• libro un hombre al mando pdf - Laurelin Paige

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    Tenia el brazo levantado y el movil en la mano mientras buscaba cobertura cuando lo oi. Un maullido leve. El tipico sonido de un gatito en apuros. Aguce el oido y examine a mi alrededor. Detras de mi, cuatro estructuras con forma de silo se erigian apinadas. Abajo, el bar de la azotea bullia de actividad. Enfrente, el Empire State atraia todas las miradas, resplandeciente con los colores del arcoiris (en honor a la manifestacion en favor del colectivo LGBTQ, convocada para ese fin de semana), pero el exceso de luces centelleantes de discoteca del local hacia palidecer la atraccion turistica. Habia mucho barullo, una de las razones por las que me habia escabullido a la parte mas alta del edificio: queria hacer una llamada. El otro motivo que me habia empujado a subir a la azotea era que todavia no habia conseguido que en mi pantalla apareciera mas de una raya de cobertura. Los maullidos, conclui, debian de proceder de los depositos, sirvieran para lo que sirvieran. Imagine que hacian las veces de trastero para guardar objetos mecanicos para el edificio: para el sistema electrico, el aire acondicionado y vete a saber que mas. Algun arquitecto de esos de prestigio habia decidido, por alguna razon, que unas torres cilindricas de un tono bronce con tapas que parecian un sombrero conico asiatico eran el mejor modo de hacer que el material industrial quedara mas bonito. De verdad, la ultima moda en diseno de la ciudad de Nueva York escapaba a mi entendimiento. Para mi, tenian una pinta rarisima. Ademas, los habian colocado en la parte mas alta de un edificio de sesenta plantas, de modo que la probabilidad de que hubiera oido a un gatito extraviado era bastante infima. De todas formas, el ruidito habia cesado. Es probable que hubiera sido el chirrido de un generador o que me lo hubiese imaginado. Volvi a centrarme en el movil. Dos rayas si me situaba en esa direccion. Termine de subir los tres escalones que faltaban para llegar por fin a la planta superior. !Tres rayas! Con eso bastaria. Pero... volvi a oir al gatito. Otra vez. Y otra. Quedaba descartado que fuera algo mecanico. Baje la mano con la que sostenia el telefono y empece a rodear uno de los depositos. Si no se trataba de un gato (porque tan arriba no podia ser, ?no?), ?que era entonces? ?Esos ruidos los podian hacer las ratas? Solo de pensarlo me puse a temblar. Lo cierto es que no tenia ningun motivo para ponerme a buscar de donde procedia el sonido. Pero ?y si era un gatito? Quiza los del bar hipster de abajo tenian uno aqui en la azotea para que mantuviera a raya a los ratones. No era una idea tan descabellada y me empezo a picar la curiosidad, asi que, en contra de lo que me dictaba el instinto, segui rodeando el segundo deposito. De pronto, me quede petrificada. Aquel ruidito no lo emitia un animal, sino una mujer. Se encontraba a unos cinco metros y apoyaba la espalda en la pared de ladrillos de una chimenea al otro lado de los depositos. Tenia los ojos cerrados, llevaba un vestido de fiesta remangado por la cadera y los sonidos que emitia eran gemidos de placer, no de sufrimiento. Segun parecia, se los estaba provocando el hombre situado delante de ella. En concreto, su mano, que se movia entre sus piernas. Y !uf!, a juzgar por la expresion de la mujer, el hombre sabia lo que hacia. Retrocedi con sigilo y a toda velocidad mientras rodeaba el deposito y solte el aire despacio. No sabia si echarme a reir o... bueno. ?Es que que otra reaccion iba a tener, si no? Desde luego, el cosquilleo instantaneo de excitacion que se me habia despertado entre los muslos no era la respuesta adecuada. Vamos, que lo mejor era reirse. Me rei en silencio, para no molestar a los <>. Sin embargo, cuando el impulso de tomarmelo con humor se desvanecio, el cosquilleo seguia ahi. Hacia mucho tiempo desde la ultima vez que habia echado un polvo. La ultima relacion seria que habia tenido termino en verano, y luego busque un clavo que sacara a otro calvo durante el fin de semana de Halloween, pero, desde entonces, nada... y estabamos a principios de septiembre. !Madre mia, pero si ya casi hacia un ano! No me extranaba que sintiera tanta curiosidad por aquel par de desconocidos que se metian mano en un rincon apartado de la juerga en la azotea. La excitacion indirecta era demasiado tentadora. Sin hacer ruido, rodee el deposito de puntillas con el cuerpo pegado al edificio. Solo queria... echar una miradita. Guau. Esta segunda vez, la escena era tan sensual como la primera. Mas incluso ahora, que la mujer empujaba las caderas hacia la mano de el. La forma en que el hombre le sostenia las manos por encima de la cabeza, el hecho de que no se estuvieran besando, que los unicos puntos de union entre sus cuerpos fueran la mano de el que le agarraba las munecas y la otra metida entre sus piernas, constituian un espectaculo obsceno, lisa y llanamente. Y cuando ella solto otro gemido, por poco no se me escapo uno a mi tambien. Tome nota mental: <>. Tanto, que habia olvidado por completo la razon por la que habia subido a la azotea. Tanto, que me palpitaba la entrepierna. Tanto, que ni se me ocurrio esconderme cuando la mujer profirio un ultimo grito ahogado y se estremecio al llegar al orgasmo. Era evidente que aquel era el preciso instante en que deberia haberme ido. Bueno, vale, deberia haberme ido antes, pero como no lo habia hecho, el momento era ese. Sin embargo, me quede ahi, pasmada por la actitud indiferente con la que el hombre se saco un panuelo de un bolsillo interior del esmoquin y se limpio la mano antes de metersela en el bolsillo. Ni siquiera se lo ofrecio a la mujer. No fui la unica que se dio cuenta. Ella puso mala cara mientras se recolocaba el vestido, pero enseguida recupero la sonrisa. Se echo la melena castana por encima del hombro (oscura, pero no tanto como la mia), se acerco a el y le toco la entrepierna. --Va, Eden, que tu ya has terminado... --Aunque no alcanzaba a oirlo todo desde mi escondite privilegiado, si que vi con claridad que el le apartaba la mano. --Pero tu no --dijo ella entre susurros. El la miro fijamente unos segundos. Ojala hubiera estado de cara a mi para poder ver su expresion. Oye, que complicado era espiar a gente que no cooperaba. --No te esfuerces --repuso al final. Una negativa, clara como el agua. No necesite verle el rostro para saberlo--. La unica razon por la que he hecho que te corrieras ha sido para que me dejes en paz. <>. !Menudo imbecil, el tio! Bueno, o quiza no. Habia que tener en cuenta que, antes de rechazarla, le habia provocado lo que, a todas luces, habia sido un orgasmo de calidad excepcional. Claro que carecia de la informacion necesaria para formarme una opinion a partir de lo que habia visto. Pero era dificil no figurarme los detalles de la situacion mientras observaba la escena como quien come palomitas, y, en mi imaginacion, al tipo se le daba tan bien follar como tener los modales de un autentico imbecil. La experiencia me habia ensenado que ambas caracteristicas iban de la mano. Eden se aclaro la garganta, pero parecia que sabia cuando retirarse: --Tu te lo pierdes. Sabes perfectamente que te trato muy bien. --Si, exacto. Ese es el problema. Madre mia, menudo cabron. Era el tipico tio que necesitaba poner distancia. El tipico que solo se enrollaba contigo una vez y si te he visto no me acuerdo. Recorde que habia alquilado el bar de abajo entero, en la azotea, para celebrar una fiesta con invitados de clase alta, y lo cale: un ricachon arrogante que se creia que tenia privilegios. Todo un casanova, vamos. Lo mejor que Eden podia hacer era salir disparada en direccion contraria. Se le borro la sonrisa. Irguio la espalda y lo fulmino con la mirada. --Eres un imbecil. <>. El casanova se encogio de hombros. --Ya te lo adverti. --Me avisaste, pero sabias que, al hacerlo, darias ni mas ni menos que la imagen contraria. Mira, ?sabes que? Te mereces estar tan amargado. Parecia que estaba a punto de irse, lo que significaba que yo debia salir por patas, pero vacile al ver que el alargaba la mano y la agarraba del brazo. --Espera, Eden. La expresion de esta se suavizo, aliviada, como si hubiera deseado que el la detuviera. Yo tambien sabia lo que era albergar esa esperanza. Ademas, estaba bastante segura de que Eden sabia donde se metia cuando se habia enrollado con este cabron, pero, aun asi, me costaba no empatizar. Le solto el brazo y le acaricio el rostro. Y, justo cuando creia que el casanova quiza no estaba tan mal, espeto: --Limpiate antes de bajar. Se te ha corrido el rimel. Eden se aparto de golpe y, sin mediar palabra, se fue echa una furia. Una furia que venia derechita hacia mi. <>. Sali disparada y rodee el deposito lo suficiente para que no me viera cuando bajara las escaleras, pero no tanto como para que don imbecil me viera desde el otro lado. Entonces, espere mientras trataba de oir sus pisadas para saber cuando podria salir de mi escondite. Por lo visto, el cabron caminaba de forma muy silenciosa, porque no se oia ni una mosca. Asi que me puse a contar hasta doscientos, solo para estar segura de que habia pasado el tiempo suficiente. Y me pase de los doscientos tambien, porque perdi la cuenta un par de veces cuando me asalto una imagen de la escena tan sensual con la que me habia encontrado. Sin duda, en la lista de pendientes debia anadir <>. No podia seguir asi. Al fin, asome la cabeza por donde lo habia visto la ultima vez. No habia nadie. Avance unos pasos para asegurarme. No estaba en ninguna parte. Suspire, aliviada. --?Buscas a alguien? Di un bote al oir la voz a mi espalda. Gire sobre los talones y lo vi de pie, entre las sombras, donde habia estado escondida hacia tan solo unos segundos. Era imposible que supiera que yo estaba alli. Imposible. Igual de imposible que que supiera que los habia visto. Llegue a esas conclusiones en un instante, de modo que me hice la inocente: --Me habia parecido oir a un animal. Un gatito atrapado. Solo estaba echando un vistazo. <>. --Un gato. En la azotea de un edificio de sesenta plantas. --No se lo creyo, como era logico. --Ya, a mi tambien me parecia raro. Por eso estaba echando un vistazo. --Aja. Estaba tan nerviosa que me habia puesto a sudar. Tenia muy presente que habia venido a la fiesta haciendome pasar por quien no era y, aunque no habia ninguna razon para que este tipo lo pusiera en duda, la posibilidad habia hecho que me pusiera en guardia. Pero eso no tenia por que ser positivo per se. Porque deberia haber defendido mi version (era la verdad, al fin y al cabo) y haberme largado. El seguia entre las sombras, con el rostro oculto en la oscuridad. Tampoco es que fuera a tratar de impedirmelo. Con todo, esas dos silabas encerraban una provocacion, un reto implicito, y quien me conocia sabia que yo no era de las que salian corriendo ante un desafio. Di un paso adelante para acercarme. --?Aja? ?Aja, que? ?Que quieres decir con eso? ?No me crees? Se encogio de hombros con la misma indiferencia que le habia demostrado a Eden. --Aja solo quiere decir aja. --Ah. --Quiza me lo habia imaginado. Toda esta odisea habia sido un error. ?Por que habia creido que seria capaz de hacerlo sin perder los papeles? Tal vez era el tipo de persona que no se achicaba ante un desafio, pero tampoco era estupida, y haber venido a esta fiesta habia sido una absoluta insensatez. Ademas, estaba imaginando conflictos donde no los habia--. Bueno, pues... --dije y me di la vuelta para alejarme de ese hombre misterioso. Del mismo modo que habia alargado la mano para detener a Eden, elevo la voz para detenerme a mi. --?Sabes? Creo que has venido a echar un vistazo porque has oido algo y luego te has topado con otra cosa. Y en vez de irte..., has preferido quedarte. Gire sobre mis talones de nuevo. --No me he... --perdi el hilo de golpe. Habia salido de las sombras y ahora, por primera vez, le vi la cara. Y era impresionante. Impresionante nivel: te quedabas sin respiracion. Impresionante nivel: braguitas chorreando. No me extranaba que Eden se hubiera muerto del gusto con el. Los hombres normales y corrientes no eran asi. Este era como un modelo de portada de revista. Si me hubiesen obligado a describirlo, no habria sido capaz de decir que lo hacia tan atractivo. Todo. La forma en la que encajaban sus rasgos. Los pomulos marcados. La mandibula cincelada y manifiesta bajo una barba castana, cuidada y corta. Los ojos... (habia demasiada poca luz para identificar el color, pero estaban colocados en el lugar perfecto). Y, aunque su apariencia por detras se disimulaba bastante, el traje confeccionado a medida que llevaba revelaba lo suficiente de la parte frontal para apreciar que tenia un cuerpo muy bien definido como quien no solo tiene un gimnasio en casa, sino que tambien se pasa horas en el. Me sorprendio tanto, me pillo tan desprevenida, que vomite las palabras antes de tener la oportunidad de refrenarlas: --Ostras, menudo pibon. La verguenza me subio por el cuello hasta el rostro. Mi piel olivacea no se sonrojaba con facilidad, pero la sangre todavia se me acumulaba en la cara cada vez que hacia el ridiculo. Y acababa de hacer un ridiculo monumental. Era imposible arreglarlo. Mientras me mosqueaba conmigo misma y me moria por el bochorno, el metio cucharada como si nada: --Justo estaba pensando lo mismo de ti. Me acababa de tirar los tejos. Y hacia nada que le habia provocado un orgasmo a otra mujer. Pero que bien lo habia calado. Era un donjuan de manual. Me eche a reir, en parte por los nervios y tambien porque no me lo podia creer. --Eh... no. Eso no. No vamos... No. Gracias, pero creo que me voy a ir. Estaba tan nerviosa que no habia acabado de dar la media vuelta cuando me detuvo de nuevo. --No, espera. Lo siento. No queria pasarme de la raya. Como lo has dicho tu primero, creia que podia responderte en los mismos terminos. Reflexione unos segundos antes de contestar (algo que sabia que deberia hacer mas a menudo). Bueno, vale. Habia decidido que no era mas que un ligon, pero no tenia pruebas de ello. Y luego habia sido yo quien le habia soltado aquello a un completo desconocido. Sin duda, era yo quien se habia pasado de la raya. --Si que lo he hecho --admiti--. Lo siento, me ha salido solo. --No hace falta que te disculpes. --Su sonrisa brillaba como el oro. Resultaba hipnotica. Capaz de convencer a muchas mujeres para cometer estupideces con tan solo exhibirla. Desee que ese <> no me incluyera a mi. Pero tambien era realista, asi que me puse en guardia porque lo mas probable era que yo tambien formara parte de dicho grupo. Y todavia estaba alli parada. --Tambien se aplica a que te hayas quedado aqui arriba despues de presenciar lo que te has encontrado. --Estaba decidido a obligarme a admitir lo que habia visto. Eran meras suposiciones. Solo tanteaba el terreno. Sin embargo, ?habia alguna razon de peso para negarlo? Sentia curiosidad por saber hacia donde queria llevar la conversacion, de modo que me limite a preguntar: --?Y? --Y eso, combinado con el comentario que has hecho sobre mi fisico, me ha dado a entender que esta conversacion podria terminar de una forma muy distinta. --Avanzo hacia mi al acecho, como un depredador. Lo juro. Como un depredador. Que locura lo sensual que podia resultar un hombre con tan solo dar un par de pasos. Y una locura todavia mayor era lo mucho que me estaba afectando. Y, ay, la madre, me habia costado unos segundos procesarlo, pero ?de verdad acababa de soltarme eso? --Por favor --dije, con un grunido de irritacion que iba tan dirigido a mi como a el--. Solo porque te he pillado en plena faena por casualidad, ?crees que ahora yo tambien voy a querer? --No, claro que no. --Se volvio a encoger de hombros con indiferencia--. Solo porque te hayas quedado mirando... Otra oleada de sangre me incendio las mejillas. El habia estado de espaldas a mi durante todo el rato. Eden ni siquiera me habia visto y era ella quien estaba de cara a mi. ?Me habia equivocado? Quiza en la pared de ladrillo habia algo reflectante. Me gire para examinar el lugar donde habia estado el. Volvi la vista atras hacia el punto donde habia estado yo. No, para nada. Imposible. No me habia visto. Me gire para enfrentarme a el con una sonrisa de satisfaccion. --Es imposible que lo sepas. Entonces, me devolvio la misma sonrisa, porque acababa de confesar que, en efecto, me habia quedado mirando. --Estaba evaluando si habia sido consentido --anadi, en un arranque. --Claro, te preocupaba la seguridad de otra mujer. --Exacto. --La mentira me hizo sentir honrada. Como si, en realidad, me hubiera comportado como una heroina en vez de una mirona, motivada por la preocupacion de si Eden estaba sufriendo una violacion o no. Su sonrisita de autosuficiencia me decia que no lo enganaba, pero me siguio el juego: --Espero que hayas llegado a la conclusion de que era consentido. --Al menos por parte de ella. --Lo dije porque pense que seria una pulla, pero, al oirlo, me di cuenta de que parecia que estuviera tonteando. Joder. Quiza si que tonteaba. Su expresion reflejaba la misma duda. --No me he visto obligado a hacer nada que no quisiera. Pero si, razon no te falta. Estaba un poco distraido. En cambio, tu tienes toda mi atencion. --Dudara o no, tenia un descaro impresionante. Y a mi me encantaban los ligones atractivos y descarados. Pero enrollarme con uno no formaba parte del plan de esa noche, asi que tenia que irme. --Ah, muy bien --continue, echa un lio y atontada--. Vale. Si. Me... Bueno. Gracias, pero no. Solo habia subido para hacer una llamada, asi que voy a ello. --Tuve la sensatez de largarme, pero fui incluso mas sensata al decirle mientras me iba--: Por favor, no me sigas. Bueno, quiza no habia sido la sensatez lo que me habia impulsado a echar un ultimo vistazo en su direccion. Queria saber si estaba mirando como me iba. Y, quiza soy una idiota, pero me encanto saber que, efectivamente, lo hacia. Capitulo 2 Teyana respondio tras el primer tono de llamada. --Cuentamelo todo. Yo seguia con la cabeza perdida entre los depositos, en ese desconocido tan atractivo y exasperante. Seguramente, deberia haberme esperado a que me bajara el sofoco antes de llamar, pero me moria por ponerme al telefono para que pareciera que estaba haciendo algo, por si se le ocurria seguirme. No obstante, no habia sido el caso y ahora estaba condenada a hacer un esfuerzo por hablar. Solte algo a medio camino entre un grunido y un suspiro. --Todo iria mejor si estuvieras aqui --asegure, y era la verdad, pero no lo habria expresado como una quejica si hubiese estado centrada. Al instante, trate de suavizar mi comentario--. Quiero decir, se que no seria lo mejor para ti, pero lo seria para mi, y no trato de hacer que te sientas mal, pero es que me gusta que me acompane mi amiga. Joder, que insensible. Mira que centrarme en como me sentia yo y lo mierda que era tener que estar sin ella en vez de preocuparme porque Teyana si que sufria a nivel fisico. Sabia comportarme como una buena amiga para alguien que padecia una enfermedad cronica y agotadora, pero, de vez en cuando, metia la pata hasta el fondo. --Lo siento --anadi, mientras desee haber comenzado por ahi. --Eh, va, no empieces... --Como solia pasar, Tey termino por consolarme a mi--. Soy muy consciente de que mis brotes no solo son una molestia para mi. --Pero es que ahi esta el problema: que solo para mi son una molestia. Para ti, son algo mucho peor. --Si --reconocio--. Son una absoluta mierda. Ojala pudiera estar contigo, de verdad. Ese habia sido el plan original: venir juntas. De hecho, cuando habia visto la invitacion entre la correspondencia de mi jefa, mi idea habia sido tirarla a la basura y no darle mas vueltas, pero Tey me la habia quitado de las manos y los ojos se le habian iluminado con un plan. <>, le habia senalado yo. <>. <>. <>. Fue entonces cuando me lo plantee en serio. Kendra nos habia prestado ropa a Teyana y a mi millones de veces desde que las tres nos conocimos y nos hicimos amigas cuando cursabamos el master en la Universidad de Georgetown. Aunque ya no eramos tan intimas como entonces (convertirse en mi jefa tras la graduacion habia cambiado las dinamicas de la relacion), sin duda me habria prestado algo de haber estado alli. Claro que, si hubiera estado alli, yo no habria fisgado entre su correspondencia y no habria descubierto que se celebraba esta fiesta. Tey debio de darse cuenta de que mi conformidad se abria paso: <>. Los Sebastian pertenecian a la realeza estadounidense. Tenian dinero invertido en todo, desde el acero y el petroleo hasta medios de comunicacion y tecnologia, de modo que, practicamente, la ciudad entera les pertenecia. Su apellido figuraba en tantos edificios como el de los Rockefeller, entre los que se contaba el Sebastian Center, la sede principal de la mayor parte de sus negocios en Nueva York. Y una fiesta con estos fabulosos millonarios como anfitriones resultaba, sin duda, tentadora. <>, habia insistido Tey. <>. Y como razon no le habia faltado en ese sentido, y dado que ultimamente estaba un tanto resentida con Kendra, yo habia accedido. Pero entonces, Teyana sufrio un brote que la mando derechita a la cama y en posicion fetal. Solo habia aceptado acudir a la fiesta para que ella pudiera vivirla de forma indirecta a traves de mi. Hacia tanto tiempo que eramos amigas que era consciente de que, a veces, lo unico que podia hacer para aliviar su enfermedad era vivir mi propia vida al maximo. En muchos sentidos, el hecho de que Teyana padeciera esta enfermedad me habia impulsado a ir mas lejos de lo que habria ido yo sola. Y eso me hacia sentir incluso mas culpable. --?Como te encuentras? --le pregunte esta vez. --Mareada, y es como si alguien no dejara de clavarme un cuchillo de sierra entre las costillas. Pero, sobre todo, estoy aburrida, asi que distraeme y cuentame como va la fiesta. --Bueno... --Lo cierto era que apenas habia pisado la fiesta. Me habia paseado de una punta a la otra de la azotea, habia pillado unos cuantos aperitivos exoticos de las bandejas que se paseaban por el local y, por fin, habia subido por la escalerilla para buscar cobertura y llamarla. Sin embargo, esta version de la noche no iba a distraerla, asi que trate de echarle mas miga: --Todo el mundo va muy elegante, por supuesto. Ropa exclusiva, de diseno. De hecho, me da la sensacion de que no voy todo lo arreglada que deberia, y mira que llevo un Dolce & Gabbana. --He visto la foto. Encajas a la perfeccion, te lo aseguro. Baje la mirada en direccion a la falda de tul rosado. --Parezco una bailarina. --Pareces la primera bailarina del ballet de Nueva York, en todo caso, y eres un pibonazo. Y punto. ?Que mas? Venga, cuenta.

