• libro que podemos perder - Sandra Miro

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    Sara estudia Bellas Artes, pero cada vez le parecen menos bellas. Fran estudia Derecho, como quiere su familia, pero ni su corazon ni su vida giran en torno a ello. Barbara actualiza sus redes sociales de manera constante y a ratitos estudia Diseno. Los tres amigos se conocieron hace anos en una fiesta de disfraces y se creo entre ellos una bonita amistad en la que, sin saberlo, se fueron ocultando cosas. Pero la vida, los momentos y las sensaciones les hacen ver que algo falla, y comienzan a plantearse si... ?Sera todo tan idilico como se quieren hacer creer? ?Conseguiran sincerarse? Y, sobre todo, ?que pueden perder si se cuentan la verdad? En ocasiones las cosas surgen en el momento idoneo, y escribir este libro fue asi. Gracias, mama, por estar siempre ahi. Gracias, yaya, por tu carino. Y gracias, Esther, por dejarme expresar. Y, por supuesto, gracias a ti que lo vas a leer. !Disfrutalo, my friend! Capitulo 1 Sara Verano de 2016 Son las ocho y cuarto de la tarde y aun no entiendo como me he dejado convencer para esto. Mi prima Irene me ha liado, como siempre. Debe de ser que, al estar tan juntas desde pequenas, me tiene pillada la medida, y esta vez vamos a una fiesta de disfraces que da una amiga de un amigo suyo. Creo que me dijo que se llamaba Barbara, aunque no estoy muy segura. Pero vamos a ver, ?desde cuando voy yo a fiestas en las que no conozco a nadie? Llevo haciendome esta pregunta todo el dia, incluso ahora, sentada en el sofa de casa de Irene. Ella se ha ido a su habitacion a cambiarse. Lleva dias diciendome las ganas que tiene de ensenarme su disfraz. Obviamente, he intentado sonsacarle en mas de una ocasion de que va a ir disfrazada o que me diese alguna pista, para saber mas o menos por donde tirar yo. Pero no, no ha habido manera. Miro hacia el techo mientras trato de buscar una excusa para no ir a la fiesta. Pero al cabo de unos minutos desisto, no puedo hacerle eso a mi prima. De repente oigo que abre la puerta de la habitacion y grita: --!Sara, pasa al bano o a la habitacion de mi madre a cambiarte! Buff…, no me apetece, pero suelto mintiendo: --Siiii, ya voy. Me acomodo en el sofa y saco el movil esperando tener algun mensaje de mi madre pidiendome ayuda en la peluqueria. Por favor, mama, por favor, !escribeme! Pero nada, hoy no tendre esa suerte. Abro la aplicacion de Twitter mientras oigo como Ene, apodo con el que llamo a mi prima desde pequena, pone la cancion Locked Away, de R. City y Adam Levine, a todo trapo en su habitacion. La oigo cantar y me la imagino bailando. Pasan los minutos y sigo distraida mirando el movil. De repente, Irene baja el volumen de la musica y oigo una puerta abrirse y unos pasos que se acercan. Aparto la vista del movil y lo bloqueo. !Que viene! Mi prima asoma la cabeza por la puerta que da al salon, asegurandose de esconder bien su disfraz para que no lo vea. Me mira muy seria y me pregunta: --Pero vamos a ver, tia, ?que haces ahi tirada? Mierda. Me ha pillado. La miro intentando poner cara de pena, y contesto: --Es que no estoy segura de si ir a la fiesta. --!No jodas, Sara! Ataquemos por el lado sensiblero. --Al fin y al cabo, es tu amigo y yo no conozco a nadie alli. Va a ser incomodo. Irene pone los ojos en blanco. Despues me mira y sonrie. --!Pero ?que dices?! Si lo vamos a pasar genial. !Ojala! --Habra chicos, !piensa en eso! Aunque yo este con Jesus, seguro que tu puedes conocer a alguno interesante --insiste emocionada. Sonrio. ?Que le voy a hacer? Mi prima solo piensa en chicos. Hoy es Jesus, manana Pablo. En fin… --Ademas --anade--, Jesus me ha asegurado que Barbara es muy simpatica y nos va a caer bien. Te ensene unas fotos de ella el otro dia, ?te acuerdas? Me pongo la mano en la barbilla haciendo que pienso. Ni de broma me acuerdo. --La verdad es que me quiere sonar lo que me cuentas, pero ni idea --admito finalmente. Irene levanta los brazos y exclama: --!No esperaba menos de ti! Es alucinante lo rapido que olvidas las cosas. La miro encogiendo los hombros. La mala memoria es algo que va conmigo. !No puedo ser perfecta! --En las fotos que te ensene salia una chica de piel morena y pelo muy rizado y oscuro -- continua diciendo ella--. Esa era Barbara. Sigo mirandola dudosa y pregunto: --?Tu crees que vi esas fotos? --!Claro, tia! Odio que me llame <>, y respondo: --No se. --Venga, Sarita, dale una oportunidad a la fiesta y a Barbara. !Mierda! Ha utilizado el <>, ha omitido el <> y sabe que eso me desarma. Ahora es ella la que va por el lado sensiblero. --Segun me ha dicho Jesus, sois un tanto opuestas y puede que de primeras la vayas a prejuzgar, pero algo me dice que, si le das una oportunidad, te caera bien. Conocela. Vale. Esta visto que hay que ir a esa fiesta si o si, y la verdad, a la tal Barbara esa no me la esta vendiendo muy bien. --Ademas --insiste--, es mi ultimo verano antes de entrar en la universidad e intentar convencer a mis padres para que me dejen irme a Londres, ya que veo que el curso de biotecnologia en Canada que me muero por hacer !ni se lo plantean! Tia, en nada, yo tambien sere universitaria como tu --termina diciendo con una gran sonrisa. Mamma mia. Que idealizado esta el tema de ser estudiante universitario. Yo ya llevo un ano y es lo mismo de siempre. La unica novedad es que tienes que organizarte un poco mas a tu rollo. Y eso de que <> deberian decirtelo con ciertos matices. Y ahi esta mi prima mirandome. Lo ha vuelto a hacer. Ha ido directa al corazon y ha tocado las teclas correctas, como siempre. Asiento y sonrio. No me queda otra. Y finalmente, y esperando que recuerde que voy a esa fiesta por ella, porque si de mi dependiera me quedaba en casa tan a gusto, suelto: --Valeeeee, me has convencido. Mi prima salta y sonrie. Yo tambien sonrio. Hay que ver las cosas que se hacen por las personas que quieres.

  • ¿Qué podemos perder? - Sandra Miró | PlanetadeLibros

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  • ¿QUE PODEMOS PERDER? | SANDRA MIRO | Casa del Libro

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    Sinopsis de ¿QUE PODEMOS PERDER? ... Una divertida comedia romántica juvenil que te enseña que, aunque la vida te lleve por muchos caminos, la dirección solo la ...

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  • Reseña del libro ¿Qué podemos perder? de Sandra Miró

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    29 oct 2020 — Reseña del libro ¿Qué podemos perder? de Sandra Miró · Sara estudia Bellas Artes, pero cada vez le parecen menos bellas. · Los tres amigos se ...

  • Libro Qué Podemos Perder?, Sandra Miro, ISBN ...

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  • ¿QUE PODEMOS PERDER?. AUTORA HIJA DE MEGAN ...

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    ¿Conseguirán sincerarse? Y, sobre todo, ¿qué pueden perder si se cuentan la verdad? Otros libros del autor.

  • ¿Qué podemos perder? by Sandra Miró - Goodreads

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    El libro está lleno de descripciones, comentarios, alusiones a canciones y recuerdos que realmente no aportaban en nada a la trama. El "conflicto" de cada uno ...

  • ¿qué Podemos Perder? - SANDRA MIRO - Agapea

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  • ¿QUE PODEMOS PERDER?, MIRÓ, SANDRA, ISBN - Librería ...

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    QUE PODEMOS PERDER?, MIRÓ, SANDRA, ISBN: 9788408225751 Librerías Proteo y Prometeo. Desde 1969 entre Libros. La mayor librería especializada de Málaga.

  • Por nosotros (Encuentro de almas 2) de Sonia R. Salvante

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    Chema sigue perdido, mas confuso que nunca y arrastrando una frustracion dificil de gestionar.
    Sus deseos batallan constantemente contra el deber y la culpa, mientras la vida se empena en mostrarle el camino.

  • El cerebro matematico de Stanislas Dehaene

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    ?De donde vienen realmente los numeros y como llegan a nuestra mente? ?Por que algunas personas tienen facilidad para lidiar con ellos y a muchas otras les resulta tan dificil dominarlos? Este libro ofrece respuestas a estas y otras apasionantes preguntas que delinean lo que Stanislas Dehaene llama "el sentido del numero": nuestra capacidad para representar cantidades y, con un poco de esfuerzo y otro de educacion, para entender esos simbolos abstractos, relacionarlos, sumarlos y, con un esfuerzo mas, multiplicarlos o dividirlos. Al igual que la percepcion del color o el reconocimiento de la ubicacion de objetos en el espacio, este sentido !esta instalado en nuestro cerebro!

  • En el jardin del ogro de Leila Slimani

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    Adele parece tener una vida perfecta. Trabaja como periodista, vive en un bonito apartamento en Montmartre con su marido Richard, medico especialista, y con su hijo de tres anos, Lucien. Sin embargo, bajo esta apariencia de cotidianidad, Adele esconde un inmenso secreto, la necesidad insaciable de coleccionar conquistas. <> es la historia de un cuerpo esclavo de sus pulsiones, una novela feroz y visceral sobre la adiccion sexual y sus implacables consecuencias. <> De la autora de <>, Premio Goncourt 2016.

  • La Elegida del Vampiro de Gema Perez

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    Adam tiene toda la eternidad por delante.
    Dalila, a sus 20 anos, solo unas decadas.
    Adam ya no siente ilusion por nada.
    Dalila aun esta descubriendo el mundo.

  • El Dilema de Carla de Noelia Frutos

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    La vida de Carla da un giro de 180o al recibir una propuesta de trabajo que la llevara a Los Angeles como asistente de gira de uno de los grupos de rock del momento. En este apasionante viaje vivira todo tipo de experiencias, unas buenas y otras. no tanto. Descubrira de primera mano que el mundo del espectaculo no es tan magnifico y brillante como pensaba, sino mas bien un universo de claroscuros que amenazan su estabilidad emocional.
    Para Jake Russell, cantante y lider de la banda de rock DarkChord, no fue facil llegar a lo mas alto en su carrera musical. Pero su estilo de vida, lleno de excesos y descontrol, puede arruinar todo por lo que tanto ha luchado. Cuando su alma este al borde del abismo, y las cosas se pongan verdaderamente dificiles, ?bastara el amor para luchar contra todos los demonios que hay a su alrededor?
    <>, Jake Russell

  • La historia universal de Ali Smith

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    La historia universal reune doce historias que recorren un ano completo.
    Ali Smith es una de las mejores escritoras del Reino Unido. Este libro, en el que nos encontramos con algunos de sus mejores textos, contiene doce cuentos en los que el amor, la tristeza y, muy especialmente, los libros y los libreros son los protagonistas. Doce cuentos que recorren un ano completo, comenzando en febrero, el mes en que transcurre el primero, “La historia universal”, y terminando en enero, con el relato “El principio de las cosas”.
    En algunos cuentos se menciona el mes especificamente, en otros solo se hace una referencia a la estacion. Las estaciones son una imagen recurrente en los cuentos, como tambien lo son los libros y las plantas, sobre todo, los arboles. Historias unicas que se entrelazan en un laberinto de coincidencias, oportunidades, conexiones perdidas y reencontradas.

  • Redencion (Serie Hacker 4) de Meredith Wild

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    Blake Landon es un hombre que lo tiene todo: dinero, poder, atractivo, y por supuesto el amor incondicional de Erica Hathaway. A pesar de las dificultades que ha sufrido la pareja siempre han sabido superar todas las adversidades y lograr, incluso , que su amor sea mucho mas fuerte.
    Erica por fin esta dispuesta a dar el <>, pero cuando ya esta preparada para aceptar el compromiso, descubre un episodio perturbador de la vida de Blake. Ella ya hecho las paces con su propio pasado y con la familia que dejo atras, ahora le toca a Blake derribar las ultimas barreras que les separa. Erica esta decidida a conocer el pasado del hombre que ama, pero nunca imagino que encontraria un mundo que va mas alla de su imaginacion e incluso de los limites de su propio deseo.
    El peligro acecha y los secretos mas oscuros salen a la luz. ?podra el pasado destruir la las promesas de amor eterno?

  • La joven que aprendio (A Kind of Magic 2) de S.s.g. Danvers

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    El viaje fue solo el principio.

  • Reencuentro con el pasado de Dakota Milano

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    Cuando la unica opcion para vivir es dejar el pasado.

    Deje que un extrano enmascarado me vendara los ojos.

  • El truco de Emanuel Bergmann

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  • C de cenicienta de Kris Buendia

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    No creo en los cuentos de hadas. Pero si en la maldad de las que fueron alguna vez mis hermanastras. Las tres trabajamos para la misma empresa: Graysson Publicity. Ellas como ejecutivas y yo… muy lejos de ser una.
    Mona, mi mejor amiga quiso ser el Hada madrina por una noche, y asi como cenicienta, yo no buscaba un principe, solamente queria un vestido nuevo y una noche libre. Pero no fue una noche cualquiera. El senor G me ha confundido con una de sus modelos y se ha encaprichado conmigo.
    Mis hermanas van a odiarme si se enteran y el senor G tambien si llega a descubrir que: uno, no soy modelo, y dos… que soy la chica que limpia el suelo de su compania.

