• libro oro y ceniza - Pierce Brown

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    Darrow nacio esclavo. Pero se convirtio en un arma. Acabo con siglos de gobierno dorado y se convirtio en el heroe de una republica nueva y poderosa. Ahora debera arriesgar todo por lo que ha luchado en una ultima mision desesperada. Pero nuevos destinos se entrelazaran con el suyo.
    Una joven roja huye de la tragedia de un campo de refugiados y logra una nueva vida que ni siquiera habria sido capaz de imaginar. Un exsoldado se ve obligado a robar lo mas preciado del universo. o a pagarlo con su vida. Y Lisandro au Lune, el heredero en el exilio de la soberana, merodea por las estrellas, obsesionado por la perdida del mundo que Darrow ha transformado y sonando con el que brotara de sus cenizas.

  • ORO Y CENIZA (FICCIÓN SIN LÍMITES) Tapa blanda

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    ORO Y CENIZA (FICCIÓN SIN LÍMITES) : Brown, Pierce, Sánchez, Ana Isabel: Amazon.es: Libros.

  • Oro y ceniza (Amanecer Rojo nº 4) Versión Kindle - Amazon.es

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    Estaba ansioso por comprar este libro, empecé a leer la saga de "Manecer rojo" este verano y en un mes me acabé los 3 primeros libros (Amanecer Rojo, Hijo ...

  • ORO Y CENIZA (AMANECER ROJO 4) | PIERCE BROWN

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  • ORO Y CENIZA - RBA Libros

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    16 sept 2021 — ORO Y CENIZA ... por la pérdida del mundo que Darrow ha transformado y soñando con el que brotará de sus cenizas. ... Comprar el libro:.

  • ORO Y CENIZA (Libro en papel) - saga amanecer rojo

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    ORO Y CENIZA. SAGA AMANECER ROJO 19,00€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. darrow nació esclavo. pero se convirtió en un arma. acabó con siglos de ...

  • Oro y ceniza - Libro de Pierce Brown - Lecturalia

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    Comentarios y opiniones de Oro y ceniza. Este libro todavía no ha sido comentado ¿Quieres ser el primero ? Otros libros del ...

  • ORO Y CENIZA - BROWN PIERCE - 9788427213944 - Agapea

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  • oro y ceniza - Librería 80 Mundos

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    ORO Y CENIZA, BROWN PIERCE, 20,00€. Darrow nació esclavo. Pero se convirtió en un arma. Acabó con siglos de gobierno dorado y se convirtió en el héroe de u.

  • Oro y ceniza - Pierce Brown -5% en libros | FNAC

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    21 jun 2018 — Oro y ceniza, libro o eBook de Pierce Brown. Editorial: Rba molino. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Los memorables de Lidia Jorge

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    Ana Maria, periodista portuguesa, regresa a su pais a realizar un documental sobre uno de los procesos mas marcantes de Portugal: la Revolucion de los claveles. Vuelve a casa de su padre, quien tambien fuera periodista, y encuentra la foto de un grupo de revolucionarios -un militar, un cocinero, poetas y diversos personajes- inmortalizados en una imagen tomada poco tiempo despues del acontecimiento. Sus integrantes representan una oportunidad periodistica original, a partir de ellos podra narrarse el episodio fundacional de la democracia portuguesa y, mas aun, recordarlo con fuentes primarias; pero aun asi, las maneras de evocarlo, treinta anos despues, son diferentes, conforman un rompecabezas emocional y mnemotecnico que se contradice y complementa a la vez. Asi, la identidad constitutiva del pais esta atravesada por la memoria de cada protagonista. Al leer esta obra es inevitable pensar en las palabras de Lidia Jorge: “la literatura lava con lagrimas ardientes los ojos de la historia”.

  • No te fies de un bandido de Bel Frances

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    La confianza, a veces, es fruto de la desesperacion.
    En el otono de 1813, la derrota de las tropas de Napoleon Bonaparte es inminente, y con ella, su caida del trono de Francia.
    La condesa de Mirecourt vive alejada de su familia en la corte del Emperador. Frecuenta los bailes, participa de la vida social de la aristocracia y hasta se codea con la emperatriz Maria Luisa, quien le tiene un sincero afecto. Sin embargo, la crisis politica que se avecina le hace comprender que es imperioso reunir a su familia. Inicia, entonces, un arriesgado viaje para lograrlo; un viaje que la llevara desde Paris hasta los Estados Unidos de America.
    Jacques Bonnier, un bandido irredento y mujeriego, se cruza en el camino de la Condesa y, deslumbrado por su belleza, aplaza la posibilidad de asaltarla para acompanarla en su travesia.
    Ella, aun a sabiendas de quien es Jacques, necesitara contar con su ayuda y se encomendara a su coraje para llegar a destino. Entre la confianza y la desconfianza, atravesaran el oceano y deberan enfrentar las peripecias de una aventura que los unira para siempre de un modo impensado

  • Algo mas que Vecinos yo lo quiero todo de Olivia Saint

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    Cuando el amor de tu vida esta frente de tus ojos, todo confabula para que el encuentro sea inevitable y puedan vivir momentos unicos juntos.
    Amelia es una mujer con muchos misterios, independiente, amante de la vida, pero habia algo que nunca habia hecho en su vida: tomar riesgos y tomar lo que quiere, cuando lo quiere. Un dia luego de un acontecimiento inesperado ella decide cambiar las riendas de su vida hacia su propio bienestar y no el de los demas, como hizo durante toda su vida. Sucesos inesperados llevaran a Amelia a descubrir al amor de su vida que la envolvera en un espiral de deseo y pasion que jamas olvidara.

  • Los Retos de Sophie de Rachel Amat

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    Sophie Madden, futura periodista en la Universidad de San Juan, Espana. Tras la muerte de su padre, decide romper con todo lo establecido y se lanza a vivir su sueno mas preciado, un intercambio en la gran ciudad de Nueva York.
    Cuando llega se encuentra con grandes retos que haran que su experiencia sea inolvidable. Un hombre que la descolocara, mentiras ocultas, obstaculos cotidianos y no tan cotidianos. Una experiencia que hara de la vida de Sophie, todo menos cotidiana y rutinaria.
    Momentos increibles en Central Park, grandes eventos, relaciones de amistad para toda la vida, incidentes aislados y una nueva forma de comprender el amor en un mundo al que no esta acostumbrado.
    Si eres amante de las experiencias, del suspense, de las grandes historias de amor con tintes contemporaneos, esta es tu novela.

  • El ladron de cartas de Rogelio Aronna

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    Paulino Chain tenia una unica obsesion, robar cartas en los buzones, hasta que un dia descubre que una de las cartas resulta una seria amenaza para la destinataria. Impedido de recurrir a la policia decide iniciar la investigacion por su cuenta. A partir de alli se implica en una pesquisa que lo llevara a vivir las peripecias mas insolitas e insospechadas.

  • El hombre corriente de Narciso Uson Moral

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    ?Puede un hombre corriente subvertir el sistema juridico para lograr la justicia? ?Es moralmente aceptable? Esta es la historia de una persona, mediocre segun los convencionalismos sociales, que busca redimirse de su dolor y vindicar la dignidad de los desfavorecidos frente al corporativismo del poder. Su lucha sera ardua, costosa y obligara a otras personas a tomar decisiones morales. Es la historia de aquellos hombres corrientes que se convierten en heroes aunque sus actos solo sean conocidos por su conciencia y lo unico que busquen sea poder vivir consigo mismos.

  • La llave de bronce: Magisterium 3, Cassandra Clare de Cassandra Clare

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  • Si te gusta comer, aprende a adelgazar de Dr. Nicolas Romero

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    En Si te gusta comer, aprende a adelgazar, el doctor Romero nos dara recomendaciones para tener un peso perfecto, pero, lo mas importante, sin dieta y sin estar obsesionados con la comida. Nos ensenara a tener una actitud nueva ante la comida, sin que el estres del dia a dia nos influya.

  • Pasion a ciegas de Suzanne Brockmann

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    Cuando el amor llega es muy dificil escapar de el.

  • El mundo de Sarah Coliner de T. Rubio

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    El mundo de Sarah Coliner, esta siempre regido por su madre, Prudence. Sarah, vive en el condado de Vagoneth, de donde es la futura heredera. La pasion de Sarah por los caballos hara que se encuentre con su destino. La lucha de Sarah por el amor, lo pondra todo patas arriba, donde estara en juego hasta su propia vida.Una llamada a la libertad, una historia que te atrapara.

  • Pasion Indomita (Kavanagh 1) de Emily Blayton

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    Sophia Carrington parecia destinada a la solteria. Sus escasos talentos para el flirteo, su dote escasa y una madre recalcitrante y enfermiza que trata de convencerla de que ella no esta hecha para el matrimonio, todo parece conspirar para que se convierta en la solterona de la familia.
    Hasta que conoce a Ephraim Kavanagh, el irlandes. Un caballero guapo y fascinante pero con un oscuro pasado.
    Los lugarenos huyen de ese hombre y se santiguan a su paso. Aseguran que tiene una pesima reputacion y que en verdad esta maldito.
    Todos le advierten que es muy mala idea tener amistad con ese irlandes, pero ella esta harta de hacer siempre lo correcto…

  • Dile si al amor… de Vanessa Lorrenz

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    N Capitulo 1 uevamente estaba sentada en el colorido consultorio de su psicologa, era algo ilogico, ella la abogada mas temida en los tribunales de justicia, tenia que recurrir a un especialista para que la ayudara a resolver sus problemas. Se sobresalto cuando escucho que se abria la puerta del consultorio, despues de todo lo que habia pasado, no era raro que estuviera alerta por cualquier situacion. --Hola Zoe, veo que has llegado pronto. ?Como te encuentras? Observo detenidamente a su psicologa Yuli, era una joven de unos treinta anos, con el cabello cortado a la altura de los hombros en color castano, liso como una plancha, ese dia llevaba un vestido casual color azul, con una chaquetilla a juego en color perla. Zoe por un momento vio como iba vestida y se sintio incomoda, algo que nunca le pasaba. Hubo un tiempo que ella a pesar de ser muy menuda, habia despertado envidias por lo fantastico que lucia sus trajes para asistir a la corte, pero ahora vestida con un chandal amplio y unos vaqueros desgastados casi no se reconocia. --Esta semana ha sido especialmente dificil--se quedo en silencio rememorando, lo que habia pasado, se perdio en sus pensamientos, recordando y recordando sin que Yuli la interrumpiera. No sabia cuanto tiempo habia transcurrido, solo reacciono hasta que sintio que una lagrima resbalaba por su mejilla. --Hay algo que quieras compartir Zoe, recuerda que es bueno hablar de lo que te preocupa, de tus miedos, deja salir todo lo que tienes guardado. --Decirlo es mas facil que hacerlo. --sabia que habia sonado muy cortante, pero era lo que sentia. --Llevas tomando terapia conmigo desde hace un mes, y aun no te has atrevido a contarme nada de lo sucedido ?recuerdas como sucedio todo? Esa era la gran incognita, como habia sucedido todo, ?desde donde empezaria a contar? Poco a poco fue relajandose, y recordando cual habia sido el detonante de todas sus desgracias. Cerro los ojos recordando aquel dia de abril, por primera vez en la vida, el despertador no funciono, tal vez la culpa la tenia la tormenta que habia caido por la noche, aun asi por instinto se desperto justo a tiempo para llegar al bufete juridico donde trabajaba, se ducho a prisa para salir lo antes posible, busco un traje formal en color azul a juego con su blusa verde agua, ese dia tenia varias entrevistas con posibles clientes, tenia que estar lo mas presentable posible. De camino al bufete tenia que pasar a comprar un cafe bien cargado, si no lo tomaba andaria de mal humor todo el dia. Estaba a punto de entrar el imponente edificio donde trabajaba cuando casi choca con su jefe, por suerte logro no derramarle encima el contenido de su cafe. Derek, su jefe era un hombre impresionante, en todos los sentidos de la palabra. Era un guapo como el mismo demonio, con el cabello rubio rizado, ojos color azul, un cuerpo de infarto que le quitaba el aliento, ese dia llevaba un traje color gris con una camisa negra y una corbata plateada, el muy cretino sabia que ese traje la derretia por completo, solo hacia dos meses que habian empezado a tener relaciones sexuales, sin ningun compromiso de por medio, ambos establecieron eso, no querian sentirse atados a ninguna pareja, asi que de algun modo a ella le convenia ese trato, nadie sufria, nadie se enamoraba y todos felices como siempre. Derek siempre tenia una sonrisa encantadora, que la dejaba deslumbrada, como si fuera una colegiala tonta con las hormonas alborotadas, y eso no le pasaba ni siquiera cuando estaba en el instituto, siempre fue la alumna mas centrada y aplicada, por lo tanto nunca tuvo tiempo de andar viendo a los chicos, claro todo eso despues su primer fracaso amoroso. -- ?Ha tenido una mala manana abogada?--por toda respuesta Zoe le gruno, al tiempo que bebia de su cafe, caminando apresurada para llegar cuanto antes al ascensor. Sintio su presencia detras de ella, y para su sorpresa el muy idiota estaba conteniendo la risa. -- ?Que es lo gracioso abogado?--cuando sintio que le dio una nalgada en el trasero, casi grita de la impresion, habian acordado ser lo mas discretos posible y obviamente eso no era para nada discreto. --Derek te has vuelto loco que parte de ser discretos no entendiste. --Dijo entre dientes fulminandolo con la mirada. -- ?Acaso quieres estar en boca de todos? --Con estar en la tuya me conformo--escucho una risilla nerviosa detras de ellos y se dio cuenta de que su amiga Marian estaba detras mirandolos picaramente. --Marian ?pero que haces aqui?--su amiga avanzo para saludarla conteniendo la risa. --Solo queria comprobar que estabas bien, nos has tenido un poco abandonadas, pero ahora ya me di cuenta del motivo--y para colmo de males su amiga ni corta, ni perezosa, le hizo un escaneo al musculoso cuerpo de su jefe, provocando que se sonrojara hasta la raiz del pelo. --aunque por lo que veo, esta justificada tu falta a nuestra reunion, la verdad es que yo tampoco saldria de la cama, si fuera con un galan como este, ?no tienes ningun hermano perdido por ahi guapo? Zoe no sabia donde meterse, su amiga nunca era imprudente, pero ultimamente no la reconocia. Aun no se quitaba de la mente aquella borrachera en la que fue y se beso a un hombre en la barra de un bar, pero es que no solo lo beso, sino que lo devoro. --Marian sera mejor que dejes de molestar a mi jefe, vamos a mi despacho. --Esta bien grunona, adios guapo--dijo dirigiendose a su jefe--mi amiga y yo nos iremos por las escaleras, le hara bien ejercitar esas piernas que tiene. Su jefe estaba a punto de partirse de la risa, comenzo a caminar en direccion a las escaleras cuando sintio que Marian le daba una palmada en el trasero. --Marian que demonios te sucede, es que te has vuelto loca. --Oh perdona pero crei que todo el que iba detras de ti tenia derecho a pegarte en el trasero. --ahora si las carcajadas de Derek las acompanaron hasta que subieron al primer piso. Ya se las pagaria el muy cretino, ahora tenia algo mas importante que hacer, como exprimirle el pescuezo a su amiga hasta que se pusiera morada.

  • Una noche olvidada de Charlene Sands

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  • Escrito en el agua (Planeta Internacional), Paula Hawkins de Paula Hawkins

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  • La sombra del alma de Pedro Suner G

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    Hola querido lector, aqui tienes mi novela. No cometas el error de leerla como una historia normal, pues no lo es. Es una trama compleja, llena de detalles hilvanados con precision. Es una gran locura en la que no hay nada al azar, por retorcido que te parezca todo, aun solo estaras aranando la superficie.
    Algunos de los misterios que se entreven mirando por las rendijas de las tramas seran desvelados, otros errados y otros permaneceran en mi mente hasta que tu curiosidad llame a mi puerta. Esa puerta estara abierta siempre para saciar tus dudas.

  • Una separacion de Katie Kitamura

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  • El hombre que perseguia su sombra ( Millennium 5) de David Lagercrantz

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    Lisbeth Salander esta cumpliendo condena en la carcel de Flodberga, en la que intenta a toda costa evitar cualquier tipo de conflicto con el resto de las presas. Pero en el momento en el que Lisbeth se convierte en la protectora de la joven de Bangladesh que ocupa la celda vecina, la peligrosa lider de las internas la coloca en su punto de mira.

