• lo que hacemos por amor - Margot Early

    https://gigalibros.com/lo-que-hacemos-por-amor.html

    Mary Anne Drew estaba enamorada de un hombre que se iba a casar con otra mujer, asi que, para conquistarlo, decidio comprar una pocion amorosa. No estaba convencida de que los hechizos y las pociones funcionaran, pero tenia que hacer algo. Desafortunadamente, el brebaje se lo bebio otro hombre, Graham Corbett y, a partir de entonces, empezaron a pasar cosas extranas.

  • Lo que hacemos por amor : EARLY,MARGOT - Libros - Amazon

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    Lo que hacemos por amor Tapa blanda ... Mary Anne Drew estaba enamorada de un hombre que se iba a casar con otra mujer, así que, para conquistarlo, decidió ...

  • Lo que hacemos por amor (eLit) Versión Kindle - Amazon

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  • Lo que hacemos por amor - Libro electrónico - Margot Early

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    18 oct 2018 — Mary Anne Drew estaba enamorada de un hombre que se iba a casar con otra mujer, así que, para conquistarlo, decidió comprar una poción ...

  • margot early - lo que hacemos por amor (ebook) - Casa del ...

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  • lo que hacemos por amor - Librería Publics.

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  • LO QUE HACEMOS POR AMOR (EBOOK) - MARGOT EARLY

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  • Lo que hacemos por amor - Margot Early - Debeleer.com

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    PDF • Descargar Libros Gratis ... Lo que hacemos por amor – Margot Early ... Mary Anne oyó la explicación de Cameron, que además de ser su prima hermana ...

  • Beautiful (Saga Beautiful 5) Un toque de locura, Christina Lauren de Christina Lauren

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    En la ultima entrega de la exitosa serie romantica <>…

  • Zafiros en la piel de Viviana Rivero

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    “La mujer a la que tanto habia amado y de la que nunca mas supo nada hasta ese mediodia, estaba aqui, frente a el. Y acababa de decirle que juntos habian tenido un hijo.”

  • Escape Room de Chris Mcgeorge

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    Una habitacion. Un cuerpo. Cinco sospechosos. Tres horas para encontrar al asesino.

  • La elegida (Los caballeros del tiempo 1) de Jimena Cook

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  • No te enamores de mi de Loles Lopez

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    Natalia es una respetada forense. Trabaja en Nueva York y es adicta al trabajo. Su hermana pequena, Jessica, va a casarse y le pide que vuelva a Toledo para conocer a su prometido, Alfredo. Natalia no cree en el amor. Pero cuando conoce a Ewan, un amigo de la infancia de Alfredo algo cambia. Cualquier chica estaria encantada de contar con sus atenciones, pero ella no esta dispuesta a saltarse la norma inquebrantable de repetir con el mismo hombre. Con el vivira situaciones alocadas e incluso peligrosas, pero intentara por todos los medios que Ewan no se enamore de ella.

  • El pais de las ultimas cosas de Paul Auster

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    En el pais de las ultimas cosas todo tiende al caos, los edificios y las calles desaparecen, y no hay nacimientos. La existencia se reduce a la mera supervivencia de vidas miserables sin <>. Anna Blume cuenta en una larga carta su paso por la ciudad, en busca de su hermano desaparecido, y su afan por vivir, a pesar de todo, en este ambiente devastado del final de la civilizacion.

  • Enamorate de ti de Walter Riso

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    EL amor a uno mismo es un dique de contencion contra el sufrimiento mental. Amarse a uno mismo no solamente es el punto de referencia para saber cuanto se debe amar a los demas (“Ama a tu projimo como a ti mismo”), sino que parece actuar como un factor de proteccion para las enfermedades psicologicas y un elemento que genera bienestar y calidad de vida. Activar toda la autoestima disponible o amar lo esencial de uno mismo es el primer paso hacia cualquier tipo de crecimiento psicologico y mejoramiento personal. Y no me refiero al lado oscuro de la autoestima, al narcisismo y a la fascinacion del ego, a sentirse unico, especial y por encima de los demas; no hablo de “enamoramiento” ciego y desenfrenado por el “yo” (egolatria), sino de la capacidad genuina de reconocer, sin verguenza ni temor, las fortalezas y virtudes que poseemos, integrarlas al desarrollo de nuestra vida y volcarlas hacia los demas de manera efectiva y compasiva. Quererse a uno mismo, despreciando o ignorando a los demas, es presuncion y exclusion; querer a los demas, despreciandose uno mismo, es carencia de amor propio. “Enamorate de ti” significa: “Quierete y amate a ti mismo honestamente”. Perseverar en el ser (conatus), como decia Baruch Spinoza, para defender la existencia individual y sacar a relucir lo mejor de cada quien. Quererse a uno mismo tambien es propiciar la autoconservacion sana, tal como promovian los estoicos, y procurarse el mayor placer y salud posible, como lo estipulaba Epicuro. Quererse a uno mismo es considerarse digno de lo mejor, fortalecer el autorrespeto y darse la oportunidad de ser feliz por el solo hecho, y sin mas razon, de estar vivo. El amor empieza por casa. Tu primer amor es el que se dirige a ti mismo, y en ese primer idilio aprenderas a amar la existencia o a odiarla. ?Como abrirle las puertas al amor de los que te rodean si desprecias o no aceptas tu ser, o si te averguenzas de existir? Un paciente destruido por la depresion me decia: “Lo siento, pero… Me averguenza estar vivo”. ?Habra mayor decadencia del ser? Asi como no atacas ni te desentiendes de quienes amas, no hagas lo mismo con tu persona. Ser amigo de uno mismo es el primer paso hacia una buena autoestima. Amar es buscar el bien del otro y disfrutarlo, que su dolor nos duela y su alegria nos alegre, y con el amor propio ocurre algo similar: si no te perdonas, si te fastidia estar contigo mismo, si no te soportas y te menosprecias, !pues no te amas! A veces me preguntan si es posible odiarse a uno mismo, y mi respuesta es categorica: “Por supuesto, !y con que intensidad!”. Incluso hasta el extremo de querer desaparecer de la faz de la tierra y obrar en consecuencia. Muchas veces nos regodeamos en el dolor autoinfligido. Cuentan que una senora iba en un tren y, a las tres de la manana, mientras la mayoria dormia, comenzo a quejarse en voz alta: “!Que sed tengo, Dios mio! !Que sed tengo, Dios mio!”. Una y otra vez. Su insistencia desperto a varios de los pasajeros, y el que estaba a su lado fue a buscar dos vasos de agua y se los trajo: “Tome, senora, calme su sed y asi dormimos todos”. La senora se los bebio rapidamente y la gente se acomodo para retomar su descanso. Todo parecia que habia vuelto a la normalidad, hasta que a los pocos minutos se escucho nuevamente a la senora decir: “!Que sed tenia, Dios mio! !Que sed tenia, Dios mio!”. Incorporamos el castigo psicologico a nuestras vidas desde pequenos sin darnos cuenta y como si fuera una faceta normal y hasta deseable; en suma, nos acoplamos a el. Nos regodeamos en el sufrimiento o le ponemos velas. A veces nos comportamos como si el autocastigo fuera una virtud porque “templa el alma”, y aunque sea cierto que es importante el esfuerzo por alcanzar las metas personales, una cosa es la autocritica constructiva y otra la autocritica despiadada que nos golpea y nos hunde. Una cosa es aceptar el sufrimiento util y necesario, y otra muy distinta acostumbrarnos al dolor que masoquistamente nos propiciamos a nosotros mismos en aras de “limpiar culpas” o “tratar de ser dignos” para que alguien nos ame. Los hallazgos realizados en el campo de la psicologia cognitiva en los ultimos veinte anos muestran claramente que la vision negativa que se tiene de uno mismo es un factor determinante para que aparezcan trastornos psicologicos como fobias, depresion, estres, ansiedad, inseguridad interpersonal, alteraciones psicosomaticas, problemas de pareja, bajo rendimiento academico y laboral, abuso de sustancias, problemas de imagen corporal, incapacidad de regular las emociones y muchos mas. La conclusion de los especialistas es clara: si la autoestima no posee suficiente fuerza, viviremos mal, seremos infelices y ansiosos. El presente libro va dirigido a aquellas personas que no se aman lo suficiente a si mismas, que viven encapsuladas, amarradas a normas irracionales y desconsideradas con ellas mismas. Tambien va dirigido a quienes sabian amarse a si mismos en alguna epoca y se han olvidado de hacerlo por los rigores de la vida o las carreras desenfrenadas por la supervivencia, donde uno se pone en segundo plano, como si fuera material desechable. La propuesta de estas paginas es simple y compleja a la vez: “Enamorate de ti; se valiente; comienza el romance contigo mismo, en un ‘yo sostenido’, que te haga cada dia mas feliz y mas resistente a los embates de la vida cotidiana”. ENAMORARSE DE UNO MISMO QUERERSE a uno mismo es quizas el hecho mas importante que garantiza nuestra supervivencia en un mundo complejo y cada vez mas dificil de sobrellevar. Aun asi, y curiosamente, gran parte del aprendizaje social se orienta a sancionar o subestimar el valor del amor propio, posiblemente para evitar caer en las garras del engreimiento. Si decides felicitarte dandote un beso, es probable que las personas que te rodean (incluso el psicologo en turno) evaluen tu conducta como ridicula, narcisista o pedante. Esta mal visto que nos demos demasiado gusto o que nos mostremos muy alegres de ser como somos (una persona muy feliz consigo misma y con el mundo puede facilmente ser diagnosticada como hipomaniaca por algunas reconocidas clasificaciones psiquiatricas). Cuando nos ocupamos de nosotros mismos por demasiado tiempo, nos mimamos o nos autoelogiamos, llegan las advertencias: “!Cuidado con el exceso de autoestima!” u “!Ojo con el orgullo!”. Y en parte resulta entendible, si vemos los estragos que puede realizar un ego inflado y sobredimensionado. Sin embargo, una cosa es ser egolatra (endiosado de si mismo), egoista (avaricioso e incapaz de amar al projimo) o egocentrico (incompetente para reconocer puntos de vista distintos), y otra muy distinta ser capaz de aceptarse a si mismo de manera honesta y genuina sin hacer alharaca ni despliegues publicitarios. La humildad es ser consciente de la propia insuficiencia, pero de ninguna manera implica ser ignorante de la valia personal. La consigna: “Quierete, pero no en exceso”, es decir, desproporcionada o irracionalmente (para no quedar embelesado y atrapado por la propia imagen reflejada), es un buen consejo, ya que nos pone en alerta contra el lado oscuro de la autoestima. No obstante, es mejor no exagerar y tener presente que en determinadas situaciones, cuando nuestro amor propio es vapuleado o atacado, querernos a nosotros mismos sin tanto recato ni miedos irracionales puede sacarnos a flote y ayudarnos a andar con la cabeza en alto. La politica de ocultar y/o minimizar el autorreconocimiento, y de disimular las fortalezas que poseemos, produce mas dano que beneficios. La sugerencia de no quererse a uno mismo “mas de lo necesario” puede transformarse en un autoamor resfriado y enclenque. Es verdad que no hace falta gritar a todo pulmon lo maravillosos que somos ni publicarlo en primera pagina, pero reprimirlo, negarlo o contradecirlo termina por herirnos emocionalmente. Al intentar dejar fuera el egoismo salvaje, a veces no dejamos entrar el amor propio; por evitar la pedanteria insufrible del sabelotodo, algunos caen en la verguenza de ser lo que son; por no despilfarrar, somos mezquinos. Si me siento mal por ejercer mis derechos personales o simplemente los ignoro o pienso que no los merezco, quiza me falte autorrespeto. A medida que vamos creciendo, una curiosa forma de insensibilidad hacia nosotros mismos va adquiriendo forma y nos lleva a dejar atras aquellas gloriosas epocas de la ninez cuando el mundo parecia girar a nuestro alrededor y saltabamos felices de juego en juego. En aquellos momentos, todo era gratificante y fantasioso. El “yo”, por momentos, parecia bastarse a si mismo autogratificandose y construyendo universos infinitos a su antojo (esta claro que la tendencia natural de un nino no es el autocastigo, sino pasarla lo mejor posible y de paso sobrevivir). Pero las cosas buenas no duran tanto, y al crecer hacemos a un lado ese delicioso mundo “yoico” (ya que ninguna sociedad sobreviviria a tal egocentrismo) y nos orientamos mas “hacia fuera” que hacia dentro: nos “descentramos”, por decirlo asi, y aceptamos a reganadientes que amar al projimo es mas importante, valioso y encomiable que amarse a uno mismo. Las conclusiones psicologicas actuales sobre el tema de la autoestima son un llamado de alerta que vale la pena tener en cuenta: no educamos a nuestros hijos para que se quieran a si mismos, al menos de manera sistematica y organizada como en otros aprendizajes. Desde pequenos nos ensenan conductas de autocuidado personal respecto a nuestro fisico: lavarnos los dientes, banarnos, arreglarnos las unas, comer, controlar esfinteres, vestirnos y cosas por el estilo. Pero ?que hay del autocuidado psicologico y la higiene mental? ?Les prestamos la suficiente atencion? ?Los ponemos en practica? ?Resaltamos la importancia del autoamor?

