libro un verano tenebroso
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libro un verano tenebroso - Dan Simmons
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UN VERANO TENEBROSO | DAN SIMMONS | Casa del Libro
https://www.casadellibro.com/libro-un-verano-tenebroso/9788466664738/947696113 jun 2019 — Verano de 1960. En el pueblecito de Elm Haven, Illinois, cinco pre-adolescentes de doce años pasan sus días bajo atardeceres en bicicleta, ...
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Un verano tenebroso (La Trama) Tapa dura - Dan Simmons
https://www.amazon.es/verano-tenebroso-Trama-Dan-Simmons/dp/8466664734Un verano tenebroso (La Trama) : Simmons, Dan, Ferrer Aleu, José: Amazon.es: Libros.
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Un verano tenebroso Versión Kindle - Amazon.es
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Un verano tenebroso - Libro de Dan Simmons - Lecturalia
https://www.lecturalia.com/libro/26051/un-verano-tenebrosoNovela de los secretos y los silencios de la infancia. En el centro del pueblecito de Elm Haven, en Illinois, se alza como una fortaleza una sombría ...
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UN VERANO TENEBROSO - SIMMONS DAN - Quelibroleo.com
http://quelibroleo.com/un-verano-tenebrosoRecomendada para esas noches de verano... hace 5 años. 2 -1. Información del libro. Género ...
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Un verano tenebroso | Penguin Libros
https://www.penguinlibros.com/es/novela-negra-misterio-y-thriller/11071-libro-un-verano-tenebroso-9788466664738Un verano tenebroso. Dan Simmons · EDICIONES B , junio 2019 ... Verano de 1960 . En el pueblecito de Elm Haven, ... También disponible en: Todos tus libros.
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Reseña de "Un verano tenebroso" de Dan Simmons
https://www.fantasymundo.com/un-verano-tenebroso-de-dan-simmons-el-terrorifico-ultimo-verano-de-la-infancia/5 sept 2019 — El arranque del libro nos plantea un misterio: la desaparición de un niño en el último día de colegio antes del verano.
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El terror – Dan Simmons de Dan Simmons
https://gigalibros.com/el-terror-8211-dan-simmons.htmlLa verdadera historia de una legendaria expedicion al Artico, transformada en una excitante y extraordinaria novela en la linea del mejor Stephen King o Patrick O’Brien y llevada a la TV en una extraordinaria serie de 10 episodios.
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Joder si te quise (Somos Agua 1) de Elsa Garcia
https://gigalibros.com/joder-si-te-quise-somos-agua-1.htmlHana odia gimnasia, al senor Sagarra y su mote. Pero, sobre todo, odia su cuerpo. Asi que lucha contra el. Lo castiga, lo lleva al limite y comienza una guerra en la que se cree vencedora, sin saber que en ese juego nunca gana nadie.Victor y Gabi adoran sus vidas, sus fiestas y su independencia. Pero, sobre todo, adoran a Hana. Seguramente, mas de lo que es recomendable para los tres. Al menos, si quieren seguir siendo amigos…
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Nuestro amor no fue casualidad de Rose B. Loren
https://gigalibros.com/nuestro-amor-no-fue-casualidad.htmlInma es una joven disenadora madrilena cuyo unico objetivo es alcanzar la fama en el mundo de la moda, por lo que se traslada a Nueva York en busca de un futuro mas prometedor, dejando a sus padres desilusionados por su decision.
Con su duro trabajo y tras anos de dedicacion casi en exclusiva, consigue que sus disenos desfilen por una de las pasarelas de moda mas importantes del mundo, pero un fatal accidente hara que tenga que dejarlo todo y regresar a Espana. Alli conocera a Lucas, inspector jefe de policia y mano derecha de su padre.
Durante semanas, ambos conviviran juntos, mientras el amor comienza a florecer sin que ellos se percaten mas que de una fuerte atraccion.
Sus vidas se complicaran, una trama se cierne detras del accidente de sus padres, aunque siempre estara presente el amor que ambos se profesan y lucharan contra todos los obstaculos que la vida les depara. -
el cuerpo prohibido de Cynthia Wila
https://gigalibros.com/el-cuerpo-prohibido.htmlComo la Cenicienta --intervino el analista. Y dio por finalizada la sesion. Camila permanecio unos segundos recostada en el divan sin moverse. A veces las verdades pueden dejarnos ciegos por un rato, penso. Su respiracion era lenta; la mirada clavada en un punto fijo del techo, casi en penumbras. Asi se sentia en ese momento. Cuando Patricio Blanchet se levanto para abandonar el sillon, pudo sentir su perfume moviendose en el espacio de aire que los separaba. Ese aroma de hombre acompano sus pasos hacia la salida haciendo aun mas evidente su silencio. Lo siguio con la vista. Era muy alto, seguramente pasaba el metro ochenta; la espalda ancha y unas piernas bien formadas con muslos que parecian siempre contraidos. Tal vez por su profesion o debido a esa personalidad indescifrable que la mantenia intrigada, no solia hablar demasiado: ni antes ni despues de terminar los encuentros. Sus labios, de proporciones desiguales, estaban cerrados al dialogo. Pero esos ojos intensos reflejaban mensajes ocultos que sus pacientes intentaban descubrir, como quien trata de encajar la pieza que falta en un rompecabezas. Patricio la esperaba en el escritorio de estilo ingles ubicado a unos metros del divan. Camila Infraga Mitre, por fin, se incorporo. Pago sus honorarios y lo saludo con gesto pobre. Una atmosfera densa la rodeo al salir del edificio. Como de costumbre, cruzo al bar ubicado en la esquina y pidio un cortado espumoso. Hoy --mas que nunca-- necesitaba esos minutos de soledad que a veces la relajaban y otras la empujaban a mortificarse. Solo le habia descripto la escena del accidente: ?Que tenia que ver el hecho de haber perdido un zapato al desmayarse con el cuentito de la Cenicienta? Era logico que se le cayera luego de semejante golpe pues se habia desvanecido al instante. Las preguntas se sucedian a borbotones en su mente, aunque siempre ligadas a las mismas cosas. Y eso la confundia mas. <
> --!Y a Patricio unicamente se le ocurrio decir: como la Cenicienta! --murmuro enojada para si. En el cuento de los hermanos Grimm, la protagonista no recibia ninguna gratificacion. Por el contrario, era objeto de exigencias que la humillaban constantemente. Sin embargo, el maltrato de la madrastra y sus hermanas simbolizaba una rivalidad fraterna que las mantenia unidas a su manera. Su propio nombre --Cenicienta-- referia a la condicion de vivir entre cenizas; cuestion que la degradaba respecto de las demas. Su existencia quedaba a la espera de un superheroe que la rescatara de una vida miserable, que incluia un duelo no resuelto por la muerte de su madre. Entonces, sobre el final, un principe hermoso operaba de redentor y lograba liberarla de toda su desgracia. La fabula mencionaba a una mujer que padecia y a otras que la hacian sufrir. El varon venia a poner un corte a esta situacion dolosa, pero, en definitiva, no parecia ser el protagonista de la historia. Al fin, Camila pudo hilvanar algo de lo que habia ocurrido en su terapia: solo se trataba de mujeres... La madre de Cenicienta, al igual que su propia madre, metida en cada una de las cuestiones de su vida. Los cuentos de hadas tenian por costumbre intimidar a sus heroinas describiendo un mundo con gente malvada empenada en hacerles dano. ?Que estaba tratando de sugerirle su analista con esta analogia? Sus intervenciones la empujaban a buscar dentro de ella la responsabilidad que le cabia en cada situacion de la que se quejaba. Quizas por eso habia aludido a la Cenicienta aquella tarde, en la que Camila no paraba de querellar a su marido desde que entro. No recordaba muy bien como habia llegado al relato del accidente, lo cierto fue que, de iniciar la sesion a puro reproche contra su esposo, termino hablando del viaje de sus padres y su desmayo. Otra vez aparecia en escena como la pobre desgraciada que habia perdido la conciencia y !un zapato! Cuando en verdad, habia sido la unica que no sufrio dano: su padre termino con las costillas rotas y su hermana con la clavicula fracturada. Ella, nada. Pero en su discurso afloraba como la victima. --!Basta! --dijo de pronto. Ya no soportaba el cumulo de preguntas y mas preguntas que no paraban de torturar su cabeza. Pago al mozo con una sonrisa y se marcho. Ese detalle jamas faltaba: aunque estuviera de mal humor, siempre sonreia ante la gente. Durante el trayecto hacia la oficina de su marido llamo Irma, la nueva secretaria, para recordarle que esa noche cenarian con el grupo de inversores que llegaba del Sur. Lucio estaria de buen animo, y ella deberia simular gestos amables como venia haciendo desde hacia un ano. Reclino la cabeza hacia atras y se acomodo en el asiento del vehiculo. La sesion con Patricio, sus palabras y el calor agobiante de la tarde la habian dejado exhausta. Cerro los ojos y comenzo a evocar situaciones cargadas de sufrimiento. Mas que recordar, eran dificiles de olvidar aquellas imagenes llenas de dolor. ?Era posible olvidarse de todo y empezar de nuevo?, penso. Infidelidad... esa palabra la perseguia desde nina. En rigor, desde antes de su nacimiento. Ya su abuela le habia advertido del tema. Como una parte mas de los cuentos que le relataba de pequena, siempre aludia a la tal Pasifae, la princesa de Colquis de la mitologia griega que fue dada en matrimonio al Rey Minos de Creta. Las numerosas infidelidades de su esposo la habian enfurecido de tal manera, que ideo una venganza y le lanzo un conjuro para que ninguna amante se atreviera a sus brazos: en cada una de sus relaciones eyacularia viboras y escorpiones dentro del vientre de sus companeras, y con ello las condenaria a la muerte. < >, le decia con el dedo en alto. Como para olvidarlo... * * * Nacida en Paris, Ivonne Lafont, la abuela de Camila, habia crecido en medio de un clima candente producto de una Primera Guerra Mundial que devasto las economias europeas. La politica restrictiva de prestamos aplicada por los Estados Unidos en una epoca que pedia a gritos su colaboracion, influyo en las finanzas del Viejo Continente perjudicando a Francia frente a las deudas contraidas con el pais americano. La estrategia consistia en sortear los compromisos adquiridos con las indemnizaciones devengadas por Alemania en su favor, sin prever que el antiguo invasor jamas le pagaria. Las presiones contra el pais germano que habia quedado en ruinas generaron una inflacion imposible de manejar, lo cual incito a su acreedor a tomar cartas en el asunto: en 1923 el ejercito frances y su aliado de Belgica ocuparon la franja alemana del Ruhr, centro de produccion de carbon, hierro y acero; a Francia la tentaba la riqueza de esas tierras. Si bien la ocupacion no pretendia ser violenta, existieron incidentes de sabotajes promovidos por pequenos grupos de resistencia civil armada que obligaron a Francia a reprimir y ejecutar. La contienda se cobro la vida de manifestantes huelguistas y algunos soldados franceses, entre los que se encontraba Bernard Lafont, padre de Ivonne, quien, tras salvar su pellejo durante la Primera Guerra, fallecio de septicemia luego de haber sido baleado en un enfrentamiento con jovenes alemanes. La pequena Ivonne vio llegar a la ciudad el contingente de oficiales que volvian a su patria; caminaban por el centro de una hilera de gente que se habia aglutinado alli para esperarlos. Los sanos estaban primeros en la fila; atras, rezagados marchaban los heridos. Algunas mujeres tiraban flores a su paso; otras, en cambio, escondian su llanto entre panuelos blancos por aquellos que habian muerto. Ivonne cayo en la cuenta de que todas ellas tenian algo en comun: vestian de manera humilde y en sus rostros podia verse el sufrimiento. Carol Lafont, su madre, vio que dos soldados sostenian a Bernard al final del camino. Corrio y se abalanzo sobre el: < >, dijo su companero. Luego de llevarlo al hogar, Carol tomo la mano de Ivonne y la arrastro desesperada en busca de algun medico para salvar a su marido. Llego al hospital en un grito suplicando que la acompanaran a su casa pues Bernard no podia moverse. Pero nadie tuvo tiempo para ella; estaban demasiado ocupados con aquellos que podian pagar para ser atendidos. Y la mujer no tenia recursos. Con diez anos, la nina comprendio que solo los pobres luchaban en el frente y solo ellos eran los que morian. Esa impresion quedo grabada de manera tan fuerte en su memoria que, a partir de entonces, se instalo en su mente una idea que la acompanaria siempre: su corazon estaria del lado de quienes padecieran injusticias. La perdida definitiva de un papa al que no habia conocido demasiado, puso a Ivonne ante otro desafio: debio enfrentar la depresion de una madre cuyo duelo no cederia con el tiempo en ese mundo de tiranos y comunistas. Asi crecio la joven, sufriendo por su padre fallecido y por la escasa presencia de una mama abulica que la privo de carino. A poco de cumplir los quince anos, ya trabajaba como mesera en el bar de la familia de una amiga intima. Sirviendo jarras de cerveza helada para soportar el calor de un verano agobiante, su mirada quedo capturada por el hijo de un importante terrateniente argentino que estaba de paseo por Paris y se deslumbro con ella en cuanto la vio. Ivonne admiraba el estilo malevo de los hombres latinos, que conocia muy bien debido al triunfo de Carlos Gardel en sus tierras; el extranjero de veintinueve anos que la pretendia se peinaba a la gomina como el cantante, y sus modos reflejaban los de esos machos rudos de Buenos Aires que penaban por amor en las frases de los tangos. La diferencia de edad entre ambos no impidio que ella se fuera con el hacia America para casarse bien lejos de su historia, en busca de un futuro diferente. Logro su cometido, pero la vida no le seria tan simple: con el tiempo conoceria el precio de vivir con la soberbia de aquel hombre. Mientras el reconocido diario El Mundo destacaba el enlace del hijo de Don Antonio Infraga Mitre con una bella francesa, la alta sociedad argentina les dio la espalda. A pesar de los buenos modales y su hermosura, se notaba que la joven foranea no tenia clase ni distincion, y tampoco la instruccion adecuada para estar a la altura de semejante prometido. Pero la boda se realizo igual y los amigos de la familia asistieron simulando cortesia a pesar del desacuerdo. En el pais se vivia un clima de exaltacion: el radical Hipolito Yrigoyen triunfaba de manera abrumadora en los comicios accediendo a su segunda presidencia con setenta y seis anos, sin saber por entonces que no lograria terminar su mandato. -
La invasion del Tearling (La Reina del Tearling 2), Erika Johansen de Erika Johansen
https://gigalibros.com/la-invasion-del-tearling-la-reina-del-tearling-2-erika-johansen.htmlMas aventuras, intriga y emocion en la fascinante secuela de La Reina del Tearling. La segunda entrega de una adictiva trilogia que ha seducido a los productores y a la protagonista de las peliculas de Harry Potter, asi como a legiones de lectores en todo el mundo.
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Extraccion de Douglas Preston
https://gigalibros.com/extraccion.htmlUn relato escalofriante que descubre muchos secretos de la relacion entre los hermanos Pendergast.
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Navidad ?y algo mas? – Priscila Serrano de Priscila Serrano
https://gigalibros.com/navidad-y-algo-mas-8211-priscila-serrano.htmlDicen que la Navidad es la mejor epoca del ano. Dicen que es el mejor momento para pasar en familia. Dicen muchas cosas, pero no todas son ciertas. ?Y por que es asi? Porque nadie menciona el hecho de vivir una Navidad sin amor. Porque para que sea perfecta, para que cada dia y noche de la mejor epoca del ano sea asi, tienes que estar rodeado de todo.No es solo una Navidad, sino algo mas.
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El largo olvido de Marcia Cotlan
https://gigalibros.com/el-largo-olvido.htmlUna historia de segundas oportunidades en la que la protagonista sabe que su ex es el amor de su vida, pero se empena a alejarlo cada vez mas.
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Yo caminare de tu mano de Towanda Richardson
https://gigalibros.com/yo-caminare-de-tu-mano.htmlLena Bouvier es una nina prodigio de la informatica. Con solo veinticinco anos, dirige el departamento de programacion de una importante empresa de diseno de aplicaciones para moviles. Es feliz con su trabajo, con su puesto de entrenadora de un equipo de baloncesto adaptado, con sus amigos. Hace mucho tiempo que dejo de llorar por el desgraciado golpe del destino que la dejo postrada en una silla de ruedas cuando solo era una adolescente.
