• manuela berdeales - Manuela Berdeal

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    Cuando Marina entro en la oficina no se esperaba ver lo que alli se encontro, todo el mundo iba de un lado para otro sin orden ni concierto. Parecia que los alienigenas se habian apoderado de sus cuerpos y no podian hacer otra cosa que correr o andar deprisa sin un lugar fijo adonde ir; se quedo parada, mirando a la gente moviendose sin que hubieran reparado en ella -?que es lo que pasa? -pregunto cogiendo a Oscar de la manga de la chaqueta cuando pasaba a su lado -?no te has enterado?, el senor Ruiza ha muerto, lo han encontrado esta noche de madrugada o quizas esta manana, muerto en su cama, no estoy muy seguro, pero todo el mundo anda muy nervioso -Marina le fue aflojando el agarre, para agarrarse a la mesa de la secretaria que ahora mismo no estaba en su puesto -?pero como ha pasado eso? Ayer estaba perfectamente -aunque tenia muy mala cara penso Marina, ayer por la tarde Ernesto no estaba en su mejor momento, le dolia la cabeza y tenia mucho calor, asi se lo conto a ella cuando fue a su despacho para que le diera el visto buena a la ultima campana que habia hecho, pero no le dio importancia, no era la primera vez que se encontraba mal; ella le habia preguntado en repetidas ocasiones si habia ido al medico y le habia dicho que no, que ya se le pasaria, parecia que habia sido mas grave de lo que el mismo pensaba. Ernesto Ruiza no era un hombre mayor, apenas tendria los sesenta anos, pero se conservaba muy bien y estaba en su peso. Hacia poco mas de un ano que se habia casado por segunda vez. Su primera mujer habia muerto hacia mas de diez anos, de un cancer de pancreas, se la llevo en lo mejor de su vida. Fue entonces cuando Marina entro a trabajar con el, estaba muy triste, y para el, Marina fue como la hija que no habia podido tener, la acogio con gran carino y le enseno todo lo que el sabia del oficio. Marina no habia ido a la universidad, tuvo una adolescencia muy conflictiva, fue una chica rebelde, y su madre, una madre divorciada, como muchas, no supo hacer carrera de ella; el ultimo novio de su madre fue quien le busco ese trabajo a Marina, el conocia a Ernesto desde su infancia, se habian criado juntos, y para Marina fue su tabla de salvacion, por aquel entonces cada vez tenia amistades mas peligrosas, aunque ella no lo veia asi. Tener un trabajo la cambio radicalmente y se tomo muy en serio el trabajo, poder disponer de su dinero fue un gran aliciente. Salio de casa de su madre y se alquilo un piso en el barrio de vallecas, que era lo que podia pagar sin ayuda de ninguna clase. Por eso saber que su mentor habia muerte le causo un dolor, que en un principio, no supo muy bien como gestionar -no debia estar tan bien -dijo Oscar sacandola de sus pensamientos -?cuando ha muerto?-pregunto Marina -parece ser que le ha dado un infarto mientras dormia, su mujer fue quien lo descubrio -?por que? ?acaso no estaba con el en la cama cuando todo paso? -pregunto Marina inquisitivamente -y yo que se Marina, solo se lo que se rumorea, no se nada mas. No ha venido nadie a contarnos nada, lo que sabemos, lo sabemos por el jefe de personal, solo nos ha dicho lo que te acabo de contar, pero todo el mundo esta muy nervioso -Oscar era un chico joven, era del equipo de Marina, llevaban las firmas mas importantes de la oficina, Marina se habia apropiado de los mejores creativos, y habia creado un grupo perfecto y muy capaz -la empresa no va muy bien, eso lo sabemos todos, y con la muerte de Ruiza esto no hace mas que empeorar -, Marina le miro, tenia razon, esto solo podia ir a peor -bueno no adelantemos acontecimientos -, pero sabia que la empresa iba mal, se sostenia con los pocos clientes que llevaban ellos, habia tres equipos mas, cada uno se componia de cuatro personas, pero llevaban firmas de mucho mas bajo nivel, o de esos que solo te daban una campana al ano, y con eso ninguna empresa podia mantenerse a flote. Eran unos veinte empleados, y por ahora se sostenian, pero de un tiempo a esta parte Ernesto cada vez estaba mas alejado de la empresa, parecia que nada le interesaba, quizas era debido a su delicado estado de salud, que a todo el mundo le habia ocultado -, ?no ha dicho nada mas el senor Rodriguez?-era el jefe de personal -nada, solo nos ha dicho que continuaramos trabajando como si nada pasara -pero no ha dicho nada de a que tanatorio lo iban a llevar, -todavia no lo sabia -los dos iban andando a su cubiculo, a su despacho, en el ya estaban Soraya y Luis esperandolos con la cara preocupada y triste, los dos se habian enterado y estaban sentadas alrededor de la mesa, la que empleaban para trabajar. Soraya era licenciada en bellas artes, era muy buena haciendo cualquier dibujo o idea que le explicaras, y Luis era un hacha ideando esloganes -bueno ya sabeis lo que ha pasado -dijo Marina -vamos a seguir trabajando en la firma de embutidos que teniamos pendiente, ya nos enteraremos de algo mas, por ahora no vamos a preocuparnos demasiado, no sabemos nada, me imagino que se pasara por aqui su mujer, no tenia hijos… como todos sabeis, yo no se mucho mas que vosotros, con lo cual vamos a ver como se desarrollan los acontecimientos. Ese dia todo siguio igual, nadie paso por la oficina, a ultima hora de la tarde el jefe de personal, el senor Rodriguez, los reunio a todos en la sala de juntas -os he reunido para que supieras dos cosas: lo primero es que el cuerpo del senor Ruiza esta en el tanatorio de la m-30, esta desde esta manana mas o menos, podeis ir a verlo cuando querais, despues de esta charla todos os podreis ir a casa, o a donde querais, la jornada se habra acabado, tambien parece ser que el senor Ruiza tenia dos sobrinos, tambien metidos en el mundillo de la publicidad, y creemos que ellos heredaran la empresa, lo se porque esta tarde se ha puesto en contacto conmigo su abogado, y me lo ha dicho, manana o quizas pasado a lo mas tardar, se presentaran aqui, y ellos mismos nos informaran a todos, a mi incluido, lo que quieren hacer con la empresa, por ahora no se nada mas, manana cuando vengais seguireis trabajando en los proyectos que todos teneis, como si no hubiera pasado nada y ahora todos a casa o adonde querais -?vas a ir al tanatorio?- le pregunto Oscar a Marina -si, voy ahora, antes de ir a casa, ?vienes conmigo? -si prefiero ir contigo -, la sala se fue vaciando poco a poco el ultimo en salir fue el senor Rodriguez -!senor Rodriguez! -lo llamo Marina,- ?no sabe nada mas de como murio el senor Ruiza? -no Marina, lo que os he dicho es lo unico que se, no le han hecho ni autopsia, debido al infarto masivo que sufrio, -?va usted ahora al Tanatorio? -no, ya me pase este mediodia, cuando me llamo el abogado -habia falseado un poco la hora en que le llamo el abogado, pero Marina lo entendio, no queria encontrarse con toda la empresa alli en el tanatorio -me dio un poco de pena, estaba solo, no habia nadie, se que su primera mujer era hija unica con lo cual no tenia hermanos, ni familia, pero no ver alli a la viuda me causo una gran impresion, pero no me hagais mucho caso, yo estoy acostumbrada a grandes familias, donde siempre hay mucha gente en todos los acontecimiento, por eso me choco -el senor Rodriguez los dejo, y se fue andando despacio, se le veia preocupado, eso preocupo a Marina y a Oscar, que se miraron sin saber muy bien que decir -?que hacemos? ?vamos ya? -pregunto Oscar -yo no he traido coche, pensaba ir esta tarde al centro, me queria comprar unas zapatillas para correr, hay una marca nueva que son la leche -se callo, se dio cuenta de que el comentario habia dado la sensacion de frivolidad -vamos, yo si he traido coche, y no te preocupes, tampoco era tu padre, luego si no tardamos mucho te dejo en el centro para que te puedas comprar las zapatillas - no, ya lo hare manana, mejor me dejas en mi casa si no te importa Fueron a su cubiculo y le preguntaron a Soraya y a Luis si querian ir con ellos y los dos dijeron que si, juntos fueron al tanatorio. Entraron en la sala donde estaba el senor Ruiza, habia gente, todos de la empresa. Estaba el jefe de comercial y algunos comerciales, los saludaron, y ellos cuatro fueron a ver al senor Ruiza, estaba tumbado, como todo los muertos, con la cara serena y un traje azul, parecia que estaba dormido, pero aunque Marina no habia visto muchos muertos, algunos si, todos le habian causado la misma sensacion. En los tanatorios sabian hacer muy bien su trabajo. No vieron a su viuda, ?o si?, ninguno de los cuatro la conocia, por lo tanto, no podian saber si estaba alli. De repente un ruido en la puerta les hizo a todos volver la cabeza, entraron tres desconocidos, Marina los miro y vio entrar a las personas mas guapas que habia visto en su vida; los dos hombres eran espectaculares, morenos, altos y bien formados, con trajes caros que les sentaban estupendamente bien, como si hubieran sido hechos a medida, y a lo mejor asi era, uno era un poco mas alto que otro y tambien uno tenia el rostro mas dulce, como mas aninado y unos ojos verdes, grandes y maravillosos, el otro tenia los ojos algo mas pequenos pero parecian marrones muy claritos, de esos que no sabes si son verdes o marrones o ambar, tenia la cara mas dura, la mandibula cuadrada y los pomulos afilados, era un hombre espectacular, de esos que ves en el cine o en las revistas de moda, pero nunca en la calle. Deben de estar

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  • Una historia como otra cualquiera - Manuela Berdeal - Libros4

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  • El enigma del domador de pulgas de Antonio Envid Minana

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    Antonio Envid (“El tenue aroma de la acacia”, 2013; “La invencion de la taberna”, 2014, y “A beneficio de inventario”, 2015) nos sorprende con esta nueva y excitante novela negra con la que, con su siempre sabia pluma, consigue sumergir al lector en una apasionante trama policiaca, a menudo impregnada de su caracteristico y sutil humor, en el interesante contexto de la Espana del final del franquismo, con un inspector y un comisario que tratan de esclarecer el enigma de un personaje de oscuro pasado: un domador de pulgas. La investigacion nos trasladara hasta la Guerra Civil y al cruel destino de aquellos espanoles que acabaron en el amargo exilio de la Europa de la Segunda Guerra Mundial.

  • Como caido del cibercielo de Mara Oliver

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    Esta solo en Nochebuena? Eso no me gusta. 0:08 Es que trabaja en un hotel, como guardia de seguridad, y le ha tocado quedarse toda la noche a vigilar camaras. 0:09 Gema: Pues disfruta la conversacion. Y, si es el que sale en la foto de verdad, !A POR EL! 0:10 ?Y tu como estas, Esther? ?Has vuelto a tener contracciones? [?] 0:10 Gema: XD 0:10 Esther: Vale, reiros, reiros, pero me asuste un monton. 0:11 Gema: Es lo que tienen los gases, que asustan [?] !sobre todo cuando salen y suenan! [?] Relajate, que aun te quedan un par de semanas de embarazo. Y cuando tengas contracciones de verdad, no las vas a confundir con un ataque de pedos. XD 0:12 [?] Siempre me haceis reir, os adoro, !pedorras mias! [?] 0:12 Esther: :/ A mi no me hace gracia. Bueno, un poco [?] !Es que tengo tanto miedo, chicas! :S 0:13 Gema: Ser mama es lo mejor que me ha pasado en la vida. NO TENGAS MIEDO, Esther. Todo va a salir bien, la mala suerte ya me la lleve yo toda. ?Entendido? 0:14 Ay, mi Gemi, ahora me has hecho llorar. 0:15 Esther: Y a mi. 0:15 Gema: Pues nada de llorar, tontas, que se malgastan fuerzas. [?] Mis dos angelitos, que se fueron antes de tiempo, a mi nunca se me iran de la cabeza, ni del corazon, pero ahora tengo aqui a mi principe, que se esta quedando dormido encima de mi pecho, y tengo a mi princesa, que esta leyendome un cuento, !ella a mi! 0:17 !Mi sobri postiza es un supercerebro! 0:17 Gema: [?] Os dejo, chicas, que si no estos malandrines no se duermen. !Y vosotras, mis valientes, a seguir adelante y sonriendo! 0:18 Esther: !!!Os quiero un monton!!! 0:18 Gema: Yo tambien os quiero. MUCHO. MUCHISIMO. 0:19 !Y yo os requeteadoro! 0:19 Gema: A ti, mi Maite, mas te querre si te quitas tambien los miedos y vuelves ya con tu surfero. [?] 0:20 !Valeee! ^^ Por cierto, no se que me estara diciendo, pero mi surfero-dicharachero [?] me esta breando a wasaps. [?] 0:21 Esther: Leelo y descubrelo [?] Habla con el, enterate bien de quien es y todo eso. !Manana nos cuentas! 0:21 25 de diciembre de 2015 Voy a contarte tres coincidencias, de una no estoy muy seguro, pero las otras dos pasaron en mi familia. Yo no se lo he contado nunca a nadie, son coincidencias solo para mi, para mi hermana son chorradas. 0:01 Para mi es la prueba de que hay algo mas que lo que vemos con los ojos, pero se que si se lo cuento a alguien tal y como yo lo veo, la gente pensara que estoy loco o que me lo invento o que busco algo mistico en casualidades de la vida. Y es posible, no lo se. 0:02 Te lo voy a contar a ti porque tu tambien estas algo loca [?] si no no estariamos teniendo esta conversacion, nunca me habrias escrito. 0:02 Bueno, alla voy. 0:03 Mi padre era un gran fan de los Beatles y no se si eso se pasa con los genes, pero yo tambien lo soy y su cancion favorita es mi cancion favorita. 0:03 Across the universe, un temazo. Me la se de memoria, puedo silbarla sin fallar ni una nota, podria mandarte un audio silbandola por si no sabes cual es. 0:04 Ya te digo que silbar, silbo bien; cantar, lo hago fatal. Mi voz es demasiado grave. 0:04 Mejor te pego un link. 0:05 https://www.youtube.com/watch? v=PN9n1bAahg4 Asi puedes escucharla conmigo. 0:06 Se que estas en linea, pero no me estas leyendo.

  • La jefa (Los jefes 1) de Victoria Quinn

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    El hombre mas poderoso del mundo.