  • Tras la pista que me llevo a ti de Caridad Bernal

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    El cree que todo esta perdido. Ella, que siempre hay esperanza.

  • La noche de los ninos de Toni Morrison

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    Dura y tierna a la vez, La noche de los ninos esta aqui para dar energia a la voz de las mujeres y trazar caminos insolitos que nos liberen de la soledad. Por la Premio Nobel de Literatura Toni Morrison.

  • El Sacrificio Imposible (Los Aramitianos 1) de Kerr-ann Dempster

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    Siglos atras, la rivalidad entre hermanos destruyo Aramith. Como castigo, los perdedores fueron despojados de su Inmortalidad y condenados a vivir en la Tierra, consumidos en la vejez y enfermedades. Pero aun hay esperanza.

  • La chica de los ojos tristes de Noelia Hontoria

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    Adriana amaba viajar. Desde pequena siempre supo que no queria una vida prefabricada como los demas, ella era especial. Por encima de todas las cosas, deseaba almacenar en su retina paisajes de belleza desmedida, disfrutar de escenas urbanas cotidianas, integrarse en otras culturas desconocidas y atesorar miles, quizas millones de kilometros recorridos. Le gustaba imaginar que llevaba a sus espaldas una mochila magica en la que conservar la esencia de cada paso andado, cada kilometro viajado. Nunca supo bien de quien habia heredado esta pasion. Quizas de su tia preferida, Carla, quien siempre tenia una anecdota que contar de cada ciudad que habia visitado. O tal vez de sus padres, quienes sin saberlo le habian inculcado el deseo de conocer mundo. A pesar de que ambos tenian una coleccion de sellos en el pasaporte mas bien escasa, los dos poseian grandes conocimientos del mundo que nos rodea, cada uno por una razon diferente: la madre de Adriana era una reputada profesora de Geografia, mientras que su padre, cocinero, habia editado sin exito dos libros de recetas internacionales. Sin duda, sus ansias de viajar la habian llevado a vivir los mejores momentos de su vida y si de algo no se arrepentia, era de cada minuto vivido en ciudades que no le pertenecian. Adriana era hija unica, pero nunca fue una nina malcriada. Jamas le falto un capricho ni un regalo bajo el arbol de Navidad, pero tampoco educacion, carino y un castigo cuando lo merecia. Crecio en un hogar sin altibajos, sin problemas economicos ni familiares y paso su adolescencia como cualquier otra joven de su edad: le gustaba tomar cafe con sus amigas los viernes por la tarde, mirar ropa en el centro comercial y, de vez en cuando, salir por la noche a tomar un Malibu con pina en los bares "de mayores". Queria crecer rapido para ser como ellos, saber bailar, no tener toque de queda y no verse en la obligacion de dar explicaciones de con quien andaba o donde iba. Quizas si Adriana hubiese sabido lo que le esperaba unos anos despues de la mayoria de edad, habria deseado que su vida acabara en ese cafe de los viernes por la tarde. Pero por suerte o por desgracia para ella, la vida siguio su curso y Adriana se convirtio en una bella jovencita de pelo negro y ojos miel. Fue a la Universidad, aunque nunca llego a terminar la carrera. La vida le tenia preparado otro destino, eligio otros caminos y paso de ser una adolescente feliz a una marioneta de quien, con capricho, mueve los hilos de nuestra vida. ?Quien decide quien merece vivir una buena vida y quien se ahogara en una existencia marcada por las sombras? ?Somos nosotros los que, con nuestras acciones, marcamos nuestro futuro o realmente existe un destino escrito para cada uno desde el momento en que venimos al mundo? La joven no conocia la respuesta a la pregunta que se repetia todas las noches, pero un buen dia decidio que era el momento de buscar una salida del tren que ya habia descarrilado hace mucho tiempo. Se marcho. Huyo por la ventanilla del servicio de la tripulacion, como los cobardes, atraveso las vias, cambio de estacion e, incluso, de medio de transporte. Habia llegado el momento de romper con todo lo que le ataba a su vida anterior: familia, amigos, ciudades... creo una caja de recuerdos y guardo en ella lo que mas le importaba. Ese tipo de objetos que jamas tendrian valor material en un mercadillo de segunda mano, pero que para ella ahora eran todo su mundo. Con sumo cuidado, selecciono sus fotos preferidas con recelo de no aparecer en ninguna. Cerro la caja y con la llave se hizo un colgante. Creia en el poder de los amuletos y si queria empezar de nuevo, reescribir su historia, iba a necesitar uno. Con sus propias manos cambio su largo pelo negro por una melena rubia a la altura de los hombros y volvio a estudiar, pero esta vez no fueron las aulas de la Universidad las que disfrutaron de su inteligencia: una manana de Enero se matriculo en un curso de TCP, tripulante de cabina de pasajeros o, como lo llamaba el resto del mundo, azafata. Comenzar una nueva vida no fue facil: gestionar la documentacion fue casi mas dificil que encontrar un piso decente y economico en una gran ciudad como Madrid. Queria algo cerca de la Escuela pero con un alquiler acorde a su cuenta bancaria: apenas habia tenido unos meses para ahorrar y los lujos no tenian cabida en su nuevo plan de vida. Tras dos noches durmiendo en un hostal de dudosa reputacion, logro encontrar un habitaculo en un piso modesto pero limpio. Su habitacion estaba decorada en tonos azules y contaba con un mobiliario bastante basico: una cama vieja pero comoda, un escritorio de melanina, un pequeno armario suficiente para su escaso equipaje y un par de cuadros de motivos marineros. Muy a su pesar, tuvo que resignarse a compartir piso con dos chicas de nacionalidad alemana, participantes de un programa de intercambio europeo, con las cuales apenas cruzo una centena de palabras durante todos los meses que duro su estancia. Adriana se escudaba en los obstaculos del idioma para no tener mucha conversacion con sus alegres companeras, pero ella bien sabia que ese no era el motivo real. Era consciente de que su vida ahora se encontraba en una etapa absolutamente temporal, que esto no duraria mucho. Le gustaba Madrid, le hacia sentirse extrana entre un mar de gente, pero no queria pasar aqui el resto de su vida. En ese momento, hacer amistad con las alemanas no entraba entre las prioridades de su nueva vida. Tampoco le interesaba conocer a sus companeros de Escuela. Ocho chicas y tan solo un varon que quedaban cada fin de semana para disfrutar de la noche madrilena. Despues de tres negativas por parte de Adriana, habian dejado de intentar convencerla para salir con ellos. La veian algo rara, taciturna y solitaria. Y no se equivocaban. En ocasiones hablaban de ella a sus espaldas y todos coincidian en que era una chica amable, responsable y con buenas maneras, pero no entendian como alguien tan joven podia tener tan poca vida social. Algunos apostaban a que tendria algun problema psicologico, otros simplemente achacaban su actitud a un posible novio demasiado celoso y absorbente. Fuera lo que fuera lo que marcaba la actitud de Adriana con el mundo, todos estaban de acuerdo en que no era la mejor personalidad para una futura azafata de vuelo. La realidad era bien diferente: sus fantasmas no la dejaban abrirse de nuevo al mundo. Desde que ocurrio aquello que nunca debio suceder, se acostaba cada noche imaginando que todos tenemos una segunda oportunidad y basta un "lo siento" o una explicacion para enmendar todos nuestros actos. Pero al final de cada noche, sus suenos siempre se transformaban en pesadillas. La vida siguio su curso y pocos meses despues abandonaba esa Escuela que le habia dado una nueva oportunidad, esta vez con el titulo bajo el brazo. Contra todo pronostico, Adriana fue la primera de su promocion que consiguio ser seleccionada en una de las entrevistas que la propia Escuela organizaba con algunas companias aereas. A pesar de que su tren descarrilo hacia apenas un ano, habia logrado encender los motores del avion de su nueva vida. Acepto sin dudarlo: ante la oportunidad que se abria delante de ella, ni siquiera reviso las condiciones de su contrato. No le interesaban las cifras mensuales, las horas de trabajo ni el convenio. Solo queria empezar, por fin, su vida. Dicen que nunca es tarde para volver a empezar y Adriana estaba a punto de comenzar el viaje hacia lo que realmente merecia. Un 7 de octubre de 2007, partio de madrugada, con nocturnidad y alevosia. No le hizo falta facturar. En su escasa maleta de mano llevaba un par de kilos de ropa, su documentacion y su caja de recuerdos. Pero lo que mas pesaba no era nada material que pudiera llevar con ella. Su secreto la acompanaba, alla donde fuera, con la carga anadida de saber que jamas iba a poder desprenderse de el. Las horas de espera en el aeropuerto volaron: antes de darse cuenta, la voz metalica que provenia de los altavoces del aeropuerto ya anunciaba la salida de su vuelo. Cogio su equipaje de mano, su secreto y su desesperanza y se puso en la cola de ese conductor de destinos al que vulgarmente llaman avion. Deteniendose un instante, como si quisiera saborear aquel momento, saco de su bolsillo la carta arrugada que habia recibido apenas unos dias antes y comprobo con la pantalla de la sala de embarque que no se habia equivocado de sitio. En ambos lugares rezaba la misma frase. Destino: Aeropuerto de Luqa. Malta.

