• manuela berdeales - Manuela Berdeal

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    Cuando Marina entro en la oficina no se esperaba ver lo que alli se encontro, todo el mundo iba de un lado para otro sin orden ni concierto. Parecia que los alienigenas se habian apoderado de sus cuerpos y no podian hacer otra cosa que correr o andar deprisa sin un lugar fijo adonde ir; se quedo parada, mirando a la gente moviendose sin que hubieran reparado en ella -?que es lo que pasa? -pregunto cogiendo a Oscar de la manga de la chaqueta cuando pasaba a su lado -?no te has enterado?, el senor Ruiza ha muerto, lo han encontrado esta noche de madrugada o quizas esta manana, muerto en su cama, no estoy muy seguro, pero todo el mundo anda muy nervioso -Marina le fue aflojando el agarre, para agarrarse a la mesa de la secretaria que ahora mismo no estaba en su puesto -?pero como ha pasado eso? Ayer estaba perfectamente -aunque tenia muy mala cara penso Marina, ayer por la tarde Ernesto no estaba en su mejor momento, le dolia la cabeza y tenia mucho calor, asi se lo conto a ella cuando fue a su despacho para que le diera el visto buena a la ultima campana que habia hecho, pero no le dio importancia, no era la primera vez que se encontraba mal; ella le habia preguntado en repetidas ocasiones si habia ido al medico y le habia dicho que no, que ya se le pasaria, parecia que habia sido mas grave de lo que el mismo pensaba. Ernesto Ruiza no era un hombre mayor, apenas tendria los sesenta anos, pero se conservaba muy bien y estaba en su peso. Hacia poco mas de un ano que se habia casado por segunda vez. Su primera mujer habia muerto hacia mas de diez anos, de un cancer de pancreas, se la llevo en lo mejor de su vida. Fue entonces cuando Marina entro a trabajar con el, estaba muy triste, y para el, Marina fue como la hija que no habia podido tener, la acogio con gran carino y le enseno todo lo que el sabia del oficio. Marina no habia ido a la universidad, tuvo una adolescencia muy conflictiva, fue una chica rebelde, y su madre, una madre divorciada, como muchas, no supo hacer carrera de ella; el ultimo novio de su madre fue quien le busco ese trabajo a Marina, el conocia a Ernesto desde su infancia, se habian criado juntos, y para Marina fue su tabla de salvacion, por aquel entonces cada vez tenia amistades mas peligrosas, aunque ella no lo veia asi. Tener un trabajo la cambio radicalmente y se tomo muy en serio el trabajo, poder disponer de su dinero fue un gran aliciente. Salio de casa de su madre y se alquilo un piso en el barrio de vallecas, que era lo que podia pagar sin ayuda de ninguna clase. Por eso saber que su mentor habia muerte le causo un dolor, que en un principio, no supo muy bien como gestionar -no debia estar tan bien -dijo Oscar sacandola de sus pensamientos -?cuando ha muerto?-pregunto Marina -parece ser que le ha dado un infarto mientras dormia, su mujer fue quien lo descubrio -?por que? ?acaso no estaba con el en la cama cuando todo paso? -pregunto Marina inquisitivamente -y yo que se Marina, solo se lo que se rumorea, no se nada mas. No ha venido nadie a contarnos nada, lo que sabemos, lo sabemos por el jefe de personal, solo nos ha dicho lo que te acabo de contar, pero todo el mundo esta muy nervioso -Oscar era un chico joven, era del equipo de Marina, llevaban las firmas mas importantes de la oficina, Marina se habia apropiado de los mejores creativos, y habia creado un grupo perfecto y muy capaz -la empresa no va muy bien, eso lo sabemos todos, y con la muerte de Ruiza esto no hace mas que empeorar -, Marina le miro, tenia razon, esto solo podia ir a peor -bueno no adelantemos acontecimientos -, pero sabia que la empresa iba mal, se sostenia con los pocos clientes que llevaban ellos, habia tres equipos mas, cada uno se componia de cuatro personas, pero llevaban firmas de mucho mas bajo nivel, o de esos que solo te daban una campana al ano, y con eso ninguna empresa podia mantenerse a flote. Eran unos veinte empleados, y por ahora se sostenian, pero de un tiempo a esta parte Ernesto cada vez estaba mas alejado de la empresa, parecia que nada le interesaba, quizas era debido a su delicado estado de salud, que a todo el mundo le habia ocultado -, ?no ha dicho nada mas el senor Rodriguez?-era el jefe de personal -nada, solo nos ha dicho que continuaramos trabajando como si nada pasara -pero no ha dicho nada de a que tanatorio lo iban a llevar, -todavia no lo sabia -los dos iban andando a su cubiculo, a su despacho, en el ya estaban Soraya y Luis esperandolos con la cara preocupada y triste, los dos se habian enterado y estaban sentadas alrededor de la mesa, la que empleaban para trabajar. Soraya era licenciada en bellas artes, era muy buena haciendo cualquier dibujo o idea que le explicaras, y Luis era un hacha ideando esloganes -bueno ya sabeis lo que ha pasado -dijo Marina -vamos a seguir trabajando en la firma de embutidos que teniamos pendiente, ya nos enteraremos de algo mas, por ahora no vamos a preocuparnos demasiado, no sabemos nada, me imagino que se pasara por aqui su mujer, no tenia hijos… como todos sabeis, yo no se mucho mas que vosotros, con lo cual vamos a ver como se desarrollan los acontecimientos. Ese dia todo siguio igual, nadie paso por la oficina, a ultima hora de la tarde el jefe de personal, el senor Rodriguez, los reunio a todos en la sala de juntas -os he reunido para que supieras dos cosas: lo primero es que el cuerpo del senor Ruiza esta en el tanatorio de la m-30, esta desde esta manana mas o menos, podeis ir a verlo cuando querais, despues de esta charla todos os podreis ir a casa, o a donde querais, la jornada se habra acabado, tambien parece ser que el senor Ruiza tenia dos sobrinos, tambien metidos en el mundillo de la publicidad, y creemos que ellos heredaran la empresa, lo se porque esta tarde se ha puesto en contacto conmigo su abogado, y me lo ha dicho, manana o quizas pasado a lo mas tardar, se presentaran aqui, y ellos mismos nos informaran a todos, a mi incluido, lo que quieren hacer con la empresa, por ahora no se nada mas, manana cuando vengais seguireis trabajando en los proyectos que todos teneis, como si no hubiera pasado nada y ahora todos a casa o adonde querais -?vas a ir al tanatorio?- le pregunto Oscar a Marina -si, voy ahora, antes de ir a casa, ?vienes conmigo? -si prefiero ir contigo -, la sala se fue vaciando poco a poco el ultimo en salir fue el senor Rodriguez -!senor Rodriguez! -lo llamo Marina,- ?no sabe nada mas de como murio el senor Ruiza? -no Marina, lo que os he dicho es lo unico que se, no le han hecho ni autopsia, debido al infarto masivo que sufrio, -?va usted ahora al Tanatorio? -no, ya me pase este mediodia, cuando me llamo el abogado -habia falseado un poco la hora en que le llamo el abogado, pero Marina lo entendio, no queria encontrarse con toda la empresa alli en el tanatorio -me dio un poco de pena, estaba solo, no habia nadie, se que su primera mujer era hija unica con lo cual no tenia hermanos, ni familia, pero no ver alli a la viuda me causo una gran impresion, pero no me hagais mucho caso, yo estoy acostumbrada a grandes familias, donde siempre hay mucha gente en todos los acontecimiento, por eso me choco -el senor Rodriguez los dejo, y se fue andando despacio, se le veia preocupado, eso preocupo a Marina y a Oscar, que se miraron sin saber muy bien que decir -?que hacemos? ?vamos ya? -pregunto Oscar -yo no he traido coche, pensaba ir esta tarde al centro, me queria comprar unas zapatillas para correr, hay una marca nueva que son la leche -se callo, se dio cuenta de que el comentario habia dado la sensacion de frivolidad -vamos, yo si he traido coche, y no te preocupes, tampoco era tu padre, luego si no tardamos mucho te dejo en el centro para que te puedas comprar las zapatillas - no, ya lo hare manana, mejor me dejas en mi casa si no te importa Fueron a su cubiculo y le preguntaron a Soraya y a Luis si querian ir con ellos y los dos dijeron que si, juntos fueron al tanatorio. Entraron en la sala donde estaba el senor Ruiza, habia gente, todos de la empresa. Estaba el jefe de comercial y algunos comerciales, los saludaron, y ellos cuatro fueron a ver al senor Ruiza, estaba tumbado, como todo los muertos, con la cara serena y un traje azul, parecia que estaba dormido, pero aunque Marina no habia visto muchos muertos, algunos si, todos le habian causado la misma sensacion. En los tanatorios sabian hacer muy bien su trabajo. No vieron a su viuda, ?o si?, ninguno de los cuatro la conocia, por lo tanto, no podian saber si estaba alli. De repente un ruido en la puerta les hizo a todos volver la cabeza, entraron tres desconocidos, Marina los miro y vio entrar a las personas mas guapas que habia visto en su vida; los dos hombres eran espectaculares, morenos, altos y bien formados, con trajes caros que les sentaban estupendamente bien, como si hubieran sido hechos a medida, y a lo mejor asi era, uno era un poco mas alto que otro y tambien uno tenia el rostro mas dulce, como mas aninado y unos ojos verdes, grandes y maravillosos, el otro tenia los ojos algo mas pequenos pero parecian marrones muy claritos, de esos que no sabes si son verdes o marrones o ambar, tenia la cara mas dura, la mandibula cuadrada y los pomulos afilados, era un hombre espectacular, de esos que ves en el cine o en las revistas de moda, pero nunca en la calle. Deben de estar

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  • La sustancia del mal, Luca D’Andrea de Luca D'andrea

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  • ?Como conseguir un ligue de una noche? de Roxana Aguirre

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    Roger Santana, es un poco conocido y ordinario escritor que se gana la vida creando articulos para adolescentes en la revista <>. Sin una carrera exitosa ni un salario extraordinario, su vida da un giro radical cuando descubre la infidelidad de su novia y le encargan un articulo que le deja en claro su nueva mision: ?Como conseguir un ligue de una noche?

  • El reto del multimillonario (Los Sinclair 1) de J. S. Scott

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  • En busca de la redencion (Conquista 2) de

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    Manuel es un hombre atormentado por sus fantasmas. En el pasado, viajo al Nuevo Mundo y alli cometio un terrible crimen movido por los celos y por su caracter misogino y carente de honor. Con sus fechorias les ha fallado a su mejor amigo, a la que fue su prometida y, sobre todo, al mejor hombre que ha conocido nunca, su padre.

  • Ano uno (Cronicas de la Elegida 1) de Nora Roberts

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    El mundo se enfrenta a una pandemia. Entre el caos y la destruccion, un grupo de personas aparentemente inmunes busca un refugio para la humanidad.

