• limoncello para 40 personas - P. K. Evans

    https://gigalibros.com/limoncello-para-4.html

    Andrea vive feliz en su isla natal, Capri, hasta que pierde el trabajo y su pareja lo abandona. Deshecho, dolido y sin un euro, vive inmerso en la autocompasion y la necesidad, hasta que sus amigos de toda la vida se vuelcan en ayudarlo. Le encuentran un trabajo de tele operador erotico para el colectivo gay. Tras aceptar el reto, la vida de Andrea no volvera a ser la misma, ni la isla de Capri tampoco.

  • Limoncello para Lena y ¡adiós a su pena! (Ebrias de amor 6)

    https://www.kobo.com/es/es/ebook/limoncello-para-lena-y-adios-a-su-pena-ebrias-de-amor-6

    Elige la librería de tu país para ver los libros que puedes comprar. ... encontraréis la historia de seis mujeres atípicas y un poco locas que se reúnen ...

  • Limoncello para Lena y ¡adiós a su pena! - Ana Álvarez

    http://leyendosola.blogspot.com/2020/11/limoncello-para-lena-y-adios-su-pena.html

    26 nov 2020 — Limoncello para Lena y ¡adiós a su pena! es el sexto libro de esta ... de los capítulos, que están narrados por Lena en primera persona y en ...

  • Limoncello para Lena y ¡adiós a su pena! (Ebrias de amor 6)

    https://www.amazon.es/Limoncello-para-Lena-%C2%A1adi%C3%B3s-Ebrias-ebook/dp/B088P7ZKB5

    Regala este eBook a alguien o cómpralo para un grupo. ... Comprar y enviar eBooks a otras personas ... Estos libros electrónicos solo pueden canjearlos los ...

  • Dos cafés y una aventura (Dos más dos 2) : Álvarez, Ana

    https://www.amazon.es/Dos-caf%C3%A9s-una-aventura-m%C3%A1s/dp/8417664203

    Precio total:32,40 €. Para ver nuestros precios, ... por Ana Álvarez Libro de bolsillo ... Limoncello para Lena y adiós a su pena (serie Ebrias de amor).

  • 25 libros de cocina para regalar estas navidades | El Correo

    https://www.elcorreo.com/jantour/libros-cocina-regalar-20211210175103-nt.html

    17 dic 2021 — El equipo de Jantour ha reseñado medio centenar de libros este año. ... Asher descubre los secretos de más de 40 tipos de queso que se ...

  • EyN: Sabor cosmopolita - El Mercurio

    http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=252321

    17 may 2016 — Noëlle Haddad y su primer libro de recetas ... Pasar más de 40 minutos en la cocina no va conmigo, no es opción. ... Tarta de limoncello

  • Las 50 mejores recetas de bizcocho para hacer en casa ...

    https://www.elmueble.com/cocinas/50-mejores-recetas-bizcocho_45062

    16 jun 2021 — Desde los básicos, sencillos y económicos bizcochos de yogur o naranja ... INGREDIENTES: 12-14 personas/1 h 40 min ... 60 g de Limoncello

  • Recuerdos prohibidos (eLit) de Julie Miller

    https://gigalibros.com/recuerdos-prohibidos-elit.html

  • Dominada por el vikingo de Esmeralda Lynn

    https://gigalibros.com/dominada-por-el-vikingo.html

    La dama Juliet Bowen esta aburrida de su vida como noble; mientras sus padres ya le han elegido un marido, ella solo fantasea con un muchacho vikingo que estuvo a punto de secuestrarla diez anos atras.

  • El sueno de Agnodice (La medica de las mujeres 1) de Rosaura Hernandez Soto

    https://gigalibros.com/el-sueno-de-agnodice-la-medica-de-las-mujeres-1.html

    Siglo III a. C. Un sueno imposible para una mujer; una mujer que no conoce el significado de la palabra imposible.

  • Jodido Doctor de Abril Lainez

    https://gigalibros.com/jodido-doctor.html

    Emma no estaba segura de poder hacerlo. No lo iba a conseguir. Le resultaba imposible administrar el oxigeno que entraba en sus pulmones. Se recordo que debia volver a ponerse en forma, cuanto antes, con caracter de urgencia. Jadeando, con la boca abierta, con las mejillas a punto de entrar en erupcion, y con una rodilla dolorida, debido a los constantes golpes recibidos por una de las hebillas de su bolso de viaje durante la carrera, subio los escasos tres escalones que le separaban del interior del vagon y se sujeto a una de las barras que se encontraban junto a la puerta. Escucho el pitido que anunciaba el cierre de las puertas, y se pregunto si todavia estaba a tiempo de abortar la operacion y bajar al anden. No se veia con fuerzas de buscar su asiento y mucho menos de enfrentarse a las miradas de algunos viajeros, que la observaban como si fuera una terrorista con una granada en la mano. ?Que estaba ocurriendo? O bien todas esas personas nunca habian visto a alguien correr --algo no demasiado extrano en una estacion de tren--, o bien los sonidos que emitia su garganta, en un intento de normalizar su respiracion, eran algo exagerados. Emma prefirio no seguir indagando en la respuesta, lo unico que le interesaba en ese momento era encontrar su asiento; rezo para que no estuviera demasiado alejado. <>, se dijo. Solo tenia que atravesar seis vagones, solo seis. Cuando por fin llego a su destino, se arrepintio de no haber dedicado mas tiempo e interes a realizar la reserva. De haberlo hecho, se habria centrado mas en escoger una fila con un solo asiento, pero no fue asi, al parecer iba a viajar con un companero de viaje. Observo que su acompanante era un hombre joven que, a juzgar por su expresion nada mas verla a ella, se sentia igual de entusiasmado por tener compania. Emma cogio su bolso de viaje y lo alzo sobre su cabeza para colocarla en la estanteria que se encontraba sobre los asientos. Al alzar los brazos, la fina tela de su blusa se sumo al movimiento dejando parte de su torso desnudo. Esa sensacion le produjo un escalofrio e hizo que sus brazos flaquearan, provocando que el bolso cayera justo en el regazo de su futuro companero de viaje. El hombre dio un respingo. No solo por el intruso que habia aterrizado en su regazo sino por el dolor que le produjo el impacto. Alzo bruscamente la cabeza con el ceno fruncido y la fulmino con la mirada. Si hubiera podido volatilizarla no lo hubiera dudado. --Lo siento, se ha caido --logro decir Emma avergonzada consciente del fuego que se habia instalado en sus mejillas. --Ya lo he notado --exclamo el con frialdad. A continuacion se levanto e impulso el bolso para colocarlo. Espero a que ella se acomodara y volvio a sentarse. --Gracias --susurro Emma molesta. No le habia gustado la forma en la que le habia hablado. !Solo era un pequeno accidente! El no se molesto en decirle nada mas. Se acomodo en su asiento y cerro los ojos fingiendo que se disponia a dormir. Emma desvio la mirada hacia la ventana intentando ocultar el malestar que le habia producido ese hombre. El caso es que era guapo... <>, se dijo intentando desviar sus pensamientos. El impresionante fisico de su acompanante no era un asunto que quisiera que permaneciera en su mente. Su amiga Irene se habia ofrecido a llevarla en coche hasta la estacion, pero una vez mas, Emma, antes de aceptar, no habia tenido en cuenta que su forma de conducir solo era apta para aquellos casos en los que no hay prisa, ninguna prisa. En el caso de haberla, lo mas sensato era declinar la oferta o bien emprender el viaje con un par de horas de antelacion. A Punto habia estado, en dos ocasiones, de empujarla del asiento, aunque se encontrara el coche en marcha, para apoderarse del acelerador. No era capaz de entender como a esas alturas todavia no la habian multado por ir por debajo de la velocidad permitida. Una sonrisa se dibujo en sus labios al recordar los dias que habian pasado en Barcelona. Irene era una pesima conductora, al menos desde el punto de vista de una mujer impaciente como Emma, pero una buena amiga. Se sobresalto con el sonido de su movil. Nunca se acordaba de cambiar la melodia que notificaba los mensajes: un pitido agudo y estridente, que por lo general resultaba molesto. Por suerte, no habia reservado uno de esos vagones en los que se debe permanecer en absoluto silencio. A pesar de mantener la vista al frente pudo sentir la mirada asesina de su companero de viaje. Emma no movio ni un solo musculo, no tenia intenciones de disculparse, pero tampoco deseaba que el rubor que habia vuelto a instalarse en sus mejillas se apreciara. Con un movimiento rapido elimino el sonido del aparato y se centro en el mensaje que acababa de recibir. Irene le preguntaba si habia perdido el tren. Le contesto rapidamente prometiendole una llamada al llegar a Madrid. Quedaban tres largas horas por delante y necesitaba entretenerse en algo, o su mente acabaria reproduciendo las mismas imagenes que la habian acompanado durante el ultimo mes. Debia evitarlo a toda costa. Saco un libro de su bolso. No le apetecia leer, pero tenia que obligarse a estar entretenida. Sus pensamientos, si se dejaban en completa libertad, eran un arma muy peligrosa para ella en ese momento. El libro, recomendado por su amiga, era una guia <>, palabras del autor, para que una mujer recuperara su autoestima. Observo la portada centrandose en el titulo. ?Que queria decir exactamente recuperar la autoestima? ?Solo era una guia practica para mujeres que la habian perdido? ?Y si nunca se habia llegado a tener? En ese caso, ?el libro no servia? ?O era tan bueno que se recuperaba la perdida y la que nunca se habia tenido? Ella tenia las paces hechas con su autoestima, al menos eso creia. ?Que le habia hecho pensar a Irene que necesitaba ese tipo de libros? Volvio a introducir el libro en el bolso. De inmediato aparecio en su mente que debia darle una pequena oportunidad y volvio sacarlo. Leyo la introduccion y fruncio el ceno, convencida de que aquel libro no era para ella. Lo apoyo sobre su regazo y lo miro de reojo. ?Tendria algo que Irene habria considerado importante para ella? Lo abrio de nuevo e hizo un intento de leer la pagina siguiente, pero no pudo. Aquello definitivamente no le interesaba. Si esas paginas le indicaran como olvidar a Alvaro de una forma indolora, sin duda se adentraria en ellas. Pero debia incorporar una varita magica, muy magica, para que eso fuera posible. Emma reprodujo en su mente la varita haciendo circulos en el aire al tiempo que invocaba el olvido; dibujo una sonrisa ante su ocurrencia. No, no habia nada tan efectivo. Habia trascurrido poco mas de un mes desde su ruptura con Alvaro y todavia era incapaz de pensar en ello sin sentir que el corazon se le iba a salir del pecho. Dos anos de relacion. Ese era el tiempo que habian pasado juntos desde que se conocieran en Barcelona, la ciudad en la que habia residido Emma, la misma que la vio nacer. Alvaro se encontraba de paso en la ciudad por asuntos de trabajo. Una mirada en un restaurante, unos guantes olvidados en una mesa, una sonrisa de agradecimiento, una invitacion a cenar... Esos fueron los elementos que dieron inicio a su relacion. Alvaro, cansado de viajar constantemente a Barcelona para poder estar con ella, tardo dos meses en proponerle que se fuera a vivir con el a Madrid. Emma acepto sin pensarlo dos veces. Tardo poco tiempo en encontrar un trabajo, su curriculum atrajo el interes de un colegio para cubrir la vacante de recepcionista, aunque sus labores abarcaban muchos campos. Desde hacer fotocopias, abrir la puerta por las mananas --con cuidado de que la marabunta de ninos que esperaban al otro lado no se le echaran encima--; concertar reuniones con los padres, aguantar con paciencia a que una madre de un alumno la visitara en siete ocasiones para comprobar si habia aparecido el gorro extraviado de su hijo; y su preferida: acompanar a los pequenos, a los de tres y cuatro anos, en sus excursiones, como refuerzo para los profesores. Su relacion con Alvaro habia empezado con mucha fuerza, una relacion intensa que solo se veia interrumpida por los frecuentes viajes de trabajo de Alvaro a Japon. Le costo acostumbrarse a ellos, pero con el tiempo lo consiguio. El trabajo de Alvaro como ingeniero en una empresa japonesa le obligaba a viajar dos semanas cada dos meses al pais del sol naciente. Durante esas semanas se comunicaban mediante videoconferencia, aunque era complicado encontrar el momento adecuado, debido a la diferencia horaria. En los meses anteriores a la ruptura habia sido mas complicado. No solo viajaba con mas frecuencia, sino que parecia que el universo conspirara para que todos los vuelos de vuelta a casa estuvieran senalados por todos y cada uno de los contratiempos que se pueden encontrar al viajar en avion: retrasos, huelgas, aterrizajes forzosos por culpa de la climatologia, cancelaciones por... un millon de razones. Cuando ocurria, Emma maldecia esas fuerzas del universo que parecian empenadas en retrasar sus encuentros. !Que ingenua habia sido! Alvaro no tenia tan mala suerte como ella creia, lo que tenia eran pocas ganas de llegar a casa. Habian planeado en mas de una ocasion que Emma le acompanara en uno de esos viajes, pero nunca llegaba la ocasion. En un principio el problema era que Emma no podia ausentarse tanto tiempo fuera del periodo vacacional escolar, pero con el tiempo, aunque dispusiera de vacaciones Alvaro siempre encontraba alguna excusa, bien que se podia prolongar mucho mas, bien que el tipo de reuniones le impediria pasar tiempo con ella. Cada vez los viajes eran mas largos y mas intensos. Japon se quedo sin su visita, las catastrofes aereas dejaron de sobrevolar a Alvaro, y ella dejo de maldecir al destino empenado en que permanecieran juntos menos tiempo, para pasar a maldecir al verdadero culpable de su separacion. Treinta y seis dias antes, acabando el mes de julio, habia recibido la llamada. La ultima llamada. Alvaro habia viajado a Japon apresuradamente, a pesar de llevar tan solo tres semanas en Madrid desde su ultimo viaje, debido a unos asuntos muy importantes que tenia que tratar. Debian pasar al menos dos dias para que recibiera la primera llamada por videoconferencia, tal y como acordaban siempre, pero ese dia la llamada llego un dia antes. --?Alvaro? --pregunto Emma sorprendida al escuchar su voz--. ?Todo va bien? --Emma... estoy en Madrid --pronuncio el con dificultad. --?En Madrid? --No pudo ocultar su entusiasmo. No le importaba la razon por la que el se encontrara en la ciudad, para ella solo podia significar que estaba a punto de verlo. --Escuchame, Emma, se que no deberiamos tener esta conversacion por telefono, pero no soy capaz de hacerlo de otra forma... Yo... --?Alvaro, que ocurre? Me estas asus... --Por favor, escuchame --la interrumpio--. Mi viaje a Japon no es hasta dentro de ocho dias. Te menti. Necesitaba estar solo, pensar y... tomar una decision sobre nosotros. Emma no dijo nada. Estaba intentando procesar la informacion que estaba recibiendo. Siguio escuchando atentamente sus palabras. --Esto se ha terminado, Emma. No puedo continuar. !No puedo! -- le dijo sin hacer ninguna pausa. --A... Alvaro, ?que es lo... lo que no puedes...? --!Emma, no me lo hagas mas dificil! Intento decirte que hemos terminado --aclaro sollozando--. No importan las razones. --?No importan las razones? --Hizo una pausa para respirar--. Veamos, si estas en Madrid, ven a casa y hablamos... !No entiendo nada! ?Que te ocurre? Solo se escuchaba la respiracion agitada de Alvaro. Emma continuo: --No me puedes estar diciendo que hemos terminado, ?que ha pasado? Yo te quiero, tu me quieres, ?no? Estamos bien..., ?no? --Se detuvo para escuchar su voz, pero esta no llego--. !Alvaro! --Emma, se ha terminado. No tiene sentido seguir hablando de ello. Se que mereces una explicacion y que deberiamos haber tenido esta conversacion en persona, pero no quiero pasar por esto --Resoplo con fuerza--. No tengas prisa por recoger tus cosas. Estare en un hotel hasta la proxima semana y luego viajare a Japon. Eso si, cuando vuelva, me gustaria que ya no... que hubieras recogido tus cosas --Suspiro con fuerza. Emma apenas pudo pronunciar las siguientes palabras a causa del nudo que se hizo en su garganta: --?Hay alguien mas, Alvaro? --Logro preguntar. --Te vuelvo a pedir que no lo hagas mas dificil. Por favor, aceptalo. No llegaremos a ningun sitio dandole vueltas. Se ha terminado, Emma. Se hizo un silencio que a Emma le parecio eterno. Se rompio con el pitido que anunciaba que a Alvaro le estaba entrando otra llamada. --Lo siento, pero... --dijo con impaciencia-- Tengo que dejarte, estoy esperando una llamada importante. Yo... !Cuidate, Emma! Emma se froto los ojos alejandose asi de esos dolorosos recuerdos. Cerro los ojos y suspiro acomodandose por quinta vez en el asiento. Pero por mucho que lo intentara no era capaz de apartar esos pensamientos de su mente. Aquella habia sido la ultima vez que habian hablado. Se sonrojo, avergonzada, al recordar las veces que intento comunicarse con el tras ese dia sin que el atendiera sus llamadas. Ese pensamiento la llevo a recordar la conversacion que tan solo un par de dias atras habia mantenido con su amiga Irene. --Emma, entiendo por lo que estas pasando, pero... creo que todavia no has reaccionado --le dijo su amiga con ternura. --?A que te refieres? --contesto con el ceno fruncido. --Emma, pareces estar en shock. Deja el duelo, cuanto antes empieces a ver las cosas como son, antes podras enfrentarte a ello. --?Ver las cosas como son? ?Acaso crees que no lo tengo claro? -- pregunto Emma molesta. --No del todo --le sonrio con dulzura--. Emma, hablas de echarle de menos, de vacios, de bonitos recuerdos... --?Y de que quieres que te hable? --Quiero que veas lo que ha hecho y como lo ha hecho. Todos esos recuerdos estan muy bien, y si quieres conservarlos !estupendo!, pero deberias empezar a ver la clase de final que te regalo. Estaria bien que dejaras el duelo y vieras la realidad. --Irene, se lo que quieres decir, pero todavia estoy un poco...

