• manzanas verdes libro - Aida del Pozo

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    Hay personas que no son para cualquier paladar y lenguas que no son para cualquier boca.
    Hay deseos en el corazon y secretos en el alma que solo confesarias a unas cuantas.
    Hay mentiras que pesan mucho y verdades que duelen demasiado.
    Hay fuego entre las piernas que no podria ser apagado por cualquiera.
    Todo tiene su momento…

  • manzanas verdes: Libros - Amazon.es

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  • Manzanas Verdes Versión Kindle - Libros - Amazon

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    Manzanas Verdes eBook : del Pozo, Aída, Arribas, María, Covers, Crenzo: Amazon.es: Libros.

  • CUATRO O TRES MANZANAS VERDES - Casa del Libro

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    Silvia, Begoña y los mellizos Gabriel y Miguel son los protagonistas de una aventura en la terraza de su casa, en una gran ciudad.

  • A MORDISCOS SE COMEN LAS MANZANAS VERDES

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    3 may 2021 — El libro A MORDISCOS SE COMEN LAS MANZANAS VERDES de VIRGINIA PLAZA en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • CUATRO O TRES MANZANAS VERDES. 5 (Libro en papel)

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    CUATRO O TRES MANZANAS VERDES. 5 7,79€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Silvia, Begoña y los mellizos Gabriel y Miguel son los protagonistas de una ...

  • 5. Cuatro o tres manzanas verdes (Libros Infantiles - El ...

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    5. Cuatro o tres manzanas verdes (Libros Infantiles - El Duende Verde) de Vázquez-Vigo, Carmen en Iberlibro.com - ISBN 10: 842072789X - ISBN 13: ...

  • ARBOL DE LAS MANZANAS VERDES, EL - Librería El Día

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    ARBOL DE LAS MANZANAS VERDES, EL. BALTAZAR, OMAR D. Editorial: EDICIONES ILCSA, S.A. DE C.V.; Materia: Libros juveniles; ISBN: 978-607-8360-65-9.

  • 5. Cuatro O Tres Manzanas Verdes - Agapea

    https://www.agapea.com/libros/5-Cuatro-o-tres-manzanas-verdes-9788420727899-i.htm

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  • Un puñado de manzanas verdes - Libros De Mario

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    Leer Libro Completo: Un puñado de manzanas verdes de José María Sanjuán | NOVELA ONLINE GRATIS.

  • 5. cuatro o tres manzanas verdes - Librería Serendipia.

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    CUATRO O TRES MANZANAS VERDES, VÁZQUEZ-VIGO, CARMEN, 8,19€. Silvia, Begoña y los mellizos Gabriel y ... LIBRO CARTÓN -5%. ¿QUÉ NECESITO CUANDO TENGO MIEDO?

  • Amor con H de Aida Del Pozo

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    <> deberia haberse escrito con H, porque el Hamor no es redondo ni perfecto>>.
    <>.
    Mi vida cambio por una carta. Mil ciento cincuenta palabras. Viaja conmigo donde quiera que vaya. La conservo en mi corazon me sirvio de guia para hallar la felicidad.
    Me llamo Cristina y soy psicologa. En este momento me preocupan dos de mis pacientes, Gloria y Alicia. Gloria no sabe lo que quiere y aun no ha descubierto que todos tenemos todas las respuestas en nuestro interior y que solo hay que desear encontrarlas. Espero ser sus mil ciento cincuenta palabras para que encuentre lo que esta buscando.
    En cuanto a Alicia, me preocupa que regresen sus fantasmas. Esta tan cerca de llegar a su meta y ahora.
    Tengo miedo de no poder ayudarlas, tengo miedo al fracaso.
    Si pudiera conseguir que encontraran al Alvaro que todos llevamos dentro.

  • La corona partida de Martin Maurel

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    Tras el exito de las novelas Isabel y Carlos, Rey Emperador, la serie se completa con La corona partida, situada cronologicamente entre ambas, que narra los hechos acontecidos tras la muerte de Isabel la Catolica y las luchas de poder entre Fernando de Aragon y Felipe el Hermoso.

  • The Cruelty: Voy a por ti, Scott Bergstrom de Scott Bergstrom

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  • Los 3 Arboles del Dinero de Raimon Samso

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    HAY MUCHAS CLASES DE RIQUEZA, ESTE LIBRO TE DESCUBRE LA VERDADERA

  • ?Tu me ves?: La maldicion de la casa Cavendish de Gemma Herrero Virto

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    Algo oscuro pasea desde hace decadas por los pasillos de la casa Cavendish. La gente que ha visitado la mansion habla de ruidos, golpes, voces susurradas, pasos que no proceden de ningun sitio… Algunos cuentan que vieron sombras o que les parecio vislumbrar una figura a lo lejos, alguien escondido que les observaba… Otros solo se atreven a comentar que sintieron un frio repentino, un aroma a flores muertas, una atmosfera opresiva que les impulso a huir para no regresar. Sea como sea, todos saben que alli acecha algo oscuro, tenebroso y maldito. Incluso los expertos en parapsicologia que la han estudiado desaconsejan la visita a la mansion y la consideran una de las casas mas embrujadas de todo Estados Unidos. Al, un joven esceptico que no cree en nada salvo en sus suenos y en su guitarra, se ve obligado a acudir a la mansion para acompanar a su familia, que ha sido contratada para terminar con los extranos acontecimientos que alli suceden. Ante el poder que exhiben los seres que la habitan, se veran obligados a pedirle ayuda a Eli, una joven bruja con el don de ver a los muertos y comunicarse con ellos, don que, hasta el momento, no le ha traido otra cosa mas que problemas. ?Seran capaces de unir sus fuerzas y terminar con la maldicion de la casa Cavendish? De la autora de los bestsellers La red de Caronte y Los crimenes del lago, finalista del Premio Literario Amazon 2017.

  • El cadaver que sostengo de Antonio Cremades

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    Estaba desnudo, tumbado boca arriba y cubierto por una sabana hasta el pecho. Apoyaba la cabeza sobre una mano, y con la otra me estaba peinando las cejas. En cuanto a mi picha, descansaba inerte sobre el muslo derecho, como un lagarto tomando el sol sobre una roca. Era la habitacion de una chica a la que habia conocido poco mas de una hora antes. Se llamaba Marisa. Habia sacado para mi un viejo colchon que guardaba debajo del suyo, supuse que para ocasiones como esta. El colchon estaba ahora en el suelo de la habitacion, a un metro de su cama. Ella se estaba lavando los dientes. Llevaba minutos en el bano y el grifo no dejaba de sonar. Me imagine que se estaba dando una ducha rapida, o quiza lavandose el papo en el bidet. Me parecio un gesto solidario, me habia comido cien chichis que olian a pis y a sudor tras toda una noche de copas. Yo habia salido a tomar canas con Hilario aquella tarde. Siempre que salia con el, ligaba. El, nunca. Y eso que era el el que entraba siempre a las tias, pero lo hacia de una manera arrogante y agresiva que indefectiblemente las ponia en guardia. Pese a esto, el jamas se planteo cambiar de tactica. Yo creo que le gustaba mas provocar que seducir. Lo peor de salir con el era que siempre se acercaba a las pavas por la calle, y a mi eso me ponia incomodisimo. Lo hacia freneticamente, sin parar. Si una pasaba de el, entraba a la que venia por alli, y luego a la siguiente. Yo no podia justificar de ninguna manera, ni ante las tias ni ante mi mismo, el hecho de que las hubieramos entrado: no podia haber otra razon que porque queriamos ligar con ellas, y eso les otorgaba un poder sobre nosotros, desnivelaba la situacion, no combatiamos en igualdad de condiciones. Era preferible que no estuvieran seguras de si uno estaba interesado en ellas o no, y eso solo era posible en situaciones aparentemente casuales: las dependientas, las camareras de las cafeterias, las companeras de clase. Tenia que haber un escenario que amparase mi relacion con ellas, algo que justificase que estuviera hablando con ellas. Que yo pudiera pasar tiempo con ellas por algo que teniamos en comun y que no implicase que la tia me molase. En realidad, ese dia solo habiamos estado bebiendo. No habiamos salido con intencion de mojar. Eran las seis de la manana. Volviamos andando por una calle del centro, hacia la parada del autobus, que ya empezaba a circular a esas horas. Estabamos hablando sobre las puertas que te abre el hablar idiomas, e Hilario decia que se habia quedado pasmado alguna vez que me habia escuchado hablar en frances. Yo no lo hablaba muy bien en realidad, pero estaba demasiado cansado como para discutir. De pronto, vio venir a dos tias en sentido contrario y se lanzo a por ellas. Me dijo que le siguiera la corriente, desoyendo mis suplicas para que nos volviesemos tranquilos a casa. Entonces empezo el circo para el. Le encantaban los enredos, las situaciones pintorescas. Les pregunto si les apetecia desayunar con el y con su amigo frances. A la mas bajita se le encendio la cara. Me pregunto en frances que si era frances, y le dije con una sonrisa timida que en realidad era belga. Entonces la conversacion se bifurco, y echamos los cuatro a andar hacia donde iban ellas, sin confirmar si se iba a desayunar o no. La bajita y yo ibamos delante hablando en frances, e Hilario iba detras con la otra. Yo me reia para mis adentros oyendolos. Hablaban mas alto que nosotros. Hilario estaba diciendo que me habia recogido esa tarde en el aeropuerto y que yo iba a pasar unos dias en su casa. Decia que le venia de perlas cada vez que yo lo visitaba porque yo tenia mucho dinero y no reparaba en gastos, asi que cada vez que yo me presentaba el se daba la vidorra a mis expensas. Le aseguro que podiamos pegarnos los cuatro un desayuno inolvidable, que total, iba a pagar yo. A la alta no parecia hacerle gracia. Mientras tanto, Marisa me iba explicando que ella habia estudiado tres anos de frances en la escuela de idiomas y que su sueno era vivir algun dia en Paris. Como ella tambien estaba oyendo lo que decian los de detras, me pregunto si yo confiaba en mi amigo, y que si hacia mucho que lo conocia. Yo le conteste con una sonrisa ingenua, como de turista japones, que si, que confiaba ciegamente en el, que la amistad para mi era lo mas importante. Entonces me dijo que tuviera cuidado, que habia algo en el que no le gustaba. Aunque Hilario no entendia ni jota de lo que ella me estaba diciendo, su discurso por detras no hacia sino reafirmarla: ya estaba en que los tres podian, si se lo sabian montar, vivir los proximos quince dias del bobo de su amigo. Para entonces acababamos de llegar a otra parada de autobus. La que iba con Hilario dijo que ella se iba, que no le apetecia desayunar. No se queria ni siquiera despedir de Hilario, que disfrutaba pidiendole un beso que todos los presentes sabiamos que no le daria. Le dijo a Marisa que se iba, que si la iba a acompanar o que. Estaba algo tensa. Marisa me miro con dulzura y me pregunto en frances que donde iba a dormir. Yo le dije que con mi amigo, claro. Entonces me dijo que ella tenia sitio en su casa y que no se quedaba tranquila si yo me iba con el. Yo le pregunte si estaba segura de que no molestaba, y ella me dijo que no, que lo preferia. Me despedi de Hilario y nos encaminamos despacio hacia su piso.