  • Juguete peligroso de Juan Martinez

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    Teniente Ibanez, la operacion es muy importante. Va a trabajar en conjunto con Interpol, el objetivo es desarticular una banda de serbios que se dedican a la trata de mujeres. --Le dijo el Coronel Garcia a su superior en Madrid. --Estara infiltrado en la operacion, tiene que reunirse con su contacto en Marbella en dos dias, es el tiempo que tiene para despedirse de su familia. Marcos Ibanez, estaba dispuesto a todo por su pais, desde que tenia uso de razon supo que perteneceria a la Guardia Civil, su padre habia sido pertenecido al cuerpo, al igual que su hermano Miguel. Asi que, para el no habia otra posibilidad, era un estilo de vida. Esa era su segunda mision importante, ocho meses antes habia trabajado duro para dar con una banda de pedofilos, las cosas que vio todavia lo atormentaban, pero ese era uno de los precios que se tenian que pagar al elegir esa profesion. El Teniente Ibanez era tomado en cuenta para esa mision por la disciplina y la valentia que habia demostrado desde que pertenecia a la institucion. Ese mismo dia, Marcos fue a casa de su madre Isabel, y le comunico que se iria en una mision, la mujer ya tenia experiencia, sabia que la mision podia tardarse meses o anos, el tiempo era indefinido. Tambien sabia que su hijo no tendria ningun tipo de comunicacion con ella o con su hermano, si querian saber de el tenian que ponerse en contacto con su superior. Marcos Ibanez era un hombre, si se puede decir, solitario, sus unicos amigos estaban en la Guardia Civil, ninguna otra persona hubiese comprendido los horarios, las prolongadas ausencias, tampoco tenia relacion de pareja. Cuando queria echar un polvo, llamaba a alguna conocida, nunca lo hacia en su casa. Por su trabajo habia aprendido a cuidar en extremo su privacidad, tenia tres o cuatro habituales chicas que le habia presentado algun companero, o alguna companera de trabajo, siempre con total discrecion. Esa noche luego de despedirse de su madre y de su hermano, estaba tenso y sabia que lo mas probable es que pasara una larga temporada sin sexo, asi que, llamo a una de las chicas con las que se acostaba y quedaron en verse en un hotel. Cuando llego al hotel, se sento en el bar, pidio un trago de whisky para esperar a Diana, pero no tuvo que esperar mucho, la espectacular morena llego muy puntual. Con un muy sexy vestido rojo y zapatos a juego, la chica habia traido el arsenal completo. --!Hola, guapo! --Le dijo la chica acercandose a Marcos, y le dio dos besos a modo de saludo. --!Hola, Diana! Tan puntual como siempre... --Le dijo mirandola de arriba abajo. Estaba muy buena. --?Quieres tomar algo, o quieres que subamos? --Las dos cosas... Pide que nos lleven una botella de vino a la habitacion. --Le dijo la chica. Marcos pidio las bebidas, y subieron a la habitacion que el chico habia reservado con anticipacion. Entre ellos habia sexo del duro, a el le gustaba una mujer experimentada, ademas que no tuviera ningunas falsas expectativas, ambos sabian a lo que iban y ya. Sirvio dos copas de vino y le dio una a Diana, la chica le sonreia de manera muy sexual, habian tenido sexo varias veces y conocian los gustos del otro. La chica se tomo la bebida de un trago, al parecer tenia prisa por ir a la accion, se puso de espaldas a Marcos y este le bajo la cremallera del ajustado vestido. La mujer era una mulata, dominicana e insaciable. Al chico le gustaban las mujeres de color, eran sus favoritas, le parecian sensuales, de hecho, la mayoria de las chicas con las que se acostaban tenian la piel oscura. Debajo del vestido, solo tenia unas diminutas bragas, que no dejaban nada a la imaginacion, apenas era un hilo que se escondia en el impresionante trasero de la mulata. No usaba sujetador porque apenas tenia senos, eran pequenitos, pero los sabia usar muy bien. La chica luego se giro y le extendio la mano a Marcos, lo queria de pie para desvestirlo. --!Esta noche te voy a dar de todo, guapo! --Le dijo con su caracteristico acento. La polla de Marcos le dio su aprobacion al plan, tenia varias semanas sin follar, y no sabia cuantas iba a tener que estar despues, por lo menos hasta que estuviera bien metido en su papel. Diana comenzo a desnudarlo y cuando lo dejo totalmente desnudo se puso de rodillas, e inmediatamente se metio la polla a la boca, chupaba y lamia hasta que Marcos estuvo como ella queria. Lo llevo a la cama, le gustaba tomar la iniciativa. Entre ellos no habia besos, ni nada por el estilo. Marcos le entrego varios condones, estaba seguro que usaria por lo menos dos o tres. Diana comenzo a acariciarse, se frotaba el clitoris con fuerza, y el chico disfrutaba del espectaculo, cuando se canso de mirar paso a la accion, la puso en cuatro patas, se puso un condon y le metio tres dedos por la vagina. La chica gemia y se movia, queria mas y el se lo iba a dar. La penetro con fuerza y comenzo a embestirla, con un ritmo constante, cuando sintio que se iba a correr salio de ella, no queria que se corriera con su polla. Le dio vueltas y le abrio mucho las piernas, y comenzo a masturbarla de nuevo con los dedos, metio tres de ellos, y cuando ella le pidio mas metio toda la mano, a la chica le gustaba el fisting vaginal. Marcos era experto en la materia, siempre que lo hacia tenia unos orgasmos muy intensos y ese dia no fue la excepcion. Diana se corrio y grito, mientras Marcos le dio vuelta de nuevo y le escupio en el ano. Alli queria correrse, pero cuando la chica comenzo a echarse hacia atras el chico la penetro sin mucha consideracion, el queria follarla y duro. Comenzo a moverse con embestidas certeras y precisas, hasta que sintio que ya no podia mas y se corrio en el ano de la mulata, que se habia caido de bruces sobre la cama debido a la fuerza con la que la penetro Marcos. El chico se retiro al bano a deshacerse del condon y a asearse, cuando regreso se tomaron el resto de la botella de vino y repitieron dos veces mas. Luego muy civilizadamente se despidieron. Esa era su relacion ideal, o sea, ninguna. Marcos nunca se habia enamorado, cuando era adolescente tuvo una novia, pero duro poco tiempo, no se sintio capaz de ser fiel. Luego comenzo con su carrera militar, y en su profesion, enamorarse era muy peligroso, requeria toda su atencion y dedicacion. Lo habia visto con su hermano Miguel, cuando conocio a su pareja, decidio dejar el trabajo en el campo, y dedicarse a labores administrativas para tener un horario fijo y poder estar en casa con su chica la mayor parte del tiempo, pero Marcos no estaba preparado para dejar la accion, la adrenalina, el peligro. Su entrenamiento era muy .extenso, era experto en armas, en artes marciales, y, ademas, tenia muchos conocimientos de informatica. Hablaba varios idiomas, aunque la Guardia Civil, solo le exigia ingles, habia aprendido frances, italiano, algo de serbio y ruso. Despues de salir del hotel, se marcho a su casa, aunque la habitacion estaba pagada para toda la noche, queria dormir esas dos ultimas en su propia cama, sabia que estaria ausente una larga temporada. Al siguiente dia paso a casa de su madre, Miguel y su pareja Gina, almorzaron con ellos, al final de la tarde la pareja anuncio que estaban embarazados. Isabel lloro de felicidad pues era su primer nieto. Y Marcos penso en cuando conoceria a su sobrino o sobrina, esperaba hacerlo pronto, pero sabia que era poco probable. Ese dia se despidieron definitivamente, no queria ponerse melancolico, aunque eso era inevitable, la relacion con su familia era estupenda, eran muy unidos y se acompanaban en las buenas y en las malas. El ultimo dia en Madrid, Marcos aprovecho para caminar y disfrutar de las cosas que le gustaban de la ciudad. Paseo por El Retiro, camino por la Gran Via, se tomo un par de cervezas en la esquina de su casa y se comio una tortilla de patatas que era su especialidad. Se despidio de su ciudad, sabia que estaria un tiempo lejos de ella. Al siguiente dia tomo el AVE hasta Sevilla, esas fueron las ordenes que recibio el dia antes. Habian cambiado el sitio de reunion, no querian dejar cabos sueltos, lo habian elegido a el en vez de un efectivo de la Zona de Andalucia, que era lo correspondiente, porque no querian correr riesgos. Cuando llego a Sevilla, alquilo una habitacion en un pequeno hostal, nada que llamara la atencion. Por la noche fue puntual al sitio indicado, el Parque Infanta Elena, era un lugar poco concurrido en las horas de la tarde, le habian dicho que se sentara en una banca cerca de la zona de columpios. Marcos se sento y espero, a los quince minutos se sento a su lado una mujer, venia con ropa de deporte, tenia unas gafas oscuras puestas y una gorra. Cualquiera que la viera pensaria que estaba corriendo, y se sento a descansar y a tomar agua. --Soy la Agente Petit, voy a ser su contacto durante el tiempo que dure la operacion. --Le dijo la mujer con un marcado acento frances. Marcos se quedo mirando hacia el frente como si no estuviera hablando con el. --El objetivo es que se infiltre en la organizacion de Barislav Milojevic, toda la informacion esta en una Tablet que dejamos en la habitacion del hostal. Tiene que estudiarla en detalle, alli tambien hay datos de su nueva identidad y una considerable cantidad de dinero. Ya hemos allanado el camino para que pueda entrar, pero su trabajo sera ganarse su confianza absoluta, de mas esta decirle que no puede comunicarse con nadie o podria ponerlos a todos en peligro. --?Como me pondre en contacto con ustedes? --Le pregunto fingiendo que hablaba por el movil.

  • Te encontrare en la niebla de Alvaro De Mina

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    Una pareja rompe su relacion poco antes del Dia Sin Datos; un suceso caotico que marcara la historia de Espana dando paso a la segunda guerra civil. Ese dia, ella se encuentra en Pontevedra y el en Vigo. Separados en un pais dividido por la guerra, Alex tratara de encontrar a Sara y su perrita Keira por todos los medios.

  • El lado oscuro del sexo de Sara Toledano

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    Mosquita Muerta: Joven Virginal convertida en Esclava del Amo Millonario
    Ir al trabajo. Ir a casa. Dormir. Repetir.
    Una vida bastante aburrida, ?no?
    Y aun asi, la de la mayoria.
    Incluyendome.

  • Avion Club de Carlos Santos

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    El Avion Club fue uno de los locales mas singulares de la epoca de la movida. Por el paso media Espana, gentes muy diversas que cantaban al son que tocaba Cesar, un pianista sacado de una pelicula o un blues, pero que, a diferencia de los pianistas de los blues y las peliculas, sonreia todo el rato, sin el menor atisbo de melancolia. Al Avion no se iba a figurar ni a hacer tertulias. Se iba a vivir.

  • Cautiva de una Mentira de Emma Gigan

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    Alexia jamas se planteo que, cuando se casara, en su matrimonio no existiese el amor.
    Su padre, harto de esperar, decidio poner en el camino de su hija a un hombre que la hiciese renunciar a su rebeldia y desobediencia.
    El elegido para llevar a cabo sus planes, sera Lord Jacob Sherwin. Un hombre que se juro a si mismo, tras la muerte de su prometida, que ninguna otra mujer ocuparia jamas su lugar.
    El exitoso plan, consigue que acaben unidos en un tormentoso matrimonio que pronto les hara sufrir por las innumerables diferencias surgidas. A pesar de todos los obstaculos que se alzan ante ellos, Alexia debera rescatar a Jacob de su frio y autodestructivo comportamiento, si quiere conseguir su anhelado deseo de vivir feliz junto a su esposo.

  • El azaroso arte del engano de Gerardo Herrera Corral

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    El azar, el error y el engano estan presentes en todos los ambitos de nuestras vidas: el trabajo, las relaciones personales, la politica, la economia.

  • Yo que tanto te quiero (Los Lamarc 3) de Marta Querol

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    Valencia, 1977. En Espana se celebran las primeras elecciones generales despues de la muerte de Francisco Franco. Politica, revueltas sindicales y reuniones acaloradas son parte de la vida cotidiana en un pais en ebullicion.Lucia no es ajena a ese torrente de ideas y manifestaciones culturales, pero tampoco a la ruptura del matrimonio entre sus padres, cuyo divorcio, una guerra de enganos y misterios, amenaza con acabar incluso con su vida.Yo que tanto te quiero es el emocionante homenaje de una hija a su madre luchadora y desdichada, la pieza clave de un rompecabezas que comenzo en El final del ave Fenix y que nos acerca a la historia reciente de Espana desde una optica nueva.

  • Inmortal de Alma Katsu

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    ?Para que usariamos la inmortalidad? Una historia de amor y venganza a traves de los siglos, con Maine, Boston, Paris y

  • Apuesta equivocada de Nicolas Lopez Cisneros

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    Durante una mision diplomatica organizada por Estados Unidos e Israel con destino Georgia y Turquia, los miembros de las delegaciones comparten viaje, pero sus intereses personales se mueven en direcciones opuestas.
    Lo que parecia un viaje de unos dias, se complica cuando un fanatico grupo que quiere rendir homenaje al "Holocausto Armenio" decide secuestrar al embajador israeli. Lo que desconocen es que su proteccion se les ha encargado a dos peligrosas Sayeret Matkal que viajan con el encubiertas.
    Oscuras maquinaciones, intriga, accion y aventura, se llevan a cabo en algunas de las ciudades que albergaron las mas antiguas de las civilizaciones: Jerusalen, Erevan, Tiflis y Ankara.

