• libro sputnik mi amor - Haruki Murakami

    https://gigalibros.com/sputnik-mi-amor.html

    Perdidos en la inmensa metropoli de Tokio, tres personas se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad; un viaje parecido al del satelite ruso Sputnik, donde la perra Laika giraba alrededor de la Tierra y dirigia su atonita mirada hacia el espacio infinito. El narrador, un joven profesor de primaria, esta enamorado de Sumire, a quien conocio en la universidad. Pero Sumire tiene una unica obsesion: ser novelista; ademas se considera la ultima rebelde, viste como un muchacho, fuma como un carretero y rechaza toda convencion moral. Un buen dia, Sumire conoce a Myu en una boda, una mujer casada de mediana edad tan hermosa como enigmatica, y se enamora apasionadamente de ella. Myu contrata a Sumire como secretaria y juntas emprenden un viaje de negocios por Europa que tendra un enigmatico final.

  • SPUTNIK, MI AMOR | HARUKI MURAKAMI | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-sputnik-mi-amor/9788483102169/851945

    Perdidos en la inmensa metrópoli de Tokio, tres personas se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad; un viaje parecido ...

  • Sputnik, mi amor - Haruki Murakami | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-sputnik-mi-amor/89965

    1 mar 2008 — Apúntate y descubre cada mes todas las novedades de narrativa literaria. Cargando... Otros libros de Novela literaria.

  • Sputnik mi amor (MAXI) Libro de bolsillo - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Sputnik-amor-MAXI-Haruki-Murakami/dp/8483835169

    Sputnik mi amor (MAXI) : Murakami, Haruki, Porta Fuentes, Lourdes, Matsuura, Junichi: Amazon.es: Libros.

  • Sputnik, mi amor - Libro de Haruki Murakami - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/1595/sputnik-mi-amor

    Sumire quiere ser escritora, su vida gira entorno a ello, depende de esa meta. Lleva una vida bohemia, excéntrica, con una aislamiento autoimpuesto que sólo ...

  • Reseña de Sputnik mi amor | El Quinto Libro

    https://www.elquintolibro.es/2018/05/resena-de-sputnik-mi-amor/

    14 may 2018 — Sinopsis de Sputnik mi amor ... Del mismo modo en que, en el viaje del satélite ruso Sputnik, la perra Laika giraba alrededor de la Tierra y ...

  • Sputnik, mi amor - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Sputnik,_mi_amor

    Sputnik, mi amor (スプートニクの恋人, Supûtoniku no koibito) Es una novela en japonés de Haruki Murakami publicada originalmente en 1999.

  • SPUTNIK, MI AMOR - MURAKAMI HARUKI - Sinopsis del libro ...

    http://quelibroleo.com/sputnik-mi-amor

    Perdidos en la inmensa metrópoli de Tokio, tres personas se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad; ...

  • Sputnik, mi amor - Libros y Literatura

    https://www.librosyliteratura.es/sputnik-mi-amor.html

    24 nov 2012 — Sputnik, mi amor nos cuenta la historia de Sumire, una aspirante a novelista que está obsesionada con llegar a cumplir su sueño. El narrador del ...

  • Sputnik mi amor - Libros De Mario

    https://www.librosdemario.com/sputnik-mi-amor-2-leer-online-gratis

    Leer Libro Completo: Sputnik mi amor de Haruki Murakami | NOVELA ONLINE GRATIS.

  • Sputnik, Mi Amor - Haruki Murakami -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a211267/Haruki-Murakami-Sputnik-Mi-Amor

    1 sept 2002 — Sputnik, Mi Amor, libro o eBook de Haruki Murakami. Editorial: Tusquets. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • After Dark de Haruki Murakami

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    Perfil de una gran ciudad. Captamos esta imagen desde las alturas, a traves de los ojos de un ave nocturna que vuela alto. En el amplio panorama, la ciudad parece un gigantesco ser vivo. O el conjunto de una multitud de corpusculos entrelazados. Innumerables vasos sanguineos se extienden hasta el ultimo rincon de ese cuerpo imposible de definir, transportan la sangre, renuevan sin descanso las celulas. Envian informacion nueva y retiran informacion vieja. Envian consumo nuevo y retiran consumo viejo. Envian contradicciones nuevas y retiran contradicciones viejas. Al ritmo de las pulsaciones del corazon parpadea todo el cuerpo, se inflama de fiebre, bulle. La medianoche se acerca y, una vez superado el momento de maxima actividad, el metabolismo basal sigue, sin flaquear, a fin de mantener el cuerpo con vida. Suyo es el zumbido que emite la ciudad en un bajo sostenido. Un zumbido sin vicisitudes, monotono, aunque lleno de presentimientos. Nuestra mirada escoge una zona donde se concentra la luz, enfoca aquel punto. Empezamos a descender despacio hacia alli. Un mar de luces de neon de distintos colores. Es lo que llaman un barrio de ocio. Las enormes pantallas digitales instaladas en las paredes de los edificios han enmudecido al aproximarse la medianoche, pero los altavoces de las entradas de los locales siguen vomitando sin arredrarse musica hip-hop en tonos exageradamente graves. Grandes salones recreativos atestados de jovenes. Estridentes sonidos electronicos. Grupos de universitarios que vuelven de una fiesta. Adolescentes con el pelo tenido de rubio y piernas robustas asomando por debajo de la minifalda. Oficinistas trajeados que cruzan corriendo la encrucijada a fin de no perder el ultimo tren. Aun ahora, los reclamos de los karaoke siguen invitando alegremente a entrar. Un coche modelo Wagon de color negro y decorado de forma llamativa recorre despacio las calles como si hiciera inventario. Lleva una pelicula negra adherida a los cristales. Parece una criatura, con organos y piel especiales, que habita en las profundidades del oceano. Una pareja de policias jovenes hace la ronda por la misma calle con expresion tensa, pero casi nadie repara en ellos. A aquellas horas, el barrio funciona segun sus propias reglas. Estamos a finales de otono. No sopla el viento, pero el aire es frio. Dentro de muy poco comenzara un nuevo dia. Nos encontramos en Denny's. Iluminacion anodina, aunque suficiente; decoracion y vajilla inexpresivas; diseno de planta calculado hasta el menor detalle por ingenieros expertos; musica ambiental inocua sonando a bajo volumen; empleados formados para que sigan el manual a rajatabla. <>. Mires a donde mires, todo esta concebido de forma anonima e intercambiable. El establecimiento se halla casi lleno. Tras barrer el interior del local con la mirada, nuestros ojos se posan en una chica que esta sentada junto a la ventana. ?Por que en ella? ?Por que no en otra persona? No lo se. Sin embargo, por algun motivo, la chica atrae nuestra atencion... de un modo espontaneo. Ocupa una mesa de cuatro asientos, esta leyendo un libro. Sudadera gris con capucha, pantalones vaqueros, zapatillas deportivas de color amarillo destenidas tras multiples lavados. Sobre el respaldo del asiento contiguo cuelga una cazadora. Tampoco esta parece nueva, en absoluto. Por lo que respecta a la edad, hara poco que la chica es universitaria. Ya no es una estudiante de bachillerato, pero aun conserva el aire del instituto. Tiene el pelo negro, liso, corto. Lleva poco maquillaje, ninguna joya. Cara pequena y delgada. Gafas con montura negra. De vez en cuando frunce el entrecejo con aire reconcentrado. Esta absorta en la lectura. Apenas aparta los ojos del libro. Es un grueso tomo de tapa dura, pero, como lleva puesta la sobrecubierta de la libreria, no se ve el titulo. Dada la gravedad con que lo lee, debe de tratarse de un libro de contenido muy serio. La chica no se salta una sola linea, sino que, por el contrario, parece ir masticandolas a conciencia, una a una. Sobre la mesa hay una taza de cafe, un cenicero y, al lado de este, una gorra de beisbol de color azul marino con la <> de los Boston Red Sox. Posiblemente le vaya un poco grande. En el asiento contiguo descansa un bolso bandolera de piel marron. A juzgar por lo abultado del bolso, la chica ha ido embutiendo en el de forma apresurada todo cuanto le ha venido a la cabeza. Alza la taza a intervalos regulares y se la lleva a la boca, pero no parece que saboree el cafe. Tiene la taza delante y se toma el cafe porque eso es lo que tiene que hacer. Como si se acordara de pronto, se pone un cigarrillo entre los labios y lo enciende con un mechero de plastico. Achica los ojos, lanza el humo de manera libre y facil, deja el cigarrillo en el cenicero y, luego, se acaricia las sienes con la punta de los dedos como si quisiera alejar el presentimiento de un futuro dolor de cabeza. La musica que suena a bajo volumen es Go Away Little Girl, de Percy Faith y su orquesta. Nadie la escucha, por supuesto. Hay gente muy diversa comiendo y tomando cafe en Denny's esa madrugada, pero ella esta sola. De vez en cuando levanta la mirada del libro y echa una ojeada al reloj de pulsera. Por lo visto, el tiempo no avanza tan rapido como ella quisiera. Tampoco parece que haya quedado con alguien. No recorre el interior del local con la mirada ni dirige los ojos hacia la puerta. Simplemente esta sola leyendo un libro y fuma algun que otro cigarrillo, inclina la taza de cafe con un gesto maquinal y espera a que el tiempo transcurra deprisa, aunque solo sea un poco. Sin embargo, es obvio que aun falta mucho para el amanecer. La chica interrumpe la lectura y mira hacia fuera. Por la ventana del primer piso puede ver, a sus pies, la calle concurrida. Aun a aquellas horas la calle esta llena de luz, con una multitud de transeuntes que van y vienen. Personas que se dirigen a algun sitio y otras que no se dirigen a ninguno. Personas que tienen un objetivo y otras que no lo tienen. Personas que querrian detener el paso del tiempo y otras que querrian acelerarlo. Tras permanecer un rato contemplando esa imagen deslavazada de la ciudad, la chica respira hondo y vuelve a posar los ojos sobre las paginas del libro. Alarga la mano hacia la taza de cafe. En el cenicero, el cigarrillo, al que solo ha dado unas caladas, va convirtiendose en ceniza sin perder su forma original. Se abre la puerta automatica y un hombre joven, alto y desgarbado, entra en el local. Chaqueta de piel negra, pantalones chinos arrugados de color verde oliva, zapatones marrones. Lleva el pelo bastante largo, con grenas. Quiza se deba a que durante los ultimos dias no ha tenido la oportunidad de lavarselo. O quizas a que acaba de cruzar algun matorral muy espeso. O puede que, para el, lo habitual sea llevar el pelo enmaranado. Esta delgado, pero, mas que tener un fisico elegante, lo que parece es desnutrido. Del hombro le cuelga un gran estuche de color negro de un instrumento musical. De un instrumento musical de viento. Ademas, en la mano sostiene una sucia bolsa de lona. Atiborrada, al parecer, de partituras y de varios objetos de pequeno tamano. En la mejilla derecha presenta un corte profundo que atrae las miradas. Una pequena cicatriz producto, al parecer, de la incision de un objeto afilado. Aparte de esto, nada en el llama particularmente la atencion. Es un joven normal y corriente. Tiene el aire de un perro cruzado, bonachon, aunque no muy listo, que vaga perdido por las calles. La camarera encargada de acomodar a los clientes se acerca y lo conduce hasta una mesa al fondo del local. Pasa por delante de la chica que lee. Y, en el preciso instante en que acaba de dejar la mesa atras, el joven se detiene, como si de repente le hubiera venido algo a la cabeza, retrocede despacio igual que si estuviera rebobinando una pelicula y vuelve junto a la mesa. Ladea la cabeza, mira con profundo interes el rostro de la chica. Resigue sus recuerdos. Le cuesta acordarse. Es el tipo de persona que se demora al realizar cualquier cosa. La chica percibe su presencia y alza la mirada, entrecierra los ojos, mira al joven que se le ha plantado delante. Es tan alto que tiene que levantar mucho la cabeza. Sus miradas se encuentran. El chico esboza una sonrisa. Una sonrisa que intenta demostrar que no abriga ninguna mala intencion. El le dirige la palabra. --Oye, perdona si me equivoco, pero tu eres la hermana de Eri Asai, ?verdad? Ella no dice nada. Mira el rostro del joven con ojos de estar contemplando un arbusto demasiado espeso en un rincon del jardin. --Nos vimos una vez --prosigue el joven--. Te llamas Yuri, ?verdad? Tu nombre tiene una silaba diferente al de tu hermana. Todavia observandolo con cautela, ella lo corrige de forma concisa: --Mari. El joven levanta el dedo indice. --!Eso es! Mari. Eri y Mari. Una silaba distinta. No te acuerdas de mi, ?verdad? Mari ladea levemente la cabeza. Puede significar tanto que si como que no. Se quita las gafas y las deja junto a la taza de cafe. La camarera vuelve y pregunta: --?Estan juntos? --Si --responde el. La camarera deposita la carta sobre la mesa. El hombre toma asiento frente a Mari y deja el estuche del instrumento musical en el asiento contiguo. Luego le pregunta, como si se acordara de pronto: --No te importa que me siente aqui un rato, ?verdad? Despues de comer me ire enseguida. He quedado en otra parte. Mari frunce levemente el entrecejo. --Eso se dice antes, ?no crees? El hombre reflexiona sobre el significado de sus palabras. --?Que he quedado luego? --No me refiero a eso --dice Mari. --O sea, que se trata de una cuestion de modales. --Si. El hombre asiente. --Tienes razon. Deberia haberte preguntado primero si podia compartir tu mesa. Te pido perdon. Pero el local esta lleno y voy a quedarme poco rato. ?Te importa? Mari se encoge levemente de hombros. Con ello viene a decir: <>. El hombre abre la carta, la mira. --?Ya has comido? --No tengo hambre.