  • With me. Amelia de Jessica Cunsolo

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    Amelia Collins se muda a una nueva ciudad para escapar de un oscuro pasado y lo unico que quiere es pasar totalmente desapercibida y acabar el ultimo curso del instituto. Pero sus planes cambian drasticamente cuando el primer dia tropieza, literalmente, con el chico mas increible del instituto, el chico que encabeza la lista de las personas con las que no meterse… Aiden Park.
    Amelia debe encontrar la forma de sobrevivir y de no caer en los brazos del insoportablemente atractivo Aiden, ni de Mason, su mejor amigo; pero con nuevos amigos, arpias, viejas rivalidades, bromas pesadas y un pasado del que no consigue escapar, el ultimo ano de Amelia promete estar lleno de drama…

  • Contrapunto de Elizabeth Farinango

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    “Contrapunto” es una novela romantica que en su primera edicion te trae una historia donde los finales felices no son los que podrias imaginar. Adaptada al tiempo moderno, en varios escenarios de Estados Unidos, Inglaterra y otros paises del mundo, esta novela promete cautivar tu corazon de una forma pletorica e impredecible.

  • Contigo quiero estar (Junto A Ti 1) de Stefany Pacinelli

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    Stefania, al graduarse como Bachiller en Ciencias, toma la firme decision de estudiar en la ciudad capital de Venezuela: Caracas. Alli descubrira que ser independiente no es tan facil como ella imaginaba. Conocera el valor de la amistad, la traicion y, cuando menos lo espera, conocera el amor verdadero.

  • ?Te llamas Julieta? de Jossy Loes

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    ?Te llamas Julieta?
    Es una novela reeditada con nuevas escenas y corregida por un profesional en la materia para que vosotros, los lectores, podais disfrutar de ella.

  • Todo suyo, senorita Lopez de Mariel Ruggieri

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    La senorita Lopez siempre ha tenido dudas sobre su orientacion sexual, hasta que Daniel Oliver llega a su vida con una mochila llena de problemas y unos gustos sexuales algo peculiares que ella pronto aprendera a disfrutar.

  • Fue en un Cafe de Izzy Garza

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    Fue en un Cafe, relata el dia a dia de los estudiantes de uno de los mejores colegios de Mexico, especialmente el de dos grupos de alumnos; los jugadores del equipo de futbol y las porristas. Esta es una historia que refleja el esfuerzo, dedicacion, sacrificio y amor que estos deportistas le impregnan a su semestre escolar para alcanzar sus suenos. En el desarrollo del primer trimestre del ano entre algunos de estos chicos y chicas surge la admiracion, el carino, e incluso el amor, precisamente dentro de un hermoso y acogedor cafe ubicado a las afueras del colegio.

  • Lazos de amistad de Susan Mallery

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    Despues de cinco anos desempenando la labor de ama de casa, Gabby Schaefer estaba deseando volver al trabajo. Pero cuando sus planes se vinieron abajo por una impactante noticia y las demoledoras expectativas de su marido, Gabby tuvo que luchar por el derecho a tener una vida propia.

  • El chico que nunca llamo de Rosie Walsh

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  • Catalina, la fugitiva de San Benito de Chufo Llorens

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    Mediante las aventuras de su protagonista, inspiradas en el personaje historico de Catalina de Erauso, Chufo Llorens sumerge al lector en los usos y costumbres de la Espana del mil seiscientos, paseandolo por la corte, las mancebias, los conventos, el teatro, los duelos, el toreo… y los autos de fe de la Inquisicion, en una novela trepidante al mas puro estilo Dumas.

  • Ella piso la Luna. Ellas pisaron la Luna de Belen Gopegui

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    El libro mas personal de Belen Gopegui: un texto poderoso, leido en su dia como conferencia, que reivindica a todas las mujeres cuyos logros no han visto la luz.