  • Crimenes Imperfectos de Francisco Merchan

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    Dame tu corazon

    Tirada una oscuras en el patio trasero de su casa, Ellen Cistar agoniza en medio de un gran charco de sangre mientras observa, con impotencia, como su asesino se pierde entre la lluviosa noche. Guarda un horrible secreto que unas horas despues consigue contar al anestesista del Hospital General del Condado que intenta salvarle la vida. El doctor Peter Tenway, junto al inspector de Policia de Augusta, Anderson Harper, se veran inmersos en una lucha contrarreloj por desentranar el pasado turbio que atormento a Ellen hasta su ultimo aliento.

  • ?Te llamas Julieta? de Jossy Loes

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    ?Te llamas Julieta?
    Es una novela reeditada con nuevas escenas y corregida por un profesional en la materia para que vosotros, los lectores, podais disfrutar de ella.

  • Bajo mi piel de Lisa Unger

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    ?Y SI TUS PESADILLAS FUERAN EN REALIDAD RECUERDOS?
    El marido de Poppy Lang fue asesinado mientras corria por un parque de Nueva York. Arrastrada hacia una espiral de dolor, Poppy desaparecio durante unos dias, al cabo de los cuales se presento en casa de su mejor amiga con un vestido rojo que no reconocia y sin recuerdos sobre lo que habia hecho.
    Un ano despues de la tragedia, se muestra incapaz de pasar pagina y aun depende de las pastillas y el alcohol. La sensacion de que un hombre sigue sus pasos multiplica su inquietud. Pese a las dificultades que sufre para distinguir que es real y que no, resuelve poner orden en su vida, empezando por investigar la muerte de su pareja. El precio que debera pagar quiza sea conocer secretos muy perturbadores.

  • Bajo vigilancia de Gayle Wilson

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    El trabajo del agente John Edmond estaba en peligro. Tenia solo una oportunidad para demostrar que podia trabajar en equipo. Tenia que vigilar de incognito a Kelly Lockett, heredera de una fundacion benefica sospechosa de estar relacionada con el terrorismo.

  • Cartas para Claudia de Jorge Bucay

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    Jorge Bucay, decidio publicar las Cartas para Claudia por el interes que estas despertaron entre sus allegados, colegas y amigos. Pero eso no quiere decir que hayan sido escritas para unos cuantos. Como Zulema Saslavsky afirma en su prologo: A el, como a mi, no le alcanzan las formas comunes de expresion, y entonces nos salimos del plano para encontrarnos en el camino de la vida haciendo caminos, infinitas formas de comunicar y dar lo que tenemos. El secreto del pensamiento de Bucay, puesto en evidencia en esta obra, es concebir al ser humano como un universo unico, pero capaz de encontrarse con los universos de los demas y vivir a plenitud a traves del reconocimiento mutuo, la riqueza expresiva y un proceso profundo de curacion interior. Jorge Bucay es medico y psicoterapeuta gestaltico. Una amplia cultura sobre los mitos antiguos y una innegable sabiduria derivada de su propia vida confluyen en su obra, a la que recurren miles de personas que desean comprender sus retos vitales.

  • Cuando menos lo esperaba de Loren Gray

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    Denis solo queria hacer bien su trabajo, demostrarle a su padre que era un hijo digno y demostrarse a si mismo que era capaz…

  • El Sueno de Nerea de Manuel Iglesias Hernandez

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    Nerea, una anciana vasca afincada en Abina (Vizcaya), cuenta la historia de su vida a su nieto. Le habla de como su amistad con Nicolasa, esposa del fundador del PNV, le permitio conocer y convertirse en fiel seguidora de este lider y, con ello, ser persona defensora de las creencias religiosas de sus antepasados, de las antiguas leyes nacidas siglos atras. Una convencida de que el pueblo vasco siempre fue un pueblo elegido por Dios, creencia de la que presumia. Mas, conforme paso el tiempo, dejo de ser seguidora del nacionalismo carlista que proclamaba el lema "Dios y Ley Vieja", tal como hiciera su maestro, en defensa de un "Dios-Nacion", transmutacion que haria del independentismo una nueva religion.

  • Eso que tu haces de Valeriam Emar

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    Amy Klarson es una escritora que no logra conectarse con la protagonista de su novela: Emily, una atrevida prostituta. Y su agente literario le propone ponerse en sus zapatos. Vivir la vida de Emily le traera muchos problemas. Como ayudar a un sicario a encontrar a las personas que los quiere ver muertos a los dos.
    Greg Adams es un sicario que pretende retirarse, pero el sabe demasiado y no le sera tan facil abandonar su profesion. Siempre habia trabajado solo, hasta que en su vida aparecio: Amy Klarson. La mujer que le hara romper todas las reglas.
    Amy tendra una relacion peligrosamente adictiva con el seductor asesino.

  • Una corte de rosas y espinas (Crossbooks), Sarah J. Maas de Sarah J. Maas

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  • Las manos van al pan de Meg Ferrero

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    --!Perdon! --se disculpo la camarera por el leve empujon propinado sin intencion y paso de largo con prisas, sin esperar a ver si su justificacion era aceptada. !Joder! Menuda educacion. Vale que el estuviera acostumbrado a otro tipo de lugares para comer, pero esto era el colmo. La chica, que habia pasado a su lado dejando un aroma intenso a curcuma, a canela y pudiera ser que tambien a curry, le habia lanzado, de manera literal, el plato a la mesa. Lo curioso habia sido el modo de hacerlo. Habia girado de tal manera la muneca que un plato asi lanzado, sin ese giro, hubiese acabado encima del comensal, pero ella lo habia dejado con maestria justo en su sitio, aunque con un estrepitoso repiqueteo, mientras el plato terminaba de asentarse en la mesa. Quiza fue ese gesto el que lo dejo tan descolocado que ni siquiera fue capaz de decirle a la camarera lo que pensaba de su escasa educacion. Y, encima, el empujon en el hombro. Aunque tenia que aceptar que eso no le habia molestado tanto como le gustaria reconocer. !Menuda cadera! Se giro de forma casi imperceptible para no ser descubierto en su curiosa inspeccion visual. Si, aquella mujer que contoneaba su generoso trasero de forma casi infantil era justo el tipo de muchacha por el que el, en cualquier otro momento de su vida, se hubiese sentido atraido. !Mentira! Se sentia profundamente atraido. Tanto, que su miembro viril comenzo a cobrar vida propia. !Habia que joderse! ?Cuanto tiempo llevaba sin estar con una mujer? Tampoco tanto como para ponerse asi. !Mierda! En otro momento no hubiese dudado en lanzarse al ataque, insinuarse con un despliegue indecente de todos sus encantos, que eran muchos, y conseguir su numero y una cita. Una cita que, estaba seguro, ambos tardarian en olvidar. Y eso con solo ver su silueta de espaldas. Su larga melena rubia ondulada, brillante y sedosa que, hubiese jurado, llevaba recien lavada con un algun champu de rosas, otro olor que lo seducia, llamaba de manera poderosa su atencion. Su ancha y fuerte silueta lo cautivo como hacia tiempo no le sucedia. Siguio mirando un instante mas, tan solo un segundo en el que se permitio volver a ser el mismo de siempre, el hombre que el creia ser, pero desistio al momento ya que la camarera no parecia que se fuese a volver para que el pudiese apreciar su rostro. No queria parecer un imbecil embelesado por una mujer delante del resto de los comensales, que no tardarian en seguir la direccion de su pose y su curiosa mirada. Ataco sin demasiado interes el rapido bocadillo que habia pedido y... sin previo aviso, el cumulo de sensaciones del sabor de aquel mordisco lo dejo sin respiracion. Paro incluso de masticar, con todo el bocado aprisionado en el interior de la boca, para no perderse ni uno solo de los diferentes sabores y aromas que llegaban a sus fosas nasales a traves de su cavidad bucal. !No podia ser! Pero si el habia ido a un bar "de mala muerte" en busca de alimento, mas que comida, en una rapida escapada desde el hospital. ?Quien se iba a imaginar que en un restaurante de menu del dia iba a encontrarse con semejante delicatessen? !Y encima en un bocadillo! Comenzo a masticar, ahora mas relajado, con todos sus sentidos puestos en el interior de su boca. Hasta se permitio el lujo de cerrar los ojos y dejarse atrapar por el instante. !Estaba exquisito! Tenia que apuntar todos los sabores, olores y sensaciones que el bocadillo le estaba haciendo experimentar. Saco de su pequena mochila, con rapidez, una ajada libreta de cuero sujeta por una goma y con innumerables papeles con notas dentro. Incluso se excito con el sonido del "click" de su boligrafo favorito, que era el que siempre daba el escopetazo de salida para alguna de sus creaciones, para algo que el adoraba hacer, para escribir. Y eso mismo fue lo que se dedico a hacer: escribir. Mordia, masticaba con cara de placer, tragaba y escribia. !Echaba de menos su trabajo! En cuanto volviera, esa seria su primera critica. La revista gastronomica para la que trabajaba le habia dado un largo permiso, pero el echaba en falta escribir y conquistar a la gente con sus palabras y piniones. Si, el era un critico gastronomico relativamente famoso. Trabajaba en la revista Tapas, nam,nam magazine, una revista mensual del grupo editorial de revistas como Esquire, Forbes o L'Of iciel. La definian como una revista de estilo de vida y gastronomia dirigida principalmente a foodies y urbanitas adictos a la cocina, de unos treinta y cinco anos y de clase media-alta o alta. !Adoraba su trabajo! Dejo un instante el boli sobre la mesa para atacar los ultimos bocados de su comida y giro la muneca para comprobar la hora. !Joder! Tenia que irse. Se limpio de manera descuidada y recogio todas sus cosas. La sonrisa en la cara, al salir del establecimiento, le recordo por un instante que estaba vivo y le devolvio las fuerzas que necesitaba para continuar. Volvio a girarse para buscar con la mirada a la camarera que le habia dejado, o practicamente arrojado, el plato con aquel bocadillo sobre la mesa. Tan solo pudo apreciar en la distancia su perfil, estaba claro que era lo mas que iba a conseguir evaluar de ella. Tenia que irse, pero ahora sabia donde habia una camarera con rostro desconocido que lo habia embaucado con sus curvas y su olor, y donde podia comerse un bocadillo de cinco estrellas de manera rapida y por unos pocos euros. ?Recordaba la felicidad? Si, ahora si, aunque fuese efimera y en forma de una desconocida con un bocadillo. No era un hombre muy exigente, ?no? Capitulo 2 El hospital estaba casi en frente del restaurante, asi que no tardo mucho tiempo en llegar. Lo dificil era encontrar la habitacion de su hermano. Los hospitales de la capital eran inmensos y, cuando comenzabas a recorrer los pasillos, era como ir de compras a Ikea: entrabas, pero no sabias por donde ibas ni cuando llegarias al lugar deseado. Se ponia malo con todo el trafico de gente de esos lugares, que parecian ponerse de acuerdo en ir en el sentido contrario a su marcha e impedirle llegar a su destino. --!Ya he vuelto! --dijo Carlos entrando a la vieja habitacion donde, por suerte, solo habia otro paciente con un familiar. --!Buenas! --saludo al resto de la gente. --Buenas tardes --contestaron, educados, los demas. --?Por que comes tan rapido? --comento molesto su hermano--. Ya sabemos que me voy a morir, pero no va a ser precisamente ahora, no tienes que ir con prisas a los sitios y volver como si te fuera la vida en ello. Carlos se quedo sin respiracion. ?Por que tenia que morirse? La vida no podia ser una puta mierda tan grande. Su padre acababa de morir de cancer y hacia un ano que lo habian hecho su madre y sus otros hermanos por el mismo problema. ?Seria algo genetico? !Joder! No se podia creer que su hermano lo banalizase de aquella manera. Ademas, todavia no estaba diagnosticado. Aunque todo apuntase a ello, lo habian ingresado para hacerle pruebas y descartar un tumor cerebral. Carlos era el hermano menor de una familia de cuatro hermanos. Habia nacido cuando su madre tenia cuarenta y seis anos, y en aquella epoca a eso se le llamaba "hijo de madre aneja", vamos, que fue el "goma rota" de turno, el error, un fallo de calculo por asi decirlo, ya que sus hermanos ya tenian mas de veinte anos cuando el nacio. Su infancia habia sido muy feliz, de eso no tenia ninguna queja. No habia tenido hermanos, eso si, habia tenido cinco padres. Un poco malcriado si que habia salido, si. Lo unico malo de toda esa infancia llena de dicha, en la que el habia sido el "juguetito" de la familia, era que todos habian sido muy mayores para el y la desgracia se cernio sobre sus vidas cuando el cancer los envolvio como un manto gris del que no se puede salir. No podia quejarse de sus padres, habian vivido muy bien y muchos anos hasta que murieron, pero no podia decir lo mismo de sus hermanos, y menos de Alfredo, el que ahora estaba tumbado en aquella triste cama de hospital. Apenas pasaba los sesenta y no parecia tener muchas esperanzas de un buen pronostico. Habia sufrido demasiado las demas perdidas de su familia y ese era su ultimo familiar cercano vivo. Bueno, estaban sus sobrinos y sus cunadas, pero las muertes de sus hermanos tambien los habian distanciado, amen de la diferencia de edad. --!Quiero estar aqui! ?Vale? --contraataco molesto--. ?Ha pasado el medico? --Pero si hoy no nos va a decir nada definitivo --amonesto con rapidez Alfredo. --Eso no lo sabemos. !Mierda! Esta espera me esta matando... --!No, chaval, me esta matando a mi! --se carcajeo su hermano. --No tiene ni puta gracia --protesto enfadado Carlos. --Si que la tiene, al menos reconocemelo. Alfredo siempre habia sido el mas simpatico de sus hermanos. No es que los demas hubiesen sido malhumorados, pero este era con el que mas afinidad habia tenido, quiza porque era el menor de los tres y el de una edad mas cercana a la suya. Era muy amable y campechano, afectuoso y muy sociable, risueno y siempre bromeaba, aun en las peores circunstancias. Los dos habian sufrido juntos las muertes de sus familiares y Alfredo era el que siempre habia tirado de el. La enfermera que entro en la habitacion interrumpio su conversacion. Hora de las constantes. Era una vieja estirada con la que Carlos no podia, le superaba que "una sota" como ella estuviese en una planta como la de oncologia. ?Se podia ser mas antipatica y desagradable? Lo malo, o lo bueno, segun se viese, de haber pasado tanto tiempo en esa planta era que ya se conocia a todo el mundo. --?Pueden salir los familiares? Ni un triste "por favor" o "?les importaria?". No. Esta entraba y pontificaba. Carlos no la podia ver ni en pintura. Salio de bastante mal humor de la habitacion y se planto en la entrada a esperar. Cuando "su majestad, la reina de Saba", salio de la habitacion sin decir ni una sola palabra, Carlos volvio a entrar y se sento en el incomodo ?sofa?, ?sillon?, ?silla? !?Como demonios se le podia llamar a aquello?! Desde luego, era de todo, menos comodo. Dejo que su hermano durmiera un rato la siesta mientras el aprovechaba para escribir sobre "su bocadillo". Aunque, junto con todo el despliegue de sabores y olores que el bocata le rememoro, se mezclo el deseo por la empleada de generosas caderas. !Joder! Otra vez su miembro viril lo importunaba con sus demandas cuando estaban fuera de lugar. Llego la noche y con ella el cambio de turno. Por fin se iba a ir la petarda de la enfermera de la tarde. La suerte que habian tenido era que tanto su hermano como su companero de habitacion estaban solamente para hacerse pruebas y lo cierto es que las enfermeras no tenian que entrar mucho, ya que los pacientes no precisaban medicacion. Comprobaban constantes y poco mas. El problema real que se le presento a Carlos fue su sorpresa cuando la enfermera del turno de noche entro para preguntar a los pacientes como estaban. Y esta, ?de donde cono habia salido? !Pero si el se conocia a todos los trabajadores de ese hospital! Que tia mas buenorra. !Vaya por Dios, esta no tenia que estar entrando y saliendo! --?Todo bien? --pregunto con voz dulce, mientras se sentaba y acomodaba de manera informal sobre la cama de su hermano y procedia a tomarle la tension de forma manual. !Pero si todas usaban el tensiometro automatico! Vale, no importaba, se supone que de esta manera era una tension mucho mas fiable y exacta, y el podria mientras devorarla con la mirada a sus anchas. Si, tambien se consideraba un experto erudito en el arte de la enfermeria y la medicina debido a todo el tiempo vivido en los hospitales. --Perfecto --contesto Alfredo ante su espectacular sonrisa. Carlos no pudo ni contestar, aunque la pregunta, entendia, no iba dirigida a el. Rubia, con el pelo mas que estirado en una altisima coleta y fuertota, como a el mas le gustaban. Esas mujeres con curvas en las que te puedes perder explorando... !Joder, que tetas! Queria hundir la cara ahi hasta perderse por completo. Y esas caderas anchas, esos muslos fuertes, pero prietos. !Dios! ?Estaria mal si le pedia el telefono? No era una nina, tampoco es que se fuera a asustar, ?no? Calculaba unos treinta y pocos, no veia anillo por sus dedos, aunque eso, en una enfermera, no era indicio de nada. Las buenas enfermeras no llevaban anillos ni las unas pintadas porque era antihigienico y porque se tenian que lavar las manos de forma continua. Si, Carlos sabia mucho de enfermeras, y en el mas amplio sentido de la palabra, ya que habia terminado liandose con alguna que otra. Y esta era una de las buenas. Sus perfectas unas limpias y bien recortadas junto con su accion de tomar la tension manual se lo decia a gritos. !Joder! ?Como iba a saber si estaba casada? Bueno, !a las trincheras! --!Hombre, enfermera nueva! --comento con un enorme despliegue de encanto. !Cono! Menuda mirada de reproche recibio a cambio. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, si hablaba, no le dejaria oir la tension. Sus mejillas enrojecieron. ?Alguna vez le habia pasado? !Joder! No recordaba nunca antes un bochorno igual. La enfermera termino y le dirigio una mirada algo sorprendida. --Nueva... en esta planta. --Y volvio a dirigirle la mirada a Alfredo. -- Me llamo Lucia, he visto que estareis por aqui esta semana mientras te hacen pruebas --afirmo con una dulce sonrisa, que hizo que Carlos se removiera incomodo en esa mierda de silla-sillon-sofa--. No te preocupes, ya veras como no es nada y en una semanita estas de nuevo en tu casa. Tomate estos dias como un descanso merecido del trabajo, te relajas, lo disfrutas y ya veras que feliz. --Feliz, lo que se dice feliz... --contesto Alfredo embobado--, no lo se. Y dime tu como se descansa en una cama con estas sabanas que parecen esparto y con esta maravillosa comida que ofreceis. La carcajada de la enfermera dejo pasmados y boquiabiertos a los dos hermanos. ?Se podia ser mas preciosa y espontanea? --!Es cuestion de actitud! --afirmo guinando un ojo, como si le acabase de revelar el misterio del Santo Grial. Y se fue. Se fue sin que ninguno pudiese articular ni una palabra mas. Alfredo miro a su hermano automaticamente y comenzo a descojonarse. --Esta es de las que a ti te gustan, ?eh? Imaginate que de esta mierda conseguimos que por fin sientes la cabeza... Carlos lo miro molesto. --?Pero que sentar ni que sentar la cabeza? A mi dejame de tonterias. --Y bajando la voz, para que no lo oyesen los del al lado le dijo--: !Pero no jodas que no tiene el polvo del siglo! --Vaya que si lo tiene --contesto su hermano entre risas, mientras el otro paciente, espectador de la situacion, se quedaba con dos palmos de narices y sin la tension tomada.