  • El Jefe esta prohibido de Pia Brooks

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    Capitulo 1 Llueve. No es que no me guste la lluvia, lo haria si supiera que con ello caminaria con alguien bajo las pequenas gotas para ir a ninguna parte solo por cogernos de la mano y pasar el tiempo juntos, pero si lo que tengo que hacer es encerrarme todo el dia en una oficina enorme que parece pequena de la cantidad de personas que estamos trabajando en ellas, la cosa cambia un poco. Soy una tia algo peculiar, me lo recuerdo mientras compruebo por decima vez que he cerrado el coche, siempre me ha dado panico pensar que cuando salga no va a estar donde lo deje. Como si fuera tan facil robar un coche. Me coloco el panuelo del cuello con doble nudo a pesar de que se a ciencia cierta que en cuanto haga un poco de calor me entrara un agobio tremendo mientras consigo quitarmelo. Los tacones resuenan en la entrada del edificio, tan blanca y perfecta como todo lo que alli sucede. Una compania de modelos en la que se cuida de todo, hasta el minimo detalle. No me gusta en exceso la ropa que tengo que llevar pero, entiendo, o quiero entender, que para fotografiar diosas no puedo ir de cualquier manera. Llamo al ascensor y repiqueteo en el suelo mientras estiro un poco de ambas mangas de la americana. Por fin se abre, este maldito ascensor se rompera en algun momento. Siempre tardando un siglo. Me subo y agradezco que nadie mas lo haga. No estoy a gusto en los espacios cerrados que encima quieren albergar mas gente de lo que se debe. Pone maximo seiscientos kilos, pero no hace falta apurar por el amor de dios, que la gente quedandose en quinientos noventa y nueve va con una sensacion de seguridad que acojona. En el ultimo momento alguien detiene el ascensor. Genial. Solo veo un reloj demasiado caro en un primer momento, despues, Tom Harper, jefe de la compania se deja ver. Sube sin disculparse por la interrupcion. Supongo que eso de que el edificio sea tuyo te da una autoridad prepotente. Tendremos mas o menos la misma edad, pero a mi, el, me parece mucho mas mayor. Se podria esperar de un chico de treinta anos, de muy buen ver y forrado, que aprovechase para ligar con las modelos que entran y salen de este santo edificio, pero no. Y eso, lo hace mucho mas irritante. Trata a todo el mundo como si fueramos maquinas, sin sentimientos y ademas, sin horarios. Nunca es voluntario nada en cuanto al trabajo extra se refiere. Le miro un instante. Tiene la mirada fija en su carisimo reloj, como si no entendiese por que tardamos tanto en llegar a la planta correcta. Es verdad. Estaba tan distraida en criticar mentalmente a mi extrano jefe que no habia caido en la cuenta de que no oigo ya el ruido del motor. - ?Se ha parado? -Mi voz ha tenido que sonar dos tonos por encima de lo que deberia. Tom Harper me mira evaluandome con sus grandes ojos marrones y oscuros. -Digame que no se ha parado. -Nos sacaran en unos instantes, no se preocupe. -Su voz calmada me irrita mas. Intento sacarme el panuelo de la garganta. Este espacio es muy pequeno. ?Que hay del oxigeno? ?Por que no nos sacan ya? ?Es que da igual que vaya a morir el jefe de la estupida compania? Respira, Catherine. Mi voz me habla para que intente ser racional, pero eso es imposible. ?Por que el panuelo no se quita? Mi mano tiembla un poco. -Relajese. -Las manos tranquilas y seguras del jefe me quitan el panuelo desanudando sin prisa el lio que se habia hecho. -Quite. -Necesito salir de aqui ya. Me deshago de la americana y abro los primeros botones de la camisa para que vuelva el aire en mi pecho. -Tiene que relajarse, por dios. -Su voz parece mas irritada y me pregunto si tambien es claustrofobico. No, no lo parece. Esta demasiado tranquilo. Se quita la chaqueta de su traje y aunque debe haberle costado un dineral la dobla y la deja en el suelo. -Venga. -Su mano rodea mi muneca y sin parar de intentar tomar aire le sigo. Me sienta en el suelo y pone su chaqueta detras de mi cabeza. - ?Como se llama? -No le contesto. Ni si quiera sabe quien soy y eso que hago la mayoria de las fotos que le hacen ser tan estupidamente rico. - ?Trabaja aqui o viene a alguna reunion? -Idiota. -Es lo primero que sale de mi boca y no puedo evitarlo. Voy a morir y a pesar de haber sacrificado gran parte de mi vida social por ser la mejor en lo que hago no me reconoce ni mi jefe. Si salgo con vida de esto quiza deberia reconsiderar mis prioridades. -Me aprieta el sujetador. -Lo menciono en alto mientras empiezo a ver borroso. ?No piensan ni si quiera intentar sacarnos de aqui? - ?Me oye? -Noto que empieza a trastear por debajo de mi camiseta con decision. Un minuto despues puedo subir bajar el pecho algo mejor. Ha abierto el clic del sosten. Su nariz esta muy cerca de la mia y si no estuviera tan mareada me podria fijar bien en la fina linea de sudor que enmarca su musculado cuello. -Ya nos van a sacar de aqui. -Intenta levantarse y yo necesito que siga apretando su mano con la mia asi que le retengo. Me mira con intensidad. -Hable de lo que sea. No pienses en el hecho de que estamos encerrados. O de que, por lo visto, soy un idiota. -Se sonrie un poco cuando se insulta asi mismo. -Me llamo Catherine. Soy su fotografa estrella. -Me encojo de hombros y espero solo morir asfixiada. -Pero claro, usted esta muy pendiente de ir al gimnasio y a clases de como ser un borde y ni siquiera sabe ponerme cara. -En realidad. -Se acerca tanto para contestarme que mientras que susurra a mi oido puedo aspirar su fragancia a jabon limpio y masculinidad. -No deberia hablarme asi y menos si me dice su nombre. -Se rie un poco y eso hace que me encoja. ?Es excitacion lo que he sentido? -Se que usted piensa que no, pero, saldremos de esta y se arrepentira de todo en cuanto se le pase el ataque de panico. Quiero contestarle que solo le he dicho lo que todo el mundo piensa. Que no me confunde con su sonrisa encantadora y su cuerpo mas que visible con el sudor haciendo que se transparenten sus abdominales por la camisa blanca de algodon. Pero un tintineo agudo me lo impide. Las puertas se abren y veo al padre del jefe poner mala cara. El senor Harper tampoco era muy amable con los empleados cuando estaba a cargo. Hay mucha otra gente que se preocupa por el estado de salud de Tom. La gente se arremolina y se va conforme hablan con el. Ha podido salir con mucha elegancia a pesar de tener que subir con su propia fuerza la separacion entre donde se ha quedado atascado el ascensor y el piso desde el que nos han abierto. Las voces se van alejando un poco y me pregunto por un instante si es que piensan dejarme aqui. Claro, el senorito ya ha salido. A las empleadas que nos den. -Hay una empleada abajo. -La voz de Tom Harper no expresa emocion alguna. Posiblemente me saca de aqui por cortesia antes de despedirme. Pero, ahora mismo, poco me importa. El aire esta entrando por el hueco a bocanadas hasta mi y eso, es lo unico que importa. -Senorita. -Un bombero cae dentro a mi lado. Es bastante alto y me mira con amabilidad. - ?Esta bien? -Asiento sin mucha conviccion. - ?Es claustrofobica? -Asiento mientras me tiembla un poco el cuerpo. Tengo ganas de llorar. -La saco. Sus fuertes brazos me elevan y solo tengo que darle las manos a otro bombero que me tiende las suyas cuando yo ya estoy practicamente fuera. -Gracias. -Alcanzo a decir en el momento en el que ese primer bombero, apuesto por cierto, me lanza una sonrisa al salir detras de mi. -Deberia tomarse el dia libre. Su jefe lo comprendera. -Me da una botella de agua y se va tras preguntarme varias veces si necesito algo. "Su jefe lo comprendera". !Por supuesto que no! Porque ni siquiera ha tenido la decencia de esperar a que saliera de ese ascensor. Mi reloj digital pita y me percato de la hora que es. Tardisimo. Deberia estar en la sesion de fotos que llenaran las hermosas calles para este otono. Corro como puedo por las escaleras los pisos que quedan a pesar de que deberia sentarme para recomponerme. Al llegar al piso numero once abro la puerta que da al estudio y me doy de lleno con alguien que parece estar dispuesto a romper mi nariz con su hombro. -Es usted un iman de mala suerte. -Miro a mi jefe atonita. -Me ha manchado el traje. - Observo su perfecta chaqueta con un puntito de sangre que debe haber salido de mi nariz. -Va a hacer las fotos de otono usted, senor Harper. -Sin decir nada mas doy media vuelta para irme directamente por las escaleras hacia mi coche.

  • Un buen hijo de Pascal Bruckner

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    <> es la historia de un amor imposible. El amor a un individuo despreciable. Un fascista autoritario y mujeriego que es a la vez un hombre culto y de firmes convicciones, y que resulta ser el padre del propio Bruckner. Semejante conflicto filial da paso a una maravillosa novela de formacion, personal e intelectual, de quien es uno de los escritores mas solidos y controvertidos del panorama actual de las letras francesas. El hijo adulto se enfrenta en primera persona y sin ningun tipo de mascara narrativa a un personaje por el que siente, a un tiempo, rechazo y compasion, en un relato que nace del odio pero que va adquiriendo un inesperado y reconfortante tinte de ternura. Semejante giro acaba por sorprender al propio narrador. Bruckner no puede culminar su particular condena al padre, y ve como el inspirador rencor de partida se va derritiendo para dejar paso a un timido carino, que no comprension, y a la certeza definitiva de que no es posible juzgar de forma absoluta los comportamientos ajenos. <> es una cruda novela de formacion en la que Pascal Bruckner nos plantea, a traves de su propia biografia, un recorrido por la cultura francesa de la segunda mitad del siglo XX.

  • Casa de espias de Daniel Silva

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  • Mariposas en tu estomago (Sexta entrega) de Natalie Convers

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    No hay nadie mas experta en los trabajos de media jornada que Beca: a sus 18 anos no solo es la mayor de cuatro hermanos, tambien es la companera de combate junto a su madre para sacar a la familia adelante a la vez que estudia muy duro para las clases. Despues de que su padre se marcharse sin ninguna explicacion cuando ella tenia solo 16 anos, aprendio una gran leccion: no te fies de ningun tipo con sonrisa arrolladora y un iman natural para las nenas. A pesar de ello, pronto conoce a Alex, un enigmatico y atractivo estudiante de Bellas Artes que puede hacer aparecer magicamente mariposas en su estomago y que irremediablemente cambiara su vida para siempre mediante un giro inesperado del destino.

  • Hijas del sur de Deb Spera

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    Una conmovedora novela protagonizada por tres inolvidables mujeres surenas en los duros anos que precedieron a la Gran Depresion.

  • La expedicion al baobab de Wilma Stockenstrom

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    UN CLASICO MODERNO DE LA LITERATURA ESCRITA POR MUJERES.

  • Somos Tentacion (Suenos y Pecados 3) de C. H. Dugmor

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    Ella renuncio a su realidad para ir tras sus suenos. El fue victima de una pasion clandestina que lo arrastro al borde de la locura. Cuando creian que todo era felicidad, aun les quedaba una prueba por enfrentar. Fantasmas del pasado regresaran para enturbiarlo todo y hacerlos caer en la tentacion.
    Mas romance… Mas pasion… Mas suenos… Mas pecados… y muchas tentaciones que los pondran a prueba. ?Caeran en la tentacion?