  • Un coctel con sabor a Barcelona de Angela Franco

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    Tras un conflicto familiar, la mejor salida para Pablo es aceptar la propuesta de su primo Raul e irse por una temporada a Barcelona.
    En la Ciudad Condal no solo encontrara a un grupo de amigos que le haran alli la vida mucho mas facil; tambien se topara con Anna: una chica con mucho caracter, que lo ha pasado mal por culpa del amor y a la que le cuesta tolerar a ese malagueno que el azar no para de ponerlo en su camino. ?El azar?

  • Madera de savia azul de Jose Luis Gil Soto

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    Una gran novela, llena de emociones y aventura, que nos traslada hasta un mundo medieval legendario para mostrarnos las grandes pasiones que, desde el principio de los tiempos, mueven al ser humano.

  • La Jugadora apuesta a su Baron de Christina Mcknight

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    Cuando felices por siempre es el nombre del juego, los jugadores deben arriesgarlo todo en esta conclusion emocional de la serie Craven House, un exito en ventas de Christina McKnight.

  • La magia de la vida de Viviana Rivero

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    La magia de la vida es una novela luminosa que habla del coraje y del amor verdadero, ese que sana y que cree en las segundas oportunidades.

  • Afortunado en el amor de K.m. Bishop

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    ?Quieres saber un secreto?
    Todavia estoy enamorada de mi novio del instituto.
    Se que suena tonto, pero sus profundos ojos marrones y sus adorables hoyuelos siguen produciendome noches de insomnio.
    Me abandono hace tantos anos que no pense que alguna vez volveria, pero ahora que ha regresado convertido en un rico, sexy y notorio playboy, no se si podre contenerme.
    Aunque despues de lo que me hizo, no creo que pueda volver a confiar en el. No cuando me rompio el corazon, pero...
    ?Que hay de malo en tener una aventura de una noche?
    Al fin y al cabo no creo que vuelva a enamorarme.
    … ?O si?

  • El mal que nos devora de Andrea P. Munoz

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    Diana Thorne es una joven policia atormentada por el recuerdo de su hermana, victima en su infancia del asesino en serie Black Demon. Quince anos despues el pueblo de Nollsbury vuelve a estar en boca de todos cuando la pequena Monique Brown desaparece de su cama en mitad de la noche. Max Chandler es enviado en calidad de reportero y asesor policial por su despota jefa una manana fria donde la niebla parece envolver cada parte de la excentrica estacion ferroviaria. Ambos se uniran en una investigacion que los guiara a las entranas de un circo anclado en el tiempo debido a un pacto con el mismisimo Diablo.

  • Medianoche en Lisboa 5 de Pablo Poveda

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    Caballero esta a punto de morir. Sabe algo que no logra recordar. Un secreto que debe permanecer oculto.

  • Todo es relativo Parte 2, Naobi Chan de Naobi Chan

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    Tras un triste desenlace, Elizabeth cree haber rehecho su vida, un nuevo trabajo, una nueva ciudad, pero los fantasmas del pasado todavia le atormentan, Daniel ahora no esta en su vida y con nuevos amigos cree que podra salir adelante y ser un poquito feliz. Nicholas se mantuvo alejado, cumplio lo que elle le habia pedido y parece que con el tiempo ha aceptado no volver a verle, pero todo cambia con un solo vistazo, sentimientos dormidos vuelven a florecer y es muy facil dejarse llevar, aunque el miedo de volver a sufrir esta latente.

  • Mala compania (Dime con quien andas 1) de Luz A. Pinzon

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    Antonia Nieto tiene un lema en la vida: Ser diferente a los demas. No le gusta ser dominada, ni seguir los estandares que la sociedad quiere aplicarle a los jovenes. Sus amistades son singulares; uno drogadicto, otra demasiado chismosa, uno al que le gusta vivir en la ilegalidad y la ultima le teme a hablar en publico. Su vida se ve afectada por el deseo de cambio de uno de ellos, su mejor amigo, Michael Rivera. Despues de confesarle que quiere erradicar su conducta danina, ella enloquece y todo da un giro inesperado.

  • Banderas en la niebla, Javier Reverte de Javier Reverte

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    Una historia real escrita con los rasgos de una novela.
    Un libro excepcional sobre la Guerra Civil Espanola.

  • Cinco asesinos de Claudio Hernandez

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    Boad Hill es un pueblo tranquilo cuando nunca sucede nada. Una bestia de perro enfurece contagiado por la rabia y mata a varias personas, incluido un crio, en el pueblo mas cercano. Una chica atormentada prende fuego a todos sus companeros de la universidad en otro pueblo. Un gato regresa de la muerte de un extrano cementerio en otro lugar tambien cercano. Y los crios desaparecen en una densa y espesa niebla, tras lo cual puedes ver sus ojos amarillentos; sobre todo cuando flotan delante de una ventana. Y Peter Bray puede ver el pasado y ver desde los ojos de los muertos cuando les roza la piel. El chico feo de Boad Hill ha nacido con un don al que su madre bautizo como <>. Todo es normal hasta que un frio invierno, el mas duro de los ultimos veinte anos, azota con furia a Boad Hill y con las heladas, llega <>. Crimenes atroces de chicas de la escuela secundaria sacuden todo el pueblo, pero no sucede solo en ese frio invierno; tambien en verano, primavera y otono. El sheriff, un incompetente en la autoridad, se apoya en el alcohol y la destreza de Peter, quien solo el, logra descubrir a todos los asesinos durante todos los anos desde que descubrio que podia empujar en las mentes de los muertos: gracias a que siendo un crio vio como murio su mejor amigo; Sean. Son los cinco asesinos.

  • La maldicion del mar de Shea Ernshaw

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    Tres jovenes hermosas e incomprendidas llegaron al pueblo de Sparrow, en 1822.
    Tres jovenes hermosas e incomprendidas fueron ejecutadas por brujeria un ano mas tarde.
    La vida de las tres jovenes se la llevo el mar.
    Entonces cayo una maldicion sobre Sparrow y, en el aniversario de la muerte de las hermanas Swan, la historia se repite.
    Ellas han vuelto. con sed de venganza.
    ?Quien podra escapar de la cancion del mar?

  • Amor en el desierto de Maribel Roa

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    Samira Leibe es una mujer como la mayoria de las mujeres de la faz de la tierra, luchadora, segura y enamorada. Sin embargo, un dia todo salta por los aires. Un matrimonio que se esfuma, una inseguridad que se apodera de ella y una batalla de sentimientos que la deja devastada.
    Un dia, su confidente y mi mejor amiga, Cayetana, le propone embarcarse en una aventura, ir a visitar el pais vecino de vacaciones y hacer una ruta por las kasbahs. Sin saber muy bien por que, acepta.

  • Carta de una Desconocida de Stefan Zweig

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  • Vi a un hombre de Owen Sheers

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    Una novela literaria escrita con el pulso de un thriller. Una magistral exploracion de las relaciones humanas, el dolor, la culpa y la redencion.

  • Dedicame un ultimo baile de Jess Dharma

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    Eli nacio y crecio preparandose para ocupar de mayor el puesto que le correspondia en una familia tan importante como la suya. Sin embargo, un hecho dramatico le hizo cambiar su vida drasticamente, lo que antes estaba de mas ahora esta de menos. El dinero y las cosas materiales dejaron de llenarla, por lo que salio a las calles a buscar su lugar en el mundo. Ahi encontro su familia, un lugar donde encajar y en el cual sentirse libre. Aprendio el Street Dance, y lo utilizo junto a su nueva familia para luchar contra la opresion social.
    Sus padres no contentos con ello, y bajo amenaza de encarcelar al hombre que ama, James, la mandan a un centro para chicos descarriados donde encauzar su vida de nuevo. Ella acepta a sabiendas de que en unos meses cumplira los veintiuno y sera libre para siempre. Aunque, no contaba con conocer a Enzo.
    Enzo es profesor de baile en Residencia Alana Harrison. Alli imparte clases a lo que mas detesta en el mundo, la gente con dinero, personas como aquellas arruinaron su vida y la de su madre. Hasta que un dia llega Eli, una chica a la que odiar por lo que tiene, pero que lo atrae por lo que es. No ha conocido a nadie como ella.
    ?Conseguiran entender que lo que tienes no define lo que eres?

  • Un amor politicamente imposible de Damon Gill

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    El tema central de esta novela esta basado en el amor que un joven militante del partido comunista, siente por una chica de ideologias de derechas, y que su padre no aprueba. Se conocen en la celebracion de las primeras Elecciones Municipales, celebradas en Espana el 3 de abril de 1979. Ambos participan en dichos comicios como interventores, por sus respectivos partidos, y pasan todo un dia juntos en una de las mesas electorales, donde Pablo y Marta que son los nombres de estos enamorados se conocen, y tienen conversaciones, emociones y sucesos que solo dos personas predestinadas una para la otra pueden tener.

