• libro resurreccion de neville goddard - Nathan Burkhard

    https://gigalibros.com/resurreccion-siete-pecados-2.html

    Despues de tres anos Reed no puede dejar de pensar en Naval. Por mas que intenta rehacer su vida a lado de Amanda, el fantasma de Naval lo persigue constantemente.
    Despues de un fatidico accidente, Reed esta convencido que quizas Naval no murio, asi que intenta buscar una respuesta en la ultima persona que la vio con vida: su mejor amigo Dylan Dupree. Al emprender ese viaje, se da cuenta de que su amigo ha ocultado mucho mas de lo que pensaba.
    La venganza acecha, poniendo a prueba a la pareja de enamorados. Ninguno de los dos bandos parara hasta que alcancen su objetivo. Quizas solo la muerte.

  • Resurrection Tapa blanda - Neville Goddard - Amazon.es

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  • Resurrection: 9781941489383: Goddard, Neville ...

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  • Libro Resurrection, Neville Goddard, ISBN 9781941489383 ...

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  • Libros de Neville Goddard

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    Desde aquí podrás descargar los libros de Neville Goddard en español. Para descargar cada libro debes hacer click en el título ... RESURRECCIÓN (descargar)

  • Crucifixión y Resurrección - Neville Goddard

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    Libros, Tu Fe es tu Fortuna / By Marcela Allen ... El misterio de la crucifixión y la resurrección está tan entrelazado, que para entenderse completamente ...

  • Todos los libros del autor Goddard Neville

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  • RESURRECTION | NEVILLE GODDARD | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-resurrection/9781941489383/6585625

    Sinopsis de RESURRECTION. An Exact reprint of a lost spiritual classic by Neville Goddard. Contains the complete text of the books, Prayer-The Art of ...

  • LIBROS DE NEVILLE GODDARD

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    20 oct 2011 — Aquí tienes para descargar completamente gratis un pack de libros y audios ... "Fuera de este mundo", "Resurrección", "Libertad para Todos", ...

  • Siete Pecados de Nathan Burkhard

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    Reed Fletcher es un prometedor agente del FBI. Su meta es recopilar pruebas contra la familia Kapot y hacer justicia, pero su destino tiene otros planes. Cuando se cruza en su camino la joven Naval Kapot, acabara haciendo lo que una vez juro no hacer: enamorarse perdidamente de su objetivo.
    Naval Kapot, al ser la hija de un poderoso narcotraficante, acepto en su vida estas tres palabras: drogas, perdida y traicion. No obstante, en una noche de fiesta conoce a un hombre de ojos azules, decidido y con temperamento explosivo que le cambiara la forma de ver la vida.
    Cada uno de ellos se debatira entre sus ideales y sentimientos, pero sobre todo lucharan contra el destino. Todo para poder permanecer juntos. ?Pero su amor sera lo suficientemente fuerte para resistir los Siete pecados?

  • A Merced del Deseo de Tara Pammi

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    Valentina siempre habia creido en la pasion que consumia tanto a Kairos, su marido, como a ella. Hasta que descubrio que su matrimonio no era mas que un frio trato de negocios. A pesar de que entre ellos habia una quimica innegable, ella se nego a permanecer unida a aquel griego despiadado. No obstante, antes de concederle el divorcio, Kairos le exigio que volviera a actuar otra vez como su adorable esposa. Y, cuando se encendio de nuevo la llama de la pasion, Valentina descubrio que estaba a merced de su propio deseo.

  • El destino tiene otros planes (Seleccion RNR), Nuria Rivera de Nuria Rivera

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  • Tu el Yin, yo el Yang de M.j. Massey

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    Os puedo asegurar que esta no es una de esas historias en las que el amor es fantastico. No es una historia de <>. Una de esas historias en las que todo el mundo llora mientras le salen corazoncitos de los ojos. No. Esta es una historia de amor real, como la vida misma. Una historia donde conoci a esa parte oscura de mi misma. Le dije hola sin darme cuenta y, cuando menos lo espere, ya no era esa chica de veintiseis anos que empieza a tener exito en la vida. Retrocedi en el tiempo, a la adolescencia, y mi vida se volvio oscura con el. Pero empecemos desde el principio. Empecemos con el momento en el que mi vida, sin yo saberlo, comenzo a quebrarse a mi alrededor.

  • Excalibur (Britannia. Libro 1), Javier Pelegrin de Ana Alonso , Javier Pelegrin

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  • Kilometro 28 de Manuel Leon Caballero

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    Todo comienza cuando el coche se le para en mitad de la nada. El joven Dani no tiene ni idea de la pesadilla que esta a punto de experimentar y que pondra a prueba su cordura. En este lugar nada es lo que parece…

  • Japon inexplorado de Isabella Bird

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    Por primera vez en castellano el relato de un viaje asombroso realizado en solitario por una mujerque hizo epoca al retratar los misterios del inexplorado Japon del siglo XIX. Aislado, cerrado a los extranjeros, muy pocos occidentales se adentraban en el interior del pais, e islas como la actual Hokkaido, habitada por los ainus, guardaban secretos sin desvelar. Autentica pionera, mujer valiente, de solidas convicciones, y mas que probada curiosidad, Bird atraviesa la espina dorsal del norte de Japon desvelando la ignota vida rural del interior y visitando remotas tribus aborigenes como los antiquisimos ainus, de cuya cultura poco o nada se tenia noticia en Europa. No sera un viaje facil, ni comodo. A pie, a caballo, en barco, sampan o kuruma, alla donde va despierta curiosidad y su presencia convoca muchedumbres asombradas. Valiente y nada convencional, la vemos disfrutar a pesar de la comida, las pulgas, la dificultad de los caminos, o la ausencia de intimidad en las chadoyas, mientras que su afilada mirada nos desvela un Japon rebosante de prodigioso encanto.
    Traducido y editado con esmero por el profesor Carlos Rubio, su lectura revive hoy el hechizo de una cultura, lejana y distinta, que no deja de sorprendernos.

  • La sed de sal de Gonzalo Hidalgo Bayal

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    <> Asi comienza el relato de su aventura el narrador de esta extraordinaria novela, un hombre que viaja a Murania tras las huellas de un hispanista que recorrio la region en los anos treinta. Es tiempo de fiestas, de <>, y, por intrigas del conductor que lo recoge en el camino, Travel es arrestado en relacion con la oscura desaparicion de una joven. Desde el calabozo siente que, fuera, la muchedumbre quiere lincharlo. Y ni las conversaciones con los guardias ni la huida, frustrada, logran rescatarlo de la pesadilla, que por momentos parece diabolica y despues tal vez sea una extrana y peculiar estratagema. Con los referentes cinefilos de Sed de mal, de Orson Welles, o Al final de la escapada, de Godard, el narrador no puede dejar de pensar en el destino y la culpabilidad, el desamparo o la traicion, mientras trata de reconstruir, con obsesion, sediento de sal, la red y los intereses de los posibles culpables.

  • Un sueno real de Megan Maxwell

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    Erase una vez una joven llamada Clara. Un dia su padre le revelo la magica realidad que escondia la montana del Olvido, un lugar sorprendente, plagado de patranas y quimeras, y al que todos los habitantes del pueblo temian. Durante generaciones, su familia trato de ocultar el secreto, pero cuando ella lo descubrio ya nada volvio a ser como antes. Si te gustan los cuentos, las leyendas y las historias llenas de magia, romanticismo y fantasia, Un sueno real te enamorara.

  • ?Quien necesita un angel? de Maya Moon

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    Ella no necesitaba un guardaespaldas pero el debia cumplir con su trabajo.
    ?O quizas si que lo necesita?

  • Miradas que matan de Agustin Sanchez Gonzalez

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    Ellas matan mejor, ese era un titulo de un libro espanol que encontre casualmente en una de las librerias de la Cuesta de Moyano, en Madrid. Por aquel tiempo, aun no existia la moda televisiva que recogio diversas historias de mujeres asesinas. Esas historias de mujeres espanolas me conmovieron y me invitaron a recoger las historias de las damas connacionales que vivieron el drama del crimen, la tragedia por vivir en una sociedad que las aplasta. Poco a poco fui leyendo y releyendo historias que habia sub- rayado en diversos libros, en periodicos del siglo XIX o en las hojas volantes impresas por Antonio Vanegas Arroyo, que fueron ilustradas por Jose Guadalupe Posada. Asi me centre, en principio, en los primeros anos del Mexico Independiente con una historia que habria de repetirse una y otra vez: una mujer que asesina a su marido, en 1836, un diputado de aquella epoca. Ahi arranca este libro. Despues llegaron otras historias, hasta terminar en el siglo XX, cuando los Jurados Populares absolvieron Maria Teresa Landa, la primera Miss Mexico, una historia que ha cautivado durante decadas a quienes la conocen. Este libro, recoge cronicas que son un fiel retrato de una ciudad y un pais que se niega a cambiar sus patrones de conducta; mu- chas de ellas fueron transcritas tal cual, otras han sido reelaboradas, pero todas, confirmado, existieron, son parte de la tragedia y de la tragicomedia nacional. Por ello, este libro tiene una deuda con autores como Enrique Flores, que prologo Unipersonal del arcabuceado, que se constituyo en una fuente fundamental para recoger algunos de los primeros relatos. Varias lecturas mas, contribuyeron a la realizacion de este libro, como la marquesa Calderon de la Barca, quien no sale del azoro al descubrir muchas caras bonitas entre las mujeres matadoras de hombres. Otros grandes escritores como Federico Gamboa y Angel de Campo; el primero, famoso autor de Santa, fue un amigo de la Malaguena, una celebre prostituta, quien fue asesinada por la Chi- quita, otra hetaira que genero uno de los casos mas revisados de esa epoca y cuya referencia la escribio en Mi diario. De Angel de Campo, el gran escritor costumbrista que firmaba como "Micros" o como "Tick Tack", transcribimos un fragmento de una de las novelas fundamentales de nuestra historia: La Rumba. Importantes fuentes de consulta fueron los escritos de Carlos Roumagnac, sobre todo Los criminales en Mexico, de donde recogimos un par de casos; el estudio de Julio Guerrero, La genesis del crimen en Mexico: estudios de psiquiatria social; el texto El jurado absuelve, del abogado Federico Sodi, quien fue protagonista de una epoca en que, como dijimos antes, los Jurados Populares llegaron a tener tanto poder que absolvieron a muchas mujeres (y hombres) tan solo por simpatia, lo que a la postre condujo a su desaparicion. Fue esencial revisar una coleccion que escribimos hace varios lustros: La nota roja, en la cual participo una decena de autores, coordinados por Eugenio Aguirre, y entre los que se encontraban Victor Ronquillo, Victoria Brocca, Ana Luna, Gerardo de la Torre, Myriam Laurini, Rolo Diez y otros mas, ademas del que esto escribe. Finalmente, este libro tambien es un homenaje al genial Jose Guadalupe Posada, personaje fundamental en nuestra cultura, que ilustro un sinfin de historias de nota roja en hojas volantes que salian de la Imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, redactadas por diversos escritores hoy olvidados, cuyas palabras quedaron como un fiel testimonio de la epoca y que rescatamos ahora. Algunos de estos geniales maestros de la pluma, creadores de excepcionales cabezas que permitian a los ninos gritones, vendedores de periodicos, solazarse con ellas, y que escribieron muchas de esas cronicas fueron Constancio S. Suarez, Rafael Garcia, Rafael A. Romero, Ramon N. Franco, Manuel Romero, Manuel Flores del Campo, Francisco Zacar, El Choforo Vico, Ramon N. Franco, Pablo Calderon de Becerra, Armando Molina, Gabriel Corchado y Abundio Garcia. El libro culmina con la historia de como la primera Miss Mexico asesino a su marido, un militar que la habia enganado y que pago con la vida su burla a la mujer que habia representado la belleza mexicana moderna. Uno de los crimenes mas frecuentes cometido por mujeres fue contra los charlatanes que las enganaban, lo que genero en la decada de los anos treinta, inclusive, un escuadron de mujeres matadoras de hombres en la carcel. Las historias de mujeres asesinas del pasado no tienen mayor pretension que mostrar, a traves de las notas de prensa de la epoca, que el crimen y la miseria existencial, lamentablemente, siempre han estado presentes en nuestro mundo.

  • La comida me cae bien de Frank Laporte-adamski

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    El Metodo Adamski, una dieta que nos ensena a combinar alimentos para ayudar a que nuestros intestinos funcionen mejor.

  • La ultima casa en la montana de Xavier M. Sotelo

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  • En el mar hay cocodrilos de Fabio Geda

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  • Escandalo en el dormitorio de Caitlin Crews

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    Un multimillonario desaparecido y una mujer inocente para… doblegarlo.

  • Tambores de otono (Forastera 4) de Diana Gabaldon

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    Despues de huir de Escocia, en 1766 Claire y Jamie emprenden un viaje hacia America. Tras naufragar en la costa de Georgia, deciden instalarse finalmente en las montanas de Carolina del Norte con la esperanza de construir una granja y mantenerse alejados de la inminente Revolucion Americana. A su vez, Brianna Randall, viviendo la comodidad de 1968, siente la perdida de su madre y la curiosidad por un padre al que no ha conocido. Pero un descubrimiento inquietante acerca de sus padres les lleva a ella y Roger a viajar al pasado para cambiar la historia arriesgando su propio futuro.

  • El poder del bosque. Shinrin de Dr. Qing Li

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  • Cien verdades y una mentira de Juan Antonio Carreras Espallardo

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    Cien verdades y una mentira es un compendio de articulos relacionados con el mundo policial, las ciencias criminologicas, la seguridad vial y el ambito periodistico. Pero no solo eso, a lo largo de cien verdades el lector encontrara algun relato y poesia, fruto de la pasion frustrada de su autor, que siempre admiro estos dos generos. La mentira queda reservada para el final.

  • Sumisa de tres minotauros (Sumisas 4), Saray Gil Diaz de Saray Gil Diaz

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    Krystal trabajaba para Malik como empleada de hogar, entraba y salia de la mansion cuando queria, mientras que no le molestara demasiado a el no le importaba, hasta que llegaron los senores minotauros, tres imbeciles que llenan la casa de preservativos y le ponen un horario absurdo lleno de exigencias. Pero lo malo llega cuando incumple las normas del mundo de los cambiantes, junto a una amiga se adentra en uno de los locales secretos donde ellos tres la encontraran y arrastraran hacia un mundo de placer, pero alguien los vigila y quieren arrebatarsela.

  • Deseos rojos (Chasing Red) de Isabelle Ronin

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    Llega aquello que todos los fans de <> estaban esperando: la historia de Kara y Cameron.

  • Cautivo de tu mirada (Los Cherry 1) de Marian Arpa

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    Comienza la apasionante bilogia <<Los Cherry>>.
    Una historia de amor entre el Londres de la regencia y las altas tierras escocesas.

  • Maravillosa redencion (Los hermanos Maddox 2), Jamie McGuire de Jamie Mcguire

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    La emocionante segunda entrega de la serie <>, que continua el exito de la trilogia <>.

  • Juventud sin Dios de Odon Von Horvath

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    Al igual que hizo Michael Haneke muchos anos despues en La cinta blanca, Odon von Horvath narra en esta prodigiosa novela los origenes del nacionalsocialismo y como la semilla del mal ya estaba presente en los jovenes y en su educacion.

