

  • La calma de las aranas de Consolacion Gonzalez Rico

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    Una carcel, tres hombres que confluyen en ella por caminos diferentes. Tres vidas marcadas por la genetica, el maltrato o el abandono: Juan Pablo Ayala, un abogado experto en la manipulacion y la estafa; Sebastian Valdes, un chileno victima de la homofobia, la dictadura y la pobreza; Alberto Aguirre, un muchacho de clase acomodada con una infancia sobrada de obligaciones y escasa de atencion familiar.

  • La Ladrona del Diablo de Lisa Maxwell

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    Buscad las gemas. Cuidaos de la Ladrona. Vengad el pasado.

  • El diamante negro de Andrea Kane

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    Aurora Huntley cree haber encontrado la forma de evitar el matrimonio forzoso al que la quiere condenar su hermano Slade, conde de Huntley. En una taberna, un extrano accede a montar una escena que arruine su reputacion. Pero todo se escapa de control cuando ella descubre que el extrano es Julian Bencroft, duque de Morland, miembro de una familia en eterna disputa con los Huntley.

  • Encaje de dos orillas de Mirta Perez Rey

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    En esta novela, Mirta Perez Rey va bordando exquisitamente la distancia entre Espana y Argentina y despliega ante nuestros ojos las voces de estas mujeres inolvidables cuyas vidas, tan semejantes a las de nuestras tias, madres o abuelas, estan hechas con la misma madeja fragil y preciosa con la que se bordan los suenos.

  • ?Un futbolista? No, gracias de Angela Franco

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    Bet, una chica de Otivar (un adorable pueblo rural) se traslada a Madrid con su Yorkshire intolerante al gluten para trabajar de administrativa en el famoso Bulcano de Cis Futbol Club. A pesar de sus grandes torpezas y sus exclusivas amistades, intenta llevar una vida tranquila. Lo que no sabe Bet es que, la cena de navidad de la empresa le tiene reservada una sorpresa y hara que su vida de un giro de 180o.
    ?Abandonara sus prejuicios dejandose llevar por sus sentimientos? ?Apostara por una estabilidad emocional? ?Lo dejara todo por temor a las consecuencias?
    Una comedia romantica llena de risas, amistad, atracciones incontroladas, sentimientos encontrados.

  • En estado salvaje de Charlotte

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    Te preguntas donde estas,
    pero lo que de verdad importa
    es saber que eres.

  • Enemigos apasionados (Doncellas cautivas 1) de Cathryn De Bourgh

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    Ambientada en el ducado de Milan y en el territorio de Toscana durante el siglo XV.
    El dia de su boda con el conde Visconti, Isabella Manfredi es raptada por un intrepido y guapo joven hijo de su peor enemigo: Enrico Golfieri.
    Pero el malvado raptor quedara prendado de la belleza de la joven y sucumbira al amor y a su cuerpo suave y voluptuoso una y otra vez, despertando en la joven sensaciones que ignoraba.
    Sin embargo ambos pertenecen a familias enemigas que conspiraran para separarlos colocandolos en una encrucijada donde la traicion y el deseo libraran una batalla feroz.

  • La corona partida de Martin Maurel

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    Tras el exito de las novelas Isabel y Carlos, Rey Emperador, la serie se completa con La corona partida, situada cronologicamente entre ambas, que narra los hechos acontecidos tras la muerte de Isabel la Catolica y las luchas de poder entre Fernando de Aragon y Felipe el Hermoso.

  • Lady Smartphone (Tecleame te quiero 3) de Isabel Jenner

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    Llega la tercera entrega de la serie <>.

  • Maria quiere ser tu amiga de Laura Marshall

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    Cuando Louise Williams recibe un mensaje procedente de alguien de su pasado muy lejano, le da un vuelco el corazon.
    <>
    El problema es que Maria Weston desaparecio hace mas de veinticinco anos, tras la fiesta de fin de curso del instituto. Todo el mundo cree que esta muerta, especialmente Louise, que ha vivido durante este tiempo custodiando un terrible secreto.
    Sin embargo, los mensajes de Maria continuan, y cada vez son mas escalofriantes. ?Quien los envia?
    Al reconectar con los viejos companeros y tratar de averiguar que sucedio realmente aquella noche, Louise descubre que hay muchas cosas que desconocia.

  • Demencia de Eloy Urroz

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  • Caballero de Pablo Poveda

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    La precuela de la novela de misterio y suspenso super ventas de 2016 (La Isla del Silencio).
    Si te gusta la novela negra policiaca de suspense espanol, ESTA ES TU NOVELA.

  • La Presa del Psicopata de Rosalia Reyes

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    No soy un buen tio.
    No te voy a gustar.
    No me quieres cerca tuyo.
    Y mucho menos de tu hija.

