libro para siempre contigo pdf
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libro para siempre contigo pdf - Sophie Love
https://gigalibros.com/para-siempre-contigo-la-posada-de-sunset-harbor-3.htmlEmily miro a la hermosa nina que dormia tranquilamente en la cama de Daniel. Su cabello rubio estaba extendido sobre la almohada blanca. Sus rasgos eran inconfundiblemente los de Daniel. Parecia angelical. Afuera estaba oscuro, la unica luz en la habitacion era un rayo de luna que se deslizaba a traves de las cortinas, haciendo que la habitacion se volviera de un azul apagado. Emily habia perdido la nocion del tiempo, pero a juzgar por el agotamiento que sentia en lo mas profundo de sus huesos, estaba a punto de amanecer. Oyo que la puerta crujia y miro por encima de su hombro para ver a Daniel de pie en la grieta, la calida luz de la chimenea de la cochera iluminando su silueta. Solo con verlo, su corazon dio un vuelco. Era como un espejismo, como un soldado que regreso de la guerra. -- ?Sigue durmiendo?--susurro. Emily asintio. A pesar de que el estaba de vuelta y de pie frente a ella despues de una ausencia de seis semanas, Emily todavia no podia creerlo, no podia bajar la guardia por completo. Fue como si ella estuviera anticipando el momento en que el anunciaria que se iba una vez mas, que estaba sacando a Chantelle de su vida con la misma rapidez con la que el la habia metido en ella. Salieron juntos de la habitacion, cerrando la puerta en silencio para no despertar a la nina dormida. --Debe haber sido un largo viaje desde Tennessee--dijo Emily, al escuchar lo torpe que era su voz, lo antinatural que de repente se sintio en compania de Daniel--. Debes estar exhausto. --Creo que todos lo estamos--contesto Daniel, reconociendo en una declaracion la prueba que el le habia hecho pasar. Mientras se sentaban juntos a la mesa, Daniel miro intensamente a Emily, una expresion sincera en sus ojos. --Emily--comenzo, con la voz quebrandose de inmediato--No se como decir esto, como sacar las palabras. Sabes que lucho con ese tipo de cosas. Sonrio debilmente. Emily le devolvio la sonrisa, pero sintio que su corazon se estremecia de angustia. ?Iba a llegar? ?Estaba anunciando su partida y la de Chantelle? ?Habia vuelto a ella para decirle de frente que se habia acabado? Sentia que las lagrimas empezaban a nadar en sus ojos. Daniel cruzo la mesa y le dio una palmadita en la mano. El gesto fue todo lo que se necesitaba para hacer que las lagrimas que ella estaba tratando de evitar inundaran sus ojos, bajaran por sus mejillas y se terminaran sobre la mesa. --Lo siento mucho--dijo Daniel--. No es suficiente, lo se, pero es todo lo que tengo, Emily. Siento mucho lo que te hice pasar. Respecto a huir de esa manera. Emily tartamudeo, sorprendida de que las palabras para las que habia sido preparada no hubieran llegado. --Pero hiciste lo correcto--dijo ella--. Fuiste a ver a tu hija. Aceptaste tu responsabilidad. No hubiera esperado otra cosa. Ahora le tocaba a Daniel parecer confundido, como si las palabras que el esperaba de ella no hubieran sido pronunciadas--. Pero yo te deje--dijo. --Lo se--contesto Emily, sintiendo una punalada de dolor en su corazon que le dolio tanto como en el momento en que se marcho--. Y duele, no voy a mentir. Pero lo que hiciste te convierte en un buen hombre a mis ojos. --Finalmente, pudo ver a traves de sus lagrimas--. Estas a la altura de las circunstancias. Te convertiste en padre. ?Realmente crees que te lo echaria en cara? --Yo… no lo se--dijo Daniel con un suspiro. Tenia una expresion que Emily nunca antes habia visto en su cara. Era una mirada de alivio total. Se dio cuenta entonces de que el esperaba que ella se enfadara con el, que desencadenara un torrente de ira contra el. Pero Emily nunca se habia enojado, solo estaba aterrorizada de que no hubiera manera de que los dos pudieran forjar una vida juntos ahora que Daniel tenia una hija que cuidar. Ahora era el turno de Emily para consolarlo, para dejar en claro que no necesitaba cargar con ninguna culpa por sus acciones. Ella le apreto la mano. --Estoy contenta--dijo, sonriendo a pesar de las marcas de lagrimas en sus mejillas--. Estoy mas que feliz, estoy encantada. Nunca pense que esto pudiera ser una posibilidad. Que la traerias a casa contigo. Daniel, no podria estar mas feliz en este momento. La cara de Daniel estallo en una sonrisa. Se levanto de la mesa con prisa y levanto a Emily de su asiento y la puso en sus brazos. Le beso la cara, el cuello, como si tratara de besar las lagrimas que habia causado. Emily sintio que todo su cuerpo se relajaba, toda la tension se le escapaba. Su cuerpo habia estado inactivo durante las ultimas seis semanas, y ahora aqui estaba Daniel despertando todas esas partes de ella que habian quedado en reposo. Ella le devolvio el beso, sin querer, con una pasion cada vez mayor. El era su Daniel, con el mismo olor a bosque y aire fresco, con sus manos asperas corriendo sobre su cuerpo, con sus dedos retorciendose en su desordenado cabello. Tenia el sabor a Daniel, de menta y te, un sabor que funcionaba como la campana de Pavlov para despertar a Emily. Cuando se retiro del beso, Emily sintio la enorme ausencia. --No podemos--dijo en voz baja--. Aqui no. No con Chantelle durmiendo. Emily asintio con la cabeza, aunque sus labios temblaban de deseo. Daniel tenia razon. Necesitaban ser sensatos, ser adultos. Tenian la responsabilidad de hacer lo mejor para la nina. Ella tendria que ser lo primero, siempre. -- ?Puedes abrazarme?--pidio Emily. Daniel la miro, y ella reconocio la mirada de adoracion en sus ojos. Habia echado tanto de menos esa mirada, y sin embargo parecia que las seis semanas lejos de ella la habian fortalecido mas. Emily nunca habia sido vista de esa manera, y eso hizo que su corazon saltara un latido. Ella se puso de pie, tomando la mano de Daniel, y lo llevo al sofa. Juntos se sumergieron en el, el toque del terciopelo verde que le recordaba a Emily de inmediato el momento en que hicieron el amor aqui, junto a la chimenea. Mientras Daniel la abrazaba, ella se sintio tan contenta como esa noche, escuchando los latidos de su corazon, respirando su aroma. No habia otro lugar donde ella quisiera estar ahora mismo que aqui, con Daniel, su Daniel. --Te extrane--escucho a Daniel decir--. Demasiado. De alguna manera, con ellos acurrucados en esta posicion, sin contacto visual, Emily encontro mas facil discutir sus sentimientos--. Si me extranaste tanto, podrias haber llamado. --No pude. -- ?Por que no? Escucho el suspiro de Daniel. --Era tan intenso lo que estaba pasando alli que no podia soportar la idea de que te rindieras conmigo. Si te hubiera llamado, habrias confirmado mis peores temores, ?sabes? La unica forma de superar toda esta prueba fue aferrandome a la esperanza de que aun estarias aqui para mi cuando volviera. Emily trago. Le dolio oirle hablar asi, pero su honestidad fue muy bienvenida. Ella sabia que todo esto habia sido increiblemente dificil para el y que tendria que ser paciente. Pero al mismo tiempo, ella tambien habia pasado por una prueba. Seis largas semanas sin noticias, esperando y preguntandose que podria pasar cuando Daniel regresara, o si regresaria. Ni siquiera se le habia ocurrido que el traeria a su hija a casa con el. Ahora tenia que empezar a imaginar de que manera sus vidas y su relacion cambiarian, ahora que tenian una hija que cuidar. Ambos estaban parados en un terreno nuevo e inestable. --Suena como si no tuvieras mucha fe en mi--dijo Emily en voz baja. Daniel se quedo callado. Entonces su mano comenzo a acariciar su cabello--. Lo se--dijo--. Deberia haber confiado mas en ti. Emily suspiro profundamente. Por ahora eso era todo lo que necesitaba escuchar; la afirmacion de que fue su falta de confianza en ella lo que habia convertido una situacion dificil en algo mucho mas dificil de lo que debia ser. -- ?Como era?--Emily pregunto, curiosa, pero tambien en un intento de hacer que Daniel se abriera, para ayudarlo a no sufrir en silencio--. Tu estadia en Tennessee, quiero decir. Daniel respiro hondo--. Me quede en un motel. Visitaba a Chantelle todos los dias, solo para tratar de protegerla, solo para ser una cara calida y amistosa. Vivian con el tio de Sheila. Literalmente no habia nada alli para un nino. --Su voz se tenso--. Chantelle se mantenia alejada. Habia aprendido a no molestar a ninguno de los dos.
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Por y para siempre (La Posada de Sunset Harbor 2) de Sophie Love
https://gigalibros.com/por-y-para-siempre-la-posada-de-sunset-harbor-2.html--Buenos dias. Emily se estiro y abrio los ojos. La imagen que le dio la bienvenida era la mas hermosa que hubiese podido imaginar: Daniel, rodeado por las limpias sabanas blancas y con el halo de la luz matutina besandole el cabello revuelto. Inspiro una bocanada de aire profunda y satisfecha, preguntandose como habia podido alinearse su vida de un modo tan perfecto. Parecia que el destino, tras tantos anos de dificultades, por fin habia decidido darle un respiro. --Buenos dias. --Le devolvio la sonrisa con un bostezo. Volvio a acurrucarse bajo las sabanas, sintiendose comoda, abrigada y mas relajada de lo que lo habia estado nunca. La calma silenciosa de las mananas en Sunset Harbor contrastaban drasticamente con el ajetreo de su antigua vida en Nueva York. Podria llegar a acostumbrarse a aquello: al sonido de las olas rompiendo a lo lejos, al olor del oceano, a tener a un hombre atractivo tumbado junto a ella en la cama. Se levanto y fue hacia las puertas cristaleras que daban al balcon, abriendolas para poder sentir la calidez del sol en la piel. El oceano destellaba en la distancia, y los rayos de luz iluminaron el dormitorio principal que tenia a la espalda. A su llegada, hacia seis meses, habia sido un desastre lleno de polvo, pero ahora era una ensenada de tranquilidad de paredes y sabanas blancas, alfombra suave, una preciosa cama con dosel y mesitas de noche antiguas cuidadosamente restauradas. En aquel momento, con el sol dandole en la cara, Emily sintio que por una vez todo era perfecto. --?Estas lista para tu gran dia? --dijo Daniel desde la cama. Emily fruncio el ceno, con la cabeza todavia demasiado embotada por el sueno como para comprenderle. --?Mi gran dia? Daniel sonrio con suficiencia. --Tu primer cliente, ?recuerdas? A los pensamientos de Emily le hicieron falta un segundo para caer en la cuenta, pero enseguida recordo que tenia a su primer cliente, el senor Kapowski, durmiendo en la habitacion al final del pasillo. La casa que se habia pasado seis meses restaurando habia pasado de ser un hogar a un negocio, y aquello significaba que tenia que preparar un desayuno. --?Que hora es? --pregunto. --Las ocho --contesto Daniel. Emily se quedo paralizada. --?Las ocho? --Si. --!No! !Me he quedado dormida! --exclamo, volviendo a entrar a la carrera al dormitorio desde el balcon. Cogio el reloj despertador y lo agito con furia--. !Se suponia que tenias que despertarme a las seis, maldito cacharro! Lo volvio a dejar con un golpe sobre la mesita de noche y despues se apresuro hacia la comoda en busca de algo de ropa, lanzando sueteres y pantalones por todas partes. Nada le parecia lo bastante profesional.; habia tirado a la oficina toda la ropa que habia tenido para la oficina de su antigua vida en Nueva York, y ahora todo lo que tenia era ropa practica. --Tranquila --rio Daniel entre dientes desde la cama--. No pasa nada. --?Como que no pasa nada? --gimoteo Emily, saltando a la pata coja mientras se ponia unos pantalones--. !El desayuno empezaba a las siete! --Y solo hacen falta cinco minutos para escalfar un huevo --anadio Daniel. Emily se quedo paralizada alli donde estaba, medio vestida y con cara de haber visto a un fantasma. --?Crees que querra huevos escalfados? !No tengo ni idea de como escalfar un huevo! En lugar de tranquilizarla, las palabras de Daniel solo sirvieron para hundirla todavia mas en el panico. Arranco un arrugado sueter liliaceo del cajon y se lo paso con la cabeza, consiguiendo que la electricidad estatica le encrespase el cabello al instante. --?Donde esta mi mascara de pestanas? --pregunto, corriendo de un lado al otro--. ?Y podrias dejar de reirte de mi? --anadio, dirigiendo una mirada enfurecida a Daniel--. Esto no es divertido. Tengo a un huesped. !A un huesped que paga! Y no tengo mas que zapatillas de deporte que ponerme. ?Por que tire todos los tacones? Las risitas ahogadas de Daniel se convirtieron en carcajadas. --No me rio de ti --consiguio decir--. Me rio porque soy feliz. Porque estar contigo me hace feliz. Emily hizo una pausa; aquellas palabras tocaron algo en lo profundo de su ser. Lo miro, alli tumbado de manera languida como si fuera un Dios en su cama. Daniel tenia una cara con la que no se podia estar enfadada mucho tiempo. Daniel aparto la vista. Aunque Emily ya estaba acostumbrada a que Daniel se encerrase en si mismo cuando demostraba demasiado lo que sentia, aquello seguia poniendola nerviosa. Los propios sentimientos de Emily eran tan evidentes que era como si fuera trasparente. No le cabia duda de que siempre llevaba el corazon en la mano. Pero a veces Daniel la hacia sentirse perdida. Con el nunca estaba segura, y aquello le recordaba de manera casi dolorosa a sus relaciones anteriores y a la falta de estabilidad que habia sentido en ellas, como si estuviese de pie en la cubierta de un barco que se balancease sobre el mar y nunca fuese a acostumbrarse al balanceo. No queria que aquella historia se repitiese con Daniel, queria que con el fuese distinto. Pero la experiencia le habia ensenado que en la vida es muy raro conseguir lo que se desea. Volvio a girarse hacia la comoda, ahora en silencio, y se puso unos pequenos pendientes de plata. --Tendra que servir --dijo, desviando la mirada del reflejo de Daniel en el espejo para mirarse a si misma, y su expresion paso de ser la de una chica llena de panico a la de una mujer de negocios decidida. Salio con paso firme del dormitorio y se lo encontro todo sumido en el silencio. El pasillo del segundo piso era ahora imponente, con unas preciosas lamparas de pared y una arana en el techo que atrapaba la luz del sol matutino y la reflejaba en todas partes. El suelo de madera se habia pulido hasta la perfeccion, anadiendo un toque rustico pero glamuroso. Emily miro hacia la puerta que habia al final de dicho pasillo, la puerta de la habitacion que previamente habia pertenecido a Charlotte y a ella. Restaurar aquella habitacion habia sido lo mas dificil de todo, puesto que para ella habia sido como borrar a su hermana. Pero todas las cosas de Charlotte estaban ordenadas con cuidado en un rincon especial del atico, y Serena, amiga de Emily y artista local, habia creado algunas obras de arte asombrosas con la ropa de su hermana. Aun asi, seguia sintiendo un cosquilleo en el estomago al saber que habia un desconocido durmiendo al otro lado de aquella puerta, un desconocido al que ahora tenia que servirle el desayuno. En sus fantasias de convertir la casa en un hostal nunca habia llegado a imaginar como seria realmente, que aspecto tendria ni como se sentiria al respecto. De repente le parecia que no estaba preparada en lo mas minimo, como si fuera una nina jugando a ser adulta. Recorrio el pasillo hacia las escaleras asegurandose de hacer el minimo ruido posible. La nueva alfombra color crema era esponjosa bajo sus pies, y no pudo evitar mirarla con adoracion. La transformacion de la casa habia sido una autentica maravilla que contemplar. Todavia quedaba trabajo por hacer: el tercer piso en concreto era un completo desastre, con habitaciones en las que todavia ni habia entrado, y aquello sin mencionar los demas edificios de la propiedad que contenian una piscina abandonada y todo un ejercito de cajas que organizar. Pero lo que habia conseguido hasta el momento con una pequena ayuda de la amable gente de Sunset Harbor todavia le sorprendia. La casa le parecia ahora una amiga, una que todavia tenia secretos que compartir. De hecho, habia una llave en concreto que estaba demostrando ser todo un misterio; no importaba lo que intentase Emily, no conseguia encontrar que era lo que abria. Lo habia comprobado todo, desde los cajones de los escritorios hasta las puertas de los armarios, pero todavia no lo habia encontrado. Bajo la larga escalera que ahora contaba con unas barandillas pulidas y relucientes, la esponjosa alfombra de aspecto resplandeciente y los afianzadores de cobre que destacaban los colores a la perfeccion. Pero mientras bajaba admirandolo todo, se percato de que habia una mancha en la alfombra: una huella de barro desdibujada. Era claramente la huella de la bota de un hombre. Se detuvo en el ultimo escalon. <
