• maria gallego millan - Maria Gallego

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    Martina vuelve a casa un dia antes de lo previsto y al entrar en su habitacion, la escena que contempla cambia su vida para siempre. Con casi cuarenta anos, una caja de zapatos llena de recuerdos y un marido que olvidar, comienza su nueva vida.
    Una noche recibe un mensaje anonimo que la invita a participar en un extrano y sorprendente juego.

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  • La modelo, hija de exprocuradora, capturada por vender ...

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    6 oct 2021 — La despampanante modelo e influencer en redes sociales María de los Angeles Gallego Millan, hija de la ex procuradora del Tolima Gloria ...

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    Libro Ciclo De Venus (libro en Gallego), Millán Picouto, ISBN 9788493189334. ... El “Lai de Lanval” bretón, de María de Francia; la vida y el sueño; ...

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  • Todos los libros del autor Morales Millan Maria Teresa

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  • Ciclo De Venus (libro en Gallego) - Buscalibre

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    Libro Ciclo De Venus (libro en Gallego), Millán Picouto, ISBN 9788493189334. ... El “Lai de Lanval” bretón, de María de Francia; la vida y el sueño; ...

  • Un viaje sin brujula de Maria Gallego

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    ?Que harias si tuvieras que cruzar los limites de tu moralidad?

  • Secretos Familiares. Padrastro seducido de Rainer Segen

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    “Padrastro, ?puedes darme 300EUR?” Me sorprende ver si esta pregunta esta siendo contestada en mi periodico y en mi hijastra. Lleva un par de pantalones cortos y, como siempre, una camiseta roja. Con una mirada inocente -probablemente practicada durante anos- me mira mendigando. Me puse el corazon en mi mismo y deje de lado mi periodico:”Sarah, tu sabes que tu madre no aprobaria esto” Estoy casado con su madre en segundo matrimonio. Ambos estamos divorciados y tenemos hijos desde el primer matrimonio. Aunque ya tiene su propia casa como banquera, Sarah nos visita a menudo los fines de semana. A la edad de 22 anos, disfruta del aislamiento de la provincia. Cree que la gran ciudad lo ve durante la semana. Este fin de semana, sin embargo, su madre se va con varios amigos – “fin de semana de chicas”, me dijo. A mi me parece bien: es hora de leer el periodico y mirar a Sarah. Sus ardientes curvas siempre me han irritado, su madre ya esta caliente y no esta cerca de ella en nada. A veces tengo la sensacion de que ella intenta darme una senal secreta y escondida. Como si la fachada inocente fuera algo mas que la joven a la que le gusta visitar a su madre y a su padrastro. “Oh, mama no lo sabra. Puedes confiar en mi, porque nunca he contado un secreto antes. Me vengare de ti. Lo prometo.” Tengo que reirme involuntariamente. El dinero no nos importa mucho. Aunque mi ex-mujer me costo una fortuna, la agencia todavia lanza mas que suficiente – y no es como si la madre de Sarah fuera una pobre rata de iglesia. Su tienda de zapatos tambien esta funcionando maravillosamente. “Entonces, ?vas a devolverme el favor? La miro profundamente a los ojos. Note que ella se tira un poco hacia abajo y se inclina un poco para que yo pueda mirar profundamente en su escote. Pero sigo firme y la miro fijamente a los ojos:”Oh, pronto lo descubriras. Solo quiero comprar un celular nuevo y esta noche te hare algo bueno, ?de acuerdo?” Puedo ver dentro que este fin de semana sera muy especial. Esta en el aire. Es como si el destino estuviera siguiendo el ejemplo. Mi esposa no esta en casa, yo solo con Sarah – y luego esta luz, esa tension sexual que siempre esta en el aire. Puede rogar tan dulcemente, me encantaria que se acostara con ella en el acto… pero… no puedo pensar eso. Recuerdo, agarrar mi billetera y meterle 800EUR en la mano:”Toma, coge algo de ropa bonita. Puedo al menos justificar eso ante tu madre como un cuidado significativo. Los zapatos y asi es como siempre dicen,”digo con una sonrisa. Sarah coge el dinero con una sonrisa y me da un beso en la mejilla:”Gracias, papi-papi”. Luego mete el dinero en el escote y se escurre muy lejos balanceando su trasero. “Oh, hombre, con lo que me he involucrado”, suspire y me dedicare de nuevo a mi periodico. Quiero dejar que el asunto se deba a ello, porque despues de todo, una chica de 22 anos sabe jugar con sus encantos. Me concentro en la seccion de deportes del periodico: el estupido FC volvio a ganar la semana pasada. Voy a darles una oportunidad de caer. Eso me hace tan rapido que me gusta agarrar a Sarah y… aah. Ahi esta otra vez. Este pensamiento, no: estas fantasias. Ella no va a salir de mi cabeza y la accion que acabo de hacer no ha mitigado eso. Mejor salgo, corro a caminar o algo asi. Quiza ir de compras a la panaderia. Distraelos, mientras esten distraidos. Respira hondo, espera y deja que la emocion disminuya. Funciona – por el momento. Durante la tarde y temprano en la noche me olvido completamente del incidente con Sarah. Es sabado y me voy a mi pub local a ver la Bundesliga. Puedes conocer gente, conocer viejos amigos y cultivar amistades masculinas. Es justo que la mujer este ausente el fin de semana, que esta vez me quedo un poco mas. A las 9:00 de la noche, para ser exactos. Claro que no me deje llevar del todo, pero habia mucha cerveza. Relajado y mirando hacia atras en un gran dia, me voy a casa. Despues de todo, el FC ha perdido esta vez. !Ja! Cuando llego a casa, noto que todavia hay luz en el bano. “Hmm, sera Sarah”, supongo. Subo las escaleras porque mi dormitorio tambien esta arriba, la oigo decir:”Padrastro, ?estas ahi? Ella tiene algo. “?Que le pasa a ella ahora?”, supongo. Mientras tanto, he olvidado por completo, de todo tipo de otras cosas, la conversacion que tuvimos esta manana. Abro la puerta del bano y asumo que se corta las unas de los pies o hace una manicura – que es lo que usted hace. En cambio, esta en la banera, rodeada de mucha espuma. Ha colocado velas por todas partes, lo que, junto con la luz atenuada, crea un ambiente muy acogedor. Hace cuatro anos que estoy casada con su madre, pero nunca la he visto desnuda. La espuma cubre su cuerpo, pero a pesar de un poco de alcohol en la sangre, siento como me despierto por un lado – por otro lado me siento incomodo. “?Que pasa, Sarah?” Estoy frente a ella preguntandole,”?Que querias ahora?” Se vuelve hacia mi y se sienta de rodillas en la banera. Asi que ahora puedo ver sus tetas saliendo del agua. Una vista caliente. Ella me sonrie un poco timidamente:”Yo… yo… yo… ahora que estamos solos… yo pense… que podriamos… estoy tan solo en este momento y… queria devolverte el favor… contigo… padrastro…”. Ella murmura cada vez mas silenciosamente, su mirada dirigida a mis pantalones vaqueros – justo donde mi cola esta debajo. Solo ahora me doy cuenta de que hay una botella de vino espumoso casi vacia en el borde de la banera. Normalmente -si no hubiera bebido una gota- y ella tampoco lo haria. Creo que habria preferido que su vacilacion fuera una senal. Pero: Esta linda jovencita. La edicion de su madre, casi 30 anos mas joven. Siento… que mi polla se me pone mas dura. Me estoy agarrando los pantalones involuntariamente. Mi protuberancia es claramente visible. Sarah esta sentada alli vacilante, me agarra con una mano, pero luego a mitad de camino por la pista, sin atreverse mas. “Ahora o nunca”, me digo a mi mismo y agarro sus tiernas manos y la llevo a mis pantalones. Toma su otra mano y empieza a desabrochar mis pantalones. Suspira profundamente como si una enorme tension pudiera caerse de ella. Aparentemente, ella ha estado planeando hacer esto por un tiempo, pero nunca se ha atrevido. Con manos un poco temblorosas me abrocha los pantalones, me los tira un poco hacia abajo y me toca la polla. Solo mi ropa interior separa sus manos de mi mejor pieza y siento como me emociono cada vez mas. Dios mio: No me he sentido tan lejos de este deseo – este sentimiento de como mi propio cuerpo se esta preparando para el juego de amor caliente que ahora vendra inevitablemente. Apenas soporto la tension. Quiero sentir las manos de mi hijastra trabajando mi polla. Quiero agarrarla, cogerla. Toda la lujuria oculta y reprimida y la lujuria esta abriendo un camino. Ella me abraza unas cuantas veces mas timidamente sobre mis bragas antes de que por fin me deshaga de mis pantalones, calcetines y todo el resto de mi ropa. Me mira fascinada. Comprensible: por primera vez ve a su padrastro desnudo, a quien desea tanto tiempo. Nuevamente le tomo la mano y la dirijo a mi cola:”Si no estuvieras dispuesto a pagarle respetuosamente”, le sonrio con una voz calida y tranquila. Ayuda y relaja al instante.

  • Los secretos del mar de Antonio Tomasio

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    LOS SECRETOS DEL MAR
    Eventos tragicos acontecidos en la Costa del Sol, relacionan indirectamente a Pilar y Rocio, pertenecientes a mundos opuestos y cambiara sus vidas. Manolo capitan de la Guardia Civil, de pasado misterioso, se cruza en la vida de Rocio. Jesus director de la mas importante revista de moda y sociales, eterno admirador de Pilar, su pasado lo alcanza y le dara un giro inesperado a su vida. Martin y Helmut, exmarinos peruanos trabajan para el mas grande narcotraficante colombiano y lo hacen exitosamente, con una forma revolucionaria para introducir cocaina a Espana. Con la aparicion de Jack agente especial de la DEA hace que los acontecimientos se precipiten.
    La agil trama se desarrolla tanto en Lima, Ayacucho, Algeciras, Puerto Banus, Marsella, Malaga, Madrid, Niza, Paris, Monaco, Ellos, Tanger, Cartagena, Kiel, Moscu, Springfield y Tel Aviv.
    Una vez empieces a leer Los Secretos del Mar no podras detenerte. Violenta, absorbente, trepidante y real, una novela tan actual que parte de su trama ya sale en las noticias.

  • Un alma candida de Elizabeth Taylor

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  • Tu (Fall Away de Penelope Douglas

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    ?Has estado alguna vez tan enfadado que eso de ponerte a golpear las cosas te relajaba? ?O tan ciego que te creias que eras mas cuando no lo eras? En los ultimos anos yo me he sentido asi. Viajando entre la furia y la indiferencia sin paradas intermedias.
    Hay quienes me odian por eso y a los demas les doy miedo por el mismo motivo. Ya nadie puede herirme, nada me importa, nadie me importa.
    Salvo Tatum.
    La quiero tanto que la odio. Hubo un tiempo en que eramos amigos, pero me di cuenta de que no podia confiar ni en ella ni en nadie.
    Asi que le hice dano. La aparte de mi.
    Pero sigo necesitandola. Cuando la veo me centro y lanzo todo el odio que siento sobre ella. Me gusta meterme con ella, retarla, acosarla. lo necesito como el comer, como el aire, como si eso fuera la ultima parte de mi que hace que siga sintiendome humano.
    Hasta que un dia se fue. Se fue a Francia durante un ano, y cuando volvio ya no era la misma.
    No, ahora, si le doy, me la devuelve.

  • !O no hay trato! de Carolina Gattini

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    El destino y la mala suerte llevan a Miriam a la desesperacion. No es capaz de pagar sola el alquiler al que se habia comprometido con su reciente ex, las deudas la ahogan y finalmente decide vivir en un lugar con todas las comodidades, "comodos" sofas, bano y ducha, salas de reuniones…, es decir, la oficina donde trabaja.
    Miguel Garmendia esta a punto de perder lo unico que tiene, la empresa que levanto desde joven porque precisamente dedico su vida a trabajar, en lugar de disfrutar de ella como hicieron sus amigos y hermanos. Confiar en la persona equivocada, su contable, le ha llevado practicamente a la quiebra. Sin embargo hay una esperanza, conseguir la herencia de su madre, bajo la condicion de casarse. Claro que, no es tan facil encontrar a una mujer que quiera casarse con un hombre como el y renunciar a una vida normal, aunque sea por unos meses. O tal vez si… El unico problema es que esa mujer es adicta al sexo y la abstinencia de ese matrimonio no es compatible con ella… Asi las cosas… Miriam tendra que establecer sus propias condiciones… !O no habra trato!

  • Yo no soy el de Mirian G. Blanco

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    Sara Wood lleva anos escapando de su <>. Sin dinero, sin recursos y sin saber donde refugiarse, ella decide volver al pueblo donde nacio. Pero lo que menos esperaba era descubrir que la casa de su abuela maternal fue vendida a Jason Scott, un hombre de un metro noventa de estatura, anchas espaldas y con unos ojos azules que le recordaban a los de su hermanastro, Derek Brown. Sara no quiere encontrarse con Derek para evitar darle explicaciones de por que se habia largado del pueblo hace anos. Nadie sabia nada sobre su pasado, y asi debia seguir siendo. ?Pero que sucedera cuando ella tenga que convivir con Jason? ?Sera capaz de dejar de pensar en Derek y en sus penetrantes ojos azules? <>.

