• libro reina roja - Elizabeth Duval

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    Primeras memorias en Espana de una mujer de la generacion Z que a los 19 anos ya es un referente de la poesia y del activismo.

  • REINA ROJA de JUAN GOMEZ-JURADO | Casa del Libro

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    Sinopsis de REINA ROJA. No has conocido a nadie como ella... El fenómeno que ha enganchado a más de 2.000.000 lectores. Antonia Scott es especial.

  • Reina roja (La Trama) Tapa dura - Gómez-Jurado, Juan

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  • reina roja juan gomez jurado: Libros - Amazon.es

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  • Reina Roja | Te presento a Antonia Scott | Juan Gómez-Jurado

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    Descubre Reina Roja, el éxito que ha cautivado a 1.000.000 de lectores y se ha convertido en el libro más vendido en España en todos los formatos por ...

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    Antonia Scott es una mujer muy especial. Tiene un don que es al mismo tiempo una maldición: una extraordinaria inteligencia. Gracias a ella ha salvado ...

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  • LA TRILOGÍA REINA ROJA Series - Penguin Random House

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  • REINA ROJA (LA REINA ROJA 1) - JUAN GOMEZ-JURADO

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  • reina roja - gómez-jurado, juan - Librería Sinopsis

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    ABC «A Juan Gómez-Jurado le leen en cuarenta países y ha vendido millones de libros. Diviértanse y lean a muerte.» El País «Juan Gómez-Jurado atrapa ...

  • Un contrato de seduccion de Janice Maynard

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    Tumor. Incurable. Cancer. Jonathan Tarleton apretaba con fuerza el volante y miraba sin ver por el parabrisas. El trafico en la carretera 526 de circunvalacion de Charleston era ligero a aquella hora del dia. Aun asi, no deberia estar conduciendo. Seguia impactado y lo unico que queria era llegar a casa. Como un animal herido en busca de su guarida, necesitaba esconderse y asumir lo inimaginable. Por suerte, su hermana acababa de casarse y vivia con su marido, el mejor amigo de Jonathan. Si se hubiera dado de bruces con Mazie en la enorme casa de la playa, se habria dado cuenta al instante de que le pasaba algo. Los hermanos estaban muy apegados. En circunstancias normales, ni Jonathan ni Mazie seguirian viviendo en la casa en la que se habian criado, pero su padre era viejo y estaba solo. Muchos de sus amigos se habian ido a vivir a residencias en las que estaban acompanados y atendidos, pero Gerald Tarleton se aferraba a aquella fortaleza que era su casa en una isla barrera. Jonathan entro en el garaje y apoyo la frente en las manos. Se sentia debil, asustado y furioso. ?Como demonios iba a sacar aquello adelante? Era el unico que se ocupaba de la compania familiar de transportes. Aunque el nombre de su padre todavia figuraba en el membrete, Jonathan era el unico que se encargaba de aquel imperio. Su hermano gemelo deberia estar alli para ayudar, pero no se sabia nada del paradero de Hartley. Despues de robar varios millones de dolares a la compania, su padre lo habia desheredado y apartado de sus vidas. Su traicion le habia afectado mucho. Era un dolor interno que le reconcomia de la misma manera que la enfermedad. Su padre y el eran los unicos que sabian lo que habia pasado. No habian querido entristecer a Mazie https://www.facebook.com/novelasgratis 5 ni alterar la opinion que tenia de su hermano. Con mano temblorosa, Jonathan apago el motor, y en cuanto el aire acondicionado dejo de funcionar la humedad empezo a filtrarse en el coche. Los veranos en Carolina del Sur eran muy calurosos. Recogio sus cosas y subio a la casa. Por razones de seguridad, los Tarleton tenian alli dos despachos con la tecnologia mas puntera, ademas de los que tenian en la sede de la compania. No solo era una forma de garantizar la privacidad, tambien de que Jonathan mantuviera informado a su padre. No se sentia comodo en aquella situacion, y tenia un apartamento en la ciudad al que se escapaba de vez en cuando. Para un hombre de treinta y un anos, casi treinta y dos, su vida social era practicamente nula. De vez en cuando salia con alguna mujer, pero pocas de ellas comprendian sus exigencias. Dirigir el impresionante imperio familiar era para el todo un privilegio y tambien una maldicion. Ni siquiera recordaba la ultima vez que se habia sentido unido a una mujer, ya fuera emocional o fisicamente. Pero hacia aquellos sacrificios con agrado. Estaba orgulloso de lo que los Tarleton habian logrado alli en Charleston y queria ver su ciudad prosperar. Se detuvo unos segundos en el salon para contemplar el oceano. El sol de junio se reflejaba en sus aguas y la vista desde aquellos enormes ventanales siempre le habia parecido espectacular. Hasta aquel dia. En ese momento, la inmensidad del mar parecia estar burlandose de el. Los seres humanos no eran mas que pequenas particulas del universo infinito. Los viejos cliches eran ciertos. Afrontar la mortalidad de uno mismo lo alteraba todo. El tiempo, ese recurso que siempre habia considerado una materia prima inagotable, era de pronto mas preciado que cualquier cosa atesorada en la camara acorazada de un banco. ?Cuanto tiempo le quedaba? Los medicos le habian dicho que seis meses, tal vez un poco mas, tal vez un poco menos. ?Como iba a contarselo a su hermana? ?Y a su padre? ?Que pasaria con la empresa familiar? Mazie tenia sus propios intereses, su propia vida. Ella seria la unica duena del negocio, una vez que Jonathan y Gerald desaparecieran. Teniendo en cuenta que nunca habia demostrado el mas minimo interes por participar en la gestion de Tarleton Shipping, tal vez acabara vendiendo el negocio. Eso supondria el final de una era, pero quiza fuera lo mejor. La idea le resultaba dolorosa. Hasta ese dia no se habia dado cuenta de lo https://www.facebook.com/novelasgratis 6 vinculado que estaba emocionalmente a la compania. No era solo un trabajo para el. Era un simbolo del lugar que ocupaba su familia en la historia de Charleston. Momentos mas tarde encontro a Gerald Tarleton dormitando en un sillon del cuarto de estar y no quiso despertarlo. Se sentia devastado y fuera de control. Ademas, le dolia mucho la cabeza. Aquellos dolores habian comenzado hacia un ano. Al principio, eran esporadicos, pero poco a poco se fueron incrementando. Un medico le habia llegado a decir que eran por el estres, otro los habia calificado de migranas. Habia seguido una docena de tratamientos sin conseguir mejorar. Ese dia, su medico le habia dado un punado de pildoras y la receta para conseguir mas. Podia tomarse una, meterse en la cama y dormir hasta que aquel dolor punzante desapareciera. Pero eso no resolveria los grandes problemas. La idea de dejarse llevar por el efecto de los medicamentos era muy tentadora. No queria soportar un minuto mas de aquel dia tan horrible. Pero se dirigio a la cocina, tomo un vaso de agua y se tomo un par de pastillas de acetaminofen. Tenia responsabilidades, responsabilidades que no le llevaban a ninguna parte. Lo unico que habia cambiado era el tiempo que le quedaba. Jonathan siempre habia crecido trabajando bajo presion. La descarga de adrenalina por conseguir lo imposible le hacia esforzarse al maximo. Esa cualidad lo ayudaria a soportar los siguientes meses. Acababa de tomar su primera decision despues del diagnostico: mantendria en secreto la noticia por el momento. No habia razon para entristecer a su familia y amigos. Lo primero que tenia que hacer era trazar un plan. Una serie de ideas empezaron a formarse en su cabeza, cada una mas absurda que la anterior. Tenia que haber una respuesta. No podia permitir que cuando llegara el ocaso final, todo se fuera a la ruina. Necesitaba tiempo para asimilar aquella espada de Damocles que colgaba sobre su cabeza. Ni su dinero ni su poder ni su influencia podian salvarle de aquello. Lisette Stanhope introdujo el codigo de la alarma, espero a que la verja se https://www.facebook.com/novelasgratis 7 abriera y avanzo lentamente con su coche por la propiedad de los Tarleton. A pesar de que llevaba seis anos trabajando para Jonathan Tarleton, no dejaba de maravillarle aquella casa. Los Tarleton llevaban decadas viviendo en la punta de una pequena isla barrera al norte de la ciudad. En sus seis hectareas se levantaban la casa principal y varias construcciones repartidas a su alrededor. Una imponente verja de hierro protegia el enclave. El acceso desde el mar era imposible por el enorme muro de ladrillo que se habia levantado en la arena. Aunque la playa era publica, impedia que se pudiera acceder a la propiedad de los Tarleton tanto para evitar curiosos como por motivos de seguridad. Los huracanes y la erosion hacian que el mantenimiento del muro fuera muy caro, pero el actual patriarca de los Tarleton era por naturaleza paranoico y desconfiado, por lo que la seguridad era una preocupacion constante. Cuando vio el coche de Jonathan aparcado, el corazon se le encogio. Normalmente no estaba en casa a esa hora del dia. Tenia pensado entrar, saludar a Gerald y dejar el sobre que llevaba en el bolso en el escritorio de Jonathan. Podria haber llevado a cabo aquel tramite en las oficinas de la sede donde trabajaba, pero preferia hacerlo en un entorno mas discreto. La decision de presentar su renuncia le producia un nudo en el estomago. Jonathan se quedaria perplejo o se pondria furioso. Cuando leyera su carta, le pediria una explicacion. Ya lo habia pensado y habia estado practicando su discurso: la rutina, nuevos desafios, mas tiempo para viajar... Frente al espejo, le habia resultado casi convincente. Aquello le provocaba una gran desazon, teniendo en cuenta lo buenos que habian sido con ella Jonathan y su familia.

  • El amor no es como lo pintan de Erina Alcala

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    Juan Carlos Y Rebeca, eran del mismo pueblo andaluz. El, de una familia rica y ella de una pobre. Se enamoraron un verano, y solo duro su amor, eso, un verano. Ninguno de los dos, penso jamas encontrarse en la gran manzana al cabo de los anos. Rebeca no habia podido olvidar a su primer hombre y el tampoco la habia olvidado en cuanto la vio de nuevo. Pero no era el mismo Juan Carlos que ella conocio. Entro a trabajar en su empresa y conocio a Charly y su vida empezo a ser tan feliz como infeliz la de Juan Carlos.
    ?Les daria la vida una tercera oportunidad?, ?Volveria Rebeca a amarlo despues de tantos anos y amar a otro hombre?

  • El corazon de Evenor (Kepler 2) de B. E. Raya

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    Evenor no estaba de acuerdo con el plan que tenia su padre para ella, lo que mas habia deseado en su vida era escoger al hombre que seria su companero de vida, peleo por eso, lucho incansablemente por conseguirlo, ahora tenia en su poder la decision, pero su corazon estaba dividido, toda su vida habia estado enamorada del amigo de sus hermanos, Rhodes, a ella no le importaba que no fuera mas que un simple soldado, el destino le habia jugado una mala pasada, ahora aparecia en escena Denes, uno de los miembros del Concejo, el jamas habia llamado el interes de Eve, pero ahora despues del ataque a su planeta el Concejal le habia mostrado una faceta de el que la habia cautivado completamente. Ella tenia que tomar una decision, aunque al final siendo su intension o no, terminaria lastimando a uno de ellos, a menos que encontraran alguna otra solucion en la que los tres obtuvieran lo que deseaban

  • Mientras Mi Cielo Se Derrumba de Matias Zitterkopf

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    Primera entrega de la trilogia <> de Matias Zitterkopf.

  • La cordura del idiota de Marto Pariente

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    Toni Trinidad es un atipico policia de pueblo. Un tipo solitario e imperturbable, pero que se desmaya si ve una sola gota de sangre, sobre todo si es suya.
    Sin embargo, su tranquila existencia esta a punto de cambiar: su puesto de trabajo pende de un hilo y por si esto fuera poco, su hermana Vega --una de las pocas personas que le importan en este mundo-- ha contraido una deuda que no puede pagar con un cruel narcotraficante de la zona que se hace llamar el Colmenero.
    Toni Trinidad comprobara que no es facil mantener el tipo rodeado de narcos, policias, sicarios y politicos corruptos, sobre todo, cuando las circunstancias te obligan, una y otra vez, a verte rodeado de sangre y de violentos crimenes.
    Ambientada en lo mas profundo de la campina de Guadalajara, en un lugar en mitad de ninguna parte camino de los pantanos y con un elenco de personajes al mas puro estilo Fargo, Marto Pariente narra, a ritmo de guion cinematografico, una cronica sobre la soledad, la corrupcion urbanistica, los traumas infantiles y el amor incondicional entre hermanos.

  • Solo nosotros (La fuerza de los elementos 1) de Silvia Sancho

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    Una noche de invierno.
    Dos desconocidos.
    Una fiesta exclusiva.
    Un incidente propiciado por el alcohol. O, tal vez, por el destino...
    Madrid, Ginebra, Nueva York.
    El comienzo de una historia que no solo los cambiara a ellos.

