• libro pasado imperfecto - Julian Fellowes

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  • PASADO IMPERFECTO | JULIAN FELLOWES | Casa del ...

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    19 sept 2012 — El libro PASADO IMPERFECTO de JULIAN FELLOWES en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • PASADO IMPERFECTO | ANDREA MILANO | Casa del Libro

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    El libro PASADO IMPERFECTO de ANDREA MILANO en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Pasado imperfecto (Best Seller) : Fellowes, Julian - Libros

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  • La nueva novela del creador de Downton Abbey Versión Kindle

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  • Pasado imperfecto - Libro de Julian Fellowes - Lecturalia

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  • Pasado imperfecto | Penguin Libros ES

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    Y si nos termináramos arrepintiendo de no habernos atrevido a cometer errores? Una novela del creador de Downton Abbey.

  • Pasado Imperfecto - Julian Fellowes -5% en libros | FNAC

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    Pasado Imperfecto, libro o eBook de Julian Fellowes. Editorial: Suma. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • PASADO IMPERFECTO - JULIAN FELLOWES - Agapea

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  • Pasado imperfecto - Libros De Mario

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  • pasado imperfecto - fellowes, julian - LIBRERÍA LA PILARICA.

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    PASADO IMPERFECTO, FELLOWES, JULIAN, 9,95€. ... divertida, fascinante y emotiva, esta inteligente novela es con toda seguridad el libro del año.»

  • Belgravia, Julian Fellowes de Julian Fellowes

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    La nueva novela del creador de Downton Abbey.

  • George Orwell fue amigo mio – Adam Johnson de Adam Johnson

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    Inteligentes e irreales, comicas y oscuras, hilarantes a la vez que desgarradoras: las seis historias magistrales que conforman el nuevo libro de Adam Johnson suponen un paso mas hacia su consolidacion como uno de los escritores mas originales de la actualidad. Yo fui amigo de George Orwell ofrece al lector puntos de vista inusuales sobre problemas universales y nuevas formas de asomarse al mundo: Johnson se vale de la ficcion para profundizar en temas como el amor y la perdida, los desastres naturales, la influencia de la tecnologia o como lo politico da forma a lo personal.

  • La tristeza tiene el sueno ligero de Lorenzo Marone

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  • Soldado de invierno, Arlette Geneve de Arlette Geneve

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    En un momento decisivo de la historia de Rusia cuando el zar Alejandro gobierna las enormes estepas, y las pasiones de los hombres son mas poderosas que la propia guerra y la politica del pais, una mujer lograra hacerse duena del corazon de uno de sus mas fieles oficiales.

  • Pecado de Benjamin Black

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    Una de las primeras cosas que el joven inspector Strafford detecta al empezar a investigar la muerte del reverendo Lawless es el caracter novelesco, como de obra de Agatha Christie, del escenario y los personajes que tiene ante el: el cadaver hallado en la biblioteca de la mansion de los Osborne, el coronel proverbialmente envarado, su languida y evanescente esposa, la hija en rebeldia. Casi parece una puesta en escena. Pero el cadaver del sacerdote es real, y su brutal castracion, tambien. La espesa nieve invernal que ha cubierto el paisaje irlandes de Wexford no puede ocultarlo todo. Y el comisario Hackett, viejo conocido de los lectores de la serie de Quirke, da el primer aviso: Strafford, a medida que indague mas y mas, descubrira que hay poderes que quieren mantener en secreto lo ocurrido.
    Benjamin Black se sumerge de nuevo en la Irlanda de los anos cincuenta e inicia una nueva serie, con su inimitable estilo y su don para crear ambientes y personajes fascinantes. Y con un nuevo protagonista: Strafford es desgarbado, protestante, abstemio. <>.
    XI Premio RBA de Novela Policiaca 2017

  • El Traje Gris de Andrea Camilleri

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    A lo largo de su brillante carrera profesional al frente de una entidad bancaria siciliana, donde ha demostrado su habilidad para resolver las complejidades financieras en un entorno minado por la mafia, el protagonista de esta novela ha recibido tres cartas anonimas. Ahora, en la primera manana de su vida de jubilado, despliega cuidadosamente los tres sobres junto a una caja de cerillas. Una de las cartas, recibida unos pocos anos atras, contiene insinuaciones sobre la supuesta infidelidad de su esposa, la joven viuda con la que se caso hace una decada, una mujer elegantisima y enigmatica, replica exacta de una de las divas americanas del cine en blanco y negro. Adele, esplendida e irresistible femme fatale, ocupa el lugar central de este nuevo y sugestivo relato de Andrea Camilleri. Dotada de una sensualidad desinhibida que contrasta con el esmero con el que guarda las apariencias burguesas, Adele es una esposa tan entregada como escurridiza. Solo en muy determinadas ocasiones viste un viejo traje de chaqueta gris, de una impecable sobriedad, un traje que adquirira un inquietante simbolismo, cuyo significado seria mejor no tener que desentranar jamas. En esta breve e intensa novela de misterio psicologico, el matrimonio es el escenario de la dimension cotidiana de la tragedia, a un tiempo ultimo reducto del deseo y de la fantasia, y espejo de una sociedad esencialmente corrupta. El traje gris, que Camilleri ha descrito como <>, demuestra la fecundidad y la maestria literaria del gran autor siciliano que, una vez mas, consigue sorprendernos sin dejar de ser fiel a si mismo.

  • Extranos (Extranos 1) de Kimberly Mccreight

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    El nuevo fenomeno juvenil, con el ritmo de La chica del tren y la accion de la <>. Una novela trepidante de intrigas, traiciones y secretos en el que una pequena decision va a cambiarlo todo…

  • Criaturas de la noche I de Kelly Dreams

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    Estas a punto de encontrarte con cuatro historias completas que han sido recuperadas para formar parte de un recopilatorio que te permitira obtener una pincelada de lo que puedes encontrar dentro de mi catalogo de publicaciones.

  • La tierra de Alvar Fanez – Antonio Perez Henarez de Antonio Perez Henarez

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    Siglo XI, frontera del Reino de Castilla, es tiempo de heroes. La mejor novela historica de una epoca convulsa que marcaria nuestra historia.

  • Muerte contrarreloj de Jorge Zepeda Patterson

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    Cuatro incidentes en el Tour de Francia han alertado a la policia: un atropello, un violento asalto, una sospechosa intoxicacion y un supuesto suicidio. En mas de un siglo nada habia alterado el orden de uno de los eventos deportivos mas importantes del mundo hasta ahora que es evidente que hay un asesino en el peloton de corredores.
    Marc Moreau, miembro clave del equipo cuatro veces campeon, es reclutado para seguir de cerca las huellas del culpable. Marc sabe que con tal de ganar una etapa del Tour, hay ciclistas dispuestos a morir en descensos suicidas a mas de noventa kilometros por hora; pero ahora tambien hay algunos dispuestos a matar para conseguirlo.
    En una competencia que parece destinada a la desgracia y en la que todos los involucrados se convierten en victimas y culpables, Moreau tiene frente a si la oportunidad de su vida y, al lado de Fiona -su novia y jefe de mecanicos- y Steve Panata -su mejor amigo y cuatro veces campeon-, tendra que decidir entre la traicion, el triunfo o incluso la muerte en una frenetica batalla en solitario contra el cronometro.

  • Dueto a la luz de la luna de Javier Romero

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    Han pasado cinco largos anos y Luca tan solo piensa en vivir la vida sin importarle la soledad que recorre cada poro de su piel o la impotencia que siente al verse relegado a un trabajo sin importancia en el Teatro Real de Madrid.
    El dia que escucha por primera vez la impresionante voz de Ariadna siente que su corazon comienza a latir de nuevo en su pecho. La opera atraviesa su mente como un fugaz relampago y se deja llevar al mundo de las preciosas arias de soprano que la joven canta para el.

  • Corazon cautivo de Lori Foster

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    Cuarto de la saga. Jordan Sommerville era capaz de seducir a una mujer solo con la voz, pero no utilizaba tal poder muy a menudo. Sus hermanos decian que se reservaba para una mujer perfecta que fuera un modelo de virtud… y no habia muchas asi en Buckhorn. Pero entonces conocio a Georgia y rompio todas sus normas.Georgia Barnes mantenia a sus hijos gracias a su trabajo de bailarina… exotica. Si Jordan no lo aprobaba, podia irse a paseo. Por mucho que fuera el hombre mas atento, carinoso y atractivo que habia conocido en toda su vida, seguia siendo un hombre como los demas…