  • Elena sabe de Claudia Pineiro

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    Se trata de levantar el pie derecho, apenas unos centimetros del suelo, moverlo en el aire hacia adelante, tanto como para que sobrepase al pie izquierdo, y a esa distancia, la que sea, mucha o poca, hacerlo bajar. Apenas de eso se trata, piensa Elena. Pero ella piensa, y aunque su cerebro ordena movimiento, el pie derecho no se mueve. No se eleva. No avanza en el aire. No vuelve a bajar. No se mueve, no se eleva, no avanza en el aire, no vuelve a bajar. Eso apenas. Pero no lo hace. Entonces Elena se sienta y espera. En la cocina de su casa. Tiene que tomar el tren que sale para la Capital a las diez de la manana; el siguiente, el de las once, ya no le sirve porque la pastilla la tomo a las nueve, entonces piensa, y sabe, que tiene que tomar el de las diez, poco despues de que la medicacion logre que su cuerpo cumpla con la orden de su cerebro. Pronto. El de las once no, porque entonces el efecto de la medicacion habra declinado hasta desaparecer y ella estara igual que ahora, pero sin esperanza de que la levodopa actue. Levodopa se llama eso que tiene que circular por su cuerpo una vez disuelta la pastilla; conoce el nombre desde hace un tiempo. Levodopa. Asi le dijeron, y ella misma lo anoto en un papel porque sabia que no iba a entender la letra del medico. Que la levodopa circule por su cuerpo, sabe. Eso es lo que espera, sentada, en la cocina de su casa. Esperar es todo lo que puede hacer por el momento. Cuenta calles en el aire. Recita nombres de calles de memoria. De atras para adelante y de adelante para atras. Lupo, Moreno, 25 de Mayo, Mitre, Roca. Roca, Mitre, 25 de Mayo, Moreno, Lupo. Levodopa. Solo la separan cinco cuadras de la estacion, no es tanto, piensa, y recita, y sigue esperando. Cinco. Calles que todavia no puede andar con sus pasos esforzados aunque si repetir sus nombres en silencio. Hoy no quiere encontrarse con nadie. Nadie que le pregunte por su salud ni que le de el pesame tardio por la muerte de su hija. Cada dia se le aparece alguna persona que no pudo velarla o no pudo estar en el entierro. O no se atrevio. O no quiso. Cuando alguien muere como murio Rita, todos se sienten invitados a su funeral. Por eso las diez no es una buena hora, piensa, porque para llegar a la estacion tiene que pasar por delante del banco y hoy se pagan las jubilaciones, entonces es muy probable que se cruce con algun vecino. Con varios vecinos. Aunque el banco abra recien a las diez, cuando su tren este entrando en la estacion y ella con el boleto en la mano se acerque al borde del anden para tomarlo, antes de eso, Elena sabe, ya va a encontrar jubilados haciendo la cola como si tuvieran miedo de que la plata alcanzara solo para pagarle a los que primero llegan. Solo podria evitar el frente del banco dando una vuelta manzana que su Parkinson no le perdonaria. Ese es el nombre. Elena sabe desde hace un tiempo que ya no es ella la que manda sobre algunas partes de su cuerpo, los pies por ejemplo. Manda el. O ella, y se pregunta si al Parkinson habria que tratarlo de el o de ella, porque aunque el nombre propio le suena masculino no deja de ser una enfermedad, y una enfermedad es femenina. Como lo es una desgracia. O una condena. Entonces decide que lo va a llamar Ella, porque cuando la piensa, piensa <>. Y puta es ella, no el. Con perdon de la palabra, dice. Ella. El doctor Benegas se lo explico varias veces pero Elena todavia no termina de entender; si entiende lo que tiene porque lo lleva en el cuerpo, pero no algunas de las palabras que usa el medico. La primera vez estaba Rita presente. Rita, que hoy esta muerta. Les dijo que el Parkinson es una degeneracion de las celulas del sistema nervioso. Y a las dos les cayo mal la palabra. Degeneracion. A ella y a su hija. El doctor Benegas seguramente se dio cuenta, porque enseguida trato de explicarles. Y dijo, una enfermedad del sistema nervioso central que degenera, o hace mutar, o cambia, o modifica de manera tal algunas celulas nerviosas que dejan de producir dopamina. Y Elena se entero entonces de que cuando su cerebro ordena movimiento, la orden solo puede llegar a sus pies si la dopamina la lleva. Como un chasqui, penso aquel dia. Entonces el Parkinson es Ella, y la dopamina el chasqui. Y el cerebro nada, piensa, porque sus pies no lo escuchan. Como un rey derrocado que no se da cuenta de que ya no gobierna. Como el emperador sin traje del cuento que le contaba a Rita cuando era chica. Rey derrocado, emperador sin traje. Y ahora esta Ella, no Elena sino su enfermedad, el chasqui y el rey derrocado. Elena repite sus nombres como antes repitio los de las calles que la separan de la estacion; esos nombres comparten su espera. De atras para adelante y de adelante para atras. Emperador sin traje no le gusta porque si no lleva traje esta desnudo. Prefiere rey derrocado. Espera, repite, combina de a pares: Ella y el chasqui, el chasqui y el rey, el rey y Ella. Prueba otra vez, pero los pies siguen ajenos, ni siquiera desobedientes, sordos. Pies sordos. A Elena le encantaria gritarles, pies muevanse de una vez por todas, hasta carajo les gritaria, muevanse de una vez por todas, carajo, pero sabe que seria en vano, porque sus pies no escucharian tampoco su voz. Por eso no grita, espera. Repite palabras. Calles, reyes, otra vez calles. Incluye palabras nuevas en su rezo: dopamina, levodopa. Intuye que la dopa de dopamina, y la dopa de levodopa, deben ser la misma cosa, pero solo intuye, no tiene certeza, repite, juega, deja que su lengua se trabe, espera, y no le importa, solo le importa que el tiempo pase, que esa pastilla se disuelva, circule por su cuerpo hasta sus pies y estos se enteren, por fin, de que tienen que ponerse en marcha. Esta nerviosa, lo cual no es bueno, porque cuando se pone nerviosa la medicacion tarda mas en actuar. Pero no puede evitarlo. Hoy va a jugarse la ultima carta para tratar de averiguar quien mato a su hija, hablar con la unica persona del mundo a la que cree que puede convencer de que la ayude. A cambio de una deuda lejana en el tiempo, casi olvidada. Va intentar cobrar esa deuda, aunque Rita, si estuviera, no estaria de acuerdo, la vida no es un trueque, mama, hay cosas que se hacen porque si, porque Dios manda. No va a ser facil, pero lo va a intentar. Isabel se llama la mujer a la que busca. No esta segura de si se acordara de ella. Cree que no. De Rita si, le manda una postal cada fin de ano. Tal vez no sepa de su muerte. Si nadie le dijo, si no leyo el unico aviso funebre que pusieron recien dos dias despues del entierro en nombre del colegio parroquial donde trabajaba Rita, el cuerpo directivo y docente, alumnos y padres acompanan a Elena en este momento tan dificil, si ella no la encuentra al fin de ese dia, seguramente este diciembre esa mujer que Elena hoy busca enviara una postal dirigida a un muerto, deseandole feliz Navidad y un prospero Ano Nuevo. De Rita se acuerda, pero de ella, de Elena, Elena piensa, seguramente no. Y si se acordara no la reconoceria, asi doblada, con ese cuerpo viejo que no se corresponde con los anos que tiene. Sera su tarea, le va a explicar quien es y por que esta alli, frente a ella, cuando la enfrente. Le va a contar de Rita. Y de su muerte. Aunque sea le dira lo poco que entiende en medio de todo lo que le contaron. Elena sabe donde encontrar a Isabel, pero no como llegar. Alli donde ella misma la llevo hace veinte anos, siguiendo a Rita. Si la suerte esta de su lado, si Isabel no se mudo, si no murio como murio su hija, alli la encontrara, en una vieja casa en Belgrano, con puerta de madera pesada y herrajes de bronce, justo al lado de unos consultorios medicos. No se acuerda del nombre de la calle, si se acordara al menos de la pregunta que le hizo entonces su hija, ?vos escuchaste alguna vez una calle que se llame Soldado de la Independencia, mama?, entonces sabria. Pronto va a saber, porque si se acuerda de que es a una o dos cuadras de la avenida que corre bordeando Buenos Aires desde Retiro hasta la General Paz, cerca de una plazoleta, y de las vias de un tren. No vieron el tren, pero escucharon su marcha y Rita pregunto, ?que ramal es?, pero Isabel no contesto, porque lloraba. Para saber como volver a viajar, esta segunda vez, casi veinte anos despues, Elena fue a la remiseria de la esquina de su casa, la que pusieron hace unos anos en el local donde antes habia estado la panaderia en la que Elena compro para su familia el pan de cada dia desde que llego al barrio, recien casada, hasta que desaparecio el pan y aparecieron los autos de alquiler. El chofer no sabia, soy nuevo, se disculpo y le pregunto al dueno. Repitio las palabras de Elena, dijo, la avenida que bordea Buenos Aires, de Retiro a la General Paz, cerca de una via, y el dueno le contesto, Libertador, y Elena que si, que se llamaba Libertador, ahora que se lo dice se acuerda, y que tenia que ir hasta Belgrano, hasta una plazoleta. Olleros, dijo otro chofer que acababa de llegar de un viaje, eso ya no estoy segura, dijo Elena, Olleros, repitio el hombre con seguridad, pero ella no se acordaba del nombre de la calle, si de la puerta de madera, y de los herrajes de bronce, de Isabel, y de su marido, poco de su marido. ?La llevamos?, le preguntaron y Elena dijo que no, que era mucho viaje, mucho gasto, que iba a ir en tren y en todo caso, si ya no podia consigo misma y su cuerpo no se animaba al subte, tomaria un taxi en Constitucion, le hacemos precio, propuso el dueno, no, gracias, contesto ella, le podemos fiar, insistio, en tren, dijo Elena, no me gustan las deudas, y no dio lugar a otra insistencia, subte cerca no la deja ninguno, senora, el de Carranza, pero de ahi tiene como diez cuadras, le dijeron, si toma taxi tenga cuidado de que no la paseen, digale al taxista que vaya derecho por 9 de Julio hasta Libertador y de ahi otra vez todo derecho hasta Olleros, bueno, no, corrigio el chofer que sabia, porque Libertador se convierte en Figueroa Alcorta, antes de llegar al Planetario se va a tener que fijar que doble a la izquierda, hasta el Monumento a los Espanoles, y que retorne Libertador, o en el Hipodromo de Palermo, aclaro el dueno, pero no deje que la paseen, ?en serio no quiere que la llevemos? Elena se fue sin responder, porque la misma pregunta ya la habia contestado antes y demasiado esfuerzo era para ella todo como para contestar dos veces lo mismo. Constitucion, 9 de Julio, Libertador, Figueroa Alcorta, Planetario, Monumento a los Espanoles, Libertador, Olleros, una puerta de madera, herrajes de bronce, una puerta, Olleros, Libertador, 9 de Julio, Constitucion. De atras para adelante, de adelante para atras. No recuerda en que lugar del rezo tiene que meter el Hipodromo. Espera, piensa, cuenta otra vez las calles. Las cinco que la separan de la estacion y las otras, las que no conoce, o no se acuerda, aquellas hacia donde va para cobrar una deuda en la que cree a fuerza de necesidad. Rey sin corona. Ella. Desde su posicion, sentada, trata de levantar el pie derecho en el aire, y el pie ahora se da por enterado y se eleva. Entonces esta lista, sabe. Apoya la palma de cada una de sus manos sobre sus muslos sentados, junta los dos pies para que sus piernas queden en un angulo de noventa grados a la altura de la rodilla, luego cruza la mano derecha al hombro izquierdo y la mano izquierda al hombro derecho, empieza a balancearse en la silla y, con el impulso, se levanta. Asi la hace levantar el doctor Benegas cuando la revisa, y ella sabe que es mas dificil de esa manera pero lo intenta cada vez que puede, practica, porque quiere estar entrenada para la proxima visita. Quiere impresionar al doctor Benegas, mostrarle que puede, a pesar de las cosas que le dijo la ultima vez que la vio, quince dias antes de que Rita apareciera muerta. Parada frente a la silla que acaba de dejar levanta el pie derecho, lo eleva en el aire, apenas unos centimetros, lo mueve hacia adelante hasta que sobrepasa el pie izquierdo lo suficiente como para que ese movimiento signifique un paso, entonces lo baja, y ahora es el turno del pie izquierdo que debe hacer lo mismo, exactamente lo mismo. Elevarse. Avanzar en el aire. Bajar. Elevarse, avanzar en el aire, bajar. De eso se trata. Apenas de eso. De caminar, para llegar a tomar el tren de las diez

  • Contrato. Lo que esperas de mi de Aryam Shields

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    Para Katheryne Cortez la vida de su hija es lo mas importante y la salvara al precio que sea. Alessandro D'Angelo es un arquitecto italiano conocido por su mal caracter. Su vida y su pasado son mundos a los que pocas personas tienen acceso. Someterse al mundo del arquitecto es su ultimo intento para solucionar sus problemas, pero ?podra salvar la vida de su hija sin entregar la suya a la oscuridad de un hombre cuyo corazon ha estado congelado por anos? Cuando un lazo te une mas alla de lo imposible. Cuando es la ultima opcion que te queda. Cuando ya no hay mas caminos, ?que estarias dispuesto a sacrificar?

  • Beautiful (Saga Beautiful 5) Un toque de locura, Christina Lauren de Christina Lauren

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    En la ultima entrega de la exitosa serie romantica <>…

  • Los colores del incendio de Pierre Lemaitre

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    El impacto que produjo en Francia la publicacion de Nos vemos alla arriba -Premio Goncourt 2013 y mas de dos millones de ejemplares vendidos- supero con creces la enorme resonancia que suele acompanar a uno de los galardones mas prestigiosos de la literatura europea. El publico y la critica se rindieron ante la frescura, la plasticidad y la viveza de una prosa en apariencia ligera que, como en los mejores folletines decimononicos, alimenta una trama envolvente y compleja en la que campan unos personajes que despiertan la curiosidad y estimulan la imaginacion.

  • Mujeres en el frente de Freda Lightfoot

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    Una historia de esperanza y superacion del pasado.

  • Emilia Pardo Bazan de Isabel Burdiel

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    Isabel Burdiel restituye la figura de la novelista espanola por excelencia, personalidad clave del siglo XIX.

  • SERIE AMOR EN TIERRA SALVAJE 2; ?QUE ERES TU? de Claire Phillips

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    Seguro de si mismo, atractivo, inteligente, rico y habituado a dar ordenes que son rapidamente obedecidas, Alec no podia creer que la chef deslenguada de su hotel tuviere el descaro de contradecirle, reprenderle e incluso mostrarse en exceso mordaz en cuanto cruzaban dos palabras y que, para colmo, eso le gustase mas de lo racionalmente comprensible. No conseguia mantener el control de sus sentidos y deseos de hombre cuando la tenia cerca. Ignorando su regla de no salir con empleadas y de no involucrarse emocionalmente mas alla de lo que era capaz de controlar con fria serenidad, se lanzo de cabeza a una relacion con esa deslenguada chef que lo volvia loco.

  • Escrito en el destino (Anchor Island 2), Terri Osburn de Terri Osburn

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    Beth Chandler se ha pasado la vida complaciendo a los demas. Por sus abuelos estudio derecho y por hacer feliz a su novio, Lucas, ha tomado un ferri para ir a ver a sus suegros. Su miedo a navegar le provoca un ataque de panico en el barco, que solo un hombre alto y de ojos azules consigue aplacar. Es el mismo que, a la vez, hace que su corazon se acelere. Es, sin embargo, el hermano de su prometido: Joe.

  • Quiero tenerte de Marcos A. C.