  • Frederica de Georgette Heyer

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  • Mi Bella Hechicera (La magia de de Pena, Ale

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    Han pasado tres anos desde que conoci a Elena. Esa noche me dije que solo seria diversion, pero al dia siguiente, le prepare el desayuno. En aquel entonces me parecio patetico, sin embargo, hoy en dia se ha convertido en una costumbre que adoro hacer. Despues le pedi su numero de telefono. Me dije que era solo para quedar bien, que no volveria a buscarla. No obstante, a los dos dias de no verla, empece a extranarla. Veia su cara en todos lados, obviamente no era ella, me dije que solo tenia que verla una vez mas y lograria sacarla de mi sistema. Evidentemente, no fue asi. Cada vez que la veia necesitaba mas de ella. No se suponia que esta relacion se convirtiera en algo serio, pero tampoco se suponia que me enamorara y lo hice. Con ella a mi lado todo es mas facil. Despertarse los lunes para ir a trabajar no requiere ningun sacrificio, y los fines de semana se disfrutan mas, conocerla esa noche fue lo mejor que pudo pasarme. He llegado a pensar que, la noche en la que la conoci, me hechizo con sus grandes y oscuros ojos. El momento mas critico fue cuando le presente a mis padres. Crei que en el momento que conociera a mi madre saldria corriendo. En cambio, me equivoque y hasta podria decir que la adora. Con mi primo me he mantenido algo alejado de el, ya que Sharon insiste en que deberia salir con su amiga, asi que opte por poner distancia. David no sabe de mi relacion con Elena, tal vez manana le diga, porque hoy le voy a pedir que se case conmigo. ?Como se que ella va a aceptar? Porque ya hablamos del tema y los dos queremos dar el siguiente paso, por eso es que hoy la invite. En estos momentos estoy en la casa de mis padres que salieron de viaje a un crucero por el caribe, para ser mas exactos, estoy en el comedor. Es cierto que, tomando en cuenta mis planes con Elena, no deberia vivir ya con ellos, aunque ese detalle ya lo estoy solucionando, en unos dias me entregan la casa donde planeo vivir con ella, solo espero que le guste a mi hechicera, y si no, supongo que la tendre que vender y comprar otra a su gusto. Prepare una cena romantica para dos, prepare es un decir, porque realmente compre la comida ya hecha. No nos vamos a exponer a que nos de una indigestion con mis nulas dotes culinarias, al contrario de la decoracion que, si fue idea mia. Puse velas y margaritas rosas, blancas y rojas. Cuando he decidido que esta todo perfecto, subo a mi habitacion a banarme y despues cambiarme, dejo la puerta abierta, para que, en cuanto llegue Elena entre, y le aviso al portero que la deje pasar. <>. Despues de quitarme la ropa, me dirijo al bano, es ahi cuando escucho la puerta de mi habitacion abrirse, <> pienso antes de voltearme y encontrarme a Cindy frente a mi. --?Que haces aqui? --inquiero molesto por su presencia. --Necesitaba verte --contesta antes de quitarse la gabardina que trae puesta y quedar desnuda ante mi. --!Largate! --le ordeno. Se que Elena no tarda en llegar y no quiero que la vea aqui. --Solo una noche, es lo unico que te pido --insiste acercandose a mi para despues colocar su mano en mi hombro. --?Es tan dificil entender que no me gustas? --refunfuno. Ella empieza a deslizar su una por mi torso desnudo, le tomo de la muneca para detener su camino. --Puedo hacer que te guste --ronronea antes de besarme. El beso me toma por sorpresa. De tal manera me sorprende, que me veo respondiendole, sin pensar en lo que estoy haciendo realmente. Unos minutos despues la empujo para terminar con el beso. Cuando nos separamos lo que veo hace que se detenga mi corazon, Elena se encuentra en el quicio de la puerta. --Bruno --murmura mientras una lagrima resbala por su mejilla. Mi hechicera se da la media vuelta para encontrarse con Sharon quien la toma del brazo. <> --Te estabamos esperando --le dice la bruja-- ?No es asi, Bruno? --Sueltala, Sharon --refunfuno. --Contesta, Bruno, ?No la estabas esperando? --cuestiona con una sonrisa cinica y la diversion brillando en su cara, haciendo que algo en mi se altere. --Por favor, dejame ir, me estas lastimando --solloza Elena. Sharon la jala hasta la orilla de las escaleras, haciendo que mi alerta crezca, se que deberia hacer algo para que la bruja la suelte, pero no se que. --?Quieres que te suelte? --pregunta mientras coloca su mano en la nuca obligandola a que vea hacia abajo. --!No lo hagas! --suplica-- !Estoy embarazada! --solloza Elena. !Mierda! De la nada Sharon se pone roja de la furia, camino hasta donde estan ellas para hacer todo lo posible y que la suelte, sin embargo, no soy lo suficientemente rapido, porque Sharon deja caer a Elena. --!Elena! --grito bajando de inmediato hasta donde esta ella. Cuando llego a su lado retiro el cabello que esta cubriendo la mitad de su cara. --!Te amo, Elena! --digo mientras pongo dos dedos en su aorta para verificar el pulso, siento un ligero movimiento. --Eres patetico --espeta Sharon desde la parte de arriba. --!Ya hicieron el dano que querian, ahora larguense! --grito mientras acaricio la mejilla de mi bella hechicera. Cuando por fin bajan por las escaleras, Cindy tiene una cara de sorpresa, mientras que en la cara de Sharon esta dibujada una sonrisa cinica. No entiendo como la desgracia ajena puede causar felicidad en otras personas y mas cuando ellas mismas la causaron, antes de que se vayan Sharon suelta mas veneno si eso es posible: --Ojala nunca te reproduzcas --anade antes de salir azotando la puerta. Hoy, despues de tres semanas internada, dan de alta a Elena. Desde que llego al hospital he tratado de estar todo el tiempo con ella, solo la he dejado para ir a casa de mis padres a cambiarme. Ellos todavia no regresan de sus vacaciones. Cuando Elena desperto le pregunte si le avisaba a sus padres, ella simplemente dijo no. Yo no lo hice antes por miedo, porque soy un maldito cobarde. Se que, si Joaquin se enteraba, probablemente me mataria y en todo caso no lo culpo, estoy seguro de que en su lugar yo haria lo mismo. Estoy a punto de entrar a la habitacion de Elena cuando mi celular empieza a vibrar en el bolsillo de mi pantalon. --Bueno --contesto sin ver el numero, aunque estoy seguro de que es mi tio. --?Cuando piensas presentarte a trabajar? --me recrimina sin preambulos Victor Sanders. --El lunes de la proxima semana --contesto mientras tenso la mandibula. --No porque seas mi sobrino puedes tomarte vacaciones cuando te de la gana para hacer de las tuyas --me regana. Exactamente hablo el director general de la empresa y no mi tio. --No estoy haciendo de las mias --espeto defendiendome--. Sabes muy bien que siempre he sido muy entregado con el trabajo y que deje de ir por tres semanas es atipico --anado furioso. --?Tienes problemas? --inquiere y puedo notar que paso de estar molesto a preocupado. --Algo asi --replico evasivo. --Si necesitas dinero solo tienes que decirlo --ofrece. --Si todo se solucionara con dinero creeme que ya te lo habria pedido --ironizo. --Bruno, somos tu familia estamos para apoyarte ?Que esta pasando? --Me tengo que ir --digo a modo de despedida antes de cortar la llamada. ?Que se supone que debo decir? <>

  • Me llamo Fina y estoy gorda de Antonio Sanchez

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    Historia de superacion de una mujer que se encuentra a si misma en el lugar mas insospechado y a la que le sucederan acontecimientos que nunca se esperaria.

  • Por las trincheras de Navid Kermani

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    Al este de Alemania comienza una region, resquebrajada por varias guerras y catastrofes, que a los europeos sigue resultandonos ajena. Por ese territorio que atraviesa Rusia y llega a Oriente, y por las trincheras politicas y humanas que se abren a traves de el, nos guia Navid Kermani. Desde Colonia -su ciudad- hacia el oeste hasta el Baltico, y luego en direccion sur, cruzando el Caucaso, de camino a Isfahan -de donde proceden sus padres-, el viaje lo lleva por la zona de asentamiento judia de la epoca zarista, por las tierras de sangre de la Segunda Guerra Mundial y por la grieta que existe entre este y oeste, alli donde la Guerra Fria no ha terminado.