  • Tu maldita sonrisa (Sin Mar 3) de Cherry Chic

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    La vida de Alex es justo lo que el ha querido siempre. Vive en Sin Mar, una urbanizacion tranquila a las afueras de la ciudad, y comparte sus dias con su padre, la mujer de este, sus tres hermanas, a las que adora, aunque le vuelvan loco, sus cunados, sus sobrinos, sus amigos y hasta un perro comunitario. Tiene el trabajo que siempre sono y tantas mujeres dispuestas a pasar un buen rato como dias tiene el ano, o casi. No le falta nada. De verdad que no. Todo es perfecto tal y como esta... hasta que llega ella. Y arrasa. Y lo vuelve del reves. Y lo descoloca. Y lo enciende, para bien y para mal. Ella, que no busca nada, salvo una vida tranquila. Ella, que lo ultimo que quiere es una relacion con alguien como el. Ella, que no corre hacia sus brazos, sino en direccion contraria.
    Ella. Solo ella. Siempre ella.
    Ella y su maldita sonrisa.

  • Espartero, el Pacificador de Adrian Shubert

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    Esta es una biografia totalmente innovadora y apasionante de la figura mas destacada de la historia de Espana del siglo XIX: Baldomero Espartero (1793-1879). No solo narra su vida, sino que procura tambien iluminar aspectos mas generales de la historia contemporanea de Espana y contribuir a una nueva forma de entender el siglo XIX.
    No hubo un solo Espartero, coherente y consistente. Era un hombre de guerra que entendia que la solucion militar no siempre es la mejor. El general que podia enfervorizar a sus hombres con sus arengas y cuya audacia era decisiva en el campo de batalla se quedaba casi sin palabras en el Parlamento y vacilaba en momentos de crisis politicas, pero se aproximo mas que nadie antes de 1870 a ser un jefe de Estado verdaderamente constitucional. Era un nacionalista espanol para quien la unidad nacional era el santo grial y el mismo su campeon. Era un monarquico ferviente que paso toda su vida publica sosteniendo un trono amenazado, pero que respaldo la Republica cuando esta llego. Valoraba la lealtad a los amigos por encima de todo y la cultivo en su vida politica, por lo que pago un alto precio. Fue un marido fiel y carinoso, emocionalmente dependiente de la mujer que tanto hizo a favor de su carrera, Jacinta, en parte la otra protagonista de esta historia.

  • El dia que se perdio el amor de Javier Castillo

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    Adictiva, trepidante y absorbente, Javier Castillo, autor del exitoso thriller El dia que se perdio la cordura, nos introduce de nuevo en una historia frenetica cargada suspense y amor a partes iguales.

  • Einstein y el arte de montar en bicicleta de Ben Irvine

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    Ben Irvine nos explica como experimentar la sabia manera de ver la vida de Einstein a traves del sencillo placer de montar en bicicleta. Esta obra arroja una nueva luz sobre la vision holistica del mundo de uno de los grandes iconos de la ciencia y explora como alcanzar el equilibrio y la atencion plena a traves del placer de montar en bicicleta. Ben Irvine nos muestra una forma de vida ecologicamente consciente, integrando conceptos filosoficos, practicos y personales.

  • Somos casualidades (Trilogia Mi tarea pendiente 2), Marta Lobo de Marta Lobo

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  • Nueva York 2140 de Kim Stanley Robinson

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    Ano 2140. El agua ha sumergido la ciudad de Nueva York. Los habitantes se han adaptado a la nueva situacion y la ciudad sigue tan bulliciosa y llena de vida como siempre. Aunque trastocada para siempre. Cada calle se ha convertido en un canal, cada rascacielos en una isla. A traves de los ojos de los habitantes de diferentes edificios, Kim Stanley Robinson nos muestra como una de las ciudades mas importantes del mundo ira cambiando con la subida de las mareas. Y tambien, como todos vamos a cambiar con ello.

