• libro oscura roma - Luis Manuel Lopez Roman

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    Roma. Ano 67 a.C. La dictadura de Sila es historia, y las instituciones republicanas parecen haber recuperado su funcionamiento tradicional. Sin embargo, el enfrentamiento entre la faccion de Pompeyo y los senadores mas conservadores amenaza con llevar a Roma a un nuevo conflicto. En un momento de maxima tension, uno de los hombres de Pompeyo aparece muerto en el Aventino en extranas circunstancias.

  • OSCURA ROMA (SAGA DE MARCO LEMURIO I) - Casa del ...

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  • Oscura Roma: Saga de Marco Lemurio I (Novela histórica)

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  • Oscura Roma - La Esfera de los Libros

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    2021-08-30. El historiador Luis Manuel López Román presentará su novela La sangre de Baco, la segunda entrega de la saga de Marco Lemurio tras Oscura Roma, el ...

  • Oscura Roma: Saga de Marco Lemurio I - Fnac

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    Oscura Roma: Saga de Marco Lemurio I, libro o eBook de Luis Manuel López Román. Editorial: La esfera de los libros. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • OSCURA ROMA. Saga de Marco Lemurio I - Quelibroleo

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    Aventuras, historia, misterio y un protagonista que espero forme parte de una gran saga. hace 1 año. 2 0. Información del libro. Género ...

  • OSCURA ROMA - LUIS MANUEL LOPEZ ROMAN - Agapea

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    OSCURA ROMA (Libro en papel). SAGA DE MARCO LEMURIO I. de LÓPEZ ROMÁN, LUIS MANUEL. OSCURA ROMA.

  • Sinopsis de 'Oscura Roma', de Luis Manuel López Román

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    Idónea para los apasionados de la literatura de terror. Una novela perfecta para quien combine ambas aficiones. Ver libro en La Esfera de los Libros. Etiquetas ...

  • OSCURA ROMA - LIBRERÍA CANAIMA

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    OSCURA ROMA. SAGA DE MARCO LEMURIO I. LÓPEZ ROMÁN, LUIS MANUEL. Editorial: ESFERA DE LOS LIBROS; Año de edición: 2020; Materia: Literatura histórica; ISBN: ...

  • Doce oportunidades de vivir de Jossy Loes

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    Sophia Baute ha pasado toda su vida entre cintas, saltos y danza, esforzandose en mantenerse en la elite de la gimnasia ritmica. Tras un error basico en una competicion, en la que queda en los ultimos puestos, duda si seria bueno retirarse como habia planeado.
    Sin embargo, todos sus planes se desmoronan en el momento que sufre un grave accidente, hundiendola en un foso oscuro del que no es capaz de salir, pero la insistencia de su amiga Marian la lleva a aceptar ir a Florida, donde un compromiso la pondra en el camino de Blake Clark.
    El no es un chico cualquiera. Durante toda su vida se ha esforzado por llegar a un buen puesto en su profesion y, a pesar de haber cumplido esa meta, lucha constantemente con el fantasma de su pasado. Un pasado que le pondra a prueba desde el instante que tropieza con Sophia, trastocando todos sus planes del presente y del futuro.
    Dos jovenes con vidas distintas y metas planificadas con antelacion que son puestos a prueba de doce maneras diferentes.
    Doce oportunidades para olvidar...
    Doce oportunidades para volver a empezar...
    Doce oportunidades para pedir perdon...
    Doce oportunidades para amar...
    Solo ellos entenderan el significado de: Doce oportunidades de vivir.

  • En el huracan catalan de Sandrine Morel

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    A lo largo del convulso otono politico de 2017, los corresponsales en Espana han gozado de una privilegiada mirada sobre los acontecimientos que se produjeron antes, durante y despues del referendum catalan del 1 de octubre. En primer lugar, porque el propio
    Ejecutivo catalan les dio un protagonismo importante de cara a internacionalizar el conflicto. Y, en segundo lugar, porque contemplaban los hechos desde la perspectiva unica que da la falta de vinculacion emocional.
    Sandrine Morel, corresponsal de Le Monde en Espana, nos cuenta en este libro su version de lo acontecido con informacion de primera mano y con un resultado sorprendente. En la obra se reproducen declaraciones de los protagonistas desconocidas hasta ahora. Aunque no es este un analisis aseptico. La vision de Sandrine es critica y mordaz, y pone en evidencia las estrategias de manipulacion y movilizacion llevadas a cabo por las partes, a la vez que da su propia version de los hechos sobre los verdaderos motivos -historicos, politicos y economicos- que confluyeron en el proces.
    Un relato que pone luz a unos acontecimientos que forman ya parte de la historia de este pais y que siguen muy abiertos en nuestras propias vidas cotidianas.

  • Los dieciseis arboles del Somme de Lars Mytting

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  • Musica y Anatomia de Hector Santos

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    Lili Rivers es una chica excepcionalmente talentosa en la musica. Escribe canciones y las toca con sus amigas en una banda que espera salir al estrellato en una pequena ciudad a traves de la radio local. Ethan es profesor de Anatomia. En el verano se comprometio con la profesora Minerva y espera sorprenderla con una pieza musical en piano. Naturalmente le pide ayuda a Lili que parece ser un desastre en la materia de Anatomia. Con el poco tiempo se ven envueltos en decisiones y circunstancias que debaten las constantes preguntas sobre el amor ?La edad importa? ?Que hay de las reglas y estatus sociales? ?Existe tal cosa como el amor verdadero? ?Como afrontar las oposiciones del amor? Descubre en este viaje un amor que podria cambiarlo todo.

  • Insensible de Veronica A. Fleitas Solich

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    Publicar un libro es su sueno, sin embargo Gabriela jamas imagino que la primera obra que publicaria seria una biografia; mucho menos que la vida que deberia retratar con sus palabras, seria la del enigmatico empresario Felix Meden.
    Gabriela intentara conocer al hombre que se esconde debajo de esa fachada insensible y dura, embarcandose en una pequena odisea que la llevara a experimentar sensaciones de las cuales se creia demasiado lejana y con aquellas con las que no habia sonado jamas vivir.
    Un corto pero muy intenso viaje por Europa los empujara a ambos a reencontrase consigo mismos y con sus respectivos pasados.
    ?Lograra Gabriela aceptar su nueva realidad y su pasado, o Felix Meden sera algo con lo que ella no podra de lidiar?
    Ninguno imagino que una simple campana publicitaria les cambiaria la vida de ese modo.
    Erotica, conmovedora y divertida, Insensible es la primera parte de esta historia que te atrapara, apoderandose de tu sentir.

  • El rey del hampa de Marcia Cotlan

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    Paddy entro en El tuerto Joe, la taberna mas famosa del puerto, y se dirigio a la mesa del fondo, donde un hombre alto, vestido de negro y con gesto taciturno, fumaba un cigarro y bebia whisky. El local olia ligeramente a vinagre y la madera del suelo crujia con cada paso. --Acabamos de hablar con Robert Penrose, jefe. Dice que hay unas cuantas partidas de naipes importantes a la vista y que podra reunir el dinero. Pide un par de semanas mas y pagara los intereses por el retraso. --Paddy era un hombreton robusto, aunque no demasiado alto. Su poblada barba pelirroja ponia de manifiesto su origen irlandes. Cuando estaban en publico, siempre llamaba jefe a su amigo, pero en privado utilizaba su apellido: Raven. --?Le ensenaste a ese cabron estirado lo que ocurre cuando no me pagan a tiempo? --Los ojos del hombre eran dos brasas. Tan oscuro estaba el local que cada vez que daba una calada al cigarro, se le iluminaba brevemente el rostro haciendolo parecer un demonio. No prestaba demasiada atencion a Paddy. Estaba mirando a la tabernera que, a su vez, se lo estaba comiendo con los ojos. Su voz profunda y varonil habia hecho que la mujer se estremeciera. --Claro, jefe --respondio Paddy, frotandose un puno y sonriendo--. Le hemos dado lo suyo. --De acuerdo, entonces. Dale esas dos semanas de plazo. Si despues no paga… --No pagara, jefe --se atrevio a interrumpirlo Paddy--. Ese bastardo de Penrose cree que podra ganar haciendo trampas, pero lo que no sabe es que Malone jugara con el, y no hay tramposo que se le escape a Malone. --Raven miro a Paddy pensativo. --Tendremos que ayudarlo entonces. Hay que asustarlo lo suficiente como para que se concentre. Si se juega algo que le duela mas que su propia vida, tal vez se convierta en un mejor tramposo. Dicen que los aristocratas dan mucha importancia a eso del honor. --Dio una calada al cigarro y sus ojos relumbraron en la oscuridad de la taberna--. Debe de tener una esposa, quizas no la ame, pero hara lo que sea para que no se sepa que la secuestraron. Su honor quedaria manchado para siempre. Traela, eso le hara saber que vamos en serio. Paddy asintio. Raven se levanto, con el cigarro aun entre los labios, y se dirigio a la tabernera. Ella le sonreia con ojos lujuriosos. Casi de forma inconsciente, la mujer se atuso el cabello ligeramente despeinado y se paso la lengua por los labios. --?Como te llamas? --le pregunto el, que acaba de comprar la taberna y aun no conocia a sus empleados. --Millisent, mi rey --le dijo la joven, melosa, mientras contenia la respiracion para elevar su ya de por si abundante busto. --?Soy tu rey? --le pregunto con la voz fria, casi indiferente. --Por supuesto, Raven --respondio ella como si ya lo conociese--, sois mi rey y el rey de todos nosotros. El rey del hampa --le dijo; el torcio la boca en lo que podria haber sido considerado como una sonrisa, aunque no era mas que una mueca. --Ven --le dijo a la tabernera. Ella salio de detras de la barra. El le puso la mano al final de la espalda, casi en el trasero, y la empujo delicadamente escaleras arriba. Cuando habia llegado al primer piso y ya estaba fuera del alcance de la vista de Paddy, dijo en voz elevada, pero sin llegar a gritar--: Paddy, trata bien a la esposa de Penrose. Ella no es culpable de haberse casado con un maldito hijo de perra tramposo. El hombre vestido de negro era, efectivamente, el rey del hampa. Tenia veintiseis anos y la dureza de su gesto demostraba todo lo que habia tenido que pasar hasta llegar a su posicion actual. Nadie controla a los maleantes de Londres si no tiene mano de hierro. Lo apodaban El Cuervo. Si le preguntabas a alguien el motivo de tal apodo, te decia que se debia a que siempre vestia de negro o a que, cuando aparecia en persona para ver a alguien, nunca traia buenas noticias. Pero en realidad el mismo se habia hecho llamar El Cuervo debido a su apellido: Raven. William Raven, ese era su nombre, pero casi nadie lo sabia ni lo habia utilizado nunca. Solo su madre, cuando era nino, lo llamaba Billy. Margaret Raven, su madre, habia sido prostituta. William era hijo de alguno de sus clientes, ella nunca supo decir de cual, porque era una moza atractiva y bastante solicitada en el burdel en el que trabajaba. Recordaba de su madre las caricias y los besos, la sensacion de amparo que suponia dormirse entre sus brazos. Esas sensaciones habian durado poco, ya que ella comenzo a escupir sangre un invierno y habia muerto antes de llegar la primavera. Raven tenia ocho anos y tras su muerte empezo a vivir en la calle, a robar para poder comer, a imponerse al resto de muchachos para que ellos no se impusieran a el. Su constitucion fuerte y su altura le hicieron un gran favor: era facil infundir miedo con tal envergadura corporal. Media mas de un metro noventa, sus hombros eran anchos y los musculos de su cuerpo parecian esculpidos a cincel. Incluso vestido de negro y con el gesto constantemente tenso (ceno fruncido y boca apretada) era un hombre tan atractivo que cortaba la respiracion. <>, solia decir cuando alguien le pedia mas tiempo para pagar una deuda o imploraba su perdon tras intentar traicionarlo. Y ciertamente no lo era. Habia hecho lo que habia tenido que hacer para llegar donde estaba: robar, golpear y asesinar. Solo por eso seguia vivo, porque cuando habian querido robarle, golpearlo o matarlo, el habia sido mas rapido. En eso consistia la supervivencia. Tambien seguia vivo porque habia sabido rodearse de amigos leales: Paddy y Alistair eran sus inseparables. Pero al igual que su dureza y crueldad eran legendarias en los bajos fondos londinenses, tambien era famosa su extrema amabilidad con las prostitutas, que tanto le recordaban a su madre. Nadie habia vuelto a golpear a una prostituta desde que el mandaba en los bajos fondos. Pero tampoco les permitia a ellas burlarse de el. Lo temian tanto como lo deseaban y jamas se hubiesen atrevido a traicionarlo. Todas, sin excepcion, esperaban ser las elegidas de Raven, que un dia entrase en uno de los burdeles y subiera con ellas a los cuartos. Pero Raven nunca se acostaba con prostitutas, precisamente porque le recordaban a su madre. Y como los hijos de ellas le recordaban a si mismo, no habia nadie mas generosos que el con aquellos chiquillos. Con todos los chiquillos de los bajos fondos, en realidad. <>, le decia Alistair lleno de orgullo. Alistair era la voz de la conciencia de Raven y aunque era un incordio soportar a veces sus sermones, el rey del hampa siempre lo escuchaba para no perder demasiado el contacto con la realidad. Raven era un hombre cruel, tenia que serlo, pero queria que alguien le marcase los limites de tal crueldad y no habia nadie como Alistair para ese cometido. *** Rosalind Penrose habia llegado puntual a la cita, como era su costumbre. El anciano senor Havisham la hizo pasar a su despacho. Era pequeno y oscuro, y los muebles tenian muchos anos y demasiado uso. --?Tiene algo para mi, senor? --le pregunto la joven, ansiosa. --Me temo que no, milady. La mayoria de las familias piden institutrices con experiencia y por muy buenas que sean mis palabras sobre vos, cuando se enteran de que nunca antes habeis trabajado, os desechan. Lo siento. --Y realmente lo sentia. Aquella joven dama le parecia muy agradable y necesitada de trabajo. Era una lastima que una muchacha asi se viese obligada a trabajar por culpa de un hermano calavera que habia dilapidado la fortuna familiar en las mesas de juego. Queria ayudarla de verdad. Fue entonces cuando penso en su cunado--. Aunque quizas haya algo… Si no os importa viajar, claro. --Expliquese, por favor --rogo ella con un brillo de esperanza en los ojos. --Mi cunado Arthur ha hecho una considerable fortuna con un negocio de maderas, pero como usted bien sabra, no todo en esta vida lo puede comprar el dinero. No compra, por ejemplo, la clase. Mi cunado quiere contratar a alguien que eduque a sus dos hijas y que les de a el y a mi hermana algunas lecciones de como comportarse, pero en Nueva York no encuentra a nadie dispuesto a ello. Las institutrices mas cualificadas consideran que trabajar para una familia como la de mi hermano es rebajarse. --?Nueva York? --pregunto ella decepcionada, a pesar de que deseaba desde hacia tiempo conocer la ciudad, pero no era el momento adecuado--. Me temo que no puedo irme tan lejos, senor Havisham. Mi hermano… --Perdonad que os interrumpa, milady, y perdonad por lo que voy a deciros, pero vuestro hermano no es digno de que sigais sufriendo por el. Si no os alejais, acabara arrastrandoos en su caida --le dijo con sinceridad el anciano. --Lo se, senor Havisham, pero, aun asi… --Ella habia bajado la mirada y la tenia fija ahora en la gastada alfombra del despacho. Parecia consternada. --Hagamos una cosa. Os lo pensais, y si no tengo noticias vuestras en una semana, eso me indicara que no aceptais la propuesta. Teneis siete dias para pensarlo. --De acuerdo --dijo ella, aun con el animo decaido. Se levanto de la silla raida y se dirigio a la puerta--. Buenas tardes y muchas gracias

  • Pellizcos On the road (2 relatos) de Lara Rivendel

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    Extranos en un AVE – Lara Rivendel
    Valme y su marido suben al AVE en la estacion de Atocha con destino a Zaragoza. Agobiada por los problemas del dia a dia, cuando ocupa su asiento en una mesa para cuatro cree que al fin va a poder relajarse un rato, pero cuando su mirada se cruza con la de su vecino de mesa, sabe que eso va a ser imposible: el pasado la esta mirando a los ojos.