  • La Amante Contratada Del Jeque de Ella Brooke

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    Los ojos de Laine se redujeron a lineas delgadas y se fijaron sobre el trabajador temporal. Sus ojos se abrieron como platos. El reloj hizo tictac. Podia haber pasado una planta rodadora del desierto. Puso su bloc de notas en el escritorio de Laine y contesto el telefono. --Brandt Interiors -- medio canto --Jacob al telefono. ?Como puedo ayudarle? Laine sonrio victoriosa y miro hacia atras a la pantalla de su ordenador. Tenia mucho trabajo que completar en esta cuenta antes de irse a casa. Convencer a los Madison de que necesitaban rehacer su apartamento igual que todos sus banos, y que ella era la unica decoradora en el estado (y sobre todo la unica en Brandt Interiors) que debian incluso tener en cuenta habia retrasado su planificacion unos dias, pero valdria la pena. La comision en esta cuenta iba a ser astronomica. El senor Brandt tenia la tendencia de no hacer caso a su trabajo o dar los trabajos a los empleados mas mayores (y masculinos), pero en cuanto viera lo que habia hecho, convirtiendo una remodelacion de un bano en un proyecto completo de una vivienda, tendria que llamar su atencion. Un aumento y recibir clientes preferentes no podian tardar. Jacob intento darle el telefono, pero ella le corto haciendo un signo de negacion con un dedo. --Es tu hermana. Ella lo miro, tomo aire y volvio a su trabajo. --Ya te llamara --dijo Jacob. Parpadeo despues de recibir el mensaje y despues recupero su bloc de notas antes de volver a sus ocupaciones. Si Laine hubiera tenia un segundo para respirar, se habria sentido culpable por no atender a su hermanita Emma. Pero la ya bulliciosa carrera de actriz de Emma habia despegado el ultimo ano, y rara vez tenia tiempo para Laine y su padre. Sin duda Emma estaba entre tomas o sesiones de fotos o fabulosas comidas con gente hermosa. Tendria que esperar unas horas a que Laine se tomara un descanso. Laine habia sido contratada en Brandt Interiors directamente despues de graduarse en Parsons hacia cuatro anos. Desde entonces, su vida habia sido patrones, muestras y regateos con los proveedores. Era simplemente como le gustaba, aparte de tener que buscar reconocimiento entre asociados menos talentosos. Eso no le dejaba demasiado tiempo para esas raras criaturas conocidas como fines de semana y vacaciones. Laine solo sacaba tiempo para ir a visitar a su padre, que vivia solo al norte del estado. Laine lo llamaba casi todos los dias. Era casi tan bueno en la creacion de lazos sociales como Laine. Emma habia intentado jugar a casamentera para el mientras estaba en secundaria, pero no habia conseguido nada. Greg McConnell habia sido siempre un hombre de una sola mujer. --!Hiii-eee! Emma canto desde la puerta, golpeando sus nudillos hacia arriba y abajo del marco. Laine casi escupe su cafe. --?Em? ?Que estas haciendo aqui? ?No deberias estar en algun plato en algun lugar en Hollywood? --!Si respondieras a mis llamadas, sabrias que estamos filmando alguna escena aqui en Nueva York! Emma se coloco detras de la silla giratoria de Laine y desordeno su cabello cuidadosamente dispuesto. --!Tomate un descanso! ?Con que frecuencia ves a su hermanita? --Tal vez mas a menudo, si vinieras a casa por vacaciones --dijo Laine , girandose hacia su ordenador. --Me alegro de que estes en la ciudad. Acabo de recibir un sofa bastante decente… Emma se echo a reir. --Oh, no. Me quedo en un hotel, amorcito. --Laine resoplo. Emma se apoyo en el respaldo de la silla de Laine. --!Sal conmigo esta noche! Todo el reparto va a ir a esta fiesta increible. !Va a ser una locura! --?Que parte de <> dice Laine McConnell para ti? Laine acabo de escribir un correo electronico a un distribuidor. --Yo me debo estrictamente a los negocios. Si tienes alguna funcion donde puedo tomar vino y cenar con algunos posibles clientes, llamame. Emma sacudio los hombros de Laine y se apoyo en el borde de su escritorio. --!Ten cuidado con esos papeles! --!Tienes que empezar a vivir tu vida, Lainey! Emma lanzo sus manos hacia delante. --Hay mucho mas ahi fuera que tu trabajo. --Me gusta el trabajo --argumento Laine. --No subes si no le echas horas. A ti te gusta tu trabajo. --Soy una actriz. Actuo por dinero. Emma, salto sobre el escritorio y cruzo sus piernas. --En serio. Ven conmigo. Te presentare a mis companeros de reparto atractivos. --Mmm. Deliciosos hombres bobos. ?Que mas podria pedir? Emma bajo bloqueando la pantalla de Laine. --!Dale una oportunidad a esos bobos! O por lo menos, baila con ellos y disfruta de unos de los mejores aperitivos y champan. Laine se sento nuevamente en su silla y miro a su hermosa hermana destellando la sonrisa que la habia hecho ganar tanto dinero desde su primer anuncio nacional vendiendo chicles. Emma podia ser exasperante. Cada movimiento tenia una inyeccion de gracia bien practicada. Laine todavia podia ver a Emma desfilando de nina con los zapatos de tacon de su madre. Laine, por el contrario, no habia ni nacido con gracia ni se habia sentido obligada a practicarla. Su estilo era el de una mujer de negocios elegante, con tacones altos pero con estilo, de los que rara vez se olvidaba en publico. Solo se podia imaginar a ella misma vestida al estilo de Emma entre todas las celebridades en esta fiesta. Se sentiria como una ciguena desfilando por ahi en un vestido de fulana. Sin embargo, era muy duro decirle a su hermanita que no. --?Que tengo que hacer para convencerte de que me dejes terminar mi trabajo? --pregunto. --Prometer dejarme vestirte y llevarte a esta fiesta. Al menos, unas dos horas. --Una hora. Me metes en tu mundo durante una hora, y entonces tienes que venir a casa conmigo y comer comida tailandesa y beber algo mientras diseno un nuevo patron de papel de parez en mi portatil. --Tu vida es un cadaver, Lainey. Emma se echo a reir. Apreto el hombro de Laine. --Te enviare mi numero de habitacion. --No puedo esperar. Laine se centro en su pantalla. Iba a tener que tener listas esos pedidos en la siguiente hora. Paso una mano por su cabello. Emma querria hacer algo ridiculo con eso, tambien. Laine tendria que evitar que le pusiera brillantina o que se lo tinera. Su pelo era castano oscuro, como el de su madre, aparte del mechon blanco que crecia desde el nacimiento de su pelo, habia estado alli desde que tenia doce. Lo dejaba caer sobre su frente, como siempre. Le ayudaba a cubrir la cicatriz. Laine murmuraba mientras corregia los codigos de color para las paletas de bano --He dejado de trabajar por ti por esta fiesta, hermana. Preferiria rellenar formularios de compras… *** Como Laine esperaba, Emma estaba esperandola en su apartamento con una pared llena de vestidos de noche escotados y una vestidora personal para pintarla y peinarla hasta que estuviera tan molesta que a pesar de sus inclinaciones naturales, le dijera a su hermana que la dejara en paz. Pero al final de todo, alli estaba parada Laine, en todo su esplendor con su metro ochenta con tacones de diez centimetros (habia perdido la batalla sobre eso, a pesar de su queja de que a los hombres no les gusta una mujer por encima de ellos), en un vestido suelto azul y purpura que parecia que alguien lo hubiera tejido de una pila de panuelos suaves. El dobladillo estaba un poco alto, y el corte resaltaba cada curva de la que ella podia presumir, pero Laine paso un mal rato quejandose sobre su aspecto. Sin duda nunca habia llevado antes nada tan sensual. --Hicieron este para mi coprotagonista en Magnifique. Emma toco el pelo de Laine con cuidado, para no perjudicar la obra de arte en que se habia convertido transformar su recogido diario. Habian dejado mechones alrededor de su cara junto con su mechon de pelo blanco, con todo el efecto suavizando el aspecto habitual de encargada de Laine. --?Magnifique? Laine se giro para mirar a Emma. --?Tu coprotagonista no era una drag queen? Emma sonrio y tomo el brazo de Laine mientras caminaban hacia el edificio donde se celebraba la fiesta. --Recuerda que es un Nihayat Alhaya --dijo Emma. --?Un que? --Ese es el disenador de tu vestido. La gente preguntara. Laine cerro sus ojos. Era poco probable que algun paparazzi tomara alguna foto de ella. No con Emma llamando su atencion. La fiesta tenia lugar tantas plantas arriba que Laine perdio la cuenta de cuantas habia pasado el ascensor. Era como si fueran para arriba al mismo cielo. Brevemente, se pregunto si llegaban tarde, ya que no habia nadie en el ascensor, aunque Emma parecia despreocupada. Solo saco su neceser y comprobo su maquillaje. Laine respiro profundamente varias veces y trato de ser paciente. Si solo fuera una situacion de negocios. Ella se podria desenvolver alli, en su mejor Ralph Lauren y un bonito panuelo, amaba los panuelos y un cuarto lleno de marcas. Laine nunca se iba de un evento sin conseguir por lo menos dos o tres clientes. --No pienses en todas las personas importantes en esta fiesta --se dijo a si misma. No pienses en todas las personas que quieren ver las estrellas, no a los decoradores de las estrellas. Llegaras a casa a las diez con comida para llevar y una pinta de helado con algun tipo de aderezo. Caramelo, dulce tal vez. Emma lanzo a Laine una sonrisa cuando el ascensor paro y se abrio camino en el vestibulo. La gente estaba parada en grupos dispersos, llevando copas de champan y tomando de vez en cuando algun pequeno bocado de las bandejas que pasaban alrededor de los camareros vestidos de blanco. Laine exploro la multitud y pillo una brocheta de gambas envuelta en bacon mientras el camarero pasaba. --?A donde, al Golden Globe? --pregunto. Emma tiro de Laine a lo largo del atico, que realmente era mas como un hangar de avion que como un apartamento. Solo habia algunos muebles dispersos; en cambio los televisores de pantalla plana montados en las paredes reproducian musica y representaban figuras amorfas bailando. No habia nadie bailando en la fiesta, pero las pantallas reflejaban la idea de movimiento. Parecia un desperdicio para Laine. Sin embargo, suponia que las personas estaban realmente ahi para ser vistas. Mientras Emma iba de persona en persona, Laine levantaba sus ojos de la gente hacia la estructura de techo abovedado y las obras de arte que colgaban de las paredes. Tomaba notas mentalmente. Evaluo las conversaciones a su alrededor de ella para cambiar el tema hacia el diseno, o al menos al arte. Ella miro hacia abajo al suelo de madera (madera dura, pero no de una calidad que perduraria mucho a un pesado desgaste). Una persona normal estaria buscando a sus actores y actrices favoritas entre la multitud, pero Laine no pasaba demasiado tiempo pensando en las peliculas que ponia de fondo mientras trabajaba por la noche. Despues de asomarse a los bordes de conversaciones durante lo que le parecio una eternidad, Laine se desvio de su hermana hacia una escultura extrana y alta de plata. No podia decir si se suponia que era alguien volando o algo mas atrevido. Laine se dio la vuelta de repente, al notar a alguien detras de ella. Sus ojos se encendieron inmediatamente ante una cabeza gruesa, exuberante de pelo negro. El hombre al que pertenecia el pelo se levanto en toda su altura imponente de dos metros, si no mas, y sonrio. Una sonrisa rapida, amplia y facil que se plasmaba en sus mejillas bronceadas banadas por el sol y aspiraba el aire de los pulmones de Laine e hizo que ella sintiera un hormigueo en su piel. --Me estas llevando a mi, creo --dijo el hombre. Capitulo Dos --Yo, ummm, ?que? --Laine se espanto ante el increiblemente apuesto hombre de pie ante ella. --?Su vestido? --anadio. Laine miro hacia abajo y paso sus manos por sus muslos. --Oh, es un Ni… Niya… --Nihayat Alhaya. Soy el propietario de la empresa. Conozco al artista que creo este. Aunque acortaron el dobladillo un poco. El levanto una ceja significativamente. --Bueno, creo que tengo que agradecerle por hacer algo bonito para nosotras las chicas altas. Hizo un gesto con una mano. --Le queda muy bien. Es como si Niha se lo hubiera hecho a medida. --Yo… Gracias. Ahora que ella estaba mirandolo mas de cerca, el era un poco una obra de arte por si mismo. Su mandibula era amplia y cincelada, y estaba alineada con una fina barba perfectamente recortada. Pero sus ojos fueron lo que la atrajo, De un calido, verde avellana, que parecian reirse de su asombro, y estaban enmarcados por dos cejas oscuras. --Perdoname. No me he presentado Soy Aziz bin Mohammad bin Ali al Amirmoez. Hizo una leve reverencia. --Oh. Laine asintio lentamente. --Yo soy Laine McConnell. Las cejas de Aziz se levantaron y sus ojos se ensancharon. El tomo su mano y la beso. --Es un placer. Cuando te he visto aqui con un vestido de Niha, no pude evitar venir a examinar tu belleza. Laine parpadeo. ?Hablaba en serio? --?Estabas examinando esta escultura? Aziz la miro y se puso junto a ella. --?Te gusta? Laine inclino la cabeza. --Para decir la verdad, no lo se. Definitivamente podria venderlo a un cliente como una pieza de la sala de estar, pero no me podria sentir bien acerca de ello. --Es sugerente. El punto mismo del arte. Aziz giro su mirada de la escultura para mirarla a ella una vez mas. --Como una hermosa mujer. Provoca. --Laine se echo a reir. Su voz era calida y cadenciosa, con acento pronunciado pero inteligible. Era reconfortante. Pero ella no podia creer que el creyera lo que estaba diciendo. Tenia la facilidad de un hombre que podia conseguir decenas de mujeres solo levantando el brazo. --Eres tan encantadora… dijo casi en un susurro cerca y levanto su mano hacia el pelo que caia sobre sus ojos. --Eres como una rosa que ha florecido en rojo y blanco. ?Las que llaman tigres? Laine se alejo. --Debo volver con mi hermana. --Deberias pasar la noche conmigo. Laine miro boquiabierta a su sonrisa y balbuceo. --Ah, me he expresado mal. Me refiero a que debes mantener mi compania en esta fiesta. Es un poco aburrida, ?no? Creo que piensas lo mismo, o no estarias observando esta escultura. El se acerco mas, lo que la hizo mirar hacia arriba y tragar saliva. --Dejame hacer que tu noche sea interesante. Dejame que te provoque, Laine. Laine vacilo. Aun podia sentir su presencia. Era como si el calor de su piel dorada se proyectara de el como otro ser que presionara aun mas en el espacio personal de ella. Normalmente, ella querria dar un paso atras de el, para mantener su espacio propio, pero al sentirle, casi se sentia poseida por el. El ya se habia declarado. Todo lo que ella tenia que hacer era aceptar. Pero eso era una tonteria, por supuesto. El era solo un hombre. Un hombre guapo sin paliativos y uno claramente acostumbrado a conseguir lo que se proponia con las mujeres. Daria igual que ella tercamente rechazara dicha peticion. --No se si la fiesta es aburrida, o yo soy demasiado aburrida para apreciar a todas las celebridades que hay aqui. Laine se giro y senalo a su hermana. --Es mi hermana pequena. Es la estrella de la familia. Ha sacado tres peliculas este ano. --Ah. Aziz asintio con la cabeza. --Los miembros de mi familia tambien tienen bastante exito, o la mayoria de ellos. Aziz entonces procedio a regalarle en gran detalle acerca de los logros de todos los miembros de su familia, que eran, por cierto, obscenamente ricos y poderosos. Lo que significa que el, tambien era obscenamente rico y poderoso. Un jeque. Laine intento evitar imaginarselo con un panuelo blanco sobre su cabeza mientras continuaba con las propiedades fisicas y empresariales que estaban bajo su propiedad. --?Que estas haciendo aqui? --pregunto Laine.

  • Lucifer, Principe en el exilio de Jorge Balderas Galvez

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    ?Que pasaria si la historia que nos han contado sobre el Principe de los demonios no fuera cierta, o al menos no del todo? ?Que tal si hubiera otra cara de la moneda en la Leyenda del Angel Caido? Imagina una Leyenda en donde Lucifer no es el monstruo que siempre te han dicho que es, sino el heroe de la historia, eso si, un atipico heroe, una leyenda en donde dios es un rey tirano que no admite desobediencia alguna y castiga con mano de hierro y luz cegadora a todo aquel que ose oponersele. Adentrarte en esta nueva version de la historia y acompana a Lucifer en una guerra que lo convertira en el monstruo que la historia recuerda, eso claro si te atreves.

  • Aunque no te pueda ver (Sin necesidad de verte, me enamore de ti 1) de Natalia Diaz

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    Rachel es una mujer humilde, bondadosa; le gusta ayudar a los demas, y como trabajo brinda cuidados en el hogar. En ese trabajo conocio a Dylan; un chico con una discapacidad visual y firmo contrato para cuidarlo por un mes. Se fueron creando ciertos lazos entre ellos, y una amistad muy profunda. Al cumplirse el mes, ambos deben decir adios, y esa amistad se queda hasta ahi.

  • Anaconda de Alberto Vazquez-figueroa

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    Anaconda, es la autobiografia de Alberto Vazquez-Figueroa. El autor nos lleva desde las Canarias (Tenerife), y desde alli a la Escuela Oficial de Periodismo, en Madrid, donde se formo tecnicamente el gran periodista y escritor. En Anaconda, obra que se lee con el mismo interes que la mas apasionante de sus novelas, Vazquez-Figueroa relata su infancia, su juventud y su extraordinaria trayectoria como reportero.

  • Donde nadie habla de Jose Ignacio Garcia Martin

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    Donde nadie habla propone una intriga criminal que cambia los escenarios y personajes comunes del genero por referentes mas familiares y aparentemente libres de sospecha: los pasillos de una universidad privada, una reunion de antiguos alumnos, un cruce
    cualquiera en una noche de lluvia... Lugares donde los delincuentes mas peligrosos se llaman verguenza, pudor,
    prejuicio o tabu, y donde impera la ley del silencio.
    Al volver a casa una noche, Fernando es atropellado por un conductor que se da a la fuga y lo deja en coma. Mientras la policia investiga, el caso se va convirtiendo en trending topic.
    La inspectora Ruth Cuevas, lesionada durante una operacion para desmantelar una red de pedofilos, pasa ahora sus dias impartiendo charlas en colegios universitarios para concienciar sobre los peligros de las novatadas. Una coincidencia profesional hara que conozca a Rodrigo, un ejecutivo de prometedora carrera que se enfrenta a la certeza de que el pasado puede ignorarse, pero nunca borrarse.
    Ruth y Rodrigo terminaran jugando un papel esencial en la resolucion del caso y en la identificacion del agresor, un tipo enigmatico y atormentado que se debate entre morir para dejar de sufrir o matar para seguir viviendo.
    A medida que el lector conozca mas sobre Fernando y su agresor, se vera obligado a cuestionar su punto de vista y sus impresiones iniciales sobre las figuras de la victima y el culpable.

