• mano bouzamour boeken - Mano Bouzamour

    https://gigalibros.com/la-primera-meiga-1.html

    En 1617, una horda de piratas berberiscos saquea las costas del Morrazo, provocando una autentica masacre. Uno de los asesinados es Pedro, marido de Maria Solino, quien desde ese momento vaga errante cada noche en busca de su esposo por la orilla de su playa, Rodeira. Pocos anos despues, y junto con otras ocho mujeres, el tribunal de la Santa Inquisicion la condenara por brujeria, y por ello pasara a la historia. Una historia que se vera mezclada con la leyenda de la Santa Compana.Siglos mas tarde, Maria Nova regresa a su Cangas natal desde su apartamento en Los Angeles para llorar la muerte de su abuela. Alli se reencuentra con muchos de sus amigos de la infancia y adolescencia, pero no solo con eso. Una extrana revelacion dara un giro completo a su vida, que ya no volvera a ser la misma.Las vidas de Maria Solino y Maria Nova se veran unidas y entrelazadas, por siempre jamas, en una voragine de batallas, traiciones, confusion y creci-miento personal que llevaran al lector del pasado al presente, y tambien al fu-turo, y viceversa. La lucha interna de los protagonistas, asi como la de los poderes de la Iglesia catolica, sus entresijos y mas oscura historia, se haran evidentes en su empeno por un mundo mas justo. Pero no sera facil. Maria tendra que elegir el camino que lleve al ‘Hijo del Hombre’, y con el a la Iglesia, por la senda correcta. Aunque esto le suponga poner en entredicho todo lo que hasta ahora creia saber sobre Dios.

  • De belofte van Pisa : Bouzamour, Mano - Libros - Amazon.es

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    De belofte van Pisa : Bouzamour, Mano: Amazon.es: Libros. ... Dit boek geeft een beeld van binnen uit de moslim gemeenschap.

  • Bestsellerboy Tapa blanda - Bouzamour, Mano - Amazon.es

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    Bestsellerboy : Bouzamour, Mano: Amazon.es: Libros. ... De film-, theater- en hoorspelrechten van het boek zijn verkocht, net als de Duitse en Spaanse ...

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    De belofte van Pisa van Mano Bouzamour (1991) werd in korte tijd de bestverkochte debuutroman van 2014. De film-, theater- en hoorspelrechten zijn verkocht.

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  • mano bouzamour - la promesa de pisa (ebook) - Casa del ...

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  • Boekverslag De belofte van Pisa - Nederlands - Stuvia ES

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    Libro relacionado. Título del libro: De belofte van Pisa. Autor(es): Mano Bouzamour. Edición: Desconocido; ISBN: 9789044643404; Edición: 26 ...

  • Boeken Mano Bouzamour | De Slegte

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    De belofte van Pisa · Bekijk exemplaren. e-Book ?EPUB met digitaal watermerk. Vanaf € 5,99. Bestsellerboy - Mano Bouzamour (ISBN 9789044637038) ...

  • Mano Bouzamour - Wikipedia

    https://en.wikipedia.org/wiki/Mano_Bouzamour

    Mano Bouzamour (born 1991 in Amsterdam) is a Dutch novelist and columnist. He scored a stunning success with his first novel, De belofte van Pisa (The ...

  • La promesa de Pisa de Juan J. Prieto , Mano Bouzamour

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    Sam Zafar, hijo de inmigrantes analfabetas y fieles seguidores del Islam, le hizo una promesa a su hermano en Pisa: no equivocarse como el lo hizo, no terminar en la carcel.

  • Toxic Man (Destruccion 1) de Grislanddy L. Hernandez

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    El amor, un sentimiento que para Emilie Green y Damon Armstrong esta prohibido.
    Ella huyendo de su pasado y el teniendola en la mira. El es destruccion, peligro y dolor, mucho dolor. Que no te confunda su Rolex, su traje Kiton 50 creado por el mismisimo, Enzo Diorsi, esa sonrisa arrogante ladeada o su sensual boca y sobre todo no caigas en sus palabras intensas.