  • Dos veces Carmen, Catalina Conde de Catalina Conde

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  • El veneno de tu amor de Fernanda Suarez

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    Llega la ultima entrega de la serie <> iniciada con Perfectamente imperfecta.

  • Stripteacher de Lisa Aidan

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    ?Y si alguien te rompe tanto los esquemas que te hace replantearte todo lo que conoces?

  • Y una manana te levantas 1 de Silvia Gonzalez Serrano

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    Daniela esta perdida, no es feliz porque siente que le falta algo, pero pronto una propuesta inesperada en su relacion y un golpe de suerte lo cambiara todo.

  • Conversaciones con mi enano de jardin de Jean-paul Didierlaurent

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  • De Plebeya a Princesa de Phavy Prieto

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    La historia mas romantica que ha provocado las risas a mas de veinticinco millones de lectores llega para deleitarnos con su inedito y exclusivo final nunca antes publicado.

  • Numero equivocado, hombre perfecto (Bourbon Street Boys 1) de Elle Casey

    https://gigalibros.com/numero-equivocado-hombre-perfecto-bourbon-street-boys-1.html

    Dicen que el amor siempre se encuentra en los lugares mas insospechados

  • La Dama y La Bestia de C.s Luis

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    Evelyn es una reina dedicada, gobernada por deberes reales y leal al clero. Pero son estas las mismas reglas de las que desea separarse.
    Mientras da un paseo se encuentra en las ruinas de un antiguo castillo, perdida en los placeres sucios de sus deseos y excitada por el descubrimiento de su cuerpo despertando.
    Cuando es seductoramente obligada a someterse por una criatura parecida a una bestia, esta convencida de que sus suenos ya no son meras fantasias.
    Abriendo asi un mundo completamente nuevo que ella habia anhelado profundamente. Mientras tanto, sin que Evelyn lo sepa, todo su clero ha estado ocultando una fantasia sexual propia y podria ser un secreto que Evelyn podria arrepentirse de descubrir.

  • De la furia a la victoria de Tracy Banghart

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    Expulsadas por Asa, Nomi y Malachi se dirigen hacia una muerte casi segura. Ahora que Asa se sienta en el trono, nada le parara para asegurarse de que Malachi no regrese a palacio. Su unica esperanza es encontrar a Serina, la hermana de Nomi, en la isla-prision de Monte Ruina. Pero cuando llegan alli, no es un panorama de mujeres sometidas lo que ven, sino una isla en plena revuelta, liderada por Serina.

  • La princesa del East End (Secretos de alcoba 3) de Christine Cross

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    El carruaje que traqueteaba por las calles londinenses a esas horas de la noche olia a dinero por los cuatro costados, lo mismo que el hombre que se sentaba a su lado. Rose se reclino contra el lujoso asiento acolchado, tapizado en seda adamascada, y permitio que sus labios se estiraran en una sonrisa satisfecha. Habia hecho bien en no hablar sobre el caballero con ninguna de las chicas del burdel o alguna de ellas se lo habria arrebatado. Solo Bertha, la pequena criada que limpiaba las habitaciones, conocia su existencia, aunque se habia encargado de dejarle claro lo que sucederia si se iba de la lengua. No tenia nada en contra de la pobre chica, ademas, era demasiado asustadiza y timida como para ir a contarle sobre sus asuntos a la madame; a la muchacha le convenia estar en buenos terminos con todas las chicas, pues su sueldo dependia de ellas. Habia sido mala suerte que la nina saliera a tirar la basura al callejon trasero del edificio justo cuando ella le ofrecia sus servicios al caballero, aunque le habia bastado una mirada de advertencia para que la criadita desapareciese a la carrera por la puerta de la cocina. Para una vez que tenia fortuna en la vida, no iba a desperdiciarla. El prostibulo que regentaba madame Beth en Haymarket era uno de los mas cotizados entre los nobles de la aristocracia, pero tambien uno de los mas estrictos en cuanto a sus reglas de gobierno. No se permitian las relaciones fuera del local, quiza por miedo a que alguna de las chicas emulara el ejemplo de Laura Bell, la joven cortesana irlandesa que habia conseguido casarse con el capitan August Frederick Thistlethwayte, de Grosvenor Square. La que habia sido conocida como <> era en esos momentos la orgullosa senora de una finca en Ross-shire, Escocia. Rose echo un vistazo al semblante de su acompanante. Su perfil, elegante y masculino, oscilaba entre las luces y sombras que atravesaban la ventanilla del coche. Si jugaba bien sus cartas, ella, Rose O'Flaggerty, tambien obtendria lo mismo que su compatriota. El hombre era atractivo, de constitucion fuerte y movimientos mesurados. Sus ojos tenian un perpetuo halo de tristeza que le provocaba la acuciante necesidad de envolverlo en sus brazos, como si fuese un nino necesitado de consuelo, aunque lo cierto era que el le doblaba la edad. --?Se arrepiente, senorita O'Flaggerty? La voz calida y suave le produjo un estremecimiento. Le encantaba que la tratase con el respeto debido a una dama, hacia que se sintiese valorada como mujer. --En absoluto, milord. ?Como podria arrepentirme? --Su tono reflejo cierta incredulidad. No comprendia que el pudiera pensar que le costara dejar atras la vida que llevaba. Habia llegado a Londres desde Irlanda con dieciseis anos y habia comenzado trabajando como sirvienta por unos pocos chelines. A los diecisiete, el hambre y las circunstancias --una madre viuda y tres hermanos menores-- la habian obligado a prostituirse en las calles. Odiaba aquel negocio, se sentia como una mercancia usada, pero habia aprovechado bien su belleza juvenil para evitar que sus hermanas menores tuviesen tambien que prostituirse. Entrar en el negocio de madame Beth habia sido lo mejor que habia podido sucederle, tenia su habitacion propia y ganaba casi tres veces mas de lo que conseguia en la calle; poseia vestidos elegantes y podia comer un plato caliente cada dia. No, desde luego, no se arrepentia. En esos momentos tenia veinticinco anos y, aunque seguia siendo una mujer hermosa, los caballeros preferian a las muchachas mas jovenes, con lo que cada vez mermaban mas sus posibilidades de conseguir un buen sustento para el futuro. --Conocerlo ha sido lo mejor que me ha pasado --agrego Rose al ver que el no decia nada. --Me alegro mucho. --Tomo su mano con suavidad y se la apreto con delicadeza. Sintio la reconfortante calidez que emanaba del cuerpo masculino cuando se inclino hacia ella, y las notas especiadas de su aroma--. Es mi deseo hacerla feliz y que pueda vivir en paz. Rose parpadeo, un tanto sorprendida, ante aquella forma de expresarse. Con toda certeza, <> no era una palabra que habria incluido en su vocabulario y en su vida. Se removio inquieta sobre el asiento, con una sensacion extrana atenazandole las entranas; sin embargo, se esfumo apenas vio el estuche de terciopelo que el caballero puso ante sus ojos. --!Oh, es precioso! Paso los dedos con delicadeza sobre las piedras de rubi, talladas con una gran perfeccion, que descansaban sobre engarces de oro. Tenia un aire antiguo que atraia la atencion de un modo casi hipnotico. --Pertenecio a una reina. --La voz profunda no logro arrancar su mirada del brillo de los rubies--. Toda mujer deberia poder lucir una joya asi al menos una vez en la vida. Saco el collar del estuche y le hizo darse la vuelta para colocarselo. Rose se estremecio, aunque no supo si fue por el roce de las manos masculinas sobre la piel de su nuca o por el peso de la gargantilla. Noto un calorcillo en el pecho y la recorrio una pequena agitacion. --Milord, no se que decir. --Se giro de nuevo hacia el y esbozo una sonrisa seductora--. Muchas gracias por este precioso regalo. Yo… Se quedo en silencio cuando el coloco un dedo sobre sus labios para acallarla. Noto como lo deslizaba despacio por el carnoso labio inferior y deseo que la besara. No lo habia hecho despues del dia en que se conocieron en aquel oscuro callejon, al que ella salio para refrescarse del opresivo ambiente del burdel. En esa ocasion, la habia besado con fuerza, casi con desesperacion; pero, tras aquel dia, se habia comportado como un perfecto caballero, como si de verdad la cortejara. Y aunque le encantaba sentir aquella especie de veneracion con que el la trataba, en algunos momentos le hubiera gustado que pareciese un poco mas terrenal. --?Por que no brindamos por la nueva vida que le espera? --le dijo, sacando del bolsillo interior de su chaqueta una petaca de plata y ofreciendosela--. Sera una mucho mas feliz, sin carencias, sin dolor. ?Me cree, senorita O'Flaggerty? Rose asintio. --Le creo, milord. --Entonces, brindemos a nuestra salud. Acepto la petaca y dio un largo sorbo. El liquido le quemo la garganta y le calento las entranas. Aunque era algo mas fuerte de aquello a lo que estaba habituada, no se quejo. No pensaba morder la mano que le iba a dar de comer. A ella y a su familia. Aun no le habia hablado de sus hermanos ni le habia contado que les habia entregado a ellos el dinero que el le habia ofrecido con tanta generosidad. Maud habia crecido en los ultimos meses y necesitaba vestidos nuevos; a Sheila se le habia acabado el material para fabricar los bonitos sombreros que luego vendia a un elegante negocio de la calle Bond; y Michael habia requerido zapatos nuevos. Si el caballero cumplia su palabra, no les faltaria de nada a partir de aquel momento. --?Falta mucho para llegar? --pregunto. Sentia la lengua rasposa y dio otro pequeno trago, o tal vez lo hacia solo para animarse a hablar. Sabia que tenia que ser sincera con el y contarle de su familia, y aquel era un buen momento para hacerlo. --No demasiado --respondio, al tiempo que le quitaba la petaca de la mano temblorosa y volvia a guardarsela en el bolsillo--. En un par de minutos habremos llegado a nuestro destino. --Aun no me ha dicho adonde nos dirigimos. --?Eso importa? Mientras encuentre el camino, todo estara bien. Rose sacudio la cabeza en un intento por despejarse. Aquellas palabras le habian resultado incomprensibles, quiza porque habian llegado a ella distorsionadas. De hecho, la figura del hombre parecio desvanecerse por momentos, y extendio las manos hacia delante para aferrarse a ella mientras una sensacion extrana se apoderaba de su mente y de su cuerpo, una liviandad que la asusto. --?Que… camino? Yo… me siento… Cerro los ojos casi al mismo tiempo que notaba las manos de el acercandola a su cuerpo. Su calor y su esencia la envolvieron, y se dejo llevar por la niebla que inundaba sus sentidos. --Duerma, senorita O'Flaggerty. Pronto terminara todo y usted podra descansar en paz, como deseaba. El dolor le martilleaba en las sienes y detras de los parpados. Ademas, tenia frio; la superficie sobre la que se hallaba tumbada desprendia un helor que le calaba los huesos a traves de las capas de su vestido. Voces indistintas alcanzaron sus oidos, pero se encontraba demasiado aturdida para comprender los ricos tonos masculinos. Se pregunto si se habria quedado dormida en algun salon del burdel. Intento abrir los ojos y una luz brillante, como del sol, la deslumbro. ?Ya era de dia? Pero ella recordaba haber viajado de noche con el caballero. Parpadeo varias veces y trato de enfocar la mirada. No era el sol. La luz que la cegaba era el fuego ardiente de unas antorchas que iluminaban el recinto en el que se encontraba. Sombras oscuras danzaban sobre las paredes. Componian extranas figuras que provocaron que su corazon comenzase a latir apresurado. Una se cernio sobre ella y quiso gritar, pero tenia la garganta seca y cerrada. La respiracion acelerada provoco que le dolieran los pulmones y se acrecentase el mareo. --No tendria que haber despertado. --Reconocio la voz y casi sollozo por el alivio. Aunque no podia ver bien su rostro, sabia que se trataba del caballero--. Ahora todo sera peor. Rose no comprendio sus palabras por completo. Todavia sentia el cuerpo descompuesto y temblaba de frio. --Agua --le pidio, arrancando un quejido a su garganta. --Es mejor que no tome nada. Todo se acabara pronto, se lo prometo --le aseguro el. Su voz sonaba cargada de melancolia y tristeza, y la caricia suave que retrato su mejilla sabia a dolorosa despedida. Un estremecimiento involuntario la recorrio por entero. Intento incorporarse, a pesar del mareo, pero un fuerte tiron en las munecas se lo impidio. El panico comenzo a atenazarla, un terror irracional que se acrecento cuando el caballero se alejo y la luz de las antorchas le permitio ver las cadenas que sujetaban sus manos. Rose comenzo a gritar mientras tiraba con fuerza de sus ataduras en un vano intento por deshacerse del tintineante metal. --!Dejeme ir, milord, yo no he hecho nada! --La garganta le ardia, pero los ecos de su voz se perdian en la resonante boveda de piedra. Las lagrimas que arrasaban sus ojos le quemaban la piel--. !Soy una buena chica! Cerro los parpados, angustiada. ?Que iba a ser de su familia: de su madre, del pequeno Michael, de Maud y Sheila? ?Como podrian vivir sin su sustento? Una sombra la cubrio y abrio los ojos, sobresaltada. En ese momento, la luz se habia tornado mas intensa y pudo ver con claridad los de el. El caballero la miraba con una tristeza mas profunda de lo que nunca le habia visto. Pero, en esta ocasion, no sintio compasion, solo terror cuando un coro de voces masculinas entono un cantico en una lengua desconocida y extrana. Unos hombres vestidos con tunicas negras rodearon la piedra sobre la que se encontraba tumbada. --?Podra perdonarme, senorita O'Flaggerty? --La voz del caballero era un susurro dulce--. Ella es todo lo que amo y la necesito de vuelta conmigo. Usted tiene que morir para que ella viva, ?lo comprende? --!No! !No, no, por favor! --suplico entre sollozos--. No quiero… Enmudecio y sus ojos se dilataron por el terror cuando vio ondear sobre su cuerpo una daga de plata, empunada por el hombre que le habia prometido que la haria feliz. El grito agudo y horrorizado golpeo las paredes de piedra, pero sus oidos permanecieron sordos al eco de su propia voz y al borboteo de su sangre caliente al derramarse en el interior del caliz de plata. El caballero contemplo el bello rostro de la mujer, exangue y palido, y durante unos instantes experimento lastima por ella. <>. El pensamiento vago por su mente y lo ayudo a tranquilizarse. --Lo has hecho muy bien. --La felicitacion del Gran Maestro de la Orden lo saco de sus cavilaciones--. El primero es siempre el mas dificil, pero tu no has dudado. Estoy seguro de que conseguiras lo que te propones. El asintio. Volver a ver a su preciosa Alice, a su unico amor. Nunca habria nadie como ella; nunca podria amar a nadie mas. Si, lo conseguiria. El numero siete era el numero de la perfeccion, el que unia el numero tres del espiritu con el numero cuatro de la materia y devolvia la vida. Solo necesitaba seis victimas mas para realizar el ritual completo y poder traer a su esposa desde el abismo de la muerte