  • Danalia (Spanish Edition) de Tomas Altamiranda

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    Por un lado, Natalia forma parte de la comunidad gitana. Ella es una poderosa hechicera que fue bendecida por el Creador con un indomable poder, el cual debera aprender a usar para el bien. Luchara contra ella misma en un intento de que su propio poder no la corrompa. Dante Alvarez, un muchacho de dieciocho anos, cuya vida y forma de ser pertenecen a un mundo introvertido. Desconoce los demonios dormidos que yacen en su interior, como asi tambien su potencial para salvar al mundo del ejercito de espiritus del agente Smith. Vas caminando por la calle principal de tu pueblo o ciudad, de pronto, impulsado por un estimulo de desconocida procedencia, decidis entrar a ese Centro bibliotecario que, a lo lejos, se divisa algo anticuado y polvoriento. Tomas la iniciativa de buscar en la seccion de Escritos Varios. Por un destello del corazon, te avalanchas sobre un colorido cuaderno que te llamo la atencion arrebatadamente. Lo abris guiado por una fuerza amorosa y pura comenzas a leerlo. Laura 2/1/17 Hola. Encontre este cuaderno escondido en el viejo placar del living. Tuve que quitar libros empolvados, ropas viejas y algunos trapos para llegar hasta el. Me encuentro fatal, me siento destrozado, inutil e impotente. Simplemente ya no puedo seguir guardandome todo lo que llevo dentro, creo que es momento de ir soltando de a poco lo que me ha sucedido. Ayer a la madrugada, mas precisamente a las dos y media, vi algo horrible, asqueroso, repulsivo. Fue la gota que rebalso el vaso. Sabia que no era buena idea ir a esa fiesta de ano nuevo, mi intuicion asocial me decia que era mejor quedarme en casa con mi familia, comer ensalada de frutas y garrapinadas, todo junto, en un coctel explosivo para mi digestion. ?Por donde empiezo? Creo que con el momento en que ella se alejo de mi para conversar con sus amigas. Me quede solo, no conocia a nadie, la musica me asqueaba, el humo del hachis me provocaba arcadas. Un autentico baratro era para mi esa reducida morada sin pintar, con apenas tres ambientes y un bano medio descuajeringado. Para continuar, ella me evito toda la noche. Siempre que intentaba acercarme para que hablaramos, se alejaba con excusas del tipo "tengo que ir al bano" o "voy a agarrar una birra". Mientras yo tomaba una latita de Speed, apoyado en una de las paredes, vi como ella se paseaba con un tipo, de estatura baja y con un notable sobrepeso, pelo rizado, cara repleta de acne y dos espansores grandes como moneda de un peso. ?Quien sospecharia? ?Quien podria sospechar de ese vago destartalado? Si lo haria de un muchacho que fuese de una altura considerable, rubio y con un cuerpo de ensueno, pero de esa aberracion de la naturaleza. Aun no se me ocurren posibles explicaciones esto. Cuando la vi en la habitacion sobre un catre medio rasgado, montandoselo con ese malnacido que habia divisado anteriormente, casi me desvanezco al contra piso. En medio de un oceano de extasis y lujuria, apenas debieron de haber notado que estuve alli. Fue como un derechazo de Mayweather, un pichicatazo tranquilizante, no se como describirlo. Si hubiese cargado una Colt en ese momento, ya estaria en el penal, con cargo de homicidio agravado. Pero no reaccione como ahora deseo haber reaccionado, simplemente me aleje corriendo abriendome paso entre la muchedumbre de adolescentes embriagados. Lo siguiente que hice fue buscar desesperadamente las llaves de mi moto. Revise los bolsillos de mi pantalon, nada. Segui por los de mi chaqueta de cuero, nada. Finalmente recorde que las habia puesto entre mi calcetin y mi zapatilla izquierda. Me monte a mi vehiculo con desasosiego, estaba en estado de completo shock. Acelere a fondo y pase varios semaforos en rojo. Un autentico maniatico al volante. No aguantaba mas, me estaba quebrando, por mis mejillas comenzaban a rodar las primeras lagrimas. Detuve la motocicleta en una estacion de servicio de las antiguas, me baje y sente junto a uno de los surtidores. En mi corazon yacia un vortice de emociones, estaba nervioso, con ira y, a la vez, vacio y sin fuerzas. El empleado de la estacion me pregunto si me encontraba bien, al menos eso creo que me pregunto, yo lo mire con los pomulos humedecidos y le pedi que me dejara solo. Estuve sentado y acurrucado junto al surtidor hasta que el sol se dejo ver, llorando y maldiciendo a todos los santos, y tambien a los familiares de Laura quien, supongo, ahora es mi exnovia. Ahora estoy en mi casa. Mientras escribo estas memorias, voy echandole un ojo al WhatsApp, otro poco de ojo al Facebook y al Instagram. Ella esta en linea, mas no me atrevo a hablarle. Quizas sea mejor bloquearla. Lo he hecho, la he bloqueado. Mi madre me esta mirando con indiferencia, seguro esta pensando "?que esta escribiendo ahora este loco?". Creo haber mencionado al principio que esto era la gota que rebalsaba el vaso. Con Laura ya veniamos de hace meses con problemas de pareja, discusiones bastante fuertes, a decir verdad. Todo era un problema, "que no me sacas a pasear", "tus regalos son de tacano", "le miraste la cola a esa". Yo soy taurino, y me parece que no hace falta aclarar como eran mis reacciones ante estas sonseras. Si, lo reconozco, la insulte e incluso una vez estuve a punto de golpearla. No lo hice, pero si lo hubiese hecho, lo tendria bien merecido. Mis acciones me contradicen, lloro al ver que me han enganado, y enfurezco cuando me provocan. Pero asi soy yo. Esta bien, necesitaba desahogarme, continuare escribiendo luego, otro dia, o la semana que viene, no lo se. 5/2/17 Hola. Estos dias estuve conversando mucho con Lydia. Lydia es mi mejor amiga, mi hermana, mi compinche. Si yo soy Bonnie, ella es Clyde. Como Palermo y Schelotto. Le conte sobre lo de Laura. Aun la tengo bloqueada en el WhatsApp. Lydia me dijo que es mejor que no la desbloquee nunca mas, esto al menos es lo mas saludable para mi corazon y mi mente. Sonseras de adolescentes. Deberia concentrarme en mi. Le doy la razon, pero la extrano. Extrano sus besos deliciosos, sus caricias suavecitas, sus abrazos magicos, su afecto revitalizante. Aunque no se si era amor, o solo eran besos calentones. Pero ultimamente nos besabamos de una forma un tanto... un tanto opaca e insipida. Ya no existia la homogeneidad que teniamos al rozar nuestros labios, ya no se mezclaban en una danza romantica. Eran secos y frios, sin pasion ni energia. Aun no puedo calmar mi mente. No comprendo como fue que paso, ?de donde conoceria a ese tipo de la fiesta? ?como se atreveria a echar todo este tiempo de relacion a la basura? Son preguntas que no me dejan conciliar el sueno por la noche. Yo le adverti aquella vez: "Laura, si alguna vez me sos infiel, olvidate de mi, de inmediato y para siempre." ?Que he hecho mal? Si he sido el novio perfecto, siempre daba lo mejor de mi. ?Acaso se olvido cuando la rodeaba con mis brazos, y la llenaba de besos en la nariz? O quizas se olvido cuando estuve a su lado diez dias, mientras estaba internada en esa clinica, llena de saches de suero y medicamentos. Al parecer si se ha olvidado de todo esto. Necesito dejar de pensar tanto, solo me produce dolor recordar todo lo que fuimos e imaginarme lo que podriamos haber sido. Gracias al universo Lydia siempre esta a mi lado. Su amistad me ha acobijado en mis momentos de pena y dolor. Decidimos con Ricitos (asi le llamo a Lydia, por sus cabellos rubios) que seria una buena idea para que ambos despejemos la mente, emprender un viaje a las sierras. La Falda, mi lugar favorito en el mundo. Tranquilo, boscoso, repleto de lugares para conocer, disfrutar y relajarse. Es un buen destino, creo yo. Lydia tambien esta pasando por problemas de pareja. No quiero profundizar en esto, porque tampoco tengo mucho con que profundizar, pero por lo que me conto brevemente (aclaro que Lydia es muy cerrada en cuanto a sus sentimientos) su novio, Juan, la ha enganado con Jimena, la morochita de lentes de nuestro curso. Sera unas dos semanas de estadia. Los hoteles en La Falda son baratos y accesibles. Dicho lugar es el favorito para las parejas de clase baja de Capital, que desean irse de luna de miel. Necesito no pensar tanto, este martirio me esta hundiendo. Solo estoy evadiendo el problema, tengo que desbloquearla del Whats App y encarar la situacion como un hombre. No, aun no, aun no es tiempo. Estoy sentado bajo el sauce central de la plaza de mi barrio. No se por que decidi instalarme aca, creo lo hago porque es el lugar donde soliamos pasar con Laura horas y horas conversando sobre la vida, de musica, de ciencia, de todo. Si me concentro un poco, aun puedo sentir su aroma rondando por el aire. Creo que ya estoy alucinando. Miro mi muneca y noto que aun no me quite la pulserita de plata que me regalo para mi cumpleanos. Debo tener tendencia al masoquismo sentimental, me gusta martirizarme con sus recuerdos. No puedo olvidarme la fecha exacta en que conoci a Laura.: 6 de agosto del 2015. Voy a escribir un poco como fue que nos conocimos. En el centro vecinal de mi barrio, todos los 6 de agosto (vaya a saber uno por que escogieron esta fecha) se realiza una pequena reunion organizada por el administrador del centro, en donde nos juntamos los adolescentes y preadolescentes de la zona.

  • Suenos de trenes de Denis Johnson

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    En el verano de 1917 Robert Grainier participo en el intento de matar a un jornalero chino al que habian pillado robando, o al menos lo acusaban de haber robado, en los almacenes de la compania ferroviaria Spokane International, en el corredor septentrional de Idaho. Tres empleados del ferrocarril sujetaron bien fuerte al ladron y lo arrastraron por el largo terraplen que llevaba al puente que se estaba construyendo dieciseis metros por encima del rio Moyea. El chino emitia voluminosas rafagas de una rapida cantinela. Se bamboleaba y se retorcia como una comadreja metida en un saco, golpeando hacia atras con el puno que le quedaba libre al hombre que lo iba arrastrando por el cuello. Cuando el grupo paso frente a el, Grainier, viendolos en apuros, fue a prestarles su ayuda y se encontro a si mismo agarrando al culpable por un pie descalzo. El hombre que caminaba por delante de el, el senor Sears de la direccion de la Spokane International, llevaba agarrado casi inutilmente al prisionero por el sobaco y era el unico de todos, ademas del ininteligible chino, que iba hablando mientras todos se las veian y se las deseaban. --!Muchachos, no tengo ni punetera idea de como vamos a hacer esto! ?Acaso lo tenemos que llevar hasta alli?, tuvo ganas de preguntar Grainier, pero le parecio mejor guardarse el aliento para el forcejeo. A Sears se le escapo la risa, con la cara palida de fatiga y horror. Todos se desplomaron en el polvo, se levantaron y volvieron a caer, con el chino hablando en jerigonza y aterrandolos a los cuatro hasta el punto de que ya daba igual lo que hubieran tenido en mente inicialmente, ahora si que era hombre muerto. Ya no les quedaba mas opcion que tirarlo desde el puente de caballete. Alcanzaron al resto, una cuadrilla de una docena de hombres que estaban descansando al sol, apoyados en sus herramientas, secandose el sudor y contemplando el espectaculo. Grainier aferraba convulsamente el pie calloso del chino, asombrandose de si mismo, cuando el hombre que llevaba el otro pie lo solto, se sento jadeando en el suelo de tierra y recibio una patada en el ojo antes de que Grainier pudiera sujetar la pierna que ahora pataleaba libre. --Ha sido una broma. Una broma --dijo el hombre sentado en la tierra, y al aliado que tenia alli le dijo--: Venga ya, Jel Toomis, dejemoslo correr. --No lo puedo soltar --dijo aquel tal senor Toomis--. !Soy el que lo tiene agarrado del cuello! Y se rio mientras una rafaga de confusion le cruzaba el rostro. --!Yo lo tengo bien cogido! --dijo Grainier, agarrando con mas fuerza en sus brazos los dos pies del pequeno demonio--. !Lo tengo yo, al cabron, y yo me encargo! El grupo de verdugos llego a la mitad del ultimo tramo de puente completado, veinte metros por encima de los rapidos, y se puso al limite de sus fuerzas para tirar al chino al vacio. Pero el pudo con ellos, se dedico a aferrarse a sus brazos y piernas y a lloriquear en su jerigonza hasta que de pronto se solto y se agarro con un brazo a la viga que tenia debajo. Se quito de encima con facilidad a sus captores, que de todas maneras ya se estaban intentando deshacer de el, y salto al otro costado, suspendido sobre el abismo y descolgandose con una mano detras de la otra por la silueta esqueletica del tramo siguiente, pasando por encima del rio. El companero del senor Toomis corrio hasta alli, haciendo equilibrios sobre una viga y pisoteandole los dedos al tipo. El chino se fue descolgando de una viga a la siguiente, como si fuera un artista de circo, descendiendo por la estructura de barras entrecruzadas. Un par de trabajadores de la cuadrilla vitorearon su fuga, mientras que otros, aunque no tenian ni idea de por que lo estaban persiguiendo, gritaron que habia que detener al villano. El senor Sears se saco de la funda que llevaba al cinto un viejo y enorme revolver de polvora negra de cuatro balas y disparo las cuatro, sin resultado. Para entonces el chino ya se habia esfumado. En el camino de regreso a casa despues de aquel incidente, Grainier se desvio tres kilometros hasta la tienda que habia en el poblado ferroviario de Meadow Creek para comprarle una botella de zarzaparrilla Hood's a su mujer, Gladys, y a su hija pequena, Kate. La subida por la colina y a traves del bosque en direccion a su cabana lo dejo acalorado, y antes de recorrer el ultimo kilometro se detuvo a banarse en el rio, el Moyea, en una poza honda que habia rio arriba del poblado. Era sabado por la noche, y a modo de preparacion para la velada un grupo de trabajadores ferroviarios de Meadow Creek se habian congregado en la poza para banarse con la ropa puesta y secarse sentados en las rocas antes de que cayera la oscuridad en el canon. Los hombres dejaban a un lado los zapatos y las botas y se sumergian lentamente hasta los hombros, ahogando exclamaciones y salpicandose. Muchos de ellos ya daban sorbos de whisky de sus petacas mientras permanecian sentados temblando despues de sus abluciones. Aqui y alli asomaba de la superficie algun brazo que agarraba con la mano un sombrero maltrecho, senal de que alguien se estaba mojando la cabeza. Grainier no reconocio a nadie y se quedo solo a un lado, vigilando de cerca sus botas y su botella de zarzaparrilla. Mientras caminaba de regreso a casa bajo la oscuridad creciente, Grainier tuvo la sensacion de que se iba topando con el chino por todas partes. El chino en el camino. El chino en el bosque. El chino caminando con pasos suaves, con las manos colgandole de unos brazos que parecian sogas. El chino saliendo con movimientos danzarines del arroyo, como si fuera una arana. Le dio la Hood's a Gladys. Ella se incorporo hasta sentarse en la cama situada junto a la estufa donde estaba convaleciente de eczema y dando de mamar al bebe. Podria haber hecho acopio de fuerzas y haberse ocupado de la colada y de cortar las patatas y la trucha para la cena, pero siempre que a su mujer le dolia la cabeza o se le taponaba la nariz tenian la costumbre de dejarla que se tumbara con una botella o dos del dulce tonico de Hood's y se tomara un descanso de aquellas tareas. A la bebe de Grainier tambien se la veia afectada por el eczema. Tenia los ojos pegajosos de leganas y le colgaban burbujas de mucosidad de los orificios nasales mientras mamaba y roncaba pegada al pecho de su madre. Kate tenia cuatro meses y seguia siendo completamente calva. No parecia reconocer a su padre. Su ligera enfermedad no le doleria, siempre y cuando no le derivara en tos. Grainier se quedo de pie junto a la mesa de la unica habitacion de la cabana, preocupado. Estaba seguro de que el chino les habia lanzado una poderosa maldicion mientras ellos lo arrastraban, y que eso podia tener toda clase de consecuencias negativas. Aunque asombrado ahora por el frenesi de la tarde, y perplejo por su violencia y por como esta lo habia arrastrado como una semilla al viento, el joven Grainier seguia deseando no haberse refrenado y haber matado al chino antes de que este los maldijera. Se sento en el borde de la cama. --Gracias, Bob --le dijo su mujer. --?Te gusta tu zarzaparrilla? --Si, ya lo creo, Bob. --?Tu crees que la pequena Kate puede notar el sabor en tu teta? --Pues claro que si. Muchas noches oian el tren de la Spokane International que subia al norte, a su paso por Meadow Creek, tres kilometros valle abajo. Esta noche su silbido lejano desperto a Grainier, que se encontro solo en el camastro de paja. Gladys estaba levantada con Kate, sentada en el banco que habia junto a la estufa, desprendiendo restos frios de avena de los costados del cazo y dejando que el bebe chupara aquellas gachas de la punta de su dedo. --?Cuanto crees que sabe la nina, Gladys? ?Tanto como un cachorro, tu crees? --Los cachorros pueden vivir solos despues de que la perra los destete --dijo Gladys. Grainier espero a que ella le explicara que queria decir. Le pasaba a menudo que su mujer pensaba mas deprisa que el. --Una cria de hombre no puede hacer eso --le dijo ella--, irse a vivir por su cuenta cuando lo destetan. El cachorro sabe mas que el bebe hasta que el bebe aprende las palabras. Y me refiero a mas que unas cuantas. Un perro criado en casa tambien conoce unas cuantas palabras, tantas como un bebe. --?Cuantas palabras, Gladys? --Pues bueno --dijo ella--, sabe como se dicen las cosas que sabe hacer y las que tu le mandas que haga. --Dime algunas de esas palabras, Glad. Estaba oscuro y el queria seguir oyendo la voz de ella. --Pues <> y <> y <> y <> y <>. El perro sabe como se dice todo lo que el sabe hacer. En la oscuridad sintio que la mirada de su hija se volvia hacia el como la de una bestia arrinconada. No era mas que un engano de su imaginacion, pero le derramo algo frio en el espinazo. Se estremecio y se tapo con la colcha hasta el cuello. Robert Grainier ya no olvidaria aquel momento exacto de aquella noche durante el resto de su vida.

  • De Prada a Prana de Maria Jose Marrufo

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    La autora te invita a unirte a un viaje de aventuras, en donde te comparte su transicion de ser una chica superficial y vacia a emprender un camino en el despertar espiritual para cambiar su vida positivamente.Te proporciona las herramientas que le ayudaron a trabajar a nivel personal para de esta forma vivir una vida mas plena, llena de armonia y amor. Ademas te comparte una serie de ejercicios de re programacion, para borrar viejas memorias atoradas en el subconsciente, meditaciones, dietas des-intoxicantes y multiples aventuras de una forma muy simpatica, acerca de su camino por este recorrido, que te haran como a ella, tomar las riendas de tu vida y crear una realidad de tanta satisfaccion, que no necesitaras mas buscar la felicidad fuera de ti, pues sabras que esta y siempre estuvo dentro de ti.

  • La pregunta y la respuesta (Chaos Walking 2) de Patrick Ness

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    La continuacion de la aclamada trilogia en que se basa la superproduccion Chaos Walking, del novelista de Un monstruo viene a verme.

  • Lo que sembramos de Regina Porter

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    Iluminando mas de seis decadas de cambios radicales, desde la lucha por los derechos civiles y el caos de Vietnam hasta el primer ano de Obama como presidente, las familias de James, un exitoso abogado de origen irlandes, y Agnes, una hermosa mujer afroamericana que vive en el Bronx, se uniran de manera inesperada, intima y profundamente humana.
    Con un penetrante humor, dialogos cargados de autenticidad y un dominio narrativo que te transporta a cada uno de los lugares y epocas descritos, el debut de Regina Porter es a la vez un retrato familiar intimo y una exploracion brillante de como la raza, el genero y la clase chocan en la America moderna.

  • En tan solo un instante (Serendipity 3) de Moruena Estringana

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  • Buscando a Carmen de Serafin Fanjul

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    La imagen exterior de Espana cristalizo hace tiempo, conformando un conjunto de rasgos que, en puridad, se reducen a unos pocos estereotipos en los cuales la mayor parte de los espanoles no nos reconocemos, aunque, paradojicamente, hayamos terminado por aceptarlos en el plano colectivo; este libro estudia como los viajeros europeos del XIX crearon esta imagen falsificada de Espana y los espanoles.

  • En tu mirada de Moruena Estringana

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  • El arte de callar de Roberto Brodsky

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    Reedicion de la gran novela de Brodsky sobre el crimen real de un reportero ingles en el Santiago de 1990.

  • La extorsion de Matt Kennard

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    La historia que los estadounidenses asumen como propia es convincente: Estados Unidos es una fuerza positiva en el mundo, refugio para prosperar y defensor incondicional de la democracia y los derechos humanos. Pero el veterano periodista de investigacion Matt Kennard revela una verdad mucho mas oscura. Tras cuatro anos en el Financial Times descubrio una estafa gigante. Su acceso a la elite global lo llevo a una sola conclusion: el mundo esta dirigido por un escuadron de hombres que fuman puros con armas grandes y gran efectivo. A partir de mas de 2.000 entrevistas con funcionarios, intelectuales y artistas de todo el mundo, Kennard revela como se nos vende un sueno y como ese sueno oscurece la realidad del estado corporativo, la encarcelacion en masa y la extirpacion de derechos humanos.

  • No cerreis mi tumba de Enrique Laso

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    ETHAN BUSH REGRESA CON UN NUEVO CASO
    REGALO EXCLUSIVO: !LA NOVELA ‘CRIMENES DIABOLICOS’!
    Septima entrega de la saga del agente especial del FBI Ethan Bush, que suma mas de 750.000 copias vendidas en todo el mundo, en 6 idiomas, y que se ha convertido en un fenomeno internacional en el panorama de la novela negra y policial.
    MAS DE 750.000 LECTORES DE TODO EL PLANETA SE HAN ENGANCHADO A ETHAN BUSH
    Ethan regresa a Kansas, para ayudar a su buen amigo Jim Worth, detective de homicidios. Una mujer ha sido asesinada y parece que a traves de su diario y mensajes privados puede dar pistas sobre la persona o personas que acabaron con su vida. El agente del FBI vuelve al estado que tantos recuerdos le trae, y alli se encontrara de nuevo con Vera Taylor o solicitara la colaboracion de la medium Juliet.
    EL CASO MAS EXTRANO DE LA CARRERA DEL AGENTE ETHAN BUSH
    ?PUEDE ALGUIEN AYUDAR A ESCLARECER SU PROPIO ASESINATO?