  • Padre de la mafia (Vegas Clandestina 2) de Renee Rose

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    J CAP I TULO UNO enna LA MUSICA demasiado alta podria ser lo unico que me mantiene de pie en este momento. Reboto y giro en la pista de baile al ritmo de DJ Sunshine, la DJ mujer con mas onda de Ibiza. Es posible que tenga unos cuantos cosmos encima. La habitacion se inclina y gira de forma alarmante cada vez que me detengo. Creo que deberia agradecerle al mafioso Nico Tacone por pagar la cuenta de este estilo de vida fiestera, pero me pase toda la vida odiandolo, asi que ser agradecida seria todo un ajuste. De todas formas, me libero de nuestro contrato de matrimonio y me dio el dinero para escapar hasta que el resolviera las cosas con nuestras familias, asi que no tengo ninguna queja acerca de el. Me doy vuelta y me choco con una pared de exquisito traje italiano. El placer de la conocida esencia masculina me supera, y tiro los brazos alrededor del cuello del hombre antes de que mi cerebro registre lo que significa. Me han encontrado. Atrapada. -!Alex! -respiro. La mano derecha de mi padre. Su soldado, guardaespaldas, protegido; lo que sea que quieran llamarlo. No quise tirarme encima de el, pero el control de mi cuerpo no esta en su mejor momento. Ay, ?a quien engano? Quiero pegarme contra este hombre por completo. Ha sido el objeto de mis enamoramientos de colegiala desde que tenia quince. Fuerte, apuesto, poderoso, sensual. Italiano. Es todo lo que amo en un hombre. Y esta fuera de mi alcance. O en vez de eso, como princesa de la mafia con un contrato de matrimonio con otra familia, yo he estado fuera de su alcance. Lo que significo que sin importar cuanto coqueteara o intentara provocarlo, nunca mostro el menor interes por mi mas alla del ardor del deseo que juro estaba grabado en su mirada. Pero tal vez les echara a todas las chicas esas miradas sofocantes porque estoy bastante segura de que es un gran seductor. Sus brazos de hierro enroscan mi cintura, supuestamente para levantarme, porque no estoy haciendo un buen trabajo por mi misma, pero lo tomo como una invitacion y levanto las piernas para envolver su cintura. -Eso es, bambina. Nunca antes me llamo bebe y el placer que me causa se expande en mi interior mientras el tuerce mi antebrazo bajo mi trasero, se gira y camina rapido hacia la puerta. Para cuando mi cerebro entiende lo que esta sucediendo, ya salimos de la pista de baile y casi estamos fuera de la discoteca. -!Espera! Intento agacharme. Creo que cuando me colgue de el al saludarlo buscaba un baile sensual en la pista. Pero Alex solo piensa en los negocios, y si cree que me arrastrara de vuelta a Chicago para afrontar a mi padre, tendra que una pelea en sus manos. Pateo y me revuelco y de repente Yuri, el ruso gigante y tatuado que se sienta y mira a DJ Lucy todas las noches con cara de bobo, se para en frente de nosotros y bloquea a Alex. -Baja a la chica. Su acento es marcado como sus brazos musculosos. Es imposible no amar a Yuri. Estoy noventa y nueve por ciento segura de que tambien estuvo en la mafia. O bratva, como sea que llamen a la mafiya rusa. Sus tatuajes muestran sus antecedentes y cuando no esta mirando embobado a Lucy, su expresion promete la muerte a quien sea que se meta en su camino o que mire por mucho tiempo a su chica. El cuerpo ya inmovil de Alex se vuelve aun mas rigido. Me baja de a poco hasta los pies, supongo que para tener las manos libres para pelear. Empujo mi cuerpo entre ellos, pero sin mucho esfuerzo Alex me mueve hacia atras de el. -Esta bien, Yuri. -Mierda, estoy arrastrando las palabras un poco. Toco el brazo bien vestido de Alex-. Es mio. Quiero decir, esta conmigo. Estoy con el. Me puede llevar ahora. Yuri se suena los nudillos. -?Conoces a este tipo? No es seguro. Escucho a Alex grunir, en serio, a mi lado. -Es seguro para mi, -digo con rapidez-. No para otra gente. -Definitivamente no para ti. Tomo el brazo de Alex, ansiosa por salir de alli sin que corra sangre-. Dejanos pasar, Yuri. Los parpados de Yuri se entrecierran, pero despues de unos momentos, se hace a un lado. Alex no deja de mirar al tipo de forma amenazante hasta que estamos lejos, luego me vuelve a levantar y me lleva como a una nina pequena sobre su cadera. -Esto es divertido. -Me siento mas alto y pataleo como una nina feliz. Es una posicion ridicula, pero me encanta. -Te tiraria sobre mi maldito hombro, pero temo que me vomites los talones, -grune Alex. Me rio aninada y enredo los dedos en su cabello grueso y oscuro. En alguna parte de mi mente, ya se que manana me avergonzare por mi comportamiento, pero en este momento, es muy placentero estar tan cerca de Alex sin inhibiciones. Parece que me ha estudiado porque camina una cuadra hasta mi hotel y va directo hasta mi suite, donde espera a que busque a tientas dentro del pequeno bolso cruzado hasta encontrar mi llave. Sin querer se me cae y solo entonces me baja. Estoy borracha, asi que es probable que invente cosas, pero me gusta pensar que disfruto llevarme tanto como a mi me encanto montarme en su cintura. Por supuesto, me gustaria montar su cintura de otra forma por completo, pero es probable que eso no suceda. -Por favor dime que mi papa no esta aqui, -digo arrastrando las palabras mientras abre y empuja la puerta hacia mi suite de lujo en la que me he estado quedando. -No, solo yo. -Su voz es tensa. Se quita la chaqueta de traje con un tiron impaciente. -?Por que estas enojado? Levanta una ceja, lo que resulta extremadamente sensual en el. En serio tengo una debilidad por los peces gordos italianos y enojados. Victima por vivir en La Cosa Nostra, creo. Sus ojos se obsesionan conmigo, observan mi falda muy corta y mi pequena camiseta con tirantes. Bueno, estoy mostrando mucha mas piel que cuando estaba en casa, pero estoy en una isla espanola. -Estabas bailando en una discoteca, vestida asi. Borracha. !Te podria haber pasado cualquier cosa, piccolina! Niego con la cabeza, lo que hace que la habitacion gire. -Estaba a salvo, -digo arrastrando las palabras-. Viste como actuo Yuri. Me detiene el hecho de que Alex sujete mi antebrazo, me de vuelta, y empuje mi torso hacia abajo sobre la cama. Me rio aninada cuando su mano me golpea en el trasero, aunque en realidad sea insolente. -No vuelvas a decir ese maldito nombre. -?Que? Yuri. !Oh! !Bueno! Auch. -Bailo hacia la derecha y hacia la izquierda mientras me vuelve a golpear el trasero cinco veces mas-. Por dios, Alex. ?Que? ?Estas celoso? -De nuevo, es algo que no habria dicho sobria. Pero tampoco me ha dado vuelta o dado nalgadas un soldado de papa. Y tengo que admitir, es emocionante, aunque un poco miserable. No me da miedo Alex. Lo que le dije a Yuri fue en serio; es seguro para mi. Su lealtad a mi padre le llega hasta los huesos. Hasta ahora, habria jurado que no me tocaria un pelo de la cabeza, pero las nalgadas no me preocupan. De hecho, las tomo como signo de que quizas de hecho podriamos llegar a algun lado con Alex de una vez por todas. -?Celoso? -Alex respira agitado, lo que no tiene sentido porque esta en muy buena forma. A menos que… este tan excitado como yo. Tira hacia arriba mi falda muy corta. Chillo y la agarro con las dos manos para mantenerla abajo, pero me toma de las munecas y las pone detras de mi espalda. Luego me levanta la falda hasta la cintura y me pega en el trasero. Llevo una tanga, asi que su palma se conecta con mi piel desnuda y hace un chasquido que estoy segura de que la gente de la habitacion de al lado puede escuchar. Mi vagina se tensa con la intimidad del acto. Su mano esta tan cerca de mis hormigueantes partes femeninas. -Si, quizas. -Me vuelve a pegar-. ?Un ruso stronzo intenta impedirme irme contigo? Tiene suerte de que no le deje las bolas en la garganta. -Me esta dando nalgadas fuertes, primero en un cachete, luego en el otro. Me ahogo al respirar. No esperaba que Alex me reclamara. Por supuesto, puede que no signifique nada. Es probable que crea que le pertenezco porque actua como agente de mi padre. Y Dios sabe que mi padre se cree mi dueno. Me sigue dando nalgadas. -Dime que no has pasado todas las noches alli como estas ahora. No respondo porque no le mentire, y la verdad hara que se enoje mas. No estoy segura de poder soportar mas nalgadas, aunque mi vagina esta mojada y mi clitoris late. Toma mi silencio como un si y me golpea mas fuerte; su mano cae en movimientos rapidos y marcados. -Dime… -su voz se vuelve aspera, casi entrecortada-. Dime que no dejaste que esos bastardos se aprovecharan de ti. !Dime! -ruge. Em… ?que bastardos? Deja de darme nalgadas. -?Jenna? Si, su voz suena entrecortada. -No. Nunca. Todavia soy virgen, por ridiculo que suene. Todos estos anos, prometida a Nico Tacone; no lo se, creo que tenia miedo de que me hiciera algo horrible si no era virgen en nuestra noche de bodas. Y ya que me libero hace unos meses, bueno… nadie aqui era Alex. Asi que esa es la verdad. Alex me levanta de forma abrupta y me gira para que lo mire. -?Nunca? -dice casi sin voz. Niego con la cabeza. -Nunca, nunca. Su boca baja hasta la mia en un beso hostil. Estoy extasiada. Todo este tiempo estuve esperando no haber interpretado una atraccion que no era real. Rece porque no me volviera a rechazar. Y ahora, gracias a la virgen Madonna, !me esta besando! Me toca el trasero desnudo con ambas palmas, lo aprieta y presiona con firmeza sobre la carne marcada mientras sus labios se retuercen sobre los mios, su lengua invade. Es un beso perverso. Uno demandante. Empujo la pelvis hacia adelante, me quedo de puntas de pie para frotar mas alto. Su miembro se aprieta contra mi panza con una insistencia dura. Ay, Dios; es ahora. Perdere mi virginidad con el tipo al que siempre sone darsela. Alex DE ALGUNA FORMA me obligo a alejarme de Jenna. Sabe a arandano y vodka y quisiera devorarla, pero no puedo. Es la hija del don. ?Pero a quien engano? Acabo de hacerla arrodillar y darle nalgadas en el trasero como a una nina traviesa. Si eso no es reclamarla, ?que es? Y en serio, si no la reclamo ahora, las nalgadas serian un insulto humillador para ella. Ya no esta atada a Nico Tacone. Eso significa que esta libre. ?No es asi? Capturo la parte de atras de su cabeza y comienzo a besarla de nuevo. Sus labios son suaves y se ofrecen, su cuerpo se amolda al mio. No se por que pero tengo que averiguar mas acerca de los hombres. Soy un maldito celoso de solo saber que hay tipos que la vieron vestida asi. Presiono su espalda contra la cama, caigo sobre ella, todavia haciendoselo a su boca con mi lengua. Le sostengo las munecas por encima de la cabeza y me detengo para respirar. -?Cuantos hombre, Jenna? Solo dime. Ella frunce el ceno, su frente se arruga de forma adorable. -Te lo dije… Ninguno. No puedo respirar bien. -?Ninguno aqui? ?O ninguno… nunca? Se hace mas pequena ante mis ojos y me siento como el stronzo mas grande del planeta por menospreciarla. Por mucho que me inspire instintos dominantes y protectores, me gusta verla en su poder sexual. -Ninguno, nunca, -murmura. Mi pecho se tensa. Cazzo. A pesar de irradiar sexualidad, Jenna Pachino es inocente. La vuelvo a besar, de forma tierna esta vez. Y luego me obligo a salir de encima de ella. Porque me asegurare de hacer que su primera vez sea buena, no una aventura de borrachera de la que podria arrepentirse manana. Coloco mis brazos bajo sus hombros y rodillas para deslizarla sobre la cama y bajo las cobijas. Me sonrie, pero cuando la tapo hasta el menton, frunce el ceno. -?Que estas haciendo? -Te estoy metiendo en la cama, tesoro mio. Se sienta y me busca. -?No vendras? Me corro de su alcance, porque, maldita sea, si la dejo tocarme, me metere en esa cama en medio segundo. -Creeme, bambi, no hay nada que me gustaria mas que golpear entre esas piernas hasta que no puedas caminar derecha manana, pero no lo hare.

  • La desheredada. La reina del highlander de A. R. Cid

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    Me acusaron de traicion cuando no era mas que una nina, me culparon por las decisiones de mi padre y con crueldad trataron de acabar conmigo. El clan MacLeod me ataco sin piedad, quisieron arrebatarme mucho mas que la vida... Por suerte logre escapar.

  • Entre los 35 y los 45. La ruptura de Beatriz Curi Chercoles

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    Es una novela romantica dirigida a un publico adulto, de facil comprension de lectura, muy dinamica y divertida.

  • Lejos de aqui de Eduardo Fuembuena

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    Ano 1978. JOSE MANZANO, un chaval de la UVA de Vallecas, sumiso y fantasioso, se ofrece a la salida de unos billares del centro de Madrid. Lo recoge ELOY DE LA IGLESIA, rara avis, vasco, homosexual, comunista y el cineasta mas comercial del momento. Eloy queda fascinado con Jose, se lo lleva a vivir a su apartamento y lo elige como protagonista de “Navajeros”, exponente del nuevo cine coyuntural sobre la situacion de la juventud espanola en una apenas estrenada Espana constitucional. Eloy modela a la medida de sus deseos a Jose Luis Manzano, el actor, imagen del lumpen, del quinqui y del delincuente juvenil. Para los chicos de barrio el es el Jaro, su heroe, un rebelde con causa. Manzano se convierte en un icono de esa Espana que De la Iglesia codifica, presentando sus claroscuros, en cinco peliculas, las mas valientes de su tiempo. Sin embargo, Jose resulta un chico contradictorio e infeliz, que sobrevive entre las apariencias reales y ficticias, en busca de un lugar en el que poder ser lo mejor que intuye de si mismo.

  • El Terror viene de Noche de Pol Rupes

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    ?Son los monstruos de nuestra imaginacion, quizas, proyecciones de lo que es el ser humano capaz de hacer? O, quizas, ?existen seres que tejen, en nuestros suenos, imagenes perturbadoras de una realidad que nuestra mente, inconscientemente, es incapaz de asimilar?
    El Terror viene de Noche se compone de tres narraciones que pondran al lector en la ardua y lobrega tarea de lidiar con esas interrogantes.

  • Romance Extremo, Alvaro Ganuza de Alvaro Ganuza

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  • El Sacrificio Imposible (Los Aramitianos 1) de Kerr-ann Dempster

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    Siglos atras, la rivalidad entre hermanos destruyo Aramith. Como castigo, los perdedores fueron despojados de su Inmortalidad y condenados a vivir en la Tierra, consumidos en la vejez y enfermedades. Pero aun hay esperanza.

  • 20 Dias de Carlos Merenciano

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    Alex decide dejar el confort de su hogar en Espana y tomar un avion con rumbo a Estados Unidos para vivir durante los proximos 20 dias en Stateville, una pequena ciudad de Pensilvania, ya que ha decidido embarcarse en un intercambio que organiza su instituto. Acompanado de Laura, amiga desde su infancia, deciden que aquel viaje sea la mejor aventura de sus vidas, y lo sera, pero no por el motivo que ellos imaginaban, sino porque el amor se cruza en su camino por primera vez.

