• libro un lugar para refugiarse - Mia Nizar

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    Un lugar para refugiarse.

  • UN LUGAR DONDE REFUGIARSE | NICHOLAS SPARKS

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  • Un lugar donde refugiarse (Rocabolsillo Bestseller) - Amazon.es

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  • Un lugar para refugiarse Versión Kindle - Libros - Amazon.es

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  • Un lugar donde refugiarse - Libro de Nicholas Sparks

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    Cuando Katie aparece en la pequeña localidad de Southport, en Carolina del Norte, su precipitada llegada provoca muchas preguntas sobre su pasado.

  • Un lugar donde refugiarse - -5% en libros | FNAC

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    Un lugar donde refugiarse, libro de . Editorial: Roca. Libros con 5% de descuento y envío gratis desde 19€.

  • Un lugar donde refugiarse | Penguin Libros

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  • UN LUGAR DONDE REFUGIARSE (Libro en papel)

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    UN LUGAR DONDE REFUGIARSE 18,05€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Cuando Katie aparece en la pequeña localidad de Southport, en Carolina del Norte, ...

  • Inspector Solo de David Jimenez

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    La vida de Marcial Lison quedo marcada desde el mismo momento en el que el Asesino del cafe puso un pie en la ciudad de Cartagena. Conocer su identidad, dieciocho anos despues, lejos de haber supuesto un alivio para el inspector, hizo que descubriese que su pasado descansa sobre una mentira con la que es dificil convivir. Desde entonces, Sola, un galgo recogido junto a unos contenedores de basura, se ha convertido en su unica familia. Su caracter hosco y alejado de lo politicamente correcto tampoco le ha permitido granjear grandes amistades; mas alla de la de Zoe Ochoa, su companera, y Sasha, una prostituta rumana con la que comparte algo mas que sexo.

  • Go west, mutil de Alvaro Ordonez Iragorri

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    N CAPITULO 1 inguno de los alli reunidos podia imaginar que el edificio en el que se encontraban saltaria por los aires anos mas tarde. Es mas, nadie habria creido, si un nigromante se lo hubiera contado, que veintiseis anos despues seguiria en este mundo pensando en las toneladas de bombas, de todo tipo, que iban a convertir aquel lugar en uno de los sitios donde se perpetrara el primer gran bombardeo aereo de la Historia. Pero asi fue. Aunque, claro, que aquel vetusto edificio saltara por los aires no tuvo nada de particular. De hecho, todo el pueblo volo la manana del veintiseis de abril de 1937. La Legion Condor alemana fue la encargada de hacerlo desaparecer minuciosamente. !Guernica! En fin, como ya he mencionado, aquello sucedio muchos anos despues de la reunion que voy a describir y que tuvo lugar en la notaria. Casi un mes antes, don Fermin, el pasante del notario, dio un saltito sobre el cojin de terciopelo magenta sobre el que llevaban acomodadas dos horas sus posaderas. Se encontraba despachando todo tipo de papeleo, arrojando a una papelera dorada de rejilla las cuestiones que pudiesen abrumar a su patron, y acumulando en la gran mesa de caoba los asuntos sobre los que, a su leal saber y entender, valia la pena que se posasen los sabios y cansados ojos del Gran Hombre. El motivo por el que don Fermin pego aquel salto fue una de las cartas. La habia abierto desganadamente con un abrecartas de marfil, unica coqueteria que se habia permitido en mas de treinta anos de trabajo, y se encontro con algo extraordinario. Entre pasitos cortos y nerviosos, solicito permiso para traspasar el umbral del despacho de su jefe, el notario don Silvestre Ibarlucea y Zarraga, que, para el, era algo asi como Dios vestido de paisano. Don Fermin estaba como un flan. Se notaba en como se acentuaban sus pasitos cortos, su risita nerviosa y sus manitas apretadas contra los punos de celuloide. Y es que debia leer a don Silvestre aquella carta, una carta escrita por alguien a quien todos conocian, pero al que daban por muerto. Bueno, eso, los que lo recordaban. Espero Fermin a que don Silvestre terminara su cafe-cafe (no esa achicoria aguachinada que se trajinaba en el resto del pueblo) y diera un sorbito de conac-conac (no ese saltaparapetos) para leer el contenido de la misiva. Tan pronto como este levanto la vista del papel, Fermin lo miro como lo haria un ratoncito hipnotizado con el gato que lo ha descubierto. Atusose don Silvestre el bigote, estirose el chaleco de seda, pasose la mano por la leontina de oro con monedas, aclarose la garganta y proclamo: --!Valgame Dios! !Esto es prodigioso! --Dicho lo cual, se levanto haciendo crujir el cuero de su silla y provocando un nuevo respingo en Fermin, como si hubiera sonado un canonazo. --Me voy --dijo don Silvestre consultando su reloj Roscoff antes de agitarlo como una maraca y aplicarlo a su oido para sonreir mas tarde como una novicia recien casada con Dios. --?Adonde? --quiso saber el perrito, perdon..., el pasante. --!Adonde va a ser, alma de cantaro! A hacer exactamente lo que nos han encomendado. !A hacer correr la noticia por ahi! --proclamo. Volvio a atusarse el bigote, a estirarse el chaleco, a pasarse la mano por la leontina y aclararse la garganta. Pero esa vez, ademas, echo mano del leviton de terciopelo negro que estaba colgado del perchero de nogal castellano. No llego a ponerselo por si mismo porque, en menos que canta un gallo, el servil don Fermin se lo ayudo a calzar y ajustar y, de no se sabe donde, saco un cepillo. De un par de rapidas cepilladas, dejo al notario mas bonito que un san Luis. Salieron juntos del despacho y avanzaron por el largo pasillo que daba a la puerta de la calle, no sin antes haber saludado a sus empleados, que, solicitos, devolvian el saludo casi sin levantar la vista de sus respectivos escritorios. Cuando don Fermin le entrego a su dueno la chistera y el baston a la velocidad del rayo, observo consternado una motita en el hombro de ese gran hombre que era don Silvestre, de modo que le pidio permiso para quitarsela, se la limpio y respiro aliviado. Salio el notario, cerro el pasante la puerta. En ese momento, don Fermin alzo la vista al cielo, que, en este caso, era de estuco de yeso con hojas de acanto, y exclamo, juntando las manos como si orase: --!Gracias, Dios mio, por haber puesto en mi vida a este benefactor de la Humanidad! Entonces bajo la cabeza con tal fuerza que su ojo izquierdo, de cristal (y de segunda mano) cayo en la alfombra rodando. !A ver quien lo encontraba en esa pradera de lana! Cualquiera que haya visto las peliculas del gran John Ford, por poner solo un ejemplo, se habra hecho una idea de lo que son los grandes espacios abiertos. Una nube aqui y otra alla, como para hacer bonito; la tierra calcinada bajo un sol opresivo; la serpiente de cascabel saliendo de una roca y refugiandose rauda en otra; el saguaro..., en fin, la iconografia clasica de la leyenda del Far West. Todos tenemos esas imagenes en la cabeza. Pero los cuatro desgraciados que cruzaban el desierto de Nevada, no. Y no las tenian por la sencilla razon de que no habian visto una pelicula en su vida. Habian llegado desde muy lejos, desde la otra parte del mundo, y en esa parte del mundo no habia cinematografo, ni nadie conocia a los hermanos Lumiere. Donde se encontraban en esos momentos, faltaban muchos anos para que alguien conociese las hazanas de Tom Mix. Estaban agotados porque venian huyendo de sus amos. ?De sus amos? ?Pero no habian ganado los yanquis la Guerra de Secesion? !Ahi esta la almendra del asunto! Esos cuatro pobres diablos estaban pasandoselas canutas a diez mil kilometros de sus casas precisamente porque Abraham Lincoln habia abolido la esclavitud. Sus perseguidores se habian retirado. Y se habian retirado porque sabian lo que era bueno. Se estaban adentrando en territorio indio. Casi todo lo que se cuenta de los indios es verdad. Casi todo. Son silenciosos, son sinuosos, son invisibles, son peligrosos. Son crueles y estan espoleados por el natural odio hacia quien ocupa una casa sin haber sido invitado. Casi todo lo que se cuenta. Hay algo que me cuesta aceptar, !las senales de humo! ?Como seres tan silenciosos y discretos, tanto que fue la guerra de guerrillas su principal arma, eran capaces de realizar senales en el impoluto cielo de Nevada, que podian ser vistas a kilometros de distancia? En fin. En todo caso, en el momento que estoy narrando no habia ninguna senal en el cielo que anunciase nada, a no ser una muerte lenta por deshidratacion. Ya ni siquiera hablaban entre ellos. Al principio, cuando se percataron de que sus perseguidores habian desistido, se abrazaron y dieron saltos de alegria, pero de eso hacia horas. Tenian las caras llenas de pustulas; las mejillas, hirsutas; y la boca, llena de una indescriptible pasta que algunos optimistas podrian describir como saliva. Uno de ellos se puso a llorar desesperado, pero de sus ojos no brotaba nada; las lagrimas se evaporaban antes de aparecer. Por fin se sentaron en ese roquedal lunar que es el suelo del desierto de Nevada. Tres lo hicieron en el propio suelo; el cuarto, que se llamaba Martin y era de Elanchove, lo hizo sobre una gran piedra redonda y anaranjada, pero se levanto como una flecha entre aullidos, agarrandose las nalgas con las dos manos. La piedra estaba al rojo vivo. Nada mas ponerse en pie, una fuerza inmensa como la mano de un dios, volvio a sentarlo en la piedra, que ya ni quemaba ni nada. Hace un momento he mencionado la palabra <>. Pues bien, el bueno de Martin tenia tres en el cuerpo. Repartalas el amable lector por donde buenamente quiera. Corrio como un pollo sin cabeza, esa vez sin aullar ni gritar, hasta que Nuestro Senor corto la cuerda que le unia a la vida y cayo al suelo como una marioneta sin dueno. Los otros tres companeros, a pesar de los cerca de sesenta grados a la sombra que parecian a punto de reventar las piedras, temblaban como hojas en medio de un monzon y se pusieron a rezar. ?Que otra cosa iban a hacer? Se sentian estafados, utilizados y explotados. Los habian enganado en Guernica, los habian estafado en Nueva York y los habian utilizado en Winnemucca, Nevada. !Por sus propios paisanos! Y eso les daba rabia y mucha pena. Hasta que unas cuantas flechas los despenaron.

  • La maldicion de los Montpensier de Francisco Robles

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    La enigmatica muerte del escultor Antonio Susillo es el ultimo eslabon de la cadena de maldiciones que sufrio la infanta Maria Luisa Fernanda de Borbon -hermana de Isabel II- desde que se establecio con su familia en el palacio de San Telmo de Sevilla, convertido en verdadera Corte Chica del reino de Espana durante una generacion.
    Su mirada femenina nos adentra en un siglo agitado y tumultuoso, plagado de revueltas, pronunciamientos y conspiraciones a los que algunos casos no fue ajeno su propio esposo, el duque de Montpensier, eterno aspirante al trono. Estas memorias apocrifas desvelan la clave de aquellos acontecimientos sucedidos en el siglo XIX y que sin embargo -como si de otra maldicion se tratara- han marcado la historia de Espana hasta nuestros dias.

  • Algo va mal de Fermin Bocos

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    <>, dijo el comisario encargado del caso senalando uno de los dos cuerpos que aparecian en la foto con el rostro desfigurado por el impacto de una bala.

  • Desde el dia en que te conoci de Manu Ponce

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    Sara es una mujer libre, que suena con un trabajo que la mantenga mientras lucha por conseguir su verdadera pasion; ser modelo.
    Marcos es un empresario con exito y una situacion personal delicada.
    Sara encuentra trabajo en una panaderia.
    Marcos entra a desayunar en una panaderia.
    Sus miradas se cruzan.
    !Que empiece el juego!

  • Amor a quemarropa de Mabel Diaz

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    ?Como es posible que, en medio de un atraco a una sucursal bancaria, surja el amor? Aaron sabe que lo suyo con Emma no puede funcionar. Esta destinado al fracaso.
    Ella es una buena chica. El, un ladron de bancos.
    Y sin embargo...

  • Un grito de honor de Morgan Rice

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    En UN GRITO DE HONOR (A CRY OF HONOR) – [Libro #4 de El Anillo del Hechicero – (The Sorcerer’s Ring), Thor ha regresado de Los Cien como un guerrero endurecido, y ahora debe aprender lo que significa la batalla por su patria, combatir por la vida y la muerte. Los McCloud han invadido el territorio de los MacGil – mas adentro que nunca en la historia del Anillo – y mientras Thor cabalga hacia una emboscada, caera sobre su cabeza repeler el ataque y salvar la Corte del Rey.

  • Cronicas matematicas de Antonio J. Duran

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    ?Que son las matematicas? ?Para que sirven? ?Por que es importante conocer su historia? Estas son algunas de las preguntas a las que da respuesta esta obra que nos narra de forma concisa la historia de esta ciencia desde la Prehistoria hasta nuestros dias. Pero esta narracion no es solamente una superposicion de personajes historicos y de sus felices descubrimientos, sino que es una reivindicacion de los componentes emocionales, incluso irracionales, que muchas veces han acompanado las actitudes apasionadas de estos celebres personajes que se han empenado en buscar soluciones a los mas diversos problemas.

  • A tres teclas de Joan Knotty

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    Dicen que en la vida hay tres amores: el primer amor, el amor imposible y el amor de tu vida. En un ano, yo perdi al primero, madure con el segundo y encontre al tercero. Y lo encontre mas cerca de lo que pensaba… A tres teclas.

  • La revolucion transhumanista de Luc Ferry

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    Ha surgido una nueva ideologia con sus sabios y sus profetas, sus eminencias y sus intelectuales, que lleva el nombre de <>: una corriente cada vez mas poderosa, que, con el apoyo de medios cientificos y materiales considerables, milita a favor del uso intensivo de las celulas madre, la clonacion reproductiva, la hibridacion hombre/maquina, la ingenieria genetica y las manipulaciones germinales, que podrian modificar nuestra especie de forma irreversible, todo ello con el fin de mejorar la condicion humana. El progreso de las tecnociencias en estos ambitos es de una amplitud y una rapidez inimaginables, es silencioso, no llama la atencion de los politicos y apenas la de los medios de comunicacion, de modo que se produce a espaldas de la mayor parte de la poblacion y practicamente no esta regulado. Esta nueva situacion nos obliga a reflexionar, a anticiparnos a las abisales cuestiones que estos nuevos poderes del hombre sobre el hombre plantearan inevitablemente en los proximos anos, en los planos etico, politico, economico, pero tambien espiritual.