  • El juez justo de Mario Escobar

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    Tucson no era demasiado diferente de Montgomery en Alabama. Ambas ciudades pertenecian al "Cinturon del Sol", aunque hasta la decada de los sesenta del siglo pasado aquellas regiones se encontraban entre las mas pobres y poco desarrolladas de los Estados Unidos. La expansion de los campos de petroleo en Texas y la industria aeronautica en Florida habian comenzado a crear un nuevo cinturon industrial y desarrollo. Las empresas tecnologicas de Silicon Valley y el cine hicieron el resto. A pesar de las extremas temperaturas y las extensas zonas de desierto, el sur del pais estaba creciendo a un ritmo inesperado. Los Young provenian de Alabama, de una antigua familia de propietarios de plantaciones de algodon. Aunque el tatarabuelo de Rex destaco por liberar a sus esclavos antes de la guerra civil, para escandalo de sus vecinos, la familia de Sarah, los Houston, se habian caracterizado por la cria y venta de esclavos durante generaciones. Los bisabuelos lucharon en bandos opuestos pero, casi ciento sesenta anos despues, dos de sus decidieron aparcar las querellas familiares y unir a dos de los clanes mas importantes de Alabama. Rex era el marido perfecto, el padre ideal y un juez justo. Sarah habia dejado su prometedora carrera como abogada por amor y ahora, debido al traslado de su marido, tenia que abandonar a su familia y amigos para trasladarse a Tucson, una de las ciudades de frontera, donde los problemas parecian multiplicarse cada decada. Habian conseguido una casa relativamente grande en Flowing Wells al norte de la ciudad, una de las zonas mas exclusivas y una especie de isla de tranquilidad a cierta distancia de los focos de violencia y delincuencia de otras zonas. Tucson tenia el honor de encontrarse entre las diez ciudades mas peligrosas para vivir en los Estados Unidos, en concreto en el puesto ocho. A pesar de todo, Sarah habia logrado que la familia se adaptase a su nueva vida, que sus hijos adolescentes ya nos los maldijesen cada dia por haber tenido que abandonar a sus amigos y que Rex estuviera contento al tener por primera vez en su carrera el cargo de juez principal de Tucson con apenas cuarenta anos. Aquella manana, justo en el centro comercial, Sarah tuvo el encuentro mas extrano de su vida. Caminaba entretenida por las tiendas del centro comercial cuando se le aproximo un hombre latino de unos treinta anos. Era moreno, con el pelo corto y ojos negros rasgados, barba cuidada y musculoso, al menos eso es lo que se intuia debajo del traje caro hecho a medida. Ella noto que el hombre la perseguia, aquello comenzo a ponerla muy nerviosa, estaba a punto de llamar a su marido cuando el hombre se paro enfrente y con una sonrisa seductora le dijo: --Senora Young, es un honor conocerla. Perdone que la importune, creo que vivimos cerca, mi nombre es Eduardo Costa, seria un honor que usted y su marido vinieran a la fiesta que he organizado el dia 22 de noviembre. Sarah se quedo petrificada, sentia el corazon acelerado y una sensacion desagradable, como si aquel hombre, a pesar de su aspecto impecable y buenos modos, no fuera de fiar. --Bueno, tendre que hablar con mi marido. Mi familia viene en unos dias para Accion de Gracias. --Lo entiendo, pero no acepto un no por respuesta. Podra conocer a mi familia. Los ciudadanos de Tucson queremos presentar nuestros respetos al nuevo juez, ya sabe que nos llaman "el pequeno pueblo mas grande de America". Sarah sonrio, noto la mirada seductora del hombre recreandose primero en su vestido de flores que resaltaba sus curvas luego en las piernas largas y blancas, su cara aninada de ojos azules y pecas, con la frente despejada y pelo largo de color pajizo y rizado. El hombre le entrego una tarjeta, hizo un gesto inclinando ligeramente la cabeza, le beso la mano y se alejo a grandes zancadas por la tienda. Sarah se quedo con la tarjeta en la mano, aun sin reaccionar y sobre todo, ignorando que aquel hombre era el narcotraficante mas peligroso del Cinturon del Sol y que estaba a punto de trastocar la vida de toda su familia para siempre.

  • Lo que habita dentro – Malenka Ramos de Malenka Ramos

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    O te ocupas tu del monstruo o el monstruo se ocupa de ti. “Cuando uno se da cuenta de que sus padres no son los superheroes que siempre ha creido que son, que los monstruos son reales y ellos no pueden verlos. Esa es la historia, el verdadero dilema. Y entonces solo caben dos soluciones: o te ocupas tu del monstruo o el monstruo se ocupa de ti”. UN JUEGO DE NINOS QUE PAGARAN TODA LA VIDA – Octubre 1987, San Petri (Costa de la Muerte). En la noche de brujas un grupo de ninos entra en la antigua casa Camelle, un lugar abandonado del que se cuentan terribles leyendas. Pero la casa guarda un oscuro secreto y un pozo del que pende una bombilla que no deberia haber funcionado. Uno, dos y tres, os atrapare. Las noches se convierten en una lucha por sobrevivir a las visiones, los aranazos en el armario y los sonidos bajo la cama. Dos de los chicos desaparecen y algo les persigue. Actualmente todos esos ninos y ninas son adultos, pero jamas se han podido desprender de sus visiones y de los terribles acontecimientos que vivieron siendo tan jovenes. La casa Camelle esta en obras y alguien ha abierto el pozo. Los mensajes y las visiones de ninos fantasmales les persiguen con mas intensidad.

  • La sombra de un embrujo de Isabel Martinez De Ubago

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    La lucha contra la brujeria en la Espana del siglo XVII enfrenta a un hombre con su fe, su razon y su corazon. Fray Hernan de Quiroga esta a cargo de la investigacion de una denuncia por brujeria en una pequena aldea alavesa. Tras el caso de Zugarramurdi, la Inquisicion exige el maximo celo y sentido comun, a partes iguales, a los comisarios que realicen las pesquisas. Sin embargo, una inesperada enfermedad y una joven de pelo rojo provocan una tormenta en el alma de Quiroga. La ayuda del inquisidor Alonso de Salazar, al que llamaban el abogado de las brujas, provee de luz y claridad al confuso Quiroga.

  • Suicidio Perfecto de Petros Markaris

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    Tras haber sobrevivido al disparo recibido mientras resolvia su anterior caso (Defensa cerrada), el comisario Jaritos arrastra una aburridisima existencia de convaleciente lejos del ajetreo policial. Una noche, mientras ve pasar las noticias por el odiado televisor, una escena lo arranca de cuajo de la mediocre monotonia en que ha caido: en medio de una entrevista, un celebre empresario griego saca una pistola y comete un acto que deja pasmados a todos los televidentes. ?Por que un hombre de negocios tan discreto y bien considerado realiza una accion tan espectacular? El instinto del viejo sabueso despierta y Jaritos se pone en movimiento. Aunque esta de baja y otra persona ha ocupado su despacho en las dependencias de la policia, el olfato del comisario es insustituible para esclarecer un caso cuyas repercusiones aumentan cada dia. Las pesquisas de Jaritos nos llevaran por la Atenas olimpica, donde se percibe la corrupcion inmobiliaria y la modernizacion creciente convive con el cafe al mas puro estilo griego.

  • Que te parta un rayo, Candela de Paula Rivers

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  • Caotica Jimena, Neira de Neira

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    Jimena tiene un plan: vivir tranquila sin salir demasiado de su zona segura, conseguir un trabajo relacionado con sus estudios y no implicarse con nadie a un nivel que no sea puramente fisico.
    El orden, la racionalidad, la dureza.
    Bruno no tiene ninguno, mas que ser feliz con los pequenos placeres de la vida, pero si muchos problemas que debe resolver mientras deja que sus pasos lo guien.
    El caos, la emotividad, la ternura.
    Un piso. Un encuentro. El objetivo de una camara. Un giro inesperado. El desequilibrio.
    Y sucede.
    Dos personas aparentemente opuestas que se cruzan y convergen, cuando sus caminos no lo hacen.
    Porque el amor no siempre llega en el momento indicado ni con la persona adecuada, pero no por ello desaparece.
    Porque, aunque la vida nos haga elegir lo que mas duele, todas las historias de amor del mundo se merecen un final.

  • El tiempo es lo unico que no vuelve de Ana Hernandez Sarria

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    No hay lazo mas fuerte que el de la amistad.Los sentimientos y los suenos son la materia prima de nuestras vidas, lo que nos define y hace que todo tenga sentido.

  • Para siempre de Amaya Felices

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    La nieve caia pesada, amontonandose sobre las lapidas. La fantasmal luna de invierno tocaba con sus palidos rayos los copos estrellados, haciendolos brillar como si fueran el halito que se escapaba de los labios del hombre que, de rodillas, lloraba ante una tumba. Su abrigo, negro y largo, medio cubierto por la ausencia de color que imperaba en el paisaje, bajaba como una pesada mortaja desde sus anchos hombros hasta tocar el suelo, abrazando a aquella tierra que cubria a los muertos. Su rostro estaba inclinado contra el suelo y unos agujeros en la nieve, provocados por el calido fluido vital que destilaban sus ojos, evidenciaban tanto o mas que sus hombros agarrotados el dolor que lo recorria. En la piedra que coronaba la sepultura, el manto blanco tan solo dejaba ver un nombre y el inicio de una fecha: Maria... 19...; asi como el esbozo tallado de los rasgos de lo que debio de ser una joven hermosa. En las sombras de la noche, en el cementerio de aquel pequeno pueblo espanol medio olvidado por sus habitantes, la mujer que portaba un ramo de rosas no vio al hombre que sufria en su homenaje silencioso. Ocupada con sus propios pensamientos e intentando localizar una estela en concreto, no se dio cuenta de la inmovil figura arrodillada hasta que choco contra ella. Sacudida de repente de sus recuerdos, se mordio los labios para callar la maldicion que pugnaba por escaparse de estos. --?Lo siento? ?Le he hecho dano? --se intereso algo preocupada. Una cabeza de cortos y rizados cabellos negros se alzo hacia ella, unos ojos de un tono tan oscuro como el dolor con el que la miraban la dejaron casi sin aliento. No se lo esperaba. --?Eres real? --susurro el. Su voz era profunda y habia algo, aparte de la oscura influencia del lugar en el que estaban, que hizo que la mujer se estremeciera, como si el desconocido no perteneciera a este mundo. --?Que? --se sorprendio la mujer. Era la noche de todos los Santos, de acuerdo, pero ella, con su moderno corte de pelo rubio, su abrigo rojo y sus zapatos negros de tacon no tenia aspecto de no ser de carne y hueso. Siempre le habian dicho que era una mujer de aspecto fragil mas nunca la habian confundido antes con una aparicion. Si es que era eso lo que le acababan de preguntar. --Perdone... --comenzo a levantarse el--, me ha sobresaltado apareciendo asi, como de la nada. --Se sacudio la nieve de los vaqueros y la miro. Los huecos de sus lagrimas habian quedado cubiertos de blanco--. Sobre todo ahora que acababa de invocarla... --murmuro en voz baja las ultimas palabras. --?Disculpe? --Nada, cosas mias --esbozo una sonrisa triste--. ?Busca a alguien? Quiza pueda ayudarla. La chica de cabellos claros se lo quedo mirando, con un dedo dubitativo en su barbilla, como si estuviera intentando dilucidar si era cuerdo entablar una conversacion con un extrano mas alla de la medianoche. Estuvo a punto de decirle que no pero, por mas que no consiguiera acordarse de que, era como si lo conociera de algo. Sacudio la cabeza para librarse de semejantes ideas y decidio que podia confiar en que no iba a intentar robarle. --Se que no son horas, pero he llegado hace poco al pueblo y no queria irme a dormir sin visitar su tumba. --?Senorita? --pregunto dubitativo y continuo ante el cabeceo afirmativo de esta--, imagino que usted tiene muy claro a quien se refiere pero me temo que si no me dice algo mas no voy a poder ayudarla. La mujer se sonrojo ante la torpe omision que acababa de cometer. Fue refrescante para ella pues no solia hacerlo, no desde hacia mucho. --Mi abuela, la tumba de mi abuela. Mis padres y yo nos mudamos a Francia y no habia estado aqui desde que era nina. O al menos desde que ella... --su voz se apago hasta convertirse en un susurro. Pero el hombre, si bien recogio esa nota quebrada, se quedo con el dato de Francia. Lo asimilo, haciendolo encajar con el acento que acompanaba a la manera musical en que ella hablaba. Si no fuera porque sabia que era imposible al verla ante el, con esos mismos rasgos a los que habia suplicado, maldecido y pedido perdon una y otra vez, juraria que el fantasma de su amada se habia hecho carne en esa noche donde los espiritus eran mas fuertes. Si no fuera posible... creeria que estaba otra vez viendo su delicado rostro. Y mientras el hombre intentaba no pensar en ello, en el breve silencio que habia caido entre los dos, la mujer habia olvidado por unos instantes sus propios problemas, atraida como la luz a un agujero negro por la profundidad que percibia bullendo tras los intensos ojos de aquel extrano. (?Habia estado llorando? No es que hoy en dia eso fuera algo tan raro como antano, pero aun asi ella no podia evitar desear saber la respuesta a que podia haberle hecho tanto dano. Y no deberia, pues la vida le habia ensenado a no interesarse por nadie). Al final, la voz masculina rompio el silencio, con fuerza, como obligandoles a ambos a recordar donde estaban. --Si me dice la fecha de la muerte, podemos intentar buscarla. El cementerio no es pequeno pero ha ido creciendo de manera radial, con lo que no creo que sea muy dificil hallarla. --Mire, esto es una locura. --La mujer solto una risa nerviosa, como si se lo hubiera pensado mejor--. Mejor me voy y vuelvo manana. Le otorgo una sonrisa simpatica y comenzo a girarse. --Espere, ni siquiera se su nombre. --Agarro la manga de su abrigo; fuera ella o no, no queria que se marchara. Ella lo miro algo preocupada y tiro para soltarse. A continuacion echo a andar a paso vivo hacia la salida del cementerio. Cambio de opinion a medio camino, atraida como se sentia por ese extrano que parecia recordarle a alguien y se paro un instante, justo el necesario para responderle. --Maria, me llamo Maria. La brisa que se levanto con sus palabras ahogo el eco de sus pisadas. La nieve comenzo a arremolinarse con fuerza y el hombre se giro otra vez hacia la lapida que habia ido a visitar. Sus labios se abrieron y pronunciaron su nombre (Maria...) con la devocion de un rezo, la rabia de una maldicion y la certeza del que se sabe condenado. Bajo sus pies, quedaron aplastados los huecos que sus anteriores lagrimas habian horadado en el blanco suelo. Y los recuerdos fluyeron otra vez, reanimados por ese delicado rostro, sumergiendole en la oscuridad de otra noche de todos los Santos, una acaecida tiempo atras. --Vamos, date prisa --apremio en voz baja el joven a la muchacha que se estaba escabullendo por el jardin de la casona de sus padres. --Shhh, que nos van a oir. Maria acabo de cruzar sendero que la separaba de su amado, entreabrio la puerta de la verja y salio al camino. Mientras esta se cerraba a sus espaldas con un ruido metalico, ella se abrazo a Pedro, dejando caer el hatillo que llevaba entre las manos. --Has venido... --Te lo habia prometido, como no iba a venir si no deseo mas que pasar el resto de mi vida a tu lado. --Vas a perder tu trabajo por fugarte conmigo. --Y tu, tu herencia y tu posicion. --La tomo con dulzura de los hombros y la separo un poco de si, no porque lo deseara sino para poder ver sus ojos, esos enormes ojos verdes de hechicera--. Perdoname por preguntarte otra vez, no es mi intencion dudar de ti, pero necesito recordarte que todavia estas a tiempo: ?seguro que quieres continuar? --Si, Pedro, si que quiero. Y vayamonos antes de que las criadas o los hombres de mi padre se den cuenta de que pasa algo. Los ojos de el se iluminaron de alegria. No habia podido evitar contener el aliento, ni aun en el impetuoso ardor de la juventud concebia que la bella Maria fuera a abandonarlo todo para ser su esposa. Se casarian en ano nuevo, el mismo dia en el que estaba planeada la boda de su amada con otro hombre, uno con varias haciendas. Acerco los labios a los de ella para robarle un beso, no por breve menos apasionado y, tras ayudarla a subir a la grupa de su caballo, emprendieron ambos el camino hacia su nueva vida. El problema llego con la madrugada y los lobos. Se acercaron raudos, silenciosos, sin avisar; como sombras oscuras entre los copos de nieve que conseguian atravesar los arboles. Los amantes, que habia tomado el camino del bosque, se habian parado a descansar en un claro tras considerar que ya estaban lo suficientemente lejos del pueblo. Pese al frio, estaban tapados con mantas. La nevada y el miedo a ser detectados habian impedido que encendieran un fuego. Y cuando llegaron las bestias, la espada de Pedro no fue suficiente: el fue herido pero ella... ella cayo con una fea mordedura en el vientre, una que el no pudo impedir por mas que intento colocarse entre los lobos y su prometida. Corrio la sangre, animal y humana. El invierno estaba siendo especialmente frio y los lobos estaban debilitados por el hambre pero aun asi eran tres y Pedro, por muy buen espadachin que fuera, solo uno. Cuando la loba consiguio rodear su acero y alcanzar a Maria, apoyada asustada contra el tronco de un arbol, el, en medio de un alarido salvaje, dejo su espalda descubierta para socorrerla. Acabo con la bestia en medio de un arrebato de desesperada furia; los otros lobos aprovecharon para herirlo por detras. Despues, ignorando el dolor, se giro para seguir luchando por sus vidas, cuando todo lo que deseaba era comprobar si la herida de Maria era tan mala como le habia parecido. Pasaron interminables minutos hasta que acabo con el ultimo de sus enemigos y pudo inclinarse sobre esta. El mordisco era terrible, una boca sangrante abierta en su vientre. Y ella habia perdido ya tantas fuerzas... Rasgo el hatillo que la mujer habia portado y la tela blanca del vestido que habia dentro, un trozo de la cual uso para presionar la herida. Petalos rojos brotaron en la tela, expandiendose, como burlandose del invierno, de la fria inmutabilidad que seguia cayendo del cielo. --Aguanta, Maria, aguanta. No puedes dejarme.

