• libro nimbo - Neal Shusterman

    https://gigalibros.com/nimbo-el-arco-de-la-guadana-2.html

    No ha pasado mas que un ano desde que los caminos de Citra y Rowan se separaron, pero en este tiempo los rumores sobre un justiciero que persigue a los segadores corruptos se han multiplicado. Por todo el continente se oyen susurros de que los culpables acaban siempre devorados por las llamas.
    La segadora Anastasia criba con compasion y desafia abiertamente las ideas del nuevo orden. No obstante, cuando su vida se ve amenazada y sus metodos se cuestionan, queda claro que no todos los miembros de la Guadana desean el cambio y que la podredumbre crece hasta en los cimientos mas solidos.
    La muerte debe existir para que la vida tenga sentido. Pero ?cual es el precio que cada segador esta dispuesto a pagar?

  • NIMBO | NEAL SHUSTERMAN | Casa del Libro

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  • Nimbo - Nocturna Ediciones

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    Neal Shusterman. Neal Shusterman (Nueva York, 1962) es autor superventas de más de treinta libros para lectores jóvenes y adultos, entre los que ...

  • Nimbo: 62 (LITERATURA MAGICA) Tapa blanda - Amazon.es

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    Neal Shusterman (Nueva York, 1962) es autor superventas de más de treinta libros para lectores jóvenes y adultos, entre los que destacan la trilogía Desconexión ...

  • Nimbo (El arco de la Guadaña nº 2) Versión Kindle - Amazon

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    Neal Shusterman (Nueva York, 1962) es autor superventas de más de treinta libros para lectores jóvenes y adultos, entre los que destacan la trilogía ...

  • Nimbo, de Neal Shusterman - Reseñas de libros y cine en ...

    https://entremetaforas.es/nimbo-de-neal-shusterman-resena/

    Sinopsis del libro Nimbo. No ha pasado más que un año desde que los caminos de Citra y Rowan se separaron, pero en este tiempo los rumores sobre un ...

  • Nimbo - Libro de Neal Shusterman - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/102228/nimbo

    No ha pasado más que un año desde que los caminos de Citra y Rowan se separaron, pero en este tiempo los rumores sobre un justiciero que persigue a los ...

  • Libro Nimbo, Neal Shusterman, ISBN 9788416858682 ...

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  • Nimbo - Neal Shusterman -5% en libros | FNAC

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    15 oct 2018 — Nimbo, libro de Neal Shusterman. Editorial: Nocturna. Libros con 5% de descuento y envío gratis desde 19€.

  • Reseña "Nimbo" de Neal Shusterman - Devoradora de letras

    https://ladevoradoradeletras.blogspot.com/2018/11/resena-nimbo-de-neal-shusterman.html

    14 nov 2018 — Con lo mucho que me gustó Siega, el primer libro de esta maravillosa trilogía, no podía evitar leer esta segunda parte cuanto antes.

  • NIMBO - NEAL SHUSTERMAN - 9788416858682 - Agapea

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  • Sed de Neal Shusterman

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    ?Hasta donde llegarias para conseguir la ultima gota de agua?

  • Todos los caminos de Romina Naranjo

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    --Vamos a ver, Leroy… --Sorbi fuerte por la nariz, mientras apoyaba los antebrazos en la mesa y cogia aire. Perder los nervios nunca era una buena opcion, pero era viernes, la tarde se me estaba haciendo interminable y, encima, aquel moquillo persistente, fruto de un catarro mal curado que ya parecia haberse alquilado un pisito con vistas en mi cuerpo, no remitia. No tenia yo el dia muy paciente--. Cuando te digo, <>, no me refiero a que bajes la voz. Puedo oirte. Estamos solos en esta clase. Por mucho que susurres… te oigo. El crio, haciendo un mohin, toqueteo el lapiz, volviendo una atencion que yo ya sabia voluble a su hoja de calculo. --Es que asi no me sale, seno. Me mordi el interior del moflete, pero no… no dejaria que me ablandara otra vez. Llevabamos una semana con aquello. Empezaba a estar harta. Tanto como el, seguro. --Leroy, saberse las tablas sumando los resultados no es saberse las tablas. Saberlas es… memoria. --Me incorpore. !Ay, mi cuello! !Ay, las lumbares…! Dichosa profesion. --La profesora del cole nos deja copiarlas en un folio para el examen. Enarque la ceja. --?Ah si? ?Y en el instituto vas a hacer lo mismo? ?O cuando toque dividir por cuatro cifras? Eso es perder el tiempo y creeme, chaval…, tiempo es lo que te va a faltar para la cantidad de cosas que te quedan por delante. --?Roma? Aparte la vista de la cara de susto de Leroy. Gire medio cuerpo hasta enfocar la puerta de la clase, donde mi jefa se habia acodado. Puro estilismo, aquella mujer bien podria acabar de bajarse de una pasarela de modas, en vez de ser la directora del centro de refuerzo educativo donde ambas trabajabamos. Roma, supongo que lo habeis adivinado por el contexto, soy yo. Me presento. Metro sesenta, melena castana cogida en un mono, cara pecosa, gafas de pasta que en ese momento se me resbalaban por la nariz y rictus de mala leche. Vamos, que daba el perfil de profesora a la perfeccion. --Tienes una llamada. --Mi jefa sonrio hacia la mesa--. ?Como va eso hoy, Leroy? ?Se porta Roma bien contigo? Si se pasa mucho dimelo y la despido, ?vale? El chiquillo sonrio, echandome una miradita que me parecio entender como <>, pero que probablemente querria decir otra cosa. --Te doy los cinco minutos que tarde para repasar las tablas, luego toca preguntarlas. -- Levante el dedo antes de que me interrumpiera--. Salteadas. Tire de la cinturilla de mis vaqueros y sali del aula. Recorri el pasillo bien iluminado que separaba los demas despachos del mio y cruce a la derecha para llegar al office. Dado que habia una politica de prohibicion ante el uso excesivo del telefono movil, no era nuevo que recibiera mis llamadas en el mismo centro, aunque claro esta… tampoco era algo que se pudiera dilatar en el tiempo. No era plan de limarme las unas mientras me ponia en conferencia con quien fuera que estuviera al otro lado de la linea en tanto dejaba desatendidos a los ninos. --?Hola? --Oi un suspiro. Puse los ojos en blanco--. Aina… estoy trabajando. --?Y crees que te llamaria si no fuera superurgente? Bueno… todavia no sabeis mucho de ella, pero debeis estar prevenidos; lo que mi mejor amiga conocia como urgencias variaba desde <>, lo cual te hacia soltarlo todo y echar a correr, o… << Fulanito de tal ha subido un storie y yo no quiero que vea que lo he mirado, entra tu>>. Vamos, que el abanico era amplio y aterrador. --Te escucho. --Consulte mi reloj de Mickey Mouse. Segun sus bracitos enguantados… eran las el puto tiempo no pasa y cuarto--. Te doy dos minutos. Tengo a Leroy multiplicando. --?Leroy? ?En serio se llama asi o es uno de tus nombres en clave para no revelar las vidas emocionantisimas de tus alumnos? --Es su nombre. --Y probablemente elspoiler de su futuro laboral como no se aprendiera la tabla del ocho. Sin acritud ninguna, palabra--. Escupe, Aina. --Requiero del codigo de mejores amigas. --Resople. Aquello tenia mala pinta… llamadme suspicaz--. Me han organizado una cita a ciegas esta noche. Te necesito de reten. ?Lo veis? Si es que lo sabia… --Ni de cona. ?La familia bien? Pues, me vuelvo al trabajo. --!Roma, tia, he mentado el codigo! --El codigo no son mas que unas directrices. Fue el turno de Aina de resoplar. --Vale, capitan Jack Sparrow, ?podemos ponernos serios? Es mi primera cita en meses. Desde… ya sabes. Y encima, !a ciegas! ?De verdad quieres que me presente completamente sola y desamparada ante un desconocido? ?Quieres salir manana en las noticias diciendo que fuiste la ultima persona que hablo conmigo? --Dios… pero mira que eres dramatica… --Pero la capulla habia ganado. Las dos lo sabiamos--. Y, para empezar, ?que cono haces saliendo con alguien a quien no conoces? --Es el amigo de un conocido mio, ya sabes. De mis tiempos mozos cuando ligaba chateando por foros. Empezo a hablar a toda velocidad. Ese era uno de los dones de Aina, situaba a personas y sucesos en el tiempo con una facilidad tan brutal que parecia que llevaba la escala espaciotemporal metida en el bolsillo. Del susodicho no sabia mucho mas de lo que ya me habia comentado, amigo de un amigo, lo cual bastaba, a medias, para saber que podria sentarse frente a el con una cerveza y no temer mas que a una aburrida conversacion. No obstante, y como mejores amigas, los anos nos habian dado muchos aprendizajes, entre los cuales destacaba la depurada tecnica de sacar a la otra de una mala cita sin hacerla quedar mal. --Voy. --Asumi, oyendo como gritaba al otro lado del telefono--. Me doy una vuelta cinco minutos, te echo un vistazo y si no has activado la senal, me piro y te dejo a lo tuyo. ?Conforme? --!Conforme! Ah por cierto… arreglate un poco, que no se note que vas solo de reten. Aquello ya me olio a chamusquina, aunque ni por asomo vi venir el tremendo incendio forestal que se aproximaba. --Aina, escuchame bien, si por cualquier circunstancia tienes ni siquiera la mas minima intencion de liarme con el amigo de tu cita, es un no. Never. Estas avisada. Sus carcajadas me sacaron de contexto. --?Estas pirada? !Que va, Roma! !Ese tio no es para ti! Tras un par de frases relativas a la hora y sitio de quedada, colgue. Mientras volvia a la clase, note un molesto picorcillo a la altura de la nuca que no se me iba por mas que lo rascara. Una especie de… aviso. Rollo alerta. Como la ventana emergente del Avast Antivirus que se presenta en el escritorio del ordenador cuando menos te lo esperas --casi siempre de noche y cuando llevas los auriculares puestos--, y te quita un par de anos de vida. Yo no me asuste entonces. El miedito real, vendria mas tarde. --!Bueno, Leroy, vamos a ver que tal vas! Los ojillos azules del crio me miraron con culpabilidad. Tarde un segundo en descubrir que, en vez de aprovechar el tiempo para estudiar la tabla como yo le habia pedido, se habia dedicado a copiarla en su goma. A tamano microscopico. Cogi aire. Me repeti que hacer llorar a los ninos cuando eras profesora de apoyo no estaba bien. --No pasa nada. --Y me obligue a sonreir, mientras volvia a tirar del moquillo que no paraba de caerseme--. !Empezamos desde el principio! Y nosotros, seguimos adelante. 2 La primera vez que vi al Sueco no fue la primera vez. Bueno… fue la primera vez despues de la primera y la segunda, que tambien pueden calificarse como desastrosas y lo bastante traumaticas como para que esta primera tercera vez acabara como acabo; igualito que el rosario de la aurora. Ahora os lo explico. Antes de darnos un chapuzon en la triste piscina de los recuerdos pasados --importante para la trama, lo juro solemnemente--, unas pocas pinceladas del ahora. Sali del centro de estudios cabizbaja, congestionada y arrebujada en mi bufanda kilometrica de Desigual, comprada por Ali Express. La verdad es que haciamos una pareja increible, porque en ese momento, con una jornada dura a las espaldas y la sensacion de que en vez de avanzar daba dos pasos para adelante y tres pasos para atras --sin la media vuelta, pero siempre, siempre, volviendo a empezar--, me sentia como una imitacion barata. De profesora. De ser humano. Asi… en general. Despues del episodio del telefono y en la hora siguiente a la de Leroy, me habia tocado lidiar con un par de esos padres… tocapelotas. Que ojo, igual es mas profesional y elegante llamarles algo tipo rara avis o cualquier cosa semejante, por aquello de la tremenda implicacion que demostraban en la escolarizacion de sus hijos. Hasta rayar lo insano. Estaban quienes solo querian de los chiquillos que cumplieran. Deberes hechos y asignaturas llevadas mas o menos al dia. Los que lidiaban con algun handicap, y no tenian las expectativas altas mas alla de una adaptacion saludable en el centro reglado y aprendizajes significativos, y luego… luego estaban los demas. Los que promulgaban eso de, como yo pago este servicio extra requiero de ustedes que vivan por y para hacer magia con una hora de terapia enfocada en el retraso madurativo. Vamos, que si el nino tenia un nivel de lectura de primaria, pero estaba en edad de cursar la ESO, yo tenia que agitar mi varita, aunque el primer instinto fuera metersela a papa por el culo. Cogi aire y respire hondo al salir del metro en Opera y eche a caminar hacia Plaza de Callao. Tenia la tremenda suerte de contar con un coqueto pisito de renta antigua situado en el edificio colindante con el de El Corte Ingles. Un lujo para muchos, principalmente turistas que venian a Madrid de paso; por lo bien situado, lo centrico de su ubicacion y lo cosmopolita de todo cuanto lo rodeaba. Para mi, que tenia que ir al curro todos los dias y llegar con tiempo, que volvia cansada y arrastrandome los findes cuando doblaba turnos en la pizzeria donde me sacaba un sobresueldo, las aglomeraciones, retrasos, colas interminables, codazos, tropiezos, estrenos de cine, luces, voces y algarabia general… eran mas una molestia que algo que tomar como positivo. Mi alma viejoven, supongo, que a veces se imponia a la edad que me marcaba el DNI. Pase por la chocolateria San Gines para darme un capricho antes de subir a casa… y me lo comi por el camino porque recorde que mi plan de pasar el resto del dia con ropa de indigente y abrazada a mi gato se habia ido al garete por culpa de Aina. --Dichosas mejores amigas… hay que joderse. --Tire de la portezuela metalica haciendo fuerza con el hombro, mientras me relamia los restos dulces que se me habian impregnado a las comisuras--. Aprende a decir no, Roma. Es muy facil. Son solo dos letras. Si podias pronunciar esternocleidomastoideo con seis anos, ?que puto problema tienes con negarte a las cosas? Subi las escaleras pisando fuerte, pero no como Alejandro Sanz, sino en plan… mosqueada con la vida. No me apetecia salir. No tenia ganas de ducharme, peinarme y revolver en el armario algo para ponerme. No queria bajar otra vez las escaleras. Queria prepararme estrategias de defensa para el lunes, cuando seguramente mi jefa me llamaria a su oficina para que le contara mi parte de version en la movida con los padres de los alumnos. <>, diria. <>. !Como si fueran culpa mia los suspensos en asignaturas que no estaba impartiendo, cojon! Gire la llave y, de inmediato, los maullidos me recibieron al otro lado. Sonrei. Al cruzar el umbral, Cax Teller, mi gato rubio de ojos azules, llamado asi en honor al protagonista de series como Hijos de la Anarquia y fantasias sexuales recurrentes de Roma. Me incline para acariciar su pelaje calentito. --Las cosas que hacemos por l