  • Polos opuestos (Baile 1) de Monica Garcia

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    --Nos vemos manana, chicas --dije. Una a una mis alumnas fueron saliendo del aula en donde impartia clases de baile a ninas de entre seis y diez anos. Suspire mientras avanzaba hacia la parte trasera de la sala. Alli habia dejado mi bolsa y una fina chaqueta por si el dia se torcia. Abri la mochila y saque la botella de agua que siempre llevaba al estudio. La destape y di un gran trago. --Maddie --oi a mis espaldas. Me gire para encontrarme con Hayley, mi alumna mas joven --, tengo una duda. --Muestrame. --No se si he pillado bien el ultimo ejercicio de la coreografia. Le pedi que repitiera el rol rueda y asi lo hizo. Se tumbo en el suelo boca abajo y alzo las piernas a la vez que tenia la barbilla apoyada en el suelo. Poco a poco fue bajando las piernas hasta apoyarlas en el suelo delante de su barbilla, arqueando el cuerpo. La observe con detenimiento mientras ejecutaba el ejercicio. --Lo haces bien, pero debes tener cuidado a la hora de arquear la espalda. Ademas, debes alzar mas las piernas. No se si me he explicado bien --la fui corrigiendo. Ella asintio y repitio el ejercicio tal y como le habia dicho. --Bien hecho. Te veo manana, ?vale? La pequena afirmo con la cabeza con entusiasmo y salio disparada por la puerta hacia los vestuarios. Recogi mis cosas y sali de la sala que Hannah Brown, la directora de todo el estudio, me habia asignado para dar mis clases. Tenia que recorrer medio edificio para llegar al aula veintiseis, en donde ella nos daba clase a mis companeras de grupo y a mi. Diez minutos despues entre en los vestuarios. En ellos solo se encontraba Sarah, una de mis mejores amigas. Cada aula tenia el suyo adherido a ella. Se podia entrar a la clase por alli o por la puerta de entrada, aunque nosotras lo haciamos a traves del vestuario. --Buenas tardes, Maddie --me saludo. --Hola. --?Que tal la clase? Empece a cambiarme de ropa. Cambie mis gastados vaqueros por unas mallas ajustadas y mi camiseta de manga francesa por una camiseta verde sin mangas. --Bien. Creo que ya estan preparadas para competir. --?Se lo has dicho a Hannah? --pregunto. --Todavia no he tenido tiempo de hablar con ella. Me puse las punteras y despues me recogi el cabello en una trenza que me llegaba por debajo de los hombros. A mi lado, Sarah se hizo una coleta. Poco despues de terminar de prepararnos, Samantha, Emma, Tamara y Susana entraron en los vestuarios, todas ellas charlando entre si. --Muy buenas, chicas --nos saludaron, alegres. --Hola. Esperamos a que ellas terminaran de vestirse para ir juntas al aula. Esta era muy espaciosa, con los suelos revestidos en madera. El lado contrario a la puerta principal estaba ocupado por un gran espejo que terminaba un poco antes de donde se situaba la puerta de los vestuarios. Las paredes eran de un blanco impoluto y algunas zonas estaban tapadas por gigantescos posters de bailarines famosos que habian estudiado en ese mismo estudio. Practicabamos baile de lunes a viernes y algunos fines de semana. Empezabamos a las cinco de la tarde y terminabamos a las nueve, aunque habia algunos dias que las sesiones se alargaban o que, debido a algun concurso importante, nos veiamos obligadas a faltar al instituto. Concursabamos todos los fines de semana, los sabados para ser mas exactos. Como era de esperar, llegamos antes que Hannah, quien seguramente estaria entretenida dando clase o analizando concienzudamente algunos papeles. Ella se tomaba muy enserio su trabajo y, por ende, era muy dura con nosotras. Queria sacarnos el maximo partido a todas. Sarah y yo fuimos hacia una esquina y nos pusimos a estirar los musculos mientras charlabamos sobre asuntos triviales. Minutos mas adelante, mientras me tocaba la punta de los dedos de los pies teniendo las piernas completamente estiradas, Hannah Brown irrumpio en la estancia. El cabello lo llevaba recogido en un apretado mono del que se le escapaban un par de mechones castanos. Observo con seriedad el espacio, comprobando que todas estuvieramos alli. --Siento el retraso, chicas. La clase que he tenido a las cuatro se ha alargado considerablemente. --No pasa nada, Hannah --la tranquilizo Tamara, sonriendole. Todas nos acercamos a ella, formando un circulo a su alrededor. Como ya estabamos a mediados de semana sabiamos cual era nuestro papel en la competencia de este fin de semana; en mi caso, solo actuaria en el baile grupal. Estabamos esperando instrucciones. --Bien, chicas. Como sabeis, la competicion de este fin de semana es bastante importante. En ella bailaran los mejores estudios de la zona, asi que debeis ir a por todas. <<Empezaremos por el baile grupal. Despues, Tamara ensayara su solo. Cuando termine con ella, Samantha hara el suyo. Por ultimo, volvereis a practicar lo primero que he dicho --nos explico mirandonos a cada una--, ?entendido? Asentimos con la cabeza, sin decir ni una sola palabra. --Bien, en ese caso podemos comenzar. *** Volvi al Moonlight completamente reventada. El ensayo habia sido agotador, tanto que apenas podia mantenerme en pie. Hannah se habia esmerado con la clase de hoy. Segun ella, todo debia salir a la perfeccion. Sonrei al ver la enorme verja de hierro forjado y los setos que rodeaban los terrenos del orfanato. Saque las llaves de la bolsa y meti la mas pequena en la abertura de la cerradura. La gire hasta que se abrio con un clic. Entre cerrando la verja a mis espaldas y avance por el jardin delantero, plagado de flores y arbustos, hasta llegar a la entrada principal del Moonlight. Repeti el mismo gesto y entre. --Maddie --dijeron Maya y Owen, levantandose del sofa y viniendo corriendo hacia mi. Abri mis brazos y los abrace con fuerza, besando sus coloradas mejillas. --?Que tal estais, preciosos? --pregunte sin soltarles, poniendo la voz mas grave, tal y como se les habla a los ninos pequenos. Despues, avance por el salon hasta sentarme en uno de los numerosos sofas con ellos encima de mi regazo. Maya y Owen eran los mas pequenos que vivian en el Moonlight. Ambos tenian seis anos y eran adorables. Siempre estaban juntos, a todas horas, y nunca se peleaban; es mas, Owen siempre defendia a Maya en el colegio cuando alguien se metia con ella. --Muy bien. Hemos empezado a aprender a escribir palabras largas --dijo con orgullo Owen. --Tambien nos han ensenado a escribir varios numeros --agrego Maya sonriendo. Ambos me miraban con la emocion reflejada en sus rostros infantiles. --!Que mayores os estais haciendo! Que rapido pasaba el tiempo. Todavia recuerdo el dia en que empezaron a ir a preescolar, lo asustados que estaban ambos. Sonrei al recordarlo. Los dos rieron por mi comentario. --Todavia somos ninos, por si eso te consuela --hablo Owen en cuanto paro de reirse. Sonrei con dulzura y, acto seguido, les hice cosquillas. Unos pasos resonaron por toda la estancia, provocando que parara de torturarles. En el salon entro Kara, la directora del Moonlight, seguida de Alvaro, su marido, con quien compartia el cargo. Los dos discutian sobre algo. --...Te digo que no podemos permitirnoslo --decia ella frunciendo el ceno. --Y yo te digo que si. Podriamos... --Alvaro callo al vernos. A pesar de haber pocos internos en el hogar, los gastos eran excesivos. Entre el colegio, el instituto, las extraescolares y los gastos que generaba el Moonlight andaban justos de dinero. Es por eso que yo habia decido dar clases de baile, para ayudarles con los gastos, ya que la academia de baile a la que asistia era muy cara. Como las clases privadas eran las mas costosas, habia decidido pagarmelas. --La cena esta lista, chicos --comento Kara intentando que olvidaramos lo que habiamos oido. En cuanto esas palabras salieron de su boca, los ninos salieron disparados hacia el comedor, dandoles un beso en la mejilla a ambos antes de marcharse por la puerta. --?Tan mal esta la cosa? --pregunte cuando estuve segura de que nadie mas nos oia. Kara se toco el puente de la nariz con frustracion y Alvaro suspiro con pesadez. Las ojeras eran notables en ellos. Parecian agotados y estresados a la vez. --Hablaremos de ello luego. Ve a cenar --me ordeno Alvaro. Asenti con la cabeza. Subi las escaleras de caracol y camine por el largo pasillo hasta llegar a la habitacion que compartia con Lea. En total habia siete dormitorios: tres para las chicas y cuatro para los chicos. Si a eso se le sumaban la habitacion de los directores mas las de las cuidadoras y la de la cocinera... Ademas, por cada habitacion habia dos personas, salvo en el caso de las ninas mas pequenas, quienes dormian juntas. El caso es que entre y fui hasta el fondo de la estancia. Deje mi mochila de baile en mi cama, bajo una de las ventanas del gran dormitorio. Habia tres camas, aunque la habitacion solo estaba ocupada por Lea y por mi. Habia espejos aqui y alla y tres grandes armarios. Las paredes eran de un tono rosa pastel y el suelo estaba cubierto con una gran alfombra morada. Cuando baje al comedor, todos estaban alli, esperandome. Me sente entre Lea y Maya y, despues, me servi un buen plato de ensalada de pasta. --?Que tal las clases? --pregunto Lea mientras pinchaba una espiral con el tenedor. --Muy bien, la verdad. Cada vez ejecutamos mejor el baile grupal. Hoy, sin ir mas lejos, Hannah nos ha felicitado y nos ha dicho que si lo hacemos con la pasion con la que ensayamos, seguramente ganaremos el concurso del sabado. --?Sabes donde va a celebrarse o todavia no os ha revelado el lugar? Sonrei. --Va a ser aqui, en Portland. Mi amiga, quien habia estado bebiendo un sorbo de agua, casi se atraganto. Empezo a toser, dandose suaves palmadas en el pecho. --?En Portland? --pregunto en cuanto se hubo calmado. Asenti con la cabeza. --!Eso es estupendo! !Podre verte sin tener que salir de la ciudad! Rei al notar el entusiasmo que destilaba su voz. Normalmente los concursos solian ser en ciudades cercanas; por eso estaba tan emocionada Lea, porque se ahorraria el viaje. --?Que pasa en Portland? --pregunto Kara, mirandonos a ambas con el ceno fruncido. Seguro que estaria preguntandose en que andariamos metidas. --El concurso de Maddie --contesto Maya antes de que pudiesemos hacerlo nosotras. Nos la quedamos mirando sorprendidas--. ?Que? --pregunto la pequena--. Hablabais muy alto. --Asi que es en la ciudad... --dijo Alvaro pensativo--. ?Sabes ya la hora? --Empezara a eso de las cinco, mas o menos. Pero yo debo estar dos horas antes para prepararme --explique. --Estaremos ahi para animarte --me dijo Owen. --En primera fila --agrego Amber. Despues de eso, el comedor se quedo en silencio. Solo se oia el ruido que producian los cubiertos al chocar con los platos. Pocos minutos mas tarde, Lea me pregunto por las clases que daba y yo le conte lo orgullosa que estaba de mis ninas. Estaba completamente segura de que estaban preparadas para competir y asi se lo habia dicho Hannah, quien habia quedado conmigo en ver la clase de manana para determinar si estaban preparadas o no para asistir a concursos de baile. --Ojala estes en lo cierto y puedan participar --dijo Lea sonriendo--. Estoy segura de que eres una gran profesora. Me sonroje ante su comentario. Ni siquiera habia pensado en eso. Si mis alumnas tenian el nivel suficiente como para competir, eso significaria que mis clases habian dado sus frutos. --Yo tambien lo espero. Capitulo 2 Eric El maldito despertador casi me provoco un infarto. Maldiciendo, le di un manotazo, tirandolo al suelo. Di media vuelta en la cama, tapandome de nuevo con la sabana. --!Eric, es hora de levantarse! --grito mama desde la puerta de la habitacion pasados unos minutos, tocandola con fuerza. --Cinco minutos mas... --murmure adormilado. Oi como la puerta se abria con fuerza y enseguida empece a escuchar las pisadas de mama. Maldicion, habia entrado en mi dormitorio. --!Vamos o llegaras tarde! --Me zarandeo con fuerza. Me levante a reganadientes. Odiaba madrugar. Maldito instituto que nos obligaba a levantarnos temprano. Mi madre salio de mi territorio y pocos minutos despues fui al bano para darme una ducha de agua fria, a ver si asi lograba despejarme del todo. Cinco minutos despues, sali con una toalla enrollada en mi cintura. Seque mi cuerpo con rapidez y me puse una muda. Acto seguido, cogi del armario unos pantalones vaqueros y una camiseta gris, y me vesti. Cuando baje a desayunar, todos se encontraban en la mesa de la cocina. Papa leia el periodico mientras fruncia el ceno debido a alguna noticia que le desagradaba; mama preparaba el desayuno entonando en voz baja una cancion; Dylan y Andrew discutian tal y como lo hacian todas y cada una de las mananas; y Hayley tomaba en silencio su desayuno. --Buenos dias, familia. --Buenos dias, hijo --dijeron mama y papa a la vez, como si estuvieran sincronizados. Me acerque a mi madre, que seguia preparando el desayuno, y deposite un beso en su mejilla. Repeti el gesto con papa y con Hayley. Dylan y Andrew se creian demasiado mayores como para recibir besos. Me sente al lado de mi hermanita menor y cuando mama deposito mi desayuno en la mesa, lo devore. --Papi, recuerda que debes llevarme a clase de baile --le recordo Hayley. Todas las tardes ella daba clases de baile en la mejor academia de Portland, el Hannah Brown Studio. La que normalmente la llevaba era mama, aunque ese dia no podia porque le habian adelantado una operacion. Mama era cirujana y papa, periodista. --Tranquila, pequena, no lo olvidare. --Dejo el periodico sobre la mesa y sonrio con ternura. Termine mi desayuno y una vez deje mis cosas en el fregadero, subi a mi habitacion. Alli cogi la mochila con los libros. A continuacion, sali de mi habitacion y baje corriendo las escaleras. --!Me voy! --grite para que todos me oyeran. --!Ten un buen dia! --oi que decia mama desde la cocina. Sali de casa cerrando la puerta con un ruido seco. Camine hasta la acera, en donde estaba aparcado mi deportivo negro, regalo de cumpleanos de mis padres. Subi en el dejando la mochila en el asiento del copiloto, meti las llaves de contacto y las gire, provocando que el motor rugiera con fuerza. Sonrei, me encantaba ese coche. Conduje por varias manzanas hasta llegar a la casa en donde vivia mi mejor amigo, John. Ambos habiamos ido a la misma escuela primaria y desde el primer momento estuvimos juntos. Le vi sentado sobre el pavimento, mirando su telefono movil con interes. Toque el claxon antes de parar a unos metros de el. John alzo la cabeza, sobresaltado por el estridente sonido, pero cuando vio que era yo, sonrio burlonamente. --Ya te ha costado llegar --dijo a modo de saludo, rodeando el coche y ocupando el asiento del copiloto, aunque primero tuvo que quitar mis cosas de ahi. --Yo tambien me alegro de verte. Una vez mi amigo estuvo asegurado, arranque de nuevo el coche. --Odio las clases de hoy --comento John mientras miraba por la ventana. --Yo tambien las detesto. Ademas, hoy tenemos dos horas seguidas de matematicas. --Buf, ni me lo recuerdes. Solo de pensarlo me da dolor de cabeza. --Se llevo las manos a la cabeza exageradamente provocando que se me escapara una sonora carcajada. --!Que dramatico eres! ?Por que no te apuntas al club de teatro en vez de a baloncesto? --me burle. John me miro con total seriedad. --Ni de cona. Todos sabemos que ese club esta plagado de inadaptados sociales. Los siguientes cinco minutos transcurrieron en silencio, sin contar el hecho de que mi amigo se puso a buscar una emisora de radio que al final no encontro, ya que cuando llegamos al aparcamiento del instituto todavia seguia canaleando. Aparque el coche en donde solia dejarlo, cerca de la salida. --?Que tal te fue ayer con Tessa? --me pregunto a la vez que avanzabamos por el mar de gente. Hice una mueca. Ayer habia ido a su casa con la excusa de que me explicara un ejercicio. Habia intentado por todos los medios acostarme con ella, en vano. Esa chica no se enteraba de mis indirectas. --Ha sido horrible. Pese a que lo he intentado con todo, no captaba nada. Estaba empenada en explicarme las malditas derivadas. --Y eso ha sido un duro golpe para tu ego, ?verdad? --se burlo el haciendo una mueca. --No hablemos de mi ego --resople mientras entrabamos. Cuando estabamos lo suficientemente cerca de nuestras taquillas, divise a Jack, a Ethan y a Caden. Los tres estaban rodeados de chicas que iban ligeras de ropa y que coqueteaban con ellos sin parar. --?Que pasa, chicos? --nos saludaron mientras se apartaban de las chicas. Chocamos los punos a modo de saludo y fuimos directamente a nuestras taquillas. Puse la combinacion y la abri. Deje la mochila y saque los libros de las materias que tenia a la manana, en este caso tendria dos horas seguidas de matematicas. Tuve que esperar a que los lentos de mis amigos cogieran sus cosas, ya que de vez en cuando se paraban a hablar como marujas en un mercado. Sonrei ante esa idea. No me los imaginaba en un mercado chismorreando con senoras mayores. El timbre me devolvio a la realidad, y parece ser que les dio el empujon que necesitaban para terminar de coger lo necesario de las taquillas, ya que pocos segundos despues los tenia a mi lado. Los cinco nos pusimos en marcha. Andabamos con tranquilidad, total la clase no se moveria de sitio. De vez en cuando, la gente se giraba para lanzarnos miradas; muchas de ellas eran de admiracion o deseo, y otras, de pura envidia. Nosotros eramos los chicos mas deseados de la escuela. Todas las chicas suspiraban por nuestros pies. Yo nunca habia tenido una relacion duradera; lo mio era rollo de una sola noche. No me gustaba comprometerme y eso las chicas lo tenian claro. Cuando llegamos al aula, esta estaba ya repleta de companeros. En la primera fila ya se encontraban sentadas las empollonas de clase, dos chicas inadaptadas que siempre sacaban buenas notas. Charlaban animadamente sobre un tema que desconocia y que me importaba mas bien poco. A su lado tambien estaban sentados los que querian sacar buenas notas, aunque no lo eran tanto como las de ellas. En las filas centrales se sentaban los alumnos que no sacaban ni buenas notas ni malas notas. Y en las ultimas filas nos sentabamos nosotros, a los que menos nos importaba la asignatura. Nos acomodamos en nuestros sitios y nos pusimos a hablar hasta que el profesor nos mando callar. Las dos horas se me hicieron eternas. No entendia nada de lo que el profesor explicaba, por lo que los ejercicios los hacia de pena. Mis amigos intentaron ayudarme, sin exito. Era un zoquete. Al final de la clase el profesor me pidio que me quedara unos minutos porque queria hablar conmigo. Asi que me despedi de mis amigos y espere a que todos hubieran salido. --Senor Woods --me saludo--, ?sabe por que esta aqui? --No, senor. ?Por que razon querria hablar conmigo ese senor bajito, calvo, gordo y sudoroso? El profesor de matematicas era un tipo peculiar. Sudaba a mares todos los dias del ano y normalmente vestia con unos trajes que realzaban su descomunal barriga, ademas de ser totalmente espantosos. Pero lo peor de todo era su rostro arrugado, cuya guinda del pastel era su horrible uniceja. --Esta a punto de suspender mi asignatura. Palideci. !No podia ser posible! Pese a que se me daban muy mal las matematicas, siempre aprobaba esa maldita asignatura. Ademas, necesitaba aprobar todas para poder jugar en los partidos de baloncesto. --Es imposible --me negue a creerlo. --Mirelo usted mismo. Todos y cada uno de los ejercicios que ha hecho han estado mal. No solo eso, no se esfuerza en mi asignatura. Asi que como suspenda el examen, no aprobara--. Se paso un panuelo por el cuello y por la cara para secarse el notorio sudor. Reprimi una mueca de repulsion. --!No puedo suspender! --La rabia me consumia. No queria creerlo. Necesitaba con urgencia aprobar esa asignatura. --Creame, yo tampoco. Es por eso que se me ha ocurrido ponerle un tutor particular que pueda darle clases por la tarde. ?Que le parece? Lo sopese. Su oferta era muy tentadora. Pero no sabia si serviria de algo o no, teniendo en cuenta que no se me daban bien las mates. Ademas, ?quien sabia quien seria la persona encargada de ayudarme? Lo que menos queria era un friki a mi alrededor, dandome ordenes. Pero, por otro lado, lo necesitaba. Si no, suspenderia. --Esta bien. ?Cuando podria empezar con esas clases y con quien las haria? --pregunte. Sonrio. --Manana mismo puede empezar cuando le presente a su tutor. *** --?Profesor particular? --John no se lo creia. Abria mucho los ojos, tanto que parecia que se le iban a salir de sus orbitas. Hice un movimiento afirmativo con la cabeza. --?Como es eso de que vas a suspender? --Jack estaba estupefacto--. No puedes suspender. --?Crees que no lo se? --exclame pinchando un trozo de carne con el tenedor. Nos encontrabamos en el comedor del instituto, rodeados de gente que hablaba. La intensidad de las voces era tal que teniamos que alzar mucho la voz para oirnos entre nosotros. --?Y quien va a ser el afortunado de aguantarte? --pregunto Ethan. --?Aguantarme? Yo voy a ser el que tenga que aguantarle --dije molesto. La idea de que alguien tuviese que ayudarme no me gustaba ni un pelo--. Ademas --anadi--, el muy canalla del profesor no me ha dicho quien es. --Seguro que es uno de los empollones de clase --comento Caden mirando la mesa en la que estaban sentados un grupo de ellos, charlando animadamente, ajenos a nuestra conversacion. Suspire pesadamente. Lo que menos queria era que fuera uno de los sabelotodos de la clase, pero, bueno, no estaba en mis manos decidirlo. Terminamos el almuerzo y depositamos nuestras bandejas en su sitio. Estabamos avanzando por el pasillo, camino hacia las taquillas para coger las mochilas, ya que por la tarde no teniamos clase, cuando, de pronto, choque contra alguien, quien cayo redondo al suelo. Mis amigos y yo reimos por su torpeza. --Mira por donde vas, friki --dije.