  • Medianoche en Lisboa 5 de Pablo Poveda

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    Caballero esta a punto de morir. Sabe algo que no logra recordar. Un secreto que debe permanecer oculto.

  • La cabana azul de Helena Pinen

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    Amanda Jefferson tiene el corazon herido, el cuerpo magullado y un secreto por el cual
    daria la vida. Cuando decide marcharse, consigue borrar sus huellas, hacer que Amanda Jefferson deje de existir. En su lugar, Mandy Jeff ha llegado a Blue Valley, un pequeno pueblo de Texas donde todos se conocen, un lugar donde ella siente que puede perder el miedo a vivir.
    Al igual que la gente del lugar, Remington Montgomery se pregunta quien es esa mujer que se ha trasladado a la cabana azul. De algun modo logra ver su coraza y entiende que su antigua relacion ha sido oscura y terrible, pero esta dispuesto a ser paciente y esperar su oportunidad para demostrarle que otro amor es posible.

  • Mateo !Que te veo! de Marta Flores

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    Mateo !Que te veo! Asi solia responder Carola a su atractivo vecino cada vez que intentaba acercarse a ella. Y es que, por mas irresistible que le resultara, le daba pavor la fama de mujeriego que le precedia.

  • Ensename esta noche (Fantasias 1) de Nina Klein

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    E PROLOGO CHLOE l club Poison se veia de forma totalmente diferente a la luz del dia, cuando estaba cerrado. No habia nada del misterio, la seduccion, el calor, el deseo que lo empapaba todo durante la noche. Para empezar, las luces del techo estaban encendidas, creando la sensacion de que uno estaba en una especie de teatro vacio. En el ambiente flotaba un ligero olor a desinfectante, el rastro que quedaba despues de que el equipo de limpieza se hubiese pasado aquella manana. Salia una pasta hacer ese tipo de limpieza y desinfeccion profunda todos los dias, pero por una parte era necesario, y por la otra, dinero no era lo que les faltaba en el club, con las cuotas que cobraban a los socios y el numero de socios que tenian. Ese era un de los problemas: el numero de socios habia llegado a su tope. Los duenos nunca habian querido que aquello se masificara y el numero maximo de socios era un numero manejable, que hacia que en los dias de mas aforo --los viernes y los sabados-- se pudiese estar tranquilamente en el club, sin agobios. Asi que la lista de espera era kilometrica, y solo se abria una vacante cuando un miembro abandonaba el club, que no era tampoco muy a menudo. Mi idea venia un poco a mitigar ese problema. A "liberar" un poco el club, para que quizas pudieran admitir un grupo mas de socios. A diversificar, tambien. Y a hacerlo mas interesante. Respire hondo y me alise la americana que llevaba. Me habia vestido como cualquier dia en la oficina: unos pantalones negros de tela, rectos, mis "zapatos de oficina" --negros, de piel, no mucho tacon, comodos-- y una americana gris de pata de gallo. Llevaba uno de mis bolsos mas grandes al hombro, de donde sobresalia la carpeta de cartulina marron con la propuesta que estaba a punto de hacer a los duenos del club Poison. Respire hondo de nuevo, y mi amiga Caroline se dio la vuelta y se paro en medio de lo que era la pista de baile, el suelo negro brillante reflejando la luces del techo. --?No me digas que estas nerviosa? Era ella quien me habia abierto la puerta del club, y quien me acompanaba en el camino hacia las oficinas. Eran las tres de la tarde, y todavia faltaban horas para que abriese el club. --Un poco --reconoci. --Pero si solo son Mark, Paul y Derek. No le faltaba razon: al fin y al cabo les conocia desde hacia mas de un ano. Pero una cosa era ser amigos, tomarnos una copa de vez en cuando y hablar de nuestras vidas, y otra hacer negocios juntos. No queria que pareciese que me estaba aprovechando de la amistad. --No es lo mismo --dije, por fin--. Esto son negocios. Ademas, no estoy muy segura... igual es una idea ridicula. Caroline me sonrio. --Estoy segura de que es una idea genial. De todas formas, no estes nerviosa: si les gusta la idea bien, y si no, tambien. Yo tambien sonrei, mas para darme valor que otra cosa. --Okey. Seguimos avanzando por el club, los tacones de Caroline resonando en el suelo de marmol. Habiamos recorrido un largo camino, desde que eramos companeras de trabajo en una oficina horrenda, con cubiculos enanos y grises y luces fluorescentes en el techo. Hacia ya dos anos de aquello: un dia, Caroline estaba quejandose de las horribles citas por las que habia pasado gracias a --o por culpa de-- una app de citas que tenia instalada en el telefono. La decepcion, la incertidumbre... fue entonces cuando le di la tarjeta del club. No estaba segura de que fuese a ir --ella tampoco--, pero no solo habia acudido, sino que ademas habia acabado con uno de los duenos del club, Mark. Ahora estaban prometidos. Aparte de eso, Caroline trabajaba en las oficinas del club, llevandoles la contabilidad. La de vueltas que daba la vida. Yo habia acabado cambiando de trabajo. La oficina era todavia mas gris e insoportable cuando no tenia a Caroline para hablar en los descansos del cafe. Pero aunque el nuevo trabajo era menos gris y menos insoportable, seguia siendo bastante aburrido, la verdad. Quizas la culpa no era de los puestos de trabajo, sino de la profesion en si: ser contable no era lo mas apasionante del mundo. A no ser que fueras la contable de la mafia, en ese caso estoy segura de que el trabajo era una montana rusa de diversion. Sacudi la cabeza a uno y otro lado. Cuando estoy nerviosa se me ocurren todo tipo de tonterias. Tenia razon Caroline, de todas formas: era absurdo estar nerviosa. Simplemente habia tenido una idea, y necesitaba a los duenos del club para llevarla a cabo. Si les gustaba bien, y si no, tampoco pasaba nada. No tenia nada que perder. No tengo nada que perder, me repeti mientras seguia a Caroline por las escaleras de hierro que conducian a las oficinas. Y al final funciono: volvi a respirar hondo, y se me quito el nerviosismo de golpe. * ESTABAN todos en la sala de reuniones, conversando animadamente: Mark, Paul, Derek y Monique. Paul estaba haciendo cafe en la cafetera de capsulas que habia en una mesa junto a la pared. Derek y Monique estaban sentados juntos, como siempre, unidos por la cadera. Era curioso, porque cuando Derek llego al club, a Monique --que en aquel entonces trabajaba de guardarropa -- le cayo mal al instante. La antipatia no habia durando mucho, de todas formas. Ahora Monique trabajaba de manager, era quien se preocupaba de que todo saliese bien y funcionase como la seda cuando el club estaba abierto. El trabajo le iba como un guante, era la mejor relaciones publicas que habrian podido encontrar, y ademas el club daba un monton de trabajo. Cuanta mas gente se ocupase de el, mejor. La unica ausencia era Amanda, que aunque tambien estaba unida a la cadera con Paul, estaba estudiando para uno de sus examenes de derecho. Seguia trabajando de camarera en el club, porque le dejaba casi todo el dia libre para ir a clase y estudiar, y porque ademas le gustaba trabajar con Paul. No era como si necesitara vigilarle, ni nada de eso: los dias en los que Paul se tiraba a todo lo que se movia habian terminado. --!Chloe!--. Paul me saludo como si hiciese anos que no me veia, cuando le habia visto la noche anterior--. ?Que quieres? Le pedi un cafe solo, y me sente. Paul sirvio los cafes, Caroline se sento al lado de Mark, y cinco pares de ojos se volvieron a la vez hacia mi, expectantes. --Somos todo oidos --dijo Mark. Volvi a respirar hondo, sonrei y empece a hablar. LA IDEA ERA MUY SIMPLE, realmente. Habia empezado a darle vueltas unos meses atras, justo despues de cierto episodio que habia tenido en el club. No me importaba decirlo: habia sido una noche maravillosa donde conoci a un grupo de hombres tambien maravillosos. Antes de eso, estaba aburrida, pensando en darme de baja del club. Aquel dia habia conseguido realizar mi fantasia mas antigua, si, pero tambien me di cuenta de que habia sido por casualidad. Conoci a cuatro hombres perfectos que tenian la misma fantasia que yo. Un golpe de suerte, vaya. Poison era lo que era, un club de sexo: un lugar donde pasar la noche, donde ir a desfogarse en un ambiente seguro. Si, uno podia cumplir sus fantasias, si no eran muy complicadas, si tenia suerte y era una de las cosas que se ofrecian aquella noche. Trios, orgias, vouyerismo... no habia ningun problema. Pero repito: tenia que surgir la oportunidad, y ademas una tenia que tener... cierta tendencia al exhibicionismo, por llamarlo de alguna manera. No habia mucha intimidad. Es cierto que habia habitaciones privadas, pero el contacto tenia que iniciarse de alguna manera. Mi idea era ir un poco mas alla: ofrecer un servicio especificamente orientado a satisfacer las fantasias de los clientes. Tenia que ser un servicio extra que se ofreciese a los miembros mas antiguos del club, a los que fueran mas de fiar. Tenia que haber mas barreras, tambien, para asegurarnos de que fuese un entorno seguro. Y los encuentros no tenian por que producirse en el club: de hecho, la idea es que fueran en un hotel, o un apartamento alquilado, dependiendo de la fantasia y de los participantes. Cuanto mas hablaba, mas me emocionaba: podiamos conectar a diferentes personas que buscasen la misma fantasia, personas con perfiles parecidos, etc. Una especie de agencia matrimonial, conectando a gente con los mismos intereses, pero con fantasias sexuales en vez de matrimonio. Yo me ofrecia para gestionar el servicio, claro esta: ellos ya tenian suficiente con el dia a dia del club.

  • Yo estuve loco por ti de Jorge Albert Rodriguez Gil

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    Muchas veces, las heridas o los placeres de los amores pasados son tan grandes que no nos permiten mirar hacia atras con la tranquilidad necesaria para reflexionar y aprender de las situaciones, de los aciertos y de los tropiezos. Estamos tan acostumbrados a ver romances en el cine o la television que tendemos a ignorar la capacidad de nuestros recuerdos para convertirnos en personajes centrales de historias igualmente conmovedoras, edificantes y aleccionadoras.

  • Palabras de papel (Reporteros 3) de Marilo Lafuente

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    Maca es una mujer que se ha dejado convencer con mucha facilidad por palabras y promesas vacias.Bruno es un hombre atormentado y con un grave problema a sus espaldas; su excesiva responsabilidad.?Puede una mujer desenganada volver a confiar en el hombre al que ama??Puede un hombre apartar de su vida lo unico que le impide ser feliz?Una novela romantica en la que la historia de Maca y Bruno se mezcla con el dolor que causan las guerras, el sufrimiento de la hambruna y los dramas que producen las catastrofes naturales.Palabras de papel es la tercera entrega de la serie Reporteros.

