• libro un asesino en tu sombra - Ana Lena Rivera

    https://gigalibros.com/un-asesino-en-tu-sombra.html

    Gracia San Sebastian, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparicion de Imelda, una joven psicologa a la que encuentran muerta pocos dias despues en las vias del tren. El marido, artificiero de la Guardia Civil y principal sospechoso, le pide ayuda para descubrir al asesino de su mujer. Junto a su amigo Rafa Miralles, comisario de la policia de Oviedo, Gracia empezara una investigacion que la llevara a la caza de un asesino por varias capitales europeas. Al mismo tiempo, la vida de Gracia se desmorona. La relacion con Jorge, su marido, pasa por un mal momento, y su reputacion como investigadora esta en entredicho tras acusar a un funcionario con esclerosis multiple de fingir su enfermedad para competir en la modalidad mas extrema del triatlon, el Ironman.

  • Un asesino en tu sombra: Vuelve Gracia San Sebastián

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    Gracia San Sebastián, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparición de Imelda, una joven psicóloga a la que encuentran muerta ...

  • Un asesino en tu sombra: Vuelve Gracia San Sebastián, la ...

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  • UN ASESINO EN TU SOMBRA (SERIE GRACIA SAN ...

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  • MAEVA noir - Un asesino en tu sombra

    https://www.maeva.es/colecciones/maeva-noir/un-asesino-en-tu-sombra

    Gracia San Sebastián, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparición de Imelda, una joven psicóloga a la que encuentran muerta pocos ...

  • Un asesino en tu sombra - Libro de Ana Lena Rivera - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/100288/un-asesino-en-tu-sombra

    Gracia San Sebastián, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparición de Imelda, una joven psicóloga a la que encuentran muerta ...

  • Un asesino en tu sombra - Goodreads

    https://www.goodreads.com/es/book/show/49210763

    Primera novela que leo de la autora y quiero confesar que me ha parecido un muy buen descubrimiento. Libro no demasiado extenso pero que encierra en sus páginas ...

  • UN ASESINO EN TU SOMBRA - RIVERA ANA LENA

    http://quelibroleo.com/un-asesino-en-tu-sombra

    No seguiré leyendo nada de esta nueva autora. hace 1 año. 2 0. Información del libro. Género ...

  • Un asesino en tu sombra - Ana Lena Rivera - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Rivera-Un-asesino-en-tu-sombra/101925

    Críticas (15), citas (14) extractos de Un asesino en tu sombra de Ana Lena ... Era el primer libro de una serie que acaba de publicar su segundo libro ...

  • UN ASESINO EN TU SOMBRA (ANA LENA RIVERA)

    http://www.elbuhoentrelibros.com/2020/03/un-asesino-en-tu-sombra-ana-lena-rivera.html

    5 mar 2020 — Un asesino en tu sombra es una novela negra que es un clarísimo ejemplo de lo que ha dado en llamarse domestic noir, por tratarse de una novela ...

  • Lo que callan los muertos de Ana Lena Rivera

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  • En el corazon del narco de Dylan Martins

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    Emprendio un viaje y el se cruzo en su camino…
    Ariadna jamas pudo imaginarse que ese hombre del que se enamoro era uno de los narcotraficantes mas importante del norte de Africa.
    La vida junto a Namir sera una eterna decision entre arriesgarse o huir.
    Dos mundos. Dos culturas. Y una eleccion: convertirse, o no, en la mujer del narco.

  • Un amor a la fuerza de Helen Blue

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    "Un, dos, tres: Juguemos en el mar..." Elizabeth ahogo un grito al tiempo que se incorporaba rapidamente en la comoda cama. Temblaba. Y ademas su cuerpo estaba repleto de un sudor frio. Respiro hondo, intentando calmar su agitada respiracion. Finalmente se levanto de la cama. Sus pies descalzos recorrieron la habitacion hasta situarse frente a la ventana. Aparto la raida cortina blanca que cubria el exterior y observo el mar a lo lejos. Las olas chocaban con fuerza contra las rocas de la costa en aquella tetrica noche. Elizabeth recordo de nuevo aquel sueno que en los ultimos dias se habia repetido con constancia: Una nina de apenas ocho anos y largos cabellos negros paseaba por la cubierta de un grandioso barco sujetando entre sus manos un viejo oso de peluche mientras cantaba alegremente: "Un, dos, tres, juguemos en el mar..." Elizabeth ahogo un gemido al escuchar de nuevo aquella tierna voz. Poco despues, cuando su pulso de nuevo se tranquilizo, volvio a acostarse entre las blancas sabanas de su mullida cama. Estaba cansada; pero no queria sonar, queria dormir. ***** --!Marco! --grito un atractivo muchacho que se encontraba ante un timon de gruesa madera de roble --. !Alza las velas inferiores! --Pero... capitan... --!Hazme caso! --ordeno el otro--. La tormenta apenas durara unos minutos mas. Las nubes se dirigen hacia el Oeste. El joven muchacho llamado Marco alzo las velas inferiores, obedeciendo a su capitan. Finalmente, este no se habia equivocado. Durante unos instantes toda la tripulacion dudo de sus conocimientos meteorologicos, pero, pasados unos minutos, la tormenta ceso y los truenos se perdieron a lo lejos, entre la oscuridad de la noche. --Estoy empapado --murmuro el capitan con un gesto hosco, mientras miraba sus holgados ropajes--. ?Quedan mantas abajo? --Por supuesto, mi capitan --contesto uno de los tripulantes. --Esta bien. --Suspiro--. Dormire un poco. Eddi, te dejo a cargo del timon. Y sin decir nada mas, Jack, capitan de aquel majestuoso barco, bajo al piso interior de este dirigiendose hacia su habitacion. Habia sido una noche dura, navegar cuando habia tormenta siempre era mas complicado de lo normal, sobre todo si media parte de la tripulacion era completamente inutil y ademas la oscuridad les impedia utilizar el sofisticado sentido de la vista. Jack suspiro mientras se desvestia para cobijarse bajo una calida manta. Encendio un polvoriento candelabro, acto seguido cogio algunas paginas mal escritas de un viejo libro y comenzo a leer, intentando descifrar lo que la borrosa tinta expresaba. Finalmente, dandose por vencido se quedo profundamente dormido. Alguien ataco sus suenos de nuevo: "un, dos, tres: Juguemos en el mar..." Capitulo 1 Jack se desperto sobresaltado: Otra vez aquel maldito sueno. Respiro profundamente y poco despues comenzo a vestirse. Cuando subio a la cubierta del barco les indico a algunos de los tripulantes, que habian pasado alli toda la noche, que fuesen a descansar. Finalmente, con aire sombrio se hizo cargo del timon, dirigiendolo hacia la costa: tenian que buscar algunos marinos mas; ademas, la alimentacion comenzaba a escasear. Por ello, se acercaban rapidamente hacia una prestigiosa isla del lugar, llena de civilizacion. Justo lo que Jack tanto odiaba. Nunca le habia gustado la tierra. El habia crecido en el mar, por ello las aguas eran su unico y mas preciado amor. Tenia una personalidad bastante particular: nadie lo conocia verdaderamente. Y aunque muchos podian hacerse a la idea de como era... jamas estarian completamente seguros, pues dentro de el habia tantas contradicciones que a veces el mismo Jack dudaba de que su cerebro funcionase con normalidad. Sin embargo, aquel dia tendria que hacer una excepcion y encallar el barco en la costa. Beberian ron y pasarian la noche en algun bar repleto de malhechores; mas luego, a la manana siguiente, volverian a partir. --Capitan --dijo uno de los tripulantes que a el mejor le caian--. El viento sopla en contra. --!No importa, Patrick! --Grito este, desde la cubierta, indiferente. --Pero... capitan... tardaremos... un... --He dicho que no importa --puntualizo Jack. Cuando le repetian dos veces las cosas solia ponerse de muy mal humor. Patrick se encogio de hombros. --Traeme una botella de ron --pidio Jack. --Si se acaba de levantar mi capit... Jack le dirigio una malevola mirada que lo decia todo. Sin anadir nada mas, Patrick bajo a la bodega, abrio una botella de ron y se la tendio a su capitan, que bebio como si aquel fuese el desayuno. --Se vuelve a repetir ese maldito sueno --le dijo Jack, cuando supo que estaban a solas y el timon iba en la direccion correcta. Se sento en una tabla de madera, observando el tranquilo mar. --?El sueno de Eveline? --pregunto Patrick. --El mismo. --Deberia hacer algo --sugirio el tripulante--. Puede que ese sueno esconda mas de lo que sabemos hasta el momento. Fue una historia tragica... Pero no se por que, tengo el presentimiento de que aun no ha terminado. --Eso mismo pienso yo --admitio Jack, mientras suspiraba y observaba sus rotos ropajes--. Pero nada puedo hacer hasta que no adivinemos algo mas. Lo que sabemos hasta el ahora no me interesa. Solo es una estupida historia de amor. Algo efimero. Patrick asintio. Aquel sueno de la nina, de largos cabellos negros, se le habia repetido con constancia durante los ultimos nueve anos. Y Jack dudaba que aquello fuese algo casual. La frase: "Un, dos, tres, juguemos en el mar..." se habia incrustado en su mente con un torbellino de misterio a su alrededor. Debia esconder algun significado. Y el estaba seguro de ello. Por suerte no tardaron demasiado en llegar a la Isla Mawerther; donde debian desembarcar. El viento en contra no habia hecho mas que ralentizar su viaje. Jack suspiro, orgulloso. Saco una tabla de madera, junto con los demas, posandola en el canal del puerto. Los tripulantes comenzaron a bajar llevando con ellos los barriles que ya estaban vacios. Un hombre bien vestido, con uniforme de la corte, interrumpio el paso del capitan que avanzaba en primer lugar. --Perdone. --Tosio mientras sujetaba un papel en sus temblorosos dedos, acompanado por una fina pluma--. Encallar el barco en este puerto cuesta tres monedas. Jack pestaneo. Lo miro y rio a carcajadas. El hombrecillo dio un paso atras cuando observo lo que eran aquellos marinos.

  • Leon Kamikaze de Alvaro Garcia Hernandez

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    Me llamo Leon, Leon Kamikaze. Nunca tuve una familia ni siquiera unos amigos. Me enamore una vez… He tenido tres vidas. En la primera, el mundo me rechazo. En la segunda, todos me odiaron. En la tercera, aun no se quien soy. Me llamo Leon, Leon Kamikaze, y este es el rastro que me ha traido hasta AQUI. Libro ganador del Premio Gran Angular 2016

  • Manual para vivir en la era de la incertidumbre de Antonio Garrigues Walker

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    Que vivimos tiempos de incertidumbre parece requerir pocas explicaciones. Las viejas certezas de prosperidad y progreso se han desdibujado con la misma facilidad con la que los gobiernos nacionales y los organismos multilaterales han perdido eficacia en la gobernanza de la globalizacion. Los efectos de la crisis economica, la revolucion digital y la aceleracion exponencial del tiempo y los cambios agudizan esta sensacion de desamparo.

  • Tu+Yo= Extenso de Phavy Prieto

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    Alejandro ha confesado sus miedos a Irina, se ha enfrentado al pasado y
    aceptando que no puede vivir sin ella le ha propuesto matrimonio.

  • Una eleccion nada conveniente (Relaciones escandalosas 3) de Hilda Rojas Correa

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    Angus Moore, noveno conde de Corby, es el tipico libertino londinense hasta el preciso momento en que es herido de
    gravedad en Whitechapel y cae inconsciente a los pies de una mujer.
    Esa mujer es Katherine Thompson, una sirvienta que, sin dudar, auxilia al libertino sin sospechar quien es y, con la ayuda de su padre, logran salvarle la vida.
    En dos semanas, sus vidas cambian por completo. El desea reformarse y tomarse en serio su responsabilidad ante su titulo
    y decide buscar una esposa.
    Ella, en cambio, decidida a no esperar que un hombre le solucione la vida, debera buscar un nuevo trabajo cuando las
    heridas de Angus sanen, pues la han despedido por cuidarlo.
    Pero, como siempre suele suceder, las cosas no salen de acuerdo a como se planean en un principio.
    Decisiones, cambios, secretos que salen a la luz. Todo puede pasar porque ambos, muy a su pesar, han hecho su eleccion.
    Una eleccion nada conveniente.

  • Coincidencias de Luis Goytisolo

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    ?Es Coincidencias propiamente una novela? Lo es, pese a que en un principio a mas de un lector pueda parecerle algo atipica. Hasta que, estimulado por los golpes divertidos, desopilantes, del relato, la acepte sin problemas como tal. Y no ya porque cumple con todos los rasgos que caracterizan al genero, sino porque la aparente dispersion inicial propia de una narracion colectiva termina por configurarse en un todo estructurado y coherente.