  • Un trato con la NERD de Cynthia Walter

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    SINOPSIS: Nadia Rodriguez es una excelente economista, tiene una carrera brillante y mas meritos de los que necesita; ?Por que entonces no consigue mantener un trabajo? Es una nerd, si, esa chica cerebrito que sirve para todo pero nadie quiere ensenar. Adam Zavala es un empresario exitoso que tiene un plan para lanzar a lo mas alto el negocio heredado del mundo de la moda de su padre; ?Que hara cuando se de cuenta de que su plan no es viable? El padre de Adam mandara a Nadia a comprobar el trabajo de su hijo... Nadia se dara cuenta de que nunca habia conocido a nadie tan atractivo como su nuevo jefe... ?Podra Adam ver mas alla del trato que firmara con la Nerd para salvar su negocio? Capitulo 1 Nadia Me levante como cada manana a las cinco en punto al oir el despertador. El espejo me recibio en el bano con una especie de reproche por acostarme a las tantas; ?Nadie entendia que mi trabajo requeria estar siempre dispuesta a pasar sueno? Me duche tomando un poco mas de tiempo del necesario en mi pelo, rizado como una escarola no queria quedarse en su sitio y mas bien parecia que no me habia peinado en la vida. Odiaba el vaho que se formaba en el bano porque mis gafas se empanaban suficiente como para sentirme totalmente ciega; ?Habian pensado alguna vez en construir unas barras como las del coche para la lluvia instalandolas en unas gafas? Yo las llevaria. Sono el timbre y abri aun con el albornoz puesto para recibir a Tom, mi mejor amigo ademas de un crack de las finanzas tanto casi como yo. -No he visto ningun error en el documento que me mandaste a las dos de la manana. -dijo con cierto reproche por la hora en la voz. - ?Esta lloviendo? -pregunte al comprobar que sus gafas de culo de vaso tambien estaban empanadas. -Evidente. -contesto riendose cual cerdito. - ?Como es que tu intachable jefe te pidio que hicieras un balance de semejantes caracteristicas con tan poco tiempo? -anadio buscando alguna magdalena en mi cocina. -Aun no me ha dado tiempo a hacer el cafe. -asegure. No me senti nada violenta por estar en albornoz por la sencilla razon de que Tom y yo eramos como hermanos, ademas de que dudaba de que a cualquier hombre le pudiese gustar verme semidesnuda. -Diria que Enzo Zavala no se fia mucho de las cuentas que le mandan desde Shadows and ligths S. L. -afirmo riendose de nuevo con su sonora y tipica voz ronca. -Supongo que tienes razon. -conteste. Me dispuse a servir las tazas del brebaje magico llamado cafe para los dos y sali disparada hacia mi habitacion para buscar algo que ponerme en el armario; Escogi unos pantalones de vestir mas altos y con corte de hombre junto con una camisa blanca que no marcaba nada, y unos tirantes negros para unirlo todo. -Menos mal que eres un genio. -Tom se metio conmigo por mi vestimenta como de costumbre. Mi amigo tenia razon, nosotros eramos nerds al margen de la sociedad de la moda; Lo nuestro era la economia y los informes. Sentada a la mesa tomando el cafe pense en lo que habia dicho Tom sobre el senor Enzo. El tenia negocios por todo el pais e invertia en distinta empresas, yo era algo asi como su mano derecha para ese tipo de operaciones; Era extrano por tanto que me hubiese pedido hacer un analisis de esa empresa de moda que dirigia su hijo Adam en un plazo record. Ya eran las seis y media asi que debia salir para el trabajo si tenia en cuenta que mi coche arrancaba cuando queria. Tom se levanto de su asiento cogiendo su maletin recolocandose la corbata de cuadros muy a nuestro estilo para seguirme. Rojito era mi vehiculo desde que me habia conseguido sacar el carnet, por supuesto a la primera como todo lo que dependia unicamente de mi esfuerzo y no de mi imagen. Llegue a la esquina del edificio central donde trabajaba y deje que Tom se bajase para ir hasta su empleo; Uno por debajo de su cualificacion tal y como me pasaba a mi. Aparque como pude entre dos coches enormes y lujosos para despues bajarme asegurandome de pasar por recepcion para recoger las cartas ademas de un cafe que habia pedido que dejasen alli para Enzo Zavala. -Senorita Rodriguez, pase. -dijo mi jefe. A pesar de ser ya mayor seguia teniendo un porte elegante que, sin embargo, se encontraba empanado por un rostro de preocupacion. -Aqui tiene. -conteste sacando torpemente las diversas carpetas de mi bandolera cruzada. -He traido tanto el informe que me pidio, como un analisis sobre los numeros que me facilito. -anadi quedandome callada. -Despues de tanto tiempo y sigo sin conseguir que me tutees. -contesto con una pequena carcajada. -Pero lo que si se es que cuando no terminas una frase con rigurosidad es que hay algo malo. -anadio poniendome entre la espada y la pared. -Me resultan incompletos los numeros, como si hubiesen hecho el dosier sobre una parte de la informacion. Una vision optimista pero no estoy segura de si realista. -conclui aun sabiendo que de alguna manera estaba poniendo en duda algo cuya direccion llevaba su propio hijo. -Precisamente por eso... -dijo pensativo. -Necesito que me hagas un favor, voy a mandarte a la delegacion de Shadows and lights por un tiempo. Quiero que supervises los negocios de mi hijo porque su entusiasmo puede llegar a ser un riesgo para la compania. -Su mandato me cayo como un jarro de agua fria. -Pe-Pero... Yo no tengo ni idea de...De... Ese sector. -conteste tartamudeando por los nervios al borde de tirar el cafe del jefe. -Nadia. -El senor Zavala cogio el vaso de mi mano y lo dejo en la mesa para despues seguir sosteniendo mi mano entre las suyas. -Siempre ha hecho un trabajo excelente pero ahora necesito que vayas a esas oficinas y me ayudes a comprobar que todo sigue siendo solido. -Su peticion era totalmente seria. -Esta bien. -respondi recolocandome las gafas. Entre en mi despacho recogiendo las pocas cosas que tenia en el e imprimi los documentos que el mismisimo senor Zavala habia preparado para mi.

  • Trilogia completa El escoces errante de Sophie West

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    !Las trilogia completa en un solo volumen!
    Tres novelas que narran tres historias de amor y pasion en una Escocia magica y oscura, cuando los antiguos dioses todavia no habian desaparecido de la faz de la Tierra, y los demonios eran combatidos por valientes guerreros.
    Tres historias con un nexo en comun, Kenneth Allaban, un soldado mercenario y vagabundo que alquila su espada al mejor postor.
    Kenneth viaja de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad, ofreciendo sus servicios a quien pueda pagarlos, sin importarle si son de noble cuna o simples vasallos. En sus correrias seduce y es seducido, ahogando el dolor que lo esta consumiendo en el sexo, el alcohol y las peleas. Pero la unica verdad es que despues de cinco anos aun no ha podido olvidar a Seelie, su unico y verdadero amor, que murio en sus brazos, y de cuya muerte se culpa.
    ?Quieres conocer su historia, la de Blake y Maisi, y la de Gavin y Rosslyn?

  • Las raices del angel de Lucinda Riley

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    Una historia de olvido y recuerdo cuyas raices se hundiran en lo mas profundo de nuestra memoria.

  • Deseo confuso de Amy Meyer

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    Amanda es una chica joven que nunca ha mantenido relaciones sexuales. Hugo, un chico mayor que ella, se enamora perdidamente de su inocencia hasta el punto que decide cambiar su vida con tal de tenerla.
    Todo parece ir muy bien hasta que Hugo decide presentarla a sus padres y Amanda es reconocida como la amante del padre de Hugo. Sin embargo, hay algo que no encaja, la amiga del padre de Hugo murio ocho meses atras y era mayor que la dulce chica.
    ?Son la misma persona la dulce chica virgen que descubre el sexo con Hugo y la mujer madura que mantuvo relaciones sexuales con su padre?

  • Apocalipsis de Mario Mendoza

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    Hasta el momento en que su padre decide suicidarse, la vida de Marcos parece normal. Va al colegio, lee novelas de aventuras, tiene su grupo de amigos, de vez en cuando le ayuda a su viejo en la tienda de barrio que les da de comer.

  • Preguntaselo al gato de Melinda Metz

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    Jamie no queria volver a enamorarse… pero su gato MacGyver tenia otros planes para ella. !Como iba a quedarse quieto un gato con ese nombre! Jamie Snyder tiene treinta y cuatro anos y esta soltera. Sin embargo, no es que tenga muchas ganas de iniciar una nueva relacion… Tras sufrir durante todo un ano a un tipo enamorado de si mismo y a otro… que habia olvidado decirle que estaba casado, ha decidido celebrar el ano de ella con ella misma y MacGyver. MacGyver no es otro que un gato encantador que tiene el habito, no tan encantador, de escabullirse por la noche y robar cosas a los vecinos. Si, es cierto: MacGyver es un gato ladron, pero sigue siendo el unico ser del genero masculino en el que Jamie confia… y la unica compania que necesita, ?no?

  • No lo revelare (Rebeca Olsen 3) de Raul Garbantes

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    ESPELUZNANTE TRIPLE HOMICIDIO cometido por el <>. La familia Donovan ha sido hallada asesinada en su propia casa. Michael (55), Mary Ann (54) y Clare (30) fueron asesinados en el comedor de la residencia ubicada en Georgetown, en una tranquila calle llamada Oliva, frente al sendero boscoso que conduce al rio Potomac. El hecho ha dejado desconcertado al Departamento de Homicidios de Washington, y todo apunta a que el FBI se encargara de la investigacion. Melany Hunt, vecina y amiga de los Donovan desde hacia diez anos, noto que la puerta de la casa estaba abierta y se extrano porque <>. Esto hizo que sospechara algo malo y llamo de inmediato a la policia. En pocos minutos llego una patrulla. Los uniformados, al no obtener respuesta, ingresaron a la vivienda, y al entrar al comedor se encontraron la dantesca escena. Los cuerpos de Michael, Mary Ann y Clare se hallaban atados de pies y manos, y dispuestos sobre las sillas del comedor en torno a la mesa. Habian sido degollados. Estaban volcados hacia delante de forma tal que las cabezas descansaban sobre los platos ensangrentados. El mantel blanco estaba empapado de la sangre de las victimas, asi como las servilletas, la tapiceria de las sillas y la alfombra. Lo mas aterrador es que sobre los platos tambien habia un trozo de pastel <> puesto sobre la sangre. Melany Hunt ha declarado que los Donovan no tenian enemigos, que eran unas maravillosas personas, amigables y alegres, y que nunca se entrometian en las vidas de los demas. Que llevaban mas de veinticinco anos viviendo alli y eran apreciados por todos los vecinos. El inspector encargado del caso no quiso dar declaraciones a la prensa, pero informo que esperan la colaboracion del FBI. Es la primera vez que en el barrio de Georgetown sucede algo como esto. Hace veinticinco anos, y tambien para epoca navidena, esa misma calle vivio un hecho tragico; una mujer llamada Elizabeth Sullivan, en un descuido, dejo la puerta de la terraza abierta y su hijo, un nino de tres anos, cayo en la piscina y se ahogo. La mujer y las dos hijas --quienes eran mayores que el chico-- se fueron a Canada, y la casa numero 1225, ubicada en el cruce de las calles 27 y Oliva, nunca volvio a ocuparse. Para los vecinos, la vivienda de Elizabeth Sullivan era el recordatorio constante de la tragedia y algunos de ellos se mudaron, pero los Donovan no. Ahora, este nuevo suceso ha venido a ensombrecer la apacible vida de la calle Oliva. <>, dijo, entre lagrimas, Melany Hunt. Helen Stone, otra vecina, recien llegada a la ciudad, cree que la calle esta maldita y habla de rescindir el contrato de alquiler del inmueble ubicado justo del otro lado de la casa de los Donovan. <>, afirmo con vehemencia. La ciudadania espera que las autoridades atrapen al asesino, que ha sembrado el panico en uno de los barrios mas emblematicos y visitados de Washington. 2 DESPUES DE LOS sucesos en la isla Royale me aceptaron en la organizacion, asi que debia ser paciente y esperar a que me involucraran en los casos que ellos considerasen. Mientras tanto, continue investigando en las redes sociales y haciendome pasar por personas ficticias para contribuir a identificar los niveles medios y altos de la Black Key. Logre que se pusieran tras la pista de varios delincuentes gracias a mis investigaciones. Volvi a Washington para celebrar la Navidad. Necesitaba descansar y vivir unos dias de tranquilidad en casa, con mis padres. Habia prometido a Rose no contarles nada hasta que ella lo decidiese. Ahora me comunicaba con mi hermana una vez a la semana y, aunque no me aclaraba donde estaba y nuestras conversaciones duraban solo cinco minutos, me sentia feliz porque la habia recuperado. En resumen, estaba satisfecha de mi misma, y muy animada llegue en la manana a la casa de mis padres en Arlington, el 21 de diciembre. Ellos volverian de su viaje a Europa al dia siguiente, asi que tenia unas horas para comprarles los regalos y acomodarlos bajo el arbol antes de que estuviesen en casa. Unos dias despues se juntaria con nosotros Gary. Mis padres aun no lo conocian, aunque ya les habia hablado de el y sabia que mama se moria de la curiosidad por verlo. Pero la noticia que lei aquella manana al llegar a la casa me dejo inquieta. Tanto que la sensacion de desasosiego me acompano durante todo el dia y no me dejaba dormir aquella noche. No solo por lo espantoso que era imaginarse a esas tres personas asesinadas y acomodadas de esa manera, como si estuviesen cenando, sino porque yo los conoci de chica. Ellos vivian en la calle Oliva de Georgetown y alli tambien vivimos mi familia y yo hace veinticinco anos, cuando tenia cinco. Mis padres rentaron a un precio muy bajo la casa que habitamos por poco tiempo. Esa calle, que era como la muestra de esas cosas que estan en medio de un lugar totalmente diferente, estaba en Georgetown, pero, a pesar de eso, parecia que se encontraba en medio del bosque. Como si estuviese en una montana, y lo ironico era que apenas a pocos metros estaba la calle M, tan llena de tiendas, cines y de turistas. Se trataba de una callecita perpendicular interrumpida por el sendero boscoso llamado Rock Creek, que daba al rio Potomac. Todos deciamos que viviamos cerca de la calle M en lugar de en la <>. Es que casi nadie la conocia. Las unicas casas cuyo frente daban al sendero eran la nuestra, la de Susy Graham, la de Jenny Sullivan, la de los Donovan y la del senor Piketty. Este ultimo me daba miedo. Era un personaje siniestro, al menos para mi. Se la pasaba caminando por el sendero cubierto de nieve, entre los arboles, con un palo en la mano y mirando a todos lados, como si quisiera atacar a alguien, pero a la vez sonreia. Creo que fue mi primera idea de la locura. Hasta se me parecia al Guason, porque tenia los labios muy grandes y las cejas finas y arqueadas como un payaso. Una vez discutio con mi padre y recuerdo que, aunque el es un hombre tranquilo, me di cuenta de que en esa oportunidad estuvo a punto de perder los estribos. Recuerdo unas palabras sueltas que pronuncio Piketty: <>, <>, decia el, y mi padre lo contradecia, molesto. Susy, Jenny y yo eramos inseparables y ademas teniamos un juramento, aunque nuestra amistad solo durara unos pocos meses porque muy pronto nos fuimos de Georgetown. Era la Navidad del ano 1994. <>, me dijo Susy un dia en secreto. Despues de eso no volvi a ver a Jenny Sullivan y nadie me explico por que. Recuerdo a Susy con un abrigo azul claro y una gorrita blanca, dandome la noticia. Es muy extrano, porque aunque no puedo recordar el rostro de Susy, me acuerdo de como vestia aquel dia. Y tambien de una cicatriz que tenia en la mano por una mordida del perro de los Donovan. Lo unico que recuerdo de Jenny era que no podia estarse quieta y que le encantaba tocar los objetos que mama tenia en casa. Casualmente, en la cena de Accion de Gracias de este ano, antes de que mis padres se fueran de viaje, me contaron algo inesperado en relacion con esos tiempos: el hermano de Jenny se ahogo alli en su casa y su mama, Jenny, y su hermana Natalie --a la que pocas veces vi y no recuerdo casi nada-- se fueron desoladas a Canada. Despues se fue Susy de la calle y al poco tiempo nosotros. Esa era la misma Elizabeth Sullivan que el periodico mencionaba. Las veces que trate de recordar como eran mis dos amigas, las imagenes que me venian a la mente eran efimeras y pobres. Pero ahora, con esta noticia, todo adquiria un tono agrio y espeluznante. Porque Clare Donovan nunca quiso juntarse con Susy, con Jenny y conmigo, y ahora alguien la habia degollado. Era solo un ano mayor, pero no le gustabamos, ni ella a nosotras. Creo recordar que una vez --al principio-- la invite a jugar en el patio de casa y ella sonrio, dio la vuelta y se alejo sin decir una palabra. Una de ellas, o Susy o Jenny, me dijo que no le prestaramos atencion nunca mas porque era una <>. El asesino del <> la habia matado en su casa, en la misma calle Oliva, que era el lugar de mis recuerdos mas confusos