  • Vestida de corto de Marie Gauthier

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    Cuando llego, la casa estaba vacia. Felix entro rapido, con la bolsa al hombro. A partir de entonces, tendria que comer, dormir y vivir ahi, a pesar de que no conocia a nadie en la casa. Subio sus cosas al piso de arriba, tal como el hombre le habia indicado, y al bajar se detuvo en mitad de la escalera. Las paredes, los ruidos, le resultaban extranos. Pero aun se oia el motor del coche en el patio. Su madre, antes de marcharse, se habia puesto a hablar con el hombre. Pero nada importante estaba en juego ahi fuera. Solo un par de manos que se estrechaban. Lo importante era que el coche iba a arrancar de nuevo. A decir verdad, Felix y su madre no se habian despedido. Ella ya nunca lo perseguia para darle un beso. Ya no hacian esas cosas. Ni siquiera lo buscaba con la mirada. Habian llegado a buen puerto y todo estaba bien. Ella se habia entretenido hablando un poco y luego Felix habia oido el portazo al salir. Se sentia un poco perdido porque nunca habia estado en ese pueblo. Pero si lo habian dejado alli, ya vendria alguien a buscarlo. Unos dias antes, le habian pedido que rellenara unos formularios y le habian dado esperanzas sobre su futuro. En todo caso, las compras con su madre, los dias de lluvia y los largos ratos de espera dentro del coche en el aparcamiento de los grandes almacenes habian terminado. Seguro que esa especie de desazon acabaria desapareciendo. Nunca mas tendria que avergonzarse de ella. La precipitada huida de su madre habia barrido de golpe la casa familiar llena de ninos. Al fin podria respirar. Una vez hubo aplastado la colilla con el pie, el hombre del patio le dijo que regresaria mas tarde para ocuparse de el. Vio como una chica alta de cabello claro y despeinado pasaba por delante sin decir palabra. Poco despues, volvio donde estaba el y le enseno la cocina; el salon, con el sombrio aparador; la mesa rustica; el sofa de terciopelo raido. En el piso de arriba solo habia habitaciones contiguas, un bano y un aseo. Antes de escabullirse, en el pasillo de arriba, le dijo: --Me llamo Gil. --Felix penso que podria vivir bajo el nuevo techo, sentirse a gusto en aquella casa extrana, olvidar la suya, olvidar a sus padres. Seria una visita sin identidad, procedente de ninguna parte y con una bolsa y un papel en el bolsillo como unico equipaje. Aprovecharia el hecho de no tener ya pasado alguno. Su vida comenzaria a partir de ahora. Queria salir de la infancia, alejarse de aquellos a quienes habia conocido hasta entonces, deshacer los vinculos. El hombre, que apenas habia intercambiado unas palabras con su madre, no le habia preguntado gran cosa, ni siquiera con el paso de los dias. Tenia la cara redonda, el cabello abundante y los ojos claros. De pie en la cocina, el ancho cinturon de cuero le cenia el polo al vientre. Llevaba un pantalon marron y una chaqueta de tela gruesa color tabaco. Era musculoso, un poco recio y tenia la mirada dulce y brumosa. Sonreia de buena gana. Despues de comer, se fumaba un Gitanes Mais y la colilla se le iba moviendo de un lado a otro del labio inferior mientras farfullaba trozos de frases entre calada y calada. Se servia a voluntad en una copa vino blanco que bebia de dos tragos, antes de enjuagarla con el dorso del dedo y colocarla en el escurridor. Felix se quedaba mirando fijamente la colilla porque esperaba alguna indicacion sobre el trabajo que tenia que hacer. Quiza deberia intuir alguna instruccion en aquellos balbuceos. Apoyado en la pared, el senor de la colilla exhalaba el humo haciendo anillos hasta que, por fin, aplastaba el cigarrillo en el cenicero de cristal que habia en un rincon del aparador. En la cabeza de Felix, todo estaba un poco confuso. Lo habian metido alli porque no sabian muy bien que hacer con ese cuerpo torpe de adolescente. Todo el mundo opinaba que estaba hecho para el exterior. La orientadora le habia sugerido que hiciera unas practicas como aprendiz. Por eso Felix se encontraba en casa de esa gente. Iba a descubrir el trabajo al aire libre. Se suponia que el tipo de la colilla le iba a ensenar un oficio. Al principio, lo que mas le ensenaba era el bar. Por la manana se pasaban un rato, y ya entrada la tarde, se quedaban mas tiempo. Habia momentos divertidos con algo de emocion: los parroquianos, las copas, la alegria de estar juntos. Dentro hacia un calor sofocante. El alcohol que iba llegando cambiaria las cosas, traeria algo nuevo. Los hombres del mostrador no dejaban de bromear, siempre estaban abrazandose y diciendo cosas que solo ellos comprendian. Borborigmos. Imposible saber si se trataba de algo verdaderamente importante. Si versaba sobre la vida o el pueblo, si concernia al aprendiz. Felix se preguntaba si realmente estaba alli para aprender algo. Esas misas en voz baja en la barra del bar lo sumian en la duda. Quiza, simplemente, lo estaban poniendo a prueba. No parecia nada serio. Los hombres se reian de el porque aun parecia un nino. Pero el tambien se reia, incluso de las bromas mas inciertas. Como sabia que el vino lo tumbaba, fingia. Apenas mojaba los labios al llevarse el vaso a la boca. Le gustaba. Quiza su futuro consistia en eso, en beber vino blanco en el bar. Al subir a la camioneta, el senor de la colilla le pedia que se sentara a su derecha y le repetia que deseaba ensenarle el oficio. De hecho, le ordenaba que quitara las flores marchitas del monumento a los caidos, que barriera los escalones del ayuntamiento, que llevara de aqui para alla unos bidones grasientos que olian a gasolina. Despues de dar las instrucciones, el senor de la colilla se dormia en un banco. Pero eso, con la gorra puesta, no se veia. Felix ignoraba cuanto tiempo iba a permanecer lejos de sus padres. No habia nada previsto para su regreso. Habia aterrizado en esa casa solo parcialmente ocupada, al fondo de cuyo pasillo habia una puerta, y detras, un gran vacio. Y esa gente no hacia nada al respecto. Quiza una antigua granja se abria hacia el patio. Las casas viejas suelen conservar trazas algo dudosas, como esas manchas de aceite en las paredes, que dejan entrever vidas pasadas y mas bien inquietantes. Senales de peleas, cosas vagamente siniestras. En el techo habia una marca de sangre de un color desvaido por el tiempo, justo encima de la cabeza de Felix. Ahi es donde viven los fantasmas, donde luchan cada noche a lamparazos de petroleo. Felix dormia contra ese vacio, sin saber lo que habia dentro. De madrugada, las vigas crujian, la piedra rechinaba. Pero de algun modo, la casa, vasta, maciza e inmensa, se enfrentaba a todo eso. Felix nunca habia dormido en un sitio tan grande. No sabia muy bien donde estaba. Una manana temprano, mientras esperaba al senor de la colilla sin saber por cuanto tiempo, abrio la nevera para ver lo que habia dentro. Se sintio tentado por las natillas, pero supo resistir. Frente a la ventana pasaban camiones volquete cargados de gravilla. --De la empresa del Emilio --habia dicho el senor de la colilla. Hacian un ruido terrible durante todo el dia. A Felix le entraron ganas de volver a su habitacion. Como estaba en calcetines, resbalo en el suelo de madera barnizado, erro el escalon y la escalera se puso a gemir. Acto seguido aparecio el perro. La chica se lo habia presentado como una mezcla de no se sabia muy bien que. Felix se entendia bien con los perros, uno siempre puede entenderse bien con un perro. Dodo lo miraba con unos ojos negros y humedos. Habria agradecido que alguien lo sacara. Pero Felix no tenia ninguna intencion de pasearlo, de enfrentarse a la luz que ya a esa hora resultaba asfixiante, asi que lo puso a correr por el interior de la casa. Lo pico, lo excito, le metio un calcetin hecho una bola en la garganta, luego lo retiro, se lo lanzo. Intentaba que se pusiera agresivo, pero el perro retomaba su aire sumiso con una gran rapidez. Al bostezar, mostraba unos dientes blancos y desprendia un olor a croquetas. Era un pedazo de pan. Felix podia lanzarle cualquier cosa. Despues de jugar, se tumbaron en la cama. El perro se enrosco como si fuera un gato. Felix, tambien. Gil era un poco mayor que el. No paraba ni un instante. Salia, volvia a entrar dando portazos. Podia desplazarse con los ojos cerrados. Se ocupaba de todos los quehaceres