  • Te prefiero a ti de Lu Basquet

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    “Haremos otra revision de los archivos”, dice Daniel, con su celular en su oreja. Esta muy atento a la conversacion. “!Carajo! Dime que no es cierto”, le pido. Aprieto mis punos y golpeo el escritorio en el salon de reuniones. Las botellas y vasos de agua casi caen al piso. Mis empleados se sienten nerviosos. Y me importa un carajo. Deberia tratarlos aun peor. Augusto Castillo, el hijo de puta que dirige la empresa de la competencia, se adueno del diseno que preparamos y lo mostro anoche como si fuese suyo. Una gran cantidad de mensajes aparecen en mi celular mientras los tecnicos de mi equipo buscan al "topo" en la empresa que dirijo. “Lo se, pero no sera suficiente”, digo en voz baja. Comienzo a sentir una ira cada vez mas fuerte, y creo que dentro de poco no podre contenerla. Tenemos solo unos quince dias para presentar nuestro dron mas reciente y avanzado. Pusimos cada detalle a punto. Los periodistas, nuestros clientes, los representantes del Gobierno y el publico en general nos esperan. Sin embargo, Respiro profundo y deshago el nudo de mi corbata. No se que rayos pasa por mi mente. Aunque intento relajarme, no puedo. Ahora entiendo lo que sentiria cualquier persona que ve como se desperdician anos y toneladas de esfuerzo. He pasado cada dia de los ultimos tres anos dedicado a este proyecto, y todo se fue a la mierda. Lo perdimos todo. Invertimos millones y millones de pesos para investigar y desarrollar el dron. Y no valio la pena. Me tope con el la noche anterior cerca de la recepcion del hotel. Quise darle un punetazo para quitar esa expresion de su cara, pero no lo hice. Por educacion solo asenti, aunque en mi mente lo imaginaba ya quemandose en el infierno. Siento que mis venas laten mientras recuerdo la expresion de arrogancia de Castillo. “Pronto surgira algun detalle”, asegura Daniel. ?Sirvio de algo lo que hice?", le pregunto. Niego con mi cara y giro para verlo. “Busco a las personas mas inteligentes del mundo, les exijo firmar contratos de confidencialidad y ademas tengo mas agentes de seguridad que el resto de la industria. “Puedes tener la certeza de que una vez que descubramos a la persona que robo el diseno…”. Me pongo de pie y camino sobre la gran mesa. Lo veo fijamente mientras me imagino poniendome las manos en su garganta hasta que quede sin aire. Se que es un gran amigo. Lo hemos sido hace anos, pero su calma y argumentacion me irritan. Siento que nada tiene sentido y el solo dice frases para relajarme. “No tienes que investigar nada. Sabemos quien lo hizo”, grito, interrumpiendolo. Camino hasta llegar a la ventana para ver la ciudad. Mi personal hace tanto silencio que no se oye ni un mosquito. Una suave lluvia y un cielo gris se asoman en el panorama. Aun cuando hubiera un sol radiante y no hubiera una nube o un arcoiris copara el horizonte, seria inutil. Estoy viviendo un infierno. “Quiero demandarlo. Ese pendejo se lo merece”, digo. Cuando giro, veo a Ana Robles. Es la lideresa de mi grupo de abogados. Intenta asentir. Quiere hacerlo. Abre su boca suavemente y toca la mesa con sus dedos nerviosos, lo que me indica que quiere darme la respuesta que espero. “Estoy muy molesta por Castillo. Lo que hace va contra la etica de las empresas que…”. La ira que siento me impide hablar con claridad. "?'Etica'? !Robo el trabajo que hicimos!”, grito. "Aunque quiero plantearle otra solucion, no hay forma de que demandarlo por sus acciones", dice, y asiente lentamente. “Asi es. Se adueno de los planos. No obstante, no habiamos obtenido la patente del diseno del dron. Eso significa que Castillo y Compania podia presentar su diseno anoche sin problemas. "Lamento mucho esta situacion". "Podriamos presentar una orden judicial”, digo despues. Jorge, el lider de mi equipo de seguridad, hace silencio. No ha dicho nada hasta el momento. Tal vez esta preguntandose si alguien de su oficina filtro el proyecto. Entonces decide aportar una sugerencia. Laura niega con su cara y noto su frustracion. “Es una posibilidad”, dice, y me ve fijamente. “Eres el jefe y puedes decidir si lo hacemos. En caso de que quieras, esto tardaria mucho tiempo, tal vez meses. Ademas…”. “No hay evidencia de que haya robado el diseno”, digo, para completar su frase, mientras siento la desilusion en cada una de mis neuronas. “Entrariamos en un juego de 'yo digo, el dice' sobre el robo del proyecto. Seria titular de todos los diarios. Recibiriamos mas mierda. Si no nos defendemos y nos mostramos como unos ninos malcriados, tendremos que aceptar que se quedaran con los contratos que pensamos que nos asignarian”. Tulio, el gerente del departamento de ventas, levanta su cara. “?Cual es el plan, jefe?”, me pregunta. ?Cual es el plan? Aunque soy el jefe, no tengo la respuesta a esa pregunta. Debo resolver el asunto, pero no se como hacerlo. Recuerdo una historia que me narro mama. Era solo un nino entonces. Una jovencita habia estado durante un dia entero preparando un pavo. Lo habia hecho para la cena. Queria impresionar a un chico con esa comida. Ademas, habia cocinado aperitivos y comprado bebidas. Se veia excelente. Llego el momento de la cena y la joven debia servir la comida principal, el pavo que habia estado cocinando desde la manana. Con su cara llena de satisfaccion puso la comida en una bandeja de plata. Los invitados abrieron sus bocas con suma impresion. No obstante, cuando se acerco al comedor, el tacon de su zapato se quedo atascado en el tapiz. Entonces no pudo sostener la bandeja. La comida se desparramo por los aires y luego cayo al piso. La atmosfera se lleno de un silencio atronador. Ninguno de los invitados se atrevia a moverse. La garganta de la chica se lleno de nudos. Era tan desdichada que no podia creerlo. Habia pasado horas frente al horno y su esfuerzo habia sido en vano. Su madre tomo la palabra. “Tranquila, hija. Echa esta comida a la basura y busca el otro pavo que horneaste”, dijo. “Haremos la presentacion. La realizaremos con el otro dron”, digo. Giro para ver a mis empleados. Estoy determinado a hacer lo que nos planteamos desde el principio. Decido hablarles con firmeza. “?Hay otro dron?”, pregunta Daniel. Veo su cara de sorpresa. “Si. Diana y su equipo han trabajado en el”. ?Como va a estar listo en este poco tiempo que nos queda?”, pregunta. Abre su boca ampliamente. “Carlos, sinceramente no entiendo. Todos sabemos que a ese proyecto le falta mucho. Hay un serio problema con el, por si lo has olvidado. Despues de estar en el aire por diez minutos, su motor se recalienta y explota. Me encargare de el, aunque tenga que trabajar todo el dia durante las proximas dos semanas”, grito. “Estara listo. Claro que si. “?Y el topo?”, me pregunta Jorge. “Debemos saber quien en nuestro equipo robo el diseno para darselos a Castillo. Si no lo hacemos, podria suceder lo mismo con el proyecto de Diana". “Deja de pensar en eso. Se que descubriremos quien es. Y cuando eso suceda, yo mismo tomare cartas en el asunto”, respondo, susurrante. Lorena habla en el altavoz del telefono de mi escritorio y su voz retumba en las paredes. “Senor Martinez”, dice. Tomo el telefono y desactivo el altavoz para que nadie mas oiga lo que va a decirme. “?Que ocurre?”, grito. “Disculpe que lo interrumpa. Lo que sucede es que…”. “Lo que sucede es que te ordene que no me interrumpieras y ahora estas haciendolo”, le reclamo, con mi voz alterada. “Asi es, y le pido disculpas de nuevo”, dice, y baja su voz. “Pero queria informarle que aca esta su… exesposa”. CAPITULO 2: CARLOS Un panico feroz se aduena de mis entranas. Es un temor atroz que me produce pensar en lo que pudo haber pasado. Siento que, si Lorena me hubiera bofeteado, habria causado el mismo efecto. Apenas puedo moverme. Mis pensamientos, sin embargo, estan acelerados. Muy acelerados. Me pregunto que sucede. Si le ocurrio algo a Antonella. Mi columna vertebral se llena de horribles escalofrios. Si. Tiene que haber pasado algo con Antonella. Ahora ya no siento ira por lo que hizo Castillo y Compania. Robaron nuestro diseno, pero no importa por el momento. “De acuerdo, saldre en un minuto”, respondo. El tono de mi voz es confuso y se mezcla con algo de tension. “Senor Martinez, lo lamento, pero ella se dirigio a su oficina. Aunque intente pararla, fue inutil. Lo espera alli en este momento”. “Entiendo”, contesto, aunque me cuesta hablar. Ahora solo ruego que no se trate de Antonella. Daniel se da cuenta de que ahora actuo de modo distinto. Busca levantarse para que me fije en el, pero solo veo la puerta para salir. Nada podria ser peor en un dia como este. Salgo del salon de juntas y entro rapidamente a mi oficina. La tension en mi espalda es terrible. Que mierda. Pensar en Antonella es algo que no puedo controlar. Intento calmarme con la imagen de su sonrisa. Decido asegurar la puerta con llave para hablar con mi exesposa en privado. Apoyo mi espalda en ella y veo fijamente lo que aparece frente a mis ojos. La silla de cuero que generalmente ocupo ahora tiene a otra persona. Es mi exesposa. Sus labios estan pintados con un fuerte tono rojo. Sobre mi mesa estan sus tacones altos. La figura de su cuerpo luce atractiva sobre la silla y el escritorio. Entonces aparece un recuerdo en mi mente. El recuerdo de sus muslos chocando con mis pelotas cuando la penetro. Pero la imagen desaparece rapidamente. Es solo un recuerdo fugaz, y me doy cuenta de que mi pene se pone flacido. Carajo. Me percato de que me hace falta tener relaciones. Muchas relaciones sexuales. “?Por que viniste, Maura? Hoy no puedo hablar contigo”, digo. Con lo que veo, me doy cuenta de que Antonella esta bien. Si mi ex tiene algo en mente, no podre complacerla. Estoy muy ocupado. Debo pedirle que se vaya. Tiene que salir de ahi pronto. Veo la hora en mi celular. “Surgio algo, Carlos, pero nunca puedes hablar conmigo”, dice. Resopla con ironia. "Levantate. Esa es mi silla", digo. La veo con molestia. “No es una broma, Maura. Solo di por que viniste”.

  • El gemelo solitario de Peter Bourquin

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    ?Sabias que muchas de las personas que nacen solas empezaron su vida acompanadas de un hermano o hermana que murio durante el embarazo y desaparecio sin dejar rastro? ?Y sabias que la frecuencia con que esto sucede es asombrosamente alta? Es un hecho conocido y comprobado por la ciencia desde hace ya varias decadas que, segun las estimaciones mas conservadoras, un 10% de los bebes que nacen solos empezaron su vida en un embarazo gemelar y perdieron a su hermano durante la gestacion. Hasta fechas muy recientes este fenomeno era pura estadistica. Solo desde hace unos pocos anos la psicologia se esta interesando por las huellas que esta experiencia deja en el gemelo superviviente.?Que consecuencias puede tener para una persona el hecho de pasar las primeras semanas o meses junto a un gemelo en el utero y despues sufrir la perdida y nacer sola? ?De que manera puede elaborarlo e integrarlo cuando, ademas, a menudo este hecho es ignorado y esta relegado a las capas inconscientes de nuestro ser?

  • Caprichosa Comprada de Francisco Correa

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    Soy la hija unica de Franz Neumann, un multimillonario de la industria farmaceutica, mi padre de origen aleman llego a New York hace treinta anos, sin dinero. El tuvo una ninez dificil, el trabajo era duro y escaso. En su Alemania natal era feliz, pero las condiciones no estaban dadas para lo que el ambicionaba. Su padre, era dueno de la unica farmacia que habia en el pueblo y su madre era una ama de casa que se dedicaba a cuidar de el y de su hermana mayor, Emilia. Siempre tuvo claro que queria dedicarse al negocio familiar, pero a otro nivel, por lo que decidio matricularse en la universidad a estudiar quimica y especializarse en formulas medicas. Al graduarse decidio viajar a los Estados Unidos, a cumplir su sueno. Al llegar aqui consiguio trabajo en practicas en una empresa farmaceutica cuyo dueno tenia problemas economicos. Mi padre se puso como meta ayudar a levantar de nuevo la empresa, y lo logro, cosa que le valio la gratitud del dueno y un lugar en la junta directiva de la misma. Al fallecer, el Sr. Graham, que era como se llamaba el propietario de la empresa, y como no tenia descendencia, dejo a mi padre como heredero. Una de sus mayores virtudes era la ambicion, lo que le ayudo a construir su imperio. Y en menos de diez anos ya se habia convertido en un hombre rico. Con el paso de los anos multiplico su fortuna hasta ser una de las mas grandes del pais. Otra de las virtudes de mi padre es la lealtad, para el, ser leal era una de las cosas mas importantes con las que se puede contar y por eso tiene amigos incondicionales a los que considera sus hermanos. Es un hombre cabal y trabajador. Tiene cincuenta y cinco anos. Es un hombre alto, uno ochenta y cinco de estatura, ojos azules que yo herede y cabello gris. Esta casado con mi madre Leyna desde hace treinta anos, ellos son una pareja ejemplar. Ella es hermosa, tiene el pelo rojo como el mio, ojos verdes y una sonrisa que no tiene comparacion. Es pintora y tiene su estudio en casa. Mi padre tiene voluntad de hierro, pero tiene una debilidad: yo... nunca ha podido negarme nada y yo me he aprovechado de eso. Soy su nina mimada. Tengo veinticinco anos, una carrera en negocios que mi padre insistio en que hiciera, porque al ser su unica hija lo que se espera de mi, es que me encargue de todo cuando el decida jubilarse. Esto no me hace ninguna gracia, pero creo que no podre eludirlo, por eso el tiempo que me quede de libertad lo voy a dedicar a divertirme y buscar la emocion al maximo. Vivo en un hermoso y lujoso atico en Tribeca. Tengo todo el dinero que necesito para comprar lo que se me antoje, lo que necesito y lo que no, porque es uno de mis pasatiempos favoritos y basicamente a eso me dedico. Yo tambien considero la lealtad un valor muy importante por eso tengo un grupo de amigas con las que cuento de manera incondicional. -- Vamos Alena se nos hace tarde, tenemos reservacion para dentro de una hora. -- Me dice mi amiga Susan que se ha quedado en mi piso para ir a cenar y luego una discoteca que esta muy de moda. -- Espera un momento es que no se que ponerme. -- Digo mirando en mi closet, que cabe senalar no es un closet cualquiera es una de las habitaciones de mi atico que mande a reformar para guardar mi coleccion de ropa, zapatos, joyas y demas accesorios a los que me dedico a comprar. -- !Que no tienes que ponerte, Alena! Eres increible. -- Dice Susan desde el salon. -- Dejame en paz, ya salgo. -- Respondi. Me decidi por un Crop Top negro de Versace, unos jeans Calvin Klein que me hacen un culo increible y unas sandalias Jimmy Choo. Me veo en el espejo y me veo sensacional tengo el aspecto perfecto para ligar, esta noche tengo ganas de echar un buen polvo. No me atraen las relaciones largas, pero tampoco soy de irme con cualquiera, pero hoy, quiero hacer una excepcion, quiero pasar una buena noche con algun chico que me guste y listo, cada quien a su casa sin nombres ni complicaciones. Llegamos al restaurante, uno muy de moda para estos dias, y donde hay que hacer reservacion con mucho tiempo de anticipacion, cosa que yo no tengo que hacer porque el ser hija de Franz Neumann tiene innumerables ventajas. El maitre nos acerca a la mesa donde ya nos esperan Carol y Jenna. Las cuatro somos inseparables, nos une una amistad a prueba de todo. -- Hola chicas, ?que tal estan? -- Saludamos Susan y yo al llegar a la mesa. -- Guao estan hermosas. Nos sentamos, y nos ponemos al dia, Carol y Jenna trabajan en las oficinas de un grupo de inversores y Susan trabaja en la compania de su padre. -- Cada vez tenemos menos tiempo para vernos. -- Nos dice Jenna. -- Si, eso es lo malo de no ser millonaria, hay que trabajar. -- Apunta Carol. -- No sean imbeciles el salir de compras tambien tiene lo suyo, es agotador. -- Responde Susan. -- Si, supongo... claro tienes que decidir si comprar vestidos, zapatos o joyas. -- Nos reimos todas. La cena transcurre de manera agradable, la comida es deliciosa una degustacion de diez platos, cada uno mas exquisito que el otro. Luego nos dirigimos a una discoteca que esta recien inaugurada, se habla muy bien del lugar se llama Odyssey. Al llegar a la puerta nos hacen entrar, tenemos pases vip, y entramos sin problema. El sitio esta bastante lleno, el ambiente es fenomenal, subimos a un reservado para estar mas tranquilas y desde alli observar el ambiente. Al ser un reservado vip nos asignan a un camarero que va a estar al servicio de nosotras toda la noche, que nuestras copas nunca esten vacias. El DJ esta poniendo la musica de moda. Nosotras estamos esperando entrar un poco mas en calor para empezar a bajar a la pista. Chocamos nuestras copas y brindamos por nuestra amistad. Jenna, Carol, Susan y yo somos amigas desde la universidad. Lo nuestro fue un flechazo, las cuatro comenzamos en la carrera de negocios el mismo ano. Nos topamos en la primera clase, el primer dia teniamos en comun que ninguna queria estudiar esa carrera, pero por diferentes circunstancias habiamos caido alli. Comenzamos a hablar y hasta el dia de hoy somos inseparables. Jenna tiene novio desde la preparatoria, se llama Adam y es un santo para aguantar a mi amiga, que es una obsesiva del orden y del control. Estan locos el uno por el otro y de eso no hay duda. Carol esta recuperandose de una ruptura amorosa, el chico con el que estaba saliendo hace unos meses le puso los cuernos y ha decidido convertirse en una folladora ocasional. Se divierte sin complicacion, solo disfrutar del momento. Aunque eso lo creere cuando lo vea, es una romantica empedernida. Susan por el contrario es un alma libre, no sale con un chico mas de cuatro veces, ella dice que para que ser egoista, que su cuerpo es muy hermoso para que lo aproveche uno solo. Mi amiga esta loca... Yo soy una mezcla entre Carol y Susan. No he tenido relaciones muy largas, pero no suelo irme con cualquiera. Me gusta disfrutar del buen sexo y eso lo da la confianza y la complicidad. Salgo algunas veces con un amigo, Bradley es un moreno de ojos verdes, muy alto y con un cuerpo atletico, muy guapo. Nos conocimos en el gimnasio donde suelo entrenar, salimos de vez en cuando a comer y a tomar algo, y eso siempre termina en su departamento, entre las sabanas y con un buen orgasmo. Pero esta noche estoy con otros animos, quiero echar un buen polvo y me he propuesto ligar con el chico mas guapo que este en el lugar. Bajamos a la pista, y nos colocamos en circulo a bailar, estamos pasandola genial, siempre que estamos juntas nos divertimos mucho. Es por eso que tratamos de hacerlo con frecuencia. Hay un monton de chicos guapos que nos miran, conozco a muchos ya que pertenecen a nuestro circulo social, muchos son hijos de clientes de mi padre o algun ejecutivo de la empresa. Ninguno que llame mi atencion especialmente. Ya estando en calor comenzamos a bailar de manera sensual, provocando a los chicos, el alcohol esta haciendo su trabajo y dejamos todas las inhibiciones. La musica esta genial. Nos tocamos unas con otras buscando tentar a los chicos, Susan toca mi cintura y se coloca detras de mi, Carol se coloca de frente y me roza el cuello, estamos dispuestas a provocar. Jenna para variar ha ido a contestar un mensaje que Adam le envio. Estamos divirtiendonos de lo lindo, pero Susan ya tiene precisado a un chico, un mulato enorme, musculoso y muy guapo que no le ha quitado la vista de encima desde que llegamos. Se hablan con la mirada y ambos comienzan a bailar de una manera muy sensual. Mi amiga es hermosa, tiene unos hermosos rasgos asiaticos, su padre es japones y su madre inglesa. Es muy exotica tiene un cuerpo hermoso y es muy alta. No tiene problemas en volver locos a los chicos. Quedamos Carol y yo divirtiendonos y bailando, de repente siento que me toman de la cintura y volteo. Es un chico que se llama Cameron, suele frecuentar los mismos sitios que nosotras y que he rechazado un monton de veces. -- Sueltame imbecil... -- Le digo empujandolo. -- ?Que te pasa Alena? Tienes toda la noche provocando a todos los hombres del lugar. -- Me dice tomandome del rostro. -- Me estoy divirtiendo y no quiero hacerlo contigo. -- Trato de alejarme y me lo impide. -- Sueltala o llamo a seguridad para que te saquen. -- Dice mi amiga Carol. -- Dejanos tranquilos perra y largate. -- Le dice y vuelve a agarrarme con fuerza. -- Dejalas en paz, la chica te ha dicho que la suelte. -- Oigo una voz fuerte desde atras del chico. -- ?Y si no la suelto, que? De repente sin mediar mas palabras el chico sale disparado contra el suelo y la nariz sangrando. Todo fue en camara lenta, o creo que era por el alcohol que habia tomado, lo sacaron del local. Al levantar la mirada veo al dueno de la voz que me defendio del imbecil, era el hombre mas guapo que habia visto en mi vida. Era alto, media casi el metro noventa, cabello rubio, del largo perfecto, unos ojos grises hermosos, un cuerpo atletico, de unos treinta y cinco anos. -- ?Te encuentras bien? -- Me pregunta el hombre.