  • La chica que no podia respirar de Tania S. Aguilar

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    Estaba a punto de matarme. No era la primera vez que lo intentaba pero si la vez que mas cerca estaba de conseguirlo. Si, la primera vez que me sentia completamente indefensa, que habia aprovechado la ocasion para doblegarme, mis sentidos, mi cuerpo, todo mi ser, quedaban a expensas de sus manos, de su fuerza, de esa fuerza que ejercia sobre mi. Sentia como el agua penetraba en mi garganta y anegaba mis pulmones, sentia sus dedos ejerciendo la presion exacta en el centro de mi cuello tratando de inducirme el mas absoluto dolor y la consecuente muerte. Sentia que perdia la vida, que se me escapaba y que el la recogia. Lo peor no era que yo pudiese morir, lo peor era pensar que me ganaba la partida de un juego al que habiamos jugado los dos durante mucho tiempo, demasiado tiempo. Lo peor era pensar que todo terminaba aqui, ahora y de esta manera y que mi hijo, el hijo del que el habia renegado en el embarazo, quedaba a expensas de este ser despreciable que no tenia escrupulos en intentar ahogar a su madre. Pero a veces lo peor tambien trae consigo lo mejor. A veces, cuando creemos que todo esta a punto de finalizar, que todo se acaba y que no hay vuelta atras, de repente vemos la luz, se abre paso entre las tinieblas y el corazon recupera su pulso, el aire regresa a los pulmones y la consciencia vuelve a la realidad. Un angel aparece por casualidad y te salva la vida. Todo sucedio dos dias despues de cuando decidi dar un portazo, no solo un portazo a la vivienda que habiamos compartido los ultimos cinco meses si no un portazo a nuestra relacion, un portazo a la pesadilla. Al dia siguiente, deje a Iker con la tia Marivi que vivia cerca de nuestra casa para poder acercarme a la vivienda comun y recoger algunas cosas. Todavia no tenia claro como iba a proceder, el dia despues del incidente en el felpudo, cuando acudi con la Ertzaintza, recogi lo basico para pasar la noche con mi tia pero necesitaba encontrarme en el piso sola, reflexionar sobre lo sucedido, permanecer en silencio y tranquila un rato. Sabia que el estaria trabajando y que disponia de unas cuatro horas hasta las seis que el regresaba del trabajo, aunque yo volveria a casa de la tia hacia las dos para dar el pecho al nino. Estaba agotada, no tanto fisicamente si no mentalmente, habian sido dos dias muy duros y apenas habia podido conciliar el sueno un par de horas entre atender al nino de madrugada para darle las tomas, las preocupaciones de la tia y el agotamiento mental propio de los ultimos acontecimientos. Por eso, mientras estaba en el piso comun, recreandome en la habitacion, tomando un poco de aire en la terraza y observando las fotos familiares que nos habiamos realizado, entre en el bano y se me antojo prepararme un bano con espuma, sales de bano y aromas esenciales con perlas de yoyoba y bolitas de Marsella. No recordaba la ultima vez que habia tenido ocasion de dedicarme unos minutos y disfrutar de un merecido bano relajante, no recordaba la ultima vez que habia disfrutado de mi propio espacio, de mi propio trozo de vida, de mi soledad. Prepare la banera, coloque unas velas aromaticas y me sumergi, sintiendo la espuma por mi cuerpo y jugando con las bolitas y perlas entre brazos y piernas. Aunque no conseguia desprenderme de las ideas que me rompian por dentro y de revivir la escena con el nino en el felpudo y su padre sujetandome por el pescuezo, intente evadirme de la realidad y borrar mentalmente esa secuencia para fundirme con el extasis que me producia el momento de relax burbujeante. Por un instante, me olvide de todo. Por un instante, fui plenamente feliz y senti esas burbujas anidando sobre mi cuerpo como florecillas que se adhieren a una mariposa o a un hada de un bosque y se funden con sus alas. Por un instante, fui protagonista. Pero ese instante se rompio de nuevo. La superficie del agua borboteo por encima de mi cara y algo llamo mi atencion, como una alarma, abri los ojos instintivamente y vi la cara de Damian dibujandose borrosa sobre el agua por efecto de las ondas que esta le producian al observarme, pero antes de que me diera tiempo a reaccionar, coloco sus manos sobre mi garganta, de nuevo, como hacia dos dias y apreto con fuerza. Bajo el agua, apenas distinguia sus rasgos, apenas podia visualizar nada que no fuera una fuerza enfurecida y una ira en su mirada y el gesto de sus labios apretados para imprimir toda la fuerza posible sobre mi. Estaba totalmente indefensa y a diferencia de la otra vez, el agua me impedia moverme mas alla del diminuto espacio que me permitia rebasar los bordes resbaladizos de la banera, golpeandome contra ellos y deslizandome hacia atras en cada empujon. Me veia a mi misma como una ilusion optica, acabando de la peor manera posible, de la peor manera imaginable. Me veia reflejada en el cristal de la mampara que, cubierta por el vaho y la condensacion, evocaba una imagen distorsionada en blanco y negro donde se apreciaban timidamente brazos y piernas y agua desbordandose por la banera. La vida se me escapaba, sin remedio... Pero entonces, un milagro llamado Marivi aparecio por la puerta del bano y atino un sartenazo en la nuca al agresor, dejandolo k.o durante unos minutos. Mientras recuperaba el aliento y recobraba las fuerzas que habia perdido en el forcejeo, mi tia me alcanzaba un albornoz y me animaba a salir de alli: Hija, ya se que estas asustada y aturdida pero vistete rapido y vamonos de aqui, este loco puede despertar en cualquier momento y no se si puedo propinarle otro sartenazo - me explico Marivi. Gracias, tia. Me has salvado la vida - la abrace pero me separo para asegurarse de que habia escuchado y entendido su mensaje, con evidente actitud seria mostrando preocupacio

  • La cupula del cielo de Sebastian Fleming

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    La Roma del Renacimiento es una ciudad gobernada por papas tan belicosos como enamoradizos, y donde el dinero carece de importancia. Julio II encargara al rudo e impulsivo Donato Bramante que construya una nueva basilica sobre las ruinas de San Pedro, la mas impresionante que se haya visto hasta entonces: la edificacion mas grande de occidente sera un simbolo del poder de la Iglesia.

  • Los ojos de Said de Mar Montilla

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    El amor. ?Cuantas historias se habran escrito en el nombre del amor? ?Pero existe una
    definicion universal o cada cual lo interpreta a su manera? Hay quien coloca lo bueno y
    lo malo de la persona amada en una balanza, antes de tomar cualquier decision. Y hay
    quien se lanza a la aventura sin medir las consecuencias, dejandose arrastrar por la
    fuerza del deseo y los impulsos del corazon. Asi es Sara, nuestra protagonista.
    Ella es periodista y escribe una columna sobre el mundo arabe.

  • Dime que me perdonas (Spanish E de Sophie Saint Rose

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    Serina se arrodillo ante la tumba de su madre, reprimiendo las lagrimas de rabia al ver que le habian vuelto a pintar la lapida. Malditos gamberros. No dejaban de pintar su tumba con pintura verde. Esa vez habian escrito "La bruja de Cronwell". Impotente aparto el papel higienico y toco la pintura para ver que al menos aun no se habia secado del todo. Miro a su alrededor levantandose lentamente por si todavia estaban alli. Era sabado por la manana, apenas acababa de amanecer y seguro que habian decidido terminar la fiesta alli. No se debian imaginar que ella iria tan temprano. Se giro al escuchar unas risas y se quedo fria al ver el cabello inconfundible de Jennifer Thomas. Sus rizos rubios con tirabuzones hasta mitad de la espalda y esos vaqueros rotos violetas, eran dificiles de ocultar mientras corria colina abajo. Y no iba sola. Dos muchachos que no podia reconocer iban con ella. Serina camino bajando la colina y pudo ver el coche semiescondido detras de unos arboles. Chasqueo la lengua al ver el deportivo gris. El hijo del alcalde. John Richardson no le haria ni caso si se quejaba a el de lo que hacia su retono. No era la primera vez que se metia en lios y siempre se iba de rositas. Pero ya se encargaria ella de darle una leccion. Entrecerro sus ojos violeta mientras su melena negra era agitada por el viento. Alguien debia hacerlo. Se divertiria un poco. --Querida, ?que haces aqui tan temprano? Se volvio sonriendo para ver a la senora Simmons. La anciana con su pelo blanco, recogido en un pulcro mono debajo de su sombrerito, la miro a traves de sus gruesas gafas. --Venia a poner flores a la tumba de mama. La anciana sonrio dulcemente-- Tu si que eres una buena hija, no como esos jovenes, que en cuanto entierran a sus familiares se olvidan de ellos. -- se paso su bolsito de rafia al otro brazo. --Lleva un vestido precioso, senora Simmons. --dijo mirando su vestido de flores-- ?Va a algun lado? --A confesarme. -- apreto los labios mirando hacia la Iglesia. Su estructura dominaba la colina. --No creo que el padre Truman se haya despertado siquiera. -- intento no reir al ver que la mujer parecia molesta. --Deberia estar disponible las veinticuatro horas. Caminaron hacia la tumba de su madre y la senora Simmons jadeo al ver la pintada-- Mi nina, ?como se atreven? --No se preocupe. Enseguida lo limpio. --!No respetan nada! --la mujer abrio su bolso de rafia-- Voy a llamar al sheriff. --Oh, no. No se preocupe. No va a encontrar a quien ha sido. La anciana entrecerro los ojos y miro hacia la iglesia. --?El cura les habra visto? Ella nego arrodillandose de nuevo y recogiendo el papel higienico antes de pasarlo por la pintada para quitar toda la pintura que pudiera-- Nunca ve nada. --!No puedes dejar que traten asi la memoria de tu madre! !Era muy buena mujer! --Sabe por que lo hacen. --!Esos rumores absurdos! !Mira que decir que era bruja! -- Serina siguio limpiando imaginandose que la mujer la acompanaria hasta que hubiera limpiado la pintada y se dispuso a escuchar todo lo que se habia dicho de su madre-- Y todo porque insinuo que Samuel, el del supermercado, estaba muy enfermo y que los Roger se casarian antes de una semana, despues del desafortunado incidente del ayuntamiento. !Que esos se iban a casar, podia verlo un ciego! -- molesta chasqueo la lengua mientras que Serina intentaba reprimir una sonrisa-- Si no dejaban de toquetearse en las fiestas. Menos mal que se casaron, porque el padre de la chica se habia comprado una escopeta. -- la mujer se acerco-- Nina, vete a por un cepillo y disolvente porque eso no lo vas a poder quitar. Date prisa, que se seca muy rapido y despues es un incordio. --Voy a por ello al coche. --dijo resignada. La anciana la miro a los ojos con pena-- ?Cuantas veces ha ocurrido esto? --Da igual. No se preocupe por esto. -- se volvio para bajar la colina y la mujer la cogio por el brazo deteniendola. --Nina... ?No estas harta de que os pisoteen? Desde que llegaste a este pueblo has intentado pasar desapercibida, pero ahora no te dejan, ?verdad? Tu madre me conto que os habiais mudado aqui porque te trataban mal en el colegio. Algo incomprensible con alguien tan bueno como tu. --Nunca he tenido mucho caracter. --dijo forzando una sonrisa. --Pues ya va siendo hora de que lo saques, querida. -- muy seria la solto-- Si no lo haces por ti, hazlo por la memoria de tu madre. Sintiendo un nudo en la garganta, asintio y se volvio caminando colina abajo para recoger las cosas de su coche. Intentando retener las lagrimas, no pudo evitar que los recuerdos se agolparan uno tras otro. Su madre no le habia mentido a la senora Simmons. Se habian ido de su pueblo porque la trataban mal en el colegio y la razon era que las temian. Todavia recordaba como un dia su madre la llevo a la guarderia y la madre de una chica se acerco a saludarla. Serina, en su inocencia pues no debia tener mas de cinco anos, tiro de su falda. La mujer sonriendo la miro diciendo que era preciosa y ella respondio-- El papa de Ella va a tener pupa. La mujer fruncio el ceno mientras su madre disimulaba cogiendola en brazos-- Ninos, que imaginacion tienen. El padre de Ella tuvo esa tarde un accidente de coche del que se quedo invalido y los rumores corrieron por la ciudad. Serina era muy pequena para darse cuenta de que sus presentimientos o visiones les traerian problemas. Un ano despues, cuando casi se habia olvidado el asunto, su madre preocupada por una amiga a la que pegaba su marido, le dijo que saliera de esa casa o la mataria. Desgraciadamente lo dijo ante otra vecina y la pobre mujer acabo en el deposito de cadaveres. Entonces ya fue imposible apagar el fuego, porque el pueblo se empezo a decir que eran brujas y a Serina la acosaban en el colegio. Su madre intento que no le afectara diciendole que ellas eran especiales como la abuela y que los demas no lo entendian. Pero cuando llego un dia a buscarla al colegio, se la encontro con su precioso cabello cortado a mechones, llorando a lagrima viva y muerta de miedo. Esa noche se fueron del pueblo y llegaron a Cronwell tres dias despues. Recordaba como su madre miraba por la ventanilla y sonreia al ver las bonitas casas de la calle mayor-- Este sera un sitio estupendo para vivir. --Si, mama. -- dijo apretando su muneca. Su madre sonriendo la miro con sus ojos verdes y le bajo la visera de la gorra intentando hacerla reir. --Recuerda que no debes decir nada sobre tus visiones. Por muy grave que sea. --dijo aparcando el coche ante la cafeteria. --Pero me has dicho que somos especiales. --Si, pero los demas no nos entienden. Asi que se arreglen solos. Nunca nos hacen caso. Eso quiere decir que no podemos cambiar el destino, asi que para que intentarlo. -- apago el motor y dijo muy seria-- Hablo en serio, Serina. Prometemelo. --Si, mama. No dire nada de lo que veo. -- su madre le tendio el menique y ella sonrio uniendo el suyo y cerrandolo a su alrededor-- Lo prometo. --Eso merece unas tortitas. Sonrio cogiendo el balde y el disolvente de su maletero. Habian sido unos anos increibles, pero desafortunadamente todo habia empezado de nuevo. Cerro el capo de su coche y se agacho para coger el balde cuando unos ojos azules la estremecieron. Se detuvo en seco al verle bajarse de una camioneta gris. Dios, que guapo estaba. Habia cambiado desde la ultima vez que lo habia visto en persona. Estaba mas hombre y mucho mas atractivo. Parecia que su mandibula estaba mas cuadrada y ahora llevaba su pelo negro mas corto, pero lo que mas llamaba la atencion de su aspecto, es que estaba mas musculoso y se notaba que habia madurado. La imagen cambio y vio sus botas caminar por la tierra roja del camino de piedra que ella conocia tan bien. El corazon dio un vuelco cuando las botas se detuvieron y la vision desaparecio. Serina sonrio de oreja a oreja y susurro-- Jett vuelve a casa. Emocionada subio la colina y diciendo que si a todo a lo que le comentaba la senora Simmons, limpio la lapida en un tiempo record. Cuando termino, acaricio el nombre de su madre y el epitafio en letras doradas. "Lorraine Colton. Las promesas no tienen que ser eternas.