  • En tu casa o en la mia de Luz Guillen

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    Asi que te niegas a venir con nosotras esta noche, ?no? --Si, ya te he dicho que no me gusta ir de ligoteo. Nunca sabes a quien te vas a encontrar. --Lo eliges tu. Si el tipo te gusta... pues te lanzas y disfrutas de el. Si no, le das puerta y buscas a otro. --No me va eso, Merche. Yo ya tengo mis necesidades cubiertas y no me hacen falta nuevos alicientes. --No se que rollo te llevas con ese hombre. Si te gusta... pues vale. Pero si solo es sexo... podrias ir cambiando de pareja de baile de vez en cuando. Dudo de que a el le importase, Dani. --No es a el. Es a mi. Con Bruno la cosa funciona. Es bueno en la cama, ademas de amable, inteligente y simpatico. --Pero no hay nada emocional con el, por lo que dices. Nada te ata a esa pseudorrelacion. Puedes disfrutar de la variedad, de la nov... --No --la interrumpio Dani. Con cierta violencia, levanto la mano en senal de stop; estaba cansada de oir siempre la misma cantinela--, no me vas a convencer. Si quiero sexo en algun momento, llamo a Bruno y me doy un buen revolcon. No me apetece gastar mi tiempo en buscar una pareja sexual de una noche de la que no estoy segura de que pueda darme lo que me gusta en la cama. Con Bruno no tengo que molestarme en decir como, que y cuando. --Es una relacion de lo mas extrana la que mantienes con ese chico. En serio que no lo entiendo --enfatizo negando con la cabeza. --No tienes por que. A mi me funciona y es todo lo que importa. -- Aparto la mirada de los ojos de su amiga y fingio buscar algo entre los papeles que descansaban sobre su mesa. --De acuerdo. No voy a volver a discutir contigo sobre el tema, si no quieres. Aun asi, reconoceras que muy normal no es --insistio airada. --?Y quien te ha dicho que yo quiero una relacion normal? --Alzo los ojos hasta encontrarse con la mirada enfurrunada de Merche--. Bruno me da sexo. Sexo del bueno. No tengo complicaciones ni implicaciones de ningun tipo --afirmo decidida. Merche levanto la barbilla con chuleria, giro sobre sus talones y salio del despacho de su amiga para dirigirse al suyo. No entendia a Dani. Llevaba anos manteniendo la historia esa con Bruno y la situacion se conservaba como al principio. Ella lo llamaba, quedaban, tenian un sexo fantastico, al parecer, y se despedian hasta la siguiente llamada de Dani. Sin preguntas, sin mas acercamiento salvo el puramente sexual... No, Merche no concebia una relacion asi. Una cosa era el sexo ocasional, pero aquello era algo muy diferente. Dani miro la puerta por la que acababa de salir su amiga y companera entrecerrando los ojos. La queria, por supuesto, pero a veces era muy cargante. Con el tema de Bruno siempre se ponia extremadamente pesada. Si no entendia que preferia a Bruno, un hombre atractivo que la llevaba al septimo cielo en cuanto la tocaba y cuya charla era siempre interesante, a la incertidumbre de pasar un rato con un tipo del que no sabia nada, que podia tener el pito pequeno y hasta le podian oler los pies... pues peor para ella. Bruno era siempre una buena eleccion. Con el no habia error posible. Por otro lado, nunca le habia pedido pasar a otro nivel. Bruno tenia tan claro como ella que lo suyo era solo y llanamente sexo, buenisimo, sin nada mas que anadir a la ecuacion. Tanto pensar en su companero sexual provoco que se le despertara el deseo de sentir sus manos sobre su piel, su boca en sus pezones, su sexo anclandose en el suyo. Automaticamente, cogio su telefono movil y le mando un WhatsApp para quedar con el esa misma noche. ?En tu casa o en la mia? No obtuvo la replica rapida que solia recibir al mandar un mensaje como aquel. Espero durante una hora, sin exito. Mientras los minutos pasaban, iba alternando las miradas furtivas al aparato con su trabajo en el ordenador. Pero no hubo respuesta de Bruno. Volvio a intentarlo de nuevo. Tal vez no habia recibido el mensaje, aun a pesar de que se veia como leido.

