• libro una vida con angeles - Tania Karam

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  • Una vida con �ngeles / Life with Angels Tapa blanda

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  • Conecta con tu misi�n de vida de la mano de tus �ngeles eBook

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  • Libro Una vida con �ngeles - Tania Karam

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  • Una vida con �ngeles by Tania Karam - Goodreads

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  • Conecta con tu misi�n de vida de la mano de tus �ngeles

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  • Una vida con �ngeles - El P�ndulo

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  • El Alcalde y la Activista: Todo vale en la politica y en el amor de Laura Benet

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    Cristina es una joven idealista y romantica, que cree en la vida sana y en la defensa del medio ambiente. Esta dispuesta a todo con tal de defender aquello que le importa. Hasta de enfrentarse al alcalde y a quien haga falta, sin medir las consecuencias. Aunque ese alcalde tan guapo y atractivo no quiera escucharla.

  • Amor, siempre mi amor de Connie Daniels

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    Fui una fisioterapeuta por obligacion pero de eso ya un buen tiempo. Ahora me dedico a realizar mis suenos. Tengo un pequeno cafe en la ciudad y es lo justo y necesario para hacer de mis dias los mas luminosos. Hasta ahora.
    Ver pasar por la puerta a mi ex, que no solo era alguien a quien me costo olvidar si no que su presencia traia a mi un doloroso recuerdo, fue algo mas que sorprendente. Verlo revivio todo por lo que pasamos. Lo ame con todas mis fuerzas, pero su vida como jugador de futbol americano no se podia complementar con formar un familia y finalmente todo se desmorono.
    Ahora, despues de tantos anos, estaba aqui, y elevaba mi pulso, no lo odiaba pero no estaba segura de quererlo cerca. Pero las circunstancia de la vida son como son y aqui estaba, ayudandolo para ayudarme.
    De aqui en mas este pedazo de mi vida, se vuelve enredos, enfrentar miedos y tomar decisiones... No es facil darse cuenta que a quien se ama de verdad nunca se le olvida y tampoco es facil saber si vale la pena perdonar a este nivel. Pero donde hubo fuego, cenizas quedan y aqui esto se puede volver incendio...

  • ?Puede Pensar una Maquina? de Alan M. Turing

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    En 1947 Alan M. Turing pronuncio una conferencia ante un auditorio compuesto en su mayor parte por miembros del National Physical Laboratory de Londres en la que intentaba responder a la vieja y controvertida pregunta ?Puede pensar una maquina? Lo expuesto en ese acto aparecio publicado tres anos mas tarde en Mind -- una importante revista de filosofia britanica-- y es lo que ofrecemos aqui al lector en su traduccion castellana. Este texto se convirtio enseguida en uno de los escritos fundacionales de la logica informatica y la inteligencia artificial, al presentar las lineas generales por las que deberia discurrir una respuesta precisa y manejable (aunque no indiscutible) a la pregunta formulada. Se trata del famoso Test de Turing, una prueba para decidir si una maquina es inteligente (o <>). Para ello Turing diseno un juego de imitacion en el que participan una maquina y seres humanos; podemos decir que una maquina piensa si un ser humano que se comunica con la maquina y con otros seres humanos no logra distinguir cuando su interlocutor es una maquina y cuando un humano. Una <> como la que participa en el juego, es un dispositivo ideal de calculo, capaz de resolver una funcion computable --una funcion cuya solucion es susceptible de ser obtenida por un procedimiento mecanico--. Pero lo mas significativo es que Turing demostro que hay una maquina peculiar --la maquina universal de Turing-- en la que se puede representar cualquier maquina que sea capaz de computar una funcion particular. De acuerdo con esto, una maquina universal de Turing seria una especie de sistema operativo en el que se implementan diferentes programas (maquinas de Turing especiales), un poco a la manera en que nos es familiar en los ordenadores personales. La denominada <> como modelo capaz de simular la mente humana y, por ende, el pensar, tiene aqui su fuente.

  • TE QUIERO EN MI VIDA AYER, HOY Y SIEMPRE de Sabina Rogado

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    Una pregunta que Alexia le hace al que sin ninguna duda es el amor de su vida…
    Una respuesta que no es la esperada…
    Y una decision que hara que todo cambie, en la particular historia de dos jovenes, que no saben muy bien como llevar la historia de amor en la que estan envueltos…
    Asi comienza TE QUIERO EN MI VIDA AYER, HOY Y SIEMPRE. Una historia en la que Robert no estara dispuesto a consentir que nadie, (ni siquiera la unica mujer que ha logrado llegar hasta su corazon), irrumpa en su vida poniendola patas arriba despues de atreverse a formular una pregunta que nunca debio hacer, dando lugar a un empeno desmesurado de establecer unos limites infranqueables que no estara dispuesto a permitir.
    Y por la otra parte, una Alexia realista, intentara afrontar el tipo de relacion que Robert esta dispuesto a ofrecer (sin compromisos de ningun tipo), para finalmente tomar una decision trascendental, y que posiblemente sea la mas dificil de su vida, y que hara, sin ella pretenderlo, que todo vuelva a cambiar a raiz de la dura decision.
    Si crees en el amor y en los finales felices, sin ninguna duda TE QUIERO EN MI VIDA AYER, HOY Y SIEMPRE es tu novela…
    ?Te atreves a leerla?

  • Suenos rotos de Manoli Madrono Gomez

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    Elena es una joven sonadora, la cual, quiere ser en unos anos arquitecta, pero todos sus suenos se vendran abajo al poco de empezar sus estudios en la universidad. Al principio todo sera maravilloso al conocer a Josue y Oscar. Dos jovenes con los que tropezara en la universidad. Pero su vida dara un giro brusco al conocer una verdad escondida de su familia, de la cual no tienen ni idea su hermano, menor, Hector y ella. Sus suenos e inocencia se veran envueltos en una cuerda floja la cual amenaza con romperse en cualquier instante. Pero sea como sea, Elena debe saltar todos los obstaculos en los que se vera envuelta en el camino hacia sus suenos y su propia felicidad, aunque en ese camino se dara cuenta que nada en esta vida es facil.

  • Como cualquier hombre de Gayle Kaye

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    Candy Porter era una periodista dispuesta a demostrar que la imagen sexy de los cowboys era solo un mito sin fundamento. Pero lo primero que descubrio Candy fue a Tanner Carson, un hombre que echaba por tierra su teoria con su metro noventa y sus musculos de cowboy de Texas. Carson era un ranchero capaz de “domar” a cualquier mujer de la gran ciudad. ?Podrian aquellos dos caracteres tan diferentes encontrar el modo de dar rienda suelta a su amor?

  • Sangre fria de Douglas Preston , Lincoln Child

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    El misterio que rodea a la mujer de Pendergast se hace cada vez mas impenetrable y el inspector descubre que en realidad no sabia casi nada del pasado de su esposa.

  • Sexy, Yogi, Sandwich 2 de Coco Duval

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    Mi vida en un Sandwich 2. Me llamo Johanna Mayer, tengo 36 anos y estoy echa un lio. ?Se puede querer a dos personas a la vez? Si. Yo soy la prueba.

  • Shokunin de David B. Gil

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    Shokunin es un spin-off de El guerrero a la sombra del cerezo, la novela de ficcion historica mejor valorada en las librerias on-line.

  • ?Y si el secreto de la felicidad estuviera en la mente? de Alejandro Gonzalez

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    – ?Donde escondieron la felicidad?
    – ?Por que aprender a meditar?
    – ?Como empezar a meditar?
    – Tipos de meditacion: meditacion vipassana, meditacion budista, meditacion trascendental, meditacion zen…
    – Tecnicas de meditacion
    – Los 9 niveles de la meditacion
    – Antar Mouna o silencio interior
    – Concentracion o Trataka
    – Meditacion y conciencia testigo
    – Relajacion
    – Yoga Nidra
    – Yoga del sonido (Nada Yoga y Mantras para meditar)
    – Respiracion y Pranayama
    – Mindfulness o como disfrutar de la vida
    – Estado de flow
    – Haz que suceda

  • Un pueblo traicionado de Paul Preston

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    La historia del siglo XX espanol contada por el eminente hispanista Paul Preston.

  • Un highlander a la altura (Viaje por las Highlands 2) de Sonia Lopez Souto

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    Aileen se siente atrapada en un mundo donde las mujeres deben permanecer en casa mientras los hombres se juegan la vida en el campo de batalla. Su amor por las armas y su falta de interes en las labores del hogar hacen de su vida un desastre. Las continuas peleas con su padre parecen no afectarle ya, pero cuando descubre los planes que este tiene para ella, huye de su hogar segura de que asi podra ser libre al fin.Tres anos tardara en comprender que su familia es muy importante para ella. Pero cuando esta dispuesta a regresar, una ultima mision podria cambiar su futuro para siempre.

  • El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza

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    Las enigmaticas desapariciones de ninas del colegio de las madres lazaristas de San Gervasio son el punto de inicio de la aventura indagatoria que tiene como protagonista a un cliente del manicomio, quien, obligado a convertirse en investigador, se vera envuelto en toda clase de percances de los que lograra salir llevando a cabo su cometido y descubriendo una intrincada farsa de gente pudiente. Aparentemente nivelada y lisa, la escritura de Mendoza constituye un esplendido ejemplo de investigacion literaria personal, ajena a todo mimetismo, que ahonda en las posibilidades de volver del reves, sin infringirlas a primera vista, las posibilidades del relato tradicional, e indagar asi, como un buen detective, o como un personaje de Henry James en el dibujo que se nos muestra al dorso del tapiz de la trama. Una farsa burlesca y una satira moral y social que tiene sus raices ultimas en la picaresca y en el modelo cervantino.

