libro te acuerdas de mi
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libro te acuerdas de mi - Martina Minkoff
https://gigalibros.com/te-acuerdas-de-mi.htmlLila regresa a Espana tras estudiar la carrera en una universidad norteamericana. Ha cambiado mucho: ya no es la jovencita timida y acomplejada a la que dejaron plantada en la fiesta de fin de curso del instituto. ?La reconocera Javi, el mismo que le rompio el corazon en la pista de baile, hace mas de diez anos?
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HOLA, ¿TE ACUERDAS DE MI? | MEGAN MAXWELL
https://www.casadellibro.com/libro-hola-te-acuerdas-de-mi/9788408141907/2544216El libro HOLA, ¿TE ACUERDAS DE MI? de MEGAN MAXWELL en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!
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Hola, ¿te acuerdas de mí? (Contemporánea) Tapa blanda
https://www.amazon.es/Hola-%C2%BFte-acuerdas-m%C3%AD-Contempor%C3%A1nea/dp/8408141902Hola, ¿te acuerdas de mí? (Contemporánea) : Maxwell, Megan: Amazon.es: Libros.
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hola te acuerdas de mi megan maxwell: Libros - Amazon.es
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HOLA, ¿TE ACUERDAS DE MÍ? - MAXWELL MEGAN
http://quelibroleo.com/hola-te-acuerdas-de-miNo es de los mejores libros que he leído de Megan Maxwell, pero entretiene. El libro cuenta dos historias; una sucede en el pasado (historia real basada en la ...
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¿Te acuerdas de mí? - Libro de Sophie Kinsella - Lecturalia
https://www.lecturalia.com/libro/34126/te-acuerdas-de-miResumen y sinópsis de ¿Te acuerdas de mí? de Sophie Kinsella ... Un libro que lo único que pretende es entretener y hacer pasar un buen rato con su lectura.
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Hola, ¿Te acuerdas de mí?, Megan Maxwell - Reseñas de ...
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Hola, ¿Te Acuerdas De Mí? - Megan Maxwell -5% en libros
https://www.fnac.es/a1128551/Megan-Maxwell-Hola-Te-Acuerdas-De-MiHola, ¿Te Acuerdas De Mí?, libro o eBook de Megan Maxwell. Editorial: Esencia. Los mejores precios en libros y eBooks.
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Hola, ¿te acuerdas de mí? (Bolsillo) (Tapa blanda) - El Corte ...
https://www.elcorteingles.es/libros/A19167878-hola-te-acuerdas-de-mi-bolsillo-tapa-blanda/Hola, ¿te acuerdas de mí? (Bolsillo) (Tapa blanda)
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Hola, ¿te acuerdas de mí? - Megan Maxwell - Babelio
https://es.babelio.com/livres/Maxwell-Hola-te-acuerdas-de-mi/19090Críticas (14), citas (4) extractos de Hola, ¿te acuerdas de mí? de Megan Maxwell. El libro está compuesto por dos partes. La primera, según nos cuenta M...
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!Tierra Tragame!, Martina Minkoff de Martina Minkoff
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Mujeres que matan de Alberto Barrera Tyszka
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El millonario de Silicon Valley de Joshua A. Aguilar
https://gigalibros.com/el-millonario-de-silicon-valley.htmlComo El millonario de Silicon Valley puede convertirte en una persona mas sabia, rica y feliz.
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Vuelo directo al amor (Unicornios 1) [LGBT] de
https://gigalibros.com/vuelo-directo-al-amor-unicornios-1-lgbt.htmlDice el refran que los polos opuestos se atraen.
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El Reino del Dragon de Oro (Memorias del Aguila y del Jaguar 2) de Isabel Allende
https://gigalibros.com/el-reino-del-dragon-de-oro-memorias-del-aguila-y-del-jaguar-2.htmlNo han transcurrido muchos meses desde que el joven Alexander Cold se internara con su abuela en el corazon del Amazonas en busca de su legendaria Bestia. En esta ocasion, la reportera Kate Cold acompana a su nieto y a la mejor amiga de el, Nadia, junto con los fotografos de International Geographic, en un viaje a otro remoto rincon del mundo. La mision del equipo es adentrarse en un reino prohibido, oculto en los picos helados del Himalaya, y localizar el legendario dragon de oro, una estatua sagrada y oraculo invaluable capaz de presagiar el futuro del reino.En su carrera para llegar a la estatua antes de que sea destruida por la avaricia de un intruso, Alexander y Nadia deben usar el poder ilimitado de sus espiritus animales totemicos: Jaguar y Aguila. Con la ayuda de un sabio monje budista y su joven discipulo real, y de una feroz tribu de guerreros Yeti, Alexander y Nadia luchan intrepidamente para proteger el sagrado reinado del dragon dorado. Una vez mas, Isabel Allende guia a los lectores en un fabuloso viaje colmado de suspenso, magia y asombrosas aventuras en esta fascinante continuacion de La Ciudad de las Bestias.
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La tentacion vive arriba de
https://gigalibros.com/la-tentacion-vive-arriba.htmlLas vacaciones de Marta y Javier, en Mallorca, estaban llegando a su fin, faltaban cuatro dias para regresar a la rutina de Madrid. Esa manana, Javier, recibio una llamada de Ricardo, les invitaba a cenar, para despedir el verano que habian pasado juntos, hasta el del ano siguiente y para comentar algo con el. Javier comento a Marta la llamada de Ricardo, y estaban algo intrigados por que seria lo que tenia que comentar con Javier.
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Legacy (Hijos de Leiah 1) de Rotze Mardini
https://gigalibros.com/legacy-hijos-de-leiah-1.htmlNota: Cada libro de esta serie es independiente y autoconclusiva.
“En el reino de Leiah, hubo tiempos de paz y prosperidad donde las especies sobrenaturales coexistian bajo el mandato de un noble soberano de la sangre mas pura de la raza vampirica, pero un dia la ambicion de una criatura codiciosa hizo que fueran arrojados al mundo de los humanos.” -
La Mujer de mis Cinco Vidas de Isabel M Almagro
https://gigalibros.com/la-mujer-de-mis-cinco-vidas.html?Puede el alma de un hombre estar fragmentada en cinco partes? ?Y una mujer enamorarse de cada una de ellas? Cinco fragmentos de su alma sobreviven en personas diferentes, de las que solo puede quedar una.
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Regeneracion de Pat Barker
https://gigalibros.com/regeneracion.htmlHospital de guerra Craiglockhart, Escocia, 1917, donde el psiquiatra del ejercito William Rivers esta tratando a soldados traumatizados por la guerra. Bajo su cuidado se encuentran los poetas Sigfried Sassoon y Wilfred Owen, asi como el silencioso Billy Prior, que solo es capaz de comunicarse por medio de lapiz y papel. El trabajo de Rivers es hacer que los hombres a su cargo vuelvan a estar lo suficientemente cuerdos como para luchar. Sin embargo, cuanto mas se acerca a reparar las mentes de sus pacientes, mas dificil se vuelve cada decision de enviarlos de nuevo a los horrores del frente… Regeneracion es la exploracion clasica de como los traumas de la guerra brutalizaron a una generacion de hombres jovenes.
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Asociada con… la Muerte de Megan Marsell
https://gigalibros.com/asociada-con-8230-la-muerte.htmlLeah era una chica bajita y delgada, muy pequena aun a sus 20 anos. Tenia el cabello negro con las puntas tenidas de rojo, un corte degrafilado y el cabello un poco por debajo de sus hombros. Vivia con su hermano en la gran ciudad. Nueva York, ya me entienden. Su hermano era un tipo alto, delgado y muy parecido a ella en el rostro. Acababa de ser asesinado por un demonio en su departamento, en frente de Leah… Leah se apartaba el flequillo de los ojos mientras corria por las calles buscandola a ella. Anticipandose a su muerte, su hermano le habia dicho que huyera en su busqueda. Sus pantalones de mezclilla se rasgaron al atorarse en algun escombro de la ciudad en ruinas mientras se escabullia entre el caos que provocaba el apocalipsis. Llego hasta ese pequeno y semioculto local en el que parecia que el desastre no habia llegado. Entro silenciosamente y la llamo. --?Sra. Ollie? Me llamo Leah, vengo de parte de Morton… --Se muy bien quien eres… Una ancianita encorvada y vestida con una tunica bastante extravagante se acerco a ella. Le tomo el rostro entre las manos y la examino. A Leah le recorrio un escalofrio. --No temas. Soy el oraculo de este mundo. Supongo que tu hermano no tuvo tiempo de explicarte… Leah se retorcia las manos en su espalda de nervios. --No… Solo me dijo que usted me ayudaria. La anciana se rio por lo bajo. --No se si sera de ayuda, pero al menos te pondra a salvo. Ayuda al Jinete Palido en su busqueda y recuperaras a Morton… Y a toda la humanidad en realidad. Es bastante simple. Se le acelero el corazon. --?Que Jinete? ?Por que yo? No entiendo nada… La anciana le sonrio amablemente mientras de un estante del oscuro local tomaba un pequeno arbol bonsai y se lo ponia en las manos. --Ya lo entenderas… Buen viaje, hija de Eva. El bonsai resplandecio un instante y despues todo se volvio oscuridad en Leah. * * * * * * * El Jinete Palido, Muerte, avanzaba cauteloso hacia las montanas nevadas que eran el hogar de Padre Cuervo. No habia tiempo que perder si queria salvar a Guerra. Por el camino se iba encontrando abominaciones congeladas que fungian como obstaculos simples. Uno de ellos bloqueaba una cueva. Lo desperto, lo asesino y entro en ella. A veces se encontraban cosas de valor en ellas. Era algo pequena y habia un bulto en el fondo, tirado en el suelo. Se acerco y de una leve patada lo volteo para darse cuenta de que era una… ?humana? Muerte no pudo menos que fruncir el entrecejo. ?Que narices hacia una humana en los dominios de Padre Cuervo? Ella comenzo a moverse y cuando abrio los ojos un gritillo de horror escapo de sus labios mientras corria fuera de la cueva. Se tropezo y se giro para ver a Muerte. El avanzo hacia ella con intencion de interrogarla, pero ella retrocedio al punto de casi caer por el precipicio que se extendia detras de ella. Muerte la tomo de la blusa tirandola hacia delante, contra el muro de roca de la montana. --?Quien eres y que haces aqui? Le espeto de forma amenazadora. --Yo… La pobre Leah no sabia si tiritaba de frio o de temor ante el imponente Jinete. --?Y bien? Muerte no era un hombre paciente. --Me ha enviado el Oraculo de mi mundo. Mi hermano murio, todo es un desastre y ella dijo que debia ayudar al Jinete Palido… Respondio Leah apresuradamente, mientras las palabras se le trababan al intentar salir presurosamente de su boca. Muerte enarco una ceja y la miro como analizandola. Los enormes ojos grises de Leah estaban clavados en los de el, anaranjados y brillantes. --Pues yo soy el Jinete Palido y no necesito tu ayuda, humana. --le dijo comenzando a andar y arrojandole el manto purpura que antes cubria sus hombros encima. --Moriras de frio antes de poder si quiera seguirme el paso. Leah dudo unos instantes. El manto aun estaba caliente. No tenia mas alternativas. Se acomodo como pudo el manto sobre los hombros y comenzo a correr detras de Muerte. II. Miedo a las alturas. --En serio estas decidida, ?eh? Bien, te llevare con Padre Cuervo y eso sera todo. El sabra que hacer contigo. Muerte seguia caminando mientras Leah lo seguia de cerca con la cabeza gacha. No tenia idea de quien era Padre Cuervo, pero sonaba a que seria mejor que estar con un lunatico que tenia finta de pegarle a todo lo que osara si quiera mirarlo de una manera que el considerara inapropiada. Llegaron a un enorme precipicio. Algunas columnas de