>, penso. Pero entonces noto que la huella se alejaba de ella, dirigiendose hacia la puerta principal, lo que significaba que la persona habia bajado las escaleras. Y si Daniel seguia en la cama, entonces aquella huella solo podia pertenecer a su huesped, el senor Kapowski. Emily se apresuro hacia la puerta y la abrio a toda prisa. El senor Kapowski habia llegado con su coche el dia anterior por el camino de entrada recien pavimentado y habia aparcado justo alli. El coche ya no estaba. Emily no se lo podia creer. Se habia ido. CAPITULO DOS Llena de panico, volvio a entrar corriendo en la casa. --!Daniel! --grito desde el pie de las escaleras--. !El senor Kapowski se ha ido! !Se ha ido porque no me he levantado a tiempo de prepararle el desayuno! Daniel aparecio en lo alto de las escaleras cubierto unicamente con unos pantalones de pijama, dejando al descubierto los hombros anchos y el pecho musculoso. Su cabello estaba enmaranado, lo que le daba el aspecto de un estudiante que se hubiese levantado con prisas. --Seguramente tan solo haya ido a Joe's --repuso, bajando las escaleras hacia Emily al trote--. Mencionaste lo buenos que son sus gofres, ?recuerdas? --!Pero se supone que yo le tengo que preparar el desayuno! --exclamo Emily--. El hostal es un B&B, de bed and breakfast, alojamiento y desayuno, no un B de bed a secas! Daniel llego al pie de los escalones y la tomo entre sus brazos, abrazandola suavemente por la cintura. --Quizas no se haya dado cuenta de lo que significa la segunda B. Quizas creia que significaba < >. O banana --bromeo. Le dio un beso en el cuello, pero Emily lo aparto agitando la mano y se escabullo de su abrazo. --!Daniel, deja de hacer el tonto! --espeto--. Esto es serio. Es mi primer huesped y no me he despertado a tiempo de hacerle el desayuno. Daniel sacudio la cabeza y puso los ojos en blanco con afecto. --No es para tanto. Habra bajado a desayunar junto al oceano en lugar de eso. Esta de vacaciones, ?te acuerdas? --Pero desde mi porche se ve el oceano --tartamudeo Emily con una voz que empezaba a fallarle. Se dejo caer sentada en el ultimo escalon sintiendose pequena, como una nina que hubieran castigado a sentarse alli, y dejo caer la cabeza entre las manos--. Soy una anfitriona horrible. Daniel le froto los hombros. --Eso no es verdad. Simplemente todavia no le has cogido el ritmo. Todo es nuevo y extrano, pero lo estas haciendo bien. ?Vale? Dijo aquella ultima palabra con firmeza, casi con paternalismo, y Emily no pudo evitar sentirse reconfortada. Alzo la mirada hacia el. --?Quieres que te escalfe a ti un huevo al menos? --pregunto. --Eso seria un detalle --dijo Daniel con una sonrisa. Tomo el rostro de Emily entre las manos y le dio un beso en los labios. Fueron juntos a la cocina y el sonido de la puerta abriendose desperto a Mogsy y a su cachorro, Lluvia, de su duermevela en el lavadero que habia justo al otro lado de la puerta tipo granero. Emily sabia que mantener a los perros fuera de la cocina y de cualquier otra parte de la casa que necesitase para el negocio del hostal era un deber absoluto si no queria que le cerrasen el negocio al instante por higiene y salubridad, pero se sentia mal por confinar a los perros a un espacio tan pequeno de la casa. Se recordo a si misma que era una situacion temporal; ya habia conseguido que cuatro de los cinco cachorros de Mogsy fuesen adoptados por amigos del pueblo, pero Lluvia, el mas pequeno de la camada, era mas dificil de colocar, y nadie parecia ni remotamente interesado en aceptar a la madre. A fin de cuentas era, siendo amables, una perra callejera bastante fea. Tras llevar a los perros fuera y darles de comer, Emily volvio a la cocina. Mientras tanto Daniel habia logrado salir un momento al jardin para recoger los huevos que habian puesto aquella manana las gallinas Lola y Lolly, y habia preparado una jarra de cafe. Emily acepto una taza agradecida y aspiro el aroma antes de acercarse a los fogones Arga, otra de las reliquias de su padre que habia restaurado, y se puso a practicar el arte de escalfar huevos. De entre todas las habitaciones de la casa, la cocina era su preferida. Aquel pobre espacio habia sido victima del tiempo y el abandono a su llegada, y despues los habia asaltado una tormenta que habia provocado mas danos, y despues la tostadora se habia fundido y habia provocado un incendio. El dano por el humo habia sido mas destructor que el fuego en si: las llamas tan solo habian alcanzado un estante y consumido algunos libros de cocina, pero el humo habia conseguido filtrarse por todos los huecos y resquicios, dejando tras de si manchas negras y el olor de plastico quemado en todo lo que habia tocado. En tan solo seis meses, a aquella habitacion le habia pasado todo lo malo que podia pasarle. Pero tras algunas noches de trabajo duro, por fin habia sido restaurada por tercera vez y tenia un aspecto encantador con su frigorifico retro y su original palangana blanca victoriana Belfast, ademas de sus encimeras de marmol negro. --Resulta --dijo Emily, sirviendo su quinto intento de huevo escalfado en el plato de Daniel--, que no soy una cocinera tan mala despues de todo. --?Ves? --dijo Daniel, cortando la clara del huevo y dejando que la yema dorada cayese sobre la tostada--. Ya te lo habia dicho. Tienes que escucharme mas a menudo. Emily sonrio, disfrutando del humor amable de Daniel. Ben, su ex, nunca la habia hecho reir como lo hacia Daniel, y tampoco habia podido reconfortarla nunca en sus momentos de panico. Con Daniel era como si nada fuera nunca demasiado complicado para hacerle frente. No importaba si se trataba de una tormenta o un incendio, Daniel siempre le hacia sentir que todo iba bien, que podia arreglarse. Su estabilidad era uno de sus rasgos mas atractivos; podia calmarla y tranquilizarla del mismo modo en que la tranquilizaba el oceano. Pero aun asi Emily nunca estaba segura de que opinaba Daniel, de si sentia lo mismo que ella. Tenia la impresion de que su relacion era como la marea, y al igual que esta, no podian controlarla por mucho que lo intentasen. -
Te regalare el mundo de Marta Fernandez
https://gigalibros.com/te-regalare-el-mundo.htmlNo elegimos a nuestros padres, ni lo que nos gusta, ni aquello para lo que somos buenos. No elegimos de quien nos enamoramos.ni a nuestros enemigos. Ni elegimos nuestros talentos, ni nuestras debilidades. Por no elegir, no elegimos ni nuestros pecados. Ni el pais en el que nacemos, ni el nombre por el que nos llamaran todos esos a los que queremos y a los que tampoco elegimos.
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Lolita… de mis fantasias de Paul Nguyen
https://gigalibros.com/lolita-8230-de-mis-fantasias.htmlEl hombre vivia solo, alquilaba el altillo de aquella casa antigua y gozaba de la confianza de todos los integrantes de la casa. Siempre prolijo, trabajador, educado, honesto, incapaz de llevarse algo que no le pertenecia. Era una sombra en el hogar que no perturbaba en absoluto. Una garantia cabal. Habian pasado los anos y se habia quedado soltero; a veces salia los fines de semana, de seguro a la pizzeria de la esquina a comerse una porcion de faina y beberse una cerveza mientras jugaba al pool con sus ocasionales companeros de boliche. Y cuando el deseo apremiaba solo bastaba marcharse a la whiskeria donde lo aguardaba Daisy, con su carino de alquiler y sus expertas y frias caricias. Bastaban pocas arremetidas para desfogarse. Despues fumar algun cigarrillo con ella como a escondidas, eso si, siempre y cuando no estuviera muy concurrida la cosa. Sino a sacudirla y... afuera y bailando... Una vida chata y gris, sin futuro aparente, salvo por la presencia de ella. La habia visto crecer ante sus ojos: la flor de la casa. Aquella muneca delicada y pristina como un jazmin paseaba su fresca belleza por el lugar causando en el emociones encontradas. Veia como los galancitos la rondaban, con poco disimulado ardor, pero eso no lo inquietaba. Si ella se liaba con alguno de ellos y si hasta le obsequiaba su inmaculado tesoro, eso le tenia sin cuidado. La deseaba para saborearla sin prisas, con calma, como se hace con los mejores manjares. Asi lo imaginaba las veces que bajo la ducha se masturbaba en su honor, elucubrando dulces placeres y profundos abismos de gozo al tiempo que sentia como el orgasmo en su estallido le nacia desde lo mas profundo. Ya era una mujer, al menos asi la ley lo decia, aunque su cuerpo lo gritara desde hacia mucho antes, y el hombre comenzo a atreverse como si hubiera podido traspasar esa difusa frontera entre las ideas y el hacer. Ella parecia alentarlo, con sus sonrisas sugerentes y su mirada penetrante, esa... la inconfundible... la que le dice a un macho lo que una hembra no se atreve a expresar... La danza de los amantes, el juego de seduccion se extendio sobre la mesa y el experto tahur se enfrento a la aprendiz. No era facil traicionar la confianza de aquellos que le habian abierto las puertas de su hogar y jugar de trampa fue su unica opcion posible. Le gusto el desafio, le anadio adrenalina a su cordura y cosquillas casi olvidadas a sus entranas... La tarde se presento propicia. Hacia demasiado calor y ese dia el habia regresado antes. Una rapida inspeccion comprobo que no habia nadie en la casa. En silencio, lo agradecio. Paso por la habitacion de la nereida y hallo la puerta entreabierta. La vio de espaldas, se estaba secando, acababa de ducharse. Su cabello humedo sobre su espalda, su cintura perfecta y su culo que no dejaba lugar a la imaginacion, alli desplegado ante sus ojos, en ese espectaculo inesperado provoco en el una soberbia ereccion que no pudo ni quiso disimular. Por instinto se llevo la mano a su entrepierna y sobo su pedazo, entrecerrando los ojos. Ese gesto le proporciono el placer justo, el aperitivo adecuado que lo dejo con mas ganas... Abrio la puerta sigiloso y juro que ella noto su presencia pero se quedo alli inmovil contemplando la escena mientras la gacela seguia secandose la espalda como si tal cosa. Avanzo hasta ella e hizo sentir su aliento en su cuello, la tomo por los hombros y la obligo a girarse. La contemplo, fijo su vista en aquellos pechos jovenes, con la medida y la densidad justa como para abarcarlos con la mano y sus pezones desafiantes esperando una caricia bucal que no tardaria en llegar. Al hombre le dolieron hasta los huesos ante tanta belleza, por la vision de su vientre plano y esa almejita que lo esperaba mas abajo con la muda promesa de deleitar a esa fiera que rugia dentro de su ropa. No dudo nunca del consentimiento. Con una mano tomo su nuca y con la otra abarco el sexo de la chica. No le costo hallar el clitoris que se asomaba timido entre los labios que comenzaban a entreabrirse; el dedo mayor en toda su extension hizo el trabajo acariciando el boton mientras su boca invadia la de ella y su lengua se animaba a jugar con la suya, en suave cadencia, sin apurar el trago. Ella comenzo a gemir y sintio como se le aflojaban las piernas en esa oleada de placer que no llego del todo hasta la orilla. El hombre en cambio sintio como se humedecian sus dedos y como su propia calentura le exigia mas lena a la hoguera. En una habil maniobra desordeno su ropa de la cintura hacia abajo y en un gesto mas de desesperacion que de exigencia afirmo sus manos en los hombros de ella obligandola a colocarse de cuclillas.
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Rebelion (Los 100 3) de Kass Morgan
https://gigalibros.com/rebelion-los-100-3.html“Mientras la gente gritaba, huia despavorida y caia
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No llores, pequeno de Ngugi Wa Thiong'o
https://gigalibros.com/no-llores-pequeno.html -
Destino oculto de Brianne Miller
https://gigalibros.com/destino-oculto.htmlLaureen McLean esta cansada de la monotona vida que lleva en Boston. Desde que su mejor amiga se mudo, su vida se limita a ir a trabajar, comer y dormir. Una tarde encuentra en el periodico el anuncio de un ranchero que busca esposa por correspondencia, y aunque le parece una idea loca y descabellada, se atreve a escribirle una carta.
Semanas mas tarde ni siquiera se acuerda del vaquero, pero se sorprende al encontrar en su buzon respuesta a su carta, donde le pide que vaya a Tyler Dx para conocerse y ver si podrian llegar a buen puerto. Tras mucho pensarlo, Laureen se lia la manta a la cabeza y coge un avion para encontrarse de frente con su destino.
