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  • Atraccion legal de Lisa Childs

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    Ronan Hall, un abogado de divorcios increiblemente atractivo, arruino la reputacion de Muriel Sanz para conseguir un acuerdo mas sustancioso para su ex. Ella, en venganza, quiso destruir su carrera. Tendrian que haberse odiado, pero no podian dejar de tocarse ni de besarse. Si no se destrozaban en los tribunales, era posible que lo hicieran en el dormitorio.

  • Samsara. Dentro de mis suenos de Isabel Quilis Bayona

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    La informacion le llegaba a traves de terribles pesadillas. Cada dia perdia mas el control de su vida experimentando vivencias ajenas a ella que la sumergian en una voragine de sensaciones y emociones fuera de su realidad. No sabia como salir del mundo de sombras que la rodeaba y que cada noche la acosaba y la sacrificaba para volver a revivirlo una y otra vez sin posibilidad escapar. La locura se iba instalando poco a poco en su interior, debia encontrar una salida antes de volverse completamente loca.

  • Dejate enganar (Citas de Amor 3) de Anna Dominich

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    Vicky es una mujer fuerte y decidida que siempre lucha por lo que desea y nunca se rinde ante nada. Tras unos anos dificiles, vive la clase de vida que siempre ha sonado. Rodeada de amigas que la quieren, independiente, propietaria de un negocio y sin preocupaciones, por fin es feliz. Ademas, tiene a Alexei, un hombre misterioso, con muchos secretos, que ha acabado convirtiendose en su confidente y mejor amigo.
    Sin embargo, el tiempo pasa y siente que le falta algo. Cuando conoce por casualidad a Daniela, una nina que ha perdido a sus padres y se ha quedado sin hogar, se da cuenta de que lo que siempre ha deseado es formar una familia, asi que no duda en acogerla, quererla y cuidarla como hubiera querido que hicieran con ella.
    Todo parece perfecto en la apacible vida de Vicky, hasta que un dia el pasado regresa y el unico hombre al que ha amado llama a su puerta.
    Ivan no entiende el motivo por el que Vicky le dejo sin darle ninguna explicacion y ahora, al reencontrarla, esta dispuesto a obtener respuestas y cobrarse la venganza. Las cosas se complican para ambos, hay muchas preguntas sin respuesta y surgen las dudas. ?Se puede desear y odiar a una persona al mismo tiempo y con la misma intensidad?

  • Historia argentina de Rodrigo Fresan

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    Con Historia argentina, su primer libro (que contiene, dice, el germen de todos los libros posteriores), Rodrigo Fresan causo conmocion y fue considerado el abanderado de la llamada joven narrativa argentina.

  • La Rendicion de Toni Bentley

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    Pocas mujeres lo practican, y muchas menos lo admitiran. Sin embargo, en las atrevidas memorias intimas de la neoyorkina Toni Bentley, la autora levanta el velo sobre una practica sexual prohibida por la Biblia y celebra <>. Nos referimos a la sodomia, un acto que <>, afirma Bentley. Pero esta mujer de hoy, moderna, que vive como muchas otras mujeres de nuestros dias, no teme contar abiertamente su <>, tras ser iniciada por un amante en este placer radical e inesperado, para abordar todos los aspectos de ese acto <> en el que ella se siente renacer. Un acto que implica abandono y confianza, que colma ciertos deseos de sometimiento, unos anhelos que, por paradojico que parezca, acaban haciendola duena de si misma y de su placer. El camino hacia esa liberacion cobra, por una parte, visos espirituales, y por otra, gracias a la franqueza con que cuenta sus experiencias, nos acerca vividamente una realidad raras veces descrita. La rendicion, el relato de una obsesion que sin duda obligara a los lectores a cuestionarse sus propios deseos, ha sido traducido a varias lenguas y muy bien acogida por la critica, que, entre otras cosas, ha dicho: <> (Publishers Weekly) y <> (The New Republic).

  • Un beso arriesgado de Olga Salar

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    Trabajar en un periodico se suponia que era una experiencia interesante, cargada de desafios y de momentos de tension, de noticias que cubrir y ruedas de prensa a las que asistir. Momentos historicos en los que participar y escandalos que destapar. No obstante, trabajar de becaria limitaba esos momentos a la minima expresion. Tanto que los convertia en inexistentes. Las tareas que le asignaban a Veronica Campos, en el periodico en el que realizaba sus practicas, eran mortalmente aburridas: contestar al telefono, ayudar a los redactores con las correcciones y, de vez en cuando, Luis, el director del periodico, le concedia algun articulo para que se sintiera parte de la plantilla. Una entrevista con un escritor novato o una nota sobre algun tema local. Sin embargo, y a pesar de los momentos de tedio, ella estaba encantada con trabajar alli. Habia aprendido mas esos meses en la redaccion que en los ultimos cinco anos en la universidad. Puede que no tanto en terminos tecnicos: aun no sabia como redactar un buen texto, como citar correctamente. No obstante, si que habia asimilado cuales eran las mejores preguntas para romper el hielo en una entrevista, como determinar si una fuente era de fiar o no... Pequenos detalles que marcaban la diferencia en un momento dado. Desde el momento en que llego, toda nervios e inseguridades, los companeros la habian acogido con amabilidad. Incluso habia llegado a trabar amistad con varios de ellos. Pese a todo, si tenia que ser sincera consigo misma, la mejor parte del dia era cuando el novio de Elba llamaba por telefono para hablar con su chica. Era entonces cuando Veronica le encontraba utilidad a hacerse cargo de las llamadas que llegaban a la redaccion, porque se encargaba de filtrarlas, y eso le permitia hablar unos minutos con el. Sus primeras interacciones habian sido muy formales, a pesar de ser la que tomaba las notas de sus mensajes para Elba y de que algunos eran realmente curiosos. Se limitaban a los saludos de rigor seguidos de los mensajes, estramboticos y originales. En una ocasion le habia hecho escribir un fragmento de una cancion de Alejandro Sanz que la habia hecho suspirar durante dias. Ni siquiera lo habia visto en persona y Veronica ya sabia que queria tener una pareja como el: atenta, romantica y con una voz que la hiciera estremecer. Despues de asumir que era el hombre perfecto, se habia dado de bruces con el en las escaleras del periodico y habia descubierto que, ademas, era muy atractivo, detalle que termino desencadenando que se sintiera culpable por pensar en el de un modo tan personal. De hecho ni siquiera se lo habia contado a su mejor amiga, preocupada porque Carla pensara lo peor de ella. Y es que Elba era una persona maravillosa, y no se merecia que Veronica fantaseara de ese modo con su novio. Quien, por cierto, hacia dias que no daba senales de vida. ?Se habria peleado la feliz pareja?, se pregunto, volviendo a sufrir un ataque de culpabilidad por el pensamiento. Como si hubiera leido su mente, el telefono comenzo a sonar y, al descolgarlo, escucho la voz que tanto habia recordado en los ultimos dias.

  • Sombras oscuras de Elena Romero

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    El mundo es un lugar frio.
    Oscuro. Y diferente.
    Ahora es puro, simple. Real.
    Unos mandan, otros obedecen.

  • Hoy he sonado contigo de Noelia Medina

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    Hoy he sonado contigo Y realmente no entiendo a que asunto apareces en mis suenos de repente, tan normal, tan pasota, tan tu. ?Cuantos anos hace que te marchaste? Ya ni lo se. Tampoco me hubiera planteado esta cuestion a dia de hoy si no hubieras aparecido en mis suenos. Seguramente, ni siquiera hubiera pensado en ti, total, es lo que llevo haciendo muchos anos dia tras dia: no pensar nunca en ti. Te preguntaras que he sonado, o no, porque jamas vas a leer esto, y si te soy sincera, no quiero que lo hagas. Si en su dia no te interesaban mis problemas, dudas o alegrias, ?por que te iba a interesar ahora? La cuestion es que en mi sueno estaba yo, logicamente, y estaba feliz, muy feliz. Esa sensacion plena que uno siente cuando te rodean personas verdaderas, de las que te quieren de verdad. Aunque claro, quiza explicar un sentimiento tan agradable y profundo a una persona que solo sabe mirar su ombligo es un poco complicado. El sueno se desarrollaba en el cielo; era una especie de fiesta en la que el suelo que pisaba eran nubes blancas y esponjosas, la claridad abundaba y una gran cancela de rejas doradas se abria para todos los invitados, o sea, el ejemplo de un sueno perfecto. Yo bailaba animadamente con los invitados, algunos comian canapes y otros charlaban mientras rellenaban sus vasos. Pero de pronto, a traves de aquella puerta gigante, apareciste tu, y como comprenderas, eso me corto toda la felicidad del momento. Ya sabes, eres experto en joder mi vida, mis suenos, mi felicidad y mi existencia en si. Me incomodabas. Tu simple presencia hacia que mi cuerpo se removiera a causa de las nauseas que me provocaba tu cercania. La gente se preguntara, ?que hizo para provocarte ese malestar repentino? Pues eso... ?que hiciste o que me dijiste? Nada. Ese es el problema, que en mi sueno no hacias nada. Solo estabas ahi parado, observandome, y aunque yo riera con mis amigos, bromeara y bailara, siempre mi mirada buscaba la tuya haciendo que mi maldito corazon diera brincos y quisiera salir por mi boca en forma de regurgitacion. Porque tus ojos acechaban a los mios como si se tratara de tu presa, vigilabas mis movimientos y mis acercamientos, fruncias el ceno y lo relajabas constantemente sin darme a entender el porque de tus multiples gestos. De nuevo, minutos despues, volvi a tomar el control de mi sueno y disfrute haciendo caso omiso a tu presencia. En ese espacio de tiempo en el que el sueno transcurria, yo era tal y como soy ahora; ya no era pequena e indefensa, tu me ensenaste a ser fuerte, decidida y duena de mi misma. Me ensenaste inconscientemente, claro. Aprendi a base de palos, mentiras, gritos, desprecio... Estoy segura de que si en algun momento hubieses sido conocedor de que todo aquello me ayudaria a convertirme en quien soy, no se hubiera pasado por tu mente hacerlo. Yo parecia tu enemigo, tu rival... todo menos una pareja. El sueno ha rondado todo el dia por mi cabeza. No creas que ha despertado un instinto primario en mi, que me ha hecho ilusion o que he recreado momentos contigo... para nada, todo lo contrario. Mi cerebro ha estado recopilando informacion para darle significado. Sabes que soy una persona muy interesada en todo aquello que ocurra en nuestro subconsciente. Tras todo el dia pensando en ello, he llegado a una conclusion: todo ha sido una simple metafora de nuestra relacion. Estabas ahi a mi lado sin aportar nada, pero siempre tenias tu mirada encima de mi; sin dejarme tomar decisiones propias, sin permitirme ser realmente feliz y cortando mis --en ese entonces-- recien estrenadas alas. Te preguntaras si despues de tantos anos, todo esto lo cuento porque estoy enamorada de ti... La respuesta es NO. En mayusculas. Hace mucho tiempo que me olvide de ti, de tu rostro, de tus labios, de tus falsas caricias y tus crueles mentiras. Olvide los falsos te quiero, los buenos momentos y los malos tambien, aunque siendo sincera, estos ultimos nunca llegue a borrarlos definitivamente de mi mente. Y es que, cuando alguien te dana de esa manera tan misera, es practicamente imposible obviar que ese dolor lo cargo tu pecho solito durante anos. He de reconocer que despues de lo ocurrido, hubo un momento de mi vida que me hallaba en una pequena encrucijada. Me encontraba entre un te amo y un te odio, un te quiero a mi lado, pero a la vez quiero olvidarte... estaba confusa, porque tu nunca me aclaraste nada. Y realmente, me di cuenta que ya ni te amaba ni te odiaba, simplemente me eras indiferente. Fue ahi cuando analice mi larga relacion a tu lado. Fuimos una pareja basada en la obsesion, sin carino, sin momentos buenos, sin peleas sinceras, ni reconciliaciones mejores. Solo eramos tus putos celos y mis malditas inseguridades. Eramos un carro del que solo uno tira haciendo imposible la carga. Solo eramos ceniza que se llevo el viento sin que nos percataramos siquiera. Eramos un mar iluso chocando contra una gran roca imposible de derrumbar. Porque la montana estaba ahi quieta, robusta, fornida, pero la marea subia y bajaba, rozando unas veces la montana y otras veces no, dependiendo de la fuerza que el viento propinase. Nunca quedarian abrazados integramente. Aquella enorme formacion inerte nunca seria el perfecto complemento del revoltoso mar. Quedamos siendo amor convertido en olvido. Y eso, querido, agota. Agota tanto que me canse. Si, me canse. Yo, la chica incansable, la que todo lo soportaba. Me canse de ti. En mi sueno aparecia ella, ?sabes? Lo que mas gracia me hizo es que iba a tu lado pero no contigo, es decir, entrasteis por la puerta juntos, y la llevabas de la mano, pero no la mirabas ni con amor, ni con deseo, ni con fraternidad... simplemente no la mirabas. Y que te voy a decir... si sueno egoista lo siento, pero sin ocultarla y ante todo el mundo en mitad de aquella fiesta celestial, con un buen vaso de algun tipo de ron en la mano, tenia la sonrisa de una nina saboreando una gran piruleta de alegres colores. ?Por que? Pues porque en su rostro destacaba la tristeza, el brillo de sus ojos estaba totalmente agotado y el sufrimiento emergia de sus poros en forma de cascada, o al menos yo lo percibia. Quiza lo percibia porque conozco perfectamente esa sensacion; la sensacion de que alguien no te mire como mujer, sino como complemento perfecto a su persona. La amarga percepcion de ser poco, de ser menos, de no ser nada... Y si, le sonrei, porque al apreciar su dolor recorde las miles de veces que me mire en el espejo y me vi exactamente igual; demacrada y dolida, carcomida por la termita del desamor. Una termita con nombre y apellido. Porque antes yo era ella. Yo era la que sufria por ti. ?Soy mala persona por ser feliz con su desdicha aun de manera inconsciente en mis suenos? No lo se, pero oye, tampoco me importa. Solo aclarar que despues de tantos anos y aunque tu recuerdo ya no habite en mi, se que en el corazon tengo una espina clavada, y por desgracia, lleva tu nombre. Siento la necesidad de contar lo que vivi desde el momento que llegaste a mi vida, hasta que por suerte te marchaste para siempre de ella. Quiza asi podre suspirar aliviada porque, por fin, soltare todo lo que mi interior acumulaba. Y lo hare de la mejor manera que se. Escribiendo. Asi que, comencemos por el principio... Nunca empezaria nuestra historia con la tipica frase: ?Como comenzo todo?, porque jamas olvidaria nuestro principio, por mucho que duela o intente borrarlo de mi cabeza, nunca olvidaria como te conoci. Quiza porque fuiste el primero o quiza porque fuiste el peor, quien sabe... Lo nuestro fue cliche en toda regla. Tu, el tipico chico atractivo del instituto, deseado por todas que babeaban por tu sonrisa en cada pasillo. Cabello largo oscuro cayendo hasta tu cuello, siempre peinado, siempre impoluto. Ojos marrones y largas pestanas. ?Que es lo que le gustaba a todas de ti? Supongo que era tu forma de desbordar chuleria por los poros. Todas blandas frente a tu paso, sonriendo a la nada --porque siquiera las mirabas--, y mientras tanto yo te odiaba. Si, te odiaba. Odiaba tus andares y tus dientes blancos perfectos, odiaba tu manera de llevar la mochila sobre un hombro, porque aunque todos la llevasemos igual, a ninguno nos sentaba tan bien como a ti. Odiaba que todas volcaran su atencion en ti por el simple hecho de ser guapo e <> y odiaba a tu novia por sus aires de superioridad, simplemente, por llevarte a su lado como la que pasea con un monumento digno de admirar. Ahorrare comentar lo que en aquellos entonces pensaba que paseaba, sonaria obsceno. Yo, primer ano de instituto, centrada en mis clases diarias, en hacer nuevos amigos y en odiarte cuando nos cruzabamos por los pasillos. Me eras indiferente, solo tenias oportunidad de que estuviese pendiente de ti cuando pasabas por mi lado y suponiendo que para ti, simplemente era una mas o, al menos, eso creia. No es que fuera poca cosa a tu lado --que para ser sinceros y bajo mi punto de vista, no lo era--, solo que no babeaba por ti y quiza eso es lo que te hizo fijarte en mi. Yo no bailaba danzas a tu alrededor ni sonreia a tus gilipolleces, yo levantaba el labio de manera despectiva cuando colocabas el mechon de pelo tras tu oreja y sonreias de lado con modestia. No eras nadie para mi, solo un nino pijo con un ego inalcanzable. Si, si, como <>, no eras nada. No, no lo eras, o mejor dicho, no lo fuiste hasta que decidiste entrometerte en mi vida. Porque te entrometiste. Y ojala no lo hubieras hecho ni yo permitido. Recuerdo como recurriste a mis contactos y amigos para saber todo de mi, y tampoco se borrara de mi cabeza la primera vez que me hablaste. Yo me encontraba en la puerta de clase y tu pasabas por mi lado pisando fuerte, con las manos dentro de los bolsillos y la sonrisa ladeada. No te detuviste, simplemente redujiste la velocidad y me susurraste que esa noche me pusiera la falda rosa que me puse el sabado anterior y estuviera donde siempre. En un primer momento me quede bloqueada ante tu iniciativa de entablar conversacion, y mi bloqueo fue tal, que ni siquiera conteste. Yo, que hubiera dado todo por tener la cabeza clara en aquel momento y mandarte a freir esparragos, no conteste. Y despues de mi repentina anulacion mental, me detuve a pensar: ?como sabias tu cual era mi <>? Sospeche que me verias en algun lado y te fijaste en mi. Mi cabeza llego a la conclusion de que, si sabias hasta la ropa que llevaba el fin de semana anterior, es que me habias observado demasiado. ?Y que sensacion me produjo saber que habias estado analizandome? La primera fase por la que pase tras ello fue la negacion. Rei muchisimo interiormente sin poder creerlo. En cambio, mis amigas se quedaron con la boca abierta y podria jurar que algunas de las que observaban la escena incluso pegaron saltitos. Despues de burlarme con satisfaccion porque te habias fijado en mi y no yo en ti como cualquiera esperaria, entre casi sin percatarme en la segunda fase: duda. Comence a pensar debilmente en ti durante toda la clase, a encontrarte cosas buenas y a convencerme a mi misma de que eras un chico de buen ver. Baraje las posibilidades de ir <> y de llevar la estupida falda. Quiza no eras tan malo, tan chulo, tan egocentrico... Ya... Quiza. Y en ese mismo instante de alta reflexion, mi mejor amigo, conocido tuyo y espectador de la escena anterior, se giro en su pupitre --que se encontraba justo delante de mi-- y clavo sus ojos marrones en los mios haciendome captar toda su atencion