  • El Amor Que Tuvimos Y Perdimos (LGBT) de Fabian Tapia

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    Estonia, 1960
    Para Anton la llegada de Mihkel supone una revelacion; el es un joven dedicado a los tulipanes (el ultimo rastro que dejo su padre ausente) y Mihk es un joven que llega por un intercambio de Alemania para lograr la escultura que lo catapulte a la Universidad de sus suenos. Anton solo espera poder recabar la valentia necesaria para poner en orden sus pensamientos teniendolo cerca y lejos -porque el amor, segun el, es una casa que salta por los aires-. Pronto se veran envueltos en un torrido romance en el que ninguno de los dos estara a salvo, pues no estan muy seguros de que disimular sea la opcion mas correcta porque podrian desaparecerse en medio del secreto.
    En Estonia, lo saben ambos, un amor asi se castiga.
    Pero, ?no duele mas el castigo de dos corazones en la distancia?

  • En cada cancion de Susanna Herrero

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    Justo antes de empezar su nueva vida, Penny llega a Riviera Maya dispuesta a enfrentarse a aquello que removio todo su mundo anos atras. Mike es un joven apuesto que muestra sonrisas enigmaticas y que viaja al Caribe con sus primos para pasar unos dias lejos de todo su mundo: ha tenido que crecer demasiado rapido y no confia en nadie. No puede hacerlo. La caida de una toalla propicia un encuentro entre ellos que derivara en un amor de verano de los que dejan huella. Pero no es mas que eso: una historia corta de quince dias. Intensa pero imposible de continuar. Mike y Penny vuelven a la realidad dispuestos a olvidar el mejor verano de su existencia, pero la vida les tiene preparada una sorpresa.

  • Y llenarte el muro de flores de Laura Nuno

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    ?Puede triunfar un amor de Facebook? Segun Nacho, que no tiene ni idea del tema, si. Pero Noelia ha perdido toda su fe en el amor. Despues de una serie de relaciones infructuosas, algunas incluso destructivas, no deberia hacerse muchas ilusiones de exito respecto a su cita con Nacho, un chico al que ha conocido a traves de Facebook. Pero ya es demasiado tarde para echarse atras, y Nacho resulta ser maravilloso. Sin embargo, le va a ser muy dificil ganarse su total confianza y mantenerlo al margen de un pasado que no le permite forjarse un nuevo futuro.
    Noelia tendra que aprender a guiarse por el corazon y aceptar que las casualidades, en realidad, son regalos del destino.

  • El diario de Sandy de Martin Cirio

    https://gigalibros.com/el-diario-de-sandy.html

    Sandra renuncio al call center para ir en busca de su sueno: viajar a los Estados Unidos y convertirse en actriz, y asi regresar triunfante algun dia a la Argentina.
    Emprendio una odisea en micro junto al hombre del que se enamoro por chat y, por fortuna, registro en este libro, El diario de Sandy, todas las desventuras que tuvo que sortear en el camino, como lo hizo antes su idola Geri Halliwell.
    Sandy se opero y ahora es una chica trans y quiere vivir una bella historia de amor. Sandy siempre tiene una bolsita de papa a mano para nunca pasar hambre. Sandy podra ser violentada o verse impedida, pero jamas sera vencida.
    En esta novela, Martin Cirio nos sumerge en una historia tan cinica como probable, y hace un recorte de realidades a la vuelta de la esquina, fiel a su estilo. No nos ahorra una y sabe que eso nos gusta.

  • Galeon de Jesus Sanchez Adalid

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    Jesus Sanchez Adalid, en este libro a caballo entre la ficcion y la historia, nos acerca, con sencillez y amenidad, a los viajes de la flota de Indias desde su partida del puerto de Sevilla a su llegada a las costas de America. A la manera de un memorial escrito en un pergamino envejecido por un joven viajero extremeno, Galeon descubre los secretos del arriesgado periplo atlantico que emprendian los navegantes del siglo XVII. Cuales eran los motivos que les llevaban a emprender tan larga travesia, quiza sin retorno; como se preparaba la partida; la vida a bordo; las leyes de ultramar; las creencias religiosas; el sentido del honor; los peligros del oceano y de la pirateria. Y, al fin, la llegada a los exoticos paisajes del Nuevo Mundo.

  • Haz como el gato de Stephane Garnier

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    La clave para el bienestar: ser un poco mas como tu gato.