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  • Almas de Cristal de Anali Sangar

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    -Te quiero, pequena. Te quiero con toda mi alma y no puedo mas que odiarme por ello.-No mas de lo que yo te quiero a ti. No mas de lo que yo me odio por haber destrozado tu corazon de nuevo.Al haber experimentado el dolor en cada una de sus facetas, Dario se limita a respirar mientras es arrastrado por el flujo de la vida.Hasta que la conoce a ella.A Silvia le gusta todo de Dario: su genuina naturalidad, esa sonrisa que nunca llega a asomar a sus ojos e incluso la expresion de tristeza que siempre le acompana.Tres besos tomados sin permiso actuan como detonante, empujandolos a enfrentarse a un injusto destino en el que, si alguno de los dos se permite ceder, sus almas, de por si danadas, podrian terminar haciendose anicos.

  • Crueles cadenas (Suenos de libertad) de Isabella Abad

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    Esta novela es la secuela de Asmina, amores y pasiones de una esclava. Como ella, es autoconclusiva.
    ?Has pensado cuan duro puede ser la vida para aquellos que tienen la marca de la miseria?
    ?Cuan cuesta arriba pueden ser el empleo, la educacion, la libertad? ?Cuan dificil enamorarse de alguien que parece una estrella lejana?

  • Emocioname, Susan Mallery de Susan Mallery

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    Maya Farlow tuvo que aprender de la forma mas dura a depender solo de si misma, por eso, cuando se enamoro locamente de Del Mitchell, solo fue capaz de hacer una cosa: huir. Estupefacto, Del abandono Fool’s Gold para labrarse un nombre y una carrera en el mundo de los deportes extremos.

  • El conflicto de Eden de Annemarie Brear

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    North Yorkshire, Inglaterra. Agosto, 1901 Eden reposaba sobre el pasto reconfortante, con los ojos cerrados contra el brillo del sol, mientras este banaba con sus rayos su rostro. Podia escuchar el zumbido de los insectos que caminaban junto a su cabeza; emitian un sonido laxo, perezoso, muy parecido a como ella se sentia en aquel momento. El calor veraniego impregnaba su cuerpo a traves del delgado vestido de lino azul. Sus piernas y brazos pesaban mucho; su mente estaba tranquila. Los ecos de las risas continuaron con la brisa caliente. Mientras sus hijas se remojaban en el rio Aire, ahi junto a las rocas, donde se produjo una estrepitosa revuelta. Las chicas intentaban hacer participe a su padre de tal diversion, lo salpicaban de agua lo mejor que podian. Eden, por su parte, se deslizaba suavemente por el pasto, aplastando la hierba circundante con cada movimiento que hacia, liberando el aroma de la vegetacion. Suspiro con completa satisfaccion y su rostro esbozo una sonrisa de gusto culposo. Dias como estos, ociosos, eran extranos pero muy bellos. Todo lo que existia en su mundo era bueno. --?Como despierto a una bella durmiente? Cuando Eden desperto vio a su esposo, que estaba a unos pocos pasos de ella, con una expresion traviesa en su rostro. --!No con las manos mojadas, te lo digo, Nathan Harris! Este dejo caer su cuerpo y apoyo su cabeza en el pecho de ella. --Esposa, eres una mujer cruel. --Asi es. --Ella cerro nuevamente los ojos y acaricio su cabello castano--. ?Las chicas estan muy mojadas? --Si y contentas. --Con una mano acariciaba su pecho, con la otra recorria su silueta a traves de la falda--. De hecho, estan tan ocupadas hablando que podemos divertirnos unos minutos… --En verdad lo crees, ?eh? --Riendose, tomo la mano juguetona de su marido--. Prefiero quedarme aqui, en silencio y no hacer nada, para variar. --Esta bien, tu relajate, yo me divertire un poco…. --Su voz se convirtio en un susurro ronco al mordisquear la piel suave debajo de la oreja izquierda de su mujer. Eden abrazo el cuello de su esposo, introduciendo sus dedos en el cabello de este. --Te adoro, esposo. --Awww, mi nina…. --Nathan la beso y luego se engancho sobre su codo, el amor que sentia por ella se reflejaba en sus pupilas grises. Ella acaricio su mejilla, aspera como cerdas. --En un par de anos cumplire treinta, ya no sere mas una nina. --Siempre seras mi nina, a la que amare. --El tapo el sol mientras bajaba la cabeza para darle otro beso tierno y suave, con sabor a la cerveza que habia bebido durante la comida. Frotando su nariz con la de ella, recorrio con sus manos su cintura, ella, por su parte, la apreto con fuerza contra el. --Incluso, cuando tu cabello se tine de color gris y ya no tengas dientes, seguiras siendo mi nina --dijo Nathan. Balbuceando de risa, ella lo abofeteo carinosamente. --!Descarado! ?Te dices llamar un amante? Nathan rodo sobre su espalda, llevandola con el. --?Quieres que te demuestre que tan buen amante puedo ser? --El procedio a desabrochar el boton superior de su vestido, pero en ese momento sus hijas, Josephine y Lillie, llegaron corriendo. Sentada y acomodandose la falda, Eden le sonrio a sus queridas pequenas, que cayeron en una marana de enaguas y risitas humedas. Sus ninas estaban bien alimentadas y sanas, no como otros ninos del pueblo. Habian tenido la oportunidad de asistir a la escuela, en vez de trabajar en los molinos y las minas de la zona. Ella y Nathan habian acordado que sus hijas tuvieran acceso a la educacion, como sus padres, para procurarles una mejor vida. Al escuchar a Josephine contarle a Nathan los colores de una libelula que vio, Eden les dio manzanas rojas, arrancadas de los arboles frutales de su propiedad. Despues de que las chicas se marcharon nuevamente, Eden recogio el pequeno picnic. --?En que momento paso tan rapido el tiempo, Eden?, ?En que momento crecieron? --Murmuro Nathan al verlas correr por la loma, riendo con inocente alegria. Ella lo miro. --Apenas tienen siete y seis anos, todavia no son mujeres. --Lo se, pero extrano cuando las arrullaba en mis brazos. Creia que podia protegerlas mejor en ese entonces. --Tambien puedes hacerlo ahora. --No como quisiera. A veces quiero cerrar la puerta de la cabana y no abrirla mas. Ella se sento sobre sus talones y lo miro detenidamente. Era la primera vez que notaba la delgada capa color plata en su cabello, y que las lineas que recorrian de su nariz hasta su boca, eran mas profundas. Era un hombre atractivo, un hombre tranquilo. Lo que suele llamarse un pensador profundo. El medito y sopeso sus pensamientos y acciones, que estaban en contraste con ella. Ella hacia todo con prisa, aun no terminaba de hablar de un tema cuando ya estaba deseosa de comenzar otro. Siempre estaba ocupada, es por eso que hoy en dia es tan especial. Por primera vez en mucho tiempo, estaba descansando sin hacer nada, solo comia y observaba a su familia. Ahora, el cambio de humor de Nathan atenuo su brillo de felicidad. Por mucho que ella lo amara, a veces era dificil convivir con un hombre tan serio. Volteo hacia ella y sonrio con tristeza. --No me hagas caso. Ya sabes como soy. --Se puso de pie de un salto y dijo: --Ire a buscar a las chicas. Eden se levanto, tomo su mano y lo detuvo. --Hemos pasado un dia increible juntos. El respondio: --Si. Ella se acerco y lo beso. --Ahora que ya no trabajo en el Salon, podemos tener mas dias como este. El dejo escapar un suspiro hondo y dibujo una sonrisa con su dedo. --Soy mas feliz sabiendo que ya no estaras mas en ese lugar. Ya era hora de que Annabelle te dejara ir para estar mas tiempo con tu familia. Realmente no te necesitaba o podria haberte reemplazado. --No queria irme, disfrutaba trabajar con ella. Somos muy cercanas. Es como una hermana. --Pero ahora que se caso, ya no te necesita mas. Eden, al escuchar eso, se alejo. --Eso es cruel. Me haces sentir culpable por ser cercana a los Bradbury. --Lo siento, pero esa familia tiene demasiado poder sobre ti. --El dirigio la mirada a otro lado --. Siempre ha sido asi. --Hemos estado juntos desde que eramos pequenas. ?Por que mencionas esto de nuevo? Sabes cuanto quiero a Annabelle. Sabes de la relacion que existe entre nuestras dos familias. --Lo se. He sido el unico que lo ha padecido. Eden lo miro fijamente, no creia lo que estaba escuchando. --Eso no es justo, Nathan. Tenemos una buena vida gracias a la amistad que tenemos con los Bradbury. El refunfuno. --Puedes tener una amistad. --Simplemente trabajo para ellos. --Piensan muy bien de ti. --Mientras haga un buen trabajo que les signifique una ganancia economica. No es como si cenaramos con ellos o fuesemos a su casa a tomar el te. --He cenado con ellos porque son mis amigos --replico Eden; su ira se hacia mas grande. Puede que no pertenezca al mismo estrato social, pero nunca me han hecho sentir… --No quiero discutir contigo, hoy no. Ademas, es innecesario volver a este argumento ahora que ya estas en casa. --Despues de besarla en la nariz, la dejo para que reconsiderara su comentario. Frustrada por la discusion, recogio la manta sobre la que habian comido y la doblo, intentando no condenar sus sentimientos. Sin embargo, la residencia y las personas que trabajaban ahi, habian sido muy importantes en su vida, y lo habian sido mucho antes de conocer a Nathan. Durante diez anos habia sido companera de Annabelle, la hija del Coronel James Bradbury, pero incluso antes de ser su empleada, fue su amiga de la infancia, asi como de sus hermanos, Joel y Charlie. Siempre habia pertenecido a ese grupo: caminaban por el bosque, jugueteaban en el rio, iban de caza y hacian picnics. Ella se sentia parte de la familia, aunque a veces era dificil pasar de ser la sirvienta a ser una amiga. Annabelle y Charlie eran como sus hermanos. Su mente vacilo al pensar en Joel. Se habia hecho a la idea de no pensar en el, y casi siempre lo lograba. El habia estado fuera por mucho tiempo y pertenecia a otro ambito de su vida. Una etapa en la que habia sido joven y despreocupada… Sacudio su cabeza, evitando que los recuerdos llegaran a su mente, y deseando que Nathan no hubiera mencionado a los Bradbury. Su relacion, poco comun, se remonta a su bisabuelo, Morley, quien era el jefe de guardia de la finca, una posicion que le paso a su hijo. Toda la familia de Eden habia trabajado para la finca desde que su bisabuelo era joven. Su madre habia sido la doncella de la abuela y la madre de Annabelle, y su padre habia sido su cochero. Paso su infancia jugando en los terrenos de la finca, y siendo hija unica, pudo disfrutar de una amistad muy especial con los ninos del Salon. Parecia natural seguir los pasos de su madre y convertirse en sirvienta y companera de las mujeres Bradbury. Cuando su bisabuelo se jubilo, fue premiado, por su lealtad y buen servicio a la familia Bradbury, con una pension, una casa de campo y tres acres en las tierras libres a las afueras de la finca, en lo que se conoce como Bottom Wood. Ellos, al convertirse en pequenos terratenientes, se habian ganado un lugar respetable en la aldea local. De pronto, Eden levanto la vista cuando vio que sus hijas corrian hacia ella, con Nathan caminando detras, para disculparse. Lillie le dio un pequeno ramo de flores silvestres, Eden la beso en la parte superior de su pequena cabeza. --Gracias querida. Ven, vamos, es hora de regresar a casa. Necesitas cambiarte la ropa humeda, ademas tienes cosas por hacer. ?Podemos dejarlo para despues, mama? Josephine hizo un puchero, arrastrando los pies mientras recogian la canasta y la manta. Su cabello oscuro colgaba en mechones despeinados por su espalda. --Ya te he explicado antes. Los animales tienen que ser alimentados. ?Te gustaria irte a dormir sin cenar? --Eden volteo malhumorada hacia su hija mayor, que estaba a punto de refutarla--. Haces muy poco, no como los otros ninos. Se agradecida. --No seas dura con ella, Eden --murmuro Nathan, quitandole la cesta--. Siento haberte arruinado el dia.