  • Mis pensamientos por tu silencio de Henar De Andres Miguelsanz

    https://gigalibros.com/mis-pensamientos-por-tu-silencio.html

    Perder a alguien puede significar perdernos a nosotros mismos, dejar de buscar cualquier cosa porque todo se esconde en el dolor y es tan dificil salir de alli. Todo se ve tan oscuro… Tenemos tanto miedo que nos abrazamos a la tristeza como si esta pudiera ser nuestra unica salvadora. Y nos equivocamos. Llevamos toda la vida cometiendo errores porque creemos que todos y cada uno de los dias hay examen. Nos sentimos culpables por no haber podido hacer mas cuando quizas deberiamos haber hecho otra cosa. Nunca se sabe. Nunca nadie sabe nada. Y por eso, seguimos sorprendiendonos. Un dia, de repente, estamos fuera de todo eso que hablamos al principio. Esa persona que amabamos sigue sin estar, pero nosotros hemos vuelto. Quiza con ayuda de alguien. Quiza estemos dispuestos a arriesgarnos de nuevo y correr el peligro de perder a otro a alguien. Quiza, entonces, nos queramos, el uno al otro y a nosotros mismos.

  • Si me lo pide el corazon (Minstrel Valley 1) de Bethany Bells

    https://gigalibros.com/si-me-lo-pide-el-corazon-minstrel-valley-1.html

    !Bienvenidos a Minstrel Valley!

  • Atemporal (Escandinavia 1) de Alana Yitani

    https://gigalibros.com/atemporal-escandinavia-1.html

    Luciana es una mujer divorciada con un hijo de seis anos que vive en medio de la confusion de su gran fracaso y se la pasa conociendo hombres por Internet. Un dia visita a una tarotista que la induce a indagar sobre sus vidas pasadas.
    Enganos, angeles, mentiras, cabala, pasion, hipnosis, sexo, misticismo y amor envuelven a la protagonista mientras trata de descubrir la verdad ? las almas gemelas existen?

  • La repeticion de Peter Handke

    https://gigalibros.com/la-repeticion.html

    Relato y, al mismo tiempo, exploracion del relato, “La repeticion” (1986) narra el viaje a Eslovenia, desde la vecina Austria, de Filip Kobal en busca de las huellas de su hermano desaparecido. Rememorar el viaje semejante emprendido por el mismo veinticinco anos antes le sirve para constatar que el recuerdo no supone un mero retorno a algo ocurrido en el pasado, sino asignar finalmente el lugar adecuado a lo que se ha vivido. El nuevo viaje, el regreso (con la valiosa compania, ahora, de un antiguo cuaderno anotado por el hermano, de un diccionario aleman-esloveno del siglo XIX, y del omnipresente y evocador paisaje karstico), supone asi la recuperacion meticulosa de unas experiencias que al hilo de la narracion adquieren su definitivo sentido. Peter Handke (1942) es uno de los escritores actuales mas importantes, polemicos y populares en lengua alemana.

  • Un Dios a mis Pies de Francisco Correa

    https://gigalibros.com/un-dios-a-mis-pies.html

    Alex Gabarda era el hombre perfecto.
    Guapo. Joven. Atractivo. Medico.
    El mejor amigo de mi hermana.
    Y el hombre que salvo a mi padre.

  • Primavera helada de Kyung-sook Shin

    https://gigalibros.com/primavera-helada.html

    Una joven coreana ve alterada su solitaria existencia cuando en la universidad conoce a otros dos estudiantes con quienes vivira una intensa y tragica historia de amor y amistad.

  • Montaneros, una especie en extincion de Jose De La Rosa

    https://gigalibros.com/montaneros-una-especie-en-extincion.html

    Los Mountain, una familia de hombres marrulleros, hoscos y salvajes, son los duenos de la montana. Al menos asi lo creen ellos, que tratan al resto de habitante de Great Peak como si fueran forasteros, aunque sus antepasados llegaran a la zona cien anos atras.
    Cuando tio Rhett Mountain decide explotar la mina de plata descubierta en sus propiedades, todos saben que la apacible vida de la comarca desaparecera con ella. Pero Jedidiah Mountain, el mayor de sus sobrinos, tiene una idea para que los planes de su tio no se lleven a cabo.

  • Mano Negra (Novelas del Tarot 2), Malala Macaroni de Malala Macaroni

    https://gigalibros.com/mano-negra-novelas-del-tarot-2-malala-macaroni.html

    ?Puede una mujer valiente escapar al asedio de un jefe de la ‘Ndrangheta? Una novela para reir, sufrir y amar como nunca antes.

  • ?A todo riesgo o a terceros? (Sensaciones 1) de Mia Alcaraz

    https://gigalibros.com/a-todo-riesgo-o-a-terceros-sensaciones-1.html

    Trabajar duro es para Paula la unica opcion viable para poder conservar lo poco que le queda de su padre.

  • Una deliciosa distraccion de Tina Wainscott

    https://gigalibros.com/una-deliciosa-distraccion.html

    !Dale rienda suelta!

  • La esposa entre nosotros de Greer Hendricks , Sarah Pekkanen

    https://gigalibros.com/la-esposa-entre-nosotros.html

  • La vida juntos de Sophie Kiss

    https://gigalibros.com/la-vida-juntos.html

    La vida nos da sorpresas. Fue lo que le paso a Paul, una enfermedad terminal le pone fin a su vida lentamente, para que su esposa no se quede sola, decide buscarle un nuevo companero de vida, comienzan las citas clandestinas por internet; a sabiendas de Paul para encontrar al candidato adecuado y por si fuera poco aparece Mark, el amigo de toda la vida de Paul, un multimillonario y desvergonzado; el cual es otro candidato para quedarse con ella. Aillen ama con todo su corazon a Paul ?Con quien se quedara Aillen?