  • Un pitcher solo en mi corazon 2 de Christian Martins

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    ?Estas bien? --pregunta Bryan, observandome fijamente. La verdad es que no. No lo estoy. Cruzar el pasillo repleto de periodistas y camaras me ha dejado un sabor de boca amargo. Se que esta escapada de fin de semana nos traera muchas consecuencias, pero no se hasta que punto puede cambiar esto mi vida. La primera vez que Brian y yo quedamos en la cafeteria para arreglar los papeles del coche y nos fotografiaron pude atisbar discretamente lo que significa ser el foco de atencion constante. Y no me gusto. No me gusto en absoluto. Puede que mi hermana, Scarlett, este hecha para la fama. Pero yo no. --Estoy bien --murmuro, acomodandome en mi asiento. Es mejor que no le de importancia, al menos por ahora. Ya me preocupare manana de buscar una solucion a todo esto. --?Lo dices de verdad? No parece que estes bien... --susurra en voz baja, acariciandome el antebrazo. Es increible lo poco que hemos necesitado Brian y yo para formar esta complicidad entre nosotros. A su lado me siento comoda y feliz, como si llevase asi toda la vida. Como si nos conocieramos desde siempre. Es extrano, porque esa misma sensacion jamas la tuve con Marcus. --No me gusta la prensa --respondo en voz baja, para que nadie mas pueda escucharnos. Aunque en realidad, nadie puede hacerlo. Por primera vez en mi vida, viajo en primera clase. Y tengo que admitir que la diferencia con la clase turista es abismal. --Lo se. Olvidate de ellos, ?vale? No volveran a molestarnos en todo el fin de semana. Asiento, respiro hondo, y decido que seguire su consejo al pie de la letra: me voy a olvidar de ellos. Despues del mensaje de Patsy y de nuestra breve reconciliacion tras la fiesta de cumpleanos de Ginna Godbsy, este es nuestro primer encuentro. Y la primera vez que pasaremos juntos varios dias seguidos. Las ultimas semanas de mi vida han sido bastante complicadas, asi que me apetece mucho desconectar y disfrutar de Brian. Ademas, se que el partido que se disputa este fin semana es realmente importante para el y, en cierto modo, me hace feliz que me haya pedido que le acompane. Confia en mi y se apoya en mi. Me paso el resto del vuelo callada, pero para cuando llegamos a nuestro destino el malestar se me ha pasado y he terminado de olvidar por completo el episodio que nos ha tocado vivir con la prensa. Cogemos el equipaje de mano y desembarcamos del avion en primer lugar. Brian rodea mi cintura con su brazo, me estrecha contra el y me dedica una enorme sonrisa mientras caminamos por los pasillos del aeropuerto. --El coche nos esta esperando en la puerta --me dice, justo antes de guinarme el ojo derecho. Brian se ha encargado de todo. Bueno, no se si ha sido cosa de el, del club o de su manager. Y la verdad es que tampoco creo que ese detalle importe demasiado. Lo que realmente valoro es lo cuidada que me siento, como si pretendiera adelantarse a cualquier detalle e imprevisto para que mi unica labor estos dias fuera disfrutar. --Oye... --le digo, deteniendome en seco--. Gracias por todo. Creo que todavia no se las he dado. --No digas tonterias, Ash... Pero antes de que pueda restarle mas importancia, me pongo de rodillas y le beso en los labios. Brian sonrie justo antes de apartarse de mi. --Venga, vamos. Nos estan esperando. Antes de las nueve de la noche llegamos a nuestro hotel. Un impresionante edificio de cinco estrellas situado en una de las avenidas mas importantes y centricas de Baltimore. Sabian que llegabamos, asi que no tenemos que esperar. Un botones recoge nuestras maletas y nos guia hasta la habitacion que nos corresponde, situada en la ultima planta de todas. Es increible. Tiene unas impresionantes vistas a la ciudad y casi es mas grande que mi propia casa. --?Desean algo mas? ?Les gustaria pedir la cena? Brian me mira de reojo y yo me encojo de hombros. --Llamaremos si necesitamos algo, gracias. Y dicho eso, el hombre desaparece de la habitacion y Brian y yo volvemos a quedarnos a solas. --Guau... --murmuro para mi misma, repasando el bano de arriba abajo, que tambien es enorme y tiene una ducha preciosa, de piedra y cristal. El dormitorio, como ya he dicho, tambien es un espectaculo. Esta dividido en dos zonas. En una de ellas esta la cama con las dos mesitas de noche y la gigantesca television de plasma y en la otra hay un sofa, una mesita y... !Un jacuzzi! !Es increible! No quiero imaginarme lo que puede costar la estancia en una suite como esta, pero adivino que no sera precisamente barato estar aqui. Por un momento, me siento fatal. Todo esto lo esta pagando Brian sin pedirme nada a cambio. --?Que te ocurre? ?Hay algo que no te guste? Sacudo la cabeza en senal de negacion. --Si algo te disgusta, puedo pedirles que nos cambien de habitacion. Vuelvo a negar rotundamente. No se con que tipo de chicas ha estado Brian hasta ahora, pero no soy capaz de imaginar a quien en su sano juicio le puede disgustar esto. --No, todo es... perfecto --aseguro, dejandome caer sobre el sofa--. El problema es que es... --hago una pausa, esforzandome por encontrar la palabra adecuada--. Demasiado. Mucho mas de lo que me puedo permitir. Brian se sienta junto a mi. Parece confuso. --No entiendo. --Que esto es demasiado caro para un sueldo como el mio, Brian. --Pero tu no tienes que aportar nada --asegura--. Ademas, esta estancia la paga el club. Ni siquiera yo. Eso tampoco me consuela demasiado. Poyner se acurruca mas junto a mi y me levanta la barbilla para obligarme a mirarle a los ojos. --No puedes ser mas extrana, ?lo sabias? --bromea, aunque ya me lo ha repetido en demasiadas ocasiones--. Disfruta de lo bueno y deja de preocuparte por lo demas. ?Puedes hacerlo? --Si... Creo que si. Supongo que es mejor no plantearse las cosas. No puedo permitir que Brian pague todo cuando estemos juntos, pero supongo que por una vez puedo hacer la excepcion. La conversacion se queda suspendida en el aire cuando me besa. Sus labios humedos recorren los mios y nuestras lenguas comienzan un baile frenetico cuya coreografia no les es en absoluto desconocida. Son complices, al igual que nosotros. Siento sus manos recorriendo mi cuerpo. Las mias arrancandole la ropa. Asi es todo con el; no necesito demasiado para encender la llama y que, un simple beso, se convierta en un instante de pasion desenfrenada. Dos minutos despues, ambos nos encontramos desnudos. La ropa esta tirada en el suelo, bajo el sofa, mientras nos enredamos en un abrazo. Esta vez no me apetecen cuerdas ni juegos extranos, solamente quiero que seamos el y yo. --?Te apetece que encienda el jacuzzi? --propone sin apartarse de mis labios. --Me parece buena idea. Brian se levanta y enciende los grifos. Mientras la banera se llena de agua caliente, yo disfruto de las magnificas vistas que me ofrece su cuerpo. Es perfecto. Puede que simplemente sea cuestion de genetica o puede que se deba a las tantisimas horas de deporte que realiza semanalmente, no lo se. Y la verdad es que esos detalles tampoco me importan demasiado. --?Vienes? --pregunta, sumergiendose en el agua. Apaga los grifos y enciende el burbujeo. Yo camino hasta el, sintiendome un poco expuesta. Estoy totalmente desnuda y Brian me recorre de arriba abajo con la mirada, lo que me resulta... incomodo. El es perfecto; tiene un cuerpo musculado, definido y envidiable. Pero yo solamente soy una chica normal, con sus defectos. Practicamente corro hasta llegar al agua. Me introduzco en el jacuzzi, mirandole a la cara, y me siento sobre el. Siento su miembro ahi abajo, palpitante, dispuesto. Le sonrio y el me devuelve la sonrisa antes de estrecharme entre sus brazos. --?Crees que manana ganaremos? --pregunta. Si tuviera un poquito de idea sobre beisbol podria responder con sinceridad; pero la verdad es que nunca me han interesado demasiado los deportes hasta que Poyner tropezo en mi vida. --Estoy segura de que si --miento, aunque evidentemente eso es lo que deseo. Brian coge el botecito de jabon y deja caer un par de gotas en el agua. En pocos minutos, la espuma coge volumen alcanzando el borde del jacuzzi. El no parece preocupado por si se desborda, asi que yo tampoco. Brian coge otro poco de jabon, se lo coloca en las manos y las frota para extenderlo bien por sus palmas. Despues las deja caer sobre mis hombros y comienza a masajearme suavemente. --Manana tienes que madrugar, ?verdad? --Ahora mismo eso es en lo ultimo en lo que estoy pensando --me dice, justo antes de descender con las manos hasta mis pechos. Los masajea lentamente, presionando en los puntos clave para hacerme enloquecer. Brian sabe como tocarme, como hacerme disfrutar... Y eso, en ocasiones, me asusta. Es unos anos mas joven que yo, pero aun asi esta bastante claro que es el quien tiene mas experiencia de los dos. Mucha experiencia. Intento imaginar el numero aproximado de mujeres que han pasado por su cama, pero decido desechar ese pensamiento antes de que termine haciendome dano y causandome inseguridades innecesarias. Ahora esta conmigo. Aqui. El y yo... y nadie mas. Desliza sus manos sobre mi espalda y yo me inclino hacia el para poder besarle. Brian me lo permite, lo que es toda una novedad. Con el el sexo suele ser mas... extrano. Diferente a lo habitual. Le gusta que sea sumisa, que le deje hacer lo que quiera y que no me mueva ni un milimetro. Pero hoy, como si por arte de magia hubiera sido capaz de leerme el pensamiento, no esta siendo asi. Hoy simplemente hacemos el amor como una pareja normal. Siento su miembro endureciendose aun mas, rozandose con mi sexo. De forma inconsciente, comienzo a mecerme suavemente, rozandome contra el. Un cosquilleo se instala en mi bajo vientre, haciendome gemir. Brian tambien jadea. Puedo sentir como la excitacion va creciendo poco a poco entre nosotros. Sus manos vuelven a rodear mi cuerpo hasta mis senos. Los aprieta, masajea y disfruta. Me besa. Sus besos son suaves, humedos y calientes. Entonces me levanto levemente y guio su ereccion a mi interior. Una pequena parte de mi esta esperando a que Brian, como siempre, me detenga; pero no lo hace. Hoy no. Por una vez, me deja tomar las riendas. Me mira intensamente mientras yo desciendo hasta clavarme por completo, y entonces comienzo a mover las caderas en circulos. Echo la cabeza hacia detras. Mi cabello roza el agua, mojandose. Sus manos continuan paseandose por mi cuerpo y poco a poco van descendiendo hasta mi sexo. Me toca. Mis movimientos se aceleran mas. El jadea mi nombre, presionando mi clitoris, haciendome enloquecer y disfrutar. Y entonces, alcanzo el orgasmo. Siento como mi cuerpo se sacude por el placer y cierro los ojos, entregandome al momento. Cuando vuelvo a abrirlos, estoy abrazada a Brian. El sonrie con picardia mientras me besa en los labios. --Yo todavia quiero mas --me dice con la voz ronca. Suelto una risotada mientras se levanta del jacuzzi para salir de el. Despues, me pide que me ponga en pie y me coge en brazos. Estamos encharcando el suelo de la habitacion, pero a Brian no parece importarle lo mas minimo. Camina unos pasos hasta llegar al sofa y con delicadeza, me deja sobre el. Es increible la fuerza que tiene Brian; cuando me coge en brazos es como si me transformase en peso pluma. Me coloca de espaldas y me empuja suavemente hacia el respaldo. Despues me coge de las munecas para unir las manos y me penetra desde atras de forma brusca y mucho menos romantica. Suelto un grito por la sorpresa, justo cuando el comienza a entrar y salir mas fuerte. Este es mi Brian... Inmovilizandome. Sometiendome. Y tengo que admitir que me gusta. Tiene algo que engancha, que siempre te hace volver y querer mas. Entra y sale... Mas y mas fuerte, sin soltarme. Reteniendome. Y entonces, cuando siento que esta a punto de estallar y cuando pensaba que no podia sentir mas, exploto junto a el. Brian libera mis munecas y se deja caer sobre mi para besar delicadamente mi nuca. Despues me pide que me de la vuelta. --Eres increible, ?lo sabias? Le respondo con una sonrisa, porque no se que otra cosa se puede contestar a algo asi. Despues me coge por la muneca y me guia hasta la cama. No hemos cenado, pero no importa. Tampoco tengo hambre. Lo unico que deseo es acurrucarme junto a el en la cama, sentir su piel en contacto con la mia y cerrar los ojos. Aspirar su aroma y sentir paz. Nada mas. Nos metemos bajo la colcha y yo me coloco sobre su pecho. Aun estamos mojados, pero a ninguno de los dos parece molestarnos. Ya nos secaremos. Me concentro en su respiracion y cierro los ojos. Brian apaga la luz.

