• libro mas alla de estas paredes - J.L. BERG

    https://gigalibros.com/mas-alla-de-estas-paredes.html

    Dicen que el amor puede superar cualquier obstaculo. Pero, ?puede realmente sobrevivir a la muerte? Se suponia que eramos felices. Felices para siempre. Tazas de chocolate, los pies descalzos en la arena y una vida plena donde todos nuestros suenos podian cumplirse. Ese era el futuro que el me habia prometido y en el que yo habia creido.Podia sentirlo, tocarlo con mis manos. Hasta que, de repente, todas nuestras ilusiones y esperanzas se esfumaron como arena entre mis dedos. Esta es la increible historia de amor de Lailah y Judas en “Mas alla de estas paredes”.

  • Más allá de estas paredes (Titania fresh) Tapa blanda - Amazon

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    Más allá de estas paredes (Titania fresh) : BERG, J.L., Quijada Vargas, Encarna: Amazon.es: Libros.

  • MAS ALLA DE ESTAS PAREDES | J.L. BERG | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-mas-alla-de-estas-paredes/9788416327546/6570650

    2 jul 2018 — Sinopsis de MAS ALLA DE ESTAS PAREDES . Segundo y último libro de la serie "Paredes". . El desenlace de la increíble y tierna historia de amor ...

  • Reseña: Más allá de estas paredes (Paredes #2) - Vorágine ...

    http://voragineinterna.blogspot.com/2018/07/resena-mas-alla-de-estas-paredes.html

    11 jul 2018 — La portada, como todas las de Titania, es una auténtica preciosidad, aunque la del primer libro me parece incluso más bonita. Tras los terribles ...

  • Más allá de estas paredes - -5% en libros | FNAC

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    Más allá de estas paredes, libro o eBook de . Editorial: Titania. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Reseña: 'Más Allá de Estas Paredes' de JL Berg - Érase Un ...

    https://eraseunlibro.blogspot.com/2018/08/resena-mas-alla-de-estas-paredes-de-jl.html

    27 ago 2018 — Esta es la increíble historia de amor de Lailah y Jude. Libros anteriores: 1. Entre Estas Paredes · photo Opinioacutenpersonal2_zps22a5d3b5.png ...

  • Más allá de estas paredes - Ediciones Urano España

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    • Segundo y último libro de la serie “Paredes”. • El desenlace de la increíble y tierna historia de amor entre Lailah y Judas, dos supervivientes. • JL Berg te ...

  • Más allá de estas paredes - J.L. Berg - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Berg-Ms-all-de-estas-paredes/57846

    6 sept 2018 — Segundo y último libro de la serie “Paredes”. • El desenlace de la increíble y tierna historia de amor entre Lailah y Judas, ...

  • MAS ALLA DE ESTAS PAREDES - JL BERG - Agapea

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  • MÁS ALLÁ DE ESTAS PAREDES - Librería El Águila

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  • Entre estas paredes de J.l. Berg

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    *Primer libro de la serie "Paredes"
    *Una increible historia de amor entre dos supervivientes.
    *JL Berg te emocinara y te hara sufrir a partes iguales.
    Entre estas paredes, el se convirtio en mi santuario, mi consuelo y mi fortaleza.
    No soy una chica fuerte. Solo una superviviente. Pero, ?acaso no es lo que intentamos todos, sobrevivir? Cada uno tiene sus propios problemas y sus circunstancias para salir adelante. Las mias nunca han sido muy buenas... Con un defecto cardiaco de nacimiento, he vivido mas entre las paredes de un hospital que en mi propia casa.
    Hasta que el aparecio, me sentia prisionera de mi enfermedad, me faltaba el aire... El piensa que se aisla del mundo con sus tatuajes y su aspecto de chico duro, pero yo puedo ver su verdadero yo.
    Me pregunto si Jude es la respuesta a mis oraciones o si acabara por romper del todo mi corazon.
    Mi nombre es Lailah Buchanan, y esta es nuestra historia. La de Jude y la mia. Una historia de esperanza, redencion y sacrificio hacia la persona que amas.

  • Para las amantes de la regencia de Varios Autores

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    Llega lo que todas las amantes de la novela romantica de regencia esperaban.

  • El corazon de Hade de Agustin Ezequiel Marco

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    En el desierto, lejos de cualquier civilizacion, se encuentra el castillo de Symbad, rey de los desiertos del norte del Sahara y legendario asesino. Symbad tiene una hija llamada Hade, de inigualable belleza y la chica mas deseada del reino. Hade, cansada de su rutina, decide escaparse del castillo, pero es atrapada por Hermes, un guardia que esta enamorado de ella. Este la lleva ante Symbad esperando ser recompensado, sin embargo, Symbad lo manda a limpiar las caballerizas, ya que Hade habia llegado casi fuera de la ultima muralla del castillo, algo considerado gravisimo para Symbad, quien toma a la chica y la encierra en su habitacion por tres dias sin agua ni comida. La joven esta casi moribunda cuando al tercer dia el mismisimo Symbad lleva agua a la prisionera. No nos olvidemos que esta historia transcurre en el desierto. --?Aprendiste la leccion? --pregunta Symbad. --Eres un tirano --responde la cautiva. --Fuera de esas murallas no te puedo proteger --indica Symbad apuntando por la ventana a los muros. --No me puedes controlar --comenta Hade, quien se muestra totalmente indiferente. --Eso es una selva --grita Symbad. --Dejame juzgarlo por mi misma --responde Hade medio desesperada. --?Y perderte de la misma manera que perdi a tu madre? --indica Symbad--. Son animales, la mataron. Hade se pone a llorar agarrada a su almohada. Symbad la mira desde la distancia y se dirige a la puerta. --Te espero para la cena --dice Symbad--. Vistete bien, tenemos invitados. --No quiero ver a nadie --dice Hade entre sollozos apretandose mas contra la almohada. --Eso no me importa --responde Symbad con tono severo. --?No puedo comer aca? --pregunta la chica. --No --responde rotundo Symbad. --?Por? --Quiso saber Hade. --Vienen a verte a vos --respondio Symbad. --?No puedo salir del castillo pero si casarme? --replica Hade enojada. Symbad, sin mas, sale del cuarto, entonces Hade se pone a llorar. En un comedor amplio lleno de ventanas, en el centro se encuentra una mesa enorme llena de abundante comida. Sentado en uno de sus extremos se encuentra Symbad, vestido con un elegante traje de seda e hilos de oro. De un lado estan sentados Sebastian, un jeque amigo de Symbad, y su mujer Estela, igual de elegantes pero sin opacar a Symbad. En el otro lado se encontraba el joven Shamir, quien elegantemente vestido, venia a cortejar a Hade. La chica ya estaba cansada de tantos cortejos, pero por orden del padre Hade debia aceptar ser cortejada por Shamir. Hade entra en el comedor con un vestido despampanante que le habia aconsejado la vestuarista privada que tenia. A su lado venia Hermes, a quien se le ordeno no moverse de al lado de Hade por ningun motivo. Cuando Hade se va a sentar, Shamir se levanta en forma de respeto. Durante la cena solo se habla de la guerras territoriales que se estan batiendo en el desierto, de tratados de paz y casamientos arreglados entre los que se encuentra el de Hade y Shamir. Hade, harta de que se hable de ella como si fuera con camello a la venta, se levanta de la mesa. --?A donde crees que vas? --pregunta Symbad. --A dormir --contesta malhumorada Hade. --No hemos terminado de hablar --responde Symbad. --Yo si --replica Hade. --No seas irrespetuosa. --Symbad levanta la voz. --Dejala --dice Sebastian. --Yo tambien estoy harta de tanta politica --comenta Estela--. Estas cosas nos aburren a las mujeres. --Hermes, asegurate de que se quede en su habitacion --ordena Symbad. Shamir la mira y vuelve la vista a la comida, Hade se va seguida por Hermes hasta su habitacion donde se encierra y Hermes se sienta en un banco de lado para custodiar la puerta. En el comedor Symbad explica el intento de huida de Hade. Comenta que lo mejor y mas seguro para ella es que este siempre custodiada. Cuando termina la cena los invitados se van y Symbad se sienta en un sillon frente a la chimenea mirando el retrato de su difunta esposa con odio. Hade esta sentada en su sillon frente la chimenea de su habitacion mirando una foto de la madre cuando siente un ruido zumbante, se da vuelta y ve una flecha que entra por la ventana y se clava en la pared. Hade, lejos de asustarse y gritar pidiendo ayuda, agarra la flecha y ve que tiene un pergamino envuelto. Hade lo saca y lo lee. No podia ser mayor su sorpresa, el pergamino aseguraba que su madre esta viva y que cuando se fue, lo hizo por propia voluntad con el amor de su vida. Hade esta por tirar el pergamino a la chimenea cuando se entreluce con la luz del fuego el dibujo que la madre habia hecho de bebe como simbolo de ellas, por lo que Hade sigue leyendo el documento. El texto acaba con la promesa de volver a comunicarse, que la extrana mucho y pide que confie en ella. Hade guarda la carta en su caja de seguridad y esconde la flecha bajo la cama. Justo entra Symbad. --?Que fue lo que hiciste? --pregunta Symbad. Hade mira la caja fuerte nerviosa. --Vos sabes la verguenza que me haces pasar con tu rechazo hacia Shamir --prosigue Symbad al no tener respuesta de Hade. --Lo siento, papa --dice Hade--, pero no me puedo casar sin amor. --?Y donde piensas buscar ese amor --replica Symbad--, en los plebeyos del palacio? --O de afuera --lo desafia Hade. --Nunca te voy a permitir que abandones el palacio --afirma Symbad. --?Por que? --pregunta Hade casi sin poder contener las lagrimas. --?No sabes que hay una guerra alla afuera? --dice Symbad--. Por eso necesito que te cases, hay que formar alianzas con la familia de Shamir. --Hoy es guerra y manana sera otra excusa --dice Hade--. Quiero conocer el mundo. --Aca esta tu mundo --asegura Symbad. Hade pide que se vaya de su habitacion. Symbad sale y le dice a Hermes que no se mueva de ahi en toda la noche. Hade cierra la puerta con llave, agarra el retrato de su madre, lo pone junto a la cama y se acuesta a dormir. En un caseron grande se encuentran Sebastian, Estela y Shamir. Sebastian le dice a Shamir que no se preocupe, que lo mejor que le puede pasar es que Hade no le demuestre interes ya que Symbad es un sadico. Shamir se va a su dormitorio. Estela mira a Sebastian y se ponen a hablar sobre como habia desaparecido Esmeralda. Sebastian comenta que los barbaros se quisieron vengar por la tirania de Symbad. Estela se pone nerviosa, Sebastian pregunta que que sucede. Entonces Estela confiesa por primera ves que ayudo a Esmeralda a escaparse con un barbaro, como ellos lo llaman. Comienza a contarle la historia. Era de noche, Nicosia dirigia a los barbaros que entraron. Sono la alarma del palacio y Esmeralda corrio a la habitacion de su pequena. Empezaron a entrar hombres por todos lados, se escuchaban gritos de desesperacion, la cocina fue arrebatada. Nicosia llego a la habitacion de Hade, alli se encontro con Esmeralda, quien gritaba horrorizada. Nicosia pidio disculpas y afirmo que no le haria dano, que solo queria comida. Es entonces cuando se escucha el atroz silencio y la espada atravesar su cuerpo, Symbad grito que se escondiera y se preparo para luchar, pero Esmeralda se acerca al joven Nicosia mal herido y lo ayuda a escapar por unos tuneles secretos. Llega un momento que Nicosia no da mas, entonces Esmeralda lo recosto en el suelo y fue en busca de Estela, quien sabe de medicina. Gracias a ella consigue salvar su vida. Al no encontrar el cuerpo de Nicosia, Symbad empieza a golpear a Esmeralda hasta que dijera donde lo habia escondido, pero ella no dijo nada, por lo que Symbad la encerro en un calabozo. Lo que Symbad no sabia es que hasta en los calabozos habia pasadizos. Ella consiguio escapar y se fue con Nicosia una vez estuvo recuperado. --...Y nunca supo Symbad que yo la ayude. --Sebastian se sorprende y la interroga por lo que Estela se ve obligada a confiesa la historia entera. Symbad la maltrataba y un dia, cuando los barbaros lograron entrar en el palacio, ella se encontro con uno. Suerte que solo buscaban algo de comida. Ella lo escondio de Symbad en el palacio durante dias, cuando lo pudo sacar, el pidio que se fuera con el, no lo dudo a pesar de que dejaba atras a la pequena Hade. --?Como sabes todo eso? --pregunta Sebastian. --Yo los ayude --declara Estela. --?Y dejo aqui a Hade sin mas? --Sebastian se muestra sorprendido. --Me hizo prometer que cuidaria de ella --aclara Estela-- hasta que vuelva a buscarla. Sebastian empieza a dar vueltas en la habitacion, finalmente termina por sentarse. --?Nos van a atacar? --pregunta Sebastian. --No son animales --senala Estela--, solo vendra a por su hija. --?Sigues en contacto con Esmeralda? --pregunta Sebastian entrecerrando los ojos. --Si --afirma la mujer. --?Y le dijiste algo a Hade? --Quiso saber Sebastian. --No, no me corresponde a mi --responde Estela. --Ten cuidado, si se llega a enterar Symbad estamos muertos --indica Sebastian con gesto aterrado. Hade entra en la habitacion del padre, una habitacion amplia decorada con adornos de oro macizo, el padre la mira extranada. --?Que haces aca? --pregunta Symbad. Hade pide a su padre que le cuente sobre Esmeralda, su madre, ya que sus recuerdos son muy vagos; era muy pequena cuando se fue. Al escuchar esto Symbad enloquece y grita a su hija que no se fue, que fue asesinada por barbaros, que a el nunca lo dejo ninguna mujer y que lo que le paso fue por su propia estupidez ya que ella tambien tenia la loca idea de que se podia salir. Hade debia comprender, segun su padre, que ella era lo unico que le quedaba y la cuidaria costara lo que costara. A Hade no se le ocurrio mejor idea que preguntar, a pesar de la negativa de Symbad, si la madre se habia ido por amor. La respuesta de Symbad fue un cachetazo. --Tu madre solo me amaba a mi y a ti, comprendelo. Nos la arrebataron y los voy a matar a todos. --Hade pone cara de espanto y Symbad continua--: Hice tratados suficientes y tengo los guerreros necesarios para matar a esos barbaros que me arrebataron a mi Esmeralda.

  • Un amor tropical de Sweet Melibea

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    Megan y Ava son dos amigas que tienen practicamente todo en comun, sobretodo la ilusion cuando ganan un viaje al Caribe en un concurso de Radio California.
    No obstante, hay algo que las diferencia: el amor.
    Ava no quiere enamorarse y Megan ansia conocer a su principe azul.
    ?Que pasara cuando Byron, Erick y Osmar se crucen en las vidas de las dos californianas?
    Playas caribenas de aguas cristalinas, manjares exquisitos del lugar, risas, celos y, sobretodo, sentimientos, te esperan en esta bonita aventura.
    !Enamorate con Un amor tropical!

  • Pack Cita a ciegas de Varios Autores

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    Todo es posible en una cita a ciegas. !Nosotros te proponemos cuatro!