de la casa, pero no hablaba mucho. Se apartaba el cabello de la cara y se lo ponia detras de la oreja con un pequeno mohin. Tenia los ojos azules, las piernas finas. Felix nunca habia visto unas piernas tan bonitas. Tenia una manera muy suya de moverse, recta y agil a un tiempo, pero con algo mas que latia ahi, enmaranado. Felix imaginaba su cuerpo bajo la ropa y, mientras ella ponia agua a hervir para la pasta, se preguntaba que aspecto tendria en la banera. El cuarto de bano era humedo, caluroso, olia bien despues de que ella saliera. Por la noche oia como ella subia la escalera, acariciaba al perro, se acostaba. No era el vino blanco del bar, ni la tierra en los zapatos, ni el monumento a los caidos que limpiaba una y otra vez lo que le gustaba a Felix. Era otra cosa. Le gustaba escuchar las idas y venidas de la chica con el perro detras, resoplando con la boca abierta. Felix se preguntaba si regresaria pronto, despeinada, si lo aceptaria en la casa. Hoy hacia fresco, a pesar del calor que hacia fuera. La aguja pequena y la grande estaban a punto de moverse, ya se acercaba la hora de la comida. Al volver, Gil solia descalzarse para ponerse unas alpargatas de un rojo descolorido. Tambien le gustaba ir descalza. A Felix le encantaba el susurro de sus pasos sobre la madera, sobre las baldosas. La contemplaba desde un peldano de la escalera, sentado con los brazos cruzados. De repente, la tenia delante. Con los ojos clavados en los suyos. Felix se sentia desamparado. La mirada de esa chica tenia algo. Nunca sabia que estaba mirando exactamente: la ropa de trabajo, las botas, las manos. Ella nunca preguntaba nada, no decia nada. Al parecer, con su actitud le otorgaba un lugar en la casa. Luego, con gran rapidez, subia a su habitacion para volver a bajar al cabo de un momento. Esa agitacion demostraba que estaba enredada en cosas mas importantes. Al principio, como Gil se ponia una blusa clara, Felix creyo que aun iba a la escuela. Pero no llevaba cartera ni se dirigia hacia la parada del autobus. Caminaba con seguridad por mitad de la calle. Tenia, sin duda, una vida fuera de la casa. Le debian de ocurrir un monton de cosas durante el dia porque por la tarde el atuendo de colegiala ya no tenia la frescura que Felix advertia por las mananas. La blusa, ligeramente arrugada, nada tenia ya de uniforme. Y cuando Gil volvia a bajar de su habitacion, aparecia emperifollada con baratijas, brazaletes y lazos de colores, sombra de ojos y pintalabios. Felix se preguntaba si iba a salir, si regresaria tarde. La presencia del sofa, de aspecto macizo, lo tranquilizaba. En realidad, trabajaba en el super que habia al final de la calle de los comercios. Por la manana, entraba temprano. El jefe le habia pedido que llevara zapatos blancos para trabajar, asi que se habia comprado unos Scholl en la farmacia. El modelo de zueco playero le habia encantado. Le dijeron que eran buenos para el calor y para la gente que pasaba muchas horas de pie. El encargado le exigia que los llevara siempre muy limpios. Con aquella blusa del super, demasiado grande para ella, Gil estaba muy guapa. Hacia bien su trabajo, la limpieza, todo lo que le pedian. Pasaba la fregona por el suelo de la tienda, ordenaba los pasillos, mantenia muy limpia la caja registradora. Sabia teclear y dar el cambio, pero era el encargado quien se ocupaba de cobrar. En cuanto a ella, con tal de que fuera guapa y pulida, con tal de que limpiara bien y llegara puntual, ya era suficiente. El tiempo pasaba rapido ordenando. Solo cuando llegaba la afluencia de clientes del mediodia se daba cuenta de la hora que era ya. Antes de cerrar, el jefe la hacia pasar primero y despues echaba la llave. Le decia: --Hasta luego. --Alli no se quitaba la blusa, en la que llevaba cosida la etiqueta de la tienda. Lo hacia despues, para ponerse el delantal antes de meterse en la cocina, puesto que era la unica mujer de la casa. Regresaba a preparar la comida, siempre cocinaba ella. No reparaba en las largas jornadas. No conocia el cansancio. Ahora Felix ya sabia adonde iba. La veia marcharse por la manana, volver a mediodia, marcharse de nuevo y regresar por la tarde. Siempre era lo mismo, para aquellos que se fijaban. El encargado lleva una camisa blanca de manga corta, tiene brazos gruesos de hombre, manos de hombre. Un cuello esbelto. Un cinturon de cuero negro le cine el pantalon de pinzas, bien planchado, de color beis claro, que moldea unas nalgas lisas como tablas y se abre en unos zapatos de punta lustrados a la perfeccion. Bellos y elegantes zapatos que rechinan sobre las baldosas del suelo de la tienda. Los pelos de las manos le llegan hasta las munecas. En la mano izquierda, lleva un reloj; en la derecha, una pulsera de plata grabada con la inscripcion <>. Cuando levanta un poco el brazo, se le ve la piel blanca y carnosa de las axilas. Cuando va a alcanzar algo de un estante de los de arriba, por la camisa entreabierta se adivina una mata de pelo que forma una especie de agujero negro. De cerca huele a desodorante, y mas de cerca, a sudor. El encargado tiene el cabello brillante, el cuerpo nervudo, solido. Nada sobresale. Los musculos pectorales, un poco marcados, revisten importancia a la camisa. En el cuello lleva una cadena a juego con la pulsera. Los dos botones desabrochados de la camisa confirman una actitud desenvuelta. Siempre adopta la misma postura, con las manos en las caderas, para supervisar la tienda, vigilar los pasillos, hablar con los clientes, con su empleada. Pero cuando se siente observado, baja los brazos. Su despacho esta encima de la carniceria, protegido por un cristal que da al supermercado. Alli se mira a menudo. Tambien en la vitrina del aparador de las pilas, o en el pequeno espejo resquebrajado que cuelga de la pared del almacen. Por si hay que alisar un mechon, asegurarse del brillo de los ojos negros, de la linea del bigote. Quiere que todo este ordenado, sin falta. Hay que mantener ese cuerpo, esa tienda. Tiene cuadernos, registros, un ordenador. La boca fina y larga se le humedece cuando habla con los clientes, los proveedores, los repartidores. Almacena la mercancia, organiza las promociones, procura que todo resulte atractivo, fresco. Un vistazo de reojo a la vitrina y ya esta disponible, concentrado. La cantidad de articulos, el tintineo de la pulsera, el suelo fregado con lejia, el ventanal, el pantalon, la camisa de manga corta son, para Gil, algo magico. Poseen algo inmutable, reconfortante. Aunque Gil seguia viendo el autobus escolar en la parada, lleno de chicas con falda, ya no se montaba en el. Habia empezado a trabajar y descubierto cierta realidad al mirar unas revistas que habia birlado en un cobertizo. La ausencia de ropa la habia llevado a conocer la libertad de los cuerpos. De noche, muy tarde, habia puesto la television para observar a los animales en la naturaleza. Queria saber como era y lo habia visto. Las escenas mas brutales no la habian amedrentado. Un perro y una perra habian pasado por delante de sus narices enganchados, como perdidos, aullando lo mucho que les dolia el vientre. Caminaban aturdidos, de lado, sin saber adonde ir. Gil queria comprender que era eso, estar preparada, sumergirse en ese dolor, experimentarlo. A pesar de la paciencia que empleo en espiar, lo unico que alcanzo a oir fueron gritos y gemidos. La gente no se deja ver. A ella no le habria importado que la vieran. Le habria gustado tanto sorprender a una pareja al fondo de un granero lleno de heno... Desde luego, podia imaginar facilmente el vaiven de las nalgas. Las revistas y las peliculas, con sus mujeres desnudas, sus excentricos atuendos, sus posturas eroticas, le habian dado informacion, habian cambiado un poco el semblante de su propio mundo. Esas imagenes, en realidad, eran mucho mas violentas que la vision de los animales copulando. Sin embargo, en aquellas fotos no habia sufrimiento. Cuerpos desnudos que llenaban paginas y paginas de revistas, se agitaban en la television, pero, a fin de cuentas, todo quedaba interrumpido. Las revistas se cerraban, la pelicula terminaba, alguien entraba en la habitacion. Se instauraba entonces un tiempo muerto, algo insaciable, inalcanzable. Pero Gil habia podido ver como era. A ella no la enganaban ni los animales, ni las revistas, ni la television.