  • Humeda de Francisco Correa

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    La distancia es el olvido, o por lo menos eso es lo que dicen, y esa es la esperanza que tiene Alicia, al emprender un crucero solo para solteros, valga destacar. Lo ha hecho por la insistencia de sus amigas, que no dejan de alentarla para que se olvide de las terribles circunstancias que le han sucedido durante los ultimos anos. Mientras se dirige en taxi al aeropuerto para tomar un vuelo, que la llevara de Madrid a Bari en Italia, donde se encuentra el puerto para abordar el crucero, no puede evitar recordar todo lo que sufrio por culpa de un supuesto amor. Uno que, en vez de sumar, le resto, le rompio el corazon y la autoestima en mil pedazos, y que ella no supo terminar a tiempo, de no ser por la intervencion de sus grandes amigas Lucia y Rocio. Le parecia increible que, lo que habia comenzado como una bonita relacion llena de amor y detalles, se habia convertido en un infierno. Alicia conocio a Sergio hace mas o menos tres anos, cuando ella comenzo en un nuevo trabajo en una compania de publicidad, y el tambien trabajaba alli hacia ya dos anos. Era un hombre muy guapo, alto, rubio, con muy buen cuerpo, unos ojos color avellana muy grandes y unos labios delgados, pero con una sonrisa que a cualquier mujer hacia temblar. Siempre se mostraba considerado, la ayudo a ponerse al dia con los clientes y sus requerimientos. Una maravilla, o por lo menos eso parecia. Empezaron a compartir almuerzos, y salir de copas los viernes con companeros del trabajo. Se enfrascaban en largas conversaciones de las series de moda, peliculas de estreno, musica y libros. Tenian tambien en comun, ser hijos de padres divorciados y tener dos hermanos cada uno. Al paso de los meses, comenzaron a quedar para recorrer los sitios turisticos de Madrid, porque el era de Barcelona, y con el trabajo apenas la habia quedado tiempo en dos anos para conocer mejor la ciudad. Recorrian juntos El Retiro, pasando las tardes de domingo juntos, o salian de copas el sabado por la noche. Nunca surgian insinuaciones romanticas de ningun tipo, solo disfrutaban el tiempo juntos. Habia mucha complicidad entre ellos y eso se notaba. Ella continuaba saliendo en citas con algunos chicos, pero nada pasaba a mayores, en realidad tenia bastante tiempo sin tener una relacion, ni siquiera de sexo ocasional. El salia con chicas muy guapas, rubias con piernas interminables, con porte de modelo, ese era el tipo de mujeres que le gustaban a Sergio. Nada que ver con ella, que era guapa, no porque ella lo sintiera asi, si no, porque la gente solia decirselo. Alicia es de piel morena clara, con cabello castano abundante y con unas ondas naturales muy bonitas, ojos verdes con unos toques amarillos, labios carnosos, no muy alta y con curvas. Pero el problema no era la percepcion de los demas, el problema era su propia percepcion. No tenia muy alta autoestima, siempre se sintio la chica fea. Ella preferia pasar el tiempo leyendo, sacando buenas calificaciones y destacar en el ambito laboral, que dedicarse horas y horas como lo hacian sus amigas para arreglarse, ya que, segun ella, no tenia "arreglo". Con el paso de los anos comprendio que era guapa, porque los chicos siempre querian salir con ella, y aparentemente supero todos los complejos que habia tenido en la adolescencia. Pero luego se dio cuenta que no habia sido asi, nunca los supero del todo. Un dia despues de una semana dificil en la oficina, Sergio invito a Alicia a las acostumbradas copas de los viernes. Pero esa semana todos estaban complicados con otros compromisos, y fueron solo ellos dos. Alicia que no solia tomar mucho alcohol, se tomo tres gin-tonic, y se sentia un poco achispada. Despues de tantos meses de sequia sexual, nunca habia sido una mujer con un apetito sexual muy grande, pero, ya mas de seis meses era mucho. Y para que negarlo, Sergio estaba muy bien. El por su parte, siempre habia visto guapa a su amiga y companera de trabajo. Pero no queria estropear la relacion que tenian, por un simple revolcon de una noche. Pero esa noche habia algo que fluia entre los dos, una energia que no se podia describir con palabras. Algo de lo que mas adelante, ambos se arrepentirian. En el lugar donde se encontraban pusieron una cancion que le encantaba a Alicia, ella lo invito a bailar, y el la tomo por la cintura, ella paso sus brazos por el cuello de el, quedando bastante cerca. Podian oler la fragancia uno del otro. El le paso los labios por el lobulo de la oreja, buscando proximidad, ella giro el rostro y le dio un beso suave, primero, sin abrir la boca. Luego se besaron con ganas. Se marcharon juntos al piso de el. Nada mas al entrar, se quitaron la ropa y tuvieron por primera vez un encuentro apasionado que los dejo sin aliento. Ambos se sentian muy bien, ella se quedo a dormir y a la manana siguiente repitieron. Se dieron cuenta que no habia sido un polvo de una noche, querian mas. Las cosas fueron fluyendo, convirtieron su vida en una rutina. Asistian al trabajo, compartian almuerzo y luego salian en el coche de el. Iban al piso de ella, pedian algo para cenar, veian alguna pelicula, hacian el amor y luego el, se marchaba a su piso. Trataban de que en el trabajo no se enteraran de la relacion que tenian, no querian que se prestara para rumores o malas interpretaciones, por lo menos hasta que no estuvieran seguros, que querian algo mas serio. Llevaban casi seis meses con la relacion, cuando Sergio decidio lanzarse y pedirle a Alicia que se mudara a su piso, ya que, segun el, era mas grande y mas cerca de la oficina. Alicia acepto sin pensarlo mucho. Se mudo al piso de Sergio con mucha ilusion y muchos planes, en ese momento ella ya estaba enamorada hasta la medula de el. La vida en comun comenzo siendo un lecho de rosas, compartian gastos porque ella habia insistido, el no se lo tomo muy bien, porque decia que, "el hombre debe ocuparse de todo lo de su mujer". Esta era la primera senal de alerta. En la oficina, ya todos estaban al tanto que estaban juntos, y eso no suponia ningun problema. No habia reglamento que se los impidiera, ambos cumplian con sus trabajos de manera eficiente. Al llegar a casa se amaban, y en la cama se complementaban muy bien, Sergio era buen amante y ella hacia lo posible por complacerlo. Aunque algunas cosas no terminaban de gustarle, ella aceptaba. Como el hecho de que siempre el tenia que tener el control, habia momentos en que el la azotaba y eso no la ponia muy caliente. Le encantaba ver porno, eso si lo veia solo, parecia obsesionado, hubiese preferido que la dejara a ella poner en practica todas las fantasias que tenia. Cada vez, que esta se lo mencionaba, le decia que una mujer decente no hacia esas cosas. Segunda senal de alerta. Pero lo que desencadeno el desastre, ocurrio al ano de estar viviendo juntos. En la oficina quedo vacante el puesto de gerente de cuentas, por el que se encargaba de supervisar a todos los publicistas del departamento, y se tomarian en cuenta a algunos de los chicos y chicas, que ya contaban con experiencia en la compania. Era de suponer que tomarian en cuenta el tiempo que estuviesen trabajando, los estudios, es decir, varios factores. Sergio contaba con mas experiencia en el area, en la empresa y estudios de postgrado en negocios, que lo hacian el candidato por excelencia para el puesto. Por su parte Alicia, tambien era especialista en marketing digital y hablaba ingles, frances e italiano. Habia hecho un master en negocios y lo mas importante, era muy accesible a las personas. Caso contrario de Sergio, que tenia un caracter un tanto dificil. Los directivos de la empresa se decidieron por Alicia, cosa que aparentemente no molesto a Sergio, que se mostro feliz por el nombramiento de su chica. Para Alicia, como era logico, le aumentaron el sueldo, le dieron un despacho para ella sola y le asignaron una secretaria, un cambio total en las condiciones de trabajo, y bien merecidas. Pero lo mas importante que cambio en la vida de Alicia, fue su relacion de pareja. A los pocos dias de estar en el cargo, la agencia gano un cliente muy importante que significaria miles de euros. Ella tenia que asignarle la cuenta al creativo con mas experiencia, y se decidio por Sergio. Alicia se reunio con el cliente y con Sergio, para definir la estrategia promocional de un nuevo producto. Durante la reunion, Sergio se mostro prepotente, llevandole la contraria a ella en todo lo que mencionaba. A lo que reacciono dejandole en claro y de manera muy profesional, que la que tomaba las decisiones finales en cuanto a la campana, eran ella y el cliente. Eso lo tomo de muy mala manera. Esa tarde ella se marcho sola a casa, porque el desaparecio de la oficina. Aparecio a eso de las dos de la madrugada, muy tomado y la desperto. -- Sergio, ?Que ha ocurrido? ?Por que vienes borracho? -- Le pregunta Alicia. -- ?A ti que te importa? ?O tambien tu decides cuando puedo beber o no? -- Le responde Sergio con altaneria. -- No carino, no quise decir eso. Solo que me extrana, porque tu no sueles beber. ?Vamos a dormir vale?, que manana tenemos que madrugar. -- Cierto, si no mi jefa me puede correr del trabajo. -- Dice de nuevo con sarcasmo. -- Sergio, dejalo ya, ?si? -- ?Y si no lo dejo que? -- Le grito con violencia, tomandola del cabello. -- Ya carino, esta bien… Esta bien. -- Dice Alicia llorando y tratando de zafarse del agarre. Sergio parecio reaccionar y la solto, se dio cuenta de lo que habia hecho y le pidio disculpas. Se fue al bano y se dio una ducha, al regresar se acosto a dormir como si nada habia pasado. Tercera senal de alerta. Alicia se volteo dandole la espalda y lloro todo lo que restaba de noche, sin poder pegar un ojo. A la manana siguiente, el le pidio disculpas de nuevo, diciendole que no sabia que le habia pasado, que no volveria a ocurrir. Que era un imbecil y que la amaba muchisimo. Ella, como una tonta lo perdono, y pasaron unos cuantos dias de relativa tranquilidad. No digamos felicidad, porque despues del episodio de la borrachera, algo como que se comenzo a resquebrajar entre ellos. Alicia hacia lo posible por pedirle las cosas en el trabajo, de una forma que el no se sintiera disminuido. Tampoco es que ella tratara mal a nadie, pero es que a la menor diferencia en el plano laboral, el se ponia como un monstruo. Cosa que estaba haciendo que la gente comenzara a hablar, porque eso le estaba quitando seriedad y credibilidad a Alicia. Por otro lado, a la menor discusion que tenian, Sergio desaparecia y llegaba al dia siguiente a cambiarse la ropa para ir al trabajo. Siempre venia con una historia nueva, "que se habia quedado con algun amigo, porque estaba molesto y queria evitar encontronazos con ella". Las cosas se pusieron peores un dia que ella se esmero unas cuantas horas, en preparar una cena especial. Puso velas y musica, como solian hacer cuando comenzaron a estar juntos. El llego a casa y la saludo con un beso. Alicia le pidio que destapara una botella de vino que tenian guardada. Se sentaron a la mesa a disfrutar de la comida. Comenzaron a hablar de muchas cosas, con un ambiente tranquilo, saboreando el filete de ternera con vegetales que estaba delicioso. Hasta que tocaron el tema de trabajo. -- Sergio, se que estas semanas hemos estado un poco agobiados. Pero te recuerdo que para el martes a primera hora necesito la propuesta del cliente para el lanzamiento. Hubo un silencio previo, como acumulando una potente respuesta. -- !Joder, Alicia! Yo se lo que tengo que hacer, no tienes por que repetirlo todo el tiempo. -- Le dice alzando la voz. -- No tienes por que molestarte, es un simple comentario. Ademas, yo soy la que tiene que dar la cara ante los directivos de la empresa, y ante el cliente. -- Le responde Alicia, levantando tambien la voz. -- Si, eres la jefa, y no se porque. Aunque ya me lo imagino. -- ?Que quieres decir con eso? -- Que supongo que debes haberte follado a medio mundo, para que te pusieran por encima de mi, que tengo mas experiencia que tu para ese cargo. -- Le grito. Se quedo estupefacta, no parecia una respuesta de alguien a quien "amaba". -- Si seras imbecil, ?como te atreves? Ella se pone de pie para irse a su habitacion. El la tomo con fuerza del brazo, haciendole dano. -- !Sueltame! -- Le grita Alicia. Ella trata de soltarse, a lo que el reacciona agarrandola con mas fuerza aun.

  • Constantinopla de Baptiste Touverey

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  • El Azul del Cielo de Georges Bataille

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    A pesar de la luminosidad del titulo, esta obra se inspira en la transgresion de una moral prudente, en una busqueda peligrosa: el aprendizaje de la muerte, la profundidad <> de ese cielo azul que nos atrae y repele al mismo tiempo. Londres, Paris, Barcelona, dibujan una topografia de la perdicion, un marco en el cual Troppmann, a traves de borracheras, noches en blanco y extranas celebraciones, se va acercando hacia esa nueva forma de pureza, la comunion con la muerte gracias al descubrimiento iluminador de lo sordido.

  • Planes de Boda de Sophie Saint Rose

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    Emma Emerson despues de salir a toda prisa de su pueblo natal en Texas, tiene que lidiar con su nuevo jefe. Malhumorado y sin sentido del humor, Kaine la vuelve loca. Literalmente. Asi que decide con su futura suegra que tiene que casarse con el.

  • Lo que no pude contarte de Adriana Moragues

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    La cantautora Adriana Moragues debuta en el mundo literario con una historia en la que los sentimientos laten con fuerza y la musica envuelve cada pagina.

  • Una vida sin limites – Nick Vujicic (PDF) de Nick Vujicic

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    El libro inspirador de un hombre extraordinario, un camino para vivir completamente feliz

  • Retorno a Cumbres Borrascosas de Ana Moon

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    Una novela de las de toda la vida, escrita en un estilo clasico y atemporal, con nuevos personajes, que revisita y revive la historia original.
    Un joven enamorado y despechado huye en mitad de la noche, lejos de su amada, tras ser despreciado por ella. Todo cambiara a partir de entonces, excepto su pasion, que solo puede crecer en una espiral interminable, como la tormenta que acompana al corazon del pobre amante.
    Cumbres borrascosas es una obra unica del genero romantico, ademas de un clasico inmortal de estilo inconfundible e inclasificable. Si no la has leido, no es imprescindible para leer mi libro, aunque si recomendable. En esta continuacion trato de cubrir los espacios en blanco que dejo la autora en la historia, por ejemplo, ?que ocurrio con Heathcliff en los anos que estuvo huido de la casa tras saber que su amada se iba a casar con otro? ?Por que Heathcliff tiene esa personalidad? Aparte de rellenar las "paginas en blanco" de la novela original, en las que echaba de menos la version de primera mano por parte de los protagonistas, he dado una continuacion y otro final a la misma, porque creo que entre el amor salvaje y tormentoso de la primera parte y el amor resignado del final del libro, cabe otra opcion sin explorar, otro camino que devuelve la pasion vibrante a un escenario que ha provocado tanto fascinacion como escandalo entre los lectores de todos los tiempos.

  • Una y mil veces que me tropiece contigo de Carol B. A

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    ?Que buscas en una novela romantica?

