• libro por nosotros wattpad - Sonia R. Salvante

    https://gigalibros.com/por-nosotros-encuentro-de-almas-2.html

    Chema sigue perdido, mas confuso que nunca y arrastrando una frustracion dificil de gestionar.
    Sus deseos batallan constantemente contra el deber y la culpa, mientras la vida se empena en mostrarle el camino.

  • Por Nosotros© - 33 | Algo nuevo. - Wattpad

    https://www.wattpad.com/amp/1022018994

    —Pregunte haciendo que Liv riera mientras Naomi asiente — ¿Condón? — ¡Ay Hannah! —Naomi se tapa la cara con ambas manos riendo —Algunas veces odio tu curiosidad ...

  • Por Nosotros© - 23 | Coliseo. - Wattpad

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    ALEXANDER BIANCHI. Hannah está terriblemente borracha y lo único que tengo claro es que voy a matar a Adriano y Fabricio, por tomarse toda la botella de ...

  • Por Nosotros© - 30 | Recuerdos. - Wattpad

    https://www.wattpad.com/amp/1018526671

    Ladeo mi rostro cuando me toca el pene por encima del pantalón. ... Nos acercamos a pagar ambos libros, pero Hannah vio algunos productos pequeños de cocina ...

  • Por Nosotros.-Segunda Parte de "Por Ella" - Senpai - Wattpad

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    2 dic 2017 — NOTA: PARA ENTENDER LOS ACONTECIMIENTOS DE ESTE LIBRO ES NECESARIO LEER CON ANTERIORIDAD EL LIBRO LLAMADO "POR ELLA". All Rights Reserved.

  • Nosotros | Serie Curioso amor - Libro 1 [+18] - 9. - Wattpad

    https://www.wattpad.com/amp/517333146

    Estoy tan curiosa por este lugar que no puedo dejar de sonreír. Los gemelos me miran divertidos y no me importa parecer ansiosa delante de ellos.

  • Por Nosotros.-Segunda Parte de "Por Ella" - Capitulo Final.

    https://www.wattpad.com/585116170-por-nosotros-segunda-parte-de-por-ella-capitulo

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  • Por Nosotros.-Segunda Parte de "Por Ella" - Capitulo 24.

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  • Por Nosotros.-Segunda Parte de "Por Ella" - Capitulo 29.

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  • Por Nosotros.-Segunda Parte de "Por Ella" - Capitulo 6.

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  • Todo por nosotros Namgi - Basta - Wattpad

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    Aquí esta tu libro -le dije extendiendo el libro hacía él. - Me alegra que te haya gustado -contestó recibiéndolo. - Fue una buena elección, ...

  • Encuentro de almas 1. Por Clara de Sonia R. Salvante

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    El Pilar, un pueblo en el que todos se conocen, es el lugar que vera crecer un amor.
    O dos.
    Clara habria sido feliz si hubiese nacido uno o dos siglos atras. Romantica, dulce y timida, su familia lo es todo para ella. Quiza por eso su mayor sueno sea crear una propia.
    Y con el.
    Chema es una persona sencilla que solo aspira a una vida normal. Seguro de si mismo, sabe lo que quiere y va a por ello. Claro que siempre ha tenido una vida relativamente facil, en la que nunca ha conocido el amor ni la desesperacion.
    Hasta que se fijo en ella.
    Y luego esta Laura. Divertida, directa e impulsiva... Su caracter explosivo esconde un enorme corazon y unas ideas inamovibles. Ser independiente, vivir en una gran ciudad y dedicarse a su gran pasion: la decoracion.
    Tres jovenes con suenos, tres almas entrelazadas y un destino que los atropellara.
    Amor, risas, respeto, fidelidad, deseo, pasion y dolor. Y, entre todo ello, la busqueda del perdon. A uno mismo, tal vez el mas dificil.
    Porque la lealtad y el corazon no siempre siguen las mismas normas. Porque uno no elige a quien amar, a quien desear, a quien perder. Porque, a veces, simplemente, algo superior decide por nosotros.

  • El poder de confiar en ti de Curro Canete

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    El acto de generosidad mas grande que puedes hacer por ti y por los que te rodean es ser feliz

  • Polvo y sombra (Subjefe Rocco Schiavone 6) de Antonio Manzini

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    Heredero literario de Andrea Camilleri, Antonio Manzini vuelve con la sexta entrega de la serie dedicada al subjefe Rocco Schiavone.

  • Quedate este dia y esta noche conmigo de Belen Gopegui

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  • Rosas amarillas para conquistar a la senorita Remington de Ana F. Malory

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    Lancaster, Reino Unido, 1840 Demasiado excitada como para permanecer sentada, la joven senorita Elizabeth Grant caminaba de un lado a otro del dormitorio deteniendose de tanto en tanto frente al espejo del tocador. Estudiaba con atencion la imagen que este le devolvia, sonreia satisfecha y reanudaba el paseillo ante la divertida mirada de su prima Anna. --No comprendo como puedes estar tan tranquila --manifesto la muchacha, revisando por enesima vez su aspecto, atusandose los rizos que le enmarcaban el rostro y ahuecando el abullonado de las mangas de su vestido antes de girarse hacia su prima con una deslumbrante sonrisa en los labios--. ?No estas emocionada? Yo siento que podria estallar de un momento a otro, tan alborotada estoy --concluyo con una risita de puro jubilo. --Es comprensible, estas a punto de asistir a tu primer baile --senalo Anna, coreando la risa de Beth al ver que sus palabras no hacian mas que avivar el entusiasmo de la mas joven, y contagiandose del mismo. A fin de cuentas, esa tambien seria su primera temporada, aunque su edad distara mucho de ser la de una debutante. La inesperada muerte de sus padres tres anos atras la habia mantenido largo tiempo sumida en el dolor, la tristeza y el duelo, alejada de los salones y reuniones. Detalle este que, dado su caracter extrovertido, y a decir de su tia un tanto levantisco, le traia sin cuidado. Intentaria disfrutar de las fiestas y el baile como cualquier otra joven, sin importarle que el resto de la sociedad la considerara, a sus veintiun anos, poco menos que una solterona. A lo largo de aquella semana su tia Clarissa la habia abrumado con interminables sermones sobre como tenia que comportarse en el baile de presentacion de Beth. Ante todo, debia evitar ponerse en evidencia, pensando siempre en su futuro y en el de su prima que, con seguridad, esa misma temporada lograria prometerse con algun respetable y, por supuesto, adinerado caballero. --Con suerte, siempre y cuando tu conducta sea intachable, tu tambien encontraras esposo. Estas habian sido sus palabras la noche anterior. Palabras que en ese instante resonaban en su cabeza casi como una amenaza. <>. Ni mucho menos estaba en contra del matrimonio, pero tampoco lo consideraba una obligacion. Si algun dia se casaba lo haria por amor y no porque el caballero fuera adecuado, acaudalado y socialmente conveniente. Tampoco porque la sociedad asi lo dictara. --No tienes de que preocuparte. --Tranquilizo a Beth con una calida sonrisa, olvidandose de las monsergas de su tia y de un futuro que, por el momento, no le inquietaba lo mas minimo--. Causaras sensacion. Estas preciosa. --Eres muy amable, Anna, y me encantaria poder decir que tambien tu luces estupenda, pero... las dos sabemos que ese vestido rosa que mama ha escogido para ti no es precisamente favorecedor --apostillo con un mohin de disculpa. Anna se acerco al espejo, contemplo su imagen y dejo escapar un suspiro de resignacion. --Tu madre queria asegurarse de que esta noche fueras tu la que brillara, y para ello me ha convertido en una col rosa --senalo con gesto comico--. Creo que, de haber podido, habria hecho lo mismo con el resto de invitadas --anadio, muy seria. Su expresion solemne no logro enganar a Beth y un segundo despues ambas estallaban en carcajadas. --Llevas razon, pero no lo ha hecho con maldad, aunque he de reconocer que se le ha ido un poco la mano. Continuaban riendo cuando la puerta del dormitorio se abrio sin previo aviso. --?Que escandalo es este? --pregunto Clarissa, horrorizada. --Ha sido culpa mia, le contaba a Beth... --Dios bendito --la interrumpio con apurados movimientos de las manos--, a este paso terminare de los nervios --dijo mas para si que para las muchachas, que la observaban con fingida seriedad. Tomo aire y lo expulso despacio antes de volver a hablar--. Los invitados comienzan a llegar y debemos recibirlos como corresponde. Sabeis lo que debeis hacer, ?verdad? --pregunto al tiempo que las hacia abandonar la estancia y, saliendo tras ellas, acomodaba los volantes del vestido de su hija--. Anna… --?Si, tia? --Espero que recuerdes todo cuanto te he dicho estos ultimos dias. --Por supuesto que lo recuerdo, tia. --Clarissa, satisfecha, se les adelanto, dedicandoles una ultima mirada antes de comenzar a bajar las escaleras--. ?Como olvidarlo si ha pasado toda una semana martirizandome con ello? --susurro en cuanto la mujer les dio la espalda. --?Has dicho algo? --inquirio aquella, deteniendose para mirarla por encima del hombro. --!Oh! Nada importante, tia. --Beth a duras penas podia contener la risa--. Que puede estar tranquila, no se me ha olvidado ni una sola palabra de cuantas me ha dicho. --Confio en que asi sea, querida. --Respiro despacio y bajo a reunirse con su esposo, que ya recibia a los primeros invitados. *** Clarissa se sentia exultante; todos elogiaban su fiesta y comentaban lo encantadora que era su hija Elizabeth. Prueba de ello era que su carne de baile se habia completado en un abrir y cerrar de ojos, y varios caballeros, los menos avispados, habian perdido la oportunidad de disfrutar de su compania durante la danza. Anna tambien habia bailado, aunque preferia permanecer en un segundo plano. No resultaba agradable exhibirse con aquel horrible vestido lleno de lazos, sin mencionar que la mayoria de caballeros alli presentes solo tenian ojos para las mas jovenes de la reunion. Hacia un buen rato que observaba a las parejas moverse en el centro del salon, cuando diviso entre el gentio al senor Taylor. Recordo entonces que el nombre del caballero figuraba dos veces en su carne; por lo tanto, la buscaba. Habia bailado con el al inicio de la velada y sabia que sus pies no soportarian un nuevo encuentro con los desmanados zapatos del joven. Sin rastro de remordimiento, huyo, mezclandose entre los invitados que bordeaban la pista de baile, hasta despistarlo. Terminar junto a una de las puertas que daban al jardin le sirvio para escabullirse fuera y librarse asi de la tortura que supondria bailar con el. El aire fresco de la noche la hizo estremecer, pero preferia pasar frio a volver a la atestada sala donde, con total seguridad, el senor Taylor continuaria buscandola, al menos durante unos minutos. Con pasos distraidos y sin apenas ser consciente de ello, tomo el camino que conducia a los rosales. Era su lugar favorito del jardin, porque le gustaban las rosas, en especial las amarillas. Eran flores hermosas y delicadas, pero a la vez temibles, con sus grandes y afiladas espinas; le fascinaban. Le recordaban un poco a si misma: de apariencia fragil y fuerte caracter. Quizas por eso la cautivaban. Durante la caminata se cruzo con varias parejas, unas paseaban sin mas para descansar del barullo del salon, otras buscaban rincones un poco mas discretos, con seguridad para decirse palabras de amor e, incluso, besarse con pasion, penso, suspirando. Se pregunto si alguna vez hallaria un hombre que se fijara en ella. Cierto que habia despertado el interes de varios caballeros, pero, a su modo de ver, eran demasiado jovenes o demasiado mayores. Tal vez su aspecto menudo, carente de sugerentes curvas, su cabello anaranjado, herencia de su padre, y sus ojos tremendamente verdes, no fueran del agrado de los hombres que ella consideraba interesantes.

  • El envio de Sebastian Fitzek

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    Un nuevo magnifico thriller del autor de Terapia, El pasajero 23 y El proyecto Joshua.

  • Emma en la noche de Wendy Walker

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    Una noche, Cass y su hermana Emma desaparecen. Tenian quince y diecisiete anos respectivamente. Nadie sabe nada de ellas y las autoridades no encuentran una explicacion. Hasta que, tres anos despues, Cass reaparece sin su hermana. Lleva solo lo puesto y cuenta una historia increible, llena de lagunas…
    Para la doctora Abby Winter, psicologa forense, nada de lo que cuenta tiene sentido. Como experta en trastornos narcisistas de la personalidad, investiga a fondo a la familia de Cass: la madre resulta perturbadora, el padrastro y el hermanastro son problematicos, incluso la propia Cass no es lo que parece.
    Y mientras se investiga para encontrar el paradero de Emma, lo que sale a la luz va mas alla de lo que cabia esperar. Y es que cuando los secretos familiares se destapan, las consecuencias pueden ser terribles.

  • Vidas descalzas de Fabio Geda

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    Ercole esta atrincherado en el techo de un cobertizo, armado y rodeado por la policia. Con el esta Luca, que tiene seis anos. ?Como han terminado alli?

  • Las cenizas de la inocencia de Fernando Benzo Sainz

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    Una novela de gangsters ambientada en el Madrid de los anos 40.

  • Apropiacion indebida de Lena Andersson

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    ?Somos nosotros mismos cuando nos enamoramos?

  • El progreso del peregrino de John Bunyan

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    ?Por que una nueva edicion de El progreso del peregrino en espanol? La respuesta viene dada por la necesidad de una version que, por un lado, sea rigurosamente fiel al original (sin adaptaciones ni recortes) y, por otro, tenga un lenguaje y una presentacion adecuados a nuestro tiempo. Tal es el trabajo que Editorial Peregrino, haciendo honor a su nombre, ofrece ahora al publico de habla hispana.
    Se publica esta nueva edicion con la confianza de que la inmortal obra de John Bunyan no es una pieza de museo sino un libro de gran utilidad, tanto para ninos como para jovenes y adultos, en una mejor comprension y apreciacion del mensaje de la Biblia misma. La utilizacion de la version Reina-Valera 1960, un tipo de letra muy legible y un precio asequible hacen aun mas atractiva esta obra intemporal.
    John Bunyan (1628-1688) fue un escritor y predicador puritano. Tanto El progreso del peregrino como otros de sus libros fueron escritos durante un encarcelamiento intermitente de doce anos a causa de su fe. De sus numerosas obras, tenemos ademas en espanol La guerra santa y Gracia abundante. Calderero de profesion y sin una educacion formal, la calidad de sus obras ha atraido la atencion de expertos literarios, y se han escrito varias biografias sobre su persona y su obra.

  • Mi error fue enamorarme del novio de mi hermana. Parte 1 de Moruena Estringana

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    Jenna siempre se ha sentido diferente. Con sus diecinueve anos no aparenta mas de quince y para eso no ayuda mucho su despreocupado aspecto. Hija de un importante empresario nunca se ha sentido a gusto en sociedad. No encaja en ese mundo. Su mundo es la pintura, le encanta perderse en su cuadros y plasmar la belleza que solo ella es capaz de ver.

  • Encontrarte de Mar Vaquerizo

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  • La bella salvaje de Philip Pullman

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  • La maldicion de los Montreal de Raul Garbantes