  • El libro de los muertos (Inspector Pendergast 7) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    Otra maravillosa aventura de estos dos autores ambientada en el Museo de Ciencias Naturales.

  • La espadachina de Malcolm Archibald

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    Bienvenidos a la Edad Media de Escocia que nunca ocurrio.

  • El septimo circulo del infierno de Santiago Posteguillo

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    El KGB, el regimen nazi, la Inquisicion, las guerras, el FBI, el gobierno chino, el hambre, la perdida de un ser querido, la enfermedad, el exilio, la censura… Muchos son, en efecto, los infiernos de la literatura a los que se han tenido que enfrentar escritores y escritoras de todos los tiempos.

  • Una manana cualquiera de Esteban Moneo

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    --!Esteban! !Senor! ?Me oye? !Esteban! !Esteban! --Una senora bajita y regordeta, enfundada en un chaleco naranja fosforescente y rodeada de media docena de personas del servicio de asistencia y de la policia municipal, vociferaba con cara de pocos amigos. La condenada chillaba como las pescaderas en esos antiguos mercados de abastos de los puertos: <>. Jureles no, pedazo de atun inmovil, que no reaccionaba ante semejante griterio. Y Marta, su mujer, con un ataque de panico al verlo convertido en un guinapo. Todos en torno a la cama, contemplando un tesoro, algo divino, digno de contar por la noche en sus casas. Nada que ver. Un cuarenton, con los pelos revueltos despues de una noche de sudor y fiebre, no despertaba. Quizas, tantos decibelios por parte de la dichosa senora provocaron el chispazo. El cable rojo y el cable azul se rozaron, encendiendo una bombilla dentro de el. La alarma del despertador le hizo incorporarse y miro la habitacion. Su pequeno espacio privado invadido por gente con uniforme que vociferaba y escudrinaba. ?Que sucedia?, ?que...? <>. No, perdon, jureles no; eso es lo que a el le resonaba en la cabeza, a punto de explotar por ese grito ininteligible: --!Senor! ?Me oye? !Estebaaaan! Del mismo modo que desperto, atonito ante las voces de la medica a medio metro de su rostro, se desplomo sin decir palabra. No pudo. Sus fuerzas se consumieron en una simple mirada desencajada. Esos ojos de atun y su cuerpo, un saco de patatas recien descargado, cayeron hacia atras, sumergidos de nuevo en otra dimension. Senal suficiente para que la senora del chaleco determinara la gravedad de su estado y cambiara los chillidos por ordenes a sus companeros: --!Protocolo ictus! !UVI movil! !Vamos, senores, traslado urgente al hospital! Mientras, su mujer solo pensaba en disimular para que sus hijos no se asustaran por la situacion. Tarea complicada a la hora del desayuno en una casa con cuatro ninos, ante tal despliegue de personal uniformado que efectuaba su trabajo sin miramientos: entraban y salian, subian y bajaban escaleras. Y habia dos ambulancias y un coche de policia en la puerta. Una vecina, muy amiga de la familia, corria en camison en busca de la llave de la salida de emergencias de la urbanizacion. Al marido, mas para alla que para aca, dos fornidos facultativos del Samur lo bajaron en una silla de ruedas por las escaleras. Un espectaculo. Varios vecinitos, en vez de seguir rumbo al colegio, se detenian en la puerta del domicilio para verlo. Lo de pasar de largo, pura quimera. Otro chispazo. Otra mirada fugaz. El traqueteo del descenso conecto de nuevo los dos cables mal pelados de su cerebro y volvio a enchufarse a la realidad. Lo metieron en una ambulancia. No pronuncio palabra, ni balbuceo. Se iba rodeado de luces y personal sanitario, ante la cara de susto de su mujer y el nino cotilla de turno, que se habia quedado paralizado en la puerta. De milagro, en esa breve conexion fue consciente de que no era el, ni su cuerpo. Diez segundos dentro de un saco, mirando con los ojos de un extrano. Con el mismo impulso que vino, se fue, como aquellas bombillas de filamento de toda la vida, no estas modernas repletas de puntitos, que se agitaban a contraluz para comprobar si estaban fundidas o dando sus ultimos coletazos. Se apagaron su mirada, sus recuerdos y su escasa, por no decir nula, capacidad de reaccion. El personal sanitario lo aseguro con bridas a la silla. El viaje hasta el hospital de la zona, uno de los mas modernos de la ciudad, era corto. Cuantas veces habian hablado de lo conveniente que era tener semejante mole cerca de casa, por si algun dia ocurria aquello que piensas que nunca te va a pasar a ti. Ni en el peor de sus suenos ni en sus quejas continuas sobre su estado de salud, habia imaginado que su primera visita al complejo hospitalario seria por la puerta grande, como los primeros espadas de la tauromaquia, pero al reves: ellos triunfan y salen, no entran. Los cuatro ninos apuraban sus desayunos, ajenos a lo sucedido y al trago dificil por el que pasaba su madre. Calma absoluta. Su padre estaba con gripe en la cama, los medicos habian venido a verlo. Nimiedades, una enfermedad comun no impedia que continuaran con la misma rutina de cada manana: risas, colacaos, cereales, y zumbando a clase. Sin saber que le ocurria a su marido, inconsciente de camino al hospital, aderezaba su incertidumbre con la idea de que el vecinito cotilla, que iba a clase con uno de sus hijos y habia contemplado la funcion matutina desde primera fila, le contara, con la habitual inocencia infantil, que su padre se estaba muriendo. Estas preguntas, muchas mas y toda la tension contenida salieron disparadas, como si se abriera la espita de una olla expres, cuando los ninos brincaron del coche, rumbo al patio. Con el cierre de las puertas, la madre rompio a llorar. La noche anterior, se habia planteado si una simple gripe era motivo suficiente para hacer que el medico se desplazara a su casa. Los telediarios ya habian avisado de que las urgencias estaban colapsadas por los casos de gripe. ?Que les iba a decir? <>. Vamos, igual que el resto de los contagiados por el virus en ese frio mes de enero. Ellos mismos lo habian comentado en mas de una ocasion: --Si estas enfermo, caldito, y a la cama. Sin exageraciones, que el sistema sanitario bastante tiene con lo suyo. Pero esa manana, al despertar, fue consciente de que algo anormal sucedia. Ni gripe ni catarro. Temio que fuese a mayores. Si otras veces procuraba hacer el minimo ruido posible para dejarlo descansar, ese dia no. Por fortuna, su sexto sentido femenino le advirtio que no debia salir sin mas. --Esteban, Esteban, ?estas bien? ?Como te encuentras? No obtuvo respuesta. Su marido no despertaba. No estaba. --Esteban, Esteban, ?que te pasa? --insistia Marta--, ?sabes quien soy? Igual que sucederia una hora mas tarde con los gritos de la sanitaria, los ojos de su marido dieron un repaso al cuarto traspasando el cuerpo de ella; esa forma de mirar de quien no esta viendo. Y no pronuncio palabra. Eso activo las alarmas de Marta. Las llamadas de sus vecinas la hicieron volver al crudo presente. Los ninos estarian en el colegio hasta media tarde; llegados a ese punto, ya veria como se las arreglaba para contarles lo sucedido. Lo primero era lo primero: ir al hospital para informarse del estado de Esteban. Solo sabia que a esa persona con la que llevaba mas de media vida la habian metido en la ambulancia como un fardo, inconsciente. Pero habia visto su mirada dura, distante; la misma que un familiar suyo anos atras, ese que no tuvo un final feliz. La llegada al hospital fue un nuevo mazazo. A diferencia de esas series hospitalarias que tanto gustaban a los televidentes, donde cirujanos, interinos, enfermeras y celadores vivian aventuras dignas de un culebron a la par que la sangre surgia a borbotones (eso si, sus batas blancas se mantenian impolutas), la realidad que se encontro Marta fue una sala de gran tamano a rebosar de ancianos en camillas agolpadas en las esquinas y pasillos, a la espera de su turno o a mitad del tratamiento que calmase sus sintomas gripales. Sofocada y con el susto en el cuerpo, la llevaron hasta los boxes de urgencias. Las paredes de cristal, con un enorme punto rojo en el centro para que las personas no se dieran de bruces, y las cortinas a medio descorrer apenas preservaban la intimidad de los enfermos: un abuelito, que pocas horas mas tarde pasaria a mejor vida, y un par de accidentados. La enfermera le senalo con amabilidad la esquina, justo donde empezaba el pasillo: ese era el de su marido.