  • La aventura de tu cerebro de Maria Jose Mas Salguero

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    Ya conoces el final de esta historia: el final eres tu. Un resultado unico e irrepetible entre los millones de variantes posibles, una casualidad extraordinaria. Desde aquella celula inicial formada por los gametos de tus padres, son muchos los acontecimientos biologicos y biograficos que te han convertido en el adulto que eres ahora. Este largo proceso se
    conoce como “neurodesarrollo”, y en este libro se desgranan sus claves.
    Dirigido a todos los publicos, se explican los conocimientos actuales de esta ciencia, ilustrados con historias reales que nos permiten entender los procesos por los que pasa el cerebro desde que se forma durante la gestacion hasta que adquiere su plena madurez.
    Descubriremos como crece y se capacita para regular el movimiento corporal, dominar el lenguaje, aprender su entorno, y concretar con su progreso la identidad personal de cada uno de nosotros. Un libro que nos ayuda a conocer mejor el desarrollo del nino, y facilita a los padres, docentes y profesionales dela salud su acompanamiento a traves de este maravilloso recorrido que lo convertira en un adulto independiente.

  • Un, dos, tres… !Besame! de Magela Gracia

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  • Te necesito en mi vida de Janis Sandgrouse

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    Daniela es una joven que regenta una pequena casa rural en un pueblo a las afueras de Madrid.Hace mucho tiempo que no tiene a nadie a su lado. Ocupa todo su tiempo en su trabajo, sus sobrinas y su hermana.Tras los graves sucesos que le ocurren a su hermana, afloran los recuerdos de su adolescencia, aquellos momentos en los que debia maquillarse mas de la cuenta para ir al instituto.Y en la sala de espera del hospital, se encuentra con el.Su primer amor, su primer beso, su primera despedida creyendo que nunca volveria a verle.

  • Beauty Too (2a parte), Susana Rubio Girona de Susana Rubio Girona

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  • A pocos centimetros de Jadine Tyne

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    Conozco a Jadine Tyne, o mejor dicho a la persona que se esconde tras el seudonimo, desde hace ya muchos anos. Anos de amistad en los que nos unio nuestra pasion por los libros y desde entonces, a pesar del tiempo, hemos seguido en contacto buscando ayudarnos o apoyarnos en cada una de nuestras nuevas locuras. El dia que recibi un mail de Jadine para decirme que si le escribia el prologo de este libro, de A pocos centimetros, he de reconocer que me sorprendi. Estaba ante una nueva locura en la que se habia metido de lleno, y nada menos relacionada con la infidelidad o con el diferente cariz que puede esconder este tema en cada persona. Romance… quizas. Pasiones… puede. Relaciones romanticas… tal vez. Infidelidad… ?que es la infidelidad? A pocos centimetros esconde esto y mucho mas. Tres guiones con historias muy diferentes entre si pero con un hilo en comun, la pluma de Jadine Tyne que termina siendo un gran descubrimiento para el lector. Unas historias que con un formato de cine, consigue que sean muy visuales y que el lector se imagine todo lo que les rodea a los personajes sin demasiados artificios pero con ideas muy claras. Tres aventuras donde el amor, la traicion o la ?infidelidad? hace que pensemos en las distintas maneras que hay de vivir la vida porque una vida no es unica y cada uno sabe en realidad como descubrirla. Un placer y un honor abrir este libro con este prologo que es mas un alegato de intenciones que un prologo al uso, donde solo intento que os intereseis por esta historia que busca sorprenderos, como lo ha conseguido conmigo. Sorprenderos con Jadine Tyne, su historia y sus relatos. Atrevete a descubrir y sonar. Adentrate en una aventura donde todo lo que sabes, todo lo que te han inculcado desde nino puede derrumbarse, donde puede que una infidelidad no sea tan mala… ?o si? Merche Diolch Tres toallas y un albornoz PANTALLA EN NEGRO Letrero (en blanco): Tres toallas y un albornoz SE OYE el agua de una ducha. ABRE DE NEGRO INTERIOR – BANO – DIA Una puerta translucida muestra la figura de un cuerpo masculino desnudo, de la puerta cuelgan dos toallas y un albornoz. Cerca de la ducha esta una ventana, un cesto de ropa sucia, el retrete, el lavabo y un espejo encima de este. A la izquierda del lavabo, la puerta del bano, entreabierta, y SE VE una cama. INTERIOR – DORMITORIO – DIA Una ventana grande muestra unos arboles que son mecidos por el viento. Una cama de matrimonio frente a una puerta entreabierta, HOMBRE 1 (27) con el pecho descubierto duerme encima, suelo enmoquetado, dos mesitas a cada lado de la cama, en una de ellas un despertador y en la otra un telefono, dos sillas cerca de la puerta, las dos tienen encima ropa de caballero, se distinguen las camisas blancas y los pantalones oscuros, debajo de las sillas hay sendos pares de zapatos. Delante de la cama hay dos corbatas dispersas en el suelo. MUJER (30) le mira desde el umbral de la puerta. Ella no va maquillada, viste un traje de noche negro y esta descalza. INTERIOR – BANO – DIA La puerta de la ducha se abre y sale HOMBRE 2 (35) con una toalla a la cintura. INTERIOR – DORMITORIO – DIA La mujer camina hacia HOMBRE 1 despacio, se sienta en la cama le acaricia la mejilla y le da un beso en los labios. HOMBRE 1 se mueve, abre los ojos, la mira y sonrie, ella le devuelve la sonrisa y le besa de nuevo. MUJER se levanta de la cama y sale de la habitacion. HOMBRE 1 se sienta, mira al bano y ve salir a HOMBRE 2. HOMBRE 2 se acerca a la cama, se sienta, posa su mano en la espalda de HOMBRE 1 y le da un beso en la mejilla. HOMBRE 1 sonrie timidamente, baja la vista, HOMBRE 2 levanta la cabeza de HOMBRE 1 y acerca su cara a la de el, pero se interrumpe. MUJER esta en el umbral de la puerta, HOMBRE 2 la mira, ella, calzada, camina hacia el, se sienta en la cama y le besa en los labios. HOMBRE 2 se levanta y va hacia una de las sillas, se empieza a vestir, HOMBRE 1 mira a MUJER y VE que ella esta con la mirada fija en HOMBRE 2. HOMBRE 2 mira a MUJER, se lleva una mano a la garganta, la desliza hasta el estomago y la sube de nuevo, MUJER se levanta, coge una de las dos corbatas del suelo y se la da a HOMBRE 2, que sonrie. HOMBRE 1 se levanta, esta desnudo, HOMBRE 2 y MUJER se acercan a el. HOMBRE 1 estrecha la mano de HOMBRE 2. HOMBRE 1 da dos besos a MUJER. HOMBRE 1 se va al bano, mientras que HOMBRE 2 y MUJER se besan largamente. INTERIOR – BANO – DIA HOMBRE 1 entra en la ducha. SE OYE el agua caer. INTERIOR – BANO – DIA HOMBRE 1 esta desnudo frente al espejo, coge el albornoz que esta encima del retrete y abre la puerta. INTERIOR – DORMITORIO – DIA HOMBRE 1 sale del bano, ve la cama hecha y un sobre encima de ella. Camina hacia la cama, se sienta, coge el sobre, lo abre, lo vacia encima de la cama y SE VEN billetes de euros caer. CIERRA DE NEGRO Madame Forestier o El fin de los prejuicios PANTALLA EN NEGRO Letrero en blanco: Madame Forestier o El fin de los prejuicios ABRE DE NEGRO PANTALLA EN BLANCO Letrero en negro: Madrid, 1990 ABRE DE NEGRO INTERIOR – COMEDOR – NOCHE Una mochila esta apoyada en una pata de madera. Pertenece a una mesa rectangular que tiene varias sillas a su alrededor. Encima de la mesa hay libros de estudio, boligrafos y papeles. Tambien hay una lampara de estudio encendida. Otra lampara alumbra. Por una puerta aparece PANDORA, de unos 40 anos, mira la mesa, apaga la luz del flexo, camina hacia la otra puerta y la atraviesa. INTERIOR – PASILLO / CUARTO DE JORGE – NOCHE PANDORA prende la luz del pasillo, camina, se detiene en el primer umbral y VE a JORGE de 15 anos en la cama, abrazado a un PERRO negro. La manta esta en el suelo. PANDORA coge la manta y tapa a JORGE y al PERRO. INTERIOR – CUARTO DE PANDORA – NOCHE Una lampara encendida. Esta en una mesita. A su izquierda esta PANDORA metida en una cama de matrimonio con MIGUEL, de la misma edad que ella, a su lado durmiendo. PANDORA apaga la luz de la mesita. INTERIOR – CUARTO DE JORGE – NOCHE La persiana esta bajada, las rendijas permiten entrar la luz del dia, que ilumina un poco una cama. Sobre ella esta tumbado boca arriba JORGE y el PERRO negro. JORGE abre los ojos despacio, se incorpora, acaricia de nuevo al PERRO, le da un beso, se levanta de la cama y sale por el umbral de la puerta de la habitacion. El PERRO ocupa la cama. SE OYE el sonido de unas llaves. El PERRO abre los ojos, baja de la cama y sale de la habitacion. INTERIOR – ENTRADA – NOCHE JORGE tiene las llaves en una mano. Esta andando hacia la puerta de salida. Cerca hay una mesa con una correa. El chico llega hasta la manilla. La coge con una mano. SE OYEN pisadas. El PERRO esta detras. JORGE abre la puerta sin mirar atras, el PERRO sale, JORGE coge la correa y sigue al PERRO cerrando la puerta tras de si. INTERIOR – PASILLO – NOCHE Del primer umbral sale JORGE. Tiene sobre su espalda la mochila. SE OYEN unos ruidos al final del pasillo, donde hay una puerta entornada. JORGE camina en direccion a la puerta y se detiene. Se da la vuelta, va hacia el fondo, los ruidos SE OYEN mas cercanos, JORGE ha llegado al umbral de la puerta. En una cama VE a PANDORA desnuda de cintura para arriba y el resto del cuerpo tapado con la sabana, MIGUEL esta debajo de ella. INTERIOR – CUARTO DE PANDORA – NOCHE PANDORA se esta moviendo mientras MIGUEL le acaricia los pechos con suavidad. Ella jadea mas fuerte, el hombre posa sus manos en la cintura de ella.

  • La sangre de las bestias de Joel Rodriguez Aleman

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    Hacia ya tiempo que Damian se sentia como si la vida lo hubiera agarrado por el cuello y no lo soltara. La impasible mano apretaba cada dia mas y mas, y cuando el flujo del aire empezo a cortarse, perdio la poca paciencia que le quedaba y cruzo el umbral que conducia a la senda de los perversos. Era muy tarde y aun estaba en la oficina. Nada lo obligaba a ello, salvo su altruismo; un companero, que iba atrasado en su trabajo, le pidio ayuda para cuadrar unos balances. La idea de hacer horas extras que nadie le iba a remunerar, sumada a lo mucho que despreciaba a aquel <>, segun sus propias palabras, le atraia tanto como a un ateo ir a misa. Sin embargo, debia hacerlo, pues las consecuencias de no terminar aquella tarea o, peor aun, terminarla mal, podian ser graves no solo para su companero, sino para la propia empresa. A medianoche, por fin bajo del autobus que lo dejaba a unos diez minutos de su casa. A pesar de la corta distancia, lo incomodaba recorrer aquellas calles repletas de drogadictos y carteristas. Miraba a todas partes y se maldecia por haberse quedado trabajando hasta las tantas. A mitad del trayecto, vio a un muchacho con sudadera sucia y una gorra con la visera hacia atras apoyado en la pared de un edificio y con una lata de cerveza en la mano derecha. Sintio una repentina opresion en el pecho. Parecia que aquel chico estaba absorbido por sus propios pensamientos y no albergaba intenciones aviesas, pero eso no lo tranquilizo. Aun asi, siguio su camino como si nada. Cuando estuvo a su altura, el muchacho solto la cerveza, que cayo con un estruendo amplificado por el silencio de la noche, y le corto el paso. Saco una navaja con la destreza de quien se ganaba la vida con ella, y dijo: --La cartera. Ya. Damian levanto las manos. Temblaban. --Voy, voy. --Su voz sono mas aguda de lo normal--. La tengo en el bolsillo izquierdo del pantalon. Voy a sacarla, ?vale? --Como me la juegues, te mato. --No, no te la juego, te lo juro. Entrego su deshilachada cartera al atracador. Este, mientras lo apuntaba con la navaja, maniobro con la mano izquierda para examinar el contenido: solo habia un billete de cinco euros y algo de calderilla. --Joder, que mierda. A pesar de lo tenso de la situacion, Damian encontro suficiente animo para ofenderse. <>, penso. --Dame tu movil. Bajo esta vez la mano derecha y extrajo de su bolsillo un Nokia de los antiguos, tan solo capaz de hacer llamadas y enviar mensajes SMS. --?Que mierda es esta? ?Por que no tienes un movil normal como todo el mundo? Me pagaran una miseria por esta basura. Antes de que tuviera la oportunidad de contestar, el ladron le propino un golpe con el reverso de la navaja que le hizo caer al suelo, y huyo a toda velocidad, insatisfecho con su botin. Damian encendio la luz, y su estudio de treinta metros cuadrados se tino del color amarillento de la bombilla del techo. La pintura de las paredes estaba desconchada aqui y alla. Sobre el escritorio, enfrente de la puerta, habia un ordenador portatil con una raja en la carcasa, fruto de una desafortunada caida anos atras. A su izquierda, el somier hundido por el centro comunicaba al mundo que su uso prolongado haria peligrar la espalda de su dueno. La cocina, al fondo de la estancia, estaba justo al lado del bano, lo cual le producia una sensacion desagradable a la que nunca se acostumbraba. Se dejo caer sobre la cama, apoyo los codos sobre sus rodillas y se tapo la cara con las manos. La amargura, que habia esperado con paciencia su momento, lo invadio. Aun asi, no lloro, tan solo se lamento de su desgracia. Normalmente, la soledad no lo afectaba, pero aquella noche lo ahogo. No tenia con quien hablar: ni mujer, ni hijos, ni tan siquiera un simple companero de piso. Se acordo de sus padres, pero bajo ningun concepto acudiria a ellos en busca de ayuda. Tras desnudarse, apago la luz y se acosto con la vana esperanza de dormirse; sin embargo, su corazon tardaba mucho en apaciguarse y aun bombeaba la sangre a demasiada velocidad. Reflexiono sobre el incidente, pero tambien sobre su propia vida. Comprendio que ser atracado en plena calle no era mas que la consecuencia de un problema mas grande: sus escasos ingresos economicos lo obligaban a residir en un barrio conflictivo, en un piso miserable, sin opcion a renovar su mobiliario, sus aparatos electronicos o su indumentaria. Le dolia vivir asi. Habia soportado mil y una penurias con encomiable estoicismo durante muchos anos, pero se acabo. Tomo una determinacion que ya no lo abandonaria jamas: cambiar esa situacion de una vez por todas. Capitulo 2 Dos dias despues, un soleado jueves de finales de verano, Damian disfrutaba de un almuerzo con su amigo Mario en la terraza de un restaurante. Cobijados por la sombra de un toldo grueso mientras bebian unas cervezas frias, mitigaban los efectos del calor. Se encontraban en una calle peatonal repleta de comercios y viandantes. --Gracias por invitarme --le dijo Damian. --Nada, para eso estan los amigos. Mario poseia una panza y unos mofletes prominentes, pelo rizado y nariz ancha. Contrastaba con Damian, enjuto, de apariencia fragil y con un pelo lacio tan mustio que no se despegaba de su craneo. Ambos llevaban sandalias y sus peludas pantorrillas al desnudo. --Mario, necesito dinero. Estoy harto de vivir donde vivo, con miedo constante a que me pase algo, en un piso que parece que se va a venir abajo a las primeras de cambio. Estoy harto de mi trabajo, estoy harto de... --Vale, vale, lo pillo. --Su amigo, un optimista perenne, no queria ver a nadie regodeandose en sus propias miserias--. Mira, es tu dia de suerte: te voy a proponer un proyecto que nos hara ganar mucha pasta. Damian, como cabria esperar, aguzo el oido: --Te escucho. Mario hizo un triangulo con ambas manos y las separo lentamente al tiempo que decia: --Inteligencia artificial. Su gusto por la teatralidad le hizo dejar una pausa dramatica, pero no logro el efecto deseado. Damian se encogio de hombros y espero a que continuara su discurso. --Es el futuro, chaval. Voy a desarrollar una inteligencia artificial para procesar grandes volumenes de informacion y detectar patrones que ayuden a decidir sobre esos datos. No es nada revolucionario, las grandes empresas llevan ya un tiempo haciendolo, pero eso es bueno: significa que hay gente dispuesta a pagar por algo asi. Y pagaran mucho dinero, muchisimo. ?Te das cuenta del enorme potencial que esconde un sistema informatico de ese estilo? --Me lo puedo imaginar. --No, no podia. --El caso es que yo me encargare de programar ese sistema, pero necesito a alguien que se ocupe de todo lo demas: buscar clientes, el marketing online... En fin, ese tipo de cosas. Asi que... ?que me dices?