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    Capitulo 1 Era una de esas madrugadas, de las que parecen que ya van cargadas de pesares y cansancios, cuyo manto gelido y sombrio abriga, tanto el sueno inocente de los incautos como la fechoria del bribon. En la estacion de policia, no obstante, poco o nada habia que hacer. Del aburrimiento, algunos oficiales jugaban con cartas viejas que nadie sabia de quien ni de donde habia salido. Mucho menos de cuando. Otros contaban historias, como si se encontraran en un bar, bebiendo. Historias de maldiciones, de tiroteos, supuestos actos heroicos, o dignos de carcajadas, si no, que carecian del brillo de esas narraciones que llevan alcohol en la sangre. De entre las risas y los lamentos de apuestas perdidas, se escucho sonar un telefono. Se encontraba en el escritorio del diligente oficial Marcos Isla. Pocas veces se trata de buenas noticias, pero el oficial solo espera que no sea nada grave. Minutos despues se ve en su auto en direccion de un apartamento cuyos vecinos han presentado quejas por gritos y lo que parece ser una situacion violenta dentro del mismo. En las afueras del edificio distinguio lo que era una atractiva figura femenina, temblorosa. Pueden ser los nervios, tambien el frio. La mujer le habia explicado que en el apartamento contiguo al de ella, se escuchaban discusiones fuertes con tono muy agresivo y que temia que la vida de alguien pudiera estar en peligro. Probablemente una pelea domestica. Le dijo a su companero que lo esperara afuera y entro solo con la mujer al edificio. --?Pelea de pareja? --preguntaba el oficial, mientras subian en el ascensor. --No --respondia la mujer, afectada--. El vive solo. Ademas no se escucha la voz de mas nadie. A veces como que grita "no", como si no quisiera que pasara algo, pero solo se escucha su voz. Pero casi siempre solo parecen ruidos extranos. --No se preocupe, senorita --dijo Marcos--. Pronto se resolvera la situacion. Solo lleveme hasta alla y dejeme el resto a mi. --Es en el ultimo piso, ya casi llegamos. El oficial miraba de reojo a la atractiva mujer, a su figura, que solo la juventud permite y luego sentia culpa al no poder evitar la comparacion con su esposa, en cuyo cuerpo los anos ya empezaban a dejar su indolente huella. Luego se abrieron las puertas del ascensor y ambos escucharon gritos y el sonido de objetos rompiendose contra el suelo. El oficial Marcos noto la reaccion inmediata de la mujer, visiblemente asustada. --Creo que es mejor que me vaya --dijo la mujer--. No quiero tener problemas. El oficial asintio. La mujer se dirigio a su puerta y el despidio su cuerpo exuberante echandole un ultimo vistazo. De todas maneras, si ella no lo hacia por su cuenta, hubiera tenido que pedirle que permaneciera dentro de su apartamento. Apenas la mujer cerro la puerta, el oficial saco su arma, se ubico a un lado de la puerta vecina y llamo con voz firme, pero nadie respondia y los gritos se hacian mas fuertes. Entonces llamo a su companero por el radio comunicador. A lo mejor necesitaria refuerzos. Luego intento nuevamente comunicarse con alguien dentro del apartamento, solicitando que le permitieran la entrada. --!Esta aqui! --dijo un hombre desde adentro-- !Quiere asesinarme! Al escuchar esto, de inmediato el oficial Marcos se dispuso a entrar por la fuerza. Sin embargo, la puerta era de un metal muy resistente y le resulto dificil forzarla. Penso en disparar a la cerradura, pero la bala podia rebotar y causar danos innecesarios, a el o a su companero. Rapidamente, el oficial Marcos tuvo que buscar nuevamente a la mujer que hizo la denuncia para ubicar al conserje y que este subiera a abrir la puerta. A su vez, el oficial se habia encargado de pedir refuerzos, informando que la situacion podia tratarse de un secuestro o intento de homicidio. Tanto como se lo permitieron sus piernas maltrechas por la artritis y el vaiven de los anos, el conserje subio de inmediato, manipulando el manojo de llaves con sus arrugadas manos, buscando la llave adecuada. Cuando al fin la encontro, los ruidos que venian desde el interior del apartamento habian cesado. El oficial Marcos y su companero entraron cautelosamente, en busca de la victima y el agresor. Era un apartamento lujoso y de tenue iluminacion, la escasa luz reflejandose en los adornos de marmol y cristal. Todo parecia estar en orden: los cuadros aparecian perfectamente colgados en las paredes, las lamparas de cristal permanecian sobre las repisas. En la sala, un cenicero todavia despedia humo y los muebles lucian tan pulcros que parecia que nunca nadie los hubiese tocado. El piso no revelaba ni una sola mancha. Nada de lo que hasta ahora presentaba la escena tenia sentido alguno para el oficial Marcos o su companero. Despues de tanto estruendo, el lugar deberia parecer un chiquero, pero he aqui que mas se asemejaba al museo local que a una escena de agresion y violencia. Y todo ello envuelto en un silencio absoluto, aterrador. En la cocina, encontraron el cuerpo de un hombre que yacia en el piso y que parecia haberse ahogado en su propia sangre, que aun borboteaba. El oficial Marcos corrio para auxiliarlo, pero ya era demasiado tarde. Su ultimo aliento se habia desvanecido; su vida, expirado. --!Policia! --exclamaba el oficial, mientras terminaban de registrar el apartamento-- !Salga con las manos en alto! --El lugar esta vacio --replico su companero--. Lo he revisado completamente. --?Pero como carajos pudo escapar? No hay salida, estamos en el ultimo piso. ?Sabes cuantos pisos son? Veinticuatro. Alerta a nuestros hombres, quiero un perimetro alrededor del edificio, nadie sale ni entra sin ser interrogado. El responsable aun debe estar en la zona. --Marcos --dijo el companero--, no hay manera de huir. Estamos en un apartamento de maxima seguridad. Las ventanas tienen protectores de acero, los ductos son estrechos y la unica salida estaba cubierta por nosotros. Eso solo puede significar una cosa. --Debemos esperar una confirmacion del forense, mientras tanto esta es una investigacion abierta por homicidio. El sujeto estaba vivo cuando llegue y estaba gritando por ayuda. No me pidas que ignore eso porque no lo hare. Otros oficiales llegaban a la escena del crimen. Marcos, mientras observaba el cuerpo tendido en el piso. --Que alguien averigue quien era este hombre --dijo--. Debemos notificarle a la familia.

  • Ninguna mujer llorara por mi de Jose Antonio Gurpegui

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    Reconociste a Simon nada mas verlo. Abandonabas el aula al terminar tu clase cuando alguien pronuncio tu nombre: <>. Te giraste y alli estaba el. Habia perdido el pelo pero conservaba la mirada picara de adolescente, su cara de suaves rasgos aninados y la misma sonrisa agradable y sincera. Os abrazasteis con carino. <>. Los dos recordabais con exactitud la ultima vez que os visteis: una tarde-noche lluviosa de otono intentando encontrar taxi al salir del cine. Ahora, en el pasillo de la facultad, especulabais sobre el tiempo transcurrido desde aquel encuentro casual, <>; <>; <>; <>. Simon tenia razon, la ultima vez que coincidisteis fue en 2005, hacia exactamente catorce anos. Sorprendente que no recordaras el ano exacto; tu memoria, en especial para acontecimientos senalados, es prodigiosa, y aquella fue la ultima vez que Pepe, tu marido, te acompano al cine. El preferia el futbol --socio del Real Madrid desde el dia que nacio-- y los toros --heredo de su padre un abono de barrera en el tendido 1 de Las Ventas--, incluso musicales como Los Miserables; decia que el cine no le emocionaba, que todas las peliculas eran predecibles. En el taxi te pregunto quien era <>, y respondiste que un viejo amigo de la facultad. Mas sorprendente que Simon apareciera de improviso por la facultad fue el motivo, el por que te buscaba: <>. Te quedaste sin palabras y volvio a repetir: <>; no reaccionaste e insistio por tercera vez: <>. Nunca conociste la identidad de tu padre y habias sonado con escuchar esa ultima frase incluso antes de tener uso de razon. Recuerdas un dia que estabas jugando con una muneca y preguntaste por tu padre y amatxu --nunca fue mama ni madre-- te dijo simplemente que se habia marchado muy lejos; volviste a preguntar con la candidez propia de tus cuatro anos: <>. No respondio. En algunas ocasiones, cuando renacia tu interes por el paradero de tu padre, tan solo lograbas excusas o justificaciones imprecisas y confusas entre si… evasivas con las que te mentian pero no enganaban. Comprendiste que aquel asunto era un tema delicado cuando en tu catorce cumpleanos pediste como regalo, inocente, conocer quien era tu padre; amatxu se desquicio y, desolada y con los ojos acuosos, abandono la casa y no volviste a verla hasta el dia siguiente. A partir de entonces te refugiaste en la soledad de tu cama, y por las noches permitias que tu imaginacion se recreara esbozando su figura: ni alto ni bajo, moreno unos dias y castano o rubio en otros, de ojos grandes, tal vez usara gafas, y nariz… la nariz era lo mas dificil de imaginar. A su vez lo situabas realizando todo tipo de trabajos: unas veces era profesor, otras medico, otras militar… aunque tambien podia ser maquinista de tren, o titiritero si tu espiritu estaba jugueton. Y le construias una casa con un gran salon desde donde se veian los arboles de un parque cercano. Esas ensonaciones resultaban agradables; en cambio, si tus fantasias lo situaban viviendo con otra familia, acariciando a otros hijos, tardabas en conciliar el sueno. Cuando alcanzaste la mayoria de edad, tu amatxu consintio en hablar: tu padre os abandono el mismo dia en que naciste --el 20 de noviembre de 1975-- y jamas se volvio a saber nada de el. Tampoco entonces te convencio; lo unico positivo en aquella conversacion fue conocer su nombre, Antonio Sanchez. Continuaste reclamando informacion. ?Quien era Antonio?, ?como era?, ?por que os abandono?, ?a que se dedicaba?… Nunca nadie dijo nada. Los mil intentos y delirantes estratagemas para averiguar los motivos de su abandono, de la misteriosa huida de tu progenitor, solo cesaron con el solemne funeral de tu abuelo. Bartolome Tellechea Basterrica murio un dia antes de tu decimonoveno cumpleanos. Para la tropa era el teniente general Tellechea; sus hijos se referian a el como <> y le trataban de usted; para la abuela fue siempre Bartolo --o Bartolome, cuando se enfadaba y se ponia seria --; sus companeros oficiales lo conocian por Tolo el Astuto; amatxu lo llamaba aita, y tambien tu utilizabas ese mismo apelativo paternal en vasco. Tu abuelo habia nacido con el siglo y resultaba facil establecer su edad en relacion a cualquier acontecimiento. Como todos los Tellechea seria enterrado en el senorial panteon de la FAMILIA TELLECHEA: un mausoleo de enmohecida piedra negruzca con una cruz en el centro --colgando la estola con el texto FORTES FORTUNA ADIUVAT, La fortuna favorece a los valientes--, flanqueada por dos arcangeles adoradores, en el cementerio de Vista Alegre en Bilbao. Alli descansaban desde hacia siglo y medio los restos del general Heliodoro Tellechea, ayudante de campo de Zumalacarregui, muerto en la batalla de Montejurra en noviembre de 1835; del joven capitan Crucito Tellechea, veinticinco anos, herido defendiendo Cavite en Filipinas y victima del paludismo cuando en agosto de 1899 regresaba a Espana a bordo del mitico Alicante; y de su hermano gemelo --tu bisabuelo-- Martin Tellechea, fallecido de insuficiencia renal en Sidi Ifni en 1939, comandante de la 4.a compania en el Desastre de Annual, que lavo su honor durante el desembarco de Alhucemas al punto de que el general Sanjurjo lo califico de <>; y de su hijo, el venerado tio abuelo Emiliano, muerto por el <> de la Legion Condor en Galdacano el 11 de junio de 1937, durante la toma de Bilbao. Tambien descansaban alli los restos de <>, fallecida a causa de la escarlatina el 27 de diciembre de 1948; y dos primos muertos demasiado jovenes de forma tragica: T T, como le llamaba carinosamente la familia --de veintitres anos, el 4 de enero de 1980--, y Maca --Macarena Tellechea O'Reilly, a quien considerabas mas hermana que prima, tu mejor y tal vez unica amiga--, de veinte anos, el 7 de julio de 1993. La comitiva con el feretro del general partio desde el hospital Gomez Ulla a primera hora de la manana. Al furgon funebre le seguia el coche del tio Martin, el primogenito, con la tia Upe, la abuela y tu amatxu, la menor y unica mujer de los seis hermanos Tellechea; despues el coche del tio Fernando con la tia Sheila, y el tio Vidal con la tia Montse; el tio Javier, tu padrino, y la tia Remedios llevaban a la tata, que habia criado a todos los vastagos Tellechea y era como una mas de la familia; les seguia el Renault Laguna del tio Ignacio, que se empeno en que le acompanaras con el pretexto de contarle <>; un pequeno autobus con los primos --excepto Adria y Ferran que estudiaban en Estados Unidos --, algunas amigas de la abuela y Jacobo, hijo del comisario Manuel Ballester, quien fuera buen amigo del aita, que se apunto al autobus en el ultimo momento porque a su coche le fallo la bateria; y, despues, una galaxia de estrellas peregrinando en una veintena de coches: amigos y companeros de armas de los tios Martin y Vidal, que tambien vestian sus uniformes de gala en Intendencia y Regulares. Inacito, como familiarmente llamaban al tio Ignacio sus hermanos y cunadas, era el menor de los varones y fue mellizo de la malograda Merceditas. Los Tellecheas acudiais a el en los malos momentos en busca de consejo y refuerzo espiritual y humano por su condicion sacerdotal: era padre escolapio en el colegio que la orden tenia en la calle Hortaleza y alli vivio hasta su cierre en 1989, cuando le trasladaron a Zaragoza de donde vino para el funeral. Comenzo la conversacion de forma distendida --incluso excesivamente jovial dada la luctuosa circunstancia del momento-- bromeando sobre lo incomodo que resultaba conducir con sotana. Despues te pregunto por la universidad, por los chicos, si tenias algun <>, y bromeo al comentar como seria tu vida sin el general, con la amatxu, la abuela y la tata bajo el mismo techo. Habia nevado mucho ese otono, y el paisaje de un blanco impoluto al coronar Somosierra era espectacular y sereno. <>; <>; <>. Inacito conto que el general lucho en la columna de Ricardo Serrador, <>, y que en aquellos campos ahora nevados a punto estuvo de salvar la vida a Onesimo Redondo. Siguio hablando de politica; pensaba que Espana <> cuando entro a formar parte de la Comunidad Europea y estaba contento porque <>. Los nacionalistas habian abandonado a Felipe Gonzalez y seguro que habria adelanto electoral. <>; <>. Fue entonces cuando tu tio desvelo el verdadero motivo de su interes en que le acompanaras durante el viaje apartandote del resto. Amatxu le habia pedido consejo y ayuda porque tu reciente empecinamiento en conocer la identidad de tu progenitor era para ella <>. Inacito hablaba con voz pausada y aterciopelada, a veces apartaba la vista de la carretera para enfatizar alguna frase con la determinacion de quien esta totalmente convencido de sus palabras. En el horizonte se divisaron las torres de la catedral de Burgos cuando se referia al orgullo del linaje Tellechea, y la entereza con que afrontabais el peso de la historia y el compromiso con los antepasados. Oias y no escuchabas, era la misma perorata que se habia contado cien veces en las reuniones familiares. Sin saber como, sin pensarlo dos veces, preguntaste: <>; tardo unos segundos en contestar, como si sopesara la trascendencia de su respuesta: <>. El tio Inacito podia ser un carcamal retrogrado chapado a la antigua, pero era un hombre de honor y palabra, incapaz de mentir en un tema tan serio. Llegasteis a Bilbao a la hora prevista. Entraste en la catedral de Santiago abriendo la pequena comitiva de familiares, portabas solemne la Laureada de San Fernando prendida en un pequeno cojin que colocaste sobre el feretro. Tenias reservado un lugar en el segundo banco de la derecha, detras del tio Vidal. Oficio el obispo y otros cinco sacerdotes, pero fue Inacito quien pronuncio la homilia. Estabas aturdida y prestaste la atencion justa para saber que hablaba de los valores personales y la moral, y como <>. Cito la Primera a los Corintios (3:18): <>. Tu mente saltaba de un pensamiento a otro como los cubitos coloreados de un territorio a otro cuando tus primos jugaban al Risk. Observaste los galones del tio Vidal, tenian una estrella de cuatro puntas en la interseccion de lo que parecian ser dos sables cruzados y una corona en la parte superior. Los galones del tio Martin, junto a la abuela en el primer banco de la izquierda, eran similares pero con dos estrellas en vez de una. Los dos hijos militares llevaban fajin de un rojo tan intenso como la sangre. <>. El tio Vidal se dirigio al banco del tio Martin, le estrecho la mano con una palmadita en el costado y regreso su sitio. Recordaste lo ocurrido en ese mismo momento del saludo de la paz durante el funeral de tu prima Maca. De aquello hacia poco mas de un ano y tambien oficio aquella misa de difuntos el tio Inacito. A diferencia de ahora que guardaron las formas, tus tios Vidal y Martin se abrazaron en medio del pasillo, les flaquearon las piernas y cayeron de rodillas llorando como ninos. Durante unos segundos interminables nadie reacciono y solo se escucharon los sollozos inconsolables de aquellos dos hombretones vestidos de uniformes color caqui. El aita cruzo sus manos y bajo la cabeza en actitud de dar gracias a Dios. Algunos asistentes intentaron calmarlos pero no habia fuerza humana que lograra separar los brazos musculosos entrelazados. El tio Inacito bajo del altar y todos se apartaron pensando que el lograria hacerles recobrar la compostura, pero tambien el se arrodillo y llorando se unio al abrazo. Nadie intervino, estuvieron asi durante un tiempo indeterminado hasta que cada uno regreso al lugar que les correspondia. Amatxu observaba al aita, sollozaba y dos lagrimones se escaparon rapidos por la mejilla, la palidez natural de su piel te parecio todavia mas blanca con el luto riguroso, y cuando te vio observandola sonrio y dijo que lloraba de felicidad. El funeral del aita estaba siendo mucho mas solemne y pomposo que el de Maca y todo ocurria segun lo previsto. Durante la comunion el coro de voces blancas entono un Te Deum. <>; <>. Inacito puso la sagrada forma en tu lengua y te acaricio con dulzura. Con la hostia pegada al paladar regresaste a tu bancada y te arrodillaste. Sentiste la luz del Espiritu Santo iluminando tu ser, tu existencia. Todos te consideraban la hija perfecta: buena estudiante --fuiste la tercera mejor nota de la selectividad--, ajena a cualquier rebeldia adolescente --aprendiste del aita que <>-- y, utilizando una expresion de la tata, <>. Todo lo contrario que tus primos: Martinchu estuvo detenido por apalear a unos comunistas que pegaban carteles en las elecciones que gano Suarez y fue investigado por el asesinato de los abogados de Atocha aunque nada tuvo que ver; Palma y Claudio acabaron en un centro de desintoxicacion; Carlos, <>, se fugo de casa el verano anterior y nada sabian de el… Lo que todos ignoraban era que en tu interior despreciabas y odiabas a tu madre, a quien considerabas un ser infame. Habias idealizado y ennoblecido a tu padre pese a que os habia abandonado; por el contrario considerabas a tu amatxu una mujer mentirosa y egoista. Tu eras la unica egoista y ademas mezquina por desagradecida. En ese momento te sentiste indigna de ella, que sacrificaba cada dia de su vida por ti. Rogaste a Dios con todas tus fuerzas que te ayudara a encontrar el camino. Fue como si El en su infinita sabiduria respondiera a tus preguntas en aquel preciso instante haciendote ver la mentira de tu vida: las virtudes que otros veian en ti eran en realidad una defensa, una autoproteccion. Entendiste que preferias la soledad de la lectura y el conocimiento que guardan los libros a discotecas y otras diversiones juveniles para que tu naturaleza timida y reservada no se viera publicamente expuesta a situaciones embarazosas. Seguiste hablando con Dios hasta que empezaron a sonar los acordes del himno nacional; seis militares cargaron con el feretro del aita, y comenzo un sonoro y prolongado aplauso. Amatxu te indico que volvieras a encabezar la procesion de familiares con la medalla, pero tu le entregaste el cojin y te prendiste a su cintura como si fuera un salvavidas en medio de la tempestad. Juraste no volver a dudar de ella durante el resto de tu vida y tampoco volverias a preguntar sobre tu padre. Y con tu espiritu reconfortado abandonaste el templo. Todos esos recuerdos afloraron cuando, espoleada por el mensaje de Simon, dejaste en tu despacho el material de clase y al salir agarraste en volandas el tote de Balenciaga, que era como un apendice de tu persona. Ni por un segundo pusiste en duda las palabras de tu viejo amigo anunciandote que tu padre queria verte. En otro tiempo te conocio como nadie volvio a lograrlo jamas y sabia de primera mano la importancia, lo que significaban para ti aquellas palabras. Tenia el coche en el parking del moderno edificio de los juzgados. Te desagrado el pestilente olor a tabaco incrustado en la tapiceria, tan repugnante como en casa de tu amatxu. En la radio Pablo Casado exigia al presidente Pedro Sanchez que adelantara las elecciones, y pediste a Simon que la desconectara. Conociste a Simon en tu segundo ano de universidad. Tu estudiabas Filologia inglesa y el estaba en cuarto de Filosofia. Ocurrio en la facultad esperando recoger en el servicio de reprografia unos apuntes de Historia de la lengua inglesa. Eras la ultima en la infinita cola de estudiantes cuando oiste a tu espalda: <>. Te sorprendio la ocurrente expresion y giraste la cabeza. Su aspecto roquero te resulto gracioso y contestaste con despecho <>, y respondio <>, ?conjetura del ser o del saber?; no conocias el significado de eikasia. Fue el inicio de una conversacion que se prolongo durante tres horas en la cafeteria universitaria. La primera impresion que te provoco el aspecto de Simon no se correspondia con la realidad; era un tipo inteligente, locuaz, intuitivo y, sobre todo, muy divertido. Os citasteis para el sabado y aunque revolviste tu armario resulto imposible encontrar una sola prenda que no desentonara con su forma de vestir. A la semana siguiente os veiais a diario al terminar las clases. Era dos anos mayor que tu, hijo de viuda, el tercero de cuatro hermanos. Tocaba el bajo en un grupo de rock llamado Los Hurricane Rock United, que nunca grabo un disco, y compartia piso por la zona de Tetuan con dos estudiantes de Ingenieria de Caminos --el Ferni, de nombre Fernando, y otro apodado el Espia, por su aspecto sombrio y gesto taciturno-- repetidores de un curso si y otro tambien. Dependia de una beca para seguir estudiando --sus notas eran casi tan buenas como las tuyas--, y del dinero que ganaba con su grupo en alguna que otra verbena popular y trabajando de camarero en las fiestas mas populosas y concurridas, donde mejor pagaban. Te enamoraste de el sin saber como. Tal vez porque sabia escucharte, o porque con el sentiste unas ganas de vivir como nunca antes, o, como solia decirte, porque aparecio en tu vida en el momento oportuno. Ademas de la musica, su otra gran pasion era el cine y gracias a el conociste en la Sala Dore a Billy Wilder, Bunuel, Kurosawa… La primera vez que te beso fue viendo Que bello es vivir de Frank Capra: al final de la pelicula, cuando James Stewart en medio de una fuerte nevada suplicaba a Dios que le devolviera a su mujer y sus hijos repitiendo <>, le cogiste intuitivamente de la mano; Simon se giro y te beso, y te gusto. Fue como si una descarga electrica te atravesara de la coronilla hasta el talon y escuchaste levitando a la hija pequena de Bailey decir en la escena final <>. En su piso de estudiantes Simon fue el primero, y unico hasta que te casaste con Pepe, que acaricio todo tu cuerpo; pero reprimiste tu deseo y venciste su insistencia enfebrecida para ir un paso mas alla.