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    Cuando tienes dieciocho anos, y toda la vida por delante, solo piensas en comerte el mundo. Pero la vida, en ocasiones, junto al caprichoso destino, se empena en arruinar muchos de nuestros suenos, o en quitarnos aquello que mas queremos. Mi nombre es Cloe, y a pesar de haber nacido en el seno de una familia muy acomodada, no fue facil para mi llegar hasta donde estoy hoy en dia, a mis veintiocho anos, siendo una de las mejores abogadas de Sevilla. Y es que a veces eso del apellido familiar no ayuda, por mucho que la gente crea que si. Que no es lo mismo apellidarse Pantoja y querer seguir una carrera musical, que apellidarse Rodriguez y hacerse cargo del taller de coches que fundo tu abuelo, por poner un ejemplo. En mi caso el apellido Hidalgo, va ligado al mundo del derecho, y es que, desde que el abuelo de mi padre, el gran Jesus Hidalgo, fuera el primero de su familia en ejercer la abogacia, cada primogenito que nacia seguia los pasos de sus antecesores. Asi, mi abuelo Rodrigo fue el segundo abogado de renombre, mi padre, Fernando, el tercero y, por ende, yo, la cuarta generacion de abogados de la familia Hidalgo. Un jovencisimo Fernando, recien licenciado, conocio a la hermosa Lorena, tres anos menor, de la que acabo enamorado hasta las trancas, que se dice ahora, y a quien no dejo escapar, y eso que mi senora madre tuvo pretendientes a raudales. Mi abuelo materno, Federico, queria un hombre de bien para su nina, barajaba la posibilidad de casarla con el hijo de un politico, amigo suyo, pero el amor pudo a la razon, mi madre corto lazos con su familia y se caso con el abogado que no iba a tener ningun futuro, segun palabras de Federico. Alla donde Dios lo tengo en su gloria, Federico debe estar tirandose de los pelos al ver exito que tiene mi padre. e mi padre, el gran casarla con el hijo Dueno de su propio bufete, cientos de casos ganados desde que empezara a ejercer como abogado, ocho abogados a su cargo, junto con su socio, y dos hijas que lo aman por encima de todo. Lo siento, me he desviado un poquito de la linea, pero ahora mismo sigo. Contaba Fernando con veintisiete anos cuando yo naci, llenando la casa de alegria, tal como solia decirme el. Mi madre a sus veinticuatro se convirtio en la mujer mas feliz del mundo, y con el tiempo quiso ampliar la familia, pero no llegaban los hijos, a pesar de ambos estar sanos. La sorpresa me la dieron al dia que cumpli dieciseis anos, despues de tanto esperar, mi madre por fin volveria a ser madre de nuevo, asi que podeis imaginaros la felicidad que se respiraba en casa. Ya tenia yo los diecisiete cuando nacio Ana, esa preciosa munequita que me miro, sonrio, y supe que tendriamos una mas que bonita relacion. Todo eran alegrias en casa de la familia Hidalgo, hasta hace diez anos. Como decia, la vida se puede interponer en aquello que queremos conseguir, y cuando menos lo esperamos, nos quita lo que mas amamos. Habia empezado a estudiar derecho, tenia claro que era lo que queria hacer, no solo porque asi me tocara por cumplir con las normas de la familia, sino porque era lo que queria, lo que me gustaba, y es que cuando mi padre llegaba a casa diciendo que habia ganado el caso y asi ayudaba a la gente, yo queria poder sentirme igual que el. Esas Navidades mi madre comenzo a sentirse mal, le hicieron pruebas y dieron con un tumor en el cerebro que, dado el lugar en el que se encontraba, no habia posibilidad de operacion. Le dieron semanas de vida, como mucho, cuatro o cinco meses, y eso nos dejo a todos desbastados. Mi hermana aun era pequena y creceria sin su madre, sin el amor que solo ellas saben darnos, pero nuestra querida madre se encargo de que la grabaramos durante dos meses, a diario, para dejarle un mensaje a su pequeno milagro, y es que asi llamaba a mi hermana. Decia que, aunque habia tardado tanto tiempo en llegar a nuestras vidas, Ana era ese milagro que Dios queria que pudiera tener antes de que la llamara para partir. Yo no queria entender que, siendo tan joven, tuviera que dejarnos solas a mi hermana y a mi, a pesar de que do, ocho abogados ero nuestra querida estuvieramos con mi padre. Y se fue, como habian dicho los medicos, cuatro meses despues del fatidico diagnostico. Con dieciocho anos, me vi siendo hermana y madre de una nina de tan solo un ano de vida, ayudando en la casa a mi padre, y estudiando por las noches para conseguir sacar las mejores notas para acabar la carrera de derecho. Y la acabe, por supuesto que consegui ser abogada, y entre de lleno en el bufete de mi padre, empezando desde abajo como becaria y ayudando a todos los abogados en sus casos. Hasta que por fin mi padre y Alberto Soler, su socio, ademas de mejor amigo, a quien mi hermana y yo teniamos como si fuera nuestro tio, me dieron mi primer caso. Consegui sacarlo adelante, gane y me hice un sitio entre los abogados de la ciudad, al punto de que, segun avanzaba en mi carrera y ganaba un caso tras otro, decian que enfrentarse a mi en los tribunales era peor que hacerlo con mi padre. ?Tan buena era yo en lo mio? Pues si debia serlo, si, y mi padre estaba muy orgulloso de ello. Alberto y su esposa Thais tenian una hija de mi edad, Lucia, quien siempre habia sido mi mejor amiga, como una mas de nuestra familia y que en vez de tirar por la rama del Derecho, decidio poner su propio salon de belleza, asi que es a quien acudimos su madre y yo, cuando hay que ir a una cena de abogados. Pero no estamos solas, somos cuatro amigos, como lo fueran D'Artagnan y los tres Mosqueteros. Patricia, a quien siempre hemos llamado Pati carinosamente, estudio con Lucia y conmigo y nos hicimos inseparables, eramos las mosqueteras, sin ninguna duda. Ella siguio los pasos de sus padres, tios y abuelos, y se hizo policia. Y como nuestro D'Artagnan particular, tenemos a Gabriel, Gabi para nosotras, a quien conocimos hacia ya cuatro anos en un evento de moda al que nos invito Lucia, a Pati y a mi, y se convirtio en nuestro mejor amigo. Es estilista, muy atractivo y de esos hombres a quien no te importaria meterlo en tu cama una noche, o dos, o tal vez tres, pero juega en otra liga distinta a la nuestra, y es que el siempre ha sido mas de platano que de pomelo, asi nos lo hizo saber el dia que le conocimos, pues era gay. --Tierra llamando a Cloe --mire hacia arriba y ahi estaba Sofia, la secretaria del bufete, sonriendo. --?Que pasa? os hacia ya cuatro que de pomelo, asi --Llevo ahi tres minutos esperando que me hicieras caso, y nada, tu en tu mundo. --Lo siento, pensaba en... --mejor dar la callada por respuesta, y es que a menudo me sorprendian algo despistada y era porque pensaba y recordaba a mi madre. Habian pasado diez anos, pero aun la echaba de menos. --Tienes una llamada del abogado de la parte contraria de tu caso, dice que quieren llegar a un acuerdo. --Ah, mira que bien, eso es que se ha dado cuenta de que no va a ganar, y yo si --sonrei, batiendo las pestanas de un modo de lo mas inocente. --Desde luego, si pones esa carita en los juzgados, es normal que ganes siempre, chiquilla. Aquello me hizo reir, y vi a Sofia salir del despacho cuando me disponia a atender la llamada. --Buenos dias, Ramiro --salude a Ramiro Estevez, dueno del bufete Estevez y Asociados. --Buenos dias, joven Hidalgo --note que sonreia, y es que ese hombre ya me conocia desde antes de que yo fuera abogada. Siempre habia sido la parte contraria en los casos de mi padre, y ahora no solo tenia que verselas con el, sino tambien conmigo. --Me ha dicho mi secretaria que quieres llegar a un acuerdo. --Asi es, espero que estes de acuerdo con lo que te voy a ofrecer, se lo dices a tu cliente, y hablo con el juez para que ponga fecha de nuevo. --Venga, dame una alegria, Ramiro --sonrei, y escuche con atencion lo que tenia para ofrecerle a mi cliente. La verdad es que resulto ser un trato de lo mas suculento, por lo que no tuve dudas en aceptar sin siquiera hablarlo con mi cliente, ya habiamos comentado que, si querian llegar a un acuerdo, se aceptaria si a mi me parecia beneficioso, por lo que al dia siguiente me mandaria notificacion con la fecha para el nuevo juicio. El resto de la manana se me paso entre los expedientes de casos que habian cogido mi padre y Alberto, fui seleccionando los que mejor veia para cada uno de nuestros abogados y abogadas, y yo me quede con un par de ellos que me llamaron la atencion. Recogi todo, reparti las carpetas en cada despacho con sus correspondientes post-it y notas, y me marche para casa. do las pestanas de tes de que yo fuera n siquiera hablarlo Capitulo 2 Me habia independizado, dos anos antes, dejando a mi padre en la casa familiar a cargo de mi hermana, pero no estaba solo, que desde que Ana tenia dos anos, habiamos contratado a Manuela, que ya contaba con cincuenta anos, quien se encargaba de ella, asi como de todo lo relacionado con la casa. Y cuando llegaba el viernes, era el dia en que yo me dejaba caer por la que habia sido mi casa, comia con la familia y me iba a mi apartamento cargada con mas tuppers que un repartidor de comida a domicilio. Claro, que esos mismos era los que llevaba de vuelta. --!Cloe! --grito mi hermana, nada mas verme entrar en la cocina. --?Como estas, bichito? --La abrace con todas mis fuerzas, y es que la queria con locura. --No me llames asi, que ya soy mayor. --Hija, aunque tengas veinte anos, para tu hermana siempre seras su bichito --escuche que decia Manuela a mi espalda. --Aqui te traigo los tuppers, nana --sonrei, y ella volteo los ojos. --Toda la manana cocinando me tienes, para que te vayas bien cargada de comida. --Pero, si no me dejas que cocine yo sola en mi casa --proteste. --Mientras este yo, ni falta que te hace. --Asi me ha salido de consentida la mayor, y no digamos la pequena --me gire al escuchar a mi padre. --No hemos salido tan consentidas --arquee la ceja. --Es verdad, poco pedis para como son los hijos de algunos amigos mios. --?Que tal el juicio de hoy? --le pregunte, dandole un abrazo. --Bien, pero es un caso de lo mas complicado. Alberto y yo estamos dando palos de ciego. Cada vez que creemos que tenemos todo atado, hay una prueba nueva en contra de nuestro cliente. --Siempre se lo dije, senor Hidalgo, es dificil ser abogado defensor de gente que tiene negocios un poquito turbios. --Manuela, el dia que dejes de llamarme senor Hidalgo, te doy un beso de pelicula, de verdad. --Huy, huy, eso quiero verlo yo --dije, cogiendo un palito de zanahoria para comerlo. --Eso no va a pasar nunca, hija, ya te lo digo yo. --Manuela, no digas nunca jamas, que eso no lo sabes --contesto mi padre. --Y yo que siempre he visto que vosotros haceis buena pareja --dije--, ademas, saltan chispas cuando estais en la misma habitacion. --Lo que me faltaba por oir, vamos --respondio Manuela, volteando de nuevo los ojos. --Llevas doce anos viuda, no tienes hijos, ni mas familia que nosotros. Mujer, no seria raro que te hubieras enamorado de mi padre --me encogi de hombros, cogiendo otro palito de zanahoria. --?Quieres dejar de picotear? Luego no tendras hambre --me rino. --Esto es sano, ni que estuviera comiendo patatas fritas de bolsa --resople. --Cloe, ?me vas a llevar este fin de semana a la playa? --pregunto mi hermana, mirandome con esa carita de cachorro que hacia que no pudiera decirle que no a nada. --No lo he hablado con los demas, carino --conteste. --Pero, puedes hablar ahora. Venga, porfi dime que si, que ha empezado ya el verano. a vez que creemos Llevar a Ana el fin de semana a la playa, significaba coger el coche y hacernos un breve viajecito de poco mas de dos horas para llegar a Tarifa, donde Gabi tenia una casa a pie de playa y a la que nos habia invitado mas de una vez. La verdad es que hacia tiempo que no nos ibamos alli a pasar el fin de semana, asi que no era mala idea, solo que, al llevar a la nina, no podriamos ser nosotros ni hacer segun que locuras de las que tantas veces habiamos hecho. --Voy a poner un mensaje en el grupo y a ver que me dicen, ?te parece? --!Si! Veras como te dicen que se vienen todos --sonrio, y yo hice lo mismo, mientras negaba. No podia con ella. Cloe: Buenas tardes ya, locuelos mios. A ver, que mi hermana quiere ir a la playa, ?quien se apunta? En el caso de que no pudiera venir ninguno, pues no pasaba nada, pues yo tenia llaves de la casa, igual que el resto. Pati: !Hola, guapa! Pues yo no puedo, tengo turno completo el finde, esto de atrapar a los malos me quita la vida, jajaja. Pasadlo bien, bonitas. Un besazo a mi nina Ana. Lucia: !Uf! Si me lo hubieras dicho a principios de semana, te habria dicho que si, pero ya, imposible. Este finde tengo un evento de moda y estoy mas liada que todas las cosas. Para otro me apunto, que necesito unas mini vacaciones a la de ya. !Os quiero!