  • Las rosas de las espinas de Alexandra Martin Fynn

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    Elizabeth Colt, la propietaria de la fabrica de revolveres mas importante de los Estados Unidos, se hallaba trabajando frente al pequeno escritorio que habia dispuesto en su alcoba. A traves de los enormes ventanales, enmarcados por cortinas satinadas, se atisbaba el hilo ceruleo que comenzaba a ganar la batalla a la noche. Una lampara de aceite iluminaba el gesto concentrado de la mujer, que respondia a la carta que le habia enviado Abraham Lincoln. Desde que iniciara la Guerra de Secesion, un ano atras, la demanda de armas se habia duplicado y la compania recibia permanentes presiones por parte del Gobierno. La elegante caligrafia de la <>, tal como la llamaban, ornaba las paginas de la misiva que dirigia al jefe de Gobierno: Respondiendo a su inquietud, senor presidente, confie en que la compania Colt seguira funcionando al maximo de su capacidad para apoyar su magnifica gesta. Si los mas de mil empleados con los que cuento no alcanzan para sostener la produccion, contratare a mil mas. Debemos ganar esta guerra, para que el sueno de la libertad de los esclavos se vuelva realidad. Si los estados del sur se independizan de los Estados Unidos y fundan una nacion basada en el trafico de personas, la humanidad toda habra fracasado. Esta fabrica no descansara hasta que la Union se alce victoriosa. La mujer debio abandonar la tarea por un momento para limpiarse la enrojecida nariz. Desde hacia dos dias no paraba de toser y estornudar. Sin duda, aquella indisposicion era consecuencia de todos los pesares que habia debido sobrellevar en los ultimos diez meses: su esposo habia fallecido el pasado enero, victima de la enfermedad de la gota y, en agosto, debio afrontar la perdida de su embarazo, que se encontraba en estado avanzado. Aquella criatura que llevaba en el vientre habia sido el unico consuelo frente a la muerte de Samuel. Pero el destino se llevo tambien a su pequena nina, dejandola devastada. En aquel momento, entro en el cuarto la senora Witts, el ama de llaves de la mansion. Cualquiera la hubiera confundido con la duena de la casa, de tan orgullosa y augusta que era su postura. --Buenos dias, senora --saludo--, ya son casi las seis de la manana, ?desea que le haga traer una taza de chocolate? --Buenos dias, querida. En un rato, por favor. Aun no termino con esto --respondio Elizabeth, entre toses. --En media hora le hare subir el servicio. La mujer ya se retiraba, pero se volvio y dijo: --No lo tome a mal, senora, pero, ?me permite hacerle una sugerencia? --Por supuesto. --Quiza le convendria guardar cama, al menos por un par de dias. Y llamar al medico. Aunque usted insista en ignorarlo, es evidente que esta cursando un fuerte constipado. Elizabeth desestimo aquello con un ademan y replico: --Querida, agradezco mucho su preocupacion, pero no tengo tiempo para caer enferma. Estamos en guerra; no puedo permitirme ni la debilidad ni el descanso. --Lo se, senora, pero… --Tengo apenas treinta y cinco anos. Dormire cuando sea vieja. En aquel momento, una doncella entro a la habitacion. --Senora Colt, disculpe la interrupcion --dijo--. Acaba de llegar un jinete; un soldado. Dice que trae una carta urgente de parte del comandante del Ejercito del Potomac, el general George McLellan, y que debe entregar el sobre en mano. Le dije que usted no estaba en condiciones de recibirlo, pero el insistio mucho. Ante la mencion de su viejo amigo, Elizabeth se envolvio en su pesada bata e indico: --Que pase a verme. --Pero... !usted esta en ropa de cama! --reclamo el ama de llaves. --El cabalgo tres dias seguidos desde Arlington Heights para llegar aqui y no lo voy a tener esperando. Hagalo subir y prepare un cuarto para que el pobre se asee y descanse. Las dos empleadas se retiraron y cerraron la puerta tras de si. El joven militar se mostro avergonzado cuando sus botas dejaron un reguero de barro en la lujosa alfombra Aubusson. Estaba tan sucio que el azul de su uniforme casi no se distinguia bajo las capas de polvo que lo cubrian. No acepto la invitacion a sentarse, por temor a dejar inservible la silla que le ofrecian. --?Cual es su nombre, muchacho? --se intereso Elizabeth. --Gregory Hall, senora. --Muy bien, Gregory. Digame, ?cual es el mensaje que desea entregarme personalmente? --El comandante McLellan me pidio que le de esta carta. Debo aguardar a que usted escriba la respuesta, para llevarsela a el lo antes posible. --La leere en este mismo instante. Ahora, vaya con la senora Witts. Ella le esta preparando un cuarto para que pueda lavarse, comer y descansar un poco. --Le agradezco su generosidad, senora Colt, pero debo partir lo antes posible. Si tengo sueno o hambre, no tiene importancia. Debo responder a mi comandante. Elizabeth sonrio. Era sabido que McLellan era idolatrado por sus tropas. --Si no come ni duerme, caera rendido en el camino y no podra cumplir la orden de su superior --la mujer tiro del cordel que llamaba al servicio--. El ama de llaves lo acompanara. El muchacho agradecio y siguio los pasos de la empleada. Cuando se encontro a solas, Elizabeth rompio el sobre con el sello del Ejercito y leyo la carta que contenia. De inmediato comprendio porque McLellan no habia utilizado ni el correo militar ni el telegrafo para comunicarse con ella. Arlington Heights, Campamento General del Ejercito del Potomac, 5 de octubre de 1862 Querida E.: Espero que te encuentres muy bien y que el pequeno Caldwell este creciendo sano y fuerte. Lamento mucho no haber podido visitarte luego del fallecimiento de tu esposo. Bien sabes el afecto y el agradecimiento que le he profesado a lo largo de estos anos, pues el ha sido para mi una fuente invalorable de inspiracion y apoyo. Yo me encuentro bien, aunque mi alma sangra por el resultado de la batalla de Antietnam. Obtuvimos una victoria sobre el ejercito que comanda el general Lee, pero eso no me brinda mas que la tibia satisfaccion de haber cumplido con mi deber. En un solo dia perdi a 12 000 soldados, entre muertos, heridos, prisioneros y desaparecidos. Desde el parapeto en el que me encontraba mientras se producia la lucha, vi a mis muchachos caer y amontonarse como pilas de carne inerte. Y observe a los sobrevivientes, arrastrando sus maltrechos espiritus, con los miembros agarrotados y los ojos secos de tanto llorar a sus companeros. Al final de aquella dramatica jornada, recibi ordenes de Lincoln en las que me instaba a lanzarme, de inmediato, tras las tropas confederadas. Su plan era cortar la retirada a Lee, antes de que el pudiera reponerse de sus perdidas en el campo de batalla. Sin embargo, desoi sus demandas, pues hacer aquello hubiera implicado sacrificar miles de hombres mas. El se niega a comprender que hoy no cuento con los recursos necesarios para asegurar una victoria: los regimientos estan mermados y las municiones escasean. Tambien tenemos una urgente necesidad de nuevas armas, pues muchas de las que teniamos se averiaron en la refriega y hemos perdido miles a manos de los rebeldes. Tengo la conciencia tranquila, pues se que mi decision fue acertada. Sin embargo, todos se han vuelto en mi contra: los politicos, los oficiales y los periodistas opinan que soy indeciso y cobarde. Peor aun; me llaman traidor, por haber dejado escapar a Lee. Y Lincoln sigue presionandome para que lance mis tropas al campo de batalla, aun en la precaria situacion en la que se encuentran. Yo resisto en mi conviccion, pero se que, mas temprano que tarde, seran sus ordenes las que se ejecuten. Por ello, me urge recuperar mis recursos. Nuestro ejercito sera arrasado si no contamos con armas suficientes antes de una nueva lucha. En suma, necesito tu ayuda. No te pedire nada en concreto, pues lo ultimo que deseo es comprometerte. Si lo unico que puedes enviarme son palabras de aliento, estas seran para mi un tesoro en este escenario de desolacion. De mas esta decir que esta comunicacion y todas las que sigan, sea cual fuere su naturaleza, deben mantenerse en el mayor de los secretos. Si envias a alguien a reunirse conmigo, asegurate de que sea una persona de nuestra mutua confianza. Recelo de todo el mundo. Tuyo, G. Elizabeth dejo la carta sobre el escritorio y se tomo el rostro con las manos. Penso que McLellan debia estar realmente desesperado para ponerla en una situacion tan delicada como aquella. El no podia ignorar que, si se descubria que ella le habia enviado armas de manera ilegal, aquel seria el fin de la compania Colt. Y habia sido inteligente al elegir las palabras que estampara en su carta: ?como podria alguien negarse a brindar una ayuda que evitaria la muerte de miles de seres humanos? La mujer se restrego los ojos, como si de ese modo pudiera aclarar su vision. Pero solo un cumulo de ideas contradictorias se enredaron en su mente. --Si tan solo Sam estuviera aqui… --susurro. Entonces, se puso de pie y se acerco a la enorme pintura en la que estaba plasmada la figura de su esposo. Y con un suave ademan, extendio la mano para acariciar el marco dorado. --?Que debo hacer, querido mio? --le pregunto a la imagen del retrato. Elizabeth sabia muy bien que el padre del comandante habia sido una persona muy importante para Samuel Colt. Su apoyo habia sido clave en un momento en el que el contexto economico y politico se presentaba muy adverso para el inventor de armas. Tan estrecha se volvio la amistad entre ambos que, en el lecho de muerte del anciano doctor McLellan, Samuel le juro que velaria por el porvenir de sus dos hijos varones. Dado ese compromiso, Elizabeth estaba segura de que su esposo hubiera deseado que ella honrara la promesa hecha a un moribundo. Aquella certeza la inclinaba en favor de enviar la ayuda que el militar le solicitaba. Por otra parte, ella no dudaba de que McLellan ansiaba salvar la vida de miles de soldados; una gesta que apoyaria cualquier persona con corazon. Sin embargo, comprendia cabalmente que enviarle armas al comandante, sin la anuencia del Gobierno, era una jugada que podia poner en riesgo el futuro de su fabrica y de todo aquello por lo cual ella y su esposo habian luchado tanto. Urgida por resolver su conflicto interior, la mujer unio las manos en oracion. Su padre, el reverendo William Jarvis, le habia inculcado el camino de la fe, y ella lo transitaba cada vez que necesitaba reunir fuerzas para salir adelante. En aquel momento, requeria mas que nunca la guia del Senor, pero de El solo obtuvo un angustioso silencio. Agobiada por la roca que le pesaba en la espalda, volvio a dirigir la mirada a la imagen de su amado. Fue entonces cuando los primeros colores del alba iluminaron la habitacion y un reflejo rojizo parecio dar vida al retrato de Samuel Colt. A Elizabeth se le empanaron los ojos y, por un instante, tuvo la impresion de que el le sonreia. Entre lagrimas, tomo aquello como la senal que estaba esperando y se sintio algo mas aliviada. En su corazon y en su mente, la decision estaba tomada: no ignoraria el pedido del general McLellan, en honor a todo lo que su padre habia hecho por Samuel Colt. Y, menos aun, dejaria indefensos en la batalla a miles de soldados que luchaban por una causa noble. Estaba dispuesta a correr los riesgos que fueran necesarios. Con la decision asumida, regreso a su escritorio, coloco la mano sobre la carta que habia estado escribiendo a Lincoln y dijo, en voz alta: --Perdoname, Abraham, por hacer esto a tus espaldas. Es en beneficio de tu causa. Con algo de alivio por la resolucion adoptada, era menester reflexionar acerca de como instrumentar la ayuda que le ofreceria a McLellan. Lo primero que debia decidir era que tipo de armamento enviar. Sabia que al comandante le convendria recibir rifles Springfield, los mismos que el Ejercito distribuia entre los soldados; pero aquello no seria posible. Deshacerse de un gran numero de armas largas implicaria incumplir el contrato que la Colt habia firmado con el Gobierno y aquello resultaria en multas monstruosas para la compania. Elizabeth decidio, en consecuencia, entregar revolveres que, ademas, serian mas simples de transportar de incognito. George habia mencionado que muchas de las armas con las que contaba se habian averiado en batalla. Ella sabia que algunas podrian ser reparadas por sus empleados, pero la fabrica no podia prescindir de los brazos de sus operarios, dada la enorme cantidad de trabajo que tenian pendiente. Sin embargo, si se reordenaban los turnos y se ajustaban algunos procesos, podia hacer el sacrificio de enviar algunos hombres. Pero solo serian unos pocos; los suficientes para sacar del aprieto a McLellan. La idea era que los enviados permanecieran unos dias en el campamento militar, tratando de arreglar la mayor cantidad de revolveres y rifles que fuera posible. Ahora Elizabeth debia pensar en quienes serian las personas idoneas para realizar semejante labor. Sin duda, deberian ser excelentes trabajadores, ademas de hombres de su entera confianza. Casi sin proponerselo, tres nombres acudieron a su mente: William Green, George Arlen y Jim Carson, tres obreros que, ademas de ser excelentes personas, eran incansables y muy capaces. Los tres habian sido esclavos fugitivos que, tras su huida, se refugiaron en la fabrica de Colt, al amparo de Samuel y de ella. Y Elizabeth sabia que el honor de aquellos hombres haria que dieran su vida por cualquier causa en la que ella se embarcara. Por ultimo, McLellan habia enfatizado que, si ell