  • Sensible (Insensible 2) de Veronica A. Fleitas Solich

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    Conocerse los obligo a ver mas alla de lo que deseaban ver. Compartir sus miedos, a sentir mas de lo que se atrevian. Enfrentarse puso en evidencia para Felix y Gabriela que no solamente guardaban secretos ante otros sino tambien ante si mismos.
    Con la ruptura de la corta relacion que tuvieron, ambos intentan regresar a sus vidas pero ni ellos ni sus existencias son las mismas que antes de que sus caminos se cruzaran. El hombre que se sentia poderoso, intocable y ajeno a su propia humanidad ahora apenas si puede despegarse de los sentimientos que lo abruman, y la mujer que se creia demasiado debil para enfrentar sus propios deseos, comienza a aceptar que puede empujar sus limites cada vez mas, para alcanzar sus metas.

  • La Hermana Favorita de Jessica Knoll

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    Una novela llena de giros y suspense, sobre el pressing social al que viven sometidas muchas mujeres, que nos recuerda a Big Little Lies de Liane Moriarty.

  • Tiempos dificiles (Scarlet Falls 1) de Melinda Leigh

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  • El ala izquierda de Mircea Cartarescu

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    <> es el volumen que abre <>, la monumental trilogia en forma de mariposa considerada unanimemente la obra maestra de Mircea Cartarescu. Visceral ejercicio de autoexploracion literaria sobre la naturaleza femenina y la madre, <> se ha convertido en uno de los exitos mas solidos de la literatura europea actual, y en un best seller literario desde el mismo momento de su publicacion. Circos errantes, agentes de la Securitate, una oscura secta, la de los Conocedores, que controlan todo lo visible y lo invisible, un ejercito de muertos vivientes y una hueste de angeles bizantinos. Un exodo mistico a la infancia del autor y a la prehistoria de su familia. Un mundo caleidoscopico del que emergemos como si regresaramos de un peregrinaje, conmovidos y transformados.

  • Antes de Perderte (Solteronas 3) de Amaya Evans

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    Adalind Payton estaba sentada con sus protuberantes 6 meses y medio de embarazo, comiendo pastelillos mientras su hermana Alexandra cargaba a su bebe Theo de un ano y jugaba con el. -Adam debe estar feliz con un heredero. -Oh si, lo esta. Pero el no mira esas cosas, para el habria sido lo mismo nina o nino. Solo queria ser padre. Aunque bueno…tampoco se queja de que sea un varoncito. -En todo caso, mi sobrino es muy guapo-dijo observando al nino de hermosos ojos claros, con cachetes rechonchos, que reia en brazos de su madre. – ?Y que hay de Damien? Me imagino que no ve la hora de tener a su hijo o hija en brazos. -Si fuera solo eso, me reiria de la vida. Pero desde que supo que estoy embrazada, todo le parece peligroso. Insiste en que para bajar las escaleras debe haber una criada y una doncella conmigo para ayudarme. Me ha dicho que no quiere que vaya a las caballerizas a ver a mi yegua, porque considera peligroso que pueda acercarse mucho. No se que es lo que se imagina, tal vez cree que va a patearme o algo asi, aunque tu conoces a mi yegua, tiene el caracter mas dulce -elevo su mirada al cielo-juro que si no doy a luz pronto, enloquecere. Alexandra, se echo a reir. No creas que Adam se quedaba atras. Hacia lo mismo, hasta que le hice saber que me estaba volviendo loca y eso parecio hacerlo caer en cuenta. -Le dio una mirada picara a su hermana-sin embargo es poco de lo que me quejo con el. Es muy atento y amoroso. -Me da tanto gusto, hermana. Te lo mereces, y el tambien merece ser feliz. Y aproposito de felicidad conyugal ?Has visto el rostro de Anne? Alexandra asintio-me preocupa mucho. Hace tanto tiempo no la veo reir, que hasta se me ha olvidado como se ve feliz. -Debemos hacer algo-dijo Adalind con tristeza. No es justo que ella que era la mas alegre y sonadora de las tres, haya terminado decepcionada y odiando a todos los hombres. -No es facil pasar por lo que a ella le toco. Ese desgraciado de Emerett, le hizo dano. -Pudo hacerle mucho mas, Alex-dijo Addie levantandose con trabajo del sillon- Si tu no hubieras estado aquel dia, habria sido una desgracia para ella. -Lo se, pero ya es hora de que olvide todo aquello-Alexandra fue hasta donde estaba Addie para ayudarla y miro por todos lados- ?esta cerca?-dijo susurrando. -No, creo que esta recogiendo flores en el jardin. -Bueno… ?Y que podemos hacer?-se acerco a la ventana para mirar cuando entrara su hermana. -No lo se, yo no quiero verla sola el resto de su vida, y la veo tan resignada que hasta miedo me da el asunto. -La verdad es que no permite que nadie se le acerque y tampoco da muestras de estar interesada en alguien. – !Ya se!!-Exclamo Adalind emocionada- ?Que tal si la llevo en estos dias a una feria que llego al pueblo hace poco? Alex la miro extranada- ?y eso como va a ayudarla? ?Acaso van muchos prospectos alli? Adalind rodo los ojos-por supuesto que no. Va todo tipo de personas, pero lo que nos incumbe, es que hay una gitana. Y es muy buena, en verdad. Yo fui hace dias y me dijo muchas cosas ciertas. -Ay por Dios, Adalind ?Cuando dejaras de creer en gitanas, brujas y astros? -Pues aunque tu no creas en ellos, son cosas muy ciertas-ella se molesto-ademas no tenemos nada que perder. -Bueno…eso si. Ademas no se me ocurre nada. Tal vez si le dice algo bueno de su futuro, si le habla de alguien especial, ella se entusiasme. -El problema es que no sea asi. Me preocupa que le diga que no habra nadie en su vida. – ?Y si hablas con la mujer primero? Tal vez si le pagas una buena cantidad porque diga cosas buenas, ya no nos preocuparemos si la mujer es una charlatana o si dice algo que no convenga. -No lo se…-Adalind parecia dudosa de hacer eso. -Lo pensare y te dire que resuelvo ?bueno? -Bien, pero por favor mantenme al tanto. ***** Anne estaba incomoda en aquel lugar. Su hermana habia insistido en que la acompanara a una feria porque queria comprar unos dulces que solo vendian alli. Ella no era tonta y sabia que algo tramaba Adalind, pero tambien era cierto que con el embarazo se le habia despertado el gusto por los dulces y no queria negarle nada. -Mira-senalo una carreta-es por ahi. – ?Alli venden los dulces? -Si…alli es donde los venden. -parecia nerviosa y cuando llegaron una mujer las hizo pasar. Anne miro furiosa a su hermana-este fue tu plan todo el tiempo ?verdad? Adalind la miro avergonzada-hermana, por favor. Ya hemos venido hasta aqui, y yo tengo muchas ganas de que ella te adivine el futuro. La mujer las miraba como aburrida. -No me gustan estas cosas, nunca he creido en ellas-dijo molesta. -Entonces nina, no tienes nada que perder-comento la anciana. ?Que dano te puede hacer que te diga cosas en las que no vas a creer? -Milady, por favor, vaya. -Dijo su doncella con entusiasmo-le aseguro que la mujer es buena. Yo tambien me lei la fortuna con ella y me hablo de cosas que no tenia como saber. -Otra pobre alma que cree en esas cosas-miro a su hermana Adalind con reproche porque sabia que de seguro, ella tenia mucho que ver en eso. – ?Anne entraras o no?-insistio su hermana, vendo como la mujer pasaba de cara de aburrimiento a desespero. -Esta bien, pero he de aclarar que no comparto estas ideas tuyas. -Ya me lo has dejado muy claro, querida. Anne entro a la tienda de la gitana y cuando estuvo alli, vio que dicha tienda estaba construida como una extension del carromato de la mujer. De esa manera era muy facil desarmarla cuando ya se fueran. -Sientate, muchacha. Anne tomo asiento en la pequena silla de madera frente a una mesa, que tenia una bola de cristal. – ?como te llamas? -Lady Anne Payton -Muy bien, lady Anne. Quiero que mires fijamente esta bola de cristal y coloques una mano sobre la mia, solo un momento. Anne tomo la mano que la mujer le ofrecia y miro la esfera de cristal que para ella no mostraba nada. La mujer en cambio la veia como si mil cosas distintas pasaran por ella. Veo que buscas el amor. -Oh no, yo… -Silencio-la mujer la mando a callar de forma inmediata. -No trates de negarlo. Quieres tener un amor, pero te han herido y ahora temes que eso vuelva a suceder. Sin embargo…veo en tu futuro que llega un hombre muy apuesto. Anne quiso echarse a reir. Seguramente era lo que decia a todo el mundo, o por lo menos a muchachas incautas. -Veo que no me crees. Pero te digo que pronto habra luna llena y cuando esta pase, los astros se alinearan de manera perfecta para que tu puedas encontrarte con tu destino. Te acordaras de mi cuando tengas al amor frente a ti. El es un caballero gentil, de buen humor a pesar de que su vida no ha sido facil. Es trabajador y debido a eso tiene una gran fortuna. Anne la miro horrorizada- ?Oh por Dios, el hombre trabaja? – ?Y eso que tiene de malo? Pues que si trabaja sencillamente no puede ser un noble. – ?Y eso te importa mucho?-los ojos negros como la noche de la mujer, la observaron de una forma extrana.

  • Orlando (Luchador 1) de A.c. Labouche

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    Orlando, un luchador de AMM, cuyo cuerpo duro esta tatuado de la cabeza a los pies. A donde quiera que vaya, los ojos lujuriosos -de hombres y mujeres- suben y bajan por su cuerpo. Pero las mujeres nunca han sido nada para el. A el le gustan los hombres, los tipos duros con nudillos magullados y grunidos seductores.

  • Todo lo que tengo lo llevo conmigo de Herta Muller

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    Rumania, finales de la II Guerra Mundial. Basandose en la historia profundamente individual de un hombre joven, consigue narrar un capitulo todavia casi desconocido de la historia europea y visualizarlo en imagenes inolvidables. Logra plasmar la persecucion sufrida por los alemanes rumanos en tiempos de Stalin.

  • No solo el fuego de Benjamin Prado

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  • La princesa desdenada de Tara Pammi

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    No habia previsto el fuego devastador que brotaria entre ellos… !y que los uniria para siempre!

  • Burbujas de Gema Samaro

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    Orosia aparece una noche en la casa de Carmen con una botella de champan, para que se la entregue a su nieto Santiago convencida de que, aunque el sea raro y ella no lo soporte, las burbujas haran el resto. Carmen no solo detesta a ese tio, alias Santinfierno, un amigo de la infancia al que hace un tiempo que no ve, sino que esa misma noche descubre que Orosia es una abuela fantasma que puede complicarle demasiado la existencia. Y esta en lo cierto, pues a partir de ese momento Orosia no parara de sabotear la apacible vida de Carmen, apareciendo una y otra vez en los momentos mas inoportunos para recordarle que como su nieto no hay nadie mas. Y se pone tan pesada que a Carmen no le queda mas remedio que idear un plan para que Santinfierno sea feliz de una vez por todas, y por supuesto: sin ella. O eso cree. Porque a veces piensas que quieres una cosa, pero realmente necesitas la que menos imaginas. Y es que la vida se parece demasiado a las burbujas de champan, siempre impredecibles, que suben y que bajan, que vienen y que van...

  • El mundo hasta ayer de Jared Diamond

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    El ganador del premio Pulitzer, autor de los best sellers Colapso y Armas, germenes y acerovuelve al pasado en busca de un futuro mejor.

  • Dame una cita, Lucia de M. Cavani

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    Lucia lleva alrededor de un ano asegurando estar enamorada de su primer novio cuando el que le gusta es otro, Luciano, el chico consentido de la secundaria Eyre y la proxima sensacion del futbol internacional; pero que pasara cuando ya no pueda resistirse a lo que siente por el, ?sera capaz de vencer sus temores y arriesgarse por amor, o tal vez sea demasiado tarde?
    Dame una Cita, Lucia es una novela juvenil de la autora de Quinceanera.

  • Efecto Frida de Susana M. Vidal

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    Susana M. Vidal se ha dedicado a investigar la influencia de Frida Kahlo en la cultura popular, arte, moda y movimiento feminista. Fruto de ese trabajo, vio la luz Frida Kahlo: Fashion as the Art of Being, de 2016. A raiz de su publicacion, la autora ha sido reclamada por importantes instituciones para dar conferencias en las que la singular artista mexicana es presentada como un ejemplo vital.

  • Soy yo o es que aqui hace mucho calor de Charo Izquierdo

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    Todas sabemos que llega, aunque no sabemos cuando. Se preve en silencio y se sufre en silencio la mayoria de las veces.
    Para segun que cosas, nuestra ultramoderna epoca no lo es tanto, y la menopausia sigue siendo uno de los grandes tabues que, aun en pleno siglo xxi, siguen instalados en nuestra sociedad.
    Este libro explica de forma rigurosa y accesible todo lo que tienes que saber acerca de la menopausia: desde la revolucion hormonal y los tratamientos medicos recomendados, pasando por la alimentacion y el ejercicio fisico mas adecuados, hasta todo lo relacionado con rituales de belleza especificos, tu estado animico o la actividad sexual.