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El llanto de los terneros de Daniel Cardona
https://gigalibros.com/el-llanto-de-los-terneros.htmlE El llanto de los terneros s la tercera vez que suena el CD de Stone Temple Pilots. Es el unico que tengo en la guantera y al viaje a Santa Ana le quedan todavia varias horas por delante. No hay senal de radio que entre en esta carretera olvidada por el olvido. Parece que le hubieran arrancado a pedazos los pocos vestigios de vida que le quedaban. Ni un arbol en pie, ni una rata agonizante en el camino, ni una estacion de gasolina. Nada, una carretera desierta en la que vararse podria costarte la vida. Tengo varias garrafas de agua en el maletero y comida enlatada en caso de que me falle esta carcacha. Son las provisiones necesarias para caminar hasta Santa Ana en caso de averia mecanica. Tambien llevo un pasajero en la parte de atras. Mas adelante te hablare de el. Apago el CD. Me gustan los Pilots pero si escucho otra vez a Scott Weiland repitiendo las mismas canciones terminare con el cerebro mas frito que el suyo. Apretar el boton del stop me sienta bien. Un poco de silencio me ayuda a concentrarme en lo que he venido a hacer. No es la primera vez que me envian a este pueblo perdido, pero igual nunca voy a acostumbrarme. El trayecto es lo de menos, lo que sientes al pisar el suelo de Santa Ana no se lo deseo a nadie. Espera un poco y lo entenderas. Aumento la velocidad, quiero llegar y salir de este lugar lo antes posible. El calor es insoportable, el sudor me bana los ojos y dificulta la visibilidad. Veo todo en forma difusa, como si un borrador de goma hubiera tratado de desaparecerlo todo, los arboles, las rocas, el asfalto. A lo lejos veo una figura que se retuerce a la orilla de la carretera. Al principio parece un animal, pero al acercarme puedo ver que se trata de un ser humano, o lo que queda de el para ser exacto. Desacelero al avanzar. El tipo tiene las manos sobre su estomago y su camisa esta ensangrentada. No luce nada bien y no parece estar fingiendo. Mi cerebro procesa informacion a una velocidad endemoniada. Mi yo humanitario me susurra al oido que debo socorrer al moribundo. Mi yo calculador me susurra al derecho que esto es una trampa, que de bajarme del auto terminare rodeado por una banda de asesinos que no dudarian un segundo en sacarme el corazon con tal de quedarse con mis provisiones. Cuando las decisiones son de vida o muerte prima tu instinto de conservacion. Acelero, tomo una botella de agua sin empezar y al pasar al lado del extrano se la lanzo lo mas certeramente posible. Tengo buena punteria y esta vez lo he vuelto a hacer. La botella cae justo al alcance de sus manos. Se que esto no le va a salvar la vida pero a mi si puede mantenerme respirando. Miro por el retrovisor y solo alcanzo a ver un bulto difuminado por el aire ardiente que flota sobre el asfalto. Te dije que llevo un pasajero en la parte de atras. Es una chica de 24 anos en avanzado estado de embarazo a quien tengo prohibido dirigirle la palabra. La recogi en el lugar acordado a primera hora de la manana, le entregue una bolsa llena de monedas de oro, le abri la puerta trasera y le sonrei como se le sonrie a alguien que acaba de enterrar a un ser querido o a quien se le acaba de diagnosticar un tumor cerebral. Ella no me devolvio la sonrisa, sabe a que ha venido y ha aceptado las condiciones. La suma que ha recibido le permitira vivir sin preocupaciones por el resto de sus dias. Lo que esta dispuesta a realizar a cambio del dinero acordado le puede costar su cordura. Todas estas chicas tienen la misma mirada, la de alguien que sabe es demasiado tarde para dar marcha atras. El viaje de ida a Santa Ana lo hacen con los ojos de los que estan a punto de perder su tesoro mas preciado. El de regreso lo hacen con el alma vacia. Piensa en una finca de ganaderia. El destino de las vacas es ser prenadas y ver como sus crias son arrebatadas al nacer, una y otra vez, en un ciclo interminable. Su tristeza es diferente porque ellas no eligieron hacerlo por cuenta propia ni existe recompensa por su sacrificio. Soy Caronte, el barquero que transporta las almas perdidas a traves de las aguas que conducen al infierno. Lo hago en un Cadillac destartalado a traves de una carretera fantasma y no en una barca del inframundo. Lo que suceda alla no me corresponde, mi papel es el de hacer llegar el encargo. No le dispares al mensajero. El sol comienza a esconderse y el calor se hace mas insoportable. Miro el reloj. No falta mucho para llegar. Acomodo el espejo para echarle un ojo a la muchacha. Sigue en lo suyo. Absorta, acariciando su vientre y sumida en sus pensamientos. Es una imagen que he visto multiples veces pero que me sigue golpeando de la misma forma. Fijo mi vista en la carretera. Un letrero descolorido me indica que quedan cinco kilometros para llegar a mi destino. Justo a tiempo. Cuando llegas a un pueblo, cualquiera que sea, esperas encontrarte con un minimo de civilizacion. Es lo normal en cualquier asentamiento. Un puesto de policia, un minimercado, una gasolinera, un bar, un motel y una iglesia. Aqui no encuentras nada de eso. Al entrar en Santa Ana te topas con un punado de casuchas abandonadas cuyas puertas estan marcadas con un signo rojo en forma de T. Tambien escuchas esa mezcla de llantos de bebes y gritos de mujeres arrepentidas que te hacen helar la sangre. Sonidos que rebotan en las rocas de las colinas circundantes y regresan multiplicados por el eco para meterse a la fuerza hasta el fondo de tu cabeza. Pero es apenas el comienzo. Lo peor es el olor a carne quemada y los rezos incomprensibles de los encapuchados que vienen a recibirte. El proceso es siempre el mismo. Debo parquear el auto en el centro de lo que alguna vez fue la plaza de este lugar. Es ahi cuando ves a lo lejos al grupo de seres de la noche siguiendo a una muchacha desconsolada a traves de un callejon estrecho, portando antorchas y banderas adornadas con el mismo simbolo rojo que decora las casuchas del pueblo. Poco a poco te va llegando el sonido de sus rezos combinado con los lamentos de la muchacha. Se te eriza la piel y se te acelera el pulso. La fonetica de sus rezos no encaja con ningun idioma que conozca. No hay correspondencia latina, sajona o eslava ni nada medianamente cercano a lo que haya escuchado antes. Puede ser un idioma fabricado o una lengua hablada al reves que se te mete por los poros a traves del sistema nervioso para atacar tus funciones motrices y dejarte tan petrificado como un condenado a muerte tras recibir la primera inyeccion letal, esa que te paraliza por fuera y te dibuja una sonrisa de angel para camuflar el dolor de las punaladas que recibes por dentro. El lider del grupo levanta su antorcha y los rezos se detienen. Le da una bolsa de tela a la muchacha y le indica que se dirija hacia mi auto. La chica viene a mi encuentro y me entrega la bolsa. Abro la puerta trasera y le indico a mi pasajera que ha llegado el momento. Ambas muchachas se miran de frente. Una tiene la mirada de quien esta a punto de perder su tesoro mas preciado. La otra tiene los ojos vacios. Entro al auto con una chica hecha pedazos. La otra desaparece en medio de los encapuchados. A lo lejos, los sollozos de los pequenos se hacen mas intensos, como suplicando auxilio a quien esta a punto de dejarlos a su suerte. Sollozos que se combinan con los rezos de los seres de la noche y los gritos de las muchachas. Es la sinfonia del infierno. Un requiem por un mal sueno. Saco a los Pilots de la guantera y subo el volumen al maximo. Scott Weiland viene a mi salvacion y me revienta la cabeza con su voz rasgada. Camufla todo sonido exterior y me trae algo de tranquilidad de regreso. Bueno, parte de ella, el olor a carne quemada no hay nada que lo camufle. PS/ Este cuento fue premiado en el XIV Concurso de Cuento Nuestra Palabra que se celebra cada ano en Canada. SOMBRAS !Senor, protegeme con tu Santa Sangre! Esas fueron las palabras que pronuncie cuando aquella entidad poso sus ojos sobre mi humanidad. Senti un profundo alivio al notar que mi invocacion habia surtido efecto. La oscura figura se alejo de inmediato. Entre Canibales Algunos diran que soy un monstruo. Otros, que soy su heroe. Tal vez ambos tengan razon, tal vez ambos esten equivocados. Tu decide. Escucha esta historia y saca tus propias conclusiones. Estoy en la cocina de mi apartamento. Llevo puesta una bata de laboratorio, unos guantes de latex y una mascara de enfermero. Diras que no es el atuendo habitual para preparar una cena. Tienes razon, pero esta no es una cena cualquiera. He invitado esta noche a la Profesora Norma y a su esposo, el Doctor Cuesta, a una comida inolvidable. Ambos me han inspirado, cada uno a su manera, como nadie lo ha hecho; y ha llegado el momento de devolverles un poco de todo lo que me han entregado. Te voy a adelantar algo, el Doctor Cuesta no va a llegar a la cita, puedes darlo por hecho. Te voy a decir algo mas, el Doctor Cuesta (o lo que queda de el), se encuentra en el refrigerador. El resto lo acabo de poner a cocinar. Diras que soy un monstruo. Tal vez tengas razon. Espera a que termine la historia y toma una decision. Tomo el celular del Doctor Cuesta y le envio un mensaje de texto a su esposa. --A las ocho en la casa del arrastrado --Jajaja. Te pasas, a las ocho entonces. Xoxoxoxo --responde la profe Norma segundos despues. Arrastrado es el apodo que me puso el Doctor Cuesta gracias a la empalagosa admiracion que le profeso a su esposa, mi profesora de apreciacion cinematografica. Una mujer fina, culta, delicada. Esa mujer perfecta a quien no imaginas casada con alguien tan despreciable como Cuesta. Hay que decir que el tipo es exitoso en su campo y a nadie le gusta apostar por un caballo perdedor. Mi zalameria con la Profe Norma siempre fue parte del plan.
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Una isla sin mar de Cesar Silva Marquez
https://gigalibros.com/una-isla-sin-mar.htmlCuando la huida se convierte en la unica posibilidad de vivir.
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Un abismo infinito de Larru
https://gigalibros.com/un-abismo-infinito.html?Era o no era Urko? A veces, creia que el verdadero Urko se habia quedado en aquel accidente de coche, atrapado en aquel cuerpo inerte. O en realidad, Urko era ese holograma de la persona que antano fue, lo que comunmente se denominaba fantasma. Urko sabia la respuesta de sobra. Tenia claro que habia muerto y que ya no pertenecia al mundo de los vivos pero no podia creer que hubiera sido tan temprano, apenas con treinta y dos anos. Siempre habia pensado que, con el paso de los anos, se convertiria en un tipo desgrenado, decrepito y malhumorado, aunque reconocia que si hubiera envejecido con Vega, le facilitaria la existencia. Cuando la conocio, tenian la mayoria de edad recien cumplida. Coincidieron en una fiesta universitaria, se la presentaron unas chicas de su barrio. Nada mas verla, comprendio que se le habia atravesado en su camino. No podia dejar de mirarla, ella hablaba y entretenida como estaba, no se percataba de lo embobado que el la observaba. Urko se decia: "Chaval, no tienes nada que hacer, nunca se va a fijar en ti, olvidate". Algo que nunca le habia preocupado, gustarle a nadie, en ese momento se volvio prioridad. Se encontro cruzando los dedos, para que enganarse a si mismo, deseando que ella se fijara en el, se conformaba con la mitad de lo que el lo hacia en ella. Pero, Vega, era una estrella de otro cielo, no del suyo. Y entonces ella le hablo, le pregunto a que facultad iba. Le contesto que estudiar no era mas que una perdida de tiempo, que el queria trabajar y ella le contesto con una sonrisa, que era una pasada que tuviera las cosas tan claras, cuando ella ni siquiera sabia si estudiar medicina o fisioterapia. "Ojala yo tuviera esa certeza" anadio. Lo que Vega desconocia era que, eso precisamente era lo unico que sabia en su vida. Pero en esos instantes, todo el peso del mundo que llevaba a sus espaldas, se hizo mas ligero. Ella fue capaz de hacerle olvidar las discusiones con sus padres, el no encontrar trabajo, la vida a la que no encontraba el verdadero sentido. Solo ella con mirarle, hablarle y reirse habia transformado su amargor. Lo que comenzo sin ningun tipo de expectativa para Urko, porque el creia que cualquier otra chica hubiera pensado que no tenia ningun tipo de formalidad, ella le dio a entender que veia lo que habia detras de su fachada de quinqui. Urko se encargo de demostrarle que era un macarrilla con encanto y sobre todo, con sentimientos, que ella habia creado, ella sola. Porque Vega, era su mano derecha, izquierda, sus piernas, su cabeza, su corazon. Se convirtio en su todo. Vega, su amor, su companera, la que le entendia a la perfeccion. La persona que logro que por su boca salieran palabras como "te quiero" que parecian tan perdidas en su existencia. El quinqui, el que iba a su bola, el que salia unicamente con los amigos, no daba un duro por conocer a una chica asi. Vega era una estrella, su nombre lo decia todo, su propia Vega del firmamento. Cuando con horror, se dio cuenta que habia muerto, la rabia le mato de nuevo, pero el alma. No solo la habia perdido, es que ni siquiera se habia despedido de ella. El accidente de coche le habia hecho fallecer en el acto. Desde ese lugar en el que se encontraba, podia verla y sentir tambien el dolor que ella emitia y que a su vez, le hacia vibrar a el. Urko nunca hubiera sospechado que en ese estado en el que se habia convertido, pudiera suceder. Ni eso ni nada. Asi se encontraba, perdido, confuso, torturado, hasta que de repente una presencia anonima, sin forma, le hablo y le dijo que podia regresar a arreglar lo que le consumia: --?Puedo volver? --pregunto Urko incredulo y miraba a su alrededor para tratar de descubrir el origen de la voz. --Si pero por un tiempo, el necesario para solucionar lo que esta ocurriendo entre ella y tu. Ve y despidete. --?Voy a resucitar? --No, volveras como fantasma, la forma que corresponde para llevar a cabo lo que has de hacer. Tal vez te cueste, suele ocurrir no desesperes. Eso si, recuerda que solo es un regreso circunstancial. --?De cuanto tiempo me hablas? Urko no obtuvo repuesta, la presencia anonima habia desaparecido. Tenia un monton de incognitas y una mision desoladora pero iba a volver con Vega y de momento, eso era lo que le importaba y se aferro a esa ultima oportunidad. Capitulo 1 Se dio cuenta en ese preciso instante de que, los ultimos acontecimientos dejaban de ser meras coincidencias, los sucesos extranos ocurrian cada vez, con mas frecuencia. De los altavoces distribuidos por el pequeno salon, habia empezado a escuchar unos acordes y una voz masculina cantaba unas letras en ingles: Going back to the corner where I first saw you Going to camp in my sleeping bag I’m not going to move Got some words on cardboard Got your picture in my hand Saying:’if you see this girl Can you tell her where I am? [1] Vega no habia puesto en marcha el reproductor de musica, ni siquiera sabia que cd era ese, es mas, no tenia ni idea de la cancion que estaba sonando. Miro con atencion el aparato, se dijo que debiera estar asustada pero no, no sentia nada de eso. Ni tan siquiera pensaba, la musica repentina pareciera haberla obnubilado por completo. Su cuerpo comenzo a vibrar, le dio la sensacion de elevarse y miro hacia sus pies que permanecian firmes en el suelo de la habitacion. Sin embargo, sentia todo lo contrario, notaba ligereza, como si flotara y eso tampoco le dio miedo porque aquello le resultaba placentero, la embargaba, la empujaba, aquello traspasaba todos los puntos de su piel. Algo asi como una especie de descanso, el cuerpo desconectado, en un estado suspendido de conciencia. Olvidar las exigencias de la realidad. Sintio como una caricia en la cara y cerro los ojos. Sintio la sensacion de un abrazo alrededor de su cuerpo y ella se acomodo en esa invisibilidad como un ronroneo embargador. Su pecho latia fuerte, penso que podia llegar a reventarse y eso, por un momento, la llego a perturbar. "Suenas despierta, Vega" se dijo sin hacer amago de resistirse a la sensacion que le abrumaba. Penso que aquello ya lo habia vivido antes, pero de forma real, en los brazos de el, pero esto otro que tipo de situacion era, ?una sensacion genuina? Cuando el silencio regreso, volvio en si, con la impresion de haber vuelto de un espacio en el que el tiempo habia estado en pausa. En su mente resonaba el estribillo: I’m not moving, I’m not moving, I’m not moving, I’m not moving,... [2] Al cabo de unos segundos, reacciono y se fue hasta la habitacion en la que tenia el ordenador portatil. Tecleo en el buscador las palabras pronunciadas que continuaban como eco en su interior y anadio el termino "cancion". En primera instancia, salio un tema de Phil Collins pero la voz masculina que habia escuchado no pertenecia a ese cantante. Unos resultados mas abajo, encontro un video de Youtube titulado "The Script, The man who can't be moved", hizo clic en el. Habia resuelto la incognita, bendito internet. Sonaba de nuevo la musica. Mientras, leyo la informacion sobre lo que escuchaba y recordo una ocasion en la que el, no podia pronunciar su nombre sin que algo le punzara por dentro, habia hablado de una banda irlandesa que comenzaba a gustarle. --He estado escuchando algunas de sus temas y son buenos, suenan genial. Seguro que a ti tambien te gustarian Vega. --Lo dudo, ya sabes que no coincidimos en gustos musicales. --En esta ocasion, si, estoy convencido. Ya les oiras y me daras la razon, seguro. Ella habia asentido mientras pensaba que la proxima vez que fuera a Fnac buscaria algun cd del grupo para comprarselo y le daria la sorpresa. Sin embargo, el destino le arrebato la oportunidad. La melodia continuo y sin embargo, el encantamiento que habia sentido hacia unos momentos no resurgio, espero pero los acordes terminaron y no habia notado nada mas. Ahi mismo reconocio que la cadena de sucesos fortuitos y raros tenian el mismo punto en comun, que aunque las circunstancias se repitieran, dicho encantamiento en el que se veia sumergida, no se volvia a dar del mismo modo. Como lo ocurrido dos meses atras, cuando despues del trabajo agotador como fisioterapeuta en una clinica en el centro de la ciudad, fue al establecimiento de estetica de Daniela a realizarse el tratamiento corporal de cada mes. A pesar de que en los ultimos tiempos se habia volcado de manera exclusiva en su profesion, a esa cita nunca faltaba, era de las pocas cosas junto con las clases de yoga que aun le hacian sentir bien. El horario de trabajo era de nueve de la manana hasta las tres de la tarde pero Vega iba una hora antes y salia cerca de las seis. Un dia, cuando se despedia de su jefe hasta la jornada siguiente, este le hizo un comentario al respecto de que no era necesario que se quedara mas tiempo todos los dias. Ella contesto que la lista de espera de pacientes era mucha y que los problemas que sufrian no podian esperar tanto. --Por mucho que tu te esfuerces y por muchas horas que metas, tu solita no lo vas a lograr, en todo caso es asunto mio que soy el responsable de todo esto, que tu vas a acabar como uno de los que tu tratas. --A mi no me importa quedarme mas tiempo. --Te estoy apuntando las horas no te creas, ya te las cogeras o si quieres, te las pago. --Vale Manu, no te preocupes, hasta vas a ser un jefe fuera de lo normal. --Jajaja, ya sabes que si, rompieron el molde conmigo, el de los jefes, claro. --Que vacilon eres.
