• libro zona peligrosa - James Grippando

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  • ZONA PELIGROSA (SERIE JACK REACHER 1) | LEE CHILD

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  • Zona peligrosa, de Lee Child - Serie Negra

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  • Zona peligrosa - Libro de Lee Child - Lecturalia

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  • Zona peligrosa - RBA Libros

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    5 mar 2015 — LA PRIMERA NOVELA PROTAGONIZADA POR JACK REACHER ES UNA PODEROSA MUESTRA DE TALENTO DE LEE CHILD PARA NARRAR HISTORIAS QUE ATRAPAN DESDE LA ...

  • Zona peligrosa - RBA Libros

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    11 ene 2019 — LA PRIMERA NOVELA DEL PERSONAJE MÁS CARISMÁTICO DEL THRILLER. Jack Reacher solo está de paso por Margrave, Georgia, pero en menos de una ...

  • Zona peligrosa - Lee Child -5% en libros | FNAC

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  • ZONA PELIGROSA. Jack Reacher 1 - CHILD LEE

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    Información del libro · GéneroNovela negra, intriga, terror · EditorialRBA · Año de edición2015 · ISBN9788490065150 · Idioma Español.

  • Zona peligrosa (novela) - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Zona_peligrosa_(novela)

    Es el primer libro donde aparece el personaje emblemático del autor: Jack Reacher. Índice. 1 Resumen; 2 Premios; 3 ...

  • Loca por El Senor Equivocado de Virna Depaul

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    Era dificil fingir desinteres en una conversacion cuando la persona en mencion era un hombre con el que habia fantaseado por muchos anos. Aun asi, Bryn Donovon estaba haciendo unicamente eso. Vamos, Bryn, se honesta--, Tamara Logan la animo mientras agitaba un tenedor lleno de ensalada con su mano. -- No hay manera que puedas encarar a Daniel Mays en el tribunal cada semana y no quieras tener sexo con el. Eres mujer, tienes ojos y el es guapisimo. !Completo la carrera Ironman en los primeros cinco puestos, por el amor de Dios! Bryn resoplo, bebio un sorbo de su botella de agua, luego se encogio de hombros. -- ?Acaso el triatlon anadio una nueva categoria para: Los Cabezotas Mas Grandes, quizas? -- Bueno, eso estuvo bueno. Su comentario no revelo ni el deseo ni la tristeza que invadieron su cuerpo en el segundo que Tamara menciono el nombre de Daniel. Tam rio, haciendo que sus aretes tipo candelabro sonaran. -- Seguro que lo hicieron, solo que los jueces no estaban midiendo la cabeza sobre su cintura. El califico porque tenia el mas enorme... Levantado las manos para taparse los oidos, Bryn gimio. -- Por favor. Ahorrame los crudos detalles. -- Desafortunadamente, tendre que hacerlo. -- Toda la cara de Tam se iluminaba cuando sonreia, sus ojos brillaban y se formaban hoyuelos en sus mejillas, haciendo imposible no devolverle la sonrisa. Aunque su amistad era relativamente nueva, almorzar con Tam se habia convertido en el momento mas importante del dia para Bryn. -- De lo que de verdad me arrepiento es de no haber podido ver nunca a ese hombre desnudo, -- dijo Tam, moviendo su tenedor otra vez. --Al menos se de primera mano que es un gran besador. Ante las palabras de Tam, Bryn lucho por mantener su semblante sin expresion. Tam habia salido con Daniel una o dos veces, pero Bryn era la que se veia atormentada por suenos recurrentes acerca de el. En el sueno de anoche, ellos habian estado haciendo mucho mas que besarse. Su cabello negro habia estado revoloteando contra la parte interior de sus muslos y su lengua le habia estado haciendo cosas deliciosas a su… Ella respiro temblorosa. Incluso ahora, el recuerdo de su estado de acaloramiento y excitacion cuando se habia despertado, la enfurecia. Tambien, la confundia. Habia muchos hombres atractivos en el mundo, pero solo Daniel Mays plagaba sus suenos, al igual que sus horas despierta. Con el pelo rubio castano, ojos verdes y un leve hoyuelo en la barbilla, el hombre era innegablemente guapo. Su cuerpo ancho, alto y delgado se cernia sobre la delgada figura de Bryn de un metro sesenta, una sonrisa agradable, un leve acento sureno y un genuino encanto laconico, lo habian convertido en tema de conversacion del personal femenino del tribunal. El record de citas de Daniel y su habilidad para continuar siendo amigos con la mayoria de sus exs, mostraba que el apreciaba las diferencias unicas de cada una de sus admiradoras y las trataba bien. En los dos anos que ella habia estado entrando y saliendo de los tribunales, el habia salido con diversas mujeres: una escultural rubia del departamento de Investigacion, una pequena y delgada reportera asiatica del tribunal y por supuesto, Tam, una de las integrantes del staff de abogados del tribunal. El no parecia tener un tipo especifico de mujer, mas bien, disfrutaba de la compania de distintas mujeres inteligentes, atractivas y complicadas. Sin embargo ninguna de ellas parecia mantenerlo interesado por mucho tiempo. Y a pesar de su buen aspecto, su buen caracter y su obvio encanto, Daniel Mays defendia criminales para ganarse la vida. Este hecho deberia haber aplastado su atraccion hace mucho tiempo. Pero no habia sido asi en absoluto. Al darse cuenta que Tam estaba mirandola, Bryn lucho para recordar lo que habian estado hablando. Ah, si. La habilidad de Daniel con los besos. -- No es de sorprenderse que sea un buen besador, -- murmuro Bryn. -- Ha practicado lo suficiente. -- Es un Don Juan, -- admitio Tam, -- pero es soltero… ?quien puede culparlo? No es dificil para el. Y su practica ha dado resultado. Lo que ese hombre puede hacer con su lengua, es un milagro de la naturaleza. Vance es la excepcion, por supuesto, pero besar a Daniel Mays es mas erotico que tener sexo con casi cualquier hombre. !Y es mucho mas probable que haga a una mujer acabar! Bryn tiro el resto de su sandwich en la bolsa de papel y lo aplasto haciendolo una bola. -- Si, bueno, no lo sabria y no quisiera saberlo. La unica cosa que es menos atractiva para mi que besar a Mays, es lo que hace para ganarse la vida. -- Y el obviamente sabia como ella se sentia. Al principio, habia sido amable. Curioso acerca de ella. Cuando ella no le correspondio, el ceso todos los esfuerzos para llegar a conocerla mejor. Era cortes, pero eso era todo. Los abogados defensores no son monstruos, -- dijo Tam suavemente. Bryn hizo una mueca. Ella extendio la mano para tocar la mano de Tam pero la retiro antes de que hicieran contacto. -- Lo siento. No debo generalizar. Hay varios abogados defensores que me gustan y respeto. Especialmente Vance. Pero Mays es demasiado… demasiado… -- ?Demasiado perturbador? -- Tam sonrio deliberadamente. Demasiado, penso Bryn. Ciertamente la distraia de lo que era lo mas importante... hacer justicia a las victimas de la delincuencia: el mismo tipo de justicia que le habia sido negada a su hermana. Suspirando, se puso de pie. -- Informal. Es un tanto demasiado informal acerca de lo que hace. Pero no hablemos de el. ?Como te sientes? Tam tambien se puso de pie, gimiendo mientras lo hacia. La redondeada protuberancia de su estomago la hacia parecer como si se hubiera tragado una pelota de baloncesto. -- Excepto por los dolores de espalda y la constante necesidad de orinar, todo es color de rosa. Juro que este bebe solo disfruta dos cosas... zapatear en mi columna y descansar en mi vejiga. Bryn tiro su basura y camino hacia la oficina principal, pero se detuvo en la entrada. Miro a Tam, quien se detuvo un paso atras de ella. -- Asi que, -- Bryn comenzo forzando un tono casual, -- estaba pensando sobre tu oferta de presentarme con el hermano de Vance. Se que no estaba tan interesada antes acerca de la idea, pero ?sabes si hara algo el proximo viernes? Porque… bueno… -- La fiesta de compromiso de tu hermana es la semana que viene ?y de repente estas desesperada por un hombre para poner barreras entre tu y tu madre? -- Algo asi, -- Acepto Bryn. -- Solo que no quiero oir la misma vieja cancion acerca de ser una adicta al trabajo que va a morir como una vieja amargada con muchos gatos y que rompe el corazon de su madre. Quien sabe, si Thad esta disponible y el... Alguien aclaro su garganta. Ella se sobresalto y giro. Daniel Mays. Estaba apoyado en el gabinete del archivo, sus brazos cruzados sobre el pecho. Como siempre, el pulso de ella se acelero. Esta vez, ademas de la intensa sensacion pulsatil en sus venas, su boca se seco y la mortificacion formo un bulto irregular en su garganta. Era posible que las hubiera escuchado hablando de el, y era lo bastante listo para saber lo que habia detras de sus palabras... un deseo no deseado. Hacia el. * * * Justo despues del mediodia, Daniel entro a la oficina del staff de abogados, sintio una placentera sorpresa al escuchar la voz de Tam que provenia de una habitacion trasera. Generalmente Tam pasaba su hora del almuerzo con su marido, Vance, socio y mejor amigo de Daniel y el mismo idiota con suerte que habia atrapado a Tam poco despues de que Daniel la hubiera invitado a salir. Daniel no podia estar mas feliz por ellos. Vance era como un hermano y Tam estaba convirtiendose rapidamente en una hermana. Una hermana que el habia besado, y por lo que a menudo se burlaba de Vance. Riendose entre dientes, el empezo a caminar hacia el lugar de donde provenia su voz, cuando de repente se dio cuenta de que se trataba la conversacion. Divertido, halagado y pensando una vez mas que Vance era un tipo con suerte, Daniel se dio la vuelta para irse. Pero entonces oyo que Tam se refirio a su companera por su nombre y se detuvo en seco. ?Bryn Donovon, la estirada fiscal que no se anda con tonterias, apodada acertadamente “Magistrada” por la comunidad legal? Ni siquiera se habia dado cuenta de que Tam conocia a Bryn, y mucho menos que fuera su amiga. ?Y, aparentemente, eran suficientemente buenas amigas para hablar sobre hombres? ?Y de fantasias? ?Y de el? El deberia irse. Realmente deberia. Dos mujeres hablando sobre hombres, sexo y sobre el, no era una conversacion que el debiera estar espiando. Pero, despues de la derrota en el tribunal esta manana, podria utilizar eso para subir su ego. Cuando Tam menciono el triatlon Ironman, Daniel hizo una mueca. Huh. No era la elevacion de ego que el habia estado esperando. Ese triatlon casi lo habia matado. Fruncio el ceno ante la respuesta de Bryn, sorprendido a pesar de si mismo. No eran amigos, pero ciertamente no habia hecho nada para merecer tanto desden. Y su reputacion con las damas era muy... exagerada. Ella, mejor que nadie, deberia entender el concepto de ser inocente hasta que se demuestre lo contrario. Aparto cualquier sentimiento de culpa que hubiera estado albergando por escuchar a escondidas. El solo habia venido al percibir un movimiento. Si ambas mujeres no habian tenido el suficiente tino de cerrar la puerta cuando charlaban, no era su culpa. -- Por favor, -- oyo decir a Bryn. -- Ahorrame los desagradables detalles. Daniel aspiro profundamente ?Desagradables? Su molestia se intensificaba con cada palabra que Bryn Donovon pronunciaba. Cuando ella despectivamente rechazo su profesion y expreso desinteres por sus proezas sexuales, Daniel tuvo el loco deseo de interrumpir su conversacion y besarla hasta llevarla al orgasmo, solo para demostrarle que estaba equivocada. Vaya. ?Besar a Bryn Donovon? Ese era ciertamente, un insolito pensamiento. Si era presionado, el tendria que describirla como una persona comun y ordinaria, a lo mucho. Cabello oscuro, delgada, postura impecable, ropa simple. Inofensiva pero nada digno de mencion. Ciertamente no llamativa y nada que indicara que tuviera una personalidad divertida o calida. Daniel no necesitaba que fuera llamativa, pero si necesitaba que fuera divertida y calida. Habia algo que agregar, que sin dudas ella tenia agallas. Y Bryn tenia agallas. Definitivamente, tenia agallas. De repente, no podia lograr quitarse de la cabeza la idea de besarla. ?Tenia la impresion incorrecta de ella? ?O era simplemente que tenia demasiado trabajo? ?Habia pensado en ella como un adversario profesional tanto tiempo, que habia distorsionado sus percepciones? Daniel se encogio de hombros y sonrio. No habia mejor momento que el presente para averiguarlo. Cruzo sus brazos sobre el pecho, se inclino contra un archivador y espero a que las mujeres salieran hacia el pasillo. Cuando ellas se detuvieron en la puerta charlando, se impaciento y aclaro su garganta, llamando la atencion de Bryn hacia el. Cuando ella giro y lo vio, el debio haber estado contento por su nerviosa reaccion. En cambio, tuvo que controlar su propia reaccion inesperada. Mientras su rostro se enrojecia y se ampliaban sus ojos, Daniel se dio cuenta por primera vez... ?como era posible?… que sus ojos eran mucho mas que comunes y ordinarios. Eran de un calido color marron dorado bordeados por pestanas oscuras que complementaban su forma ligeramente exotica. Trato de no hacerlo, pero su mirada recorrio su figura de arriba a abajo. !Que idiota habia sido! Bryn era guapisima. Su brillante cabello era como el ebano sin una pizca de rizos. La tentadora curva de sus pantorrillas por encima de sus zapatos negros de siempre. La plenitud de su labio inferior que ahora mismo castigaba con sus blancos y rectos dientes. Y sus ojos. Ohh, sus ojos. Imagino esos ojos dorados deslumbrados con placer, placer que el podria darle de muchas maneras. Verbalmente. Fisicamente. Acostada. De pie. Suave y lento. Luego duro. Y luego incluso mas duro. Como si ella pudiera leer su mente, se sonrojo pero no dijo nada. Tam sonrio a Daniel sobre el hombro de Bryn. Era alta y llevando tacones altos a pesar de la sandia en su estomago, se elevo sobre la pequena figura de Bryn. Ella saludo con sus dedos de una manera alegre. -- Bueno, hola guapo. Justo estabamos hablando de ti. Bryn parecia a punto de estrangular a Tam con sus propias manos. En cambio, inclino su barbilla y paso por delante de Daniel. O mejor dicho, lo intento. Daniel bloqueo la salida. A pesar de la excitacion que lo recorria, se trago las ganas de reir. -- ?De verdad? Parecia que hablaban de conseguir que Thad llevara a Bryn a una fiesta de compromiso. -- Dio una mirada de reojo a Bryn. -- Pero yo conozco al hombre desde hace muchos anos y aunque no esta en una relacion exclusiva en este momento… -- Vio que los ojos de Tam se ensanchaban y entrecerro los suyos un tanto. Inmediatamente, ella apreto los labios para reprimir una sonrisa. --… No estoy seguro de como se sentiria al ser utilizado como un... veamos, ?como deberiamos llamarlo?… una distraccion. Aunque, no puedo decir que te culpo. Yo tambien tengo una madre eternamente optimista. Los ojos de Bryn parpadearon, indicando que a pesar de sus mejores intentos, el estaba empezando a gustarle.