  • La comunidad de Helene Flood

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    Me preguntas que cuando conoci a Jorgen. ?Te puedes creer que no me acuerdo? Debio de ser en el jardin o en la escalera o en el portal de casa, pero no lo recuerdo. Mi hijo habia nacido justo despues de la mudanza y habia sido prematuro. Eran tantas las consultas en el hospital, tantas las cosas que nos preocupaban… No lo digo por eludir el tema. Es la pura verdad. Sencillamente no me acuerdo. Pero si que me viene a la memoria la primera vez que lo vi. Tuvo que ser a principios de julio del ano en que nos mudamos. Lo puedo situar con precision porque fue pocos dias despues de adquirir el apartamento, una calurosa tarde de verano, cuando Asmund y yo aun viviamos en el viejo y ya no pude aguantarme mas: tenia que ir a ver la casa donde estaba a punto de empezar nuestra nueva vida. Ellos estaban sentados en la terraza del jardin cuando llegue. Ya sabes que el camino de la entrada pasa justo al lado. Los mire al cruzar, preparada para saludarlos, pero estaban comiendo en la mesa y ni siquiera me vieron. Eran cinco, y por lo visto buenos amigos. Yo estaba sola. Me encontraba en las ultimas semanas del embarazo, con una tripa enorme, y habia caminado a paso rapido, asi que estaba sudando muchisimo. Ademas, no los conocia. Me encerre en mi nuevo hogar. El apartamento estaba vacio. Los anteriores duenos se habian llevado sus cosas, pero habian quedado sus olores. No olia a nosotros, ?sabes a lo que me refiero? Cuando nos hicimos con el apartamento era como si hubiesemos comprado tambien un cierto estilo de vida, un espacio social, algo asi. Como si, por alguna razon, fueramos mas distinguidos que antes solo porque eramos los propietarios de esa casa, en esa direccion. Pero ahora que el apartamento se ha vaciado de su elegante mobiliario, ahora que mis pasos resuenan entre las paredes, desnudas y con agujeros de clavos, me asaltan las dudas. No encuentro otra manera de explicarlo: tengo la impresion de haberme disfrazado con unos zapatos demasiado grandes para mi. En la cocina, me acerque a la ventana y observe la terraza y a quienes estaban sentados alli. No abri la ventana aunque hacia calor. No se. Tal vez no queria importunarlos. Por lo visto habian terminado de cenar. Habia algunas botellas de vino en la mesa. Charlaban y yo oia sus voces pese a que las ventanas estaban cerradas; no lo que decian exactamente, pero si el tono. Fuera el tema que fuese, el debate parecia intenso, si bien el ambiente era bueno. De tanto en tanto rompian a reir, los cinco a coro. Eran tres hombres y dos mujeres. Reconoci a uno de los hombres: era un cineasta que habia realizado un polemico documental un par de anos atras. No recuerdo sobre que…, los refugiados, su integracion o algo asi. La prensa habia escrito mucho sobre ello. Tambien una de las mujeres me sonaba; tenia la impresion de haberla visto en la television. Sentados a uno de los lados largos de la mesa habia un hombre y una mujer que claramente eran pareja. El tenia el brazo apoyado en el respaldo de la silla de la mujer, y, en una de esas, cuando algo los hizo reir a todos, ella se volvio hacia el sonriendole y le retiro algo de la mejilla. Luego el movio el brazo y se lo puso en la parte baja de la espalda. La mujer se acerco hacia la mesa para decir algo. Llevaba el pelo largo, de un rojo intenso, recogido en una trenza espesa y bien atada, y al inclinarse hacia delante para hablar la trenza se le deslizo a un lado. Su marido, sentado junto a ella, la tomo con cuidado para recolocarla en su lugar. La mujer se volvio hacia el, consciente de que la tocaba, y siguio hablando sin dejar de sonreirle. Tal vez estaba contando algo que habian vivido juntos. El hombre me daba la espalda, de modo que no me resultaba facil verle el rostro, pero cuando miro hacia un lado pude apreciarlo. Era guapo, con el cabello ondulado tirando a gris. Pomulos prominentes y una sonrisa amplia y seductora que parecia usar a menudo. Le eche cuarenta y pico, quien sabe si ya rozaba los cincuenta. Era Jorgen. Aquella fue la primera vez que lo vi. Como no parecian advertir mi presencia, me quede alli y segui mirandolos: cinco amigos que hablaban de cosas importantes en torno a una mesa durante una noche de verano en un jardin de Kastanjesvingen. La mujer de la trenza se levanto. Cogio una bandeja vacia de la mesa y se dirigio hacia el camino que lleva al portal de la casa. A mitad de trayecto me vio. Era evidente que yo estaba ahi, de pie, en medio de la ventana. No es que estuviera fingiendo que no los observaba. Me habia quedado como fascinada, y no se me ocurrio que tendria que haberme apartado de alli. La mujer se detuvo para mirarme. Alce la mano en un gesto de saludo. La mujer no se movio. No me devolvio el saludo. No me sonrio, pero tampoco parecia molesta. Su expresion era casi neutra. Se quedo un instante ahi mirandome, solo un momento, luego siguio su camino. Desde donde estaba la oi abrir la puerta del portal. Me aleje apresuradamente de la ventana, avergonzada por haberlos estado observando con tanto descaro. Lo note en el estomago: me habia comportado de manera inapropiada. Me senti abochornada. El primer sabado Los arboles que me rodean son de hoja caduca, con copas enormes y ramas robustas, muy distintos a los abetos del bosque cercano a la casa donde creci. Y, sin embargo, se, a la manera en que saben los que suenan, que me encuentro en el bosque de mi ninez. Lo conozco bien: se lo facil que es desaparecer en su interior. Recorres senderos que conoces. De repente te sales del camino siguiendo el ruido de un ciervo o porque atisbas unos arandanos exuberantes un poco mas alla, y, al volver, todo ha cambiado. Mires donde mires, hay arboles oscuros y silenciosos, hileras y mas hileras, y ninguno se parece a los que ya conoces. En el sueno estoy buscando a alguien que ha desaparecido. Al principio no se de quien se trata. Luego caigo en la cuenta de que son mis hijos. !Lukas!, grito, y echo a correr. !Emma! Ante mi, el bosque se abre a un calvero. No es grande, como mucho cinco metros hasta que el bosque espeso empieza de nuevo, pero aqui el sol se cuela entre las copas; es un sitio luminoso y calido, en las laderas crece hierba joven. Me detengo. El lugar es hermoso, pero algo no encaja. Siento un nudo en la garganta y me cuesta respirar. Algo espantoso ha sucedido. En el salon hace frio por las mananas. Cierro a mis espaldas la puerta del dormitorio con sigilo: no quiero despertar a los demas. En la luz sin relieves de la manana, el salon me resulta desconocido. Tal vez mi cuerpo aun este sumido en la pesadilla, porque los muebles parecen enormes y severos. Los estantes parecen cerrados y la mesita del cafe, desacostumbradamente pulcra. Mis pies absorben el frio del suelo. Junto a la entrada encuentro mis zapatillas. Me las calzo y voy a la cocina. Tambien aqui me sorprende la pulcritud. Anoche Asmund y yo compartimos una botella de vino mientras veiamos una pelicula bastante mala, aunque quien sabe si luego mejoro algo. Me entro sueno y me fui a la cama a media pelicula. Asmund debio de limpiar cuando acabo. La luz roja del lavavajillas me dice que el programa ha terminado, de modo que, por una vez, se acordaria de ponerlo en marcha antes de acostarse. Me apoyo en la encimera de la cocina. Este espacio es el principal argumento en la venta de nuestro apartamento. Fue aqui donde se tomo la fotografia que ocupaba por entero la primera pagina del folleto que nos mostraron en nuestra primera visita. La cocina es grande y luminosa, y mientras que el resto de las ventanas dan o bien a un muro lleno de vegetacion que se levanta detras de la casa, o bien al edificio de al lado, las de la cocina se asoman al jardin. Para aprovechar mas la luz, el arquitecto que diseno el edificio alla por los anos cincuenta hizo de esta pared una larga sucesion de ventanas. Hemos colocado la mesa de la cocina justo delante, de modo que, cuando nos sentamos ahi, podemos ver el pequeno jardin entero: la terraza con sus muebles de exterior, el anoso manzano, la hilera de buzones y la valla de listones blancos. Mas alla se extiende Kastanjesvingen, la calle sin salida que termina en una rotonda a unos cuarenta metros de nuestra puerta. Al otro lado de la calle hay casas unifamiliares; algunas de ellas datan de la decada de los cincuenta, como nuestro edificio de cuatro apartamentos, pero otras son mas recientes. Y mas alla de esas casas se alza Bakkehaugen, la colina que nos separa del centro de la ciudad. Y, aunque no pueda verla desde las ventanas de la cocina, saber que la ciudad esta justo ahi detras me produce una calida sensacion de hogar. Pensar que vivimos asi, en una apacible calle cerrada, pero con la ciudad tan a mano que casi se puede tocar. Me siento. Estoy en silencio, a la escucha. ?Hay alguien despierto ahi arriba? ?Se mueve? ?Los ruidos que oigo provienen de el? Es demasiado pronto, eso si que lo se. Puede que sea yo la unica que no duerme en toda la casa. Con todo, el silencio no es total. Las paredes no estan bien aisladas; se oyen incluso vientos moderados, las ramas del castano cuando chocan contra la ventana del salon, el crujido de los tablones cuando algun vecino camina. Todavia tengo sueno y me desperezo. Anoche me dormi profundamente. No he oido a Lukas subirse a nuestra cama. Me he despertado a oscuras y asustada por la pesadilla; al abrir los ojos, he visto su cabello revuelto, su manita cerca de la mia, los deditos con mugre bajo las unas y una tirita verde que le cubria una herida invisible en el dedo indice. He sentido un alivio enorme despues del sueno. Alli estaba el. Todo estaba bien. Le he revuelto el pelo. ?A que hora habra entrado en la habitacion? Al otro lado de la calle veo a Rikard Hoffmo salir de su casa marron. Se detiene en los escalones de la entrada y mira a su alrededor como un terrateniente que vigila sus dominios. Tiene los brazos en jarras, las manos a cada lado de su voluminosa barriga. Se estira, lleva las caderas a un lado y luego al otro; la barriga le cuelga y se balancea por encima de la cintura. Se prepara para salir a correr, pues el es asi: ya ha cumplido los setenta y va a correr dos veces por semana, haga el tiempo que haga. Su conjunto deportivo azul, con una tira blanca en cada pierna, es un superviviente de los anos setenta, lo que le confiere un aspecto si cabe aun mas comico. Pero Hoffmo tiene algo, una especie de autoridad natural, que te quita las ganas de encontrarlo risible. Nos llevamos bien, el y yo. <> Nos llamamos por el apellido a modo de broma. Ahora se dobla hacia delante. Toca el suelo. Es agil para un hombre de su edad y corpulencia. Vuelve a erguirse, hace un estiramiento y ya esta listo para correr. Levanto la mano para saludarlo desde la ventana, pero no me ve. Oigo pisadas de nino antes de que Lukas entre en la cocina, con esos piececitos veloces que golpean en el suelo. Se agarra a mi y se me sube al regazo. Me apoya la cabeza en el hombro y cierra los ojos. Seria perfectamente capaz de quedarse alli dormido; es capaz de dormirse donde sea. Una parte de mi quisiera que lo hiciera y pasar el tiempo asi, sentada en paz con el nino adormilado encima. --Lukas --le digo--, ?esta noche has entrado tu solito a nuestro cuarto? Abre los ojos y me mira. --Si. Pero no es una afirmacion, sino mas bien una pregunta. ?Si? ?Yo hice eso? --Es que no te he oido entrar --le comento. No considera que esto merezca respuesta. Apoya de nuevo la cabeza en mi hombro y cierra los ojos. Respiro hondo, atenta a senales de vida en el apartamento de arriba. Lukas abre de nuevo los ojos. --Mami, ?podemos buscar mi tiranosaurio grande? Me levanto y veo a Hoffmo correr con pasos cortos y ligeros por el camino de acceso a su garaje. Se apoya en el porton y me ve. Alza la mano para saludarme y le devuelvo el saludo con un gesto militar en honor a su hazana deportiva, lo que le produce una risa que sacude en oleadas su voluminosa humanidad. Despues de desayunar, hacemos las camas y nos preparamos para un dia que se presenta de lo mas ajetreado. Ya hace tiempo que lo hemos planificado todo. Ahora solo falta poner los planes en marcha. Asi seran nuestros fines de semana hasta diciembre. A veces pienso que somos hamsteres en una rueda, de camino a una cita para luego acudir a la siguiente, en una cuesta arriba que no termina jamas. Hace algunos anos fantaseaba con la idea de poner la casa en alquiler, retirar nuestros ahorros del banco y comprar cuatro billetes para volar a Vietnam. Vivir alli de un hotelito que tendriamos junto a la playa. Vivir en el ahora. Disponer de tiempo para nosotros, para los ninos. Ver los dias pasar. No vivir contra reloj, cumpliendo tareas y terminandolo todo antes de desplomarnos en la cama para recuperar fuerzas y empezar de nuevo al dia siguiente. No. Yo quiero vivir. De verdad. Una vida autentica, en contacto con la naturaleza. Hoy ya no pienso asi. En la playa de Vietnam habrian pasado otras cosas: nos habria preocupado la rentabilidad del hotel; a los huespedes les habria molestado esto o aquello; habriamos sufrido inundaciones y temporadas de sequia; las tuberias estarian deterioradas por los anos y resultaria demasiado caro reemplazarlas. Y asi sucesivamente. Asmund rescata una camiseta de entre la ropa que se amontona en un rincon. Mientras hago la cama le hablo de mi sueno, aunque ya no logro recordar los detalles: estaba buscando algo y tenia miedo. --Debo de haber dormido profundamente --le digo--, porque Lukas entro en el cuarto y se acosto entre los dos sin que me despertara. --Tenemos que quitarle esa costumbre --comenta Asmund mientras se ajusta el reloj a la muneca--. Ya es lo bastante mayor como para dormir solo. --Solo tiene cuatro anos --replico. --A los cuatro anos Emma dormia toda la noche en su cama --senala Asmund--. Y eso de dormir de dia…, de verdad que eso tiene que acabar, Rikke. Ya es muy mayor para necesitar una siesta por las mananas. --Claro --contesto sin ganas de seguir discutiendo. Lukas es mi nino de la suerte. Nacio dos meses antes de tiempo. Estabamos mudandonos al apartamento cuando llego. Yo estaba sacando tazas y abriendo cajas cuando un dolor muy agudo se me extendio por el estomago y la espalda. No se donde estaba Asmund, probablemente trayendo muebles nuevos. Emma se hallaba en casa de la abuela. Yo me encontraba delante de los armarios vacios de la cocina y pense: ?Me habre pasado? ?Habre hecho demasiados esfuerzos? ?Deberia sentarme un rato? Llegue al hospital ya casi de parto. Llame a Asmund mientras esperaba al taxi. Se precipito al coche y llego al hospital justo a tiempo. Se llevaron al nino en cuanto nacio: tenian que hacerle pruebas, medirlo, pesarlo. El tiempo era oro y algo de informacion debio de perderse en medio de aquel frenesi, o puede que me extraviara en las brumas del parto, porque no entendia la situacion, porque no sabia como estaba el nino. ?Estaba vivo o no? Solo sabia que se lo habian llevado. Me volvi hacia Asmund: --?Hemos vuelto a ser padres? Asmund estaba llorando, pues el es asi, no lo puede evitar, se le saltan las lagrimas en bodas y bautizos. Entro una doctora, ceno fruncido y labios apretados, y yo al verla asi pense: El nino ha muerto. Senti el miedo primero como un golpe en el estomago, pero luego se extendio por los brazos y las piernas, se apodero de todo mi cuerpo. Ni la doctora ni Asmund se dieron cuenta, pero en los segundos que pasaron antes de que nos dijera que todo estaba bien, que el nino era pequeno pero fuerte, que habria que hacer un monton de pruebas, que tal vez resultase necesario realizar un seguimiento en el hospital, pero que todo saldria bien…, durante esos segundos estuve segura de que lo habia perdido. Era mi realidad. Y luego, al caer en la cuenta de que no lo habia perdido, probablemente, mi alivio fue tan grande que todo lo demas, el riesgo de asma y de TDAH, o los posibles problemas pulmonares, no me preocupo lo mas minimo. He vuelto a ese momento una y otra vez. Aun lo hago. Mi nino de la suerte. De una forma u otra es un premio. Lo habia perdido. Lo recupere. --Ya estoy --dice Asmund. Va vestido de ciclista, conjunto negro con rayas amarillas. Mientras yo llevo a Emma al teatro del colegio, y desde ahi ire a un cafe donde he quedado con mi hermana, el se llevara a Lukas de paseo a Baerum para que vea a amigos. Claro, va con la bici electrica, pero vestido como si fuese a correr un maraton. Ha engordado algo en estos ultimos anos. No tiene nada de extrano, estas cosas pasan. Sus amigos tambien han cogido peso. Algo les ha ocurrido mediada la treintena. Algo que ha dejado huellas fisicas. --?Que pasa? --me pregunta. --?Que pasa de que? --?Que me miras? Sonrio. --Tu atuendo --le contesto. --Ya. Eso. ?Me aprieta? ?Me queda muy justo? --No, para nada. Se ve muy profesional. Me hace un guino. --El Tour de Tasen, carino --dice mientras va al salon. Lo oigo alzar a Lukas en alto y soltar un rugido. Lukas se rie. La culpa me raja el estomago, rapida y dolorosa. Alla va. El padre de mis hijos, el hombre al que prometi amar y honrar. Termino de hacer la cama y recojo la ropa sucia del suelo. Arriba el silencio sigue siendo total.