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El infierno en tus ojos de Patricia A. Miller
https://gigalibros.com/el-infierno-en-tus-ojos.htmlAires de cambio revolucionan la redaccion de la revista World Now, en Seattle. Faith Holland, que se ha acomodado en la seccion de moda y belleza, se encuentra de pronto en una encrucijada laboral: o vuelve a hacer de corresponsal, y en Africa, nada menos, o se queda en la calle.
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La elegida de Sophie Saint Rose
https://gigalibros.com/la-elegida.htmlPara Semira lo mas importante de su vida eran sus hermanos y para protegerles a ellos y a si misma, haria cualquier cosa. Incluso ser una de las elegidas del rey y pasar a ser de su propiedad durante dos anos. Eso le proporcionaria las suficientes riquezas para sobrevivir el resto de su vida. Pero el regreso de Rucer a su aldea, provocaria que dudara en si estaba haciendo lo correcto.
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Construyendo Millones 1 de
https://gigalibros.com/construyendo-millones-1.htmlUna aventura amorosa de una noche
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El oasis de Bahaa Taher
https://gigalibros.com/el-oasis.htmlPara desaparecer. Para escapar de El Cairo; de sus revoluciones y de sus mentiras; de la ocupacion inglesa y de los propios egipcios. Para ceder a la tentacion del desierto. Para abandonarse a el y aceptar lo que le tenga reservado. Aunque sea la muerte.
Asi concibe Mahmud, protagonista de la novela, la orden que recibe del gobierno egipcio de trasladarse al oasis de Siwa, donde debera imponerse como prefecto de policia. Alli, donde otros tantos como el cayeron, se dirigira acompanado de su esposa Catherine, una irlandesa obsesionada con la Historia y con encontrar la tumba de Alejandro Magno, supuestamente oculta en aquel desierto. Un desierto que con un unico y sencillo soplido podria enterrarlo todo y a todos bajo el peso de sus dunas. -
El guardian de la flor de loto de Andres Pascual
https://gigalibros.com/el-guardian-de-la-flor-de-loto.htmlUna novela trepidante, una carrera contrarreloj a traves de los mas exoticos y desconocidos parajes del continente asiatico, una aventura espiritual sin precedentes.
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Travis y Emily_ El pasado imper de Abril Camino
https://gigalibros.com/travis-y-emily-el-pasado-imper.htmlCuando las ruedas del avion tocaron con suavidad el asfalto de la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional JFK de Nueva York, Travis sintio la vieja tension de la expectativa. Las mismas sensaciones que solian embargarlo en los minutos previos a saltar al campo antes de un partido. Ilusion y nervios. Emocion y ansiedad. El habitual crujido de su rodilla derecha le recordo que el futbol era ya historia para el. Como casi todo lo que le habia parecido divertido cuando era joven. Cuando era joven. Hacia dos anos que habia dejado Nueva York para volver a Arizona, y tenia la sensacion de haberse hecho viejo desde entonces. Habia trabajado de sol a sol, al ritmo que su padre habia marcado, y ni siquiera habia buscado un lugar decente donde vivir. Pocas semanas antes de que el se instalara en Phoenix, su hermano Mark se habia mudado al rancho que la familia poseia en las afueras de la ciudad, y Travis se limito a ocupar su antiguo apartamento sobre el garaje. En el fondo de su alma, incluso sin ser consciente de ello, siempre habia sabido que regresaria a Nueva York. Sentado en el autobus que lo llevaba al sur de Manhattan, se sentia como un turista novato. Buscaba la silueta de los rascacielos sobre el East River, el sol dibujando el crepusculo de aquella tarde de final de verano sobre las azoteas de Brooklyn, el ritmo frenetico de la ciudad. Pero el no era un turista. El habia vivido cuatro anos en Nueva York y no habia vuelto a sentirse en casa en ningun otro lugar. Aquella ciudad aparentemente fria y despiadada era su lugar favorito en el mundo. Pese a los dos anos de ausencia, tardo segundos en trazar en su cabeza el recorrido que debia hacer en metro hasta el pequeno estudio que habia alquilado en el SoHo[1], a pocas manzanas de Little Italy[2]. Su hermano Preston lo habia elegido para el, teniendo en cuenta el exiguo presupuesto con el que contaba para los primeros meses. Su padre se habia tomado su desercion con deportividad y le habia ofrecido una asignacion similar a la que aun le pasaba al mas pequeno de los cuatro hermanos, Parker, pero el la habia rechazado. Queria comprobar si, viviendo como cualquier persona de su edad que empezaba en su primer empleo, conseguia sentir, al fin, que tenia veinticuatro anos. Encontro la llave sobre el marco de la puerta de entrada, donde Preston se la habia dejado, lanzo sus bolsas de viaje a una esquina del salon-cocinacomedor-dormitorio, y se rio con ganas al ver la nota que le habia escrito su hermano gemelo. Ademas de hacerle unas cuantas propuestas para las siguientes cuatro mil noches de sabado, lo informaba de que le habia comprado dos packs de Budweiser y se los habia metido en el frigorifico. A eso debia de referirse la leyenda urbana de que los gemelos se comunicaban de forma telepatica. Una cerveza, en ese preciso instante, sentado en el sofacama de su nuevo apartamento, era la perfeccion. Por desgracia, a Preston tambien se le habia ocurrido concertar una reunion fraternal, segun sus propias palabras, aprovechando que las fiestas de San Gennaro se celebraban en esos dias en su barrio. Tras cinco horas de vuelo y con la perspectiva de tener que ubicar todas sus cosas en un apartamento que cabria en la parte de atras de la camioneta que solia utilizar en Arizona, sus ganas de pasar la tarde bebiendo chianti[3] y comiendo cannoli[4] eran mas bien escasas. La propuesta incluia tambien a Parker y a su novia Amy. Travis habia conocido a Amy ese verano en el rancho familiar, donde habian coincidido todos durante una semana de vacaciones. Entre sus padres y la propia Amy habian conseguido convencer a Parker de que casarse ese mismo verano era una locura incluso para su nivel de impulsividad habitual. Pero Parker seguia siendo Parker, asi que solo lograron retrasar el enlace un ano. Ahora, tenian nueve meses por delante para organizar una boda. Un motivo mas para alegrarse de haberse ido de Phoenix y mantenerse alejado de la locura de preparativos en la que ya habia entrado su madre. Travis podia estar agotado por el viaje desde Arizona y deseando echarse a dormir, pero no enganaria a nadie si dijera que no le apetecia ver a sus hermanos. Le encantaban los dias, cada vez mas escasos, en que se reunian todos. Mark seguia en el rancho, de donde parecia que nadie podria sacarlo jamas, pero los otros tres Sullivan iban a compartir vida en Nueva York. Quiza Preston tuviera razon, y la ocasion mereciera celebrarse. Habia echado de menos a Preston los dos ultimos anos. Jamas lo diria en alto y, por supuesto, preferiria cortarse la lengua que reconocerlo delante de el. Adoraba a Mark y a Parker, pero la relacion con su gemelo siempre habia sido especial. Habian compartido amigos, deportes, locuras y tambien alguna novia. Al acabar la universidad, Preston habia aceptado la oferta de un viejo amigo de su padre para trabajar con el durante dos anos en Londres. Travis, en cambio, habia sido mas conservador y habia regresado a Arizona. Habia viajado a Londres cuatro veces en los dos ultimos anos para visitar a su hermano, y lo habia visto muy integrado en aquella ciudad loca en que los coches circulaban por el lado contrario, se bebia te en lugar de cafe, y los reyes vivian en palacios. Pero Travis lo conocia lo suficiente como para saber que el tampoco podia vivir lejos de Nueva York. Los dos llevaban dos anos sintiendo que se habian dejado un trozo de su alma en la Gran Manzana. En cuanto le surgio la oportunidad, a traves de un viejo conocido de Beta Theta Pi, de disfrutar de una beca como profesor adjunto en la misma escuela de Leyes de Columbia en la que todos los hermanos habian estudiado, Preston no dudo en cruzar de nuevo el Atlantico e instalarse en la ciudad. Durante una enajenacion mental transitoria, llegaron a pensar en compartir apartamento, pero llevaban demasiado tiempo luchando por diferenciarse el uno del otro como para caer ahora en ese error. Ademas, Preston se habia convertido en una especie de moderno al estilo europeo y se habia instalado en Brooklyn. A Travis, en cambio, no lo moverian de Manhattan ni los desorbitados precios de la vivienda, ni la incomodidad de convivir a diario con los turistas ni las mas que probables plagas de ratas a las que se enfrentaria en su viejo edificio. Cuando oyo el timbre de su portero automatico, tiro al fregadero la bolsa de hielo que se habia colocado un rato antes en la rodilla, y bajo las escaleras de tres en tres antes de recordar dos cosas: que la rodilla lo estaba matando y que un par de horas antes creia que no le apetecia demasiado ver a sus hermanos. || --Pero, ?que demonios te ha pasado, Preston? --Travis se rio con ganas de su hermano gemelo, que ya no lo parecia, con su pelo casi tan largo como el de Parker, su barba cuidadosamente desalinada y unas gafas de montura de pasta negras. --!Tu tambien no, por Dios! ?Crees que no he tenido suficiente con Parker? --Es que me esta costando mucho decidir si me horroriza mas el hermano pijo puro o el hermano pijo reconvertido en hipster --se burlo el menor de ellos. --Al menos nosotros no nos dedicamos a tatuarnos hasta los dientes. -- Travis entorno los ojos en direccion a su gemelo, con una interrogacion llena de sospecha--. ?No, Preston? --No, joder. Eso si que no. --Preston miro a su hermano pequeno y senalo el vendaje plastico que lucia en la parte interior de su antebrazo izquierdo--. ?Otro? Parker le respondio con una media sonrisa y un encogimiento de hombros, justo antes de protestar por que lo trataran como si aun tuviera doce anos delante de su prometida. --Perdona, Amy. Creo que ya intuiste este verano que no es agradable convivir con los hermanos Sullivan. --Podria llegar a acostumbrarme a vosotros. Al fin y al cabo, me toca lidiar con el mas rebelde, ?no? --Oh, si, todo un dechado de rebeldia el pequeno Park. Creo que esa imagen quedo atras cuando decidio casarse a los veintidos, por muchos tatuajes que se haga para disimularlo. --Que os jodan a los dos --respondio Parker, aunque su sonrisa contradecia sus palabras--. ?Cuando empiezas en el trabajo? --La semana que viene. Tengo tres dias para acabar de instalarme, buscar gimnasio para la rehabilitacion y emborracharme un par de veces como minimo. --?Rehabilitacion? ?Sigues con problemas en la rodilla? --le pregunto Amy, ignorando los planes de los otros dos hermanos sobre esas prometidas borracheras. --En teoria, ha mejorado con la operacion. Pero llevo dos semanas sin ir al gimnasio, y ha empezado a dolerme de nuevo. --En el gimnasio de Columbia hay descuentos para antiguos alumnos. Si quieres, me entero de como funciona y te paso la informacion --se ofrecio Preston. --Perfecto. Me queda mas o menos cerca de la oficina. --Si tu oficina esta cerca de Columbia, lo que no entiendo es por que has decidido vivir en el extremo opuesto de la ciudad. --He rechazado el dinero de papa. Asi que no me puedo pagar nada mas arriba del SoHo. --Yo pago en Harlem por un piso de dos habitaciones la mitad que tu por ese zulo --se burlo Parker. --No voy a vivir en Harlem. No te ofendas, Amy. --Su futura cunada le sonrio, quitandole importancia al comentario con un gesto de su mano--. Y, antes de que digas nada, Preston, mucho menos voy a vivir en Brooklyn. || Brooklyn, Harlem o hasta el mismisimo Phoenix ya no le parecian tan mala opcion a Travis cuando asumio que ni la cuarta parte de su impecable ropa de marca cabria en aquel piso. Iba barajando la opcion de guardar algun par de zapatos en el horno, mientras cubria caminando el breve trayecto entre su despacho y el gimnasio del campus en el que Preston le habia conseguido plaza. Se habia pasado la noche del sabado bebiendo con su gemelo y bailando en un rooftop de la Quinta Avenida, en un plan del que Parker se descolgo a ultima hora para ir a ver el musical Wicked con Amy y su hija. !Cielo santo, el mundo estaba loco! El domingo habia pagado las consecuencias de la noche anterior. Primero, tratando de echar de su apartamento, con la mayor elegancia que fue capaz de reunir, a la rubia siliconada bajo la cual habia visto amanecer; y, despues, aliviando con hielo e ibuprofeno el persistente dolor de su rodilla. La decision de retomar los ejercicios de rehabilitacion, habia asumido al fin, respondia mas a una necesidad que a un capricho. Cuando llevaba menos de media hora en el banco de cuadriceps, ya sudaba como si acabara de dar veinte vueltas a las pistas de atletismo de su instituto. De hecho, pocos anos antes, daba las vueltas que hicieran falta sin sudar como un pollo escaldado. Fue a echar mano de la botella de agua que, inteligentemente, habia comprado en una de las maquinas de los vestuarios, cuando reparo en la chica que ocupaba el banco a la derecha del suyo. Daba igual cuantos asaltos le hubiera proporcionado la rubia del sabado o cuanta intencion tuviera Travis de portarse bien en esas primeras semanas de trabajo. Tendrian que haberle arrancado los ojos para no fijarse en aquella mujer. Vestida con unas mallas largas de licra negras, una simple camiseta blanca de tejido tecnico y unas zapatillas de running, estaba tan concentrada en sus ejercicios que Travis se podia permitir el lujo de mirar sin disimulo. Pese al esfuerzo que se reflejaba en su ceno fruncido, la dulzura de su cara no podia pasar desapercibida a nadie que la mirara. Llevaba el pelo rubio -y que Travis apostaria a que era natural, para variar- recogido en un mono alto, y unos enormes ojos marrones no apartaban la vista de la punta de sus zapatillas. Cuando Travis acabo de beber, volvio a su rutina y decidio que trabajaria mas suave solo para prolongar su estancia en el gimnasio y esperar a que ella se levantara. No pensaba desaprovechar la oportunidad de disfrutar de ese culo enfundado en unas mallas brillantes como chocolate fundido. Igual de rico. Una hora despues, Travis habia perdido toda la esperanza y casi toda la dignidad, forzando unos ejercicios que estaban a punto de costarle un ataque cardiaco. Se levanto exhausto, preguntandose de donde sacaba aquella chica la resistencia. Seguro que habia entrado en Columbia con alguna beca de deporte. --Los primeros dias siempre son mas dificiles --le comento la chica del culo perfecto (ya habia decidido que no seria necesario verlo para juzgarlo), con voz dulce y sin atisbo de burla, cuando el paso por su lado camino de los vestuarios--. Pronto cogeras la forma. Travis se limito a asentir. Maldita sea. Habia quedado como un debilucho delante de una chica que no debia de tener ni siquiera edad legal para beber.