  • Agua verde, cielo verde de Mavis Gallant

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    Venecia, Cannes y Paris componen el falsamente glamouroso escenario de la vida de Florence McCarthy Harris, una muchacha americana que pasa su juventud viajando por Europa y viviendo de la caridad de los familiares de la mano de su madre, Bonnie, que, a causa de su divorcio, no podia soportar ya seguir viviendo en America. Mientras asistimos al atribulado descenso a la locura de Flor, seran cuatro las voces que, a modo de un cuadro cubista, se superpondran y revelaran la realidad fracturada de una joven que es arrastrada por su madre a una vida de movimiento constante en un continente desconocido. Una novela sobre la naturaleza humana que, enmarcada en una enfermiza relacion maternofilial, trata con gran delicadeza sobre la necesidad de un hogar y la fragilidad que supone el desarraigo.

  • La ayudante de Cupido de Lighling Tucker

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    -No ha quedado tan mal. -sonrio Destino mirando una nueva faena hecha. Gracias a el y Cupido habian unido a una pareja que ya habia perdido la esperanza en el amor. Verlos pasear de la mano como si de dos mozuelos se tratara lo conmovio. Era bonito ver el amor abrazar dos personas de setenta anos. Chasco los dedos y el libro donde miraba el mundo humano se cerro. Era un nuevo caso cerrado con efectividad y rapidez y sabia quien habia redactado el informe. -Setenta anos ?eh? -dijo tratando de llamar la atencion de su socio Cupido, el cual andaba mirando los peces de colores que tenia en su despacho. -Un caso muy complicado ?no crees? -Uhm. -asintio su socio complacido viendo nadar los pequenos animales de un lado al otro. Pero Destino no iba a dejar el tema. -?Me pregunto quien habra redactado el informe? Y, al fin, su socio comprendio lo que el estaba tratando de hacer. Dejo de estar encorvado mirando sus mascotas para ponerse recto y encararlo de frente. Su rostro lucia interrogativo, ademas, hizo una mueca de desagrado antes de tomar la palabra. -Sabes de sobra que ha sido Paige. ?Por que? -Esa chica trabaja demasiado. Cupido nego con la cabeza, ese tema lo habian tratado tantas veces que sabia lo que estaba pasando por la cabeza de su amigo. Estaba a punto de estrangularlo, no habia dia que no le sacara el tema de su ayudante y el comenzaba a ceder terreno. -Tienes que enviarla a la Tierra Cupido, su tiempo a expirado. -dijo como si las cosas fueran tan sencillas. En realidad no lo eran, pero Destino tenia que convencerle que la entregara antes de que todo fuera demasiado tarde. -No... -titubeo Cupido. -No puedo hacerlo. -confeso. Y esa era una realidad devastadora, el no podia hacerla partir a la Tierra pero era de vital importancia que dejara libre a Paige. -No puede quedarse mas tiempo aqui. Lo observo caminar hasta el asiento tras su escritorio y dejarse caer pesadamente. Era mas que evidente que le costaba deshacerse de la pequena humana. -Solo un poco mas. -suplico como si de un nino se tratase. No, era el momento. -Eso lo dijiste hace cuatro anos. -tomo aire y continuo:-Esto ha durado demasiado tiempo, debe volver a la Tierra. Hazlo como veas pero tienes una semana para que retorne a su lugar o lo hare yo. Y era una promesa solemne. Cupido, finalmente, se dio por rendido. En realidad, era lo mejor. -Esta bien. Lo hare. -Buena decision. Capitulo 1 -!?Vacaciones?! -bramo llevandose las manos a la cabeza. "Esta bien, que no cunda el panico." -penso antes de lanzarse a la yugular de su jefe. Aquello debia de tratarse de una broma, de lo contrario comenzaba a no tener gracia alguna. -Paige. -la voz profunda de su jefe entro en su mente y lo alboroto todo. No, aquel tono de voz no era de estar tomandole el pelo. -Cupido, no puedes obligarme. El se tomo aquella frase lanzada al aire como un reto, se tomo el menton con la mano derecha y sonrio directo a ella. Si, aquella mujer le provocaba ternura y mas ahora que suplicaba seguir trabajando. Por otra parte, no podia seguir haciendolo, era el momento que aquellos anos a su servicio fiel y total le regalaran un merecido descanso. -A ver... -penso bien sus palabras antes de que Paige las tomara en su contra. -No es un castigo, necesitas descansar. Y la pobre lo miro con la cara desencajada, era mas que evidente que le desagradaba la orden. Su rostro era pura desolacion, todos sus rasgos se habian marchitado en una profunda pena. Era dificil ver a semejante belleza tan triste. Si, Paige Moon era una mujer completamente hermosa. -?He hecho algo mal? -pregunto arrugando entre sus manos, aun mas, su vestido blanco. ?Era algo malo trabajar mas de doce horas diarias? ?Dedicarse en cuerpo y alma a que los humanos encuentren el amor verdadero? ?Saciarles de felicidad para sentirse bien? En el caso de Paige si, ya que llevaba demasiado tiempo sin vivir su propia vida. -Te repito que no es un castigo. Necesitas desconectar de todo esto. Se sentia miserable haciendo pasar aquella alma pura un rato tan amargo pero ella debia de comprender que el reposo era obligatorio. Cupido apoyo el trasero en la mesa de su despacho, mirando sin perder detalle a su ayudante. No recordaba haberla visto tan aterrada en todo el tiempo que llevaba trabajando para el. Tomo un par de respiraciones y penso en que no debia volverse blando, era una decision tomada. -Hoy, en cuanto acabes te iras de vacaciones. Las siguientes palabras de ella fueron tan inconexas que no pudo comprenderlas. Rio y espero a que sus ideas se aclararan. Su indignacion era maxima. ?Como se atrevia su jefe a obligarla a que se tomara un descanso? ?Como habia sido capaz? Ademas de anadir el hecho de que se sentia como si la estuviera castigando por todo el tiempo que habia trabajado duramente con el. *** -No tienes que hacerme un drama por ello. Solo seran unos dias, luego volveras aqui y seguiras trabajando tan duro como de costumbre. Sonrio pensando en lo siguiente que tenia que decirle pero, al mismo tiempo, esperaba que la pobre chica entendiera que aquella era una decision tomada; no iban a convencerle todos los argumentos que podia inventarse. Sabia de buena tinta que aquel trabajo podia llegar a ser duramente adictivo pero, al mismo tiempo, sabia las consecuencias de volcarse demasiado. El habia perdido su vida encauzando las de las demas y no iba a p 8iermitir que su inocente ayudante viviera el calvario en el que el cayo. -Jefe, tengo demasiados casos abiertos, no puedo simplemente dejarlos y desaparecer. -su nerviosismo era palpable en su tono de voz. -Dejalo, Audriel lo hara por ti. Una mueca de desagrado cruzo el rostro de Paige, sabia que no se llevaba bien con su companero pero no se imaginaba que, la sola mencion de su nombre, desencadenara una respuesta fisica tan fuerte. Conto hasta diez para no reirse, no queria enfadarla mas de lo que estaba. Oteo el ambiente, si, ella sentia como si descansar fuera un castigo, si, era el momento justo de poner en marcha su plan. Antes de que te marches me gustaria que pasaras a despedirte por mi despacho. *** Paige, simplemente asintio y comenzo a recoger. El aire agridulce que acaricio su nariz le mostro lo enfadada que estaba. Pobre mujer, no esperaba que se tomara aquello tan a pecho. -Eres la primera persona que veo que se enfada por que le den vacaciones.- la voz de su companera-amiga Andrea le hizo soltar un bufido. ?Por que nadie comprendia que queria seguir trabajando? Nadie le habia preguntado si queria parar, unicamente se habia basado en pura estadistica y habia ido a por ella a decirle que debia descansar. ?Paige descansar? De locos, aquello era para llevar una camisa de fuerza. -No quiero dejar mis casos. -gruno cogiendo un monton de carpetas. Todos aquellos archivos eran personas que merecian encontrar el amor de verdad y ella se queria hacer cargo de encontrar a la persona adecuada. Luego, solo hacia falta pasarle el informe definitivo a Cupido y que el los uniera. -La idea no es solo de Cupido y lo sabes. Si los jefazos quieren que descanses, vete a casa y disfruta. Sabia que su amiga unicamente buscaba animarla pero, en aquellos momentos, ella estaba reprimiendo el impulso de gritarle que dejara los animos para otra persona que quisiera escucharlos. -Si, se que Destino ha tenido algo que ver. E, intuyo, que ha sido por que hace una semana me vio casi dormida en la mesa. Y no lo culpaba por haberse preocupada, la semana anterior Paige se estaba recuperando de la madre de todas las gripes y apenas habia tenido fuerzas para mantener los ojos abiertos. Su jefe la habia descubierto cuando habia decidido que cerraria los ojos un par de minutos para descansar. -?Cuanto hace que no sales, Paige? -Sali hace una semana. -contesto ella recordando el momento. -No a dar un paseo, si no a divertirte. Ligar, reir, beber, follar, algo que requiera que tu cuerpo sienta sentimientos de verdad. -!Claro que tengo sentimientos! Andrea nego con la cabeza y la abrazo. -Lo se. -Y continuo-Pero hace demasiado tiempo que no te dedicas un dia para ti. Si, tenia razon, comenzo a pensar la ultima vez que habia tenido un dia libre y no pudo recordarlo. Llevaba demasiado tiempo trabajando en aquel lugar. Al inicio comenzo haciendo horas extras, luego alargo de ocho a diez horas su jornada laboral y, al final, trabajo de lunes a domingo sin parar. Ya no sabia cuando habian sido sus ultimas vacaciones. Pero los humanos la necesitaban, aquellas personas necesitaban amor, llenar sus vidas con ese sentimiento calido y acogedor. No podia descansar hasta ver la sonrisa en los seres que ayudaba. Era su medio de vida y le pagaban con amor. Algo que jamas habia sentido, no habia tenido tiempo. Paige miro su despacho, de paredes de cristal donde los secretos eran facilmente encontrados, toda aquella planta estaba dirigida a los ayudantes y trabajadores de Cupido. Trabajaba en Loves Forever S.L., una empresa fundada por Cupido y Destino, socios capitalistas de aquel lugar. El edificio contaba con tres plantas y Paige trabajaba en la segunda planta, donde estaban todos los ayudantes de cupidos. Ellos se encargaban de seleccionar perfiles de personas y emparejarlas con otras. ?En que se basaban? Estadisticas, numeros, tablas y mucha intuicion. Elaboraban un informe que Cupido leia concienzudamente y si el lo creia valido unia, gracias a Destino, a esos humanos que tenian marcado conocerse. La planta superior estaba destinada para contabilidad y la primera para Destino y sus ayudantes. ?Que hacian alli? Era un misterio, nadie era mas hermetico que Destino, un hombre que le producia escalofrios solo de pensarlo. ?Y que decir de su jefe? Lejos quedaba la imagen del bebe en panales, con mini alas decorando su espalda y un arco y flechas para unir amores. No, su jefe era caliente, fuerte, peligroso y sexy. Era como comerse un bombon de chocolate relleno de almendra, el summun de los bombones. Largas piernas curtidas en batallas alzaban a un hombre alto, cerca de los dos metros de puro musculo. Era muy ancho de espaldas y los trajes que solia vestir le hacian parecer mucho mas grande. Recordo su olor a lluvia y los largos cabellos negros ondeando al aire, era un hombre que calentaria hasta a la mas frigida de las mujeres. Y su rostro era angelical, rasgos suaves, esculpidos concienzudamente en una nariz pequena, unos labios gruesos y unos enormes ojos verdes esmeralda. Si, ese era su jefe, el bombon que no le permitia su dieta. -Vamos, ya es hora de acabar la jornada. -le susurro Andrea con carino. Cargando sus carpetas salio de su despacho y caminaron el largo pasillo hasta el de Audriel. El susodicho tecleaba algo en su ordenador y ni se molesto en levantar la vista de la pantalla donde trabajaba. -Dejalos encima la mesa, el jefe ya me aviso. Y con esa frialdad Paige sintio que el corazon se le encogia, aquellos humanos eran sus ninos y no podia dejarlo en manos de alguien a quien no les importaba, que unicamente los veia como numeros para llenar un cupo. La mano de Andrea toco su antebrazo derecho, la miro y ella la sonreia cordialmente. Tenia que hacerlo y eso le rompia el alma. -Vamos carino. -la alento su amiga. Esbozo una sonrisa amarga en respuesta y dejo su trabajo sobre el escritorio de aquel hombre tan indeseable. Ahi estaba el trabajo de meses. -Cuidalos. -suplico en un susurro. -Claro, claro y ahora iros que tengo faena. -contesto su companero haciendo aspavientos con la mano indicandoles la salida. Aquel hombre la enervaba y estuvo a escasos segundos de coger la grapadora y ponerle los parpados fijos a la frente. Freno sus instintos sanguinarios y, con toda la dignidad que pudo reunir, salio de aquel despacho. Oficialmente estaba de vacaciones. Capitulo 2 Iam esperaba tranquilamente el autobus, bufo mientras comprobaba que el transporte publico llegaba veinte minutos tarde. No era algo de extranar en Manhattan, seguramente alguna pobre alma se habia tirado a la via del tren y ese era el causante de todo el atraso. Miro, nuevamente el reloj, si se retrasaba mas no iba a poder llegar al juicio a tiempo. En toda su carrera jamas habia llegado tarde al trabajo. Era abogado criminalista y su fama le predecia, era voraz y letal en la sala pero llegar tarde le haria una enorme mancha en su impecable curriculum. Su coche estaba en el taller y el tren no venia, parecia que el mundo se habia confabulado para hacerle un mal dia. Bufo sonoramente y trato de mantener la calma. Su bolsillo vibro y espero que fueran buenas noticias. La pantalla le revelo que se trataba de su secretaria, descolgo y saludo: -Buenos dias, Rose. ?Todo bien? -Si, todo perfecto. Me preguntaba si ya estabas en el tren... Iam sonrio. -No y no parece que vaya a venir en la proxima media hora. Estoy perdido. -Bien, voy a buscarte y te llevo al juicio. -Gracias. Y unas pocas palabras cordiales despues ya habian colgado, estaba claro que aquella mujer cuidaba mejor de el que su propia madre. Estaba atenta a todo y habia escuchado por la radio que habia un gran paron de trenes en su zona. Vivia demasiado lejos del juzgado, debia llegar al Tribunal penal de Nueva York, que estaba a una hora en coche de su casa. Miro nuevamente el reloj, el juicio se iba a celebrar en dos horas y media, unicamente esperaba no dejar a su cliente solo. *** -Sube. -sonrio Rose abriendo la puerta del copiloto desde dentro. Rapidamente se lanzo al asiento y cerro, antes

  • Pasajera de Alexandra Bracken

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    M Prologo ientras ascendian, apartandose cada vez mas de los senderos sinuosos que conducian a los pueblos cercanos, el mundo se abrio ante el en su forma mas pura: silencioso, ancestral, misterioso. Letal. Nicholas habia pasado la mayor parte de su vida en el mar, o lo bastante cerca de el como para detectar el olor a pescado y salitre cuando se levantaba viento. Incluso en aquel momento, mientras se acercaban al monasterio, esperando que este apareciera entre las nubes y la densa niebla, se dio cuenta de que se daba la vuelta, buscando en vano, mas alla de los altisimos picos del Himalaya, la brumosa linea donde se encuentran el cielo y el oleaje; algo familiar a lo que aferrarse antes de que su valor y la confianza que tenia en si mismo desaparecieran. La senda, una sucesion serpenteante de escaleras y barro, habia avanzado, en un primer momento, entre pinos con los troncos cubiertos de musgo, y ahora abrazaba los precipicios verticales, cortados a cuchillo, sobre los que habian construido, por imposible que parezca, el monasterio de Taktsang Palphug. Por encima de los arboles ondeaban cuerdas con banderas de oraciones y aquella vista suavizo parte de la presion que sentia en el pecho. Le recordo, de inmediato, a la primera vez que el capitan Hall lo habia llevado al puerto de Nueva York, donde las fragatas nuevas estaban festoneadas con banderas de diferentes estilos y colores. Cambio de postura. Fue un movimiento con el que pretendia suavizar el dolor que le producian las correas de la mochila, que se le clavaban en los hombros. Un movimiento lento y cuidadoso, porque no queria despenarse. <>. Jarcias. Ansiaba volver a tocarlas, volver a sentir la espuma que traian el viento y el navio al cargar por el mar. Nicholas intento erguirse de hombros y apagar la quemadura del resentimiento que amenazaba con prender en la boca del estomago. Ya deberia haber vuelto. Deberia estar con Hall, con Chase, pasando por encima de las crestas de las olas; y no alli, en un siglo extrano -- !el siglo XX, por el amor de Dios!--, con un atontado incompetente que le necesitaba para atarse los botones del abrigo nuevo, anudarse las botas, ponerse el panuelo del cuello y aquel ridiculo sombrero de fieltro de ala ancha y desmandada, a pesar de tener dos manos y, a todas luces, un cerebro dentro de aquella cabeza suya. El saco de cuero que llevaba colgando del cuello le golpeo con fuerza en el costado cuando continuo ascendiendo hacia donde se encontraba Julian, que estaba con una pierna apoyada en una roca; su pose habitual cuando creia que habia damas alrededor dispuestas a admirarlo. Nicholas no tenia ni idea de a quien estaria intentando impresionar; ?a los pocos pajaros que habian oido mientras cruzaban el bosque humedo? ?Habria sido siempre asi: histrionico, vanidoso y un completo desconsiderado? ?Acaso Nicholas habia estado tan ciego, por lo maravilloso que le parecia haber encontrado a un supuesto hermano --y, con el, una vida nueva llena de comodidades, riqueza y aventuras--, como para no haberse dado cuenta antes? --Eh, muchacho, ven y echa una ojeada. Eso es el Nido del Tigre, ?sabes? Maldita sea esta niebla… En realidad, Nicholas ya lo sabia, si. Para el, era importante leer tanto como le fuera posible acerca del sitio al que los habia enviado el anciano porque, asi, tendria mas posibilidades de mantener con vida al cada vez mas imprudente y tozudo Julian. Nicholas siempre partia de una escasez de conocimientos, de entrenamiento. Cuando se dio cuenta de que la familia nunca le proporcionaria una educacion de verdad para sus viajes, habia empezado a preguntarse si aquello era intencionado, para que su posicion siguiera siendo precaria. La situacion le habia molestado tanto que se habia gastado la mayor parte de sus exiguos ingresos en libros de historia. --El guru budista de Butan, Padmasambhava, segun cuenta la leyenda, claro esta, llego volando hasta aqui a lomos de una tigresa --siguio diciendo Julian con una sonrisa que los habia sacado de varios problemas y complicaciones; la sonrisa que, en su dia, habia servido para suavizar el corazon y el caracter de Nicholas, pues era ideal para pedir perdon--. Deberiamos entrar en alguna de sus cuevas de meditacion cuando volvamos. Hasta tu podrias dedicarte un rato a pensar. Fijate en esas vistas y dime que no echaras de menos viajar. ?Como si no, con esa vida humilde que llevas, crees que habrias visto esto? !Vamos, jamas de los jamases! En vez de soltarle un punetazo en su petulante cara o clavarle la piqueta en la espalda, Nicholas volvio a cambiar la mochila de posicion e intento no pensar que, una vez mas, lo estaban aplastando tanto el peso de Julian como el de las pertenencias de este. --Parece que se avecina una tormenta --comento Nicholas, orgulloso de lo firme que sonaba su voz a pesar de la agitacion y las protestas que, una vez mas, provocaba el resentimiento que crecia en su interior--. Deberiamos detener el ascenso y esperar a manana. Julian se quito un bicho del hombro de su abrigo impoluto. --No, tuve que dejar a aquella fierecilla en el bar clandestino de Manhattan y quiero estar de vuelta para un revolcon rapido antes de regresar con el anciano --comento Julian entre suspiros--. Aunque, una vez mas, con las manos vacias. Y volvera a enviarnos a otro sitio remoto, a buscar algo que, lo mas probable, ni siquiera exista ya. Tipico. Nicholas se quedo mirando como su hermanastro hacia malabarismos con el baston y empezo a preguntarse que pensarian los monjes de ellos: el engreido principe pelirrojo con su equipo nuevo de montana, husmeando por sus rincones sagrados en busca de un tesoro perdido; y el jovencito de piel oscura, el sirviente, a todas luces, siguiendolo como una sombra cautiva. <>. ?Por que habia aceptado? ?Por que habia firmado el contrato? De hecho, ?por que habia confiado siquiera en esta familia? <>. --Alegra esa cara, viejo --le solto Julian, y le pego un suave punetazo en el hombro--. No me diras que todavia estas molesto por lo del contrato. Cuando su hermanastro se dio la vuelta de nuevo, Nicholas lo miro airado a su espalda. No queria hablar de aquello, ni pensar en ello; en como Julian se habia encogido de hombros y le habia soltado: <>. Aunque aquella familia, de la que habia sido esclavo, le habia dado la libertad, al final, habia vuelto a convertirse en un sirviente. El anciano, no obstante, habia hablado de cosas magnificas: magia, viajes, mas dinero del que era capaz de imaginar. En aquel momento, no le habia parecido que cinco anos de emociones fueran a ser ningun sacrificio.