  • Nora Webster de Colm Toibin

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    La nueva novela del maestro de la literatura irlandesa. Colm Toibin, autor de Brooklyn y El testamento de Maria, crea un extraordinario fresco de la Irlanda de finales de los anos sesenta y comienzos de los setenta.

  • Trifulca a la vista de Nancy Mitford

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    Trifulca a la vista, publicada originariamente en 1935, es la tercera novela de Nancy Mitford. Al igual que sus predecesoras, se trata de una comedia costumbrista ligera y muy lograda que incluye un completisimo catalogo de convenciones wodehousianas: una rica heredera, rivales en el amor, la herencia de una tia, compromisos rotos, identidades falsas y un final feliz. Pero, a diferencia de sus otros libros, Trifulca a la vista nunca se reedito en vida de Nancy [1] . En los tres anos que siguieron a la publicacion de su segunda novela, Christmas Pudding, tanto su propio mundo como el que la rodeaba se convirtieron en lugares mas sombrios. Hitler detentaba el poder absoluto en Alemania y dos hermanas de Nancy, Diana y Unity, se volvieron fervientes admiradoras suyas despues de haber asistido a un mitin del partido nazi en Nuremberg. Cuando, en 1951, su editor le rogo que le permitiese reeditar la novela, Nancy se nego. <>. Como en todos sus libros, Nancy se sirvio ampliamente de familiares y amigos como fuente de inspiracion; asi, pese a la afirmacion de los creditos de que los personajes son ficticios, Trifulca a la vista es una novela muy autobiografica. El capitan Jack, lider de los camisas tricolores (precursor de Roderick Spode, lider de los shorts negros, el ridiculo aspirante a dictador de P. G. Wodehouse), esta inspirado en el amante y futuro marido de Diana, sir Oswald Mosley, fundador de la Union Britanica de Fascistas. Eugenia Malmains, la rica heredera, rebelde y entusiasta de los camisas tricolores, es un retrato apenas velado de Unity, que se mudo a Munich en 1934 para aprender aleman y colmar sus aspiraciones de conocer a Hitler. El rechazo de Nancy a reeditar --solo seis anos despues del final de la guerra-- un libro que se burlaba del fascismo y que parodiaba a Hitler es comprensible, pero no fue la unica razon de sus reparos a que la novela viera de nuevo la luz. Sus dos primeros libros la habian encasillado como una novelista ligera que se ocupaba de cocteles, fines de semana en casas solariegas y columnas de cotilleos de la alta sociedad. Highland Fling fue alabada en The Times Literary Supplement por su <>, y Christmas Pudding, por <>, pero el mismo periodico publico una critica desdenosa de Trifulca a la vista y describio la novela como un <> de un humor <>. Nancy no creia que sus novelas de preguerra fuesen obras maestras (<>, escribio --exagerando-- a Evelyn Waugh), pero si sabia que tenian cierto valor como piezas de epoca, que eran muy entretenidas y que contaban con partes extremadamente divertidas. Por lo tanto, no fue el orgullo profesional lo que la decidio a no reeditar Trifulca a la vista. La razon principal para su negativa, aparte de los chistes de nazis, fue que el libro habia provocado reacciones furibundas en la familia Mitford: Unity la amenazo con no volver a dirigirle la palabra jamas, y Diana, que acababa de divorciarse de su primer marido por Mosley, rompio mas o menos la relacion con ella hasta el final de la guerra. A esto hay que anadir, sin duda, la resistencia de Nancy a reavivar el recuerdo del intento de suicidio de Unity en 1939 y de su consiguiente muerte en 1948. Bromista consumada, Nancy nunca se tomo la politica, ni cualquier otra cosa, demasiado en serio. Su forma de entender la vida consistia en tratarlo todo como si fuese una gran broma, al menos en apariencia. Como la mayor de las seis Mitford, habia transmitido esa actitud a sus hermanas, y dominaba la atmosfera familiar. El fervor con el que Diana, Unity y la quinta hermana, Jessica --que se hizo comunista--, abrazaron las causas politicas extremistas rompio la regla tacita de las Mitford de que nada era tan importante como para no poder reirse de ello. Nancy tambien sentia una desconfianza instintiva hacia las ideologias. <>, escribio a un amigo de la familia al estallar la guerra. Para Nancy, la politica era cuestion de personalidad; las personas, no las ideas, eran lo que importaba. Cuando abandono la ficcion para escribir sobre la historia de Francia, los historiadores la acusaron de volver a contar historias sobre la vida familiar de los Mitford. <>. A pesar de las referencias a los acontecimientos politicos de la epoca, Trifulca a la vista es, ante todo, una investigacion sobre el amor y el matrimonio, temas recurrentes en todos los libros de Nancy. Esta dedicada a su marido, Peter Rodd, el hijo renegado del diplomatico sir Rennell Rodd. Cuando empezo a escribir la novela, en la primavera de 1934, llevaba solo unos meses casada con Peter; tiempo suficiente, sin embargo, para haber adquirido una opinion bastante cinica con respecto al matrimonio: <>, dice Jasper Aspect, el mujeriego desaprensivo y bebedor cuyo personaje debe mucho a Peter y, en menor medida, a Basil Murray, su coetaneo de Oxford. (La extravagante pareja habia servido ya de inspiracion para Basil Seal, el antiheroe delincuente de Merienda de negros de Evelyn Waugh). Nancy y Peter se embarcaron en el matrimonio en un torbellino de euforia. A Peter le faltaba poco para cumplir los treinta y, al parecer, considero el matrimonio como el ultimo recurso, despues de haber fracasado en todo lo demas. No hay duda de que, a su manera, le tenia carino a Nancy, pero la trataba de forma desalmada, como hacia con todas sus mujeres, y disfrutaba alardeando con sus amigos de que habia propuesto matrimonio a toda clase de mujeres pero que la unica <> para aceptar habia sido ella. Con veintinueve anos --una edad a la que, en los anos treinta, las mujeres ya se disponian a convertirse en solteronas--, Nancy salia de una aventura amorosa, que habia ido arrastrando durante cuatro anos, con Hamish Erskine, un amigo homosexual de su hermano, y se rindio al encanto insolente y rubisimo de Peter. Romantica incurable a pesar de su despiadado ingenio, Nancy decidio que estaba enamorada y consiguio hacer la vista gorda ante el verdadero caracter de Peter durante los seis meses que estuvieron prometidos, escribiendole a una amiga que se encontraba en <> y animando a todo el mundo a casarse si deseaban <>. Quiza la posdata de su carta, <>, insinue que, en cierta medida, era consciente de que casarse con Peter era una locura. Para cuando regresaron del viaje de novios, el romance se habia desvanecido. Empezaron su vida conyugal en una casita en Strand-on-the-Green, en Chiswick, subsistiendo gracias a una pequena renta procedente de los padres de ambos y al dinero que Nancy lograba reunir a duras penas con su escritura. Nancy crecio en una epoca en la que el matrimonio era practicamente la unica carrera posible para las mujeres de su condicion. Un matrimonio tenia que perdurar a cualquier precio y la esposa debia someterse a su marido. En este sentido, el ejemplo de los padres Mitford, lord y lady Redesdale, habia calado hondo en sus hijas. En Trifulca a la vista, Nancy analiza con una mirada lucida y sardonica sus tribulaciones. <>, declara con vehemencia Poppy Saint Julien a lady Marjorie Merrith, que ha roto su compromiso con el duque de Dartford porque no esta enamorada. <>. Nancy intenta, no siempre de manera convincente pero con encomiable buen humor, dejar de lado la desilusion y centrarse en representar lo que supone estar casado. Cuando Jasper menosprecia al <> a quien le gusta tener <> por telefono por las mananas, Nancy esta ridiculizando su propia aficion a charlar, su forma de intimidad preferida. Hay algo que raya en la admiracion en sus referencias indirectas a la irresponsabilidad financiera de Peter: <>, dice Poppy. <>, contesta Jasper. Cuando Poppy senala que es lo minimo que pueden hacer los hombres ya que las mujeres soportan todas las molestias del embarazo, Jasper replica: <>.

  • El mundo azul. Ama tu caos, Albert Espinosa de Albert Espinosa

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    El caos es lo que te hace diferente. Lo que la gente no entiende de ti o lo que desea que cambies. Pero el caos es parte de uno, por ello, cuando alguien no te entienda dile:

  • Viggo de Fabiana Peralta

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    Viggo habita en la oscuridad desde hace mucho tiempo y cree que sus dolorosos recuerdos son necesarios para no olvidar que merece cada dia de sufrimiento.

  • Fantasmas de luz de Agustin Fernandez Paz

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    Desde hai trinta e cinco anos, Damian traballa como operador de cabina no mellor cine da cidade. Cando recibe a noticia de que a sala vai desaparecer e que todos os empregados seran despedidos, a sua vida experimenta un cambio extraordinario que tamen afecta a Marga, a sua dona. Dun xeito progresivo, os seus corpos comezan a se volver transparentes, invisibles aos ollos das persoas que viven ao seu redor.Empregando recursos da novela fantastica e combinando o suspense cunha delicada melancolia, Fantasmas de luz falanos dun dos grandes dramas contemporaneos: o da exclusion e a invisibilidade a que se ve sometida unha parte da sociedade.Fantasmas de luz tamen quere ser unha homenaxe ao cine, tanto as vellas salas que foron esmorecendo como as grandes peliculas que, sen ser a vida mesma, <>.