  • Cameron de Sara Lapierre

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    Cuando la gente me miraba por primera vez, veian a una chica que tenia todo lo que podia necesitar. Lo cual era cierto, por supuesto. Pero mi vida carecia de algo que deseaba desesperadamente: la libertad. Mi familia siempre habia sido promedio, una familia de clase media con una cantidad decente de dinero, por lo tanto, cuando pedia algo, generalmente lo obtenia. Pero no era necesariamente la mejor situacion. Si pedia dinero, tenia que explicar por que lo necesitaba y, a veces, una chica solo necesita privacidad. Tal vez es que estoy muy mimada o que no soy lo suficientemente agradecida , pero al igual que cualquier otra adolescente, queria mi propio dinero. No el dinero de mi madre, ni el dinero de mi padre, sino el dinero que ganara yo misma y con el que pudiese hacer lo que quisiera. Me quede mirando mi movil , actualizando constantemente mis correos electronicos y constantemente decepcionada al constatar que no habia recibido nada. Ni correos electronicos, ni llamadas, ni nada. Era triste, de verdad. Dieciocho anos, ya en mi ultimo ano de secundaria y ni siquiera podia conseguir un trabajo a tiempo parcial. --?Sin suerte? Escuche a mi amiga Thea preguntarme. Levante la vista de mi movil y mire al otro lado de la mesa del almuerzo hacia ella, -- Nada. Nadie me contratara porque soy demasiado joven o tengo poca experiencia . Eso no queria decir que no tuviera nada . Vivia en una bonita casa con mis padres, me daban una paga y podia usar el automovil familiar cuando estaba disponible, pero queria mi propio dinero. Queria tener mi propio coche y conducir al cine con mis amigos. Pero necesitaba un trabajo para eso. --?Por que estas buscando trabajo? Carter, mi otro amigo intervino. Tanto Thea como yo lo miramos como si ya supiera la respuesta: --?Me estas tomando el pelo? Tienes un trabajo. Tecnicamente no necesitas uno, pero tienes uno porque cada adolescente necesita su propio dinero. --Muy bien, tomo un gran trago de su gaseosa antes de continuar, -- Puedo hablar bien de ti en la tienda Sub . La tienda Sub era donde trabajaba Carter, tenia la suerte de trabajar y eso que tenia la misma experiencia que yo. Asenti con la cabeza en acuerdo, --Eso seria genial, gracias. --?Que tal si vamos al centro comercial mas tarde y dejas un curriculum en cada tienda? Sugirio Thea ansiosamente. Ese no era exactamente su plan, sabia por experiencia que sus intenciones eran ir de compras. Queria comprar, pero lo que necesitaba era un trabajo. --Gracias por la oferta, pero tengo otros lugares en los que quiero dejar curriculums hoy. Asenti, esperando tener mas suerte hoy despues de la escuela. Despues de mis dos ultimas clases, Thea y yo fuimos directamente de la escuela hacia el centro para poder dejar algunos curriculums. Habia traido alrededor de treinta copias y por suerte Thea tuvo la amabilidad de hacer el viaje conmigo a cada lugar donde me presente para dejar mi curriculum. En los locales de comida rapida, , las tiendas de ropa, las cafeterias y los restaurantes , nadie parecia interesado en absoluto en contratarme, pero tomaron mi curriculum de todos modos. En otras palabras, supuse que lo tomaron por cortesia, pero seguro que lo habian desechado tan pronto como les habia dado la espalda . El clima estaba agradable , pero cuanto mas tarde el aire se volvio un poco mas fresco, empece a arrepentirme de usar un ligero vestido corto negro en lugar de algo que me mantuviera las piernas calientes. --Tengo que irme a casa ahora, Liv, dijo Thea mientras deslizaba su movil en su bolsillo, --Mi mama tiene la cena lista y tengo un examen de Quimica para el que necesito estudiar. Eche un vistazo a los curriculums en mis manos. No quedaban muchos, habiamos dejado ya muchos . --Esta bien. Gracias por venir conmigo. Voy a dejar unos pocos mas y tambien me ire a casa en un momento. --Vale, , nos vemos manana. Sonrei cuando Thea se dio la vuelta y cuando desaparecio en la distancia, suspire profundamente: --Vamos. Realmente necesito algo de suerte … Luego entre en una tienda de la esquina, haciendo que la puerta se abriera cuando entre. Una mujer de mediana edad que estaba al frente me miro y sonrio cortesmente. --Hola, me preguntaba si podria dejarte un curriculum aqui. Le pregunte mientras me acercaba al area de pago. La senora asintio lentamente con la cabeza, --Por supuesto. No estamos contratando en este momento, pero puedo tomar uno por si se requiere personal en el futuro . Por supuesto. --Genial, gracias. Cuando salia de la tienda de la esquina, se me ocurrio la idea de que tal vez deberia dejar de entregar curriculums por hoy . Parecia desesperada y caminar por mas tiempo solo me lastimaria los pies, no me estaba beneficiando de esto. Todo lo que estaba recibiendo era rechazo. Mis ojos recorrieron el area, asegurandome de haber puesto un curriculum en todas las tiendas de los alrededores. Cuando mis ojos se posaron en un pequeno bar, considere echarle un vistazo, pero era a una idea ridicula teniendo en cuenta que solo tenia dieciocho anos y ni siquiera alcanzaba la edad legal para beber, y mucho menos trabajar en un bar. Estupida idea, Olivia . Mi subconsciente me recordo que seria una perdida de tiempo. --No es que no haya perdido ya bastante el tiempo, murmure para mi misma , --Unos minutos mas no podrian doler. Despues de que algunos coches pasaron junto a mi, me apresure a cruzar la calle y acercarme al bar que decia “Cam’s” en el letrero sobre la puerta. El exterior era de ladrillo y la puerta era de metal negro, el letrero abierto no estaba iluminado, pero al girar el pomo se abrio la puerta, lo que me hizo creer que habia alguien alli. Entre lentamente en el bar, el fuerte olor a alcohol lleno el aire de la habitacion con poca luz. El area estaba vacia, lo que tenia sentido teniendo en cuenta que no era horario de atencion al publico, pero si la puerta estaba abierta suponia que habria alguien cerca. La puerta del personal se abrio y salio un tipo alto con cabello negro. Sus ojos se fijaron instantaneamente en mi, frunciendo el ceno mientras colocaba la caja de cerveza que tenia en sus manos en el mostrador, --Estamos cerrados. ?No viste el letrero? Su voz era profunda y muy dura, si planeaba tener clientes, supongo que tendria que hablar con ellos en un tono mas cordial que este . --Lo hice, lo siento. De hecho … Respire profundamente y mire alrededor de la barra, luego volvi a mirar al hombre extremadamente intimidante frente a mi. Con una simple camiseta blanca y tatuajes cubriendo sus brazos, su comportamiento era casi aterrador. Comence a pensar en lo ridicula que era toda esta idea, solicitar trabajar en un bar teniendo dieciocho anos era una cosa, pero en realidad esperar conseguir el trabajo era otra. Era una idea estupida, no me contratarian. Era literalmente ilegal para mi trabajar aqui. El chico de cabello oscuro y tatuado dejo escapar un suspiro molesto, --Mira, abrimos en menos de dos horas. Me estas haciendo perder el tiempo. --Me gustaria aplicar, le dije . No estaba segura de si me arrepentiria despues o si me sorprendio mi anticipacion, pero procedi con confianza: --Para un trabajo. El chico se rio entre dientes, parecia divertido: --No recuerdo haber colocado un anuncio. Sacudi mi cabeza, --No lo hiciste. Pero estoy buscando trabajo y … --?Cuantos anos tienes? Cuando dio un paso adelante, me arrebato un curriculum de mi mano, --Olivia … -- Bueno, es gracioso … --No quiero escuchar una historia divertida, me dijo, mirando para otro lado, --Veamos tu experiencia . Cuando sus ojos oscuros se movieron por la pagina de mi curriculum, me encogi para mi, imaginando lo que estaba pensando por dentro. Ni siquiera tenia un diploma de secundaria. Lo vi contener una sonrisa divertida, --Tienes poca o ninguna experiencia. --Lo se. He tenido problemas para encontrar trabajo … Admiti. Puso el curriculum en la mesa del bar y me miro: --?Alguna vez has trabajado en un bar? ?Sabes algo sobre el alcohol o tratar con gente borracha? --Uh … Sacudio la cabeza, su cabello oscuro se movio sobre su frente, --Obviamente no. ?Cuantos anos tienes, Olivia? Me mordi el labio suavemente y respire hondo, --Tengo … veintiuno. Tengo dieciocho anos Mi subconsciente me lo recordo otra vez. ?Por que menti? Queria desaparecer en este mismo momento, pero ya habia ido demasiado lejos para escapar y el hombre del bar tatuado me puso nerviosa , lo que me hizo divagar sobre tonterias que no eran necesariamente ciertas. No dijo nada, en cambio, se recosto contra la barra con los brazos cruzados sobre el pecho y los ojos sobre mi. Me pare torpemente bajo su mirada y aclarandome la garganta. ?Realmente me estaba considerando? Ni siquiera estaba contratando, pero tenia la mirada de consideracion en su rostro severo. --Dejame ver tu identificacion y puedes comenzar manana a las 6:30, dijo finalmente . --?Mi identificacion? Le pregunte. --Eso es lo que dije. Este es un bar, necesito ver una identificacion. --Por supuesto, sonrei vacilante, haciendo mi mejor esfuerzo para llegar a algun tipo de respuesta rapida, --No la traigo ahora , pero ?puedo traerla manana? Me despidio, sin parecer que le importara tanto, --Esta bien, 6:30. No llegues tarde o no vengas en absoluto. Asenti lentamente. Muy despacio --Vale, , nos vemos manana entonces … El no respondio, sino que camino detras de la barra y comenzo a colocar algunas botellas en la pared. Mientras caminaba hacia la puerta del bar, me encontre deteniendome de nuevo y volviendome para mirar al tipo detras del bar: --No te presentaste. Me gustaria tener un mejor nombre para ti que el chico con tatuajes y piercings en la cara. --Se tu nombre, pero todavia me encuentro pensando en ti como la chica realmente molesta que lamentare haber contratado instantaneamente. Respondio el secamente sin mirarme, dandome la espalda mientras ajustaba algunas botellas de whisky en los estantes. Ay. Justo cuando toque el pomo de la puerta, la puerta se abrio y entro un grupo de personas, que parecia tener la misma edad que el chico con el que habia estado hablando. Por muy viejo que fuese, obviamente era lo suficientemente mayor como para poseer o administrar un bar. --Cam, ?que mierda? Dijiste que no habia nadie mas aqui, dijo un chico al instante, su tono intimidante me hizo sentir incomoda . Rapidamente me deslice junto a ellos, --Lo siento, me estoy yendo. Me escabulli del bar antes de tener la oportunidad de escucharlos decir algo mas, pero estaba pensando en volver alli manana. Sabia que ir alli para empezar era una idea realmente estupida y el descubriria de todos modos que yo era menor de edad, asi que ?por que perder mas tiempo con este tipo? Porque necesitaba dinero era una respuesta obvia, pero ?hasta que punto necesitaba dinero y estaba dispuesta a trabajar en un bar cuando legalmente no me lo permitian? Sin embargo, era lo mas cerca que habia estado de conseguir un trabajo.No llegues tarde o no vengas en absoluto, la voz ronca de Cam se escuchaba en la parte posterior de mi cabeza. Tenia veinticuatro horas para pensar en esto. Veinticuatro horas para cambiar de opinion y salir de esta loca idea si quisiera. Tal vez apareceria, tal vez no.