  • Todo es posible en America, Araceli Ocana de Araceli Ocana

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  • Mi error fue tu promesa de Moruena Estringana

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    Puede una promesa ser mas fuerte que el amor?

  • Legion de Brandon Sanderson

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    Tres novelas cortas y cohesionadas que tienen la psicologia como superpoder.

  • Que la vida te de todo lo que merezcas de Leire Milanesi

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    Toda la escena parece sacada de una mala pelicula americana. David cuelga de su propia corbata atada a la lampara y las zapatillas se le han caido al suelo dejando al descubierto sus pies desnudos. El Gran Hombre se fija en sus dedos que miran hacia arriba. Por ellos gotea la orina del joven muerto que forma un charquito amarillo en el suelo. <>. Aunque le cueste admitirlo, al Gran Hombre le ha sorprendido la profesionalidad de Harry, que ahora esta apostado a su lado, como si fueran dos camaradas. Desde el momento en que lo conocio, penso de el que era un animal, un ser violento que solo servia para intimidar, amenazar o dar palos. Sin embargo, ha eliminado las pocas pruebas que han dejado de una forma tan metodica que el Gran Hombre no ha podido evitar admirarlo. Y ahora Harry, a su lado, mira el resultado de su trabajo con orgullo. Incluso hace un gesto de asentimiento con la cabeza. --Creo que da el pego --dice--. Fijo que esto pasa por un suicidio. El Gran Hombre prefiere no contestar. Ha intentado por cualquier medio posible que David no lo fastidiase todo como lo ha hecho, que las cosas no llegaran hasta donde han llegado. Pero no ha sido posible y ahora la sensacion de fracaso esta tan presente como si cargara una loza sobre sus hombros. --Vamos, hermano, no te hagas mala sangre. El se lo ha buscado. A Harry le gusta llamarlo hermano, pero el Gran Hombre se alegra de que no sea su hermano. Ni siquiera podria ser su amigo, es demasiado imprevisible. Por eso no puede dejar que del siguiente paso se encargue el. --Deja que me ocupe yo de la mujer --dice--. Esto no se puede repetir. --?Que quieres que te diga, hermano? Si me hubiera encargado yo desde el principio, nada de esto habria sucedido. --No te acerques a ella. Lo estropearas todo. Harry se rie, pero no esta contento. Le molesta ese aire de superioridad que emplea siempre con el. --Ya veremos --contesta y se aleja. Cuando se marcha deja tras de si su aliento a tabaco y su olor a perfume barato que se aplica despues de afeitarse. El Gran Hombre lo ve dirigirse hacia la puerta del piso. Los atisbos de admiracion que ha sentido por el se han desvanecido. Ahora vuelve a despreciarlo. Harry representa todo lo que el detesta. El instinto contra la razon, la doctrina contra las ideas... Por eso se arrepiente de lo que ha sucedido esta noche, de haber cedido a sus impulsos, de haberse puesto en sus manos. Al dedicarle la ultima mirada al cadaver de David, antes de irse, siente la necesidad inevitable de disculparse, de pedirle perdon. Pero sabe que ya todo es inutil. CAPITULO I Seis, seis, dos. Son las cartas que estan sobre la mesa. No se puede tener mas suerte. Vuelvo a mirar las mias --un seis de picas y un as de corazones--. He ligado un trio que me puede hacer recuperar en una sola mano los ochocientos euros que llevo perdidos. Un buen jugador de poquer pensara que puedo llevar cualquier cosa, porque ese es precisamente mi problema. Soy una jugadora compulsiva que juega todas las manos. De hecho, la unica razon por la que juego en una de estas timbas ilegales es porque yo misma me he registrado como adicta al juego en todos los casinos de Tenerife y, cuando tengo una crisis, estos son los unicos sitios en los que puedo entrar. Por desgracia, en tugurios como este les importan bastante poco mis problemas. Me toca apostar y empiezo flojo. No quiero asustar a mis rivales. Si se huelen que llevo algo, se retiraran y sacare poco dinero, asi que pongo una ficha negra de cien en el bote. Todos me cubren la apuesta y yo empiezo a frotarme las manos. Todos menos unos que arrastra el solito la totalidad de sus fichas hacia el centro de la mesa. Unos mil y pico euros. Lo miro fijamente y me pregunto que llevara para hacer una apuesta como esa. Los demas jugadores se retiran y solo quedo yo. Esta claro que tengo la mejor mano, asi que no me da miedo. Sacristan es un gorrilla enclenque que se saca una pasta en el aparcamiento del Hospital Universitario. Por la noche, acude a timbas de poquer como esta a jugarse las propinas de los coches que vigila y casi siempre acaba perdiendolo todo. En el argot se le considera un pescado o un fish. Como a mi. Unos pringados que nos dejamos los cuartos para que los buenos jugadores se vayan satisfechos a casa. Tambien se ven por estos antros a algunos profesionales que viven de desplumar pescadillas, pero no muchos. Casi todos son peninsulares que vienen de vacaciones y que aprovechan para ver si los pescados se las pagamos. Casi siempre lo consiguen. --?Cuanto hay? --le pregunto al crupier para saber lo que tengo que apostar. Es un chico joven al que es la primera vez que veo por aqui. Muy profesional y serio se pone a contar las fichas. --Mil cincuenta --dice. Yo tengo unos mil trescientos. Es una pena, porque el imbecil de Sacristan ha espantado a los demas y ahora no sacare tanto como pensaba. --Vale, all in --digo. --Espera --me detiene el gorrilla--. ?Cuanto tienes? --Mil trescientos --respondo. Sacristan se vuelve hacia el tipo que esta sentado en un sofa en un extremo de la habitacion y que no pierde detalle. Todos alli sabemos quien es. Su apellido es Martel y le llaman por el. Nadie tiene ni idea de cual es su nombre de pila. Es el que organiza la timba y el usurero que presta dinero a ludopatas como Sacristan y yo. --?Me cubres, Martel? --pregunta el gorrilla. Martel mira las cartas y luego me mira a mi. --Claro --dice--. Dale mil mas --le ordena al crupier. Este le obedece y le entrega un nuevo monton de fichas. --Vale, veo tus mil tres cientos. --?All in? --me pregunta el crupier por si quiero pedir prestado yo tambien. Me lo pienso. Miro sus cartas, que estan bocabajo. Debe de tener el otro seis. Ha ligado un trio y se cree que me va a desplumar. Con as seis le gano seguro --Yo te cubro, Karo --dice una voz con acento peninsular desde el otro extremo de la sala. Todos los jugadores giramos nuestras cabezas hacia el. Es un tipo con barba y pelo cano peinado a modo de cresta, en plan moderno. Y va vestido con traje azul marino y corbata roja, como si acabase de salir de la oficina hace un momento. Esta sentado en la pequena barra donde se sirven las bebidas y sostiene un whiskey con hielo en la mano. No lo he visto en mi vida. --?Nos conocemos? --le pregunto. --No, pero seguro que tienes la mejor mano. Es un buen negocio. --Bueno --le digo al crupier--, vamos a ver el turn. El chico aparta una carta y pone sobre el tapete la siguiente. Es un as. Las cartas comunitarias son seis, seis, dos, as. Tengo un full house. Mi noche se acaba de volver tan luminosa como si acabara de salir el sol, pero debo disimular para que no se me note. Solo hay una cosa que la puede mejorar y esta a punto de ocurrir. Sacristan toma aire y arrastra el resto de los mil que le ha prestado Martel hasta el centro de la mesa. Tiene un trio de seis, estoy segura. Se va a jugar todo lo que pueda porque cree que le ha tocado la loteria, cuando en realidad el decimo bueno lo tengo yo. Me vuelvo entonces hacia mi prestamista misterioso y le pregunto con la cabeza. El saca una tarjeta de credito de color negro y la pone sobre la mesa. --Adelante --dice. --Los veo --le digo al crupier y este anade las fichas. --?All in? --vuelve a preguntarnos el crupier viendo que cada uno tenemos nuestra propia financiacion. --Cuidado, Karo, este lleva algo --dice otro jugador. Se llama Anselmo, tiene unos sesenta anos y me conoce desde hace tiempo. Casi siempre se muestra condescendiente conmigo porque soy una mujer y se cree en el deber de protegerme. No me molesta demasiado, es de otra generacion. El crupier levanta la ultima carta. Un cinco de corazones. Ya esta todo hecho, solo necesito saber cuanto le voy a sacar al pringado del gorrilla y llevarme mi dinero. --?Ocho mil? --le pregunta Sacristan a Martel. Este asiente y el crupier coloca las fichas --Cuidado, Karo --me advierte Anselmo, pero yo voy lanzada. He ligado un full de seis y ases y ahora pienso en cuanto tengo que subir la apuesta para que el gorrilla no se eche atras. O al menos para que no lo haga Martel, que es el que va a decidir. --?Once mil? --le pregunto al mio, que asiente con el whiskey en la mano--. Once mil, entonces. Sacristan se acaricia el menton con el pulgar intentando ver a traves de mis cartas que es lo que llevo. A mi tambien me gustaria saber con que ha apostado tan fuerte. ?Doble pareja o el trio de seis? En cualquier caso, gano yo. --Subo a quince --dice satisfecho. --No te emociones --responde Martel--, que como sea un farol vas a tener que ampliar ese descampado en el que te aparcan los coches para pagarme. --Venga, Martel, que lo tengo ganado. Cubreme. ?Lo tiene ganado? Muy seguro lo veo. Solo hay una mano que me gane. Solo una entre las decenas que puede tener. --No, esto se acaba aqui --Martel se dirige de nuevo al crupier--. Cubrele la apuesta y que levanten las cartas. El crupier coloca las fichas que faltan hasta los once mil euros y luego me mira para que ensene mi mano. Yo levanto mi as seis. Confirmo mi full y sonrio feliz. Una felicidad que se nubla al instante cuando veo que la boca de hiena de Sacristan suelta una carcajada. Se me eriza el vello de la nuca, como si el mismo silencio que se ha hecho a mi alrededor fuera el de mi funeral. El gorrilla levanta sus cartas y veo dos malditos ases como si fueran dos lapidas con mi nombre. --!Joder! --dice uno de los jugadores. --!Full de ases y seis! --exclama Anselmo--. Mira que te lo dije, Karo, que tuvieras cuidado. Yo lo oigo todo como si fuera la television sonando de fondo. Tengo delante de mis ojos la unica mano que podia ganarme. ?Cuantas veces se pierde con un full house? No tengo ni idea, pero muy pocas. Tan pocas que a todos se les han quitado las ganas de seguir jugando. Empiezan a levantarse y se dirigen a la barra a cambiar sus fichas. --Si es que... Mira que ponerte a jugar con profesionales --me dice el gorrilla con sorna. Su cuerpo enclenque parece haberse inflado y ahora hasta se asemeja a un hombre de verdad. Se cree un tiburon el muy idiota. Me dan ganas de pegarle una hostia. Cuando la sala se ha quedado practicamente vacia, me levanto de la mesa como si estuviera sonambula. Aun me resisto a apartarme de las cartas. Mi as y mi seis siguen frente a mi. Me pregunto que es lo que he hecho mal. Revivo una y otra vez las fases del juego, como si esta vez pudiera ganar la partida. --Tranquila, Karo, estas cosas pasan --dice Martel. --Y tanto que pasan. Sobre todo, a mi. --Tomate un whiskey, estas invitada. No tengo animos ni para darle las gracias, aunque el whiskey lo voy a pagar yo con la comision que le he hecho ganar. Me acerco a la barra y le pido un ron a Juanito, el whiskey me sentaria mal. --Lo siento, Karo --me dice el camarero cuando me pone la copa. Mi prestamista esta a mi lado, mirandome. --Supongo que el trato es el de siempre. Diez por ciento al mes --le digo. Estaba tan confiada en que iba a ganar que he aceptado el dinero sin establecer las condiciones. Vaya una lumbrera. --No te preocupes por la deuda, ya lo resolveremos. Estoy de tu parte. --El prestamista comprensivo --respondo con la vista hundida en mi vaso. El tipo se levanta, recoge su tarjeta y siento su mano sobre mi hombro antes de verlo irse. --Espera --lo detengo. --?Si? --No soy una puta. No voy a prestarme a nada raro para reducir la deuda. No, no soy una puta. Solo una profesora interina de Historia que no sabe que cono hace en un sitio como este. --Es bueno saberlo --responde mientras sale por la puerta. Es vasco, estoy segura. Por su acento. No es muy pronunciado, pero me ha parecido identificarlo. Hace tres dias estaba en una terapia de grupo y todos me felicitaban por llevar dos meses sin jugar y ahora me encuentro arruinada y viendo mi vida pasar ante mis ojos. La sala se ha vaciado sin que me haya dado cuenta y yo solo tengo energias para encender de nuevo mi movil y mirar las llamadas perdidas de David. Dos llamadas la anterior madrugada que tenia que haber contestado. Tal vez asi las cosas habrian sido diferentes. El estaria vivo y yo no me habria jugado mis pocos ahorros mas otros doce mil euros en una partida de cartas. Desde luego no habria recibido el mensaje de mi excunada, hace tres horas y cincuenta y dos minutos. <>. Las manos me tiemblan tanto que me cuesta introducir la llave en el contacto y arrancar. No estoy segura de si es por el frio humedo y nocturno de La Laguna, porque mis problemas economicos se han multiplicado en una sola noche o por la impresion de saber que David esta muerto. Comprendo que Agatha, mi excunada, me haga responsable de lo ocurrido, yo misma me siento como si hubiese apuntado una pistola a su pecho y disparado con ella. Una imagen se me viene a la mente con una claridad que casi parece que la este viviendo en este momento. David esta sentado en el sofa del piso que compartiamos en La Salle. Tiene la mano apoyada en la frente, con la vista fija en el suelo, y mueve la cabeza diciendo que no como si la sola idea de que lo deje le resulte imposible. Yo he metido mis cosas mas urgentes en una bolsa de viaje que ahora esta aparcada junto a la mesa del comedor y me encuentro sentada frente a el sin saber muy bien como actuar.