  • La doctrina del Sainte-Victoire de Peter Handke

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    De vuelta a Europa necesitaba escribir todos los dias y releia de un modo nuevo muchas cosas. Los habitantes del pueblo apartado y solitario que sale en el Bergkristall de Stifter son muy laboriosos. Cuando una piedra se cae de un muro la vuelven a poner; las casas nuevas las construyen como las viejas; los tejados que tienen algun desperfecto los reparan con el mismo tipo de pieza de madera. Donde aparece de un modo claro y llamativo esta tenacidad es en el caso de los animales: el color se queda en la casa I . En cierta ocasion, en medio de los colores me senti como en mi elemento. Los matorrales, los arboles, las nubes del cielo, incluso el asfalto de la calle tenian un brillo que no era ni de la luz de aquel dia ni de la estacion del ano. El mundo de la Naturaleza y el de las obras del hombre, el uno a traves del otro, me depararon un momento de beatitud que conozco por las imagenes de la duermevela (sin embargo, sin este elemento amenazador que anuncia lo extremo o lo ultimo) y al que se le ha llamado el nunc stans: momento de eternidad. Los matorrales eran retama amarilla; los arboles eran pinos aislados de color marron; las nubes, a traves de la niebla que se habia posado sobre la tierra, aparecian con un color azulado; el cielo (el mismo cielo que Stifter aun podia poner de un modo tan sosegado y tranquilo en sus narraciones) era azul. Me habia parado en la cima de una colina de la Route Paul Cezanne, que, en direccion al este, va de Aix-en-Provence al pueblo de Le Tholonet. Distinguir los colores y, todavia mas, darles nombre es algo que desde siempre me ha resultado dificil. Goethe, en su Teoria de los colores, haciendo gala un poco de sus conocimientos, habla de dos sujetos en los cuales en parte me veo a mi mismo. Los dos, por ejemplo, confunden <>: solo con pequenas matizaciones de mayor o menor claridad, mayor o menor viveza parece que estos colores cobran independencia y se distinguen unos de otros a sus ojos. Uno de ellos ve en el negro un cierto tono marron y en el gris un cierto tono rojizo. En general, lo que los dos perciben con mayor finura es la gradacion de claro y oscuro. Probablemente tienen un defecto de vision, pero Goethe los ve todavia como casos que estan en el limite entre lo normal y lo patologico. No hay duda: dice que si hablando con ellos uno deja que la conversacion siga derroteros azarosos y les pregunta sobre los objetos que tiene delante, termina en la mayor de las confusiones y acaba temiendo volverse loco. Esta observacion del cientifico, dejando aparte el hecho de que en ella me reconociera a mi mismo, me mostro lo que es la unidad entre mi mas remoto pasado y el momento presente: en un momento dilatado de ese <> estoy viendo como la gente de entonces -padres, hermanos e incluso abuelos-, unidos con la gente de ahora, se divierten oyendome decir los colores de las cosas que me rodean. Parece literalmente como si el hacerme adivinar los colores fuera un juego de familia; un juego en el que en realidad los que estan confundidos no son los otros sino yo. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con los dos sujetos de experimentacion de Goethe, en mi caso, por lo visto, no se trata de una enfermedad hereditaria. Dentro de mi circulo yo soy un caso aislado. A pesar de esto, con el tiempo me he dado cuenta de que no soy lo que normalmente se llama un daltonico y que tampoco padezco ninguna modalidad especial de esta enfermedad. A veces veo mis colores y los veo tal como son. Hace poco estaba yo en la nieve, en la cima del Untersberg. A muy poca altura por encima de mi cabeza, hasta tal punto que casi lo podia coger con la mano, dejandose llevar por el viento, planeaba un grajo. Vi el amarillo de sus garras, pegadas al cuerpo, como el color amarillo propio de las garras de un pajaro; el marron dorado de las alas que brillaban al sol; el azul del cielo. Estos tres colores producian las lineas de una amplia superficie extendida en el aire y a la que en aquel mismo momento percibi como una bandera tricolor. Era una bandera sin pretension alguna, un objeto hecho simplemente de colores. Sin embargo, gracias a ellos, las banderas de tela, que, hasta entonces, las mas de las veces, lo unico que hacian era impedirme ver lo que habia detras, se han convertido por lo menos en algo que puedo contemplar; porque en mi fantasia esta presente su origen pacifico. Hace veinte anos me examinaron para ver si era util para el servicio militar. En aquella ocasion, el mozo que normalmente estaba tan inseguro cuando le preguntaban sobre colores, en la prueba de la tabla cromatica, de entre la marana de puntos saco con bastante precision los numeros que le pidieron. Cuando luego comunique en mi casa el resultado del examen (<>), mi padrastro tomo la palabra -ya no nos hablabamos- y dijo que en aquel momento por primera vez estaba orgulloso de mi. Anoto esto porque en lo tocante a este asunto lo que he dicho de palabra ha sido siempre incompleto y ademas ha tenido una claridad equivoca. Al hablar de este hombre decia siempre que estaba <>. Sin embargo, este detalle, que en si mismo corresponde a la realidad, deforma la historia entera. ?La realidad no es mas bien que aquel dia vi la casa y el jardin con una extrana sensacion de llegada ? La observacion de mi padrastro me resulto repulsiva inmediatamente. Pero ?por que en mi memoria ha quedado asociada al fresco marron rojizo del huerto que aquel hombre terminaba de cavar? ?No llegaba tambien yo a casa en parte orgulloso con la noticia? Como sea, lo que ha quedado de aquel incidente ha sido el color de la tierra. Cuando ahora busco este momento ya no me veo como el joven de pocos anos que era entonces sino como un ser atemporal, sin perfil, como mi yo deseado, metido completamente dentro del marron rojizo, como dentro de una claridad gracias a la cual puedo comprenderme a mi mismo y tambien al soldado que era entonces. (Uno de los primeros recuerdos de Stifter eran las manchas oscuras que habia en el. Mas tarde supo <>. Ahora sus narraciones abren en mi una y otra vez zonas coloreadas en bosques cualesquiera.) Durante la guerra franco-alemana de 1970/71, Paul Cezanne hizo que su padre, el banquero acaudalado, le liberara del servicio militar mediante el pago de una suma de dinero. Paso la guerra pintando en L'Estaque, una localidad que en aquel tiempo era un pueblo de pescadores junto a una bahia, al oeste de Marsella, y que actualmente es uno de los barrios de esta gran urbe. Conozco el lugar unicamente por los cuadros de Cezanne. Pero solo este nombre, L'Estaque, abre en mi un espacio para una imagen de lo que es la paz. La region, incluso aquello en lo que esta se ha convertido, sigue siendo <>; no solo frente a la guerra de 1870, no solo para el pintor de entonces y no solo frente a una guerra declarada. No olvidemos que en los anos que siguieron a este retiro Cezanne continuaba trabajando a menudo alli; tenia especial predileccion por pintar en dias de mucho calor y bajo <> que le parecia <>. Los cuadros del tiempo en que estuvo escondido eran casi exclusivamente en blanco y negro, fundamentalmente con una atmosfera sentimental de invierno; en cambio, luego, aquel lugar, con sus tejados rojos ante el mar azul, se fue convirtiendo poco a poco en su <>. En las cartas que escribia desde L'Estaque encontramos por primera vez, junto a su nombre, la palabra <>, como hacian los pintores clasicos. Es el lugar <>. Los cuadros de despues de la guerra ya no reflejan estados de animo ni representan momentos especiales del dia o estaciones del ano: la forma muestra una y otra vez de un modo contundente la elementalidad del pueblo junto al Mar Tranquilo y Azul. Hacia el cambio de siglo aparecieron en L'Estaque las refinerias de petroleo y Cezanne dejo de pintar aquel lugar; dentro de unos cuantos siglos vivir carecera totalmente de sentido, decia. Solo en los mapas geologicos, la region, con su juego de colores, aparece totalmente virgen, y una pequena superficie de un verde de reseda, probablemente para mucho tiempo, lleva incluso el nombre de Calcaire de l'Estaque. Si, al pintor Paul Cezanne le debo el haber estado en medio de los colores en aquel lugar libre que hay entre Aix-en-Provence y el pueblo de Le Tholonet y que incluso el asfalto de la carretera se me apareciera como sustancia coloreada. Me he criado en un ambiente de pequenos campesinos en el que casi los unicos sitios donde habia cuadros eran la casa rectoral y las pequenas capillas que habia junto a los caminos; de ahi que desde el principio no haya visto en ellos mas que algo meramente accesorio y que durante mucho tiempo no haya esperado de ellos nada decisivo para mi. Algunas veces, leyes como la prohibicion de imagenes -caracteristica de algunas religiones o de algunos estados- las entendia yo como algo deseable; yo, que unicamente miraba los cuadros como quien mira algo que le distrae. Un objeto ornamental al que era posible prolongar hasta el infinito, por el hecho de corresponder a mi sed de infinitud -al llevarla mas lejos y darle fuerza-, ?no era el verdadero objeto que tenia enfrente? (En una ocasion, viendo un suelo con un mosaico romano me fue posible imaginar la muerte como un bello transito, sin la angostura habitual que llamamos <>.) ?Y no es la doctrina acabada de los colores y las formas lo que puede cobrar vida de un modo absolutamente maravilloso? (Aqui viene a cuento una frase de un cura de otro <> -ningun laico deberia permitirse una predicacion como esta-, y no hay que olvidarla, fijemonos en que ha omitido el articulo delante de la ultima palabra: <>.) Por esto, en relacion con los pintores me comportaba mas bien con una cierta ingratitud; pues no era nada infrecuente que aquellos supuestos objetos accesorios me sirvieran cuando menos de tablas de contemplacion y que no poco de lo que habia alli se convirtiera en imagenes recurrentes de la fantasia y de la vida. No obstante, en esta operacion de mirar, los colores y las formas, en si mismos, se convertian en algo de lo que apenas me daba cuenta. Lo que contaba era siempre el objeto especial que habia alli. Los colores y las formas, sin objeto, eran demasiado poco; los objetos, en la familiaridad que les daba la luz del dia, demasiado. <> no es aun la expresion adecuada; porque lo que tenia valor eran precisamente las cosas corrientes a las que el pintor habia colocado a la luz de lo especial… y que ahora puedo llamar sin mas <>. Los ejemplos que se me ocurren son todos ellos paisajes: y concretamente aquellos que corresponden a las imagenes amenazadoras, despobladas y silenciosamente bellas, de la duermevela. Lo que en ellos llama la atencion es el hecho de que formen siempre una serie. A menudo llegan incluso a encarnar todo un periodo de la obra de un pintor: las Plazas metafisicas, desiertas, de De Chirico; las ciudades de la jungla de Max Ernst, desoladas a la luz de la luna, unas ciudades cada una de las cuales lleva el nombre de Toda la ciudad; el Reino de las luces de Magritte, aquella casa que sale tantas veces, bajo arboles frondosos, en la oscuridad, mientras que alrededor brilla un cielo blanquiazul de dia; y, finalmente, y en primer lugar, las casas de madera escondidas en los pinares de Cape Cod/Massachusetts, del pintor americano Edward Hopper, y que llevan nombres como Carretera y casas o Carretera y arboles. Sin embargo, los paisajes de Hopper tienen me nos de amenaza onirica que de realidad abandonada. Uno puede reencontrarlos a la luz del dia y de la razon en el lugar donde estan; y cuando hace unos anos fui a Cape Cod, adonde tenia ganas de ir desde hacia tiempo, y busque alli sus cuadros, por primera vez, dondequiera que estuviera en aquella franja de tierra, senti que estaba en el reino de un pintor. Las curvas, las elevaciones y hundimientos de aquella carretera de dunas podria dibujarlas ahora. Los detalles, a menudo completamente distintos de los que pinto Edward Hopper, se encuentran en mi memoria, a derecha e izquierda, como en una pantalla. En el centro de un cuadro de estos, tomado de la realidad, metido en la gruesa capa de hielo de un estanque y formando un conjunto con una caja de lata que hay al lado, hay una inflorescencia de junco. Una vez llegado alli, por interes mio, me marche con la conciencia de que fuera, en el taller de un pintor y en las formas del paisaje de New England, habia hecho los preparativos para una guia de viajes; por la noche vi brillar las casas de madera entre los pinos -no estaban abandonadas, en absoluto, mas bien representaban una vivienda ideal- y encontre alli el hogar del protagonista de un relato que todavia tenia que escribir. Los poetas mienten, leemos en uno de los primeros filosofos. Parece pues que desde siempre impera la opinion de que lo real son los estados malos y los sucesos deplorables y que, consecuentemente, las artes son fieles a la realidad cuando tienen como objeto fundamental y como norma lo malo o la desesperacion, mas o menos comica, que lo malo provoca. Sin embargo, ?por que ya no puedo oir hablar de todo esto?, ?ni ver ni leer nada? ?Por que asi que escribo una sola frase en la que me queje, me acuse o me ponga en evidencia, a mi mismo y a otros -!a no ser que se trate de la santa ira!-, se me pone literalmente una nube negra ante los ojos? Y si, por otro lado, nunca voy a escribir nada sobre la fortuna de haber nacido, o sobre el consuelo de un mas alla mejor, la inevitabilidad de la muerte sera siempre lo que me guie, y, sin embargo, espero que no sea nunca mi tema fundamental. Es cierto que al principio Cezanne pintaba cuadros de terror, como las tentaciones de San Antonio. Pero con el tiempo su unico problema fue la realizacion (<>) de lo terreno, puro y sin culpa: de la manzana, de la roca, del rostro de un ser humano. Lo real era entonces la forma alcanzada; la forma que no lamenta la desaparicion de las cosas en los avatares de la historia, sino que transmite un ser en paz. El arte es esto solo. Pero justamente lo que le da a la vida su gusto es lo que al transmitirlo se convierte en problema. ?Que era lo que empezaba en mi cuando, en aquella ocasion, todavia en la epoca de los cuadros magicos, nosotros, la mujer y yo, ibamos en coche por otro paisaje del sur de Francia? Una parte de aquel viaje es ahora tambien aquel paseo de la tarde anterior, cuando fui a la tierra ondulada, todavia por explorar, en la que se encontraba la casa de la mujer. Era uno de los ultimos dias del ano y el mistral -el viento, normalmente frio, que baja del macizo central- era en aquella ocasion calido; sus rafagas, fuertes pero continuas, sin lo repentino y brusco que tienen los vientos de tormenta, que impiden mirar comodamente. Aunque pronto dejo de haber camino, quedaba todavia una sensacion de proximidad: estaba cerca de la casa de la mujer. Esta me enseno por primera vez los cuadros de Edward Hopper, era capaz de gozar de las cosas pequenas y sabia <>. Me sente en un claro del bosque cubierto de hierba que se movia en un unico temblor. Las copas de los arboles, inclinadas, casi inmoviles. El aire era claro y al oeste, en el horizonte, en el que aun habia luz, se formaban continuamente mechones de nubes que se levantaban bruscamente hacia el cielo y alli volvian a desaparecer; y la luna, que salio despues sobre el horizonte, se empareja ahora -<> (asi describio Cezanne en una ocasion su forma de pintar)- con otra luna que, en un atardecer que tenia una calma parecida, vi por encima de la linea del horizonte como si fuera el arco de la puerta de un granero. Estaba sentado en medio del silbido del viento, igual que hace anos el nino estaba sentado oyendo silbar un pino determinado (y como mas tarde, en medio del ruido de una gran ciudad, pude estar oyendo el murmullo del rio que la atravesaba). El viaje en coche del dia siguiente fue el principio de un viaje que ibamos a hacer los dos y que nos llevo al llano, a la costa. El mistral habia dejado de soplar; un dia suave de invierno, despejado y amplio. En el paisaje pedregoso, a una cierta distancia unos de otros, crecian pinos mediterraneos. El nombre exacto de estos pinos, que vuelve a mi con frecuencia como un estribillo, junto con el ano de 1974, me lo dijo la mujer: pins parasol. La carretera, descendiendo levemente, pasaba junto a estos pinos. Entonces (no <>), junto con la carretera y los arboles, el mundo estuvo abierto. <> paso a ser tambien <>. El mundo era un reino terrenal, firme, sustentador. El tiempo esta parado, es eterno y cotidiano. Lo abierto, una y otra vez, puedo ser tambien yo. Puedo rechazar lo cerrado. Debo estar siempre muy tranquilo en el mundo de fuera (en los colores y las formas). Incurrire en culpa en el momento en que, en peligro de cerrarme a mi mismo, no quiera la presencia de espiritu que puedo tener hasta el fin de mis dias. En un relato que escribi cinco anos antes, un paisaje, aunque era llano, se abovedaba y se acercaba tanto al protagonista que parecia expulsarlo de el. Sin embargo, el mundo de 1974 -un mundo completamente distinto, dilatado, concavo, que libraba de toda opresion y que pensaba en el cuerpo libremente- sigue estando ante mi como un descubrimiento que debo transmitir: los pinos parasol y mi alegria de vivir, he aqui una realidad valida. Como fuera, a partir de entonces, los pins parasol fueron muchas veces de utilidad cuando ante mi se convertian en bovedas los vestibulos de las casas de los otros, aunque la persona de aquel mundo de antes pudiera una y otra vez perder la presencia de animo y la serenidad (hay una culpa propia). ?Fue entonces, y no antes, cuando realmente empezo algo para mi? ?No fue mucho antes, delante de otros arboles meridionales, cuando pude imaginar una alegria racional? Ante los oscuros cipreses del verano de 1971, en Yugoslavia: ?que es lo que alli, dia tras dia, iba cediendo en mi que al fin alguien abrio los brazos por primera vez? (Una parte de esto es tambien aquel moral, a cuya sombra nos sentabamos a menudo, y la luminosa arena que habia a sus pies, salpicada con el suave rojo de los frutos que habian caido.) En aquella ocasion tuvo lugar la transformacion. El hombre que yo era se hizo grande y al mismo tiempo sintio anhelos de estar de rodillas, o tumbado en el suelo con el rostro hacia abajo, y de no ser nadie en medio de todo eso. La transformacion era natural. Era el deseo de reconciliacion que, como dice el Filosofo, venia del <>; y este deseo me parecio real-racional y desde aquel momento me sirvio tambien para escribir. Al mismo tiempo no era una epoca buena. (Mi madre, temiendo que iba a morir, me estaba mandando gritos de socorro a los que yo no sabia como contestar.) Por esto, en los cipreses volvia a ver yo los arboles funerarios magicos de la Antiguedad. <>: esta era desde hacia tiempo una maxima al escribir: representarse los objetos que hay que apresar, de tal modo que parezca que los estoy viendo en un sueno, con el convencimiento de que alli, y solo alli, es donde aparecen en su esencia. Entonces, en torno al que escribia estos objetos formaban una arboleda desde la cual este, y muchas veces solo forzado por la necesidad, volvia a encontrar una vida. Es cierto que repetidamente veia en las cosas algo esencial, pero esto no se podia transmitir a los demas; y cuando se empenaba en fijarlo dejaba de estar seguro de si mismo. No, los cuadros magicos -ni los de los cipreses- no eran los verdaderos cuadros para mi. En su interior se encuentra una Nada, ajena totalmente a la paz, una nada a la que, por propia voluntad, no me gustaria volver jamas. Yo solo soy fuera, entre los colores del dia. Al Estado se le ha llamado la <>. En cambio, yo se que estoy obligado al reino de las formas, como a un orden juridico distinto en el que <>, como ha dicho el Filosofo, <> y toda forma tiene el poder de un ejemplo (aunque los artistas mismos, en los nuevos estados, sean <>).

  • Los Bastardos De Pizzofalcone – Maurizio de Giovanni de Mauricio De Giovanni

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    En un Napoles abatido por la lluvia y el salobre, una dama de la alta sociedad aparece brutalmente asesinada. El segundo caso del inspector Lojacono, un personaje tenebroso y tremendamente humano que esta destinado a marcar el corazon de los lectores.

  • Esclavos de la pasion de Concepcion Marin Albesa

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    ES UNA MUCHACHA CAPRICHOSA. PERO TODO CAMBIARA CON LA MUERTE DE SU PADRE. AHORA SU TUTOR ES SCOTT. UN HOMBRE QUE CAMBIARA SU VIDA PARA SIEMPRE.

  • A veinte anos, Luz de Elsa Osorio

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    Luz sospecha que no es hija de Mariana, esa mujer desamorada, que hace comentarios despectivos sobre ella y que solo respeta a su padre, el teniente coronel Alfonso Dufau. Pero no se trata de una fantasia adolescente. En la Argentina de los anos noventa, muchos jovenes se vieron abrumados por la duda de haber nacido en cautiverio durante la ultima dictadura militar y de estar viviendo con sus apropiadores. Madres y abuelas se han organizado en su busqueda. ?Hasta donde se atrevera a llegar Luz para develar el secreto de su origen? Fortalecida por su propia experiencia de madre, remontara los veinte anos que la separan de su nacimiento. En un laberinto de voces, Luz habra de construir su identidad.

  • Gin Fizz de Jane Kelder

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    Una deliciosa comedia burbujeante con mucho swing y mas amor.
    Nueva York, 1953. Liv Joyner y Oscar Hancock compiten por el proyecto de la remodelacion interior del hotel Eden de Manhattan. Un proyecto que a Liv la consolidaria como decoradora y por el que Hancock estaria dispuesto a hacer cualquier cosa.
    Cuando la duena del hotel, Heidy Brinicombe, se decide por el de su mas odiado competidor, sin siquiera haber tenido ocasion de presentar sus ideas, Liv comienza a sospechar que Hancock consigue los clientes mas interesantes con malas artes, asi que decide contratar a Jack Bradley, un detective privado, para que lo investigue.
    Lo que ella no sabe es que, por una casualidad, Hancock logra suplantar a Bradley. Y es que, lo que realmente quiere Oscar es averiguar la identidad del artista que pinta los cuadros del diseno de Olivia, porque la senora Brinicombe se ha enamorado de ellos. Hasta el momento, solo conoce sus iniciales, G.F., o, como han decidido llamarlo en su oficina: Gin Fizz.