  • Caldeo (Mon 3) de Cristo Alcala

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    Mi nombre, es Caldeo.
    Y fui despojado de mi pasado.
    Mitad Africano.
    Mitad, de nadie.
    Yo no hablo con palabras.
    Porque, ellas demuestran emocion.
    Y durante mis 20 anos de vida, no he podido procesar o entender de ellas.
    Nada es mas fuerte que mi voluntad de sobrevivir, porque acepto mis demonios mucho antes de que otros, sepan que los tiene.
    No siento emociones como la culpa, verguenza, simpatia o remordimientos.
    Mi naturaleza, son como los tatuajes que llevo siempre en mi piel.
    Gobierno con mis amigos la Universidad con su campus y en las noches, con mi banda en el bar WeySky.
    Los hombres, me respetan y temen.
    Las mujeres, me adoran.
    Porque, soy su enorme y silencioso, puto rey.

  • El Sexo siempre es la Respuesta de Jorge Borges

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    Como Animales: Romance, Sexo y Erotica con el Licantropo Alfa

  • El misterio del marido desaparecido de Margotte Channing

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  • La noche de los Nibelungos de Miguel Angel Casau

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    Alex Sistiaga se encuentra de paso en su ciudad natal asistiendo al entierro de uno de sus mejores amigos. Alli se reune con otro buen companero de toda la vida. Juntos, charlan sobre los viejos tiempos y disfrutan recordando aventuras de su adolescencia. Pero, una vez acabadas las exequias, mientras dan un paseo por el puerto deportivo, algo anomalo ocurre en la ciudad: hay una caida generalizada de las conexiones moviles y de internet coincidiendo con el paso de un enorme meteoro en el cielo. Casualidad o no, a raiz de este acontecimiento comienza "La noche de los Nibelungos", presagio de una barbarie que pronto se convertira en caos.
    Unas criaturas antropomorfas, hasta entonces desconocidas para el ser humano, emergen de repente entre las sombras masacrando todo lo que encuentran en su camino, por eso Alex los ha bautizado como Nibelungos: entes oscuros materializados del interior de la tierra.
    En realidad, nadie conoce su procedencia o naturaleza, ni el motivo por el que han surgido. Los Nibelungos son un enigma. Un enigma, salvaje y despiadado, que se alimenta de carne humana...

  • Vihara. Anhelos del alma de C. M. Fournier

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    Viraha: Descubrir el amor por medio de la renuncia de uno mismo y la separacion consciente.
    Mia, una joven apasionada de los comics, historias y dibujos tipo "manga", se considera a si misma como una super fan de estas historias. El destino -aparte de colocarla en una grave encrucijada ya que en ella le va la vida y su tiempo para poder disfrutarla-, la cruza con Auchi, que tiene que elegir entre la vida o la muerte.
    La vida, mas alla de la vida, les lleva a unirse a traves de los tiempos. El choque entre una civilizacion en guerra muy antigua de origen japones y nuestra actual cultura occidental de pleno siglo XXI representan para Auchi no solo algo excepcional, dentro de lo singular de su existencia al tratarse de un usurpador de cuerpos, sino que le coloca frente a su gran decision final: seguir viviendo eternamente o vivir el gran amor de su vida.
    Mia no solo es su amiga y su fiel companera, sino que vive tambien, a su vez, su propia encrucijada de vivir mas tiempo o renunciar a el por su gran amor: Auchi.

  • Cada segundo de Patricia Geller

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    Violeta Meyer es una joven que necesita liberarse de las imposiciones familiares y ha tomado la decision de romper con su pasado, ofreciendose como chica de compania. Ella no imagina que, adentrandose en un mundo tan superficial, sentira un placer diferente, conocera a hombres que estaran dispuestos a todo por tenerla y descubrira emociones insospechadas.

  • Prometo no amarte hasta que el pacto nos separe de Vega Manhattan

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    Dina abrio uno de sus ojos y miro el movil que habia cogido a ciegas, tanteando sobre la mesilla de noche. Las seis de la manana, no habia sonado antes de tiempo, aunque a ella le pareciese asi. Gimio a la vez que metio la cabeza bajo la almohada. Ultimamente parecia que las noches eran demasiado cortas, se pasaban en un plis plas. A veces ni tiempo le daba a abrir los ojos cuando la dichosa alarma estaba sonando. Saco la cabeza de su escondite, abrio los ojos y miro a traves de la ventana de su habitacion. Aun no habia amanecido. Pero su dia ya deberia haber comenzado. Dia que no contaba con las horas suficientes, asi que no podia permitirse el lujo de quedarse en la cama ni un minuto mas. Y a veces, muchas en realidad, le gustaria hacerlo. Ser como esas personas que ponian la alarma a una hora y la iban retrasando cada cinco minutos para disfrutar del momento. A este paso ni cuando seas vieja. Pues seguramente no. Seria una anciana que aun estaria con doble o triple trabajo para pagar deudas, pero era lo que le tocaba. Habia gente que nacia con estrella y otras personas estrelladas. Ella habia nacido ya estampada y hecha una tortilla en el suelo. En fin... Se levanto rapidamente y un alarido salio de su garganta cuando al salir del dormitorio se golpeo el dedo pequeno del pie, haciendo que se doblase en una postura antinatural. --!Me cago en...! (Piiiii) !Hijo de...! (Piiiii) !Todos tus...! (Piiiiiiiiiiiiiiii) Mejor ni escribo lo que dijo que hay gente muy susceptible por aqui y despues todo son problemas y criticas estilo "que vulgar" y cosas asi. Y como que no me apetece porque yo cuento historias para reirnos y para que disfrutemos. Para problemas ya estaba Dina. Que por si no tuviera nada encima, la pobre estaba saltando a la pata coja. Como diria mi abuela, "dobladita de dolo'". Muy de mi tierra la expresion. --!Tu... (piiiiiiiiiiiii) madre! Vale, pense que habia terminado… Desde ese momento en que se levanto, nunca mejor dicho, con mal pie, ya se presagiaba un mal dia. --Veras el dia de mierda que voy a tener --gimio unos minutos mas tarde cuando la cafetera expres medio exploto y el contenido de la capsula de cafe llego hasta el techo. Adonde Dina miro de malos modos, acordandose de todos los dioses habidos y por haber. Y por si tener que comprar una cafetera nueva no fuera poco, tendria que ver si lo de que no le hubiese llegado el agua caliente al bano la noche anterior era un problema que necesitase de un fontanero o solo era algo puntual que se arreglaba solo. Si era lo segundo, que solia pasar muchas veces ya que solo ocurria por joder un rato, bien. Pero si era lo primero... Iba a tener que plantearse, y ya en serio, el vender alguno de sus organos no vitales. Empezaria por el primero que apunto en la lista. Y si, tenia una lista sobre ello, asi de mal le iban las finanzas. Asi de preocupante era el asunto. Pero tenia que seguir, si o si. Como fuera. Por la mujer a la que le estaba cogiendo la mano en ese momento, tras sentarse a su lado, en la cama. Dina suspiro tras apretar el agarre a la anciana. Solo por ese momento merecia cualquier pena. --Buenos dias --sonrio y miro a esos cansados y tristes ojos azules. La anciana miro a Dina con curiosidad, su ceno fruncido. --?Quien eres? --pregunto, con voz somnolienta. --Tu nieta --sonrio Dina haciendo, como siempre, un esfuerzo para que no se le notase la tristeza que sentia cada vez que su abuela no la recordaba. Era una parte dura de su enfermedad, una entre tantas. --Ah... --la anciana asintio con la cabeza, como si con eso ya no tuviese lagunas, pero en sus ojos podia verse que no la reconocia. --Con la lata que te he dado siempre, como para que no me reconozcas. --No digas eso --le dio un cate a la mano de Dina--. Si has sido muy buena --sus despobladas y casi inexistentes cejas, unidas. --Ah, ?si? --esa vez, Dina sonrio de verdad. Por esos momentos en los que su abuela recordaba algun pequeno detalle, merecia la pena todo lo demas. --Si. Un poco cabezota y con un... ?Como se dice eso? --?El que? --Cuando... --la anciana refunfuno al ver que no podia explicarse-- Cuando alguien se enfada. --Ah, enfadado. --No --dijo enfadada ella, haciendo sonreir a su nieta. --?Cabreado? --la anciana la seguia mirando de mala manera, esa palabra tampoco era-- ?Enfurrunado? --Que no, cono --solto su abuela. Dina solto una carcajada. --Mucho genio tienes tu --rio la nieta. --Me parezco a mi madre, ?conoces a mi madre? A veces viene a verme. --Ah, ?si? Tocaba conversacion sobre fantasmas que venian a visitarla. --Si y tiene un genio de los mil demonios, pero no es mala. Como tu. Que vaya caracter, pero eres una santa. --No todos piensan igual, abuela --rio Dina, divertida. --!Que sabran ellos! --refunfuno la abuela-- Si te conocieran de verdad, pensarian diferente --miro a Dina fijamente--. ?Como me dijiste que te llamabas? Dina suspiro, pero mantuvo la sonrisa. Asi eran las cosas con su abuela. Eso y pasar de un tema a otro sin sentido. Y tener paciencia mientras organizaba las palabras en su mente y terminaba una frase. Eso y tantas cosas mas. --Dina, abuela. Soy Dina. --Ah... Dina --asintio un poco con la cabeza--. A tu madre siempre le gusto ese nombre --pues si, asi era--. ?Yo conozco a tu madre? --La pariste tu, si no la conoces... --?Y dolio? --Segun siempre me habeis contado, un poco mas y se te cae sola --rio Dina.

  • Llamaras un domingo por la tarde de Javier Cid

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    Rosa Montero

  • Duelo de Eduardo Halfon

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    En este nuevo libro del proyecto literario de Eduardo Halfon, el autor guatemalteco, siempre indagando en los mecanismos de la construccion de la identidad, se sumerge en aquellos que se originan en las relaciones fraternales: duelo como combate que se inicia con el nacimiento de un hermano y duelo tambien como luto por su muerte. Una novela profunda y emotiva que acrecienta la reputacion del autor.

  • Compromiso temporal de Natalie Anderson

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  • Las brujas del hielo de Landon Henker