  • Paisaje de una vida de Sheila Maldonado

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    Tenia la foto de Rebeca como fondo de pantalla en su ordenador. Un blues acompanaba el vaiven de su sillon giratorio mientras la miraba. Escuchando esa musica, su turbada mente lograba encontrar algo de paz. Y sin dejar de fijarse en sus ojos y en sus labios, se repetia el mismo mantra: <>. Siempre que bajaba al sotano de la vivienda y entraba en ese cuarto privado, procedia a hacer el mismo ritual. Encendia el ordenador y entablaba una especie de conversacion con esa imagen. Una mesa alargada de formica blanca se extendia de pared a pared, apoyada sobre dos muebles que, siendo de metal y cerrandose con llave, servian a modo de caja fuerte; guardaba importantes documentos en su interior, y una buena cantidad de dinero negro que no queria declarar al fisco, fruto de comisiones que se embolsaba fraudulentamente a traves de las negociaciones con las empresas que llevaba como gestor administrativo. Carpetas y ficheros, ademas de libros y Cd's de musica y de video se agolpaban manteniendo el equilibrio en columnas irregulares sobre las estanterias que cubrian las paredes de aquel cuarto, iluminado con una potente luz de cuatro barras fluorescentes en paralelo que pendian del techo. Solo el tenia acceso a ese habitaculo, que mas bien parecia un bunker. Su refugio. Era el unico sitio en el que se manifestaba como en realidad era, donde podia liberar su lado oscuro. Alli protegia una parte de su pasado que, igual que una herida sin cauterizar, seguia infectada de una rabiosa infeccion. La del desamor. Melchor --mas conocido por senor Pamies--, el afamado gestor de la comarca, tenia su talon de Aquiles. Rebeca le dolia, era esa parte de si mismo que tuvo que cortarse en vivo hacia mas de nueve anos. Solo confiaba en una persona para mostrar esa debilidad y ahogarla en alcohol cada vez que se producia un eclipse en su vida, es decir, cada vez que habia tenido la oportunidad de hablar con ella mas de cerca, sentirla, olerla, y quedarse despues relamiendo la herida del pasado que no dejaba de sangrar. Solo confiaba en Enrique, quien tambien tenia sus propios secretos en otro cuarto, ya que convivian juntos, y ni uno ni otro invadian esa privacidad. Los fantasmas que perseguian a Enrique eran de otra clase. Ni siquiera Melchor podria adivinar lo que ocultaba y cuales eran sus reales ambiciones. Lo unico autentico de el era su agradecimiento por haber rescatado el chalet de las garras del banco. Enrique era el dueno de una fabrica embotelladora y habia hipotecado hasta los dientes para levantarla. Fue expropiado y en la subasta Melchor pujo por la vivienda, obteniendola. Ambos se conocian porque frecuentaban el mismo club de alterne. No uno cualquiera, sino de elite. Llamado "Angelo". Quien diria que alli se establecian contactos y se llegaban a acordar negocios. Melchor y Enrique llegaron a ser una y carne. Uno, por sus conocimientos y habilidades en el ambito financiero; y el otro, por contar con una agenda provechosa de contactos de lo mas variopinta. Miembros de las familias mas destacadas, incluso entre la clase noble, que necesitaban de una mano experta para poder evadir ciertos capitales y no declararlos, o que fueran, en el caso de otros, de procedencia mas cuestionable, que lo que deseaban era blanquear las desproporcionadas ganancias obtenidas mediante actividades ilicitas, dinero negro que no se podia declarar. Enrique tenia buenas amistades con personalidades de las mas altas esferas. Y Melchor era un lince para conseguir todos esos tramites. Gracias a embajadores en ciertos paises, habian creado una verdadera autopista para esa clase de transacciones fraudulentas. Fue por ese interes por el que le ofrecio seguir viviendo en la casa, ya que era muy grande y, de momento, Melchor tambien vivia solo. Se levanto y cogio una botella de vino. Un Chardonnay fermentado en barrica, proveniente de la Bodega Estivill, de la cual el marido de Rebeca era propietario, quien las recibio de sus padres para continuar con la empresa cuando estos ya no podian cuidarse de los vinedos. El contacto con el vidrio de la botella le produjo una grata sensacion. Era como si la acariciara, como si pudiera tenerla en sus manos y beber parte de ella. Porque Rebeca era la imagen de la Bodega, la que hacia que fuera conocida fuera y dentro de la frontera espanola, mediante exitosas campanas de promocion. Admiraba su creatividad. No solo le atraia su belleza natural, tambien la huella que dejaba a su paso. Como la impresionante pagina web de la empresa que ella diseno, donde, ademas de exponer en ella la calidad de los vinos, tambien desarrollaba las ventas on line. Y en eso, era una crack. Vendian mas que otras Bodegas, producian los mejores vinos y no paraban de crecer como empresa. Se sirvio una copa, escuchando como se derramaba el liquido a su paso, observando el hilo dorado del preciado elixir de la uva. Y volvio a sentarse, aflojandose el nudo de la corbata. No se habia cambiado de ropa, habia ido directamente a su "refugio" tras una nueva jornada de trabajo. Paladeo el vino con parsimonia, degustando todos sus matices. Apreciaba el aroma afrutado. Cerro los ojos y evoco los vinedos, los racimos, y ella paseando mientras el aire le traia el olor a tomillo, a lavanda, a romero, a la tierra de Alicante. Una llamada entrante en el movil le desvio de sus pensamientos. En lugar de contestar, colgo y puso la opcion de silencio. Paso sus manos por su cabello y se estiro echando los brazos hacia atras, trenzando sus dedos en sus manos enlazadas detras de la nuca. Exhalo un suspiro de desahogo mientras cerraba de nuevo los ojos, apartando toda tension. La pantalla se habia quedado en negro, en reposo, por lo que al volver de su ensimismamiento movio el raton para que apareciera ella otra vez. Aquella foto, como por arte de magia, parecia recobrar vida. Empezo a recorrer con sus ojos cada centimetro de su cara. Se fijo en su pelo. Aquel dia en que capturo la instantanea, sin que ella lo supiera, lo llevaba ondulado, con algunos mechones rebeldes que acariciaban sus mejillas y parte de sus ojos. Destacaba su brillo y su aspecto sedoso; se veia cuidado. Peinado con la raya a un lado, lo cual hacia que su melena cogiera mas cuerpo en su perfil y la impregnara de mas misterio si cabe. Parecia recien salida de la peluqueria, pues la ondulacion de su melena de ebano estaba bien definida, apreciandose ligereza al moverse; El labial de tono burdeos perfilaba el volumen de sus labios carnosos, y resaltaba el destello de sus dientes blancos y bien alineados. Considero que la bonita sonrisa que en aquel momento le dirigia a su esposo mientras salian de la nave de la antigua bodega, donde se envejecia el vino de crianza, le pertenecia a el, y sentia que se la estaba robando ese hombre a todas horas. Esa foto la habia tomado agazapado en su coche, mientras esperaba para verla. Como tantas otras veces que acudia a recoger documentos o a entregar las gestiones relacionadas con el departamento de Hacienda. Cada vez que coincidia con ella en la finca, afloraban dos sentimientos antagonicos: el amor y el odio. Luego, a lo largo del dia, y quizas, durante parte de la noche, se haria otra composicion de la escena reviviendola, con ella como protagonista, pero interviniendo el, a su modo, en un escenario imaginario. Se recreaba en fantasias y luego sufria remordimientos por no poder olvidarla. <>, se preguntaba, intentando encontrar la formula para sacarsela de sus pensamientos. Pero le subyugaba su hechizo latino y la frescura de la mujer del Mediterraneo que llevaba en las venas, morena y de piel aceitunada. Y su pizca de embrujo. Sus curvas pronunciadas y generosamente proporcionadas se unian a una exuberancia natural dificil de no llamar la atencion. Rabiaba por haberla perdido y esperaba que su matrimonio con Alejandro fuera un desastre y no la completara como mujer. Que pensara en lo que habia dejado atras, que le anorara y se carcomiera por dentro cada vez que le viera con otras. <>. Tomo la copa y la estrello contra el suelo. El eco de esas palabras se quedo flotando en la atmosfera, y tal y como una gota produce una onda en el mar que se expande hasta la orilla mas remota, una vibracion fue haciendose camino en el devenir de la vida de Rebeca y su familia.

  • A Quemarropa de Richard Stark

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    Parker era un profesional. Cada uno de sus trabajos era garantia de exito. No importaba cuan dificil o peligroso pudiera ser: si conseguia reunir un buen equipo y los beneficios eran razonablemente elevados, no habia banco o caja fuerte que se le resistiera. Incluso bajo las condiciones mas desfavorables, su sangre fria y su falta de escrupulos pasaban por encima de cualquier obstaculo que se interpusiera en su camino. Por ello, cuando su mujer y sus socios creyeron que seria una buena idea traicionarle y huir con su ultimo botin, cometieron sin saberlo el mayor error de sus vidas. Peor aun: cuando le dispararon a quemarropa para acabar con su vida, deberian haberse cerciorado de que, efectivamente, Parker jamas seria capaz de levantarse de nuevo para cumplir la mas sangrienta y cruel de las venganzas. A quemarropa, publicada por primera vez en 1962, no solo es una de las obras cumbre de Richard Stark (seudonimo de Donald E. Westlake), sino que ha acabado convirtiendose en un titulo imprescindible de la literatura criminal norteamericana.

  • Un libro de martires americanos de Joyce Carol Oates

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    La monumental y polemica nueva novela de <> (Elena Hevia, El Periodico de Catalunya) es una profunda reflexion sobre el aborto y la pena de muerte, pero tambien sobre los problemas esenciales de nuestras sociedades y de nuestras propias vidas.

  • Secuestrada de Vicente Trigo Aranda

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    El titulo de esta novela ya te permite deducir su eje central. ?No crees que es suficiente? ?En serio necesitas que te explique mas y te presente un avance de su contenido? !Claro que no! !Como voy a privarte del placer de sorprenderte con lo que vaya sucediendo!
    ?Te gusta que te describan el entorno donde se desarrolla la accion, que te indiquen detalladamente que piensan los personajes en cada momento y que motivaciones les impulsa a hacer segun que cosas? Si la respuesta es afirmativa, ?que quieres que te diga?… Te recomiendo que leas otras de mis novelas, pero no esta.
    Si, por el contrario, te gusta dejar volar tu imaginacion y construir tus propios decorados, personalizar a los protagonistas, meterte dentro de su cabeza y su corazon, etc., entonces si que te invito a disfrutar con esta novela. En ella solo leeras lo que dicen los personajes. El resto es cosa tuya.

  • Poseida 1, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Liz es joven y hermosa, Sacha es un seductor endiabladamente rico. No han nacido para conocerse, !pero su relacion hara que salten chispas! ?Hasta donde estara Liz dispuesta a llegar para seguir a su extraordinario amante? Y Sacha, ?que quiere realmente?
    Entre en el fascinante mundo de la nueva saga de Lisa Swann: ?Cedera Liz a la llamada del lujo y el placer? ?Sabra Sacha satisfacer el deseo ardiente de la joven?

  • Obsidiana negra de Victoria Quinn

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    Estaba de pie en el bar esperando a un amigo cuando sucedio.
    Cuando mi vida cambio para siempre.
    La mujer a la que habia deseado toda mi vida entro. Preciosa. Perfecta. Inmaculada.
    Supe que tenia que tenerla.
    Y para el final de la noche, asi sera.
    Mi proxima sumisa.

  • La belleza es una herida de Eka Kurniawan

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  • El autodidacta de Hernan Rivera Letelier

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    El autodidacta es una entranable novela autobiografica sobre los inicios de Hernan Rivera Letelier en la escritura, sobre el poder de la literatura, sobre el primer amor. Experiencias de esos anos de intensa juventud que el autor vivio en el desierto chileno.