  • La venganza de Candy Townsend de Kate L. Morgan

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    !Era feliz! !Era su momento esperado! Y, sin embargo, sentia que algo fallaba. Lady Candy Townsend, miro los diferentes regalos que llegaban al hogar de sus padres. Los traian desde todos los rincones del reino. Su padre, segundo hijo del baron de Thistle, no se habia dedicado al sacerdocio como era propio en los hijos segundos, todo lo contrario, se habia forjado una reputacion como juez, y tenia muchisimos amigos y conocidos que lo respetaban. Ella se habia criado entre la elaboracion de las leyes del parlamento, y juicios a delincuentes, pero habia sido una nina feliz y se sentia amada por su madre y por su padre. La muchacha de cabellos de fuego y ojos de color celeste como una tarde de verano, observo atenta su vestido de novia. Habia sido confeccionado por la mejor modista de Londres; Madame Roswell. El corte, al mas puro estilo victoriano, tenia un diseno muy voluminoso de gran falda y mangas abullonadas, escote con volantes y cola de tres metros. Estaba cosido en tafetan de seda de marfil del vestido de novia de su madre, encaje antiguo del velo de novia que habia pertenecido a su abuela, y que habia sido bordado con hilos de plata y mas de cinco mil perlas. El resto de tejidos con los que habia sido confeccionado provenian de artesanos tradicionales ingleses. Candy miro su anillo de compromiso; una impresionante esmeralda rodeada de diamantes que se veia demasiado grande en una mano tan pequena como la suya. Sentia nerviosismo, pero se tranquilizo porque era algo habitual en las novias. Su prometido era el tercer hijo del conde de Magpie, un hombre de florida verborrea y mirada vacua que apenas le prestaba atencion. Ella se habia quejado varias veces porque le extranaba la actitud de su prometido, pero su madre, Olivia Townsend, le habia dejado muy claro que un hombre del talante y linaje de su prometido, no perdia el tiempo escuchando la palabreria de una muchacha ignorante como ella. Esa descripcion de su madre no le habia gustado nada, pero era una hija obediente. Por eso, no tuvo que esforzarse mucho en convencerla, y en asegurarle que despues de la boda todo cambiaria para ella, pero Candy se hacia muchas preguntas. El noviazgo era el momento mas dulce para una mujer, sin embargo, ella veia a su prometido en contadas ocasiones, y siempre acompanado. Todavia no conocia lo que era un beso apasionado y caricias lujuriosas que habia leido en novelas de romance, y ese desconocimiento la hacia sentir impaciente. Porque aunque lo ocultaba bajo una fria indiferencia, su cuerpo bullia de pasion. Ansiaba ser besada, acariciada, pero tendria que esperar a la noche de bodas para dar rienda suelta a todos esos sentimientos que burbujeaban en su interior. Su madre le decia que desear era pecado, pero ella no podia sentirse una pecadora. Si Candy fuera una muchacha docil, si fuera obediente, y nada impulsiva, ahora se encontraria viajando por el mundo y probandolo todo, pero era una hija aplicada, y esperaba el dia de su boda como toda muchacha de su edad. Era lo propio. Era lo justo, pues sus padres anhelaban ese dia mucho mas que ella pues estaban encantados con la boda de su unica hija, porque ello les permitiria entrar en el estrecho y cerrado circulo de la alta nobleza. Candy sabia que jamas le faltaria de nada, que tendria todo aquello que deseara porque la fortuna del conde Magpie era de sobra conocida. Entonces, ?por que sentia en lo mas profundo de su corazon que algo no encajaba? ?Que sentia que le faltaba? Se pregunto por enesima vez. Estaba asustada por lo que el destino le tuviese preparado. Ella sabia que no era muy hermosa, sobre todo por su color de cabello tan escandaloso, pero tenia buen corazon e iba a ser la companera adecuada pues habia sido instruida desde la ninez para ser la esposa perfecta. Se consolo diciendose que lo mas destacable de su persona eran sus ojos de color celeste, porque estaban acompanados de largas pestanas bajo unas perfectas cejas cobrizas que los realzaban. Sentia nerviosismo, y se tomo un tiempo para tranquilizarse porque debia llevar algunos regalos a la casa que seria su hogar despues de la boda. Una bonita mansion a orillas del Tamesis con un bonito jardin delantero. A pesar del nerviosismo, una sonrisa se dibujo en su rostro. Su madre habia aceptado que pasara el fin de semana con sus queridas amigas, Aline y Melany, en la pequena casita de Combe Down, donde podria despedirse de su solteria en una fiesta intima donde solo estarian ellas tres. Incluso habian prescindido del servicio. Candy se coloco la capa sobre los hombros, se puso los guantes, y se ajusto el sombrero. Pensaba entretenerse lo minimo posible en su futuro hogar porque tenia poco tiempo para arreglar su valija con las prendas que necesitaria en su breve viaje. Sonriendo, salio del hogar de sus padres sin sospechar el cambio tan drastico que iba a sufrir su existencia. Todo iba a cambiar para ella en cuestion de minutos. La vida le tenia reservada una gran sorpresa que cambiaria su vida para siempre. Cotswolds, tierras de Bath Aline Rawson arreo las monturas mientras seguia conduciendo la calesa por el estrecho camino rural. Llegaba tarde y lo sabia. La sinuosas curvas hacia dificil que pudiera conducir de forma mas rapida, pero ella, que solia ser prudente en demasia, se intranquilizaba por momentos, pero confiaba en sus sementales. Manejarlos era un autentico placer, aunque sus amigas no pudiesen comprender por que motivo les tenia tanto carino. Respirar el aire de la campina inglesa le levantaba el animo mejor que cualquier conversacion estimulante con un caballero de lengua dulce y manos atrevidas, pero le preocupaba la discusion que habia mantenido esa tarde con sus padres, y de los interrogantes que habia dejado sin resolver. Volvio a centrar su atencion en el camino porque solo faltaban unas millas, y ya habia pasado el pequeno pueblecito de Marshfield. Ella y sus dos amigas del alma iban a hospedarse en una casita de dos plantas en el bello pueblecito de Combe Down en pleno corazon de Cotswolds, muy cerca de Bath, una villa turistica ubicada en el campo ondulado del suroeste ingles, conocida por sus termas naturales y la arquitectura georgiana. El padre de Aline era el tercer hijo del baron de Lark, una familia con un titulo menor, pero con una herencia considerable. Y entonces se dedico a pensar en las familias de sus dos amigas del alma. El padre de su amiga Candy era el segundo hijo del baron de Thistle, pero no se habia dedicado al sacerdocio sino que era juez. Y el padre de Melany era el baron de Turtledove, pero estaba en la mas absoluta ruina. Las tres amigas vivian cerca de Londres, y, aunque estaban en edad casadera, solo Candy estaba prometida al segundo hijo del conde de Magpie, y la boda iba a celebrarse en breve. Ese era el motivo para que las tres amigas hubieran decidido hospedarse en Combe Down, la casita de Maggie Rawson, su unica tia, que era una adorable ancianita que siempre la ayudaba a mantener encuentros fraternales alejadas de los padres de todas, pero sobre todo de su hermano el baron que ejercia un ferreo control sobre su unica hija. Para la tia Maggie, Aline era su sobrina favorita, y se lo demostraba cada vez que podia. La encantadora vivienda era muy antigua, y, aunque su tia nunca ponia pegas o trabas para que ella la disfrutara de vez en cuando, en esa escapada solo iban a ocupar la primera planta. Miro hacia la curva que se cerrada hacia la derecha, y, aunque lo intento, no consiguio vislumbrar el bosque de castanos, ese lugar conseguia conmoverla por su quietud y paz. Aline creia que faltaban solo doce minutos para las seis, se cerro demasiado en una curva, y tuvo que sujetar mejor las bridas. La conduccion tan temeraria que estaba ejercitando echaba por tierra anos de buen juicio y sensatez. Menos mal que su padre no podia verla. Tomo una doble curva, y vislumbro el pueblo frente a ella. Las estrechas calles empinadas estaban desiertas a esa hora, pero Aline no se sorprendio. El mes de abril estaba siendo muy frio en comparacion con otros, fue pensarlo, y percibio un escalofrio involuntario que la recorrio de pies a cabeza. Ya vislumbraba la casa. Observo humear la alta chimenea, y llego hasta su nariz el olor de la lena quemada. Aparco la calesa en el granero donde antano se resguardaba a los animales, su tia Maggie lo habia reformado recientemente. Nada mas descender del vehiculo, sus zapatos se hundieron en el barro pues habia llovido el dia anterior. Sus medias y zapatos eran demasiados finos, pero ella no habia tenido tiempo de cambiarse, habia salido directamente en direccion a Bath porque no queria llegar demasiado tarde, aun asi el trayecto habia durado demasiado. Saco la pequena maleta, y dirigio sus pasos hacia la calidez de la casa. Se moria por una taza de te. Cuando llego al interior, deposito la maleta en la entrada y dirigio sus pasos hacia el salon donde podia oir la voz de Melany. En el momento que abrio la puerta y fijo sus ojos en sus amigas, una amplia sonrisa se dibujo en su rostro. Las dos mujeres que estaban esperandola desde hacia cuatro horas, se levantaron al unisono para dirigirse directamente hacia ella. --!Llegas tarde! --la firme voz de Melany le arranco una sonrisa conciliadora. --Lo se, pero queria salir de inmediato. Tanto Melany como Candy miraron al unisono el atuendo de Aline y levantaron los ojos al cielo. --!No te has cambiado el vestido de fiesta! --exclamo Melany con tono incredulo, pero Aline no le permitio continuar. --?Crees que no lo se? --trato de justificarse--. Si me hubiese cambiado de vestuario, mi madre habria impedido mi marcha --le contesto--. He tenido que correr mucho y ser sigilosa. Melany resoplo de forma poco femenina al escucharla. El control que ejercian los padres de Aline sobre ella le parecia inhumano. --?No le has dicho a tus padres que ibas a pasar el fin de semana en Combe Down? No puedo creerlo --la recrimino--. Pues deberias haberlo hecho. Aline sonrio ante el tono aspero de su amiga. Nadie en el mundo manejaba el sarcasmo como ella, si bien al sentirse reganada, entrecerro los ojos suspicaz, y miro su semblante adusto. En ocasiones detestaba la forma franca que tenia de decir las cosas, pero callo en un intento de que el fin de semana fuese lo mejor posible, y, por ese motivo, clavo los ojos en la copa que sostenia Candy entre sus manos. --Yo tambien quiero un poco de eso --dijo con una sonrisa en los labios. Aline hizo un gesto con la cabeza hacia la copa que sostenia Candy. --?Champan? Te recuerdo que tu bebes unicamente te y limonada fria --le recordo. Aline hizo un gesto exasperado con la cabeza, ella tambien bebia champan cuando asistia a los espectaculos en Covent Garden. Que sus amigas la considerasen tan anodina, la preocupaba. --Pero ahora he decidido beber lo mismo que vosotras. Aline tomo asiento en el unico lugar vacio frente al enorme hogar encendido, cogio la copa llena con el dorado liquido que Candy le acerco amable. --Hoy brindaremos por el dulce y maravilloso futuro que se abre ante ti, por el esposo que te hara la mujer mas feliz del mundo, y porque veremos con nuestros propios ojos que la prosperidad te inunda y llena tu vida por completo --le dijo Aline con una sonrisa genuina. Melany hizo una mueca al escucharla. --Es increible, Aline, lo empalagosa que te pones en ocasiones --la carcajada de Candy al escucharla no se hizo esperar. Melany fijo sus ojos en ella. Tenia en el rostro una mirada que no habia visto nunca. Candy levanto la copa con ojos chispeantes, y, sin previo aviso, les espeto a ambas. --Por el bastardo de mi prometido. !Ojala le estalle el corazon dentro del pecho! --tanto Aline como Melany clavaron sendas miradas con asombrosa incredulidad en el rostro de ella. La miraron beberse de un trago la copa y volver a llenarsela sin una duda--. ?Que...? ?No os ha gustado mi brindis? --las dos seguian con las copas todavia llenas si bien la apuraron de un trago. El silencio que reino en la pequena sala por unos breves instantes, fueron el preludio del caos que acontecio poco despues. Candy comenzo a maldecir, a mascullar y blasfemar de tal forma, que habria conseguido sacarles los colores a unas verduleras en el mercado. Tanto Melany como Aline estaban asombradas. No conseguian entender su arranque inesperado, y la miraban indecisas ante la noticia sorprendente. Tanto Aline como Melany eran conscientes de que Candy era la mas prudente y comedida de las tres. Candy ceso en su retahila de insultos hacia su prometido, e inspiro profundamente antes de volver a sentarse como si nada hubiera ocurrido. Como si por sus labios no hubiera salido semejante aluvion de insultos. Melany, fue la primera en romper de nuevo el silencio --?Que ha sucedido? --le pregunto. Aline estaba realmente preocupada. --?Es algo serio? --se intereso la otra en un tono suave. Candy solto una carcajada ausente de humor, y, de pronto, los ojos se le llenaron de lagrimas que apenas pudo contener. Aline se levanto presurosa de su asiento y encauzo los pasos hacia ella. Cuando llego a su lado, la abrazo fuerte. Ese detalle consiguio desbordar la presa que Candy intentaba contener a duras penas. No queria molestar a sus dos amigas del alma. Melany seguia mirando en silencio a sus jovenes amigas, y un suspiro amargo broto de su garganta ante la infelicidad que empanaba ese momento. Eran amigas desde siempre, tanto Candy como ella habian nacido en Basingstoke, salvo Aline que era de Newbury, pero las tres habian asistido al mismo colegio de senoritas, y seguian estando tan unidas como cuando eran adolescentes llenas de inseguridades.