  • Tristeza de los citricos de Liliana Blum

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    Sabado al fin. Lucia se levanto de la cama con ese pensamiento y una sonrisa. Las ensonaciones que acumulo en su mente durante todos los otros dias iban a tomar forma al fin. La semana habia sido eterna. Asi eran todas desde que conocio a Marcelo. Camino por el pasillo rumbo a la cocina, moviendo un poco las caderas al ritmo de una musiquita dentro de su cabeza. La casa olia a encierro: abrio la ventana que daba al patio y el jardin. Se habria fijado en el polvo acumulado en el alfeizar, pero algo mas capturo su atencion. Una de las macetas parecia haber sufrido un ataque con granada: sus entranas de tierra expuestas, fragmentos de planta y trozos de barro yacian dispersos por los adoquines. No eran ni las ocho de la manana. Sin pensar, su dedo indice fue a posarse sobre el lagrimal para quitarse una lagana: tardo unos segundos en procesar la totalidad de la escena. No era muy buena para la jardineria, pero intentaba mantener vivas las plantas en las macetas mas bonitas que podia encontrar: un ama de casa se valora por la limpieza de su hogar, el cuidado de su jardin y el buen cuerpo a pesar de los hijos. Por la brutalidad de la imagen no habia advertido en primera instancia al Capitan Capibara, pero el grito de Eloisa la arranco de tajo de aquella mezcla de indignacion e incredulidad ante el destino de las violas. Se sorprendio por encontrar a su hija alli. ?Por que le afectaba a ella la tragedia de aquella planta si la unica preocupacion de la nina a esa hora era ver Discovery Kids? Aquello era tragedia para senoras de cierta edad. Su abuela solia decir que una maceta rota en la manana era presagio de un mal dia que solo empeoraria a medida que corrieran las horas. Pero Lucia no era supersticiosa, sino pragmatica. Aquello solo significaba mas trabajo para ella. Las caritas formadas por las motas de los petalos regadas entre la tierra contribuian a dar el efecto de una masacre. Cerro los parpados y se convencio a si misma de que ese accidente no podia arruinar su sabado: nada que no pudiera resolverse con una visita al vivero, una escoba y un recogedor. El sabado era el mejor dia. Algo tan nimio como eso no cambiaria sus planes. Abrio los ojos y percibio el cadaver del cobayo. Extendido tras una tortuga de barro que albergaba a las dalias, con la cabeza destrozada por detras, parecia llevar una corona de cuajos de cerebro y sangre. Comprendio al fin el grito de su hija que, aullando, tiraba con fuerza de su ropa, como si quisiera castigarla a ella por la muerte de su mascota. ?Le daria tiempo a limpiar aquello antes de su cita? II Un, dos, tres, cuatro... y cinco. Lucia conto despacio, con parsimonia, antes de cortar el chorro del aceite y poner el sarten sobre la flama. Vertio todo un tramo de chorizo hasta verlo expulsar su propia grasa rojiza sobre el teflon. Luego de unos minutos, cuando el aroma inundo la cocina, fue rompiendo uno a uno los cinco huevos para incorporarlos. El desayuno tan bellamente dispuesto frente a el provoco en Cesar esa expresion de gula que ella conocia muy bien: un vaso con medio litro de jugo de naranja, una taza de cafe con leche, cinco tortillas de harina y los huevos con chorizo, brillantes como charol. Lucia lo miro engullir aquello desde la puerta de la cocina. El doctor le habia prohibido grasas, azucares y alcohol, ademas de haberle ordenado una vida menos sedentaria. Prediabetico, hipertenso, con mas placa en las arterias que un hombre del doble de su edad, el candidato ideal para un infarto. Pero su marido no daba indicios de entender los riesgos de ignorar las recomendaciones medicas. ?Por que, entonces, le habia preparado Lucia aquel desayuno? Era obvio: no lo queria y le daba igual lo que le pasara; aun mas, si se moria pronto por comer asi, mejor. No. No era cierto. Lo hizo porque lo amaba tanto que no podia negarle nada, porque lo respetaba y sabia que era un adulto capaz de tomar sus propias decisiones, y no queria actuar como si fuera su madre. Regreso a la cocina. El reloj con silueta de cafetera de la pared parecia estatico. Se volvio a sentir como en la primaria, contando los minutos para salir de clase. Comenzo a preparar un huevo estrellado y sirvio un vaso de leche con chocolate para Eloisa. Cuando escucho la voz de Cesar, estaba a punto de ponerle unos ojitos de catsup a la yema. --?Por que esta llorando la nina? Lucia enderezo la espalda y respiro hondo para controlarse: le crispaba que Cesar se refiriera asi a su hija, sobre todo porque Eloisa estaba sentada frente a el en la mesa. ?No podia preguntarle? Desde la barra de la cocina, ella grito como si estuviera muy lejos: --Elo, dile a tu papa que paso. Lucia termino de pintarle una boca a la cara amarilla y decoro las orillas con picos rojos para simular un sol. Le puso un popote al vaso y contemplo su obra: podrian decir lo que fuera de ella, pero nunca descuidaba a su hija. Al contrario, detalles como este hacian que Eloisa diera grititos de alegria y se colgara de su cuello para decirle que era la mejor mama del mundo. Pero hoy el esfuerzo se veria neutralizado por la muerte del roedor vegetariano que la esclavizaba obligandola a cortar dos veces al dia trozos de apio, zanahoria y lechuga para alimentarlo. --Mataron al Capitan Capibara, papi. La voz de Eloisa se quebro; la nina sorbio mocos y luego uso el dorso de la mano para limpiarse. Lucia entro en ese momento y puso el huevo-sol frente a su hija. Cesar hizo contacto visual con ella, esa expresion patetica de perfecto inutil, como siempre que no sabia como actuar con Eloisa. Con el paso de los anos, ambos habian llegado a perfeccionar aquella comunicacion no verbal hasta llegar a niveles insospechados: incluso a veces podian mandarse al carajo con un simple gesto, o incluso un suspiro con la fuerza adecuada. Se acerco para recoger la taza vacia de su marido y le susurro: --El cuyo --luego, en voz mas fuerte--: voy a traerte mas cafe. --?Que le paso al cuyo, mija? --pregunto el con falsa seguridad. --Tenia la cabeza toda explotada por atras. --La nina se cubrio la cara con las manos y se solto a llorar--. Solo tenia su carita... Lucia contuvo el aliento por unos segundos haciendo acopio de paciencia. Tras descubrir el cadaver, le habia tomado casi media hora hacer que su hija dejara de llorar y ahora estaba chillando otra vez. ?Podria volver a calmar a Eloisa y aun asi llegar a tiempo a su cita? --?La cabeza, dices? --Cesar introdujo un tenedor lleno de huevo en la boca y ella rogo a los cielos que no continuara hablando mientras masticaba. ?Pero cuando han escuchado los santos las plegarias de una esposa?--. Si le arranco la cabeza, entonces fue un cacomixtle --dio un trago a jugo de naranja--. No hay duda. El hombre masticaba y discurria al mismo tiempo sobre los habitos depredadores de esos animales. El ruido de la comida triturada, la saliva haciendo su parte en el proceso de deglucion y la mandibula moviendose obligaron a Lucia a recoger rapido algunos trastes usados y volver a la cocina en busca de refugio. Era repugnante. Quisiera pensar que si de novios lo hubiera visto hacer algo asi, jamas se habria casado con el. ?Estaba ciega? ?O a partir de cierto tiempo a el dejaron de importarle los modales? Al menos Eloisa ya habia dejado de llorar y escuchaba con interes la informacion sobre el asesino del Capitan Capibara. Lucia abrio el grifo para lavar los trastes. Mezclada con el sonido del agua, llegaba a sus oidos la voz de su marido describiendo el modus operandi de los cacomixtles. El olor a huevo del sarten le provoco nauseas y tuvo que verter un chorro de cloro en gel en el recipiente del jabon. Eso arruinaria la suavidad de sus manos; tendria que usar una buena crema para revertir el efecto. Era sabado y necesitaba que su tacto fuera el mas terso del mundo. III Consulto su telefono: faltaba una hora para el inicio de su primera clase. La de reposteria habia sido recomendacion de su mama y la de natacion, de la suegra. El camino al corazon de un hombre es a traves del estomago, habia dicho su madre, una de las mujeres mas ingenuas que Lucia conocia. Tal vez por eso creia que usar refranes populares era el mejor vehiculo para transmitir la sabiduria. Como las parabolas de Jesus a sus discipulos, decia con una mano en la cintura y la otra tocando el crucifijo que pendia de su cuello. Parecia una taza: una taza muy devota. La suegra, en cambio, abatida por la obesidad y la diabetes, era menos religiosa y mucho mas pragmatica. Una tarde, durante una comida familiar, se habia acercado a su nuera para apretarle con el indice y el pulgar una lonja sobre la cintura. <>. Lucia la contemplo como si no creyera lo que habia oido: ?como se atrevia a decirle algo asi, ella, que parecia una ballena? Entonces, como si fuera psiquica, la suegra agrego: <>. Luego exhalo: se agitaba por cualquier movimiento, hasta por hablar. El papa de Cesar no volvio a tocarme desde que me puse asi. Lucia habia comenzado a apilar los trastes para llevarlos al fregadero. La senora la seguia del comedor a la cocina, esperando una reaccion, pero ella apreto los labios y tenso la quijada en directa proporcion a como se sentia ofendida. <>. En ese instante, las dos hicieron contacto visual. Sus ojos parecian decir: sabes a lo que me refiero. Metio en su maleta deportiva traje de bano, gorra, toalla, goggles, y un estuche en donde guardaba el champu, jabon, desodorante, crema corporal y perfume, luego puso su delantal y una cofia en una bolsa de plastico que guardo junto con lo demas. Frente al espejo, sumio el vientre. Eloisa se quedaria en casa con Cesar un rato, pero mas tarde el la dejaria con alguna de las abuelas, que se peleaban por cuidar a la unica nieta en ambas familias. Los sabados por la tarde el jugaba futbol con sus amigos. Aunque aquello sonaba como una actividad atletica, en realidad se trataba de un partido en el que todos los jugadores, panzones y con calcetines que les cubrian las pantorrillas, se quedaban parados lanzandose pases mediocres con la pelota. Si alguno llegaba a correr, era solo por unos diez o veinte metros antes de parar y encorvarse para recuperar el aliento con las manos apoyadas en las rodillas. Media hora despues llegaban a la conclusion de que ya habian hecho suficiente ejercicio y buscaban una sombra, abrian la hielera y sacaban las cervezas. En el hipotetico caso de que alguno hubiera llegado a quemar alguna caloria, la recuperacion del partido los hacia volver a su casa mas gordos que al salir a la cancha. Pero eso si: la culpa habia sido de Lucia y sus kilos de mas por el embarazo; sus estrias y la grasa extra en su cuerpo habian provocado que Cesar le fuera infiel. Como si las gallinas fueran responsables de que las degollaran por tener plumas. Era estupido. No tenia logica. Y sin embargo, esa habia sido su excusa. Termino de quitarse la ropa y la arrojo con fuerza al cesto de mimbre en el bano. Desnuda, tomo la crema depilatoria y se agacho para untarla en sus piernas. Un olor quimico y punzante impregno sus pulmones. Esta sustancia no podia ser buena, pero no tenia tiempo ya de depilarse con cera caliente. Eloisa asomo su cabecita por la puerta del bano: --Mami, ?vamos a comprar otro cuyo? Doblada hacia el frente y con las manos embadurnadas de blanco, Lucia tuvo una vista privilegiada de las lonjas de su vientre y de sus pechos colgantes. Penso en las perras callejeras. Se irguio de inmediato y succiono aire antes de enfrentarse con el espejo para comprobar que aquella imagen era reversible con tal solo cambiar de posicion. Estoy hecha una vaca, penso. No hablo en voz alta porque la psicologa de la escuela les habia advertido que los comentarios vengativos sobre el cuerpo moldeaban las mentes de las ninas. Un futuro de anorexia, bulimia y frustracion perpetua las esperaba si escuchaban a sus madres denostar sus propias figuras. --Vamos a ver, mi amor. --El reloj indicaba que ya habian pasado los tres minutos requeridos. Tomo el rastrillo sin filo para remover la crema--. Si va a andar libre en el jardin como el otro, lo va a matar tambien ese animal. --Se llama cacomixtle. --Habia un cierto aire de superioridad en la vocecita de su hija. Le fascinaba poder corregir a su madre--. Pero puede vivir en una jaula. --Eso, el cacomixtle. --Lucia enjuago el rastrillo en el lavabo y vio caer grumos de crema y vellos negros--. Si lo ponemos en una jaula se va a morir de tristeza. Eloisa puso cara de compungida, como siempre que estaba a punto de hacer un berrinche. Maravilloso. ?Por que no podia ir a importunar al papa que no estaba haciendo nada? Su marido le habia sido infiel con la asistente del contador que llevaba las cuentas de su microempresa. El idiota habia cerrado la ventana del navegador, pero sin salir de su cuenta de correo electronico, una direccion que Lucia desconocia. A la hora en que se sento a revisar sus mensajes en la computadora familiar, se encontro con la bandeja abierta y una carta no leida. Era una carta de amor cursi y con pesima ortografia. Cuando Cesar regreso del trabajo hubo gritos e incluso algunos ridiculos punetazos que lanzo Lucia y que el neutralizo sin problema tomandola de las munecas. Mientras montaba su escena, Cesar se defendia diciendo que no era su culpa que ella hubiera perdido interes en el sexo y que lo tuviera abandonado, ocupada a tiempo completo con la bebe. Eso, sin mencionar lo mucho que habia engordado durante el embarazo. --Elo, no llores. A lo mejor compramos un gatito. --Se acerco a la nina y le acomodo el cabello detras de las orejas--. O tal vez un cachorro que no vaya a crecer mucho. La carita infantil se ilumino con aquellas palabras y Lucia no pudo dejar de experimentar un estrujamiento en el corazon, un dolor bueno, tierno. Si por atender a esta criatura el cerdo de su esposo habia corrido a los brazos de esa puta, bien habia valido la pena. Con el tiempo, la terapia, la inercia y las intervenciones de su madre y suegra, que terminaron enterandose, el matrimonio se habia repuesto de aquel <>. La infidelidad habia sido un episodio del pasado, como aquella vez que la lavadora se descompuso o ella olvido sacar un pollo del horno y la cocina quedo apestando a quemado durante dias. Pero no habian dado los pasos necesarios para resolver el problema de fondo. Solo lo guardaron al fondo del closet, como los regalos que no gustan pero no se pueden reciclar. Lucia no lo perdonaria nunca. --?De veras, mami? --Si --Lucia se puso un sosten que le aumentaba el busto un par de tallas y que la hacia parecer una paloma golona. Analizo su cuerpo desde varios angulos y se puso perfume en la y griega que se le formaba entre los pechos rebosantes--. Aunque papa no quiera. IV Lo que Lucia tenia con Marcelo era sexual. Tras conocerse, nunca se habian visto fuera del motel: jamas habian compartido una comida o ido al cine. No conocian a ningun miembro de sus respectivas familias y nunca irian juntos al supermercado. Ella no le traeria a la cama un remedio para la gripa ni el la veria recien levantada y sin maquillaje. Ningun futuro. Solo sexo. Marcelo la hacia sentir ligera, sin peso, radiante incluso, como una medusa que flota en el oceano y no piensa nada porque no tiene cerebro. Al volver a casa tras estar con el, Lucia permanecia varias horas suspendida en esa ingravidez deliciosa, como cuando de nina patinaba durante horas y al quitarse los patines tardaba en adaptar de nuevo sus pies al piso. Encendio la luz: siempre la sorprendia la distribucion de los muebles, que podia variar de un cuarto a otro; el kit de condon, champu, jabon y pastillas de menta sobre el lavabo; la regadera de paredes transparentes, visible desde la cama. El aroma a productos quimicos queria enmascarar los olores sexuales de las parejas que habian estado alli, pero a ella le parecia que mas bien los exaltaba. Marcelo bajo la hielera del carro; saco una cerveza para el y una bebida preparada de lata para Lucia. Si las rutinas de su vida domestica le resultaban tediosas, las que habia desarrollado con su amante la prendian: quedarse de ver cerca de la escuela de reposteria, dejar su carro alli y subir al de Marcelo, que la esperaba sonriente, oliendo a locion Calvin Klein y con una cara que la hacia sentir como si ella fuera lo mejor que le habia sucedido en toda la semana, manejar hasta el motel en las afueras de la ciudad, ponerse una gorra deportiva y lentes oscuros antes de entrar. Luego sexo por el tiempo exacto de sus clases de reposteria y natacion juntas, y regresar a casa banada, como si hubiese nadado. Pocas veces hablaban de camino al motel: apenas sobre el clima, si Marcelo habia tenido que esperarla mucho tiempo, la falta de fluidez en el trafico. Aunque el conocia la situacion de Lucia y la existencia de una hija (la cicatriz de la cesarea y las estrias eran imposibles de pasar por alto), no sabia detalles de su vida. Ya en el cuarto, el intercambio de palabras entre ambos se reducia a peticiones especificas o a indicativos de que algo iba bien. Entre ellos habia sexo y nada mas. Ese era el proposito del oasis. Lucia dejo la bolsa sobre el tocador y acepto la bebida que Marcelo le puso en la mano. Sentados muy cerca uno del otro, en la orilla de la cama, bebieron en silencio sin quitarse los ojos de encima. Necesitaban tiempo para pasar de sus respectivos mundos a este privado, como el pez angel que hace un ano le habia comprado a Eloisa. Segun el empleado de la tienda de mascotas, era necesario ponerlo en la bolsa de agua dentro de la pecera de la casa, y abrirla poco a poco. <>. Asi con ella: requeria un periodo para que su cerebro, pero sobre todo su cuerpo, supiera que ahora estaba con Marcelo. Al terminar su margarita, Lucia se sintio aclimatada al olor de Marcelo, a la textura de su piel. Se desvistieron sin ayudarse y se acercaron para cerciorarse de la realidad del cuerpo ajeno. Se besaron despacio al principio, pero a medida que se adentraban uno en el otro, sintio la urgencia de besarlo mas rapido y de modo casi violento, como necesitara devorarlo. Estaba acostumbrada a gritar muy fuerte cuando cada particula de su ser se estremecia con lo que ella solo podia definir como felicidad. Esta vez no pudo: ya estaba cerca, pero perdio el impulso a mitad del camino, igual que un jabon que se resbala entre las manos. Cambiaron de posicion varias veces y por fin fingio su orgasmo. ?Para que alargar el tormento? Poco despues, Marcelo se convulsiono debajo de ella con ese ruido animal y viril que a Lucia le parecia el sonido mas hermoso del planeta, pero que hoy estaba manchado de rencor. El si, pero ella no. Se dejo caer de espaldas sobre la cama, brazos y piernas extendidos como una estrella de mar, la vulva humedecida. El ambiente impregnado de su propio olor marino, del sudor de los dos, de semen, oscilaba sobre ellos como el Espiritu Santo en el libro de catecismo de su hija. Lucia giro la cabeza hacia Marcelo, que ostentaba ese gesto de agradecimiento y satisfaccion que tienen los hombres despues de eyacular. Cuando lo vio por primera vez, nunca imagino que terminaria asi con el, esperando a que el ritmo cardiaco se les normalizara y el sudor se secara en la piel mientras el cansancio del orgasmo les recorria cada fibra de sus musculos. Movio la mano hasta tocar la de Marcelo: entrelazaron los dedos y ella cerro los ojos. Se habian conocido en un negocio de insumos para oficinas y escuelas. Lucia hacia fila para sacar fotocopias; el revisaba unos mapas sobre el mostrador perpendicular a ella. ?Arquitecto? Marcelo la sorprendio mirandolo y le sonrio. Sin duda soltero. Tenia aun ese aire de osadia y ligereza de espiritu que nunca sobrevive a los primeros anos de matrimonio. Ella se sonrojo: hacia anos que no coqueteaba, anos tambien sin que un hombre la mirara asi. Al levantar la cara para darle al empleado el cuaderno con las recetas de la abuela para fotocopiar, se dio cuenta de que el seguia mirandola. Sin mas la invito a un cafe. ?Que encontro en sus ojos que intuia la posibilidad de que ella aceptara? ?O era algo que hacia con todas? No importaba. Habia aceptado de inmediato, sintiendo un calor intenso que la recorria completa. Era como una de esas comedias romanticas: se emocionaba a una distancia segura. Pero de pronto se habia convertido en el personaje principal, sentada en un cafecito con decoracion retro y frente a un hombre mucho mas joven que ella. Contra todos los consejos maternos y de revistas femeninas, tuvo sexo con el en la primera cita, si es que a eso se le podia llamar cita. Si se habia vuelto un personaje de pelicula cursi, una mujer que en realidad no era ella, ?que mas daba? La noche despues de haber estado con Marcelo por primera vez, Lucia paso por todos los estados posibles: feliz, angustiada, feliz, arrepentida, feliz, entusiasmada, feliz, avergonzada, feliz, con ganas de repetir. ?Pensaria el que era una puta que hacia eso con cualquiera? Tras varias vueltas sobre el colchon habia decidido que no importaba: nadie, salvo ellos, lo sabria. Ademas, si no la tomaba en serio, era irrelevante: ella ya estaba casada. ?No era ese el unico proposito de ser tomada en serio? Lucia se coloco a horcajadas sobre las caderas de el y le regalo la vista de su cuerpo entero. Coloco sus palmas abiertas sobre el pecho y jugo con esos vellos oscuros y gruesos. Quiso iniciar el sexo otra vez, pero no pudo. El deseo la habia abandonado y se sentia sin fuerzas, como un juguete sin baterias. El la jalo hacia si para besarla: ella correspondio sin ganas y fue evidente para los dos. --?Que pasa? Quien sabe si fuera el dia del mes (faltaba una semana para su periodo), o si en verdad la escena del cuyo la habia afectado mas de lo que pensaba, pero la tristeza ensombrecio su cara. Nunca habia sido buena para ocultar sus estados de animo: su desolacion era evidente. No hubiera querido contaminar este espacio, lo que sea que Marcelo y ella tenian, con el tedio de su otra vida, con sus problemas de ropa sucia, las fechas limites de pago, comidas balanceadas o como limpiar un dibujo con crayola de las paredes. Pero ante la pregunta de Marcelo, su cerebro no tuvo mas opcion que contarle lo que habia pasado esa manana: la maceta, el cuyo, el llanto de Eloisa, la actitud desesperante de Cesar, la culpa que la embargaba por haberse reunido con el cuando su hija se habia puesto tan mal. --?Que es un cuyo? Lucia puso los ojos en blanco por un segundo. ?Que pasaba con el vocabulario de los jovenes de hoy? --Es lo mismo que un conejillo de indias --intento que su voz no adquiriera el tono didactico que usaba con su hija. Marcelo tenia cara de no entender--. Los animalitos que usan en los laboratorios para experimentar... Tampoco. Los roedores no estaban en el repertorio de conocimientos de su amante. Iba a agregar que los cuyos eran un platillo muy apreciado en Peru, pero el ya estaba tocandole las tetas y no era precisamente agradable. --Basta --tomo las munecas de Marcelo--. No me estas escuchando. Vio la expresion de su amante: impaciencia, fastidio. Queria sexo y ella estaba hablando de sus sentimientos. Un parpadeo. El deseo de Marcelo de estar en cualquier otra parte. Quizas con una mujer de su propia edad, con preocupaciones de chica joven y sin hijos. Un segundo, pero alli estaba, era evidente. ?Lo habia arruinado todo? Un silencio incomodo se concentro en el aire, como la humedad pesada antes de una tormenta. Marcelo se puso de pie y comenzo a vestirse. --Quede de llevar a mi hermana al centro comercial. Tal vez la maternidad la habia vuelto mas sensible para detectar las mentiras, pero esta era la primera vez que Marcelo mentia y era tan estruendoso como un vaso que se estrella contra piso. Lucia sintio un malestar que se extendia por su cuerpo. Fingio consultar la hora en su celular y dijo que tambien debia irse. Se metio a banar y mojo su traje de bano en la regadera. Seco su cuerpo con la toalla que habia traido de su casa. Una puesta en escena para beneficio de su estabilidad conyugal.

  • !Hector, Victor no, Hector! – Judith Galan de Judith Galan

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    Hector, dos anos despues de su divorcio, cree estar viviendo una vida perfecta: abogado de exito, apartamento de lujo, fiestas nocturnas, whisky y sexo, mucho sexo.
    Naira, despistada e incapaz de recordar los nombres, esta pasando por un momento algo complicado, pero el amor de su marido y su profesion como periodista colman su vida de felicidad.
    ?Puede una historia de amor empezar sin un flechazo? ?Y si cambiamos el orden de la formula amor-matrimonio-hijos? ?Conseguira Naira recordar el nombre de Hector? ?Conseguira Hector volver a ser el muchacho humilde que era antes de su divorcio?
    Dos anos de castigo y un hermoso pueblo son las claves de esta divertida e insolita historia de amor.

  • Algo de tres de Monica Benitez

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    Natalia es una joven con cierta tendencia a enamorarse siempre de la persona equivocada. En la actualidad, esta soltera y buscando empleo, pero dominar a la perfeccion cinco idiomas le ha valido para encontrar trabajo en una importante red de academias de idiomas cuya propietaria es una atractiva e intimidante mujer: Inma Farrell.