  • El Valle de las Sombras de Ivan Delgado Garrido

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    Tras la muerte de Marco Rivalcielli, los anos han transcurrido con lentitud desgastando las vidas de los que lloran su ausencia. Despues del accidente de trafico que se llevo a su marido y una larga recuperacion, Lucia se debate entre recobrar su vida anterior o emplear todas sus fuerzas y recursos en vengar el dolor que lleva clavado en lo mas profundo de su ser. En un cielo que no cesa de oscurecerse, el cisma que Richard Blake fue incapaz de contener ha dado origen a una despiadada tormenta que amenaza con arrasar a la orden, su legado y a todos los que tuvieron alguna relacion con su enigmatica reliquia. Mientras tanto, Marco despierta en un universo frio y desconocido donde debera desafiar los limites del conocimiento para intentar evitar la desgracia que se cierne sobre los que el mas quiere y anora.

  • Sangre intocable de Maribel Medina

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    Tras el exito de Sangre de barro Maribel Medina lleva a sus protagonistas, la forense Laura Therraux y el agente de la Interpol, Thomas Connors, hasta la fascinante ciudad de Benares (novela negra).

  • El juego de la verdad de Mireia Gimenez Higon

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    Aurora es una adolescente con una terrible historia que contar. Pero, para ello, debe empezar narrando la historia de su mejor amiga Cristina, y descubrir como una mala eleccion en un juego cambio su vida. Juntas descubriran que todo el mundo tiene un pasado, que nadie es quien dice ser y que su mundo nunca fue el que creyeron que era. El juego de la verdad, una regla simple que los jugadores deben seguir sea cuales sean las consecuencias. Es tu turno, que opcion escoges: ?verdad o atrevimiento?
    Una historia de amor y muerte, envuelta de traiciones y mentiras donde nada ni nadie es quien parece ser…
    ?Te atreves a jugar?

  • La diaspora de Horacio Castellanos Moya

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  • Corsario de Laura Cruz

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    Maria nunca habia surcado los mares.
    Una joven noble, de alta cuna.
    Siempre protegida. Siempre encerrada.
    . y siempre deseada.

  • Tony Takitani de Haruki Murakami

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    Tony Takitani es un joven que ha crecido aislado, entre las burlas de los companeros y muy solo, pues su padre, trompetista de jazz, se ausenta a menudo para tocar en giras. Buen profesional, se dedica a ilustrar portadas para revistas de automoviles o anuncios. Hasta que de pronto conoce a una chica, empleada a tiempo parcial de una editorial, a la que le gustan especialmente los vestidos.
    Maravillosamente ilustrado por Ignasi Font, este relato del celebre escritor japones nos habla de la soledad y la falta de afecto en la sociedad actual.

  • Hola Hermosura de Carmen De La Torre

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    Tras el fallecimiento repentino de su abuelo, Clara, una chica de ciudad, regresa al pueblecito natal familiar de Guadalajara, al que no volvia desde hacia mas de dieciseis anos, convertida en una autentica <> que no pasara desapercibida.
    En el pueblo Clara se reencontrara con antiguos companeros y amigos de la infancia que, para su sorpresa, se han convertido en atractivos muchachos, y acabara teniendo varios encuentros con un misterioso y atractivo joven que no resultara ser otro que Andres, el nino <> que, cuando eran pequenos, estaba <>.
    ?Como reaccionara Clara al descubrir que Andres se ha convertido en un apuesto e irreconocible conquistador?

  • Liam (Detras de la musica 2) de Yunnuen Gonzalez

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    No es facil ser fan de The Radicals y seguidora de The Border.
    No es facil ser la mejor amiga de Cassie Berryman y ser invisible para el resto del mundo.
    Nadie sabe que Sophie McNamara existe, ni siquiera el guitarrista de The Border, de quien ha estado enamorada por cinco anos.

  • !Tu Ganas! de Noni Garcia

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    ?Crees que en el amor todo es ganar?
    Cayetano era un hombre feliz que adoraba la vida que llevaba. Le encantaba su trabajo como escritor de novela negra, sus congresos, sus juergas, sus amantes... Y, por supuesto, no creia en el amor. Como todo escritor, sabia que los libros eran pura ficcion --o, al menos, eso creia--, y lo que menos imaginaba era que la persona a la que mas mania le tenia volveria su mundo del reves.
    Blanca siempre habia llevado una vida discreta, centrada en su trabajo como correctora, en los pocos amigos que tenia y en la escasa familia que le quedaba --o eso pensaba ella--. Con eso tenia mas que suficiente para sobrellevar al insoportable de Cayetano. El problema era que estaba enamorada hasta las trancas de ese bastardo. Lo odiaba de cara a la galeria, pero, incluso antes de conocerlo en persona, sentia algo que la llamaba y atraia.
    Una rivalidad con una autora muy escurridiza creara una serie de situaciones en las que Blanca y Cayetano se veran envueltos. Las circunstancias, la vida y un cumulo de casualidades --o no-- haran que tanto el perfecto mundo de Cayetano como el discreto y secreto mundo de Blanca se desmoronen, que el amor nazca donde uno nunca pensaria que floreceria y que, tras indecisiones, dudas y malentendidos, el karma los compense con una gran historia de amor.

  • El eco de los disparos, Edurne Portela de Edurne Portela

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    ‘Somos complices de lo que nos deja indiferentes’, senalaba George Steiner. Cuando el testigo del abuso y la violencia mira hacia otro lado, cuando prefiere no ver ni saber, cuando esgrime el ‘algo habra hecho’, cuando una vez pasada la violencia exige el olvido, y cuando este testigo representa a una mayoria, nos encontramos ante una sociedad enferma. Lo hemos visto en nuestro pais con las heridas de la guerra civil, tambien en otros conflictos europeos, como la guerra de los Balcanes, o la Irlanda del IRA. Y la historia se repite. Han pasado cinco anos desde que ETA anunciara el cese definitivo de la lucha armada. Desde entonces, una buena parte de la sociedad espanola y vasca parece estar dispuesta a pasar pagina, como si las ultimas decadas de violencia hubieran sido tan solo una pesadilla, como si la violencia que afecto a tantas personas dentro y fuera de los territorios vascos se pudiera circunscribir a un pasado cerrado. Pero la historia, la responsabilidad frente al pasado, no desaparece por prescripcion, sobre todo cuando ampliamos la mirada y consideramos parte del conflicto no solo a victimas y perpetradores, sino a la sociedad que fue testigo de la misma -a veces testigo complice, a veces testigo amedrentado, a veces testigo indiferente-. Edurne Portela ofrece en este libro una serie de memorias intimas de la violencia y defiende, a traves de reflexiones sobre la literatura y el cine actuales, una cultura para el presente que ayude a afrontar las heridas del pasado.

  • La salvacion de lady Schellin de Claudia Cardozo

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    No hay otra salvacion para lady Schellin que la que puede buscar en si misma. No hay otra salvacion que la que los afectos, las amigas, ese grupo de mujeres con el que comparte un ideal, con el que luchan por ser iguales, le pueden dar. Despues de descubrirse, de reconocerse como una mujer antes que como una lady, entonces tambien puede rescatarla el amor.