  • A que estas esperando de Megan Maxwell

    https://gigalibros.com/a-que-estas-esperando.html

    Hola, Guerreras/os: Queria contaros que justamente comence a escribir esta novela cuando, por desgracia, aparecio en nuestras vidas el famoso covid-19, que en poco tiempo se convirtio en una terrible pandemia. Durante los primeros dias de confinamiento, que coincidieron con el inicio de la novela, me surgio una duda. ?Debia meter el covid en la trama o, por el contrario, debia omitirlo? Pues bien, lo sopese y, como escribo ficcion, decidi que el virus NO apareciese. A mi manera, saque mi espada de guerrera, me encare a el y le dije: <>. Y… no entro. No queria que estuviera presente porque deseaba que los personajes pudieran vivir, viajar, disfrutar del sexo y amar con la normalidad que cualquiera de nosotros tenia antes de que el virus entrara en nuestras vidas. Os explico este detalle porque seguramente alguno podria pensar por que el covid no aparece en la novela si esta ambientada en 2020. Pues bien, la razon es la que os acabo de dar: porque mi lado guerrero decidio que no. Una vez aclarado esto, quiero dar mi mas sentido pesame a todos aquellos que habeis perdido a algun familiar o ser querido en este tiempo por culpa del virus. Sin duda lo sucedido es terrible, y os mando toda la fuerza del mundo y todo mi carino. Tambien deseo agradecer a TODAS las personas anonimas y profesionales que han estado al pie del canon, y siguen estando, ayudando, protegiendo y salvando millones de vidas todos los dias mientras exponen las suyas. GRACIAS…, GRACIAS Y MILLONES DE GRACIAS. Sois nuestros heroes y, sin vosotros, !nosotros no somos nada! Aplaudir, hemos aplaudido durante muchos meses a la hora indicada para demostrar nuestro agradecimiento, pero ahora toca ayudar a esos heroes cumpliendo con lo que nos piden, para que entre todos podamos vencer al virus. Asi pues, unamonos y vayamos todos a una. Es la unica manera de que esta maldita pandemia pueda terminar. Un beso muy grande, MEGAN Capitulo 1 El desfile de moda <>, organizado por diversos disenadores de renombre a nivel mundial para recaudar fondos para la investigacion de enfermedades raras, estaba a punto de comenzar. La sala de eventos londinense estaba llena a reventar de todo tipo de personas: famosos, no famosos, fotografos, periodistas… Nadie queria perderse el gran acontecimiento. El backstage era un hervidero de gente que corria de un lado para otro, mientras por los altavoces sonaba la voz de Lady Gaga cantando Stupid Love. El caos controlado, los nervios templados y las prisas de ultima hora se fusionaban con las ganas de que comenzara el espectaculo y con los deseos de brillar. Sonia Beched, una sonriente joven morena, acababa de saludar a una amiga y, cuando volvia hacia el box donde estaba su gente tras pasar por el aseo, se cruzo con Luis Guzman. Aminorando ambos el paso, se hablaron con la mirada, intercambiaron una sonrisa y, tras echar un vistazo a un pasillo de la derecha donde habia una puerta, se dirigieron hacia alli con disimulo. Una vez dentro del reducido espacio, cerraron la puerta y se miraron. Era un pequeno probador con un espejo. Sonriendo, se acercaron el uno al otro y ella, al notar como el le pasaba las manos por la cintura, murmuro en un perfecto espanol: --Si me estropeas el maquillaje o el peinado, Ginger te matara y yo te rematare. Luis rio. Ella tambien. Sonia y el eran amigos especiales desde hacia tiempo. Esa clase de amigos que no se daban problemas, no interferian en la vida del otro, no exigian nada, pero, cuando lo deseaban, disfrutaban de un sexo divertido y sin complicaciones. En decimas de segundo, la temperatura en el pequeno cuarto subio varios grados. No hacia falta hablar. No hacia falta decir nada. Ambos sabian lo que deseaban. Las manos de Luis ascendian por los muslos de Sonia mientras ella, gustosa, le tocaba el trasero, que tenia duro y muy apetitoso. Sin apartar su boca de la piel de el, bajo con la lengua por su cuello y, separandose unos milimetros, musito: --Tengo menos de cinco minutos. --Nos sobraran tres --respondio Luis con una sonrisa. Divertida por aquello, ella rio mientras sentia como la mano de el se perdia dentro de sus bragas. !Si! Eso era lo que deseaba. Luis, caliente, paseo el dedo con delicadeza por el ya hinchado clitoris de la joven mientras ella recorria con la mano su abultada ereccion. Abrio su pantalon, aparto el calzoncillo y, agarrando con decision su duro pene, lo acaricio. Placer por placer. Ese era su trato. No habia mas. Y, cuando ambos jadearon tremendamente excitados, el murmuro: --Te besaria, pero se lo rarita que eres para eso. Sonia asintio. Desde hacia tiempo no daba besos profundos. Daba picos en la boca. Era carinosa. Sensual. Pero evitaba los besos intensos. Era algo que, sin saber por que, se guardaba para ella misma desde que paso lo de Manuel. --Sabes que esto suele ser mas largo, pero… Sin necesidad de mas palabras, la joven lo entendio. Deseaba sexo y, tan acalorada como el, musito: --Hagamoslo. No hay tiempo. Sonrieron. Sus miradas plagadas de morbo y complicidad los excitaban cada vez mas, hasta que Sonia, dandose la vuelta, se puso de cara al espejo y clavo la mirada en el. Con cuidado y mimo, Luis, que ya tenia su duro pene fuera, se saco un preservativo de la cartera, que llevaba en el bolsillo del pantalon, y se lo coloco. Luego la beso en el cuello. A continuacion, le termino de levantar el corto vestido de lentejuelas azules que ella llevaba, le bajo las tupidas medias negras hasta los tobillos, echo hacia un lado las braguitas y, tras colocar su duro pene en la entrada de su vagina, la penetro. Ambos jadearon. El placer y el morbo del momento al oir el ruido de la gente al otro lado de la puerta los excitaba muchisimo. Entregados al disfrute, gozaban de lo que hacian sin pensar en nada mas. Luis, gustoso, la agarro de la cintura para que no se moviera mientras se introducia una y otra vez en su mojada vagina y ella se entregaba a el. Hechizada por el momento, Sonia se dejo hacer. Deseaba aquello, lo deseaba con todo su ser. Y, al sentir el pecho de el totalmente pegado a su espalda, musito gozosa: --Si…, no pares. A Luis lo enloquecio su orden, sintiendose a cada segundo mas duro, fuerte y rapido. Cada embestida que daba hacia gemir de gusto, placer y locura a la joven. --Cierra los ojos --le pidio mirandola a traves del espejo. Ella lo hizo sin dudarlo y el, jugueton, musito en su oido: --Hay un hombre que nos esta mirando y, por su expresion, diria que le gusta como te follo. Imaginar eso hizo que Sonia jadeara. --Si… --Creo que desearia estar en mi lugar… --susurro Luis cada vez mas excitado. Pensarlo la provocaba, la acaloraba, le hacia querer mas. En ocasiones, Sonia acudia sola o acompanada a un spa swinger muy exclusivo llamado Zafiro, al que habia ido varias veces con Luis, donde, olvidando su lado romantico, se dedicaba a disfrutar del sexo sin mas. Estaba soltera, asi que, ?por que no hacerlo con quien quisiera? Siempre que habia ido sola encontraba un hombre con el que disfrutar, y cuando iba acompanada de algun amigo tambien hallaba a quien quisiera mirar mientras lo hacian. Aun no habia probado las orgias, ese era un tema que tenia pendiente y que solo haria cuando ella asi lo decidiera. En ese instante Luis aceleraba sus embestidas, firmes y profundas, y ambos contenian sus ruidosos jadeos para que no los oyeran. Se miraban a traves del espejo con lujuria y perversion y sonreian cuando el, cerrando los ojos, supo que estaba a punto de correrse y Sonia tambien se dejo ir gustosa. Cuando el caliente momento acabo, dejandolos rendidos y sin aliento, se miraron de nuevo a traves del espejo. --Colosal --aseguro el. El sexo repentino y casual como ese siempre era divertido. Tras salir de ella, Luis se quito el preservativo y Sonia, que por suerte llevaba un paquete de clinex en la mano porque regresaba del bano, saco uno, se lo entrego y el se limpio. Ella tambien lo hizo y, luego, tras subirse las bragas y las medias y recolocarse el vestido, le guino un ojo. --Opino lo mismo --afirmo. Estaban sonriendose cuando comenzo a sonar por los altavoces la cancion Material Girl de Madonna. Quedaba poco para que empezara el desfile. Por ello, Sonia dijo tras darle un rapido pico en la boca: --Primero salgo yo. Luis asintio. Despues la joven abrio la puerta y salio del reducido probador sin ser vista por nadie con una sonrisa en la boca. Lo habia pasado bien. Iba caminando hacia donde estaba su gente cuando se encontro con varios de sus modelos. Desde hacia unos anos era la propietaria de una agencia de organizacion de eventos junto con Ginger, una empresa que ya funcionaba sola por el buen hacer de sus duenos y que, anos atras, habian ampliado para la representacion de cierta clase de modelos, entre ellos, la propia Sonia. --Halleloo! Al oir eso, sonrio. La primera vez que habia oido esa magica palabra habia sido en la television, y la dijo Shangela Laquifa Wadley, una increible drag queen estadounidense a la que sus amigos y ella seguian a traves de las redes sociales. !Una reina, como diria Ginger! Divertida por aquello, miro hacia atras y vio que quien habia dicho la palabra era Minerva, mas conocida como Reina Negra, una impresionante a la par que guapa mujer transgenero de origenes africanos, amiga suya. Minerva se acerco a ella moviendo con sensualidad las caderas y, al ver como una mujer que pasaba por alli la escaneaba de arriba abajo, afirmo sonriendo: --Si, carino, lo se: Beyonce es identica a mi. Al oirla, Sonia se carcajeo. Si algo tenia Reina Negra muy subido era la autoestima. Pero, la verdad, podia tenerla, porque era un mujeron impresionante. Y, si, podria ser la gemela de Beyonce. Tras ella caminaban Henry, Sean, George y Robbie, mas conocidos dentro del mundo drag como la Bella Despierta, Marylycra, Lola Mento y Divinicienta. Se trataba de otros amigos gais que durante el dia ejercian distintos oficios, pues dos de ellos eran cocineros, otro cartero y otro, vendedor de perfumes, y, por la noche, en O'Pera, el local de Lola Mento, disfrutaban de su faceta como drag queens.

  • Aroma de azafran de Almudena Navarro Cuartero

    https://gigalibros.com/aroma-de-azafran.html

    Aroma de azafran es una apasionante novela costumbrista con tintes de novela policiaca, ambientada en pequeno pueblo manchego a finales del siglo XIX.

  • Morir en Primavera de Ralf Rothmann

    https://gigalibros.com/morir-en-primavera.html

    <> Rothmann rememora el final de la segunda guerra mundial, en febrero de 1945, cuando el ejercito aleman esta a punto de sucumbir ante la ofensiva aliada. Los estragos de la guerra son visibles en todo el pais. Walter y Friedrich, dos amigos de diecisiete anos que trabajan en una vaqueria, creen que nunca seran llamados a filas y trazan planes para el futuro. Sin embargo, acabaran siendo reclutados por las tropas nazis y asistiran al caos provocado por la desbandada del ejercito aleman. Aclamada como una de las obras mas importantes de la ficcion contemporanea alemana, Morir en primavera es una emocionante novela en la que la inocencia y la culpa, la libertad y el destino, la amistad y el deber, son conjurados en un estilo limpio y contenido.

  • Gold and Diamonds 2 de Eli Jane Foster

    https://gigalibros.com/gold-and-diamonds-2.html

    Glory les observaba sentada en su trono de terciopelo rojo, convenientemente alejada de la pareja. El hombre desnudo ante la mujer y totalmente excitado, la cogia por el cabello rubio metiendole el miembro en la boca casi hasta ahogarla. La chica, que era una de las habituales, estaba atada a una x de madera con unas correas e intentaba apartar la cabeza, pero el no se lo permitia. Glory suspiro cuando ella con lagrimas en los ojos la miro de reojo intentando respirar desesperadamente. Se levanto lentamente cogiendo su latigo de la mesa y camino sobre sus tacones de aguja hasta ellos. --!Sueltala! El tipo la miro sonriendo y tapo la nariz de la chica haciendola gritar de miedo quedandose sin aire. --Si le gusta. ?No ves como disfruta esta zorra? --Se aparto lo suficiente para que la chica aspirara una bocanada de aire y tosiera antes de que el volviera a metersela en la boca. --No estas siguiendo las reglas, guapo. Nada de poner en peligro a las chicas. --Dejo caer la cola de su latigo observando aquel culo caido del tipo que debia tener unos cincuenta anos. --No te lo repito mas. Es nuestra primera sesion y no me conoces, pero hablo muy en serio. !Si yo digo basta, es que basta! --!Callate, puta! !Pago para esto! --Se alejo de la chica pegandole un tortazo. --!Solo estas aqui para observar porque eres una mirona! Esas palabras la enfurecieron, pero aun asi no movio el gesto mirandole friamente. --Como vuelvas a ponerla en peligro, te voy a meter el latigo por el culo. --Sonrio maliciosa. --Seguro que te gusta. Tienes toda la pinta. El tipo se acerco a ella con la mano levantada para pegarla, pero antes de que llegara a ella, levanto el latigo dandole en la cara. El se aparto cubriendose la mejilla con la mano. --!Hija de puta! --Se iba a tirar sobre ella de nuevo y Glory no se reprimio mas. Le dio dos latigazos y uno le dio en su miembro retorciendole de dolor hasta caer al suelo. Lentamente Glory se acerco a el y puso el tacon de acero sobre su pecho. --Como vuelvas a intentar joderme, te voy a dar tal manta de hostias que te dejare lisiado. --Levantando una ceja por debajo de la mascara de latex miro su miembro ahora flacido. Sonrio ironica y clavo el tacon en su pezon haciendolo chillar de dolor. --Se ha terminado la sesion. --Si, ama --siseo mirandola con odio antes de que se apartara de el dandole la espalda. --Desatala y largate. Informare al jefe. --!He pagado una fortuna por ser miembro de esta mierda de club! --El club tiene reglas. Sadomasoquismo consentido. Si ella quiere parar, se detiene la sesion. Punto. --Miro a la chica que no habia disfrutado en absoluto de todo aquello y lloraba del alivio. --?Quieres parar? --Si, Glory. Sueltame, por favor... Este cabron es un sadico, que no tiene ni idea de lo que hace. Glory hizo una mueca al mirar al tipo que estaba furioso sin poder levantarse todavia. --!Tu consentiste! --!Para tener sexo, no para que molieras a hostias, cabron! Glory se echo a reir al ver la confusion en la mirada del viejo y se acerco a la chica abriendo con una mano una de las correas. La chica se desato el resto y salio corriendo desnuda como estaba. --Vaya... --Divertida miro al tipo. --No se la ve muy contenta. --!No tiene que irse contenta, zorra! Yo mando. Glory chasqueo la lengua acercandose con el latigo en la mano. --Estas sesiones se basan en dos cosas muy simples, carino. El placer de ella unido al dolor y tu placer al provocarla hasta el limite. --Le fulmino con sus preciosos ojos verdes. --Nunca rebases el limite porque no tendre piedad. Eso te lo juro. --Esta me la vas a pagar. Glory se echo a reir a carcajadas. --Si me dieran diez pavos cada vez que me dicen eso, seria rica. --Se volvio yendo hacia el ascensor. --Te aconsejo que te vayas. Voy a avisar al jefe de que has sido un chico muy malo. Se subio en el ascensor y sonrio maliciosa mirando a aquel cerdo. Llevaba en ese trabajo seis anos. Cuando tenia diecinueve vivia en la calle y Lucius la recogio dandole un lugar donde vivir en el atico del club. Sabia perfectamente lo que sucedia alli, pero Lucius nunca le pidio que trabajara alli. El anciano la trato como una hija e incluso insistio en que siguiera estudiando, pero ella no quiso sabiendo que al menos le debia trabajar para colaborar en su manutencion. Pidio trabajar en el guardarropa donde alli estaria segura de varios pervertidos del club y el estuvo de acuerdo. Estaba sentada leyendo un libro cuando escucho los gritos del piso de abajo. Miro hacia la puerta, pero el de seguridad debia estar fumandose un cigarrillo y no estaba en su puesto. Glory no se lo penso, porque la que estaba abajo era Shine y era una chica fantastica. Bajo por las escaleras y al ver que un hombre desnudo la tenia encadenada a la pared de espaldas golpeandola con una vara, se acerco furiosa a la pared y cogio el latigo. El tipo ni vio llegar el primer latigazo tan concentrado que estaba en infringir dolor y ya no pudo detener ni el segundo, ni el tercero. Glory perdio el control y le dio una paliza que el tipo no olvidaria nunca. Cuando Lucius bajo y vio la situacion, pidio a sus gorilas que sacaran al tipo de alli y antes de que se lo llevaran a rastras, le cogio por el cabello levantando su cabeza y siseo --Como abras la boca, te la vuelvo a enviar. No se destroza la mercancia, hijo de puta. Solo se disfruta. Mi nina ha hecho lo que hubiera hecho yo. No vuelvas por aqui si quieres seguir conservando la piel en el cuerpo. Unas chicas se acercaron a Shine que estaba inconsciente en ese momento y la desencadenaron llevandosela entre todas para atenderla. Con la respiracion agitada, Glory aun con el latigo en la mano miro a Lucius algo preocupada. Su jefe sonrio. --Nina, has hecho bien. --Metio la mano en el interior de la chaqueta y saco un puro mordiendo el extremo y escupiendo en el suelo de piedra. Saco el mechero y encendiendolo, ilumino su rostro y su pelo blanco mientras aspiraba una y otra vez hasta encenderlo. Lucius sonrio cogiendo el puro entre sus dedos y apartandolo de la boca para expulsar el humo. --?Como te has sentido? Le miro con desconfianza. --?A que te refieres? --pregunto agresiva. --?Crees que no se tu secreto? Eres tan transparente para mi. --Lucius sonrio mirando a su alrededor. --Se lo que opinas de nosotros. Que somos enfermos. --No opino eso de ti. --?Crees que a mi no me gusta dominar a una mujer cuando le hago el amor? --Se que te gusta, pero nunca harias algo asi. --No. --Miro con desprecio los grilletes de la pared. --A mi no me gusta torturarla provocandole dolor. --Sonrio malicioso. --Aunque un poco no viene mal para alargar el extasis, algo continuado me parece excesivo. Glory le observaba sin decir nada. Su porte y su traje demostraban que era un hombre que siempre lo habia tenido todo. Le vio caminar haciendo ruido con sus zapatos italianos sobre el suelo de piedra. --No has contestado a mi pregunta, pequena ?Como te has sentido? --?Golpeando a ese cabron? --?Cuantas veces te he dicho que no digas tacos? Sonrio sin poder evitarlo por la reganina y Lucius movio la cabeza de un lado a otro como si no pudiera con ella. --Me he sentido bien. --?Como de bien? Glory entrecerro los ojos. --No me he excitado, si es lo que preguntas. Lucius suspiro de alivio. --Pero te ha gustado. --Me encantaria pegar a todos esos cabrones, que se creen con derecho a golpear a una mujer --dijo con rabia. --No podras hacerlo si ella disfruta. Esa es la regla. Solo si el se pasa de la raya. Los ojos de Glory brillaron. --?Me dejaras? --Me acabo de dar cuenta que lo que ha sucedido hoy no puede volver a pasar. Tu evitaras que ocurra de nuevo. ?Podras soportarlo? Veras cosas que puede que te escandalicen. Glory levanto una ceja. --?No te has dado cuenta que ya no me escandaliza nada? Lucius la miro con pena. --Siento que siendo tan joven hayas visto tanto. Se encogio de hombros tirando el latigo al suelo. --Me voy con los abrigos o esos ricachones me lo revolveran todo.