  • El vuelo de Lena de Sara Ballarin

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    ?Se puede avanzar hacia el futuro con las cicatrices del pasado? Lena esta a punto de descubrirlo. ?Quieres leer su historia?

  • El juego de Clayton. Jaque de Mirian G. Blanco

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    Cuando Regina Jones conoce a Marc Clayton, su vida da un giro tan inesperado como arriesgado.
    Marc es intenso, impredecible y lleva la palabra peligro marcada a fuego por todo su cuerpo.
    Armas, persecuciones policiales, conflictos entre bandas, asesinatos.
    Ella sabe que tiene que mantenerse alejada de el, pero su corazon no se lo permitira. Porque con Marc, Regina descubrira que no todos los heroes llevan capa y aprendera a impartir justicia a la manera de Clayton. Y con Regina, Marc descubrira el verdadero amor y se vera obligado a cambiar las tacticas de su juego porque, ahora, su prioridad sera proteger a la reina.

  • Amigos y nada mas (Serie Amigos 5) de Ana Alvarez

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    ?Quien es la misteriosa mujer que ha conseguido que Javier olvide a su amor de siempre?

  • Enemigos de Esparta de Sebastian Roa

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  • La apuesta del padrino de boda de Liz Levoy

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    La Apuesta del Padrino de Boda

  • Juguete para dos de Noa Xireau

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    ?Puedes partir tu corazon por la mitad?
    Carlos no puede evitar hacerse esa pregunta cuando, a punto de comprometerse con la mujer de su vida, se topa con un chico joven y vulnerable al que siente la necesidad de proteger y. meter en su cama.
    Por mucho que trate de huir, sabe que le toca tomar una decision: elegir entre Eva, la mujer capaz de hacerle rogar y ponerse de rodillas, y Gabriel, la criatura desvalida que ha vuelto su mundo del reves y logra que aflore su lado mas protector.
    Sin embargo, no siempre es facil escapar de la realidad ni la razon es la solucion para todo. Cuando menos se lo espera, la situacion le explota en la cara. Eva y Gabriel cruzan sus caminos y descubren todo el pastel.
    No quedara sitio en el cielo ni en el infierno en el que Carlos pueda esconderse cuando Eva saque la fusta con su sonrisa mas perversa y Gabriel lo mire con esos ojos de angel que le hacen perder la cabeza.
    Solo queda una pregunta por responder: ?Quien sobra de los tres?

  • Un hombre audaz, Diana Palmer de Diana Palmer

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    El antiguo agente de fronteras Dalton Kirk penso que su vida habia acabado, literalmente hablando, cuando una banda de traficantes lo dio por muerto. Desafiando todo pronostico, sobrevivio a la dura prueba y regreso a su cercano rancho de Wyoming para dedicarse a una vida mucho mas tranquila y hogarena. Hasta que la encantadora Merissa Baker llamo a su puerta.

  • ?Por que engordamos? de Maria Dolores Saavedra

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    La dietista de Carlota Corredera te da las claves de la nutricion para encontrar una dieta saludable y ajustada a tu cuerpo y edad.

  • Los caminos de la luz de Coia Valls

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    Revisar las lecciones del dia antes de bajar a la sala del piano; sobre todo meditar detenidamente como explicar en mis clases de musica la ejecucion del martele, ese movimiento que a los estudiantes les resulta tan dificil en cuanto perciben la proximidad del teclado. Tambien podria examinar a fondo la maquina de escribir de Thurber, por si ha logrado superar la que construyo Foucault hace unos anos, cosa que dudo. Despues, idear la manera de ayudar al nuevo alumno que ha llegado al Instituto Nacional de Jovenes Ciegos, que se pasa el dia haciendo preguntas y que tanto me recuerda a… No, nada de esto me sera posible. No estoy en Paris, donde ha transcurrido gran parte de mi vida. Es otro quien se ocupa de impartir las clases y, en el fondo, de poco me sirve confiar en el. La maquina que ha patentado Charles Thurber, siguiendo mi metodo, se quedo en la estancia donde acumulo recuerdos que solo yo entiendo. El nuevo alumno, !ay!, quiza tendra que proseguir su aprendizaje sin mi intervencion, al igual que sus companeros. En realidad, cuando llevaba a cabo este repaso previo de las tareas matinales, solo sonaba. Sueno mucho desde que la enfermedad casi me ha confinado a un retiro forzoso en la ciudad de Vichy. Sueno a todas horas, incluso cuando me quedo inmovil de cara al techo, con mis pensamientos como unico juguete. Segun dicen, en el aposento que me han asignado hay pinturas que representan ninfas y faunos, motivos de otros tiempos, en un mundo que esta cambiando. A pesar de que mis ojos tienen una expresion vacia, de lejos podria parecer que presto una atencion que no es tal. En realidad no se detienen en sitio alguno ni siguen los gestos de mis interlocutores; son incapaces de descubrir formas o colores. !Hace ya tanto tiempo que las senales de vida solo golpean mis otros sentidos! Y, por otro lado, ?acaso no es en el alma donde cobran forma los pensamientos? Mi camino ha estado repleto de evidencias interiores y, postrado en esta cama con dosel que otros pagaran por mi, tan solo existirian los recuerdos, de no ser porque ella me acompana. No pasa ni un dia sin que me averguence de lo que queda de mi, es todo lo que puedo ofrecerle, aunque, por otra parte, ya atenuadas las urgencias de la juventud, espero que su amor se conforme con mis carencias. En su presencia he encontrado la armonia que proporciona un espiritu capaz de equilibrar la balanza. Y ella constituye una parte importante del peso que impide que por fin se incline de forma definitiva. No ha sido facil. Antes de que volviera a mi lado, todo parecia desmoronarse. En febrero los estudiantes se sublevaron en Paris y, al igual que ha venido ocurriendo en los ultimos anos, los obreros se sumaron a las protestas. Las multitudes se lanzaron a la calle; unos en defensa del rey Luis Felipe, otros para repudiarlo, pero yo estaba demasiado cansado para seguir los hechos con detalle. En medio de aquel caos, el unico motivo de alegria fue enterarme de que, finalmente, mi estimado Alphonse de Lamartine habia pasado a formar parte del nuevo gobierno de la Republica. No he olvidado la visita que en 1838 hizo al Instituto Nacional de Jovenes Ciegos, ni como denuncio ante la Asamblea Nacional las insalubres condiciones de nuestro dia a dia. Siempre he perseguido una brizna de ingenio que nos permitiera, a mi, a los mios, a los que son como yo, acceder al saber. A veces lo he conseguido, otras no tanto, pero me queda la certeza de que he hecho cuanto estaba en mi mano. Ahora quizas ha llegado el momento de aprender a permanecer en un segundo plano, pero !tengo todavia tanto que hacer! A pesar del descanso forzoso, en cuanto cierro los ojos me veo de nuevo en la institucion. Como si rechazara este cuerpo mio tan limitado y me sintiera todavia lleno de fuerza, repaso mentalmente cuentas y proyectos, mantengo conversaciones imaginarias con los profesores mas jovenes y les explico mi metodo para que puedan transmitir la esperanza que yo senti un dia. La esperanza de que nosotros, los ciegos, tambien podremos abarcar el mundo; que hay caminos de luz que nos aguardan en la oscuridad. Es curioso. A pesar de que hoy no vendra, no puedo evitar fijarme en la puerta de entrada. Se a ciencia cierta que se ha marchado para ocuparse de los negocios de su familia, que contribuyen a sufragar los gastos de mi estancia en Vichy. Asi pues, no me quejare de este ardor que me devora las entranas y aprovechare todas las oportunidades que se me presenten. Todavia querria profundizar en algunos aspectos de mi metodo, corregir dudas, ampliar sus posibilidades, pero, a pesar de que las horas se hacen largas en esta cama tan diferente a mi jergon de la institucion, a veces me encuentro demasiado comodo y me resulta imposible mantenerme despierto; luego, por la noche, me visita el insomnio y me invade la inquietante sensacion de que la vida se me escapa sin remedio, la poca que todavia me queda. Quiza por este motivo, y por la necesidad que siempre he sentido de ordenar el mundo, he decidido escribir sobre algunos momentos que conservo en la memoria. Tambien porque, despues de leer las pocas paginas que ya he redactado, albergo la sensacion de que la vida es demasiado compleja para soltarse sin acotar el discurso. Tengo muy presentes las palabras de Joubert, cuando dice que <>. No escribire, pues, mi biografia, que seria insulsa y aburrida, sino que hablare de los instantes en que me he sentido mas vivo, de los tiempos en que todo era posible. Y, para ello, he de remontarme a mi ninez, aunque me resulte dificil y ello me lleve a recordar a personas a las que quise con locura y que, sin duda, me esperan en un lugar mejor. Se lo comente hace poco a Gauthier, antes de salir hacia Vichy, y se mostro reticente. Dijo que volver atras seria otra prueba de mi talante melancolico, que lo haria mas evidente todavia. Pero ya lo he decidido. Pienso combatir sus reservas, y las mias, escribiendo como si se tratara de una vida ajena, como si fueran capitulos sobrantes de alguna novela de Balzac, Dumas o Sue. Durante las horas que pasamos juntos, despues de hablar de todos los que nos han acompanado, ella me va leyendo una pagina tras otra de esos folletines que compra cada dia y que, si se olvidara de uno, supondria una tragedia. Su voz no ha cambiado, todavia me sorprendo cuando la escucho. Usa el mismo tono de confidencia, casi un murmullo, que me transporta a los anos dorados, y tambien terribles, de nuestra juventud. Asi combatimos el tedio que a veces amenaza con apoderarse de nosotros. La cantinela de estas lecturas se me adhiere a la piel. Como neofito en el oficio de escritor, estoy convencido de que formara parte de mi historia. Y si vuelvo atras, si me propongo hablar de los momentos mas importantes que me ha tocado vivir, hay uno que destaca por encima de todos, el que marco a fuego el resto de mi existencia…