  • La Chica de la ira y otros relatos de Sonia Molinero Martin

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    <>, penso. Y dio un trago tan largo que casi se ahoga. Todas las mananas lo mismo, el mismo proceso antes de salir de casa. Ducharse, vestirse, comer algo rapido, con desgana, coger sus cosas y antes de cruzar el umbral de la puerta, dar un buen trago de cualquiera de sus licores salvavidas. Estaba enfermo y en el mas recondito hueco de su miserable ser, lo sabia. Era un conocimiento antiguo, desgastado, sin ningun interes para el en la actualidad. Cuando llegaba a sentirlo, a sentirlo con profunda honestidad, sonreia cansado y convencido de que si lo intentaba de nuevo, volveria a fallar. Habian pasado ya tres anos desde su recaida y no habia noche que no lo pensara. Pero estaba harto de si mismo, de repetirse la misma historia una y otra vez, a cada vuelta en la cama, a cada pesadilla que le dejaba sudoroso y extasiado antes del amanecer. <> Y esos puntos suspensivos, le mantenian convencido de que efectivamente llegaria un dia en que tuviera los suficientes cojones como para beberse el miedo y pasar pagina. Casi todo el mundo tiene en la cabeza que lo normal es que un alcoholico tenga una vida precaria, dura, dificil y poco llevadera. Que viva en soledad, con problemas economicos o con la familia. Pero la realidad no es esa. Un hombre como Santiago lo tiene todo. Tiene fama, tiene una gran carrera, tiene una bella mujer e hijos, una gran casa y un coche a la altura de las circunstancias. Y por encima de todo tiene algo que le une a cualquier otra persona con su mismo problema. Tiene miedo. --!Marina! Soy yo. Ve preparando la documentacion para la reunion como te explique ayer. Avisa a los japoneses, ya estoy llegando --montado en su coche vuelve a dar un trago a la pequena petaca que lleva en uno de sus maletines. Despues, y como siempre, la pastilla que su buen amigo el Dr. Aguado le receto para el mal aliento. Aquella manana lluviosa no iba a ser menos, tenia que estar a tope para ofrecer su mejor version en la sala 36, repleta de desconocidos. Ya en la oficina, el cafe que Marina posaba en sus manos con avidez, completaria el ritual antes de la reunion. Fue un exito rotundo, salio a medio dia de alli con los bolsillos mas llenos que nunca y con una sed primitiva que sabia que le iba a costar calmar. Lucia un sol esplendoroso. Todos estaban esperandolo en la azotea del hotel para celebrarlo como merecia la ocasion. Incluso su mujer se acerco por alli con un par de amigas y companeras del despacho. Vino, cava, champan, whisky, ron, ginebra, de todo de la mejor calidad, para acompanar mariscos, pescados y suculentos caprichos carnivoros que les llevarian de la mano, mas que satisfechos, hasta bien entrada la madrugada. Eran unas cincuenta personas bailando sobre un emblematico edificio de una ciudad que no podia dormir. Y entre todas ellas, una, queria beberse todo lo que estaba a la vista. Queria olvidar quien era, seducir a la muerte, tentar a su buena suerte y abandonarse a esa sensacion de plenitud sin limites. Aunque sabia que aquello duraria poco, en unas horas viviria sin remedio la caida mas mortal, su temida cuesta abajo. Y eso es justo lo que paso. El hoyo era cada vez mas profundo y lo veia venir antes. Ya no le era suficiente con firmar un contrato millonario de una punta a otra del mundo, o tener una intensa vida social. Tampoco la sensacion ocasional, casi forzada, de vivir completo, de tenerlo todo por tener amor. ?Tenia de verdad amor? ?Por que el no sentia eso? ?Por que no le servia de consuelo en momentos asi? Ahora solo queria dormir sobre una cama que no fuera la suya, con otro <> que no le representara a el y que al mirarse en el espejo tras vomitar, no le sonriera amargamente desde el otro lado para darle las buenas noches y gritarle en toda la cara un: <>. Amanecio solo en una cama desconocida. Recogio sus cosas de inmediato y se dio a la fuga lo mas rapido que le permitio su resaca. Lo unico que tenia claro es que era sabado y que no tenia que ir a la oficina. Bien, eso era suficiente para empezar. Poco a poco, las lagunas en las que nadaba profundamente a medida que conducia por la autovia, se iban calmando. Una sonrisa borrosa aqui y cuatro palabras alla, unas llaves en la mano, un mensaje antes de cerrar los ojos, iban apareciendo en su cabeza situandole en lo que fue el final de una noche para olvidar. Todo el mundo estaria saboreando el exito de aquella operacion redonda, pero el no. Quizas tuvieran un ligero dolor de cabeza por haber tomado alguna copilla de mas, el queria morirse. De nuevo, se sentia hundido y avergonzado. Miro su telefono con miedo, pero antes de abrir el mensaje de su mujer, un trago. Cuando sostuvo la petaca en la mano se miro en el espejo retrovisor, pero no vio a nadie. Contuvo la respiracion por unos instantes y entrando en panico, echo la cabeza hacia atras para sentir bien como bajaba el nudo de la garganta, empujado por el magico elixir de su pequena botella. Pero aquella vez, no bajo. Todo salio disparado por la ventanilla abierta y le dejo atemorizado. Paro el coche en el arcen en cuanto pudo y se puso a llorar. Habia pasado resacas peores que aquella pero era la primera vez que un trago se le resistia. ?Habria llegado el momento? ?La vida le habia sentenciado con un <> alto y claro? Eso parecia. Volvio al movil, con los ojos furiosos envueltos en lagrimas. Su mujer le habia dejado un mensaje que apenas podia leer y decidio cerrarlos por unos momentos. Imagino lo que ponia y lloro con mas potencia; creyo que seria el punto y final de una vida llena de lujos y desfases por su parte, de un sube y baja continuo que le llevaba inconsciente por una vida familiar por la que pasaba siempre de puntillas. Las lagrimas ahora eran un torrente incontrolable, salvaje, que se deslizaba por su cuello y le empapaban la camisa pringada de borracho trasnochado que aun llevaba puesta. Se habia levantado vestido, eso lo recordaba claramente. Arranco el coche con furia y decidio parar en la primera gasolinera que encontrara. Un senor altisimo y peludo le saludo desde el surtidor de al lado. No tenia ni la mas remota idea de quien era. No le devolvio el gesto, se giro extranado hacia el coche que habia dejado mal aparcado encima de un bordillo mordisqueado. Saco de atras su maleta de viaje y la arrastro lentamente hasta llegar a un antiguo restaurante que estaba a escasos metros, asi podria descansar, comer algo y tomar un cafe. Pidio y sin esperar se fue directo al bano. Alli paso lo que imaginaba, al volver a verse frente a un espejo rompio a llorar de nuevo. Abrio el grifo y empezo a lavarse, cambiarse y a intentar mantener la compostura para ir a desayunar. --Buenos dias --Una voz masculina lo inundo todo. Pero Santiago no vio a nadie y se quedo desconcertado--. Estoy aqui, tras la puerta numero 3. --Hola, ?por que me hablas? ?Que quieres? --Ahora mismo nada, en su dia te hubiera dicho que lo mismo que todo el mundo, encontrar la paz.