  • En busca del silencio de Adam Ford

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  • Era el chico perfecto de Sophie Kiss

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    Albern aparece despues de varios dias sin estar con el gran amor de su vida Michelle, cuando estan juntos Albern le anuncia que viene un gran cambio para sus vidas, Michelle lo sabra de a poco. Albern se la llevara a experimentar nuevas experiencias, conocer a una persona muy especial y a no renunciar a su nuevo estilo de vida.

  • Pagar por los pecados de Carolina Ortigosa

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    Eva Abrams es una joven estudiante que vive en un barrio tranquilo de Wisconsin, y toda su existencia esta condicionada por las creencias de su religiosa familia.
    Aunque a pesar de todo, su fe no es lo que se dice... ciega.
    Hasta ahora, casi lo unico que le ha importado es sacar buenas notas y marcharse a la universidad, lejos de un padre controlador con poca tolerancia hacia el fracaso.
    Eva hace lo posible por estar a la altura, sin embargo, cuando descubre que esos principios se incumplen a la ligera, todo cambia. Si antes las cosas eran dificiles, se volveran imposibles en su hogar; y, fuera de el, tambien hay peligros acechando. Sera toda una sorpresa para Eva descubrir lo que ocultan en su interior personas muy cercanas.
    Se dice que las tragedias nunca vienen solas, y parece que un pecado trae consigo otro.

  • La princesa desdenada de Tara Pammi

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    No habia previsto el fuego devastador que brotaria entre ellos… !y que los uniria para siempre!

  • Pifias matematicas de Matt Parker

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    ?Que hace que un puente se tambalee cuando no estaba previsto que fuera asi? ?Como es posible que miles de millones de euros se esfumen en un instante? ?O que un edificio tiemble cuando una clase de gimnasia que salta al ritmo de una determinada cancion iguala su frecuencia de resonancia? La respuesta a todas estas preguntas son las matematicas. O, para ser mas exactos, lo que sucede cuando las matematicas fallan en el mundo real.

  • Neandertal Cavernicola 2, Mary Ferre de Mary Ferre

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    Nancy decide volver a Chicago tras haberse refugiado en Crest Hill despues de haber vivido su primer desamor. La traicion del que era su novio le ha hecho caer en un pozo sin fondo en el que se ha destruido asi misma y necesita encontrar la fuerza suficiente para continuar viviendo. Va a enfrentarse a nuevos desafios una vez que se de cuenta que nunca ha dejado de ser observada por el que fue el hombre de su vida.

  • Cameron (Senoritas americanas 2) de Scarlett O'connor

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    Una serie que no defrauda, con personajes femeninos fuertes que luchan por su lugar, y hombres que estan a la altura.
    -Melanie Rogers.

  • Un asesinato corriente y otros relatos de P.d. James

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    Cuatro relatos de una de las grandes autoras de misterio por primera vez reunidos en un libro. Narraciones de intriga que juntas, en palabras de la propia autora, constituyen un delicioso <>.

  • Regalo Inesperado Un Amor Para Compartir de Ruby Martinez

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    Tengo un sueno infernal pero nada que puedo conciliarlo. Odio los hospitales. Me hacen transportarme a cuando tenia diez anos y aquel accidente paso. Ahora, once anos despues, es tiempo que aun me sigue afectando la muerte de mis padres en aquel tragico accidente del que milagrosamente sali con vida. El estar aqui me deprime, sin embargo, tengo que hacer el mayor de mis esfuerzos. No puedo ser malagradecida, mi tia no se lo merece, ademas de que soy su unica familia. La tia Christina se encuentra hospitalizada desde ayer, tuvo un sangrado que hizo que su embarazo se convirtiera de alto riesgo. Cuando llegue de la universidad la encontre tirada en la alfombra de la sala, sangrando. Inmediatamente llame a emergencias y en cuestion de minutos llegaron a atenderla, trasladandonos hasta aqui. Segun lo que el medico nos dijo a ambas, fueron los fuertes golpes recibidos los que provocaron un desprendimiento de la placenta. Me pregunte cuales serian esos fuertes golpes, pero no llegue a ninguna conclusion. Me atrevi a preguntarle a mi tia, a lo que me contesto nerviosamente: --Estaba poniendo las cortinas en el cuarto de Becky, me he resbalado y he caido. Me arrastre hasta la sala para llamarte al percatarme del sangrado, despues llegaste. Que le crea su abuela, porque yo no. !Las cortinas que mando a hacer a medida aun no llegan! ?Por que mi tia, que es como mi madre, me esta mintiendo? Pero no puedo encontrar otra explicacion aparte de la que me ha dado. No hay indicios de robo ni nada. En fin, a causa de esa mentira es que ahora esta internada en este horroroso hospital, metida en esa cama, con un embarazo de alto riesgo encima, justo cuando ya esta a menos de un mes de dar a luz. Deambulando por el hospital me pongo a pensar en la cantidad de gente que dia con dia se encuentra aqui. Unos por gusto --me refiero a enfermeros, doctores y el personal--; otros por azares del destino. Todos regresan a casa, unos fisicamente, otros en espiritu. Entro al cuarto de mi tia, su doctor esta ahi hablando con ella. En cuanto reparan en mi, ambos callan. Tienen cara seria. --?Pasa algo? --pregunto, temiendo oir la peor de las respuestas. --Nada malo --dice el medico--. Le decia a la senora Christina que ya estamos preparando su alta, podran irse en un par de horas. Eso si, tendra que hacer reposo total y cero disgustos. --Hace enfasis en disgustos. Otro indicio mas de que lo que paso no fue un accidente. Pero entonces, ?que? Sea lo que sea lo descubrire tardeo temprano. Hemos llegado a casa. Ya deje a mi tia en su cuarto y ahora me dispongo a limpiar todo el desastre de la sangre. Mas bien tendre que tirar la alfombra, no creo haya manera de que esas manchas salgan. Mientras voy enrollando la alfombra, vislumbro un pequeno objeto sobre ella. Es una cadena con un dije de aguila. Que raro. Mio no es y dudo sea de mi tia. Me la guardo en el bolso del pantalon, ya tendre mas tiempo de observarla minuciosamente. Cargo la alfombra queriendo llevarla hasta el contenedor de basura que tenemos afuera. Frente a nuestra casa se encuentra nuestro vecino Irvin lavando su Camaro antiguo. Se percata de que voy batallando con la pesadez de la alfombra y rapidamente corre hasta mi para quitarmela de encima. --Oye, te ayudo con eso. Irvin es el chico del que cualquier chica se puede enamorar. Por su atractivo, claro. Todo musculos, ya saben... Pero no es el chico que se enamora de cualquier chica. Lo conozco desde hace tres anos, cuando entramos a la universidad. No es alguien de una noche o con quien pasar el rato. No. El es el chico de las relaciones serias. Nos llevamos muy bien. --Te lo agradezco, Irvin. Si esta muy pesada. --?De que esta manchada? --pregunta depositandola en el contenedor. --Sangre. --Titubeo al decirlo--. Pero no es de ningun homicidio si es lo que piensas --aclaro. --No me paso por la cabeza --sonrie--, pense mas bien en un accidente. Quizas el vio si alguien estuvo ayer aqui con la tia Christina. Nada pierdo con preguntar. --?Irvin, de casualidad no viste si alguien estuvo ayer por aqui? ?Algun desconocido? Irvin frunce el entrecejo pensando en lo que le he preguntado. --No, nada inusual. ?Paso algo, Er? Niego ligeramente con la cabeza. --Estabamos esperando a alguien de fuera y como ayer no estuvimos en toda la noche... --Miento--. Mi tia se resbalo y eso le provoco un sangrado. --Suelto un suspiro que hasta ahora me doy cuenta estaba reteniendo --. Su embarazo ahora es de alto riesgo. --Lo siento mucho, Er. Si necesitas cualquier cosa, en el momento que sea, no dudes en llamarme. --Toma una de mis manos entre las suyas. Eso ha sido extrano. --Gracias, Irvin. --Me suelto de su agarre, sonriendole--. Debo volver adentro. Asiente. Ya adentro preparo una cubeta con suficiente agua y jabon para fregar el piso por si quedaron restos de lo sucedido. Antes de ponerme a ello doy una vuelta por el cuarto de mi tia. Esta dormida. Asi esta mejor, que descanse. Despues de media hora y una buena fregada al piso, me dirijo muerta de cansancio a mi habitacion. Gracias a Dios que manana es fin de semana y no hay escuela, de lo contrario, de todas formas no iria. No podria con mi alma. La alarma suena a las ocho de la manana, la he puesto temprano para preparar el desayuno a mi aun no nacida prima Becky y a mi tia. Paquete completo. Como dicen por ahi: "Quien quiere a la vaca, quiere al becerro". Antes de comenzar a cocinar me hago un mono alto en el cabello para evitar que el desayuno termine con pruebas de mi ADN. Saco del refrigerador todo para hacer hot-cakes: huevos, leche, harina, mantequilla, y mi acompanamiento favorito, dulce de leche liquido. Preparo la mezcla disponiendome a echar la primera cucharada sobre el comal ya precalentado, esperando me salgan redonditos. Fallo estrepitosamente, todos se desbordan. Vierto lo ultimo que queda de mezcla ya sin la esperanza de que alguno salga como deseo. !Oh, sorpresa! Este ultimo ha salido redondito, y es este ultimo el que llevare a mi tia para que piense que esta lucha contra los hotcakes redondos, la he ganado. Acomodo todo sobre una mesita: plato de hot-cakes con dulce de leche encima. Otro mas de frutas con chocolate liquido y, por ultimo, un vaso con leche y otro de jugo de naranja. Espero no ser la culpable de que le de diabetes, pero mi Becky tiene que estar bien alimentada para cuando llegue a este mundo. Cargo todo dirigiendome hasta su cuarto. Ya esta despierta leyendo uno de sus tantos libros. --He traido el desayuno --le anuncio. --Gracias, hija. Becky anda ya muy impaciente. --Se frota su enorme barriga. Ya que estamos hablando de Becky... volvere a indagar a ver si ahora si decide hablarme con la verdad sobre lo que le paso. --?Donde dejaste las cortinas de la bebe, tia? Deja de picar su desayuno para prestarme atencion. --No las han traido --dice sin mas. --Entonces, ?cuales estabas colocando ayer que te caiste? Entrecierra los ojos. Ya sabe hacia donde me dirijo. Por lo mas sagrado en el cielo, espero no siga ocultandome cosas. --?Por que no me crees lo que te digo, Eralda? --Se molesta--. Ya te conte lo que sucedio. Me resbale de la silla provocando el golpe y asi el sangrado, no hay nada mas que contar. ?Y ella espera que me trague ese cuento? !Pero si soy de su sangre! Es como cuando era nina y le dije que el gato se comio todo el chocolate estando yo toda embarrada de el. A que no es creible, ?verdad? --De acuerdo, lo haremos a tu modo, tia. --Abre los ojos como plato --. Esta de mas decirte que no me trago ni una de tus palabras, perdoname. Abre la boca para decir algo, pero mejor la cierra. Es lo mejor, no quiero terminar discutiendo por una hipotesis que he formado. Salgo del cuarto para ir al de Becky, ya en unos dias la tendremos con nosotras. Mi camino se ve interrumpido por el toque del timbre, voy hasta la puerta deteniendome antes para ver por la rendija quien es. Jim, mi novio. --Hola, Jim --lo saludo acercandome para darle un beso, el cual esquiva. ?Y ahora que le pasa? Frunzo el entrecejo. --Te estuve marcando todo el dia de ayer, Er --dice malhumorado--. ?Por que no me contestabas? ?Ya sales con otro? Jim y sus celos de adolescente. ?Cuando entendera que ya somos adultos? Quiza el se quedo con la mentalidad de un chico de dieciseis. --No me hables asi, imbecil, mide tu tono la proxima vez. --Me ve como si me hubieran salido dos cabezas--. Si vienes aqui para hacerme una escena de celos, mejor regresa por donde viniste. Cierro la puerta en sus narices. De un tiempo para aca, Jim se esta volviendo mas celoso y controlador. Quiere que le de informes, santo y sena de a donde voy todo el dia y todos los dias. Si caigo en su juego me expongo a que me arme una escena; si solo lo ignoro me evito un disgusto. Ya saben cual es la mejor opcion. --!Er, abre la maldita puerta! --espeta. --!Que te den, Jim! --grito--. Vuelve cuando quieras ha-blar. Antes no. Me tumbo en el sillon soltando un suspiro de frustracion. La relacion con Jim ya no da mas, deberiamos cortar por lo sano. Dudo que eso le guste, gracias a Dios no soy una mujer sumisa a la que pueden controlar, decir o no que hacer.

  • Jamas me olvidaras de Sophie Saint Rose

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    Lidia esta loquita por su nuevo jefe. Y no es para menos porque esta para comerselo, es inteligente y le altera los chakras. Pero su ayudante personal la odia, literalmente. Y que no pueda ni verla es un problema porque no deja ni que se le acerque. Todo pasa por el, asi que tenia unas ganas de que le atropellara un autobus... Solo necesitaba un golpe de suerte. Y llegaria, ella tenia mucha paciencia y era muy positiva. Era el amor de su vida y esperaria lo que hiciera falta.
    ?Mereceria la pena?

  • No te merezco de Sophie Saint Rose

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    Michelle deseaba lo que habia conseguido su prima. Un marido que la amara y que protegiera todo lo que habia conseguido en la vida. Para eso inicia un largo viaje donde conoce a un hombre malhumorado, grosero y que no la aprecia en absoluto. Fue una sorpresa para ambos que fueran parientes lejanos, pero Michelle con su objetivo en mente no se dejaria deprimir por lo que Edward opinaba de su busqueda de marido. Ese estirado no la conocia en absoluto.