  • El verano de tu vida de Lucy Morton

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    Esto no puede estar pasando. !No puede estar pasando! Quiero gritar, quiero bailar, quiero irme a un karaoke, ponerme hasta arriba de mojitos y cantar toda la noche. En 24 horas, voy a casarme con el hombre mas maravilloso sobre la faz de la tierra y no puedo creer que una chica como yo, del monton, haya tenido esta suerte. Conoci a Martin en un pub de Nueva York al que solia ir con mis amigas cada viernes. Habia acabado de romper mi relacion de un ano y medio con un idiota llamado Joshua y lo unico que me apetecia esa noche era tener sexo sin compromiso con un completo desconocido. Queria arriesgar, necesitaba aventura y pasion. Me puse el vestido rojo. Si, ese vestido rojo, llamativo, ajustado, escotado y exuberante que todas las mujeres tenemos en nuestro armario, pero que no nos atrevemos a ponernos nunca. Llame a Charlotte, Pam, Lucy y Betty, que como siempre, vinieron corriendo a consolarme. Era una suerte poder contar con ella, no todo el mundo puede decir que tiene las mejores amigas del mundo. --!Menudo idiota! -dijo Charlotte, la mas pizpireta y alocada de todas--. !Por la solteria! --!Por la solteria! --gritamos todas al unisono. Excepto Betty. Betty, la mas modosita del grupo, el raton de biblioteca siempre con sus inseparables gafas de pasta y sus monos mal hechos, se limito a sonreir en silencio. --?Que pasa, Betty? --pregunto Lucy, una cascarrabias malhumorada, que a pesar de todo, soportabamos por sus siempre graciosos chistes. --Bueno, yo… --balbuceo Betty--. He conocido a un chico. Nos reimos y a continuacion, la bombardeamos a preguntas. Lo cierto, es que aunque me alegraba por la dulce Betty, no me apetecia escuchar lo bonito que habia sido su encuentro en el metro con un atractivo hombre con el que acababa de iniciar una relacion; tras otro fracaso personal que anotaria en mi agenda de relaciones amorosas. Gracias a mi distraccion, vi al hombre mas perfecto que Dios (si es que existe), creo. Oh, si… En ese momento crei en Dios y en los angeles que habian traido hasta la tierra a un Adonis de cabello castano, ojos rasgados de color azul y unos labios carnosos que desee desde el primer momento. No pude evitar mirarlo fijamente con descaro, mientras mis amigas seguian hablando con Betty sobre el tio del metro. El dejo de mirar al tipo barbudo que tenia enfrente para devolverme la sonrisa. !Que sonrisa! --Kate. Kate. Kate. !Kate! --chillo Pam--. ?Que te pasa? ?Donde estas? La voz chillona y aguda de Pam hizo que todos los presentes en el pub nos miraran. Me sonroje y en un ataque de valentia, me levante y fui hacia el Adonis que me habia robado el corazon desde el minuto uno en el que repare en su presencia. Claro que en vez de saludarle, me coloque estrategicamente entre el y su amigo y me apoye en la barra dirigiendome al atolondrado camarero, utilizando dos tacticas infalibles: Pechos y trasero. Trasero en pompa, pechos apoyados en la barra pareciendo mas tersos, redondos y deseables. El amigo barbudo del Adonis puso los ojos en blanco y se fue al bano. --Martin Logan. !Mi Adonis tenia nombre! --Kate Spencer. Sonrei picaramente ofreciendole mi mano. El la beso, como los galanes de Hollywood de la epoca dorada. --?Quieres algo? Yo invito --se ofrecio, caballeroso y amistoso. --Un Bloody Mary --respondi coqueta. Fue el inicio de la mejor noche de mi vida. Tal vez estuviera mal que dejara colgadas a mis amigas. Al fin y al cabo, habian quedado conmigo esa noche para consolarme y yo se lo pagaba, sustituyendolas por un hombre al que acababa de conocer. Y aunque en principio, lo unico que queria esa noche de noviembre era olvidar mis penas, ahogarlas en alcohol y tirarme a cualquier tio en el mugriento bano de un pub; acabe descubriendo que era verdad lo que mi abuela decia siempre: <>. Cinco anos mas tarde, las mariposas siguen revoloteando por mi estomago cada vez que estoy con el. Y hoy ademas, una mezcla explosiva de temblor en las piernas y un nudo de emocion en la garganta, han venido a visitarme para hacerme saber que al fin, unire mi vida con la del hombre al que amo. !Para siempre! En la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe. Reviso mi agenda. Quiero que todo este perfecto manana. Vestido y complementos listos, el restaurante, las flores, la iglesia, el menu, la tarta nupcial, los invitados… Martin se ha portado muy bien. Ha dejado que me quede sola en el apartamento que compartimos desde hace tres anos, y se ha ido a la habitacion de un hotel. Imagino que habra salido a celebrar la ultima noche de soltero con sus amigos, aunque prometimos que nada de "alocadas" fiestas en las que el hombre prometido acaba tirandose a la del streptease. No pasa nada, confio en el y se que no le van ese tipo de mujeres. Martin es elegante y refinado, cuidadoso hasta con el mas infimo detalle. A veces me pone un poco nerviosa que quiera tenerlo todo siempre tan organizado, pero hasta eso me gusta de el. Suena mi telefono, es Betty. Betty se caso el ano pasado con el tio del metro. Lo llamo asi porque soy muy mala para los nombres y no recuerdo como se llama. Y si, se que tal vez soy la peor amiga del mundo por no recordar el nombre del marido de una de mis mejores amigas. --?Todo listo, Kate? --pregunta entusiasmada. --!Si! He estado revisando las listas y todo esta preparado. --?Y Martin? --Supongo que en el hotel. No nos veremos hasta manana en el altar. !En el altar, Betty! !Oh, Dios…! Estoy tan nerviosa… ?Tu tambien estabas tan nerviosa? No lo recuerdo. Betty no se desprendio de sus gafas de pasta, ni siquiera enfundada en el bonito vestido de novia palabra de honor que llevo el dia de su boda. El tio del metro la miro embelesada como si fuera la mujer mas hermosa del mundo. Recuerdo haber envidiado esa mirada y haber deseado con todas mis fuerzas, que Martin me mirara asi el dia de nuestra boda. --Claro que si, Kate --dice riendo--. ?No lo recuerdas? Me temblaban las manos, Karl ni siquiera acerto a la primera al colocarme el anillo de casados. Eso es, Karl. Recordaria el nombre del tio del metro hasta despues de la boda. --?Quieres que quedemos? ?Se lo comento a las chicas? --propone. --!Claro

  • El segundo sexo de Simone De Beauvoir

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    “El segundo sexo” no solo ha nutrido a todo el feminismo que se ha hecho en la segunda mitad del siglo, sino que es el ensayo feminista mas importante de la centuria. Todo lo que se ha escrito despues en el campo de la teoria feminista ha tenido que contar con esta obra, bien para continuarla en sus planteamientos y seguir desarrollandolos, bien para criticarlos oponiendose a ellos. “El segundo sexo”, que es el ensayo de una filosofa existencialista, se encuadra en el ambito mas amplio de un pensamiento ilustrado que toma de la ilustracion precisamente sus aspectos positivos, emancipatorios; ante todo, una concepcion igualitaria de los seres humanos, segun la cual la diferencia de sexos no altera su radical igualdad de condicion. Al mismo tiempo, es un ensayo filosofico que analiza el hecho de la condicion femenina en las sociedades occidentales desde multiples puntos de vista.

  • Un paseo para recordar de Nicholas Sparks

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    Cada mes de abril, cuando el viento sopla desde el mar y se mezcla con el aroma de las lilas, Landon Carter recuerda su ultimo ano en el instituto Beaufort. Era 1958 y Landon ya habia tenido una o dos novias. Juraba incluso, que ya se habia enamorado. Desde luego, la ultima persona de la que se imagino que lo haria era Jamie Sullivan, la hija del pastor baptista del pueblo. Jamie era una chica callada, que siempre llevaba la Biblia entre sus libros para el colegio, y que parecia contenta viviendo en un mundo aparte del resto de los adolescentes: cuidaba de su padre viudo, rescataba animales abandonados y era voluntaria en el orfanato. Ningun chico le habia pedido una cita jamas. Landon nunca hubiera imaginado hacerlo. Sin embargo, un giro del destino hizo que Jamie se convirtiera en la pareja de Landon para el baile. Y desde ese momento, la vida del chico cambiaria para siempre. Estar con Jamie le enseno las profundidades del corazon humano y le llevo a tomar una decision asombrosa que marcaria el comienzo de su madurez.

  • Irina de Empar Fernandez

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    Una nina que sobrevivio al silencio y a la distancia, una novela sobre la tragedia del exilio republicano en Rusia.

  • El dia que se perdio el amor de Javier Castillo

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    Adictiva, trepidante y absorbente, Javier Castillo, autor del exitoso thriller El dia que se perdio la cordura, nos introduce de nuevo en una historia frenetica cargada suspense y amor a partes iguales.

  • Lolita… de mis fantasias de Paul Nguyen

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    El hombre vivia solo, alquilaba el altillo de aquella casa antigua y gozaba de la confianza de todos los integrantes de la casa. Siempre prolijo, trabajador, educado, honesto, incapaz de llevarse algo que no le pertenecia. Era una sombra en el hogar que no perturbaba en absoluto. Una garantia cabal. Habian pasado los anos y se habia quedado soltero; a veces salia los fines de semana, de seguro a la pizzeria de la esquina a comerse una porcion de faina y beberse una cerveza mientras jugaba al pool con sus ocasionales companeros de boliche. Y cuando el deseo apremiaba solo bastaba marcharse a la whiskeria donde lo aguardaba Daisy, con su carino de alquiler y sus expertas y frias caricias. Bastaban pocas arremetidas para desfogarse. Despues fumar algun cigarrillo con ella como a escondidas, eso si, siempre y cuando no estuviera muy concurrida la cosa. Sino a sacudirla y... afuera y bailando... Una vida chata y gris, sin futuro aparente, salvo por la presencia de ella. La habia visto crecer ante sus ojos: la flor de la casa. Aquella muneca delicada y pristina como un jazmin paseaba su fresca belleza por el lugar causando en el emociones encontradas. Veia como los galancitos la rondaban, con poco disimulado ardor, pero eso no lo inquietaba. Si ella se liaba con alguno de ellos y si hasta le obsequiaba su inmaculado tesoro, eso le tenia sin cuidado. La deseaba para saborearla sin prisas, con calma, como se hace con los mejores manjares. Asi lo imaginaba las veces que bajo la ducha se masturbaba en su honor, elucubrando dulces placeres y profundos abismos de gozo al tiempo que sentia como el orgasmo en su estallido le nacia desde lo mas profundo. Ya era una mujer, al menos asi la ley lo decia, aunque su cuerpo lo gritara desde hacia mucho antes, y el hombre comenzo a atreverse como si hubiera podido traspasar esa difusa frontera entre las ideas y el hacer. Ella parecia alentarlo, con sus sonrisas sugerentes y su mirada penetrante, esa... la inconfundible... la que le dice a un macho lo que una hembra no se atreve a expresar... La danza de los amantes, el juego de seduccion se extendio sobre la mesa y el experto tahur se enfrento a la aprendiz. No era facil traicionar la confianza de aquellos que le habian abierto las puertas de su hogar y jugar de trampa fue su unica opcion posible. Le gusto el desafio, le anadio adrenalina a su cordura y cosquillas casi olvidadas a sus entranas... La tarde se presento propicia. Hacia demasiado calor y ese dia el habia regresado antes. Una rapida inspeccion comprobo que no habia nadie en la casa. En silencio, lo agradecio. Paso por la habitacion de la nereida y hallo la puerta entreabierta. La vio de espaldas, se estaba secando, acababa de ducharse. Su cabello humedo sobre su espalda, su cintura perfecta y su culo que no dejaba lugar a la imaginacion, alli desplegado ante sus ojos, en ese espectaculo inesperado provoco en el una soberbia ereccion que no pudo ni quiso disimular. Por instinto se llevo la mano a su entrepierna y sobo su pedazo, entrecerrando los ojos. Ese gesto le proporciono el placer justo, el aperitivo adecuado que lo dejo con mas ganas... Abrio la puerta sigiloso y juro que ella noto su presencia pero se quedo alli inmovil contemplando la escena mientras la gacela seguia secandose la espalda como si tal cosa. Avanzo hasta ella e hizo sentir su aliento en su cuello, la tomo por los hombros y la obligo a girarse. La contemplo, fijo su vista en aquellos pechos jovenes, con la medida y la densidad justa como para abarcarlos con la mano y sus pezones desafiantes esperando una caricia bucal que no tardaria en llegar. Al hombre le dolieron hasta los huesos ante tanta belleza, por la vision de su vientre plano y esa almejita que lo esperaba mas abajo con la muda promesa de deleitar a esa fiera que rugia dentro de su ropa. No dudo nunca del consentimiento. Con una mano tomo su nuca y con la otra abarco el sexo de la chica. No le costo hallar el clitoris que se asomaba timido entre los labios que comenzaban a entreabrirse; el dedo mayor en toda su extension hizo el trabajo acariciando el boton mientras su boca invadia la de ella y su lengua se animaba a jugar con la suya, en suave cadencia, sin apurar el trago. Ella comenzo a gemir y sintio como se le aflojaban las piernas en esa oleada de placer que no llego del todo hasta la orilla. El hombre en cambio sintio como se humedecian sus dedos y como su propia calentura le exigia mas lena a la hoguera. En una habil maniobra desordeno su ropa de la cintura hacia abajo y en un gesto mas de desesperacion que de exigencia afirmo sus manos en los hombros de ella obligandola a colocarse de cuclillas.

  • Churros con chocolate de Tessa Cooper

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    Hugo aparecio sin avisar, bueno, sin avisar no, que era una fiesta de exalumnos de mi antiguo colegio. Lo que quiero decir es que no esperaba volver a verlo. Nunca. Y alli estaba el, acercandose hacia mi acompanado de mi mejor amiga, mirandome con esos ojos que me atravesaban y la mejor sonrisa que nunca he visto.

  • Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enriquez

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    El mundo de Mariana Enriquez no tiene por que ser el nuestro, y, sin embargo, lo termina siendo. Bastan pocas frases para pisarlo, respirarlo y no olvidarlo gracias a una viveza emocional insolita. Con la cotidianidad hecha pesadilla, el lector se despierta abatido, perturbado por historias e imagenes que jamas conseguira sacarse de la cabeza. Las autodenominadas <>, que protestan contra una forma extrema de violencia domestica que se ha vuelto viral; una estudiante que se arranca las unas y las pestanas, y otra que intenta ayudarla; los anos de apagones dictados por el gobierno durante los cuales se intoxican tres amigas que lo seran hasta que la muerte las separe; el famoso asesino en serie llamado Petiso Orejudo, que solo tenia nueve anos; hikikomori, magia negra, los celos, el desamor, supersticiones rurales, edificios abandonados o encantados… En estos once cuentos el lector se ve obligado a olvidarse de si mismo para seguir las peripecias e investigaciones de cuerpos que desaparecen o bien reaparecen en el momento menos esperado. Ya sea una trabajadora social, una policia o un guia turistico, los protagonistas luchan por apadrinar a seres socialmente invisibles, indagando asi en el peso de la culpa, la compasion, la crueldad, las dificultades de la convivencia, y en un terror tan hondo como verosimil. Mariana Enriquez es una de las narradoras mas valientes y sorprendentes del siglo XXI, no solo de la nueva literatura argentina a cargo de escritores nacidos durante la dictadura sino de la literatura de cualquier pais o lengua. Mariana Enriquez transforma generos literarios en recursos narrativos, desde la novela negra hasta el realismo sucio, pasando por el terror, la cronica y el humor, y ahonda con dolor y belleza en las raices, las llamas y las tinieblas de toda existencia.