  • La colmena de cristal de P.m. Hubbard

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    LA PINTURA ESTABA DESCASCARANDOSE, pero el letrero aun era legible. "Muebles y Antiguedades", decia. Retire el pie del acelerador, por simple reflejo. Nunca se sabe, sobre todo en estos pueblitos perdidos. Las grandes ciudades y los lugares turisticos son una perdida de tiempo. Ya no queda practicamente nada en ellos y lo poco que hay tiene precios especulativos, bastante mas altos que las cotizaciones realistas de Londres. Pero aquel era un pueblo industrial de tercera categoria y la tienda, ubicada en una calle apartada, parecia atiborrada de trastos viejos. Estacione el auto a mano izquierda, en la esquina de una callecita lateral con casas de ladrillo de una fealdad sin redencion. Baje y me puse un impermeable viejo. Por mas que mi acento me delatara, al menos no parecia un turista. Podia estar alli por negocios. Pase delante de la vidriera, atestada de objetos de toda laya. Senti un leve mareo y supe que en mi sien derecha habia empezado a latir una vena. Es bastante extrana, esta pasion de coleccionista. No se que opinan los psicologos al respecto, pero estoy convencido de que es un sucedaneo de alguna emocion mas profunda. No precisamente del sexo, creo. Mas bien de ese instinto de cazar o de acopiar comida que se remonta al Mesolitico. Es indudable que es una enfermedad de la civilizacion, y la mayor parte de las civilizaciones prefieren formalizar el sexo en lugar de ocultarlo. Por otra parte, aunque se que nada es mas facil para un coleccionista que burlarse de otro, seguramente lo que uno colecciona hace la diferencia. A veces puedo ser un poco ridiculo, pero el hombre capaz de matar por una marquilla de cigarrillos es obviamente un enfermo. Volvi sobre mis pasos, abri la puerta y entre en la tienda. La puerta hizo sonar un timbre electrico --no por nada estabamos en la Gales industrial--, pero adentro no habia nadie. El interior estaba repleto de objetos casi hasta el techo. Ignore los muebles y los bronces, los rollos de alfombras y las pilas de frazadas dobladas cuyos duenos habian muerto hacia tiempo. Espie entre ellas, pero detras no habia nada. Camine hacia los estantes ubicados en el fondo de la tienda. Habia algunas porcelanas, una de ellas probablemente valiosa para alguien interesado en esa clase de cosas, y detras tres hileras de cristaleria polvorienta. El hombre aparecio de repente detras de un armario de caoba. Debia de haber una puerta en la pared lateral. Se lo veia un poco enclenque, pero no decrepito. Es probable que cobrara alguna pension y que la venta de objetos usados fuera solo una actividad secundaria. Tenia la tipica cara de furia anticipada de los galeses. Dije: "Buenos dias, disculpe la molestia", porque senti que el tipo esperaba que me disculpara por el solo hecho de haber entrado en la tienda. Saludo con un grunido, pero su desconfianza permanecio intacta. --Me preguntaba si tendria algo donde se pudiera colocar un ramo de flores --dije--. Algo pequeno. A una sobrina mia le encantan las cosas viejas. Aparto sus ojos de los mios con reluctancia, como si al hacerlo perdiera la oportunidad de descubrir que buscaba. Recorrio el interior de la tienda con una mirada desganada. --No se --dijo--. ?Una especie de jarron? --Si, o una jarra vieja, un tazon o algo por el estilo. Incluso una copa de cristal vieja. No quiero nada demasiado grande. --?No vio nada en la vidriera? --pregunto. Seguia queriendo saber por que habia entrado. --La verdad es que no mire con demasiada atencion. Puede que haya algo. Tome una lecherita eduardiana y la hice girar entre mis manos, incitandolo a que fuese hasta la vidriera y me dejara solo. Vacilo un poco, pero luego camino hacia la vidriera. Movio una mesa y un par de marcos de fotos se desplomaron en medio de una pequena nube de polvo. Mascullo algo y se inclino para recogerlos. Yo estaba ya frente al estante de la cristaleria, examinando lo que habia detras de las jarras cascadas y de los toscos vasos de vidrio soplado. Tenia la boca seca. El cristal del siglo dieciocho tiene un brillo inconfundible. Aun hoy considero que no hay por que avergonzarse de la pasion que despierta, a menos que no puedas controlarla. Es un producto caracteristico del ultimo florecimiento de nuestra civilizacion, antes de que la revolucion industrial trajera prosperidad y mecanizacion. Fue entonces cuando empezaron a agregarle carbonato de sodio al cristal, incluso al de buena calidad, hasta transformarlo en pasta barata. El apogeo duro apenas unos cien anos, desde que los fabricantes aprendieron a modificar la formula de George Ravenscroft para evitar que el cristal se cuarteara y el momento en que abandonaron la magia natural del centrifugado por el brillo artificial del molde. Fue un periodo en que todo lo hacian bien, por mas que fuese una jarra de cerveza para una taberna o una "flauta" para contener la efervescencia del primer y rustico champan. Fabricaron miles y miles de copas hermosas, que hoy estan todas rotas y enterradas a excepcion de unas pocas que han sobrevivido para avergonzarnos y deslumbrarnos. Son todas "piezas de coleccion" que ya casi no se encuentran por ninguna parte, salvo precisamente en museos o en colecciones privadas. Lo oi regresar de la ventana y me volvi hacia el con una expresion de interes. Traia una jarra cervecera de peltre y un cuenco de bronce de Birmingham. --Tengo estas --dijo. Tome la jarra cervecera y la estudie detenidamente. --Podria ser --dije--. Aunque en realidad busco algo mas pequeno. La coloque en un rincon vacio de la mesa polvorienta. Puse la lecherita de porcelana floreada junto a ella. Luego me volvi hacia el estante de la cristaleria y baje el horrendo vaso de la primera fila. Ahora podia ver con mayor claridad lo que habia detras. Solte un grunido de asombro y lo alce procurando manipularlo con torpeza. "Que cosa mas rara", dije. Mi voz sonaba completamente artificial. Era una copa de cristal de Newcastle completamente ronosa y en optimo estado, de unos veinticinco centimetros de altura, con un caliz de una redondez perfecta apoyado sobre un magnifico balaustre con varios nudos. --Me pregunto de donde habra salido --dije. Me miro con suspicacia. Era un ignorante pero tambien un negociante nato, como todos los de su clase, y habia percibido algo de mi excitacion. --Es cristal antiguo. No se ven muchas asi. La tomo y se puso a lustrarla bruscamente con un trapo grasiento. Mi mano estuvo a punto de arrebatarsela, pero logre controlarme. La observaba girar entre sus manos, mientras me pasaba la lengua por los labios. Al cabo de un rato la coloco sobre la mesa junto a las otras dos. Ahora se veia mas limpia. La calidad del cristal saltaba a la vista. --Es rara, ?no es cierto? --dije. Todavia sonaba un poco asombrado. El guardaba silencio. No me sacaba los ojos de encima ni por un instante. Observe las tres piezas sobre la mesa: la jarra maciza e inofensiva; la horrenda lecherita; y la copa de cristal absolutamente perfecta. Alce la lecherita, la examine meticulosamente y volvi a dejarla en el estante. --?Supongamos que llevo estas dos? --pregunte. Miro la copa y volvio a mirarme, varias veces. Su sentido comun luchaba contra su sordido instinto de comerciante, que le decia que algo andaba mal. --Le dejo la lecherita en diez chelines. --?Cuanto...? --exclame. Tenia la garganta completamente seca y no me salia la voz. Tosi y dije--: ?Y que hay de la copa, entonces? --Eso es cristal antiguo --repitio. Me miro y decidio arriesgarse--: Tendria que cobrarle... --Se callo y pude ver dentro de su cabeza una rueda que giraba marcando una cifra tras otra, mientras trataba de decidir donde detenerla--. Tres libras por la copa. Era el momento. Silbe y lo mire azorado. --Es un poco cara, ?no le parece? --dije--. No me parece que sea algo tan especial, ?verdad? Una mirada de alivio inundo sus ojos. Temia que me precipitara sobre la copa. --Es cristal antiguo --repitio. --No digo que no me guste, pero tres libras es demasiado, ?no cree? Guardo silencio y fingi pensar en el precio. Dije: "Veamos..." y saque la billetera. Mire dentro de ella como si no estuviese seguro de cuanto dinero tenia ni de cuanto podia gastar. El seguia mudo. Extraje cuatro billetes de una libra y se los ofreci. Otra vez fue presa de un ataque de furia contenida, pero termino por tomar el dinero. Alce la jarra con la mano izquierda y, con sumo cuidado, la copa de cristal con la derecha. Nos quedamos quietos, mirandonos. --Si me da los diez chelines de vuelto... --dije. Ahora yo tenia la voz ronca y los ojos del hombre brillaban de resentimiento. Se quedo ahi parado, con los billetes en la mano. Luego extendio la otra mano y dijo: --?Quiere que se la envuelva? Dijo la, no las. Negue con la cabeza, coloque cuidadosamente las manos sobre el pecho y pase por delante de el rumbo a la puerta de la tienda. --Ey... --dijo, y salio detras de mi--. Cambie de opinion. No la vendo. --Ya la vendio --dije. Tendio las manos; con una aferraba los billetes y con la otra trataba de agarrar la copa. --Ya la vendio --repeti--. Le puso un precio, que yo acepte y pague. Usted tiene el dinero. Yo tengo la copa. La operacion esta cerrada. Ya no puede echarse atras. --?Como se cuanto vale? --dijo--. Algunas de esas copas antiguas valen una fortuna. --Esta vale tres libras --dije--. Ese es su precio de mercado. Acabo de comprarla por esa cifra. ?Que cree que hare? ?Venderla de inmediato y obtener una buena ganancia? Extendio bruscamente la mano como si quisiera atraparme... precisamente a mi, que estaba parado alli sosteniendo ese objeto fragil y bello sin proteccion alguna. Senti que se me cerraba la garganta de la furia ante semejante ignorancia y ciega codicia, y con la mano izquierda alce la pesada jarra de peltre y la interpuse entre su cabeza y la mia. Su mirada debia de seguir clavada en mis ojos, porque lo que vio lo hizo retroceder y retirar velozmente la mano. La furia todavia me cortaba el aliento, pero el momento critico habia pasado. Volvia a tener el control de la situacion. --?Va a llamar usted a un policia o prefiere que lo llame yo? Le dira lo mismo. La compre, pague por ella y ahora es mia. La jarra de peltre sono al chocar contra el picaporte de bronce mientras abria la puerta con la mano izquierda. Salio detras de mi, pero mantuvo la distancia. --Es una maldita estafa --dijo--. Eso es lo que es. Una maldita estafa. --Cuenteselo a la policia --dije. Me aleje caminando por la vereda balanceando la jarra y sosteniendo la copa de cristal contra el pecho. Me siguio unos pasos, cambio de idea y regreso corriendo a la tienda. Lo observe hasta que entro y corri hasta la esquina. No habia nadie en la calle lateral y fui directo a mi auto. Envolvi la copa en sucesivas hojas de The Times, procurando que el precioso y delicado tallo quedara bien protegido. La calle seguia desierta. Coloque con cuidado el paquete en el baul del auto, me sente en el asiento del conductor y espere sin apartar los ojos del espejo retrovisor. No habian pasado quince segundos cuando el hombre cruzo el otro extremo de la calle. Lo acompanaban dos muchachos fornidos. Pasaron sin siquiera mirar la luneta del auto. Hice una clasica vuelta de tres puntos, regrese a la calle principal y gire a la derecha. Mientras pasaba frente a la tienda vi a una mujer en la puerta, esperando el regreso de los guerreros. Era horrorosa. Tampoco me vio. Conduje varios kilometros por la misma ruta por la que habia entrado en el pueblo y al llegar a un cruce tome un camino lateral. El campo era verde y frondoso, pero no podia librarse del todo de los olores de la ciudad. La proxima salida bien podria llevarme a Ambridge, el pueblo ficticio donde transcurre ese programa de radio, Los Archer. Detuve el auto y con el paquete en la mano atravese caminando un prado hasta llegar a un arroyo. Me arrodille en la orilla, aparte una a una las hojas de The Times y lave la copa suavemente con las yemas de los dedos en el agua clara, aflojando la mugre aneja y quitando las manchas que habia dejado el trapo grasiento del vendedor. A medida que la acariciaba con los dedos, la copa iba recuperando asombrosamente su brillo y cuando la alce para contemplarla, al fin, estuve a punto de quedarme sin aliento. --?Que es? ?Algo que acaba de encontrar? --dijo el hombre. --De comprar --dije. La reconoci enseguida. Era la voz de Jack Archer. Asintio con la cabeza. --Que hermosura --dijo. Hablaba en serio. El hombre de campo todavia es, en general, civilizado--. Vale mucho, ?no es cierto? --Dificil saberlo --dije--. Los precios cambian todo el tiempo. Treinta libras, tal vez. Lanzo un silbido en senal de admiracion. --?Cuanto pago por ella? --Tres --dije--. No, tres libras con diez chelines --agregue, porque nunca recibi el vuelto. Asintio con la cabeza, alegremente. --Es una suerte encontrar algo asi. ?Usted se dedica a comprar y vender? --No --dije--. Es para mi. --Ah, mejor asi. Me alegro que la haya pagado tan barata. Volvio a asentir con la cabeza y se alejo chapoteando delicadamente en el pasto mojado. Lo adore tanto como habia odiado al hombre de la tienda. Envolvi de nuevo la copa, colocando hacia adentro el lado limpio del papel, y regrese al auto. Sentia ganas de cantar. Cuando llegue a casa volvi a lavarla con agua tibia y un detergente suave. Luego la coloque sola sobre una mesa, en el centro de la habitacion, y me sente a contemplarla. Y despues busque los libros. Ese es uno de los mejores momentos. No importa cuanto sepas, siempre hay algo que se te escapa o algun dato que necesitas confirmar. Pero sobre todo es como si estuvieras mostrando la copa por primera vez a alguien, para comprobar si tu conviccion apasionada resistira la fria luz que arroja el juicio de un experto. Es una experiencia aterradora y casi nunca definitiva, porque no hay dos copas iguales. Puede que algun autor haga una descripcion fiel de ella, pero no siempre resulta completa ni categorica. Otro tiene una fotografia de una copa muy similar, pero discrepa con la datacion o la procedencia propuestas por el primer autor. Tienes una pieza fabricada por un artesano con nombre y apellido en una epoca y un lugar determinados y es posible que hayan existido varias docenas casi exactamente iguales. Pero ya nadie recuerda aquel nombre, y la epoca y el lugar son materia de conjeturas y de opiniones encontradas entre los expertos. Ademas, casi todas las otras piezas se hicieron anicos hace tiempo. Perfecto en si mismo, este objeto ha llegado a tus manos sano y salvo luego de doscientos anos de precaria existencia. Pero nunca sabras toda la verdad acerca de el. Finalmente, hice lo que hago siempre. La llene, despues de Dios sabe cuanto tiempo de sequia y de vacio, con un buen clarete que bebi solemnemente, preguntandome quien habria sido el ultimo en beber de ella y que. Luego la lave y la puse de nuevo en su lugar. Apenas oyo mi voz en el telefono, David solto un gemido. --Oh, Dios, ?que encontraste esta vez? --dijo--. ?Podre soportarlo? --Una Newcastle --dije--. De unos veinticinco centimetros de altura. Caliz acampanado, luego dos nudos, balaustre con "lagrimas", doble anillo y termina en un pie alto y concavo. Sin un solo defecto. Se hizo una pausa y dijo: --Repitelo. Lo repeti. --?Donde diablos la encontraste? --En una tienda de compraventa. --Maldito seas --dijo--, maldito seas. Ire a verla manana, ?de acuerdo? --De acuerdo. --?Viste el numero de julio de Cristal Antiguo? --No. Lo tengo aqui, pero todavia no lo he mirado. ?Por que? --Levinson --dijo--. Adivina. --Dime. --Una tazza de Verzelini. Con dedicatoria grabada. Absolutamente increible. --No existe --dije--. Dicen que es un invento de el. --Ahora si existe --dijo David--. Levinson la tiene. Dedicada a la reina. --No lo creo. --Hay fotos. Y Levinson sabe lo que dice. A menos que quiera enganarnos a todos. --?Levinson? No --dije. --?No? Muy bien, alli la tienes. Mirala con tus propios ojos. --Eso hare --dije. Colgue el tubo, arrastre hacia mi la revista por encima de la mesa y rasgue el sobre. Un titulo cruzaba la tapa. "Una tazza Verzelini", decia. CAPITULO II CRISTAL ANTIGUO ERA UNA DE LAS REVISTAS ESPECIALIZADAS mas bellamente producidas del mundo. Mirarla y aun tocarla era, para cualquier persona civilizada, una delicia. Para cualquier aficionado, a esa perfeccion estetica sumaba algo de la santidad de las Sagradas Escrituras; era como lo que debio de haber sido el salterio de Luttrell en epocas menos sofisticadas y mas religiosas. No es que Cristal Antiguo aspirase a ejercer una autoridad definitiva. Su linea editorial, si es que la tenia, se concentraba en los aspectos menos eruditos de su objeto de estudio. Pero todos sus colaboradores eran autoridades en la materia y sus paginas eran el foro natural para quien tuviese algo que decir acerca del cristal antiguo. Era forzosamente una publicacion excedida en colaboraciones y siempre necesitada de suscripciones. La suscripcion anual costaba veinte libras. La circulacion era un secreto que solo conocia su dueno, Peter Sarrett, que tambien la dirigia y que al parecer vivia enteramente para ella. Pero era evidente que la revista daba perdidas. Ahora esta muerta, al igual que Peter. Se publico durante seis anos y sus veinticuatro numeros, sobre todo la coleccion completa, valen hoy en dia bastante mas que su precio original. Se decia que Peter vivia de rentas y de hecho debia de ser cierto. Porque fuera cual fuese la fuente de su dinero, no era ciertamente Cristal Antiguo. Ahi era donde lo gastaba.

  • Desearas de Erika Halvorsen

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  • Sweet Manhattan de Lina Galan