  • Nunca Te Olvidare de Natalia Lee

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    Parecia un dia soleado de verano. Algunos ninos ruidosos jugaban en el cesped, mientras que otros paseaban en bicicleta con sus padres por el parque. Habia mucho verde por todas partes, y Mel se apoyaba contra el tronco de un arbol, aprovechando la sombra fresca que ofrecia. Inesperadamente, la figura de una mujer aparecio a pocos metros de la nina. La luz brillante que emanaba de ella eclipso los hermosos ojos azules de Melissa durante unos minutos, hasta que finalmente se detuvo. Frente a ella, descalza y con un vestido blanco que cubria la mayor parte de su cuerpo, estaba Helena, su madre. Aunque Mel queria abrazarla y besarla, debido al anhelo que sentia, la bella mujer no dejo que su hija se acercara. -Solo escuchame, Melissa, tenemos poco tiempo. – declaro. -Pero mama … -No, no hables, por favor. Se todo lo que estas sintiendo, querida. Se de tu angustia, tu tristeza, el miedo a volver a Nueva York … Es normal que tengas miedo. Todos tenemos miedo cuando tenemos que enfrentar cosas mas grandes que nosotros. Pero se necesita fuerza, hija, especialmente ahora que conoceras a muchas personas. Algunos no son lo que parecen, de hecho, son falsos, egoistas, pero puedes estar segura de que tambien encontraras otros que son justos, verdaderos y que te han estado esperando durante mucho tiempo. Simplemente no se han dado cuenta todavia. Se que lo que te estoy diciendo ahora no parece tener sentido, pero lo importante es que sabes que siempre estare a tu lado para protegerte. Confia en mi, carino, todo estara bien, no te preocupes. Por unos momentos Mel guardo silencio, totalmente paralizada . Su cerebro habia articulado una serie de frases y preguntas para la madre, pero ninguna palabra podia salir de su boca. Helena, por su parte, tampoco dijo nada mas. Solo miro a Melissa con ternura y sonrio. La suave luz de antes comenzo a envolver su cuerpo nuevamente, hasta que se volvio tan intensa que Melissa tuvo que apartar la cara para proteger sus ojos de la luz exasperante . -Senorita? !Senorita, despierta, por favor! "Dijo una voz desconocida, que ahora sonaba cada vez mas cerca de la luz cegadora. Desconcertada, Mel abrio los ojos bruscamente, al mismo tiempo que daba un pequeno golpe en la silla gracias al susto. Las gafas en sus manos rodaron directamente al piso del avion, uniendose a una revista que se habia caido alli desde que se durmio. -Disculpe las molestias, senorita, pero vamos a aterrizar. Por favor, abrochense los cinturones. Aun bajo la influencia del extrano sueno, Melissa solo sacudio la cabeza. La joven azafata sonrio mostrando su llamativo lapiz labial rojo y continuo recorriendo el pasillo del avion, despertando a las pocas personas que todavia estaban dormidas . “Fue un sueno, solo un sueno”, penso Mel, mientras buscaba sus gafas en el suelo. Pero aunque trato de convencerse de que todo era solo un gran desastre debido a su cerebro cansado, el encuentro con su madre parecia tan real como el hecho de que ella estaba alli, en ese avion, rumbo a los Estados Unidos. Cuando finalmente encontro las odiadas gafas con lentes gruesos, Mel se los puso en la cara de todos modos y se ajusto el cinturon como lo habia ordenado la azafata. Mirando por la pequena ventana a su izquierda, pudo ver un enorme lago brillando bajo el sol de la tarde, y su avion que se acercaba cada vez mas a la pista del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. -Si, bienvenida de nuevo a America, dijo Melissa. , respirando profundamente mientras se ajustaba las gafas, y se miro a si misma en el claro reflejo del cristal. – Finalmente llegaste a casa … * * * * * A pocos kilometros de distancia, en el corazon verde de Manhattan, Aaron Stonewell estaba distraido. Sentado en el cesped brillante de Central Park a la sombra de un arbol, no parecio notar a las dos ciclistas que pasaban por tercera vez (y a proposito, por cierto) frente a el. No es que no fueran bonitas, por el contrario, eran dos chicas impresionantes. Pero la atencion y los ojos de Aaron ahora estaban completamente pegados a la pantalla de su MacBook que mostraba en pequenos intervalos las innumerables fotos tomadas en el ultimo show de su banda de punk rock, Nonsense . Por mucho que ya las habia visto millones de veces solo esa tarde, era imposible para el no admirar toda la vibracion de la audiencia que parecia desbordarse a traves de la pequena pantalla del ordenador. Aunque ese era solo el decimo espectaculo de su banda inexperta, se habian conmocionado y eso valia mas para el que la pequena tarifa ofrecida por el propietario del pequeno club en Brooklyn donde tocaban. Aprovechando la distraccion de Aaron, una figura se escabullo a sus espaldas y, teniendo cuidado de no llamar su atencion, camino de puntillas hasta que estuvo muy cerca del nino. Sin embargo, la persona no contaba con el revelador crack de una rama de arbol seca que termino pisoteando por simple descuido. – Buen intento, Marvin James! se burlo Aaron, volviendose hacia su amigo. – Como ladron, soy un gran bajista, ?no? – Pregunto el chico de ojos negros, depositando su bajo en el suelo y sentandose justo al lado de Aaron. -Di, ?que estas viendo en ese cuaderno que te alegra tanto ? -Son las fotos de nuestro ultimo show. – respondio Aaron con cierto orgullo. – Disfrutan demasiado, ?no? Mira la emocion de la multitud! -Si Total! – Marvin estuvo de acuerdo, estirando el cuello para verlos. – Lastima que Sophie, tu nueva musa inspiradora, no fuera. -!Y Chloe , tu pequena pasion eterna , tampoco aparecio alli! espeto Aaron bruscamente. -Oye, solo soy el hijo del conserje de la escuela. !No tengo oportunidad con esa chica! Tu, hombre … Ah … !Puedes tenerla en cualquier momento! ?Olvidaste que te llaman a ti y a Oliver “Los hermanos perfectos”? Todas las chicas de la Academia Eugenne Sinclair babean por vosotros , incluso las mas veteranas … – Ah, esta bien … !Deja de exagerar , MJ! La mayoria solo sabe mi nombre por mi hermano. Y ademas, la unica chica que realmente me importa no se preocupa por mi ", suspiro Aaron, bajando la cabeza. El hecho de que Aaron Stonewell fuera adorado por gran parte del ala femenina de la escuela no era nada nuevo para nadie. El otro “Hermano Perfecto”, como las chicas comenzaron a llamarlo al final del sexto grado, tenia una belleza inusual. Era alto, delgado, con penetrantes ojos verdes, como los que no puedes dejar de mirar, y cabello negro corto e intenso, un poco desarreglado en el frente. Como si eso no fuera suficiente, ademas tenia una cara hermosa y una sonrisa brillante que hacia que todos a su alrededor sonrieran tambien. Su unico defecto real era que estaba enamorado de la ahora ex novia de su hermano Oliver. Y por mucho que Marvin le mostraba a su amigo la gran cantidad de chicas que se derretian por el en los pasillos de la escuela y en los espectaculos, era Sophie la que le gustaba y Aaron sufria debido a su increible indiferencia. -Olvidate de esa chica , sabes que todavia le gusta Oliver. Manana deberian comenzar a salir de nuevo. Lo hicieron tanto … No es la primera vez que pelean. – dijo MJ, ahora colocando el ordenador de grafito de Aaron en su regazo para ver mejor las fotos. -Pero esta vez fue grave, el idiota de mi hermano estaba con otra chica y Sophie lo vio. !Esta podria ser mi oportunidad! Creeme, no hay chica como ella en esta ciudad. Marvin, quien hasta entonces parecia no estar de acuerdo con su amigo, comenzo a sonreir. De hecho, Sophie debia ser la unica criatura en Manhattan, o quizas en todo el planeta, capaz de ser tan hermosa y tan egoista al mismo tiempo. Simplemente no se comparaba en maldad con Darth Vader de Star Wars, porque era de otra galaxia muy, muy lejana y la disputa se limitaba solo al espacio terrestre. -Estoy de acuerdo, ella es muy bonita. Pero no se, creo que le falta algo … – respondio Marvin, presionando las teclas del MacBook para que las fotos pasaran a una velocidad mas rapida. “?Le falta algo?”, Repitio Aaron, frunciendo el ceno como si su amigo hubiera dicho algo increible. -?Que puede faltar en una chica completamente perfecta? Aunque la respuesta de MJ era “corazon”, algo lo hizo detenerse repentinamente y reir en voz alta senalando la pantalla del ordenador . Alli, en una foto que parecia muy antigua, habia dos ninos sonrientes y abrazados, que no recordaba en absoluto haber visto en el ultimo espectaculo de la banda. -Oye! ?Quienes son la rellenita y el chico que tiene aparatos en los dientes? -Le pregunto Marvin al amigo, aun riendose. Cuando Aaron miro el MacBook, no pudo entender como esa foto que debia haberse perdido por los innumerables archivos que tenia su ordenador, habia parecido alli, junto con los registros del concierto, no tenia sentido . -Bueno, el de los aparatos soy yo. – Aaron comenzo a explicar un poco avergonzado. – Y la rellenita es Melissa, la hermana de Sophie que regresa a Nueva York. -?De verdad? ?Este feo eres tu? – se burlo Marvin, pareciendo no creerlo. – Wow … Has mejorado mucho eh, hombre! Y que cosa mas absurda, la nina llega hoy y esta foto de ella aparece asi, de la nada … Oye, pero ?por que la tienes en tu ordenador ? Pasion infantil, ?verdad? Es? Pregunto, alzando las cejas maliciosamente y golpeando ligeramente a su amigo. Aaron puso los ojos en blanco y volvio a llevar el ordenador a su regazo. -No inventes , Marvin. Melissa y yo jugabamos juntos cuando eramos ninos y eso es todo. Despues de que ella se fue con su madre a Brasil, nunca volvimos a hablar. Quiero decir, incluso nos enviamos correos electronicos al principio, pero luego la comunicacion se volvio mas rara. La zona horaria diferente tampoco ayudo y ella siempre estaba ocupada ayudando con la ONG de su tia. Entonces, ya sabes, la amistad se extinguio gradualmente. – explico Aaron, mientras cerraba el cuaderno. Habia un toque de tristeza en su voz, pero sabia como disfrazarlo. La verdad es que el y Melissa eran grandes amigos. “!Los mejores del mundo!”, Como Aaron incluso se llenaba la boca para decir cuando hablaba de su amistad con la pequena Mel. Se habian conocido en Central Park, mientras jugaban a los columpios bajo la supervision de sus nineras, y desde ese dia se mantuvieron unidos de tal manera que no pudieron hacer nada mas el uno sin el otro. Tenian una especie de hermosa amistad, una que todavia era demasiado pura para ser sacudida por las hormonas de la pubertad, cuando la linea divisoria entre ninos y ninas se fortalece y los hace parecer seres de planetas totalmente diferentes. Pero el destino decidio ser implacable con los dos amigos, y cuando Melissa menos lo esperaba, ya estaba en un avion que se dirigia a Sudamerica con su madre, dejando a Aaron solo y lloroso en Nueva York. Hoy en dia, incluso despues de que hayan pasado cuatro largos anos, el nino todavia recordaba tristemente la separacion forzada de su mejor amiga . Era una herida ya curada, que a veces dolia cuando veia algo que le recordaba a Mel, pero eso ya no importaba demasiado. El pasado estaba detras de ellos y ahora no serian mas que simples extranos el uno para el otro. – Bueno, y hablando de Melissa … – dijo Aaron con un suspiro, volviendose hacia MJ -… Creo que es hora de ir al hotel Meditteranean para empacar las cosas para la presentacion. Hoy la tarifa vale la pena y nos pagaran por adelantado. -Oh, ni me digas! Despues de esa bagatela que ganamos en el ultimo show, incluso pense en renunciar a mi carrera. – se burlo el bajista, saltando. Aunque llegarian un poco mas tarde de lo acordado con el dueno del hotel, Aaron y Marvin caminaron en silencio hacia la salida oeste de Central Park, cada uno pensando en lo que mas le importaba. El bajista de los altos salarios y Aaron en ver a Sophie de nuevo, hasta que sus pensamientos derivaron sin querer al recuerdo infantil de Mel. Por unos momentos recordo las travesuras que los dos habian hecho juntos cuando eran ninos y esto lo hizo sonreir, pero pronto la imagen infantil de la amiga se perdio y Sophie volvio a dominar su mente haciendo que su corazon volviera a dolerle. * * * * * El vestibulo de la Terminal Tres estaba lleno cuando Melissa aterrizo en el aeropuerto JFK. Parecia que todos los ninos estadounidenses habian decidido viajar en la primera semana de sus vacaciones escolares, a juzgar por la cantidad exorbitante de ninos y ninas que jugaban con los carritos de equipaje bajo la mirada impaciente de sus padres. Llevando sus dos pesadas maletas, Mel miro a su alrededor en medio de toda esa agitacion cuando reconocio a su padre, a pocos pasos de ella, con un elegante traje gris que lo hacia verse serio, un alto ejecutivo. Albert, al parecer, no habia cambiado tanto como ella habia pensado. Aunque su cabello ahora tenia algunos mechones blancos en las sienes, aun conservaba la forma encantadora que hacia que la madre de la nina muriera de celos cuando aun estaban casados. -Hola papa. – Mel lo saludo, luego de caminar torpemente hacia el. -Melissa?! Dios, no puede ser! !Carino, como has crecido ! Albert se sobresalto mirandola de pies a cabeza. – !Estas muy alta y hermosa ! Mel sonrio levemente y se sonrojo, bajando la cabeza para mirar al suelo. No estaba acostumbrada a escuchar cumplidos y, como no estaba satisfecha con su apariencia, tenia una imagen muy distorsionada de si misma. -Oh, no te pases, papa! Alta si, pero hermosa ? ?Esta chica miope? – bromeo, abrazandolo con timidez, sin acercarse demasiado. Despues de tanto tiempo fuera y un sujetador finalmente (y muy bien) lleno, Mel no sabia como comportarse con Albert. No eran como dos extranos, pero tampoco tenian la tipica intimidad de padre e hija. Ademas, ya no era esa nina de diez anos, y la falta de contacto habia abierto un profundo abismo entre los dos que solo el tiempo podia salvar. -Es bueno tenerte por aqui otra vez. No te puedes imaginar como tu hermana y yo te hemos extranado todos estos anos. Dijo, con la voz rebosante de emocion. Cuando acurruco a su hija en ese abrazo timido, pero lleno de anhelo, Albert cerro los ojos e inmediatamente su mente lo transporto al pasado a cuatro anos atras, cuando habia abrazado a Melissa por ultima vez en ese mismo aeropuerto. Fue una separacion dolorosa y los anos que siguieron fueron aun mas tristes, ya que gracias a la terquedad de Helena, su ex esposa, que se nego a darle la direccion donde vivia, nunca puedo visitarlos en Brasil y mucho menos enviar los regalos de cumpleanos y Navidad que compro todos los anos a Mel. Ni siquiera la pension que depositaba regularmente en el banco todos los meses para pagar la educacion de su hija, su ex esposa la toco. -Espera, dejame mirarte de nuevo. dijo Albert, liberandose de los brazos de Mel. – !No puedo creer que mi pequena nina ahora sea una adolescente de catorce anos ! 14 -Es asi padre, si lo soy. – Mel murmuro, un poco incomoda con toda esa atencion. -Pero ya es suficiente, esta conversacion se esta volviendo demasiado dificil. Siempre dijiste estas mismas cosas por telefono despues de que te envie mis fotos por correo electronico, ?recuerdas? A pesar de la alegria que sentia, Albert decidio no molestar mas a Melissa con esos comentarios sobre el crecimiento, tipicos de las tias solteronas en las reuniones familiares. Queria que se sintiera bien por haber regresado y, sobre todo, que se olvidara de la muerte de su madre que habia sucedido meses atras. Luego, volviendose hacia el guardia de seguridad del traje negro que esperaba inmovil como un soldado ingles a pocos metros de distancia, Albert hizo un leve gesto con la mano para que se acercara el empleado. -Toma hija, creo que esto es tuyo. dijo, tomando algo de las manos del empleado y colocandolo justo despues de la cabeza de Mel. Al instante reconocio su vieja gorra azul para mascotas de los Yankees de Nueva York , el equipo de beisbol que amaba de nina. Ya ni siquiera recordaba las reglas del juego, ya que en Brasil el deporte popular era el futbol, pero no podia contenerse ante algo que le recordaba tanto a su infancia. -Wow! Pense que lo habia perdido durante el traslado a Brasil. Muchas gracias papa! – le agradecio Melissa, mientras ajustaba la gorra en su cabeza. -No, hija, no me lo agradezcas todavia. Tengo otra pequena sorpresa para ti y creo que te complacera mucho mas que esta. Incluso sin fuerzas debido al viaje y su cuerpo pidiendo a gritos una cama, la apariencia cansada de Melissa se animo repentinamente . Tenia curiosidad por saber de que hablaba Albert. ?Sorpresa? Dijo Mel , frunciendo el ceno. – Ah, padre, dime … por favor. -No puedo. Tendras que ser paciente. Por ahora, creo que sera mejor que caminemos a la limusina. Aunque parte de la ciudad esta pasando las vacaciones de verano en los Hamptons , el trafico de Manhattan puede no ser muy bueno a esta hora. dijo, senalando el equipaje de Melissa para que lo llevara el guardia de seguridad. Aunque no le pagaban por eso , sin embargo, lo hizo de todos modos, sin lugar a dudas. – Vamos! No he estado en una limusina en mucho tiempo. Creo que ni siquiera recuerdo como es por dentro … Mel exagero, recordando sus dias de infancia, cuando todavia iba y venia por Manhattan, llevada a donde quisiera por el chofer de su padre. Un coche como ese estaba muy lejos de la realidad que ella vivia en el interior de Brasil. Como su madre y su tia Veronica habian abrazado la causa ambiental, siempre preferian usar bicicletas o transporte publico para ir a algun lado. Obviamente, no eran las formas mas faciles y rapidas de moverse, sino formas politicamente correctas para evitar que se arroje innecesariamente mas dioxido de carbono al aire y se agote la capa de ozono. ?Que dirian las dos si vieran a Mel entrar en una limusina que gastara tanto combustible ? La chica ni siquiera se lo queria imaginar … Pero tambien, ?que podia hacer ella? Su padre estaba en la lista de los 100 hombres mas ricos de los Estados Unidos segun la revista Forbes. Si no tuviese una limusina, ?que utilizaria ? Autobus? Metro? Coches compartidos? En realidad no … Eso era para los mortales pobres, no para el poderoso propietario de la cadena hotelera The Meditterranean . Y, como hija del dueno, Melissa tendria que acostumbrarse nuevamente, voluntaria o involuntariamente, a esta vida llena de mimos y privilegios. Albert cruzo rapidamente el vestibulo, feliz de tener a su hija de regreso a su lado y, cruzando la puerta automatica que conducia a la calle, se dirigio hacia la magnifica limusina que se detuvo ante ellos con precision cronologica. -Entonces? ?Lista para tu primera vuelta? pregunto, mientras el chofer abria la puerta del lujoso coche para que la chica entrara. Al ver la limusina justo delante de sus ojos, Mel trago, totalmente deslumbrada. Era dificil pensar en los casquetes polares que se derretian a miles de kilometros de distancia gracias a las emisiones de CO2, cuando algo tan hermoso, brillante y lujoso estaba parado frente a ti. -Disfruta, querida . Es del hotel y solo atiende a clientes VIP , pero hoy ordene que estuviera completamente a tu disposicion. – Una limusina? ?Solo para mi? Vamos , papa, a esto llamas una pequena sorpresa? – Mel se admiraba a si misma mientras se acomodaba en el suave asiento del auto. Albert se sento a su lado riendo y despues de cerrar la puerta de la limusina, fue al frigorifico y tomo una botella de agua mineral Glaceau para calmar su sed. -Pero no dije que esta sea la sorpresa. continuo, recordando lo que les esperaba en el restaurante del hotel. – Aun no has visto nada, hija. Y para ser sincero, las emociones de esta noche apenas comienzan. Capitulo 2- PIMIENTA Y DIENTES Despues de tantas retenciones tipicas de Manhattan, la limusina entro en Park West Street, donde se encontraba el famoso y admirado hotel The Meditteranean . Con sus ojos atentos al continuo movimiento de personas caminando por las aceras esa tarde, Mel pronto reconocio el maravilloso verde de Central Park que aparecia en el lado derecho de la calle. – ?Estamos ahi? pregunto ella, ajustando sus odiadas gafas que insistian en deslizarse casi hasta la mitad de la nariz. -No creo que no estes reconociendo el hotel, hija. A pesar de que se sometio a algunas renovaciones, no esta tan diferente. dijo Albert, saliendo del coche . Cuando Mel salio de la limusina y miro la imponente fachada del Mediterraneo , le era imposible no admirar, como si fuera la primera vez, el majestuoso hotel frente a ella. Es cierto que habia crecido en esos pasillos y conocia incluso los detalles mas pequenos del lugar, sin embargo, despues de tantos anos de distancia, regresar y mirar todas esas pequenas ventanas blancas, las banderas estadounidenses ondeando en el viento y los pisos que casi se perdian de vista. Fue emocionante para ella. ” Wow, no puedo creer que este aqui de nuevo ” , penso Mel mientras entraba en el gran salon de The Meditteranean con su padre. Cuando pisaron la lujosa alfombra que completo la sofisticacion del lugar, Melissa pronto fue reconocida por el gerente del hotel, y tambien por el imbecil encargado del hotel de su padre, Pierre Le Blanc. Al mismo tiempo, dejo el mostrador donde estaba supervisando al personal que registraba a los huespedes , para sonreir y encontrarse con ella y Albert. -Mademoiselle Fenner , que honrra los terrmes aqui! Pero, maldito mon Dieu , !como creciste y adelgazaste ! ?Cuando fue emborra dificilmente podria olharr porr el balcon y agorra es mi tamano. Oh! Me estoy haciendo viejo. Dijo dramaticamente, con su acento frances divertido que se nego a perder. -Es bueno verlo tambien, senor. dijo la chica, todavia un poco timida. Mel sabia que habia cambiado mucho, despues de todo, habia perdido varios kilos y era mucho mas alta, pero estar alli escuchando ese bla bla bla acerca de cuanto pero habia perdido y crecido era casi una tortura. No le gustaba recordar sus dias de “peso pesado” como algunos companeros de escuela la llamaban en ese momento. "Si , es verdad. Era una bola de manteca que tenia un trasero mas grande que la luna y del tamano de un enano. Satisfecho? “Fue la respuesta grosera que tenia en la punta de la lengua, pero que no se atreveria a decir Era demasiado educada y no le gustaba herir los sentimientos de los demas. Afortunadamente, uno de los empleados del hotel arrojo torpemente el equipaje de un huesped importante del carrito del equipaje y Pierre dejo la conversacion para ir y reganarlo con toda la autoridad que el trabajo del gerente le garantizaba. Solo despues de deshacerse de Le Blanc, Melissa puede notar realmente el impresionante entorno a su alrededor. El vestibulo del hotel parecia mucho mas lujoso ahora que en su infancia. En el centro estaba la gran recepcion flanqueada a la derecha y a la izquierda por dos escaleras de marmol gigantes, por las que siempre se deslizaba por la barandilla para desesperacion del gerente Le Blanc. Ahora habia un pequeno salon luego de la entrada, para la comodidad de los huespedes y visitantes, asi como muchas plantas, flores y obras de arte que se extendian a traves de las diversas paredes del lugar decoradas exactamente en estilo europeo. En el techo, ademas de una pintura inspiradora con angeles y nubes, estaba el costoso candelabro de cristal, con un diseno firmado por Tiffany, que era dificil de no notar debido a su intenso brillo. A pesar del poco tiempo que paso en el Salon, Mel quedo impresionada por lo sumamente sofisticado que era ahora The Mediterranean . -Es maravilloso, lo se. – dijo Albert en el elevador , mientras miraba a la nina a traves del reflejo del espejo lleno de arabescos florales. – Hoy somos el segundo mejor hotel de Manhattan. Solo estamos detras del Plaza. Pero ya estamos haciendo mejoras para resolver esta situacion. -Dios, papa, no pense que The Mediterranean estuviera asi. Parece mas un palacio que un hotel. – exagero Melissa. -Si, pero ahora es tu palacio, querida. – Anadio sonriendo, saliendo por la puerta de metal que acababa de abrir. En el pasillo bien iluminado lleno de pequenas estatuas de marmol, Mel y su padre caminaron hacia la puerta de madera y vidrio del Chateau D’ore. A pesar del silencio pedregoso que dominaba el lugar y la ausencia de personas que entraban y salian del restaurante, lo que seria normal en ese momento, la chica no se dio cuenta de la misteriosa atmosfera que se cernia alli. -Tu primero, hija. – ordeno Albert enigmatico, empujandola ligeramente por la espalda. Cuando Mel entro en el restaurante, todavia vacilante, se vio sumida en la oscuridad. Al no ver nada frente a ella , penso en retroceder unos pasos hacia la puerta, pero de repente se encendieron las luces y cayo una lluvia de globos de colores y mucho papel picado. Varias personas, en su mayoria adolescentes que estaban dentro del restaurante, la recibieron dandole la bienvenida. -Es un placer tenerla con nosotros, senorita Fenner . Sea bienvenida. – dijo una mujer con cabello rojo, apareciendo justo frente a ella . Parecia haber pasado la treintena recientemente y tenia ojos en forma de almendra que la hacian sentir envidia. Mel abrio la boca, pero todavia estaba demasiado sorprendida para responder algo. ?Quienes eran todas esas personas? ?Y por que demonios tu padre no te advirtio sobre eso? Al menos podria haberse puesto ropa mas presentable que la que llevaba puesta. -Querida, esta es Rebeca Pitty, mi secretaria personal. Ella fue quien me ayudo a planear toda esta fiesta para ti. dijo Albert, senalando a la mujer. -?Ah, si? Gracias , senorita Pitty. – saludo Mel, todavia un poco confundida , pero devolviendo la sonrisa amistosa a la secretaria. Sophie, que estaba a solo unos metros de distancia, se acerco a los tres, seguida de cerca por Chloe y Vicky , sus inseparables amigas que se parecian mas a un par de guardaespaldas que la perseguian. Cuando las hermanas finalmente se encontraron cara a cara, Mel tuvo la ligera impresion de que Sophie no estaba muy entusiasmada con su regreso. La miro de arriba abajo como si la ropa de Melissa fuera una ofensa en ese lugar, y respiro hondo, como lo haces cuando vas a tomar una medicina horrible. -Bienvenida, Melissa. – dijo la hermana entre dientes, abrazandola con cuidado para no arrugar su top de Marc Jacobs . Gracias a Mel, Sophie se estaba perdiendo el lanzamiento de la nueva coleccion de Rihanna en una galeria super moderna en Soho , la meca de la moda de Nueva York, y no estaba contenta con eso. Su presencia alli era obra de Albert, que le habia ordenado que asistiera a la fiesta de bienvenida de su hermana bajo la pena de cancelarle todas las tarjetas de credito si no se presentaba. -Es bueno verte de nuevo, Sophie. – l respondio Mel, un poco timida . – Ha pasado tanto tiempo, ?no? -Sabes que ni siquiera me di cuenta? – respondio la hermana, con un timbre seco en su voz. -Wow! Pense que eran gemelas como Mary Kate y Ashley Olsen, pero al mirar a ambas ahora, se puede ver que tienen muy pocas cosas en comun. – Comento Vicky , analizando a Mel como si fuera un animal exotico en exhibicion. De hecho, las hermanas no eran muy parecidas. Despues de todo, no eran identicas , y el tiempo habia colaborado aun mas para acentuar estas diferencias. Sophie era hermosa como una pintura. Tenia el pelo rubio liso y la piel blanca que la hacia parecer una muneca de porcelana, ademas de tentadores ojos azules y finos labios rosados. Aunque Mel tenia el mismo color que los ojos y el cabello de su hermana, al mirarla se sentia fea. En realidad no lo era, pero cuando se comparo con Sophie, descubrio que su cabello ondulado y opaco no se comparaba con el de ella . Si solo Albert le hubiera contado sobre la fiesta antes, tal vez habria logrado vestirse un poco para no verse tan sin sal frente a todas las personas elegantes y bien arregladas. !Oh, como queria salir de alli y volver a Brasil! “?Tienes alguna preferencia musical, querida ?”, Pregunto Albert de repente. – No tenia idea de lo que te gustaba, asi que contrate una banda y un DJ especialmente para tu fiesta de bienvenida. Que quieres escuchar -Bueno, hmm … Dejame ver … Realmente me gusta esa cantante, Pink, ?sabes? – dijo Mel, fingiendo no darse cuenta de que Sophie miraba sus zapatillas grises All Star y arrugaba su nariz. Aunque no tenia idea de a quien era esa “Pink” que mencionaba su hija, Albert fue inmediatamente a un rincon de la habitacion para responder a su solicitud. Alli, apretujados entre el bar y la puerta del balcon debido a la cantidad de invitados a la fiesta, estaban Aaron, Marvin y Doug, ya en posesion de sus instrumentos, esperando que Albert pasara su repertorio para comenzar otro espectaculo sin sentido. -Bueno, ya que Sophie no nos presenta, soy Victoria McQueen. dijo Vicky , extendiendo la mano para estrechar la mano de Melissa. -Hola, bienvenida . Ya me conoces, soy Chloe Von Bondenburg . – saludo a la otra chica con cabello castano, flequillo corto y ojos color miel. – Chloe ” Dumbo “? ?La que estudiaste conmigo en la Academia Sinclair ? !No puede ser! !Tenias orejas enormes! Mel disparo, sin querer. Sophie y Vicky se miraron con miedo, esperando que Chloe explotara. Melissa habia tocado inadvertidamente un tema delicado para la chica y eso era sinonimo de detonacion, pero en lugar de una respuesta grosera, Chloe se sonrojo.