  • El secreto de Amber de Josi S. Kilpack

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    ?Por que habria de casarse por algo tan pasajero como el amor? La vida da muchas vueltas…
    Amber Marie Sterlington, la sensacion de la temporada en Londres, ya ha elegido a unos cuantos hombres, y sabe que es lo que mas le importa en un marido: que tenga un titulo y fortuna. ?Por que habria de casarse por algo tan pasajero como el amor? ?Y por que habria de mirar mas de dos veces a Thomas Richards, el tercer hijo de un hacendado rural?
    Sin embargo, cuando su estatus social se ve amenazado por un secreto que la agobia, el caracter de quien sea su futuro esposo se convierte en algo mucho mas importante que su posicion. Tras sufrir una humillacion publica, se ve desterrada a Yorkshire. Sola, con la unica compania de su doncella, Amber tendra que enfrentarse a un futuro y una vida que esta muy por debajo de lo que ella siempre ha conocido. Humillada y abandonada por todos, empezara a plantearse si esa soledad sera lo mejor. Despues de todo, ?quien podria quererla ahora?

  • Natalia sobre ruedas de Elsa Tablac

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    Un "zangano con monopatin". Esa es la impresion que Natalia se lleva de Alvaro una manana que chocan en plena calle, mientras el da un salto con su tabla de skateboard.

  • El estilita de Uri Costak

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    La historia tiene lugar en el pequeno pueblo frances Gyors de la Montagne, y podria suceder ayer, hoy o manana. Todo se centra en una pequena plaza mayor, sobre todo, en lo alto de una columna.
    La columna sustenta la estatua ecuestre del Conde Italo Rodari, un prohombre de la zona y reclamo turistico del pueblo. Despues de que durante una tormenta un rayo parta la estatua en mil pedazos, el pueblo ya se preparaba para enfrentarse a una involuntaria travesia por el desierto, despojados de su mayor fuente de ingresos.

  • Secuelas de un Amor (Destino 1) de Marcia Aqova

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    Valentina Evans sabe mucho de corazones rotos, de heridas profundas, de errores cometidos, pero se ha esforzado para que su pasado quede solo como un mal recuerdo, una pesadilla de la que se desperto mas fuerte y entera. Ahora los chicos ni siquiera logran impresionarla hasta que se siente atraida por unos asombrosos ojos azules con los que conecta y le despierta sensaciones nuevas.

  • Mi vida es sueno de Merche Diolch

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    Eres fuerte. No sufres. No lloras. Estas. rota.
    Mimi lucha cada dia por seguir adelante tras lo vivido hace un ano. Interpreta un papel por su familia a la que adora, porque puede soportar su dolor, pero no el de la gente que quiere. Es por eso que se levanta cada manana con el proposito de conseguir que sea un poco mejor que la anterior. Por ellos. Hasta que se reencuentra con el.
    Solo eran unas vacaciones familiares, nada complicado para mantener su imagen, pero con lo que Mimi no contaba era con Dante. Su amigo de la infancia, su confidente, su antiguo amor. Al que no ve desde hace mucho tiempo y que, por casualidades del destino, pasara las vacaciones junto a ellos.
    Le habia olvidado. Le odiaba. Se mentia.

  • Luna de sangre (Beatrix Rose 2) de Mark Dawson

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    Hace diez anos, Beatrix Rose formaba parte de un implacable grupo clandestino que se encargaba de realizar el trabajo sucio del gobierno britanico. Cuando descubrio que el jefe del grupo era corrupto, este envio a cinco de sus asesinos para que la eliminaran, pero no lograron su proposito. Craso error.

  • Londres, 1891 de Juan Ramon Biedma

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    <<El baston de paseo de Holmes seguia apoyado en la roca donde yo lo habia dejado. Pero no habia indicios de su presencia y de nada me sirvio gritar.>>

  • El sol en la cabeza de Geovani Martins

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    Un nuevo fenomeno llega de Brasil para conquistar Europa.

  • Un dia de playa de Nina Klein

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    L U N O a brisa del mar me acaricio la piel, cerre los ojos y respire hondo. Estaba mucho mejor en la playa que en la oficina, donde iba a parar. Habia decidido que ese dia --un miercoles por la manana-- era el dia perfecto para ir a la playa. Llegue a esa conclusion despues de ver el dia que se habia presentado en mi ventana nada mas levantarme: soleado y agobiante. La ola de calor duraba ya mas de una semana, y se me estaban agotando las fuerzas. Podia sentir mis neuronas derritiendose ya desde primera hora. Me habia vestido para trabajar, pero la blusa beige y el traje de chaqueta, las medias y los zapatos de tacon de tres centimetros que me habia puesto para ir la oficina se me pegaban al cuerpo. Y solo eran las siete y media de la manana. Asi que hice lo que nunca habia hecho: llame al trabajo diciendo que estaba enferma. No era la primera persona que lo hacia en la oficina aquella semana, pero si era la primera vez que yo lo hacia. Llevaba cinco anos en aquel trabajo y no me habia cogido ni un dia por enfermedad, tambien era verdad que habia tenido suerte y no habia estado enferma, pero tampoco me habia cogido ningun dia para ir al dentista, o de asuntos propios, ni nada por el estilo. Era, y siempre habia sido, la persona mas responsable del mundo. Sin embargo, de repente la sola idea de pasar un dia como aquel metida en la oficina, a pesar del aire acondicionado, se me hacia insoportable. Asi que no tuve ningun problema cuando llame, incluso la secretaria se mostro comprensiva, mejorate, me dijo, mientras yo fingia una tos y tiraba de topicos para hacerlo todo mas creible: el aire acondicionado, ya sabes. Los cambios de temperatura. Sonrei un poco mientras me extendia el protector solar de coco por el brazo derecho, luego el izquierdo. Factor 50. No habia mucha diferencia entre el color de la crema y el de mi piel. No solia ponerme morena, pero siendo abril, estaba casi fosforescente. Aunque tampoco destacaba mucho entre los otros cuerpos diseminados por la arena. Pocos, muy pocos, apenas una docena de personas repartidas por toda la playa: era un miercoles laborable de abril, y eran las diez de la manana, por mucha ola de calor que hubiese. Todos los cuerpos tenian un tono similar al mio, iban desde blanco puro hasta alguna tonalidad de rosa, exceptuando los de los chicos jugando al voleibol a unos metros de donde me encontraba tumbada en la toalla. Suficientemente lejos como para que no me diesen un pelotazo sin querer, suficientemente cerca como para poder deleitarme con el espectaculo. Volvi a mirar en su direccion al oir sus bromas y risas. Universitarios, o al menos esa era la edad y el aspecto que tenian, saltandose las clases. Aunque a juzgar por la piel morena, no era el primer dia que se las saltaban, tampoco. Amparada por las gafas de sol, admire los cuerpos bronceados, ligeramente brillantes de sudor, los musculos de los brazos al golpear la pelota. Eran tres, dos a un lado de la malla, uno al otro lado, al que le estaban pegando una paliza mientras reian. Uno de los chicos del equipo de dos se retiro un poco y saco una botella de agua de una pequena nevera que tenian junto a sus toallas. Habian ido mas preparados que yo, que estaba muriendome de sed, el agua que habia metido en la bolsa de playa se habia recalentado casi antes de salir de casa. Le observe mientras bebia, me fije en su garganta, en su cuello. Le hacia falta un corte de pelo. Se le rizaba un poco en la nuca y le caia sobre la frente. Al terminar de beber me parecio que miraba en mi direccion --el chico tambien tenia gafas de sol-- y sonreia ligeramente. Pero no estaba segura, estaba demasiado lejos para saberlo. Quizas habia visto a alguien detras de mi. Algunas chicas tambien universitarias, quizas, rubias, bronceadas y en forma, que venian a jugar con ellos. Gire la cabeza y mire por encima de mi hombro. No habia nadie, mas que un hombre de unos sesenta anos tirandole un frisbee a un perro. No habia nada de malo en mirar, me dije. Era mi dia de hacer cosas que normalmente no haria. A esa hora --mire mi reloj de pulsera, ya eran casi las once-- estaria en alguna reunion aburrida y horrible, rodeada no de cuerpos jovenes y hermosos, sino de mis companeros de oficina, hombres de mediana edad que habian perdido el pelo --solo el de la cabeza, lamentablemente-- hacia mas de una decada y si su forma de peinarse no me enganaba, todavia no se habian resignado. Con sus barrigas sobresaliendo por encima del cinturon del traje, enganando a sus mujeres habitualmente. No conmigo: ademas de no dejar que me tocasen ni con un palo, y de no creer en las relaciones en el trabajo, increiblemente, con treinta y cinco anos, era demasiado vieja para aquellos tipos de cuarenta y pico y cincuenta, que sonaban con liarse con jovencitas de veinte. Vivir para ver. Asi que decidi seguir alegrandome la vista. No solia ir por ahi acosando a hombres con la mirada, mucho menos a jovenes a los que sacaba probablemente diez anos, quizas algo menos, pero no hacia dano a nadie, recogia material para mis fantasias y, repito, era el dia en el que estaba haciendo cosas que no solia hacer nunca. Asi que le devolvi la sonrisa al chico del voleibol. Vi como volvia a inclinarse sobre la nevera, cogia otro botellin de agua y empezaba a andar hacia mi. Resisti la tentacion de volver a mirar por encima de mi hombro, en caso de que no se estuviese dirigiendo a mi, sino a alguien detras de mi. El joven atractivo se acerco. Abdominales marcados, musculos en los brazos y en las piernas. Se dio la vuelta para lanzar la pelota que tenia en la mano hacia donde estaban sus amigos, y pude admirar la espalda musculada y los biceps flexionandose. Los amigos siguieron jugando mientras el joven se acercaba. Llevaba un banador negro, no uno de esos ajustados --menos mal-- sino uno suelto que le llegaba a la mitad de los muslos musculados y morenos. Mejor no mirar muy fijamente. Volvi a alegrarme, por enesima vez, de tener las gafas de sol puestas. --Hola --dijo, con una voz grave y profunda. --Hola --sonrei. Me tendio el botellin de agua helada.