  • Nunca digas siempre (Latidos), Jennifer Armentrout de Jennifer L. Armentrout

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  • Cuentos con mecanismo de relojeria de Faruk Sehic

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    Faruk Sehic ha ido escribiendo estos relatos durante anos para ponerse a salvo de la guerra y de la vida. “?Por que alguien inventaria historias de terror cuando las vivio durante los anos de la guerra? --escribe el autor-- ?De que fantasia hablamos cuando todo lo que vivimos fue fantastico? En nuestro pais, la literatura es a menudo mas que la vida misma, porque es una combinacion de maquinacion y hechos irrefutables“.

  • Viento del Este, Viento del Oeste de Pearl S. Buck

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    Viento del este, viento del oeste, es la primera novela de Pearl S. Buck. Fue publicada en el ano 1929, y en ella nos acerca, desde su profundo conocimiento, a la cultura y costumbres de la China de principios del siglo XX, aunque lo cierto es que este ultimo dato el lector se lo tendra que imaginar, ya que no hace ninguna referencia a fechas ni acontecimientos importantes a lo largo de todo el libro. Narrado en primera persona por su protagonista principal, Kwei-lan nos cuenta su conmovedora historia, la de una mujer nacida en el seno de una familia distinguida que desde el mismo momento de su nacimiento es prometida en matrimonio con su futuro marido tal y como marcan las normas y tradiciones, tanto de su pais como de su familia. Y para eso sera educada y preparada, para servir fielmente a su esposo segun las costumbres orientales y llegar a ser la perfecta esposa que todos esperan que sea. Su futuro marido, por el contrario, recibe una educacion totalmente diferente, ya que se trasladara a vivir a Estados Unidos para recibir formacion academica como medico. Al terminar la carrera y regresar de nuevo a su patria, sus padres le obligaran a cumplir con el compromiso y casarse con su prometida, Kwei-lan. Un mundo totalmente diferente se abrira ante ellos, pero principalmente para ella. El deseo de el es desmarcarse de las rigidas normas orientales y acercase mas a las occidentales. Ella tendra que acomodarse a una forma y ritmo de vida para la que no ha sido preparada, y que por otro lado le cuesta enormemente entender. Ha sufrido muchas penurias y sufrimientos en su educacion de <> y ahora se enfrenta a un mundo que desconoce y la desconcierta. Cogida entre dos mundos totalmente diferentes, una lucha interna de sentimientos enfrentados se iniciara en su interior, debiendo librar esa batalla en soledad.

  • Besarte en Roma de Regina Roman

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    Besarte en Roma es un ejemplo de la buena salud que goza el chick lit en nuestro pais. De una de las autoras mas solidas de la literatura romantica en Espana, nos llega su novela mas redonda, divertida y excitante, que no podras dejar de leer. Duelos dialecticos, erotismo, humor, romance y una quimica electrizante entre unos protagonistas que amaras sin remedio. Eva es una chica moderna, independiente, motera y boxeadora, poco o nada interesada en enamorarse. Heridas en el pasado de su alma se encargan de recordarle que los hombres son infieles por naturaleza. Javier es propietario de una multinacional. Con un hijo del que hacerse cargo y un divorcio traumatico a sus espaldas, ha decidido que el amor no esta hecho para el. El CNI investiga un caso de contraespionaje en la Costa del Sol. Alguien se esta encargando de suministrar identidades falsas a espias internacionales que se camuflan entre la poblacion, comprometiendo la seguridad nacional. ?Podra el destino caprichoso, el interes del estado y sobre todo, la romantica ciudad de Roma, unir a un par de testarudos erizos? ?Podra Eva olvidar que Javier se encuentra en los primeros puestos de la lista de sospechosos?

  • Cronometrados de Simon Garfield

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  • El camino de la seduccion de Isabel Acuna

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    “Un hombre dividido entre la lealtad a su patria y el amor a una mujer”.
    Lord Anthony Morland, conde de Somerville, vuelve a casa despues de tres anos de ausencia. Ha trabajado por su patria, recibido varias heridas y debido a un malentendido que no puede deshacer, trae el rumor de un escandalo a cuestas, pero aun asi espera recuperar la vida que tuvo antes de su marcha. Su esposa, Amanda, dolida por la intempestiva partida de su esposo y colmada de resentimiento por su ausencia, no le hara las cosas faciles.
    El regreso de Anthony al hogar se convierte en una batalla de voluntades, en pugna con la enorme atraccion y la pasion que aun sigue existiendo entre ellos, todo en medio de la amenaza, tambien oculta, de un peligroso asesino que persigue al conde y a sus companeros de lucha.
    ?Podran el amor y la pasion vencer la desconfianza y el rencor? ?Tendran Anthony y Amanda la oportunidad de rehacer su matrimonio?

  • El Protector Elegido de Checko Martinez

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    La ciudad de Terrance Mullen esta siendo atacada por seres sobrenaturales. Solo el Protector Elegido y sus amigos podran ponerla a salvo.

  • La Nave de Terry Pratchett

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    En alguna parte, lejos, muy lejos, una nave espera para llevar a los gnomos a casa, al lugar del que llegaron... Ante la amenaza que ahora supone la cantera para el hogar de los gnomos, uno de estos, Masklin, es consciente de que necesitan encontrar la forma de ponerse en contacto con esa nave. Para ello tiene que ir a Florida (donde quiera que quede eso) y asistir al lanzamiento de un satelite de comunicaciones (fuera lo que fuese eso). Es un plan ridiculo, imposible, pero Masklin no lo sabe, asi que intenta llevarlo a cabo de todos modos. Y el primer paso es hacer ese viaje en otro, aunque este es un poco diferente a los que ya conoce: un camion con alas, el Concorde. Lo unico que se propone es robar uno de aquellos vehiculos que llaman coches. Pero cuando uno solo mide diez centimetros en un mundo de humanos, las cosas tienen la desagradable costumbre de complicarse mucho.

  • Una deuda pendiente de Vicki Lewis Thompson

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    Habian pasado diez aOos desde que Dustin Ramsey y Erica Mann compartieron su primera experiencia sexual en el asiento trasero de aquel Mustang rojo, y habia sido un verdadero desastre. Ahora Dustin tenia que enfrentarse al enorme reto de dirigir el negocio familiar, pero antes queria resolver el .nico fracaso de su vida. Tenia que encontrar y seducir a Erica, y esta vez lo haria bien. Erica se quedo de piedra cuando se encontro a Dustin a la puerta de su casa. Quiza hubiera ido a hablarle de negocios, pero desde luego sus ojos le decIan que ese no era el unico tema que iban a tratar… Erica habia llegado muy lejos en esos diez anos, asi que si Dustin creia que podia llegar alli y seducirla tan facilmente, estaba muy equivocado… porque era ella la que lo iba a seducir a el.