  • Contra La Pared de Ruth M. Lerga

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    Era una vista a puerta cerrada, solo la jueza, un par de abogados y el responsable de Jefatura de la operacion a tratar se hallaban en la Sala del Juzgado de Instruccion de lo Penal numero Dos. Tras la exposicion y la presentacion de las pruebas la magistrada hizo muchas preguntas, despues pidio aclaraciones e inquirio documentacion. Y siguieron mas preguntas. El inspector Llagaria, de la Udyco, no era tonto y sabia que se iban a cepillar su orden de registro --una cagada del nuevo se habia cargado la prueba--, asi que trataba de mantener el aspecto sereno, a pesar de que por dentro estuviera hirviendo de rabia, mientras anticipaba en su cabeza lo que iba a escuchar; aunque no imagino tanta educacion, le concedio el punto a la magistrada: el unico punto que pensaba darle dado que iba a joderle a base de bien. --Me temo, letrado, que voy a tener que resolver la desestimacion de la solicitud de... --telita con el nombrecito, se dijo Laura, como cada vez que le caia en la mesa una de sus peticiones-- del Grupo IV de Estupefacientes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Brigada de la Policia Judicial de Valencia. Previendo ella cuanto iba a importunar su fallo, toco la campanilla para cerrar el juicio y comenzo a quitarse la toga a toda prisa, deseosa como nunca de largarse de la estancia. A veces, vigilar el estricto cumplimiento la ley era una mierda, y si ademas a quien cabreabas era a Martin Llagaria, entonces era una putada. Pensaba esconderse en el bano --si, huiria cual rata por tirante-- hasta estar segura de que se habia marchado del juzgado. Una lastima; solia buscar algun motivo de indole legal para tener una charla a solas con el en cuanto se presentaba la ocasion. Siempre se cenian a lo profesional, aquel hombre parecia tener menos sentido del humor que Risto Mejide, pero a ella le gustaba mirarle. A ella y, al parecer, a la mitad de las mujeres de la Ciudad de la Justicia de Valencia, porque cada vez que corria el rumor de que habia una causa de su unidad aparecian por el pasillo desde chicas del equipo de limpieza hasta companeras de magistratura, haciendose las encontradizas, muy cucas ellas. Un tio bueno era un tio bueno y eso no entendia de edad, condicion o estado civil, que a fin de cuentas a nadie le amarga un buen dulce. Sobre sus tacones de aguja de diez centimetros y medio enfilo el pasillo sintiendo como los abogados le taladraban la nuca y salio directa a los banos de caballeros, que estaban casi al lado, metiendose en el aseo de minusvalidos. Ya dentro se sento sobre la taza, cerrada, se quito los stiletto dejandolos caer con placer y estirando los dedos de los pies para relajarlos, y saco del bolso el Kindle. <>. No contaba con que su huida solo aumentaria la mala leche del policia, que la siguio dispuesto a decirle un par de cositas sobre su sentencia. Se sorprendio al verla entrar en los lavabos equivocados. Aunque pensandolo bien, tanto mejor para el: la intrusa seria ella. Abrio la puerta menos de medio minuto despues, se aseguro mirando por debajo de las puertas de que no hubiera nadie mas -- reconocio sus zapatos en el ultimo cubiculo, el mas grande, y no encontro mas pies en los otros banos--, y coloco el cono con el aviso de <> fuera de los aseos, en el pasillo, cerrando tras el. Laura oyo que alguien entraba pero le dio igual, estaba acostumbrada a que otros usaran el vater mientras ella estaba alli, en uno de los poquisimos lugares sin cobertura telefonica en todos los juzgados. Asi que los escuchaba orinar y se entretenia contando cuantos se lavaban las manos despues. Estaba molesta con toda la situacion de aquel proceso: que un error de novato la obligara a rechazar un registro de sota, caballo y rey y tener que denegarselo, para colmo, precisamente a Llagaria. De todas las veces que habian coincidido en los tribunales, aquella era la primera oportunidad que habria tenido de verlo en la calle. Se corrigio al punto: de que la mirara fuera de su trabajo. De haber aceptado, habria podido ir con su unidad hasta el domicilio del presunto delincuente y asi la habria visto por primera vez sin la horripilante bata negra, bajo la que podia esconderse un cuerpo espigado como el suyo o uno enorme como el del juez Rosales, tan ancha era la maldita toga. --?Senoria? !?Pero que mierdas...?!, interrumpio sus pensamientos aquella voz que creyo reconocer como la del inspector. <>, se mofo. --Senoria --repitio la voz de nuevo, y si, para su histeria y sus ganas si que era el--, no se esconda, se que esta en el aseo de minusvalidos, veo la suela roja de sus zapatos, ?puede salir? O como diria usted: me temo que tengo que resolver pedirle que salga --acabo con retintin. Vaya, al parecer podia ser gracioso cuando queria, el colega. --Haz lo que tengas que hacer y dejame --le respondio con voz autoritaria. Era la primera vez que la descubrian alli y se sintio algo avergonzada, pero tambien invadida, aquel era, despues de todo, su refugio. Martin sintio que le estaba vacilando: le tuteaba cuando el la habia tratado segun la formalidad establecida, le hablaba como si la enfadada fuera ella y, para colmo, le echaba del bano de hombres. Iba lista si pensaba que se marcharia. --Lo que voy a hacer es empezar a cagarme en todo. Laura torcio el gesto, divertida por su expresion, y le respondio desde la proteccion que la puerta le ofrecia. --Si lo que desea es defecar ha venido al lugar adecuado, enhorabuena. Por favor, tenga la bondad de hacer uso de mi envio cuando acabe. Y dio una patadita al bote de ambientador que tenia escondido detras del inodoro, que la habia salvado de morir por gases toxicos en mas de una ocasion. El frasco rodo por el suelo hasta el. No le hizo ninguna gracia la bromita. --Lo que quiero es hablar contigo --!a la mierda los formalismos! --, asi que sal de ahi. --Largate --insistio, rebelde. No tenia ganas de enfrentamientos estando enfadada. --No me ire hasta que no salgas --le insistio, con el tono de quien habla con una cria cabezota. Martin incluso se cruzo de brazos, como si ella pudiera verlo, y apoyo un hombro contra la pared. ?Hablaria en serio?, se pregunto Laura. ?Seria capaz de esperarla? Habia huido cual rata y la habia atrapado en su propia ratonera. Claro, como estaba como un queso, el tio... --Puedo denunciarte por acoso --probo de ahuyentarlo. --Y yo hacer saber a todo el edificio que te acosaba en el vater de tios. ?Sales? Una tenia que saber cuando habia perdido y aquello era una derrota en toda regla. --Voy --le confirmo, asegurandose de que su voz se oyera de lo mas digna. Se calzo de nuevo con calma, se aliso la falda, estiro los punos de su camisa y tiro de la manija. Nada. Repitio la maniobra un par de veces, extranada. Nada de nada. Martin escuchaba desde fuera los ruidos de la cerradura bloqueada. --Quita el pestillo --le pidio, exasperado. --El pestillo salta solo cuando abres, listillo. Oyeron los dos como le daba otra vez al manubrio, sin exito. --?Es un truco para no encararme? --Porque era lo que le faltaba para acabar de calentarse del todo. --No digas chorradas e intentalo tu. --A pesar de no estar asustada, su voz salio algo mas aguda. Aquello no le estaba haciendo ni pizca de gracia. El policia se separo de la pared y trato de abrir la puerta, pero no pudo. --Creo, senoria, que te has quedado encerrada. --!Pues haz algo, joder! Levanto las cejas al escuchar la palabrota: la magistrada era siempre muy correcta, jamas la habia escuchado jurar en arameo. --?Tienes algun problema con los espacios cerrados? --se preocupo por ella. --?Tienes tu algun problema en abrirme? --lo reto a cambio, con voz seca. Solto una carcajada sin poder evitarlo: asi que aquella mujer tenia genio e ingenio, despues de todo. Las veces que habian hablado le habia parecido muy seria, distante incluso. Le resultaba imposible mantener una conversacion personal con ella y saber algo de su vida, !y eso que su trabajo consistia en averiguar cosas sin que se notara que interrogaba! Desde el otro lado de la puerta a Laura le sorprendio el sonido: nunca le habia escuchado reir. Asi que despues de todo el inspector no era tan formalito, se animo. Lo veia siempre tan serio y correcto, con su uniforme y su semblante grave. --Pues dadas las circunstancias, creo que podriamos aprovechar para tener una pequena conversacion. Justo de lo que ella habia tratado de escaquearse, metiendose alli. --Esto es un vater, no un confesorio. Abre la puerta y no me agobies. --?Estas segura de que no tienes claustrofobia? --!Que abras la puta puerta, te digo! --perdio las formas, nerviosa. Ya no sabia si era el encierro lo que la estaba poniendo medio histerica o era que el pareciera estar divirtiendose a su costa. Y no es que fuera orgullosa, el humor era su via de escape y se mofaba de todo, de ella misma la primera, pero Martin Llagaria la ponia tensa, estaba demasiado bueno. Sus hombros anchisimos, la enorme espalda, los ojos negros, el pelo ondulado del mismo color --no lo llevaba tan corto como otros companeros suyos-- y su voz. Era grave, sexi. Fijo que podria haber trabajado en una linea caliente. La ponia muy tensa y le ponia un poco, dicho fuera de paso. Ante la exigencia, gritada de malos modos, se puso en accion. Saco del bolsillo unos ganchos y se arrodillo delante de la puerta. --Dame un minuto, llevo un juego de ganzuas, voy a ver que puedo hacer... --Que bien preparado vas, ?no? --se burlo ella, volviendo a descalzarse, sentandose otra vez--. Ni MacGyver. --?Conoces a MacGyer? --lo escucho casi interrogarla con diversion--. Te hacia mas joven, ?cuantos anos tienes? --!Vete a la mierda! Tengo un hermano mayor, eso es todo. -- Pasaba de su interrogatorio. De nuevo Laura lo escucho reir. Deberia sentirse halagada porque la viera tan joven como para no conocer la serie del agente que con un chicle y un petardo te hacia una bomba atomica; y total, tenia solo treinta y tres anos. --Confiesa tu edad o dejare de hurgar en la cerradura. Y como para hacerle saber que iba en serio, dejaron de escucharse los ruiditos del gancho removiendose. La amenaza funciono. --La dichosa edad de Cristo. --Eso explica que seas un martirio. --!Oye! --se quejo, mas seria esta vez. --Olvidalo. Nada --se rindio--, que el maldito pomo no salta. --Sigue intentandolo. --No tiene caso. Por cierto, ya podrias usar el <> alguna vez --le reprocho al tiempo que seguia probando a ver si podia hacer saltar el pestillo, poco esperanzado. --Por favor, puerta, abrete --dijo burlona, evitando pedirselo a el. --?Quien te crees que eres, Ali Baba? Deberias probar entonces con <>, ?o no te contaron bien el cuento? --!Tu si que tienes cuento! A ti esto te divierte, ?no? La idea de llamar a los bomberos y que todo el mundo se entere de que suelo encerrarme aqui. Que perra tenian las mujeres con los bomberos, de verdad. Si la gente respetara la mitad al Cuerpo Nacional de Policia otro gallo les cantaria. Pero no, todo para el equipo rojo, nada para el equipo azul. --Entiendo por tus palabras que el hecho de que hoy estes aqui no es algo excepcional, por tanto. --Abre. La. Puerta. --No. Puedo. --!Pues dale una patada y adentro, joder! --acabo por exasperarse. Martin estaba cachas, debia hacer ejercicio muy a menudo, pesas si tenia que apostar. Podia tumbar la puerta si queria, como en las peliculas. --La puerta se abre hacia afuera y la ley Corcuera --que permitia abrir una puerta sin permiso del juez si se sabia que se estaba delinquiendo detras de esta-- fue declarada inconstitucional en 1993, deberias saberlo. --Si siguiera vigente no habrias venido esta manana al juzgado a pedirme un imposible, como si yo fuera el genio de la lampara. Se maldijo por sacar el tema de su sentencia. --Hablando de eso... --?De mi genio? --se esperanzo. --Sabes que no. --?De mi fallo, entonces? --se resigno. --Me alegro de que reconozcas que ha sido un fallo garrafal, me has ahorrado medio discurso. --Dejate de gilipolleces y sigue con la ganzua... --le espeto. No queria hablar del juicio, de verdad que no queria.

  • Disparando al cielo de Silvia Cruz

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    Claudia y Jorge son dos personas a las que su pasado les ha tratado mal. Se sienten solos e incomprendidos hasta que se conocen, bajo extranas circunstancias y rodeados de terror y locura. El amor nace entre ellos y luchan por cerrar sus heridas. Pero nada es lo que parece y el pasado vuelve a llamar a sus puertas. Un thriller pasional y sorprendente, que te enganchara hasta el final.