  • Sweet Manhattan de Lina Galan

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    Aquel fue un gran descubrimiento para Brooklyn. A sus cinco anos, la nina obedecia fielmente a Jocelyn, su nanny, que solia acostarla cada noche y le leia un cuento hasta que se quedaba dormida. Pero, en aquella ocasion, la inocente lectura no fue suficiente para que su sueno se volviera profundo. Unas voces en la planta de abajo le hicieron levantarse y caminar descalza por el pasillo, con su primoroso camison blanco de encajes. Su curiosidad infantil la llevo a la parte superior de la escalera, donde, agarrada a la baranda de madera, oteo el horizonte en busca de los acontecimientos que tenian lugar en la parte inferior de la casa. Aquellas voces y risas resultaron deberse a una de las veladas sociales que organizaban sus padres mientras ella y su hermano, Kayden, cuatro anos mayor, dormian apaciblemente en sus habitaciones. Observo a su madre, Alice, tan elegante como siempre, y a su padre, Cameron Edwards, candidato por aquel entonces a la alcaldia de Nueva York y que necesitaba de aquellas reuniones para obtener votos y popularidad. Tambien observo al hombre que ella conocia como el abogado de su padre y que aquella noche aparecio con su hijo, un chico de unos dieciocho anos, alto, moreno y con una contagiosa sonrisa. En cierto momento, el joven elevo su mirada y se topo con la de Brooklyn, cuya carita permanecia entre los barrotes de la balaustrada. El muchacho sonrio, le guino un ojo, y ella le devolvio la sonrisa, aunque despues el volviera a sus cosas de adulto, como estrechar manos y saludar. El caso es que aquella no fue la unica vez que la nina aparecio en lo alto de la escalera. A partir de entonces, cada vez que Brooklyn oia algo que le hiciese sospechar que habia visitas, se hacia la dormida tras la lectura del cuento por parte de Jocelyn y, minutos despues, andaba descalza hasta la escalera, se sentaba en el primer escalon y apoyaba su rostro entre los barrotes. En su mente infantil, sonaba que aquel joven un dia decidia subir los peldanos, la tomaba de la mano y la acompanaba a mundos lejanos, con caballos que volaban y arboles de gominola. La cria fue creciendo, y los suenos con aquel chico se transformaron en otros muy diferentes. Ya era una adolescente cuando continuo con la misma rutina nocturna. Aunque ya no necesitaba a su ninera para arroparla, ni cuentos que la hiciesen dormir, se levantaba a hurtadillas y corria hacia la escalera para buscar con la mirada a Jonathan Reed, el protagonista de sus suenos ya nada infantiles. Incluso, si alguna vez invitaba a alguna de sus amigas a dormir, todas ellas corrian hasta el descansillo en plena noche para poder comentar los vestidos de las mujeres, sus peinados o la aparicion de algun chico que pudiese suscitar algun interes, algo que no solia ocurrir muy a menudo en reuniones de politicos de la edad de sus padres como minimo. Brooklyn tenia catorce anos y calculo que Jonathan tendria sobre los veintisiete el dia que este se presento en su casa con su prometida, una rubia a la que odio de inmediato a pesar de su cara de angel. --Es muy mayor, te lo he dicho mil veces --comento Sally, una de sus amigas--. ?Como te puede gustar un tipo tan viejo? --No es viejo --gruno Brooklyn--, y es guapisimo. ?No habeis visto los bonitos hoyuelos que se le forman cuando sonrie?, ?y sus ojos verdes? Jamas en mi vida he visto unos ojos como esos. --Sin dejar de contemplarlo, suspiro ruidosamente. --A mi tambien me parece mayor --intervino Kimberly, otra de sus mejores amigas--, aunque lo salva bastante como va vestido. Me gustan los chicos con uniforme. Jonathan, por aquel entonces, ya era el teniente Reed. Despues de sus estudios en Harvard, se alisto en el cuerpo de Marines --Brooklyn no supo nunca el motivo, aunque oyo hablar a su padre sobre el disgusto de su amigo-- y lo solian enviar a misiones en el extranjero, por lo que sus visitas se habian espaciado considerablemente. Su padre, Samuel Reed, fiscal asistente del distrito, no parecia estar muy contento con el hecho de que su hijo no continuase con la tradicion familiar de dedicarse al derecho, pero parecia ser que Jonathan tenia bastante claro su futuro militar. --Vale, aceptamos que sea guapo --continuo Sally--. Pero ?que me dices del detalle de que tenga novia? !Y encima es una belleza! --No es la primera novia que presenta --se defendio Brooklyn--. Seguro que con esta tambien acaba rompiendo. --Tal vez, pero se ven muy enamorados --la pincho Sally. --Como con todas las demas --volvio a defenderse. --Y, luego, ?que? --pregunto su amiga--. ?Te casaras tu con el? --Lo veo un poco improbable --dijo Kimberly, con petulancia--. Hasta aqui llegan los destellos del enorme anillo de prometida que lleva la chica en el dedo. Brooklyn sintio unas enormes ganas de empujar a sus invitadas escaleras abajo. !Debian apoyarla! ?Para que estaban las amigas, si no? --!O puede que se muera y acabe viudo! --grito, presa de la rabia. --Oh, vamos, Brook, no te pongas dramatica. ?De verdad vas a desear que se muera la pobre chica? --Yo no he dicho eso, pero podria pasar. --Brooklyn se sentia ligeramente mal por su comentario desafortunado, pero no pensaba retractarse ante ellas--. Las personas tienen accidentes todos los dias... --!Deja de decir eso, Brook! --exclamo Kimberly--. ?Por que no admites de una vez que un hombre como ese jamas se fijaria en ti? !Eres una nina! --Muchas gracias, amiga --gruno, enfurrunada. Le sento muy mal que no le dieran ninguna esperanza, aunque fuese fingida, como haria cualquier amiga. Algo asi como <> o <>. !Las amigas estaban para lo bueno, para lo malo y para mentir si era necesario! Lo malo, en aquel asunto, fue que llevaban toda la razon. Jonathan y su prometida se casaron un ano despues. El dia de la boda, Brooklyn se paso el tiempo engullendo canapes y probando a escondidas todas las bebidas alcoholicas que ofrecieron en el banquete. Como resultado, pillo su primera borrachera y, para colmo, no llego ni a acercarse al novio, que, por cierto, con su uniforme militar estaba espectacular. La ultima vez que Brooklyn vio a Jonathan en su casa fue la noche que aparecio con su mujer embarazada. La joven ya no apoyaba su cara en los barrotes de la escalera, pero si se quedo en el piso superior, para poder contemplarlo, como siempre, desde la distancia. Los vio tan felices que sus suenos infantiles murieron aquel mismo dia, puesto que ella misma ya era una mujer adulta, que estudiaba, salia con chicos, se divertia... y en cuya vida ya no habia espacio para el joven de bonita sonrisa que siempre contemplo desde la altura de una escalera. Ese chico se habia convertido en un hombre casado y futuro padre, muy lejos de su alcance. Aunque si que volvio a saber de el: en el funeral de su esposa. El dia que Brooklyn supo la noticia, lloro amargamente, sintiendose culpable. Ella habia llegado a desear la muerte de esa mujer y dicho deseo se habia cumplido... El ya capitan Reed estaba destinado en Tunez, donde hubo un atentado en los alrededores de la embajada norteamericana. La mala suerte quiso que ese dia, el y su esposa estuviesen invitados, junto al resto de oficiales, a una recepcion con el embajador. Un coche bomba mato a varios soldados y diversos civiles, entre los que se encontraba la mujer del capitan. Tambien hubo heridos, uno de ellos Jonathan, que no pudo asistir al funeral de su difunta esposa debido a la gravedad de sus heridas... --Es bonita la cicatriz --le dice el chico. El corazon le da un vuelco y se lleva la cabeza de muneca al pecho. --?Bonita? Es una cicatriz. --Es una senal de haber sobrevivido. JULIANNA BAGGOTT, Puro Capitulo 1 Un agudo dolor de cabeza, sed y sensacion de nauseas fueron los sintomas que reconoci en el momento de despertarme: aquello era una horrible y pesada resaca. Ciertos flashes de la noche anterior asaltaron mi mente embotada, pero preferi intentar levantarme antes de que pensar demasiado terminara haciendome explotar el craneo. Nada mas abrir los ojos, parpadee por la intensa claridad que ya entraba por la ventana, lo que me hizo incorporarme de golpe en la cama, a pesar de los pinchazos en las sienes. Porque, si entraba tanta luz, se debia a que ya serian mas de las ocho... --!Mierda! !Voy a llegar tarde! !Otra vez! Fue justo al desprenderme de la sabana que descubri mi cuerpo desnudo. ?Desde cuando me acostaba yo asi si tenia una buena coleccion de pijamas? Temiendo responderme a mi misma a esa pregunta, ladee la cabeza hacia el otro lado y me encontre con lo que mas temia: un desconocido durmiendo junto a mi, en mi cama, acurrucado en mi almohada, tan en pelotas como yo. --!No, no, no! Pero !?que hice anoche?! Por mas que escarbaba en mi cerebro, no encontraba mas que unas pocas imagenes de mi misma en la fiesta de Patrick, de mis amigas, del retumbar de la musica, de un bailecito sexy encima de una mesa... Ya no habia tiempo para eso. Debia deshacerme de aquel tipo ya. --!Eh, tu, despierta! --grite mientras lo zarandeaba--. !Despierta de una vez, joder! El desconocido parpadeo, me miro y despues miro a su alrededor. --?Donde estoy? --En la Casa Blanca, capullo. !Levantate ahora mismo! --Le di un empujon y el cuerpo del hombre impacto con un golpe seco contra el suelo de madera. Hasta a mi me dolio. --!Oye, guapa! --se quejo, tras incorporarse--. !Seguro que anoche no me echaste asi de tu cama! --!?Que paso?! --le exigi saber--. ?Tu y yo...? Ya me entiendes... --!Y yo que se, no me acuerdo! --refunfuno mientras buscaba su ropa y sus zapatos--. ?Donde demonios estan mis cosas? --Ay, Dios... --murmure--. !Mira en el bano! ?Me habria metido en la ducha con ese tipo? ?Y que habiamos hecho con la ropa? !La mia tampoco estaba por ninguna parte! --Solo he encontrado los calzoncillos y los zapatos --dijo el chico antes de salir con esas pocas prendas sobre su cuerpo. Me habria reido ante semejantes pintas si hubiese sido buen momento para hacerlo. --?De verdad no puedes acordarte de si nos acostamos tu y yo? --insisti. --Lo ultimo que recuerdo es verte caer de una mesa --me explico--. Te tuve que coger al vuelo porque estabas muy borracha, te enganchaste a mi cuello y, despues de eso, nada. --Oh, genial --me lamente. !Ni siquiera podia saber si habia usado proteccion! --A ver, a ver, no entremos en panico. --Me coloque una camiseta que saque de un cajon, para taparme, y retire las sabanas hasta tirarlas al suelo--. Tu mira debajo de la cama, yo lo hare entre las sabanas. --?Y que se supone que tengo que buscar? --!Un condon usado, idiota! --Ah, vale, entiendo... Por si lo hicimos a pelo, ?no? --Oh, callate... --gemi. Con tan solo oir aquella posibilidad, me inundo el panico... porque aquello me hizo recordar que mi vida sexual era un autentico desastre. En las pocas relaciones que habia tenido, ni siquiera habia sido capaz de disfrutar del sexo, y, para una vez que parecia haberme desmelenado y decidido meter a un desconocido en mi cama, resultaba que no me acordaba de nada. ?Y si esa vez habia tenido un orgasmo colosal? !Nunca lo sabria! Mire al tipo, tirado en el suelo, buscando un condon, con solo unos zapatos y unos feos calzoncillos de color gris sobre su cuerpo. Arrugue la nariz. Dudaba mucho que hubiese sido el polvo de mi vida. Di un respingo cuando unos golpes en la puerta resonaron en toda la habitacion. --!Brooklyn, cielo, abre la puerta! !Te has quedado dormida! !Llegaras tarde al trabajo! --!Voy, Jocelyn! --grite--. !Un momento! --?Quien es Jocelyn? --murmuro el chico. --Mi nanny, tienes que largarte. --?Tu nanny? ?Como vas a tener ninera con...? --Fruncio el ceno--. ?Cuantos anos tienes? --Tengo veintiseis, y, ahora, largate de aqui. --?Y por donde quieres que salga si tienes a tu ninera aporreando la puerta? --Por donde va a ser, !por aqui! --Abri la ventana y le senale el alfeizar y la pared cubierta de enredadera por donde debia deslizarse. --!?Por la ventana?! --exclamo--. !Ni hablar! !Puedo matarme! !Y estoy casi desnudo! --Al menos llevas el culo tapado. --Sonrei ante la suerte que tuvo de haber encontrado al menos los calzoncillos--. !Agarrate a las ramas, veras que facil! --Joder... --refunfuno mientras colocaba las rodillas en el alfeizar--. Si me he acostado contigo, puede resultar el polvo mas caro de mi vida si me rompo un hueso. Y si no lo hemos hecho... demuestro ser muy estupido. --!Brooklyn, carino, abre! --insistia una y otra vez Jocelyn. --!Ya voy, espera un segundo! --Despues de contestar, volvi a dirigirme al supuesto desconocido--. !Vamos, baja! !Solo es un piso! --!No, espera...! Pero la negacion se perdio entre las hojas de enredadera cuando lo empuje y, a continuacion, cerre la ventana, puesto que los gritos y los intentos de abrir la puerta me estaban poniendo nerviosa. Crei captar un golpe sordo sobre el parterre de hortensias, pero lo ignore. Tras dar un suspiro, corri a abrir. --!Nina! --exclamo al entrar en mi cuarto--. ?Por que has tardado tanto? --Ya no soy una nina, Jocelyn. Puedes pillarme con el culo al aire. --?Quieres decir como estas ahora mismo? --La mujer elevo una ceja al senalar mi indumentaria, que no me tapaba, precisamente, ni el trasero. Poco despues, arrugo la nariz y se dirigio a la ventana--. !Y abre un poco, por el amor de Dios! !Huele a...! Me dirigi con rapidez a asomarme, en busca de un joven medio en pelotas que quiza yacia, inconsciente, sobre las hortensias... pero, al parecer, habia logrado sobrevivir, porque no encontre a nadie. Suspire, aliviada de que no le hubiese pasado nada y, no lo voy a negar, para no tener que dar explicaciones a Jocelyn, lo que en aquel momento me parecio lo mas importante. --?A que huele? --le pregunte a mi nanny con una sonrisa candorosa, intentando disimular el nerviosismo que aun me atenazaba. --A que tienes que meterte en la ducha ahora mismo --me apremio--. Pero no tardes en bajar, porque, antes de irte, tu padre tiene que hablar contigo. Ah, y Kayden tambien esta aqui. --?Mi padre quiere hablar conmigo? --solte, escamada--. ?Y que diantres hace aqui mi hermano? !No puedo atenderlos ahora! !Ya voy con media hora de retraso! --Pues sera una hora entera, no creo que a Harper le importe. !Vamos! !Espabila! --Joselyn puso los brazos en jarras al mirar a su alrededor mientras yo me metia rauda en el bano--. Menudo desastre de cuarto. !Y luego dice que ya no es una nina! Me duche a toda prisa, desenrede mi melena cobriza y me vesti con un pantalon negro y una blusa verde esmeralda. Cogi mi neceser para maquillarme en el taxi y ahorrar tiempo, y baje hasta el comedor, donde me esperaban mis padres y mi hermano en mitad de un espeso silencio. En lo primero que pense fue en que debia buscarme cuanto antes un lugar donde vivir, independizarme, pues ya no tenia edad para tener ninera ni para aguantar las broncas de mi progenitor. Aunque, con toda probabilidad, este iria a buscarme donde quisiera que viviese para imponer sus normas de politico. --!Lo siento, pero ya voy tarde! --exclame en un intento de salir corriendo e ignorarlos a todos. --Alto ahi, jovencita --me detuvo mi padre--. Creo que sabemos el motivo de tu tardanza de hoy. --Vamos, papa, no necesito un sermon a esta hora de la manana. Si, ayer sali de fiesta; si, bebi un poco; si, Harper me matara. Pero no creo que nada de eso pueda empanar tu imagen. --?Estas segura de eso? Cameron Edwards, mi padre, exalcalde de Nueva York y candidato a gobernador, tecleo en su telefono movil y lo planto delante de mi. Suplique que se me tragara la tierra cuando contemple aquel video subido a YouTube, donde podia verme a mi misma, borracha, bailando y cantando encima de una mesa, de donde cai en brazos de un tipo que me cogio al vuelo y que reconoci como mi companero de cama. Solte un jadeo al contemplar como nos besabamos en la boca, aunque quien estuviese grabando se centro en la parte inferior de mi anatomia, ya que se me subio el vestido hasta la cintura y mostre mi tanga de encaje negro a toda la concurrencia. Palideci. !Mi trasero ocupaba toda la pantalla! --!Por Dios, papa! --grite, alterada--. ?No puedes hacer que lo eliminen? --Oh, claro, ?por que no se me habra ocurrido antes? --respondio con ironia--. Pero me extrana que una milenial como tu no recuerde que existen las capturas de pantalla y toda clase de herramientas para conservar algo asi. Mi animo cayo al suelo en ese mismo instante. No era la primera vez que avergonzaba a mis padres, aunque juro que jamas lo habia hecho a conciencia. --Lo siento, papa, yo... --?Y que me dices de mi, Brook? --intervino Kayden--. ?Crees que no voy a ser el hazmerreir de la prensa britanica... otra vez? La mala suerte --al menos para mi-- quiso que, si no habia bastante con tener un padre con cargo publico, tuviera un hermano prometido a una joven y noble inglesa, Elizabeth, hija del conde de Pembroke. Se conocieron en una fiesta de amigos comunes, recibieron el impacto de Cupido y, unos meses mas tarde, se encontraron inmersos en la ceremonia de peticion de mano. A la vista estaba que Kayden se movia en circulos mas selectos que yo. --!Oh, vamos, dejad de mirarme como si creyerais que pretendo humillaros por deporte! -- estalle--. !Tengo veintiseis anos! !Tengo que divertirme!

  • Y colorin colorado… Tu de David Safier

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    Nellie Oswald roba un cuaderno en blanco de uno de sus artistas favoritos. La chica, harta de las decepciones amorosas, dibuja en el cuaderno a su principe azul, al que llama Retro. Lo que Nellie no sabe es que el cuaderno es magico y convierte en realidad todo lo que se dibuje en el. Cuando se despierta al dia siguiente tiene ante sus ojos al apuesto, noble y heroico principe de sus suenos. Juntos se lanzan a la ciudad para descifrar el enigma del cuaderno y ponerlo a salvo de manos malvadas. Pero la aventura mas importante no es otra que la del amor que surgira entre ellos.

  • Un amor pendiente de Erika Marc

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    Olivia es una bella y sencilla joven mexicana que tiene una beca universitaria en la ciudad de Quebec y, para solventar sus gastos, trabaja como camarera en eventos de la alta sociedad.
    Una noche, presta sus servicios en una lujosa mascarada en donde celebran el cumpleanos del guapo, arrogante y magnate millonario: Evan Trudeau. <>.

  • Una noche nuestra de Christian Martins

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    La vida de las hermanas Townsend ya no es lo que era.La atractiva Arianna, esa por la que todos los hombres suspiran en Castle Combe, parece no superar los problemas que la rodean; por mucho que se esfuerce en olvidar a Jason no lo consigue y, ademas, su padre no quiere rendirse y continua intentando emparejarla con el poderoso Steve Lowell.Steve ha resultado no ser lo que parecia, y ese buen hombre adinerado y poderoso, estara dispuesto a lo que sea por lograr la mano de la mediana de las hermanas.Ademas, el pequeno error que cometio Grace tendra fatales consecuencias y la perfecta vida de la pequena Rose se vendra abajo cuando todo por lo que habia luchado se desmorone en sus pies.

  • Una vida entre guerras de Miguel Angel De La Iglesia Garrido

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    Francia 1917, en plena guerra, un nino se queda huerfano a pronta edad. Se vera obligado a vivir con el unico familiar que le queda, un empresario aleman con unas enormes ansias de poder y secretos inconfesables. Crecera dando tumbos, hasta que el nazismo emergente le atrapa. Envidia, egoismo, soledad y traicion conviven cada dia, hasta que conoce a Marie, momento en que se enfrentara a todo lo que habia dado sentido a su vida hasta entonces. Un amor imposible que le lleva a la locura. Descubrira como las decisiones que toma, afectan irremediablemente, a los que le rodean y sus errores lo perseguiran el resto de su vida.