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Susurramelo al oido de Patricia Geller
https://gigalibros.com/susurramelo-al-oido.html -
Dulce destino de Myrian Gonzalez Britos
https://gigalibros.com/dulce-destino.html<
>.Beatriz Aquino decide aceptar la propuesta laboral del senor Weber, dueno de la granja Dulce destino. Necesita el dinero para abrir su propia clinica en el futuro.En aquel lejano pueblo, conoce a Daniel Schmidt, un hombre cuya belleza angelical y ternura la cautivan desde el primer dia que lo conoce.La bella veterinaria descubre con el tiempo que Daniel sufre de una discapacidad intelectual leve, un aspecto que, en lugar de alejarla, la acerca mas y mas a el.La amistad se convierte en algo mas, en algo mucho mas fuerte y toda diferencia queda soterrada bajo ese sentimiento.?Podra el amor vencer la barrera impuesta por los prejuicios? -
El Secreto De Gibola de Ane Odriozola Cia
https://gigalibros.com/el-secreto-de-gibola.htmlNerea Fabbi Isasmendi era una joven donostiarra de veintisiete anos a la que la vida habia tratado bien, o esa sensacion tenia al menos ella. Era alegre, inteligente, tenia don de gentes y unos bonitos ojos negros que resaltaban junto a su larga melena de color chocolate. La mayor desgracia que habia sufrido en su vida, por llamarlo de alguna manera, era la separacion de sus padres, algo que no le habia supuesto ningun trauma, ya que sucedio cuando apenas contaba cuatro anos. Desde que tenia uso de razon, sus padres habian vivido cada uno por su lado, por lo que no sentia ninguna anoranza por los tiempos en los que los tres formaban una misma familia. Simplemente, no recordaba aquella epoca. Era cierto que le hubiera gustado no ser hija unica, pero era algo que tambien tenia sus ventajas, asi que tampoco se lamentaba por ello. De padre italiano y madre euskaldun, Nerea siempre supo que al terminar sus estudios se emplearia en la empresa inmobiliaria familiar que fundara su abuelo muchos anos atras y en la que su madre trabajaba. Desde bien pequenita habia pasado infinidad de tardes en la oficina, observando como su madre conversaba con los clientes, y era un trabajo que le gustaba. Su abuelo Bittor, al que ella siempre habia admirado, habia luchado durante toda su vida por sacar adelante la empresa y lo habia hecho realmente bien. Habia conseguido que su inmobiliaria fuera una de las mas importantes y con mayor volumen de compraventa tanto de Donostia como de alrededores. Sus servicios incluso traspasaban la muga, llegando hasta Hendaya, Biarritz o Baiona. Su abuelo, que ya tenia noventa y cinco anos, habia sido el tipico hombre incapaz de alejarse del trabajo y disfrutar de su jubilacion. Todo el que lo conocia sabia que no era hombre de paseos por la playa de la Concha, tardes jugando al mus o txikiteo por la parte Vieja. El era un hombre de negocios, y asi era como disfrutaba, haciendo negocios. Habia gozado durante largo tiempo de una salud de hierro, y siguio participando en muchas de las compraventas que se gestionaban a traves de su inmobiliaria hasta que cumplio los noventa anos. Se consideraba a si mismo una persona trabajadora y perseverante; quizas algo intransigente en segun que cosas, y siempre habia sido consciente de cual era su mayor debilidad: su nieta Nerea. Sentia predileccion por aquella joven carinosa, despierta, resuelta y con ganas de aprender. Se habia encargado personalmente de su formacion y la consideraba su relevo para el futuro de la empresa, por lo que en cuanto cumplio los dieciseis anos, decidio llevarla con el a todas las reuniones con clientes a las que ella pudiera acudir sin que faltara a ninguna clase, por supuesto. Daba lo mismo si la reunion era con un cliente que queria vender un piso, comprar un garaje o incluso asesoramiento para el alquiler de una nave industrial. Ella lo acompanaba siempre que podia y, tras la reunion, acudian a tomar un chocolate caliente en invierno o un helado en verano para <
>, como su abuelo solia decir. --Aitona, ?como le has podido decir que habia otros dos compradores interesados y que tenia diez minutos para decidirse o perderia la compra? ?No me habias dicho que era el unico interesado en el piso? --le pregunto la joven a su abuelo. Bittor cogio un churro, lo mojo en su chocolate y le dio un mordisco. --Y asi es. No se ha interesado nadie mas por ese piso en los ultimos cinco meses. --Entonces, ?que ha sido eso, un ordago? --Exactamente --dijo el y continuo con la explicacion antes de que su nieta pudiera decir nada mas--. Si te has fijado en la expresion del hombre en la visita a la casa, habras notado que le ha gustado. El sabe que no es un piso en Miraconcha, pero que es de lo mejorcito que se puede permitir. El problema de este tipo de clientes es que su propio criterio no es suficiente para ellos. Dudan de si estaran haciendo bien en comprar o no, y necesitan saber que hay mas personas interesadas. Les parece que, si lo quieren tambien otros, sera porque es una buena compra, y es entonces cuando deciden ir a por ello. Al final, quedan satisfechos pensando que han sido mas rapidos e inteligentes que los demas. --Pues no se con los otros, pero con este, !has acertado de pleno! De los diez minutos que le has dado, !no ha tardado ni cinco en querer cerrar el trato! --Ahora ya lo sabes. Cuando encuentres a un cliente asi, !le lanzas un ordago! --le contesto el guinandole un ojo. --Pues ya puedes decirme donde has aprendido a interpretar asi, !porque hasta yo me lo he creido! Bittor rio con ganas ante la ocurrencia de su nieta, pero no pudo evitar que los recuerdos vinieran a el. Hubiera querido contestarle que habia sido la vida misma la que le habia obligado a interpretar; hablarle de los secretos que nunca le habia confesado y de los remordimientos que sentia cuando echaba la vista atras. Pero, en lugar de eso, decidio coger el ultimo churro que quedaba en el plato e introducirlo en el poco chocolate caliente que quedaba en su taza. Habia pasado mucho tiempo de todo aquello y preferia no recordar. El telefono sono mientras ella se estaba duchando. Se aclaro el pelo lo mas rapido que pudo y salio a toda prisa, pero para entonces habia dejado de sonar. Decidio meterse nuevamente en la ducha cuando en su movil empezo a sonar una cancion de Chayanne a todo volumen. < >, penso. Contesto la llamada; era su madre la que llamaba con tanta insistencia. --Nere, ?donde estas? Te he telefoneado a casa, pero no contestas --le dijo Lourdes a su hija. --Estoy en casa, ama, pero es que estaba en la ducha. !Tienes el don de la oportunidad! --contesto ella. --!Vaya por Dios! Te llamaba para decirte que hoy no puedo subir a ver al abuelo. Me sabe mal porque no lo he visto en toda la semana, pero me reuno con el presidente de una comunidad que quiere que llevemos la administracion del edificio y hemos quedado esta tarde. ?Iras tu a verlo, por favor? Ademas, la ultima vez me comento que queria hablar contigo de algo importante. --Claro, no hay problema. No hace mucho que lo visite, pero ire hoy nuevamente. Esta tarde a ultima hora, Jon y yo nos marchamos a pasar el fin de semana a los Pirineos, pero para entonces ya habre bajado de la residencia. --Cogio una toalla y escurrio su pelo--. A ver que tal lo veo hoy. En mi anterior visita estaba bastante apagado, como sin muchas ganas de nada. --?Y que quieres? !Son noventa y cinco anos! Su cuerpo esta cansado, su cabeza esta cansada... Mentalizate de que no va a ir a mejor --dijo Lourdes, intentando preparar a su hija para lo que era inevitable. Tras pasar por la oficina y cerrar un par de temas que tenia pendientes, Nerea cogio su moto y recorrio la distancia que habia entre la oficina y la residencia de ancianos en la que vivia su abuelo, en el barrio de Aiete. Habian estrenado el verano y el tiempo era calido, lo que hizo que disfrutara especialmente del paseo. Paso cerca del parque de Aiete, situado en una de las colinas que rodean la ciudad. Su majestuoso palacio habia sido escogido como residencia veraniega por distintos aristocratas, como la reina Isabel II, la reina Maria Cristina o Alfonso XIII, y desde que su abuelo vivia en una residencia cercana, se habia convertido en el lugar preferido para sus tardes de paseo. Aparco cerca de la puerta principal y llamo al timbre. Realmente aquel edificio no daba la sensacion de ser un hogar para ancianos. De hecho, en la puerta principal se podia leer sobre un cartel dorado y con una caligrafia senorial: < >. Siempre le habia dado la impresion de que mas bien parecia un hotel. El trato del personal habia sido siempre excepcional, las instalaciones estaban muy cuidadas, las habitaciones eran individuales y, lo mas importante, su abuelo estaba contento alli. Saludo a la recepcionista, que le indico que el anciano se encontraba en su habitacion. Subio las escaleras de dos en dos, llamo a la puerta y entro. Bittor Isasmendi habia sido un hombre activo, con iniciativa y energia para llevar a cabo multitud de proyectos. Las veinticuatro horas del dia no eran suficientes para todas las ideas que tenia en mente, pero, a esas alturas de su vida, se encontraba muy cansado, tanto fisica como mentalmente. Ni siquiera habia sido consciente de los anos que tenia a sus espaldas hasta que cumplio los noventa. Y no fue el hecho de ser nonagenario lo que le provoco tal debilitamiento, sino la muerte de su esposa, su adorada Leonor. Con nombre de reina y doce anos menos que el, ella habia sido la pieza fundamental e imprescindible de su vida. Era una mujer dulce, atenta, leal y poseedora de una paciencia infinita gracias a la cual el pudo dedicar gran parte de su tiempo a sus proyectos empresariales. Ella sabia como calmarlo, como animarlo o como consolarlo, segun la ocasion, y, aunque siempre habia permanecido a la sombra de su marido, el le atribuia a ella gran parte de su exito. Hasta que un dia cualquiera, de pronto, ella fallecio, sin previo aviso. Se encontraba en la terraza de su casa regando las plantas cuando cayo al suelo repentinamente. Un derrame cerebral le arrebato a la mujer de su vida en cuestion de segundos, el tiempo que el tardo en ser consciente de que el declive de su vida tambien era inminente. Su hija y su nieta hicieron todo lo posible para que Bittor se repusiera de aquel duro golpe. Lo visitaban a diario y contrataron a una persona para que lo atendiera y acompanara de forma permanente. Pero no funciono. No podia soportar ver a otra mujer trabajando en la cocina de su esposa, ni regando sus plantas, ni sentada en el sillon donde ella solia leer las revistas de papel cuche que tanto le gustaban. Empezo a sentirse un extrano en su propia casa, ya no estaba comodo alli y por eso, decidio visitar varias residencias de ancianos. Cuando se decanto por una de ellas dio la noticia a su familia. A partir de aquel dia, podian visitarlo en su nuevo hogar. --Aitona, ?que tal estas? --lo saludo Nerea desde la puerta. Se acerco hasta el, le dio un beso en la mejilla y un abrazo con cuidado de no moverle la sonda que llevaba para el oxigeno. Hacia unos meses que el medico se lo habia recomendado y el notaba sus beneficios. --!Kaixo maittia! Me alegro de verte. Pensaba que hoy vendria tu madre. --El tambien le dio un beso. --Queria venir, pero tiene trabajo, asi que he venido yo. --Me parece perfecto. Me gusta que venga ella, pero me gusta mas que vengas tu --dijo sonriendo a su nieta. --?Cuanto tiempo te queda enchufado a esta maquina? ?Le digo a la enfermera que te la quite y nos vamos a pasear al parque? Hoy hace un dia precioso para uno de nuestros paseos --dijo Nerea con ganas de animar a su abuelo. --No, hoy estoy bastante fatigado. Perdoname, pero no estoy para paseos. Ademas, quiero hablar contigo de algo importante. Tengo algo que pedirte, algo que quiero que hagas. Si no te importa, hoy nos quedamos aqui. --Claro aitona, como prefieras --contesto Nerea--. ?Y que es eso que quiere que haga por usted, caballero? --Nerea hizo una reverencia extendiendo el brazo hacia su abuelo, un gesto totalmente exagerado que hizo que los dos rieran. El anciano continuo: --Pues veras... Ya se que no te gusta que te hable de lo que sucedera cuando yo fallezca, pero, antes de que me cortes, escuchame un momento. --Parecia estar muy decidido a seguir la conversacion, asi que esta vez su nieta no le detuvo con frases como < > o < >. El anciano no se anduvo con rodeos--. He pensado mucho sobre esto y quiero que te quedes con mi casa. Yo no la voy a necesitar porque pienso terminar mis dias aqui, por lo que no veo el motivo para que no te mudes cuando quieras. Tu piso es muy bonito, pero no me puedes negar que se te ha quedado pequeno. Mi casa tiene mas de cien metros cuadrados, garaje para dos coches y esta en pleno Boulevard. Con lo que te he ensenado en todos estos anos, !espero que no me rechaces un caramelito asi! --Bittor guino uno de sus cansados ojos a su nieta. --Aitona, tu casa es tuya y mudandome alli me pareceria que estoy invadiendo tu espacio, aunque no tengas intencion de volver. De momento, Jon y yo nos arreglamos, asi que puedes estar tranquilo --contesto ella. --!Terca como una mula! Sabia que dirias eso. Vamos a ver, no pretendo que te mudes a mi casa sin mas, lo que deseo es que mi casa pase a ser tuya, escriturarla a tu nombre, sin tener que esperar a que la heredes cuando yo muera. Me gustaria ver como la reformas y la pones a tu gusto. Pronto formaras una familia y tendras ninos, y dificilmente podreis estar comodos en un piso tan pequeno. --?No estas corriendo demasiado? --dijo ella riendo--. !Todavia no tengo intencion de quedarme embarazada! Ademas, ?has hablado sobre esto con mi madre? --pregunto. --Si. Ella sabe que mi casa la heredaras tu, igual que sabe que el negocio pasara a sus manos. En su dia tuvimos nuestros mas y nuestros menos, pero no puedo negar que su trabajo en la inmobiliaria ha sido impecable durante todos estos anos. Por eso creo que es justo que la agencia la herede ella. Con el tiempo terminara en tus manos, pero, de momento, pienso que tiene que ser asi. --No se, aitona, me sabe mal quedarme con tu casa. Es como si te estuviera quitando algo que es tuyo --protesto. --Yo ya no la necesito, y me haria muy feliz que fuese para ti. Prometeme que hoy mismo llamaras a mi gestor y te pondras en marcha con este tema. La joven no tuvo mas remedio que aceptar. Cuando su abuelo se empecinaba en algo, no habia replica posible. Continuaron conversando sobre temas triviales hasta que la maquina de oxigeno se detuvo. Entonces, Bittor se sento en una silla de ruedas de la que solia echar mano los dias en los que mas agotado se sentia y, empujado por Nerea, dieron una vuelta por la residencia. Salieron al jardin, merendaron, charlaron y tras disfrutar un ratito mas de la buena temperatura de aquella maravillosa tarde de verano, Nerea lo llevo de vuelta a su dormitorio. Le dio un beso en la frente, un abrazo y se despidio de su abuelo. --Acuerdate de lo que hemos hablado. Habla con mi gestor. Agur, maittia. --?Senorita Fabbi? Puede pasar, adelante. --La secretaria del gestor de su abuelo le indico cual era el despacho en el que la estaban esperando. Al salir de la residencia, viendo que todavia tenia un par de horas hasta reunirse con Jon, habia hecho la llamada que le habia pedido su abuelo. El gestor le pidio que pasara por la oficina, alegando que aquellos no eran temas para tratar por telefono. En quince minutos habia aparcado su moto y estaba frente a la gestoria. --Supongo que esta al tanto del deseo de su abuelo de hacerle una donacion en vida y que por eso me ha llamado. ?No es asi? --le dijo el con una actitud muy profesional. --Asi es. Vengo de visitarlo y me ha insistido en que debia hablar con usted. Se que quiere poner su piso a mi nombre. --Esta en lo cierto. De hecho, los papeles estan preparados; el siguiente paso es acudir al notario para tramitar los documentos de transmision. --Bien, pero hay algo que quiero preguntarle antes de firmar documento alguno. --Nerea no estaba del todo convencida de lo que su abuelo se proponia--. ?Esta usted seguro de que el tiene claro el asunto de la donacion? A mi me ha insistido en el tema, pero ya esta muy mayor y no quisiera hacer nada que le pudiera perjudicar. --Puede usted estar tranquila por eso. Hace anos que su abuelo me hizo participe de su intencion. Cuando tomo la decision de ingresar en la residencia, tambien decidio el destino que le daria a su hogar. El quiere que pase a sus manos y yo lo tengo todo preparado. Nerea conocia la gran amistad que habia entre su abuelo y aquel hombre. Bittor habia realizado un sinfin de gestiones a lo largo de muchos anos con el padre del hombre que se encontraba frente a ella. Siempre que hablaba de el decia que era < >. Una vez jubilado, la gestoria habia pasado a manos del hijo y, a pesar del cambio, su abuelo habia depositado toda su confianza tambien en el, tal y como lo habia hecho con su padre. --Si no tiene inconveniente, necesito una fotocopia de su carne de identidad para gestionar la cita con el notario. Ella saco su cartera del bolso y le dio el documento. El gestor salio de la oficina dejandola sola. En la mesa habia sendas carpetas con un sinfin de documentos en su interior; en la portada de una de ellas se podia leer: < >. Deseo abrirla para ver que era lo que habia dentro, pero no se atrevio. El gestor tenia que llegar de un momento a otro con la fotocopia de su DNI. La puerta se abrio, el hombre se asomo y con cara de disculpa dijo: --Lo siento mucho, pero la fotocopiadora no funciona. Vamos a cambiar el toner, a ver si asi solucionamos el problema. Enseguida estoy de vuelta con usted. No cerro del todo la puerta, pero casi. Ella no lo dudo. Curiosa por naturaleza, le dio la vuelta a la carpeta que llevaba el nombre de su abuelo y la abrio. Dentro se encontro con infinidad de documentos, entre los que habia copias de escrituras, documentos bancarios... Pero lo que mas le llamo la atencion fue un papel que contenia lo que parecia un listado. El titulo que presentaba el encabezado del documento era: < > y le seguian una lista de propiedades, como el piso que queria donarle, la agencia inmobiliaria, acciones bancarias... y, por ultimo, un apunte que a Nerea le parecio muy extrano: < >. Justo en aquel momento el gestor entro en la habitacion con la fotocopia en la mano. Al ver lo que Nerea estaba haciendo, se abalanzo sobre la mesa y cerro el expediente rapidamente. --!Estos documentos son confidenciales! El hombre se mostro enfadado con ella y tambien consigo mismo por haber cometido el error de marcharse dejando los documentos a su alcance. En realidad, no habia nada que la nieta de Bittor Isasmendi no pudiera ver, pero en todos aquellos anos habia aprendido que la confidencialidad hacia sus clientes era algo inquebrantable. Nerea se sintio como si le acabaran de pillar copiando en un examen. Con las mejillas coloradas por la verguenza, pidio disculpas y continuaron la reunion. El quedo en llamarla cuando tuvieran cita con el notario, y, sin mas dilacion, dieron por finalizado el encuentro. Antes de salir del despacho, ella se giro y dijo: --Se que no deberia de haber mirado sus papeles y de nuevo le pido disculpas, pero hay algo que me ha llamado la atencion. Entre los bienes de mi abuelo figura un caserio del que nunca habia oido hablar. ?Que sabe usted de eso? --Pues no mucho, la verdad. Debe de ser el caserio de algun familiar de su abuelo. El ultimo propietario fallecio y parece ser que el es el pariente mas cercano, por lo que ahora le pertenece, pero los papeles estan sin regularizar. Su abuelo no esta muy interesado en el --le explico el gestor. Nerea saco el movil de su bolsillo nada mas salir de la gestoria y le mando un mensaje a su novio: < >. A Jon no le extrano que su novia de pronto le hubiera cambiado todos los planes; era muy aficionada a hacerlo. En el ultimo momento se le ocurria que seria buena idea cambiar de rumbo, y dicho y hecho. Penso en rebatirle el cambio, pero sabia que ella le esperaria con un discurso lleno de argumentos para justificar ese fantastico plan de ultima hora, por lo que penso que le seria mas rentable aceptarlo directamente. Escribio en su movil: < >, y le dio a enviar. Sonrio al pensar la cara que pondria ella al leer el mensaje. Era una broma de pareja. El le llamaba churri y ella fingia que se enfadaba por utilizar con ella un apelativo tan barriobajero. Nerea vio llegar la furgoneta y le hizo una sena a Jon para que el viera donde lo estaba esperando. Jon se bajo del coche, beso a su novia y subio los trastos al maletero. Estaban obstaculizando la calzada y no habia tiempo para mas. Se subieron los dos al vehiculo, se ataron los cinturones de seguridad y se pusieron en marcha. --A ver, senorita. ?Que es ese cambio de planes? !Si lo tenemos todo preparado para ir a los Pirineos! --Tranquilo, la siguiente vez que vayamos seguiran ahi, en el mismo sitio. Te propongo un plan alternativo, mucho mas cerquita. Nos vamos a pasar el fin de semana a Legazpi. Quiero echar un vistazo a la zona y si hay suerte, encontraremos lo que estoy buscando. Hay algunas cosas que he hablado con mi aitona y con su gestor esta tarde que tengo que contarte. Le relato a su novio con todo tipo de detalle la conversacion que habia tenido con su abuelo y la visita a la gestoria. Jon la escucho en silencio, y cuando termino, dijo: --Vamos a ver. Asi que tu aitona te regala uno de los mejores pisos que te puedas imaginar en pleno Boulevard donostiarra y tu te preocupas por un caserio del que puede que tu aitona solo sepa el nombre. A lo mejor esta en ruinas o simplemente ya no queda nada de el, pero, aun asi, has decidido que es el plan perfecto para pasar el fin de semana: !a la caza del caserio perdido! --Jon intento sonar sarcastico, pero no lo consiguio. --!Venga, Jon! Esta cerca y puede que encontremos lo que busco o puede que no, pero sin irnos muy lejos seguro que veremos lugares que merecen la pena. --Vale, vale, me rindo. Eres capaz de pasarte todo el camino justificando el viaje. Al final voy a terminar preguntandome: ?como no se nos habria ocurrido antes? --Jon sonrio. Cogieron la A1 y dejaron a un lado localidades como Lasarte, Tolosa, Ordizia, Beasain... En menos de una hora estaban en Zumarraga, cogiendo el desvio hacia Legazpi. Pasaron por delante del parque de bomberos y llegaron a lo que parecia la entrada del pueblo, una recta con diversas fabricas a ambos lados. Una vez en el centro, aparcaron en el parking subterraneo que habia junto al ayuntamiento. Salieron del aparcamiento por las escaleras centrales y lo primero que hicieron fue buscar a alguien a quien preguntar por el caserio en cuestion. Un matrimonio mayor se encontraba sentado en uno de los bancos situados en los porticos de la iglesia, mirando hacia un parque lleno de ninos que corrian de un lado a otro. El hombre debia tener dificultades de movilidad porque tenia dos bastones apoyados en el banco, uno a cada lado. A su derecha se encontraba la que creian seria su mujer, una senora de pelo blanco que sin duda en su juventud habria sido muy guapa y elegante, puesto que todavia lo seguia siendo. Se acercaron y Nerea les pregunto si conocian el caserio Gibola. --Gibola... --El hombre dudo un momento--. Ninguno de los dos hemos nacido aqui. Yo soy de Ordizia y mi mujer es gallega, pero llevamos muchos anos viviendo en Legazpi, y yo juraria que el caserio Gibola esta en Brinkola, un barrio que esta a unos diez minutos en coche de aqui. Deberiais preguntar a alguien de alli. Tras dar un pequeno paseo por el centro del pueblo, volvieron al parking y programaron el GPS direccion Brinkola. En aproximadamente diez minutos y despues de atravesar otro barrio llamado Telleriarte, pasaron por debajo de un puente de siete arcos realmente alto donde el GPS les indico que habian llegado a su destino. Enfrente de un estanque lleno de patos, gansos, ocas y hasta un pavo real, vieron a un hombre vestido con pantalones de mahon, una camisa de cuadros y calcetines de artilla con albarcas de goma en los pies, el calzado tipico de los caseros. Detras del hombre habia un cartel que indicaba el nombre del caserio y la venta de pan casero: < >. Pararon la furgoneta y se acercaron a el. --Arratsalde on, ?Vendes pan? --le pregunto Jon al hombre antes de que Nerea tuviera tiempo de decir nada. --Berdin --contesto el casero--. Si, tengo pan casero, leche, huevos... productos de caserio. Me dedico a ello. --Pues un pan casero y un par de litros de leche ya nos llevariamos --contesto Jon. Le encantaba la leche de caserio. No tenia nada que ver con la leche que se compraba en el supermercado, tenia muchisimo mas sabor. Y con el pan le pasaba lo mismo--. ?Podria ser? --Si, claro. Leche tengo toda la que querais y el pan es de hoy mismo. Los viernes hay mercado en el pueblo y suelo hacer mas cantidad. Si me acompanais os lo doy enseguida. Aparcaron a un lado la furgoneta y lo acompanaron unos metros hasta la entrada del caserio. El casero se hizo con la leche y el pan, y mientras lo ponia todo en una bolsa, Nerea aprovecho para preguntarle por el caserio Gibola. --Estamos buscando un caserio y nos han dicho que esta por aqui. Su nombre es Gibola. ?Lo conoces? El casero puso cara de sorpresa. Nerea y Jon no supieron como interpretar aquella expresion. --Si que lo conozco. No queda lejos de aqui, pero no encontrareis a nadie alli. Esta deshabitado. ?Por que lo buscais? -
Castillos en el aire de Ana Castellar
https://gigalibros.com/castillos-en-el-aire.htmlUna apasionante novela de amor, pasion y reencuentros.