  • Ypora. Amor y guerra bajo el sol guarani de Gloria V. Casanas

    https://gigalibros.com/ypora-amor-y-guerra-bajo-el-sol-guarani.html

  • En busca del fin del mundo de Walter Vasquez

    https://gigalibros.com/en-busca-del-fin-del-mundo.html

    Nunca creas ser lo que crees que eres sino haces lo que en verdad amas hacer; recordaba con nostalgia Walker Joseph Simons, un joven sonador que decide abandonar las riquezas de una de las mejores familias del puerto de Dover. Su sueno; convertirse en el navegante mas intrepido que la historia de los cuatro puntos del indomable mar haya cobijado.
    Durante su destierro camina, deambula y se vuelve un pordiosero de las bulliciosas calles de la epoca medieval inglesa; sin embargo, su aventurero corazon y las ansias de descubrir mas alla de lo que sus ojos contemplan cada manana lo llevan a surcar lo desconocido.

  • La seduccion de Elliot McBride de Jennifer Ashley

    https://gigalibros.com/la-seduccion-de-elliot-mcbride.html

    Cuando Juliana St. John es plantada ante el altar por su novio, propone a Elliot McBride, el alto escoces que fue su primer amor, que ocupe el puesto vacante y se convierta en su marido.
    Elliot acaba de regresar de las Indias Orientales, donde fue capturado por una tribu nativa y retenido durante meses. Durante su cautiverio se vio sometido a crueles torturas, que han dejado en el una profunda huella y que todavia provocan que sufra horribles pesadillas. Sin embargo, no duda en ofrecer su ayuda a Juliana.
    Tras contraer matrimonio se trasladan a las Highlands. Alli, Juliana debera restaurar una mansion casi en ruinas mientras trata de reparar el corazon herido de un hombre al que muchos tildan de loco. ?Seran suficientes la voluntad y el amor para ofrecer una segunda oportunidad a sus corazones?

  • Volver a empezar de Claudia Velasco

    https://gigalibros.com/volver-a-empezar.html

    Liam Galway necesita un cambio, necesita parar y volver a empezar tras anos de trabajo, exitos, premios y reconocimientos. Necesita dejar de ser Liam Galway, la rutilante estrella de Hollywood, para volver a ser Liam McDonagh, el anonimo ciudadano de a pie al que nadie reconoce, al que nadie persigue, al que nadie observa.
    Su vida profesional lo tiene agotado y la reaparicion de un fantasma terrorifico del pasado, Emma Capshaw, su acosadora, lo hacen replantearse su vida, deja California y se pierde en Ithaca, al norte del Estado de Nueva York, en un idilico paraje alejado del mundo y del ruido mediatico, donde al fin encuentra la paz, el equilibro y una nueva oportunidad para ser feliz.

  • Otra Vez Tu de Alice Kellen

    https://gigalibros.com/otra-vez-tu.html

    Elisa dejo tres mojitos en la mesa y parte del liquido, de color verde intenso, se derramo sobre la superficie. Me gire para coger una servilleta y adverti que, para los duenos de aquel antro caribeno, unos tristes trozos de celofan eran un lujo innecesario del que se debia prescindir. Hannah arrugo su pequena naricilla cuando rozo la humeda copa con los dedos. Era raro verla en aquel ambiente, teniendo en cuenta que parecia un ser angelical e inocente recien caido del cielo; no me sorprenderia que el dia menos pensado brotasen unas alas de su espalda. Presumiblemente, la hazana mas peligrosa que habia realizado a lo largo de su vida, fue visitar a un amigo que residia en Brooklyn. Solia relatar aquel episodio cuando iba algo achispada, con los ojos brillantes de emocion, como si aquel dia hubiese escapado de una banda de narcotraficantes armados con varias AK-47. Sin embargo, aquello habia ocurrido anos atras. Con el paso del tiempo, las tres habiamos cambiado mucho y, a pesar de nuestras diferencias, seguiamos siendo grandes amigas. A decir verdad, estaba convencida de que el hecho de que fuesemos tan distintas era el verdadero secreto de nuestra duradera amistad. No se me ocurria ninguna otra teoria valida. Hacia dos noches que habiamos llegado a California. Siempre habia fantaseado con vivir alli en algun momento y, aunque mi trabajo en la editorial me impedia cumplir tal proposito, pasar veinte dias de vacaciones bajo el sol junto a mis dos mejores amigas, superaba con creces todas mis expectativas. A pesar de que tenia una edad considerable --!sabia que el final estaba cerca, pues en apenas unos anos traspasaria la barrera de los treinta!--, durante aquellos dias me habia sentido de nuevo como una quinceanera. En plan viaje de amigas unidas. En plan molamos mogollon. En plan... en fin, supongo que pillais lo que intento decir. Elisa habia propuesto hacer aquel viaje, alegando que estaba muy nerviosa por su inminente boda --que se celebraria en septiembre-- y que necesitaba tomarse un tiempo para si misma, antes de embarcarse en una nueva etapa de su vida. Yo no habia puesto ninguna objecion porque, al fin y al cabo, nada excepto mi trabajo me ataba a Nueva York y ya habia planeado pasar las vacaciones tirada en la cama, comiendo helados y batidos de EJ's Luncheonette mientras volvia a ver de forma compulsiva --y por cuarta vez consecutiva-- la serie Friends. Hannah habia tenido que consultar con sus padres el plan de pasar las vacaciones en California, a pesar de que tenia veintisiete anos y hacia siglos que se habia independizado, mudandose a un lujoso atico en la avenida mas transitada de Nueva York. Supongo que tener unos controladores padres millonarios tambien tenia sus desventajas. Bueno, ?que digo?, en realidad creo que son billonarios con <>, o multimillonarios. Deberia mirar en un diccionario las diferencias entre esos terminos, aunque la idea principal queda clara: pasta suficiente como para tirarte en la cama desnuda y lanzar billetes verdes al aire estilo escena cutre de pelicula de sobremesa. --Esta un poco fuerte --Hannah tosio, dejando el mojito sobre la mesa. --!No digas tonterias! --Elisa ondeo una mano en alto, tras beberse casi la mitad de su copa de un trago--. Me encanta el toque mentolado. Hannah arrugo nuevamente su diminuta nariz --era el unico gesto carente de elegancia que se permitia hacer a si misma, a pesar de que su madre solia amonestarla por ello--, y rebusco en su bolso hasta sacar un folleto turistico y depositarlo con sumo cuidado frente a nosotras. --He pensado que manana podriamos ir a la playa, ?que os parece? --su una, pintada de un brillante esmalte rosa, repiqueteo sobre la idilica imagen que se veia en el folleto--. Al parecer, las playas que estan frente a nuestro bungalo son de las mejores de toda la zona. --!Si! !Quiero tostarme al sol como si no hubiese manana! --exclame. --!Ni hablar! Compraremos una sombrilla --Hannah me miro fijamente--. ?Sabes lo perjudicial que es el sol para la piel?, ?quieres tener un monton de manchas en cuanto cumplas los treinta? Suspire mientras Elisa reia. Cuando su movil comenzo a sonar, se disculpo explicando que era Colin y salio del local. En realidad, siempre era Colin, su maravilloso e increible prometido. Elisa habia tenido la suerte de tropezar con el unico prototipo masculino decente que quedaba sobre la faz de la tierra. Esperaba que procreasen pronto, expandiendo una nueva raza de hombres perfectos aunque, cuando eso sucediese, estos me llamarian <<tia Emma>> y yo tendria la piel repleta de manchas de color cafe por no haber seguido los consejos de Hannah. --?En que estas pensando? --Hannah se aparto con delicadeza algunos mechones de su sedoso cabello rubio. <> Descarte admitirlo en voz alta. --En que si no quieres un mojito, puedo ir a pedirte otra cosa. No hacia falta que Hannah dijese lo cohibida que se sentia en aquel local caribeno atestado de gente. Probablemente, su aventura en Brooklyn acababa de convertirse en una saga, cuya segunda parte se titulaba <>. --?Lo harias? --abrio excesivamente sus ojos azules. Asenti con la cabeza. --!Gracias, Emma! --saco la billetera de su bolso, pero denegue su ofrecimiento--. Tomare un San Francisco. --Genial --me termine de un solo trago lo que quedaba de mi mojito--. !Que sean dos! Arrastre la silla hacia atras para levantarme torpemente e intente avanzar entre el gentio. Jamas habia estado en un pub similar, ni que se le pareciese de lejos. En Nueva York, los locales solian ser sofisticados y aunque habia todo tipo de gente --?para que mentir?--, podia asegurar que el noventa y nueve por ciento de los clientes solian ir vestidos. Ese nimio detalle no parecia ser un requisito en California. Habia numerosos chicos sin camiseta y jovenes en biquini. Las que no iban en banador, llevaban unos minusculos pantaloncitos de tela vaquera o cinturones que usaban a modo de falda. Sonaba una musica caribena de fondo --no podia distinguir si era salsa, bachata o algo similar-- y un sinfin de sudorosos cuerpos se movian a un mismo ritmo, rozandose entre si. El ambiente destilaba sexo. Era como si todos los clientes de ese bar llevasen escrito en la frente <<Follame, !follame!>> Definitivamente, al lado de aquellas adolescentes desenfrenadas, ya no me sentia como una quinceanera, sino mas bien como una anciana senil a punto de palmarla. Mi fantasia juvenil acababa de ser aniquilada de un modo cruel. Respire hondo mientras apartaba de mi camino a otra chica medio desnuda y conseguia llegar hasta la barra. En eso consistia ese local, en tener que hacer malabarismos para poder pedir una copa. No, los camareros no se acercaban a tu mesa con una libretita y te atendian amablemente; eran los clientes quienes debian lograr --no se como, todo sea dicho-- que uno de los bronceados camareros te prestase atencion durante un segundo de su valiosisimo tiempo. Mientras estaba en la barra, con los antebrazos apoyados sobre la superficie de madera oscura, me pregunte si Elisa habria terminado la conversacion telefonica con su inmejorable novio. No estaba segura de que Hannah pudiese sobrevivir sola en aquel lugar durante mas de cinco minutos. --?Que te pongo, preciosa? --pregunto un camarero, sin dejar de preparar alrededor de diez mojitos a un mismo tiempo, con los vasos colocados sobre la barra formando una larga fila recta. Le mire asombrada. Es decir, tenia entendido que los hombres no podian hacer mas de dos cosas a la vez, pero ese especimen me estaba hablando... mientras movia las manos... Guau. Impresionante. Seguro que habria hecho un master en hosteleria o algo similar. --Dos San Francisco. --En seguida --contesto al tiempo que cogia varios vasos mas del estante. Permaneci muy quieta, como si fuese una estatua de hielo, ajena a la marabunta de gente que saltaba y bailaba animada a mi espalda. ?Desaparecerian todos si cerraba los ojos y contaba hasta diez? Definitivamente no, dado que alguien me estaba tocando el trasero. Me gire bruscamente y aparte la mano del intruso de un manotazo. Un chico joven, que tenia el cabello muy rubio, sonrio y se tambaleo hacia un lado sin dejar de mirarme. --?Que crees que estas haciendo?

  • Despreciada Cada Vez Mas de Christina Mcknight

    https://gigalibros.com/despreciada-cada-vez-mas.html

    Un hombre deseando sacrificar todo.

  • Brazofuerte (Cienfuegos 5) de Alberto Vazquez-figueroa

    https://gigalibros.com/brazofuerte-cienfuegos-5.html

    Quinta entrega de esta apasionante saga, Brazofuerte narra las extraordinarias peripecias del canario Cienfuegos cuando una terrible palabra resuena en sus oidos: <>.