  • La huida (John Puller 3) de David Baldacci

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    Despues de Dia cero y Los olvidados, llega el mejor Baldacci con su tercer thriller protagonizado por John Puller, su heroe mas emblematico, ante la mision mas dificil de su carrera.

  • Una manana en el Tamesis de Diaz De Tuesta

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    Una manana en el Tamesis
    Libro 1o de la serie UN DIA EN EL TAMESIS
    James Keeling, duque de Gysforth, ha hecho una apuesta con sus amigos, en Brooks’s: dara un paseo matinal en barca por el Tamesis con una dama totalmente desconocida, alguien a quien no haya visto jamas, y con la que no haya hablado nunca. Algo que parece imposible de cumplir hasta que, durante una partida de cartas, coincide con un muchacho consumido por el ansia del juego, el nuevo y flamante conde de Saxonshare.
    Lady Bethany Howland, hija del antiguo conde de Saxonshare, sabe que esta abocada a la ruina mas completa. Su primo y tutor esta dilapidando la fortuna familiar con su enfermiza aficion al juego y la mala vida, y ella no tiene modo de impedirlo. Atrapada por los convencionalismos de la sociedad en la que vive, su unica ilusion es el romantico enamoramiento que siente por el duque de Gysforth, al que solo ha visto de lejos.
    El hombre que, una manana en el Tamesis, le rompera el corazon.

  • ?Que quieres de mi?, Mary Orvay de Mary Orvay

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  • Cicatriz (Narrativas hispanicas) de Sara Mesa

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    Ahi esta, dice el. Senala el edificio mas alto de la avenida, un bloque de dieciseis plantas viejo y rojizo, con desproporcionados alerones y pequenas ventanas que espejean bajo el sol. Se detienen en la acera de enfrente y alzan la cabeza para mirarlo. Junto a las senales del abandono --cristales rotos, persianas descabalgadas, antiguos anuncios de alquiler--, se distinguen carteles de oficinas aun en funcionamiento: un bufete de abogados, dos auditorias, dos asesorias fiscales, una academia de idiomas. Como te dije. Esta casi vacio, murmura. Ella asiente en silencio. Cruzan la calle. El interior es oscuro y esta recalentado. En el vestibulo flota una especie de polvo en suspension que les hace carraspear. El color del enlosado palidece en el centro, donde debido al uso ha perdido el brillo. Tras su mostrador de madera, el portero no les pregunta adonde se dirigen. Los observa inmutable, masculla un saludo y enseguida vuelve a bajar los ojos hacia un folleto de publicidad que escruta con detalle. La pareja se monta en uno de los ascensores y pulsa el boton de la ultima planta. Ella mira hacia el suelo y los lados; el, casi inmovil, la mira de frente. El ascensor chirria y traquetea como un viejo montacargas. Se concentran en el chisporroteo del fluorescente del techo, que se enciende y apaga intermitentemente. El indicativo luminoso esta fundido; no pueden saber por donde van hasta la brusca sacudida final. Salen a un distribuidor sin luz. Huele a humedad; en las esquinas se acumulan los residuos. Un tramo mas de escaleras conduce a una azotea a la que no puede accederse en ascensor. La pareja sube con lentitud; el va delante, abriendo camino. Una ventana con los cristales casi opacos por la mugre vierte algo de claridad en el ultimo espacio, un cuadrado de cuatro por cuatro metros por donde no ha pasado nadie en mucho tiempo. Enfrentan sus miradas, se observan de arriba abajo. Ella lleva una falda negra de seda, una sencilla camiseta verde y unas sandalias del mismo tono. El viste un pantalon de lino, polo de manga corta, una americana tambien de lino, zapatos de piel con la puntera levemente estrecha. Hace mucho calor; los dos estan sudando. Sonrien azorados. El le entrega una bolsa. Ella la coge, mete la mano y saca una camiseta estampada en tonos grises y azules. Titubea, dandole vueltas a la prenda entre los dedos. Luego, con rapidez, se quita su camiseta y se pone la que el acaba de darle. Tarda tan solo unos instantes, lo suficiente como para que el otee su torso desnudo, el sofisticado sujetador de encaje negro. Mueve un poco la mano hacia su cuerpo, sin llegar a rozarla. ?Como la ves?, pregunta ella. Bien. Te queda muy bien. Vuelven a sonreir. El se aproxima, la besa en la boca. Ella se deja, con los brazos caidos y la espalda ligeramente arqueada hacia atras. El la toma por la cintura. Ella continua sin moverse, sin corresponder. La suelta.

  • Respirame de Laura Rocca

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    Freya no cree en el amor, el matrimonio ficticio de sus padres devasto todas sus expectativas en cuanto a los sentimientos.
    Solo hay dos cosas que le alegran la vida: Chase y un libro antiguo: <>.
    Chase es muy agraciado, siempre sonrie y dice la verdad en todo momento, pero es demasiado para ella: inaccesible.
    Pero al destino le gusta jugar y cambiar las tornas.
    Cuando Freya se ve al lado de Chase, comete un unico gran pecado: se permite ser feliz, se deja llevar por el amor.
    Chase es muy deseado, por lo que esto provocara la envidia de quienes la rodean. De la noche a la manana, la vida de Freya se convertira en un infierno, los amigos le daran la espalda y no dejaran pasar la ocasion de senalarla con el dedo.

  • Amigos y algo mas (Seleccion RNR), Ana Alvarez de Ana Alvarez

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  • Indomables de Mercedes Santos

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    Intrigas, enganos y desencuentros en tiempos de guerra.

  • A traves de susurros de Sonia Lopez Souto

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    Ella es preciosa.
    Ella es perfecta.
    Un sueno hecho realidad.
    Mis dedos arden por tocarla.
    Por descubrir si es real.
    Esta vez no puedo equivocarme.
    Ella es mi presente, mi futuro, mi fin ultimo.
    Ella es mia.

  • Lo que sembramos de Regina Porter

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    Iluminando mas de seis decadas de cambios radicales, desde la lucha por los derechos civiles y el caos de Vietnam hasta el primer ano de Obama como presidente, las familias de James, un exitoso abogado de origen irlandes, y Agnes, una hermosa mujer afroamericana que vive en el Bronx, se uniran de manera inesperada, intima y profundamente humana.
    Con un penetrante humor, dialogos cargados de autenticidad y un dominio narrativo que te transporta a cada uno de los lugares y epocas descritos, el debut de Regina Porter es a la vez un retrato familiar intimo y una exploracion brillante de como la raza, el genero y la clase chocan en la America moderna.