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Hambrienta de amor de Sophie Saint Rose
https://gigalibros.com/hambrienta-de-amor.htmlGina empujo la puerta de cristal totalmente decepcionada, porque estaba segura de que no la contratarian, y cuando llego a la calle se miro el tacon de su zapato negro que estaba a punto de caerse. Estaba claro que no era buena idea comprarselos de segunda mano. Bufo bajando la pierna y aparto de mala manera un largo mechon de cabello negro del hombro antes de colgarse la correa del bolso, cuando salieron de la central del banco un grupo de chicas muy bien vestidas. --?A donde vamos a comer? --pregunto una de ellas al grupo. Admirando su vestido verde levanto la vista hasta su perfil y se quedo helada al verse a si misma. --He reservado en el de enfrente --dijo otra chica. --?Otra vez? --protesto yendo hacia el paso de peatones. --Es lo mas rapido. Fascinada sin poder evitarlo camino tras ellas. Eran exactamente iguales excepto por el color de cabello. Gina se quedo a cierta distancia, pero se dio cuenta enseguida que se habia tenido el pelo con muchas mechas rubias. Hasta se tenia las cejas, pero sus pestanas delataban que era tan morena como ella. Se quedo alli de pie mientras ellas riendo cruzaban de acera. Cuando entraron en el lujoso restaurante se llevo la mano al vientre mientras miles de pensamientos pasaban por su mente. ?Estaria equivocada y no se parecia tanto a ella? ?Pero que tonterias pensaba? Si era como mirarse al espejo. Y eso no podia ser. Mirando el restaurante camino hacia la boca de metro sin darse cuenta de que tropezaba con alguien. -- Perdon --dijo sin mirarle. --?Cuando has ido a la peluqueria? ?Durante mi reunion? La voz grave hizo que levantara la vista para ver unos ojos verdes que le robaron el aliento. El guapisimo hombre de traje que tenia delante, la miraba como si la conociera con una agradable sonrisa en su rostro. -- ?Que? El hombre la miro de arriba abajo. --?Te has cambiado? --?Me conoce? --pregunto impresionada por lo atractivo que era con su cabello negro repeinado hacia atras y ese traje gris que le quedaba de miedo. Alucinada miro su corbata de seda gris. Dios, que bien olia. --?Cristine? --Fruncio el ceno y al darse cuenta de que hablaba de la otra mujer se asusto mirando sus ojos para alejarse a toda prisa. --!Eh! !Espera! Corrio hacia la boca del metro perdiendo el tacon del todo. Al llegar a la entrada miro hacia atras y suspiro del alivio cuando no le vio. Paso la tarjeta de acceso y fue hasta el anden jurando por lo bajo porque habia perdido el tacon y ahora iria coja hasta su casa. Cuando llego al tren se dejo caer en su asiento aun asombrada. Ese hombre la habia confundido con esa chica. ?Cristine? Sintio un vacio en el estomago que la angustio. ?Que estaba pasando alli? Habia oido una vez que todo el mundo tenia un doble en algun sitio, pero era tan exacta a ella... Tenia que ser eso porque la otra cosa que se imaginaba le puso los pelos de punta. Cuando llego a casa en Queens tiro el bolso sobre el viejo sofa que habia rescatado de un contenedor y corrio hasta el armario donde guardaba su vieja maleta. La saco a toda prisa dejandola caer en el suelo y abrio las correas. Cuando la habian echado del centro donde habia llegado a la mayoria de edad, le dieron unos papeles que ni habia mirado. Saco el viejo sobre amarillo y lo abrio a toda prisa. La mayoria de los papeles eran informes medicos. Frustrada paso las hojas buscando algo sobre su adopcion cuando era apenas una recien nacida, pero alli no aparecia nada. Al ver el certificado de defuncion de los unicos padres que habia tenido sus ojos se llenaron de lagrimas y frustrada dejo caer los papeles. Era imposible. No podian haberlas separado al nacer. ?O si? Se levanto de un salto y agarro su bolso tirando su contenido al suelo. Cogio su movil y busco el numero de su asistente social, pero hacia anos que no hablaba con ella y habia cambiado el movil varias veces desde entonces. Seguramente lo habia perdido. Gimio llevandose las manos a la cabeza y apartando su largo cabello de su rostro. Sus ojos negros no pudieron retener las lagrimas y sollozo intentando encontrar respuestas. ?Donde podia enterarse de si estaba en lo cierto? Se volvio de golpe hacia los papeles y revolvio en la maleta sacando los documentos de su adopcion. Ansiosa los leyo a toda prisa y sus ojos brillaron al ver que mencionaba que habia nacido en el hospital de Brooklyn el cuatro de diciembre de mil novecientos noventa y cinco. En el hospital tenian que saber algo. Entrecerro los ojos incorporandose y dejo caer la hoja al suelo. Camino como si nada hasta el control de enfermeria empujando el carrito de limpieza y sonrio a la enfermera que estaba tras el mostrador. -- Una noche tranquila, ?verdad? --Si, y menos mal. Aunque manana cambiara la cosa. --?Si? ?Y eso por que? --pregunto escurriendo la fregona con la palanca. --Porque es luna llena. Los partos se elevan cuando hay luna llena --dijo divertida. Solto una risita. --?Eso no son cosas de viejas? --Te aseguro que es verdad. ?Eres nueva? --Fruncio el ceno. -- Normalmente a esta hora no limpia nadie. --Es que se han quejado a administracion y me han alargado el turno. --Estos chupatintas siempre tocando los huevos. --Exasperada cogio un expediente. --Me llamo Sara. --Louise. --Sonrio agradablemente ganandose su confianza. --Encantada. Paso la fregona ante el mostrador y sono un pitido. Sara se levanto en el acto y miro unos monitores. --Nos ponemos en marcha. --Levanto un telefono y dijo --?Doctor Madison? La trescientos seis en marcha. --Colgo y le guino un ojo antes de alejarse casi corriendo hacia una de las habitaciones. Gina miro a su alrededor y se apuro para pasar al otro lado del mostrador. Puso su nombre en el buscador, pero no se encontraron resultados. --Joder... --Probo con su fecha de nacimiento y salieron veintitres nacimientos ese dia. Al pinchar en el primero vio que era un nino que habia pesado casi cuatro kilos, pero lo mas interesante es que ponia todos los datos de sus padres, direccion e informes medicos. Escucho pasos corriendo y le dio a la tecla de Escape antes de coger la papelera para salir y vaciarla en el carrito. --Oh, perdona --dijo cuando casi se choca con Sara. --Falsa alarma. A ver si intercepto al medico o me tirara de las orejas por molestarle. Ella dejo la papelera en su sitio y regreso a su carrito empujandolo. --Yo voy a seguir... --Vete a casa. Nadie se dara cuenta --dijo divertida. --Si, ya. Cuando ya estaba al final del pasillo vio como llegaba una mujer en una cama y su marido iba al lado cogiendole la mano. Se le puso un nudo en la garganta por lo felices que se les veia. --Ahora lo llevaran al nido, pero seguro que en nada nos lo traeran para que le veas de nuevo, amor --dijo el tranquilizandola--. Ahora van a acomodarte a ti mientras le asean. --Es guapo, ?verdad? --Es perfecto. Sus ojos se empanaron por la ilusion que les hacia. Estaba segura de que su nacimiento no habia sido igual porque a ella no la habian querido. Dejo el carrito en el cuarto donde lo habia encontrado y despues de quitarse la bata y el panuelo que cubria su cabello paso ante el nido deteniendose para ver a todos aquellos bebes en sus cunitas. Unos familiares llegaron con globos, flores y muchas sonrisas agolpandose ansiosos ante el cristal. --?Es ese? --Todavia no ha debido llegar --dijo un hombre mayor que debia ser el abuelo. En ese momento llego una enfermera empujando una cunita y al verles alli sonrio antes de cogerle en brazos. Era tan pequenito que encogia el corazon y sonrio con tristeza mientras se acercaba. --Oh... --dijeron todos. --?Has visto, Harry? Tiene tu nariz. --Si --dijo el abuelo orgulloso--. Es un Stelman en toda regla. Varios se echaron a reir mientras sacaban fotos y Gina sintiendo una tristeza enorme de repente perdio la sonrisa poco a poco alejandose. Ella nunca habia visto una foto suya de bebe. Ni siquiera de cuando era pequena. Habia sido adoptada en su nacimiento y al ano sus padres murieron en un accidente de coche. Habia visto una foto de ellos porque estaba en un expediente, pero nada mas. La metieron en un orfanato porque al parecer no tenia familia que la acogiera hasta que tuvo cuatro anos. Nunca supo por que a ella no la queria nadie. No habia sido consciente de que no tenia familia hasta que estuvo en una casa de acogida donde habia cuatro ninos mas. Ninos que fueron desapareciendo para llegar otros. Cuando murio de un infarto la mujer que la atendia tenia ocho anos. La trasladaron de casa y asi se paso toda la vida hasta que termino en un horrible orfanato regentado por monjas. Odio estar alli. Era como una prision donde controlaban todo lo que hacia y casi celebro llegar a su mayoria de edad para largarse. Afortunadamente siempre habia estudiado bien y le dieron una beca, pero en una universidad estatal que no tenia ningun prestigio. Su licenciatura en economicas era de risa comparada con la competencia que habia en Manhattan y mas en esos tiempos donde tenian masters carisimos a los que ella jamas podria aspirar. Pero lo que la habia agobiado era la soledad que la habia acompanado toda la vida. Sin vinculos con nadie porque tarde o temprano los apartaban de ella. Y su hermana siempre habia estado ahi. Porque algo en su interior le decia que era su hermana. Lo sentia. Siempre habia estado en la misma ciudad y ella sin saberlo. El nudo que tenia en la garganta amenazaba con ahogarla y le costo respirar apoyandose en la pared al lado del ascensor. --?Se encuentra bien? Se volvio para ver al abuelo del bebe que estaba a su lado. --Si, gracias. --Estas muy palida, nina. --La cogio por el brazo. --?Por que no te sientas un rato? --Estoy bien, de verdad --dijo emocionada porque parecia preocupado, pero ya le habia pasado antes. Esa preocupacion era temporal y enseguida se olvidaban de ella. Se enderezo forzando una sonrisa y solto su brazo con delicadeza--. Gracias. El sonrio. --De nada. Se metio en el ascensor y pulso el boton del bajo. Reteniendo las lagrimas se dijo que era una estupida. Llevaba sola toda la vida y seguramente seguiria asi. Igual todo eso era una tonteria. Antes de llenarse la cabeza de pajaros debia asegurarse de que Cristine era su gemela. --?Te ha vuelto a tocar esta noche? --le pregunto a Sara afable empujando su carrito de limpieza.
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Narcisista, Sociopata e Irresistible de Jorge Borges
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Metro noventa, musculado.
Tatuado, sexy, descarado.
Y un narcisista patologico. -
El chico nuevo de Tracy Chevalier
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Las confidentes de Elizabeth Subercaseaux
https://gigalibros.com/las-confidentes.htmlDos mujeres, la norteamericana Quinn y la francesa Juliette, se conocen casualmente en la India. Son dos mujeres con un pasado traumatico y nada en comun, aparentemente. Sin embargo, lo que las vincula es mucho mas que aquello que las separa. Muchos anos antes ambas fueron protagonistas de una historia similar que dio un giro inusitado a sus vidas: las dos perdieron a sus amantes practicamente el mismo dia y ambas lo perdieron a causa de un crimen sucedido en la misma fecha y casi a la misma hora, uno en Chile y el otro en Estados Unidos. En torno a ellas se aglutinan todos los personajes de sus vidas: los del campo chileno, la Provenza francesa y los barrios bajos de Pennsylvania, hilvanando historias donde la dureza de la vida se contrapone a la pasion, los deseos de reinventarse y de alcanzar los suenos.
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Ni aqui ni alli de Tommy Orange
https://gigalibros.com/ni-aqui-ni-alli.htmlEstamos ante una voz que nunca hemos escuchado, una voz llena de poesia y de rabia, que estalla en la pagina con un apremio y una fuerza asombrosos. Una novela que sorprende por su forma de abordar una Historia compleja y dolorosa, un legado de belleza y de una profunda espiritualidad, asi como la plaga de adicion, maltrato y suicidio entre los nativos americanos.
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Inocente (La heredera 1) de Kathalee Trueba
https://gigalibros.com/inocente-la-heredera-1.htmlHan pasado nueve anos desde que Dinna Marshall y Sebastian Alcantara decidieron juntar sus vidas y formar una familia lejos de la ciudad, los medios y La Sagra. Cuando Sebastian tiene la oportunidad de regresar a trabajar para la Agencia de Investigacion del Estado, deciden volver a la ciudad. Es asi como la vida de Nicole Wesner, hija de la famosa empresaria, se cruzara con la de Roderick Villanueva, un chico que no espera nada del amor, pero al que le cambiara la vida por completo. ?Existe el "felices para siempre" ?
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Esclava Comun de Magenta Perales
https://gigalibros.com/esclava-comun.htmlBridget tenia prohibido hablar.
Los Alfas no la compraron para hablar.
3 altos, musculosos y dominantes jefes de la mafia. -
Un Cowboy por Navidad de Tess Curtis
https://gigalibros.com/un-cowboy-por-navidad.htmlLa Navidad para Tyler Davis no es la mejor epoca del ano. Su unico plan es aislarse durante al menos quince dias, por segundo ano consecutivo, en su cabana en medio de la nada y pasar el tiempo en soledad.
Ashley Jones ha decidido retirarse durante las vacaciones a un tranquilo hostal junto a un precioso lago de Montana. Necesita superar los malos recuerdos de la Navidad anterior, cuando su corazon se rompio en mil pedazos, al igual que su autoestima.
La Navidad y una tormenta de nieve se alian provocando que ambos tengan que compartir techo durante las fiestas en la cabana del cowboy. La atraccion entre los dos es mas que evidente y hace que vuelvan a creer en las segundas oportunidades y la magia de esta maravillosa epoca del ano. -
Miedo a perder de Karina Brown
https://gigalibros.com/miedo-a-perder.htmlTras cinco anos lejos, Shaira regresa y descubre que esta a punto de perderlo todo. Con la ayuda de Noah, intenta buscar una solucion. Pero quien podia ayudarla a ver una luz al final del tunel, desaparece repentinamente, dejando solo una carta.
