• libro los mares del alba - Mar Cantero Sanchez

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  • Los mares del alba Versión Kindle - Libros - Amazon.es

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  • LOS MARES DEL ALBA | MAR CANTERO | Casa del Libro

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  • Libro Los mares del alba de Mar Cantero - iHistorArte

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    Por qué la Iglesia se empeño en perseguir a esas mujeres llamadas brujas en la Edad Media? El Libro Los mares del alba te desvela algunos secretos.

  • LOS MARES DEL ALBA (Libro en papel)

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  • Los mares del alba | Mar Cantero Sánchez - Tuquelees

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  • LOS MARES DEL ALBA (EBOOK) - MAR CANTERO SANCHEZ

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  • MARES DEL ALBA - MAR CANTERO SANCHEZ - Agapea

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  • los mares del alba - Sopa de Libros

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    Portada del libro LOS MARES DEL ALBA. Autor: MAR CANTERO SÁNCHEZ; ISBN/ASIN: 9788417001209; Género: Narrativa; Editorial: PLANB; Edición: 2017. Sinopsis.

  • Mas alla del tiempo de Carlos Grab , Manuel Tristante

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    Dicen que el tiempo cambia las cosas, pero, a veces, en realidad, somos nosotros mismos los que debemos cambiarlas. Desde tiempos inmemoriales, los Erbani han viajado por el mundo bajo una gran responsabilidad, ayudandonos a ver las cosas de forma distinta. Arthas, la maestra relojera, ha terminado el ultimo Megidonometro del Tiempo y Azim, su Guardian, sera el encargado de llevarlo hasta Gary.El tiempo no puede borrar sus problemas magicamente, pero Gary sabe que si puede utilizarlo a su favor. En Hy Tairngire, la isla prometida, encontrara la amistad de Tim y descubrira todo cuanto necesite para lograrlo.

  • El mercader de libros de Luis Zueco

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  • Lectura facil de Cristina Morales

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    Son cuatro: Nati, Patri, Marga y Angels. Son parientas, tienen diversos grados de lo que la Administracion y la medicina consideran <> y comparten un piso tutelado. Han pasado buena parte de sus vidas en RUDIS y CRUDIS (residencias urbanas y rurales para personas con discapacidad intelectual). Pero ante todo son mujeres con una extraordinaria capacidad para enfrentarse a las condiciones de dominacion que les ha tocado sufrir.

  • Rosa Primitiva de Ele Serfstone

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    La historia transcurre en el verano del ano 2041, en un pueblo ficticio llamado Rosa que se inspira en una comunidad rural ubicada en lo alto de la Sierra Madre Occidental, al norte de Mexico. En el lugar se dedican al cultivo y tala de madera de una especie de encino geneticamente modificado, del que, entre otras cosas, se obtiene una suerte de combustible limpio en la forma de carbon. Estos son usados para la generacion de electricidad como una alternativa al escaso y contaminante combustible fosil o a la inestable fusion nuclear. Recientemente ocurrio una tragedia a nivel mundial conocida como la gran purga, en la que poco mas de un tercio de la poblacion se suicido, principalmente jovenes y adolescentes.

  • Historias de una becaria incorrecta de Becaria

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    El libro politicamente incorrecto de una becaria politicamente incorrecta.

  • Un amor pendiente de Erika Marc

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    Olivia es una bella y sencilla joven mexicana que tiene una beca universitaria en la ciudad de Quebec y, para solventar sus gastos, trabaja como camarera en eventos de la alta sociedad.
    Una noche, presta sus servicios en una lujosa mascarada en donde celebran el cumpleanos del guapo, arrogante y magnate millonario: Evan Trudeau. <>.

  • Todos estamos hechos de estrellas de Rowan Coleman

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    ?Que pasaria si tuvieras la oportunidad de escribirle una carta de despedida a la persona que amas??Que le dirias?
    Stella Carey tiene buenos motivos para aceptar el turno de noche en el hospital donde trabaja. Casada con un veterano de guerra que ha regresado de Afganistan brutalmente herido, Stella se refugia cada noche en su trabajo, mientras su esposo Vincent se encierra en casa, incapaz de dormir debido al estres postraumatico que padece.Stella Carey escribe las cartas que le dictan sus pacientes para sus seres queridos (algunas llenas de humor, de carino y consejos practicos; otras, impregnadas de arrepentimiento), con la promesa de echarlas al correo despues de su muerte. Hasta que una noche escribe una carta que podria dar a su paciente una ultima oportunidad de redencion, si la entrega a tiempo.

  • Rosa de papel de Diana Palmer

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    Tate Winthrop salvo a Cecily Blake de las garras de su pervertido padrastro, y, desde entonces, su devocion por el no conocia limites. Sin embargo, no pudieron dar rienda suelta a la pasion que ambos sentian. Destrozada por su rechazo, Cecily se vio obligada a abandonar al hombre de sus suenos. Pero ahora, Tate estaba envuelto en un sorprendente escandalo politico y, en esta ocasion, seria Cecily quien acudiria en su ayuda…

  • No debiste aparecer de Hugo Sanz

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    Poco podia imaginarme la sorpresita que me encontraria aquella manana al salir con mi pequena Sara a la calle. Corria el mes de marzo y, aunque en Ferrol el tiempo parece estar siempre enfadado, el sol se habia levantado con fuerza ese dia, como preludio de una primavera que estaba a la vuelta de la esquina. Era sabado y Juanjo, mi marido, se encontraba trabajando. No volveria hasta la noche, por lo que habia decidido salir a dar un paseo con mi nina, con idea de comer por ahi y comprarle a el un regalito por sus treinta y cinco anos, que los cumpliria la semana siguiente. --?Donde esta la cosa mas bonita del mundo? --le pregunte sonriendo a mi peque al acercarme a su cama. Con dos anitos y medio nada mas, mi renacuaja no es que entendiera mucho, pero esa pregunta la tenia bien asimilada y cada vez que se la hacia levantaba rapidamente el dedito indice, sonriendome tambien ella picaramente. --Te voy a comer esa naricilla chatunga. !Nam, nam, nam, nam, nam! --hacia como que se la mordisqueaba y Sara se apartaba, nerviosa, dandome manotazos. Me encantaba provocarla de esa manera--. Venga, vamos a desayunar y nos ponemos guapas para salir a dar un paseito. En ese momento me sono el movil. Era mi hermana Clara, desde Badajoz; esa tierra en la que me crie y de la cual me habia marchado hacia ya un tiempo. Reconozco que al principio me costo salir de alli, a pesar de que el nuestro era un pueblo bien pequenito. Ferrol tampoco es Nueva York, las cosas como son, pero yo ya me habia acostumbrado a la vida en esa ciudad gallega y era muy feliz en ella. Mucho mas de lo que imagine en principio que podria llegar a ser. --?Que tal, guapa? ?Como esta mi sobrinita? --la voz de mi hermana al otro lado del telefono siempre representaba tambien para mi un motivo de alegria. --Aqui voy a levantarla, que acaba de despertarse. Pues tu sobrinita esta hecha un trasto, para no variar. ?Que tal por ahi? --Tu sabes, preparando ya las maletas como quien dice. Pasado manana firmamos por fin el contrato de alquiler. --Que guay, estaras loca de contenta, nina. --No lo sabes tu bien, Diana. No veo la hora. Ya sabes que mama es muy buena y muy santa, pero a veces se da dinero por no aguantarla con sus manias. Razon no le faltaba. No es que mi madre sea mala persona, ni mucho menos. Pero es una de esas amas de casa obsesionadas con la limpieza que no deja vivir a nadie a su alrededor. No puede soportar una huella en un mueble de cocina ni los cojines desparramados por el sofa, por poner algun ejemplo. Todo tiene que estar perfecto a todas horas, como si fuesen a pasarle revista en la casa. Es algo que nunca he entendido. A mi tambien me gusta el orden y tener las cosas decentes, pero no hasta ese extremo. Pienso que la casa es algo que tiene que estar al servicio de las personas, y no a la inversa. De la ropa, con ella, ya ni hablamos. Las prendas se tienen que lavar siempre por separado; por un lado, las sabanas, por otro las toallas, por otro los calcetines... Total, quinientas lavadoras al mes a un tercio de su capacidad, sin dolerle los recibos de luz ni el gasto en detergentes de todas las clases. Y una camisa que se ponga un rato, una camisa que va directamente para la lavadora. Eso de volver a colgarla en el armario, nanai de la china. Dice que las prendas que uno se ha puesto, aunque sea solo media hora siempre llevan algo de olor a sudor. Esa es otra; el olfato tan fino que tiene. Cualquiera se la da, no quiero ni acordarme de cuando empece a fumar a escondidas siendo una adolescente. Pero bueno, no es plan de extenderme ahora hablando de ella. --?Y los preparativos de tu boda? --le pregunte a Clara por cambiar de tercio. --Ahi vamos. La semana que viene tengo la primera prueba del vestido. Creo que he engordado un par de kilos desde que lo elegi, asi que... vamos a ver si me cierra la cremallera o si tienen que soltarme las costuras de los costados. Madre mia, que jaleo, que de pijotadas, Dianita de mi alma. --Anda ya, mujer. Seguro que estas divina. --Ya, pero estoy muy nerviosa tambien, y tu sabes... me da por comer como un camionero, bueno, como siempre, para que nos vamos a enganar. Otra cosa, no, pero comer, todo lo que me echen, que te voy a contar yo a ti. --Si, pues dejate de nervios, boba, que no hay motivos para ello. No los habia, la verdad. Clara iba a casarse con un chico estupendo que bebia los vientos por ella y la vida les sonreia a ambos. Sin embargo, es algo que a todas nos pasa llegado el momento. Yo misma estaba hecha un flan dias antes de mi enlace con Juanjo. --Bueno, Diana, pues no te entretengo, era solo por saludarte. --Tranquila, guapa. No tengo ninguna prisa. Juanjo esta en el hotel y hoy tiene alli para todo el dia, asi que vamos a desayunar y ahora en un rato saldre a dar una vuelta por ahi con la nina, que hace un dia muy bueno. --Genial. Dale un beso a la pitufa. Que ganitas tengo de verla. --Se lo dare. Otro para ti, corazon. --Aupa, campeona --le dije a mi peque nada mas colgarle, cogiendola en brazos--. Venga, vamos a prepararnos un Cola Cao y a ponernos bien guapas tu y yo. Con ella a cuestas, baje las escaleras. Juanjo y yo viviamos en un bonito unifamiliar en una zona privilegiada de Ferrol. No era nuestra primera vivienda, pero si la primera en propiedad. Antes viviamos de alquiler en un pequeno piso del centro que no estaba mal, pero tuvimos que irnos enseguida de el por diversos motivos. Por un lado, los vecinos de arriba; una pareja joven, bastante arisca y mal educada (a cada cual peor), que no tenia ningun miramiento con los vecinos. Lo mismo armaban unas juergas de aqui te espero con los amigos cualquier dia de la semana, como que volvian los dos de fiesta un sabado de madrugada a las tantas y seguian en casa con el cachondeo. La senorita no se dignaba ni a quitarse los tacones y se dedicaba a pasear por el piso de punta a punta, dando taconazos como la que esta en la pasarela Cibeles. Si los demas no podiamos dormir, a ella le importaba un pimiento. Por su parte, el cogia la guitarra y se ponia a cantarle hasta desganitarse. Cuando les parecia, tambien se peleaban a grito pelado poniendose a parir. Ellos las gastaban asi y a mi me habian tocado en suerte. El asunto es que nadie se quejaba. Eramos dos vecinos por planta y enfrente de nuestro piso no vivia nadie. Justo debajo vivia Mariana, una anciana sorda como una tapia que se quitaba los audifonos antes de dormir y que, por tanto, no se enteraba nunca de la misa la media.

  • La doctrina del Sainte de Peter Handke

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    Escrita a continuacion de ” Lento regreso ” , novela con la cual sostiene un soterrado vinculo, ” La doctrina del Sainte-Victoire ” (1980) marca un punto de inflexion en la obra de Peter Handke (1942), que adopta en ella el narrador en primera persona y encuentra una fecunda veta en la geografia y en el discurso digresivo. Dominada, como la Provenza (escenario en que se situa), por la montana Sainte-Victoire, objeto de numerosas representaciones por parte del pintor Paul Cezanne, asi como por la relacion que el narrador establece con ella, la obra tiene como ejes el paisaje, el tiempo, la representacion artistica y la reflexion acerca de la labor creadora y del desarrollo de la existencia.