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    Aquel fue un gran descubrimiento para Brooklyn. A sus cinco anos, la nina obedecia fielmente a Jocelyn, su nanny, que solia acostarla cada noche y le leia un cuento hasta que se quedaba dormida. Pero, en aquella ocasion, la inocente lectura no fue suficiente para que su sueno se volviera profundo. Unas voces en la planta de abajo le hicieron levantarse y caminar descalza por el pasillo, con su primoroso camison blanco de encajes. Su curiosidad infantil la llevo a la parte superior de la escalera, donde, agarrada a la baranda de madera, oteo el horizonte en busca de los acontecimientos que tenian lugar en la parte inferior de la casa. Aquellas voces y risas resultaron deberse a una de las veladas sociales que organizaban sus padres mientras ella y su hermano, Kayden, cuatro anos mayor, dormian apaciblemente en sus habitaciones. Observo a su madre, Alice, tan elegante como siempre, y a su padre, Cameron Edwards, candidato por aquel entonces a la alcaldia de Nueva York y que necesitaba de aquellas reuniones para obtener votos y popularidad. Tambien observo al hombre que ella conocia como el abogado de su padre y que aquella noche aparecio con su hijo, un chico de unos dieciocho anos, alto, moreno y con una contagiosa sonrisa. En cierto momento, el joven elevo su mirada y se topo con la de Brooklyn, cuya carita permanecia entre los barrotes de la balaustrada. El muchacho sonrio, le guino un ojo, y ella le devolvio la sonrisa, aunque despues el volviera a sus cosas de adulto, como estrechar manos y saludar. El caso es que aquella no fue la unica vez que la nina aparecio en lo alto de la escalera. A partir de entonces, cada vez que Brooklyn oia algo que le hiciese sospechar que habia visitas, se hacia la dormida tras la lectura del cuento por parte de Jocelyn y, minutos despues, andaba descalza hasta la escalera, se sentaba en el primer escalon y apoyaba su rostro entre los barrotes. En su mente infantil, sonaba que aquel joven un dia decidia subir los peldanos, la tomaba de la mano y la acompanaba a mundos lejanos, con caballos que volaban y arboles de gominola. La cria fue creciendo, y los suenos con aquel chico se transformaron en otros muy diferentes. Ya era una adolescente cuando continuo con la misma rutina nocturna. Aunque ya no necesitaba a su ninera para arroparla, ni cuentos que la hiciesen dormir, se levantaba a hurtadillas y corria hacia la escalera para buscar con la mirada a Jonathan Reed, el protagonista de sus suenos ya nada infantiles. Incluso, si alguna vez invitaba a alguna de sus amigas a dormir, todas ellas corrian hasta el descansillo en plena noche para poder comentar los vestidos de las mujeres, sus peinados o la aparicion de algun chico que pudiese suscitar algun interes, algo que no solia ocurrir muy a menudo en reuniones de politicos de la edad de sus padres como minimo. Brooklyn tenia catorce anos y calculo que Jonathan tendria sobre los veintisiete el dia que este se presento en su casa con su prometida, una rubia a la que odio de inmediato a pesar de su cara de angel. --Es muy mayor, te lo he dicho mil veces --comento Sally, una de sus amigas--. ?Como te puede gustar un tipo tan viejo? --No es viejo --gruno Brooklyn--, y es guapisimo. ?No habeis visto los bonitos hoyuelos que se le forman cuando sonrie?, ?y sus ojos verdes? Jamas en mi vida he visto unos ojos como esos. --Sin dejar de contemplarlo, suspiro ruidosamente. --A mi tambien me parece mayor --intervino Kimberly, otra de sus mejores amigas--, aunque lo salva bastante como va vestido. Me gustan los chicos con uniforme. Jonathan, por aquel entonces, ya era el teniente Reed. Despues de sus estudios en Harvard, se alisto en el cuerpo de Marines --Brooklyn no supo nunca el motivo, aunque oyo hablar a su padre sobre el disgusto de su amigo-- y lo solian enviar a misiones en el extranjero, por lo que sus visitas se habian espaciado considerablemente. Su padre, Samuel Reed, fiscal asistente del distrito, no parecia estar muy contento con el hecho de que su hijo no continuase con la tradicion familiar de dedicarse al derecho, pero parecia ser que Jonathan tenia bastante claro su futuro militar. --Vale, aceptamos que sea guapo --continuo Sally--. Pero ?que me dices del detalle de que tenga novia? !Y encima es una belleza! --No es la primera novia que presenta --se defendio Brooklyn--. Seguro que con esta tambien acaba rompiendo. --Tal vez, pero se ven muy enamorados --la pincho Sally. --Como con todas las demas --volvio a defenderse. --Y, luego, ?que? --pregunto su amiga--. ?Te casaras tu con el? --Lo veo un poco improbable --dijo Kimberly, con petulancia--. Hasta aqui llegan los destellos del enorme anillo de prometida que lleva la chica en el dedo. Brooklyn sintio unas enormes ganas de empujar a sus invitadas escaleras abajo. !Debian apoyarla! ?Para que estaban las amigas, si no? --!O puede que se muera y acabe viudo! --grito, presa de la rabia. --Oh, vamos, Brook, no te pongas dramatica. ?De verdad vas a desear que se muera la pobre chica? --Yo no he dicho eso, pero podria pasar. --Brooklyn se sentia ligeramente mal por su comentario desafortunado, pero no pensaba retractarse ante ellas--. Las personas tienen accidentes todos los dias... --!Deja de decir eso, Brook! --exclamo Kimberly--. ?Por que no admites de una vez que un hombre como ese jamas se fijaria en ti? !Eres una nina! --Muchas gracias, amiga --gruno, enfurrunada. Le sento muy mal que no le dieran ninguna esperanza, aunque fuese fingida, como haria cualquier amiga. Algo asi como <> o <>. !Las amigas estaban para lo bueno, para lo malo y para mentir si era necesario! Lo malo, en aquel asunto, fue que llevaban toda la razon. Jonathan y su prometida se casaron un ano despues. El dia de la boda, Brooklyn se paso el tiempo engullendo canapes y probando a escondidas todas las bebidas alcoholicas que ofrecieron en el banquete. Como resultado, pillo su primera borrachera y, para colmo, no llego ni a acercarse al novio, que, por cierto, con su uniforme militar estaba espectacular. La ultima vez que Brooklyn vio a Jonathan en su casa fue la noche que aparecio con su mujer embarazada. La joven ya no apoyaba su cara en los barrotes de la escalera, pero si se quedo en el piso superior, para poder contemplarlo, como siempre, desde la distancia. Los vio tan felices que sus suenos infantiles murieron aquel mismo dia, puesto que ella misma ya era una mujer adulta, que estudiaba, salia con chicos, se divertia... y en cuya vida ya no habia espacio para el joven de bonita sonrisa que siempre contemplo desde la altura de una escalera. Ese chico se habia convertido en un hombre casado y futuro padre, muy lejos de su alcance. Aunque si que volvio a saber de el: en el funeral de su esposa. El dia que Brooklyn supo la noticia, lloro amargamente, sintiendose culpable. Ella habia llegado a desear la muerte de esa mujer y dicho deseo se habia cumplido... El ya capitan Reed estaba destinado en Tunez, donde hubo un atentado en los alrededores de la embajada norteamericana. La mala suerte quiso que ese dia, el y su esposa estuviesen invitados, junto al resto de oficiales, a una recepcion con el embajador. Un coche bomba mato a varios soldados y diversos civiles, entre los que se encontraba la mujer del capitan. Tambien hubo heridos, uno de ellos Jonathan, que no pudo asistir al funeral de su difunta esposa debido a la gravedad de sus heridas... --Es bonita la cicatriz --le dice el chico. El corazon le da un vuelco y se lleva la cabeza de muneca al pecho. --?Bonita? Es una cicatriz. --Es una senal de haber sobrevivido. JULIANNA BAGGOTT, Puro Capitulo 1 Un agudo dolor de cabeza, sed y sensacion de nauseas fueron los sintomas que reconoci en el momento de despertarme: aquello era una horrible y pesada resaca. Ciertos flashes de la noche anterior asaltaron mi mente embotada, pero preferi intentar levantarme antes de que pensar demasiado terminara haciendome explotar el craneo. Nada mas abrir los ojos, parpadee por la intensa claridad que ya entraba por la ventana, lo que me hizo incorporarme de golpe en la cama, a pesar de los pinchazos en las sienes. Porque, si entraba tanta luz, se debia a que ya serian mas de las ocho... --!Mierda! !Voy a llegar tarde! !Otra vez! Fue justo al desprenderme de la sabana que descubri mi cuerpo desnudo. ?Desde cuando me acostaba yo asi si tenia una buena coleccion de pijamas? Temiendo responderme a mi misma a esa pregunta, ladee la cabeza hacia el otro lado y me encontre con lo que mas temia: un desconocido durmiendo junto a mi, en mi cama, acurrucado en mi almohada, tan en pelotas como yo. --!No, no, no! Pero !?que hice anoche?! Por mas que escarbaba en mi cerebro, no encontraba mas que unas pocas imagenes de mi misma en la fiesta de Patrick, de mis amigas, del retumbar de la musica, de un bailecito sexy encima de una mesa... Ya no habia tiempo para eso. Debia deshacerme de aquel tipo ya. --!Eh, tu, despierta! --grite mientras lo zarandeaba--. !Despierta de una vez, joder! El desconocido parpadeo, me miro y despues miro a su alrededor. --?Donde estoy? --En la Casa Blanca, capullo. !Levantate ahora mismo! --Le di un empujon y el cuerpo del hombre impacto con un golpe seco contra el suelo de madera. Hasta a mi me dolio. --!Oye, guapa! --se quejo, tras incorporarse--. !Seguro que anoche no me echaste asi de tu cama! --!?Que paso?! --le exigi saber--. ?Tu y yo...? Ya me entiendes... --!Y yo que se, no me acuerdo! --refunfuno mientras buscaba su ropa y sus zapatos--. ?Donde demonios estan mis cosas? --Ay, Dios... --murmure--. !Mira en el bano! ?Me habria metido en la ducha con ese tipo? ?Y que habiamos hecho con la ropa? !La mia tampoco estaba por ninguna parte! --Solo he encontrado los calzoncillos y los zapatos --dijo el chico antes de salir con esas pocas prendas sobre su cuerpo. Me habria reido ante semejantes pintas si hubiese sido buen momento para hacerlo. --?De verdad no puedes acordarte de si nos acostamos tu y yo? --insisti. --Lo ultimo que recuerdo es verte caer de una mesa --me explico--. Te tuve que coger al vuelo porque estabas muy borracha, te enganchaste a mi cuello y, despues de eso, nada. --Oh, genial --me lamente. !Ni siquiera podia saber si habia usado proteccion! --A ver, a ver, no entremos en panico. --Me coloque una camiseta que saque de un cajon, para taparme, y retire las sabanas hasta tirarlas al suelo--. Tu mira debajo de la cama, yo lo hare entre las sabanas. --?Y que se supone que tengo que buscar? --!Un condon usado, idiota! --Ah, vale, entiendo... Por si lo hicimos a pelo, ?no? --Oh, callate... --gemi. Con tan solo oir aquella posibilidad, me inundo el panico... porque aquello me hizo recordar que mi vida sexual era un autentico desastre. En las pocas relaciones que habia tenido, ni siquiera habia sido capaz de disfrutar del sexo, y, para una vez que parecia haberme desmelenado y decidido meter a un desconocido en mi cama, resultaba que no me acordaba de nada. ?Y si esa vez habia tenido un orgasmo colosal? !Nunca lo sabria! Mire al tipo, tirado en el suelo, buscando un condon, con solo unos zapatos y unos feos calzoncillos de color gris sobre su cuerpo. Arrugue la nariz. Dudaba mucho que hubiese sido el polvo de mi vida. Di un respingo cuando unos golpes en la puerta resonaron en toda la habitacion. --!Brooklyn, cielo, abre la puerta! !Te has quedado dormida! !Llegaras tarde al trabajo! --!Voy, Jocelyn! --grite--. !Un momento! --?Quien es Jocelyn? --murmuro el chico. --Mi nanny, tienes que largarte. --?Tu nanny? ?Como vas a tener ninera con...? --Fruncio el ceno--. ?Cuantos anos tienes? --Tengo veintiseis, y, ahora, largate de aqui. --?Y por donde quieres que salga si tienes a tu ninera aporreando la puerta? --Por donde va a ser, !por aqui! --Abri la ventana y le senale el alfeizar y la pared cubierta de enredadera por donde debia deslizarse. --!?Por la ventana?! --exclamo--. !Ni hablar! !Puedo matarme! !Y estoy casi desnudo! --Al menos llevas el culo tapado. --Sonrei ante la suerte que tuvo de haber encontrado al menos los calzoncillos--. !Agarrate a las ramas, veras que facil! --Joder... --refunfuno mientras colocaba las rodillas en el alfeizar--. Si me he acostado contigo, puede resultar el polvo mas caro de mi vida si me rompo un hueso. Y si no lo hemos hecho... demuestro ser muy estupido. --!Brooklyn, carino, abre! --insistia una y otra vez Jocelyn. --!Ya voy, espera un segundo! --Despues de contestar, volvi a dirigirme al supuesto desconocido--. !Vamos, baja! !Solo es un piso! --!No, espera...! Pero la negacion se perdio entre las hojas de enredadera cuando lo empuje y, a continuacion, cerre la ventana, puesto que los gritos y los intentos de abrir la puerta me estaban poniendo nerviosa. Crei captar un golpe sordo sobre el parterre de hortensias, pero lo ignore. Tras dar un suspiro, corri a abrir. --!Nina! --exclamo al entrar en mi cuarto--. ?Por que has tardado tanto? --Ya no soy una nina, Jocelyn. Puedes pillarme con el culo al aire. --?Quieres decir como estas ahora mismo? --La mujer elevo una ceja al senalar mi indumentaria, que no me tapaba, precisamente, ni el trasero. Poco despues, arrugo la nariz y se dirigio a la ventana--. !Y abre un poco, por el amor de Dios! !Huele a...! Me dirigi con rapidez a asomarme, en busca de un joven medio en pelotas que quiza yacia, inconsciente, sobre las hortensias... pero, al parecer, habia logrado sobrevivir, porque no encontre a nadie. Suspire, aliviada de que no le hubiese pasado nada y, no lo voy a negar, para no tener que dar explicaciones a Jocelyn, lo que en aquel momento me parecio lo mas importante. --?A que huele? --le pregunte a mi nanny con una sonrisa candorosa, intentando disimular el nerviosismo que aun me atenazaba. --A que tienes que meterte en la ducha ahora mismo --me apremio--. Pero no tardes en bajar, porque, antes de irte, tu padre tiene que hablar contigo. Ah, y Kayden tambien esta aqui. --?Mi padre quiere hablar conmigo? --solte, escamada--. ?Y que diantres hace aqui mi hermano? !No puedo atenderlos ahora! !Ya voy con media hora de retraso! --Pues sera una hora entera, no creo que a Harper le importe. !Vamos! !Espabila! --Joselyn puso los brazos en jarras al mirar a su alrededor mientras yo me metia rauda en el bano--. Menudo desastre de cuarto. !Y luego dice que ya no es una nina! Me duche a toda prisa, desenrede mi melena cobriza y me vesti con un pantalon negro y una blusa verde esmeralda. Cogi mi neceser para maquillarme en el taxi y ahorrar tiempo, y baje hasta el comedor, donde me esperaban mis padres y mi hermano en mitad de un espeso silencio. En lo primero que pense fue en que debia buscarme cuanto antes un lugar donde vivir, independizarme, pues ya no tenia edad para tener ninera ni para aguantar las broncas de mi progenitor. Aunque, con toda probabilidad, este iria a buscarme donde quisiera que viviese para imponer sus normas de politico. --!Lo siento, pero ya voy tarde! --exclame en un intento de salir corriendo e ignorarlos a todos. --Alto ahi, jovencita --me detuvo mi padre--. Creo que sabemos el motivo de tu tardanza de hoy. --Vamos, papa, no necesito un sermon a esta hora de la manana. Si, ayer sali de fiesta; si, bebi un poco; si, Harper me matara. Pero no creo que nada de eso pueda empanar tu imagen. --?Estas segura de eso? Cameron Edwards, mi padre, exalcalde de Nueva York y candidato a gobernador, tecleo en su telefono movil y lo planto delante de mi. Suplique que se me tragara la tierra cuando contemple aquel video subido a YouTube, donde podia verme a mi misma, borracha, bailando y cantando encima de una mesa, de donde cai en brazos de un tipo que me cogio al vuelo y que reconoci como mi companero de cama. Solte un jadeo al contemplar como nos besabamos en la boca, aunque quien estuviese grabando se centro en la parte inferior de mi anatomia, ya que se me subio el vestido hasta la cintura y mostre mi tanga de encaje negro a toda la concurrencia. Palideci. !Mi trasero ocupaba toda la pantalla! --!Por Dios, papa! --grite, alterada--. ?No puedes hacer que lo eliminen? --Oh, claro, ?por que no se me habra ocurrido antes? --respondio con ironia--. Pero me extrana que una milenial como tu no recuerde que existen las capturas de pantalla y toda clase de herramientas para conservar algo asi. Mi animo cayo al suelo en ese mismo instante. No era la primera vez que avergonzaba a mis padres, aunque juro que jamas lo habia hecho a conciencia. --Lo siento, papa, yo... --?Y que me dices de mi, Brook? --intervino Kayden--. ?Crees que no voy a ser el hazmerreir de la prensa britanica... otra vez? La mala suerte --al menos para mi-- quiso que, si no habia bastante con tener un padre con cargo publico, tuviera un hermano prometido a una joven y noble inglesa, Elizabeth, hija del conde de Pembroke. Se conocieron en una fiesta de amigos comunes, recibieron el impacto de Cupido y, unos meses mas tarde, se encontraron inmersos en la ceremonia de peticion de mano. A la vista estaba que Kayden se movia en circulos mas selectos que yo. --!Oh, vamos, dejad de mirarme como si creyerais que pretendo humillaros por deporte! -- estalle--. !Tengo veintiseis anos! !Tengo que divertirme!

  • Lady Corianne, Sophie Saint Rose de Sophie Saint Rose

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    Lady Corianne debia iniciar la nueva vida que la Reina Victoria habia elegido para ella. Que su discolo marido la hubiera ignorado desde el dia de la boda, dejandola con su hermana, le indicaba claramente que no queria saber nada de ella. Pero Corianne debia dejarle claro que ahora estaba en su vida y se iba a quedar con el costara lo que costara. Para convencerle y enamorarle como deseaba, solo tenia que hacer dos cosas. Demostrarle carino continuamente y ponerle de los nervios para que la deseara. Iba a seguir los consejos de su hermana al pie de la letra por mucho que protestara su Conde. Al final cederia.

  • Breves amores eternos de Pedro Mairal

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    Tras el exito internacional de La uruguaya, Pedro Mairal vuelve con un volumen de cuentos que es una autentica caja de sorpresas.
    En la primera parte, que lleva el titulo del libro, redescubrimos el universo del autor: el amor con sus distintos rostros, las multiples formas de circulacion del deseo, el sexo como escape de las trampas de la vida burguesa, el papel muy poco airoso de los hombres en las relaciones sentimentales.
    "Hoy temprano", la segunda serie de cuentos, se despliega en una diversidad de temas y es una demostracion magistral de talento y versatilidad. Los personajes se mueven en un borde peligroso. En medio de situaciones cotidianas se abre una fisura inesperada que desbarata su normalidad y por donde se cuela el absurdo, lo fantastico y la pesadilla.
    Incisivo, tierno, divertido, perturbador, Breves amores eternos es un muestrario de las posibilidades de la literatura como espejo de los anhelos y los temores humanos. Una vez mas, Mairal deja en claro por que es uno de los escritores contemporaneos mas leidos y admirados de la lengua espanola.

  • Un lugar junto al mar de Angela Drei

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    Una historia sobre las decisiones, la vida y el amor.

  • Desayuno con cruasanes de Shirin Klaus

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    Sergio se ha encaprichado de una misteriosa rubia que se niega a desvelarle su identidad y que le propone que en cada cita interpreten el papel de una persona distinta. Ni siquiera sabe su nombre real, pero a Sergio le encantan los juegos y esta dispuesto a seguir quedando con ella e ir descubriendo poco a poco sus secretos.

  • Cero se repite siempre de G. S. Prendergast

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    OCTAVO es un soldado de bajo rango del ejercito Nahx carente de voz propia, pero sabe cual es su deber: proteger a su companera, y dejar que sea ella quien dispare, quien mate a los humanos. RAVEN es una chica de dieciseis anos de edad que se encuentra en un campamento de verano cuando ocurre la terrible invasion de los Nahx. Aislada en el bosque, Raven solo puede esperar el rescate, pero un alienigena asesina a su novio y ella se oculta para evitar sufrir su mismo destino. Arrojados en un mundo violento y desconocido, Octavo y Raven son presas del odio y el miedo. Pero cuando Raven es gravemente herida, y Octavo abandona su unidad de asalto, su supervivencia dependera de la confianza que puedan depositar el uno en el otro.

  • La espia que te amo de Elsa Tablac

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    Emma trabaja en una agencia de detectives. Y las cosas no le van nada mal, si no fuera por su desastrosa vida sentimental y en especial por ese cantamananas de Mateo, que no le trae mas que quebraderos de cabeza. Asi que lo mejor es, hasta que amaine el temporal, pasar de los hombres. Centrarse en el trabajo, el yoga, el gato, las amigas. Hasta que un buen dia cae en sus manos el misterioso caso de Lloyd Cooper, un guapisimo britanico que va y viene por la ciudad desde hace unos meses, con una turbia historia familiar a sus espaldas y al que Emma debera investigar.
    Hasta aqui todo bien.
    Siempre y cuando no te enamores del hombre al que has de seguir.
    Ni el de ti.

  • El truco de los espejos de Agatha Christie

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    Ruth van Rydock esta preocupada por su hermana. Para asegurarse de que esta bien, le pide a su vieja amiga Jane Marple que vaya a Stonygates, la laberintica mansion donde Carrie-Louis vive junto a su tercer marido, Lewis Serrocold. De repente Miss Marple se encuentra en medio de una excentrica casa, donde convive una extrana familia y un reformatorio para jovenes criminales, donde la violencia apenas parece percibirse.