  • Agua de Claudio Hernandez

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    Siempre, en alguna parte, debia brillar el sol; pero en Chamberlate, una amorfa cara opaca parecia sonreir desde lo alto del cielo mas negro que el culo de una marmota. La mezquina luz lamia el cementerio, con sus estacas incluidas, y los Fresnos que lo rodeaban en unos bosques realmente frondosos extendian sus copas como refugios a las almas perdidas de su interior, igual que a los cuervos. Sean tenia puesta la gabardina de color beis que le llegaba hasta las punteras de sus zapatos. Estaban tan desgastados que, ahora, empezaban a brillar mas que el mezquino destello de la que venia despues del astro rey. Un puro humeante como la chimenea de un vapor hacia las delicias en los pulmones de Sean, un anciano retirado que habia sido detective, pero que narices, el pensaba que todavia lo era. ?Por que no? Se enjuago la boca con gran cantidad de saliva y escupio un enorme chorro de espesa mucosa sobre una lapida. La cruz, que parecia un espantapajaros, con los brazos extendidos y laxos sobre una superficie llena de vacio, ignoro tal guarrada. Y, con todo eso, la cosa no habia hecho mas empezar para Sean Rickman (apodado y conocido como Coningan). Apoyando su barbilla poblada de una barba gris, como las cenizas, sobre una de sus manos, concretamente la derecha; clavo la mirada en otra de las tumbas y penso como se encontraria el fiambre alla abajo, es decir, bajo tierra. Se inclino en creer que simplemente dejaba pasar el tiempo mientras el cuerpo se descomponia en medio de guturales ruidos, grunidos ignorados y flatulencias repentinas. Y penso en el. El asesino. Entonces, de repente, el cielo tosio un par de veces haciendo estremecer la tierra bajo sus pies, y, al mismo tiempo, solto un graznido como un perro cabreado. La lluvia, una de las mas intensas de aquel jodido otono del 99, en Chamberlate, habia retomado de nuevo su proyecto para repiquetear el suelo y todo lo que habia sobre el, con sus grandes gotas, al ritmo de decenas de pajaros carpinteros. Sean Rickman levanto ahora la mirada hacia el cielo y dijo: --Mierda. Sabia por que. 2 Locos los hay en todas partes del mundo, pero como David Harring no lo habia. Sus ojos oscuros parecian proyectar una luz disciplinariamente roja, pero era frialdad lo que arrojaban, como destellos oscuros, si, era eso. Una mirada profunda. Traumatizada y perturbadora. Inquietando incluso para las miradas perdidas o aviesas de aquellos que estaba encerrados en un psiquiatrico. Su camisa de fuerza era ella: Melissa Harring, de soltera Aarons. Y para nada hacian pensar que era del estado de Maine: ni por sus nombres, ni por sus costumbres. Solo eran forasteros, y su acento dejaba loable el deseo de pertenecer a un pueblo tranquilo. Su acento estaba lejos de ser sureno. Todas las noches, cuando el astro rey se estrellaba en los picos de las montanas rocosas desangrAndose, levantaba el pie derecho y lo apoyaba sobre un taburete cojo de una pata. El jodido perro, es decir, Dan, lo habia mordisqueado como a un hueso. Entonces dejaba que el palillo correteara por toda la cantera de los dientes mientras se mesaba la barba rala. Profundamente relajado, pensaba en lo bien que lo hacia. Como la amaba y que polvo iba a echar esa noche, quisiera Melissa o no. Era una rata de alcantarilla. O peor aun: Una mierda aplastada por las botas sucias del sheriff del condado. Que, a decir verdad, era un borracho embaucado por las deudas del juego y la escoria de Chamberlate. Tan corrupto como los politicos del mundo. Solo que el era ignorado. Pero ?por que todos los hijos de puta -- bueno, los cabrones-- tenian tanta suerte de ocupar puestos tan ostentosos? David era uno de ellos. Abogado de profesion habia dejado atras los problemas de sus clientes --mayoritariamente lunaticos y obsesionados con las leyes-- para cambiar su vida por completo. Menos el de seguir siendo el mas capullo del mundo, pero eso tenia diferentes connotaciones. Cabron, perturbado, celoso patologico, asesino… Todo se quedaba corto cuando estaba frente a ella. Y su capacidad para ser tan amable como un mayordomo ante las estupidas sonrisas de los testigos de Jehova, no hacia que Melissa pensara lo contrario de el. Hijo de la gran puta. Y Dan empezo a ladrar al sol que habia dejado el rastro sangriento a la deriva. 3 Habia un loco suelto y Sean lo sabia. Cada atardecer, como una esposa en pena, acudia a visitar el cementerio bajo una manta de agua. Tosia como un descosido y se encendia un enorme puro que lo sacaba de ese estado penoso a su edad. Rondaba los setenta anos y ya habia decidido parar de contar los cumpleanos. A partir de cierta edad, los huesos sonaban como unas piedras en el interior de una bolsa y los dolores reumaticos se extendian hasta la polla. Ademas, habia descubierto que los huevos crecian sobremanera a partir de los sesenta. Sin mujer ni hijos, ni trabajo a que dedicarse mas que aplastar cucarachas con un cuarenta y dos de pie: tenia la impresion de que el asesino no se retorcia como un gusano en ningun lugar de ese cementerio, que era visitado por un oscuro gato dando por culo con sus maullidos desgarrados. Sean lo miraba con cierta incomprension y bajaba la vista. El jodido gato siempre estaba en lo alto de una de aquellas cruces que miraban a un cielo tan zozobrante como un mar embravecido. Despues el gato saltaba al suelo y se hundia en el lodo. Sean Rickman, ajeno a los poderes mentales de algunos perturbados que pasaron por Castle o Boad, o incluso Derry, estaba mas tieso que una estaca en el cementerio. Astillada y sin vida, bueno, ninguna estaca tiene vida, pero las habia que brillaban cuando salia el sol, y ese otono no habria mas sol que una lampara en lo alto de su cabello de color cobrizo. Era su cabello natural que, al contrario que la barba, no conocia mas ceniza que la de una chimenea muerta en el interior de una casa de una familia que no tenia ni lena para calentarse. Camino hasta la cripta. Solo habia una y se detuvo a dos metros mientras el humo del puro se arremolinaba alrededor de su cabeza con la intencion de arrancarsela y elevarla al aire. Sus dedos rollizos tiraban del puro, que se despegaba de sus labios secos, y entonces movia el cuello como queriendo hacer un circulo, aunque le crujian las cervicales como las bielas de un motor viejo. --Maldito seas. Se que no estas aqui --murmuro entre el ruido de la lluvia. En lo alto de todo, algo ilumino el cielo y la tierra, pero despues no sucedio nada mas. El detective retirado se quedo con las ganas de sentir el atronador ruido como una de las bombas del Vietnam. El gato le respondio. Pero el asesino no. 4 --Hoy no tengo ensalada --dijo Melissa con cierto temblor en su voz, la cual formaba un vibrato que se paseaba por la cocina como un chorro de aire lleno de obstaculos. --?Y que se supone debo cenar esta noche? --pregunto arrogante David. Le clavo la mirada como dos chinchetas. Ella estaba apoyada en el fregadero. Su tez era palida y el estaba sentado en la silla, con los brazos laxos sobre la mesa rugosa. Ella cabeceo un instante. El repentino dolor del miedo la sobrecogio. --Ya sabes que hoy no hemos bajado al pueblo y… De pronto, un puno cerrado quiso agujerear la tabla de la mesa, y los ojos de ella casi saltan de sus cuencas para botar como bolas en el suelo. Los dientes de el estaban rechinando de tanto que los apretaba. --!?Acaso no tenemos huerto?! --grito mientras permanecia encorvado como un buitre al borde de la mesa. Le dolia el puno, es decir, el canto de la mano. Los cubiertos habian saltado como unas ranas plateadas, pero seguian sobre la dichosa mesa. --No he… podido... recoger nada --termino de decir ella, visiblemente asustada. El miedo se cruzo de nuevo delante de sus ojos y, bajo sus tetas --bueno, bajo su pecho-- aquello golpeo el esternon. Su corazon. --!Estas temblando! ?Por que? ?Te han hablado de mi esas pellejas? --Su mirada acusadora evoco la puerta y parecio verlas a traves de ella. Eran dos amigas, entre comillas, para un monstruo como el. Solo tenia cuarenta y dos anos, era de estatura alta, atletico y guapo, pero por dentro bombeaba petroleo en lugar de sangre. Hasta los demonios huian de el. Ella no pudo responder. No, al menos, de inmediato. --Me ayudan… --!Callate! --El golpe, esta vez, fue con la palma de la mano abierta, que sono tan fuerte que parecia que se le iban a salir todos los dedos como lapices. Su profunda mirada le mostraba el monstruo que nunca habia estado dormido y que habitaba en el. Incluso cuando usaba la cosmetica de su mujer, para ver a un payaso reflejado en un espejo que acusaba con romperse en mil pedazos en un vomito repentino. Si, David hacia eso cuando ella no estaba en casa. 5 La insignia de policia relucia de manera imponente sobre su pecho, pero no era asi siempre. Burt no era el tipo de agente que se las daba de algo que no podia ser competente. De modo que siempre tenia la jodida insignia guardada en algun bolsillo del pantalon. Junto a la funda cerrada del revolver. A la gente del pueblo le importaba un bledo que la llevara brillando bajo su hombro. Todos sabian quien era el. Incluso Sean, el viejo detective. Burt decia que el pueblo no se dedicaba a hacer insignias ni tampoco a rozarlas con sus miradas de desacuerdo. En realidad pensaba que a todos se la inflaban si la tenia o no. Pero por supuesto que todo el mundo en Chamberlate sabia quien era el. Su ayudante Harris tambien tenia una, y por supuesto que este si la llevaba clavada en su pecho. En su piel, y los dientes le brillaban junto a la insignia. Eso solo cuando hacia sol en el mes de junio, julio y el punetero agosto, en el que los lagartos sacaban sus rosadas lenguas en las canteras. Harris no comprendia la decision de Burt de llevarla en la billetera o junto a las llaves de casa. Era algo que el hombre de la ley jamas habia podido entender. Claro que en el pueblo todo el mundo sabia que el era el agente. El mas borracho de todo el estado de Maine, pero habia que tener en cuenta la tradicion centenaria, desde que los indios MickMac desaparecieran de alli. Pero habia que tener en cuenta la responsabilidad y la seriedad. Cuando se estaba al servicio de la ley, habia que pensar en esas cosas y en las tetas de la vecina de enfrente. Harris pensaba frecuentemente en ellas, es decir, en las cosas de la ley, aunque solo podia ser agente con dedicacion parcial, dado que casi todo el tiempo Burt estaba resoplando en el viejo sofa de su casa. Y asi fue como unos degenerados mentales construyeron un lago de sangre en el pasado, que, visto lo visto, parecia no haber acabado todavia. Si, ahora habia detectives. Y lo sabia. Mejor. 6 Pero Sean era el protagonista, porque no dejaba de pensar en el asesino que se ocultaba en el silencioso cementerio, que, a su vez, sonaba como miles de exhalaciones de todos los que reposaban panza arriba. No tenia sombrero y ni falta que le hacia. Su cabello mojado era ahora una plaga de algas sobre su cabeza y las gotas se columpiaban en su menton, agarradas en el pelo de la barba. Sus ojos mantenian aviesamente la mirada sobre aquellas tumbas, dia tras dia, mientras recordaba. El jodido gato aparecia maullando todos los malditos dias, y eso le cabreaba de forma lenta y oficiosa, hasta estar a punto de gritarle, pero no lo hacia. Todo su temple era un abedul esperando que el tiempo pasara ante sus ojos…, bueno, sus hojas verdes. --Te llevaste a todas esas pobres chicas a la tumba de la forma mas asquerosa que pueda emanarse de un monstruo como tu. Eras algo horrible. Una especie de locura a la que cualquier autoridad no se puede enfrentar. Ni siquiera un maldito psiquiatra, con sus gafas de empollon sujetandose con cierto malabarismo en su descendente curva de la nariz. Claro que no. Te condenaron a la cadena perpetua y, despues, a la muerte. No vi tus cenizas, cabron, pero eso es porque no te metieron por el culo todo aquel fuego, cabron. Se que no estas aqui tampoco; pero, como soy un idiota, vengo cada dia por si veo una bota tuya en medio de un charco de agua. Que jodido eres. A veces creo que yo mismo me estoy volviendo loco. ?Lo sabias? La edad me sienta fatal. ?Por que no me contestas ya de una punetera vez? El detective abrio mas los ojos y clavo su fria mirada en el gato que cada dia parecia mas negro. Sus ojos verduzcos brillaron en aquel atardecer de lluvia intensa, y mostro sus afilados colmillos cuando maullo de forma aguda. Sean sonrio con la menor intensidad del mundo, tanto, que su rostro no lo reflejo. Y se sintio un verdadero capullo cuando supo que le estaba hablando al gato. Si, al jodido gato. Y, mientras tanto, seguia lloviendo con tal intensidad que el cementerio parecia ya un lago con las cupulas de los edificios asomando en el agua, como cabezas humanas que se iban a ahogar. 7 Melissa se encontraba ajetreada con los platos sucios de la cena de esa noche. El ruido era ensordecedor y a veces golpeaba la vajilla de porcelana contra el metal del fregador para descargar la ansiedad que el comportamiento de David le generaba. Habian pasado los primeros dias idilicos en la nueva casa de la colina. Si, esa que estaba en lo mas alto de la misma y desde donde se podia divisar la carretera polvorienta --ahora llena de lodo-- que llevaba al centro del pueblo tras una serpentina brillante. Y por mas que golpeaba y pensaba, no conseguia encontrar un solo pedazo de carino en el. Era puro odio y un enfermo mental, enajenado por las psicopatias de las manias, los celos y las peculiaridades. --Maldito seas --mascullaba mientras sus hermosos labios se arrugaban como una cuerda enrollada. Su cabello rubio le cubria los hombros, y las puntas le llegaban a la parte mas baja de la espalda. Normalmente solia tenerlo atado con una goma elastica que chillaba cada vez que se tensaba, pero esa noche no. Lo tenia suelto y, de espaldas, cualquier hombre la veria hermosa aunque sus manos se movieran como remos al ritmo de los tambores de guerra. Su corazon estaba convulsionado y sabia que… Arriba, en la habitacion, su marido estaria haciendo algo extrano. No para el, sino para ella. Si hubiera subido las escaleras de puntillas, le habria visto pintarse los labios de rojo, de forma sutil, y, despues, apretando con un poco mas de fuerza la barra de labios, mientras decia: eres preciosa, Keti. Y en eso estaba. 8 --La maldita lluvia me tiene hasta los huevos, Forrest. Me duele hasta eso. --Se senalo la entrepierna de un pantalon vaquero, tan gris como su cabello. Estaba sentado en lo alto de un taburete que podria ser un atril perfectamente y ser el reverendo repartiendo ostias a sus feligreses.