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    Reporte de guerra. Algun punto en el hemisferio sur cercano a las costas argentinas. Las horas eran diferentes a como todos lo habiamos vivido al otro lado norte del mundo, alla lejanos de todo frio o intemperie, la familia nos despidio con demasiada tristeza puesto que nunca tuvieron la certeza de vernos nuevamente y es que la guerra era mas que solo un tramite, ahora era real. Los antecedentes existieron justamente desde antes, aquella gran guerra librada en Europa les costo la vida a millares de buenos jovenes, personas que pudieron aportar mas al pais que lo que dieron con la llegada de su muerte. Pasaron los dias y las misiones estuvieron a la orden de cualquiera que quisiese tener un poco de accion mas no era nuestro caso. Todavia puedo recordar cuando los militares de rangos superiores hablaban sobre el buen estado en el que se desarrollaba la guerra, sin embargo, no existia demasiada certeza de ello con los diarios circulantes hablando en cada una de sus paginas sobre la madeja de conflictos multinacionales. Al principio solo fue Alemania, despues le siguieron otros como los nipones o los italianos quienes reprochaban a la liga de naciones acerca de lo poco que se les habia apoyado en la postguerra. Fuera la realidad que fuese estaba el planeta al borde del colapso con cada bomba destrozando piedra sobre piedra y no dejando futuro para muchos. Los ingleses lloraron por la ayuda que requerian, el primer ministro sostuvo varias platicas con el presidente, muchas de ellas nunca salieron a la luz por no ser de caracter importante para nuestra nacion, aunque sin duda estabamos todos inmiscuidos en esta terrible calamidad. Realmente nunca supimos la verdadera intencion de nuestro viaje hasta aquel desertico paraje blanco, habiamos hecho una parada antes en argentina y muchos estuvieron contentos por admirar lo hermoso de estas tierras que muchos comparaban con lo virgen de Alaska. El viaje fue cansado, numerosas veces tuvimos que esperar en puertos aliados hasta que se nos diera permiso de seguir avanzando y llegar a la Argentina en su porcion mas cercana a la Antartida, la zona mas al sur de lo que el hombre puede imaginarse. Como si fuera de lo mas primordial, las bitacoras eran llevadas por escribas modernos cuya unica funcion no era mas que dar fe de lo que haciamos, aunque tambien se encontraban las libretas oficiales las cuales quizas diferian mucho de nuestros apuntes baratos y dotados de poca capacidad para expresar nuestras ideas propiamente. Podria ser algo tonto, pero el registro de todas las actividades del ejercito es algo importante y todos asi lo saben pues estan conscientes de que nuestras acciones pudieran ayudar a las misiones venideras y para el analisis de la guerra. Mas de uno llevo, sin mencionarlas, camaras fotograficas y recolectaron una cantidad importante de imagenes que iban desde los pristinos mares, los enormes glaciares a lo lejos e incluso a las jovencitas que conocian en el camino. Era de esperarse que estos caballeros estuviesen contentos pues eran casi tomados por heroes, eso es lo que querian entender de las palabras en espanol que llegaban a sus oidos, era demasiado probable que asi fuera puesto que no importaba quien estuviera observando la guerra, si tenia un palmo de frente seguramente entendia quien era el enemigo y aquellos que no lo eramos. Para mala fortuna de estos companeros, cada uno de esos artefactos fue confiscado y destruido, no estaba permitido tener ninguna evidencia de las actividades o por donde nos desplazabamos; mencionaban los superiores que esto era por el bien de la seguridad de la mision. De entre todos los superiores, uno llamaba mucho mas la atencion que los demas, se trataba de un joven capitan que fungia como la referencia de todos para casi cualquier tema; Cooper. Este soldado, aparentaba estar mas versado en muchos temas que muchos nosotros, aunque no nos llevase mas de algunos anos pues su talante no era diferente al de muchos de los rasos. La comida nunca fue buena, ni siquiera los pasteles de manzana tenian ya un buen sabor, marchitos por el frio; se convirtieron en una comida mas para dejar de ser considerados como un manjar que trajimos desde los Estados Unidos. En el barco en el que nos transportaban, se intentaban mantener la moral y reflejar que alli tambien era suelo norteamericano mas su intento se quedaba en eso; tan solo un intento. Estos tiempos, son los peores que hemos atravesado, todos hemos sido arrancados de nuestros hogares y hemos sido obligados a pasar tiempo fuera de ellas prestando servicio a nuestro pais, no se hasta donde ha abarcado esta guerra con exactitud, pero sin ninguna duda, tengo miedo de que sea mayor de lo que nos han mencionado o incluso de que nos veamos envueltos en el ojo de la tormenta al llegar a nuestro destino. Creer que morir con una bala en el pecho o en la cabeza fuese lo peor, seria aceptable cuando no se conocian algunas de las atrocidades que los alemanes llevaban acabo sobre los indefensos civiles. Esos desgraciados, estan matando a la gente por todos lados, primero Polonia, despues los paises bajos y ahora Francia, se encontraban sumidos en la guerra de las fuerzas alemanas. Paris fue la menos afectada, se habian rendido para salvaguardar la belleza de su ciudad, pero no se podia decir lo mismo de cada uno de los nucleos civiles que fue arrasado de la mano de los tanques enemigos. --A veces es mejor no pensar en todas esas malditas balas. -- Dijo uno de mis companeros, no le conocia del todo, de hecho, muchos de ellos y sus nombres eran desconocidos para mi. --De eso no existen dudas, si se piensa en la muerte tan solo se puede estar atrayendola. --Respondi sin devolverle la mirada. Ambos nos encontrabamos montando guardia en el caso de aquel buque de medias corazas y de carga valiosa. --Sargento, ?Usted ha dejado algo atras? -- Me senti incomodo con la pregunta. --No tiene que responder, casi todos nosotros hemos dejado todo, pero personas como usted, con un grado mas alto, seguramente estuvo esperando este momento durante toda su formacion ?No es asi? -- --Deje la granja de mis padres. -- Le dirigi la mirada. --Y no, nunca quise estar aqui pues tan solo se me dio el puesto por haber llegado a la escuela por un poco mas de tiempo que los demas. -- --Oh ya veo, es un academico... -- --Solo intentaba entrar a la universidad, pero supongo que eso ya no importa. -- --Nada importa ya, sargento. -- Fumo su cigarrillo que luchaba por no apagarse y sorteaba las arrugas en su fino papel. --No me lo ha preguntado, pero yo no deje nada atras, de hecho, doy gracias de estar aqui pues me ha dado una razon mas para vivir... aunque eso signifique la muerte para otros. El soldado tenia razon en sus palabras, no tenia nada mas que perder y aqui a tan solo algunos pasos de estar de lleno dentro del mar de Wedell, daba la impresion de que el era uno de los que afrontaria de mejor manera nuestro viaje. --?Ha escuchado algo acerca del sitio a donde vamos? Los demas estan empezando a decir que daremos la vuelta al mundo para tomar a los alemanes por sorpresa. Guyton ha calculado que podemos llegar hasta el sur de Africa con tan solo circunnavegar la Antartida, seria un verdadero dolor de cabeza para los nazis. -- Se escuchaba ansioso de iniciar la batalla. -- Por cierto, es una descortesia continuar una conversacion sin conocer su nombre, el mio es James Curtis ?Y el suyo? --

  • Un lazo color lavanda de Heather Burch

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    Una mujer con el corazon roto encuentra una pila de cartas de amor de un heroe de la Segunda Guerra Mundial, ocultas durante decadas. ?Le permitiran recuperar la fe en el amor?

  • Secretos 3 de Christian Martins

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    A falta de unos dias para dar el "si, quiero", Julia decide mandar todo a paseo y comenzar una vida de cero. Para hacerlo, toma la decision de disfrutar en solitario del viaje que tenia programado para la luna de miel, sin saber lo que encontrara en este. En pleno Caribe, conocera a Elias Castro, un poderoso empresario que tiene todo lo que quiere en el momento en el que lo pide. Ambos comenzaran un apasionante romance rodeados de los mas exquisitos lujos. Julia no tardara demasiado en enamorarse del irresistible Elias, pero tambien descubrira que no todo es lo que parece. Las mentiras y los secretos comenzaran a estar presentes en el dia a dia de la pareja hasta que Julia, hastiada de mantenerse al margen y de desconocer la verdadera vida de su pareja, decidira marcharse y abandonarle para regresar a Madrid, su ciudad. Pero Elias ha encontrado al amor de su vida y no piensa dejarlo escapar tan facilmente. Regresara en busca de Julia y encontrara en Madrid un sinfin de peligros de los que no podra protegerse. Fuera de Mexico, no tiene poder ni contactos para mantener a Julia bajo proteccion, asi que no les quedara mas remedio que regresar. Julia, guiada por el amor ciego que siente por Elias, decide obviar todos los riesgos que ha sufrido y regresar a Mexico bajo la promesa de que, nada mas llegar, la hara participe de los secretos que han rodeado su relacion. ?Podra soportar la verdad? ?Le contara Elias todo lo que tanto ha luchado por mantener oculto? ?Se acabaran las mentiras entre ellos? Y..., lo mas importante, ?estaran por fin a salvo de los sicarios que les persiguen? 1 Habian detenido a Elias. Aquello era lo unico que su confusa mente era capaz de procesar. El control habia saltado, activando sus alarmas, y los agentes que se encontraban presentes le habian pedido que se retirase a una de las esquinas. Julia miro hacia su alrededor, buscando ayuda. ?Pero quien iba a ayudarla? Se habian metido en un tiroteo, unos psicopatas querian asesinarlos y Elias llevaba una pistola encima en un control del aeropuerto. !Por Dios! ?!Como no se habian deshecho de la pistola antes de entrar!? Se movio unos metros hacia la izquierda para evitar perder al hombre que amaba de su campo de vision. Estaba llorando, le temblaban las piernas y sentia que de un momento a otro su pecho estallaria de la presion. Escuchaba los latidos de su corazon resonar con fuerza dentro de ella y la tension acumularse en cada articulacion. Sabia que varias personas la miraban con curiosidad, pero le daba igual; tenia demasiado por lo que preocuparse. ?Y si le perdia? ?Que iba a hacer sin el? !Y si terminaba en la carcel! Atisbo como los policias elevaban los brazos de Elias y comenzaban el cacheo. Desde aquel lugar, no podia ver muy bien a Elias, tan solo la espalda y la silueta del policia que le realizaba el registro. Penso que, quizas, podia armar un escandalo alli mismo. Gritar, llorar o incluso amenazar a alguien para distraer la atencion de los agentes que tenian retenido a Elias pero... ?De que le serviria a el? No podia huir a ninguna parte. Estaba rodeado. Vio como el policia terminaba el registro y se hacia a un lado para dejar paso a Elias. No podia ver muy bien que era lo que ocurria, pero parecia que regresaban a la zona del control. Volvio a colocarse en el mismo lugar de antes para recuperar visibilidad y observar mejor el panorama. Elias, junto a la salida de la cinta de las maletas, se quitaba el cinturon con parsimonia y se lo entregaba a uno de los policias que le habia cacheado. Julia le vio cruzar el control, esperar unos segundos y regresar al otro lado en busca de su cinturon con una sonrisa de oreja a oreja en el semblante. No lograba escuchar ni distinguir que era lo que ambos se decian, pero parecia un saludo cordial y una disculpa por parte del agente. Elias recogio sus pertenencias y se marcho, caminando a paso ligero. Necesito varios segundos para procesar que era lo que habia ocurrido y que los dos se encontraban sanos y salvos. Cuando logro tranquilizarse, se coloco en la cola del control mientras ejercitaba su respiracion para no parecer fuera de lugar; habia llamado la atencion de varios operarios que no le quitaban los ojos de encima y queria pasar desapercibida, aunque esa mision parecia imposible de cumplir. Elias estaba bien. Elias estaba bien. No dejaba de repetirselo a si misma, pero parecia demasiado bonito para ser verdad. El hombre que tenia delante cruzo el control y el guardia le hizo un gesto para animarla a continuar. Julia se quito los zapatos, los coloco en la cinta y, aun con el corazon latiendole desbocadamente, cruzo al otro lado. Sonrio -- con la mejor sonrisa que fue capaz de emitir -- al operario de la cinta y recogio sus zapatos. Decidio caminar al frente y alejarse antes de calzarse porque no podia soportar un segundo mas continuar en el centro de atencion de los presentes. --! Ey, senorita! -- dijo un agente, colocando la mano sobre su hombro. Julia se dio la vuelta de un salto, aturdida. Habia vivido tanto en tan pocas horas que cualquier cosa parecia capaz de crearla ansiedad. -- ?Si? -- pregunto en voz baja. El hombre sonrio. -- ?Se encuentra bien? -- inquirio, con una sonrisa conciliadora en el semblante. Julia supuso que la habria visto llorar minutos atras. O quizas, simplemente, sus ojos enrojecidos habian captado su atencion. Asintio sigilosamente con un movimiento de cabeza y sonrio a modo de despedida. Sin decir nada mas, aun descalza y con los zapatos sujetos en una mano, echo a caminar al frente. -- !Que tenga un buen viaje! -- exclamo el agente, pero ella no se giro hacia detras. 2 Elias la estaba aguardando en la primera sala de espera que encontro. Nada mas verlo, Julia se lanzo a sus brazos, respirando hondo el aroma de su perfume. -- Ya esta, bella... Ya estamos a salvo -- murmuro con calma, mientras la aprisionaba entre sus musculos de manera carinosa. Ella alzo la cabeza, aun con los ojos acuosos y la tension acumulada en su cuerpo. -- ?Y la pistola? -- susurro en voz baja para que nadie pudiera escucharla. Elias sonrio al pensar en lo mucho que aquella chica habia cambiado. Recordo a la mujer que tiempo atras habia conocido y fue incapaz de imaginarsela preguntando por una pistola o desenvolviendose en una huida. Julia habia demostrado una valentia que el jamas hubiera imaginado que albergaba en su interior cuando la conocio. -- ?De verdad te creias que me iba a meter en un aeropuerto con una Glock en la cintura? -- respondio, sonriente. Julia no pudo evitar soltar una risita de alivio. En realidad, no tenia gracia en absoluto; pero estaban a salvo y tenia que liberar la tirantez de alguna manera. -- ?Donde esta? El la libero del abrazo y echo a caminar al frente. Tenian poco tiempo y el embarque habia sido anunciado. -- Me deshice de ella nada mas salir del hotel. Llegaron justo a tiempo para la ultima llamada de embarque. Cuando Julia atraveso el control de subida al avion, con el pasaporte en mano, volvio a notar la sensacion de angustia oprimir su pecho. Pero, por suerte, nada les retuvo en tierra y veinte minutos despues de mostrar ambos pasaportes se encontraban surcando los cielos rumbo a Mexico. Elias habia realizado una llamada desde una de las cabinas del aeropuerto y todo estaba organizado para su llegada. Un coche blindado les estaria esperando para recogerles y, ademas, habia ordenado que se doblase -- o triplicase -- la seguridad de la mansion. Escucho la respiracion agitada de Julia, que se habia quedado dormida sobre su regazo, y se pregunto si estaria teniendo una pesadilla. Rezo porque no fuera asi y decidio no despertarla. En los ultimos dias, habian vivido situaciones demasiado intensas y sabia que el estres acumulado podia llegar a ser peligroso. Ademas, hacia muchisimo que Julia no descansaba como era debido y le daba pena despertarla...

  • Dios salve a mi Reina de Javier Guerra Espinosa

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    “Si hubiera de empezar alguna vez la novela que solo escribiria para ti, que puede ser justo lo que estoy haciendo en este momento, te diria las palabras que quisiera decirte si tuviera el tiro de gracia de poder hablarte sabiendo que habia de ser la ultima vez. Te diria, si las palabras no huyeran pavorosas al verte para dejarme solo ante la musica de tus ojos, que lo mas importante de la novela, de la creacion o de la vida, nunca sera como empieza, con que palabras se escribio o con cuales se acabaria porque lo unico importante es que tu hayas sido la musa que ha inspirado todas esas cosas accesorias, la unica protagonista de la vida que a mi manera he vivido para ti”.