madera sobresalian del techo y un anciano encorvado y vestido de negro los miraba desde el otro lado mientras murmuraba algo que Leah no alcanzaba a escuchar. De cualquier modo, ?como iban a cruzar aquello? Muerte miraba el entorno analizando sus opciones. Y si… No tenia mas remedio. Suspiro y se coloco dandole la espalda a Leah. --Sube a mi espalda y sujetate fuerte o te caeras. Leah lo miro incredula. --?En serio piensas cruzar esto asi? Es una caida mortal… --dijo asomandose al precipicio. Muerte suspiro algo fastidiado. --Como quieras… --y empezo a andar. --!Esta bien! No tienes que presionar… --dijo Leah subiendose a su espalda y enredando los brazos alrededor de su cuello y las piernas en su cintura. Era como cuando su hermano la cargaba, solo que este tipo era mucho mas grande. Muerte dio un salto y se sostuvo de la primera columna. Leah dio un pequeno gemido de terror clavandole las unas al Jinete en el pecho, aunque el ni se inmuto. Salto a la siguiente columna y el anciano se desvanecio en una parvada de cuervos que se dirigio directo hacia ellos antes de seguir su vuelo. Leah se asusto y hundio la cara en el cabello del Jinete por temor a que la atacaran. Una vez cruzado el barranco, Leah dejo su espalda y siguio andando junto a el. Durante el camino, se cruzaron con varias bestias de hielo. Muerte las despachaba con rapidez mientras Leah solo se mantenia donde no pudiera estorbarle. No mediaron palabra mientras andaban, hasta que llegaron a la sala del trono de Padre Cuervo. --Tu quedate aqui… --le ordeno Muerte en un susurro. --Leah… --solto ella bajito. --?Mmhh? Muerte se giro hacia ella. --Mi nombre… Es Leah… --dijo ella temerosa. --Da lo mismo… --dijo el avanzando. Y, como era una chica testaruda, Leah le siguio de cerca haciendo caso omiso a su orden. --Padre Cuervo… Necesito tu ayuda. --clamo en voz alta el Jinete. --Ah… Jinete… Ya te he ayudado una vez… !Y he estado maldito desde entonces!--dijo agitando algo que parecia un talisman brillante de color verdoso. --!Desearia no haberlo hecho! Muerte no se impresiono. --No he venido a liberarte de tu sufrimiento… Aun no. --?Que es lo que buscas, Jinete? --Revivir a la humanidad. --!JA! Menuda locura… --Pues si es una locura, quien mejor para guiarme que tu. --?Serias capaz de matar a tu hermano por mantener tu preciado equilibrio? --!El es inocente! --grito Muerte molesto. --?Tan seguro estas…? Hay un lugar donde encontraras las respuestas que buscas… Una especie de portal se abrio entre Muerte y el Padre Cuervo. Mostraba un enorme arbol. Leah solo observaba en silencio. --El Arbol de la Vida… --musito Muerte y comenzo a avanzar hacia el. Pero el anciano lo cerro antes de que pusiera un pie dentro--. Abre el portal… --susurro en una voz amenazadora Muerte que le helo la sangre a Leah. --Tu no pasaras mientras yo viva… --dijo Padre Cuervo elevandose del suelo. --Que asi sea… --susurro Muerte. En una nube oscura, aparecio un hombre fornido y armado con un espadon: Guerra. Leah solo se mantenia lejos de donde pudiera recibir un golpe mientras Guerra y Muerte yacian en una encarnizada lucha. Al final, Muerte destruyo la vision y la figura de Padre Cuervo volvio a aparecer. Leah se acerco a Muerte y solto un gritito de sorpresa cuando Muerte le atraveso el torso con la hoz. --Abre… El portal… --le ordeno mientras lo arrojaba al suelo. El pobre anciano solo escupio sangre. --Tus secretos mueren contigo, anciano.--le espeto Muerte. --Los mios si… Pero no los tuyos. El talisman que llevaba se partio en trozos que salieron despedidos y se incrustaron en el pecho de Muerte, quien cayo de rodillas para despues tenderse en el suelo con un gemido de dolor. Leah corrio hasta el y lo tomo de los hombros intentando hacerlo reaccionar. !No podia desmayarse! ?Que haria ella sola? Un enorme agujero negro se abrio debajo de Padre Cuervo y apenas toco a Leah, esta se desmayo sobre el cuerpo de Muerte y ambos fueron absorbidos por la oscuridad. III. Despues de la s
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Reciclando el amor de Krista E. Mollet
https://gigalibros.com/reciclando-el-amor.htmlNo tenia suerte en el amor, al menos eso es lo que creia ella capaz de soportar cualquier cosa con tal de no estar sola… pero algunas veces el pasado puede llamar a la puerta.
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Hugo de Jenny Del
https://gigalibros.com/hugo.htmlMi vida en Torrejon de Ardoz no era muy distinta de la de cualquier otra chica de mi edad. Aunque vivia en aquel rincon del este de la Comunidad de Madrid, naci en Barcelona y alli me habia criado, pero a mi padre, militar, le destinaron de un dia para otro a aquella localidad. Por tanto, tuvimos que levantar el campamento y desplazarnos la familia al completo, es decir, mis padres, mi hermano Andreu y yo. Para mi, que me encontraba en plena adolescencia y era la persona mas feliz del planeta en aquel barrio cercano a Las Ramblas donde tenia todas mis amistades, el traslado supuso un verdadero mazazo. Como es logico, de nada me sirvio el recurso del pataleo y, aunque esa nueva ciudad no fuese santo de mi devocion, con el pasar del tiempo me fui acostumbrando a ella. A mis veintisiete anos, me ganaba la vida trabajando como camarera los fines de semana en un famoso bar de tapas del centro de Torrejon. En el terreno sentimental, tambien estaba "asentada" ya. Llevaba tres anos conviviendo con Alfredo, mi novio desde hacia algo mas de once anos. Nos habiamos conocido en el instituto en que los dos estudiabamos y desde el primer momento surgio una quimica especial entre nosotros. Nunca fui muy buena estudiante que digamos, pese a lo cual termine el Bachillerato e hice la selectividad. No obstante, ya no quise continuar con los estudios, cosa que a mis padres sento como un jarro de agua fria. Para mi madre sobre todo, mas que un jarro de agua fria, la noticia represento una verdadera tragedia. Parece que todavia estoy viendo su cara cuando solte la bomba en casa. --Mara, hija, mia, !no me digas eso! --Lo siento, mama, pero yo no me veo estudiando una carrera. --?Pero por que? Cerebro tienes como cualquiera. --Porque no. Quiero buscarme un trabajo de lo que sea para empezar a ganar dinero ya. --Pero vamos a ver, carino, ?te falta a ti algo en casa? --Que no, mama, que no es eso. Pero que a mi los libros no me van y yo no quiero seguir estudiando, punto. --Pues tu dime a mi de que vas a trabajar con la edad que tienes, sin estudios ni experiencia de nada. ?Que quieres? ?Ponerte a limpiar escaleras? --Pues mira, no se me van a caer los anillos. --!Ay, por favor! !Que pena, con lo que tu vales, hija! Estudia, aunque sea peluqueria, o yo que se, algo, Mara, por el amor de Dios... --Y bueno, si tuviese que trabajar limpiando, ?que pasaria? Eso no tiene nada de malo. --Claro que no, carino, todo trabajo es digno, de eso no cabe duda. Pero dime tu a mi si es lo mismo trabajar tranquilamente sentada en una silla descansando las espaldas como tu prima Adela, que partiendote los lomos con la fregona. --Bueno, ya veremos que hago... --Bendito sea Dios, Mara, piensatelo, hija... A duras penas logro convencerme para que me metiese en la escuela de hosteleria, pero tampoco hizo carrera de mi en ese plano. A los seis meses me aburri y lo deje. Ahora bien, mientras yo daba bandazos, Alfredo continuaba devorando los libros por los dos, de modo que a sus veintiun anos ya tuvo en sus manos el diploma de Enfermeria. Con su brillante expediente academico y su "espabilaera" en todos los aspectos, no le costo mucho conseguir trabajo en un hospital de Madrid. Por mi parte, tuve trabajillos sueltos durante esos anos como cajera y como pinche de cocina en algun que otro restaurante. Eran currillos de los que me iba largando por "h" o por "b", pero cuando Alfredo me propuso alquilar un piso para irnos a vivir juntos, entendi que debia tomarme la vida mas en serio y dejar de comportarme como una ninata. A pesar de que su sueldo nos alcanzaba sobradamente para tirar para adelante, yo queria ganarme el mio para contribuir con los gastos y costearme mis caprichos. Otras faltas tendre, pero jamas he sido una floja. Llevabamos ya un par de anos conviviendo cuando por mediacion de Aurelio, un vecino del bloque de mis padres con el que me llevaba de maravilla, pase de mi ultimo empleo como dependienta en una perfumeria a entrar a trabajar en la barra de la cafeteria de Josue. Con ese tipo de trabajos me sentia mas identificada. Josue no era mala gente. Otra cosa era Rosana, una de mis dos companeras. Ella trabajaba alli a turno completo y parece que no le hizo mucha gracia mi llegada. Siempre sospeche que ella y nuestro jefe, que estaba casado, andaban liados, si bien nunca pude comprobar mis sospechas. La muy capulla no desaprovechaba ocasion para pincharme, y yo, que habia sido la ultima mona en llegar, no queria entrarle al trapo para no tener una gresca gorda con ella que pudiera costarme el empleo, puesto que ya me habia dado cuenta del fervor que le tenia Josue. --Mira, Mara, --me comento Aurelio cuando le conte una de sus constantes faenas --"andando yo caliente, riase la gente", decia la pobre de mi abuela, que en paz descanse. --Ya, pero es que a veces me dan ganas de darle un guantazo y estamparla contra la pared. --Y todo lo que tu quieras. Pero conozco a Josue y te garantizo que no va a consentir ningun numerito entre sus empleados. --Pues por eso me estoy conteniendo, que, si no, ya te diria yo a ti... Aurelio tenia cincuenta anos y la vida no le habia tratado bien. Era un guardia civil mallorquin prejubilado por una lesion en la espalda, estaba divorciado de una alemana de armas tomar y su unica hija, injustamente, no le hablaba desde hacia un siglo. Sin embargo, tenia un caracter tan agradable y tan templado que a mi me encantaba escucharle hablar y que habia hecho que le convirtiera en mi eterno confidente. En cuanto a mi Alfredo, tambien era una buena persona, no lo negare. Nunca me ponia pegas a nada. Si queria salir una noche por ahi a mi aire con mis amigas, pues bien. Que queria cogerme un avion y plantarme en Barcelona para pasarme dos o tres dias entre semana en casa de mi tio Adria, el unico hermano de mi madre y que acababa de enviudar, pues bien tambien. Ese era precisamente el problema; que todo aquello me estaba dando que pensar que no tenia tanto interes por mi como pretendia aparentar. Seguro que muchos diran que soy injusta, que, encima de que me daba total libertad, me quejo. Pero no he terminado. Al principio de nuestra convivencia, ibamos juntos a todas partes; al cine, a pasear o al teatro, cosa que nos encantaba a los dos...En cambio, ultimamente no estaba muy por la labor de los planes en comun. Incluso en la cama le veia inapetente y eso ya me estaba mosqueando mas. --?Te ocurre algo? --le pregunte una noche mientras cenabamos. --?A mi? ?Por? --mi pregunta le pillo fuera de juego, a juzgar por su cara de asombro. --Si, claro, a ti. Que yo sepa, no estoy hablando con el vecino. --Pues no se a que te refieres. Estoy bien. --A ver, Alfredo. De un tiempo a esta parte, te veo un tanto apatico. Casi no salimos juntos a ningun lado... --Mara, carino, no te preocupes. Es solo que estoy cansado, el curro en el hospital se ve muy bonito desde fuera, pero tambien tiene lo suyo. "Yo no puedo entender como en tan poco tiempo has cambiado tanto". Eso le decia la de Pimpinela al otro en la cancion "Como le digo" cuando le interrogaba a causa de lo mismo y el se justificaba tambien con la cuestion laboral.