  • Nadie me entiende de Silvia Diez , Monica Cunill

    https://gigalibros.com/nadie-me-entiende.html

    Conoci a Monica en un momento muy extrano de mi vida en el que el suelo se estaba derrumbando bajo mis pies. Un amigo, Damas Baste, me la presento, y nada mas verla senti su luz. Me ha pasado pocas veces, pero senti un amor a primera vista que no podia explicar racionalmente. Casi desde el primer momento acordamos escribir a cuatro manos el libro que ahora tienen en las suyas, un libro gestado en distintas charlas que despues sirvieron para nutrir cada uno de los capitulos. Monica me invito a realizar uno de los posgrados en duelo que suele impartir en Girona y Lloret. Fue una experiencia muy especial. Durante esos intensos dias en los que hablabamos constantemente de la muerte y de lo que supone enfrentarse a una perdida, unos dias en los que no pare de llorar, era paradojicamente capaz --y no solo yo, sino todo el grupo-- de disfrutar con cualquier detalle. Se creo un vinculo muy especial entre todas las personas que estabamos alli, porque curiosamente la muerte une. Compartimos nuestras perdidas y el dolor que estas habian causado, y tambien nuestros miedos ante la posibilidad de perder a seres queridos. En ese momento no entendia como Monica podia encontrar la fuerza para dedicarse a acompanar a personas que habian perdido a seres queridos, porque yo no encontraba la fuerza para mirar de cara la muerte. Y ella me contesto: <>. Me costaba creerla, pero su fe es inquebrantable y contagiosa. Este libro esta basado en buena medida en sus 15 anos realizando acompanamiento a personas que han sufrido la perdida de un ser querido, con lo cual recoge las vivencias de muchos casos reales. Es un libro que se ha escrito en un momento muy especial de nuestras vidas tanto a nivel personal como profesional y en un momento social de cambio profundo en el que es ineludible palpar la incertidumbre y hacerle frente. Antes, aun era posible esconderse tras una falsa seguridad, ahora resulta imposible: todas las certezas se derrumban, mostrandonos que solo el dia de hoy cuenta. ?Y si nos desembarazamos de nuestra negatividad gritandonos tambien que <>? Todo es posible cuando un nino de 15 anos como Albert Casals recorre el mundo con 20 euros desde Barcelona a Nueva Zelanda sin dinero ni equipaje y sin poder caminar despues de haber sufrido una leucemia cuyo tratamiento le ha dejado en una silla de ruedas. Estas personas y muchas otras que se superan nos demuestran que la vida es mas simple de lo que nuestra mente dibuja, enganandonos y deformando la autentica realidad. Verifican que nos hemos creado una sinfin de falsas necesidades que nos esclavizan y que en pos de la seguridad hemos perdido el instinto de supervivencia y la libertad. Hay mucho que agradecer si cada dia entra y sale el aire de nuestros pulmones, podemos disfrutar de la tierra y el sol que nos acogen, dormir, beber y comer. Y aun mas si tenemos a personas a quienes amar y que nos aman, con las que podemos compartir instantes, sean como estos, sean siempre bellos, porque manana, incluso antes, ya se habran desvanecido. Hemos titulado este libro Nadie me entiende porque es el sentimiento mas comun en las personas que sufren el dolor de una perdida, un dolor que esta ahi y que efectivamente solo la persona que lo sufre puede saber lo mucho que duele, aunque puede dejarse acompanar y saber que no esta sola. Solo pensamos en la muerte cuando la vida nos obliga a ello: un amigo enferma, un familiar se muere, sufrimos una enfermedad, empezamos a sentirnos mayores y cansados… Tal vez no sea agradable pensar en la muerte, sin embargo la realidad es que hoy puede ser tu ultimo dia, igual que puede ser el mio. Barcelona, 18 de marzo de 2013 SILVIA DIEZ MUNTANE Lloret de Mar, 4 de abril de 2013 Este libro es un trocito de mi historia. Recoge muchos de los momentos y de las emociones compartidas con personas que han vivido la perdida de un ser querido y me han permitido coger sus manos en este duro tramo del camino. Es un homenaje a sus lagrimas, a sus suspiros, a su rabia, a sus miedos y sobre todo a su capacidad ilimitada de amar. Les estoy profundamente agradecida a cada uno de ellos por ensenarme a confiar en la fuerza interior, en la magia de la vida y en el mensaje de la muerte. Y por encender la llama de mi fe. Los milagros existen, no hay duda, y para mi coincidir con Silvia fue la senal inequivoca de que este libro seria posible. Su dulzura cubre todo lo que toca. Solo alguien como ella podia acompanarme en este reto: transmitiros a todos vosotros que hay esperanza tras la perdida y que todo, absolutamente todo lo que nos ocurre en esta vida tiene un sentido, solo necesitamos creer. Espero de todo corazon que la lectura de este libro te aporte luz. DRA. MONICA CUNILL La historia de Sara. Piedras en el camino <>. Sara hablaba muy lentamente. Guardaba largos silencios entre cada una de las preguntas que iba planteando a su audiencia para dar tiempo a reflexionar. Sabia que la mente de todas aquellas personas que estaban en la sala escuchando se estaba colapsando con imagenes y pensamientos que llevaban a emociones convulsas. Mientras permanecia callada --preocupada tambien por no hacer ruido con su respiracion ante el microfono que tenia ante si--, Sara se dedicaba a observar, a escudrinar incluso, aquellos rostros que seguian con los ojos cerrados. Se detenia en cada una de las caras --en algunas se adivinaba el rictus de angustia y malestar-- intentando adivinar cual era su historia, cual habia sido su perdida, como era su relacion actual con la vida… Cuando veia asomar una lagrima, la embargaba la compasion. Hubiera corrido hacia esa persona para abrazarla, para decirle que no estaba sola, pero habia aprendido que ella no podia salvarlos, ni debia caer en esta tentacion. Seguro que alguno se rebelaba contra la crueldad del ejercicio. Sin embargo resultaba una buena forma de aprender a anclarse en el simple presente, lo unico que tenemos, lo unico autenticamente real. Ella podia mostrarles un camino, el camino que a ella le habia servido despues de perder a su hijo mayor, David, con 21 anos. Queria compartir con aquellas personas, y con otras con las que iba encontrandose en sus charlas y talleres, los recursos que habia adquirido para comprender otras formas de vivir la vida, de amarla y disfrutarla a pesar del dolor. Tambien queria acompanarlas para que no se sintieran tan aisladas del mundo, aunque no podia recorrer el camino por ellas. Sara seguia emocionandose una y otra vez con las reacciones que provocaba este ejercicio, sobre todo cuando algunas personas leian sus cartas de despedida en voz alta. En muchas personas sentia que se producia un nuevo despertar a la vida, que conectaban con todo aquello que tenian para disfrutar, amar y compartir con sus seres queridos y encontraban respuestas simples a lo mas complicado. Despues de haber perdido a su hijo David, habia quedado sumida en la mas completa oscuridad, estaba perdida y desesperada. Se negaba a seguir adelante. Su vida habia perdido el sentido, si es que alguna vez lo habia tenido. Se daba cuenta de que, al final, nunca se habia planteado cuales eran sus autenticos deseos, sino que se habia limitado a hacer lo que correspondia, lo que se esperaba de ella. Se habia esforzado en ser la perfecta hija, la amante perfecta, la perfecta esposa y madre. A lo largo de toda su vida se habia limitado a seguir el carril que nos marcamos o nos marcan desde pequenos, puede que nuestros padres, puede que la sociedad o, en definitiva, nosotros mismos por miedo a no asumir riesgos, por miedo a responsabilizarnos de nuestra vida de forma autentica, por miedo a la libertad. Nos escondemos tras las normas, nos escondemos tras los hijos, tras la pareja… Nos excusamos con aquello de <>, <>, <>… Antes de que su hijo David muriera, Sara estaba casada y tenia tres hijos: David, el mayor de todos, Marta y Miguel. Trabajaba como directora de marketing en una multinacional, y Sergio, su marido, era director general de una fabrica textil con bastantes problemas financieros. A pesar de todo, eran propietarios de una bonita y amplia casa en Barcelona, de mas de 170 metros cuadros, jardin y piscina comunitaria, y disfrutaban de un estatus economico desahogado. Los fines de semana siempre los pasaban fuera de la ciudad, en una casa rural, esquiando, en un hotel cerca de la costa o haciendo escapadas al extranjero. A lo largo de las sesiones que tuvo con su terapeuta, Sara comprendio que hasta que ocurrio lo de David, se habia pasado todos los dias de su vida corriendo de un lado para otro sin saborear nada del todo. <

  • Las hijas de otros hombres de Richard Stern

    https://gigalibros.com/las-hijas-de-otros-hombres.html

    <>. Estamos en verano, a finales de la decada de 1960. Las calles de Cambridge, Massachusetts, estan llenas de hippies de pelo largo y coloridas prendas, pero el doctor Robert Merriwether, que ensena en Harvard y lleva mucho tiempo casado, no repara lo mas minimo en toda esa vida bullendo a su alrededor. Cultivado, reflexivo, animal de costumbres… Merriwether es todo menos un hombre impulsivo. Por eso es tan extrano, tan deslumbrante e inesperado, que mientras su esposa Sarah esta de vacaciones conozca a Cynthia Ryder, y que en poco tiempo profesor y alumna empiecen un intenso romance.
    La novela de Richard Stern -discreto clasico moderno de la literatura norteamericana- es un elegante examen de la pasion amorosa, de su epicentro y sus replicas, de sus devastadoras consecuencias. <>, piensa el doctor Merriwether. <

  • 115 de la calle del olvido de Lola Kabuki

    https://gigalibros.com/115-de-la-calle-del-olvido.html

    Era un dia cualquiera de Septiembre. No hacia demasiado calor, pero la humedad era insoportable. Caminar por la ciudad bajo el sol se hacia cada vez mas insoportable. Me pare frente al portal 115, aqui era. La puerta de hierro forjado en color negro parecia realmente pesada, como si no quisiera ser abierta, y apoye la espalda en ella mientras llamaba al portero automatico. Tras identificarme, me abrieron la puerta sin decir una palabra y me adentre en la oscuridad del portal. Un portal viejo, oscuro y enorme. De techos altos y espacios infinitos, con las paredes de un color indefinido, entre gris y marron. Al fondo a la derecha se veia un ascensor viejo, con una reja que hacia juego con la puerta del portal, y a su derecha las escaleras, acompanadas de una barandilla metalica tambien. Al acercarme lei una nota sujeta con dos celos, uno arriba y otro abajo, que decia con un rotulador rojo, que el ascensor estaba averiado. Averiado. Que disculparamos las molestias. Tome aire y agarre con fuerza el maletin con una mano mientras apoyaba la otra sobre el pasamanos. Me iba a tocar subir quince pisos a pie. Respire hondo. Por lo menos dentro del portal hacia fresco, aunque por alguna razon, me seguia costando respirar y me sentia incomoda con la ropa que llevaba. Los dos primeros pisos los subi relativamente rapido, martilleando el marmol del suelo con mis tacones, elegante y con la cabeza erguida, pero en el tercero me parecio que de repente los escalones eran cada vez mas altos y que me costaba mas levantar las piernas cada vez mas, asi que me pare un rato en el descansillo del cuarto piso para coger aire. Habia muchas plantas en jardineras rectangulares de loza, eran plantas trepadoras que se habian apoderado de gran parte de la reja metalica que cubria el viejo ascensor a pesar de estar secas. Secas, como si nadie se hubiera ocupado de ellas en los ultimos meses. Con la respiracion agitada y gotas de sudor helado en mi espalda me agarre a la verja metalica y mire hacia abajo por el hueco del ascensor. Solo se veia oscuridad. Me acorde de la nota: que disculparamos las molestias. Me salio una carcajada sarcastica, que de forma inesperada se vio interrumpida por un fuerte ruido de hierros que parecia provenir del ascensor. Desde la planta baja. Me asuste y en un acto reflejo, solte el maletin para agarrarme mejor a la verja, haciendome un pequeno corte en la mano. Al parecer las plantas trepadoras tenian espinas, o la verja alguna arista de metal suelta. Busque en mi bolso algun panuelo de papel, pero no encontre nada y tuve que lamer suavemente la sangre para no manchar mi ropa. El sabor de la sangre me recordo al sabor del metal, y me pregunte si la verja metalica sabria igual. Recogi el maletin del suelo y segui subiendo las escaleras, lentamente. Con la cabeza erguida y presionando la herida con la otra mano. El corte era pequeno pero parecia profundo. Me sobresalte al escuchar ladridos de un perro desde detras de una puerta en el sexto piso. Se escuchaban tan cerca… !y tan alto! El perro, que debia ser de un tamano considerable a juzgar por el tipo de ladrido, aranaba la puerta para salir, la golpeaba, grunia, y respiraba de forma agitada. Se me cayo el maletin al suelo por segunda vez, al no tenerlo bien agarrado, y esta vez se abrio, desparramando todo su contenido. Cientos de hojas con informacion sobre seguros de vida se deslizaron en forma de abanico por las escaleras, quedando a menos de un metro de la puerta que ladraba. Resignada me agache y comence a bajar escaleras mientras recogia hojas. Cuanto mas me acercaba mas nervioso y violento parecia ponerse el perro. La ultima hoja de papel estaba muy cerca de la puerta. La recogi sin vacilar y el perro dejo de ladrar, pero seguia escuchando su respiracion. Agitada e irregular. Cerre el maletin y me aleje con rapidez, lami de nuevo mi mano y comence a subir y subir escaleras. Dos descansillos despues pare a respirar un poco en el rellano, mi cita de las cinco me estaba esperando. En el piso quince, tras la puerta C, y yo estaba tardando demasiado. No era culpa mia que el ascensor no funcionara. Levante la vista malhumorada hacia el ascensor y me fije en que no habia numero en esa escalera. No sabia en que piso estaba exactamente. Al subir al siguiente piso, vi que tampoco habia numero en el descansillo y escuche con horror, unos gritos de dolor que venian del interior de una vivienda. La B. Alguien gritaba al otro lado de la puerta como si le estuvieran torturando o algo parecido. Me quede mirando la puerta y decidi seguir subiendo escaleras sin saber muy bien que hacer. Saque mi telefono movil, por si necesitaba o debia llamar a alguien, pero no habia cobertura. En el siguiente rellano me pare y deje el maletin en el suelo. Todavia se escuchaban los gritos infernales del piso de abajo, cada vez mas terribles y una voz que suplicaba ayuda. No sabia que hacer, me tape los oidos con las palmas de las manos, manchandome la cara sin querer con la sangre de la herida. Mi falda y una de mis piernas tambien tenian gotas de sangre. Genial. Volvi a mirar el movil nerviosa sin saber muy bien que hacer, cuando un fuerte sonido como de hierros pesados y oxidados me hizo dar un respingo. El ascensor subia. El ascensor estaba estropeado, pero hacia un sonido como si estuviera en funcionamiento. Como si estuviera moviendose y subiendo hacia mi. Como si se estuviera quejando. Me volvi hacia la verja de hierro que lo cubria y mire hacia abajo. No se veia nada, estaba todo demasiado oscuro. Lo que si vi al levantar la vista, me dejo casi sin respiracion: en ese rellano tampoco habia ningun numero. El ascensor subia y yo no sabia en que piso estaba. Sin pararme a pensar, recogi el maletin con mi mano herida y con los gritos de horror del piso de bajo golpeandome en la conciencia, y subi rapidamente las escaleras. Tampoco habia numero en el siguiente piso, pero ya no me sorprendio y apoye la espalda en la pared para descansar un poco, cuando me di cuenta de que una de las puertas del rellano estaba entreabierta. Durante medio segundo me dio por pensar que a lo mejor era mi cita de las cinco. Aunque no podia ser… No sabia en que piso estaba pero no podia estar ya en el piso quince, no podia haber subido tan rapido, ?o si? El ascensor dejo de hacer ruido y se paro en el piso de abajo, o eso me parecio. Me aferre al maletin con mi mano ensangrentada, como si este fuera un escudo, mientras la puerta hasta ahora entreabierta, se abria poco a poco. En su interior, oscuridad y un largo pasillo del que no se veia el final. No se veia nada, pero me parecio escuchar unos debiles golpecitos en la pared, que se repetian, como secuencias de codigo morse. A lo mejor alguien trataba de establecer comunicacion de esa manera. Por golpes. Recorde los gritos y golpes tras la puerta de pisos mas abajo y se me acelero el pulso. Note mi respiracion agitada y sudor frio sobre mi espalda. Me sente en las escaleras a sopesar mentalmente mi inesperada situacion, y me angustie un poco mas, al pensar que ese dia tenia que haber sido un dia de trabajo como otro cualquiera. Un dia en el que tenia una cita concertada a las cinco, para contratar un seguro de vida…y punto. Estaba envuelta en una situacion que yo no habia buscado, y no sabia como salir de ella. Ensangrentada y sentada en las escaleras de quien sabe que piso, de un portal donde un ascensor que no funcionaba se movia, y donde los vecinos eran un poco… ?siniestros?, y de repente todo era muy… extrano. Y encima no tenia cobertura. Subi al siguiente piso en un intento por alejarme de todo. Piso 22. Deje caer mi maletin al suelo y esta vez ya no me moleste en recogerlo. Era imposible. En este edificio solo habia diecisiete pisos. No estaba totalmente segura al 100%, pero casi. Los numeros de la escalera debian estar equivocados. O tal vez se trataba de una broma. Decidi que tenia que salir de alli. Como fuera, porque la situacion me estaba superando poco a poco. Escuche ruidos de pasos en algun piso inferior y toses secas, y sin pensarlo subi un piso mas, sabiendo que cuanto mas subia, mas me alejaba de la salida. Me acelere y sin saber muy bien como, se me enredaron los pies y tuve que poner las manos para no caerme, dejando una huella perfecta de una mano abierta en color rojo en el suelo.