  • Perfecto para mi de Meagan Mckinney

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    La nueva enfermera Rebecca O'Reilly habia transportado la imaginacion del Dr. John Saville a territorios inexplorados. Evidentemente, aquella gata salvaje habia sufrido heridas en el amor y protegia su maltrecho corazon con una lengua viperina. John sospechaba que su actitud descarada y arrogante escondia, al mismo tiempo, la inocencia y un deseo atrevido de experimentar el sexo.

  • Romance Extremo, Alvaro Ganuza de Alvaro Ganuza

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  • Quiero romance de Carmina D

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    Estaba decidida a vengarme.
    El dolor que sentia en mi corazon era profundo y me llevo a ser precipitada a la hora de llevar a cabo mi objetivo.
    Pero mi pase al desquite resulto ser mi perdicion. Su cuerpo alto, musculoso, de rostro perfecto y ojos llenos de confianza y sensualidad, harian giran mi mundo inesperadamente.
    Aun que el hombre de negocio, que ahora era mi nuevo jefe, estaba en sus cuarenta anos, su vitalidad, elegancia y postura, lo hacian verse mucho mejor que uno de veinte.
    Lo que no esperaba de todo este enredo era enamorarme. Y fue exactamente lo que ocurrio. Me enamore perdidamente de John.

  • Union sin amor de Christine Rimmer

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    La reservada y majestuosa Irina Lukovic era la perfecta ama de llaves. Hasta que se entero de que iba a ser enviada de vuelta a su tierra destrozada por la guerra. Asi que Caleb Bravo le propuso la solucion ideal; una por la que podian seguir viviendo juntos… !El guapo soltero se le declaro!Irina no podia creer que el superficial magnate renunciara a su libertad por ella. Pero ahora que eran oficialmente marido y mujer, subitamente anhelaba ser su esposa en todo el sentido de la palabra.

  • Siete piedras para resistir o caer de Diana Gabaldon

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    En las novelas de la saga FORASTERA, la autora de best-sellers Diana Gabaldon ha creado un mundo fascinante. Ahora, en Siete piedras para resistir o caer, reune una fantastica coleccion de relatos y novelas breves ineditas en espanol que, a partir de la historia de FORASTERA, apuntan en direcciones nuevas. La costumbre del ejercito empieza con la descarga que recibe lord John Grey por tocar una anguila electrica y termina en la batalla de Quebec. En El espacio intermedio descubrimos que el conde de Saint Germain no esta muerto. En Una plaga de zombis, lord John se convierte en gobernador militar de Jamaica sin previo aviso. Una hoja en el viento de Todos los Santos es la conmovedora historia de los padres de Roger MacKenzie durante la Segunda Guerra Mundial. En Virgenes, tanto Jamie Fraser, de diecinueve anos, como Ian Murray, de veinte, se convierten en mercenarios en Francia. Un verde fugitivo es la historia del hermano mayor de lord John y una vendedora de libros raros de diecisiete anos. Y por ultimo, en Sitiados, lord John descubre que su madre esta en La Habana y que la marina britanica esta de camino con el objetivo de asediar la ciudad. Unos relatos imprescindibles en los que el genio creativo de Diana Gabaldon llena algunos huecos de los extraordinarios avatares de unos personajes que los lectores han seguido a lo largo de miles de paginas.

  • Estirpe de Federico Basteri

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    Es el ano 2032 y la ciudad de Rosthalion esta a punto de realizar un referendum historico que la convertira en un Estado autonomo e independiente. Mientras tanto, las mafias locales se entablan en una guerra abierta por el control del misterioso contenido de un ataud y la oficial de policia Gabrielle Blake se encuentra a cargo de una investigacion como ninguna otra en su corta carrera. La repentina captura de un sospechoso con caracteristicas sobrehumanas la arrastrara hacia un mundo terrorifico de enganos, conspiracion y experimentos en eugenesia que remiten a las practicas llevadas a cabo por el regimen Nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Pronto, Gabrielle descubrira pistas que la guiaran hacia un viejo adversario de su padre y a desentranar una red de mafia y corrupcion dentro de la ciudad como nunca antes vista. En una carrera contrarreloj, y albergando una sed de venganza, Gabrielle buscara detener una amenaza que ha permanecido oculta por anos y que de concretarse pondria en peligro la vida de miles de personas.

  • Caligula de Simon Turney

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    Cuando el moribundo Tiberius confia en la familia de Caligula la sucesion del imperio con el fin de restaurar el orden, el destino de Roma cambia y aparece uno de los tiranos mas infames de la historia, Caligula. Pero ?era Caligula realmente un monstruo? Olvidate de todo lo que crees saber y deja que sea Livilla, la hermana pequena y confidente del emperador, quien te cuente que es lo que realmente paso: como su querido hermano se convirtio en el hombre mas poderoso de la tierra y como, con mentiras, asesinatos y traiciones, Roma cambio para siempre. El primer volumen de una nueva serie sobre los emperadores malditos de Roma, aquellos que fueron borrados de la historia. Una novela magistral que muestra a Caligula como nunca te lo habian contado.

  • Pagaria por no verte de Juan Sasturain

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    Pagaria por no verte extrema los lazos de la ficcion y la realidad en la obra de Juan Sasturain. Esta afirmacion. mas digna de un simposio que de una contratapa. es solemne como pedo de ingles . pero no falsa. El lector que se asome nomas. no lo va a poder creer.El mar de fondo que Etchenike encuentra cuando es contratado para hacer una pesquisa en una fabrica no tiene rival en la narrativa contemporanea. El caldo de cultivo de dos decadas de politica erratica -que provienen de otros muchos de politica perversa- se combina con los desordenes existenciales a los que tan afecto es el justiciero y tenemos ante los ojos. entre las manos. el libro serio mas divertido que uno pueda imaginar.Es necesario entrar en la atmosfera de Sasturain para entender como se cuentan las cosas. Precisamos pulsar la muneca de Etchenike para saber que en este mundo hay que moverse. como alentaba el poeta. con horror y con calma .Leer de un tiron esta genialidad es uno de los grandes placeres

  • Prejuicios rotos de Elia Santos

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    El espejo estaba algo opaco, no se distinguia claramente mi sexy figura, asi que tome un pedazo de periodico mojado y lo limpie bruscamente. Observe claramente mi imagen. --Demasiada mosquita muerta --musite con desenfado, ante la imagen de una mujer con vestido falda campana a la mitad del muslo. Asi que tome un top rojo y un pantalon negro de cuero, observe mi figura con satisfaccion, lucia tan sexy que me hacia sentir segura. --!Falta algo! --exclame, abri el armario y saque un par de tacones negros, automaticamente sobrepase la altura de mi espejo, pero podia observar todo mi cuerpo, ensenaba algo de mi abdomen, y el top no dejaba nada a la especulacion, me di la vuelta, note que mi trasero se notaba tan exuberantemente resaltado, arrastre una silla para sentarme y retocar mi maquillaje, hice la linea alrededor de mis labios los rellene de un rojo vivo, me delinee mas profundamente los ojos, y puse mascara en mis pestanas. Me detuve por unos momentos para apreciarme claramente, vi mi rostro, aunque no era el mas hermoso, con este maquillaje resultaba demasiado atrayente, en el fondo sabia que solo era maquillaje, suspire profundo al recordar las palabras de mi prima Eloisa: <> La realidad era que sonaba con encontrarme un hombre y casarme, y ser feliz para siempre. Pero me encantaba vestirme asi, que todos los hombres me vieran, ser el centro del chisme. Pero al llegar a casa siempre me dolian algunos comentarios de chicas <>. 12 Realmente era fea, y lo sabia, provenia de una familia muy pobre, me crie en una pequena aldea en la cual para ir a una escuela tenia que caminar veinte minutos, mi pelo era rizado y seco, mi tez triguena, y mi facie era demasiado tosca, pero algo no podia negar, era que poseia un cuerpo espectacular. La bocina de un auto me hizo agarrar mi bolso y salir corriendo, era mi buena amiga Margo, teniamos planeado esta salida desde la semana pasada, pero por motivos de estudio la habiamos retrasado. Estudiabamos ambas en la Universidad autonoma el ultimo ano de periodismo, y nos iba muy bien, es decir, eramos excelentes alumnas. Y como Margo es esa persona que no es familia de sangre si no una familia con lazos mucho mas fuertes como el de la amistad, les contare acerca de ella. Margo tiene veintitres anos, tan solo un ano menos que yo, es una chica dulce, alocada, vista muy similar a mi, recientemente tuvo un aborto, los motivos todo el mundo los desconoce, algunos dicen que se metio algo para ocasionar el aborto ya que era de un hombre casado, pero solo yo se el motivo exacto, hace algunos meses en nuestras salidas nocturnas, conocimos a un joven espanol quien nos invito a salir, mi amiga Margo estaba feliz porque este hombre al parecer se interesaba en ella, bromeabamos acerca de que la iria a visitar a Espana, pero resulta que era un simple turista que solo busca divertirse, asi que se fue sin previo aviso, dejando a mi amiga tan enamorada y tan embarazada, paso horas llorando, y yo noches enteras consolandola, me dolia tanto como a ella, y una noche de la nada amanecio en un charco de sangre, y asi fue como paso todo. Nada de hombres casados, nada de andar zorreando por ahi, mucho menos meterse pastillas para botarlo. --Luces genial Margo, siempre me ha encantado tus piernas --le dije al admirar el minishort un tanto ajustado. --Gracias Sara, pero jamas se comparan con tu cuerpo, eres una morena exuberante y sexy. --Lo se, asi que por eso vamos a embriagarnos a <>, me parece que ahi estaran los de la facultad. --Asi es amiga, y ya hice contacto con un amigo del bar que nos dara tequilas gratis. --!Estupendo! --exclame. Fue una noche como las otras tantas, alcohol, hombres, baile, musica, cigarros, me sentia ya mareada, deberia dejar de beber. Pense, al notar que Margo estaba que no se ponia ni de pie, alguien tenia que manejar, me dirigi hacia ella y la arrastre a la salida, me siguieron un monton de obscenidades de los hombres, trate de no escucharlas, meti mi mano en el minishort de Margo para encontrar las llaves del auto, cuando se acerco David, el chico mas guapo y popular de la facultad. --?Que quieres? --le pregunte gritandole al notar que se estaba aproximando demasiado a mi y tenia el aliento con olor a alcohol. --Tranquila, tranquila --me dijo, no suelo acosar putas. --!Quitate! --le grite realmente molesta, abri la puerta y meti a Margo como pude en la parte de atras del auto, y David se metio a la fuerza tambien. --?Que es lo que te pasa? !Baja!... --Solo quiero un favor --me interrumpio gritando. --No hago favores --le grite. El se rio con desden. --No ese tipo de favores, pero si quieres te pagare --dijo lanzandome un billete. Intente bajarlo del auto, pero no lo logre. --?Sabes? --deberias calmarte, estoy demasiado borracho, mis amigos se fueron y no tengo como irme, llevame a mi casa, a tu casa, a un hotel, donde sea, solo quiero largarme de aqui. --!Perfecto! pero quedate con tu billete --dije lanzandoselo. --Perfecto --grito tambaleandose. Conduje a toda velocidad, pensando en todo lo sucedido. --?Donde quieres que te lleve David? Nadie contesto. --?David? Silencio. Mire por el retrovisor y vi a Margo y David totalmente dormidos. --!Diablos! --exclame. Llegue a mi apartamento, trate de despertar a Margo y a David, pero no lo logre. Asi que, de arrastras me lleve a Margo la tire en el unico sofa de mi apartamento, David se quedara ahi, era un hombre alto y no iba a poder con el, asi que solo baje las ventanas del auto. Me dirigi a mi cuarto y me tire en la cama con todo y ropa, estaba realmente exhausta, resultado de los ultimos acontecimientos. * --Margo, ?tu viste a David cuando te despertaste? --le pregunte el lunes al solo verla en la facultad. --?David? ?Estas loca? --Si, David, el sabado lo traje en el auto junto contigo porque estaba algo ebrio, lo deje adentro del coche fuera de mi apartamento. --Creo que en verdad tomaste de mas tu tambien Sara, David jamas nos ha dirigido la palabra, su novia lo mataria, ademas es demasiada engreida para mezclarse con nosotras. --Seguramente se fue antes de que amaneciera. --Ya dejate de bobadas y mejor ven a terminar el ensayo, que manana tenemos que presentarlo. --!Uf! cierto el ensayo, ?por que todo lo dejamos para ultimo momento? --Porque somos haraganas y masoquistas, asumo. --Cierto --le dije riendome. Nos sentamos en la biblioteca a trabajar, en la mesa mas retirada y menos visible, al otro lado de la biblioteca, estaba sentada Eileen, la novia de David, la chica que mas envidiaba en la vida. No porque estuviese con David, para nada, no era del tipo de chica que ponia mis ojos en el hombre de otra, si no que la envidiaba a ella por como era. Tenia la cara mas hermosa y angelical que hubiese visto, era delgada, y caminaba con una delicadeza, que daban ganas de cuidarla para no estropearla, usaba vestidos no muy cortos, holgados, elegantes, toda una dama y cuando hablaba lo hacia de cierto modo, que atraia la atencion de todos, claro ella nunca le hablaria a una chica como yo, al menos eso creia, hasta que un dia se acerco para preguntarme si estaba de acuerdo en posponer el examen de redaccion, su voz me cautivo y no supe que responder, ella me miro extranada, y me dijo: --Algunos quieren posponerlo y otros no, asi que estamos haciendo una votacion. --Me da igual --le dije, dandole el chance de que escogiera por mi a su conveniencia. --Perfecto --me dijo con una suave sonrisa. Despues de ese dia pense que la habia juzgado mal, despues de todo, ella no me hablaba porque no teniamos nada en comun, solo bastaba en vernos. Siempre andaba con cuatro amigas, Ana, Zaida, Vinny y Karen. Zaida si era una perra, me tiraba indirectas, y me quedaba viendo de pie a cabeza, Karen era otra igual o peor, y Ana, ella era dulce, y no se metia en problemas con nadie, Vinny aun no definia si era buena o mala. Era el grupo de cinca chicas que todas ambicionaban. A pesar de que no eran populares ni nada de eso, solo se mantenia al margen. Note como David se acerco a ellas, beso en la frente a Eileen, luego me lanzo una mirada, y supe en sus ojos que me decia; no le digas a nadie lo de la noche del sabado. La verdad solo se lo habia dicho a Margo, y ella no me creia, asi que nadie lo sabria, despues de todo el chico no habia hecho nada malo. Frecuentemente recordaba, como fue que me converti en la persona que soy ahora, para que quede claro me ire unos tres anos atras, a mitad de primer ano de universidad, estaba sentada en una banca fuera del apartamento donde vivia, esperaba que mi novio pasara por mi, el no era nadie importante, ni guapo, era un cajero de banco, pero me hacia feliz, recuerdo que yo vestia unos jeans descoloridos, mi madre me los habia comprado en una tienda de segunda, no eran de mi talla por lo tanto me quedaban flojos, y una camiseta de rayas, unos tenis pasados de moda, mi pelo lo andaba sin alisar atado a un mono, en mi cara no habia ni una gota de maquillaje, para todos en la Universidad, yo era nadie, era totalmente insignificante, pero eso no me importaba, ya que para alguien yo era todo, y ese alguien era mi novio, dire su nombre aunque me resulte doloroso, Roger, el era extremadamente puntual y correcto, asi que se me hacia extrano que pasaban los quince minutos y no llegara, tanto que me habia puesto ansiosa, habia cerrado el apartamento y le esperaba afuera. Paso una hora y no llegaba, tome mi celular y le mande un texto ya que no tenia saldo para llamadas y mi celular no tenia servicio de internet, el no respondio, preocupada me meti a mi apartamento, mande todos los mensajes que pude hasta que se me vencieron, y de nuevo no obtuve respuesta. Encendi la TV para divagar un rato, abri mi computadora, con la esperanza de robar wifi de mis vecinos, y por suerte logre conectarme, abri mi Facebook para distraerme, mi sorpresa fue grande, al ver a Roger en varias fotos con unos amigos en el cine, me fije en la hora de publicacion era de hace cuarenta y cinco minutos, trate de tranquilizarme pensando que las fotos quiza eran de hace dias, y que hasta hoy subian la publicacion. A las dos horas Roger me llamo, peleamos terriblemente, el alegaba que no habia compromiso conmigo hoy, si no, que hasta manana, que yo era la confundida, pero yo estaba cien por ciento segura de que si habia compromiso para hoy, recorde con detalle nuestro motivo de encuentro, yo tenia un examen en dos dias y necesitaba un libro, una amiga me lo prestaria para sacarle copia, asi que Roger se habia ofrecido a llevarme, para que pudiera estudiar, al regreso cenariamos ambos en mi apartamento hasta me habia persuadido en que le hiciera su omelette favorito, y que pasaramos la noche juntos, habia accedido porque lo amaba, aunque me desvelara al dia siguiente estudiando. Pasaron los dias y su comportamiento era rarisimo, alegando que yo solo estudiando queria pasar, que no le dedicaba tiempo, que siempre que nos veiamos era para resolver algun asunto de la universidad, aquello se volvio tan insoportable que decidi terminar, esperando que el recapacitara al ver que me estaba perdiendo, ese dia fue terrible para mi, pero tenia que pasar asi. Una noche revise mi Facebook, y vi fotos de el y sus amigos, pero esta vez habia una chica involucrada en las fotos, ella se mostraba sugerente y el feliz, senti como que mi mundo se venia abajo, el feliz y yo aca sufriendo, esa noche llore amargamente. Al dia siguiente me fui al banco a esperarlo a la salida, perdi dos de mis clases, estaba sentada enfrente de donde trabajaba cuando lo vi salir, con la misma chica de las fotos, venian agarrados de la mano, felices, yo me acerque con el corazon latiendo en mi garganta. --!Hola! Quisiera hablar contigo --alcance a decir. El se puso nervioso, palido. Yo observe a la chica, esta me miraba con desconfianza, ella no sabia nada de mi. --Dame un minuto cielo --le dijo a la chica. Yo me rompi por dentro, cielo era como el solia llamarme. --?Que pasa? --le pregunte al borde del llanto. --Nada, solo que decidi seguir adelante, y la verdad Sara, no quiero nada contigo. --Pero llevamos tres anos juntos Roger, hasta hace una semana me decias que me amabas, ?que pasa? ?Es una broma? --No, por supuesto que no, te lo dije Sara, ya no te soportaba, te estabas convirtiendo en una pesadilla para mi, asi que por favor no me busques, no me llames. Me regrese a mi apartamento sintiendo tan miserable, no recuerdo cuanto llore, pasaban los dias y miraba como subian fotos abrazados mostrandole al mundo su aparente amor, el le comentaba; te amo mi cielo o eres mi vida, sin importarle lo que yo sufria, jamas me amo pensaba constantemente. El era el amor de mi vida, ?como podria olvidarlo? Habian pasado varios anos y aun me dolia. Llegue a temerle a las noches, las noches donde ya no hay nada que hacer, solo llorar, lloraba hasta quedarme dormida, me preguntaba una y otra vez; que fue lo que salio mal, una y mil veces repasaba todo, para llegar a una simple conclusion, jamas me amo. Luego aparecio en mi vida Margo, yo estaba tan vulnerable que me abri completamente a ella, y como toda buena amiga me introdujo a su mundo, como ella me decia, tenia que anestesiarme. Bote toda mi ropa insignificante y fea, usaba la ropa de Margo, y vaya que me iba bien, a todos les resultaba interesante, bailaba hasta el amanecer, llegaba a casa tan cansada que no habia chance para llorar, conoci a unos hombre con no muy buena reputacion, pero me invitaban y pagaban todo, al principio me costo aceptarlos ya que el unico hombre en mi vida era Roger, pero por fin rompi las cadenas de mi prejuicio, no con todos me acoste, si con algunos, con los que me resultaba interesante, era la unica forma de borrar a Roger de mi vida, y a cambio me daban sus tarjetas para ir de compra, cosa que note que disfrutaba tanto, ahora era la chica con ropa a la moda, pero de una manera no muy halagadora, fue asi como cree mi fama de <>. Y Roger lo supo, un dia me llamo para decirme que superara lo nuestro que en verdad me apreciaba, pero que daba asco lo que hacia,