  • Entra en el universo de Luz y sombras de Alice Raine

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    Descubre el sensual mundo de <>, la serie de romance erotico mas ardiente y atrevida de la temporada.

  • Todas Las Heridas Sanan de P. Franciscana

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    A veces, una herida puede ser algo horrible, algo doloroso, y sin embargo, en mi caso fue la mejor cosa que me pudo haber pasado en la vida. Fue gracias a estar herida que lo conoci.
    Todas las heridas sanan, pero yo esperaba que esta jamas lo hiciera. Que permaneciera abierta, sin importar el dolor que pudiera ocasionarme, siempre y cuando no me separaran de su lado.

  • Algo mas que una dama (Familia Marston 1) de Christine Cross

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  • Y en nosotros nuestros muertos (Nena Castelao 1) de Ana Medrano

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    Madrid, abril de 2012. La desaparicion de un espejo en el taller de restauracion donde ha fallecido recientemente su padre es el detonante para que Nena -Magdalena Castelao- consiga convencer a sus amigos y a un inspector de la policia de que sus sospechas sobre la naturaleza criminal de esa muerte son fundadas.
    Gracias al hallazgo de una carta, fechada en el ano 1935, dirigida a su abuelo por el entonces parroco de San Tirso de Boveda (Lugo) y de la ayuda del actual sacerdote a cargo de esa parroquia, la investigacion ira desentranando una trama organizada en torno al expolio y la venta fraudulenta de patrimonio artistico espanol.
    A medida que la investigacion avanza Nena descubrira que la verdad no siempre te devuelve la paz.