  • Angel y Diablo de Kate L. Morgan

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    NACIO EN MEDIO DE LA TORMENTA... crecio arropada con el fuerte granizo, y vivio con los temblores de la pobreza extrema que convierte la esperanza en polvo de ceniza. Fiona Connor vino al mundo llevandose la vida de su madre, y por eso fue rechazada, no solo por su padre, sino tambien por el resto del mundo que veian en el color gris de sus ojos, la ensena del diablo. Una fria y oscura noche, su padre, el hombre que debia protegerla, la dejo a las puertas de un orfanato. No le importo la espesa niebla, ni al aullar de los lobos. La pequena estaba maldita, y el debia alejarla de todos. Las desgracias, el hambre, y los golpes, persiguieron la infancia de Fiona, aunque no logro quebrar la bondad y la fe que eran innatos en ella, porque el destino de Fiona era mucho mas importante de lo que todos creian. Vivio en una casucha minuscula en una callejuela sucia, conviviendo con las pulgas y los chinches. Ademas, compartia una unica letrina con el resto de los ninos del orfanato. Fiona se vio obligada a vivir de la caridad, subsistiendo principalmente a base de te y pan. Pero su animo siempre fue el mismo, y su determinacion, inmensa. Fiona llego a esta vida con la tormenta, pero en sus ojos siembre brillo el sol. CAPITULO 1 Cementerio de Highgate, Londres, Inglaterra La nieve embarrada crujio bajo la suela de sus botas. Estaban marcadas con las salpicaduras del lodo desde hacia dias, ademas tenian varios raspones de aranarlas contra los adoquines irregulares de las calzadas. Parecia que contaban su propia historia a traves del eco del sonido de sus pasos en el silencio del cementerio. El enterrador cruzo por delante de el sin mirarle, escondiendo la cara en capas de ropa para soportar la helada. El abrigo de Aidan estaba humedo por la intensa neblina de la manana, pesandole en los hombros y goteandole en el ruedo, ahi donde no podia evitar empaparse por las salpicaduras de los charcos. La gorra no le calaba hasta las orejas que las tenia enrojecidas por la intemperie y descubriendo una nuca erizada por la exposicion a las dentelladas del invierno. El vaho se acumulaba frente a el con cada respiracion ritmica mientras escuchaba el sermon del sacerdote en esa gelida manana de enero. Los restos mortales del alferez Williams, iban a reposar en el nicho de forma eterna. El entierro habia comenzado a las nueve, a esa hora el cementerio apenas habia despertado al mundo de los vivos, solo tres personas aguardaban el camposanto; el sacerdote que oficiaba el responso, el enterrador, y el capitan de la fragata HMS Constant Warwick, el mismo. Como si el cielo quisiera rendirle un tributo al cuerpo sin vida de William, comenzo a descargar su pena con una precipitacion de agua que resulto inesperada. El alferez habia muerto en combate, y por eso la tripulacion del HMS Constant Warwick estaban en tierra. Cuando el oficio religioso concluyo, Aidan se dirigio sus pasos hacia comandancia. Tenia que recoger unas ordenes antes de marchar a la casa que sus abuelos le habian dejado, mientras lo preparaba todo para iniciar su nuevo destino, pero antes de girarse, el alferez O'Sullivan llego a su encuentro, el subordinado le hizo el saludo reglamentario, el, devolvio el saludo tocandose la visera de la gorra. --Despachos de comandancia que no podian esperar --le dijo el alferez O'Sullivan--. Nos extrano su retraso. La verdad es que se habia entretenido al cruzar el Tamesis. El rio estaba congelado, permitiendo que los ciudadanos pudieran cruzarlo andado, incluso patinar en el. Se habia quedado mirando a varios ninos que se perseguian lanzandose bolas de nieve, riendose a carcajadas del intento de un gran perro negro por morder los proyectiles en el aire. Se le instalo un sentimiento agradable en el pecho al verlos, porque solian estar trabajando o mendigando monedas. Aquellos ninos estaban sucios, les faltaban dientes y se reian, como tendrian que hacer todos los ninos. --?Tan importantes son los despachos que no podian esperar a mi regreso a comandancia? --pregunto extranado. --Necesitan su firma para que comience la reparacion del HMS Constant Warwick --O 'Sullivan no levanto la vista de la carpeta de piel que le tendia a su oficial. Aidan fue discreto al echar un vistazo. --?Cuando esta previsto que zarpemos? --?El capitan me pregunta a mi? --le pregunto el marino. --?Acaso no te enteras de todo antes que yo? El marinero sonrio de medio lado. --Eso es porque visito el meson de Charly. --?El meson de Charly? O'Sullivan fruncio el ceno sin mirarlo, con esa gravedad en su expresion que decia que no sabia de donde habia salido Aidan que nunca se enteraba de lo que estaba pasando en la ciudad. El local era la comidilla de los marineros pues todos querian su oportunidad de cazar en el extenso jardin trasero. Pero Aidan si se enteraba. Leia el periodico todas las mananas, salvo que los espacios de ocio no eran de su interes. --Sirven la mejor cerveza negra de todo Londres, y, por un modico precio, el dueno del meson nos permite disparar a los patos del lago que hay detras de la casa --Aidan le indico con un ruido de garganta que lo habia escuchado y que no le interesaba continuar con la conversacion, solo que O'Sullivan tenia mas cosas que anadir--: Harrison y Peter iran esta tarde, podria acompanarlos. --Podrias aplicarte tu propia sugerencia, parece que te hace mas falta a ti que a mi. --Y lo haria encantado, pero me arriesgaria a que mi madre me despellejara vivo. Los ojos verdes de Aidan se detuvieron en el un instante antes de volver a la carpeta de piel que sostenia entre sus manos. --Conozco a tu madre, y te aseguro que en modo alguno te despellejaria. O'Sullivan tardo en decidirse a contestar. --Tengo cinco hermanas menores que me exigen atencion diaria cuando estoy en tierra. Siempre pidiendo que les presente a algun oficial, y por eso detesto tanto cuando el HMS Constant Warwick atraca en Londres y nos deja en tierra por tiempo indefinido. Nadie puede culparme si no quiero aparecer por mi casa. La ausencia de lluvia dejaba un dia gris y frio, el viento cortante le abofeteo el rostro cuando se giro para dar el primer paso. Firmaria los despachos en comandancia. Y de repente, sus ojos se clavaron en una figura femenina que estaba arrodillada sobre una tumba. No lloraba, pero maldecia de una forma que le llamo la atencion. Por el raido abrigo que cubria su fragil cuerpo, supo que no era una dama, ademas, parecia una mendiga. Su cabello arrastraba por el suelo, y se dijo que debia llevarlo muy largo. --Mi senor --lo llamo el alferez al ver que su capitan se habia detenido y miraba a una mendiga que seguramente robaria lo que pudiera de las tumbas. --Regresemos a comandancia. Firmare los despachos alli. Se le hundieron las botas en el barro cuando se dirigio hacia la salida seguido por O 'Sullivan. El carruaje les llevo a comandancia en un tiempo record. --Capitan Baquer --lo saludo un suboficial--. Presentese en el despacho del almirante Smith, senor. --Gracias... --entorno los ojos y escudrino el rostro poco familiar del marinero--. ?Ross? --Russell, senor --corrigio amablemente, cuadrando un poco los hombros con orgullo porque ese capitan de fama increible hubiera recordado su nombre. Aidan asintio, inclino la cabeza como despedida, y se dirigio al despacho del almirante. Sus nudillos resonaron contra la puerta con determinacion antes de abrir sin aguardar. Si Robert Smith lo habia llamado directamente a su despacho, el asunto debia de ser importante. --Aidan --lo saludo el marino. El almirante Robert Smith era un hombre casi tan alto como el, y de corpulencia evidente. Cuando se levanto para saludarlo, tuvo la misma fuerte sensacion de siempre: el tamano de su cuerpo no se correspondia con el de sus manos. Procuro mantener los ojos fijos en los de su superior mientras apretaba con decision aquella mano demasiado calida y demasiado pequena a la vez. --?Que tal esta tu padre? Aidan mantuvo silencio durante un par de segundos. El, no queria hablar sobre su padre, pero lo hizo. --Bien, senor --respondio forzado. Robert asintio. No regreso a su lado del escritorio, sino que se apoyo contra el, cruzando los pies y los brazos. --Digale a su padre que ire a visitarlo muy pronto. ?Y el grumete Bay? Aidan solto el aliento porque la conversacion que esperaba sobre su padre habia quedado suspendida. --Continua convaleciente, los medicos no tienen claro cuando recuperara la movilidad de la pierna. --Ya veo. Transmitele mis deseos de su mejora-- el joven cabeceo con lentitud, apreciando otros detalles de la postura del lugarteniente: queria imponerse. Queria suprimir cualquier oportunidad de dialogo. Por tanto, Aidan aguardo con cautela y adopto una actitud reservada. --La familia es importante --le dijo el almirante--. Es lo que sostiene a uno en pie, lo que dejamos en el mundo. Los hijos dan prestigio, orgullo, deben ser el reflejo de nuestros valores, los valores que mantienen esta sociedad, pero, a veces, los hijos son unos desagradecidos --se incorporo para acercarse a un rincon del escritorio y servirse un whisky. El capitan acepto el vaso que se le tendia por educacion. Se lo llevo a los labios y trago, procurando no paladear el intenso sabor ahumado, aunque le colapso los sentidos igualmente. Robert dejo con mas fuerza de la necesaria la licorera en la mesa. --Ha llegado a mis oidos informacion que es de mi desagrado. Uno de mis ahijados ha sido visto reuniendose con los comunistas de la Fulham. Quiero pedir tu confianza y absoluto compromiso para que investigues. Me consta que tienes conocidos en esa fabrica de comunistas, y quisiera saber quienes son, y que hace mi ahijado reuniendose con ellos. No estoy dispuesto a tolerar esa desviacion de conducta, ni que a mi familia se la asocie con anarquistas. Aidan entendio el motivo para el regreso del HMS Constant Warwick a Inglaterra con la excusa de la reparacion y puesta a punto para surcar de nuevo las aguas. Si el hubiera sido un hijo docil, si hubiera obedecido a su padre, si fuera obediente y nada impulsivo, ahora no estaria en deuda con el hombre mas poderoso de la armada britanica. Estaba en deuda con aquel hombre, y las deudas siempre acababan pagandose. --Tiene garantizada mi discrecion, senor --termino aceptando. No tenia otra opcion. Sus ojos eran granito cuando el almirante relajo la postura y le mostro una sonrisa medio oculta en el frondoso bigote, antes de acercarse a estrecharle la mano de nuevo y palmearle el hombro. --Gracias, Aidan. Mi confianza esta en ti como lo estaria en mi propia sangre. --Senor --casi gruno--. ?De quien se trata? --De Raymond Samuelson. Asintio y no anadio nada mas, realizando el gesto de tocarse la gorra para despedirse. Al salir del amplio despacho la expresion se le mudo en una de contrariedad y sintio de nuevo la opresion en la garganta, el whisky seguia dando vueltas en su estomago. Se escudo en su capa larga y apoyo su mano en su espada abrochada al cinto cuando se marcho de comandancia. Le dijo a su cochero que le apetecia pasear, que regresara a la casa. Y cuando se fijo en las ruedas que comenzaban su andadura, se percato de que no habia firmado los despachos, pero lo haria por la tarde. Ordenaria a O'Sullivan que se los llevara a su casa para hacerlo. El frio viento lo acompano por las calles londinenses. Aidan se miraba las puntas de las botas y luego contaba las ventanas de los edificios que pasaba mientras era testigo pasajero de las vidas al otro lado de los cristales. La fabrica de carbon Fulham, era uno de los gigantes que alimentaba las chimeneas y fogones de la ciudad. Al almirante Smith no le habia hecho falta especificar cuando o como queria que se encargara de aquello. Y Aidan no podia identificar a nadie si no reconocia primero el terreno. Antes de llegar al puerto, el rugido de la fabrica de carbon ya era audible en la distancia. Se detuvo a admirar los barcos anclados en el puerto, desde la distancia pudo ver su fragata. Daria lo que fuera por embarcar de nuevo y no tener que actuar de espia para el almirante. Pero era inevitable. Cuando alcanzo los muros de la fabrica de carbon, se quedo en las inmediaciones unos minutos antes de que los obreros hubieran acabado el turno. El humo de las chimeneas enrarecia el aire, y la oscuridad alli era mas densa. El olor era penetrante y acido, se le quedaba en la garganta, le escocia en los ojos. Se resguardo cerca de la entrada, para poder ver quienes abandonaban el lugar de trabajo. Conocia a Raymond Samuelson. No estaba seguro del aspecto que debia tener en los ultimos anos, pero suponia que su cara no habia cambiado demasiado. Si se acercaba por alli, seguramente el tambien podia reconocer a Aidan. Solo que Aidan tenia una excusa para estar en la fabrica, como bien habia dicho Robert Smith: el, conocia a alguien alli. Al apoyarse en la pared se le clavo la espada en la cadera, y no se molesto en acomodarla. --?Senor Baquer? Levanto la mirada con la misma rapidez con la que se irguio, entreabriendo la boca para contestar, sin que saliera ningun sonido. Ver al hijo de su cochero trabajando en la fabrica de carbon, lo pillo desprevenido. Era el nino con el que habia jugado en su infancia. --?Ha estado esperandome? Le juro que mi trabajo aqui no entorpece el que realizo en Brent Cross --Arthur, lo miraba con fijeza, aunque visiblemente incomodo--. ?Ha venido desde comandancia porque le ha sucedido algo a mi padre? --el, continuo sin contestar--. Mire... tengo que irme, no puedo quedarme, pero regresare a la misma hora --se quito la boina y la amaso entre las manos. Al final se volvio a colocar la gorra y se marcho sin despedirse. Aidan lo siguio con los ojos, y sopeso que cruzarse con Arthur era la mejor forma de tener una justificacion para estar alli. Se recoloco la espada a la cadera, y miro en derredor, confirmando que si habia obreros juntandose con la aristocracia londinense no era de forma expuesta.

  • Dejame ser tu chico malo de Silvia Garcia Ruiz

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    Roan Miller es un nino estirado y altivo al que sus padres intentan moldear para que se convierta en el digno sucesor de su abuelo, un rico empresario. Falto de carino y sintiendo su casa como una prision, no puede evitar enamorarse de su traviesa vecina, quien lo reta siempre a seguir sus juegos y a convertirse en su chico malo.

  • Un Instante en la noche de Erina Alcala

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    Marina y Azucena eran las mejores amigas desde que entraron en la empresa. Eran azafatas de vuelo de la empresa Norweigan, de Noruega, que se habia implantado en Espana. Ellas eran sevillanas y habian estudiado para ser azafatas. La vida de Azucena era viajar, ya desde pequena queria serlo cuando sus padres le regalaron una muneca azafata con un avion. Le encantaba viajar y ademas como siempre si los vuelos eran largos, tenian unos dias, visitaban la ciudad, salian, a veces se acostaban con chicos... Azucena, era morena de 1,70, de estatura, morena con el pelo largo y unas piernas preciosas, unos ojos color miel y nariz pequena. Marina, su amiga, era solo un poco mas bajita, con los ojos marrones y era muy atractiva. Tenia el pelo rubio con mechas por media espalda. Ambas eran de pueblos diferentes, mientras Azucena era de Camas, un pueblo al lado de Sevilla, Marina era de Santiponce, a tres kilometros de Camas y al lado tambien de Sevilla. Por eso el dia que hicieron el examen para entrar como azafatas en la compania aerea, como eran de pueblos cercanos, empezaron a hablar y se dieron los telefonos y asi se hicieron amigas. Luego tuvieron la suerte de volar en el mismo avion, ya que iban dos azafatas y dos auxiliares por vuelo. No podian ser mas felices. Llevaban ya un ano trabajando y estaban contentas. Tenian 25 anos y muchas formas en comun, sobre la vida y los chicos, incluso sobre politica coincidian. Era fantastico, tenian pensado alquilar un piso para vivir solas en el centro de Sevilla e independizarse y en cuanto tuvieran vacaciones o algunos dias libres, iban a mirar pisos. La compania Norwegian, era una de las flotas mas nuevas y respetuosas con el medio ambiente del mundo. La flota de Norwegian estaba compuesta por mas de 140 aviones, entre los que se incluian Boeing 737-800 que operaban en los vuelos de corta distancia y Boeing 787 Dreamliner, que operaban en los de larga distancia, que es donde ellas viajaban. Con una flota que tenia una edad media de 3,8 anos, Norwegian contaba con una de las flotas mas jovenes y ecologicas del mundo. Los aviones nuevos eran una apuesta segura para el confort de los pasajeros, su bolsillo, el ambiente y los costos de la empresa. Aviones eficientes en el uso de combustible y utilizan menos tiempo de viaje. Sus viajes, se hacian por toda Europa, Tailandia, Oriente medio, Norte de Africa, Estados unidos, Argentina, Brasil, por supuesto en Europa en Noruega, de donde era originaria la compania. Estaban contentas. Ganaban un buen sueldo, unos 3000 euros mensuales, mas dietas y hoteles si se quedaban. Los auxiliares menos y los pilotos mas. El que mas ganaba era el comandante. Sus viajes generalmente eran Noruega-Sevilla. Y sus uniformes eran preciosos: Falda azul, chaqueta azul con una franja en los bolsillos de arriba y abajo, blanca, y un gorrito azul con una franja roja como los guantes. Eran elegantes y si algun mes las cambiaban de ruta, no les importaba. Les habian dado alguna vez Tailandia y otra Estados Unidos. Pero generalmente era a Noruega y alli se quedaban algunas noches. Al menos una. O ninguna, si habia vuelos. Una de esas noches, salieron por Oslo, era verano y hacia fresco. Se habian quedado en un hotel, porque se quedarian el viernes por la noche y el sabado y el domingo al mediodia volaban de vuelta a Sevilla. Habian ido y vuelto, tres viajes el mismo dia, por eso tenian esas noches de descanso. Cuando eso ocurria les daban un hotel con habitacion individual a cada una. Llegaron muertas y casi se hacia de noche. -?Vamos a cenar?- dijo Marina. -Si, aprovecharemos, que casi nunca nos quedamos en Oslo de dia. Manana podemos ver algo. -Vamos a salir, nos duchamos y preguntamos por alguna discoteca y un restaurante. O sitio barato donde podamos comer. -Guarda las facturas. Y en una hora salian con los datos que el chico del hotel les habia dado, en ingles, estaba terminando de estudiar noruego, lo necesitaban. Sabian ingles, castellano, aleman, frances y noruego aprendiendo, y algo de italiano por si acaso. Siempre tenian algun idioma por aprender. Les gustaba mucho. Y en vacaciones tenian un billete gratis ida y vuelta donde quisieran, dentro de donde la compania viajaba. Y otro en Semana Santa, pero no iban porque la Semana Santa de Sevilla era para quedarse. Y aprovechaban para irse unos dias. Estuvieron comiendo en una cafeteria, preciosa, !como no!, salmon, como unas tapas, una especie de salmon noruego batido y bacalao rebozado. Y pidieron un postre de chocolate parecido al Brownie. Luego pagaron, se lavaron los dientes y se pintaron, un retoque. Tomaron un taxi y le dieron la direccion al taxista de la discoteca a la que querian ir. Habia gente en la puerta y tuvieron que hacer cola. Aquello era inmenso y habia como cinco salas distintas, de distinto tipo de musica. -Marina, no muy ruidosa, por favor. -Le dijo Azucena. -Hay salsa, !No me lo puedo creer! Les gusta la musica latina. -Pues vamos a esa. Y estuvieron bailando, tomaron una copa. -?No vamos a ligar, Azucena? un fiordo grande, mujer. Y Azucena se reia. -Mira esos, son dos, y estan solos, ?Te gusta el rubio?-Le dijo Marina. -Son los dos rubios. -Te dejo el mas alto para ti. -?Por que? -Porque tiene los ojos azules y a ti te gustan con ojos azules y es guapo. -!Que cara tienes! Es porque te gusta el otro de ojos verdes. -Anda si, dejamelo. -Bueno... -Echamos un polvo si cae. -?Por que no?, yo hace ya mas de dos meses que no tengo nada. -Esta sera nuestra noche, nuestra gran noche, -Decia Marina. Azucena pensaba que su amiga estaba loca, pero era tan atrevida, que fue y se sento con los chicos chapurreando ingles y noruego, y la senalo a ella. Y la llamo y ella se sento al lado del mas alto, la verdad que el tio era un tipazo, al menos media un metro noventa. Era atractivo, pero mas serio. Le pregunto como se llamaba. -Me llamo Olav-dijo en un perfecto ingles. -Yo Azucena. -Encantado Azucena, -y le dio la mano. Una mano suave, y olia tan bien... -?Que edad tienes? -25 anos ?Y tu? -29 anos. -Pero no sois de aqui. -No, somos azafatas de vuelo, pero hacemos la ruta Espana-Oslo, en realidad Sevilla-Oslo, otras Sevilla-Las islas canarias-Sevilla-Oslo. -?Soy espanolas? -De Sevilla -y Olav saco su movil y miro. -Ahi es. -El sur. -Si, exacto. Y tu, ?a que te dedicas? -Tengo con Kell, mi companero una empresa de videojuegos. -?Si??De vikingos? Y se rio. -Tambien. -?Por que estais en la sala de salsa? -Me gusta la musica latina. -No me digas que sabes bailar... -Me defiendo. -Pues venga hombre, vamos a bailar -y estuvieron bailando y a pesar de ser tan alto bailaba muy bien y cuando miro a su amiga se estaba besando la tia con el otro noruego. Olav tambien se dio cuenta. -?Damos un paseo fuera?