  • Desde mi piel de Maria Moreno

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    Cuando me desperte me dolia terriblemente la cabeza y quise llevarme las manos a las sienes. Entonces me di cuenta de que estaba atada a la cama. Abri los ojos y mire a mi alrededor prestando toda la atencion que era capaz de prestar. Estaba aturdida y no veia con claridad, mi alrededor se presentaba borroso ante mi. Todo parecia muy blanco, muy limpio, y percibi el olor aseptico de los hospitales. No sabia que habia pasado o que estaba haciendo en este lugar. Entre imagenes que mi memoria se empenaba en traer a mi mente, olores que no podia identificar y un miedo atroz que no sabia de donde procedia, mi nombre aparecio de repente: "Miriam. Soy Miriam", me repeti mentalmente como si el mero hecho de recordar como me llamo fuera un triunfo Me llamo Miriam Santa Cruz y hoy he recibido un regalo que he estado pidiendo desde el mismo dia en que abri los ojos en este lugar: un cuaderno y un boligrafo. Parece ser que la doctora C ya no considera un peligro un simple boligrafo. En realidad nunca lo ha sido. Lo unico que queria era ordenar todo lo que va apareciendo en mi mente. Al principio eran imagenes sueltas que no significaban nada para mi, pero ahora son piezas del puzle que es mi vida que me quieren contar la historia de como he llegado hasta aqui. Cuando abri los ojos en un entorno tan blanco y tan limpio senti el inmenso alivio de haber conseguido lo que queria: por fin habia muerto. Eso era lo que pretendia aquella tarde en que me corte las venas y me meti en la banera para entregarme lentamente a mi destino. Y fue tan dulce el vaiven del agua carmesi contra mi fragil cuerpo, proporcionandome la paz que tanto habia ansiado, que este lugar inmaculado no podia ser otra cosa sino el final del camino. Por unos instantes pense que mis hijos aparecerian en algun rincon y los busque...los busque con los ojos y con el corazon, pero no estaban. Y me invadio una tristeza de otro mundo al recordar que ya habia despertado en lugares similares en otras muchas ocasiones, entumecida, dolorida, sedienta, con los ojos cerrados por la hinchazon de tal forma que no podia ver con claridad donde estaba y presa de un dolor fisico que se me antoja ahora mas leve que este sentimiento tan profundo que se ha aduenado de mi. El dolor fisico puede paliarse. El dolor del alma no. Me volvi a dormir sin querer. No podia mantenerme despierta, casi no podia ni fijar la vista. Ademas, durmiendo recuperaba la fantasia de que estaba muerta porque era un sueno sin suenos, un sueno en paz provocado por la medicacion, la misma medicacion que callaba las voces de mi cabeza que me decian que mis hijos me esperaban en algun lugar. La siguiente vez que recuerdo haber despertado vi a una mujer vestida con una bata blanca que me miraba. No la distinguia muy bien porque no podia enfocarla, pero recuerdo que me dijo: -No te preocupes. La vision borrosa y la somnolencia son efectos secundarios de la medicacion que iran desapareciendo poco a poco. Su voz tambien desaparecio lentamente en mis oidos, como en tantas ocasiones en que no pude despertar del todo. Hasta que un dia o una noche, por fin logre mantenerme despierta. Recuerdo que entro una mujer con una bata blanca que no reconoci como la que habia hablado conmigo en otras ocasiones hasta que oi su voz al preguntarme: -?Como te encuentras? Entonces me di cuenta de que jamas olvidaria esa voz porque me recordaba a la de mi madre. Hay voces que son eternas, que sobreviven mas alla del tiempo y la muerte y en aquel momento llegue a pensar que era a mi madre a la que estaba escuchando. La mire fijamente unos instantes. Era alta, de complexion media y con el pelo rizado por encima del hombro. Debia tener unos cincuenta. Esta vez se acerco a mi y me toco suavemente el brazo donde tenia las vias para el suero y la medicacion, en un intento de transmitirme su apoyo. Por fin me volvio a hablar y yo pude comprobar que esta voz que me era tan familiar iba acompanada de un rostro que no recordaba haber visto en mi vida. -?Como te encuentras? ?Puedes verme bien? ?Sabes donde estas? Y juro por lo mas sagrado que queria hablar aunque solo fuera para decirle que la razon por la que estoy aqui es porque fui lo bastante idiota como para no cerrar con pestillo la puerta del cuarto de bano cuando decidi que no podia aguantar tanto dolor. Sin embargo, las palabras se perdian en el camino a mis labios, agolpandose en mi garganta luchando por salir. Aquella vez no lo consiguieron. Lo que si salio fueron mis lagrimas a borbotones, que quemaban al recorrer mi rostro. Me dolian los ojos y cuando el liquido salado alcanzo mis labios, me escocieron terriblemente. Pasado un tiempo descubri que llevaba sedada dos semanas seguidas desde el dia en que, antes de que me ataran a la cama, intente saltar por la ventana una vez y acabar con mi vida a golpes contra la pared en otra ocasion, llegando incluso a mancharla de sangre. No fue mi unico intento de acabar lo que habia empezado aquella tarde en mi banera, al parecer tenia una gran habilidad para darme cabezazos con las paredes o usar cualquier instrumento que las enfermeras trajeran a mi habitacion para autolesionarme, nunca a los demas, solo a mi. Yo solo queria morir... y no me dejaban. Y por eso seguia atada. La doctora C creia que habia que esperar a que dejara de autolesionarme antes de pensar en soltarme las manos. Tambien los pies los tenia atados por seguridad. Una enfermera salio al pasillo a avisar al medico mientras yo descubria que en esta habitacion no habia ventanas. Por eso habia perdido por completo la nocion del tiempo. Por eso este cuarto era tan horriblemente blanco y brillante de dia y tan descorazonadoramente negro por la noche. Por eso y por los sedantes, supongo. Por desgracia, a partir de aquel momento empece a pasar mas tiempo despierta que dormida. No me gustaba la habitacion. Me recordaba a una despensa o al temido cuarto de las ratas donde las monjas del colegio amenazaban con encerrarnos si nos portabamos mal. A lo mejor era el infierno... o el purgatorio. Mire a mi alrededor. Nada. Ni cuadros, ni sillas. Nada. Solo la cama en que permanecia postrada y el suero que me mantenia con vida. En algun momento, supongo que por la manana o a medio dia, aparecio una enfermera en la habitacion y me dijo que me iba a liberar de algunas cosas entre las que no se encontraban mis ataduras. Era una mujer ya mayor, muy delgada, pequena y arrugada como una pasa. Recuerdo que tenia los ojos y los dientes pequenos. Nunca me gustaron las personas con ojos y dientes pequenos. De pequena se me antojaban duendes malos y supongo que nunca lo supere. Me quito la aguja que llevaba el suero a mis venas y luego la sonda. Casi me regano cuando me dijo: -Ya esta bien, bella durmiente. Si quieres hacer pis tendras que levantarte. Tuve la impresion de que estaba enfadada conmigo, pero no se me ocurria por que pues no recordaba ni haberla visto antes. -Quiero que quede clara una cosa- me dijo mientras enredaba alrededor de la cama- Te vamos a dar manzanilla y yogur para ver como toleras las alimentacion. ?Puedes negarte? Puedes. Entonces volvere con una sonda naso-gastrica y a eso si que no te podras negar. ?Esta claro? La presencia de esta mujer pequena y chillona me intimidaba enormemente. Salio de la habitacion y unos minutos despues aparecio la doctora que me era familiar. Traia consigo una silla plegable que abrio y coloco junto a mi cama antes de sentarse. -Hola - me dijo intentando aparentar indiferencia - Me alegra verte despierta. Quiero hablar contigo sobre algo muy importante. Quiero quitarte las ligaduras que te tienen sujeta a la cama, pero para eso necesito tu colaboracion. Mi mirada bajo instintivamente hasta las ligaduras de mis manos y subio para volver a encontrarse con los ojos de la doctora: -Necesito saber que no te vas a intentar hacer dano. ?Puedo confiar en ti? Parpadee. No sabia que decir. No sabia que queria decir con aquello. Imagine que debia haber hecho algo terrible para que todos en este lugar estuvieran enfadados conmigo y no confiaran en mi, pero no lo recordaba. -Fijate en tus munecas. Baje de nuevo los ojos hasta ellas. -Despues de tres semanas aun estan vendadas. ?Te digo por que? Porque la primera vez que te libere las manos, apenas sali por la puerta, te quitaste las vendas y te arrancaste los puntos a bocados. Una vaga imagen de sangre corriendo por mis brazos parecia querer confirmar que lo que esta mujer estaba diciendo era cierto. No dije nada. Simplemente segui mirandola a los ojos esperando mas instrucciones, o algun otro comentario. La doctora se acerco a mi y empezo a desatarme la mano derecha, que era la que le quedaba mas cerca. No parecia tener miedo de que la atacara, porque en lugar de rodear la cama para soltarme la otra mano, lo hizo desde donde estaba, colocando su cuerpo muy cerca del mio. Se retiro un poco, pero no volvio a sentarse. Supongo que queria observar mi reaccion. No hice nada extraordinario, con una mano me cogi una muneca y luego repeti el mismo gesto con la otra. Hice el ademan de apartarme el pelo del hombro, por pura costumbre y descubri que mi melena rojiza no caia sobre mis hombros. Mi mirada interrogante se clavo en los ojos de mi interlocutora: -Lo siento. No nos quedo mas remedio que cortarte el pelo. Has estado demasiado tiempo en la cama. Es una medida puramente higienica. Volvi a mirarme las manos, esta vez los dedos y las unas. Estaban inmaculadas, blancas y aterciopeladas. Mientras tanto, la doctora liberaba tambien mis pies. -Ya esta. Si todo sigue bien hoy tomaras algo suave y te sentaras un rato en la cama. No quiero que te marees cuando te levantes. Yo seguia mirandome las manos. Tenia la extrana sensacion de que eran de otra persona, como si no las recordara asi.

  • Carter y Arizona de Whitney G

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    Solo amigos.
    Solo somos amigos.
    No, en serio. Arizona es solo es mi mejor amiga.

  • Una vez en la vida de Gilles Legardinier

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  • Te encontrare en Navidad de Aitor Ferrer

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    Habian pasado seis anos desde aquella semana que, para Melissa, fue la mejor de su vida. Melissa, una joven malaguena, que decidio junto a sus amigas ir a pasar unas pequenas vacaciones a un camping en Los Canos de Meca, alla por tierras gaditanas, donde no esperaban encontrarse con un grupo de belgas que las harian vivir mil locuras. Disfruto cada momento, cada risa, y, sobre todo, cada mirada que compartio con Christian. Christian, ese chico con el que tuvo un idilico romance que siempre recordaria por los dias tan bonitos que pasaron juntos. A Melissa le parecio un chico de lo mas agradable, ademas de bueno y simpatico, y tan solo bastaron unas horas para que ambos fueran conscientes de que Cupido habia hecho bien su trabajo, disparandoles con su arco, las flechas del amor. Lo que estaba planeado como unas vacaciones con amigas, acabo siendo una breve aventura en compania de esos jovenes llegados a Espana desde Brujas, y con quienes cada dia que pasaba, inmortalizaban en fotos que poder ver cuando llegara la despedida. Entre ellos habian nacido unos sentimientos dificiles de perder, aunque ambos sabian que la distancia que los separaba era importante para volver a verse. El, le dio su numero de telefono, esperando que algun dia le llamara, y compartieron sonrisas y miradas que decian que si, que hablarian pronto, quedando en sus memorias el recuerdo de aquellos dias de verano que habian compartido. ?Cuan caprichoso puede ser el destino, que nos lleva a vivir momentos de lo mas felices, para despues llenar nuestros dias de amargura? Melissa se quedo sin la oportunidad de volver a hablar con Christian cuando perdio el movil. Eso era mala suerte, sin duda alguna, pues en el no solo iba su telefono sino todas las fotos que habian hecho durante esos dias. Solo tenia un nombre, sin apellidos, por lo que encontrar en Brujas al chico con el que habia vivido los dias mas bonitos de aquel verano, iba a ser tarea mas que dificil. Pero ella lo hizo, busco y trato de encontrarlo, queria poder decirle lo que habia descubierto apenas unos dias despues de que sus caminos volvieran a separarse. Melissa se habia quedado embarazada. Busco a Christian durante semanas, pero sin exito, estaba desesperada y lamentaba la mala suerte de haber perdido el movil y, con el, la posibilidad de contactar con el que era el padre del bebe que esperaba. En Malaga vivia con su padre, un viudo farmaceutico que siempre procuro darle a su hija todo cuanto necesitara y, en ese momento de su vida, la apoyo y ayudo con la busqueda del joven belga. Pero los dias pasaban, como tambien lo hacian las semanas y los meses, y Melissa tuvo una preciosa hija a quien llamo Elsa. Juan se convirtio en el abuelo mas feliz del mundo cuando vio la carita de su nina, esa por quien daria todo cuanto tenia, igual que por Melissa. Elsa crecia en un hogar donde no le faltaba el amor de su madre, esa que cada dia le contaba la historia tan bonita que habia vivido con el que era su padre, aunque la nina no lo entendiera porque tan solo era un bebe. Los anos fueron pasando y Melissa seguia contandole ese cuento a Elsa antes de dormir. Le relataba los dias que habian vivido los dos protagonistas de la historia, hasta que tuvieron que separarse. Contaba la pequena Elsa con cuatro anos cuando, una noche antes de dormir, le pregunto a su madre si esos dos personajes del cuento habian vuelto a verse. Melissa, con los ojos vidriosos, contesto que no, que tras perder lo unico que tenia de el, no pudo volver a verlo. Juan, que habia escuchado la pregunta de su nieta desde el pasillo, espero a que saliera Melissa de la habitacion y le dijo que, tal vez, era momento de contarle la verdad a la nina. Decirle que la pareja de la que hablaba en el cuento eran sus padres. Ella lo penso, lo medito durante dias, incluso meses, y finalmente se decidio a contarle la historia completa. Elsa escuchaba atenta cada palabra de su madre, como solia hacer por las noches, hasta que la historia cambio un poco y ella, que a pesar de su corta edad era una nina muy lista, se dio cuenta en cuanto Melissa les puso nombre por primera vez a los personajes del cuento. Quiso saber si ella era ese bebe del que tanto le habia hablado, si cuando hablaba de Melissa se referia a ella misma, y si era Christian el nombre de su papa. Con una sonrisa Melissa contesto que si, que hablaba de ellos tres. Que tenia un buen recuerdo de su papa, pero que nunca lo encontro despues de que perdiera el telefono. Cuando salio de la habitacion donde su hija dormia placidamente, le conto a su padre los planes de viajar a Brujas, necesitaba encontrar al hombre que le habia dado ese regalo tan bonito que era Elsa para ella. Juan, que siempre fue el principal pilar para Melissa desde que perdieran a su madre cuando contaba con solo doce anos, de nuevo estuvo a la altura de las circunstancias y apoyo a su hija en tal decision. Melissa era profesora en uno de los colegios de Malaga, asi que decidio que aprovecharia las vacaciones navidenas para viajar junto a su pequena Elsa hasta Brujas, lugar en el que esperaba encontrar a Christian. Sobraba decir que no iba buscando el oportunismo de que la ayudara con la crianza de la nina, puesto que, aunque en su casa no nadaban en la abundancia, vivian bastante bien con su sueldo y con lo que ganaba su padre con la farmacia que regentaba desde hacia anos.