  • La Serie completa Nosotros de Patricia Bonet

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    <>. ?Un vuelo agradable? Si tuviera que definirlo, se me ocurren muchas formas de hacerlo, pero desde luego ninguna de ellas seria <>; me ha tocado pasillo, por lo que me he pasado la mitad del tiempo levantandome para que la senora que tengo al lado pudiera ir al aseo. No sabia que alguien podia mear tantas veces seguidas. Pero no contenta solo con eso, no se ha callado. Ni un momento. Me ha hablado de su hija Lana, de su perro Scooby y de su nieto Carl, que es la alegria de su vida, aunque el a ella no la quiera nada y le escupa cuando la ve. Asi, tal cual. Y ella tan contenta diciendo que son solo cosas de ninos. De un nino que, por cierto, ya tiene diez anos, y no es que yo sea un lumbreras, pero a esa edad ya saben lo que hacen, ?no? En fin. Ni conozco a esta senora ni voy a volver a verla en mi vida, asi que yo solo he sonreido y he fingido escucharla todo el trayecto. En realidad, lo que he estado haciendo ha sido cerrar los ojos y pensar. ?En que? En lo que llevo pensando desde que mi trabajo en Nueva York termino y supe que era hora de volver a casa. Podria haberme quedado alli. La gente me queria, era bueno en mi trabajo y el sitio no estaba nada mal. Hice algunos amigos, como Scott, mi jefe. Aunque era unos cuantos anos mayor que yo, congeniamos enseguida. Supongo que porque yo necesitaba una figura paterna, alguien que me diera un poco de seguridad y familiaridad en un sitio en el que me encontraba a miles de kilometros de los mios, y el buscaba un sustituto para el capullo de su hijo, porque, si algo definia a ese especimen de hombre, era <>. Tambien echaria un poco de menos mis salidas matutinas a correr por Central Park o el desayuno de los domingos por las mananas en la teteria de la esquina del trabajo. Me costaba mas de cuarenta y cinco minutos ir andando, pero valia la pena solo por esos bollitos de canela rellenos de limon. Pero bueno, no quiero mentir, todo eso estaba bien, pero no terminaba de ser lo mio. Aunque estaba rodeado de personas por todas partes, pues en la oficina eramos mas de cuatrocientos trabajadores y tenia buena relacion con todos, y ademas tenia a Scott, pero, como ya he dicho, me sentia muy solo. Me faltaba mi gente. Mis amigos, sobre todo Pedro, los tocapelotas de mis hermanos, mis padres y, para que mentir, ELLA. Mierda. Es que no me la quito de la cabeza ni medio segundo. Y si, antes ya era una tortura, pero mas o menos podia llevarlo; total, la tenia a miles de kilometros de distancia. Pero ?y ahora? Ahora la tengo demasiado cerca como para poder ignorarlo. El avion acaba de dar una sacudida, lo que significa que hemos tomado tierra. He estado tan metido en mi mundo que ni me he dado cuenta. Suspiro, cojo aire y lo suelto tres veces seguidas, me seco las palmas de las manos en los vaqueros y cuento hasta diez. Me levanto incluso antes de que las luces que indican que ya puedo desabrocharme el cinturon se apaguen, pero necesito coger mi ordenador y salir de este agujero que me esta asfixiando por momentos. Me giro para sonreir a mi nueva <> y decirle adios con un ligero movimiento de cabeza, y salgo por la puerta como alma que lleva el diablo directo al autobus que me llevara hasta la sala de recogidas de maletas, para poder coger la mia e irme a mi casa. Hogar, dulce hogar. Se me hace tan raro estar aqui de vuelta que, por un momento, una milesima de segundo, me han dado ganas de dar media vuelta, volver al avion con el comandante como se llame y pedirle que me lleve de vuelta a las Americas. Pero no, estoy aqui, he vuelto y lo hago para quedarme. Cuando ya estamos todos en el autobus como sardinas en latas -y esta claro que algunos sin ducharse-, ponemos rumbo al edificio que alberga nuestras pertenencias mas valiosas, que en mi caso es una pequena maleta. No es que haya sobrevivido todo este tiempo con tres pantalones y dos polos, es que mis padres vinieron hace un par de meses y se trajeron casi todas mis cosas. De valor no tenia nada, porque los muebles y demas pertenecian a la casa de alquiler en la que me alojaba, pero si se trajeron la ropa de invierno, zapatos y chaquetones, asi que me deje lo esencial: algunas prendas basicas y mi ordenador portatil. Por fin llega la mia, esa que regalaba el banco hace mil anos, marron, fea de cojones, que toda la poblacion espanola tiene, y me dirijo hacia la salida para coger un taxi. No ha venido ninguno de los mios a buscarme. No porque ellos no quisieran, sino porque yo no los he dejado. Me gusta muchisimo estar con ellos, pero pueden llegar a ser tremendamente agobiantes, y yo necesito un poco de espacio para habituarme a mi nueva situacion y pensar en como me voy a enfrentar a todo lo que se me viene encima. Y porque les he mentido. No me siento orgulloso de ello, pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. O como se diga. Les he dicho que llegaba mucho mas tarde. Casi por la noche, vamos. No a las ocho de la manana. Al unico al que le he dicho la verdad es a mi hermano Javier, al que, por cierto, le mando un mensaje para avisarlo de que ya estoy aqui. Y es que con el no tengo ningun problema. Si yo le digo que no quiero que venga a recogerme, no hace preguntas, me dice que vale y se queda en su casa; o en el bar, depende de la hora. No he querido que venga nadie porque solo tengo ganas de llegar a casa, darme una ducha, quedarme en calzoncillos y dormir todo lo que no lo he hecho estas ultimas semanas. ?Que por que no he dormido? Porque estoy cagado de miedo. He sonado con volver desde antes de marcharme, he sonado con verla desde antes de despedirme y he sonado con volver a hablar con ella desde antes de mandarlo todo a la mierda. Pero una cosa es sonar y otra muy distinta, la realidad. Y la mia es que estoy aqui, que he vuelto y no tengo ni idea de por donde empezar. Me aterra tenerla enfrente de mi otra vez porque no sabria que decirle ni como actuar. No se si me odia -aunque estoy convencido de que si- ni si tiene ganas de verme -estoy convencido de que no-. Llevo mas de tres anos sabiendo cosas de ella a traves de los demas. Jamas acompano a ninguno en sus viajes, ni se sumaba a las felicitaciones y llamadas a traves del Skype, ni participaba en los regalos conjuntos que me llegaban. Si, ponia su nombre, estaba su dedicatoria, pero no era su letra. Mejor dicho, no eran sus palabras. El taxi llega por fin a la puerta de mi casa; le pago y bajo, sacando yo mismo la maleta del maletero porque ahora me han entrado las prisas. Necesito sentirme seguro, protegido, y mi casa se convierte en mi refugio. Subo los peldanos hasta llegar a la puerta principal poco a poco, disfrutando del momento y maravillandome de lo que encuentro a mi alrededor, porque, para que negarlo, mi casa me encanta. Al subir arriba del todo, dejo las maletas en el suelo y meto la mano en el bolsillo derecho del pantalon para sacar la llave, la cual aprieto tan fuerte que hasta me hace un poco de dano en la palma de la mano. La meto en la cerradura y la giro dos veces, lo que me confirma que mi hermana no esta en casa. Cuando me marche, me pregunto si podia mudarse aqui. Adora a mis padres, pero, palabras textuales, <>. Siempre han sido un poco controladores con los tres, para que negarlo, pero debo reconocer que con mi hermana han llegado al acoso. Asi que no tuvo que suplicarmelo mucho, aunque me habria encantado verla de rodillas pidiendo clemencia. Cogio la copia que guardaba para las emergencias y se instalo aqui. Para mi tambien supuso un alivio, asi tenia a alguien que cuidaba un poco de ella en mi ausencia. Hablo de mi casa, claro; mi hermana se vale ella sola. Y, ademas, asi cuidaba de las pequenas plantas que tengo en el jardin. Aunque miedo me da cuando salga a ver como estan. Cojo la maleta, entro y cierro la puerta detras de mi. A simple vista esta tal y como la deje, a excepcion del sofa, que tuvimos que reemplazar por culpa de un pequeno percance, del cual prefiero no hablar. La cocina esta impoluta y, por lo que puedo divisar a traves de la cristalera, el jardin y mis plantas estan perfectas. Debo empezar a confiar mas en Paula. Cierro la casa con llave, una pequena mania -o una de muchas-, dejo la maleta en el suelo y recorro mi hogar poco a poco, tocando los muebles y admirando el olor a jazmin que lo impregna. Me acerco hasta la libreria, pero no para ver los pocos libros que hay, sino las fotos, en concreto una en la que salimos los cinco el dia del cumpleanos de Javi hace ya siete anos por lo menos, todos disfrazados de mejicanos, con las mejillas sonrosadas y los ojos vidriosos de tanto reir. Paula esta a caballito de Pedro, Javi a su derecha haciendo el mono, y yo a su izquierda, con Eva subida a mi espalda. Tiene la sonrisa mas bonita que he visto en mi vida, y la echo mucho de menos. Estoy cansado de verla a traves de las fotos, ahora necesito hacerlo en directo. Dejo la foto en su sitio, voy hasta la cocina y abro la nevera con la esperanza de encontrar algo de comida en ella. Me doy por satisfecho. Tengo queso, jamon e incluso cerveza, asi que me preparo un sandwich, me lo como rapido y subo a mi habitacion para poder darme una ducha bien fria y acostarme un rato, que bien lo necesito. [?] <>. Parece musica, pero no se de donde viene. Por poco se me sale el corazon por la boca del susto que me he dado. Me incorporo en la cama e intento calmarme, con los cinco sentidos alerta e intentando acostumbrarme a lo que tengo alrededor. Me doy cuenta de que estoy en mi casa de Valencia y de que esa musica viene del piso de abajo. Debe de ser mi hermana, que ha llegado y no se ha enterado de que hay alguien arriba.

  • Despertar a la vida de Merline Lovelace

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    --!Lo oigo! --grito alborozada la figura enfundada de pies a cabeza en un traje termico de intenso color naranja--. !Esta perforando! Su companero giro en redondo y escruto la superficie lisa e ilimitada del casquete polar. Una docena de diferentes tonos de blanco le heria los ojos, pese a llevarlos cubiertos con gafas protectoras. El blanco azulado del hielo. Los plumosos ventisqueros de reluciente nieve, suaves como nubes. El blanco caliginoso y gris del cielo, que se fundia con el horizonte. --!Yo no oigo nada! --!Escucha! Exasperado, se quito la capucha. Se arriesgaba a perder una oreja al exponerse al viento mordiente que habia hecho caer la temperatura a treinta grados bajo cero, pero estaba demasiado ansioso para notarlo. Dio un grito de alegria al oir una serie de golpes secos que hendian el aire. De pronto, a poco mas de treinta y cinco metros, la capa de hielo se resquebrajo. Comenzaron a emerger enormes planchas blancas que, bramando, se alzaban rectas en el aire antes de derrumbarse con estrepito. Un momento despues, la negra cabeza del cuarto de derrota de un submarino asomo por la grieta. --?Que te parece? !Justo en la diana! Los dos hombres sonrieron. Un sofisticado sistema de navegacion habia guiado al USS Hawkbill desde Hawai, pero solo la fuerza bruta habia senalado al submarino su lugar de emersion: una enorme <> excavada en el hielo. Los dos oceanografos alzaron las manos enfundadas en guantes forrados de piel y se las estrecharon con jubilo. Tras meses aislados en su remoto laboratorio, a doscientos sesenta y cinco kilometros al norte de Point Barrow, Alaska, ansiaban una nueva infusion de suministros y de conversacion procedente del exterior. Sonriendo todavia, observaron como se iba elevando el cuarto de derrota del submarino. El pesado cuerpo de la nave aparecio arrojando a ambos lados grandes trozos de hielo. La escotilla superior se abrio y por ella asomo un marinero encapuchado. Los dos hombres echaron a correr hacia el. --!Chico, como nos alegramos de verte! --grito el mas mayor de los dos cientificos--. Hemos gastado hasta la ultima bateria de la boya de observacion subacuatica. --Les traemos los repuestos que pidieron --envuelto en el grueso traje protector, el marinero bajo torpemente por la escalerilla de hierro del cuarto de derrota--. Empezaremos a descargarlos inmediatamente. --Los ayudaremos. Jack, trae el vehiculo oruga. Ansioso por descargar el valioso material y transportarlo al conjunto de barracones conectados por tuneles que formaba la Estacion Estadounidense de Investigacion Oceanografica del Artico, el oceanografo jefe lanzo una mirada impaciente por encima de su hombro. --!Jack! !La oruga! --su companero no se movio. Paralizado, miraba boquiabierto una de las grandes planchas de hielo arrojadas por el submarino--. Pero ?que te pasa, hombre? --el mas mayor de los cientificos corrio torpemente por el hielo. Su aliento formaba una nube en el aire gelido. Bajo el pasamontanas, el enojo fruncia su frente--. ?Que haces ahi parado? Tenemos mil cosas que hacer antes de... !Oh, Dios mio! Los ojos se le saltaron. El estupor broto en una oleada y le cerro la garganta, cortandole la respiracion. Deteniendose en seco, tambaleandose, miro estupefacto la figura tocada con un casco que tenia frente a si, a unos metros de distancia, sobre el hielo. Capitulo 1 Una brisa de principios de junio retozaba por las calles de Washington. Los arboles engalanados de verde claro se inclinaban y mecian como bailarines sincronizados al sol del atardecer. Los castanos centenarios que bordeaban la apacible bocacalle en los aledanos de la avenida Massachusetts, en el corazon del distrito diplomatico de la capital, susurraban la misma gozosa cancion. Sus ramas murmurantes ocultaban casi por completo las fachadas de las casas de estilo federal que flanqueaban por ambos lados la travesia pavimentada de adoquines. La casa que se alzaba a mitad de la calle poseia un frontispicio senorial muy semejante al de sus vecinas. Con sus tres pisos y sus altas ventanas, que centelleaban al sol de verano, la antigua y elegante mansion ostentaba junto a la puerta una discreta placa que informaba de que el edificio servia ahora como oficina del enviado especial del presidente, un nebuloso puesto creado anos atras para recompensar a un donante de campana con ganas de un titulo pomposo y un ardiente deseo de codearse con la clase politica de la capital. Solo unos pocos conocedores de los entresijos de Washington sabian que el enviado especial era tambien el jefe de OMEGA, una organizacion tan secreta que, entre los circulos mas elevados del gobierno, sus agentes eran conocidos unicamente por su apodo. Al igual que la letra omega era la ultima del alfabeto griego, aquella organizacion representaba el ultimo recurso del presidente de Estados Unidos en caso de crisis. Sus efectivos se movilizaban unicamente cuando otros organismos de caracter mas convencional, tales como el Departamento de Estado, la CIA o el Ejercito, no podian hacerse cargo de una crisis por motivos legales o politicos. El director de OMEGA era designado personalmente por el presidente, quien, con gran pesar, acababa de nombrar a uno nuevo, pues la antigua directora habia solicitado una larga excedencia. Tras dirigir la agencia durante tres legislaturas, Maggie Sinclair habia decidido tomarse algun tiempo de descanso a fin de terminar el libro que estaba escribiendo sobre fonetica infantil. Pensaba ademas anadir un tercer hijo al enorme y caotico hogar que compartia con su esposo, sus dos hijas, un desgrenado perro pastor y una iguana de ojos saltones y rayas azules y naranjas amante del papel y las plantas. El marido de Maggie, que respaldaba plenamente la decision de esta, habia renunciado recientemente a su puesto de delegado de Estados Unidos en el Banco Mundial. Mientras Maggie trabajaba en su libro, el rico y sofisticado Adam Ridgeway habia decidido probar suerte como padre a tiempo completo. Todos los agentes que no estaban movilizados se habian reunido en el tercer piso del centro de control OMEGA para desearles buena suerte. Haciendo caso omiso del suave coro de silbidos y pitidos que emitian las consolas electronicas, brindaban por Maggie y Adam, quienes estaban a punto de emprender la fase final de su azaroso y agitado matrimonio. --Me apuesto algo a que dentro de un mes estais de vuelta -- predijo un alto y desgarbado agente al que apodaban Cowboy--. El uno o el otro. Perseguir terroristas y traficantes de armas crispa menos los nervios que criar ninos. --Tu debes de saberlo --replico Maggie--. La mayoria de las parejas habria tenido el buen sentido de parar despues de tener dos pares de gemelos. --?Que puedo decir? --sonrio Nate Sloan--. Este viejo vaquero siempre dispara con bala. Entre los gritos y abucheos que siguieron, Elizabeth Wells fue rellenando pausadamente las copas de champana de los invitados.