  • Desdicha (El experimentado detective Hensley 1) de Raul Garbantes

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  • La seleccion natural de Charles Darwin

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    <"Expresado muy brevemente, Darwin sustancio con muy variadas evidencias la idea (que otros antes que el habian propuesto) de que las especies evolucionan, encontrando ademas un mecanismo que hacia plausible tal evolucion; defendio que la vida es como un arbol, de cuyas raices han ido brotando diferentes ramas, esto es, especies, que con el paso del tiempo continuan diversificandose, dando origen a otras bajo la presion de determinados condicionamientos. [...]A lo largo del siglo y medio que nos separa de la publicacion de El origen de las especies, la esencia de su contenido no ha hecho sino recibir confirmacion tras confirmacion. Puede que aun resten cuestiones por dilucidar, pero el evolucionismo darwiniano nos suministra un marco conceptual y explicativo imprescindible para comprender el mundo natural de manera racional, sin recurrir a mitos".

  • El cuenco de la alegria congenita de Esther Llull

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    Aida y Ana se conocen en El Escorial, en una de las escuelas de bailes de salon y danza que organiza la residencia de estudiantes. Alli, Aida, que es la joven adolescente, empieza a despertar su inocencia y sus primeras sensaciones ante el amor y los sentimientos. Su amiga Ana, joven mas experta, la instruye y la anima a que se defiendan juntas de las intenciones de algunos chicos. Lo cierto es que Aida despierta un sentido comun mucho mas resguardado por su inocencia y por su gran fuerza e idealismo, al conservar la pureza de sus sentimientos. Mientras que Ana, que es una gran seductora, se divierte mas con las contradicciones que despierta ante el deseo de los hombres y, al mismo tiempo, ella es presa de sus propios deseos y contradicciones. Ella no inhibe sus inclinaciones naturales, pero es presa de la misma moral que ella critica.”Epilogo de la inocencia perdida: A Ana lo bello no le parece bueno o malo, ella trata de recuperar la inocencia perdida, tal vez, y la encuentra en su amiga Aida. Pero Aida, al mismo tiempo, desarrolla otro vinculo de amistad mas solido y que le da mas apoyo. La moralidad juega con cierta inhibicion de los instintos, pero se desvela en ella otra cosa, que es que la falta de moralidad nos hace perder la inocencia. Tampoco podemos soportar por mucho tiempo un orden de razon superior, porque desarrollamos muchos mecanismos defensivos que nos enganan. Contra la indiferencia de los demas, cuando uno se enamora, se atreve completamente en todos los sentidos, es lo que nos ensena Aida. Ella sentia curiosidad por el mundo, y era como amarlo: es lo mismo. Esa inocencia radical es el amor, esa curiosidad, que luego le ensenan a perder. Porque a medida que ella crecia en su ser, su inocencia florecia por si sola. Solo un dia encontraria asi en su corazon el amor que lo aceptaba todo. Pero Ana piensa de forma diferente, uno siempre es inocente de aquello de lo que se enamora, pero una cosa es la inocencia y otra es la simpleza. Ella pone muros, fabrica defensas emocionales, fisicas e intelectuales y luego como Penelope las desteje a su antojo. Pero puede perder en este juego de la vida y ella lo sabe.Pero Aida, protegida por una inocencia interior, cree que el amor es como una sensacion fisica especial de lo infinito, que a ella le parece muy hermosa. Ella no focaliza ese amor en un punto, en una persona, en una circunstancia, sino que agrandaba su vision y veia todo como un gran paisaje y eso, la persona amada, estaba en ese paisaje. Aida creia que el amor estaba muy relacionado con esto, con una especie de busqueda hacia el inconsciente, hacia el infinito, y se necesitaba mucha inocencia y mucha pasion, de nuevo, ante la resistencia al cambio y a la incomprension de los otros.

  • Brillaras de Anna K. Franco

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    ?Quien dice que dos hermanas tienen que ser parecidas?
    Hilary y Valery son el agua y el aceite.
    Hilary es popular, exitosa y divertida. Val, en cambio, se define a si misma como "un
    desastre".
    La vida parece llevar un curso normal, sin embargo, todo se derrumba cuando Hilary muere. La familia queda al borde del abismo. Con una madre devastada y un padre que se refugia en el trabajo... Val se
    siente sola.
    La tristeza la domina, y justo cuando parece que nada tiene remedio, encuentra una lista de su hermana. Hilary dejo bien claro que queria hacer antes de irse, pero no tuvo tiempo. Val decide entonces cumplir con los
    suenos que su hermana dejo inconclusos, aunque implique sumergirse en mundos donde jamas habria entrado.
    No sabe que, en realidad, esta emprendiendo su propio camino. Un viaje de redescubrimiento
    en el que comprendera que las
    personas no suelen ser lo que parecen. Que el "desastre" que ella creia ser no tiene nada
    que ver con lo que en realidad es.

  • El secreto esmeralda de Eva Esteban-acebo

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    Amor, intriga y desencuentros.

  • Perdido en las olas de Javier Romero

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    Tristemente, la historia de Pau es muy comun en nuestros dias. Ninos que, un dia si y otro tambien, son el dano colateral de una violencia de genero grabada a fuego en nuestra sociedad y que se ha convertido en el pan nuestro de cada dia. Ninos que no creen en la fantasia y que ven como su infancia se trunca por un amor enfermizo y que, en la mayoria de las ocasiones, ni tan siquiera pueden disfrutar.

  • Las cenizas y las cosas de Naief Yehya

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  • Enganos (Dulces Tentaciones 1), Alina Covalschi de Alina Covalschi

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    ?Que harias si algun dia descubres que tu propia mujer esta pagando a una persona para que descubra tu infidelidad?
    Clara es una mujer hermosa y con una mirada transparente, capaz de enamorar a cualquiera.
    Su trabajo la mantiene atrapada entre la mentira y la triste realidad. Se vera obligada a permanecer bajo la sombra de las infidelidades pero, ?que pasara cuando su ex novio aparezca de nuevo en su vida?

  • El banquete celestial de Donald Ray Pollock

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    La nueva novela del norteamericano Donald Ray Pollock es un western que se mueve en el territorio de McCarthy, Faulkner y O’Connor, y que mezcla la satira con saludables dosis de violencia cinematografica al mas puro estilo de Peckinpah, Tarantino o los Coen.

  • Vidas contrastadas, Leah Dempster de Leah Dempster

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    Ella le ofrecio mas de lo que estaba esperando.

  • Glossy Look de Rosario Vila

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    Despues de una cena de empresa algo desmadrada, la despistada y romantica Lola se despierta con una resaca monumental y unas pintas horribles en la cama de un completo extrano. Avergonzada por los embarazosos detalles que el desconocido le revela sobre la noche anterior, huye de su casa sin resolver el misterio que envuelve este confuso encuentro amoroso. Pero no tardara en descubrir que se trata del hombre al que quiere cazar Miss Ladilla Trepadora, la temible y odiosa directora de recursos humanos de la empresa en la que trabaja: Glossy Look.