  • Nayeli. El regalo del duque de Mercedes Gallego

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    Nayeli, mucho mas que una promesa.

  • Caramelos de cafe de Paula Dalli

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    Recien cumplidos los dieciocho anos, a Valentina se le abre un futuro lleno de posibilidades: en breve iniciara su vida universitaria lejos de su familia y se trasladara a Madrid a vivir con Melanie, su mejor amiga. Sin embargo, parece que todo se tuerce. Su madre acaba de abandonar la casa familiar para irse a vivir con su nuevo novio, y ahora Vale debe lograr que su padre y su hermano aprendan a cuidarse por si mismos antes de que ella se marche. Solo le consuela desayunar en su lugar favorito, que atiende el barista mas guapo y sensual que ha visto nunca, Jon. Valentina necesita sentirse una adulta independiente y cumplir todos los planes que lleva anos imaginando, pero Madrid le reserva una sorpresa: cierto dia mientras pasea por la calle entra en una especie de pizzeria do it yourself cuyo encargado, casualmente, es Jon, el barista guapo de Altea. Asi comienzan una relacion en la que compartiran su amor por la cocina y el sueno de dedicarse profesionalmente a ello.
    Para lograrlo, se vera envuelta sin quererlo en un revuelto de ingredientes variados: nuevas amistades, reapariciones inesperadas y una sensacion de descontrol al tomar decisiones pensando que improvisar una receta siempre sale bien.

  • Estado de miedo de Michael Crichton

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    blaba en ingles, tenia un acento exotico. A decir verdad, todo en ella era exotico, penso Jonathan. De piel oscura, pomulos prominentes y cabello negro, podria haber sido modelo. Y se contoneaba como una modelo, con su falda corta y sus zapatos de tacon de aguja. Era medio vietnamita y se llamaba Marisa. Mirando alrededor, anadio- : Pero ?no hay nadie aqui? – No, no -respondio el-. Es domingo. Hoy no viene nadie. Jonathan Marshall, de veinticuatro anos, era un londinense licenciado en fisica que, como parte de sus estudios de posgrado, trabajaba durante el verano en el ultramoderno Laboratoire Ondulatoire -Laboratorio de Mecanica Ondulatoria- del Instituto de la Marina frances en Vissy, al norte de Paris. Pero en el barrio residian sobre todo familias jovenes, y para Marshall habia sido un verano solitario. Por eso no podia dar credito a la buena suerte que habia tenido al conocer a aquella chica. Una chica muy guapa y sexy. – Explicame que hace esta maquina -dijo Marisa con una mirada radiante-, y que haces tu. – Con mucho gusto -contesto Marshall. Se acerco al gran panel de control y empezo a conectar las bombas y los sensores. Al otro extremo del deposito, los treinta paneles del generador de olas se activaron uno tras otro. Marshall miro a la chica, y ella le sonrio. – Es complicadisimo -comento Marisa. Se coloco junto a el frente al panel de control-. ?Hay camaras para grabar vuestra investigacion? – Si, en el techo y a los lados del deposito. Crean un registro visual de las olas generadas. En el deposito tambien hay sensores que recogen los parametros de presion de la ola al pasar. – ?Estan conectadas ahora esas camaras? – No, no -dijo el-. No las necesitamos; no estamos haciendo ningun experimento. – Quiza si -respondio ella, y apoyo la mano en el hombro de Marshall. Tenia unos dedos largos y delicados, unos dedos preciosos. Miro alrededor por un momento-. En esta sala todo es carisimo. Debe de haber grandes medidas de seguridad, ?no? – En realidad no. Simplemente hay que usar una tarjeta para entrar. Y solo hay una camara de seguridad. -Senalo por encima del hombro-. En aquel rincon. Marisa se volvio. – ?y esa esta encendida? – Si, claro -contesto el-, esa siempre. Marisa le acaricio suavemente el cuello. – ?Asi que ahora hay alguien vigilandonos? – Eso me temo. – Entonces debemos portarnos bien. – Probablemente. Por cierto, ?y tu novio? – Ese. -Dejo escapar un resoplido de desden-. Ya me he hartado de el. Unas horas antes aquel mismo dia Marshall habia salido de su pequeno apartamento para ir a la cafeteria de la rue Montaigne, que visitaba cada manana, llevandose como de costumbre un articulo especializado para leer. Al rato, aquella chica se sento en la mesa contigua con su novio. En breve la pareja empezo a discutir. A decir verdad, Marshall tuvo la impresion de que Marisa y el novio no estaban hechos el uno para el otro. El era un americano rubicundo y fornido, corpulento como un jugador de futbol, con el cabello largo y gafas de montura metalica poco acordes con sus toscas facciones. Tenia todo el aspecto de un cerdo que pretendia pasar por intelectual. Se llamaba Jim y estaba enfadado con Marisa porque esta, al parecer, no habia pasado la noche con el. – No se por que no me dices donde estuviste -repetia el una y otra vez. – Porque no es asunto tuyo, por eso. – Pero yo pensaba que ibamos a cenar juntos. – Jimmy, ya te dije que no. – No, me dijiste que si. Y yo te espere en el hotel. Toda la noche. – ?Y que? Nadie te obligo. Podias marcharte y pasartelo bien. – Pero te esperaba. – Jimmy, no eres mi dueno. -Exasperada, suspiraba, levantaba las manos o se daba palmadas en las rodillas desnudas. Tenia las piernas cruzadas y se le habia subido mucho la falda-. Yo hago lo que me da la gana. – Eso esta claro. – Si -dijo ella, y en ese momento se volvio hacia Marshall-. ?Que es eso que lees? Parece muy complicado. En un primer momento Marshall se alarmo. Saltaba a la vista que le habia dirigido la palabra para provocar al novio. No queria dejarse arrastrar a la pelea de la pareja. – Es fisica -contesto laconicamente, y se volvio un poco, procurando pasar por alto la belleza de la chica. – ?Que clase de fisica? -insistio ella. – Mecanica ondulatoria. Olas marinas. – ?Eres estudiante, pues? – Estudiante de posgrado. – Ah. E inteligente, por lo que se ve. ?Eres ingles? ?Que haces en Francia? Y casi sin darse cuenta Marshall entablo conversacion con la chica, y ella le presento al novio, que le dirigio a Marshall una sonrisa de suficiencia y le dio un desidioso apreton de manos. La situacion seguia siendo embarazosa, pero ella se comportaba como si no lo fuese. – ?Asi que trabajas por aqui? ?En que? ?Un deposito con una maquina? La verdad, no consigo imaginarmelo. ?Me lo ensenas? y alli estaban, en el Laboratorio de Mecanica Ondu1atoria. Jimmy, el novio, se habia quedado fuera, en el aparcamiento, malhumorado, fumando un pitillo. – ?Que hacemos con Jimmy? -pregunto Marisa, de pie junto a Marshall mientras el trabajaba en el panel de control. – Aqui dentro no puede fumar. – Yo me encargare de que no fume. Pero no quiero que se enfade mas. ?Crees que puedo dejarte entrar? A Marshall lo invadio un sentimiento de decepcion. – Claro. Supongo. Ella le apreto el hombro. – No te preocupes. Despues estara ocupado con otros asuntos suyos. Se alejo y abrio la puerta del fondo del laboratorio. Jimmy entro. Marshall echo un vistazo y vio que se quedaba rezagado, con las manos el1los bolsillos. Marisa regreso junto a el, que seguia frente al panel de control. – Jimmy ya se ha calmado -dijo-. Ahora ensenamelo. Los motores electricos del extremo opuesto del deposito ronronearon y las palas generaron la primera ola. Era pequena, y recorrio suavemente el deposito en toda su longitud hasta chocar, con un ligero chapoteo, en un panel inclinado en el lado donde ellos se hallaban. – ?Y esto es un maremoto? -pregunto Marisa. – Es la simulacion de un tsunami, si -contesto Marshall mientras pulsaba el teclado. En el panel de control, los monitores mostraron la temperatura y la presion, asi como imagenes en color falso de la ola. – Una simulacion -repitio ella-. ?Yeso que quiere decir? – En este deposito podemos crear olas de hasta un metro de altura -explico Marshall-. Pero los verdaderos tsunamis alcanzan cuatro, ocho o diez metros. A veces incluso mas. – ?Una ola de diez metros en el mar? -Marisa abrio los ojos desorbitadamente-. ?En serio? – Miro al techo intentando imaginarla. Marshall movio la cabeza en un gesto de asentimiento. Esa altura equivalia a un edificio de tres plantas. Y alcanzaba una velocidad de ochocientos kilometros por hora, avanzando atronadoramente hacia la costa. – ?y cuando llega a la costa? -pregunto ella- ?Eso representa el panel inclinado de este extremo? Tiene una textura de guijarros, parece. ?Eso es la costa? – Exactamente -contesto Marshall-. La distancia que recorre la ola tierra adentro depende del angulo de la pendiente. Podemos ajustar esa pendiente a cualquier angulo. El novio se acerco al deposito, pero siguio apartado de ellos, sin pronunciar una sola palabra. Marisa estaba entusiasmada. – ?Podeis ajustada? ?Como? – Esta motorizada. – ?A cualquier angulo? -Se rio-. Pon1a a vingt-sept grados. Veintisiete. – Alla va. -Marshall tecleo. Con un ligero chirrido, la pendiente de la costa aumento de angulo. El novio americano, atraido por la actividad, se aproximo mas al deposito para echar un vistazo. Era fascinante, penso Marshall. Cualquiera sentiria interes. Sin embargo aquel tipo continuo en silencio. Alli de pie, se limito a observar como crecia la inclinacion de la superficie enguijarrada. Esta no tardo en detenerse. – ?Esa es la pendiente, pues? -pregunto Marisa. – Si -dijo Marshall-. Aunque de hecho veintisiete grados es una inclinacion excesiva, por encima del promedio de las costas del mundo real. Quiza deberia ponerla... Marisa cerro su mano morena sobre la de el. – No, no -dijo. Tenia la piel suave-o Dejala asi. Ensename una ola. Quiero ver una ola. Cada treinta segundos se generaban pequenas olas que recorrian el deposito con un leve zumbido. _ – Bueno, primero tengo que conocer la forma de la costa. En este momento es una playa llana, pero si hubiese un entrante... – ?Cambiaria si hubiese un entrante? – Claro. – ?De verdad? Ensenamelo. – ?Que clase de entrante quieres? Un puerto, un rio, una bahia... – Ah -dijo ella, y se encogio de hombros-, que sea una bahia. Marshall sonrio. – Bien. ?De que tamano? Con un ronroneo de motores electricos, la costa empezo a curvarse y se formo una hendidura

  • Seres queridos de Vera Giaconi

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    Una chica que trabaja como camarera en Los Angeles conoce a un concursante de un reality televisivo e inicia con el una relacion que su hermana vigila por Skype desde la distancia; un abuelo se preocupa por su nieta en los tumultuosos anos setenta, en los que la gente se marcha o desaparece; un hijo observa a su madre ya mayor, que ronca frente al televisor, y piensa en el futuro; un nino que ha perdido dos dedos por el ataque de unas piranas se pelea con su hermana; dos hermanas afrontan la muerte de la tercera; una paciente establece una peculiar relacion con su medico en la que los papeles acaban invirtiendose; dos ninos juegan con la sirvienta en la oscuridad; la relacion de una criada con su senora cambia despues de que esta ultima se intente suicidar; un padre viudo mantiene una complicada convivencia con su hija; una mujer se reencuentra con una pareja amiga que llevaba anos buscando sin exito tener hijos y descubre que por fin lo han conseguido, aunque de un modo muy peculiar.

  • Las manos de los maestros de J. M. Coetzee

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    Primer volumen de una magistral recopilacion de los ensayos mas brillantes del Premio Nobel de Literatura J.M. Coetzee, algunos de ellos ineditos, en torno a los escritores esenciales de la literatura universal.

  • Una lista de propositos y treinta noches de verano de Yanira Garcia

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    Podria empezar mi historia presentandome y, quiza, hablando de mi; mi nombre, apellido, edad, de donde soy o contaros que tengo una hermana gemela, claro, podria; pero creo que es mejor hablar de el, pues es el culpable de esta historia. El, Axel, que ya su nombre suena exactamente a eso, a pecado, justamente a lo que es. Podria decir que es un hombre sencillo y que no es capaz de trastocar tu mundo y el de todo el que se cruza por su camino, sobre todo, si hablamos de feminas; pero, no, el caso es que el unico mundo que decidio poner patas arriba fue el mio y yo, yo me sentia una veleta con el cerca. Puede que si deba deciros que todo empezo con un cambio de vida y tachando de mi lista uno de esos propositos que tanto me definen, pero creo que seria mas sencillo aceptar que la vida te tiene preparado un camino y que siempre terminaras cogiendolo, aunque te empenes en dar un rodeo. Axel llego a mi vida como el verano llega tras la primavera. Ponte unas chanclas, un pantalon corto y deja que lo que hay dentro de estas paginas te cuente mi verano, el verano que cambio nuestras vidas.