  • Nosotros en la Luna de Alice Kellen

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    Tras el exito de Deja que ocurra vuelve Alice Kellen con una novela que te enamorara

  • Y tu que harias por amor de Jose Belenguer Serrano

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    El taxista se alejo lentamente por el sendero asfaltado que serpenteaba entre los parterres. Tras atravesar la cancela dio un breve toque de bocina a manera de despedida, aplasto la grava del sendero privado, que crujio bajo las ruedas, y se perdio en la desierta carretera, dejandome solo frente al caseron. La hora, poco mas de las cuatro de la tarde de un junio cantabro. Subi por uno de los lados de la doble escalinata los seis peldanos que conducian a la puerta principal, cargado con la bolsa de viaje en bandolera e izando a pulso la pesada maleta, cuyas ruedas resultaban inutiles en los escalones. Deje el equipaje en el suelo y aferre la argolla de hierro de la aldaba, suspendida de las fauces de un leon de bronce. ?Habia ido solo a visitar a mi abuela, la famosa escritora de literatura infantil, o tambien a lamerme las heridas en la esplendida soledad del caseron? Hay en la verde Cantabria y en la no menos verde Asturias una suerte de palacios neogoticos, o, si se prefiere, casas senoriales construidas por indianos en el siglo XIX, cuando Isabel reinaba en Espana, que hoy ofrecen un aspecto vagamente siniestro. Asi, el llamado Palacio de Partarriu, en el concejo asturiano de Llanes, fue utilizado por el cine para rodar una celebre pelicula de terror. Y el casaron de mi abuela, una edificacion solitaria junto a un bosque de hayas y robles, habia sido proyectado por el mismo arquitecto. La fachada sin divisiones no dejaba ver las diferentes plantas que lo conformaban. Sobresalian los balcones con balaustres y las altas ventanas, todo ello coronado por una torre en la que se abrian dos grandes y gemelos ventanales. Tenia, sobre todo en las mananas de niebla, un aspecto inquietante, aunque no para mi: entre aquellas paredes queridas habian transcurridos los veranos de mi infancia, y alli habia nacido Albertina, la protagonista de las mejores y mas divertidas novelas de mi abuela. He dicho antes <> porque toda mi familia se habia esfumado en una rapida sucesion de muertes absurdas. Mi abuela y yo nos habiamos quedado de pronto solos en el mundo. Ya no volveriamos a reunirnos en bodas y bautizos, ni a descorchar botellas de cava en Noche Buena. En poco mas de un trimestre la muerte habia diezmado a mi numerosa familia. El chupinazo que senalaba el comienzo de la orgia de sangre y muerte sono cuando mi primo Paco se dejo la vida entre los pitones del miura, y quiza muchos recuerden las confusas imagenes en que le vimos morir durante la fiesta mas internacional de Espana. Mi primo Paco murio en un tramo de la mundialmente conocida calle Estafeta, corneado por un toro durante un encierro de los sanfermines. Salio en la tele y pudimos ver como perdia la vida en el telediario de la noche, aunque mi tia Amparo ya lo habia visto en el telediario de las tres. Si no vio su muerte en directo, a eso de las ocho de la manana, fue porque se habia quedado dormida o, como decia ella, traspuesta. --No se distingue muy bien entre el gentio --nos dijo tia Amparo, sentada en medio del sofa, con todos pendientes del televisor--; pero ese, si, ese de la camisa blanca, el panuelo rojo y el pantalon blanco...bueno, todos visten igual ...ese a quien el toro esta ahora corneando con tanta sana, ese es Paco. Hubo un momento en que pudimos reconocerlo sin sombra de duda, cuando el morlaco lo lanzo hacia el cielo en un derrote de su poderosa cornamenta y Paco quedo suspendido en el aire, sobre la cabeza de los mozos, igual que uno de esos peleles rellenos de paja que manteaba el populacho en las carnestolendas. Su palido semblante expresaba mas sorpresa que miedo, porque el toro zaino lo habia enganchado de forma volandera. Cuando aterrizo sobre el adoquinado, ya lo habia escogido como su victima exclusiva y, ajeno al enjambre blanco y rojo de corredores que trataban de distraerlo y hasta apartarlo de su presa golpeandolo en los costados o tirandole del rabo, lo corneo porfiadamente contra el vallado de una talanquera hasta matarlo. Por aquellos dias el tio Augusto, que viajaba por Europa Central, fue arrollado por un tranvia, como Gaudi. Se dio la coincidencia de que el tranvia circulaba a 10 kilometros por hora y que mi tio, uno de esos sabios distraidos, un momento antes habia estado a punto de ser atropellado por una bicicleta y, para esquivarla, se lanzo contra el tranvia que venia de cruzar el rio Moldava y descendia muy lentamente por los rieles, resonando. Exhalo su ultimo suspiro con medio cuerpo tendido en las vias, mientras el conductor del tranvia, indignado por su despiste y arrastrandolo de los tobillos para apartarlo del carril, le insultaba en checo. Las muertes de Paco y de mi tio Augusto abrieron la veda, por decirlo asi. La dama de la guadana decidio que su temporada de caza en mi familia acababa de inaugurarse. Mi prima Violeta se ahogo en una piscina publica, rodeada de banistas que jugaban a echarse agua, y su hermano Rafael murio por atragantamiento en un atiborrado restaurante: cuando ya tenia el rostro azulado y daba muestras de asfixia, no hubo nadie que le aplicara la sencilla maniobra de Heimlich; y cuando se desplomo inconsciente, a nadie se le ocurrio darle la respiracion boca a boca, ni mucho menos utilizar un cuchillo o un simple boli para practicarle una traqueotomia. Entre los comensales abundaban los abogados y los politicos, pero ningun medico. Murio en menos de seis minutos por culpa de un gran trozo de carne que no pudo pasar por la traquea. El tio Jacinto, un amante del excursionismo de montana, tambien murio corneado, como Paco, pero no por un miura, sino por un buey. --Solo de pensar en tantas muertes me pongo malo --dijo el moribundo. No era una muestra de ingenio, sino un chiste involuntario. Pobre abuelo. Estaba en la cama con la cabeza hundida en la almohada, y el resto de su cuerpo, un costal de huesos, oculto bajo el cobertor. Sus cabellos, que tantas mujeres habian acariciado, seguian siendo densos, dociles y mas blancos que la funda de la almohada. Miraba fijamente al techo, no porque lo identificase con el cielo y solicitase el favor divino, sino porque dada su postracion y debilidad era el unico lugar al que podia mirar sin torcer la fatigada cabeza. Cetrino, con el cuello y el rostro de un octogenario, los tendones descarnados como cables, no recordaba en nada al galan que habia sido. Era evidente para todos nosotros que se aproximaba su salida de este mundo, o, mejor, dado que habia sido un conocido actor de teatro, todos adivinabamos que su mas que notable actuacion en este mundo llegaba a su fin y que su siguiente y ultimo movimiento, contenido entre parentesis en las acotaciones del libro tragicomico del destino, seria hacer mutis por el foro. Mutis, telon y atronador aplauso general: fue un hombre bueno. Poco despues mis padres perdieron la vida en un accidente de coche. No vieron el camion de cinco toneladas que los arrollo en una curva de la carretera de Alcala de Henares a Torrelaguna. Segui viviendo en nuestra casa de Madrid, solo. Contaba veintipocos anos y las numerosas defunciones en mi familia --mi madre, mi padre, mi abuelo, mi tio, mis primos Violeta, Rafael y otros parientes con lo que apenas habia tenido relacion y que no he mencionado para no alargar la lista luctuosa--, ocurridas todas ellas en un lapso muy pequeno de tiempo, me pasaron una factura adicional que yo no esperaba. Creia que mi juventud y mis ganas de vivir me ayudarian a superar aquellas perdidas dolorosas. Pero entonces empezaron a ocurrirme cosas raras. Ocurrio que tuve el capricho de pasar una tarde paseando por los encinares de la Casa de Campo y pense tomar el autobus de la linea 33, la mas proxima a mi casa. Durante el trayecto, me detuve ante una agencia de paracaidismo. Era una especie de jaula donde se invitaba a la gente a inscribirse en un curso de salto en paracaidas. La atendia un muchacho detras de un mostrador. No tenia pinta de paracaidista. Dudaba si entrar o no cuando me tocaron en un hombro. --Hola, chaval. ?Que haces por aqui? Quien me saludaba de esa forma tan campechana era un cura amigo del sector creyente de mi familia. Habia otros dos sectores, el de los ateos practicantes, que luchaban sin exito para que en Espana se implantase el laicismo, y el de los agnosticos, que iba a lo suyo y no polemizaban con nadie. El cura no sabia a cual de estos tres sectores pertenecia yo. Como tengo cara de buen chico, supuso que pertenecia a la seccion de los creyentes. --?Que, te vas a hacer paracaidista? --pregunto echando un vistazo a los carteles y fotos publicitarias que adornaban el escaparate. --Lo estoy pensando --repuse. --?Que te atrae del paracaidismo? --Me gustan las emociones fuertes. --Pues hazte misionero en Sierra Leona. Fingi no haberle oido. Yo pertenecia al sector agnostico, y en cuanto a mi cara de buen chico, ya se sabe que las apariencias enganan. --Debe ser una experiencia inolvidable --dije-- saltar del avion y que no se despliegue el paracaidas automatico por algun fallo, precipitarte a una velocidad endiablada hacia la tierra contra la que ta vas a hacer papilla y tirar in extremis de la anilla de reserva, sin saber si funcionara o no. --Pues ten cuidado --me dijo el cura--, no sea cosa que de tanto bajar del cielo se te olvide como se sube a el. Este ingenioso consejo forma parte del repertorio de chorradas que les encanta a los curas. Despues me confeso, quiero decir me comento, pues el que confesaba era el, que la frase la habia pronunciado Juan XXIII en una alocucion que dirigio a unos paracaidistas italianos. El cura se fue y yo estuve a punto de entrar en la agencia para recabar mas informacion sobre los cursos de paracaidismo. Lo que me decidio a no hacerlo fue que la tiendecita la atendia un chico y yo en cuestion de compras o de inscripciones prefiero hablar con chicas. Antes de continuar mi camino, eche un ultimo vistazo a una gran foto que adornaba la pared: un paracaidista, con sus gafas y su casco y todos los artilugios que utilizan en los saltos, planeando en el aire, como si fuera ingravido como una pluma y flotara en una piscina de baldosas azules. Cerca de la parada, habia un autobus de otra linea, detenido ante un semaforo en rojo. Dos nucas eran visibles en la parte trasera del vehiculo. Pertenecian a un hombre y una mujer sentados en la ultima fila. De pronto sus nucas giraron 180 grados simultaneamente, una hacia su derecha y la otra hacia su izquierda, juntando los rostros, y me observaron fijamente. Senti un escalofrio, hubiera jurado que eran los de mis padres. Y entonces yo no sonaba, sino que estaba bien despierto bajo la marquesina de la parada. Si eran ellos y viajaban en aquel autobus, ?de quienes eran las cenizas que ocupaban uno de los miles de columbarios del cementerio de La Almudena tras una lapida con los nombres y las fotos de mis padres? Tuve otras experiencias extranas, rayanas con la alucinacion, que no voy a describir porque serian repeticiones de un mismo fenomeno. Y hubo tambien otras muertes inesperadas en el coto familiar, que tampoco voy a resenar.

  • En una selva oscura de Nicole Krauss

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    Avalada por autores de la talla de Joseph Brodsky, Philip Roth y Susan Sontag, Nicole Krauss es sin duda uno de los grandes nombres de la narrativa norteamericana actual. Tras su sensacional debut en 2005 con La historia del amor -novela traducida a mas de treinta idiomas y de la cual se han vendido mas de un millon y medio de ejemplares en todo el mundo-, su prestigio no ha hecho mas que aumentar entre el publico y la critica. En esta ocasion, Krauss nos invita a compartir las peripecias de dos personajes que, como en los celebres versos del Infierno de Dante -de ahi el titulo del libro-, buscan con ahinco escapar de la oscura selva en la que viven atrapados.

  • La tierra del viento de Javier Arias Artacho

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    A finales del siglo XIX, durante los ultimos anos de la Inglaterra victoriana, una joven muchacha se ve abocada a viajar hacia los confines del mundo despues de quedar huerfana. Se trata del sur de Argentina, casi el ultimo puerto habitado antes de alcanzar la Antartida. De Ushuaia, aquel pequeno y lejano enclave fundado por los misioneros anglicanos, solo sabe de asesinatos de colonizadores a manos de sus indigenas, pero tambien de la construccion de un poblado rodeado de una belleza tan inesperada como desconocida.

  • Tu en mis suenos de Christine Cross

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    Rafael es un atractivo madrileno de 34 anos. Psiquiatra de profesion y soltero por eleccion, no tiene ninguna intencion de enamorarse. Para el solo tienen valor los datos cientificos y probados, no las emociones, a pesar de que ultimamente una misteriosa mujer aparece en sus suenos y eso lo inquieta.
    Cuando su hermana Marina le pide que viaje a Cordoba para averiguar por que Sofia, la hermana pequena de ambos, no contesta a los mensajes, Rafael debera afrontar la posibilidad de que existe algo que supera los limites de su mente racionalista. En Cordoba se vera envuelto en el fantastico y caprichoso mundo de los suenos donde Sofia ha quedado atrapada. Para ayudarle a regresar al mundo de la realidad, contara con el apoyo de Patricia, companera de piso de Sofia. Un hecho que pondra a prueba no solo su mente, sino tambien su corazon, puesto que Patricia no es otra que la mujer misteriosa que aparece en sus suenos.

  • Te ofreci mi corazon de Sandra Gabriel

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    Las puertas del ascensor se abrieron brevemente y al momento se volvieron a cerrar. Rashid quedo impactado, estaba acostumbrado a ver mujeres hermosas, pero esta superaba todos sus suenos.

  • La caja de botones de Gwendy de Richard Chizmar , Stephen King

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  • Mentiras de hielo de Marta Andres

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    Un sorprendente thriller romantico protagonizado por Elsa Maqueda, una joven psicologa que se vera atrapada en un misterioso asesinato.

  • Un te con jazmin (Un te con amor 1) de Mar P. Zabala

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    Primera entrega de esta serie divertida y romantica, en la que cada personaje es mucho mas de lo que aparenta en un principio.

  • Sin censura de Miguel Angel Revilla

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  • Un amor de pelicula de Rachel Winters

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    Tras siete anos como asistente, Evie Summers esta lista para obtener la promocion que se merece. Pero la agencia de cine donde trabaja esta en la cuerda floja y Evie perdera su trabajo si no consigue convencer a su cliente mas importante y arrogante para que termine de escribir el guion de una comedia romantica de Hollywood.
    Cuando el guionista confiesa que no hay nada escrito, Evie le propone un pacto: si ella puede probarle en tan solo tres meses que es posible enamorarse en la vida real como en una pelicula, el escribira el guion. Evie se embarca en una mision a contrarreloj: recrear todos los primeros encuentros de las peliculas romanticas para conocer a un hombre de la misma manera que Sally conocio a Harry o Hugh Grant se enamoro de Julia Roberts en Notting Hill.

  • Una educacion de Tara Westover

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    Como una educacion puede salvar una vida

  • 10 dias para Ano Nuevo de Carmen Amil

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    Eli ha roto con su novio y todo le recuerda a el. Por eso, acepta la proposicion de su amigo Caleb para pasar las fiestas en la casa rural de su hermana, lejos de cualquier cosa que le haga pensar en Dani.
    Caleb tiene diez dias hasta Ano Nuevo, el dia que Eli se va, para conseguir que ella se olvide de su ex.
    Juntos, redescubriran las navidades de una forma muy distinta a lo que estan acostumbrados.

  • Tu voz en mi silencio de Lizbeth Azconia

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    Despues de mantener una relacion bastante turbia con su madre, Marina Lua decide cursar la universidad muy, muy lejos de ella. En la Ciudad de Mexico, tratara de huir impacientemente de la fatiga de tener que cuidar de su progenitora, sin pensar que, ademas de una fuerte conexion musical con el hombre que la engendro, encontrara que hasta los mas crueles venenos se pueden convertir en antidotos para salvar la vida. Musica, misterio y profundidad son todo lo que Alan, un amigo de Aaron, su padre, le proyecta; e incansables sentimientos encontrados, cuando se trata de que el le hable de sus raras manias y sus secretos, con los que no se cree capaz de lidiar.

  • Tierra sobre la memoria de Estela Melero Bermejo

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    En la posguerra espanola, en la humildad mas absoluta, surge el amor entre dos personas que no deben estar juntas por sus circunstancias personales. Son Irene y Arturo. Un hecho inesperado hace que se separen. Mientras sufren los abusos mas descabellados, trataran de volver a encontrarse. La fuerza de Irene, que se resiste a ser una mujer manipulada por los dictamenes de la sociedad, la hara salir adelante. Sus vidas y las de los personajes que les rodean, estaran marcadas por la ideologia politica que presentan ahora o que demostraron durante la guerra civil.