  • El regreso del soldado de Rebecca Winters

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    Juntos aprenderian a confiar de nuevo. Anabelle Marsh estaba deseando partir hacia la costa de Amalfi para trabajar como modelo durante un mes en una excitante campana publicitaria. En un entorno tan bello, podria olvidarse de sus pesares y superarlos. Pero ella habia planeado curarse las heridas en privado, no compartir la estancia con un turbulento piloto herido en combate. Como antigua enfermera, Annabelle se sintio en la obligacion de ayudar a Lucca, aunque era evidente que el no queria que nadie se le acercara. Sin embargo, cuando la chispa prendio entre ellos, fue imposible detenerla. Capitulo 1 Annabelle Marsh se miro en el espejo del cuarto de bano mientras se quitaba el maquillaje, pero no reconocio la imagen de la mujer que vio reflejada en el. Era rubia y con los ojos de color violeta como ella, pero se la veia mas bella y radiante. Habia tenido un buen numero de hadas madrinas a su servicio para conseguir que estuviera tan hermosa. Marcella, disenadora de una famosa tienda de alta costura en Roma, habia elegido todos los modelos que llevaria en las sesiones fotograficas que tendria que hacer por media Italia. Contaba tambien, como complemento imprescindible, un selecto juego de joyas. Hacia cuatro dias que habian realizado el primer reportaje en una base militar cerca de Roma, frente al avion de combate MB-Viper, el mas moderno de la fuerza area italiana. Aun no podia creerselo mientras recordaba como habia empezado todo. --Seran solo tres semanas siendo la chica Amalfi --habia dicho Guilio --. Mi esposa y yo estaremos encantados de tenerla entre nosotros. Y despues, si usted quiere, volvera a ser la senorita Marsh. Ella estaba tratando de superar uno de los peores momentos de su vida. Hacia dos anos se habia divorciado de su marido. Habia recuperado su nombre y su vida de soltera, pero habia una cosa que no habia conseguido recuperar: la confianza en si misma. --Aun no se lo que ha podido ver en mi --habia replicado ella con cara de incredulidad. --Usted tiene justo el perfil que andaba buscando. Mis hermanos y yo, y toda la familia Cavezzali, llevamos en el mundo de los coches de diseno desde la Segunda Guerra Mundial, pero yo era el unico que sonaba con lanzar al mercado una linea de coches deportivos. Ha sido siempre la ilusion de mi vida. Los veia, en suenos, con su linea elegante y su atractiva carroceria, como si fueran el esqueleto de una mujer hermosa. --?Ha visto usted alguna vez mi esqueleto? --dijo ella con una sonrisa burlona. --En cierta manera, si, y me di cuenta de que tiene usted un encanto y un glamour indiscutibles que encajan perfectamente con Italia. Es la combinacion perfecta para mostrar al mundo una linea elegante pero completamente nueva del coche deportivo italiano. Annabelle nunca olvidaria aquel dia, hacia un par de meses, en que aquel disenador de coches llego al concesionario Amalfi en Los Angeles, California, para hablar de negocios con su jefe, Mel Jardine, el mayor distribuidor de automoviles Amalfi del pais. Guilio dijo que pensaba lanzar al mercado un nuevo y espectacular modelo de coche deportivo. Ella, como ayudante personal de Mel, se habia encargado de atender a Guilio en todos los aspectos tanto logisticos como de trabajo, y el habia insistido en que ella estuviese presente en todas las reuniones y se habia mostrado en todo momento muy atento con ella. Tanto, que Annabelle habia llegado a pensar que quiza el interes que aquel hombre casado demostraba por ella pudiera ir mas alla del terreno estrictamente profesional. Pero pronto vio disiparse sus temores al ver que su interes iba por un terreno que ella nunca se hubiera imaginado. Guilio le dijo, delante de su jefe Mel, que queria que ella fuera la modelo de la campana publicitaria del lanzamiento de su nuevo coche. Ella se rio al principio por lo absurdo de la idea, pero no se atrevio a decir nada al ver la mirada seria de Mel que parecia indicarle que no se precipitase en tomar ninguna decision sin escuchar antes lo que dijera aquel italiano. --Estoy hablando completamente en serio. Llevo todo el ano buscando a la mujer idonea y sabia que la reconoceria nada mas verla. Usted es la chica Amalfi. Usted es unica, igual que mi coche. Mel podra decirle que nunca he utilizado hasta ahora una mujer para anunciar uno de mis modelos de automovil. Annabelle sabia que decia la verdad. Estaba familiarizada con los catalogos de la tienda, en los que solo aparecian hombres italianos ricos y elegantes, como hombres de negocios de Milan, aristocratas de Roma o miembros de la alta sociedad de Florencia. --Me siento tan halagada que no se que decir, senor Cavezzali. --Llamame Guilio, por favor. --Esta bien, Guilio. ?Pero por que quieres presentar ahora una mujer en tu campana publicitaria? Tus anuncios son, desde hace tiempo, los mas atractivos e impactantes de toda la industria del automovil --le dijo ella con toda sinceridad. --Me agrada mucho oir eso, pero quiero que esta campana sea algo especial. Es en honor de mi querido hijo del que me siento muy orgulloso. Lucca fue a la escuela militar a los dieciocho anos y desde entonces no ha hecho mas que recibir condecoraciones en premio a su valor y heroismo como piloto de combate --dijo Cavezzali muy emocionado--. En honor a el, he bautizado mi ultimo diseno de deportivo con el nombre de Amalfi MB-Viper. Es el nombre del avion de combate que el pilota, ?sabes? Quiero que tu imagen aparezca en todos los folletos, en los anuncios de todos los medios de comunicacion, en el video promocional y hasta en el calendario que estoy preparando para el lanzamiento. Enviaremos posters y calendarios a todos nuestros concesionarios Amalfi para suscitar entre el publico el deseo de tener un producto unico en el mercado. Puedes estar segura de que todo el material grafico se hara con las maximas garantias de calidad y siempre contando con tu aprobacion previa. --Sera un gran honor para mi participar en ese lanzamiento --replico finalmente Annabelle. Su propio exmarido, Ryan, se habria quedado tambien boquiabierto de haberlo sabido. El tambien habia sonado con tener un dia un deportivo llamativo cuando terminara su periodo como medico residente en el hospital y se habria quedado hipnotizado viendo aquel lujoso y elegante modelo Amalfi MB-Viper. Pero su impresion habria sido aun mayor si hubiera visto a su exesposa, a la que el consideraba una mujer sosa y aburrida, ataviada de seda y diamantes y apoyada en el capo de aquella maravilla de coche. Durante su matrimonio, Annabelle se habia enterado de que el estaba manteniendo una relacion paralela con una enfermera en el mismo hospital donde ella habia hecho sus cursos de enfermera diplomada. Eso le habia partido el corazon. Pero no todo habian sido malas experiencias en aquel hospital. Alli habia conocido a Mel, ingresado por una grave patologia cardiovascular en una habitacion de la planta en la que ella estaba de servicio. Mel le habia hecho una buena oferta de trabajo y ella la habia aceptado, deseando dejar atras aquel hospital de tan infaustos recuerdos y empezar una nueva vida. La confianza que Guilio habia depositado ahora en ella le brindaba una nueva oportunidad de reafirmar su personalidad, tan deteriorada en los ultimos meses. --Te quedaras en mi casa con mi esposa, Maria, y conmigo. Estoy deseando presentarte a mis hermanos y a mis dos hijastros casados, que trabajan para mi. Viven muy cerca de mi casa. --Me encantaria, pero no puedo aceptar. Seria mucha molestia para tu esposa y para ti, Guilio.

  • Corrupcion Policial, Don Winslow de Don Winslow

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    DENNY MALONE SOLO QUERIA SER UN BUEN POLICIA.
    Denny Malone es <>, un condecorado sargento del Departamento de Policia de Nueva York y el autentico lider de <>. Malone y sus hombres son los mas listos, los mas duros, los mas rapidos, los mas valientes, los mas malos. y lo mas corruptos.
    Ahora su corrupcion esta a punto de salir a la luz y Malone se vera obligado a transitar por la delgada linea que separa la traicion a todo aquello en lo que cree y su propia supervivencia. Ahora, Denny Malone debera decidir de una vez por todas que significa ser un buen policia.

  • Los ultimos espanoles de Mauthausen de Carlos Hernandez De Miguel

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    En este libro se habla de victimas y de verdugos. Los ultimos espanoles supervivientes de los campos de exterminio nazis nos recuerdan su sufrimiento y la forma en que perdieron a miles de companeros a manos de los siniestros miembros de las SS. Sus palabras nos llevan a un mundo de torturas inimaginables, pero tambien de dignidad, solidaridad y resistencia. Esta es la historia de esos hombres y mujeres que sobrevivieron o murieron entre las alambradas de Mauthausen, Buchenwald, Ravensbruck o Dachau. Y es tambien la cronica periodistica que denuncia a los politicos, militares, empresarios y naciones que hicieron posible que mas de nueve mil espanoles fueran deportados a los campos de la muerte.

  • Mito del Holandes Volador de

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    El holandes volador o el holandes errante es una historia muy antigua, que proviene desde tiempos remotos cuando los naufragios en los mares del mundo y el abordaje de piratas sucedian frecuentemente. La pirateria era un actividad que abastecia de recursos y bienes a muchos pueblos clandestinos, los cuales se introducian al mercado negro o se intercambiaban por objetos de mas valor e inclusive algunos ladrones escondian sus tesoros en islas fantasmas de aguas inexploradas. El mito cuenta que un gran navio holandes zarpo hacia aguas profundas, el cual se dirigia hacia un lugar poco explorado y que hoy en dia nadie sabe con exactitud donde se ubica.

  • Almas de Cristal de Anali Sangar

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    -Te quiero, pequena. Te quiero con toda mi alma y no puedo mas que odiarme por ello.-No mas de lo que yo te quiero a ti. No mas de lo que yo me odio por haber destrozado tu corazon de nuevo.Al haber experimentado el dolor en cada una de sus facetas, Dario se limita a respirar mientras es arrastrado por el flujo de la vida.Hasta que la conoce a ella.A Silvia le gusta todo de Dario: su genuina naturalidad, esa sonrisa que nunca llega a asomar a sus ojos e incluso la expresion de tristeza que siempre le acompana.Tres besos tomados sin permiso actuan como detonante, empujandolos a enfrentarse a un injusto destino en el que, si alguno de los dos se permite ceder, sus almas, de por si danadas, podrian terminar haciendose anicos.

  • Los hermeticos de Armando Cuevas Calderon

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    Un prologo, siete historias y un epilogo componen este nuevo trabajo del autor de "Cuando aun no existias". Un libro de relatos en el que hallareis morbo, humor negro, sexo duro, frustracion y cobardia. Pero sobre todo, si sabeis mirar entre alguno de sus pliegues, encontrareis la soledad que provoca el amor que se ha perdido o que nunca se ha tenido, ambas cosas son lo mismo. Historias imposibles, situaciones inverosimiles llenas de personajes irreales, o no tan irreales, vosotros juzgareis.

  • Embrujo dorado de Leila Mila

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    El final de la lucha se acerca… y Kelan Salem sabe que es hora de afrontar sus propios demonios del pasado si quiere tener un futuro.Perdonarse tanto a el mismo como a la mujer que forma parte de su alma y completa su esencia.

  • Bartleby, el escribiente de Herman Melville

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    Narra la historia un abogado de nombre desconocido que tiene su oficina en Wall Street, Nueva York, quien, segun sus propias palabras, “en la tranquilidad de un comodo retiro, trabaja comodamente con los titulos de propiedad de los hombres ricos, con hipotecas y obligaciones”. Tiene tres empleados, con los apodos de Turkey (“Pavo”), Nippers (“Tenazas”) y Ginger Nut (“Nuez de jengibre”), a los cuales describe en la obra. Turkey y Nippers son copistas, o escribientes, en tanto que Ginger Nut, que tiene solo doce anos, es el chico de los recados. Los dos escribientes no son suficientes para hacer el trabajo de la oficina, por lo cual el narrador pone un anuncio para contratar un nuevo empleado, al reclamo del cual acude Bartleby, quien es de inmediato contratado. Su figura es descrita como “palidamente pulcra, lamentablemente respetable, incurablemente solitaria”.

  • Pagaria por no verte de Juan Sasturain

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    Pagaria por no verte extrema los lazos de la ficcion y la realidad en la obra de Juan Sasturain. Esta afirmacion. mas digna de un simposio que de una contratapa. es solemne como pedo de ingles . pero no falsa. El lector que se asome nomas. no lo va a poder creer.El mar de fondo que Etchenike encuentra cuando es contratado para hacer una pesquisa en una fabrica no tiene rival en la narrativa contemporanea. El caldo de cultivo de dos decadas de politica erratica -que provienen de otros muchos de politica perversa- se combina con los desordenes existenciales a los que tan afecto es el justiciero y tenemos ante los ojos. entre las manos. el libro serio mas divertido que uno pueda imaginar.Es necesario entrar en la atmosfera de Sasturain para entender como se cuentan las cosas. Precisamos pulsar la muneca de Etchenike para saber que en este mundo hay que moverse. como alentaba el poeta. con horror y con calma .Leer de un tiron esta genialidad es uno de los grandes placeres

  • La vida secreta de Mac de Melinda Metz

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    MacGyver se siente muy satisfecho de si mismo. Su humana, Jamie Snyder, ha encontrado a su media naranja... y ha sido gracias a el, que empezo a robarle cosas a su atractivo vecino, David. Ahora que Jamie y David se han casado y estan de luna de miel, se ha ganado un merecido descanso. Sin embargo, le va a durar poco, porque resulta que Jamie deja a su prima Briony para que lo cuide mientras ella no esta. Y Mac descubre que Briony es otra de esas humanas que, como la mayoria, es un desastre en lo relativo al amor: esta, planto a su novio al pie del altar. Esto si que es un reto para un gato como Mac... Y claro, !no podra resistirse!

  • Caballeros de Xydonia de Barb Capisce

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    En un futuro no muy lejano de nuestro tiempo, distopico, audaz, la raza humana debera enfrentar la respuesta a su pregunta mas profunda: ?Estamos solos en el Universo? No hubo preambulo, llegaron y arremetieron sin previo aviso, sin negociacion. No hubo tiempo a nada, ni siquiera a correr. Si algo quedara en pie del mundo, tal como lo conociamos, los titulares de las noticias en todos los idiomas darian un solo saldo: estamos perdiendo.