  • Cenicienta no pertenece a nadie de Rachel Bels

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    Erase una vez una princesa valiente…
    Una prostituta.
    Una esclava.

  • El fruto del honor de Elif Shafak

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    La historia de una familia kurdo-turca que se traslada a Londres en los anos 70 sirve de motor narrativo para contar el dificil encaje de tradiciones distintas.

  • El Muro (Todo Saldra Bien 6) de Pintina Cuneo

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    Silvana intentaba conciliar un sueno que tardaba en aparecer, uno imposible desde hacia dias. Unicamente pretendia dar una cabezada, una siesta, aunque fuese corta, seria de gran ayuda, ya que llevaba varias noches durmiendo mal, noches eternas en las que no dejaba de dar vueltas en la cama. Horas interminables de pensar. De pensar en mil cosas de manera continua. La primera semana de cuarentena habia pasado ya, y lo habia hecho con la sensacion de no acabar de creer lo que estaba sucediendo. Pero debia enfrentarse a los proximos siete dias de aislamiento y los pronosticos no eran nada halaguenos. Cada vez que escuchaba que las semanas podian alargarse la noticia le provocaba una terrible desazon anadida a su ya alterado estado de nervios. Y su vecino de patio no estaba ayudando demasiado. Agotada de escuchar aquel golpeteo infernal, se deshizo de la manta del sofa con un gesto brusco y se levanto de un salto. Aquel hombre del bajo de al lado llevaba dando pelotazos contra el muro divisorio casi una hora, estaba desquiciada ya. Su paciencia habia llegado al limite. Con gran estrepito, abrio la puerta corredera que comunicaba la cocina con el patio y proyectando la voz hacia la tapia se encaro con aquel extrano con el que le habia tocado convivir. --!Eh! !!El de la pelota!! Sabia que era un hombre a quien se estaba dirigiendo, esa presencia incomoda que compartia casa con otros dos chicos mas, al menos asi lo creia, porque en ocasiones, demasiadas para su gusto, las voces en la casa de al lado se multiplicaban hasta el infinito. Si, tenia unos vecinos muy sociables, unos escandalosos chicos que hacian mas vida en el patio que en el interior de su vivienda. No podia ponerle cara a ninguno de ellos, puesto que rara vez coincidia con alguno de los inquilinos de su edificio. Por horario de trabajo, porque no era muy dada a entablar conversaciones superficiales con la gente o porque la mayoria de veces que salia de casa, si escuchaba que alguien utilizaba el ascensor, esperaba unos segundos tras su puerta hasta que le llegaba el sonido del portal al cerrarse, evitando asi un encuentro con cualquier vecino. En otras ocasiones, y al regresar a casa, habia detenido sus pasos antes de llegar al edificio. No entraba en este hasta que el portal se quedaba completamente vacio. No, Silvana no era muy sociable y tampoco creia que fuese algo imprescindible, no al menos con los vecinos. Por lo que desconocia por completo la cara del rey del tenis al que le estaba dando alaridos en ese instante. El incansable pom, pom, pom, siguio retumbando en su cerebro. Silvana, separandose de la puerta de la cocina, se acerco mas y grito de nuevo, con el mismo exito que la primera vez. Entonces se alejo unos pasos del muro y haciendo bocina con ambas manos grito con todas sus fuerzas: --!Para! !!!Para con la pelota, por Dios!!! Silencio. Los ojos de Silvana se abrieron de manera sorpresiva. No podia creer que el ruido hubiese cesado. Entonces respiro aliviada, aunque, a decir verdad, que no se escuchase nada tan solo sirvio para que fuese mas perceptible el dolor pulsante en sus sienes y sabia que este se debia unicamente al incordio al que el vecino la estaba sometiendo. --Creo que el partido hace tiempo que lo perdiste, ?por que no dejas ya de dar pelotazos y te vas a leer un rato? --Perdona, ?me estas hablando a mi? --pregunto una voz desde el otro lado. --?Acaso hay alguien mas en todo el edificio reventando pelotas contra mi muro? --Tambien es mi muro, ademas, son las cinco de la tarde, no la una de la madrugada --se defendio el. --?Quieres que te recuerde lo que haceis tus amigos y tu a la una, a las dos, a las tres y a las seis de la madrugada? --Silvana, con los brazos en jarras le hablaba a aquella pared como si pudiera tener ante ella a la persona a la que estaba recriminando. --?A las cuatro y a las cinco no sabes lo que hacemos? Silvana fruncio el ceno extranada, no entendia la pregunta. --?Que dices? --Como no has nombrado esas horas y de las tres de la madrugada te has pasado a las seis, pues no se, por eso te pregunto. --!Vaya! Eres gracioso, ?eh? Molesto y gracioso, lastima que esten los teatros cerrados y no puedas acudir a hacer tu monologo semanal. Espero la replica, sabia que no tardaria en llegar. --Tu eres <>, ?no? --?Que me has llamado? --Pues eso, la tacones, la que se pasa el dia como si desfilase por las pasarelas de Roma, Milan y Paris en sesion continua. ?Se te ha ocurrido alguna vez quitarte los zapatos cuando vuelves a casa? --No vives en el piso de abajo, no se por que te molesta, en cambio no sabes lo irritante que es escuchar vuestras risotadas cada vez que montais un botellon aqui afuera, como si fueseis monicacos de quince anos. Sin hablar, claro esta, de esas ninatas salidas a las que invitais de vez en cuando para que vosotros parezcais mas burros de lo que habitualmente ya sois. Escucho murmurar, pero sin llegar a entender nada. De repente sono un gran pelotazo. --Uno: tengo tus tacones clavados en el cerebro, no sabes como retumban, como me taladra el cerebro ese tac, tac, tac. ?De que crees que estan hechas las paredes? ?De hormigon y acero? Otro pelotazo se escucho con mas intensidad. --Dos: mis companeros y yo nunca hemos molestado entre semana y hasta donde yo se ningun vecino se ha quejado. Ya iba a replicarle a eso cuando un tercer pelotazo sono como si quisiera reventar el muro. --Tres: !!vecina cotilla!! Si tanto te gusta escuchar conversaciones, no lo hagas tras la tapia, ven un dia y asi compruebas lo burro que me puedo llegar a poner. --!?Cotilla?! Pero si vuestras tontadas se escuchan hasta en Saturno y sin necesidad de satelite. Ya daba por zanjada la discusion cuando un nuevo pelotazo se estrello dandole un susto tremendo. --Cuatro: me aburro, !no sabes cuanto! --La pelota volvia a golpear en el muro--. Cinco: hay que hacer deporte, aunque estemos de cuarentena. --Nuevo pelotazo--. Seis: soy el mismisimo Nadal en la final de Roland Garros... Silvana no se quedo a escuchar el predecible <>, entro a la carrera en la cocina y agarrando la jarra del agua que descansaba sobre la encimera, la lleno a rebosar hasta arriba del todo y salio de nuevo. Aquel hombre continuaba dando pelotazos y contando, y con cada numero soltaba una sandez igual o peor que la anterior. Entrecerro los ojos, queria adivinar por el sonido de su voz a cuanta distancia estaria de la separacion; pasados unos segundos de duda lanzo con todas sus fuerzas el agua por encima de su cabeza. El sonido ceso al instante para escucharse una retahila de improperios. --Once --anuncio Silvana--, tras un largo partido es conveniente darse una ducha. --Me has calado las zapatillas al completo, ?lo sabes? --Vaya, ?solo las zapatillas? Pues que lastima. Los improperios continuaron sonando unos minutos mas, pero ella prefirio ignorarlos. Se encamino hasta el salon y busco con el mando algo que ver en television. Al cabo de un intenso repaso, del canal uno hasta el ciento y pico, el sonido del timbre la sobresalto. El corazon se acelero en su pecho. Cuando los timbrazos dieron paso a los golpes, Silvana apago el televisor, repitiendose, convencida, que no pensaba abrir, puesto que intuia quien estaba tras la puerta. --!!Abre, tacones!! --No se habia equivocado, el era su intuicion. Entonces se asusto, quiza habia ido demasiado lejos en lo de vengarse del tipo aquel. Agobiada, busco sus cascos, escucharia musica en su telefono, <>, penso, acomodandose en el sofa. Silvana, frente a la puerta del frigorifico, repasaba sus provisiones. No eran muy abundantes, la compra quincenal que habia hecho antes del inicio de la cuarentena estaba llegando a las ultimas. A medida que pasaban los dias se sentia mas nerviosa. Unicamente habia salido a la calle para tirar la basura al contenedor situado frente a su edificio, pero aventurarse hasta la tienda le generaba estres y ansiedad solamente de pensarlo. En varias ocasiones se habia arreglado, colgandose el bolso al hombro para permanecer inmovil durante unos eternos minutos con la mano posada en el picaporte sin atreverse a salir. Le entraban sudores de saberse rodeada de gente, de estar frente a la cajera, guardando su compra en bolsas, una compra que la dependienta debia tocar irremediablemente. Se imaginaba que encontraria clientes en los pasillos a los que deberia evitar, que tocaria los productos que otros ya habian tocado antes y que habian devuelto a las estanterias, tendria que coger cesta, una cesta que tocaban todos. El verbo 'tocar' tenia una dimension tan gigantesca que era en lo unico que pensaba si barajaba la opcion de pisar la calle, bloqueandose por completo. Ser asmatica y no disponer de mascarilla no facilitaba las cosas. Quiza deberia recurrir a alguien y pedir ayuda, un vecino tal vez. Entonces, una figura sin rostro vino hasta ella; si, el tenista del muro, raqueta en mano, probablemente estaria mas que dispuesto a hacerle la compra para despues lanzarsela hasta su patio como si de proyectiles se tratase. Agito la cabeza frustrada, harta con aquel encierro que sabia necesario pero que la estaba sobrepasando. Ni siquiera sabia si tenia el humor suficiente para enfrentar la tercera semana de confinamiento. El teletrabajo de las mananas era un gran alivio para no pensar en todo lo que el mundo estaba viviendo. Dias atras habia tomado la resolucion de dejar de ver las noticias, las cifras eran tan desoladoras que acababa llorando. Luego se renia. Las personas que queria estaban bien, tenia un trabajo, uno que iba a conservar cuando todo pasase, un empleo que no habia perdido como por desgracia le estaba ocurriendo a tanta gente. No podia evitarlo y se sentia tremendamente egoista, unicamente tenia que estar en casa, pero habia dias que se le hacia muy cuesta arriba. En los dias de bajon no hacia nada fuera del trabajo: no leia, sus ejercicios de yoga directamente los eliminaba de su rutina, comia cualquier cosa y se le hacia de noche sin quitarse el pijama y hecha un completo desastre. Otros, en cambio, era invadida por el espiritu de la limpieza y entonces ordenaba, clasificaba y quitaba el polvo hasta de lugares donde nunca se habia preocupado en mover los muebles.

  • Casado con mi secretaria de Roxana Aguirre

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    Oliver Anderson, un millonario y apuesto joven de veinticinco anos, esta a punto de perder la presidencia de su empresa por no llevar una vida formal. Pero de repente su vida da un giro al pedirle a su secretaria, Alexandra Carlin, que sea su esposa durante seis meses.
    La historia narra el divertido matrimonio odio-amor entre Oliver Anderson y su secretaria cuando las cosas no salen como ellos esperaban.