  • La dalia negra de James Ellroy

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    Jamas le conoci en vida. Existe para mi a traves de los otros, mediante la evidencia de lo que su muerte les obligo a hacer. Trabajando con el pasado, busque solo hechos, y la reconstrui bajo la forma de una muchachita triste y una puta, en el mejor de los casos como alguien que-pudo-ser..., una etiqueta que podria serme aplicada tambien a mi. Desearia haber podido concederle un final anonimo, relegado a unas pocas palabras laconicas sobre el informe de un policia de Homicidios, la copia en papel carbon que se manda a la oficina del forense, mas papeleo necesario para llevarle al cementerio. Lo unico que habia de malo en mi idea es que ella no hubiera querido que las cosas ocurrieran de ese modo. Por brutales que fueran los hechos, ella hubiese querido que tales hechos llegaran a ser conocidos. Y dado que le debo mucho, y soy el unico conocedor de la historia, he empezado a escribir esto. Pero antes de la Dalia estuvo la relacion, y antes de eso, la guerra, los reglamentos militares y las maniobras en la Division Central, los cuales nos recordaban que tambien los polis eramos soldados, aunque fuesemos mucho menos populares que quienes estaban combatiendo contra los alemanes y los japoneses. Despues del trabajo de cada dia, los patrulleros tenian que participar en simulacros de ataque aereo, pruebas de oscurecimiento y entrenamientos para la evacuacion en caso de incendio, lo cual nos obligaba a ponernos firmes en la calle Los Angeles, a la espera de que el ataque de un Messerschmitt nos hiciera sentir un poco menos estupidos. La llamada para los servicios del dia seguia siempre un orden alfabetico, y poco despues de haberme graduado en la Academia, en agosto de 1942, conoci a Lee alli mismo. Ya habia oido hablar de el por su reputacion y estaba enterado de nuestros historiales respectivos: Lee Blanchard, peso pesado, 43 victorias, 4 derrotas y 2 nulos; con anterioridad, atraccion regular en el estadio de la Legion de Hollywood. Y yo: Bucky Bleichert, peso ligero, 36 victorias, ninguna derrota, y ningun nulo, colocado una vez en el puesto numero diez del ranking por la revista Ring, tal vez porque a Nat Fleisher le divertia la mueca desafiante con que solia contemplar a mis adversarios, en una exhibicion de mis dientes de caballo. Pero las estadisticas no contaban toda la historia. Blanchard pegaba duro, y recibia seis golpes para poder colocar uno, un clasico cazador de cabezas; yo bailaba, hacia fintas y buscaba el higado, siempre con mi guardia en alto, pues temia que si recibia demasiados punetazos en la cabeza mi aspecto se estropearia aun mas de lo que mis dientes lo estropeaban. En cuanto a los estilos de pelear, Lee y yo eramos como el aceite y el agua, y cada vez que nuestros hombros se rozaban cuando nos repartian las tareas a primera hora del dia, yo me preguntaba quien ganaria. Durante cerca de un ano nos estuvimos midiendo mutuamente. Jamas hablabamos del boxeo o del trabajo policial y limitabamos nuestra conversacion a unas cuantas palabras sobre el tiempo. En lo fisico, eramos tan distintos como pueden serlo dos hombres: Blanchard, rubio, de complexion sanguinea, media metro ochenta y dos y tenia los hombros y el torax enormes, con las piernas gruesas y arqueadas y el nacimiento de una tripa dura e hinchada; yo era de tez palida y cabello oscuro, un metro noventa de flaca musculatura. ?Quien ganaria? Finalmente, deje de intentar predecir quien seria el ganador. Pero otros policias habian adoptado la pregunta como suya y, durante ese primer ano en la Central, oi docenas de opiniones: Blanchard por un KO rapido; Bleichert por decision de los jueces; Blanchard parando el combate, siendo retirado de este por heridas... Todo, salvo Bleichert noqueando a su adversario. Cuando no me veian, les oia susurrar nuestras historias fuera del ring: el ingreso de Lee en el Departamento de Policia de Los Angeles; sus rapidos ascensos, conseguidos gracias a los combates privados a los cuales asistian los peces gordos de la policia y sus amigotes de la politica; como capturo a los atracadores del Boulevard-Citizens, alla por el 39, y se enamoro de una de las chicas de los ladrones, lo que le impidio engrosar las filas de los detectives cuando la chica se fue a vivir con el --en una completa violacion de las reglas del Departamento sobre no mezclar el trabajo y la vida privada-- y, por ultimo, la peticion de ella para que dejara de boxear. Los rumores sobre Blanchard me llegaban igual que los golpes y las fintas del ring, y yo me preguntaba hasta que punto serian ciertos. Los fragmentos de mi propia historia eran como punetazos en el estomago, por su veracidad al ciento por ciento: el ingreso de Dwight Bleichert en el Departamento para escapar de problemas bastante graves; la amenaza de expulsion de la academia cuando se descubrio que su padre pertenecia al Bund germano-estadounidense; las presiones sufridas para que denunciara ante el Departamento de Extranjeros a los chicos de ascendencia japonesa con los cuales habia crecido para asi asegurar su posicion dentro del Departamento de Policia de Los Angeles... No le habian pedido que celebrara combates privados porque no era un buen pegador, de los que dejan inconsciente a sus adversarios a las primeras de cambio. Blanchard y Bleichert: un heroe y un desgraciado. Acordarme de Sam Murakami y de Hideo Ashida, esposados y camino a Manzanar, hizo que las cosas quedaran bastante simplificadas entre nosotros dos..., al principio. Mas tarde entramos en accion, codo a codo, y mis primeras impresiones sobre Lee --y sobre mi mismo--, se fueron al garete. Era a principios de junio de 1943. La semana anterior, los marineros se habian peleado con unos cuantos mexicanos vestidos de cuero negro en el muelle Lick de Venice. Corrian rumores de que uno de los chicos habia perdido un ojo. Empezaron a producirse escaramuzas tierra adentro: personal de la marina procedente de la base naval de Barranco Chavez contra los pachucos de Alpine y Palo Verde. A los periodicos llegaron noticias de que los mexicanos llevaban insignias nazis, ademas de sus navajas de muelle, y centenares de soldados, infantes de marina y marineros de uniforme cayeron sobre las zonas bajas de Los Angeles, armados con bates de beisbol y garrotes de madera. Se suponia que en la Brew 102 Brewery, en Boyle Heights, los pachucos se agrupaban en numero similar y con armamento parecido. Cada patrullero de la Division Central fue llamado al cuartel y alli se le proporciono un casco de laton de la Primera Guerra Mundial y una tranca enorme conocida como sacudenegros. Al caer la noche, fuimos conducidos al campo de batalla en camiones que habian sido prestados por el ejercito y se nos dio una sola orden: restaurar la paz. Nos habian quitado los revolveres reglamentarios en la comisaria; los jefazos no querian que ningun 38 cayera en manos de esa asquerosa y jodida ralea mexicano-argentina, los gangsters morenos. Cuando saltamos del camion en Evergreen y Wabash, llevando en la mano solo un garrote de kilo y medio con el mango recubierto de cinta adhesiva para que no resbalara, me senti diez veces mas asustado de lo que jamas habia estado en el ring, y no porque el caos estuviera acercandose a nosotros desde todas las direcciones. Me sentia aterrado, porque, en realidad, los buenos eran los malos. Los marineros estaban reventando a patadas todas las ventanas de Evergreen; infantes de marina con sus uniformes azules destrozaban sistematicamente las farolas, lo cual producia cada vez mas y mas oscuridad en la que poder trabajar. Soldados y marineros de agua dulce habian dado de lado la rivalidad entre las distintas armas y volcaban los coches aparcados ante una bodega al tiempo que jovencitos de la marina vestidos con sus acampanados pantalones blancos molian a palos a un grupo de mexicanos, al que superaban con mucho en numero, en un portal de al lado. En la periferia de la accion pude ver como unos cuantos de mis companeros se lo pasaban en grande con gente de la Patrulla Costera y policias militares. No se cuanto tiempo permaneci alli, quieto y aturdido, mientras me preguntaba a mi mismo que debia hacer. Entonces, mire hacia la calle Primera, al final de Wabash, donde vi casitas y arboles; nada de pachucos, polis o infantes de marina sedientos de sangre. Antes de saber muy bien lo que hacia, corri en esa direccion a toda velocidad. Hubiera seguido asi hasta derrumbarme pero una aguda carcajada que broto de un porche me hizo frenar en seco. Fui hacia el lugar de donde me llegaba el sonido. --Eres el segundo de los polis jovenes que sale como si se le quemara el culo de la animacion --me dijo una voz bastante cascada--. No te culpo. Resulta bastante dificil saber a quien le has de poner las esposas, ?verdad que si? Me quede en el porche, sin moverme, y mire al viejo. --La radio dice que los taxistas han ido hasta los cuarteles de la parte alta de Hollywood para traer a los marineritos hasta aqui. Segun la KFI, esto es un asalto anfibio, han estado tocando Levando anclas cada media hora y he visto unos cuantos reflectores giratorios al final de la calle. ?Crees que esto es lo que llamais vosotros un asalto anfibio? --No tengo ni idea, pero yo me largo. --No eres el unico, ?sabes? Hace muy poco, un hombreton paso corriendo por aqui. El abuelo comenzaba a parecerme una version de mi padre, aunque algo mas correosa. --Hay unos cuantos pachucos que necesitan ver su orden restaurado. --?Y cree que eso es sencillo, amigo? --A mi me lo resultaria. El viejo lanzo una risita de placer. Baje del porche y volvi hacia donde debia estar, mientras me daba golpecitos en la pierna con el garrote. Ahora, todas las farolas estaban rotas; resultaba casi imposible distinguir a los mexicanos de los soldados. El observar aquello me proporciono un camino facil para salir de mi dilema, y me dispuse para lanzarme a la carga. Entonces, a mi espalda, oi gritar: <>, y supe quien era el otro tipo que tambien habia salido corriendo. Retrocedi. Alli tenia a Lee Blanchard. <>, enfrentandose a tres infantes de marina de uniforme azul y un pachuco con todos sus cueros de gala. Los tenia acorralados en el camino que cruzaba el patio de una cabana bastante maltrecha y los rechazaba con rapidos gestos de su sacudenegros. Los marineritos le lanzaban golpes con sus garrotes, y fallaban siempre porque Blanchard no paraba de moverse, atras y adelante, hacia un lado, sosteniendose con gran agilidad sobre las puntas de los pies. El pachuco no cesaba de acariciar las medallas religiosas que le colgaban del cuello y su expresion era la de no entender nada.

  • Brujas de Brenda Lozano

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    <<[…]Un vortice de gravedad que condensa toda la literatura de Brenda Lozano, donde conviven lo oral y lo escrito, las tradiciones populares y cierta perspectiva cosmopolita, el humor y la tragedia. Una inyeccion de electricidad, una musica que se sigue escuchando mucho mas alla de sus paginas.>> Mauro Libertella

  • Mi Angel (Damas 3) de Lily Cerda

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  • Cuidare de ti de R. M. De Loera

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    Mientras levantaba la mano, para despedirme de mi jefe, el gato de la senora Jones, una de las asistentes asiduas a la biblioteca, se froto contra mis piernas. El le ofrecia a su duena apoyo emocional. --Adios, senora Jones. --Bye, Emily. Le hablo como bebe al animal, lo tomo en brazos y se marcho. El reloj marcaba las cinco en punto, mi hora de salida. No regresaria al trabajo hasta dentro de dos semanas pues la ciudad decreto un toque de queda durante ese tiempo. Enfrentabamos una pandemia y, a pesar de las medidas previsoras en los dias previos, los casos continuaban en aumento. Baje los escalones de dos en dos, en tanto, pinchaba mis mejillas y alisaba la falda del traje sastre. Al llegar a la acera me detuve un instante y distraida jugue con el colgante, del arbol de la vida, que fue de mama. Alli estaba el, apoyado en el cofre de su vehiculo con los brazos cruzados sobre el pecho y la cabeza baja. Una sonrisa tonta se adueno de mis labios al percatarme de las briznas de harina en su cabello negro. William era el dueno de la pequena cafeteria que se encontraba a dos cuadras y donde preparaban el mejor cafe de la zona. Nos conocimos durante la inauguracion hacia seis meses. Desde entonces entablamos una amistad y fue como descubri que amasaba pan cuando se sentia estresado. Me obligue a salir de mi ensonacion y me acerque con paso ligero. En ese mismo instante el levanto la cabeza y una sonrisa radiante curvo sus labios. --Gracias por llevarme a casa. Nego con la cabeza a la par que se giraba para abrir la puerta de pasajeros. --Ni en suenos te permitiria tomar el metro. Incapaz de contener una sonrisa subi y coloque el bolso sobre las piernas. Me guino un ojo, cerro la puerta y rodeo el vehiculo. En pocos minutos lo puso en marcha. Inhale profundo al percibir el tenue aroma del azucar mezclado con especies y cafe que lo caracterizaba. Nos incorporamos al trafico que ese dia era intenso. El presidente ofrecio una conferencia de prensa alrededor de las doce del mediodia con las directrices que debiamos seguir. Todos debiamos permanecer en casa, evitar el contacto con las superficies y estar a mas de metro y medio de distancia de los demas. Mordi mis labios al escucharlo pues el transporte publico quedo descartado. Me tardaria mas de una hora en caminar hasta la casa y el toque de queda comenzaba a las seis. La primera llamada que recibi fue la de mama quien insistia en que saliera despavorida a comprar mascarillas, guantes y papel higienico. Logre colgar con el pretexto de una reunion de ultimo minuto. Pocos minutos despues mi telefono vibro con un mensaje de William ofreciendome transportacion. --Este dia ha sido de locos. --Una gran cantidad de personas se acerco a la biblioteca y en lo unico que pensaba era en que a nadie se le escapara un estornudo. Me preocupaba que corrieran despavoridos y tumbaran los anaqueles. --Eso seria un desastre. --Dos semanas no alcanzarian para clasificarlos. Por un segundo desvio la mirada de la carretera y me observo. Diminutas patas de gallo se extendieron por sus ojos, como el cafe mas puro, senal inequivoca de que mis palabras le divertian. Regreso su atencion al trafico cuando el semaforo cambio a verde. Metio primera y llevo la mano a la garganta y la froto con el ceno fruncido. Contuve el aliento, mas, me distraje cuando pego un bocinazo por un inconsciente que cambio de carril y por poco nos choca. Cerca de cuarenta y cinco minutos despues se detuvo frente a mi casa. Desabroche el cinturon y me colgue el bolso en el hombro. --Gracias. Abri la puerta y un unico pensamiento me asalto de repente: No lo veria en todo ese tiempo. Un vacio se apodero de mi estomago a la vez que un estremecimiento me recorrio la piel. --Espera. Giro sobre su asiento y tomo una caja, la cual me extendio. Habia un par de botellas de desinfectantes y alcohol. Bajo, abrio la cajuela y saco una caja de agua y una con el logo de la cafeteria.--Se que estos te gustan. Asenti con una sonrisa. Entramos a la casa y llegamos a la cocina. Coloque los bollos en un plato y la greca sobre la hornilla. En lo que el agua se calentaba tome los desinfectantes para guardarlos debajo del fregadero. Escuche a William carraspear. Gire con los ojos muy abiertos, solo nos separaban unos centimetros pues el acomodaba el agua en la alacena. Entonces... estornudo. Mis dedos se movieron autonomos. Una nube de antiseptico lo cubrio y su olor caracteristico inundo el lugar mientras un gritito escapaba de mi garganta. Su camisa termino empapada. Sus manos en alto como si con eso lo hubiera podido evitar. --?Tienes gato? --Para ese momento los ojos le lagrimeaban. Negaria con firmeza cuando recorde al gato de la senora Jones. --No. --Mis labios en una mueca. Se comporto con frialdad a pesar de mis disculpas. Lo acompane hasta la puerta y, tras una bocanada de aire, se inclino para dejar un beso en mi mejilla. Con la respiracion contenida intente dominar el cosquilleo en mi garganta, cerre los punos, mas, el estornudo encontro la forma de escapar. El se alejo de inmediato con los hombros tensos. La verguenza no me permitio decir nada mas. A la manana siguiente camine hasta la puerta cuando el timbre sono. Apenas pude dormir en la noche, amaneci mocosa y con ojos llorosos. Al abrir cubri mis labios mientras un colibri revoloteaba en mi interior. William estaba frente a mi con un termo caliente y una caja de bollos. El calor se concentro en mis mejillas cuando me dedico una sonrisa timida. Mi aspecto daba mucho que desear y el estaba impoluto. --?Que haces aqui? --Mi voz nasal. Levanto la mano para acomodar un mechon de mi cabello. --Cuidare de ti. 2 Mis ojos se desmesuraron al escuchar lo que pretendia y di un paso atras. El presidente fue muy enfatico en que si se presentaban sintomas debiamos permanecer aislados. No estaba segura de cual podria ser mi diagnostico. Hacia dos semanas tuvimos un dia de ninos y algunos sufrian de un resfriado comun, pero la senora Jones regreso de un crucero en esas mismas fechas y desconocia los paises que visito. Ademas, ?acaso creia que lo expondria de esa forma? Debia pensar en su familia. Yo solo era la mujer que conocio unos meses atras. --No quiero exponerte. No pudo evitar la risita que retumbo en su pecho, acaricio la sien con la mano y ladeo la cabeza. --Estoy seguro de que quede inmunizado con el bano de desinfectante. Volvio a reir. Quede prendada de la jovialidad que su risa impregno en su rostro, sabia que debia estar cerca de los cincuenta, aunque su edad era un tema que no me afectaba. Baje la cabeza para inspeccionar mi indumentaria como si hubiera cambiado en los ultimos dos minutos. Pero seguia llevando la pijama de ositos que tanto me reconfortaba. Levante la vista para cerciorarme de que mi cabello continuaba amarrado en el mono desalinado que me hice en la madrugada. Un suspiro de resignacion se quedo atascado en mi garganta cuando al mismo tiempo escapo un estornudo. Por suerte alcance a levantar el panuelo que llevaba entre las manos a tiempo. Una mueca desfiguro su rostro por unos segundos, quizas ya comenzaba a entrar en razon sobre el ofrecimiento. Con lo que fuera que tuviera en su interior el termo caliente y los bollos yo era feliz.--Este clima no es bueno para ti. Acabamos de entrar en la primavera, pero los vientos aun son muy fuertes y frios. Asenti. --Sera mejor que me resguarde. --En eso estoy de acuerdo, Emily. Dio un paso hacia la puerta y lo bloquee como armador de futbol, aunque, pensandolo mejor esos eran los que agarraban el balon a distancia para lograr la puntuacion. Resople, mi cabeza comenzaba a desvariar. Me sentia cansada y estar de pie esos minutos comenzo a transformarse en un esfuerzo titanico. --Mi deber como ciudadana no me permite darte el paso. Mi casa es una incubadora de germenes y vaya a saber que mas. Bufo... ?Bufo? --Estoy seguro de que eres una ciudadana responsable, Emily. Apuesto a que jamas has entregado un libro tarde a la biblioteca. --No, jamas. Los cargos por la demora son astronomicos, pero el condado esta considerando eliminarlos. Algo asi como que las personas se sentirian menos culpables. Volvio a reir mientras acariciaba la sien con la mano. Mordi el interior de una mejilla. <> Extendi la mano hasta el barandal al sentir como si la brisa suave fuera capaz de tirarme. Lo ojee con disimulo pues tenia que sonarme la nariz y no lo haria frente a el. !Me faltaban solo unos meses para cumplir cuarenta y uno! --Emily... --Estare bien, William. Extendi la mano para agarrar el termo, mi cuerpo agradeceria el calor externo y no esa tibieza tan extrana que proporcionaba la enfermedad. Sin embargo, lo alejo y nego con la cabeza. Suspire con resignacion. ?Acaso se lo llevaria si no le permitia entrar? --Ya me contagiaste, Emily. Ayer estuvimos encerrados en mi automovil por alrededor de una hora. Desvie la boca a un lado, en eso tenia razon, aunque, si inhalo el desinfectante puede que cualquier virus o bacteria en su garganta muriera. Baje la cabeza y estruje mi rostro, jamas podria olvidar lo que hice. --?Y si lo que tengo es ese virus tan peligroso? Quizas aun estes a tiempo de dar la vuelta y mantenerte sano. --Solo perdemos el tiempo. Desde hace varios minutos que puedes estar acostada en la cama con un plato de mi sopa de tomate entre los dedos. Si no tuviera la certeza de que un ser humano no se derrite podria jurar que eso fue lo que hice. Su sopa de tomate era deliciosa y no era quien unico lo pensaba, cuando la preparaba se agotaba de inmediato. Tenia suerte de que el me guardaba una porcion cuando no podia salir a tiempo a la hora de la comida. --?Sopa de tomate? Asintio con una seriedad impenetrable. --Y bollos recien hechos. Suspire. Ese pedazo de pan tan esponjoso y suave con el sabor caracteristico de la levadura. Y que, cuando estaban recien horneados, se les derretia la mantequilla al instante. Intente inhalar profundo para ver si captaba su delicioso aroma, pero al parecer un tapon decidio instalarse en mi nariz. Y uno no muy efectivo pues goteaba profuso. --Me duele la cabeza. --Levante la mano para sostenerla. El viento continuaba su juego con mi balance. Dio los pasos que lo acercarian a mi y con el brazo me rodeo. Mi cabeza se apoyo en su pecho duro y estable. No podia ser diferente pues amasar pan requeria de un gran esfuerzo fisico. Coloque la mano muy cerca de su corazon, en mis dedos el golpeteo acelerado de sus latidos. Cerre los ojos por ese refugio seguro en el que me encontre al instante. La suavidad de la camisa blanca almidonada. --Creo que hoy es la premier de la nueva temporada de Outlander. Asenti mientras me sentia impulsada con delicadeza a un lugar tibio y lejos de la brisa fria. --