  • Un lugar al que escapar de Sophie Saint Rose

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    Charlene suspiro mirandose al espejo con el cepillo de dientes en la boca. Dios, no se podia ser mas patetica. Cogio el cepillo de dientes y se froto con fuerza arriba y abajo pasandose la mano por sus rizos rubios. Ya no tenia corte, ni nada. Estaba hecho un desastre. Se paso la mano por la cara y puso los ojos en blanco al ver un grano al lado de la nariz. Escupio en el lavabo y abrio el grifo enjuagandose la boca. Cogio la toalla del colgador y se la paso por la boca incorporandose. Al menos seguia teniendo los ojos verdes. Eso era lo unico que no habia cambiado en su vida en el ultimo ano. Tirando la toalla al suelo, salio del bano y se rasco la barriga por encima del pijama de cuadros que llevaba puesto desde hacia una semana. Estaba claro que habia entrado en zona roja. Atraveso el apartamento que estaba hecho un desastre y se sintio aun mas culpable si eso era posible, pero decidio ignorarlo como todo en su vida para ir hasta la cocina y abrir la nevera. Gimio tapandose la cara al ver que estaba vacia. Cerro de un portazo y susurro --Para eso inventaron el servicio a domicilio. El telefono, que debia estar debajo de los cien periodicos que tenia sobre la mesa del estudio, empezo a sonar, pero Charlene hizo como si no lo hubiera escuchado, escogiendo uno de los menus de los restaurantes de la zona que tenia colgados de la puerta de la nevera. --Chino... japones...--Paso el dedo por los menus y entrecerro los ojos al ver una nota escrita por ella misma que decia "!Espabila de una puta vez!" Cogio el post it y lo arrugo tirandolo por encima de su hombro. --Italiano. No es lo mejor para desayunar, pero de todas maneras ya tienes el estomago hecho una mierda... Busco su movil y cuando lo encontro se dio cuenta que no lo habia cargado en varios dias. Quizas tenia que haber contestado al telefono. Encogiendose de hombros se dejo caer en el sofa y marco el numero del restaurante. Veinte minutos despues estaba comiendo espaguetis a la carbonara sentada en el sofa viendo la tele. El programa de la manana era de lo mas aburrido, pero a falta de otra cosa... Llamaron a la puerta y gruno sin moverse. Seria el casero para decirle que su patetica vida acababa de empezar y que lo que habia vivido hasta ahora era un juego de ninos. Despues le pegaria una patada en el culo, echandola del apartamento por deberle dos meses. --!Charlene! !Abre la puerta! No era el casero. Era aun peor. Su prima. Se arrastro fuera del sofa y dejo el envase sobre la mesa de centro antes de ir hacia la puerta y abrir. Su perfecta prima Rubi, con su perfecto bebe en brazos, la miro de arriba abajo horrorizada. Se volvio y camino por el pasillo para volver a sentarse en el sofa, mientras Rubi miraba el apartamento sin poder pronunciar palabra, a la vez que entraba el carrito del nino y cerraba la puerta.

  • Cada vez que me tocas de Arwen Grey

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    Como bibliotecaria en un pequeno pueblo ingles, Tara ha leido miles de historias sobre secretos familiares, legados ancestrales y conexiones con el destino. Jamas habria imaginado que sus vacaciones serian el inicio de una de esas aventuras de novela, y menos aun que un pariente muy, muy lejano, con unos hermosos ojos oscuros, la meteria de lleno en una locura inimaginable.
    Declan ha vivido toda su vida con la responsabilidad de recuperar el legado familiar de los Beauchamp, una lucha que ha manchado con sangre el pasado de su familia.
    Al encontrar a Tara, de pronto todo lo que desea parece estar justo al alcance de su mano, pero tambien lo estan otros aspectos inesperados de la herencia familiar, algo de lo que hablaban los romances antiguos y con lo que no contaba: lo que siente cada vez que el y Tara se tocan.

  • La buena esposa de Meg Wolitzer

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    Joan Castleman, mujer de un famoso escritor norteamericano, acompana a su marido a Helsinki, donde posiblemente le den un premio literario casi tan importante como el Nobel. Ya en el avion, el lector se entera de que pase lo que pase, despues de toda una vida juntos, ha decidido dejarle. Esta harta de el y de su egolatria. Al mismo tiempo empieza a rememorar como lo conocio en la Universidad donde era uno de sus profesores y como acabo casandose con el despues de separarse de su mujer anterior y de una hija pequena a las que abandono. Tambien ella ha tenido dos hijos con Joe, pero no se llevan bien con su padre. En un texto muy agil, tipico de Wolitzer, se van desarrollando dos temas paralelos: el triunfo literario de Joe y su pasion por las mujeres, y la frustracion creciente de una mujer que, de joven, queria convertirse en una gran escritora.

  • Nunca mas de Sara Larsson

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    NUNCA MAS SE ACERCARAN A MI.

  • Pistolar de Ivan Soto Camba

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    Pistolar es un caleidoscopio, una indagacion fragmentaria en el mosaico del yo: basta un ligero movimiento de muneca y de repente todo cobra sentido.

  • Un hogar a tu lado (Creek Canyon 2) de Catherine Bybee

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    Erin siguio con suma atencion la trayectoria del blanco de arcilla, desde el momento en que salio disparado del lanzador y se desplazo surcando el aire, hasta que se rompio en pedazos cuando Parker apreto el gatillo de la escopeta. --Le has dado todas las veces. ?Como lo haces? --Erin estaba impresionada. Ella solo habia conseguido acertar un plato de cada diez, mientras que Parker se habia ganado su apodo, el de <>, a pulso. --Es cuestion de practica. Tu acabas de empezar, date tiempo. Estaban en un rincon escondido del bosque del Angeles National Forest, en un campo de tiro, un lugar dominado por la testosterona en el que de vez en cuando se veia a alguna que otra esposa o novia. Erin y Parker eran las unicas mujeres que no iban acompanadas de un hombre. --Seguimos con el tiro al plato unas cuantas veces mas y luego pasamos a la galeria de tiro con pistola, ?de acuerdo? Los blancos moviles son mas dificiles, pero es que quiero que te acostumbres al retroceso de la escopeta para que puedas controlarla. --Parker le estaba dando lecciones sin avasallarla con la bateria de preguntas que le haria cualquier otra persona. A finales del verano anterior, Erin se habia ido a vivir a la propiedad de Parker, quien estaba desesperada por alquilar la casa de invitados del rancho familiar tras haber sobrevivido a un incendio que por poco destruye todas las posesiones de su familia. Erin estaba igual de ansiosa por instalarse alli y empezar una nueva vida lejos de las carreteras principales y los barrios de cualquier gran ciudad, donde todo el mundo se conocia. En una localidad del tamano de Santa Clarita, en cambio, no llamaria la atencion ni estaria rodeada de los turistas y los empresarios que invadian las grandes ciudades del sur de California. Erin esperaba encontrar soledad y, en vez de eso, lo que encontro fue una amiga fabulosa, una amiga que se dio cuenta de que Erin estaba escondiendose de su ex, pero que no la presiono ni una sola vez para que le contara los detalles de la historia. No, Parker no hurgo en su vida, sino que simplemente le dijo que, cuando estuviera lista para hablar, alli estaria ella para escucharla. Incluso ahora, mientras disparaba a los blancos --errando casi siempre el tiro, en el caso de Erin, que tenia una punteria terrible--, habria tenido toda su logica que Parker le hubiese preguntado por que tenia tantas ganas de aprender a disparar. Sin embargo, no lo habia hecho. Ni una sola vez. Parker le dio el arma a Erin con el canon abierto, preparado para que llenara el cargador. Eso ya sabia como hacerlo. Ahora bien, darle al blanco con ella... eso ya no era tan facil. Aunque, a cualquiera que le hubiese preguntado, le habria dicho que el mero hecho de cargar el arma ya le infundia un valor que ni siquiera sabia que tenia en su interior. Con las gafas de seguridad y los oidos tapados con tapones de color naranja --<>, como los llamaba Parker--, Erin apoyo la culata del arma en el hombro. --?No te olvidas de algo? --le pregunto Parker. Erin se detuvo un segundo, con aire confuso. Luego sonrio y amartillo el arma. El sonido le resulto inquietantemente satisfactorio. Era como decir <> con dos solidos chasquidos. Parker sonrio. --Esta vez quiero que te inclines hacia el arma y que mires fijamente por el canon hasta que sientas que es una extension de tu brazo. Sabes que el plato va a salir disparado hacia la izquierda, asi que no apuntes a la derecha en ningun momento. --Se situo detras de la maquina lanzaplatos--. Cuando tu me digas. Erin respiro profundamente y puso el dedo en el gatillo. --Ya. Parker solto el resorte. Un plato de color naranja salio disparado hacia el cielo. Erin lo vio volar y supo que iba a fallar antes de apretar el gatillo. El estruendo del arma le resono en el oido y le sacudio el hombro, empujandolo hacia atras con un solo movimiento. El plato de arcilla volo intacto hasta alcanzar la parte posterior de la colina y reunirse con todos sus companeros. Solo entonces se hizo pedazos. Parker se acerco a ella por detras. --Traslada el peso de tu cuerpo al pie izquierdo. --Puso una mano en el hombro de Erin y la empujo levemente hacia el arma--. Apoyate en ella. De nuevo en posicion, respiro hondo varias veces mas. <>, se dijo. --!Plato! Fallo el tiro. --!Plato! Fallo el tiro. --!Plato! Le dio... Joder, !le habia dado! Erin se sintio como si acabara de ganar la loteria, y una enorme sonrisa afloro a sus labios. Bajo el arma y choco los cinco con Parker. --?Quieres dejarlo ahora que vas ganando? --pregunto Parker--. ?O quieres seguir disparando un poco mas? Erin bajo la escopeta. --Probemos con algo mas pequeno. Una hora mas tarde iban conduciendo por la larga carretera del canon, orgullosas de su punteria. Parker tenia razon: disparar con pistola era mucho mas facil que hacerlo con la escopeta. Cada tintineo de los blancos metalicos habia sido como un signo de exclamacion. Erin no podia dejar de sonreir. --Ha sido mucho mas divertido de lo que pensaba. Parker mantuvo ambas manos en el volante mientras doblaba las curvas del canon. --Mi padre me llevaba al campo de tiro cada dos por tres. Siempre decia que, como teniamos armas en casa, era imprescindible que aprendiera a disparar. --?Y Mallory y Austin? Mallory y Austin eran, respectivamente, la hermana y el hermano pequeno de Parker, de quienes esta se habia hecho cargo tras el fallecimiento de sus padres, tres anos antes. --Mallory fue un par de veces, pero no le gusto. Aun asi, se defiende bastante bien con las armas. Austin disparaba la pistola del calibre .22 de mi padre cuando era pequeno. Ahora intentamos venir aqui un par de veces al ano para practicar. --?Saliais a cazar alguna vez? Parker nego con la cabeza. --No. Una cosa es pegarle un tiro a una serpiente de cascabel y otra muy distinta dispararle a Bambi. Supongo que si tuviera mucha hambre si podria hacerlo. Mi padre iba de caza con su hermano cuando eran jovenes. Erin lanzo un suspiro. --Yo creo que seria incapaz de dispararle a nada. --Pero informarse sobre el manejo de un arma y saber utilizarla no es algo malo en si: la informacion es poder y todo eso. Para mi, tener algo mas que un bate de beisbol en casa tras la muerte de mis padres fue un consuelo. A veces el mundo es una selva. No hay mas que ver las noticias para darse cuenta de eso. Erin se froto el lado de la mandibula donde todos los dias de su vida utilizaba maquillaje para ocultar una cicatriz. Ella sabia muy bien hasta que punto el mundo estaba lleno de seres salvajes. --?Crees que eso te convierte en una persona paranoica? --?El que me convierte en una persona paranoica? --Tener un arma en casa. --Cargada y lista para dar la bienvenida a cualquiera que se plante en tu casa mientras duermes, armado con su propia arma, para llevarte de vuelta a una vida de malos tratos y sufrimiento... Erin ahuyento la imagen de su cabeza. --Echo siempre el cerrojo de las puertas por si alguien intenta entrar; tengo un extintor por si hay un incendio; tengo un seguro por si se hunde el mundo... ?Significa