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Lady Amelia de Lydia C. Ramirez
https://gigalibros.com/lady-amelia.htmlEn el Londres del siglo XIX, lady Amelia Phillips sufre por el amor no correspondido del duque de Pendleton, ademas de tener que lidiar con su insoportable madre, se enfrenta al repudio social por culpa de su hermano mayor. Entonces ante ella se abre la oportunidad de salir de ese infierno de la mano del joven heredero Robert Bradford. ?Podra Amelia conseguir al fin el amor de William? ?O debera rendirse?
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Contradireccion, sin frenos y sin ti de Pat Casala
https://gigalibros.com/contradireccion-sin-frenos-y-sin-ti.htmlKristie sigue sin tener las cosas claras. No quiere volver a confiar en Luke ni perdonarle otro desliz y tampoco es capaz de olvidar sus sentimientos por Dennis. Necesita poner distancia, pensar, dejarse mecer por las olas y aprender a hacer surf mientras consigue hallar la forma de centrarse, pero el verano en California no es suficiente para encontrar la respuesta a sus dudas.. Luke intenta recuperarla, va en su busca, quiere convencerla con palabras, como siempre, pero la ha herido demasiadas veces con su actitud y sus actos. Quizas ya es tarde para reconducir la situacion. O puede que se merezca una ultima oportunidad.
Los recuerdos de su relacion con Dennis la bombardean. El fue el amor de su vida, la persona que estuvo a su lado durante los dificiles anos de su infancia a cargo del sistema estatal de tutela de menores y, aunque no sabe si podra perdonarle algun dia como acabaron, tampoco puede quitarselo de la cabeza.
Tras enfrentarse a un giro inesperado y descubrir que Dennis guarda demasiados secretos peligrosos acerca de su pasado, Kristie debera decidir a quien pertenece su corazon. -
Las tres pasiones de Elif Shafak
https://gigalibros.com/las-tres-pasiones.htmlLa nueva novela de la autora de La bastarda de Estambul y El arquitecto del universo transcurre a caballo entre Estambul e Inglaterra, entre la tradicion y el afan por descubrir otras maneras de ver la vida.
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Sobre las estrellas dibuje mi destino de Rosana Ample
https://gigalibros.com/sobre-las-estrellas-dibuje-mi-destino.htmlLa aventura de Andrea, comenzo con su huida a la Barcelona del ano 1992. Ciudad donde, no solo acabo rencontrandose con su primer amor, sino con una prometedora carrera que abandono en Londres.
Veinte anos despues, Andrea se ve obligada a enfrentarse a un pasado y navegar entre sus dulces y amargos recuerdos. Su hija Emma, adolescente audaz, que tras la muerte de su adorado padre, empieza a sospechar que le han ocultado ciertas verdades.
Una tarde, con su destreza de investigadora, descubre que tiene otra familia en Inglaterra. Su madre, Andrea, la predilecta disenadora de complementos de la realeza mundial -conocida bajo el seudonimo de Diana March- se niega a desvelarle su pasado. Emma, furiosa, escapa a Reino Unido en busca de esa familia a la cual parece pertenecer, pero que ni siquiera conocen de su existencia. De esta forma, levanta un ciclon de secretos, heridas, emociones e historias turbias que nadie le quiere desvelar. -
Pasion en la noche (Pasion 2) de Monica Escoda
https://gigalibros.com/pasion-en-la-noche-pasion-2.htmlMelissa trabaja como strippers en un club llamado Night Chance.
Su sensualidad y erotismo consiguen que todos caigan rendidos a sus pies irremediablemente.
Pero todo cambia la manana que se cruza con el. -
Un marido para Olivia de Concepcion Marin Albesa
https://gigalibros.com/un-marido-para-olivia.htmlOlivia es una joven que vive la vida con intensidad. Ninguna preocupacion la perturba; hasta que su tio fallece y debe entregar a su sobrino Howard la herencia familiar. Dispuesta a recuperar lo que por ser mujer no le ha sido dado, decide comprar un marido que le devuelva lo suyo. Una decision que cambiara su existencia para siempre.
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Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig
https://gigalibros.com/momentos-estelares-de-la-humanidad.htmlEste es probablemente el libro mas famoso de Stefan Zweig. En el lleva a su cima el arte de la miniatura historica y literaria. Muy variados son los acontecimientos que reune bajo el titulo de ?Momentos estelares?: el ocaso del imperio de Oriente, en el que la caida de Constantinopla a manos de los turcos en 1453 adquiere su signo mas visible; el nacimiento de ?El Mesias? de Handel en 1741; la derrota de Napoleon en 1815; el indulto de Dostoievski momentos antes de su ejecucion en 1849; el viaje de Lenin hacia Rusia en 1917… <
>, de manera que podemos ver en ellos unos puntos clave de inflexion de la historia, que leemos en estas catorce miniaturas historicas con la fascinacion que siempre nos produce Zweig. -
El momento equivocado de Ciara Giannetti
https://gigalibros.com/el-momento-equivocado.htmlCloe es una chica de 17 anos enamorada de tres cosas en la vida: sus amigas, su novio Alex y las canciones de Melendi. Tiene muy claro lo que quiere conseguir cuando acabe el Bachillerato, pero casi sin darse cuenta, su profesor de Lengua se tropieza en su camino para darle un giro de 180 grados a todos sus planes..
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El secreto oscuro de la carta de Ariel Omer
https://gigalibros.com/el-secreto-oscuro-de-la-carta.html?Cuantos de nosotros no nos hemos enamorado? ?Cuantos de nosotros no hemos escuchado una historia y no le hemos dado la minima importancia?
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Driven. Vencidos por el amor de K. Bromberg
https://gigalibros.com/driven-vencidos-por-el-amor.htmlLa vida no es sobrevivir a la tormenta, sino aprender a bailar bajo la lluvia
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Cuentos para quedarse en casa de Eloy Moreno
https://gigalibros.com/cuentos-para-quedarse-en-casa.htmlHe creado este ebook gratuito para que estos dias de cuarentena os pasen mas rapido y de una forma mas entretenida.
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Regalo del Cielo, Mercedes Gallego de Mercedes Gallego
https://gigalibros.com/regalo-del-cielo-mercedes-gallego.html -
La Absolucion de Olivier (Bilogia Senor Brooks 2) de Andrea Adrich
https://gigalibros.com/la-absolucion-de-olivier-bilogia-senor-brooks-2.htmlDolida y decepcionada, Noah esta dispuesta a alejarse de Olivier, asi le cueste la vida. Ha descubierto su parte mas oscura y es consciente de que es un hombre que no conviene tener cerca. En su vida y en su futuro no encaja una persona como el.
Pero el caprichoso destino tiene otros planes para ellos. Un acontecimiento inesperado que les obligara a replantearse todo, incluida su relacion, y que dejara al descubierto la verdadera cara del despota y frio Olivier Brooks. -
Tu perfume al atardecer (Hielo y fuego 3) de Anna Soler
https://gigalibros.com/tu-perfume-al-atardecer-hielo-y-fuego-3.htmlCuando Neil Montana decide alistarse en el ejercito no sabe hasta que punto su vida cambiara por completo. Testarudo como una mula y acostumbrado a ser el mediano de cuatro hermanos, Neil se niega a dar su brazo a torcer. Necesita un cambio, alejarse todo, pero en especial de Ivy Campbell, la unica chica que parece haberle robado el corazon al joven vaquero.Neil no estaba preparado para el amor. Renegaba de aquellos confusos sentimientos y preferia ignorarlos. De esa manera huye, sin mas salida que enganarse a si mismo. Pero ni la distancia ni la guerra logran apaciguar ese amor en su corazon.Ivy siempre estuvo enamorada de Neil Montana, el era su amor platonico, pero nunca comprendio sus razones para marcharse de esa manera. Un unico beso la unia a Neil en aquel atardecer de Texas, un beso que mantenia viva su esperanza hasta su vuelta. Pero un giro inesperado hace peligrar ese reencuentro, un accidente lo cambiara todo y volvera a Neil un hombre amargado y resentido por la sombra de su pasado.?Sera Ivy capaz de romper esa coraza para llegar a su corazon? ?Afrontara Neil los peligros del amor? El orgullo podia separarlos o unirlos para siempre.
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Cara a cara con el psicopata de Vicente Garrido Genoves
https://gigalibros.com/cara-a-cara-con-el-psicopata.htmlVicente Garrido, el mayor experto en psicopatia de Espana, escribe un libro absorbente, en el que explica de modo revelador como piensa y siente el camaleon, y por vez primera se dedica de modo exhaustivo no solo a ensenar como detectarlo y reconocerlo, sino como tenemos que enfrentarlo para salir victoriosos de esta lucha desigual.
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Nunca Hemos Sido Amigos de Irene Romo
https://gigalibros.com/nunca-hemos-sido-amigos.htmlEmma es joven y sus unicos problemas son acudir a la universidad y. David. El apuesto ligon que quiere conquistarla a toda costa y, que para su sorpresa, esconde un gran corazon. Pero ella no tiene ojos para nadie mas que para Marcos.
David se ha dado cuenta de que no tiene nada que hacer con Emma, pues ella vive una relacion clandestina con su vecino de arriba. Pero David se da cuenta de lo especial que es Emma y entre ellos nace una gran amistad, hasta que una noche que Emma necesita consuelo, ambos se dejan llevar mas alla de la amistad.
?Que pasara a partir de ahora?, ?que ocurrira con su amistad?, ?seran capaces de mostrar sus verdaderos sentimientos? -
El hospital de los pobres de Tania Juste
https://gigalibros.com/el-hospital-de-los-pobres.htmlUna novela que recrea la construccion del emblematico hospital de Sant Pau i la Santa Creu de Barcelona, un icono del modernismo
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Estampas de nina de Camila Couve
https://gigalibros.com/estampas-de-nina.html“Premio Circulo de Criticos de Chile, 2018, mejor obra literaria categoria Escrituras de la memoria”
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El rey del Honka-Monka de Tomas Gonzalez
https://gigalibros.com/el-rey-del-honka-monka.htmlDespues de la tragedia se quedaron todavia por un tiempo en Bogota. Pasadas las molestias del entierro, las palmadas en el hombro, la piedad de gente que apenas conocia, el perdio la fortaleza que se le habia visto despues de la noticia y durante las ceremonias que siguieron. Y entonces a ella, que habia sufrido de desmayos primero y luego habia sido sacudida por crisis nerviosas que debieron ser calmadas con enormes dosis de Valium, le toco oirlo llorar a altas horas de la noche, encerrado en el bano, con gemidos contenidos de persona corpulenta. No volvio a tocar un pincel y amontono los cuadros, sin mirarlos, en una especie de bodega que habia bajo la escalera. Y aunque seguia siendo una persona silenciosa y afable, se le podia notar cierto desgano, cierta agresividad refrenada. Todavia andaba con muchos amigos, pero ahora se quedaba alelado mientras los otros hablaban, mirando al vacio con ojos desolados. A veces bebia demasiado y terminaba dejando su pesado corpachon colgado de la silla. Los amigos lo cargaban entonces y Lucia los veia entrar, sudando, los tragos pasmados por el esfuerzo de bajarlo del carro y subirlo hasta la alcoba. Lucia les servia un trago, les ponia un disco, conversaba un poco, los besaba en la mejilla y los echaba. Despues de un ano de verlo como roto e inmovilizado, ella empezo a preocuparse. Con los cuadros terminados se habia logrado montar una exposicion que resulto ser un relativo exito, tratandose de un pintor todavia joven y poco conocido. Pero si en condiciones normales el exito le producia cierta desconfiada curiosidad, ahora lo dejaba indiferente. Lucia tuvo que disfrutar sola con las resenas donde se alababa su extrema habilidad y se le auguraba un futuro promisorio; y solo ella pudo alegrarse por la rapida venta de los cuadros y recibir unos dineros que llegaban bien, aunque en el fondo no los necesitaran. Entonces metieron los muebles en un deposito, alquilaron la casa y se fueron. Volaron a Los Angeles. Alquilaron un carro. Al principio el parecio aliviado con el cambio, y por momentos se le pudo ver alegre con aquel vagabundeo que los metia veloces entre naranjales infinitos y despues los hacia entrar a los deslumbrantes paisajes resecos de Nuevo Mexico y Arizona. Vieron soles enormes desaparecer entre piedras y cactus; vieron camiones lejanos titilando en la distancia requemada. Se quedaban un par de dias en algun motel o cabana y despues volvian a meterse en los paisajes gigantescos, donde podia sentirse al mismo tiempo la sensacion de la inmovilidad y del vertigo. Y si viajaban de noche, el incluso podia poner musica, subir el volumen y dejar que el sonido de mandolinas saliera por las ventanillas y se fuera como chispeando contra la enorme oscuridad. Pero fue un entusiasmo fugaz. Antes de llegar a Nueva Orleans su mal genio volvio a acentuarse. Se quejaba de la monotonia de hoteles y autopistas, hacia comentarios sarcasticos sobre la pulpa insipida en que los gringos convertian todo lo que tocaban y se burlaba de los cuadros de Picasso que colgaban sobre los inodoros de los hoteles. Cuando llegaban a algun hotel, se quedaba esperando a que ella saliera de la oficina con la llave, y entonces estacionaba el carro, entraba al cuarto y se tiraba a la cama sin ayudar a bajar nada, sin lavarse los dientes, sin desvestirse siquiera. Y al dia siguiente Lucia debia cargar maletas y maletines, y entregar la llave en la oficina. En Nueva Orleans se alojaron en el barrio frances en un apartamento bello y polvoriento que les alquilo una senora que tenia los dientes podridos y parecia la bruja de Hansel y Gretel. Salieron de dia a pasear por las aguas lodosas del Misisipi en un pequeno vapor de aspas rojas, cargado de turistas, que navegaba bien aunque pareciera de confite y caramelo; por la noche recorrieron Bourbon Street, mezclados con los demas turistas a medio emborrachar que recorrian la calle de arriba abajo oyendo musica y mirandose los unos a los otros. Y aquella primera noche, rematada en un bar donde un pianista musculoso que tenia nariz quebrada de boxeador le dedico a Lucia una version algo desvencijada de Farolito, el parecio divertirse. Durmio mal, sin embargo. A las cuatro de la manana, sentado en el balcon frente a un cenicero repleto de colillas, miraba pasar los ultimos borrachos. Y a las diez miraba su desayuno con cara cenuda y cenicienta. Ella le recordo, en el tono mas severo del que era capaz, que no era solo el quien habia sido golpeado por la desgracia. Se quedaron cuatro dias en Nueva Orleans. A pesar de los comentarios sarcasticos que debia oir de tiempo en tiempo, Lucia se sintio fascinada por esa ciudad alegre, un poco sucia y un poco fermentada, tan parecida a las ciudades del Caribe. Como pasa a veces con la gente silenciosa, el parecia certero cuando hablaba; pero si alguien se hubiera puesto exigente, lo del Disney World para borrachos o lo de los prostaticos tocando clarinete habrian resultado apenas intentos debiles de hacerle dano a un sitio que resultaba dificil dejar de querer. Lucia se quedaba un rato callada, mirandose las manos, y despues de darle la razon volvia a dejarse llevar por un bullicio y un movimiento que la deslumbraban. En Nueva Orleans entregaron el carro, que con su olor a resinas sinteticas, sus blanduras plasticas y sus peluches a base de petroleo habia empezado a asquearlo a fondo, y se fueron para el norte en el camarote-litera de un enorme tren expreso. Por la noche, mientras pasaban postes y fabricas sombrias, mientras el dormia o fingia dormir en la litera, Lucia miraba la eternidad que cada cierto tiempo abrian hacia el este los relampagos de una tormenta cercana. Horas despues se acosto y lo sintio llegar, innecesariamente brutal -- dulce y carinosa, ella nunca se le habia negado--, arrancandole la ropa a manotazos y penetrandola, rasgando y magullando, mientras el tren pitaba feroz, metido ahora en la tormenta masiva que azotaba las ventanillas y revolcaba los arboles vertiginosos y relumbrados. El climax fue rapido y aterrador, y parecio venirles desde el corazon mismo de las tinieblas. Dias despues, sin camisa, el miraba llover por la ventana. Aunque estuvieran todavia en plena primavera, sobre la ciudad habia caido una ola de calor y lluvia que la oscurecia y la hacia aun mas densa. Frente al hotel un hombre despatarrado dormia aferrando una botella de vino en la mano derecha. Lucia habia salido temprano y esta vez ni se habia tomado el trabajo de invitarlo. Cuando lo llamo a mediodia para decirle que todavia se demoraba otro par de horas, el le contesto que podia demorarse lo que quisiera; cuando regreso, a eso de las cuatro de la tarde, lo encontro sin camisa, mirando llover por la ventana. El hombre despatarrado se habia despertado y, sin levantarse, sin soltar la botella ni quitarle la cara barbuda a la lluvia, le pedia plata a la gente que pasaba. Dejo de llover. Visitaron a un amigo pintor que se vestia de negro, llevaba el pelo muy corto y usaba una gotera de oro en una oreja pulcra y rosada como un caracol. Tenia un estudio grande, donde producia cantidades abrumadoras de animales como electrizados sobre fondos de colores primarios. Despues de dos tragos empezaron a recorrer el estudio mirando esa serie infinita de imagenes -- vendidas, ciertamente, mucho antes de que empezaran a ser pintadas--. <