  • Scarlet Island de Jaime Garcia Simon

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    Scarlet Island, meses antes: Richard corria girando la cabeza hacia atras, de manera casi compulsiva. El contorno del fuerte de los colonos aun repuntaba tras de si, en lo alto, impasible. Sus pulmones hiperventilaban de manera preocupante tratando de hacer llegar el ansiado aire a sus musculos y organos extremadamente fatigados. El panico se habia apoderado de el irremediablemente, en su huida hacia ninguna parte por mitad de aquel bosque oscuro y traicionero en Scarlet Island. La noche amparaba a su alrededor multitud de sonidos escalofriantes de a saber que alimanas que no hacian sino asustarlo aun mas. En ocasiones apreciaba el aroma sutil de la flor escarlata colandose en su sentido del olfato. Las irregularidades de la superficie sobre la que corria, tan pronto llana, como abrupta y escarpada debido a hoyos, piedras, enormes raices de los arboles que lo rodeaban o viejos troncos derrumbados en estado de semi descomposicion, hacian que fuesen continuas las violentas caidas del biologo. Cada vez que besaba el suelo, se levantaba mas magullado, renqueante y con mayor dificultad, pero sabia que no podia detenerse, puesto que la vida le iba en ello. Su veloz espantada a la carrera se convirtio poco a poco, tan solo en una suerte de marcha lastimosa lo mas rapido posible, puesto que sus fuerzas habian llegado al limite. Algo se acercaba a su posicion de manera furtiva al abrigo de la noche. Richard dijo basta, y se detuvo jadeante en un pequeno claro en mitad del boscaje espeso, donde con dificultad trataba de recuperar el resuello, mientras miraba con ojos vidriosos repletos de miedo a su alrededor intuyendo que estaba sentenciado. De pronto, en mitad de la lobreguez de la noche distinguio lo que tanto temia y de alguna manera comenzo introspectivamente a despedirse de la vida, de su vida. Montones de imagenes brotaron de su mente enloquecida por el sufrimiento, algunas de las cuales ni tan siquiera era consciente que recordaba, flashes que iban y venian pasando raudas por su consciencia antes de desaparecer para dejar paso a otras. Imagenes de su ninez, de su madurez, visiones entranables que no debian ser sino el obsequio de despedida de su intuitivo cerebro a su persona. Emocionado y apesadumbrado, contemplo su final frente a frente, todo acabaria ahi, en el mismo bosque que tanto estudio, que tanto amo. H SCARLET ISLAND ay lugares en el mundo que cuesta creer que sean reales. Lugares tan idilicos, que no somos ni siquiera capaces de imaginar, sumergidos en nuestra voragine diaria de estres laboral y vidas tristemente superfluas. Lugares de ensueno con los que todos hemos fantaseado alguna vez; tranquilos, preciosos, salvajes y virgenes. Pero hasta en esos emplazamientos paradisiacos no todo tiene por que ser positivo, algunos esconden oscuros secretos... --!Alba, levantate o llegaras tarde! --le decia su madre ante la tranquilidad que presentaba la chica esa manana al darse cuenta de como hacia caso omiso a las alarmas, que una tras otra sonaban infructuosamente en su iPhone--, !tu vuelo sale dentro de dos horas...! --Ya voy, mama, solo cinco minutos mas... --le respondio a su madre, queriendo saborear los ultimos instantes en su hogar antes de marcharse a la que, sin duda, esperaba que fuese la aventura de su vida, por lo menos hasta entonces. Alba vivia en Madrid, con sus padres y su hermano de dieciocho anos. Varias semanas antes consiguio terminar por fin la carrera de psicologia, licenciandose en la Universidad Complutense con todos los honores. Ahora, su siguiente objetivo era conseguir el doctorado, pero para lograrlo tenia que presentar una tesis y que la aceptasen, es decir, un estudio o investigacion sobre un tema concreto referido a esa carrera. La tesis propiamente dicha, es un escrito que trata de dar explicacion de forma argumentada y organizada, a una idea primigeniamente teorica, y de esta forma demostrar que esa hipotesis era correcta tras un exhaustivo estudio detallado. El tribunal evaluador es el que se encarga de aceptarla o no. Si lo hace, esta investigacion se anade y revierte de forma innovadora sobre la ciencia misma a la que hace referencia. Alba tenia veinticuatro anos, era vitalista y sonadora. Con su cabello negro azabache, largo y ondulado, recordaba a un corcel indomable. Media un metro setenta y cinco centimetros y era esbelta, sin duda ayudada por sus clases de defensa personal. Su tez morena contrastaba con el profundo verde de sus ojos, que cuando te miraban parecian hipnotizarte. Se disponia a vivir la vida al cien por ciento. Solia pensar que no desperdiciaria ni un segundo con personas o asuntos que no lo mereciesen. Cualquier aspecto a su alrededor, que por su negatividad le resultase un lastre en la busqueda de la plena felicidad, lo desecharia inmediatamente. Era una persona a la que le gustaba observar lo que tenia a su alrededor, cuando salia a correr miraba a la gente a la cara y de alguna manera intentaba descifrar lo que su gesto denotaba. Sentia que podia ayudar a la gente con sus problemas cotidianos, simplemente haciendoles ver que una actitud positiva ante la vida era la clave del exito y de la felicidad. Por eso los observaba, tenia un sexto sentido, una intuicion empatica que le hacia sentir de alguna manera lo mismo que sentian ellos, de esa forma sabia lo que necesitaban y como ayudarles. Por eso estudio psicologia, para tratar de ayudar a las personas. Su objetivo final y su sueno, era convertirse en una influyente coach emocional, que con sus metodos llegase a muchas almas necesitadas. Quiza con algun libro de autoayuda que encauzase la energia de la gente de manera positiva, que abriese una puerta esperanzadora a afligidos y descorazonados, dejando atras la negatividad. Deseaba crear una corriente de pensamiento propia que perdurase en el tiempo. Fantaseaba con que esta integrara sinergias positivas en la sociedad, y que pudiese cambiar asi, quien sabe, a mejor, por poco que fuese la humanidad. Ese era, sin duda, su mayor sueno y motivacion, ser completamente feliz, y ayudar a que los demas tambien lo consiguieran con sus consejos. --Te voy a echar tanto de menos, mami... --le decia, abrazandola con mucha fuerza en la puerta de la terminal, en la que sus vidas se bifurcarian por un largo tiempo, nunca antes soportado. --Y yo a ti, hija... y yo a ti... --decia su madre tremendamente afligida, sin apenas poder contener las lagrimas de puro amor que le brotaban de manera natural, ante la separacion de parte de su alma--. Prometeme que vas a llevar cuidado y que me llamaras todos los dias por favor --exigia esa madre apesadumbrada. --Te lo juro --dijo con una amplia sonrisa y los ojos cristalinos, antes de abrazar a su hermano que tambien se emociono un poco, aunque intentaba contenerse. Habitualmente tenian sus mas y sus menos, pero se querian muchisimo, ella era un referente indudable en su vida. --?Estas llorando, hermanito...? --le pregunto con tono socarron cuando se separaron. --Eso es lo que tu crees... --respondio cortante el chico, montando de nuevo su muro defensivo, con el que protegia su sensibilidad interior de la barbarie adolescente. Finalmente sonrio y le guino un ojo de manera complice. --!Ultima llamada para los pasajeros del vuelo British Airways 1657 con destino Scarlet Island! --aviso una voz aguda y nasal surgida de un altavoz blanco que tenian justo encima. --Bueno... ha llegado el momento --comento Alba, con un compendio de sensaciones encontradas surcando su estomago, en forma de pena mezclada con incertidumbre, y aderezada con una pizca de euforia ante esa aventura en ciernes--. Os quiero, cuidad a papa --apunto finalmente andado de espaldas mediante pequenos e inseguros pasos, hasta que se giro y encaro la puerta de embarque, no sin volverse al poco y mandar un beso con su temblorosa mano derecha, debido a la emocion que la embargaba. El avion se elevaba abriendose paso en el cielo azul, mientras el aeropuerto Adolfo Suarez Madrid-Barajas empequenecia junto con la preciosa vision de Madrid, iluminada con la luz blanca y clara de la manana estival. Llevaba mas de un ano preparando aquel viaje de manera pormenorizada, y trabajando los fines de semana para poder costearse los cerca de dos meses que, en principio, y si todo iba bien, pretendia estar en su destino, a donde ya se dirigia surcando los cielos, a Scarlet Island. Si bien ano y medio antes, cuando decidio que era alli a donde debia ir, ya pensaba que podia ser el escenario perfecto para su estudio, ahora lo daba por hecho completamente. Se proponia demostrar en su tesis que todo lo que ocurre alrededor de las personas, en su entorno cercano, influye de manera directa en la conducta de las mismas y en sus vidas, en definitiva. Lo que ocurre a tu alrededor, te afecta de manera positiva o negativa haciendo cambiar tu vision de la realidad y finalmente tu vision del mundo. Es decir, que, por consiguiente, el mundo real cambia o puede evolucionar hacia una u otra vertiente, en funcion de sucesos que afectan a la psiquis de las personas que lo habitan. Una vez demostrada esta creencia, se podria afirmar que las personas que consiguen por si mismas cosas positivas e inspiradoras para otros, por su complejidad o dificultad, realmente son los individuos que cambian el mundo. Scarlet Island le proporcionaba el escenario ideal para demostrar su teoria, y precisamente por eso viajaba a ese lugar. Se trataba de una porcion de tierra aislada en mitad del Atlantico, antigua colonia britanica de apenas unos treinta y cuatro quilometros en su segmento mas amplio. Se llamaba asi debido a una caracteristica flor roja de cinco hermosos petalos, unica en el mundo, que crecia en varios lugares de la isla, pero, sobre todo, alrededor de un bello lago interior llamado Blood Lake. Unos dicen que el ancestral nombre de ese lago se debe al precioso reflejo rojizo de esas flores en el agua, cuando esta en calma. Otros, en cambio, aseguran que estas mismas aguas se tineron de sangre cuando los ingleses masacraron a los nativos para lograr el dominio de la isla. Cuenta la leyenda que desde entonces el lugar esta maldito. A cinco quilometros se encontraba la pequena ciudad, de apenas seis mil habitantes, denominada Black Port Town, la unica de la isla, al margen de pequenos poblados y alguna que otra vivienda independiente salpicadas por sus hermosos bosques. Su coqueto puerto de profundas aguas oscuras, de ahi su nombre, era el lugar de mayor movimiento de entrada y salida de barcos de la isla. Alli se podian contemplar parte de las antiquisimas construcciones defensivas, con altos muros de piedra coronados por canones, que los ingleses erigieron en ese lugar ventajoso para protegerse de invasores y piratas hace alrededor de cinco siglos. Al oeste de Black Port Town se emplazaba el pequeno aeropuerto con apenas dos pistas, una para aterrizar y la otra para despegar. Al este se encontraba la preciosa Pearl Beach, practicamente a continuacion del puerto y durante cuatro quilometros mas alla de Black Port Town. En su arena blanquecina se decia que de vez en cuando era posible encontrar perlas de ostras. Esos cuatro quilometros de playa paradisiaca, representaban la parte mas turistica de la isla, con un hotel rural conformado por pequenas cabanas hechas de madera autoctona, que estaban casi integradas con la exuberancia del entorno. Las cabanas estaban distribuidas desde el interior del bosque hasta adentrarse en la costa unos cien metros a traves de un malecon de madera, que hacia las veces de caminito de ensueno conduciendo a los turistas hasta donde estas se ubicaban, como suspendidas sobre el agua. En la isla cualquier cosa que ocurria era de sobra conocida por todos, y a todos influenciaba de una u otra forma. La isla de por si, ya tenia una leyenda relativamente extrana y misteriosa, por las inquietantes ruinas que se encontraban en mitad de un tupido bosque, casi absorbidas por la vegetacion, a unos quinientos metros de Blood Lake. Eran los restos de la fortificacion donde moraban los primeros colonos ingleses, que segun la tradicion desaparecieron de pronto sin dejar rastro. Pero en los ultimos tiempos varios sucesos consiguieron magnificar de manera exponencial esta leyenda. Hacia alrededor de tres meses, que habian encontrado muerto en insolitas circunstancias a un famoso biologo, que estudiaba la flora alrededor de esas ruinas abandonadas cercanas al lago. Todos en la isla al parecer dan por hecho que alli pasan cosas extranas, inexplicables… Pero algo incluso mucho peor ocurrio unas cinco semanas antes de su viaje, suceso que dejo sobrecogido a medio mundo, y mucho mas a los habitantes de la pequena isla. La que era la ultima tribu autoctona de Scarlet Island, vivia en un primitivo asentamiento en las inmediaciones de las ruinas junto al precioso lago. Subsistian de la misma manera que hacia miles de anos, pero repentinamente se esfumaron, de un dia para otro, tal y como cuenta la supersticion de los colonos, aumentando la leyenda negra de ese enclave de manera brutal. Todos los islenos miraban con recelo hacia alli ahora mas que nunca. Las noticias dieron la vuelta al mundo, ante tales extranos casos sin explicacion. El biologo era muy conocido y la tribu estaba considerada como un espejo de nuestros antepasados, con un valor incalculable para el estudio evolutivo y cultural. Muchas eran las hipotesis que se habian lanzado, pero ninguna la aclaracion veraz. Alba pensaba que era imposible encontrar un lugar en el que la gente estuviese mas expuesta, influenciada, y seguramente sugestionada por los acontecimientos que les rodeaban, para llevar a cabo su experimentacion con garantias. Pareciera que el destino se hubiese aliado con ella para brindarle ese lugar en ese momento, y no lo pensaba desperdiciar. Demostraria que los hechos acaecidos alterarian y modificarian de alguna manera las vidas de las personas, y estas a su vez verian el mundo de distinta forma. El avion atravesaba los cielos sobre la inmensidad del oceano, buscando el punto exacto en donde se encontraba aquel misterioso pedazo de roca, que simplemente por el hecho de estar alli, solo, aislado, ya resultaba extraordinario. Si trazasemos una linea imaginaria desde La Republica Dominicana hasta el Sahara Occidental, justo en medio encontrariamos Scarlet Island. Su clima tropical durante todo el ano era el sueno de cualquier amante de la playa, la naturaleza y la buena vida. El tiempo se detenia en aquel lugar, el estres era algo desconocido, la tranquilidad, algo innato y la belleza, de tal calibre que todo el que visitaba la isla quedaba irremediablemente enamorado por siempre de ella. Una primera imagen de la isla cautivo a la chica por completo, cuando el piloto, al hacer una maniobra de aproximacion, les regalo un breve recorrido semicircular por buena parte de su extension. Primero atravesaron el Norte lleno de acantilados inaccesibles de bella factura. Tras estos se encontraba Little Rock, como era conocida la pequena formacion montanosa que dominaba Scarlet Island desde las alturas, con un manto absolutamente verde y frondoso que cubria sus laderas como nunca antes habia visto. En realidad era un volcan dormido durante miles de anos, seguramente el que diera origen a la isla. Justo al terminar la montana pudo disfrutar a vista de pajaro de la preciosa imagen de Blood Lake que lo precedia, incluso un pequeno salto de agua brotaba de Little Rock para caer al extremo mas al oeste del lago, formando una preciosa catarata vaporosa e irisada por los rayos del sol. Alba miraba aquel espectaculo de la naturaleza en estado puro, pensando que si algun dia habia intentado imaginar como podia ser el famoso paraiso de Adan y Eva, la imagen que tenia delante debia ser lo mas parecido. A la altura de Black Port Town el avion comenzo a girar dejando ver desde lo alto la distribucion del pueblo, con Pearl Beach al costado extendiendose hacia el este. Encaro la pista de aterrizaje unos pocos quilometros mas alla del pueblo, al oeste. Se aproximaba descendiendo al diminuto aeropuerto rodeado de palmeras en las zonas colindantes, hasta que por fin tomo tierra para tranquilidad de Alba y entre el aplauso espontaneo de los demas viajeros. Estaba realmente emocionada por haber llegado de una vez por todas a su destino. Al bajar del avion comprobo que la temperatura era mas que agradable, similar a la de Madrid. No en vano, la isla se encontraba dentro de la zona intertropical del planeta en donde las temperaturas son muy suaves y apenas varian en todo el ano, siendo de media superiores a los dieciocho grados. Debido a esa temperatura la isla carecia de estaciones termicas, propiamente dichas, pero si tenia estaciones lluviosas, secas e incluso mixtas, precisamente en la que se encontraban ahora. Duraba apenas dos meses, en los que la lluvia tal y como llegaba de forma imprevisible y casi torrencial, se esfumaba. La humedad si que era notoria, algo de lo que ya daba buena cuenta Alba, mientras caminaba con el resto de viajeros por mitad de la pista, con la misma actitud que si de andar por casa se tratase, --dado las humildes instalaciones--, cargada de maletas y con la frente sudorosa. Alba miraba a todos lados empapandose con una sonrisa en su rostro de la belleza del lugar. Casualmente habia compartido el vuelo con una chica, que ubicada a su lado, decia ser biologa y venia a reemplazar al que encontraran muerto meses antes. Si bien su muerte fue un poco escabrosa, transcurrido un tiempo y tras una exhaustiva investigacion, fue determinada como accidental. Por ello la empresa para la que trabajaba envio a un reemplazo, una vez esclarecido el asunto, o eso creian... La nueva amiga de Alba se llamaba Valentina. Era de origen italiano, pero vivio durante varios anos en Espana por la relacion afectiva que mantuvo con un chico. Finalmente encontro un buen trabajo como biologa, carrera que habia cursado, para una importante farmaceutica espanola. Tanto era asi, que, aunque dicho amorio con su novio toco a su fin, ella se quedo a vivir en Espana, en Toledo mas concretamente, en donde se sentia muy integrada. Un chico de unos treinta anos, rubio, con sonrisa de anuncio y la piel dorada por el sol, al mas puro estilo americano, se encontraba en la puerta del aeropuerto con un cartel rotulado a mano en el que se podia leer "Valentina". La empresa farmaceutica habia puesto a disposicion de la chica todos los recursos necesarios para que se encontrara comoda en Scarlet Island, sobre todo teniendo en cuenta lo que le habia ocurrido a su antecesor, de hecho, varios candidatos se negaron a ir por las habladurias sobre las controvertidas circunstancias que envolvieron el deceso de su colega. --Si quieres te puedo acercar a donde vayas --le dijo Valentina a Alba. --De acuerdo, por mi perfecto --contesto sonriendo--, he alquilado una vivienda social proporcionada por el ayuntamiento de Black Port Town, asi el coste me sale practicamente a mitad de los precios habituales --le dijo a la biologa. --?Cual es la direccion? --pregunto Valentina. --Espera... --respondio Alba, sacando de una pequena mochilita que llevaba, un papel doblado y arrugado donde traia todo apuntado. --Esta en la Calle... St George's. Por lo que he visto en internet, creo que se encuentra por el centro del pueblo, muy cerca de la bahia --comento Alba. --No hay problema, se lo diremos a mi ayudante para que te acerque, ademas creo que vamos a residir cerca --dijo alegremente, mientras caminando llegaron a donde estaba el apuesto joven, que las esperaba con el cartel en la mano y saludando. --Hola, senoritas, mi nombre es Peter. ?Cual de ustedes es Valentina? --dijo de forma agradable y simpatica. --Yo soy Valentina, es un placer, Peter --le dijo, dandole un apreton de manos--, y esta es mi amiga Alba, necesito que la llevemos a su apartamento --le explicaba, mientras Peter hacia lo propio con Alba. --No hay ningun problema, solo diganme donde se encuentra y la dejare en la misma puerta. Como sabe, estoy a su entera disposicion --concluyo Peter con una actitud exquisita que complacio a las chicas. --Muy bien, Peter, veo que es usted muy eficiente --lo halago Valentina. --Si me permiten... --les dijo el chico, cogiendo sus maletas para introducirlas en la parte trasera de su pick up negra, y seguidamente abrirles la puerta cortesmente para que montasen. --Muy amable --dijo Alba, que seguia a Valentina al interior del vehiculo. --Bueno... --comento Peter, que una vez habia montado y con el motor arrancado se disponia a llevarlas a sus nuevos domicilios--, es un placer darles la bienvenida a este maravilloso lugar, debo decirles senoritas, que acaban de aterrizar en el paraiso --comentaba simpatico con una sonrisa de oreja a oreja, mientras giraba el volante al maximo para dar la vuelta acelerando al mismo tiempo. --?Es usted originario de aqui? --pregunto Alba. --Asi es, senorita, nacido en la isla, tal y como mis padres, mis abuelos y asi generacion tras generacion, hasta remontarnos a los primeros colonos britanicos que consiguieron establecerse aqui. --Pero hay una leyenda que cuenta que los primeros colonos britanicos desaparecieron como por arte de magia, ?no? --volvio a preguntar Alba, mientras salian del aeropuerto mirando las palmeras que habia alrededor, con una frondosidad casi selvatica bajo estas. --Si, se suele contar que desaparecieron, pero como usted dice es una leyenda. Lo que realmente ocurrio fue que abandonaron la primera fortificacion que construyeron en una zona un poco mas alta de la isla, mas alla del lago en mitad del bosque. Se decia que en aquel lugar pasaban cosas inexplicables, creian que estaba encantado. En verdad, muchos se fueron tras unos anos de tragedias, penurias y sucesos anormales, pero otros tantos lo que hicieron fue trasladarse a la bahia, en donde establecieron su nuevo asentamiento. Asi nacio Black Port Town. Mas tarde crearon una serie de pequenos baluartes defensivos, alrededor de los puntos mas accesibles de la isla desde el mar, donde colocaron canones capaces de repeler casi cualquier ataque maritimo. Incluso hoy en dia existen estas fortificaciones con otros canones mas modernos, eso si. En los anos ochenta y gracias al auge del sector turistico fueron adecentados y puestos en valor como bienes de interes cultural. Son un lugar muy frecuentado por los viajeros. --Es muy interesante --exclamo Valentina. --Si que lo es --concluyo Peter. --?Y que crees tu acerca del supuesto encantamiento de ese lugar del que se fueron? --continuo sutilmente Alba con su indagacion, que ansiaba hacerse una primera impresion de las creencias de las personas autoctonas. --Pienso que la gente cree lo que quiere creer... --dijo intrigantemente, dejando un halo de reflexion en el ambiente.

  • Teoria de la gravedad de Leila Guerriero

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    En esta seccion de columnas, publicadas a lo largo de mas de cinco anos en la contraportada de El Pais, Leila Guerriero, una de las grandes firmas del periodismo narrativo latinoamericano, se coloca a si misma en su afilado punto de mira. Con una prosa feroz y precisa, la autora bucea en lo sutil para, desde el asombro con el que es capaz de iluminar la realidad cotidiana, alumbrar lo que permanece oculto en nosotros.

  • El reloj de bolsillo de Ceci Giltenan

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    Cuando Maggie Mitchell es transportada al las Tierras Altas del siglo XIII, ?sera Lord Logan Carr capaz de reparar su corazon roto o lo pondra en mayor peligro que antes?

  • Prejuicios rotos de Elia Santos

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    El espejo estaba algo opaco, no se distinguia claramente mi sexy figura, asi que tome un pedazo de periodico mojado y lo limpie bruscamente. Observe claramente mi imagen. --Demasiada mosquita muerta --musite con desenfado, ante la imagen de una mujer con vestido falda campana a la mitad del muslo. Asi que tome un top rojo y un pantalon negro de cuero, observe mi figura con satisfaccion, lucia tan sexy que me hacia sentir segura. --!Falta algo! --exclame, abri el armario y saque un par de tacones negros, automaticamente sobrepase la altura de mi espejo, pero podia observar todo mi cuerpo, ensenaba algo de mi abdomen, y el top no dejaba nada a la especulacion, me di la vuelta, note que mi trasero se notaba tan exuberantemente resaltado, arrastre una silla para sentarme y retocar mi maquillaje, hice la linea alrededor de mis labios los rellene de un rojo vivo, me delinee mas profundamente los ojos, y puse mascara en mis pestanas. Me detuve por unos momentos para apreciarme claramente, vi mi rostro, aunque no era el mas hermoso, con este maquillaje resultaba demasiado atrayente, en el fondo sabia que solo era maquillaje, suspire profundo al recordar las palabras de mi prima Eloisa: <> La realidad era que sonaba con encontrarme un hombre y casarme, y ser feliz para siempre. Pero me encantaba vestirme asi, que todos los hombres me vieran, ser el centro del chisme. Pero al llegar a casa siempre me dolian algunos comentarios de chicas <>. 12 Realmente era fea, y lo sabia, provenia de una familia muy pobre, me crie en una pequena aldea en la cual para ir a una escuela tenia que caminar veinte minutos, mi pelo era rizado y seco, mi tez triguena, y mi facie era demasiado tosca, pero algo no podia negar, era que poseia un cuerpo espectacular. La bocina de un auto me hizo agarrar mi bolso y salir corriendo, era mi buena amiga Margo, teniamos planeado esta salida desde la semana pasada, pero por motivos de estudio la habiamos retrasado. Estudiabamos ambas en la Universidad autonoma el ultimo ano de periodismo, y nos iba muy bien, es decir, eramos excelentes alumnas. Y como Margo es esa persona que no es familia de sangre si no una familia con lazos mucho mas fuertes como el de la amistad, les contare acerca de ella. Margo tiene veintitres anos, tan solo un ano menos que yo, es una chica dulce, alocada, vista muy similar a mi, recientemente tuvo un aborto, los motivos todo el mundo los desconoce, algunos dicen que se metio algo para ocasionar el aborto ya que era de un hombre casado, pero solo yo se el motivo exacto, hace algunos meses en nuestras salidas nocturnas, conocimos a un joven espanol quien nos invito a salir, mi amiga Margo estaba feliz porque este hombre al parecer se interesaba en ella, bromeabamos acerca de que la iria a visitar a Espana, pero resulta que era un simple turista que solo busca divertirse, asi que se fue sin previo aviso, dejando a mi amiga tan enamorada y tan embarazada, paso horas llorando, y yo noches enteras consolandola, me dolia tanto como a ella, y una noche de la nada amanecio en un charco de sangre, y asi fue como paso todo. Nada de hombres casados, nada de andar zorreando por ahi, mucho menos meterse pastillas para botarlo. --Luces genial Margo, siempre me ha encantado tus piernas --le dije al admirar el minishort un tanto ajustado. --Gracias Sara, pero jamas se comparan con tu cuerpo, eres una morena exuberante y sexy. --Lo se, asi que por eso vamos a embriagarnos a <>, me parece que ahi estaran los de la facultad. --Asi es amiga, y ya hice contacto con un amigo del bar que nos dara tequilas gratis. --!Estupendo! --exclame. Fue una noche como las otras tantas, alcohol, hombres, baile, musica, cigarros, me sentia ya mareada, deberia dejar de beber. Pense, al notar que Margo estaba que no se ponia ni de pie, alguien tenia que manejar, me dirigi hacia ella y la arrastre a la salida, me siguieron un monton de obscenidades de los hombres, trate de no escucharlas, meti mi mano en el minishort de Margo para encontrar las llaves del auto, cuando se acerco David, el chico mas guapo y popular de la facultad. --?Que quieres? --le pregunte gritandole al notar que se estaba aproximando demasiado a mi y tenia el aliento con olor a alcohol. --Tranquila, tranquila --me dijo, no suelo acosar putas. --!Quitate! --le grite realmente molesta, abri la puerta y meti a Margo como pude en la parte de atras del auto, y David se metio a la fuerza tambien. --?Que es lo que te pasa? !Baja!... --Solo quiero un favor --me interrumpio gritando. --No hago favores --le grite. El se rio con desden. --No ese tipo de favores, pero si quieres te pagare --dijo lanzandome un billete. Intente bajarlo del auto, pero no lo logre. --?Sabes? --deberias calmarte, estoy demasiado borracho, mis amigos se fueron y no tengo como irme, llevame a mi casa, a tu casa, a un hotel, donde sea, solo quiero largarme de aqui. --!Perfecto! pero quedate con tu billete --dije lanzandoselo. --Perfecto --grito tambaleandose. Conduje a toda velocidad, pensando en todo lo sucedido. --?Donde quieres que te lleve David? Nadie contesto. --?David? Silencio. Mire por el retrovisor y vi a Margo y David totalmente dormidos. --!Diablos! --exclame. Llegue a mi apartamento, trate de despertar a Margo y a David, pero no lo logre. Asi que, de arrastras me lleve a Margo la tire en el unico sofa de mi apartamento, David se quedara ahi, era un hombre alto y no iba a poder con el, asi que solo baje las ventanas del auto. Me dirigi a mi cuarto y me tire en la cama con todo y ropa, estaba realmente exhausta, resultado de los ultimos acontecimientos. * --Margo, ?tu viste a David cuando te despertaste? --le pregunte el lunes al solo verla en la facultad. --?David? ?Estas loca? --Si, David, el sabado lo traje en el auto junto contigo porque estaba algo ebrio, lo deje adentro del coche fuera de mi apartamento. --Creo que en verdad tomaste de mas tu tambien Sara, David jamas nos ha dirigido la palabra, su novia lo mataria, ademas es demasiada engreida para mezclarse con nosotras. --Seguramente se fue antes de que amaneciera. --Ya dejate de bobadas y mejor ven a terminar el ensayo, que manana tenemos que presentarlo. --!Uf! cierto el ensayo, ?por que todo lo dejamos para ultimo momento? --Porque somos haraganas y masoquistas, asumo. --Cierto --le dije riendome. Nos sentamos en la biblioteca a trabajar, en la mesa mas retirada y menos visible, al otro lado de la biblioteca, estaba sentada Eileen, la novia de David, la chica que mas envidiaba en la vida. No porque estuviese con David, para nada, no era del tipo de chica que ponia mis ojos en el hombre de otra, si no que la envidiaba a ella por como era. Tenia la cara mas hermosa y angelical que hubiese visto, era delgada, y caminaba con una delicadeza, que daban ganas de cuidarla para no estropearla, usaba vestidos no muy cortos, holgados, elegantes, toda una dama y cuando hablaba lo hacia de cierto modo, que atraia la atencion de todos, claro ella nunca le hablaria a una chica como yo, al menos eso creia, hasta que un dia se acerco para preguntarme si estaba de acuerdo en posponer el examen de redaccion, su voz me cautivo y no supe que responder, ella me miro extranada, y me dijo: --Algunos quieren posponerlo y otros no, asi que estamos haciendo una votacion. --Me da igual --le dije, dandole el chance de que escogiera por mi a su conveniencia. --Perfecto --me dijo con una suave sonrisa. Despues de ese dia pense que la habia juzgado mal, despues de todo, ella no me hablaba porque no teniamos nada en comun, solo bastaba en vernos. Siempre andaba con cuatro amigas, Ana, Zaida, Vinny y Karen. Zaida si era una perra, me tiraba indirectas, y me quedaba viendo de pie a cabeza, Karen era otra igual o peor, y Ana, ella era dulce, y no se metia en problemas con nadie, Vinny aun no definia si era buena o mala. Era el grupo de cinca chicas que todas ambicionaban. A pesar de que no eran populares ni nada de eso, solo se mantenia al margen. Note como David se acerco a ellas, beso en la frente a Eileen, luego me lanzo una mirada, y supe en sus ojos que me decia; no le digas a nadie lo de la noche del sabado. La verdad solo se lo habia dicho a Margo, y ella no me creia, asi que nadie lo sabria, despues de todo el chico no habia hecho nada malo. Frecuentemente recordaba, como fue que me converti en la persona que soy ahora, para que quede claro me ire unos tres anos atras, a mitad de primer ano de universidad, estaba sentada en una banca fuera del apartamento donde vivia, esperaba que mi novio pasara por mi, el no era nadie importante, ni guapo, era un cajero de banco, pero me hacia feliz, recuerdo que yo vestia unos jeans descoloridos, mi madre me los habia comprado en una tienda de segunda, no eran de mi talla por lo tanto me quedaban flojos, y una camiseta de rayas, unos tenis pasados de moda, mi pelo lo andaba sin alisar atado a un mono, en mi cara no habia ni una gota de maquillaje, para todos en la Universidad, yo era nadie, era totalmente insignificante, pero eso no me importaba, ya que para alguien yo era todo, y ese alguien era mi novio, dire su nombre aunque me resulte doloroso, Roger, el era extremadamente puntual y correcto, asi que se me hacia extrano que pasaban los quince minutos y no llegara, tanto que me habia puesto ansiosa, habia cerrado el apartamento y le esperaba afuera. Paso una hora y no llegaba, tome mi celular y le mande un texto ya que no tenia saldo para llamadas y mi celular no tenia servicio de internet, el no respondio, preocupada me meti a mi apartamento, mande todos los mensajes que pude hasta que se me vencieron, y de nuevo no obtuve respuesta. Encendi la TV para divagar un rato, abri mi computadora, con la esperanza de robar wifi de mis vecinos, y por suerte logre conectarme, abri mi Facebook para distraerme, mi sorpresa fue grande, al ver a Roger en varias fotos con unos amigos en el cine, me fije en la hora de publicacion era de hace cuarenta y cinco minutos, trate de tranquilizarme pensando que las fotos quiza eran de hace dias, y que hasta hoy subian la publicacion. A las dos horas Roger me llamo, peleamos terriblemente, el alegaba que no habia compromiso conmigo hoy, si no, que hasta manana, que yo era la confundida, pero yo estaba cien por ciento segura de que si habia compromiso para hoy, recorde con detalle nuestro motivo de encuentro, yo tenia un examen en dos dias y necesitaba un libro, una amiga me lo prestaria para sacarle copia, asi que Roger se habia ofrecido a llevarme, para que pudiera estudiar, al regreso cenariamos ambos en mi apartamento hasta me habia persuadido en que le hiciera su omelette favorito, y que pasaramos la noche juntos, habia accedido porque lo amaba, aunque me desvelara al dia siguiente estudiando. Pasaron los dias y su comportamiento era rarisimo, alegando que yo solo estudiando queria pasar, que no le dedicaba tiempo, que siempre que nos veiamos era para resolver algun asunto de la universidad, aquello se volvio tan insoportable que decidi terminar, esperando que el recapacitara al ver que me estaba perdiendo, ese dia fue terrible para mi, pero tenia que pasar asi. Una noche revise mi Facebook, y vi fotos de el y sus amigos, pero esta vez habia una chica involucrada en las fotos, ella se mostraba sugerente y el feliz, senti como que mi mundo se venia abajo, el feliz y yo aca sufriendo, esa noche llore amargamente. Al dia siguiente me fui al banco a esperarlo a la salida, perdi dos de mis clases, estaba sentada enfrente de donde trabajaba cuando lo vi salir, con la misma chica de las fotos, venian agarrados de la mano, felices, yo me acerque con el corazon latiendo en mi garganta. --!Hola! Quisiera hablar contigo --alcance a decir. El se puso nervioso, palido. Yo observe a la chica, esta me miraba con desconfianza, ella no sabia nada de mi. --Dame un minuto cielo --le dijo a la chica. Yo me rompi por dentro, cielo era como el solia llamarme. --?Que pasa? --le pregunte al borde del llanto. --Nada, solo que decidi seguir adelante, y la verdad Sara, no quiero nada contigo. --Pero llevamos tres anos juntos Roger, hasta hace una semana me decias que me amabas, ?que pasa? ?Es una broma? --No, por supuesto que no, te lo dije Sara, ya no te soportaba, te estabas convirtiendo en una pesadilla para mi, asi que por favor no me busques, no me llames. Me regrese a mi apartamento sintiendo tan miserable, no recuerdo cuanto llore, pasaban los dias y miraba como subian fotos abrazados mostrandole al mundo su aparente amor, el le comentaba; te amo mi cielo o eres mi vida, sin importarle lo que yo sufria, jamas me amo pensaba constantemente. El era el amor de mi vida, ?como podria olvidarlo? Habian pasado varios anos y aun me dolia. Llegue a temerle a las noches, las noches donde ya no hay nada que hacer, solo llorar, lloraba hasta quedarme dormida, me preguntaba una y otra vez; que fue lo que salio mal, una y mil veces repasaba todo, para llegar a una simple conclusion, jamas me amo. Luego aparecio en mi vida Margo, yo estaba tan vulnerable que me abri completamente a ella, y como toda buena amiga me introdujo a su mundo, como ella me decia, tenia que anestesiarme. Bote toda mi ropa insignificante y fea, usaba la ropa de Margo, y vaya que me iba bien, a todos les resultaba interesante, bailaba hasta el amanecer, llegaba a casa tan cansada que no habia chance para llorar, conoci a unos hombre con no muy buena reputacion, pero me invitaban y pagaban todo, al principio me costo aceptarlos ya que el unico hombre en mi vida era Roger, pero por fin rompi las cadenas de mi prejuicio, no con todos me acoste, si con algunos, con los que me resultaba interesante, era la unica forma de borrar a Roger de mi vida, y a cambio me daban sus tarjetas para ir de compra, cosa que note que disfrutaba tanto, ahora era la chica con ropa a la moda, pero de una manera no muy halagadora, fue asi como cree mi fama de <>. Y Roger lo supo, un dia me llamo para decirme que superara lo nuestro que en verdad me apreciaba, pero que daba asco lo que hacia,