  • Aire entre las manos (Aire y viento 1) de Marta Marquez

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  • Te pintare un mundo de colores de Paloma Perez

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    Martina no volvera a ser la misma desde que sufre un atraco en la sucursal donde trabaja. Y no sera por el miedo que pasa, sino por la sensacion que le produce uno de los atracadores. Unos ojos que consiguen helarle el alma, pero que tambien le ensenaran que solo se pisan los que bailan. No puedo dejar de pensar en aquellos minutos, en aquel dia que marco mi vida pasa siempre. No puedo dejar de recordar los pasamontanas que cubrian las caras de aquellos hombres, pero, sobre todo, no puedo olvidar esos ojos. Esa mirada que me traspaso y que no puedo sacar de mi mente ni un solo segundo. Esos ojos que intentaban tranquilizarme a pesar de estar amenazandome de muerte. Esos ojos que no pudieron hacerme dano.

  • La Ultima Mentira de Mary Kubica

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    El mundo de Clara Solberg estalla en mil pedazos cuando su marido y su hija de cuatro anos tienen un accidente de trafico. Nick muere, pero Maisie sale extranamente ilesa. El suceso se cataloga como accidente… hasta que dias mas tarde, Maisie empieza a tener terrores nocturnos que hacen que Clara se cuestione que sucedio realmente esa fatidica tarde.

  • Suenos de una cita de Anna Olsson

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    Todo empieza con una conversacion en internet. Esta pareja promete juntarse en persona hasta lograrlo convirtiendose en un hermoso romance.

  • Eres mi armonia (Ironias del destino 2) de Minerva Mcarn

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    Susana Suarez ha peleado con unas y dientes para conseguir labrarse una carrera en el mundo de la opera. Cuando, por culpa de un bochornoso incidente, se ve obligada a dejar aparcado su sueno, decide volver a casa para reponerse y decidir que hacer con el resto de su vida.
    Tomas ha sido su vecino, amigo y confidente durante gran parte de su ninez. Sus destinos se han separado en los ultimos anos y cada uno ha seguido con su vida. Ahora Susana ha vuelto e, ironias del destino, sus caminos se cruzaran y les llevaran a transitar por senderos paralelos.

  • Pasajero 64A de Luciana V. Suarez

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    Un siniestro pasajero de un avion hara que la protagonista de esta historia viva una inesperada historia de amor.

  • Lealtad y sangre de Raul Garbantes

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    LO UNICO QUE Linda Amatista escuchaba, despues del ruido del agua fria estrellandose contra su cuerpo y el suelo, era el sonido del viento corriendo entre los arboles. Por un instante, eso era todo lo que existia, como un hechizo. Se aferro lo mas que pudo a ese sonido que era un oasis en el infierno que estaba viviendo, por un tiempo que empezaba a parecerle inconmensurable. Solamente entendia que ahora la unica realidad era el dolor. A medida que volvia en si, cada parte de su cuerpo daba fe de vida a traves del suplicio que le hacia padecer. Ya el mundo de afuera se habia vuelto borroso, sonidos, formas y colores vagos; pero su mundo interno era un enjambre de senales de dolor vertiginoso que hacia parecer su cuerpo mas extenso de lo que en realidad era. Mas que un cuerpo humano, un continente de sufrimiento. --Ya es hora --escucho decir. Sintio el resplandor de una luz a traves de los parpados hinchados. Trato de taparse la cara un poco con uno de sus brazos. Ambos se alzaban sobre su cabeza inclinada, pendiendo de las munecas esposadas, estas, a su vez, entrelazadas con una cadena que se elevaba hasta un liston de madera en el techo. Las rodillas tocaban el suelo, pero ya casi no sostenian todo el peso de su cuerpo, los tobillos atados tambien. Trato de abrir los ojos. Era como si su rostro hubiera mutado a una mascara tallada por los golpes. Ahora podia escuchar hasta el zumbido de la unica bombilla de aquel pequeno lugar, una que colgaba desnuda de un cable; tambien escucho el rechinar de la madera con los pasos del torturador. Apenas podia ver su vaga silueta del otro lado del cobertizo, tomando algo entre las manos, quiza una soga. --Todo va a terminar pronto --dijo el hombre. <>, penso ella, desconcertada; como si no la hubiera abusado ya lo suficiente, como si de esa forma no la hubiera despojado ya de cada parte de su persona: treinta y tres anos, Linda Amatista, oficial de Policia condecorada del distrito de Olivares. El orgullo de su madre y de sus amigas. El hombre se acerco y libero las esposas de la cadena. Ella dejo caer todo su cuerpo al suelo, sintiendo la madera rugosa y el frio de la noche que erizaba su piel, el viento ahora golpeaba con mas fuerza que antes, produciendo un silbido cuando chocaba con el cobertizo. Por fin podia respirar hondo, por fin sus musculos se distendian, y aquel alivio mitigo un poco el calvario que atravesaba. Vio la silueta del hombre acercarse, sus contornos difusos por la luz de la bombilla, pero, sobre todo, por la mezcla de sangre y sudor que se acumulaban entre los parpados de ella. Sintio una sombra cubrirla por completo y luego un ardor cuando el retiro la cinta adhesiva de su boca, removiendo luego el panuelo del interior de esta. El frio, el miedo y el dolor le sacaban sonidos involuntarios que no lograba reprimir por mas esfuerzo que pusiera. Lo escucho reir para si y sintio ira, quiso hacer sufrir a cada hombre que conocio alguna vez, quiso hacerlos suplicar por la muerte que ella ahora deseaba para si. Sintio toda la saliva y sangre acumuladas en su boca y trato de decir algo. Su garganta estaba tan seca que apenas dejaba salir aire. --?Que? --pregunto el hombre, acercando el rostro. Enseguida se cubrio de una sustancia rojiza y viscosa al recibir un escupitajo de su victima. En el silencio que siguio, ella supo percibir la rabia acumulandose en su abusador. Esta era la unica victoria que podia permitirse, asi que sonrio como pudo, esperando que el regocijo la acompane hasta el ultimo momento. --Eres una guerrera --escucho decir al hombre--. Para nada como las otras. <>, penso Linda. Mientras, ella se obligo con todo su ser a no darle esa satisfaccion, la de verla quebrarse mentalmente. Entonces recordo las palabras de su mejor amiga, Aneth Castillo, cuando estaban en la academia de Policia. Cuanto le hubiera gustado verla una ultima vez. Quiso permanecer un poco mas en aquel recuerdo, pero su captor habia comenzado a golpearla de nuevo. Tomo algo de tiempo para que el hombre se percatara del propio frenesi en el que habia caido. Se sorprendio a si mismo con el rostro desencajado por una mueca que mezclaba rabia y placer. Estaba jadeando cuando se detuvo y la vio ante si, casi inconsciente otra vez. Bajo los brazos y subio el rostro, cerrando los ojos, como si alguna sustancia invisible lo estuviera banando. Su respiracion se volvio a calmar. Trato de penetrar lo mas profundo que podia en aquella calma, instalarse alli, en la satisfaccion y el alivio que no era capaz de experimentar de otra forma y que solo era superado por lo que pensaba hacer despues. Volvio a esposar a la mujer con los brazos atras. La vio moverse cuando ajusto el nudo de la soga en su cuello. Tomo un extremo y lo avento por encima del liston. Dio unas vueltas a la soga por su antebrazo para lograr un mejor agarre, tomandola luego con ambas manos. Despues de una respiracion profunda, comenzo a tirar de la soga. Lo hacia de forma lenta para observar a su victima contorsionarse mientras agonizaba. Y, con cada tiron de la soga, se sumergia de a pocos en un extasis unico. Para cuando la mujer ya habia dejado de moverse, ahorcada, estaba consumido por una euforia total que se concentraba en su entrepierna. Mantuvo la escena congelada un momento. Cuando sintio que ya la habia absorbido lo suficiente, solto la soga. El sonido grave del cuerpo golpeando contra la madera le disgusto. Quiza le parecio que rompia con la solemnidad que estaba experimentando. No se dejo consumir por el hecho, pues el mal humor lo sacaria por completo de la atmosfera que habia creado para si. Entonces volteo el cuerpo para que mirara hacia el techo y se comenzo a desvestir. 1 UN CASO PELIGROSO PARA LOS QUE aun no me conocen soy Goya. La primera vez que fume un cigarrillo ya estaba separado de mi mujer y mi hija me odiaba. Recuerdo que salia de un bar en la madrugada, con el aliento a licor. Estaba en camino a convertirme en un alcoholico; mejor dicho, en un adicto. El cerebro de un adicto es muy particular, saben. Es una persona compulsiva. Si logra superar una adiccion, siempre existe el riesgo de que alguna otra cosa pase a llenar ese vacio. Trato de no pensar mucho en esto. Pero la realidad no siempre colabora con los propositos de nuestra voluntad. Por el contrario, pareciera colocarle obstaculos. Esta ha sido una manana inusual en mas de un sentido. El mas evidente: el sol radiante brillando en medio de un cielo despejado. Cosa que detesto. No por aborrecer de lo que el comun de la gente disfruta, sino por el calor que produce un sol radiante por la manana en Sancare. En la comisaria todo parece brillar exageradamente, iluminado casi sin dejar sombra alguna. Siento la pelicula de sudor con la que me cubre el calor y la humedad de la ciudad, casi como una segunda piel. Siento las gotas cayendo por mi nuca, mi camisa adhiriendose a mi cuerpo incomodo y ansioso. Sobre mi escritorio hay pilas de papeles esperando por mi. Cierro los ojos y escucho el bullicio de la comisaria, manotazos sobre mesas, golpes metalicos, voces, ordenes, carcajadas, correteos por los pasillos. Cada elemento, hasta el mas insignificante, exaspera mi paciencia. Este es el dia en que se supone debemos traer a alguien de la familia para compartir un rato y que vean lo que hacemos. Una idea ridicula donde las haya. Pero mas ridiculo es que yo haya imaginado siquiera que mi hija Laura contestaria mis llamadas para invitarla. --Goya --escucho decir a Valeria desde un escritorio cercano. Tras ella esta su madre, Aneth Castillo, mi companera que sonrie e intercambia palabras con Hilario Cota, otro miembro del equipo de Homicidios. Quiza se burlan de mi porque saben cuanto detesto este lugar ahora mismo. Sin embargo, le sonrio a la nina. Me recuerda a Laura cuando tenia su edad. La alegria que veo en mi companera tambien me recuerda a mis propios animos cuando comence a trabajar con la Policia. Esta idea me refresca un poco el pesimo humor que tengo y, mientras, trato de no pensar en ciertas cosas. Escucho la puerta del comandante Sotomayor abrirse con la premura usual, que poco tiene que ver con la urgencia de lo que va a comunicar. Lo miro. Me hace un gesto con la mano. Por la cara que tiene, no debe de ser nada grave. Entro a la oficina y veo al comandante de pie, alargandome el telefono, como quien se lava las manos de una tarea fastidiosa. --?Inspector Goya? --escucho preguntar del otro lado del receptor, es la agradable voz de una mujer quiza entrando en la cuarentena. --El habla. --Es un gusto hablar con usted --dice--. Soy la fiscal Vera Simmons, del distrito de Villablanca. --?En que la puedo ayudar fiscal? --Vera, estoy manejando un caso delicado y he dado con uno de los sospechosos principales, al cual pienso interrogar en las proximas horas. Creo saber a donde se dirige la conversacion. Y no me disgusta el pronostico. --Su don de gentes --continua--, si me permite la expresion, es famoso entre algunos de nosotros, y su ayuda me pareceria invaluable. --?Quiere que interrogue a su sospechoso? --No --dice con cierta risa--. Eso lo haria yo. Pero me encantaria su asesoria, saber sus impresiones sobre el sujeto durante el interrogatorio. Solo quiero saber si deberia seguir cavando este hoyo. Le digo que con mucho gusto podria ayudarla con eso. Nada mas oportuna que una excusa para dejar la comisaria en este momento. --Goya --dijo el comandante Sotomayor, reteniendome, cuando ya cruzaba la puerta--. Recuerda que hoy es la cena del alcalde con las nuevas autoridades. Te espero alli. Un embotellamiento inesperado me mantiene en el centro de la ciudad, entre humo, bocinas de autobuses y vendedores ambulantes. Ha empezado a correr el viento, arrastrando nubes con lentitud, volviendo benevolo el calor. La luz de esta manana da a los colores y a las texturas de los edificios una nitidez particular. Un hombre mayor de piel tostada pasa por la ventana de mi auto vendiendo diarios. Le pregunto si sabe que ocasiona el trafico. --Es una manifestacion de obreros --me dice con una voz ronca--. Pero ya se estan retirando. Le compro una copia y le agradezco. Reviso por encima los titulares. <>. <>. <>. El ajetreo de siempre. Por fin los autos comienzan a avanzar. Veo un grupo de hombres con cascos de proteccion dispersarse. Al rato ya he dejado el caos del Centro y las vias se tornan mas acomodadas, los edificios mas modernos, cobran mas presencia las areas verdes con caminerias y personas haciendo ejercicios o paseando a sus mascotas: todo ocurre como si se tratara de otro mundo, uno desentendido de las noticias en la prensa y de las intenciones mezquinas de quienes abusan del poder. Asi, como en una ciudad paralela, entro al distrito de Villablanca. Sigo la direccion que me proporciono la fiscal Simmons. No demoro en llegar y, despues de anunciarme en la recepcion, la chica que me atiende me informa que la misma fiscal bajara a recibirme. No pasa mucho hasta que veo salir de un ascensor a una mujer muy atractiva y elegante. Viste un pantalon de punto grueso y corte cenido de color gris con rayas delgadas y claras, una chaqueta que hace juego con el pantalon y una blusa de tonalidad crema. Lleva tacones bajos, pero de punta fina. Tiene el pelo suelto, largo, oscuro y abundante. Ya cerca, la veo sonreir levemente, una sonrisa muy expresiva sin ser exagerada. Diria que esta entusiasmada de verme, aunque no nos conocemos. Despues de haber destruido mi matrimonio con Silvia, al punto de no dirigirme la palabra hasta el sol de hoy, nunca me vi realmente cautivado por otra mujer. Pero la fiscal Simmons ha logrado causar una impresion en mi, aunque me cueste reconocerlo. --Inspector Goya, que gusto --me dice, su voz es todavia mas agradable de escuchar en persona. Le extiendo la mano sin saber en verdad que decir o hacer, excepto un sonido vago. --Debo decir que esperaba con anticipacion nuestro encuentro --afirma mientras caminamos al ascensor. --Dejame adivinar --replico algo incomodo--, algun profesor trasnochado te hizo estudiar uno de mis casos viejos. --Espero que excuse mi cursileria. Pero es famoso, entre los de mi generacion al menos. Segui su carrera hasta que, bueno... --Hasta que lo mande todo al demonio --la interrumpo. --Exacto. A medida que subimos, el paisaje de Villablanca cobra perspectiva a traves de los cristales, sus cuadriculas perfectamente planeadas, sus espacios publicos, otros en construccion. Salimos a un piso limpio y aclimatado, de techo alto, con varios pasillos, varias oficinas y salas.