  • Compartiendo La Misma Cama de Penelope Dunn

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    Estoy totalmente impresionada. "?Como dices?", pregunto. "Es absurdo", manifiesta con sorpresa mi hermana menor. El abogado de mi padre, Alexis, intenta mostrarse relajado y peina su cabello suavemente. No tengo motivos para desconfiar de el. De hecho, confio totalmente en cada una de sus palabras y acciones. Ha laborado tantos anos para nosotros que se considera un integrante mas de nuestra familia. "Se que papa no seria capaz de atreverse a hacer eso. Supongo que todo es una equivocacion. Es realmente insolito", digo en voz baja, pero el niega con su cara. "Quiero ver su testamento, por favor, porque pienso lo mismo", dice Natalia. Le cede los documentos a mi hermana. "Ana, Natalia, era su voluntad, se los aseguro", dice viendonos fijamente. "Yo mismo escribi su testamento, luego su padre lo leyo, estuvo de acuerdo y firmo los papeles necesarios. Era su voluntad, se los aseguro". Hablamos sobre ese tema con mama unos dias antes de la partida definitiva de nuestro padre. Por eso, Natalia esta tan asombrada como yo. Entiendo lo que esta pensando, pues el mismo pensamiento atraviesa mi mente. En ese momento, nos acercamos a la cama de nuestra madre. Sabiamos que solo podiamos brindarle calidad de vida, porque su enfermedad la habia deteriorado tanto que ya no era posible sanarla. Esperabamos que se sintiera bien en sus ultimos dias de vida. "Quisiera pedirte algo", revelo mama en voz baja. Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa que me pidiera. "Seguro, mama", le dije, con toda la seriedad del mundo. "Quiero pedirte que hagas todo lo necesario para conservar nuestra casa. "Siento que este hogar es parte de nuestras vidas. En estos muros estan las historias de mis padres y mis abuelos. Hay vida aqui, lo se. Esta ha sido mi casa desde que naci. Lo mismo paso con mis padres, y con ustedes. No quiero que nadie, salvo tu, se haga cargo de ella. Como eres la hija mayor, debes prometermelo. Quedara en tus manos, asi como mi madre la dejo en las mias al partir para siempre. Debes cuidarla hasta que tengas un hijo y puedas darselo como herencia familiar tambien. Debemos... conservarla", dijo, tomando mi mano con la poca fuerza que le quedaba. "Te lo prometo, mama", dije con fuerza. La idea de que otra persona comprara nuestro hogar no habia pasado por mi mente hasta ese momento. Esperaba tener hijos y que crecieran en ese espacio, al igual que mis sobrinos, si Natalia finalmente decidia tener hijos. Era nuestra casa, y mi deseo era que siguiera siendolo mientras estuvieramos vivos. No podia estar en otras manos que no fuesen las mias, porque era parte de nuestra identidad y nuestras vidas, como decia mama. Esperaba honrar ese compromiso, y no me importaba si eso implicaba cualquier sacrificio. Sin embargo, las cosas estaban cambiando. Al parecer, alguien me lo quitaria. Nos lo quitaria. Esa persona era Cristina. Nos quitaria nuestro hogar, ese que mi madre adoraba con toda su alma. Cristina estaba sentada en silencio, y su atuendo negro de pies a cabeza le ayudaba a simular que de verdad lamentaba la perdida de papa. "!Papa no le habria heredado La Estancia a esa... mujer!", dijo Natalia con fuerza. "Ella no simpatizaba con este lugar, o, mejor dicho, lo detestaba, y el era consciente de ello. Dijo que era una montana de excremento. !Lo dijo en las narices de papa!", dijo, senalando con su mano a nuestra madrastra. "Entiendo, Natalia, y no sabes cuanto lo lamento. Realmente tengo las manos atadas. La Estancia, el area circundante y todas las hectareas de bosque cercanas pasan a manos de Cristina por decision de su padre", dice nuestro abogado, y nos ve con una expresion de melancolia. Papa habia dicho que dejaria la casa en mis manos. Entendia lo especial que era el lugar para nosotras, en especial para mi. Mama le habia pedido como ultimo deseo que me la dejara como herencia. Y la habia puesto a mi nombre, pero solo por un tiempo, con la unica finalidad de evadir impuestos. Habia sido idea de su contador. Luego le habia asegurado a mi madre que, al fallecer, la pondria permanentemente a mi nombre. Fui testigo presencial de ese hecho. Incluso habia llorado al momento de decirselo. Entonces me siento en el borde de la cama. Aun no creo lo que esta sucediendo. No entiendo como es posible. Ahora soy yo quien cree que va a llorar. No puedo creer que nuestro padre haya faltado a su palabra y nos haya dejado a nuestra suerte. ?Por que lo haria? No lo entiendo. Lo acompane hasta el dia de su muerte. "Ana, hija adorada, te amo", susurro. "Eres mi hija mayor. Has sido mi favorita desde que naciste. Organice todo para que nadie ajeno a nuestra familia te perjudique ni te quite la casa", dijo. Sostuve su mano durante su ultimo aliento y me vio fijamente. !Hizo todo lo contrario a lo que dijo que haria! "De todos modos, su padre preparo todo para que ambas puedan vivir en el apartamento que dejo en El Rosal, si Cristina acepta. Pueden estar tranquilas. No van a quedarse en la calle", dice Alexis, tocando el hombro de Natalia. "Creo que no es necesario oir nada mas sobre casas", responde Cristina. "?Eduardo me lego algo mas?", dice. Se nota su molestia. "Desafortunadamente, no. Solo ese apartamento y una pension de por vida que podras disfrutar hasta que mueras", revela con crudeza Alexis. "?Nada mas?", pregunta con fuerza. "?Ese viejo tacano no me dejo nada, nada mas?". "No", responde Alexis. Su cara muestra su creciente molestia. "?Pero y la empresa? Las prendas antiguas de oro, la casa en Canada y la de Malta...", pregunta. Alexis respira con fuerza. "Lo repartio entre toda la familia. De todos modos, la suma mensual que recibiras es alta. Creo que tienes suerte". "?Alta? No quiero pensar como seria si fuese baja", le dice con altivez. "Merezco mucho mas, por todo lo que me esforce por nuestro padre. Ese viejo avaro y vil no me dejo nada mas, a pesar de que tuve que limpiar su tras…". Me levanto con furia. Aunque no se como lo hago, me pongo de pie y camino hacia Cristina. Le doy una bofetada en su mejilla izquierda, y el sonido que produce mi movimiento es tan fuerte que retumba en las paredes. Cuando puede voltear, noto la expresion de odio genuino en la cara de Cristina. No obstante, entiende que sus acciones me han hecho perder la compostura y olvidar mi educacion, asi que frena sus deseos de levantarse y golpearme. Natalia sonrie ante mi osadia. Es la primera vez que lo hace durante la reunion. "Vete. No mereces estar en este hermoso hogar. Solo eres una puta malvada que se caso con mi padre por dinero. No entiendo que vio mi padre en ti. Quiero apretar su garganta, pero no lo hago. "Sera mejor que salgas de aqui", le grito en cambio, con fuerza. "Yo si lo se. No es ningun misterio. Se como cabalgar un pene. Soy mas talentosa que muchas otras mujeres. Tal vez pueda ensenarte a hacerlo. Creo que te hace mucha falta aprender de ese tema", dice, y empieza a reir abruptamente. "!Me das asco!", lanza Natalia. "Sal, o te sacare a patadas", le exijo, con mis manos apretadas. Cruza sus brazos antes de salir. "Lo hare, pero antes de hacerlo les dire que voy a vender esta mierda. Quiero que antes del lunes desocupen este espacio. Si no lo hacen, lo lamentaran", informa, sonriendo maliciosamente mientras nos mira. CAPITULO 2 ANA Creo que voy a tener un infarto. Mi corazon acelerado hace que piense en ello. No puedo decir ni una palabra. Tampoco se que pensar. "Ana, ya puedes estar tranquila. Esa loca se fue", dice Natalia, y pone su mano en mi muneca. Se me ocurre una idea y empiezo a hablar con mi voz quebrada. "Usare mi asignacion mensual para comprar esta casa de una vez", digo. Subo mi mano y sujeto con fuerza la de Natalia. Giro para ver a Alexis. Pero el niega con su cara. "Eso no va a pasar", dice. Lo veo con asombro. "Por otra razon desagradable, supongo", dice Natalia. "Lo que sucede es que puedes disponer de ese dinero solo cuando cumplas veintiuno". "?Como? ?Que llevaria a nuestro padre a decidir algo asi?", digo. La noticia me sorprende aun mas y crea mas incertidumbre. "Algunas personas mayores toman ese tipo de decisiones cuando sus hijos son adolescentes o llevan una vida... un poco intranquila. Tambien lo hacen porque consideran que quienes rodean a sus hijos podrian enganarlos o hacerlos caer en trampas terribles", dice Alexis, y luego grune ligeramente y levanta sus manos. "Ya tengo veinte. La gente que me rodea tiene buenas intenciones, y llevo mi vida con tranquilidad. Papa era consciente de ello". Alexis encoge sus hombros y se queda en silencio. Suspiro y caigo en un sofa cercano. Entiendo que ese divan esta alli porque papa queria que sus clientes se sintieran comodos al visitarlos, pero ahora siento que es parte de una historia. La historia de terror que estoy viviendo por sus decisiones. Mis manos estan atadas mientras el espacio que ha sido el hogar de nuestra familia por cinco siglos es vendido como un pedazo de madera. Quedara en manos de gente ajena a la casa. Se que podrian remodelarlo por completo. Incluso tirar todo. Tal vez usen el espacio en el que esta enterrada mi abuela y mi madre para construir algo mas. No puedo dejar que lo hagan. Ahora que lo pienso, me doy cuenta de que no hubiera imaginado, por muy pesimista que fuese, que viviria todas esas cosas tan terribles durante la lectura del testamento de papa. Natalia camina hacia mi, se arrodilla y toca mis manos. "Tiene que haber algo que podamos hacer. Quiero conservar La Estancia. Fue el juramento que le hice a mama. Le asegure que siempre seria parte de nuestra familia, como ha sido hasta ahora", digo, y subo mi cara para ver a Natalia. "?Si hay algo que podamos hacer?", le pregunto mientras me levanto con prisa. El frunce su ceno y luego sonrie ligeramente, aunque su expresion no indica nada mas. Se quita sus gafas para limpiarlas y yo tomo aire en espera de su respuesta. Natalia tambien esta expectante. "Puedes hacer algo, aunque tal vez no quieras hacerlo", responde, revisando los documentos frente a el. "Cuentanos". Aclara su garganta y me ve fijamente. "Como habras notado, ustedes tienen el cuarenta y ocho por ciento de las acciones de la compania de su papa". Natalia no entiende nada. Yo tambien siento que me habla en otro idioma. "No lo habia notado. Y es cierto. No sabia nada sobre el asunto. Solo habia escuchado que ya no seriamos duenas de La Estancia. Continua, por favor". "Antonio Jose Velez es el dueno del cincuenta y dos por ciento restante", dice. Natalia abre su boca de par en par. Antonio Jose Velez. Es un hombre con cabellera negra perfectamente cortada, una piel dorada por el sol, perforaciones en algunas partes de su cuerpo, una expresion desafiante en sus ojos y una anatomia trabajada durante anos en un gimnasio. Su cara es provocativa, pero por lo que habia dicho papa, no debia dejarme llevar por esa apariencia seductora. Es un tipo diabolico para los negocios. Negocios que se tratan casi siempre de comprar empresas. Empresas que se mostraban debiles o con resultados negativos inesperados. Hacia ofertas hostiles a los accionistas para comprarlas e insistia hasta que lo lograba. Aunque me siento cada vez mas confundida y perdida, la imagen de Antonio Velez llega paulatinamente a mi mente. "?Antonio Jose Velez tiene la mayoria de las acciones de la empresa?", pregunto, con mi voz expresando mi incredulidad. "!Dime que es mentira!", pide Natalia. Alexis niega con su cara. "Es verdad. Adquirio esa mayoria accionaria hace dos o tres anos". Dos o tres anos, pero yo no sabia nada de nada. Recorde que papa siempre me contaba lo que sucedia en la compania. Lo habia hecho desde que yo tenia diez anos, para despertar el interes de mi hermana y el mio en la compania. Tomo aire y levanto mi cara para intentar pensar con claridad. ?Por que papa lo habria hecho? Solo una razon llega a mi mente: la empresa estaba tan mal que la unica solucion que habia visto mi padre era cederle la mayoria a Antonio. Papa habia vendido parte de la compania a ese sujeto sin decirnos nada. Se habia desprendido de la mayor parte de su empresa, la que habia fundado y planeaba dejarnos como herencia, supuestamente, a un cazador de empresas en aprietos que seguramente la desguazaria para venderla otra vez y ganar mas dinero. "?Por que? ?La empresa tenia dificultades?", le pregunto. "Hasta donde recuerdo, siempre tuvo buenos resultados", dice Natalia. "Los tuvo. La empresa era exitosa. Me parece que la participacion de Antonio la hizo mas exitosa de lo que ya era. Creo que vender las acciones fue el mejor negocio que pudo hacer su papa". "?De que modo se relaciona ese senor con La Estancia?", pregunto. Otras interrogantes aparecen en mi mente. "De ningun modo. Sin embargo, en el testamento queda claro que, si una persona tiene el setenta por ciento o mas de las acciones de la compania, tendra la potestad de parar la venta o alquiler de la casa o el terreno alrededor. Queda claro que ustedes no llegan a esa cifra, pero en caso de que... de que... te convirtieras en la esposa de Antonio Velez… Cristina no podria vender la casa, y la comprarias cuando cumplas veintiuno, con tu herencia". Natalia abre sus ojos de par en par. "Es un chiste, ?verdad?", pregunto. Mis ojos tambien estan muy abiertos. "No. Solo haciendo eso podras quedarte con La Estancia". ?Entonces debere casarme con Antonio Velez para conservar la casa?