  • Espera a la primavera, Bandini de John Fante

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    America sucumbe a la Gran Depresion. Arturo Bandini, hijo de emigrantes italianos, transita entre la infancia y la adolescencia. Su padre, Svevo, amante del vino y las mujeres, es albanil, pero en pleno invierno apenas hay trabajo y la inactividad lo desespera. Su madre, Maria, es una catolica ferviente, a un tiempo sumisa y feroz. Esperando la primavera crece el joven Arturo, adolescente turbulento que intenta abrirse camino en la vida y sobrevivir cuando el padre abandona el hogar para irse a vivir con una riquisima viuda.

  • Triple de Ken Follett

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    Nat Dickstein, uno de los mejores agentes secretos israelies, tiene una mision crucial: hacer desaparecer el barco que transporta el uranio que Egipto necesita para poseer la bomba atomica. Ciertamente una mision casi imposible, ya que egipcios y palestinos no estan dispuestos a contemplar pasivamente como se esfuma su gran baza para inclinar a su favor el conflicto de Oriente Medio... Una novela electrizante a partir de un suceso real.

  • El manuscrito de aire de Luis Garcia Jambrina

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    El 6 de enero de 1515, una pequena aldea de indios tainos muy proxima a la ciudad de Santo Domingo, en la isla La Espanola (Haiti, para los nativos), es arrasada por el fuego. Conmovidos por la tragedia,
    varios frailes dominicos se dirigen a Espana para rogar al rey que envie a alguien a la isla para descubrir a los culpables y hacer justicia.

  • La balada del nino que queria un abrazo de Baptiste Beaulieu

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  • En un pais extrano de Charles Cumming

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    Seis semanas antes de asumir la direccion del MI6 y convertirse en la primera mujer que encabeza uno de los servicios de espionaje mas prestigiosos del mundo, Amelia Levene desaparece sin dejar rastro, provocando asi la crisis mas grave que la institucion ha vivido en una decada. Los altos mandos se encuentran en un trance: no solo tienen que encontrar a Levene, sino que la tarea tiene que realizarse en el mas absoluto secreto si quieren evitar un duro golpe a la imagen y credibilidad del MI6. Asi pues, la mejor opcion que les queda es acudir a Thomas Kell, un agente al que despidieron del cuerpo ocho meses atras por presuntas torturas a un detenido durante una antigua mision en Kabul.

  • Siempre fue Nairobi de Maria Marts

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    Hace anos que Ana habia dejado de buscar las razones por las que su madre se habia ido, hasta que descubre quien es. Una carta de su padre le confiesa que ella es Aure Balle, la famosa escritora de best sellers que desaparecio hace mas de veinte anos.

  • Bajo tu toque de Rebeca B

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  • Te enamoraste de mi sin saber que era yo de Patricia Hervias

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    ?Que harias si la vida te pusiera delante al hombre de tu vida?

  • Morder la manzana: La revolucion sera feminista o no sera de Leticia Dolera

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    Es este uno de esos libros esenciales que nacen de la necesidad y de la urgencia. Porque Leticia Dolera necesita contar por que es feminista y por que todas deberiamos serlo. Un camino vital en el que se ha encontrado con personas inspiradoras, lecturas reveladoras, anecdotas --de las buenas, de las malas y de las peores-- vividas muy de cerca o en primera persona.
    Este libro es tambien la historia de mujeres valientes que marcaron el camino y cuyo ejemplo nos ayuda a despertar nuestras conciencias y tambien a ensenar a las mas jovenes.
    Empezando por Eva, la primera que mordio la manzana, esta es una historia sobre todas las mujeres. Porque Leticia Dolera nos invita a abrazar una causa, que es la de todas las personas que sonamos con una sociedad justa.
    Por mucho que nos hayan repetido que Eva peco al morder la manzana, nosotras sabemos que aquello fue precisamente lo que la hizo sabia. Entonces ?que?, ?te apetece una? Una obra de empoderamiento feminista para todas las edades.

  • El lider que no tenia cargo de Robin Sharma

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    Robin Sharma, autor del internacional best seller El monje que vendio su Ferrari, regresa a la parabola con una historia inspiracional acerca del nuevo significado y valor del liderazgo.

  • Forjado a fuego (Hermanos Chance 1) de Lara Kinsey

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    Brighid Bell se sentia como un pez fuera del agua. Era mejor ladrona que dama, pero no tenia un gran talento para ninguna de las dos cosas. Su lugar estaba en los establos, no en las gradas. Brighid miro a las otras mujeres en el hipodromo con desagrado. No hacia ellas, ellas eran agradables, sonriendo y riendo. No tenia ningun problema con ellas, pero nunca podria ocupar su lugar. Sus manos delicadas cubiertas por guantes descansaban en el hueco de unos codos masculinos. No, lo que le desagradaba eran esos hombres engreidos de manos suaves y miradas crueles. No queria que le controlaran, no queria acostarse y pensar en Inglaterra. Que le dieran a Inglaterra. Levanto la vista cuando un jockey paso por delante, rapido como una flecha sobre su caballo, y alli es donde queria estar. Arriba. Habia estado abajo y no volveria nunca. Su estomago rugio de forma audible. Habia pasado un dia desde la ultima vez que probo bocado y ahora por fin tenia la oportunidad de poner las manos sobre algo de comida. Bajo las escaleras apresurada. Teniendo en cuenta el numero de baratijas robadas que habia metido entre sus faldas, era mejor que se fuera antes de que las carreras terminaran. Escucho una respiracion de asombro colectiva y, por un momento, penso que le habian descubierto. Pero no. Se escucho un chasquido que Brighid pudo sentir en los huesos. Habia oido a caballos gritar antes. Los cascos pasaban en estampida dejando atras al caballo herido y a su jinete desplomado como un bulto inmovil. El mayor peligro era que la gran bestia le cayese encima. No era tan pequeno ni de huesos tan finos como los jockeys habituales, pero una tonelada de animal nervioso le haria dano a cualquiera. Brighid salio corriendo a la pista, esquivando caballos y jinetes. Ya estaba moviendose, tranquilizando a la asustada yegua antes de examinar su pata. Los calcetines blancos de la yegua alazana estaban manchados de sangre y suciedad. No se habia roto la pata, gracias a Dios, pero se habia doblado un tendon. La yegua necesitaria ser estabulada y tratada con hielo, si, y quizas algo de laudano en la comida no le iria mal, pero esta yegua volveria a ser montada, aunque no fuese en las carreras. Sintio una pequena llaga bajo la montura. No era de extranar que el animal hubiera gritado. Esa herida tenia que ser terriblemente dolorosa. Levanto la vista, pero nadie estaba atendiendo al jockey todavia, aunque una multitud de hombres con abrigos estaba corriendo hacia la pista. Su ropa de montar de seda de color azul como el hielo estaba desgarrada y hecha jirones, pero no podia ver ninguna costilla asomando debajo. Paso las manos por sus lados y le encontro aparentemente entero. Le dio la vuelta con cuidado hasta que estuvo boca arriba y cuando la miro entre parpadeos, ella le puso una mano tranquilizadora en la frente. Sus ojos azules y labios gruesos la dejaron ensimismada. El centro la atencion brevemente en su rostro y se agarro a sus faldas de un modo suplicante. Podia prestar atencion, eso era bueno. --Shh --murmuro Brighid, posando un beso impulsivo sobre sus labios. El volvio a tumbarse con un suspiro y cerro los ojos. Sus pestanas oscuras se movieron sobre sus mejillas como si ya estuviera sonando. Palpo sus piernas y sus brazos al completo, presumiblemente buscando lesiones, pero no pudo evitar notar la firmeza de sus gemelos y su pecho bien definido. Queria pasar mas tiempo acariciando los tensos musculos. --!Esta bien! --grito a los hombres que corrian hacia ellos. Paso los dedos por los rizos negros que se posaban sin fuerza sobre la frente humeda. De repente, se encontro rodeada de cuerpos vociferantes--. Mantengalo despierto --le dijo a la mujer mayor que habia aparecido con un decantador de brandy lleno. Despues, sintiendose culpable, le robo la cadena de oro y se perdio entre la multitud. *** Isaiah Chance se desperto en una habitacion oscura, con un pano humedo sobre los ojos y la quemadura del whisky en los labios agrietados. ?Cuanto tiempo habia estado inconsciente? Recordaba unos rizos dorados y unos labios llenos y rosas descendiendo sobre su boca con dolorosa suavidad. Tenia una sensacion de paz profunda, como si un angel le hubiera visitado, pero el dolor en la sien le decia otra cosa. Su cadena no estaba. Nada de un angel, entonces. La picara debia habersela robado. Mags entro ajetreadamente. --No dejare que participes mas en las carreras, Isaiah. Un hombre como tu no deberia tentar a la suerte. --Voy a comprar oficinas --murmuro. Hubiera sido un grunido si hubiese algo de veneno tras las palabras, pero el tono ronco era suave--. Vamos a abrir un negocio. Capitulo 2 Invierno de 1925 Su pequeno imperio crecia dia a dia. La luz de la lampara titilo cuando Isaiah inclino de nuevo la cabeza sobre los libros. Sid no era bueno con los numeros, por lo que recaia en Isaiah no solo ser la cara del negocio, sino tambien el cerebro. De algun modo, la cadena que llevaba acabo en su boca mientras trabajaba. Necesitaba algo que calmara su inquietud para que su mente pudiera centrarse en las columnas de numeros que no tenian fin. Habia poca luz en la estancia y el papel cebolla era casi ilegible. Cerro los ojos con los parpados arrastrandose como si estuvieran llenos de arena. El ardor le hizo recordar que llevaba despierto dos dias y una noche. Su mesa estaba repleta de fotografias: familia, amigos y sus amados caballos. Habia una fotografia pequena en un lugar de honor, un Isaiah mas joven al lado de una yegua alazana con calcetines blancos. Se sentia como si estuviera a punto de explotar. En sus dias como jockey habia tenido muchisimas cosas con las que ocupar su cuerpo y sus manos y despejar la mente: ensillar y quitar la silla, inspeccionar los cascos de su montura. La emocion febril de los dias de carrera. Ahora se mantenia a si mismo profundamente atareado, inclinado sobre los libros por pura fuerza de voluntad. Nunca le habia contado a Sid el esfuerzo que le costaba concentrarse, dejarle a el las cosas fisicas. Necesitaba algo que hacer con las manos. Saco un cigarrillo y lo movio de un lado a otro de la boca antes de dejarlo colgar de sus labios. Podia permitirse un tabaco mejor estos dias, pero los cigarrillos baratos le recordaban de donde venia, le recordaban a donde podia volver si llegaba una racha de mala suerte. La luz de sus oficinas tenia una cualidad grasienta, probablemente por culpa de las ventanas. El ambiente tambien era grasiento. Las lamparas llevaban horas ardiendo y en su pequeno rincon practicamente no se movia ni una gota de aire. Se levanto y se alejo de sus papeles como si estuviera en un sueno y salio por las puertas dobles al aire fresco del patio y los establos. Nunca habia tomado azucar con el te pero siempre llevaba algunos terrones para los caballos. Isaiah respiro profundamente; heno y paja y caballo, tablas banadas en sol y cesped cortado. Esto era lo que le mantenia con vida. Habia poco aire fresco en Birmingham, ahora menos que nunca, con las fabricas funcionando gracias a los hombres que volvieron de la gran guerra. Bueno, algunos de los hombres. No estaba seguro de que el hubiera vuelto a casa del todo, pero descarto cualquier atisbo de miedo o vacilacion o incluso imprudencia. Sidney y Grace le necesitaban. Todo el maldito mundo le necesitaba. Una victoria, una gran victoria, y puedo dejar de mirar atras. Cada vez estaban regulando mas y mas las carreras. Un dia para toda la familia, si, pero ahora a la gente le preocupaban los linajes y los progenitores. Isaiah no conocia su propio linaje y deseaba infernalmente no haber conocido nunca a su progenitor. Suspiro cuando salio de los establos al ruido y el clamor de la calle. Gracie estaba en el mercado, probablemente contado el dinero a escondidas mientras la senora Kimball regateaba sobre telas. Isaiah no le iba a explicar a Gracie como se ganaba la vida, pero ella habia absorbido el cotilleo que flotaba en el vecindario. Enterrador. Corredor de apuestas. Contrabandista. Vandalo. Estos ultimos seguramente se los creia, pero era cosa de familia. Su hermana de ocho anos caminaba erguida, era una de los Chance. Chances Brothers Limited daba trabajo a la mitad de Birmingham. Las voces sonaban en los puestos del mercado de Cheapside. Sus productos y, lo que era mas importante, sus aliados leales inundaban las calles. Camino entre las chispas y el humo, intercambiando inclinaciones de cabeza con todo el que se cruzaba e ignorando los susurros. Gran hombre, Isaiah Chance. Bebe whisky solo. Paga los sueldos puntualmente. Se tiro a la hija de un marques. Mato a un hombre por dinero. Mato a un hombre porque si. He oido que tiene un Bugatti. Se suena la nariz con seda. Tiene dos bastardos en dos paises. El mismo es un bastardo, o un diablo. Pero es nuestro diablo.