  • Heridas del pasado (Recuerdos 2) de Chris Razo

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    Las heridas del pasado son las mas dificiles de curar.
    A veces, enfrentandonos al dolor, somos capaces de volver a vivir.

  • El Rescate de M.t. Greenlay

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    Despues de un accidente en el mar, Brenda se desmayo en el mar.

  • Y llegaste tu, cambiando mi mundo de Coral Moon

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    Comenzaron a atacarme los recuerdos… y no supe como defenderme, asi termine pensando en el, otra vez.

  • Cuando nadie me ve de Noe Casado

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    ?Cuantas peliculas habeis visto en las que la protagonista es una chica modesta con mala suerte en los asuntos del corazon? ?Y en cuantas ella tiene un amigo gay que siempre la ayuda? ?En cuantas le rompen el corazon hasta que aparece el hombre ideal? ?No estais cansadas de los mismos argumentos?
    Pues bien, yo soy una de esas chicas modestas que no tienen suerte con los hombres.
    Tampoco busco demasiado, y como vivo en una ciudad pequena, la oferta es mas bien limitada. Me llevo algun que otro berrinche amoroso, aunque intento no amargarme. La desilusion me dura veinticuatro horas como mucho, porque para quitarme las penas ya tengo a Tito, mi companero de piso, un treintanero canon, divertido y heterosexual por los cuatro costados con el que, ademas, de vez en cuando mantengo alguna que otra charla trascendental. A Tito lo quiero a rabiar, y todos piensan que somos la pareja perfecta; no lo niego. Sin embargo, no solo no somos pareja, sino que hay mas… mucho mas… Si quieres conocer todos los detalles, no puedes perderte esta comedia erotico-romantica llena de entresijos, errores, tension sexual y erotismo

  • El fiordo de la Quimera de Antonio Sanz Oliva

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    La muerte de su marido hace que Aurora se de cuenta de que no le conocia tan bien como creia…

  • El dilema de Espana de Luis Garicano

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    Espana se enfrenta, en los proximos anos, a una encrucijada historica. Por un lado, se le presenta un camino aparentemente facil, el del estatismo y el populismo, la via hispana al subdesarrollo seguida por Venezuela y por Argentina, por la que Espana siempre se ha visto tentada. Por el otro, esta una senda que exige cambios importantes a corto plazo, pero que puede hacer que la economia y la sociedad sean mas productivas.
    Elegir el segundo camino supone llevar a cabo reformas al menos en tres areas prioritarias: la educacion, para que sea menos memoristica y se centre mas en los aspectos analiticos; las instituciones economicas, para asegurar un mercado mucho mas transparente, y las instituciones politicas, para incrementar la calidad de nuestras elites y que de verdad rindan
    cuentas ante los ciudadanos.
    En este libro, el economista y catedratico de la London School of Economics Luis Garicano apuesta decididamente por esta segunda via, basada en la inversion en capital humano, la reforma en profundidad del Estado y de la justicia, y el obligado cumplimiento de las normas, y propone una vision realizable de lo que Espana tiene que hacer para salir del marasmo en el que se encuentra.

  • ?Te acuerdas de McKenna? de Maria Ferrer Payeras

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    ?Que si me acuerdo de McKenna? !Como para no acordarme!
    El es el responsable de que me pirren los pelirrojos y todo lo relacionado con
    Escocia. Fue mi primer amor cuando solo tenia dieciseis anos, y eso nunca se olvida.
    ?Acaso vosotros habeis podido hacerlo? Porque yo no.
    Me rompio el corazon en mil pedacitos, y ahora, a una semana de la boda de una
    de mis mejores amigas, me entero de que no solo esta invitado, sino que ademas es el
    padrino del novio.
    Menos mal que la semana pasada me hice con un calendario de esos de frases
    motivadoras, para poner un poco de cordura en mi vida (ya sabeis a que me refiero);
    solo espero que la que me ha tocado hoy no sea cierta:
    < equivocamos>>.

  • El guerrero a la sombra del cerezo, David B. Gil de David B. Gil

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    Una historia de venganza y redencion en el Japon de los senores samurais. El guerrero a la sombra del cerezo fue finalista al Premio Fernando Lara del Grupo Planeta y ganadora del Premio Hislibris de Novela Historica. Japon, finales del siglo XVI. El pais deja atras la Era de los Estados en Guerra y se adentra en un titubeante periodo de paz. Entre las victimas del largo conflicto se halla Seizo Ikeda, unico superviviente del clan regente de la provincia de Izumo, huerfano a los nueve anos tras el exterminio de su casa. Hostigado por los asesinos de su familia y condenado al destierro y al olvido, inicia un largo peregrinaje al amparo de Kenzaburo Arima, ultimo samurai con vida del ejercito de su padre, convertido ahora en su mentor. En el otro extremo del pais, Ekei Inafune, un medico repudiado por aplicar las artes aprendidas entre los barbaros llegados de Occidente, se ve implicado en una conjura urdida a la sombra de los clanes mas poderosos del pais.

  • Rendirse no es una opcion de Ramon Arroyo Prieto

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    Cuando me diagnosticaron esclerosis multiple, un medico me aseguro que en poco tiempo no podria caminar ni 200 metros. Unos anos despues, participaba en mi primera Ironman, la prueba mas exigente del triatlon

  • Tres mujeres de Lisa Taddeo

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    Un retrato del deseo y la sexualidad femeninos como nunca se ha visto

  • Los que duermen de Juan Gomez Barcena

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    Los que duermen, libro fundacional que ahora recuperamos de la obra ya imprescindible de Gomez Barcena, lo revela como un autor de un genio narrativo preciso y asombroso. Una recondita cienaga de Germania, donde los cuerpos de cientos de prisioneros sacrificados a los dioses emergen a la superficie siglos mas tarde, devolviendo al presente el enigma de su existencia. Un simulacro de campo de concentracion construido por Hitler para burlar las inspecciones de la Cruz Roja Internacional. Una comunidad de robots abandonada que sigue anhelando el regreso de sus creadores. Quince relatos que forman una constelacion sorprendente, en las orillas del tiempo: profecias y destinos subvertidos, ficciones tan fabuladas que igualan en valor a la verdad, paradojas de la historia. Una extraordinaria coleccion de relatos que nos transportan a mundos exactos y distantes y que sin embargo conectan entre si, oscilando entre el presente, el pasado y el futuro.

  • Un mundo helado de Naomi Novik

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    La familia de Miryem se halla al borde de la pobreza, hasta que ella se hace cargo de la situacion y no tarda en ganarse la reputacion de ser capaz de convertir la plata en oro.

  • Otro amor para Julie (Bilogia Julie 1) de Carlota Manzano

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    Julie es una asesora laboral que vive felizmente, o al menos eso cree, en su duplex de Manhattan, que comparte con su pareja, un prestigioso abogado neoyorkino llamado Frank.