  • Las manos de Vera (Rados 1) de Alicia Ordiz

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    “Mi nombre es Vera, y naci en la granja de humanos de Silopos. Soy hija de Nala y Sater, criadores clase uno y padres de trece hijos, seis varones y siete hembras. Yo ocupo el puesto numero trece y, siguiendo las normas del gobierno de Rados, comparto calificativo con mis hermanas, pero soy la ultima version de las mismas. Oficialmente me llamo Vera7, y esta es mi historia.”

  • Despertar a la vida de Merline Lovelace

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    --!Lo oigo! --grito alborozada la figura enfundada de pies a cabeza en un traje termico de intenso color naranja--. !Esta perforando! Su companero giro en redondo y escruto la superficie lisa e ilimitada del casquete polar. Una docena de diferentes tonos de blanco le heria los ojos, pese a llevarlos cubiertos con gafas protectoras. El blanco azulado del hielo. Los plumosos ventisqueros de reluciente nieve, suaves como nubes. El blanco caliginoso y gris del cielo, que se fundia con el horizonte. --!Yo no oigo nada! --!Escucha! Exasperado, se quito la capucha. Se arriesgaba a perder una oreja al exponerse al viento mordiente que habia hecho caer la temperatura a treinta grados bajo cero, pero estaba demasiado ansioso para notarlo. Dio un grito de alegria al oir una serie de golpes secos que hendian el aire. De pronto, a poco mas de treinta y cinco metros, la capa de hielo se resquebrajo. Comenzaron a emerger enormes planchas blancas que, bramando, se alzaban rectas en el aire antes de derrumbarse con estrepito. Un momento despues, la negra cabeza del cuarto de derrota de un submarino asomo por la grieta. --?Que te parece? !Justo en la diana! Los dos hombres sonrieron. Un sofisticado sistema de navegacion habia guiado al USS Hawkbill desde Hawai, pero solo la fuerza bruta habia senalado al submarino su lugar de emersion: una enorme <> excavada en el hielo. Los dos oceanografos alzaron las manos enfundadas en guantes forrados de piel y se las estrecharon con jubilo. Tras meses aislados en su remoto laboratorio, a doscientos sesenta y cinco kilometros al norte de Point Barrow, Alaska, ansiaban una nueva infusion de suministros y de conversacion procedente del exterior. Sonriendo todavia, observaron como se iba elevando el cuarto de derrota del submarino. El pesado cuerpo de la nave aparecio arrojando a ambos lados grandes trozos de hielo. La escotilla superior se abrio y por ella asomo un marinero encapuchado. Los dos hombres echaron a correr hacia el. --!Chico, como nos alegramos de verte! --grito el mas mayor de los dos cientificos--. Hemos gastado hasta la ultima bateria de la boya de observacion subacuatica. --Les traemos los repuestos que pidieron --envuelto en el grueso traje protector, el marinero bajo torpemente por la escalerilla de hierro del cuarto de derrota--. Empezaremos a descargarlos inmediatamente. --Los ayudaremos. Jack, trae el vehiculo oruga. Ansioso por descargar el valioso material y transportarlo al conjunto de barracones conectados por tuneles que formaba la Estacion Estadounidense de Investigacion Oceanografica del Artico, el oceanografo jefe lanzo una mirada impaciente por encima de su hombro. --!Jack! !La oruga! --su companero no se movio. Paralizado, miraba boquiabierto una de las grandes planchas de hielo arrojadas por el submarino--. Pero ?que te pasa, hombre? --el mas mayor de los cientificos corrio torpemente por el hielo. Su aliento formaba una nube en el aire gelido. Bajo el pasamontanas, el enojo fruncia su frente--. ?Que haces ahi parado? Tenemos mil cosas que hacer antes de... !Oh, Dios mio! Los ojos se le saltaron. El estupor broto en una oleada y le cerro la garganta, cortandole la respiracion. Deteniendose en seco, tambaleandose, miro estupefacto la figura tocada con un casco que tenia frente a si, a unos metros de distancia, sobre el hielo. Capitulo 1 Una brisa de principios de junio retozaba por las calles de Washington. Los arboles engalanados de verde claro se inclinaban y mecian como bailarines sincronizados al sol del atardecer. Los castanos centenarios que bordeaban la apacible bocacalle en los aledanos de la avenida Massachusetts, en el corazon del distrito diplomatico de la capital, susurraban la misma gozosa cancion. Sus ramas murmurantes ocultaban casi por completo las fachadas de las casas de estilo federal que flanqueaban por ambos lados la travesia pavimentada de adoquines. La casa que se alzaba a mitad de la calle poseia un frontispicio senorial muy semejante al de sus vecinas. Con sus tres pisos y sus altas ventanas, que centelleaban al sol de verano, la antigua y elegante mansion ostentaba junto a la puerta una discreta placa que informaba de que el edificio servia ahora como oficina del enviado especial del presidente, un nebuloso puesto creado anos atras para recompensar a un donante de campana con ganas de un titulo pomposo y un ardiente deseo de codearse con la clase politica de la capital. Solo unos pocos conocedores de los entresijos de Washington sabian que el enviado especial era tambien el jefe de OMEGA, una organizacion tan secreta que, entre los circulos mas elevados del gobierno, sus agentes eran conocidos unicamente por su apodo. Al igual que la letra omega era la ultima del alfabeto griego, aquella organizacion representaba el ultimo recurso del presidente de Estados Unidos en caso de crisis. Sus efectivos se movilizaban unicamente cuando otros organismos de caracter mas convencional, tales como el Departamento de Estado, la CIA o el Ejercito, no podian hacerse cargo de una crisis por motivos legales o politicos. El director de OMEGA era designado personalmente por el presidente, quien, con gran pesar, acababa de nombrar a uno nuevo, pues la antigua directora habia solicitado una larga excedencia. Tras dirigir la agencia durante tres legislaturas, Maggie Sinclair habia decidido tomarse algun tiempo de descanso a fin de terminar el libro que estaba escribiendo sobre fonetica infantil. Pensaba ademas anadir un tercer hijo al enorme y caotico hogar que compartia con su esposo, sus dos hijas, un desgrenado perro pastor y una iguana de ojos saltones y rayas azules y naranjas amante del papel y las plantas. El marido de Maggie, que respaldaba plenamente la decision de esta, habia renunciado recientemente a su puesto de delegado de Estados Unidos en el Banco Mundial. Mientras Maggie trabajaba en su libro, el rico y sofisticado Adam Ridgeway habia decidido probar suerte como padre a tiempo completo. Todos los agentes que no estaban movilizados se habian reunido en el tercer piso del centro de control OMEGA para desearles buena suerte. Haciendo caso omiso del suave coro de silbidos y pitidos que emitian las consolas electronicas, brindaban por Maggie y Adam, quienes estaban a punto de emprender la fase final de su azaroso y agitado matrimonio. --Me apuesto algo a que dentro de un mes estais de vuelta -- predijo un alto y desgarbado agente al que apodaban Cowboy--. El uno o el otro. Perseguir terroristas y traficantes de armas crispa menos los nervios que criar ninos. --Tu debes de saberlo --replico Maggie--. La mayoria de las parejas habria tenido el buen sentido de parar despues de tener dos pares de gemelos. --?Que puedo decir? --sonrio Nate Sloan--. Este viejo vaquero siempre dispara con bala. Entre los gritos y abucheos que siguieron, Elizabeth Wells fue rellenando pausadamente las copas de champana de los invitados.

  • Contra La Pared de Ruth M. Lerga

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    Era una vista a puerta cerrada, solo la jueza, un par de abogados y el responsable de Jefatura de la operacion a tratar se hallaban en la Sala del Juzgado de Instruccion de lo Penal numero Dos. Tras la exposicion y la presentacion de las pruebas la magistrada hizo muchas preguntas, despues pidio aclaraciones e inquirio documentacion. Y siguieron mas preguntas. El inspector Llagaria, de la Udyco, no era tonto y sabia que se iban a cepillar su orden de registro --una cagada del nuevo se habia cargado la prueba--, asi que trataba de mantener el aspecto sereno, a pesar de que por dentro estuviera hirviendo de rabia, mientras anticipaba en su cabeza lo que iba a escuchar; aunque no imagino tanta educacion, le concedio el punto a la magistrada: el unico punto que pensaba darle dado que iba a joderle a base de bien. --Me temo, letrado, que voy a tener que resolver la desestimacion de la solicitud de... --telita con el nombrecito, se dijo Laura, como cada vez que le caia en la mesa una de sus peticiones-- del Grupo IV de Estupefacientes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Brigada de la Policia Judicial de Valencia. Previendo ella cuanto iba a importunar su fallo, toco la campanilla para cerrar el juicio y comenzo a quitarse la toga a toda prisa, deseosa como nunca de largarse de la estancia. A veces, vigilar el estricto cumplimiento la ley era una mierda, y si ademas a quien cabreabas era a Martin Llagaria, entonces era una putada. Pensaba esconderse en el bano --si, huiria cual rata por tirante-- hasta estar segura de que se habia marchado del juzgado. Una lastima; solia buscar algun motivo de indole legal para tener una charla a solas con el en cuanto se presentaba la ocasion. Siempre se cenian a lo profesional, aquel hombre parecia tener menos sentido del humor que Risto Mejide, pero a ella le gustaba mirarle. A ella y, al parecer, a la mitad de las mujeres de la Ciudad de la Justicia de Valencia, porque cada vez que corria el rumor de que habia una causa de su unidad aparecian por el pasillo desde chicas del equipo de limpieza hasta companeras de magistratura, haciendose las encontradizas, muy cucas ellas. Un tio bueno era un tio bueno y eso no entendia de edad, condicion o estado civil, que a fin de cuentas a nadie le amarga un buen dulce. Sobre sus tacones de aguja de diez centimetros y medio enfilo el pasillo sintiendo como los abogados le taladraban la nuca y salio directa a los banos de caballeros, que estaban casi al lado, metiendose en el aseo de minusvalidos. Ya dentro se sento sobre la taza, cerrada, se quito los stiletto dejandolos caer con placer y estirando los dedos de los pies para relajarlos, y saco del bolso el Kindle. <>. No contaba con que su huida solo aumentaria la mala leche del policia, que la siguio dispuesto a decirle un par de cositas sobre su sentencia. Se sorprendio al verla entrar en los lavabos equivocados. Aunque pensandolo bien, tanto mejor para el: la intrusa seria ella. Abrio la puerta menos de medio minuto despues, se aseguro mirando por debajo de las puertas de que no hubiera nadie mas -- reconocio sus zapatos en el ultimo cubiculo, el mas grande, y no encontro mas pies en los otros banos--, y coloco el cono con el aviso de <> fuera de los aseos, en el pasillo, cerrando tras el. Laura oyo que alguien entraba pero le dio igual, estaba acostumbrada a que otros usaran el vater mientras ella estaba alli, en uno de los poquisimos lugares sin cobertura telefonica en todos los juzgados. Asi que los escuchaba orinar y se entretenia contando cuantos se lavaban las manos despues. Estaba molesta con toda la situacion de aquel proceso: que un error de novato la obligara a rechazar un registro de sota, caballo y rey y tener que denegarselo, para colmo, precisamente a Llagaria. De todas las veces que habian coincidido en los tribunales, aquella era la primera oportunidad que habria tenido de verlo en la calle. Se corrigio al punto: de que la mirara fuera de su trabajo. De haber aceptado, habria podido ir con su unidad hasta el domicilio del presunto delincuente y asi la habria visto por primera vez sin la horripilante bata negra, bajo la que podia esconderse un cuerpo espigado como el suyo o uno enorme como el del juez Rosales, tan ancha era la maldita toga. --?Senoria? !?Pero que mierdas...?!, interrumpio sus pensamientos aquella voz que creyo reconocer como la del inspector. <>, se mofo. --Senoria --repitio la voz de nuevo, y si, para su histeria y sus ganas si que era el--, no se esconda, se que esta en el aseo de minusvalidos, veo la suela roja de sus zapatos, ?puede salir? O como diria usted: me temo que tengo que resolver pedirle que salga --acabo con retintin. Vaya, al parecer podia ser gracioso cuando queria, el colega. --Haz lo que tengas que hacer y dejame --le respondio con voz autoritaria. Era la primera vez que la descubrian alli y se sintio algo avergonzada, pero tambien invadida, aquel era, despues de todo, su refugio. Martin sintio que le estaba vacilando: le tuteaba cuando el la habia tratado segun la formalidad establecida, le hablaba como si la enfadada fuera ella y, para colmo, le echaba del bano de hombres. Iba lista si pensaba que se marcharia. --Lo que voy a hacer es empezar a cagarme en todo. Laura torcio el gesto, divertida por su expresion, y le respondio desde la proteccion que la puerta le ofrecia. --Si lo que desea es defecar ha venido al lugar adecuado, enhorabuena. Por favor, tenga la bondad de hacer uso de mi envio cuando acabe. Y dio una patadita al bote de ambientador que tenia escondido detras del inodoro, que la habia salvado de morir por gases toxicos en mas de una ocasion. El frasco rodo por el suelo hasta el. No le hizo ninguna gracia la bromita. --Lo que quiero es hablar contigo --!a la mierda los formalismos! --, asi que sal de ahi. --Largate --insistio, rebelde. No tenia ganas de enfrentamientos estando enfadada. --No me ire hasta que no salgas --le insistio, con el tono de quien habla con una cria cabezota. Martin incluso se cruzo de brazos, como si ella pudiera verlo, y apoyo un hombro contra la pared. ?Hablaria en serio?, se pregunto Laura. ?Seria capaz de esperarla? Habia huido cual rata y la habia atrapado en su propia ratonera. Claro, como estaba como un queso, el tio... --Puedo denunciarte por acoso --probo de ahuyentarlo. --Y yo hacer saber a todo el edificio que te acosaba en el vater de tios. ?Sales? Una tenia que saber cuando habia perdido y aquello era una derrota en toda regla. --Voy --le confirmo, asegurandose de que su voz se oyera de lo mas digna. Se calzo de nuevo con calma, se aliso la falda, estiro los punos de su camisa y tiro de la manija. Nada. Repitio la maniobra un par de veces, extranada. Nada de nada. Martin escuchaba desde fuera los ruidos de la cerradura bloqueada. --Quita el pestillo --le pidio, exasperado. --El pestillo salta solo cuando abres, listillo. Oyeron los dos como le daba otra vez al manubrio, sin exito. --?Es un truco para no encararme? --Porque era lo que le faltaba para acabar de calentarse del todo. --No digas chorradas e intentalo tu. --A pesar de no estar asustada, su voz salio algo mas aguda. Aquello no le estaba haciendo ni pizca de gracia. El policia se separo de la pared y trato de abrir la puerta, pero no pudo. --Creo, senoria, que te has quedado encerrada. --!Pues haz algo, joder! Levanto las cejas al escuchar la palabrota: la magistrada era siempre muy correcta, jamas la habia escuchado jurar en arameo. --?Tienes algun problema con los espacios cerrados? --se preocupo por ella. --?Tienes tu algun problema en abrirme? --lo reto a cambio, con voz seca. Solto una carcajada sin poder evitarlo: asi que aquella mujer tenia genio e ingenio, despues de todo. Las veces que habian hablado le habia parecido muy seria, distante incluso. Le resultaba imposible mantener una conversacion personal con ella y saber algo de su vida, !y eso que su trabajo consistia en averiguar cosas sin que se notara que interrogaba! Desde el otro lado de la puerta a Laura le sorprendio el sonido: nunca le habia escuchado reir. Asi que despues de todo el inspector no era tan formalito, se animo. Lo veia siempre tan serio y correcto, con su uniforme y su semblante grave. --Pues dadas las circunstancias, creo que podriamos aprovechar para tener una pequena conversacion. Justo de lo que ella habia tratado de escaquearse, metiendose alli. --Esto es un vater, no un confesorio. Abre la puerta y no me agobies. --?Estas segura de que no tienes claustrofobia? --!Que abras la puta puerta, te digo! --perdio las formas, nerviosa. Ya no sabia si era el encierro lo que la estaba poniendo medio histerica o era que el pareciera estar divirtiendose a su costa. Y no es que fuera orgullosa, el humor era su via de escape y se mofaba de todo, de ella misma la primera, pero Martin Llagaria la ponia tensa, estaba demasiado bueno. Sus hombros anchisimos, la enorme espalda, los ojos negros, el pelo ondulado del mismo color --no lo llevaba tan corto como otros companeros suyos-- y su voz. Era grave, sexi. Fijo que podria haber trabajado en una linea caliente. La ponia muy tensa y le ponia un poco, dicho fuera de paso. Ante la exigencia, gritada de malos modos, se puso en accion. Saco del bolsillo unos ganchos y se arrodillo delante de la puerta. --Dame un minuto, llevo un juego de ganzuas, voy a ver que puedo hacer... --Que bien preparado vas, ?no? --se burlo ella, volviendo a descalzarse, sentandose otra vez--. Ni MacGyver. --?Conoces a MacGyer? --lo escucho casi interrogarla con diversion--. Te hacia mas joven, ?cuantos anos tienes? --!Vete a la mierda! Tengo un hermano mayor, eso es todo. -- Pasaba de su interrogatorio. De nuevo Laura lo escucho reir. Deberia sentirse halagada porque la viera tan joven como para no conocer la serie del agente que con un chicle y un petardo te hacia una bomba atomica; y total, tenia solo treinta y tres anos. --Confiesa tu edad o dejare de hurgar en la cerradura. Y como para hacerle saber que iba en serio, dejaron de escucharse los ruiditos del gancho removiendose. La amenaza funciono. --La dichosa edad de Cristo. --Eso explica que seas un martirio. --!Oye! --se quejo, mas seria esta vez. --Olvidalo. Nada --se rindio--, que el maldito pomo no salta. --Sigue intentandolo. --No tiene caso. Por cierto, ya podrias usar el <> alguna vez --le reprocho al tiempo que seguia probando a ver si podia hacer saltar el pestillo, poco esperanzado. --Por favor, puerta, abrete --dijo burlona, evitando pedirselo a el. --?Quien te crees que eres, Ali Baba? Deberias probar entonces con <>, ?o no te contaron bien el cuento? --!Tu si que tienes cuento! A ti esto te divierte, ?no? La idea de llamar a los bomberos y que todo el mundo se entere de que suelo encerrarme aqui. Que perra tenian las mujeres con los bomberos, de verdad. Si la gente respetara la mitad al Cuerpo Nacional de Policia otro gallo les cantaria. Pero no, todo para el equipo rojo, nada para el equipo azul. --Entiendo por tus palabras que el hecho de que hoy estes aqui no es algo excepcional, por tanto. --Abre. La. Puerta. --No. Puedo. --!Pues dale una patada y adentro, joder! --acabo por exasperarse. Martin estaba cachas, debia hacer ejercicio muy a menudo, pesas si tenia que apostar. Podia tumbar la puerta si queria, como en las peliculas. --La puerta se abre hacia afuera y la ley Corcuera --que permitia abrir una puerta sin permiso del juez si se sabia que se estaba delinquiendo detras de esta-- fue declarada inconstitucional en 1993, deberias saberlo. --Si siguiera vigente no habrias venido esta manana al juzgado a pedirme un imposible, como si yo fuera el genio de la lampara. Se maldijo por sacar el tema de su sentencia. --Hablando de eso... --?De mi genio? --se esperanzo. --Sabes que no. --?De mi fallo, entonces? --se resigno. --Me alegro de que reconozcas que ha sido un fallo garrafal, me has ahorrado medio discurso. --Dejate de gilipolleces y sigue con la ganzua... --le espeto. No queria hablar del juicio, de verdad que no queria.