eso que estoy paranoica? --Eso es un poco distinto. --?De verdad? Estoy hablando de tomar precauciones y tener un seguro. De momento no ha entrado nunca ningun ladron a robar en casa. El extintor no habria servido de nada en un incendio forestal, y el seguro ha sido mi salvacion. Tener un arma de fuego para proteger a mi familia es solo una precaucion. --Parker hizo una pausa--. Y para protegerte a ti tambien, si no me equivoco. Por eso hemos venido hoy aqui. --La observacion de Parker habia dado justo en el clavo. La persona de la que debia protegerse tenia un rostro y un nombre que Erin estaba tratando desesperadamente de enterrar en su pasado. --Y ahora es cuando cambio de tema. Parker se rio. --No esperaba menos. Media hora mas tarde, entraron en la propiedad vallada y pasaron por delante de un equipo de fontaneros que estaba cavando una larga zanja a traves del terreno. Una de las numerosas inundaciones relampago que habian sufrido en el invierno posterior al incendio se habia llevado por delante la tuberia principal de la entrada de agua a la casa. Ahora que el tiempo primaveral por fin estaba dando paso al sol abrasador tipico del sur de California, Parker habia contratado al equipo de operarios para que arreglara las tuberias de forma permanente. Una larga manguera de bomberos que conectaba el suministro de agua de la ciudad con la casa les habia ahorrado tener que trasladarse a vivir a otro sitio mientras esperaban que el tiempo cooperara. Para Erin, los inconvenientes eran minimos; solo habian estado unos pocos dias sin agua corriente. Teniendo en cuenta la magnitud de los danos que habia sufrido la finca, podia darse con un canto en los dientes. Colin, el novio de Parker, las saludo mientras pasaban por delante de los operarios y se dirigian cuesta arriba a la casa principal. Parker sonrio. --?Cuando te va a hacer la gran pregunta? --dijo Erin. --Nos vamos a Cabo San Lucas dentro de dos semanas. Supongo que podria volver de alli con un pedrusco en el dedo... Eso mismo pensaba Erin. Parker y Colin llevaban planeando su viaje a Mexico desde Navidad. Aguas cristalinas, playas de arena blanca... Sonaba paradisiaco. Parker aparco el coche y abrio la puerta. --Voy a guardar mis cosas y luego te ayudo a limpiar las armas, ?vale? --le propuso Erin. --No te preocupes. Pensaba hacerlo esta noche. Quiero estar un rato con los operarios y asegurarme de que no estropean las canerias nuevas. Erin meneo la cabeza con admiracion: Parker era la propietaria mas involucrada personalmente en las reparaciones domesticas que habia conocido en su vida. Colin subio andando la empinada cuesta del camino de entrada y saludo a Parker con un beso. --?Como ha ido? --Le he dado a dos platos con la escopeta. --Erin levanto el puno en el aire. --Pues ya se te da mucho mejor a que a mi --comento Colin. Parker se apoyo en el. --Lo que no te ha dicho Erin es que ha dejado secos a todos los blancos metalicos con la Glock. Erin sonrio al oir los elogios de su amiga. --Yo no diria tanto, pero no me ha ido mal, no. --Es muy modesta --dijo Parker. --Yo no soy la experta, pero tu si. ?Tu la has visto en accion? --le pregunto Erin a Colin. --No con una pistola --bromeo. Las mejillas de Parker se tineron de rojo. Erin nego con la cabeza. --Bueno, y despues de eso, yo creo que me voy corriendo a comprar y a la oficina de correos. ?Necesitais algo del supermercado? --No, gracias. --Parker abrio el maletero del coche y saco la funda de su escopeta. Como Erin no tenia que ayudar a descargar el coche, cruzo el camino de entrada hasta el sendero que llevaba a la casa de invitados. Aunque la propiedad estaba vallada y estaba prohibido el acceso, no cerrar la puerta con llave no era una opcion. Ademas, la semana siguiente iban a instalar el sistema de alarma. Una precaucion mas que Erin iba a anadir a su arsenal de proteccion. La casita de un solo dormitorio era perfecta para ella. El salon y la cocina formaban un solo espacio muy amplio que venia amueblado, algo ideal para Erin, teniendo en cuenta que habia abandonado su vida anterior practicamente con lo puesto: dos maletas de ropa y la tarjeta SD de fotos de un movil. Habia dejado atras todo lo demas. Todo y a todos. Entro en el bano y se lavo la suciedad de la cara y la polvora de las manos. La idea de que sus manos no pasaran el control de seguridad de un aeropuerto la hizo sonreir. Se miro en el espejo y se dio un prolongado repaso en el. --Pasito a pasito --dijo, hablandole al aire. Se quito la goma con que se habia sujetado su espesa melena en una cola y se peino el pelo antes de recogerselo en un mono en lo alto de la cabeza. El rojo se estaba desvaneciendo rapidamente y el rubio natural amenazaba con asomar debajo. Casi no se reconocia a si misma. Pero de eso se trataba, ?no? Un nuevo aspecto, un nombre distinto, un nuevo hogar... Todo nuevo. Se habia cambiado legalmente el nombre, el numero de la seguridad social... Nada era como antes. Oyo sonar el timbre del telefono en la cocina, donde habia dejado su bolso. El sonido la sorprendio. Muy poca gente tenia su numero y hasta el momento los teleoperadores no la habian descubierto todavia. El identificador de llamadas senalaba un numero oculto, asi que, en lugar de contestar, dejo que saltara el buzon de voz. Al cabo de un minuto, pulso el boton de reproduccion para oir el mensaje. Una voz femenina y familiar le puso la piel de gallina. --Soy yo. Tengo noticias. De repente, se le erizo todo el vello del cuerpo y empezo a hiperventilar. Erin se dirigio a la pequena mesa de comedor, retiro una silla y se sento antes de que el mareo la hiciera caer redonda al suelo. Renee contesto al primer timbre. --Hola, Renee. --No sabes cuanto me alegro de oirte. ?Como estas? ?Has probado ya el agua de coco? --Renee, su defensora, su abogada y su salvadora, le formulo su pregunta en clave. --Estoy bien, y si. El agua de coco estaba deliciosa. No habia ninguna agua de coco. Ni zumo de remolacha, ni cualquier otro alimento ecologico que a Renee se le ocurriera mencionar. Daba lo mismo, la respuesta era siempre afirmativa si Erin se sentia lo bastante comoda y segura para hablar sin miedo a que alguien la escuchara. Hasta ahora, no habia necesitado responder con un no. Con un poco de suerte, nunca seria necesario hacerlo. --Por la voz, pareces estar bien. --Estoy un poco mejor cada dia. --?Estas comiendo bien? Erin penso en su dieta y opto por conservar el tono positivo de la conversacion. --Creo que ya me sobran un par de kilos. Renee lanzo un resoplido. --Menuda mentirosa estas hecha... Ambas se echaron a reir. --Estoy bien, de verdad. --Queria decirle que la luz del sol de California estaba obrando maravillas con ella, pero eso no podia decirselo. Renee no sabia donde estaba Erin, ni siquiera sabia el nombre que estaba utilizando en vez del suyo--. Dime cuales son las noticias. Renee suspiro. --No te van a gustar nada. Erin trago saliva. --?Mi hermana y su familia estan bien? --Si, estan bien. Si no lo estuvieran, seria lo primero que te habria dicho. Erin apreto los ojos y sintio la opresion en el pecho, que tan bien conocia, el dolor de los recuerdos de todas las personas a las que habia dejado atras. --Sueltalo. --Todavia no te han concedido el divorcio --le dijo--. Y el cabron ha pedido una nueva vista judicial para impugnar la orden de alejamiento. Erin apoyo la cabeza en la mano. --Esto no va a acabar nunca. Capitulo 2 Matt metio dos lechugas romanas en una bolsa mientras Jessie escogia los tomates. --Tio, metelos en una bolsa y vamonos. --Pero querras que tengan algo de sabor, ?no? --A Jessie le gustaba hacer las cosas bien, mientras que a Matt le gustaba hacer las cosas rapido. --Quiero acabar de hacer la compra antes de que nos llamen y tengamos que salir corriendo --dijo Matt. Los miembros de su unidad se habian separado al entrar en el supermercado. Vestidos con sus uniformes azules, los cuatro llamaban la atencion alla donde iban. En la seccion de alimentacion del super, a ultima hora de la manana, eran el objetivo de un monton de amas de casa sonrientes y de mujeres con ganas de ligar... A veces eran solteras, pero muchas otras veces no. No hay nada que atraiga mas a las mujeres que un hombre vestido de uniforme haciendo la compra. Como los companeros de la brigada de Matt trabajaban en turnos de veinticuatro horas, les tocaba pensar en lo que iban a comer y, por lo tanto, tenian que ir a comprar provisiones. En el parque de bomberos siempre habia algo para preparar el desayuno y el almuerzo, comidas comunitarias a las que contribuian todos y cuyos ingredientes compraban entre todos, pero las cenas dependian de cada unidad de guardia en concreto. Esa noche iban a preparar costillas de cerdo, patatas al horno, ensalada y cualquier otra cosa que se les ocurriera y que pudieran asar a la parrilla. Matt se acerco a las patatas y cogio una bolsa entera, en lugar de seleccionarlas una a una. Miro a Jessie, que era el novato del equipo, y dio unos golpecitos en su reloj. Jessie acelero sus movimientos y deposito los productos en el carro. Al doblar la esquina, vieron que el capitan Arwin --se llamaba Anton, pero nadie se dirigia a el por su nombre de pila-- y Tom, el ingeniero de su unidad, iban cargados de costillas. Iban a hacer muchas y a rezar para que les diera tiempo de comerselas antes de que se enfriasen. El capitan dejo la carne en el carro y Tom anadio un bote grande de salsa barbacoa. --Todavia tenemos sazonador para carne en la estacion, ?verdad? --pregunto. --Si, lo he comprobado antes de salir --le contesto Matt. Cogieron una barra de pan de ajo precocido que podian meter en el horno en el ultimo momento y anadieron leche y galletas antes de dirigirse a la caja registradora. A Matt no se le escapo la sonrisa de una morena de unos veintipocos anos que empujaba un carrito en la fila de al lado. Le devolvio la sonrisa con el piloto automatico antes de apartar la mirada. --No se te puede llevar a ninguna parte, Romeo --se burlo Tom. Matt era el unico soltero de su unidad. Incluso Jessie, que solo tenia veintitres anos, estaba casado y con un hijo en camino. --Creo que Julieta era rubia. Tom se rio y ayudo a colocar la comida en la cinta. --?Como estais hoy, chicos? --La cajera debia de tener mas de sesenta anos, pero incluso ella esbozaba una sonrisa que expresaba algo mas de lo que decia su boca. El capitan sonrio a la dependienta y siguio dandole conversacion mientras apilaban la compra. Cuando Matt le dijo a su familia que queria ser bombero, le dieron mucha cana. Bueno, una cana simpatica, pero cana al fin y al cabo. <>, le habia dicho Grace, la pequena de la familia, para chincharle. <>. <>, habia abundado su padre. Como policia retirado, Emmitt sabia muy bien de lo que hablaba. Y luego estaba Colin, el hermano mayor: <>. Su hermano era mas alto, pero Matt era el que se machacaba en el gimnasio. La verdad es que los dos eran muy atractivos. Sus padres les habian transmitido unos buenos genes, capaces de darles cierta ventaja en la vida. Salieron del supermercado con un suspiro de alivio. Habian conseguido comprar lo que necesitaban sin haber recibido ninguna llamada de emergencia, y el parque de bomberos estaba a solo ocho kilometros de distancia. En la calle, el camion ocupaba el espacio de la zona senalizada de color rojo, un sitio especificamente reservado para ellos alla donde tuvieran que desplazarse. Tom se dirigio al lado del conductor mientras Matt y Jessie metian las bolsas dentro del camion. --?Hola? Matt se volvio y vio a la sonriente morena de la tienda dirigiendose hacia el. --?Si? --Se te ha caido esto ahi atras. --Extendio la mano, deshaciendose en sonrisas, y le entrego un papel del tamano de una tarjeta de visita. --Me parece que no... La chica le aplasto la tarjeta en la mano. --He visto como se te caia del bolsillo trasero de los pantalones cuando te sacabas la cartera. Matt no habia pagado la compra. Miro la tarjeta y vio un nombre y un numero de telefono con el dibujo de una carita sonriente. Jessie dijo algo en voz baja con una risita y se subio al camion de un salto. --Ah, vale... gracias. Ella llego incluso a echarse la melena por encima del hombro con un ademan exagerado. Matt no habia visto a una chica hacer semejante movimiento desde el instituto. --Tened cuidado ahi fuera.