  • Dicen que la luna se dejo atrapar de Alexandra Trece

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    William no entiende como ha podido dejar pasar el tiempo entre su querida Eve Jane y el. Pasaron de compartirlo todo de ninos a mirarse como extranos, como si en sus vidas no representaran mas que recuerdos o ilusiones pasadas. Por eso, la decision insistida por ambas familias de que se unan en matrimonio le imposibilita dormir por las noches. Eso, y las terribles pesadillas en las que muere ahogado por unas manos que el tanto anhela y conoce. Pesadillas tan reales como la amenaza que se cierne sobre Vant Konur y sobre Jane. El primogenito de los Montybell no cree en las leyendas sobre las damas de agua que acechan en el bosque, hasta que la verdad toma forma y amenaza con llevarsela a ella, y a todo aquel que se interponga en el camino de la luna. Porque luna siempre consigue lo que quiere.

  • La Bella Y El Baron de Larissa De Silva

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    Sabia que iba a pasar. Lo sabia. Lo senti, pero no queria sentirlo. No sabia si era porque vivia en la negacion, o solo porque la idea de que volviera a suceder me asustaba. Pero senti calambres, y luego, tal vez tres minutos despues, habia comenzado. Otro periodo. Otro fracaso. Sabia que Roger tenia que ser la primera persona en saberlo. El estaba involucrado en esto, tal vez incluso mas que yo. Habiamos tenido suerte. No habia sido necesario. No habiamos tenido ninguna perdida todavia. Habiamos empezado a ir a un especialista, pero el proceso de Fertilizacion In Vitro todavia estaba lejos. La Dra. Zaphyr habia dicho que teniamos suerte de no haber concebido todavia. Ella recomendaba un terapeuta a todos aquellos cuyo embarazo habia terminado en un aborto. Despues de que nos dijo eso, se quedo mirando. Como si quisiera que le pidiera que le recomendara un terapeuta. Pero aun no estabamos alli. Lo estabamos intentando, y eso era todo lo que podiamos hacer. Fui al bano, me arregle el maquillaje con manchas de lagrimas y me limpie la nariz antes de volver a la sala de estar. Roger estaba viendo la television, golf creo, y apenas me miro mientras yo sacudia lentamente la cabeza. No dijo nada. --Roger --dije, tratando de evitar que mi voz temblara. Entonces levanto la vista, y nuestras miradas se encontraron por un largo segundo. --?Que? --Lo siento --dije, aunque me habia dicho antes que no iba a disculparme por esto otra vez. --Tengo mi periodo. Miro a la television nuevamente. Murmuro algo, pero no pude oirlo. --?Que fue eso? Me miro otra vez. --Nada --dijo, y luego se enderezo un poco. --No es una maldita sorpresa, ?verdad? Conociendote. Pestanee. --?Crees que yo hice que esto sucediera? Tardo mucho en responder. Cuando oi su voz, ya no estaba en la sala de estar. *** El divorcio, me aseguro mi abogado, iba bien. No tenia ningun punto de comparacion, nada con lo que relacionarlo, y no estaba particularmente interesado en profundizar en el proceso. Mientras me quedara con lo que era mio, el podia protestar todo lo que quisiera. Todos mis amigos me dijeron que deberia ser capaz de ver lo que habia pasado entre nosotros como una bendicion disfrazada -no querias realmente un nino con ese tipo, ?verdad?- pero no se sentia como una bendicion. Se sentia como una bofetada en la cara, como si no hubiera logrado escapar de nuestra relacion con dignidad. El habia sido el que presiono por el nino, y yo siempre quise complacerlo, pero me habia dado cuenta de que yo tambien queria desesperadamente un bebe. Resulto que el divorcio fue un proceso largo e interminable, y aunque una parte de mi se decia a si misma que era arcaico preocuparme por haber pasado mi mejor momento antes de quedarme embarazada, no podia permitirme ir por ello sola. Y la idea de encontrar un hombre… no era solo desagradable. Era tan absurda como la luna hecha de queso. Sabia lo que tenia que hacer. Tenia que mantener la cabeza baja, seguir haciendo mi trabajo, y preocuparme por eso, y solo eso. Eso era lo que mi terapeuta me habia recomendado. Era gracioso, habia terminado pidiendole a la Dra. Zaphyr una recomendacion despues de todo. Por eso segui yendo al trabajo, aunque cada vez que interactuaba con un nino, sentia una tristeza muy particular e insidiosa. Sabia que no iba a desaparecer, pero si no era capaz de traer a mi propio hijo a este mundo, lo menos que podia hacer era asegurarme de que los ninos que me rodeaban fueran tan felices y saludables como pudieran serlo. --?Quien es el siguiente en llegar? --Le pregunte a mi asistente, que estaba obedientemente a mi lado. --Se llama Tatiana Wilde-Garcia. Tiene tres anos y medio. --?Tres y medio? ?Para un nino sano? --Le pregunte. --La familia se acaba de mudar a la zona --respondio Kelly. --Son un poco… --Espera, ?entonces esta es su primera visita? --No para nuestra practica --dijo Kelly--. Solicitaron otro medico despues de ver al Dr. Dayleview por primera vez. Parpadee un poco. --?Dijeron por que? --Querian a alguien un poco mas… minucioso. No pude evitar reirme de eso. --Bien, de acuerdo --dije--. Supongo que tendre que hacer un gran espectaculo de esto. --Si. El padre esta un poco… parece un poco ansioso por la salud --dijo Kelly, su forma educada de decir que este padre iba a ser una pesadilla fuera de lo comun. --Lo entiendo --respondi--. No te molestes en entrar y tomar la historia antes que yo, entonces. Yo me encargare de eso. Sus ojos se abrieron de par en par. --?Esta segura, Dra. West? --Absolutamente --dije--. No quiero que tenga que seguir repitiendo lo mismo, y se hara a la idea de que soy mas atento que el Dr. Dayleview, lo cual todos sabemos que no es cierto en absoluto. Solo quedate conmigo, Kelly, y toma notas detalladas. Podria ser una de esas personas cuya ansiedad se alivia con el conocimiento. --?Lo crees? Le sonrei antes de llamar a la puerta de la habitacion cinco. --Quiero decir, honestamente, solo puedo esperar --respondi en voz baja antes de proyectar mi voz en la habitacion--. !Vamos a entrar! Abri la puerta sin mucho aviso. La nina estaba caminando, mirando el techo, que estaba pintado de colores, y el padre estaba sentado en una silla de plastico, mirandola. No pude verlo tan bien, porque su cara estaba alejada de mi, y estaba encorvado. Pude ver que era alto, porque sus piernas eran tan largas que casi me tropece con el. Tardo un poco en reposicionarse, mirandome despues de lo que parecia una eternidad. Lo primero que note en el, aparte de lo alto que era, fue lo cansado que parecia. Habia bolsas oscuras bajo sus ojos claros, y aunque parecia que habia intentado hacer un esfuerzo con su pelo, estaba claro que habia estado a medio camino, en el mejor de los casos. Sus ropas estaban limpias, pero cuando me arrastre hasta sus pies, note que sus calcetines no hacian juego. --Dra. West --dijo mientras se ponia de pie. Extendio su mano hacia mi--. La han recomendado mucho. Le sonrei mientras estrechaba su mano. Note lo suave que era su palma, pero las puntas de sus dedos tenian callos y sus unas eran un poco largas. El apreton de manos fue un poco incomodo antes de que se alejara de mi. Empece a hablar. --Asi que esta es tu… --Si, mi hija --dijo--. Es mi hija, y esta enferma, y quiero saber que le pasa. La observe un poco. Era una nina tranquila, de tamano normal para su edad, con grandes ojos y una pequena sonrisa en su rostro. No decia nada, lo que me sorprendio un poco, pero cuando obtuvo mi atencion, sonrio y me saludo. Sonrei y le hice senas para que se acercara y me arrodille. --Hola --dije--. Me llamo Dra. West. ?Como te llamas? --Tati --dijo en voz baja. --Hola, Tati --dije--. Tu papa me dice que te sientes un poco mal. ?Puedes senalar donde te duele? Sacudio la cabeza y note que su nariz estaba un poco tapada. --Bien --dije--. Hazme un favor, ?vale? Tu papa te va a ayudar a subirte a esta mesa por mi, y luego solo necesito que te quedes quieta para que pueda ayudarte a sentirte mejor pronto. ?Puedes hacer eso por mi? Ella asintio de nuevo. Su padre entro, la levanto y ella sonrio. Antes estaba bien, pero definitivamente parecia estar mejor en sus brazos. El le devolvio la sonrisa, pero habia algo en la forma en que la sostenia. --Mi asistente va a necesitar que extiendas tu brazo --dije mientras indicaba a Kelly. --Y la maquina va a apretar tu brazo un poco. Solo quedate quieta para que no tengamos que hacerlo de nuevo, ?de acuerdo?” --?Oiste eso, Tati? --dijo el padre. Ella asintio con la cabeza. --Es timida --dijo mientras Kelly se ponia a trabajar. Me gire para mirarlo. --Tiene un pequeno resfriado, pero parece estar bien. ?Ha tenido fiebre? --No --respondio--. No hay fiebre. --?Alguna tos seca o estornudo? Sacudio la cabeza. --?Que hay de perdida del apetito? --No lo se --respondio, encogiendose de hombros. --Es dificil alimentar a un nino pequeno. --Absolutamente --dije--. Lo entiendo. ?Esta mas malhumorada que de costumbre? Sacudio la cabeza. --No, honestamente, siempre ha sido una bebe muy facil de llevar --dijo --. Desde entonces… durante los ultimos meses, ha estado mas tranquila de lo normal. --Bien --dije--. ?Asi que te preocupa que su cambio de actitud este relacionado con su salud? --Oh, no. Su actitud cambio hace un tiempo --dijo, mirandome y levantando las cejas cuando no dije nada. --Su madre murio. Estamos adaptandonos. Pase saliva. --Siento mucho su perdida --dije. --Gracias --respondio. --Entonces, ?ha estado mas callada desde entonces? --No lo se --dijo--. Ocurrio de repente, y creo que, desde entonces, las cosas no han sido exactamente iguales. Estoy preocupada. Se que tiene poco sentido, pero parece que de alguna manera ella es mas vulnerable a enfermarse. Volvi a asentir con la cabeza. Tendria que preguntar mas sobre la historia familiar, y sabia que probablemente tendria que remitirlo a terapia familiar, pero no podia simplemente dejarlo asi. -- ?Le molesta si le pregunto que paso? --Cancer --dijo--. Pancreatico. Etapa cuatro en el momento en que fue descubierto. Nuevamente pase saliva. --Lo siento mucho. Es horrible. --Yo tambien --dijo--. Solo tenia treinta y seis anos. Nunca espere que criara a mi hija yo solo. Espere a que dijera algo mas, sobre todo porque no sabia que mas decir. Me sonrio, un poco triste. --Lo siento --dijo--. No quise hacerte sentir incomoda. --No lo hiciste --respondi--. ?Cuando ocurrio? --Justo antes de Navidad --dijo. Asenti con la cabeza y mire la tabla en mi mano, aunque no necesitaba leer nada. --Bueno, es un gran cambio --dije--. Dudo que le afecte fisicamente, pero puede que note algunos cambios de personalidad. El duelo es extremadamente dificil para los adultos, y los ninos pequenos no pueden decirnos como se sienten al respecto. Asintio con la cabeza, mirando entre Kelly y su hija. --Bueno --dijo--. Estoy haciendo terapia de duelo, y ella esta haciendo terapia de juego. No se si esta ayudando. Volvi a asentir con la cabeza. --Lo entiendo completamente --dije--. Es un proceso. --Gracias --dijo, su expresion se suavizo un poco. Luego cruzo los brazos sobre el pecho. Se lamio los labios antes de empezar a hablar de nuevo. --Creo que el Dr. Dayleview penso que estaba siendo paranoico, pero solo quiero que ella este bien. --Entiendo --respondi--. Bueno, dejeme examinarla, pero parece una nina feliz y saludable. Sonrio, pero aun asi parecia devastado. Me incline antes de que pudiera pensar en ello. --Escucha --dije--. Normalmente no hago esto, pero entiendo que sus circunstancias son un poco diferentes a las normales. Levanto las cejas. --Te voy a dar mi numero de telefono personal --le dije--. Enviarme un mensaje de texto es mas facil si tienes alguna pregunta, ?de acuerdo? Normalmente estoy un poco ocupado para responder. Pero si crees que ayudara… --Gracias, Doctora --dijo, sonriendome, y esta vez, se veia un poco mejor--. Se lo agradezco mucho. --?Tienes tu telefono? --Si --dijo. Lo saco de su bolsillo y estaba a punto de darme un telefono tan grande que apenas cabia en mis manos. Lo abrio primero, antes de darmelo. --Gracias de nuevo. Ha sido tan dificil, tuvimos que mudarnos justo despues de que muriera, y ha… ha sido un gran cambio. --Apuesto que si --dije mientras veia a Kelly echarme un vistazo--. Bien. Voy a examinar a su hija ahora, de acuerdo, Sr… --Wilde --dijo--. Pero puedes llamarme Oscar. Lo mire, parpadeando. --Esta bien --dijo--. Te dejare hacer una broma sobre ello, ya que eres la medica de mi hija y todo eso. Me rei. --Me abstendre. Aunque es curioso. --Una medica muy recomendada, y muy educada --dijo--. No se que mas podria haber pedido. --Soy muy competente, Sr. Wilde --le dije, sonriendole. --En serio --respondio--. Oscar esta bien. CAPITULO DOS Oscar --Lo estas haciendo muy bien --le dije a mi pequena. Ella me miro con esos enormes ojos marrones y fruncio el ceno--. La doctora dijo que estas bien y saludable. Siento que tu nariz haya estado congestionada ultimamente. No dijo nada. --Bueno, supongo que eres muy pequena para preocuparte mucho por tu estado de salud --dije mientras caminaba con ella hacia mi coche--. Pero te has portado muy bien, y eso merece una recompensa. ?Que te gustaria? Continuo mirandome fijamente. --Bien, supongo que estas cansado de la doctora --le dije mientras la ponia en su silla en el asiento trasero. Siempre habia sido una nina pequena, y me parecio aun mas pequena desde que Camila murio. Habia crecido tan rapido cuando llego al mundo, pero senti que la muerte de su madre habia proyectado una sombra tan grande sobre nosotros que su pequeno cuerpo no podia seguir creciendo. Sabia que no estaba siendo razonable, sabia que era solo una extrana conexion que mi mente habia hecho, otra cosa sobre la que pensaba que podria tener poder. Otra cosa para discutir con mi terapeuta, supuse, mientras abrochaba el cinturon a Tati. --Vamos entonces, monito --le dije--. Vamos a llevarte a casa y luego podemos ver a Moana juntos. ?Que te parece? --!Si, papa! --respondio, agitando los brazos con entusiasmo. Le devolvi la sonrisa, le bese la cabeza y me subi al coche. No estaba lejos, pero nuestro apartamento estaba en el centro, y habia mucho trafico en el camino. Sali del garaje y segui esperando en el trafico. El trafico era una de mis formas menos favoritas de pasar el tiempo, pero estaba decidida a pasar todo el tiempo que pudiera con mi hija. Me habia llevado demasiado tiempo darme cuenta de que el tiempo que habia pasado con mi difunta esposa habia sido muy poco, muy valioso. No queria parpadear y perderme nada que pudiera ser importante, no con mi bebe. Solia tener choferes para hacer este tipo de cosas, para ir por ahi y hacer mis recados, pero ya no. No desde que perdimos a Camila. Habia sido duro. Me di cuenta de que todavia habia mucha gente que hacia mis tareas por mi, pero eso estaba bien, porque eran las tareas que habrian cortado el tiempo que pasaba con mi hija. Me costo mucho, pero me di cuenta, cuando mi esposa murio, que el tiempo es el bien mas valioso. No importa cuanto dinero tengas… deberia saberlo… porque el tiempo es un regalo. Cada momento, cada segundo. Incluso cuando no se siente asi. Eso es lo que me dije a mi mismo mientras miraba a mi pequena en la parte de atras del coche. Ella estaba durmiendo entonces, muy cansada de su dura cita con la pediatra. Yo tambien tenia ganas de dormir una siesta, pero tenia que llevarnos a casa antes de poder hacerlo. Tosio un poco, dando vueltas en su sillita. Mi corazon se hundio hasta el estomago. La doctora puede que no haya encontrado algo, pero eso no significo nada. Todo lo que podria haber significado es que ella no estaba alli en el momento adecuado, o que la doctora no vio algo obvio. Eso fue lo que paso con Camila, asi que no vi por que no podia pasar con Tatiana. Habia una parte de mi que queria volver y que la revisaran de nuevo. Me dije a mi mismo que no fuera paranoico. Esto no era algo que yo pudiera controlar, y no habia necesidad de que me volviera loco. Todavia no. No hasta que la llevara a otro especialista, porque claramente, esta se habia quedado corta. Fue una pena, porque me habia gustado. Parecia inteligente, competente, y como si fuera buena con los ninos. Ciertamente era muy buena con Tati. Bueno, habia sido buena manejandola, pero no pense que fuera necesariamente buena en su trabajo. Tati tosio de nuevo y senti un escalofrio en mi columna vertebral. El trafico se habia sentido mal antes, pero tan pronto como empezo a toser, parecio reducirse a un goteo. Me pase todos los semaforos en rojo, un auto al azar me corto el paso varias veces, y habia una larga fila antes de que pudiera entrar al estacionamiento cubierto que estaba paralelo a nuestro edificio. Para cuando la desabroche, me senti listo para vomitar. La sostuve cerca, y ella se movio y sonrio. --Hola, papa --dijo. La abrace fuerte. Se rio, pero se retorcio en mis brazos. --Estas apretando demasiado fuerte. Afloje mi control sobre ella. --?Estas bien, monito? --Estoy bien --dijo--. ?Moana? --Bien. Vamos --dije. Le bese la parte superior de la cabeza, mas que nada para ver si estaba caliente, pero no lo estaba. No volvio a toser, y senti que mi ansiedad disminuyo un poco. No mucho, solo lo suficiente para llevarla al ascensor y subir las escaleras. No dijo nada. Parecia estar bien, ni siquiera inquieta o de mal humor. No estaba caliente, no se quejaba, y ya no tosia. Me dije a mi mismo que habia estado paranoico. Aun asi, saque mi telefono del bolsillo y mire el numero de telefono y la tarjeta de contacto de la Dra. West. Me pregunte si su oferta habia sido sincera. No queria tener que llamarla, pero no sabia si iba a tener muchas opciones. --?Papa? --Tati dijo, mirandome. --?Si, carino? --Pareces triste --dijo. Me mordi el labio inferior, e intente evitar que llorara. Cada vez que se daba cuenta de lo triste que me veia, hacia todo mucho mas dificil. --Estoy bien --dije--. Solo estoy cansado. Yo tambien tuve un gran dia. Me dio un abrazo y mis ojos se llenaron de lagrimas. --Veremos la pelicula juntos --dijo, repitiendo como un loro algo que le habia dicho un millon de veces. --No ayudara para siempre, pero ayudara un poco, y eso es todo lo que necesitamos.