  • Flor de arrabal de Carmen Santos

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    Mi madre solia jactarse de que asome la cabeza a la vida el 1 de enero de 1900, mientras las campanas del Pilar tanian con entusiasmo desde su torre. Me pusieron Florencia, Adoracion, Juliana y Silvestra. Unida la retahila a los apellidos Lacasa Gracia, al parroco que me bautizo se le debio de quedar la boca seca como el esparto. En el barrio me llamaban Florica, Flori o Flor, sin mas. Entre los recuerdos de mi infancia destaca el hambre que me mordia las tripas con la sana de un perro resabiado. Dice el refran que el hambre es lista. Yo creo que solo es cruel y nos empuja a hacer lo que jamas se nos ocurriria con el estomago lleno. Por las noches, los ruidos de mi barriga vacia competian con los resoplidos que daban mis cinco hermanos entre sus suenos inquietos y algun ronquido que otro. Dormiamos los seis en un cuarto no mayor que el vestidor donde ahora guardo los recuerdos de mis anos de aplausos, flores y champan. Los chicos se repartian en tres camastros. Jorge disponia de uno para el solo por ser el mayor. A mi me correspondia un colchon de lana humeda, encajado en la pared bajo el ventanuco que daba al patio trasero. Viviamos en una minuscula planta baja del Arrabal. Nuestro cubil era parte de una casucha agobiada por la humedad del Ebro, convertida por el dueno en viviendas infimas donde nos hacinabamos varias familias. A primeros de mes, don Roque recorria el barrio para cobrar sus alquileres. Hiciera frio o calor, siempre llevaba un traje prieto, a punto de reventar por la contundencia de su cuerpo de maton. Bajo la levita asomaba un chaleco, de cuyo bolsillo derecho colgaba la leontina de un fastuoso reloj que fingia consultar con cualquier pretexto. Los bolsillos tambien le servian para introducir los pulgares y tamborilear sobre la tela con los demas dedos, a la vez que separaba los codos del cuerpo para resultar mas amenazante. Como si no infundiera bastante miedo verle contar el dinero en mitad de nuestra parca y oscura cocina, sabiendo que, en cuanto se marchara, padre intentaria ahogar en vino su resentimiento con la perra vida que tantos zarpazos le habia dado, incluido el de haberle endosado una prole hambrienta que se comia los pocos reales que entraban en casa. Pero los rencores y las penas se crecen con el alcohol. El desafio concluia con padre asomado a una botella vacia y zurrando al primero que se cruzara en su camino. Su modo de ganar el sustento de la familia era alquilarse para descargar las mercancias de los comerciantes que abrian sus puestos en el imponente Mercado Central, construido sobre el terreno donde antes se expandian los tenderetes entoldados del mercado de Lanuza. De madrugada, cruzaba el rio a pie por el Puente de Piedra y caminaba un trecho a lo largo de la ribera, bordeando la basilica del Pilar hasta el mercado. Pasar a la otra orilla en la barcaza le habria ahorrado la caminata, pero era demasiado caro para sus bolsillos famelicos. En cuanto entraba en casa, sabiamos si habia trabajado para los carniceros porque llevaba la ropa sembrada de manchas parduzcas y la cocina se llenaba de olor a sangre y sudor. Si padre veia poco movimiento en el mercado, volvia a la margen izquierda y probaba suerte con los viajeros que bajaban del tren en la estacion del Norte. Durante la construccion de los edificios de la Exposicion Hispanofrancesa, que se inauguro en 1908, compagino sus actividades de mozo con las de albanil ocasional. Eso nos regalo un tiempo de tregua, pues acababa tan cansado que no le quedaban fuerzas para beber ni pegarnos. Cuando estaba de buenas nos contaba, con incongruente orgullo, como iba tomando forma el edificio palaciego donde ahora esta la Escuela de Artes y Oficios, en cuya obra trabajaba acarreando ladrillos. Por las noches, apenas oiamos chirriar los vetustos muelles de la cama donde el y madre se dedicaban a <>, segun definia el bruto de Jorge el trajin de nuestros progenitores. De aquella famosa exposicion solo vimos la multitud de palomas que soltaron para inaugurarla una manana de primavera y que oscurecieron el cielo del Arrabal hasta que se perdieron en la lejania. Nuestra madre se consumio entre embarazos, partos malogrados, crianzas, los lavaderos donde hacia la colada para senoras ricas de la calle Alfonso y los cuartos de plancha en los que, segun me contaba, habrian cabido nuestro cubil y el de la familia vecina. Recuerdo su mono de canas precoces, el cuerpo dilatado cual saco viejo y los moratones que los golpes de padre le marcaban en la piel. Su rostro se ha convertido con los anos en una imagen desvaida que me cuesta evocar. El rio atravesaba la ciudad tan cerca del barrio que moldeaba nuestras vidas. Al no obligarnos nadie a ir a la escuela, los ninos del Arrabal escapabamos a jugar a la arboleda de Macanaz, a orillas del Ebro. Desde el otro lado nos vigilaba la basilica del Pilar. Jorge se llevaba a Amador, el hermano que le seguia en edad, a fumar y hacer fechorias en las callejas del Arrabal. A mi me tocaba cuidar de Tino, Ruben y Perico, mis hermanos pequenos. Perico era el benjamin. Tenia tres anos y apenas levantaba un palmo del suelo. Ruben, de cinco, era algo mas robusto, tambien mas tranquilo. Agustin, de seis y medio, justo un ano menor que yo, al que llamabamos Tino o Tinico, se entretenia observando a escarabajos, hormigas, ratones y todo bicho que se moviera cerca de el. Cuando la niebla cabalgaba sobre el rio en invierno y desdibujaba los contornos de la basilica, sus dos torres asomaban espigadas entre los jirones vaporosos y yo imaginaba que pertenecian a un castillo lleno de muebles hermosos, vestidos nuevos y comida en abundancia. En lo mas torrido del verano, los ninos nos arrancabamos las ropas mil veces zurcidas y chapoteabamos en panos menores sin alejarnos de la orilla. Ninguno de nosotros sabia nadar. Mientras nos secabamos al sol como lagartijas, los mayores contemplabamos la basilica del Pilar, solemne mas alla de la presurosa franja de agua, y sonabamos con cruzar algun dia el Puente de Piedra hacia el mundo de los ricos. Aquella magia se apagaba cuando a Montse, la hija pequena del zapatero remendon, la zarandeaba el diablo. Su hermano Andres nunca se asustaba como los demas al verla convulsionarse. Sacaba un palo del bolsillo, se lo encajaba entre los dientes, la alzaba en brazos y se la llevaba a casa. Andres tenia solo un ano mas que yo. Una tarde de verano, me susurro al oido que algun dia se casaria conmigo y nos iriamos a vivir a la otra orilla. Yo le di un bofeton que le marco los dedos en la mejilla.

  • Emparejame de Nina Minina

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    Disparatada, tierna, erotica y valiente, Emparejame propone un feminismo canalla carente de filosofia y con mucha picardia. Una de esas novelas que al acabar abrazas, te saca una sonrisa de buen rollo y regalas a tus amigas.

  • Sociedad Literaria Tolbooth de Margarita Garcia Gallardo

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    En Edimburgo, en 1859, cinco amigos unidos por su amor al arte y a la literatura forman la Sociedad Literaria Tolbooth. De manera inesperada, se ven envueltos en la investigacion del robo de un reloj chino que, desgraciadamente, ha acabado con la muerte de Lord Greenwich. Sera la misma Lady Maximilienne Greenwich, una excentrica dama, tia abuela de uno de los miembros de la sociedad literaria, quien les pida su ayuda para dar con los criminales.

  • Te di mi palabra de Concepcion Revuelta

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  • Las dos caras de la verdad de Michael Connelly

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    HARRY BOSCH SE ENFRENTA A UNA DE SUS MISIONES MAS PELIGROSAS: INFILTRARSE EN EL OSCURO MUNDO DEL NARCOTRAFICO

  • La hija mayor (eLit) de Dani Sinclair

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    Hayley Thomas siempre habia sido la mas atrevida y audaz de las dos gemelas herederas de Heartskeep… hasta que comenzaron los desvanecimientos, las puertas que se cerraban solas y los susurros a media noche. Parecia que alguien estaba jugando con ella, ?o acaso se estaba volviendo loca?

  • La catedratica de Maria Lopez Villarquide

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    Esta es la apasionante e ignorada historia de Luisa de Medrano, la primera mujer que fue catedratica, nada menos que en el siglo XVI y en la Universidad de Salamanca, el centro del saber mas prestigioso del
    mundo hispano. Todo en la vida de Luisa fue extraordinario: hija de aristocratas, enseguida llamo la atencion de la reina Isabel la Catolica, quien la reclamo a su lado para que se educara en la corte con sus hijas Juana y Catalina y quien, a la vista de sus dotes, favorecio que fuera la primera mujer admitida en Salamanca. En estos tiempos en los que tanto se habla de empoderamiento femenino, el ejemplo de la tenaz Luisa Medrano merece el reconocimiento que se le ha negado durante cinco siglos.

  • La rebelion de las brujas de Maria Jesus Estepa

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    La clarividencia de Angie Holbein no es suficiente para esclarecer el misterioso pasado que la persigue. El destino le tiene preparado una revelacion de antano, que dejara en entredicho el papel de la Santa Iglesia. Tras un ritual de magia, su cuerpo viaja a traves de un portal a la Alemania del siglo xv donde descubrira, en sus propias carnes, la falta de escrupulos de una sociedad dominada por la religion.

  • El sentido de la locura de Jim Geekie , John Read

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    La obra que el lector tiene en sus manos analiza esa experiencia que solemos denominar locura, esquizofrenia o psicosis, la cual se halla presente en todas las sociedades y, hasta donde alcanza nuestro conocimiento, en todas las epocas, ya que la tendencia de la mente a desviarse de lo que una sociedad determinada considera <> y aceptable, junto con la propension del resto de los miembros de dicha sociedad a sancionar estas desviaciones, es uno de los aspectos centrales de la naturaleza humana.

  • El amor puede fallar de Matthew Quick

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    Tras sufrir una gran decepcion, Portia Kane decide abandonar a su marido, y con ello, la vida de lujo que llevaba en Florida. Asi, se traslada a su ciudad natal, donde recuperara antiguas amistades y recordara al unico hombre que la ayudo a creer en ella: Nathan Vernon, su querido profesor de literatura inglesa que tuvo en el instituto.El senor Vernon la ayudo a creer en ella, a descubrir que tipo de persona queria ser, a luchar por sus suenos. ?como ha podido olvidarlo? Ahora esta decidida a recuperar el contacto con el, pero Vernon ya no es lo que era, ahora vive deprimido y solo tras un traumatico accidente en las aulas.Portia no esta dispuesta a rendirse, y asi, con la ayuda de una monja de armas tomar, un ex heroinomano, un nino fanatico de la musica y su acaparadora madre, intentara visualizar un futuro esperanzador.”El amor puede fallar” trata de los grandes altibajos de la vida: de las dolorosas y valientes decisiones que necesitamos tomar para llegar a ser lo que estamos destinados a ser.