>, dijo el, y Lucia lo miro con ojos muy abiertos. El amigo no parecia ofendido, pero tampoco encontraba que decir. Sonrisa cordial y ojos helados, menciono los tiempos, que cambiaban. Lo de la puta fabrica fue lo unico que dijo hasta el final de la visita. Para salvar las apariencias, ella tuvo que sostener la conversacion con su ingles precario mientras un macaco endemoniado la miraba desde uno de los oleos. El cielo se habia cerrado otra vez y habia tomado el color del cemento. De regreso al hotel, Lucia sintio ganas de llorar. El domingo siguiente miraban a un maromero chino que con dos palos lograba mantener otro en el aire, golpeandolo constantemente hasta dar la sensacion de que flotaba. La pequena plaza era un caos de prestidigitadores, equilibristas y musicos. Jovenes de pelo verde y pantalones de cuero fosforecian de palidez bajo el sol. Despues de hacer flotar el palo, el maromero chino empezo a escupir candela, pero solo Lucia pudo verla, porque el estaba sentado en una banca, encorvado bajo sus grandes espaldas, mirandose los zapatos. De regreso al hotel vieron a una viejita en patines, con la cabeza canosa llena de flores plasticas de colores. Cruzo frente a Lucia y le sonrio, afectuosa y feliz. --?La viste? --pregunto ella. El no contesto. Lucia dijo que habia visto a una viejita en patines con el pelo lleno de flores plasticas de colores. --?Y que queres? --pregunto el. Y entonces pregunto que si ella queria que el se orinara de la risa. Para la primavera siguiente el pellejo le colgaria de los huesos como a un buey enfermo. Despues de la partida de Lucia --lo dejo, por supuesto, incapaz de aguantar por mas tiempo esa mezcolanza de apatia y crueldad-- se sintio aliviado, como si le hubieran quitado un morral de encima. Camino liviano por las calles, sin rumbo. Entraba a los bares, salia de los bares, disfrutaba de una inmediatez que por su intensidad abolia el pasado por completo. A la senora que le alquilo el cuarto, unas roidas, joyas baratas y una actitud impersonal algo ingenua, le dijo que se llamaba Boris y se dedicaba a la reparacion de instrumentos. Adorno la mentira con algunos detalles y dejo aparecer el gesto mas parecido a una sonrisa que habia tenido o iba a tener en mucho tiempo. Y se instalo en un cuarto que olia a humedad y a estiercol de palomas. Las palomas venian de todas partes y anidaban en el alfeizar de las ventanas. La primera manana fue despertado por su arrullo desapacible y por el aleteo sordido que producian cuando llegaban o se iban del alfeizar. No sin esfuerzo abrio la ventana, que habia sido pintada muchas veces sin nunca abrirse y estaba soldada al marco, y vio dos nidos, cada uno con un par de pichones implumes y ciegos. Blandos reptiles del Apocalipsis, gargolas repugnantes, abrieron sus desmesurados picos con avidez primordial y cayeron al vacio como pequenos demonios, para estrellarse y desaparecer tres pisos mas abajo, entre pedazos de ladrillo, pedazos de alambre, sillas desbaratadas y colchones sucios, todos desperdigados en el patio que correspondia al edificio. Dos edificios vecinos estaban abandonados: uno tenia las ventanas tapiadas y parecia un enorme nicho funerario, del otro entraban y salian las palomas. Y del reguero de ladrillos del patio brotaban pequenos arboles, muy proporcionados, frescos y de un verdor absurdo para aquellos lugares donde no llegaba nunca el sol. Durante el verano durmio de dia y camino sin rumbo por las noches. Tal como se habia anunciado desde la primavera, el verano llego especialmente caliente y sofocante: llovia mucho y antes de cada aguacero el aire se ponia espeso y aplastaba. Metido en una penumbra de persianas bajadas el sudaba en pantaloncillos, durmiendo o mirando girar un ventilador de aspas metalicas que sonaba como si alguien estuviera sacudiendo una bolsa con clavos o monedas. Por la noche se ponia la ropa sobre el cuerpo todavia encharcado de sudor y salia a la calle despues de sacar un par de billetes del sobre donde Lucia le habia dejado una suma grande, tan grande al menos como irian a ser sus necesidades durante el verano, dinero que el ni habia pedido ni habia rehusado. Despues de caminar un rato se metia a cualquier bar, pedia una cerveza y se sentaba a mirar la television. En las tinieblas del bar alumbraba el verde del pasto en estadios donde hombres de mandibula cuadrada escupian y rasgaban el aire con miradas diamantinas. Senoras de ojos azules abrazaban con amor cajas de detergente mientras maridos vestidos con camisas impecables las miraban complacidos. Una pareja de novios se arrebataba una galleta de chocolate y se reia. La espuma de su cerveza se desvencijaba poco a poco, regresando de una elaborada e ilusoria estructura a la sencilla repugnancia del liquido plano y ahora tibio, que el bebia sin asco y casi sin pensarlo. En la pared de los banos, vulvas humilladas recibian falos en los que el orgullo masculino se sumaba a la propia torpeza del dibujo para plasmar una vanagloria atroz que alcanzaba los ultimos limites posibles de la fealdad. Cuando algun fanatico del beisbol le palmoteaba la espalda, sin sospechar que no se trataba de un camarada sino de alguien que solo miraba el verde puro, abstracto e irreal de los prados lejanos, el encogia sus hombros anchos, cada vez mas huesudos, de modo que el fanatico dejaba congelar un poco la sonrisa, enfriar sus ojos entusiastas, y retiraba el brazo, consciente de que habia tocado un territorio profundo y prohibido. Despues de mantener por horas el codo sobre la barra y la mandibula apoyada en la palma de la mano, salia del bar a la hora de cerrar con el hombro derecho cubierto por la ceniza de los incontables cigarrillos que habian ardido entre sus dedos mientras miraba a los novios que se disputaban las galletas de chocolate. Caminaba por calles que olian a orines, llenas de periodicos y paraguas desmembrados, y se dirigia hacia los parques del rio. En las bancas dormian los hombres desplomados. El movil reflejo de un aviso de Pepsi-Cola flotaba sobre las aguas oscuras. A veces dormia en una banca, como los otros, a veces se amanecia viendo bajar las aguas sucias hacia el mar. Cuando llegaba al cuarto se tomaba un trago grande, para escapar del aleteo de las palomas, y se tiraba en la cama a sudar y a sonar con un pasado que regresaba en imagenes descoyuntadas y revolcadas, como si por su memoria acabara de pasar un viento furibundo. Sin hablar casi con nadie, sin lavar su ropa, sin preocuparse por su creciente mal olor, se le fue pasando el verano. El pintor de animales endemoniados lo invito un dia a una fiesta a la que irian amigos comunes, pero el no fue, por supuesto. Ni siquiera penso que resultaria dificil entenderse con gente demasiado inteligente, que el buen gusto de una rebeldia aparente iba a hastiarlo o que las minimas formas convencionales de trato irian a resultarle insoportables. En un tono neutro dijo, sin mas, que no queria ir; miro con sencillez al pintor de animales electrizados, como se mira y entiende un cactus o una rosa, le dio la espalda y lo olvido por completo. El clima todavia no empezaba a refrescarse. Los hidrantes elevaban de dia chorros de agua en los que se banaban los ninos como pajaros; de noche caian contra el espejo del asfalto como si arrastraran carros y edificios, sirenas y neones, y los aniquilaran en un cataclismo espectacular contra la tierra. El recorria las noches del verano metiendose por sitios profundos, recovecos turbios, pero casi siempre buscando terminar la noche bajo cielo abierto. Por algun tiempo anduvo con una mujer morena que tenia el tatuaje de una culebra en el estomago. Con ella entro y salio de bares, con ella paso dias en cuartos de hoteles desastrados, que tenian baneras negras y cortinas espesas y raidas, y que parecian estar mas hondo que los trenes subterraneos cuyo ruido los calaba por completo. Envuelta en la luz de mecheros de alcohol, la vio hacer brillar jeringas, la vio casi desaparecer de placidez en el fluido de su propia sangre como quien se deja llevar por un ancho rio hacia el olvido. Aparte de que se hacia llamar Boris, ella no supo ni quiso saber nada de su vida. Se poseian con lujuria y sin ternura. Se encontraban al azar, sin alegria y de un modo fatal, como si dioses desganados hubieran tenido el momentaneo capricho de arrimarlos. Se despedian sin darse cuenta, desapareciendo el uno del otro como desaparecen las personas en los suenos. Cada cierto tiempo recibia cartas con estampillas de animales, plantas tropicales, proceres. Las dejaba sin abrir hasta que llegaba una nueva y entonces leia las dos con desatencion, chismes lejanos, historias de amigos que ya habia olvidado, formas afectivas que de lo puro marchitas ya ni tristeza producian. A veces se quedaba largos ratos mirando el azul intenso de las grandes mariposas, y a duras penas leia la letra abierta, pulcra, femenina, que le hablaba de gente que para el ya estaba muerta. Las orquideas, las mariposas de Muzo, los heroes de mirada ingenua, en la barra de un bar, en su propio cuarto, en los hoteles, eran despojos minimos y nitidos de un inmenso naufragio que a estas alturas ya ni centro tenia, ni periferia. En un sobre le llegaron las paginas dobladas de un periodico, donde se hablaba de el y se reproducia uno de sus cuadros. Las miro y volvio a doblarlas como si fueran un documento amarillo y apolillado, un poco repugnante, que hablaba de gente remota, desde hacia mucho tiempo convertida en polvo. Para entonces el pelo le habia crecido demasiado y se lo habia agarrado atras con un caucho. Su frente se veia muy amplia, sus ojeras muy grandes. Los vientos empezaron a soplar mas frescos. Las camisas de pana que habia traido de Bogota le colgaban abundantes y le daban una apariencia mistica. Se afeitaba cuando el roce de la barba con la almohada empezaba a fastidiarlo, cada tres o cuatro dias, sin espejo, rapido y sin preocuparse por los parches de barba que quedaran. Una vez, ya casi de madrugada, lo sorprendio un aguacero mientras miraba bajar el agua del rio para el mar. Camino despacio bajo la lluvia y sintio que uno de sus zapatos estaba roto. La noche siguiente, en un baratillo que abria las veinticuatro horas, compro unos tenis que al principio casi cegaban de blancura en contraste con su ropa oscura, pero que rapidamente se fueron curtiendo con el polvo de calles y bares hasta ponerse casi negros, y que serian usados sin lavarse nunca y de un modo continuo hasta su disolucion total. Otra noche un hombre tan flaco y grande como el mismo le pidio cuarenta y tres centavos que le faltaban para una botella de vino. Con uno de los billetes que le dejara Lucia compraron una botella de conac caro y se sentaron a beber frente al rio. Un pequeno velero, con solo una luz verde en lo alto del mastil y las velas desplegadas, paso remontando la corriente en la oscuridad, como una mariposa nocturna. El hombre dijo ser sueco. Durante la noche dijo ser exmarino mercante, exingeniero, exgeologo. Tambien era aleman, y el entonces lo dejo hablar, sin creer ni dejar de creer, como el que se deja acompanar por el ruido del agua que baja entre las piedras. La noche era limpia y las luces de los aviones se movian muy nitidas contra la negrura compacta del cielo. Una rata larga paso en la oscuridad y desaparecio en un bote de basura volcado. El sueco, ya borracho, termino una historia que lo habia conmovido y agitaba los hombros bajo el peso de sollozos vigorosos. Se bebio un trago grande. Parecio aliviado de la angustia que le habia producido su propia ficcion y siguio hablando sin parar, como saltando un abismo a cada instante, creyendose por turnos extopografo, finlandes, exgeologo, exmarino, holandes, unas veces arruinado por los viajes, otras por las mujeres, el juego y el alcohol. Como esa noche pasaron muchas. Las personas desaparecian y volvian a aparecer. A traves del sueco conocio mucha gente. Habia ajedrecistas fetidos, borrachos y caballerosos, muy raidos, que jugaban partidos a veces insensatos, a veces brillantes; habia hombres abstraidos que garrapateaban incansablemente cosas en cuadernos sucios; habia gente que con el alcohol comenzaba a discutir minucias a grandes voces y con gestos ampulosos y violentos, como si estuvieran en juego los destinos ultimos. Noches largas durante las cuales probo por primera vez vinos dulces que llevaban nombres como Rosa Salvaje de Irlanda, o Pajaro del Trueno, los mas baratos tal vez sobre la Tierra; noches que terminaban en un reguero de papeles y botellas quebradas que chispeaban despues con el sol mientras los hombres que las bebieron, desperdigados ahora, quedaban caidos en bancas, donde respiraban apenas entre su propia sombra, o intrincadamente ocultos en las grietas del cemento, como si fueran cucarachas o murcielagos. Las hojas empezaron a caer copiosas y a acumularse junto a las basuras de los parques. El caminaba metido en una gabardina demasiado larga, aunque corta de mangas, como las de los espantapajaros de las tiras comicas. La habia comprado por dos dolares a un amigo que ofrecia mercancia vieja, casi basura, en la plazoleta donde habia una escultura que representaba un dado gigantesco. Por algunos dias alcanzo a sentir el espeso olor acumulado de anteriores propietarios, sedimento oscuro que se perdia en los origenes de la raza humana, pero ahora su propio olor habia tomado posesion, o se habia tal vez integrado al antiguo, y ya no lo sentia. Y como la caldera del edificio aun no habia sido encendida, muchas veces el llegaba y se tiraba a la cama con la gabardina puesta, mientras afuera arrullaban las horripilantes palomas, a sonar con un pasado que cada vez le llegaba mas trocado y equivoco. A finales de septiembre recibio una carta donde se anunciaba la llegada de un pariente para principios de octubre. La carta decia que ellos estaban muy preocupados por la falta de noticias, y el tuvo que hacer un esfuerzo para recordar de cuales < > se trataba. A la duena del cuarto todo en la vida, al parecer, le importaba un bledo, y se encogio de hombros cuando el le dijo que se iba. Recibio la llave sin mirarlo y no se tomo siquiera el trabajo de levantar los ojos para verlo salir con su pequeno maletin en la mano y perderse en una noche excepcionalmente calida, aunque llena de bruma. Horas despues la mujer entraria al cuarto y meteria medias rotas, tubos de papel higienico y colillas en una bolsa de plastico negro. Lo haria con gestos mecanicos, sin siquiera odiar, sin recordar siquiera a la persona que habia dejado tras de si semejante basural. Se metio en un hotel pequeno, al frente de una avenida que cruzaba la ciudad de este a oeste, apretujado entre un almacen