  • A Escocia con amor (Quilts&Quilts 1) de Patience Griffin

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    Cait Macleod fruncio el ceno cuando las luces traseras del taxi se precipitaron hacia la noche. Estaba parada en un estacionamiento desierto en la costa noreste de Escocia a mediados de diciembre. Completamente sola. No era algo nuevo, pero igual le fastidiaba. --No te preocupes por mi --le dijo al taxista que ya se habia ido mientras se quitaba la nieve del zapato--. Estare fenomenal. Una furiosa rafaga de viento le revolvio el cabello, haciendolo girar alrededor de su cabeza como un hilo de pesca enredado. El dicho de que <> le dio una bofetada en la cara tan determinadamente como lo hizo el viento. Miro el escaso resplandor de las luces que se alzaban desde el pueblo costero que se veia mas abajo y se pregunto si estaba loca por pensar que podia recuperar la felicidad que habia tenido una vez aqui. En lugar de regresar a casa con su cabeza escocesa en alto, regresaba a casa derrotada. Pero no tuvo tiempo para reflexionar sobre lo que era o lo que podria ser de nuevo porque un frio invernal se apodero de sus pies. Hizo una mueca a sus tacones metalicos de Brian Atwood 1 sumergidos en la nieve. Claramente, no habia pensado lo suficiente en su vestimenta cuando decidio escapar de su mala vida en Chicago. --Esto es un infierno de cumpleanos --dijo al viento. Treinta y un anos hoy. Habia olvidado que Gandiegow era una comunidad cerrada, que no habia coches detras del aparcamiento, solo caminos para caminar. Y aqui estaba ella con cuatro pesadas maletas y solo dos brazos para arrastrarlas hasta el pueblo. Arrojo dos de sus bolsas a un arbol para que esperaran su turno. Hizo rodar las otras dos detras de ella mientras cojeaba torpemente de camino al pueblo, todo esto al mismo tiempo que se quejaba en gaelico. Gandiegow tenia exactamente sesenta y tres casas que se erguian en arco alrededor de la linea costera, con acantilados rocosos que encajonaban al pueblo. La ciudad parecia una extension del oceano por la forma en la que se acurrucaba junto el mar; en lugar de ondulaciones de agua, habia casas. Ella habia nacido en este pueblo. Habia visto a su madre cocinar pan en su estufa de lena. Su padre, cuando se habia preocupado por ser un buen padre, habia ensenado a Cait a pescar a solo unos metros de los escalones de la entrada. Su abuela cascarrabias todavia vivia aqui en una de las pequenas cabanas de piedra. Cait suspiro pesadamente ante su situacion. ?Como habia llegado a esto? Su marido infiel, Tom, estaba muerto. Su carrera periodistica era casi un cadaver. Y su esperanza para revivir su vida estaba jadeando su ultimo aliento. Se detuvo, saco su mapa y comprobo la ubicacion de su bungalo recien comprado. Estaba mas alejado, junto a los faroles; aislado, excepto por otra casa junto a la suya. Habia comprado la cabana a ciegas sobre la base de unas cuantas fotografias en Internet. Era lo mas loco que habia hecho; venderlo todo y huir. Pero --se recordo a si misma--, no estaba huyendo; estaba volviendo a casa. Su padre habia sido el primero en desarraigar a Cait. Cuando tenia trece anos, el la habia arrastrado a ella y a mama muy lejos de alli. --Dios, no me he convertido en mi padre, ?verdad? --dijo al viento. No. Su temeraria mudanza no afecto a nadie mas que a si misma. Fue el engano de Tom, su matrimonio dirigiendose a la corte de divorcio, y luego todo lo sucio que se amontono sobre su tumba es lo que llevo a Cait al punto de ruptura. Tenia que salir de Chicago y regresar a Escocia. Tal vez aqui podria recuperarse y eventualmente revivir su carrera de escritora. Volvio a caminar con dificultad a traves de la llovizna, sin pensar realmente en el frio. La tension que se habia acumulado en los ultimos dias estaba volviendo. Ahora habia aumentado exponencialmente, haciendo que el nudo en la parte posterior de su garganta se sintiera como un puno ardiendo. Deydy. La unica familia que le quedaba a Cait. Su abuela le retorceria el cuello por no decirle que venia. Cait lo habia intentado. Mas o menos. Antes de que el plan comenzara a desarrollarse, Cait habia llamado, pero Deydy no habia respondido y no habia contestador. ?Que tipo de nieta espera hasta el ultimo segundo para que su abuela sepa que viene? ?Una estupida? Pero, !no, senor!, Deydy no era una abuela tipica. Cait la amaba, pero la vieja era complicada, una complicada cascarrabias. Durante su ultima llamada telefonica, su abuela habia dejado perfectamente claro lo que pensaba de Cait: que era igualita al para nada bueno de su padre, de tal palo, tal astilla. Cait sabia que lo iba a pasar muy mal. Nunca le habia dado a Deydy una buena razon por haber permanecido lejos tanto tiempo. ?Pero, que podia haberle dicho? ?Que no podia irse de la ciudad porque su marido se acostaba con cualquiera a la minima oportunidad? ?O, me perdi en el camino e hice todo lo que el infiel bastardo me dijo que hiciera? !Que ridicula se sentia! Especialmente ahora. ?Y si su abuela y los otros de la ciudad la rechazaban? Cait no la habia visitado nunca, ni siquiera cuando era adulta y tenia los medios. En los ojos de Gandiegow su situacion era indefendible, independientemente de Tom. Era como si Cait hubiera golpeado a sus parientes en la cara y seguramente ellos se lo devolverian dandole la espalda. ?Que haria entonces? La grava y el aguanieve dieron paso a una calzada de adoquines. Bajo otras circunstancias, Cait habria encontrado aquello encantador, pero en este momento parecia el camino del diablo. Sus tacones se quedaban atrapados entre las piedras y cada pocos pasos, las ruedas de la maleta se atascaban tambien; de tener que arrastrar el equipaje mucho mas lejos, corria el grave peligro de perder sus brazos. Seis casas y dos giros mas tarde, encontro la cabana trece. Su corazon se detuvo. Tenia que haber un error. Este no podia ser el bungalo de dos dormitorios que habia visto en Internet. Aquello habia sido una casa anticuada de ensueno, de una planta y media, y cubierta de hiedra. Esta era una ruina negra y ahumada. --No puede ser --gruno Cait. Colgando de un poste de hierro forjado colgaba el letrero con un numero trece. A juzgar por el aspecto de la madera carbonizada, un incendio se habia aduenado de cada pedazo de su nuevo hogar. Lo unico que quedaba era la pared de piedra que rodeaba el perimetro de la casa y una chimenea manchada de humo que sobresalia de las cenizas. Su casa estaba muerta. Todo tenia sentido ahora. Las muertes vienen de tres en tres. ?No era ese el viejo refran? Bueno, el arbol de Navidad de Chicago habia sido el primero en morir. Se habia convertido en un esqueleto, arrojando agujas de pino por todo el piso. Tom, su mentira, engano, comadreja de marido, fue despues. Tuvo un ataque al corazon mientras insertaba su salchicha vacacionista en su amante. Y ahora su nuevo hogar tambien estaba muerto. Una maldita pira funebre. Un escalofrio, que no tenia nada que ver con el clima glacial escoces de diciembre, la alcanzo. --Soy una maldita idiota. ?Podria ser peor? Una gota de agua gruesa golpeo su cabeza. Luego otra. Justo ahi, los cielos se abrieron y dejaron caer una lluvia de mierda sobre su cabeza de idiota. Miro hacia arriba. --Gracias. Arrastro sus bolsas a la casa contigua con la intencion de usar el telefono de su vecino. Mientras caminaba hacia el porche, formulo algunas palabras escogidas para el agente de bienes raices de internet --!el gran estafador! Antes de alcanzar la aldaba, Cait decidio quitarse primero una piedra de su zapato. Pero cuando se inclino, la puerta se abrio de repente. Por el rabillo del ojo vio a un hombre que se detuvo. Estaba bastante segura, incluso desde ese angulo de le estaba echando una buena ojeada a su trasero. Tenia toda la intencion de decirle lo que pensaba --no permitia que los hombres se la comieran con los ojos--, pero cuando se levanto y vio quien la miraba...

  • La flor mas oscura de P.m. Freestone

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    EN EL IMPERIO DE ARAMTESH EL PERFUME ES PODEROSO.
    Un mundo en el que el perfume es magico y los secretos son mortales.
    Una novela embriagadora que despertara todos tus sentidos.

  • Besos rojos (Chasing Red 2) de Isabelle Ronin

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  • La bella Helena de Mills Bellenden

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    ?Que se esconde detras de un nombre?
    Puede ser un barco que asole los mares, puede ser una mujer por la que ir a la guerra.
    ?Que se esconde detras del nombre La bella Helena?Una historia, un barco, una mujer. Pero, mas que nada, se esconde un destino, un puerto que se ofrece despues de haber pasado todas las tormentas.

  • Deirdre (Las feas tambien los enamoran 2) de Elizabeth Urian

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    Camile, Deirdre, Edith, Leonor y ahora Phillipa son las protagonistas de la saga romantica ambientada en la epoca Victoriana <>, cinco historias que demuestran que el amor se rige por su propia logica.

  • Carolyn de Jesibel Vega Acevedo

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    Luego de escapar de su hogar en Inglaterra, Carolyn se embarca en un viaje a America con la esperanza de reconstruir su vida. Sin embargo, al llegar al Nuevo Mundo, Carolyn se da cuenta de lo dificil que sera sobrevivir en la America Revolucionaria.