  • Circulos cerrados (Mistery Plus), Viveca Sten de Viveca Sten

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  • Perfil asesino (Andanzas 3) de John Connolly

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    El hallazgo fortuito de una fosa comun, a orillas de un lago en el norte de Maine, pone al descubierto un espeluznante asesinato en masa cometido hace mas de treinta anos. Todos los miembros de una comunidad religiosa, los Baptistas de Aroostook, desaparecieron sin dejar rastro en 1964, y, ahora que sus cadaveres han vuelto al presente como una muda acusacion, alguien parece muy interesado en que el misterio quede sin resolver. Pero el pasado regresa con inusitada brutalidad. La primera victima es Grace Peltier, una estudiante que, al investigar sobre el fanatismo religioso en el estado de Maine, ha ahondado en la vida y el enigmatico final de la comunidad de Aroostook. En apariencia, Grace se ha suicidado, pero hay indicios de asesinato mas que suficientes para que la familia solicite la intervencion del detective Charlie Parker, <>.

  • La carrera espacial de Ricardo Artola

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    Este libro narra la historia de la “carrera espacial”, es decir, de la competencia entre Estados Unidos y la Union Sovietica en el contexto de la Guerra Fria por mostrar al mundo la superioridad de sus respectivos modelos de sociedad a traves de los logros en el campo de la astronautica. Todo ello tuvo lugar entre el 4 de octubre de 1957, con la puesta en orbita del primer satelite artificial de la historia (“Sputnik 1”), y el 20 de julio de 1969, con la llegada a la Luna de los primeros seres humanos a bordo de “Apollo 11”. Ricardo Artola, autor de los libros dedicados a las dos Guerras Mundiales publicados en esta coleccion, traza un relato completo de la trepidante actividad desarrollada por las dos superpotencias en aquellos anos, desde la sorprendente ventaja inicial de la URSS, hasta el abrumador triunfo norteamericano, en lo que constituye, en definitiva, un relato exhaustivo y lleno de fuerza para entender los origenes de la era espacial.

  • Una chica en invierno de Philip Larkin

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    Katherine es una joven refugiada que trabaja como bibliotecaria en una gris ciudad inglesa. Hastiada de su trabajo y de la vida en general, lo unico que le hace mantener la esperanza es la perspectiva de un reencuentro con el que fue su primer amor. Asi, en las horas previas a su cita, Katherine revivira las idilicas vacaciones que supusieron para ella la perdida de la inocencia y el paso a la edad adulta. Ahora Robin, el protagonista de aquel crucial verano, tan glorioso como mortificante, tan radiante como precozmente crepuscular, podria poner fin a su monotona vida y arrancarla para siempre de las garras de la frustracion.

  • Decidida a matar de John Nicholl

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    Los cazadores se convierten en presa

  • Silbidos de supresion de Marcos Nieto Pallares

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    Una vida marcada por el Holocausto. Una juventud malograda por el Tercer Reich. Un relato que transita por el gueto de Varsovia y el campo de concentracion de Auschwitz, hasta alcanzar el presente. Una venganza sin cumplir heredada setenta y tres anos tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Un plan perpetrado desde el odio con un unico fin: saldar cuentas con aquellos que pretendieron aniquilarlos.

  • El bosque de tu nombre de Karina Pacheco

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    En medio de una crisis personal, Ariel, medico ancado en Londres, relee uno de sus antiguos cuadernos infantiles. Entre dibujos y garabatos, descubre un texto inquietante: su padre, un exiliado guatemalteco que acaba de morir, conesa su participacion en un ajuste de cuentas sucedido cuatro decadas atras, por el asesinato de una mujer de la que nunca oyo hablar.