  • Venganza de amor de Vanessa Lorrenz

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    Londres 1845 Las manos comenzaban a dolerle de tanto tallar el piso, dejo de fregar las baldosas para levantarse y estirar el cuerpo. Casi lloro al ver que su vestido se habia mojado con el agua del cubo, estaba destrozado. No es que fuera un buen vestido, pero por lo menos cubria su cuerpo proporcionandole el calor que necesitaba. Maldijo al ver que se le estaban empezando a formar ampulas de tanto fregar. Esa era la tonica de todos los dias desde que habia llegado a ese orfanato. Bueno, tal vez no siempre, pero si desde que las demas ninas se encargaban de hacerle la vida imposible, siempre salia reganada y con un castigo tras otro. Suspiro pensando que aun le faltaba lavar las sabanas de las camas y, gimio pensando que las tenia que pasar por el agua caliente para que quedaran pulcramente limpias. Sophie no comprendia a sus once anos de edad como la vida daba tantas vueltas. Vivia en una pequena casita junto a sus padres, que eran campesinos. Mientras ambos vivieron, ella tuvo la mejor infancia que una nina puede tener, aunque no tenian muchas pertenecias, por lo menos si todo el amor de sus progenitores. Hasta que la desgracia toco a su puerta: las fuertes tormentas subieron la creciente del rio, sus padres, al percatarse de que su pequena parcela se destruiria, salieron para tratar de salvar lo poco que les permitiera el clima, sin saber que la corriente los arrastraria a los dos dejandola en el abandono. Esa fue la historia que le dijeron a ella cuando le dieron la amarga noticia. No tenia ningun familiar al cual le pudieran dar su custodia, realmente fue una suerte que alguien se preocupara por ella, y no la dejara desamparada. Claro que ahora que sufria todo ese maltrato por parte de las huerfanas del orfanato, deseaba que nadie la hubiera ayudado, aunque se quedara en la indigencia. Termino de fregar el suelo, y para cuando tiro el ultimo cubo de agua, sus manos estaban practicamente en carne viva. En cuanto llego a la habitacion que compartia con otras quince ninas, saco un saquito de tela que guardaba de debajo de la cama y contenia un unguento que le habia dado una senora en el mercado al ver el estado de sus manos. La buena mujer se habia quedado horrorizada al ver las llagas que habia en ella, y en un gesto de compasion le regalo el unguento para que se lo aplicara por las noches. Tal vez funcionaria con mayor eficacia si no tuviera que estar todo el dia fregando pisos y cacharros. Las demas companeras ya estaban en sus camas mientras ella lloraba curandose las manos. Sintio unos brazos rodeandola y se limpio las lagrimas antes de darse la vuelta y fundirse en un abrazo con Lidia, otra de las huerfanas que habian llegado tambien tras perder a sus padres. --Te duele mucho, Sophie. Te prometo que manana te ayudare a fregar los pisos. --No es necesario, Lidia. --Miro su amiga con sus ojos marrones; tenia una melena castana trenzada de manera que no se le soltara ningun cabello--. Ahora me pondre este unguento y se me calmara el dolor. --Dejame ayudarte a trenzarte el pelo. Dejo que su amiga la ayudara, mientras ella terminaba de curar sus heridas, despues se puso su bata de dormir de tela rigida que le habia dado la madre superiora, y se acostaron juntas en la misma cama. --?Sabes, Lidia? Algun dia saldremos de aqui, y haremos lo imposible por no tener ninguna carencia. Te lo prometo. Entraremos en sociedad y tendremos hermosos vestidos que seran la envidia de todas las debutantes-- dijo mientras acariciaba el cabello de su amiga. --Si, y nos casaremos con un conde, nos llevara a vivir a su castillo. --Si, nos llevara a vivir a un castillo. Sonrio pensando que esperaba encontrar la fuerza para cumplir con esa promesa, porque no pensaba seguir viviendo en la miseria. Eso lo juraba. Capitulo 1 Londres 1853 El corazon amenazaba con salirsele del pecho, solo tenia unas semanas para buscar un lugar donde irse a vivir junto con Lidia. La madre superiora habia sido muy clara: se tenian que ir de ahi porque ya pasaban de la edad aceptada dentro del orfanato. --Por suerte he pedido algunos favores para no dejarlas en la indigencia. Una modista las estara esperando para que la sirvan. Deben de ayudarla en todas las labores que ella les pida. A cambio tendran techo y comida. Pero ya se arreglaran con ella en cuanto lleguen. Tienen una semana para prepararlo todo, en cuanto llegue la carreta con las provisiones, se marcharan con ellos. Te dare una carta para Madame Rosset. Ahora toma esto. --La madre superiora le tendio un pequeno bolsito de tela mugriento--: eran las pocas cosas de valor que encontraron en tu choza. Al escuchar esas palabras, miles de sentimientos se agolparon en su pecho. Su infancia estaba atrapada en ese pequeno bolsillo. Lo tomo con las manos temblorosas, sabiendo que ahi estaba su vida. --?Sabe si aun esta disponible la casa donde vivian mis padres? --No, desafortunadamente la casa solo era arrendada; como todas las de la zona, le pertenece al conde de Kent. La dio en alquiler en cuanto saliste de ahi. Lo siento. Sabia que no le quedaba nada, pero por un segundo guardo la esperanza de darle una visita al que en algun momento fue su hogar. Acaricio el lacito con el que estaba amarrado el pequeno bolsito, ahi estaba todo lo que significaba su pasado. --Gracias, madre superiora. Estaremos preparadas para partir. Salio del despacho de la mujer que habia sido para ellas la unica figura materna en los anos que estuvieron ahi. Lidia estaba sentada en el banquillo donde se cepillaban el cabello. Su amiga miraba al vacio, sumida en sus pensamientos, ajena a la preocupacion que embargaba a Sophie. En cuanto las dos pusieran un pie fuera del orfanato, nada seria igual; unicamente se tendrian la una a la otra para protegerse. --?Que sucede Sophie? No me digas que se entero la madre superiora de que hemos metido otro gatito al orfanato. Debemos convencerla de que las ninas pequenas se han encarinado tanto con el que no podemos dejarlo en la calle. --No, de hecho, me mando llamar para decirme que tenemos que tener nuestras pertenencias listas, saldremos de aqui en cuanto llegue la carreta con las provisiones. Al parecer, una modista nos estara esperando para que comencemos a servir para ella. --!?Nos estan echando de aqui?! No pueden hacernos esto, ?como vamos a sobrevivir? Las demas huerfanas... ?Que pasara con ellas? ?Quien las cuidara ahora? --Tenemos que irnos, es hora de comenzar una nueva vida fuera de estas paredes, las hermanas de la caridad ya no pueden mantenernos. Tenernos aqui genera gastos. Y sabes que las donaciones de las damas de sociedad cada vez son menos. --?Y adonde vamos a ir? No conocemos nada mas alla de estas paredes. --Lidia parecia realmente afectada. --Ya veras como nos ira mejor --dijo tratando de infundirle algo de animo. --Tengo miedo de lo que vamos a encontrar alla afuera. Quiero seguir aqui. --Sabes que la unica forma de que te quedes aqui es tomando los habitos y consagrando tu vida a Dios. ?Tu has sentido el llamado del Senor? Porque yo definitivamente no lo he sentido. Necesito saber que nos depara la vida fuera de aqui. Por mucho que la nueva experiencia le diera miedo, tambien sentia un cierto nerviosismo por descubrir cosas venideras. --Tampoco lo he sentido, pero me aterra pensar que andaremos las dos solas por el mundo. Recuerda lo que le paso a Emily, no supimos nada de ella hasta que la encontraron tirada en un callejon oscuro del puerto. Solo Dios sabe lo que tuvo que pasar. Pero su muerte fue horrible. --Ay, Lidia, no debemos pensar que nos pasara algo asi. Ademas, nosotras trabajaremos para una modista. No creo que nos suceda nada malo, simplemente no debemos acercarnos al puerto. Sabes que esa zona es peligrosa. Trabajaremos todo lo que podamos para comenzar una vida. --Tengo miedo, Sophie, miedo de no saber como vivir. ?Acaso tu no tienes miedo? --Si, claro que tengo miedo, pero tambien una deuda pendiente que cobrar y, para eso necesito salir de estas paredes. --No entiendo de que estas hablando.

  • Por Elisa (Elisa 2) de Lily Perozo

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    Despues de superar muchas pruebas el amor entre Elisa y Jules se ha fortalecido, cada vez es mas dificil ocultar el sentimiento que comparten, y la urgencia por estar juntos los lleva a revelarse contra aquellos que mas duro los juzgan.
    Sin embargo, su felicidad no puede ser completa, aun las culpas pesan en sus almas, ambos saben que no pueden olvidarse de todo y vivir su amor plenamente y en libertad, no a costa de la infelicidad y el sufrimiento de Frank.
    Nuevas situaciones daran un giro a la historia y haran que este amor sea puesto a prueba una vez mas, exigiendo mayores sacrificios. Nuevos personajes, algunos aliados y otros enemigos de este sentimiento, jugaran un papel muy importante en la toma de decisiones de Elisa y Jules.
    Por Elisa, nos llevara a traves de emociones que nos haran cuestionarnos, hasta donde se puede llegar por amor y cuanto estamos dispuestos a sacrificar por la persona que amamos.

  • La Curandera de Carlos Valdelagua

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    Francisca, curandera y orgullosa de serlo, no tiene problemas viviendo de la mendicidad, el engano, y sus trucos de adivinacion. Y aunque la Inquisicion esta empezando a mostrar signos de decadencia, cualquier sanadora podria ser acusada de brujeria.

  • Sylvia de Leonard Michaels

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    En Sylvia no hay suspenso. Apenas empieza el relato, como en las tragedias griegas, la suerte esta echada, y esta echada aun antes de que se arrojen los dados. Prerrogativas de la ficcion autobiografica: Sylvia es la version estilizada del primer, catastrofico matrimonio de su autor, Leonard Michaels; el hombre que hacia fines de los anos ochenta se decide por fin a escribirla, casi treinta anos mas viejo que el que la vivio, escritor mas que reconocido, sabe demasiado bien que el menu con que termina su relato no incluye perdices sino cuarenta y siete pastillas de Seconal. La forma tragica, sin embargo, es una decision literaria, no un dictado de las circunstancias. El relato de Michaels no descubre, no devela nada que no este cifrado ya en la sorda combustion de sus primeras paginas, cuando el narrador, convencido de acudir a una cita inofensiva con una amiga de la universidad, tropieza de golpe con el plus de esa morocha desconocida que acaba de salir de la ducha, o en la eficacia sinoptica de una sola escena, un solo gesto, un solo objeto: el traje de bano del novio italiano de Sylvia, que esta deja colgando del picaporte del lado de afuera de la puerta mientras espera en el sillon, desnuda, que su nueva presa --el incauto narrador-- caiga en la trampa. Apenas los dejan solos, antes incluso de intercambiar las primeras palabras, el narrador dice sentir que son <>. Como pasa con los grandes relatos, lo que importa no es la carniceria sino la morbidez de la carne, el filo, el brillo y la elegancia de los cuchillos y, sobre todo, los matices infinitos que el rojo sangre es capaz de cobrar cuando los ilumina un ojo fotosensible. Todo esta escrito desde el comienzo, en Sylvia, de modo que todo puede suceder rapido, muy rapido, como solian suceder las cosas en los buenos viejos tiempos, y sobre todo en la Nueva York que describe Michaels, tan autobiografica como los hitos cada vez mas atroces de su via crucis sentimental: una ciudad que es pura simultaneidad, suerte de orgia de radicalidad donde el vociferante Lenny Bruce coexiste con las espaldas de Miles Davis, el saxo de Ornette Coleman musicaliza la predica de Malcolm X y el protoescritor que despierta entre cucarachas y ratas --zoo de cristal de los departamentostugurio donde palpita la bohemia neoyorquina-- se pasea una hora mas tarde en un Porsche descapotable con Jack Kerouac en el asiento delantero, declamando a voz en cuello las insidias que los criticos escriben sobre el. Para el narrador y Sylvia --flapper anacronica, cuyo flequillo Michaels trasplanta, ayudado por el psicoanalisis, de los roaring twenties a los golden sixties-- se trata ante todo de avanzar a toda velocidad, quemar etapas. Recien se conocen y ya se han mudado juntos de ciudad, ya se descubren durmiendo bajo el mismo techo. No es de extranar, pues, que ese primer hogar les dure lo que les llevo elegirlo: una noche, tiempo suficiente para que quien les alquila la pieza sufra en carne propia los efectos del soundtrack pasional (fornicar + pelear), aun indecorosos, al parecer, para los estandares mas bien laxos de los anos sesenta. Pero la calle en la que los amantes se sorprenden al otro dia no es un accidente sino una necesidad, la ley fatal de una relacion que ya al mes de nacer se piensa como <>: la intemperie es el espacio propio del calvario amoroso, no importa si adquiere la forma visible de un dos ambientes en Greenwich Village, un estudio en el SoHo o un piso en Columbia, tres de los puntos cardinales entre los que Michaels hace rebotar sin piedad a sus dos heroes sangrantes. Claro que no sangran por la misma herida. Sabemos que Sylvia Bloch tiene diecinueve anos, que es judia y huerfana y no <>, que nunca tuvo (ni tendra) un orgasmo, que cursa la carrera de Clasicas solo porque el narrador se lo sugiere, que tiene el primer y ultimo gesto de amor banal con el narrador --una vianda para el tren acompanada de una esquela con las palabras <>-- cuando acaba de separarse de el, que le gusta tirar y romper cosas, simular, sufrir y hacer sufrir, desproporcionar, amenazar con suicidarse, suicidarse por fin. Pero ?esta loca Sylvia? El lector precavido se lo pregunta bastante antes que el narrador, y con identica precocidad comprende tambien hasta que punto la pregunta es irrelevante, burguesa, incluso vulgar --tanto como los tapizados tajeados o los cachivaches rotos con que los filisteos confundian las obras maestras de la vanguardia-- aplicada a este frenesi que atraviesa en llamas una epoca que elogia la locura, donde la deformidad no es un accidente indeseado sino un valor (Diane Arbus es uno de los cameos conspicuos del libro de Michaels) y la inestabilidad menos una contrariedad a evitar que una experiencia imperdible, la unica verdaderamente digna de ser experimentada. Sin embargo, fieles a un identikit de mujer-bruja que vetea de un machismo aterrado pero reverencial un buen pano de la mejor literatura contemporanea --del despiadado Philip Roth de The Facts, donde Roth rememora su borrascosa relacion con Margaret Martinson, al paternalismo enternecido del Cortazar de Rayuela, con la Maga como musa loca e inocente --, los descalabros de Sylvia son tan culpables del veredicto psicopatologico con que el lector masculino se apura por neutralizarlos como de su propia envergadura de personaje: bigger than life, hilarante y feroz, extraordinario, o en todo caso extraordinariamente mas comprador --no importa lo mucho, lo en vano que intentemos ahora devolver eso que hemos comprado-- que la sensatez apatica y desconcertada del narrador, judio tambien pero de la rama victima, siempre sorprendido y perplejo y un poco farsante, siempre apagando incendios ajenos, siempre tironeado entre las bolsas de kreplaj y knishes con que lo carga su madre y los SOS colericos, los reclamos, los ultimatums de Sylvia. Cherchez la femme, sin duda. Pero ?para que buscarla si es ella --mujer medusa, monstruo inconformable, motor insomne-- la que esta todo el tiempo en camara, presente como una pesadilla, aun cuando el rostro palido que se desvive por ocupar el cuadro sea el del narrador? Y sin embargo hay que buscarla. Ademas de ser un retrato genial de psycho fatale y una de las memoirs de infierno sentimental mas espeluznantes que haya dado el fin de siglo pasado, Sylvia es tambien una fabula de iniciacion, la cronica de las primeras escaramuzas de un aprendiz de escritor que, para decirlo suavemente, no da pie con bola. Es un plano del libro que se suele pasar por alto, a tal punto tienden a eclipsarlo el magnetismo bestial de la mujer poseida y la logica autodestructiva, a la vez redundante y erratica, disparatada y monotona, de una gran pasion con destino de escombro. En rigor, la guerra amorosa va en Sylvia de la mano de la literaria. Amar y escribir: ese es el plan inicial del narrador, que el narrador mismo -- perfectamente al tanto, sin embargo, del final de catastrofe que lo espera-- evoca al principio fingiendo algo del entusiasmo, la fe, la virginidad originales con que lo acometio. Por candido que sea, el programa llama la atencion por lo persistente. A lo largo del libro, el narrador ama tanto como escribe --lo que, dada la clave catastrofe del relato, quiere decir mas bien que tropieza, pierde pie, se enfanga y naufraga tanto en el amor como en la escritura. Y aunque las batallas del primero lucen bastante mas espectaculares que las de la segunda, es dificil no ver hasta que punto estan conectadas, en que medida la intensidad critica del frente amoroso --frenesi, crispacion, imprevisibilidad-- no es la contracara de los traspies opacos del literario sino mas bien su combustible, su materia prima, incluso su condicion de posibilidad. ?Era asi como habia que amar para poder escribir, al uso psicopatico, vampirizandose hasta la demencia, en los <> anos sesenta? La leccion de Sylvia toca la relacion radioactiva entre vivir y escribir, pero la cosa no es tan simple. <>: si hay algo del paradigma sesentista a lo que Leonard Michaels sigue fiel en los noventa es esa compulsion a eludir lo directo, cierto goce del sentido obtuso que permitia que pelear fuera la metafora de follar (y viceversa) y, para un aprendiz de escritor, quiza, que escribir fuera la metafora de amar (y viceversa). <>, rememora el narrador, <>. En ese sentido, lo que el narrador le debe a Sylvia es mucho, muchisimo mas que cuatro anos de oscura, malsana, procelosa vida sentimental. Le debe en rigor su maquina de escribir: sin duda el artefacto mismo, la Olivetti Lettera 22 que Sylvia le regala (y luego, en uno de sus raptos de furor, le arroja a la cara y estrella contra la pared sin estropearla, al punto tal que es la misma que Michaels dice estar usando en los noventa), pero, de un modo mas fundamental, el programa literario que vertebra sus primeros pasos en la escritura.