--Y tanto, como lo sabes... --Ahi me he encontrado yo muchas veces, mas de las que recuerdo… Y se que para que una persona entre a un aseo de una gasolinera perdida de la mano de Dios y rompa a llorar asi, la cosa es grave. --?La encontraste? --Digamos que ya se donde buscarla. --Esperanzador, pero demasiado utopico para mi en este momento. --Es normal y natural. Las dudas, digo. Aquella extrana conversacion le estaba haciendo incorporarse un poco mas, dejar esa postura de animal desvalido y mirarse de nuevo al espejo sin tanto odio, mientras se intentaba peinar con los dedos aun mojados. Su respiracion empezo a ser mas calmada y ya no se entrecortaba. --Escuchame --continuo la voz-- me he sentido tan identificado contigo al notar que llorabas, que pese a estar sentado detras de esta puerta, he tenido que hablarte. No eres ese que ves en el espejo, amigo, ni siquiera eres ese que crees ser, o mejor dicho, que imaginas que eres constantemente. Tampoco eres esa voz que te habla, que esta siempre en tu cabeza dando por saco en el peor de los momentos, que crees que te incita a hacer las cosas que haces y que no te gustan, y por las que te sientes tan culpable... Tu no eres todo eso, eres algo mas. La puerta de entrada al bano golpeo con fuerza en la pared despues de que entrara el senor alto del surtidor de al lado. --Caray, que fuerte me he levantado hoy. Habria que poner un tope por detras de esta puerta, !hola de nuevo! --Hola, que hay --continuo acicalandose frente al espejo mientras iba guardando sus cosas en la bolsa de aseo. --!Santi! ?Verdad? Estas igual, macho. ?No te acuerdas de mi? Soy Fernan, el de la clase de tercero A, viajamos juntos a Italia cuando estudiabamos. --Perdona, no te recuerdo --y penso a mil por hora <>. Aun asi, cuando el otro se le acerco para darle la mano, sintio verguenza, como si aquel pensamiento lo hubiera compartido en voz alta. --Bueno, ?y que tal? A juzgar por el cochazo que has aparcado ahi afuera, eres un tio con suerte. La gente como tu ya destaca desde muy joven, se veia venir que ibas a tener exito en la vida, !me alegro hombre! Santi no reaccionaba, se habia quedado mudo. --Seguro que tienes una preciosa familia, ya he visto las sillas de los ninos en la parte trasera... yo estoy solo, pero estoy bien, ahora me voy a hacer un viaje por Asia en cuanto coja las vacaciones. --Paro de hablar solo para coger aire--. Despues probablemente pueda conocer varios paises porque me debian dias del ano pasado en la empresa, !y los pienso aprovechar todos juntos!. Soy un apasionado de la comida y me voy a comer el mundo ?lo pillas? --y se rio aparatosamente dando una sonora palmada en su espalda. Santiago no sabia donde esconderse. Miraba por el espejo con ansiedad, a ver si detras de el aparecia aquel hombre con el que estaba hablando justo cuando entro el parlanchin de Fernan, pero de alli no salia nadie. Con un poco de suerte, si aguantaba un poco mas asintiendo sin parar en aquel monologo, apareceria su salvador al rescate. Pero nada, silencio absoluto tras la puerta numero 3. Espero un par de minutos por si acaso y reacciono tajantemente. --Lo siento, tengo que irme. El cafe se me habra quedado helado y ademas, tengo un poco de prisa. Que tengas buen viaje Fernan. --!Vale Santi! !Encantado de verte hombre! Justo antes de salir de alli, no pudo evitar girarse para al menos ver los zapatos de aquel hombre tras la puerta, pero no lo consiguio. Fue un poco extrano, parecia que no hubiera nadie. La camarera le miro con cara de no entender a que se debia tanta tardanza, Santi la sonrio amargamente y le puso el dinero en la barra para zanjar otra posible conversacion cuanto antes. Estaba mareado. Se dejo caer sobre la silla y apoyo los codos en la mesa llevandose las manos a los ojos para restregarselos varias veces. Vio salir a Fernan y espero que tras el, apareciera el otro hombre. Pero eso no ocurrio. No podia creer que aquella conversacion no hubiera tenido lugar en el bano, estaba seguro de que habia sido real. Pero pasaban los minutos y nadie salia. De repente, una mano en el hombro le sobresalto y le hizo dar un pequeno respingo en la silla. --!Increible! !Que casualidad! ?Pero donde os habeis metido que os estamos llamando todo el dia Santi? --Sus suegros estaban alli de pie, mirandolo con un entusiasmo imposible de disimular --. Mi hija nos han contado lo de la firma, vamos a pasar el fin de semana con vuestros vecinos ?no te lo ha dicho Anita? Nos vamos a ese pueblo tan ideal… ?como se llamaba?, bueno da igual. La cuestion es que de paso queriamos ver a los ninos, les traemos unos regalitos de Grecia. <>, penso. <> No habia contestado a Ana... Ni tampoco a la multitud de mensajes y llamadas perdidas que seguro tendria. Desactivo el modo silencio. Sus suegros ya se habian acomodado en la mesa y el no atinaba a encontrar las palabras exactas, aquellas que no comprometieran su alarmante estado. Pero no hizo falta, la vida tiene una curiosa forma de encajar las piezas. La abuela sonreia al yerno con condescendencia, comprendiendo que quizas la noche se hubiera descontrolado un poco tras la fiesta. Se la veia orgullosa, le guino un ojo y le resto importancia a lo extrano de aquella situacion. Comieron y bebieron en silencio, pero en paz. Sono su telefono y reacciono con inquietud. Santiago temblaba mientras se lo acercaba a la oreja, su mujer estaba al otro lado. De repente, recordo las palabras de aquel desconocido del bano, <> y se dejo llevar por ese pensamiento tranquilizador. --Carino ?estas bien? --Aquella pregunta le sorprendio, esperaba mas hostilidad. --Regular, ?y tu? --!Bien! Estoy recogiendo a los ninos ahora mismo, ya estamos montados en el coche direccion a casa. El no pudo contestar... --Santi, ?no recuerdas nada verdad?