  • Algo muy grande de Kattie Black

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    Amber lo tiene todo: es joven, guapa, caprichosa, y vive en un apartamento con vistas a Central Park. Tras una discusion con su padre, Amber huye a San Francisco, pero pronto se vera envuelta en una aventura inesperada junto al hombre que debe devolverla sana y salva a su hogar: Eric, un mercenario rudo, con poca paciencia, malhablado y sexy. Unidos por las circunstancias, los dos se embarcaran en un viaje trepidante a traves de las carreteras de Estados Unidos que sacudira los cimientos de sus vidas.

  • Apostando todo (Poker Guy 1) [LGBTI] de Gabriele Foncis

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    Aiden debe recoger a su hermano que llega a los Angeles desde Miami, pero al encontrarlo advierte que Ansel se hallaba en compania de un misterioso y atrayente joven de nombre James, al que Ansel habia conocido durante el vuelo.

  • La venganza de los inocentes de Soledad Palao Sires

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    Son los anos 40.

  • Un rincon llamado hogar de Isabella Marin

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    Lo dejo plantado en su baile de graduacion. Anos mas tarde, cuando toda su vida empieza a desmoronarse, Zooey regresa a casa y sus caminos se cruzan de nuevo. ?Sigue siendo T.J. el mismo chico enamorado de ella, o la vida le ha hecho cambiar? ?Y que es lo que siente Zooey exactamente por el?

  • Lunas y estrellas (El ultimo tatuaje 1) de Angels Alemany

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    El comandante acababa de dar el aviso por turbulencias y Julia sintio una presion de sobra conocida en el pecho. Esa sensacion de asfixia que padecia cada vez que tenia miedo. --?Turbulencias? --exclamo Julia, alterada. Y, sin pensar, agarro con fuerza la mano de Viktor y cerro los ojos, repitiendose en voz baja que no pasaria nada. Le sucedia siempre que se subia a un avion. A pesar de no tener miedo a volar, las turbulencias y aterrizajes violentos la aterraban. Llevaba casi un ano sin volver a casa y estaba nerviosa, ya que tenia una gran noticia que dar a sus amigas y a su familia. Pero ese vuelo se estaba haciendo especialmente largo. Era noviembre y habia tormentas en gran parte de Europa, asi que atravesar todo eso era sinonimo de turbulencias y de un viaje mas que movido. Viktor la miro alucinado. Su mente volvio al momento justo en que Julia le dijo en el aeropuerto que le daban miedo las turbulencias y recordo que no la quiso creer. Entendia que hubiera gente que tenia miedo a volar, a los accidentes aereos, pero no a que el avion se moviera un poco. Se quedo observandola como un imbecil y no pudo evitar dibujar una sonrisa dulzona. Le sorprendio que ella reaccionara agarrandole la mano, como si fuera un hermano, un novio, un amigo. Sentia sus dedos apretando con una fuerza que a el solo le provocaba cosquillas y sonrio al sentirse afortunado de estar en su vida y de ser su amigo. Alberto, que iba escuchando musica al otro lado de Viktor, fue testigo de la escena y le dio un codazo. Viktor se giro y contuvo la respiracion, preparandose para oir cualquier burla por parte de su companero, pero Alberto se limito a sonreirle y guinarle un ojo, como si se alegrara por el. Viktor se lo agradecio con la mirada, pues si hubiera hecho algun comentario, por bajito que lo hubiera dicho, Julia podria haberlo oido. Y eso hubiera creado una situacion incomoda y vergonzosa para ambos, completamente innecesaria. Quiza por eso Alberto no dijo nada, simplemente se limito a preocuparse por ella. --Julia, ?estas bien? --Se quito los cascos un momento y se inclino hacia delante para que ella lo viera. Julia abrio los ojos, cayendo en la cuenta de que las turbulencias todavia no habian empezado, y se sintio avergonzada al ver que tanto Viktor como Alberto la estaban mirando. Observo su mano y solto la de Viktor de sopeton, mas avergonzada aun. --!Perdon! --se disculpo ella por ese exceso de confianza, apartando la mirada de el. --Tranquila, para eso estamos aqui. --Viktor le sonrio con calidez, transmitiendole tranquilidad. Julia busco timidamente sus ojos de nuevo y asintio de manera muy sutil. Alberto se recosto en el asiento y se volvio a poner los cascos. En ese momento sonaba The Pretender, de Foo Fighters. Mucho mas interesante que las conversaciones de Julia, que le resultaban de lo mas tediosas. Y, aunque le podian las ganas de saber que harian y que se dirian ellos dos, decidio hacer lo correcto por una vez y no entrometerse. --Es que... me asusto enseguida... ?Quien diria que soy una islena y que he tenido que volar un monton de veces porque el avion es la unica manera de salir de ahi? --Puedes ir en barco --se burlo Viktor entre risas. --Como si pudieras ir en barco a muchos sitios --mascullo, cruzandose de brazos. --Oye, ?que me estabas diciendo? --pregunto el con tono sereno, intentando calmarla. --No lo se, se me ha olvidado ya --declaro Julia, dubitativa y todavia alterada. --Creo que me estabas hablando del tiempo que llevabas sin volver --insistio Viktor sin dejar de mirarla a los ojos. Necesitaba darle conversacion para distraerla de las posibles turbulencias. --!Ah, si! Hace casi un ano que no vuelvo. Vine el ano pasado en Navidad, pero, salvo los momentos que estuve con mis amigas, solo podia pensar en regresar a Estocolmo. --Puso los ojos en blanco. Viktor se sentia incapaz de entenderla. El era muy familiar y tenia muy buena relacion con sus padres y su hermano, y solo estaba deseando tener vacaciones para ir a verlos. Cuando alguien le contaba que no se llevaba bien con su familia, suponia que eran rencillas tontas y quejas exageradas. --?Por que dices eso? --pregunto, arrugando ligeramente el ceno. --Porque yo no tengo la relacion que tienes tu con tu familia. Con mi hermana si, ella es genial, nos llevamos muy bien y no se mete, pero mis padres... --levanto la mirada buscando la manera de decirlo-- siguen creyendo que cometi el error de mi vida dejando a Carlos y yendome a --hizo gestos de comillas-- <>, como dicen ellos, a buscarme un trabajo que podria haber tenido alli mismo. Siempre la misma historia. Cada vez que hablo con ellos acaban la conversacion igual. <> --repitio en tono de burla aquellas palabras que estaba tan harta de oir. --Suecia no esta en la otra parte del mundo --anadio Viktor como si fuera lo mas obvio del mundo. --Lo se. Para ellos todo lo que este lejos es la otra parte del mundo. Lo cual tiene sus ventajas, porque asi estoy lo suficientemente alejada como para que no vengan. --Julia cruzo los brazos de manera orgullosa. No le gustaba hablar de sus padres porque nunca tenia nada bueno que decir. --Pero volviste en Navidad --insistio el buscando una explicacion logica. --Ya, pero hacia poco que me habia ido y pensaba que seria normal que pensaran asi, que necesitaban tiempo y que ya se les pasaria. Ademas, me daban vacaciones y quedarme en Estocolmo, en Navidad, yo sola..., pues no me hacia mucha gracia. Asi que vine, vi a mi hermana y a mis amigas, descanse del mal tiempo, disfrute mis horas de sol y volvi a Estocolmo. Pero siguen igual, ?sabes? Igual. No se alegran de que este feliz, de que haya conocido a otro chico maravilloso..., nada. Asi que este ano la Navidad la pasare en Suecia con Marcus. Viktor no pudo evitar sentir una punzada al oir la manera en la que hablaba de Marcus. ?Chico maravilloso? A el no se lo parecia. Y, como venia siendo habitual, empezo a preguntarse si eran los celos los que le hacian pensar asi. --Hablas como si les cayera mejor ese tal Carlos que su propia hija. --Si, ?verdad? ?Por que les cae tan bien? ?Porque es abogado? ?Porque tiene su propio piso y estabilidad economica para los proximos cincuenta anos, como minimo? ?Eso es mas importante que yo? Viktor trataba de controlar la presion de su mandibula para aparentar indiferencia. Ese Carlos tenia pinta de ser otro pijo, y se preguntaba por que ella siempre acababa con esa clase de chicos siendo tan natural y sencilla. --Oye y... ?que paso con el? Con Carlos..., ?que paso? --Viktor titubeo un poco al preguntar. --?A que te refieres? ?A por que rompimos? --dijo ella frotandose las manos en el pantalon. Una turbulencia agito la aeronave y provoco una pequena sacudida en los asientos. Julia cerro los parpados, elevo la barbilla y todo su cuerpo se tenso al instante durante unos pocos segundos, hasta que noto que el avion dejo de moverse. En cuanto abrio los ojos, se encontro la mirada apreciativa de Viktor y sintio la caricia de sus dedos cuando tomaron su mano en un gesto casi sedante. --Tranquila. Estoy aqui. Me estabas contando que paso con Carlos. --Pues... --Julia titubeo y solto su mano de golpe para poder gesticular--. Pues que se fue rompiendo poco a poco. Llegaron la comodidad, la monotonia, las peleas tontas, el malestar... No fue culpa de uno u otro, sino de los dos. El llegaba tarde del trabajo y yo me quedaba dormida esperando; luego, el dia que podia y queria salir a algun lado, yo habia quedado con mis amigas y... parecia que no nos importara mucho, ?no? Era como..., bueno, que no llego de repente, fue un tiempo de estar pasandolo mal y ya me canse. Y, como no veia posible trabajar de lo mio, me informe de los programas de au pair, me subi en un avion y aterrice en Estocolmo unas semanas mas tarde. Eso a mis padres no les gusto, porque ya me habia independizado, me habian --volvio a hacer gestos de comillas-- <> y yo de un dia para otro me fui sin decir nada. --?No le dijiste nada a nadie? --pregunto el, completamente asombrado. --Se lo conte a mi hermana unos dias antes de irme y a Carlos le deje una nota. Mi hermana flipo, pero me prometio no decir nada a nuestros padres hasta que me hubiera marchado. Fue la mejor decision que tome en mi vida. Sinceramente, no se que seria de mi si siguiera viviendo alli. Me fui y mira... !me voy a casar! --Julia sonrio ampliamente, rezumando felicidad en cada milimetro de su rostro. --?Y tu dices que eres miedosa? !Hay que ser muy valiente para hacer eso! --Creo que si me lo hubiera pensado un poco no lo habria hecho. Pero... la verdad es que no habria aguantado mucho mas tiempo. Viktor y Julia siguieron conversando durante el resto del vuelo. Ella le explico lo maravillosa que era la isla donde nacio, todos los sitios a los que queria llevarlos; le hablo de sus amigas, de su infancia y de cualquier cosa que se le viniera a la mente. Como era de esperar, hubo turbulencias durante todo el trayecto, pero Viktor le estuvo dando conversacion para distraerla y que no pensara en ello. En el momento de aterrizar, Julia le agarro la mano a Viktor. No sabia si iba a ser una maniobra suave o violenta y necesitaba tranquilizarse. Cerro los ojos y empezo a respirar fuerte, como si estuviera llenando una bolsa de aire. Viktor la observo. Su mirada viajo por un mechon del largo y castano cabello de Julia, que le caia por encima del hombro. Siguio su camino por el brazo, hasta la mano. Llevaba las unas pintadas de color cereza y el anillo que le regalo Marcus. Sabia perfectamente que el jamas podria pagar un anillo asi y apreto su mandibula al recordar el momento en que Julia se lo conto. Viktor la habia ido a buscar para llevarla a su clase de baile. Abrio la puerta para que Julia entrara en el coche, pero ella no se movio. Se quedo alli de pie, dando saltos de alegria, con una de esas sonrisas imposibles de borrar. --!Mira! --Levanto la mano izquierda, donde lucia un brillantisimo anillo de compromiso en el dedo anular--. !Me caso! --?En serio? --pregunto el con una sonrisa forzada, aunque perfectamente disimulada. --!Siiiiii! !Todavia no me lo creo! No me lo esperaba para nada. --!Enhorabuena! --La abrazo cordialmente, llenando sus fosas nasales del dulce perfume que ella usaba, Classique, de Jean Paul Gaultier. La abrazo por educacion, pero la verdad era que asi le parecia mas facil disimular su desilusion

  • La jaula invisible de Alina Covalschi

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    Un secreto inconfesable, vidas en juego, un oscuro chantaje.

  • Asiento 7A de Sebastian Fitzek

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    Del autor de Terapia y El pasajero 23, llega un nuevo psicothriller a mas de 40.000 pies de altura.

  • La Ley Antigua de Alexander Rhode

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    La vida de Guillermo, un nino de diez anos, cambia por completo cuando presencia como una vecina suya de toda la vida se quita la vida en un lugar publico.
    Todo se agrava cuando, apenas unos dias despues, muere otra persona en circunstancias similares.