  • Siete inviernos despues de Francisco Villegas Rodriguez

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    La doctora paseaba con calma entre el ajetreo del final de la tarde hacia la parada del autobus. La brisa, algo mas fresca a esa hora, se colaba entre las casas del residencial saturada de aroma a brotes verdes. Se hizo a un lado, sin llegar a detenerse, para esquivar a dos chavales que se perseguian entre carcajadas, y contemplo con agrado los tonos rojizos y azules del anochecer mientras las farolas de la calle ganaban en intensidad. Inspiro un par de veces para disfrutar de la sensacion. Procedente de alguna casa cercana una musica violenta ponia la nota discordante, pero cuando el volumen comenzaba a resultar molesto se desvanecio de repente. En el silencio, le parecio escuchar un grito que pedia auxilio. Se detuvo atenta. El grito se repitio desesperado: <>. Por encima de la valla, a su izquierda, un hombre junto a un ventanal abierto se agarraba la cabeza y volvia a gritar. Sin pensarlo demasiado empujo la cancela y recorrio a toda prisa el camino de grava que ascendia por el cesped. --Soy medico --dijo al llegar junto al hombre--, ?que le pasa? --Lo sujeto por los brazos. --!Es mi hijo! --exclamo espantado, la mirada vuelta hacia el salon. --!Calmese! --Tuvo que zarandearlo un poco--. ?Donde esta su hijo? El hombre senalo tras el ventanal y cuando ella entro, a la tenue luz de un par de lamparas pudo ver dos cuerpos tendidos en el suelo. Uno de mujer, con el vestido subido hasta el pecho dejando a la vista la ropa interior, la cara congestionada vuelta hacia ella y los ojos demasiado abiertos pero sin ver. A un par de metros, un muchacho tumbado boca arriba con un charco de sangre que se extendia bajo su cabeza respiraba con dificultad. Se arrodillo a su lado y le cogio la muneca; habia pulso, aunque debil. Se volvio hacia la puerta. Junto al padre habia un par de vecinos mas. --Avisen al enfermero del centro de salud --ordeno--, que venga con la mochila de parada, y a emergencias, digan que hemos comenzado la reanimacion. !Y a la policia! --grito cuando los otros dos ya se alejaban hacia la calle. El padre se acuclillo a su lado. Lloraba. --Dios mio, no, no dejes que muera. --!Digame como se llama su hijo! --Leandro, se llama Leandro. La respiracion del chaval sonaba a burbujas. Le abrio la boca y le limpio los restos de algo espeso. Mientras actuaba no cesaba de repetir como un mantra el nombre del nino. El pulso seguia debil y cuando paso una mano por detras de la cabeza una parte del craneo cedio bajo sus dedos; al retirarla estaba cubierta de sangre. Mando al padre a por una toalla limpia y se la coloco con cuidado bajo la cabeza. --No lo vamos a mover hasta que lleguen los sanitarios --dijo mientras con disimulo se limpiaba la mano en el pantalon. Se acerco a la mujer para asegurarse y regreso junto al nino. Un policia local muy joven se asomo por la hoja abierta del ventanal. --?Que ocurre...? --comenzo con voz segura, aunque al ver el cadaver se interrumpio en seco con una mano en la boca y la cara tan palida que la doctora temio que se fuera a desmayar. --Oiga --le dijo--. !Oiga! --Consiguio que apartara los ojos de la muerta. --?Que ha pasado? --volvio a preguntar con voz temblorosa y la mano aferrada al marco. --Alguien los ha atacado --explico ella--. La mujer ha muerto. --Por el padre, evito decir que el nino estaba muy mal--. ?Puede confirmar que se ha dado el aviso a emergencias? El policia parecio agradecer la sugerencia y salio. Al instante la sirena de una ambulancia se escucho cada vez mas cercana hasta detenerse frente a la casa y el equipo de emergencias entro escoltado por el mismo policia, seguidos por el enfermero de su consulta. Ella les resumio la situacion y comenzaron a estabilizar al nino. Se aparto unos pasos hacia el padre, que desde cierta distancia contemplaba al muchacho mientras los de emergencias se ocupaban de el. Las lagrimas brotaban mansas, mezcladas en la mejilla derecha con la sangre que goteaba de cuatro aranazos paralelos bastante profundos. Quiso saber como se los habia hecho, pero el, absorto en su hijo, no parecio escucharla. --?Se pondra bien? --pregunto sin desviar la mirada. Ella lo miro de lado sin saber que responder. Fuera ya habia oscurecido; el reflejo anaranjado de las luces de la ambulancia iluminaba intermitente el techo del salon y entrecortaba los movimientos de los presentes, como si la alarma de incendios se hubiese disparado en mitad de una representacion. Miro a su alrededor mientras una angustiosa sensacion de futilidad le oprimia la garganta y tuvo la acuciante necesidad de curar los aranazos de la cara de aquel hombre. --Esta en buenas manos, seguro que si --mintio mientras empapaba una gasa. Martes, 6 de mayo de 2008 * 21:50 h Empujado por la calida brisa, el visillo proyectaba una inquieta mancha de luz con un vaiven como el de las olas en una orilla lejana. La pantalla de un telefono olvidado sobre la mesilla de noche refulgia con la cadencia irregular de un faro averiado cada vez que la mancha de luz lo salpicaba. La cortina se apaciguo y el telefono, contagiado por la urgencia de la llamada, desperto con exigente zumbido y emprendio un insensato viaje por encima del tablero. A tres dedos del filo, la vibracion se detuvo y dejo en el ambiente la calma de un mal presagio. Un instante despues, resuelto, el movil reanudo su danza. El tono de llamada se interrumpio con un chasquido. --Si. --?Ernesto...? --Un hilo de voz temblorosa. De fondo, otras voces; en la distancia, una sirena. --?Estefano? --Preocupado--. ?Eres tu, Estefano? ?Estas bien? --Han matado a Blanca. --Una pausa--. Leandro esta malherido. --Otra pausa, un sollozo--. Lo llevan al hospital. --!Dios mio! Pero, ?que os ha pasado? --Yo... no lo se. --Una voz distante le ordenaba poner fin a la llamada--. Ahora no puedo hablar. ?Puedes ir al hospital hasta que yo llegue? Viernes, 13 de enero de 2017 * 21:30 h Ernesto Perez Quiroga se despidio de su ultimo paciente de la tarde. Cerro la libreta, desconecto el ordenador y salio al recibidor con la bufanda en el cuello y su abrigo largo y negro sobre el brazo. --Que tenga un buen fin de semana, doctor Quiroga --dijo la secretaria con una sonrisa. --Igualmente, Carolina --respondio el tirando de la puerta--. Hasta el lunes. Hacia mucho frio esa noche, y el contraste de las calles ahora vacias y en penumbra con el bullicio y la iluminacion de la recien terminada Navidad acentuaba la gelida sensacion. Para el frio del invierno, Ernesto se calzo los guantes y se ajusto el cuello del abrigo; para mitigar el de dentro, sin pararse a pensarlo, decidio que era el momento de comprar un teleobjetivo que acechaba desde hacia meses. Con esa idea consiguio hacer a un lado la anoranza de otras Navidades y disfrutar del paseo. Le gustaba el frio; le gustaba pasear bien abrigado por las calles de Granada en invierno y volver despues al calor de un buen fuego en la chimenea, un te negro bien caliente y una buena novela. En algunas ocasiones, de rodillas frente al toril de sus recuerdos, se atrevia a abrir el porton y reconocer, al compas de las cornadas, que todo aquello no eran mas que los sustitutos de un hogar y una familia. Tiempo atras, poco despues de la muerte de Estefano y su propio divorcio, pensar en eso le resultaba demasiado doloroso. Aun asi, mas a menudo de lo saludable, se deslizaba con cruel determinacion hacia ese espinoso paisaje, forastero entre las lapidas de su pasado, como si hurgar en ese dolor y paladear su sabor amargo fuese un perverso antidoto contra el olvido. Pasaron los anos, las llagas cicatrizaron y el pesar por sus perdidas, igual que la punzada de un hueso roto en dias de lluvia, quedo reservado solo para fechas senaladas, como un recordatorio en el almanaque de la cocina o una pregunta sin responder. Y asi, excepcion hecha de esos aniversarios de venerada melancolia, su vida transcurria placida y previsible con la tranquilidad de quien, por fin, ha aceptado que algunos lugares no son para el. Cruzaba Trinidad en diagonal hacia calle Duquesa cuando noto la vibracion del movil en el bolsillo de su camisa. El aire helado se le colo hasta el pecho al desabrochar el abrigo para alcanzar el telefono.

  • Sangre entre la hierba de Maribel Medina

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    Thomas Connors y Laura Terraux vuelven con un nuevo caso relacionado con el mundo de la trata de mujeres.