  • La invasion del pueblo del espiritu de Juan Pablo Villalobos

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    Trece mil ochocientos millones de anos despues del nacimiento de nuestro Universo, en una ciudad del poniente, dos amigos inmigrantes enfrentan una crisis vital. Max acaba de perder su restaurante porque el propietario no le ha renovado el contrato de alquiler; Gaston debe dormir a su perro, Gato, diagnosticado con una enfermedad terminal. Max se encierra en el local del restaurante a vegetar, mientras Gaston deambula por las paginas de esta novela intentando rescatarlo. El cierre del restaurante no es mas que otro signo de la imparable transformacion del barrio, que inquieta

  • Parece mentira de Juan Del Val

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    Esta es la historia de un chico de barrio que, desde la distancia de sus 46 anos, sale al encuentro del adolescente problematico, el joven perdido y el hombre en busca de destino que fue. A partir de capitulos muy cortos e intensos, que demuestran una capacidad de autoanalisis y de observacion muy poco comunes
    y un sentido del humor sobresaliente, Juan del Val nos va contando como ha sido <>, nos relata sin tapujos las veces que se ha perdido, y compartimos su alegria y su asombro cada vez que siente que ha aprendido una leccion.

  • Los rostros del pasado (El adepto de la Reina 2) de Rodolfo Martinez

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    El adepto explora su pasado en busca de su futuro

  • La borde y dulce Lai 1 (LGBT) de Monica Benitez

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    Despues de seis anos de relacion, Lai se ve obligada a dejar a Vero tras enterarse de que esta la engana. A partir de ahi entra en un ciclo autodestructivo hasta que su mejor amiga, Lore, decide que ha llegado el momento de que Lai abra los ojos y vuelva a encaminar su vida.

  • El hombre que volvio a la ciudad de George Pelecanos

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    Michael Hudson acaba de salir de la carcel. Se ha librado de una condena larga gracias a Phil Ornazian, un detective que ha movido los hilos para que retiren la denuncia que pesaba sobre el chico. Decidido a reformarse, Michael quiere buscar un trabajo honrado y llevar una vida tranquila en Washington D. C. Pero Ornazian quiere que le devuelva el favor, y le presiona para que le ayude a dar un ultimo golpe...