  • Abrazame (En tus brazos 2) de Noe Casado

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    ANTES no era preciso que sonara el despertador para ponerse en funcionamiento cada manana, su insomnio cronico la ayudaba a estar despierta con la antelacion necesaria para arreglarse antes de empezar una de sus largas jornadas laborales. Una rutina bien organizada en la que mantenerse evitando altibajos de cualquier tipo y que hasta no hacia mucho funcionaba a la perfeccion. Pero ahora se le antojaba dificil como poco, pues, cuando oia el odioso <> de su alarma, solo sentia deseos de acurrucarse bajo las sabanas y en buena compania. La buena compania en esos instantes dormia placidamente a su espalda, rodeandola por la cintura, por lo que las ganas de ser responsable se diluian en el acto. Extendio el brazo y apago la maldita alarma. Nicole se movio hasta quedar boca arriba y hacer una mueca. Tantos anos de responsabilidad al garete. Sonrio. ?Quien hubiera pensado que la chica mas responsable del planeta ahora queria hacer novillos? No obstante, algo siempre queda; asi que, dandole un beso suave en el hombro a su grunon y pervertido particular, se levanto de la cama dispuesta a ocuparse de unos cuantos asuntos pendientes. La vida glamurosa que se le presuponia a la novia de un exfutbolista famoso no lo era todo, y ahora tenia que ocuparse del cierre definitivo del bufete. No era plato de buen gusto dar carpetazo a aquella empresa, especialmente tras tantos anos de dedicacion, pero las circunstancias asi lo exigian. Su exsocio ahora, quien lo diria, ya no era el adicto al trabajo de antano y habia montado un despacho propio, lo que la dejaba a ella como unica responsable, hecho que le robaria demasiado tiempo y, tras el cambio experimentado en su vida, no queria pasar tantas horas encerrada en un despacho, marchitandose. Nicole, la chica otrora eficiente y profesional, miro por ultima vez la cama y suspiro mientras dudaba entre apartar la sabana y despertar a la fiera o darse una ducha, fria, antes de ir a trabajar. Se mordio el labio mientras se lo comia con los ojos, pero al final opto por acudir a su cita. La esperaban en el despacho y no podia llegar tarde, no al menos cuando se trataba de un cliente importante. Si ya el estado de la oficina daba que pensar, pues su funcionamiento distaba mucho del de otra epoca, encima no podia permitirse el lujo de no estar presente, por mucha tentacion que en forma de novio pervertido la provocara. <>, penso entrando en el cuarto de bano. Programo el termostato de la cabina de ducha y se metio bajo el chorro; necesitaba refrescarse y parecer una mujer seria y decente, nada que ver con la ligerita de cascos que la noche anterior habia sudado y gemido entre las sabanas como una descarriada. Tras el aseo y con cuidado de no despertar a Max, se metio en el vestidor y saco uno de sus trajes sastre, uno gris marengo entallado de esos de aspecto pulcro y profesional que el odiaba pero que le permitia conservar por eso de jugar a la bibliotecaria cachondona, aunque Nicole preferia usarlos solo en el ambito laboral. Tras un ligero maquillaje y con los zapatos de medio tacon en la mano, salio del dormitorio en direccion a su estudio para recoger los documentos que precisaba en la reunion. Que tuviera pensamientos excitantes no significaba desatender sus obligaciones. Miro la hora y apenas le dio tiempo para un cafe rapido, pese a que la cocinera, sin pedirselo si quiera, ya tenia el desayuno preparado. --Senorita Sanders, que esta en los huesos… --protesto la mujer cuando la vio salir sin probar ni una sola de las tostadas. Nicole se dirigio escopetada hacia su Audi y arranco como alma que lleva el diablo para llegar cuanto antes a su oficina. Cuando acabara sus obligaciones ya se ocuparia de tomarse un tentempie. Aparco en la plaza de garaje reservada en el edificio comercial y, con su portafolio bajo el brazo, subio hasta su despacho. Cuando iba a introducir la llave en la cerradura se dio cuenta de que la puerta estaba entornada y eso no era normal. Ahora ya no disponia de secretaria, y a esas horas el servicio de limpieza jamas trabajaba; por lo tanto, habia algun intruso dentro. --Maldita sea… --farfullo a caballo entre asomar la cabeza y comprobar quien podia haberse colado y para que o bien, lo mas sensato, llamar a la policia y que hiciera su trabajo. Oyo un ruido, un golpe de algo cayendo al suelo, y se sobresalto. --!Joder! --oyo alarmandose aun mas. ?Habia pillado a los ladrones in fraganti? Por si acaso, saco su movil y marco el telefono de la policia para estar preparada en caso de emergencia. Despues del incidente con ese malnacido que ni queria nombrar, empezaba a ser respetada en la comisaria. Bueno, por eso, y por tener a un ex con uniforme, que siempre venia bien. --!Joder, vaya puta mierda de caja! <>, penso Nicole cuando de nuevo se oyo un fuerte golpe. Como le pudo la impaciencia, entorno la puerta y entro. --!Deje eso ahora mismo en su sitio! --grito a pleno pulmon. Puede que una mujer indefensa tuviera las de perder, pero irritando timpanos hubiera ganado una medalla. Un tipo de espaldas a ella, vestido con vaqueros desgastados, sudadera deportiva y con una caja de carton en las manos y otra a los pies con su contenido desparramado, se giro despacio para no enervar mas a la histerica que le habia chillado. El intruso se dio la vuelta lentamente hasta quedar frente a ella y la miro achicando los ojos. Nicole abrio los ojos como platos y su bolso, que pretendia utilizar como arma defensiva en caso de ser necesario, cayo al suelo. Miro al tipo de arriba abajo, parpadeando para asegurarse de que no era una vision. --Esto pesa --dijo el con sarcasmo con la intencion de sacarla del trance. --Lo siento, no te habia conocido --murmuro avergonzada. Y es que costaba reconocer a su exsocio. Parecia otro asi vestido. En todos los anos que lo conocia nunca le habia visto de esa guisa. --Si, yo tampoco me reconozco --mascullo Thomas--. No sabia que ibas a venir; estoy terminando de recoger mis cosas --anadio senalando las cajas. --No pasa nada --dijo sintiendose un poco tonta, alli de pie, los dos en la recepcion como si fueran dos extranos. Aunque en cierto modo asi era. --?Como te va? --termino preguntando por hablar de algo y no seguir alli como dos pasmarotes. --Bien. No me quejo. ?Y a ti? --Depende de como se mire --respondio no muy contento consigo mismo. --?Y eso? --inquirio. No porque le interesara realmente, pero ahora procuraba comportarse de forma menos altiva y ser mas comunicativa. Ademas, no costaba nada perder cinco minutos. En ese instante la puerta se abrio… y una morena, ataviada con el chandal mas azul electrico del mundo y con una sonrisa de oreja a oreja, entro convirtiendose en el acto en el centro de atencion. Sin ningun reparo, se acerco a el, le dio una palmada en el culo y dijo riendose: --!Deja de darle a la sin hueso que he dejado el coche mal aparcado! --Y despues se volvio hacia Nicole--: !Cuanto tiempo sin verte! Ambas se dieron dos besos e hicieron caso omiso al refunfunon que sujetaba una caja. --Dame las llaves del coche --pidio Thomas--. Mientras os da por poneros al dia, voy bajando algo. Olivia se las metio en el bolsillo delantero del pantalon y el se marcho; eso si, Nicole tuvo la decencia de mantener la puerta abierta para que pasara. --Te veo estupenda --comento la abogada. --Pues tu tampoco te puedes quejar… Y a todo esto, ?que haces currando? Se supone que tienes una vida glamurosa, repleta de invitaciones y todo eso… --Intento llevar algunos casos sencillos. No todo va a ser ir de fiesta en fiesta --respondio de buen humor--. ?Que tal esta el pequeno Robert? --Mi nino esta para comerselo…, --murmuro orgullosa--. Mira que yo queria una nina, ya sabes, por eso de volver loco a su padre, pero al final Thomas se salio con la suya. --No se como ha consentido que le pongais ese nombre… Nicole conocia la tragedia familiar de su exsocio asi que, cuando supo el nombre escogido, se llevo una gran sorpresa. --Bah, todo es cuestion de persuasion. Ademas, entre Julia y yo le dimos la chapa y, como mi sobrina es la madrina, pues ella eligio el nombre y el padre a callar y punto. Sabe que en casa tiene las de perder y poco a poco le estamos reformando… --Ya me he dado cuenta --adujo con una sonrisita--, es la primera vez que le veo asi. Tan… --?Normal? --Si --respondio sin perder el buen humor. Habia que reconocerlo, hasta no hacia mucho pensaba que su exprometido seria incapaz de cambiar, pero, como suele decirse, torres mas altas han caido. --Me ha costado un triunfo, no veas. Es que, cuando se pone petardo… no hay quien lo aguante, pero si los vaqueros le quedan de muerte. Ah, y no son de marca, que conste --explico Olivia satisfecha. El aludido eligio ese momento para hacer su aparicion y las miro a las dos frunciendo el ceno. --?Tienes para mucho? --pregunto a su mujer con sarcasmo. Sabia que, si insistia para sacarla de alli, mas se empecinaria ella en quedarse; por tanto, mejor insistir lo justo. --No te enfurrunes que te salen arrugas. ?No me digas que no esta mono asi, con barba de tres dias? --pregunto Olivia acariciandole las mejillas. --Bueno… si --convino la otra, acostumbrada a vivir con su propio tipo desalinado. Lo cierto es que ver a Thomas con ese aspecto tan, ?normal?, como habia sugerido su mujer, le hacia parecer menos insoportable. Si ademas le sumabas un caracter menos propenso a la arrogancia, lo cierto es que hasta podian llegar a ser amigos. Thomas hizo una mueca. Lo que habia que sufrir por el bien de su relacion. Si alguien, un par de anos antes, le hubiera mencionado algo asi… Para no seguir siendo objeto de estudio, decidio poner fin a la tertulia de chicas. --Venga, que se nos hace tarde. Y te recuerdo que tu y las normas de circulacion no os llevais nada bien. --La culpa no es mia. ?A quien se le ocurre conducir al reves? Por Dios, que raritos sois --se quejo negando con la cabeza. Nicole se echo a reir. --Ya deberias haberte acostumbrado. --Me niego --adujo toda seria. --Ya discutiremos otro dia ese asunto --intervino Thomas tirando de ella. --Ah, por cierto… --Olivia busco en su bolsillo y extrajo unas tarjetas de visita que entrego a Nicole--, me he hecho freelance. --Joder… --refunfuno el a su lado y anadio mirando a su ex--: no la animes, por favor. --?Freelance? ?Te has metido a periodista? --!Que mas quisiera yo!--se lamento el abogado. Pero ninguna de las dos le prestaba atencion. --No, que va. Soy freelance de la estetica --explico orgullosa Olivia mientras la otra mujer guardaba las tarjetitas en su cartera. --Que conste que he intentado impedirlo por todos los medios --apostillo el evidenciando su desagrado por tal circunstancia. --Bah, ni caso. Veras: es que abrir un centro de estetica, como siempre habia sido mi sueno, me es imposible. --Porque no quieres, que el banco si te daba el prestamo --intervino Thomas recordandoselo. --Ya, y toda la vida trabajando para devolverlo. No, he preferido ir a mi aire. Ademas, de ese modo puedo vivir aqui o en Espana sin estar atada a un negocio. Hago clientas a traves de contactos, me llaman, voy a su casa y las atiendo. !Un negocio perfecto! --Pues me parece una idea estupenda --convino la abogada--. Dame mas tarjetas, que se las paso a mis amigas -- pidio Nicole interesada. Olivia se mostro encantada. --Tambien me ocupo de los novios y amigos… --insinuo Olivia picarona. --No me lo recuerdes… --farfullo un hombre descontento y un pelin celoso. --Pues mira, ahora que lo pienso… Igual podrias pasarte manana por casa… --Lo que me faltaba --protesto el. --Deja de enfurrunarte. Tiene derecho a montar su propio negocio --le recrimino Nicole. --?Ves como es una buena idea? --inquirio Olivia aprovechando la ventaja. --A ver, que quede claro, yo no me opongo. Pero eso de ir todo el dia con el maletin de aqui para alla, de casa en casa, no es serio. Podia haber montado un salon profesional y hacerse con una clientela respetable, pero no, la senora siempre tiene que desbaratar los planes. --Oh, por favor, ya te salio la vena petarda. Tu ni caso --dijo dirigiendose a Nicole--, tengo muchas ganas de pillar por banda a tu novio, que, por cierto, ?cuando lo vas a convertir en un hombre decente? --Un dia de estos --respondio sin comprometerse. --Porque he leido en las revistas que te lo ha pedido unas cuantas veces. --Pero siempre le digo que no --respondio con una sonrisa--. Lo de estar comprometida no es para mi. Su ex se mantuvo prudentemente en silencio. --Pues a lo mejor tienes razon… --reflexiono Olivia--; ademas, si te animas a tener crios no necesitas estar casada. Si te soy sincera, yo acepte por el --hizo una mueca burlona--, porque para estas cosas es de un antiguo… --dijo senalando al <>. --Deja de cotillear --insistio Thomas--, que al final no hacemos nada. --Bueno, pues te dejo, que con un responsable asi, a cuestas, no puedo ir a ningun sitio. Las dos mujeres se despidieron con besos y la promesa de que Olivia los visitaria al dia siguiente para ejercer de freelance estetica con Max. Cuando Nicole se quedo de nuevo a solas, cerro la puerta y comprobo la hora; se percato de que, a pesar de que se habia citado con un cliente y, despues de venir a la carrera, este ni siquiera se habia presentado. Se encamino hacia su despacho y se sento en su confortable sillon de oficina. Dejo sobre su escritorio, como siempre impoluto, los papeles que llevaba y encendio el ordenador. Le daria un tiempo de cortesia a su cliente mientras revisaba los correos electronicos y otras cosillas. Noto una vibracion en el bolso y saco su movil. --?Diga? --Siento el retraso, senorita Sanders. Llegare en diez minutos. Nicole suspiro y se preparo los papeles necesarios para entregarselos y asi perder el menor tiempo posible. Hubo suerte; su visita esta vez si cumplio y pudo despacharla en menos de dos horas. Asi que, con el trabajo terminado, se dedico a navegar un rato por Internet. Encontrar noticias de Max en la red ya no suponia ninguna novedad, pero de vez en cuando convenia echar un vistazo por si alguna mencion estaba fuera de lugar o se usaba su imagen de forma incorrecta. Ahora que le llevaba los asuntos profesionales, ademas de los personales, visitar webs entraba dentro de sus funciones. No encontro nada relevante, amen de algunas fotos en las que tambien aparecia ella, por lo que se quedo tranquila. Sin embargo, justo antes de cerrar el navegador hubo algo que le llamo la atencion y quiso ampliar la informacion que daba el titular… Capitulo 2 --NO puede ser… A cada palabra que leia su perplejidad iba en aumento. Deberia estar curada de espanto. Multitud de mujeres afirmaban haberse acostado con Max y, si bien algunas simplemente se lo inventaban por alcanzar notoriedad, otras aportaban pruebas, como fotos, para dar mas credibilidad a la historia. E incluso daban detalles mas intimos, como gustos personales sobre el cuerpo de su amante o habilidades especiales, lo cual Nicole conocia de primera mano, por lo que escuchar a un monton de mujeres mencionandolo jorobaba bastante. Entendia que el tuviera un pasado, aunque costaba un poco digerirlo. Y eso que Max, siempre que la pillaba martirizandose, la llamaba poco menos que idiota, por dar pabulo a esas memeces. Especialmente porque, cuando asimilo de quien se habia enamorado, lo hizo aceptando todas las condiciones, y su vida pasada entraba en el lote. Lo intentaba y lo conseguia, mas o menos, pero esta noticia era completamente diferente. No era menos cierto que a veces se difundian noticias a las que el medio en cuestion anadia detalles de su propia cosecha para hacer mas jugoso el reportaje, y luego, como no, estaban quienes, a titulo personal, se lo pasaban en grande inventado lios en los que Max era el protagonista. Aun asi, costaba digerirlo. No queria terminar siendo una de esas mujeres celosas que arrancaba los pelos a cualquiera que se acercara a su chico, ya no tenia edad para eso. Era adulta, podia racionalizar las cosas y ser objetiva, pero, utilizando palabras de su chico: jodia, y mucho. Con un nudo en el estomago y la esperanza de que solo se tratase de otra aspirante a vivir del cuento, recogio todas sus cosas y se dirigio a su coche con la idea de dar una vuelta y despejarse un poco. Sentada en el vehiculo, pero con el motor apagado, se planteo donde acudir. A esas horas, Carla, una de las pocas personas a las que podia llamar <> y a la que podia confesarle sus temores sin recibir una sarta de buenas palabras, estaria ocupada en su trabajo. Y conociendola, no estaba muy segura de querer saber su opinion, pues podia ser de todo menos racional. Podia pasarse por casa de sus padres y perderse en la chachara intrascendente de su madre, pero, como suele decirse, es peor el remedio que la enfermedad. No necesitaba acabar la jornada con dolor de cabeza y menos aun inventarse nuevas excusas para justificar que siguieran viviendo en pecado, hecho que Nicole disfrutaba, pero que a su madre todavia le escocia. No era ningun secreto que la senora Sanders se moria por organizar el bodorrio mas espectacular y hortera del mundo para casar a su unica hija. Y Nicole se resistia a ello con todas sus fuerzas. Cuando le preguntaban <>, ella siempre respondia <>. Tambien ciertas amistades le recordaban que su novio era un tipo, por decirlo de manera suave, bastante solicitado, y que, por lo tanto, deberia tener los ojos bien abiertos para evitar que una lagarta se lo levantara, de ahi que casarse fuera <>. Ya, como si a Max o, ya puestos, a cualquier otro hombre fuera a detenerlo un papel en caso de querer ser infiel. Nicole odiaba que intentaran inocularle el virus de la maldita duda; ella solita, como en esos instantes, ya se autoflagelaba lo suficiente como para recibir ayuda extra. Podian ser comprensibles, aunque irracionales, sus dudas y mas si cabe cuando Max nunca le habia dado un solo motivo para ello. Pero era humana y a veces aparecen sentimientos inoportunos que te joroban y que, como tales, no pueden ser mandados a paseo chasqueando los dedos. --Mira que soy estupida --murmuro mientras buscaba las llaves del coche en su bolso. Termino arrancando el vehiculo y, con la prudencia habitual, maniobro para salir del estacionamiento. Lo mejor era regresar a casa y esperar que semejante noticia fuera solo un bulo mas de tantos que corrian por la red. De momento no le comentaria nada a el, pues no tenia sentido hacer una montana de un grano de arena y enfadarle, ya que, normalmente, Max echaba unos cuantos juramentos cuando ella se preocupaba, a lo tonto, de ese tipo de noticias. Nada mas llegar, aprovecho para cambiarse de ropa, pues corria el riesgo de echar el traje a perder si Max la pillaba por banda, ya que tenia cierta obsesion con su ropa de trabajo; segun el, palabras textuales: <>. Eso tenia su gracia, pues, visto desde fuera, su traje sastre era de todo menos picante; pero, con una mente tan pervertida como la de Max, cualquier cosa era posible. Nicole nunca se atreveria a ponerlo en duda, asi que, con algo menos provocativo (ironias de la vida), bajo al gimnasio, donde seguro lo encontraria a esas horas. No le fallo el instinto y, cuando empujo la puerta doble que daba acceso a el, se quedo alli, atornillada al suelo, mientras un tipo que solo vestia un pantalon de deporte sudaba la gota gorda sobre un banco de abdominales acolchado; ella era incapaz de hacer ese practica, ya que con un poco de yoga y pilates le bastaba para estar en forma. Por supuesto sin estar el delante, jamas, pues no haria ni un estiramiento decente. Todavia le costaba realizar ciertas actividades en presencia de Max. Y, ademas, estando sola evitaba las burlas y comentarios jocosos sobre sus ejercicios. Se le hizo un nudo en la garganta. Sintiendose una mirona en toda regla, hecho que antes nunca le preocupo, y aprovechando que Max estaba de espaldas, espero a que el se percatara de su presencia. No iba a jadear como una tonta, pero casi. --Con las prisas y tu mania de llegar pronto, ?hoy no has desayunado? La voz de Max, que para estar haciendo ejercicio no sonaba nada forzada, la saco de su ensimismamiento. Parpadeo antes de poder hablar. --?Perdon? --se vio obligada a pregunta