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Pensadores de la nueva izquierda de Roger Scruton
https://gigalibros.com/pensadores-de-la-nueva-izquierda.htmlScruton inicia este estudio sobre los fundamentos de la Nueva Izquierda en 1985, publicando un libro con este mismo nombre. En el analizaba a Sartre y Foucault, Habermas, Galbraith y Gramsci. Ha revisado el texto, incluyendo a pensadores de influencia creciente como Lacan, Deleuze y Guattari, Said, Badiou y Zizek. La edicion de 1985 fue controvertida y recibio numerosas criticas en los circulos intelectuales europeos, por su estilo provocativo. Mientras tanto -eran los anos de la caida del Muro-, era traducido en numerosos paises de herencia comunista. Scruton trata de explicar “que hay de bueno en los autores que trato, y que hay de malo. Mi esperanza es que el resultado pueda beneficiar a lectores de todas las opciones politicas”.
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De miel y mosto de Lis Haley
https://gigalibros.com/de-miel-y-mosto.htmlEsta es mi historia: la de una mujer que encontro el amor en el lugar y en el momento menos indicados. Despues de todos estos anos, todavia deslizo la mano hasta mis labios y los acaricio con la punta de los dedos, con el conocimiento de que lo encontrare alli. Noto que aun me arde la boca a causa de sus besos, y es entonces cuando los ojos se me inundan de lagrimas.
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Stars. Estrellas fugaces de Anna Todd
https://gigalibros.com/stars-estrellas-fugaces.htmlKarina tiene veinte anos y un trabajo sencillo en un centro de bienestar. Tras comprobar que la mayoria de las relaciones fracasan decide que solo quiere una vida tranquila. Y eso significa seguir una estricta politica de no-citas, que cumple a rajatabla. Hasta el dia que conoce a su nuevo cliente, Kael y sus principios se tambalean. Poco a poco Karina se dejara llevar por el mundo de Kael, todavia sin saber lo que le espera.
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Agua de Limon de Clara Fuertes
https://gigalibros.com/agua-de-limon.htmlMe llamo Clara. Clara, como la mujer anciana de la portada de este libro. Era mi bisabuela. A su lado reposa mi madre. Tenia la misma edad que yo. Tan solo doce anos. Doce anos no son nada, apenas el inicio de una primavera que esta aun por florecer; pero fue precisamente a mis doce anos cuando recibi su herencia, hecha de palabras, de memorias, entre almohadones y susurros. Durante las largas siestas de su ultimo verano, mi abuela Magui me relato su vida, la recupero para mi. Vivencias unicas, la historia de nuestra familia en un momento tragico en el que Espana se moria de tristeza. <
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Cuentos De Bloomsbury de Ana Maria Navales
https://gigalibros.com/cuentos-de-bloomsbury.htmlDesde el 22 Hyde Park Gate, donde nacio Virginia Woolf, paseando por Fitzroy Street y Gordon Square, he recorrido, una y otra vez, en mis ultimos veranos londinenses, el corazon del Bloomsbury, los lugares que conservan la huella literaria y artistica de quienes de este distrito de la ciudad del Tamesis recibieron su nombre. Su latido se extiende hacia la region de Sussex, y puede escucharse en la Little Talland House, de Firle, cercana a la Charleston Farmhouse; en la Asham House, que se divisa a traves de los arboles al pie de Itford Hill; en la Monk's House, de Rodmell; en la Berwick Church, casi enteramente pintada por Vanessa Bell y Duncan Grant; en Tilton... Mas que la curiosidad, la pasion me hizo llegar a otros rincones de Inglaterra, siguiendo la huella de Bloomsbury por granjas, mansiones y castillos, o simples casas a la orilla del mar o al pie de las colinas. De todo ello quedan tres grandes albumes de fotografias, el alma llena de paisajes y sensaciones, y material para algun libro mas que no se si escribire algun dia. Estos cuentos son una libre recreacion de algunos de los personajes que protagonizaron el grupo Bloomsbury. No siempre aparecen con sus nombres porque, a veces, el juego de la ficcion me parecio exigirlo. La utilizacion de la primera persona en algunos de los relatos es tambien, obviamente, un recurso literario. Este libro, bajo la sombra tutelar de Virginia Woolf, pretende ser un homenaje a lo que ellos representaron, un momento de plenitud creadora. EL RETRATO DE LADY WYNDHAM Ahora iba a llamarse Eleanor Wyndham y una nueva caricatura de su persona apareceria proximamente en una novela. Las cuartillas que Mark habia dejado sobre la mesa de su dormitorio la describian superficialmente, pero acentuando su extravagancia. Los sombreros altos como una chistera, los zapatos de punta encorvada y enormes hebillas, sus vestimentas de estilo oriental o griego, tunicas y clamides, vestidos copiados de las madonnas de Rafael, de los cuadros de Velazquez, del vestuario de algun recien estrenado ballet. Mark contaba que una vez la encontro en el vestibulo del Royal Theatre llevando un kaftan y un fez de piel negra, de caracolillo, que mas parecia una peluca rizada para tapar las canas que la hacian mas vieja de lo que era en realidad. Perlas y brocados acentuaban su aspecto de princesa renacentista o de gitana trotamundos, de una belleza rara y discutible, cubierta de joyas como la amante de un rico mercader. Su andar inimitable, igual que si bailara al compas de una musica interior que solo ella podia oir, esa arrogancia heredada de su estirpe, que habia crecido al mismo ritmo que su libertad, hacian mas enhiesta su figura, desgalichada a veces en el abandono de si misma. En el rostro destacaban los pomulos, la nariz judia, la boca con sonrisa levemente desdenosa, los ojos de un verde mar azulado, proyectando la mirada fria que era una inicial barrera entre los otros y el profundo calor de su cuerpo que emanaba de las pasiones ocultas. Mark no era al principio excesivamente acido con su personaje. Habia elegido para Eleanor Wyndham unos origenes que no se apartaban demasiado de los de su modelo, una lady que comia nueces servidas en bandejas de plata y semillas de alcaravea para combatir sus intensos dolores de cabeza. Una lady cuya infancia dorada habia quedado sumergida en los tuneles del viejo palacio donde crecio esperando su hora de libertad. De nina, para luchar contra el aburrimiento, habia cabalgado por Sherwood Forest en su poney blanco como un velo de novia, como un prado cubierto de nieve intacta. Ahora, se entretenia cuidando los crisantemos amarillos que crecian alrededor de su casa en Londres o los grandes jardines del manor, la mansion que el lord consorte habia adquirido para ella y sus juegos de gran senora en Oxfordshire. Mark era un buen escritor. Antes de descubrir aquellas cuartillas, de sentirse explotada, observada y analizada, absorbida hasta dejarla sin medula para transplantarla a aquella Eleanor Wyndham, que nombre tan absurdo, antes de aquella manana en que habia ido a buscarle a su dormitorio para charlar intimamente, o sea hacia unos minutos, ella habia alabado sus novelas frente a otros huespedes de su palacio, y no solo por ser amable, porque el hubiese elogiado sus bordados la tarde anterior, sino por sincera admiracion. En el folio numero tres, un habil uso del lenguaje convertia la ironia en burla despiadada. No sabria decir en que palabras precisamente se apoyaba el escarnio, pero ella sentia humillacion y rabia cuando aquella lady inexistente, esa tal Eleanor Wyndham, se convertia en una fanatica religiosa que explicaba la Biblia a los granjeros, ensenaba a leer y escribir a los gitanos que merodeaban por su hacienda o vivia pobremente solo por darse el placer de arrojar monedas al aire, como si fuesen caramelos, cuando los ninos la seguian por las calles del pueblo, solo por ver su capa negra de vampiro, sus botas rojas de cosaco, su sombrero de larga pluma, su uniforme de mosquetero que ha olvidado en la muralla de palacio el arma de fuego. El abierto deseo de ridiculizarla se mezclaba con unas gotas de ternura, de cierta poesia que, a veces, se esconde en un relato como los insectos con sus alas plegadas se ocultan entre los petalos de algunas flores. No se les ve, se les presiente, y uno apenas se atreve a olfatear aquel tulipan cerrado, aquella rosa a medio abrir de la que puede saltar un ser minusculo dispuesto a clavar su aguijon. Asi era la prosa de Mark, belleza y dolor dificilmente separables. Habia algun pasaje inocente, como el del asombro de la lady ante el zepelin. La dama no sabia si era privilegio o reconocido valor lo que unia a esos hombres que se elevaban hasta tocar el cielo con la mano, dentro de aquel enorme balon de rugby. Despues, Mark se ensanaba con una lady absurda y dominante, de escaso talento, incapaz de comprender a Tucidides, preocupada por transmitir, confundiendolo con su extravagancia, un cierto magnetismo personal, puro oropel. Mark la acusaba de rodearse de seres brillantes, de artistas de ingenio, para iluminar su vida que se arrastraba por las sombras. Una senora de alcurnia que coleccionaba cuadros y amantes, y se encerraba en su cuarto para leer a Balzac hasta el amanecer. La lady compraba los cuadros atendiendo mas a su precio y tamano que a la calidad del artista. Diez o quince libras de entonces, de los tiempos del zepelin, era su tope. En realidad se trataba de ayudar al pintor, de solucionarle un pago de facturas pendientes, la adquisicion de materiales de trabajo, comida quiza para un mes. Un modo de conjugar su generosidad con el orgullo del artista. Ademas, solia enviarle, junto al cheque, entradas para el teatro, el ballet o un concierto de balalaika, para que el elegido tuviese muy claros los limites entre lo que es un regalo, un detalle de distincion, algo superfluo, sin sentido practico, y la compra de ese cuadro que se admira y desea para contemplarlo en los muros de la propia casa. Si no era asi, queria hacerselo creer. Para eliminar todo resquicio de duda, para dejar bien enterrada su generosidad, la lady cerraba la transaccion con una frase solemne: <
>. No eran palabras suyas, pertenecian a uno de los libros que siempre leia de noche, cuando su lecho estaba vacio y, desde afuera, la lluvia y el viento traian canciones de otono y de hojas caidas. Aquella lady era una sentimental. De nina habia tenido, en un rincon de la abadia del palacio, lo que ella llamaba la habitacion de sus tesoros. Cuando los adultos salian de caceria --!ay!, los tristes venados que entraban en la cocina, quietos, rigidos, mirando fijamente con sus ojos tan cristalinos-- o jugaban a las cartas alrededor de la chimenea, o se sentaban en tapizadas sillas francesas a oir los gorgoritos de una dama que apoyaba un brazo junto al jarron del piano, mientras el otro hacia aletear su panuelo de encaje; cuando los hombres paseaban su aburrimiento entre el frufru de las enaguas almidonadas de las senoras, la lady, pequenita y llena de lazos, se encerraba en su habitacion de los tesoros. Alli, en una caja china, guardaba trocitos de seda y terciopelo, de un color amarillo palido, granate, o de ese plateado opaco que lucian las palomas en los alfeizares de las ventanas. Tenia tambien tarritos de crema vacios, con dibujos de abanicos en la tapa, y platos de porcelana donde guardaba los petalos secos de las rosas, los claveles y los lirios del valle que alguna vez habian adornado sus vestidos. Alli era como una princesa triste, que tendra la princesa, que se entretenia en inventar una caligrafia, ahogada de espirales y palos ganchudos, con la que llenaba su diario en el que escribia su vida con afiladas plumas arrancadas a los pavos reales que merodeaban entre las estatuas del jardin. Era una caligrafia hermosa e indescifrable. Ahora lady Wyndham tenia otros secretos y se dedicaba a otros juegos. A su habitacion de los tesoros le habia sucedido su gabinete privado, adonde Mark habria tenido que ir la tarde anterior a someterse a uno de esos interrogatorios ridiculos y embarazosos con los que lady Wyndham cercaba a sus invitados, sobre todo a aquellos en