  • Porque tu eres mi crush de Sandra Bree

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    En ese momento, a Cristina lo unico que le importaba era la mano firme que le guiaba hacia la salida del pub. El calor que desprendia sobre la suya, la presion que ejercia y que hacia que se olvidara de todo lo que la rodeaba, era algo tan inesperado que sentia que debia asegurarse de no estar sonando. Sonrio, agradecida de que la noche se le estuviera dando tan bien. Habia pensado irse a casa, ver algo en la television y marcharse a dormir pero, en menos de un minuto, ya tenia nuevos planes. Y mejores. No era la primera vez que salia con un hombre. Pero el no era como el resto de los mortales. El era Mario, conocido tambien por ser un picaflor, un calavera y un mujeriego. Sin embargo, ella, aunque asumia sus fatidicas cualidades, preferia pensar en el como en el hombre del que llevaba enamorada toda su vida. Su crush. Cristina lo conocia bien. Era el primo de Paula, su mejor amiga desde que iban juntas a primaria. Le sacaba diez anos. Ella iba a cumplir los veinte y el los treinta. Pero nada de eso importaba desde el momento en el que el habia comenzado a seducirla. Todo lo esencial desaparecio de su mente, y los gritos de advertencia que hacia tan solo unos segundos inundaban su cabeza con fastidio, diciendole que saliera corriendo de aquel lugar sin mirar atras, desaparecieron de repente. Si Paula, esa noche, no se hubiera marchado dejandola colgada para irse con uno de sus ligues, ella jamas habria tenido la oportunidad de estar con Mario. Lo miro por el rabillo del ojo. Era tan guapo como un actor de cine. Tenia claro que se queria acostar con el sin importar el dia de despues. Ya sufria lo indecible al verlo a diario pasear con unas y otras de la mano, y seguiria sufriendo igual al dia siguiente. Pero, al menos, le iba a quedar el consuelo de saber que lo habia besado, lo habia tocado y habia sentido su amor por un efimero instante. Todas las mujeres lo superaban, ?por que ella iba a ser diferente? Comprendia que el no tenia la culpa de ser tan guapo. Ademas, no enganaba a nadie con sus artes de seduccion ni ocultaba como era en realidad. Cristina tenia la esperanza, en un pequeno rincon de su mente, de que ella podria ser la mujer que de verdad lograra conquistarle. Aunque imaginaba que el resto de las feminas que habian pasado por su vida, y por su cama, albergaban la misma idea que ella en esos momentos. Era inevitable hacerse ilusiones. Por otro lado, no tenia que envidiar a la belleza de nadie. Desde pequena habia sido una nina hermosa, y su atractivo habia aumentado con los anos. Era alta, con piernas largas y torneadas, cintura estrecha y pechos turgentes. Una melena rubio ceniza caia por sus hombros y espalda en suaves ondas. Sus ojos, claros y grandes, estaban rodeados de tupidas pestanas, y su boca era de labios generosos, mas el inferior que el superior. Nunca habia pasado inadvertida entre sus companeros de la escuela. Los hombres sentian la necesidad de protegerla y pululaban en torno a ella como las moscas a la miel. E incluso en secundaria tuvo dos profesores que la agasajaron y la halagaron sin descanso. Uno de ellos, Juan Antonio, encargado de la asignatura de Educacion Fisica, consiguio salir con ella fuera del instituto en varias ocasiones. Pero el corazon de Cristina tenia dueno. Era un secreto que solo ella conocia, pues Paula habria puesto el grito en el cielo si lo hubiera sabido. Y la madre de Paula. Y el padre. Y lo que era peor, el propio padre de ella, Hector. Sin embargo, Mario era el unico que hacia que se le secara la boca, que el corazon latiese salvaje y, sobre todo, el unico que conseguia que sus bragas se mojaran con solo mirarla. Sintio que la mano que sostenia la suya presionaba con mas fuerza. Alzo sus ojos y se encontro con los verdes de el, que la observaban con una sonrisa de infarto en su boca de labios sensuales. --?De verdad quieres que nos vayamos? Estas a tiempo de pararme los pies y decir que no quieres venir conmigo. Ella trago saliva, nerviosa. No debia ir, mas lo deseaba con toda el alma. Era consciente de que una vez emprendiese aquel viaje, no tendria retorno. Pero estaba tan excitada…, tenia tantas ganas de estar con el a solas... --?Cristina? Asintio con la cabeza simulando una seguridad en si misma que, en realidad, no sentia. ?Por que confiaba en el si sabia de primera mano como era? Muchas veces, sentada en el salon de la casa de Paula, le habia visto llegar hablando de sus ligues. O incluso, en familia --se consideraba una mas de ellos desde que tenia diez anos-- solian dialogar de si habian visto a Mario con tal o con cual. Segun la madre de Paula, todas las mujeres que iban con el eran tontas por creer que podian conseguirlo. Y alli estaba ella ahora, dejandose llevar para satisfacer el calenton que los dos