  • Angel suicida de Charlotte Backman

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    Y una mierda. Si creian que no formaria parte de la investigacion, significaba que me conocian muy poco. El shock inicial se convirtio en tristeza y ahora, un dia despues de haber encontrado el cadaver de mi hermanastra tirado en el campo de futbol de debajo del Puente de Manhattan, solo siento ira. Esta ira sera la que me ayude a resolver que sucedio la pasada noche alrededor de las nueve y media, que fue, segun ha revelado la autopsia, la hora en la que Alice, con tan solo veinticuatro anos, perdio la vida. Segun mis superiores esta ira puede nublar mi mente y conseguir que no me centre; yo he logrado convencerles que no sera asi. Que nadie mejor que yo para atrapar al mal nacido que ha lanzado a mi hermanastra de un puente acabando con su vida. --Hacia cinco anos que no la veia --confese--. Somos hermanas por parte de padre, nos llevamos trece anos y nuestra relacion siempre ha sido nula. Para mi, aunque tengamos la misma sangre, es practicamente una desconocida. Dios sabe que me estaba muriendo por dentro; que solo podia recordar a Alice cuando era un bebe indefenso y yo una nina de trece anos a la que se le caia la baba y la besuqueaba todo el tiempo. A pesar de todo, logre sacar fuerzas. A pesar del sueno, a pesar del cansancio, a pesar de no poder entender nada ni el porque de todo esto. Mi serenidad logro convencerles. Todos estan de mi parte; no quiero su compasion, trato de no derramar lagrimas en publico y de disimular mi tristeza mostrandome mas seria y concentrada de lo normal. Aun no he pasado por casa, Jerry me ha aconsejado que deberia descansar y que Matt ha preguntado unas ciento tres veces por mi. Lo mas duro de todo esto ha sido llamar a mi padre. Se ha quedado mudo, se que durante unos segundos ni siquiera ha podido respirar. Una parte de mi tiene ganas de abrazarlo. La otra, prefiere esconderse. Me aterra tenerlo delante y tener que mirarle a los ojos en el momento en el que tenga que ver a su nina pequena sobre una camilla de metal. Blanca, pura y preciosa; con su melena rubia bien peinadita y sin su risa caracteristica o su mirada traviesa. Alice era una buena chica. No merecia este final. Nadie merece un final asi y quien haya creido que si, lo va a pagar muy caro. El examen toxicologico no ha dado muestras de alcohol u otro tipo de sustancia en su sangre. ?Accidente? Descartado. ?Suicidio? Me niego. ?De quien era si no el trozo de tela? Alguien la tiro del puente. La sangre del vagabundo era la de mi hermana y el trozo de tela perteneciente a una camisa a cuadros roja y negra, una prueba concluyente en la investigacion. Mi hermana debio arrancarsela al asesino antes de caer. Hoffman, el vagabundo, recibio una buena reprimenda por haber entrado en el campo de futbol donde cayo mi hermana, haberse llevado una prueba y haber tocado la sangre. Por lo demas, no se han encontrado mas huellas que las de Hoffman; mechones de cabello o restos de piel debajo de las unas de la victima, por ejemplo. Alice no se defendio. O no le dio tiempo a defenderse. Mi padre llega al anatomico forense donde esta el cuerpo de Alice a las tres de la tarde. Abatido y ausente, nada mas llegar me da un frio abrazo. No lo siento aqui. No conmigo. Esta en otro lugar que no logro alcanzar. --?Que le han hecho a mi nina, Gaby? ?Que le han hecho? Estoy segura que en estos momentos se alegra de que la madre de Alice falleciera hace tres anos a causa de un cancer. Las madres nunca superan las perdidas de sus hijos y menos en circunstancias tan extranas e inexplicables. Los padres tampoco, pero sobreviven en la mayoria de casos. Mi padre sobrevivira. Se niega a ver el cuerpo de Alice. Es algo extrano, pero cada uno reacciona a su manera. --No quiero verlo. No puedo, Gaby. No puedo. Se echa las manos a la cara; se derrumba delante de mis narices y pienso que de un momento a otro se va a desmayar. No lo hace, es duro como el acero. Yo, sin embargo, estoy alimentandome a base de cafes americanos y creo que la tension, que esta por las nubes, me va a pasar factura. --Papa, se que es muy duro. Pero tienes que recordar algo. ?Alice tenia algun enemigo? ?Sospechas de alguna persona? --Hacia tres meses que no la veia, Gaby --reconoce, con las mejillas inundadas en lagrimas--. No queria saber nada de mi. Su respuesta me paraliza; no se hacia donde llevar la conversacion. ?Tres meses sin verla? ?Tres meses en los que Alice no queria saber nada de papa? ?Por que? ?Que habia pasado? ?Que me habia perdido? CAPITULO 3 15 de septiembre, 2014 Alice Papa me llama cientos de veces a lo largo del dia. Pero no puedo dejar que me vea asi. No puedo. Es la tercera vez que me pega. Me he quedado en un rincon del apartamento aguantando sus punetazos, sus tirones de cabello y las dolorosas patadas en las costillas. Apenas me puedo mover. ?En que me he convertido? <> Lloro. Lloro hasta que me quedo sin lagrimas y entonces, cuando menos lo espero, me quedo dormida. Estoy dentro de un profundo sueno del que no quiero despertar, porque, al abrir los ojos, la realidad me golpea aun mas fuerte que el. Es un Monstruo. No tiene piedad. Bebe sin control y se que los porros y la coca lo estan dejando sin neuronas. Deberia ir a la comisaria mas cercana y denunciarlo. O llamar a Gaby. Gaby siempre saber solucionarlo todo. No es precisamente la hermanastra de los suenos de cualquier joven de veinticuatro anos, pero cuando la llamo esta. No quiero molestarla, tiene un hijo pequeno, su propia familia y un trabajo que la absorbe practicamente las veinticuatro horas del dia; pero hoy, mas que nunca, necesito hablar con ella. Contarle la verdad. Decirle que soy lo peor a la hora de tomar buenas decisiones. Que no soy como ella y que me arrepiento de no haber escuchado a mis amigas, cuando aun estaba a tiempo de dejarlo. Me levanto. Apoyo la mano en la pared y por poco me llevo la cortina por delante. Camino a rastras, me doy cuenta que me sale sangre de la cabeza al ver como gotea por el suelo de parque. <>, pienso. Voy hasta mi dormitorio. Me agacho con mucho esfuerzo y cojo una cajita de laton; en su interior hay un diario que tengo abandonado desde hace tiempo. Tengo

  • Los crimenes de San Andres de Teixido de Rafael Salcedo Ramirez

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    En la primavera de 1960, una pareja de recien casados franceses, Alain Pascal y Shantal Laporte, quienes recorrian en coche la gallega Sierra de Capelada, sufrieron un accidente en los alrededores de la Garita de Herbeira, cayendo su vehiculo al mar. No obstante, solo se localizo el cuerpo de Alain, iniciandose una exhaustiva busqueda de Shantal sin que se obtuviese resultado alguno. Veinte anos despues, y gracias a una secuencia encadenada de casualidades, son hallados sus restos y pertenencias personales, que asi le identificaban, en una zona boscosa aledana a San Andres de Teixido.

  • Miradas que matan de Agustin Sanchez Gonzalez

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    Ellas matan mejor, ese era un titulo de un libro espanol que encontre casualmente en una de las librerias de la Cuesta de Moyano, en Madrid. Por aquel tiempo, aun no existia la moda televisiva que recogio diversas historias de mujeres asesinas. Esas historias de mujeres espanolas me conmovieron y me invitaron a recoger las historias de las damas connacionales que vivieron el drama del crimen, la tragedia por vivir en una sociedad que las aplasta. Poco a poco fui leyendo y releyendo historias que habia sub- rayado en diversos libros, en periodicos del siglo XIX o en las hojas volantes impresas por Antonio Vanegas Arroyo, que fueron ilustradas por Jose Guadalupe Posada. Asi me centre, en principio, en los primeros anos del Mexico Independiente con una historia que habria de repetirse una y otra vez: una mujer que asesina a su marido, en 1836, un diputado de aquella epoca. Ahi arranca este libro. Despues llegaron otras historias, hasta terminar en el siglo XX, cuando los Jurados Populares absolvieron Maria Teresa Landa, la primera Miss Mexico, una historia que ha cautivado durante decadas a quienes la conocen. Este libro, recoge cronicas que son un fiel retrato de una ciudad y un pais que se niega a cambiar sus patrones de conducta; mu- chas de ellas fueron transcritas tal cual, otras han sido reelaboradas, pero todas, confirmado, existieron, son parte de la tragedia y de la tragicomedia nacional. Por ello, este libro tiene una deuda con autores como Enrique Flores, que prologo Unipersonal del arcabuceado, que se constituyo en una fuente fundamental para recoger algunos de los primeros relatos. Varias lecturas mas, contribuyeron a la realizacion de este libro, como la marquesa Calderon de la Barca, quien no sale del azoro al descubrir muchas caras bonitas entre las mujeres matadoras de hombres. Otros grandes escritores como Federico Gamboa y Angel de Campo; el primero, famoso autor de Santa, fue un amigo de la Malaguena, una celebre prostituta, quien fue asesinada por la Chi- quita, otra hetaira que genero uno de los casos mas revisados de esa epoca y cuya referencia la escribio en Mi diario. De Angel de Campo, el gran escritor costumbrista que firmaba como "Micros" o como "Tick Tack", transcribimos un fragmento de una de las novelas fundamentales de nuestra historia: La Rumba. Importantes fuentes de consulta fueron los escritos de Carlos Roumagnac, sobre todo Los criminales en Mexico, de donde recogimos un par de casos; el estudio de Julio Guerrero, La genesis del crimen en Mexico: estudios de psiquiatria social; el texto El jurado absuelve, del abogado Federico Sodi, quien fue protagonista de una epoca en que, como dijimos antes, los Jurados Populares llegaron a tener tanto poder que absolvieron a muchas mujeres (y hombres) tan solo por simpatia, lo que a la postre condujo a su desaparicion. Fue esencial revisar una coleccion que escribimos hace varios lustros: La nota roja, en la cual participo una decena de autores, coordinados por Eugenio Aguirre, y entre los que se encontraban Victor Ronquillo, Victoria Brocca, Ana Luna, Gerardo de la Torre, Myriam Laurini, Rolo Diez y otros mas, ademas del que esto escribe. Finalmente, este libro tambien es un homenaje al genial Jose Guadalupe Posada, personaje fundamental en nuestra cultura, que ilustro un sinfin de historias de nota roja en hojas volantes que salian de la Imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, redactadas por diversos escritores hoy olvidados, cuyas palabras quedaron como un fiel testimonio de la epoca y que rescatamos ahora. Algunos de estos geniales maestros de la pluma, creadores de excepcionales cabezas que permitian a los ninos gritones, vendedores de periodicos, solazarse con ellas, y que escribieron muchas de esas cronicas fueron Constancio S. Suarez, Rafael Garcia, Rafael A. Romero, Ramon N. Franco, Manuel Romero, Manuel Flores del Campo, Francisco Zacar, El Choforo Vico, Ramon N. Franco, Pablo Calderon de Becerra, Armando Molina, Gabriel Corchado y Abundio Garcia. El libro culmina con la historia de como la primera Miss Mexico asesino a su marido, un militar que la habia enganado y que pago con la vida su burla a la mujer que habia representado la belleza mexicana moderna. Uno de los crimenes mas frecuentes cometido por mujeres fue contra los charlatanes que las enganaban, lo que genero en la decada de los anos treinta, inclusive, un escuadron de mujeres matadoras de hombres en la carcel. Las historias de mujeres asesinas del pasado no tienen mayor pretension que mostrar, a traves de las notas de prensa de la epoca, que el crimen y la miseria existencial, lamentablemente, siempre han estado presentes en nuestro mundo.

  • Historias Fantasticas de Stephen King

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    El maestro del terror vuelve a ofrecer unas paginas electrizantes escritas en su mejor estilo. Siguiendo la tradicion de Poe, Stevenson y Lovecraft, King nos abre la puerta de acceso a un mundo de horrores inimaginables. Stephen King ha fundido aqui imagenes de terrores ancestrales con la iconografia de la actual sociedad norteamericana. Los relatos incluidos en este libro, originales y trepidantes, han cautivado a millones de lectores en todo el mundo.

  • 40 DIAS DE FUEGO de Mario Villen Lucena

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    A mediados del siglo IX una flota de mas de cien barcos vikingos recorrio el perfil de las costas de la peninsula hasta llegar a la desembocadura del Guadalquivir, por donde penetro en territorio de al-Andalus. Los normandos remontaron el rio hasta la isla de Qabtil (Isla Menor), donde establecieron una base de operaciones para el saqueo de Sevilla. Durante cuarenta dias robaron, quemaron, violaron y mataron sin mostrar clemencia. Sevilla se desangraba mientras Abd al-Rahman II organizaba una ofensiva que fuera capaz de derrotar y expulsar de sus tierras a los mas de dos mil vikingos que las asolaban. En estas circunstancias, el destino reune a personas dispares en un grupo de supervivientes que intentara mantenerse con vida en una ciudad acosada, entregada a las ansias de botin de los temibles piratas del norte…

  • A un clic de mi destino de A.m. Silva

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    Una novela llena de amor, pasion, segundas oportunidades y secretos del pasado.

  • El Juego de Ripper de Isabel Allende

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  • Arrastrada por la tormenta de Anna Zaires

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  • Una noche loca de Liah Jones

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    Llega la cena anual de empresa y se celebra una gran fiesta, en la ciudad condal. Dos amigas y companeras deciden disfrutar de la noche… ?Lo que pase en Barcelona, se quedara en Barcelona…?
    Una historia de emociones, amistad, complicidad y sexo. No recomendada para menores de dieciocho anos, por contener escenas de sexo explicito.

  • La Venus de las Pieles de Leopold Von Sacher-masoch

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    En La Venus de las pieles el lector descubrira en Severino al sujeto que busca una dominadora a la cual esclavizarse, acudiendo inclusive a obligarse formalmente mediante un contrato que consagrara con detalle su deber, voluntariamente consentido, de someterse a las mas diversas situaciones humillantes y a las sofisticadas torturas que ofrece la imaginacion depravada de los dos firmantes, con el fin de provocarse la ansiada excitacion sexual, al tiempo que el sujeto pasivo que recibe el beneficio del sufrimiento es puesto en el centro de un ritual de dolor, humillacion y sumision, de desdenosa frialdad y de castigos fisicos y morales, que entre mas insufribles le resulten, le propiciaran el extasis buscado. No olvidemos que es Severino quien fuerza a Wanda, contra la voluntad de ella, a adoptar el papel de ama y a aceptarlo a el como esclavo, para lo cual la obliga incluso a firmar un contrato, una de cuyas clausulas estipula que debera ir envuelta en pieles tan a menudo como pueda y, en particular, cuando se muestre cruel con su esclavo. Asi que ya saben: sumerjanse en la lectura de esta novela que con tanta agudeza profundiza en la imposible igualdad de las relaciones amorosas y quizas hallen aqui esas alegrias verdaderas que la vida tan cruelmente nos niega.

  • A Sexy Berling Interlude (Sexy Berling 3) de Maya Blair

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    Desnudo. Aprieto el cinturon del albornoz y levanto las piernas del suelo para apoyar los talones en el borde de la butaca a la vez que las rodeo con los brazos. Gabriel Berling esta... aqui. Desnudo. Con un suspiro suspendido en los labios, aposento la barbilla encima de las rodillas y me recreo en la vision de ese demonio que horas antes vestia de Armani, pero que ahora mismo duerme cual angelito en mi cama --!mi cama!-- tal y como su madre lo trajo a este mundo. Oh, Senor... Se que nada volvera a ser igual despues de que mi apartamento haya sido profanado por el mismisimo amo del inframundo. Me pregunto si habra anuncios de exorcismos expres en las paginas amarillas. El reloj digital que tengo encima de la mesilla marca las horas de manera inmisericorde, recordandome el tiempo que llevo despierta, incapaz de sosegar lo suficiente mi espiritu como para tenderme a su lado y dormir. Ya hace un rato que la luz del amanecer ha empezado a filtrarse sutilmente por las persianas, incidiendo sobre su poderosa anatomia, y yo no puedo despegar los ojos de el. Porque Gabe es una vision. Un dios neoyorquino recien caido desde lo mas alto del Olimpo de la Gran Manzana que duerme a placer enredado en mis calidas sabanas color crema. Le hago una foto mentalmente. Una sensual instantanea en la que el contraste de luces y sombras que lo envuelve realza todavia mas sus atributos fisicos. Lo recorro con la vista desde el negro cabello revuelto sobre la almohada, la relajada expresion de su rostro, los labios entreabiertos... Me deleito en su torso espolvoreado de oscuro vello por aqui y por alla mientras grabo su imagen en mis retinas; los anchos hombros, los fuertes pectorales, el definido abdomen, la sexy y pronunciada uve que se estrecha hasta perderse de vista entre las sabanas y... Me remuevo inquieta. Si sigo asi me excitare sin remedio, pero no puedo evitarlo. Y que conste en acta que estoy siendo buena, porque solapo el acuciante impulso de comermelo a bocado limpio con el inocente sucedaneo de hacerlo con los ojos. Aunque empiezo a replantearmelo seriamente. Quiza deberia de tumbarme a su lado y despertarlo con languidas y traviesas caricias de mi lengua a lo largo de su... De repente, se mueve. Apenas una ligera crispacion de dedos, un gesto que desaparece tan rapido como llego. Espero, expectante, a que surja de nuevo cualquier leve indicio que me diga que se esta despertando, pero los minutos transcurren sin que suceda nada. Si no fuera porque esta nevando, me pondria la ropa de deporte y saldria a correr por el barrio, pero los copos no han parado de caer desde las cuatro de la madrugada, asi que me encuentro oficialmente atrapada entre las paredes de mi apartamento, con un tentador bello durmiente apenas cubierto por la ropa de cama. Con un sonoro resoplido, me aparto de la frente un mechon de pelo que se ha escapado de mi mono, deposito los pies en el suelo y me levanto de la butaca para caminar descalza en direccion al cuarto de bano. En mi mente revolotea el recuerdo de sus incendiarios besos en el sofa, de nuestros cuerpos enredados sobre la alfombra. Cierro la puerta tras de mi y apoyo la espalda en ella con un gemido a la vez que cierro los ojos y vuelvo a sentir su lengua seduciendo la mia, sus labios deslizandose por mi cuello para terminar por devorar con despiadada fruicion mis pechos... Me digo que tengo que parar, pero soy incapaz de ponerle freno al desfile de imagenes que asaltan mis sentidos; fugaces flashes que me hacen estremecer presa del insaciable apetito que el ha despertado en mi. --?Por que? Es tan sencillo sucumbir... Tan, tan… bueno. Alzo los parpados, me adelanto hacia el lavamanos y, apoyandome en el mientras abro el grifo, recojo el agua fria en la ahuecada palma de mi mano para proceder a refrescarme el rostro y la nuca. Y lo hago una y otra vez, hasta que siento que las espirales de deseo que se arremolinan en mi vientre vuelven a aquietarse. --Aqui estas. Abro los ojos de golpe. Las manos de Gabriel entran en mi campo de vision y se asientan con firmeza a los lados del lavabo, atrapandome entre la fria ceramica y su vibrante calor corporal. Entonces, pega el torso a mi espalda y hunde el rostro contra mi cuello para depositar un humedo beso al tiempo que busca mi mirada en el reflejo del espejo que esta frente a nosotros. --Te tengo --musita entre mordisco y mordisco. Dios, si, me tiene. Y en mas de un sentido, maldito sea. Me estremezco y dejo caer los parpados, abandonandome al torbellino sensorial que despierta en mi con cada nuevo toque de sus labios, de su lengua, de sus dientes. Noto como mis pezones se erizan y mi vagina se derrite. Cada pulgada de mi ser lloriquea por el, por lo que va a venir a continuacion. Su brazo derecho me cruza el torso, se desliza por la abertura del albornoz y apresa mi pecho izquierdo en la cuenca de la mano. --Abre los ojos, Dee. Lo estruja y manosea hasta que lo siento insoportablemente tierno, sensible. Bajo la tortura de sus dedos, mi pezon se convierte en un apretado boton y los ramalazos de placer se disparan derechos a mi entrepierna, que se contrae con cada nuevo roce. --Miranos. Obedezco. El espejo del bano me devuelve dos reflejos; uno es el de una mujer ruborizada, de mirada vidriosa y labios entreabiertos en un silencioso gemido, el otro el del oscuro e imponente hombre pegado a su espalda. Gabriel abandona mi turgente seno y abre el albornoz, deshaciendo el nudo del cinturon con tirones impacientes. Puedo notar la solidez de sus intenciones presionando con insistencia mi trasero, sus manos remontando las curvas de mi cuerpo en una lenta caricia desde la cintura hasta los hombros, minandome la voluntad antes de hacer resbalar el tejido de algodon hacia abajo y dejarme expuesta casi por completo. --Preciosa --musita en mi oido antes de enredar sus dedos con los mios, que siguen aferrados al lavabo, y depositar un beso de boca abierta en la despejada nuca. Su lengua es fuego contra mi espalda. Me excita, me consume. Desciende con febril sensualidad a lo largo de la linea de la columna, haciendome sacudir presa de deliciosos escalofrios y poniendo mi piel en guardia. --Albornoz fuera --grune pegado a la curva de mi trasero, incapaz de avanzar mas a causa de la barrera de tejido que se interpone entre el y mi carne desnuda. Me obliga a aflojar el agarre y abandonar la frialdad de la ceramica para permitir que la prenda caiga al suelo. El algodon se arremolina a mis pies con un quedo susurro y Gabriel sonrie contra mi piel, satisfecho. Ahora estoy tan desnuda como el, cada pulgada de mi cuerpo revelada para su goce y disfrute. Sus dedos constrinen mis caderas y percibo el calido toque de su aliento sobre las nalgas segundos antes de que su boca se apodere de una de ellas.

  • Eres lo mejor que me ha regalado la vida de Sophie Saint Rose

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    Romina no se podia creer lo que le estaba pasando. Al fin habia encontrado una habitacion en Nueva York que se podia permitir sin que fuera un sofa-cama. Y ademas sus caseros eran dos ancianitos estupendos que la trataban como no la habian tratado en su vida. Lo unico malo, su nieto. Que aunque estaba para comerselo no la tragaba. La consideraba una aprovechada. Esperaba que su relacion no fuera a peor, pero lo dudaba mucho.