  • La Cara Oculta De La Luna de Claudia Cardozo

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    Surrey, Inglaterra. 1880 Eleanor nunca podria olvidar la ultima vez que tuvo frente a si a James Haversham. Ella tenia doce anos y hasta entonces jamas habia visto a un hombre llorar. No que el pobre caballero se encontrara sollozando a lagrima viva; ni siquiera hubiera podido decir que pareciera hundido por el dolor. En realidad, y la idea en si le parecio tan triste como perturbadora, el discreto llanto del senor Haversham parecia mas bien nacido de la ira y el despecho. Pero en esa epoca Eleanor era solo una nina y su sensibilidad, aunque pronunciada, no era capaz aun de captar esa clase de matices y comprenderlos a cabalidad. Lo unico que tenia claro era que el senor Haversham, ese caballero a quien conocia desde hacia solo unas semanas y que le resultaba tan agradable, se encontraba en ese momento sumido por la pena. Hubiera deseado consolarlo de alguna forma, decirle cualquier cosa que le hiciera sentir mejor. El problema era que ella ni siquiera deberia encontrarse alli y haberlo visto en semejante situacion. Desde luego, todo ese enredo tenia un claro culpable. Una culpable en realidad. Cecily. Siempre era culpa de Cecily. Si su prima aprendiera a comportarse como la joven bien criada que supuestamente era, habrian podido evitar todo ese enredo. Cuando Eleanor la vio salir apresurada de la casa supo que debia de estar planeando algo. Lo mas sensato por su parte hubiera sido hacer como si no la hubiera visto, la experiencia le habia ensenado que era lo mas inteligente para evitar involucrarse en sus problemas; pero ella solo era una nina curiosa en aquella epoca, su tia decia con frecuencia que estaba lejos de ser sensata y le basto con advertir que el senor Haversham tomaba el mismo camino que Cecily para que sus pies empezaran a moverse como si tuvieran vida propia. Mientras recorria el breve trecho entre las cocinas y el establo, donde adivino de inmediato que debian de haberse citado, recordo esas charlas oidas a hurtadillas entre la cocinera y el ama de llaves cuando pensaban que nadie les prestaba atencion. Segun ellas, la senorita Cecily parecia haber caido hechizada por el encanto del nuevo amigo de su hermano y era posible que el senor Haversham consiguiera arrancarle una promesa antes de volver a Oxford. A Eleanor eso le parecia una lastima porque consideraba a aquel joven demasiado agradable para su prima, pero se cuido de decirlo, y no solo porque de hacerlo habria sido descubierta escuchando, sino porque tambien estaba acostumbrada a cuidarse de decir lo que pensaba acerca del comportamiento de Cecily. De cualquier forma, su prima apenas acababa de cumplir dieciseis anos y el senor Haversham no podia haber llegado a los veinte, asi que supuso que un compromiso no era del todo inminente. A lo sumo, quiza, el joven lograra que ella consintiera en mantener correspondencia y que fuera recibido en una proxima visita. Eso si que le parecia una buena noticia, se dijo Eleanor segun daba un rodeo al establo antes de entrar: el senor Haversham era bastante simpatico y, excepto por su primo Gabriel, la unica persona a quien conocia que la trataba con sincera estima. Le gustaria volver a verlo y si para ello era necesario que contrajera algun tipo de relacion con Cecily, bueno, suponia que no seria algo tan terrible siempre y cuando fuera fugaz. El establo era uno de sus lugares favoritos de la propiedad de sus tios. No solo porque amaba a los caballos y pocas cosas le divertian mas que escabullirse alli para admirarlos, sino tambien porque lo consideraba una suerte de refugio en el que podia dar rienda suelta a su imaginacion. El ritmo de la vida parecia perder velocidad cuando conseguia dejar la casa atras y se internaba en su interior. Su cuaderno de notas, un rincon silencioso y el viento que se colaba entre las rendijas de madera: eso era todo lo que necesitaba para sentirse feliz. Eleanor sabia bien por donde debia entrar si no deseaba ser vista; estaba acostumbrada a ello, asi como a subir una escalerilla que llevaba a un altillo que los caballerizos usaban para almacenar el heno y para tomar algunas siestas durante el dia. Ella lo usaba tambien, aunque no para dormir, sino para disfrutar de algo de privacidad cuando trabajaba en sus historias. En ese momento, ademas, comprendio en tanto andaba de puntillas y subia los peldanos con los ojos entrecerrados y rogando por no hacer demasiado ruido, que le daria tambien una posicion estupenda para saber en que nuevo enredo se habia metido Cecily. No sintio demasiados escrupulos en tanto se acomodaba boca abajo sobre el suelo de madera cubierto por paja o mientras agachaba la cabeza hasta que su menton rozo el borde del altillo; sentia demasiada curiosidad para ello. No tuvo que esperar demasiado; cuando llego, su prima ya estaba alli, pero se cuido mucho de que no advirtiera su presencia mientras se movia a sus espaldas. La joven, ademas, lucia muy inquieta, consciente de lo riesgoso de su accionar; se habia quedado de pie bajo el dintel de la entrada con todo el cuerpo oculto en las sombras del interior atisbando a las afueras; Eleanor pudo moverse a su antojo sin llamar su atencion. Su tia Margaret decia con frecuencia que la pequena Ellie, como la llamaban en casa, se movia con la suavidad de un gato de puerto al que era imposible seguir la pista, lo que, si bien dudaba de que fuera dicho como un halago, a ella le complacia mucho. En los escasos minutos en que espero a la llegada del otro convidado a la cita secreta, se permitio admirar el perfil de su prima, algo que hacia con cierta regularidad, aunque odiara reconocerlo. <>, se dijo con un suspiro de enojo. Tal vez Cecily fuera egoista y un tanto odiosa, pero era tambien muy bella. Con su cutis impoluto, su sedoso cabello rubio y los que todos en la familia llamaban unos rasgos perfectos, era imposible que no llamara la atencion. Y ella lo sabia porque habia sido criada para obtener el mejor partido a esos atributos. Eso explicaba la fascinacion que desperto en el senor Haversham tan pronto como la conocio, lo mismo que habia ocurrido con otros antes que el. La diferencia, cavilo Eleanor replegandose en su escondite al oir unos pasos acercandose, era que por primera vez Cecily parecia interesada en alguien que no fuera ella misma. Desde luego, considerando de quien se trataba el hombre que despertaba ese interes, Eleanor no podia culparla. El senor Haversham arribo al establo moviendose con el mismo cuidado que habia mostrado Cecily antes que el, pero no fue de inmediato hacia ella, sino que se mantuvo un momento en la entrada sin dar visos de la impaciencia que Eleanor no dudaba que debia de sentir. Tal y como habia hecho con su prima, aprovecho ese momento de inmovilidad para inspeccionarlo y no pudo evitar esbozar una sonrisa al reparar una vez mas en su rostro atractivo, el cabello oscuro que peinaba sobre la frente y el aire gallardo que a sus ojos sobresalia incluso en la semioscuridad. El seria un estupendo heroe romantico, considero no por primera vez, lamentandose de no poseer aun la habilidad para plasmarlo en el papel. Pero algun dia, se prometio, cuando se sintiera lista para ello, escribiria una historia inspirada en aquel joven. --?Por que ha tardado tanto? ?Nadie lo ha visto? Las preguntas de Cecily, hechas en un tono ansioso que no altero en absoluto su voz musical, la obligaron a dejar sus ensonaciones y a mirar con mayor atencion por encima de la buhardilla. Finalmente habia sido ella quien se acerco al senor Haversham y Eleanor advirtio que posaba una mano sobre su brazo en un movimiento delicado. Eleanor habia perdido la cuenta de las veces en que habia escuchado a la tia Margaret adiestrando a su hija respecto a la forma mas apropiada de acercarse a un caballero e incluso tocarlo si las circunstancias lo permitian, todo ello con exquisito cuidado de mantener el aire ingenuo y angelical que, en su opinion, era su mayor atributo. No pudo oir la respuesta del senor Haversham porque el tomo una de las manos de Cecily entre las suyas y se inclino hacia ella para susurrar algo a su oido. Lo que hubiera dicho, sin embargo, consiguio que ella se ruborizara y Eleanor fruncio el ceno, intrigada. La verdad era que hacian una hermosa pareja, sin duda; el tan alto, con hombros anchos y las facciones afiladas, al lado de ella, espigada como un junco con formas delicadas y el rostro tan lozano como una rosa. Algunas personas decian que Eleanor era una version mas joven y un tanto oscura de su prima, que con el tiempo sus rasgos infantiles ganarian en belleza, pero ella sabia que eso no era del todo cierto ni queria que lo fuera; la apariencia de Cecily, aunque impresionante, le parecia un tanto simplona y ordinaria, pero no le extranaba que resultara tan fascinante para quienes no conocian su interior. Detuvo sus pensamientos respecto a lo que podria esperar de su futuro y que tanto se pareceria a su prima segun creciera al advertir que el senor Haversham acercaba el rostro al de Cecily, buscando sus labios, y estuvo a punto de girar el cuello para evitar ver lo que ocurria, pero una extrana fascinacion parecio hacerla presa de los movimientos de esas dos personas que permanecian ignorantes de su presencia. Espero que su prima se retirara, que hiciera algun gesto para apartarlo porque supuso que eso era lo que una jovencita debia hacer en una situacion como aquella, pero ahogo un jadeo al advertir que ella entreabria los labios y se ponia de puntillas para posar una mano sobre la linea de piel entre el cabello y el cuello de la chaqueta de caza del joven. El beso no pudo durar mas de unos cuantos segundos, pero a Eleanor le parecio como si hubieran pasado horas hasta que el senor Haversham se aparto para luego acariciar su rostro en un gesto cargado de algo que no supo definir, pero que le inspiro un irreprimible deseo de llorar. Cecily, en tanto, respiraba como si acabara de correr y lo veia con los ojos brillantes; Eleanor no podia recordar haberla visto antes mirar a alguien con el mismo anhelo como no fuera a su propio reflejo. --?Tiene que irse? Han sido solo dos semanas; seguro que puede quedarse un poco mas... Eleanor afilo el oido, ladeando el rostro para oir la respuesta al ruego hecho por su prima y esta vez si que alcanzo a escuchar la respuesta del senor Haversham: --Es imposible --explico el, oyendose tan decepcionado como la joven --. No puedo dilatar mi regreso; es mas importante que nunca que cumpla con mis responsabilidades. Usted debe entenderlo mejor que nadie. Eleanor hizo un mohin al comprender lo que deseaba implicar, pero advirtio que a Cecily le tomo un poco mas de tiempo hacerlo; lo supo por su ceno fruncido que revelaba su confusion y que no se relajo hasta que cayo en la cuenta de todo lo que esa frase significaba para el. --No deberia... Fue dificil, pero Eleanor consiguio contener el impulso de emitir un bufido burlon al ver la forma en que su prima batia las pestanas y desviaba la mirada para simular una timidez que sin duda no sentia. El senor Haversham, sin embargo, no parecio advertirlo, porque tomo su mano con mayor impetu y la llevo a su pecho. --Debo. Desde luego que debo decirlo porque es importante que usted lo sepa --dijo el con una voz apasionada que a Eleanor le provoco un extrano cosquilleo en la nuca--. Estoy seguro de que no es una sorpresa para usted. Despues de todo el tiempo que hemos pasado juntos... Hasta donde Eleanor sabia, el tiempo que el mencionaba no habia sido tanto, en absoluto lo suficiente para que el joven pudiera hacerse una idea clara del caracter y las motivaciones de Cecily, pero era obvio que eso a el no le importaba del todo. La cocinera lo habia llamado <>, pero ella no estaba segura de entender a que se referia ni podia preguntarlo porque en primer lugar ni siquiera deberia haberlo oido. Ahora, no obstante, observo a Haversham prestando mayor atencion a la forma en que veia a su prima y comprendio que su mirada parecia limitada a esa figura preciosa que tenia ante el y por completo incapaz de ver lo que estaba mas alla de ese bonito exterior. Segun Gabriel, su amigo era uno de los hombres mas listos que habia conocido y Eleanor podia dar fe de ello tan solo tras haberlo tratado un par de semanas, pero estaba claro que ese <> podia enceguecer a cualquiera. --Cecily, necesito que prometa que esperara por mi --continuo el ante el silencio de la joven. Eleanor fruncio el ceno ante el ardoroso pedido y noto que Cecily hacia otro tanto, mostrandose indecisa por primera vez desde su llegada. --?Esperar? --repitio ella, y Eleanor capto la duda en su voz--. ?Esperar a que? El senor Haversham no debio de advertir esa vacilacion de inmediato porque esbozo una sonrisa y mantuvo sus manos firmemente unidas. --Ya se lo he dicho. Por mi. Por ambos --aclaro el--. No sera sencillo, y tal vez tome tiempo, pero le prometo que valdra la pena. Tan pronto como termine en Oxford iniciare mi viaje y una vez que haya asegurado mi futuro volvere a Inglaterra. Eleanor aprovecho el silencio de su prima para rebuscar en su memoria lo que Gabriel le habia contado de su amigo. Aunque el senor Haversham habia sido encantador con ella, la verdad era que no conto mucho acerca de si mismo en las ocasiones en que compartieron un poco de tiempo, lo que no dejaba de tener logica, claro. ?Por que confiaria sus mas intimos deseos a una nina que solo inspiraba en el ternura y una buena cuota de compasion? Pero Gabriel nunca fue tan discreto y le habia contado que Haversham era el segundo hijo de un vizconde de origen irlandes y que su familia, aunque antigua y con unos blasones irreprochables, distaba de ser rica. Meramente acomodados, fue el termino que uso recordandole un poco a su madre, para su disgusto. Segun el, James, como lo llamaba, era tan inteligente y ambicioso que dudaba de que fuera a conformarse con las circunstancias en las que lo habia puesto la vida. Tenia familiares en America y su mayor anhelo era culminar sus estudios en Oxford para viajar alli y forjarse su propio futuro; uno mucho mas acorde con sus deseos. Todo ello paso por la mente de la chiquilla en unos cuantos segundos y comprendio que era eso lo que el senor Haversham pedia a su prima; que tuviera paciencia y confiara en el lo suficiente para esperar a su regreso. El no tenia como saber, sin embargo, que Cecily ni era paciente ni entregaria jamas su confianza a alguien basada tan solo en una promesa, por mucho que se sintiera atraida por ese alguien. Pero Eleanor si lo sabia y por eso no le extrano comprobar que de pronto ella se veia algo menos entusiasmada de lo que se habia mostrado hasta entonces y que daba un paso hacia atras para poner cierta distancia entre ambos. Ese gesto si que parecio ser lo bastante significativo para que Haversham lo advirtiera porque fruncio el ceno y la observo con extraneza. --?Cecily? La joven sacudio la cabeza de un lado para otro y sujeto una mano contra la otra con la mirada puesta en un punto sobre su hombro como si se supiera incapaz de verlo a los ojos. --Soy muy joven para adquirir un compromiso como el que me pide, mi madre jamas lo consentiria --musito ella simulando una pena que, Eleanor supo, no era del todo fingida; en verdad lo lamentaba--. Ademas, sere presentada en la corte la proxima temporada y no se lo que ocurrira entonces. Tal vez... --Tal vez conozca a alguien mas --culmino el por ella en un tono grave y carente del ardor que habia mostrado hasta entonces--. Alguien mas conveniente. Eleanor hubiera deseado cubrirse los ojos con las manos para no ver la profunda decepcion en cada uno de sus gestos, pero fue incapaz de hacerlo. El deseo de no perderse ni un instante de lo que ocurria parecio ser mas fuerte que ella y se sintio un poco avergonzada por ello. --Espero que no me juzgue. Han sido unos dias deliciosos y confio en que podamos vernos nuevamente... --?Para que? --Haversham interrumpio las palabras de Cecily una vez mas, ahora con mayor aplomo y evidente indignacion--. ?Con que objeto podria desear verme una vez mas, Cecily? ?Por que querria verla de nuevo luego de conocer sus verdaderos sentimientos? La joven exhalo un suspiro que revelaba su enojo y frustracion y levanto el rostro para verlo con ojos brillantes. Eleanor supo sin asomo de duda que eran lagrimas de rabia por lo que hubiera deseado y que sabia que no podia poseer. --?Sentimientos? --repitio ella--. ?Que tienen que ver los sentimientos con esto? --?Que que tienen...? !Todo! --Haversham no parecia poder creer lo que oia--. Le he abierto mi corazon con la esperanza de ser correspondido, pero ahora veo que era un deseo ridiculo. Es evidente que usted no siente lo mismo por mi; de hacerlo, no habria vacilado en asegurar que esperaria a mi regreso. Cecily emitio una risa seca y carente de gracia, y Eleanor sintio que se le erizaban los vellos del brazo; la conocia lo suficiente para saber que su propia frustracion estaba a punto de orillarla a decir algo hiriente y hubiera deseado tener el valor para descubrirse y bajar corriendo para evitar que dijera cualquier cosa que pudiera lastimar mas al hombre que se encontraba frente a ella y que parecia aun demasiado inocente para entender a lo que se enfrentaba. Una vez mas, sin embargo, se vio imposibilitada de mover un solo musculo; tenia demasiado miedo de lo que diria su tia si se enteraba de esa travesura. --Es usted un iluso. Mezcla sentimientos y esperanza con la realidad -- espeto la joven y su hermoso rostro se vio deformado por el desprecio--. ?Cree que arriesgaria todo lo que puedo obtener por unos cuantos besos y una promesa? Usted podria morir, no regresar nunca, y entonces yo habre perdido la oportunidad de ser feliz. Haversham se llevo una mano a la nuca y una mueca de desagrado reemplazo el sufrimiento que habia mostrado hasta entonces. A Eleanor le parecio que finalmente parecia consciente de lo que ocurria y supuso que ese gesto era al fin y al cabo una muestra de lo que pensaba de Cecily y sus principios. --Bueno, tal vez no muera. Tal vez si regrese, pero es posible que lo haga siendo tan pobre como lo soy ahora --comento el con una voz que restallo en el espacio como un latigo--. Esa, supongo, seria una desgracia aun mas penosa para usted que mi muerte, ?verdad? Es eso lo que la atormenta: la ausencia de dinero y poder. Puedo verlo ahora.

  • Retrato del vizconde en invierno de Alvaro Pombo

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  • El rey del Honka de Tomas Gonzalez

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    Los cinco cuentos que recoge este libro fueron publicados por primera vez en la decada de los 90. Todos ellos hablan sobre personajes que, llevados por las circunstancias, abandonan el camino trazado por la vida para emprender viajes sin regreso. <> narra la historia de un pintor afectado por la muerte de un ser querido; en <>, un maestro enamorado se enfrenta a la frustracion y a la verguenza; en el <>, una mujer jubilada se lanza a una aventura solitaria en altamar; <> incursiona en los vericuetos del amor traicionado y la <> narra las peripecias de un bailador de salsa que se inventa una vida paralela para intentar ser feliz. En este magistral libro de cuentos Tomas Gonzalez recuerda, con la intensidad de su lenguaje narrativo, que pocas veces el mundo es normal.

  • El resurgir de Ana (La tentacion de Ana 3) de Christian Martins

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    La musica esta alta. Me aferro al brazo de Leo con fuerza, como si tuviera miedo de que un ente invisible fuera a tirar de mi cuerpo y a raptarme. Me digo a mi misma que no tengo por que estar nerviosa, pero es inevitable sentir ese cosquilleo intenso en mi bajo vientre. Suspiro hondo, muy profundamente, procurando calmarme. El me aprieta de forma carinosa el brazo y sonrie. Yo le devuelvo la sonrisa mientras el camarero nos pregunta que queremos tomar. Nos sentamos en dos taburetes altos y pedimos un par de gintonics. El ambiente es tranquilo, no hay mucha gente y la mayoria de los presentes han venido en parejas. No se por que, eso me tranquiliza. Si, es absurdo. --?Puedes relajarte y disfrutar? Asiento con la cabeza, aunque en el fondo ambos sabemos que no lo hare. Levanto la vista hacia Leo y me pierdo durante unos segundos en sus ojos azules. Son tan intensos, tan profundos... A diferencia de mi, tiene los ojos pequenos. Pero el color de su iris es tan fascinante que es capaz de cautivar a cualquiera con tan solo una mirada. --Y ahora... ?Que? --pregunto con curiosidad antes de darle un sorbo largo a la copa. No se muy bien como debo actuar y eso hace que mi intranquilidad aumente todavia mas. Me siento fuera de lugar. --Ahora lo que nos de la gana --me cuenta--. Como hemos venido juntos, podemos pasar al resto de las salas e... inspeccionar. --?Al resto de las salas? Leo me guina un ojo, sin anadir nada mas. Supongo que quiere que lo descubra por mi misma, sin adelantarme nada. --?Y si hubieramos venido por separado? --Si hubieramos venido por separado tu podrias pasar al resto de las zonas, pero yo sin una invitacion previa, no --me explica--. Aqui hay unas normas y las personas que frecuentan este sitio son bastante estrictas a la hora de cumplirlas. --?De quien tendria que ser la invitacion? La verdad es que cada vez me siento mas perdida. No se si en un lugar como este sere capaz de cumplir ninguna de mis fantasias sexuales. En realidad, ?las tengo? ?Tengo alguna fantasia sexual? Empiezo a pensar que soy demasiado simple --o poco perversa, segun se mire--. Creo que esto de querer descubrir nuevos placeres y abrirme al mundo no esta hecho para mi, pero como ya estamos aqui, no digo nada y decido dejarme llevar sin pensar en nada mas. Despejar la mente y ponerla en blanco, de forma que solamente tenga que dejarme llevar por Leo. --La invitacion tendria que ser de otra pareja, por ejemplo --me dice--. ?Quieres que pasemos al resto de las salas? ?Te apetece verlas? No se si estoy preparada o si, antes, necesito ingerir un poco mas de alcohol para conseguir desinhibirme. Leo puede ver la confusion en mi rostro, asi que me atrae hacia el y me susurra en el oido que sera divertido y que nos lo pasaremos bien. Me gustaria creerle, pero tengo serias dudas al respecto. Me sujeta por la cintura y me atrae hacia su cuerpo antes de encarcelar mi rostro con delicadeza entre las palmas de sus manos. Despues, me besa. Un beso humedo, intenso y muy sensual. Uno de esos que son capaces de despertar el deseo en mi interior. Noto ese familiar cosquilleo en mi bajo vientre mientras el desliza la mano con delicadeza por mi cuello y va descendiendo muy despacio hasta culminar justo en el lugar en el que la tela de mi vestido se extingue. Introduce la mano por debajo, levantando la tela, hasta llegar a mi sexo. Me toca por encima de la ropa sin dejar de besarme. Yo suspiro de placer, ignorando por completo que estamos en un lugar publico y que cualquiera podria estar vigilandonos. Escondo mi rostro en su pecho mientras le suplico en un susurro involuntario que se este quieto. Es curioso, porque una parte de mi sabe que no es momento para esto y otra, en cambio, no quiere que pare. No quiere que se detenga. --Se me ocurre por donde podriamos empezar... --ronronea en mi oido. Le miro fijamente con expectacion, intentando adivinar que es lo que esta pensando. Pero, si he de ser sincera, Leo es una autentica caja de sorpresas. Nunca tengo ni la mas remota idea de lo que piensa dentro de esa cabecita suya. --Ven conmigo --dice, tirando de mi brazo. Cojo la copa y le sigo por la sala. Varios de los presentes se quedan mirandonos, un par de ellos con descarada fijacion. Me fijo en una pareja cercana a la puerta porque ella me guina un ojo. Ella es alta, pelo rizado y cobrizo. Tiene los ojos verdes o marrones muy claros, no lo se. El lugar esta tan oscuro que no se diferenciarlo bien. El tambien es alto, pero muy moreno. Tanto de piel como de cabello. No se por que, se me antojan un tanto exoticos. Ambos parecen extranjeros y..., extranos. Derrochan un aire mistico. --?Quieres quedarte un rato mas aqui? --pregunta Leo al ver que me detengo con curiosidad--. Si nos quedamos podria... --No, no. Vamos a donde quieras --le corto. La verdad es que no se como desenvolverme y eso me hace sentir un poco torpe. Decido dejarme guiar por Leo y, si por lo que fuera esto se complicara o se fuera de madre, salir corriendo. Si algo he aprendido de Laura es que uno siempre esta a tiempo para salir corriendo y desaparecer. Caminamos por un pasillo oscuro de color rojizo. En el suelo hay una moqueta escarlata que le da un aspecto bastante tetrico. Las luces del techo son rojas, a juego con el suelo. Se que el objetivo es crear un ambiente sensual, pero he de admitir que a mi solamente me transmite cierto desasosiego. "Cambia de actitud, Ana", me digo a mi misma mientras me repito de forma interna eso de que si he venido aqui es para disfrutar y dejarme llevar. --?Estas bien? --repite el, apretandome la mano con carino. Dejamos atras varias puertas. No paso por alto que Leo conoce este lugar increiblemente bien y que parece desenvolverse por aqui con soltura. Es evidente que lo ha frecuentado bastante, pero... ?Cuanto? Le miro mientras camina. Me tiene agarrada de la mano, muy pegadita a el. Me gusta tenerle tan cerca porque no me siento insegura. En el fondo, no puedo evitar preguntarme que hago aqui y si este lugar esta hecho para mi. Si, se muy bien cual seria la respuesta de Laura: que desconecte de mis pensamientos por un rato. Que deje de pensar y libere la mente. Leo abre una puerta y se hace a un lado para que pase al interior de la sala. Esta vacia, no hay nadie. Es una sala redonda con sofas de cuero y poco mas. No se por que, me esperaba algo parecido a una mazmorra, con latigos y gente con el rostro oculto por siniestras mascaras. Pero no, nada. Estamos a solas y lo unico que hay es sofas. Sofas bonitos, grandes y comodos. Me dejo caer en uno y le doy un sorbo a la copa, acabandomela casi de un trago. Despues la dejo en una pequena mesita auxiliar que hay a mi lado y miro a Leo con curiosidad. --?Que hacemos aqui? --pregunto sin comprender nada, con una sonrisa en los labios. --Jugar --me responde con un tono de voz tan provocador que me vuelvo loca solo al escucharle. Vuelve a besarme. Sus manos se deslizan por mis piernas y vuelven a ascender suavemente por encima de la tela de mi vestido. Tira de mis medias, desgarrandolas por completo. Le lanzo una mirada asesina y el se echa a reir con picardia. Esta vez, la yema de sus dedos se desliza por mi piel provocandome un escalofrio que me hace temblar de placer. Estar al lado de este chico y mantener el ritmo normal de mis pulsaciones es algo imposible. --Leo... --murmuro, mientras el hace a un lado mi ropa interior. Una oleada de placer inunda mi cuerpo. Soy consciente de que estamos expuestos y de que, en cualquier instante, alguien podria entrar por la puerta. --?Y si...? --comienzo, pero el me interrumpe con otro beso. --Para eso estamos aqui --responde, adivinando mis pensamientos. Que alguien pueda interrumpirnos justo en este instante me resulta tan confuso como excitante. Jadeo de forma involuntaria mientras intensifico el beso que recibo de el. Mis manos recorren su torso, anhelando mas, pero sin atreverse a ir mas lejos. No termino de estar comoda, de sentirme a gusto y en mi entorno. Las luces son tan tenues que practicamente estamos a oscuras. Hay la justa iluminacion para poder apreciar lo que nos rodea, aunque concediendonos la intimidad necesaria para no sentirnos expuestos. Leo introduce un dedo en mi interior, despues dos. Su lengua acaricia mi cuello y va bajando con un excitante reguero de besos hasta mi escote. Entonces, en ese instante, la puerta de la sala se abre. Doy un respingo, sobresaltada, pero el, no se detiene. Mas bien, lo contrario, me atrae con mas fuerza contra su cuerpo e intensifica sus caricias con el claro objetivo de desquiciarme. Levanto la vista, sintiendome expuesta. Son ellos; la pareja que he visto antes en el bar del local. Me siento extrana, observada e... Intento hacerme a un lado, nerviosa, pero Leo me besa con tanta intensidad que todo da vueltas y la pasion se aduena de mi. Por un segundo, se me olvida, incluso, que ese par de desconocidos ha entrado dentro. El no parece preocupado por ellos, y deduzco que a mi tampoco deberia importarme. Se sientan en el sofa que esta frente al nuestro. Hay la suficiente distancia como para sentir que tenemos espacio, pero es imposible no notar sus miradas clavadas en nosotros. Mis ojos se cruzan con los de la chica pelirroja mientras Leo tira de mi vestido para sacarmelo de la cabeza. "Joder", pienso, incapaz de decidir si esto me gusta o me espanta. Entonces, me sonrie. Ella me sonrie y se muerde el labio de forma juguetona. Se lleva una mano al cuello y retira su cabello a un lado con sensualidad. Yo, en bragas y en sujetador, noto como las tres personas con las que comparto espacio me dedican toda su atencion, y... !Uf! La intensidad de todo lo que siento es tan inmensa que me siento desbordada. Muy excitada. Leo me besa la clavicula con suavidad. Es increible que este aqui, en ropa interior, delante de unos autenticos desconocidos... Las manos de mi acompanante rodean mi espalda para desabrochar con soltura mi sujetador y liberar mis pechos. Su lengua se desliza suavemente por mi pezon y todo da vueltas a mi alrededor. Cuando miro hacia delante, me fijo en que la chica pelirroja le ha desatado el pantalon a su acompanante y que esta acariciandole, masturbandole. Una intensa oleada de calor recorre mis entranas y siento que, poco a poco, voy perdiendo el control y me dejo llevar... Miro a Leo.