  • Un canalla que no lo era (Escandalos y canallas 1) – Sarah MacLean de Sarah Maclean

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    Cuando Sophie, la menos interesante de las hermanas Talbot, empuja a su cunado y lo hace aterrizar dentro de un estanque de peces ante toda la sociedad londinense, se convierte en el blanco perfecto para el desprecio publico de la nobleza. Su unica opcion es huir de Londres. Por desgracia, el carruaje en el que se cuela no la va a salvar de la ruina… Kingscote, <>, marques de Eversley, no ha conocido a ninguna mujer a la que no pueda conquistar, por lo que su reputacion no esta a la altura de lo que se espera de un futuro duque. Lo que no sabe es que su vida va a dar un vuelco inesperado cuando descubra a Sophie en el carruaje que le conduce a la mansion de su padre, en la frontera con Escocia.

  • Mujeres de guerra, Helen Bryan de Helen Bryan

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    La vida en la tranquila localidad de Crowmarsh Priors se ve alterada por la amenaza de la llegada de la guerra europea a Inglaterra. Los evacuados, los bombardeos, el racionamiento y las muertes en batalla se convierten en la nueva realidad, donde cinco mujeres forjan una insospechada amistad que cambiara sus vidas para siempre.

  • Si me dejas quererte (Quiereme 2) de Victoria Vilchez

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    Tiempo. Eso es lo que Tessa necesita ahora que lo suyo con Alex ha dejado de ser una cuenta pendiente. O al menos eso cree, porque mientras ella se esfuerza por superar el fin de su relacion, el destino, una vez mas, cruzara sus caminos y le hara enfrentarse a todos sus miedos. Y por si fuera poco, tambien tendra que luchar para recuperar la complicidad que la unia a su mejor amigo, Zac. Sin embargo, cuando te han roto el corazon en cientos de pedazos y no sabes quien eres, es dificil saber hacia donde quieres ir.
    Antes que nada, Tessa debera poner en orden sus sentimientos, recomponer lo que queda de ella y plantearse por que cada vez parece mas complicado que su vida vuelva a ser como era antes. ?Sera lo suficientemente fuerte para resistirse a su primer amor? ?Terminara alguna vez esa historia sin fin?
    <>

  • EL DESPERTAR DEL FENIX (Hasta los Hueso 5), Lena Valenti de Lena Valenti

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    <>.
    Y yo iba a abrir los ojos y alzar el vuelo para descubrir la verdad. Lo arriesgaria todo. Mi alma y mi corazon.

  • Tres muertes en Estambul de Francisco Manuel Granado Castro

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    Durante la Segunda Guerra Mundial, se refugian en Estambul gentes de toda Europa. Es un nido de espias y se cometen crimenes ante el silencio de la policia turca, que no quiere comprometer su neutralidad. Aqui vive con falsa opulencia una duquesa rusa, la princesa Beresina. Cuando su hermano David sea detenido por la policia, ella debera enfrentarse a miembros de la Gestapo, a agentes dobles, y al general Ozaban, el corrupto jefe de la inteligencia turca. Conocera a Dick, un americano, el dueno de Cafe Estambul, el local nocturno mas popular de la ciudad. La caceria emprendida por sus enemigos les obligara a decidir que buscan en realidad: la fortuna, el amor o la libertad. Al incorporar algunos personajes historicos, esta novela nos ofrece un fresco vibrante del Estambul convulso de la guerra.

  • La caricia de la bestia de Cristina C. Pombo

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    En un bosque solitario, dos adolescentes son brutalmente atacados por un ser de una fuerza sobrenatural. En su declaracion, ambos sostienen que el agresor es un zombi.

  • Yo curare tus heridas (Corazone heridos 1) de Towanda Richardson

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    Jamie Parks lo tenia todo. Apenas habia cumplido los veinte cuando todos sus suenos se cumplieron. Era el hombre mas feliz del mundo. Hasta que un maldito accidente en una pista de esqui se lo llevo todo por delante. Su profesion, sus ilusiones y sus ganas de vivir.

  • A traves de los suenos de Olga Maria Lopez

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    Logan se incorporo sobresaltado. Por tercera noche consecutiva sonaba con esa hermosa y desconocida chica rubia. Giro la cabeza y el despertador le confirmo que aun faltaban tres horas para que llegara la hora de levantarse, pero sabia que ya no podria volver a dormir. A pesar de ser las cuatro de la manana. Se levanto y fue hacia la ventana de su habitacion. Se escuchaba el mar bravio. Era apenas otono, pero el viento soplaba con fuerza, haciendo que el mar estuviera de esa forma. Se sento en el asiento de la ventana, perdido en sus pensamientos, pero no pudo dejar de notar que en uno de los balcones de la casa del acantilado, habia una figura blanca iluminada por la luna. <>, sonrio ante la manera automatica que habia surgido el apelativo en su mente. Desde luego, no creia que la senorita Relish fuera una hechicera. La magia era mala y no parecia que ella fuera mala. Pero si que existia un halo de misterio ante la joven que habitaba la casa del acantilado. Al desaparecer en el interior de la casa, la figura fantasmal que habia estado mirando, Logan trajo a su mente la imagen de la chica con la que habia sonado. Rostro de porcelana, levemente bronceado; cabello rubio, oscurecido un poco por el sol con un tono miel que armonizaba con los cristalinos ojos azules y labios rojos, sensuales, que daban ganas de mordisquear. El rostro de una perfecta desconocida. Logan suspiro y alcanzo el libro que tenia en la mesa de estudio. Cogio la foto de la chica que estaba entre sus paginas y la observo. Cabello negro brillante, ondulado, una cascada que llegaba hasta el final de la espalda. Los ojos verdes, llenos de secretos; una piel blanca, muy blanca y una sonrisa que no llegaba a los ojos. Eris. Conocia a Eris desde Primaria, pero no se habia fijado en ella hasta ese ano. Ese ano, en el que ambos habian cumplido diecisiete, parecia que ella habia florecido. Logan estudio la foto de nuevo. Deberia estar loco por ella, pero no lo estaba. De hecho, su persistencia lo estaba agobiando. Aun recordaba como habia encontrado la foto entre las paginas del libro de Historia, un par de dias antes. Movio la cabeza. No es que no le atrajera, era un adolescente y Eris era sexy. Pero... no le llegaba a donde suponia que le tenia que llegar. Dejo la foto a un lado y se planteo el preguntar a su padre acerca de los suenos que habia tenido con la desconocida, pero descarto la idea de inmediato. No encontraria la comprension que esperaba en el pastor Evans. Sabia que la receta de su padre seria rezar mas y dedicarse a sus estudios. Su madre tampoco seria de gran ayuda. Gillian Evans hacia todo lo que decia su marido. Jeff e Iris se plegaban mas a las exigencias de sus padres, pero Logan se dejaba llevar mas por sus suenos, cosa que a sus padres no les hacia ninguna gracia. Sus padres desearian que estudiara algo solido; Derecho como Jeff o Medicina. Incluso ser politico, conservador, claro. Pero Logan tenia otras aspiraciones. Adoraba la literatura y la Historia. Era muy perspicaz y le encantaban las ciencias. Todavia no tenia claro que iba a estudiar, pero lo que si sabia era que decepcionaria a sus padres. Se quedo alli, pensando en todo y en nada a la vez, con los luminosos ojos azules de la desconocida llenando su mente, mientras el tiempo pasaba y el dia le ganaba, una vez mas, la batalla a la noche. ******** Viorica se quedo tumbada en la cama, escuchando la tranquila respiracion de su hermana Doina. Eran mellizas pero no podian ser mas diferentes. Ella era alta, con las curvas necesarias, rubia y con los ojos azules de padre. Doina era bajita, regordeta, con el pelo castano y los ojos castanos de madre. Viorica era orgullosa y salvaje. Doina era tranquila y sumisa. Pero a pesar de todo, ambas se amaban por encima de todas las cosas. Aguzando el oido, escucho las respiraciones de su familia dormida. Padre roncaba, mientras que la respiracion de madre era mas ligera. Sus hermanos dormian, Marcel respiraba pesadamente y Petre hacia ruido con los dientes. Moviendose de forma muy lenta, para no despertar a Doina, atisbo por la ventana. Aun era noche cerrada, pero sabia que se acercaba el amanecer. Debia dormirse de nuevo, al dia siguiente le esperaba un dia muy duro, pero sabia que no podria. El rostro del chico desconocido se colaba entre sus suenos y no sabia como impedirlo. Eso la asustaba, porque podia asegurar con toda certeza que jamas habia visto a ese chico en sus dieciseis anos de vida. Intento conjurar en su mente el rostro apuesto de Viktor. Sabia que en Navidad pediria su mano a sus padres, y en la Semana Santa del ano siguiente estarian casados. No podia esperar para empezar su vida en comun con el. Doina se agito en suenos a su lado. La miro antes de quedar tumbada boca arriba en la cama. Y, en vez de ver el apuesto rostro de Viktor, lo que se aparecio ante sus ojos fue el rostro del desconocido: su pelo moreno despeinado y corto, sus ojos verdes chispeantes, que parecian querer contarle un secreto solo a ella, y sus labios, con una sonrisa traviesa en ellos. Se dio media vuelta, dandole la espalda a su hermana. Debia olvidarse de ese chico y centrarse en Viktor. Sabia que ella podia aspirar a lo mejor del pueblo y ese era Viktor Ionescu. Y, en el momento que ella estuviera establecida, sus padres podrian buscar un mejor partido para Doina o Marcel podria pedir por fin la mano de Simona. Melancolicamente, recordo su primera boda. Con trece anos habia sido una novia preciosa, dicho por todos. Constantin tenia veinte anos, pero ella estaba totalmente loca por el, y no le importaba eso. En realidad, era lo habitual, que el marido le sacara varios anos a su esposa. Habian sido felices durante los dos anos que estuvieron casados, y la llegada del pequeno Constantin les habia colmado de felicidad a los dos. Pero todo se torcio cuando su esposo tuvo el accidente en el campo y lo llevaron malherido a la casa. Murio dos semanas despues, sin haber recuperado el conocimiento, sin despedirse de ella, dejandola viuda en casa de sus suegros y con un pequeno que no llegaba a un ano. Entonces fue cuando su hijo enfermo subitamente y siguio a su padre a la tumba, apenas un mes despues