  • Los viejos amigos (Volumen independiente), Silvia Soler de Silvia Soler

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  • Vil tentacion de Lionel Torres

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    Una mujer sin limites irresistible para cualquier ser humano. Por momentos luce sensible, amiga, carinosa, decente, respetuosa, fiel, afectuosa y en otros es fria, despiadada, malevola, calculadora que esconde un secreto generando cambios en la vida de las personas que giran a su alrededor. No hay barreras a la hora de conseguir sus caprichos y en ocasiones las leyes universales juegan a su favor.

  • Pasion en Norfolk de Camila Winter

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    Ambos temian padecer ese amor enfermizo que se habia cobrado muchas vidas en el pais y en el continente: un amor atormentado sin esperanzas que arrojaba a sus victimas al suicidio.
    Kenth Derrigham era un joven heredero del condado de Norfolk: guapo, orgulloso y reacio al matrimonio. Victoria Winston, una joven mimada que habia vivido recluida en su mansion de Hampshire hasta ese momento. El destino y los planes casamenteros de la tia del joven los unieron una tarde frente al lago de la mansion Richmond. Un cuento sobre el amor y el miedo a amar en los tiempos del romanticismo.
    Ellos temian padecer “la locura amorosa”, una plaga entre los mas jovenes y la causa de muchos suicidios, pero descubrieron que era demasiado tarde para poder escapar.

  • Los perdonados de Lawrence Osborne

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    David y Jo Henniger, una pareja de britanicos sumidos en una crisis matrimonial, aceptan la invitacion de
    un viejo amigo para asistir a una fastuosa bacanal en una villa situada en medio del desierto de Marruecos. ?Que mejor que unos dias de desenfreno en una tierra exotica y sensual para avivar una relacion del todo estancada?
    Sin embargo, lo que estaba llamado a ser un fin de semana idilico se tuerce irremisiblemente de camino
    a la fiesta: David, que conduce ebrio en la oscuridad
    del desierto, atropella a un joven marroqui que se cruza subitamente en su camino. A partir de este incidente, los destinos de los personajes cambiaran de forma radical. Bajo la atenta mirada del servicio domestico marroqui, que satisface a reganadientes las extrava- gancias y los excesos de los invitados a la fiesta, David y Jo deberan enfrentarse a las terribles consecuencias de sus actos en un clima de tensiones crecientes.
    Como en El turista desnudo, Osborne despliega en esta novela su excepcional talento para captar los dilemas morales que afloran cuando los occidentales viajan al extranjero, ingenuamente confiados en el poder bal- samico del viaje, tan solo para verse obligados a lidiar, donde menos se lo esperan, con las mentiras, las con- tradicciones y los prejuicios que rigen su propia vida, asi como sus relaciones con los demas.

  • Dama Blanca de Marta Martin Giron

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    ?Que hay en la mente de un asesino?
    ?Que se cruza por la de la victima al caer en sus manos?
    Los detectives Yago Reyes y Aines Collado se enfrentan a uno de los peores casos de sus carreras como detectives de homicidios. La victima, una joven de apenas quince anos, es hallada muerta y semidesnuda en los arrozales de la localidad valenciana de Cullera. Comienza asi una investigacion a contrarreloj para atrapar al culpable. A cada paso dado, aumentan las sospechas de que alguien de su entorno mas cercano pudo ser el responsable de su muerte. Sin embargo, ahondar en sus vidas hara que salgan a la luz secretos terribles; el precio a pagar sera muy alto.

  • 6 canciones para ti (Let’s Rock) de Natalia Sanchez Diana

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    Han pasado cinco meses desde la despedida en el aeropuerto. Nicolette se ha centrado en la universidad, escondiendose en su refugio de acuarelas y pinceles para no pensar en el. Smoking Wild Demons es el grupo revelacion Y Danny Blackdadder, su estrella. Pero despues de la gira, el solo piensa en regresar a Espana para ver a la chica que ha inspirado sus canciones. Aunque el peso de la fama, la presencia de los paparazzi y su agenda apretada lo complican todo, Danny se ha propuesto que Nicolette pierda el miedo. 6 canciones. 6 momentos. Una historia de amor, Rock’n’roll y pequenos tatuajes que lo significan todo. Saga Let’s Rock 2

  • Casi compatibles de Anna Garcia

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    Elliott y Rachel no son compatibles porque tienen un pasado muy diferente.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque viven en barrios totalmente distintos.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque tienen trabajos muy dispares.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque sus amigos no tienen nada en comun.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque sus hobbies no tienen nada que ver.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque tienen diferentes prioridades en la vida.
    Elliott y Rachel si son compatibles porque los entrometidos de sus amigos asi lo deciden y porque, a veces, un 49% de compatibilidad es suficiente para darse cuenta de lo perfectos que son el uno para el otro.
    Son. Casi compatibles.

  • Yo, Sofia Martinez – Jonaira Campagnuolo de Jonaira Campagnuolo

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    Sofia Martinez es una joven espontanea, divertida e inteligente, que sabe muy bien lo que quiere y esta enfocada en alcanzar sus metas con una mente positiva y entusiasta. Al culminar sus estudios universitarios abandona la proteccion paterna y se muda a Miami, con todos sus ahorros y un manojo de ideas que la ayudaran a fundar una empresa de diseno de interiores. Sin embargo, la realidad que encuentra en esa ciudad, tan pujante y competitiva, es diferente a lo que ella habia imaginado, y eso hace temblar su determinacion.
    Pronto se da cuenta que las bases en las que estan sostenidos sus suenos son debiles y descubre ciertas facetas de la vida en las que antes no habia reparado. Como el poder seductor del amor, que es capaz de hacerte olvidar con facilidad los proyectos que te has trazado, y el llamado incesante de la familia, que en ocasiones exige tanto de ti que puede alejarte de tu camino.
    Ella no descansara hasta ver cumplidas sus metas profesionales, pero tampoco esta dispuesta a perder las nuevas emociones que encontro en esa ciudad. Necesita un equilibrio, aunque el paso que debera dar para obtenerlo podria ser muy doloroso.

  • Tras el largo viaje de Lisa Aidan

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    Actual, romantica y encantadora historia sobre amores prohibidos, reencuentros y regresos.

  • Mientras sorprendan los dias de Sara Manero

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    Pilar, enfermera separada y madre de dos hijos adolescentes, se levanta una nueva manana dispuesta a afrontar los retos de su vida cotidiana, entre los que no es el menor su lucha contra la enfermedad que padece desde hace unos anos. Poco despues suena tambien el despertador para Paco, su exmarido, a quien la separacion y un paro de larga duracion han hecho volver a la casa materna. A la misma hora, dos pisos por encima de Pilar, se despierta Mario, un vecino con quien solo ha intercambiado algun saludo cortes, pese a coincidir casi a diario. El dia se inicia con sus suenos, sus expectativas, sus temores, pero la vida esta dispuesta a sorprender a nuestros personajes de la manera mas inesperada.