  • En las profundidades del deseo de Laurey Bright

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    Le habian robado, la habian atracado, casi la habian atropellado. y encima tenia que luchar contra la atraccion que sentia hacia su nuevo jefe. Cuando Sienna Rivers se alisto en la expedicion arqueologica de Pacific Treasure Salvors, no imaginaba que estuviera poniendo en peligro su vida. ni arriesgandose a perder su corazon por un hombre como Brodie Stanner.

  • A tu lado puedo ser feliz de Sophie Saint Rose

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    Un portazo en la planta baja indicaba que su hija habia llegado a casa. - ?Selina? -!Estoy aqui, mama! -respondio subiendo las escaleras. Agotada aparto su melena rubio platino de su hombro para sujetar la correa de su bolso y evitar que se le cayera.- ?Ocurre algo? Porque he quedado con Stayce para ir a una fiesta y todavia tengo que cambiarme- dijo yendo hacia su habitacion. Su madre la intercepto al salir de la habitacion de sus padres. La miro con sus ojos marrones como si quisiera matarla y por el vestido negro de lentejuelas que llevaba se dio cuenta de que querria que se quedara en casa. -Me dijiste que hoy te quedarias con Rebeca. Bufo enfadada al oirla - ?Por que tengo que quedarme cuidandola cada vez que salis? !Contratar una ninera, como todo el mundo! Paso ante su madre que parecia a punto de estrangularla - !Sera porque no haces nada en todo el dia, salvo ir de compras! Miro asombrada a su madre - ?Que no hago otra cosa? !Solo gasto mi asignacion! -!Que es muy generosa para mi gusto!- grito de los nervios- Ni estudias, ni trabajas. Solo te pedimos que cuides de tu hermana cuando no estoy en casa !Tampoco es para tanto! Entro en su habitacion furiosa - !Estoy harta! !Aqui no tengo intimidad, por no decir que siempre te tengo detras para decirme lo que tengo que hacer! !Tengo veinticinco anos, por el amor de Dios! -!Pues consigue un trabajo y vete de casa! Eso si que no se lo esperaba. Habian sido ellos los que le habian dicho que no se fuera cuando termino la universidad. Que ahora se lo echaran en cara, era el colmo. Habia sido ella, la que dijo que la echaria de menos y su padre, el que le dio la asignacion para que se sintiera independiente.- ?Que consiga un trabajo? Su madre desvio la mirada y Selina vio el pasador de diamantes de su abuela en su recogido.-Mama - dio un paso hacia ella asombrada- ?Ese es mi pasador? Su madre se sonrojo llevando la mano hasta su pelo tenido de rubio- ?No te importa, verdad? Me quedaba bien con este vestido. Selina entrecerro los ojos. No le hacia mucha gracia que su madre lo hubiera sacado del banco pues era muy valioso, pero ese no era el tema que estaban discutiendo.- Da igual- dijo poniendo los brazos en jarras ensenando el vestido de seda rosa que llevaba- Ese no es el tema. Me dijisteis... Su madre hizo un gesto con la mano sin darle importancia- ?Te quedas con tu hermana? Se miraron a los ojos. Los verdes de Selina refulgieron de furia- !No! Su madre, Regina Corrington la miro furiosa- !Muy bien, llamare a la ninera!- salio de la habitacion dando un portazo y durante un segundo se sintio culpable. Durante un segundo - Que contraten una ninera. -dijo entre dientes recogiendo sus bolsas. Al dia siguiente estaba recostada en la tumbona de la piscina leyendo una revista cuando aparecio su madre. Todavia estaba enfadada y Rebeca le dijo en voz bajaAhi viene... Miro a su hermana de siete anos que era un reflejo de ella misma y sonrio guinandole un ojo. Su hermana con su bikini rosa salio corriendo hacia su piscina infantil pegada a la de adultos- !Selina!- los tacones de su madre resonaron en el terrazo de la piscina. -?Si, mama?- pregunto sin levantar la vista. -?Te dije que dentro de una semana me voy a Paris y que te tienes que hacer cargo de tu hermana? No se lo habia dicho y lo sabia de sobra. Se lo decia ahora porque despues de lo del dia anterior esperaba que se sintiera culpable.-No, no me lo habias dicho- la miro sonriendo- ?Por que no te la llevas? Esta de vacaciones de verano. Su madre entrecerro los ojos- Tu padre estara muy ocupado... -Pero tu no- se levanto de la tumbona poniendose a su altura -Puedes ensenarle Paris mientras os vais de compras. -Tu no tienes que hacer nada y cuando vayamos a las cenas de negocios no tendremos que dejarla sola en el hotel. Se miraron evaluandose durante unos segundos - Muy bien, entonces me voy con vosotros a Paris. -!Ni hablar! Te quedaras aqui con tu hermana. Punto- dijo furiosa.- !Se te va a acabar toda esta tonteria! -No me importa quedarme con ella -dijo senalandola- !Pero no voy a dejar que me utiliceis a vuestro antojo! -!Haras lo que yo diga mientras vivas aqui! !Se te acabo esta vida de lujo sin hacer nada! -?Que ocurre aqui?- la voz de su padre resono en toda la piscina. Alto y moreno, todavia se conservaba bien para los cincuenta y dos anos que tenia. Las miro con sus ojos verdes a las dos - ?A que vienen esos gritos? -Tu hija no quiere hacer nada que no sea tomar el sol e ir de compras a Rodeo Drive- dijo su madre con desprecio dejandola atonita. -!Te recuerdo que fuiste tu la que me dijiste que no buscara trabajo cuando termine la universidad! -!No tienes necesidad de trabajar pero no significa que hagas el vago todo el dia! -!No, tengo que hacerte de ninera! -!Silencio!- su padre las miraba como sino las conociera- Regina- le dijo a su madre- ?le dijimos a Selina que no se buscara trabajo y ahora se lo echas en cara?- Selina sonrio ironica mirando a su madre con los brazos cruzados. Su hermana paso tras ella y le dio un azote en el trasero con su manita mojada. Su padre la miro a ella- y tu... !porque ayudes en el cuidado de tu hermana no creo que te vayas a agotar! Se sonrojo ligeramente -No es eso, papa. No me importa cuidarla pero siempre me avisa en el ultimo momento. Ayer me lo dijo cuando iba a salir y pretendia que anulara mi cita. -Pues del viaje a Paris te aviso con tiempo -dijo sonriendo ligeramente- Asi que ya sabes... No soportaba que la trataran como a una nina y la fastidiaba que le echaran en cara que no trabajaba- Esta bien. Me quedo con Rebeca. Su madre asintio satisfecha y se giro para mirar triunfante a su marido que todavia seguia muy serio. – Selina... -?Si, papa?- pregunto entre dientes. -Quiero que revises unos disenos que tengo que llevar a Paris.-dijo indicandole con la cabeza que lo acompanara. Se puso el caftan sobre su bikini azul electrico y le siguio por el camino que llevaba a la casa. No hablaron hasta llegar al despacho -Pasa -dijo dejandola pasar al enorme despacho donde trabajaba por las tardes. Cerro la puerta tras ella y suspiro- No te enfades. -No me enfado. -Tu madre no nacio en esta vida y todavia le sorprenden ciertas cosas.- dijo llegando a su escritorio