  • Dulce locura de Rocio Pena

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    – Ariana – Miro a mi alrededor y una gran pena me embarga, cinco anos de mi vida me rodean, mire donde mire un recuerdo viene a mi, voy a echar muchisimo de menos el que ha sido mi hogar, mi refugio, mi santuario... Respiro profundamente intentando centrarme, no se por donde empezar, mas de una decena de cajas vacias y mis maletas esperan que las llene, asi que dejo la nostalgia y la tristeza a un lado y me pongo a recoger mis cosas de inmediato. En menos de dos horas lo tengo todo listo y recogido y estoy esperando a los de la mudanza, me llevo solo lo justo y necesario, ya comprare lo que me haga falta cuando llegue a mi destino. A las doce de la manana tengo un coche esperandome en la calle, me pongo unas gafas de sol y un sombrero para intentar pasar desapercibida. No me gusta que me reconozcan por la calle y mas siendo noticia que en esta semana vuelvo a Los Angeles. Me recuesto en el asiento de la limusina que han mandado a recogerme, me siento insignificante mientras observo por el cristal la ciudad que tanto me ha dado... Paris, la ciudad que me ha hecho crecer tanto a nivel personal como profesional, en la que dejo atras muchos amigos y un gran amor. Un suspiro sale de mis labios mientras recuerdo a Alain, hace mas de un ano que terminamos con nuestra relacion, fue una relacion maravillosa, pero una relacion con la que yo acabe, todavia me siento mal al recordar el dia en que lo deje... Dejando esos malos recuerdos a un lado, pienso en como al terminar nuestra relacion pudimos conservar una bonita amistad, asi que con eso me quedo, me llevo a Alain como un amigo, mi mejor amigo. De camino al aeropuerto me recreo admirando la ciudad, intentando recordar cada detalle, se que volvere a menudo, pero me da pena dejar de vivir en ella y sobre todo dejar a los amigos que he hecho aqui. Ayer me sorprendieron con una fiesta de despedida, sonrio con anoranza mientras cojo mi movil y busco las fotos que nos hicimos, me quedo mirandolas un largo rato, sin darme cuenta de que llegamos al aeropuerto. – Senorita Vega - me dice el chofer abriendome la puerta - hemos llegado. – Gracias, ya voy - cojo mi bolso y salgo del coche. Las luces de los flashes caen sobre mi y de repente se desencadena el caos. – Ariana ?es verdad que tiene una relacion con un gran actor y que por eso vuelve a Los Angeles? Agacho la cabeza e intento abrirme paso. – ?Esta usted embarazada? No se habla de otra cosa ultimamente - me pregunta otro periodista. – ?Ha perdido su trabajo con las grandes firmas parisinas? Y asi mil preguntas mas... ?Pero donde cono estan los guardaespaldas y mi manager? – !Ariana! !Ariana! – Se habla de que puede dejar de ser un angel de Victoria's Secret ?Es verdad? Me paro y armandome de valor contesto a sus preguntas lo mejor que puedo, hasta que por fin llega Carlos, mi manager, que viene acompanado de un mini ejercito de guardaespaldas. – ?Como se te ha podido ir esto de las manos? - le pregunto a mi manager mientras entramos en el aeropuerto – !Joder Carlos! Estas perdiendo facultades. Mi manager es como un padre para mi, desde que me descubrio en la playa cuando tenia dieciseis anos y empece en el mundo de la moda ha estado a mi lado y se ha ocupado de mi, es como uno mas de la familia. El pobre me mira con mala cara, sabe que odio todo este circo. – Lo siento... me he liado un poco. – ?Pasa algo? – No, tranquila es solo que he discutido con Melanie, no nos ponemos de acuerdo con el tema del divorcio. – Perdoname - lo abrazo y le doy un beso en la mejilla - tampoco ha sido para tanto. Ver al hombre que me quiere como una hija, tan preocupado me rompe el corazon, se que sigue enamorado de su esposa y que lo esta pasando muy mal. Cuando por fin llegamos a Los Angeles voy directamente al apartamento que tengo alli, esta frente a la playa, vivi aqui desde que me vine de Espana cuando Carlos me consiguio mi primer contrato y nunca he querido mudarme, al entrar veo que esta todo limpio y arreglado. – He mandado a alguien para que lo tuvieras todo listo, y tienes la nevera llena. – Gracias Carlos, no se que haria sin ti. El me sonrie y me da un beso en la mejilla. – Me encanta que por fin hayas vuelto, asi te puedo tener mas cerca. – Eso es lo que mas me alegra de haber vuelto, te echaba mucho de menos. – Y yo a ti - me da un beso en la mejilla y se separa de mi intentando ocultar su emocion - bueno, yo ya me voy - dice mientras suben las ultimas maletas - ten cuidado y no te olvides de llamar a tus padres. – Tranquilo que me portare bien. Me da un beso y se despide. – El lunes nos vemos, que pases un buen fin de semana. – Ten cuidado tu tambien y alegra esa cara no me gusta verte asi. El asiente, me sonrie y se marcha. Lo primero que hago al quedarme sola es llamar a mis padres y hablar con toda la familia; con mi madre, con mi padre, con mi hermana y con mi abuela, de repente me entra la pena por tenerlos tan lejos y contengo las lagrimas como puedo, parece mentira que lleve diez anos viajando por todo el mundo y casi sin verlos y que cada vez los necesite mas, creia que con el tiempo los extranaria menos, pero es completamente, al contrario. Cuando me despido de ellos mi madre me da la gran noticia de que en diciembre vendran todos a pasar las navidades conmigo y eso me hace ponerme como loca, ya estoy contando los dias para tenerlos aqui. Despues de la charla me preparo un sandwich y me lo como en un suspiro, !estaba hambrienta!, luego me meto en la ducha para darme un buen bano, al salir de la ducha el cansancio por el viaje puede conmigo, me seco, me pongo el pijama y me acuesto dispuesta a dormir doce horas como minimo. El timbre de la puerta me despierta, me levanto sobresaltada, miro el reloj del movil, son las diez de la manana, voy rapidamente hacia la puerta mientras que el sonido estridente no deja de parar, siguen llamando una y otra vez. ?Pero quien sera? Al abrir me encuentro con las locas de mis amigas, se tiran encima mia, dandome besos y gritando sin parar. – !Me habeis tirado al suelo! - grito riendome. Las chicas se rien y tiran de mi para levantarme. – Teniamos tantas ganas de verte - me dice Kim dandome un fuerte abrazo. – !Oye, no os olvideis de nosotras! - grita Amanda uniendose al abrazo junto a Lais. – Yo tambien os he echado de menos, chicas. Mis amigas son las mejores del mundo, nos conocimos cuando llegue a la ciudad, estabamos en la misma agencia de modelos y rapidamente nos hicimos amigas, hoy en dia seguimos siendo companeras de trabajo y grandes amigas. Kim, es la mayor de todas, tiene veintinueve anos, es de Nueva York, mide 1,90 cm, es rubia, de tez clara y ojos azules. Amanda es italiana, tiene veinticinco anos, mide 1,80 cm, es castana, de tez morena y ojos azules. Lais es inglesa, es la mas pequena del grupo, tiene veinticuatro anos, mide 1,90 cm y es una belleza mulata con unos grandes ojos negros. Y yo, la cuarta del grupo, soy espanola, justamente de Mallorca, tengo veintiseis anos, mido 1,85 cm, tengo el pelo negro, la tez clara y unos grandes ojos verdes, de ahi que muchos me llamen la pantera. Las cuatro somos modelos profesionales y tenemos la gran suerte de trabajar con las mejores firmas, con los mejores disenadores y de ser cuatro de los famosisimos Angeles de Victoria's Secret.

  • Besame, Princesa, Cathryn de Bourgh de Cathryn De Bourgh

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    Novela romantica contemporanea.

  • No hay salida (Lottie Parker 4) de Patricia Gibney

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    No hay nada mas peligroso que un rostro familiar
    Un grito corta el aire en un entierro en el cementerio de Ragmullin. Encogido en el fondo de una tumba abierta yace el cuerpo semienterrado de una joven. La inspectora Lottie Parker debe encargarse de la investigacion y enseguida sospecha que podria tratarse de Elizabeth Byrne, una joven desaparecida pocos dias atras al volver del trabajo en tren desde Dublin.
    Poco despues, otras dos mujeres de Ragmullin desaparecen, y Lottie y su equipo creen que un asesino en serie anda suelto. Ademas, las desapariciones son muy parecidas a la de un caso sin resolver de hace diez anos.
    Bajo presion por parte de su nuevo jefe y de la prensa, Lottie tratara de resolver el caso, pero ?lograra hacerlo antes de que haya mas victimas?

  • Una casa en amargura de Elisa Vazquez De Gey

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  • West (Los hijos de monica amder 4) de Erina Alcala

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    La madre de West Amder, Monica Amder, siempre estuvo enamorada de su padre, West Amder desde el dia que entro al rancho de su madre en Dubois, Wyoming, y ella lo contrato como cocinero. West, se llamaba como su padre. Su padre habia estado cuatro anos antes en Nueva York, de joven, estudiando varios cursos de cocina, aprendio y obtuvo su titulo ser chef y su sueno era montar su propio restaurante en Manhattan. Era oriundo de Montana. Su abuelo murio y su padre y su tia vendieron el rancho que tenian repartiendose el dinero. Y su padre tomo rumbo de nuevo a la gran manzana a montar su restaurante. Se habia enfadado con su hermana porque no queria que se vendiera el rancho familiar, pero su hermana le dijo que si el se iba, ella no podia hacerse cargo del mismo y quiso venderlo. Asi que no les quedo mas remedio que venderlo. Y se repartieron el dinero. Pero al llegar a Cheyenne, Wyoming, cansado y enfadado, su padre vio el anuncio en el que se necesitaba cocinero en un rancho y por un impulso decidio ir a ver. Y vio a su madre y fue un flechazo. Y se quedo alli, enamorado de su madre. Su madre, Monica Ponce, habia nacido en Malaga, Espana, de padre malagueno y madre americana, cuyo abuelo, el bisabuelo de John, tenia un rancho en Dubois, un pueblo del estado de Wyoming y cuando este murio, los padres de su madre tuvieron que irse desde Malaga a hacerse cargo del rancho. Y su abuelo lo hizo prospero. Su abuela murio anos despues y su madre se quedo sola con su abuelo en el rancho y alli crecio. Sin embargo, la noche de la fiesta de graduacion del instituto, su madre se acosto con un chico que le gustaba del rancho de al lado y concibio a su hermano mayor Alex, dejandole el apellido Ponce cuando nacio. Sin saberlo, su abuelo, el padre de su madre quiso que su madre Monica, estudiara en la universidad de Malaga y asi estar con sus abuelos paternos. Y alli nacio Alex, en Espana, su hermano mayor al que su madre le puso su apellido y nunca, ni su abuelo, ni su padre supieron de el hasta que su madre, regreso al rancho seis anos despues. Sin embargo, el padre de su hermano Alex, tenia una novia, desde el instituto y se caso con ella y se fue a vivir a California, porque estaba embarazada y eligio entre su madre y su hermano y su novia, y su madre se quedo sola con su hijo en el rancho. Cuando su madre llego al rancho con su hermano Alex con casi seis anos, su abuelo murio y ella tuvo que reformar el rancho que estaba hecho una pena. Contrato a trabajadores y se enamoro del cocinero, un chico de Montana, su padre West y al que su hermano Alex quiso mas que a su propio padre que no fue a verlo nunca mas, salvo llamarlo por telefono y mandarle dinero mensualmente. No lo volvio a ver hasta los 17 anos. Sin embargo, su hermano mayor, si iba al rancho de al lado de pequeno y hasta los 17, con sus abuelos, los padres de su padre que lo querian mucho. Su padre nunca le puso el apellido y su madre no quiso que West, su padre, le pusiera el suyo, para no hacer dano a su verdadero padre Nolan, y paso a llamarse Alex Ponce, el apellido de su madre que siempre tuvo y no quiso cambiarlo. Su madre, se caso con su padre West y tuvo dos gemelos, su hermano John y el mismo. Por eso, ellos se llamaban Amder Ponce, dos apellidos porque su madre decia que en Espana se tenian los apellidos, el del padre y de la madre. Y para que los uniera al menos el suyo a todos sus hijos. Cuando su hermano Alex acabo el instituto, el y su hermano gemelo, tenian diez anos y leves recuerdos del rancho, su madre, vendio su rancho y se fueron todos a Nueva York. Su madre les dijo que iban a cumplir el sueno de su padre West de montar un restaurante o una cafeteria. El, nunca habia visto una pareja que se amara mas que sus padres. Siempre se lo decia a su madre, conforme crecia, que queria un amor como el de ellos y una mujer como su madre, que se amaban tanto. El no veia que discutieran sino por tonterias y su padre cogia a su madre en alto y se le quitaba el enfado, y siempre estaba cogiendola y besandola y ella a su padre igual. Siendo ellos pequenos, participaban en esos juegos. En la adolescencia, le parecian pesados, pero despues, eran una envidia para todo el mundo. Eran su media naranja, el amor de su vida cada uno. Cuando se fueron a Nueva York, compraron un apartamento enorme y precioso y sus padres montaron una cafeteria justo en el bajo del apartamento. Compraron el local y lo disenaron. El edificio tenia gimnasio y piscina. Y su madre siempre era la madre generosa que no queria que le faltara nada a sus hijos, y su padre era mas recto y lo respetaban y querian y West, se emocionaba a veces con sus hijos, sin disimular nada. Tan solo queria que sus hijos fueran honrados, trabajadores y buenas personas. Justo el ano que se cambiaron a Nueva York, Alex su hermano mayor, recibio una beca para estudiar en Harvard. Habia solicitado Derecho y alli, conocio al amor de su vida, su cunada Sofia, de Marbella, como su madre y su abuelo. Sus padres murieron en un accidente y Sofia tuvo que irse de nuevo a Espana, pero volvio a por su hermano anos mas tarde y desde entonces eran otra de las parejas mas felices que conocia. Ella trabajaba como criminalista en el FBI y su hermano era abogado de derecho laboral y financiero. Y tenian ya dos hijos, Ana y Alex. Y sus padres estaban encantados. West tambien habia estudiado en Harvard, con su hermano gemelo, pero mientras el hacia arquitectura, su hermano John, siempre quiso ser agente del FBI y estudio criminologia y un master de dos anos. Todos sus hermanos lo hicieron. Al terminar, tenia 24 anos y en unos meses encontro trabajo en un estudio importante de arquitectura en Manhattan y se independizo. Sus padres le regalaron un apartamento amueblado y decorado, como a su hermano Alex y como casi un ano despues harian con su gemelo John, ya que este quiso quedarse a estudiar en casa hasta entrar en el FBI y aprobar los examenes y se comprara otro en su mismo edificio. El apartamento era de tres dormitorios y un despacho, precioso y completo con mesa de disenar y todo lo necesario para trabajar en casa. Se compro un coche y se levantaba temprano, hacia ejercicio en el gym de su edificio y nadaba todas las mananas. Tenia un cuerpo perfecto. No en vano eran tipos altos, de uno noventa, como su padre, morenos y de ojos negros y profundos, con cuerpos de dioses. Tuvo suerte de entrar en ese estudio de arquitectura y con los anos se hizo un buen nombre. Tenia encargos de gran envergadura a pesar de ser joven. Era demasiado perfeccionista y trabajador. Se pasaba por las obras y miraba todo al milimetro. Todo debia salir bien. Tenia su propio despacho inmenso para el solo. Iba todos los fines de semana a ver a sus padres, o a comer a la cafeteria los sabados, y salia a veces con su hermano John, que vivia en su mismo edificio y que ya llevaba unos anos en el FBI. Salian con chicas y las llevaban a casa, pero mientras John era mas mujeriego e independiente y extrovertido y no queria lios con ninguna mujer. El era distinto, se parecia mas a su padre en ese sentido. No le satisfacia salir una noche con una y al fin de semana siguiente con otra y la vida loca que llevaba su hermano John. Asi que a veces no salia con el. Tuvo un par de relaciones, mas bien cortas porque era tan perfeccionista en el trabajo como lo era en las relaciones. Era serio y critico. Era mas introvertido que su gemelo. Sin embardo era feliz, con su trabajo, su casa y su vida tranquila y como queria llevarla. Pero todo eso cambio el dia que cumplio 31 anos. En septiembre, a su vuelta de vacaciones. Blanca Prieto, era una chica bajita, preciosa, extrovertida. Tenia un pelazo largo y moreno por la cintura, liso y unos ojos verdes, que enamoraban. Era una chica graciosa con una sonrisa que derretia un iceberg, tan pequena como una munequita... Hablaba con todo el mundo, ya fuera en el autobus o con algun extranjero que preguntaba por algun lugar. Sabia ingles a la perfeccion y algo de italiano y aleman. Era una chica feliz por naturaleza. Vivia aun en casa de sus padres. Sin embargo, su hermana Luz, ya se habia casado y divorciado y ahora vivia con un policia local de Sevilla. A su hermana le duro el noviazgo once anos y el matrimonio dos, pero ahora estaba feliz. Su madre, cuando tuvo a su hija Luz, no quiso tener mas hijos, porque tuvo una cesarea que fue horrible y sabia con certeza, que, si tenia otro hijo, tambien le iban a hacer otra cesarea, pero su hermana Luz insistio tanto que tuvieran otro y fue Blanca la que nacio, tambien por cesarea. Una nina radiante. Y siempre se llevaron bien las dos hermanas a pesar de la diferencia de edad, casi nueve anos. Tan solo discutian cuando una se quitaba la ropa a otra, sin permiso. Sus padres eran los dos funcionarios. Su padre era ingeniero y su madre, profesora de literatura y le encantaba escribir. Era una romantica empedernida y Blanca a pesar de su coraza extrovertida, las dos hijas le salieron romanticas. Su padre era mas racional, pero amaba a sus hijas por encima de todas las cosas. Cada vez que abrian la boca, alli estaba el padre a ayudarle. Y la madre, Carmen, disfrutaba comprandoles ropa, aunque tuviesen que ir a descambiarla, pero disfrutaba con ello. Le encantaba la Navidad y ponia un Belen todas las Navidades y un arbol que eran envidiados. En la mesa no le cabian a su madre mas figuras, porque era una enamorada de la Navidad y a sus hijas les paso el amor por esas fiestas. Entre otras cosas

  • Monica sin frenos de Elsa Tablac

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    La doctora Monica Arqueros entreabrio los ojos aquella manana y lo primero que penso fue que habia demasiadas respiraciones en esa habitacion. Sintio la punzada resacosa entre las cejas y noto un excesivo calor humano a izquierda y derecha. Tardo varios segundos en darse cuenta de que esa no era su cama. Esto no era ninguna novedad. Lo de tardar en ubicarse, quiero decir. Solia tener algunos problemas para situarse al abrir los ojos todas las mananas, debido a su sueno profundo. Pero alli no habia ningun equivoco. Esa manana se desperto acompanada de dos hombres. Otra vez. A su derecha dormia Raul. A su izquierda, Martin. Era la tercera vez, el tercer viernes consecutivo, que aquello sucedia y un torbellino de pensamientos la azotaba en los dias posteriores. Aquel sabado se habian despertado en casa de Martin. Era un apartamento enorme situado en el centro de la ciudad, en pleno Eixample barcelones, no demasiado lejos de donde Monica vivia. Sin embargo, y a pesar de que su piso no estaba nada mal, el de Martin era mucho mas impresionante y, desde luego, demasiado grande para una sola persona. De las conversaciones veladas que mantuvieron aquellos dias, dedujo que se trataba de una herencia familiar, gracias a un comentario fugaz de el, que venia a decir algo asi como que con su sueldo de bombero nunca hubiera podido acceder a aquel impresionante apartamento con toques modernistas. Monica volvio a cerrar los ojos y percibio claramente los ronquidos de ambos. Hundio el rostro en la almohada y trato de relajarse. Tal vez no era tan mala idea dormir un rato mas y, con toda probabilidad, disfrutar de una buena sesion de sexo cuando los chicos se despertasen. Aunque no eran precisamente madrugadores. Levanto la cabeza y echo un vistazo al despertador que habia sobre la mesilla de noche de color blanco nacarado. Eran las ocho y diez. Ella era super madrugadora, rara vez se levantaba mas tarde de las siete y media. Se giro y encaro a Raul --ya no tenia ningun problema en reconocerse a si misma que era su favorito de los dos, a pesar de que primero habia conocido a Martin--. Acerco su cuerpo desnudo al de el debajo de las sabanas, buscando su calor. Repto hacia el hueco que quedaba entre su cuello y la almohada y espero acontecimientos, pero el ni se inmuto. Acerco su mano al miembro de el, semierecto y lo acaricio. Nada. Cinco minutos despues, Monica decidio escapar de aquella cama y de aquella casa y aprovechar la manana. En medio como estaba de los dos bomberos, iba a ser muy complicado salir de ahi sin despertar al menos a uno de ellos. Y aquellos despertares eran lo que peor llevaba de la absurda situacion en la que se habia visto envuelta. Absurda pero demasiado irresistible. Reunio toda su energia matutina y salto por encima de Raul. Empezo a vestirse en silencio. Localizo rapidamente toda su ropa interior, los vaqueros y la blusa que se habia puesto para aquel tercer encuentro a tres bandas. En ese momento se sintio como una "ninja" del amor y casi solto una risita ante su propia ocurrencia. Se coloco las zapatillas deportivas y se dirigio al salon, donde se sento un momento en el brazo del sofa para abrocharse los cordones. Cuando se incorporo, se encontro con la mirada escrutadora de Raul, que la habia seguido hasta el salon nada mas levantarse. --?Huyendo a escondidas, doctora? Ella sonrio y enseguida sintio que sus mejillas se encendian. A el le habia dado tiempo de colocarse unos calzoncillos slip negros y ajustados y estaba plantado delante de ella como la tentacion que era. Monica se incorporo y el se acerco para abrazarla. Entonces sucedio algo que la desconcerto, porque Raul la beso de forma inequivoca, entreabriendo los labios con su lengua y entreteniendose mas de lo normal, aprisionandola entre sus biceps. Mmmmm, ?realmente queria marcharse? En el momento en que sus cuerpos se separaron, ella completamente vestida y el semidesnudo, Monica se dio cuenta de que era la primera vez que Raul y ella estaban solos de esa forma, compartiendo cierta intimidad. Miro hacia la puerta del salon, esperando que Martin apareciese de un momento a otro y les interrumpiera, pero no lo hizo. Seguia durmiendo. Raul tambien habia salido a hurtadillas de la habitacion. --Me gustaria quedarme un rato mas, pero tengo que irme. He de hacer unos recados. --?Un sabado a las ocho de la manana? Pense que podriamos salir a desayunar -- contesto el, aun sin dejarla marchar y sin perder aquella sonrisa que la estaba volviendo loca por momentos. Monica levanto las cejas en senal de sorpresa. Si que era cierto que los tres habian compartido un desayuno frugal los dos sabados anteriores, pero se habia limitado a un poco de fruta, cafe y tostadas, lo que tenian respectivamente en casa de Martin y en la suya propia. En ningun momento se habian dirigido al piso en el que vivia Raul. Pero, ?lo estaba entendiendo bien o le estaba proponiendo que fuesen ellos dos solos a una cafeteria? La doctora reculo:--Bueno, suena muy tentador, pero Martin se pasa las mananas del sabado durmiendo y yo…soy bastante madrugadora. El le confirmo sus sospechas: --No, dejemoslo que duerma. Me refiero a salir a desayunar nosotros... tu y yo. Me visto en un momento y vamos a algun sitio por aqui cerca. ?Que te parece? --Me encantaria, de verdad. Pero no puedo entretenerme mas hoy. Y bueno, lo de anoche, estuvo genial, pero creo que no puedo comprometerme todos los viernes...-- lo aparto suavemente y se acerco a uno de los taburetes de la cocina para recoger su chaqueta y su bolso. El gesto contrariado de Raul no le paso desapercibido, pero por suerte, el no insistio. Tal y como se habian desarrollado los acontecimientos, no podia permitirse en aquel momento un signo de debilidad. A pesar de lo comoda que estaba su lado, se sentia "rara" dejando fuera a Martin. --Entiendo. ?Hablamos esta semana? --Claro, hablamos --contesto ella. --Vale. Te llamo, entonces. Aquello empezaba a ser raro. En ningun momento le habia dado a Raul su telefono. El punto de contacto entre ambos nunca habia dejado de ser Martin, que seguia durmiendo a pierna suelta. De repente sintio que la temperatura de aquella casa subia y subia. Monica necesitaba aire. Le dio a Raul un beso en la mejilla y salio rapidamente del apartamento, buscando la calle con cierto desespero. ?Como has podido meterte en semejante berenjenal? Fue lo primero que penso Monica cuando llego al portal del edificio y salio por fin a la calle. Para colmo, esperaba que el sol le diera de lleno en el rostro y se encontro con una poderosa nube que amenazaba tormenta. Echo a andar sin mirar atras, aunque tampoco esperaba que Raul la estuviese siguiendo, la verdad. La doctora echo mano del metodo cientifico para analizar la situacion. Las cosas estaban asi. Habia empezado a tontear con Martin hacia unos meses. Lo conocio a traves de "una conocida aplicacion de contactos", que era la expresion que usaba habitualmente cuando alguien osaba preguntar y a ella no le apetecia resumir todo en una palabra (que no era otra que Tinder). Habian quedado en un par de ocasiones, un par de cenas aqui y alla, unos cocteles en dos o tres bares de moda, unas sesiones de mantita y Netflix y, cuando todo parecia que estaba mas o menos encaminado a convertirse en algo serio, o al menos "en algo", Martin desaparecio del mapa. Dejo de contestar a sus mensajes. Muerto. Devorado por un tiburon. Atropellado por un autobus. A partir de entonces, Monica lo dio oficialmente por desaparecido y procedio a cambiar su nombre en la agenda telefonica de su movil. Martin paso a ser "Ryan Ghosting". ?Que paso despues? Bien, lo que os podeis imaginar… La doctora Arqueros se entretuvo con su ajetreada actividad profesional como dermatologa, consultora cosmetica, fan de las sesiones de pilates, y deslizadora de fotos de hombres en la "conocida aplicacion de contactos" y se olvido por completo de que este chico, Martin, 37, bombero, existia sobre la faz de la tierra. Existe una fuerza sobrehumana, algo energeticamente dificil de explicar, que hace que los hombres regresen de entre los muertos una vez ha pasado un tiempo prudencial y olisquean desde una inexplicable distancia que ya has pasado pagina. En efecto: un buen dia, Ryan "Martin" Ghosting resucito en forma de mensaje de Whatsapp. ?Que hacer ante tal desgracia? Lo logico, lo que hay que hacer SIEMPRE en esta situacion tan desconcertante, sin dudar, repetimos; SIEMPRE; es borrar el susodicho mensaje y hacer como que nunca ha existido. Y para ya rozar la perfeccion, lo ideal es bloquear al muerto viviente en cuestion en tu agenda del telefono. Pero para ser sinceras, Monica habia retomado sus flirteos bastante rapido y no le afecto demasiado esa reaparicion estelar de Martin. Habia estado desaparecido exactamente cinco semanas. Y el muy capullo sabia que habia obrado mal, pero escurrio el bulto con cierta torpeza, alegando un viaje de trabajo. Si, era bombero y no habia ido a apagar fuegos al Amazonas, pero si puso como excusa un viaje a Brasil para participar en un simposio internacional de apagafuegos. En definitiva, era una excusa aparatosa, pero Monica lo paso un poco por alto.