los que detectaba un poder imaginativo superior, un intenso amor a la vida o una inteligencia especial. Pero tambien, unos ojos en los que ella creia adivinar extranos misterios, o una sonrisa cautivadora, podrian imponerse a otras mas profundas apreciaciones. Los que iban a ser llamados habian aceptado previamente el regalo de sus flores, tulipanes rojos, a veces un opalo, una alfombra tejida por sus manos, o libros de Gibbon y Ruskin en los que la mayoria de sus huespedes leian el mensaje no escrito de que su dignidad iba a ser sometida a prueba, quien sabe si tambien sus dotes de amante. Mark no habia acudido a la cita y esa era la razon por la que lady Equis, atado el pelo con un foulard de colores como una zingara, irrumpio aquella manana en su dormitorio y descorrio con furia, para dejar entrar la luz, las rojas cortinas que contrastaban con el gris brillante de las paredes. El balcon se abria al jardin que terminaba en los linderos del bosque, el dia era templado y el sol apenas acariciaba aun las estatuas que rodeaban el lago. El dormitorio estaba vacio. Fue entonces cuando ella advirtio las cuartillas que Mark habia dejado sobre el escritorio, sin duda deliberadamente, aquel retrato de Eleanor Wyndham, que era como una larga carta dirigida a ella, que era tambien su propio retrato. Cuando lady Wyndham salia de viaje llevaba siempre amplias capas repletas de grandes bolsillos interiores en cada uno de los cuales reposaba un libro de su ajetreo previo, de ese ir y venir de las hojas hacia delante y hacia atras buscando la frase feliz, el dialogo chispeante, la escena audaz, para darle o no su beneplacito, el favor de su compania, de su interes siempre impaciente del final. Lady Wyndham leia primero a saltos y luego despaciosamente, si el libro habia sabido enamorarla. Asi habia iniciado tambien lady Equis la lectura de las paginas de Mark y ahora estaba, sus perros pequineses buscandola por la casa la habian hallado en el dormitorio gris, acariciando en su regazo a uno de aquellos animales y sujetando la ira mientras leia una caricatura de si misma, la de una diosa serpiente, y era como mirarse al espejo y ver a una imbecil que sin mayores luces pugnaba por entrar con su lampara apagada en las galerias ocultas de los hombres hermosos para despertar sus suenos. Lord Equis no quedaba mejor parado en ese relato sobre lady Wyndham. Aparecia como un marido paciente, algunas veces sospechoso, que borraba sus dudas sobre la fidelidad de su lady caprichosa dedicandose a la politica, jugando al bridge y coleccionando porcelana china de color azulblanco. Mas de una vez, Mark habia esperado en el jardin, junto a otros huespedes, el retorno de uno de aquellos elegidos por lady Wyndham para un intimo coloquio en su gabinete. En el gesto de los heroes de la aventura habia advertido un cierto malestar, indiferencia en algun caso, pero todos coincidian despues en afirmar que el unico lenguaje empleado, en ese primer encuentro con la sacerdotisa del amor, habia sido la palabra. Ella, mirando directamente a los ojos del interpelado, solia interesarse primero por su obra artistica. Sus preguntas eran convencionales, si escribia mucha poesia en aquel retiro campestre que le habia ofrecido, si su pintura progresaba, que tecnicas utilizaba, cuales eran los colores predominantes en sus cuadros. Despues hablaba un poco de ella misma, de los poneys de Shetland que adoraba de nina, de los carruajes, de las calesas antiguas que habia en su casa solariega, de sus viajes a Marienbad, un balneario que le atrajo por la fascinacion del nombre mas que por la fe de que con sus aguas o la tranquilidad del recinto podian mejorar sus dolores de cabeza. No ponia demasiado el acento en la salud, ese era un tema que siempre aburre a los que estan sanos, pero aludia al radio que tomaba en la leche o el te, y al borgona, como dos recursos para aliviar el dolor que le parecian, si no infalibles, de una refinada originalidad. Lady Equis, lady Wyndham, se movia en un mundo de sensaciones y estaba habituada a preparar el camino para que la pasion pudiera entrar en su casa de un modo natural, agradable, sin esfuerzo ni violencia. Con gesto elegante servia a su huesped una copa de sidra, no habia que desperdiciar el champan frances sin estar segura de que la nave llegaria a buen puerto, y fingia acompanar al invitado en aquel rito apenas burbujeante acercando sus labios al fino cristal de la copa. En seguida la abandonaba junto al Kempis que aparecia abierto en la mesa, como al descuido, como consuelo preparado de antemano por si el elegido, siempre artista o intelectual, no comprendia que ella, en el fondo, no buscaba la vulgaridad del sexo sino compartir la experiencia creativa, la inteligencia, de aquel genio que ya se habia bebido la copa de un solo trago. La lady queria comprobar, y aun no lo habia conseguido, si es posible inventar el amor sin agotarse en el intento. Envuelta en terciopelo y entre cojines de seda, lady Equis hablaba de Italia, o de cualquier otro pais luminoso y lejano, donde el sol sale mas pronto en el horizonte y permanece mas tiempo colgado del cielo, y ofreciendo un cigarrillo de una caja pintada con el ave fenix en todos sus costados, decia, alzando las negras sombras de sus ojos, que la pasion tenia lugares de privilegio en el mundo. El juego era muy similar con unos y con otros. Lady Wyndham, que guardaba sus cartas de amor con cintas de raso, que alguna vez se habia enrabiado al saber que sus amantes escribian despues a otras mujeres las mismas frases que solo ella habria debido inspirar, repetia la misma escena con todo aquel que era llamado a su gabinete. Para ella el galanteo tenia sus reglas; otra cosa era el amor. La sonrisa de lady Wyndham llenaba los silencios del hombre, sometido a un embarazoso tete a tete con la gran senora que no soportaba que le hablasen de la lluvia, de los desastres del jardinero, de los libros de cuentas o del menu que la cocinera debia preparar para la cena. Lady Wyndham queria hablar de poesia, de pintura, de la filosofia de Spinoza; lo fascinante era ese interes en la vida de los otros, en sus pasiones, en sus enamoramientos, en todo aquello del mas alto nivel espiritual que impulsaba el genio creador al que ella no tenia acceso. Entre ella y el mundo habia echado un telon de seguridad formado por cientos de plumas de pavos reales, el sol iluminando la magia de aquellos colores y el amor extendiendo su maquillaje brillante en el rostro de la vida. Lady Wyndham era una fanatica religiosa, una romantica excentrica, una mujer generosa y sincera, que no era comprendida en el deseo de lo trascendental y provocaba la burla de sus protegidos, los que acaso envidiaban su alcurnia, su posicion, cuanto les hubiera permitido a ellos, con su talento, gozar plenamente de la existencia. Alli estaba Mark, en el cesped, tendido en una tumbona, escuchando a un amigo, escritor de escandalo y de ingenio, que desearia hacer el amor con lady Equis, con toda su fuerza, removiendo hasta el fondo su instinto animal, porque siempre le habia obsesionado una relacion de ese tipo entre un hombre de origen vulgar, salido del corazon del pueblo, y una mujer de rango. Aunque en el dormitorio sonase una musica de pianola. Lady Wyndham ojeaba la presa en sus tertulias y saraos at home, pero, respetuosa con su hogar, o precavida, se mantenia firme ante cualquier asalto impetuoso del amante. Alli, no. Nada que pudiera atentar contra la dignidad del lord. Se podia flirtear, tener privados coloquios, insinuantes atenciones, algo que era habitual en la alta sociedad, toda la ceremonia iniciatica del cortejo que, inevitablemente, conduciria al lecho del amor; pero el escenario de las grandes pasiones debia estar fuera, lo mas lejos posible. La atmosfera de su casa no podia ser contaminada con el gas letal de la infidelidad. Asi, los encuentros de lady Wyndham con sus amantes se producian a la luz del dia y en los lugares mas concurridos para no atraer la atencion: un anden del metro, la sala de espera de una estacion de ferrocarril, Whitehead's House, o el kiosko de refrescos de algun parque de la ciudad. Ella, con los ojos pintados de un blanco grisaceo, los labios rojos, embutida en una de sus tunicas o cubierta con una llamativa capa bordada, iba radiante de maquillaje a la cita con la vida. Eleanor Wyndham era una sacerdotisa dispuesta a oficiar, al aire libre o en el primer altar improvisado, una ceremonia de amor, un exorcismo, para que la pasion saliese de las tinieblas, de aquel pozo en que estaba hundida gritando voces de auxilio, sin que nadie mas que ella se acercase a salvarla. Despues, entre burlas, mas de uno decia que lady Wyndham era una tea apagada, una hoguera de la que solo quedan cenizas. Otros, los que quiza de verdad la habian amado, no pensaban lo mismo de aquel fuego que les habia destruido, dejandolos en la nada, en la oscuridad de si mismos. Lady Equis siguio aun leyendo las cuartillas de Mark, que cada vez se iba ensanando mas con su personaje, pero no llego al final. Encendio un cigarrillo y, presintiendo su llegada, levanto el visillo de organza para mirar al jardin que el estaba cruzando para entrar en la casa. Dejo sobre el escritorio aquella caricatura de si misma, aquella ignominia, y ahueco los cojines de seda del sofa antes de adoptar una pose elegante, escondiendo sus manos, tan largas y huesudas, tan agigantadamente feas, entre los pliegues de su vestido. Cuando Mark entro, con su traje de caza, brillandole los ojos, el pelo tan negro y la boca tan sensual, carnosa y humeda, ni siquiera le dejo hablar. Con su tono mas dulce, con ademanes de exquisita educacion, lamento que el tuviera que marcharse, sabia que lo comprenderia, el lord estaba a punto de llegar con el primer ministro y la casa estaba tan llena; ese era, sin duda, el mejor dormitorio, habia que alojar alli al nuevo invitado. Dijo todo aquello como quien recita la letra de una cancion poetica y tierna. Mark, entre tanto, iba recogiendo sus libros. Lady Equis se retiro a su gabinete privado y se sumergio en la lectura del Kempis. Al ano siguiente, cuando se publico la novela de Mark y empezo a leerla avidamente, comprobo con sorpresa que el retrato de lady Wyndham habia sido sustituido por una carta de amor. -
Menudas historias de la Historia de Nieves Concostrina
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La bahia de los suspiros (Los Guardianes 2) de Nora Roberts
https://gigalibros.com/la-bahia-de-los-suspiros-los-guardianes-2.htmlSegundo libro de la <
>. -
Las Juventudes Hitlerianas de Michael H. Kater
https://gigalibros.com/las-juventudes-hitlerianas.htmlEric Hobsbawn
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El libro negro de Dross
https://gigalibros.com/el-libro-negro.html“La vida puede ser una verdadera mierda para algunas, que no la mayoria de las personas. Sin embargo, por lo menos un par de veces, a lo largo y ancho de esa vida, esta elige un dia para demostrarnos que tanto asco puede dar. Esto les pasa a todos y cada uno de los seres humanos que habitan en este mundo, caprichosos o no, malos o buenos, simples o excentricos: todos tienen una probada de que tan mal pueden salir las cosas durante veinticuatro horas.
Y para mi, ese dia parece que va a ser hoy.”
En los cuatro cuentos reunidos en este libro escabroso, David Angel Revilla, alias Dross, nos revela detalles perturbadores de la deep web y que la vida jamas es lo que parece y que la existencia humana no es mas que un recorte fugaz y lastimoso del universo. -
Nieves y bestia de Gema Perez
https://gigalibros.com/nieves-y-bestia.htmlErik era un gran y temible lobo feroz.
Pero tambien era el principe del reino.
Cambiaformas y heredero del trono.
Licantropo y futuro rey. -
Cuando los tontos mandan de Javier Marias
https://gigalibros.com/cuando-los-tontos-mandan.htmlEste volumen reune los noventa y cinco articulos publicados por Javier Marias en el suplemento dominical El Pais Semanal entre el 8 de febrero de 2015 y el 29 de enero de 2017.