  • Operacion Barbarroja de Christian Hartmann

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    A primera hora de la manana del 22 de junio de 1941, las tropas alemanas invadieron la Union Sovietica. Acababa de comenzar la <> y durante los cuatro anos siguientes, el pais se sumergiria en una epoca de violencia. Christian Hartmann, uno de los mas reputados y aclamados historiadores militares alemanes, describe el curso de la guerra de conquista y aniquilacion en el este sobre la base de las mas recientes investigaciones, lo incorpora al relato dramatico del conflicto y describe sus efectos, que aun pueden apreciarse hoy en dia. De este modo, presenta una sintesis, magistral, critica y profunda, largamente esperada, que sintetiza las investigaciones mas recientes llevadas a cabo en los ultimos anos sobre el teatro de operaciones mas decisivo de la Segunda Guerra Mundial.

  • La maldicion de los Montpensier de Francisco Robles

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    La enigmatica muerte del escultor Antonio Susillo es el ultimo eslabon de la cadena de maldiciones que sufrio la infanta Maria Luisa Fernanda de Borbon -hermana de Isabel II- desde que se establecio con su familia en el palacio de San Telmo de Sevilla, convertido en verdadera Corte Chica del reino de Espana durante una generacion.
    Su mirada femenina nos adentra en un siglo agitado y tumultuoso, plagado de revueltas, pronunciamientos y conspiraciones a los que algunos casos no fue ajeno su propio esposo, el duque de Montpensier, eterno aspirante al trono. Estas memorias apocrifas desvelan la clave de aquellos acontecimientos sucedidos en el siglo XIX y que sin embargo -como si de otra maldicion se tratara- han marcado la historia de Espana hasta nuestros dias.

  • Viernes 23 de julio de Alfonso Sierra Garrido

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    Nos creiamos dioses; seres capaces de lograr cualquier cosa gracias a los avances tecnologicos conseguidos desde la Revolucion Industrial. Sin embargo, una manana de verano, un fenomeno desconocido y poderoso devolvio a la humanidad a su olvidada lucha por la supervivencia.
    El viernes 23 de julio de 2027 la luz se apago, tambien dejaron de funcionar los aparatos electronicos. El caos se extendio por la ciudad atentando contra las normas de convivencia que regian nuestra sociedad organizada y moderna.
    El escrito de Andres Caviedes quedo como cronica de los acontecimientos que transformaron este mundo en un lugar hostil y despiadado con los mas debiles. Un viaje lleno de traiciones, miserias e injusticias en el que compartiremos, a traves de la joven mirada de su protagonista, una apasionante aventura por sobrevivir.

  • Peligros y verdades (Perfectos mentirosos 2) de Alex Mirez

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    ?En donde nos habiamos quedado? Ah, si, en esa noche de la feria en honor a los fundadores, despues de que mi plan contra Aegan fracasara y dejara su alma en un bano publico por culpa de una diarrea, y Adrik se fuera con Artie a nuestro apartamento. Ahi, en un banco, yo. Junto a mi, Regan Cash. Y la pregunta: <>. Bueno, es momento de contartelo. Es momento de contartelo todo: no me llamo Jude Derry, y definitivamente no habia ido a Tagus solo a estudiar. Habia ido porque solo queria una cosa: venganza. Lo se, lo se, debes de estar hecho un lio. Estaras pensando: <>. Tambien se que se supone que debes confiar en mi. !Todos confian en las protagonistas! Las protas nunca mienten y nunca son malas. Jamas cambian la historia, de ninguna forma alteran los hechos y mucho menos omiten secretos, y si yo hice eso… Entonces supongo que esta siempre fue la historia de una villana. Para que entiendas este lio y el porque de mis mentiras, hay que volver seis anos atras. Debemos irnos muy pero que muy lejos de Tagus, a Miami, la ciudad a la que llegan la mayoria de los inmigrantes. Tenemos que detenernos en un dia en el que un muchacho de dieciocho anos llamado Henrik Damalet recibio una llamada para decirle que habia sido contratado como jardinero en la casa de una familia muy importante. Ese chico, Henrik, era mi hermano. Tras colgar el telefono, le quedo estampada en la cara una sonrisa enorme. Todo acababa de cambiar para el y nuestra familia gracias a ese empleo. Por esa razon, mama lloro, emocionada. Era una mujer muy delgada con la piel palida, los ojos cansados, el cabello opaco, las unas rotas y la existencia exhausta y adolorida. Llevaba cinco anos enferma de algo incurable y nosotros no teniamos mucho dinero para pagar los medicamentos en un pais en el que no tener un seguro medico significaba exclusion. Pero con el nuevo trabajo de Henrik en la casa de esa familia importante, todo seria diferente. Eso lo sabia muy bien la chica de trece anos sentada en la mesa, es decir, yo. Me alegraba la idea, la posibilidad de un futuro mejor, pero me entristecia que mi hermano se fuera tan lejos, aunque tambien sabia que en su nuevo trabajo le pagarian bastante solo por ser jardinero y cuidar el enorme jardin de una mansion; ademas, tendria la posibilidad de seguir estudiando por la noche en un sitio mejor. Y eso era bueno para nosotros. --?Cuando vendras a visitarnos? --le habia preguntado yo con el corazon encogido. --Pedire vacaciones y seguro que podre venir los dias de fiesta --me respondio, animado--. Pero llamare todos los dias al mediodia y por la noche, y te enviare un movil para que podamos enviarnos mensajes. Lo tengo todo planeado. --?Y como se llama el tipo para el que vas a trabajar? --pregunte. --Adrien Cash --contesto Henrik con mucho orgullo. Se fue al dia siguiente, y cuando volvio de nuevo a casa, lo hizo dentro de un ataud. Si, Henrik murio en la mansion de los Cash. Le practicaron una autopsia pero su muerte fue calificada como accidente: estaba limpiando las tejas, se cayo y fallecio al instante. Ahi debio de haber acabado esa historia: luto, dolor y olvido. Pero no, yo nunca olvide. Yo nunca crei que su muerte hubiera sido un accidente. Y no lo crei porque, antes de morir, Henrik me dio pistas de que algo asi podia sucederle, solo que no las supe interpretar hasta muy tarde. Rebobinemos. Como el prometio el dia antes de irse, a los dos meses me envio un movil para que hablaramos constantemente por mensajes. Todos los dias me lo contaba todo: lo que hacia, lo que no, lo que comia, lo que ahorraba y lo que veia al salir a algun lado. No omitio ningun detalle. Me conto desde como era la mansion hasta como eran las personas que vivian en ella. Adrien Cash era tan rico por herencia familiar e inversiones que meaba en un retrete de oro y se limpiaba el culo con billetes de dolar. Bueno, no; pero nos gustaba hacer ese chiste. Era senador y no tenia esposa porque ella habia muerto en un accidente. El enorme jardin que Henrik cuidaba habia sido el sitio mas querido de su mujer; por esa razon querian mantenerlo y lo trataban como si fuese una especie de altar en su memoria. Ese hombre, Adrien, tenia cuatro hijos: tres de la mujer fallecida y uno fuera del matrimonio, todos varones. Eran chicos malcriados y consentidos, que hacian y deshacian a su antojo. Solo uno de ellos le dirigia la palabra a mi hermano, y unicamente lo hacia porque disfrutaba dificultandole las cosas y molestandolo, porque molestar era lo que mas le motivaba en la vida. Se llamaba Aegan. Aegan hacia cualquier cosa para hacerle la vida imposible a Henrik. Al principio, no resulto muy ingenioso: danaba los arbustos para que culparan a mi hermano de haberlos podado mal; pisaba las flores; echaba basura en lugares limpios y se burlaba de el llamandole <> o <>, entre otros apodos denigrantes. Henrik siempre me decia que tenia la suficiente paciencia para soportarlo, que asi era el mundo, que Aegan solo era demasiado joven y con una vida demasiado facil para entender la magnitud de lo que hacia y decia. Pero yo no lo veia del mismo modo, y comence a odiarlo. Todavia sin conocerlo, detestaba lo que mi hermano me contaba de ese chico cruel. Me sentia impotente la mayoria del tiempo, pero Henrik intentaba tranquilizarme asegurandome que en algun momento se cansaria. Aegan no se canso. Peor aun, aumento el nivel y la gravedad de sus jugarretas. Henrik me llamo una noche a reventar de furia porque Adrien le habia ordenado mantener bien limpia la piscina para un evento especial que tendria lugar esa misma noche. Para asegurarse de ello, se levanto muy temprano y estuvo todo el dia trabajando para dejar el area de la piscina impecable. A las seis de la tarde, se fue a su casa a descansar. A las seis treinta, cuando Adrien llego, la piscina estaba llena de hojas, ramas y tierra, y tenia una tonalidad verdosa semejante al moho. Casi despiden a Henrik. Al final no lo hicieron porque, de alguna manera que no quiso contarme, se descubrio que el responsable de aquel desastre habia sido Aegan, que habia ensuciado la piscina a proposito. El hecho de que no hubieran despedido a Henrik enfurecio a Aegan a unos niveles inimaginables, por lo que desde entonces se dedico a meter a mi hermano en mas problemas constantemente. Cuando Henrik me contaba las humillaciones que los hijos de Adrien Cash le hacian pasar, me llenaba de una rabia apoteosica. Y me enfurecia mucho mas que Henrik dijera que debia aguantarlo porque el dinero que ganaba nos ayudaba de una forma dificil de conseguir con cualquier otro trabajo. Y en verdad nos habia ayudado. Habiamos alquilado una casita en un sitio mejor y logramos empezar a pagar el tratamiento de mama, e incluso se hicieron planes para que yo asistiera a una escuela privada. Pero yo no queria ir a ninguna estupida escuela privada. Lo que yo queria era ir a visitar a Henrik, ver con mis propios ojos a ese tal Aegan, plantarme frente a el y darle un punetazo en la cara para que dejara de ser tan imbecil. Pise la casa Cash un mes antes de que Henrik muriera. Fui sola con un billete de autobus que pague yo misma. Era sabado y mi hermano no se esperaba mi visita. Cuando llegue, me quede parada frente a la enorme verja blanca que marcaba el inicio de los terrenos. Desde alli se veia la gigantesca estructura, erguida con arrogancia bajo un moderno diseno arquitectonico. Debia de tener mas de tres plantas y muchisimas habitaciones, y estaba pintada de blanco con un tejado azul. Era hermosa, pero senti cierto rechazo hacia ella. Ya adentro, resulto que Adrien se habia ido de viaje y se habia llevado a Aegan con el. Aleixandre, Adrik y Regan no estaban, asi que no tuve la oportunidad de enfrentarme a ellos. Henrik me mostro la pequena casita donde vivia, que estaba dentro del terreno de la mansion, pero no muy cerca del edificio principal para que no olvidara que era un simple empleado. Recuerdo que mi primer pensamiento fue: <>, pero a pesar de todo la casita era compacta, simple, muy bonita e incluso acogedora.

  • Bajo el cielo de Madrid y el mundo de Aitana de Jenny Del

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    Jorge y Aitana parecian vivir un sueno cuando, en su mejor momento profesional, el destino cruzo sus caminos. Un amor a primera vista, que les convirtio en inseparables y por el que ambos no dudaron ni un solo segundo en apostar.
    Presos de un deseo sexual irrefrenable, su felicidad era completa en el momento que, coincidiendo con un viaje de Aitana, Jorge fue inesperadamente detenido por la policia. Desesperado y, sin entender ni una palabra de lo sucedido, maldecia su suerte y se negaba a creer que otra vez le estuviera ocurriendo a el...
    Por su parte Aitana, a miles de kilometros de su amado e, ignorando el pasado de este, se sintio traicionada hasta el punto de pensar que la dicha experimentada juntos no habia sido mas que un cruel engano...
    ?Estaria en lo cierto o todo quedaria en una pesadilla? ?Podrian aquellos que sabian la verdad hacerla valer? ?Triunfaria el amor o sus existencias se verian abocadas a seguir sendas distintas?
    Una historia apasionante con un final conmovedor...

  • Romance Inmortal (Lazos Inmortales 2) de Olga Salar

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    Cuando Gabriel dejo ir a Oliver sabia que podia significar su fin, ahora iran a por el. Lo que no sabe es que, al hacerlo, ha despertado en Rachel la duda sobre su humanidad perdida, algo que podra utilizar para conseguir escapar de la que posiblemente seria su sentencia.

  • Un Ambiente Extrano de Patricia Cornwell

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    Kay Scarpetta viaja a Dublin para ofrecer unas conferencias en la Facultad de Medicina del Trinity College, pero el proposito real de la forense es investigar una serie de homicidios ocurridos en Irlanda diez anos atras. Estos presentan algunas similitudes con el caso del Carnicero, que ha infundido el panico en los habitantes de Virginia, y Scarpetta intenta establecer hasta que punto los asesinatos cometidos a ambos lados del Atlantico presentan caracteristicas comunes. A su vuelta a Estados Unidos todo se precipita: el torso de una mujer aparece en un vertedero de basura con los miembros amputados. El arma ha sido una sierra de carnicero, como en los casos irlandeses, pero la forma de amputar los miembros no responde al mismo patron...

  • La cuarta pregunta de Elmer Mendoza

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    Hay preguntas clave que nunca llegan a pronunciarse, otras que habria sido mejor omitir, algunas mas que no sabemos como responder y por supuesto hay respuestas que prefeririamos no escuchar.