  • Atrapada en el boton de tu vaquero de Mayeda Laurens

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    Laura es divertida y menos dura de lo que pretende aparentar.

  • Tuya Cuando Quieras 2 de April Russel

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    Tras sentirse enganada, Megan decide irse a Roma con su madre para sanar las heridas del pasado. Retoma la musica y cuando cree que comienza a olvidar a Mikhail, este aparece en Italia para convencerla de su carino su orgullo y dolor no le permiten ver mas alla del rencor. Estara en Mikhail convencerla de su carino y sobrepasar otro obstaculo que se interpondra entre ellos, Megan tendra que elegir ?La musica o el amor? ambas no encajaran en su vida. Cientos de retos se le presentaran y el amor sera puesto a prueba retando los limites de ambos sin imaginarse lo doloroso que pueda llegar a ser. Una historia que continua llena de erotismo, juegos y amor.

  • La escuela no es un parque de atracciones de Gregorio Luri

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    Un perfecto analisis de la educacion actual para animarnos a volver a una escuela en donde el conocimiento valioso y las practicas soportadas por evidencias sean realmente el eje. Porque con la escuela no se juega.

  • Casos de pruebas circunstanciales de Janet Lewis

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    Las tres novelas que forman la celebre trilogia de Janet Lewis <>, reunidas en un solo volumen.

  • Besos al cielo de Hd Cruz

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    Este es un libro que nace tanto para los que hemos perdido un hijo como para quienes aun los teneis a vuestro lado. Para los primeros porque encontraran entre sus paginas una ayuda inapreciable que llega de la mano de aquellos que hemos perdido un hijo, los que conocemos y “vivimos” con este inhumano dolor. Reflejada en sentimientos, pautas y formas de seguir “viviendo” despues de que dejen de estar a nuestro lado. Los que sois afortunados y no los habeis perdido, para que recordeis que la vida es efimera, que amar a los que les damos la vida debe de ser lo prioritario en sus vidas. Nada es comparable al amor ilimitado que les tenemos, y nada debe ser mas importante que ellos. Los que teneis amigos que han perdido un hijo, para saber como poder “ayudarles” de una forma leve, pero eficaz. Las posesiones materiales, el poder o una posicion privilegiada no llenan los huecos del corazon y aun menos los del alma. Sobre todo, cuando lo peor sucede. Testimonios envueltos y llenos de amor, y de un dolor inhumano, de los padres que expondran sus experiencias. Respuestas, sentimientos y experiencia despues de largos anos sin mi hijo, y publicaciones, poemas y un corazon roto entre las paginas de un libro.

  • Un destello de luz (Inspector Gamache 9) de Louise Penny

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    La Navidad esta a la vuelta de la esquina, y en Quebec eso significa nevadas que encandilan, luces de colores y encuentros con familiares y amigos ante una chimenea encendida. Sin embargo, Armand Gamache, el inspector jefe de la Surete du Quebec, no tiene mucho que celebrar: algunos de sus mejores agentes del Departamento de Homicidios han sido trasladados a otras unidades, lleva meses sin hablar con el teniente Jean-Guy Beauvoir y fuerzas hostiles estan alineandose contra el.

  • La conquista de esmeralda (Joyas de la nobleza 4) de Catherine Brook

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    Llega la cuarta entrega de la serie <> con la historia de Esmeralda.

  • El corazon de la banshee de Raquel De La Morena

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    Erin tiene un ano para aislar su corazon de cualquier tipo de amor, de lo contrario morira. ?Superara la prueba de la banshee o sucumbira al amor?

  • El sabor de tus labios de Patricia Geller

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    Anahi necesita desconectar de la ajetreada y rutinaria vida que lleva en Madrid, por lo que decide irse unos dias de vacaciones. Pero no imagina con quien coincidira en el paradisiaco destino elegido. Enseguida se siente fuera de lugar, sin embargo, una velada inesperada le hara cambiar de opinion. Todo empieza con un baile, un encuentro a oscuras y el enigma de no conocer la identidad de la persona que la ha seducido. Un peligroso juego con el que experimentara emociones inesperadas y que le hara replantarse si todo vale por amor. Sensual, misteriosa, romantica y adictiva: asi es El sabor de tus labios. Capitulo 1 Sonando despierta No puedo esconder la emocion que aflora por cada poro de mi piel. Ya estoy aqui, dispuesta a desconectar, a disfrutar de mis merecidas vacaciones. !Soy libre! No es demasiado tiempo, pero con seis dias amaneciendo frente al mar y sin que mi telefono suene cada media hora, me conformo. Al llegar al resort, me dan una calida bienvenida y me indican, a traves de un mapa de papel, donde queda la pequena villa en la que me alojare. Finales de mayo, sol, playa y soledad. ?Que mas puedo pedir? Soy afortunada. Sonrio, arrastrando por el camino de madera la unica maleta que he traido, recorriendo las villas que se encuentran a mi alrededor. Unas mas grandes, otras inmensas; algunas como la mia, modestas. Mientras consigo llegar al que sera mi refugio en los proximos dias, saco el movil de la mochila que cuelga en mi espalda y le escribo a mi hermana para contarle que ya he llegado a mi destino, a Republica Dominicana, concretamente, a Punta Cana. De paso, le pido que avise a mis padres y a mi hermano, su mellizo. No soy una persona muy apegada a la familia y suelen quejarse de ello a menudo, por lo que no quiero ni pensar en como actuarian si no doy senales de vida. Enseguida entrarian en panico. Con mas razon; al ser conocedores de que he adquirido un telefono de ultima generacion para este viaje y que tengo todas las prestaciones necesarias para comunicarme con ellos. De modo que envio el mensaje con rapidez y guardo el IPhone en el short que llevo puesto. !Que paz! He decidido venirme sola para que nadie me moleste y hacer lo que me de la gana. En mi barrio hay mucho curioso y se pasan los dias pendientes de los posibles cotilleos, algo que no va conmigo. Por lo que intuyo y quiero creer que, si aqui no me conocen, tampoco me juzgaran. Ultimamente tengo la sensacion de que todo se critica, de que cualquier comentario es motivo o excusa para crear polemica. !Que aburrimiento! Con lo facil que es no ver o no leer aquello que no te aporte nada, asimismo, no hablar con quienes no te ayuden a crecer y mejorar como persona. Mi lema es <>, ?por que no lo ponen en practica la mayoria de los mortales? Descubririan un mundo nuevo y mucho mas sano. Conocerian la verdadera libertad. --?Anahi? --Me quedo inmovil, tratando de recordar por que me suena la voz que me esta llamando desde atras--. ?Eres tu? <>. Me giro muy despacio y, de manera automatica, mi corazon empieza a latir freneticamente. Siento que en cualquier instante se me saldra del pecho. ?Como ha podido suceder? !Necesitaba estar sola! Y se trata de el. !El! Al ser consciente de la situacion, quiero gritar de impotencia. ?En serio he tenido tan mala suerte? Yago Silva: espanol, treinta anos, empresario. Moreno y de ojos muy oscuros. Complexion fuerte. Suele vestir ropa casual, pero con mucha elegancia. Lo conoci hace poco mas de un mes, me enrolle con el cinco veces y hui en cuando me di cuenta de que buscaba algo mas serio, yo no podia ofrecerselo. ?Y que ha hecho el destino? Joderme, si. ?El karma? --Hola --lo saludo finalmente, fingiendo que me entusiasma este reencuentro--. ?Que haces por aqui? --Mi agencia de viaje de confianza me comento que tenian una buena oferta para venir... y ya me ves. No pude negarme. --Que bien --miento con una fingida sonrisa. --No he vuelto a saber de ti desde la ultima noche que... --Carraspea y yo hago un gesto con la mano. No es necesario entrar en detalles sexuales de primeras--. ?Por que? Ni siquiera has respondido a mis llamadas. Me rasco la cabeza, incomoda, hasta que encuentro una excusa: --Ya, tuve problemas familiares y no me apetecia hablar con nadie. --?Se han solucionado? --pregunta mas preocupado. Esta guapisimo, con la piel mas tostada que de costumbre. Va de blanco, lo que ayuda a resaltar todas sus cualidades fisicas, que no son pocas--. ?Estas bien, Anahi? --Si, si, gracias --musito a punto del infarto, pues da un paso hacia mi. No puedo permitir que se acerque, siempre terminamos en la cama--. Tengo que irme, ?vale? He de atender un asunto. --?Has venido sola? --Asiento, dubitativa. !No se como salir de esta!--. Avisame luego y tomamos algo, asi nos ponemos al dia. ?Te apetece? --Aja --susurro, agobiada--. Hasta luego, Yago. --Adios, bombon --dice, guinandome el ojo--. Estas preciosa. Esbozo una escueta sonrisa y me giro tan rapido que casi me caigo. ?Como gestiono esto? Lo mas prudente es huir de nuevo. De hecho, practicamente salgo corriendo hacia mi alojamiento. Este se encuentra dos puertas mas alla de donde hemos coincidido. !Me cago en...! <>, <>, repito sin cesar. No es que me desagrade su compania, al contrario, es el hombre perfecto. Atento, carinoso y detallista. En la cama es paciente, delicado, aunque muy fogoso. Lo tiene todo, tanto es asi, que podria enamorarme de el con facilidad y esta opcion no entra en mis planes. El solo pensamiento me produce un rechazo absoluto. Ya pase la etapa de sufrir por amor, me niego a que Cupido me lance sus flechas por tercera vez. Por culpa de mi ultima pareja quede hecha polvo, literalmente. Me converti en un trapo. Lo pase muy mal, apenas comi durante semanas, no queria ver a mis amigos. Lloraba por cada rincon de la casa. No vivia. Ahora jamas le permitiria a un hombre que ejerciera ningun tipo de poder sobre mi, por minimo que fuera. Me he cansado, por ello, cuando consegui recuperarme; cambie completamente mi forma de pensar y de ver la vida. Me propuse conocer a mas chicos, divertirme con ellos y gozar del buen sexo, pero Yago se cruzo en mi camino antes de que esto sucediera y entorpecio todo, confundiendome. Por lo que tuve que frenar las cosas a tiempo. Con el pretendia utilizar el refran de <>. El destino, en cambio, tiene otros planes para mi. !Y yo pensando que lo que me ofertaban era algo que no muchos se podrian permitir! Fue lo que me impulso a aceptar el viaje a traves de la agencia, di por hecho que no me encontraria con nadie conocido. El precio no era un chollo precisamente. ?O si? Supongo que ya es lo de menos. Finalmente llego a mi villa. Todavia con manos temblorosas, abro la puerta y ahogo un grito de felicidad. !El paraiso! Suelto la maleta, tambien la mochila, y entro en la habitacion que se halla justo a la derecha. Ahi me lanzo a la cama cual nina pequena en una piscina de bolas. !Que amplia!

  • Nobleza de espiritu de Rob Riemen

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    Un valeroso libro cuyos ensayos nos recuerda que la cultura no puede florecer sin libertad, la libertad sin cultura no vale la pena.