de almohadas y colchones demencialmente desordenado y una ferreteria polvorienta. Alquilaban cuartos por horas, dias, semanas, anos, tal vez siglos. Al otro lado de la avenida habia un parque con columpios y balancines oxidados, donde alumbraban por la noche los botes de basura a los que hombres oscuros metian fuego y despues rodeaban para calentarse. Su cuarto tenia un inodoro rajado minuciosamente, como una cascara de huevo, y un lavamanos mugroso. No habia ni ducha ni ropero. Ni el ni las demas personas que entraban y salian parecian ya necesitarlos. Se salia del hotel por corredores y escaleras iluminados por debiles lamparas de neon que soltaban luz nebulosa. Todas las noches, al lado de las canecas de basura y de la escalera que bajaba del hotel a la acera, habia un viejo que se acurrucaba para dormir protegido del viento. Mantenia la cabeza metida en una bolsa de plastico negro a la que le habia hecho orificios para respirar. Una vez el le ofrecio dinero, pero el hombre no quiso recibirlo; dejo en cambio oir una voz aspera y gruesa que venia de las profundidades de su cerrada noche de plastico, y le dijo que se llevara su dinero para otra parte, que nadie le estaba mendigando. Por entonces habia empezado a dibujar con carboncillo a la gente de los bares. Una noche quisieron comprarle el dibujo que habia hecho de modo mecanico sobre una servilleta, y que mostraba a un hombre pequeno sentado en una banca alta, encorvado sobre la barra del bar, a la vez envuelto en si mismo y echado para adelante, como un ave de rapina o un demonio. Esa vez no quiso recibir dinero, aunque no tuvo inconveniente en dejarse invitar a un par de tragos que, como siempre, le duraron hasta que cerraron el sitio. Pero despues decidio comprar un revolver que le ofrecian por ahi, conto lo del sobre y vio que le alcanzaba para el arma y solo le sobraba algun ripio. Entonces comenzo a dibujar a la gente y a recibir lo que quisieran dar por los dibujos. Los retratos eran tan oscuros como los bares, y las personas, aunque todavia identificables, aparecian a medio tragar por las tinieblas. Pero el limite de la oscuridad no se adivinaba en el bar (esquinas que, aunque invisibles, estuvieran alli; estructuras que, sin ser vistas, llenaran el alma con la luz de su logica, tranquilizandola), sino que se perdia sin remedio en un abismo sin fondo. El reflejo de unas gafas, una mano cundida de anillos de plata, eran creados con la nitidez necesaria para que todo lo demas cayera en el vientre horroroso de lo oscuro. Sin embargo, la gente, metida en su sopor de alcohol y cigarrillo, rara vez se horrorizaba; miraba el dibujo con interes, sorprendida por la evidente habilidad del dibujante, hablaba un rato con el, le ponia las manos en el hombro y se mostraba casi siempre generosa. Tan pronto recogia lo necesario para pagarse la noche de hotel, la comida y los tragos, el dejaba de dibujar y se quedaba otra vez en la barra, inmovil y en silencio. Pagaba el hotel cada madrugada. Llegaba poco antes de que saliera el sol y le daba el dinero al empleado sonoliento, que le entregaba una llave atada a una lamina metalica de apariencia carcelaria y le devolvia el maletin repleto de ropa sucia que habia dejado en la oficina al salir. Caminaba por escaleras inundadas de luz lechosa --el revolver, helado, subia metido en una media entre la ropa-- y entraba a un cuarto que cada noche era distinto. Todos tenian espejos desportillados y borrosos e inodoros rajados, pero unos daban a la avenida y otros a pasadizos oscuros donde las ratas hacian sonar las latas en las basuras. A el todos le daban lo mismo. Por las delgadas paredes llegaban sonidos que a veces eran vagos, sollozos lejanos que se fundian con los ruidos del vapor en los tubos de la calefaccion, disputas deshilachadas; pero a veces eran demasiado nitidos, bofetadas en cuartos adyacentes, gemidos sexuales, carcajadas crueles. -
La habitacion cerrada (Inspector Martin Beck 8) de Maj Sjowall
https://gigalibros.com/la-habitacion-cerrada-inspector-martin-beck-8.htmlLas campanas de Santa Maria daban las dos cuando ella salia de la estacion del metro de Wollmar Yxkullsgatan. Antes de apresurarse hacia la plaza de Maria, se detuvo y encendio un cigarrillo. El ruido ensordecedor y continuado de las campanas de la iglesia resono en el aire, haciendole recordar los tristes domingos de su infancia. Ella habia nacido y se habria criado a unas pocas manzanas de la iglesia de Santa Maria, donde tambien fue bautizada y confirmada (de esto ultimo hacia casi doce anos). Todo lo que ella podia recordar de su preparacion para la confirmacion, era que el vicario le pregunto por que habia citado a Strindberg al escribir aquello del <
> de las campanas de Santa Maria. Pero ella no recordaba su respuesta. El sol le daba en la espalda. Despues de cruzar St. Paulsgatan, aminoro el paso, pues no deseaba empezar a sudar. De repente se dio cuenta de lo nerviosa que estaba y lamento no haber tomado un tranquilizante antes de salir de casa. Al llegar a la fuente que hay en medio de la plaza, metio el panuelo en el agua fresca y, habiendose alejado, se sento en un banco a la sombra de los arboles. Se quito las gafas y se froto la cara con el panuelo mojado, se limpio las gafas con una punta de su camisa azul claro, y se las volvio a poner. Los grandes lentes reflejaron la luz, ocultando la mitad superior de su rostro. Se quito el amplio sombrero azul de dril, se levanto el liso pelo rubio, tan largo que le caia sobre los hombros, y se paso la mano por la nuca. Luego, volvio a ponerse el sombrero, se lo encajo hasta las cejas y se quedo sentada e inmovil, con el panuelo arrugado y hecho una bola entre las manos. Al cabo de un rato extendio el panuelo ante ella, sobre el banco, y se froto las palmas de las manos sobre los pantalones tejanos. Miro su reloj: eran las dos y media. Unos minutos para calmarse antes de que tuviera que irse. Cuando el reloj dio las 2.45, ella alzo la tapa del bolso colgante de lona verde oscuro que tenia sobre el regazo, tomo el panuelo, que ahora estaba completamente seco, y, sin doblarlo, lo metio en el bolso. Entonces se levanto, paso sobre el hombro derecho la correa de cuero del bolso, y empezo lentamente a caminar. Al acercarse a Hornsgatan sintio menos tension; y se persuadio a si misma de que todo saldria bien. Era viernes, el ultimo dia de junio, y para muchas personas las vacaciones de verano acababan de empezar. En Hornsgatan, tanto en la calzada como en las aceras, el trafico era muy animado. Saliendo de la plaza, ella giro a la izquierda y penetro en la sombra de las casas. Esperaba haber elegido bien el dia. Sopeso los pros y los contras y se dio cuenta de que podia haber demorado su proyecto hasta la semana siguiente. No habia nada de malo en ello, pero no habia tenido muchas ganas de exponerse a tal tension mental. Llego alli antes de lo que habia pensado, y se detuvo en el lado sombreado de la calle, observando el gran ventanal que tenia enfrente. El cristal reluciente reflejaba el brillo del sol, y el denso trafico le tapaba parcialmente la vista, aunque se dio cuenta de una cosa: las cortinas estaban corridas. Fingiendo mirar escaparates, anduvo lentamente arriba y abajo por la acera, y aunque habia un gran reloj que colgaba en el exterior de una relojeria cercana, siguio mirando al suyo. Y mientras tanto no dejaba de observar la puerta en el otro lado de la calle. A las 2.55 se dirigio hacia el paso de peatones en el cruce. Cuatro minutos mas tarde se hallaba frente a la puerta del banco. Antes de empujarla para abrir, alzo la tapa de su bolso. Al entrar, echo una mirada de reojo a la oficina, la sucursal de uno de los bancos mas importantes de Suecia. Era larga y estrecha; en la pared frontera estaba la puerta y la unica ventana. A la derecha un mostrador iba desde la ventana a la breve pared del otro extremo, y a la izquierda habia cuatro mesas fijadas a la larga pared. Mas alla, habia una mesa baja, redonda, y dos taburetes tapizados con un material rojo a cuadros. Aun mas lejos, una escalera empinada desaparecia hacia lo que probablemente era la camara acorazada del banco. Solo un cliente habia entrado antes que ella: un hombre, que estaba de pie ante el mostrador, metiendo billetes de banco y documentos dentro de su cartera de mano. Tras el mostrador vio sentadas a dos empleadas. Mas alla un empleado permanecia de pie hojeando las cartulinas de un indice. Dirigiendose hacia una de las mesas, la joven saco una pluma del bolsillo exterior del bolso, mientras observaba con el rabillo del ojo como el cliente de la cartera de mano salia por la puerta de la calle. Tomo un impreso de ingresos y empezo a garrapatear en el. Al cabo de un rato observo que el empleado se dirigia hacia la puerta y la cerraba con llave. Luego se inclino y solto el gancho que mantenia abierta la puerta interior. Mientras esta se cerraba con ruido silbante, el volvio a su sitio tras el mostrador. Ella saco el panuelo del bolso. Sujetandolo en la mano izquierda, la hoja de ingresos en la derecha, se acerco al mostrador, fingiendo limpiarse la nariz. Entonces metio la hoja de ingresos en el bolso, saco una bolsa de compra, de nailon, que estaba vacia, y la puso sobre el mostrador. Asio la pistola, apunto con ella a la cajera y, manteniendo el panuelo ante la boca, dijo: --Esto es un atraco. La pistola esta cargada, y si usted hace el menor ruido, disparare. Meta en este bolso todo el dinero que tenga. La mujer que habia detras del mostrador se la quedo mirando con fijeza, tomo despacio la bolsa de nailon y la puso ante si. La otra mujer interrumpio el peinado de su cabello, y dejo caer las manos lentamente. Abrio la boca para decir algo; pero no salio el menor sonido. El hombre, que seguia de pie detras de su mesa, tuvo un violento sobresalto. Inmediatamente, ella le apunto con la pistola y le grito: --!Estese quieto! Y ponga las manos donde yo pueda verlas bien. Haciendo un gesto impaciente con la pistola encanonando a la mujer que tenia delante, evidentemente paralizada por el terror, prosiguio: --!Dese prisa con el dinero! !Pongalo todo! La cajera empezo a meter fajos de billetes en la bolsa. Cuando hubo terminado, la solto sobre el mostrador. De repente, el hombre de la mesa dijo: --Nunca escapara con eso. La policia... --!Callese! --grito ella. Entonces metio el panuelo en el bolso abierto, y agarro la bolsa de nailon, que le parecio agradable y pesada. Retrocediendo lentamente hacia la puerta y apunto por turno con la pistola a cada uno de los empleados del banco. De repente alguien corrio hacia ella desde la escalera, en el extremo opuesto de la habitacion: un hombre alto y rubio con pantalones muy ajustados y una chaqueta ligera de franela azul con botones brillantes y un gran emblema dorado prendido en el bolsillo del pecho. Se oyo en el local un estruendo cuyo eco atrono el espacio cerrado entre las paredes. Y mientras, a causa del retroceso, el brazo de ella se movia hacia el techo, vio caer violentamente hacia atras al hombre de la chaqueta de franela. Sus zapatos eran de calidad, nuevos y blancos, con gruesas suelas acanaladas de goma roja. Solo cuando su cabeza choco contra el suelo de piedra con un horrible golpe sordo, ella se dio cuenta de que lo habia matado. Solto la pistola en el bolso, y miro fija y salvajemente a las tres personas horrorizadas que habia tras el mostrador. Luego echo a correr hacia la puerta. Mientras descorria torpemente el pestillo, tuvo tiempo de pensar antes de salir a la calle: < >. Pero en cuanto se vio en la acera, apresuro el paso hacia el cruce. No veia a la gente que la rodeaba; solo se dio cuenta de que tropezaba con algunas personas, y le parecia que el disparo seguia resonando en sus oidos. Dio la vuelta a la esquina y echo a correr, con la bolsa de compra en la mano y el pesado bolso golpeandole la cadera. Abrio de golpe la puerta de la casa donde habia vivido de nina, siguio el viejo camino familiar hacia el patio, y trato de contenerse y andar al paso. Paso directamente bajo el soportal de una glorieta mirador y salio a otro patio trasero. Bajo por la empinada escalera hasta una bodega, y se sento en el escalon inferior. Trato de meter la bolsa de nailon sobre la pistola en el bolso colgante, pero no habia bastante espacio. Entonces se quito el sombrero, las gafas y la peluca rubia y las metio en el bolso. Su pelo verdadero era negro y corto. Se levanto, se desabotono la camisa, se la quito, y la metio en la bolsa. Bajo la camisa llevaba un jersey de algodon negro, de manga corta. Colgando el bolso sobre su hombro izquierdo, tomo la bolsa de nailon y subio por las escaleras hasta el patio. Salto por un par de muretes antes de encontrarse al fin en una calle en el extremo de la manzana de casas. Entonces entro en una pequena tienda de comestibles, compro dos litros de leche, metio los botes de carton encerado en una gran bolsa de papel, y luego puso encima de ellos la bolsa de nailon. Despues, se dirigio hacia Slussen y alli tomo el metro hasta su casa. -
De vuelta a casa (Matrimonios Forzados 1) de Elizabeth Betancourt
https://gigalibros.com/de-vuelta-a-casa-matrimonios-forzados-1.htmlAbigail Warner y Jacob Brown han vivido su infancia juntos en Port Elliot, una mansion con extensas tierras, habitantes y costumbres propias, en Birmingham. Los dos han sido inseparables, estando uno al lado del otro en los momentos mas dificiles.
Con el paso de los anos y llegados a la adolescencia, su amistad se convertira, irremediablemente, en un profundo amor y una pasion desmedida. Todas las campanas anuncian que cuando la pareja de oro crezca, habra una boda y seran los senores de aquellas tierras. Sin embargo, la probabilidad de hacer el mal se encuentra cien veces al dia, mientras que el bien, tan solo una vez al ano y lo peor que hace el mal es obligarnos a dudar de los buenos. -
El Camino a la Realidad de Roger Penrose
https://gigalibros.com/el-camino-a-la-realidad.htmlUn libro definitivo e imprescindible para tener en la mano, en un solo volumen, todo el saber acumulado hasta la actualidad sobre el universo, el espacio, las leyes que lo rigen y los conceptos esenciales.
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Carolina entre lineas de Tatiana M. Alonzo
https://gigalibros.com/carolina-entre-lineas.htmlAdemas de ser Community Manager en la libreria Cafe y letras, y buscando aunque sea en suenos salir de la rutina, he intentado escribir al menos veinte historias en las que encuentro el amor verdadero de la forma que menos espero y, por supuesto, con quien menos espero; desde un millonario que ama mi timidez, hasta un revoltoso para el que represento un reto. Porque vamos, hay que ser francos, en la vida real eso no sucedera y afortunadamente no es delito sonar despierto.
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Mucha Mierda de Carlos Mena
https://gigalibros.com/mucha-mierda.htmlDiego es un joven migrante que llega a los Estados Unidos con el objetivo de convertirse en un reconocido actor y trabajar junto a los mas grandes de la industria, sin embargo, la situacion no se lo pondra facil, ya que para alcanzar la meta debera trabajar duro. Pero una vuelta del destino lo lleva a conocer a Katherine, una hermosa joven con el mismo sueno que el. Juntos, abordaran una aventura que ira poniendo a prueba el lazo que han ido forjando.
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Pasion en Roma de Kate Hardy
https://gigalibros.com/pasion-en-roma.html?Seria capaz de recuperarla?
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El bosque de la memoria de Sam Lloyd
https://gigalibros.com/el-bosque-de-la-memoria.htmlUn thriller atmosferico e inquietante sobre la parte mas oscura del alma humana.
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Geranios en el balcon de Carolina Pobla
https://gigalibros.com/geranios-en-el-balcon.htmlCuando la familia se convierte en fuente de inspiracion: una cautivadora novela basada en la historia de los abuelos de la autora.