  • Joyce Y Las Gallinas de Anna Ballbona

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    Ha podido sentarse en la direccion del tren, lado paisaje y sol. Apoya un brazo en el estrecho alfeizar de la ventana que no sirve para apoyar el brazo, piernas cruzadas y cabeza inclinada hacia El oficio de vivir de Cesare Pavese. Lo ha abierto ceremoniosamente, con el gustillo de complacencia y mirada alrededor que la obra merece, como diciendo al resto del vagon: ?veis lo que me dispongo a leer? Incluso ha puesto un punto de libro de los que quedan aparentes, para anadir mitica y pomposidad al acto personal. En un bloque de asientos a mano derecha, observa a cinco personas, ni mayores ni jovenes, que hablan de manera animada. No son estudiantes. Quiza es gente de una misma empresa que va a hacer un curso. Quiza vuelven de una asamblea de trabajadores para evitar despidos. O simplemente son viejos amigos… -?Como te ha ido hoy la sesion? -Bien, ahora tengo una buena epoca, a ver… -Pero ?tu que tenias? -Yo, paranoia y depresion. Sobre todo mas de lo primero. ?Y tu? -A mi me dijeron que tenia brotes de esquizofrenia. Pavese todavia no ha pasado del portal. No ha podido llegar ni a la segunda pagina. El tren, sin embargo, ha dejado atras un par de estaciones, camino de Barcelona. Entre una mirada a la extension de poligonos y cemento, y otra a los paramos sin cultivar, al circuito de Montmelo y a los contenedores abandonados, Dora ha intentado volver a la intemperie del diario de Pavese. Por ahora, una lectura imposible. En concreto, es una impresion de desmantelamiento directo y sincero, desvestido de cualquier disfraz social, lo que la empuja hacia la conversacion que ha cazado al vuelo. -Casi hace dos anos que me trato aqui. Una chica del grupo, mas deteriorada de lo que debiera, escucha a los demas con una expresion de estar en Babia, sin llegar a verbalizar que hace ella en aquel grupo. Tiene los ojos inertes, como los que vio una vez en una anciana que padecia un alzheimer avanzado, en el hospital. Dora habia ido a ver a su abuela. Pero la otra senora de la habitacion, Merce, no paraba de moverse, inquieta, a pesar de que estaba sujeta a la silla. A ratos intentaba coger el cojin que sobresalia de la silla de su abuela, a ratos tiraba de las sabanas hasta que caian al suelo. Dora se acerco para apartarla un poco, pero justo cuando se disponia a mover suavemente la silla, Merce la agarro de los brazos con fuerza, mirandola fijamente, sin decir nada. Era como si la acribillara con la mirada. Dora se asusto pero se esforzo en disimularlo. La mujer parecia salida de una pelicula de ciudadanos hipnotizados, de esas en que los ninos van de aqui para alla con los ojos vidriosos y fieros. Por un momento, viendo que no cambiaba la cara, temio que aquella anciana estuviese a punto de soltarle un mamporro. Pero con un movimiento rapido se escabullo de sus brazos, movio la silla y se aparto a tiempo. La chica del tren que estaba en Babia continua en Babia. Cuando buena parte del grupo ya ha repasado de la manera mas natural sus cuadros medicos, uno, algo inquieto, toma la voz cantante. Actua como si se tuviesen mucha confianza y ya lo hubiesen dicho todo; el da por acabados los informes medicos y plantea otra cuestion: -Y… ?vosotros habeis pensado alguna vez en suicidaros? El oficio de vivir se cierra de un respingo. No queda mas remedio. -Si, claro, muchas veces -contesta uno de ellos con una vehemencia que no es impostada. Otro anade, timidamente, que lo intento una vez, pero no lo consiguio. <>, afirma entre murmullos, muy bajito. A partir de aqui se lanzan con toda sinceridad a recolectar diversos suicidios ejemplares, <>, <>. Llama la atencion la espontaneidad y las pocas manias con que hablan de una cuestion que es todavia tabu y a menudo se despacha con algun topico. El grupo que Dora ha encontrado en el tren no pretende formular ninguna teoria elaborada sobre el final de la existencia, sus miembros, simplemente, relatan algunos hechos que han oido, pero ahorrandose un detalle demasiado significativo: el eufemismo. A su pesar, hasta la estacion de Parets del Valles, El oficio de vivir de Pavese mas bien la ha hecho bostezar. Por el contrario, a su alrededor parece que alguien ha organizado una concentracion de energias singulares, como un encuentro de coches antiguos, biscuters o motos vintage. Si, motos antiguas, de esas que permiten soltar, con una pose interesante, en mitad de una conversacion: <>, <>, o bien <>. Son energias singulares y ajenas pero que le provocan un cosquilleo de preguntas: ?quien es el extrano? ?O quien el enajenado? ?Quien observa, quien habla, quien escucha, quien escribe y levanta acta? Pavese, ?de que oficio habla? -Pepe lo hizo delante de su abuela. La mujer estaba preparando la cena. Parece que los ultimos dias no habian sido demasiado tranquilos. Pero nadie se lo podia imaginar. En un momento en que ella estaba en la cocina enfrascada en el sofrito, que debia de hacer ruido, ya sabes, como cuando echas la cebolla… Chhhh -imita el ruido-. Pepe salto por la ventana y se acabo. -Yo se que Salomon puso la cabeza en la via. Si, es un poco asqueroso. Y claro, paso el tren y quedo todo por alli despachurrado. Mas de lo normal. Pero no se por que quiso poner la cabeza en la via y ya esta. A la ex lectora de El oficio de vivir le da la impresion de que comienza a marearse. Quiza si abre el libro otra vez… ?Y si se cambia de sitio? La chica que esta en Babia continua en Babia. En la escena de la cabeza en la via ha fruncido un poco los labios, aunque, de todas las palabras y lindezas que ha oido, <> ha sido la que le ha causado una alteracion mas profunda. -Despues ese que entro en la tienda de lamparas. ?Como se llamaba? Que tambien habia estado con nosotros un tiempo… ?Paco? Si, Paco se llamaba. Entro en la tienda de lamparas y tuvo que esperar mucho rato. Paco solo queria una lamparita de noche porque la de la habitacion se habia descuajeringado y no podia leer bien. Parece que le gustaban mucho las novelas romanticas, si, si, era un romantico, el tio. Mira que no tenia pinta, pero por la noche, en cuanto podia, hala, novela romantica al canto. -?Y que paso? -pregunto una chica del grupo, viendo que el narrador empezaba a tener un gusto excesivo por el florilegio. -?Que que paso? Que la tia de la tienda no se enrollo demasiado, le hizo esperar, le decia que fuera mirando, y alli habia tanto para elegir, tantas lamparas que no necesitaba, tantas cosas que no valian una puta mierda… Bueno, eso decia el. -El grupo escuchaba con una atencion inaudita; Dora tambien. -Pero, claro, quiza al final hasta yo me habria enfadado, y eso que soy tranquilo de verdad. ?Por que cono le plantaban delante de los morros las jodidas lamparas de comedor, aquellas aranas del ano de la pera o aquellas lamparas de pergamino que apenas dan luz? Es que la pena se complica la vida, macho. Para postre, atendieron antes a un representante, el tipico representante todo sudado, al que todavia se le nota el aliento del huevo frito que se ha zampado. Y eso Paco no lo pudo soportar. Los huevos fritos le daban mucho asco. Lo se porque en el patio me lo habia contado muchas veces. Soy bueno escuchando, siempre me lo dice la doctora. Yo a Paco lo entiendo, pero claro, tampoco hacia falta que rompiese aquella lampara de 2.600 euros. Si, macho, hay lamparas de comedor que valen 2.600 del ala. Total, para acabar agarrando el cable y yendo hacia la dependienta… Suerte que al final la pudieron salvar. -Miriam le asesto una cuchillada a su marido, de un dia para otro -sentencia la que estaba en Babia. Pero la parroquia no se inmuta. Ni un poco. MONTCADA BIFURCA. DESOLACION El grupo que venia de terapia se ha bajado en Montcada-Bifurcacion, quiza para cambiar a otro tren que los llevara a Sabadell, Terrassa o Manresa. Esta estacion produce en Dora una fascinacion especial. Esteticamente es horrorosa, un vomito de vias sin orden ni concierto, la nada entre una autovia y un barrio de periferia, un no-lugar, como se dice ahora. Aquello de alla arriba debe ser Vallbona, ?no? Un dia ira alli, piensa a veces. Para ver los bares, las tiendas, como camina la gente… Por la noche la estacion en penumbras da un poco de miedo. Durante el dia es sobre todo un mero agujero de intercambios de trenes que cubren la rutina practica de conectar con otras lineas. Es de una desnudez sin compasion, sin paliativos: en los dias soleados, el sol cae como una avalancha de piedras; cuando llueve, parece una tempestad que te arrastrara por las vias hasta el mar. Su nombre, de connotaciones borgianas, responde a una realidad inapelable: la estacion es la puerta entre una Barcelona y otra, entre el escaparate y la trastienda, entre el centro y el suburbio; ?que hay en un lado del tunel y que al salir de el? A este lado del tunel, donde se apea el grupo terapeutico, no caben los romances metaforicos. Con la infalibilidad de un reloj Casio de plastico, se completa la cruda rutina del que baja del tren, atraviesa el entramado de vias deterioradas y se va caminando bajo las farolas de un amarillo deprimente hacia alguno de los pisos coloreados, de tan mal gusto que parece que se burlen de los que viven alli. Deberia haber una cancion punk que proclamase: <> Dora hasta se imagina el concierto: el publico disperso y ella desganitandose con el grito de guerra: <> Solo que Dora no tiene ni idea de musica y presiente que canta todavia peor que si tocara un instrumento. La flauta no cuenta. Intuye el motivo por el cual le da pereza admitir la derrota, todavia siente aquella punzada que vuelve: de pequena no la admitieron en el coro de la escuela. Eso, y el hecho de haber tenido que representar siempre el papel de arbol o de <> en las obras de teatro de primaria, da como resultado un potaje demasiado espeso. En una ocasion, no se acuerda en que tipo de obra, tuvo que actuar disfrazada de gallina. <> Quiza por culpa de la escena del grupo que volvia de hacer terapia, ha evocado la remora de festivales de la ninez, que tienen, aunque no lo parezca, un vinculo insufrible y estrecho con las vias de escape punk. Esta convencida de ello. Las gallinas cuentan tantas cosas… Ponerse en el papel de gallina era como si, en el patio, te eligiesen la ultima para el partido de futbol. O que solo te quisieran de portero. En Montcada Bifurca suele bajar un matrimonio que siempre se esta peleando. Menudos, cincuentones, ambos demacrados por el tabaco, y quiza tambien por el alcohol. Para ser mas precisos, ella siempre le echa los perros a su marido. Vocifera y lo trata como a un inutil. El suele ir cabizbajo, arrastrando los pies, a veces dibuja en el aire un gesto intentando hacerse entender, pero sin exito. Ella, mas vigorosa, esta todo el rato pinchando, diciendo que no hace falta que se explique, que no tiene razon, que siempre hace lo mismo y que esta muy harta. <>, refunfuna. Todos los dias se apean en Montcada Bifurca. Como si esa estacion fuese la argolla que los mantiene unidos. Para que no haga mas ruido, en el anden se agachan y cargan la bola presidiaria que no se sabe quien les ha mandado arrastrar. RUEDA DE PRENSA Ha llegado a la plaza de Catalunya obsesionada con la conversacion del grupo que hacia terapia. A partir de ahora, lo llamara asi. Cualquier escritor con garra y salero habria anotado todo lo que decian y los habria seguido cuando se bajaron en Montcada Bifurca. !Ellos solitos te escriben una historia! Pero Dora tenia que llegar puntual a una rueda de prensa en el ayuntamiento. Hoy le tocaba sustituir a un companero enfermo, aunque su trabajo habitual era cerrar la agenda cultural que salia todos los viernes con el periodico, un suplemento sin pena ni gloria, el !Vamos! Si, se llama asi… La crisis se ha llevado por delante, entre otras muchas cosas, la creatividad y la originalidad en las redacciones. En todo caso, era bastante peor el trabajo que tenia antes de llegar aqui. Ahora le toca recomendar gintonics, horchatas, locales de ambiente, sitios donde comprar hormigas y lagartos para comer, bares con ambiente parisino, con ambiente literario, con ambiente oriental, con ambiente de ir a follar pero sin que se note, tiendas de segunda mano donde comprar alguna mancha accidental con pretensiones artisticas, o donde comprar la alimentacion necesaria para ser un buen vegano y no caer en la tentacion de la carne… ?Existe todo eso en Barcelona? Si sale en el !Vamos!, debe de existir. Aparte, ya se sabe que con estos ambientes y su correspondiente descripcion no hay por que hilar fino. A veces algun barman la ha invitado a tomarse un gintonic, pero en general le toca hablar y poner por los cielos propuestas que no llegara a probar nunca. Todos estos manjares quedan para los otros, para quien dispone de suficiente tiempo y dinero, y alberga un tipo de veleidades que podrian concebirse, hablando lisa y llanamente, como magnificas gilipolleces. Tambien pertenece a los otros el cotizado territorio de los hoteles, las pasarelas de moda, los estrenos teatrales y los pases previos de cine. A pesar de que, ante este panorama, Dora siente el mantra del tapon generacional que le cierra la trampilla encima como una bota que aplasta al escarabajo que chillaba <>, puede asegurar que antes era peor: le tocaba escuchar los informativos de las radios y transcribir todas las noticias con rapidez insospechada. Habia depurado la tecnica para memorizar frases enteras y no tener que parar tan frecuentemente la grabacion. En concreto, lo que hacia era seguir los informativos del mediodia de las dos grandes cadenas. Recogia todo lo que tuviese huella, trazo, brazo o directriz gubernamental, fuese bien o fuese mal para el pais. Era un trabajo para el Departamento de Presidencia del gobierno. Como era joven y la ultima en incorporarse al gabinete, a Dora le encargaban tareas ingratas como esta. En este pais eres joven hasta que eres demasiado mayor y dejas de serlo cuando te han jodido bien jodido. Durante el tiempo que estuvo alli, en aquellos cafes revolucionarios de media manana que no arreglarian nunca nada, Dora se preguntaba y preguntaba a algun companero: -?Que sentido tiene hacer el trabajo dos veces y taquigrafiar los informativos de la radio publica que algun otro trabajador publico ya ha escrito antes? -Los caminos del despues-de-un-dia-viene-otro son verdaderamente inescrutables -le habria podido responder el interlocutor, si no fuese porque lo unico que hacia era encogerse de hombros. Ahora tambien se pregunta adonde habra ido a parar toda aquella pila de informativos transcritos y entregados a un capitoste. ?De verdad los lee alguien? ?Alguien se pone cachondo con las transcripciones de informaciones parlamentarias, bienaventuranzas vacuas del gobierno, declaraciones sincopadas y aburridas? ?Puede alguien captar el sentido de las cosas, como minimo de la cosa publica, con ese sinfin de declaraciones que responden a un nulo sentido comun? Ese alguien, lector de estiercol, suponiendo que todavia este vivo y no haya sido sepultado por el tedio y la mediocridad, ?a que conclusiones llega? ?Como procesa estas deducciones y como repercuten -si es que repercutensobre la poblacion? Afortunadamente para su equilibrio mental todo aquello se acabo, aunque su equilibrio monetario salio perdiendo. En realidad, solo era una sustitucion por baja maternal bien pagada. Ahora escribe sobre hormigas domesticas, tapas de nombre impronunciable y combinados vomitivos. Pero hoy, como el periodico anda corto de personal por bajas encadenadas de gripes, le toca ir a una rueda de prensa al Ayuntamiento de Barcelona. Es una de esas ruedas de prensa convocadas el mismo dia, deprisa y corriendo (un deprisa y corriendo simulado), que solo sirve para que el politico -en este caso, una teniente de alcalde- haga su declaracion, estrictamente la que quiere hacer, cuatro preguntas de rigor en que echara pelotas fuera porque no le da la gana de decir nada mas, que reproduzca todo el mundo la frase que ha querido endilgar y fin de la historia. Ademas, como los periodicos, escasos de papel y de prioridades periodisticas, ahora tienen espacio para muy poca cosa, lo que deberia ser un tema menor que encabeza la pagina acabara convertido en un breve de media columna. Dora llega al Ayuntamiento de Barcelona, a la sala anexa a la de Lluis Companys, cuando todo el mundo ya esta en su sitio. Solo queda libre la silla al lado de donde se sentara la teniente de alcalde. Un momento, ?por que esta apartada esta silla? <>, apunta una periodista. Menuda tonteria. <>, ha exclamado Dora. Parece que el jefe de prensa ha venido y la ha retirado. El personal de las teles lo comenta. Este plano televisivo estrafalario no les va nada bien por cuestion de imagen. Alguien se arma de valor y pone la silla de nuevo en su sitio. Seria bastante absurda una declaracion de una politica de pie como un cirio, hieratica delante de una mesa de periodistas sentados y por debajo de su campo de vision. Pero da igual: la imagen que se quiere dar es que de ninguna manera, ni por casualidad, el gobierno municipal de CiU esta pactando con el PP. De hecho, casi no se pacta nada. Pero por una de esas cosas de la vida las cuentas del ayuntamiento, la columna vertebral del mandato, tampoco hay que exagerar, seran aprobadas con el voto favorable de… Bueno, si -cuchicheando- <>. Un tramite como cualquier otro. Es cuestion tambien de pasar por alto que por la manana <>, el PP, ya han dado su rueda de prensa explicando con todo lujo de detalles los <> que han arrancado del gobierno municipal para los ciudadanos de Barcelona. Una comparecencia que se podria resumir asi: gracias a la accion heroica del PP (<>, gritando), los ciudadanos de Barcelona viviran mucho mejor; que digo mejor, daran un salto cualitativo extraordinario y definitivo hacia la prosperidad. Sea como fuere, la imagen que ahora quiere transmitir el jefe de prensa del gobierno de CiU, obsesionado con la posicion de la silla, es que la teniente de alcalde convergente viene del gimnasio, por el camino ha aprovechado para hacer unos encargos y comprar cuatro cosas, y mientras deja el capazo y el bolso sobre la mesa, unos periodistas le preguntan por los excelentes resultados que gracias a Dios tendra Barcelona (no habria que obviar que la teniente de alcalde de CiU es democristiana). Entra la teniente de alcalde sin el capazo ni la cinta en el pelo y como ve la silla colocada en su sitio para sentarse, en un acto de coherencia politica, se sienta. El jefe de prensa llega demasiado tarde para evitar el desacato involuntario a su estrategia comunicativa. El jefe de prensa resopla. Mira con desconfianza acusatoria alrededor, se enfurruna. La teniente de alcalde se sienta sin acabar de entender que ha hecho mal. Habia una silla y se ha sentado. El jefe de prensa murmura algo y chasquea con desaprobacion la lengua; se quedara alli de pie, rompiendo si puede el plano televisivo, y no dejara pasar ni una. La teniente de alcalde piensa que no es para tanto, ni para la irritacion del jefe de prensa ni para el gentio de periodistas que han acudido a esta simple declaracion de <>. Y no se apartara ni un apice de este guion: pero ?y las inversiones? ?Y el acuerdo con el PP? ?Y las concesiones a este socio no oficial pero socio al fin y al cabo? Nada, no hay manera de sacarla de ahi. Por lo que Dora sabe a traves de sus companeros, por lo que ha comprobado las veces que le ha tocado ir alli en sustitucion de alguien, las ruedas de prensa pueden llegar a ser una tortura de guiones masticados: es como si un animal rumiara durante horas un mensaje para despues expulsarlo en forma de bola, un detritus que sera presentado a los periodistas con los elementos justos -o justisimospara que la bola no se desintegre. Y si por aquellas cosas de la vida se produce alguna pregunta incomoda, siempre esta el recurso de esquivarla educadamente (<>) o de tirar por la via de la mentira piadosa o de la declaracion archipasota. Sea por lo que explican algunos redactores al volver de las ruedas de prensa, sea por las pruebas cientificas que ha ido recogiendo puntualmente ella misma, alinadas con propuestas deslavazadas de agenda cultural, estas constataciones provocan que Dora se sienta atrapada, sin escapatoria, reventada de tanta previsibilidad y tanto aburrimiento admitidos como noticia. Es como si esta convocatoria para los medios tuviese lugar en una caja raquitica y estrecha y, una vez dentro, uno se convirtiera en un ratoncito de feria encaramado en una rueda que solo da vueltas y no lleva a ningun sitio. En cuanto acaba el numero circense, Dora vuelve al periodico pensando que tendria que escribir un articulo contando el numerito de la silla, ya que tiene mas sentido y contenido que reproducir las cuatro declaraciones desaboridas. El hecho habla por si mismo y habla mucho mas que el breve pusilanime de columna que, efectivamente, acaba realizando. Al final del dia, lo mas sustancioso, y particularmente menos absurdo, habra sido la conversacion del grupo de terapia. Al menos ellos, hoy, han hablado claro.