  • Testimonio mortal de Anna Bagstam

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    Situado a orillas del mar Baltico, Lerviken es el idilico pueblo pesquero en el que Harriet Vesterberg solia pasar los veranos de su infancia. Decadas mas tarde, Harriet abandona su trabajo como investigadora civil en Estocolmo y una relacion tormentosa, y regresa a Lerviken para trabajar con la policia local y estar cerca de su padre enfermo. Menos de veinticuatro horas despues, el cuerpo de Laura Andersson aparece brutalmente apunalado y con los parpados abiertos, pegados con cinta adhesiva. Empieza asi una frenetica carrera contrarreloj para encontrar a un asesino imparable. Cuando empieza a investigar por su cuenta, Harriet vera su vida amenazada a la vez que la red de mentiras que envuelve el caso se hace cada vez mas densa. ?Puede el asesino ser alguiena quien ella conoce?

  • Mi error fue amar al principe. Parte 1 de Moruena Estringana

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    PARTE I

  • Prohibido Repetir (Sensaciones 2) de Mia Alcaraz

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    El amor es un sentimiento complejo que nos acompana desde que nacemos, pero nadie ha dicho que amar sea sencillo y aun menos enamorarse. Es lo que le ocurre a Aitor, que esta enamorado desde la infancia de la misma mujer, la cual precisa algo mas que abrir los ojos para darse cuenta de que dejo escapar en su juventud.
    Por su parte, Mabel ha hipotecado parte de su vida por la persona equivocada por el simple hecho de creer que estaba enamorada del padre de su hijo, Lolo, sin saber ver que su verdadero amor siempre ha estado a su lado y nunca se ha rendido.
    Prohibido Repetir>/i>, es la historia de un amor tan puro que no se marchita con el paso del tiempo, es la prueba de que cuando se ama de verdad nunca se deja de intentarlo, pues solo existe un objetivo final: ser feliz.

  • Jugando a enamorarse de Jill Shalvis

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    Si tienes pensado dar el salto y enamorarte sera mejor que estes seguro de que haya alguien esperando para agarrarte.

  • Pensandolo mejor de Kristan Higgins

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    Una hermana a la que hace siete anos que no ve…?Las circunstancias de la vida haran que sea su mayor apoyo?
    Ainsley O’Leary esta preparada para casarse, preparadisima: incluso ha encontrado el anillo de compromiso que su novio guardaba escondido. Lo que no se esperaba es que Eric le diera planton sin miramientos y lo publicara en un blog que, como no podia ser de otra manera, acaba por hacerse viral. Destrozada y humillada, decide acercarse a su media hermana, Kate, que lucha ella misma para recuperarse tras la perdida de su marido.

  • Te elegi eternamente (Por amor 10) de Maria Beatobe

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    A Naira y Gael se les ha complicado el fin de semana, debido a la inesperada noticia que reciben a su vuelta. Y es que, para Naira, las cosas perfectas siempre acababan estropeandose por algun motivo.

  • Chaman de Kim Stanley Robinson

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    Chaman es una novela ambientada en la Edad de Hielo. En ella Robinson viaja por primera vez al pasado, pero las claves de su obra siguen siendo las mismas: la supervivencia de la humanidad.

  • Secreto inconfesable (Pecado 1) de J. Kenner

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  • Dulce desvelo 2 de Megan Marsell

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    Tanto Beth como Maddox tienen un pasado oscuro y traumatico, un pasado marcado que les causa horribles pesadillas, obligandolos a permanecer despiertos.
    Cuando Maddox y Beth se conocen, establecen una conexion que los unira cada vez mas en las largas horas de desvelo.

  • La ceguera del cangrejo de Alexis Ravelo

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    JAVIER VALENZUELA, Infolibre Oficialmente, la historiadora del arte Olga Herrera fallecio en un absurdo accidente en Lanzarote mientras ultimaba una biografia del mas famoso artista de la isla: Cesar Manrique. Pero para Angel Fuentes, militar de profesion destinado en el Libano y companero sentimental de la victima, la verdad de su muerte tuvo que ser otra, aunque nadie salvo a el le interese averiguarla. Recien aterrizado en suelo canario, el sargento Fuentes ira reproduciendo a traves del volcanico paisaje lanzaroteno el itinerario que realizo su pareja para documentarse.

  • El corazon de Jupiter de Ledicia Costas

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    No fue facil para Isla cambiar de ciudad y empezar de cero en un nuevo instituto. Ella ansiaba pasear por el espacio, avistando planetas a traves de su telescopio, sumergida en el vientre del universo. Casiopea, el nombre de la tortuga magica de Momo, era el nick que utilizaba en los foros sobre astronomia en los que solia participar. Alli fue donde conocio a Jupiter, alguien que parecia saber mucho sobre las estrellas. Las largas conversaciones que ambos mantenian hasta bien entrada la madrugada, encendieron una luz. Entre los dos existia una magia que traspasaba las fronteras del ciberespacio. Isla sentia la necesidad de saberlo todo sobre Jupiter: donde vivia, a que instituto iba, su nombre real… Se citaron para conocerse una noche de San Juan de hogueras y mar embravecido. Fue entonces, despues de despedirse de su amiga Mar, cuando Isla se precipito en la oscuridad. Su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