  • La Bailarina y el Millonario de Katherine York

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    Malika y yo teniamos todo para ser la pareja ideal, pero no fue lo que sucedio. La conoci cuando ella aun tenia 15 anos y me enamore completamente de esa nina sonriente y traviesa. Hija del socio de mi padre, James, eramos casi obligados a pasar mucho tiempo juntos. La amistad se convirtio en citas, y entonces en matrimonio. Ella fue mi primer beso, mi primer amante y mi primer amor. Vivimos ese sueno dulce de las familias con dinero: dos herederos que se enamoraron temprano y se casaron a los 18 anos, con toda vida por delante. Eso de preocuparse por los negocios y el fin de la dinastia parecia olvidado porque ya habiamos resuelto el “problema” sin ninguna presion de nuestras familias. Asi que, entre sus estudios y los mios, seguiamos juntos, hasta que Malika se fue. Simple y naturalmente. Un dia era la mujer que conoci y de la que me enamore, otro, era como vivir con una desconocida. Desde su llegada a la escuela de medicina, Malika cambio, tratando de probar su valor a los companeros y profesores. Queria siempre ser la mejor, mientras tanto, cuanto mas lo intentaba, menos eso pasaba. Yo vivia en el trabajo con mi padre, iba a la universidad y apenas veia a mi esposa, que vivia bajo el efecto de estimulantes. Ella siempre trataba de aclararme, que yo, “como un hombre”, jamas entenderia lo que sucedia a ella por ser una mujer negra, intentando ser doctora, haciendo frente a una universidad llena de privilegios y gente odiosa. Podia sentir el asco en mi garganta por sus historias, a todo que fue obligada vivir, aunque su familia fuera rica. No puedo perdonarme por no haberme dado cuenta antes. Malika estaba rendida a farmacos que aumentaran su rendimiento y por la noche tomaba calmantes para dormir. Siempre me decia que era por lo cansancio y la creia. Jamas me queje porque tenia miedo de que me malinterpretaran y, para ser honesto, ya estabamos en dificultad, y analizar los problemas de Malika en profundo podria abrir otra puerta en nuestro matrimonio, en la que traeria a la luz el poquisimo tiempo que pasabamos juntos o cuanto de atencion dedicabamos uno al otro. Un dia, la encontre desplomada en el sofa, y me confeso haber tomado demasiados tranquilizantes, pero que fue apenas una vez. Esa vez. No voy a mentir. Fui un adolescente con mucho dinero, tuve facil acceso a todo tipo de cosas, probe drogas y bebi hasta desmayarme antes mismo de los dieciocho. No pense que fuera gran cosa Malika tratar de resolver sus problemas con las pildoras, era normal. Asi fue, tres veces mas hasta que la interrogue y descubri que no habia forma de relajarse, Malika Green era una adicta. Fui un marido de mierda que dejo que su esposa se convirtiera en drogadicta porque no se dio cuenta a tiempo. A cada dia, ella se convertia en un pedazo a menos de la mujer que conoci, y aun si, no hice nada. Malika empezo con los estimulantes, tranquilizantes y lo mezclaba todo con bebidas y cocaina. Ya no iba a las clases y esperaba que yo fuera al trabajo para comenzar su “rutina”. Esto aseguraba que por el momento en que regresara, ella no iba estar tan mal para darme cuenta. El personal de la casa no dijo nada, solo observo como se autodestruia. <> Hasta que un dia pase en casa para cambiarme la ropa. Fue por algo estupido como derramarme salsa en la camisa y necesitaba cambiarme para una junta por la tarde. Malika estaba aturdida, arrojada en una posicion antinatural en el piso de la habitacion y me dio una sonrisa ironica cuando entre en la habitacion. A partir de ese dia, me di cuenta de que no era normal. Cancele mis juntas y decidi quedarme en casa los proximos dias. Cuando se dio cuenta de que estaria en casa todo el tiempo y no podia seguir su rutina, se asusto, grito, sus ojos tenian algo brutal. – !Necesitas ayuda! – perdiendo la paciencia gradualmente — puedes ir a una clinica y… – !Se lo que es mejor para mi! – grito ella, interrumpiendome. – Malika, eres un problema… !mirate! Fueron palabras equivocadas, pero, a los 23 anos, sabia que tenia que ayudarla y me enojaba lo que se estaba haciendo a si misma. Estaba flaca, enferma, sus ojos inyectados en sangre de rabia y despecho. Tuvimos dias con ella enojada y gritando hasta que la atrape tratando de salir. Llame a James, su padre, de pronto. Malika se puso enojada por haberme contactado su padre y le informe todo lo que pasaba, pero fue apenas despues quedarse encerrada con el por mas de dos horas, que acepto la ayuda. Paso los tres meses siguientes en la rehabilitacion. En los primeros dias, la dulce y timida Malika habia regresado y me senti lleno de esperanzas. Pero hubo momentos en que no miraba a nada y no se movia por minutos. Algo en ella parecia roto y yo me senti condenado, especialmente despues de estar fuera tanto tiempo. Me senti culpable por no quererla otra vez, por disfrutar de mi vida cuando estabamos lejos. Amaba a esa mujer con locura, pero ya no queria estar con ella, no era la persona que conoci y me sentia fatal por pensar asi. Era como si su memoria fuera suficiente, y la realidad me dolia en los huesos. Despues de dos semanas de regreso, se quedaba por la casa como un fantasma, sin hablar mas que tres palabras, hasta que desaparecio. Tuve que volver al trabajo, estaba terminando mi especializacion y, aunque me sentia culpable por no estar alli las 24 horas del dia, no pude detener todo otra vez. Estuve todo tiempo posible en casa, pero Malika conocia mi rutina, y una tarde cuando fui a la oficina, no pude impedirla y simplemente se fue. Llame la policia, los detectives y cualquier otra persona que pudiera ayudarme a encontrarla antes que hiciera dano a si misma. James y yo sabiamos lo que estabamos buscando, pero no sabiamos exactamente donde. No sabiamos como siempre lograba las drogas o quien las vendia, necesitabamos contar con la eficiencia de quien estaba siguiendo los pasos de mi esposa. Dos dias despues, el detective nos informo que la habian visto en el centro de Los Angeles. Contra todo consejo, use la direccion que me dio y conduje hasta Skid Row para recogerla. Estaba solo. En ese lado de California, hay muchos antros, pero nunca hubiera imaginado que encontrar a mi nina traviesa dentro de uno de ellos. Habia ido a buscar cocaina y nunca volvio, lo cual, sospecho, era la forma de pagar el producto porque no tenia dinero. Estaba aterrorizado de lo que podrian haberle hecho. Abri la puerta de par en par despues de haber pasado por una calle llena de personas sin hogar, basura y personas que se llenaban de drogas a la luz del dia. Un pasillo largo y oscuro me saludo cuando un tipo grande parado en una extremidad vino hacia mi. Las paredes eran de un amarillo en donde se podia ver, mesclado a un color marron engrasado. – !No puedes entrar ahi! – Hablo con una mirada amenazante. – Solo vine a buscar a una persona. Voy a recogerla y me voy. – Maldita sea, ricon. Largate o te parto la cara ?oyes? – me apunto con un arma y no tuve reaccion. Era la primera vez que veia una tan de cerca. Pero yo era un hombre en una mision y no queria rendirme tan facilmente. – Ayudame con eso. Tomo a la chica y me voy…- dije, levantando los brazos en senal de rendicion. Estaba desarmado, lo cual era muy estupido, y podia ser asesinado en cualquier momento sin una forma de defenderme. Mi plan B era llamar a la policia, pero no seria agradable y no sabia que tan rapido llegarian a ese lugar a punto de derrumbarse. – Te lo dije, cabron. Sigue tu camino. Si la chica esta aqui, es porque ella quiere- senalo otra vez a la pistola – Tendre que hablar de nuev… – !Cannon! ayudame, !la puta chica esta arruinando todo! El hombre grande, Cannon asi se llamaba, rompio hasta el final del pasillo. Me fui a su espalda porque tenia un sexto sentido sobre quien era “la puta chica”. Cuando me detuve en la habitacion, habia un tipo con la verga hinchada, afuera de su pantalon y Malika estaba caida frente a el, convulsionandose en el suelo e intentando respirar. Tenia espuma en la boca y su vomito estaba en todas partes, incluyendo en el hombre que intentaba limpiarse, ignorando por completo a la mujer a sus pies. – ?Que carajo…? – dijo el guardia, mirando la confusion frente a el. – Esa mierda que le sirve Riley es demasiado fuerte, avise a la perra pero quiso de cualquier manera…- El hombre dijo a Cannon. Estaba contra el reloj y a esos hombres no les importaba Malika. Mientras trataban de averiguar que hacer, aproveche y fui hasta Malika, poniendola sobre mi regazo mientras corria por el pasillo. Los hombres gritaron, escuche que armaban la pistola y algunos susurros de “dejala, ya esta muerta”. Cuando llegue a la entrada, abri los hombros y corri hacia mi auto. Le grite a un grupo alrededor de mi coche, claramente tratando de robarlo, que se dieron un paso atras cuando vieron la condicion de mi esposa. No sabia mucho que hacer, pero era mejor conducir a un hospital que esperar ayuda en un lugar como aquello. Los espasmos se habian detenido cuando la puse en el asiento trasero y rogue en silencio que eso no significase que se asfixio. Me detuve en el primer hospital que vi y me volvi loco en la emergencia. La llevaron adentro y espere. A la media hora siguiente me converti en viudo a los 23, y todo lo que tenia para aplacar mi furia por nuestra historia interrumpida era un nombre: “Riley”. 2 Sophie Nadie esta preparado para recibir la noticia de que tiene un tumor cerebral. Si, esta soy yo. Dos desmayos en los ensayos de la Compania de Ballet de California y me fui al hospital. Me pincharon, me examinaron y me agotaron hasta sentir dolor, ahogada en una emergencia que no podia pagar. – Necesito asegurarme de que no tengas ninguna enfermedad alimentar, Sophie, la prensa esta siempre con los ojos encima- dice Rubens, coreografo, antes de enviarme al hospital. Sabia que si no tenia una buena respuesta en el proximo ensayo, estaria fuera del grupo. A los 25 anos, pense que mi vida seria diferente, pero lo que tengo me hace feliz. Fui a una universidad que hoy ya no me sirve, muy tarde, me junte a la Compania de Ballet de California. Por eso, siempre estare en el cuerpo de baile y nunca sere la Prima ballerina, la principal del espectaculo. Nunca me desanime, incluso cuando tuve que tomar un segundo trabajo para poder pagar las deudas. Como fui un supuesto “milagro” de una pareja de mediana edad, perdi a mi padre en la infancia y a mi madre poco despues de graduarme de la escuela. A los dieciocho anos, tenia mi propia casa como herencia y un futuro lleno de dudas. Estaba confundida y sola, y, en ese momento, decidi hacer cargo del legado de mi madre. Estudie finanzas como ella, trabaje con ahorros tarifarios y fui inmensamente infeliz. Me estaba enterrando en algo que no queria y necesitaba parar. Vivi en Pennsylvania, cuando fui a Wharton con una beca completa, y obtuve un trabajo en Philadelphia. Tarde un ano antes de rendirme y volver a California. Siempre baile, entrene el ballet en todos los lugares donde vivi. A mama y a papa les encantaba verme bailar y muchos de mis maestros dijeron que podian hacer carrera. Me respondieron que necesitaba una forma segura de mantenerme, y fue con ese pensamiento que me rendi a las finanzas. La seguridad se fue por la ventana cuando me puse en llanto en el trabajo. Queria ir a casa, queria bailar. Entonces, a los veinticuatro anos, y a pesar de ser demasiado mayor para las otras candidatas, hice una audicion para el Ballet de California y fui aprobada. Yo vivia agotada. Ensayaba muchas horas y trabajaba en mi otro empleo en los intervalos. He trabajado duro, mi comida era escasa, y el dolor y el cansancio hacian parte en mi rutina. Baje de peso, sentia como si cualquier viento fuera derrumbarme. Cuando me desmaye, pense que el problema era el cansancio, pero Rubens no queria dejarlo pasar. No que fuera buena onda o un amigo, no estaba preocupado por mi salud. Pero yo era parte del cuerpo de baile, y una persona menos era un problema para la compania. Cuando los examenes de emergencia fueron preocupantes, me enviaron a un especialista. No entendia bien las palabras o por que estaba con un neurologo, pero fui advertida de que necesitaba uno, urgente. Asi es como termine sentada frente al Dr. Roberts. – ?Un tumor? – Si… Es lo que muestran los examenes. Por eso hiciste tantos en un mismo dia. Querian estar seguros de eso. – Pero… Si no siento nada… – Desmayaste. Ademas, estas cansada, bajaste de peso… – Bueno… – La buena noticia es que el tumor no se parece a uno agresivo, y esta en una fase muy primaria, porque no tuviste ningun cancer que causara metastasis- Dijo, interrumpiendome y mostrandome una imagen- El tamano es constante y no tuviste ningun otro sintoma de los que he enumerado, por lo que la llevaron a la emergencia. En la resonancia, es posible ver que el tumor es un astrocitoma, el afecta lo que llamamos glia. Es lo que apoya a las neuronas. – ?Lo que estas diciendo es que mi sistema nervioso esta mal? ?Que estoy muriendo? Estaba visiblemente nerviosa, no podia dejar de mover las piernas, intentando prestar atencion. No entendia la mitad de lo que el doctor me decia, pero sabia que aquello era una sentencia de muerte. Debe ser horrible tener un empleo como ese, decir a la gente que se estan muriendo. Crei que me iba decir que necesitaba unas gafas, o unas tantas vitaminas, pero jamas que tenia un tumor. <>

  • Retando al destino de Jana Westwood

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    Anna es una bibliotecaria que vive con su amigo Pablo en el centro de Madrid. Un dia Pablo le pedira que le acompane a la fiesta de las bodas de oro de sus abuelos y alli conocera a su primo Julio, que le hara una propuesta laboral que no podra rechazar.

  • Un viaje entre dos luces de Nick Alexander

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    Una madre, una hija, una isla, un secreto.

  • Tiempos oscuros (Detective Charlie Parker) de John Connolly

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    Jerome Burnel se convirtio, anos ha, cuando trabajaba para una joyeria, en un heroe (a su pesar). Intervino para evitar un homicidio multiple, pero en su empeno se destruyo a si mismo. Su vida familiar y profesional se trunco, y el acabo encarcelado, embrutecido. Fuerzas desconocidas le humillaron, enviandolo a prision por un crimen que no cometio. Cree que es cuestion de tiempo el que esas fuerzas lo maten, pero antes de morir quiere respuestas, y recurre al detective privado Charlie Parker.
    Le habla entonces de la chica que estaba marcada para la muerte, pero fue salvada; le habla de los que lo atormentaban, y de una comunidad que se esconde en una empalizada en ruinas. Parker no es como los demas hombres. Murio, y volvio a nacer. Esta listo para presentar batalla. Y se acercara (junto a sus viejos amigos Angel y Louis) a una misteriosa y aislada comunidad, The Cut, en la que rigen el terror, la intimidacion y el asesinato, todo ello en nombre del ser al que sirven; todo en nombre del Rey Muerto.

  • Dulce y salado de Margarita B. Sainz

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    Martin no quiere ningun tipo de compromiso.

  • Martina y su caja de zapatos, Maria Gallego de Maria Gallego

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    Martina vuelve a casa un dia antes de lo previsto y al entrar en su habitacion, la escena que contempla cambia su vida para siempre. Con casi cuarenta anos, una caja de zapatos llena de recuerdos y un marido que olvidar, comienza su nueva vida.
    Una noche recibe un mensaje anonimo que la invita a participar en un extrano y sorprendente juego.