  • Los placeres del poder de Candis Benitez

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    Poder
    Dinero
    Placer
    Amor

  • Lady Shadow de Mar Vaquerizo

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    Nerea es coleccionista y marchante de arte, un empleo digno pero, sobre todo, legal. Es la tapadera perfecta para su otra profesion, ladrona de guante blanco y, segun la policia, de las mejores que han existido.

  • Nyxia (La triada de Nyxia) de Scott Reintgen

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    Emmett Atwater emprende un viaje en el cual no solo dejara su hogar, sino que tambien abandonara la Tierra. El y otros nueve adolescentes son reclutados por Babel, una poderosa corporacion que los conduce hasta un planeta llamado EDEN. Alli, deberan extraer una volatil y extrana sustancia de un valor incalculable, conocida como NYXIA. La recompensa es una cifra millonaria con la que Emmett pretende cuidar de su familia el resto de su vida. Sin embargo, el dificultoso viaje hasta ese planeta demorara un ano y durante ese tiempo, los elegidos tendran que someterse a un durisimo entrenamiento del que solo seran elegidos ocho, y la competencia sera despiadada.Pero la nave de BABEL esta llena de secretos y a medida que Emmett va descubriendo la verdad, se dara cuenta de que no esta luchando por riqueza ni por gloria, como pensaba, sino para salvar su vida.La primera parte de La Triada de Nyxia es un desbordante viaje espacial con un ritmo que dejara al lector sin aliento.

  • Te amo, monstruo de Amy Lee

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    Davi, de 19 anos, se caso con un extrano a quien nunca vio para salvar a su hermano pequeno. Despues del matrimonio, se vio obligada a cumplir una determinada mision.
    Su mision es seducir a su marido frio como una piedra que nunca esta romanticamente interesado con nadie y tener a su hijo.

  • Retando al destino de Jana Westwood

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    Anna es una bibliotecaria que vive con su amigo Pablo en el centro de Madrid. Un dia Pablo le pedira que le acompane a la fiesta de las bodas de oro de sus abuelos y alli conocera a su primo Julio, que le hara una propuesta laboral que no podra rechazar.

  • Regresar a ti de Kristel Ralston

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    Christine McAllister, la bella hija de un afamado productor y de una diva de la television, siempre se habia sentido rechazada por sus padres, tan preocupados en mantener sus exitosas carreras. Esto empeoro cuando el padre de Christine decidio acoger en su mansion a Adam Stamos, un ladronzuelo barriobajero de Nueva York, para darle una oportunidad... por el contrario, a una Christine adolescente no le quedo mas remedio que acatar la decision de su padre y viajar a Suiza para continuar sus estudios en un internado.

  • Con el agua al cuello de Donna Leon

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    Desde la residencia donde pasa sus ultimos dias postrada en una cama, Benedetta Toso, enferma de cancer con apenas treinta y ocho anos, quiere hablar con Brunetti de algo que no quiere llevarse consigo a la tumba. Debil y al borde de la muerte, la mujer apenas consigue tener algun momento de lucidez y esbozar algunas frases sueltas que implican a su marido, Vittorio Fadalto, muerto recientemente en un accidente de trafico, con un dinero obtenido de forma ilegal y que, en consecuencia, su muerte fue en realidad un asesinato. <>, cuenta al comisario. Desgraciadamente, antes de poder obtener mas informacion al respecto, la mujer expira su ultimo aliento.
    ?A que dinero ilegal se referia? ?Quienes son esos <> a los que Toso acusa de haber asesinado a su marido? El fino hilo de investigacion llevara al comisario hasta el lugar de trabajo del hombre, Spattuto Acqua, una empresa privada encargada de vigilar por la calidad del agua en Venecia. Alli, Brunetti no solo se enfrentara a la verdad sobre si Fadalto fue asesinado o no, sino a un caso de soborno entre los empleados con el objetivo de ocultar vertidos contaminantes en el agua, lo que podria tener consecuencias catastroficas en la salud de los venecianos.

  • Atardecer (Voces del pasado 2) de Moruena Estringana

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    Los secretos no han hecho mas que empezar.
    Todos giran en torno a un pasado que se esperaba dormido. Que se ansiaba acallado.
    Hasta ahora.
    Es el momento de posicionarse y de hacerse fuertes. Sobre todo cuando Will y Andy caminan en bandos separados y todos luchan por alejarnos el uno del otro.
    ?Sera mas fuerte su amor? ?Merece la pena la busqueda de la verdad si esto te separa de la persona amada?
    Solo la fuerza de una union perfecta podra lograr ese ansiado atardecer que se abre paso tras un largo dia de lluvia.

  • Dies irae (Versos, canciones y trocitos de carne 2) de Cesar Perez Gellida

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  • La invasion de las tinieblas (Condenados 3) de Glenn Cooper

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    Historia, intriga, accion y aventura se aunan en La invasion de las tinieblas, la ultima entrega de una fantasia apocaliptica imaginada por Glenn Cooper, el mago del thriller historico.

  • Ensueno Apasionado (El ensueno 1) de Nico J. Genes

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    La Lucha de una Mujer que Debe Escoger Entre sus Suenos y El Verdadero Amor Despues de Descubrir su Sexualidad

  • Chispas de pasion de Michelle Celmer

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  • Diez rupias de Saadat Hasan Manto

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    Diez rupias. Historias de la India recoge dieciocho relatos del mas importante escritor de la India moderna, como reconoce Salman Rushdie. Manto, que fue capaz de observar con imparcialidad el mundo convulso y violento que le rodeaba, y que se mantuvo al margen de corrientes y juicios morales, continua invitandonos a desenmascarar la hipocresia y a contemplar la vida en su totalidad y cara a cara, sin mascaras ni adornos. En estos relatos nos encontramos temas diversos: muchos de ellos son de denuncia social, en otros la politica, la independencia de Reino Unido o los conflictos religiosos son el tema centra. Los relatos de Saadat Hasan Manto, ademas de excelentes piezas literarias, son una cronica de los sucesos mas dolorosos de la historia india de la primera mitad del siglo xx.

  • Construyendo un destino (Corazones rotos 1) de Catherine Brook

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    Una comedia romantica de mano de Catherine Brook en la que se pondran a prueba amor y confianza.

  • Cafe para dos de Maria Fernandez Ramirez

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    Cada manana desde hace un ano, Lucas acude a la otra punta de la ciudad para tomar cafe en la terraza de un restaurante. La rutina lo mantiene a flote. Los dias se suceden uno detras de otro, hasta que un encuentro inesperado da un giro completo a su vida. ?Podra Lucas mantener los demonios del pasado a raya y evitar que sus secretos salgan a la luz?

  • Ojos del Anochecer (Devonshire 3) de Maria Isabel Salsench Olle

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    Karen Cavendish era oscura,misteriosa e intrigante; incluso para algunos, peligrosa. Toda ella estaba envuelta por una aurea de misticismo y complejidad que seducia a todo hombre, joven o mozuelo atraidos por ese placer extrano que posee el peligro; sin embargo, en cuanto llegaba el momento del compromiso muchos de ellos lo eludian no siendo capaces de sobrellevar el fuerte caracter de la joven asi como tampoco sus aficiones nada convencionales.

  • La tercera persona (Alt autores de Ava Hocsem

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    Arranca el coche. Salgamos de aqui cuanto antes, no mires hacia atras. A partir de este momento todo pertenece al pasado. --?Todo? --Si, todo. Mira al frente Juan. Quiero llegar a casa entera y en menos de media hora. --La salida a la autovia, a tu derecha. --No puedo creer que me digas eso, Celia… --Solo tienes que girar, !ahora mismo!, pero ?que haces? Por favor manten la atencion en la carretera, !que brusco eres! --Me has dicho que tienes prisa. Obedezco tus deseos carino. Celia le regalo los pantalones que llevaba puestos. A el nunca le gustaron porque pensaba que el burdeos era un color para aristocratas, en cambio a ella le fascinaba. Lo asociaba con el erotismo y con el poder. --Soy la hija predilecta del burdeos --dijo en una ocasion--. Ante semejante comentario jamas se nego a vestirse con ellos. --Vaya, he perdido el mechero. --Lo has dejado en el pasado. Queda poco para llegar. ?Podras resistir sin fumar? --Si claro, es tan solo humo. --Celia, ?no crees que estar sentado e ir a ciento cuarenta kilometros por hora es una contradiccion? --!Que cosas piensas! En realidad Juan queria preguntarle otra cosa. Algo mas relevante, algo que no se atrevio a mencionar. El todo y el pasado. Estaban a unos cuatro kilometros de despedirse, no sabia si esta vez seria para siempre. A veces es mejor no preguntar a tiempo para elegir una realidad a medida. --No es miedo, no, se trata de sobrevivir --penso Juan--. El estaba acostumbrado a manejarse por las carreteras del autoengano. -- Saber conducir es fundamental, te da libertad--. Era una de sus frases de mesilla. Asi aprendio a manejar su vida, su volante, su freno, su limpiaparabrisas y tambien al hijo sobreprotegido que fue. Ahora estaba solo, a punto de llegar a la esquina donde Celia posaria sus tacones en el suelo. La vida, los eventos, la gasolina. --Sana y salva--dijo Juan. --Me voy pitando. Menos mal que no tengo bateria en el movil. Es la coartada perfecta, los ninos ya estaran cenando. Antes de pisar el suelo le puso una mano sobre la pierna. Se miraron fijamente, controlando cualquier atisbo de emocion. El piso el acelerador y cerro la puerta del coche. Se quedo mirando su culo a traves del espejo retrovisor. Mientras tanto la figura desaparecia dejando tras de si la estela apresurada de un apresurado caminar. --!Malditos taxis y maldito movil!, la reunion se ha alargado pero creo haber conseguido mis objetivos --comento a su marido mientras colgaba el bolso y la chaqueta en el perchero de la entrada--. El proximo jueves me reuno con el director general. Todo va viento en popa. ?Estan ya en la cama?, estoy agotada carino. 2 Juan tenia hambre y la garganta un poco seca. El deposito semivacio. Pudo repostar y dudo en comprar un sandwich en la gasolinera. --No, lo hare manana --penso. --Hoy cenare algo caliente. Necesito calor y llenar mi estomago. Cerca de mi casa unos chicos del barrio han abierto un nuevo restaurante. Ire alli, seguro que me trataran bien porque me conocen de vista y querran captar clientela --se dijo a si mismo. --Buenas noches. --Buenas noches. ?Podria cenar? --Si senor. ?Viene usted solo? --Realmente no, aunque solo me vea a mi. --?Espera usted a alguien?, ?cuantos van a ser? Juan sonrio timidamente: --Finalmente uno --contesto. ?Puedo sentarme junto a la ventana? --Si, pase conmigo. La carta estaba traducida al ingles. La inmensa mayoria de los residentes del barrio eran autoctonos. Juan intento deducir la intencion de los duenos. Penso que tal vez quisieran crear un imperio de restaurantes y franquicias en el futuro. Comprobo que se trataba de un local especializado en la cocina con patatas. Prefirio leer la carta en ingles. La primera lectura fue un mero pasatiempo, la segunda para elegir un plato caliente. Nunca habia visto tantas combinaciones posibles de patatas con otros elementos. Se le hizo la boca agua. --Algo tan sencillo… y pensar que a otros no se les ha ocurrido este tipo de negocio… Creo que podran abrir franquicias antes de lo que jamas hubiesen imaginado --penso con el estomago vacio. --Una de patatas al horno con esparragos trigueros, rucula caramelizada, botones de aguacate y haloumi. Para beber un tinto poco afrutado, por favor. Miro a traves de la ventana. Olia muy bien en aquel acogedor lugar. Miro el movil varias veces. Alterno la vista callejera con la vista digital. El telefono sono y la copa de vino llego a su mesa. --Espero que sea de su agrado senor. --Yo tambien, gracias. Se le encogio un intestino hambriento. Bebio un sorbo, le gusto. --Un vino mediocre pero ahora mismo me agrada --penso--. Efectivamente, poco afrutado para ser un caldo barato--. Bebio otro sorbo, toco la pantalla del movil y leyo el mensaje. Era Laura, hacia un par de meses que no sabia nada de ella. Manana por fin comienzo a trabajar, espero que estes bien. Beso. Juan miro a traves de la ventana. Una pareja de adolescentes carcajeandose paso por delante. Recordo la tarde en la que Laura dijo una frase que pudo cambiar su vida: --Si soy capaz de controlar los remolinos sere capaz de controlar mi vida --dijo--. Quiza la proxima vez que se vean le confiese la importancia de aquella conjuncion de palabras. --Su plato senor, ?otra copa de vino? --Si, y un botellin de agua. 3 Celia aprovecho el momento. Una reunion cancelada es casi siempre una oportunidad para escapar de la oficina. Queria comprar a su hija un libro de fabulas. Salio decidida, era una bonita e inesperada mision. Sintio el frio en su rostro como si fuese una brisa de verano. --La libertad de la calle -- penso. Paro en un semaforo. En la acera de enfrente habia hombres, mujeres y alguien disfrazado de perro. Todos esperaban lo mismo; aguardaban que el color de una luz diese paso a otra. En esta ocasion no habia ningun conocido al otro lado, detestaba cruzarse con los ojos de alguno porque hacia que la espera se eternizara. La senal de cambio movilizo a los transeuntes. Celia recordo unos documentos que tenia que preparar para el dia siguiente, metio la mano en su bolso, agito todo lo que estaba dentro y saco la nota mientras caminaba aumentando la velocidad de sus zapatos. --He oido hablar de un libro de fabulas que causa furor entre los ninos. --Creo que se refiere a "El arco de ranas y la nube de gatos". Tambien disponemos de una edicion especial