  • Nuestras riquezas de Kaouther Adimi

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    En 1935, Edmond Charlot, un joven de veinte anos, regresa a Argel desde Paris con la idea de fundar una libreria y una editorial. Su minuscula libreria, que bautiza como Las Verdaderas Riquezas, se convierte en lugar de encuentro de aspirantes a escritores y de figuras como Antoine de Saint-Exupery y Andre Gide. Alli publica tambien el primer texto de un autor desconocido: Albert Camus. Pero Charlot ignora que dedicar la vida a los libros no le eximira de verse zarandeado por los infortunios de la historia: en visperas de la segunda guerra mundial, una revuelta esta a punto de estallar en Argelia.

  • Corazon de Madre de Melissa James

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    Jennifer sentia una enorme compasion por su vecino Noah y sus tres pequenos. La madre de los ninos habia desaparecido hacia ya algunos anos y para el joven padre cada dia era una dura lucha. Lo unico que Jennifer podia hacer era intentar llenar de amor y risas su complicada vida y, cuando por fin se descubriera la verdad, ayudarlos a superar la terrible perdida.

  • Corazones que se rompen (Corazones 1) de Claire Contreras

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    Estelle siempre ha estado enamorada de Oliver: por ser el mejor amigo de su hermano, por estar siempre alrededor. y por la evidente quimica que siempre ha habido entre los dos. Pero el destino se interpone para que sus caminos se separen: Oliver se marcha para estudiar medicina. y Estelle se queda con el corazon roto.

  • La Cadena del Profeta (Los buscadores 2), Luis Montero Manglano de Luis Montero Manglano

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  • Espia de Dios, Juan Gomez de Juan Gomez Jurado

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    Roma, 2 de abril de 2005. El Papa Juan Pablo II acaba de morir y la plaza de San Pedro se llena de fieles dispuestos a darle el ultimo adios. Al mismo tiempo, se inician los preparativos para el conclave del que ha de salir el nombre del nuevo Sumo Pontifice. Justo entonces dos cardenales aparecen asesinados siguiendo un macabro ritual que incluye la mutilacion de miembros y mensajes escritos con simbologia religiosa. Un asesino en serie anda suelto por las calles de Roma, y la encargada de perseguirlo sera la inspectora y psiquiatra criminalista Paola Dicanti. A la cruel astucia del psicopata se unen las trabas que los servicios de seguridad del Vaticano ponen a la investigacion: oficialmente las muertes de los cardenales no estan ocurriendo y el conclave debe celebrarse a toda costa. La aparicion del padre Fowler, un ex militar norteamericano, supondra un nuevo desafio para Dicanti, reacia a confiar en el misterioso sacerdote. Pero Fowler conoce el nombre del asesino y guarda un secreto aun mas temible: su propio pasado.

  • Construyendo un amor (Los alemanes 3) de Noni Garcia

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    L legar hasta este hotel, en pleno centro de la ciudad, ha sido una locura total. Se que estamos en la principal fiesta de Cadiz, que los carnavales son algo mas sagrado que el Oktober Fest en Alemania, pero esto es muy pequeno para albergar a tanta gente. Bueno, lo importante es que Sabine y yo por fin hemos podido acceder al aparcamiento, dejar el coche en la plaza que teniamos reservada y subir hasta el salon donde se va a celebrar la gala de carnaval. Cuando mi amiga me comento que su novio la habia dejado y que tenia la reserva hecha, no me apetecio mucho asistir; estoy en un momento en que necesito mucha paz, tranquilidad, templar mis nervios y no tener que estar dando explicaciones a nadie, y aqui trabajan varios amigos de mis padres, entre ellos el director. Pero despues me convencio y decidimos disfrazarnos de forma que nadie nos reconociera: ella de Frankenstein, yo de zombi. He de decir que la maquilladora es increiblemente buena, tremendo susto me he llevado al mirarme al espejo cuando ha terminado. No parezco ni yo, asi que he decidido usar mi segundo nombre; asi nadie podra encontrarme, saber quien soy y atosigarme a preguntas. Esta noche sere Nicole, Maria se ha quedado en Zahara de los Atunes. Es alucinante la decoracion que han usado para la fiesta: las luces, los efectos, la musica y el ambiente son inmejorables. Hay mucha gente, pero no hasta el punto de no poder moverte, de ser asfixiante; todos tenemos suficiente espacio vital para no agobiarnos. Nos dirigimos a la barra y Sabine pide por las dos. Para ella, un refresco de naranja, ya que nunca bebe alcohol, y para mi un ron con cola. Lo remuevo mientras sigo deleitandome con todo lo que me rodea y avanzo hacia una de las cristaleras para mirar la calle. La gente tiene mucha imaginacion en esta tierra, se ven los disfraces mas inusuales, desde el tipico hombre vestido de mujer hasta un elaborado traje de superheroe. Me giro para buscar a Sabine, pero algo se interpone en mi camino y mi copa acaba estrellada en el suelo. Y si, es algo, porque no tengo muy claro de que va disfrazado este chico... o chica. No sabria decir. --Disculpe, marinera. !Jar! --se excusa con voz de pirata. --La culpa es mia, que no se por donde voy, todavia no he sorbido suficientes cerebros --le suelto en aleman al bicho mas chungo de Piratas del Caribe, que el muchacho ya podria haberse disfrazado de Jack Sparrow. Una sonora carcajada brota de su garganta y yo me quedo a cuadros. No se si se rie porque le hace gracia mi idioma, mi horripilante cara o porque habla aleman y ha entendido perfectamente lo que acabo de decir, y mucho me temo que ha sido por esto ultimo. <>. --Lo que menos esperaba encontrarme aqui, esta noche, es a una alemana con humor --me dice en un aleman, con tono de pirata nuevamente, tan perfecto que creo que ni yo soy capaz de conseguir, y eso que soy autoctona. --Pues ya ves, no todos los alemanes son unos estirados --le espeto ya en espanol. --?Y tiene nombre la alemana que hay debajo de ese horroroso zombi? --Yo sere una zombi horrorosa, pero tu no te quedas atras... Mi nombre es Nicole. --El mio es Jacobo --se presenta mientras me tiende la mano para que se la estreche, y yo hago lo propio. Me mira a los ojos, sonrie y tira de mi. Me pilla tan de sorpresa que me dejo arrastrar hasta no se donde, porque no tengo ni idea de adonde me lleva, hasta que para en seco en medio de la sala, coloca mi mano izquierda sobre sus biceps, agarra mi cintura con la mano del brazo que estoy tocando y entrelaza la otra con la que me queda libre. Entonces soy consciente de que suena Valio la pena de Marc Anthony. <>, sonrio para mi misma mientras lo pienso. Llevo anos dando clases de bailes latinos y flamenco, a ver que es capaz de hacer, tampoco quiero dejarlo en ridiculo. Empieza suave, sin dar mucha cana, pero cuando ve que le sigo el ritmo, va aumentandolo poco a poco. <>. Lo damos todo en la pista, incluso se forma un cerco a nuestro alrededor para que tengamos espacio suficiente para hacer todos los giros y movimientos. La cancion termina e intentamos recobrar el aliento mientras recibimos una gran ovacion de los que nos rodean. Yo, que queria pasar desapercibida, que nadie me reconociera, soy el centro de todas las miradas junto a este desconocido que estoy segura de que tampoco se llama Jacobo; es mucha casualidad que su nombre sea la traduccion del nombre del protagonista de la pelicula de la que va caracterizado. Aun cogidos de la mano, nos dirigimos a una de las barras que hay en el salon. Yo pido un ron con cola, el pide lo mismo, y brindamos por nada en concreto. --Bueno, voy a buscar a mi amiga, que la he dejado esperando su bebida... --Creo que tu amiga esta de lo mas entretenida con mi amigo. --!Madre mia! Nos habiais echado el ojo... Acabo de ser consciente de que el golpe que nos hemos dado, y que se ha saldado con mi copa en el suelo, no ha sido casual. --Realmente, mi amigo se fijo en tu amiga, yo solo tenia que entretenerte para que el le entrara... --Pues, hala, ya me has entretenido, vete a dar una vuelta, que no te necesito para disfrutar de la noche --le escupo sin miramientos. Reconozco que me ha sentado como una patada en el estomago que su unico proposito fuese alejarme de Sabine. --No me has dejado terminar de hablar. --No es necesario. --Nicole, escuchame, que ha sonado muy mal. El muy maldito tiene un tono de voz tan sensual, que escuchar mi nombre ha hecho que decida darle la oportunidad de terminar de hablar. La cuestion es que me suena de algo ese tono grave. --Si bien tus pintas no habrian hecho que me acercara a ti por decision propia, al igual que tu no te hubieras acercado a mi, que de hecho ese era el proposito de este disfraz, me alegra haber podido bailar contigo y estar ahora compartiendo una copa. --Tienes razon. Y mi intencion era la misma que la tuya, que nadie se acercara a mi, pasar desapercibida. Los dos nos echamos a reir, estamos en la misma situacion y, sin quererlo, nos hemos juntado. Cuando conseguimos controlar el ataque de risa, brindamos y damos un largo sorbo a la copa. Mucho me temo que los dos tenemos problemas del corazon, me lo cuenta su mirada triste, la que esta oculta bajo kilos de maquillaje. --Pues creo que nadie se nos iba a acercar con nuestras pintas, pero si queremos asegurarnos de que sea asi, deberiamos permanecer el resto de la noche juntos. Se que tiene toda la razon del mundo, pero me apetece picarlo un poquito, le vendra bien volver a reirse, puede que asi se difumine un poco la bruma de sus ojos. --!Que forma mas rara tienes de ligar, pirata! --Pero yo no estoy... --No puedo aguantarlo mas y me rio--. !Eres mala, zombi alemana! Suelta la copa, esto va a costarte otro baile. Y casi no tengo tiempo de hacer lo que me pide, tira de mi de nuevo hasta la pista, aunque esta vez la cancion es mas lenta y puedo disfrutar mas del contacto con sus musculados brazos, de su aroma a perfume caro, del intenso color marron de sus ojos... Es alto, fuerte y ahora mismo me un coraje tremendo no poder ver su rostro, estoy segura de que es un hombre muy guapo y, si no lo es, lo suple con la sensualidad de sus movimientos y con esa voz que juraria haber escuchado antes. Y asi pasamos la noche, bailando una cancion tras otra y bebiendo una nueva copa cada vez que parabamos para recobrar el aliento, cosa que pasaba demasiado a menudo debido a la intensidad con la que nos moviamos. --Nicole, ?has bebido demasiado? --La voz de Sabine nos interrumpio cuando estabamos brindando por los arboles del campo, ya que no nos quedaban mas motivos por los que hacerlo. --Creo que si, Sabine. Y no importa si hablas en aleman o en castellano, aqui el pirata chungo lo entiende perfectamente. --Hola... --Jacobo --se presenta, tendiendole la mano a mi amiga. --Pues nada, no te preocupes, nos volvemos... --!Anda ya, tonta! Tu termina la noche con Batman, que yo me vuelvo en un taxi. --?Estas loca? Va a salirte muy caro un taxi hasta Zahara. --?Y que mas da? --Como Batman se va a quedar contigo, yo pago el taxi hasta Chiclana y ella el resto del trayecto. Asi no le sale tan caro, ?os parece bien? --Vale, pero escribeme cuando llegues, ?de acuerdo? Sabine se despide de mi con un abrazo y repitiendome que le escriba cuando llegue a casa, aunque dudo mucho que ella vaya a estar pendiente del telefono en las proximas horas, ademas, sabe de sobra que yo nunca me acuerdo de avisarla cuando llego. Jacobo y yo apuramos la copa antes de salir de la sala. Una vez en la salida, pedimos al recepcionista que nos consiga un taxi y nos vamos a la puerta para esperarlo. Sigue sin soltarme la mano, a pesar de que ya no estamos arriba, de que no estamos bailando. Tiemblo porque hace frio, estamos en pleno mes de febrero y mi ropa no abriga mucho. Se da cuenta y me rodea con sus fuertes brazos. Levanto la cara para mirarlo, el baja la suya para sonreirme, y no necesitamos hablar. Los dos sabemos que ese taxi no llegara hasta Zahara, que se quedara en Chiclana. No tengo ni idea de quien es el hombre que se esconde bajo el disfraz, pero si se que me apetece pasar un buen rato de cama con el, por el simple hecho de haber convertido en estupenda una noche que se planteaba aburrida, por su conversacion, por su forma de bailar y porque me atrae, no hay mas. Unimos nuestros labios hasta que el contacto se ve interrumpido por la llegada del taxi. Nos subimos a el y Jacobo le da la indicacion: --Al hotel Riu Chiclana. <>, pienso mientras me abrocho el cinturon de seguridad. Buen botin tuvo que conseguir este piratilla para permitirse pasar una noche de sexo en uno de los hoteles mas caros de Chiclana. N os bajamos del taxi y tiro de su mano hacia el interior del hotel. Ahora creo que no ha sido muy buena idea traerla a mi lugar de trabajo, pero ya estamos aqui y esa habitacion siempre esta disponible para mi. Le pido que me espere en los butacones que hay frente a la recepcion, asi evitare que conozca mi verdadero nombre, que es lo menos oportuno en este momento. --Leo, dame la tarjeta de mi habitacion. --?Disculpe? --!Joder! Soy Roberto, que estoy disfrazado y borracho, no quiero llegar asi a casa porque puede que este por alli mi padre, quedo en venir en estos dias. --Porque me lo dices y he reconocido tu voz... Ni loco hubiera pensado que eras tu. Aqui la tienes, ?necesitas algo mas? --Si, que me subas una botella de ron, refrescos de cola y me des dos tarjetas mas, estoy esperando a un par de amigos, y por la manana tendran que salir. --?Un par de amigos o una zombi...? --No seas indiscreto, dame las tarjetas y que me suban lo que te he pedido. Leo desaparece detras de la recepcion y me dirijo hasta donde esta Nicole, que imagino que sera su nombre real, no creo que sea tan mentirosa como yo, que he usado uno que no tiene nada que ver con el mio... O si, porque asi era como queria mi madre que me llamara; menos mal que a mi padre se le ilumino la bombilla y termino por registrarme como Roberto. Le tiendo la mano para ayudarla a levantarse. Sinceramente, no se cual de los dos esta mas borracho, pero de lo que no pienso preocuparme en este momento es de eso. Necesito un respiro, desintoxicarme un poco de Carmela; muy a mi pesar, estoy muy colgado de ella, y ella ama a Sebastian, por mas que se niegue a reconocerlo. Casi acabamos en el suelo antes de llegar al ascensor. Debido a la gran cantidad de alcohol que hemos tomado, nuestro cuerpos son incapaces de andar al mismo ritmo y chocamos sin control. Una vez dentro, no duda ni un momento en lanzarse a devorar mi boca. Esta chica, que tengo la impresion de que es bastante mas joven que yo, es puro fuego, pura pasion, y voy a disfrutarlo sin pensar en nada mas, aunque... --Me encantaria ver tu rostro sin este espantoso maquillaje. --Es carnaval, y este espantoso maquillaje ha conseguido llevarte a la cama. --?Vas a seguir echandome en cara que no me fijara en ti, que yo fuera el compinche? --Hoy use este disfraz porque no queria ser yo, si me deshago de toda esta pintura, volvere a serlo. --?Yo tampoco puedo? --No lo compliques, me ire a Alemania el lunes. Dejemos que esto sea un bonito recuerdo de carnaval. --?Ni tan siquiera las lentillas? Me arden los ojos... --Pues sera de otra cosa, porque las lentillas las perdiste en el tercer cubata --se rie y me contagia la risa. Ahora recuerdo ese momento, me deshice de ellas en el bano, no las aguantaba mas. --Entonces bastara con un poco de colirio. Vuelvo a besarla hasta que se abre la puerta. Por el camino a la habitacion, cada uno empieza a desabrochar sus ropas, parece como si nos fuera a faltar tiempo. Entramos a empujones, cerramos de un portazo y comenzamos a tirar prendas por la habitacion, hasta que suena el toc toc de la puerta; seguro que son las bebidas. Le pido que se esconda bajo las sabanas, ya que solo le queda puesta la ropa interior. Despacho rapido al camarero y Nicole aparece de entre las sabanas muerta de la risa. Mas bien, sale volando de ellas su lenceria, lo que quiere decir que esta completamente desnuda, y yo no tardo ni treinta segundos en estar igual que la jovencita que me espera en la cama. Tiro del nordico y mi vista se deleita con su cuerpo desnudo. Me cuelo entre sus piernas, devoro con ansia sus labios, aunque no tardo mucho en abandonarlos y mordisquear su cuello, y, lejos de quejarse, se arquea y me regala varios suspiros de placer. Mi lengua se pasea libremente por su torso desnudo hasta llegar al pezon de uno de sus perfectos y redondos senos, juego con el hasta que se endurece y hago lo mismo con el otro. Continuo mi camino por su vientre plano adorando por unos sutiles abdominales y un pequeno lunar junto al ombligo con forma de corazon. Llego hasta su depilado pubis y mi sorpresa es mayuscula al descubrir tatuado en el una preciosa Campanilla.