  • LA HABITACION 104 (Negra y recortada 2) – Fernando de Cea Velasco de Fernando De Cea Velasco

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    Luis Berrocal es un medico prospero, casado con Alicia, una mujer de la alta sociedad. Lo que parece un matrimonio ideal, en realidad es pura fachada. Los conflictos domesticos pronto seran el menor de sus problemas: el verdadero peligro procede del pasado en forma de venganza y crimen…

  • Mala idea de Rebeca B

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    No, no tenia intencion de que me gustara este pomposo chico malo, altanero, tatuado y vanidoso.
    Por muy guapo que fuera, estaba lejos de mis ligas y yo no le alcanzaba a los tacones de las chicas con las que salia. Y realmente, no me importaba. Yo estaba alli haciendo mi trabajo. Para limpiar su basura me pagaban. Lo que no venia venir era descubrir que era mas que solo una cara bonita. Santino, era bello, bello a mas no poder: Cuerpo candente, firme, facciones cinceladas, una sonrisa de marca registrada. Un bombon. Pero la belleza solo sirve para distraer lo ojos, sin embargo, para enamorar un corazon, hace falta mas que eso. Y el era el paquete completo.
    A este punto, si se llegara a enterar de lo que siento por el, chocaria con piedra. Es una estrella de rock, ?Que? ?No lo mencione?, Bueno, aparte de ser increiblemente atractivo, es absolutamente codiciado, y esa fama trae consigo mucho mas de lo que yo le podria ofrecer. Obviamente no me preferiria a mi. Aun que si me lo preguntan, no tengo intencion de dejar de ser su amiga con beneficios. Me gusta lo que ofrece, me divierto y como no, si es nada mas que exquisito. Pero, por todo lo que ello implicaria, nunca deberia saber cuan profundos son mis sentimientos por el.

  • Breve historia del liberalismo de Juan Granados

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    La apasionante historia del pensamiento libertario, contra toda forma de dominacion. Desde los origenes mas o menos lejanos del pensamiento liberal, rastreables en Aristoteles, Ciceron o los neoplatonicos florentinos y de forma mas clara en el pensamiento politico del siglo XVII europeo, con Baruch Espinoza y John Locke a la cabeza; se analiza la evolucion del liberalismo de los siglos XIX y XX en sus diferentes escuelas y tiempos, desde el esbozo de la teoria y su configuracion doctrinaria, a traves del estudio de los grandes movimientos revolucionarios de 1830 y 1848, su posterior desarrollo economico y politico a traves de los siglos XIX y XX, hasta el varapalo que supuso para sus presupuestos teoricos la profundisima crisis economica en la que aun nos hallamos inmersos

  • K de Kinsey de Sue Grafton

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    Lorna Kepler era guapa y obstinada, una solitaria a quien le gustaba coquetear con el peligro. Puede que muriera por esta razon. El caso es que, cuando encontraron su cadaver, estaba tan descompuesto que nadie pudo averiguar si habia fallecido de muerte natural o no, y se archivo el caso. Solo la madre, Janice Kepler, seguia interesada y convencida de que su hija habia sido victima de un crimen cuyo anterior autor permanecia en libertad. Cuando Kinsey le abrio la puerta de Investigaciones Millhone, no sabia que se veria arrastrada al infierno de los crimenes impunes, en los que solo un pacto con el diablo puede apaciguar los inquietos fantasmas de las victimas y liberar a los vivos que aquellas han abandonado. Grafton lleva aqui a Kinsey a una zona sombria, profundamente turbadora, en la que los asesinos andan sueltos, sin remordimientos ni castigo.

  • Segunda oportunidad de Erina Alcala

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    Victor y Cata, se conocieron en la adolescencia y se enamoraron. Ella tenia dieciseis anos y el uno mas que ella y empezaba a experimentar con el sexo. Cata no estaba preparada aun y la dejo por otra.
    Dieciseis anos despues, el destino quiso que se encontraran de nuevo y que trabajaran ambos en la misma ciudad. Ella, era Directora de un hotel, y el Guardia Civil. ?Podrian darse una segunda oportunidad? ?Saldria bien todo a pesar de los anos que habian pasado? ?Llegarian a ser felices a pesar de las dificultades que el destino le iria poniendo a su paso?

  • El amor no cierra a mediodia de Abby Baker

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    Valentina trabajaba en una tienda de libros viejos. Bueno, en realidad era mucho mas que eso. Era un sitio donde llegaban libros raros y eran tratados como obras de arte, cuidadosamente restaurados para volverlos a poner a la venta para los coleccionistas amantes de la calidad. Esa tienda, llamada El estante de Jane Austen, habia sido desde siempre el sueno de Valentina. Desde que tenia uso de razon habia sonado con abrir una tienda de libros viejos, pero no una de esas polvorientas, con olor a rancio, sino de las que podian compararse con un museo. Y tras muchos anos lo habia conseguido. Despues de licenciarse en Filologia inglesa, y con la ayuda de los contactos de sus padres, compro un local en las callejuelas del Barrio Gotico de Barcelona y abrio su sonada libreria de viejo. Fue bautizada en honor al primer volumen que puso en los estantes, un ejemplar antiguo de Emma que le habia regalado anos atras su abuela y que, a pesar de formar parte de la coleccion de libros que habia en la tienda, era el unico que siempre tenia el cartel de <> delante. Durante seis anos se habia dedicado enteramente a esa libreria, que se habia convertido en punto obligado de visita para todos los bibliofilos de la ciudad, gracias a la perseverancia y al trabajo de su mejor amiga, Victoria, licenciada en Filologia inglesa igual que ella y restauradora de profesion. Eran las unicas empleadas del negocio y, aunque a final de mes siempre tenian beneficios, no podian dejar de abrir ni un solo dia. Ese sabado en concreto, le tocaba a Valentina, asi que, despues de dejar su apartamento en el Eixample, bajo por la Rambla de Catalunya, cruzo la Gran Via y la plaza Catalunya y, tras girar a la derecha antes de llegar al final de Portal de l'Angel, subio la persiana de El estante… Normalmente, la tienda la visitaban curiosos y los pocos clientes habituales, los tipicos coleccionistas en busca de la pieza esencial para su coleccion, que, dada la calidad de los libros alli expuestos, podia ser cualquiera. El local era alargado. La mayor parte estaba dedicada a los libros que estaban a la venta, dispuestos en los altos estantes de las paredes; las piezas mas valiosas se hallaban cerradas bajo llave en unas vitrinas de cristal. Al fondo habia una pared con una puerta en la que se podia leer <>, que daba acceso a la sala donde Victoria restauraba los libros antes de volverlos a poner a la venta. En el catalogo de El estante no habia cualquier libro. Valentina se encargaba de seleccionar los ejemplares antes de adquirirlos. Los que entraban a formar parte del fondo solo eran incunables, ediciones raras, ediciones anteriores al siglo XIX, y cosas por el estilo, es decir, autenticas piezas de coleccion. Encendio las luces y el oscuro local se convirtio en un bonito espacio de paredes blancas, bien iluminadas, donde se podian ver perfectamente los libros meticulosamente ordenados. Para Valentina, abrir la tienda siempre era un placer. Tras dejar sus cosas debajo el mostrador, que estaba al lado de la puerta de entrada, se dispuso, como cada sabado, a quitar el polvo de todos los estantes. No queria que su tienda oliera a viejo. Aunque pareciera raro, los sabados eran el dia mas tranquilo en El estante. Ese dia, la mayoria de la gente salia a pasear y a comprar con sus familias; los turistas deambulaban por la ciudad haciendo fotos de todos los rincones famosos de Barcelona y muy pocos pensaban en adquirir una edicion de coleccionista de algun libro en latin, impreso a mediados del siglo XVIII. Por ello, era la mejor ocasion para hacer limpieza y revisar la caja de la semana. Esa manana del sabado transcurrio sin sorpresas, es decir, sin visitas, y casi al mediodia Victoria llego a la tienda. --Buenas tardes --saludo. --Hola, Vicky. --?Alguna venta importante? --pregunto Victoria--. ?Alguien ha comprado la edicion del Galileo de mil setecientos noventa? --No se ni para que lo preguntas --respondio Valentina--. Sabes de sobra que ese libro nunca nos lo sacaremos de encima. --Claro, ?quien va a comprar un ejemplar de hace mas de doscientos anos, cuyo precio pasa del cuarto de millon de euros? --Hizo una pausa--. Suerte que lo compraste tirado de precio en Florencia; si no, habria sido nuestra ruina. El verano anterior, tras tres anos sin vacaciones, ambas decidieron de mutuo acuerdo cerrar la tienda durante el mes de agosto e irse de vacaciones a la Toscana. Y, como siempre, mientras Victoria confraternizaba con algun italiano de mas de metro ochenta y torso musculoso, ella no hizo mas que comprar libros, entre ellos ese ejemplar que habia mencionado su amiga. --Sabes que si no cambias, no te volvere a llevar de vacaciones conmigo. -- Victoria se callo, rememorando un pasado magnifico--. ?Como se llamaba el que te estuvo tirando los tejos el dia que estuvimos en Pisa? ?Giancarlo? ?Pietro? Bueno, eso es lo de menos. ?Por que no le hiciste caso? Cada vez que se quedaban solas o no habia clientes cerca, Victoria le recordaba las posibles conquistas que Valentina habia rechazado durante su viaje. --Mira que eran guapos y… !estaban buenisimos! --grito, como si tuviera hambre --. ?Que debe tener un hombre para que le dirijas la palabra? --Les dirijo la palabra --replico Valentina. --Si, como a Francesco, que se te durmio a los treinta segundos. --?Ves? --dijo Valentina--. Eso es lo que busco en un hombre: que me pueda aportar algo mas que un abdomen musculado y una bonita sonrisa, y que no se me duerma si le hablo de algo que no este relacionado con el. Victoria no quiso seguir con la conversacion. Sabia como acabaria. Valentina buscaba al hombre perfecto, algo que, como habia podido comprobar ella misma, no existia. Segun Victoria, solo la suma de fragmentos de muchos hombres distintos daba como resultado el hombre perfecto. El unicornio blanco. --Cambiando de tema --dijo--, estoy a punto de terminar con el Hamlet en frances de mil ochocientos. ?Hay alguien que este interesado? Valentina nego con la cabeza. --Esto no puede seguir asi --continuo Victoria--. Cada vez tenemos mas libros y no conseguimos venderlos. Hasta que vaciemos un poco los estantes no deberiamos comprar mas. --Justo ahora que viene la Feria del Libro de Ocasion --respondio Valentina--. Sabes que ire y que no podre resistirme. --Esta semana no hemos vendido nada. Deberiamos ampliar el mercado. Hacer algo que atraiga a mas clientela que los coleccionistas viejales que vienen a comprar para ligar con nosotras. --No seas mala, Victoria. Esta se encamino al fondo del local y entro en su taller para, pocos segundos despues, colgar en la puerta una hoja de papel escrita a mano que decia <>. No era la primera vez que Victoria hablaba de ese tema de las relaciones con Valentina. Casi cada sabado la invitaba a ir con ella de copas para ver si ligaba. Pero mientras que Victoria no podia recordar a cuantos habia presentado como su <>, Valentina no habia tenido mas que decepciones. Por eso, ultimamente ya no se proponia ni siquiera entablar conversacion con ningun hombre. En cuanto a la tienda, la verdad era que Victoria tenia razon. Deberian ampliar el mercado, pero Valentina no tenia ni idea de nada que no fueran sus preciados libros. Pero como minimo tenian que intentar vender algun ejemplar valioso, para solventar los ultimos meses, un poco ajustados. Durante la tarde, Valentina se canso de recibir visitantes desde detras del mostrador. Personas mayores que descubrian una tienda que <>, turistas despistados buscando la catedral, gente que se confundia de local y entraban pensado que era una libreria <>, y un largo etcetera. Tan solo una joven pareja compro algo. Tras ver el ejemplar de Emma, y los precios de los libros de alrededor, el chico habia convencido a la chica para que buscaran algo un poco mas asequible. Asi que esta se acerco a Valentina. --Hola --dijo con voz decidida--, estaba buscando algun ejemplar un poco raro de alguna obra de Jane Austen… --Pero que no sea extremadamente caro --intervino su pareja. --!Carino! --protesto ella--. Eso no se dice. --No pasa nada --dijo Valentina--. Se que algunos ejemplares son un poco caros. Vamos a ver si encontramos algo. Salio de detras del mostrador y se fue a una esquina de la tienda, seguida de cerca por la chica, mientras el chico se distraia con cada cubierta que veia. Se notaba que entendian. Se les veia en la cara que eran lectores habituales, y no tan solo de bestsellers. Ella seguro que habia leido todo Jane Austen y a las hermanas Bronte, y el sin duda habia hecho algo mas que hojear Sherlock Holmes. --Aqui tenemos los ejemplares de principios del siglo veinte. Tal vez no son tan raros como los del dieciocho, pero tienen su encanto. Empezo a repasar los estantes en busca de algo que pudiera satisfacer a su joven clienta. --Mira, aqui tienes Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad de los anos veinte, por unos veinte euros cada uno. Saco los dos libros y se los enseno. La chica los hojeo detenidamente, parandose en las paginas que contenian grabados, intentando valorar si la calidad y el precio eran aceptables. Mientras, Valentina le iba ensenando otros libros de la misma epoca y autora, a precios que no superaban los treinta euros. --Carino --dijo la joven--, ven aqui a ver que opinas. --Un segundo --replico el--. Yo tambien estoy mirando. Cogio un ejemplar de Verne que habia estado leyendo hasta ese momento y se acerco a su pareja. --?Que? ?Te decides? --No se. Sabes que me gusta muchoEmma, pero este ejemplar de Orgullo y prejuicio es mas antiguo. El cogio los dos libros que tenia en las manos, los hojeo, miro los precios y luego la miro a ella. --Quedate los dos --sentencio. --?Los dos? ?Ya te va bien? --pregunto la chica. El asintio con seriedad y, mientras iban con Valentina hacia el mostrador para pagar, discretamente dejo el Verne donde estaba. Mientras les cobraba y se despedia de ellos, Valentina envidio a aquella joven. Se notaba que el, a pesar de tener sus gustos y caprichos, era capaz de dejarlos de lado para hacerla feliz. Pues, al fin y al cabo, parecia que ella fuera su mayor capricho.