  • Aitana de Ugo Moriano

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    Cuatro dias habian pasado desde su llegada en Italia cuando el Cardinal Rafael Torres Velasquez, procediendo con precaucion debido a su avanzada edad, bajo las escaleras de cemento que, bordeada de una alta pared de contencion que conectaba la carretera con la playa de abajo. Despues de solo nueve escalones, un ataque repentino y muy doloroso a la rodilla izquierda lo obligo a apretar su agarre en la barandilla de hierro que rodeaba la escalera, recordandole, si es necesario, que mas alla de cierta edad el privilegio de vivir es frecuentemente compensado con una serie abundantes de tembladera. – Monsenor, ?necesita ayuda? – No Aitana, todo esta bien. Gracias a este hermoso dia, me enfrente al bajr con demasiada calvicie, olvidando que ya no era un nino. Respondio el cardinal dirigiendose a la monja que lo observaba preocupada. – Ahora voy a ser mas cuidadoso y todo va a estar bien. – Talvez debimos haber elegido otra playa. -La religiosa unio sus manos como si estubiera orando. – una mas accesible, como la que pasamos hace diez minutos. – No, esta bien. !Mira que hermosas rocas emergen del mar!. El alto prelado, despues de una dispensada sonrisa tranquilizadora a la monja, retomo el descenso hacia la extencion de guijarros grises que descendieron a la costa. De hecho, no estaba completamente seguro de que estaba haciendo lo correcto. De hecho, si se hubiera encontrado en el papel de Aitana, habria reiterado sus dudas con mas behemencia. “Si despues no puedo subir, ya que no hay rampas de acceso, solo escaleras, usted se veria obligado a pedir ayuda" A pesar de ese pensamiento, no se detuvo, simplemente precedio con mas cuidado y su agarre, en la barrandilla gastada por el tiempo y la sal, se volvio mas firme. En los dias anteriores junto con su inseparable asistente habian seguido algunos servicios religiosos en la catedral de los Santos Mauricio y Companeros Martires, que se encuentran en el Parasio de Porto Maurizio, pero esa manana se habian mudado al otro lado de la ciudad. Habian asistido a la misa de las diez en la basilica colegial de San Juan Bautista en Oneglia y al final, de la conversacion cordial con el parroco, habian ido a dar un paseo cerca al muelle portual. Hablando con un pescador, el cardenal se habia enterado de esta playa, en el que estaba a punto de descender, situado en la solapa mas oriental de Imperia. Cuando llego al ultimo escalon, se paro y respiro el olor salado que impregnaba el aire. Un aroma no desconocido, pero raro para un hombre que habia pasado sus ultimas decadas en el soleado Toledo. Aunque era el 20 de marzo, en ese momento la arena estaba desierta y esto lo complacio porque habia ido alli a buscar la presencia de Dios que solo podia sentir en soledad. Como si estuviera apunto de hacer un gesto de epoca, extendio su pie derecho y lentamente lo inclino sobre las piedras en la base de la escalera. Despues de asegurarse de tener una base solida, casi de impulso, dio tres pasos hacia adelante. “Fue bien" penso cuando se dio cuenta de que no tendria equilibrio. “Si hubiera terminado tirado en el suelo, las monjas del convento, aunque sintiendolo mucho, seguramente habrian expresado dudas sobre mi sofisticacion" Aseguro sus habilidades y entro en la playa, dejando que su mirada vague por el agua azul y transparente, y luego a llevarlo a los infinitos tonos de gris de la multitud se piedras oscuras y redondeadas que bordean las olas. A unos cuarenta metros a su derecha, una hebra de rocas bajas salieron de la pared y despues cortaban la arena perpendicularmente, se lanzaban al mar para resurgir a unos metros mas adelante. No se atrevio a sentarse en el suelo porque estaba seguro de que ya no seria capaz de levantarse de nuevo, se dirigio hacia una parte rialzata y la uso como silla. Antes de continuar, levanto su mirada hacia la parte superior de las escaleras y trato de tomar una expresion segura, luego levanto la mano en un gesto de saludo que fue correspondido por Aitana, aunque si el rostro de la monja continuo mostrando perplejidad. Procediendo sin prisa, Rafael entro tratando de evitar las piedras que le parecian mas inestables, luego a mitad de camino para disfrutar de la vista de la famosa roca galeazza. “Mas que la vela de un buque de guerra veneciano del siglo XVI, considero contemplar la estructura rocosa que, estrechas y alta, emergio de las olas y luego se extendio hacia el mar mas profundo" para mi parece la aleta de algun focil antiguo que data de epocas distantes que, como una broma del destino, se mantuvo un unico signo obvio de los enorme pescado enterrado en este rincon de La Liguria. La sensacion mientras reanudaba su viaje seguia su camino y finalmente llego a sentarse, era que ese ser no podia ser asimilado a un delfin jugueton, sino a un tiburon feroz, tal vez todavia listo para despertar si las condiciones habian sido favorables. El sol que brillaba en el cielo, el aire calido y una ligera brisa que venia del oeste le daban una sensacion de relajacion, lo que lo llevo a cerrar los ojos, como si se encontrase en el lugar solo por razones de ocio. Todo eso sugirio que 2017 seria el enesimo ano con temperaturas por encima de la media. “!No estoy aqui por vacaiones!" dijo descartando ese sentimiento. “Etolo esta muriendo y he venido a Italia para acompanarlo en este ultimo viaje. La razon por la que Rafael y su asistente inseparable estaban en esa parte del puente de Liguria estaba estrechamente ligada a la gran relacion de estima y amistad que lo unia a Etolo Sciorato, un cardenal originario de Imperia Porto Maurizio que, hasta su jubilacion, habia sido un eminente miembro de la Curia Vaticana. Gravemente enfermo durante un par de anos, un mes antes, al presagio de acercamiento de su proprio viaje, habia decidido enfrentarse a sus ultimos dias regresando a las tierras donde nacio. “Es unos de los pocos amigos de verdad con los que siempre he sabido que puedo contar. Cuando se haya ido, estare mas solo, pero ahora mi tiempo tambien esta llegando a su fin, asi que pronto estaremos juntos de nuevo". Con un esfuerzo libero su mente de esas consideraciones entonces, como era su costumbre cuando llego a las orillas del Tajo, habiendo segurado una vez mas que no habia nadie en el vecindario, descanso los codos sobre sus piernas y menton en las manos de la articulacion, finalmente entrecerro los ojos hasta que se redujo a una simple rendija. Su mirada miraba a la inmensa extension de agua y su alma se abrio al Senor. El don de la fe siempre lo acompano. Cuando regreso con su memoria, no podia recordar ni un solo momento de su vida en el que habia sentido el amor de Cristo y nada habia vacilado en su firme convinccion de que tenia que cumplir con una mision: dedicarse a los demas revelando la piedad y la esperanza que Dios nos ofrece. Desde el comienzo de su viaje religioso siempre se habia comprometido. Para llevar a cabo su servicio y la carrera eclesiastica que habia realizado habia sido solo la consecuencia logica. Durante decadas habia celebrado el misterio de la Eucaristia sin dudar nunca de la transusencia de ese gofre de pan sin levadura que tenia en sus manos, pero la verdadera comunion con el Senor nunca le habia encontrado entre las paredes, a menudo suntuosas de las iglesias sino en lugares menos ortodoxos como en las orillas del Tajo. Ahora en ausencia de un rio real lo estaba buscando en esa playa en la frontera entre Imperia y Diano Marina. Un par de gaviotas despues de girar entre la tierra y el mar descendieron sobre el agua y se desplacaron por el ligero oleaje. Poco despues llego otra media docena que a su vez recayo en la compania de los dos primeros. Finalmente llego un ultimo rezago que tal vez para no conformarse con el resto del rebano, descansaba sobre la roca ocupada por el cardenal y despues de estirar y doblar las alas blancas y grises permanecio para mirarlo sin mostrar un interes real. Rafael decidio ignorar al recien llegado y como siempre en estas ocasiones comenzo a recitar con un filo de voz el acto de fe -"Dios mio porque eres verdad infalible creo en todo lo que has revelado y de la Santa Iglesia nos propone creer. Y expresamente en ti, el Unico Dios verdadero en tres personas iguales y distintas. "

  • Renacer en las Maldivas de Brianne Miller

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    La lluvia repiquetea en el cristal de mi estudio mientras me tomo una taza de chocolate caliente que consiga caldear mis huesos helados. Llevo aqui sentada mas de una hora intentando asimilar que George me ha pedido el divorcio. Sin un indicio, sin una explicacion... Simplemente se acabo. Llevabamos nueve anos de matrimonio, nueve anos en los que he sido completamente feliz. Mi marido me dejo desarrollar la pasion que corria por mis venas, esa que siempre quise explorar y que jamas consegui olvidar: la pintura. George prefirio trabajar horas extra para que yo pudiese ir a los diferentes cursos en los que puse a prueba mis capacidades como pintora, en los que aprendi todas las tecnicas necesarias y en los que me codee con la gente que ahora alaba mi trabajo en las grandes galerias. Y ahora que todo eso ha quedado atras, ahora que puedo dedicarle a mi matrimonio todo el tiempo y el esfuerzo que se merece... se acabo. He intentado innumerables veces que me explique que es lo que esta mal, que le llevo a tomar tan drastica decision, y el siempre me da la misma contestacion. --Carino, no has hecho nada mal, ni yo tampoco. Simplemente hemos llegado a un punto en el que las llamas del amor se han apagado, y ya no quedan ni los rescoldos. --!Pues avivemoslas! ?Por que demonios no quieres intentarlo? ?Acaso hay otra mujer? --!Claro que no! ?Pero como revivir algo que ya esta muerto? Te quiero mucho, Claire, pero no te amo. No quiero seguir atado a un matrimonio basado tan solo en una mentira. Necesito respirar, ver que demonios nos depara el futuro, y tu debes hacer lo mismo. Muerto. Su amor ha muerto, y yo estoy completamente destrozada por amar a alguien que no me corresponde. Siento como mi vida se va acabando poco a poco, y lo unico que puedo hacer es llorar. Pero tengo que superarlo, tengo que sobreponerme de este dolor que me roe las entranas, porque tengo que pensar en mi hija, esa pequena que crece en mi interior y de la que George no tiene ni idea. Debo decirselo, lo se, pero esperare a que el divorcio sea un hecho, porque no quiero que este pequeno milagro influya en su decision de seguir su camino. Jamas entendere que ocurrio, pero si hay algo de lo que estoy segura es que no utilizare a este bebe para retenerle a mi lado. Capitulo 1 Cuatro anos despues... Me dejo caer en uno de los sillones del estudio de arte de Jean Paul, mi mejor amigo y con quien vivo desde que me divorcie de George. La exposicion de mis cuadros ha sido todo un exito, y hemos conseguido una pequena fortuna por las ventas de varios de ellos. Mi querido amigo se acerca con una copa de champan en cada mano, se sienta a mi lado y brindamos sonrientes. --Por el exito rotundo --dice antes de dar un sorbo a su copa. --?Tu crees? La verdad es que no ha estado nada mal, ?verdad? --?Que no ha estado mal? Claire, has vendido nueve cuadros, tesoro. Ha estado genial. --Quizas ahora podamos mudarnos a un apartamento y dejaros intimidad. --No digas bobadas, Elliot esta encantado de teneros por casa. Os adora y lo sabes. Por cierto, ?cuando tienes que recoger a la pequena? --George la traera a casa manana. Queria llevarla al parque de atracciones. Ya le he dicho que aun es muy pequena, pero... --Dejale que la malcrie. Al fin y al cabo, es su padre. --Cierto, y la ve mucho menos de lo que le gustaria debido a su trabajo. --?Que te parece si celebramos tu exito saliendo por ahi? Elliot ya se fue a casa, pero estoy dispuesto a sacrificarme. --Estoy muy cansada, Paul. Necesito una buena dosis de sueno. --Tienes que salir y distraerte, Claire. Ya hace cuatro anos desde que te divorciaste, y aun no te he visto con ningun hombre. --Mi hija es mejor que cualquier hombre, ?sabes? No necesito a nadie mas. --Algun dia Sarah crecera y hara su vida, y entonces seras demasiado vieja como para hacer lo mismo. Tienes ya treinta y ocho anos, Claire. --Aun no estoy preparada. --Muy bien, como quieras --se levanta del sillon con un suspiro--. Levanta ese hermoso culo del sofa, que nos vamos a casa. --Paul... lo intentare, ?de acuerdo? Pero no hoy. Hoy no soy capaz de hacerlo. --?Y que tiene hoy de especial? --Hoy seria nuestro aniversario --digo agachando la cabeza--. Hoy haria trece anos desde que nos casamos. --Mi pequena tonta... --se acerca a abrazarme-- Necesitas un hombre pero ya. Ademas, el trece es el numero de la mala suerte, mejor que se terminara en el nueve. --!Anda, vamos a casa! Debo reconocer que mi amigo me ha arrancado una sonrisa a pesar de la pena que siento en este momento. Ya han pasado muchos anos, ya deberia de haberlo superado, pero cada vez que veo a George aparecer por casa para recoger a la pequena Sarah mi corazon se salta un latido. Nuestra relacion es cordial, por decirlo de alguna manera. En realidad trato de parecer amigable aunque por dentro me muera poco a poco, pero debemos llevarnos bien por el bien de la nina. Alguna vez hemos ido al parque como una familia de verdad, pero al llegar a casa ese sueno se ha desvanecido como el humo. Me desnudo por completo y me meto bajo las sabanas. Esta noche el sueno tarda en llegar, como todos los fines de semana que George se lleva a Sarah, pero cuando llega, sueno con un amanecer en la playa y un desconocido surcando las olas del mar. Capitulo 2 --!Despierta! !Mami, despierta! Mi pequena princesa tira de las sabanas intentando destaparme, pero las agarro con fuerza al recordar que estoy completamente desnuda bajo ellas. --!Hola, bichito! ?Ya has regresado? ?Tan pronto? --Papa esta en el salon. Quiere hablar contigo. --?Conmigo? De... de acuerdo, ve a hacerle compania, ahora mismo voy. --Pero no vuelvas a dormirte, ?vale? --Lo prometo. En cuanto mi pequena se marcha, salto de la cama y me doy una ducha rapida. No puedo arreglarme demasiado porque sospecharia, pero si que me doy un poco de brillo en los labios y me pongo un vestido veraniego que me queda a la perfeccion. ?Que querra George? ?Acaso pedirme que volvamos a estar juntos? Verle sentado en el sofa con Sarah entre los brazos me encoje el corazon como siempre. Me acerco con paso relajado, y me siento a su lado con una sonrisa. El se inclina, me besa en la mejilla y se vuelve hacia la pequena. --Mi amor, ?por que no vas a ver si el tio Paul puede prepararte un super batido de chocolate? Mama y yo tenemos que hablar. Sarah asiente y sale a correr en direccion a la cocina, y el se queda ahi, mirando el vacio, lo que me parece un siglo. --?Vas a hablar de una vez o esperamos a que vuelva la nina? --bromeo. --Claire... Esto no es nada facil para mi. No quiero hacerte dano, y... --George, me estas asustando, asi que sueltalo de una maldita vez. --Voy a casarme. En este momento todo el aire escapa de mis pulmones, la sangre se congela en mis venas y mi maltrecho corazon se deshace en millones de pedazos. ?George, mi George, se va a casar? --Pues enhorabuena --es lo unico que atino a decir. --Se que es un golpe muy duro para ti, pero... --George --le interrumpo--, nuestro matrimonio murio hace cuatro anos, y lo he superado. Me alegro mucho por ti, en serio, y espero que seas muy feliz. --Querria pedirte un favor. --Lo que necesites. --Elaine quiere que Sarah pase con nosotros el mes anterior a la boda, para hacerla participe de todos los detalles. --Entiendo. --El dia de la boda volveria a casa contigo, por supuesto, pero estas pequenas vacaciones con la nina harian a mi novia muy feliz. --Esta bien --digo como un automata-- ?Cuando seria eso? --Me la llevaria hoy mismo. --Espera, ?te casas en un mes? --No sabia como decirtelo, Claire. Se que el divorcio te destrozo, y crei que aun no lo habias superado. Siento no haberte avisado con mas antelacion, pero de todas formas la nina esta en las vacaciones de veranos, asi que... --Voy a preparar la maleta de Sarah. --Muchisimas gracias, de verdad. Te prometo que te compensare. --Dudo mucho que puedas hacerlo. Sin mas, salgo de la habitacion con los ojos anegados en lagrimas. En apenas un mes George sera de otra mujer. Tendra hijos con ella, y la amara como me amo a mi una vez. Tengo que dejar de enganarme a mi misma... hace mucho tiempo que George dejo de ser mio. Me limpio las lagrimas con furia y comienzo a preparar la maleta de Sarah.