  • Mas de May Mars

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    Maldita sea, otra vez lo mismo, son las 6 de la manana y estoy despierta, como todos los dias desde que estoy en Los Angeles. No puedo decir que esta habitacion de hotel sea lo mas lujoso de la ciudad, aunque pensandolo bien, tampoco es peor cuchitril en el que he dormido en mis 29 largos anos. A mi empresa le ha parecido adecuado que me aloje aqui, en un sitio llamado algo asi como "quedate en el principal", me pregunto principal que... desde luego esto no es un lujoso hotel propio de la zona chic de Los Angeles. En fin, durante el mes y medio que tengo que estar en esta preciosa ciudad no debo distraerme demasiado he venido a trabajar, y seguro que han pensado en ello cuando me han alojado aqui. Tengo que trabajar, trabajar, y como no... !He de sorprenderlos! Mi continuidad en la multinacional depende de este maldito proyecto que me esta sacando de mis casillas. Me parecio una genial idea hace once anos estudiar lo que realmente me apasionaba, sin duda mi titulo en ingenieria es mi mayor orgullo y cuando la gran multinacional AKIA me contrato pense que habia sido el dia mas feliz de mi vida. Poco tiempo despues volvi a la cruda realidad, no soy mas que un diminuto pececillo rodeado de tiburones dispuestos a desayunarme sin ningun remordimiento. Asi pues, mi genial, divino y maravilloso jefe me ha metido en este embrollo para darme la opcion de mantener mi preciado trabajo, sinceramente, creo que me odia, aun recuerdo su expresion divertida cuando sus palabras resuenan en mi cabeza. "Lya tengo una gran propuesta para ti que garantizara tu continuidad en la empesa, te iras a Los Angeles durante mes y medio y desarrollaras un proyecto novedoso para la central que los dejara perplejos, les gustara tanto que querran renovar tu contrato." ?Proyecto? ?Que proyecto? ?Yo sola? ?Los Angeles? Mi cara debio ser todo un poema a juzgar por la mirada de satisfaccion de Marcelo, creo que incluso mi corazon dejo de latir durante unos instantes. No me hizo falta preguntar que ocurriria si mi maravilloso proyecto no les interesaba, me pondran de patitas en la calle, !genial! Justo lo que necesitaba. Y aqui estoy sentada en la cama de mi diminuta habitacion, en el hotel mas centrico de esta maldita ciudad y sin saber que narices hacer para impresionar a los jefazos, estoy bloqueada. Me levanto de la cama, por llamarla de algun modo. Creo que deberia probar a dormir en el suelo, posiblemente sea mas blando. Voy al bano y tras darme una ducha y desenredarme el pelo me siento frente a mi portatil. Miro la pantalla vacia durante un rato, nada... no se me ocurre absolutamente nada, !nada! Por dios... se supone que soy brillante en mi trabajo, !algo se me tendra que ocurrir!, llevo una semana sin hacer absolutamente nada, bueno si... compadecerme de mi mala suerte, eso se me da de maravilla. Frustrada por mis circunstancias enciendo mi tablet, mi maravillosa tablet, mi pequeno y caro capricho. Cuando Hugo me dejo poco antes de venirme no me sorprendio, hacia tiempo que nuestra relacion se habia vuelto distante, bueno... "mas" distante. Hablaba menos con mi novio que con mis vecinos y eso... ya es decir mucho, porque no me considero una persona demasiado sociable. Demasiado trabajo, demasiado estres y sobretodo poco en comun. Pero aun asi no desaproveche la oportunidad de sofocar mi supuesta tristeza por otro fracaso en mi vida y me fui de compras para animarme, mi amiga Ana me obligo a ello, tras un fin de semana de chicas y compras, ella compro ropa para llenar tres armarios y yo volvi a casa con mi bien mas preciado, mi tablet de ultima generacion. Los chirriantes pitiditos me devuelven a la realidad cuando me doy cuenta que Ana, mi Ana me esta abasallando a mensajes... sin duda desde que se ha propuesto ir al gym cada manana antes de ir a trabajar su vitalidad me arrolla, nunca ha sido una mujer tranquila, pero ahora esta mas activa que nunca. Sin pensarlo me pongo a hablar con ella, me ira bien no pensar en la montana que se me viene encima, ademas, si no le respondo me llamara y me soltara uno de sus sermones que no tengo ningunas ganas de escuchar. Hablamos durante casi una hora, cuando cierro el chat reviso el correo, nada nuevo, suspiro aliviada. Menos mal que mi feje no se ha acordado hoy de mandarme su email diario para ver que tal llevo el fascinante proyecto que se supone que tengo empezado. En ese momento caigo en la cuenta de que es sabado y me digo a mi misma en voz alta para convencerme -Lya, ya esta bien de tanta negatividad, ve a dar una vuelta, relajate y seguro que se te ocurre algo. No muy convencida, me pongo mis vaqueros, una camiseta de Led Zeppeling que me regalo mi mejor amiga y mis deportivas, cojo la chaqueta vaquera, el bolso y me dispongo a salir a que me de el aire. Parada frente al ascensor me pregunto que hare, y sin pensarlo demasiado vuelvo atras a la habitacion para coger la tablet, si, sin duda sera una buena compania. No conozco la ciudad, no conozco a nadie aqui y aunque hablo perfectamente ingles soy demasiado introverdida como para acercarme a hablar con alguien. Salgo del hotel dispuesta a ser feliz, aunque sea durante un dia, olvidando mis problemas. Paso por un Starbucks y me compro un frapuccino, me encantan. Camino durante un buen rato mirando a la gente, viendo como estos extranos se mueven comodamente por estas calles desconocidas para mi y sorbiendo mi desayuno. Llego a un parque enorme y decido que es una buena idea hacer algo que he visto miles de veces en las peliculas, asi que me dirijo a buscar un banco libre y cuando lo encuentro me siento, saco mi tablet y sin mas me pongo los auriculares. Inicio la app de Spotify y le doy al play sin prestar atencion a lo que suena, me da igual, cualquier musica es buena en estos momentos, murmuro, y me pongo a leer.

  • Todas somos Blancanieves de Mercedes Silvestre Segovia

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    Todas las noches terminan con un bello amanecer, disfrutarlo depende de ti.

  • No estas sola de Mari Jungstedt

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    Nunca superamos del todo el miedo infantil a que nos dejen solos.

  • Sucedio en Cambridge de Bruno E. Gomez

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    Cambridge, Inglaterra. Verano de 1959. Una de las cosas que mas me llama la atencion cuando hablamos de la vida, es el hecho de que no importa cuanto trazamos un camino para nosotros, nos sorprenden los detalles que son capaces de cambiar totalmente la direccion que vamos a seguir. En primer lugar, quiero dejar muy claro que esta no es una historia de una sola persona. Pero uno de ellos es el mejor autor de todo esto. Es el “detalle”. Mi nombre es Anthony Henderson, escoces, con un padre agricultor y una madre docente y que cumplio su sueno de estudiar literatura en la Universidad de Cambridge. Fue alrededor de la una de las mas prestigiosas universidades del mundo, en la noche del 27 de junio de 1959 que se inicio una fase de mi vida que me ha traido muchas alegrias. Como de costumbre, Louis De Lamartine y yo fuimos al George’s Pub los fines de semana. George’s fue uno de los bares mas famosos de la ciudad. Sus principales visitantes eran estudiantes que no solo disfrutaban de su cerveza sino que tambien coqueteaban con las hermosas camareras que trabajaban alli. Su diseno rustico y su musica celta me recordaron la epoca de mi infancia en la casa de mis abuelos. - No deberiamos haber venido aqui hoy, esta lleno de gente - Le dije a Louis, estabamos en la entrada del bar, nunca habia visto ese lugar tan lleno de gente - Creo que es una especie de celebracion. - El nombre de esto es vacaciones de verano - Louis estaba tan feliz como siempre, fuimos al balcon - Sin pruebas, sin responsabilidad, muchas mujeres y lo mejor, cerveza. - Este es el problema, Louis, la cerveza. Manana estaras camino a Francia, necesitas estar sobrio. - Tengo que disfrutar de este ultimo dia en Cambridge - dijo Louis, con el vaso en la mano, mientras le servian - Si mis padres me ven borracho en Paris, me matan - se lleno la boca con el primer sorbo - Y no estoy bromeando. Louis era el unico frances que conocia, aunque irresponsable la mayor parte del tiempo, era el mejor amigo que cualquiera podia tener. Tuve mucha suerte de tenerte como companero de cuarto. Como cada verano, Louis volveria a pasar sus vacaciones familiares en Paris. - Por cierto, Anthony, ?que vas a hacer mientras estoy fuera? - Louis me pregunto - Lo se, te encerraras en esa habitacion escribiendo otra de tus historias. Lo entendiste bien. Ni siquiera tuvo que decir lo aburridas que serian mis vacaciones. - Quizas lo haga - me rei - Caminar y visitar a mis padres tambien estan en la lista de cosas por hacer. Louis rio con ironia. - ?Sabes lo que pienso? Que usted debe conocer a alguien. Si alguien Hoy. Hay muchas chicas hermosas aqui. ?Que hay de que aqui? - Louis senalo a una de las camareras que estaba sirviendo una mesa a cinco metros de donde estabamos. - Louis, no me hagas avergonzarme de nuevo. Saludo a la nina. Gire la cara, avergonzado. Ella se nos acerco. - ?Senorita? ?Por favor? Ella camino hacia nosotros. - Servirnos. Ella se cerro para nosotros, la iluminacion nos permitio ver la cara de esa mujer. Y fue en este mismo momento que vi por primera vez a Mary Collins, “el detalle”. Capitulo 2 Mary Collins Mary Collins era la mujer mas hermosa que habia visto en mi vida. Ella era inglesa, nacio en Cambridge en 1938, hija de una madre inglesa y un padre escoces, vivio una vida simple en esa ciudad, desde la cual nunca habia pisado afuera. Su madre fallecio despues de dar a luz a su hermano, cuando Mary tenia solo 3 anos. Paso parte de su infancia y adolescencia cuidando al nino, mientras que su padre, George Collins, trabajaba en la unica fuente de ingresos de la familia, George’s Pub. Inteligente, ella lo sabia todo, y lo que no sabia, siempre trataba de aprender. Le encantaba todo lo que era bello y armonioso, siempre estaba conectada con el arte y le encantaba pasar tiempo pintando cuadros. La hija del Sr. George era conocida en todo el vecindario, su amabilidad y simpatia eran admirables. Su belleza no llamo la atencion de uno, ni de algunos, sino de todos los hombres que la vieron. Era una chica dificil y no se dejaba influenciar por todos los tipos de coqueteo que recibia. Mary era demasiado romantica; ella creia en el amor verdadero y sonaba con una vida de princesa. Hasta entonces, ella habia vivido solo una pasion, un chico de secundaria, que la dejo para estar con otra chica. A los 17 anos, Mary comenzo a trabajar con su padre en George’s Pub. Como nunca tuvo la oportunidad de ingresar a una universidad, comenzo a trabajar a tiempo completo en la cocina del establecimiento, un hecho que nunca la habia visto alli. Su padre preferia que ella trabajara como reclusa porque temia el acoso de los hombres. Era el destino que esa noche de junio de 1959, debido a la demanda, Mary Collins tuviera que asumir el papel de camarera. Cuando me di vuelta, vi a esa chica, de 1,65 metros de altura, con el pelo liso rizado en un tono oscuro, una cara hermosa y una mirada gentil que denunciaba sus ojos marrones que me miraban acompanados de una sonrisa capaz de hacer que cualquier hombre en el mundo se pusiera de pie enamorar. Pasaron milisegundos antes de que Mary llenara mi vaso con cerveza y desapareciera entre la multitud de hombres. Nunca crei en el amor a primera vista, pero confieso que en ese momento mi respiracion se detuvo y mi corazon se acelero. Algo me dijo que acababa de conocer al amor de mi vida. El instinto tenia razon. Capitulo 3 El reencuentro - ?De verdad crees que exagere la bebida? - Louis me pregunto. Cerro su maleta, se detuvo y me miro: ?Anthony? ?Anthony? - ?eh? - ?Que paso? No presto atencion a nada de lo que te dije. Esta disperso. - Oh no, no fue nada - dije - Pero creo que llegas un poco tarde. Era el domingo por la manana despues de esa noche en George’s. Unas horas mas tarde, Louis estaria camino a Paris. Subiria a un barco a Calais, en la costa francesa, y desde alli, continuaria por tierra hasta la capital del pais. - No cambies de tema, Anthony. Te conozco. ?Que esta pasando en tu cabeza? Lo se, otro verano sin tu amigo aqui. Louis se rio y me arrojo una toalla de bano mojada. - Idiota - con buen humor lo tire de vuelta. - Pero entonces, ?me lo diras? - Esa camarera de ayer. - ?Cual de ellas? - Nos sonreimos - Ah… Yo se quien es. - Ella misma, creo - me rei. - Entonces significa que ademas de ser un buen amigo, yo soy tu angel de cupido, despues de todo, yo fui quien te la presento. - Convencido - le dije - Y no me presentaste, ni siquiera se su nombre. - ?Y a que esperas? Vuelve ahi. Estoy seguro de que a ella le encantaria dejarte. - Siento que me estas subestimando, Louis - dije juguetonamente. - Entonces prueba que estoy equivocado. Ve alli y habla con ella. - Quizas lo haga. - ?”Tal vez”? No esperes demasiado. - Si… tienes razon. Al menos una vez en esa vida. Louis sonrio. - Cuando la vi, no se, senti algo diferente. Es como si todas las demas mujeres salieran por mi y yo solo la viera. - !Maldita sea! ?Por que no me di cuenta? Tal vez estaba ciego. Louis se rio. - Esto es serio… Es como si algo me dijera que la persona que estoy buscando esta alli, justo ante mis ojos. - Mira, caballero enamorado, luego dime los detalles, envieme una carta, tal vez la reciba antes de que regrese. Nos reimos, como siempre, las conversaciones con Louis siempre fueron animadas. Durante esa tarde sola en nuestra habitacion en la Republica, no podia dejar de pensar en esa chica. Sin Louis alli todo el verano, pasaria la mayor parte de mi tiempo asi, yo y mis pensamientos. Me preguntaba, ?como podria estar tan conmovida, pensando en una chica que ni siquiera sabia su nombre? La ansiedad y la curiosidad no me dejaron dormir esa noche. Estaba mas que decidido a ir a ese bar lo antes posible y descubrir quien era la chica que conmovio mi corazon. ... En la tarde del dia siguiente fui al pub de George. El bar parecia cerrado; aun asi, la presencia de alguien dentro del establecimiento, decidi ver si la puerta estaba abierta. Se abrio facilmente. El bar estaba vacio, camine lentamente hacia el mostrador. - El bar esta cerrado. Me di la vuelta. Fue ella. - Hoy es lunes, abriremos mas tarde. Estaba extasiado. Esta vez la vi por mas de un segundo. Ella me miro sin entender nada de lo que estaba sucediendo. - Yo… no vine a beber. - ?Entonces estas buscando a mi padre? - ella me pregunto. - ?Su padre? - Si, George Collins, el dueno del bar. Ella era la hija del dueno. Al menos el apellido que ya conocia. - No, no, solo estaba pasando y… - Te conozco - dijo mirandome - Estuviste aqui en el bar el sabado con tu amigo, ?verdad? Ella recordaba mi cara. Sonrei como nunca antes, como para decir que si. - Sientate, te servire una cerveza. Estaba sentado en un taburete. - No, no, sientate en una de las mesas - tomo una cerveza y se fue detras del mostrador. Encontre la orden extrana, me sente, ella se sento en otra silla, frente a mi y me entrego un vaso que acababa de llenar. - El bar no esta a la venta. - ?Que? - Eres guapo, bien vestido; Apuesto a que eres uno de esos estudiantes que quieren convertir este bar en un club de strippers. !Dije que era una mujer dificil! - No, no, no es eso… quiero decir, soy estudiante, pero no es por eso que vine aqui - Tartamudee por un momento, me miro con recelo - Pase por aqui, pense que estaba abierto y… - ?Y decidiste tomar una cerveza a esa hora? ?Ella siempre me interrumpiria? - Estoy bromeando, sientase libre, senor… - Se levanto - ?Como se llama? - Anthony, Anthony Henderson. - Bueno, Sr. Henderson, si lo necesita, llameme. Ella se iba, le toque el brazo y me miro con miedo. - ?Y el suyo? - Mary, Mary Collins. !Realizacion! - Solo llamame Anthony, senorita Collins. Ella sonrio - Solo llamame Mary, Anthony. Nos reimos mirandonos el uno al otro. Parecia un poco avergonzada, miro a ambos lados y dijo: - Bueno, pensandolo bien, no tengo mucho trabajo por hacer - se sento de nuevo - Tu no pareces ser de Cambridge. ?Es escoces? - ?Como sabe? - me sorprendi. - Mi padre tambien es de Escocia. Reconozco uno de lejos - ella rio. Esa decoracion del bar fue explicada. - Tu no eres... - No, soy de aqui. En realidad nunca deje Cambridge. - Wow, de verdad? - No finjas sorprenderte - sonrio - Mirame, no me veo como una viajera. Tenia miedo de reir. - Bueno, eres una nina, tendras muchas oportunidades de viajar. - Me quedare con tu optimismo - me sonrio - ?Estudiar que? - Literatura - Hmm, ?literatura? ?Y tiene la intencion de ser uno de esos maestros que se presenta en el bar despues de las clases para enojarse y quejarse de los estudiantes? - ?Es este mi futuro? Nos reimos - No, no, realmente quiero ser escritor - le dije. - Ah, entonces, senor… ?escribe? - Si… lo intento. Ella sonrio - Ah… Dios mio, mi papa estara aqui pronto - ella se levanto - El no puede verme sentado aqui con un cliente. !Maldita sea! - Te veo, Anthony - estaba alegre - puedes seguir bebiendo.