  • El legado de Sybill de Patricia Maria Gallardo

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    Londres, 1904. Mary a sus dieciseis anos, se que da sin opciones: debe elegir entre servir como doncella o cruzar el oceano para casarse en America con el viudo Thomas Longfellow. Aunque esta ultima opcion le aterra, le parece la mas adecuada, y resulto ser la mas acertada. No obstante, una maldicion provocada por el corazon rotoo de Sybill Preacher encauzara sus vidas.
    Ethel debera elegir entre sus sueno de cantar o permanecer junto a su familia en casa y esperar el regreso de Michael de la guerra de Vietnam. Pero ?y si no vuelve? De nuevo, Sybill hara que tome una decision importante.
    Avigail, una judia berlinesa, ha sobreevivido a la Segunda Guerra Mundial. En plena boca del lobo, termina siendo una Longfellow de pleno derecho. Tal vez Sybill tuvo algo que ver, o tal vez no…

  • Conversaciones entre amigos de Sally Rooney

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    El gran debut de la joven Sally Rooney con una de las novelas de ficcion mas esperadas de 2018. Una historia fresca sobre el amor y contra las etiquetas en las relaciones.

  • Manana lo dejo, Gilles Legardinier de Gilles Legardinier

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  • Desaparecida en Siboney de Rosario Raro

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    En 1875, Mauricio Sargal, un millonario antillano retornado a Espana, libertino y bon vivant, se ve obligado a regresar a Cuba cuando le comunican que su hermana Dulce ha desaparecido de su hacienda en Siboney. Para saber de ella tendra que enfrentarse a su cunado, Bartolome Gormaz, quien fuera profugo de la justicia y que, con el olvido de cualquier escrupulo, ha conseguido reunir una de las mayores fortunas de todos los territorios espanoles, peninsulares y de ultramar. En su busqueda, Mauricio encontrara tambien el amor en la enigmatica Deva, por la que sentira una atraccion irresistible.

  • Tenebris de Monica Benitez

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    Eiver --!Zaiguer! --lee nuestro adalid en voz alta y fuerte tras sacar un papel de la urna. Sonrio, Zaiguer es un chico fuerte y muy capaz de defenderse, a su lado, quiza logre sobrevivir un par de dias. --!Y por ultimo...! --grita metiendo la mano en la urna de las chicas. --!Me presento voluntaria! Mi voz suena por encima del silencio y de la inquietud que produce siempre este momento. Todos se giran hacia mi con asombro, lo que aumenta mi ritmo cardiaco al sentirme el centro de todo. --?Que demonios haces? --susurra mi amigo Brano a mi lado--?te has vuelto loca? --Tengo que encontrar a mi padre y a mi hermano--murmuro notando como me late el corazon con fuerza. --?Quien ha hablado? --pregunta el adalid. --Yo, Eiver--contesto hecha un mar de nervios y tambien cagada de miedo. --Acercate--ordena bajando de lo que el llama el pedestal. Aunque no es mas que una enorme roca plana que sobresale de la tierra. Todos los aldeanos se hacen a un lado para abrirme camino hasta el, que me espera con una sonrisa de labios finos y rectos que no se descifrar, mirandome con sus profundos ojos negros y ese pelo grisaceo y brillante que tapa parte de su futura calva. --Pudiste presentarte voluntaria hace meses, ?por que ahora? ?Es que hay algo que nos ocultas? Como era de esperar, se muestra desconfiado, tipico del hombre que nos gobierna. --No, senor--respondo con el corazon encogido--antes no estaba preparada, ahora si. --Ya--se rie con ironia--?A que te dedicas? --Herborista, soy herborista. Me mira con el ceno fruncido mientras un silencio sepulcral nos rodea esperando su respuesta, ahora mismo siento panico, antes esto era voluntario, cada semana dos personas se ofrecian para salir al otro lado de nuestros muros en busca de algun lugar donde trasladar nuestro asentamiento, nuestros recursos de agua se agotan, tres de nuestros cinco pozos ya estan totalmente secos, si no encontramos ese lugar pronto, no solo pasaremos sed, tambien pasaremos hambre. Al principio era asi, gente voluntaria la que se ofrecia, pero tras varias semanas viendo que nadie regresaba, los voluntarios dejaron de aparecer. Despues de una corta reunion entre el adalid y los miembros del consejo, se tomo la decision de incluir los nombres de todas las personas a las que ellos consideran prescindibles en dos urnas, una con los hombres y otra con las mujeres, y cada semana dos nuevas personas son elegidas para lo que todos consideran una mision suicida. --Nos sobran herboristas, lo cual te hace prescindible, ve a descansar, saldreis al amanecer--ordena dando la seleccion por concluida. Brano me coge del brazo con fuerza y me arrastra por todo el campamento hasta llegar a nuestro arbol, ese en el que tantas veces hemos reido y llorado juntos, donde nos hemos consolado el uno al otro. El es mi mejor amigo, mejor dicho, mi unico amigo teniendo en cuenta que aqui la amistad es un lujo que muy pocos se permiten, lo primero es la supervivencia, y si para ello tienes que traicionar a un amigo, se hace. Brano y yo no pensamos asi. --!Estas loca, joder! --grita iracundo--?como se te ocurre? Eres herborista, no sabes cazar, no sabes defenderte, ni siquiera sabes utilizar el cuchillo. No duraras ni una noche ahi fuera. --Me las apanare. --?Te las apanaras? Dime una cosa, ?que haras si algun salvaje de los asentamientos vecinos te ataca? ?O los moradores y los canibales? ?Te defenderas con una planta? -- pregunta mordaz, lo que me deja sin respuesta a la espera de que se calme. Por fin se sienta junto al tronco, encoge las rodillas y se las abraza mientras me observa intentando descifrar lo que pasa por mi mente. --?Por que? --susurra. --Ya lo sabes--contesto sentandome a su lado--tengo que encontrar a mi padre y a mi hermano. Brano suspira derrotado, sabe que nada me hara cambiar de opinion, y aunque lo consiguiera ahora ya es tarde, nadie puede retractarse de una decision asi. --Nadie ha vuelto, Eiver, mas de setenta personas han salido ya ahi fuera y ni uno solo de ellos ha vuelto, sabes que mi padre tambien esta entre ellos, pero tenemos que aceptar que estan muertos. --Me niego a pensar eso, quiza un lugar habitable donde cavar pozos esta mucho mas lejos de lo que pensabamos... --Los primeros partieron hace nueve meses, nadie puede caminar tan lejos sin toparse antes con el bosque oscuro de Tenebris, por no hablar de que antes se habran tropezado con varias comunidades de salvajes, con moradores, canibales... Salir ahi fuera es un suicidio y lo sabes. La piel se me eriza y un nudo de panico aterriza en mi pecho para quedarse, pero siento que es lo que debo hacer. --?Y que mas da? Ya has oido al adalid, soy prescindible, mi nombre esta en esa urna y tarde o temprano hubiese salido, solo he adelantado los acontecimientos. --Eso no lo sabes, quiza entre tanto hubiesen encontrado una solucion. --?Que solucion? --le corto--el agua se acaba, la mitad de los cultivos estan secos, las raciones diarias son cada vez menores, si no nos matan ahi fuera, acabaremos muriendo de sed o matandonos entre nosotros por las ultimas gotas de agua aqui dentro. --Si me hubieses dicho tu mierda de plan te hubiese acompanado. --Lo se, por eso no tenias que saberlo, aqui estas a salvo, Brano, estudias medicina, tu nombre jamas entrara en esa urna--sonrio. --Ya, pero olvidas que el agua se acaba--sonrie tambien. --Alguien encontrara un nuevo asentamiento, estoy segura. Seria muy heroico afirmar que ese alguien sere yo, pero no sera asi, Brano tiene razon, mis posibilidades de sobrevivir ahi fuera son muy pocas, por no decir ninguna. --Toma, llevate esto--dice entregandome su brujula. --Ni hablar, no puedo aceptarla, era de tu abuelo y se lo que significa para ti. --Escuchame, la vas a aceptar--ordena colocandola en mi mano--aqui la mision siempre es la misma, todos los que salen ahi fuera son enviados al este o al oeste para seguir la linea paralela del resto de asentamientos. --?Como sabes eso? --Oi parte de una conversacion entre el adalid y los consejeros, ya sabes como es la zona donde nos encontramos, ?no? --Pues la verdad es que nunca me ha quedado muy claro. --Da igual--dice cogiendo un palo y comenzando a dibujar en el suelo--este es nuestro asentamiento, y esto de aqui, las enormes montanas que ves ahi--senala a nuestras espaldas. Siempre me han producido mucha impresion, por mas que las veo a diario no consigo acostumbrarme a ellas, son enormes paredes verticales de rocas escarpadas que escalan hacia el cielo sin limite. Jamas hemos visto la cima, a partir de cierta altura siempre estan cubiertas por una densa niebla grisacea, son algo infranqueable. Sabemos poco de lo que sucedio durante los seismos, solo que murio mas del noventa por ciento de la poblacion mundial y que el mundo, tal y como era antes, dejo de existir para dejar paso a otro nuevo. Los mapas antiguos no sirven de nada, la orografia cambio completamente, donde antes habia una ciudad, ahora perfectamente puede haber una montana escarpada como la que tenemos aqui, o simplemente estar hundida bajo el mar. Segun los contadores de historias, esta montana no deberia estar aqui, se formo porque dos placas tectonicas chocaron con tanta fuerza que elevaron la tierra, dejando como prueba del impacto la monstruosidad junto a la que vivimos. --Esa montana se extiende a lo largo de toda la zona norte, nuestros exploradores nunca han encontrado el final, tanto en un sentido como el otro. Nuestro asentamiento, como todos los demas, se encuentra al pie de esta montana, por lo tanto--dice trazando una linea por debajo de la montana que ha dibujado--solo hay tres direcciones posibles cuando sales de aqui, este, oeste o hacia el sur. --El sur esta prohibido--susurro mientras un escalofrio me recorre la espalda. --Exacto, en el sur esta el bosque oscuro de Tenebris y ya sabes lo que se dice de el. --Que esta maldito--vuelvo a susurrar. Mi mente vuelve atras en el tiempo para recordar la ultima vez que nos sentamos alrededor de Kolian, el contador de historias de nuestro poblado. Desde que tengo memoria, todas las noches de luna llena nos reunimos todos en la explanada principal, se enciende una gran fogata, y Kolian, uno de los ancianos del poblado y al que todos conocemos como el contador de historias, nos recuerda entre otras muchas cosas, porque no debemos adentrarnos en el bosque oscuro, o Tenebris, como le llamamos nosotros. "Nadie que se haya adentrado en el bosque oscuro mas de cien pasos ha logrado salir, segun cuentan quienes han tenido la astucia necesaria para dar media vuelta a tiempo, en cuanto pones un pie dentro de sus limites, los dias se vuelven como las noches, la densidad de su vegetacion no deja paso a la luz del sol, el frio alli es como el peor de los inviernos. Cuentan que se oyen susurros de las almas perdidas, lamentos de quienes han sufrido las mas agonicas de las muertes..." Respiro profundamente y me centro de nuevo. --Ya sabes que la aguja de la brujula siempre senala el norte--dice mirandome fijamente. --Si. --Bien, porque si alguna vez te encuentras en apuros serios, quiero que utilices la brujula y te dirijas al sur. --?Hacia el bosque oscuro? --pregunto atonita. --Si. --Nadie ha salido de alli con vida, Brano--comento sorprendida de que mi amigo quiera que me dirija hacia una muerte segura. --Eso no lo sabes, ni tu, ni yo, ni nadie--sentencia. --?Que quieres decir? --Desde pequenos siempre nos han contado la misma historia, que nadie ha salido, pero ?y si no es cierto? Puede que no hayan salido porque a lo mejor lo han atravesado, y lo que han encontrado al otro lado ha sido mucho mejor que lo que tenemos aqui y simplemente hayan decidido quedarse. Le observo con una mezcla de miedo e intriga, Brano siempre ha destacado por su inteligencia, pero tambien por ser prudente, y esto ultimo no encaja con lo que me esta aconsejando. --Recuerda que todos los que han tomado la decision de entrar eran proscritos, gente que habia cometido algun delito penado con la muerte, es normal que no saliesen, Eiver, aqui les esperaba una muerte segura, en el bosque tenian una oportunidad. --No sabia que pensabas asi...