  • Dile si al amor… de Vanessa Lorrenz

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    N Capitulo 1 uevamente estaba sentada en el colorido consultorio de su psicologa, era algo ilogico, ella la abogada mas temida en los tribunales de justicia, tenia que recurrir a un especialista para que la ayudara a resolver sus problemas. Se sobresalto cuando escucho que se abria la puerta del consultorio, despues de todo lo que habia pasado, no era raro que estuviera alerta por cualquier situacion. --Hola Zoe, veo que has llegado pronto. ?Como te encuentras? Observo detenidamente a su psicologa Yuli, era una joven de unos treinta anos, con el cabello cortado a la altura de los hombros en color castano, liso como una plancha, ese dia llevaba un vestido casual color azul, con una chaquetilla a juego en color perla. Zoe por un momento vio como iba vestida y se sintio incomoda, algo que nunca le pasaba. Hubo un tiempo que ella a pesar de ser muy menuda, habia despertado envidias por lo fantastico que lucia sus trajes para asistir a la corte, pero ahora vestida con un chandal amplio y unos vaqueros desgastados casi no se reconocia. --Esta semana ha sido especialmente dificil--se quedo en silencio rememorando, lo que habia pasado, se perdio en sus pensamientos, recordando y recordando sin que Yuli la interrumpiera. No sabia cuanto tiempo habia transcurrido, solo reacciono hasta que sintio que una lagrima resbalaba por su mejilla. --Hay algo que quieras compartir Zoe, recuerda que es bueno hablar de lo que te preocupa, de tus miedos, deja salir todo lo que tienes guardado. --Decirlo es mas facil que hacerlo. --sabia que habia sonado muy cortante, pero era lo que sentia. --Llevas tomando terapia conmigo desde hace un mes, y aun no te has atrevido a contarme nada de lo sucedido ?recuerdas como sucedio todo? Esa era la gran incognita, como habia sucedido todo, ?desde donde empezaria a contar? Poco a poco fue relajandose, y recordando cual habia sido el detonante de todas sus desgracias. Cerro los ojos recordando aquel dia de abril, por primera vez en la vida, el despertador no funciono, tal vez la culpa la tenia la tormenta que habia caido por la noche, aun asi por instinto se desperto justo a tiempo para llegar al bufete juridico donde trabajaba, se ducho a prisa para salir lo antes posible, busco un traje formal en color azul a juego con su blusa verde agua, ese dia tenia varias entrevistas con posibles clientes, tenia que estar lo mas presentable posible. De camino al bufete tenia que pasar a comprar un cafe bien cargado, si no lo tomaba andaria de mal humor todo el dia. Estaba a punto de entrar el imponente edificio donde trabajaba cuando casi choca con su jefe, por suerte logro no derramarle encima el contenido de su cafe. Derek, su jefe era un hombre impresionante, en todos los sentidos de la palabra. Era un guapo como el mismo demonio, con el cabello rubio rizado, ojos color azul, un cuerpo de infarto que le quitaba el aliento, ese dia llevaba un traje color gris con una camisa negra y una corbata plateada, el muy cretino sabia que ese traje la derretia por completo, solo hacia dos meses que habian empezado a tener relaciones sexuales, sin ningun compromiso de por medio, ambos establecieron eso, no querian sentirse atados a ninguna pareja, asi que de algun modo a ella le convenia ese trato, nadie sufria, nadie se enamoraba y todos felices como siempre. Derek siempre tenia una sonrisa encantadora, que la dejaba deslumbrada, como si fuera una colegiala tonta con las hormonas alborotadas, y eso no le pasaba ni siquiera cuando estaba en el instituto, siempre fue la alumna mas centrada y aplicada, por lo tanto nunca tuvo tiempo de andar viendo a los chicos, claro todo eso despues su primer fracaso amoroso. -- ?Ha tenido una mala manana abogada?--por toda respuesta Zoe le gruno, al tiempo que bebia de su cafe, caminando apresurada para llegar cuanto antes al ascensor. Sintio su presencia detras de ella, y para su sorpresa el muy idiota estaba conteniendo la risa. -- ?Que es lo gracioso abogado?--cuando sintio que le dio una nalgada en el trasero, casi grita de la impresion, habian acordado ser lo mas discretos posible y obviamente eso no era para nada discreto. --Derek te has vuelto loco que parte de ser discretos no entendiste. --Dijo entre dientes fulminandolo con la mirada. -- ?Acaso quieres estar en boca de todos? --Con estar en la tuya me conformo--escucho una risilla nerviosa detras de ellos y se dio cuenta de que su amiga Marian estaba detras mirandolos picaramente. --Marian ?pero que haces aqui?--su amiga avanzo para saludarla conteniendo la risa. --Solo queria comprobar que estabas bien, nos has tenido un poco abandonadas, pero ahora ya me di cuenta del motivo--y para colmo de males su amiga ni corta, ni perezosa, le hizo un escaneo al musculoso cuerpo de su jefe, provocando que se sonrojara hasta la raiz del pelo. --aunque por lo que veo, esta justificada tu falta a nuestra reunion, la verdad es que yo tampoco saldria de la cama, si fuera con un galan como este, ?no tienes ningun hermano perdido por ahi guapo? Zoe no sabia donde meterse, su amiga nunca era imprudente, pero ultimamente no la reconocia. Aun no se quitaba de la mente aquella borrachera en la que fue y se beso a un hombre en la barra de un bar, pero es que no solo lo beso, sino que lo devoro. --Marian sera mejor que dejes de molestar a mi jefe, vamos a mi despacho. --Esta bien grunona, adios guapo--dijo dirigiendose a su jefe--mi amiga y yo nos iremos por las escaleras, le hara bien ejercitar esas piernas que tiene. Su jefe estaba a punto de partirse de la risa, comenzo a caminar en direccion a las escaleras cuando sintio que Marian le daba una palmada en el trasero. --Marian que demonios te sucede, es que te has vuelto loca. --Oh perdona pero crei que todo el que iba detras de ti tenia derecho a pegarte en el trasero. --ahora si las carcajadas de Derek las acompanaron hasta que subieron al primer piso. Ya se las pagaria el muy cretino, ahora tenia algo mas importante que hacer, como exprimirle el pescuezo a su amiga hasta que se pusiera morada.

  • El baile de las marionetas de Mercedes Guerrero

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    Una historia de amistad, de supervivencia, de personajes entranables, de lealtades inquebrantables, amores imposibles y traiciones imperdonables.

  • El guante de cobre. Magisterium 2, Cassandra Clare de Cassandra Clare

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  • Una investigacion ardiente de Jule Mcbrige

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    El agente del FBI Oliver Vargo decidio consultar los expedientes de sexo para hacerse una idea de como seria la mujer mas sexy del mundo. Lo que no esperaba era encontrarse con un ejemplo viviente. La bella Peggy Fox lo intrigaba… y, sobre todo, lo excitaba demasiado. ?Quien era esa misteriosa mujer que parecia tan empenada en seducirlo?

  • Fuera de combate de Anna Garcia

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    Kai O’Sullivan ha demostrado sobradamente que es mucho mas que el hermano mayor de Connor. Es arrogante, aprovechado, caradura, descarado, apasionado, cabezota y mujeriego… Pero acaba enamorado perdidamente de Sarah.
    ?Os quedasteis con ganas de saber algo mas sobre uno de los secundarios de lujo de la historia “Esta sonando nuestra cancion”? ?Os apetece saber como acabo el cazador cazado? ?Quereis saber algo mas acerca de su infancia? ?Conocer a su primer amor? ?Saber quien le rompio el corazon por primera vez?

  • Cada parte de mi (Trilogia competa) de Myriam Ojeda

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    “TODA LA TRILOGIA EN UN SOLO VOLUMEN”

  • Vilox (Recopilatorio) de Sophie Saint Rose

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    VILOX I

  • Less de Andrew Sean Greer

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    ?Quien dice que no se puede huir de los problemas?

  • Nostalgia de la sangre de Dario Correnti

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  • Algo mas que amar de Anna Olsson

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    Charlie y Laura se conocen por internet, se gustan demasiado para ponerse deacuerdo para juntarse en la gran ciudad viviendo una hermosa e intensa aventura.

  • La luz que perdimos de Jill Santopolo

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    Una historia de amor para el siglo XXI.

  • Ochate. La puerta secreta de David Zurdo

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    Una impenetrable noche de invierno, tres jovenes llegan por error a un pueblo cercano a Ochate. No saben que sus habitantes los esperan. Los necesitan… Alli se llevan a cabo ancestrales rituales celticos, cuyos dioses reclaman sangre nueva para apaciguarse. En el entorno del pueblo maldito de Ochate, los tres jovenes, ayudados por una guardia civil recien destinada a la zona, tendran que luchar por sus vidas. Una lucha en la que todo parece en su contra.

  • Russell en 90 Minutos de Paul Strathern

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    Russell afirmo que fueron tres las pasiones que le dominaron un anhelo de amor, la busqueda de conocimiento y una angustiosa compasion por el sufrimiento humano. Guiaron tanto su vida personal como su quehacer intelectual. Su punto de vista filosofico, profundamente imbuido de la ciencia de su tiempo, estuvo, no obstante, enraizado en la logica y en el empirismo, dedico sus mayores esfuerzos a la epistemologia --la indagacion por el ultimo fundamento de nuestro saber acerca del mundo-- ?Como podemos tener la certeza de que es verdadero lo que pretendemos saber? ?Donde radica la certidumbre en nuestra experiencia del mundo? En Russell en 90 minutos, Paul Strathern presenta un repaso conciso y experto de la vida e ideas de Russell, y explica su influencia en la lucha del hombre por comprender su existencia en el mundo. El libro incluye una seleccion de escritos de Russell, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento, y cronologias que situan a Russell en su epoca y en una sinopsis mas amplia de la filosofia.

  • #Sexy, #Yogi, #Sandwich (Terciopelo), Coco Duval de Coco Duval

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  • En silla de pista de Miguel Angel Aguilar

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    iempre asombrado, un punto incredulo, Miguel Angel Aguilar saborea el espectaculo del circo contemporaneo en silla de pista, en primera fila. Apenas a unos metros de los prestidigitadores de la Transicion, los domadores del golpismo y el terrorismo, los trapecistas de la libertad que parecia imposible. Aplicado alumno de la realidad, maestro del periodismo, Aguilar evoca hechos memorables del ultimo medio siglo de Espana. Fue testigo, a veces incluso un poco protagonista, y lo cuenta como nadie, con su inconfundible estilo ironico, agudo y elegante. Vio morir una Espana y nacer otra. Estuvo en El Pardo y en La Paz cuando se leian los partes del equipo medico habitual, y en las sesiones, comidas, cenas y conciliabulos que acabaron dando a luz a la Constitucion. Anduvo por El Aaiun cuando la Marcha Verde, en el Congreso el 23-F, lo proceso la jurisdiccion militar y acabo formando parte del tribunal que otorgaba el premio del tonto contemporaneo. Una vida profesional plena, resumida en un libro intenso.
    En silla de pista es un cronicon hecho de muchas cronicas. Recuerdos de cincuenta anos de la vida nacional. Un retrato impagable de Espana y sus personajes. Y tambien un gran homenaje a una prensa que ya no existe pero que fue esencial en la consolidacion del Estado democratico que hoy conocemos.

  • Si me escogieras de Elizabeth Urian

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    ?Que puede hacer una mujer cuando casi ha perdido la esperanza que el hombre que aprecia se de cuenta de que existe?

  • El amor es una montana rusa de Romina Naranjo

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    Nina es un desastre. Y superdramatica. Un torbellino de emociones locas. Todo le pasa a ella, que solo suena con ser una periodista de verdad. mientras trabaja como guionista en un reality que se esta viniendo abajo por momentos. Un ultimo error fatal la situa en la primera linea de fuego: pasara a ser la protagonista de un nuevo proyecto de telerrealidad que le augura fama y exito a manos llenas. si obvia ciertos escrupulos y a ciertas personas, como al camara que la productora le impone, Lucas, un clon de Jim Morrison (mas hipster, y mas guapo, y mas irresistible, y mas. buf) con el que va a chocar en todo, todo y todo. La vida de Nina quedara expuesta ante la audiencia las veinticuatro horas del dia, y entre idas y venidas llegara el momento de tomar decisiones importantes. o de dejarse llevar por la montana rusa que es el amor.

  • Mas trabajo para el enterrador de Margery Allingham

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    Vuelve el atractivo y elegante aventurero Albert Campion, en una trama criminal en la que se mezclan envenenamientos, cartas anonimas, mediums, certificados de defuncion falsificados, merodeos nocturnos y ataudes que se desvanecen. En la senorial casa de la excentrica familia Palinode, nostalgica de un pasado en que la fortuna les sonreia, cuyos miembros, todos hermanos y hermanas, se comportan como si el tiempo no pasara, con una dignidad exagerada de clase, comiendo y bebiendo lo que encuentran por los parques solo para ahorrar, se producen una serie de muertes de lo mas sospechosas. Campion acepta a reganadientes el caso para hacerle un favor a su fiel lugarteniente, el antiguo delicuente Lugg, y trata de desentranar un misterio que pone a prueba todas sus capacidades.

  • Madera de savia azul de Jose Luis Gil Soto

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    Una gran novela, llena de emociones y aventura, que nos traslada hasta un mundo medieval legendario para mostrarnos las grandes pasiones que, desde el principio de los tiempos, mueven al ser humano.

  • Amberly, la esposa perfecta (Hermanas Davenport 1) de Veronica Mengual

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    Descubre a las hermanas Davenport en esta trilogia.
    Tres hermanas que haran su “pequena revolucion” dentro de la epoca en la que les toca vivir.

  • La fragil belleza del cristal de Amy Harmon

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    Una novela poderosa llena de amor, dolor y esperanza Italia, 1943. Alemania ha ocupado la mayor parte del pais y la poblacion judia corre un grave peligro. Eva Rosselli y Angelo Bianco se criaron como si fueran de la misma familia y el amor no tardo en llegar, pero las circunstancias y la religion los separaron: a pesar de sus sentimientos por Eva, Angelo decidio hacerse sacerdote. Ahora Eva es una mujer perseguida por la Gestapo y Angelo la esconde en un convento. Alli, mientras esperan a que llegue la ayuda que les salvara la vida, Eva y Angelo sobreviven a un peligro tras otro hasta enfrentarse a la eleccion mas dura de todas.