  • Suenos de una dama de Brianne Miller

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    Lady Anne Townsend decidio dedicar su vida a obras de caridad ahora que se habia convertido en una solterona. Su tarea en Bedlam, el hospital siquiatrico de Londres, la hacia sentirse viva de nuevo, sobre todo cuando conocio a un marques de mirada atormentada que, aun sin pronunciar palabra, le pedia a gritos que le rescatara.

  • Chick de Eneida Wolf

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    Esa ha sido siempre la diferencia entre tu y yo. Que yo creo en el amor aunque nunca me han querido, y tu no crees en el aun teniendolo delante de las narices.

  • Obsesionado con tus curvas de Natalia Diaz Colon

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    Una joven latina que busca progresar en la vida; es por eso que se muda a la Florida, en busca de conseguir un buen empleo, pero la vida ha sido injusta con ella. Por su sobrepeso ha tenido que lidiar con el rechazo de la sociedad y entre ellos, con el de su madre. Todos la juzgan por su apariencia y no toman el tiempo de conocerla. Un dia recibe una llamada para una entrevista en la empresa Collman Enterprise, presentia que seria otro fracaso mas, pero no fue asi. La vida de Jasmin esta a punto de cambiar y no sera precisamente por el trabajo.

  • La ira de la tierra (Cazadores de brujas 2) de Ada Cruz

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    La reina del Aquelarre oscuro los ato a ella extrayendo su energia, y ahora, ellos, cazadores inmortales, buscan destruir la brujeria y todos cuantos la practican, pero el asunto no es tan simple como ellos creen.
    Angelica ayudo a Violeta a despertar sus dones como bruja, y a consecuencia de eso, los cazadores rastrearon su pista, enviando al mas sangriento de ellos a matarla.

  • Libre de Patrick Ness

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  • Eres lo mejor que me ha regalado la vida de Sophie Saint Rose

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    Romina no se podia creer lo que le estaba pasando. Al fin habia encontrado una habitacion en Nueva York que se podia permitir sin que fuera un sofa-cama. Y ademas sus caseros eran dos ancianitos estupendos que la trataban como no la habian tratado en su vida. Lo unico malo, su nieto. Que aunque estaba para comerselo no la tragaba. La consideraba una aprovechada. Esperaba que su relacion no fuera a peor, pero lo dudaba mucho.

  • El paraiso de las mil islas de Elena Clarke

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    Una mujer. Un viaje a un paraiso de playas virgenes. Una historia de amor prohibida.

  • La ultima vez que me dijiste adios de Ray Bolivar

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    En la esquina de Montera, antes de llegar a Gran Via, hay una puta que siempre me tira los tejos. Tiene los ojos grandes y es muy guapa. El pelo le cae rizado hasta la cintura y cuando mira lo hace con tanta intensidad que una se acojona. Me atrae el color de su piel y los labios, pero jamas me atreveria a besarla. La unica vez que bese a una mujer estaba demasiado borracha, demasiado cansada y demasiado perdida. Pienso mientras bebo un sorbo del delicioso Cafe Matte que sirven en el Starbuck de Sol. Todos los sabados vengo aqui y todos los sabados ocurre lo mismo. El chico de ojos claros sonrie y es amable. Su companera toma nota y cuando el pedido esta listo sonrien otra vez. Ni se sabe el dinero que he gastado en cafes y ni siquiera se su nombre. En cambio, el de la puta si lo se. Se llama Elena y es de Republica Dominicana. En cuanto me dijo el nombre pense en Elena de Troya. --Nina, oyeme, muchacha. --Apenas llevaba una semana en el despacho y tenia prisa. Cuando me di la vuelta casi chocamos. --Perdon. --Nada, no tiene importancia. --Usaba un perfume caro y zapatos de tacon, un lunes a las ocho treinta de la manana. Yo tambien usaba tacones, pero no escandalosos. --Me encantan tus ojos, que lo sepas. --Asi me dijo en medio del gentio, del frio y yo con la ansiedad en el medio del pecho porque el trabajo era nuevo nuevisimo y no queria llegar tarde asi que cuando dijo aquello fue como, !tragame tierra! La verdad, no sabia que hacer. No tenia ni la menor idea de como salir del paso. Recuerdo que baje la cabeza por la verguenza y ella aprovecho para acariciarme el rostro. --No tengas miedo, yo te voy a cuidar. --Me escabulli como pude, sofocada y con un palpito en el pecho que casi me mata. En la oficina ese dia las cosas no fueron bien. Mi jefe me miraba y me miraba como si no tuviera otra cosa que hacer. Entraba a mi despacho, hacia un par de llamadas y de nuevo venga a mirarme. Hasta que me lo dijo. --A ti te pasa algo. --?Que? --Fue lo unico que atine a responder. Con los nervios tire las hojas al suelo y un cenicero de porcelana de lo mas hortera que me jefe insistia en mantener sobre mi mesa por si me daba por fumar. De repente el chico de Starbuk me interrumpe y me quedo cortadisima. --Hola. --Me acomodo un mechon de pelos lo mejor que puedo. El chico sonrie y le devuelvo la sonrisa. Senala hacia la ventana. Al principio no comprendo. --!Ah! Gracias. --Es Isabel. Me hace senas desde la calle. Salgo deprisa. Fuera hace frio. --Pero, ?que haces aqui? ?Por que no entras? --Me estampa dos besos euforicos. --!Lo consegui, lo consegui! --No entiendo una palabra. --!Nina! --Casi me sacude--. Juanjo, ayer nos liamos. --?Como? --Asi misma me quede yo. Hemos pasado la noche juntos. No te lo vas a creer. --Pone carita de mujer fatal--. Soy mala, tia, muy mala. Isabel es mi amiga del alma. Tiene dos crios y un perro hermoso. Me duele decirlo, pero la vida le va mejor que a mi. Liga mucho y es independiente. Todo esto desde que se separo de su marido. --Entonces, ?que vas a hacer? --Me voy, tia. --Solo pase a avisarte. --Pero ?no ibamos de tiendas? --Otro dia, cielo. Juanjo me esta esperando. --Me planta otra vez dos besos y me extiende un billete de veinte euros--. Tomate el cafe a mi salud y deseame suerte. --No hace falta que me invites. --!Que si!, mujer. Otro dia me lo devuelves. --Dice antes de cruzar la calle y perderse en direccion al metro. Un cuarto de hora mas tarde dudo entre Zara y Mango. Las dos tiendas estan atestadas de gente y no estoy de humor. En realidad solo deseaba conversar con Isabel y contarle un par de verdades. El telefono suena en ese momento. Es mi madre. No lo cojo. Regreso a casa sin prisa. A las 9: 30 abro la puerta. Un minuto despues llega Miguel. Lo primero que hace es servirse una copa de vino tinto. Estoy en la terraza contemplando las nubes. --Hola, cielo. --Me rodea la cintura con sus brazos. No contesto. --?Pasa algo? --Me volteo. --Anoche no viniste. --Ya, bueno. Los sabados quedo con los amigos. --Se da un trago. --Miguel, por favor. --Huele a perfume barato y a puta africana. No tengo nada en contra de los negros, pero su olor es inconfundible y llevo justo cuatro semanas, cuatro semanas oliendo el mismo olor en la ropa, en su cuerpo. Me mira a los ojos. --Eva, todo esta bien. Se que he estado distante estos meses. --Distante es cinco meses sin follar--. Se que a veces no estoy. --En realidad nunca esta. Entre pitos y flautas pasa mas tiempo, segun el con sus padres que en su casa, porque esta tambien es su casa, en la hipoteca a treinta anos dice, Miguel y Eva. Bebe vino otra vez, me acaricia la pierna. Odio cuando hace eso. Odio cuando dice que no pasa nada mientras el mundo se cae a pedazos. Asi llevamos seis meses, fingiendo que no pasa nada. Yo no se que pensar. Me gustaria que las cosas fueran igual que antes. Lo unico que hago es llorar por los rincones. Tal vez necesito ayuda o darle una patada en el culo, como dice Isabel. --Eva --repite--, no pasa nada. --Me deshago de su abrazo y entro en la casa. El me sigue y me toca el culo. Doy un respingo. --?Que haces? --Nada. --Sonrie burlon. --?Como que nada? --De nuevo se da un trago, pero esta vez es diferente. Lo se por el modo en que me mira. Deja la copa sobre la mesa y se dirige al cuarto. Tocan a la puerta. Es Angel, uno de los amiguitos de Miguel. Cuando me ve se queda extranado. <> El telefono suena otra vez, lo ignoro. --?No vas a entrar? --Claro, claro. --?Que tal la fiestecita? --Angel se lleva la mano a la nuca. Se que esta nervioso. Al final no tiene la culpa. Nunca, nadie tiene la culpa. La histerica soy yo, la loca soy yo. --?Que fiesta? La peste a alcohol casi me derriba. <> Voy al salon en busca de una cajetilla de cigarros. Necesito fumar o lanzarle un bolardo a alguien a la cabeza. --!Eva!, !Eva! --Grita Miguel desde la habitacion. Lo ignoro. Solo pienso en la cajetilla de cigarros. Deberia estar en algun lugar del salon. Entonces me doy cuenta de que Miguel esta parado en la puerta con una mochila en la mano. --?Donde estan los vaqueros nuevos? --No comprendo lo que esta pasando--. !Eva! --Sube el tono de voz. ?Donde estan los vaqueros? --Tocan a la puerta. Empiezo a ponerme nerviosa. --?Que vaqueros? --Miguel resopla. --Los nuevos, Eva, los nuevos. --De nuevo tocan a la puerta. Debe ser la vecina de al lado, le encanta tocar a la puerta cuando discutimos. --No lo se. --Miguel se impacienta. Angel le toca el brazo y le dice algo en voz baja que lo contiene. Regresa a la habitacion sin decir una palabra. Encuentro los cigarros en la cocina, escondidos en el ultimo cajon. Ahi los habia puesto tres anos atras, justo cuando conoci a Miguel. La cajetilla contiene un papel que desenrollo. Leo la primera linea y casi me echo a llorar. Dice lo siguiente: para la Eva del futuro. Si estas de los nervios hazme caso, deja el puto cigarro y cuida tu relacion. Estrujo el papel y lo dejo caer al suelo. Ese ha sido mi lema durante los ultimos tres anos, cuidar de la relacion, tragar y callar como si no hubiera un limite, como si la vida se tratara unica y exclusivamente del otro. No quiero llorar, me lo repito una y otra vez hasta que el portazo desencadena la rabia y el dolor. Lloro porque se que mi mundo, el maldito mundo que tarde tres anos en construir esta a punto de irse a la mierda. La habitacion esta hecha un asco. Miguel ha revuelto los cajones y el armario. Sobre la cama, encuentro su movil. No quiero hacerlo, pero me acerco. Dudo entre abrir el wasap o no. El mensaje en la pantalla tiene mala pinta, pero cuando lo abro es devastador. --?Asi es como te gustan? --En la foto, una morena ensena las tetas. Todavia sigo en shock cuando me percato de la presencia de Miguel. Esta en la puerta de la habitacion con el rostro desencajado. Ni siquiera soy capaz de hablar porque en mi interior tengo un incendio que ha empezado a devorarme. Me tiembla la mano y abro mucho los ojos cuando lo escucho hablar. --!Pero! ?Que cono haces? !Joder! --Me arrebata el movil de la mano y me lanzo sobre el. Capitulo 2 No se que dia es ni donde estoy. El techo esta pintado de blanco y a mi lado hay una persona. La cabeza me duele horrores. --!Eva, Eva! !Gracias a Dios, estas bien! --Intento hablar, sin embargo me doy cuenta de que es imposible. Solo de pensar en abrir la boca me recorre un corrientazo de dolor. Mama esta muy desmejorada. Las ojeras le llegan hasta las rodillas y parte del maquillaje se le ha corrido. Mi madre quiere hablar, pero no le salen las palabras. En vez de eso me abraza y llora. --!Hija!, !perdoname! !Pense que te perdia!, !de verdad! --Mis ojos deben reflejar sorpresa, ansiedad o espanto porque se apresura a explicarme--. Llevas tres dias inconsciente, Evita, !tres dias! --Se enjuga las lagrimas--. !Ahora, Miguel no se va a ir de rositas! !Va a pagar por esto, ya contrate un abogado! !Nadie le pega a mi hija!, !no senor! La cabeza me da vueltas. Me siento aturdida y desbordada. Afuera escucho gritos. No puede ser. <> La puerta se abre y empujan a alguien. Detras entra Miguel afeitado y lustroso, esta guapisimo. --!Evita! --Se arrodilla ante la cama--. !Mi amor! ?estas bien? --Me toma la mano, la aprieta, la besa--. Cielo, !menudo susto me has dado! Todo es tan subito que mi madre se ha quedado paralizada. Cuando reacciona, mi primo Jorge ya esta en pie. <> --!Pero!, ?como te atreves a empujarme? --Grita Jorge. Dos medicos entran en la habitacion y detras un policia. --!Senores!, !esto no puede ser! !Tienen que salir de la habitacion de inmediato! --Miguel esta frente a mi primo con los punos apretados. Cuando quiere es adorable, pero es un hombre con caracter y si quisiera, podria hacerle mucho dano a Jorge. Se pasa la mitad del tiempo entrenando en el gimnasio para estar en forma, aunque no tiene una gota de grasa. Jorge, por el contrario, es como una hoja debilucha arrastrada por el viento. --!Yo tengo derecho, es mi mujer! --Dice Miguel--. !Ni ella --senala a mi madre--, ni nadie puede quitarme ese derecho! !Yo la traje, esta viva por mi! --Lo unico que le falta es golpearse el pecho y orinar en derredor. Esta muy mono. --!Hijo de puta! --Grita mi madre y se abalanza sobre el. El policia la contiene. Yo no puedo mas de la ansiedad. Me retuerzo en la cama como una loca. El medico llama a una enfermera y se sienta mi lado. --Tranquila, Eva. Muy pronto vamos a solucionar esto. No te preocupes. --La enfermera inyecta una solucion en el suero y el panico se convierte en una sensacion placentera, en un deseo enorme de dormir. Capitulo 3 Cuatro semanas mas tarde me encuentro mas recuperada. Los medicos me han explicado que ademas de la fisura en la mandibula han debido tratarme la anemia. Abro los ojos cuando mencionan el tema de la anemia. Por suerte no era grave, pero tienen que estudiarlo. Miguel ha venido todos los dias a verme por la manana y por la tarde. Una vez se presento con flores y casi me muero de la alegria. Se pasa de carinoso y yo me derrito en cuanto lo veo. Es tan varonil que he estado a punto de saltarle encima un par de veces y desnudarlo, pero me contengo, una tiene orgullo y dignidad. No se lo que ha hecho para no coincidir con mi madre. De alguna forma lo han arreglado para evitar encuentros desagradables y lo agradezco. Ahora mismo lo que necesito es tranquilidad. Mi madre insiste en seguir adelante con la denuncia. Miguel no ha mencionado el tema ni una vez, pero se su opinion. En el reporte medico dice que me rompi la mandibula contra una superficie solida e irregular, debido a un resbalon. Mama lo ha repetido una y otra vez desde el primer dia. No se cree una mierda. La vispera del alta recibo la visita inesperada del medico. Es un hombre alto y amable, debe rondar los sesenta anos.