  • La chica que leia en el metro de Christine Feret-fleury

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    Una fabula moderna sobre el amor por los libros y la vida. Una historia amable, llena de luz y optimismo, acompanada por las tiernas ilustraciones de Nuria Diaz.

  • Hechas polvo de Alba Duro

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    Estas frente a una coleccion que incluye 3 libros escritos por Alba Duro.A continuacion te dejo los titulos de las obras:

  • Cuentos para entender el mundo 1 de Eloy Moreno

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    ?Y si son las ramas las que mueven el viento?

  • Blake Wolf de Arwen Mclane

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    Blake Wolf es el CEO de una gran multinacional en la ciudad de Philadelphia. Es un hombre frio y poseedor de un duro corazon. No tiene piedad, ni siente lastima por nada ni nadie, ya que la vida se ensano desde bien pequeno con el.

  • Deseo Interminable de Clara Montecarlo

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    Bajo el Sol: Romance Intrepido con el Ejecutivo de Accion

  • Elisa Rivas, recuerdo de una historia velada (Mundo Elisa 1) de Beatriz Velasco

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    Primer libro de la trilogia “Mundo Elisa”. En esta primera novela conoceremos a Elisa, una joven estudiosa, organizada y algo enigmatica, que luchara contra la testarudez y autoritarismo de su abuelo para lograr una vida lejos de su manipulacion. Comenzara una nueva etapa en la universidad y con ella, nos adentraremos en ese mundo universitario de clases, apuntes, fiestas… En este nuevo periodo de su vida conocera a sus verdaderos amigos y vivira, sin haberlo imaginado, una gran historia de amor alejada de la mirada de todos; oculta entre los pasillos de la facultad.. ” -Esto es una locura, Elisa Rivas, una autentica locura. Jamas en la vida podria haber imaginado que esto me pudiera pasar. Yo… yo estaba a otras cosas. tenia otras preocupaciones en las que pensar… Y llegaste tu, rompiendome los esquemas desde ese primer dia en que te sentaste en la primera fila… Tan cerca de mi… Desde ese instante, supe que te querria. Te quiero a mi lado, senorita Rivas, hasta el final. Aunque suene egoista…”
    Historia romantica y sensual que nos envolvera en ese primer amor tan dificil de olvidar.

  • Furia, Jonathan Kellerman de Jonathan Kellerman

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  • Trent de Amelia Gates

    https://gigalibros.com/trent.html

    Un caballero con una brillante armadura.

  • Rojo Valentino de Paula B. Hebrard

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    “Rojo Valentino” es una historia situada en la actualidad, contada en primera persona por la protagonista Cecilia Valentino, una mujer soltera de veintinueve anos, frontal, ironica y apasionada, que trabaja en un importante holding de comunicaciones. Constantemente se ve envuelta en relaciones vertiginosas que la llevan a enfrentarse entre su ideal y la realidad en la que vive. Ante ciertos hechos que salen a la luz, la vida de Cecilia dara un vuelco inesperado, cambiando su mirada hacia ciertas personas que creia conocer.