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La noche de los regalos (Fuego y hielo 2.8) de Mike Lightwood
https://gigalibros.com/la-noche-de-los-regalos-fuego-y-hielo-2-8.html--?Y a ti que te ha parecido? --le pregunto a Sergio cuando salimos de la sala del cine. Ha estado totalmente callado desde que terminaron los creditos. Permanece en silencio durante unos segundos mas antes de contestar. Por un momento, su rostro esta inexpresivo, como si estuviera tratando de asimilar demasiada informacion de golpe. Pero, entonces, abre mucho los ojos y su boca se curva en una enorme sonrisa, la misma que conozco tan bien. --!Ha sido una puta pasada! --exclama al fin, para sorpresa de nadie--. !La mejor pelicula que he visto en toda mi vida! --Ya empezamos --dice Pablo, poniendo los ojos en blanco. --La misma cantinela de siempre --se queja Sara. Pero Sergio no da muestras de haberlos escuchado siquiera. --De verdad, !es que ha sido increible! --continua con entusiasmo, ganandose miradas divertidas de la gente que hay a nuestro alrededor--. ?Habeis visto cuando consigue el tridente y aparece detras de la cascada? ?Y cuando Black Manta utiliza los rayos laser? !Y EL PUTO PULPO TOCANDO EL TAMBOR! O sea, living. --?Siempre se pone asi de entusiasmado? --pregunta Dario, con una risita nerviosa. El no esta tan acostumbrado a venir al cine con nosotros como para saber como se pone. --Y a veces es todavia peor --le respondo--. Siempre que vemos alguna de superheroes, se pone histerico. Ni te imaginas como se puso cuando fuimos a ver Justice League e Infinity War. --Dejame adivinar: lloro con Spider-Man. --Lloro con Spider-Man --confirmo--. Como un bebe. --!?Y la escena del vino?! --grita Sergio, ajeno al resto de la conversacion.--. ?Hola? ?Visteis cuando Mera utilizo sus poderes hidroquineticos para convertir el vino en armas? Me cago en todo, !que puta pasada de pelicula! --Oye, que estabamos todas alli, chiqui --le recuerda Sara entre risitas, poniendole una mano sobre el hombro mientras salimos del cine.--. Claro que lo vimos. Aunque ni confirmo ni desmiento que Mera me haya puesto un poco cachonda. --?Normal? --dice Guille--. Creo que la bisexualidad se ha acabado para mi. Ahora soy hetero para siempre. Lo siento, Pablo. --!Oye! --se queja el, dandole un golpe en el hombro. Un segundo despues, se rie--. Bueno, en realidad yo tambien me he hecho un poco hetero por ella. --!Y Nicole Kidman! --continua Sergio, entusiasmado--. ?Visteis como repartia hostias al principio? Madre mia, !que pedazo de pelicula! ?Cuando volvemos? Por supuesto, ya sabia que esa pregunta no tardaria en llegar: siempre que vemos alguna pelicula nueva de superheroes en el cine, no tarda mas de diez minutos en preguntar cuando podemos volver a verla. Si me dieran un euro por cada vez que hemos repetido pelicula... bueno, en realidad no tendria nada porque me lo habria gastado todo en el cine. --!Y cuando se escapan en la nave de Mera! !Y el traje que llevaba antes en plan medusa! Madre mia, !es que me casaba con ella cinco veces! La conversacion continua de ese modo mientras seguimos caminando, con el gritando mucho, muy entusiasmados, y nosotros riendo mucho. --Oye, chicos, nosotros nos bajamos aqui --dice Fer cuando llegamos a la estacion. --?No os quedais un ratito? --le pregunto esperanzado, mirando tambien a Dario --. Aunque sea media horita para tomar algo... Dario niega con la cabeza. --No puedo. El proximo tren sale en quince minutos, y para el siguiente falta mas de una hora. Siendo la noche de Reyes, prefiero llegar pronto a casa para estar con mi abuela. Es tradicion. --Si, yo tambien tengo que estar en casa pronto --anade Fer. --Bueno, vale. Es una de las cosas que han cambiado desde que vivo en la ciudad: ya no puedo pasar tanto tiempo con el, ni tampoco con Dario. Y, aunque me duele tener que separarme de ellos y vernos mucho menos que antes, lo cierto es que no se me ocurriria cambiar jamas mi vida de ahora por la que tenia antes. --Oye, Sergio, ?puedes venir un momento? --le pregunta Fer, que esta un poco alejado de nosotros. Sergio se acerca a mi amigo mientras yo los miro, extranado. ?De que tendran que hablar esos dos ahora? Seguro que estan tramando algo, y no creo que sea nada bueno. --Eh... Oscar, queria contarte una cosa --dice rapidamente Dario, que probablemente este en el ajo--. ?Te importa si...? Deja la frase inconclusa, y tira de mi mano hasta alejarme unos metros de donde se encuentran los demas. --?Que te pasa? --pregunto con el ceno fruncido--. --Es queeeee... --comienza, alargando mucho la <
>. Enrojece ligeramente antes de continua --. Es que me gusta un chico. --Ah. Vale. --Sonrio al darme cuenta de lo nervioso que parece al respecto y de lo mono que lo hace estar ese hecho. Si, sin duda esto explica la que acaban de montar: Dario queria estar a solas conmigo para contarmelo--. Sabes que podrias habermelo dicho antes en cualquier momento sin tener que compincharte con Fer, ?verdad? Nadie se habria extranado de que nos fueramos a hablar solos. El traga saliva, mirando con nerviosismo por encima de mi hombro. Probablemente este tratando de comprobar si alguno de nuestros amigos esta pendiente de la conversacion. De verdad que esta adorable cuando se pone asi. Es tan distinto al Dario cerrado y hurano de hace un par de anos que no puedo evitar sonreir otra vez. --Si, bueno... Pero no dice nada mas. --?Y bien? ?Quien es? --Pueeeeees... un chico nuevo del insti --dice, todavia mirando a los demas. Hay una chispa de emocion en sus ojos oscuros--. Llego a principio de curso, y es superguapo, y... Oye, que da igual. --?Como que da igual. --Si, que da igual. Mejor te lo cuento otro dia, ?vale? Que no quiero perder el tren. Y, sin decir mas palabra, se aleja de mi y se dirige hacia Fer, que ya ha terminado su supuesta charla con Sergio. --Pues... vale --le digo al aire, y echo a caminar hacia ellos. Se despiden de nosotros con la habitual ronda de abrazos y, como siempre, me dejan a mi para el final. El primero en abrazarme es Fer, con uno de esos abrazos suyos que huelen a hogar, a paz. El unico abrazo que me reconfortaba cuando nada mas lo hacia, y todavia hoy me sigue evocando las mismas sensaciones de seguridad que entonces. Cuando se separa, es Dario quien se acerca a mi, aunque su abrazo es diferente. Todavia hay una especie de nerviosismo por parte de los dos, como si aun no hubieramos averiguado como comportarnos juntos. Despues de todo lo que paso y de lo que ha habido entre nosotros, tanto bueno como malo, el proceso ha sido dificil. Pero lo llevamos bien. --En fin, pasadlo bien, chicos --dice Fer--. !Y que tengais muchos Reyes! --!Igualmente! --contestamos mientras se alejan. Por suerte, el momento de la despedida ha bastado para que Sergio se olvide un poco de la pelicula. Y, con un poco mas de suerte, tal vez todavia pase media horita o asi hasta que vuelva a sacar el tema. Espero. --?Adonde vamos? --pregunta Pablo--. Yo tampoco quiero llegar muy tarde a casa. --Nos tomamos algo donde siempre y nos vamos --propongo--. ?Vale? Todos aceptan, asi que nos abrimos camino hasta nuestro bar favorito, a solo un par de manzanas de la estacion. Es pleno invierno y se trata de una noche fria, asi que estoy tiritando dentro de mi abrigo y deseando llegar lo antes posible. Pero no es tarea facil: en estas fechas, el centro de la ciudad esta lleno de gente, asi que avanzar cuesta mucho mas de lo que habiamos supuesto. Sin embargo, no me quejo. La ciudad ya me gusta siempre, sobre todo comparandola con el lugar donde vivia antes. Pero, con las luces de Navidad encendidas por todas partes, es todavia mas bonita. Se respira magia. Y tambien un poco contaminacion, para que enganarnos. Una vez dentro del bar, nos limitamos un refresco, sin nada de alcohol. Despues de todo, tan solo vamos a pasar un ratito aqui. Ya habra momento de salir de fiesta en otra ocasion. --?Creeis que Mera podria controlar tambien los refrescos? --pregunta Guille, distraido, en cuanto nos sirven nuestras bebidas. --!Obviamente! --salta Sergio, con entusiasmo renovado--. Si puede controlar el vino, por supuesto que puede controlar tambien el refresco. --Joder, Guille --le reprende Pablo, apartandose de la frente unos rizos pelirrojos--. Ahora que se habia callado por fin... --Has abierto la caja de los truenos --anade Sara, negando con la cabeza. --Cuidado con lo que dices de truenos --le digo en voz baja para que solo ella pueda oirme--. A ver si le va a dar por hablar tambien de Thor -
Sangre de fuego (Sangre de hielo 2) de Elly Blake
https://gigalibros.com/sangre-de-fuego-sangre-de-hielo-2.htmlDescubre un mundo en el que el fuego y el hielo son enemigos mortales.
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Tu y tu maldita forma de ver la vida de color de rosa de Yanira Garcia
https://gigalibros.com/tu-y-tu-maldita-forma-de-ver-la-vida-de-color-de-rosa.html<
>. Mi historia comienza con un anuncio en varias webs buscando a alguien que supla la ausencia de Helena, mi anterior companera de piso. -
Tras la piel ajena de Alma Diego
https://gigalibros.com/tras-la-piel-ajena.html1985, Espana. Nica, una nina de siete anos diagnosticada de Autismo, propicia el reencuentro de seis personajes con quien les torturo diez anos antes durante los ultimos coletazos del franquismo, entre ellos, su propia madre, Patricia, en el presente de la novela, una de las escasas diputadas en las filas del partido PSOE en el gobierno.
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Doce millas de Ray Bolivar
https://gigalibros.com/doce-millas.htmlLa ciudad de Ginburk esta situada al este de Pigeon Forge, entre Laurel y Gatlinburg, en el condado de Sevier, Tennese. En 1978 constaba de treinta mil habitantes y la principal actividad economica era la agricultura. Por aquel entonces el PIB per capita ascendia a doce mil dolares. Si tenemos en cuenta que el PIB per capita nacional era de ocho mil trescientos dolares, no es dificil llegar a la conclusion de que la ciudad atravesaba un periodo de esplendor, que se mantuvo durante varios anos. Hasta finales de los anos ochenta, los pobladores de Ginburk se dedicaban principalmente al cultivo de trigo y la explotacion ganadera, pero la sobreexplotacion del suelo y el abuso de fertilizantes industriales, provocaron el deterioro de las tierras mas fertiles de la region, con el subsiguiente perjuicio. Hacia el ano mil novecientos noventa la mayoria de las tierras eran improductivas, y los agricultores, incapaces de devolver sus creditos, quebraron. Al menos un ocho por ciento de ellos decidieron probar suerte en sectores productivos mas rentables. Incluso, hubo quienes emigraron a otras regiones. Pero la mayoria sufrio un duro varapalo. No querian abandonar sus tierras. Estos agricultores fueron los que sufrieron con mayor dureza la crisis que sobrevino durante los siguientes anos. No fue hasta finales de la decada de los noventa, con la llegada al poder del alcalde M. C. Foster, cuando la economia de la ciudad volvio a dinamizarse. Foster era un hombre inteligente y con estudios que propuso realizar prospecciones a gran escala en toda la region, con la esperanza de encontrar recursos que permitieran un desarrollo sostenible y, al mismo tiempo, les sacara de la pobreza. Era una decision desesperada que ni siquiera fue necesario consultar con los votantes. De hecho, nadie esperaba que bajo el suelo hubiera algo con valor. Pero se equivocaban. A mediados de ano, un grupo empresarial chino interesado en realizar prospecciones en la zona contacto con la oficina de Foster. Una semana despues tuvieron una reunion a puerta cerrada y, al cabo de quince dias, firmaban un acuerdo de concesion por un periodo de cien anos. Siete meses, dos semanas y un dia mas tarde, Foster recibio un fax de Unix Industrias en el que se confirmaba la existencia de Grafeno, un mineral utilizado para crear componentes electronicos. La carta era escueta. Indicaba que las reservas eran abundantes. Pedia, ademas, la tramitacion acelerada de los permisos pertinentes para el inicio de la explotacion a gran escala, y valoraba en unos tres mil los puestos de trabajo que se crearian durante su mandato. Aquella noche Foster no durmio.
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El gigante rubio de Bela Marbel
https://gigalibros.com/el-gigante-rubio.htmlVuelve Bela Marbel y su serie <
>.
Si te quedaste con ganas de mas despues de Mi tierra eres tu, no te pierdas esta historia. -
El instante de peligro de Miguel Angel Hernandez
https://gigalibros.com/el-instante-de-peligro.htmlUna sombra inmovil proyectada sobre un muro en mitad de un bosque. Eso es lo que muestran las extranas peliculas anonimas que han llegado al correo del profesor MartinTorres. La remitente, la joven artista Anna Morelli, las ha encontrado por azar en un anticuario de New Jersey y pretende utilizarlas para su nuevo proyecto artistico en el Clark Art Institute de Williamstown, institucion de la que Martin fue becario hace mas de diez anos. Lo que Anna le propone no puede ser mas atractivo: volver un semestre al Clark para escribir sobre las peliculas y dotar de historia a unas imagenes sobre las que nada se puede saber.
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Xadia, la lectora de sangre de Ana Idam
https://gigalibros.com/xadia-la-lectora-de-sangre.htmlXadia es una sanguira que tiene que escapar junto a su padre, cuando su madre, Askara, es testigo de la intencion que tiene el actual rey de Tierra Doria de acabar con su vida. Kares es el yor que llegara a su refugio, soterrado bajo el baul de una biblioteca, con la intencion de cumplir las ordenes de Askara. Xadia debera separarse de su padre y atravesar las hostiles comarcas de Tierra Doria para ponerse a salvo. Durante ese viaje, al lado de Kares, ni el rey ni los sentimientos se lo pondran facil. Una historia de magia, de razas poderosas y de Diosas que exigen su pago atavico, en la que no solo la usurpacion del trono sera lo que defina su devenir; el amor, el peligro, el ansia de poder y, finalmente, la sangre, seran lo que dibuje su destino.
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La casa de los angeles rotos de Luis Alberto Urrea
https://gigalibros.com/la-casa-de-los-angeles-rotos.html“La casa de los angeles rotos” es una saga familiar epica, encabezada por el patriarca Angelote, que transcurre durante la ultima fiesta de cumpleanos que este celebra en su casa de San Diego con ocasion de su inminente muerte a manos de un cancer letal.
Pero cuando la madre de Angelote, mama America, fallece en fechas cercanas a la fiesta, este debe organizar tambien su funeral y decide celebrar dos actos familiares en el mismo fin de semana: una doble despedida. Entre los asistentes esta su tocayo Angelin, que vuela desde Seattle para presentar sus respetos y despedirse, y que se encuentra con la gente con la que comparte un progenitor pero, como el fin de semana no para de recordarle, no su vida. -
La Esposa Perfecta de Blake Pierce
https://gigalibros.com/la-esposa-perfecta.htmlLa estudiante de perfilado de criminales (y recien casada), Jessie Hunt, de 29 anos, descubre que en su nuevo hogar en los suburbios acechan secretos ocultos; cuando aparece un cadaver, se ve atrapada entre el punto de mira de sus nuevas amistades, los secretos de su marido, el trabajo con casos de asesinos en serie-y los secretos de su propio pasado tenebroso.
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Autorretrato de familia con perro de Alvaro Uribe
https://gigalibros.com/autorretrato-de-familia-con-perro.htmlHay otra fotografia, en blanco y negro, en la que tu y yo, muy ninos aun, nos dejamos abrazar por un Santaclos de alquiler: el menor de nosotros, asustado sobre las rodillas del hombre; el mayor, de pie e intentando sonreir; ambos, con la mirada fija en un punto de escorzo en donde verosimilmente se encuentran nuestros padres. En esta, de colores desleidos, tomada unos quince anos despues, ya somos un par de adolescentes grenudos, los dos enfundados en el saco obligatorio en las cenas navidenas, aunque el mayor trae un sueter con cuello de tortuga, por no ser o para no parecer convencional, y el menor, ajeno a esos dilemas, usa corbata. A la izquierda de nosotros, derecha de la fotografia, se ve a nuestra abuela materna, que viene a colacion porque en esa foto de hace cuarenta y tantos anos debe de tener poco mas o menos los sesenta y pico que ahora nos desfiguraban a ti y a mi. Con sus habiles manos de modista, como ella queria que llamaramos a las costureras, abre el envoltorio de una serpentina que lanzara hacia su lado de la mesa, en donde se sientan los adultos. Tambien nosotros, sentados en el voluntario limbo donde la adolescencia se aisla tanto de la infancia como de la madurez, nos distraemos con una serpentina. El menor de los dos habla mientras libera la espiral de papel de su envoltorio de celofan. El mayor sonrie mientras observa lo que el otro se trae entre manos. Hoy que la rememoro sin nostalgia, o nostalgico solo a causa de mi extinta juventud, me doy cuenta de que en esa escena baladi ya estamos enteros tu y yo. Los hermanos. Quien sabe cual de nosotros finge mas, finge mejor. Si el mayor de los dos, que simula interesarse en el plan de ataque desplegado ante sus ojos por el otro, o el menor, que se afana aparatosamente en granjearse ese simulado interes. Que dificil, para el primero de los hermanos, no ser el unico. Que dificil, para el segundo, ser siempre el segundo. Y, pese a todo, ninguno de los dos cambiaria su suerte por la del otro hermano. Atras de nosotros, un mesero titubea con un plato de sopa en su diestra. Tiene instrucciones de empezar ya a servir la cena, pero no se atreve a entorpecer nuestra hermanable conversacion. Si se percatara de ese titubeo, el mayor de los dos no dudaria en interrumpir al hermano en mitad de una frase, con tal de ejercer u ostentar su atencion a los predicamentos de un empleado. El menor, en cambio, seguiria hablando, quien sabe si por indiferencia hacia el mesero o por la inercia de su propia simulacion. Llegado el momento se hara, por supuesto, lo que decida el mayor de nosotros. Se hara una y otra vez, a pesar de los deseos del menor. Como se ha hecho desde siempre. Por las buenas o por las malas. Porque el mayor suele tener o pensar que tiene la razon. Porque el menor, que en el fondo piensa igual, sabe o alega saber que con su hermano es inutil y fastidioso discutir. Hasta el dia, muy distante de la Nochebuena coagulada en la foto, en que a la fuerza se oponga mas fuerza. Mas violencia amedrente a la violencia. Mas terquedad derrote a la terquedad. Y entonces los papeles se inviertan. Y ya no sea el menor de nosotros quien tema enfrentarse a su hermano. Y el mayor, sin admitir lo mucho que ha cambiado entre ambos, se repliegue en un silencio obstinado o en un cortes laconismo con los que, de ahi en adelante, disimulara a medias su temor. ?O me equivoco? ?Y eres tu, contra la costumbre, quien tiene razon, por lo menos su razon? Que lastima conocernos tanto. Mejor dicho: que lastima creer que nos conocemos tanto. Porque desde tiempo antes o despues de esa Nochebuena, confiados en lo mucho que creemos conocernos, ninguno de los dos hace grandes esfuerzos por conocer al otro mas. Al mayor de nosotros le dio por la literatura y creo con su esposa un mundo deliberadamente inexpugnable adonde, hay que reconocerlo, no ha dejado asomarse a su hermano. El menor se dedica sin gloria a la historiografia y tiene una familia a la que supedita todo lo demas. ?A cual de los dos hermanos le toco la mejor parte? ?Quien, despues de cuarenta y tantas Navidades, se puede proclamar mas feliz? El mayor no se plantea a menudo tales preguntas, aunque en no pocos momentos de su vida, sin excluir el presente, ha creido conocer la felicidad. El menor, salvo en lo que concierne a sus hijas, la busca no del todo inconscientemente, y en ocasiones la encuentra, en el infortunio del projimo. ?Cual de nosotros sale ganando? Ya no recuerdo si te dije alguna vez, cuando aun tenia algo que decirte, que la ventaja de ser narrador, en caso de que este oficio resulte ventajoso, esta en que al final te quedas siempre con la ultima palabra. Supongo que no. Te habrias reido tirandome a loco. O quiza preguntado con sorna que a quien le importan las palabras no sustentadas en hechos. ?Que piensas de eso ahora que tu, al reves de la foto, eres el que calla? ?Que sientes ahora que, al reves de la foto, el que habla en esta pagina soy yo, el mayor de los dos? Primera parte La Dona De veras que da pena ajena. Ya ni se donde meterme a la hora del paseo. Y si dicen por ahi que una no gana pa'sustos, 'ton's yo digo que menos pa'verguenzas. Pero vamos por partes. El paseo en realidad son dos. El de la manana y el de la tarde. Y la paseada, o mas bien el paseado, no soy yo. El que pasea es el Canuto. Y tampoco es que se pasee solo, nomas faltaba, sino que lo sacan a pasear. Pu's quien iba a ser. La mera mera. La Dona. Claro que se como se llama, pero yo le digo asi. La Dona. Y cosas peores cuando me hace enojar. Como a l'hora del paseo. Sobre todo el de la tarde. Porque el de la manana es mas ?como se dice? Descarado. Y es que la Dona ni siquiera se toma la molestia de disimular. La muy manosa nomas se va un poco lejos, hasta donde la gente no la conoce. Camina dos cuadras por Michoacan y una mas por avenida Mazatlan y ahi, en pleno camellon y como si nada, deja que el Canuto haga de las suyas. Y cuanto hace el condenado, viera uste. Ni quien se lo imagine en una criaturita asi de chica. O mas bien de chaparra. Sera que los salchichas tienen la panza tan larga como el cuerpo y por eso les cabe tanta caca. Y dos veces al dia, p'acabarla de amolar. Porque en la tarde el tragon de Canuto esta de vuelta lleno hasta'l tope y vuelve a vaciarse que da gusto. Es un decir. A nadie le gusta la caca ajena. Y menos que nadie a la Dona, que se lleva al paseo de la tarde una d'esas como pinzas. Como manos. Como garras al final de un brazo de plastico que con sus palancas y sus resortes sirve pa'recoger la caca sin agacharse. Pero ella nunca l'usa. Se lo juro. Nunca. Y de tanto no usarlo, el aparato esta descompuesto. Roto. Y asi, todo amolado, la Dona lo bambolea de aca p'alla. Como si fuera un machete. Y ademas se lleva al paseo una bolsa d'esas que le dan a una en el super. Dizque pa'guardar ahi la caca que dizque recoge con la garra de plastico. Y tambien ondea la bolsa de un lado pa'l otro. Haga uste de cuenta un panuelo al viento, como dice la cancion. Pa'que todos los vecinos la vean. Pa'que todos piensen que la Dona es muy acomedida. Que s'encarga de las inmundicias de su perro. Que se desvive con tal de no fregar a nadie. Mendiga vieja. Ni que la gente fuera tan bruta. O tan dejada. Lo que pasa es que la ven ya muy mayor. O media loca, que pa'l caso es lo mismo. Y todos los vecinos de la manzana se hacen de la vista gorda. Todos, salvo la senora Leticia. La de la casota esa en la esquina de Francisco Marquez y Pachuca. Andele. La que tiene enfrente una jacaranda preciosa. Mucho mas alta que los postes de la luz. Porque alli, mero al pie de la jacaranda, es donde al Canuto le gusta hacer sus necesidades. Y no hay poder humano que lo convenza d'irse a otra parte. El perrito resulto mas terco que una mula. Es un decir. Y su duena, o sea: la Dona, es peor todavia. Necia como ella sola. Taimada. Mustia. Y nada le hace que la senora Leticia proteste. Que mande a su muchacha a decirme que yo le diga a mi patrona. Que la espere ella misma alla frente a su casa y se l'encare a la Dona y l'amenace con envenenar al Canuto, qu'el pobre que culpa tiene. Porque la Dona no admite ni de relajo qu'esas cacas que un dia si y otro tambien aparecen al pie de la jacaranda son de su perro. Si la viera uste. La muy cinica zarandea la garra de plastico y la bolsa del super y alega qu'ella recoge todas las cochinadas de su perro. Y cuando la senora Leticia ya muerta de rabia l'acusa de ser mentirosa, la Dona s'hincha dizque d'indignacion y me pone a mi de testiga. Pu's que quiere que haga. Claro que le doy la razon a mi patrona. Pongase uste nomas en mi lugar. Y claro que luego me siento de la patada. Como tlaconete rociado de sal. Pero lo que mas me apena no es mentirle a otras personas. Creame uste. Y tampoco me molesta regresar a escondidas yo sola a recoger las cacas del Canuto, pa'que la senora Leticia nos deje en paz. Lo que de veras m'encabrona, perdon por la palabra, es ?como decirle?, l'obligacion, y pobre de mi si no la cumplo, de ser hipocrita conmigo. De enganar no a los demas sino a mi misma. De seguirle la corriente a la Dona, que nunca es culpable de nada. Haga uste de cuenta qu'ella fuera l'ofendida. L'insultada. La victima. Y que la senora Leticia, o cualquier otra vecina que se atreva a quejarse de las cacas del Canuto, fuera una vieja malcriada. Una tergiversadora. Y que todo el tiempo l'estuvieran levantando falsos a la Dona nomas porque si. Por pura envidia. Porque fue la primera en llegar a esta parte de la Condesa. O eso dice. Y su familia es la mas decente de todas. O eso dice. Y de chica la criaron unas monjas en Estados Unidos. O eso dice. Y no se cuantas otras cosas que l'hacen sentirse mejor. Por encima de quien sea. Valgame Dios. Ni que fuera la reina de la calle de Tula. Y aunque se me antoja decirle que no es pa'tanto, como ella dice, que a poco no es cierto qu'el Canuto va y hace caca donde no debiera, no se que me pasa cuando estoy sola con la Dona. O igual si se. Como si la mentira fuera contagiosa. Como si contar un cuento muchas veces y muy convencida lo fuera volviendo verda. Y yo siempre acabo, o pa'serle franca: empiezo, por darle a mi patrona por su lado. Y tambien m'indigno cuando ella s'indigna por las acusaciones dizque falsas de la senora Leticia o de cualquier otra vecina. Y tambien me creo qu'el Canuto es el perro mejor portado del mundo. Y que la Dona es la mejor patrona. Y hasta que yo soy la mejor sirvienta. Se lo juro. Pero cuando ya me siento bien unida a la Dona, como si fueramos compinches, casi como si fueramos amigas, ella lo echa todo a perder. Pu's nomas ve que le agarro confianza y le da por sonreirse con una sonrisa muy suya. Una sonrisa media coqueta y juguetona. Una sonrisa como de nina traviesa, que no le queda a una mujer de su edad. Una sonrisa que odio y que me da miedo. Que m'espanta y me acongoja porque se qu'en ese momento la Dona va a hacer como si no me conociera. Como si no'stuvieramos platicando de lo mas a gusto. Y de repente me dice con su voz engreida de patrona que soy una metiche. Una floja. Y qu'en vez de perder el tiempo en chismes de vecindario deberia ponerme a trabajar.