  • Ginger de Tierra Salvaje

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    Hoy es sabado, no tengo ningun plan mas alla de ver una pelicula en casa y descansar. La semana se me hizo cuesta arriba con tanto trabajo, y estoy cansado. Un dia de relax no viene mal. Cuando estaba en Netflix buscando algo medio decente para ver llaman a mi puerta. Voy al teleportero, veo que Hugo esta abajo y le abro. Hugo es mi mejor amigo. Es la persona a la que le puedo contar cualquier cosa y consigue hacerme reir siempre que nos vemos. Le abro la puerta en calzoncillos, pero que cono, el es mi amigo. Con el no tengo que recoger los platos sucios de la cocina ni la ropa del viernes todavia tirada en un sillon. Es Hugo, hay confianza. --Joder, tio, ?que haces de esa guisa? -- ?Que pasa? Iba a ver una peli tranquilo --No me digas que ya te has olvidado del cumple de Ruth. No puedes ser mas capullo ni intentandolo. --Dijo mientras empezaba a reirse. --Menos mal que vine a buscarte temprano. Vete a la ducha y yo te espero por aqui. Y rapidito que nos esperan en media hora para cenar. --Pero... --Pero nada, hace dos semanas que nos aviso, ?asi que te vas duchando o tengo que ensenarte yo a hacerlo? --Dijo mientras me amenazaba con la jarra de agua que habia en la encimera. --Ademas hasta puede que pilles, pero eso si, no la traigas aqui. ?Cuanto hace que no lavas los platos? --No me seas cabron que tu eres peor que yo. --Dije ya desde el pasillo hacia el bano. Esta claro que no iba a sacar nada de discutir, y, lo peor de todo, el tenia razon. Ruth nos habia avisado hace dos semanas, y hace una semana nos lo habia recordado. Gracias a los benditos regalos en comun no tenia que preocuparme de comprarle algo, pero no me apetecia nada salir. Ya me habia hecho a la idea de pasar el fin de semana sin rascarla y aqui estoy yo ahora, pensando que cojones me voy a poner. Creo que tengo la camisa negra planchada y los vaqueros que me regalo Ruth por mi cumpleanos en la secadora. Seguro que le gusta el detalle de llevarlos, y, bueno, los vaqueros no se planchan ?No? Le di vueltas a lo que Hugo dijo de pillar. ?Deberia recortar un poco el vello alrededor de mi polla? Dicen que parece mas grande si no hay tanta selva. Hombre, yo no me quejo, pero nunca esta de mas. Mire el reloj y decidi que no tardaria mucho. Tras terminar de esquilar me meti en la ducha e intente quitar todos los pelillos pegados a mis piernas. Afeitarse, desodorante, colonia... Tras 20 minutos de reloj estaba yo como un pincel entrando en mi salon. Cuando vi a Hugo comiendose los espaguetis con albondigas que me habia traido mi madre ayer y que iban a ser mi comida de manana casi lo mato. --No me mires con esa cara. Da igual a donde vayamos a cenar, nada va a estar tan bueno como los espaguetis de tu madre y lo sabes. --Me dijo mientras me miraba con cara de cordero degollado. --Era mi comida de manana, cabronazo. --Pues pide una pizza. Ademas, tu disfrutas de los tuppers de tu madre a menudo, y sabes que yo no como tuppers de mi madre ni, aunque me pagaran. Que suerte tienes con la madre que te pario. Ademas, te hago un favor, tantos hidratos se te estan empezando a notar. --Se que es la envidia la que habla y no pienso contestarte. --Lo dije con mucha mas confianza de la que sentia. Ultimamente no habia tenido tiempo para nada mas que el trabajo, lo cual excluia tambien el gimnasio. Cuando pasamos por el espejo de la entrada, mientras Hugo cogia la cazadora, aproveche para echar un vistazo. Yo no notaba diferencia, pero ya se sabe que uno no nota nada hasta que de repente no te cabe ni un punetero pantalon. Supe que Hugo me la habia jugado cuando dijo que vino en moto y mi casco seguia casualmente en su casa. Lo cual era un eufemismo de "vamos en coche y tu no bebes". Que majo por su parte. En fin, no soy de los que echa de menos el alcohol, con lo que no me importo. Lo cual no quiere decir que no fuera insultandolo hasta el restaurante. No tengo pensado reconocerlo ante nadie, pero me vino genial cenar fuera y hablar de cosas que no tuvieran nada que ver con trabajo. Consegui desconectar al cien por cien, reirme, hablar con gente que llevaba tiempo sin ver, todo iba genial, y cuando nos dimos cuenta la cena habia terminado y yo estaba por retirarme cuando Hugo me dijo que fuera con el a por una cosa que se habia dejado en el coche. -- ?Desde cuando necesitas que te acompane al coche, ?que pasa? --Es que hoy es el cumple de Ruth, y, bueno, la noto mas receptiva de lo normal, ademas le compre un regalo solo mio para ella y queria darselo cuando venga con nosotros a la disco, venga tio, necesito que me ayudes. Por un instante no me gusto que me hubiera metido en un embolado asi, pero yo sabia que el estaba mas colado por Ruth de lo que reconocia y si podia hacer algo para poder sacarlo de la friendzone lo haria. Cuando volvimos un par de parejas se habian marchado y el resto ya habian decidido a donde ibamos. Nos repartimos en los coches y consegui que la cumpleanera fuera en el mio. Nada mas llegar al coche me di cuenta de que me habia "olvidado el movil en el restaurante" y fui a ver si todavia no me lo habia robado alguien. Les di diez minutos hasta que "casualmente" descubri que lo tenia en el bolsillo trasero del vaquero. Cuando llegue estaban los dos sentados en los asientos traseros muy juntitos. Ella con la cara roja y el con una sonrisa de oreja a oreja. Parecia que las cosas habian salido bien asi que me sente y conduje en silencio hasta la discoteca mientras ellos se decian cosas al oido y se reian. Senti una punzada de celos cuando los vi tan complices. No celos de Ruth, para nada, y de Hugo menos, yo quiero que sea feliz. pero yo nunca he conseguido conectar tanto con una tia. Es decir, no soy un santo, y he tenido sexo increible, pero ese vinculo, ese no poder sacar los ojos de una tia, esa sonrisilla tonta, ese aleteo de mariposas nunca lo he sentido. Quizas no todos estamos destinados al amor. O igual tengo unas expectativas muy altas. Igual la tia de mis suenos ha pasado por delante de mis narices y no me he dado cuenta. Llegamos al local y todos estaban en la puerta esperandonos. Sali del coche para explicar el retraso y todos miraron sin ningun disimulo a los dos tortolos que salian de los asientos de atras. No hicieron ningun comentario, pero sabia que cuando las chicas se fueran al bano o a bailar a Hugo le caeria un puteo de aupa, probablemente alguna palmadita en la espalda tambien. Pero sobretodo un puteo generoso. Asi que fui a por bebidas a la barra y los deje que fueran a escoger sitio. Con las manos llenas de bebidas me gire para buscarlos con la vista, y vi que habian juntado varias mesas bajas y sillones en una esquina de la pista de baile, en penumbra. Como llegamos directamente de cenar era temprano y no habia demasiada gente, pero hicimos acopio de sillones con cazadoras para los que faltaban por llegar, porque en una hora el local estaria de bote en bote. No pude evitar sonreir al ver a Ruth sentada en el brazo del sillon de Hugo y como disimuladamente "resbalo" hasta quedar totalmente sentada encima de las piernas de el. No paraban de hablar al oido e incluso en un momento me parecio ver que ella le mordia el lobulo de la oreja. Yo estaba sentado al lado, por eso podia ver el espectaculo de primera mano. Pude ver como ella aprovechaba que se colocaba la falda para pasar la mano por encima del paquete de mi amigo y se sentaba justo encima de el. Tambien vi como el habia aprovechado tambien para apretarle una nalga, desapareciendo sus dedos en las profundidades de su falda. Y cualquiera podia ver como el top de saten de ella marcaba sus pezones como si no llevara ropa, casi se podia distinguir la aureola de lo excitada que estaba. Yo no era el unico que me fijaba en el espectaculo que estaban dando y que habia conseguido que mi polla se pusiera morcillona. Uno no es de piedra y esos dos como no pararan pronto iban a acabar follando alli mismo. De hecho, si las miradas contaran, esos dos ya habrian consumado un par de veces.

  • Electric Dreams de Philip K. Dick

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    Electric Dreams de Philip K. Dick es la nueva serie de television basada en los relatos incluidos en esta antologia. La serie de diez capitulos independientes esta escrita y producida por el nominado a los Emmy Ronald D. Moore (Battlestar Galactica, Outlander) y Michael Dinner (Justified, Masters of Sex), con el nominado al Oscar de la Academia Bryan Cranston (Trumbo, Breaking Bad) como productor ejecutivo e interprete de la serie.

  • Lady Amelia de Lydia C. Ramirez

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    En el Londres del siglo XIX, lady Amelia Phillips sufre por el amor no correspondido del duque de Pendleton, ademas de tener que lidiar con su insoportable madre, se enfrenta al repudio social por culpa de su hermano mayor. Entonces ante ella se abre la oportunidad de salir de ese infierno de la mano del joven heredero Robert Bradford. ?Podra Amelia conseguir al fin el amor de William? ?O debera rendirse?

  • Muchas mentiras y unas cuantas verdades de Olga Hermon

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    No existen las mentiras grandes ni pequenas, tampoco las blancas, grises o negras, pero si las mentiras obligadas.

  • Estado de miedo de Michael Crichton

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    blaba en ingles, tenia un acento exotico. A decir verdad, todo en ella era exotico, penso Jonathan. De piel oscura, pomulos prominentes y cabello negro, podria haber sido modelo. Y se contoneaba como una modelo, con su falda corta y sus zapatos de tacon de aguja. Era medio vietnamita y se llamaba Marisa. Mirando alrededor, anadio- : Pero ?no hay nadie aqui? – No, no -respondio el-. Es domingo. Hoy no viene nadie. Jonathan Marshall, de veinticuatro anos, era un londinense licenciado en fisica que, como parte de sus estudios de posgrado, trabajaba durante el verano en el ultramoderno Laboratoire Ondulatoire -Laboratorio de Mecanica Ondulatoria- del Instituto de la Marina frances en Vissy, al norte de Paris. Pero en el barrio residian sobre todo familias jovenes, y para Marshall habia sido un verano solitario. Por eso no podia dar credito a la buena suerte que habia tenido al conocer a aquella chica. Una chica muy guapa y sexy. – Explicame que hace esta maquina -dijo Marisa con una mirada radiante-, y que haces tu. – Con mucho gusto -contesto Marshall. Se acerco al gran panel de control y empezo a conectar las bombas y los sensores. Al otro extremo del deposito, los treinta paneles del generador de olas se activaron uno tras otro. Marshall miro a la chica, y ella le sonrio. – Es complicadisimo -comento Marisa. Se coloco junto a el frente al panel de control-. ?Hay camaras para grabar vuestra investigacion? – Si, en el techo y a los lados del deposito. Crean un registro visual de las olas generadas. En el deposito tambien hay sensores que recogen los parametros de presion de la ola al pasar. – ?Estan conectadas ahora esas camaras? – No, no -dijo el-. No las necesitamos; no estamos haciendo ningun experimento. – Quiza si -respondio ella, y apoyo la mano en el hombro de Marshall. Tenia unos dedos largos y delicados, unos dedos preciosos. Miro alrededor por un momento-. En esta sala todo es carisimo. Debe de haber grandes medidas de seguridad, ?no? – En realidad no. Simplemente hay que usar una tarjeta para entrar. Y solo hay una camara de seguridad. -Senalo por encima del hombro-. En aquel rincon. Marisa se volvio. – ?y esa esta encendida? – Si, claro -contesto el-, esa siempre. Marisa le acaricio suavemente el cuello. – ?Asi que ahora hay alguien vigilandonos? – Eso me temo. – Entonces debemos portarnos bien. – Probablemente. Por cierto, ?y tu novio? – Ese. -Dejo escapar un resoplido de desden-. Ya me he hartado de el. Unas horas antes aquel mismo dia Marshall habia salido de su pequeno apartamento para ir a la cafeteria de la rue Montaigne, que visitaba cada manana, llevandose como de costumbre un articulo especializado para leer. Al rato, aquella chica se sento en la mesa contigua con su novio. En breve la pareja empezo a discutir. A decir verdad, Marshall tuvo la impresion de que Marisa y el novio no estaban hechos el uno para el otro. El era un americano rubicundo y fornido, corpulento como un jugador de futbol, con el cabello largo y gafas de montura metalica poco acordes con sus toscas facciones. Tenia todo el aspecto de un cerdo que pretendia pasar por intelectual. Se llamaba Jim y estaba enfadado con Marisa porque esta, al parecer, no habia pasado la noche con el. – No se por que no me dices donde estuviste -repetia el una y otra vez. – Porque no es asunto tuyo, por eso. – Pero yo pensaba que ibamos a cenar juntos. – Jimmy, ya te dije que no. – No, me dijiste que si. Y yo te espere en el hotel. Toda la noche. – ?Y que? Nadie te obligo. Podias marcharte y pasartelo bien. – Pero te esperaba. – Jimmy, no eres mi dueno. -Exasperada, suspiraba, levantaba las manos o se daba palmadas en las rodillas desnudas. Tenia las piernas cruzadas y se le habia subido mucho la falda-. Yo hago lo que me da la gana. – Eso esta claro. – Si -dijo ella, y en ese momento se volvio hacia Marshall-. ?Que es eso que lees? Parece muy complicado. En un primer momento Marshall se alarmo. Saltaba a la vista que le habia dirigido la palabra para provocar al novio. No queria dejarse arrastrar a la pelea de la pareja. – Es fisica -contesto laconicamente, y se volvio un poco, procurando pasar por alto la belleza de la chica. – ?Que clase de fisica? -insistio ella. – Mecanica ondulatoria. Olas marinas. – ?Eres estudiante, pues? – Estudiante de posgrado. – Ah. E inteligente, por lo que se ve. ?Eres ingles? ?Que haces en Francia? Y casi sin darse cuenta Marshall entablo conversacion con la chica, y ella le presento al novio, que le dirigio a Marshall una sonrisa de suficiencia y le dio un desidioso apreton de manos. La situacion seguia siendo embarazosa, pero ella se comportaba como si no lo fuese. – ?Asi que trabajas por aqui? ?En que? ?Un deposito con una maquina? La verdad, no consigo imaginarmelo. ?Me lo ensenas? y alli estaban, en el Laboratorio de Mecanica Ondu1atoria. Jimmy, el novio, se habia quedado fuera, en el aparcamiento, malhumorado, fumando un pitillo. – ?Que hacemos con Jimmy? -pregunto Marisa, de pie junto a Marshall mientras el trabajaba en el panel de control. – Aqui dentro no puede fumar. – Yo me encargare de que no fume. Pero no quiero que se enfade mas. ?Crees que puedo dejarte entrar? A Marshall lo invadio un sentimiento de decepcion. – Claro. Supongo. Ella le apreto el hombro. – No te preocupes. Despues estara ocupado con otros asuntos suyos. Se alejo y abrio la puerta del fondo del laboratorio. Jimmy entro. Marshall echo un vistazo y vio que se quedaba rezagado, con las manos el1los bolsillos. Marisa regreso junto a el, que seguia frente al panel de control. – Jimmy ya se ha calmado -dijo-. Ahora ensenamelo. Los motores electricos del extremo opuesto del deposito ronronearon y las palas generaron la primera ola. Era pequena, y recorrio suavemente el deposito en toda su longitud hasta chocar, con un ligero chapoteo, en un panel inclinado en el lado donde ellos se hallaban. – ?Y esto es un maremoto? -pregunto Marisa. – Es la simulacion de un tsunami, si -contesto Marshall mientras pulsaba el teclado. En el panel de control, los monitores mostraron la temperatura y la presion, asi como imagenes en color falso de la ola. – Una simulacion -repitio ella-. ?Yeso que quiere decir? – En este deposito podemos crear olas de hasta un metro de altura -explico Marshall-. Pero los verdaderos tsunamis alcanzan cuatro, ocho o diez metros. A veces incluso mas. – ?Una ola de diez metros en el mar? -Marisa abrio los ojos desorbitadamente-. ?En serio? – Miro al techo intentando imaginarla. Marshall movio la cabeza en un gesto de asentimiento. Esa altura equivalia a un edificio de tres plantas. Y alcanzaba una velocidad de ochocientos kilometros por hora, avanzando atronadoramente hacia la costa. – ?y cuando llega a la costa? -pregunto ella- ?Eso representa el panel inclinado de este extremo? Tiene una textura de guijarros, parece. ?Eso es la costa? – Exactamente -contesto Marshall-. La distancia que recorre la ola tierra adentro depende del angulo de la pendiente. Podemos ajustar esa pendiente a cualquier angulo. El novio se acerco al deposito, pero siguio apartado de ellos, sin pronunciar una sola palabra. Marisa estaba entusiasmada. – ?Podeis ajustada? ?Como? – Esta motorizada. – ?A cualquier angulo? -Se rio-. Pon1a a vingt-sept grados. Veintisiete. – Alla va. -Marshall tecleo. Con un ligero chirrido, la pendiente de la costa aumento de angulo. El novio americano, atraido por la actividad, se aproximo mas al deposito para echar un vistazo. Era fascinante, penso Marshall. Cualquiera sentiria interes. Sin embargo aquel tipo continuo en silencio. Alli de pie, se limito a observar como crecia la inclinacion de la superficie enguijarrada. Esta no tardo en detenerse. – ?Esa es la pendiente, pues? -pregunto Marisa. – Si -dijo Marshall-. Aunque de hecho veintisiete grados es una inclinacion excesiva, por encima del promedio de las costas del mundo real. Quiza deberia ponerla... Marisa cerro su mano morena sobre la de el. – No, no -dijo. Tenia la piel suave-o Dejala asi. Ensename una ola. Quiero ver una ola. Cada treinta segundos se generaban pequenas olas que recorrian el deposito con un leve zumbido. _ – Bueno, primero tengo que conocer la forma de la costa. En este momento es una playa llana, pero si hubiese un entrante... – ?Cambiaria si hubiese un entrante? – Claro. – ?De verdad? Ensenamelo. – ?Que clase de entrante quieres? Un puerto, un rio, una bahia... – Ah -dijo ella, y se encogio de hombros-, que sea una bahia. Marshall sonrio. – Bien. ?De que tamano? Con un ronroneo de motores electricos, la costa empezo a curvarse y se formo una hendidura