  • Yo no decidi sonarte de Eva Cornudella

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    Silvia es una abogada en plena crisis personal y familiar, y Lola una profesora de bachillerato que esta inmersa en una relacion tormentosa. Ambas deciden tomarse un parentesis en sus vidas. En esa huida de su realidad coincidiran de la forma mas inesperada y acabaran compartiendo tres dias con Paco, editor profesional, y Mario, neurologo y psicoanalista, viviendo una serie de experiencias que les llevara a creer en la fuerza de lo inexplicable.
    Pero la novela nos lleva un paso mas alla: la conexion que experimentan los personajes escapa de la racionalidad cientifica y los cuatro buscaran una explicacion a lo ocurrido durante esos dias.
    "Yo no decidi sonarte” es una novela inquietante donde la realidad y el mundo inconsciente se mezclan y confunden por momentos.
    Valorada por el departamento de lectura de la agencia Sandra Bruna como una novela "sin cargas retoricas ni pretension de adoctrinar al lector, en la que la autora transmite unas teorias a traves de la voz narrativa de sus personajes y es el lector quien decide la postura que quiere tomar", “Yo no decidi sonarte” nos hace plantear las siguientes preguntas:

  • Beautiful Bastard. Un tipo odioso (Beautiful 1) de Christina Lauren

    https://gigalibros.com/beautiful-bastard-un-tipo-odioso-beautiful-1.html

    Primera entrega de la saga <>.

  • El esplendor de las raices de Robin Benway

    https://gigalibros.com/el-esplendor-de-las-raices.html

  • Un geo para mi body de Sandra Bree

    https://gigalibros.com/un-geo-para-mi-body.html

  • Rosa de fuego de Carlos Ruiz Zafon

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    Situado en la epoca de la Inquisicion espanola en el siglo XV, <> cuenta la historia de los origenes de la misteriosa biblioteca, el Cementerio de los Libros Olvidados, que se encuentra en el corazon de las novelas de Carlos Ruiz Zafon La Sombra del Viento, El Juego del Angel, y ahora, El Prisionero del Cielo.

  • 7 Horas para Cambiar de Vida de Jota Norte

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    Es curioso, ?verdad? Somos un producto de nuestras circunstancias, nuestras decisiones y nuestra suerte. A veces tenemos que estar en el sitio adecuado, en el momento adecuado, y que algo nos empuje hacia delante. ?Que es este libro? Este libro es ese marco, ese contexto necesario para el cambio. Este libro es el sitio adecuado, y la vida me enseno que el momento adecuado no existe, o mejor dicho; cualquier momento es el adecuado mientras tu tengas ganas de que lo sea. Yo siempre me he empujado a mi mismo hacia delante. Bueno, en realidad lo hicieron mis metas, mis suenos, y mis ambiciones poco realistas. Aun asi, no me arrepiento de nada, pues si hubiesen sido realistas este libro no existiria. De igual modo que no existirian los telefonos, Internet, ni los aviones. ?Escribes este libro por dinero? No. La version digital (ebook) es gratuita en aquellas plataformas donde puede serlo, y en las que no dejan publicar libros gratuitos, esta al minimo precio y dona el 100% de los beneficios del autor a organizaciones de investigacion cientifico-sanitaria dedicadas a combatir el envejecimiento. ?Por que escribes este libro? Simple; porque descubri, tarde, que mi mayor aspiracion en la vida es cambiar la tuya. Cambiar tu vida, si. Y aunque yo termine pagando -- a muy buen precio -- informacion para seguir cambiando la mia, comence gratis, y por un golpe de suerte. Asi que hoy quiero que te toque a ti. Quiero que tu seas quien quieres ser, y que sueltes peso que no necesitas cargar a tus espaldas un solo dia mas. Pero... ?Quien soy yo para decirte nada? Bien, yo soy Jota. Jota es el pseudonimo que uso en Internet para proteger mi privacidad. A fecha de escribir este libro tengo solo 23 anos, y aunque soy Espanol trabajo como enfermero con pacientes criticos en pleno centro de Liverpool, Inglaterra. Ademas, en mi tiempo libre termino estudios de psicologia, mi segunda carrera, y soy el director de Meta Norte, un proyecto dedicado al desarrollo en las siguientes areas; Salud (Nutricion y Ejercicio), Trabajo (Metas y Dinero) y Conducta (Personalidad y Sexualidad). Semanalmente ofrezco contenido en estas areas, en forma de blogs y videos. El 95% del contenido es gratuito, y lo que no se reinvierte en el propio proyecto o se dona a organizaciones cientifico-sanitarias de investigacion. El resto del tiempo, el que no dedico a mi pareja, lo empleo en escribir libros -- normalmente, bastante mas largos que el que tienes delante --. ?De donde surgio la idea de este libro? De tantas personas a las que he intentado ayudar y siempre han encontrado una barrera, una excusa, o no han sido capaces de encontrar un impulso. Decidi escribir un libro gratuito, que pudiera leer cualquiera, y que sirviese como una patada en el trasero de cualquiera para poner fin a una historia y comenzar otra. Yo he visto como mi vida cambiaba radicalmente varias veces. Pase de vivir en casa de mi madre a tener mi apartamento en un pais extrano. De creer que comia sano a hacerlo de verdad. De envidiar a personas atractivas a convertirme en una. De querer saber mas a hacerlo. De considerarme pobre y vulnerable a tener mas seguridad economica y mejores finanzas que la mayoria de personas de mi edad. ?Este libro es para ti? Si, podria seguir con la lista de antes, pero este libro va sobre ti, no sobre mi, asi que esta es la ultima mencion que hago a mi vida personal -- la cual, asumo, no te importa lo mas minimo --. La cuestion es que, a base de ver una y otra vez que yo podia, y que yo no era nadie especial, me he dado cuenta de que todos pueden. De que tu puedes. Asi que comence a pensar en como informar rapidamente a cualquiera. Y lo descubri; con un libro gratuito que recoja todo lo necesario para cambiar de vida. Ni mas, ni menos. Lo esencial, lo importante, y completamente orientado a la practica. Por eso, este libro recoge 7 horas. Una para cada tarea. Completalas todas, en orden, y solo deberas hacer caso al titulo del ultimo capitulo del libro; "Inercia". Dejate llevar y continua con lo que has empezado. Sin embargo, para que funcione necesitas algo; ganas y confianza. ?Funciona este libro? Si, si tu quieres y estas dispuesto a que funcione. Si le haces caso en todo. Sigue esas 7 horas de forma decidida, ferrea, como si no fuese negociable. Simplemente empieza y continua, confiando en que es lo correcto y es una transicion, unica y definitiva, entre el antes y el despues. Confia en que lo que estas haciendo esas 7 horas es transformar tu vida, despedirte de la antigua y dar pie a la nueva. Por supuesto, antes de poner nada en practica, lo leeras, y podras decidir por ti mismo si te parece algo practico, real y viable o no. Personalmente, confio en el poder de este libro, ya que recoge, de forma contundente y abrumadora, los consejos que siempre han funcionado cuando los he dado y que, por desgracia, a mi nadie me dio en su momento. Los tuve que aprender con paciencia. Pero no te entretengo mas. Este libro pretende ser, ademas de claro y contundente, conciso y practico, asi que comenzare con los cambios ahora mismo;

  • El precio del orgullo de Ana B. Lopez

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    Cuando Juan Jorge Graubner llego a Espana desde Viena para trabajar, jamas penso que encontraria a la mujer mas bella y atractiva que habia visto en su vida. El flechazo que sintio en ese momento hara que olvide el verdadero motivo de su viaje. Sin embargo, la clase social a la que pertenece cada uno separa su amor. ?Lograran vencer las adversidades que se les presentan por la diferencia de clases o, por el contrario, seran vencidos ellos?
    No te pierdas esta romantica novela en la que los nervios estaran a flor de piel hasta el final.

  • El granero, tu y yo (Bdb) de Antonella De Quevedo

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    Eloisa, aparentando calma y normalidad, inspiro con intensidad y extendio sobre la gran mesa el mantel de los domingos. Apoyo las manos a ambos lados y agacho la cabeza para intentar tranquilizarse. Cuando termino de preparar la mesa, se sento sin dudar un instante de que Julian, su hijo, regresaria pronto y se sentaria con ella. Confiaba en que el berrinche cesara pronto si le dejaba su espacio. Despues de largo rato, escucho el chirrido de la puerta al abrirse y unos pasos cansados que se dirigian hacia el comedor. Eloisa dejo escapar un suspiro de alivio cuando vio que su hijo estaba de vuelta. Venia bastante sudado y con sintomas de haber estado llorando, pero aun asi se sintio menos angustiada. Julian, antes de tomar asiento, miro a su madre con frialdad, con escrutinio, se sento agachando la cabeza y comenzo a comer. Queria evitar cualquier tipo de conversacion. --Espero que te guste, hijo. --Eloisa esbozo una sonrisa. --?De verdad te importa? --le solto disgustado sin apartar la mirada de su plato. --Claro que si, he guisado la carne como te gusta. --Estaba equivocado si pensaba que ella se iba a rendir. Tenia toda la paciencia y el amor del mundo para el. --Asi es como la odia papa --protesto Julian clavando sus ojos castanos en los de su madre, que brillaban y amenazaban con inundarse de lagrimas. --Papa ya no esta, no tiene sentido que cocine a su gusto --aclaro decidida pero sin alterarse. Golpeando la mesa con los punos cerrados, Julian retiro la silla de un empujon y se marcho a su habitacion ante la mirada triste de su madre. Los malos modos cada vez eran mas frecuentes en Julian, un chico que siempre habia sabido comportarse. Una vez que estuvo en su habitacion, cerro la puerta con pestillo y se tumbo en el puf gigante que tenia en el suelo. No tenia herramientas para apaciguar su frustracion, pero si era consciente de que no queria herir de manera gratuita a su madre. No se sentia orgulloso por su comportamiento, pero de alguna manera necesitaba rebelarse contra alguien, y se daba la circunstancia de que solo estaba ella. No soltaba por su boca todo lo que pensaba y no por falta de ganas, un rescoldo de sensatez lo frenaba, porque, despues de todo, no conocia al cien por ciento todo lo ocurrido entre sus padres. Era joven pero no imprudente, asi que antes de odiar a su propia madre con todas sus fuerzas, sentia la necesidad de saber quien habia sido el verdadero culpable de que su vida se tambaleara de esta manera tan asquerosa. Los adoraba a ambos, y su madre siempre estaba ahi, pero el apoyo y la seguridad que le transmitia su padre eran cuanto creia que necesitaba para terminar de convertirse en un hombre. Sabia que su padre habia tocado fondo por algun motivo que se le escapaba, pero para eso estaban ellos alli, para apoyarlo y ayudarlo. No compartia en absoluto con su madre la decision de echarlo a la calle como a un perro sarnoso. No, Julian sabia que de haberse tratado de un perro sarnoso, Eloisa le hubiese dado atencion veterinaria y cobijo. Gritos, reproches y una maleta. Esa maldita imagen lo acompanaria por siempre. Solo habia podido entender, desde la planta de arriba, parte de la discusion. Eloisa habia echado a Fernando de la casa para siempre. El le habia pedido que lo dejara al menos despedirse de Julian, pero no se lo permitio alegando que eso complicaria aun mas las cosas, que ya lo haria en otro momento. Lanzando la pelota una y otra vez contra la puerta, sentado en el puf, desistio de su intento de contener las lagrimas. Necesitaba alguna via fisica de escape, y llorar por segunda vez tal vez lo ayudaria. Pero tras un rato durante el cual el derroche de lagrimas no habia sido capaz de apaciguar su malestar y su dolor, decidio ir en busca de la unica persona con la que no debia guardar las formas ni las apariencias. Era su mejor amigo, solo que se trataba de una chica. Estela descansaba en el granero leyendo uno de sus libros. Como cada tarde, incluso en domingo, se refugiaba en el granero de los padres de Julian huyendo del ruido de la maquina de coser de su madre, una mujer incansable que cosia de sol a sol para sacar adelante a su familia y ayudar a su marido. Julian acudia en busca de Estela cada vez que tenia ocasion. Vivian muy cerca y sus familias se apreciaban y ayudaban de forma mutua desde hacia muchos anos, de ese modo habian crecido juntos. Cuando ninos, su relacion habia sido natural, fluida y divertida. Sus preocupaciones se habian basado en quien recogia mas huevos o quien cruzaba mas rapido el cercado. Pero desde que la adolescencia habia hecho acto de presencia, ambos tenian la sensacion de tener que medir sus palabras. Julian era algo arisco, y ella, bastante susceptible. A pesar de eso, sobrellevaban bien el descontrol hormonal, y la necesidad mutua los mantenia unidos. Cada vez eran mas los vecinos que se rendian y vendian sus tierras, sus animales o sus casas en la zona para ir a vivir a la ciudad, asi que eran casi los unicos adolescentes que habitaban aquel lugar tan hermoso de la sierra. La situacion era muy dificil. Durante los ultimos meses, la inestabilidad en el hogar de Julian lo habia trastocado a el y de paso a su caracter ya de por si complicado. Pero Estela, como buena amiga, se aguantaba las ganas de patearle el culo y pasaba por alto sus malas contestaciones. Comprendia lo dificil de la situacion y no queria ni imaginar que sus padres llegaran a separarse. La puerta del granero se abrio con su caracteristico chirrido por el oxido en las bisagras, y Estela supo que Julian venia en su busca. Habia visto a Fernando salir de la casa con cara de pocos amigos, asi que supo que Julian necesitaba hablar.

  • La patrulla de Ben Kane

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    Invierno de 218 a. C. En la Galia Cisalpina, una patrulla cartaginesa se mueve sigilosamente en la espesura de los bosques. Esta patrulla esta dirigida por Hanno, uno de los jovenes oficiales de Anibal, y por Mutt, su segundo al mando. Hambrientos y muertos de frio, necesitan encontrar una poblacion en la que haya alimento. Pero en los galos no se puede confiar y, ademas, los romanos, aunque derrotados, todavia conservan patrullas en la zona. Rodeados de peligros y previendo una posible emboscada, ni Hanno ni Mutt tienen la certeza de lograr sobrevivir.