  • RUDIS de Marcos Nieto Pallares

    https://gigalibros.com/rudis.html

    <> Lector en Goodreads

  • La mujer del Coronel de Rosa Liksom

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    Me habia inscrito en el campamento de verano de la organizacion femenina Lotta Svard. Tome el autocar hacia Kittila y luego me interne con mis bartulos en el bosque; camine hacia una landa entre un lago y el remanso encharcado de un rio. Alli estaban ya las otras ninas y mujeres, ocupadas montando las tiendas, y me uni a ellas. Al sur del campamento habia una laguna que el musgo invadia a gran velocidad y al norte, un hermoso lago virgen de aguas placidas y limpidas cuya orilla vecina bordeaba una playa de arena. Vagar por el bosque era para mi bastante natural. Papa habia quedado fascinado por el ideal escultista en Alemania, a su regreso introdujo la practica en la ciudad de Rovaniemi y me incorporo a las exploradoras a mis siete primaveras. En las lobeznas aprendi que una persona de bien es digna de confianza, servicial, educada, obediente, responsable, trabajadora, valiente y patriota. Bajo esos hermosos principios nos peleabamos, nos atormentabamos unas a otras, acosabamos a las mas pequenas y aprendiamos a vivir. Yo era una exploradora entusiasta y tuve la oportunidad de pasar varios veranos de campamento en Alemania, al mismo tiempo que aprendia el idioma. Juuden raus! Que hermoso sonaba entonces en mis oidos y que mal suena hoy. Mis hermanas y yo eramos pequenas lotta diez anos antes de que se fundara oficialmente la seccion juvenil de esta organizacion. Nuestra familia era un pilar de la guardia blanca y un ejemplo para todos los finlandeses. Con las pequenas lotta aprendi a poner la mesa y a tejer tapetes de ganchillo. Despues de la Guerra de Liberacion, asi llamabamos a la guerra civil, recogiamos trozos de huesos para fabricar jabon y raices de dientes de leon para hacer cafe. Yo reuni tambien tantas pinas que recibi una insignia en forma de estrella en la pechera de mi pequeno uniforme. He conservado todos los trajes, aunque tras el armisticio se dio la orden de destruirlos. No los hice desaparecer, los deposite en el fondo del arcon del ajuar que ahora esta alli, en un rincon de la habitacion. La general de nuestro campamento en Kittila era la deana. Era atenta, despierta, meticulosa y precisa, siempre defendia la vida ante la muerte y, en ese sentido, era pacifista. Nos enseno como preparar un buen cafe, como alimentar a un millar de hombres a la vez, como tratar a los heridos, como recaudar fondos para la Guardia Blanca. Aprendi que una mujer ha de ser obediente y trabajadora hasta el sacrificio, y prepararse cuidadosamente para su futuro papel de madre de soldados. Que de la naturaleza masculina es intrinseca una cantidad adecuada de tirania y que el hombre ha de ser moralmente superior a la mujer. Y que el amor es una lucha que para el comienza con el odio y acaba en la victoria moral, y una mujer ha de aprender a aceptar y a amar a pesar de todo a su marido con un afecto inocente y puro. Un dia, en el campamento nos dejaron un rato de libertad. Cada una podia hacer lo que deseara. Una leia la Biblia, otra entonaba himnos, otras jugaban al corre que te pillo. Yo me fui al pantano de turba mas proximo para comprobar si los camemoros ya estaban en flor y como seria la cosecha. Me introduje entre los alisos y al momento senti que el suelo seco bajo mis pies empezaba a hundirse y el mundo se sacudia como si me hubiese sentado en una mecedora. Ante mis ojos se abria una llanura pantanosa de gran belleza. Yo retozaba cual reno brincando de una balsa de musgo de turbera a otra y chillaba como una posesa. Mis saltos removian el agua del pantano y de las profundidades de la tierra ascendian tales olores y emanaciones que tuve que agarrarme a la rama de un deformado pino para no desmayarme. Se arremolinaban en mi cabeza los distintos colores, veia luces y sombras, toda clase de reflejos. Los pinos de troncos marrones susurraban, los abetos de liquenes colgantes bramaban, las rocas resonaban y una bandada de grullas lanzaba gritos en la boveda celeste. Me sentia febril, mi cabeza se habia separado del cuello y reia a carcajadas. Continue avanzando, vadeando descalza el agua y en mis sensibles dedos de los pies notaba las cosquillas del aliento de los hielos eternos del pantano. Pronto estuve empapada hasta la cintura y sumergida en los sedimentos, plantas palustres y cieno. En mi cabello quedaron atrapados toda clase de juncias y de fosiles, pero nada me detenia, y olvide la floracion de los camemoros; me sentia tan libre y tan plena e infinita que dentro de mi fluia la savia y pense que si ahora me venia la muerte, la recibiria con los brazos abiertos. Yo era fuerza sobrenatural y extasis del principio al fin. Zumbaban los escarabajos, coleopteros, mosquitos, simulidos y algun tabano, las ranas croaban invitaciones y las grullas chillaban como si les hubiesen disparado en el estomago. Cerre los ojos y me deje llevar por los sentidos. Mi olfato me conducia al sur, mi tacto hacia el oeste, y cuando al caer la tarde me detuve exhausta y abri los ojos, ya no sabia donde me encontraba. No me inquiete, solo me mire los pies embarrados. Estaban cubiertos de aranazos encarnados, sanguinolentos, rasgados por los afilados bordes de las hojas de las plantas lacustres y picados por las criaturas. Todo mi cuerpo estaba enfangado, negro como un viejo pino quemado en un incendio. Me toque entre las piernas, me ardia, y mi mano rozo una especie de tripa viscosa que colgaba. Me levante la falda y me di cuenta de que era una sanguijuela, que me chupaba sangre en el borde de la vagina. Debia de haber estado succionando durante mucho tiempo, grande y hermosa como era. La separe con cuidado y la arroje al brezal. Estaba completamente rendida, me acoste sobre una balsa de turba y entonces tuve una vision fugaz del mundo tal y como podria ser algun dia. Ese mundo seria al mismo tiempo hombre y mujer, juego y amor, ternura y placer, todos serian buenos unos con otros, todos serian aceptados como son, no habria maldad ni bondad, ni palabras, solo sensaciones. Con esa maravillosa imagen me quede dormida. Estuve flotando en la balsa de turba toda la noche y al despertar la luna menguante habia palidecido y me habia quedado varada a la orilla de un estanque. El agua estaba negra como el carbon y me asome a su profundidad sin fondo y en su superficie brillante vi las luces y sombras de una nube y a mi misma. Vi el rostro sereno de una mujer joven, hermosa, y un mastil plantado del reves. Ondeaba en el el estandarte de Lotta Svard. Me gire y reconoci nuestro campamento un poco mas lejos, en la orilla. Alli dormian todas un sueno calido. Me deslice hasta la fogata, coloque unos lenos entrecruzados, encendi el fuego con una corteza de abedul y prepare un buen puchero de cafe. Cuando el resto despertaron, estaban encantadas de poder sentarse enseguida alrededor de un cafe caliente. Al concluir el campamento, desbordaba de un irrefrenable entusiasmo. Estaba completamente convencida de la filosofia de las lotta y de la actividad de la guardia blanca. Ambas se basaban en el idealismo aleman y en un sentimiento de superioridad, asi como en el odio a los rusos y en la idea de que nuestra mision era unir a todos los pueblos de lengua finlandesa en una Gran Finlandia. La base, sin embargo, era la santa trinidad: hogar, religion, patria. Eso iba bien conmigo. Me fije la tarea de convertir al mundo entero al credo de la Guardia Blanca. No sabia mantener la boca cerrada, ni siquiera a la mesa. Mama se veia en un aprieto conmigo y mis palabras, pues en el fondo ella apoyaba al Partido Joven Finlandes, como papa en su juventud. En la ciudad de Kemi se iba a celebrar una asamblea de la organizacion Lotta Svard y yo me empene en ir. Al principio mama se nego, pero cuando mi hermana Rebekka prometio cuidar de mi, se ablando. Imite a Rebekka y me puse el uniforme y sostuve mi primer discurso en el que dije que la patria representaba un valor ante el cual el sacrificio nunca era en vano. La fiesta culmino en un desfile al que asistieron, ademas de las lotta, apuestos y acicalados guardias blancos de uniforme. La belleza y la armonia de la marcha nos infundio voluntad de lucha y nos animo en una futura guerra contra los rusos. Mi padre, Juho, habia nacido en una de las familias campesinas mas ricas de Kittila y tambien la unica de comerciantes. Fue el primer habitante de su pueblo en convertirse en agronomo. Su padre, Frans, murio antes de que yo naciera, y mi abuela Elve, la madre de mi padre, era una sami de pura raza. Vivio hasta los ciento uno. No procedia de una miserable comunidad de pescadores, sino de un clan de pastores de renos nomadas y, siendo una nina, subia y bajaba las laderas de los cerros montada en un trineo de renos como una princesa. A mediados del invierno, la abuela Elve rociaba leche de reno al sol, pues este traia luz y calor despues de la oscuridad y el frio. El sacerdote de Kittila la llamaba ramera licenciosa y perra poseida por el demonio porque ella no creia en sus sermones graves y simples. Yo era su nina mimada y me ensenaba secretos del viejo mundo. Ida, mi madre, era natural de Helsinki y procedia de una familia aristocrata de lengua sueca. Hiltrud, mi abuela materna, habia sido la prometida secreta del gobernador general Bobrikov, y el padre de mi madre, el abuelo Thomas, era un reconocido empresario que acumulo una fortuna tremenda y luego la perdio. No los recuerdo porque murieron antes de que yo viniera al mundo. No habria sabido nada sobre el colapso de los mercados mundiales y la depresion economica surgida en Nueva York, pero tambien a mi me exploto en plena cara cuando la querida casa de nacimiento de mi padre a las afueras de Kittila acabo bajo el mazo de la ley. El tio Matti habia sido su propietario tras la muerte de los abuelos. Se habia visto obligado a contraer deudas que garantizaba el granjero mas rico del pueblo, Paksuniemi, un antiguo companero de colegio de papa. Llegado el momento de saldar cuentas, el tio Matti no tenia dinero y al acaudalado dueno se le ocurrio que necesitaba dos habitaciones mas para el ala de verano de su casa, y se las llevaba a cambio de la deuda. Por aquel entonces, estaba yo de visita en casa del tio Matti, daba sorbos a una infusion de hojas de frambuesa y escribia el diario y unos poemas, cuando el tal Paksuniemi se presento en el patio con unos obreros. Antes de mediodia ya habian serrado los cuartos del fondo y por la tarde cargaron los troncos en un carro y se los llevaron. La querida casa de infancia de papa se quedo llorando, violada y deshonrada. El tio Matti explico que ahora solo tenian dinero los ricos y que los desempleados capaces de trabajar se arrastraban por los caminos, pues el empleo se habia marchado a otro sitio y que, ademas de la pobreza general y la escasez, habia habido muchos anos seguidos de malas cosechas, otras tantas granjas habian acabado en subasta, las letras de cambio recortaban las pequenas haciendas y los periodicos se llenaban de anuncios de subastas forzosas. Entonces una idea muy clara lleno mi cabeza, que tambien Finlandia necesitaba un guia de voluntad firme que dijera que no y que escuchara la voz de los desfavorecidos y los excluidos del mercado. Los comunistas no eran capaces. No hacia falta mas que mirar al tio Matti, que era rojo, y que se limitaba a gemir en lugar de tomar un hacha y defender lo suyo. En ese preciso momento decidi que seguiria con las Lotta Svard hasta el final y luego iria mas alla. Necesitabamos ideas y acciones mas firmes, claras y sencillas para levantar Finlandia.

  • 49 penurias de Troy, C.J. Benito de C. J. Benito

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  • La vuelta al mundo de una desquiciada de Sol Berlanga

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    Como es marca de la casa en esta coleccion, se trata de una historia realista, en clave de humor, protagonizada por una mujer, en este caso, una empleada de banca a la que el karma le da un aviso indiscutible: el mismo dia que su prometido le pone los cuernos, la echan del trabajo y esquiva por muy poco un accidente mortal.

  • Kiki de Dona Ter

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    Me llamo Victoria, aunque todos me conocen como Kiki.
    El plan era sencillo: aprovecharse de una despedida de soltera de alto standing, porque la novia rusa al final no se iba a presentar. Ademas, quien lo proponia era Angie, la mas sensata de las cuatro, eso nos era garantia suficiente. Cogi un vuelo a Mallorca para fingir ser la novia y asi empezo un fin de semana que recordare toda mi vida.
    ?Te vienes de despedida de soltera?