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Un corazon roto se viste de amarillo de Jose Manuel Perez Varela
https://gigalibros.com/un-corazon-roto-se-viste-de-amarillo.htmlEsta pequena parte del libro sirve para sintetizar en pocas lineas la obra que tienes entre manos. Sin embargo, me he devanado los sesos y no he conseguido resumirla y mucho menos he sabido definirla. Podria decirte que es una novela historica, aunque la historia no es lo que se ha vivido, sino lo que se recuerda, como se recuerda, como se cuenta y quien lo cuenta; y todo esto es muy dificil de llevar a cabo sin apasionamientos. Tambien podria decir que dentro hay una historia de amor, pero no es esta una novela romantica, ni mucho menos.
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Chicas De Tormentas Y De Sombra de Natasha Ngan
https://gigalibros.com/chicas-de-tormentas-y-de-sombra.htmlEn lo profundo del corazon oscuro del palacio real, el rey se ocultaba. Habia estado alli durante semanas, negandose a recibir a todos los visitantes excepto a los hechiceros que trataban sus heridas y sus dos confidentes mas cercanos, que cuidaban de los danos de su cuerpo y su ego. Por supuesto, nunca admitiria que eso era lo que hacia. Y si alguien se atreviera siquiera a sugerir que estaba pasando por un momento dificil, los ejecutaria de inmediato. Nada de eso era doloroso. Nada era demasiado para manejar para el gran Rey Demonio de Ikhara. Sin embargo, al igual que la mayoria de las mentiras que las personas se dicen a si mismas, se derrumbo entre la sombra y la quietud de la noche. El rey, por mucho que expresara lo contrario, estaba perturbado. Sus heridas habian penetrado mas profundo que su carne y hueso. Habian atravesado, maliciosamente, cada vena, celula y poro, hasta que sintio el eco del miedo en cada latido de su corazon. Y ese miedo tomo forma. Y nombre. Lei-zhi. Se negaba a pronunciarlo en voz alta, pero su cuerpo lo traiciono. Susurraba su nombre al ritmo de su pulso. Le mostraba el rostro de la chica cuando el dormia: piel de porcelana con salpicaduras de sangre; labios levantados; ojos salvajes, aquellos brillantes ojos dorados llenos de tanta furia atravesaban su alma, los lugares exactos en su interior que el creia que habia arrancado de raiz hacia tiempo. Cuando fue demasiado, cuando el rostro y el nombre de la chica se burlaba de el hasta que no podia respirar y los muros de su cuarto se cerraban sobre el, el rey llamaba a una chica. Ninguna de esas chicas, claro. Aun tenian que ocuparse adecuadamente de esas chicas. Aunque lo haria. Sino que llamaba a otra chica. Tal vez una bonita de la casta de acero con aspecto de lince de las Casas de Noche, o una joven esclava de papel recien traida de un asedio. No le importaba. Le entregarian una chica y el la destrozaria, solo para demostrar que podia hacerlo. Para sentir de nuevo que era todopoderoso. Una chica humana no lo venceria: incluso el ardor y el dolor constante de sus heridas le recordaban lo cerca que habia estado la chica de lograrlo. Cada dia, los hechiceros reales iban a curar las heridas en la garganta y el rostro del rey. Naja habia hecho un buen trabajo. Los hechiceros habian llegado justo a tiempo despues del ataque de la chica para salvar la mayor parte de sus cuerdas vocales, aunque le dolia hablar y su voz era mas ronca que antes: un grunido aspero y gutural. Sin embargo, su ojo derecho fue imposible de salvar. La cuenca estaba arruinada, tenia varios nervios danados y carne pulposa, estaba demasiado danada para permitir siquiera la colocacion de un ojo de cristal. En las semanas que habian pasado desde el ataque, la herida del ojo se habia vuelto un poco menos aterradora gracias a la magia de los hechiceros. Si bien pasarian muchos meses mas hasta que el resto de su rostro volviera a la normalidad, ni siquiera los hechiceros podian traer a la vida a los muertos, y su ojo derecho perdido seria un recordatorio eterno de aquella noche. El rey recordo las palabras de uno de sus generales, tambien con forma de toro, que una vez habia ido a verlo para pedirle usar la magia de los hechiceros reales para quitar un corte horrible que atravesaba la mitad de su rostro. <
>, le habia dicho al soldado. < >. Lleva tus cicatrices con orgullo. Que gran tonteria. El siempre lo habia sabido, claro, pero una parte de el habia creido en aquel sentimiento alguna vez. Ya no. El rey ahora sabia exactamente que eran las cicatrices: recordatorios de tus propios fracasos. Al igual que de aquellos que las habian infligido. La chica aun estaba alli afuera. Pero el rey tenia fe. Naja aun no le habia fallado. Ella la encontraria, como habia prometido, junto a la hija del traidor Ketai Hanno, y las llevaria a ambas al palacio ante el. Porque el rey tambien habia aprendido otra cosa sobre las cicatrices: eran una caldera ardiente de odio. Y si una furia como esa podia darle a una debil chica humana el poder de atacarlo a el... bueno. Ya verian lo que podria hacerle a un Rey Demonio con un hambre voraz de venganza. 1 Desde la noche en que escapamos del palacio, lo que al principio era una suave llovizna de copos se ha convertido en una tormenta de nieve. En menos de veinticuatro horas la primera capa se asienta. En solo un dia se convierte en una manta gruesa y blanca resplandeciente. En un dia mas la nieve lo ha cubierto todo, una alfombra de polvo amortiguado que arde en los ojos a la luz del dia y proyecta formas extranas de noche entre las sombras. Despues de dos semanas, es como si hubieramos vivido en ese mundo congelado desde siempre. Camino con dificultad a traves de los monticulos profundos mas alla del templo, mis botas rompen la nieve con crujidos pesados. El frio ha entumecido todo mi cuerpo. Flexiono la punta rigida de mis dedos bajo los guantes. Las gotas de hielo se derriten y ruedan sobre mis botas de cuero prestadas sin importar cuanto las apriete. Pero al menos mis manos y mis pies tienen alguna clase de proteccion contra el clima. Mi rostro lucha directamente contra los elementos... es una guerra y la esta perdiendo. El viento arde sobre mis mejillas descubiertas mientras miro entre los copos de nieve danzarines, intentando ver donde han ido los demonios leopardo. Ya llevamos rastreando las montanas casi una hora. Las empinadas colinas boscosas estan tapadas de nieve, cada arbol sin hojas esta cubierto de hielo. La tarde es espeluznantemente silenciosa: solo se oyen los cristales de nieve, las pisadas de las botas y mi propia respiracion acelerada. --?Como va todo ahi atras, princesita? Suspiro. Ni por asomo es tan silencioso. --Mi nombre --grito a modo de respuesta--, como te he dicho millones de veces, Bo, es Lei. En cuanto las palabras salen de mi boca, el viento me las arrebata. Los copos de nieve bailan sobre mi nariz y depositan besos frios y humedos en mis mejillas expuestas. --?Princesa? Escucho de nuevo la voz de Bo, esta vez con mayor claridad. Los hermanos deben de estar a pocos metros de distancia delante de mi. Mi respiracion dibuja nubes a mi alrededor mientras apresuro el paso para alcanzarlos. Sus siluetas altas se materializan a traves del viento lleno de nieve, con extremidades largas y desgarbadas como los troncos de los arboles que los rodean y practicamente de apariencia humana. Cuando me acerco mas, sus detalles demoniacos aparecen: orejas puntiagudas de leopardo, patas atleticas, colas largas que se mueven de lado a lado, cubiertas de la misma piel beige con manchas negras que recubre el resto de sus cuerpos. Unos ojos verdes resplandecen debajo de los parpados con borde negro. Sus rostros redondos son tan similares que es dificil diferenciarlos a primera vista. Uno de los dos pares de ojos es suave y amable. Nitta. El otro par, los ojos de Bo, baila entretenido. Nitta corre hacia mi con un grito de alivio y aparta los mechones humedos de cabello negro de mi sien. --!Gracias a Samsi! Por un momento, temiamos haberte perdido. Lo siento, Lei, avanzamos demasiado rapido. Intentamos ir mas lento, pero... --Si fueramos mas lento, estariamos viajando en el tiempo hacia el pasado --protesta Bo --. Papeles --anade con un cloqueo impaciente, rascandose el lateral del menton mientras me mira por encima de su nariz chata y felina. Nitta frunce el ceno y lo mira. --Bo. --?Que? Solo digo que cualquiera que no haya nacido con proteccion contra el clima se pierde la diversion. --Tal vez deberiamos regresar. --Los copos de nieve cubren la piel manchada de Nitta y ella desliza una mano sobre su sien sin pensar; parece preocupada--. Aun no hemos encontrado nada y Lei parece a punto de morir congelada. Merrin tenia razon. Esto ha sido una mala idea. Bo coloca una mano sobre su cadera huesuda. --?Ahora vas a confiar en Plumas? Vamos, hermana, ?que sabe ese cerebro de pajaro? --Tu desafiarias las ordenes de Merrin solo para molestarlo --replica Nitta. --?Por que otro motivo crees que accedi a permitir que Lei nos acompanara en nuestro viajecito de caza? --El chico leopardo sonrie--. Sin ofender, pequenita --me dice--, pero no has venido aqui precisamente por tu habilidad innata para el rastreo. --Como si tu habilidad para el rastreo nos sirviera de algo --respondo--. ?Acaso has encontrado algo aun? ?Mmm? Mientras Bo inclina la cabeza a un lado, entretenido, yo estiro la espalda, enderezando los hombros. Aun a pesar de que tengo la mitad de la altura de los hermanos leopardo, de todos modos mi postura me hace sentir mas fuerte. --Os pedi que me permitierais venir hoy porque estoy harta de esconderme en ese templo. Ya han pasado mas de dos semanas. Si tengo que pasar un dia mas escuchando los cantos eternos de Hiro y al resto de vosotros entrenando o debatiendo tacticas de guerra mientras me prohiben hacer cualquier cosa, mi cerebro estallara. --Me coloco bien la bufanda y aprieto mis punos enguantados--. Ahora, ?podemos por favor atrapar algo bueno para comer? Estoy cansada del taro asado en todas las comidas. Nitta vacila, pero Bo alza las manos en el aire. --?Sabes que? La princesa tiene razon. Si tengo que comer un trozo mas de taro, me convertire en un taro. --Con un bufido teatral, se desploma de espaldas. Los copos de nieve llueven sobre el--. Mirad --grune con horror fingido, parpadeando mientras nos mira desde el agujero con forma de Bo en la nieve--. Ya ha empezado a pasar. Soy uno con el taro. Y es... insoportaroble. --Se pone de pie de un salto, con su abrigo cubierto de hielo, y dibuja una sonrisa amplia de dientes filosos--. ?Lo pillais? ?Insoportaroble? --Ay, hermanito --suspira Nitta--. Tus chistes son tan espantarosos. Los tres nos reimos, el sonido quiebra la quietud espeluznante del bosque cubierto de nieve, hasta que un crujido fuerte a nuestra izquierda nos interrumpe. Nos giramos con rapidez, mi corazon se aloja en la garganta, solo para ver un monticulo de nieve, que habia estado haciendo equilibrio sobre las ramas torcidas de un arbol, caer al suelo con un gran ruido. Nitta y Bo enderezan la espalda de las posturas defensivas que habian adoptado por instinto. Bo resopla y deja el cuchillo en su cinturon. --?Te asusta la nieve, hermana mayor? ?Temes que moje y arruine tu bonito cabello? Nitta mueve los ojos en direccion a su hermano. --No creas que no he visto tu reaccion. --Pero hay cierta cautela cuando se gira y alza la nariz para olfatear el aire. Mueve las orejas, escuchando. Luego, avanza--. Vamos --dice --. Sin duda hay algo ahi afuera. Y, Lei, esta vez quedate