  • Julen. Irresistible y prohibido de Jess Gr

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    La cancion Pump It de Black Eyed Peas resuena por los altavoces ahogando el sonido ronco de mi BMW Serie 3. El viento despeina el pelo de la preciosa rubia con tetas enormes que se sienta a mi lado. Solo necesito una mirada de reojo para saber que esta noche va a ser muy agitada. --!Acelera! --grita, posando su mano sobre mi muslo. No pierdo ni un segundo y hundo el pie en el acelerador. Son las cuatro de la madrugada y las calles de Madrid estan casi desiertas, a excepcion de un punado de coches que no me cuesta nada adelantar. Tal vez deberia cerrar la capota superior del coche, pero la rubia ha insistido en que no lo hiciera. La verdad es que tampoco me molesta demasiado. Ya estamos en junio y las temperaturas son agradables. Ademas, aunque estuviesemos a veinte grados bajo cero, yo no sentiria frio alguno, no despues de todo lo que he bebido y tragado esta noche. --Dame otra --ordeno mirando a la rubia de soslayo. No recuerdo como se llama, Amanda, Alicia… Bah, que importa eso. Acabo de conocerla en una disco, y lo unico que puede interesarme es llevarla a mi picadero y follarmela antes de darle puerta--. !Otra, Rubia! --repito. Se quita el cinturon y gira su cuerpo hacia mi. Enseguida mi mirada va a parar a esos dos melones que sobresalen del sujetador que lleva a modo de camiseta. Coloca una pastilla amarilla en su escote y se acerca aun mas a mi. Yo sonrio de manera ladina y aparto la mirada de la carretera un momento, sin dejar de acelerar, para lamer ese trozo de piel y recoger la pastilla. La trago en seco y sigo chupando su escote al notar como su mano se dirige a mi entrepierna. La tengo dura, vaya que si. La rubia aprieta mi polla por encima del pantalon y siseo de placer. Quiero llegar ya al puto picadero o terminare tirandomela en el coche. --!Cuidado! --Su grito me hace alzar la cabeza justo a tiempo para mover el volante y esquivar un coche que circulaba por el sentido contrario. O tal vez era yo el que no iba bien. Da igual, me he apartado a tiempo. Ademas, ahora mismo dudo que sienta algo si me estampo contra otro coche. Mis extremidades estan adormecidas y me cuesta centrar la vista en la carretera. Supongo que la pastilla ya esta haciendo su efecto--. !Julen! --Un nuevo grito me hace dar otro volantazo. --!No grites, cono! --exclamo girandome de nuevo hacia ella. Veo el miedo en su mirada, y solo entiendo el motivo cuando las luces me ciegan y siento el impacto. [?][?][?] El policia lanza una carpeta sobre la mesa metalica y esta aterriza con un estruendo. --!Te estoy hablando! --grita justo frente a mi cara. Cierro los ojos con fuerza y siseo de dolor. Casi no soy capaz de mantener los ojos abiertos. ?Como pretende que mantenga una conversacion? Llevo horas encerrado en esta mierda de sitio. Se supone que mi abogado iba a llegar hace un buen rato, y hasta ahora no ha aparecido. --Lo se, ?podria hacerlo en un tono mas bajo? --!Oye, ninato, no me vengas con chulerias! --Golpea de nuevo la mesa, esta vez con la palma de su mano, y una vez mas siento un pinchazo en las sienes--. Una cria esta ingresada en el hospital con la cabeza abierta como un puto melon, ademas de varias costillas rotas y la cara desfigurada. ?Crees que esto es una broma? --Respiro hondo por la nariz y me acomodo en la silla echando la cabeza hacia atras. Solo quiero dormir unas cuantas horas tranquilo --. !Me cago en la puta! !Abre los ojos, joder! --Tras resoplar, hago lo que me pide, y el agente griton se apresura a abrir la carpeta y desperdigar un punado de fotos sobre la superficie de la mesa--. Mira esto y dime si es una broma. --Intento enfocar la mirada y analizo las imagenes. En una de ellas aparece la rubia con la cara cortada y cubierta de sangre. Otra esta tomada desde mas lejos, y en ella se puede ver como la chica ha atravesado la luna delantera del BMW. Joder, que putada--. Alison Martinez tiene solo dieciocho anos, y has arruinado su vida. --Fue un accidente --me excuso. --?Un accidente? --Me lanza un papel a la cara y no tengo reflejos para esquivarlo--. Conducias a ciento ochenta kilometros por hora hasta arriba de alcohol y MDMA[1] . No ha sido un accidente. Mierda. ?Me van a meter en la carcel? No creo. !Joder! Pestaneo un par de veces y me enderezo en la silla. Tal vez deba prestar atencion. Puede que este lio sea mas grave de lo que creia. --?Puedo beber agua? --pregunto al notar la garganta seca. Otro agente, que ni siquiera era consciente de que estaba con nosotros, se acerca y me tiende un botellin de agua. Tras beber un trago largo, respiro hondo y me centro de nuevo en las fotos--. La rub… Alison, ?esta bien? --Sobrevivira, pero no, no esta bien. Esa nina nunca volvera a ser la misma. --El agente resopla y se sienta en una silla frente a mi --. Ahora que te veo mas espabilado, explica que fue lo que paso. --No lo se --susurro desviando la mirada. --Si que lo sabes. ?De que conoces a la chica? --!De nada, joder! Sali con unos amigos, fuimos a una discoteca en el centro y la vi alli. Nos liamos y ella me pidio que la llevara a otro lugar para echar un polvo. Nada mas. --?No la habias visto antes de esta noche? --Niego con la cabeza--. Muy bien, ?y a donde os dirigiais? --A la Latina. Un amigo tiene un piso alli, y lo usamos para llevar a… Bueno, para… --A modo de picadero, ?no? --Asiento--. ?Donde conseguiste las drogas: en la discoteca, de algun amigo? Me froto la cara con las manos y niego con la cabeza. --No me acuerdo. Quiero hablar con mi abogado. --Esta a punto de llegar, pero antes vas a decirme de donde sacaste el extasis. Frunzo el ceno y clavo mi mirada en la suya. --No voy a decir una mierda sin mi abogado. El agente esta a punto de decir algo mas, pero la puerta se abre de pronto y un par de hombres entran en la pequena sala de interrogatorios. Tras ellos, puedo reconocer el uniforme de mi padre. Genial, ya ha llegado. --Buenos dias, soy el abogado del senor Julen de la Torre -- senala uno de los recien llegados. Mi padre se asoma tras el y me lanza una de sus miradas intimidatorias que tan bien se ignorar--. ?Alguien va a explicarme por que se esta interrogando a mi cliente sin mi presencia? El agente se levanta y se cruza de brazos frente a el. --La ley dice… --?De verdad quiere hablar conmigo de leyes, agente? --le pregunta el abogado--. Traigo una orden para su puesta en libertad de manera inmediata firmada por el juez don Santiago Tordesillas. --No es posible --sisea el agente arrebatandole el papel de las manos a mi abogado. --Ahi lo tiene. Mi cliente ha de ser liberado, no hay motivos para mantenerlo bajo vigilancia. --Conducia bajo los efectos del alcohol y las drogas superando el limite de velocidad. Eso es un delito contra la seguridad vial que conlleva a una pena de seis meses a dos anos de prision. --Eso hablelo usted con el juez, agente. --Una chica esta en el hospital con lesiones graves. --La familia no va a presentar cargos --aclara mi abogado--. Ademas, segun me han informado, encontraron una gran cantidad de pastillas en el bolso de esa chica. Es posible que ella le proporcionara las drogas. Con solo echarle una mirada a mi padre, se con seguridad que el se ha encargado de todo. Apuesto a que le ha ofrecido una buena pasta a la familia de la chica y el juez es amigo suyo. --Esto es… --El agente resopla y niega con la cabeza--. ?Asi funcionan las cosas en este pais? Un nino rico puede hacer lo que le de la gana porque su papa le saca las castanas del fuego cada vez que se mete en lios. --Agente… --El abogado sonrie y se ajusta la corbata con altivez--. Lo que usted piense o crea, no es relevante. Ahora, libere a mi cliente o presentare una denuncia en su contra. [?][?][?] Me despierto con un dolor de cabeza impresionante, aunque al menos ya no me siento tan ido como al acostarme. Ni siquiera se cuantas horas he dormido. Nada mas llegar a casa, me fui a mi habitacion y me lance sobre la cama. Mi padre no dijo ni una sola palabra en el coche, tampoco al llegar. Supongo que ahora me tocara aguantar uno de sus sermones. Joder, no tengo coche. ?Sera que me compra otro si se lo pido? Tal vez deberia esperar a que se le pase un poco el cabreo antes de hacerlo. Tras pegarme una ducha, me visto con un pantalon de chandal, y descalzo bajo a la planta principal de nuestra casa. Aqui he vivido toda mi vida, en el barrio de Salamanca, lugar donde nacimos mi hermano y yo. Al bajar las escaleras no puedo evitar sentir un pinchazo en el centro del pecho. Aun guardo buenos recuerdos de esta casa, cuando se escuchaban risas por las mananas, a mi madre tarareando alguna cancion. Ahora ella ya no esta, y mi hermano Hugo tampoco. Solo quedamos el Almirante y yo. Respiro hondo y sigo bajando las escaleras. Al asomarme al comedor, lo veo sentado en la cabecera de la mesa con un periodico en la mano. Para no variar, lleva puesto su uniforme. A veces pienso que lo usa hasta para dormir, como si vestirse con el le diera mas poder y autoridad del que ya tiene. Es un puto almirante de la Armada Espanola, esta forrado, y entre sus amigos mas allegados hay jueces y politicos. ?Que mas poder necesita? --Buenos dias --susurro sentandome a la mesa. La unica respuesta que recibo por su parte es una mirada por encima del periodico. Enseguida vuelve a centrarse en su lectura y Marisol, la mujer que trabaja en casa desde que era un nino, llega con mi desayuno. Normalmente me saluda de manera muy efusiva, pero hoy parece preocupada o cohibida por algo. Espero que el Almirante no se haya pasado con ella. En cuanto se marcha, ataco mis tostadas y me bebo el zumo de naranja de un solo trago. Estoy dandole el primer sorbo a mi taza de cafe cuando veo a mi padre doblar el periodico y dejarlo en la mesa junto a su plato, cuadra la espalda y me mira con atencion. --Tenemos que hablar --dice en su habitual tono serio. Ya, ahora es cuando me cae la del pulpo. <>. --?Que pasa? --pregunto tras limpiarme la boca con la servilleta de tela. --Creo que ha llegado el momento de poner las cosas claras -- afirma--. Lo que paso ayer no fue ninguna tonteria, y ya estoy cansado de pedir favores para librarte de los problemas en los que te metes. --Almirante… --No me interrumpas --ordena de manera cortante. Estrangulo la servilleta con el puno y aprieto la mandibula con fuerza, aunque hago lo que me dice. He aprendido a mantenerme callado en algunas ocasiones. Cuanto antes suelte todo, antes acabara esta conversacion y podre volver a mi vida normal--. Ya no eres un nino, Julen. Tienes veintiun anos, y hasta ahora te he estado protegiendo de ti mismo, pero eso se acabo. No voy a volver a permitir que esto pase en mi casa. --?Me estas echando? --pregunto alzando una ceja. Me clava su mirada furiosa y, por primera vez en mucho tiempo, temo lo que vaya a salir por su boca. --Es tu decision marcharte o quedarte, pero si decides seguir viviendo en esta casa, vas a acatar mis normas. --?Que normas? --Vas a entrar en la escuela naval de inmediato. --!Y una mierda! --exclamo. --No es una sugerencia, Julen. Estas descontrolado, lo que sucedio ayer es demasiado grave como para dejarlo pasar sin mas. Siempre fuiste un nino rebelde, desde la muerte de tu hermano… --?Puedes dejar a Hugo fuera de nuestras conversaciones al menos por una vez? --siseo aguantandome las ganas de pegar cuatro gritos. Odio que haga eso, que me recuerde que mi hermano esta muerto. !Ya lo se, joder! --He intentado educarte de la mejor forma posible, pero no fui capaz de llevarte por el buen camino, y me temo que ahora ya es demasiado tarde. La unica forma de enderezar tu conducta es entrando en la escuela naval. Alli sabran disciplinarte como yo no pude hacerlo. --No voy a ser militar --escupo. --No tienes otra opcion. Entras en la escuela naval o te vas de mi casa. Ya eres un hombre y tienes que asumir las consecuencias de tus actos.

  • Pornus de Ulises Novo

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    Una joven observa que un hombre masturba sin pudor a su novia en una cafeteria. Detras de esa relacion de pareja tan abierta y desinhibida hay, sin embargo, una historia de dolor y maltrato que alguien nos contara en primera persona. La joven, excitada al observar el comportamiento de la pareja, no dudara en participar de ese placer en publico. Pero ni ella ni nosotros podremos imaginar jamas las consecuencias de esa decision. PORNUS es una invitacion a comprender el sensacionalismo extremo que vive nuestra sociedad, no solo en cuanto al sexo como una forma de consumo, sino como una forma de esclavitud y de violencia sin precedentes.

  • No soy mi ADN de Manel Esteller

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    ?Puedo heredar las enfermedades de mis padres o abuelos? ?Es posible que mis hijos hereden las mias? ?Hasta que punto una disciplina como la epigenetica puede tener repercusion en la prevencion y tratamiento de enfermedades como el cancer, el Parkinson o el Alzheimer?Y, sobre todo, ?que es la epigenetica?Manel Esteller, todo un referente internacional en el ambito de la epigenetica y un excelente comunicador, responde a estas y a otras muchas preguntas en este esclarecedor libro. Y lo hace de una forma muy ilustrativa. A partir de doce ejemplos basados en casos reales y cotidianos, Esteller expone las claves para entender mejor las bases de esta disciplina cientifica y ofrece un panorama de las infinitas posibilidades que genera su estudio. De este modo, los conceptos teoricos encuentran su aplicacion practica en los consejos para llevar una vida saludable que nos permita, en la medida de lo posible, prevenir el desarrollo de alguna de estas enfermedades.

  • Hablame bajito, Macarena Berlin de Macarena Berlin

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    Con una sensibilidad extraordinaria, Macarena Berlin nos presenta una novela llena de humor y delicadeza en la que disecciona como nadie nuestros miedos. Lo hace con esa voz que nos habla bajito y que queremos seguir escuchando incluso despues de terminar estas paginas.

  • Infierno helado de Lincoln Child

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    Un techno-thriller escalofriante que auna las leyendas de los indios americanos con los descubrimientos cientificos mas punteros. Un caso terrorifico al que solo podra enfrentarse un hombre: el enigmatologo Jeremy Logan.

  • Del color del musgo humedo de Ana Teresa Cue

    https://gigalibros.com/del-color-del-musgo-humedo.html

    Del color del musgo humedo
    Un libro que lo tiene todo. Un placer para
    los amantes de la buena literatura.
    Ana Suarez Cue se revela como una
    novelista magistral, una narradora de la
    accion, pero tambien de los sentimientos
    y las emociones, que trascienden el
    mundo cotidiano que rodea a Martina,
    la protagonista.
    'Del color del musgo humedo' es una
    grata sorpresa dentro del panorama literario
    en castellano. Un libro a la altura
    de los mejores maestros, una novela
    redonda, de esas que rara vez caen en
    nuestras manos.
    Para quedarse pegados al sillon

  • La vida juntos de Sophie Kiss

    https://gigalibros.com/la-vida-juntos.html

    La vida nos da sorpresas. Fue lo que le paso a Paul, una enfermedad terminal le pone fin a su vida lentamente, para que su esposa no se quede sola, decide buscarle un nuevo companero de vida, comienzan las citas clandestinas por internet; a sabiendas de Paul para encontrar al candidato adecuado y por si fuera poco aparece Mark, el amigo de toda la vida de Paul, un multimillonario y desvergonzado; el cual es otro candidato para quedarse con ella. Aillen ama con todo su corazon a Paul ?Con quien se quedara Aillen?

  • Entre espias anda el juego de Carolina Gattini

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    Genevieve es una madre divorciada con dos ninos a la que un agente del MI6 confundido toma por la espia francesa que esta buscando. El hecho de que esquive a los agentes que la persiguen cada vez que va a hacer la compra o que no deje de hablar del “arma definitiva de ultrasonidos” que se va a vender a todo el que pague por ella, no ayuda a que alguno de ellos se de cuenta de que solo tiene un nivel de estres que roza la apoplejia como no se trate pronto, y que de espia no tiene nada. Cuando se den cuenta sera demasiado tarde y ya no sabra si es chica Bond, agente secreto, o una mujer muy pero que muy harta de los errores que cometen los “espias de verdad”, de los que las unicas virtudes que puede apreciar son sus dotes de seduccion, porque de inteligencia dejan mucho que desear en el servicio.

  • Mientras Dormian de Donna Leon

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    La existencia del comisario Guido Brunetti se ve alterada por la irrupcion en su vida de ciertos elementos religiosos inquietantes. Durante un almuerzo familiar descubre que las clases de religion que recibe su hija, la adolescente Chiara, son impartidas por un sacerdote que da signos de un comportamiento poco menos que inadecuado. Al mismo tiempo, una monja que Brunetti conoce (Vestido para la muerte) llega a la questura de Venecia para exponer sus sospechas sobre las circunstancias de la muerte de unos ancianos en una residencia. En una aventura, la sexta que protagoniza el comisario, impregnada del pesimismo que envuelve a Venecia, Brunetti se enfrenta a poderes que se creen por encima de la ley de los hombres, por el hecho de asentarse sobre un entramado de intereses economicos e ideologicos. La acerada mirada de Donna Leon denuncia en esta ocasion las perversas practicas sexuales que llevan a cabo algunos miembros de la Iglesia Catolica, asi como la corrupcion que afecta a las esferas mas influyentes de la institucion ante el Papa.

  • La imborrable huella del amor de Mari Cruz Gonzalez

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    Yo era la chica mas feliz que pisaba este planeta. Tenia un trabajo con un buen sueldo que me permitia llegar desahogadamente a final de mes, una familia bastante unida y un novio que me queria con locura. Aaron era perfecto. Llevabamos diez anos como pareja y justo el dia en el que los cumpliamos, hinco rodilla delante de casi cincuenta personas en el restaurante en el que cenabamos esa noche. Todavia recuerdo las exclamaciones de asombro, un camarero grabandonos y una cocinera rechoncha llorando como una magdalena, sorbiendose los mocos mientras todos los alli presentes aplaudian. Fue la noche mas bonita, romantica y magica que recuerdo. Teniamos una relacion de envidia o eso me decian mis amigas. La verdad era que nos llevabamos muy bien, apenas discutiamos y no teniamos problemas de confianza, sinceridad o fidelidad. Viviamos juntos desde hacia seis anos y la convivencia era bastante buena: cocinaba, me ayudaba con las tareas domesticas, era ordenado, limpio y un manitas arreglando cosas. Era increible. No tenia mas palabras para describirlo. Era mi principe azul, por el que hubiera dado todo. Estabamos tan emocionados con casarnos que hasta planeamos un viaje. Yo fui la que propuso la idea. Nos ibamos a Andorra en nuestro propio coche. Queriamos una pre-luna de miel: esquiar, estar en contacto con la naturaleza rodeados de montanas y respirando aire puro. Lo organizamos todo en nuestros respectivos trabajos para poder ir en febrero. Pero antes de irnos, mi madre, mi futura suegra y yo nos fuimos a comprar el vestido de novia mas espectacular que habia. Lo encontre despues de recorrer varias tiendas: un palabra de honor con una cola larga. Las dos mujeres que me acompanaban se emocionaron al verme de blanco. Lo guarde muy bien en casa de mis padres, Aaron no podia verlo. La noche anterior al viaje la dedicamos a hacernos el amor tan apasionadamente que parecia que aquella era la ultima vez que iba a tenerlo en mis brazos. Me abrace a su cuerpo, escuchando a su corazon latir a mil despues del orgasmo, y senti unas irrefrenables ganas de hacerle saber cuanto lo amaba. Se lo dije unas veinte veces o mas mientras me comia su cara a besos para despues volver a abrazarme a el en nuestro ultimo abrazo antes de quedarme dormida. Salimos despues de comer. Decidimos hacerlo asi para que yo pudiera conducir un tramo pues me daba respeto conducir de noche. Paramos en una gasolinera a estirar las piernas, llenar el deposito de combustible y hacer el cambio. El conduciria hasta Andorra y ya empezaba a oscurecer. Nos dirigiamos a Zaragoza a una velocidad normal, puesto que apenas habia coches en la carretera. La musica sonaba de fondo y yo le daba conversacion sobre lo que ibamos a hacer alli. Estabamos muy ilusionados por conocer un pais nuevo aunque fuese pequeno. Pero, en un abrir y cerrar de ojos, nuestros planes se truncaron para siempre. Solo recuerdo una luz cegadora y nuestros gritos. Aaron sobre el airbag. Dolor. Sangre. Luz. Silencio. Paz. -- Judith, Judith... Me gire reaccionando a mi nombre. Era Aaron. Estaba lejos en aquella inmensidad totalmente blanca. No podia correr, ni lanzarme a sus brazos. Al llegar a el, me cogio de las manos y me sonrio. -- Te quiero-- yo le respondi lo mismo--. Pero ha llegado el momento... tenemos que separarnos aqui. Lo mire aterrada. ?De que estaba hablando? -- ?Por que? Quiero irme contigo. No quiero estar en un sitio donde no estes tu-- fue lo unico que pude decir. -- No puedes-- dijo mientras negaba con la cabeza y apretaba mis manos--. No es tu hora. No es demasiado tarde para ti, pero si para mi. No entendia nada, todo esto sonaba a despedida. -- Tengo que irme pero ten por seguro que no te voy a dejar ni un solo segundo sola. Te deseo lo mejor. Te amo muchisimo. Nunca lo olvides, por favor. Me beso en los labios y me abrazo. No podia llorar. Comenzo a alejarse. Comenzo a desvanecerse en el aire. -- !Espera, Aaron!-- intente correr--. !Te amo, te amo! Llegue hasta el pero ya era tarde. Cai de rodillas sin comprender todavia. Un profundo dolor me recorria el cuerpo. Y luego, luz. Luz blanca y pura. Tranquilidad absoluta. Abri los ojos poco a poco. La luz de los fluorescentes me hacia dano. Un pitido intermitente retumbaba por toda la habitacion, haciendose el dueno del silencio junto a un ruido ensordecedor y monotono. Parpadee repetidas veces, lo veia todo muy borroso. Estaba tumbada en una cama con un monton de maquinas a mi alrededor. Tenia puesta una mascarilla de oxigeno. Bajo ella, un pequeno tubo se apoyaba encima de mi oreja y, pegado a mi mejilla por alguna especie de cinta adhesiva, se introducia en mi fosa nasal izquierda. Algo rigido me rodeaba el cuello hasta la clavicula. Sentia ganas de vomitar y me dolia la cabeza. Levante los brazos para observar que tenia cables en ellos, en mis dedos y hasta en el pecho me los pude palpar. Tambien conte al menos una aguja atravesandome la piel. Movi un poco mis piernas, la izquierda la tenia en alto rodeada de escayola y me dolia a rabiar. Hice un guino y solte un grunido de dolor. Me sentia cansada, agotada, como si un camion me hubiera pasado por encima. Oi una exclamacion de susto a mi derecha. -- !Doctor, doctor!-- salio apresuradamente una enfermera de la habitacion. No la habia visto, mi campo visual era muy limitado. Me dolia demasiado el cuello y lo tenia inmovilizado. Al poco rato entro un hombre. -- Judith, al fin-- suspiro con alivio. Me sonaba su voz--. ?Como estas? Me encogi de hombros. !Dios! Me dolia todo. Los ojos se me cerraban. -- ?Puedes hablar?-- espero un instante y luego insistio--. Habla, por favor. -- Me duele todo. ?Donde estoy? ?Que ha pasado?-- mi voz sono muy debil y ronca. -- Tranquila, Judith. ?Te acuerdas de mi?-- se acerco mas a la cama y busco mi mirada perdida. Lo mire a la cara detenidamente, haciendo un enorme esfuerzo para que no se me cerraran los parpados. Me sonaba tambien. -- ?German?-- asintio y sonrio ampliamente. Se sento sobre la cama. -- Aun te acuerdas de mi-- confirmo sin dejar de sonreir. -- Me alegro de verte-- tosi por culpa del vapor de la mascarilla y el temblor de mi cuerpo al hacerlo fue peor que haberme ahogado con el. Frunci el ceno con resignacion. -- Yo tambien, pero no asi-- me miro de arriba hacia abajo haciendo enfasis en 'asi'. -- ?Que ha pasado, German?-- musite sin apenas fuerza en la voz. -- Tuviste un accidente de coche. Un borracho conducia en direccion prohibida en plena autovia y chocasteis de frente. Has estado casi un mes en coma, no habia muchas posibilidades de que salieras de el. Estas viva de milagro. Me quede paralizada un momento. Recorde una luz cegadora. Tosi. -- ?Puedes quitarme esto, por favor? Si no me he muerto, esto me va a matar. Ademas, parezco Darth Vader-- hice el intento de quitarmelo pero el me bajo la mano hacia el colchon mientras sonreia. -- No, no puedes quitartelo, al menos aun no. Tienes que descansar-- me apreto la mano derecha. Mire nuestras manos juntas. Un anillo precioso brillaba en mi dedo anular. Gritos. Dolor. Sangre. -- !Aaron!-- grite, reuniendo las pocas fuerzas que tenia--. ?Y Aaron? German se puso serio y trago saliva con cierta dificultad. Se levanto, rehuyendo mi mirada. -- Tranquila, Judith, tienes que descansar-- repitio, nervioso. -- ?Donde esta Aaron?-- espere contestacion pero no la recibi--. Dimelo, German. Se miro las manos mientras retrocedia hacia la puerta. El monitor cardiaco pitaba cada vez mas rapido. -- !Maldita sea, dimelo!-- insisti, incorporandome dolorosamente. Empece a quitarme la mascarilla, la aguja y los cables de mi pecho, brazos y manos como pude. Me sorprendio aquella repentina fuerza que me invadio estando en tales circunstancias. Las maquinas que me rodeaban comenzaron a volverse locas emitiendo pitidos. -- !Para! !Enfermera!-- grito mientras me retenia de las munecas contra la cama--. !Enfermera! -- !Solo dime como esta Aaron! !Necesito saberlo, por favor!-- forcejee con el en vano mientras las lagrimas me caian a raudales a ambos lados de mi cara y se estampaban contra el collarin y la sonda. Una enfermera entro a toda prisa y me cogio de un brazo. Senti un pinchazo y en seguida deje de tener voluntad. -- Tranquila, Judith-- oi la voz de Aaron y me di la vuelta. Ahi estaba el de nuevo. Ahora, en el parque donde nos conocimos o, mejor dicho, donde nos presentaron.

  • El instante mas oscuro de Anthony Mccarten

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    Este es el relato del tiempo angustioso que vivio Gran Bretana en mayo de 1940, desde el dia 10, en que las tropas de Hitler iniciaron la invasion de Holanda, hasta el 29, cuando los soldados britanicos y franceses derrotados por los alemanes embarcaron en Dunquerque para refugiarse en Inglaterra. Esta es una historia que se suele narrar en tonos de epopeya, pero que aqui se revive en torno a la figura de Winston Churchill, de acuerdo con la verdad de aquellos dias inciertos, reconstruida con una amplia documentacion, que incluye las discusiones del gobierno, y con los testimonios de sus contemporaneos. McCarten nos muestra las dudas de unos dias en que se penso seriamente en negociar con Hitler, aceptando la victoria que habia puesto Europa entera en sus manos, y nos descubre la evolucion que llevo a Winston Churchill a manifestar, el 4 de junio, su voluntad decidida de no rendirse, aunque hubiese que luchar contra los alemanes en las playas, en un discurso que iba a cambiar el rumbo de la historia.