llevaban encima. <>, se repitio. --Estoy segura de querer ir contigo --respondio mirando hacia la puerta roja del pub. Deseaba preguntar si el tambien lo estaba, pero se negaba a estropear aquel momento. Temia que despertara del trance propio en el que habia caido y terminara dandose cuenta de que, a quien pretendia llevar a su cama, era a la amiga de su prima. A quien el llamaba canija. Mario tiro un poco de ella y la acerco a su cuerpo. Solto su mano y rodeo la estrecha cintura con el brazo. Sus costados quedaron pegados. Cristina sintio como un calor abrasador inundaba ciertas partes de su anatomia, en especial la que iba desde encima de los muslos hasta justo debajo del cuello. La chaqueta cruzada que llevaba sobre la blusa disimulo las proporciones que habian adquirido sus ahora sensibles pezones. Salieron a la calle apenas sin hablar y se dirigieron al coche que habia estacionado al final de la calle. Era primeros de junio y en Madrid comenzaba a hacer calor. El abrio la puerta, caballeroso, y Cristina se acomodo en el interior. Todo olia a el. Mientras Mario rodeaba el coche, ella aspiro con fuerza al tiempo que lo perseguia con la vista. Se pellizco con suavidad el dorso de la mano. Debia asegurarse de que aquello era verdad y no estaba en uno de sus suenos en los que siempre acababa despertandose antes de tiempo. El entro estirando sus largas piernas por debajo del volante. La miro sobre el hombro con una sonrisa enloquecedora. De un solo movimiento agito la cabeza de arriba abajo. --?Bien? Cristina sonrio feliz. Sin pensarlo, alargo los brazos hasta rodearle el cuello y lo beso con entusiasmo. El devolvio el beso acariciando con sus manos la delgada espalda para dejar las palmas sobre las caderas. Murmuro contra los labios de ella: --Sera mejor que esperemos a llegar a casa. Ella se aparto, jadeante, y asintio. --Tienes razon, adelante. Mario arranco el coche y lo movio para meterse de lleno en la carretera. Ella estiro el brazo hacia el de nuevo y enredo los dedos entre sus gruesos mechones castanos. No queria dejar de tocarlo ni un solo instante. Su cabello era espeso y suave. --Y ahora que has terminado con los estudios, ?has pensado que vas a hacer? --pregunto el para entablar conversacion. Su voz era calida como la caricia del terciopelo. --Todavia no lo tengo claro pero, antes de pensar en ello en firme, debo ir a ver a mi madre. --Ella no es de Madrid, ?no? ?Donde dijiste que vive? ?Montana? Sacudio la cabeza divertida. Era una sorpresa que el prestara atencion a las conversaciones familiares en las que ella participaba. --En Phoenix, en el estado de Arizona. --Si, eso. No me quedo bien con los nombres. ?Te gusta Arizona? --Si, no esta mal. --?Por que no te fuiste a vivir con tu madre cuando se divorcio? --Su marido no me… entusiasma demasiado. El giro la cabeza unas decimas de segundo para observarla. --?Te ha hecho algo? --inquirio, serio. El pecho de ella se expandio al sentir su preocupacion. --!No! --Solto una carcajada suave--. Es un hombre agradable, casero… --Aunque Mario habia vuelto a poner los ojos en la carretera, fruncia el ceno, suspicaz--. !Estoy hablando en serio! Charly es un buen hombre. Siempre es muy atento y me trata bien. Sin embargo, yo siento que… traiciono a mi padre si el… me llega a agradar. Charly solo se preocupaba de que su madre fuera feliz. Vivian en una casa bastante grande, con jardin, gimnasio, piscina y otros lujos que podian permitirse. En su comunidad eran muy respetados y queridos. Y cada vez que ella los visitaba, la hacian sentir muy bien. --?Tu padre que dice de el? --Lo odia. Piensa que es un pusilanime. Podemos pasarnos horas enteras enumerando sus defectos. Pero, en realidad, no los tiene. Mario sonrio, compresivo. --Y eso hace que tu padre se sienta mejor. --Asi es. --Hacia un rato que Cristina habia dejado de tocar su cabello, aunque sus ojos continuaban clavados en su duro perfil--. Mi padre lo paso fatal cuando sucedio lo del divorcio. Ahora ya esta mas tranquilo. De hecho, ha empezado a salir con alguien. Siguieron charlando un poco mas hasta que el aparco el coche junto a una acera y lo detuvo. --?Que pasa? --pregunto Cristina con el corazon encogido. Mario tiro del freno de mano, apago las luces y saco la llave del arranque. Ofrecio una sonrisa que derrochaba promesas. --Vivo aqui. --?Aqui? --pregunto con sorpresa. El asintio y salio del coche. Ella tambien lo hizo y, una vez en la calle, paseo la mirada por la zona con atencion. Sabia que tenia un apartamento, pero como casi siempre estaba en casa de sus tios… Claro, !que boba! No podia llevarla alli. Los padres de Paula los matarian a ambos. Mario se acerco a ella y cogio su mano, instandola a caminar hacia uno de los portales. El barrio estaba bien. Era una zona nueva, llena de farolas, y tenia mas edificios en construccion. Un par de altas gruas, con