  • Solo las bestias de Colin Niel

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    Evelyne Ducat, una mujer rica y caprichosa, ha desaparecido. Encuentran su coche en la carretera a un pueblo rural, donde malvive una comunidad de campesinos, tan solos y olvidados como las montanas nevadas que los rodean. Alice y Michel sobreviven a la rutina. Cuando ella entabla una relacion amorosa con Joseph, otro de los ganaderos de la region, nadie sospecha que la muerte de Evelyne este relacionada con eso. Pero los hilos que unen a los habitantes del Causse son como los frios vientos de las cumbres: implacables y destructores.
    Premio Polar del Quais du Polar 2017
    Premio Polar Landerneau 2017
    Premio Cabri d’Or 2017
    Premio Goutte de Sang d’Encre 2017

  • Necesito que me odies de Josh Alfredo

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    Me detengo en la casa y respiro hondo. Se ve exactamente igual que en las imagenes, un edificio cuadrado gris. Nada de eso es atractivo, pero esto es lo mejor que pude encontrar. Tampoco queria juzgar un libro por su portada, o en este escenario el edificio por su exterior. No fui aceptado en mi primera preferencia universitaria, ni en la segunda, ni siquiera en la tercera. Se que tiene todo que ver con mis bajas calificaciones y la falta de asistencia. La unica universidad que me dio una oferta fue Westshore, mi cuarta y ultima preferencia. Son dos horas de mi ciudad natal. No es que sea estupido o no pueda lograr mejores resultados. Fui el mejor estudiante de mi clase antes de que el universo decidiera arruinarme. Despues de eso, no me importo. Fue mi padre quien me convencio de salir de la ciudad y comenzar de nuevo. Es mas facil decirlo que hacerlo. Los dos sabiamos que, si me quedaba en esa ciudad, nunca dejaria de culparme por la muerte de mi madre. Es como si los ultimos dos anos de mi vida fueran borrosos. Hago todo lo posible para bloquear los recuerdos dolorosos, pero todavia me encuentro llorando en silencio en mi almohada de vez en cuando. La extrano mucho. La universidad comienza el lunes y solo decidi que iba a asistir hace una semana. No pude conseguir un dormitorio en tan poco tiempo; Estaban todos llenos. Tampoco me puedo permitir alquilar un departamento por mi cuenta, asi que me encontre mirando anuncios en la pagina de Facebook de la universidad. Me acerco a la puerta principal, todavia no llevo mis maletas por si esta es la casa equivocada, pero estoy seguro de que no lo es. Una pequena nina de cabello castano abre la puerta y recuerdo que se llama Olivia. Hemos estado hablando sobre mensajes de texto durante unos dias y es bueno ponerle una cara a un nombre. Rezo para que esto no fuera una especie de casa de fraternidad. “Eres Carlotta, ?verdad?” ella pregunta con una sonrisa y me estremezco al escuchar mi nombre. No es que no me guste mi nombre completo, sino la unica persona que solia llamarme que ahora esta muerta. Entonces, supongo que se podria decir que preferiria no escucharlo. “Calla”, la corrijo y me obligo a sonreir para no parecer grosera. “Genial, llamame Liv”, dice ella. Sus rizos rebotan sobre sus hombros con cada movimiento. “?Necesitas ayuda con tus maletas?” Ella continua. Ella se ve bien. “Si, claro”, estoy de acuerdo. Por lo que me dijo por mensaje de texto, mi habitacion estaria arriba, al otro lado del pasillo. Afortunadamente, la habitacion ya esta amueblada con lo basico, como una cama y un escritorio, pero tuve que traer ropa y libros de casa que me durarian todo un ano universitario. “!Zach!” Ella llama y un chico alto y rubio aparece detras de ella. El planta un beso en su mejilla y Olivia se rie. “Este es mi novio Zach”, dice ella, y el me sonrie. “Zach, este es nuestro nuevo companero de casa, Calla. Se amable”, advierte, y lo veo poner los ojos en blanco. “Siempre soy amable, ?por quien me tomas?” Zach pregunta en broma y vuelve su atencion hacia mi. “Es un placer conocerte, Calla”, extiende una mano como un caballero. Lo tomo y el me da un ligero apreton antes de soltarlo y envolver sus brazos alrededor de Olivia. Olivia y Zach parecen una linda pareja y, por alguna razon, mis pensamientos parecen correr hacia Asher. Mi ex novio, que tambien asiste a la misma universidad que yo este ano. Rompimos hace unos meses. Queria ser despreocupado y soltero para la universidad. No lo culpo, pero todavia hay una parte de mi que desea que las cosas fueran diferentes. El es una de las pocas personas que estuvieron alli para mi a traves de la muerte de mi madre. Tal vez eso fue una gran parte de por que nos separamos. Empuje a todos lejos. Queria estar solo, todo el tiempo. Como que de alguna manera eso arreglaria todo. Sabia que me estaba castigando, pero eso de alguna manera me hizo sentir mejor. Entro con una caja en los brazos y miro a mi alrededor. Los suelos son de madera y frio. Al instante me encuentro esperando que este lugar tenga calefaccion. El unico compromiso con la comodidad es la vieja alfombra peluda en la sala de estar y eso tambien ha visto dias mejores. Sin embargo, para mi sorpresa, de alguna manera parece hogareno. “?Son solo ustedes dos? ?El anuncio decia tres companeros de casa?” Pregunto, por pura curiosidad. “Tambien esta Ace. El no estara aqui hasta el lunes”, dice ella. “Por lo general se mantiene solo, su habitacion esta aqui abajo”, senala a la puerta en la esquina lejos de todo. “Estoy tan contento de que estes aqui, no me podria imaginar vivir solo con ninos”. Liv arrugo la nariz con disgusto y solte una pequena carcajada. Despues de que me ayudan a llevar mis cosas a mi habitacion, me dan una llave de la casa y me explican algunas cosas. Compartire un bano con ellos, esta frente a mi habitacion. Puedo traer a cualquiera mientras no sean chicos del Ashworth Collage, aparentemente, son el enemigo. No entiendo, pero estoy de acuerdo de todos modos, porque de todos modos no voy a traer a ningun tipo aqui. Eso definitivamente no esta en mi lista de tareas pendientes. Liv se va para dejarme acomodarme y dice si necesito algo para hacerle saber. Puedo decir que nos llevaremos bien y espero que todos por aqui sean tan amables como ella. Mi habitacion es mucho mas grande de lo que esperaba y me alegro de haber encontrado este lugar. Mis companeros de casa parecen normales e incluso podria hacer buenos amigos aqui. Desempaco mi ropa colocando lo que necesita colgar en el armario y el resto en la comoda pequena. Coloco mis libros en el suelo cerca del pequeno escritorio y suspiro. No se como seria la universidad y eso me pone un poco nervioso. Echo un vistazo por la ventana y me pregunto de quien era esta casa y por que querrian alquilarla a estudiantes universitarios. La vista desde mi habitacion es algo magica, siempre me encanto el otono y esa fue una de las pocas cosas que aun no ha cambiado. El aire es fresco, justo como me gusta, pero los arboles estan en llamas. Sonrio ante el infierno cerca de mi ventana y recuerdo como mi madre siempre me reganaba por traer hojas a la casa. Haria cualquier cosa por volver a escuchar su voz y verla. Ella no merecia lo que le sucedio y todo fue mi culpa.

  • Sucedio un diciembre de Betzacosta

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  • De rio en rio de Alfredo Molano

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    En este libro, Alfredo Molano, galardonado con el premio mas importante del periodismo colombiano -Simon Bolivar categoria Vida y Obra de un Periodista 2016- , presenta una serie de cronicas y notas de viaje a traves de una de las regiones mas atractivas y virgenes de Colombia: el Pacifico.

  • Las Caricias que no me Diste de Elizabeth Lopez Caballero

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    Cuando pierdes la fe, las ganas de vivir, de luchar, de sentir. Cuando crees que tu salvacion esta en la desgracia ajena y la vida parece desmoronarse. Una puta centrada. Una periodista perdida. Un cuento de amor y otro de desamor. La grieta en el alma por la que intenta entrar la luz. Las caricias que no me diste es la historia de Carolina, la periodista; y de Zene, la puta. Pero tambien es un poco la historia de todas aquellas personas a las que les han roto el corazon. De todas aquellas personas que han tenido que levantarse y lamerse las heridas. Las caricias que no me diste, es tu historia y la mia.

  • Mentiras y Pasion de Maureen Child

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    Nunca un romance fingido habia resultado tan real.

  • Amigos carinosos de J.f. Jimenez

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  • Baile De Primavera de M. Cavani

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    Elizabeth Bennet esta visitando a su amiga Charlotte, ahora la nueva esposa de su primo, el senor Collins, cuando recibe una importante invitacion al baile de primavera que se realizara en Rosings, bajo los dominios de la estirada e inflexible, Lady Catherine de Bourgh. Baile de primavera es la continuacion de Baile de invierno, la serie relatos austenianos que fueron publicados por partes, y por primera vez, en el blog de la autora, Ficcion Femenina. Estas son versiones corregidas y ampliadas de los mismos y contienen material exclusivo.