  • Algo mas que una bonita voz de Lorraine Murray

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    Jess termino el ensayo de su ultimo tema, se bajo del taburete y dejo la guitarra apoyada sobre este. Fruncio el ceno y torcio el gesto dando a entender que no estaba convencida de lo que acababa de hacer. --?Por que pones esa cara? ?No estas contenta con lo que has hecho? La pregunta se la hizo su amiga y representante musical Victoria, quien la contemplaba salir de la cabina de grabacion del estudio. Jess resoplo. Se coloco algunos mechones detras de las orejas devolviendo la mirada a su amiga, y fruncio los labios en un gesto de no estar a gusto. --Pues si te digo la verdad, no acaba de convencerme. No se por que, pero... --permanecio pensativa mordiendose el pulgar de su mano derecha con gesto pensativo. Su mirada vagaba por el local. --Tonterias, Jess --Victoria sacudio la mano delante de ella restando importancia a este hecho--. Sera mejor que te vengas conmigo a tomar algo. Tengo cosas que contarte. Y de paso descansas. Jess levanto la mirada de un punto en el vacio hasta el rostro de su amiga y sacudio la cabeza. --Tengo que seguir con la cancion hasta que consiga lo que busco --le reitero senalando con el pulgar hacia atras, al estudio de grabacion. --Olvidate de eso ahora, ?quieres? Coge tus cosas y vente conmigo. Vamos --Victoria se encargo de coger su chaqueta y su bolso para colocarselos en sus propios brazos al darse cuenta de que su amiga no parecia dispuesta a hacerle caso. --?A que viene tanta prisa? --Tengo algo que comentarte, y no puede esperar. A eso viene. --Pues podrias decirmelo aqui y ahora. De ese modo nos ahorrariamos tiempo. Tu volverias a tus negocios de representacion y yo seguiria componiendo un poco mas. Las dos saldriamos ganando, ?eh? --elevo sus cejas y miro a Victoria como si le estuviera implorando que aceptara. --Soy tu representante y te digo que te vengas conmigo. Ya esta. Jess fruncio los labios y se cuadro ante su amiga haciendo un saludo militar. --Lo que tu digas, jefa. Victoria puso los ojos en blanco ante su gesto, pero no dijo nada. Se limito a darle la espalda a Jess dirigiendose hacia la salida. --Ciao, Mark. Me llevo a la estrella --dijo al dueno del estudio donde Jess acudia a grabar. --?Vas a volver? Mark le hizo la pregunta a Jess al verla pasar por su lado. --Dejo mi guitarra. --No te preocupes. Si no vuelves te la guardo y sin problemas. --Te apuesto lo que quieras, grandullon a que vuelve --le aseguro Victoria guinandole un ojo y haciendo referencia a la estatura y corpulencia de el. --Habra alguien por aqui si decide hacerlo. Que os vaya bien. Minutos despues las dos entraban en un cafe cercano al estudio de grabacion. Ocuparon una mesa al fondo y mientras aguardaban a que las sirvieran, Jess contemplaba a Victoria. Esperaba que se decidiera a contarle que era eso tan importante que no podia esperar, y que la habia sacado del estudio. Entonces su amiga que la estaba observando de refilon, saco un folleto de su bolso y se lo paso. Jess lo cogio para echarle un vistazo. Entrecerro sus ojos y sacudio la cabeza. --?Que pasa? ?Que quieres que haga con esto? ?Un festival? --He recibido un correo esta manana preguntando por ti. --Ah. ?Y que querian? --pregunto sin mucho interes mientras dejaba el triptico, que tenia entre sus manos, sobre la mesa. Sonrio al camarero cuando les trajo los cafes y volvio a centrar su atencion en Victoria. --Quieren que participes --senalo ella poniendo su dedo sobre el folleto como si quisiera hacer mas hincapie en la proposicion. --?Quieren que intervenga en este festival? Pero yo hago folk rock mas que musica celta -- Jess parpadeo en repetidas ocasiones sin terminar de creerlo. Volvio a coger el folleto y a leerlo por encima, para tener una vision general. --El festival de musica folk en las islas Hebridas es uno de los mejores de musica folk de Escocia. Y se han puesto en contacto conmigo para saber si tenias fechas libres durante los dias en los que se celebra. Poco a poco Jess fue consciente de la noticia. Sintio un sudor frio en un primer momento que dio paso a una ola de calor extremo provocada por una taquicardia. --?Yo? ?En Escocia? ?En un festival de musica? ?Me lo dices en serio? --observo a Victoria asentir en repetidas ocasiones sin abrir la boca. --Eso es lo que te estoy contando. Se celebra durante cuatro dias. Desde el jueves al domingo. --?Y cuando se supone que tengo que estar alli? --Comienza el quince de julio, pero tu tendrias que estar alli al menos el dia antes de tu actuacion. Jess comenzo a prestarle un poco mas de atencion al folleto. --Las Hebridas estan al norte de Escocia. --Eso es. El festival se celebra en Stornoway. Ya nos indicarian la manera de llegar, pero puedes buscarlo en Internet. Si te hace ilusion. --Si, claro. Puedo echarle un vistazo. --Quieren contar con la emergente estrella de la musica folk en las islas britanicas. Esas fueron las palabras de la tal Caroline en el cuerpo del correo. Es la persona que se puso en contacto conmigo. Me ha hecho llegar toda la documentacion del festival. Creo que es una muy buena oportunidad para seguir ascendiendo. ?Quien sabe? A lo mejor te conviertes en telonera de algun artista importante. Recuerda a The Corrs que lo fueron de Celine Dion. Jess asentia y resoplaba al mismo tiempo debido a los nervios que habia comenzado a experimentar en ese preciso instante. --Sin duda. Que te llamen de un festival como este para que actue, no es una broma --sonrio y volvio a soltar el aire. --?Que les digo? Que cuenten contigo, ?no? Tengo que escribir a Caroline para confirmar tu asistencia cuanto antes no vaya a ser que al final te quedes fuera del cartel de artistas. Jess permanecia como en una nube. No esperaba que la llamaran de un festival de Escocia. Pero era una oportunidad mas para seguir subiendo en su carrera musical. --Si, claro. Mi guitarra y yo estaremos alli. --Lo sabia. Sabia que te encantaria la idea --dijo Victoria sin poder ocultar su emocion. Incluso dio un pequeno grito de felicidad--. Te pasare la informacion que he recibido para que la mires. --Claro. Yo por mi parte ire mirando en Internet donde esta esa localidad, como llegar y que cosas se pueden hacer, o que sitios puede visitarse. --Podrias centrarte en la cancion en la que estas trabajando y presentarle alli como anticipo de tu proximo album. --No lo se. No acaba de convencerme. Ya te lo he dicho. Pero vere que puedo hacer. --Tienes tiempo todavia. --Oh, si... Faltan dos semanas y media para el festival. Es tiempo suficiente --ironizo Jess con una mueca de fastidio. --Estoy convencida de que lo conseguiras. --Supongo que el viaje y el alojamiento corren de su cuenta ?no? Me refiero a la organizacion. --Si, no te preocupes. A ver que me cuenta Caroline cuando le confirme que asistiras. Tu vete estudiandote el lugar y todo eso. --Chica, no hace falta indagar mucho. Es una isla. Supongo que iremos en avion. ?no? --le comento Jess con cara de autosuficiencia. Victoria asintio. --Cierto. Es algo que ya veremos. --Genial. --Y hablando de todo un poco... No me has vuelto a contar nada sobre Adam --Victoria cogio su taza observando como el gesto en la cara de su amiga cambiaba. Jess se paso la mano por el pelo y desvio la atencion hacia otro punto del cafe. --Creo que nuestra historia no da para mas, si te soy sincera. --Vaya. Pues no es la imagen que dais... --le comento con la mirada entornada con curiosidad. --Estoy centrada en mi carrera musical. Es todo lo que puedo decirte y Adam... --se encogio de hombros y apreto los labios como si no supiera que decir. --No lo entiende, ?no? --Preferiria que tuviera un trabajo con un horario fijo en una oficina. --Como el. --Si. --Y tu no quieres. Ya me hago una idea. --Estoy subiendo en la industria musical. No puedo pisar el freno. Y mas ahora con lo de este festival --afirmo como si fuera la excusa idonea. --Entiendo que es complicado de aceptar cuando tienes que estar viajando para presentar un nuevo trabajo. Pero el publico espera ansioso tu segundo album despues del exito que tuviste con el primero --Victoria apreto los labios y elevo las cejas. --Lo se. Lo se. Y por ese motivo no puedo detenerme ahora. ?Lo ves como ni Adam ni ningun otro tio encajarian? --Estoy segura de que en el futuro encontraras a alguien que lo comprenda. Jess puso los ojos en blanco y comenzo a reirse. --Seguro. A lo mejor lo invoco con una de mis nuevas canciones. --Nunca se sabe. Tal vez logres enamorar a alguien con tu voz aterciopelada y dulce. Y no lo digo yo sola, sino la critica --levanto las manos para dejar clara cual era su postura en esa afirmacion. Jess volvio a reirse ante ese comentario. Estos eran los calificativos que le habian dado cuando la escucharon por primera vez. Y luego cuando la conocieron comenzaron a preguntarse de donde habia saldo aquel angel, debido a su melena rubia y su mirada azul cielo. Ella se limito a responder que de un barrio humilde. *** Rod descolgo el telefono de su despacho en el hotel que dirigia. Se reclino hacia atras en su sillon poniendose comodo. Le llamaba su hermana Megan desde Stornoway, de manera que podia relajarse. --Hola cielo, ?que tal todo? --se aflojo el nudo de la corbata y se desabrocho el boton del cuello de la camisa. De ese modo podria respirar un poco. --?Te pillo en mal momento? --Nunca lo es cuando me llamas. ?Que pasa? --En serio Rod, no me gustaria interrumpirte. --No lo haces. Espera voy a pulsar el boton del altavoz. De ese modo puedo pasearme por el despacho. --De acuerdo. --Ya esta. Supongo que me llamas por lo del festival de musica celta, ?me equivoco? --Su voz sono algo ironica, igual que su sonrisa cinica. Paseaba por el despacho con las manos metidas en los bolsillos de los pantalones del traje. --Si. Asi es. ?Podras venir a echarnos a una mano? Ya sabes que colgamos el cartel de completo durante los cuatro dias que dura el festival. --No hay problema. ?Que dia quieres que este alli? --?En serio? ?Podras dejar tu hotel unos dias para venir hasta aqui?

  • Vida privada de Josep Maria De Sagarra

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    Una letra de cambio impagada, detonante de un chantaje de tragicas consecuencias urdido por un gigolo nihilista, levantara los tejados de la alta sociedad barcelonesa de los anos treinta -la que todavia frecuentaba el Colon y la Maison Doree, jugaba a encanallarse en el Gambrinus o La Criolla y asistia, con una mezcla de desden y panico, a los cambios provocados por la Exposicion Universal y el paso de la dictadura a la Republica-, revelando un universo decadente de aristocratas arruinados, entretenidas de oropel, parvenus impresentables y asfixiante miseria moral.

  • El amante polaco L1 de Elena Poniatowska

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    Es 1743 y mientras escucha atento las historicas hazanas de su familia, el pequeno Stanislaw recorre en compania de su madre un deslumbrante paisaje invernal. Lejos esta su pasion por Catalina la Grande y la convulsa llegada de los Poniatowski al trono de Polonia. Dos siglos mas tarde y con tan solo 10 anos, Elena mira por ultima vez caer la nieve sobre Paris. La espera un largo viaje a Mexico, el pais de Paula Amor, su madre, en el que encuentran refugio muchos perseguidos por la guerra que asola Europa.

  • La sombra de Teresa de David Rocha Perez

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    Teresa creia haber logrado enterrar su infancia para siempre, hasta que la noticia de dos extranos crucificados la retorno a su propio infierno. Oculto, tras anos de mentirse a si misma y a su marido, su pasado renacera envuelto en un atmosfera sordida y cruel. Al mismo tiempo, la investigacion policial del inspector Malatierra y la subinspectora Sara avanza entre asesinatos misteriosos, personajes antinaturales y un Madrid caotico y apocaliptico. El mal acecha, se extiende como una fiera oscura, es imposible huir de la sombra: la sombra de Teresa.

  • Sinfin de Martin Caparros

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    Sinfin es una distopia hiperbolica que orbita alrededor de la gran obsesion humana: la inmortalidad. Una novela en la que el escritor y periodista argentino Martin Caparros combina lo mejor de la escritura periodistica y la ficcion.

  • Viejo canibal de Daniel P. Espinosa

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    Un thriller de terror sobre canibales y asesinos de ninos en la Nueva York de 1936. Finalista del PREMIO TRISTANA.

  • Incubo. El amante de suenos de Mara Soret

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    ?Que harias si unos
    suenos eroticos irreprimibles amenazaran con arrebatarte todo cuanto amas?

  • Querida Rosaura de Lujan Fraix

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    Rosaura Waner fue una persona que no supo entender la vida. Se entrego a los demas en un ir y venir de situaciones divididas. Amo a su madre Magdalena quien cerceno, desde nina, sus deseos mas queridos; la obligo a ser una mujer y a llevar sobre si las cargas de un adulto. No disfruto de los momentos por hallarse inmersa en un pasado que le dejo secuelas hondas: la muerte temprana de Magdalena y la de su hermano Juan Jose de treinta y cinco anos.
    Rosaura vivio para el dolor, para llorar de la manana a la noche a sus muertos, para velar por su hermano menor, Ruben, hasta el ultimo dia. A Maria, su hija, la cuido como un tesoro que le costo mucho concebir. Sintio terror por su salud porque conocia de memoria el sabor de las ausencias; ahogo su juventud con reclamos absurdos y extendio la doctrina de su madre hasta el final de su historia.
    Segun sus propias palabras amo a un Dios que le arrebato la vida.

  • Morir no es tan facil de Belinda Bauer

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    El cuerpo que Patrick Fort esta examinando en clase de anatomia intenta decirle que ha sido victima de un asesinato. La vida ya es suficientemente extrana para el obsesivo Patrick, que padece el sindrome de Asperger, incluso antes de tratar de resolver un posible homicidio. Sin embargo, se vera obligado a unir las sutiles piezas de un rompecabezas a traves de pistas silenciosas que gritan por existir, en una sofisticada investigacion que le hara sentirse vivo mientras tiene la muerte muy cerca.
    Galardonada con el Premio Theakstons Old Peculier de Novela Negra 2014 por ser, segun los miembros del jurado, <>, Morir no es tan facil es tambien una novela original y unica, que inaugura una nueva manera de entender el thriller psicologico, y que llevara al lector hacia nuevos territorios: el de la perplejidad, la sonrisa extrana, el humor negro, el asombro y el miedo, con un final tan brillante como sorprendente.

  • Confio en ti de Susana Oro

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    Tina Martinez es una respetada escritora de autoayuda. Llena auditorios cuando dicta conferencias, y sus talleres son uno de los mas concurridos. Ha publicado varios libros, pero "La confianza es la clave de un matrimonio feliz" es el que le ha dado la fama. Tina tiene muchos fans y se ha convertido en una referente de la autoayuda con sus lemas: "Si confias nadie te defraudara". "Ama y recibiras amor". Pero su vida perfecta se tambalea cuando su marido le deja ver que las palabras no son como la vida real.
    David Valente era un hombre felizmente casado hasta que descubrio la traicion de su esposa. La palabra confianza esta fuera de su diccionario. El se ha convertido en el hombre mas esceptico sobre la tierra. Su lema es: "La vida es una mierda". "La gente esta llena de matices". "Nadie es confiable".
    Ella positiva. El negativo. Nada bueno puede salir de dos personas tan diferentes. ?O si?