  • Dulce Venganza de Natalia Lee

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    Despues de que la vida la golpeo nuevamente, Kira se ve obligada a buscar la ayuda de su madre, la unica persona a quien nunca quiso volver a ver despues de haber arruinado su vida hace siete anos.

  • Lectura facil de Cristina Morales

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    Son cuatro: Nati, Patri, Marga y Angels. Son parientas, tienen diversos grados de lo que la Administracion y la medicina consideran <> y comparten un piso tutelado. Han pasado buena parte de sus vidas en RUDIS y CRUDIS (residencias urbanas y rurales para personas con discapacidad intelectual). Pero ante todo son mujeres con una extraordinaria capacidad para enfrentarse a las condiciones de dominacion que les ha tocado sufrir.

  • Encerrados de Sibila Freijo

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    ?Que pasa cuando las cosas que nunca imaginaste que vivirias te estallan en la cara un dia cualquiera para hacer realidad tus peores peores pesadillas? ?Y si eramos felices y no lo sabiamos? ?nos hara este encierro ser mejores personas?
    Estos trece relatos sobre el confinamiento en tiempos del Coronavirus, reflejan, a veces con ironia y humor, otras con nostalgia y desesperanza, nuestra “nueva vida” de aislamiento: como han cambiado drasticamente nuestras relaciones, vida cotidiana, suenos y esperanzas y como podria ser tambien el futuro.
    Hay relatos que muestran la cara mas cotidiana y benevola del aislamiento: parejas que se odian condenadas a entenderse, locales clandestinos para que los amantes burlen la ley de confinamiento, perreras que se quedan sin perros, vecinos que se ofrecen como gigolos en los banos del supermercado...
    Pero tambien otros que reflejan el lado mas amargo y dramatico de esta cuarentena: el del dolor, la enfermedad, la soledad... o relatos que "imaginan" como podria ser un futuro inquietante: ciudadanos que, tras recuperar su libertad, se encierran voluntariamente, vecinos que se convierten en policias, empresas que patrocinan aplausos....

  • Suenos fragiles de Yara Zgheib

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    Suenos fragiles es una novela emocionante, sincera y desgarradora que narra las vivencias de un grupo de mujeres, unidas por la enfermedad pero tambien por la esperanza, por el apoyo mutuo y por las ganas de vivir.

  • S.O.S. cristianos de Pilar Rahola

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    La prestigiosa ensayista y periodista Pilar Rahola (premiada internacionalmente por su obra !Basta!sobre la opresion de la mujer en las sociedades musulmanas) se adentra en uno de los grandes dramas de nuestro tiempo, nada menos que la persecucion de los cristianos en diferentes circunstancias y geografias en el mundo de hoy.
    Siendo un caso manifiesto de persecucion a causa de las ideas, es un conflicto del que se ha hablado con sordina en Occidente hasta fechas recientes en que los medios han ido haciendose cada vez mas eco del problema. Por ello, es imprescindible esta obra periodistica de intencion global, que profundizara en los distintos modos de persecucion (el asesinato, la represion o el menosprecio) a lo largo de la geografia mundial, para mostrar asi el alcance del fenomeno, con la intencion de denunciar y crear conciencia sobre lo que esta sucediendo.
    El libro esta escrito desde un punto de vista laico, de la defensa de los derechos y los valores humanos, con la intencion de concienciar al conjunto de la sociedad de la amenaza que ello supone para las sociedades democraticas.

  • La muneca ciega de Giorgio Scerbanenco

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    Una muneca a la que le han arrancado los ojos es abandonada en un hospital. Al mismo tiempo, el multimillonario Deravans, quien quedo ciego a causa de un accidente de trafico, podria recuperar la vista mediante una intervencion que solo el doctor Linden, amenazado de muerte si se atreve a llevarla a cabo, es capaz de realizar. Jelling, un empleado de la Policia de Boston que cuenta con una sorprendente habilidad para recordar delitos y perfiles de criminales, tendra que seguir las huellas de un crimen que aun no ha sido cometido para evitar un posible homicidio. Sirviendose de la tension inducida al lector a traves de inquietantes senales casi imperceptibles y de la originalidad de la trama, Scerbanenco vuelve a lograr que el lector perciba el angustioso hedor <> que transmite La muneca ciega.

  • La infancia de los dictadores de Veronique Chalmet

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    Joseph, Francisco, Muamar, Idi, Saloth... ?Quien sospecharia que detras de estos nombres anodinos se ocultan algunos de los dictadores mas perversos que ha conocido el siglo XX? La mancha roja que dejaron en los libros de historia nos hizo olvidar que Stalin, Franco, Gadafi, Amin Dada o Pol Pot, antes de transformarse en tiranos, alguna vez fueron ninos.