  • Caballero Veinticuatro de Jesus Delgado

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    Ano 1649. La peste arrasa Sevilla en plena primavera. Cada manana, dos mil cadaveres cargados en carromatos cruzan sus calles camino de grandes fosas comunes situadas extramuros. Perdida toda esperanza, la salvacion se encomienda al Santo Cristo de San Agustin, la gran devocion de la Ciudad, organizando una procesion para rogar el fin de la epidemia. Sin embargo, unos dias antes, tres hombres embozados penetran en el Convento y roban la imagen. El Cabildo confia la recuperacion del Cristo a uno de los Caballeros Veinticuatro: don Fernando Nunez de Medina, que emprende la busqueda de la venerada imagen mientras contempla el ocaso de una Ciudad otrora rica y exuberante, y trata de desentranar una vieja historia familiar.

  • Tantos dias felices de Laurie Colwin

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    Guido y Vincent son amigos desde ninos, estudian en Cambridge (Massachusetts) y comparten suenos: Guido quiere escribir poesia y a Vincent le gustaria ganar el Premio Nobel de Fisica. Cuando Guido se encuentra con la extravagante Holly a la salida de un museo se enamora perdidamente de ella, pero presiente que no tendran una relacion facil. Vincent, mas abierto y alegre, conoce a Misty en el trabajo y, aunque ella es una misantropa terrible, estaria dispuesto a darlo todo por salir con ella.

  • El acuerdo (Terciopelo), Melanie Moreland de Melanie Moreland

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  • Cuentos De Bloomsbury de Ana Maria Navales

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    Desde el 22 Hyde Park Gate, donde nacio Virginia Woolf, paseando por Fitzroy Street y Gordon Square, he recorrido, una y otra vez, en mis ultimos veranos londinenses, el corazon del Bloomsbury, los lugares que conservan la huella literaria y artistica de quienes de este distrito de la ciudad del Tamesis recibieron su nombre. Su latido se extiende hacia la region de Sussex, y puede escucharse en la Little Talland House, de Firle, cercana a la Charleston Farmhouse; en la Asham House, que se divisa a traves de los arboles al pie de Itford Hill; en la Monk's House, de Rodmell; en la Berwick Church, casi enteramente pintada por Vanessa Bell y Duncan Grant; en Tilton... Mas que la curiosidad, la pasion me hizo llegar a otros rincones de Inglaterra, siguiendo la huella de Bloomsbury por granjas, mansiones y castillos, o simples casas a la orilla del mar o al pie de las colinas. De todo ello quedan tres grandes albumes de fotografias, el alma llena de paisajes y sensaciones, y material para algun libro mas que no se si escribire algun dia. Estos cuentos son una libre recreacion de algunos de los personajes que protagonizaron el grupo Bloomsbury. No siempre aparecen con sus nombres porque, a veces, el juego de la ficcion me parecio exigirlo. La utilizacion de la primera persona en algunos de los relatos es tambien, obviamente, un recurso literario. Este libro, bajo la sombra tutelar de Virginia Woolf, pretende ser un homenaje a lo que ellos representaron, un momento de plenitud creadora. EL RETRATO DE LADY WYNDHAM Ahora iba a llamarse Eleanor Wyndham y una nueva caricatura de su persona apareceria proximamente en una novela. Las cuartillas que Mark habia dejado sobre la mesa de su dormitorio la describian superficialmente, pero acentuando su extravagancia. Los sombreros altos como una chistera, los zapatos de punta encorvada y enormes hebillas, sus vestimentas de estilo oriental o griego, tunicas y clamides, vestidos copiados de las madonnas de Rafael, de los cuadros de Velazquez, del vestuario de algun recien estrenado ballet. Mark contaba que una vez la encontro en el vestibulo del Royal Theatre llevando un kaftan y un fez de piel negra, de caracolillo, que mas parecia una peluca rizada para tapar las canas que la hacian mas vieja de lo que era en realidad. Perlas y brocados acentuaban su aspecto de princesa renacentista o de gitana trotamundos, de una belleza rara y discutible, cubierta de joyas como la amante de un rico mercader. Su andar inimitable, igual que si bailara al compas de una musica interior que solo ella podia oir, esa arrogancia heredada de su estirpe, que habia crecido al mismo ritmo que su libertad, hacian mas enhiesta su figura, desgalichada a veces en el abandono de si misma. En el rostro destacaban los pomulos, la nariz judia, la boca con sonrisa levemente desdenosa, los ojos de un verde mar azulado, proyectando la mirada fria que era una inicial barrera entre los otros y el profundo calor de su cuerpo que emanaba de las pasiones ocultas. Mark no era al principio excesivamente acido con su personaje. Habia elegido para Eleanor Wyndham unos origenes que no se apartaban demasiado de los de su modelo, una lady que comia nueces servidas en bandejas de plata y semillas de alcaravea para combatir sus intensos dolores de cabeza. Una lady cuya infancia dorada habia quedado sumergida en los tuneles del viejo palacio donde crecio esperando su hora de libertad. De nina, para luchar contra el aburrimiento, habia cabalgado por Sherwood Forest en su poney blanco como un velo de novia, como un prado cubierto de nieve intacta. Ahora, se entretenia cuidando los crisantemos amarillos que crecian alrededor de su casa en Londres o los grandes jardines del manor, la mansion que el lord consorte habia adquirido para ella y sus juegos de gran senora en Oxfordshire. Mark era un buen escritor. Antes de descubrir aquellas cuartillas, de sentirse explotada, observada y analizada, absorbida hasta dejarla sin medula para transplantarla a aquella Eleanor Wyndham, que nombre tan absurdo, antes de aquella manana en que habia ido a buscarle a su dormitorio para charlar intimamente, o sea hacia unos minutos, ella habia alabado sus novelas frente a otros huespedes de su palacio, y no solo por ser amable, porque el hubiese elogiado sus bordados la tarde anterior, sino por sincera admiracion. En el folio numero tres, un habil uso del lenguaje convertia la ironia en burla despiadada. No sabria decir en que palabras precisamente se apoyaba el escarnio, pero ella sentia humillacion y rabia cuando aquella lady inexistente, esa tal Eleanor Wyndham, se convertia en una fanatica religiosa que explicaba la Biblia a los granjeros, ensenaba a leer y escribir a los gitanos que merodeaban por su hacienda o vivia pobremente solo por darse el placer de arrojar monedas al aire, como si fuesen caramelos, cuando los ninos la seguian por las calles del pueblo, solo por ver su capa negra de vampiro, sus botas rojas de cosaco, su sombrero de larga pluma, su uniforme de mosquetero que ha olvidado en la muralla de palacio el arma de fuego. El abierto deseo de ridiculizarla se mezclaba con unas gotas de ternura, de cierta poesia que, a veces, se esconde en un relato como los insectos con sus alas plegadas se ocultan entre los petalos de algunas flores. No se les ve, se les presiente, y uno apenas se atreve a olfatear aquel tulipan cerrado, aquella rosa a medio abrir de la que puede saltar un ser minusculo dispuesto a clavar su aguijon. Asi era la prosa de Mark, belleza y dolor dificilmente separables. Habia algun pasaje inocente, como el del asombro de la lady ante el zepelin. La dama no sabia si era privilegio o reconocido valor lo que unia a esos hombres que se elevaban hasta tocar el cielo con la mano, dentro de aquel enorme balon de rugby. Despues, Mark se ensanaba con una lady absurda y dominante, de escaso talento, incapaz de comprender a Tucidides, preocupada por transmitir, confundiendolo con su extravagancia, un cierto magnetismo personal, puro oropel. Mark la acusaba de rodearse de seres brillantes, de artistas de ingenio, para iluminar su vida que se arrastraba por las sombras. Una senora de alcurnia que coleccionaba cuadros y amantes, y se encerraba en su cuarto para leer a Balzac hasta el amanecer. La lady compraba los cuadros atendiendo mas a su precio y tamano que a la calidad del artista. Diez o quince libras de entonces, de los tiempos del zepelin, era su tope. En realidad se trataba de ayudar al pintor, de solucionarle un pago de facturas pendientes, la adquisicion de materiales de trabajo, comida quiza para un mes. Un modo de conjugar su generosidad con el orgullo del artista. Ademas, solia enviarle, junto al cheque, entradas para el teatro, el ballet o un concierto de balalaika, para que el elegido tuviese muy claros los limites entre lo que es un regalo, un detalle de distincion, algo superfluo, sin sentido practico, y la compra de ese cuadro que se admira y desea para contemplarlo en los muros de la propia casa. Si no era asi, queria hacerselo creer. Para eliminar todo resquicio de duda, para dejar bien enterrada su generosidad, la lady cerraba la transaccion con una frase solemne: <>. No eran palabras suyas, pertenecian a uno de los libros que siempre leia de noche, cuando su lecho estaba vacio y, desde afuera, la lluvia y el viento traian canciones de otono y de hojas caidas. Aquella lady era una sentimental. De nina habia tenido, en un rincon de la abadia del palacio, lo que ella llamaba la habitacion de sus tesoros. Cuando los adultos salian de caceria --!ay!, los tristes venados que entraban en la cocina, quietos, rigidos, mirando fijamente con sus ojos tan cristalinos-- o jugaban a las cartas alrededor de la chimenea, o se sentaban en tapizadas sillas francesas a oir los gorgoritos de una dama que apoyaba un brazo junto al jarron del piano, mientras el otro hacia aletear su panuelo de encaje; cuando los hombres paseaban su aburrimiento entre el frufru de las enaguas almidonadas de las senoras, la lady, pequenita y llena de lazos, se encerraba en su habitacion de los tesoros. Alli, en una caja china, guardaba trocitos de seda y terciopelo, de un color amarillo palido, granate, o de ese plateado opaco que lucian las palomas en los alfeizares de las ventanas. Tenia tambien tarritos de crema vacios, con dibujos de abanicos en la tapa, y platos de porcelana donde guardaba los petalos secos de las rosas, los claveles y los lirios del valle que alguna vez habian adornado sus vestidos. Alli era como una princesa triste, que tendra la princesa, que se entretenia en inventar una caligrafia, ahogada de espirales y palos ganchudos, con la que llenaba su diario en el que escribia su vida con afiladas plumas arrancadas a los pavos reales que merodeaban entre las estatuas del jardin. Era una caligrafia hermosa e indescifrable. Ahora lady Wyndham tenia otros secretos y se dedicaba a otros juegos. A su habitacion de los tesoros le habia sucedido su gabinete privado, adonde Mark habria tenido que ir la tarde anterior a someterse a uno de esos interrogatorios ridiculos y embarazosos con los que lady Wyndham cercaba a sus invitados, sobre todo a aquellos en los que detectaba un poder imaginativo superior, un intenso amor a la vida o una inteligencia especial. Pero tambien, unos ojos en los que ella creia adivinar extranos misterios, o una sonrisa cautivadora, podrian imponerse a otras mas profundas apreciaciones. Los que iban a ser llamados habian aceptado previamente el regalo de sus flores, tulipanes rojos, a veces un opalo, una alfombra tejida por sus manos, o libros de Gibbon y Ruskin en los que la mayoria de sus huespedes leian el mensaje no escrito de que su dignidad iba a ser sometida a prueba, quien sabe si tambien sus dotes de amante. Mark no habia acudido a la cita y esa era la razon por la que lady Equis, atado el pelo con un foulard de colores como una zingara, irrumpio aquella manana en su dormitorio y descorrio con furia, para dejar entrar la luz, las rojas cortinas que contrastaban con el gris brillante de las paredes. El balcon se abria al jardin que terminaba en los linderos del bosque, el dia era templado y el sol apenas acariciaba aun las estatuas que rodeaban el lago. El dormitorio estaba vacio. Fue entonces cuando ella advirtio las cuartillas que Mark habia dejado sobre el escritorio, sin duda deliberadamente, aquel retrato de Eleanor Wyndham, que era como una larga carta dirigida a ella, que era tambien su propio retrato. Cuando lady Wyndham salia de viaje llevaba siempre amplias capas repletas de grandes bolsillos interiores en cada uno de los cuales reposaba un libro de su ajetreo previo, de ese ir y venir de las hojas hacia delante y hacia atras buscando la frase feliz, el dialogo chispeante, la escena audaz, para darle o no su beneplacito, el favor de su compania, de su interes siempre impaciente del final. Lady Wyndham leia primero a saltos y luego despaciosamente, si el libro habia sabido enamorarla. Asi habia iniciado tambien lady Equis la lectura de las paginas de Mark y ahora estaba, sus perros pequineses buscandola por la casa la habian hallado en el dormitorio gris, acariciando en su regazo a uno de aquellos animales y sujetando la ira mientras leia una caricatura de si misma, la de una diosa serpiente, y era como mirarse al espejo y ver a una imbecil que sin mayores luces pugnaba por entrar con su lampara apagada en las galerias ocultas de los hombres hermosos para despertar sus suenos. Lord Equis no quedaba mejor parado en ese relato sobre lady Wyndham. Aparecia como un marido paciente, algunas veces sospechoso, que borraba sus dudas sobre la fidelidad de su lady caprichosa dedicandose a la politica, jugando al bridge y coleccionando porcelana china de color azulblanco. Mas de una vez, Mark habia esperado en el jardin, junto a otros huespedes, el retorno de uno de aquellos elegidos por lady Wyndham para un intimo coloquio en su gabinete. En el gesto de los heroes de la aventura habia advertido un cierto malestar, indiferencia en algun caso, pero todos coincidian despues en afirmar que el unico lenguaje empleado, en ese primer encuentro con la sacerdotisa del amor, habia sido la palabra. Ella, mirando directamente a los ojos del interpelado, solia interesarse primero por su obra artistica. Sus preguntas eran convencionales, si escribia mucha poesia en aquel retiro campestre que le habia ofrecido, si su pintura progresaba, que tecnicas utilizaba, cuales eran los colores predominantes en sus cuadros. Despues hablaba un poco de ella misma, de los poneys de Shetland que adoraba de nina, de los carruajes, de las calesas antiguas que habia en su casa solariega, de sus viajes a Marienbad, un balneario que le atrajo por la fascinacion del nombre mas que por la fe de que con sus aguas o la tranquilidad del recinto podian mejorar sus dolores de cabeza. No ponia demasiado el acento en la salud, ese era un tema que siempre aburre a los que estan sanos, pero aludia al radio que tomaba en la leche o el te, y al borgona, como dos recursos para aliviar el dolor que le parecian, si no infalibles, de una refinada originalidad. Lady Equis, lady Wyndham, se movia en un mundo de sensaciones y estaba habituada a preparar el camino para que la pasion pudiera entrar en su casa de un modo natural, agradable, sin esfuerzo ni violencia. Con gesto elegante servia a su huesped una copa de sidra, no habia que desperdiciar el champan frances sin estar segura de que la nave llegaria a buen puerto, y fingia acompanar al invitado en aquel rito apenas burbujeante acercando sus labios al fino cristal de la copa. En seguida la abandonaba junto al Kempis que aparecia abierto en la mesa, como al descuido, como consuelo preparado de antemano por si el elegido, siempre artista o intelectual, no comprendia que ella, en el fondo, no buscaba la vulgaridad del sexo sino compartir la experiencia creativa, la inteligencia, de aquel genio que ya se habia bebido la copa de un solo trago. La lady queria comprobar, y aun no lo habia conseguido, si es posible inventar el amor sin agotarse en el intento. Envuelta en terciopelo y entre cojines de seda, lady Equis hablaba de Italia, o de cualquier otro pais luminoso y lejano, donde el sol sale mas pronto en el horizonte y permanece mas tiempo colgado del cielo, y ofreciendo un cigarrillo de una caja pintada con el ave fenix en todos sus costados, decia, alzando las negras sombras de sus ojos, que la pasion tenia lugares de privilegio en el mundo. El juego era muy similar con unos y con otros. Lady Wyndham, que guardaba sus cartas de amor con cintas de raso, que alguna vez se habia enrabiado al saber que sus amantes escribian despues a otras mujeres las mismas frases que solo ella habria debido inspirar, repetia la misma escena con todo aquel que era llamado a su gabinete. Para ella el galanteo tenia sus reglas; otra cosa era el amor. La sonrisa de lady Wyndham llenaba los silencios del hombre, sometido a un embarazoso tete a tete con la gran senora que no soportaba que le hablasen de la lluvia, de los desastres del jardinero, de los libros de cuentas o del menu que la cocinera debia preparar para la cena. Lady Wyndham queria hablar de poesia, de pintura, de la filosofia de Spinoza; lo fascinante era ese interes en la vida de los otros, en sus pasiones, en sus enamoramientos, en todo aquello del mas alto nivel espiritual que impulsaba el genio creador al que ella no tenia acceso. Entre ella y el mundo habia echado un telon de seguridad formado por cientos de plumas de pavos reales, el sol iluminando la magia de aquellos colores y el amor extendiendo su maquillaje brillante en el rostro de la vida. Lady Wyndham era una fanatica religiosa, una romantica excentrica, una mujer generosa y sincera, que no era comprendida en el deseo de lo trascendental y provocaba la burla de sus protegidos, los que acaso envidiaban su alcurnia, su posicion, cuanto les hubiera permitido a ellos, con su talento, gozar plenamente de la existencia. Alli estaba Mark, en el cesped, tendido en una tumbona, escuchando a un amigo, escritor de escandalo y de ingenio, que desearia hacer el amor con lady Equis, con toda su fuerza, removiendo hasta el fondo su instinto animal, porque siempre le habia obsesionado una relacion de ese tipo entre un hombre de origen vulgar, salido del corazon del pueblo, y una mujer de rango. Aunque en el dormitorio sonase una musica de pianola. Lady Wyndham ojeaba la presa en sus tertulias y saraos at home, pero, respetuosa con su hogar, o precavida, se mantenia firme ante cualquier asalto impetuoso del amante. Alli, no. Nada que pudiera atentar contra la dignidad del lord. Se podia flirtear, tener privados coloquios, insinuantes atenciones, algo que era habitual en la alta sociedad, toda la ceremonia iniciatica del cortejo que, inevitablemente, conduciria al lecho del amor; pero el escenario de las grandes pasiones debia estar fuera, lo mas lejos posible. La atmosfera de su casa no podia ser contaminada con el gas letal de la infidelidad. Asi, los encuentros de lady Wyndham con sus amantes se producian a la luz del dia y en los lugares mas concurridos para no atraer la atencion: un anden del metro, la sala de espera de una estacion de ferrocarril, Whitehead's House, o el kiosko de refrescos de algun parque de la ciudad. Ella, con los ojos pintados de un blanco grisaceo, los labios rojos, embutida en una de sus tunicas o cubierta con una llamativa capa bordada, iba radiante de maquillaje a la cita con la vida. Eleanor Wyndham era una sacerdotisa dispuesta a oficiar, al aire libre o en el primer altar improvisado, una ceremonia de amor, un exorcismo, para que la pasion saliese de las tinieblas, de aquel pozo en que estaba hundida gritando voces de auxilio, sin que nadie mas que ella se acercase a salvarla. Despues, entre burlas, mas de uno decia que lady Wyndham era una tea apagada, una hoguera de la que solo quedan cenizas. Otros, los que quiza de verdad la habian amado, no pensaban lo mismo de aquel fuego que les habia destruido, dejandolos en la nada, en la oscuridad de si mismos. Lady Equis siguio aun leyendo las cuartillas de Mark, que cada vez se iba ensanando mas con su personaje, pero no llego al final. Encendio un cigarrillo y, presintiendo su llegada, levanto el visillo de organza para mirar al jardin que el estaba cruzando para entrar en la casa. Dejo sobre el escritorio aquella caricatura de si misma, aquella ignominia, y ahueco los cojines de seda del sofa antes de adoptar una pose elegante, escondiendo sus manos, tan largas y huesudas, tan agigantadamente feas, entre los pliegues de su vestido. Cuando Mark entro, con su traje de caza, brillandole los ojos, el pelo tan negro y la boca tan sensual, carnosa y humeda, ni siquiera le dejo hablar. Con su tono mas dulce, con ademanes de exquisita educacion, lamento que el tuviera que marcharse, sabia que lo comprenderia, el lord estaba a punto de llegar con el primer ministro y la casa estaba tan llena; ese era, sin duda, el mejor dormitorio, habia que alojar alli al nuevo invitado. Dijo todo aquello como quien recita la letra de una cancion poetica y tierna. Mark, entre tanto, iba recogiendo sus libros. Lady Equis se retiro a su gabinete privado y se sumergio en la lectura del Kempis. Al ano siguiente, cuando se publico la novela de Mark y empezo a leerla avidamente, comprobo con sorpresa que el retrato de lady Wyndham habia sido sustituido por una carta de amor.