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Ayer mate a mi madre de Adriana Patino
https://gigalibros.com/ayer-mate-a-mi-madre.htmlEl sufrimiento nunca termina. El dolor nunca desaparece para siempre. La felicidad no dura para siempre. Y la muerte es inevitable. Y solo el hombre mismo decide quien vive, quien muere y quien sera por siempre esclavo. ?Pero hay suficiente coraje para que otros se liberen de estos grilletes?
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Fuera de su tiempo de Rangel M. Bellerose
https://gigalibros.com/fuera-de-su-tiempo.html1 CAPITULO 1 El libro 877 en las cuevas de Altamira, Espana. -!Fred!, !Fred!-, grito, -!han encontrado algo muy extrano, raro..., ven por favor! Fred era su companero, un arqueologo con bastante mala reputacion en las relaciones sociales, pero un gran profesional en su campo, habian avisado a quien grita para que entrasen en la cueva, y de inmediato, esta supo de lo extraordinario que tenian ante sus ojos. -?Que sucede senorita Storm?-, le pregunto Fred. Ese hombre siempre pensativo con su sombrero beige y bigote. -Creo que no se va a creer lo que hemos hallado en la cueva-, le dijo la mujer arqueologa. Al igual que su companero, esta era una joven de unos veintisiete anos, entusiasta por descubrir cosas del pasado, de la historia, pero a diferencia de Fred Smith, ella ni tenia su prestigio en ese mundo, ni la valia de la que tanto presumia su companero. No en vano, Fred era portada por tantos nuevos hallazgos, como por su desleal comportamiento ante la sociedad mas de elite. -Esta segura... son pocas las cosas que me sorprenden a estas alturas de la vida-, le respondio, -vaya a llamar a Victor, el no querra perderse su fabuloso descubrimiento. -Victor ya esta en la cueva, senor Smith-, le dijo ella. La mujer siempre correcta y amable en sus palabras, era una joven educada en la alta sociedad britanica, pero su pasion por lo desconocido le llevo a escoger una profesion, donde no era muy bien recibida. -Estupendo..., pues vamos a la cueva a ver eso tan fascinante. Ambos entraron a ese maravilloso lugar, en donde el tiempo quedo paralizado, donde nuestros ancestros dejaron sus huellas en forma de pinturas, como si aquel recondito lugar perteneciera al pasado. En una de las grutas, en donde se habian centrado los esfuerzos de los tres arqueologos, y el de los seis acompanantes o peones, asomaba bajo la dura piedra, una especie de paquete, atado con hilos de hebras y envuelto en multiples hojas de una especie de higuera, pero hojas de mayor tamano. -?Que es lo fabuloso?-, pregunto Fred. Victor le miro incredulo, este era otro joven, de unos treinta anos, sin mucha experiencia o reconocimiento, pero mucho mas entregado que Fred en sus labores, de origen hispano, a diferencia de Fred Smith y Camila Storm, los cuales eran ingleses, -ese paquete ha sido conservado a conciencia..., debe ser incluso mas antiguo que las pinturas. -Yo solo veo un trozo de hojas podridas-, respondio el ingles. -No podemos apreciar su tamano hasta que no lo desenterremos, pero queria que fuese usted quien lo describiese, creo que puede ser algo significativo-, le dijo Camila alumbrando con el candil. -Esta bien..., no deberia perder el tiempo, pero si es usted quien me lo propone, lo hare-, le contesto. Se sabia que Fred era un hombre muy admirado entre las senoritas, un verdadero seductor con estas y tambien con alguna que otra senora. -?Quiere que lo extraiga yo?-, le pregunto Victor. -No..., prefiero que lo hagan mis hombres, ellos tienen mas experiencia, si os apartais podremos comenzar. Tras un largo y laborioso trabajo, bajo la tenue luz de las antorchas, los arqueologos prestaban su paciencia al convencimiento de que estaban ante algo digno de ser estudiado, muy poca atencion habia sobre las cuevas de Altamira, tenian todos los permisos en regla para trabajar alli, y estos podian hacer cuanto les diese la gana en aquella magica y espectacular cueva. La noche se les vino, no era facil desenterrar en la piedra un objeto tan fragil como las alas de una mariposa, danadas con el paso de los siglos, y utilizando tan solo unas escobillas de puntas metalicas. -Creo que hoy va a ser dificil que lo podamos extraer-, decia Fred, -tal vez debieramos descansar hasta manana. -Usted es quien decide senor-, le respondio la joven emocionada con todo lo que se hallaba en las cuevas. -!Vamos a recoger todo y manana se proseguira donde lo hemos dejado!-, exclamo a sus operarios. Todos abandonaron el trabajo, la voz de Fred retumbaba en las paredes y se podian escuchar caer gotas de humedad al fondo en la oscuridad de la agonica cueva, de hecho, ese bulto estaba en el rincon ultimo, donde se supone que los antepasados usaban para dormir debido a la poca altura del techo de la cueva en esa zona. -?Le apetece cenar esta noche conmigo?-, pregunto el ingles a la joven, -en mi tienda dispongo de todo para su comodidad. Camila miro timidamente al hombre, luego un poco nerviosa miro a Victor, el cual estaba cerca de ellos, -no creo que sea apropiado para una mujer soltera. -Unicamente se trata de mantener una conversacion... no veo nada mal intencionado en ello, me gustaria conocerla un poco mas-, le hablo en tono seductor. -Entonces podriamos cenar los tres juntos-, respondio sujetando del brazo al hispano. Eso no gusto a Fred, de hecho, se le pudo notar en sus gestos, pero como iba a poder decir ahora que no, -claro…, cuantos mas seamos mejor-, dijo. Se alejo de ellos direccion a su tienda, los otros dos arqueologos se quedaron rezagados, -no debiste decirle eso, no creo que le guste que entre en su tienda-, solto Victor. -Pues que se enfade, somos un equipo y no veo razon para que no pueda cenar con nosotros. -Yo pienso que para el si que la hay…, no soy mas que un incordio entre vosotros. Ella se sonrojo, no porque tuviera nada con Fred, sino por el simple hecho de escuchar a Victor hablar de posibilidad de encuentro sexual con un hombre. -No hable asi, nada hay entre Fred y yo..., es un magnifico arqueologo, pero al igual que lo sera usted. -La conozco desde hace poco tiempo, pero es usted muy amable y me gustaria... que si fuese posible nos tutearamos-, le dijo. -?Como voy a hacer eso?…, en mi familia siempre se ha hablado con respeto, no puedo tutearle-, respondio sonriente y un poco menos sonrojada. Durante la noche, en la tienda de Fred, cenaban los tres con una vacia conversacion, podia notarse la tension entre quien no queria estar alli, quien no deseaba que alguno estuviera alli y el poco tiempo que hacia que se conocian, a veces era el silencio quien gritaba. -?Y pertenece usted a la familia de los Storm de Londres?-, le pregunto el ingles. -Mi padre es Alva Storm, hijo del dueno del mayor banco de Inglaterra, pero no me gusta nada que se me relacione con eso-, respondio. -No la entiendo, con una de las familias mas reputadas del pais, no comprendo que esta haciendo usted aqui, manchandose las ropas y las manos con tierra. -Hay pasiones que no entienden de logica..., usted deberia entenderme. -?Yo?, mi padre era herrero, muchas veces use el martillo, pero deseaba salir de ese trabajo tan duro y monotono..., esta fue mi unica alternativa y ahora me alegro por haberlo hecho. -Pensaba que lo suyo era mas vocacional-, le dijo Victor. -Al principio si, pero cuando has encontrado tantos tesoros y tantos reconocimientos, ya no es lo mismo. -Pero si es usted muy joven-, le dijo Camila. -Tengo ya treinta y seis anos…, ?joven?, llevo treinta trabajando, no en la arqueologia, pero trabajando…, solo quiero parar y disfrutar de lo que he conseguido-, decia. Miro a la joven, -y sin duda disfrutar de la compania de una senorita… tal vez se refiera usted a eso cuando dice que hay pasiones que no entienden de logica. Ella se sonrojo y le desvio la mirada, -es tarde..., creo que me voy a retirar. -Es cierto, muchas gracias por la cena y el vino-, dijo tambien Victor, -yo la acompano a su tienda senorita. -Buenas noches-, les dijo el ingles sin levantarse del asiento, algo poco habitual en un hombre al retirarse una mujer de la mesa. Victor y Camila salieron bajo un manto de estrellas, la noche era silenciosa, junto a la tienda de Fred, se encontraba la de Victor y un poco mas alla, la de la arqueologa en una extension pequena de terreno que mantenia la horizontalidad en el terreno, detras estaban las de los operarios. -?Cree usted que se ha molestado el senor Smith por no responderle?-, le pregunto la joven a Victor. -Creo que se ha molestado por otros motivos... es usted una joven muy bella y Fred es un hombre... como decirlo. -?Lanzado? -Bueno mas o menos... a mi no me gusta interferir en la vida de nadie, pero tenga cuidado con el. -No se preocupe por nada, soy una mujer con las ideas claras. -Me gusta que sea asi, pero el amor ciega... creame. -Buenas noches, gracias por acompanarme y por sus palabras. -Buenas noches... que descanse-, le dijo. Ella entro en su tienda y el joven se retiro a la suya, el dia habia concluido. La luz que entraba a traves de la tela beige de la tienda, dibujaba sus formas en el cuerpo bien vestido, con las prendas del sueno, de Camila. Esa claridad molesto en sus cerrados ojos, era la hora de levantarse y seguir con el trabajo, no sin antes tomar una buena taza de te caliente, era finales de otono y ya refrescaba bastante. Nada mas salir de su tienda, la mujer se dejo llevar por el fresco de la soleada manana en un enclave tan maravilloso, Camila sonaba desde pequena con la historia, con encontrar ese eslabon perdido que nos une a los mas primitivos. -Buenos dias-, le dijo Fred sentado junto a los demas, tomando el te y rodeando un pequeno fuego donde calentaban el agua, antes de comenzar con las labores. -Buenos dias, senor Smith…, tengo muchas ganas de ver que contiene ese bulto, apenas he podido dormir. El arqueologo la miro con prepotencia, -no creo que pueda mostrar nada mas maravilloso que esas pinturas de los techos, cada dia estoy mas fascinado con ellas. -Es algo que no le pongo en duda, pero ?no tiene interes por saber que contiene ese objeto? -Hay una gran controversia en si esas pinturas son antiguas o falsas..., debemos acabar con esa idea de inmediato, esto se debe mostrar al mundo como lo que es, y sinceramente no veo nada en particular con ese envoltorio. -Pero usted mismo ha visto con el esmero en que se ha tratado de conservar…, no puede contener algo banal. -Ya hemos recogido muestras de puntas, herramientas e incluso cenizas, lo que a mi realmente me fascina son esas pinturas, mi obligacion es datarlas lo antes posible para que se maraville el mundo. Ella mostro en su rostro la decepcion con la que la habia despertado, no comprendia que le habia hecho cambiar de opinion en la noche, -entonces., ?no va a reanudar los trabajos para desenterrarlo? -Por supuesto que no, ese trabajo lo podeis hacer vos y su buen amigo Victor-, le contesto. Seguramente no le habia caido bien que invitara al joven arqueologo a cenar y mucho menos que le rechazara su proposicion de conversar con ella a solas. -Muy bien senor Smith... puede que luego de que lo hallamos desenterrado no se nos reconozca ni el lugar, ni la fecha, nosotros no tenemos su prestigio y veracidad ante los medios.
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Sudor, ritmo y magia de Zoe Xaern
https://gigalibros.com/sudor-ritmo-y-magia.htmlTras un accidentado concierto, Alex, decepcionado con la vida que le ha tocado vivir, se encontrara con la unica mujer que no querra con el un “juntos para siempre”. Inmaduro emocional y mujeriego enfermizo, se embarcara en un viaje por terreno desconocido hacia el corazon de Esther. En su camino tendra que hacer frente a la tentacion, los celos, la traicion, la lujuria y “Don Perfecto”, con el que competira por amor. Urdidas en esta adictiva y sorprendente trama se encuentran las vidas de una dominatriz novata, un bateria de rock que odia los tatuajes, un voyeur con grandes aspiraciones, una mujer enamorada de su vecina pelirroja y un hombre casado que pierde los papeles con un amor de juventud. ?Como puede acabar esto?
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La mujer geometrica de Vicente Marco
https://gigalibros.com/la-mujer-geometrica.htmlLeer un mensaje ajeno puede cambiar tu vida… Sara, una mujer de mediana edad, descubre en el movil de su hijo un mensaje que la aturde. De su lectura se desprende que Mario, de tan solo diecisiete anos, mantiene una relacion sentimental (?o unicamente sexual?) con una mujer mucho mayor que el. Ese descubrimiento hace que Sara, contra la opinion de Humberto, su marido, intente contactar con esa desconocida para disuadirla de continuar con Mario. Lo que Sara ignora es que sus pesquisas la sumergiran en una inquietante espiral que hara saltar por los aires las convenciones de una vida marcada por la rutina y la ausencia de alicientes, para adentrarla en un sendero tan excitante como turbio y peligroso.
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El pequeno libro de la inversion en valor de Christopher H. Browne
https://gigalibros.com/el-pequeno-libro-de-la-inversion-en-valor.htmlHoy en dia hay muchas maneras de ganar dinero en los mercados, pero la unica que ha mantenido su exito a lo largo de los anos es la de la inversion en valor, una estrategia que consiste en comprar acciones de aquellas companias que se negocian por debajo de su valor intrinseco y obtener beneficios de su rendimiento a largo plazo.
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El legado de Sybill de Patricia Maria Gallardo
https://gigalibros.com/el-legado-de-sybill.htmlLondres, 1904. Mary a sus dieciseis anos, se que da sin opciones: debe elegir entre servir como doncella o cruzar el oceano para casarse en America con el viudo Thomas Longfellow. Aunque esta ultima opcion le aterra, le parece la mas adecuada, y resulto ser la mas acertada. No obstante, una maldicion provocada por el corazon rotoo de Sybill Preacher encauzara sus vidas.
Ethel debera elegir entre sus sueno de cantar o permanecer junto a su familia en casa y esperar el regreso de Michael de la guerra de Vietnam. Pero ?y si no vuelve? De nuevo, Sybill hara que tome una decision importante.
Avigail, una judia berlinesa, ha sobreevivido a la Segunda Guerra Mundial. En plena boca del lobo, termina siendo una Longfellow de pleno derecho. Tal vez Sybill tuvo algo que ver, o tal vez no… -
Rendidos al Deseo de Robyn Donald
https://gigalibros.com/rendidos-al-deseo.htmlPaige Howard siempre habia deseado al magnate neozelandes Marc Corbett, desde el dia en que se conocieron… y el se caso con su mejor amiga.
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Buenos Aires Noir de Varios Autores
https://gigalibros.com/buenos-aires-noir.htmlUna antologia de cuentos policiales que transcurren, cada uno, en un barrio de Buenos Aires. Un recorrido por la ciudad de la mano de autores como Claudia Pineiro, Gabriela Cabezon Camara, Pablo De Santis, Ines Garland, Ernesto Mallo, Ariel Magnus, entre otros.
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Las Promesas de un Beso de Anna Olsson
https://gigalibros.com/las-promesas-de-un-beso.htmlUna exitosa mujer mujer, tiene una vida plena, es independiente, moderna, se dedica a su pasion. El universo le trae de vuelta a su ex novio multimillonario, al cual tiene que confesarle un secreto pero al irse hace anos atras no pudo. Tiene un muy buen amigo, otro multimillonario que comparten aventuras y placer. Tiene tan buenas vibras que aparece por casualidad un chico rudo que le ensenara nuevas aventuras
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Limoncello para 4 de P. K. Evans
https://gigalibros.com/limoncello-para-4.htmlAndrea vive feliz en su isla natal, Capri, hasta que pierde el trabajo y su pareja lo abandona. Deshecho, dolido y sin un euro, vive inmerso en la autocompasion y la necesidad, hasta que sus amigos de toda la vida se vuelcan en ayudarlo. Le encuentran un trabajo de tele operador erotico para el colectivo gay. Tras aceptar el reto, la vida de Andrea no volvera a ser la misma, ni la isla de Capri tampoco.
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Un amor para recordar (Para siempre 2) de Priscila Serrano
https://gigalibros.com/un-amor-para-recordar-para-siempre-2.htmlNo te pierdas la segunda y ultima parte de la bilogia para siempre.