  • El infierno de Victoria Massey de Valeria Valverde

    https://gigalibros.com/el-infierno-de-victoria-massey.html

    Victoria Massey es trasladada al internado Fennoith tras intentar envenenar a su padrastro con matarratas. Despues de la muerte de Adelaide Massey, la relacion de ambos empeoro. Adelaide dejo en herencia toda su fortuna a su hija unica, la joven Victoria. Benjamin, viudo y padrastro de la muchacha, credulo penso que la fortuna de Adelaide seria para el. Tras la llegada al internado Fennoith, Victoria ruega a Satanas que mande a unos de sus demonios para que la ayude en el infierno en el que la habian metido y asi poder acabar lo que empezo. Inocente la chica: pensaba que no funcionaria, pero la llegada de un apuesto muchacho al internado hace que se le planteen muchisimas dudas. El joven le hara una propuesta que ella no podra rechazar: <>.

  • Mi lugar cerca del cielo de Mita Marco

    https://gigalibros.com/mi-lugar-cerca-del-cielo.html

    ?Y si tu vida se redujese al trabajo?
    ?Y si tuvieses dos amigas locas dispuestas a cambiar eso?
    ?Y si se empenan en presentarte a un chico monisimo y super simpatico?
    ?Y si, por si fuera poco, te vuelves a encontrar con tu ex novio, porque ha vuelto de Miami?
    ?Y si, cada vez que lo vuelves a ver, tu corazon parece que salta a la comba?
    ?Y si hubiese vuelto a por ti y tu estas conociendo a otro?
    ?Y si guardases un gran secreto que pudiese destruir esa relacion con la que siempre sonaste?
    Esta es la historia de Sara. De segundas oportunidades y nuevos comienzos. Un libro romantico, divertido y real como la vida misma, donde, quizas, te sientas mas identificada con nuestra protagonista de lo que crees. O quizas no.

  • La maldicion del verdugo de Nesa Costas

    https://gigalibros.com/la-maldicion-del-verdugo.html

    “Cinco condiciones mueren, cinco familias son la causa. Si tan horrible, violenta y aterradora considerais nuestra existencia que asi sea. Generacion tras generacion, el mundo que os desprecia tanto como lo despreciasteis sera vuestro.”
    A Reyes nunca le habian gustado los cambios, y estaban siendo demasiados. Su hermano se iria a la universidad, su grupo de amigos se distanciaria al empezar el bachillerato. Adrian, ese amor a todas luces imposible, no parecia capaz de verla como otra cosa que una cria. En resumen, el maravilloso mundo en el que llevaba quince anos viviendo se resquebrajaba, y nadie parecia darse cuenta de que estaba a punto de acabarse.
    A Saul nunca le habian gustado las responsabilidades, pero caian sobre el sin importar su criterio. Desde que la maldicion entro en su vida, su dia a dia era un infierno. Compaginar el trabajo en la fabrica con sus tareas sobrenaturales lo envenenaban, igual que no poder quitarse de la cabeza a la pelirroja de aire sereno. Un imposible en mayusculas tanto por las tramas normales, como por las peculiaridades magicas. En resumen, el desastroso mundo en el que llevaba veintitres anos viviendo lo asfixiaba, y nadie parecia darse cuenta de que los peligros iban en aumento.
    “No se cuestionan las ordenes. No se duda del lider. No se juega con las normas.”

  • La luna en la puerta de Andrea Tome

    https://gigalibros.com/la-luna-en-la-puerta.html

  • El ladron de reflejos de Marta Lujan

    https://gigalibros.com/el-ladron-de-reflejos.html

    Un viaje a una dimension atemporal.

  • Sin Mirarte de Auraluna

    https://gigalibros.com/sin-mirarte.html

    Una regla basica: No mirar.

  • Antropoceno. La politica en la era humana de Manuel Arias Maldonado

    https://gigalibros.com/antropoceno-la-politica-en-la-era-humana.html

    El Antropoceno es una nueva epoca geologica cuyo rasgo central es el protagonismo de la humanidad, convertida en agente de cambio medioambiental a escala planetaria.

  • Las flores de tu silencio de Antoine Paje

    https://gigalibros.com/las-flores-de-tu-silencio.html

    Arnaud ya no escucha nada ni a nadie. Tiene una esposa docil, unos hijos a los que apenas ve en el desayuno y varias amantes a su disposicion. Pero un dia la nieve recien caida lo sorprende en la carretera y pierde el control de su vehiculo. En estado de coma, permanece encamado, aparentemente inconsciente.

  • Sin fin de M. C. Andrews

    https://gigalibros.com/sin-fin.html

    Daniel sabe que tiene que enfrentarse a los fantasmas de su pasado antes de la boda, por lo que le pide a Amelia que lo acompane a Hartford. Durante el viaje por la campina inglesa, la pareja pone a prueba los limites de su deseo y se entregan el uno al otro de un modo hasta entonces insospechado... <>. M. C. Andrews

  • El ultimo susurro de Gema Tacon

    https://gigalibros.com/el-ultimo-susurro.html

    Conocer a Gema Tacon ha supuesto en mi vida personal algo asi como una <>. Admito que antes de coincidir con ella en Sevilla, en el evento Literalia, no la conocia; sin embargo, es de esas personas que no pasan desapercibidas alla donde aparece. Supongo que se debe a ese factor que tenemos en comun, ser piscis, que nos impulsa a mostrarnos afectuosas y abiertas cuando nos sentimos a gusto con la gente. Ese dia armonizamos a la primera, reimos muchisimo y prometimos leernos. De Gema he de decir, ante todo, que es muy buena persona; pero lo que nos trae aqui es su faceta como escritora. Ya, si la he leido, y no solo en esta novela, El ultimo susurro, sino en otras obras suyas de tematica juvenil, con seres fantasticos, el de los heroes y heroinas de humor acido y accion rapida. Gema es versatil por naturaleza y ha demostrado que puede adentrarse en otros generos. Aqui nos trae una novela policiaca, con un mundo supercurioso y absolutamente desconocido para mi, el de los ASMR (!incluso crei que se lo habia inventado hasta que vi los agradecimientos al personal que la ha asesorado!); pero sobre todo me encanta su particular mania de jugar con las identidades de los protagonistas. No os podeis perder el glosario final porque en el descubrireis que nuestra amiga ha tomado prestado los nombres e incluso las profesiones de personajes reales para integrarlos en su historia. !Imaginacion y documentacion no le falta! La novela, su primera incursion en este genero, le ha quedado bastante digna y si a ello le sumamos la magnifica portada de Monica Gallart, no podeis dejar de leerla. Para mi, ha sido un honor que me solicitara escribir el prologo de su historia. No tengo ni idea de si era esto lo que queria, pero es lo que me ha salido (!fijo que ya no me lo pide mas!) Igual que ella es novata en las lides policiales, yo lo soy en las prologueras. De todos modos, contamos con vuestra benevolencia y vuestras ganas de seguir compartiendo el universo de Gema, ese que te hace reir, porque es para lo que ella ha nacido; para poner una sonrisa en nuestros semblantes y alegria en los corazones. Mucha suerte en tu trayectoria, Gema. Un fuerte abrazo. Mercedes Gallego. Uno Arroje contra la pared algo que estaba penetrandome los timpanos como si quisiese devorarme por dentro. Me di la vuelta, me escondi bajo la manta y continue durmiendo mi muy merecida resaca de la noche anterior. Definitivamente, no debi haber tomado esa ultima copa, tampoco tenia a nadie esperandome para echarme la bronca por llegar en el estado en el que lo hice, y no me importaba en absoluto lo que los vecinos cuchicheasen a mis espaldas. Con vaciarles por la ventana del patio los ceniceros llenos de colillas sobre sus blanquisimas y monisimas sabanas ya tenia mi venganza mas que solventada, y como resulta que soy policia, no tenian huevos de subir hasta mi mugriento atico a decirme a la cara lo que realmente opinaban sobre mis salidas nocturnas y mis llegadas al amanecer cada dia, con un hombre o mujer diferente, seguido de los politicamente incorrectos gemidos y jadeos. Tocaron el timbre con insistencia logrando que me despertara de peor humor del que me levantaba a diario. Me dirigi hasta la puerta principal, abri y alli estaba la pobre y temblorosa Clea, mirandome bajo sus enormes gafas y cubriendose el resto de la cara con un monumental dosier lleno de papeles que, de seguro, pretendia que me leyese. Me di la vuelta, la deje de pie en la entrada y corri por el pasillo para introducirme de nuevo en mi deshecha y alborotada cama. --Kate, la jefa esta como loca buscandote. Te ha llamado al movil cientos de veces. Se quedo gritando que o aparecias de inmediato o te quedarias sin empleo y sueldo hasta el dia del juicio final --me advirtio a la vez que levantaba las persianas. Me destrozo las retinas con ello. --!Dile que no me encuentro bien! --grite lanzandole un cojin a la cabeza, con la esperanza de impedir que siguiese abriendo mas ventanas. --Tenemos un caso, Kate --me informo haciendo que le prestase atencion por primera vez desde que llego--. Ha muerto una mujer de mucho dinero y hay que investigarlo antes de que se filtre a la prensa. Eso ya me gustaba un poco mas. Ultimamente, la zorra de la jefa de policia lo unico que me habia asignado era un punado de casos de ladrones de tres al cuarto. --Y ?como es que tu vanagloriada superiora quiere contar conmigo para este asunto tan importante? --pregunte ironica. --Te han asignado un companero nuevo --me respondio, temerosa por mi reaccion. --!He dicho mil millones de veces que no quiero a nadie! !Yo trabajo sola! -- conclui enfurrunada y me fui al bano a darme una ducha de agua fria para intentar despejarme un poco, antes de soportar la cara de mujer diez de la senorita Pato. Desde la ducha pude escuchar como Clea recogia la casa y fregaba los platos. Si no la quisiera tanto me casaria con ella, el problema era que mis relaciones, ya fuesen con personas de mi mismo sexo o del contrario, nunca terminaban bien. Entre de nuevo en el dormitorio tal y como mi madre me trajo al mundo, haciendo que Clea se ruborizase y tuviese que mirar hacia otro lado, a la vez que mi amiga me acercaba una humeante taza de cafe recien hecho. Me embuti unos vaqueros y me coloque la camiseta que menos arrugas tenia de todo mi desastroso armario. Me mire en el espejo para intentar peinarme; habia empapado la camisa con las puntas de mis todavia mojados rizos. Hice el amago de cogerme una coleta, pero en el reparto de miembros, algun gracioso me doto de unas orejas bastante considerables y al final siempre terminaba por dejarmelo suelto para asi poder ocultarlas. Unas enormes ojeras dibujaban el contorno de mis marrones y grandes ojos. Me encogi de hombros resignada, abri el bolso, saque un paquete de tabaco y encendi el que seria mi primer cigarrillo del dia. El maldito timbre del telefono sono de nuevo desde donde quisiera que hubiese caido. Clea lo rescato debajo de una montana de ropa sucia que habia apilada a los pies de la cama y me lo entrego, suplicandome con la mirada. --Senora Pato --lei en alto justo antes de descolgar y tras encender el altavoz, para poder ponerme los zapatos mientras hablaba--. Buenos dias, jefa. --!Buenas tardes, detective Warne! --saludo ironica--. Me preguntaba si tenia pensado aparecer hoy por el trabajo. --Se me ha pinchado la rueda del coche. Estoy de camino --menti. --No tarde demasiado, la estamos esperando --se despidio. Habia creido lo del coche--. Por cierto, Warne. --?Si, jefa Dick? --Cuando venga acerquese tambien por la zona de vehiculos. Anoche se llevo la grua el suyo. --Un pi, pi, pi, pi, pi... fue lo ultimo que escuche. --!Mierda! --?Que? --quiso saber Clea. --Odio a la Pato --asegure mientras saliamos de mi apartamento. Cuando bajamos las escaleras nos cruzamos con la metiche y puritana vecina del tercero, quien regresaba de sacar a pasear a su malcriado Coton de Tulear1, y nos miraba de reojo, escandalizada. Pare a Clea justo frente a la puerta de la chismosa vecina, la abrace y le di un beso en los labios introduciendole la lengua hasta la campanilla, lo que provoco que a la vieja se le cayesen las llaves de las manos al intentar entrar rapido en su casa, para asi dejar de contemplar la escena infernal que tenia ante sus narices. --Tienes que dejar de hacer eso --se quejo Clea, limpiandose mis babas. --?Besarte? --pregunte, divertida, al mismo tiempo que tapaba la mirilla de la puerta de la buena senora con el pulgar y la escuchaba resoplar detras. --Aparte, tienes que dejar de llamarla asi. Cualquier dia se te escapara delante de ella --advirtio. --?La has visto andar? Y ademas se apellida Dick --recorde. --!Pato es duck, Kate! --corrigio. --Es lo mismo --respondi saliendo del bloque y pidiendole las llaves de su coche. --Todavia hueles a alcohol, no creo que debas conducir --nego, pero yo sabia de sobra como conseguir cualquier cosa de Clea. Le puse cara de perrito abandonado y me dirigi hasta ella con gesto de nina juguetona. Coloque mis heladas manos bajo su delicada blusa de seda, a lo que ella respondio con un respingo. La rodee con mis brazos y le robe el mando del coche del bolso en menos de un segundo sin que se diese cuenta. Se lo ensene, le guine un ojo y me sente en el asiento del conductor. Baje la ventanilla y le sonrei. --?Te llevo, rubia? --!Eres horrible! --me amonesto resignada. A veces me sentia como una completa zorra por jugar con sus sentimientos, sabia que ella estaba coladita por mi, lo malo era que al minuto se me olvidaba. Es lo que tiene poseer memoria fotografica, recuerdo cosas insignificantes y deshecho las que seguramente si valen la pena. Clea era la tipica pueblerina asustadiza y empollona que habia venido a la gran ciudad tras sacar las mejores notas en la universidad y poner kilometros de por medio para ocultar un gran y terrible secreto a su muy entranable familia. Era la mujer mas femenina, dulce y atractiva que habia visto en mi vida. Todos los hombres de la comisaria suspiraban por sus huesos, cosa que teniendo en cuenta que era la forense tenia bastante gracia. Era rubia, de piel blanca como la nieve, con una larga melena lacia, unos preciosos ojillos azules, unos estupendos labios carnosos y unas larguisimas piernas de vertigo. Por mucho que intentase mimetizarse con el armario, una servidora sabia de sobra que lo que le atraian a Clea no eran los hombres sudorosos, precisamente. Al llegar a la comisaria ni la Pato ni el equipo que trabajaba de modo habitual con Clea estaban en el edificio

  • Rivales de dia, amantes de noche (Un romance en Londres 1) de Nieves Hidalgo

    https://gigalibros.com/rivales-de-dia-amantes-de-noche-un-romance-en-londres-1.html

    Barbara Ross, tras la muerte de su unico pariente, se ve obligada a viajar desde Edimburgo a Londres para ponerse a cargo del tutor elegido por su tio para ella. No sabe nada de ese sujeto salvo su nombre: Alan Chambers, vizconde de Maine. Imagina que sera un caballero de edad avanzada, como lo era su tio, pero Maine no es, ni por asomo, lo que la muchacha espera encontrar.