  • Sin lluvia no hay arcoiris de Eva M. Soler, Idoia Amo

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    La puerta golpeo la pared al abrirse con brusquedad, pero a ninguno de los dos le importo, ocupados como estaban en besarse apasionadamente. Patrick la cerro con el pie, mientras guiaba a Brooke hacia el interior sujetandola por la cintura. La chica llevo las manos a sus hombros para bajarle la chaqueta y quitarsela, dejandola caer al suelo. Empezo a desatar sus botones, mientras Patrick se arrancaba la corbata y la tiraba a un lado. Cogio a Brooke y la sento sobre una de las encimeras de la cocina, deslizando las manos por su espalda mientras buscaba una cremallera o unos botones, o lo que fuera que mantenia el maldito vestido en su sitio. Ella tambien tenia problemas con su camisa, porque Patrick noto un tiron y escucho el sonido de varios botones caer al suelo. Se aparto unos segundos para deshacerse de la prenda, y sus miradas se cruzaron en la penumbra de la cocina, donde tantas veces se habian peleado por un trozo de encimera, un cuchillo o una cazuela en particular. Brooke se humedecio los labios y palpo los musculos de su pecho. Sabia que Patrick utilizaba el gimnasio y la piscina del hotel, porque ella tambien y pronto habia aprendido sus horarios para no coincidir, aunque no imaginaba que le diera tan buen uso. Alargo las manos hacia el cinturon del pantalon y Patrick volvio a besarla, cogiendola por la nuca para sostener su cabeza mientras introducia su lengua hasta tocar la suya, de una forma que la hizo gemir contra su boca. Con la otra mano volvio a recorrer el vestido, sin exito, y dejo aquellos labios con un juramento. --?Como demonios te quito esto? --gruno. --Es complicado, olvidate. Se llevo las manos al cuello, y desato el nudo que ataba el vestido por arriba. Al comprarlo, le habia encantado el estilo pin up que tenia, atado arriba y con vuelo por debajo; incluso tenia un ligero cancan de encaje para darle volumen. De saber lo que iba a pasar, habria buscado algo mas sencillo: se ataba con una cremallera lateral, ademas del nudo, y no tenia paciencia en aquel momento para pegarse con ella. Y por lo que veia, Patrick tampoco, porque cogio las tiras de tela y las bajo, dejando sus pechos al descubierto. Brooke agradecio que hubiera poca luz, porque enrojecio al ver como la miraba. El vestido tenia la espalda muy baja; por eso se habia decidido a no llevar sujetador, algo que no era habitual en ella. Patrick estaba alucinado, jamas hubiera imaginado que Brooke no llevara nada debajo de aquel vestido, y eso que se habia pasado buena parte de la noche con los ojos en ese escote como un idiota. Durante un segundo se pregunto si haria lo mismo en dias de trabajo... No, seguro que no, o se habria dado cuenta. Claro que nunca le habia mirado el escote hasta entonces, y el uniforme de trabajo tampoco tenia: pantalon y camisa con cierre de botones lateral, todo en blanco. Fruncio el ceno al darse cuenta, pero desecho el pensamiento al instante; no era momento de pensar en nada. Inclino la cabeza para bajar los labios hasta uno de los pezones, lamiendolo con ansiedad. Brooke le acaricio el pelo, suspirando. Echo la cabeza hacia atras mientras el la sujetaba por la espalda, reclinandola poco a poco sobre la mesa a la vez que pasaba sus labios al otro pezon. Cuando la tuvo tumbada, tuvo que pelearse con el vestido y el cancan para poder acceder a sus piernas. La acaricio desde el tobillo hasta los muslos, pensando en lo sexi que estaba con aquellos zapatos peep-toe y ese look tan anos treinta. Bajo la cabeza para besar la parte interna de los muslos, metiendo la mano hasta alcanzar la ropa interior y asi quitarsela, tirandola tambien al suelo. Se coloco sus piernas en los hombros para de ese modo poder acariciar con los labios y la lengua entre ellas. Brooke se sujeto como pudo a la encimera, a punto de dar un bote al sentir lo que hacia. Su mente estaba nublada, apenas era capaz de pensar, solo de dejarse llevar mientras notaba como su cuerpo le pedia cada vez mas. Se retorcio bajo el, bajando las manos para cogerle por el pelo instandole a subir, pero Patrick no se movio, sino que la llevo al limite... y cuando paro, durante unos segundos tuvo deseos de matarlo, hasta que escucho el sonido de la cremallera de su pantalon. Lo miro al ver que se quedaba quieto de pronto y se dio cuenta de lo que estaba pensando. --En mi bolso --se apresuro a decir--. El pack de regalo. Patrick respiro aliviado; si hubieran tenido que parar en ese momento, le habria dado algo. Se agacho para recoger el bolso de Brooke del suelo, metio la mano sin apenas mirar y saco el paquetito de plastico. Ella se agito, impaciente, mientras Patrick rasgaba el envoltorio. Una vez listo, la acaricio con los dedos, comprobando que estaba preparada para el, y la sujeto por las caderas para penetrarla de un solo movimiento que casi hizo gritar a ambos. Brooke se arqueo sobre la encimera, perdiendo de nuevo la conciencia. Pensaba que no podia ir a mejor, hasta que Patrick empezo a moverse contra ella, con una mano en la cintura y la otra en una de sus piernas, que aun tenia sobre los hombros de el. Patrick apreto los dientes, intentando concentrarse, pero aquello era demasiado agradable, demasiado intenso como para poder mantener la cordura. La forma en que ella se movia contra el, como respondia a sus caricias y gemia, lo volvia loco. Miro su rostro; con los ojos verdes entrecerrados, los labios humedos por sus besos... Era una vision de los mas seductora. La necesitaba mas cerca, asi que le coloco las piernas en su cintura y la elevo para sentarla, besandola de nuevo. Brooke le rodeo el cuello con los brazos, pegandose a su cuerpo. El roce de su piel desnuda la enardecio aun mas y Patrick acelero sus movimientos, clavando los dedos en sus caderas sin poder evitarlo. A ella no le importo, estaba igual que el: al borde de estallar. Patrick beso su cuello, rozandolo con los dientes. --!Patrick! Brooke no pudo evitar gritar su nombre, estremeciendose de pies a cabeza, y aquello termino con el poco control que a el le quedaba. La estrecho contra si y se tenso al notar como su cuerpo se liberaba y lo dejaba exhausto. Se quedaron abrazados mientras recuperaban la respiracion. Brooke tenia los dedos enredados en su pelo y le acariciaba los mechones rubios de forma distraida. Aun debia asimilar lo que acababa de pasar, nunca habia sentido nada tan fuerte ni intenso, ni siquiera estaba segura de que sus piernas la sujetaran si se apoyaba en el suelo. Y no queria soltarle; si lo miraba... si hablaban se romperia el momento, y queria alargar esa sensacion lo mas posible. Pero poco despues, Patrick se movio. Se quedo quieta mientras el la besaba y se quedaron mirandose como si nunca se hubieran visto antes. Patrick delineo su rostro con un dedo, desde las cejas bajando por la nariz, hasta rozar sus labios. --Te he dejado sin maquillaje --murmuro. Ella sonrio y le toco la mejilla, que comenzaba a estar aspera por la barba incipiente. --Creo que todo mi pintalabios lo tienes tu. Patrick la cogio por la barbilla, dandole un beso. --Brooke... --susurro. Y entonces se encendio una luz en al otro lado de la puerta, que tenia dos ojos de buey en la parte superior. Patrick reacciono con rapidez, bajandola de la encimera mientras se subia los pantalones velozmente. Se agacharon para ocultarse detras de la encimera, parapetandose con los muebles. Brooke miro de reojo a Patrick, que estaba con la vista fija en los ojos de buey. Y entonces fue consciente de que su vestido estaba arrugado a la altura de su cintura, la parte superior seguia desatada... se apresuro a cubrirse rehaciendo el lazo del cuello, mientras alisaba a duras penas la falda. Su mirada se desvio hacia el suelo, donde su ropa interior yacia junto a la corbata de el. La vision la hizo enrojecer y alargo la mano para coger ambas prendas. Tambien cogio su camisa y chaqueta, y le rozo el hombro desnudo para llamar su atencion. Patrick la miro y recupero sus prendas sin decir nada. Se quedo con ellas en la mano, volviendo la atencion al exterior. Una sombra paso cerca de la puerta, pero siguio su camino y poco despues las luces se apagaron de nuevo. Los dos se incorporaron evitando mirarse. Brooke termino de vestirse, mientras el se abotonaba la camisa en la medida de lo posible y se la metia por dentro del pantalon. Se coloco la corbata alrededor del cuello e hizo un gesto hacia la puerta, con la chaqueta en la mano. --Quiza no debamos regresar juntos --comento. Brooke afirmo con la cabeza, apartando la vista de su pecho. ?Sabia el lo atractivo que estaba con aquel aspecto desenfadado? El pelo rubio revuelto, la corbata sin atar y un par de botones desabrochados... Le daban ganas de volver a arrancarle la camisa. Pero parecia que el habia recuperado el sentido mas rapido que ella, porque levanto una ceja de forma interrogativa. --?Quieres que salga yo primero? --pregunto Patrick, al ver que la chica no se movia. --No, ya voy. Se quedo unos segundos mas indecisa. ?Que se suponia que decia una en aquellas circunstancias? <> <> --Feliz Ano Nuevo, Patrick. El parecio sorprendido por aquella frase, pero inclino la cabeza con media sonrisa y le contesto igual: --Feliz Ano Nuevo, Brooke. Brooke penso que aquella debia haber sido la frase mas estupida del universo... En fin, era lo unico que se le habia ocurrido y, al fin y al cabo, era Ano Nuevo, ?no? !Si todo habia comenzado por culpa de la cuenta atras dichosa de Nochevieja! Ni siquiera habia visto a quien tenia a su lado en la fiesta de empleados en ese momento, hasta que la gente empezo a besarse como era costumbre y, al girarse, se lo encontro a el. Y algo habia pasado, porque en lugar de darse la vuelta y marcharse cada uno por su lado como solian hacer, inexplicablemente se habian acercado para besarse. Y lo que habia comenzado como un beso casto en los labios fue a mas y, antes de darse cuenta, estaban en la cocina. Se metio en el primer cuarto de bano femenino que vio para intentar recuperar la compostura. ?Pero que demonios le habia pasado? !Si Patrick era su enemigo numero uno! Llevaban meses compartiendo cocina, sin llevarse bien ni un solo dia. Cada uno tenia una forma de cocinar, de organizarse... !de todo! Ya desde el primer dia chocaron y nunca habian compartido un solo momento de ocio fuera de la cocina. ?Seria por eso? ?Habia bajado la guardia porque estaban en un ambiente relajado? Maldita fiesta de fin de ano... Se miro en el espejo, y se asusto al ver el estado en que estaba su pelo, por no hablar del maquillaje inexistente, ni de las zonas rojas en su cuello, alli donde Patrick... Sacudio la cabeza para no pensar en eso. Se peino con los dedos lo mejor que pudo y recompuso su maquillaje con el pulso algo tembloroso. Cuando estuvo satisfecha con el resultado, observo su reflejo, sin poder reprimir una expresion preocupada. ?Que iba a pasar cuando volvieran al trabajo? Patrick espero un par de minutos en la cocina, sin dejar de dar vueltas junto a la encimera donde... reprimio una maldicion y coloco bien un par de espumaderas que ellos habian movido sin querer antes de salir y meterse en el primer cuarto de bano que vio. Se miro en el espejo, apoyando las manos en el lavabo. ?Pero que demonios le habia pasado? !Si Brooke era su enemigo numero uno! Llevaban meses compartiendo cocina, sin llevarse bien ni un solo dia. Cada uno tenia una forma de cocinar, de organizarse... !de todo! Ya desde el primer dia chocaron, y no habian compartido nunca un solo momento de ocio fuera de la cocina. ?Seria por eso? ?Habia bajado la guardia porque estaban en un ambiente relajado? Maldita fiesta de fin de ano... Aunque tampoco podia echar la culpa al alcohol, ya que solo se habia tomado un par de copas de champan. Ni siquiera se habia fijado en ella hasta que se deslizo a su lado bailando y tuvo que mirar dos veces para reconocerla. Entonces observo que llevaba su cabello moreno diferente, suelto con ondas, peinado de una forma que, junto con el vestido, le recordo a las chicas de los calendarios pin up. Ya no habia podido evitar seguir observandola hasta encontrarse a su lado cuando habia comenzado la cuenta atras. Y cuando ella se giro, esos labios pintados de rojo pasion lo atrajeron como si de un iman se tratara. El mismo rojo que ahora estaba esparcido por toda su cara, asi que se echo agua fria para quitarselo y de paso rebajar el calor que empezaba a sentir al pensar en ella. Saco un panuelo del bolsillo del pantalon y se seco el rostro, eliminando todos los restos del pintalabios. Termino de abotonarse la camisa e hizo un nudo perfecto en la corbata. Se echo un poco de agua en el pelo para alisarselo y, tras ponerse la chaqueta, se examino en el espejo. Asi no se le veia la parte de la camisa sin botones, su pelo volvia a estar arreglado... En la cocina siempre estaba impecable con su uniforme blanco; ponerse un traje para fin de ano le habia parecido adecuado, aunque ahora le diera demasiado calor. En fin, todo en orden, asi que quiza deberia volver a la fiesta. Si no fuera por la expresion preocupada que tenia en la cara, nadie diria que habia ocurrido nada. Pero claro, ?que iba a pasar cuando volvieran al trabajo? De vuelta en la fiesta, Brooke fue a la mesa donde habia botellas y vasos para que cada uno se sirviera. Se lleno un vaso de champan, se lo tomo de un trago y volvio a llenarlo. --!Eh, garganta profunda! ?Piensas acabar con todas las bebidas? Levanto la vista para encontrarse a Denise, la subdirectora del hotel y su mejor amiga alli. Habian congeniado desde el principio y con ella pasaba su tiempo libre cuando coincidian ambas. Asi como Brooke vestia con el uniforme de la cocina a diario y pocas veces se arreglaba como esa noche, Denise era todo lo contrario: siempre iba perfecta, con tacones y el pelo rubio perfectamente alisado, con una media melena y flequillo que enmarcaban su rostro angelical. Su puesto tenia mucho que ver en su estilo, obvio, aunque tambien formaba parte de su personalidad. --Es mi intencion --le contesto. --?Estas bien? Pareces acalorada. ?Has bailado mucho o que? --No, no es eso. --?La gente te agobia? No lo entiendo, ya deberias estar acostumbrada. Hizo un gesto que abarcaba al nutrido grupo que se habia juntado alli, practicamente todo el personal del hotel que vivia en los apartamentos para trabajadores. Como era una noche especial, se habia contratado personal externo para entretener a los clientes esa noche y la empresa habia dado libre a todos los departamentos. Denise habia tenido mucho que ver en eso, ya que era la primera vez que se lograba algo asi. Llevaba un ano y medio alli, unos meses mas que Brooke, y uno de sus objetivos era mejorar las condiciones laborables. Los empleados solo libraban un dia a la semana, por ejemplo, otro tema que tenia pendiente. El Paradise Lanikai Beach era un enorme complejo hotelero a pie de playa en la isla principal de Hawai, Oahu. Tenia dos bloques principales, cada uno con su correspondiente piscina, unidos por varios puentes de madera con antorchas decorativas que encendian por la noche. En el centro habia un escenario donde se hacian actuaciones en ocasiones especiales o se colocaba alguna orquesta itinerante. Detras de todo ello, separado por vallas de bambu, se encontraban los apartamentos de los empleados. Todos tenian un bungalow de una habitacion, con una pequena cocina unida a un salon, y en el centro de los edificios habia una piscina, con vestuario y gimnasio propio. Como tenian poco tiempo libre, la piscina no solia estar muy masificada. Ademas, el personal rotaba con bastante frecuencia y muchos preferian pasar ese tiempo descubriendo la isla y sus playas. El motivo del cambio de personal era, por un lado, que no todos se acostumbraban a trabajar en una isla, y, por el otro, que formaba parte del programa de intercambio de la cadena para que los empleados adquirieran experiencia en diferentes localizaciones y tipos de hotel. Era normal que los que empezaban se inscribieran en ese programa, daba muchas oportunidades para recorrer mundo, lo que era otro punto a su favor. --Mejor te lo cuento --solto. Brooke cogio a una sorprendida Denise del brazo y la alejo de la musica y la gente, detras de una palmera. --?Que me he perdido? --pregunto Denise, sin entender nada. --Me acabo de acostar con Patrick --espeto su amiga. Denise se quedo con la boca abierta. Decir que se habia quedado alucinada era poco, estaba a punto de pellizcarse por si sonaba, porque aquello no podia ser verdad. Tenia que haber oido mal. --Repite eso --pidio. --Digo que me acabo de acostar con el. Despues de la cuenta atras, hemos ido a la cocina y... En fin, eso. Denise abrio de nuevo la boca. La cerro, volvio a abrirla y parpadeo varias veces. --Espera a ver si me he enterado bien --dijo--. ?Me estas diciendo que Patrick y tu habeis echado un polvo en la cocina? ?Tu y el mismo Patrick que odias desde el dia uno que entraste en este hotel, el mismo Patrick al que, y te recuerdo tus palabras exactas, llamaste <>? ?El mismo Patrick que te quita tu sarten favorita y tu a el su cuchillo de cortar preferido? --Denise... Pero su amiga estaba lanzada, con aquel brillo que se le ponia en los ojos azules cuando algo le resultaba divertido y sorprendente al mismo tiempo. --?El mismo Patrick que, dijiste, era un imbecil estirado que solo sabia mirarse el ombligo y que metiste en la lista de <> sobre el personal del hotel que hicimos en la fiesta de despedida de Karen? --A ver, Denise, !que si! --?Y en que momento ha salido de la lista? Porque cuando todas estuvimos de acuerdo en que el chico esta muy bien, tu solo le sacaste defectos. A saber... --empezo a enumerar con los dedos--: va siempre repeinado, no sonrie nunca (algo que, debo decir, es falso), el uniforme de cocinero le queda fatal, tiene cara de aleman... lo cual sigo sin entender por que es malo, !si encima su madre es alemana! --Pues porque... porque si. Y ademas es un borde... --Contigo. Porque tu tambien lo eres con el. Pero no te me disperses, por favor. ?Como fue? --No lo se. --?Estabas borracha y no te acuerdas? Porque te veo muy lucida ahora mismo. --No, ?a que te refieres?

  • Derrame mis lagrimas (Por amor 5), Maria Beatobe de Maria Beatobe

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    Tras el shock sufrido por Naira ante una confesion que no esperaba, sus amigas intentan animarla llevandosela de fin de semana a un divertido y original cumpleanos celebrado entre tiendas de campana, mucha diversion, algunas locuras y un encuentro inesperado. Nuestras unicornias haran de esa fiesta una fecha para recordar.

  • Llamando a las puertas de la revolucion de Karl Marx

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    Los mejores libros jamas escritos.