  • En la piel de Lucia de Luz Hidalgo

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    Acababa de anochecer. Por suerte, los ninos estaban arriba, cada uno en su habitacion, entretenidos en sus cosas. Yo estaba ligeramente echada en el sofa, soportando el efecto que las tres copas de vino habian producido en mi organismo. Un dia mas, por suerte, llegaba a su fin. Mario estaba a punto de venir y no queria que me encontrara en ese estado. Pero, por mas que pretendia levantarme, los musculos no podian obedecerme. El ruido de la cerradura retumbo en mis oidos como si de un martillo y un cincel se tratara. No gire la cabeza, pero sabia que era el. Cerre los ojos, implorando que no se cabreara mucho. Aunque en el fondo sabia que no lo iba a hacer; Mario poseia el caracter mas apacible que conocia. Oi sus pasos acercarse lentamente. Levante los ojos y lo mire resignada, esperando escuchar cualquier apelacion a mi embriaguez. --Carino, ?como te ha ido hoy el dia? --Por supuesto, no iba a montar una escena, no era su estilo. --Bien, uno mas --dije con desgana. --Me imagino que no has comido nada... --No, no tenia hambre. --Amor, tienes que comer, ya lo sabes. Ya te dijo el medico... No lo deje acabar, salte como una condenada posesa. No podia soportar que me tratara como a una nina. --!Ya estamos otra vez! No me agobies, Mario, te lo he dicho mil veces. !No me agobies! -- le grite, saliendo a trompicones y dando un portazo al entrar en nuestra habitacion. Mario se quedo sentado en el sofa, la cabeza gacha y los ojos cerrados, queriendo apartar la realidad en la que se estaba convirtiendo nuestra vida. Me sente en la cama intentando tranquilizarme, oi a los ninos bajar corriendo las escaleras para dar la bienvenida a su padre. Daniel, nuestro pequenin, le estaba preguntado a Mario si traia el regalito que le habia prometido. --No, carino, papa hoy ha tenido un dia muy ajetreado y no he podido ir a tu tienda preferida. Manana voy, ?vale, campeon? Me hizo sonreir oir como Daniel subia las escaleras refunfunando. Ahora le tocaba el turno a Laura. Escuche con toda la atencion que los quince escalones me permitian oir. --Papa, mama ha estado bebiendo otra vez. --Las palabras de Laura me pusieron los pelos de punta. --Carino, ten paciencia, mama esta pasando por una etapa delicada. Estate tranquila, seguro que pronto se le pasara. --Pero es que tenia que preguntarle unas cosas de los deberes de clase y ni siquiera me ha mirado a la cara. He tenido que encender tu ordenador y buscar la informacion en internet. No nos hace caso ni a mi ni a Daniel. Se emboba mirando la nada y parece que no sabe que existimos. Estoy harta, papa --lo solto todo de carrerilla. Me la imaginaba mirando a su padre con los brazos en jarras, esperando una respuesta que resolviera de un plumazo el problema. Esas palabras actuaron en mi corazon como si un puno lo hubiera estrujado, hasta dejarme sin respiracion. Las lagrimas rodaron por mi cara, silenciosas y sin permiso. Mi nina se estaba dando cuenta de todo y, lejos de decirmelo, se lo callaba dia tras dia. Se descargaba con su padre. En que mierda de madre me estaba convirtiendo para que mi hija no fuera capaz de confiar en mi como antes y confesarme sus inquietudes. Antes era yo la que la escuchaba. Esa realidad dolia, dolia mucho. Era la hora de cenar, pero no me sentia con animo de cocinar, asumir el papel de mujer perfecta y enfrentarme a las miradas de Mario y Laura. No, no podia. Daniel era muy pequenito todavia para darse cuenta de nada. Me sente en la cama, apretandome las manos sin saber que hacer. Me mortificaba pensar que no quedaba casi nada en la nevera. Esperaba que Mario se las apanara con los cuatro alimentos que quedaban. <>, pense para hacer callar los remordimientos. Cuando oi el abrir y cerrar de armarios y nevera, supuse que Mario buscaba viveres con los que cocinar algo decente. Intente hacer memoria de lo que quedaba, pero no podia concentrarme. Al momento oi chisporrotear algo en el fuego. Suspire aliviada. Al rato, el sonido de los cubiertos chocando con los platos, mezclado con la conversacion animada de los tres, subia escaleras arriba, acentuando asi la sensacion de que sobraba en la intimidad que se habia creado entre ellos. Decidi darme una ducha. Me saque como pude el jersey por la cabeza y me baje los pantalones del pijama a la vez que las bragas; los pisotee, dejando ambas prendas en el suelo, arrugadas y de forma desordenada. Me las quede mirando y senti que era parte de ellas, a la espera de una limpieza que se llevara de una vez toda la suciedad que se estaba acumulando en mi cuerpo y en mi alma. Cuando sali del bano, Mario estaba de pie en medio de la habitacion, las manos en los bolsillos y el gesto serio. Que guapo estaba. Me llamo la atencion que a esas horas de la noche todavia llevara puesta la corbata. Aflojada, pero alli estaba. Denotaba el grado de cansancio que a esas horas arrastraba. Otra vez el sentimiento de culpa, aplastandome como una losa. --Antes de que digas nada, quiero disculparme. Se que esto esta llegando demasiado lejos. Voy a poner remedio, no te preocupes. --Vale --suspiro--. Venia dispuesto a darte una charla, pero ya veo que te has dado cuenta tu solita. Solo necesito decirte una cosa. Laura tiene doce anos, ya no es tan nina. En tu mano esta que vuelvas a ser la excelente madre que eras o, por el contrario, que pierdas a tu hija para siempre, porque eso puede pasar, necesito que seas consciente. Sabes que te quiero, hare todo lo que necesites que haga. Pideme ayuda, Lucia. Soy yo... --prosiguio, acercandose. --Ese es precisamente el problema, Mario --le dije con desprecio. El se paro en seco--. Que me quieres, que me ayudas, lo quieres controlar absolutamente todo. Deja que me caiga. Si lo hago, sere yo la responsable. Estoy ahogandome. ?No lo ves? --Mi voz sono temblorosa, a causa del nudo que se estaba formando en mi garganta. --Pero estas ahogandote... ?donde? --dijo alzando las manos con incredulidad--. !Es que no lo entiendo! !Explicamelo, por favor! !Lo tienes todo! --grito--. Vivimos en una casa espectacular con todas las comodidades, con la decoracion que tu elegiste, tienes tiempo para ir al gimnasio, para tomar algo con tus amigas, unos hijos preciosos y sanos, dinero de sobra para no preocuparnos por el futuro... ?Que cojones quieres? Si es por la decision de dejar tu trabajo, siempre estas a tiempo de volver, lo sabes. No me hagas sentir mal por eso, Lucia, fue una decision mutua. Estoy enamorado de ti desde el primer dia, es que ya no se que mas hacer... --Se masajeo la frente y las sienes, gesto que siempre hacia cuando le empezaba a doler la cabeza. Me quede mirandolo. --Yo tampoco, Mario, yo tampoco... --Me voy a la cama. --El cupo de discusion habia llegado a su tope--. Manana me espera un dia duro en la oficina. Tengo un negocio que regentar y mi cabeza ya no da para mas. Nos acostamos dandonos la espalda. <>, pensaba mientras intentaba dormirme. Al dia siguiente, Mario ya se habia ido cuando me desperte. El vacio que dejo en su lado de la cama era similar al que yo sentia en el corazon. Entre en la habitacion de Daniel y, con susurros de carino, lo desperte. El paso los bracitos alrededor de mi cuello y, con voz adormilada, me dijo que no queria ir al colegio. Estuvimos un rato jugando y riendo hasta que mi pequeno se despejo y bajamos juntos al gran salon-cocina que presidia la mayor parte de la primera planta. Laura ya estaba alli. Me dirigio un escueto <> mientras se preparaba el desayuno ella misma. La mire y quise romper el hielo, pero algo me lo impidio. Quiza el gesto serio o mi propia inseguridad. Asi que volvi a cerrar la boca y me limite a observar los movimientos seguros de mi hija mientras se desenvolvia con soltura por la cocina. Cuando fui a despedirlos al autobus escolar, lo primero de lo que me encargue fue de hacer la compra a traves de la web del super. Sentia que mi deber mas inmediato era llenar la nevera lo antes posible. Tambien me propuse limpiar y ordenar la casa de arriba abajo. Iba por la tercera lavadora cuando sono el timbre. Baje y mire por la mirilla; a esas horas no solia tener visitas. Ver la cara de mi amiga tan cerca del visor, deformandole asi un poco el rostro, me hizo sonreir. --Hola, Sandra, pasa. Que raro tu por aqui a estas horas. --Le di dos besos a modo de bienvenida. --Me he escapado un momento y he pensado hacerte una visita de diez minutos. --Hija mia, que medido tienes el tiempo. Para una vez que vienes... --Algunas trabajamos, ?sabes? --dijo en tono de burla--. Bueno, ?como esta mi preciosa amiguita? Anda, preparame un cafe, que he salido de la oficina en mi hora del desayuno. Sandra se acomodo en un taburete de la barra que hacia de separacion del salon con la cocina. Mientras yo le preparaba el cafe, los avidos ojos iban de aca para alla. --Madre mia, Lucia, la ultima reforma que habeis hecho ha dejado este espacio de revista. Que grande se ven el salon y la cocina juntos. Y que blanco todo... Me encanta. --Gracias, Sandra. La verdad es que ha quedado bien al final. --Bueno, dejemonos de banalidades y cuentame como va todo. La ultima vez que nos vimos estabas mustia. --Pues justamente anoche tuvimos una gorda Mario y yo --dije torciendo el gesto--. Bueno, mas bien el. Normalmente no sube el tono de voz, pero reconozco que la situacion esta llegando demasiado lejos. No se como me he metido en este circulo vicioso. Este caracter indeciso y bipolar mio me esta llevando a actuar de mala manera contra Mario. Ayer me dio una especie de ultimatum. No fue asi de especifico, pero casi. Me dijo que podia llegar a perder a mi hija si seguia con esta conducta. Llego a gritarme, Sandra --dije con lagrimas en los ojos. --No me lo puedo creer, con lo mesurado que es el. Yo creo que nunca lo he visto alzar la voz en mi vida --dijo abrazandome--. ?Que le has hecho a mi amigo para sacarlo de sus casillas? Confiesa. --Se aparto de mi y sonrio, intentando dar un toque de humor a la conversacion.

  • As de corazones (Vegas Clandestina 3) de Renee Rose

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    P C A P I TULO U NO epper SABES que tu carrera llego a un limite aun mas bajo cuando te contratan por ocho semanas para trabajar en Las Vegas. Miro fijo a la gigante marquesina con mi nombre en luces de neon mientras la limusina estaciona frente al Casino Hotel Bellissimo. No me importa si el Bellissimo es el lugar mas lujoso y a la moda de La ciudad del pecado, sigue siendo Las Vegas. El antro donde caen los artistas por su bajo nivel de estres y dinero facil. Usualmente despues de que se termine su fama. ?Asi que por que carajo estoy aqui a veinte meses de lanzar un album y ni catorce horas despues de mi ultima presentacion en una gira agotadora? Por culpa de Hugh; el pendejo de mi representante que me vendio. Y ahora mis padres, Hugh y yo tenemos un millon de problemas que solo yo puedo solucionar. Anton, mi guardaespaldas, sale primero y luego me ofrece su mano para ayudarme. La ignoro porque, si, tengo veintitres anos, asi que soy del todo capaz de salir yo misma de un auto y no soy tan superficial como para querer ayuda, aunque aprecio el gesto. Me bajo y muevo hacia abajo la falda de mi vestido baby doll con tiras que combine con un par de Doc Martens destartalados color rojo ladrillo, y me quito los auriculares mientras todavia suena el album de RadioHead. Una mujer de cuarenta y pico en un vestido azul y tacos cruza la puerta y se dirige directo a Hugh. Detras de ella, un hombre enorme con hombros amplios mira, parado justo afuera de la puerta decorada con oro. Me mira a mi. Eso no es poco comun. Soy estrella de pop despues de todo, pero es la manera en la que me mira lo que envia senales de alerta disparadas por mis venas. Su manera de observar muestra poco asombro y es callada y su exquisito traje italiano lo delata. Es Tony Brando, el tipo que ahora es mi dueno. Lo reconozco. Estuvo en mi recital en Vancouver, y luego otra vez en Denver. Es la razon por la que estamos aqui aunque este a tres horas de un colapso total, cerca de perder la voz y realmente desesperada por estar a solas un rato. Por supuesto, aunque la mafia no me persiguiera por casi un millon de dolares, es probable que Hugh igual me tuviera reservada hasta el proximo siglo. Sus planes o los de mis padres nunca consideraron mi bienestar cuando se trata de mi carrera. Hace dos anos le dije a Hugh que necesitaba un descanso. Algo de tiempo para encontrar mi inspiracion de nuevo y componer la musica que me llevo directo a la fama en primer lugar. Queria refugiarme en un estudio para grabar mi proximo album, lo que solucionaria los problemas de dinero en los que se metieron mis padres el ano pasado por unas malas inversiones. Pero Hugh tenia un plan infalible. Un plan idiota y peligroso que mis padres y yo confiamos a ciegas en que ejecute. --Bienvenida, senorita Heart. Soy Angela Torrino, directora de eventos. El Bellissimo se entusiasma mucho por tenerla aqui, como puede ver. --Ella hace un gesto al cartel de neon de treinta metros que tiene mi nombre en luces y se ubica sobre la franja. Muevo la cabeza e intento forzar una sonrisa. Trato de no mirar el traje a rayas que acecha detras de ella. Hugh la rodea y se pone al mando, como siempre. --Gracias por hacer los arreglos, senorita Torrino. --Le aprieta la mano--. Ahora si pudiera darnos acceso al escenario, comenzaremos a descargar para que Pepper pueda ensayar antes de su presentacion esta noche. Claro. Ensayar. Ahora. Porque Dios sabe que en serio seria un sacrilegio tener un dia de descanso despues de viajar y antes de tener que actuar. O siquiera una hora. Sigo a Hugh y a la senorita Torrino hasta las puertas del casino/hotel con Anton detras de mi y un poco a la izquierda. La senorita Torrino se detiene y le presenta el hombre grande de la puerta a Hugh. Brando la ignora y da un paso al frente. Sus movimientos son elegantes para un hombre de por lo menos dos metros. Es claro que su mirada se enfoca en mi rostro y no en la forma guau-conocere-a-lafamosa-joven-estrella-de-rock-Pepper-Heart. No, es mas como un gran lobo malo que mide a su presa. Su mirada pasa por encima de mi boca, luego mas abajo, hacia mis senos sin sosten y hasta mis piernas descubiertas. Luego sube una vez mas a un ritmo mas placentero, y al final se queda en mis ojos. Estoy bastante segura de que le gusta lo que ve, pero no tiene una mirada lasciva. La sonrisa burlona sobre su boca es mas de satisfaccion, como si yo fuera un vino exquisito que le acaban de entregar y estuviera saboreando mi buque. Mi estomago se hace un nudo. --Senorita Heart, este es Antonio Brando, uno de los directores de funcionamiento aqui en el Bellissimo, --dice de forma alegre la senorita Torrino detras de el. Me gustaria decir que su rostro grande y tenebroso lo hace feo, pero seria una mentira. Incluso con las lineas de cicatrices que danan su mandibula robusta, su frente y su mejilla izquierda es hermoso. Como alguna especie de semidios romano que enviaron a la Tierra para destrozar a los hombres y conquistar a las mujeres hasta que todos los humanos inferiores estuvieran domesticados. No me ofrece su mano. Yo tampoco lo hago. De hecho, le dedico mi mejor mirada de vete a la mierda; la que suelo reservar para Hugh. --Estoy ansioso por ver tu presentacion esta noche. --Su baritono se mueve por mi interior; vibra justo entre mis muslos. En serio desearia que mi cuerpo no tuviera esta reaccion ante su cercania porque preferiria odiar a este hombre y que no me excitara. Pero es puro poder masculino; irradia seguridad y control silenciosos. Y amenaza. Si, hay un trasfondo de violencia en el que me da escalofrios. Junto los labios con fuerza porque no puedo pensar en algo que decirle que no haga que quiera romperme las rodillas. Y estoy bastante segura de que esas cosas suceden aqui. La familia del crimen Tacone es la duena y la que dirige el Bellissimo. Ademas, y lo que es incluso mas importante, no quiero que escuche el estado de mi voz. Casi no tengo. Llevo enferma varias semanas, y para ser honesta no se si pueda sobrevivir este ultimo tramo en Las Vegas. Hugh se acerca rapido a mi lado y me toma del codo de esa forma posesiva que tiene. --Vamos, te llevaremos al escenario para que puedas ensayar. Esta noche no quiero metidas de pata. Agacho la cabeza y lo sigo, no porque este de acuerdo con que necesite el tiempo de ensayo, sino porque quiero escaparme de la mirada ardiente de Brando. Tan pronto como pueda. Hugh me toma mas fuerte del codo mientras nos movemos por el casino. --?Quieres hacer que nos maten a todos? --me dice entre dientes en el oido; su aliento apesta a cafe amargo. --Crei que ya te habias encargado de eso, --digo de forma rasposa en mi tono mas seco y aburrido; el que hace que se vuelva loco. Luego dejo de escuchar el sermon mientras los invitados del Bellissimo gritan mi nombre y comienzan a tomarme fotografias. Sonrio y les hago el gesto de la paz mientras caminamos por el casino en un largo desfile desde la puerta principal hasta el auditorio donde el autobus de mi gira esta estacionado en la salida de atras. Claro que podriamos haber entrado por ahi desde un comienzo, pero esta es la estrategia de Hugh para asegurarse de que todos sepan que hay alguien famoso en el edificio, para publicitar el espectaculo. Los miembros de la banda y los encargados del equipo tienen el lujo de quedarse tranquilos en la parte de atras. Aunque para ser honesta no me molesta. Amo a mis seguidores. Son la razon por la que escribo musica. La razon por la que canto. Un revoltoso grupo de chicos de fraternidad empuja muy cerca y se mete en mi espacio para sacarse selfis conmigo. Anton les ladra para que se vayan hacia atras, protege mi cuerpo con el suyo, pero de repente la seguridad del casino nos envuelve y forma una burbuja protectora. --No lo se, solo tiene un guardaespaldas, --dice uno de ellos mientras habla por una unidad de comunicaciones, y luego--, entendido, Tony. Nos quedaremos con ella en todo momento. Tony. Me giro para mirar a mi gran protector. Camina de forma casual detras de nosotros; sus labios se mueven mientras le da ordenes al personal. Nuestras miradas se encuentran y se quedan asi; la suya es oscura, prometedora. Mi corazon se acelera. Quiero ir hacia atras y decirle las cosas que me contuve cuando estabamos afuera, pero es como si la Tierra se derrumbara bajo mis pies. Las placas tectonicas se desplazan y se mueven, se reacomodan. Puedo haber pensado que podia manejar Las Vegas. Manejar mis obligaciones en el Bellissimo. Entrar, salir; contener mi colapso nervioso hasta que todo acabara. Pero ahora que conoci a Tony Brando, se que esto es demasiado. Es dificil imaginar sobrevivir este trabajo con el alma intacta. TONY. MERDA. Pepper Heart no es para nada como lo que esperaba. Me imagine que seria una chica fiestera; una joven estrella de rock malcriada que habia tirado su dinero por la ventana. Eso o una nina que necesitaba madurar, quizas con padres o un representante que habian manejado muy mal su carrera y sus finanzas. Y todavia puede que la ultima opcion sea la correcta, pero Pepper no es una nina y tampoco una estrellita insulsa.