  • El bosque de la memoria de Sam Lloyd

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    Un thriller atmosferico e inquietante sobre la parte mas oscura del alma humana.

  • Batea mi corazon, Rose B. Loren de Rose B. Loren

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    Ryan es un exitoso jugador de beisbol cuya vida no ha sido un camino de rosas; viudo y con una hija de siete anos, tendra que enfrentarse a una gran lesion que puede acabar con su carrera deportiva. Frustrado y totalmente perdido despues de una operacion, conocera a Cristal, una fisioterapeuta que no le pondra las cosas faciles.

  • Entre mis suenos Gin y yo de Diego Villegas Canales

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    ?Que pasa cuando te despiertas y tu vida da un giro inesperado?

    -Amor, intriga, miedo, felicidad. todas esas emociones senti al despertar de aquel sueno, sudando sobre las sabanas pegadas a mi piel, sin dejar de preguntar ?Por que?

  • Revoluciones de Joaquin Estefania

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    El ultimo medio siglo (1968-2018) ha sido testigo de una generacion que amanecio a la madurez con la alegria revolucionaria de Mayo del 68 y que se esta jubilando en pleno vigor de una revolucion conservadora y de los populismos de extrema derecha que amenazan con llevarse por delante muchas de las conquistas civilizatorias de este tiempo. Esa generacion es la que ha mandado. Una generacion que con sus aciertos, sus contradicciones, sus arrebatos de colera (a veces ingenuos; a veces violentos; casi siempre justos) o su resignacion ha tratado de cambiar el mundo, aunque no con la profundidad y la velocidad que previeron sus protagonistas, algunos de los cuales podrian decir: ‘Queriamos cambiar el mundo y el mundo nos ha cambiado a nosotros’. A cada ano magico revolucionario (1968: Paris, Praga, Mexico; 1999: movimiento antiglobalizacion; 2011: los indignados) le ha sucedido una reaccion (1979-1980: Thatcher y Reagan; 2011: los neocons; 2017: Trump) que ha pretendido siempre volver al statu quo anterior, a lo que creian un estado natural de las cosas, utilizando los principios de coercion y persuasion, el poder duro y el poder blando. Durante aquellos anos magicos, los jovenes como categoria historica han disputado a la clase obrera el monopolio del protagonismo redentor de los cambios que esta tuvo durante el siglo xix y primera parte del xx. El sentido de la historia lo daba el progreso, pero el motor de la historia no ha sido solo la lucha de clases, sino las ansias de un grupo transversal de ciudadanos que ha reivindicado su lugar en la politica, la economia y la cultura.

  • El rey de Andorra de Miguel Izu

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    Un profesor de Historia, antiguo guardia civil jubilado por invalidez a causa de un atentado terrorista, aparece muerto en extranas circunstancias en La Seu d'Urgell, a donde habia viajado para documentarse. Su mujer y su abogado acuden a la ciudad y son informados de que podria tratarse de un homicidio. A partir de ese inicio se desarrollan varias tramas que, como en una matrioshka, se contienen cada una dentro de otra. La busqueda del difunto profesor sobre la verdadera historia del efimero rey de Andorra, el supuesto aristocrata ruso que en 1934 se proclamo soberano de ese pais pirenaico; la indagacion que realiza el abogado y amigo del fallecido para conocer como sus averiguaciones sobre el rey de Andorra y los inesperados hechos que fue descubriendo, contenidos en un ordenador portatil desaparecido, le pudieron acarrear la muerte; y la investigacion oficial, que hace recaer las sospechas de asesinato sobre las personas del entorno inmediato de la victima.

  • Angel suicida de Charlotte Backman

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    Y una mierda. Si creian que no formaria parte de la investigacion, significaba que me conocian muy poco. El shock inicial se convirtio en tristeza y ahora, un dia despues de haber encontrado el cadaver de mi hermanastra tirado en el campo de futbol de debajo del Puente de Manhattan, solo siento ira. Esta ira sera la que me ayude a resolver que sucedio la pasada noche alrededor de las nueve y media, que fue, segun ha revelado la autopsia, la hora en la que Alice, con tan solo veinticuatro anos, perdio la vida. Segun mis superiores esta ira puede nublar mi mente y conseguir que no me centre; yo he logrado convencerles que no sera asi. Que nadie mejor que yo para atrapar al mal nacido que ha lanzado a mi hermanastra de un puente acabando con su vida. --Hacia cinco anos que no la veia --confese--. Somos hermanas por parte de padre, nos llevamos trece anos y nuestra relacion siempre ha sido nula. Para mi, aunque tengamos la misma sangre, es practicamente una desconocida. Dios sabe que me estaba muriendo por dentro; que solo podia recordar a Alice cuando era un bebe indefenso y yo una nina de trece anos a la que se le caia la baba y la besuqueaba todo el tiempo. A pesar de todo, logre sacar fuerzas. A pesar del sueno, a pesar del cansancio, a pesar de no poder entender nada ni el porque de todo esto. Mi serenidad logro convencerles. Todos estan de mi parte; no quiero su compasion, trato de no derramar lagrimas en publico y de disimular mi tristeza mostrandome mas seria y concentrada de lo normal. Aun no he pasado por casa, Jerry me ha aconsejado que deberia descansar y que Matt ha preguntado unas ciento tres veces por mi. Lo mas duro de todo esto ha sido llamar a mi padre. Se ha quedado mudo, se que durante unos segundos ni siquiera ha podido respirar. Una parte de mi tiene ganas de abrazarlo. La otra, prefiere esconderse. Me aterra tenerlo delante y tener que mirarle a los ojos en el momento en el que tenga que ver a su nina pequena sobre una camilla de metal. Blanca, pura y preciosa; con su melena rubia bien peinadita y sin su risa caracteristica o su mirada traviesa. Alice era una buena chica. No merecia este final. Nadie merece un final asi y quien haya creido que si, lo va a pagar muy caro. El examen toxicologico no ha dado muestras de alcohol u otro tipo de sustancia en su sangre. ?Accidente? Descartado. ?Suicidio? Me niego. ?De quien era si no el trozo de tela? Alguien la tiro del puente. La sangre del vagabundo era la de mi hermana y el trozo de tela perteneciente a una camisa a cuadros roja y negra, una prueba concluyente en la investigacion. Mi hermana debio arrancarsela al asesino antes de caer. Hoffman, el vagabundo, recibio una buena reprimenda por haber entrado en el campo de futbol donde cayo mi hermana, haberse llevado una prueba y haber tocado la sangre. Por lo demas, no se han encontrado mas huellas que las de Hoffman; mechones de cabello o restos de piel debajo de las unas de la victima, por ejemplo. Alice no se defendio. O no le dio tiempo a defenderse. Mi padre llega al anatomico forense donde esta el cuerpo de Alice a las tres de la tarde. Abatido y ausente, nada mas llegar me da un frio abrazo. No lo siento aqui. No conmigo. Esta en otro lugar que no logro alcanzar. --?Que le han hecho a mi nina, Gaby? ?Que le han hecho? Estoy segura que en estos momentos se alegra de que la madre de Alice falleciera hace tres anos a causa de un cancer. Las madres nunca superan las perdidas de sus hijos y menos en circunstancias tan extranas e inexplicables. Los padres tampoco, pero sobreviven en la mayoria de casos. Mi padre sobrevivira. Se niega a ver el cuerpo de Alice. Es algo extrano, pero cada uno reacciona a su manera. --No quiero verlo. No puedo, Gaby. No puedo. Se echa las manos a la cara; se derrumba delante de mis narices y pienso que de un momento a otro se va a desmayar. No lo hace, es duro como el acero. Yo, sin embargo, estoy alimentandome a base de cafes americanos y creo que la tension, que esta por las nubes, me va a pasar factura. --Papa, se que es muy duro. Pero tienes que recordar algo. ?Alice tenia algun enemigo? ?Sospechas de alguna persona? --Hacia tres meses que no la veia, Gaby --reconoce, con las mejillas inundadas en lagrimas--. No queria saber nada de mi. Su respuesta me paraliza; no se hacia donde llevar la conversacion. ?Tres meses sin verla? ?Tres meses en los que Alice no queria saber nada de papa? ?Por que? ?Que habia pasado? ?Que me habia perdido? CAPITULO 3 15 de septiembre, 2014 Alice Papa me llama cientos de veces a lo largo del dia. Pero no puedo dejar que me vea asi. No puedo. Es la tercera vez que me pega. Me he quedado en un rincon del apartamento aguantando sus punetazos, sus tirones de cabello y las dolorosas patadas en las costillas. Apenas me puedo mover. ?En que me he convertido? <> Lloro. Lloro hasta que me quedo sin lagrimas y entonces, cuando menos lo espero, me quedo dormida. Estoy dentro de un profundo sueno del que no quiero despertar, porque, al abrir los ojos, la realidad me golpea aun mas fuerte que el. Es un Monstruo. No tiene piedad. Bebe sin control y se que los porros y la coca lo estan dejando sin neuronas. Deberia ir a la comisaria mas cercana y denunciarlo. O llamar a Gaby. Gaby siempre saber solucionarlo todo. No es precisamente la hermanastra de los suenos de cualquier joven de veinticuatro anos, pero cuando la llamo esta. No quiero molestarla, tiene un hijo pequeno, su propia familia y un trabajo que la absorbe practicamente las veinticuatro horas del dia; pero hoy, mas que nunca, necesito hablar con ella. Contarle la verdad. Decirle que soy lo peor a la hora de tomar buenas decisiones. Que no soy como ella y que me arrepiento de no haber escuchado a mis amigas, cuando aun estaba a tiempo de dejarlo. Me levanto. Apoyo la mano en la pared y por poco me llevo la cortina por delante. Camino a rastras, me doy cuenta que me sale sangre de la cabeza al ver como gotea por el suelo de parque. <>, pienso. Voy hasta mi dormitorio. Me agacho con mucho esfuerzo y cojo una cajita de laton; en su interior hay un diario que tengo abandonado desde hace tiempo. Tengo