  • La esposa del asesino de Bill Floyd

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    ?TE CONOZCO? Alce la mirada del refrigerador donde comparaba la variedad de comidas congeladas mientras limitaba las opciones de acuerdo a los gustos y placeres de Hayden, y me encontre con un caballero mayor que me veia fijamente arqueando las cejas despues de haberme hecho esa pregunta. Un sujeto de apariencia saludable, robusto, con la cabeza cubierta de cabello entrecano, probablemente de sesenta y tantos anos que llevaba un sueter casual y pantalones de mezclilla azul. Nada para alarmarse, aparentemente. Era tarde, casi la medianoche de un viernes, mi hora favorita para hacer las compras de la semana porque usualmente podia evitar este tipo de encuentros. No era fan de la conversacion ociosa con los vecinos ni con nadie en particular; si podia evitarla, mejor. Esa noche, cuando entre al supermercado Harris Teeter y las puertas automaticas se abrieron a mi paso con un sonido suave como el de las esclusas de una nave espacial, me parecio como si tuviera para mi sola toda la tienda. Tuve esa sensacion de limpieza, soledad y seguridad que solo se siente en los lugares publicos cuando estan vacios. Claro que no estaba realmente sola: los empleados adolescentes se recargaban con somnolencia en la zona de las cajas, un par de hombres solitarios --noctambulos y no profesionistas-- se paseaban por el pasillo de la cerveza para matar un poco el tiempo antes de volver a los sofas de sus casas. Uno de esos tipos me estaba mirando las nalgas: lo vi voltear hacia mi trasero gracias a uno de los espejos parabolicos que colgaban de los postes encalados del techo tipo bodega. A mi edad podria haberlo tomado como un cumplido, pero mas bien me hizo sentir insegura, asi que empuje mi carrito un poco mas rapido. La mayoria de las veces la clientela que iba a estas horas era gente completamente ensimismada, con tan pocas ganas de encontrarse con mi mirada como yo con la suya. Eso era exactamente lo que mas me gustaba. Pero ahora este hombre mayor me miraba fijamente a la cara y su pregunta no habia sido grosera, asi que negue con la cabeza y le conteste amablemente: --Creo que no. --?Leigh Wren? --aventuro. Aliviada al oir ese nombre, busque en mis recuerdos pensando de donde podria conocerlo. Claro que me parecia familiar. Algo se removia en los pozos mas profundos de mi mente, una palida imagen que no terminaba de tomar forma. Mis compromisos sociales habian sido pocos y mas espaciados de lo que me hubiera gustado admitir; la mayor parte del tiempo solo eramos Hayden, la oficina y yo, y asi me parecia bien, gracias, asi que supuse que habia conocido a este hombre en algun asunto relacionado con el trabajo. Tuve un instantaneo sentimiento de culpa por no poder ubicarlo claramente. Aunque, para ser honesta, no tenia nada particular que lo distinguiera; era un tipo comun de Cary. Hasta podia imaginarme su coche en el estacionamiento con un pez cristiano fijado a un lado de la matricula y una estampa de la campana Bush/ Cheney del otro. --Si, soy yo --conteste--. Disculpe, ?quien es usted? Le extendi la mano. Me la tomo y los ojos le cambiaron. Destellaron y parpadearon. Respiro profunda y tremulamente mientras proferia: --Mi nombre es Charles Pritchett. Nunca he tenido que usar un nombre que no fuera el mio, porque nunca he estado avergonzado de ser quien soy. Tu verdadero nombre es Nina Mosley y el 8 de noviembre de 1997 tu esposo, Randall Roberts Mosley, asesino a mi hija Carrie. El mundo entero se hizo pequeno. Mi mano se quedo paralizada, igual que mis otras extremidades, pero podia sentir la presion que Charles Pritchett ejercia en ella: hacia que mis nudillos crujieran y apretaba mis dedos entre si. Trate de zafarme, pero me sujetaba con fuerza; ahora sus ojos parecian unos faros. Temblaba de pies a cabeza; era evidente que habia ensayado este momento durante mucho, mucho tiempo y ahora que finalmente habia llegado, el padecia una reaccion cercana al debilitamiento, una excitacion que estallaba en cada uno de sus nervios. En este estado de emocion incluso hubiera podido levitar; era obvio que el senor Pritchett estaba viviendo un momento de verdadera trascendencia personal. Y la unica frase que yo podia pensar en decirle era: La palabra correcta es <>. Pero aparentemente no me salia la voz. Mi garganta estaba cerrada conteniendo un horrible alarido que esperaba surgir libremente si me atrevia a abrir la boca. Me dolian los dientes. Senti nauseas y panico. Quise irme a la velocidad de la luz y volver a mi bendito y familiar aislamiento. Me habia olvidado del carrito medio lleno de comida, con la fruta empacada impecablemente (uvas verdes porque a Hayden no le gustan las moradas debido a que poseen demasiadas semillas) y las carnes y los quesos cerrados al vacio, las barras nutritivas para mi y el cereal azucarado para mi hijo. Trate de liberarme de Pritchett y me eche para atras, golpee el carrito que giro chirriando sobre sus inestables llantas y se quedo atorado entre la puerta helada del congelador y mis nalgas. El seguia aferrado a mi mano y hablaba en tonos cada vez mas altos. --Me tomo mucho tiempo encontrarte, Nina, y tambien bastante dinero. Te ves tan diferente a la ultima vez que te vi en el juicio. Tienes el cabello de otro color y perdiste mucho peso. ?Te pintaste el pelo para que la gente no te reconociera? Supongo que lo entiendo: eso de que quieras disociarte de tu pasado. Pero veras, yo no puedo darme ese lujo --la saliva se le juntaba detras de los dientes apretados--. Yo vivo con mi pasado todos los dias, cada momento que mi hija no esta desde entonces. Se fue. Ya se que la policia dijo que todo lo habia hecho tu esposo, pero para mi tu nunca quedaste libre de culpa, para nada. Por eso estoy aqui ahora, Nina. Vine a ponerte en evidencia. Voy a destrozar esta tonta ficcion de vida que te hiciste, les voy a ensenar a todos quien eres de verdad. --Disculpe, ?esta todo bien? Intervino otra voz y me volvi hacia ella solo para encontrarme con el mira-nalgas que estaba parado ahi junto con un cajero ligeramente detras de el, ambos mirandonos a Pritchett y a mi con algo de preocupacion. El cajero parecia electrificado, como si esperara cualquier pretexto para llegar a las manos y saltarle encima a Pritchett; seguramente en su cabeza adolescente bullian fantasias agresivas contra el hombrecito. A lo mejor Pritchett le recordaba a algun patriarca dominante de su propia historia. El mira-nalgas estaba mucho mas tranquilo, sostenia holgadamente su canasta verde olivo llena de productos de porciones individuales con una tension que sugeria que ya habia estado antes en confrontaciones como esta y que generalmente salia del lado ganador. Quiza fuera un ex militar. O quiza solo fuera un bravucon de bar. Pritchett solto finalmente mi mano, pero siguio hablando, ahora dirigiendo sus comentarios a los seudointerlocutores. --?Saben quien es ella? ?Quien era su esposo? Apuesto a que se acuerdan de su nombre. -- Sacudio un dedo esqueletico frente a mi cara; las palabras le salian como en avalancha, apenas controladas--. ?Llamamos a la policia, Nina? ?Quieres reportar este <>? Porque a mi me encantaria. Disfrutaria tener la oportunidad de alertar a las autoridades locales sobre la persona que ha estado viviendo entre ellos durante los ultimos seis anos. El mira-nalgas estaba harto. Puso su canasta en el piso y se puso entre Pritchett y mi cuerpo. Yo seguia retrocediendo, pero no podia apartar la mirada del viejo. Le habian asomado lagrimas a los ojos y el triste peso emocional que acababa de soltar estaba a punto de fulminarlo. El miranalgas dijo: --No se cual sea su problema, senor, pero creo que debe dejar a la dama en paz. El cajero le dijo a Pritchett que era un imbecil. Pritchett alzo las manos con las palmas hacia afuera y retrocedio algunos pasos. Con una voz mas firme volvio a sugerir que llamaramos a la policia. Los altavoces cambiaron de una cancion de los Commodores a Take on me. En un nivel inconsciente, en un murmullo, entendi que de ahora en adelante cada vez que escuchara la trillada melodia de esos sintetizadores seria como la banda sonora de este momento de cisma. Pritchett grito hacia mi: --?Donde esta Hayden esta noche, Nina? Deberias cuidarlo con mas atencion. Yo no cuide a Carrie con la suficiente atencion y ya ves lo que le paso. Tu sabes lo que el le hizo. Eso basto para que, por fin, diera la vuelta y me echara a correr lejos de ahi resbalando y enderezando el paso mientras iba por el pasillo hacia el frente de la tienda. Las puertas automaticas no se abrieron tan rapido y choque contra una de ellas. Al dia siguiente habria un largo moreton a lo largo de mi brazo, desde el hombro hasta el codo. Pero justo en ese momento no lo senti; en ese momento mi mano seguia latiendo en recuerdo de que Pritchett me habia agarrado sin que yo me pudiera soltar unos minutos antes. II Yo misma habia hecho bromas cuando construyeron el centro comercial justo al lado de nuestro fraccionamiento, humor acido sobre cuanto mas conveniente iba a ser este que el otro que estaba a ocho kilometros de distancia. Y justo esa noche le agradeci a Dios que estuviera tan cerca. Un giro a la izquierda al salir del estacionamiento, luego un semaforo en la entrada de Kensington Arbor, que me pase sin siquiera pisar el freno. Despues un giro a la derecha: tome la curva con un giro tan apretado que las llantas rechinaron. Menos de cuatro minutos despues de que sali del supermercado, estaba estacionando mi carro enfrente de la casa de los McPherson. La calle estaba en silencio; las casas, amplias y modernas, habian sido construidas muy juntas, con un patio minimo entre ellas. La humedad del aire nocturno se concentraba en anillos brillantes alrededor de los faroles. La luz del porche delantero de los McPherson estaba encendida, pero no se veia nada extrano desde afuera. Pero bueno, en este vecindario, en este asentamiento ordinario de hogares familiares comunes y casas urbanas que se habia convertido en nuestro refugio, nada parecia extrano jamas. Nuestra casa estaba tres cuadras adelante, una casa citadina con un lugar de estacionamiento y un agradable patio trasero donde Hayden jugaba. Por lo general no lo dejaba pasar la noche fuera de casa, pero me habia rogado toda la semana y yo sabia que tenia que hacer las compras de medianoche, asi que al final cedi y deje que se quedara a dormir con su amigo Caleb. Una Yukon rojo quemado estaba estacionada a media banqueta. Era el coche <> de la mama de Caleb; sin duda, ahora el espacio del garaje lo ocupaba el Escalade que Doug McPherson le habia comprado a su esposa en Navidad. Cerre suavemente la puerta de mi carro y me deslice por su patio, mirando la calle de arriba abajo para confirmar que no hubiera nada fuera de lo normal, aunque no hubiera podido decir si algo lo estaba. Solo habia venido unas cuantas veces a esta parte del vecindario. Hayden tenia un celular y habia considerado llamarle desde que sali corriendo de la tienda, pero me choco la idea de despertar a todo mundo si nadie estaba en verdadero peligro. Y aunque Charles Pritchett pudiera tener cuentas pendientes conmigo, con toda seguridad no le haria nada a mi hijo. Con toda seguridad no me habia amenazado tan abiertamente como yo habia pensado. Con toda seguridad no lo haria, no despues de lo que le habian hecho a su propia carne y sangre... ?Donde esta Hayden esta noche, Nina? Deberias cuidarlo con mas atencion. Mire la calle de arriba abajo otra vez. Unos cuantos carros estaban estacionados en las puertas de los garajes o a lo largo de la calle, pero no habia siluetas encorvadas detras de los parabrisas y nadie observaba desde las oscuras ventanas de las casas. Los hogares estaban amontonados tan juntos que parecian centinelas o las paredes de un laberinto. Usualmente yo apreciaba ese tipo de sensaciones, me gustaba la idea de que habia encontrado una fortaleza, pero de algun modo siempre habia intuido que ese sentimiento se podia volver en contra mia. ...Pero nunca estuve preparada para que sucediera. En el ultimo momento decidi no tocar el timbre. Los McPherson ya tenian sus dudas sobre mi, seguro, pero esperaba que solo fueran dudas como por que era soltera a mi edad y cosas como: <> y <>, ese tipo de comentarios que habia oido de pasada de cualquier cantidad de conocidos con bastante regularidad y que habia ignorado sistematicamente. Yo podia soportar el aislamiento de mis iguales; de hecho, habia aprendido a apreciarlo, pero mi hijo necesitaba tener amigos y no queria que no los tuviera por mi culpa. El estaba en una edad en la que la soledad podia convertirse en la mejor forma de resolver sus dificultades; la siguiente parada era la alienacion y despues, cuando fuera un adolescente, yo misma tendria que revisar su closet para asegurarme de que no tuviera escondido un rifle de asalto. No siempre fui propensa a imaginar lo peor. Fue una habilidad aprendida, una destreza de condicionamiento involuntario. Gabby McPherson me dio un breve tour de orgullo domestico la primera vez que lleve a Hayden a jugar, pero yo ya estaba familiarizada con la disposicion de la casa; habia investigado los planos de todos los modelos cuando empece a buscar una propiedad aqui. Ella no habia hecho nada original con los interiores; los muebles y el acomodo estaban sacados directamente de Martha Stewart... hace cinco anos. El lugar donde se suponia que los ninos iban a dormir estaba en una estancia al costado de la casa y atravese con ligereza el patio para asomarme por la ventana. Solo Dios sabe que me habrian hecho los vecinos si me hubieran visto, pero la verdad, me importaba un carajo. No me habria opuesto a que una patrulla pasara por la calle: ya habia pensado en llamar una, pero esperaba que Pritchett hubiera obtenido cualquier satisfaccion que buscara al confrontarme en la tienda y que ahora nos dejara en paz. Mas no lo creia. Mi corazon latia demasiado rapido; podia sentir mi pulso en el cuello y me costaba trabajo tragar saliva

  • Origin (Hijos de Leiah 2) de Rotze Mardini

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    El hallazgo de una nueva victima cambiara los planes de Lexy Kendall, poniendola en una carrera contrarreloj que tendra por objetivo atrapar al asesino en serie de la cuadra francesa, sin imaginarse que se vera atrapada en un mundo desconocido.
    Jhensen, lider de la comunidad vampirica de New Orleans, se pondra a disposicion de la detective para poder cumplir con un encargo asignado por las deidades de Leiah…
    Jhensen y Lexy lo arriesgaran todo en una intensa batalla contra un oscuro personaje. El amor los sorprendera en medio del mayor reto de sus vidas, sumergiendolos en pasiones profundas e inesperadas.

  • Encuentros en una agencia matrimonial de Sonsoles Fuentes

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    Doce relatos de amor basados en historias reales.

  • El crimen del conde Neville de Amelie Nothomb

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    <p>El conde Neville acude a la casa de una vidente para recoger a su hija menor. La vidente se la encontro la noche anterior en pleno bosque, en posicion fetal y tiritando de frio. Al parecer la adolescente, que responde al singular nombre de Serieuse, se habia fugado del castillo familiar. Pero, antes de llevar al aristocratico progenitor ante su hija, la vidente le toma la mano y le anuncia: <> En efecto, los Neville, excentrica familia de alcurnia, van a celebrar en breve su fastuosa fiesta anual, a la que invitan a lo mas selecto de la sociedad. Esa garden party es una tradicion irrenunciable, pese a que los Neville pasan por serios apuros economicos y el conde incluso ha tenido que plantearse vender el castillo y el bosque que lo rodea. Con toda probabilidad esta sera la ultima gran fiesta que organicen alli. ?Acabara, tal como anuncia la prediccion de la vidente, con un asesinato?</p>

  • Lady Anne de Lydia C. Ramirez

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    En el Londres del siglo XIX, lady Anne Phillips, ha conseguido dejar atras su tortuoso pasado y desea decidir su propio destino. Ha visto sufrir a sus hermanas por amor y no ansia pasar por lo mismo. Todo dara un giro inesperado cuando un americano muy rico llamado Alexander Richmond altere todos sus planes y suenos. ?Sera Anne capaz de aceptar su destino? ?O debera revelarse contra el? “Era una especie de batalla en la que no habia un vencedor, sino un par de tontos”