  • El ser que habita en mi de Manuel Puertas

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    sera inviable, toda la sangre derramada no podra volver a recorrer un cuerpo, los actos que se lleven a cabo perduraran por siempre. PRIMERA PARTE CAPITULO 1 SIN COMPASION Las manecillas de mi reloj combinan sus sonidos haciendome imposible poder dormir, ni los latidos de mi corazon son capaces de contrarrestar tales ruidos sinusoidales. A veces necesito matar aunque sea sonando entre mis sabanas para poder sentirme saciado. Picasso, Einstein, Van Gogh, grandes genios incomprendidos en algun momento, genios que como yo escondieron su potencial mas alla de la propia vida. Sin embargo dentro de mi hay mas que todo eso, se esconde algo que me aleja del objetivo, ya sean posesiones, alucinaciones, miedo, o el hecho de estar desperdiciando mi oscuro talento, son razones que aterran a mis sinapsis. Los dias pasan entre rafagas de sangre, creando una eterna obra hasta desaparecer sin dejar rastro. Simplemente la luz que entra por los pliegues de las ventanas provoca estupor en mi palida piel y en mis rosados labios de mal creacion. Terror inoportuno ante el hecho de haber crecido bajo el mismo ambiente que muchos asesinos contenidos. No se como alargar las paginas de mis cronicas pero si se que despues de acabarlas, todo o nada cambiara de via. La vieja sombra de Dios-Demonio me envenena entre pensamientos elocuentes mientras la sangre de otros corre por mis dedos, la sadica vision de un enfermo mas bien pobre pero bastante mas cobarde. Posiblemente buscando encontrare el cuerpo perfecto para mi gran obra. Lejos de descubrirlo aun, busco entre los cuerpos que se descomponen en mi sotano algun resquicio de perfeccion para complementar el ser perfecto. Hay momentos en los cuales los charcos de sangre avanzan haciendo imposible ocultar tal masacre, sin embargo Dios-Demonio me arropa de proteccion permitiendome poder terminar esta obra maestra. En algunas ocasiones puede que pecara de ingenuo y de no hacer las cosas tal y como la voz de mis adentros intentaba que las hiciera. Pero tambien tenia que entender que descuartizar extremidades podia llegar a ser dificil. Mi sotano es mi santuario, el lugar donde cumplo sus deseos. Son pocas las ocasiones en las que me digno a mostrar mi rostro al exterior. Vago por los alrededores en busca de savia nueva que me llene y me lleve a la culminacion. Me acerco por la espalda y no paro hasta que el suave sonido del crujido de sus cuellos alivia mi sed de placer, hay zonas donde nadie esta a salvo de sus peticiones. Puede que no recuerde cuando comence a pensar en plasmar mis actos demoniacos en hechos, ya que fue tan al comienzo de mis dias que me es imposible recordar. Progresivamente mi imaginacion iba colmando hasta no dejar ni una idea existente sin realizar, ese fue el momento en que la voz de mi interior se intensifico hasta convertirme en el gran e histerico psicopata que soy. Al principio comence a matar por puro odio y placer, sin ninguna razon exterior o celestial, una especie de hobby maquiavelico sin orden ni reglas. El tiempo fue dandome la clave para averiguar que era una prueba, que tan solo mis manos de precision cirujana podrian llevar a cabo. Hubo situaciones en las cuales comence a darme cuenta que la abominacion tenia nombre y apellidos y que yo figuraba en ella como un ser despiadado o tal vez como un ser mas avanzado de lo que ellos creian. ?Por que creer en esos topicos instaurados? ?Por que no ir mas alla de la propia realidad existente y rozar lo no visible? Lejos de apaciguarme quise mostrar mi ingenio a muchos que decian saber apreciar el arte, sin embargo no compartieron conmigo ni la forma ni los medios, lo que en todas las ocasiones me obligo a hacer con ellos una autentica orgia de huesos. ?Que opcion me quedaba? Habian conocido los entresijos de mis creaciones, la belleza de ser ingenioso con el cuerpo humano y no con el fin de darle la vida sino con el fin de quitarsela. En los prolegomenos de mis creaciones me imaginaba la manera de deshumanizarlos, dejandoles sin expresiones, como una estatua griega que simboliza el estilo arcaico. Hubo momentos en los que podia percibir el miedo en sus retinas. Algunos rezaban, otros simplemente dejaban la mirada perdida, en esos instantes yo recordaba a sus hijos, mujeres, padres, para que asi mis ganas de asesinarlos aumentaran. Quiero confesaros algo, no siempre he sido un ser despreciable. Hubo un momento en el que quise ser uno mas en este mundo de borregos, un borrego con las manos manchadas de sangre por haber decapitado a vuestros seres mas queridos, el odio que no os deje dormir, el enviado del mal para haceros padecer el terror y la ira al mismo tiempo. El ser que no os querais encontrar en una noche desolada. Me encantaria contar al mundo todo lo que he hecho y todo lo que me queda por hacer. Mostrar a cada persona de este maldito mundo el genio que se oculta tras mi sombra, pero no me dejan, no ven normal mi arte, mi estilo, mi forma de ver la vida. Soy el profeta de mi propio mundo e intentare instigar a todo ser vivo que tenga ira y una mente bien amplia a seguir mis pasos. Se que ese dia llegara, cuando por fin mi ser perfecto este creado y con el, la bendicion de Dios-Demonio para poder abrir las puertas del infierno a la vez. Hay momentos en los que me siento solo pero se que no tengo que esperar nada de nadie, no habra nadie mas como yo. Pero hay una ilusion que me embriaga y es la de poder encontrar a alguien despues de que vea mi bella obra, que sienta lo que yo cuando mato, esa sensacion de dominar el momento, de ser capaz de lograr rasgar el alma con los dedos, esa sensacion que tan solo conozco yo. <> Hace ya bastante tiempo a las afueras de un campo de maiz, Billy y yo nos dedicabamos a cazar animales para comenzar con ellos nuestras primeras sadicas practicas anatomicas. Todo iba bien, como una relacion espontanea y natural entre amigos que con el paso del tiempo comenzo a convertirse en una utopia sangrienta con el objetivo de ver quien era mas y mas sadico. Aun visualizo como su sangre banaba mi cara, era tan tremendamente surrealista, lo mate a traicion sin opcion de poder defenderse ni lo mas minimo. El era la unica persona que se mantuvo a mi lado, no se que paso por mi cabeza, pero sus entranas alimentaron mi alma. Recuerdo cuando aun era un nino y el me acompanaba a la granja mientras me repetia: – No tengas miedo los viejos no te pegaran hoy. Pero me daban otra paliza mas, haciendome la existencia cada vez mas dificil. Realmente no se si esa fue la razon que me llevo a matar a Billy. Culparle de que me mentia cada dia, aunque sabia que lo hacia por mi. Puede que sea la unica persona de la que me arrepienta haber matado, porque a veces, tan solo a veces lo echo de menos.

  • Donde Quieras de Zoe Hanley

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    ?Ana? ?Que pasa? ?Va todo bien? --respondi al movil automaticamente, apenas habia abierto un ojo para mirar la pantalla. --!!Feliz ano nuevo, hermanita!! --su grito termino de despertarme. --?Tienes resaca? --No, no. !Feliz ano, Anita! Estaba demasiado desorientada. Mire el despertador: las ocho. Apenas llevaba cuatro horas en la cama… y Sergio no estaba. Como siempre. Pero… ?cuando dormia? --?Que haces despierta tan pronto, Ana? --Todavia no me he acostado. Bueno, acostarme… me he acostado, pero sabes que me gusta despertarme en mi cama… --sutil como solo mi hermanita pequena sabia ser. --Bueno, me alegro de que hayas tenido una buena salida y entrada de ano… --no pude evitar hacer el chiste facil y la oi reirse al otro lado del auricular. --Ya, ya… seguro que la tuya tampoco ha estado nada mal. Con un novio con el tuyo, hasta yo me plantearia seriamente la monogamia. --No es mi novio. Solo es… ?Mi chico? ?Mi amante? ?Mi amigo… que se enfada cuando le llamo amigo? Era demasiado confuso. Mi Amo, lo unico que sabia y lo unico que no podia decir. --Eso, Clari, ?que es? --odiaba cuando mi hermana actuaba como la voz de mi conciencia. --No lo se. Y no me llames asi que sabes que no lo soporto. Solo no es mi novio y punto. --Veo que ni siquiera el ha conseguido quitarte el mal humor de por las mananas. Pero Clara, si estais viviendo juntos… --Solo me estoy quedando en su casa unos dias. --Ya, en una casa que ha buscado solo para estar cerca de ti. --Ana, eso no es asi exactamente. --Entonces ?como es? ?Como llamas a un chico con el que vives, que cambia de ciudad para estar contigo, que corre a presentarse a tu familia? Pero si solo le falto arrodillarse y pedirle tu mano a papa. --Ana, Sergio no… --?Por que estas tan cerrada? Hay algo que no me estas contando. ?Esta casado? --No, no esta casado --o al menos eso creia. Tampoco se lo habia preguntado directamente… --Es solo que no… no se lo que quiere. --?Que quieres decir? --Me confunde, mucho. --Por favor Clara, pareces nueva. Vale que has tenido novio desde hace ?cuantos? ?cien anos? y no estas acostumbrada a jugar. Pero tienes que echarle ovarios y dejarle las cosas claras. Tu pones las reglas. Lo importante aqui es lo que tu quieras. ?Que quieres tu? --Ana, no es tan facil… --Clara, ese chico esta loco por ti. ?Que mas tiene que hacer para que te des cuenta? No se lo que esta pasando pero si sigues su juego solo conseguiras que te haga dano. ?Quieres que te diga lo que va a pasar? Voy a leerte el futuro. Te vas a enamorar de el y despues, cuando tenga que volver a Alemania, ?que vas a hacer? Mi hermanita pequena dandome consejos amorosos, y lo peor era que, para no tener ni idea de lo que estaba hablando, estaba acertando de pleno… para un chico normal. Sin embargo, la simple idea de "echarle ovarios y dejarle las cosas claras" a Sergio, no podia menos que hacerme temblar. --Llamarte, al menos siempre podras contarme tu ultimo rollo. Ahora, cuentamelo todo sobre el chico de anoche – o – --Clara, ven aqui --me acerque a el y, en un solo movimiento, me sento encima de sus piernas y su mano derecha se perdio por debajo de mi camison de hilo blanco. --Quiero oirlo ahora --ni siquiera sabia a que se referia. Cerro el portatil y lo aparto descuidadamente a un lado. Despues de la desesperante aunque divertida conversacion con mi hermana, habia bajado a su despacho. No sabia el tiempo que podia llevar enfrascado en lo que estuviera trabajando pero, fuera lo que fuera, no habia terminado. Me habia prometido todo el dia para mi en cuanto acabara, y decidi que era el momento perfecto para dedicarme un poco de tiempo a mi misma. Me habia preparado un cappuccino y, mientras me deleitaba observando las gotas de lluvia caer en la terraza, me sente en la cama para devolver todas las llamadas perdidas y mensajes de familia y amigos felicitando el ano. La conversacion con mi madre habia sido la mas agotadora con diferencia. Cuando se ponia en modo interrogatorio era imposible, daba igual los anos de entrenamiento que llevara, ella siempre tendria mas horas de vuelo que yo. Y aun asi sus esfuerzos por sonsacarme cualquier detalle sobre como avanzaban las cosas con Sergio eran en vano, ni siquiera yo tenia respuestas. Tampoco era el momento para pensarlo. Del que no habia vuelto a tener noticias era de Killian. Me sentia muy mal por la forma en que habiamos terminado, pero me extranaba que no se hubiera puesto en contacto conmigo, al menos para pedirme perdon. Se me paso por la cabeza llamar a alguno de sus amigos para saber como estaba, pero descarte la idea inmediatamente. Estaba echada en la cama leyendo un libro en la tablet mientras escuchaba la playlist de Marlango, cuando me interrumpio una llamada perdida. Sergio. Y aunque no sabia lo que significaba, habia conseguido despertar mi curiosidad. No llegue a entrar en su despacho, solo me asome por la puerta. Estaba imponente en su sillon detras del escritorio, y mas, ataviado como estaba, solo con unos pantalones de pijama. --?Que deseas oir, mi Amo? Empezo a acariciarme y fue instantaneo, mi cuerpo se relajo sobre su pecho desnudo. Sentia su piel caliente en mi espalda, incluso en la mitad inferior cubierta por la fina tela del camison. Sus dedos se movian dulces alrededor de mi sexo, despertando el deseo muy lentamente. Respondi al segundo, humedeciendome para el. Mi cuerpo habia aprendido a reaccionar a su contacto exactamente como el queria en cada momento. --El otro dia, cuando salimos a comer, no contestaste mi pregunta. Quiero que lo hagas ahora. No voy a poder concentrarme hasta que lo oiga. Me quede blanca. Sabia perfectamente a que pregunta se referia. Me la habia hecho dos dias antes y albergaba la esperanza de que se le hubiera olvidado. Pero no lo habia hecho, y si no le habia importado esperar hasta ahora para repetirla, era porque sabia la respuesta. --Parece que necesitas que te refresque la memoria, preciosa. Silencio. --?Por que sigues aqui si sabes lo cruel que puedo llegar a ser? --un escalofrio me recorrio como la primera vez que me la hizo. Seguia muda. --Dejame que lo ponga con otras palabras, -- su nariz retiro el pelo de mi oreja, para que sus susurros no encontraran ningun obstaculo --?por que sigues a mi lado aun sabiendo que lo que te he hecho hasta ahora no es nada comparado con lo que puedo llegar a hacerte? Era como un depredador acechando a su presa. Sabia perfectamente lo que queria y no me iba a soltar hasta que lo obtuviera. Mi sexo se mojo aun mas de lo que estaba, y esta vez sabia que la culpa no era solo de sus dedos. --Contesta. Quiero oirlo ahora --repitio. --No lo se, mi Amo. --No. Lo sabes perfectamente. Sus labios se movian en mi hombro mientras su mano izquierda recorria la curva de mi escote, adentrandose timidamente solo para volver a salir. La piel de todo mi cuerpo se erizo. Se sonrio al comprobarlo. --Mi Amo… si lo sabes, ?por que quieres que lo diga? --Ya te lo dije, me encanta oirtelo y hoy te lo voy a sacar, aunque tenga que arrancarlo de tus labios. Me da igual lo que me cueste. Su mano izquierda avanzo por el escote del camison y abarco mi pecho derecho cubriendolo con su palma. Aparto la tela de su alrededor hasta dejar que asomara por encima. Despues repitio la operacion con el izquierdo. Temi por la fragil tela, adoraba ese camison, y sobre todo, como reaccionaba cada vez que me veia con el. Ignoro mis pezones, que se habian puesto duros como respuesta, y siguio recorriendome despacio. Su mano derecha, abajo, seguia rodeandome, evitandome. Sus dedos se desviaban por la parte inferior de mi vientre, mis ingles, o el perineo, causando que toda mi vagina se empapara por la anticipacion. Podia imaginarme su estrategia, dejarme con tantas ganas de el que estuviera dispuesta a cualquier cosa con tal de que me tocara. --?Piensas torturarme, mi Amo? --No, todo lo contrario, preciosa. Pienso darte tanto placer que no podras evitar gritarmelo. !Dios! Eso si era crear expectativas. Me inunde con sus palabras, porque tenia el convencimiento de que iba a pasar exactamente como el auguraba. Acabaria haciendo lo que el quisiera, no me cabia la menor duda. Solo podia retrasarlo, pero iba a disfrutar el proceso… De un manotazo, despejo el escritorio de papeles, que cayeron al suelo desordenados. Me levanto y me tendio sobre la mesa. Sus manos se colaron por debajo del camison, subiendo por mis caderas. Me agarro y me acerco deslizandome sobre la madera hasta chocar con su pelvis. Levante mi cabeza para reclamarle un beso, pero su mano en mi pecho me retuvo. Mi atencion se poso despues en el bulto que tiraba de la tela de sus pantalones, que se alzaba como un tronco robusto, largo y grueso. Solo adivinarla me hacia temblar. La necesitaba. Intente alcanzarla con mi pie, aunque sabia de antemano que no me lo iba a consentir.

  • Cronicas del Fin de Gabriella Campbell , Jose Antonio Cotrina

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    Ha pasado mucho tiempo desde que los leviatanes irrumpieron en el planeta y lo cambiaron todo. La humanidad ha sido diezmada y la Tierra ahora es un erial, un infierno donde la vida no vale nada.