  • Elena sabe de Claudia Pineiro

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    Se trata de levantar el pie derecho, apenas unos centimetros del suelo, moverlo en el aire hacia adelante, tanto como para que sobrepase al pie izquierdo, y a esa distancia, la que sea, mucha o poca, hacerlo bajar. Apenas de eso se trata, piensa Elena. Pero ella piensa, y aunque su cerebro ordena movimiento, el pie derecho no se mueve. No se eleva. No avanza en el aire. No vuelve a bajar. No se mueve, no se eleva, no avanza en el aire, no vuelve a bajar. Eso apenas. Pero no lo hace. Entonces Elena se sienta y espera. En la cocina de su casa. Tiene que tomar el tren que sale para la Capital a las diez de la manana; el siguiente, el de las once, ya no le sirve porque la pastilla la tomo a las nueve, entonces piensa, y sabe, que tiene que tomar el de las diez, poco despues de que la medicacion logre que su cuerpo cumpla con la orden de su cerebro. Pronto. El de las once no, porque entonces el efecto de la medicacion habra declinado hasta desaparecer y ella estara igual que ahora, pero sin esperanza de que la levodopa actue. Levodopa se llama eso que tiene que circular por su cuerpo una vez disuelta la pastilla; conoce el nombre desde hace un tiempo. Levodopa. Asi le dijeron, y ella misma lo anoto en un papel porque sabia que no iba a entender la letra del medico. Que la levodopa circule por su cuerpo, sabe. Eso es lo que espera, sentada, en la cocina de su casa. Esperar es todo lo que puede hacer por el momento. Cuenta calles en el aire. Recita nombres de calles de memoria. De atras para adelante y de adelante para atras. Lupo, Moreno, 25 de Mayo, Mitre, Roca. Roca, Mitre, 25 de Mayo, Moreno, Lupo. Levodopa. Solo la separan cinco cuadras de la estacion, no es tanto, piensa, y recita, y sigue esperando. Cinco. Calles que todavia no puede andar con sus pasos esforzados aunque si repetir sus nombres en silencio. Hoy no quiere encontrarse con nadie. Nadie que le pregunte por su salud ni que le de el pesame tardio por la muerte de su hija. Cada dia se le aparece alguna persona que no pudo velarla o no pudo estar en el entierro. O no se atrevio. O no quiso. Cuando alguien muere como murio Rita, todos se sienten invitados a su funeral. Por eso las diez no es una buena hora, piensa, porque para llegar a la estacion tiene que pasar por delante del banco y hoy se pagan las jubilaciones, entonces es muy probable que se cruce con algun vecino. Con varios vecinos. Aunque el banco abra recien a las diez, cuando su tren este entrando en la estacion y ella con el boleto en la mano se acerque al borde del anden para tomarlo, antes de eso, Elena sabe, ya va a encontrar jubilados haciendo la cola como si tuvieran miedo de que la plata alcanzara solo para pagarle a los que primero llegan. Solo podria evitar el frente del banco dando una vuelta manzana que su Parkinson no le perdonaria. Ese es el nombre. Elena sabe desde hace un tiempo que ya no es ella la que manda sobre algunas partes de su cuerpo, los pies por ejemplo. Manda el. O ella, y se pregunta si al Parkinson habria que tratarlo de el o de ella, porque aunque el nombre propio le suena masculino no deja de ser una enfermedad, y una enfermedad es femenina. Como lo es una desgracia. O una condena. Entonces decide que lo va a llamar Ella, porque cuando la piensa, piensa <>. Y puta es ella, no el. Con perdon de la palabra, dice. Ella. El doctor Benegas se lo explico varias veces pero Elena todavia no termina de entender; si entiende lo que tiene porque lo lleva en el cuerpo, pero no algunas de las palabras que usa el medico. La primera vez estaba Rita presente. Rita, que hoy esta muerta. Les dijo que el Parkinson es una degeneracion de las celulas del sistema nervioso. Y a las dos les cayo mal la palabra. Degeneracion. A ella y a su hija. El doctor Benegas seguramente se dio cuenta, porque enseguida trato de explicarles. Y dijo, una enfermedad del sistema nervioso central que degenera, o hace mutar, o cambia, o modifica de manera tal algunas celulas nerviosas que dejan de producir dopamina. Y Elena se entero entonces de que cuando su cerebro ordena movimiento, la orden solo puede llegar a sus pies si la dopamina la lleva. Como un chasqui, penso aquel dia. Entonces el Parkinson es Ella, y la dopamina el chasqui. Y el cerebro nada, piensa, porque sus pies no lo escuchan. Como un rey derrocado que no se da cuenta de que ya no gobierna. Como el emperador sin traje del cuento que le contaba a Rita cuando era chica. Rey derrocado, emperador sin traje. Y ahora esta Ella, no Elena sino su enfermedad, el chasqui y el rey derrocado. Elena repite sus nombres como antes repitio los de las calles que la separan de la estacion; esos nombres comparten su espera. De atras para adelante y de adelante para atras. Emperador sin traje no le gusta porque si no lleva traje esta desnudo. Prefiere rey derrocado. Espera, repite, combina de a pares: Ella y el chasqui, el chasqui y el rey, el rey y Ella. Prueba otra vez, pero los pies siguen ajenos, ni siquiera desobedientes, sordos. Pies sordos. A Elena le encantaria gritarles, pies muevanse de una vez por todas, hasta carajo les gritaria, muevanse de una vez por todas, carajo, pero sabe que seria en vano, porque sus pies no escucharian tampoco su voz. Por eso no grita, espera. Repite palabras. Calles, reyes, otra vez calles. Incluye palabras nuevas en su rezo: dopamina, levodopa. Intuye que la dopa de dopamina, y la dopa de levodopa, deben ser la misma cosa, pero solo intuye, no tiene certeza, repite, juega, deja que su lengua se trabe, espera, y no le importa, solo le importa que el tiempo pase, que esa pastilla se disuelva, circule por su cuerpo hasta sus pies y estos se enteren, por fin, de que tienen que ponerse en marcha. Esta nerviosa, lo cual no es bueno, porque cuando se pone nerviosa la medicacion tarda mas en actuar. Pero no puede evitarlo. Hoy va a jugarse la ultima carta para tratar de averiguar quien mato a su hija, hablar con la unica persona del mundo a la que cree que puede convencer de que la ayude. A cambio de una deuda lejana en el tiempo, casi olvidada. Va intentar cobrar esa deuda, aunque Rita, si estuviera, no estaria de acuerdo, la vida no es un trueque, mama, hay cosas que se hacen porque si, porque Dios manda. No va a ser facil, pero lo va a intentar. Isabel se llama la mujer a la que busca. No esta segura de si se acordara de ella. Cree que no. De Rita si, le manda una postal cada fin de ano. Tal vez no sepa de su muerte. Si nadie le dijo, si no leyo el unico aviso funebre que pusieron recien dos dias despues del entierro en nombre del colegio parroquial donde trabajaba Rita, el cuerpo directivo y docente, alumnos y padres acompanan a Elena en este momento tan dificil, si ella no la encuentra al fin de ese dia, seguramente este diciembre esa mujer que Elena hoy busca enviara una postal dirigida a un muerto, deseandole feliz Navidad y un prospero Ano Nuevo. De Rita se acuerda, pero de ella, de Elena, Elena piensa, seguramente no. Y si se acordara no la reconoceria, asi doblada, con ese cuerpo viejo que no se corresponde con los anos que tiene. Sera su tarea, le va a explicar quien es y por que esta alli, frente a ella, cuando la enfrente. Le va a contar de Rita. Y de su muerte. Aunque sea le dira lo poco que entiende en medio de todo lo que le contaron. Elena sabe donde encontrar a Isabel, pero no como llegar. Alli donde ella misma la llevo hace veinte anos, siguiendo a Rita. Si la suerte esta de su lado, si Isabel no se mudo, si no murio como murio su hija, alli la encontrara, en una vieja casa en Belgrano, con puerta de madera pesada y herrajes de bronce, justo al lado de unos consultorios medicos. No se acuerda del nombre de la calle, si se acordara al menos de la pregunta que le hizo entonces su hija, ?vos escuchaste alguna vez una calle que se llame Soldado de la Independencia, mama?, entonces sabria. Pronto va a saber, porque si se acuerda de que es a una o dos cuadras de la avenida que corre bordeando Buenos Aires desde Retiro hasta la General Paz, cerca de una plazoleta, y de las vias de un tren. No vieron el tren, pero escucharon su marcha y Rita pregunto, ?que ramal es?, pero Isabel no contesto, porque lloraba. Para saber como volver a viajar, esta segunda vez, casi veinte anos despues, Elena fue a la remiseria de la esquina de su casa, la que pusieron hace unos anos en el local donde antes habia estado la panaderia en la que Elena compro para su familia el pan de cada dia desde que llego al barrio, recien casada, hasta que desaparecio el pan y aparecieron los autos de alquiler. El chofer no sabia, soy nuevo, se disculpo y le pregunto al dueno. Repitio las palabras de Elena, dijo, la avenida que bordea Buenos Aires, de Retiro a la General Paz, cerca de una via, y el dueno le contesto, Libertador, y Elena que si, que se llamaba Libertador, ahora que se lo dice se acuerda, y que tenia que ir hasta Belgrano, hasta una plazoleta. Olleros, dijo otro chofer que acababa de llegar de un viaje, eso ya no estoy segura, dijo Elena, Olleros, repitio el hombre con seguridad, pero ella no se acordaba del nombre de la calle, si de la puerta de madera, y de los herrajes de bronce, de Isabel, y de su marido, poco de su marido. ?La llevamos?, le preguntaron y Elena dijo que no, que era mucho viaje, mucho gasto, que iba a ir en tren y en todo caso, si ya no podia consigo misma y su cuerpo no se animaba al subte, tomaria un taxi en Constitucion, le hacemos precio, propuso el dueno, no, gracias, contesto ella, le podemos fiar, insistio, en tren, dijo Elena, no me gustan las deudas, y no dio lugar a otra insistencia, subte cerca no la deja ninguno, senora, el de Carranza, pero de ahi tiene como diez cuadras, le dijeron, si toma taxi tenga cuidado de que no la paseen, digale al taxista que vaya derecho por 9 de Julio hasta Libertador y de ahi otra vez todo derecho hasta Olleros, bueno, no, corrigio el chofer que sabia, porque Libertador se convierte en Figueroa Alcorta, antes de llegar al Planetario se va a tener que fijar que doble a la izquierda, hasta el Monumento a los Espanoles, y que retorne Libertador, o en el Hipodromo de Palermo, aclaro el dueno, pero no deje que la paseen, ?en serio no quiere que la llevemos? Elena se fue sin responder, porque la misma pregunta ya la habia contestado antes y demasiado esfuerzo era para ella todo como para contestar dos veces lo mismo. Constitucion, 9 de Julio, Libertador, Figueroa Alcorta, Planetario, Monumento a los Espanoles, Libertador, Olleros, una puerta de madera, herrajes de bronce, una puerta, Olleros, Libertador, 9 de Julio, Constitucion. De atras para adelante, de adelante para atras. No recuerda en que lugar del rezo tiene que meter el Hipodromo. Espera, piensa, cuenta otra vez las calles. Las cinco que la separan de la estacion y las otras, las que no conoce, o no se acuerda, aquellas hacia donde va para cobrar una deuda en la que cree a fuerza de necesidad. Rey sin corona. Ella. Desde su posicion, sentada, trata de levantar el pie derecho en el aire, y el pie ahora se da por enterado y se eleva. Entonces esta lista, sabe. Apoya la palma de cada una de sus manos sobre sus muslos sentados, junta los dos pies para que sus piernas queden en un angulo de noventa grados a la altura de la rodilla, luego cruza la mano derecha al hombro izquierdo y la mano izquierda al hombro derecho, empieza a balancearse en la silla y, con el impulso, se levanta. Asi la hace levantar el doctor Benegas cuando la revisa, y ella sabe que es mas dificil de esa manera pero lo intenta cada vez que puede, practica, porque quiere estar entrenada para la proxima visita. Quiere impresionar al doctor Benegas, mostrarle que puede, a pesar de las cosas que le dijo la ultima vez que la vio, quince dias antes de que Rita apareciera muerta. Parada frente a la silla que acaba de dejar levanta el pie derecho, lo eleva en el aire, apenas unos centimetros, lo mueve hacia adelante hasta que sobrepasa el pie izquierdo lo suficiente como para que ese movimiento signifique un paso, entonces lo baja, y ahora es el turno del pie izquierdo que debe hacer lo mismo, exactamente lo mismo. Elevarse. Avanzar en el aire. Bajar. Elevarse, avanzar en el aire, bajar. De eso se trata. Apenas de eso. De caminar, para llegar a tomar el tren de las diez

  • La guerra mas larga de la Historia de Lola Venegas

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    La violencia contra la mujer, la intromision violenta del Estado y de los hombres para controlar el cuerpo de las mujeres, esta documentada desde hace casi 4000 anos.