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Beauty Too (2a parte) de Susana Rubio Girona
https://gigalibros.com/beauty-too-2a-parte.htmlEran las siete menos diez de la manana y estaba en el portal, preparadisima para nuestra escapada a Sort. Mire mi maleta rosa fucsia y automaticamente pense en Javi. El me la habia regalado al principio de nuestra relacion y con ella hice varios viajes; Berlin, Roma, Praga y ?alguno mas? Si, claro, salidas varias por nuestra hermosa tierra. Habiamos ido a la Rioja, Pais Vasco, Madrid... Me faltaba Paris, era mi viaje pendiente. Desde que lo habia dejado con el, no habia ido a ninguna parte y pense que era hora de cambiar aquello. Quizas despues de Navidades podria irme unos dias por ahi... ?pero sola? Jamas lo habia hecho... y no sabia si me sentiria comoda. Podia proponerselo a alguien... -- Buenos dias -- Sebas me devolvio a la realidad con su voz grave. Le di un repaso rapido: vaqueros y sudadera gris. El pelo medio largo alborotado y sus ojos increibles puestos en mi. Que guapo era el maldito. -- Buenos dias -- respondi apartando mi vista y mirando hacia la carretera para ver si venia Marco y no alargaba demasiado aquella incomoda situacion. Estuvimos en silencio, como dos autenticos desconocidos. Pense en que era una lastima estar asi con el justo ese fin de semana pero o era eso o acabaria en su cama. Sebas tenia razon en decir que debia aclarar mis pensamientos y queria ser justa y madura. No podia ir dejandome llevar por ellos y justificarme a mi misma con ideas vagas sin sentido. -- ?Que tal tu semana? -- rompio el hielo y me sorprendio. -- Bien, trabajando... -- ?Alguna novedad? -- le mire a los ojos y vi que lo decia intencionadamente. ?Hasta donde debia ser clara con el? El lo era mucho, no se cortaba cuando me explicaba segun que cosas. ?Por que yo no podia hacer lo mismo? -- Lucas quiere dejar a su mujer, aunque va a esperar para decirselo. Asi que no digas nada. Apreto sus dientes y alzo una ceja asintiendo con la cabeza varias veces. -- Asi pues, la cosa va en serio. -- No es por mi -- nada mas decirlo me sono idiota el argumento. -- Sera por mi, entonces -- dijo con una notable ironia y me entraron ganas de reir pero me aguante las ganas. -- Sebas te lo he dicho porque no quiero malos entendidos. Lo sabes, igual que yo, y punto. -- ?no pedia siempre sinceridad? Dos tazas. -- Muy bien. ?Y ese punto que significa? -- Que todo sigue igual -- le dije, tranquilamente. Me miro pensativo. -- ?Vamos a tener que retarnos en duelo? Lo mire sin poder no sonreir. Menuda tonteria... -- Lo digo para ir preparando las pistolas. Al final no sabia si reir o mandarlo a paseo y opte por lo primero. Sebas tambien medio sonrio y me gusto que lo hiciera, estar tan serio no le pegaba nada. Su preciosa sonrisa era un rasgo muy caracteristico en el y algo que me dejaba a menudo embobada... -- ?Bea? -- Su voz me saco de ese estado catatonico. Afortunadamente llegaron en ese momento Marco y los demas en un BMW enorme y nuevecito. Me sente al lado de Ari y empezo la chachara nerviosa por el viaje a Sort. Paramos a medio camino para hacer un cafe y cambiar de conductor. Sebas se ofrecio y de ese modo pude ir observando su pose y sus gestos al conducir. Aproveche para analizar sus rasgos y recrearme recordando las veces que me habia besado y las cuatro ocasiones que habiamos estado piel con piel. La primera en mi cocina fue puro sexo, sin mas adornos. Aunque sexo del bueno, tenia que reconocer que era un figura en el arte amatorio. No hubo tiempo ni de ir a la cama, fue un pillo aqui te mato pero de diez. Uno de aquellos polvos que recordaria toda mi vida por sexual y morboso. La segunda en el parking... me provocaba verguenza todavia; me veia apoyada en su coche, con el vestido subido y el empujando. Me gusto claro, pero fue algo que no repetiria, creo... De la tercera habian transcurrido pocos dias... Buf, en su cama, y me habia hecho el amor, el mismo lo habia verbalizado de ese modo. Cada vez lo tenia mas claro: yo sentia algo por el. Me mordi el labio al recordarlo. Mi ropa cayendo despacio a mis pies, el olor a sexo en su habitacion, piel con piel... todavia oia sus gemidos. Y la cuarta fue en su cocina, en la silla, y fue solo sexo, si, pero un sexo complice y lleno de confianza. Como cuando tienes pareja y lo haces en plan salvaje, sabiendo que hay un trasfondo en todo aquello. -- Bea, hemos llegado -- me dijo Ari dandome un codazo -- Deja de babear -- murmuro sonriente. -- Muy graciosa -- le dije saliendo del coche. El paisaje habia ido cambiando continuamente y ahora estabamos en medio de la naturaleza, repleta de arboles, de nieve y frente a una casa de madera bastante grande y con un tejado de pizarra. La casa estaba rodeada de montanas junto al pueblecito de casas de piedras. Eran casi las diez y media de la manana, y un senor nos esperaba para entregarnos las llaves. Le saludamos amablemente, nos dio algunas indicaciones y nos despedimos con ganas de entrar. Su interior no nos decepciono; el suelo, las vigas, todo era rustico y acogedor. Fuimos recorriendo las estancias y Martina y yo dejamos nuestras cosas en nuestro correspondiente armario. Lo hicimos con rapidez porque la idea era subir a pistas cuanto antes. Nos cambiamos de ropa y Marco y Sebas prepararon su material. Eran los unicos que esquiaban asiduamente y que tenian su propio equipo. Seguidamente subimos a Port-Aine, nos sacamos los forfait y alquilamos el material necesario. Alejandro y yo, que eramos los que no sabiamos esquiar, decidimos compartir un monitor. Sebas se habia ofrecido dias atras pero no me habia dicho nada mas ni yo hubiera querido tenerlo de profesor. Con todo, tocamos nieve ya bien tarde, eran poco mas de las doce y quedamos que a las dos bajariamos a la cafeteria para picar algo. El monitor que nos toco era como todos; muy moreno, con la marca de las gafas en su cara, de ojos azules y muy joven. ?Tendria los veinte? Era guapillo si, pero un crio, claro. -- ?Tendra la ESO? -- le pregunte a Alejandro chismorreando mientras le seguiamos hacia la zona de los aprendices. -- Se ve joven, ?no? -- ?Nos fiamos? -- nos reimos y el muchacho no dijo nada. Se llamaba Francisco y juro que a los dos minutos empece a llamarle "Franco", la madre que lo pario al enano. Menuda mala leche gastaba y de bromas ni una. Serio como un garrote. Eso si, despues de dos horas duras de batallon con el, Alejandro y yo empezamos a deslizarnos y a defendernos entre la gente en las pistas verdes y azules, lo que era ya un gran logro para nosotros. Al despedirnos de el, le dimos las gracias. -- Por cierto Bea -- le sonrei -- Tengo la ESO. Nos reimos los tres a carcajada limpia aunque yo me puse roja como un tomate, era algo tan comun en mi que incluso a veces ya no le daba importancia. -- Perdona Franc -- le dije aun riendo. -- Te perdono si me invitas a un cafe mas tarde. -- Sus ojos de nino se clavaron en los mios y le sonrei amablemente. Ostras, con la juventud, como subia... -- Gracias pero es que voy con amigos, ya sabes. -- Anda, vamos -- me echo una mano Alejandro -- Ahi vienen los profesionales. En aquel par de horas, no nos habiamos visto porque ellos habian ido por pistas mas complicadas, las rojas y las negras. Los cuatro sabian esquiar de sobras y venian muy sonrientes. -- Mira que ligarte al monitor Bea -- me dijo Alejandro bromeando -- Infanticida. Nos reimos los dos abiertamente. Sebas y yo nos miramos unos segundos largos. Estaba para comerselo; con aquello ropa, con la chaqueta medio abierta, las gafas en ese pelo revuelto, y con las mejillas rojas por el frio. Uf, era como un poster de esos tios buenos que habia en las revistas y lo tenia delante, era real y no podia tocarlo. ?O si? Fuimos a la cafeteria, andando con los pies molidos. Aquello era peor que llevar unas Manolo Blahnik de medio metro, lo juro. Que dolor en mis deditos. Nos cambiamos aquellas endiabladas botas por unas de nieve y nos sentamos en la mesa, satisfechos y cansados. La comida fue igual de amena que el viaje, hablando de todo y de nada, y con alguna que otra mirada entre Sebas y yo. Era imposible no hacerlo, me gustaba jolines, me gustaba mucho y lo tenia frente a mi.
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Mas que una condena: 2 (Trilogia Sin mentiras), Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton de Norah Carter
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Yo no creo en principes azules de Alexa Blanco
https://gigalibros.com/yo-no-creo-en-principes-azules.html!Me cago en toda mi mala suerte! Encima de tener un dia de mierda con dos pacientes un poco tocones y mirones, ahora salgo y esta lloviendo a cantaros y para rematar no llevo paraguas. Estamos a finales de octubre, ya han pasado dos meses desde que volvimos de nuestras vacaciones, un viaje para descansar y disfrutar con mis amigas y el cual me dejo hecha polvo y aun lo sigo estando. Yo no creia en el amor y me acabe enamorando de un estupido mentiroso, el peor de todos. Jamas me hizo ninguna promesa lo se, pero solo con sus gestos y su forma de tratarme ya lo decia todo y yo como una tonta cai rendida a sus pies. Todo este tiempo he tenido a mis amigas a mi lado apoyandome y dandome animos porque hasta el dia de hoy no hay noche que no me acueste llorando por Aday. Y si hay una persona que en estos meses no ha habido ni un solo dia que no este conmigo ese es Jorge. Ha sido un pilar muy importante en mi vida, aunque a mi no me apeteciera me obligaba y me obligaba a salir, aunque solo fuera a pasear o al cine y siempre le estare agradecida por darme tanto apoyo. Hoy me ha llamado para ver una peli y hemos quedado todos en mi casa para hacer una fiesta pijama, es viernes y manana nadie madruga. – Abril, !pero si vienes empapada! – Es Jorge que me esta esperando en la puerta de casa. – Hay Jorge hijo hoy he tenido un dia de mierda, y no llevaba paraguas y hasta encontrar un taxi mira como me he puesto. – Ya veo ya, anda tira, vamos para arriba y te das una ducha, no vayas ahora a ponerte mala, preciosa. – ?Y las chicas? – Maria me ha dicho que llegaria un poco mas tarde, tenia un compromiso y Esther debe de estar a punto de llegar. Subimos a mi casa y me voy directa a mi cuarto a darme una ducha calentita y a ponerme comoda, a Jorge no hace falta decirle nada se conoce mi piso al dedillo y nos conocemos de toda la vida. Cuando salgo del cuarto ya me siento un poco mejor, llevo puesto mi pijama de Frozen que me regalo mi hermana para reyes. Al ir bajando las escaleras oigo una conversacion y al llegar abajo veo que Esther ya ha llegado. – Hola preciosa, ?Como estas? – Pues haber si mejora un poco el dia, porque hoy ha sido una puta mierda. JAJAJAJA se echan los dos a reir, seran capullos. Me siento muy mal por Esther, ella tambien lo ha pasado mal con ese viaje, estaba bastante colgada por Daniel y se que tuvieron algo, pero aunque el ha intentado llamarla varias veces ella no quiere saber nada, no le perdona que lo supiera todo y dejara que Aday me hiciera esto. Lo unico que se es que la susodicha se llama Monica, porque aunque Esther no dejo que Daniel se explicara si llego a oir su nombre. -?Chicas que os apetece de cena? – nos dice Jorge. – Aun falta Maria. – A mi hermana que le den, cuando llegue ya se encontrara con lo que haya y si no que se haga una ensalada. Nos echamos los tres a reir. Con mis amigos me siento a gusto pero no me rio ni de lejos como la Abril de antes de conocer Aday. Al final nos ponemos a pensar y decidimos pedir mexicano. Me apetecen bastante unas fajitas bien picantes y unos nachos gratinados con queso y su salsita guacamole. Nada mas pensarlo se me hace la boca agua y, como no, ellos acceden a mi capricho. Ultimamente me estan mimando mucho, pero tambien es verdad que es la primera vez que me han visto hundida totalmente por un hombre. Lo mio con Aday fue corto pero muy intenso, jamas me hubiera imaginado que me hiciera eso, se veia tan sincero. Estoy perdida en mis pensamientos cuando noto que alguien me abraza, es Maria y ni siquiera he sentido el timbre cuando ha llegado, si ya digo yo que estoy en la parra. – Hola flacucha, ?Como estas? – Bueno no tambien como tu Marieta, se te ve muy contenta. – Si cielo lo estoy, es mas, no solo estoy contenta estoy feliz como una perdiz. – ?Y a que se debe tanta alegria pillina? – Pronto, muy pronto lo sabreis, ?y tu como sigues? – Bueno ultimamente creo que peor, cada vez me cuesta mas ir a trabajar, estoy muy cansada y tengo muchos dolores en las lumbares. – Y conociendote seguro que no has ido al medico. – Pues si lista, si que he ido. – ?Y que te ha dicho? – Como otras veces, que estoy algo baja de defensas y tenga algo de anemia, el haber perdido tanto peso y la depre, que todo puede venir de ahi, me ha hecho unos analisis completos y el lunes voy a por ellos. – Pues el lunes te acompano. – No, no te preocupes cielo tu tienes clases. Me acompana Esther. – Ok pero cuando salgais me llamais. – Por supuesto mi sargento. Me cuadro delante de ella y nos echamos las dos a reir. Nos ponemos los cuatro morados de comida mexicana mientras nos bebemos un par de botellas de vino. Jorge no para de hacer el ganso durante toda la cena, cosa que me hace reir tanto que olvido el dia tan malo que he tenido hasta ahora. Cuando acabamos de cenar nos vamos arriba a mi habitacion donde he apartado la cama y he puesto un colchon en el suelo. Las chicas han traido peliculas de terror y comedia, asi que yo me tumbo con Esther en mi cama y Maria con su hermano en el colchon y nos hartamos de comer chucherias y ver pelis hasta que uno por uno vamos cayendo dormidos. CAPITULO 2 Suena el despertador y la verdad es que no tengo ganas de nada, cualquiera diria que he estado todo el fin de semana sacudiendome las telaranas o bebiendo, nada que ver. El sabado despues de despertarnos y recogerlo todo salimos lo cuatro a comer y despues ya me vine a casa, hasta ahora que ha sonado el maldito despertador. Al menos hoy me consuela que solo trabajare un par de horas, tengo cita con el medico y me he pedido el resto del dia libre. Voy arrastrandome desde la cama hasta la ducha como si anoche me hubiera tomado todo el alcohol y el agua de los floreros que tienen mis vecinos en su casa. Y la verdad es que solo me bebi un vaso de leche y a las nueve estaba en la cama frita. Soy patetica lo se, por dios soy peor que mi abuela. Ella si que se lo monta bien, ya no se si le gusta la carne o el pescado , la muy jodia a sus 70 anos no hay viaje ni fiesta que se pierda cada semana. Despues de la ducha parece que ya me siento persona, desayuno algo y salgo para el trabajo. Despues de estar un rato en la clinica donde trabajo con un par de pacientes, salgo hacia mi medico donde me esta esperando Esther. Cuando la veo enseguida se que algo le pasa, tiene una cara de cabreo que no puede con ella. – Hola reina, ?y esa cara? – No, no es nada cielo, hoy tengo el dia que todo al que me encuentro en mi camino es gilipollas o imbecil. JAJAJAJA me echo a reir porque se lo que es, quien no ha tenido un dia de esos que los mandarias a todos a la mierda sin billete de vuelta. – Venga nena ya paso, vamos para dentro y luego nos vamos por ahi de compras. – Ay si Abril, necesito renovar el armario. – Pero si fuimos de compras hace un mes. – ?Y? Ya sabes que en mi trabajo no puedo repetir mucho de ropa y ademas tengo dos galas beneficas. – Ufffff vale, pero tampoco me tengas toda la tarde de tienda en tienda. – No, no, para nada, solo lo justo, ademas tu tambien tienes que comprarte algo, sabes que como cada ano estais invitadas. Ay la virgen, ya no me acordaba, tiene razon tengo que comprarme algo, pero lo que Esther dice lo justo significa un minimo de cuatro horas. Que le voy hacer, hay de todo en este mundo y a mi me ha tocado una amiga loca y encima amante de las compras. Yo me puedo poner unas bragas del Carrefour (que por cierto son monisimas y comodas) y no se me cae el chocho al suelo y ella tiene que ser minimo marca La Perla, ni que tuviera el potorro de oro la punetera. Estamos esperando en la sala de espera hablando de lo bien que lo pasamos el viernes, cuando oigo que la enfermera me llama y enseguida nos levantamos y la seguimos dentro de la consulta. Detras de su mesa esta mi medico, un hombre de unos 38 anos, moreno y con los ojos de un azul precioso, la verdad es que es todo un ejemplar el condenado. Un par de veces me invito a salir hace tiempo, pero la cosa no paso de una simple cena, muchas risas y una copa. – ?Como esta mi paciente favorita? Se levanta, me da dos besos y le presento a Esther que me mira con cara de que confianzas son estas. – Pues no muy bien la verdad, cada dia estoy peor. – Bueno vamos a ver estos analisis seguro que no es nada. Veo que abre el sobre y comienza a mirar hasta que veo que pone cara de preocupado, ay dios ?que tendre? – Dime la verdad Pedro, que tengo. – No te asustes, no es nada malo. Como te dije tienes un poco de anemia y las defensas un poco bajas, pero eso con un buen tratamiento solucionado, no es nada preocupante. – ?Entonces esa cara de susto? Pedro te conozco. Lo veo que me mira y intenta ver como decirmelo. – A ver preciosa no te asustes y estate tranquila pero en los analisis tambien sale algo mas. – YYYYY sueltalo ya, Pedro por favor. – Estas embarazada. – ?Como que embarazada? No, no puede ser, debe de haber un error. Veo que Esther se me queda mirando muy preocupada, cogiendome la mano. – Las pruebas no fallan Abril, ademas no solo lo pone en una, te hicimos pruebas de orina y sangre y en las dos da positivo, por eso y por la anemia te has estado encontrando tan mal cielo. – Pero, pero embarazada, hace dos meses que no estoy con nadie. – Tu sabes que tus periodos no son regulares y por eso no te has dado cuenta antes, solo con que olvidaras una pildora o tomaras alguna medicacion especial, ya puede pasar. Embarazada, embarazada de Aday, un mentiroso que me engano y me dejo tirada. Ya no puedo decir nada mas, mis ojos se llenan de lagrimas y noto como se me nubla la vista y en ese momento me desplomo. CAPITULO 3 Abro los ojos y veo que estoy en la camilla de una consulta tumbada y recuerdo perfectamente por que me he desmayado: estoy embarazada, embarazada de Aday. Aun no me lo puedo creer, intento incorporarme pero las manos de Pedro me detienen. – Ten cuidado preciosa no te incorpores aun, poco a poco. – Ay dios Abril, que susto me has dado cuando te he visto asi. – No te asustes Esther solo ha sido un desmayo por la impresion y la tension – le contesta Pedro. Me voy incorporando poco a poco en la camilla hasta ya quedar sentada. Esther en todo momento esta cogiendome de la mano que no hace mas que temblarme de los mismos nervios. Veo que Pedro se va y a los pocos minutos vuelve a entrar con unos papeles en las manos. – Mira Abril, aqui te dejo un informe con la medicacion que tienes que tomar para la anemia, y tambien te receto acido folico para que empieces a tomarlo ya. Y nada mas salir de aqui, quiero que llames a tu ginecologo para pedir una cita. – No te preocupes Pedro, enseguida lo llamo. – Ya me encargo yo de que lo haga si no le meto un sopapo – suelta Esther. – Bueno chicas, tengo que seguir con mis pacientes, quedate aqui hasta que te encuentres mejor para salir, y cualquier cosa repito cualquier cosa me llamas Abril. No importa la hora, ya sabes que no solo eres mi paciente tambien eres mi amiga. – Muchas gracias Pedro. Le doy dos besos y nos despedimos, tiene que continuar trabajando el pobre. Media hora despues en que no he abierto la boca para nada, me he quedado en estado de shock nada mas oir la palabra embarazo, le digo a Esther de marcharnos. La pobre no ha querido ni molestarme, ha estado todo este tiempo solo acariciandome la espalda y cogiendome de la mano sin decir nada. – Ahora mismo llamo a un taxi y nos vamos a casa. – Gracias Esther. – No tienes que dar las gracias por nada. – Te he estropeado tu dia libre, para ir de compras. – Seras imbecil, antes estas tu y no me has estropeado nada. Estamos en la calle subiendonos al taxi cuando mi movil empieza a sonar, es Maria pero sinceramente ahora no tengo ganas de cogerlo, asi que se lo paso a Esther para que ella conteste. – Dime Maria – ?Que os ha dicho el medico??Y por que contestas tu y no Abril? Lo sabia, algo malo ha pasado. – Uy hija que preguntona. – Dejate de tonterias, ?Que pasa? – Es mejor que cuando salgas vengas a casa de Abril y hablamos. – Pero me quieres decir de una punetera vez que pasa, ?Que tiene Abril? – No te asustes no es nada, ahora vamos en un taxi a su casa, ven cuando puedas y alli hablamos. – Te lo juro que cuando te vea te doy dos collejas con la mano abierta, en un par de horas salgo y nos vemos alli. – Ok un beso