  • El senor Mani de A. B. Yehoshua

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    AGAR SHILOH, nacida en 1962 en Mashabei Sade, un kibutz fundado en 1949 que se encuentra a treinta kilometros al sur de Beer Sheva. Sus padres, Roni y Yael Shiloh, llegaron al kibutz en 1956 cuando estaban haciendo el servicio militar. Roni cayo en la guerra de los Seis Dias, el ultimo dia de la guerra, en los combates de los Altos del Golan. Agar tenia entonces cinco anos, por lo que muy bien puede ser cierto, como ella sostiene, que guarde un claro recuerdo de su padre. Agar fue educada en el instituto regional de Revivim. Cuando dejo los estudios le faltaban dos asignaturas del ultimo curso de bachillerato, las de ingles e historia, pues no se habia presentado a los examenes. Fue reclutada en agosto de 1980 y sirvio como soldado en una unidad de paracaidistas, en el campamento base de la misma en la zona de Beth Lida. A causa de la distancia existente entre la base y el kibutz, Agar solia pasar los permisos de fin de semana en Tel Aviv, donde dormia en casa de su abuela paterna, Noemi, a la que se sentia muy unida y a la que le hacia contar los recuerdos de la infancia de su padre. La abuela, que disfrutaba con la presencia rebosante de vida de la nieta, trataba constantemente de convencerla para que se matriculara en la universidad de Tel Aviv una vez que se hubiera licenciado en el ejercito. Asi, cuando Agar termino el servicio militar, cuyos ultimos meses fueron muy movidos a causa de la guerra del Libano que habia estallado en junio de 1982, y a pesar de la oposicion de su madre, que creia que Agar tenia que volver a trabajar en el kibutz por lo menos por un periodo de un ano antes de empezar a estudiar, consiguio convencer a la asamblea formada por los miembros del kibutz para que la autorizaran a estudiar, siendo como era, ademas, que aquellos estudios serian financiados en su totalidad por medio de una subvencion que el ministerio de Defensa tenia destinada a los huerfanos de guerra. Agar se matriculo en el departamento de cine de la facultad de Bellas Artes de la universidad de Tel Aviv pero, como no tenia ultimados los estudios secundarios, no fue admitida para cursar el primer ano de la carrera, sino que se vio obligada a estudiar antes, en la misma universidad, un ano de preparacion academica. Ese curso lectivo tiene por objeto que los alumnos aprueben los examenes de bachillerato que les falten, asi como que se les impartan las asignaturas de expresion hebrea, ingles y matematicas como refuerzo para su capacitacion academica. A principios del mes de diciembre la abuela Noemi cedio ante la insistencia de su hijo, el tio de Agar, Benzion Shiloh, alto funcionario del consulado israeli en Marsella, aviniendose a ir a visitarlo, ya que el habia tenido que anular su visita estival a Israel a causa del incremento de las tareas de informacion que recayo sobre los empleados del ministerio de Asuntos Exteriores por la guerra <>. A pesar de que no queria alejarse de su querida nieta por mucho tiempo, no pudo menos que responder afirmativamente a su unico hijo, que tenia cuarenta anos y cuya solteria seguia preocupandole mucho. Siempre habia creido que su presencia cerca de el podria quiza conducir a algun arreglo matrimonial, por lo que prolongo su visita para participar en las recepciones organizadas por el consulado con motivo del ano nuevo civil. Agar, de baja estatura, dinamica y que habia heredado el purpureo color de cabello de su difunto padre, se solazaba pensando que el grande y hermoso piso de la abuela estaria ahora por completo a su entera disposicion. Primero penso en invitar a vivir con ella a una amiga que habia conocido en las clases del curso preparatorio, una muchacha muy decidida llamada Iris, tambien huerfana de guerra, que habia perdido a su padre en la guerra de Yom Kippur y era toda una experta en las distintas bonificaciones y ayudas del ministerio de Defensa para con las familias de los caidos; pero finalmente la invitacion no prospero, y mejor para Agar que asi fuera, porque a principios de diciembre empezo a tener relaciones en casa de la abuela con un estudiante, un alumno de master llamado Efraim Mani, profesor de la asignatura expresion hebrea del curso de preparacion universitaria. La relacion tuvo un comienzo muy intenso, aun cuando ya el 9 de diciembre salio Efraim como reservista hacia la franja occidental del Libano, que no acababa de calmarse a pesar del <> que habia sido firmado entre Jerusalen y Beirut. YAEL SHILOH, de soltera KRAMER. Nacida en Kiriat Motzkin en 1936. Militante activista socialista en los movimientos juveniles de los campamentos de inmigrantes, trabajo tambien como instructora. En 1952 salio a realizar un curso de campamentos juveniles en el kibutz Ein Harod por un periodo de un ano, por lo que vio interrumpidos sus estudios secundarios que despues ya no finalizaria. En 1954 se unio al grupo Re'im, que inicio su servicio militar en el kibutz Rosh Hanikra. Al grupo, compuesto por gente de los alrededores de Haifa, se unieron tambien unos cuantos jovenes mayores, del movimiento de Tel Aviv y Rishon Lezion, entre los que se encontraba su futuro marido, Roni Shiloh, que habia finalizado sus estudios en Tel Aviv. El noviazgo se consolido ya en Rosh Hanikra. Despues de que Roni finalizara su curso de paracaidismo y de que tomara parte, en el verano del 56, en dos breves operaciones belicas y, por supuesto, tambien en la campana del Sinai, partieron ambos, junto con el resto de los miembros de la unidad, a servir en el kibutz Mashabei Sade. La vida en aquel kibutz meridional les gusto y, al licenciarse, decidieron quedarse a residir alli, donde se casaron en 1958. Los dos trabajaban en la granja: Roni en los campos de grano y Yael en las plantaciones de frutales. En 1962, despues de un viaje a las ruinas arqueologicas de Grecia organizado por la sociedad de estudiosos de la historia, nacio su primera hija, a la que llamaron Agar, en honor al apego que los dos sentian por el desierto. Cuatro anos despues, en 1966, tuvieron otro hijo, que murio a la semana de nacer a causa de una hepatitis aguda debida a la incompatibilidad sanguinea de sus padres, problema que no habia sido tenido en cuenta por el departamento de obstetricia del hospital de Beer-Sheva. Despues de recibir asesoramiento medico decidieron tratarse para tener otro nino, pero este nunca llego porque Roni cayo al final de la guerra de los Seis Dias, en los combates por los Altos del Golan, en la carretera de Quneitra a Damasco. A pesar de las suplicas de sus propios padres y, sobre todo de los padres de Roni, para que se marchara del kibutz y regresara a la ciudad, Yael decidio quedarse con su hija de cinco anos en la granja e incluso fortalecio sus vinculos con el lugar. Sabia perfectamente, sin embargo, que las posibilidades que tenia de volverse a casar irian disminuyendo de ano en ano en aquel apartado kibutz de tan pocos habitantes, pese a lo cual siguio trabajando en la plantacion e incluso dirigio las entonces innovadoras tentativas de cultivo del aguacate. Durante la guerra de Yom Kipur, cuando el secretario del kibutz tuvo que salir como reservista por un largo periodo de tiempo, Yael fue nombrada para ocupar aquel cargo que ejerceria despues durante varios mandatos con el beneplacito general, a pesar de que a algunos miembros de la comunidad les parecia demasiado extremista desde el punto de vista ideologico. La relacion con su hija Agar, una relacion por lo general muy intensa, tropezaba de vez en cuando con algunas crisis dificiles, por lo que mas de una vez la animaron los amigos mas proximos a que asistiera a los cursos especiales del movimiento kibutziano sobre educacion y psicologia juvenil. Esos cursos divulgativos y eventuales resultaron muy de su agrado y de vez en cuando incluso viajaba a la universidad de Beer Sheva para oir conferencias relacionadas con temas de educacion y psicologia. En 1980, a pesar de que se acercaba ya a los 44, accedio a participar en uno de los encuentros de solteros y solteras que organiza el movimiento kibutziano, jurandose despues a si misma que jamas volveria a asistir a un encuentro de ese tipo. Yael temia que la estrecha relacion que su hija habia mantenido durante el servicio militar con su suegra, la abuela Noemi, que habia enviudado a mediados de los anos setenta, pudiera tentar a Agar a marcharse del kibutz, por lo que se opuso a que Agar comenzara sus estudios en la universidad inmediatamente despues de haber terminado su servicio militar, prefiriendo que volviera a la granja a trabajar durante por lo menos un ano. Cuando Agar presento la solicitud para salir a estudiar, Yael intento en secreto y por todos los medios que aquella le fuera denegada. Pero la politica liberal por la que se regian los kibutzes a principios de los anos ochenta en todo lo referente a la <> de los nacidos en el kibutz que habian terminado su servicio en el ejercito y que pretendia, en realidad, impedir cualquier pretexto para marcharse apresuradamente del kibutz, ademas de que los estudios de Agar fueran a ser financiados por el ministerio de Defensa dentro del programa de ayudas que este otorga a los huerfanos de las guerras de Israel, inclinaron la balanza en contra de la postura de Yael en la asamblea general. El hecho de que Agar viviera en Tel Aviv con la abuela contribuia a que pudieran comunicarse por telefono con cierta frecuencia, y Yael y Agar acordaron hablarse, por lo menos, dos veces por semana, a pesar de que en 1982 todavia no habian instalado en Mashabei Sade telefonos personales con extension propia en las casas de los miembros del kibutz. En el dialogo que sigue faltan las palabras de Yael. * * * --Pero aunque hubiera desaparecido, mama, ha sido por muy poco tiempo, no es para haberse preocupado asi por mi... --Si te llame, mama, claro que te llame, el miercoles por la tarde, desde Jerusalen... --Claro que si, el miercoles todavia estaba en Jerusalen, ayer tambien... --Tambien ayer, mama, y hoy, pero si deje el aviso... --?Como no te lo han dicho? --!Ay, Dios mio, mama, no me digas que esta vez tampoco te ha llegado uno de mis recados! --Yo que se... A quien descolgo el telefono... --Uno de los voluntarios alemanes... --?Pero que querias que hiciera, mama? Yo no tengo la culpa de que nadie que este todavia en su sano juicio quiera contestar ya al telefono en el comedor general despues de la cena, porque a nadie le apetece corretear entre las casas, con el frio que hace, para avisar al que esten llamando. Intenta tu llamar al kibutz una noche de invierno y ponte a hablar en ingles con un voluntario medio drogado que ya ni se acuerda de como se sujeta un lapiz entre los dedos y, entonces, quiza comprendas que no ha sido muy inteligente por tu parte dirigir con tanto fanatismo esa cruzada contra los telefonos privados, como si de eso dependiera que el socialismo fuera a seguir adelante o a desaparecer. En otros kibutz hace ya tiempo que los telefonos particulares en casa de cada uno forman parte de la calidad de vida... --Todavia no he visto ningun kibutz, mama, que se haya hundido economicamente por culpa del telefono... eso son fantasias tuyas... --Pero si no he desaparecido, mama... si solo he estado fuera de Tel Aviv durante los tres ultimos dias... --?El? Que va, pero si todavia sigue en el Libano, si fue el quien me mando a Jerusalen, a casa de su padre, y no he podido salir de alli hasta esta manana. --En conciencia, no podia marcharme... --Pero si eso es precisamente lo que te quiero contar... si es eso lo que he venido a contarte... --No, fue el miercoles por la tarde cuando empezo a nevar en Jerusalen, pero ayer ya no quedaba ni rastro... --No, ha sido el quien me ha dado este viejo abrigo, su padre, el senor Mani ese... --Si, yo lo llamo el senor Mani... no se por que... --Pero si esa es precisamente la cuestion, si es solo por toda esa historia por lo que he vuelto hoy a casa, aunque debo de haberme vuelto loca por estar ahora aqui sentada contigo en vez de haberme encerrado en Tel Aviv a estudiar para el examen... --Si te lo he contado, tengo un examen de ingles el domingo, y me fastidiaria tanto que me volvieran a suspender...

  • Milagro de Danielle Steel

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    Danielle Steel, la maestra de la novela romantica, nos ofrece de nuevo una novela milagrosa que entretiene y emociona.

  • Secbra (Desterrados 1) de Beca Aberdeen

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    Ash ha vivido toda su vida rodeada de ordenadores en el espacio, y a sus dieciseis anos es capaz de arreglar cualquier maquina y hasta de inventar sus propios programas.
    Cuando la invitan a formar parte de la academia de informaticos situada en la maravillosa Noe, acepta seducida por la idea de vivir en un lugar parecido a la Tierra, el cual nunca ha conocido.

  • El apostol de la muerte (Susurros 2) de Gema Tacon

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    Cuando la vida de Kate Warne no podia ser mas soporifera, regresan los fantasmas del pasado removiendo sentimientos que ya creia extintos.Dos casos que nada tienen que ver surgen de pronto, convirtiendo su mundo en un autentico caos. Joseph es el unico que la mantiene atada a la realidad, pero incluso el puede llegar a dudar.

  • El pacto Churchill – Hitler de Carlos De Napoli

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  • El muneco de nieve (Harry Hole 7) de Jo Nesbo

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    El muneco de nieve, septima entrega de la serie de novela negra noruega protagonizada por el atormentado detective Harry Hole, es un combate cara a cara con el mal absoluto.

  • Colmillos de Hombre de Manuel Moreno

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    James era medico de urgencias.
    Profesional, considerado, dedicado.
    Atractivo, divertido, gay.
    Y tuvo que enfrentarse al abismo.

  • Ultima llamada. Destino Irlanda de Victoria Valencia Duran

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    Cuando Sara, una joven de veintidos anos recien titulada en Psicologia pero inexperta en temas del amor, conoce por casualidad a Andrew, un irlandes de unos cuarenta anos muy atractivo y con una buena posicion social y economica, sentira por primera vez en su vida lo que es el verdadero amor. Y a pesar de la gran diferencia de edad, ambos se enamoraran. Pero pronto la vida de Sara dara un giro inesperado cuando descubra que Andrew, el amor de su vida, oculta un gran secreto que pondra en riesgo su relacion. Ultima llamada: Destino Irlanda es una novela que te cautivara desde el primer momento. Aprenderas a conocer el amor de una manera muy profunda a traves los ojos de Sara y Andrew, quienes representan el mas claro ejemplo de que ni el tiempo ni la distancia pueden con el destino.