  • Lobos de la Stasi de David Young

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  • En la tercera habitacion (Zillah Roth 1) de Vecca Preetz

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    Capitulo I – Lo menos esperado Las hojas crujian debajo de las ruedas de la bicicleta. La brisa otonal barria el sendero y recordaba que el verano habia quedado atras en San Lorenzo. Una villa turistica al norte de Argentina. El paseo por la Quebrada era obligatorio para los amantes de la naturaleza. Tambien de Zillah Roth. Pedaleaba todos los domingos hasta alli acompanada por Yaco, su ovejero aleman. A Zillah le encantaba contemplar las aguas del rio desde el final del puente. Ver el agua correr entre las piedras, hipnotizaba su melancolia. La frescura que transmitian las gotas salpicando las rocas, captaban su atencion. Cada una de ellas se desprendia de aquella masa de agua incansable sufriendo el desgarro inevitable del olvido. El final de su existencia. No entendia muy bien porque los enamorados se paraban a observar el rio. <>, pensaba mientras retomaba su pedaleo tranquilo. Siempre iba durante la apacible hora de la siesta, cuando todos, en la casa, dormian. A veces la acompanaba su amigo Ivan, pero este ultimo domingo no quiso hacerlo. Era un domingo distinto en San Lorenzo. A pesar del aire fresco, las moscas se acercaban pesadas, como en los dias de mucho calor. De repente, un presentimiento extrano se apodero de sus visceras. Como una soga que conectaba su garganta y la boca del estomago. Percibia cierta tension en el aire. Parecia como si un ser extrano rondara la Quebrada, pero no caminando. Por el aire. Un ser oscuro e impredecible. Volteo su cabeza pretendiendo que alguien la seguia, pero estaba sola por el sendero. Recordo que su hermana le decia que no se dejara manejar por el miedo. El miedo se disfraza de siluetas negras que luego nos persiguen como sombras. Por todas partes. De dia y de noche. Una mosca se poso en su oreja y regreso de su pensamiento para quitarsela con una palmada que le dejo un zumbido agudo dentro de la cabeza. Podia ver que una sensacion asfixiante sobrevolaba a los insectos. De pronto Yaco comenzo a correr con una urgencia inusual, delante de ella. Siempre la seguia a su lado o detras. Raras veces se adelantaba y menos, corriendo. Ella lo siguio tan rapido como sus cortas piernas le permitian pedalear. Pero el camino se hacia cada vez mas empinado. Dejo la bicicleta a un costado de la calle y comenzo a correr detras de Yaco. No queria perderlo, pero el perro no obedecia a su llamado. En el ultimo sendero marcado, se desvio sin voltear, ingresando a la selva tupida y solitaria. La nina seguia corriendo sin dejar de mirar donde su perro iba abriendo camino. Sus piernas sufrian latigazos provocados por los arbustos que pretendian impedir su paso. Como si negaran el ingreso a ese lugar de la Quebrada. Gritaba su nombre para que no fuera demasiado lejos, pero el perro parecia no escuchar. La paz del lugar iba a caer en pedazos en un breve lapso de tiempo. De pronto, Yaco se detuvo. Inmovil mirando a un punto fijo. Como si fuera un perro de caza. La brisa timida tambien se detuvo, suspendida en la atmosfera silenciosa, augurando un mal momento. Parecia que todo el mundo habia dejado de girar en ese instante. Todos, excepto las ruedas de la bicicleta, que, recostada sobre la calle, seguian girando ruidosamente. Las bicicletas no conocen el silencio. Chillan como criaturas caprichosas. Zillah estaba a pocos metros detras del perro. --?Que encontraste, Yaco? --dijo mientras le daba palmadas en la cabeza. Siguio con los ojos la direccion de su mirada inamovible. Y se quedo sin aliento. Un pequeno grito se ahogo detras de su garganta. Los pulmones de Zillah dejaron de inhalar por unos segundos. Su mandibula quedo atascada, como si hubiera ingerido de golpe un par de piedras. El sudor se apodero de sus pequenas manos. Un escalofrio recorrio todo su cuerpo dejandole los pelos crispados. Luego respiro fuerte y entrecortado sin saber que hacer. Inesperadamente el hallazgo habia oscurecido su paseo, por no decir que habia echado sombra a toda su vida. Nadie imagina encontrar a alguien sin vida en medio de un paseo. Menos aun alguien conocido sin vida. Entre dos troncos grandes como horquetas, descansaba un palo atravesado, y en el un hombre colgaba muerto. Atado de pies y manos de espalda al suelo. La cabeza volteaba hacia un costado dejando ver una gran herida en su cuello. La sangre no caia ya, parecia que se habia vaciado y estaba derramada sobre la tierra seca, justo debajo de el. Un hombre que no era cualquier hombre. Era su padre. No grito. Le faltaba el aire. Le faltaba la voz. Dio unos pasos hacia adelante y lo toco con el dedo indice, para cerciorarse que no tenia vida. Yaco empujaba la cabeza con su hocico mientras dejaba salir un sonido extrano. Parecia un lamento. Volteo asustada buscando alguien que pudiera sacarla del espanto. Pero solo las sombras se asomaban en el camino. Estaba aterrada. Respiraba fuerte ahora. Respiraba con panico. Los latidos de su corazon aceleraron de tal modo que el bombeo de sangre la impulso a huir. Corrio hasta donde habia dejado su bicicleta, la levanto y pedaleo con la mayor rapidez que sus pequenas piernas le permitian. Yaco no la seguia. Tampoco volteaba a comprobarlo. <>, pensaba mientras sus piernas giraban cada vez mas rapido. Como en un tunel de tiempo las imagenes vividas con su padre tropezaban unas contra otras en su cabeza. Trece cuadras hasta llegar a su casa. Pero nunca el camino de regreso habia sido tan largo. A pesar de que las calles de regreso eran todas en bajada. El miedo y la culpa se mezclaban. El miedo y la culpa de haber hecho algo equivocado la ultima vez que lo vio con vida. No recordaba nada especifico. Solo tenia un amotinamiento de recuerdos confusos y sudorosos. Tiro la bicicleta de lado y entro corriendo por el jardin, volteando para cerciorarse que nadie la seguia. Su madre, que estaba recostada en una hamaca tejida, leyendo un libro, la escucho llegar agitada. Se sento y la miro acercarse con un estado de angustia inigualable. --!Zillah!, ?que paso? La pequena estaba en estado de shock. Sus ojos claros, paralizados en la mirada de su madre, ni siquiera parpadeaban. Respiraba entrecortado, con la boca cerrada, sin poder emitir ningun sonido con su voz. Comenzo a sacudir las manos, como queriendo deshacerse de algo pegajoso, de algo sucio mientras movia las piernas en un trote nervioso. --?Le ocurrio algo a Yaco? --le decia Emma apretando con sus manos los hombros de la pequena. Zillah movia la cabeza hacia ambos lados, dando pasos hacia atras, pretendiendo alejarse de su madre. --?Por que tienes esa cara? Me estas asustando, por favor, !di algo! En ese momento aparecio su hermana mayor Erika, que estaba dentro de la casa. --?Por que tienen esas caras? ?paso algo? --pregunto mirando a su madre que respondio haciendo un gesto con los hombros y llevando la mirada nuevamente a la pequena-- Zil que paso? ?alguien te hizo algo? La pequena negaba nuevamente. --Esta muy asustada. --mientras decia esto, Emma entraba a la casa. Regreso con un vaso de agua y un cuaderno con una lapicera. --Toma un poco de agua, te va a hacer bien. Intenta escribir lo que paso. Vamos linda, por favor, me estas poniendo nerviosa. La pequena tomo la lapicera con su mano izquierda. Temblaba. Sostenia la mano para poder escribir y que se entendiera lo que intentaba decir. Tras varios intentos, escribio: "papa". --?Que pasa con papa? Regresa esta noche de su viaje. --se adelanto Emma. Zillah movio la cabeza negando las palabras de su madre y siguio escribiendo: "esta... en la Quebrada" Emma fruncio el ceno. Por unos instantes, inmersa en su inseguridad imaginaria, penso que su hija habia visto a su padre con otra mujer. --Seguramente lo confundiste. --le dijo intentando tranquilizar a su hija y tomando el celular para llamarlo. Pero faltaba escribir una palabra que cambiaria todo. "roto. Todo roto". Termino de escribir Zillah. --?Que intentas decir con eso, Zil? !como que papa esta roto! --dijo Erika mientras una sensacion de frio estanco se apoderaba de la boca de su estomago-- ?Puedes hablar y dejar esa estupida lapicera? --grito nerviosa dando un manotazo a la mano de su hermana y haciendo que la tirara al suelo. --!Erika! --grito Emma-- !deja en paz a tu hermana! ?no te das cuenta que esta en shock? Mientras ambas se gritaban, como siempre, la pequena levanto la lapicera y, con sus cortos diez anos, siguio buscando dentro de su mente la palabra adecuada, hasta que por fin la encontro y escribio, al final de la hoja del cuaderno: "Muerto. Papa esta muerto" Un silencio sepulcral envolvio el momento. Las dos se quedaron pasmadas, mirando las ultimas palabras como si una fuerza imantada hubiera atrapado sus ojos sin poder quitarlos de alli. Una respiracion extrana salio de la boca de Emma y una fuerza interna empujo sus manos hacia la mesa, buscando apoyo, abriendo los dedos para sostenerse y tirando el celular al suelo. Erika manoteo la lapicera nuevamente y arrojandola directamente a la cara de su hermana, grito otra vez:--!Que estupideces son esas Zillah! Si estas jugando, no es un juego que nos guste. Zillah negaba aturdida con la cabeza. Tenia los ojos cerrados y sus manos apretando las sienes. Abria la boca como si emitiera un grito desgarrador totalmente silencioso. Era una escena sofocante. Emma dio dos pasos inestables hacia atras y se aferro a uno de los pilares de la galeria. Sus ojos parecian estar huecos, profundos. Una lluvia de sensaciones viscerales cayo sobre Erika que llevo sus manos a la boca tapando el asombro que le provocaba haber leido esa palabra. Su padre no podia estar muerto. No debia estarlo. --No puede ser. Es imposible, papa regresa hoy. --dijo Emma Se agacho y levanto las tres partes en que se habia separado el celular. Coloco la bateria y luego la tapa. Lo encendio y temerosa realizo la llamada. El celular de Blas devolvia la llamada con la voz de la grabadora: "El numero al que llama esta apagado o fuera del area de cobertura" Emma solto el movil sobre la mesa, como si le quemara. Sentia como sus entranas se retorcian dentro del estomago. Las paredes se volvian negras, opresoras. La hermosa tarde de sol se habia transformado en un cuadro gotico donde la actuacion era primordial. Entonces reacciono: --?Donde esta?, quiero verlo, !vamos, llevame con el! ?puedes llevarme al lugar donde lo viste? --pedia Emma acelerando la voz. --!Mama, no puedes ir alli, hay que llamar a la policia! --grito Erika en su logica cordura.--Si, tienes razon, primero hay que llamar a la policia. --perturbada no dejaba de mirar a Zillah y la pequena, a su vez, no quitaba la mirada de los ojos de su madre. Marco el 911. Luego de tres tonos aparecio una voz masculina.

  • La venganza de Ramsay de Mia Sheridan

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    Brogan Ramsay ha vuelto a la vida de Lydia De Havilland, y ya no es aquel muchacho sensible y tranquilo que ella recuerda; se ha convertido en un hombre poderoso., un hombre que busca venganza: Brogan no olvida que Lydia es la chica que lo engano de la forma mas cruel, dejando su corazon destrozado y a su familia en la calle., pero tampoco olvida que es la unica mujer capaz de quitarle el aliento, la unica que sigue firmemente afincada en su alma. La unica a la que puede amar. Lydia De Havilland ya no es la princesita que por un capricho adolescente sedujo a Brogan Ramsay cuando este era uno de los peones del rancho de los De Havilland., aunque ella nunca olvido el escalofrio que experimentaba cuando el estaba cerca. Ahora Lydia tiene que enfrentarse al reencuentro con Ramsay y no se imagina que podra sentir en su presencia. La venganza de Ramsay es una historia de traicion e ira que nos habla de lo delgado que es el velo que separa el odio del amor, de la fuerza que puede llegar a tener el arrepentimiento y de lo poderoso que es el perdon. Porque cuando intentamos infligir dolor a los demas, invariablemente, es nuestro corazon el que sale mas herido.

  • 20 Dias de Carlos Merenciano

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    Alex decide dejar el confort de su hogar en Espana y tomar un avion con rumbo a Estados Unidos para vivir durante los proximos 20 dias en Stateville, una pequena ciudad de Pensilvania, ya que ha decidido embarcarse en un intercambio que organiza su instituto. Acompanado de Laura, amiga desde su infancia, deciden que aquel viaje sea la mejor aventura de sus vidas, y lo sera, pero no por el motivo que ellos imaginaban, sino porque el amor se cruza en su camino por primera vez.