  • Amor irresistible (Love Me 3) de Elle Kennedy

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    Esta fiesta es un rollo. Deberia haberme quedado en casa, pero estos dias mi casa parece el set de un programa de las Kardashian. Gracias a mis tres companeras de piso, esta saturada de estrogenos. Por supuesto, tambien hay un monton de estrogenos aqui, en la residencia de las Zeta Beta Ni, pero son de esos a los que me puedo sentir atraido. Todas mis companeras tienen pareja, asi que no se me permite tocarlas. <>. Cierto. A causa mi autoimpuesta abstinencia, no tengo permitido tocar a nadie, y punto. Eso me hace plantearme la siguiente pregunta: si un arbol cae en el bosque y no te puedes acostar con nadie en una fiesta celebrada en la residencia de una sororidad, ?todavia se considera una fiesta? Rodeo con los dedos el vaso de plastico rojo que mi amigo y companero de equipo, Matt Anderson, me acaba de plantar en la mano. --Gracias --musito. Doy un trago y hago una mueca. Esta cerveza esta aguada, aunque puede que sea algo positivo. Un buen incentivo para no consumir mas de un vaso. El entrenamiento de manana no empieza hasta las diez, pero habia planeado llegar un par de horas antes a la pista de hielo para trabajar mis canonazos. Tras el desastroso final de la temporada pasada, prometi que haria del hockey mi maxima prioridad. El nuevo semestre empieza el lunes, nuestro primer partido es la semana que viene, y estoy motivado. Briar no llego al campeonato nacional el ano pasado, y fue por mi culpa. Esta temporada sera diferente. --?Que te parece esa chica? --Matt senala discretamente con la cabeza a una chica mona que lleva unos shorts y una camisola rosa palido. No lleva sujetador y se le marca el contorno de los pezones a traves de la tela sedosa. Se me hace la boca agua. ?He mencionado que es una fiesta de pijamas? Yip yip, hace casi cinco meses que no tengo sexo y estoy inaugurando mi tercer ano de carrera en una fiesta donde todas las mujeres apenas llevan ropa. Nunca me he jactado de ser muy listo. --Esta muy buena --le digo a Matt--. Venga, ve a ligartela. --Lo haria, pero... --Suelta un grunido de protesta--. Te esta mirando a ti. --Bueno, estoy fuera del mercado --contesto, y me encojo de hombros--. Eres libre de acercarte y decirselo. --Le doy un toquecito amistoso en el brazo--. Estoy seguro de que te considerara un premio de consolacion adecuado. --!Ja! Que te den. No soy el segundo plato de nadie. Si no se muere de ganas por enrollarse conmigo, prefiero encontrar a alguien que si. No tengo necesidad de competir por la atencion de una mujer. Este es uno de los motivos por los que Matt me cae bien: es competitivo sobre el hielo, pero fuera de la pista es bastante decente. Llevo jugando a hockey toda mi vida, y he tenido companeros que no se lo pensarian dos veces a la hora de robarle la chica a un amigo; o incluso peor, de enrollarse con ella a sus espaldas. He jugado con chicos que tratan a las fans del hockey como si fueran de usar y tirar, y que han compartido a chicas como si fueran caramelos. Chicos con ningun respeto y unos prejuicios terribles. Pero, en Briar, tengo la suerte de jugar con chicos decentes. Por supuesto, no hay ninguna plantilla que se libre de tener un capullo o dos, pero la mayor parte de mis companeros son buena gente. --Si, no creo que te resulte muy complicado --coincido--. La chica morena que esta a las dos en punto ya te esta haciendo de todo con la mirada. Abre mucho los ojos marrones cuando se fija en la chica con curvas que viste con un camison corto blanco. Ella se sonroja en cuanto sus miradas se cruzan, sonrie con timidez y alza el vaso en un brindis silencioso. Matt me abandona sin mirar atras, aunque no me extrana. El comedor esta lleno de chicas en lenceria y chicos en batines a lo Hugh Hefner. Yo no sabia que era un evento tematico, asi que llevo bermudas y una camiseta de tirantes, y voy bien. La mayoria de los tios que me rodean estan ridiculos con los atuendos que llevan. --?Te lo pasas bien? --La musica retumba, pero no esta lo bastante alta como para que no oiga a la chica a la que Matt miraba en un principio. --Si. Ha venido mucha gente. --Me encojo de hombros--. El DJ es bastante bueno. Se acerca, furtiva. --Soy Gina. --Hunter. --Se quien eres. --La simpatia irrumpe en su voz--. Estuve en el partido de la liga contra Harvard, cuando aquel capullo te rompio la muneca. Todavia no me creo que lo hiciera. Yo si. Me tire a su novia. Pero no se lo cuento. De todos modos, tampoco es que lo hiciera a proposito. No tenia ni idea de quien era esa chica cuando me acoste con ella. Aunque, al parecer, ella si que sabia quien era yo. Queria vengarse de su novio, pero yo no me entere hasta el momento en que este se lanzo sobre mi en medio del segundo partido mas importante de la temporada, el que determina quien va a la Frozen Four, el torneo mas importante de la temporada universitaria. La muneca rota fue el resultado de un placaje contra el hielo. El capullo de Harvard no pretendia rompermela, pero ocurrio, y de repente yo estaba fuera del partido. Igual que nuestro capitan, Nate Rhodes, al que echaron por intentar defenderme. Regreso de golpe al presente. --Fue una forma horrible de terminar la temporada --comento. Ella encuentra la manera de posar la mano en mi biceps derecho. Ultimamente, mis brazos estan mucho mas grandes, aunque este mal que yo lo diga. Cuando no practicas sexo, hacer ejercicio es imperativo para no perder la cabeza. --Lo siento --ronronea Gina. Desliza los dedos con suavidad por encima de mi piel descubierta, lo que me provoca unos pinchazos de calor por todo el brazo. Casi gimo en voz alta. Dios santo, estoy tan cachondo que, con solo una caricia en el brazo, una mujer me ha provocado una semiereccion. Se que deberia apartarle la mano, pero hace mucho tiempo que nadie me toca de forma no platonica. En casa, mis companeras de piso me toquetean a todas horas, pero ninguna de forma sexual. A Brenna le gusta darme cachetes o pellizcarme el trasero para burlarse de mi cada vez que pasa a mi lado por el pasillo, pero no me desea. Solo es una cabrona. --?Quieres que vayamos a un sitio mas tranquilo a hablar o algo? --sugiere Gina. He vivido el tiempo suficiente en este planeta como para ser capaz de descifrar el significado oculto de <> en el idioma de las chicas. 1) No vamos a hablar demasiado. 2) Vamos a pasar mucho tiempo haciendo <>. Gina no podria habermelo dejado mas claro, a menos que hubiera levantado un cartel que dijera: !ACUESTATE CONMIGO! Incluso se pasa la lengua por los labios cuando articula la pregunta. Se que deberia negarme, pero la idea de volver a casa ahora mismo y masturbarme en mi habitacion mientras mis companeras de piso se hacen una maraton de temporadas antiguas de The Hills no me atrae demasiado. Asi que anado: --Claro. Y sigo a Gina fuera de la habitacion. * * * Terminamos en un cuchitril en el que hay un sofa, un par de estanterias con libros y un escritorio contra la pared del fondo bajo una ventana. Esta sorprendentemente vacio. Los dioses de la fiesta se han apiadado de mi celibato y nos han proporcionado el tipo de privacidad peligrosa que deberia evitar a toda costa. En lugar de eso, me coloco en el sofa y dejo que Gina me bese el cuello. Su camisola de saten me roza el brazo y la sensacion de placer que me produce el mas minimo roce es casi pornografica. Todo me pone cachondo estos dias. El otro dia se me puso dura mientras veia un anuncio de Tupperware en YouTube porque la MILF que aparecia en el estaba pelando un platano. Entonces lo corto en pedacitos y puso los trozos de platano en un recipiente de plastico, y ni siquiera ese horrible simbolismo me disuadio de tocarme mientras pensaba en la Mujer del Platano. En un par de meses, empezare a penetrar las tartas de manzana que hace cada domingo mi companera Rupi. --Hueles muy bien. --Gina inhala profundamente, suelta el aire y su aliento calido me hace cosquillas en el cuello. Cierra la boca y, como una herradura ardiente, la posa en mi piel de nuevo. Me gusta tenerla sobre mi regazo. Sus muslos torneados atrapan los mios y siento su cuerpo caliente y voluptuoso cubierto por el saten. Tengo que parar esto. Me hice una promesa a mi mismo y al equipo, aunque nadie me lo haya pedido y todos piensen que estoy loco por insistir en no tener sexo. Matt declaro directamente que no creia que dejar de lado mis impulsos sexuales fuera a afectar en lo mas minimo a nuestros partidos de hockey. Pero yo creo que si, y para mi es una cuestion de principios. Los chicos me votaron para que fuera su capitan. Me tomo en serio la responsabilidad y, por experiencia personal, se que tiendo a dejar que las mujeres me enreden la cabeza. El ano pasado, ir de flor en flor me costo una muneca rota. No lo repetire. --Gina, yo... Me interrumpe cuando presiona sus labios contra los mios. De pronto, nos estamos besando y la cabeza me da vueltas. Sabe a cerveza y a chicle. Y el pelo, que le cae sobre un hombro en una cortina espesa de rizos rojos, huele a manzanas. Mmm... Me la quiero comer. Nuestras lenguas bailan y el beso se vuelve mas profundo y apasionado. La cabeza todavia me da vueltas y la lujuria y el descontento libran una batalla en mi interior. He perdido la capacidad de pensar con claridad. La tengo tan dura que me duele, y Gina solo lo empeora cada vez que se restriega contra mi entrepierna. Treinta segundos mas, me digo. Treinta segundos mas y paro esto antes de que vaya mas lejos. --Te deseo tanto... --Vuelve a posar los labios en mi cuello, y entonces, joder, desliza la mano entre los dos. Me agarra el pene por encima de los calzoncillos y casi gimo de placer. Hacia una eternidad que una mano que no fuera la mia me tocaba. El placer es vergonzosamente intenso. --Gina, no. --Gimo, y necesito hacer un gran esfuerzo para apartarle la mano. Mi pene protesta y deja caer liquido preseminal por el interior de mis boxers. Ella se sonroja y se le ponen los ojos vidriosos. --?Por que no? --Estoy... Me estoy tomando un descanso de todo eso. --?De que? --Del sexo. --?Como? --Intento vivir sin... --?Sin que? --Parece tan confusa como yo abatido. --Sin sexo --aclaro, taciturno--. Quiero decir que no tendre sexo durante un tiempo. Frunce el ceno. --Pero... ?por que no? --Es una larga historia. --Hago una pausa--. Bueno, en realidad, no lo es. Este ano quiero concentrarme en el hockey, y el sexo es una inmensa distraccion. Eso es todo. Permanece en silencio durante un largo segundo. Entonces, me toca la mejilla y me acaricia la barba incipiente sobre la mandibula con el pulgar. Se pasa la lengua por los labios, y yo casi me corro en los pantalones. --Si te preocupa que quiera tener algo mas contigo, relajate. Solo busco un rollo de una noche. Tengo muchisimo trabajo este semestre y no tengo tiempo para relaciones. --No tiene nada que ver con las relaciones --trato de explicar--. Es el sexo en general. Una vez empiezo, no quiero parar. Me distraigo y... Vuelve a interrumpirme. --Vale, sin sexo. Te la como. Casi me atraganto con mi propia lengua. --Gina... --No te preocupes, me tocare mientras lo hago. Las mamadas me ponen muy cachonda. Esto es una tortura. Pura tortura. Lo juro, si el ejercito necesita ideas para romper a alguien, dadle a un chaval universitario que tenga una ereccion, echadle a una tia buena sobre el regazo y haced que ella le diga lo mucho que quiere tener sexo sin compromiso y que le ofrezca mamadas porque la ponen <>. --Lo siento --gruno. Entonces, logro realizar una hazana todavia mas dificil: la aparto de mi regazo y me levanto--. Mi estado mental no es el mas apropiado para... nada de esto. Ella se queda sentada y echa la cabeza hacia atras para mirarme. Tiene los ojos abiertos de incredulidad y una pizca de... lo que podria ser compasion. Por el amor de Dios. Ahora se apiada de mi por mi celibato. --Lo siento --repito--. Y para que lo sepas, eres la chica mas atractiva de esta fiesta y mi decision no tiene nada que ver contigo. Me hice una promesa en abril y quiero mantenerla. Gina se muerde el labio inferior y, para mi sorpresa, veo un destello de admiracion en su rostro. --No voy a mentir --dice--, estoy un poco impresionada. No hay muchos tios capaces de mantenerse firmes a esa decision cuando se topan con mi cuerpazo. --No hay muchos hombres tan estupidos como yo. Sonriente, se levanta de un salto. --Bueno, supongo que nos veremos por ahi, Hunter. Me gustaria decirte que te esperare, pero esta chica tiene sus necesidades, y es evidente que no van acordes a las tuyas. Se rie, sale poco a poco del cuchitril y yo observo como balancea su atractivo trasero a cada paso. Me paso ambas manos por el pelo y suelto un gemido ahogado contra las palmas. No se si deberia estar orgulloso de mi mismo o patearme el culo por el ridiculo camino que he tomado. En gran medida, me ha ayudado a concentrarme en el hockey. Saco toda mi frustracion sexual sobre el hielo. Soy mas fuerte y rapido de lo que era la temporada pasada, y casi me deshago de la desesperacion en cada uno de los lanzamientos a porteria que hago. Las balas dan en el objetivo, casi a modo de homenaje a mi pene doliente. Un reconocimiento de que su sacrificio debe ser honrado. Solo es hasta el final de la temporada, me aseguro a mi mismo. Siete meses mas, que sumaran un ano entero de celibato en cuanto cruce la linea de meta. Y entonces me recompensare a mi mismo con un verano lleno de sexo. Un verano de sexo. Un verano de sexo sucio, decadente e interminable. Por favor. Estoy muy cansado de mi propia mano. Y no estoy ayudando a la causa con estupideces como abrirme a la tentacion con preciosas chicas de sororidades. Por primera vez en mucho tiempo, me muero de ganas por que empiecen las clases. Con suerte, tendre tanto trabajo este semestre que me ahogare en el. Deberes, tiempo extra sobre la pista de hielo, entrenamientos y partidos: es todo en lo que me permito concentrarme. Y, por descontado, no mas fiestas de sororidades. Evitar la tentacion es la unica manera de centrarme en el juego y mantener la polla en los pantalones.