  • Mi nombre no es Aireen de Elizabeth Betancourt

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    Ella es una ayudante de peluqueria sin exito alguno en su vida personal y profesional. Toda la vida ha sido una simple sirvienta para otros y apenas llega a fin de mes. Su nombre nunca lo recuerdan porque pasa a ser invisible muchas veces, nunca llama la atencion y su mayor aspiracion en la vida es llegar a ganar de la loteria y acabar con sus penurias. Una noche al salir del trabajo, cansada y hambrienta, se queda alucinada al ver a la mujer mas rica del entorno sin vida en el cuerpo. !Aireen Kellog ha sido asesinada! Lo unico que se le ocurre a esta protagonista tan desdichada es robar la identidad de la muerta y adoptar su vida.
    Atticus Kellog es el presidente de la empresa de su abuelo. Pertenece a una familia adinerada y una de las pocas que han quedado en Inglaterra con titulo nobiliario. Encontrarse con su supuesta prima Aireen, hara que su vida gire a ciento noventa grados.

  • El envio de Sebastian Fitzek

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    Un nuevo magnifico thriller del autor de Terapia, El pasajero 23 y El proyecto Joshua.

  • Los Pecados de Olivier (Senor Brooks 1) de Andrea Adrich

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    Noah ha dejado su pueblo natal y su familia para perseguir su sueno: ser disenadora de moda. Con mucho trabajo y parte de los ahorros de sus padres abre una pequena tienda en Nueva York. Su sueno y todo su mundo se vienen abajo el dia que un desconocido entra en su tienda anunciando que es el nuevo propietario del local y que tiene que marcharse.
    Ese desconocido es Olivier Brooks, el chico malo de las finanzas. Un empresario despota, manipulador y adicto al control; dueno de un imperio que maneja con mano dura.
    Olivier siempre consigue lo que quiere. hasta que se encuentra con Noah. Ella no esta dispuesta a que le arrebate su sueno, y Olivier no esta dispuesto a que se salga con la suya: las cosas se hacen a su manera o no se hacen.
    ?Sera Noah lo suficientemente imprudente para caer en sus redes? ?Cedera Olivier, por una vez en su vida, el control?

  • El sueno de Silen de Cristina Rodriguez Trueba

    https://gigalibros.com/el-sueno-de-silen.html

  • Maraton de Brian Freeman

    https://gigalibros.com/maraton.html

    Una bomba estalla en pleno maraton en la ciudad de Duluth. El detective Jonahtan Stride se suma a la frenetica busqueda del autor. Alguien asegura haber visto a un joven musulman con una mochila, y pronto se desata la caza al hombre. Pero las cosas son mas complejas de lo que parecen…

  • Matices de la magia de Lorena A. Falcon

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    La magia que acumulas define la maga que eres.

    Johanna siempre supo que seria maga. Habia entrenado toda su vida, solo le restaba elegir el tipo de magia que practicaria. Su familia daba por descontado que eligiria la magia blanca, estaba en su sangre.

  • Palabras enredadas de Monica Garcia

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    Derek Foster es el dueno de una prestigiosa empresa relacionada con el mundo editorial. El es un hombre reservado y distante al que no se le conoce relacion con ninguna mujer. Apodado El Indomable entre sus empleados, las mujeres aspiran a seducirlo sin exito. ?Acaso no hay ninguna mujer capaz de reblandecer su corazon?
    Elliana Jones es una mujer que ha llegado a su puesto por meritos propios. Nadie le ha regalado nada en la vida. Todo lo ha conseguido a base de esfuerzo y sudor. Su sueno es publicar algun dia una de las tantas novelas que tiene guardadas en el cajon. Trabaja en la misma empresa que Derek al que no conoce mas que por un encuentro fortuito en el ascensor.
    Cuando recibe una misteriosa invitacion de Derek Foster su primera reaccion es rechazarla. Todo lo que gira en torno a el es demasiado inalcanzable para ella. No quiere ser una conquista mas para un hombre sin escrupulos. Ella es una mujer de principios que cree en el amor verdadero.
    ?Pero estara Derek dispuesto a rendirse ante el rechazo de la bella Elliana? ?Cuales son sus verdaderas intenciones? ?Que tiene ella de especial para el?

  • Mas rapida que la vida de Celia Santos

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    Hay vidas que contienen toda la emocion de una gran novela.

  • La reina del escoces de Penelope Sky

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    No se que me hizo cambiar de parecer, pero algo lo hizo; no quise poner a London en manos de Bones.

  • Circulos cerrados (Mistery Plus), Viveca Sten de Viveca Sten

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  • Corazon de invierno (Hermanas Weatherly 1) de Laura A. Lopez

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    "?La calida personalidad de una muchacha, podra superar los helados caminos a la restitucion de un corazon que hiberna?"

  • Un solo deseo de Minerva Hall

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    ?Y si un solo deseo de Navidad tuviera el poder de cambiar de rumbo la vida de dos personas reacias a seguir adelante?

  • Cuando los tontos mandan de Javier Marias

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    Este volumen reune los noventa y cinco articulos publicados por Javier Marias en el suplemento dominical El Pais Semanal entre el 8 de febrero de 2015 y el 29 de enero de 2017.