  • Amor intempestivo de Rafael Reig

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    Con mas de cincuenta anos, seguia echandome de menos a mi mismo, y empece a escribir en un cuaderno de doscientas cuarenta paginas tamano cuartilla, de pie, en un barril del bar de Lucia, con un whisky y frente a la piedra de La Maliciosa coronada de nieve. Tarde meses en llenarlo y cuatro anos en llegar hasta el final, desde el que ahora escribo. Las novelas --como la vida-- se leen desde el primer capitulo hasta al ultimo, pero se escriben siempre desde el final --tambien como la vida, que solo adquiere sentido una vez vivida--. Intente apartarlo de mi, escribi otras cosas (las novelas Senales de humo y Para morir iguales), pero el cuaderno de tapas negras seguia esperandome sobre la mesa con sus ciento veinte paginas escritas a lapiz por una sola cara; y otras tantas en blanco, al dorso. Quedaba una cara de mi que no me atrevia a descubrir. Como si hubiera hecho la cama al contrario, con la almohada a los pies, oia el ruido amenazador de mis pasos acercandose. Por eso decidi terminar la otra cara de las paginas: para salir a mi encuentro. Todo empezo con una reunion de viejos amigos, fantasmas del pasado. El Festival Ene se celebra en el Circulo de Bellas Artes de Madrid y cada ano lo organiza una persona distinta, a la que llaman comisario. En 2016 la comisaria fue Marta Sanz y --como es costumbre-- lo lleno todo de amigos de su edad, escritores nacidos en los anos sesenta. Marta me invito a lo que la prensa llama <> --como llama a las elecciones <>-- para que participara en una mesa redonda. Acepte por ver a los amigos y porque no puedo resistirme a nada que me proponga Marta, menos aun con su placa de sheriff. Tambien necesitaba que me diera el aire. Llevaba mas de un ano sin escribir, porque me habia convencido de que mis novelas eran como los inventos del profesor Bacterio: o no funcionaban o, si lo hacian, era siempre en contra del lector. La mesa redonda, que tuvo lugar el viernes 4 de noviembre a las 21:30, se titulaba <>, y el programa (que conservo) la presentaba asi: Hace veinte o treinta anos coincidieron en las aulas y en el bar de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Autonoma de Madrid cuatro muchachos que se han convertido en figuras centrales de las letras espanolas por su labor docente y literaria. Javier Azpeitia, Eduardo Becerra, Antonio Orejudo y Rafael Reig reviviran viejas conversaciones y sus temas de interes de ayer y de hoy. Me recordo a los dibujos de mi infancia, las Merrie Melodies, que se anunciaban como <>. Quiza fuera intencionado y Marta Sanz queria insinuar que nuestros <> son propios de los dibujos animados. Baje temprano a Madrid en el autobus de linea, el 684 de Larrea, decidido a administrarme en el oportuno bar la anestesia necesaria para afrontar la intervencion. Contra todo pronostico, la charla sobre el exito y el fracaso, sobre la lealtad y la traicion, no solo me parecio entretenida, sino que me devolvio las ganas de escribir. Esa noche dormi en Madrid y volvi a casa a mediodia, y al dia siguiente me levante, como siempre, a las cinco de la manana. Desayune y me di una ducha que termine con agua fria, hasta que empezo a salir el agua de <>, como se dice en el pueblo con tono solemne e intimidatorio. Aqui el agua siempre sale del grifo muy fria, te deja los dedos morados, pero llega un momento en el que aparece de pronto un agua heladora que viene de la remota tuberia profunda, soterrada bajo el nevero perpetuo de la montana, y que puede hacer que se te pare el corazon de golpe. Eso dicen en Cercedilla. Llevaba tanto tiempo resistiendome a escribir, que el ordenador se nego a arrancar. Por eso me fui a escribir a mano en el barril. David, el amigo informatico que todos tenemos, probo el <>, que no funciono, y me dijo que iba a buscar un <>. Segun me explico, el ordenador almacenaba el estado del sistema en varias fechas a las que podia retroceder para ponerse en marcha tal y como se encontraba entonces. Lo que hubiera sucedido a partir de ese momento, desapareceria --programas, archivos, documentos-- y volveriamos atras (sin memoria ni deseo) para empezar de nuevo. La idea me parecio sugerente. Igual que los ordenadores, quiza nosotros tambien establezcamos hitos en el tiempo, a los que volver cuando ya no seamos capaces de seguir adelante: antes de la primera novia, de la primera claudicacion, del nacimiento de un hijo, de la muerte de un ser querido. Como era previsible, la mesa redonda me transporto a uno de esos instantes: antes de terminar la carrera, cuando todos eramos genios y todavia inmortales. En mi caso, ese estado se prolongo un ano mas, porque obtuve una beca como lector en la Tufts University, en Boston, donde pude seguir siendo inmortal y un genio, mientras mis companeros preparaban la oposicion a secundaria y daban clases particulares o repartian pizzas en motocicleta para poder hacer el doctorado. Treinta anos despues, ya calvos, mediocres y mortales, con barrigas, canas y ojeras, arrastrando los pies y llevando a cuestas divorcios, hipotecas, deudas y sinsabores, nos fuimos encontrando en la famosa Pecera del Circulo, junto a la mujer desnuda esculpida por Moises Huerta y bajo los lienzos del techo pintados por Jose Ramon Zaragoza. Era dificil no mirar aquel cuerpo de marmol, tendido a nuestros pies en una postura muy poco natural, y con los ojos cerrados. No esta dormida, nos dijo Chavi Azpeitia: esta muerta. En mi familia todos tenemos dibujos de Zaragoza, que era de Cangas de Onis y debio de ser buen amigo de mi abuelo Benito. Sus pinturas, demasiado clasicas, sin duda se parecen al modelo y son --como tantos matrimonios-- fieles pero aburridas. De los dibujos lo que llama la atencion es que todos los que tenemos son de hombres desnudos. Alli, mirando con timidez el hermoso cadaver y las acartonadas pinturas, estabamos la presunta generacion de los sesenta, que casi nunca ibamos al Circulo de jovenes. En los ochenta aquello era poco mas que un casino de provincias, cuando decidieron resucitarlo con una primera medida decisiva: cobrar la entrada. A veinte duros. Y por supuesto funciono, aunque nosotros siguieramos yendo al Deportes (que estaba al lado de la editorial Cambalache), al Casa Riera, al Galdos o a tabernas como La Dolores. Si existiera una <> (pero no es mas que una conjetura), su caracteristica mas sobresaliente tendria que ser nuestra inoportunidad. ?Que clase de jovenes sonarian con ser novelistas cuando la literatura ya habia perdido toda relevancia social? Los ultimos que llegaron a tiempo fueron los que tenian diez o quince anos mas que nosotros: Javier Marias, Munoz Molina, Millas, Mendoza, Llamazares... Con veinte anos, en los ochenta, les vimos triunfar, pero no nos dimos cuenta de que eso nunca iba a volver a suceder. Debiamos de ser los tontos de la clase, el peloton de los torpes, porque el resto de los jovenes de nuestra edad no querian ser escritores, sino cantantes, directores de cine, arquitectos o simplemente ricos. Si existiera esa generacion (pero insisto, se trata de una idea de bombero), habria que llamarla <>, siempre estuvimos, como dice el diccionario, <>. Asi nos va. Nuestros predecesores aguantan el tipo como pueden, a sabiendas de que son un anacronismo. Miralos: uno escribe a maquina y se comunica por fax, otro se hace pasar por neoyorquino de Brooklyn con acento andaluz, otro se mete en armarios empotrados que dan a su otro yo... En fin, se comportan como cunados con una copa de mas en la boda de su hermana, o como filatelicos obsesos y empecinados. ?Y nosotros? No somos mas que un hatajo de acreedores, se nos debe la gloria y vamos reclamandola por los rincones. Nuestras novelas pertenecen todas al mismo genero literario que los cartones que ponen los mendigos al lado de su manta: pedimos una limosna de gloria contando nuestra triste vida, y lo llamamos autoficcion. Eso somos las <> que escupiamos en corro <>. Salvo por la ausencia de torres de vigilancia, aquella Universidad Autonoma de Madrid era identica a una prision provincial de grises muros de hormigon, aislada y laberintica, con patios interiores y escaleras supernumerarias que dificultaban la huida. La blanda hierba que decoraba el campus tambien le daba --combinada con la arquitectura penitenciaria-- ese aspecto de inocencia simulada que caracteriza a los laboratorios farmaceuticos y a los emplazamientos militares secretos. Lo mas acogedor era el bar de la Facultad. !El inolvidable bar de Juanjo! Con la no menos inolvidable tortilla de patatas en olla que hacia Mercedes, la mujer de Juanjo. Aquellos eran los tiempos, primera mitad de los ochenta, y en el bar de Juanjo habia parejas de literatos discutidores: Gerena y Echevarria, al que llamabamos Echabarriga, Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra, Pepe Ridao y Juan Blazquez, y Orejudo y yo. Ninguno esperabamos cumplir los treinta: moririamos jovenes, como los heroes, fulminados por nuestro propio talento, igual que el olmo viejo hendido por el rayo (y en su mitad podrido). Juan era el mas ambicioso de todos: bebia ginebra por las mananas y ni siquiera confiaba en cumplir los veinticinco. El bar tenia una barra en forma de ele; el lado corto acababa junto a una ventana que daba a la entrada principal; el largo recorria la sala hasta una pared, tras la que estaba la estacion de tren. En las otras dos paredes habia repisas para dejar las copas, los cafes o los botellines, y para apoyar el codo con displicencia y la cadera dibujando esa curva caracteristica de Praxiteles. El pequeno espacio de barra junto a la ventana era el lugar privilegiado, que ocupaban siempre los modernos, palidos, ojerosos, recien exhumados de sus tenebrosas sepulturas en el Penta, la Morasol, el Morgenstern o el Rock-Ola. Los plumiferos nos repartiamos el resto: Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra en el otro extremo de la barra, Echabarriga y Gerena en la repisa mas cercana a la puerta; Orejudo y yo en el angulo de la ele; Blazquez y Ridao, al lado de la entrada: todos incansables en nuestra liturgia de bendiciones y maldiciones. !Tolstoi es Dios! Mejor Dostoievski: !es el Demonio! !Clarin es un estrenido! !Las novelas de Galdos huelen a repollo, como un descansillo de escalera! !Neruda es mas plomo que el catastro! !Pues anda que Vallejo: un indio deslumbrado por las baratijas del simbolismo frances! Y asi cada manana. ?De que hablabamos? De nosotros mismos, todo el tiempo, de la identidad que intentabamos construirnos. Por eso eramos tan categoricos --estabamos dando palos de ciego-- y por eso estabamos tan impacientes: !teniamos los dias contados! Y sin embargo Azpeitia y Becerra siguen vivos (uno es un escritor bastante reconocido y el otro es catedratico), y viven tambien Echabarriga (alto cargo en una multinacional de fabricacion y distribucion textil) y Gerena (que fue actor y periodista, y ahora arregla el pais en las tertulias de la tele); y vive y publica libros Pepe Ridao (aunque ahora se llame Jose Maria y sea embajador, ademas de un ensayista importante), por no hablar de Orejudo y de mi, que insistimos en publicar novelas, pero cada vez mas cansados, porque ya solo hablamos de nosotros mismos, incapaces de encontrar nada de mayor interes. El unico que murio --pero no antes de los veinticinco-- fue Juan Blazquez, que tantas ambiciones tenia, el primero que publico una novela, aunque ya no volvio a escribir jamas hasta su muerte, de una cirrosis devastadora, a la edad de Garcilaso y sin ninguna gloria, salvo la de ser recordado por sus amigos treinta anos despues en la barra de un bar, a partir de la tercera copa. Alli los que queriamos ser escritores nos vigilabamos unos a otros. ?Y si alguno de pronto iba y escribia la gran novela de nuestro siglo? Esa era la amenaza, y a mi entonces lo que mas me aterrorizaba era que la escribiera Antonio Orejudo. Durante varios anos fuimos inseparables. Mas que amistad, se trataba de una folie a deux que ambos alimentamos, no tanto por espiritu de cooperacion, sino sobre todo porque ninguno estabamos lo bastante locos como para mantener el delirio por nuestra cuenta. Convertirse en novelista es como atracar un banco o cometer un crimen: se necesitan complices. Asi sucedia con Gerena y Echabarriga, con Chavi y Eduardo, con Ridao y Juan, y con Orejudo y conmigo. Solo he conocido a alguien lo bastante chiflado y con tanto ego como para intentarlo en solitario: Benavides. Una vez, seria por el 86, tras el referendum de la OTAN, en el semaforo de la calle Sagasta, a punto de cruzar hacia la taberna de Araceli, Jose Carlos Benavides nos revelo a Orejudo y a mi que el iba a ser <>. Tal cual. Casi nos atropellan, porque nos quedamos paralizados, mudos de admiracion, e intercambiamos esas miradas que indican que uno se halla por fin en presencia de un autentico orate. Benavides compaginaba Derecho y Filologia, asi que poco despues afirmo que Tomas y Valiente queria que, en su momento, le sustituyera en el Tribunal Constitucional, y luego que Lazaro Carreter le estaba tanteando para la Academia Espanola. Todo lo decia con el aplomo de los lunaticos: era fascinante. Y siempre actuaba solo, como un agente secreto o un francotirador. Durante un tiempo fue secretario de Estado de Cultura y ya no se por donde andara ahora: quiza haya remplazado a Lola Flores, a Tina Turner o a la madre Teresa de Calcuta --nada estaba fuera de su alcance-- o quiza este dando alaridos encerrado en una gavia. Orejudo y yo colaboramos para convencernos el uno al otro de algo no menos disparatado que las salidas de pata de banco de Benavides: que ambos ibamos a cambiar el curso de la literatura universal. Juan Blazquez en cambio no representaba una amenaza para nadie por una razon obvia: follaba demasiado. Gustaba a las chicas, las volvia locas, como si acabara de despertarlas de un profundo sueno en pleno dia, o tal vez de rescatarlas de una pesadilla. Tenia ojos azules, labios grandes y abultados, un flequillo rebelde que atravesaba la frente buscando un atajo, y cara de nino bueno, interrumpida de pronto por una sonrisa esquinada y provocativa que parecia decir: se lo que quieres, aunque tu todavia no lo sepas, y te lo voy a dar. Esa sensacion de peligro inminente --?quien no prefiere seguir ignorando su deseo oculto?-- debia de ser lo que les gustaba de el: el fondo pantanoso de sus labios bajo el agua diafana de su mirada. ?Que necesidad tenia de escribir novelas, si ya era tan atractivo? Ademas, para tener exito en los ochenta, bastaba con declararse cantante, actor, pintor o disenador; ya no era necesario ni aconsejable encerrarse a escribir cientos de folios que nadie iba a leer de todas formas. Los plumiferos nos habiamos convertido en mamarrachos, nos dabamos mucha importancia, pero actuabamos como exploradores polares cuando los polos --y la misma Antartida-- ya estaban repletos de McDonald's y cajeros automaticos. Mis unicos amigos no plumiferos eran los del club de ajedrez que formamos algunos de la Facultad, el club Al Paso, con el gran Ostolaza de presidente, el gordo Tomas, Macarena, Escalona y Carmen Avellan (a la que quise tanto y me dejo sin mas por Jaime Escalona). A Juan Blazquez mis amigos ajedrecistas le causaban bastante asombro: se negaba a creer que quisieran --tal y como afirmaban-- llevar vidas normales y corrientes. Estaba convencido de que esas vidas siempre desembocan en diverticulos en el colon, en la ominosa tos improductiva o en una inflamacion cronica de los tobillos. No eran mas que una perdida de tiempo, del buen humor y de la circulacion de retorno, eso decia, con su vaso de ginebra en la mano. Nosotros creiamos que solo se hacia escritor el que no tenia mas remedio. Si no tienes cuentas pendientes con el mundo, no te pones a escribir novelas. Eso es lo que les faltaba tanto a Juan como a Benavides: la inagotable energia del rencor. A final de cuarto Blazquez ya empezo a dejar de tener encanto. Cuando volvia del bano no era raro que trajera el pantalon manchado de pis, vomitaba en las fiestas o se quedaba dormido; y sus comentarios puede que siguieran siendo agudos, pero apenas se entendian tras la segunda ginebra. Nada mas terminar la carrera, se caso con Ines Baraona, una chica de provincias bastante pavisosa, y dejo de escribir. ?Por que dejo de escribir? Frente a una pregunta como esa hay varias respuestas posibles. La mas natural y razonable es otra pregunta: eso depende de para que escribiera. Otras opciones son: porque tenia otras cosas que hacer. Porque se aburria. Porque no recibio la recompensa que esperaba. Porque le parecia un esfuerzo excesivo. Porque prefirio la ginebra. Porque no se le ocurria nada. Ademas, ?que tiene de misterioso que alguien deje de escribir? Escribir no es tan importante. Todo el mundo deja muchas cosas: una carrera universitaria, a su pareja, de comer carne, una ciudad, de fumar, de llevar corbata o de ponerse vaqueros; pero nadie se preocupa, intrigado, de por que Fulano habra dejado de jugar al parchis, a las damas o a la petanca. En la Pecera le preguntamos a Azpeitia como sabia que la mujer de la escultura estaba muerta. Lo se, aseguro: y todos la conoceis. Creo que no fui el unico que se sintio acusado, tambien quiza culpable. ?Quien es?, pregunto Becerra, y en ese momento la comisaria Sanz nos aviso de que teniamos que empezar la tertulia. Al salir de alli ninguno pudo evitar mirar hacia el suelo, a la mujer desnuda, pero a mi me dio verguenza o quiza preferi despedirme, mirando al techo, de los tres tristes lienzos del amigo de mi abuelo: El Amanecer, El Dia y La Noche.