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El senor de la mansion 1 de Elena Martin
https://gigalibros.com/el-senor-de-la-mansion-1.htmlLa casa que los clientes iban a habitar era preciosa. Espacio, luz y comodidad era todo lo que una nueva familia podria pedir. La pareja que estaba atendiendo se habia casado hace un ano y ahora buscaban una casa mayor, visto que, aguardaban la llegada de su primer hijo. No pude dejar de sentir alguna envidia de ellos. En los ultimos tiempos, me pasaba siempre que encontraba parejas y familias felices. Recogi todos los papeles para entregar en la agencia. Mas una venta. Este mes iba lanzada y con suerte, antes de terminar el ano, lograria mi objetivo. Pasar unas merecidas vacaciones, bien lejos de aqui, en algun lugar paradisiaco del mediterraneo. Sonaba con ello, tanto como sus clientes con su nueva casa. --Gracias por todo, Jane. La casa es maravillosa --dijo mi clienta. --Es mi trabajo. No teneis que agradecerme. Espero que vaya todo muy bien y que disfruten de vuestro nuevo hogar. Ah... y por cierto, espero que el bebe nazca bien y que prontamente pueda estar corriendo por todas las instancias. --?No tienes hijos? --No se por que a la gente le gustaba hacer estas preguntas. Me parecia tan invasivo preguntar a alguien algo tan privado y personal. --No. Afortunadamente no. Ademas, primero tendria que encontrar un padre para eso y no tengo mucho tiempo. --No queria dar mucho mas detalle, aunque eso era solo la verdad pura y dura. Habia llegado a mis 29 anos sin hijos, sin marido, y sin atisbo de novio en camino. No por falta de intento. No podia decir que no habia tenido mi oportunidad. Conocia a James de toda la vida; fue mi novio desde el instituto. Teniamos todo planeado. Ir a la universidad, casar, viajar. Mil historias. Pero la muerte de mis padres y mi hermano menor, en un accidente de coche, llevara mi vida a otro rumbo. James y yo seguimos juntos durante mucho tiempo. El quiso ir a la universidad cerca de donde viviamos: para poder estar la mayor parte del tiempo conmigo, tras el sucedido. Como yo ya era mayor de edad y podia hacerme cargo de todas las responsabilidades, decidi que no queria estudiar un curso academico. Empece a trabajar en la agencia inmobiliaria donde mi madre trabajaba, antes de fallecer. Conocia a los jefes y me dieron trabajo inmediato, al haber quedado sin su mejor trabajadora. Y fue asi como acabe siendo consultora inmobiliaria. Con el paso del tiempo, James empezo a hablar del futuro y de familia: queria casarse conmigo y tener hijos, como siempre habiamos planeado. Pero eso no estaba en mis objetivos. El trabajo paso a ser mi gran prioridad tras la tragedia que me dejo sin familia. Y dedicaba mucho tiempo a ello. Aparte, no queria tener hijos. Nunca fue una cosa que me llamara a la atencion. Me encantaban los ninos, pero no para tenerlos mios. Cuando explique a James que, quizas, seria mejor esperar algun tiempo hasta acabar su curso y despues podriamos pensar en viajar, note que no estaba contento. Yo queria juntar dinero suficiente para tener mi propio negocio. Me habia quedado con la casa de mis padres y alguna otra propiedad que tenian. Asi que, no necesitaba buscar casa; la que teniamos era enorme, incluso para mi sola. Pero era ideal para vivir con James si quisiera. Me di cuenta de que para James, nuestra relacion habia cambiado mucho en los ultimos anos y mis planes para el futuro no eran los mismos que los suyos. En efecto, no eran. Porque, un dia, quise sorprenderle en el campus universitario y lo encontre besandose con otra chica. Resulto que esa chica era la novia que tenia en la universidad y que no sabia de mi existencia. Terminamos en ese dia casi 8 anos de relacion. Pero fue mejor asi: James termino el curso y el mismo ano se caso con la misma chica que encontre en sus brazos. Se, por amigos cercanos y comunes, que fue padre hace poco tiempo. No mantuvimos contacto. Era obvio. Por ambas partes. Y de esta forma, James logro cumplir sus planes y suenos, mientras yo seguia construyendo, dia tras dia, los mios. Me sumergi tanto en el trabajo, que aunque posiblemente ya hubiera podido abrir mi propia agencia, nunca lo hice. Siempre tenia miedo a arriesgar y posponia acciones. Mi vida era siempre igual. Eso me permitia superar el dolor, o mejor, no dejarme ahogarme en eso. Pero ahora ya habia puesto fecha. En el final del ano, tras unas buenas vacaciones, iba a dejar la agencia y abrir la mia. La venta de esta casa era un paso mas. Tenia un colchon financiero importante y eso me daba la tranquilidad de seguir con mi nueva etapa. Cuando llegue a la agencia, mis companeros ya estaban con la Champana abierta. --Enhorabuena, Jane. Mas una casita. Vas sobrada este mes --dijo Martha. --Nunca se va sobrado. Especialmente cuando hablamos de dinero. --Martha no solo era companera de trabajo, como se habia trasformado en una grande amiga. Al vivir para trabajar, las personas de aquella oficina se convirtieron en mi familia, practicamente. --Jane, ?puedes llegar a mi despacho, por favor? --mi jefe llamo. --Voy. --Deje mi taza de celebracion a medio terminar sobre la mesa y hable para Martha--. Seguro que ya tiene trabajo para mi. A veces me gustaba tener un poco de respiro. Soy sincera. Martha rio meneando la cabeza negativamente. Sabia perfectamente que, aunque pudiera, no me tomaba descansos. Entre en el despacho de Joseph. --Querias hablar conmigo, aqui me tienes. --Me fui sentando en la silla. --Antes de nada, enhorabuena por tu venta. Aunque eso significa que estas a un paso menos para conseguir salir de esta agencia. --Hizo una mueca de desagrado. Joseph era el hijo de los primeros jefes. Era poco mayor que yo y nos dabamos bastante bien. Pero claramente no estaba feliz, sabiendo que, una de sus mejores consultoras iba a salir para abrir negocio propio. --Jo... sabes que aun queda para eso. Y ademas, no tienes que preocuparte. Ya te he dicho que no voy a ser tu competencia: podemos hasta colaborar. Me encantaria. Pero yo necesito cumplir este reto, necesito tener algo que sea mio. --Eso es otra cosa que no tienes, porque eres cabezota. --Me hablaba de el. Jo decia estar enamorado de mi. Varias veces me propuso citas y que tuviesemos una oportunidad, pero yo no mezclaba trabajo con placer y mucho menos vida personal. Era un chico encantador, pero yo no queria hombres en mi vida. Tras algunas citas falladas, llevaba casi un ano sin salir con nadie. Y no estaba en mis planes conocer nuevas personas. --Aparte de otra consultora muy buena, seguro que encontraras alguien que realmente te merezca. --El esbozo una sonrisa. --Vale, vale. No insisto mas --hizo un gesto de derrotado--, no te llame aqui para hablarte de eso. Te llame, porque necesito que seas tu a trabajar un cliente muy especial. --Hum... especial, ?como especial? ?Quieres decir un buen negocio? ?O un cliente aburrido que nadie quiera llevar? --Digamos que este cliente es alguien muy importante. Mi padre me pidio que hiciesemos el favor de vender esta casa. Esta en un pueblo cerca de aqui. Es una mansion gigante. Varias hectareas y una excelente oportunidad para consiguieres tu pasaporte de salida, en grande, de aqui. --Jo, entiendo que me quieras ayudar, a pesar de todo, pero ?por que me darias a mi este cliente y no a cualquier otra persona del equipo? No es justo. --En primer lugar: eres mi mejor vendedora. De lejos. En segundo: no creas que es favoritismo. He hablado con tus companeros antes de llegares y todos se han puesto de acuerdo de que tu deberias llevar este cliente. --Jo estaba siendo redundante en aquella atribucion. --Muy bien, entonces, ?que tiene de especial el cliente? !?Solo eso, que es una mansion?! Bueno, no sera facil, tendre que buscar mi cartera de inversores, hablar con algunas personas... --No pude continuar, porque Joseph me interrumpio. --Jane, el propietario de esa vivienda es Kyril Petrakis --solto. --?Ese no es el magnate griego dueno del conglomerado industrial mas poderoso del mediterraneo? O me lo estoy confundiendo con otra persona ?quizas? --Ese mismo. --Bajo los ojos a los papeles que tenia en la mesa. --!No me jodas, Jo! Me estas pidiendo que sea yo la que tenga que vender su mansion, cuando sabes perfectamente que ese hombre es un arrogante y engreido. Por favor, todos lo conocemos por los medios de comunicacion. Es broma. --Querer ganar dinero era una cosa, pero trabajar con personas como aquella era venderse y no estaba dispuesta a llegar tan bajo. --No, no es broma. Ese es el motivo por el cual nadie ha querido hacer el trabajo, pero imagine que eso no seria un problema para ti. Jane, piensatelo, se que es mucho trabajo e imagino que hablar con una persona asi sea muy complicado, pero ?tienes idea de la comision que vamos a recibir por este negocio? --Odiaba cuando Jo pensaba en el dinero. Por otro lado, sabia que eso era lo correcto. Prontamente iba a ser duena de mi propia agencia y no podia desperdiciar clientes, solamente por lo que decian por ahi de ellos. --?Sabes que? Me da exactamente igual, es un cliente como cualquiera. Puedes contar conmigo. Pero, solo por curiosidad, ?como un cliente como ese quiere trabajar con nosotros? Con certeza tendra hasta sus propias agencias para hacerlo. --Como te he dicho, mi padre conoce a su tio; al parecer se conocieron en un viaje. No me preguntes. Y creo que se siguen hablando. Mi padre debera haber dicho algo de la agencia y bueno, una cosa llevo a la otra... sinceramente Jane, no se muy bien los motivos, pero la cosa es que ahora tenemos esto en manos. --Se levanto, rodeo la secretaria y paro delante de mi--. Hay una cosita mas. Esta manana recibi un correo del propio senor Petrakis. Me dijo que la persona que enviase para hacer el trabajo tendria que hablar directamente con el y que se iba a encargar de estar presente en todas las visitas. Dice que la casa tiene mucho valor y que no confia en nadie. --!Genial! Empezamos bien. Entonces el senor ese ya esta dudando de nuestro trabajo y confianza. Perfecto. Anteveo que esto va a ser un final de ano realmente interesante. Quizas, si logro vender su casa, pasare no quince dias de vacaciones, sino un mes. En una playa paradisiaco- griega. Empece a ironizar, porque este trabajo ya prometia ser un grano en el culo.
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Senderos salvajes de Santiago Mazarro
https://gigalibros.com/senderos-salvajes.htmlUn violin quebradizo llora desde hace dias la muerte de un hombre libre. Sus notas lanzan una melodia tan tenue que esta manana apenas alcanzaban la orilla civilizada del Misisipi. Imagino que el difunto arrastrara siempre la fama de hombre feroz y extravagante, pero los que le conocimos no ignoramos que, ante todo, y digan lo que digan, don Manuel Lisa fue una buena persona. En realidad, por aqui todos le llamabamos <
>, o < >, por los anos en que lidero la compania de comerciantes mas prospera de Norteamerica. Lamento de todo corazon ser el ultimo de nosotros con vida. Habria sido mas facil entender esta historia si la hubiese escrito cualquier otro. Pese a ello, si estais leyendo estas lineas, es porque, nada mas volver de su sepelio, he decidido dejar constancia de quien fue Lisa y quienes fuimos los que le seguimos. Aunque espanol en origen, su verdadera patria fue siempre la frontera, y, con ella, cualquiera de los horizontes que visitamos los anos en que hicimos del mundo indomito y salvaje nuestro autentico modo de vida. Manuel, que en paz descanse, admiraba la curiosidad frente al resto de las virtudes, y sabia hallar fortuna en la libertad absoluta que le conferia su oficio. Tal vez por eso tuvo siempre la valentia de aventurarse en lo desconocido de nuestro continente; de sonar con un mundo nuevo. Los primeros recuerdos que vienen a mi cabeza --y mas ahora que en estas paginas trato de narrar como ocurrio todo-- son de la primavera de 1807. Si cierro los ojos, casi puedo ver a Manuel esperandome en un pequeno banco de la ciudad de San Luis. Yo llegaba a caballo, tras cuatro dias de penurias que ahora no procede contar. Alli estaba el, manos en los bolsillos y rostro inquieto tras una chalina de pano grueso. La enorme espalda apoyada en el respaldo de roble. Las piernas cruzadas, la una sobre la otra. Recuerdo pensar que estaba en plena forma. Era un hombre imponente, bastante alto, fuerte y poseedor de unos penetrantes ojos marrones. Aquel dia iba debidamente arreglado segun la moda de la epoca: frac negro con cuello de piel y sombrero de copa, aunque el pelo negro enmaranado y las botas altas anticipaban en su aspecto costumbres mas de campo que de ciudad. Me acerque. Se levanto lentamente. Pese a la voluptuosidad de sus patillas, no me fue dificil discernir que la herida fea que le recordaba en el cuello se habia tornado en cicatriz. Pocos sabran que se la hizo en la emboscada mas famosa del ano 1801, nada mas arrancado el siglo. Una expedicion de veinte espanoles volvia exitosa a Nueva Orleans tras pasar el otono cazando castores en el curso medio del rio Misisipi. Al parecer, la niebla les hizo acampar en un lugar poco aconsejado, y los indios arikaras defendieron su territorio degollando, uno tras otro, a aquellos hombres cristianos. Que se sepa, solo dos lograron escapar a semejante barbarie. Manuel Lisa fue uno de ellos. Cuentan que, en plena emboscada, se dejo caer bosque abajo, entre la maleza, esquivando los hachazos de los nativos. Por pura fortuna encontro malherido a su hermano, escondido tras un arbusto. Retrocedio unos pasos, aupo el cuerpo sobre sus hombros y le convirtio asi en el segundo superviviente de la velada. Mi padre era aquel afortunado. Joaquin Lisa. Lo que convierte a Manuel en mi tio. Ambos fueron companeros de incursiones durante muchos anos; compartieron no solo un lazo de sangre, sino tambien una de esas hermandades propias de haber vivido cientos de aventuras juntos. Desgraciadamente, mi padre murio al medio ano, fruto del mal curar de sus heridas. Recuerdo el malestar que estas le provocaron durante meses y lo sorprendido que siempre me quedaba cuando le veia bromear con mi tio Manuel sobre arrancarse la costra de cuajo y echarsela de comer a los cerdos. Eran otros tiempos, que decia mi madre. Con ella, por cierto, me fui enseguida a vivir al presidio de San Antonio de Bejar, en la provincia espanola de Texas. Alli pase cinco anos siendo mitad monaguillo en una mision catolica y mitad sirviente en la casa de unos criollos que pocos respetos le guardaban ya al rey Borbon al otro lado del oceano. Aunque hoy dia no me arrepiento, dudo mucho que, de haber conocido las actividades y companias de mi tio Manuel en aquellos anos, le hubiese ofrecido mis servicios tan a la ligera. Mas aun teniendo en cuenta lo que acababa de ocurrirle aquella misma manana. El caso es que, tras bajarme del caballo, le di un fuerte abrazo, y el me lo devolvio sin dudarlo ni un segundo. --Joaquin, cuanto has crecido --creo recordar que fue lo primero que me dijo--. Siento mucho lo de tu madre. De haberme enterado, habria tratado de ir al entierro. --Yo tambien me alegro mucho de verle, tio. Y le agradezco que me haya aceptado como ayudante. Tanta desgracia junta os resultara abrumadora, pero la realidad es que mi pobre madre murio unos dias antes del comienzo de esta historia --tras agravarsele una gripe-- y que yo me quede sin empleo el mismo dia que las tropas de San Antonio se marcharon a rendir cuentas al fuerte del Alamo. No recuerdo si, harto de servir a desconocidos o deseoso de tener a mi familia cerca, robe un caballo mas lento y flaco de lo que hubiera sido aconsejable para que me llevase directo a San Luis, lugar en que vivia mi tio Manuel como ciudadano estadounidense. Como sabreis, Napoleon le habia comprado toda la Luisiana a Espana para tres anos mas tarde vendersela a los Estados Unidos. --?Que tal el viaje? --dijo mi tio, observando la montura escualida que me acompanaba. --Muy bien --menti. Habia sido un autentico desastre. --Has llegado el dia esperado... y a la hora adecuada. Manuel se meso las patillas con calma y miro a su alrededor con un gesto de sospecha. --Tio, de verdad, no se como agradecerle... Pronto le permitire ver que soy una persona responsable... --Tranquilo. Es una buena noticia que estes aqui. Como digo, no podias haber llegado en mejor momento. --Gracias. --Tengo planes para ti. --No volvio a abrir la boca en un buen rato. Manuel Lisa no era hombre de muchas palabras, ni mucho menos. Solo hablaba si era estrictamente necesario, y, cuando lo hacia, era para poner punto y final a un debate, pues poca gente le contradecia. Subio a un caballo negro y robusto de un brinco y tiro de las riendas con agilidad. Yo hice lo propio para seguirle a paso ligero. Lisa era lo bastante conocido en San Luis como para que mas de una persona en el camino parase el carro o la montura con el animo de concederle un saludo cortes. La mayoria, sin embargo, parecia tenerle cierto respeto. Incluso me atrevere a decir que algo de miedo. Avanzamos por un camino de tierra que muy pronto se convirtio en otro elegantemente adoquinado. Me averguenza decir esto, pero otra cosa que me sorprendio nada mas pisar la ciudad fue la actitud y la vestimenta de las mujeres, mucho mas joviales y despreocupadas que en las ciudades de Nueva Espana, donde siempre andaban escondidas tras su misal y su rosario. En San Luis, los carruajes iban y venian con damas jovenes que no dudaban en mirarte de pies a cabeza para concederte una sonrisa. El trajin era sorprendente para tratarse de una ciudad ubicada en tierra tan inhospita. Pronto me di cuenta de que estabamos dando extranos rodeos. --Cuidado ahora. Acercate a mi --dijo Manuel con voz firme y segura--. Bajaremos al rio por la parte trasera; no quiero que nos descubran. --?Quienes? --pregunte. --Haz lo que te digo, Joaquin. --?Alguien nos persigue? --Pero no obtuve respuesta. Muchos habreis oido hablar de la expedicion de Lewis y Clark. Fue la primera llevada a cabo por estadounidenses con el objetivo de encontrar una ruta fluvial desde el Atlantico hasta el oceano Pacifico. Pues bien, hacia apenas unos meses que Lewis y Clark habian regresado a San Luis, y los carteles de bienvenida aun podian verse bajo las ventanas de los edificios mas proximos al rio. Con el objetivo de reclamar la presencia estadounidense en el Oeste americano antes de que