garras de hierro, se recortaban en la oscuridad un poco mas adelante. Cristina respiro con fuerza y otra vez disimulo una sonrisa. Por un momento, habia llegado a pensar que el estaba arrepentido. Sin embargo, una vez que entraron en el ascensor y Mario la apreto entre sus brazos para besarla los labios, olvido quien era el, y quien era ella. No pudo evitar sentir esta vez que el calor crecia entre sus muslos. Su sueno se iba hacer realidad. Capitulo 1 El secreto Mario se levanto de la cama arrastrando los pies. No habia podido dormir mucho y, aunque no se arrepentia de ello, tenia que enfrentarse a la realidad. Abrio el grifo del agua fria y se lavo con ella. Alzo la cara y encontro sus ojos en el espejo. Gotas de agua pendian de la barbilla y la nariz. ?Que demonios habia hecho? Cristina era un miembro mas de su familia. !Por Dios! !Era la amiga de su prima! Inspiro hondo. Agarro la toalla y se seco la cara. No podia decir que no sabia lo que hacia cuando devoro sus labios con ansia, cuando bebio de su piel. Cuando hizo que la joven clavara las unas en las sabanas mientras el se hundia en su cuerpo con los dedos incrustados en la estrecha cintura. !Por supuesto que sabia quien era ella! La habia visto crecer, fascinado por como su cuerpo habia ido cambiando y madurando a lo largo de esos anos. Cautivado por el azul de sus ojos. Maravillado con toda ella, desde los pies hasta el ultimo pelo de la cabeza. Pero ?que iba a pasar ahora? Trago con dificultad. Su tio Raul y su tia lo matarian si se enteraban. --No se lo voy a decir a nadie --escucho que decia ella desde detras. Se volvio a mirarla. No habia escuchado sus pasos. Cristina llevaba el cabello revuelto sobre los hombros y unos cuantos mechones claros acariciaban la frente lisa. Tenia los ojos ligeramente hinchados por el sueno. Pero mas tenia los labios, que brillaban rosas. Alargo la mano hacia su cara y planto su palma en la mejilla. Ella era suave y calida, y todavia desprendia el aroma del perfume que llevaba la noche anterior. Se inclino sobre ella y atrapo sus labios con suavidad. Jamas habia besado unos labios tan dulces. Una boca que lo llevaba al paraiso, o al mismo infierno. Necesitaba aprovechar los ultimos minutos con ella. ?Y despues? ?Iba a ser capaz de volver a verla y de actuar como si nada entre ellos hubiera pasado? Afianzo el beso. Queria beber hasta el ultimo aliento de aquellos labios tiernos y blandos que se amoldaban a su boca como si hubieran nacido para estar alli. Y cuanto mas acariciaba la lengua con la suya, mas deseaba que aquel tormento no se acabara nunca. La empujo contra la pared del pasillo y utilizo la pierna para obligarla a abrir las suyas. Lucho por no perder el control de su cuerpo, aunque era consciente de que esa noche habia descubierto que intentar hacer el amor con ella de un modo calmado era algo muy dificil. Cristina era muy sexy y, con solo clavar sus ojos azules en el, lograba desarmarlo por completo. Las manos de Mario comenzaron a deslizarse por el cuerpo femenino por debajo de la camiseta hasta alcanzar los pechos. Sus caricias arrancaron gemidos de placer al detenerse en ellos y jugar con sus duros botones. Los senos eran redondeados, perfectos para el hueco de sus manos. Ella alargo los brazos para rodearlo, pero Mario sabia que, si lo hacia, estaria perdido. Echo la cabeza un poco para atras, impidiendolo, y respiro despacio, tranquilizandose. Tras unos segundos, empujo la espalda de la mujer contra su cuerpo hasta que sus torsos quedaron tan unidos que ni siquiera el aire podia pasar entre ellos. La joven estaba desnuda bajo la camiseta. Sin embargo, la prenda no le duro mucho tiempo puesta. Mario necesitaba verla mientras, en su fuero interno, detenia todos los relojes del mundo y lanzaba una plegaria silenciosa pidiendo que ese momento no acabara nunca. Arrojo la camiseta al suelo y volvio a arroparla entre sus brazos, suspirando al contacto con los pechos turgentes que se aplastaban contra su torso. Ella, por fin, consiguio rodear su cuello con sus delgados brazos y le ofrecio la boca de nuevo, devolviendole el beso con la misma fuerza y pasion con la que el se lo daba. Se olvidaron de respirar. O respiraban el uno del otro. Mario la alzo e hizo que sus largas piernas se anclaran en sus caderas. La tomo alli mismo, en el hueco de la puerta del bano. Una de sus manos aferrada a un punado de cabellos rubios, sosteniendo la cabeza femenina. La otra estaba colocada en la estrecha cintura y hundia los dedos en ella con cada embiste que daba. A cada movimiento sentia los pechos saltar entre sus cuerpos, acariciando su torso. Ella se aferraba a sus hombros con la cabeza inclinada hacia atras, y con los ojos cerrados gemia y suspiraba llevada totalmente por la pasion. Era preciosa. Su cuerpo era precioso. --Abre los ojos, canija --suplico el--. Mirame, por favor