  • La rama que no existe de Gustavo Martin Garzo

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    El narrador de esta historia es un profesor de ciencias en un instituto de secundaria. Lleva una vida de lo mas anodina: sin alicientes artisticos, ni casi vitales, aunque con grandes dotes para la observacion.
    Todo cambia cuando conoce a Claudia, la enigmatica nueva profesora de literatura que ha llegado a su instituto, de quien se enamorara perdidamente, y poco a poco ira conociendo lo que se esconde detras
    de tanto misterio.
    A esta amistad se sumara la figura de Blanchard, un pintor especializado en el dolor fisico pero incapaz de pintar. Entre los tres formaran un triangulo imperfecto en el que uno cuida de otro, manteniendo asi un dificil equilibrio vital.
    Una novela que con su realismo psicologico se sale un poco de la linea mas magica a la que nos tiene acostumbrado su autor. Aqui se trata de retratar el sufrimiento contemporaneo con un estilo que por momentos parece casi clinico y por momentos se desliza hacia su lado mas poetico

  • La noche del fuego de Pablo Poveda

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    Tras unos anos fuera, Caballero regresa a la ciudad de Alicante durante la noche de San Juan. De forma accidental, sera testigo de un cruel asesinato y no podra evitar verse involucrado en el. Alli conocera a una misteriosa mujer de la que no podra deshacerse. Lo que en un principio parecera accidental, se convertira en toda una pesadilla para el periodista.

  • Mirame, el juego de Marina (Mirame 1) de Marissa Cazpri

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    Repite conmigo --dice con determinacion Veronica--, necesito estas vacaciones y voy a pasarmelo bien. --Eres una pesada... --!Repite! !Vamos! --Agarra con fuerza mis hombros. --Necesito estas vacaciones y voy a pasarmelo bien --digo con desgana y poniendo los ojos en blanco. --Venga, Marina --murmura cansada--. Han pasado ya seis meses y tienes que empezar una nueva vida. No puedes limitarte a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. --Tambien quedo contigo. --La miro de reojo para que no me regane mas. --Si, para tomar un cafe y ya esta... tienes que empezar a hacer vida social, eres muy joven todavia, carino. --Vale, vale. --Levanto las manos desesperada por terminar esta conversacion--. Por una vez te voy a hacer caso, tengo una semana por delante y lo voy a intentar. !Que remedio!, ella ya se habia encargado de todo. Mi mejor amiga me ha reservado una semana de vacaciones para mi sola en un hotel en las Islas Canarias. Llevaba un mes dandome la tabarra para que fuese sola y asi poder desconectar de mi aburrida vida y hacer amigos nuevos y, con amigos, se refiere a ligues. Y yo, con tal de no aguantarla mas, le hice caso. Creo que me estoy arrepintiendo ya de haberlo hecho. --!Bien! --Aplaude dando saltitos mi loca amiga. Hace seis meses que mi marido y yo nos divorciamos. Lo pille en nuestra cama con una chica que no tendria mas de veintidos anos. Y el muy gilipollas, me dijo que eso habia ocurrido porque yo ya no le ponia en la cama, que habia engordado un poco y que eso, sumado a la rutina, lo habia empujado a hacerlo. El muy... queria hacerme sentir culpable de que el no pudiese tener su bragueta quietecita. Juan y yo nos conocimos en el instituto y fue un flechazo a primera vista. Fue mi primer amor, mi primer novio... mi primero en todo. A las pocas semanas de pillarlo en su infidelidad, me entere de que para el no fui la primera en nada; en eso tambien me mintio. ?Como pude estar tan ciega? Pues si que se puede, yo lo estuve quince anos. Y aqui estoy, con casi treinta anos, divorciada y sin experiencia con los hombres. Por eso siento panico cada vez que mi mejor amiga me invita a salir a ligar por ahi, pareceria una nina asustada y seguramente se reirian de mi. Veronica siempre me ha dicho que pienso demasiado las cosas, que tengo que desinhibirme un poco y dejarme llevar. <<--Ademas, eres guapisima y, a pesar de lo que te dijo el gilipollas de tu ex, tienes unas curvas de vertigo y eso a los hombres les gusta>>. Es muy facil decir eso desde el pedestal de la belleza pura. Ella siempre arrasa por donde va, rubia natural, ojos verdes, alta, esbelta y un glamour que mas quisieran muchas de las que salen en las revistas del corazon. Hija de padres bien situados y acostumbrada a estar siempre a la ultima, en su armario nunca le falta un modelito distinto para estrenar en cada ocasion. En cambio, yo soy todo lo contrario, morena, con unos kilitos de mas, no tan alta y sin sentido de la moda. Bueno, mis ojos si que me gustan. Aunque no sean claros, me encantan. --!Te voy a echar de menos, guapi! --grita y me abraza fuerte. Todo el mundo nos esta mirando y yo me sonrojo. Estamos en la cafeteria de la empresa terminando el desayuno. Manana, uno de agosto, comienza nuestro mes de vacaciones. Siempre se las apana para coincidir en nuestras vacaciones, dice que se aburre sin mi en la oficina. Desde que nos conocimos hace cinco anos, somos una y carne. Yo tenia una entrevista en cuanto me mude a Madrid. Era en la multinacional Tolson, una compania de renombre y conocida internacionalmente, dedicada al alquiler de vehiculos. El puesto al que optaba era de secretaria de direccion, trabajaria para la directora de la delegacion de Madrid, Carmen Salas. Veronica, es secretaria del gerente de recursos humanos y fue la que me atendio para la entrevista. Congeniamos muy bien desde el principio y, estoy completamente segura, que ella tuvo mucho que ver con mi ingreso en la empresa. Siempre lo ha negado pero yo se que me ayudo un poco. Se lo agradecere eternamente a pesar de que no soporto muchas veces a mi jefa. Es una cuarentona atractiva y engreida que se cree por encima de todo el mundo. --?Has hecho la maleta? --pregunta emocionada Veronica cuando nos dirigimos de vuelta a la oficina, que se encuentra en la decima planta del edificio. --A medias, esta noche la terminare. --Habras incluido el par de conjuntitos que te regale, ?verdad? --dice con una sonrisa picara. --Si. --Pongo otra vez los ojos en blanco. Me regalo un par de conjuntos de lenceria sexy por si ligo en vacaciones. No quiero quitarle la ilusion pero, seguramente, vendran de vuelta con la etiqueta puesta. De vuelta en mi mesa, me encuentro con una nota de la bruja del Oeste, asi apoda Veronica a mi jefa, por la nariz que tiene. En ella, me indica que antes de irme de vacaciones, tengo que fotocopiar todos los contratos del mes de julio. !Creia que de eso se encargaban en administracion! Miro mi reloj, las nueve y media de la manana, eso me va a llevar todo el dia ocupada en el archivo. Seguramente quiere librarse de mi y no sabe como. Cuando viene una visita importante, siempre intenta que yo no este por aqui. Parece que se averguenza de mi o algo parecido. Resignada, rebusco en mi bolso el mp3, no se trabajar sin musica, y me encamino hacia el archivo. Se encuentra en el sotano del edificio, junto al departamento de informatica en el que me encuentro con un concentrado Ricardo, jugando a un juego de rol online. --!Hola Ricardo! ?Como va tu mago? --le pregunto amablemente, mientras miro por encima de su hombro la pantalla del ordenador y veo a un munequito vestido con una tunica morada y un baston que reluce, dentro de una especie de casa y moviendose como un poseso. --!Marina! Bien, bien, le estoy subiendo las habilidades. --Me sonrie con la ilusion de un nino pequeno con su juego de rol online. En cambio, Ricardo tiene unos treinta y cinco anos, casi no tiene pelo, delgado y vestido con vaqueros gastados y camisetas de algodon de manga corta con dibujos de super heroes o algun comic-. Por cierto, ?como va tu bicho? --Se refiere a mi portatil. --!Estupendo! Gracias de nuevo por arreglarmelo --respondo con una amplia sonrisa. Me salvo la vida cuando se ofrecio a echarle un vistazo a mi ordenador cuando pense que habia muerto. --Por mi chica, lo que sea. --Me guina un ojo. Yo me ruborizo, desde que se entero que estoy libre, ha intentado varias veces invitarme a cenar. Para ser informatico es muy extrovertido. Sigo adelante por un pasillo y, al fondo, esta la puerta de acceso al archivo. Al entrar, me encuentro con Rita, una mujer de unos sesenta anos muy amable que se encarga de todo el recinto. Esta sentada en su mesa escaneando documentos. --Buenos dias, querida. --Me saluda al levantar la vista--, ?en que puedo ayudarte? --pregunta en su peculiar tono de voz dulce. --Buenos dias, Rita. Necesito que me indiques donde se archivan los contratos de julio, Carmen me ha mandado fotocopiarlos. Rita me mira compasiva, conoce a mi jefa desde hace muchos anos y sabe que me tiene un poco explotada. Busca en su ordenador la ubicacion del mes de julio y me indica en que pasillo y seccion esta. Cojo un carrito para cargar las cajas y me adentro por el laberinto que conforman las estanterias que contienen cajas apiladas, llenas de documentos y que llegan hasta el techo. Doblo dos veces a la derecha y una a la izquierda y, finalmente, encuentro el mes de julio. Al verlas casi me da un patatus, esto me llevara mas tiempo del que crei. Parece que mi jefa no quiere que salga a mi hora hoy. Cargo todas las cajas en el carrito y lo llevo todo junto a las fotocopiadoras. --?Como va la digitalizacion de los archivos? --le pregunto esperanzada a Rita. --Por el mes de mayo, querida --responde en tono de disculpa--, desde que me han quitado a los chicos de practicas, voy muy atrasada. --Todos los estudiantes en practicas protestaban cada vez que les mandaban con Rita porque lo unico que hacian eran fotocopias, escaneos y archivar. Yo los entiendo pero ella me da mucha pena. Es el ultimo eslabon de la empresa y apenas si nadie se acuerda de que esta aqui. --No te preocupes, no pasa nada. --Le sonrio triste--. ?Te importa que escuche musica mientras fotocopio? --le pregunto ensenandole mi mp3. --No, claro que no. Me pongo los auriculares, enciendo mi mp3 y empiezan las notas de una cancion que esta siendo un exito ahora en la radio, Feel So Close de Calvin Harris y empiezo a moverme al ritmo de la cancion. Cuando llevo diez minutos, miro hacia las cajas y resoplo, parece que no he hecho nada. Entonces noto que me tocan suavemente en el hombro. --Si quieres, te ayudo a fotocopiar --dice Rita con una sonrisa. --No quiero meterte en un lio... --digo mientras me quito los auriculares. --!Tonterias! --Hace un gesto con la mano para quitarle importancia y se agacha para coger una caja--. Nadie se va a enterar y asi me entretengo un ratito. Nos ponemos manos a la obra las dos, contandonos anecdotas y riendo. Eso hace que pase el tiempo rapido y comprobamos, ante nuestro propio asombro, que terminamos en unas tres horas, a falta de treinta minutos para la hora de la comida. Me daria tiempo a subirlos, darselos a mi jefa y comer con mi mejor amiga en la cafeteria puesto que ya no la voy a ver hasta mi vuelta de las vacaciones; esta tarde quiero descansar bien, mi avion sale temprano manana. --Muchas gracias Rita, me has librado de quedarme hasta muy tarde hoy. --Aprieto su mano en senal de agradecimiento. --Ha sido un placer y me lo he pasado genial contigo, como siempre. --Se despide con esa sonrisa tan especial que tiene la mujer--. Que disfrutes de tus vacaciones. Le doy las gracias. Cojo prestado otro carrito mas pequeno para poder llevar todos los papeles hasta mi planta y, cuando voy de camino hacia el ascensor, escucho unos gemidos. Aqui abajo no hay nunca un ruido, asi que se esta mas alerta si se escucha algo anormal. Identifico la direccion de donde provienen: el cuarto de mantenimiento. Paso junto a el, no puedo evitar la curiosidad y pego la oreja a la puerta. !!Son gemidos de mujer!! --!Oh! Si... siiii... --Me tapo la boca con la mano por la sorpresa, !es Veronica! Pero, ?con quien esta? Sigo escuchando y oigo los gemidos varoniles de su acompanante pero no consigo distinguir quien es. Examino la puerta por si hay alguna rendija o algo y, contenta de mi, encuentro un pequeno agujero junto al pomo de la puerta. Miro a mi alrededor para que nadie me pille espiando y me agacho hasta ponerme a la altura del agujero. La imagen que veo hace que empiece subirme la temperatura. Mi amiga, subida a una pequena mesita, con la falda recogida en la cintura, con la camisa desabrochada dejando al descubierto sus pechos y abierta totalmente de piernas. !Madre mia! Me escandalizo y dejo de mirar pero mi curiosidad me puede y vuelvo a poner el ojo en el agujero. Entre sus piernas, veo una cabeza de pelo moreno, que se separa un poco, sonrie y la mira. Es nada mas y nada menos que el chico de practicas que tiene a su cargo. A mi se me cae la mandibula por la sorpresa. Le esta haciendo una buena faena porque ella tiene los ojos en blanco debido al placer y le agarra con fuerza el cabello. Se me acelera la respiracion al verlos ahi retozando. De pronto, el chico, que no tendra mas de veintiun anos, se incorpora, se saca un preservativo del bolsillo del pantalon y se lo pone en su miembro erecto. !Vaya con el yogurin1! Puede estar contento con dar la talla. Me abanico con la mano, estoy empezando a tener mucho calor. Se besan con pasion y Veronica enrolla sus largas piernas en la cintura del joven para atraerlo hacia ella con una sonrisa lasciva. Entonces el, sin previo aviso, la ensarta de un golpe, con el consiguiente gemido de sorpresa de mi amiga. A continuacion, el chico comienza a mover sus caderas lentamente, eso hace que ella empiece a suspirar y a moverse siguiendo su compas. Siguen besandose con violencia, Veronica gime cada vez mas alto y eso vuelve loco al de practicas que acelera las embestidas a la vez que baja la cabeza y le muerde los pezones. !Por Dios! A ella no parece dolerle, al reves, eso hace que se excite mas. Lo agarra del trasero y lo aprieta mas contra ella. Hasta que juntos llegan al climax, ella casi gritando y el grunendo. En ese momento, yo gimo de placer tambien. No me he dado cuenta pero he bajado mi mano hasta mi entrepierna y me estaba tocando. !Que hago! !Joder, Marina! !Que es tu amiga! Avergonzada por lo que acabo de hacer, me incorporo y salgo corriendo hacia el ascensor. Por el camino, intento calmarme. Me he excitado con mi mejor amiga, !que verguenza! Si no soy capaz ni de ver una pelicula porno... Por suerte, cuando llego a mi departamento, ya no queda un alma en la oficina, se han ido todos a comer. Asi nadie podra verme tan acalorada.