  • Siempre fuiste mi secreto de Shelly Kengar

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    Ayleen Macleod es una mujer independiente entregada a su trabajo, pero tiene un secreto.... Adrien Legrand, atractivo, autoritario, recto, alguien oscuro que esconde una falsa moral. El ha luchado contra la atraccion que siente por la mejor amiga de su hermana pequena. Ella es alguien prohibido para el, siempre la ha deseado en las sombras, ha luchado contra la lujuria y las ganas de tocarla. Pero una noche todo cambio en la oscuridad, Adrien Legrand le arrebato algo importante a Ayleen. Han pasado seis anos y vuelven a encontrarse frente a frente. Ambos lucharan con esa atraccion intensa que les incita a tocarse. ?Ganara la resistencia o el deseo? Una celebracion, una boda y muchos secretos que saldran a flote en el transcurso de esta historia que te envolvera en sus tentaculos. Mentiras, atraccion, gente que no es lo que parece y un secreto que amenaza con salir a la luz de un momento a otro...... Prologo --Lo tienes que hacer please, por favor Ayleen --. Los ojos suplicantes de Marinet siempre lograban convencerme de acompanarla en cualquier locura. --Caray, no entiendes que si tu hermano me pilla querra mi cabeza servida en bandeja de plata --. adverti con el ceno fruncido. Pero claro, mi amiga no se amilano ante esa advertencia, posiblemente porque no es a ella la que tiene la posibilidad de ser pillada infraganti sino yo. --Ayleen si mi hermano llega a ver ese video, es capaz de matarme, que digo, quemarme en la hoguera viva --. exclamo dramatizando. Si alguna vez mi amiga se cansaba de estudiar administracion y direccion de empresas, creo que tendria un lugar asegurado en el elenco de actores internacionales. El dramatismo fluye por sus venas de forma espontanea. --Okay esta bien, necesitare la contrasena del movil, para poder desbloquearlo y eliminar el video --. solicite. Caminar en mitad de la oscuridad, descalza y en pijama no era lo que yo tenia pensado para mis vacaciones en el castillo de Cheverny. Pero como venia siendo habitual, me veia envuelta en la situacion de sacarle las castanas del fuego a mi amiga, Marinet Legrand. Por esa razon alli estaba andando, movil en mano, como unica ayuda para guiar mis pasos en mitad de la tenebrosidad de la noche. Los angostos pasillos del castillo de dia eran un espectaculo maravilloso, pero de noche, era otra escena totalmente diferente. El silencio sepulcral y la densa negrura, lo dotaban de un aspecto tetrico que coronaban los cuadros de los ancestros, de la familia Legrand, que cubrian sus paredes. Un escalofrio recorrio mi nuca erizando los pelos de la misma, tanta quietud no me ayudaba a no sentir miedo. Odiaba la oscuridad, desde bien pequena ese miedo me habia perseguido y creo que, aun en la actualidad, no lo tenia superado. Estaba acostumbrada a los castillos, yo misma habia vivido en uno desde que naci, por lo que ese no era el problema. Aunque El Castillo de Cheverny era mucho mas grande que Eilean Donan, mi hogar. --Me debes una, no mil --. susurre en mitad del silencio de la noche. Marinet y yo nos conocimos en un internado de Paris, donde ambas estudiabamos. Nos habiamos convertido en amigas inseparables por lo que incluso pasabamos las vacaciones juntas. Cada ano en casa de una, ese verano me habia tocado desplazarme a la residencia estival de los Legrand en Orleans. Como siempre Marinet se habia metido en lios, era unica a la hora de liarla parda, que se dice... Marinet y Mateo, su hermano es de la misma edad porque ellos son mellizos. Se quedaron sin padres cuando eran pequenos asumiendo su tutoria su hermano diez anos mayor, pero este era demasiado estricto con ellos. Sin embargo mis amigos siempre se las ingeniaban para saltarse las normas de Adrien Legrand. Tan solo escuchar su nombre me producia grima, habiamos coincidido en tres ocasiones a lo largo de los anos, pero el siempre me habia mirado como si fuese una polilla. A pesar de que queria mucho a Marinet, no se bien como mi amiga se lo hacia que, siempre acababa metida en lios, de los cuales yo tenia que sacarla. Su caracter extrovertido e impulsivo lograba que fuera la reina de cualquier fiesta, pero tambien le ocasionaba danos colaterales. Teniendo en cuenta que su tutor y querido hermano mayor era un estirado con la rectitud de un coronel del ejercito, por los tanto Marinet como Mateo debian estar siempre borrando sus malas conductas y excesos. Pues nada alli estaba en mitad de la noche para colarme en la habitacion de Adrien Legrand, coger su movil y borrar un video enviado por un ex novio enfadado de Marinet, mostrando a mi querida amiga en actitud perjudicada. Un temblor recorrio mi cuerpo al acercarme a la puerta de la habitacion, gracias a dios, segun Marinet el aun estaba en la terraza tomando el aire de verano por lo tanto mi mision en principio no tenia mucho riesgo. Entrar a su habitacion coger el telefono borrar el video y salir sin ser vista. Dicho asi era una hazana de lo mas sencilla. Gire con cuidado la maneta haciendo presion sobre la puerta para que no chirriara, las puertas viejas lo hacian por esa razon opte por evitarlo. Un ruido ensordecedor de las resecas bisagras podria alertar a cualquiera. Con pasos suaves entre en la habitacion sin encender ninguna luz, a oscuras con la simple claridad que me otorgaba la linterna de mi movil, y el resplandor de la luna llena que entraba por la ventana. Mis pies notaban la mullida moqueta que cubria el suelo de la estancia, lo cual agradeci en silencio. Otee la habitacion para localizar la mesita junto a la cama que era donde, Marinet me habia informado que su hermano solia dejar el movil. Localice el aparato junto a la cama de estilo renacentista con dosel incluido. << !Dios! que agobio dormir ahi>> pense mientras avanzaba. Agarre el movil entre mis manos y coloque el patron que Marinet me habia indicado, retuve el aire en mis pulmones a la espera de que se desbloqueara el telefono. --Bien --. susurre al ver que el movil mostraba la pantalla de inicio. Y sin dudar me apresure a buscar la aplicacion de WhatsApp, localizando el video comprometido con rapidez. --!Bingo! --. exclame con voz queda. Sin pensar presione el boton de papelera. En el preciso momento en el que se ilumino la habitacion supe que estaba en problemas y de los gordos. La sorpresa inicial provoco que mis manos temblaran dejando caer el movil de entre mis dedos, para acabar estrellado contra el suelo enmoquetado. Cerre los ojos ante el sonido de la pantalla resquebrajandose. Con prisa corri hacia la puerta para poder salir escopeteada. <> pense. Cuando mis ojos se cruzaron con la mirada turquesa del imponente Adrien Legrand, mis rodillas comenzaron a temblar y mi mente se quedo en blanco. --Espero que tengas una buena excusa para estar en mi habitacion, Macleod. Su voz ronca imperterrita ocasiono que no solo mis rodillas temblaran sino que mi estomago diera un vuelco intenso. Alli parado en el vano de la puerta con porte intimidante, atravesandome con su mirada critica. Tan cerca, Adrien imponia mas que en las pocas ocasiones que lo habia visto de soslayo. Una figura imponente con su altura de casi dos metros junto con un cuerpo delgado, pero fibrado que se vislumbraba a traves de la camiseta de algodon que llevaba, y un pantalon largo de tergal que descansaba sobre sus caderas. En definitiva en las distancias cortas Adrien Legrand provocaba miles de calambres en mi cuerpo abrumandome de forma extensa. Lentamente recorri con mis ojos su figura hasta llegar a su rostro, ese que cualquier modelo desearia tener, anguloso, pero firme, con una nariz recta y sobria. A conjunto con esos ojos rasgados engalanados con unas pestanas rubias que hacian mas intenso el color azul de sus pupilas. Mirar con fijacion ese azul te transportaba a los mares del pacifico. Senti otro escalofrio atravesando mi columna vertebral. Estatica asi estaba sin ser capaz de mover un solo musculo de mi cuerpo, embobada y embelesada con su imponente presencia. --?Estas sorda? Aquella pregunta me saco de mi estado de transicion, pestaneando sorprendida. --Lo siento me equivoque de habitacion, todavia no me acostumbro a este castillo --. Me excuse acelerando mis pies para salir rapido de alli. Pero cuando pase por su lado en un movimiento rapido el aferro uno de mis brazos y sin ni siquiera darme cuenta me acorralo entre su cuerpo y la puerta de la estancia. Sus manos sujetaban mis brazos con presion, note como la piel bajo sus dedos se calentaba y picaba. Mis ojos se clavaron perplejos en los suyos. Sabia que deberia estar aterrada, pero por alguna extrana razon no es lo que sentia. Por el contrario miles de hormigas subian por mis piernas juntandose con cientos de mariposas que aleteaban en mi estomago. --Macleod, mas te vale explicarme algo mas convincente --. siseo con los dientes apretados, sin apartar sus pupilas de las mias. Esa forma ruda en la que pronunciaba mi apellido, lograba arrancar mi enfado, pero a la vez se mezclaba con una suave excitacion desconocida hasta el momento. Ahora ya no parecia tener el pacifico en sus ojos. mas bien se han vuelto un pelin mas grises que azules, como si una tormenta se estuviera fraguando en ellos. --Macleod, estoy esperando --. insistio frunciendo el ceno. Una punzada de rabia se encendio den mi interior, al escuchar de nuevo como se dirigia a mi por mi apellido. Sabe perfectamente mi nombre, pero no lo pronuncia. Esa afirmacion se cuela en mi cabeza avivado mi enfado. --Ya te he dicho que tengo mal sentido de la orientacion --. conteste. Esta vez mi voz no sono temblorosa animada por la ira de sentir su desprecio al hablarme. --No me fio de ti, con esa cara angelical, como si realmente fueses una nina buena. Ese papel que representas ante el mundo yo no lo compro. Se que en tu interior se esconde algo que no dejas ver y demasiado peligroso --. expreso mas para si mismo que para mi, pero sin quitar su atencion de mi rostro. Note la sensacion como si me faltase el aire, una gran fuerza intangible oprimia mi pecho. De repente mi garganta se habia secado. Humedeci mis labios de forma involuntaria sin apartar mis ojos de el. Algo cambio en su rostro al segundo, como si un rayo lo hubiese atravesado, abriendo los ojos de par en par. El aire desaparecio de entre nuestros cuerpos. Los pectorales de Adrien estaban pegados a mi pecho oprimiendo. Un calor extremo se habia instalado en la habitacion y en mi. Taladrada y excitada esos sentimientos me atravesaron sin medida al tiempo que podia sentir el cambio de ritmo en la respiracion de Adrien. No es que contara con mucha experiencia en hombres, aparte de varios besos subiditos de tono, a pesar de tener a mi amiga Marinet dandome la tabarra para que al fin pasar al club de las adultas, dando el paso final con alguno de los chicos que siempre me rondaban Aun asi yo siempre me habia resistido porque en realidad esos chicos no despertaban en mi mas que unas cuantas ganas de besos. Ahora lo comprendia, esa revelacion cruzo mi cerebro en ese preciso momento, mientras estaba pegada al cuerpo de Adrian consumiendome de excitacion bajo su escrutinio. Mi barriga se tensa y noto cierta humedad en mis bragas. Toda yo sentia como si estuviera en una gran batidora de emociones. Tentacion, sus carnosos labios, excitacion, el roce de su pecho y anticipacion, esta ultima la podia ver bailando en sus pupilas. Sin pensar mucho abri mi boca para rebatir su comentario, pero al minuto fui consciente de mi error. La boca de Adrien se abalanzo sobre mis labios con ferocidad, presionando con fuerza, abriendole paso a su irracional lengua para devorar el interior de mi boca de manera hambrienta. Sabia que, deberia sentirme saqueada e incomoda, pero mi sorpresa mi cuerpo reacciono con la misma intensidad que el, facilitando su entrada para profundizar aquel beso que me excitaba de forma exagerada. Un beso salvaje que humedecio mi sexo en cero coma a segundos. Mis manos volaron a su nuca y sin preambulos lo aprieto para pegarlo mas si cabia a mi boca. Relegados al subsuelo quedaron los besos que hasta la fecha habia experimentado. Nada era comparable a la destreza con la que Adrien Legrand devoraba mi boca. Cada fibra sensible de mi cuerpo se encendio ante ese beso abrasador, las manos de Adrien apretaron con fuerza mis nalgas pegando mi centro a su dura ereccion. Sin despegar sus labios de mi boca ni detener el ardiente escrutinio de su lengua. La prisa y el apremio guiaba nuestros cuerpos, en ese momento no habia lugar para ningun pensamiento coherente. Por esa misma razon acabe desnuda sobre el mullido colchon coronada por aquel horrible dosel. Fue el unico momento en el que Adrien se permitio detenerse y repasar con su mirada cada centimetro de mi cuerpo. Y yo me derreti ante sus pupilas de turquesa liquida. Pero el repaso no duro mucho mas, se abalanzo sobre mi cuerpo con ansia y tremendamente excitado. Mi cuerpo respondia a sus caricias con intensidad entregandose sin barreras. Sus dedos acariciaron mis labios inferiores lubricandolos y yo me retorcia de placer con ese simple gesto, nada que ver, cuando yo misma me habia tocado en la soledad de mi habitacion. Con suma destreza Adrien se deshizo tambien de sus prendas mostrandome su cuerpo arrebatador, sin un apice de grasa, definido y fuerte, coronado por su verga alzada y lista para ensartarme. El miedo y el deseo se entremezclaron en mi interior, pero el se encargo de borrarlos. Se coloco entre mis piernas las cuales le facilitaron complacientes el acceso. Sin dejar de calentarme con su profunda mirada. Coloco su ereccion en la entrada de mi vagina y presiono con suavidad arrancandome un gemido, sus dedos acompanaron a su falo en mi canal estrecho acariciando mi boton para facilitar el acceso. Consumida por el deseo como estaba apenas note una punzada de dolor cuando mi membrana de virginidad se rasgo a ante la embestida de Adrien. Cerre los ojos y el se detuvo durante unos breves segundos que a mi cuerpo se le antojaron eternos. --Hote. Esa maldicion en frances retumbo en toda la estancia y la desilusion comenzo a hacer mella en mi corazon. Aunque pronto fue reemplazada por los espasmos de placer que subian por mi cuerpo ante la continuacion de las embestidas ritmicas de Adrien. Nunca crei que fuese posible experimentar un placer tan desbordante, pero alli estaba envuelta en mis gemidos a ritmo de los empujes de Adrien que con velocidad me estaban acercando a tocar el cielo. Y como si de una supernova se tratase ambos culminamos en el sumun del orgasmo. Con la respiracion descompasada todavia y el cuerpo sudoroso, Adrien se aparto de mi lado dejandose caer sobre el colchon. Por el rabillo del ojo observe como pasaba sus manos por su rostro y entonces lo supe. Adrien Legrand me iba a romper... --Macleod, esto no deberia haber sucedido. Te pido por favor que me disculpes. Y me rompio... Con aquella simple frase impersonal y fria partio mi corazon. No consiguio mirarme a la cara, se mantuvo tumbado con la mirada en el techo. Pero si algo caracterizaba mi caracter era la dignidad y a pesar de mis dieciocho anos y mi ingenuidad, no iba a dejar que el capullo de Adrien Legrand supiese el dolor que me estaba causando. --Tranquilo, en definitiva te estare eternamente agradecida por librarme de mi virginidad. Hasta el momento no confiaba mucho en los chicos de mi edad para realizar esa hazana. Al menos con alguien maduro como tu has sido suave --. informe de espaldas a el, en tanto recogia mis prendas y me las ponia dispuesta a salir lo antes posible de aquella maldita habitacion. Ni siquiera me atrevi a mirarlo y sali con gracia, con la espalda recta y la cabeza alta como una reina. Porte que perdi cuando cerre la puerta tras de mi. Solte todo el aire que habia retenido en mis pulmones y una solitaria lagrima cayo por mi mejilla. En ese preciso momento Adrien Legrand junto con lo sucedido esa noche pasaron a ser mi secreto mejor guardado.

  • Un amor a la fuerza de Helen Blue

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    "Un, dos, tres: Juguemos en el mar..." Elizabeth ahogo un grito al tiempo que se incorporaba rapidamente en la comoda cama. Temblaba. Y ademas su cuerpo estaba repleto de un sudor frio. Respiro hondo, intentando calmar su agitada respiracion. Finalmente se levanto de la cama. Sus pies descalzos recorrieron la habitacion hasta situarse frente a la ventana. Aparto la raida cortina blanca que cubria el exterior y observo el mar a lo lejos. Las olas chocaban con fuerza contra las rocas de la costa en aquella tetrica noche. Elizabeth recordo de nuevo aquel sueno que en los ultimos dias se habia repetido con constancia: Una nina de apenas ocho anos y largos cabellos negros paseaba por la cubierta de un grandioso barco sujetando entre sus manos un viejo oso de peluche mientras cantaba alegremente: "Un, dos, tres, juguemos en el mar..." Elizabeth ahogo un gemido al escuchar de nuevo aquella tierna voz. Poco despues, cuando su pulso de nuevo se tranquilizo, volvio a acostarse entre las blancas sabanas de su mullida cama. Estaba cansada; pero no queria sonar, queria dormir. ***** --!Marco! --grito un atractivo muchacho que se encontraba ante un timon de gruesa madera de roble --. !Alza las velas inferiores! --Pero... capitan... --!Hazme caso! --ordeno el otro--. La tormenta apenas durara unos minutos mas. Las nubes se dirigen hacia el Oeste. El joven muchacho llamado Marco alzo las velas inferiores, obedeciendo a su capitan. Finalmente, este no se habia equivocado. Durante unos instantes toda la tripulacion dudo de sus conocimientos meteorologicos, pero, pasados unos minutos, la tormenta ceso y los truenos se perdieron a lo lejos, entre la oscuridad de la noche. --Estoy empapado --murmuro el capitan con un gesto hosco, mientras miraba sus holgados ropajes--. ?Quedan mantas abajo? --Por supuesto, mi capitan --contesto uno de los tripulantes. --Esta bien. --Suspiro--. Dormire un poco. Eddi, te dejo a cargo del timon. Y sin decir nada mas, Jack, capitan de aquel majestuoso barco, bajo al piso interior de este dirigiendose hacia su habitacion. Habia sido una noche dura, navegar cuando habia tormenta siempre era mas complicado de lo normal, sobre todo si media parte de la tripulacion era completamente inutil y ademas la oscuridad les impedia utilizar el sofisticado sentido de la vista. Jack suspiro mientras se desvestia para cobijarse bajo una calida manta. Encendio un polvoriento candelabro, acto seguido cogio algunas paginas mal escritas de un viejo libro y comenzo a leer, intentando descifrar lo que la borrosa tinta expresaba. Finalmente, dandose por vencido se quedo profundamente dormido. Alguien ataco sus suenos de nuevo: "un, dos, tres: Juguemos en el mar..." Capitulo 1 Jack se desperto sobresaltado: Otra vez aquel maldito sueno. Respiro profundamente y poco despues comenzo a vestirse. Cuando subio a la cubierta del barco les indico a algunos de los tripulantes, que habian pasado alli toda la noche, que fuesen a descansar. Finalmente, con aire sombrio se hizo cargo del timon, dirigiendolo hacia la costa: tenian que buscar algunos marinos mas; ademas, la alimentacion comenzaba a escasear. Por ello, se acercaban rapidamente hacia una prestigiosa isla del lugar, llena de civilizacion. Justo lo que Jack tanto odiaba. Nunca le habia gustado la tierra. El habia crecido en el mar, por ello las aguas eran su unico y mas preciado amor. Tenia una personalidad bastante particular: nadie lo conocia verdaderamente. Y aunque muchos podian hacerse a la idea de como era... jamas estarian completamente seguros, pues dentro de el habia tantas contradicciones que a veces el mismo Jack dudaba de que su cerebro funcionase con normalidad. Sin embargo, aquel dia tendria que hacer una excepcion y encallar el barco en la costa. Beberian ron y pasarian la noche en algun bar repleto de malhechores; mas luego, a la manana siguiente, volverian a partir. --Capitan --dijo uno de los tripulantes que a el mejor le caian--. El viento sopla en contra. --!No importa, Patrick! --Grito este, desde la cubierta, indiferente. --Pero... capitan... tardaremos... un... --He dicho que no importa --puntualizo Jack. Cuando le repetian dos veces las cosas solia ponerse de muy mal humor. Patrick se encogio de hombros. --Traeme una botella de ron --pidio Jack. --Si se acaba de levantar mi capit... Jack le dirigio una malevola mirada que lo decia todo. Sin anadir nada mas, Patrick bajo a la bodega, abrio una botella de ron y se la tendio a su capitan, que bebio como si aquel fuese el desayuno. --Se vuelve a repetir ese maldito sueno --le dijo Jack, cuando supo que estaban a solas y el timon iba en la direccion correcta. Se sento en una tabla de madera, observando el tranquilo mar. --?El sueno de Eveline? --pregunto Patrick. --El mismo. --Deberia hacer algo --sugirio el tripulante--. Puede que ese sueno esconda mas de lo que sabemos hasta el momento. Fue una historia tragica... Pero no se por que, tengo el presentimiento de que aun no ha terminado. --Eso mismo pienso yo --admitio Jack, mientras suspiraba y observaba sus rotos ropajes--. Pero nada puedo hacer hasta que no adivinemos algo mas. Lo que sabemos hasta el ahora no me interesa. Solo es una estupida historia de amor. Algo efimero. Patrick asintio. Aquel sueno de la nina, de largos cabellos negros, se le habia repetido con constancia durante los ultimos nueve anos. Y Jack dudaba que aquello fuese algo casual. La frase: "Un, dos, tres, juguemos en el mar..." se habia incrustado en su mente con un torbellino de misterio a su alrededor. Debia esconder algun significado. Y el estaba seguro de ello. Por suerte no tardaron demasiado en llegar a la Isla Mawerther; donde debian desembarcar. El viento en contra no habia hecho mas que ralentizar su viaje. Jack suspiro, orgulloso. Saco una tabla de madera, junto con los demas, posandola en el canal del puerto. Los tripulantes comenzaron a bajar llevando con ellos los barriles que ya estaban vacios. Un hombre bien vestido, con uniforme de la corte, interrumpio el paso del capitan que avanzaba en primer lugar. --Perdone. --Tosio mientras sujetaba un papel en sus temblorosos dedos, acompanado por una fina pluma--. Encallar el barco en este puerto cuesta tres monedas. Jack pestaneo. Lo miro y rio a carcajadas. El hombrecillo dio un paso atras cuando observo lo que eran aquellos marinos.