cerca. Continuamos caminando por el remolino blanco. Es lo unico que puedo hacer para seguirles el ritmo a los hermanos, sus cuerpos agiles de la casta de la Luna avanzan con facilidad entre las columnas de arboles congelados. Mientras Nitta y Bo apartan las capas de nieve con destreza con cada movimiento elegante de sus atleticas patas de leopardo, yo me arrastro con torpeza a traves de los monticulos gruesos. El colchon de nieve me llega hasta las rodillas. Las raices ocultas de los arboles se enredan con mis botas. Cada rafaga de aire frigido me corta la garganta, pero a pesar del frio, aparecen gotas de sudor dentro de mi abrigo y debajo de la bufanda de piel que rodea mi cuello y mi barbilla. Los demonios no reducen el paso. Nos detenemos solo para beber un poco de agua de la cantimplora que Nitta lleva atada a la cintura o para buscar rastros del animal que ella y Bo rastrean; los hermanos juntan las cabezas para debatir las huellas de su presa en voz baja. Despues de una hora de rastreo sin distracciones, Bo rompe el silencio. --Nos estamos acercando --anuncia, semioculto por la nevisca blanca que hay donde esta caminando a pocos pasos delante de nosotras. Nitta levanta mas la nariz. --Tienes razon. Yo tambien capto algo. Intenso, a almizcle... ?Que crees que es? --?Tu delicioso aroma natural? --sugiere su hermano. Nitta pone los ojos en blanco. --?Ves eso? --pregunta ella, senalando un arbol cercano. Bo y yo nos acercamos mas. Hay dos muescas profundas grabadas en la corteza, debajo de la altura de mi cabeza. Parecen recientes: solo las cubre una capa delgada de nieve. Bo desliza los dedos sobre las marcas. --Puede ser una cabra de montana grande. --Espera --digo, mientras retrocedo para inspeccionar las ramas bajas y retorcidas del arbol--. Es un arbol de mango. Un arbol de mango --repito, sorprendida--. ?Suele nevar aqui? No podemos estar tan alto en las montanas si hay higueras y arboles frutales. Ninguno de los dos comparte mi sorpresa. --La Enfermedad ha causado toda clase de cambios climaticos extranos --dice Nitta encogiendose de hombros; luego se gira hacia su hermano, frunciendo el ceno--. Seria una cabra demasiado grande. Creo que es mas bien algo similar a un buey. --Puaj, espero que no. La carne de buey es asquerosa. --?Quieres cenar taro otra vez? --Es mejor que culo de buey. Nitta mira hacia adelante en medio de las rafagas brillantes, sus orejas redondeadas se sacuden. Al igual que su hermano, tiene las orejas cubiertas de joyas y aros en una variedad de plata descolorida y oro y la luz invernal resplandece en ellos cuando la chica mira de izquierda a derecha. --Por aqui --dice ella, ya en movimiento. Bo me guina un ojo. --?Lista para cumplir con tu rol en la caceria, princesa? --?Que rol es ese? --La carnada --responde con una sonrisa burlona. Lo fulmino con la mirada mientras se aleja. Tardo unos instantes en pensar una respuesta. Avanzo furiosa por la nieve, lista para decirsela... cuando un movimiento captura mi atencion. Me paralizo. Mi corazon late con fuerza en el silencio del bosque cubierto de hielo. El bosque quieto y vacio. Bajo mi bufanda, mi piel se eriza. --?Estais... estais seguros de que solo hay un animal cerca? --pregunto. Nitta y Bo se giran y me silencian con la misma mirada fulminante de ojos verdes. --Tenemos que estar callados... --comienza a decir Nitta. Oimos el crujir de la nieve mas adelante. Ella se gira con rapidez e inclina el cuerpo para adoptar una postura defensiva. Bo senala hacia las rafagas de nieve. Con agilidad, toma su cuchillo mientras Nitta prepara el arco que carga sobre el hombro. Lo alza frente a ella con su mano izquierda, y con la derecha toma una flecha del carcaj amarrado a su espalda. Con un movimiento habil, coloca la flecha con cola de pluma en su lugar y hace retroceder su brazo derecho para extender el arco mientras apoya la punta de la flecha sobre sus nudillos izquierdos. Flexiona los musculos definidos debajo de su camisa de algodon mientras apunta hacia el aire gelido, pero Nitta no dispara la flecha. Aun no. Con las orejas en alerta y el rostro concentrado, se desliza entre los arboles. Bo se agazapa levemente mientras avanza detras de ella, con los dedos cerrados sobre su cuchillo, listo para lanzarlo. Busco con manos enguantadas y torpes mi propia daga en mi cintura. Es un cuchillo de hoja corta y simple: uno que les sobraba a los demas. Lo sujeto con fuerza y sigo a los hermanos, haciendo un gran esfuerzo por seguir el sendero que han creado con sus pasos precisos. Mi piel cosquillea de incomodidad. Algunas veces creo ver movimiento: no delante donde Nitta y Bo avanzan en medio del paisaje invernal, sino en la periferia de mi vision. La silueta sombria de algo grande y... no humano. Pero cuando miro, no hay nada. Solo rafagas grandes de copos de nieve brillantes. Viento frio, nubes de aliento y silencio profundo, ahogado por la tormenta de nieve. Nitta y Bo ahora avanzan mas rapido. Aunque me esfuerzo al maximo por seguirlos, la distancia entre nosotros comienza a crecer. Por delante, Nitta se gira abruptamente y nos guia sobre una colina escarpada; veo el resplandor de una cascada congelada a nuestra derecha. Mi aliento dibuja nubes gruesas mientras intento seguirlos... y luego mis pies se topan con un saliente rocoso debajo de las rafagas de nieve. Con un grito, caigo de cara a la nieve. Acumulaciones de hielo me muerden la piel, las gotas derretidas caen por los laterales de mi bufanda. Con una mueca de dolor, me pongo de rodillas y comienzo a quitarme la nieve del rostro y el pelo cuando percibo movimiento detras de mi. Una voz, liviana como una pluma, pero tan profunda como los huesos de los dioses y los terremotos, aparece en el viento. Te he encontrado. Algo frio que nada tiene que ver con la nieve rueda sobre mi columna. En un instante, su rostro aparece en mi mente. Cuernos marcados, decorados con oro, puntas afiladas como cuchillos. Un rostro delgado y apuesto, facciones bovinas mezcladas inmaculadamente con la forma humana. Una sonrisa arrogante y satisfecha. Y esos ojos... sus iris de ese azul artico limpio y transparente que recuerdo sentir como me atravesaban incluso ahora. Mas de dos semanas desde aquella noche, desde el instante en que hundi una daga en lo profundo de su garganta y le quite la vida. El Rey Demonio. Te he encontrado. Agazapada en la nieve, me giro con mi cuchillo en alto entre mis dedos temblorosos, mi corazon late con fuerza contra mis costillas. Pero el bosque esta vacio. Los arboles se yerguen altos, como centinelas silenciosos en medio de la escarcha. La sangre me sube a los oidos. Miro de nuevo en todas direcciones, los escalofrios aun recorren mis brazos y mi nuca a causa de esa voz. Habia parecido tan real. Tan cercana. Cuando me pongo de pie para continuar siguiendo a Nitta y a Bo, no hay rastro de ellos. Estoy sola. Luego, contengo el aliento. Porque, tal vez, no lo estoy. Aunque es imposible que haya oido las palabras del rey, el movimiento que he percibido y la sensacion de que alguien nos observa pueden deberse a que nos estan siguiendo. No es el fantasma del rey muerto, sino uno de sus soldados o guardias de elite. Por ese motivo Wren y los otros me han prohibido salir del templo todo este tiempo. Sabemos que es solo cuestion de tiempo hasta que nos encuentren, si es que aun no lo han hecho. Han pasado mas de dos semanas desde el ataque en el palacio la noche del Baile de la Luna. Mas que tiempo suficiente para que ellos nos hayan rastreado, incluso hasta nuestra ubicacion remota aqui, en las montanas del norte. Mas que tiempo suficiente para esperar fuera del templo, donde nos hemos escondido con magia protectora. Para esperar hasta que partamos a nuestro proximo destino, o hasta que yo me vuelva estupida y lo bastante imprudente para desobedecer la orden de permanecer oculta. Exactamente lo que he hecho hoy. Una alarma cobra vida en mi cabeza y en el mismo momento mas movimiento (real esta vez, junto a jadeos y el crujir de la nieve rota) aparece delante, en lo alto de la colina. --!Lei! --El grito de Nitta atraviesa la tormenta de nieve, agudo por el panico--. !Corre! Justo en el momento en el que una silueta descomunal salta en mi camino y emite un rugido que me hiela la sangre. -
El Amor de Christina de Maria Serrano
https://gigalibros.com/el-amor-de-christina.htmlChristina era una joven universitaria que sonaba ser una administradora de empresas. Sin embargo el destino tenia preparado varios tropiezos en su vida. Por consecuencia y falta de dinero, forzosamente Christina decide tomar un empleo de acompanante sexual, es en ese momento cuando entra en accion Mark, un joven muy guapo y popular que se enamora de ella. Podran estar juntos? que hara Christina? no nos adelantemos mucho, deseas saber que pasa con esta bella historia de amor?
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No me rindo contigo de Clara Albori
https://gigalibros.com/no-me-rindo-contigo.html“Una aventura fresca, pasional y que te atrapa con sus protagonistas con las primeras paginas, la genial escritora de romantica Clara Albori es sin duda un gran referente para la romantica actual”.
Los suenos de Amy se han roto en mil pedazos. Eso fue lo que le ocurrio tras presenciar la muerte de su padre.
Dos anos despues del fatal acontecimiento, Amy ha dejado atras su sueno de bailarina y se ha vuelto una mujer fria y sin sentimientos. Sin embargo, su vida dara un giro de 180o cuando aparezca Alex en ella, un expresidiario que comienza a reinsertarse en la sociedad.
Amy no soporta trabajar a su lado e intentara que dimita, pero con lo que no cuenta es con que Alex no piensa rendirse con ella y hara todo lo posible para que esa chica vuelva a sonreir.
Aunque no siempre los caminos son de rosas, pues el pasado sigue teniendo un gran peso en el presente, y Amy debera terminar lo que su padre empezo sin saber que sucedio aquella noche en la que un hombre acabo con su vida de tres disparos. ?Estara preparada para descubrir la verdad? -
Miel salada de Fabiola Valenzuela
https://gigalibros.com/miel-salada.htmlReunidos para filmar un documental sobre el Kama Sutra, el gran actor Antonio Salavert y la desconocida Victoria White, deberan fingir ser una apasionada pareja frente a las camaras.
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La realidad es peor que la ficcion de Maicol Rodriguez
https://gigalibros.com/la-realidad-es-peor-que-la-ficcion.htmlSE A DICHO MUCHAS VECES QUE LA REALIDAD ES AUN PEOR QUE UN CUENTO DE FICCION. AHI MILES DE HISOTRIAS DE TERROR QUE RECORREN EL MUNDO Y AQUI LAS VAN A CONOCER ALGUNAS
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Sabes una cosa Te quiero, Moruena Estringana de Moruena Estringana
https://gigalibros.com/sabes-una-cosa-te-quiero-moruena-estringana.htmlHay que tener cuidado con los suenos, pues cuando llegan, te toca lidiar con ellos y no siempre son como esperabas...
Bryan y Lusy tienen el mismo sueno, ambos desean ser chef y es por eso que ambos tratan de entrar en un concurso televisivo para lograr su meta.
La mala suerte del destino hace que Bryan pase y Lusy se quede a las puertas del sueno.
Las vidas de ambos van por caminos separados. Bryan se hace un cocinero famoso que vive por y para su trabajo. Lusy ha dejado de lado su sueno por falta de dinero, pues costearse buenos cursos no es tan facil y menos cuando tus padres no te apoyan y piensan que ser chef no es tan bonito como parece.