  • Venganza en el Tamesis de Anne Perry

    https://gigalibros.com/venganza-en-el-tamesis.html

  • No puedo dormir contigo, carino (Los peligros de enamorarse de un libertino 2) de Raquel Mingo

    https://gigalibros.com/no-puedo-dormir-contigo-carino-los-peligros-de-enamorarse-de-un-libertino-2.html

    Llega la segunda entrega de la serie <> con la historia de Helailla y Keylan.

  • Por el cielo y mas alla de Carme Riera

    https://gigalibros.com/por-el-cielo-y-mas-alla.html

  • Libelulas Azules (Ethan Bush 3) de Enrique Laso

    https://gigalibros.com/libelulas-azules-ethan-bush-3.html

    LA NOVELA DE LOS RECORDS. MILES DE LECTORES EN TODO EL MUNDO

  • Los vigilantes del faro (Los crimenes de Fjallbacka 7), Camilla Lackberg de Camilla Lackberg

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    Una historia de antiguas leyendas y tragedias familiares entre la decada de 1870 y la epoca actual. La novela mas espectral de la serie Los crimenes de Fjallbacka (Novela negra)

  • Las virtudes de la perdida de David Arrabal Carrion

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    Acompana a un grupo de refugiados sirios en su penoso camino hacia la libertad, blande la espada junto a un vengativo samurai, huye de ti mismo en lo mas profundo de Africa, espera a tu esposo para cenar, contrata a un sicario para que ponga fin a tu enfermedad, levantate como un dios contra la humanidad o desciende hasta el mismo corazon del Infierno. Entra en estas paginas sin miedo, pues como todos los personajes de estos cuentos, lo creas o no, ya estas sentenciado. En esta coleccion de 18 relatos seremos conducidos a traves de una oscuridad cotidiana hacia la ausencia, el dolor, el anhelo, la venganza, la impotencia, la resignacion y la muerte.

  • Bajo la superficie de Heidi Perks

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    Cuando, al volver del colegio, la adolescente Abigail Ryder descubre que su familia ha desaparecido, se queda desolada.
    Aquello no tiene sentido. Faltan cosas de la casa y el cuarto de sus hermanastras esta completamente vacio. Pero la policia la tiene por una chica problematica, y la abuela Eleanor le dice que olvide a la familia y se marche, de modo que Abigail no tiene mas remedio que afrontar el futuro? sola.
    Catorce anos despues, Abi y Adam son una feliz pareja que se plantea la posibilidad de ser padres. Pero cuando el pasado vuelve para acosarla, a Abi solo le queda un camino: retroceder con el fin de poner al descubierto la verdad? y desvelar los horribles secretos que una madre ha estado ocultando todos estos anos.

  • Sylvia de Leonard Michaels

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    En Sylvia no hay suspenso. Apenas empieza el relato, como en las tragedias griegas, la suerte esta echada, y esta echada aun antes de que se arrojen los dados. Prerrogativas de la ficcion autobiografica: Sylvia es la version estilizada del primer, catastrofico matrimonio de su autor, Leonard Michaels; el hombre que hacia fines de los anos ochenta se decide por fin a escribirla, casi treinta anos mas viejo que el que la vivio, escritor mas que reconocido, sabe demasiado bien que el menu con que termina su relato no incluye perdices sino cuarenta y siete pastillas de Seconal. La forma tragica, sin embargo, es una decision literaria, no un dictado de las circunstancias. El relato de Michaels no descubre, no devela nada que no este cifrado ya en la sorda combustion de sus primeras paginas, cuando el narrador, convencido de acudir a una cita inofensiva con una amiga de la universidad, tropieza de golpe con el plus de esa morocha desconocida que acaba de salir de la ducha, o en la eficacia sinoptica de una sola escena, un solo gesto, un solo objeto: el traje de bano del novio italiano de Sylvia, que esta deja colgando del picaporte del lado de afuera de la puerta mientras espera en el sillon, desnuda, que su nueva presa --el incauto narrador-- caiga en la trampa. Apenas los dejan solos, antes incluso de intercambiar las primeras palabras, el narrador dice sentir que son <>. Como pasa con los grandes relatos, lo que importa no es la carniceria sino la morbidez de la carne, el filo, el brillo y la elegancia de los cuchillos y, sobre todo, los matices infinitos que el rojo sangre es capaz de cobrar cuando los ilumina un ojo fotosensible. Todo esta escrito desde el comienzo, en Sylvia, de modo que todo puede suceder rapido, muy rapido, como solian suceder las cosas en los buenos viejos tiempos, y sobre todo en la Nueva York que describe Michaels, tan autobiografica como los hitos cada vez mas atroces de su via crucis sentimental: una ciudad que es pura simultaneidad, suerte de orgia de radicalidad donde el vociferante Lenny Bruce coexiste con las espaldas de Miles Davis, el saxo de Ornette Coleman musicaliza la predica de Malcolm X y el protoescritor que despierta entre cucarachas y ratas --zoo de cristal de los departamentostugurio donde palpita la bohemia neoyorquina-- se pasea una hora mas tarde en un Porsche descapotable con Jack Kerouac en el asiento delantero, declamando a voz en cuello las insidias que los criticos escriben sobre el. Para el narrador y Sylvia --flapper anacronica, cuyo flequillo Michaels trasplanta, ayudado por el psicoanalisis, de los roaring twenties a los golden sixties-- se trata ante todo de avanzar a toda velocidad, quemar etapas. Recien se conocen y ya se han mudado juntos de ciudad, ya se descubren durmiendo bajo el mismo techo. No es de extranar, pues, que ese primer hogar les dure lo que les llevo elegirlo: una noche, tiempo suficiente para que quien les alquila la pieza sufra en carne propia los efectos del soundtrack pasional (fornicar + pelear), aun indecorosos, al parecer, para los estandares mas bien laxos de los anos sesenta. Pero la calle en la que los amantes se sorprenden al otro dia no es un accidente sino una necesidad, la ley fatal de una relacion que ya al mes de nacer se piensa como <>: la intemperie es el espacio propio del calvario amoroso, no importa si adquiere la forma visible de un dos ambientes en Greenwich Village, un estudio en el SoHo o un piso en Columbia, tres de los puntos cardinales entre los que Michaels hace rebotar sin piedad a sus dos heroes sangrantes. Claro que no sangran por la misma herida. Sabemos que Sylvia Bloch tiene diecinueve anos, que es judia y huerfana y no <>, que nunca tuvo (ni tendra) un orgasmo, que cursa la carrera de Clasicas solo porque el narrador se lo sugiere, que tiene el primer y ultimo gesto de amor banal con el narrador --una vianda para el tren acompanada de una esquela con las palabras <>-- cuando acaba de separarse de el, que le gusta tirar y romper cosas, simular, sufrir y hacer sufrir, desproporcionar, amenazar con suicidarse, suicidarse por fin. Pero ?esta loca Sylvia? El lector precavido se lo pregunta bastante antes que el narrador, y con identica precocidad comprende tambien hasta que punto la pregunta es irrelevante, burguesa, incluso vulgar --tanto como los tapizados tajeados o los cachivaches rotos con que los filisteos confundian las obras maestras de la vanguardia-- aplicada a este frenesi que atraviesa en llamas una epoca que elogia la locura, donde la deformidad no es un accidente indeseado sino un valor (Diane Arbus es uno de los cameos conspicuos del libro de Michaels) y la inestabilidad menos una contrariedad a evitar que una experiencia imperdible, la unica verdaderamente digna de ser experimentada. Sin embargo, fieles a un identikit de mujer-bruja que vetea de un machismo aterrado pero reverencial un buen pano de la mejor literatura contemporanea --del despiadado Philip Roth de The Facts, donde Roth rememora su borrascosa relacion con Margaret Martinson, al paternalismo enternecido del Cortazar de Rayuela, con la Maga como musa loca e inocente --, los descalabros de Sylvia son tan culpables del veredicto psicopatologico con que el lector masculino se apura por neutralizarlos como de su propia envergadura de personaje: bigger than life, hilarante y feroz, extraordinario, o en todo caso extraordinariamente mas comprador --no importa lo mucho, lo en vano que intentemos ahora devolver eso que hemos comprado-- que la sensatez apatica y desconcertada del narrador, judio tambien pero de la rama victima, siempre sorprendido y perplejo y un poco farsante, siempre apagando incendios ajenos, siempre tironeado entre las bolsas de kreplaj y knishes con que lo carga su madre y los SOS colericos, los reclamos, los ultimatums de Sylvia. Cherchez la femme, sin duda. Pero ?para que buscarla si es ella --mujer medusa, monstruo inconformable, motor insomne-- la que esta todo el tiempo en camara, presente como una pesadilla, aun cuando el rostro palido que se desvive por ocupar el cuadro sea el del narrador? Y sin embargo hay que buscarla. Ademas de ser un retrato genial de psycho fatale y una de las memoirs de infierno sentimental mas espeluznantes que haya dado el fin de siglo pasado, Sylvia es tambien una fabula de iniciacion, la cronica de las primeras escaramuzas de un aprendiz de escritor que, para decirlo suavemente, no da pie con bola. Es un plano del libro que se suele pasar por alto, a tal punto tienden a eclipsarlo el magnetismo bestial de la mujer poseida y la logica autodestructiva, a la vez redundante y erratica, disparatada y monotona, de una gran pasion con destino de escombro. En rigor, la guerra amorosa va en Sylvia de la mano de la literaria. Amar y escribir: ese es el plan inicial del narrador, que el narrador mismo -- perfectamente al tanto, sin embargo, del final de catastrofe que lo espera-- evoca al principio fingiendo algo del entusiasmo, la fe, la virginidad originales con que lo acometio. Por candido que sea, el programa llama la atencion por lo persistente. A lo largo del libro, el narrador ama tanto como escribe --lo que, dada la clave catastrofe del relato, quiere decir mas bien que tropieza, pierde pie, se enfanga y naufraga tanto en el amor como en la escritura. Y aunque las batallas del primero lucen bastante mas espectaculares que las de la segunda, es dificil no ver hasta que punto estan conectadas, en que medida la intensidad critica del frente amoroso --frenesi, crispacion, imprevisibilidad-- no es la contracara de los traspies opacos del literario sino mas bien su combustible, su materia prima, incluso su condicion de posibilidad. ?Era asi como habia que amar para poder escribir, al uso psicopatico, vampirizandose hasta la demencia, en los <> anos sesenta? La leccion de Sylvia toca la relacion radioactiva entre vivir y escribir, pero la cosa no es tan simple. <>: si hay algo del paradigma sesentista a lo que Leonard Michaels sigue fiel en los noventa es esa compulsion a eludir lo directo, cierto goce del sentido obtuso que permitia que pelear fuera la metafora de follar (y viceversa) y, para un aprendiz de escritor, quiza, que escribir fuera la metafora de amar (y viceversa). <>, rememora el narrador, <>. En ese sentido, lo que el narrador le debe a Sylvia es mucho, muchisimo mas que cuatro anos de oscura, malsana, procelosa vida sentimental. Le debe en rigor su maquina de escribir: sin duda el artefacto mismo, la Olivetti Lettera 22 que Sylvia le regala (y luego, en uno de sus raptos de furor, le arroja a la cara y estrella contra la pared sin estropearla, al punto tal que es la misma que Michaels dice estar usando en los noventa), pero, de un modo mas fundamental, el programa literario que vertebra sus primeros pasos en la escritura.

  • Cronicas matematicas de Antonio J. Duran

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    ?Que son las matematicas? ?Para que sirven? ?Por que es importante conocer su historia? Estas son algunas de las preguntas a las que da respuesta esta obra que nos narra de forma concisa la historia de esta ciencia desde la Prehistoria hasta nuestros dias. Pero esta narracion no es solamente una superposicion de personajes historicos y de sus felices descubrimientos, sino que es una reivindicacion de los componentes emocionales, incluso irracionales, que muchas veces han acompanado las actitudes apasionadas de estos celebres personajes que se han empenado en buscar soluciones a los mas diversos problemas.

  • El coleccionista de flechas de Cristian Perfumo

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    !UN NUEVO THRILLER DEL AUTOR MAS LEIDO DE LA PATAGONIA!

  • Con aroma a madera de Luz Barreras

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    Una historia que nos recuerda que cada dia tiene mil cuatrocientos cuarenta minutos para vivirlos, que las cosas sencillas de la vida pueden obrar magia y que hay muchos caminos para llegar al hogar.