franceses, espanoles o britanicos pudiesemos hacer lo mismo, la campana habia sido un gran exito. Y si os cuento esto es porque me parecio curioso enterarme de que mi tio, aun siendo espanol de nacimiento, habia tenido un papel destacado en todo aquello. Conocedor en buena parte de los territorios del oeste --gracias a la experiencia obtenida como cazador e interprete de los indios--, brindo a los estadounidenses un buen numero de consejos, mapas y provisiones a cambio de que el nuevo gobierno de Luisiana le otorgase una sola cosa: la posibilidad de seguir comerciando con los territorios espanoles de Texas y la Florida. Apeados del caballo y casi a hurtadillas, como escondiendonos de algo o de alguien, bajamos por el sendero adoquinado. A medida que nos acercabamos al rio, el numero de las calles iba descendiendo: 6, 5, 4... Finalmente llegamos a una via bastante larga en la que habia un poste del que colgaba un gran cartel: < >. Segui de cerca a mi tio, mirando de reojo a los vendedores de carne de los soportales y a los jovenes que jugaban a las cartas aranando los ultimos rayos de sol frente al muro de una iglesia protestante. No escapo a mi atencion un grupo de cuatro o cinco hombres que, observandonos desde lo lejos, intercambiaron susurros y palabras en un perfecto frances. --Es aqui --dijo Manuel por fin. Su voz era aspera y ruda como ninguna. Mientras atabamos mi caballo y el suyo a la parte trasera de su almacen, al otro extremo del pequeno jardin, desde una altura considerable y apoyado en la barandilla de madera, nos saludo mi primo Remon. Otros cabellos rubios y alborotados asomaban timidamente entre los balaustres. Debian de ser los de su hermano. Dieron las siete de la tarde en la torre de la iglesia. Y justo en ese instante, como si las campanadas hubieran definido con rigor la hora de llegada, subi con atino los peldanos de la casa, y antes de que pudiesemos hacer uso de la aldaba, la puerta se abrio de golpe. Mi tia Polly, a la que llevaba sin ver una eternidad, sonrio nada mas verme y me dio un fuerte beso en la mejilla. --Bienvenido, Joaquin. Siento mucho lo de tu madre. Ya sabes que ella y yo nos llevabamos bien. --Gracias, Polly. --Que mayor estas... ?Cuando fue la ultima vez que nos vimos? --En Nueva Orleans, hace al menos seis anos --respondio mi tio. Aunque hablaba espanol a las mil maravillas, su acento ingles seguia siendo inconfundible. Polly Charles Chew, una viuda a la que Manuel Lisa habia conocido anos atras en Nueva Orleans, era su mujer por aquel entonces. Timida, amable y carinosa, poseia unos preciosos ojos azules que combinaban a la perfeccion con una larga y ondulada cabellera rubia. No digo que no se quisieran, pero siempre tuve la sensacion de que Polly le estaba mas agradecida a mi tio que cualquier otra cosa. A fin de cuentas, Manuel Lisa se habia hecho cargo de ella --y de su pequena hija Rachel-- tanto afectiva como economicamente en un momento de suma delicadeza para sus vidas en la capital. Con el paso de los anos y tras su mudanza a San Luis, el matrimonio habia hecho crecer la familia, trayendo al mundo a Remon y a Manuel, mis dos pequenos primos carnales. --Te hemos preparado una cama en la habitacion de Remon, en el piso de arriba --dijo Polly. Creo que en aquel instante sonrei amablemente, le di las gracias por acogerme en su preciosa casa y segui a mi tio hasta el salon, donde se encontraban los tres ninos. Guardo de aquel momento un recuerdo tierno, de profunda calma y quietud. Los dos pequenos jugaban con un caballito de madera en torno a una mesa con la cena recien servida. Rachel, la mayor, leia junto a la chimenea. Cuando pienso en un hogar, tal vez por no haber tenido uno apropiado a lo largo de mi vida, viene a mi ese preciso instante. Entre en la habitacion y deje en el arcon lo unico que poseia: una camisa a rayas, ropa interior, unos calcetines bien gordos y un medallon de plata que solia cuidar como un tesoro, pues era lo unico que conservaba de mi madre. Pocos minutos despues, sentados a la mesa y tras haber ordenado lo poco que tenia, mi tio saco una botella de vino tinto de un cajon, sirvio tres copas y extendio una hacia mi con cuidado. < >, decia la etiqueta. --Pruebalo, Joaquin. Un barco solia llegar cargado de barricas desde el puerto de Cadiz. Directo a Nueva Orleans. Tu padre y yo las subiamos en bote por el Misisipi y lo vendiamos aqui y en San Carlos. --Mi tio evoco aquel recuerdo como si la llegada de su sobrino hubiese pellizcado de algun modo su memoria. --?Y ya no llega? --pregunto Rachel sin levantar la vista del libro que leia al mismo tiempo que cenaba. --El vino que llega ahora es frances. Todo es frances. ?Que estas leyendo, Rachel? Seguro que tambien es frances. Rachel sonrio, dio la vuelta a su pequeno librito y lo dejo sobre la mesa. El titulo de la portada estaba escrito en ingles: < >. Probe el vino. Estaba realmente bueno. --Creo que la novela es inglesa. Pero la protagonista es francesa --contesto Rachel--. ?Tu sabes leer, Joaquin? --Si que se --respondi orgulloso--, aunque no he tenido oportunidad de hacerlo muy a menudo. --?Cuantos anos tienes? --Veinte. --?Y no has tenido tiempo? No lo entiendo. --Si Dios quiere, pronto leere alguna novela. He oido que el Quijote de la Mancha es muy divertida. Mi padre tenia un ejemplar y solia recitar alguno de sus pasajes de memoria. --No la conozco. En las estanterias del salon habia al menos dos o tres decenas de libros viejos. Los observe con calma. Luego hubo un breve silencio que sirvio a mi tio para medir sus siguientes palabras. --Escucha, Joaquin. --Manuel lisa me miro firmemente--. Esta manana, unas horas antes de que llegaras, ha ocurrido algo. Algo que cambia mis planes. Olvida la carta que te mande: ya no me serviras en el muelle. --?Que ha ocurrido? --Pronto lo sabras. --Sus manos inquietas delataban en el cierto grado de nerviosismo--. Muy pronto. Por el momento, quiero que descanses bien esta noche y que estes preparado. No vamos a estar mucho tiempo en San Luis. --Asenti, acabe con presteza la sopa que Polly habia preparado y apure poco despues la copa de vino. Escuche el coloquio posterior sin volver a abrir la boca. Luego pedi permiso para levantarme de la mesa y retirarme a mi nueva alcoba. Me tumbe en la cama. Una cama dura y rigida de madera sobre la que colgaban sabanas gruesas y amarillentas. Aquella primera noche aprendi que Rachel, la hija adoptiva de Manuel Lisa, leia a menudo novelas de terror. Que Remon y el pequeno Manuel detestaban leer y preferian jugar con sus amigos en los canales del rio. Aquella noche, arropado ya entre mantas de piel, se me escapo una lagrima tras pensar un buen rato en mi pobre madre. No tuve tiempo de despedirme de ella, de poner en orden nuestros asuntos. Todo habia sido tan precipitado... Justo despues escuche a Polly lamentarse. Fuera lo que fuese aquello que habia ocurrido por la manana y que tanto inquietaba a mi tio, preocupaba sobremanera a mi tia. Por el quicio de la puerta vi la silueta apenas iluminada por las llamas de Manuel Lisa. Se acercaba a su mujer para darle un abrazo. Sobre el torso descubierto, y para mi sorpresa, Manuel Lisa lucia un enorme tatuaje. Una forma oscura, geometrica y alargada sobre la que se cruzaban un par de flechas. Entiendase que el impacto que me causo aquello fue debido a que, pese a que era comun entre marinos y otras profesiones, solo en una ocasion habia visto un dibujo similar sobre la piel, concretamente en el pellejo de un indio comanche al que llevaban preso los guardias de Santa Fe. Cuando se hubieron separado, observe como el le mostraba a ella una carta hecha anicos que llevaba en el bolsillo. --Lo haremos por nuestra cuenta --susurro--. No nos queda otra manera. Arrojo los pedazos de papel al fuego y observo lentamente como se consumian. --?Sigues confiando en el dibujo? --?En que dibujo? --El mapa de Heceta. --Por supuesto. --Manuel Lisa giro sobre si mismo y apago la pequena lampara de gas que iluminaba la estancia. -
El ladron de penas de Antonio Jodar Calpe
https://gigalibros.com/el-ladron-de-penas.htmlMetio la llave en la cerradura despues de varios intentos, dos veces se le habia caido al suelo tratando de abrir la puerta; veia el pasillo muy a duras penas. El atardecer se oscurecio mas de lo previsto y un viento inoportuno hizo que las hojas de los arboles susurrasen a manera de cantos de reproche. Hacia rato que el tiempo se notaba denso y especialmente humedo. Las nubes ennegrecidas amenazaban con una tormenta brutal. En sus primeros indicios, las ventanas del edificio no dejaban ver mas que algun relampago todavia lejano. Por los cristales se distinguia la luz palida que cubria el cielo. Trato de hacer girar la llave pero no pudo, la mano le temblaba; estaba transido de frio y los ojos cargados por las noches de insomnio, y esta seria la siguiente. Giro otra vez la llave y cedio al final. Al traspasar la puerta encendio la luz y miro el reloj que se hallaba en la mesilla de noche, vio que eran las tres de la madrugada. Iba bebido y se dejo caer sobre la cama boca abajo. En el instante de caer dio un gemido y se quedo inconsciente sin que nada, excepto un leve tic-tac del despertador, alterase el silencio. La luz se quedo encendida y tenia una palidez facial estremecedora. Nadie sabia que estaba alli completamente solo y tal vez fuese a morir en esa condicion. Los que lo juzgaban no habrian podido leer sus sentimientos reales, pero el tampoco. Ahora yacia en un sopor que fue breve. Se desperto de repente y al mirar de nuevo el reloj vio que habian pasado treinta minutos, solamente treinta. Los truenos se oian ahora con mas fuerza, los cristales de la ventana empezaban a albergar las primeras gotas de agua, las cuales resbalaban por el cristal igual que el sudor por su frente y las lagrimas que brotaban de sus ojos por las mejillas, tan descoloridas, bajo unos ojos de mirada doliente tras el verde claro. Abrio el minibar, cogio una botella de whisky y se lleno un vaso a la mitad. Recorrio la habitacion del hotel como un oso enjaulado, con el vaso de Whisky en la mano, dando pequenos sorbos, temblando de pies a cabeza. Tenia el pelo castano con restos de gomina y algo desgrenado, llevaba una chaqueta y un pantalon azul oscuro manchado, tambien los zapatos por restos de vomito. La camisa era blanca, estaba sucia y le faltaban varios botones, del cuello le colgaba una corbata desanudada, un extremo por cada lado. De repente estampo el vaso contra la pared encolerizado y el estruendo lo encolerizo todavia mas. Dio un fuerte punetazo con el puno derecho a la mancha de Whisky que habia tenido la pared hiriendose los nudillos que acabaron ensangrentados. Gritando de dolor se restrego frenetico los nudillos por la camisa, anadiendole tonos rojizos, lo que no hizo mas que aumentar su colera hasta romper a llorar. Hablaba entre sollozos profiriendo frases incoherentes a la vez que se arrollaba un panuelo en los nudillos. Se dejo caer sentado en el suelo con las piernas estiradas, jadeando, llorando con cara de asustado; se quedo como extraviado mirando la puerta de la habitacion. Se llamaba Hector y ni siquiera eso tenia claro, la vida lo estaba ahogando, creia. Cerro los ojos y los abrio de nuevo arrugando el ceno. Lo repitio tres veces mas deseando que un espiritu nocturno velase por el, aunque mas bien seria el mismo monstruo que habitaba debajo de su cama cuando era un nino. Proyectaba una sombra fantastica sobre la pared que no era mas que una caja de carton agujereada. Los anos habian volado y ahora el mismo era una figura prisionera del resplandor de algunos relampagos. Abrio la puerta de la habitacion, la 708, dejandola entornada; se precipito hacia la escalera con pasos vacilantes aferrando la botella de whisky que habia cogido. Subio medio a tientas el primer escalon para no dar la luz y que alguien lo descubriese, pero se encendio automaticamente. Continuo subiendo a grandes zancadas lo mas rapido que pudo hasta alcanzar la azotea. La puerta tendria que haber estado cerrada pero no tenia cerradura, parecia como si estuviera arrancada y habia manchas de yeso alrededor. Como pudo empujo la puerta, la traspaso hasta notar un viento de tormenta, el que antes hubo susurrado en los arboles. La tormenta la tenia encima y el viento le daba en la cara, tambien el reflejo parpadeante de los relampagos que resonaban con toda su fuerza como una maravilla de la naturaleza que no transigia con la maleza de antenas wifi, las cuales ondulaban en un angulo pronunciado, viendose amenazada su endeble verticalidad. Hacia gestos con una cara de enloquecido, como drogado, contrayendo las mejillas sin poderlas controlar; en sus ojos se reflejaba un profundo deseo de enloquecer todavia mas. <
>. Avanzo hacia el centro de la azotea, la lluvia caia ahora abundante, empapandole por completo, la sangre seguia brotando de sus nudillos y la que tenia en la camisa se diluia emborronandola. Su cara empapada disimulaba el lloriqueo que no podia cortar, sintio frio y se levanto las solapas de la chaqueta inutilmente. Sus infortunios pasaron del llanto al lamento cuando cruzo hasta llegar al antepecho de la cornisa. Era una altura de doce pisos mas la azotea trece. A Hector le temblaban las piernas con mayor violencia y su jadear coreaba cada trueno, su cara seguia resplandeciendo en el relampaguear cada vez menos intermitente, sus ojos resaltaban desorbitados. Se quito la chaqueta y la lanzo al vacio quedandose en el antepecho. Completamente empapado salto a la cornisa pero no miro hacia abajo, no se atrevio. La desesperacion lo acometio sin ninguna clase de misericordia, sintiendose paralizado pero decididamente dispuesto a terminar con ese pesar etereo. Sintio vertigo y nauseas, panico, pero tambien una ira desmandada y una tristeza penetrante. En un arrebato decisivo extendio los brazos como si fuese a saltar de un trampolin y cerro los ojos. --?Me dejas ver como lo haces? --sono una voz que clamaba a su espalda y que lo interrogo en japones. --?Quien anda ahi? --pregunto Hector en un idioma que no dominaba mucho. Bajo los brazos y se dio la vuelta. --Alguien que esta de paso --le contesto la figura de un hombre cuya cara no se veia por la penumbra y la lluvia insistente. --?Que hace usted aqui? --quiso saber Hector tratando de ver al hombre aquel; se quitaba el agua de la cara dandose zarpazos como un gato. --Nada, solo quiero mirar --dijo el hombre. La lluvia caia torrencial, una rafaga de agua le impidio decir nada a Hector y le chorreo por el pelo, las orejas, la nariz, y finalmente por el cuello de la camisa. Dio un traspie que casi lo hizo caer de espaldas. El retumbar de los truenos iba en aumento. --!Maldita sea! --grito Hector. --?Vas a hacerlo o no? --la voz de aquel hombre sono impertinente. Hector grito y volvio a gritar que se marchara de alli, que lo dejara en paz. Aun sentia la adrenalina en su cuerpo y le aumento porque alguien, un chiflado que no podia ver bien, lo estaba provocando. Pero no tenia ningun sentido que alguien pudiera estar en la azotea en medio de una tormenta y menos justo cuando iba a… poner fin a todo. --Mi jodida borrachera, si, eso es, !desaparece de mi vista! --Hector se cogio de las sienes, cerro los ojos y los abrio por reiterada vez. El viento gimio provocando mas rafagas de agua, mientras el hombre salia de la oscuridad. Iba tan empapado como Hector, debia de tener mas de cincuenta, aunque no se le veia bien, de mediana estatura, vestido con unos vaqueros y un chubasquero rojo, con la capucha puesta; lo estaba mirando y su mirada era penetrante, no la apartaba para nada, ni siquiera parpadeaba a pesar de la lluvia. --Desde luego que estas bebido, pero quiero verlo --dijo el hombre. --?Ver, que? !Dejame en paz! --Como lo haces, simplemente. --Pero ?que dices? !Que te largues! --Hector levanto el puno amenazante; era el derecho, se le cayo el panuelo al suelo deshaciendose los coagulos de las heridas en los nudillos. Sangro de nuevo. --No importa lo que yo diga --dijo el hombre. Hector no sabia que responder, unicamente se lamia el bigote como si quisiera escurrirlo. Bajo el puno. El hombre se le acerco y anadio: --!Acaba de una vez! --!Largate! !Largate de aqui! !Dejame! --No esta bien que me hagas perder el tiempo. --Estas completamente loco, seas quien seas, !completamente loco! El hombre guardo silencio, pero no dejaba de mirarlo y se le acerco aun mas. --!Quedate donde estas! --grito Hector, la voz le temblaba. El hombre no le hizo caso, sorteo el antepecho situandose junto a Hector. --Seguro que no has mirado abajo --le dijo el hombre. Era cierto que no habia mirado abajo, como si la decision no la hubiese tomado de verdad. Miro al rostro de aquel hombre y se le antojo sereno, sin que hiciese muecas por el viento y la lluvia que vapuleaba sus rostros sin piedad, ni tan siquiera pestaneaba. No era como el que constrenia la frente, los ojos y ambas mejillas, dando la impresion de estar ahogandose en un vaso de agua. --No vas a poder ayudarme --conjeturo Hector. Seguia sin mirar abajo. --?Ayudarte? No, no tengo esa intencion. --Debes ser… de seguridad… si, del hotel --dijo Hector--. Si, claro, has venido a impedirlo -- senalo a la calle--, pero tu que sabras… !No te metas donde no te llaman! Hablaba como si estuviera constatando un hecho, decia lo que pensaba como si fuera verdad. De fondo, la tormenta seguia estremeciendo el lugar. Hector veia como los relampagos se reflejaban en la cara del hombre. Pero la suya reflejaba un miedo terrible, miedo a decidir, a caer, a ser rescatado, o tal vez a ser ignorado por aquel extrano, quien se echo a reir a carcajadas. Sin dejar de reir cogio a Hector por los hombros y lo obligo a darse la vuelta hacia la calle. Casi se cae de espaldas por la sorpresa antes de que lo cogiera. --!Mira! --le dijo, sin soltarle los hombros. Hector quiso retroceder pero el hombre se lo impidio; tenia mucha fuerza. --Mira abajo --le insistio -
Los ojos de la muerte, Eba Martin Munoz de Eba Martin Munoz
https://gigalibros.com/los-ojos-de-la-muerte-eba-martin-munoz.htmlCuando la joven Natalia abandona el orfanato para reunirse con un padre totalmente desconocido, no se podia imaginar que la verdadera pesadilla estaba a punto de comenzar para ella. A traves de los diarios de su madre muerta, descubrira una realidad que llevaba oculta largo tiempo. Los fantasmas despiertan y una oscura amenaza se cierne sobre ella hasta que abandona el hogar.
Anos despues, la pesadilla volvera a comenzar. Solo que, quiza, esta vez no haya escapatoria.
1.La Muerte ha regresado.
2.Tiene hambre.
3.Te esta buscando.
4.No la mires a los ojos.
5.Si tu ventana aparece abierta, !huye!
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Amores de barra de Elias Torres Catena
https://gigalibros.com/amores-de-barra.htmlLa llegada de Marta agita por sorpresa la vida emocional del artista que siente el despertar de su creatividad y recupera tambien el entusiasmo por la escritura. Decide por un tiempo aparcar los guiones de sus espectaculos de humor para rescatar de su baul algunas historias que tenia listas para escribir, estas hablan de ternura, de tristeza, de amor, de metas no alcanzadas y de objetivos perdidos de vista.
El amor en forma de persona, el amor en la mochila de cada ser y siempre en el lugar inesperado, sorprendente y desconcertante pero siempre una balsamo para el alma. Ajeno a las ideas y a las banderas, el amor aparece como necesidad y como derecho universal asignandonos tambien el deber de cuidar unos de otros y el deber mutuo de hacernos reir.