  • La Revolucion rusa contada para escepticos, Juan Eslava Galan de Juan Eslava Galan

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    El triunfo de la Revolucion rusa transformo el mundo y fue trascendental para la historia de la politica contemporanea. Este libro, riguroso y ameno, nos ayudara a entender los motivos que provocaron el derrocamiento de los Romanov y el triunfo de la Revolucion.

  • Te quiero, baby (HQN), Isabel Keats de Isabel Keats

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  • El circulo escarlata de Cesar Mallorqui

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    E 1. Una llamada inesperada n cierta ocasion, hace ya mucho tiempo, vi un fantasma. Y luego, cuatro anos despues, vi otro. El primer fantasma era amable, incluso olia bien. A nardos. Era el espiritu de Beatriz Obregon; gracias a ella encontre las Lagrimas de Shiva, un fabuloso collar que habia estado perdido durante setenta anos. El segundo fantasma fue mucho menos amable. Daba miedo y, desde luego, no olia precisamente a nardos. Tuve un desagradable encuentro con el en la Mansion Kraken, poco despues de oir hablar por primera vez del Circulo Escarlata, una oscura y siniestra secta tan antigua como el tiempo. Eso ocurrio en el verano de 1973, cuatro anos despues de mi estancia en Villa Candelaria, el hogar de mis tios y mis primas, los Obregon. Mis primas, las cuatro flores: Rosa, Margarita, Violeta y Azucena. Cuantas cosas aprendi de ellas durante aquel verano de 1969 en Santander, cuando un ser humano piso por primera vez la Luna. Sobre todo Violeta; ella me enseno los secretos del corazon, fue mi primer amor, un romance adolescente que duro menos de lo que dura un verano, pero que dejo una huella indeleble en mi. Violeta y yo nos quisimos durante las dos ultimas semanas de agosto del 69; despues, a comienzos de septiembre, tuve que regresar a Madrid y nos separamos. Al principio, nos escribiamos cartas con frecuencia, como minimo una cada semana; tambien hablabamos por telefono, pero solo de vez en cuando, porque las conferencias eran caras. Eso fue asi durante mas o menos el primer ano de nuestra separacion. Pero, poco a poco, las cartas y las llamadas se fueron espaciando, hasta que al cabo de un tiempo cesaron por completo. Teniamos nuestras propias vidas y estabamos muy lejos el uno del otro; era imposible que una relacion asi prosperase. Ademas, la ultima vez que hablamos por telefono, discutimos. Ella se enfado conmigo y casi me colgo. De modo que perdimos el contacto, aunque yo no llegue nunca a olvidarla. Es imposible borrar de la memoria a tu primer amor. Pasaron los anos y el mundo fue cambiando lentamente, aunque en Espana seguia Franco, el viejo dictador; cada vez mas viejo y con las manos temblorosas por la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, el pais comenzaba a despertar de su larga siesta; cada vez se veian mas chicos con el pelo largo y mas chicas con minifalda, y las manifestaciones resonaban con frecuencia en las fabricas y las universidades. La gente queria libertad y democracia, y cada vez lo gritaba mas alto. Aun faltaban unos anos para obtenerlas, pero el pais ya se estaba sacudiendo el sopor. Acabe el colegio, hice <> y me matricule en la Universidad Complutense. Escogi la facultad de Fisicas; supongo que mi aficion a la ciencia ficcion influyo en que eligiera una carrera de ciencias. Ademas, mi padre era quimico, y quiza optar por la fisica habia sido una sutil forma de llevarle la contraria. Mi padre se habia restablecido por completo de su enfermedad y mi madre seguia tan activa y energica como siempre. La verdad es que mi vida no podia ser mas corriente, salvo por un pequeno detalle: en el pasado habia visto un fantasma. Eso es raro, ?verdad? No obstante, con el paso del tiempo, conforme aquella experiencia me resultaba cada vez mas lejana, empece a sospechar que todo habia sido fruto de mi imaginacion, quiza un sueno tan realista que lo confundi con la realidad. Ademas, no le habia hablado a nadie de <> fantasma; no queria que me consideraran un chiflado, de modo que fui relegandolo a un rincon de la memoria. De hecho, esa fue la causa de la discusion con Violeta; le dije que creia haber imaginado mi encuentro con el fantasma de Beatriz Obregon, y ella se enfado muchisimo. Me dijo que era un <>, se despidio con sequedad y colgo. No volvimos a hablar. Hasta que una manana de finales de junio de 1973 sono el telefono de casa. Ni remotamente podia imaginarme que quien llamaba era mi pasado. * * * No hay nada mas placentero que acabar el curso con todo aprobado y tener por delante un largo y calido verano para hacer lo que te venga en gana. Asi me sentia yo a principios de verano del 73; las ultimas notas ya habian salido y eran perfectas. Vale, solo consegui un monton de aprobados y un par de notables, pero a mi me sabian a gloria. Aquella manana de sabado me levante temprano y me di una ducha. Mientras me secaba, contemple mi imagen en el espejo del cuarto de bano. Un par de anos atras habia pegado un estiron que me llevo hasta el metro ochenta y uno de estatura; superaba en cuatro centimetros a mi hermano Alberto, lo cual me llenaba de maliciosa satisfaccion. Tenia diecinueve anos, el pelo castano (y demasiado largo, segun mi madre), los ojos de color marron verdoso --o verde amarronado, como yo preferia definirlos-- y una constitucion atletica gracias a formar parte del equipo de baloncesto de la facultad. La verdad es que no estaba nada mal, pense satisfecho de mi mismo. Por desgracia, tambien me habia salido una cada vez mas espesa barba, lo que me obligaba a afeitarme a diario. Me enjabone la cara, pase minuciosamente la cuchilla y me limpie con agua el jabon sobrante; me eche un poco de after shave en las mejillas, con el consiguiente escozor, y regrese a mi cuarto con la toalla enrollada a la cintura, me vesti y fui a la cocina. Alli estaban mis padres, desayunando. Me servi una taza de cafe con leche y me sente a la mesa, sobre la que descansaba una fuente de pan tostado, mantequilla y un bote de mermelada. --?Y Alberto? --pregunte mientras untaba mantequilla en una tostada. --Aun no se ha despertado --respondio mama. --Menudo vago… --murmure. Mama dejo escapar un suspiro. --?Algun dia os llevareis bien? --dijo. --Si, cuando se vaya de casa. --Deberiamos echaros a los dos --bromeo papa--. Sois como garrapatas que nos chupan la sangre. Me encogi de hombros. --Eso os pasa por haber tenido hijos en vez de perros --replique. Papa se volvio hacia mama y asintio con fingida solemnidad. --Mira, en eso tiene razon --dijo--. A lo mejor aun estamos a tiempo de cambiarlos por un par de chihuahuas. Mama volvio a suspirar. --Tres hombres en la misma casa --murmuro en tono compungido--. Que desgracia la mia… Ojala hubiese tenido hijas. Papa me guino un ojo mientras bebia un sorbo de cafe. Tras una larga pausa, pregunto: --?Que vas a hacer estas vacaciones, Javier? Eso era algo nuevo en mi vida. Hasta hacia poco, se daba por hecho que Alberto y yo iriamos con nuestros padres a pasar las dos primeras semanas de agosto en el apartamento que alquilaban todos los anos en Javea, un pueblecito de Levante. Pero el ano anterior, Alberto se fue de viaje con su novia, mientras que yo me iba con mis padres; y, pese a lo insoportable que era mi hermano, me aburri como una ostra. Pero ahora, por primera vez, podia elegir, asi que ese ano decidi irme de vacaciones por mi cuenta. --He quedado con Tito y Jose Mari en hacer un Interrail en agosto --respondi. Tito y Jose Mari eran mis mejores amigos del colegio. --?Que es eso de <>? --pregunto mama. --Un billete muy barato para menores de veinticinco anos --respondi--. Puedes viajar durante el verano en todos los trenes de Europa que quieras. --?Y adonde ireis? --pregunto papa. --Aun no lo hemos decidido. Quiza a Francia o a Italia. --Eso esta bien. Viajar expande la mente. --Pues a mi no me hace ninguna gracia que un crio como tu vaya solo por el mundo a sitios raros --dijo mama. --Que tengo diecinueve anos --proteste. --Pues eso, un crio. --Y ademas no voy solo, sino con Jose Mari y Tito. --Ah, entonces me tranquilizas --ironizo mama--. Como tus amigos son tan sensatos y responsables… La experiencia me habia ensenado que era inutil discutir con mi madre, asi que cerre la boca y solo la abri para seguir desayunando. Al cabo de un rato aparecio Alberto, en pijama y con cara de sueno. --Pasmao --me dijo al pasar por mi lado. --Capullo --respondi en voz baja. Mi hermano habia cambiado mucho. Estudiaba Derecho y se habia echado novia, una companera de clase llamada Silvia que le llevaba recto como una vara. Desde que salia con ella, hacia ya un par de anos, se habia vuelto el tio mas formal del mundo. No obstante, nuestra mutua rivalidad seguia en pie; ya no nos llevabamos como el perro y el gato, siempre peleando, pero si como un perro y un gato que se miran con desconfianza y de vez en cuando se grunen un poco. Alberto saludo a nuestros padres con un sonido gutural, bostezo ruidosamente y comenzo a servirse una taza de cafe. Entonces sono el telefono. La somnolencia se esfumo del rostro de mi hermano. --Debe de ser Silvia --dijo, echando a correr. Se fue tan rapido que no me dio tiempo a decirle que solo faltaba que su novia le pusiera un anillo en la nariz, como a los osos amaestrados. Sin embargo, tardo menos de un minuto en volver; no le llamaba su novia. --Es para ti, atontado --dijo. --?Por que no intentais llevaros un poco mejor? --tercio mama en el tono de quien ha perdido ya la esperanza. --?Quien es? --le pregunte a Alberto. --Una tia. --?Que tia? --Y yo que se. Sera de la Protectora de Animales, para preguntarte si te cuidamos bien. Ni siquiera me moleste en contestarle; le dedique una mirada de desprecio y me dirigi al salon. El auricular estaba descolgado; me sente en un sillon y respondi a la llamada. --Diga… --?Javier? --dijo una voz de mujer. --Si, soy yo. --Vaya, cuanto te ha cambiado la voz; no te habia reconocido. Soy Violeta, tu prima. !Violeta! Su voz tambien habia cambiado. Sonaba mas grave, mas profunda. Igual que me ocurria a mi, supongo. --Violeta, que sorpresa --dije--. Cuanto tiempo sin saber de ti. --Si, la vida, ya sabes; los estudios, la familia, todo eso. ?Como estas? --Bien, bien; ?y tu? --Estupendamente. Mi madre me ha dicho que estudias Fisicas. --Pues si. --Te va mucho. --Hizo una pausa y bromeo--: ?Ya has encontrado al marciano que andabas buscando? Sonrei. --Todavia no, pero sigo intentandolo --respondi--. ?Que estas estudiando tu? --Periodismo en Barcelona. --Tambien te va mucho. Durante unos minutos continuamos divagando; nos interesamos por nuestros familiares, comentamos los estudios, y empece a preguntarme para que me habia llamado mi prima. Finalmente, tras una pausa, Violeta dijo: --?Por que no vienes estas vacaciones a Santander? Asi, de sopeton. Me pillo de improviso. --?Que? --murmure. --Que te invitamos a pasar el verano en Villa Candelaria, como hace cuatro anos. ?No te apetece? --Si, claro, estaria bien; pero no puedo. --?Por que? --Porque voy a irme de Interrail con unos amigos. --?Cuando? --De mediados de julio a mediados de agosto. --Pues posponlo. --No puedo posponerlo; ya he quedado. Hubo un largo silencio cuajado de estatica al otro lado de la linea. --?Violeta?… --murmure, pensando que la comunicacion se habia cortado. --Necesito tu ayuda, Javier --dijo ella.