  • Con la proxima lluvia de estrellas de Fanny Ramirez

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    --?Y Lorena? Paula aparta la mirada de su helado y alza los ojos hacia mi al mismo tiempo que se mete una gran cucharada en la boca. Su gemido de placer hace que algunas personas nos miren y sienta la necesidad de esconderme bajo la mesa. Odio ser el centro de atencion. --Dijo que ya venia... estara por llegar, supongo --se encoge de hombros. Vuelve a tomar otra cucharada y se la come con verdadero deleite. Yo disfruto igualmente de mi insipido te. Las campanillas de la puerta me hacen mirar hacia esa direccion, donde la cabellera negra de Lorena aparece, dejando la taza a medio camino de mi boca. Esta radiante, alegre como siempre y desprendiendo su desparpajo natural viene a nuestra mesa al final del local. --Buenos tardes, nenas --saluda repartiendo besos a Paula y a mi. Miro sus manos como si una fuerza sobrehumana me obligara a hacerlo y no es para menos. --?Que es eso? --pregunto, sin necesitar verdaderamente una respuesta a esa estupida pregunta. --Lo traje para ti --declara ella entregandome aquella maravilla al mismo tiempo que se sienta junto a mi y alza mano llamando a la camarera. --"Te desafio a enamorarme" --leo sintiendo el familiar cosquilleo recorriendome de pies a cabeza. --Te va a encantar, Clau --la escucho decir. Pero estoy tan atrapada leyendo la sinopsis, que no puedo contestar ni agradecerle aquel gesto. --Cierto --comenta Paula con la boca llena. Traga y asiente efusivamente hacia mi--. Es una verdadera maravilla ese libro. Me enamore del sexy Sebastian, incluso fue durante unas semanas, mi fantasia favorita para mis noches de soledad. --Sus cejas se mueven sugestivamente y Lorena suelta una risotada. Yo simplemente niego con la cabeza y deseo no parecer una bombilla incandescente. No es de extranar que Lorena me deje libros con los que satisfacer mi vicio, y es que con lo poco que gano en mi trabajo, no puedo permitirme el lujo de comprar todos los que quiero. Si por mi fuera, en vez de paredes, tendria libros. Romanticos a ser posible. Soy una amante sin remedio y para que enganar: tambien me gustan las novelas con un toque erotico. Pero siempre con una historia previa, cabe destacar. A mi eso de ponerse a... chuscar como conejos en cuanto se conocen y seguir asi toda la novela... bueno, esta bien para esas noches en vela, a falta de un buen... revolcon como diria mi amiga. Poco despues, viendo que no estoy muy por la labor de entablar conversacion, teniendo aquel magnifico regalo en mis manos, nos despedimos y pongo rumbo a mi apartamento con paso apresurado. Escuchando el taconeo de mis botas en el acerado, como los coches y taxis van y vienen por las calles y sintiendo los segundos pasar a mi alrededor, no veo el momento de llegar para ponerme a leer como una loca. Menos mal, desde hace unos anos, cumpli mi sueno de poder irme a vivir sola. Y no es que estuviera mal viviendo con mis padres y mis siete hermanos, pero... necesitaba espacio. No es facil lidiar con tanto hombre por ahi suelto. No me dejaban respirar tranquila ni mucho menos leer a gusto. Siempre estaba aquella ley estupida que seguro les cedio mi madre nada mas nacer: hacer rabiar a vuestra hermanita. Aun hoy, tengo que tratar con ellos incordiandome por telefono. Es un suplicio. Aunque una cosa no quita a la otra. Los echo mucho de menos. Eso de estar en otra ciudad tiene sus ventajas pero tambien las desventajas de no verlos cuando quiero. Aunque mi apartamento no es mas que un salon-cocina-comedor, una habitacion y un bano pequeno pero muy cuco, estoy lamar de feliz por poder tan siquiera permitirme eso. Trabajo por horas en la biblioteca y aunque cobro una miseria, lo minimo para poder subsistir, no me quejo en absoluto. Me encanta estar rodeada de letras e historias. Lo que no me encanta tanto: que mi jefa no me deja ni ojear el titulo de ninguna de ellas. Abro el pesado porton del bloque de apartamentos, casi desencajandome los brazos por el esfuerzo y profiriendo un largo suspiro entro y me dirijo al ascensor que me llevaria al cuarto piso. Las puertas metalicas un poco oxidadas, hacen de reflejo a mi aspecto. No puedo reprimir la mueca que me sale al ver mi atuendo y odio tener que dar la razon a mis amigas. No es que vista mal, si no que a diferencia de ellas, no puedo estar gastando en ropa lo que puedo ahorrarme para comprar comida. Me conformo con lo que tengo, aunque sea de la temporada pasada. Hoy sin ir mas lejos: mis rizos castanos se esconden bajo un gorro azul, regalo de mi mama por navidad, que mas tarde me entere que fue de mi prima que segun ella ya no se llevaba. Mi jersey verde, hace resaltar mis ojos casi del mismo color y no esta tan mal si no miras la manga derecha deshilachada o el minusculo agujero justo debajo del pecho. Mis vaqueros son casi nuevos, los compre hace unas semanas en el mercado. Fue una autentica ganga. Solo por tener una pernera un poco mas larga que la otra, me rebajo tres euros de su precio. ?Genial, verdad? solo tengo que doblar la otra, para que quede igual y listo. Si ya lo dijo mi padre: "Para todo tiene salida, esta nina" Vuelvo a suspirar en cuanto las puertas se abren por fin, abrazando el libro con una mano y sacando las llaves con la otra, entro en mi hogar. <> Nada mas dar un paso, estoy en el salon que a su vez hace de cocina y comedor, una gran estanteria con montones de libros, le dan color a las blancas paredes y un pequeno sofa a juego con la alfombra y las cortinas, dan lugar a mi espacio perfecto. Me encanta sentarme y escuchar la lluvia mientras leo y bebo un te caliente. Amo el invierno, la lluvia y el frio... todo lo que signifique estar encerrada y poder leer a gusto, esta bien para mi. Cosa que si mi madre se entera, me manda de cabeza a un manicomio. Dejo el libro encima de la pequena mesa de cafe junto al sillon y me dirijo a mi habitacion para ponerme comoda. Una camiseta de tirantes, pantalones largos de pijama y una manta de pelos, son mi atuendo preferido y por el que opto. Ya comoda y dispuesta, coloco el libro en mi regazo y empiezo a leer. *** "Y me mira a los ojos, con aquellos orbes azules, tan oscuros como el manto de la noche. Me ama. Soy la mujer mas dichosa del planeta. Y cuando sus labios tocan los mios, me siento desfallecer. Sus manos me despojan de mis ropas al mismo tiempo que yo le despojo de las suyas. Nos amamos... y no puedo ser mas feliz." --Definitivamente eres mi nuevo amor, Sebastian Mateo --sollozo entre lagrimas abrazando el libro contra mi pecho y cerrando los ojos--. Ojala existieras... !yo te invoco! --me rio histericamente por la locura que acabo de decir. Definitivamente, demasiada lectura por esta noche. Lo bueno: Que solo me queda el capitulo final de la historia; lo malo: que no quiero que acabe. *** A la manana siguiente con el mal humor mananero que me caracteriza, salgo de mi cama y entro a la ducha a un tiempo record. Siempre me pasa igual cuando me acuesto a las tantas de la noche, teniendome que levantar temprano al dia siguiente para ir a trabajar. Y es que apenas creo que he dormido tres horas por no dejar la novela a medias y por raro que parezca me di por satisfecha justo en la cuspide. O como diria Paula, en pleno orgasmo. En cuanto estoy limpia y seca, sin entretenerme siquiera en tapar mi cuerpo, abro la puerta para salir. Total, estoy sola y las cortinas aun estan echadas. Y de todas maneras, ?quien va a estar observando ventanas de cuartos pisos a las siete de la manana? En cuanto cierro la puerta detras de mi, un movimiento que vislumbro a traves de mis pestanas, me hace alzar la mirada para encontrarme con un hombre. Un completo desconocido observa mi cuerpo de abajo a arriba y de vuelta a mis pies descalzos. --!Aaaaahhhhhhhh! --!La virgen! --murmura el tapandose los oidos. Pero claro, sus ojos estan aun entretenidos mirandome sin ningun tipo de tapujos. Atrapo el cojin del sofa tapandome como puedo mis partes intimas. Cosa totalmente imposible porque el cojin puede medir como una de mis tetas. --!?Quien demonios eres?! --chillo haciendo malabares con dos cojines esta vez--. !Y deja de mirarme! El hombre alza las manos en signo de paz y cuando me mira por fin a la cara, desvia la mirada avergonzado. !A buenas horas! --Lo siento... --musita dandose la vuelta dejandome ver cual ancha es su espalda. Mi respiracion es jadeante y ahogada, como si en vez de haberme estado duchando, hubiera llegado de correr una maraton. No es para menos, otra en mi lugar seguro lo agarraria a palos. Pero yo no lo hago por una simple razon: Aquel hombre se me hace malditamente familiar, por no hablar de su voz malditamente conocida. Todo de el me recuerda a alguien, pero... ?a quien? Estoy tan ensimismada en buscar en lo mas hondo de mi mente, que me sobresalto en cuanto lo escucho hablar. --?Puedes vestirte, por favor? --pide alzando su cabeza hacia el techo y poniendo sus brazos en jarra. --Oh... claro --digo para luego echarme a correr hacia mi habitacion. Echo el pestillo en cuanto encajo la puerta de un portazo. Cosa inutil ya que me ha visto como dios me trajo al mundo. ?Que mas va a ver? Ademas si aquel hombre es un violador, una puerta mas fina que mi dedo, no lo va a parar. Desecho aquella idea, en cuanto pienso que si realmente viene a hacerme dano, ya lo hubiera hecho. Por lo que despues de soltar un suspiro, me visto con lo primero que encuentro y salgo para pedirle una larga explicacion. --Ya me estas diciendo: quien eres, que haces en mi casa y lo mas importante: ?Eres peligroso? --el hombre, tremendamente atractivo, por cierto, abre su boca para hablar, pero sin esperarnoslo ninguno de los dos, sigo con mi diarrea verbal. Suele pasar cuando me veo en situaciones como esta en la que estoy de los nervios--. Obviamente si lo eres no vas a decirmelo, pero te ordeno que me lo digas. Si no, te arrepentiras... --Mi voz amenazante junto con mis manos echas puno y mi ceno fruncido lo hacen sonreir. Y hasta ahi llego mi vida. --No voy hacerte dano... no se que hago aqui ni como he llegado. Solo se que en un parpadeo, estaba en otro lugar en vez de en mi casa. Siento haberte... --senala la puerta del bano y se rasca la nuca luciendo de nuevo un poco avergonzado--... asustado antes. No fue mi intencion. Se acerca unos pasos hasta quedar en toda su altura frente a mi. Sus ojos son oscuros haciendolos parecer negros pero con una leve chispa azul intenso. Como una noche estrellada. Su pelo moreno acaricia su frente y casi tengo el impulso de apartarselo. Su ceno esta fruncido por la preocupacion. Sus ropas arrugadas y parece no haber dormido. --?Quien eres? --pregunto en un hilo de voz. --Me llamo Sebastian. Sebastian Mateo. Y ahi si que mi mundo se derrumba a mis pies. O soy yo cayendo al suelo desmayada. *** --?Estas jodidamente insinuando que me crea lo que estas insinuando? --chilla Paula al otro lado. Llame a Lorena, la cual es la duena de aquel libro del demonio, pero no me cogio el telefono. Entonces pense que quizas esta en el trabajo, cosa que yo hoy no fui a hacer. Suerte tengo si manana sigo teniendolo. Pero el maldito punto es el siguiente: !Tengo al mismisimo Sebastian Mateo en mi salon! !En carne y hueso! !Y que carne! Madre mia... estoy demente y encima Lorena, la cual fue mi segunda opcion, no para de darme la razon en eso. No se lo cree, obviamente. Por mas que le digo lo que me ocurre, ella salta con cualquier chillido histerico o me pone de loca para arriba. --Joder, es en serio... --lloriqueo sentandome en la cama de cara a la puerta. Un rato antes, Sebas, digo... Sebastian, ha cuidado de mi hasta que desperte. Y no es que lo recuerde, ya que cai inconsciente. Pero lo primero que vi al abrir los ojos fue su rostro inundado por la preocupacion y sus manos acariciando mi cara. Justo despues, entro en la cocina para prepararme algo para comer. Segun el: eso me pasa por la falta de nutrientes de no haber desayunado. Estuve a punto de soltar una carcajada en cuanto lo dijo. Cosa que reprimi al ver que realmente estaba asustado por mi salud. --?Te has tomado la temperatura? --sigue diciendo mi amiga por la otra linea. Y harta de esperar apoyo moral, aunque sea minimo de su parte, cuelgo y me dejo caer en la cama para a continuacion cerrar los ojos. --Oye... ?Como tomas el cafe? Su voz tan atrayente como canto de sirena, en este caso sireno o como se diga el macho de la sirena, casi me hace babear. Por otro lado opto por erguirme, planchando mi fino vestido en un intento de parecer formal. --Con leche condensada casi hasta la mitad y dos de azucar. Su cara se arruga en una mueca. --Eso parece mas un postre que un cafe. --No me gusta el cafe --digo riendome de su semblante descolocado. --?Entonces quieres que prepare un te, leche con cacao...? --Estara bien el cafe no te preocupes. Creo que hay un bote guardado en el armario de "para las visitas". --Vale... --se da la vuelta para salir, con el ceno levemente fruncido y una sonrisilla jugandole en los labios, pero cambia de idea y se vuelve de nuevo hacia mi--, ?Como te llamas? --Me llamo Claudia. Me regala una sonrisa megavatios y sin mas, se va fuera de la habitacion. Suspiro y me armo de valor para salir y afrontar aquello. No se siquiera si el es consciente de que se trata de un personaje de libro ni si quiera si recuerda algo de su vida. Tambien me puedo encontrar con que el quiera volver a su mundo ?y como hago yo eso? No tengo idea de como salio, en primer lugar. <> --No puedo estar pensando en ello... no puede ser... ?que se supone que soy? ?Una bruja? -- cuando me voy a dar cuenta, estoy andando de un lado para otro en el reducido espacio de mi habitacion y lo que me falta es tirarme de los pelos para parecer una completa desquiciada. Pero de nuevo la voz de Sebastian llamandome hace que la cordura, vease la ironia, regrese a mi. Voy hacia la cocina donde el trastea en la despensa sacando el pan y los cereales. Veo tan extrano tener a alguien tan... masculino, varonil, grande y atractivo, en mi espacio, que casi estoy por llorar. Estoy hecha un mar de hormonas revolucionadas. --?Quieres cereal o tostada con mantequilla? No tienes mucho donde elegir --pregunta divertido haciendo que mi corazon se estruje. Estoy un poco harta de que la gente me reproche la falta de fondos en la cual me encuentro. --Por lo menos tengo donde vivir --suelto dolida y haciendo que las lagrimas salgan de mis ojos sin control--. Por lo menos no me muero de hambre aunque tenga que comer todos los dias lo mismo. Sus ojos escrutan mi cara con temor y sin saber que hacer conmigo. No lo culpo. Soy yo la inestable en este momento. Pero estoy tan, tan harta. Seguro se aproximan mis dias del mes... --Clau... yo no... Lloro mas en cuanto escucho su apodo para mi. No nos conocemos mas que de unas horas y ya me ha puesto un diminutivo carinoso. Sus brazos me rodean cual calmante, relajando mi cuerpo, mas no mis lagrimas. Los temblores del llanto poco a poco cesan quedando solo la humedad en mis ojos. Su mano sube y baja por mi pelo y espalda. Maravillandome con lo que es sentir la cercania de un hombre despues de tanto tiempo. Su voz susurrando palabras de calma en mi oido… Podia quedarme dormida en este momento, pero su olor y embriagante cercania hacen todo lo contrario. --No queria hacerte sentir mal, no se como llegue aqui ni tampoco quien eres y me tiene hecho mierda esta incertidumbre. Echo de menos a Lisa y... Alzo la cabeza en cuanto lo escucho hablar de su novia, a la cual en el libro prometio amor eterno. Y como si me quemase, me aparto de el todo lo que puedo sin parecer descortes. --Tienes razon, yo... --me siento tremendamente avergonzada por mi comportamiento siendo consciente de que el esta mucho peor que yo. ?Que haria si un dia despertara en otro lugar, desconocido para mi y con gente que no conozco? --Lo siento --me disculpo esquivando su mirada--, no tuve en consideracion de que debes de sentirte impotente por todo lo ocurrido. Ayer estabas en un libro y hoy... --?Que? --su pregunta risuena me hace mirarlo a los ojos. Esta partiendose de la risa por lo que acabo de decir y mucho me temo que aquella risa se le ira de un momento a otro en cuanto sepa que estoy hablando totalmente en serio. Cosa que tarda como tres segundos en ocurrir. Su risa remite al ver mi cara seria y aun sin creerselo del todo, vuelve a preguntar: --?Que estas diciendo? --Si. Eres un personaje ficticio, el cual, una mujer invento. Tu creadora se debe de estar forrando ahora mismo con los ejemplares vendidos. Numero uno en Espana y Latinoamerica, segun tengo entendido. --Esto debe ser una broma... --vuelve a soltar una risa corta y se da la vuelta con la intencion de seguir haciendo el desayuno. Aunque puedo ver claramente, mientras vierte la leche en la taza, como su cara cambia en cuanto el entendimiento llega a el cual mazazo--. ?Quieres decir que soy una fantasia? ?Que no... existo? ?Que mi vida es un puto culebron en boca de todo el mundo? --Sebas...