  • Xander de Rose Gate

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    El no estaba preparado para encontrarla.Su mundo era un lugar sordido, frio y carente de color, hasta que ella aparecio y anuncio que era su nueva chofer.En su amarga existencia, los principes no montaban corceles ni las princesas conducian limusinas.El era oscuridad. Ella, luz.El odiaba la vida. Ella la amaba sin tregua.Cuando un corazon destruido se da de bruces con la estrella que lo ilumina, solo quedan dos opciones: o apagar la luz o dejarse absorber por ella.Porque, incluso en la noche mas oscura, siempre brilla una estrella.

  • Nietzsche para estresados de Allan Percy

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    Este manual reune 99 maximas del genio aleman y su aplicacion practica a entornos y situaciones de cada dia. Tanto en el mundo de la empresa como en el ambito personal, la filosofia de Nietzsche es altamente efectiva para hallar la salida de cualquier encrucijada. Cada capitulo del libro se abre con un aforismo de este pensador, seguido de una interpretacion en clave actual para mejorar nuestra calidad de vida. Este breve curso de filosofia cotidiana ha sido disenado como ayuda para tomar decisiones, recuperar el aliento, enderezar el rumbo perdido y relativizar la importancia de las cosas que nos suceden en la jornada. Nos hallamos ante un manual de autoayuda sabio --por el personaje que lo inspira--, provocador y estimulante. Un libro para los que buscan inspiracion en el pensamiento del filosofo mas influyente de la era moderna, que nos ensena a combatir las angustias y los miedos de hoy en dia. Junto con los 99 fogonazos de lucidez de la filosofia de Nietzsche, el manual se cierra con un cuaderno explicativo sobre la filosofia como terapia y sus aplicaciones para la vida cotidiana. Popularizada por su libro de gran exito Mas Platon y menos Prozac, conoceremos el trabajo de los consultores filosoficos y como las maximas de los pensadores de todos los tiempos pueden ser una ayuda terapeutica de primer rango. Antes de dar voz al filosofo que ha inspirado este manual de autoayuda, hagamos una breve visita a la biografia del maestro. Friedrich Wilhelm Nietzsche nacio en 1844 en la localidad germana de Rocken. Hijo de un pastor evangelico que fallecio cuando el tenia cinco anos, crecio en un ambiente de pietismo protestante dominado por mujeres. Tras estudiar en un internado donde se iniciaria en la antiguedad griega y romana, estudio filosofia clasica en las universidades de Bonn y Leipzig. Fue en esta ultima donde entro en contacto con el ideario de Schopenhauer y la musica de Wagner, compositor admirado a quien despues conoceria en persona. En 1869, a la temprana edad de veinticinco anos, Nietzsche ya era catedratico de filologia clasica en la Universidad de Basilea. Sin embargo, su actividad docente en esta institucion fue interrumpida en 1870 por el estallido de la guerra franco-prusiana. Nietzsche participo en la contienda como enfermero, hasta que tuvo que abandonar el frente a causa de la disenteria, afeccion de la que no llegaria a restablecerse totalmente. En 1881 conocio a Lou Andreas Salome, mujer de la que se enamoraria perdidamente, pero que acabaria casandose con un amigo suyo. Aquel rechazo acabaria afianzando en el su proverbial misoginia. Obligado a jubilarse prematuramente debido a las secuelas de su enfermedad, se traslado a la Riviera francesa y al norte de Italia para pensar y escribir. Solo y frustrado porque sus obras no obtenian la acogida que el esperaba, en 1889, un Nietzsche practicamente ciego fue victima en Turin de los primeros accesos de locura. Despues de largas temporadas internado en clinicas de Basilea y Jena, pasaria el resto de su vida en casa de su madre, que cuido de el hasta que a su muerte quedo al cargo de su hermana. Nietzsche fallecio en el ano 1900. Su legado filosofico posee una enorme ambicion que no ha perdido en la actualidad su poder inspirador y provocador. 99 pildoras para despertar la mente 1 Aquel que tiene un por que vivir puede enfrentarse a cualquier <> El estres y la desorientacion hacen presa de nosotros cuando perdemos de vista nuestros objetivos vitales. La sensacion de <>, el agotamiento que produce la dispersion tienen su antidoto en una meta clara que de sentido a lo que estamos haciendo, con sus buenos y malos momentos. Sobre esto, Viktor Frankl consideraba que basta con que el individuo encuentre un sentido a su vida para superar la mayoria de los problemas que le aquejan. La logoterapia busca justamente eso: en lugar de escarbar en el pasado del paciente, se explora que puede hacer con lo que tiene aqui y ahora. Dicho de un modo mas sencillo: encontrar un motivo para levantarse cada dia de la cama. El drama de muchas personas insatisfechas con su existencia es que tampoco se plantean cual es la vida que desearian vivir. Y la primera condicion para dejar de estar perdido es saber, al menos, adonde se quiere llegar. Al igual que Frankl medio siglo despues, Nietzsche senala la importancia de encontrar un <>. Cuando nuestra vida se llena de sentido, de repente los esfuerzos ya no son fatigas, sino pasos necesarios hacia la meta que nos hemos fijado. 2 El destino de los seres humanos esta hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de epocas felices La felicidad es fragil y volatil porque solo puede vivirse en determinados momentos. De hecho, si pudieramos experimentarla ininterrumpidamente perderia todo su valor, ya que unicamente podemos percibirla por contraste. Tras una semana de cielo cubierto, el dia soleado nos parece un milagro de la Creacion. Del mismo modo, sentimos la alegria mas radiante al salir del pozo de la tristeza. Ambas emociones se complementan y necesitan, porque ni la melancolia es eterna ni podriamos soportar cien anos de felicidad. Este es uno de los factores de estres de la sociedad moderna: creer que tenemos la obligacion de ser felices en todo momento y lugar. La negacion de la tristeza hace que se dispare el consumo de antidepresivos, las terapias y el derroche en cosas que no necesitamos. Parece como si no esgrimir una sonrisa permanente fuera motivo de verguenza. Contra esta perspectiva falsa e infantil, Nietzsche nos recuerda que la felicidad se da solo a destellos y que al pretender perpetuarla matamos incluso esos mismos destellos que nos ayudan a avanzar en el largo y tortuoso camino de la vida.

  • El dia que nos conocimos de Emilia Hover

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    Soy una mujer joven en busca de su primer trabajo.

    Las cosas no han salido muy bien en el ultimo ano... perdi a mi padre y eso cambio todo mi mundo.

  • La huella de una carta, Rosario Raro de Rosario Raro

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    La apacible vida de Nuria con su marido, un comercial al que no ve lo que quisiera, se altera cuando ella lee en la prensa un enigmatico anuncio que le despierta su sueno de dedicarse a la escritura. Sin saber a ciencia cierta de que se trata, acepta convertirse en la escritora anonima de las respuestas a las cartas que el consultorio radiofonico de Elena Francis recibe. Su labor parece sencilla: encargarse de responder las cartas que no da tiempo a radiar. Pero todo cambia cuando una oyente desesperada le habla de unos ninos nacidos con terribles malformaciones. Nuria decide investigar su origen y destapa una trama internacional de corrupcion que pondra en jaque su vida y cambiara su destino para siempre.

  • Lo primero es no hacer dano de Sonia A. Kirchen

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    En la vida todo suma, lo bueno, lo malo y lo regular. Es una sucesion de desajustes que conseguimos falsear hasta enderezarlos, creyendo que cuanto nos ocurre conviene, animados por un falso eslogan de bienestar.
    Pero ?que pasa si no te sientes duena de tus decisiones?
    ?Si amas tu profesion, mas no ejerces como deseas?
    ?Si las mentiras comienzan a ser menu de plato fijo?
    ?Si piensas mas en Thor que en tu marido?
    ?Que sucede cuando ya no eres feliz?
    Yo vi mi tiempo tan <> que de nuevo me guie por la sabiduria de Coral, experta en como disfrutar bajo cualquier circunstancia y docta en exprimir el jugo a los segundos hasta la ultima gota.
    Siguiendo su consejo, me traslade a Albricias, y ni en mil anos habria sospechado lo que el destino tenia previsto para una estirada pediatra de ciudad, ni como cambiaria mi manera de enfrentarme al misterio, al panico, a la perversidad, a la perdida y al amor.
    Y asi, sin pretenderlo, me codee con la maldad. con la muerte, y escapando de su guadana, consegui que mis semanas fueran de siete vidas.

  • Mi nombre es Violeta de Santi Anaya

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    Violeta es la chica nueva del instituto. Sus nuevos companeros no conocen nada de su pasado. Y eso ya le va bien. Porque significa que nadie sabe que hasta los cinco anos fue Nacho y todo el mundo la trato como aquello que no era: un nino. Sin embargo, todo eso se vuelve un problema cuando Violeta conoce a Andres. Por primera vez le gusta un chico y siente que tiene que explicarle la verdad. Pero cada vez que lo intenta es incapaz porque tiene miedo de que salga corriendo lejos de ella.

  • Caribes (Cienfuegos 2) de Alberto Vazquez-figueroa

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    Segunda entrega de esta celebre saga, Caribes continua las apasionantes aventuras de su protagonista, un joven canario en el Nuevo Mundo, un mundo hostil y desconocido.

  • Mil maneras de hacer sonreir al Highlander de Martina Leiva

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    Es necesario partir de cero en un nuevo lugar para curar las heridas...

  • Sin alma de Andres Ortega

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    Madrid, 1948. El Profesor, un neurologo discipulo de Ramon y Cajal, autor de La hipotesis innecesaria sobre la inexistencia o invencion humana de un alma inmortal, fallece en Madrid tras haber recibido los ultimos sacramentos en contra de su ultima voluntad. En esos tiempos duros, la Iglesia y el regimen de Franco, ayudados por el padre Aljimiro que se decia amigo del Profesor, se resisten a publicar las obras de un autor que ha entrado en el Indice de libros prohibidos del Vaticano.

  • Finanzas Pop de Mariano Pantanetti

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    Irreverente por momentos y riguroso siempre, Mariano Pantanetti analiza la cultura popular en busca de patrones y tendencias para que el lector pueda aprovechar oportunidades de inversion y protegerse de los riesgos del mercado de manera unica, de manera pop.

  • Tiempo de magos de Wolfram Eilenberger

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    La historia de como cuatro genios revolucionaron la filosofia y cambiaron nuestra forma de entender el mundo.

  • A Sexy Berling (Epilogue), Maya Blair de Maya Blair

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  • La comida me cae bien de Frank Laporte-adamski

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    El Metodo Adamski, una dieta que nos ensena a combinar alimentos para ayudar a que nuestros intestinos funcionen mejor.

  • Perdiendo el control, Loles Lopez de Loles Lopez

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    Lucia anhela compartir su vida con alguien afin a ella, pero no se deja llevar por los sentimientos y necesita racionalizarlo todo antes de tomar una decision.

  • El misterio entre Cervantes y Shakespeare de Margotte Channing

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    Esta es una historia diferente en la que German Cortes camina por ella, a veces de puntillas, de la mano de Cervantes, Shakespeare, algun lord ingles de la epoca, e incluso junto al mismisimo Gabriel de Borbon. Pero no es un viaje en el tiempo ni nada parecido, German sigue con los pies asentados en el siglo XXI cuando le toca investigar el asesinato de dos frailes agustinos, uno en el Monasterio del Escorial, y otro en la Biblioteca Britanica.
    Desde el momento en el que interrumpen sus vacaciones, el comisario y su inseparable Isabel, dedican todas sus energias a descubrir que cerebro maquiavelico es el que ha perpetrado esas muertes, que no son las unicas que descubriran a lo largo de la investigacion.
    Ayudado por sus fieles amigos consigue reducir poco a poco el circulo de sospechosos, descubriendo por el camino un secreto que puede hacer cambiar el curso de nuestro pais.

  • Una Mancha en la Cama, Magela Gracia de Magela Gracia

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    Una mancha en la cama es la historia de una mujer amante del sexo; sexo morboso, sexo salvaje, sexo ajeno… Ajeno, sobre todo eso. Se deleita con el sexo de otros. La protagonista tiene una imaginacion desbordante, y busca inspiracion donde uno menos se lo espera. Le gusta sacar escenas pornograficas de las cosas cotidianas que observa en el parque, y luego, en la intimidad de su casa, las transforma a su antojo para crear una pequena historia, con la que disfrutar, despues, manchando las sabanas de su cama. Porque la mejor mancha que puede tener una sabana es la que luce, orgullosa, despues de una buena sesion de sexo. Una mancha en la cama es un libro de relatos, imaginados por una mente perversa, para el disfrute de hombres y mujeres que no le tengan miedo a dejar volar su imaginacion, apartando los prejuicios, y dejando que sea la entrepierna la que mande. Porque, si te excita… no puede ser malo.

  • Algodon de azucar de Jane Seymour

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    Yo era una chica normal y corriente hasta que se cruzo en mi camino una estrella de Hollywood. De pronto lo tenia todo: lujo y riqueza., pero tambien lo peor de ese mundo.