  • Cicatrices de charol de Berta Pichel

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  • El Albatros y los piratas de Galguduud de Federico Supervielle Berges

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    Los campamentos piratas que salpican la costa de Somalia amenazan con secuestrar cualquier barco que se les acerque pero los paises desarrollados no parecen capaces de hacer frente al problema. La industria energetica mundial esta al borde del colapso. ?Podra un hombre de negocios enfrentarse a los piratas? ?Sera capaz el fallido estado somali de controlar su propia costa?

  • Timantti de Rebeca Stones

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  • La idiota de Elif Batuman

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    El debut novelistico nominado al Pulitzer sobre el gran desafio que supone llegar a la edad adulta.

  • El Secreto de La Belle Nuit de Maite R. Ochotorena

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  • Saque directo al corazon , Loles Lopez Bermejo de Loles Lopez

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  • Leyendas del Sexo de Gema Perez

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    Estas frente a una coleccion que incluye 10 libros escritos por Gema Perez.
    A continuacion te dejo los titulos de las obras:

  • Preguntame por que eres tu de Alejandra Beneyto

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    Christina esta casada con su trabajo como estudiante de doctorado. Christina conoce a Harry, que tiene en su mano la decision de financiar su investigacion. Harry es cautivado por Christina, y hara lo imposible por convencerla de que romper su regla de no involucrarse con nadie del mundo academico no es un error.Harry y Christina se acercan y se separan, pero el no dejara que las cosas se queden de esa manera.Paralelamente, Matt se encuentra con Kate. Kate no soporta a Matt y Matt pierde los papeles cuando ella esta cerca.

  • Resilience de Noelia Jimenez Sanguesa

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    Arizona! Vamos a llegar tarde, otra vez. La voz de George, mi hermano cuatro anos mayor, suena mas cansada de lo habitual. Nuestros padres murieron hace una semana en un accidente de trafico. Un conductor ebrio los desvio de la carretera provocando que el coche cayera por un acantilado. Los equipos de rescate no pudieron salvarles. Desde entonces, no somos los mismos. Nuestra vitalidad y alegria parece que se ha marchado con ellos. Nuestra vida cambio por completo en ese preciso instante; cuando recibimos la llamada de la policia para anunciarnos que, a causa de la profundidad a la que habian caido, no habian podido sacarlos del coche antes de que explotase quitandoles toda probabilidad de sobrevivir. Segun la autopsia, la que tardamos varios dias en recibir a causa de lo dificil que fue llevarla a cabo, no murieron en la caida, sino cuando el vehiculo estallo en llamas. Cualquiera de nosotros hubiese preferido no saber que nuestros padres estuvieron vivos durante horas, manteniendo la esperanza de ser rescatados hasta que la explosion acabo con sus vidas. Lo perdimos todo, incluso las ganas de seguir luchando. Un hombre, cansado de vivir, provoco que mis hermanos y yo hayamos quedado huerfanos y tengamos que pelear dia y noche para salir adelante. Por suerte, y digo por suerte porque podria haber sido mucho peor, mi hermano con veintiocho anos y yo, con veinticuatro, hemos conseguido que nuestra hermana pequena, de tan solo seis anos, no vaya a una casa de acogida hasta que le encuentren una familia; su familia somos nosotros. Hemos tenido que luchar con garras y dientes para convencer a todo el mundo de que estamos capacitados para hacernos cargo de ella, no hubiesemos soportado una perdida mas; ninguno de los tres. Han sido dias muy dificiles para nosotros, pero para Issy han lo han sido mucho mas. Sus gritos se oyen por toda la casa cada noche. Tiene unas horribles pesadillas donde nuestros padres aparecen para llevarsela con ellos y asi cuidarla. En esos suenos, ellos le repiten una y otra vez que fue un milagro concebirla y que no pueden dejarla a nuestro cuidado porque no sobreviviria. Es cierto que mi hermana nacio cuando mis padres pensaban que no podrian tener mas hijos a causa de un problema en los ovarios de mi madre, por lo que Issy crecio escuchando que era un milagro, algo que tenian que cuidar y proteger por encima de todo, y ahora esas palabras se repiten en sus suenos. Cada noche, Issy se mete en mi cama entre llantos y temblores, diciendome que sera buena si no permitimos que nuestros padres la separen de George y de mi. Hoy tenemos que acudir por tercera vez al abogado para acabar de arreglar los papeles de la custodia de Issy, esos que declararan oficialmente que puede quedarse con nosotros, y me cuesta salir de la cama, pero ver el relajado rostro de mi hermana mientras duerme sobre mi almohada me anima a hacerlo. Tengo que seguir adelante, por George, por Issy y por mi misma. No puedo dejar que el dolor de la perdida acabe con nosotros; mis padres no lo hubiesen querido asi, ellos siempre buscaban la mejor manera de hacernos felices e intentaron convertirnos en personas invencibles, ahora somos nosotros quienes tenemos que seguir con ese aprendizaje y no rendirnos. --Issy --sacudo levemente el hombro de mi hermana, intentando no asustarla ni sobresaltarla. Ultimamente me cuesta mucho despertarla sin hacerlo--. Cielo, tienes que despertar. George y yo tenemos que irnos, asi que vistete para que podamos llevarte a casa de los Connor, ellos cuidaran de ti hasta que volvamos. Nuestros vecinos, una pareja de ancianos que perdio hace anos todo lo que tenian, se ofrecieron a ayudarnos en cualquier cosa que necesitasemos. Durante esta ultima semana, han estado cuidando de Issy cada vez que George y yo hemos tenido que reunirnos con el abogado. Tambien nos han hecho la compra y preparado las comidas para que no tuviesemos que cocinar. Hemos intentado devolverles todo lo que han gastado en nosotros, ya que tanto George como yo tenemos trabajo, pero no han querido aceptar nuestro dinero. Segun ellos, es lo minimo que pueden hacer despues de todo lo que nuestra madre hizo por ellos. Sefora, nuestra madre, era psicologa, una de las mejores, y estuvo tratando a Barbara durante muchos anos despues de que su unica hija muriese a causa de un cancer de mama contra el que estuvo luchando durante varios anos hasta que no pudo resistirlo mas. No paro hasta que consiguio que Barbara volviese a sonreir y Parker dejase de desaparecer todas las noches en busca del espiritu de su pequena, con la esperanza de darle la paz que no habia podido darle en vida. Segun ellos, le deben la vida y piensan cuidar de nosotros, aunque saben que podemos valernos sin ayuda de nadie. --No quiero... --Issy empieza a sollozar y se agarra con fuerza a mi camiseta, cada vez le cuesta mas quedarse con los Connor, ya que teme que no volvamos a por ella--. Tengo frio. --?Quieres que te lleve en pijama? Sabes que a Parker le encanta tu camiseta de ositos --Issy niega repetidas veces y se tapa con la sabana, intentando supongo protegerse de mi--. ?Y si le damos una sorpresa? --retiro un poco las sabanas para besar su frente con suavidad e Issy me mira, asintiendo emocionada poco despues--. Muy bien, voy a convertirte en un burrito entonces. ?De que sera esta vez? ?De pollo o ternera? --!Pollo! --grita entusiasmada mientras sale corriendo de la cama para coger una manta que extiende en el suelo como puede y en la que se tumba bocarriba cuando lo tiene todo listo--. Preparada. --Muy bien, vamos alla. Puede parecer un juego estupido y sin sentido, pero en estos momentos cualquier tonteria que le saque una sonrisa a mi hermana y consiga evadirla de la realidad es bienvenida. Haciendo como si echase sazonador y varios ingredientes sobre su cuerpo, le hago cosquillas mientras finjo rebozarla y la envuelvo con la manta, que tiene la funcion de tortita de maiz. Cuando esta lista y llorando de la risa, me visto con rapidez y la cojo en brazos para dirigirme con ella al salon. --George, voy a llevar a Issy a casa de los Connor --mi hermano nos mira y muestra una sonrisa sincera, una que ultimamente muestra solo con nosotras--. ?Me esperas en el coche? --Claro, pero no se si puedo dejar que te lleves ese burrito sin darle un bocado primero. Tengo que asegurarme de que esta perfecto para los Connor --Issy empieza a reir y a revolverse en mis brazos cuando ve que George se acerca a nosotras y le muerde una mejilla, arrancandole un fingido grito de dolor a la pequena. Despues, le besa la frente y con mi hermana aun en brazos abandono nuestra casa, esa que alguna vez fue nuestro hogar. --!Vaya! ?Que nos traes hoy Arizona? --el senor Parker nos esta esperando en su porche, mirando a Issy con una sonrisa. --Les traigo un burrito de pollo, anoche estuve cocinando y pense que les gustaria probarlo -- miro a Issy y le guino un ojo. Ella sonrie y esconde la cara en la manta, intentando que nadie la vea.--Mmmm, me apetece mucho --coge a Issy como puede, mi hermana empieza a pesar y Parker con setenta anos ya nota los achaques de la edad. Aun asi siempre le da lo que necesita y cuando lo necesita. La verdad es que tanto el como su esposa, tienen muy buena mano con los ninos y a Issy le encanta pasar tiempo con ellos. Mi hermana se revuelve un poco en sus brazos y se le escapa la risa--. ?Pero que? --Parker la deja en el suelo y desenvuelve la manta, provocando que Issy estalle en carcajadas--. !Pero si es mi pequena Issy! !Esto es mejor que un burrito de pollo! Barbara se asoma y hace un gesto de asentimiento, indicando que me puedo ir tranquila. Les dejo la mochila que prepare la noche anterior con algo de ropa, juguetes y libros de mi hermana y me alejo antes de que Issy se de cuenta y empiece a llorar. Le encanta estar con ellos, si, pero desde que murieron nuestros padres cada vez tiene mas miedo de que no volvamos a buscarla. Una vez en el coche con George, este lo pone en marcha y nos dirigimos al centro de la ciudad para reunirnos con el abogado y terminar de una vez con los tramites de la adopcion. En unas horas, Issy pasara a ser totalmente mia y tendre que responsabilizarme, mas si cabe todavia, de darle una buena educacion y procurar que siempre sea feliz.