Pero lo que ambos no esperaban era que la vida los juntara de nuevo, que sus caminos una vez mas tuvieran un punto de union. Donde uno esta quemado por la vida que lleva y ya no se reconoce a si mismo, otra tiene toda la ilusion por la vida que espera llevar un dia.
Dos almas unidas por la pasion a la cocina y por ese deseo que les quema la piel cada vez que
estan juntas.
Un amor que nacera a fuego lento y una pasion que ardera entre fogones.
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Ponte en Mi Piel de Emma Lira
https://gigalibros.com/ponte-en-mi-piel.html1537, isla de Tenerife. Un grupo de mujeres, mientras entonan antiguos cantos, forman un circulo alrededor de una joven parturienta. Sus alaridos resuenan en todo el valle. De repente, se hace el silencio. Y un ultimo grito desgarrador. Entre las cobijas que debian arropar a un bebe, asoma lo que parece una
pequena mano cubierta de pelo. Ha nacido Petrus Gonsalvus, un rey guanche. Y esta es su historia. -
La maga del olvido de Mar Ledea
https://gigalibros.com/la-maga-del-olvido.htmlCamila Infante, una mujer instruida de mediana edad y amante del Martini azul, ha perdido sus recuerdos producto de una rara enfermedad mental. Dispuesta a recuperarlos, regresa a su pueblo natal, Cabo Azules, donde emprende un viaje a traves del tiempo de la mano de unas viejas fotografias encontradas en una caja de sombreros.
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Un Ambiente Extrano de Patricia Cornwell
https://gigalibros.com/un-ambiente-extrano.htmlKay Scarpetta viaja a Dublin para ofrecer unas conferencias en la Facultad de Medicina del Trinity College, pero el proposito real de la forense es investigar una serie de homicidios ocurridos en Irlanda diez anos atras. Estos presentan algunas similitudes con el caso del Carnicero, que ha infundido el panico en los habitantes de Virginia, y Scarpetta intenta establecer hasta que punto los asesinatos cometidos a ambos lados del Atlantico presentan caracteristicas comunes. A su vuelta a Estados Unidos todo se precipita: el torso de una mujer aparece en un vertedero de basura con los miembros amputados. El arma ha sido una sierra de carnicero, como en los casos irlandeses, pero la forma de amputar los miembros no responde al mismo patron...
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Vuelo estatico de Jaan Kross
https://gigalibros.com/vuelo-estatico.html?Puede un simple fabricante de maletas convertirse en el simbolo de toda una generacion? Precisamente eso es <
>, una de las mejores obras del prolifico Jaan Kross, referencia de las letras estonias y varias veces candidato al Nobel de Literatura. La novela narra la vida de Ullo Paerand, un joven con una memoria prodigiosa que se ve obligado a sobrevivir ejerciendo profesiones tan dispares como las de periodista deportivo, fabricante de maletas o miembro del gabinete del primer ministro. A traves de las aventuras y desventuras de Paerand, Kross dibuja un fresco de un momento clave del pasado reciente de los paises balticos y, a su vez, de todo el continente europeo. Pero < > no es solo la historia de Ullo, es Historia con mayusculas, la de toda una generacion que asistio impotente a la lucha por la independencia de su pais ante las sucesivas ocupaciones de diversas potencias extranjeras. Cronica viva de Estonia, este imponente drama de emigracion interior es, sin duda, uno de los mejores relatos de supervivencia jamas contados. -
Misterio en Lasalle de Phoebe Willows
https://gigalibros.com/misterio-en-lasalle.htmlCuando el guapo y misterioso marques de lasalle le propone matrimonio, Chloe una joven pobre y huerfana siente que vive un cuento de hadas. No puede creer lo afortunada que es.
Hasta que de repente descubre que su marido no es ese principe del que se ha enamorado sino un hombre loco y atormentado y lleno de secretos.
Cuando descubra el horrible misterio que esconde su marido querra escapar pero descubrira que es demasiado tarde para hacerlo… -
El rastro de los cuerpos de Jose Miguel Tomasena
https://gigalibros.com/el-rastro-de-los-cuerpos.htmlCirculabamos por uno de esos tuneles mal hechos que hacen en Mexico, en el que cada tres dias se mata alguien, porque en lugar de hacerlo en linea recta, lo construyeron con mas curvas que una carretera de montana. Tania manejaba. Era medianoche y casi no habia trafico. Al salir de la primera curva nos encontramos con un perro tirado a la mitad de la avenida. Tania alcanzo a esquivarlo y se orillo. ?Esta vivo?, pregunto mirando por el retrovisor. En efecto, el perro aun movia la cabeza y parecia hacer un gran esfuerzo por moverse. Antes de que yo pudiera decir algo, Tania ya se habia bajado del coche y corria entre los carriles hacia el animal herido. Vi el reflejo de unos faros en la pared del tunel y escuche el sonido de un motor que se acercaba. Le adverti a gritos del peligro y Tania se hizo a un lado. Por un momento temi que el coche rematara al animal ahi, enfrente de nosotros, pero alcanzo a esquivarlo y paso entre nosotros zumbando el claxon. Era una hembra. Una pointer cafe que tenia las tetas hinchadas y que nos miraba con sus enormes ojos grises. Sus aullidos retumbaban en el tunel. El golpe le habia dislocado la cadera, y aunque intentaba usar las patas delanteras para moverse, la parte trasera de su cuerpo parecia un tren volcado. Tania se cubrio la nariz y la boca con las manos. Tenemos que ayudarla, suplico. Me acerque al animal, arrastrando los pies. La perra gruno, mostrandome los colmillos, sin dejar de mirarme. En sus ojos habia furia, pero sobre todo habia dolor, miedo. Ya, dije extendiendo la mano para tocarla, no te vamos a lastimar, pero la perra me respondio con una dentellada caliente que apenas pude esquivar. Del punto ciego del tunel, iluminado por unas farolas con luz naranja que pendian del techo humedo, aparecian coches a toda velocidad. Sus luces blancas nos cegaban y parecia que nos iban a embestir, pero luego frenaban, cambiaban de carril y, en algunas ocasiones, nos mentaban la madre con el claxon. ?Que vamos a hacer?, dijo Tania. Levante los hombros. Esta muy lastimada, respondi, y ella me suplico que hicieramos algo, por favor. ?Que? Dime. Pues no se. Algo. Entonces se acerco a la perra, muy despacio, extendio la mano y la perra levanto la cabeza y siguio los movimientos de Tania. Tranquila, susurro como una encantadora de serpientes o domadora de leones. No te voy a hacer nada. La perra lanzo un aullido de dolor que retumbo en el tunel. No tengas miedo, dijo Tania mientras volvia a acercarse. Ya, ya, te vamos a ayudar. La perra seguia tensa, mirando su mano, pero acepto que le tocara la cabeza. Eso, dijo. Te vamos a sacar de aqui. En sus ojos vi consuelo mientras Tania la acariciaba, cierta calma, la confianza en que seria salvada, y yo ya estaba pensando como conseguiriamos subirla al coche y acomodarla en el asiento trasero, a donde la llevariamos, quien conseguiria salvarla, cuando el motor de un camion bufo desde la boca del tunel, la perra se asusto y lanzo un mordisco sobre la mano de mi esposa. Era un camion de mudanzas que no tenia por que circular por ahi. Un letrerote lo decia clarito al inicio del tunel: NO BICIS, NO MOTOS, NO CAMIONES. Pero si en Mexico puedes destripar a tu vecino y regarlo por la ciudad en bolsas negras, puedes secuestrar autobuses llenos de migrantes, desechar los residuos de tu fabrica en el rio, esclavizar indigenas para que cosechen tomate, comprar elecciones con monederos electronicos, ?que puede pasarte por meter un camion de mudanzas a un tunel mal hecho? El chofer imbecil todavia nos sonrio al pasar y hasta agito su manita para saludarnos. Estoy bien, dijo Tania. Yo habia pegado un grito mas escandaloso que los grunidos de la perra, pero era una herida superficial: dos rasgunos en el dorso de la mano. Yo sabia que Tania se impresionaba facilmente con la sangre desde que se cayo de una patineta cuando era nina y se abrio la cabeza, pero ella insistia en la perra, la perra, habia que salvarla. No se puede, dije. Esta muy lastimada. Y ella: La perra, hay que salvarla. Y yo: Es muy peligroso, nos tenemos que ir. Estabamos solos, en la salida de una curva ciega, a media noche, ante un animal dispuesto a morir peleando. ?Quienes eramos nosotros? ?Que podiamos hacer? Pero Tania nunca se daba por vencida, creia que siempre se podia hacer mas, siempre algo mas. Nunca me perdono que yo quisiera protegerla y yo no me perdono no haber podido hacerlo, aunque esa noche consegui imponerme y llevarla de regreso al coche. Luego tuve que soportar su desprecio durante tres o cuatro dias: yo era un cobarde, un insensible, un pusilanime. No podemos dejarla, me suplico por ultima vez en el coche, despues de que yo tomara el volante. Mirate la mano, Tania, ?que quieres hacer? Y entonces ella vio la sangre, dos hilos que le escurrian por el antebrazo y que en algunas partes ya se estaban secando, y vio la mancha roja casi negra en los dedos y en la muneca, en su falda de flores. Saco un Kleenex de la guantera, que al entrar en contacto con la sangre se quebro en oscuras lombrices alargadas. Vamonos, dijo, mientras se ponia el cinturon, sin voltear a verme. Luego recargo la cabeza contra el respaldo y empezo a llorar. Quise tocarla, pero esquivo mis caricias. Por el retrovisor pude ver a la perra haciendose mas pequena mientras nos alejabamos, hasta que nuestro coche salio a la superficie y el tunel se convirtio tan solo en una boca iluminada en medio de la noche. Tal vez Tania tenia razon. Tal vez pudimos haber avisado a una patrulla, o hablar al 066, o poner senales de advertencia en la entrada del tunel para que los otros conductores nos dieran tiempo. Cuando recuerdo sus aullidos de dolor, pienso incluso que pudimos haberla rematado con nuestro Chevy. Le habriamos hecho un favor: la violenta compasion. Quien sabe cuanto tiempo estuvo asi, cuantas horas tuvieron que pasar antes de que le dieran el golpe definitivo. Todavia pienso en ella, como si aun estuviera esperando nuestra respuesta. La imagino escupiendo sangre o arrastrando su cuerpo, escucho sus aullidos magnificados por el tunel, y siento que aun estamos ahi, que en realidad no nos movimos, que todo lo que nos paso despues es una ilusion, que nunca existio el coche en el que supuestamente nos fuimos al hospital a que curaran la mano de Tania y que ella y yo seguimos intentando salvar a una perra que de antemano estaba condenada.
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?Te acuerdas de mi? de Martina Minkoff
https://gigalibros.com/te-acuerdas-de-mi.htmlLila regresa a Espana tras estudiar la carrera en una universidad norteamericana. Ha cambiado mucho: ya no es la jovencita timida y acomplejada a la que dejaron plantada en la fiesta de fin de curso del instituto. ?La reconocera Javi, el mismo que le rompio el corazon en la pista de baile, hace mas de diez anos?
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Legado de sangre de Karen Delorbe
https://gigalibros.com/legado-de-sangre.htmlLibro 2 de la trilogia Dhampyr
Todo dhampyr sabe que el llamado de la sangre es imposible de ignorar. -
Pescar en las nubes de Mikel Izal
https://gigalibros.com/pescar-en-las-nubes.htmlEric llega en pleno invierno a la isla donde tantas veces habia veraneado con Claudia, dispuesto a enfrentarse voluntariamente a una interminable rutina de dias grises. Mia, la chica encargada de la limpieza de los bungalos donde se aloja, le pide ayuda para tratar a Julio, un hombre al que la muchacha lleva buscando toda su vida, de una aparente demencia que le impide recordar su pasado.