  • Ser Rojo de Javier Arguello

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    Todos los libros tienen una historia. No la que cuentan sus paginas, sino la del propio libro. El dia en que fue comprado, el sitio en que lo leimos, la epoca de la vida en que eso ocurrio. A veces un libro se relaciona con un viaje y recordamos los paisajes y las personas con las que compartimos el tiempo que duro su lectura. Si llega a ser uno de los importantes, a lo mejor pasa a decorar el frente de nuestras estanterias. Ve pasar los anos, las mudanzas, el crecimiento de nuestros hijos. Si se lo preguntaran, un libro podria contar la vida de una persona. O al menos una parte de ella. Segun el contenido de sus paginas puede haber dejado en nuestra memoria el dibujo de unos personajes que se mezclan con las personas que hemos conocido, o ideas o puntos de vista que cambiaron nuestra forma de ver el mundo. Por esa razon un libro puede ser algo peligroso, un objeto con el que no queremos que se nos relacione por lo que implica haberse visto expuesto a su contenido. Por el solo hecho de poseerlo uno puede estar bajo sospecha. En segun que epocas y en segun que lugares, la gente tuvo que deshacerse de sus libros como quien se deshace de una prueba que lo relaciona con un crimen. En segun que epocas y en segun que lugares, este libro que tiene usted en sus manos podria convertirse en su sentencia de muerte. Esta historia empieza con un hombre y con un libro. Sentado en la vereda de una calle cualquiera, el hombre ojea el libro que se acaba de encontrar y no piensa en su contenido, sino en sus propietarios. ?A quien habra pertenecido? Por el tema del que trata bien pudo haber sido de un sociologo, como el. O de un estudiante de sociologia. Uno de esos estudiantes a los que el mismo daba clase hasta hacia apenas tres dias, y que habia llegado a Santiago de Chile a hacer un posgrado en sociologia politica y a participar del momento que se estaba viviendo. Por primera vez en la historia un gobierno marxista habia alcanzado el poder mediante elecciones libres, y desde todo el continente habian llegado jovenes de izquierda para participar, para colaborar. Y habian empezado las reformas. En el campo y en la ciudad. El presidente electo pensaba que habia que ir poco a poco, pero sus aliados no querian dejar pasar la oportunidad. Creian que un avance tibio podia debilitar el objetivo y terminar frenando las transformaciones profundas a las que habian sido llamados. El momento habia llegado y habia que ser valiente, con todos los riesgos que eso supusiera. Finalmente se impuso una unica realidad. El presidente fue muerto durante el golpe militar comandado por el ejercito. <>, decia uno de los comunicados que la radio transmitia una y otra vez. Y el hombre es extranjero. Y en algun momento milito en las filas del partido comunista. Claro que eso fue en su pais y hace mucho tiempo. ?Tendrian manera de saberlo? Tampoco importa demasiado. La institucion en la que trabaja fue tildada de <> por el gobierno de facto. Con eso basta. Afortunadamente, al tratarse de un organismo internacional, le dieron una patente para su coche que asi lo atestigua. En realidad no tiene ninguna oficialidad, pero a los ojos de la policia y de los soldados se confunde con las del cuerpo diplomatico. Por eso el puede circular por las calles en horas en las que todos estan encerrados en sus casas. Por eso paso los ultimos tres dias llevando gente a las embajadas para que, desde alli, intentaran abandonar el pais. Las fronteras estan cerradas, los aeropuertos vacios y las carceles llenas. Tan llenas que habilitaron estadios de futbol como centros de detencion. Cientos de detenidos, la mayoria de los cuales ya no saldra de ahi. Pero eso el hombre a esa altura no lo sabe. Si sabe que tiene que sacar a los que pueda. Amigos, companeros y muchos desconocidos que de algun modo lo han contactado. Al principio tiene miedo. No se niega, pero tiene miedo. Despues de los primeros viajes el miedo se va adormeciendo y lleva a todos los que puede. No los puede dejar en la puerta porque las embajadas estan vigiladas. Debe dejarlos a media cuadra para que lleguen caminando, como quien no quiere la cosa, y que en una distraccion o un descuido se metan para adentro. El hombre los deja a media cuadra y celebra cuando los ve entrar. Algunas embajadas estan tan llenas que solo hay sitio para estar de pie. Nadie se puede sentar, mucho menos recostarse. El hombre celebra cuando los ve entrar, pero no todos tienen tanta suerte. A veces los interceptan por el camino. El hombre traga saliva y va a buscar a los siguientes. Ya han pasado las primeras horas y la actividad empieza a decaer. Los que han podido salir, salieron. Los que no lo consiguieron ya han sido detenidos. Y la gran mayoria espera en sus casas. ?A que? Nadie sabe. Nadie sabe lo que va a venir. Como medida preventiva algunos se han deshecho de sus libros. Se han deshecho de sus libros sacandolos a la calle. En las esquinas, en las veredas, solitarias pilas de libros esperan a nadie. Al camion de la basura. A la lluvia que lave sus paginas. El hombre esta cansado -lleva tres noches en vela- pero sabe que no va a dormir. Con su patente de organismo internacional recorre las calles y se detiene frente a esas pilas de libros. Se baja, se sienta en el cordon y se pone a revisar. No tiene ninguna prisa. Separa algunos, deja otros. Luego sigue a la calle siguiente. ?Una conjura? ?Una terapia? Lo cierto es que las cosas no siempre tienen un sentido claro. Desde aqui podemos vernos tentados a asignarle significados poeticos o macabros. El hombre simplemente sabe que no va a dormir, y antes de irse a su casa a llorar junto a su mujer y sus hijos, a esperar con un miedo acido a que llamen a su puerta, decide dedicarse a mirar libros en una ciudad desierta en la que cada tanto se escucha la sirena de una patrulla y en la que ni los perros se atreven a ladrar. Es septiembre en Santiago de Chile y las calles estan vacias. El ano es 1973 y el hombre es mi papa.

  • La repeticion de Peter Handke

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    Relato y, al mismo tiempo, exploracion del relato, “La repeticion” (1986) narra el viaje a Eslovenia, desde la vecina Austria, de Filip Kobal en busca de las huellas de su hermano desaparecido. Rememorar el viaje semejante emprendido por el mismo veinticinco anos antes le sirve para constatar que el recuerdo no supone un mero retorno a algo ocurrido en el pasado, sino asignar finalmente el lugar adecuado a lo que se ha vivido. El nuevo viaje, el regreso (con la valiosa compania, ahora, de un antiguo cuaderno anotado por el hermano, de un diccionario aleman-esloveno del siglo XIX, y del omnipresente y evocador paisaje karstico), supone asi la recuperacion meticulosa de unas experiencias que al hilo de la narracion adquieren su definitivo sentido. Peter Handke (1942) es uno de los escritores actuales mas importantes, polemicos y populares en lengua alemana.

  • La escena interior de Marcel Cohen

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    Entre 1943 y 1944, en el Paris ocupado, el autor perdio a toda su familia (madre, padre, una hermana de escasos meses, abuelos paternos, tios), detenida en distintos momentos y enviada a Auschwitz tras pasar por el campo de internamiento de Drancy. A Marcel Cohen le salvo que, durante una redada, el jugaba en el parque con Annette, la joven criada bretona de la familia paterna. Tenia cinco anos. Mucho tiempo despues, alejandose de todo rasgo ficticio, Cohen relata lo que ha podido averiguar de sus familiares desaparecidos: la juventud de la madre en Estambul, su coqueteria, el agua de colonia que utilizaba su padre, las rocambolescas vidas de los tios. Y lo hace a partir de algo muy pequeno: los escasos objetos y fotos que sobrevivieron. Ante una imagen de su padre tocando el violin, una pequena huevera o un caballito cosido a mano, es decir, objetos y hechos, y un punado de recuerdos, Cohen reconstruye las vidas truncadas de aquellos que no sobrevivieron a la barbarie.

  • Las hijas del agua de Sandra Barneda

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    Una hermandad secreta de mujeres, una joven elegida para proteger un legado escrito en el agua.

  • Coleccion completa Max Cornell de Adrian Aragon

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    Libro 1: EMBOSCADA ~ (Max Cornell thriller de accion no 1)
    La vida del mercenario Maximilan Cornell da un giro radical cuando un desconocido deja un extrano mensaje en su puerta. Katty, la hija de quien habia sido su querido mentor, desaparece misteriosamente en la ciudad de Hong Kong. Max no tendra mas opcion que volver a la accion y trabajar duramente para sacar a la luz todo lo oculto detras de este hecho.

  • Muerto hasta el anochecer de Charlaine Harris

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    CUANDO EL VAMPIRO entro en el bar, y o llevaba anos esperandole. Desde que los vampiros habian comenzado a salir del ataud --como ironicamente se suele decir-- dos anos atras, yo habia estado esperando a que alguno viniese a Bon Temps. Ya teniamos al resto de minorias en nuestro pequeno pueblo, asi que, ?por que no la ultima, la de los oficialmente reconocidos no muertos? Pero, al parecer, el rural norte de Luisiana no les resultaba tentador a los vampiros; Nueva Orleans, sin embargo, era un centro neuralgico para ellos: cosas del efecto Anne Rice, supongo. No se tarda mucho en conducir desde Bon Temps hasta Nueva Orleans, y toda la gente que venia por el bar decia que alli tirabas una piedra a cualquier esquina y dabas con un vampiro... aunque era mejor no intentarlo. Pero yo estaba esperando a << mi>> vampiro. No se puede decir que salga mucho. Y no es porque no sea guapa, que lo soy. Tengo veinticinco anos, soy rubia y tengo los ojos azules; ademas de unas buenas piernas, pecho abundante y cintura de avispa. Me sienta muy bien el uniforme de verano que Sam escogio para las camareras: short negro, camiseta y calcetines blancos, y unas Nike negras. Pero tengo una tara. Asi es como yo lo llamo. Los clientes dicen, sencillamente, que estoy loca. De cualquier manera, el resultado es que casi nunca tengo una cita; por lo que cualquier pequeno detalle cuenta mucho para mi. Y el se fue a sentar en una de mis mesas. El vampiro. Supe inmediatamente que lo era. Me sorprendio que nadie mas se girase para mirarlo. !No lo distinguian! Su piel tenia un ligero brillo, para mi estaba claro. Podria haberme puesto a bailar de alegria; de hecho, di algun que otro paso alli mismo, junto a la barra. Sam Merlotte, mi jefe, aparto la vista de la bebida que estaba preparando y me sonrio levemente. Yo cogi la bandeja y el bloc, y me dirigi a la mesa del vampiro, rezando para que mi pintalabios no se hubiese difuminado y mi coleta estuviera aun en su sitio. Soy un poco nerviosa, y sentia que una sonrisa forzaba las comisuras de mis labios hacia arriba. El parecia estar completamente abstraido, lo que me brindo la oportunidad de echarle un buen vistazo antes de que levantara la mirada. Calcule que media algo menos de metro ochenta. Tenia el pelo castano, bien tupido, peinado hacia atras. Le llegaba hasta el cuello y sus largas patillas resultaban, en cierto modo, anticuadas. Palido, por supuesto; bueno, es que estaba muerto, si hacemos caso a la ley enda. Segun la version politicamente correcta, la que los propios vampiros respaldan en publico, este chico era victima de un virus que le habia dejado aparentemente muerto durante un par de dias y, desde entonces, alergico a la luz del sol, a la plata y al ajo. Los pormenores dependian del periodico que leyeses: todos estaban repletos de informacion sobre vampiros en aquel momento. En cualquier caso, tenia unos labios preciosos, bien definidos, y cejas oscuras y arqueadas. Su nariz surgia justo de entre esos arcos, como la de los principes de los mosaicos bizantinos. Cuando por fin me miro, descubri que sus ojos eran aun mas oscuros que su pelo; la parte blanca, casi nivea. --?Que va a ser? --le pregunte, mas feliz de lo que puedo describir. El alzo las cejas. --?Teneis sangre sintetica embotellada? --pregunto. --No, !lo siento mucho! Sam la ha encargado, deberia llegar la proxima semana. --Pues entonces vino tinto, por favor --dijo con una voz fresca y clara, como el sonido de un arroy o sobre cantos rodados. Me rei en voz alta, era demasiado perfecto. --Ni caso a Sookie. No esta bien de la cabeza --dijo una voz familiar desde el reservado que habia junto a la pared. Toda mi alegria se desvanecio, aunque aun sentia los labios forzando una sonrisa. El vampiro me miraba fijamente, mientras la vida abandonaba poco a poco mi cara. --Ahora mismo traigo el vino --dije, y me aleje a toda prisa, sin detenerme a mirar siquiera la cara de satisfaccion de MackRattray. Iba al bar casi todas las noches; el y su mujer, Denise. Yo los llamaba los Ratas. Habian hecho todo lo posible por amargarme la vida desde que se habian mudado a una caravana de alquiler en Four Tracks Corner. Todo ese tiempo habia albergado la esperanza de que se largaran tan repentinamente como habian aparecido. La primera vez que entraron en el Merlotte's, escuche sus pensamientos sin ninguna consideracion. Ya se que dice muy poco de mi, pero es que yo me aburro como todo el mundo, y aunque me paso la mayor parte del tiempo bloqueando los pensamientos ajenos que se cuelan en mi mente, a veces caigo en la tentacion. Asi que me entere de ciertos asuntos de los Rattray que probablemente nadie mas conocia. Para empezar, habian estado en la carcel, aunque no sabia por que. Ademas, pude leer las sucias fantasias con que Mack se habia deleitado a costa de una servidora. Y luego oi en la mente de Denise que habia abandonado a su bebe dos anos antes; no era de Mack. Y encima no dejaban propina. Sam sirvio un vaso de tinto de la casa y lo puso en mi bandeja sin perder de vista la mesa del vampiro. Cuando Sam me miro de nuevo, tuve claro que el tambien se habia dado cuenta de que nuestro nuevo cliente era un no muerto. Los ojos de Sam son del mismo azul que los de Paul Newman, a diferencia del indefinido azul grisaceo de los mios. Sam tambien es rubio pero tiene el pelo hirsuto y de un tono ligeramente rojizo. Siempre esta algo moreno y, aunque vestido parece poca cosa, le he visto descargar camiones con el pecho descubierto y tiene mucha fuerza en el torso. Nunca escucho sus pensamientos; es mi jefe, y ya he tenido que dejar demasiados trabajos por descubrir cosas que no queria sobre mis otros jefes. Sam no dijo nada, se limito a darme el vino. Comprobe que la copa estaba bien limpia y regrese a la mesa del vampiro. --Su vino --dije ceremoniosamente, antes de colocarlo con sumo cuidado justo delante de el. Me miro otra vez y y o aproveche para contemplar sus hermosos ojos cuanto pude--. Buen provecho --anadi, encantada. --!Eh, Sookie! !Otra jarra de cerveza por aqui! --me grito Mack Rattray desde atras. Suspire y me volvi para coger la jarra vacia de la mesa de los Ratas. Me fije en que Denise estaba en plena forma esa noche: llevaba un top que dejaba los hombros al aire y un short muy corto; su mata de pelo castano, en una despreocupada marana a la ultima. No es que fuera muy guapa, pero era tan llamativa y segura de si misma que costaba un rato darse cuenta de ello. Un poco mas tarde observe, para mi disgusto, que los Rattray se habian trasladado a la mesa del vampiro y estaban hablando con el. No participaba mucho en la conversacion, pero tampoco se marchaba. --!Hay que ver! --le comente mosqueada a Arlene, mi companera. Arlene es pelirroja, pecosa y diez anos may or que yo. Ha estado casada cuatro veces y tiene dos hijos, aunque algunas veces creo que me considera el tercero. --Uno nuevo, ?eh? --respondio con escaso interes. Arlene sale ahora con Rene Lenier y, aunque no veo que se sienta muy atraida por el, parece satisfecha. Creo que Rene fue su segundo marido. --Es un vampiro --anadi, incapaz de reprimir mi entusiasmo.