  • Comer y amar, todo es empezar de Mayte Esteban

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    El despertador salio de su letargo a la hora programada, las siete y media, al ritmo de una melodia animada. Carlos se levanto con el sueno todavia prendido en sus ojos, se vistio con la ropa de trabajo y, medio dormido aun, abrio la ventana. El viento helado de la madrugada castellana de finales de diciembre se colo en la habitacion como un visitante indeseado. El silencio lo presidia todo; en Grimiel aun seguia siendo de noche. Con el rastro del sueno marcado en el rostro --la sabana le habia dejado su impronta en la mejilla, oscurecida por la barba de un par de dias--, se preparo el desayuno. Carlos Herrero tenia veinticinco anos y era el dueno de un picadero en un pequeno pueblo. Su negocio se situaba a las afueras, a muy pocos metros de un extenso pinar. Dedicaba su actividad a la tutoria de caballos y a rutas para los eventuales inquilinos de las casas rurales de la zona. Tambien se ocupaba de la formacion de jinetes, aunque esto no fuera mas que una manera elegante de llamar a lo que en realidad era ensenar a unos cuantos ninos a no caerse del caballo. En un lugar donde apenas habia actividades de ocio, el picadero de Carlos casi era la estrella. Le proporcionaba a su propietario los recursos suficientes para vivir y tambien le habia ayudado a no tener que marcharse a la ciudad, como habian tenido que hacer la mayoria de sus amigos. Cuando despues de desayunar salio de casa, el frio de la calle le golpeo en las orejas. Rebusco en los bolsillos de su abrigo, pero el gorro que siempre llevaba se habia quedado en el tendedero, con la colada del dia anterior. Era inutil que volviera a entrar para buscarlo, lo mas probable era que siguiera empapado. Echo mano de la capucha del abrigo, que servia mas bien de poco, y se encamino hacia el trabajo. Fue andando hasta el a buen paso para entrar en calor. El picadero distaba de su casa kilometro y medio y, en mananas tan gelidas como aquella, tal vez pudiera estar justificado ir en coche, pero Carlos preferia no hacerlo si no era imprescindible. Era un firme defensor de la naturaleza y trataba de aportar su granito de arena todos los dias para cuidar de ella. Caminar un poco, ademas de que le venia bien a su forma fisica, le ahorraba al planeta unas cuantas emisiones toxicas. Dejo atras los vehiculos, que dormitaban tenidos de blanco, y las aceras desiertas, brillantes bajo la mortecina luz de las farolas que a intervalos rasgaban la penumbra del camino. Faltaban apenas un par de minutos para que dieran las ocho cuando llego a la puerta de acceso a su negocio. Saco la llave del bolsillo y se dispuso a abrir. --!Buenos dias! Una voz femenina, demasiado euforica para la temprana hora, lo tomo por sorpresa y le hizo dar un brinco involuntario. Era Paola, una de sus amigas de la infancia y tambien clienta asidua del picadero, que acababa de salir de un coche aparcado a unos metros de la entrada. Carlos, pensativo como iba y con la capucha tapandole parte de su campo de vision, no la habia visto. --!Que susto me has dado, Paola! ?Que haces aqui? --le pregunto. El dia apenas empezaba a deshacer en el horizonte las tinieblas que en la noche envolvian al pueblo dormido. No eran horas, ni mucho menos, para hacer uso de los servicios del picadero. Si por el fuera, se habria quedado en la cama un rato mas, pero no tenia mas remedio que levantarse temprano para ocuparse de los animales, limpiar las cuadras y ponerles agua y comida fresca. Era preciso que todo estuviera listo antes de la hora de apertura. --He venido a ver a Leyenda --le dijo ella. Leyenda era la yegua blanca de Paola, un impresionante ejemplar pura raza espanola de ocho anos que tenia desde que era una potrilla. Carlos introdujo la llave en la cerradura e intento abrir la puerta, pero esta se obcecaba en encasquillarse. Dio un golpe con el hombro para ayudarse y, al final, logro vencer su resistencia. En el forcejeo, la capucha se le cayo y se la volvio a colocar. La helada de la noche habia dejado su impronta como un manto blanco que lo cubria todo y hacia demasiado frio como para dejar al descubierto las orejas, que amenazaron con convertirse en tempanos de hielo en segundos. --?No tienes un gorro? --le pregunto Paola. --Se ha quedado en casa --respondio el. --Creo que tengo uno en el coche, espera. Paola volvio a su vehiculo, abrio la puerta trasera y recogio del asiento uno de lana en color crudo. Se lo ofrecio a Carlos en cuanto volvio frente a el. --Toma. Era un gorro muy poco masculino, uno de esos que Paola usaba a menudo y que a ella le quedaban tan bien. Enmarcaba su delicado rostro y dejaba escapar los rebeldes rizos de su pelo castano dandole aspecto de hada de invierno, pero no creia que en el tuviera el mismo efecto estetico. Mas bien pareceria un fantoche. Carlos se quedo mirandolo y sonrio. Era tipico de Paola pensar que el podria ponerse aquello. Rehuso utilizarlo con amabilidad, mientras atravesaba la puerta seguido de la chica. --Gracias, pero no. --Tu mismo... Hace un frio espantoso y nadie te va a ver, yo no lo rechazaria --le dijo Paola, adivinando por su cara de circunstancias lo que estaba pensando. No le era dificil seguir algunos pensamientos de Carlos, habian sido inseparables desde el colegio. --Perdona, tu me estas viendo --dijo el divertido, excusandose de nuevo por no querer ponerse el gorro. --Bueno, ni que no te conociera desde el primer dia de colegio... -- respondio ella, riendose tambien. Carlos termino de cerrar la puerta y echo el cerrojo interno. No volveria a abrir hasta que a las diez el negocio se pusiera en marcha. --Venga, no seas bobo y pontelo, porfa --le rogo. Le miro componiendo una mueca exagerada de suplica, a lo que el respondio emitiendo un resoplido que en cierto modo le recordo a Paola al de un caballo, lo que provoco que se riera con ganas. Sin esperar su permiso, ella levanto los brazos, bajo la capucha del abrigo y le coloco el gorro a Carlos. Se distrajo un momento mirando su rostro, los enormes ojos castanos y las facciones cuadradas de el que conocia desde siempre. Al ajustarlo sobre las orejas, las yemas de los dedos de Paola le acariciaron las mejillas. El suave roce accidental a el le descoloco un latido y un subito calor, que se contradecia con el gelido comienzo del dia, se apodero de su animo. --A ver si nos afeitamos --le dijo ella, divertida por la seriedad que mostraba de pronto. El volvio a resoplar. O mas bien fue un suspiro con el que trato de recomponerse. --?Por que has venido tan pronto? --le pregunto, para dejar de pensar en lo que habia sentido cuando ella le toco--. Aun no he preparado a los caballos, no abro hasta dentro de un par de horas. Es demasiado temprano para montar a la yegua. Paola solto el aire contenido en sus pulmones y, con el, la sonrisa se fue desinflando en su rostro. Trago saliva y tomo aire, como si lo que iba a contarle necesitara oxigeno nuevo para no ahogarse; como si le costase mucho confesar la verdadera razon por la que se habia levantado tan temprano y se habia presentado en el picadero. --Me quedan solo unos pocos dias con Leyenda, Carlos. La vamos a vender. Quiero pasar todo el tiempo que pueda con ella y a las diez tengo que entrar a trabajar en la farmacia. Necesito verla y por eso he venido ahora. Carlos no necesitaba que Paola le contase lo que sentia por ese animal. Llevaba con la yegua desde la adolescencia y Leyenda y Paola parecian un todo. No entendia muy bien por que habia tomado la decision de deshacerse de ella si era casi la prolongacion de si misma. --?Vender a Leyenda? ?Por que? ?Que me he perdido? --pregunto, extranado. --He encontrado un trabajo fuera y despues de Navidad me ire del pueblo --le dijo. --?Te vas? --pregunto. Las palabras salieron de su boca con una alarma que hubiera preferido ser capaz de evitar. --Si. Mi contrato de media jornada en la farmacia se acaba el treinta y uno de diciembre. La farmaceutica se jubila y su hijo ha decidido volver de Madrid y quedarse con el negocio. No cuenta conmigo. Su mujer tambien trabajara con el y ya sabes que esto no da para tres sueldos, ni siquiera para dos y medio. --Vaya, no sabia que te ibas. --Tampoco lo he contado, bastante me disguste cuando me lo dijo a principios de otono. Pero bueno, he tenido tiempo de buscar un nuevo trabajo en Valladolid, en otra farmacia, y esta vez seran ocho horas. Supongo que vendre a menudo, pero desde luego no podre montar a Leyenda todos los dias como ahora. Es mejor para ella que la venda y otra persona la cuide como necesita. --Te vas --afirmo Carlos, quiza para confirmarse a si mismo que lo que estaba escuchando era cierto. --Aqui no hay futuro ni trabajo. Si quiero progresar, tengo que hacerlo. Ademas, tiene su lado bueno; Ricardo vive en Valladolid, podremos vernos mas a menudo que ahora. Ricardo era el novio de Paola. Como la mayoria de los jovenes, habia decidido quedarse en la ciudad una vez terminada la universidad, seducido por una oferta de empleo. Las oportunidades de trabajo, mucho mas deslumbrantes que las del campo, ofrecian alli un futuro que distaba mucho del callejon sin salida que parecia el pueblo. Con la mayoria de edad recien estrenada, los chicos se marchaban a Madrid, a Burgos, a Salamanca, a Valladolid... ciudades que una vez terminada su formacion, no los devolvian. Al final, la madre de Carlos tenia razon cuando decia que en el medio rural, si no quieres perder a tus hijos y que la ciudad se los quede, no debes darles estudios. Carlos penso que Paola habia tardado mucho en seguir ese camino. Era, sin duda, una anomalia en ese proceso. Estudio, pero ella regreso a Grimiel y encontro un hueco en la farmacia. Fue la excepcion, aunque tiempo despues la realidad del desempleo la estuviera devolviendo de un empujon al mundo urbano. --Mi padre me ha dicho que ya tiene ofertas por Leyenda. Al escucharla, Carlos salio de sus pensamientos e intento poner cara de circunstancias y hacerse el sorprendido, aunque en realidad no lo estaba. Dias atras oyo una conversacion a medias en el bar y en ese momento empezo a atar cabos. Era de Leyenda de quien estaba hablando el padre de Paola con unos conocidos. Les habia preguntado si alguien se la queria quedar, pero Carlos no presto mas atencion. Ni se le paso por la cabeza que la conversacion girase en torno a la yegua. Se quedo observando a Paola, intentando encontrar en su rostro el beneplacito con la decision tomada de deshacerse del animal. --?Estas segura de que quieres vender a Leyenda? --Al mirarla, a Carlos no le parecio que estuviera muy conforme. --No me mires asi --le dijo la chica, ahogando las ganas que tenia de llorar. --?Asi como? --Con pena, Carlos. Era justo de ese modo como la estaba mirando, triste porque sabia lo que significaba la yegua para su amiga. Se imaginaba que nada de aquello estaba siendo facil para Paola. Ella, buscando unos instantes de intimidad en los que desahogar el nudo que se le habia hecho en el pecho, se dirigio hacia la cuadra y abrio el cerrojo que mantenia encerrados a los animales de noche. Dos perros de raza indefinida salieron corriendo, libres por fin despues de pasar la noche cautivos. Cada uno eligio un poste del cercado para deshacerse de la urgente necesidad matutina y despues corrieron hacia Paola, que los acaricio. Luego, como hacia siempre, cogio a uno de ellos, Drako, en brazos. --No hagas eso --le dijo Carlos--. Cuando te vayas yo no pienso mimarlo y lo echara de menos. ?O te lo piensas llevar contigo? Drako era un perro especial. Le faltaba una de las patas delanteras. Paola los habia salvado, a el y a su hermano, de una muerte segura a manos de su madre anos antes, cuando la perra se volvio loca y mato a mordiscos a la mayoria de la camada que acababa de parir. La chica, apenada por el suceso, se llevo a los dos perritos supervivientes a casa para cuidarlos en esos dias tan delicados. Black crecio sin problemas, pero sacar adelante a Drako costo bastante porque un mordisco de su madre lo dejo sin una de las patas delanteras. Tardo mas de cuatro meses en devolverlo al picadero y, desde entonces, el perro adoraba a la muchacha casi tanto como la yegua. --No creo que sea bueno que me lo lleve, esta demasiado acostumbrado a corretear por aqui y encerrarlo en un piso no es buena idea. Este perro necesita hacer mas ejercicio que los demas. Paola dejo a Drako en el suelo, que la siguio con su paso renqueante de perro de tres patas, y se dirigio al establo. Alli, Leyenda la recibio aproximando su enorme cabeza a la cara de la muchacha, que apoyo la frente en la de la yegua. Ambas estuvieron asi un rato, en silencio. Al verlas, uno suponia que se estaban contando secretos sin palabras. Incluso las dos cerraron los ojos al unisono, mientras el perrito lisiado y Carlos, apoyado en el quicio de la puerta, las observaban de cerca. El iba a echar de menos a Paola cuando dejase de ir tanto como los perros o la yegua. Estaba seguro de que extranaria los momentos en los que la muchacha se mantenia pegada a su animal y ambas se quedaban suspendidas en algun lugar indefinido que, si hacia caso de la sonrisa de Paola, era lo mas parecido a la felicidad que podia imaginar. Estaba seguro de que el tambien lo pasaria fatal cuando Paola tuviera que despedirse. Se lo estaban diciendo unos latidos erraticos en su pecho a los que le era imposible poner freno. Carlos decidio que ya habia perdido demasiado tiempo y abandono su posicion de espectador, por mucho que le pesara dejar de mirar a Paola. Le transmitia un millon de sensaciones que hacia mucho que preferia no analizar. Lo mejor que podia hacer era ponerse con su tarea y no pensar. Tenia apenas dos horas para dejarlo listo todo. --Si quieres, te ayudo --le dijo ella, cuando advirtio su presencia en la puerta del establo. --Me vendra bien, pero has venido a montar a Leyenda. --He venido a verla, pero te quiero ayudar. El joven le paso la pala que tenia en las manos y fue a buscar otra para el. Ambos, sin intercambiar mas palabras, se pusieron manos a la obra, mientras los perros correteaban a su alrededor. Durante una hora se dedicaron a reemplazar la paja sucia por otra fresca y rellenaron con agua fresca los abrevaderos. --Pao, deberias montar a Leyenda ya si no quieres llegar tarde a la farmacia. Son las nueve --le dijo Carlos cuando fue consciente de la hora. --?Pero cuantas veces te tengo que decir que no me gusta nada que me llames asi? --le dijo ella, con un tono que ni se aproximaba a ser de enfado. --!A sus ordenes, Pao! Hizo un gesto comico y ella puso los ojos en blanco y le lanzo unas briznas de paja. No habia manera. Carlos empleaba muchas veces el diminutivo absurdo que le habia puesto en el colegio y que dejaba a su nombre mutilado. Nego con la cabeza, resignada a no conseguir jamas que dejara de hacerlo, y preparo a Leyenda. Limpio sus cascos, cepillo con suavidad el lomo y despues ajusto los estribos y la cincha sobre la silla de montar antes de elevarla y colocarla sobre una almohadilla de ensillar que ya tenia encima de la yegua. Despues ato los arreos, tranquilizando al animal con suaves palabras. Coloco las riendas sobre la cabeza del animal y empujo con suavidad el bocado hasta que Leyenda lo tomo mansamente. Como siempre que hacia esto, premio al animal con una chucheria que guardaba en el bolsillo. Poco despues, subida a lomos de su yegua, daba vueltas por el recinto del picadero. Carlos llevaba razon, se habia entretenido y no tenia mas de veinte minutos porque deberia volver a casa, ducharse y cambiarse para ir a la farmacia.

  • Un viaje optimista por el futuro de Mark Stevenson

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    ?Es verdad que el primer hombre que vivira mil anos tiene hoy sesenta? ?O que en menos de una decada habra hoteles en el espacio? ?Es posible que en el futuro, si necesitamos algun organo nuevo, lo podamos cultivar en nuestro propio cuerpo? ?O que existan maquinas que capturen el CO2 de la atmosfera y acaben con los riesgos del cambio climatico? ?O que la energia de nuestros hogares la generen los cristales de nuestras ventanas? En opinion de muchos cientificos, las distintas ciencias estan a un paso de transformar de nuevo el mundo. Los progresos de la biologia, la medicina, la nanotecnologia, la robotica, y las nuevas tecnicas de produccion de energia y de alimentos, entre otros avances cientificos, nos invitan a suponer un mundo mejor.