La peculiar relacion que Eric establecera con Julio supondra para Eric la posibilidad de reconciliarse consigo mismo y, a la vez, descubrir los secretos que esconde el anciano. -
La ciudad de la lluvia de Alfonso Del Rio
https://gigalibros.com/la-ciudad-de-la-lluvia.htmlEn el Bilbao de principios de los anos ochenta, tres misteriosas muertes uniran los destinos de varios personajes sin conexion aparente. Alain Lara, un joven y prometedor jugador del Athletic, descubre una vieja fotografia de los anos cuarenta que su abuelo Rodrigo habia mantenido siempre oculta. De todos los personajes que aparecen en ella Alain reconoce a su abuelo, junto a un tambien joven Ignacio Aberasturi, el gran empresario bilbaino y actual candidato a la presidencia del Banco del Norte. La repentina y extrana coincidente desaparicion de ambos, junto con otros sucesos, lo llevara a una investigacion que se remontara a un pasado oculto.
En un intento por entender lo que sucede, Alain contactara con Maria, la hija y heredera del imperio Aberasturi, y junto a ella tejeran los hilos del pasado que unieron a sus familias en los anos del Berlin nazi, en busca de respuestas. Pero lo que obtendran seran mas preguntas, mas dudas, mas sospechas.
?Que pudo unir hace mas de cuarenta anos a estos dos hombres cuyas vidas nunca mas volvieron a cruzarse? ?Quienes son los demas personajes que aparecen retratados junto a ellos? ?Quien y por que anda detras de ellos?
La ciudad de la lluvia es un thriller que reune lo mejor y lo peor que anida en el ser humano. Es una historia sobre el poder magnetico de la ambicion, el amor y la complicidad entre las personas, y que nos muestra que la cara oculta que todos tenemos no puede permanecer indefinidamente en la sombra. -
Pachinko de Min Jin Lee
https://gigalibros.com/pachinko.htmlYeong-do, Corea, 1911
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Golpeate el corazon de Amelie Nothomb
https://gigalibros.com/golpeate-el-corazon.htmlMarie, joven belleza de provincias, despierta admiracion, se sabe deseada, disfruta siendo el centro de atencion y se deja cortejar por el galan mas guapo de su entorno. Pero un embarazo imprevisto y una boda precipitada cortan en seco sus devaneos juveniles, y cuando nace su hija Diane vierte sobre ella toda su frialdad, envidia y celos. Diane crecera marcada por la carencia de afecto maternal e intentando comprender los motivos de la cruel actitud de su madre hacia ella.
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Bienvenida a casa de Lucia Berlin
https://gigalibros.com/bienvenida-a-casa.html<
… deseando sentirme en casa.>> -
Doble o nada (Doble o nada 3) de Veronica L. Sauer
https://gigalibros.com/doble-o-nada-doble-o-nada-3.htmlDebo conf esar que no me llamo Veronica L. Sauer. Si asi f uera, si ese f uera mi nombre real, jamas me atrev eria a contarles lo que les v oy a contar. Y si no estuv iera a miles de kilometros del sitio donde comenzo todo, puede que tampoco. Me f ui de Uruguay sin dirigir ni una sola mirada al ay er, con la esperanza de encontrar en el f uturo y en otro lugar, una nuev a historia de amor. Y de poder elegir, que esta v ez f uera la mia. Estoy v iv iendo en New York, lista para enfrentar un nuev o desaf io en esta v ida llena de av enturas que elegi llev ar hace un tiempo. Y no me arrepiento ni lo hare nunca, porque es precisamente mi espiritu av enturero el culpable de que Ana hay a entrado en mi v ida, y junto a ella la esperanza de algun dia poder v iv ir un amor asi. Un bonito amor. En f in; no es nuev o para nadie, que la historia que les acabo de narrar en "Septimo cielo" y "El quinto inf ierno", llego a mi a trav es de Ana. Lo que seguramente nadie sabe, es como llego Ana a mi v ida. Y y o les quiero contar. Ya lo saben, no me llamo Veronica L. Sauer. Pero si me llamo Veronica. Y lo q u e le s v o y a n a r r a r a c o n tin u a cio n, s e g u r o la s v a a s o r p r e n d e r. 1. Cuando llegue a Uruguay el v erano pasado, me senti perdida. Acababa de dejar Barcelona, luego de haber sido durante dos largos anos lo que jamas hubiese querido ser: el adorno de un abogado catalan presumido y f ormal. Y que ademas, me maltrataba. En ese momento no me daba del todo cuenta, pero mirandolo en retrospectiv a, debi mostrarle a ese capullo de que estaba y o hecha. O no... Jordi no era malo. Miento, si lo era. Y disfrutaba enormemente de menospreciarme con diplomacia. Decia cosas como: "Veronica, que bien te la pasas aqui conmigo ?no? Y pensar que hasta hace poco v endias boletos para el bus turistico en la calle..." o "?Que piensa tu f amilia, alla en Sudamerica, de la v ida de reina que te doy, carino? Tenia una incontrolable compulsion a hacerme notar lo que me daba, cada v ez que me lo daba. Y una f orma de decir "Sudamerica" cargada de desprecio que me hacia sentir muy mal la may oria del tiempo. Creo que no estaba del todo errado, sin embargo. Me sentia comoda a su lado, y como todo aquel que no quiere salir de su zona de conf ort, desestimaba las alarmas que sonaban en mi cabeza cada v ez que decia cosas desagradables. O las ignoraba, o las minimizaba, o las justif icaba. "Sudamerica" estaba muy lejos y queria que se mantuv iera a esa distancia siempre. No queria v olv er a mi Gualeguay chu natal ni a palos. No necesitaba mas discusiones, mas presiones... No deseaba enfrentarme a mi papa, el prototipo de marido en serie, y a su sequito de esposas con f echa de caducidad. Ni a mi mama, con su eterna pose de martir. No queria mas mentiras, mas enganos... Mas bien queria estar lejos de todo eso, tan lejos como el oceano me lo permitiera. Y tal v ez por eso f ue que aguante a Jordi tanto tiempo. Pero un dia, todo termino. Y lo mejor (o lo peor) es que no f ue por un acto ref lexiv o de mi parte o por un subito espiritu de arrojo; ni siquiera f ue por hartazgo. Fue porque me lie con el paseaperros y el gilipollas de Jordi me pillo. Me llamo golf a, perra, zorra y algo mas. Tenia razon, desde luego. El me saco del f ango y y o le meti los cuernos con el primero que se me cruzo. Y encima, tan sudaca como y o. Al principio me senti perdida, pero luego acepte el destierro con la may or dignidad. Y lo mas sorprendente de todo es que pudiendome quedar en Casteldef elds con el paseaperros, elegi v olv er a "Sudamerica". Rasque el f ondo de mi hucha y mi amigo sudaca hizo otro tanto. Y asi f ue que logre reunir quinientos euros que junto a millas acumuladas en mi tarjeta de credito, me hicieron aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Carrasco, un candente v iernes de enero. No me habia alcanzado para un v uelo directo a Buenos Aires, asi que tendria que cruzar la frontera en micro si queria llegar a mi pais. Inspire hondo y con mi pequena maleta a cuestas, me instale en la parada del bus que me iba a dejar en la terminal, donde tomaria el que me dev olv eria a Gualeguay chu. Solo me quedaban un par de tramos y estaria en casa... En casa. Un dolor punzante en la boca del estomago comenzo a molestarme. Para cuando el bus llego, ese dolor me tenia sin aire... Lo deje pasar. Al bus, porque el dolor se habia instalado. Y por primera v ez en mi v ida me senti perdida. No me habia sentido asi jamas, ni siquiera cuando supe esa v erdad que me hizo huir, o cuando llegue a Barcelona, sin dinero y sin amigos.
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Espiritu de invierno de Elena Morilla Margallo
https://gigalibros.com/espiritu-de-invierno.htmlEl rey Filian de Baldrenia esta muy enfadado con sus nortenos, tanto que ha decidido ir en persona a poner orden entre los pueblerinos. El siempre debe tener lo que desee, aunque los intereses no coincidan con los de sus subditos. Llevado por el orgullo y la codicia pierde la vida al caer a un lago helado. Cuando parece que todo ha terminado para el aparece la Senora del Invierno. La reina de los espiritus de la estacion le da una nueva forma para que pueda pagar la deuda que ha contraido con ella. ?Podra el ambicioso monarca hallar la forma de solventar sus errores?
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Destilando fantasmas de Jose Paya
https://gigalibros.com/destilando-fantasmas.htmlBonn (Alemania), 1935. Durante una noche de miedo y de cristales rotos, el azar lleva a tres profesores universitarios a encontrar un legendario diamante.
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El abismo que nos separa de Claudia Cardozo
https://gigalibros.com/el-abismo-que-nos-separa.html?Puede el abandono de una mujer afectar de tal forma a un hombre? ?Es excusa suficiente la destruccion de sus ilusiones de joven enamorado para convertirse en un hombre danado? Victoria Sterling ha vivido siempre in con for Me con su destino. De caracter inquieto y deseosa de conocer nuevas aventuras, no duda en me ter se en toda clase de problemas para desespero de sus padres y de una hermana a quien ama pero que no puede ser mas distinta a ella. Nada cambia nunca en la serena region de Inglaterra en la que ve sus dias pasar hasta que la llegada de un atractivo joven de pasado tragico tras toca su mundo hasta sus cimientos. Pero ella no es la unica que alberga sentimientos por el recien llegado. Emma, su hermana, tambien lo ama.
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Una voz escondida, Parinoush Saniee de Parinoush Saniee
https://gigalibros.com/una-voz-escondida-parinoush-saniee.htmlTras el extraordinario exito obtenido con el El libro de mi destino, donde dio voz a las mujeres iranies oprimidas por el fanatismo religioso, Parinoush Saniee aborda en su segunda novela las aciagas secuelas de la insensibilidad y la ignorancia. Basandose en el caso real de un nino que no hablo hasta cumplir los siete anos, Saniee toma el pulso a la sociedad de su pais con una historia en la que el silencio cobra la fuerza de un grito de protesta.
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El mito de las dietas de Tim Spector
https://gigalibros.com/el-mito-de-las-dietas.html?Por que fracasan la mayoria de las dietas? ?Por que una persona que come un determinado alimento aumenta de peso mientras otra que come lo mismo adelgaza? ?Por que, pese a todos los consejos sobre que hemos de comer, seguimos engordando?
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Las fuentes del silencio de Ruta Sepetys
https://gigalibros.com/las-fuentes-del-silencio.htmlDesenterrar fragmentos del pasado puede ser doloroso, pero conocer nuestra historia nos ayudara a sanar las cicatrices.
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Mi definicion perfecta de Lorena Perez Nolasco
https://gigalibros.com/mi-definicion-perfecta.htmlZenda tiene veintisiete anos y trabaja como camarera en una cafeteria.
Milo tiene treinta y cinco y es asesor en una agencia de viajes.
Un dia, ambos deciden que es buena idea empezar a vivir bajo el mismo techo.
Pero ellos no son pareja.
Solo son dos amigos.
Sin embargo…
La vida de Zenda se complica.
Y Milo…
?Quien decide cuanto hay que estar dispuesto a dar, por esa persona que completa el puzle que es tu vida? -
Sombras. Las profecias de Marife Barchino
https://gigalibros.com/sombras-las-profecias.htmlNo estamos solos, nunca lo hemos estado y jamas lo estaremos.
Unas feroces, tenebrosas y mortiferas sombras
aguardan con paciencia su momento. Durante siglos han estado ahi,
esperando la fuerza necesaria para despertar y poder salir del inframundo.
?Quien les proporcionara dicha fuerza?
?Por que lo hara?
El sufrimiento y el sacrificio, de generaciones de mujeres de una misma familia,
proporcionara a la elegida lo necesario para impedir la destruccion de toda la humanidad.
?Quien sera la elegida?
?Quien invocara a las sombras?
?Que pasara mientras llega la elegida? -
El esplendor de las raices de Robin Benway
https://gigalibros.com/el-esplendor-de-las-raices.html