  • Un ramo de violetas de Andrea Munoz Majarrez

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    Una historia de amor llena de secretos, ambientada en el Madrid del siglo XIX.

  • Diez rupias de Saadat Hasan Manto

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    Diez rupias. Historias de la India recoge dieciocho relatos del mas importante escritor de la India moderna, como reconoce Salman Rushdie. Manto, que fue capaz de observar con imparcialidad el mundo convulso y violento que le rodeaba, y que se mantuvo al margen de corrientes y juicios morales, continua invitandonos a desenmascarar la hipocresia y a contemplar la vida en su totalidad y cara a cara, sin mascaras ni adornos. En estos relatos nos encontramos temas diversos: muchos de ellos son de denuncia social, en otros la politica, la independencia de Reino Unido o los conflictos religiosos son el tema centra. Los relatos de Saadat Hasan Manto, ademas de excelentes piezas literarias, son una cronica de los sucesos mas dolorosos de la historia india de la primera mitad del siglo xx.

  • Amor y tequila de Maria Jose Vela

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    Es curioso como, en los peores momentos, aquello que odias puede convertirse en tu unica salvacion. A Sara no le gustaba conducir y, sin embargo, hacia meses que no perdia la oportunidad de hacerlo. Y es que asi, con las manos en el volante y la mirada fija en la carretera, nadie podia pedirle que preparara un biberon, que realizara una craneotomia de urgencia o que hiciera el amor. Cuando conducia, solo cuando conducia, el mundo parecia detenerse y darle una tregua. Por eso, aquella manana no dudo en hacerse con las llaves del monovolumen para ir al aeropuerto. No le importo la cara de sorpresa que puso Juan ni tampoco el hecho de que fueran mal de tiempo. Porque iban mal. Muy mal. Para evitar mirar el reloj otra vez y estresarse mas que un camaleon en un parque de bolas, Sara echo un vistazo por el retrovisor. Mala idea. Juan intentaba dormir apoyado en la silla de la pequena Loreto, su bebe de veinte meses. Estaban cogidos de la mano y, por como fruncian el ceno, hundiendo algo mas la ceja derecha que la izquierda, seguian disgustados. Sara emitio un largo suspiro, directo desde su pecho. Estaba cansada. Preparar un viaje como aquel en tiempo record no habia sido nada facil. Y eso que su destino era Cancun, un paraiso del Caribe mexicano donde puedes vivir experiencias trepidantes, como ponerte hasta arriba de micheladas y tacos al pastor, [1] bailar en el Coco Bongo hasta morir o, si eres idiota, perder la virginidad. Pero el de Sara no era un viaje de placer, no. Se trataba mas bien de una aventura improvisada, una desgracia en toda regla, una pesadilla dantesca que se desato cuando Cayetana, su hermana pequena, la llamo en plena noche para anunciar: <>. Ante semejante drama, Sara no dudo en prometerle que irian a verla lo antes posible. De nada sirvio la insistencia de Juan en recordarle aquella tonteria sin importancia de que llevaban trece anos sin dirigirse la palabra ni enviarse una postal por Navidad. No, no habia sido facil organizar un viaje asi. Ni siquiera le habian hecho a la nina el pa... sa... por... te... --Juan, ?puedes mirar en mi bolso si llevo el pasaporte, por favor? --pregunto Sara. Juan busco la mirada de Sara en el retrovisor y, aunque no la encontro, pudo sentir su nerviosismo. --?Donde lo tienes? --Mira en el bolsillo interior. --Aqui solo esta el de Loreto. --?Puedes buscarlo donde sea, por favor? --lo insto Sara, el corazon a mil por hora. Tras adentrarse en las profundidades del inmenso bolso de su mujer, donde encontro un tanga medio mojado que olia a suavizante, un estetoscopio y hasta un tubo pegajoso de pomada para hemorroides, Juan sentencio: --No esta. Sara se revolvio nerviosa. Quiso tragar saliva, pero tenia la boca seca. Miro el reloj. Iban con el tiempo tan justo que dar la vuelta y volver a casa para buscar el pasaporte ya no era una opcion. Si hubieran salido a la hora prevista... Pero fue imposible. Juan se empeno en despertar a Loreto, una decision absurda tratandose de un bebe que no dormia nunca mas de cuatro horas seguidas. Y a ella no le gusto, claro. El desconcierto inicial de verse obligada a dejar de dormir, dio paso a un tremendo llanto del que tuvo que hacerse cargo Sara mientras le preparaba un biberon y recogia algunas prendas del tendedero que termino metiendo arrugadas en su bolso. Nada parecia consolar a la pequena, ni siquiera Po, el perrito de peluche marron que siempre la acompanaba. Solo cuando tuvo que concentrar toda su energia en hacer algo de suma importancia (una caca bien grande), el llanto ceso. Sara la llevo a la habitacion, le quito el panal y se dio cuenta del desastre. Cuantos panales y toallitas tenian en casa estaban repartidos entre las maletas y la mochila de la nina, y todo, absolutamente todo, se lo habia llevado Juan al monovolumen sin preguntar. Sara lo llamo al movil, pero como todo el mundo sabe, los garajes subterraneos se disenan a proposito para que no haya cobertura. Lo intento una vez mas y otra y otra... No pudo localizarlo hasta que aparecio por la puerta, nervioso porque su mujer no bajaba con la nina. Juan tuvo que correr de vuelta al coche a por toallitas y un maldito panal y asi, con media hora de retraso, consiguieron salir de casa. --Sara, no puedo creerlo, ?se te ha olvidado el pasaporte? --balbuceo Juan desde el asiento de atras. --Creo que si. --Hay que ir a la comisaria y no tenemos tiempo. --Calla, dejame pensar... --?En que, Sara? Sin pasaporte no puedes volar a Mexico. Tenemos que ir a la comisaria del aeropuerto a para ver si te hacen uno provisional --insistio Juan. Como si de las trompetas del Apocalipsis se tratara, los altavoces del monovolumen comenzaron a sonar con desesperacion. Era una llamada de Loreto, la amiga de Sara responsable de que su hija se llamara asi. --Dime, Lore --contesto Sara, casi sin voz. --?Se puede saber donde estais? Os estamos esperando. --Estamos llegando, pero tenemos un problema. Me he dejado el pasaporte en casa --dijo Sara. Un tenso silencio se formo a ambos lados de la linea. --?Me estais vacilando? --!No! --gritaron Sara y Juan a la vez. --Vale. A ver, no os pongais nerviosos. --Hay que ir a la comisaria --dijo Juan. --Si, eso me suena. A Abi le paso algo parecido hace poco. Ella sabe que hay que hacer, os la paso. Abi y Loreto, las amigas de Sara, habian quedado con ellos en el aeropuerto para hacerse cargo del monovolumen. Asi no tendrian que pagar un dineral de parking si su estancia en Cancun se alargaba mas de lo previsto. --Sara, tranquila, en la comisaria de policia de la T4 pueden hacerte un pasaporte provisional. Creo recordar que esta en un extremo de la terminal --dijo Abi, cuya torpeza habitual la habia convertido en una experta en solucionar situaciones tan extraordinarias, que podria sobrevivir hasta en Gilead, la republica de El cuento de la criada. --Abi, ?podeis buscarlo en internet y confirmarmelo, por favor? --suplico Sara. --Si, espera, Loreto lo esta mirando. Pongo el altavoz. Aunque solo tardaron unos segundos en consultarlo, dentro del monovolumen parecieron horas. --La comisaria esta al final de la zona de salidas y esta abierta --confirmo Loreto--. ?A que hora teneis que embarcar? --A las nueve, tenemos menos de dos horas. ?Crees que nos dara tiempo? --De sobra. Id hasta el fondo de la terminal, nosotras vamos para alla. Con los nervios de punta, llegaron al aeropuerto. Sara siguio con suma atencion las senales para no equivocarse de camino, solo le faltaba aparecer en la terminal equivocada. En cuanto enfilo el carril habilitado para dejar pasajeros, no le costo mucho identificar a sus amigas. Abi trataba de compensar sus problemas de estatura saltando para llamar su atencion. Loreto, sin embargo, no necesitaba moverse. Le bastaba su estilo gotico, sus piercings y sus tatuajes para que la reconocieran. Sara detuvo el coche frente a ellas y, antes de que pudiera tirar del freno de mano, Loreto salto al asiento del copiloto y empezo a dar instrucciones precisas: --Sara, ve con Abi. Ya tenemos localizada la comisaria. Juan, tu y yo vamos a dejar el coche en el aparcamiento por si todo sale mal y no podeis viajar. --!Leto! --grito el bebe, que se alegraba de ver a su siniestra tocaya. --!Hola, Mini Yo! !Te vas a Mexico! --exclamo Loreto. Con el alma llena de esperanza y el corazon a punto de explotar, Sara salio del coche y corrio junto a Abi hacia la comisaria. Una vez alli, fueron directas hacia un hombre uniformado que guardaba la puerta y que bien podria haberse llamado Goliat. --Buenos dias, ?que desean? --las saludo con una enorme sonrisa. --Hola --jadeo Sara--. Tengo que coger un vuelo a Cancun, en Mexico, y no tengo mi pasaporte. Ademas, voy con una nina pequena. ?Puede ayudarme? --?A que hora tiene que embarcar? --A las nueve. El agente Goliat miro su reloj y torcio el gesto. --Los companeros que realizan estos tramites no llegan hasta las ocho. --?Hasta las ocho? Eso es casi una hora y no tengo una hora, !voy con un bebe! --protesto Sara. --Senora, es lo que hay. Sientese ahi y espere --ordeno Goliat, con una templanza envidiable hasta para un monje budista. --Sara, tranquila, yo me quedo esperando. Tu ve a ese fotomaton de ahi y hazte unas fotos. Te las van a pedir --dijo Abi. --Buena idea --confirmo el agente Goliat, que miraba a Abi con inusitada atencion--. Me suena mucho su cara, ?la conozco de algo? Abi sonrio emocionada y le dedico una coqueta caida de ojos. --Si, puede ser, presento las noticias de madrugada del Canal 12 --dijo apartandose el pelo de la cara como si fuera una celebrity. Goliat entorno los ojos y ladeo la cabeza. --?Canal 12? Ni siquiera sabia que existia. --Vaya por Dios... --suspiro Abi, de vuelta al anonimato. --Pero estoy seguro de que la conozco... !Ya se! Usted estuvo aqui hace poco. !Es la periodista que se desmayo! Una repentina y sospechosa tension se apodero de todos los musculos de Abi. --?Cuando te desmayaste? --pregunto Sara, extranada por no conocer esa historia. --?No te acuerdas? Te lo conte, tonta. Iba a Paris con un companero para hacer un reportaje y me deje el DNI en la oficina. Me enviaron aqui y, con los nervios, me desmaye --mintio Abi. Mintio, si, porque en realidad no se desmayo. Tan solo simulo un desvanecimiento para que la atendieran antes que a nadie y, aunque se salio con la suya, ahora ese policia podria descubrir el engano si Sara no dejaba de mirarla con cara de sospecha. --Sara... !Las fotos! --dijo Abi. Con los nervios de nuevo en el estomago, Sara fue hacia el fotomaton que habia a unos pocos metros. Abrio las cortinas y se sento en la banqueta. La cabina era agobiante, demasiado pequena para su metro ochenta de estatura. Al ver su aspecto en el reflejo de la pantalla, saco de su bolso el tubo de pomada para hemorroides y se aplico a pequenos toques una buena cantidad bajo el parpado inferior. Era un ritual mas que otra cosa, porque hacia meses que ese truco ya no funcionaba. Enderezo la espalda y se dio cuenta de que su cabeza se salia de los limites de la foto. Se levanto y bajo la altura del asiento dandole vueltas hasta que llego al tope. Volvio a sentarse y compuso un poco sus rebeldes rizos dorados. Siguio las instrucciones que vio en la pantalla y... Tres. Dos. Uno. !Flash! Listo. Las fotos estarian en un minuto.