  • La Cita de Angel Buendia Esparcia

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    Dos personas, una mesa, dos asesinatos. Esa escena se esta repitiendo en distintas zonas de Madrid y lleva de cabeza a los agentes. Los casos se relacionan con los vividos por Kreine, una reputada detective de la ciudad Condal, que tendra que revivir su pasado para poder entender el presente. Pasado y presente se entrelazan, para mostrarnos una obra nueva y fresca y donde se invita a los lectores a ponerse en la piel de cualquiera de los personajes y establezcan por supuesto su juicio ante sus actuaciones.

  • Santiago Abascal. Espana vertebrada de Fernando Sanchez Drago

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  • Preguntamelo ahora de Ana Forner

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  • La ultima palabra de Juan Elias de Pau Freixas

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  • Lectura facil de Cristina Morales

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    Son cuatro: Nati, Patri, Marga y Angels. Son parientas, tienen diversos grados de lo que la Administracion y la medicina consideran <> y comparten un piso tutelado. Han pasado buena parte de sus vidas en RUDIS y CRUDIS (residencias urbanas y rurales para personas con discapacidad intelectual). Pero ante todo son mujeres con una extraordinaria capacidad para enfrentarse a las condiciones de dominacion que les ha tocado sufrir.

  • Intenta dejarla (La droga + dura 2) de Anny Peterson

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    La vida continua despues de aquel lunes maldito, en el que todo parecio hacerse anicos.
    Primera fase de un adicto: EL MONO: ?es posible desengancharse del amor?
    Naia pronto vera cumplido su mayor sueno dentro de su peor pesadilla.
    Axel no esta listo para hacer por las malas, algo que deseaba hacer por las buenas.
    Leo se ha ido. Sin embargo su cuerpo sigue viviendo su vida automaticamente.
    Zoe esta a punto de descubrir que a veces, no queda otra opcion que ser valiente.
    Cesar ha desaparecido, esta concentrado en su nueva meta y no contesta a las llamadas.
    Jorge espera un clavo ardiendo al que sujetarse para no caer de nuevo al vacio.

  • Sucedio en La Toscana de Lorena Franco

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    Descubre que Sucedio en La Toscana: Una historia unica y especial que hara las delicias de las lectoras mas romanticas.

  • Volver a empezar de Claudia Velasco

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    Liam Galway necesita un cambio, necesita parar y volver a empezar tras anos de trabajo, exitos, premios y reconocimientos. Necesita dejar de ser Liam Galway, la rutilante estrella de Hollywood, para volver a ser Liam McDonagh, el anonimo ciudadano de a pie al que nadie reconoce, al que nadie persigue, al que nadie observa.
    Su vida profesional lo tiene agotado y la reaparicion de un fantasma terrorifico del pasado, Emma Capshaw, su acosadora, lo hacen replantearse su vida, deja California y se pierde en Ithaca, al norte del Estado de Nueva York, en un idilico paraje alejado del mundo y del ruido mediatico, donde al fin encuentra la paz, el equilibro y una nueva oportunidad para ser feliz.

  • No todos los principes han sido ranas de Sweet Melibea

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    Ay, mi madre! --Me lleve las manitas a la boca, asombrada ante la belleza de aquel vestido que me iba a prestar mi amiga Cayetana. Cayetana tenia un vestidor de envidia y yo, lo cierto es que, en los ultimos anos habia tenido que renunciar a ciertos caprichos, pues Carmen, mi pequena hijita de tres anos, se habia convertido en mi prioridad en todos los sentidos. --?Te gusta? --me pregunto Cayetana, sonriendo. --?Que si me gusta? --pregunte yo, emocionada--. !Es una preciosidad! La verdad es que lo era. Era un vestido precioso de seda color marfil con ribetes dorados y sisa.--Quedara perfecto con una americana --me aconsejo Cayetana. Asenti, haciendo mover asi mi larga coleta de caballo de color rubio. --De eso si que tengo --dije poniendo morritos, despues cogi el vestido de las manos de Cayetana, el cual estaba metido en una funda de plastico y lo admire de nuevo. --Es un Dior, querida, cuidalo. --Is in Diiir, quirida, ciidili --se burlo Alejandra de Cayetana para despues guinarme un ojo. Ahi estabamos de nuevo las tres, como las tres mosqueteras, solo que, sin espada, pero siempre dispuestas a ayudarnos las unas a las otras. Le saque la lengua a Cayetana. --Te lo cuidare genial --le asegure convencida. Aquel dia era especial, pues Carmencita empezaba su primer dia de colegio, al igual que yo, ya que habia encontrado una plaza en la bolsa de trabajo en la que me habia apuntado y, ademas, tenia una cita. Hale, hale, alegria, todo junto. Lo ultimo es lo que mas preocupada me tenia, pues Carmencita era una nina muy extrovertida y estaba segura de que su adaptacion al colegio no seria un gran problema para ella, y en cuanto a mi nuevo trabajo, estaba encantada, pues ademas era en el mismo centro educativo al que iria Carmen y estaria cerca de ella, a pesar de que no pudiera verla. En efecto, me dedicaba a la docencia y habia tenido la suerte de poder dedicarme a ello nada mas terminar la carrera, algunos anos atras. Estudie un doble grado de magisterio infantil y primaria y, si bien habia trabajado ya con los ninos y ninas mas mayores, en primaria, aquel ano me habia tocado infantil. Pero mi gran drama era que, en aquel momento, en el que tenia casi veintisiete anos, para mi desgracia, todavia no habia encontrado a ese hombre que seria para mi un principe azul, porque, por supuesto, yo si creia en aquellos seres de cuya existencia han dudado la mayoria de las mujeres, asi que lo que mas angustiada me tenia era eso: la busqueda. No queria darme por vencida, pues Dani, el padre de Carmen y mi primer novio formal, perdio el azul de su capa de principe, asi que ansiaba encontrar un nuevo amor que tuviese aquellas caracteristicas. Mi relacion con Dani se habia convertido en algo un tanto toxico, pues tantos intentos nunca son buenos, por lo que hacia tiempo que habia decidido cortar de raiz cualquier lazo amoroso y tener una relacion meramente cordial por Carmen, la unica union que teniamos. Si habia tardado tanto tiempo en hacer aquello habia sido porque Dani era demasiado. Chupa de cuero, pelito de punta, algun que otro tatuaje escondido, chico de gym... tu ya me entiendes. Ademas, a todos esos atributos se sumaba el tiempo que habiamos estado como pareja y todos los momentos que habiamos pasado juntos. Pero, pese a todo eso, no dejabamos de ser incompatibles y eso yo lo sabia de sobra. Por supuesto, mis amigas Alejandra y Cayetana, habian decidido tomar partido en aquel asunto y, con fin de aportar su granito de arena, presentarme un par de chicos para que tuviera algunas citas. Nunca se sabia donde se podia encontrar el amor verdadero. --Seguro que impresionas a Miguel --dijo Cayetana. Asenti con la cabeza, aunque no las tenia todas conmigo, pues los nervios solian jugarme a menudo malas pasadas. Miguel era una de aquellas citas, amigo de Cayetana, y con el que quedaria para cenar aquella noche. --Y el a ti --anadio Alejandra sonriendo. --!Ya me diras! Alto, guapo, rubio como tu, nena. Y piloto. --Cayetana me guino un ojo. --Me estais poniendo nerviosa --admiti borrando toda sonrisa de mi cara--, y cuando me pongo nerviosa me hago cacota, asi que, por favor, os pido que... --Uy, cacota, dice --se carcajeo Alejandra interrumpiendome--. Carino, tranquila, todo va a salir bien. Eso no sucedera hasta esta noche, primero tienes que llevar a Carmen a su primer dia de escuela. Trague saliva, un apice mas tranquila, Alejandra tenia razon, aunque... --Un momento, ?me estas diciendo que esta noche si me cagare encima? --pregunte con la ceja arqueada. Alejandra solto una risotada. --!No! --exclamo--. Solo era una forma de hablar. Tengo que irme, mi turno en el hospital comienza en nada. Alejandra beso nuestras mejillas y se marcho de mi casa. Habiamos quedado pronto, justo antes de que me marcharse al colegio con Carmen, porque durante el dia, entre unas cosas y otras, nos seria imposible vernos. --Yo tambien me voy --dijo Cayetana. --?Tienes algo que hacer? --le pregunte interesada al tiempo que cogia el babi del colegio de Carmen y lo metia en su mochila de Peppa Pig, la cerdita rosa de dibujo animado que traia loca a mi hija. --Lo cierto es que no --contesto Cayetana mirandose una una--, asi que supongo que ire un rato al spa. Arrugue el ceno. Cayetana era asi, tenia dinero y solamente se dedicaba a actuar en recitales de piano. Menos mal que desde que Alejandra recupero su buena suerte, una vez la hubo perdido por haber interrumpido un ritual, nosotras tambien sufrimos el rebote de la buena fortuna y la habiamos recuperado tambien, y Cayetana habia logrado de nuevo subirse a un escenario y yo que me hija comiese como antes, ya que me escupia el pure en la cara y, por supuesto, volver a tener citas. Me encogi de hombros y Cayetana se levanto del sofa para marcharse, haciendo resonar por las baldosas del suelo sus caros zapatos de tacon. --Llamame cuando Miguel te haya traido a casa. --De acuerdo. --Un besito, cielo. --Cayetana se despidio con la mano antes de salir del apartamento y despues cerro la puerta. Fue en ese momento, cuando me quede sola, con Carmen un tanto adormecida en el sofa como unica compania, que tuve que respirar para controlar los nervios. <>, pense. --Carmen, bonita, ?al cole? --pregunte a mi nina con una sonrisa, conteniendo aquellas tontas ganas de gritar que habian aparecido de pronto. La pequena me miro a los ojos y asintio sin rechistar. --Perfecto. Vamos a ello. Y asi, comenzo mi dia, como tambien el resto de mi vida, aunque yo todavia no era consciente. Capitulo 2 Como habia esperado, la puerta del colegio estaba abarrotada de mamas y papas emocionados por el primer dia de colegio de sus retonos, sobretodo en el area de infantil. Los futuros companeros de clase de Carmen lloraban desganitados, tornandose asi rojas como los tomates sus caras; otros soltaban algun que otro gemido lastimero al tiempo que los moquillos salian de su nariz. Y luego estaba Carmen, que parecia totalmente impasible a lo que sucedia a su alrededor. --Mira todos tus amigos, Carmen --le dije agachandome para ponerme a su altura. Ella miro a su alrededor y despues mordio una de sus unitas, algo que habia heredado de mi. --Estan llorando, mama --dijo con la boquita pequena. --Si, tienen un poco de miedo, pero no va a pasar nada --le dije sonriendo, no fuera a ser que se pusiera a llorar ella tambien, con lo que bien que iba todo--. Tu no lloras, eres muy valiente. Ella me miro y me sonrio ladeando un tanto la cabeza, haciendo que sus dos coletitas se movieran. --?Me tengo que ir con la profesora? --Claro, aunque esta profesora es de ninos y ninas mayores, como tu. --Es verdad. --Vas a jugar un monton --le recorde acariciandole la pequena espalda con la palma de mi mano. Ella sonrio y asintio con la cabeza. En ese momento, la atencion de las madres se desvio hacia una persona que venia hacia el lugar en el que nos habiamos concentrado; suponia que seria la profesora, que venia a por sus pequenos alumnos, por lo que no preste demasiada atencion. Suerte que, al principio, durante algunas semanas, entraban de forma escalonada para que la adaptacion fuera menos dura. --?Es mi profe, mami? --pregunto Carmen, estirandome de la camiseta. Arquee mis cejitas. --Pues... Entonces, de entre todas las miradas que tenia a su alrededor, se centro en la mia, como si la estuviera buscando, como si realmente esperara encontrarme ahi. --?Nerea? Parpadee un par de veces, un poco aturdida. !Menuda casualidad! --Si --atine a decir, nerviosa. ?Por que? Pues no se, si no pasaba absolutamente nada, pero yo era asi, asi que vete acostumbrando a mis meteduras de pata por ponerme taquicardica. --Nerea Robles, si --dijo el chico, abriendose paso entre las mamas y papas, que comenzaban a mirarme con mucho interes. Sonrei. --Nacho, ?que haces aqui? --pregunte.

  • La hija de su jefe de Mia Ford

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    Ella se estrello contra mi vida… como fuegos artificiales.