  • Sin dientes y a bocados de Juan Llorca

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  • Ahora que ya bailas de Miguel Gane

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    El nuevo poemario del autor de Con tal de verte volar, Miguel Gane.

  • Aviones sobrevolando un monstruo de Daniel Saldana Paris

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    Hace muchos anos lei, en un libro de ensayos del poeta Robert Creeley, una pregunta que nunca he logrado sacudirme: <> Este libro es, en parte, un intento de respuesta a esa pregunta. A los diecinueve anos, mientras estudiaba en Madrid la carrera de Filosofia, entre a trabajar como redactor a una revista literaria. Decir que entre a trabajar es, como casi todo en estas paginas, una exageracion: durante un periodo de prueba no recibi ningun sueldo, pero me permitian errar entre las fotocopiadoras y el garrafon de agua unas cuatro o cinco horas por dia. A veces me confiaban un texto para corregir o traducir, o me ponian a capturar el aburridisimo indice anual de colaboradores. Un dia, no recuerdo ya si porque lo propuse o porque me lo propusieron, escribi una resena de una exposicion de arte contemporaneo. Era un texto torpe, escolar y poco informado, pero sin venir a cuento inclui la mencion de una revista neosituacionista inexistente, que segun mi articulo se habia presentado por aquellas fechas en el madrileno barrio de Malasana. En otras resenas de aquella epoca, mas adelante, difundi nuevos rumores sobre aquel exaltado grupusculo neositu en el que, de manera difusa, estaba ya el germen de una novela que escribiria mas tarde. Esa ficcion minima, escondida en un texto que se pretendia non fiction, es lo unico que salvaba a ese primer articulo que firme. Como nadie en la revista tenia mucha idea de arte contemporaneo, y como supongo que tampoco tenian la paciencia para explicarme que mi texto era muy malo, me publicaron la resena y hasta me pagaron por ella. Asi empezo mi carrera de escritor a sueldo. Desde entonces he escrito y publicado muchos textos por encargo, a veces contra reloj, a veces con un tema asignado, a veces incluso como escritor fantasma, poniendo mi prosa pero no mi nombre. Los textos aqui reunidos son producto de una labor analoga a la de aquella primera resena. Algunos fueron escritos, en principio, para cumplir cierta comision o ganar un monto mas o menos irrisorio, pero en las multiples reescrituras y rondas de correcciones cobraron otro sentido. Y, a pesar de su origen pedestre, quiero pensar que todos son fieles a un impulso personal; que todos guardan, entre lineas, ese oscuro corazon ficticio que, no tan paradojicamente, le confiere verdad a una escritura (<>, dice Antonio Machado). La aleatoriedad del freelanceo moderno impone a veces temas medio absurdos. Se me ha llegado a pedir que escriba sobre asuntos de los que no tenia la mas palida nocion, pero una mezcla de cinismo y desempleo me ha empujado a tomar tales propuestas como retos, lanzandome a las bibliotecas publicas a investigar, en jornadas maratonicas, sobre la historia de la cetreria persa, las peregrinaciones budistas o el rosacrucianismo. Con todo, el azar objetivo me ha puesto una y otra vez ante temas que me son caros y sobre los que ya habia pensado antes. El lector o la lectora de estas paginas encontrara, por ejemplo, una reaparicion constante de la ciudad como superposicion de capas narrativas, el sonido de los aviones, el ritual, la enfermedad y el dolor, las drogas. Uno tiene sus duendes, vaya, que lo persiguen de por vida aunque les aseste patadas. De la Ciudad de Mexico a Madrid, de Cuernavaca a Montreal y de alli a La Habana, este libro dibuja, ademas, un recorrido, o un derretimiento autobiografico, por las ciudades que me han marcado. <>, escribe Baudelaire en otro poema que releo mucho, de El spleen de Paris (una ciudad, quiero creer, menos horrible que Cuernavaca). Horrible oficio, anado aqui: solitario e incierto, sembrado de obstaculos reales e ilusorios, desesperante y mal pagado. Pero tambien oficio dulce, que me sosiega y me hace olvidarme de casi todo lo que en general me angustia. Pensar sobre la ciudad desde la que escribo, o sobre el cuerpo que teclea estas palabras, es siempre, invariablemente, pensar tambien el acto mismo de escribir, sus consecuencias. Por eso se cuelan, en estas paginas, algunas reflexiones sobre el oficio, horrible y luminoso, de poner una palabra delante de otra. AVIONES SOBREVOLANDO UN MONSTRUO 1 Me acerco a la ventanilla del avion casi hasta pegar mi cara contra ella. Sobrevolamos la ciudad. Juego a identificar los edificios: el World Trade Center, antes conocido como Hotel de Mexico; la Torre Latinoamericana, a lo lejos, marcando el territorio del Centro Historico; el mall de Reforma 222, por donde pasaba todos los dias para ir a mi trabajo como editor hace unos anos, antes de emigrar a Canada. No habia estado en la Ciudad de Mexico en los ultimos doce meses y lo unico que puedo pensar es que es horrible, y que la amo. Esta contradiccion es perfectamente comun y todos los chilangos la hemos sentido alguna vez cuando atisbamos el monstruo desde lejos. Pienso en todas las veces que he visto el infinito oceano de calles, casas grises y avenidas sucias de la ciudad extenderse bajo mis pies desde un avion. Cada vez, al llegar a Mexico, he experimentado esta misma mezcla de repulsion y encanto, este movimiento de atraccion y rechazo. Ese doble impulso lo sintio tambien Efrain Huerta, que en 1944 publico su <> en el mismo libro en el que se incluia uno de los textos mas hermosos y justos sobre el DF que se hayan escrito nunca: <>. A veces leo ese poema en voz alta, exaltado, para recordar mi origen: <> Hace diez anos, exactamente, aterrice en el Aeropuerto Internacional Benito Juarez de la Ciudad de Mexico al que ahora nos acercamos. En ese entonces volvia procedente de Madrid, despues de pasar cuatro anos viviendo en Espana. Yo era un joven poeta de veintiun anos y tenia una beca del gobierno mexicano para escribir mi primer libro. Nunca habia vivido como adulto en la ciudad, pero una incombustible altaneria -caracteristica de los poetas jovenes- me hacia confiar ciegamente en el futuro. Era octubre de 2006 y me instale en un pequeno departamento de la colonia Roma, que en ese entonces no se habia gentrificado hasta los ridiculos niveles de hoy en dia. La vecindad en la que vivia, llena de plantas y de pericos enjaulados, tenia su entrada justo entre una sinagoga y un local de reparacion de pianos -el soundtrack de mi vida durante esos anos era una mezcla extrana de musica judia y experimentos atonales, como una composicion de John Zorn pero accidental y callejera-. Por una extrana peculiaridad arquitectonica, el breve pasillo que conectaba mi sala, mi cocina y mi cuarto estaba descubierto, sin techo, de modo que cuando llovia tenia que mojarme para pasar de un espacio a otro del departamento. Tenia muy pocas pertenencias: una orquidea que me lleve de casa de mi madre, un punado de libros de poesia y una cafetera italiana. Vivia a base de quesadillas, sexo y cerveza de lata. Me sentaba en una pequena silla de madera en el pasillo sin techo y escribia poemas en una vieja laptop frente a mi orquidea. No conocia a nadie, nadie me conocia. El DF -que ahora ha dejado de llamarse <>- era una aglomeracion de posibilidades. Poco despues, a traves de la beca que tenia para escribir mi primer libro, conoci a otros poetas. Baile con ellos, me pelee con ellos, los ame, me emborrache con ellos, nos insultamos. Las cosas que hacen los poetas jovenes de cualquier ciudad, y que paradojicamente los hacen sentirse unicos. Yo me sentia unico, escuchando las notas imperfectas del afinador de pianos mientras bailaba en el pasillo descubierto de mi pequeno departamento, bajo mi lluvia de interior. 2 Hace ya dos semanas que estoy en la Ciudad de Mexico, despues de aquel aterrizaje en el Aeropuerto Internacional Benito Juarez -despues de ese momento en que pense, como Efrain Huerta, que amo y odio esta ciudad-. Dos semanas de salir todos los dias, de volver en la madrugada, ebrio de luz electrica, y de intensidad y de smog y de tequila. Dos semanas de este parentesis extrano que es mi visita al lugar donde naci, despues de un ano viviendo fuera. Jorge, Benjamin y yo miramos el cielo, acostados en la azotea, mientras hablamos. La conversacion se interrumpe de vez en cuando por el ruido de los aviones. La colonia Narvarte, en donde estamos, esta en la ruta de aterrizaje del Aeropuerto Benito Juarez: cientos de vuelos comerciales, sobre todo a partir de las dos de la tarde, ejecutan una elegante curva sobre el techo de la casa de Benjamin antes de apuntar hacia alguna de las dos pistas de aterrizaje y despegue del vetusto aeropuerto. (Siempre me sorprendio que el nombre de esas pistas fuera 5L/23R y 5R/23L, como si no fueramos capaces de reconocer que es un aeropuerto de dos pistas, y que bien podrian llamarse 1 y 2, respectivamente.) Hace tres horas, Benjamin, Jorge y yo nos metimos media dosis de LSD cada quien. Ahora conversamos con cierto letargo, desde la lucidez alucinada de la droga, interrumpidos de vez en cuando por el ruido de las turbinas sobre nosotros. Es un domingo resplandeciente y lento. Deben ser las tres o las cuatro de la tarde. Cada vez que el sonido de las turbinas de un avion corta el cielo a la mitad, Benjamin, Jorge y yo nos callamos para mirar y escuchar con todo el poder de nuestra atencion. La aeronave asoma la nariz por el extremo izquierdo de nuestro campo de vision, que imagino corresponde al norte. Desde ahi se desliza suavemente hacia el extremo opuesto, como un cuchillo caliente que atraviesa un bloque de mantequilla. El ruido resuena unos segundos mas, cuando el avion ya no es visible desde donde estamos tumbados. El LSD acentua el efecto Doppler y se que los tres - Benjamin, Jorge y yo- estamos pensando en eso mismo, en la forma en que el sonido de los aviones revela, de un modo casi cientifico, la curvatura del planeta y el tamano exacto de la atmosfera sobre nosotros.

  • Suenos hechos realidad de Nora Roberts

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    La vio venir. Aunque llevaba unos pantalones vaqueros, una chaqueta y casco, Katch reconocio su feminidad. Tenia una moto Honda pequena. El le dio una calada al cigarro y admiro su forma competente de entrar en el aparcamiento del mercado. Ella aparco la moto y se bajo. Era alta. Debia de medir un metro setenta centimetros, y era esbelta. El se apoyo en la maquina de refrescos y siguio mirandola por pura curiosidad. Entonces, ella se quito el casco. Al instante, su curiosidad se multiplico. Era una mujer despampanante. Tenia el pelo suelto y liso, largo casi hasta los hombros, de un color moreno al que el sol arrancaba reflejos dorados y rojizos. Tenia una cara fina, de rasgos marcados. El habia conocido modelos que se mataban de hambre para conseguir los angulos y las sombras del rostro de aquella mujer. Sin embargo, su boca era carnosa, amplia. Katch conocia bien las sutilezas del uso de los cosmeticos, y sabia que ella no habia usado ninguno para anadirle interes a sus rasgos. No los necesitaba. Tenia los ojos de color castano. Le recordaban a los ojos de un potro, profundos, grandes y alerta. Sus movimientos carecian de afectacion; tenian una gracia indefinible, tambien parecida a la de un purasangre. Era una mujer joven, de unos veinte anos. El dio otra calada a su cigarro. Claramente, aquella mujer era magnifica. --!Eh, Megan! Megan se volvio, apartandose el flequillo de los ojos mientras se movia. Al ver a las gemelas Bailey parar junto a la acera, en su Jeep, sonrio. --Hola --dijo, y cuando termino de abrochar el casco con una correa a su moto, se acerco al coche. Les tenia mucho carino a las gemelas. Igual que ella, tenian veintitres anos. Eran rubias, de ojos azules y tez clara. El viento las habia despeinado por el camino. Ambas miraron mas alla de Megan, hacia el hombre que estaba apoyado en la maquina de refrescos. En un acto reflejo, ambas se atusaron la melena y se metieron los mechones detras de las orejas. Tacitamente, pensaron que su perfil derecho era el mejor. --Hacia tiempo que no nos veiamos --dijo Teri Bailey, sin apartar la mirada de Katch mientras hablaba con Megan. --He estado ocupada. Tenia que terminar algunas cosas antes de que comience la temporada --dijo Megan. Su voz era grave y tenia el acento suave de la costa de Carolina del Sur--. ?Como estais? --!Muy bien! --respondio Teri, que estaba sentada tras el volante--. Tenemos la tarde libre. ?Por que no te vienes de compras con nosotras? --le pregunto a Megan. Ella tambien tenia a Katch en su vision periferica. --Me gustaria... --Megan ya estaba negando con la cabeza mientras hablaba--. Tengo que recoger unas cuantas cosas aqui. --?Como por ejemplo, a ese hombre de los espectaculares ojos grises? --pregunto Teri. --?Como? --pregunto Megan con una carcajada. --Y hombros --anadio Teri. --No le ha quitado los ojos de encima, ?verdad, Teri? --comento Teri--. Y nosotras que nos gastamos doce cincuenta en esta camiseta --dijo, y toco con el dedo el tirante fino de la camiseta rosa que llevaba, igual a la de su hermana. --?De que estais hablando? --pregunto Megan con desconcierto. --Detras de ti --respondio Teri, inclinando ligeramente la cabeza--. Hay un monumento junto a la maquina de refrescos. Es guapisimo --dijo, pero al ver que Megan volvia la cabeza, continuo con un susurro desesperado--: !No te des la vuelta, por Dios! --?Pero como voy a verlo si no me doy la vuelta? --pregunto Megan, razonablemente, mientras se giraba. Era un hombre rubio, aunque su pelo no era tan claro como el de las gemelas, sino mas parecido al color de la arena de la playa. Tenia el cabello espeso y rizado. Era delgado y alto, y llevaba unos pantalones vaqueros desgastados. Tenia una expresion de inteligencia, de relajacion, y estaba apoyado en la maquina, bebiendo de una lata. Sin embargo, su semblante no era perezoso, penso Megan, sino de atencion. Necesitaba un buen afeitado, pero su estructura facial era fabulosa. Tenia una ligera hendidura en la barbilla, y una boca larga y delgada. Por lo general, a Megan le habria parecido un rostro fascinante, de rasgos fuertes y bellos. Sin embargo, su mirada era de insolencia. Tenia los ojos gris oscuro, y era algo maleducado, decidio Megan, frunciendo el ceno. Habia visto a aquellos tipos mas veces. Solitarios, errantes, en busca de una efimera compania femenina. Ella fruncio el ceno de nuevo. La estaba mirando sin disimulo, y al llevarse la lata a los labios, le guino un ojo lentamente. Al oir la risita de una de las gemelas, Megan volvio a girarse. --Es adorable --dijo Jeri. --No digas tonterias --respondio Megan--. Es tipico. Las gemelas se miraron, mientras Jeri arrancaba el motor del Jeep. --Eres demasiado selecta --declaro. Despues, las dos hermanas sonrieron y se alejaron de la acera. --!Adios! Megan les arrugo la nariz, pero les dijo adios con la mano antes de darse la vuelta. Ignoro a proposito al hombre que estaba a la entrada del supermercado y entro. El tendero la saludo, y ella le devolvio el saludo. Megan se habia criado en Myrtle Beach. Conocia a todos los comerciantes que habia a siete kilometros a la redonda del parque de atracciones de su abuelo. Despues de tomar una cesta, comenzo a recorrer el primer pasillo. Solo iba a comprar unas cuantas cosas, se dijo mientras agarraba un carton de leche. No tenia mas que las bolsas de la moto para llevar la compra. Si la furgoneta no se hubiera estropeado... Se quito de la cabeza aquel problema en concreto. No podia hacer nada por el momento. Megan se detuvo en la seccion de galletas. No habia comido, y las cajas y bolsas de aquella parte le resultaban tentadoras. Tal vez las de cebada... --Estas son mejores. Megan dio un respingo al ver una mano que se alargaba por delante de ella para tomar una bolsa de galletas con doble racion de pepitas de chocolate. Giro la cabeza y se encontro con aquellos ojos grises e insolentes. --?Quieres las galletas? --pregunto el, con la misma sonrisa que tenia fuera. --No --respondio Megan, mirandole significativamente la mano, que el habia posado en su cesta. El se encogio de hombros y aparto la mano, pero para irritacion de Megan, siguio caminando a su lado. --?Que tienes en la lista, Megan? --le pregunto cordialmente, mientras abria la bolsa de galletas. --Me las arreglare sola, gracias --dijo ella, y continuo caminando hacia el siguiente pasillo, en el que tomo una lata de atun. Megan advirtio que el caminaba como un pistolero, con pasos largos y con un poco de balanceo. --Tienes una moto muy bonita --dijo el hombre, y mordio una galleta--. ?Vives por aqui? Megan tomo un paquete de te y lo metio en la cesta. --No es asunto tuyo. --Que mona --dijo el, y le ofrecio una galleta. Megan le hizo caso omiso, y paso a la siguiente seccion. Sin embargo, cuando Megan iba a tomar una bolsa de pan, el puso una mano sobre la de ella--. Es mejor el pan integral. Megan noto la palma de su mano, dura y firme sobre el dorso de la suya, y con indignacion, se aparto. --Mira, tengo que... --Sin anillos --dijo el, e hizo que sus dedos se entrelazaran--. Sin compromisos. ?Te apetece cenar conmigo? --Ni hablar --respondio Megan, y zarandeo la mano, pero se dio cuenta de que el la habia atrapado con firmeza. --No seas antipatica, Megan. Tienes unos ojos muy bonitos --replico el, y le sonrio como si fueran las dos unicas personas del mundo. Alguien paso por detras de Megan con un murmullo de fastidio, para poder tomar una bolsa de rebanadas de pan de centeno. --?Quieres dejarme en paz? --le ordeno ella en voz baja. Se habia quedado asombrada de que el consiguiera afectarla con su sonrisa, aunque ella supiera perfectamente lo que pretendia--. De lo contrario voy a montar un numerito. --No pasa nada --dijo el--. No me molestan los numeritos. --Mira --respondio Megan enfadada--. No se quien eres, pero... --David Katcherton --informo el con otra sonrisa--. Katch. ?A que hora quieres que pase a recogerte? --No vas a recogerme. Ni ahora, ni nunca. Sueltame la mano. --La Camara de Comercio asegura que Myrtle Beach es un pueblo muy hospitalario, Meg -- dijo Katch, y le solto la mano--. Vas a darle mala fama. --Y deja de llamarme Meg --respondio ella furiosamente--. No te conozco de nada. Entonces, salio disparada por el pasillo, empujando la cesta por delante de ella. --Pero me conoceras --respondio el en voz baja. Sin embargo, Megan lo oyo. Sus miradas volvieron a cruzarse, la de ella, oscura de ira, y la de el, segura. Megan se dio la vuelta y camino rapidamente hacia la caja. --No te vas a creer lo que me ha pasado en el supermercado --dijo Megan mientras dejaba la bolsa de la compra sobre la mesa de la cocina, de un golpe. Su abuelo estaba sentado a la mesa, con toda su atencion en la mosca que estaba confeccionando. Gruno a modo de saludo, pero no levanto la vista. Ante si tenia plumas e hilo de pescar, y pesos, apilados con orden. --Un hombre increiblemente maleducado me ha abordado en la seccion de galletas --dijo ella, mientras comenzaba a guardar las cosas--. Queria que fuera a cenar con el. --Umm --dijo su abuelo, y siguio atando, meticulosamente, una pluma amarilla a la mosca--. Que lo pases bien. --!Abuelo! --exclamo ella con frustracion, pero no pudo evitar sonreir. Timothy Miller era un hombre bajito y delgado, de sesenta y cinco anos. Tenia el rostro arrugado y moreno, y el pelo y la barba blancos. Sus ojos azules conservaban todo el brillo, a pesar de la edad. Megan se dio cuenta de que estaba completamente concentrado en sus cosas. El hecho de que hubiera oido algo de lo que decia era prueba de lo mucho que aquel hombre queria a su nieta. Ella se acerco y le dio un beso en la cabeza.