  • Intercambios. No volveras a ser la de ayer de Lorena A. Falcon

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    Una madre, una hija, una perdida.

  • Vulcano (Elohim 2) de Mariah Evans

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    Neil acude junto a sus companeros a Sicilia en una busqueda a contrarreloj para hallar el casco de Hades, pues Bronte y sus aliados tambien van tras el. Alli, Neil conoce a Adriana, una joven psicologa que trabaja en el Centro de Acogida para Solicitantes de Asilo de Mineo, la cual se vera acosada por la mafia de trata de blancas al intentar defender a las migrantes.
    Siguiendo los indicios que el Arte y la Literatura esconden, emprenderan un viaje para dar con uno de los mayores tesoros de la humanidad. Lo que ellos desconocen es que toda reliquia tiene su historia.

  • Las Arcas del agua de Antonio Morillas Jimenez

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    Las Arcas del agua ayer fueron trigales y hoy son escenario sobre el que se representa la vida. En apenas doscientos metros se concentran los bares en los que coincidimos a diario mayores y jovenes y desde donde vemos caminar, mochila al hombro, a punto de ser derrumbados, a ninos y ninas que vestiran el paisaje del futuro.
    Desde esta atalaya ambulante anoto en el bloc de la vida el deambular por la existencia de unos y otros, el deseo, la anoranza. Pasado y futuro de hombres y mujeres, de ninos, adolescentes y jovenes que suenan, viven, recuerdan y anoran sobre una tierra de aluvion forjada con el verbo resistir que ha alumbrado este presente.

  • Hambrienta de amor de Sophie Saint Rose

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    Gina empujo la puerta de cristal totalmente decepcionada, porque estaba segura de que no la contratarian, y cuando llego a la calle se miro el tacon de su zapato negro que estaba a punto de caerse. Estaba claro que no era buena idea comprarselos de segunda mano. Bufo bajando la pierna y aparto de mala manera un largo mechon de cabello negro del hombro antes de colgarse la correa del bolso, cuando salieron de la central del banco un grupo de chicas muy bien vestidas. --?A donde vamos a comer? --pregunto una de ellas al grupo. Admirando su vestido verde levanto la vista hasta su perfil y se quedo helada al verse a si misma. --He reservado en el de enfrente --dijo otra chica. --?Otra vez? --protesto yendo hacia el paso de peatones. --Es lo mas rapido. Fascinada sin poder evitarlo camino tras ellas. Eran exactamente iguales excepto por el color de cabello. Gina se quedo a cierta distancia, pero se dio cuenta enseguida que se habia tenido el pelo con muchas mechas rubias. Hasta se tenia las cejas, pero sus pestanas delataban que era tan morena como ella. Se quedo alli de pie mientras ellas riendo cruzaban de acera. Cuando entraron en el lujoso restaurante se llevo la mano al vientre mientras miles de pensamientos pasaban por su mente. ?Estaria equivocada y no se parecia tanto a ella? ?Pero que tonterias pensaba? Si era como mirarse al espejo. Y eso no podia ser. Mirando el restaurante camino hacia la boca de metro sin darse cuenta de que tropezaba con alguien. -- Perdon --dijo sin mirarle. --?Cuando has ido a la peluqueria? ?Durante mi reunion? La voz grave hizo que levantara la vista para ver unos ojos verdes que le robaron el aliento. El guapisimo hombre de traje que tenia delante, la miraba como si la conociera con una agradable sonrisa en su rostro. -- ?Que? El hombre la miro de arriba abajo. --?Te has cambiado? --?Me conoce? --pregunto impresionada por lo atractivo que era con su cabello negro repeinado hacia atras y ese traje gris que le quedaba de miedo. Alucinada miro su corbata de seda gris. Dios, que bien olia. --?Cristine? --Fruncio el ceno y al darse cuenta de que hablaba de la otra mujer se asusto mirando sus ojos para alejarse a toda prisa. --!Eh! !Espera! Corrio hacia la boca del metro perdiendo el tacon del todo. Al llegar a la entrada miro hacia atras y suspiro del alivio cuando no le vio. Paso la tarjeta de acceso y fue hasta el anden jurando por lo bajo porque habia perdido el tacon y ahora iria coja hasta su casa. Cuando llego al tren se dejo caer en su asiento aun asombrada. Ese hombre la habia confundido con esa chica. ?Cristine? Sintio un vacio en el estomago que la angustio. ?Que estaba pasando alli? Habia oido una vez que todo el mundo tenia un doble en algun sitio, pero era tan exacta a ella... Tenia que ser eso porque la otra cosa que se imaginaba le puso los pelos de punta. Cuando llego a casa en Queens tiro el bolso sobre el viejo sofa que habia rescatado de un contenedor y corrio hasta el armario donde guardaba su vieja maleta. La saco a toda prisa dejandola caer en el suelo y abrio las correas. Cuando la habian echado del centro donde habia llegado a la mayoria de edad, le dieron unos papeles que ni habia mirado. Saco el viejo sobre amarillo y lo abrio a toda prisa. La mayoria de los papeles eran informes medicos. Frustrada paso las hojas buscando algo sobre su adopcion cuando era apenas una recien nacida, pero alli no aparecia nada. Al ver el certificado de defuncion de los unicos padres que habia tenido sus ojos se llenaron de lagrimas y frustrada dejo caer los papeles. Era imposible. No podian haberlas separado al nacer. ?O si? Se levanto de un salto y agarro su bolso tirando su contenido al suelo. Cogio su movil y busco el numero de su asistente social, pero hacia anos que no hablaba con ella y habia cambiado el movil varias veces desde entonces. Seguramente lo habia perdido. Gimio llevandose las manos a la cabeza y apartando su largo cabello de su rostro. Sus ojos negros no pudieron retener las lagrimas y sollozo intentando encontrar respuestas. ?Donde podia enterarse de si estaba en lo cierto? Se volvio de golpe hacia los papeles y revolvio en la maleta sacando los documentos de su adopcion. Ansiosa los leyo a toda prisa y sus ojos brillaron al ver que mencionaba que habia nacido en el hospital de Brooklyn el cuatro de diciembre de mil novecientos noventa y cinco. En el hospital tenian que saber algo. Entrecerro los ojos incorporandose y dejo caer la hoja al suelo. Camino como si nada hasta el control de enfermeria empujando el carrito de limpieza y sonrio a la enfermera que estaba tras el mostrador. -- Una noche tranquila, ?verdad? --Si, y menos mal. Aunque manana cambiara la cosa. --?Si? ?Y eso por que? --pregunto escurriendo la fregona con la palanca. --Porque es luna llena. Los partos se elevan cuando hay luna llena --dijo divertida. Solto una risita. --?Eso no son cosas de viejas? --Te aseguro que es verdad. ?Eres nueva? --Fruncio el ceno. -- Normalmente a esta hora no limpia nadie. --Es que se han quejado a administracion y me han alargado el turno. --Estos chupatintas siempre tocando los huevos. --Exasperada cogio un expediente. --Me llamo Sara. --Louise. --Sonrio agradablemente ganandose su confianza. --Encantada. Paso la fregona ante el mostrador y sono un pitido. Sara se levanto en el acto y miro unos monitores. --Nos ponemos en marcha. --Levanto un telefono y dijo --?Doctor Madison? La trescientos seis en marcha. --Colgo y le guino un ojo antes de alejarse casi corriendo hacia una de las habitaciones. Gina miro a su alrededor y se apuro para pasar al otro lado del mostrador. Puso su nombre en el buscador, pero no se encontraron resultados. --Joder... --Probo con su fecha de nacimiento y salieron veintitres nacimientos ese dia. Al pinchar en el primero vio que era un nino que habia pesado casi cuatro kilos, pero lo mas interesante es que ponia todos los datos de sus padres, direccion e informes medicos. Escucho pasos corriendo y le dio a la tecla de Escape antes de coger la papelera para salir y vaciarla en el carrito. --Oh, perdona --dijo cuando casi se choca con Sara. --Falsa alarma. A ver si intercepto al medico o me tirara de las orejas por molestarle. Ella dejo la papelera en su sitio y regreso a su carrito empujandolo. --Yo voy a seguir... --Vete a casa. Nadie se dara cuenta --dijo divertida. --Si, ya. Cuando ya estaba al final del pasillo vio como llegaba una mujer en una cama y su marido iba al lado cogiendole la mano. Se le puso un nudo en la garganta por lo felices que se les veia. --Ahora lo llevaran al nido, pero seguro que en nada nos lo traeran para que le veas de nuevo, amor --dijo el tranquilizandola--. Ahora van a acomodarte a ti mientras le asean. --Es guapo, ?verdad? --Es perfecto. Sus ojos se empanaron por la ilusion que les hacia. Estaba segura de que su nacimiento no habia sido igual porque a ella no la habian querido. Dejo el carrito en el cuarto donde lo habia encontrado y despues de quitarse la bata y el panuelo que cubria su cabello paso ante el nido deteniendose para ver a todos aquellos bebes en sus cunitas. Unos familiares llegaron con globos, flores y muchas sonrisas agolpandose ansiosos ante el cristal. --?Es ese? --Todavia no ha debido llegar --dijo un hombre mayor que debia ser el abuelo. En ese momento llego una enfermera empujando una cunita y al verles alli sonrio antes de cogerle en brazos. Era tan pequenito que encogia el corazon y sonrio con tristeza mientras se acercaba. --Oh... --dijeron todos. --?Has visto, Harry? Tiene tu nariz. --Si --dijo el abuelo orgulloso--. Es un Stelman en toda regla. Varios se echaron a reir mientras sacaban fotos y Gina sintiendo una tristeza enorme de repente perdio la sonrisa poco a poco alejandose. Ella nunca habia visto una foto suya de bebe. Ni siquiera de cuando era pequena. Habia sido adoptada en su nacimiento y al ano sus padres murieron en un accidente de coche. Habia visto una foto de ellos porque estaba en un expediente, pero nada mas. La metieron en un orfanato porque al parecer no tenia familia que la acogiera hasta que tuvo cuatro anos. Nunca supo por que a ella no la queria nadie. No habia sido consciente de que no tenia familia hasta que estuvo en una casa de acogida donde habia cuatro ninos mas. Ninos que fueron desapareciendo para llegar otros. Cuando murio de un infarto la mujer que la atendia tenia ocho anos. La trasladaron de casa y asi se paso toda la vida hasta que termino en un horrible orfanato regentado por monjas. Odio estar alli. Era como una prision donde controlaban todo lo que hacia y casi celebro llegar a su mayoria de edad para largarse. Afortunadamente siempre habia estudiado bien y le dieron una beca, pero en una universidad estatal que no tenia ningun prestigio. Su licenciatura en economicas era de risa comparada con la competencia que habia en Manhattan y mas en esos tiempos donde tenian masters carisimos a los que ella jamas podria aspirar. Pero lo que la habia agobiado era la soledad que la habia acompanado toda la vida. Sin vinculos con nadie porque tarde o temprano los apartaban de ella. Y su hermana siempre habia estado ahi. Porque algo en su interior le decia que era su hermana. Lo sentia. Siempre habia estado en la misma ciudad y ella sin saberlo. El nudo que tenia en la garganta amenazaba con ahogarla y le costo respirar apoyandose en la pared al lado del ascensor. --?Se encuentra bien? Se volvio para ver al abuelo del bebe que estaba a su lado. --Si, gracias. --Estas muy palida, nina. --La cogio por el brazo. --?Por que no te sientas un rato? --Estoy bien, de verdad --dijo emocionada porque parecia preocupado, pero ya le habia pasado antes. Esa preocupacion era temporal y enseguida se olvidaban de ella. Se enderezo forzando una sonrisa y solto su brazo con delicadeza--. Gracias. El sonrio. --De nada. Se metio en el ascensor y pulso el boton del bajo. Reteniendo las lagrimas se dijo que era una estupida. Llevaba sola toda la vida y seguramente seguiria asi. Igual todo eso era una tonteria. Antes de llenarse la cabeza de pajaros debia asegurarse de que Cristine era su gemela. --?Te ha vuelto a tocar esta noche? --le pregunto a Sara afable empujando su carrito de limpieza.

  • Eh, soy Les de Andrea Smith

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    Cuando te mandan un verano entero a casa de tu padre, lejos de tus amigos, con su mujer y tus horribles hermanastros, sabes que tu vida no podria ir peor. Leslie Sullivan detesta a los horrigemes, pero eso no quita que uno de ellos le diese su primer beso, y que ahora el otro vaya a ser su profesor particular de matematicas.

  • Una Navidad en Edimburgo de Iris Vermeil

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    Ada Ibanez, es una jovial madrilena que esta a punto de cumplir el sueno de su vida; visitar Edimburgo en Navidad. De forma inesperada se topa con Declan Mackintosh, un atractivo y tradicional escoces de pura cepa al que su compania le endulza los dias. Juntos visitaran cada rincon de la ciudad conociendo la cultura y monumentos que la rodea, los paisajes, sus costumbres y las leyendas mas antiguas. Un dia de excursion al castillo de Edimburgo lo cambia todo y descubre que Declan no es quien parece ser. ?Creera en las palabras del escoces o se alejara de el para siempre? ?Confiara Declan en Ada como para revelarle su secreto mejor guardado?
    Si crees en el destino y en la fuerza de los amores a primera vista, no te puedes perder Una Navidad en Edimburgo. Un relato corto lleno de magia y romanticismo para sonar despierto.

  • El corazon de la banshee de Raquel De La Morena

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    Erin tiene un ano para aislar su corazon de cualquier tipo de amor, de lo contrario morira. ?Superara la prueba de la banshee o sucumbira al amor?