  • Milan. Montreal. San Francisco (Todo es posible 2) de Audrey Carlan

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    Amo a las mujeres. A todas las mujeres. Me he preparado para saber que es lo que cada mujer necesita. ?Quieres algo y tienes el dinero para perseguir ese sueno? Hablemos. Por el precio adecuado, todo es posible. Parker Ellis es el CEO de International Guy Inc., y su trabajo consiste en asesorar a la gente mas rica del mundo sobre la vida y sobre el amor, aunque a veces no puedaevitar que salte la chispa entre el y su cliente. Sabe que hay todo un mundo alli fuera esperandole, pero lo que no sabe es que quizas tambien se cruce con alguien que le acabe robando el corazon.

  • La libreria de monsieur Picquier de Marc Roger

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    Monsieur Picquier siempre dice que un dia sin haber leido es un dia perdido. Sin embargo, desde que tuvo que vender su querida libreria para instalarse en una residencia, los libros no se han movido de los estantes de su habitacion. Gregoire, un joven poco amante de los estudios que acaba de dejar el instituto para trabajar en la cocina de la residencia, no lo ha visto nunca leer. Entonces, ?a que viene esa obsesion con los libros? Con el paso de los dias, Gregoire descubrira que el librero se ha quedado ciego. No puede leer, asi que el joven empezara a hacerlo por el, y pronto un nuevo mundo se revelara ante sus ojos.

  • La Aprendiz de Meghan Reed

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    Es la maldita hora de que la alumna supere a su maestro

  • Soy sospechosa de Monica Benitez

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    Alba, aproximadamente seis semanas antes. --Aprovecha Alba, que esta semana te quedas sin follar--solto Lola sin compasion en cuanto cruzo la puerta. Arquee las cejas y la segui con la mirada mientras se acercaba al balcon. --?Que significa eso de que me quedo sin follar? --pregunte extranada y algo preocupada, por no decir: muy preocupada. --?Recuerdas la semana de vacaciones que me queda? Nuestro querido jefe me obliga a cogermelas ahora, asi que Sergio y yo hemos decido marcharnos unos dias. Eran las siete de la tarde, me acababa de despertar despues de haberme quedado dormida en el sofa mientras leia y todavia estaba algo aturdida. No consegui contestar a mi amiga, todavia estaba procesando lo que acababa de decirme cuando vino hacia mi y me empujo, cai de nuevo al sofa del que acababa de levantarme tras la insistencia de su llamada al timbre. --Te follaria en el balcon, pero hace mucho frio--aseguro en un susurro, mientras su mano se colaba por debajo de mis bragas. Tras unos cuantos orgasmos, Lola y yo nos despedimos con un abrazo y me quede sin mi mejor amiga durante una semana. Capitulo 2, las preguntas. Llevo siete anos trabajando en esta empresa y sin duda lo que me sucedio aquella manana fue lo mas extrano que me habia pasado nunca. Lola y yo siempre nos quejamos de lo aburrido y monotono que es nuestro trabajo, por cierto, Lola es mi mejor amiga, pero tambien mi companera de trabajo, mi vecina y la mujer con la que en varias ocasiones me acuesto. Cuando Lola vuelva de su semana de vacaciones obligatorias porque a la empresa le viene bien, seguro que se queda alucinada con lo que me ha pasado. Trabajamos en un almacen de distribucion logistica, es decir, los choferes recogen cargas en varios destinos, las traen aqui y nosotros nos encargamos de agrupar las mercancias segun su destino para despues cargarla en el camion que las transportara a su destino final. Lola y otros doce trabajadores son los encargados de hacer esas agrupaciones dentro del que nosotros llamamos almacen uno, y yo soy la que lleva la carretilla elevadora y se encarga de descargar y cargar camiones en el almacen dos. Mi amiga siempre dice que prefiere su puesto antes que el mio, que en invierno esta calentita, ya que en mi almacen solo hay sitio para las mercancias, asi que los camiones los cargo en plena calle, que en verano esta fresca, y que ademas puede socializar con el resto de los companeros. Tiene mucha razon, sobre todo en lo del clima, pero por lo demas, yo prefiero el mio. Tanto su almacen como el mio estan juntos, separados tan solo por una pared enorme de hormigon y unidos por una puerta que utilizamos para entrar o sacar las cargas. Conozco a todos mis companeros porque ellos son los que me traen las mercancias una vez estan listas para cargar y porque, ademas, la hora del desayuno es la misma para todos. A mi me parece una ventaja estar en mi puesto porque no tengo que aguantar a nadie, los veo a todos un rato cada dia, pero no lo suficiente como para que se me hagan pesados o llevarme mal con alguien, que seamos sinceros, eso es lo que acaba pasando cuando te pasas ocho horas junto a otras personas, con unas estableces amistad, otras te resultan indiferentes y con otras te llevas mal. No es mi caso, me llevo bien con todo el mundo y ademas cada dia me distraigo con las tonterias de los choferes, que puedo garantizar que son muchas. Creo que es justo decir que no me acaba de disgustar del todo mi trabajo. Como digo, mi amiga y yo siempre hablamos de lo monotono que es trabajar alli, tanto en su puesto como en el mio porque, aunque sean diferentes siempre pasan las mismas cosas; la cagada de uno, el cotilleo de la otra, la carga que se me cae, el jefe que grita por gritar, el chofer que se enfada porque tiene que esperar o los companeros que se acaban liando. En fin, en contextos diferentes siempre es mas de lo mismo, menos hoy, al menos para mi. Empezaba a hacerse de dia y estaba cargando un camion con mi chaqueta reflectante, una braga que me tapaba la boca, la nariz y las orejas, y los guantes de forro polar, aun asi, estaba muerta de frio. --Tan tapada estas irreconocible Alba--se carcajeo el chofer al que iba a cargarle. La verdad es que para ser finales de noviembre estaba haciendo mas frio que otros anos. Entre en el almacen a coger una caja y cuando sali para cargarla en el camion, vi como un coche aparcaba justo al lado de la puerta por la que yo salia, la verdad es que me da mucha rabia que la gente haga eso, se ponen justo ahi porque creen que mientras no obstaculicen la puerta no pasa nada, pero nunca se plantean la posibilidad de que a veces las cargas no son estables y pueden volcar mientras voy en marcha, y si eso pasa al lado de la puerta y hay un coche aparcado, al dueno no creo que le haga gracia que le caiga encima. En fin, observe el coche mientras cargaba el camion, lo cierto es que no me sonaba de nada, asi que pense que seria algun comercial nuevo que venia a venderle algo a mi jefe. Me resulto extrano que dentro hubiera dos ocupantes, eso no era habitual, siempre venia uno solo. De pronto se abrio la puerta del conductor y se bajo una mujer con un aire de superioridad tan elevado como su atractivo y una expresion tan gelida como el frio que sentia en los pies. Tenia el pelo negro y largo recogido en una cola alta perfecta. Iba vestida con unos vaqueros ajustados y una chaqueta tipo plumon del mismo color de su pelo. Nos miramos durante unos instantes, o mas bien nos escaneamos, fue un momento muy extrano porque senti como si aquella mujer me estuviera analizando y en cierto modo yo la analizaba a ella, como si ambas valoraramos el nivel de amenaza que suponia la otra, esta claro que yo no calibre nada bien. Salimos de aquella especie de paralisis visual a la vez y justo cuando iba a decirle que hiciera el favor de quitar el coche de alli, ella me hizo un gesto con la mano pidiendome que me acercara. Fue tan sexy y autoritario a la vez, que obedeci de inmediato y durante los dos segundos que tarde en ponerme cerca de ella con la carretilla, empece a pensar que tal vez era alguien que buscaba alguna empresa, no era la primera vez que la gente se paraba alli para preguntarme donde estaban otras empresas del poligono, pero me equivoque. Me detuve a unos tres metros de ella, como hacia con todo el mundo. Era una distancia suficiente para que pudiera decirme lo que fuera que queria, pero en lugar de eso empezo a caminar en mi direccion con paso rapido, firme y seguro, por un momento pense que iba a subirse a la carretilla conmigo y me senti algo incomoda ante la seguridad que mostraba aquella mujer, entonces se detuvo justo a mi lado izquierdo, y sin apartar sus ojos de un increible color miel de mi, se metio la mano en el bolsillo, saco una especie de cartera y la abrio unos instantes para dejarme ver su placa. Mientras lo hacia me dijo algo, supongo que se identifico como policia o algo asi, pero aquello me pillo tan de sorpresa que no entendi una palabra de lo que me dijo. Ni siquiera sabia si la placa era de verdad o falsa porque casi no me dejo verla, pero mi instinto en aquel momento me decia que tenia ante mi a una agente de la policia vestida de paisano con su companero esperando en el coche, asi que no pensaba pedirle que me la ensenara de nuevo. --Buenos dias, ?puedo hacerle unas preguntas? Sera un momento--aseguro sin retirarse ni un centimetro. Se me hizo muy raro que me tratase de usted, a mis treinta y dos anos ya me habia encontrado con algun crio que me habia hablado asi, pero ella parecia de mi edad o tal vez un poco mas grande, y aunque sabia que eran gajes de su oficio, no dejaba de ser chocante. Deduje que se habia pegado tanto a mi para que los choferes que habia por alli esperando su turno no vieran su placa, ante todo discrecion, ?no? --Buenos dias, no, claro que no. --?Le importa apagar el motor? Por la expresion ferrea de su rostro deduje que mas que una pregunta era una orden. --Perdon--dije tras apagarlo de inmediato. --?Puede bajarse eso? --me pidio senalando la braga que cubria mi cara. ?Pensaba pedirme algo mas? Lo hice de inmediato, pero no me gusto nada su gesto, se comporto como si fuera superior a mi y fuera una obligacion hacerlo, una especie de exigencia para hablar con ella y su inteligencia superior. --?Siempre trabaja aqui fuera, con los camiones? --pregunto mientras observaba a nuestro alrededor. --Si. --Entonces estara habituada a ver los mismos vehiculos aparcados y mas o menos las mismas caras siempre, ?no? --Supongo que si--conteste con indiferencia. --?Ha visto algo diferente en los ultimos dias? ?Algun vehiculo nuevo? ?Alguien que no le resulte familiar? --Pues no sabria decirle, creo que no, aparte de usted--sentencie, ella alzo una ceja y algo que no supe identificar me vibro por dentro. --?Nada ha llamado su atencion? --insistio. --No. --?Sabe si hay alguna nave vacia en este poligono? --Me parece que estan todas ocupadas, pero tampoco sabria decirle con seguridad, al otro lado de ese puente hay dos o tres naves mas, creo, tal vez alguna de esas. --Ya hemos estado alli, no encaja con lo que andamos buscando. ?Y alguna empresa nueva? --Ni idea--conteste con algo de impaciencia. Tal vez el unico encanto de aquella mujer fuese su atractivo, porque se comportaba como un autentico robot, era fria y soberbia, no dejaba de mirarme y tenia la sensacion de que cada vez que le respondia intentaba descubrir si le mentia o no. Era de esas personas que hacen que te sientas tonta a su lado y eso me molestaba mucho, pero joder, era muy guapa y tenia un tono de voz seco, pero a la vez muy calido. Tengo que reconocer que me molestaba su actitud, pero a la vez me intrigaba. --?Cuanto tiempo lleva usted trabajando aqui? --quiso saber. --Unos siete anos. --?Conoce bien a sus companeros? --pregunto soplandose un mechon de flequillo. --Bueno, tanto como bien no--conteste algo aturdida por el efecto que me provocaban ese tipo de gestos--yo estoy aqui fuera siempre, pero mas o menos tengo trato con todos. --?Ha visto algo extrano dentro de su empresa? ?Alguna situacion que le haya parecido diferente a lo habitual? --No que yo sepa. --?Y algun comentario de algun companero? Joder, que pesada, menos mal que era un momento. Me estaba empezando a sentir incomoda, solo me faltaba que llegase mi jefe y al verme hablar con ella se pensase que me estaba escaqueando con una amiga que habia venido a verme. --Oiga, no se muy bien de que habla ni lo que busca, en todas las empresas hay comentarios entre los companeros, pero si quiere saberlos tal vez deberia preguntarle a alguien de dentro, como le digo, yo siempre estoy aqui fuera. Me sorprendio lo tranquila que estaba dada la situacion, supongo que porque sabia que yo no habia hecho nada malo y que fuera lo que fuera lo que estaban buscando no iba conmigo. --No es necesario, ?siempre hace usted el mismo horario? --siguio ignorando mi impaciencia. --Si, de seis a dos. --?No hay actividad en la empresa por la tarde? --Si, se preparan pedidos, pero lo que son las cargas se hacen casi todas por la manana. --Pero tambien se hacen por la tarde--afirmo. --Menos, pero si. --?Conoce a sus companeros de la tarde? Y dale, que reconozco que habia algo en ella ademas de su atractivo evidente que me atrapaba, y que en cualquier otro lugar me hubiese encantado mantener una conversacion con ella, preferiblemente de otra cosa, pero estaba trabajando joder. --A algunos--conteste con desgana. --Muy bien, gracias por su colaboracion, no le robo mas tiempo, que tenga un buen dia. --Igualmente. --Por cierto, el cinturon esta ahi para que usted se lo abroche, no es una decoracion-- dijo senalandolo con un dedo indice fino y largo. Rodeo la carretilla sin mirarme, se subio en el coche y se marcho como si fuera un fantasma. Menuda gilipollas. Me quede un rato mirando la calle por la que se habia marchado y pensando en todas las preguntas que esa mujer me habia hecho y en el poco sentido que tenian para mi. --?En que lio te has metido Alba? --grito burlon el chofer al que habia dejado a medias para atender a la poli. --?Lio? --pregunte sorprendida mientras ponia la carretilla en marcha de nuevo. --Policia secreta, fiiu--silbo otro mientras los demas se reian. --?Habeis visto la placa? --pregunte sorprendida, yo apenas la vi de refilon. --Desde luego todo lo que tienes de guapa lo tienes de ingenua Alba, no hace falta ver la placa, se veia a una legua que esos dos eran de la secreta. ?Que te ha preguntado? --Nada, queria saber si habia visto a un tio muy feo por aqui, yo le he dicho que vosotros me pareceis todos igual de feos y la pobre se ha marchado asustada--bromee encogiendome de hombros. Pase el resto de la manana distraida con los camiones, los choferes y sus gilipolleces, no tuve mucho tiempo de darle vueltas a todo aquello, pero cuando termine mi turno y me sente en el coche para irme a casa, empece a pensar en todas las preguntas de aquella mujer. Primero pense en acudir al despacho de mi jefe al dia siguiente para contarselo, para que tuviera en cuenta que la policia buscaba algo por alli y que me habian hecho muchas preguntas sobre la empresa. La verdad es que el desconocimiento en algunos temas a veces es inquietante, porque de pronto empece a pensar que a lo mejor mi jefe se enfadaba conmigo y me decia que no tenia por que haber contestado a todas esas preguntas, que eso era ilegal o algo asi, pero luego recordaba que aquella policia me habia preguntado si podia responder unas preguntas y yo le habia dicho que si, en fin, estaba hecha un puto lio. Me seguia debatiendo entre contarselo o no a mi jefe, cuando senti una incomoda sensacion al caer en la cuenta de que una manana si que habia visto algo sospechoso en mi empresa, o como poco raro, pero tampoco le habia dado importancia.