  • El Muro (Todo Saldra Bien 6) de Pintina Cuneo

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    Silvana intentaba conciliar un sueno que tardaba en aparecer, uno imposible desde hacia dias. Unicamente pretendia dar una cabezada, una siesta, aunque fuese corta, seria de gran ayuda, ya que llevaba varias noches durmiendo mal, noches eternas en las que no dejaba de dar vueltas en la cama. Horas interminables de pensar. De pensar en mil cosas de manera continua. La primera semana de cuarentena habia pasado ya, y lo habia hecho con la sensacion de no acabar de creer lo que estaba sucediendo. Pero debia enfrentarse a los proximos siete dias de aislamiento y los pronosticos no eran nada halaguenos. Cada vez que escuchaba que las semanas podian alargarse la noticia le provocaba una terrible desazon anadida a su ya alterado estado de nervios. Y su vecino de patio no estaba ayudando demasiado. Agotada de escuchar aquel golpeteo infernal, se deshizo de la manta del sofa con un gesto brusco y se levanto de un salto. Aquel hombre del bajo de al lado llevaba dando pelotazos contra el muro divisorio casi una hora, estaba desquiciada ya. Su paciencia habia llegado al limite. Con gran estrepito, abrio la puerta corredera que comunicaba la cocina con el patio y proyectando la voz hacia la tapia se encaro con aquel extrano con el que le habia tocado convivir. --!Eh! !!El de la pelota!! Sabia que era un hombre a quien se estaba dirigiendo, esa presencia incomoda que compartia casa con otros dos chicos mas, al menos asi lo creia, porque en ocasiones, demasiadas para su gusto, las voces en la casa de al lado se multiplicaban hasta el infinito. Si, tenia unos vecinos muy sociables, unos escandalosos chicos que hacian mas vida en el patio que en el interior de su vivienda. No podia ponerle cara a ninguno de ellos, puesto que rara vez coincidia con alguno de los inquilinos de su edificio. Por horario de trabajo, porque no era muy dada a entablar conversaciones superficiales con la gente o porque la mayoria de veces que salia de casa, si escuchaba que alguien utilizaba el ascensor, esperaba unos segundos tras su puerta hasta que le llegaba el sonido del portal al cerrarse, evitando asi un encuentro con cualquier vecino. En otras ocasiones, y al regresar a casa, habia detenido sus pasos antes de llegar al edificio. No entraba en este hasta que el portal se quedaba completamente vacio. No, Silvana no era muy sociable y tampoco creia que fuese algo imprescindible, no al menos con los vecinos. Por lo que desconocia por completo la cara del rey del tenis al que le estaba dando alaridos en ese instante. El incansable pom, pom, pom, siguio retumbando en su cerebro. Silvana, separandose de la puerta de la cocina, se acerco mas y grito de nuevo, con el mismo exito que la primera vez. Entonces se alejo unos pasos del muro y haciendo bocina con ambas manos grito con todas sus fuerzas: --!Para! !!!Para con la pelota, por Dios!!! Silencio. Los ojos de Silvana se abrieron de manera sorpresiva. No podia creer que el ruido hubiese cesado. Entonces respiro aliviada, aunque, a decir verdad, que no se escuchase nada tan solo sirvio para que fuese mas perceptible el dolor pulsante en sus sienes y sabia que este se debia unicamente al incordio al que el vecino la estaba sometiendo. --Creo que el partido hace tiempo que lo perdiste, ?por que no dejas ya de dar pelotazos y te vas a leer un rato? --Perdona, ?me estas hablando a mi? --pregunto una voz desde el otro lado. --?Acaso hay alguien mas en todo el edificio reventando pelotas contra mi muro? --Tambien es mi muro, ademas, son las cinco de la tarde, no la una de la madrugada --se defendio el. --?Quieres que te recuerde lo que haceis tus amigos y tu a la una, a las dos, a las tres y a las seis de la madrugada? --Silvana, con los brazos en jarras le hablaba a aquella pared como si pudiera tener ante ella a la persona a la que estaba recriminando. --?A las cuatro y a las cinco no sabes lo que hacemos? Silvana fruncio el ceno extranada, no entendia la pregunta. --?Que dices? --Como no has nombrado esas horas y de las tres de la madrugada te has pasado a las seis, pues no se, por eso te pregunto. --!Vaya! Eres gracioso, ?eh? Molesto y gracioso, lastima que esten los teatros cerrados y no puedas acudir a hacer tu monologo semanal. Espero la replica, sabia que no tardaria en llegar. --Tu eres <>, ?no? --?Que me has llamado? --Pues eso, la tacones, la que se pasa el dia como si desfilase por las pasarelas de Roma, Milan y Paris en sesion continua. ?Se te ha ocurrido alguna vez quitarte los zapatos cuando vuelves a casa? --No vives en el piso de abajo, no se por que te molesta, en cambio no sabes lo irritante que es escuchar vuestras risotadas cada vez que montais un botellon aqui afuera, como si fueseis monicacos de quince anos. Sin hablar, claro esta, de esas ninatas salidas a las que invitais de vez en cuando para que vosotros parezcais mas burros de lo que habitualmente ya sois. Escucho murmurar, pero sin llegar a entender nada. De repente sono un gran pelotazo. --Uno: tengo tus tacones clavados en el cerebro, no sabes como retumban, como me taladra el cerebro ese tac, tac, tac. ?De que crees que estan hechas las paredes? ?De hormigon y acero? Otro pelotazo se escucho con mas intensidad. --Dos: mis companeros y yo nunca hemos molestado entre semana y hasta donde yo se ningun vecino se ha quejado. Ya iba a replicarle a eso cuando un tercer pelotazo sono como si quisiera reventar el muro. --Tres: !!vecina cotilla!! Si tanto te gusta escuchar conversaciones, no lo hagas tras la tapia, ven un dia y asi compruebas lo burro que me puedo llegar a poner. --!?Cotilla?! Pero si vuestras tontadas se escuchan hasta en Saturno y sin necesidad de satelite. Ya daba por zanjada la discusion cuando un nuevo pelotazo se estrello dandole un susto tremendo. --Cuatro: me aburro, !no sabes cuanto! --La pelota volvia a golpear en el muro--. Cinco: hay que hacer deporte, aunque estemos de cuarentena. --Nuevo pelotazo--. Seis: soy el mismisimo Nadal en la final de Roland Garros... Silvana no se quedo a escuchar el predecible <>, entro a la carrera en la cocina y agarrando la jarra del agua que descansaba sobre la encimera, la lleno a rebosar hasta arriba del todo y salio de nuevo. Aquel hombre continuaba dando pelotazos y contando, y con cada numero soltaba una sandez igual o peor que la anterior. Entrecerro los ojos, queria adivinar por el sonido de su voz a cuanta distancia estaria de la separacion; pasados unos segundos de duda lanzo con todas sus fuerzas el agua por encima de su cabeza. El sonido ceso al instante para escucharse una retahila de improperios. --Once --anuncio Silvana--, tras un largo partido es conveniente darse una ducha. --Me has calado las zapatillas al completo, ?lo sabes? --Vaya, ?solo las zapatillas? Pues que lastima. Los improperios continuaron sonando unos minutos mas, pero ella prefirio ignorarlos. Se encamino hasta el salon y busco con el mando algo que ver en television. Al cabo de un intenso repaso, del canal uno hasta el ciento y pico, el sonido del timbre la sobresalto. El corazon se acelero en su pecho. Cuando los timbrazos dieron paso a los golpes, Silvana apago el televisor, repitiendose, convencida, que no pensaba abrir, puesto que intuia quien estaba tras la puerta. --!!Abre, tacones!! --No se habia equivocado, el era su intuicion. Entonces se asusto, quiza habia ido demasiado lejos en lo de vengarse del tipo aquel. Agobiada, busco sus cascos, escucharia musica en su telefono, <>, penso, acomodandose en el sofa. Silvana, frente a la puerta del frigorifico, repasaba sus provisiones. No eran muy abundantes, la compra quincenal que habia hecho antes del inicio de la cuarentena estaba llegando a las ultimas. A medida que pasaban los dias se sentia mas nerviosa. Unicamente habia salido a la calle para tirar la basura al contenedor situado frente a su edificio, pero aventurarse hasta la tienda le generaba estres y ansiedad solamente de pensarlo. En varias ocasiones se habia arreglado, colgandose el bolso al hombro para permanecer inmovil durante unos eternos minutos con la mano posada en el picaporte sin atreverse a salir. Le entraban sudores de saberse rodeada de gente, de estar frente a la cajera, guardando su compra en bolsas, una compra que la dependienta debia tocar irremediablemente. Se imaginaba que encontraria clientes en los pasillos a los que deberia evitar, que tocaria los productos que otros ya habian tocado antes y que habian devuelto a las estanterias, tendria que coger cesta, una cesta que tocaban todos. El verbo 'tocar' tenia una dimension tan gigantesca que era en lo unico que pensaba si barajaba la opcion de pisar la calle, bloqueandose por completo. Ser asmatica y no disponer de mascarilla no facilitaba las cosas. Quiza deberia recurrir a alguien y pedir ayuda, un vecino tal vez. Entonces, una figura sin rostro vino hasta ella; si, el tenista del muro, raqueta en mano, probablemente estaria mas que dispuesto a hacerle la compra para despues lanzarsela hasta su patio como si de proyectiles se tratase. Agito la cabeza frustrada, harta con aquel encierro que sabia necesario pero que la estaba sobrepasando. Ni siquiera sabia si tenia el humor suficiente para enfrentar la tercera semana de confinamiento. El teletrabajo de las mananas era un gran alivio para no pensar en todo lo que el mundo estaba viviendo. Dias atras habia tomado la resolucion de dejar de ver las noticias, las cifras eran tan desoladoras que acababa llorando. Luego se renia. Las personas que queria estaban bien, tenia un trabajo, uno que iba a conservar cuando todo pasase, un empleo que no habia perdido como por desgracia le estaba ocurriendo a tanta gente. No podia evitarlo y se sentia tremendamente egoista, unicamente tenia que estar en casa, pero habia dias que se le hacia muy cuesta arriba. En los dias de bajon no hacia nada fuera del trabajo: no leia, sus ejercicios de yoga directamente los eliminaba de su rutina, comia cualquier cosa y se le hacia de noche sin quitarse el pijama y hecha un completo desastre. Otros, en cambio, era invadida por el espiritu de la limpieza y entonces ordenaba, clasificaba y quitaba el polvo hasta de lugares donde nunca se habia preocupado en mover los muebles.

  • Tu, Despues De Mis Suenos de Noah Evans

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    Ya habia pasado mas de mes y medio desde que acabo con Angel. Habia perdido la cuenta de las veces que el habia intentado contactar con ella. Lo intento de varias maneras, hasta a traves de sus amigos. Pero Blanca siempre se negaba. Le conto que habia hablado con una companera, la asistente social del hospital donde trabajaba, para buscar una solucion a su problema. La respuesta de Blanca siempre era la misma, "Olvidalo", "Olvidame", "Alejate de mi". Asi que Angel concluyo la relacion con un "Aqui me tienes si lo necesitas". Y al fin se habia hecho el silencio desde hacia unas dos semanas. Pero no he tenido mas remedio que escribirle. La esquina de un mueble en una de sus discusiones con Paco, habian sido la causa. Angel no sabia nada, solo le habia escrito un mensaje preguntandole si estaba en el trabajo o en casa. Y al responderle que "en casa", le pidio un favor enorme. No tengo a quien mas acudir. Llevaba su maleta trolley. Habia salido huyendo de casa, el Cari ya lo sabia. Estaban a miercoles y le ofrecio el dormitorio de su hermano, ya casado, para que se quedara al menos hasta el domingo. Tambien Blanca llamo a su jefe para decirle que estaba enferma y que ese fin de semana no podria trabajar, corriendo el riesgo de que la despidieran, puesto que habia mas chicas que puestos en ese oficio. No queria meter a Angel en el asunto, solo iba a llegar a su casa, estar alli diez minutos y marcharse a casa del Cari. Ese era el plan. Supuso que a Angel le habria extranado que despues de mes y medio sin querer cruzar mas de una o dos palabras, y de no responderle a la mitad de sus mensajes, Blanca acudiera a el. Pense que me mandaria a la mierda. Algo totalmente comprensible si lo hiciera. Es lo que merezco. Pero no fue asi. No hizo preguntas, solo le respondio, "Lo que necesites, estare aqui toda la tarde". Corria por la estacion de metro mientras las ruedas de su maleta esquivaban los pies de otros pasajeros. Hacia frio, acababa de pasar la Navidad, estaba nublado, nevaba en toda Espana. Blanca llevaba un abrigo marron claro de ante con el interior de pelo, de cuello alto, una bufanda gruesa, un gorro de lana, y unas enormes gafas de sol. Era ese complemento el que llamaba la atencion entre los transeuntes que se cruzaban con ella. Estaba nerviosa, le costaba respirar con la carrera y notaba como hasta las manos le temblaban. Su madre la llamaba sin parar, dudaba si era por saber donde se habria metido o si iba a cometer lo mas sensato que deberia, que seria acudir a poner una denuncia de una vez por todas. "Donde estas. Vuelve a casa" "No voy a volver en unos dias. Dejame en paz". "Yo tambien quiero volver a Cadiz". "Volveremos a Cadiz, te lo prometo. Dejame tiempo, volveremos". No sabia el como, ni el cuando. Pero estaba segura de que al menos haria lo posible para que su madre pudiera regresar a Cadiz junto a su abuela y tia. "Tres mujeres que solo han conocido el ninguneo y el desprecio de los hombres, sean padres o maridos". Le dolia el cuello, supuso que seria del propio golpe. Fue una mala suerte chocar contra el mueble. El golpe se hubiese quedado en poco si no se hubiera estampado contra la esquina. Pero al rato se asusto tanto que no tuvo mas remedio que llamar a Angel por mas que se habia prometido no hacerlo. Subio las escaleras de la estacion. Jadeaba. Oliver le habia escrito tambien unos dias atras. En cuanto alguien le dijo que Blanca volvia a estar sola. Con el fue tan breve como con Angel, o mas si cabe. Ni loca pensaba retomar el contacto con Oliver, era peligroso y embaucador hasta el limite que pudiera imaginar, tenia que mantenerlo alejado de ella todo lo posible, y mas cuando volvia a ponerlo como escudo contra Angel. Sin embargo, el escudo habia sido en vano. Tenia que pasar el duelo de su corta relacion con Angel, no le quedaba otra. A ver si esto de hoy no lo empeora. Llego hasta el portal, llamo, el no tardo en abrirle. Tomo el ascensor y cuando llego hasta su puerta, esta ya estaba abierta. En cuanto vio la silueta de Angel su estomago se encogio para dar paso a aquella sensacion que daban las montanas rusas cuando bajan la rampa a gran velocidad. Vio la alegria en la expresion de Angel pero algo cambio en su rostro cuando se percato de la maleta de Blanca. A ver si se va a pensar que me vengo con todo el equipo para quedarme. Que verguenza, yo no se para que vengo. [?]Pasa [?]le invito el, ahora serio. Blanca entro con la cabeza baja. No tenia que haber venido. Siento que no tenia que haber venido. [?]?Que ha pasado?[?]le pregunto acercandose a ella. Blanca aun tenia puestas las gafas de sol. [?]Lo siento, pero necesito que lo veas. No puedo ir a otro sitio [?]comenzo Blanca. Se desenlio la bufanda del cuello. [?]Bienvenido a mi realidad [?]se quito las gafas. No se atrevio a mirarlo directamente, miraba hacia un lado. Los ojos se le llenaron de lagrimas. Angel se acerco a ella en seguida, le vio las intenciones de abrazarla, pero lo detuvo con la mano. [?]Solo va a ser un momento [?]le dijo ella con la voz ronca de aguantar las lagrimas[?]. Dime que esto es normal y que volvere a ver bien en unos dias y me marcho. [?]Blanca...[?]la cogio por la barbilla. [?]Es la primera vez que me pasa [?]le explicaba ella mientras el la miraba[?] el golpe fue demasiado cerca del ojo. [?]?Como ha sido?[?]pregunto moviendole la cara a un lado y a otro. [?]Con la esquina de un mueble[?]Angel se detuvo de nuevo en su ojo derecho, en la protuberancia que habia junto a el y en el golpe que habia al otro lado, en la mejilla izquierda. [?]?Por que no has ido a que te lo vieran a un hospital? [?]le renia, Blanca sabia que estaba completamente sorprendido, enojado y muchas mas cosas que no podia reflejar para no hacerle a ella pasar peor el momento. [?]He venido a que me lo veas tu [?]se defendio, la respiracion la tenia demasiado acelerada. [?]Tendria que vertelo un oculista[?]le respondio Angel. Blanca se miro en el espejo del mueble del recibidor de Angel. Su ojo iba a peor, y no era por el moreteado que tenia junto a el, sino por el propio ojo. El iris verde agua que solia tener era ahora una isla brillante y vidriosa en medio de un mar de lava roja. Hasta el lagrimal estaba rojo. Le molestaba, el parpado le pesaba demasiado pero lo que mas le habia asustado era la vision borrosa. [?]No puedo ir a urgencias[?]le respondio ella. Sabia que si iba le harian preguntas, y que por muy bien que ella inventara las respuestas, acabaria en el despacho de la asistente social o de un psicologo, y el miserable de su padrastro en un cuartelillo. Tomo aire de manera profunda , pero el aire se encogio en sus pulmones en un rebote para luego salir. Angel estaba muy serio, negaba con la cabeza sin dejar de mirarle el ojo. El escozor de la garganta de Blanca aumento. Quizas si que habia sido un error acudir a el. No queria reconocerlo, pero ahora que estaba alli necesitaba aun mas consuelo, el consuelo de el. Lo necesito en cuanto Paco le dio el golpe. Ya lo habia sentido con Oliver tiempo atras, esa sensacion de no estar sola, de que habia alguien, en otro lugar, que estaria a su lado, que la abrazaria luego y le curaria los golpes, tanto los de fuera como los de dentro. Es mentira eso de que no necesito a nadie. En cuanto comprobo en su casa que no podia ver bien, sintio que tenia que ir con Angel. Pero la necesidad de estar con el habia llegado antes, siempre la tuvo, desde el mismo momento en que su relacion termino. No podia aguantar mas las lagrimas. Tenia que salir corriendo de alli. De forma instintiva agarro el picaporte de la puerta de entrada para salir corriendo, pero Angel se acerco a ella y la abrazo. El le puso una mano en la cabeza y se la inclino hacia el pecho. En cuanto la mejilla de Blanca reposo en el calido pecho de Angel, en su respirar sereno, en su agradable olor, el escozor de su garganta aumento y su llanto le aviso que estaba a punto de estallar. Lo abrazo por la cintura, rompio a llorar. Algo que no solia hacer con el Cari, ni con Alba, ni con Noelia, ni siquiera con Regina. Sus amigos nunca la veian llorar asi por nada. Nunca le gusto mostrar debilidad, Raquel era la unica conocedora de su verdadero sentir. Angel no dejaba de abrazarla y le daba besos en la cabeza. Madre mia, que situacion le traigo al pobre. Despues de haberlo rechazado durante un mes. [?]Vamos dentro [?]le pedia el, aun estaban en el recibidor[?]. Voy a mirarte mejor eso. Blanca se quito el abrigo y el gorro y lo dejo en el perchero del recibidor. Echo su maleta a un lado. Se prometio estar alli solo unos minutos, los justos para que el la mirara. Pero en el fondo no queria ir a ninguna parte hasta que no se calmara. [?]Ven [?]la invito a sentarse en el sofa. El sofa de Angel era sumamente comodo. La calefaccion estaba puesta lo suficientemente alta como para que se le fuera quitando el frio de la calle. [?]?Quieres algo?[?]le pregunto y Blanca nego con la cabeza. Angel le trajo una manta de pelo y se la echo en las piernas. Se sento junto a ella. [?]Si tienes algo que hacer...[?]Blanca estaba tan abochornada que no sabia que decir[?].No voy a quedarme mucho tiempo. Solo necesitaba que lo vieras. Angel nego con la cabeza. [?]No te preocupes por eso [?]le respondio[?]. Te dije que aqui estaria si me necesitabas. Y casi me alegro de haber venido. Lo miro de reojo, a punto estuvo de inclinarse hacia el y volver a dejarse caer en su pecho, pero se contuvo. Ya la escenita de la entrada habia sido suficiente. Angel acerco su mano a la mejilla de Blanca y se la acaricio, luego le levanto el parpado para ver mejor el mar rojo en el que se banaba su iris derecho. [?]Es un derrame[?]la ojera tambien se estaba moreteando[?]. De todos modos voy a consultarlo con un amigo. [?]No pienso ir al hospital[?]le dijo Blanca firme. [?]Es lo que deberias de hacer pero no te puedo obligar [?]cogio su movil[?]. Espera un momento. Angel se levanto y se dirigio hacia la cocina, Blanca lo oia hablar con alguien, explicandole lo de su ojo. Tardo unos minutos en volver. [?]Puede verte pero a ultima hora de la tarde[?]le explico. [?]Te he dicho que no voy a... Angel nego con la cabeza. [?]Tiene una consulta privada [?]le explico[?]. Iremos a ultima hora, cuando ya este cerrada. Toda la tarde aqui entonces. Si lo mejor es que no hubiese venido. Blanca suspiro. [?]?A donde ibas?[?]le pregunto mirando la maleta. [?]A casa del Cari[?]aun se le encogia el pecho al hablar[?]. Me quedo con el hasta el domingo. Angel entorno los ojos. [?]?Quieres quedarte aqui? [?]No [?]la respuesta fue rapida. Como me voy a quedar aqui. [?]Puedes quedarte, no..., hay una habitacion de invitados. Blanca negaba con la cabeza. [?]Esta noche tendras que despertarte cada pocas horas, despues de un golpe asi y...pienso que seria lo mejor. Y yo tambien pienso que lo mejor para mi, por muchos motivos, seria quedarme. Pero seria egoista por mi parte, porque en cuanto este bien no volveras a saber de mi. [?] Al menos esta noche, manana te llevo a casa de Alvaro [?]le dijo[?]. De todas formas no sabemos a que hora volveremos del oftalmologo. Blanca nego de nuevo, esta vez sin tanto convencimiento. [?]Manana tengo turno de manana[?]hizo una mueca[?]cogio su movil de nuevo[?]. Pero con las horas que me deben... [?]No [?]ella intento detenerlo pero Angel habia vuelto a la cocina. Blanca agudizo su oido. Que no puede volver hasta el lunes, dice. Este quiere que me quede aqui hasta el domingo. Madre mia, que cabezota es. Por una parte estaba apenada por Angel, por traerle el problema hasta su casa, pero por otra vio que a el no le importaba en absoluto, hasta se veia orgulloso, dentro de lo que cabia, de que hubiese recurrido a el. Quizas lo veia como un filon para retomar lo suyo. De eso nada, maldita sea. Que otra vez me voy a meter en el lio. Angel regreso de la cocina. [?]Esta noche te quedas aqui, manana haces lo que te apetezca[?]le dijo sentandose a su lado. Blanca se incorporo enseguida del sofa y sin mirarlo salio corriendo al bano. Cerro la puerta, rompio en vomitos. No eran los primeros del dia. Cogio papel y limpio el WC de salpicaduras. Es para matarme, encima vengo a dar por saco y ensuciarle el piso inmaculado. Luego busco en el mueble donde sabia que Angel guardaba la pasta de dientes. Con el dedo y la pasta, se limpio lo mejor que pudo. Salio del bano, Angel estaba esperando en el pasillo. [?]?Bien?[?]le pregunto. [?]He cogido... El hizo un gesto con la mano. No importa, ok. [?]?Cuantas veces has vomitado desde el golpe?[?]le pregunto. [?]Tres[?]respondio ella. Angel le acaricio la nuca en cuanto se sento en el sofa y a Blanca se le erizo el vello de toda la espalda. Cerro los ojos. Entre la vista borrosa, los vomitos y el lote de llorar, le pesaban los parpados y lo unico que deseaba era tumbarse en el sofa, con aquella manta de pelo tan gruesa, y dormir. Miro a traves de la ventana. El cielo estaba oscuro, lloveria de un momento a otro. Hacia viento, las hojas de las palmeras se movian con fuerza. Esta vez no se contuvo, se dejo caer en el pecho de Angel y este reposo la espalda en el sofa. Lo miraba de reojo, el sonreia. Esta feliz y no se como puede estarlo. Yo misma me hubiese mandado a la mierda. Le acariciaba la espalda y la beso en la frente. Ya vale, ya se esta pasando. Blanca cerro los ojos. Pero la verdad es que me encanta.