  • Que de lejos parecen moscas de Kike Ferrari

    https://gigalibros.com/que-de-lejos-parecen-moscas.html

  • Bajo la aurora boreal de Mimmi Kass

    https://gigalibros.com/bajo-la-aurora-boreal.html

    Una apasionante historia de amor entre dos mundos opuestos en uno de los rincones mas deslumbrantes del planeta.

  • La horda de los Malditos de Peter Sword

    https://gigalibros.com/la-horda-de-los-malditos.html

    En un mundo donde la magia es tan comun como el aire, la amenaza de una nueva guerra contra el Imperio supone un duro golpe para los reinos del sur. Neoludan, uno de los paises afectados, decide liberar de su cautiverio a un poderoso mago, considerado un portento de la magia y capaz de realizar sortilegios ya olvidados. Sin embargo, este mago tiene sus propios intereses y demostrara que no es una persona sencilla de dominar, jugando el solo con el equilibrio de la guerra que se cierne sobre el continente. Magia, caballeros, duelos entre magos, politica, traiciones… Todo tiene cabida en La horda de los Malditos, el primer volumen de la saga Ocaso de Leyendas, escrita por Peter Sword.

  • Mujer abrazada a un cuervo de Ismael Martinez Biurrun

    https://gigalibros.com/mujer-abrazada-a-un-cuervo.html

    Como obsequio por su inminente licenciatura en Medicina, cruz Montenegro recibe de su padre el encargo de investigar un insolito caso que pone en cuestion toda la historia de la epidemiologia europea: un bebe ha muerto con sintomas de peste bubonica en un pueblo del Pirineo, cuatrocientos anos despues del ultimo brote que asolo el valle. En su busqueda, Cruz se adentrara en el misterio de una memoria colectiva en la que todavia laten la leyenda de una maldicion, un romance prohibido, un untador y una extrana figura con rostro de cuervo caminando entre los enfermos.

  • Amor en la Red. Caminos Cruzados 2 de Mercedes Franco

    https://gigalibros.com/amor-en-la-red-caminos-cruzados-2.html

    Samuel Dunn, luego de publicar varias de sus novelas, se enfrenta a la vacuidad del exito; descubre que su vida se ha vuelto monotona y rutinaria, que no es el dinero lo que va a generarle la satisfaccion esperada.

  • Dejame morir de Alberto Meneses

    https://gigalibros.com/dejame-morir.html

    DEJAME MORIR. UN NUEVO CASO DE ROBERTO FUENTES.Despues del exito de <>, llega un nuevo caso de Roberto Fuentes.Tras finalizar su ultimo caso en la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, Roberto Fuentes recibe una llamada desde Asturias; una menor de edad ha desaparecido en Nueva de Llanes y el unico detenido es un amigo de la infancia que solo le contara a el la verdad sobre lo ocurrido.Junto a la sargento Eva Ruano, Roberto se sumergira en un oscuro mundo de rituales sangrientos y poderes en la sombra donde la vida humana parece no tener ningun valor, y que pondra a prueba sus mas fuertes convicciones.?Descubriran quien esta detras de la desaparicion de la joven? ?Es la unica o hubo otras antes que ella? ?Por que Roberto no deja de sonar con la desaparecida?<> es un nuevo thriller policiaco de Alberto Meneses, autor de una docena de libros y con varios miles de ejemplares vendidos.

  • La dama de las flores (El escoces errante 3) de Sophie West

    https://gigalibros.com/la-dama-de-las-flores-el-escoces-errante-3.html

    Escocia, 1209.
    Kenneth Allaban es un soldado mercenario y vagabundo que alquila su espada al mejor postor. Viaja de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad, ofreciendo sus servicios a quien pueda pagarlos, sin importarle si son de noble cuna o simples vasallos. En sus correrias seduce y es seducido, ahogando el dolor que lo esta consumiendo en el sexo, el alcohol y las peleas. Pero la unica verdad es que despues de cinco anos aun no ha podido olvidar a Seelie, su unico y verdadero amor, de cuya muerte se culpa.

  • Fuego y espadas de T. J. Rymer

    https://gigalibros.com/fuego-y-espadas.html

    --Mi comandante, en las puertas de la ciudad un hombre demanda hablar con usted. Parece un demente. Podemos echarle si lo desea. --?Os ha comunicado que solicita? --pregunte al soldado que permanecia firme como una roca. --Dice haber avistado un Nabzang en los bosques cercanos. Una leve sonrisa se dibujo en su faz. --?Un Nabzang? --pregunte retorico a la vez que sorprendido. El soldado asintio. Parecia claro, que quien aguardaba en las murallas pervivia bajo una clara enajenacion. Los Nabzang no daban senales de vida desde hacia milenios. De no ser por los relatos que ancianos y mercaderes narraban junto al calor del fuego, ni siquiera habria oido hablar de ellos. Yo mismo escuche de boca de mi abuelo una de esas historias cuando era un nino; pero al igual que hacia todo el mundo, filtre solo una leyenda. Lo que aquel loco decia haber visto resultaba del todo imposible. Aun asi, la curiosidad se habia presentado ya en mis adentros. --Mandale subir. Apenas cinco minutos tras la orden, el soldado se cuadro de nuevo acompanado por un anciano. Portaba una tunica marron hecha anicos, sucia. Sus ojos, ensartados en una cara marchita, relucian blancos como nevisca: un hombre ciego. Aquello empezaba a parecerme una broma de mal gusto. --Anciano... --masculle mientras me acercaba--. ?Como va usted a ver nada? --No solo los ojos ven. --Su voz quebrada penetro en mis oidos, profunda y siniestra--. Tambien el alma atisba entes que no requieren vision. El corazon detiene su latir, el aliento se congela mostrando blanco su camino, el alma se inquieta y el temor cruza fronteras que estimaba infranqueables. Se puede sentir cuando un Nabzang esta cerca, si; el terror no requiere percepcion. --Escoltalo a la salida --ordene molesto--. No voy a seguir escuchando tan magna sarta de mentiras. Contemple como lo retiraban a empujones mientras mi cabeza no dejaba de darle vueltas a las inviables palabras que acababa de escuchar. No eran posibles, mas ya habian sembrado el fruto del desasosiego. Observe al anciano liberarse del brazo que le guiaba y dirigirse hacia mi. Con un gesto detuve al soldado que se abalanzaba sobre el --aunque demente, no aprecie maldad en sus inservibles ojos--, permitiendo asi su acercamiento. Y aun sin poder ver, me agarro las hombreras de la armadura, pegando su rostro al mio. --No ignores mis palabras, Astheron, o la culpa te hostigara hasta el fin de los dias. La oscuridad se acerca lentamente, mas aun hay tiempo de detenerla. !Detenla, Astheron, detenla, o no habra un manana para Theralia! Se lo llevaron arrastras mientras lanzaba al viento maldiciones y malos augurios. Yo permaneci desconcertado en lo alto de las murallas que protegian la ciudad de Atreka. Y sobre aquel espigado baluarte aviste a lo lejos el horizonte: el ocaso que indicaba el fin de mi jornada. Baje angostas escaleras de caracol en direccion al hogar, al calor de la familia. Recorriendo sus calles, pense en lo rapido que el tiempo fluye. Inquebrantable lo cambiaba todo a su paso, dirigiendo a nuestra amada Theralia a su destino, al igual que a cada uno de sus habitantes; consumiendo el presente en pos de la leve sombra que es para el hombre el pasado. Atreka, capital del sur de Theralia, anidaba en una fastuosa belleza dificil de igualar. Sus avenidas empedradas y sus casas de roca, siempre de un color casto, emanaban de la gran ciudad una pureza y pulcritud incomparables. Al termino de esas concurridas y elegantes travesias se alzaba imponente el palacio real. Braolin reinaba el sur desde antes que yo naciera. El mismo me nombro comandante del ejercito diez anos atras; decada de una tranquilidad indolente. La guerra contra los Erziofres llevaba anos en punto muerto. Ellos permanecian en el norte, nosotros haciamos del sur nuestro fortin; ellos tenian su capital Erziofre, nosotros Atreka; ellos al rey Ubklar, nosotros nos inclinabamos ante Braolin... Un mundo fragmentado en dos desde el inicio de los tiempos. Batallas y contiendas perduraban en la memoria de los mas viejos. No se recuerda una Theralia de un solo rey. Nadie recuerda una unica Theralia. El resto del mundo residia en la mas profunda neutralidad, exentos de bando alguno, campando a sus anchas por nuestras tierras fragmentadas. Elfos, nerzs, enanos..., anidaban bosques y montanas alejados del mundanal ruido. Los nerzs: pequenos seres de alma pura felices en sus pequenas y comodas <> en las copas de los arboles; los elfos: letales guerreros capaces de acabar con la vida de un hombre sin darle tiempo a consumir un pestaneo, ocultos en sus radiantes ciudades blancas; los enanos: feos, siempre refunfunando, aguardando en sus ciudades bajo la tierra un pretexto para abandonar la roca y blandir sus hachas. Milenios atras, nuestras tierras poseian nombres extranos. El mundo cambio tras eras y eras de erosion, y aquel que fue un mundo de matices, dio paso al norte y el sur. Todo pendia de un fino hilo de orden. Mas el orden tiende a la desobediencia, y en cualquier momento, en el instante menos esperado, ese equilibrio se esfumaria dejando tras el una estela de destruccion. Al cobijarme en las paredes que eran mi hogar, la turbacion que parecia perseguirme desaparecio al instante. Junto al fuego, mi mujer Aurea y mi hijo Tywren esperaban la llegada del comandante del Ejercito Atreko. Mientras mi pequeno se abrazaba a mis pies, su madre me besaba. La amaba tanto que pensar en perderla me vejaba el alma hasta convertirla en nada; y como todo ser viviente sabe, nada es demasiado poco. Pensamientos que tiempo llevaban rondando mi cabeza. <> Lo que si resultaba evidente era que las palabras del ciego no habian ayudado a aplacar mis aciagos augurios. --Hola, amor --saludo sin dejar de apretarme entre sus brazos. No me cansaba de escuchar su dulce voz--. ?Cansado? --Un dia mas. --No me complacia hablar del trabajo en casa--. !Pero ya estoy aqui con mi familia! --exclame mientras alzaba en brazos a mi hijo de tan solo dos anos--. !Y ahora solo tengo ojos para mis dos soles! Rei mientras balanceaba arriba y abajo a Tywren como a un pelele. Aurea se dispuso a servir la mesa. --Me olvidaba --declaro de pronto--. Han echado esta carta por debajo de la puerta. Es para ti. Vulgar: blanca por delante y blanca por detras, a excepcion de mi nombre, escrito en una de sus caras. La abri. Se leia: <>. --?Que dice? --La curiosidad parecia haber hecho mella en mi esposa. --Nada. Unos documentos que por algun motivo han enviado aqui. Y no lo entiendo, la verdad. Pero bueno... !Comamos! --exclame intentando cambiar de tema--. !Tengo un hambre voraz! Cene hasta saciar el apetito y me acoste junto a la mujer de pelo negro y ojos azules que robo mi corazon una decada atras en el tiempo. Le hice el amor como tantas otras noches, aunque en esa ocasion, mi mente se evadio hacia el mensaje de la enigmatica carta. Espere hasta verla dormir y me dirigi por las oscuras calles de la ciudad hacia la posada La Senda de Tul. Entre. Una cantina como cualquier otra, sumergida en una falta de luz alarmante. Al acceder, solo pude percatar una mesa ocupada. En ella permanecia un hombre enano. No bajo ni menudo…, enano de los pies a la cabeza. Resultaba extrano verles tan al sur. Pero alli estaba, sentado, inmerso en una oscuridad cerrada, fumando una larga pipa de la que emanaba un intenso humo blanco. Observe su diminuta silueta y la nube densa que se desperdigaba por los alrededores de su fea cara. Me acerque y sente. Entonces le vi: !un nerz! Quieto a su lado, con la cabeza gacha, en silencio. --Mas te vale no haberme hecho levantar a estas horas para nada, enano. --Hola, Astheron --saludo agachando la cabeza en reverencia--. Gusto en conocerte. Adverti su gesto como uno sarcastico. Un hombre rechoncho y a la vez rocoso, de faz desagradable como pocas. Pelo sucio y enmaranado, a juego con su barba azabache. De facciones duras y contritas, denostando un ser arisco; su aroma no le iba a la zaga. --Habla y dejate de absurdeces. Y ve al grano, tengo sueno. No me gustaban los de su raza. En contadas ocasiones tuve el <> de compartir mesa con alguno de sus congeneres, y no disfrute en absoluto de su compania. --Ten cuidado, sureno, no sabes con quien hablas. --Sus manos se independizaron de la mesa donde se apoyaban y me senalaron amenazantes--. Hablare..., pero no vuelvas a usar ese tono conmigo. Estoy aqui para advertirte de lo que acontece en el norte. --Su voz sonaba gruesa, robusta--. El hechicero real ha indagado mas alla de lo congenito, y un mal que dormitaba ha despertado. --?Nabzangs? La palabra broto de mi boca sin permiso, como si el temor que almacenaba mi cuerpo hubiera huido de mis tripas como una exhalacion. --Si. --Los ojos del enano despuntaron blancos entre lo oscuro--. Pero no es todo: pretende crear un ejercito y abalanzarlo sobre el sur sin clemencia, haciendo al rey Ubklar el unico en Theralia. Temo que haya dos posibilidades en todo este tenebroso asunto: el sur cae ante el norte y su ejercito Nabzang; o norte y sur lo hacen acompanados del resto de razas. Terminos que no podian ser ciertos. Aunque el hechicero real retornara a los Nabzangs, nadie seria capaz de controlarlos. Pero el ciego ya noto su presencia en los bosques cercanos a la ciudad... --Digamos que te creo. ?Que propondrias hacer? --Partir de inmediato hacia el norte y acabar con las malas artes del hechicero real. --?Pretendes que yo, el comandante del Ejercito Atreko parta hacia el norte con la unica compania de un enano loco? --Y la de un nerz --matizo--. No puedo demostrar lo que digo --prosiguio negando con la cabeza--. ?Pero no crees, Astheron, que la vida de tu mujer e hijo merecen al menos el beneplacito de la duda? --Dame un dia para meditar. Manana visitare a mi buen amigo Asdrabal, hechicero real aqui en el sur, y le contare lo que me acabas de explicar. Me aleje del enano y el timido nerz, y me dirigi raudo a mi lecho. Me abrace a Aurea, que ni siquiera habia advertido mi ausencia, e intente conciliar un sueno que sabia no iba a alcanzar. ?Y si las palabras del enano eran ciertas? ?Y si los augurios del anciano resultaban veraces? Queria creer que no, pero la simple posibilidad de que lo fueran obsequiaban a mi alma con esa pesadumbre que no parecia tener intencion de abandonarme. Desperte sin haber reposado. Desayune junto a los mios entre risas y arrumacos y me dirigi a las dependencias de Asdrabal el hechicero. Bajo el palacio real, en un pequeno torreon situado en el centro de los jardines que adornaban la base del monumental castillo, se encontraba su hogar. No era un hechicero al uso. Mas que un hombre dedicado al noble arte de lo magico, en ocasiones parecia un bufon. Pero su erudicion no conocia fin. Mientras me aproximaba a la alta torre de piedra gris, de los pequenos orificios que le hacian de ventanas percibi un fuerte estruendo y un denso humo negro. Corri hacia la puerta, que no estaba cerrada, y al abrirla vi lo que moraba dentro. Las estanterias, sillas, frascos, ollas..., todo se amontonaba asemejando la madera de una hoguera lista para arder. Bajo tan mayusculo desastre se alojaba Asdrabal, que emergio apartando los trozos de lo que fue mobiliario segundos atras. Su largo pelo negro, cubierto de polvo parecia casi blanco, al igual que su oscura tunica portadora del sol de seis puntas, emblema inequivoco del clan de los hechiceros ulgidos. --Esta vez si que he estado cerca de viajar al otro mundo --aseguro entretanto se sacudia las vestiduras. --?Que ha sido esta vez? ?La vida eterna? ?El retorno a la juventud, quiza? ?La cura al mal aliento...? --La sonrisa afloro en mi sin remedio. --No. Algo mucho mas materialista --contesto entre carraspeos--: intentaba convertir el hierro en oro. --Pues es una pena, porque vas a necesitar mucho para arreglar este desastre. Observe desde la distancia al hombre mugriento que reflejaba en su rostro el fracaso reciente. Y sin poder evitarlo, una carcajada surgio de mi boca; de igual manera, Asdrabal no pudo evitar hacer lo mismo. Reimos un largo instante. --Subamos a la buhardilla --dijo entre carcajeos--. Alli podremos conversar tranquilos. Creo saber por que estas aqui, Astheron. Ascendimos por una estrecha escalera de caracol. Al alcanzar su cima me encontre en una habitacion minuscula de bajo techo que no permitia andar erguido. En el centro de la pequena estancia atisbe una mesa de madera redonda con dos sillas. Asdrabal se sento en una de ellas y me insto a que yo hiciera lo mismo