  • La ultima conquista de Kim Lawrence

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    Torturado por la muerte de su mejor amigo, el multimillonario magnate griego Nik Latsis encontro consuelo en los brazos de una espectacular desconocida. Desde aquella noche, ese recuerdo poblaba sus suenos. Por eso Nik sabia que solo se libraria de sus fantasmas si volvia a tenerla en sus brazos. Lo que no supo predecir fue que necesitaria mucho mas que sus dotes de seduccion para conseguir llevarse a la cama a una mujer con la personalidad de Chloe.

  • El reflejo del agua (Diario de una viajera en el tiempo 1) de Miriam Erlan

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    Diana es la ultima descendiente de su estirpe, heredera de una antigua mansion situada en Tramoz (Aragon). La protagonista, en su regreso a la casa familiar, a se vera envuelta en una serie de acontecimientos a causa de un inesperado viaje doscientos diez anos atras en el tiempo. En plena Guerra de la Independencia contra Francia debera salvar a sus ancestros de comienzos del siglo XIX. Un emocionante viaje en el que redescubrira a sus antepasados que, hasta entonces, solo conocia por antiguos retratos y leyendas familiares. Samuel, un joven perteneciente a sus ascendientes, lograra despertar en ella sentimientos inesperados.
    ?Como afectara la transformacion de los acontecimientos al presente de la protagonista?
    Diana descubrira las claves de su vida mientras reescribe la historia del pasado de su familia y la de su propia existencia.

  • Mi mariposa de Sophie Saint Rose

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    Cristal es un hada que lleva esperando el amor verdadero casi trescientos cincuenta anos. Harta de su vida, no puede entender porque no pierde sus alas al conocer a Kyle Rochester. !Tenia que ser el!

  • Mi pequena de Luis Barrena Ugaz

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    Jean es un joven universitario, comun como cualquier otro. Trata de disfrutar cosas tan sutiles del mundo como un amanecer o un anochecer solitario, pero todo se ve perturbado cuando conoce a Sofia, una chica menor que el. En el trayecto de la historia el va aprendiendo que el amor es una eleccion que el decide vivir y experimentar; tambien aprende las diferencias del sexo con un cuerpo que amas y uno que solo sirve para saciar las ganas.

  • Emilia Pardo Bazan de Isabel Burdiel

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    Isabel Burdiel restituye la figura de la novelista espanola por excelencia, personalidad clave del siglo XIX.

  • Paraiso de Bety Care

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    Dos amantes, Luba y Maria,deciden pasar las vacaciones juntas. Pero… sin planificarlo se ven en un pais donde ser lesbiana esta castigado por la ley.

  • Antonieta. Ella se merece cualquier sacrificio de Martina Bennet

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    David Martinez cree tener el peor dia de su vida, cuando sus amigos se adelantan en un viaje y el tiene que realizar el trayecto solo; encontrando dificultades en el camino, que lo obligan a el y a los demas pasajeros del autobus a pasar la noche en un pequeno pueblo que esconde un magico y triste secreto. ?Podra este joven de ciudad abrir su mente a las leyendas locales? ?Sera capaz de entregar su corazon y mucho mas, por una mujer que no conoce? ?Podra el liberar un alma atormentada, o morira victima de su gran amor? Ella se merece cualquier sacrificio. Solo esa verdad podra salvarlos.

  • SOLOS POR UNA SEMANA de Amanda Rodriguez

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    Fabian no podia creer lo que pasaba, todo su trabajo se iria por la borda sino llegaba a tiempo. Acelero el paso, de repente sono su telefono. El apurado sin siquiera ver hacia delante metio las manos en sus bolsillos buscando el celular, que estaba empenado en esconderse !Joder!
    Carol no vio venir al troglodita de un metro noventa y cuando lo hizo ya era muy tarde, su maqueta estaba en el suelo desparramada y destruida. Alli quedaron sus suenos, iba a echar a llorar como una nina pequena, pero se lleno de rabia y empezo a gritar.

  • La horda de los Malditos de Peter Sword

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    En un mundo donde la magia es tan comun como el aire, la amenaza de una nueva guerra contra el Imperio supone un duro golpe para los reinos del sur. Neoludan, uno de los paises afectados, decide liberar de su cautiverio a un poderoso mago, considerado un portento de la magia y capaz de realizar sortilegios ya olvidados. Sin embargo, este mago tiene sus propios intereses y demostrara que no es una persona sencilla de dominar, jugando el solo con el equilibrio de la guerra que se cierne sobre el continente. Magia, caballeros, duelos entre magos, politica, traiciones… Todo tiene cabida en La horda de los Malditos, el primer volumen de la saga Ocaso de Leyendas, escrita por Peter Sword.

  • Descubri lo que de verdad importa (Serendipity 6) de Moruena Estringana

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  • Xadia, la lectora de sangre de Ana Idam

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    Xadia es una sanguira que tiene que escapar junto a su padre, cuando su madre, Askara, es testigo de la intencion que tiene el actual rey de Tierra Doria de acabar con su vida. Kares es el yor que llegara a su refugio, soterrado bajo el baul de una biblioteca, con la intencion de cumplir las ordenes de Askara. Xadia debera separarse de su padre y atravesar las hostiles comarcas de Tierra Doria para ponerse a salvo. Durante ese viaje, al lado de Kares, ni el rey ni los sentimientos se lo pondran facil. Una historia de magia, de razas poderosas y de Diosas que exigen su pago atavico, en la que no solo la usurpacion del trono sera lo que defina su devenir; el amor, el peligro, el ansia de poder y, finalmente, la sangre, seran lo que dibuje su destino.

  • Siempre seras mi heroe de Natalia Roman

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    ?Hasta donde es capaz de llegar una madre por su hijo?
    Laura lleva una vida perfecta, pero de la noche a la manana, ese hombre con el que ha compartido los mejores anos de su vida sera el responsable de que todo su mundo se derrumbe como un castillo de naipes.
    El doctor Roman recibe la visita inesperada de una mujer que volvera su mundo patas arriba. ?Como reaccionarias si una loca entra en tu despacho, a punta de pistola, pidiendote tu medula osea?
    ?Sera capaz el doctor Roman de donar algo tan personal a un desconocido, que a la vez es parte de el sin saberlo?