  • Aitana de Ugo Moriano

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    Cuatro dias habian pasado desde su llegada en Italia cuando el Cardinal Rafael Torres Velasquez, procediendo con precaucion debido a su avanzada edad, bajo las escaleras de cemento que, bordeada de una alta pared de contencion que conectaba la carretera con la playa de abajo. Despues de solo nueve escalones, un ataque repentino y muy doloroso a la rodilla izquierda lo obligo a apretar su agarre en la barandilla de hierro que rodeaba la escalera, recordandole, si es necesario, que mas alla de cierta edad el privilegio de vivir es frecuentemente compensado con una serie abundantes de tembladera. – Monsenor, ?necesita ayuda? – No Aitana, todo esta bien. Gracias a este hermoso dia, me enfrente al bajr con demasiada calvicie, olvidando que ya no era un nino. Respondio el cardinal dirigiendose a la monja que lo observaba preocupada. – Ahora voy a ser mas cuidadoso y todo va a estar bien. – Talvez debimos haber elegido otra playa. -La religiosa unio sus manos como si estubiera orando. – una mas accesible, como la que pasamos hace diez minutos. – No, esta bien. !Mira que hermosas rocas emergen del mar!. El alto prelado, despues de una dispensada sonrisa tranquilizadora a la monja, retomo el descenso hacia la extencion de guijarros grises que descendieron a la costa. De hecho, no estaba completamente seguro de que estaba haciendo lo correcto. De hecho, si se hubiera encontrado en el papel de Aitana, habria reiterado sus dudas con mas behemencia. “Si despues no puedo subir, ya que no hay rampas de acceso, solo escaleras, usted se veria obligado a pedir ayuda" A pesar de ese pensamiento, no se detuvo, simplemente precedio con mas cuidado y su agarre, en la barrandilla gastada por el tiempo y la sal, se volvio mas firme. En los dias anteriores junto con su inseparable asistente habian seguido algunos servicios religiosos en la catedral de los Santos Mauricio y Companeros Martires, que se encuentran en el Parasio de Porto Maurizio, pero esa manana se habian mudado al otro lado de la ciudad. Habian asistido a la misa de las diez en la basilica colegial de San Juan Bautista en Oneglia y al final, de la conversacion cordial con el parroco, habian ido a dar un paseo cerca al muelle portual. Hablando con un pescador, el cardenal se habia enterado de esta playa, en el que estaba a punto de descender, situado en la solapa mas oriental de Imperia. Cuando llego al ultimo escalon, se paro y respiro el olor salado que impregnaba el aire. Un aroma no desconocido, pero raro para un hombre que habia pasado sus ultimas decadas en el soleado Toledo. Aunque era el 20 de marzo, en ese momento la arena estaba desierta y esto lo complacio porque habia ido alli a buscar la presencia de Dios que solo podia sentir en soledad. Como si estuviera apunto de hacer un gesto de epoca, extendio su pie derecho y lentamente lo inclino sobre las piedras en la base de la escalera. Despues de asegurarse de tener una base solida, casi de impulso, dio tres pasos hacia adelante. “Fue bien" penso cuando se dio cuenta de que no tendria equilibrio. “Si hubiera terminado tirado en el suelo, las monjas del convento, aunque sintiendolo mucho, seguramente habrian expresado dudas sobre mi sofisticacion" Aseguro sus habilidades y entro en la playa, dejando que su mirada vague por el agua azul y transparente, y luego a llevarlo a los infinitos tonos de gris de la multitud se piedras oscuras y redondeadas que bordean las olas. A unos cuarenta metros a su derecha, una hebra de rocas bajas salieron de la pared y despues cortaban la arena perpendicularmente, se lanzaban al mar para resurgir a unos metros mas adelante. No se atrevio a sentarse en el suelo porque estaba seguro de que ya no seria capaz de levantarse de nuevo, se dirigio hacia una parte rialzata y la uso como silla. Antes de continuar, levanto su mirada hacia la parte superior de las escaleras y trato de tomar una expresion segura, luego levanto la mano en un gesto de saludo que fue correspondido por Aitana, aunque si el rostro de la monja continuo mostrando perplejidad. Procediendo sin prisa, Rafael entro tratando de evitar las piedras que le parecian mas inestables, luego a mitad de camino para disfrutar de la vista de la famosa roca galeazza. “Mas que la vela de un buque de guerra veneciano del siglo XVI, considero contemplar la estructura rocosa que, estrechas y alta, emergio de las olas y luego se extendio hacia el mar mas profundo" para mi parece la aleta de algun focil antiguo que data de epocas distantes que, como una broma del destino, se mantuvo un unico signo obvio de los enorme pescado enterrado en este rincon de La Liguria. La sensacion mientras reanudaba su viaje seguia su camino y finalmente llego a sentarse, era que ese ser no podia ser asimilado a un delfin jugueton, sino a un tiburon feroz, tal vez todavia listo para despertar si las condiciones habian sido favorables. El sol que brillaba en el cielo, el aire calido y una ligera brisa que venia del oeste le daban una sensacion de relajacion, lo que lo llevo a cerrar los ojos, como si se encontrase en el lugar solo por razones de ocio. Todo eso sugirio que 2017 seria el enesimo ano con temperaturas por encima de la media. “!No estoy aqui por vacaiones!" dijo descartando ese sentimiento. “Etolo esta muriendo y he venido a Italia para acompanarlo en este ultimo viaje. La razon por la que Rafael y su asistente inseparable estaban en esa parte del puente de Liguria estaba estrechamente ligada a la gran relacion de estima y amistad que lo unia a Etolo Sciorato, un cardenal originario de Imperia Porto Maurizio que, hasta su jubilacion, habia sido un eminente miembro de la Curia Vaticana. Gravemente enfermo durante un par de anos, un mes antes, al presagio de acercamiento de su proprio viaje, habia decidido enfrentarse a sus ultimos dias regresando a las tierras donde nacio. “Es unos de los pocos amigos de verdad con los que siempre he sabido que puedo contar. Cuando se haya ido, estare mas solo, pero ahora mi tiempo tambien esta llegando a su fin, asi que pronto estaremos juntos de nuevo". Con un esfuerzo libero su mente de esas consideraciones entonces, como era su costumbre cuando llego a las orillas del Tajo, habiendo segurado una vez mas que no habia nadie en el vecindario, descanso los codos sobre sus piernas y menton en las manos de la articulacion, finalmente entrecerro los ojos hasta que se redujo a una simple rendija. Su mirada miraba a la inmensa extension de agua y su alma se abrio al Senor. El don de la fe siempre lo acompano. Cuando regreso con su memoria, no podia recordar ni un solo momento de su vida en el que habia sentido el amor de Cristo y nada habia vacilado en su firme convinccion de que tenia que cumplir con una mision: dedicarse a los demas revelando la piedad y la esperanza que Dios nos ofrece. Desde el comienzo de su viaje religioso siempre se habia comprometido. Para llevar a cabo su servicio y la carrera eclesiastica que habia realizado habia sido solo la consecuencia logica. Durante decadas habia celebrado el misterio de la Eucaristia sin dudar nunca de la transusencia de ese gofre de pan sin levadura que tenia en sus manos, pero la verdadera comunion con el Senor nunca le habia encontrado entre las paredes, a menudo suntuosas de las iglesias sino en lugares menos ortodoxos como en las orillas del Tajo. Ahora en ausencia de un rio real lo estaba buscando en esa playa en la frontera entre Imperia y Diano Marina. Un par de gaviotas despues de girar entre la tierra y el mar descendieron sobre el agua y se desplacaron por el ligero oleaje. Poco despues llego otra media docena que a su vez recayo en la compania de los dos primeros. Finalmente llego un ultimo rezago que tal vez para no conformarse con el resto del rebano, descansaba sobre la roca ocupada por el cardenal y despues de estirar y doblar las alas blancas y grises permanecio para mirarlo sin mostrar un interes real. Rafael decidio ignorar al recien llegado y como siempre en estas ocasiones comenzo a recitar con un filo de voz el acto de fe -"Dios mio porque eres verdad infalible creo en todo lo que has revelado y de la Santa Iglesia nos propone creer. Y expresamente en ti, el Unico Dios verdadero en tres personas iguales y distintas. "

  • Regresa Amor de Luan Doe

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    El cielo esta completamente despejado, la brisa es fresca, pero viene bien para calmar mis nervios, el cesped del campus esta humedo y me arrepiento al instante de llevar sandalias. --No estes nerviosa Mia, lo haras muy bien --me dice mi mejor amiga Lisbeth. --Voy a sacar sangre por primera vez ?Como quieres que este? --mi nerviosismo esta hasta los topes. --Pense que las cuatro tilas que te tomaste anoche y las dos de esta manana harian efecto --dice riendo. Entramos en el primer edificio y el aire caliente me estorba al momento. --No entiendo como ya tienen puesta la calefaccion si aun estamos a principios de octubre, menos mal que me puse este vestido en el ultimo momento --le digo mirandome en el cristal de una puerta. Lisbeth se mira tambien y nos sonreimos. --?Como no te has maquillado hoy? es raro verte sin tu raya negra ?Tiene algo que ver Jack? -- pregunto levantando la ceja. Ella pone los ojos en blanco y niega con la cabeza. --Me ofendes Mia --dice con una sonrisa --. No cambiare por un chico en la vida, enserio, solo sirven para el sexo, los usas y los tiras, como a los condones. No hay manera con ella. --Bueno, te dejo con tu odio al genero masculino porque no quiero llegar tarde y antes tengo que ir a ver a Mike. Nos damos un beso sonoro en la mejilla y quedamos para la hora de comer. Camino rapido hasta el ala oeste del primer Edificio donde estan los estudiantes de Derecho, y veo a Mike sentado en un banco con sus amigos repasando para la clase que tienen esta manana. El levanta la vista y me sonrie. --Crei que no vendrias “Bella” --lleva 2 anos llamandome asi simplemente porque soy italiana. Me estrecha entre sus brazos y me da un beso rapido. --No iba a dejarte entrar ahi sin desearte suerte--le sonrio con picardia. --Mia, siempre es un placer ver tus piernas, me das inspiracion para estas clases --dice John, el mejor amigo de Mike. --Cuidadito colega, esas piernas son mias --sus amigos entran en clase riendo y el me da un beso. --Suerte. --La suerte la tuve hace dos anos cuando te bese por primera vez --dice guinandome un ojo y entra en clase cerrando la puerta. Miro el reloj y me quedan 10 minutos para entrar en clase, mierda. Corro hacia el ala este del edificio y llego justo cuando el profesor Stuart dobla la esquina. Me siento en la segunda fila al lado de Ben, siempre esta sentado en el medio entre Maria y yo. --!Buenos dias clase! --dice el profesor alegre --por fin empiezan vuestras practicas, pero antes de eso, tengo que presentar a un alumno. Miramos los unos a los otros y veo que somos los mismos de siempre, pero la puerta se abre y un chico entra con paso decidido y un andar un tanto chulesco. --Madre mia que bueno esta --dice Ben en un susurro mientras nos agarra de la rodilla a Maria y a mi --Dios, se que no te hablo mucho, pero haz que ese hombre sea de mi acera. --Enserio Ben, eres un acaparador, siempre quieres que todos sean gais, deja a los demas sonar tambien --le dice ella. El chico le entrega unos papeles al profesor Stuart y mira hacia la clase, hasta que sus ojos marrones se fijan en mi, un brillo aparece en ellos, como si me conociera, pero sigue mirando al resto de la clase como si nada. Imaginaciones mias. La verdad es que es muy guapo, debe medir casi 1,90. Tiene la piel morena, seguro que vivia en la playa, lleva el pelo corto y revuelto. Va hacia un asiento de la fila de la derecha y se quita la cazadora con un movimiento increiblemente sexy, aunque no creo que se de cuenta de cuanto impone. Lleva una camiseta negra que marca cada uno de sus musculos. --Mia, vas a intimidarle como le sigas mirando --me susurra Ben. Miro hacia el frente y me concentro en lo que dice el profesor. --Se que ya es hora de que practiqueis todo lo que habeis aprendido al largo de todos estos anos asi que empezaremos con lo tipico, sacar sangre. Como ya hablamos la semana pasada iremos al Hospital donde alli nos dejaran usar un aula para nuestras clases practicas que daremos tres dias a la semana, la otra clase la daremos aqui, tampoco vais a salvaros de la teoria este ano --dice con una sonrisa de triunfo. Ben hace un pequeno abucheo porque todos pensabamos que hoy hariamos la primera practica y el profesor le lanza una tiza que me da a mi en la pierna. --Perdona Mia, el senorito Ben se ha movido, es un tramposo. Nos reimos porque asi son las clases con este hombre, es muy cercano a nosotros, siempre y cuando estudiemos y seamos los mejores en clase. --El tio buenorro te esta mirando Mia --cuchichea Maria mientras la clase esta distraida. --Aunque creo que Mandy ya le ha echado el lazo --replica Ben con su tono borde. Miramos hacia el nuevo y Mandy que habla con el mientras cruza sus piernas a lo Sharon Stone en Instinto basico. El parece estar interesado ya que la mira con intensidad, hasta que nuestras miradas se vuelven a cruzar unos segundos y siento mariposas en el estomago. << ?Mariposas? Mia, las tilas por la manana te sientan fatal >> , me digo a mi misma. El timbre suena y recojo mis cosas mientras miro un mensaje en el movil. Alexia: Senorita americana, tus amigos italianos acabamos de aterrizar en el suelo que pisas. !Y exigimos verte! Un beso enorme. Suelto un grito estupido. Genial, el nuevo se me queda mirando y Maria y Ben miran mi mensaje. --?Tus amigos vienen? Por fin vamos a conocer a mas italianos --dice Ben mientras choca los cinco con Maria. --Si, estoy deseando verlos. Vayamos a comer, quede con Lisbeth y Mike en vernos en el comedor. El nuevo, pasa por mi lado mientras Mandy le sigue moviendo el culo exageradamente . Caminamos hacia la cafeteria y olvido que no he cambiado los libros para la siguiente clase . --Vengo ahora , voy a mi taquilla y vuelvo rapido . Corro hacia las taquillas y al doblar la esquina choco contra un cuerpo duro que me agarra para que no me caiga hacia atras . Capitulo 2 ALEX Mandy escribio su numero de telefono en un pos-it y lo dejo en el bolsillo derecho de mi pantalon. Se despidio dandome un beso en la comisura de mis labios y moviendo el culo y las caderas para exhibirse mientras se marchaba, tenia las piernas un poco cortas pero bronceadas, en un movimiento exagerado se le vio un tanga de encaje que estaba deseando quitar. La llamaria a la tarde o a la noche si no tenia nada mas que hacer. Aunque su voz es demasiado estridente, pero tiene un buen par de tetas que necesito saber si son operadas o no. No pude escuchar lo que Mia dijo al leer el mensaje, pero ese gritito que pego y el choque de manos de sus amigos suena a que algo interesante sucedera, tengo que enterarme que es. Es increible que todavia no pudiese verla bien, cuando llegue a clase simplemente esperaba que estuviese alli, al revisar las caras de la gente que estaba dentro del aula solo pare en una que me miraba con ojos extranos, y supe que era ella al momento, imposible olvidar esos ojos, pero tuve que dejar de mirarla para que no sospechara nada. Cuando el profesor dijo su nombre no hizo mas que afirmar lo que ya sabia. Dejo los malditos libros en la taquilla para buscar la cafeteria. Quiero salir de este maldito sitio para recibir a mis amigos, saben que venia a Estados Unidos y se tomaron unas vacaciones sin el control de nuestros padres ni de las familias. Al doblar la esquina una chica choca conmigo y la agarro para que no se caiga. El pelo rubio tapa su cara, pero se que es ella. --Lo siento, perdona, iba corriendo y no me fije --dice con una voz dulce pero decidida que ya apenas conseguia recordar. Recorre mi cuerpo lentamente y yo aprovecho para mirarla con detenimiento. Lleva un vestido verde agua que hace que su color de piel sea mas palido, aunque parece que el moreno que tenia se le ha ido, siempre se quejaba porque no conseguia estar tan morena como yo, pero aun asi estaba guapa. Al final si que dio el estiron porque debe de rondar el metro setenta y poco, y por lo que senti al chocar con ella tambien le crecieron pechos bastante interesantes. Se muerde el labio y odio que haga eso, de joven siempre lo hacia cuando discutiamos y me desconcentraba al momento, pero lo que mas me duele ver son sus ojos, azules como el mar en un dia de tormenta que me observan como si fuera la primera vez. Tenian razon, no me reconoce. Siento un pequeno punto en el pecho que ignoro porque no puedo pensar en esas tonterias, asi que decido hablar primero. --Perdona, tampoco mire por donde iba --respondo intentando no sonar borde, es raro para mi no estar discutiendo con ella por cualquier tonteria. Sonrie y eso me perturba, cada vez que sonreia lograba calmarme en los dias que mi padre me exigia mas que al resto. Siempre me escapaba a su casa para meterme con ella, aunque simplemente la veia mientras leia en el alfeizar de su ventana. --Eres el nuevo --vuelve a sonreir --me llamo Mia Ferragni --y me da dos besos, nada que ver con el de Mandy. --Encantado, soy Alex Garibaldi. --?Garibaldi? --pregunta frunciendo el ceno --italiano, como yo entonces ?buscas la cafeteria? --pregunta mientras va hacia una taquilla dejando unos libros y cogiendo otros distintos. Le doy un repaso por detras y alucino con sus piernas, son largas y tonificadas pero esos muslos quieren que sean tocados con mucha urgencia. Se gira rapidamente y miro hacia otro lado. --Si, no recuerdo muy bien donde queda, pero iba hacia alli. --Pues vente conmigo que te presento a mis amigos y asi no te sientas solo responde alegre --?de donde eres? Ya empezamos con el interrogatorio. --De Milan, vengo a terminar el ultimo ano de Medicina con una beca. Ella me mira de reojo y asiente. Entramos en la cafeteria y se coge un sandwich, unas patatas fritas y una Coca-Cola. --?No engordaras con eso? --mierda, la puta costumbre de decirle algo grosero. Ella frunce los labios y mira su comida, joder, tengo que acercarme a ella y la estoy cagando. --Voy a correr todos los dias, puedo permitirmelo--responde con una sonrisa fingida. Genial, soy estupido.

  • La Vida en tus Palabras de Andrea Golden

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    Un derrumbe parcial en la nueva carretera que comunicara Tungus con Skardu (Pakistan) descubre una caverna centenaria.
    En su interior encuentran vestigios de un pasado: utensilios de labranza, distintas alforjas repletas de semillas y un decrepito arcon de madera que contiene varios codices en perfecto estado, sorprendentemente, escritos por una mujer.
    Tras ser investigados y ante la dificultad del entendimiento de algunas palabras contenidas en ellos, Marco y Sajan, trabajadores del Canal Historia, deciden pedir ayuda.
    Dana, experta paleografa en un prestigioso museo de Washington, recibe la propuesta de ir hacia ese pais, viaje con el que sono en numerosas ocasiones y que, por distintas circunstancias familiares, nunca hizo.
    Nuestros protagonistas seran sorprendidos por la subyugante historia de Nasila, una joven avanzada a una epoca en la que, con suerte, las mujeres valian un punado de monedas.