  • Invencible de Pascal Ruter

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    La tierna complicidad entre un anciano rebelde y su nieto los embarcara en una aventura entranable en la que juntos se rebelaran contra todo lo que resta diversion a la vida.

  • La redencion del lobo (Wolfheart 2) de Jess Gr

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    Hace diez anos deje escapar a la mujer de mi vida. Desde entonces me he convertido en un hombre frio y sin escrupulos, pero ahora ella ha vuelto para recordarme que aun hay bondad en mi interior.

  • Algo mas que un verano de Noni Garcia

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    Antonio miraba el mar de la playa de Matalascanas con pesar mientras los rayos del sol banaban su cuerpo. Desde que dos anos atras, en aquel mismo lugar, una noche de luna llena, aquel malnacido hubiera apunalado a David provocandole una muerte instantanea, no habia sido capaz de volver. Siempre habia sido la preferida de ellos, donde se conocieron hacia algo mas de un lustro, donde dio comienzo una historia de amor tan maravillosa que dudaba mucho que nunca volviera a repetirse. No se habia cerrado al amor, habia tenido algun que otro encuentro en esos dos anos, pero todos eran comparados con David y no le duraban mas de unas semanas. Ivan, el joven socorrista de Proteccion Civil, que apenas llevaba trabajando un par de semanas alli, ayudaba a un anciano a salir del agua cuando un chico de unos treinta anos, con un cuerpo digno de un dios del Olimpo, llamo su atencion. El hombre giro la cara y sus miradas se encontraron. Ivan sintio que el mundo se paraba, que nada existia entorno a ellos, y supo que cupido habia lanzado una flecha directa a su corazon. O asi lo definirian las novelas romanticas que le gustaba leer, el pensaba que se trataba de un deslumbramiento. Volvio a su puesto y paso horas observandolo en silencio, hasta que su turno termino y decidio que era un buen momento para darse un bano. El calor asfixiante de aquel infernal mes de julio invitaba a hacerlo, y el pensaba aceptar la invitacion. Antonio salia del agua cuando vio que entraba el joven socorrista que vio ayudando al anciano. Miro su cuerpo de arriba abajo. Era alto, de constitucion ancha, no estaba gordo, pero era grande, no era un hombre musculado, aunque si se le veia bastante fuerte. Le gusto lo que estaba viendo y decidio volver a entrar en el agua. No habia ningun signo evidente de que fuera gay, mas su radar le decia que si lo era. Nado durante unos minutos antes de acercarse a el, tenia que buscar algun pretexto con el que entablar conversacion, y lo encontro al posar su mirada en el chiringuito de la playa. Lo conocia de sobra, su tio era el dueno, pero el joven no lo sabia y eso jugaria a su favor. --Perdona, ?tienes un momento? --le pregunto cuando llego a su altura. --Si, dime... --Ivan no podia creer que el hombre que le habia robado el aliento se estuviera dirigiendo a el. --He visto antes que trabajas aqui y queria preguntarte: ?sabes que tal se come en el chiringuito? --Muy bien. Yo suelo comer ahi cuando no tengo ganas de cocinar. --Genial. Entonces me acercare cuando salga. --Haces bien. Seguro que te encantara. No eres de aqui, ?verdad? --Si, soy de aqui, pero hace mucho tiempo que pisaba esta playa. --Ya sabia yo que no te habia visto antes. Mi nombre es Ivan. --Encantado, Ivan. Yo soy Antonio. Unieron sus manos y sintieron la conexion que habia entre ellos. Ivan penso que esa era una despedida, Antonio quiso que no se fuera. --?Y hoy tienes ganas de cocinar? --Casi nunca tengo ganas de hacerlo. --Los dos rieron, aun con las manos unidas. --?Puedo invitarte a comer? --Solo si puedo invitarte esta noche a tomar una copa --contesto Ivan, guinandole un ojo y sacando su sonrisa mas picara. --Acepto. Salieron del agua, se secaron un poco, cogieron sus cosas de la arena y fueron al chiringuito. Compartieron una comida entre risas y anecdotas, y Antonio agradecio que su tio no estuviera por alli, era el unico que podia descubrirle la mentira que habia contado a Ivan. Se despidieron tras el cafe, intercambiaron numeros de telefono y quedaron en verse a las diez, para cenar y salir a tomar unas copas. Antonio lo vio marchar. Si bien le sacaba unos buenos ocho anos, no era algo que le importara mucho. Sabia que podian pasar un buen rato de cama y le habia gustado su frescura y alegria. 2 La noche llego, la cena paso, las copas los acompanaban en el local de moda y ninguno de los dos queria seguir con aquel tonteo que tanto los estaba calentando. Antonio dio el paso. Con una mano tomo la cintura de Ivan, con la otra su cuello, se acerco a el y lo beso con cautela, como pidiendo permiso, hasta que el respondio invadiendo su boca con una lengua ardiente que lo volvio loco. --?Nos vamos? --pregunto Antonio, separandose de Ivan. --Si. --?A tu casa o a la mia? --A la tuya, comparto piso con dos chicas. Salieron del local de la mano, caminaron entre besos y caricias hasta llegar al coche, donde se dedicaron nuevas caricias. Antonio se aparto de el, debia mantener la calma o darian un buen espectaculo en mitad de aquella concurrida calle. Cuando llegaron a su casa, fueron directos a la habitacion, no habia tiempo de ensenarle cada estancia, la excitacion estaba consumiendolos, la lujuria exudaba de cada de sus cuerpos. Con un ansia desmedida, se deshicieron de la ropa, tirandola en cualquier lugar, eso era lo que menos importaba en ese momento. Lo unico que querian era perderse el uno en el cuerpo del otro, disfrutar de un orgasmo que los dejara exhaustos... O dos... O tres... Ambos se deleitaron mirando, degustando con los ojos, a la persona que tenia delante. Unieron sus labios, sus cuerpos, rozaron sus erectas pollas y suspiraron al sentir el contacto. --Soy activo --dijo Antonio entre besos. --Estamos de suerte. Soy pasivo --respondio Ivan a su pregunta velada. Antonio lo tumbo en la cama, se subio sobre ella, devoro su boca, su lengua paseo por su pecho desnudo, y rozo el bello que cubria su torso con la nariz. Le encantaba el cosquilleo que provocaba, le gustaban los hombres con pelo, ese que escaseaba en el. Beso su falo y lo lamio hasta casi llegar al glande. --?Estas sano? --pregunto casi susurrando debido a la excitacion. --Si, ?por que? Antonio no respondio, simplemente engullo su verga hasta que toco su garganta, provocandole una arcada y haciendo que un gemido ronco brotara de la garganta de Ivan. La succiono una y otra vez, hizo que entrara y saliera de su boca a un ritmo demencial, para despues abandonarla y buscar en la mesita de noche un condon y un bote de lubricante. Ivan se dejo hacer, se dejo llevar. Volvio a sentir los labios de Antonio rodeando su miembro, la humedad de su lengua degustando su placer, esa pequena gota de fluido preseminal que acababa de disparar. Noto el dedo banado de lubricante acariciando la rosada entrada de su ano, pujando por entrar en el, y se relajo para que el acceso fuera mas facil. Instantes despues un segundo lo acompano. Jugo dentro de el, entrando y saliendo, rotando, abriendo y cerrando, dando de si el lugar para que la penetracion pudiera llevarlo a tocar las estrellas. Ivan tiro del pelo de Antonio, haciendo que abandonara su polla. Su mirada, llena de lujuria, lo enloquecio y lo deseo aun mas dentro de el. --No me tortures mas. !Follame ya! Antonio se incorporo, rozo su ereccion la de el, mordio su labio inferior, se separo de el, rasgo el envoltorio del preservativo y se lo coloco ante su atenta mirada. Coloco un cojin debajo de sus caderas, abrio bien sus piernas y lo penetro poco a poco hasta estar completamente dentro de el. Espero unos segundos, era consciente del grosor de su verga, y sabia que tenia que habituarse a ella. Le dedico unos suaves besos en los labios para que se relajara aun mas, sus lenguas se enredaron en un cadencioso baile que casi les hizo olvidar lo que estaban haciendo. Ivan aparto su rostro, acunandolo con sus manos, y asintio con la cabeza dandole a entender que estaba listo. Fue lo unico que necesito Antonio para empezar a embestirlo con suavidad, hasta que la lujuria lo cego, haciendo que un ritmo infernal los hiciera disfrutar de un baile de placer a los dos. Ivan recibia con gusto los golpes certeros en su prostata con cada envite. Retorcio las sabanas con los punos cuando el placer empezo a dominarlo, y se corrio haciendo que su placer chorreara por el vientre de los dos. Poco despues, Antonio se quedo inmovil y pudo sentir los espasmos que su orgasmo estaban provocando en su falo. Salio de el, se tumbo a su lado y con el dorso de su mano limpio el sudor que perlaba su frente. Miro a Ivan, tenia los ojos cerrados y aun tenia la respiracion agitada. Era guapo, mas de lo que se habia fijado en un primer momento y su poblada barba le daba un toque de hombre tosco, justo como siempre le habian gustado los hombres. Rudos y fuertes, pero rendidos en la cama. --?Lo has pasado bien? --quiso saber Antonio. --La duda ofende --contesto Ivan tomando con un dedo unas gotas de semen. --?Puedo confesarte algo? --Si. --El dueno del chiringuito es mi tio. Lo de esta manana fue una excusa para acercarme a ti. --Lo se --confeso Ivan, dejandolo perplejo. --?Lo sabias? --pregunto sorprendido. --Esta manana no, pero, cuando nos despedimos tras la comida, mi hermana nos vio y me lo dijo.

  • Conociendo a Raul (El club de los incomprendidos) de Blue Jeans

    https://gigalibros.com/conociendo-a-raul-el-club-de-los-incomprendidos.html

    Hasta hace unos meses, Eli, Valeria, Bruno, Raul, Maria y Ester formaban El Club de los Incomprendidos. Cada uno con su personalidad y su caracter, eran los mejores amigos del mundo. Se conocieron dos anos atras en el instituto, y el haber pasado por similares y dolorosas circunstancias les acerco.

  • El cisne de papel (Chic) de Leylah Attar

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    ?Podrias enamorarte de tu secuestrador? Skye Sedgewick es la hija de un magnate hotelero. Su vida cambia cuando un desconocido la secuestra a punta de pistola. Tras pasar unos dias en el barco donde la mantienen cautiva, Skye empieza a sentirse atraida por Damian, su secuestrador, un hombre que le resulta vagamente familiar.

  • EL CIELO SOBRE ORAN (Las aventuras del Capitan Riley), Fernando Gamboa de Fernando Gamboa

    https://gigalibros.com/el-cielo-sobre-oran-las-aventuras-del-capitan-riley-fernando-gamboa.html

    EL CIELO SOBRE ORAN es una novela breve, una emocionante aventura, acontecida solo unos meses antes de los hechos que se relatan en la novela CAPITAN RILEY, que da nombre a la serie.
    En esta ocasion, Alex Riley y su tripulacion son contratados por el banquero y contrabandista Joan March, para llevar a acabo un misterioso robo en alta mar a cambio de una indecente cantidad de dinero.
    Los tripulantes del Pingarron descubriran, como siempre demasiado tarde, que estan metidos en un lio mucho mayor del que se esperaban, y que las consecuencias de sus actos podrian afectar incluso al resultado de la guerra que asola Europa.
    De ese modo, una vez mas y a riesgo de sus propias vidas, se veran empujados a elegir entre hacer o no lo lo correcto. O al menos, intentarlo.

  • El temerario (Los hermanos Walker 4) de Amanda Adams

    https://gigalibros.com/el-temerario-los-hermanos-walker-4.html

    Derek Walker esta en Las Vegas para la boda de su hermano. Una despedida de soltero. Un poco de juego. Una semana de diversion con sus hermanos. ?Que podria salir mal? ?Podria enamorarse? Puede que encuentre su pareja… pero cuando el pasado lo llame, desafiara todo lo que cree saber sobre la familia, la lealtad y el amor.