  • Mercurio retrogrado de Elsa Tablac

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    No, yo no voy a cenar. Pero tu come tranquila, faltaria mas. El tipo exhibio otra vez su sonrisa blanca y perfecta y acto seguido dio un nuevo sorbo a su agua con gas. Pestanee varias veces, navegando entre la inercia y la incredulidad. ?En serio me estaba pasando esto? --?No vas a comer nada? --insisti sutilmente--. Crei que cenariamos algo. Quiero decir, por la hora que es... Mire mi reloj, aunque sabia perfectamente que hora era: !la hora de huir de aquella cita decepcionante! --No quiero romper mi ayuno --contesto el, imitando mi gesto y echando un vistazo a su reloj. --Tu ayuno. --Ayuno intermitente. Raul --o al menos asi se suponia que se llamaba, no me habia ensenado ninguna identificacion-- se dio unos golpecitos en los abdominales. Aguce el oido, casi se podia escuchar el acero que habia debajo de aquella camisa. De repente lo del ayuno tenia cierta logica. Ese cuerpazo moldeado por el crossfit debia someterse a unas dinamicas mas o menos estrictas. Y la dosis de carbohidratos que yo estaba engullendo en su presencia no estaba entre ellas seguro. --Quiero quitarme pronto los dos kilos extra de las vacaciones --dijo. Se senalo el labio. --Tienes… mayonesa. Horrorizada, eche mano de la servilleta, golpeando de paso mi copa de vino, que acabo desparramada por la mesa. !Hola! Mi nombre es Miranda Tuna y me pillas en medio de la cita mas desastrosa del ano; buscando ya la salida de emergencia con la mirada. La verdad es que en lo profesional no puedo quejarme; dirijo una de las revistas de cotilleo mas vendidas del pais: ALOHA. Y eso, teniendo en cuenta que a estas alturas del siglo veintiuno las revistas en papel son practicamente un muerto que se acumula en cafeterias y peluquerias, es todo un logro. Otro tema es el asunto masculino que, sorprendentemente, no se me da tan bien como cabria esperar. Asi que ahi estaba esa noche en un animado bar de copas cercano a la Gran Via, acompanada del tal Raul, alias "el crossfitero", mientras un pequeno reguero de mayonesa se escapaba entre mis labios. Estaba descolocada, esa es la verdad; y obviamente ya habia tachado el nombre de aquel chico de mi lista en el momento en que se nego a pedir algo de cenar y me dejo a mi sola delante de un delicioso taco mexicano. !Pero es que tenia hambre! Una copa de vino y un taco era todo lo que necesitaba para reconducir mi dia despues de una intensa jornada en la redaccion de la revista. Solo a mi se me ocurre tener una cita despues del trabajo con un hombre que ni siquiera tiene la decencia de acompanarme en una cena rapida y se limita a pedir un agua con gas y a senalar que una salsa resbala por mi cara. Era atractivo, si, y tenia un cuerpo de escandalo, pero como dice mi madre, "acababa de volcarme el guiso". Engulli el resto del taco en dos bocados y me limpie con la servilleta sin pensar mucho en la destruccion del pintalabios. --He de irme --le anuncie. --?Como? --Estoy muerta de cansancio, ha sido un dia muy largo. Se callo, consciente de que en el fondo el tampoco queria alargar aquella cita sin sentido. --Solo hace media hora que hemos llegado --me dijo. Levante el dedo para llamar la atencion del camarero. Nos trajo la cuenta y observe, perpleja, como mi acompanante no hacia ni el mas minimo gesto de echar mano de su cartera. Creo que mi cara me delato. --?Te importa? --inquirio--. Solo he pedido un agua con gas. Yo solo queria salir de alli. --Claro, no te preocupes. Hoy pago yo --dije. Hoy. No habria ningun otro dia, y ambos lo sabiamos. Pague la cuenta (el taco, la copa de vino derramada y el agua con gas del crossfitero) y sali del local. El me dijo que iba al bano, pero no lo espere. Me largue de alli a la francesa, sin despedirme. ?Para que? Tengo tantas citas insulsas con desconocidos a mis espaldas que, la verdad, me daba permiso a mi misma para ahorrarme ciertas despedidas que no conducirian a ningun sitio. Empece a andar a toda prisa, como si me hubiese ido sin pagar. Pense en parar un taxi, llegar a casa y sumergirme un buen rato en la banera; pero cuando me di cuenta ya habia caminado unos veinte minutos a pesar de que no llevaba los zapatos mas comodos del mundo. Me habia detenido en un semaforo mas tiempo de la cuenta y habia borrado de mi movil las cuatro aplicaciones que habia estado usando en el ultimo ano para ligar. Se acabaron las apps, pense. Desisto. Ha sido entretenido, interesante a ratos, pero lo que busco o, mas bien, lo que me gustaria encontrar sin necesidad de buscarlo, no esta tras la pantalla del telefono. Realmente no se donde esta, pero yo ya habia tomado una de mis decisiones categoricas y repentinas. Se habian acabado las citas con desconocidos. Y en el mismo momento en el que me senti plenamente liberada de esa extrana carga autoimpuesta levante la vista y lo vi. Era alto, tendria mas o menos mi edad, unos cuarenta anos. La piel demasiado bronceada para nuestra ciudad sin mar, la mirada azul, dura y concentrada en algun punto fijo sobre mi hombro. Lo supe porque el corazon me dio un vuelco. El estaba esperando en la otra acera a que el hombrecillo verde apareciese. Es decir, lo normal seria que nos cruzasemos en ese paso de cebra, con suerte nos observariamos mutuamente durante unas decimas de segundo y no nos volveriamos a ver jamas. Asi son la mayoria de encuentros fugaces en la ciudad. Ese dia, sin embargo, mi cuerpo, o tal vez mis zapatos se rebelaron. El apuesto desconocido y yo nos cruzamos en el asfalto, y mientras me acercaba a su hombro izquierdo me dije a mi misma: si me mira, me dare la vuelta y caminare tras el. "Caminare en la misma direccion que el" es una manera sutil de referirse a "lo perseguire". Y eso sucedio. Nos cruzamos, nos miramos como si estuviesemos solos en el centro de la ciudad y reconociesemos a alguien de nuestra misma especie en un Arca de Noe. Deje pasar unos segundos, me gire y camine tras el. Es absurdo, lo se. Pero lo hice. Me convenci a mi misma mientras aligeraba el paso con algunas excusas banales: Tomatelo como un poco de ejercicio extra, Miranda: te sienta muy bien dar paseos largos. La cita ha acabado antes de lo previsto, aun es pronto. Jamas has hecho eso… seguir a un desconocido por la calle, !puede ser excitante! ?Donde ira? Lo dicho, me gire sobre mis tacones y camine tras el apuesto moreno a cierta distancia durante unos quince minutos, sin tener la menor idea de quien era ni hacia donde se dirigia. Serpenteamos por las calles del centro y pronto la distancia fisica entre nosotros fue aumentando, hasta que me detuve bruscamente en otro paso de peatones. Un taxi con la luz verde se detuvo a mi lado. ?Que demonios estas haciendo, Miranda Tuna? Levante la mano y el taxista detuvo el coche a mi lado. Abri la puerta trasera y murmure mi direccion. Iba siendo hora de poner punto final a aquel dia infame. Me fui a casa. Y sin embargo, resulta que ni en casa puede estar una tranquila. Abri la puerta y segui el pequeno circuito de rituales cotidianos con los que me encuentro todas las noches al llegar (si, has leido bien: solo voy a casa a dormir), abrir la nevera, dar un trago del tetra brik de leche de la nevera, descalzarme, coger los zapatos y llevarlos hasta mi armario. Y justo entonces, el ultimo desastre del dia. El estante superior donde estaban perfectamente ordenados la mayoria de mis preciados zapatos se partio por arte de magia. Todos los zapatos cayeron encima de mi. Me llovieron los tacones y las plataformas. ?Te imaginas una muerte mas ridicula? Murio sola en casa, aplastada por su propia coleccion de zapatos; y por supuesto, posteriormente fue devorada por su gata. Tras unos segundos de aturdimiento, consegui ponerme de nuevo en pie. Unas plataformas de Prada habian aterrizado sobre mi frente, provocando una pequena herida. Pero en fin… !Sorpresa! Seguia viva

  • Las Increibles Aventuras de Mr. Flowers de Jose Flores

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    El amor es un misterio de cuatro letras. El alfabeto, de veintises. Pero Mr. Flowers ha descubierto su secreto: cada pais esconde una letra que sigue el orden del alfabeto para ofrecerle el amor. Por desgracia, las reglas son muy estrictas. Asi que, cuando conoce a la persona adecuada con la que compartir su vida con la letra equivocada, tendra que tomar una dificil decision: respetar el camino de su destino o renunciar a descubrir lo que la vida tiene preparado para su futuro.

  • Donde quedaron los suenos de Brianna Callum

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  • Tres semanas seran suficientes de Hugo Sanz

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    La vida de Leo se pone patas arriba cuando Ainhoa, su pareja, le confiesa que esta enamorada de otro hombre. Es entonces cuando toma conciencia de que su relacion sentimental, que parecia muy estable, no ha sido mas que una farsa.

  • Un verano en Saint de Mayte Salmeron Almela

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    "Un verano en Saint-Malo" es una historia de misterio y de grandes emociones en la que la protagonista, Clara, conocera a diferentes personajes y vivira situaciones que haran que su verano sea menos tranquilo de lo que hubiera deseado.
    Con la aparicion de un cadaver en un ascensor, la historia empieza a moverse entre tres etapas distintas de su vida: la de su ninez mas tardia, cuando la noticia mas comentada era la desaparicion de unos ninos en las comarcas cercanas; la de su juventud, con su viaje a Saint-Malo y en donde los sucesos que acontecen dejan sin respiracion a la propia protagonista; y por ultimo, la de su vida adulta donde tendra que lidiar con todos esos recuerdos y entender mejor por que se encuentra con el cuerpo de un conocido en un ascensor.

  • Chico Malo de Jorge Borges

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    Soy un tipo peligroso.
    De los que no quieres cerca.
    De los que te enganaran.

  • Algun dia nos lo contaremos todo de Daniela Krien

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    Es verano, un verano caluroso, esplendido. La finca consta de tres edificaciones. En el centro, una casa alargada e independiente, de dos plantas y un gran desvan. A la izquierda, el granero anejo; se entra por un porton de madera en el frente y se sale por otro en la parte posterior. Detras, a unos metros de distancia, una construccion ancha y plana, de madera: el aserradero. Campos y prados se extienden hasta el rio. Un trecho rio arriba, poco antes de llegar a una vieja presa, hay un cobertizo medio en ruinas. En la otra orilla se yergue una pronunciada colina poblada de arboles. La construccion de la derecha da cobijo a las vacas y las gallinas. Detras, en una casita de madera elevada del terreno y con suelo cubierto de viruta y paja, se alojan los gansos. En un anejo que amplia en diez metros los mas de treinta que mide el establo estan los vehiculos. Tambien aqui, igual que en el granero y el establo, se accede por un porton y se sale por otro igual en la pared posterior. Mirando a la izquierda, desde alli se divisa el redil, junto al huerto; al frente se ven campos cercados y el terraplen de la via ferrea y, tras los railes, a cierta distancia pero claramente reconocible, la finca de Henner. La granja de los Brendel y la de Henner son las mayores del lugar. Dicen que en esta ultima todo sigue como antes de la guerra: los muebles, las estufas, los suelos, los ventanucos que no cierran bien. En invierno probablemente hace frio. En este aspecto los Brendel son mas modernos, cuentan incluso con calefaccion central. Al entrar en la casa se accede a un pequeno recibidor. A izquierda y derecha se abren puertas que dan a la cocina y las habitaciones; todo recto, una escalera conduce arriba; tras la escalera estan la puerta por la que se sale al huerto y la entrada al sotano. Los cuartos de abajo los ocupan Siegfried, Marianne y Lukas; los de arriba, Frieda y Alfred; la buhardilla es nuestra, de Johannes y mia. En la cocina, que es la estancia mas grande, se conserva la vieja cocina economica, que aun puede usarse, pero la abuela Frieda se acostumbro hace tiempo a la electrica. Los asientos tienen mas anos que ella, al igual que la gran mesa de comedor y la solida alacena. Solo los armarios colgados de la pared y una encimera datan de los tiempos de la RDA. Todo esta limpio y ordenado, aunque siempre a oscuras. Ahora, en verano, las ventanas suelen permanecer abiertas. Son ventanas antiguas, con manija giratoria; de los marcos se desprende pintura blanca cuarteada. El techo, bajo, resulta opresivo y protector a la vez. Siegfried, el padre, esta sentado a la mesa. Dada la imponente sombra que desde fuera proyecta el castano, por las ventanas solo entran pequenos jirones de luz vespertina. Nadie habla; los rostros de la familia estan tan poco iluminados que apenas los distingo. Poco a poco van sentandose los otros. Marianne, la madre; Frieda, la abuela; el viejo Alfred, al que antes habrian llamado mozo; Johannes y Lukas, los hermanos. Siegfried corta una gruesa rebanada de consistente pan y la unta con mantequilla. Encima pone unos trozos de pimiento rojo que su mujer ha partido. Come despacio, sin decir palabra. --Me alegro de que ahora podamos comprar pimientos, son muy sanos, ?lo sabiais? -- comenta luego, sonriendo. Y mira hacia arriba sin levantar la cabeza. Los hijos no responden. --Pronto habra muchas mas cosas --afirma su mujer asintiendo. Siegfried coge el plato del pimiento y se lo ofrece a Frieda: --Toma, madre --dice, animandola. Yo miro alrededor, intento entender las normas que rigen en esta casa; no llevo mucho tiempo aqui. Un domingo por la manana, en mayo, Johannes me dijo: <> Y me quede, ya no me fui. Ahora estamos en junio. Comemos en silencio. Escucho los ruidos de los demas al masticar. Al que mas se oye es a Alfred, que farfulla sin mirar a Siegfried: – Liese parira esta noche. Tiene toda la pinta. Siegfried asiente y mira por la ventana hacia el establo. Johannes se levanta pesadamente con la mirada baja. --Me voy. He quedado con unos amigos en la ciudad. --?En moto? --pregunta Marianne, que tambien se pone de pie. --Sentaos. La voz del padre tiene ahora ese deje bajo, amenazador, que me gusta e infunde cierto miedo. A los demas no los asusta. --?No me llevas contigo, Johannes? --le pregunto, clavando la mirada en su cabeza gacha. Sin embargo, el no me mira. Ni responde. Continua de pie y luego sale de la habitacion. En silencio. Una carretera pasa por delante de las dos granjas y dos estrechos caminos conducen hasta las casas. Al otro lado de la carretera, a unos trescientos metros de las fincas, se encuentra el pueblo. La carretera del pueblo esta flanqueada de tilos, que ahora, en junio, exhalan una intensa fragancia. Cerca del puente que cruza el rio se halla el bar, el Linden. Detras se alinean las casas y granjas de menor tamano, correos, el economato y la iglesia dispuestos en circulo alrededor del pequeno lago. Angostas callejuelas serpentean entre las casas y llevan hasta otras casas y granjas. Uno de esos caminos que arrancan del centro del pueblo en forma de haz conduce directamente hasta dos construcciones de cemento alargadas que parecen estar en el campo por error: las oficinas de la cooperativa de produccion agricola local. Y detras, orgullosa, la gran porqueriza comunitaria. Es un pueblo especial. Ni la guerra ni la RDA pudieron con el, como le gusta decir a Frieda. Aparte de algunas casas y la cooperativa no hay muchas cosas nuevas. Algo asi ya no se encuentra a menudo, y los fines de semana viene gente de la ciudad a dar una vuelta. Las gallinas corretean por fuera. Marianne se ha olvidado de encerrarlas en el establo. Frieda se asoma a una de las ventanas de arriba y grita: --!Marianne, vendra el zorro por las gallinas! Despues de veinte anos sigues sin enterarte. Cuando oscurece, hay que meterlas en el establo. El viejo castano proyecta sombras sobre la casa entera pero, segun ha anunciado Siegfried, pronto lo talaran. Quiere plantar uno nuevo; este ha crecido demasiado. Marianne se acerca al final del granero y sigue con la mirada a su hijo, que se marcha estrepitosamente en su MZ negra. Le he cogido una panoleta del armario y me la he echado por los hombros. La observo desde la puerta de casa. --Te queda bien --dice ella cuando vuelve, y anade--: No le pasara nada. Yo no me preocupo. Es ella quien no pegara ojo hasta que su hijo haya regresado. Ultimamente ha habido varios accidentes mortales en la carretera. En uno de ellos murio un amigo de Johannes. Yo estoy tranquila, fumando y echando el humo al aire fresco del campo; despues la ayudo a encerrar las gallinas. Casi es medianoche cuando oigo el petardeo de la moto y luego el motor que se apaga. Las habitaciones de la buhardilla acumulan el calor diurno; me he quitado el vestido de verano y llevo un camison blanco que encontre en uno de los numerosos arcones que hay aqui arriba. Seguro que antes lo usaba Frieda. Si miro por la ventana trasera, ante mis ojos se extienden el paisaje ondulado y el susurrante rio; veo los bosques y el ganado en los pastos. Por la parte delantera diviso la granja y la fronda del castano, que se llena de pajaros; y por el tragaluz, los campos, el redil y la via ferrea hasta la finca de Henner. Hasta que vine aqui no sabia lo bonito que es este paraje. Por el momento, no puedo imaginar un lugar mejor. Sin embargo, ahora es de noche, asi que solo veo a Johannes, que mete la moto en el cobertizo, sale, enciende un cigarrillo y mira hacia arriba. No puede verme. He apagado la luz para no tener que aguantar las aranas que se descuelgan del techo por hilos transparentes. Me dan asco, pero se que a el le parece ridiculo ese miedo infantil mio. Ha estado en la ciudad, con los artistas. Cuando entra en la habitacion, finjo dormir. Se desviste y tira la ropa al suelo de cualquier manera, se cepilla los dientes lo justo, como siempre. Es tarde y manana tendriamos que salir temprano. Volvere a mentir, dire que no tengo clase hasta tercera hora, y asi me quedare en la cama hasta que el vuelva. Johannes esta en ultimo curso; vamos al mismo instituto, el a duodecimo y yo a decimo. Cuando aun vivia con mi madre y mis abuelos, tenia que bajar a diario del monte a la pequena ciudad --tres cuartos de hora de caminata-- y despues coger el autobus para llegar a la capital del distrito. En total tardaba alrededor de una hora y cuarto. La vuelta no era tan rapida, pues era monte arriba.