  • Pequenos fuegos por todas partes de Celeste Ng

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    En Shaker Heights, una tranquila y prospera zona residencial de Cleveland, todo esta planeado, desde el trazado de las carreteras hasta los colores de las casas, incluso el triunfal futuro de sus vecinos. Nadie encarna mejor este espiritu que Elena Richardson, cuya vida se rige por un principio fundamental: jugar siempre dentro de las reglas sociales. La historia comienza cuando Mia Warren, artista enigmatica y madre soltera, llega a esta idilica burbuja con Pearl, su hija adolescente. Mia lleva consigo un pasado misterioso y un desprecio por las reglas que acabaran amenazando esta comunidad tan cuidadosamente ordenada.

  • No cambies por mi, amor de Sophie Saint Rose

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    Natalya tiene una vida perfectamente ordenada. Ha conseguido el trabajo que siempre habia sonado y tiene unas amigas estupendas. La unica pega es que no tiene novio y por mucho que lo intentaba no conseguia al hombre de sus suenos. ?Era demasiado exigente? Puede, pero estaba en su derecho. Aunque sus amigas consideraban que la conocian lo suficiente para encontrar al hombre que encajara en su vida, ?debia arriesgarse? Mira que tenian gustos muy distintos y podia llegar a salir con hombres que ella ni miraria dos veces. Pero el premio era demasiado tentador.

  • La nina de la banquisa de Adelaide Bon

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    ?Se seco la boca con el dorso de la mano, se paso la lengua por los dientes, se recompuso un poco el peinado? ?Fue ella o fue el quien le subio las bragas, quien le recompuso el pichi rojo, quien le aliso la blusa blanca? Ella lo mira y asiente con la cabeza, como los perritos que menean la cabeza colocados sobre la bandeja del maletero. Soy buena, soy mona, me gusta esto, eres mi amigo, te gustan mis nalgas grandes, te portas bien conmigo, soy golosa, no dire nada, es nuestro secreto, te lo prometo, no dire nada. Esas son las palabras que el le dijo y que ella no recuerda, como tampoco recuerda lo que el le hizo. Recoge la bolsita de papel blanco con los palotes y el bote de copos especial para peces rojos que habia dejado en la esquina desnuda de un escalon. Algo ha dado un vuelco, no sabe si es el suelo o si es ella, se concentra para subir la escalera. En el rellano, se gira cuando el la llama, vuelve a prometerselo asintiendo con la cabeza. Esta tumbada en su cama, intenta atrapar una lagrima con la punta de la lengua. Las tablas del pasillo chirrian, coge su libro. Sin familia, Hector Malot. -?El libro que estas leyendo te hace llorar? -pregunta su padre, alarmado quiza porque ella se ha deslizado como una sombra desde la entrada del piso hasta su habitacion, sin el ritual atronador del Hola mi querida familia a la que amo y adoro, sin cerrar de golpe la puerta de entrada, sin correr a contarles cualquier cosa. Su cabeza se mueve. Izquierda. Derecha. Derecha. Izquierda. -?Ha ocurrido algo? Su cabeza se mueve. Arriba. Abajo. Abajo. Arriba. Esta sentada entre su padre y su madre en el sofa color burdeos del salon, su hermano y sus hermanas han desaparecido. Mira las paredes tapizadas, no las reconoce, como tampoco reconoce a sus propios padres. De repente todo esta cambiado sin que ella pueda ver que. Le hablan, a ella le cuesta oirles, comprenderles. Flota. Esta sentada en el asiento trasero del coche de policia, junto a su padre. Los policias ponen las luces giratorias para hacerla sonreir. Ella sonrie. Es buena. Ya no esta ahi. Esta muerta. Parece que nadie se da cuenta. En la comisaria, una policia le hace preguntas, ella tiene que contestar con un si o un no, asiente o sacude la cabeza, dependiendo. No siente nada. La policia toma nota, Me toco el culete: por delante y por detras. Me cogio la mano izquierda y la coloco sobre su sexo. Le dicen que pone una denuncia por tocamiento se xual y que el senor de la escalera es un pedofilo. Ella asiente con la cabeza. No siente las medusas que se meten en ella aquel dia, no siente los tentaculos largos y transparentes que la penetran, no sabe que sus filamentos van a arrastrarla poco a poco a una historia que no es la suya, que no le concierne. No sabe que van a desviarla de su ruta, atraerla hacia profundidades desiertas e inhospitas, entorpecer hasta el mas minimo de sus pasos, hacerla dudar de sus punos, estrechar ano tras ano el mundo que la rodea reduciendolo a una bolsita de aire sin salida. No sabe que a partir de ahora esta en guerra y que el ejercito enemigo habita en ella. Nadie la previene, nadie se lo explica, el mundo ha enmudecido. Pasaran los anos. Olvidaran ese domingo soleado del mes de mayo o, mejor dicho, no hablaran de el. Ella tampoco pensara mas en ello. Por supuesto, tu ya habias vivido peleas, penas, enfados, derrotas y entierros. Ya habias aprendido que amar con fuerza a alguien no impide que muera, pero que podemos seguir hablandole despues, como hablabas con el abuelo, bajo el ciruelo. Sabias que existen enfermedades de las que nadie sana y preguntas a las que nada responde. Y respuestas, sin embargo, en las telas de arana resplandecientes de rocio que ninguna palabra seria capaz de contener. Dios habitaba en el rincon mas calido de tu corazon y en el zumbido de los insectos en primavera. Te encaramabas a la cima de los arboles para sentir como te inclinabas con ellos bajo la brisa. Tenias un enamorado que hacia esgrima y para el cual dibujaste un dia los doce hijos que tendriais juntos. Te pillabas unas rabietas teluricas que hacian que te sentaras en la acera y te negaras a levantarte. Coleccionabas palabras bonitas y palabras locas en libretas. Querias ser bombera, salvadora del mundo, gran escritora. Te traian sin cuidado los espejos y las apariencias. Tenias nueve anos.

  • El temor de un hombre sabio (Cronica del asesino de reyes 2) de Patrick Rothfuss

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    Llega El temor de un hombre sabio, la esperada continuacion de la historia de Kvothe y El nombre del viento.