  • Mujeres sin tacones que vuelan alto de Yolhanda Munoz

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    Bien podrias ser tu la protagonista de este libro, porque todas somos un poco Olivia.

  • Una mentira de alto Standing de Ariadna Baker

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    !Ya voy, Eric, amor! ?Te estas quemando? --No, mama. --Se rio como solo el sabia hacerlo, con esa sonrisa de oreja a oreja que me recordaba cada dia por que debia sentirme la mujer mas afortunada del mundo. --?Quien es el bichito mas impaciente del globo? --Le hice cosquillas y volvi a pensar que aquella risa bien valia cualquier esfuerzo que yo tuviera que hacer, por mucho que a veces mi dia a dia me pareciera titanico. Cualquiera que mirase a mi alrededor no lo entenderia. Aquel maravilloso atico de 300 metros cuadrados en uno de los edificios mas modernos de Madrid valia una pasta gansa. Suerte que ese si que lo pagamos durante mi matrimonio con Edu, que ya era agua pasada. Edu, o Eduardo Manostijeras, como yo solia referirme a el cuando estaba de chachara con mi amiga Sofia (dado que todo lo que tocaba terminaba hecho jirones), habia sido mi marido hasta un ano antes. Un buen dia, despues de volver de un viaje de negocios a Nueva York, me comento que su secretaria y el mantenian una relacion "un poco mas estrecha" de lo que podria considerarse meramente profesional, lo que se tradujo en que a mi me fueran dando, mas o menos, por donde amargan los pepinos. Me quede petrificada porque yo estaba enamorada de Edu como el primer dia y jamas habia sospechado que una cosa asi me pudiera suceder a mi. De hecho, a ojos de todas nuestras amistades, eramos la pareja perfecta; tan monos y amorosos. Lo que yo no sabia entonces era que hasta las "parejas perfectas" podian irse al garete de la noche a la manana, con tal que soplara un aire un poco mas fuerte del habitual. Llore a mares ante aquella confesion que no tardo demasiado en hacerme. Marga, que asi se llamaba su secretaria, lo esperaba ya en su casa, pues lo suyo estaba mas avanzado de lo que parecia; como un tumor que se extendia a mi alrededor sin que mis ojos hubieran podido detectarlo. La nueva parejita de moda se instalo en plena Moraleja poco despues y yo maldije mi suerte; una decada perdida a su lado, de los dieciocho a los veintiocho... Bueno, decir perdida seria escupir al cielo, que para eso tenia a mi pequena joya de la corona; mi Eric, que contaba con seis anitos. No hace falta calcular demasiado para comprobar que lo tuve muy joven, a los veintidos. Probablemente fue engendrado en la noche de mi graduacion en Derecho cuando Edu y yo caimos en aquel hotel, borrachos como piojos. Digamos que mi padre, que era diplomatico y que vivia un tanto de cara a la galeria, no tomo aquello nada bien. Y no porque el chico no fuera de lo que llaman "de buena familia", que era hijo de uno de los principales asesores de una de las companias de electricidad mas celebres del pais, sino porque ya apuntaba maneras, segun el. Yo no veia aquellas maneras por ninguna parte, sino solo a un joven enamorado que puso el mundo a mis pies. De hecho, cuando me quede embarazada, no tardo en pedirme matrimonio. Nos casamos antes de que Eric naciera, asi de fuerte, aunque de mi padre no hubo rastro en aquella boda. Meses antes habiamos tenido una fortisima discusion y ambos nos retiramos la palabra. Tan orgullosos fuimos que ni el volvio a dar senales de vida en los siguientes anos ni yo tampoco. Hubiera esperado una llamada por su parte cuando nacio Eric, pero en mi telefono no se registro y no creo que lo hiciera a traves de un vaso de yogur con un hilo, como solian hacer los ninos antiguamente. Desde entonces mi padre estaba desaparecido en combate pues, al jubilarse, dado que ya me tuvo con cuarenta anos, se habia marchado a vivir a Suiza. Por aquel entonces me entere de que habia rehecho su vida con una marquesa llamada Agueda y que les iba bastante bien. De aquello si que me alegre mucho, pues el hombre apenas habia tenido ninguna relacion seria desde que mi madre murio, cuando yo contaba con dos anitos. Ya era hora de que fuera feliz como una perdiz y de que me dejara serlo a mi. Mi vida con Edu, en ese instante podia por fin verlo, habia sido un enganabobos como otro cualquiera. Para mi que todo iba sensacional, pero, cuando nos separamos, algunos de esos "amigos" de nuestro circulo empezaron a darle al pico y me dijeron que yo habia tenido mas cuernos que un ciervo. Entrecomillo lo de amigos porque ese tipo de personas siempre me han parecido correveidiles al uso. Mi verdadera amiga era Sofia, una especie de hermana a la que conoci en mi epoca del instituto, que se convirtio en mi tabla de salvacion desde que me separe. El verdadero problema fue que mi ex establecio una contienda legal de categoria a raiz de nuestra separacion. Por lo que pude saber, Marga era la ambicion en persona y le apreto bien las tuercas. --Yo he sido una tonta, siempre crei en tu palabra de que debia dedicarme en cuerpo y alma al nino durante sus primeros anos y que no nos faltaria de nada, ?y ahora que? --le pregunte cuando puso sobre la mesa de mi abogado aquella propuesta de convenio que no podia ser mas penosa para mi. --Tendrias que haber espabilado antes, Dafne, el mundo es como una jungla, ahora lo comprobaras... Si el mundo era una jungla, el era el rey de las hienas. Su unico proposito era sacar la maxima tajada de aquel divorcio a costa de cortarnos el grifo a tope a Eric y a mi. No quiero que se me malinterprete. Cierto que fui una incauta al creer en su palabra y al dedicarme a nuestro matrimonio y al nino, pero siempre tuve en mente volver a trabajar pronto. El caso es que cada vez que lo intentaba, Edu me decia que esperara un poco mas, a que Eric fuera algo mayor y entonces podria incorporarme con el en la compania en la que tambien ocupaba un altisimo cargo ya por aquel entonces, tras la jubilacion de su padre. Tonta de mi, porque lo que no queria mi marido bajo ningun concepto era que yo metiera las narices en sus asuntos. Y, como dinero era precisamente lo que le sobraba, preferia tenerme en una jaula de oro a salvo de comentarios...

  • Poder y seduccion de Michelle Smart

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    Su esposo cambio las reglas del juego con su seduccion implacable e irresistible.

  • Pleyades de Michael Dantes

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    Era el ano 1942 cuando los Nazis avasallaban una gran parte del continente europeo, la segunda guerra mundial se mantenia fuerte y sangrienta mientras que millones de personas perdian sus vidas. Jericco Goldstein era uno de los tantos Doctores en el imperio Nazi, lo fue hasta el dia en que fue sorprendido vendiendo informacion privada de Alemania a Rusia y a Los Estados Unidos de Norteamerica, fue sentenciado a una muerte lenta y miserable.
    Despues de morir se enfrenta a terribles sucesos que seguro nadie esperaria despues de la muerte, el terror y el misterio lo acompanaron desde el inicio de su sufrimiento. El renace en un mundo medieval que se asimila al planeta Tierra y se ha de topar con los hechos mas sucios y oscuros de la historia, desamparado y solitario, es senalado y juzgado como un hereje por parte de los sombrios enemigos que hizo desde su gran llegada a Pleyades.

  • Rosa Cuchillo de Oscar Colchado Lucio

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    “Es una de las mejores novelas que se ha escrito en el Peru sobre esa etapa terrible de la historia peruana.”

  • Una columna de fuego (Los pilares de la Tierra 3) (Completo) – Ken Follett de Ken Follett

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    La saga de Los pilares de la Tierra y Un mundo sin fin, que ha cautivado a millones de lectores, prosigue ahora con la magnifica y apasionante nueva novela de Ken Follett.

  • Volver a encontrarnos de Judit Da Silva

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    Lisa Freeman se ve obligada a dejar su hogar en Bishopstoke, Hampshire, y trasladarse con su familia al bullicioso Londres. Alli, junto a su hermana Clea, tendran que aprender a moverse en sociedad. Pero no todo son rostros nuevos, alli se reencontrara con su querido amigo de la infancia Adrien Bells. Lo que ella no espera es que la ciudad le haya cambiado tanto. ?Que se ha hecho del encantador Adrien que ella conocia?
    Adrien Bells, dejo anos atras Bishopstoke para emprender una nueva vida en Londres. Convertido en un hombre de negocios parece haber dejado de lado al joven amable y atento que fue antano. Ahora es un hombre frio y practico, que siente un profundo disgustado por ver a Lisa convertida en una mujer de fuerte caracter. A pesar de ello, no puede dejar de sentirse atraido por ella. ?Sera capaz de dejar de lado sus prejuicios y escuchar a su corazon?
    Dos protagonistas opuestos, condenados a entenderse por el bien de sus familias. Atrevete a descubrir esta maravillosa novela que nos llega de la mano de Judit Da Silva.

  • Una vez en la vida de Gilles Legardinier

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  • Una heredera con muy malas pulgas (Volumen Independiente), Silvia Garcia Ruiz de Silvia Garcia Ruiz

    https://gigalibros.com/una-heredera-con-muy-malas-pulgas-volumen-independiente-silvia-garcia-ruiz.html

  • La boca roja del Riachuelo de Graciela Ramos

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  • Amor Sublime de

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    Fernando Alvarado vive atormentado por su suerte, ser el senor de Bellavista con el trasfondo que eso encierra. Lo unico que aplaca el alma del rico y joven heredero es la llegada de las vacaciones y el arribo de la senorita Celeste a la hacienda vecina. Cuando lo mandan a estudiar a Europa, teme que a su retorno la encuentre comprometida, le ruega que lo espere, que a su regreso la convertira en su esposa y sellan el pacto con un beso en los labios: <>.

  • Caotica Jimena, Neira de Neira

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    Jimena tiene un plan: vivir tranquila sin salir demasiado de su zona segura, conseguir un trabajo relacionado con sus estudios y no implicarse con nadie a un nivel que no sea puramente fisico.
    El orden, la racionalidad, la dureza.
    Bruno no tiene ninguno, mas que ser feliz con los pequenos placeres de la vida, pero si muchos problemas que debe resolver mientras deja que sus pasos lo guien.
    El caos, la emotividad, la ternura.
    Un piso. Un encuentro. El objetivo de una camara. Un giro inesperado. El desequilibrio.
    Y sucede.
    Dos personas aparentemente opuestas que se cruzan y convergen, cuando sus caminos no lo hacen.
    Porque el amor no siempre llega en el momento indicado ni con la persona adecuada, pero no por ello desaparece.
    Porque, aunque la vida nos haga elegir lo que mas duele, todas las historias de amor del mundo se merecen un final.

  • Que sea para siempre de Bryan Valarezo

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    La vida puede sorprendernos con sus giros inesperados,con las casualidades que sacuden nuestra forma de ver el mundo.Caleb es un joven que ya ha perdido mucho. Primero debio despedirse de sus padres de forma repentina y hace poco tambien tuvo que decirle adios a su abuela. Y es justo en ese momento, cuando la tristeza se carga sobre sus hombros, que por su camino se cruza alguien que podria dibujar nuevas sonrisas en su rostro.Kensei es una chica de mirada melancolica y de emociones profundas. Transita sus dias acompanada por una guitarra con la que expresa las verdades de su corazon. Con personalidad altanera y hambrienta de aventuras, se preparara para realizar un viaje muy importante para ella.El primer encuentro sucede en una heladeria, el segundo en un cafe. Y cuando el tercero se concreta en la estacion de tren, ya no hay vuelta atras.A medida que ambos personajes se abren el uno al otro, descubren que la felicidad no esta tan lejos como habian pensado, que las casualidades existen y que a veces las sonrisas pueden dibujarse tan solo con pequenas muestras de carino.

  • Ningun tiempo es pasado de Juan Esteban Constain

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  • Emparejame de Nina Minina

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    Disparatada, tierna, erotica y valiente, Emparejame propone un feminismo canalla carente de filosofia y con mucha picardia. Una de esas novelas que al acabar abrazas, te saca una sonrisa de buen rollo y regalas a tus amigas.

  • La sorprendente verdad sobre que nos motiva de Daniel H. Pink

    https://gigalibros.com/la-sorprendente-verdad-sobre-que-nos-motiva.html

    Llega a Espana uno de los fenomenos editoriales en no ficcion del 2010.

  • El cementerio de las hesperides – Lindsey Davis de Lindsey Davis

    https://gigalibros.com/el-cementerio-de-las-hesperides-8211-lindsey-davis.html

    “De la aclamada Lindsey Davis (< historica>> para El Periodico de Catalunya; < Christie de la Antigua Roma>> segun Santiago Posteguillo),
    creadora del queridisimo personaje de Marco Didio
    Falco, llega la nueva novela protagonizada por la hija de
    este, Flavia Albia.
    La vida les sonrie a Flavia Albia y su pareja, Manlio Fausto.
    Pero el nuevo trabajo de este como contratista comienza
    con un problema: en el Jardin de las Hesperides aparecen
    los huesos de un mozo de taberna desaparecido anos atras.
    Albia decide investigar y para ello se interna en la vida real
    de las calles de Roma, donde las tabernas son burdeles,
    los trabajadores llevan una existencia brutal y el juego y la
    extorsion estan a la orden del dia. Y frente a esa realidad,
    Albia no puede olvidar que su propia boda y su emocionada
    familia la esperan a la vuelta de la esquina.
    Los dioses, sin embargo, parecen tener otros planes…”

  • Existio otra Humanidad de J. J. Benitez

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    J. J. Benitez explica en esta obra lo que el considera la prueba definitiva de que hace millones de anos existio otra civilizacion en nuestro planeta. Mas de once mil piedras, perfectamente grabadas con sugestivos dibujos, dan testimonio de que ciertos habitantes de la Prehistoria tenian conocimientos de las ciencias de hoy: biologia, botanica, nautica, astronomia... Su saber y sus experiencias se hallan reflejados en las piedras halladas en Ica (Peru), cuya descripcion e historia se ofrece en este libro.