  • Lineas del corazon de Ximena Peredo

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    Lo unico claro en la mente y el corazon de Olivia Breen es el sueno que ha tenido desde los cinco anos, formar parte del Royal Ballet de Londres y convertirse en una prima ballerina. El camino no es facil, asi que tendra que esforzarse mucho por conseguir su meta y sobre todo por no distraerse ante la presencia de Sebastian, su mejor amigo de toda la vida. ?Podra Olivia concentrarse en cumplir su sueno o lo abandonara por quedarse en Brooklyn al lado de Sebastian?

  • La cuarta pregunta de Elmer Mendoza

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    Hay preguntas clave que nunca llegan a pronunciarse, otras que habria sido mejor omitir, algunas mas que no sabemos como responder y por supuesto hay respuestas que prefeririamos no escuchar.

  • Night School Resistencia: Volume 4, C.J. Daugherty de C. J. Daugherty

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  • No Soy Ella (Amores Imposibles 4) de Amaya Evans

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    Para Brianna Doyle, una chica rebelde, con un espiritu libre y un alma sonadora, conocer a David Bentham, conde de Darmond es todo un acontecimiento, pues a sus ojos es el hombre mas guapo y galante que haya conocido, sin embargo al enterarse de que es el antiguo novio de su prima, decide alejarse. El unico problema es que David tiene otros planes porque al verla queda tan sorprendido ante el parecido que ambas mujeres; Ursula, su antiguo amor y Brianna la chica que acaba de conocer tienen entre si, que decide hacerla suya y no descansara hasta lograrlo. Pero cuando por fin logra lo que desea, se da cuenta de que tal vez ha cometido la mayor equivocacion de su vida, pues al corazon nadie puede enganarlo, y el en su afan de hacerlo, tal vez termine perdiendo el tesoro mas valioso que ha podido encontrar.

  • Pinguinos Suicidas de A. Chinaski

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    Un estudiante de 14 anos, el Chico Mike, sube un video a las redes sociales. Acaba de secuestrar su colegio y esta dispuesto a todo. Indagar en las razones que lo impulsan significara adentrarse en escabrosos misterios ocultos tras las apacibles fachadas de la ciudad de Montecruz. La detective Laura Mardones, con todas las fuerzas en su contra, debera resolver el acertijo que no solo involucra el secuestro, sino tambien los macabros secretos a voces que deambulan por la oscuridad. El autor de esta novela, bajo el seudonimo de A. Chinaski, aporta un despiadado y certero punto de vista al relato policial y al llamado “realismo sucio”.

  • El misterio del muerto en el maletero de Margotte Channing

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  • La noche estrellada de Caroline de Andrea Teijeiro Armental

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    Una decada despues del escandalo que sufrio Burlington, Caroline Smith vuelve a una sala de interrogatorio para hablar de lo que paso. Serena como siempre, cuenta con lujo de detalles como vivio aquel momento, pero.

  • La primera vez de Elena Vega

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    Sofia, joven, estudiante, con un devenir que va dejando huella y sentimientos dificiles de borrar. Transita por la vida, tropezando e intentando desenmaranar hacia donde va, que quiere y cual es el sentido de su existencia.
    !Y de repente un principe!
    El sueno romantico de cualquier chica. ?O quizas no?
    Puede que no sea tan maravilloso como parece.
    Una lucha se desata en su interior. La posicion social, el dinero, la religion o el contraste de culturas no deberia ser impedimento para el amor y sin embargo, representan un abismo dificil de franquear.

  • Romance Inmortal (Lazos Inmortales 2) de Olga Salar

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    Cuando Gabriel dejo ir a Oliver sabia que podia significar su fin, ahora iran a por el. Lo que no sabe es que, al hacerlo, ha despertado en Rachel la duda sobre su humanidad perdida, algo que podra utilizar para conseguir escapar de la que posiblemente seria su sentencia.

  • …y navegar en tu mar (Serie Extrarradio, #2), Juani Hernandez de Juani Hernandez

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  • Por el. Un amor que doblega el orgullo de Daniel Richards

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    Basil siempre amo Jason Lakis y egoistamente se quedo con su hijo cuando este, por azares del destino llego hasta el. Despues de todo, Lakis no sabia que tenia un hijo y el podia quedarse aquellos hermosos ojos identicos a los del padre solo para el.

    ?Que sucedera cuando con el tiempo Lakis se entere de la existencia de su hijo?

    Despues de todo, nadie le quita nada a un Lakis. El hecho de recuperar a su hijo no esta en discusion y menos cuando el ex-perro callejero que despierta mas de un oscuro deseo en el moreno viene en el paquete.

  • En el corazon de Londres de Emma Ulloa

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    ?VIAJARIAS A OTRO PAIS PARA SALVAR AL AMOR DE TU VIDA? ?TENDRIAS EL CORAJE SUFICIENTE PARA DECLARARLE TU AMOR?

  • Adios, senor Stanford de S. Giner

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    Delaney Stanford, con todo su poder y sus millones, no era capaz de encontrar a Tess, su esposa. Ella le habia abandonado unos meses atras y Delaney desconocia su paradero.
    Delaney encontro el diario de Tess y lo leyo, con la esperanza que hubiera escrito algo que le diera alguna pista para encontrarla. Pero no encontro nada al respecto.
    Sin embargo descubrio algo que lo dejo atonito, Tess estaba embarazada. Iba a tener un hijo suyo.
    Delaney sabia que no iba a encontrar a su mujer, si ella no queria que el la encontrase. De manera que dejo de buscarla.
    Se habia dado cuenta de que estaba loco por ella y se arrepentia de todo el dano que le habia hecho durante los meses que vivieron juntos. Y decidio esperar a que Tess volviera a Nueva York.

  • Dos Tontos intentando cazar a un Monstruo de Irene Peralta

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    SIGLO XV
    Seline, una nomada que viaja con su arco.
    Aland que ha salido de su hogar junto con mas hombres en busca de una bestia que ha hecho estragos en su condado.
    Ambos tienen un primer encuentro muy peculiar en el que Seline no deja muy bien parado a Aland. Asi que cuando ella se une a ellos en su busqueda, comienzan una extrana relacion, mientras intentan encontrar la manera de matar a la bestia que asombrosamente a resultado ser un vampiro.Ahora Seline tiene que lidiar con haber sido rechazada en la cama, su relacion casi infantil con Aland, y todos esos nuevos sentimientos que no entiende.
    Y mientras el vampiro se hace mas fuerte e inteligente.

  • El llanto que no cesa de Varios Autores

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    El llanto que no cesa es la primera antologia de terror y fantasia con el sello de Cruce de Caminos.

  • El Guardian de las Auras Verdes de Isabel M Almagro

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    El equilibrio se rige por la hegemonia de las auras verdes que habitan en nuestro planeta. Durante milenios, la oscuridad asolo el universo, mucho antes de ser creada la raza humana. El Sol, fue ensombrecido por las tinieblas y perpetuo el silencio. Un dia, consiguio despertar de su letargo y creo a su hijo, Helios, el primer guardian de nuestra era. Uno tras otro, los guardianes protegieron con su vida la continuidad de las auras, pero el mal siempre habitara en los corazones de los humanos, siempre regresa.