  • Los adictos de Paolo Roversi

    https://gigalibros.com/los-adictos.html

    Offenburg (Alemania), 1994 Al comisario Jurgen Fischer el nombre no le habia parecido nunca tan apropiado como aquella Nochebuena: Selva Negra. Se referia al inmenso bosque que rodeaba y deglutia, con sus imponentes abetos, aldeas y caminos de la region de BadenWurtemberg, una zona que se extiende, de norte a sur, a lo largo de cientos de kilometros. Obviamente, el origen de aquel apelativo se debia a la densisima vegetacion aunque, en aquel momento, el color predominante del paisaje era el blanco. Hacia horas que era noche cerrada y la nieve no habia dejado de caer desde la manana. Las pesadas botas de Fischer se hundian hasta los tobillos haciendole dificil avanzar. Acompanando al comisario iba Conrad Berger, un guia experto que, pese a conocer el lugar como la palma de su mano, despotricaba debatiendose por encontrar la direccion correcta. Fischer recordaba haber leido en una de las publicaciones para turistas a la venta en todas las librerias de Friburgo a Stuttgart que por alli habia mas de veinte kilometros de senderos para excursionistas: un autentico laberinto, teniendo en cuenta las actuales condiciones atmosfericas. Por no hablar de que, con aquella oscuridad y con los copos de nieve cayendo densos, parecia que estuviesen caminando por una landa remota de Alaska mas que por un paraiso de amenos paseos en el corazon de Alemania. Para hacer honor a la verdad, aquella zona no era ni siquiera competencia suya, pero los colegas de Friburgo, ya bajo minimos debido a las vacaciones, habian quedado aislados por la nevada y le habia tocado a el bailar con la mas fea. La llamada habia llegado cuando se encontraba a medio camino entre Baden Baden y Offenburg, donde vivia su hermana Adelmute. Como cada ano, se dirigia a su casa para pasar las fiestas. Sus superiores no tenian la mas minima duda de que aceptaria: Fischer no estaba casado ni tenia hijos, asi que el espiritu navideno no lo contagiaba y no tenia ningun problema en trabajar ni siquiera en Nochebuena. --Jurgen, hay que hacer una comprobacion de rutina. Y, visto que vas de camino a Offenburg, eres el que mas cerca esta... Te acompanara un guia experto para que no te pierdas en el bosque. Aunque no se habia podido negar, comenzaba ya a arrepentirse. La tormenta de nieve no daba senales de amainar y el rastro luminoso que habia dejado en el cielo la bengala que habia desencadenado todo aquello hacia ya un rato que se habia extinguido. Por suerte, Berger y los muchachos del rescate de montana habian tenido tiempo de calcular con cierta aproximacion el punto exacto desde el que se habia disparado aquel haz, y ahora Fischer y el guia se dirigian hacia alli. No sabian que les esperaba. Podia tratarse de cualquier cosa: una indisposicion, en cuyo caso Conrad se encargaria de estabilizar al paciente gracias a su cualificacion, a la espera del rescate. Si, en cambio, habia sucedido algo mas, bueno, Fischer estaba alli, con su placa y su pistola, precisamente para eso... Disparar una bengala de socorro, del tipo usado en el mar por las embarcaciones en dificultades, era una practica bastante comun en aquella zona para situaciones de emergencia. Por ejemplo, si las lineas telefonicas no funcionaban o, lo que era mas realista, si los habitantes de las cabanas esparcidas por el bosque no tenian siquiera telefono. Varias familias vivian en el corazon salvaje de la Selva Negra y quizas en aquel momento alguna estaba en apuros. Los dos hombres avanzaban despacio entre los troncos de altos arboles y un manto blanco que no dejaba de engordar. El guia llevaba en la mano derecha una brujula y buscaba el mejor recorrido para llegar al punto calculado. En la izquierda empunaba una linternita con la que iluminaba la nieve ante ellos. Estaban siguiendo lo que, en condiciones normales, debia de ser un sendero de tierra, pero que, en aquella situacion, era un trayecto arduo. Fischer se pregunto si estarian, de verdad, avanzando en la direccion correcta. Y a la busqueda... ?de que? No estaba claro. Habian transcurrido ya cuatro horas desde la senal de socorro, una eternidad si quien habia pedido ayuda estaba en peligro de muerte... Tras otras dos horas de esfuerzo, llegaron por fin a su destino. Berger echo un vistazo rapido y se volvio asustado hacia el comisario senalando algo ante el. La debil luz de su linterna ilumino una mancha roja en la nieve. A primera vista, parecia un animal herido. En la Selva Negra eran frecuentes escenas asi: cazadores y cazados empenados en la eterna lucha por la supervivencia. Podia tratarse de un ciervo o de un corzo atacado por lobos. Fischer se acerco otro paso: la victima no tenia ni patas ni pezunas, sino un par de robustas botas con suela antideslizante. La nieve dejo de caer de pronto. Solo entonces el policia se dio cuenta del gran silencio piadoso que lo rodeaba. Ante sus ojos se abria un pequeno claro delimitado por la espesura del bosque, un circulo perfecto en medio de los abetos. En el centro del escenario, aquel inquietante charco rojo. El guia encendio los focos que llevaba en la mochila, y entonces Fischer pudo ver aquel horror que seria incapaz de olvidar durante el resto de su vida... 1 Ginebra (Suiza), actualidad Rebecca Stark observaba fascinada el chorro de agua que se alzaba potente hacia el cielo desde el centro del lago Leman. Aquella manana de finales de abril era como si estuviese viviendo un sueno: un jet privado habia volado expresamente a Londres para llevarla a la cita. Habia embarcado en el London City Airport bajo la lluvia y desembarcado en Suiza, donde la habia recibido un templado dia de sol. Ahora estaba sentada en un sillon de diseno, en un lujoso despacho de grandes ventanales. Frente a ella, al otro lado de un escritorio con la superficie de cristal, se encontraba Grigori Ivanov, un magnate ruso del petroleo al que habia conocido hacia casi un ano, cuando lo habia tenido como paciente. Ivanov era un hombre alto y elegante, de unos sesenta anos, con ojos grises y el cabello del mismo color, muy corto. Llevaba un traje oscuro sin corbata y un reloj de oro, adquirido, casi seguro, en una de las muchas joyerias de la ciudad. Mientras lo escuchaba, Rebecca habia vuelto a las semanas --ocho en total-- durante las que su interlocutor habia estado a su cuidado. Entonces, el ruso no habia mostrado ni rastro de la seguridad y la determinacion de la que hacia gala ahora. Cuando lo habia conocido en su consulta de Kensington, se habia encontrado con un hombre de rostro demacrado, mirada huidiza y expresion apagada, fisicamente debilitado por las malas costumbres. Solo en aquel momento se dio cuenta Rebecca de que Ivanov le habia hecho una pregunta. --?Perdone? --He dicho que se estara planteando el por que he querido verla con tanta urgencia... La mujer no respondio. Se limito a inclinar levemente la cabeza. --Como sabe, soy muy rico y presumo de ser tambien un discreto hombre de negocios. Pero, para lo que tengo en mente, no pienso en los beneficios. Al menos, no en los inmediatos, porque todo se hace por interes propio, ?verdad? Sere directo, doctora: quiero que proporcione a otros la ayuda que me presto a mi. Mi deseo es que su metodo beneficie y cure a todas las personas posibles, a cambio de una compensacion justa, por supuesto. Rebecca lo miro interrogativa, como un jugador de ajedrez observaria a su contrincante en espera de su siguiente movimiento. --Le estoy proponiendo que trabaje para mi. ?Le interesa? Ella volvio a mirarlo desafiante, aunque en el fondo admirada. ?Podia fiarse de el? Segun el historial medico que ella misma habia redactado, si: estaba perfectamente curado. Hacia ya ocho meses que no se producian recaidas y, a ojos vista, el magnate era el vivo retrato de la salud. Por desgracia, y tambien esto lo habia aprendido con los anos, a menudo las apariencias enganan. Especialmente en el caso de enfermedades como las que ella trataba en su consulta, en las que los pacientes se convierten en habiles impostores y hacen de la mentira un arte para ocultar su perturbacion a los demas. Ivanov se puso en pie y Rebecca sintio que debia hacer lo mismo. Se acercaron al resplandeciente ventanal calentado por los rayos de sol. --Su metodo es fantastico, doctora. !Usted es fantastica! Por eso he decidido invertir. Rebecca no sabia si sentirse halagada o asustada.

  • Un misterio en Italia de Santa Montefiore

    https://gigalibros.com/un-misterio-en-italia.html

    Despues de su divorcio, Gianluca abandona Londres y se traslada al palazzo Montelimone en Amalfi, nueva residencia de sus padres. Pero la antigua mansion encierra un profundo misterio entre sus muros. Varias decadas atras, un marques que vivia alli mato su amante al descubrir que le era infiel, lo que inicio una guerra entre familias. Al parecer los fantasmas de los muertos siguen merodeando por los aposentos. En el pueblo Gianluca conoce a una inquietante mujer de mirada triste que siempre viste de negro a la que continuamente acompana un nino. Fascinado por aquella dama, siente que sus problemas se esfuman al tiempo que descubre que el tambien posee un poderoso y misterioso don. Mientras su sumerge cada vez mas hondo en los antiguos misterios del palazzo, corre el riesgo de enfrentarse a su temor mas profundo: volver a caer en las redes del amor.

  • Nyxia (La triada de Nyxia) de Scott Reintgen

    https://gigalibros.com/nyxia-la-triada-de-nyxia.html

    Emmett Atwater emprende un viaje en el cual no solo dejara su hogar, sino que tambien abandonara la Tierra. El y otros nueve adolescentes son reclutados por Babel, una poderosa corporacion que los conduce hasta un planeta llamado EDEN. Alli, deberan extraer una volatil y extrana sustancia de un valor incalculable, conocida como NYXIA. La recompensa es una cifra millonaria con la que Emmett pretende cuidar de su familia el resto de su vida. Sin embargo, el dificultoso viaje hasta ese planeta demorara un ano y durante ese tiempo, los elegidos tendran que someterse a un durisimo entrenamiento del que solo seran elegidos ocho, y la competencia sera despiadada.Pero la nave de BABEL esta llena de secretos y a medida que Emmett va descubriendo la verdad, se dara cuenta de que no esta luchando por riqueza ni por gloria, como pensaba, sino para salvar su vida.La primera parte de La Triada de Nyxia es un desbordante viaje espacial con un ritmo que dejara al lector sin aliento.