  • Prometo liberarte de Diana V

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    Andy no es como todos los chicos del instituto, y Anna lo sabe. Apodado El Monstruo, luego de golpear hasta dejar inconsciente a uno de sus companeros por una broma que nadie logro oir, es conocido por todos por mantenerse siempre en silencio, en el fondo del salon, lejos de la mirada de los maestros. Anna intuye que puede estar en malos pasos, pero tambien cree que tras su oscura vestimenta y sus ojos perdidos puede existir algo mas. Pero Anna no tiene idea de lo que tras la puerta de la casa de Andy sucede

  • Mentiras Inocentes de Mayka L. Carrion

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    ?Y si uno de tus vecinos o amigos fuera un asesino?

  • Junio 18 de Alison Oropeza

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    Jaz y Olivia se conocieron durante la fiesta por los dulces 16 de Romina Bianchini. Las copas de mas y el calor de la pista de baile las llevaron a vivir el gran y tormentoso primer amor de la adolescencia.

  • Casi compatibles de Anna Garcia

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    Elliott y Rachel no son compatibles porque tienen un pasado muy diferente.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque viven en barrios totalmente distintos.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque tienen trabajos muy dispares.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque sus amigos no tienen nada en comun.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque sus hobbies no tienen nada que ver.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque tienen diferentes prioridades en la vida.
    Elliott y Rachel si son compatibles porque los entrometidos de sus amigos asi lo deciden y porque, a veces, un 49% de compatibilidad es suficiente para darse cuenta de lo perfectos que son el uno para el otro.
    Son. Casi compatibles.

  • Seducciones Encubiertas de Isabel Guirado

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    Emma es asignada a una mansion de gente de investidura para trabajar como servidumbre pero al principio no se lleva bien con los duenos de tan flamante casa quienes fungen como sus amos.

  • Tranquilas. Historias para ir solas por la noche de Varios Autores

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  • Mirate con mis ojos de Rosario Rodilana

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    Siendo la hija pequena en una familia de cuatro hermanas, crecio como el patito feo del cuento y, lejos de protegerla, ellas se ocuparon de recodarselo cada dia de su vida. Pronto acato su lugar en el mundo y desarrollo una gran capacidad para expresar la vida a traves de su objetivo.
    Con sus veintidos anos, Alba es una de las mejores fotografas del panorama, muchos conocen su trabajo, pero no a ella, ya que apenas existen fotos suyas, sabe que su lugar esta detras de la camara.
    ?Que ocurrira si por una amistad comun se cruza con un hombre que la ve con otros ojos?
    Jorge, un empresario y modelo, vive por y para el negocio, rodeado de mujeres bellas que no le llenan el pecho, ?que pasara cuando conozca a una mujer que no encaja en las medidas de su mundo, pero si en las de su corazon?

  • El honor de la familia de Hannah Howe

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    Cuando el mayor mafioso del pais te hace una oferta que no puedes rechazar, ?que deberias hacer? En mi caso, decidi aceptar la oferta que me hizo el Sr. Vincent Vanzetti. Vanzetti me contrato para encontrar a su hija desaparecida, Vittoria, enfrentandome a la amenaza de represalias si fracasaba en mi tarea. Mientras buscaba a Vittoria, tuve que tratar con otros miembros del clan Vanzetti: Sherri, la segunda mujer de Vanzetti, de la misma edad que Vittoria, Sherri era una <>, una estrella del porno cuya ambicion era aparecer en un reality de television; Catrin, la exmujer de Vanzetti, dura como el granito, el poder detras de su imperio criminal; y V. J. Parks, el novio de Vittoria, boxeador, un joven en plenitud entrenandose para intentar conseguir un titulo mundial.

  • Fue en un Cafe de Izzy Garza

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    Fue en un Cafe, relata el dia a dia de los estudiantes de uno de los mejores colegios de Mexico, especialmente el de dos grupos de alumnos; los jugadores del equipo de futbol y las porristas. Esta es una historia que refleja el esfuerzo, dedicacion, sacrificio y amor que estos deportistas le impregnan a su semestre escolar para alcanzar sus suenos. En el desarrollo del primer trimestre del ano entre algunos de estos chicos y chicas surge la admiracion, el carino, e incluso el amor, precisamente dentro de un hermoso y acogedor cafe ubicado a las afueras del colegio.

  • El demonio escondido de Jose Antonio Jimenez-barbero

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    El aparente suicidio de un adolescente problematico. Una presencia malvada, hambrienta, acechando entre los centenarios muros de un estricto colegio religioso. Una conspiracion de silencio. Y el miedo, siempre el miedo, que se palpa, que se huele.

  • Traslado Forzoso (En Compania de Vampiros 1) – A.R. Morena de A.r. Morena

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    Carlos es un importante hombre de negocios de Nueva York y, ademas, un vampiro.

  • Bajo un cielo escarlata de Mark T. Sullivan

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  • El circulo perfecto (El reino del aguila 1), Moruena Estringana de Moruena Estringana

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  • Glossy Look de Rosario Vila

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    Despues de una cena de empresa algo desmadrada, la despistada y romantica Lola se despierta con una resaca monumental y unas pintas horribles en la cama de un completo extrano. Avergonzada por los embarazosos detalles que el desconocido le revela sobre la noche anterior, huye de su casa sin resolver el misterio que envuelve este confuso encuentro amoroso. Pero no tardara en descubrir que se trata del hombre al que quiere cazar Miss Ladilla Trepadora, la temible y odiosa directora de recursos humanos de la empresa en la que trabaja: Glossy Look.

  • Tres besos de Katherine Pancol

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    Si te gustaron Los ojos amarillos de los cocodrilos, El vals lento de las tortugas, Las ardillas de Central Park estan tristes los lunes o Muchachas, no te puedes perder Tres besos.

  • Las notas del diablo de Ramon Iglesias Rodriguez

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    Un tritono o intervalo musical disonante y siniestro, tambien llamado “las notas del diablo”, es el origen sobre el que gira esta novela negra, en la que se da oidos a la condicion satanica de la misma, teoria muy extendida en la Edad Media, epoca en la que la Iglesia prohibio que se tocara. El monje benedictino Guido d’Arezzo (991-1050 d. C), introdujo un nuevo solfeo y es considerado el padre de la musica occidental. Sin embargo, este tritono es parte fundamental hoy en dia de la musica heavy, creando esa especial tension. Julia Arnal y David Coch son dos jovenes expertos que trabajan y colaboran en el Departamento de Investigacion y Criminologia de la Jefatura Superior de los Mozos de Escuadra y nunca han oido hablar de la “nota del diablo”. Victor Ballester es el cantante y guitarrista del grupo de musica heavy “The Metals” y comparte con su grupo la pasion por la musica heavy. Una serie de violaciones y asesinatos, que suceden misteriosamente tras cada concierto de esta musica, mantendra en jaque a todos los cuerpos de seguridad, y obligara a Julia y David a una exhaustiva busqueda de pistas y averiguaciones, para detener al autor de tanta barbarie. La estrecha relacion que estan obligados a mantener por su trabajo, se convertira poco a poco en algo diferente. La escalada de violencia es cada vez mas atrevida y Victor comparte el estupor y la repugnancia que le producen estos actos, como a todo ciudadano normal, sin sospechar el giro de los acontecimientos.

  • Oro sucio de Karin Slaughter

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    Preparate para un trepidante relato corto, de unas ochenta paginas, de la mano de dos de los mas aclamados escritores de thriller.

  • No me busques mas de Mabel Diaz

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    Elena esta loca. Loca de amor por Santi.
    Pero el no se considera digno de ella y por eso frena todos sus avances.
    Santi cree que Elena deberia buscar a un hombre que pueda darle lo que ella necesita para ser feliz.
    Elena no esta de acuerdo, asi que como dicen que en el amor y en la guerra todo vale, ella jugara todas sus cartas para conseguirle.
    Santi es un angel y Elena es el demonio que se ha propuesto seducirle.
    ?El fin justifica siempre los medios?
    Tendras que leer esta historia para saberlo.

  • Legendary (Caraval 2) de Stephanie Garber

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    Mientras que algunas habitaciones de la finca tenian monstruos escondidos debajo de las camas, Tella juraba que la suite de su madre ocultaba gran encanto. Toques de luz esmeralda espolvorearon el aire como si las hadas vinieran a jugar cada vez que su madre se fuera. La habitacion olia a flores arrancadas de jardines secretos, e incluso cuando no habia brisa, las cortinas transparentes ondeaban alrededor de la magnifica cama con dosel. Arriba, un candelabro de citrino saludo a Tella con los sonidos musicales de los besos de cristal, lo que le hizo facil imaginar que la suite era un portal embrujado a otro mundo. Los pequenos pies de Tella no emitieron ningun sonido mientras pasaba de puntillas por las gruesas alfombras de marfil hacia el tocador de su madre. Rapidamente, miro por encima del hombro y luego agarro el joyero de su madre. Elegante y pesada en las manos de Tella, la caja estaba hecha de nacar y cubierta de filigrana de oro con tela de arana; A Tella le gustaba fingir que tambien estaba encantada, porque incluso cuando sus dedos estaban sucios, afortunadamente nunca dejaban huellas. A la madre de Tella no le importaba si sus hijas jugaban con sus vestidos o si se probaban sus elegantes zapatillas, pero les habia pedido que no tocaran esta caja, lo que solo lo hacia mas irresistible para Tella. Scarlett podia pasar sus tardes sonando despierta con espectaculos itinerantes como Caraval, pero a Tella le gustaba tener aventuras reales. Hoy fingio que una reina malvada sostenia cautivo a un joven principe elfo, y para salvarlo, necesitaba robar el anillo de opalo de su madre, la joya favorita de Tella. La piedra lechosa era cruda y aspera, con forma de estrella, con puntas afiladas que a veces le pinchaban los dedos. Pero cuando Tella levanto el opalo hacia la luz, la piedra chispeo, cubriendo la habitacion con ascuas de cerezas luminiscentes, oro y lavanda que insinuaban maldiciones magicas y polvo de duende rebelde. Lamentablemente, la banda de laton era demasiado grande para el dedo de Tella, aunque cada vez que abria la caja, todavia se la ponia en caso de que hubiera crecido. Pero este dia, justo cuando Tella se deslizo en el ring, noto algo mas. El candelabro sobre ella se inmovilizo como si tambien hubiera sido sorprendido. Tella se sabia de memoria todos los articulos de la caja de joyeria de su madre: una cinta de terciopelo cuidadosamente doblada con bordes de oro, aretes de color rojo sangre, una botella de plata empanada que, segun su madre, contenia lagrimas de angel, un relicario de marfil que no se abria, una pulsera de chorro que Parecia que pertenecia al brazo de una bruja en lugar de a la elegante muneca de su madre. El unico articulo que Tella nunca toco fue la bolsita de color gris sucio, que olia a hojas mohosas y a dulce muerte de charnela. Mantiene a los duendes alejados, su madre una vez bromeo. Tambien mantuvo alejado a Tella. Pero hoy, el pequeno bolso feo parpadeo, atrayendo a Tella hacia el. En un momento parecia un monton de podredumbre y olia a descomposicion. Un parpadeo despues, en su lugar, descansaba un reluciente mazo de cartas, atado con una delicada cinta de raso. Luego, en un instante, volvio a la desagradable bolsa antes de que se transfigurara nuevamente en las tarjetas. Abandonando su mision de juego, Tella rapidamente agarro el cordon sedoso y levanto la cubierta de la caja. Al instante dejaron de moverse. Las tarjetas eran muy, muy bonitas. Eran de un tono tan oscuro de sombra de noche que eran casi negros, con pequenos toques de motas doradas que brillaban a la luz y hebras remolinos de un profundo relieve rojo violeta que hacia que Tella pensara en flores humedas, sangre de brujas y magia. No se parecian en nada a las debiles cartas en blanco y negro que los guardias de su padre le habian ensenado a jugar juegos de apuestas. Tella se sento en la alfombra. Sus agiles dedos hormiguearon mientras desataba la cinta y volteaba la primera carta. La joven retratada le recordo a Tella a una princesa cautiva. Su hermoso vestido blanco estaba desgarrado, y sus ojos en forma de lagrima eran tan bonitos como el cristal de mar pulido, pero tan tristes que les dolia mirarlos. Muy probablemente porque su cabeza estaba enjaulada en un globo redondo de perlas. Las palabras "La doncella de la muerte" se escribieron en la parte inferior de la tarjeta. Tella se estremecio. No le gustaba el nombre, y no le gustaban las jaulas, ni siquiera las nacaradas. De repente tuvo la sensacion de que su madre no querria que ella viera estas cartas, pero eso no impidio que Tella volcara otra.

  • El laberinto azul (Inspector Pendergast 14) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    En la decimocuarta entrega de la serie del inspector Pendergast, la siniestra sombra de una venganza ancestral amenaza la vida del agente del FBI.