  • Ensename a vivir de Naomi Braus

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    Existen muchas formas pateticas de tocar fondo tras ser enganada y dejada despues de una larga relacion, y a sus veintisiete anos Sayen Saez ha conocido perfectamente cada una de ellas, dejando que su exitosa carrera como escritora se fuera a pique hasta entrar en una profunda depresion y asi caer en manos de Alexander Wompner, un treintanero, frio y manipulador psiquiatra, atormentado por los recuerdos de su pasado, y que tras un desastroso accidente con Sayen, se desata en el una ansiosa necesidad de vengarse contra esa mujer, escogiendo la mejor manera de devolversela: Tratar su enfermedad.
    Dos tercos inmaduros de armas tomar que se veran envueltos en distintas situaciones, obligandolos a enfrentarse a la vida, a las decisiones, crecer y encarar los miedos. Sin embargo, ninguno estaba preparado para lo peor: El amor.
    ?Podran ambos permitirse la libertad de sentir aquello prohibido que los va acercando cada segundo mas? ?o se cerraran al debido trato de paciente-psiquiatra? La estabilidad de las emociones se ve amenazada con cada paso del tratamiento y alguien tendra que ceder.
    ?Seran capaces de abrir sus corazones?
    ?O acabaran tomando caminos separados?

  • Una esposa para el jeque de Tara Pammi

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  • Besame Diez Veces de Karo Leiva Arriaza

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    --Quizas aun estan estudiando no seas paranoica, Matilde-- le dice Josefa, su madre, mirando desde la puerta de cocina como su hija se comia las unas mientras estaba al lado del telefono esperando la llamada de Agustin, su novio. Hace mas de una semana que no se han hablado y mucho menos visto, desde el miercoles anterior, cuando se vieron para estudiar y el le comento que iria a casa de Felipe en Quintero a estudiar para el examen de grado que se acercaba de manera insoportable, y claro, tenia mucha logica... el lugar era perfecto para concentrarse, ella lo conocia habian pasado alli algunos fines de semana juntos. --Si, mama tienes razon, no se que me pasa yo no soy asi. Pero aunque no me creas tengo algo aca en el pecho que no me deja tranquila, angustia quizas, no lo se. Josefa paso por su lado y deposito un beso en su coronilla dandole algo de tranquilidad, pero no dijo nada, volvio a la cocina a terminar el pastel para el te. Matilde, estudiante Diseno Grafico, cursa cuarto ano de Universidad, y con Agustin, estan juntos desde el primer ano, se conocieron cuando ella entro a la facultad y el fue el encargado de "mechonearla" en la bienvenida a los novatos, le habian arrojado un balde con vinagre y otras sustancias de las que no se sabia su procedencia, pero si el aroma, y era repugnante. En ese entonces, Agustin no supo por que, pero la aparto del monton de novatos escondiendola en un pasillo de la facultad, en donde con sus ropas le limpio los ojos y el rostro del liquido asqueroso... fue quimica inmediata, Matilde sentia que su corazon iba a explotar y Agustin, tuvo todas las intenciones de besar en ese momento exacto sus labios hinchados, rosados y brillosos, pero temio asustarla, mas que mal aun eran desconocidos y ese un muy mal momento. Tiempo despues siguieron viendose hasta que se hicieron inseparables, ella se enamoro como una idiota, pero lo mejor fue lo complices que se convirtieron... estudiaban juntos y tenian muchas cosas en comun, como los gustos musicales y literarios, eran una pareja de enamorados bellisima, se les veia siempre muy compenetrados. Agustin Miller, era un joven tranquilo muy inteligente y con unos ojos maravillosos, no eran verdes ni azules, pero eran hermosos, color miel decia ella, tenian luz propia, algo que a Matilde le fascinaba. Desde que se vieron por primera vez no se separaron mas. Por lo que la relacion se basaba al cien por ciento en la confianza, nunca hubo celos ni aprehensiones por parte de ninguno de los dos. Pero aquello habria cambiado de pronto hasta hace poco mas de un par de semanas en donde Agustin, actuaba de manera extrana con Matilde y cada vez que podia esquivaba su compania. Ella entendia que los nervios de un examen de grado conllevan querer aislarse del mundo y lo dejo, no quiso ser la tipica novia obsesiva e histerica, esos no eran rasgos de su personalidad, sino todo lo contrario. --!De pronto es mejor que salgas a tomar algo de aire, Mati!--grito su madre desde la cocina--. Quizas el encierro te este agobiando. --Si, puede que tengas razon, ire a buscar a Irene, para que me acompane un rato al rio. --Esta bien, pero ten cuidado, y relaja la mente hija tal vez si haces eso que tanto te gusta hacer para bajar las revoluciones, te sientas mejor. Te aseguro que no pasa nada Agustin llamara pronto. --Si--respondio Matilde con la mirada perdida--. Debo ser yo, no hay nada que el yoga no calme, vuelvo luego. A pesar de sus angustias y presentimientos Matilde tomo su equipo de yoga y lo metio en su bolso, conecto sus auriculares al equipo de musica y salio camino a las faldas del cerro cerca del rio, donde acudia normalmente con Agustin, alli llenaba su alma y espiritu de paz, el mismo le habia ensenado como hacerlo anos atras, cuando sus padres se habian separado y los nervios la tenian vuelta una adolescente neurotica y depresiva. Desde entonces intentaba meditar y hacer yoga cada vez que el cuerpo la traicionaba y la hacia preocuparse por todo y por nada. Antes de llegar al claro paso por la casa de Irene, quien ha sido su mejor amiga desde la infancia, para que la acompanara, aunque fuera a conversar un rato y despejar su mente de los supuestos del porque Agustin no se habria pronunciado, pero esta no se encontraba en casa. Le marco el celular pero salto el buzon de voz al segundo timbre, no le tomo mayor importancia, no era novedad que Irene no estuviese en casa era una amante de la libertad, lo que la hacia odiar mantenerse en casa por un par de horas, en cambio a Matilde le encantaba la paz de su habitacion el silencio y tener su espacio. Eran muy distintas pero muy amigas. Asi, oyendo la musica para meditar que emitian sus audifonos siguio su rumbo hasta el lugar en donde acostumbraba a ejercitarse con las energias de la naturaleza, se encontraba sentada en la posicion del loto concentrandose en que el aire llegara bien a su estomago, cuando un ruidola saco del modo << ommanipadmehum >> unas risas complices, los arbustos se movieron un poco mas abajo de donde ella estaba, penso en los chicos del colegio cercano, los habia visto antes reunirse en ese lugar; se sintio extrana, no era su costumbre curiosear, pero algo la impulso a acercarse... Y lo hizo cautelosamente, por un pequeno espacio entre las hojas de los arbustos y maleza los vio. Felipe e Irene... digamos que << divirtiendose >> , ella se encontraba sin su camiseta y Felipe disfrutaba de su generosa anatomia. Irene se retorcia y gimoteaba como actriz de pelicula para adultos, mientras Felipe ahogaba sus gemidos con besos poco carinosos, sino mas bien desesperados y agresivos. Matilde se quedo de piedra y cuando se dio cuenta que estaba observando a escondidas retrocedio de inmediato, se sintio voyerista y se avergonzo, sabia que su amiga era una loca, y aunque jamas la habia juzgado por ello no podia creer que estuviese con Felipe. Conocian a la novia de este, es mas, pertenecian al mismo circulo de amigos de ambos. Por otra parte se suponia que Felipe estaba en Quintero con Agustin estudiando, habia algo alli que no cuadraba para nada. Tomo todas sus cosas lo mas rapido que pudo y salio del lugar antes que cualquiera de los dos pudiera descubrirla y pensar que los habia estado observando !Que verguenza! Solo de pensarlo se le subian los colores al rostro, esa tarde estaba siendo realmente extrana. --?Y a ti que te pasa? Ni que hubieses visto un fantasma. ?O sera que tu amado principe azul aun no te llama? << Ojalahubiese sido un fantasma >> --penso--. !Y a ti que te importa! No seas intrusa--. Le respondio de mala gana a su hermana Marcela, una adolescente bastante odiosa y entrometida, como todas las hermanas menores. Matilde entro directo a su habitacion, la tarde de yoga y meditacion habia sido un completo fracaso, no podia sacarse de la cabeza las imagenes de su amiga con Felipe, y aunque se sacudia la cabeza como sacandose tierra del cabello, no pudo olvidarlas. Se metio en la ducha e intento lavar su memoria, siendo eso absolutamente imposible. --?Mama?-- pregunto con la esperanza de recibir una buena noticia. --No carino, no ha llamado, ?Porque no vas a su casa y hablas con su mama? Asi quizas te quedaras mas tranquila. --No me gusta parecer una desesperada-- respondio, negando con la cabeza y mirando la nada. --Lo se, pero una semana sin noticias es un tiempo razonable para acercarse y preguntar. --Si, tienes razon, pasare manana despues de clases. --Esta bien, entonces no te espero a almorzar. --No, mejor sera que no lo hagas, Maritza no dejara que salga de su casa sin comer con ella. --Esta bien, yo me ire a dormir carino, intenta relajarte. Por favor no pienses tonteras y descansa, cierra bien las ventanas esos malditos zancudos anoche acabaron conmigo.--Musito Josefa ya bostezando. --Si mama, descansa tu tambien-- contesto con voz apagada. Se besaron como todas las noches a modo de despedida y Josefa fue directamente a su habitacion, dejando a Matilde en la sala mirando la nada. Casi ya no le quedaban unas, tenia un presentimiento extrano y para eso ella era buena, generalmente obedecia a sus voces internas. En fin, al siguiente dia terminaria con ello que no la dejaba en paz. A primera hora se levanto tomo de desayuno lo que su estomago producto de los nervios le permitio digerir y partio a clases, como buen dia lunes estuvo intenso y agotador, termino casi a las 4 de la tarde. Llamo a casa de Agustin para avisar a Maritza, su suegra, que llegaria en treinta minutos mas o menos, eso si el trafico no era mucho. El telefono de casa sono y sono pero no contesto nadie, su suegra tenia un taller en casa, alli se dedicaba a tallar