  • Saber perder de David Trueba

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    Sylvia cumple dieciseis anos el dia en que comienza esta novela. Para celebrarlo organiza una falsa fiesta que solo tiene un invitado. Horas despues sufrira un accidente que significara su entrada en la vida adulta. Su padre, Lorenzo, es un hombre separado que trata de tapar los agujeros que el fracaso laboral han causado en su rutina. Ariel Burano es un joven jugador de futbol que deja Buenos Aires para fichar por un equipo espanol. La caja de los triunfos no parece dificil de abrir para su superdotada pierna izquierda y sera cuestion de tiempo que el estadio coree su nombre. El anciano Leandro, en cambio, es precisamente tiempo lo que no tiene. Estos son los cuatro personajes principales de Saber perder. Con las relaciones entre ellos se trenza un apasionante relato de supervivientes. Una mirada inteligente, llena de humor y emocion, pero que reivindica, por encima de todo, la maravillosa aventura de vivir. <> (Ricardo Senabre). El mejor libro del ano segun El Cultural de El Mundo. Premio de la Critica 2009.

  • Deseo (Mount 3) de Meghan March

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  • La mirada del highlander (Guerreras) de Emma G. Fraser

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    14 de noviembre de 1650 Aquel dia de noviembre habia amanecido lluvioso. El invierno se aproximaba y pronto no podria cabalgar a ese lugar tan especial en el que siempre se veia con el que consideraba que era su gran amigo del alma, aunque en su joven corazon tenia ciertos sentimientos a los que aun no habia podido ponerles nombre debido a que jamas nadie le habia explicado que era amar de verdad. El viento rozando sus rosadas mejillas hacia que Sheena MacLeod, unica hija del jefe del clan MacLeod del norte de Escocia, cerrara los ojos y disfrutara de la humedad que arrastraba la fina llovizna. La joven cabalgaba a toda prisa hacia otra de sus innumerables citas que tenia con el que era su amigo desde la infancia: Alasdair Mackay. Este era hijo de Ian Mackay, gran enemigo de Arthur, padre de Sheena, desde hacia muchisimos anos. Sin embargo, hubo un tiempo en el que ambos padres eran intimos amigos, pero un malentendido entre ellos provoco que la amistad que los unia desde que eran pequenos desapareciera y diera paso a un intenso rencor que duraba ya gran parte de la vida de ambos. No obstante, ambos jovenes habian coincidido en innumerables ocasiones y habian forjado una amistad tan fuerte que ni siquiera el yugo de sus padres era capaz de romper. Desde hacia varios anos, Sheena y Alasdair se veian a escondidas de sus respectivas familias a orillas de una pequena charca a medio camino de las casas de ambos. Por eso, aquel dia de comienzos de noviembre Sheena se habia preparado para acudir al encuentro de Alasdair. Su pelo siempre suelto y rebelde como ella ondeaba con el intenso viento y comenzaba a humedecerse con la lluvia. Sin embargo, no le importaba. A pesar de que las instructoras que su padre habia puesto a su cargo habian intentado hacer de ella una joven fina y educada que dedicara su vida a la labor y a tener hijos como todas y cada una de las chicas con las que se habia cruzado, Sheena habia forjado su propio futuro y siempre habia tomado las decisiones que le dictaba su joven corazon. Era una rebelde por naturaleza, y el hecho de haber crecido sin una madre que sirviera como referente de educacion y buenos modales habia provocado que la joven fijara sus ojos en su padre. Por ello, desde muy pequena habia mostrado interes por las espadas y el arte de la lucha, ya que desde su habitacion siempre habia visto a su padre entrenar en el patio junto a sus hombres. Siempre se sentaba al lado de su padre para que este le contara historias de sus incontables aventuras desde que era apenas un adolescente, y Sheena sonaba con ser algun dia una buena guerrera como el. Con el paso del tiempo, la joven habia aprendido a manejar la espada como cualquier otro hombre del clan, aunque una de sus grandes habilidades era el manejo del arco, pues poseia una punteria que era envidiada por todo el clan. Sheena sonrio cuando espoleo al caballo para que este fuera mas deprisa. Le encantaba sentir la libertad que le proporcionaba el animal cuando este aumentaba la velocidad. Le quedaba tan solo media milla para llegar al lugar de encuentro, y a medida que se acercaba sentia que este se encontraba cada vez mas lejos de ella. No entendia el motivo de su nerviosismo. Disfrutaba de la compania de Alasdair y siempre se le encogia el corazon cuando llegaba el momento de la despedida. Su corazon se acelero cuando diviso la charca y a sus oidos llego el sonido del agua cayendo por la pequena cascada. Su sonrisa se ensancho aun mas e intento disfrutar del increible paisaje que habia a su alrededor. Un manto de color verde se extendia bajo los pies del caballo y cuyo fin le era desconocido. La arboleda que la rodeaba se alzaba sobre sus hombros impidiendo que la poca luz del dia penetrara entre las hojas y le iluminara el camino hacia su deseado destino. El canto de los pajaros la acompanaba y parecia haberse contagiado del entusiasmo de la joven y le daba la bienvenida como otras tantas veces desde hacia varios anos. Cuando tan solo quedaban unos metros para llegar a las rocas que bordeaban la charca, Sheena bajo del caballo y decidio recorrer el trecho a pie, disfrutando de la soledad del momento. La joven se aproximo a uno de los arboles, amarro fuertemente al caballo y despues se aproximo al agua para disfrutar del sonido que desprendia la cascada mientras esperaba impacientemente la llegada de Alasdair. Sabia que esa seria una de las ultimas visitas a ese lugar antes del comienzo del invierno, que traeria consigo intensas lluvias y nevadas que harian practicamente imposible una visita a ese precioso lugar. Por ese motivo, y sin saber aun por que, habia dedicado mas tiempo esa manana a acicalarse para el encuentro. Sheena se arrodillo en una de las piedras que sobresalian del agua y acerco su rostro al agua para ver su reflejo en ella. Deseaba saber que todo estaba en su sitio antes de la llegada de Alasdair, sin embargo, su reflejo le devolvio la misma vision de siempre: su pelo castano y ondulado se mostraba encrespado por la humedad que la lluvia habia traido consigo. Su rostro ovalado y fino aparentaba una calma que en realidad no sentia en ese momento. Y la ropa se habia humedecido y descolocado con la intensa cabalgata a la que habia sometido al caballo. Sheena se paro unos segundos para mirar detenidamente su rostro. Su padre siempre habia mostrado admiracion por su belleza, indicandole que la habia heredado de su fallecida madre, que habia muerto en el parto de la joven. Desde muy pequena, los ninos que vivian en los alrededores del castillo habian mostrado su interes por ella, sin embargo, Sheena nunca habia entendido esa fascinacion que sentian hacia ella, ya que la joven no era capaz de reconocer la belleza de su rostro, que se habia intensificado cuando llego a la adolescencia. Por eso, a sus escasos dieciseis anos aun no se habia dedicado a mirarse detenidamente para averiguar que tenia su rostro de especial. Y menos aun comprendia por que habia elegido precisamente ese momento para admirarse. Sus ojos eran de un intenso color aguamarina, poco comun entre las mujeres que ella conocia. Sobre sus labios gruesos y rosados asomaba una nariz pequena y chata que estaba plagada de numerosas pecas, al igual que en sus palidas mejillas, que en ese momento estaban rosadas por el frio. Su cuello era delgado y largo y se escondia entre los ropajes que habia elegido para la ocasion: un cenido corpino de color verde con un bordado plateado de flores y un pantalon de lana con los colores tipicos del clan MacLeod. Se arrepintio de no haberse puesto una de las faldas que guardaba desde hacia tiempo en el fondo del arcon de su dormitorio, aunque ella siempre habia preferido usar para montar a caballo un pantalon, ya que le resultaba mas comodo. Sonrio al recordar los gritos de sus cuidadoras cuando la veian lucir esos pantalones que ellas consideraban de hombres. Pasados unos minutos, Sheena se incorporo y decidio sentarse a la orilla de la charca a esperar. Estaba segura de que Alasdair no tardaria en llegar, por lo que, tras un suspiro, se sento en una de las piedras que bordeaban el agua y se dedico a observar con detenimiento la caida de la cascada. Desde que habia descubierto aquel lugar tan especial se sentia enamorada de el. No era una cascada facil de encontrar para quienes atravesaban el bosque, y siempre se habia sentido segura y protegida de miradas indiscretas que pudieran descubrir su amistad con el que debia ser su enemigo. No podia ni queria imaginar lo que diria su padre si en algun momento de su vida descubria su amistad con el hijo de su peor enemigo. Sheena habia crecido escuchando barbaridades del clan Mackay, especialmente de Ian, su jefe y padre de Alasdair. Sin embargo, estaba completamente segura de que el joven al que aguardaba con insistencia era diferente de lo que su padre contaba de Ian. Siempre habia mostrado respeto hacia ella y la habia tratado como a un igual, tan igual que a veces pensaba que la veia como a una hermana a pesar de que ella se ponia nerviosa cada vez que se aproximaba el momento de verlo. Sheena fruncio el ceno ante ese pensamiento. ?Que sentia realmente por Alasdair? Durante unos segundos, la imagen del joven aparecio en su mente. Siempre lo habia considerado un chico muy atractivo, con el rostro demasiado varonil para tener tan solo diecisiete anos. Ademas, debido al entrenamiento al que era sometido, sus musculos comenzaban a asomar entre la tela de sus ropajes e incitaban a Sheena a desear tocarlos por encima de cualquier otra cosa. Se pregunto si aquellos pensamientos eran cercanos al amor o simplemente era una joven demasiado desvergonzada que unicamente deseaba retozar con el sobre la hierba que rodeaba aquel lugar tan bonito.

  • Catedral de Raymond Carver

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    Se ha afirmado que el relato es la forma narrativa por excelencia en la literatura norteamericana actual y que Raymond Carver es el maestro indiscutible en este registro. En cada relato de Catedral se revela la presencia latente o la intrusion de terrores extraordinarios en una existencia ordinaria (Cathleen Medwick). El propio Carver ha escrito: <

  • El holocausto espanol de Paul Preston

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    La represion durante la guerra y en la inmediata posguerra contada por el mas prestigioso hispanista de la actualidad.

  • Espejo, hombro, intermitente de Dorthe Nors

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    Sonja, que tiene ya mas de cuarenta anos, vive en Copenhague. Sono con ser escritora, pero se gana la vida como traductora de thrillers nordicos ultraviolentos. La suya es una profesion solitaria, que contribuye a aislarla. Su vida es rutinaria y no se siente muy feliz con ella. Y, para colmo, empieza a padecer vertigos, acaso provocados por un problema en el oido interno, o tal vez anuncio de un proceso depresivo.

  • Los rostros del pasado (El adepto de la Reina 2) de Rodolfo Martinez

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    El adepto explora su pasado en busca de su futuro