  • Ayer mate a mi madre de Adriana Patino

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    El sufrimiento nunca termina. El dolor nunca desaparece para siempre. La felicidad no dura para siempre. Y la muerte es inevitable. Y solo el hombre mismo decide quien vive, quien muere y quien sera por siempre esclavo. ?Pero hay suficiente coraje para que otros se liberen de estos grilletes?

  • El senor del Ocaso de Rotze Mardini

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    Kaila Evans, una exagente del servicio de inteligencia recibira una propuesta para resolver un caso escalofriante y poder dar con el paradero de un psicopata que esta aterrorizando a las jovencitas de un poblado en la Amazonia peruana, la detective se embarcara rumbo al lugar de los horrendos crimenes donde conocera a un hombre que le sacara de sus casillas.

  • Caza a la mentirosa de Kayla Leiz

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    o 1 [?] Estupendo Chloe, esta vez te has lucido. – Se dijo a si misma mientras se lamentaba por trigesima vez desde que habia entrado en el pub. – Ahora apechuga y carga con las consecuencias. Chloe Summers, de veinticinco anos, estaba en un problema. En un problema grave. Llevaba en el pub una hora esperando que su cita llegara. Solo que su cita no sabia que ella estaba alli. O mejor dicho, no sabia que "ella" era su cita. entirosa Abrio el pequeno bolso y saco la hoja arrugada de haber estado manoseandola durante demasiado tiempo en el trayecto en taxi hasta alli y leyo de nuevo. Hola Storm. Soy Sunny, ya se que no es lo que esperabas pero esta soy yo y, como no pensaba que tu fueras asi - en el caso de que sea igual que en la foto que me envio, en otro caso mejor pasar del tema porque no es cuestion de poner tambien en juego la Caza a la M desconfianza aparte de la mentira - pues te mande una foto que encontre por internet. Espero que me disculpes y… [?] !Como demonios le voy a decir eso! – Exclamo sobresaltando al camarero de la barra quien la miro como si hubiera bebido de mas y no la cola con lima que le habia servido hacia tres cuartos de hora. Agacho la cabeza y cerro los ojos. Vale, no tenia pensado mandarle ninguna foto pero habia insistido tanto… Y cuando ella le pidio la suya y la tuvo al dia siguiente no pudo apartar los ojos de el. ?De verdad era asi Storm? No podia Encarni Arcoya Alvarez - 4 Esc s rirto t r o as sExc x om o u m lgad a a d s s ser, en serio, un hombre de ese calibre no podia seguir soltero en la vida; ni siquiera podia existir de verdad pero el le aseguro que era una foto de verdad. En ella, un hombre enfundado en unos pantalones de cuero negro ajustados a sus piernas y comprimiendo, estaba segura, su contorno y el paquete, que sobresalia peligrosamente, hasta llegar a una cintura estrecha. Lo siguiente era una cazadora negra que llevaba con la cremallera subida pero solo hasta medio pecho y, debajo de la misma, no tenia nada. Podia verse el torso al descubierto con el vello oscuro en un triangulo invertido que se perdia por dentro de esa cazadora. Era musculoso sin llegar al exceso y poseia unos amplios hombros para entirosa albergar a semejante hombre. Debia ser bastante alto por lo que habia visto y estaba apoyado sobre una Harley, como si a ella no le fascinaran las motos de por si. Encima una Harley-Davidson FLH e Hydra Glide de los anos 60. Tuvo que tomar varias respiraciones antes de poder seguir inspeccionando la fotografia. Caza a la M Su rostro ya de por si la dejo impactada la primera vez que vio la foto, un menton cuadrado, rasgos suaves pero endurecidos al mismo tiempo, una nariz con presencia que enmarcaba su cara y le daba mas poder para dirigir a los demas. Sus ojos eran de color ambar que llamaban la atencion envueltos en unas pestanas largas de color oscuro como sus cejas y su pelo, corto y de punta por delante pero de largo hasta la nuca. Sus labios eran gruesos pero no en demasia, el inferior mas que el superior. !Ese hombre exudaba peligro y poder por partes iguales! Habia dedicado las siguientes horas a buscar por internet montones de imagenes para ver si daba

  • !Tierra Tragame!, Martina Minkoff de Martina Minkoff

    https://gigalibros.com/tierra-tragame-martina-minkoff.html

  • Entre el corazon y la razon (Between 3) de Gema Martin Munoz

    https://gigalibros.com/entre-el-corazon-y-la-razon-between-3.html

    Tercera y ultima entrega de la serie Between.

  • El arte de amarte de Josefa Cox

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    Emilia:
    A pesar de ser hija de un hombre millonario, eres una dentista destacada de tu ciudad.
    Te gusta hacer las cosas a tu manera sin recurrir al dinero de tu padre. Lo que hace de ti una joven solidaria, atenta, con inclinaciones filantropicas y un buen sentido de la moral.
    Eso te ha llevado a dedicarte al 100% a tu trabajo, porque te gusta y te hace feliz; aunque estes descuidando otros aspectos de tu vida personal.
    Eres muy inteligente, trabajas, te esfuerzas; eres una adulta decidida que, aun con tenerlo todo, no dejas de intentar ganarte la vida por ti misma. No como tu hermana.
    No la odias, pero sientes que podria hacer mas con su vida. Como tu.
    Disfrutas de la fortuna de tu padre, pero no te desvives por ella.
    Eres una mujer interesante ?Verdad?
    Pero el tiempo es inclemente y no escatima en danos; llevandose a tu padre, dejandote con un inmenso vacio en el corazon y abriendo paso a un momento delicado de tu vida.
    ?Que haras?

  • El cerebro femenino de Louann Brizendine

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    ?Como piensan las mujeres? ?Que es lo que valoran? ?Como se comunican? ?A quienes aman? Todas las respuestas estan en el cerebro. La investigadora y doctora en medicina Louann Brizendine ha recopilado numerosos datos cientificos para explicar de manera clara como la estructura cerebral es fundamental para entender la forma de pensar de las mujeres.

  • Vivir en las nubes anuncia tormenta de Carolina Levi

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  • Jazmines y peinetas de Clotilde Sanchez

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    Cordoba 1918
    Maria Cristina Rojas,perteneciente a una familia de la alta burguesia cordobesa,se despide del internado donde ha estado residiendo desde nina.Su nueva vida comienza en una Andalucia repleta de senoritos, cortijos y poder.En ese entorno nuestra protagonista conocera la amistad,el amor y la traicion.
    Con personajes ilustres de la epoca y lugares emblematicos,la inocente Maria Cristina descubrira una sociedad arcaica y conservadora en esa Cordoba siempre magica y misteriosa.
    Marcada por la perdida de su madre desde nina,viajara hasta Cuba para conocer a Valdivia, un pariente que guarda un doloroso secreto.
    A su regreso,cuando la muchacha cree encauzada su vida, descubrira que el hombre con el que se ha casado no es el marido enamorado y galante que ella creia.Un desgraciado episodio la obligara a huir con su familia a los Valles Pasiegos del norte.
    Pasara de una vida acomodada como duena de un cortijo a convertirse en una pasiega que tendra que trabajar duro para sobrevivir en las frias cabanas de los montes nortenos.
    Alli entre montanas y valles surgira una nueva Maria Cristina,arrojada,luchadora,empoderada y valiente.Dispuesta a buscar su ansiada felicidad.