  • Irresistible 4 de Robyn Hill

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    Su cadera se contoneaba de una forma febril, salvaje, provocando en mi cuerpo un estado de continua excitacion. El cuerpo de aquella mujer era fantastico: unas piernas bien torneadas, unos pechos generosos que a duras penas lograba contener el bikini de lentejuelas, y un ombligo muy sexy. Su flexibilidad no dejaba de asombrarme. Tan pronto se sentaba sobre mi regazo, como se levantaba para girarse y ensenarme su trasero; todo en movimientos elegantes y energicos. Trague saliva. Era dificil no caer en la tentacion ante aquel despliegue exuberante y erotico. Su melena pelirroja no cesaba de moverse sobre sus hombros, o sobre su espalda cuando echaba la cabeza hacia atras. A lo lejos sonaba la musica, creando una burbuja de espacio y tiempo en el que ambos nos encontrabamos muy comodos. Ella dominaba la situacion al ser una profesional, mientras que yo era testigo de su maravilloso talento para la seduccion y el baile. Sin darme tiempo a reaccionar, me coloco sus pechos sobre mi cara hasta el punto de imposibilitarme la respiracion. ?Como me ha dicho que se llama?, me pregunte. Debido a la masiva ingesta de alcohol, mi memoria habia menguado a un cincuenta por cien de su capacidad. Se giro de nuevo al son de la musica para que observase su espalda, y como se desabrochaba la parte de arriba al tiempo que me lanzaba una mirada coqueta. La prenda cayo al suelo, pero mis ojos esperaban el excitante momento de ser colmados con la vision explosiva de sus pechos. Senti la ereccion incomodandome en mis calzoncillos, pero estaba concenciado a no airear el pene de su madriguera. Por eso una parte de mi, para enfriarme, busco el recuerdo de personas u objetos nada sexuales, como una abuela o un billete de autobus. Nada de eso sirvio, aquella chica sabia bien la reaccion que causaba en los hombres. Por fin, sus pechos quedaron a la vista y no pude mas que reconocer su perfeccion. El detalle del piercing en los pezones resultaba provocador, por lo que sacudi la cabeza para que evitar que los malos pensamientos me invadieran por completo. El numero acabo con su pierna por encima de mi cabeza, muy cerca de su tanga de lentejuelas. Haciendo gala de su celebre flexibilidad, me beso la mejilla. --Eres guapo. Si quieres fiesta, te espero en la habitacion de alli --dijo senalando con la cabeza. Asenti, aun abrumado por el exuberante espectaculo. La chica recogio el bikini y desaparecio ante la atenta mirada de Lou, David y la mia, por supuesto. --Lo pagareis caro, malditos --dije mirando a mis amigos. La fama de las fiestas de despedida de soltero son legendarias, pero ellos me habian prometido que las strippers se mantendrian al margen. Desde la irrupcion de Amanda en mi vida, el deseo por otras mujeres habia desaparecido. Ella me llenaba de arriba a abajo. No necesitaba a nadie mas. --No sera para tanto, Eric --dijo Lou, entregandome una copa de whisky y sentandose a mi lado. --Ademas, una ereccion no cuenta como infidelidad --dijo David, sonriendo mientras se palpaba su entrepierna. --?La tuya o la mia? --pregunte. --La de los dos. Sera mejor que nadie diga ni una sola palabra --dijo David mirando a Lou. --Sere una tumba. Os lo prometo. Ademas, manana con la reseca se me habra olvidado todo --dijo Lou despues de tomar un trago de su copa. --Entonces lo de pasar a la habitacion con ella, ni hablar --dijo David. Los tres nos miramos sin decirnos nada durante unos segundos. A continuacion, estallamos en una carcajada al unisono. Confieso que estaba disfrutando mucho mas de lo que pensaba, y eso era asi porque me sentia arropado por la amistad de Lou y David. Los tres formabamos un trio de lo mas pintoresco: un frances a punto de casarse, un americano ya casado, y otro empezando una relacion. --Me parece que es hora de regresar a casa --dije mirando mi reloj, que marcaba las dos de la madrugada. --Ni hablar --dijo Lou negando con la cabeza. --?Te has vuelto loco? --pregunto David con los ojos bien abiertos--. Aun queda mucha noche. --?Que mas teneis planeado? --pregunte alzando las manos en senal de rendicion. Lou y David se miraron, encogiendose de hombros. --?Nada mas? --pregunte--. Entonces, vamonos a casa que ya echo de menos a mi futura mujer... --Tu lo que pasa es que estas cachondo --dijo Lou, soltandome un codazo. --La verdad es que si --dije, riendo--. Ademas, tampoco hay ningun plan. --Eric, esto es Las Vegas, algo sucedera. Llevas el tiempo suficiente para saber que cualquier cosa puede pasar... --Oh, vamos, no sera para tanto... En ese momento entro en la habitacion una chica de cuerpo escultural. Llevaba el pelo muy corto, casi rapado al cero. De su nariz colgaban unos flamantes piercings y sus brazos estaban tatuados al completo. --Hola, chicos. Me llamo Sally y necesito testigos para mi boda, ?os apuntais? Me quede de piedra mientras David y Lou me lanzaban miradas como diciendo <>. *** Los cuatro nos montamos en una limusina que nos esperaba a la salida del club. Sally nos presento a su prometido, un tipo gordito con cara de buena persona y vestido de Elvis, el cual nos saludo efusivamente. --Gracias, chicos, por hacernos este favor. Sally y yo nos acabamos de conocer, ?no es fantastico? --?Esta noche? !Enhorabuena! --exclame sorprendido por la locura, aunque cada vez menos, ya que desde que habia llegado a Estados Unidos me habia pasado de todo. --Es tan romantico... --dijo Sally, mirando tiernamente a su prometido. Ambos se besaron con pasion, sobandose el cuerpo del otro, ignorando nuestra presencia. --Nos pone que haya gente mirandonos --dijo Elvis, a modo de excusa. --Oh, estupendo --dijo Lou mirando fijamente--. Por nosotros, no os corteis. --Estais hecho el uno para el otro, no hay duda --dijo David, ironico. Mientras los novios no dejaban de saciarse carnalmente, me incline sobre el minibar y empece a servir copas a mis amigos. Los tres brindamos por la boda de Elvis y Sally, y nos bebimos el vodka de un sorbo. La cabeza empezaba a darme vueltas. Me costaba recordar la ultima vez que me habia emborrachado. --?Esta bien? --me pregunto Lou. --Si, si --dije con una sonrisa. --!Por cierto, os regalo unos puros! --exclamo Elvis de repente, deshaciendo el beso con su prometida. Del bolsillo interior de su chaqueta blanca y con flecos, saco tres puros que repartio a cada uno de nosotros. --Vaya, que nivel, es un Monte Cristo numero 4 --dije oliendo el aroma intenso del tabaco--. El puro mas famoso del mundo, y cubano. Elvis saco de otro bolsillo un cortador de puros y un encendedor. Procedio a cortar la vitola y, finalmente, para los encendio con solemnidad. --?Se puede fumar aqui? --pregunte. --No, pero un dia es un dia --dijo Elvis con una amplia sonrisa. David y yo aspiramos el suave aroma del tabaco, mientras que Lou tosio un par de veces. Al parecer, no estaba acostumbrado a fumar. Enseguida el humo se apodero de la atmosfera de la limusina como si fuera una niebla. Por suerte, llegamos a nuestro destino a los pocos minutos. Estaba deseoso de participar en una de esas boda rapidas y locas de las que tanto se describen en las peliculas de Hollywood. Cuando nos apeamos de la limusina, me fije en un letrero luminoso que decia "Capilla Viva Las Vegas". Nos encontrabamos aun El Strip, pero en la zona alejada de los casinos. En la puerta se encontraba un Cadillac adornado con flores y cintas blancas. Una pareja de recien casados salio de la capilla y, tras despedirse de los invitados, se subio al coche y se marcharon ante mi estupefacta mirada. Al entrar, dejamos que los novios hablaran con el recepcionista. Tras recibir el pago, enseguida se nos invito a pasar a la capilla. Mi primera impresion fue que se asemejaba al decorado de una pelicula. Las flores eran de plastico y la musica sonaba enlatada. David, Lou y yo nos quedamos de pie, detras de la novia. De una puerta trasera salio un reverendo con barba grisacea y calvo como una bola de billar. Empezo a soltar el discurso mientras mis amigos y yo nos mirabamos con asombro, divertidos y encantados de vivir una experiencia tan insolita. --Es la primera vez que estoy en una boda de estas --dijo Lou, entusiasmado. --Yo tambien --dijo David. --Yo tambien --dije yo. Sally se veia radiante, y deduje que bajo esa imagen dura que le gustaba llevar, se escondia una mujer dulce y romantica. Elvis no paraba de sonreir, pero su mirada parecia un tanto perdida, por lo que me pregunte si estaria colocado. --Si, quiero --dijo Sally sin dejar de mirar a Elvis cuando el reverendo le formulo la ansiada pregunta. --?Y tu, Mike Post, aceptas a Sally Carter como tu esposa? -- pregunto. Elvis en vez de responder afirmativamente, bajo del altar y empezo a correr con expresion de angustia. --!No quiero casarme! --exclamo, fuera de si. Miramos a la novia, quien con un gesto de la mano nos ordeno que lo detuvieramos. El cuerpo de Elvis era robusto, pero entre los tres conseguimos retenerlo, a pesar de su pataleo. Elvis insistia en su deseo de no contraer nupcias, por lo que los tres nos miramos sabiendo que era algo a lo nosotros no le podiamos obligar. Nuestra etica nos lo impedia. --Si no me caso con el, me caso con uno de vosotros, pero hoy me caso --dijo tajante Sally. Ante esa ferrea determinacion, empujamos al novio hacia el altar. La situacion no resultaba sencilla, pues Elvis se revolvia como un autentico profesional de lucha libre. El reverendo, para nuestra sorpresa, permanecia inmutable, como si fuese una escena mil veces vista. Sally, brazos en jarra, esperaba a su prometido con el ceno fruncido. --!Nos acabamos de conocer esta noche! !Es de locos! -- exclamo Elvis. --Soy el amor de tu vida, lo que pasa es aun no lo sabes --dijo Sally, emocionada. Elvis solto un punetazo al aire que impacto en el estomago de Lou, el cual se doblo por el dolor y por la falta de aire. Aqui fue cuando se desmadro todo. David, en solidaridad con su amigo, le propino una patada a Elvis, pero fue un acto que no gusto demasiado a la novia. --!Eh, a mi prometido no se le pega! --exclamo Sally bajando del altar. Sin esperarlo nadie, la novia armo su brazo y propino un punetazo a David, que se agacho a tiempo. Sin embargo, el golpe lo recibio mi mandibula. Cai hacia atras. Lou se revolvio contra Elvis, y este contra David. Sally sacudia con el ramo de flores a quien se pusiera por delante. En un segundo se formo un magma de pies y brazos que resultaba imposible de dilucidar quien atizaba a quien. El reverendo con gran parsimonia, suspiro y grito por un interfono situado en la mesa. --Seguridad, por favor.