  • El Lado Peligroso de Jude de Nicole Williams

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    Lucy desea a Jude mas que a nada en este mundo, pero sabe que el amor es un juego peligroso... y dejarse llevar puede salirle caro. Jude Ryder atrae siempre todas las miradas. Es guapo, insolente, atrevido... y desde que esta con Lucy exhibe una sonrisa que quita el hipo. Pero, aunque estan mas enamorados que nunca, ella no lo tiene claro. Por un lado, Jude siempre ha sido un rompecorazones, magnetico para todas las chicas. Y por otro, ahora se encuentran a mas de cuatro horas de distancia: ella en una exclusiva escuela de danza y el en una buena universidad gracias al futbol americano. Y, por si esto no fuera suficiente, Lucy ha descubierto que alli es tradicion que cada jugador tenga una <> animadora, y la de Jude alberga intenciones muy poco fraternales...

  • El juego serio de Hjalmar Soderberg

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    El juego serio, publicada en Suecia en 1912 casualmente el ano de la muerte de otro de los grandes escritores del pais, Strindberg, es una de las cimas narrativas de Hjalmar Soderberg, una bellisima y amarga historia de amor ambientada en la Estocolmo de finales del siglo xix y principios del xx, ciudad magistralmente evocada en la novela. La travesia de la pareja de amantes protagonista, Arvid Stjarnblom y Lydia Stille, por el anhelo, el desamparo, la traicion, el adulterio y la renuncia a lo largo de los anos, tine de fatalismo estas paginas deslumbrantes que parecen plasmar con brillantez una de las citas mas conocidas del autor: <>.

  • Chick de Eneida Wolf

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    Esa ha sido siempre la diferencia entre tu y yo. Que yo creo en el amor aunque nunca me han querido, y tu no crees en el aun teniendolo delante de las narices.

  • Calor extremo (Serie Castle 7) de Richard Castle

    https://gigalibros.com/calor-extremo-serie-castle-7.html

  • Casos de pruebas circunstanciales de Janet Lewis

    https://gigalibros.com/casos-de-pruebas-circunstanciales.html

    Las tres novelas que forman la celebre trilogia de Janet Lewis <>, reunidas en un solo volumen.

  • Las redes de poder en Espana de Andres Villena

    https://gigalibros.com/las-redes-de-poder-en-espana.html

    ?Quien manda en Espana?

  • Amor en juego de Liliana Diaz

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    Enrollarme en algo amoroso no era lo mio. Las cosas de una noche son siempre mas faciles para mi. Soy una mujer practica y enfocada en mi trabajo, por eso no tengo tiempo para enamorarme.
    Y cuando me presentaron el caso de este jugador de futboll que no sabia mantener sus asuntos en reserva y saltaba de cama en cama, lo entendi. Esto seria mas facil de lo pensado. Simplemente le debia ensenar como hacer las cosas.
    Que fuera un atractivo cliente no era complejo de manejar, yo me regia por una ley: Los clientes estan fuera de la liga.
    Sin embargo trabajar con el me hace ver otra faceta de su caracter, una que me intriga y me hace sentir cosas que nunca antes experimente.

  • La conquista de Mexico de Ivan Velez

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    En el V Centenario de la llegada de Cortes a Mexico es imprescindible volver sobre aquellos hechos que las cronicas antiguas nos han legado. Lo ocurrido desde 1519 hasta la caida del Imperio mexica constituye el primer avance continental hispano en el Nuevo Mundo. Estos acontecimientos se han prestado a diversas mitificaciones que presentan a los espanoles como una suerte de superhombres de relucientes corazas, pero tambien como a una banda depredadora que acabo con un mundo arcadico. Ivan Velez, con gran agudeza y sentido critico, analiza los complejos aspectos belicos, juridicos, economicos y religiosos que acompanaron a la conquista, pero tambien al orden politico que la sucedio. Una historia cruda, emocionante y extraordinaria sobre una las mas grandes aventuras que el mundo ha visto.

  • Solo un deseo de Olga Salar

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  • El futuro tiene tu nombre de Brenna Watson

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    ?Y si tu marido fuese tu peor enemigo? ?Y si ni siquiera su muerte te librara de el?

  • No me importa tu nombre de Erika Fiorucci

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  • Diario de una sirena (Ariel I) de Rachel Bels

    https://gigalibros.com/diario-de-una-sirena-ariel-i.html

    Espera un momento! ?Princesa? ?Valiente? ?Acaso es un chiste? Si lo es, reconozco que tiene gracia, porque ni soy princesa, ni mucho menos valiente. Aclarado este punto, ya me puedo presentar. Me llamo Ariel, tengo veintiocho anos y vivo en Tenerife; aunque en realidad soy de Fuerteventura, donde me crio mi madre sola y lo mejor que pudo, teniendo en cuenta que mi padre estaba mas bien ausente.

  • Sabor de amor (Carta de sabores 1) de Dacar Santana

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    Primer libro de la serie <>.
    La romantica historia de amor de Simonetta Copano.

  • El Jardin de la Memoria (El adepto de la Reina 3) de Rodolfo Martinez

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    El adepto descubre los misterios del enigmatico Oriente

  • Robame el corazon de Sophie Saint Rose

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    Carolina tenia que enfrentarse a las deudas despues del suicidio de su padre y para tener la liquidez que le permitiera cuidar a su madre, debia vender un cuadro que le habia regalado su abuela en su quince cumpleanos. ?Pero quien iba a pensar que la venta de ese cuadro iba a cambiar su vida para siempre?

  • El bestiario de Axlin (Guardianes de la Ciudadela 1) de Laura Gallego

    https://gigalibros.com/el-bestiario-de-axlin-guardianes-de-la-ciudadela-1.html

    El mundo de Axlin esta plagado de monstruos. Algunos atacan a los viajeros en los caminos, otros asedian las aldeas hasta que logran arrasarlas por completo y otros entran en las casas por las noches para llevarse a los ninos mientras duermen.

  • Naturaleza hostil (Erlendur Sveinsson 11) de Arnaldur Indridason

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    En la zona de los fiordos orientales, todos conocen la historia de la salvaje tempestad que en enero de 1942 tuvo tragicas consecuencias para un grupo de soldados britanicos. Tambien aquel dia, la joven Matthildur salio de casa y nadie la volvio a ver. Su cadaver jamas aparecio tras el temporal. Aunque eso sucedio hace decadas, el inspector Erlendur decide investigar por su cuenta y riesgo que le paso a Matthildur y, ademas, enfrentarse a su mayor trauma: la desaparicion de su hermano durante otra tormenta.

  • Tu y yo despues del invierno (Latidos) de Laia Soler

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    Que facil seria la vida si el amor fuera luminoso y eterno, como prometen los cuentos de hadas. Pero algunos amores aparecen poblados de abismos e incluso tienen fecha de caducidad. Y entonces no hay mas remedio que saltar. o salir huyendo.
    Desde que regreso a Valira, la ciudad de montana que la vio crecer, Erin lleva una existencia tranquila y predecible junto a su novio Bruno, un chico ideal, y a sus amigos de toda la vida. En ese mundo que tan bien conoce, Erin consigue mantener a raya la oscuridad que desde la infancia acecha su alma. En Valira, cuenta con un arma secreta: el haya magica de su jardin, que desde siempre ha guiado todas sus decisiones. Las primeras nieves, sin embargo, traen consigo nuevas caras y encuentros a la pequena ciudad de esqui. El invierno lo cubre todo de blanco y de frio. todo, salvo el corazon de Erin, cuyos hielos empiezan a derretirse. Puede refugiarse en la magia del arbol una vez mas. o explorar las sombras de su corazon, un territorio incierto y extrano, que nadie salvo ella misma puede conquistar.Laia Soler, la autora que nos hizo vibrar con Nosotros despues de las doce, nos transporta de nuevo a los infinitos paisajes de Valira en un relato turbador pero tambien resplandeciente sobre el miedo, el riesgo y la magia del presente.

  • Sombra y hueso de Leigh Bardugo

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    Alina Starkov no espera mucho de la vida. Se quedo huerfana despues de la guerra y lo unico que tiene en el mundo es a su amigo Mal. A raiz de un ataque que recibe Mal al entrar en La Sombra, una oscuridad antinatural repleta de monstruos que ha aislado el pais, Alina revela un poder latente que ni ella misma sabia que tenia. Tras ese episodio, Alina es conducida a la fuerza hasta la corte real para ser entrenada como un miembro de los Grisha, un grupo de magos de elite comandado por un individuo misterioso que se hace llamar El Oscuro.

  • No se tu nombre de Anairam Mirez

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    Alba siente que no encaja. Ni en su familia, ni en su trabajo, ni en su vida. Atascada en una relacion desgastada con Dani, su novio, siente que no avanza. Su abuela, mujer fuerte y autoritaria, enferma y el aparente equilibrio de su familia se desmorona, arrastrandola tambien a ella, que buscara respuestas, buceando en el hermetismo familiar. En el intento de ayudar a su abuela, Alba se enfrentara a un pasado y un presente plagado de medias verdades y secretos, enfrentandola a los demas. Jaime irrumpe en su vida, desbaratando su monotonia, abriendole un camino nuevo y la posibilidad de encontrar respuestas, y algo mas… Esperanza es una joven cuyos suenos se veran truncados por la realidad que le toca vivir: la guerra civil. Dos mujeres perdidas, dos epocas, dos historias paralelas que en algun momento llegan a encontrarse.

  • Uno de los tres Algo para recordar de Lucy Morton

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    Una nina de ocho anos no deberia acudir al funeral de su padre. No todavia. Para eso deberia estar realmente preparada; tener veinte anos mas como poco o, con un poco de suerte, cuarenta. Una nina de ocho anos aun necesita a su padre y su padre, necesita y merece verla crecer y disfrutar de todas y cada una de las etapas de su vida. Compartir con ella momentos. Conservar esos recuerdos hasta la vejez. Eso seria justicia; esto, no lo es. Los padres son fundamentales durante los primeros amores de sus hijas. ?Quien si no, le va a asegurar de que si hay chicos buenos cuando de adolescente grite y llore diciendo que todos son malos? ?Quien si no va a poner malas caras cuando venga a casa un adolescente con los pantalones caidos y el cabello sucio? ?Quien va ahora a protegerla de todos los monstruos que estan debajo de la cama? Acaricio el cabello rubio de mi hija. Cabizbaja y con los ojos llorosos, manosea el petalo de la amapola que lleva entre sus manitas. No ha querido ponerse el vestido oscuro, ha dicho que el preferido de papa es el rosa de flores y ese es el que lleva en el funeral. ?Como negarle algo asi? A el no le hubiera gustado el vestido azul oscuro. Me hubiera dicho: --Jean, no resalta su preciosa cara. Ponle otro. Le hubiera guinado un ojo a su hijita y, de inmediato, la hubiera subido a caballito. A mi siempre me duele la espalda y no puedo hacerlo. April ya pesa demasiado para mi. No escucho las palabras del parroco. Me niego a estar pendiente de los lamentos y las lagrimas de los asistentes al funeral del padre de mi hija. Me niego a creer que el que esta en el interior de ese ataud de madera de abedul sea el, cuando estaba tan lleno de vida. Prefiero pensar, mientras me concentro en el murmullo del viento, que el que esta dentro de la caja es un desconocido. O estoy aqui por simple compromiso. Un amigo mayor de mi padre o algo asi. Pero luego, miro a mi lado y no lo veo a el pasando el brazo por mi hombro, sonriendome y diciendome que todo ira bien. --?Existen los fantasmas, mama? --me pregunto April la noche anterior, solo unas horas antes de enterarnos del fallecimiento de papa. No supe que decirle. En vez de eso, me vi en la obligacion de decirle a mi madre que se quedara un rato con April y me encerre en el cuarto de bano a llorar durante dos horas. Me quede bien a gusto. Luego vino mi madre con una taza de te y me dijo que April se habia quedado dormida. --Tranquila, carino. Los ninos a esta edad son fuertes, lo superan todo. --No sabes lo unida que estaba April con su padre, mama --le dije yo, aceptando el panuelo que me estaba ofreciendo. --Todo pasara, Jean. Todo pasara. Cuando alguien te dice algo asi, es porque no sabe que decirte. Porque entiende todo el dolor que sufres en esos momentos y estupidamente cree que puede consolarte diciendote que el tiempo pasa y que, gracias a eso, las heridas se curan. Se van haciendo mas pequenas. Cicatrizan. Pero solo lo creen y quieren hacertelo creer a ti cuando sabes que, en realidad, mienten. Que todo es una farsa, un complot que se cierne a tu alrededor por tu propio bien. Por tu salud mental. Porque llega un momento en el que te escuecen los ojos de tanto llorar y te salen heridas en la nariz de tanto refregarte el panuelo en los orificios nasales. Porque llega un momento en el que te pesa hasta el alma y sientes que los latidos de tu corazon se han ralentizado hasta tal punto, que dudas hasta de si seguiran latiendo a la manana siguiente. Y aun asi, por mucho que te digan que el tiempo pasa, no pasa nada. No pasa nada. El tiempo pasa, pero el dolor no. El dolor sigue consumiendote, sobre todo cuando ves a tu hija, inocente y pura, preguntar que le ha pasado a papa y si ahora es un fantasma. Mi madre me da un codazo. El parroco ha dejado de hablar y me mira; puede que lleve asi varios minutos y yo no me haya dado cuenta. Miro a mi alrededor perdida y cojo la mano de April para acercarla hasta el ataud en el que deja la flor. Es entonces cuando el silencio se ve entorpecido por los llantos histericos e inconsolables de una nina que, al igual que yo, no puede creer que papa este dentro de ese ataud. Muerto. Quieto. Sin vida. Sin alma. Sin poder verla. Sin poder acariciarla. Sin poder hacerla reir. Sin nada. Nada. Nada. Nada. Ya no nos queda nada. --Hija... Se me parte el alma. Trato de cogerla, pero la nina se resiste a separarse del ataud. Todos los presenten exclaman palabras como: <>, <>, <>, <> y, mientras tanto, yo tengo ganas de gritarles que se vayan a la mierda; que me dejen estar sola con mi hija y que ambas, en cierta manera, al compartir el dolor, podamos ser capaces de consolarnos mutuamente y recomponernos. Con el tiempo. De nuevo el maldito tiempo. CAPITULO 2 -- Que la tristeza desaparece cuando dejas de pensar en ella, decian. Mentira. Que cuando sonries, tus ojos lo ven todo de otro color. Mentira. Que cuando proyectas pensamientos positivos el universo se confabula para concedertelos. Mentira, patranas. ?Que sabran ellos? Ilusos optimistas con una sonrisa boba en sus rostros. Hoy todo es de color negro. Hoy no ha salido el sol. Hoy, la "princesa" que se niega a ser como el resto de ninas y prefiere ser un caballero, un minero o todo lo que acabe en -ero en vez de en -esa, es solo la sombra de lo que fue. Porque su padre no esta con ella. Porque yo ya no se que hacer. DOS MESES MAS TARDE AHORA La mirada de April me dice que hoy tampoco esta bien. Sigue confundida, quiere saber que le paso a su padre y yo, imbecil de mi, sigo sin saber como decirle que su muerte fue del todo injusta. Que todo fue culpa de un destino o de un universo cabron. No, no deberia hablar asi. No deberia transmitirle toda mi frustracion y cabreo a mi hija. Por ella y solo por ella, deberia sonreir y tratar de estar bien. Ser mas amable, decir menos tacos y no dejarme llevar por los impulsos, que no son mas que el enemigo traidor del cabreo monumental que tengo en estos momentos. En todos y cada uno de los dias de estos largos y penosos dos meses desde que murio el padre de mi hija. --Te he preparado zumo de naranja y tortitas, ?quieres? April niega lentamente con la cabeza sin mirarme. --Tienes que comer algo. Ha perdido peso. Estoy empezandome a preocupar de verdad; quiza si seria buena idea ir a visitar a un psicologo tal y como me ha recomendado su tutora. --?Chocolate? Ni con esas. --?Que miras con tanta atencion? ?Tan fea me he levantado esta manana que no eres capaz de mirarme? --pregunto riendo. Tampoco funciona. --?Te ha mordido la lengua el gato? Demasiado mayor para gilipolleces. --Bueno, coge la mochila. Vamos al cole. La miro mientras recoge sus cosas para ponernos en marcha. Llegamos tarde, pero da igual. Hace tiempo que April no se pone un vestido, ahora prefiere llevar tejanos y camisetas de algodon como todas las ninas de su edad. !Con lo que le gustaban los vestidos! Ahora no son mas que un cumulo de polvo y una atraccion irresistible para las polillas que habitan secretamente en el armario. La ultima vez que la vi con un vestido fue en el funeral de su padre; a el le encantaban. <> Con la frustracion marcada en la expresion de mi rostro, lanzo el zumo de naranja que le habia preparado por el desague y las tortitas van directas a la basura. April sigue ignorandome, ya lista y esperando para salir. El viento de noviembre golpea nuestro rostro nada mas poner un pie en la calle. April se coloca bien el gorro e ignora mi mano. Ya no me da la mano. Caminamos a paso rapido cinco manzanas hasta llegar al colegio y, una vez alli, no me da un beso en la mejilla. Se limita a decirme adios con la mano y a reunirse con Sam y Lucy para entrar juntas al colegio. Me fijo en como un nino de su edad la mira y ambos se sonrien mutuamente. Pienso, pienso, pienso. Pienso en como conoci a su padre. Cuando April desaparece de mi vista, soy yo la que entra en el colegio justo cuando suena el timbre. Subo hasta direccion y toco dos veces a la puerta de la tutora de April, por si tengo suerte y aun la pillo dentro. --Jean --me saluda con prisas--. ?Hay algun problema? --No, ninguno. Bueno, lo de siempre, Ingrid. Ya sabes. He venido para pedirte el numero del psicologo de la escuela. --No creo que haga falta, Jean. --Hasta hace dos dias creias que si. --April necesita a su madre --dice sonriendo. --Su madre siempre esta ahi --respondo molesta. --Lo se, lo se... Tambien ha sido un golpe duro para ti, estoy convencida de que en cuanto tu lo superes, April tambien lo hara. --Han pasado dos meses. --?Por que no le cuentas la historia?