  • Tenebris de Monica Benitez

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    Eiver --!Zaiguer! --lee nuestro adalid en voz alta y fuerte tras sacar un papel de la urna. Sonrio, Zaiguer es un chico fuerte y muy capaz de defenderse, a su lado, quiza logre sobrevivir un par de dias. --!Y por ultimo...! --grita metiendo la mano en la urna de las chicas. --!Me presento voluntaria! Mi voz suena por encima del silencio y de la inquietud que produce siempre este momento. Todos se giran hacia mi con asombro, lo que aumenta mi ritmo cardiaco al sentirme el centro de todo. --?Que demonios haces? --susurra mi amigo Brano a mi lado--?te has vuelto loca? --Tengo que encontrar a mi padre y a mi hermano--murmuro notando como me late el corazon con fuerza. --?Quien ha hablado? --pregunta el adalid. --Yo, Eiver--contesto hecha un mar de nervios y tambien cagada de miedo. --Acercate--ordena bajando de lo que el llama el pedestal. Aunque no es mas que una enorme roca plana que sobresale de la tierra. Todos los aldeanos se hacen a un lado para abrirme camino hasta el, que me espera con una sonrisa de labios finos y rectos que no se descifrar, mirandome con sus profundos ojos negros y ese pelo grisaceo y brillante que tapa parte de su futura calva. --Pudiste presentarte voluntaria hace meses, ?por que ahora? ?Es que hay algo que nos ocultas? Como era de esperar, se muestra desconfiado, tipico del hombre que nos gobierna. --No, senor--respondo con el corazon encogido--antes no estaba preparada, ahora si. --Ya--se rie con ironia--?A que te dedicas? --Herborista, soy herborista. Me mira con el ceno fruncido mientras un silencio sepulcral nos rodea esperando su respuesta, ahora mismo siento panico, antes esto era voluntario, cada semana dos personas se ofrecian para salir al otro lado de nuestros muros en busca de algun lugar donde trasladar nuestro asentamiento, nuestros recursos de agua se agotan, tres de nuestros cinco pozos ya estan totalmente secos, si no encontramos ese lugar pronto, no solo pasaremos sed, tambien pasaremos hambre. Al principio era asi, gente voluntaria la que se ofrecia, pero tras varias semanas viendo que nadie regresaba, los voluntarios dejaron de aparecer. Despues de una corta reunion entre el adalid y los miembros del consejo, se tomo la decision de incluir los nombres de todas las personas a las que ellos consideran prescindibles en dos urnas, una con los hombres y otra con las mujeres, y cada semana dos nuevas personas son elegidas para lo que todos consideran una mision suicida. --Nos sobran herboristas, lo cual te hace prescindible, ve a descansar, saldreis al amanecer--ordena dando la seleccion por concluida. Brano me coge del brazo con fuerza y me arrastra por todo el campamento hasta llegar a nuestro arbol, ese en el que tantas veces hemos reido y llorado juntos, donde nos hemos consolado el uno al otro. El es mi mejor amigo, mejor dicho, mi unico amigo teniendo en cuenta que aqui la amistad es un lujo que muy pocos se permiten, lo primero es la supervivencia, y si para ello tienes que traicionar a un amigo, se hace. Brano y yo no pensamos asi. --!Estas loca, joder! --grita iracundo--?como se te ocurre? Eres herborista, no sabes cazar, no sabes defenderte, ni siquiera sabes utilizar el cuchillo. No duraras ni una noche ahi fuera. --Me las apanare. --?Te las apanaras? Dime una cosa, ?que haras si algun salvaje de los asentamientos vecinos te ataca? ?O los moradores y los canibales? ?Te defenderas con una planta? -- pregunta mordaz, lo que me deja sin respuesta a la espera de que se calme. Por fin se sienta junto al tronco, encoge las rodillas y se las abraza mientras me observa intentando descifrar lo que pasa por mi mente. --?Por que? --susurra. --Ya lo sabes--contesto sentandome a su lado--tengo que encontrar a mi padre y a mi hermano. Brano suspira derrotado, sabe que nada me hara cambiar de opinion, y aunque lo consiguiera ahora ya es tarde, nadie puede retractarse de una decision asi. --Nadie ha vuelto, Eiver, mas de setenta personas han salido ya ahi fuera y ni uno solo de ellos ha vuelto, sabes que mi padre tambien esta entre ellos, pero tenemos que aceptar que estan muertos. --Me niego a pensar eso, quiza un lugar habitable donde cavar pozos esta mucho mas lejos de lo que pensabamos... --Los primeros partieron hace nueve meses, nadie puede caminar tan lejos sin toparse antes con el bosque oscuro de Tenebris, por no hablar de que antes se habran tropezado con varias comunidades de salvajes, con moradores, canibales... Salir ahi fuera es un suicidio y lo sabes. La piel se me eriza y un nudo de panico aterriza en mi pecho para quedarse, pero siento que es lo que debo hacer. --?Y que mas da? Ya has oido al adalid, soy prescindible, mi nombre esta en esa urna y tarde o temprano hubiese salido, solo he adelantado los acontecimientos. --Eso no lo sabes, quiza entre tanto hubiesen encontrado una solucion. --?Que solucion? --le corto--el agua se acaba, la mitad de los cultivos estan secos, las raciones diarias son cada vez menores, si no nos matan ahi fuera, acabaremos muriendo de sed o matandonos entre nosotros por las ultimas gotas de agua aqui dentro. --Si me hubieses dicho tu mierda de plan te hubiese acompanado. --Lo se, por eso no tenias que saberlo, aqui estas a salvo, Brano, estudias medicina, tu nombre jamas entrara en esa urna--sonrio. --Ya, pero olvidas que el agua se acaba--sonrie tambien. --Alguien encontrara un nuevo asentamiento, estoy segura. Seria muy heroico afirmar que ese alguien sere yo, pero no sera asi, Brano tiene razon, mis posibilidades de sobrevivir ahi fuera son muy pocas, por no decir ninguna. --Toma, llevate esto--dice entregandome su brujula. --Ni hablar, no puedo aceptarla, era de tu abuelo y se lo que significa para ti. --Escuchame, la vas a aceptar--ordena colocandola en mi mano--aqui la mision siempre es la misma, todos los que salen ahi fuera son enviados al este o al oeste para seguir la linea paralela del resto de asentamientos. --?Como sabes eso? --Oi parte de una conversacion entre el adalid y los consejeros, ya sabes como es la zona donde nos encontramos, ?no? --Pues la verdad es que nunca me ha quedado muy claro. --Da igual--dice cogiendo un palo y comenzando a dibujar en el suelo--este es nuestro asentamiento, y esto de aqui, las enormes montanas que ves ahi--senala a nuestras espaldas. Siempre me han producido mucha impresion, por mas que las veo a diario no consigo acostumbrarme a ellas, son enormes paredes verticales de rocas escarpadas que escalan hacia el cielo sin limite. Jamas hemos visto la cima, a partir de cierta altura siempre estan cubiertas por una densa niebla grisacea, son algo infranqueable. Sabemos poco de lo que sucedio durante los seismos, solo que murio mas del noventa por ciento de la poblacion mundial y que el mundo, tal y como era antes, dejo de existir para dejar paso a otro nuevo. Los mapas antiguos no sirven de nada, la orografia cambio completamente, donde antes habia una ciudad, ahora perfectamente puede haber una montana escarpada como la que tenemos aqui, o simplemente estar hundida bajo el mar. Segun los contadores de historias, esta montana no deberia estar aqui, se formo porque dos placas tectonicas chocaron con tanta fuerza que elevaron la tierra, dejando como prueba del impacto la monstruosidad junto a la que vivimos. --Esa montana se extiende a lo largo de toda la zona norte, nuestros exploradores nunca han encontrado el final, tanto en un sentido como el otro. Nuestro asentamiento, como todos los demas, se encuentra al pie de esta montana, por lo tanto--dice trazando una linea por debajo de la montana que ha dibujado--solo hay tres direcciones posibles cuando sales de aqui, este, oeste o hacia el sur. --El sur esta prohibido--susurro mientras un escalofrio me recorre la espalda. --Exacto, en el sur esta el bosque oscuro de Tenebris y ya sabes lo que se dice de el. --Que esta maldito--vuelvo a susurrar. Mi mente vuelve atras en el tiempo para recordar la ultima vez que nos sentamos alrededor de Kolian, el contador de historias de nuestro poblado. Desde que tengo memoria, todas las noches de luna llena nos reunimos todos en la explanada principal, se enciende una gran fogata, y Kolian, uno de los ancianos del poblado y al que todos conocemos como el contador de historias, nos recuerda entre otras muchas cosas, porque no debemos adentrarnos en el bosque oscuro, o Tenebris, como le llamamos nosotros. "Nadie que se haya adentrado en el bosque oscuro mas de cien pasos ha logrado salir, segun cuentan quienes han tenido la astucia necesaria para dar media vuelta a tiempo, en cuanto pones un pie dentro de sus limites, los dias se vuelven como las noches, la densidad de su vegetacion no deja paso a la luz del sol, el frio alli es como el peor de los inviernos. Cuentan que se oyen susurros de las almas perdidas, lamentos de quienes han sufrido las mas agonicas de las muertes..." Respiro profundamente y me centro de nuevo. --Ya sabes que la aguja de la brujula siempre senala el norte--dice mirandome fijamente. --Si. --Bien, porque si alguna vez te encuentras en apuros serios, quiero que utilices la brujula y te dirijas al sur. --?Hacia el bosque oscuro? --pregunto atonita. --Si. --Nadie ha salido de alli con vida, Brano--comento sorprendida de que mi amigo quiera que me dirija hacia una muerte segura. --Eso no lo sabes, ni tu, ni yo, ni nadie--sentencia. --?Que quieres decir? --Desde pequenos siempre nos han contado la misma historia, que nadie ha salido, pero ?y si no es cierto? Puede que no hayan salido porque a lo mejor lo han atravesado, y lo que han encontrado al otro lado ha sido mucho mejor que lo que tenemos aqui y simplemente hayan decidido quedarse. Le observo con una mezcla de miedo e intriga, Brano siempre ha destacado por su inteligencia, pero tambien por ser prudente, y esto ultimo no encaja con lo que me esta aconsejando. --Recuerda que todos los que han tomado la decision de entrar eran proscritos, gente que habia cometido algun delito penado con la muerte, es normal que no saliesen, Eiver, aqui les esperaba una muerte segura, en el bosque tenian una oportunidad. --No sabia que pensabas asi...

  • A corazon abierto de Elvira Lindo

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    Partiendo de un episodio ocurrido en Madrid en 1939, la narradora de esta historia cuenta la apasionada y tormentosa relacion de sus padres, y como la personalidad desmedida de el y el corazon debil de ella marcaron el pulso de la vida de toda la familia.

  • Caballos lentos de Mick Herron

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    Caballos lentos es la primera entrega de la multipremiada serie protagonizada por el irreverente y sarcastico Jackson Lamb, un libro que The Mail on Sunday describe como <> y que The Daily Telegraph escogio entre las veinte mejores novelas de espias de todos los tiempos. De lo que no cabe duda es de que Jackson Lamb y sus <> no dejaran indiferente a ningun lector. En esta serie, Mick Herron ha modernizado con brillo y humor la tradicional novela de espionaje y nos brinda una mirada critica y sin concesiones sobre la sociedad britanica actual. Londres, hoy en dia: la Casa de la Cienaga es el reino de Jackson Lamb; un vertedero al que van a parar los miembros de los servicios de inteligencia que han metido la pata alguna vez: por dejarse un documento olvidado en un tren, por despistarse en una vigilancia, o porque la bebida los ha vuelto poco fiables. Son los <>, los parientes pobres del espionaje britanico, y tienen una cosa en comun: todos quieren volver a la accion, salir de alli a cualquier precio. El mas amargado de todos es River Cartwright, que se pasa la vida transcribiendo conversaciones interceptadas de telefonos moviles. Sin embargo, cuando se produce el secuestro de un joven y los autores amenazan con decapitarlo y mostrarlo en directo por internet, River lo ve como una oportunidad para redimirse. ?La victima es quien parece ser? ?Y que relacion tienen los raptores con el periodista caido en desgracia que los caballos lentos investigan? Mientras suena el tictac del reloj que nos acerca al plazo establecido para la ejecucion, River descubre que cada uno de los implicados tiene intereses ocultos. Si los caballos lentos no consiguen demostrar que no son tan inutiles como los consideran los demas, el eco de la muerte de un joven resonara por todo el mundo. Mick

  • Sudor frio de Mari Carmen Sinti

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    Me parece oportuno aclararlo: no soy prologuista, ni academico, ni un profesional del ambito literario. Simplemente soy un lector, uno de tantos. Por eso cuando Mari Carmen Sinti me pidio unas lineas para introducir su primera novela, decline amablemente el ofrecimiento. Le dije que no le costaria demasiado encontrar a alguien mucho mas preparado que yo, alguien que estuviera a la altura de lo que su Sudor frio merecia. Pero insistio. Y lo hizo con tanta determinacion, que no me atrevi a negarme de nuevo. Y ahora se lo agradezco. Sudor frio me ha resultado una lectura gratamente sorprendente, que para nada parece la obra de una debutante. Aunque la autora ya ha publicado relatos breves en varias antologias, el salto a una novela me parece algo serio, una empresa mayor. La historia debe sostenerse en un espacio mucho mas prolongado. Y eso hay que trabajarlo duro, ademas de tener la capacidad de los buenos escritores para lograrlo. Y Sinti la tiene. Desde las primeras paginas te quedas con la sensacion de estar ante un proyecto maduro. Detras de cada palabra, de cada frase, de cada parrafo, se adivina una tarea concienzuda para encontrar la mejor forma de transmitir lo que quiere. Y lo consigue sin aspavientos innecesarios ni giros imposibles, con una prosa alejada de toda arrogancia, de manera sencilla. Lo de <> viene a colacion porque ultimamente he tenido que dejar bastantes novelas a medio leer. Tal vez sea que con la edad te vas volviendo mas selectivo, y si al cabo de unas paginas ves que la historia no te llena lo suficiente, cierras el libro sin mas contemplaciones y lo mandas directamente a la estanteria. O es que quizas de un tiempo a esta parte se ha puesto de moda intentar imitar a los autores barrocos del Siglo de Oro. Y eso me cansa de manera soberana. Hay quien cree que su obra tendra mas nivel literario por el hecho de emplear palabras que obliguen al lector a tirar de diccionario. Y utilizan hasta el aburrimiento figuras retoricas y metaforas que no vienen a cuento. !Que pereza! A todos ellos les recomendaria que tomaran buena nota de como escribian Jim Thompson, Mario Puzo o el Umberto Eco de El nombre de la rosa. Por suerte, Sinti ya lo hizo. El comienzo de Sudor frio apunta alto, es de esos que te dejan pegado a tu sofa orejero favorito, con el alma en un puno y una necesidad incontenible de seguir pasando paginas. Paginas de una historia de suspense de dialogos jugosos y con sentido, que discurre por una trama bien enlazada, que siempre mantiene el pulso, donde nada sobra. Los capitulos fluyen con deliciosa cadencia, te agarran, te sumergen en la ficcion. Sin darte cuenta, pasas a formar parte de ella, como un personaje mas. He disfrutado con la lectura de Sudor frio, me ha hecho pasar gratos momentos. Y me ha dejado ese dulce aroma que solo te dejan las buenas novelas. Y creo no equivocarme si afirmo que Sinti nos brindara grandes momentos literarios en el futuro. Y si no, al tiempo. Josep Camps Sudor frio Diciembre 2018 Capitulo 1 I always have an alibi You allow me there But tonight I have no conscience So what comes after that? Siempre tengo una coartada Tu me dejas ahi Pero esta noche no tengo conciencia Entonces, ?que viene despues de eso? <>, Robbie Williams. La noche estaba siendo un fracaso hasta que aparecio Marius. Alto, rubio y con una sonrisa seductora, le habia hecho olvidar que estaba en aquel pub de moda, en lo alto de Montjuic, totalmente asqueada de haber decidido aceptar la invitacion de su companera de piso. De hecho, ni siquiera era companera. Lo compartian cuatro chicas con derecho a una habitacion, lavabo y cocina, pero la mayoria de los dias ni siquiera se cruzaban. Hoy era el cumpleanos de Irina y no pudo negarse aun sabiendo que no era santo de su devocion. Lo notaba en aquellas miradas de envidia que se clavaban en su agraciada figura pues, no teniendo las proporciones perfectas, sabia sacar provecho de ellas. Y no entendia por que, ya que no tenia nada de exito con el genero opuesto. Quizas fuera su maldita falta de autoestima. Pero Marius, al contrario del resto para el que pasaba desapercibida, la vio nada mas cruzar sus miradas y ya no habia dejado de hacerlo hasta que, con el vaso en la mano y con total descaro, se habia sentado a su lado y, con un par de frases bonitas con esa voz que encandilaba, habia trocado su hastio desde hacia mas de una hora, sentada en aquel pub, en todo un mundo de colores, el corazon palpitando, el cuerpo incandescente y con la expectativa de acabar la noche con el hombre de sus suenos. Lejos de acelerar la situacion, Marius se tomo su tiempo. Durante hora y media le regalo los oidos con toda clase de piropos, y aunque algunos de ellos eran manidos, a ella le supo a gloria poder experimentar lo que tan solo habia leido en aquellas noveluchas romanticas que, de pequena, veia como devoraba su madre. Y siguieron bebiendo, incluso acepto cuando el se levanto para traerle otra copa. <> penso con una risita tonta, esperando a que le trajera el combinado y dando por hecho la obviedad del porque y del como iba a acabar la noche. Siguio flotando en su nube, escuchando su boca y sus ojos que la seducian, formando parte de aquel ritual de conquista. Incluso cuando ella se excuso para ir al lavabo, el la siguio con la mirada, recorriendo tanto su cuerpo por delante cuando se levanto, como por detras cuando se dirigia a la otra parte del local. Lo sabia, la sentia clavada en su culo. Y eso hizo que un latigazo de fuego le recorriera desde su sexo hasta la garganta, algo que hacia mucho tiempo que no sentia. Con la promesa de que iba a pedir una cancion para bailarla juntos, ella se tomo su tiempo en el servicio, arreglando su maquillaje y componiendo un poco las ojeras que, sorprendentemente vio en su reflejo del espejo. <> penso, aunque la cabeza le empezaba a dar vueltas, seguramente a causa de la bebida, ya que no acostumbraba a tomar alcohol. Volvio con una sonrisa en la boca, pero se le congelo sintiendo en las entranas el dolor de la evidencia. Marius estaba en la pista bailando demasiado agarrado a una rubia con un jersey de plumas rosas, de un modo en el que no cabian equivocos. El le decia algo al oido y ella reia con esa coqueteria de las chicas que estaban siendo seducidas con placer. Se tuvo que agarrar a la columna para no perder el equilibrio. Sintio el rechazo en lo mas profundo del pecho, un aguijonazo que le lastimo fisicamente y la hizo tambalearse. Por un momento no supo que hacer. Queria huir de alli, solo pensaba en alejarse precipitadamente de aquel lugar y sobre todo de aquella persona que estaba destrozando sus ilusiones y su dignidad. Pero habia venido con las chicas, no tenia coche ni medio de llegar a casa. Con los ojos anegados en lagrimas y mareada por el impacto, se acerco a la mesa, recogio el abrigo y el bolso y, sin tenerlo aun claro, se dirigio a la puerta. Aire, al menos tomaria el gelido aire del exterior y pondria los pensamientos en claro. En su escapada choco con un tipo. Sorprendida le miro. Aquellos ojos negros se le clavaron y con voz pastosa le solto: --!Que rica estas, nena! Vente conmigo. Te comeria el cono como nadie te lo ha comido jamas. Horrorizada salio por la puerta del pub con el unico pensamiento de abandonar todo aquello que se estaba distorsionando para convertirse en un infierno y, sin pensarlo siquiera, corrio carretera abajo. Estaba lejos, casi en el fin del mundo, en la cima de la montana, pero no se paro a pensarlo. Necesitaba llegar al centro de la ciudad, en la plaza Espana cogeria algun autobus y una vez en casa se tranquilizaria e intentaria olvidar esa mierda de noche. Bajaba trastabillando, no entendia por que las piernas le pesaban de aquella manera y por que le costaba tanto mantenerse derecha. La carretera estaba insuficientemente iluminada y en cada curva creia ver las sombras al acecho. El miedo empezo a apoderarse de su mente y no le ayudaba nada que estuviera empezando a ver todo borroso. Le faltaba el aire y la respiracion se le estaba volviendo desacompasada. El corazon le iba a estallar. No sabia cuanto le faltaba para llegar abajo, a la civilizacion tranquilizadora y segura, cuando una furgoneta se paro a su lado. No la oyo llegar, y en ese momento solo penso cuanto tiempo hacia que estaba siguiendola. Solo noto por el rabillo del ojo que la puerta lateral se abria y unas manos la agarraban cuando estaba a punto de desfallecer. Sintio el suelo frio y duro debajo de su espalda sin poder ni siquiera chillar. Debia haber sentido dolor por la brusquedad en que la arrojaron dentro, pero no lo noto. La paralisis en todo su cuerpo la hacia insensible y el sopor de su mente vulnerable. Un sudor frio le recorrio la espalda desde la nuca y antes de desvanecerse creyo ver en su delirio un pelo rubio que hacia poco tiempo le habia parecido maravilloso, unos ojos negros y unas plumas rosas. Con los ojos cerrados escucho a alguien decir: --Con mas cuidado. No vayas a estropear la mercancia ahora que todo nos ha salido a las mil maravillas. Eso fue lo ultimo. Perdio el conocimiento.