  • Rescate a medianoche de Adrienne Rich

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    To have seen you exactly, once: red hair over cold cheeks fresh from the freeway your lingo, your daunting and dauntless eyes. But then to lift toward home, mile upon mile back where they'd barely heard your name --neither as terrorist nor as genius would they detain you-- to wing it back to my country bearing your war-flecked protocols-- that was a mission, surely: my art's pouch crammed with your bristling juices sweet dark drops of your spirit that streaked the pouch, the shirt I wore and the bench on which I leaned. 2 It's only a branch like any other green with the flare of life in it and if I hold this end, you the other that means it's broken broken between us, broken despite us broken and therefore dying broken by force, broken by lying green, with the flare of life in it 3 But say we're crouching on the ground like children over a mess of marbles, soda caps, foil, old foreign coins --the first truly precious objects. Rusty hooks, glass. Say I saw the earring first but you wanted it. Then you wanted the words I'd found. I'd give you the earring, crushed lapis if it were, I would look long at the beach glass and the sharded self of the lightbulb. Long I'd look into your hand at the obsolete copper profile, the cat's-eye, the lapis. Like a thief I would deny the words, deny they ever existed, were spoken, or could be spoken, like a thief I'd bury them and remember where. 4 The trade names follow trade the translators stopped at passport control: Occupation: no such designation-- Journalist, maybe spy? That the books are for personal use only--could I swear it? That not a word of them is contraband--how could I prove it? 1995 El arte de traducir 1 Haberte visto del todo, una vez: pelo rojo en mejillas frescas por el aire de la autovia tu jerga, tus ojos que intimidaban sin dejarse intimidar. Y despues poner rumbo a casa, milla tras milla hacia donde apenas sabian de tu nombre -ni por terrorista ni por genio te detendrian- volar a mi pais portando tus protocolos salpicados de conflicto; esa era, sin duda, toda una mision: mi cartera de artista llena de tus jugos rebosantes las dulces gotas oscuras de tu espiritu manchando de rayas la cartera, la camisa y en el banco sobre el que me apoyaba. 2 No es mas que una rama como cualquier otra verde con el fulgor de la vida y si la sostengo por un extremo y tu por otro quiere decir que esta rota rota entre nosotras, rota a pesar de nosotras rota y por tanto agonizante rota a la fuerza, rota al yacer verde, con el fulgor de la vida 3 Pero imagina que estamos en cuclillas como ninas sobre un revoltijo de canicas, chapas, papel plata, viejas monedas extranjeras -los primeros tesoros de verdad. Ganchos oxidados, cristales-. Imagina que yo viera primero el pendiente pero tu lo quisieras. Luego querrias las palabras que yo habia encontrado. Te daria el pendiente, el lapislazuli aplastado si hubiera, me quedaria mirando los cristales de la playa y el interior astillado de la bombilla. Observando en tu mano el perfil obsoleto del cobre, el ojo de gato, el lapislazuli. Cual ladron negaria las palabras, negaria su existencia, que fueran pronunciadas o pudieran pronunciarse, cual ladron las enterraria y recordaria donde. 4 Los nombres de oficios responden al oficio los traductores retenidos ante el control de pasaportes: Profesion: sin especificar. ?Periodista, espia quiza? ?Podria yo jurar que los libros son para uso personal -tan solo-? ?Que ni una sola palabra es contrabando -y como lo demostraria-? 1995 For an Anniversary The wing of the osprey lifted over the nest on Tomales Bay into fog and difficult gust raking treetops from Inverness Ridge on over The left wing shouldered into protective gesture the left wing we thought broken and the young beneath in the windy nest creaking there in their hunger and the tides beseeching, besieging the bay in its ruined languor

  • El bosque de Nell Leyshon

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    En una Varsovia ocupada por el ejercito aleman, el pequeno Pawel -imaginativo, curioso e impresionable- crece protegido en el ambiente familiar de su hogar, rodeado de mujeres: su abuela materna, su tia Joanna y, sobre todo, su madre Zofia, una mujer dividida entre el amor a su hijo y el pesar por la perdida de independencia que la maternidad le impone, alejandola de su chelo, de sus anoradas lecturas y, en definitiva, de su yo mas intimo. Para Pawel, ese hogar es su mundo, y esta a punto de perderlo. Una noche, su padre, miembro de la resistencia, lleva a casa a un piloto britanico herido de gravedad, lo que desencadena una serie de acontecimientos que obligaran a madre e hijo a huir y esconderse en el bosque.

  • Temporada de avispas de Elisa Ferrer

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    La superheroina imbatible que era de nina ha perdido sus poderes. Esta manana, que me encantaria volar, desaparecer, viajar en el tiempo, detenerlo, solo siento un pinchazo espantoso en la cabeza, el regusto acido de las copas de ayer. Ha sonado el telefono y mi madre me ha despertado antes de las ocho de la manana con su urgencia por hablar conmigo, aunque no tuviera nada que decirme: Nuria, carino, ?todo bien? Me ha costado levantarme, no sentirme culpable por tener a Juan respirando en mi nuca, ahogandome con su abrazo de cuchara. Me ha costado no enfadarme porque me prometi no liarme mas con el. Y al final me cabreo, porque respondo cuando me llama, porque voy a verle, aunque ya no quiera. Me ha costado darme una ducha, salir de su casa, que, aunque hace un tiempo fue mia, ahora me es ajena, lejana, triste; meterme en el metro, en el ascensor. Pensar en encerrarme en el sarcofago de la oficina. Llego a la redaccion y, al abrir la puerta, Lucas me mira de reojo. Sabe de donde vengo, el porque de mi cara culpable y mi ropa de ayer y me sonrie como el que espera que en cualquier momento reviente una tormenta; ojala la unica tormenta fuera la que esta por estallar en mi cabeza, el craneo partido, la masa encefalica contra la pantalla del ordenador. !Buena resaca, ?eh, Nuria?!, el grito de Hector en mi oido. Le sonrio, pero querria escupirle. ?Resaca?, repito. Ninguna. Y sonrio con mas enfasis tras responder, aunque haya espadas apunalandome las sienes. Enciendo el ordenador con desgana, intentando olvidar que me esperan ocho horas en ese cubiculo, y retomo la vineta de ayer sobre la operacion bikini y unas salchichas de Frankfurt. No la recordaba y resulta que es una mierda, a mi jefe le va a encantar. Siempre llega el ultimo, y no se como lo hace, pero todos los dias tiene una mancha de cafe o de tinta o de salsa en su camiseta de algodon. Camisetas que llevan escrito un texto gracioso que pronuncia en voz alta cuando llega por las mananas: <>. Hoy llega antes, apenas he encendido el ordenador, y ya ha abierto la puerta, KEEP CALM AND LOVE YOUR BOSS, senala su camiseta y mi dolor de cabeza detona tras el grito, el portazo. Nada mas sentarse, me llama a su mesa y mira de reojo mis dibujos mientras se corta las unas con un cortaunas ronoso y desportillado que guarda en el bote de los boligrafos. Hay algo extrano en su modo de no mirarme a mi, cuando se concentra en valorar la vineta. Creo que le gusta, que le gusta de verdad, lo creo por su hoyuelo, porque quiere asomarle en la mejilla, pero el no lo deja. Quiero comentarte una cosa, me dice serio, tengo que decirte algo. ?Que ocurre? Y me siento estupida frente a mi jefe, con aliento a roncola, con mi ropa de ayer, con su intencion de decir algo y luego callarse. Porque el tio se calla y mueve la mano como quien llama al camarero para decirme que luego, que hablamos luego, que cuando termine la vineta escriba un articulo sobre la maternidad hoy. ?Como? Si, sobre ser madre hoy. ?En que contexto? En el que quieras, Nuria. Ser madre hoy. Estoy harta. No se escribir, no soy periodista, pero no te puedes quejar, me dicen, al menos tienes trabajo. Y hoy prefiero no protestar, callarme, agachar la cabeza, pasar desapercibida. Lucas se acerca a mi cubiculo para decirme que no me preocupe por lo de mi jefe, que no sera nada, pero, aunque mueva las manos como si fuera una vendedora de Tupperware y le quite importancia, el tambien esta preocupado. Y para rebajar la tension, le corto del unico modo que funciona, le hablo de sus canas, de las pocas que le han salido y ya asoman en la parte derecha de su cabeza. Mas de quince canas en la derecha, Nuria, ni una en la izquierda. El asunto del desequilibrio capilar, asi lo llamamos, <>, le pone nervioso, le desquicia. ?Tu te acostarias con un tio con la cabeza dividida en dos colores? ?Con la cabeza como una punetera tarta helada? Y me obliga a arrancarle dos, tres canas mientras grita. Pero es el esfuerzo que debo hacer, dice, para seguir seduciendo a tipos tan guapos como yo. Le pido que me acompane a fumarnos un porro en la azotea, pero me responde que ni hablar, que eso me faltaba hoy, que me ve descentrada, resacosa, que acabe con el dibujo de una santa vez. Intento concentrarme en la vineta en la que trabajo con la tableta grafica, pero mi mano se mueve sola y termina dibujando con el rotulador como tantas veces, como siempre, avispas en un papel. Las avispas que pueblan mis cuadernos, el corcho de la cocina, las servilletas del desayuno que se van a la basura junto a la corteza del pan de molde. El rotulador amarillo y el negro las trazan solas. La semana pasada dibuje avispas en chandal de tactel, en kimono, en posturas imposibles para una avispa, para el Kamasutra, y esta manana a una le he puesto bigote y quiza la convierta en nazi. Ni lo pienso, la mano se mueve sola desde que empece a dibujarlas en clase en lugar de tomar apuntes y aun hoy, como cuando era nina, me siento Batman, que vence su miedo a los murcielagos aliandose con ellos. A golpe de trazos amarillos y negros me crezco frente a esos aguijones afilados que de pequena eran para mi mas que un pinchazo caliente y doloroso, de hecho, representaban el final del juego. Mi movil vibra con insistencia y al final respondo. No es Juan, a pesar del martilleo de mensajes al que me ha sometido a lo largo de la manana, se trata de un numero que desconozco, pero es una voz que he oido antes, desgastada, de hombre mayor, una voz que me dice que tal Nuria, pero la llamada se corta antes de que me de tiempo a preguntar quien es, que quiere, quien habla. Esa breve conversacion me deja una sensacion extrana, la vista clavada en la pantalla del telefono, donde el reloj parece detenido, mientras mi mano se queda estancada sobre la ilustracion sin acabar. Apenas faltan diez minutos para salir, cuando termino la vineta. ?Que tal vas?, pregunta mi jefe. Ya esta, le digo. El la mira en la pantalla del ordenador, el sol, los crateres planetarios, la pierna trazada con ligereza, como si fuera real aun siendo un dibujo. Manana a primera hora me pongo con el articulo ese de las madres, le digo. Y hace un gesto raro. Le encanta, se que el dibujo le encanta, pero ni una palmadita en la espalda, ni un Buen trabajo, Nuria. Bien, bien. Mandame la vineta y manana vemos eso. ?Querias hablar conmigo?, le pregunto. Pero Hector le zarandea, tira de la manga de su camiseta, KEEP CALM AND LOVE YOUR BOSS. ?Unas canitas? Ese zarandeo es el salvavidas al que se aferra mi jefe, que mira el reloj y claro, claro, anda si ya es la hora. Unas canas, ?por que no? Y esta incomodo. Bajais, ?verdad, Nuria? Y va a decir Lucas, pero siempre se queda en blanco y le llama Nicolas o Luis o tu, sin mas, tu. Tu, ?bajas? El bar huele a humo, aunque no se pueda fumar. Quiza sigue alli ahogando los poros de los sillones de escay desde el ultimo cigarrillo que se disfruto antes de la prohibicion. Hector pide canas para todos sin preguntar si las queremos, como tampoco pregunto si queriamos salir de la oficina, ni nos pidio permiso para interrumpirnos cuando al fin empezabamos a hablar.

  • Crimen en Kensington de Christopher St. John Sprigg

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    Un pequeno hotel residencial en el centro de Londres, un siniestro matrimonio propietario, un conjunto de excentricos huespedes, un concienzudo inspector de Scotland Yard, un periodista de sociedad joven y curioso… y una inquietante desaparicion.

  • En las manos de mi jefe de Johanna Milton

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    Johanna acaba de romper con su novio de toda la vida y ahora siente que no ha aprovechado su vida para conocer, experimentar y disfrutar...
    Nick es un empresario de exito cuyo hobby oculto es ir a fiestas donde lo que lo que mas importa es la discrecion.
    Ellos se veran gracias a una fiesta organizada por "Desata tu yo interior", pero su historia habia empezado mucho antes de eso...
    El es su jefe, pero su cuerpo invita a pensar en muchas otras cosas...
    Ella nunca habia sentido el placer de la pasion...
    Dejate llevar por tu yo interior, desata la lujuria y el sexo. No dejes que nadie opine por ti. Rebela tus deseos mas ocultos y, ante todo...NO TE ENAMORES.

  • El rey de las muertas de Laura Cruz

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    Alexander era El Nigromante.
    El Hechicero Negro.
    El Rey de las Tinieblas.
    El Monstruo del Reino Prohibido.

  • Obsesionado con tus curvas de Natalia Diaz Colon

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    Una joven latina que busca progresar en la vida; es por eso que se muda a la Florida, en busca de conseguir un buen empleo, pero la vida ha sido injusta con ella. Por su sobrepeso ha tenido que lidiar con el rechazo de la sociedad y entre ellos, con el de su madre. Todos la juzgan por su apariencia y no toman el tiempo de conocerla. Un dia recibe una llamada para una entrevista en la empresa Collman Enterprise, presentia que seria otro fracaso mas, pero no fue asi. La vida de Jasmin esta a punto de cambiar y no sera precisamente por el trabajo.