  • Quiero volver a bailar bajo la nieve de Beatriz Saiz

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    Entro en su casa. El silencio me acompana mientras acudo a la cocina a dejar la compra. Hara unos dos meses que deje de fingir. Desde aquella tormenta de principios de diciembre. Asi que no pienso poner ninguna excusa. Me he mudado porque le amo, y estaba equivocada. El no es sexo, es mucho mas, pero me da miedo confesarselo. No quiero asustarlo. Se siente seguro detras de esa fachada, pero he visto mas alla. He permanecido atenta en los momentos que no tenia la mascara puesta. He descubierto su yo de verdad, y me fascina. Muchisimo. Me seducen sus intensos ojos marrones. Me cautiva su sonrisa ladeada. Me apasiona en la cama. Adoro su cuerpo. Me hipnotiza la manera en la que no quiere implicarse, sin poder evitar entregarme pequenos trocitos que atesoro bajo llave. El es distinto a lo que se cree que demuestra. Antes de meterme en el meollo, subo a cambiarme de ropa. Cojo una camiseta de el, en concreto, la que se puso anoche para dormir. La huelo nada mas ponermela e inspiro profundamente. Su olor persiste. Pillo unos pantalones de yoga y me pongo unos calcetines. Me hago un mono en lo alto de la cabeza y regreso a mi lugar favorito de la casa. Aprovecho mi dia libre para preparar una cena romantica para cuando regrese de trabajar. Tras colocar las cosas en su sitio, me lavo las manos y comienzo a pelar las patatas. Las dejo en un bol con agua y pico las cebollas en juliana. Corto, a su vez, la verdura para la salsa; las introduzco en una olla y dejo que se haga a fuego lento. Me pongo con el pescado, su comida favorita; en este caso, salmon. Seguro que me comera a mi de postre, despues de este festin. Escucho el tintineo de las llaves muy cerca de la puerta. Esta a punto de entrar y mi cuerpo se excita por la anticipacion. Como siempre que estoy con el. Me contempla desde el umbral. Le echo una rapida mirada y percibo en sus ojos varias emociones, pero no consigo distinguirlas. Me pregunto en que estara pensado para que tantos sentimientos lo atraviesen en un par de segundos. Me giro para prestar atencion a la salsa que se cuece en la olla. El me abraza por la espalda y apoya la barbilla en mi hombro. Me da un tierno beso en el cuello y me muerde. Rio en sus brazos y el se queda medio embobado con el sonido de mi risa. Regresa a mi hombro despues de repartir pequenos besos por mi clavicula e inhalar mi aroma. Lo se porque entierra la nariz en mi cabello y aspira profundo, varias veces. Ojala pudieramos estar siempre asi. Pero, por desgracia, uno de los sentimientos que sus ojos me gritan con claridad es: culpa. ?Culpa? ?Por que? Zarandeo la cabeza para aquietar esas ideas. No me gusta hacia donde van mis pensamientos. Hago un esfuerzo por bloquearlos. Siguen presentes en mi mente. ?Que narices me ocurre? Meto las patatas y las cebollas en el horno, y me volteo para contemplarlo fijamente. Tengo miles de preguntas instaladas mi rostro, en mis ojos, pero temo lanzarlas. Lo mas seguro es que para el sea facil descifrar lo que pienso... Mi mirada me delata. A el, sin embargo, siempre le ha resultado sencillo ocultarlo. No es un libro abierto ni pretende serlo. Y, al contrario de lo que piense, adoro su caracter reservado. Es una de las cosas que han hecho que me enamore de el. Es como una de esas buenas recetas, que no elaboras tan a menudo porque necesitan su tiempo de coccion, junto con una pizca de paciencia; pero, al final, el resultado es de lo mas delicioso. Asi es mi amor por el. Le confieso que lo quiero, pero se mantiene inmovil, sin dejar de estudiarme, sin moverse. Mantengo la mirada fija en el, aguanto la respiracion, esperando una respuesta, pero el solo me contempla. En su mirada soy capaz de leer con claridad que siente lo mismo, pero teme meter la pata. ?Me quiere? Seguro que pensara que esa clase de sentimientos van en contra de sus planes. Acerca su boca despacio, sin apartar la vista, como si sus ojos pudieran transmitirme lo que acaba de descubrir y tiene miedo a decir. Le sonrio y me besa. Aparto mis manos de el y solloza en mi boca, pero se relaja cuando las enredo en su pelo. Necesito su contacto. Sus manos, su lengua, su cuerpo, comprender que esta conmigo. El chico que me enamoro y es incapaz de decirme lo que siente, aunque sus ojos lo gritan por el. De algun modo, adivino lo que intenta explicarme, y lo quiero mas si cabe. Pero no son mas que los deseos de una necia enamorada. A la manana siguiente, su ordenador me arroja toda la verdad. Comprendo que imagine lo que me clamaban sus ojos, quise creer que sus caricias silenciosas marcaban mi cuerpo con pequenos <> y pretendi escuchar a sus labios posesivos. No fue mas que eso. Una mentira. Un engano. Una traicion. Capitulo 1 PASADO Bad Wolves – Zombie 23 de febrero de 2017. Me llamo Mackenzie y no es oro todo lo que reluce. Mi vida es perfecta, poseo lo que cualquier otra persona sonaria o querria. Estudie Derecho y ejerzo de abogada para la empresa de mi padre. Gracias a la carrera conoci a mi unico y gran amor, mi marido Jason. Es un hombre atractivo, alto; no muy delgado, quiza mas bien fuerte; ojos azules, pelo castano, detallista, simpatico y leal. En la soledad de mi despacho, me pregunto como es que acabo conmigo. No soy guapa, por lo menos para mi no lo soy: tengo la belleza de lo que hoy en dia se conoce como curvy, el pelo rojo (tenido, por supuesto), los ojos color miel, y doy gracias al senor de que por lo menos soy simpatica. Los ninos del colegio me senalaban y se burlaban de mi, veia el rechazo en los ojos de la gente, y no me gustaba nada. No paro de pensar en como mi marido se fijo en mi; soy masoquista. <>. Me centro en el trabajo a la vez que me tomo un cafe y reviso en el ordenador las cuentas de la empresa. Me meto en internet para comprobar el correo, hay mas de cien sin leer. Un suspiro se escapa de entre mis labios; es mas agotador de lo que pensaba. No les echo un ojo siquiera, me levanto de la silla y camino por mi despacho: ?que es lo que me pasa? ?Por que parece que no estoy contenta con nada? <>. El sonido de la puerta hace que me paralice en medio del despacho. Respiro e intento concentrarme. Aviso a quien ha tocado de que pase y compruebo que es mi odiada secretaria. Bueno, mas bien yo soy su odiada jefa, porque a mi ella me da igual. Hace algun tiempo comprobe que lo que yo hacia, luego lo acababa haciendo ella. ?Me tenia el pelo? Alla que iba Rachel a tenirselo; adquiria un coche, y tardaba menos de dos segundos en tener el mismo; ?que me compraba una falda? Al dia siguiente la traia ella. Lo mejor de todo es que me critica a escondidas como si no pudiera escucharla, pero si que lo hago. --Senora Mackenzie, acuerdese que tiene una reunion a las cuatro de la tarde --senala Rachel --, y no se olvide de la cena con su marido por la noche. --Lo olvidaba: tambien quiere a Jason, de ahi el retintin de su tono. --Gracias --contesto sin mas. Rachel cierra la puerta y vuelve a dejarme en la soledad de mi despacho. Esa que a veces asfixia, me aprieta, y me impide respirar. Tomo un par de bocanadas de aire, y unas tres veces mas. Y, cuando al fin me tranquilizo, me preparo la reunion de esta tarde. No se cuanto mas va a durar mi actitud, fingiendo ser alguien cuando en realidad la verdadera Mackenzie pugna por salir. Y ultimamente no veas como lucha, me cuesta mantenerla encerrada en un rincon de mi cuerpo, en un minusculo escondrijo donde nadie pueda encontrarla. La reunion no salio tan mal como pensaba gracias al perfecto de mi marido, porque yo no sabia ni lo que estaba haciendo. Sin embargo, los socios se quedaron impresionados y ese es el resultado que necesitamos. Antes de ir a cenar, me desplazo hasta mi casa para ducharme; me encontrare con Jason en el restaurante, porque tiene que hacer un par de cosas mas en el despacho. Me pongo los cascos, cojo un libro, lleno la banera y me zambullo en ella. Abro el libro por donde me habia quedado y leo un poco. Tras el bano, me visto con un traje negro, unos zapatos de tacon rojo, me dejo el pelo suelto y me maquillo un poco. Los labios, por supuesto, me los pinto del mismo color que mis zapatos; en mi opinion, es un tono que me sienta de maravilla. Al entrar en el restaurante, Jason, el increible y dulce Jason, me esta esperando con un ramo de flores. Me lo como a besos hasta que el camarero tose a nuestras espaldas. Entonces decidimos sentarnos y pedir para comer. --?Que tal, preciosa? --se interesa cuando el camarero se aleja. Ambos tenemos por norma no hablar de nuestro trabajo y, aunque el me salva el culo la mayoria de las veces, eso es lo que hacemos. No queremos que el trabajo interfiera en la vida familiar, y viceversa. --Muy bien, mejor ahora que estoy contigo. --El me regala su dulce sonrisa ladeada y me agarra la mano--. ?Tu? --Fantastico, no sabes lo estupendo que es verte. --Tu siempre tan adulador --digo, incluso me pongo timida. --Es la verdad, Kenzie. No sabes lo bella que eres, me tienes loco. Cuando llegamos a casa, la cosa ha subido de tono, bastante, para ser sinceros, y hacemos el amor. Al terminar, Jason me abraza desde atras, me da un beso en la nuca y me desea buenas noches. Yo me siento sucia, vacia. Me odio. Me odio por no sentir lo mismo que el por mi, me odio por no poder amarlo de la misma manera, y me odio por volver a dejar salir a la verdadera Mackenzie a la luz. A la manana siguiente me doy una ducha, me visto y me dirijo a la cocina a prepararme un cafe; solo que ese cafe ya esta hecho, y me lo entrega un hombre con una dulce sonrisa en los labios. --Te quiero --expresa cuando llego a el, y me agarra por la cintura--. No me cansare de decirtelo. --Yo tambien te quiero. --Y es verdad. El problema es que no lo amo. --He de ir al curro. No tardes; no abuses por ser la hija del jefe. --Me guina un ojo y me besa. --No lo hare.