  • Fuera de juego – Chus Iglesias de Chus Iglesias

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    El desahogo de Alba despues de aquel partido, en el que habia insultado al arbitro a placer, no tenia comparacion con la verguenza que empezaba a sentir y mas cuando descubrio que David seria el nuevo tecnico de prevencion de riesgos y abogado de la asesoria en la que ella trabaja en Santiago de Compostela. Lo que esta claro es que el no ha llegado en son de paz precisamente, cuando ha comprobado que era la misma ninata del campo de futbol.
    Este hombre es un ligon empedernido que no esta dispuesto a atarse a nadie, aunque las cosas siempre pueden cambiar si te encuentras con alguien mas terco que tu, dispuesto a fastidiar lo que sea necesario.
    Despues de numerosas discusiones por temas de trabajo, que han llevado a su jefe a preocuparse por su relacion, este los enviara a Suiza en un viaje de negocios, alli quizas el le cuente ese secreto que tanto lo atormenta y por lo que muchos de sus amigos le han dado la espalda, y hace que por veces tenga ese humor de perros. Tambien podras descubrir lo bonito que es este pais y su sabrosa gastronomia, asi como la vida de los numerosos emigrantes que alli viven. Si te intriga su historia tambien descubriras con ellos esos amaneceres que tanto le gustan a David y por que ha aprendido a valorar tanto esas pequenas cosas que nos da la vida.
    Y ese local que es frecuentado por Yago el fiscal y Valeria la policia. Todos hablan de el y nadie sabe quienes son los duenos, otra grata sorpresa.
    En este libro descubriras los amorios de los protagonistas y sus amigos, un caso de acoso escolar y otro de violencia de genero por parte de la companera de trabajo de Alba, asi como bonitos amaneceres que dan nombre a esta saga.

  • El hombre que perseguia su sombra ( Millennium 5) de David Lagercrantz

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    Lisbeth Salander esta cumpliendo condena en la carcel de Flodberga, en la que intenta a toda costa evitar cualquier tipo de conflicto con el resto de las presas. Pero en el momento en el que Lisbeth se convierte en la protectora de la joven de Bangladesh que ocupa la celda vecina, la peligrosa lider de las internas la coloca en su punto de mira.

  • Lo bueno del amor [LGBTI] de

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    Esta es la historia de una chica que conoce a un chico, se enamora y acaban juntos.
    O no.
    Porque en realidad Molly Peskin-Suso ha vivido 26 enamoramientos no correspondidos. Como siempre le reprocha su hermana Cassie, al final nunca hace nada por su miedo al rechazo.
    Y ahora Cassie acaba de empezar a salir con una chica y Molly se siente mas sola que nunca. Bueno, excepto por Will, el encantador pelirrojo que esta sorprendentemente interesado en ella. Y su nuevo companero Reid, mas comodo con los personajes de Tolkien que con la gente en general. Con el es muy facil hablar porque jamas podria llegar a gustarle.
    ?Verdad?

  • Camino a una tierra extrana de David Park

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    Con una prosa elegante y sugestiva, Camino a una tierra extrana es el viaje introspectivo de un padre que busca a su hijo; un retrato psicologico, perfectamente hilvanado, acerca de una familia en una crisis emocional y, sobre todo, una hermosa reflexion del significado de la paternidad.

  • El despertar del lobo de Lola P. Nieva

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    El viento soplaba con fuerza, sacudiendo violentamente las contraventanas de madera de cedro y produciendo un golpeteo ritmico que, sumado al afilado silbido del viento, hizo que me arrebujara bajo el mullido nordico que me cubria. Sonrei satisfecha, pues, apenas unas horas antes, un nordico, no tan mullido, habia desgastado mi cuerpo con un placer agonico que parecia no tener fin. Ya no solo gozaba de sus caricias, de sus miradas, de sus palabras, de su presencia, gozaba del aura de su alma, de esa calida e intensa conexion que nos unia con fuerza arrolladora. No importaba el tiempo que estuvieramos juntos, las veces que nos amaramos, la felicidad compartida; aun asi, nuestro anhelo permanecia desesperado y hambriento. El dolor y la desolacion por nuestra abrupta separacion habian marcado a fuego nuestros corazones con un temor dificilmente olvidable. De ese modo, viviamos cada minuto con pasion e intensidad abrumadora, conocedores de los caprichos del destino. Habia transcurrido algo mas de un ano desde nuestro reencuentro y cada instante a su lado era un regalo divino que agradecia casi de manera incesante. Hoy se celebraba nuestro primer aniversario de boda. Al pie de un hermoso acantilado, escarpado, verde e impresionante, sobre el fiordo que se habia convertido en nuestro hogar, volvimos a unir nuestras vidas, pronunciando unos votos con la voz del corazon y la fuerza del alma, frente a un clerigo al que ni miramos, y frente a un escaso publico que casi ni percibimos. Gunnar y yo, yo y Gunnar, eso era suficiente para ambos. Todavia sentia en mi piel la mirada de aquellos hermosos ojos verdes, cargados de un amor tan profundo como aquel fiordo, que presenciaba un rito tan anejo como los tiempos: la fusion de dos almas predestinadas, vapuleadas y recompensadas. Ambos ibamos vestidos con ropa informal; eso si, blanca, como las paginas que deseabamos escribir en nuestra nueva vida juntos. Mi gallardo vikingo cortaba el aliento aquel dia. Su cabello rubio oscuro sujeto en una coleta baja dejaba bien a la vista sus marcadas facciones, la masculinidad de su pronunciado menton, su amplia boca, definida, de labios delgados, su nariz recta y sus altos pomulos. Y aquellas gemas verdes, alargadas y brillantes que refulgian dichosas bajo la luz de un sol adormecido. Recorde vividamente el beso ansioso y brutal con el que sellamos nuestro vinculo. Como su lengua desesperada buscaba la mia, con la misma hambre del primer dia, cuando yo era su esclava en aquel tiempo tan lejano y tan cercano a la vez. Ahora sabia que, en realidad, ambos fuimos esclavos de un destino incierto y de un amor imborrable. --Un ano, amor mio, el primero de tantos. Su voz, grave y susurrada, aun quebrada por el sueno, desperto cada fibra de mi ser. Ya volvia la cabeza hacia el cuando se abalanzo sobre mi y, cubriendome con su cuerpo, me inmovilizo, pegando su rostro al mio, nariz con nariz, con las miradas entrelazadas, en silencio, mientras nuestros ojos conversaban. Entreabri los labios y me los humedeci, plenamente consciente de la atencion que aquel gesto provocaba. --Eres una inconsciente --ronroneo. --?Tu crees? --Aja, no es muy sensato tentar a un leon hambriento. Los largos mechones de su cabello ocultaban parcialmente su rostro, pero el ojo felino que asomaba brillaba maliciosamente seductor. --Recuerda que yo tambien tengo dientes --murmure provocadora. Gunnar esbozo una media sonrisa picara y sacudio la cabeza, agitando su cabello. --Aaaarrrggggg... --gruno--; estoy mas que preparado para la pelea, loba mia. Rei y le ensene divertida los dientes. Gunnar atrapo mis munecas por encima de mi cabeza, hundiendolas en la almohada, y presiono sus caderas sobre mi vientre; adverti al instante que no fanfarroneaba. --Sin duda tienes el coraje de un guerrero --musite divertida-- y la vitalidad de un dios. !Ja, ja, ja, ja, ja!, no puedo creer que te queden fuerzas, anoche batimos todos los records. Gunnar nego con la cabeza con vehemencia, con una amplia sonrisa jugueteando en sus tentadores labios. --Anoche --hizo una pausa intencionada mientras hundia su nariz en mi cuello-- fue anoche; acaba de amanecer, con lo que ya es otro dia, y si, soy un guerrero, con la suerte de un dios, pero en realidad solo soy un pobre y necesitado hombre enamorado. Su aliento calido acaricio mi piel. Suspire. Irguio de nuevo la cabeza para mirarme. Su intensidad me seco la garganta. Durante un largo instante, mis ojos quedaron atrapados en los suyos, como presos de un hechizo que detenia el tiempo, que nos alejaba del mundo. Senti como mis latidos cambiaban bruscamente de ritmo, acelerados y desacompasados. --Gunnar --gemi suplicante. Su mirada se prendo en mi boca, una chispa de puro deseo la encendio y entreabri los labios desesperada por recibir su primer asalto. --!Loba! --gruno ardiente. Su boca se cernio hambrienta y furiosa sobre la mia. La invasion fue brusca, dura, desesperada. Su lengua sedosa y dominante paladeo cada recoveco de mi boca. Lamia, succionaba, mordia, arrancandome gemidos sofocados. Sus manos tremulas e inquietas se deslizaron hasta mis pechos desnudos, amasandolos con hosquedad, mientras su cadera danzaba sobre mi, frotando su dureza calida y palpitante. Lleve mis manos liberadas hacia la cinturilla elastica de su pantalon de pijama y las infiltre bajo la tela. Aprete, extasiada, sus duros gluteos, hundiendo apenas mis unas en su piel. Gunnar libero un largo grunido al tiempo que arqueaba su espalda. Se medio incorporo apoyado en las palmas de sus manos. Admire la musculosa complexion de su pecho, la pronunciada curvatura de sus poderosos hombros, las delineadas formas de sus biceps en tension, sus vastos antebrazos venosos, la dureza remarcada de su vientre y el orgulloso mastil de su deseo abultando la bragueta de su pijama. Gunnar solia dormir con el torso desnudo y un fino pantalon de algodon, sin ropa interior. Resultaba imposible no seguirlo con la mirada cuando deambulaba por la casa de esa guisa. Era el hombre mas condenadamente sexi que existia sobre la faz de la tierra, con ese atractivo salvaje y natural que exhibia con elegante indolencia, desconocedor de su propio magnetismo animal. No habia mujer que resistiera el impulso de volverse a mirarlo, pero, por fortuna, mi hermoso vikingo solo tenia ojos para mi. Tire con fuerza del pantalon, liberando su majestuosa exigencia, altiva y pesada, que basculo apuntando directamente su objetivo. Sonrei libidinosa, el deseo me consumia. Gunnar se coloco entre mis piernas; una densa humedad emergio anticipando la incursion. Acaricie sus abultados hombros, sostuve su ignea mirada y con total premeditacion alce la cadera en muda invitacion. Sin embargo, el permanecia estatico, erguido sobre mi, con los brazos tensos, sus ojos devorando mi rostro con una extrana expresion extasiada. --Adoro saborear cada uno de tus gestos, esas chispas que despiden tus hermosos ojos dorados, la sutil tension de tu rostro, la avida plenitud de tus labios que parecen pedir a gritos que los devoren, la suplica desgarradora de tu mirada, la sensual ferocidad de tus caricias. Pero ?sabes que es lo que mas me subyuga? --inquirio en un susurro quedo y grave. Negue con la cabeza, cada vez mas urgida por el deseo palpitante que punzaba mi vientre. --La musica que componen tus gemidos; no tienes idea de la cantidad de sonidos diferentes que emites cuando te poseo, podria tener un orgasmo solo escuchandote. De repente, la loba traviesa y juguetona de mi interior surgio dominando la situacion. --Veamos si eso es verdad --musite con una sonrisa insinuante. Gunnar abrio los ojos claramente confundido, pero cuando vio que metia en mi boca dos de mis dedos y los saboreaba con fruicion, un deseo acuciante oscurecio su mirada. Sin apartar mis ojos de los suyos, lleve mi mano hacia mi sexo, decidida a procurar un momentaneo alivio al anhelo que sacudia mi cuerpo. Gemi a la primera caricia, me mordi el labio inferior y me contonee contra mi propia mano. --No cierres los ojos, !mirame! --me ordeno. Asi lo hice mientras gozaba de mis propias caricias bajo la atenta y sufrida mirada de Gunnar. Jadeaba cada vez con mayor intensidad; el placer me sacudia, y ver la tortura y la contencion en sus ojos acrecentaba mi placer, aumentando el ritmo de mis caderas. Casi llegando al climax, Gunnar me detuvo. --Ese premio es mio. Se deslizo raudo entre mis piernas y su lengua termino lo que mi mano habia empezado. Mis gemidos ya eran gritos de placer desquiciante, la voracidad de su lengua estaba acabando con mis sentidos. Estalle en un orgasmo burbujeante que convirtio mis venas en rios de lava. La tension se disipo en una laxitud agradecida, y flote en una nube distendida y mullida, de autentica ingravidez. --Deliciosa --murmuro mientras se incorporaba. Se alzo nuevamente sobre mi, regalandome una sonrisa lujuriosa e incitante. --Has tentado demasiado al leon, loba, no tendre piedad de ti. --No quiero tu piedad --gemi, con voz ronca y sensual--, quiero que me destroces como la bestia que eres

  • Amenaza de Tormenta de Nora Roberts

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    La posada The Pine View estaba confortablemente situada en las montanas Blue Ridge. Despues de dejar la carretera principal, el serpenteante camino cruzaba un estrecho vado del rio con la anchura suficiente como para que pasara un coche. La posada estaba a muy a poca distancia del vado. Era un edificio con mucho encanto, lleno de personalidad, de lineas tan limpias que disimulaban su ruinosa estructura. Tenia una altura de tres plantas y estaba construido en un ladrillo rojo que el tiempo habia deslucido hasta un rosa claro. En la fachada habia ventanas estrechas con contraventanas de color blanco. El tejado, de cuatro aguas, habia ido perdiendo color hasta adquirir un tono verde claro. En el se erguian tres chimeneas. El edificio estaba rodeado por un porche de madera de color blanco y habia puertas para acceder a el en todos los laterales de la casa. El prado que la rodeaba estaba perfectamente cuidado. A menos de cincuenta metros de la posada, los arboles y los afloramientos de roca reivindicaban su presencia en el prado. Era como si la naturaleza hubiera decidido que la casa podia ocupar ese espacio y ni un milimetro mas. El efecto era impresionante. La casa y las montanas permanecian en pacifica convivencia sin que ninguna le restara a la otra un apice de belleza. Mientras dejaba el coche en la zona destinada al aparcamiento, Autumn conto cinco coches, el viejo Chevy de su tia incluido. Aunque todavia estaban en temporada baja, al parecer ya habia algunos huespedes. Soplaba un ligero viento frio de abril. Los narcisos todavia tenian que abrirse y la flor del azafran estaba comenzando a marchitarse. Algunos capullos de azalea mostraban ya algun punto de color. El campo parecia estar esperando la llegada de la primavera. Las montanas mas altas todavia vestian sus abrigos de invierno, pero comenzaban a salpicarlas algunos toques grisaceos. No continuarian vestidas de marron y de gris durante mucho tiempo. Autumn se colgo la camara a un hombro y el bolso al otro, el bolso siempre ocupaba el segundo lugar en importancia. Del maletero del coche todavia habia que sacar dos enormes maletas. Tras un pequeno esfuerzo, consiguio colocar el equipaje de tal manera que pudo llevarselo en un solo viaje. Despues, subio los escalones de la entrada. Como siempre, la puerta estaba abierta. No habia nadie en el interior de la posada. El descabalado cuarto de estar que hacia las veces de salon estaba vacio, aunque el fuego crepitaba en la chimenea. Autumn dejo las maletas en el suelo y entro en la habitacion. No habia cambiado nada. Viejas alfombras salpicando el suelo y mantas de ganchillo en sendos sofas. En las ventanas, cortinas estampadas de flores. La coleccion de figuritas Hummel continuaba sobre la repisa de la chimenea. La habitacion estaba limpia, pero distaba mucho de estar ordenada, algo que siempre la habia caracterizado. Habia revistas por todas partes y un cesto de costura a punto de rebosar. Los cojines apilados en el asiento de la ventana mas que decorativos eran simplemente comodos. El ambiente era acogedor, con un encanto ligeramente descuidado. Autumn penso sonriente que aquella habitacion encajaba perfectamente con la personalidad de su tia. Sintio un extrano placer. Siempre era reconfortante descubrir que algo que uno amaba no habia cambiado. Echo un ultimo vistazo a la habitacion y se paso la mano por el pelo. Le llegaba mas alla de la cintura y lo llevaba revuelto por haber conducido con las ventanillas abiertas. Se le paso por la cabeza la idea de que debia cepillarselo, pero lo olvido en cuanto oyo pasos en la entrada. -!Autumn, estas aqui! Tipico de ella, su tia la saludo como si acabara de volver despues de haber estado una hora en el supermercado, y no tras haber pasado un ano en Nueva York. -Me alegro de que hayas llegado antes de cenar. Estamos haciendo carne guisada, tu plato favorito. Autumn sonrio, no tuvo valor para decirle a su tia que ese era el plato preferido de Paul, uno de sus hermanos. -!Tia Tabby, me alegro mucho de verte! -camino rapidamente hasta ella y le dio un beso en la mejilla. El familiar olor a lavanda de su tia la envolvio. Su tia Tabby no se parecia en nada al gato en el que su nombre hacia pensar. Los gatos eran animales arrogantes hasta resultar esnobs, desdenosamente tolerantes con el resto del mundo. Eran conocidos por su rapidez, su agilidad y su astucia. Su tia Tabby era conocida por sus absurdas divagaciones, sus conversaciones inconexas y sus pensamientos confusos. No tenia ninguna astucia. Y Autumn la adoraba. Se separo de su tia y la observo con atencion. -Estas magnifica. Era una verdad inmutable. Su pelo continuaba siendo tan castano como el de su sobrina, aunque con numerosas hebras grises. Tambien el pelo encajaba con su personalidad. Lo llevaba corto y anarquicamente rizado alrededor de su cara redonda. Sus facciones parecian hechas a pequena escala: la nariz, la boca, las orejas, incluso las manos y los pies. Los ojos eran de un neblinoso azul claro. Aunque tenia mas de cincuenta anos, su piel se negaba a arrugarse. Tenia un cutis tan suave como el de una nina. Era unos quince centimetros mas baja que Autumn y tenia unas formas agradablemente redondeadas. Autumn se sentia desgarbada y flaca como un palillo a su lado. La volvio a abrazar y le dio un beso en la mejilla. -Estas absolutamente maravillosa. Tabby alzo la mirada hacia ella y le sonrio. -Que guapa eres. Siempre supe que serias guapisima, !pero eres tan delgada! -exclamo palmeandole la mejilla. Mientras abrazaba a su tia, Autumn penso en los cuatro quilos que habia engordado al dejar de fumar. Habia vuelto a perderlos muy rapidamente. -Nelson siempre fue muy delgado -anadio Tabby, pensando en su hermano, el padre de Autumn. -Sigue siendolo-contesto Autumn. Dejo la camara en la mesa y le sonrio a su tia-. Mama siempre le esta amenazando con ponerle una demanda de divorcio. -!Vaya! -Tabby chasqueo la lengua y la miro pensativa-. No creo que sea muy sensato despues de llevar tantos anos casados. Comprendiendo que no habia entendido la broma, Autumn se limito a asentir mostrando su acuerdo.