  • Quedate este dia y esta noche conmigo de Belen Gopegui

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  • Perdido en tu piel (Un amor para siempre) de Isabel Acuna

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    Michael Donelly y Lori Stuart, se encuentran despues de siete anos de tomar rumbos separados. Sobre ellos pesa una noche que le cambio la vida a Lori y de la cual Mike no recuerda nada. Inmersos en un proyecto laboral, Mike no entiende la animosidad de la que considera su amiga. Lori teme volver a caer en la profunda atraccion que sintio por el.

  • Trece Fantasias 1 (STEEL) de Rose Gate

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    El libro que pondra a prueba si eres capaz de abrir tu mente hacia el sexo.

  • Mirarse de frente de Vivian Gornick

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    En Mirarse de frente, Gornick convierte el recuerdo de su experiencia como camarera en los Castkills no solo en una agridulce aproximacion al deseo juvenil y los trabajos veraniegos, sino en una indeleble toma de contacto con las desigualdades de clase y de genero. Su periplo como profesora visitante por varias universidades estadounidenses le sirve para trazar una maravillosa y tragicomica radiografia del paisaje academico como suplicio para el espiritu: comunidades aisladas, con sus ritos y rencillas, con su peculiar dinamica de soledad y sociabilidad donde el alma se enmohece rodeada de seres solo en apariencia afines. En estas irresistibles vinetas, Gornick vuelve a ofrecernos la singular mirada – valiente y feroz, empatica y siempre de frente- con la que encara el mundo.

  • La memoria de la lavanda de Reyes Monforte

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    Reyes Monforte, autora de Un burka por amor y Una pasion rusa, regresa con una gran novela sobre la perdida, el duelo, el amor y la esperanza.

  • Biografia de un cuerpo de Monica Rodriguez

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    El cuerpo manda. Obliga, es un tirano. Lo miro en el espejo a traves del vaho. Largo, recien amoldado a esta corpulencia que me desconcierta. Las costillas marcadas, los musculos del vientre esbozados por lineas oscuras, el ombligo. Aun las gotas de agua lo cubren. Pequenas constelaciones detenidas en la pelusa. El grifo gotea; su sonido metalico es un martilleo ritmico que no quiero escuchar, pero que escucho. Los azulejos del bano estan empanados. Bajo la neblina del vapor, contra el espejo, destellan los muslos dorados, casi blancos, el sexo entre las piernas, encogido sobre la mata oscura. Las rodillas formando un pequeno arco. Agacho la cabeza y me detengo en esa vision desde arriba. Estas no son mis piernas. Ni ese pene languido, acobardado como si no fuera un tirano, me pertenece. El vello de mis piernas sombrea la piel humeda, las gotas prendidas en los pelos, aplastados bajo el peso del agua. Son extranos vistos desde esta perspectiva. ?De quien seran esas piernas? ?Y esos pies grandes, de hombre? Levanto los dedos y se marcan los tendones como si alguien tirara de una cuerda. La piel se vuelve mansa, lisa, casi deslumbrante por los talones, los costados. Miro tanto esos pies que ya no parecen pies. Me fijo en sus dedos grandes, que debo domar y doblar, estirar. Me pongo de puntillas, desciendo. Hay un pequeno charco en las baldosas, bajo mis plantas. Y la gota del grifo. Clin, clin, clin. Vuelvo a levantar la cabeza. El espejo se ha empanado lo suficiente para que solo vea un borron de ese cuerpo. Esa pincelada impresionista soy yo. Froto el espejo con la palma de la mano. Mi rostro aparece en el agujero del vaho y se que es mio. Lo distingo porque lo he visto muchas veces en este mismo espejo, su imagen especular, ahora distinta, mas angulosa, menos dulce, con un ligero vello sobre el labio superior. Pero, aunque haya cambiado, hay algo que es solo mio, que soy yo, un punado de gestos, esa mirada hosca, timida, confusa, enmarcada ahora por las pestanas mojadas. No se que es, no se que soy yo, pero estoy ahi, en ese rostro, que hasta hace poco era suave y blanco como la piel de una cebolla. Sonrio. Los brillos metalicos de los hierros esconden mis dientes. Muevo la boca y siento el rozamiento de los brackets, paso la lengua por ellos. Todavia tengo que acostumbrarme a su presion. El agujero del espejo comienza a empanarse de nuevo. Voy desapareciendo y eso me provoca un pequeno vertigo. Entonces empiezo a tiritar. Tengo frio. Mi cuerpo tiene frio. Manda, me obliga a envolverme en la toalla. Me siento en la taza del vater. Sigo tiritando, pero no voy a vestirme, no voy a obedecerle. Miro el desodorante sobre el lavabo. El cuerpo grita cuando suda. Pero ahora tiene frio y no voy a moverme, no. Golpes en la puerta. Me sobresalto. !Haz el favor de salir del cuarto de bano! La voz de mi madre. Estoy harto de someterme siempre. El cuerpo, los adultos. Resistire aqui sentado, tiritando. Clin, clin, clin. Tengo la piel helada, como si una plancha metalica me envolviera. Los musculos tensos de tanto soportar el frio. Las plantas de mis pies mojadas son un trozo de algo que ya no siento, pero son mis pies. Mis pies. Mi torso. Los labios tiritando. El frio. Ya no lo soporto. El cuerpo gana y me envuelvo en la toalla. Salgo del cuarto de bano. Tambien mi madre, que espera fuera impaciente, gana. 2 Soy un dios alojado en el cuerpo de un toro. 3 Estira mas. No puedo. Claro que puedes. Estira. Lo hago. Te tiembla la pierna, no pongas tanta tension. Lo intento. No hay que intentarlo, hay que hacerlo. !Estira! Noto como el sudor nace en mis sienes, en mis axilas. Mis mejillas empiezan a arder del esfuerzo. No puedo controlar la tension, la pierna me tiembla ligeramente. Si me relajo deja de hacerlo, pero entonces no la estiro lo suficiente. Me concentro en el pie, en toda la fuerza del pie, y tiro de el hacia arriba. El muslo ya no aguanta mas. La pierna cae desobediente. ?Quien te ha dicho que la bajes? La profesora se ha vuelto hacia mi. Grita, golpea el suelo con uno de sus zapatos elasticos y negros. De inmediato, trato de subirla de nuevo. Noto el hormigueo de la tension. Ella se acerca, me sostiene la pierna por el tendon de Aquiles, con firmeza. La misma que desprenden sus ojos inflexibles. La levanta. Cuidado con la cadera. Controla el peso. Lo hago. Siento las fibras del musculo interno tirando. Rita, la profesora, suelta la pierna, que se baja ligeramente. Trato de sostenerla, sudo. Me inclino hacia la barra. Mi mano se aferra a ella con demasiada fuerza. Puedes hacerlo mejor, dice. Rita cambia de ejercicio, se pasea por la clase. Coloca un hombro, sube una barbilla. Pasa el dedo por la columna vertebral de una espalda que de inmediato se estira. Del cansancio veo la clase borrada por una leve neblina, las luces en el espejo. La profesora detenida frente a Alex asintiendo, el borron del piano negro, abierto como un feretro, en una esquina de la sala. Muy bien, Alex. Dos palmadas. Centro. Nos colocamos todos frente al espejo. Hay un ligero murmullo, mientras vamos buscando nuestras posiciones. Mi maillot esta sudado. Siento la humedad en la espalda. Clara me mira y sonrie, y algo se encoge dentro de mi. Ella se coloca en segunda fila. Yo trato de ponerme en la primera, no en el centro, en un lateral. Rita esta seleccionando la musica con el pianista. Alex esta en el centro y resopla mirandome complice. Nos colocamos. Veo las figuras en el espejo, todos con las espaldas muy rectas, la cabeza alta, los monos tirantes, los maillots sudados. Respiramos. Me detengo en mi imagen. Ese es mi cuerpo. Lo noto, pulsa dentro de mi, aulla cansado. Dolorido. Por un instante lo vuelvo a ver como un extrano. Un extrano que me lleva la contraria, me reta. Cierro los ojos y vuelve a ser mio. Necesito este dolor para domarlo. Para bailar. Me gusta este dolor. Adagio, dice Rita. Cuando quieras, maestro. Yo abro los ojos. El piano empieza a sonar, las notas caen como nudos de luz por el aula. Levanto un brazo... 4 ?Estas bien? Claro, por que lo dices. No se, te he visto raro en la clase. Cansado. No estoy cansado. ?Vienes a comer? Ahora voy. Te cojo sitio. Veo a Clara alejarse hacia los vestuarios, con la mochila al hombro. El corazon me golpea como cuando termino de hacer los saltos. Sin que yo pueda controlarlo. Tan rapido, tan violento. Golpes de animal vivo. Pero este fluir me gusta. Me hace sonreir y me asusta a un tiempo. Es Clara la que lo desencadena. Ella me dice que me reservara un sitio a su lado en el comedor y abre la compuerta. El torrente del pulso precipitandose. Clara manda sobre mi cuerpo. Entro en el vestuario de chicos. Alex sale de la ducha, desnudo, dejando un reguero a su paso. Se seca con la toalla el pelo humedo. Por un momento admiro su cuerpo. Es perfecto para la danza, tiene flexibilidad, empeines, potencia. Alex, muy bien. Alex, perfecto. Alex, si sigues asi, seras un gran bailarin. Alex, repitelo, que te vean todos. Alex. Alex. Alex. Agita la cabeza y su pelo en hebras castanas y rubias, del color del tabaco, desprende diminutas gotas, como una aureola. Entonces posa sus ojos, tambien rubios, en mi y vuelvo la vista hacia los banos, avergonzado, en un movimiento brusco. Simon y Manuel ya estan vestidos, el pelo empapado y negro, repeinado hacia atras. Me miran a traves del espejo cuadrado, incrustado en la pared. Desparejos: Simon, muy alto; Manuel, bajo. No te va a dar tiempo a comer si no espabilas, tio. Encojo los hombros. Mi corazon ya se ha calmado. Pienso: Clara, y esta calmado. Pero las comisuras de mi boca se dilatan en una sonrisa que provoca su nombre. La contengo mientras miro como Simon se echa colonia. Pero que haces, marica, eso huele que apesta. Manu le quita el bote, se pelean de mentira. Se insultan, se dan algun golpe en el biceps y salen del vestuario arrastrando las mochilas, a voces, riendo, las tarteras colgadas del hombro. ?Te espero? Alex me mira mientras se pone la cazadora. Inclina la cabeza ligeramente. Tiene el rostro redondo, aun imberbe, y su belleza es deslumbrante, amarilla, de nina. No, digo. Me cogen sitio.