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Chicas de nieve y cristal de Melissa Bashardoust
https://gigalibros.com/chicas-de-nieve-y-cristal.html -
La Vida en tus Palabras de Andrea Golden
https://gigalibros.com/la-vida-en-tus-palabras.htmlUn derrumbe parcial en la nueva carretera que comunicara Tungus con Skardu (Pakistan) descubre una caverna centenaria.
En su interior encuentran vestigios de un pasado: utensilios de labranza, distintas alforjas repletas de semillas y un decrepito arcon de madera que contiene varios codices en perfecto estado, sorprendentemente, escritos por una mujer.
Tras ser investigados y ante la dificultad del entendimiento de algunas palabras contenidas en ellos, Marco y Sajan, trabajadores del Canal Historia, deciden pedir ayuda.
Dana, experta paleografa en un prestigioso museo de Washington, recibe la propuesta de ir hacia ese pais, viaje con el que sono en numerosas ocasiones y que, por distintas circunstancias familiares, nunca hizo.
Nuestros protagonistas seran sorprendidos por la subyugante historia de Nasila, una joven avanzada a una epoca en la que, con suerte, las mujeres valian un punado de monedas. -
Las horas de terciopelo de Alyson Richman
https://gigalibros.com/las-horas-de-terciopelo.htmlCuando los nazis amenazan con tomar el control de paris, una joven cierra para siempre el maravilloso departamento de su abuela, dejando tras sus puertas tesoros y bellezas inimaginables.
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La llamada de la noche (Nocturnos 1) de Antiliados
https://gigalibros.com/la-llamada-de-la-noche-nocturnos-1.htmlEn las salvajes tierras de Alaska, vive una familia que crecio aislada de la civilizacion.
Billy Lowell, su mujer Ely y sus cinco hijos, cuatro chicos y una chica, han pasado los ultimos anos sin ningun tipo de contacto con el mundo exterior, a excepcion de unas cuantas ocasiones en las que se han tenido que trasladar a los pueblos cercanos para obtener herramientas o enseres que el bosque no les proporciona.
Los Lowell se veran alterados con la llegada a sus vidas de una chica que precisa de su ayuda, Amanda. Ella aparecera de la nada trastornando su rutina y exponiendo su secreto.
Ante esta circunstancia, el segundo de los Lowell, James, no comprende el sentimiento que ha despertado en su interior esa muchacha ni los instintos primitivos que han emergido a la superficie por su culpa.
La cuenta atras ha dado comienzo y James conocera a la mujer que lo cambiara todo; esa persona por la que vale la pena parar, respirar y valorar lo que realmente importa: el amor.
Pero, ?y si eso no es suficiente para alcanzar la paz y felicidad que tanto ansian? La guerra esta a punto de dar comienzo, y puede que lo que sienten el uno por el otro no sea suficiente para ganarla. -
La Hermana Sol de Lucinda Riley
https://gigalibros.com/la-hermana-sol.htmlDe Manhattan a las majestuosas llanuras africanas, el sexto libro de la serie <
Siete Hermanas>> es una historia romantica e inolvidable. -
Dos almas y un secreto de Myriam Gonzalez Britos
https://gigalibros.com/dos-almas-y-un-secreto.html<
>, dijo Selma Lagerlof. Quiza tenia razon. Quiza. El dolor enaltecia o desmoronaba por completo a un ser humano. Mutaba los colores de su esencia y transformaba su espiritu para siempre. Todos tenemos un secreto inconfesable en esta vida. Creo que incluso el propio hijo de Dios lo tuvo en su tiempo. Nadie estaba exento de el. Nadie. Yo, al igual que cualquier otro ser humano comun y corriente, lo tenia, pero muy bien guardado, bajo siete llaves. Nadie me comprendia, ni siquiera yo mismo. --Juegas con la vida y algun dia ella te hara una trampa mortal --me dijo mi padre el ultimo dia que lo vi en esta vida. El cabron habia reaccionado del mismo modo, tiempo atras, cuando le conte, llorando, que la ninera abusaba de mi todas las noches. En aquel entonces, tenia apenas seis anos. Me senti solo desde que naci, solo y abandonado por aquellos seres humanos que supuestamente deberian haber velado por mi y por mi dicha en esta vida. Jamas recibi apoyo. Jamas recibi carino. Jamas recibi un abrazo. Jamas supe lo que era ser querido. Jamas recibi un beso de buenas noches. La frialdad de mis progenitores congelo mi alma y mi corazon, y me convirtio en un hombre vacio y superficial, incapaz de sentir algo remotamente humano por cualquier otro ser vivo. Ellos murieron cuando yo habia cumplido veinte anos y, la verdad, no los echaba en falta. ?Se podria extranar lo que nunca se tuvo? Creo que no. Tras la tragica muerte de ambos en un accidente de avion --mientras retornaban de una fiesta al que acudieron como pareja tras anos de haberse separado--, comence una larga y peligrosa trayectoria de fiestas, drogas, mujeres y sexo. Mucho sexo. Perdi el control y termine esclavo de aquella vida desordenada e inmoral. El placer en mi vida era tan esencial como respirar, a veces, llegaba a pensar que podria prescindir del aire, pero no del placer. No me consideraba un sadomasoquista, ni sexopata, ni depravado sexual. Simplemente era un amante de la carne femenina. Amaba el gozo que provocaba en otra mujer y, ante todo, el dolor que pudiera causar al mismo tiempo. En todas mis parejas sexuales veia al monstruo que destruyo mi infancia. Castigarlas era como castigar al verdugo de mi historia. Mi terapeuta me decia que debia enterrar el pasado, pero ?como hacerlo? No tenia idea. El dolor que aquella mujer horrible de casi cincuenta anos causo en mi y en mi inocencia, seguia latente a pesar del tiempo y su muerte. Habia danos realmente irreparables. X Ray Dog – the vision Me conocian como Matthew Caffrey, el millonario excentrico y sin pudores. Hijo de un ingles petulante y una alemana frivola, que nunca me quisieron en sus vidas. Naci y creci en tierras germanas. Tenia treinta y cinco anos, una carrera prestigiosa, belleza, dinero y muchas mujeres. Mi vida era perfecta. El sueno de cualquier hombre; sin embargo, era un ser muy infeliz. Me sentia vacio. Sin alegria. Sin esperanzas. Sin fe. Sin metas. Sin suenos. Llevaba anos luchando contra la depresion, consecuencia de los abusos que habia padecido cuando era un candido y ufano nino. Mi mente y mi corazon no conseguian desconectarse de aquella tragica epoca, a pesar de los tratamientos y el tiempo. Me mire curioso, a traves del ornamental espejo del lavabo. Tenia todo para ser feliz, pero no lo era. El dinero compraba todo, menos la felicidad. No era un eufemismo, al menos no, en mi caso.--Necesito unos analgesicos --sisee al sentir una fuerte punzada de dolor en la cabeza. Baje la cabeza y entrecerre los ojos de golpe. De pronto, la voz ponzonosa de mi nana irrumpio mi mente como un frio y distante eco de terror: < >, repetia aquella horrible mujer de pelo rubio y rostro surcado de arrugas. Identica a las brujas malvadas de los cuentos de hadas que me solia contar tras su ritual diario de abuso. < >, dije al abrir mis ojos. Me preguntaba como hubiera sido yo, sin aquellos abusos inhumanos. ?Hubiera sido un hombre distinto? ?Feliz? ?Alegre? ?Normal? La voz de mi amigo, Albert Smith, me arranco de golpe de mi trance melancolico. --?Matt? !Ven hombre! --exclamo y decidi bajar. Descendi la suntuosa escalera de mi mansion, enfrascado en mis pensamientos mas oscuros y sombrios. --!Matt! --grito impaciente, pero no le respondi. Me arregle el sueter negro de algodon que llevaba puesto. Hice una mueca de dolor al sentir una fuerte punzada en la cabeza. --Buen dia, Matt. Mi amigo, me saludo desde la puerta ventana acristalada que llevaba al jardin colgante de Babilonia, como el solia llamarlo. Pedi unos analgesicos al mayordomo de turno, la cabeza me estaba por estallar, la noche anterior habia bebido demas. --Buen dia --le dije con una mueca de dolor estampada en la cara. Sexo, alcohol, sexo, drogas y mas sexo. Con diversas mujeres, que hoy mal recordaba sus nombres. Asi era mi vida, llena de diversiones mundanas, pero carentes de sentimientos. Nunca supe lo que era amar. Nunca supe lo que era la empatia. Nunca supe lo que era la compasion. Nunca supe, porque nunca lo senti o lo practique. Mi pasado anulo cualquier vestigio de humanidad dentro de mi. Aquellos que debian cuidarme, no lo hicieron, y creci solo, en un mundo tan hipocrita, en donde lo unico que importaban eran las apariencias. Aprendi a aparentar. A sonreir cuando en verdad queria llorar. A gritar en silencio. A rezar sin fe. A esperar sin esperanzas. Nadie acudio a mi cuando aullaba de dolor, pidiendo ayuda a las frias y duras paredes de aquel cuarto suntuoso, repleto de juguetes y muebles caros. Mis padres siempre estaban viajando y, aunque gritara por auxilio, ellos eran sordos ante mi dolor. < >, me decia mi padre antes de meterme al oscuro y frio sotano, donde me dejaba trancado por horas e incluso dias. Comia cada vez que la nana Miranda me traia algo. Su generosidad siempre tenia segundas intenciones. --Matt --decia mientras descendia las escaleras. Yo empezaba a temblar y llorar. Me arrodillaba cerca de la cama y rezaba, como mi amigo Peter me habia aconsejado. Pero, su Dios siempre estaba ocupado para oir mis suplicas. La nana me miraba con avidez, como un leon miraria a su presa tras dias sin haber probado bocado. --Eres tan hermoso, Matt --susurraba y se quitaba las ropas. Lloraba a lagrima viva, pero a ella no le importaba mi pena sino su pretension corrompida. --Si te comportas bien con tu nana, comeras estas deliciosas galletas de chocolate --me decia, con aquella expresion ladina que tanto odiaba y temia. Tenia hambre y sed. Tenia que obedecer. Lo hacia. Y tras ello, lloraba hasta cansarme y quedarme dormido sobre aquella vieja cama medieval de madera. Se preguntaran que pasaba con mi madre ?no? Ella era tan fria e inhumana como mi padre. Me habia llevado en su vientre por nueve meses, pero, tras mi nacimiento, no recordaba que haya estado ni nueve dias seguidos a mi lado. Viajaba mucho con mi padre y, algunas veces, con sus tantos amantes. Fui un accidente. Un infortunio. Una pausa. Un tiempo perdido. Un grave error. Gritaba cada vez que discutia con mi padre, mientras yo, escabullido detras del sofa, los escuchaba llorando. En aquel tiempo era un humano normal, y sentia cosas, cosas que hoy ya no. No eran efectos de mi actual vida, sino del calvario que habia padecido en pasado. --Eres un nino problematico --gritaba mi madre, cada vez que me encontraba llorando en mi cuarto. Era un nino triste y solitario, que lloraba cada vez que el corazon me lo pedia. --La nana, me obliga a hacer... --Ella siempre me interrumpia. --!Iras a un internado en Suiza! --Mama... --Alli aprenderas a ser un buen nino --zanjaba, sin escucharme ni compadecerme. La ira envolvio mi corazon, al evocarla. Hay mujeres que no merecian concebir, la mia era una. I grieve – Peter Gabriel De un momento a otro, comprendi que queria cosas diferentes, sentir aquello que alguna vez senti: emociones humanas que se habian suprimido dentro de mi por las terribles experiencias vividas en mi maldita infancia. --!?Que quieres que, Matt?! --dijo Albert, con cara de asombro al escuchar mi deseo. Lo mire con atencion, como si le acabara de salir otra cabeza. --Ya sabes que soy algo extravagante con respecto al sexo. Albert asintio sin abandonar su mueca entre divertida e ironica. --He participado de tus deliciosas y pecaminosas fiestas, amigo --dijo suavizando un poco su expresion. Bascule nervioso y con cara de pocos amigos, todo mi peso en la pierna derecha. --Hemos hecho de todo a lo largo de estos anos, Albert --musite pensativo, mientras contemplaba la exultante piscina de mi mansion--. Todo lo que Dios repudia. Albert rio de buena gana. -
Orgasmos Millonarios de Blanca Moral
https://gigalibros.com/orgasmos-millonarios.htmlValiente Cretino Millonario: Matrimonio de Conveniencia, Sexo y Romance
Cristobal Castano lo tenia todo. Un conglomerado de empresas que le generaban siete ceros en su cuenta corriente. Una mansion preciosa. La esposa perfecta, a la cual ha deseado desde que iba al instituto. Buenas dosis de sexo en pareja... ?Perdon?
Veronica Carrera no compartia la cama con el, durmiendo y viviendo en el otro lado de la mansion. Aquel frio papel firmado en la caja fuerte era lo unico que les mantenia juntos. El habia conseguido lo que queria, a la esposa de sus suenos, y ella el dinero para pagar las deudas que su aciago padre dejo a la familia.
Pero Veronica rechazaba la mirada de su esposo. Su conducta de principe chulo y encantador, su mania de hacer pesas sin camiseta mientras ella hacia yoga, su actitud tranquila y condescendiente cuando le recordaba a Veronica que no tener sexo era "una lastima".
Pero su conducta de chico malo no enganaba a Veronica. Sus dormitorios, enfrentados con un jardin en medio, revelaban la verdad. Se podia ver perfectamente, a traves de la ventana, como el se pegaba al cristal mientras ella se cambiaba de ropa antes de ir a dormir, anhelante.
Si el decidia salir de la ducha desnudo, ella haria lo mismo de la piscina. Si el hacia la cena, ella se comeria los dos platos. Si ella lo ignoraba, el quitaria el pestillo de la puerta.
El estaba dispuesto a ponerla a sus pies. A estar dentro de ella.
Y ella a mantenerse firme, y no dejar que ninguna de sus artimanas calase. -
Un pasado imperfecto de Mirta Sheridan
https://gigalibros.com/un-pasado-imperfecto.htmlHace tiempo que Ashley vive encerrada en si misma. Las lagrimas son sus mejores companeras de viaje, las unicas que le permiten olvidar esos acontecimientos traumaticos que no le dejan dormir.
Grant es un apasionado del trabajo que no ve mas alla de los numeros y se ha olvidado del amor. Su vida esta vacia porque todo a su alrededor gira en torno a su empresa.
Un encuentro fortuito con Ashley durante una sesion de jogging hara que sus convicciones se tambaleen y empiecen a revolotear las mariposas en su interior. ?Conseguiran sus besos traspasar la coraza que a ella le han generado sus propios miedos? ?Sera el capaz de amar con el corazon y olvidarse de todo aquello que ha dirigido su vida hasta el momento? -
Lecciones apasionadas de Debbi Rawlins
https://gigalibros.com/lecciones-apasionadas.htmlGina Ferraro habia crecido en un internado de monjas, pero eso no le habia impedido ver Sexo en Nueva York y aprender varias cosas sobre los hombres. De modo que, cuando fue a la Gran Manzana para visitar a su familia, tenia muy claro que necesitaba a un hombre atractivo que la ayudara a profundizar en su educacion sexual.
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La Esposa del mafioso de Natalia Lee
https://gigalibros.com/la-esposa-del-mafioso.htmlElaina Duval ha vivido una vida normal durante sus dieciocho anos, o eso pensaba. Siempre ha sido ella y su madre, pero no fue hasta su decimoctavo cumpleanos que todo cambio. Valentino Acerbi es el hijo del capo de la mafia italiana, se crio en el despiadado negocio y solo tenia esa mente. De alguna manera, Elaina es arrastrada a este mundo retorcido y se ve obligada a soportar formas de vida que nunca supo que era posible.
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Nunca fue tan perfecto de Laimie Scott
https://gigalibros.com/nunca-fue-tan-perfecto.htmlUna nueva y apasionante novela de Laimie Scott.