  • Conquistando el mundo de Erika (Las senales existen 3) de Yanira Garcia

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    ?Quien es Erika?
    Sencillamente Erika.
    Soy mal hablada, directa, burlona, ironica, sarcastica. Bien, si, soy todo esto y es mi esencia. Pero quiza haya otras cosas que tengais que descubrir para entender un poco mejor lo que me rodea.
    Max es un ligon por excelencia, o quiza no, pero prefiero hacerme ciertas ideas sobre el y mantenerme firme en que es un capullo integral, esa es la mejor forma de evitar esa corriente que siento cuando lo tengo cerca.
    Todo comenzo bailando, como dice la cancion, y bien podria ser cierto, pero la realidad es que empezo mucho antes. Ahora nos hemos centrado en una simple y sencilla mision: buscarnos, pincharnos y correr como alma que lleva el diablo. Tramar la venganza tambien esta contemplado en nuestro modus operandi.
    Dicen que los polos opuestos se atraen, dicen que los chinos venden cosas de mala calidad y poco funcionales, dicen que las amigas son lo mejor que hay en este mundo, que la familia es ?importante?, y que el pasado a veces vuelve a buscarte.
    Dicen que las senales existen y que, efectivamente, estan ahi esperando a ser vistas e interpretadas.
    Yo lo digo, ?que opinas tu?

  • Todo tuyo de Judith Galan

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    LAURA. En pocos dias, tres hombres irrumpen en la planificada y tranquila vida de Laura: un atractivo aleman, un vagabundo de mirada intensa y un joven informatico.

  • Estacion Sol de Gregorio Leon

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    Julia es una joven fotografa que empieza a trabajar en El Universal. Con su camara a cuestas, capta la imagen de Alfonso XIII entrando en un chale de la mano de una mujer que no es la reina, Victoria Eugenia de Battenberg, sino una amante. El director del periodico se niega a publicar esa foto, y encomienda a Julia un reportaje sobre las obras de construccion de un modernisimo medio de transporte que va a alterar la vida de Madrid: el Metropolitano; y mas aun cuando poco despues aparece el cadaver del capataz de las obras.

  • Libre de Promesas (Maestros del Blackish 3) de Kelly Dreams

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    --Buenas noches, ?en que puedo ayudarte? Sophie sostuvo la mirada del hombre que se movia detras del mostrador de la recepcion del exclusivo y discreto club de BDSM de Chelsea, se lamio los labios y se inclino hacia delante. --Estoy buscando a Alexander Brooks --le informo--. ?Podrias decirme donde puedo encontrarle? El recepcionista fruncio el ceno y la miro entre intrigado y suspicaz al escuchar el nombre real del propietario del Blackish. No era alguien que pasase precisamente desapercibido con ese pelo blanco peinado de punta, unos profundos ojos azules e inquietantes y unos biceps que parecian un par de troncos. Tenia los dedos largos, como los de un pianista y no pudo evitar preguntarse si seria capaz de tocar el cuerpo de una mujer con la misma destreza. Todo el exudaba masculinidad y una seguridad que solo poseian los dominantes. El hecho de que vistiese una camiseta negra con el logotipo del club no hacia mas que afianzar su suposicion. --El Amo Horus ya esta dentro. --Hizo hincapie en la palabra <> sin quitarle la mirada de encima. Horus era el primer nombre de Alexander, si bien nunca habia dejado que lo llamase por el--. Llegas por los pelos, estamos a punto de cerrar las puertas. ?Cual es tu nombre? Observo al tipo que se inclino sobre el ordenador. --Sophie Joyce. Parecio introducir el nombre en el programa y, al no encontrarlo, levanto la mirada con suspicacia. --?Tienes membresia en el club? No. De hecho, ese era el principal motivo por el que estaba alli, mirandole, y no habia atravesado las puertas que habia detras para buscarle por si misma. Sin embargo, esa no seria una respuesta adecuada, no frente a ese Dom. --No, senor --respondio con suave educacion. El enarco una ceja, sin duda curioso ante su presencia y su abierta asuncion de su lugar como sumisa. --Este es un club privado, princesa --le informo con tono firme aunque igual de amable que habia utilizado hasta el momento--. No puedo dejarte entrar sino estas en la lista. Dejo que sus labios se curvaran en una lenta sonrisa que sabia llamaria su atencion. --No le he pedido que me dejase entrar, senor --le recordo dulcemente--. Mi unica intencion es tener unas palabras con Alexander. Su respuesta le arranco una inesperada carcajada. Sus ojos brillaron de diversion y sus labios se estiraron. --Tienes una manera unica de insultar a un dominante con esa dulce y educada voz -- aseguro risueno--. Deberias tener cuidado de a quien diriges tus respuestas. Bajo los ojos lentamente. --Lo siento, senor --replico sumisa--. Me he limitado a constatar un hecho. El sacudio la cabeza, la miro de soslayo y se froto la barbilla. --De acuerdo, Sophie, has despertado mi curiosidad --le dijo dando un golpecito al mostrador--. Quedate aqui. Ire a ver si Horus esta libre para tener unas palabras contigo. Asintio y contuvo la excitacion que acelero su corazon. --Gracias... --pregunto sutilmente su nombre. --Amo Lucien, carino --le guino un ojo. --Gracias, Amo Lucien. El inclino la cabeza, se giro y se acerco a la puerta, la abrio y asomo la cabeza unos momentos. --Oye. Rick. Necesito que te quedes en la recepcion un par de minutos. Tengo que localizar al jefe. Una voz juvenil respondio al momento. --Si, senor. Al momento un joven de aproximadamente su edad atraveso la puerta vistiendo unos pantalones de cuero rotos, y una camiseta de red bajo la que podian verse los piercings que tenia en ambos pezones. Su pelo negro estaba peinado de punta y llevaba los labios negros, al igual que la sombra de ojos. Le dedico una mirada entre curiosa y apreciativa y ocupo su lugar tras el mostrador. --Hola --la saludo. --Hola --respondio a su vez. --No te habia visto antes por aqui --continuo echandole un buen vistazo de arriba abajo. --Estoy segura de ello --asintio manteniendo sus respuestas cortas por temor a que su voz vacilase. Estaba muy nerviosa y sabia que eso la llevaria a tartamudear. La respuesta parecio sorprenderle pero acabo por reirse. --De acuerdo, se cuando hablo de mas --acepto risueno, se echo hacia atras y se sento en el taburete sin insistir en la conversacion. Suspiro interiormente. Sabia que le habia dado la impresion de borde, pero necesitaba de todas sus fuerzas para seguir adelante con esa visita. No has pasado por todo esto para rendirte ahora, Sophie. Coraje. Se lamio los labios con nerviosismo y se entretuvo mirando a su alrededor, sus ojos cayeron sobre un tablon de anuncios y se aproximo a leer el contenido. Apenas habia tomado nota de algunas cosas cuando la puerta volvio a abrirse y escucho una conocida voz junto a la del Amo Lucien. --...rizos de color negro, ojos verde esmeralda y unos labios de lo mas besables. --Escucho el resumen del recepcionista--. Llego preguntando por ti. Se giro de inmediato hacia la puerta para ver a ambos hombres, aunque sus ojos se detuvieron sobre el mas alto. --Sophie. --La sorpresa bailo unos instantes en los ojos azul oscuro antes de desaparecer y adquirir un brillo de especulacion--. ?Que haces aqui? Las palabras se hundieron en su estomago como si fuesen de plomo. ?Eso era todo lo que tenia que decirle despues de cuatro anos sin verse? Alzo la barbilla y se obligo a respirar profundamente para lograr que las siguientes palabras no temblasen en sus labios. --Vengo a pedirte algo --respondio encontrando su mirada y sosteniendola, algo que siempre le habia resultado dificil. Esos ojos parecian poder ver a traves de ella. El enarco una ceja, abandono el umbral y camino hacia ella. --?De que se trata? Se lamio los labios una ultima vez y respondio directa. --Quiero que me acojas bajo tu tutela en el Blackish. CAPITULO 1 --No puedes decirme que no, asi, sin mas. Una frase demasiado contundente para una mujer tan menuda, penso Horus recorriendola con la mirada. Sentada frente a su escritorio parecia una pequena hada vestida de forma escandalosa, lo suficiente escandalosa para que encajase con el ambiente de esa noche en el club. Pero ella no iba a entrar, no habia luchado consigo mismo tanto tiempo para echarlo ahora todo a perder. Contemplo disimuladamente su curvilinea figura, el negro pelo rizado cayendole sobre los hombros y esos bonitos ojos verdes brillando de irritacion. Tenia las mejillas sonrojadas, sus labios se movian con ritmico erotismo provocandole unas irrefrenables ganas de mordisquearlos. ?Habia tenido que pasar cuatro anos sin verla para encontrarla jodidamente deseable? Estaba enfermo. Debia haber recibido mas golpes en el ring de los que pensaba y alguno de ellos habia impactado directamente en su cabeza. --Acabo de hacerlo, querida --replico a su vez, cruzando las manos con gesto aburrido sobre el estomago--. No voy a tutelarte en el Blackish y tampoco voy a darte una membresia. La manera en que apreto los labios formando un pequeno mohin irritado lo conocia demasiado bien. Conocia cada una de sus tretas, cada una de las expresiones de esa pequena y discola hembra; la misma con la que habia compartido seis anos de su vida. Una actuacion demasiado larga, una promesa hecha a su mejor amigo y que trajo consigo un tiempo mas alla de la simple complicacion. Sophie Joyce habia sido su esposa. Casarse con ella fue su forma de mantenerla a salvo, de cumplir con la promesa hecha a Robert, su hermano, y alejarla de las garras del hijo de puta que se tiraba a su madre. <>. La justicia era una autentica hija de puta, habia dejado de confiar en ella cuando tenia trece anos y fue internado en un reformatorio a peticion de sus propios padres. <>. Si, tanto su vida como la de Sophie no habian sido precisamente un camino de rosas, sus respectivos progenitores eran los unicos culpables de que sus destinos se hubiesen cruzado y ella hubiese terminado a su cuidado. --No puedes hacerlo --insistio ella modulando cada palabra, concentrandose en no tartamudear--. No puedes decidir por mi. Hace tiempo que perdiste ese derecho. Enarco una ceja y suspiro. --Empiezo a preguntarme si lo tuve alguna vez --replico con palpable sarcasmo--. Lo que si puedo asegurarte es que mi respuesta a tu pregunta sigue siendo la misma: No. No la queria alli. Bajo ningun concepto iba a dejar que esa mujer se pasease con menos ropa de la que llevaba puesta por las entranas del club. Los ojos verdes brillaron con una punzada de dolor ante sus palabras, pero pronto ocupo sus pupilas la irritacion que emanaba de cada poro de su cuerpo. --Ya no te-tengo dieciseis anos. --La leve vacilacion en su voz le indico que estaba empezando a perder el temple y el tartamudeo que tanto odiaba volveria a entrar en escena. Sabia lo que eso significaba para ella, lo vulnerable que se sentia en esos momentos y, en circunstancias normales, habria hecho lo que fuese para tranquilizarla, pero ahora solo deseaba sacarla de su oficina y que no volviese a poner un pie alli. --Gracias a Dios --admitio con una mordaz carcajada--. Con sufrir una vez tu adolescencia, fue mas que suficiente. Preferiria que me moliesen a golpes antes que tener que lidiar de nuevo con una mocosa hormonal. Cruzo los brazos sobre unos encantadores y llenos pechos. Si, ya no quedaba nada de la adolescente que habia estado a su cuidado, a la que habia querido, quien despertaba el deseo en sus venas y a la que se habia prohibido tocar. --?Sigues siendo virgen? --Dejo caer la pregunta con gesto aburrido. Estaba decidido a herirla con sus palabras si con eso conseguia su objetivo; disuadirla--. Si estas buscando la manera de ponerle remedio... estas en el lugar equivocado. Su rostro enrojecio todavia mas, esos ojos esmeraldas se entrecerraron hasta formar dos pequenas rendijas. --No-o, des-desde que nos separamos me he ti-ti-tirado a todo tio que encontre por el camino, algo que ha siii-sido de lo mas sa-saaa-satisfactorio --tartamudeo visiblemente afectada por sus palabras--. Tu no me qui-quisiste. Por su-suerte el mundo esta lleno de hombres menos... seee-selectivos que tu. Se obligo a morderse una replica. No tienes la menor idea de nada, Kitty. Si, se habia casado con ella pero no la habia tocado en los seis anos que habian estado juntos. Su unica intencion al contraer matrimonio era evitar que quedase desprotegida. Robert se habia encargado de obtener la custodia de su hermana pequena despues de que su madre dejase claro que no estaba preparada para cuidar de una cria. Y habia sido con su bendicion y permiso que la entonces menor, habia terminado bajo su tutela por medio del matrimonio. <>. Se estremecio interiormente al recordar aquellas duras palabras, el sentimiento de ira que habia despertado en su fuero interno ante la indefension de una nina y lo que podia pasarle si Robert no estuviese alli para protegerla. Deberia haber sido una conversacion condicional, un <> totalmente lejano, pero Robert Joyce habia hablado con conocimiento de causa, sabiendo lo que ocurria en su cabeza y que si seguia luchando, su vida estaria en peligro. Se habian conocido en las calles, Rob habia evitado que terminase con la garganta abierta solo para llevarle a conocer al Reverendo John. El padre era un hombre de color robusto que creia que incluso los mas idiotas se merecian una segunda oportunidad. Su necesidad de ayudar al projimo lo habia llevado a crear un lugar en el que los jovenes con problemas de ira, actitud o que vivian en la calle podian aprender a controlarse y al mismo tiempo hacer deporte. El peculiar reverendo fue el unico capaz de llegar a el despues de que lo internasen en ese lugar. El hombre le escucho sin juzgar y le dio la oportunidad de descargar su ira contra el mundo ofreciendole un deporte que le aporto la disciplina y el control que a menudo le faltaba. El fue tambien el unico que tuvo el valor de decirle que no estaba preparado para tomar sobre sus hombros una responsabilidad tan grande como Sophie, pero fiel a su rebeldia y a la palabra dada, no le escucho. ?Como hacerlo cuando le debia a Robert su propia vida? Se sacudio los recuerdos y miro de nuevo a la mujer que tenia frente a el, la misma con la que se habia casado a los veintisiete --teniendo ella solo dieciseis--, para separarse seis anos despues sin haberle tocado ni un pelo. ?Acostarse con ella? Habia sido impensable hacerlo, no con una nina y, cuando dejo de serlo, el ya se habia internado en un mundo que no deseaba para ella. --No vas a obtener una membresia en este club, Sophie --le informo de manera tajante--. No voy a tutelarte, no voy a permitir que entres en mi club, no pienso secundar lo que sea que tengas en mente. Mi respuesta es no. Ella se tenso, se incorporo hasta permanecer con la espalda muy recta y recatadamente sentada en la silla frente a el y lo miro sin parpadear siquiera. --Tengo entendido que el club lo llevan do-dos socios --replico con una ligera vacilacion, senal inequivoca del volcan de emociones que transmitia su cuerpo--. Veamos que tiene el que de-decir al respecto. Chasqueo la lengua, descruzo las manos y se apoyo en los brazos de la silla para levantarse. --El Amo Fire te dira lo mismo que te estoy diciendo yo ahora --declaro abandonando su asiento y rodeando la mesa hasta detenerse a su lado--. Este es un club privado, solo se puede acceder a el por recomendacion de alguno de los miembros existentes o en las convocatorias de acceso que se dan una vez al ano. Y tu no estas en posicion de obtener ninguna de las dos.

  • Ginny Moon de Benjamin Ludwig

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    Ve el mundo de otra manera. Te presentamos a Ginny Moon. Es la tipica adolescente, toca la flauta en la banda de la escuela, practica baloncesto semanalmente, y lee poemas de Robert Frost en la clase de ingles.

  • Fuera de si de Sasha Marianna Salzmann

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    Los gemelos Alissa y Anton nacen en el Moscu postsovietico. Transcurridos pocos anos, su familia emigra a Alemania, donde crecen, estudian y empiezan la universidad. Entonces, Anton desaparece y el unico y ultimo rastro de el procede de una postal de Estambul. Alissa se dirige alli en busca de su hermano pero, tambien, de si misma. En una ciudad impregnada de cambios politicos y sociales, la busqueda de Alissa se convertira en un viaje de conexion y pertenencia. Una intensa saga familiar que auna la fuerza de la tradicion con la vanguardia narrativa del siglo XXI.

  • Ravenmaster de Ximo Cerda

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    Cuervos.
    Plumajes de brillos opacos, a medio camino entre la tiniebla y la negrura mas profunda. Contemplar sus ojos es como caer en un vacio. Oscuridad dentro de la oscuridad, chispas que refulgen en el abismo que las engulle. En el vortice.
    Cuervos.

  • Ella piso la Luna. Ellas pisaron la Luna de Belen Gopegui

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    El libro mas personal de Belen Gopegui: un texto poderoso, leido en su dia como conferencia, que reivindica a todas las mujeres cuyos logros no han visto la luz.

  • Simplemente Sara (Sara Summers 4) de Susanna Herrero

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    Sara ya tiene veinticuatro anos. Y tanto sus saltos, como sus caidas y sus decisiones la han llevado a ser lo que es: simplemente Sara.