  • Hija unica de Mi-ae Seo

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    Se informo del incendio en el barrio de Eungam-dong a las 3.37 de la madrugada del 17 de junio. El aviso <> aparecio en la pantalla de la sala de control del cuartel general de la Direccion Nacional de Bomberos de Namsan y de inmediato se informo al cuerpo de bomberos del distrito Oeste, las comisarias de la zona y el equipo de investigacion sobre incendios de la Oficina Forense de la Policia Metropolitana de Seul. El investigador de incendios Lee Sang-uk, de la Direccion Nacional de Bomberos, estaba de guardia cuando llego la informacion, durmiendo en la sala de descanso del personal. Lo llamaron al movil y se levanto frotandose los ojos. Habia dormido apenas dos horas, porque habia tenido que quedarse hasta despues de la una de la madrugada redactando un informe. Los parpados se le caian, pero salio a tomar aire y el viento frio le espabilo. El aire fresco de la madrugada incluso se llevo los ultimos rastros del sueno. Sang-uk fue caminando al aparcamiento. Antes de subirse al coche, llamo a su companero, el sargento Yu Dong-sik. Su voz delataba que tambien lo habian cogido durmiendo. --Ya estoy despierto, ya. Al parecer, lo habian llamado antes desde la Policia de Seul. Aun sin verlo, visualice su reaccion. Estaria sentado en la cama sacudiendo la cabeza para impedir que su mente, que rehusaba despertar, se durmiera nuevamente. Tratando de espantar el sueno y escuchando con los ojos cerrados la voz al otro lado del telefono. Habia veces que el sargento Yu se movia como un nino, lo que contrastaba con su cuerpo fornido. Reprimiendo una risa que se le escapaba entre los labios, Sang-uk le aviso de que se dirigia al lugar del incendio. --No tardes. --Espera… --?Si? Cuando estaba por colgar, Yu le detuvo con prisa. Sanguk, pendiente de las palabras del otro, presto atencion. --?Donde dijiste que era el incendio? Seguramente sabia donde era. Sin embargo, pregunto de nuevo a Sang-uk, quiza porque la informacion se le habia pasado por estar medio dormido o para cerciorarse de que lo habia escuchado bien. --En Eungam-dong. Esta vez, en la calle Baeknyeonsa-gil, cerca de la interseccion del Colegio Chungam. Se oyo al sargento Yu suspirar. Un momento despues, un breve silencio. Estaria tratando de ordenar sus pensamientos. Pero a los pocos segundos se escucho un pequeno gemido y Yu murmuro. Probablemente estaria maldiciendo mientras se levantaba de la cama. Sang-uk se imaginaba como estaba, aunque no dijera nada, porque simpatizaba con el. --Si… A mi tampoco me hace gracia. --Esta bien. Me preparo y salgo enseguida. Nos vemos alli. Sang-uk colgo y se subio al coche. Introdujo la llave para arrancar y miro la hora. Ya eran mas de las cuatro de la madrugada. Suponia que no habria mucho trafico en las calles porque era de madrugada y penso que llegaria a su destino en unos veinte minutos, pasando por la puerta Sungnyemun y la zona de Muakjae. Saliendo del aparcamiento, intento enumerar los incendios que habia habido recientemente en el barrio de Eungam-dong. Desde el inicio de la primavera, la cifra ya ascendia a seis. A estas alturas, en Eungam-dong, un simple comentario sobre alguien con una cerilla ponia los pelos de punta a cualquiera. El primer caso tuvo lugar no muy lejos de unas obras de construccion, en el distrito Siete de Eungam-dong, cerca del Hospital Municipal de Eunpyeong. Habia mucho desorden en la zona por estar en marcha la edificacion de un megacomplejo residencial en las faldas del monte Baeknyeonsan, pues los materiales de construccion se amontonaban por doquier, asi como los camiones utilizados en esas obras. El incendio se produjo en un terreno baldio en la calle Baeknyeonsa-gil, frente a las obras, y lo extinguieron sin que muriera nadie. Aunque se quemaron planchas de madera y otros materiales de construccion, el dano material no fue grande y pudieron reprimir el fuego porque un obrero dio el aviso a tiempo. El cuerpo de bomberos a cargo tampoco encontro indicios sospechosos sobre las causas del incendio, de ahi que concluyera que habia sido accidental, quiza causado por un cigarrillo sin apagar que alguien habia arrojado. Sin embargo, como lo siguieron otros incendios en el mismo barrio de Eungam-dong, empezaron a investigar de nuevo ese primer caso que dieron por accidental. Hasta se planteo una nueva hipotesis: alguien pudo haberlo provocado deliberadamente, aprovechando que por la noche, cuando se interrumpian las obras, casi no pasaba gente ni coches por la zona. El incendio intencionado que mas danos ocasiono fue el tercero. Fue entonces cuando se incorporaron al equipo de investigacion el agente Lee Sang-uk, de la Direccion Nacional de Bomberos, y el sargento Yu Dong-sik, de la Oficina Forense de la Policia Metropolitana de Seul. Ese incendio, al otro lado de la calle Baeknyeonsa-gil, cerca de la iglesia que hay detras de la escuela de primaria de Eungam-dong, dejo perdidas serias, pues afecto a un edificio de viviendas al propagarse el fuego por culpa de las tormentas de arena que soplan cada ano en esas fechas. Asi que se quemaron tres apartamentos y fallecieron tres personas que estaban durmiendo, integrantes de la misma familia. Aunque ocurrio alrededor de las tres de la manana, al tener lugar en un area residencial, aparecio un testigo. Este declaro haber visto a una persona con una conducta sospechosa en las proximidades del lugar del incendio mientras regresaba a casa tras hacer horas extra en el trabajo. Atestiguo que, despues de que esa persona desapareciera por la calle principal, el fuego se extendio. Sin embargo, debido a que estaba oscuro, no pudo ver como era ni la ropa que llevaba. Junto con Yu, buscaron y rebuscaron entre las cenizas en el punto donde, segun el testigo, habia comenzado el fuego, para dilucidar las causas del incendio. No obstante, la investigacion se estanco, pues no coincidian las declaraciones del testigo ni el estado fisico del lugar. Los vecinos alegaron que los incendios reiterados podrian tener alguna conexion con el conflicto que existia desde hacia tiempo entre los residentes de la zona y la constructora por un proyecto de reurbanizacion. Le sono el movil a Sang-uk cuando el coche entraba en la calle Moraenae-gil desde la interseccion de Hongje tras atravesar Muakjae. --?Donde estas? --Yu hablaba en tono bajo y serio--. ?Ya has llegado? --No. Estoy en camino. --?No quedamos en vernos alli? --Es ya el sexto, ?no, Sang-uk? --Si. El silencio se prolongo. --?Tienes algo que decirme? --le pregunto Sang-uk en voz alta para asegurarse de que aun seguia al telefono. --Es que… He tenido una pesadilla… --?Un sueno? Sang-uk parecia estar inquieto por la pesadilla que habia tenido y encima va y le dicen que ha habido otro incendio, probablemente intencionado. Ese repentino momento de debilidad del sargento Yu lo perturbo. Nunca actuaba asi. Quiza su conducta se debia al estres por los incendios en serie. Sang-uk y el sargento Yu investigaban juntos los mismos siniestros; no obstante, sus perspectivas diferian. El trabajo de Sang-uk era analizar los restos de los incendios y el estado de los lugares afectados, asi como las declaraciones tanto de los testigos como de las victimas, para llegar a la causa. Mientras tanto, el sargento Yu se encargaba de inspeccionar los lugares de los mismos en caso de existir indicios de dolo o intencion deliberada con base en los hallazgos obtenidos en la investigacion preliminar, con la colaboracion de investigadores como Sang-uk. Luego su objetivo era encontrar rastros de los autores de los incendios y resolver los casos desde el punto de vista criminal. En otras palabras, el trabajo de Sang-uk terminaba en el lugar de los siniestros. En cambio, para Yu ese era el punto de partida. Si se trataba, en efecto, de un incendio intencionado, uno que involucraba un crimen, su trabajo no acabaria hasta encontrar al autor. Colaboraban intercambiando sus opiniones sobre los incendios; pero, inevitablemente, quien padecia mas estres era el sargento Yu. Para colmo, se habian producido varios en serie en un mismo barrio en un lapso de apenas unos meses. Era de esperar que se sintiera angustiado. En situaciones ordinarias, no acudiria al lugar del siniestro con tanta prontitud ante una denuncia. Pero, con el aumento de los incendios en Eungam-dong, a Sang-uk y al sargento Yu los requerian inmediatamente cada vez que surgia un nuevo caso. Sang-uk no sabia como responder. Solo ansiaba que el de ese dia fuera el ultimo. Que cogieran al autor y que no hubiera mas incendios. --?No crees en los suenos? --Si. Mi madre tuvo uno muy revelador durante mi nacimiento, y gracias a ese sueno me converti en bombero. ?No te lo he contado? Sang-uk aludia al sueno de su madre en un tono jocoso, que no solia usar, con la intencion de relajar a Yu, aunque fuera un poco. Pero el sargento, que habia escuchado aquella historia mil veces, colgo antes de que Sang-uk terminara. Sang-uk bajo el movil con una sonrisa y acelero el coche. Aunque faltaban varios metros hasta la interseccion del instituto Chungam, el caos ya avisaba de que habia habido un incendio en la zona. La gente, pese a la hora, estaba en la calle para ver que ocurria y los conductores desaceleraban con el mismo proposito y obstaculizaban el paso. Sang-uk pudo entrar por la calle que daba acceso al templo Baeknyeonsa despues de pitar varias veces, incluso con la luz de emergencia sobre el coche. Esquivando a la gente, logro estacionar en una esquina y se acerco al lugar del siniestro, donde se percibia el ambiente inquieto tipico de estas situaciones.

  • La tentacion del perdon de Donna Leon

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    Mientras se enfrenta a un problema de posibles filtraciones dentro de la Questura, Brunetti recibe por sorpresa a una amiga de Paola, su mujer, muy preocupada por la extrana actitud de su hijo adolescente. Cuando a medianoche el marido de la amiga aparece inconsciente y con graves danos cerebrales a los pies de un puente de Venecia, Brunetti empieza a pensar que el caso tiene que ver con el comportamiento de su hijo. Pero el camino hacia la verdad, como sabe por experiencia Brunetti, no suele ser una linea recta: un registro minucioso del despacho de Gasparini revela una cantidad inusual de cupones de descuento propiedad de una tia anciana, lo que termina revelando una estafa dirigida al sistema sanitario veneciano.
    En la nueva entrega de Brunetti, el famoso comisario investigara sobre una mujer dividida entre el deber a su familia, el deber a la sociedad, las consecuencias imprevistas de las malas decisiones y la tentacion de perdonar un crimen que nace del corazon.

  • Tony Vance (Amores Peligrosos 1) de Natalia Divan

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    Marina descubre a su novio siendole infiel con otra mujer y, para ahogar las penas, decide ir, con su mejor amiga, a la discoteca de moda de la ciudad. Alli conocera al misterioso Tony Vance, dueno del club, con quien surgira una quimica increible desde el primer momento. Pero el no es un hombre normal y corriente: sus ilicitos negocios pondran en mas de una situacion peligrosa a Marina, que temera por su propia vida.

  • El infierno en tu piel de Camucha Escobar

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    Magia negra. Un pueblo sembrado de cadaveres de mujeres con el corazon arrancado. Un hombre al que todos senalan. Odios politicos que enfrentan a vecinos, amigos y hermanos. La enfermedad endemica del miedo. Y un amor que arde al borde de los convencionalismos.

  • La tercera chica de Adrian Dresner

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    Si te gusto “La chica del tren”, disfrutaras con LA TERCERA CHICA

  • Mi mayor deseo de Abigail C.m

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    Una familia marcada por la indiferencia y el desprecio. Una relacion destinada a la oscuridad.
    Las vidas de Susana y Jonathan estaban llenas de reproches y desplantes por parte de sus padres, lo que propicio que buscaran apoyo el uno en el otro y que un pequeno rayo de luz se colara de la forma mas inapropiada posible.
    Cuando maduraron y todo dejo de ser tan inocente, Jonathan se marcho a la capital, intentando distanciarse de esos sentimientos prohibidos.
    Ahora, cuatro anos despues, ambos se reencontraran.
    ?Podran las vidas de estos dos jovenes unirse a pesar de todo lo que tienen en contra? ?Lucharan por lo que sus corazones gritan o fingiran una normalidad que estan lejos de sentir?
    Cuando es puro y verdadero, ?donde estan los limites del amor?

  • Naska. El Guardian de Joaquin Perez Ruiz-adame

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    ?Como reaccionarias si descubrieras que en otra vida... hace muchos siglos... fuisteis un rey/reina, o un general, un politico, o un chaman/una bruja o un sabio/sabia o incluso un dios o una diosa? Por que no, ?quien dice que no es posible?
    Alex no ha tenido una vida facil, pero a pesar de todo se ha hecho rico, en tiempo y dinero. Domina una de las profesiones (actividades) mas complicadas que existen en el mundo, el trading intradia en los mercados financieros. Pero algo no va bien. Aun habiendo conseguido su sueno se sigue sintiendo un nino raro e inadaptado. Todo ese malestar le llevara a hacer un viaje, a su pasado mas remoto; la antigua Grecia.
    Una historia de amor. Que te hara reir y reflexionar sobre los mismos temas de siempre. Los que eternamente han existido en cualquier epoca de la humanidad.