  • Otro para ti de Elva Martinez Medina

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    Acelerada, con el corazon a punto de saltar y traspasar la cavidad toraxica, Natalia entro en el edificio de oficinas, con una rapida sonrisa saludo a Manuel, el guardia de seguridad de la entrada, que le devolvio la sonrisa e hizo un guino de complicidad al verla bucear entre el maremagnum de cosas de su bolso en busca del movil que no paraba de sonar. Una nueva llamada se iniciaba cuando las puertas de los abarrotados ascensores se cerraban, poco le importo al ver quien la llamaba. --Hola, esto si que es una autentica sorpresa--Una amplia sonrisa acompano el saludo al que se habia convertido en mucho mas que uno de sus mejores amigos en los ultimos cuatro anos y medio. Confesor, psicologo, sin la menor de las dudas, era la mejor de sus terapias al final del dia. Sensacion mutua, aquel era el mejor momento del dia para ambos, que deseaban el momento de tumbarse movil en mano y olvidar los enfados, el estres y cualquier problema del dia a traves de sus largas conversaciones de WhatsApp. --. Gracias--dijo al senor que mantenia la puerta abierta para que ella pudiera entrar en el ascensor. --. A la octava, por favor--. Tan repleto estaba el ascensor que le era del todo imposible pulsar el boton por ella misma--. Perdona, Mike, me has pillado entrando en el ascensor--Natalia empezo a hablar en ingles, poco era el conocimiento de espanol de su amigo. --, no imaginas el comienzo de manana que he tenido. He estado hora y media en un atasco, te puedo asegurar que tu llamada le ha dado otro color a mi dia --. Una sonrisa ilumino su rostro, porque aquella afirmacion era del todo cierta, mucho mas de lo que ella misma creia. --Me alegra saber que soy ese <>--riendo respondio Mike. --Creeme tras un inicio de manana entre bocinazos y conductores enfadados, cualquier cosa me alegra el dia. --!Nat! --Solto una sonora carcajada--. !Seras bruja! ?Por que rompes mi ilusion? Me gustaba la idea de ser el que te alegra el dia y ahora resulta que soy <>. A las risas de Mike se sumaron las de ella mientras intentaba bajarse del ascensor sin propinar muchos codazos. --Perdona, es verdad, tienes razon--respondio riendo al escuchar los grunidos de Mike--. ?Por cierto, ?a que se debe tu llamada? ?No es un poco temprano para ti? --Si, he venido antes a la oficina. Lios de ultima hora. ?Te pillo mal? --Llego con el tiempo justo a una reunion, pero para ti tengo unos minutos--Con la mirada saludo a un par de companeros antes de entrar en su despacho y cerrar la puerta. --Manana estoy en Madrid. Como si de un encantamiento se tratase, sus palabras consiguieron que las risas se congelasen, un silencio atronador se adueno de la conversacion. Aun con el abrigo y el bolso colgado en el hombro Natalia se sento, necesitaba procesar la informacion. No estaba segura del significado, motivaciones e implicaciones de aquella repentina visita. --Nat, ?estas ahi? --Si...Si...Perdona... --Veo que mi viaje no te causa la misma alegria que mi llamada--comento serio. --No, no es eso. ?Como no me va a alegrar? Solo me ha pillado por sorpresa, hablamos cada noche y no me habias dicho nada, ni tan siquiera insinuado la posibilidad de venir a Madrid. ?Vienes de vacaciones? --No, es un viaje de trabajo. No estaba en mis planes, por eso, no te lo habia dicho. Todo se ha acelerado de pronto, asi que manana voy y vengo, pero crei que podriamos vernos y brindar por el ano que termina--Mike se giro en su asiento, su despacho tenia una vista privilegiada sobre el Tamesis, pero no en dias como aquel en el que la lluvia no permitia ver mas alla de los cristales. --. Se que siempre hemos dicho de no vernos ni en Londres, ni en Madrid, pero creo que ya hace mucho que nos conocemos y...--hizo una pausa--no quiero ir a Madrid y no verte. Mucho menos no decirtelo y que, por casualidad, nos tropecemos por la calle--. Mike se levanto, camino hacia la ventana, nada estaba yendo como lo habia imaginado media hora atras--. No te preocupes, si no te apetece o, no lo crees oportuno, no tenemos por que vernos. Solo queria que lo supieras. --Mike...--Sin exito intento interrumpirlo. --No se cuanto me va a llevar la reunion, asi que nos veremos el proximo verano, bueno, solo si seguimos desparejados... --Mike...--insistio. --Yo seguro, tu a saber... --!Mike! --Grito, levantandose de golpe como si aquel movimiento consiguiera captar la atencion de su amigo--. ?Puedes callar un momento? ?Tu estas del todo seguro que eres britanico y no espanol o italiano? --Natalia deposito el bolso sobre la mesa y sin soltar el movil se quito el abrigo. --. Yo no he dicho que no quiera verte--dijo mirando por la ventana, percatandose de las oscuras nubes que se aproximaban y amenazaban--. No montes un drama digno de tu Shakespeare o mi Calderon. ?Como no voy a querer verte? ?Eres tonto? --Sonrio al escuchar las quejas de Mike--. Si, ya se que dijimos que nada de vernos en nuestras ciudades, pero tu mismo lo has dicho, tras casi cinco anos nos podemos saltar esa regla absurda. Dime, ?a que hora llegas? --A tus nueve--Su sonrisa fue sentida por ella. --No puedo ir a por ti, la manana la tengo bastante liada, no podre verte hasta la hora de comer--explico, no pudiendo borrar una sincera sonrisa producto de la emocion por aquel encuentro--. Estos dias estan siendo una autentica locura y manana mas aun, en principio, tendria un brindis con los de la oficina, pero me escapare a comer contigo, asi que ni por un momento dudes de que me encantara verte. --?Comemos juntos entonces? --Si--Un ligero cosquilleo recorrio su cuerpo con la idea de aquella inesperada cita--. Mike, te tengo que dejar o llegare tarde a la reunion. Luego hare reserva para manana, a la noche te cuento. --Genial, brindaremos por el ano nuevo y planearemos nuestro proximo encuentro. --Aun falta para julio--dijo risuena. --Siempre podemos vernos antes--Ni el mismo terminaba de creerse haber dicho aquello. --Nat, nos estan esperando. Natalia dio un salto, la entrada de su companero la habia pillado desprevenida. --Perdona--dijo al ver la cara de susto de Natalia--, no queria asustarte. --Me pillaste despistada. --Nos estan esperando. --Si, enseguida voy, Daniel, necesito un par de minutos. --No tardes--respondio cerrando la puerta. --Mike, te tengo que dejar--Volvio a su perfecto ingles--, me estan esperando. --Tu voz es bonita si o si, pero en espanol es increiblemente sensual--comento totalmente en serio, pero sin parar de reir--. No te quito mas tiempo hablamos esta noche. Un beso. --Otro para ti--Aquella frase provoco una sonrisa en Mike, que repetia mentalmente la frase con la que su amiga siempre se despedia. ***** --Vaya, vaya, asi que manana tienes una cita con el inglesito--Con una picara sonrisa en la mirada comento Marga--. ?Cuanto tiempo hace que os conoceis? --Este verano hara cinco anos. --Cierto, este verano hara cinco anos que me case con el imbecil de tu querido companero... --Y el tuyo--interrumpio divertida--, y Daniel no es un imbecil, lo sabes perfectamente. --?Te vas a poner de su parte ahora? Te recuerdo que tu y yo nos conocemos desde la universidad, dieciocho anos de amistad me conceden ciertos privilegios. --No, bien sabes que no me voy a poner de su parte, pero Daniel no es un imbecil. --Bueno, da igual, ahora eso es lo menos importante, al fin y al cabo, gracias a nuestra boda fuimos de despedida de soltera al crucero por las islas griegas. --Si, la verdad es que fue un viaje estupendo, aunque tu y el resto seais incapaces de recordar la ultima noche. --!Era mi despedida! En las despedidas todo esta permitido. --?Liarte con otro? --Claro, ahora soy la unica que se salio del plato esa noche. --No, pero tu te casabas en unos dias--La miro seria--. Mucho quejarte de Daniel, que no lo voy a defender, y tu hiciste exactamente lo mismo. Por cierto, ?te dije que Eliah tambien se ha divorciado? --?Quien es Eliah? --El amigo de Mike, el que estaba de despedida de soltero en el crucero y se casaba el mismo dia que tu. Se divorciaron el mes pasado. --Pues, ya duraron mas que nosotros. ?Esta bueno el amigo de Mike? Si es como tu inglesito, hay que reconocer que tiene un buen polvo. --!Marga! --No te escandalices, no estoy pensando en liarme con un ingles y mucho menos con el tuyo. --No es mio--Salto a la defensiva--. ?Por que me miras asi? --Porque tu y el inglesito os traeis mucho rollito, no entiendo vuestra amistad y mucho menos que en todos estos anos no hayais sucumbido a la tentacion. --Solo somos amigos, si el sexo estuviera por medio nuestra amistad se hubiese jodido. Nada seria igual. --Amigos--Con sorna apunto--. Yo no os definiria asi. No os entiendo, os conoceis y pasais toda una noche hablando, contandoos vuestras vidas, os intercambiais numeros y empezais a mensajearos. La casualidad hace que coincidais en el mismo hotel de Paris y decidis pasar esos dias juntos, pero ni un beso, ni un...ni un...nada de nada, eso si, tomais la decision de pasar siempre cinco dias de vuestras vacaciones juntos en algun punto de Europa. Natalia, !hablais cada noche! ?Pensais seguir con este juego toda la vida? --Somos amigos, ?que hay de malo en hablar? ?No nos vemos nosotras casi todos los dias al salir del trabajo? Y bueno, lo de los viajes juntos sabemos que se acabara el dia que uno de los dos tenga pareja. --Nat, llamame loca si quieres, pero yo estoy segura que tu misma boicoteas tus relaciones y es por Mike. --Eso no es cierto.

  • Ajuste de cuentas (Jack Reacher 7) de Lee Child

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    Mientras pasea por Boston, Jack Reacher ve el rostro de un hombre al que conocio cuando estaba en el ejercito y que deberia llevar muerto diez anos. Desde ese momento, Reacher solo tiene un proposito: acabar con el. No va a ser nada facil. Su presa esta relacionada con una red ilegal que esta siendo investigada por la DEA. Reacher se vera obligado a actuar como agente infiltrado para lograr su objetivo.
    Sabe que es una mision suicida, pero el no es de los que deja los trabajos a medias.

  • El indescifrable lenguaje del amor de Ivy Bass

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    Taylor Salens es la joven hija consentida de un concejal de Colombia quien cuenta los aterradores momentos que cambiaron su vida para siempre. Su vida era perfecta y estaba rodeada de amigos de clase alta quienes le hariann cuestionarse el proposito de tan superficial estilo de vida.
    Dia a dia, su existencia esta llena de lujos hasta que es secuestrada en la ciudad de Medellin por un grupo al margen de la Ley. Taylor jamas se imagino la tragica consecuencia de su secuestro que la dejaria con una grave incapacidad.
    Sobrevivir a un secuestro y a un traumatico accidente, cambiarian su vida para siempre.
    El indescifrable lenguaje del amor, es la nueva novela romantica de Ivy Bass, llena de drama, emociones al limite y amor incondicional. Una historia de amor entre lagrimas, esperanza y la felicidad de un felices por siempre.