  • Las horas de terciopelo de Alyson Richman

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    Cuando los nazis amenazan con tomar el control de paris, una joven cierra para siempre el maravilloso departamento de su abuela, dejando tras sus puertas tesoros y bellezas inimaginables.

  • Coleccion Especial Policiaca de Raul Garbantes

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  • Dia de San Valentin de. 3 de Lisa Aidan de

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    Hacia unos ocho anos que Sandra compartia piso con la siempre delgada Silvia, de ojos pardos casi como el pelaje de un oso, su estomago bien podria ser el de uno porque por mas que comiera, y no era de las que tenian miramientos por las calorias, siempre permanecia en el mismo rango de peso, y con Marta, la amiga alta y rubia del grupo, esa a la que nada mas pisar una discoteca, el resto de mujeres odiaba automaticamente. Las dos eran modelos y actrices cuyas carreras habia dado una buena vuelta de tuerca durante el ano anterior. Decidieron viajar juntas a varios castings en otros paises de Europa y se apuntaron en agencias de modelos internacionales, dentro y fuera de Espana, sus agendas empezaron a llenarse poco a poco, mas que antes, con trabajos mejor remunerados. Claro que, desde entonces tambien debian viajar mas. Andrea, otra de sus amigas y a la que parecian haber adoptado pues pasaba mas tiempo alli que en su casa, tambien habia visto como la vida empezaba a sonreirle de nuevo los pasados meses. Encontro trabajo de lo suyo, era disenadora grafica; al principio fue algo temporal, pero luego empezaron a llamarla de anteriores trabajos para que realizara tareas aqui y alla, los clientes que pedian sus servicios cada vez eran mas importantes y termino fichando por una empresa extranjera que pagaba la mar de bien. Y no tenia que desplazarse por lo que acabo instalando oficialmente un despacho en su casa. Habia vuelto a cambiar su color de cabello, ahora lo llevaba morado claro con mechas rosas y violetas, mas oscuras conforme se aproximaban a la raiz, y como aquel color conjuntaba con sus ojos azules, habia dejado de usar las lentillas. Al menos durante un tiempo. O eso decia ella. Con Becca triunfando como autora de exito internacional en Estados Unidos, su grupo parecia pasar por un bache separacional importante. Esta bien, de acuerdo, aquella palabra no existia, pero deberia. Sandra sentia el vacio de sus amigas cada dia, mientras en su trabajo todo se mantenia exactamente igual. Era administrativa en un bufete de abogados y eso estaba bien, era un trabajo fijo, estable, seguro y todo eso pero sin ningun aliciente. Y la falta de las locas de sus amigas alrededor, encerradas en sus propias burbujas laborales, hacia tiempo que habia creado un hueco en su vida muy dificil de rellenar. La primera en volar fue Rebecca, le siguieron las modelos Marta y Silvia y lo de Andrea fue algo mas paulatino pero ella… permanecia alli, estancada, anclada a su vida de nueve a seis. Al lado del suyo, cualquier trabajo parecia mas emocionante. La separacion de su grupo, momentanea, se repitio, le habia hecho pensar y darse cuenta de algunas cosas; en primer lugar: de lo mucho que dependia de sus amigas para casi todo. Desde hacer las compras, pensando en sus preferencias, a encargar comida a domicilio o ir de tiendas. Estaba muy sola tambien, eso era algo a lo que, hasta entonces, no presto ni la mas minima atencion, no le habia dado importancia siquiera. Si tuviera un novio, al menos podria compartir sus cosas, sus secretos, suenos y trivialidades con alguien mas aparte de las chicas. Su vida junto a ellas tenia todos los condimentos que echaba de menos; sin ellas, era monotona y sin chispa. --Sandra, ?acudiras a la fiesta de la oficina este ano? --?Eh? ?Que fiesta? --La de San Valentin, mujer. Ya sabes que al nuevo jefe le agrada mantener las tradiciones de su otra sucursal y hermanarlas de ese modo. Dicen que este ano sera mejor que la del ano anterior. Era cierto, ese habia sido un cambio. Hacia cinco anos los puestos de trabajo de todos en la oficina pendieron de un hilo al conocer que un grupo extranjero queria comprar la empresa para la que trabajaba. Sus anteriores jefes cogieron la pasta y, como ella predijo, salieron corriendo sin echar la vista atras ni mirar por sus trabajadores. Por suerte, el nuevo dueno cubrio sus pagas extras, a pesar de no tener necesidad alguna de hacerlo. Desde ese momento se convirtio en el heroe trajeado de cada persona del despacho. Lo idolatraban aunque no lo hubieran visto nunca. De hecho lo unico que hizo fue traer a un director de su sucursal en Atlanta. ?Que llevaba a un hombre, un abogado, rico de Atlanta a comprar una empresa mediana de abogados? Era un misterio que estuvo en boca de todos mucho tiempo, pero en la actualidad nadie se lo cuestionaba. Bajo la tutela del nuevo director, habian crecido e incluso aumentaron la plantilla y el numero de clientes. Algo debian estar haciendo muy bien. Con todo, por mucho que eso hubiera sucedido cinco anos atras, sus companeros de oficina lo seguian llamando: El nuevo jefe. Y ahora llegaba de nuevo esa fecha del ano en que todos los trabajadores estaban invitados a una fiesta el dia de San Valentin. Sandra solia escaquearse de asistir y lo celebraba con las chicas, saliendo a tomar algo o quedandose en casa para ver una maraton de peliculas romanticas con litros de helado y panuelos. Pero ese ano… Ni siquiera sabia cuando volveria a verlas de nuevo. --Lo pensare. --Ah, es verdad. Seguro que tus amigas y tu salis a quemar la ciudad esa noche --repuso Adela, su companera mas veterana, una mujer de casi cincuenta anos con uno de los espiritus mas jovenes que habia conocido. --En realidad todavia no lo… sabemos. Se dio cuenta a tiempo de que si decia de buenas a primeras que no tenia plan alguno, era muy posible que se viera arrastrada en contra de su voluntad a la fiesta de la empresa y no queria verse en ese brete, por lo que reacciono a tiempo decorando un poco su respuesta tras un momento de duda. --Esta bien, estaria muy bien que vinieras. Asi podrias asistir por primera vez, creo que eres la unica de toda la oficina que no ha ido nunca. --No sera para tanto… Lo cierto era que toda la oficina hablaba y especulaba acerca de la fiesta. Era algo continuo, el tema de conversacion favorito de sus companeros, aunque ella no era capaz de inmiscuirse en toda aquella excitacion y dicha, mucho menos desde que era consciente de cuan insignificante e insulsa era su vida. Ya en casa el catorce por la tarde, habia hecho una compra de varios litros de helado y busco en la television de pago algunas peliculas para ver mas tarde. No pensaba salir. Decidio que lo mejor seria rebozarse un poco en su patetico dolor y en su soledad. Si pensaba en ello no era la unica que tendria un dia de los enamorados de pena. Rebecca habia llamado, se dirigia a Italia para una reunion de trabajo con su agente que ya la esperaba alli. Si habia algo peor que estar solo, era tener pareja y estar cada uno en una parte del planeta pasando aquel dia, dedicado al amor, separados por miles de kilometros como le ocurria a su mejor amiga. En pijama, escogio uno de los sabores de helado y se tiro en el sofa dispuesta a dejar pasar el resto del maldito dia. Se sentia empachada del dichoso Valentin. Su empresa hacia una semana que estaba decorada con corazoncitos y querubines aqui y alla. El telefono sono, detuvo la pelicula pulsando el boton de pausa, clavo la cuchara en el helado de vainilla con cookies que estaba comiendo como si fuera la Bridget Jones espanola y respondio sin muchas ganas. --!Sandy! Que la reunion era una tapadera. !Craig acaba de pedirme que me case con el! --!No jodas! --Se compincho con Astrid para sorprenderme. Ay, Sandra, soy muy feliz ahora mismo. --Se nota, cielo. Me alegro mucho por ti. Disfruta. Aquello era grande, muy grande. ?Que tio movia medio mundo para pedir la mano de una mujer? Pues uno verdaderamente enamorado.

  • El calentamiento global de Daniel Ruiz

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    Federico Castilla es director de Responsabilidad Corporativa y Desarrollo Sostenible de Oilgas International, multinacional del sector petroquimico con implantacion en Europa, Africa y Oriente Medio. Una manana recibe una llamada desde Oilgas Iberica, su planta de distribucion de refino en Espana, y le comunican que se acaba de producir un accidente laboral en dicha planta; un empleado, que ha caido desde varios metros de altura mientras realizaba trabajos de reposicion de luminarias, se encuentra en estado critico. Inmediatamente, se activan todos los protocolos y Federico toma un avion para viajar hasta Pico Paloma, la poblacion donde esta la factoria. Se trata de un municipio enclavado en pleno parque natural de El Roqueo, en una zona del litoral donde convive la industria petroquimica, la actividad turistica y el paisanaje local.

  • Mas de May Mars

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    Maldita sea, otra vez lo mismo, son las 6 de la manana y estoy despierta, como todos los dias desde que estoy en Los Angeles. No puedo decir que esta habitacion de hotel sea lo mas lujoso de la ciudad, aunque pensandolo bien, tampoco es peor cuchitril en el que he dormido en mis 29 largos anos. A mi empresa le ha parecido adecuado que me aloje aqui, en un sitio llamado algo asi como "quedate en el principal", me pregunto principal que... desde luego esto no es un lujoso hotel propio de la zona chic de Los Angeles. En fin, durante el mes y medio que tengo que estar en esta preciosa ciudad no debo distraerme demasiado he venido a trabajar, y seguro que han pensado en ello cuando me han alojado aqui. Tengo que trabajar, trabajar, y como no... !He de sorprenderlos! Mi continuidad en la multinacional depende de este maldito proyecto que me esta sacando de mis casillas. Me parecio una genial idea hace once anos estudiar lo que realmente me apasionaba, sin duda mi titulo en ingenieria es mi mayor orgullo y cuando la gran multinacional AKIA me contrato pense que habia sido el dia mas feliz de mi vida. Poco tiempo despues volvi a la cruda realidad, no soy mas que un diminuto pececillo rodeado de tiburones dispuestos a desayunarme sin ningun remordimiento. Asi pues, mi genial, divino y maravilloso jefe me ha metido en este embrollo para darme la opcion de mantener mi preciado trabajo, sinceramente, creo que me odia, aun recuerdo su expresion divertida cuando sus palabras resuenan en mi cabeza. "Lya tengo una gran propuesta para ti que garantizara tu continuidad en la empesa, te iras a Los Angeles durante mes y medio y desarrollaras un proyecto novedoso para la central que los dejara perplejos, les gustara tanto que querran renovar tu contrato." ?Proyecto? ?Que proyecto? ?Yo sola? ?Los Angeles? Mi cara debio ser todo un poema a juzgar por la mirada de satisfaccion de Marcelo, creo que incluso mi corazon dejo de latir durante unos instantes. No me hizo falta preguntar que ocurriria si mi maravilloso proyecto no les interesaba, me pondran de patitas en la calle, !genial! Justo lo que necesitaba. Y aqui estoy sentada en la cama de mi diminuta habitacion, en el hotel mas centrico de esta maldita ciudad y sin saber que narices hacer para impresionar a los jefazos, estoy bloqueada. Me levanto de la cama, por llamarla de algun modo. Creo que deberia probar a dormir en el suelo, posiblemente sea mas blando. Voy al bano y tras darme una ducha y desenredarme el pelo me siento frente a mi portatil. Miro la pantalla vacia durante un rato, nada... no se me ocurre absolutamente nada, !nada! Por dios... se supone que soy brillante en mi trabajo, !algo se me tendra que ocurrir!, llevo una semana sin hacer absolutamente nada, bueno si... compadecerme de mi mala suerte, eso se me da de maravilla. Frustrada por mis circunstancias enciendo mi tablet, mi maravillosa tablet, mi pequeno y caro capricho. Cuando Hugo me dejo poco antes de venirme no me sorprendio, hacia tiempo que nuestra relacion se habia vuelto distante, bueno... "mas" distante. Hablaba menos con mi novio que con mis vecinos y eso... ya es decir mucho, porque no me considero una persona demasiado sociable. Demasiado trabajo, demasiado estres y sobretodo poco en comun. Pero aun asi no desaproveche la oportunidad de sofocar mi supuesta tristeza por otro fracaso en mi vida y me fui de compras para animarme, mi amiga Ana me obligo a ello, tras un fin de semana de chicas y compras, ella compro ropa para llenar tres armarios y yo volvi a casa con mi bien mas preciado, mi tablet de ultima generacion. Los chirriantes pitiditos me devuelven a la realidad cuando me doy cuenta que Ana, mi Ana me esta abasallando a mensajes... sin duda desde que se ha propuesto ir al gym cada manana antes de ir a trabajar su vitalidad me arrolla, nunca ha sido una mujer tranquila, pero ahora esta mas activa que nunca. Sin pensarlo me pongo a hablar con ella, me ira bien no pensar en la montana que se me viene encima, ademas, si no le respondo me llamara y me soltara uno de sus sermones que no tengo ningunas ganas de escuchar. Hablamos durante casi una hora, cuando cierro el chat reviso el correo, nada nuevo, suspiro aliviada. Menos mal que mi feje no se ha acordado hoy de mandarme su email diario para ver que tal llevo el fascinante proyecto que se supone que tengo empezado. En ese momento caigo en la cuenta de que es sabado y me digo a mi misma en voz alta para convencerme -Lya, ya esta bien de tanta negatividad, ve a dar una vuelta, relajate y seguro que se te ocurre algo. No muy convencida, me pongo mis vaqueros, una camiseta de Led Zeppeling que me regalo mi mejor amiga y mis deportivas, cojo la chaqueta vaquera, el bolso y me dispongo a salir a que me de el aire. Parada frente al ascensor me pregunto que hare, y sin pensarlo demasiado vuelvo atras a la habitacion para coger la tablet, si, sin duda sera una buena compania. No conozco la ciudad, no conozco a nadie aqui y aunque hablo perfectamente ingles soy demasiado introverdida como para acercarme a hablar con alguien. Salgo del hotel dispuesta a ser feliz, aunque sea durante un dia, olvidando mis problemas. Paso por un Starbucks y me compro un frapuccino, me encantan. Camino durante un buen rato mirando a la gente, viendo como estos extranos se mueven comodamente por estas calles desconocidas para mi y sorbiendo mi desayuno. Llego a un parque enorme y decido que es una buena idea hacer algo que he visto miles de veces en las peliculas, asi que me dirijo a buscar un banco libre y cuando lo encuentro me siento, saco mi tablet y sin mas me pongo los auriculares. Inicio la app de Spotify y le doy al play sin prestar atencion a lo que suena, me da igual, cualquier musica es buena en estos momentos, murmuro, y me pongo a leer.

  • Con B de Beatriz de Begona Salvador Ros

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    Beatriz acaba de cumplir 35 anos. Tiene su vida organizada. Su trabajo fijo en un banco, su piso y a su novio, Carlos. Un buen chico que por fin ha aprobado la oposicion a Notario. Pero ella siente que le falta algo. Que la vida tiene que ser algo mas y no se quiere conformar. La noche de su cumpleanos, volviendo de fiesta, tiene una revelacion de las gordas. De las que te ensenan los pasos para ser feliz y tu solo tienes que seguirlos. Aunque eso signifique romper con tu vida anterior y empezar de cero.

  • Algo de tres de Monica Benitez

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    Natalia es una joven con cierta tendencia a enamorarse siempre de la persona equivocada. En la actualidad, esta soltera y buscando empleo, pero dominar a la perfeccion cinco idiomas le ha valido para encontrar trabajo en una importante red de academias de idiomas cuya propietaria es una atractiva e intimidante mujer: Inma Farrell.

  • !Y tenia que ser mi entrenador!, Norah Carter de Monica Hoff , Norah Carter , Patrick Norton

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  • Estudio en negro de Jose Carlos Somoza

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    A finales del siglo xix, a una exclusiva clinica para enfermos mentales en Portsmouth llega contratada una enfermera nueva, Anne McCarey, protagonista y narradora de esta novela.

  • Arder de Marcia Cotlan

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    Ella deseaba experimentar el placer. El le descubrio el amor.

  • Laberinto de espias (Jack Bale 1) de Simon Wade

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    Una operacion de rescate que termina en tragedia.
    Un topo en lo mas alto de los servicios secretos.
    Una terrorista sin escrupulos de vuelta de la muerte.