  • Seirs (Guardianes Del Alma 5) de Kim Richardson

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    Una tibia briza acariciaba su rostro mientras Kara corria a traves de la multitud de mortales que atiborraban el elaborado laberinto de calles. Ella intento seguir al bulldog ingles que corria a su lado manteniendose cerca de los edificios y fuera de la parte mas concurrida de la conmocion. Los olores iban de lo fragante hasta lo apestoso, habia un debil olor de gases de escape mezclada con un toque de flores. Se deslizo entre unos hombres con trajes que discutian en voz alta por sus telefonos celulares, mujeres equilibrando grandes bolsas mientras intentaban aferrarse a sus ninos, y adolescentes agrupados riendose animadamente sobre alguna cosa de sus telefonos inteligentes. Kara ignoro el hermoso parque exuberante y el dulce aroma de las flores de verano. Ni si quiera le echo un vistazo a los cachorros Golden Retriever colocados en la ventana de la tienda de mascotas. No tenia tiempo para detenerse. "?Cuanto mas hasta que lleguemos?" susurro Kara, deslizandose alrededor de una gran mujer que bebia una gaseosa. "Los mortales me estan viendo". Thor se zambullo debajo de las piernas de un anciano con un baston y mantuvo sus ojos en la calle. "No muy lejos, justo despues de la proxima cuadra". Kara golpeo accidentalmente a un hombre con su hombro, el se la comio con la mirada. "Perdon, perdon. No lo vi, dije que lo siento". Viro alrededor de el y corrio para alcanzar a Thor. "?Vas a decirme que esta pasando?", pregunto en voz alta al perro, ignorando el aspecto confuso con el que los mortales le veian. Le parecia justo saber que era lo que estaba pasando. Thor se detuvo y dio la vuelta, su lengua gris colgaba al lado de su mandibula y rozaba la acera formando un charco caldoso. "Lo veras cuando lleguemos alli, entonces vas a entender. Simplemente no puedo hablar de ello ahora, especialmente aqui". Sus grandes ojos marrones observaron los alrededores inquietamente, levanto su hocico y olfateo el aire. Con un rebote en su paso se volvio, y continuo su camino por la calle. Kara sintio un peso en el pecho y acelero su paso. Estaba en una excursion sin autorizacion en una cafeteria de Boston con Jenny cuando Thor aparecio de repente. Los Sensibles habian sufrido un ataque. Thor habia sabido donde estaba, y eso significaba que la Legion tambien lo sabia. Dejando a Jenny librada a sus propios recursos, Kara siguio a Thor fuera de la tienda. No lamentaba haber mentido acerca de una posible Grieta a la Division Contadora de Demonios. De hecho, lo haria otra vez con tal de ver esa sonrisa en la cara de Jenny cuando se encontro con ese guapo adolescente. Jenny casi habia muerto en el inframundo, y merecia un descanso y un poco de diversion. Tal vez los angeles guardianes eran buenos para esconder sus sentimientos, pero eso no significa que no los tuvieran. Kara queria hacer algo significativo para su amiga, aunque sin duda sabia que estaba infringiendo una ley sagrada. Estaba consciente de que sus acciones probablemente le costarian un descenso en la Legion o algo peor: un viaje al Tartaro, la prision de angeles, su lugar favorito. Pero parecia que los recientes ataques a los Sensibles le habian ahorrado el viaje. Y ahora, parecia que Tartaro era el menor de sus problemas. Las rodillas de Kara se doblaron al pensar en esos malvados Seirs descuartizando a los Sensibles en un ataque sin piedad. Un escalofrio le rodo por la espalda mientras recordaba las malvadas muecas pintadas en los horribles rostros de los Seirs. Los terribles ojos tatuados en la parte posterior de sus cabezas parecian seguirla dondequiera que iba, sus abrigos de piel negra y espadas de muerte la espantaban. Aunque una vez habian sido Sensibles, dotados con la capacidad de ver lo sobrenatural, los Seirs se habian vuelto malvados y habian jurado lealtad al inframundo. Ahora se habian convertido en enemigos contra los que los angeles de la guarda no podian luchar ni matar. Como todos los angeles guardianes, Kara habia hecho un juramento para proteger a todos los mortales, y aunque los Seirs eran los mas siniestros de todos, todavia eran mortales y no debian ser tocados. Los Seirs estaban fuera de sus limites. Kara adopto una mirada furibunda y apreto su mandibula decidiendo que de alguna manera encontraria como detenerlos. Alguien debia hacerlo, y ella bien podria ser ese alguien. Recordaba las caras amables y la expresion de confianza en los ojos de los Sensibles que la habian salvado a ella y a sus amigos de los Seirs en el almacen hacia una semana. Se veian tan elegantes con sus trajes y sombreros fedora, como los gansteres de las viejas peliculas que amaba ver con su abuela. Pero si los Sensibles a habian sido tan habiles con sus brillantes espadas y tan bien entrenados en las artes marciales, ?como los habian vencido los Seirs en estos recientes ataques? ?Estaba Lilith detras de esto? De alguna manera, Kara tenia la desagradable sensacion de lo estaba. Los Seirs seguian las ordenes de Lilith como perros obedientes. Se les habia prometido poder e inmortalidad, y a cambio obedecian los mandatos de Lilith. Cuando Kara habia rescatado a Jenny de sus garras, Lilith habia prometido que iba a vengar la muerte de su padre. Parecia como si la venganza de Lilith ya hubiese comenzado. La ultima visita de Kara al inframundo la habia dejado preocupada. No habia compartido las conversaciones que habia tenido con Morthdu, el guardian del inframundo, con nadie; ni siquiera con David. Ya era bastante malo haber sido marcada como para ahora resultar ser un engendro del demonio. Ella no podia culpar a la Legion por sospechar de ella, deben haber sabido que tenian traidores entre ellos. Kara no solo era hija de Asmodeus, sino que tambien compartia un enlace con Morthdu. Seria un error decirle a alguien algo sobre eso. La entidad verde habia dicho: La oscuridad vive dentro de ti… Kara se estremecio ante la idea. Ella sabia que era parte del inframundo y tenia una conexion inequivoca a otro nivel consciente. Lo que le habia dicho el sol verde era verdad, Kara tenia la oscuridad dentro de ella. Pero ?como llego alli? Desde su viaje al inframundo habia estado obsesionada por lo que Morthdu le habia dicho. Repetia las conversaciones en su cabeza una y otra vez. ?Se habia perdido de algo? ?No habia escuchado bien a Morthdu? Kara trato de negarlo en repetidas ocasiones, pero al final supo que tenia una oscuridad en ella, podia sentirlo. Pero queria desesperadamente compartirlo con alguien, de esa forma podrian decirle que no era cierto. La idea la corroia, como una bacteria comedora de carne, como un par de manos frias envueltas alrededor de su cuello asfixiando su vida angel. Y sin embargo, ella no podia sacudirse la emocion por ese poder y mas… Kara se estremecio. ?Era esa la oscuridad? Lo que es peor, cuanto mas usaba sus poderes elementales, mas se sentia atraida por el inframundo. Ella trato de negarlo, pero la sensacion era embriagadora. Parte de ella queria explorar estos sentimientos, y la otra parte estaba absolutamente aterrorizada de lo que eso significaba. Ella no era como su padre o su hermanastra Lilith, era una de los buenos. Los edificios de ladrillo alrededor de ellos proyectaban largas sombras, y Kara se apresuro para alcanzar a Thor. Dio vuelta en la esquina proxima al final del bloque. Una pared de edificios de piedra rojiza se asomo ante ellos. Thor corrio a traves de la calle. Kara ignoro los fuertes comentarios respecto a tener a su perro sin correa provenientes de una pareja de mediana edad y galopo detras de el. El se lanzo por un conjunto de escaleras de concreto que conducia a una gran puerta de madera negra. A Kara le sorprendio la agilidad de las mugrosas patitas del bulldog. El edificio de piedra tenia un calido color marron, y Kara imagino que el ladrillo estaba hecho de chocolate. !Como echaba de menos el sabor del chocolate derritiendose en su lengua! Sus dias mortales parecian estar realmente lejanos. Vibrantes cajas de flores con una variedad de pensamientos purpuras y geranios rojo sangre colgaban por debajo de las altas ventanas de los edificios vecinos, pero las flores que colgaban de las ventanas del edificio marron chocolate estaban muertas. Habia una sola vela prendida en una de las ventanas mas bajas. Thor se escurrio entre la barandilla de metal lateral y presiono una pata sobre el timbre de bronce en forma de daga. Despues de unos segundos hubo un zumbido, un clic y la puerta se abrio. Thor salto al balcon y abrio la puerta empujandola con su cara. Kara cerro la puerta detras de ella. El suelo crujio cuando ella piso el recibidor de la entrada y siguio a Thor por un pasillo. Intrincadas molduras decoraban las paredes como pastillaje en un pastel de fantasia. Era como un gran hotel, pero en menor escala. El sonido de las botas de Kara fue sofocado por exuberantes alfombras persas que corrian a lo largo del pasillo, la tenue iluminacion de un gran candelabro proyectaba una lugubre luz y Kara podia oir voces murmurando en el fondo. El aire olia a sangre y a desinfectante. Thor desaparecio por una puerta al final del pasillo, Kara camino detras de el a traves del umbral. David, Peter y algunos Sensibles ya estaban dentro. Frente a ellos, los cuerpos de hombres y mujeres yacian enredados uno sobre el otro con sus extremidades horriblemente retorcidas. Tenian heridas abiertas a traves de sus cuellos y sus manos vacias se aferraban a sus gargantas en un ultimo intento para evitar que la sangre abandonara sus cuerpos. La espeluznante escena le horrorizaba, y sin embargo se sintio obligada a investigar mas. Era como una escena del crimen de una de las series policiales de la television que amaba a ver con su madre. La sangre cubria las paredes como si hubieran lanzado cubos de pintura roja contra ellas. Kara busco pero no pudo encontrar ninguna arma. Una mujer joven con los ojos rojos e hinchados habia comenzado a limpiar la sangre de los pisos. Limpio las gotas que salian de la nariz con la manga y tallo un pano rosa sobre el piso. Su largo cabello rubio caia sobre su rostro. Ella lo empujo hacia atras murmurando incomprensiblemente mientras trabajaba tallando vigorosamente las manchas color marron oscuro que se colaban entre las tablas del piso de madera.

  • Nadie ha muerto en la catedral de Estela Chocarro

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    La muerte del ultimo campanero de la catedral de Pamplona lleva a un insolito descubrimiento: en una habitacion secreta del edificio se hallan los cadaveres de dos hombres y un cuadro que parece ser de Dali.Cuando llaman a la experta en Dali Rebeca Turumbay para autenticar el cuadro, esta regresa a la tierra de su familia en Navarra. Alli se reencuentra con el periodista Victor Yoldi, ademas de con su tio Daniel y sus amigos de Carcar. Victor y Rebeca emprenden juntos una investigacion para descubrir la identidad de los cadaveres de la catedral.Pronto descubriran que este turbio asunto esta relacionado con un sonado robo que tuvo lugar en la catedral de Pamplona en 1935, y que hay personas muy interesadas en que la verdad no salga a la luz. Alguien que sigue muy de cerca a Victor y a Rebeca, y que esta dispuesto a matar si es necesario.

  • Secretos inconfesables de Emma Colt

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    Un policia de moral intachable. Una sospechosa tan tentadora como misteriosa.

  • El numero Infinito de Karol Scandiu

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    HAY VEINTISIETE pasos desde la biblioteca hasta la habitacion de mis padres. Veintisiete pasos. Hace cuatro dias tarde tres minutos en alcanzar el quicio de la puerta antes de caer inconsciente frente a sus cuerpos sin vida. Mi padre todavia sostenia la pistola. Mi madre estaba en una posicion antinatural; su cabeza colgaba flacida por el lateral de la cama de matrimonio, sus ojos fijos y vidriosos en algun punto mas alla del pasillo detras de mi. Todavia me pregunto que si en lugar de tres hubiese tardado dos minutos podria haberme despedido de ellos. Y eso no me consuela. Ni un poco. Me seco las lagrimas en las hombreras de la chaqueta de mi traje negro al oir la puerta abrirse. Pienso en que seria mas facil hacerlo con las manos, pero se --soy muy consciente-- de que estoy esposada. Y no necesito una humillacion mas frente a nadie, menos todavia la de limpiarme la cara con las pulseras oficiales del Estado de California. Alexander Cristol se sienta frente a mi. Su primera palabra es una mezcla de disgusto con algo reseco en la garganta que no podria repetir. Es un buen hombre, se acerca a los sesenta, sus canas y las finas lineas de desaprobacion continua que le rodean los ojos le delatan. --Doce --susurro. El levanta la cabeza y yo le aguanto la mirada. No pienso llorar. --?Tantas? --Si. Tantas --contesto, y el esboza una especie de sonrisa medio ladeada. Si mis labios pudieran llorar, seguro lo harian por mis ojos. --La cosa esta muy complicada, Alice, no te voy a enganar. --Sus ojos se pasean de los mios a su carpeta negra, cerrada frente a el sobre la mesa. --Trece. --Puedes ser muy irritante cuando te lo propones, ?lo sabes, verdad? --Cuando me lo propongo. El sonrie un poco, pero la sonrisa no le llega a los ojos. --Te conozco desde que eras una enana mocosa corriendo por el patio mientras haciamos barbacoa --empieza a hablar. La conversacion me incomoda mas alla de lo que puedo expresar con palabras, y al fin rompo contacto visual, dirigiendo mi ojos hacia mis munecas amoratadas--. Tu padre solia decir que naciste con la tabla del cinco debajo del brazo. Ya entonces te pasabas horas en la pizarra, sumando y restando… --Senor Cristol, por favor… --Lo siento. --El letrado carraspea, se ve que intenta con todas sus fuerzas recomponerse. Intento evocar algun recuerdo que no incluya sangre o dolor. Los hay, a docenas, estoy segura de que si me pongo a contarlos perderia la cuenta. Pero ahora mismo no puedo; lo unico que veo es a mis padres muertos, son una imagen fija en mis retinas cada vez que cierro los ojos. Alexander no solo es el abogado de la familia, sino, que es casi un hermano para mi padre… lo era. El y su esposa Marie iban a casa a cada dos fines de semana a pasar la tarde, a veces en ocasiones se quedaban a dormir en la habitacion de invitados. No tenian hijos, pero solian decir que no les hacia falta, que nos tenian a Tommy y a mi. Oh, Tommy… no, definitivamente hoy no es buen dia para evocar recuerdos de nada en absoluto. --Catorce --resoplo y me dejo caer un poco en la silla. Mi espalda me esta matando, la herida de mi pierna late y quema a la par. Necesito un analgesico con urgencia, y a juzgar por la cara de Alexander no estamos ni cerca de irnos a casa. O de vuelta a la comisaria. --A tu madre le volvias loca con eso de contar. --Vuelve a sonreir un poco, y entonces abre su maletin sacando papeles al azar, aunque si se lo pregunto dira que sabe exactamente lo que hace. Lo unico que intenta es ganar tiempo, le conozco demasiado bien. Y ahora ya van quince. --No le gustaba porque no le apetecia que le prestaran atencion todo el tiempo. Ella preferia leer y pasar desapercibida. Le resultaba mas facil asi perderse en su mundo. No me doy cuenta de lo mucho que hablo hasta que mis palabras se cortan por un sollozo que no reconozco como mio. --Lo se, Alice, lo se… --El abogado esta a mi lado, me rodea con los brazos. El contacto fisico nunca ha sido una de mis cosas favoritas, consta decir que tengo pocas, pero en esta ocasion me dejo. Imagino que es mi padre. Hace cuatro dias que no lo abrazo. Y nunca volvere a hacerlo. --Podria decir que van dieciseis, pero estoy cansada de prolongar esto --hablo mientras me aparto con todo el tacto que puedo--. Asi que dime de una vez: ?cuanto piden? El letrado se aleja de mi, se sienta en la silla al otro lado de la mesa y vuelve a suspirar. Una vez mas que intenta prolongar el momento sin decirme lo que sabe. Van diecisiete. --Dos anos. Podras salir por buen comportamiento en quince meses, puede que doce. El juez quiere sentar un precedente, ya sabes que esta a favor de la lucha de los moralistas en contra de las armas, eso le serviria para poder sentar catedra sobre el tema… El mundo se retuerce a mi alrededor. Todo se vuelve borroso y lejano. Intento pensar en que estoy sentada, que no me caere, pero la silla tiembla, todo lo hace. Las sacudidas empiezan en el centro de mi pecho y se esparce como culebras por mis extremidades. Me falta el aire, se que tengo que hacer, mi propia voz me dice que baje la cabeza y la meta entre las rodillas, que respire despacio, pero no puedo. Nada va despacio, todo corre y se zarandea. --No era un arma --llego a resollar, apenas escucho mi propia voz--. !Ni siquiera era una puta arma! Y acabo de gritar tan alto que dos agentes invaden la habitacion. --Tranquilos, va todo bien --indica el abogado, y los hombres uniformados salen despacio, sin apartar la vista de mi. Estoy sentada con la cabeza agachada, la cara empapada, seguro moqueo, y no pienso dejar que nadie me haga sentir mas humillada todavia: --?Quereis una foto? --Escupo entre dientes. Cuando la puerta se cierra mi abogado tira de la silla y se sienta frente a mi. --Se que no era un arma de fuego, no la que tu usaste al menos; pero sabes que la fiscalia esta empenada en juzgarte por asesinato porque el chaval era menor de edad y tu padre tenia el arma y la disparo… --!Al puto techo mientras moria! --Chillo y no se si logro hacerme entender. Las palabras salen atropelladas, dolidas. --Lo se. Pero disparo, y tras la autopsia se ha confirmado que el menor estaba bajo los efectos de estupefacientes; se estan empenando en que no controlaba sus actos y que se asusto… --Y es el sobrino del puto alcalde. --Levanto la cabeza, la barbilla en alto, y se que si el abogado se aleja de forma instintiva es porque el odio que siento en este instante se puede ver en mis ojos. --Si. Y es el sobrino del alcalde. --Y tiene ocho abogados --sigo hablando, una vez mas, mantengo la vista fija en la suya--. Y entro en mi casa en medio de la noche, disparo a mi padre porque se desperto y a mi madre por estar alli, y luego tuvo tiempo de ir a la biblioteca a por lo que fuera que estuviera buscando, logro dispararme en la pierna, y si no fuera porque agarre el maldito abrecartas y forcejee con el acabando por clavarselo en el estomago, me hubiera matado a mi tambien. Pero todo eso no tiene importancia, ?a que no, letrado? La fiscalia considera que estaba demasiado colocado como para saber lo que hacia. Alexander Cristol parece marearse. Creo que de no estar sentado se habria caido. Sus ojos se anegan, pero traga el nudo y las lagrimas sin permitirse llorar. Se que cuando salga de aqui y llegue a su casa se derrumbara en el regazo de su esposa Marie y llorara a su amigo. Lo se. Y eso me parte el alma de por si destrozada. --Ojala pudieras hablar frente al jurado --murmura negando con la cabeza. --!Lo hare! --Casi grito--. Deja que hable yo. Deja que… --No puedo y lo sabes, Alice. --El hombre se acerca mas y me coge de la mano--. Alice, pelirroja y llena de vida como el fuego de tu melena --bromea, las mismas palabras que mi padre solia decir cuando me pillaba en alguna trastada. Llaman a la puerta y Alexander se levanta, regresando a su sitio en la mesa mientras indica que pueden pasar. Intento aprovechar este momento para recomponerme un poco, cierro los ojos e inspiro profundamente, hasta que un dolor agudo y punzante me cruza el costado derecho. Gimo en voz baja y me llevo las manos esposadas a la zona. Mi higado se siente ignorado y quiere formar parte del momento. --?Estas bien, Alice? ?Alice? Miro al frente y veo que el abogado esta parado en la puerta, presto a salir. A su lado un joven becario sujeta el pomo y me mira con miedo. Me entran ganas de hacer un movimiento brusco mientras pongo cara de loca. Seguro que el chico se mea encima. Pero este pensamiento solo me dura un segundo; mi higado vuelve a recordarme con otra punzada que no es momento de sacar mi lado mas adorable. --El fiscal ha solicitado hablar conmigo, volvere enseguida --indica y se vuelve del todo hacia mi. Su entrecejo se frunce aun mas, creando un surco profundo que casi une sus cejas tupidas--. ?Te encuentras bien? ?Quieres que llame al medico? Podemos… --No necesito medicos ahora mismo… gracias. --Volvere enseguida, ?de acuerdo? Miro como el abogado sale, y justo cuando el muchacho trajeado va a cerrar la puerta le guino un ojo y le digo adios con la mano, sacudiendo las esposas para que hagan ruido. El chico cierra de un portazo. Intento reirme pero el dolor no me deja. Nada me deja hacerlo. Miro el reloj en la pared. La luz del sol se cuela por las brechas de la persiana, convirtiendo el revestimiento de madera que me rodea en una especia de cebra color caoba. Las 11:45. Me estremezco. La vista de hoy esta marcada para las 12:30. El que la oficina del fiscal quiera hablar con mi abogado por segunda vez y cuando queda tan poco tiempo solo puede significar dos cosas: algo muy malo o algo peor. Me recuesto en la silla e intento pensar en mis padres, una vez mas lucho por traer a mi memoria un recuerdo diferente a los que me azotan los ultimos dias, y veo a mi padre sentado en la mecedora del patio mientras me regana entre risas por ponerme perdida de tierra. Me acaricia la coronilla y entona su retahila predilecta: <>. Tengo siete anos y me rio con ganas. Hay barro por todas partes, y mi madre --mas enfadada que el-- me desnuda dentro de la banera; me miro la cara en el espejo y me parece gracioso el contraste de las gotas de barro con mis pecas. Mi madre sonrie, las mismas pequitas oscuras le salpican la nariz y los pomulos aqui y alla, su pelo rojizo esta atado en un mono desenfadado, y sus delicados dedos me hacen cosquillas en los sobacos mientras la banera se llena del todo. Entonces, sumergida en ese recuerdo, el mejor desde hacia una eternidad, el aroma del jabon de miel me invade los sentidos: el olor de mama. Ella siempre usaba el mismo, ella olia a miel y flores, dulce, desprotegida… y la veo tirada en su cama, su cuello torcido, su cara fria luchando con un grito que se quedo estancado en su garganta, y recuerdo a mi hermano, su pelo moreno y brillante como el de mi padre, sus ojos verdes y grandes, su vitalidad, su fuerza, y le veo muerto como ellos, aunque el esta en un ataud, vestido con un traje demasiado fino para su gusto; a sus pies estan mis padres, pero no le lloran como lo hicieran hace cinco anos cuando nos dejaba, ahora estan en pijama, empapados de sangre, y me miran como si fuera mi culpa que todos estuvieran muertos, como si me juzgaran por seguir con vida. Me despierto con un golpe seco contra el cristal. Me quede dormida sin darme cuenta. Una paloma atontada por el choque contra la ventana arrulla y echa a volar. Ojala pudiera hacerlo tambien. Pero se que la libertad esta muy lejos de mi alcance en estos momentos. Vuelvo a mirar el reloj: las 13:16. Joder. Seguro que no sera una mala noticia, sera la peor. Llevo dias sin apenas pegar ojo y se que en cuanto me descuide volvere a quedarme dormida. Me esfuerzo por no hacerlo y me recuesto un poco en la silla, intentando mantener el recuerdo de mis padres con vida en mi memoria. Si lo pienso con frialdad, sea cual sea la noticia que traera mi abogado, no sera peor de lo que ya estoy pasando. Mi familia no esta, nunca volveran. Que mas da adonde vaya cuando salga de aqui.

  • Recuerda… El mal nunca te olvida de Jess Dharma

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  • Ojala no fueras tu, Beatriz Gant de Beatriz Gant

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  • Abril en Curazao de Betina Shabliko

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    Ambientada en la paradisiaca isla de Curazao, Abril tendra que rehacer su vida y superar equivocos y prejuicios. Y es que, a veces, los caminos mas accidentados son los que nos llevan al mejor puerto.