  • Abrazame (En tus brazos 2) de Noe Casado

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    ANTES no era preciso que sonara el despertador para ponerse en funcionamiento cada manana, su insomnio cronico la ayudaba a estar despierta con la antelacion necesaria para arreglarse antes de empezar una de sus largas jornadas laborales. Una rutina bien organizada en la que mantenerse evitando altibajos de cualquier tipo y que hasta no hacia mucho funcionaba a la perfeccion. Pero ahora se le antojaba dificil como poco, pues, cuando oia el odioso <> de su alarma, solo sentia deseos de acurrucarse bajo las sabanas y en buena compania. La buena compania en esos instantes dormia placidamente a su espalda, rodeandola por la cintura, por lo que las ganas de ser responsable se diluian en el acto. Extendio el brazo y apago la maldita alarma. Nicole se movio hasta quedar boca arriba y hacer una mueca. Tantos anos de responsabilidad al garete. Sonrio. ?Quien hubiera pensado que la chica mas responsable del planeta ahora queria hacer novillos? No obstante, algo siempre queda; asi que, dandole un beso suave en el hombro a su grunon y pervertido particular, se levanto de la cama dispuesta a ocuparse de unos cuantos asuntos pendientes. La vida glamurosa que se le presuponia a la novia de un exfutbolista famoso no lo era todo, y ahora tenia que ocuparse del cierre definitivo del bufete. No era plato de buen gusto dar carpetazo a aquella empresa, especialmente tras tantos anos de dedicacion, pero las circunstancias asi lo exigian. Su exsocio ahora, quien lo diria, ya no era el adicto al trabajo de antano y habia montado un despacho propio, lo que la dejaba a ella como unica responsable, hecho que le robaria demasiado tiempo y, tras el cambio experimentado en su vida, no queria pasar tantas horas encerrada en un despacho, marchitandose. Nicole, la chica otrora eficiente y profesional, miro por ultima vez la cama y suspiro mientras dudaba entre apartar la sabana y despertar a la fiera o darse una ducha, fria, antes de ir a trabajar. Se mordio el labio mientras se lo comia con los ojos, pero al final opto por acudir a su cita. La esperaban en el despacho y no podia llegar tarde, no al menos cuando se trataba de un cliente importante. Si ya el estado de la oficina daba que pensar, pues su funcionamiento distaba mucho del de otra epoca, encima no podia permitirse el lujo de no estar presente, por mucha tentacion que en forma de novio pervertido la provocara. <>, penso entrando en el cuarto de bano. Programo el termostato de la cabina de ducha y se metio bajo el chorro; necesitaba refrescarse y parecer una mujer seria y decente, nada que ver con la ligerita de cascos que la noche anterior habia sudado y gemido entre las sabanas como una descarriada. Tras el aseo y con cuidado de no despertar a Max, se metio en el vestidor y saco uno de sus trajes sastre, uno gris marengo entallado de esos de aspecto pulcro y profesional que el odiaba pero que le permitia conservar por eso de jugar a la bibliotecaria cachondona, aunque Nicole preferia usarlos solo en el ambito laboral. Tras un ligero maquillaje y con los zapatos de medio tacon en la mano, salio del dormitorio en direccion a su estudio para recoger los documentos que precisaba en la reunion. Que tuviera pensamientos excitantes no significaba desatender sus obligaciones. Miro la hora y apenas le dio tiempo para un cafe rapido, pese a que la cocinera, sin pedirselo si quiera, ya tenia el desayuno preparado. --Senorita Sanders, que esta en los huesos… --protesto la mujer cuando la vio salir sin probar ni una sola de las tostadas. Nicole se dirigio escopetada hacia su Audi y arranco como alma que lleva el diablo para llegar cuanto antes a su oficina. Cuando acabara sus obligaciones ya se ocuparia de tomarse un tentempie. Aparco en la plaza de garaje reservada en el edificio comercial y, con su portafolio bajo el brazo, subio hasta su despacho. Cuando iba a introducir la llave en la cerradura se dio cuenta de que la puerta estaba entornada y eso no era normal. Ahora ya no disponia de secretaria, y a esas horas el servicio de limpieza jamas trabajaba; por lo tanto, habia algun intruso dentro. --Maldita sea… --farfullo a caballo entre asomar la cabeza y comprobar quien podia haberse colado y para que o bien, lo mas sensato, llamar a la policia y que hiciera su trabajo. Oyo un ruido, un golpe de algo cayendo al suelo, y se sobresalto. --!Joder! --oyo alarmandose aun mas. ?Habia pillado a los ladrones in fraganti? Por si acaso, saco su movil y marco el telefono de la policia para estar preparada en caso de emergencia. Despues del incidente con ese malnacido que ni queria nombrar, empezaba a ser respetada en la comisaria. Bueno, por eso, y por tener a un ex con uniforme, que siempre venia bien. --!Joder, vaya puta mierda de caja! <>, penso Nicole cuando de nuevo se oyo un fuerte golpe. Como le pudo la impaciencia, entorno la puerta y entro. --!Deje eso ahora mismo en su sitio! --grito a pleno pulmon. Puede que una mujer indefensa tuviera las de perder, pero irritando timpanos hubiera ganado una medalla. Un tipo de espaldas a ella, vestido con vaqueros desgastados, sudadera deportiva y con una caja de carton en las manos y otra a los pies con su contenido desparramado, se giro despacio para no enervar mas a la histerica que le habia chillado. El intruso se dio la vuelta lentamente hasta quedar frente a ella y la miro achicando los ojos. Nicole abrio los ojos como platos y su bolso, que pretendia utilizar como arma defensiva en caso de ser necesario, cayo al suelo. Miro al tipo de arriba abajo, parpadeando para asegurarse de que no era una vision. --Esto pesa --dijo el con sarcasmo con la intencion de sacarla del trance. --Lo siento, no te habia conocido --murmuro avergonzada. Y es que costaba reconocer a su exsocio. Parecia otro asi vestido. En todos los anos que lo conocia nunca le habia visto de esa guisa. --Si, yo tampoco me reconozco --mascullo Thomas--. No sabia que ibas a venir; estoy terminando de recoger mis cosas --anadio senalando las cajas. --No pasa nada --dijo sintiendose un poco tonta, alli de pie, los dos en la recepcion como si fueran dos extranos. Aunque en cierto modo asi era. --?Como te va? --termino preguntando por hablar de algo y no seguir alli como dos pasmarotes. --Bien. No me quejo. ?Y a ti? --Depende de como se mire --respondio no muy contento consigo mismo. --?Y eso? --inquirio. No porque le interesara realmente, pero ahora procuraba comportarse de forma menos altiva y ser mas comunicativa. Ademas, no costaba nada perder cinco minutos. En ese instante la puerta se abrio… y una morena, ataviada con el chandal mas azul electrico del mundo y con una sonrisa de oreja a oreja, entro convirtiendose en el acto en el centro de atencion. Sin ningun reparo, se acerco a el, le dio una palmada en el culo y dijo riendose: --!Deja de darle a la sin hueso que he dejado el coche mal aparcado! --Y despues se volvio hacia Nicole--: !Cuanto tiempo sin verte! Ambas se dieron dos besos e hicieron caso omiso al refunfunon que sujetaba una caja. --Dame las llaves del coche --pidio Thomas--. Mientras os da por poneros al dia, voy bajando algo. Olivia se las metio en el bolsillo delantero del pantalon y el se marcho; eso si, Nicole tuvo la decencia de mantener la puerta abierta para que pasara. --Te veo estupenda --comento la abogada. --Pues tu tampoco te puedes quejar… Y a todo esto, ?que haces currando? Se supone que tienes una vida glamurosa, repleta de invitaciones y todo eso… --Intento llevar algunos casos sencillos. No todo va a ser ir de fiesta en fiesta --respondio de buen humor--. ?Que tal esta el pequeno Robert? --Mi nino esta para comerselo…, --murmuro orgullosa--. Mira que yo queria una nina, ya sabes, por eso de volver loco a su padre, pero al final Thomas se salio con la suya. --No se como ha consentido que le pongais ese nombre… Nicole conocia la tragedia familiar de su exsocio asi que, cuando supo el nombre escogido, se llevo una gran sorpresa. --Bah, todo es cuestion de persuasion. Ademas, entre Julia y yo le dimos la chapa y, como mi sobrina es la madrina, pues ella eligio el nombre y el padre a callar y punto. Sabe que en casa tiene las de perder y poco a poco le estamos reformando… --Ya me he dado cuenta --adujo con una sonrisita--, es la primera vez que le veo asi. Tan… --?Normal? --Si --respondio sin perder el buen humor. Habia que reconocerlo, hasta no hacia mucho pensaba que su exprometido seria incapaz de cambiar, pero, como suele decirse, torres mas altas han caido. --Me ha costado un triunfo, no veas. Es que, cuando se pone petardo… no hay quien lo aguante, pero si los vaqueros le quedan de muerte. Ah, y no son de marca, que conste --explico Olivia satisfecha. El aludido eligio ese momento para hacer su aparicion y las miro a las dos frunciendo el ceno. --?Tienes para mucho? --pregunto a su mujer con sarcasmo. Sabia que, si insistia para sacarla de alli, mas se empecinaria ella en quedarse; por tanto, mejor insistir lo justo. --No te enfurrunes que te salen arrugas. ?No me digas que no esta mono asi, con barba de tres dias? --pregunto Olivia acariciandole las mejillas. --Bueno… si --convino la otra, acostumbrada a vivir con su propio tipo desalinado. Lo cierto es que ver a Thomas con ese aspecto tan, ?normal?, como habia sugerido su mujer, le hacia parecer menos insoportable. Si ademas le sumabas un caracter menos propenso a la arrogancia, lo cierto es que hasta podian llegar a ser amigos. Thomas hizo una mueca. Lo que habia que sufrir por el bien de su relacion. Si alguien, un par de anos antes, le hubiera mencionado algo asi… Para no seguir siendo objeto de estudio, decidio poner fin a la tertulia de chicas. --Venga, que se nos hace tarde. Y te recuerdo que tu y las normas de circulacion no os llevais nada bien. --La culpa no es mia. ?A quien se le ocurre conducir al reves? Por Dios, que raritos sois --se quejo negando con la cabeza. Nicole se echo a reir. --Ya deberias haberte acostumbrado. --Me niego --adujo toda seria. --Ya discutiremos otro dia ese asunto --intervino Thomas tirando de ella. --Ah, por cierto… --Olivia busco en su bolsillo y extrajo unas tarjetas de visita que entrego a Nicole--, me he hecho freelance. --Joder… --refunfuno el a su lado y anadio mirando a su ex--: no la animes, por favor. --?Freelance? ?Te has metido a periodista? --!Que mas quisiera yo!--se lamento el abogado. Pero ninguna de las dos le prestaba atencion. --No, que va. Soy freelance de la estetica --explico orgullosa Olivia mientras la otra mujer guardaba las tarjetitas en su cartera. --Que conste que he intentado impedirlo por todos los medios --apostillo el evidenciando su desagrado por tal circunstancia. --Bah, ni caso. Veras: es que abrir un centro de estetica, como siempre habia sido mi sueno, me es imposible. --Porque no quieres, que el banco si te daba el prestamo --intervino Thomas recordandoselo. --Ya, y toda la vida trabajando para devolverlo. No, he preferido ir a mi aire. Ademas, de ese modo puedo vivir aqui o en Espana sin estar atada a un negocio. Hago clientas a traves de contactos, me llaman, voy a su casa y las atiendo. !Un negocio perfecto! --Pues me parece una idea estupenda --convino la abogada--. Dame mas tarjetas, que se las paso a mis amigas -- pidio Nicole interesada. Olivia se mostro encantada. --Tambien me ocupo de los novios y amigos… --insinuo Olivia picarona. --No me lo recuerdes… --farfullo un hombre descontento y un pelin celoso. --Pues mira, ahora que lo pienso… Igual podrias pasarte manana por casa… --Lo que me faltaba --protesto el. --Deja de enfurrunarte. Tiene derecho a montar su propio negocio --le recrimino Nicole. --?Ves como es una buena idea? --inquirio Olivia aprovechando la ventaja. --A ver, que quede claro, yo no me opongo. Pero eso de ir todo el dia con el maletin de aqui para alla, de casa en casa, no es serio. Podia haber montado un salon profesional y hacerse con una clientela respetable, pero no, la senora siempre tiene que desbaratar los planes. --Oh, por favor, ya te salio la vena petarda. Tu ni caso --dijo dirigiendose a Nicole--, tengo muchas ganas de pillar por banda a tu novio, que, por cierto, ?cuando lo vas a convertir en un hombre decente? --Un dia de estos --respondio sin comprometerse. --Porque he leido en las revistas que te lo ha pedido unas cuantas veces. --Pero siempre le digo que no --respondio con una sonrisa--. Lo de estar comprometida no es para mi. Su ex se mantuvo prudentemente en silencio. --Pues a lo mejor tienes razon… --reflexiono Olivia--; ademas, si te animas a tener crios no necesitas estar casada. Si te soy sincera, yo acepte por el --hizo una mueca burlona--, porque para estas cosas es de un antiguo… --dijo senalando al <>. --Deja de cotillear --insistio Thomas--, que al final no hacemos nada. --Bueno, pues te dejo, que con un responsable asi, a cuestas, no puedo ir a ningun sitio. Las dos mujeres se despidieron con besos y la promesa de que Olivia los visitaria al dia siguiente para ejercer de freelance estetica con Max. Cuando Nicole se quedo de nuevo a solas, cerro la puerta y comprobo la hora; se percato de que, a pesar de que se habia citado con un cliente y, despues de venir a la carrera, este ni siquiera se habia presentado. Se encamino hacia su despacho y se sento en su confortable sillon de oficina. Dejo sobre su escritorio, como siempre impoluto, los papeles que llevaba y encendio el ordenador. Le daria un tiempo de cortesia a su cliente mientras revisaba los correos electronicos y otras cosillas. Noto una vibracion en el bolso y saco su movil. --?Diga? --Siento el retraso, senorita Sanders. Llegare en diez minutos. Nicole suspiro y se preparo los papeles necesarios para entregarselos y asi perder el menor tiempo posible. Hubo suerte; su visita esta vez si cumplio y pudo despacharla en menos de dos horas. Asi que, con el trabajo terminado, se dedico a navegar un rato por Internet. Encontrar noticias de Max en la red ya no suponia ninguna novedad, pero de vez en cuando convenia echar un vistazo por si alguna mencion estaba fuera de lugar o se usaba su imagen de forma incorrecta. Ahora que le llevaba los asuntos profesionales, ademas de los personales, visitar webs entraba dentro de sus funciones. No encontro nada relevante, amen de algunas fotos en las que tambien aparecia ella, por lo que se quedo tranquila. Sin embargo, justo antes de cerrar el navegador hubo algo que le llamo la atencion y quiso ampliar la informacion que daba el titular… Capitulo 2 --NO puede ser… A cada palabra que leia su perplejidad iba en aumento. Deberia estar curada de espanto. Multitud de mujeres afirmaban haberse acostado con Max y, si bien algunas simplemente se lo inventaban por alcanzar notoriedad, otras aportaban pruebas, como fotos, para dar mas credibilidad a la historia. E incluso daban detalles mas intimos, como gustos personales sobre el cuerpo de su amante o habilidades especiales, lo cual Nicole conocia de primera mano, por lo que escuchar a un monton de mujeres mencionandolo jorobaba bastante. Entendia que el tuviera un pasado, aunque costaba un poco digerirlo. Y eso que Max, siempre que la pillaba martirizandose, la llamaba poco menos que idiota, por dar pabulo a esas memeces. Especialmente porque, cuando asimilo de quien se habia enamorado, lo hizo aceptando todas las condiciones, y su vida pasada entraba en el lote. Lo intentaba y lo conseguia, mas o menos, pero esta noticia era completamente diferente. No era menos cierto que a veces se difundian noticias a las que el medio en cuestion anadia detalles de su propia cosecha para hacer mas jugoso el reportaje, y luego, como no, estaban quienes, a titulo personal, se lo pasaban en grande inventado lios en los que Max era el protagonista. Aun asi, costaba digerirlo. No queria terminar siendo una de esas mujeres celosas que arrancaba los pelos a cualquiera que se acercara a su chico, ya no tenia edad para eso. Era adulta, podia racionalizar las cosas y ser objetiva, pero, utilizando palabras de su chico: jodia, y mucho. Con un nudo en el estomago y la esperanza de que solo se tratase de otra aspirante a vivir del cuento, recogio todas sus cosas y se dirigio a su coche con la idea de dar una vuelta y despejarse un poco. Sentada en el vehiculo, pero con el motor apagado, se planteo donde acudir. A esas horas, Carla, una de las pocas personas a las que podia llamar <> y a la que podia confesarle sus temores sin recibir una sarta de buenas palabras, estaria ocupada en su trabajo. Y conociendola, no estaba muy segura de querer saber su opinion, pues podia ser de todo menos racional. Podia pasarse por casa de sus padres y perderse en la chachara intrascendente de su madre, pero, como suele decirse, es peor el remedio que la enfermedad. No necesitaba acabar la jornada con dolor de cabeza y menos aun inventarse nuevas excusas para justificar que siguieran viviendo en pecado, hecho que Nicole disfrutaba, pero que a su madre todavia le escocia. No era ningun secreto que la senora Sanders se moria por organizar el bodorrio mas espectacular y hortera del mundo para casar a su unica hija. Y Nicole se resistia a ello con todas sus fuerzas. Cuando le preguntaban <>, ella siempre respondia <>. Tambien ciertas amistades le recordaban que su novio era un tipo, por decirlo de manera suave, bastante solicitado, y que, por lo tanto, deberia tener los ojos bien abiertos para evitar que una lagarta se lo levantara, de ahi que casarse fuera <>. Ya, como si a Max o, ya puestos, a cualquier otro hombre fuera a detenerlo un papel en caso de querer ser infiel. Nicole odiaba que intentaran inocularle el virus de la maldita duda; ella solita, como en esos instantes, ya se autoflagelaba lo suficiente como para recibir ayuda extra. Podian ser comprensibles, aunque irracionales, sus dudas y mas si cabe cuando Max nunca le habia dado un solo motivo para ello. Pero era humana y a veces aparecen sentimientos inoportunos que te joroban y que, como tales, no pueden ser mandados a paseo chasqueando los dedos. --Mira que soy estupida --murmuro mientras buscaba las llaves del coche en su bolso. Termino arrancando el vehiculo y, con la prudencia habitual, maniobro para salir del estacionamiento. Lo mejor era regresar a casa y esperar que semejante noticia fuera solo un bulo mas de tantos que corrian por la red. De momento no le comentaria nada a el, pues no tenia sentido hacer una montana de un grano de arena y enfadarle, ya que, normalmente, Max echaba unos cuantos juramentos cuando ella se preocupaba, a lo tonto, de ese tipo de noticias. Nada mas llegar, aprovecho para cambiarse de ropa, pues corria el riesgo de echar el traje a perder si Max la pillaba por banda, ya que tenia cierta obsesion con su ropa de trabajo; segun el, palabras textuales: <>. Eso tenia su gracia, pues, visto desde fuera, su traje sastre era de todo menos picante; pero, con una mente tan pervertida como la de Max, cualquier cosa era posible. Nicole nunca se atreveria a ponerlo en duda, asi que, con algo menos provocativo (ironias de la vida), bajo al gimnasio, donde seguro lo encontraria a esas horas. No le fallo el instinto y, cuando empujo la puerta doble que daba acceso a el, se quedo alli, atornillada al suelo, mientras un tipo que solo vestia un pantalon de deporte sudaba la gota gorda sobre un banco de abdominales acolchado; ella era incapaz de hacer ese practica, ya que con un poco de yoga y pilates le bastaba para estar en forma. Por supuesto sin estar el delante, jamas, pues no haria ni un estiramiento decente. Todavia le costaba realizar ciertas actividades en presencia de Max. Y, ademas, estando sola evitaba las burlas y comentarios jocosos sobre sus ejercicios. Se le hizo un nudo en la garganta. Sintiendose una mirona en toda regla, hecho que antes nunca le preocupo, y aprovechando que Max estaba de espaldas, espero a que el se percatara de su presencia. No iba a jadear como una tonta, pero casi. --Con las prisas y tu mania de llegar pronto, ?hoy no has desayunado? La voz de Max, que para estar haciendo ejercicio no sonaba nada forzada, la saco de su ensimismamiento. Parpadeo antes de poder hablar. --?Perdon? --se vio obligada a pregunta

  • Nosotros, en singular, se dice tu y yo de Paula Minana

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    Nosotros: pronombre personal, primera persona del plural. Pero, ?existe el singular de nosotros? ?se puede decir nosotros en singular? ? es posible ser tu y yo mientras somos nosotros? Todas estas preguntas son las que Ada se hace tras dejar a su novio numero dos, un terrorista psicologico que se resiste a salir de su vida y volver con su novio numero uno, alguien a quien ella considera perfecto por el simple hecho de ser normal.

  • El baul de los suenos a medida, Lara Rivendel de Lara Rivendel

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    ?Que es la vida? Un frenesi. Cuando Ada es acusada de corrupcion y apartada de su trabajo en la alcaldia de su pueblo se le viene el mundo encima, ya que ella habia entrado en politica para luchar contras las injusticias. Incapaz de soportar las miradas de desprecio de sus vecinos, se traslada a la casa que su abuela le dejo en herencia en la Costa Brava.
    ?Que es la vida? Una ilusion. Ada encuentra el baul donde su abuela guardaba las sabanas bordadas y esa noche vuelve a sonar como cuando era una nina y pasaba los veranos peleandose con Millan, el hijo del pescador. Ada reconstruye su vida entre los pintorescos habitantes de Sonada, un pueblo de costa donde nada es lo que parece, mientras trata de no obsesionarse con Millan, que se ha convertido en un viudo tan arisco como los erizos de la zona.
    Y los suenos, ?suenos son? Cuando sus amigas la visitan y pasan unas noches de suenos muy vividos, empiezan a sospechar que las sabanas ocultan un secreto. Y cuando las ancianas del lugar le advierten del peligro de querer descubrir los secretos del baul, Ada la Empecinada hace lo que ha hecho siempre: lanzarse de cabeza a la aventura.
    Una delirante comedia que se rie de la politica, juega con los suenos y nos recuerda que no hay que tomarse la vida demasiado en serio.

  • A la madura Dios no la ayuda de Marta Barroso

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  • Mi mundo se lleno con el sonido de tu voz de Cristina Prada

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    Un trabajo. Dinero. Un marido.

  • Vivir en las nubes anuncia tormenta de Carolina Levi

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