  • Todo lo que sucedio en el valle – Ramon Solsona de Ramon Solsona

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    El asesinato de un guardia civil sera el hilo conductor de esta novela ambientada en los anos sesenta y que narra el proceso de construccion de las grandes obras hidroelectricas en los Pirineos. Miles de trabajadores procedentes de toda Espana encontraron trabajo en aquellas faraonicas obras de ingenieria, con mas de 50 kilometros de galerias subterraneas, pozos verticales y grandes centrales invisibles desde el exterior. En una zona geografica frecuentada por contrabandistas, militares y fugitivos, se daran cita una serie de personajes de diferentes origenes que lucharan por obtener una vida mejor.

  • Demasiadas mentiras de Clara Ann Simons

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    --Le has cogido mania a esa pobre chica--me recrimina Olga poniendo los ojos en blanco mientras me quejo de mi companera de piso. Dejando escapar un fuerte soplido, desvio la mirada para no tener que aguantar otra vez las mismas tonterias de mi mejor amiga. Es una conversacion que hemos mantenido en diversas ocasiones durante las ultimas tres semanas, y que me temo que se repetira en el futuro. Tampoco es que yo pueda hacer mucho para solucionarlo. Yo sola no me puedo permitir pagar la renta del piso en la zona de Siete Palmas en el que vivo. Si bien es un apartamento pequenito, de dos habitaciones y un minusculo salon, los alquileres por esta zona de Las Palmas de Gran Canaria son prohibitivos, al menos para mi y echaria demasiado de menos la terraza que tenemos. "Estudia tecnologia naval", me decian mis padres. Joder, con lo mal que se me daban a mi las matematicas y la fisica, no entiendo como me terminaron convenciendo para estudiar un grado en ingenieria, y mucho menos en tecnologia naval. En la facultad, los profesores repetian como un mantra que habia muchos astilleros en Espana, que no nos faltaria trabajo, que saldriamos colocados antes de terminar la carrera. Ojala haberme graduado en la epoca de los grandes barcos, en los anos en los que en Espana se fabricaban buques como estadios de futbol y todos los astilleros tenian carga de trabajo. Los pocos veteranos que quedan aun recuerdan esos anos con nostalgia y luego, algo llamado Tax Lease dejo de funcionar. Parece ser que la Union Europea decidio que el sistema que se utilizaba en Espana para financiar los barcos era ilegal, y en un lejano 2013, todo empezo a irse a la mierda. Sin ese sistema de financiacion, los buques salian mas caros y casi todos acabaron construyendose en otros paises. Mi gozo en un pozo, porque, a dia de hoy, muchos de los grandes astilleros del pais han cerrado y el numero de barcos en fabricacion no es ni la sombra de lo que un dia fue. Asi que, aqui estoy, con mi flamante titulo de grado en tecnologia naval recien sacado y trabajando en algo que no tiene nada que ver, a la espera de encontrar algun empleo en lo mio. Supongo que como tantos otros jovenes espanoles de mi edad. No es nada facil tener un trabajo estable antes de cumplir los treinta y muchos de mis companeros han tenido que buscar trabajo en otros paises. Y ahi es donde entra Claudia, mi companera de piso. Claudia, que terminara volviendome loca con el desfile de parejas esporadicas que ha montado en mi piso. Joder, es que esa chica cambia de pareja mas que de ropa. No comprendo como lo hace porque es bastante normalita. A ver, reconozco que la chica no esta mal, pero tampoco se puede decir que sea un bellezon. Aunque quiza es que yo no entiendo de mujeres, porque esta claro que para todas las que pasan por su cama debe de estar muy buena. --Ademas, las dos sois surferas, ?no? Ya teneis algo en comun, podeis ir algun dia a hacer surf juntas--insiste Olga, incapaz de dejar el tema. --Te juro que no puedo con ella, Olga--me quejo llevandome las manos a la cabeza--si pudiese pagarme el piso yo sola ya estaba fuera desde hace tiempo. --Aparte de ser una rompecorazones, ?tienes algo mas en su contra? Porque la tienes super cruzada y cada semana que pasa va a peor--inquiere Olga elevando las cejas. --Joder, ?te parece poco? La muy cabrona se lleva a una tia nueva a la cama cada fin de semana y, por si no lo sabes, eso no es como el sexo con un hombre, que se corre y ya se acaba. Las muy guarras se pueden pasar horas dale que te pego y yo lo tengo que escuchar todo desde la habitacion de al lado--gruno enfadada, abriendo las manos. --Pues vaya suerte que tienen. Te insisto, Marta, ademas de eso, ?tienes algo mas contra ella?--inquiere Olga--. ?Por semana esta tranquila, al menos? --Si, por semana es muy tranquila. Suele ir a la biblioteca a estudiar, por lo visto saca matriculas y todo. Es limpia y cocina muy bien. Incluso ha pagado tres meses de renta por adelantado. Son los fines de semana los que la vuelven loca, bueno y que tiene las hormonas disparadas--me lamento con un nuevo soplido. --?No sera que le tienes envidia?--bromea Olga ladeando la cabeza. --?Envidia? ?De esa guarra? Ni de cona, ?por que iba a tenerle envidia? Lo dificil es tener una pareja formal con la que estes bien, y yo estoy muy bien con mi novio. Encontrar gente para irte a la cama es muy sencillo siempre que no te preocupe coger alguna enfermedad, y esta claro que a Claudia no le preocupa--me defiendo, negando con la cabeza antes de tomar un nuevo trago de mi cerveza. --?Estas bien con Andres? --Joder, !claro que estoy bien con el! Llevamos seis anos, ?como no iba a estar bien? Hemos hablado un monton de veces sobre irnos a vivir juntos y... --?Y por que no lo haceis?--interrumpe Olga--. Si tu novio se muda a vivir a tu piso no necesitas a Claudia. No sera por dinero porque le va muy bien en el despacho de abogados, ?no?--!Claro que le va bien!--me apresuro a contestar--es posible que le asciendan a socio muy pronto. Seria el socio mas joven del despacho. --Pues entonces no entiendo lo que ocurre, Marta, te lo digo en serio. Llevais saliendo seis anos, segun tu, os va de maravilla, los dos teneis trabajo. Vale que el tuyo sea algo temporal, pero compensa con el suyo que es excelente, por lo que cuentas. Lo logico seria estar ya viviendo juntos. Pero bueno, quedamos en que no iba a opinar mas sobre eso, vosotros sabreis--se disculpa Olga al ver que empiezo a ponerme muy tensa. Mierda, y es que encima tiene toda la razon. Todo lo que me ha dicho es cierto y lo hemos hablado en tantas ocasiones que ya ni las puedo contar. Andres siempre me contesta con buenas palabras, pero nunca encuentra el momento adecuado para mudarse conmigo. Lo logico seria estar ya viviendo juntos, no tengo por que aguantar a Claudia pudiendo vivir con mi novio. !Que complicadas son las relaciones, joder! Por supuesto, no lo admitire. Ni delante de Olga, ni de ninguna de mis amigas. Ni ahora ni nunca. Andres es el tipico tio con el que todas ellas suenan. Guapo, de buena familia, con un buen trabajo y gran futuro. Viste ropa de marca y conduce un coche caro. Solamente le falta decidirse de una vez a venir a vivir conmigo. No lo entiendo, de verdad que no consigo hacerlo, y ultimamente me empieza a causar demasiada ansiedad. De manana no puede pasar. Debo ponerme seria y hablar con Andres de nuestra situacion. Esto no me parece logico, me muero de ganas de vivir junto a el, de empezar nuestra vida en comun y, de paso, deshacerme de Claudia y de sus ligues de fin de semana o lo que sean para ella. Capitulo 2 MARTA Joder, !que mierda de noche me ha dado la tipa esta! Es que parece que no se cansa nunca. Me tiene desesperada. No he podido pegar ojo. La golfa que ha traido ayer por la noche gritaba como si le estuviesen clavando un cuchillo y me daba igual poner los cascos para dormir que no ponerlos. Estoy convencida de que lo hace solo por joderme, porque sabe que me molesta. Es imposible que nadie dure tanto en el sexo o que sea tan buena como para hacer gritar de ese modo a su companera. Es una zorra, asi de claro. Una zorra y una guarra. Hoy mismo voy a hablar con ella y, si no esta dispuesta a comportarse como es debido, ya se puede ir buscando otra casa, porque me tiene hasta los ovarios. Tampoco pido que no traiga nunca a nadie a la casa; supongo que la chica tendra sus necesidades como todo el mundo, pero lo suyo ya no me parece algo normal. Con la cabeza a punto de estallar, busco la caja de ibuprofeno que guardo en la mesita de noche para este tipo de ocasiones y me dirijo a la ducha. En la habitacion de Claudia no se oye ni una mosca, supongo que estaran las dos agotadas de tanto follar y no se despertaran hasta pasada la hora de comer. Mierda, de hoy no pasa, hoy hablo con ella y con Andres. Me voy a poner muy seria con los dos. Porque lo de Andres me esta llevando por la calle de la amargura. Llevamos saliendo seis anos, y siempre consigue encontrar una forma de darme largas para no mudarse a vivir conmigo. Mientras me quito el pijama, observo mi cuerpo desnudo en el espejo y, sin querer, lo comparo con el de Claudia. Bueno, tampoco es que la haya visto desnuda, pero si un monton de veces en ropa interior, porque tiene la costumbre de ir en bragas por la casa. Tampoco me parece una gran maravilla. La chica esta bien, pero no es la tipica tia que te hace girar la cabeza al cruzarte con ella por la calle. Y tiene las tetas muy pequenas. No entiendo por que liga tanto la muy cabrona. Joder, y Andres lleva tres semanas sin acostarse conmigo. Cono, a veces pienso que o esta con otra o no tiene deseo sexual, porque no se como aguanta, que tiene treinta anos. Y entre que yo no tengo sexo y que mi companera de piso tiene demasiado, a mi me van a volver loca entre los dos. Abro el grifo de la ducha al maximo para que las gotas caigan con fuerza sobre mi espalda, giro la nuca con pereza y dejo que el ibuprofeno haga su labor para que desaparezca el jodido dolor de cabeza que me esta matando. Tratando de borrar de la cabeza mis pensamientos, me estiro como un gato, dejando que vaya pasando el tiempo hasta que empiezo a sentirme mejor. Envuelta solamente en un albornoz, me dirijo a la cocina dispuesta a ponerme muy seria con Claudia, cuando el olor a cafe recien hecho y algo preparandose a la plancha llama de inmediato mi atencion. --Te he preparado el desayuno--anuncia Claudia cuando me ve entrar por la puerta. Me quedo parada unos instantes sin saber muy bien que decir. Estaba dispuesta a cantarle las cuarenta, pero las dos tostadas con mermelada de fresa que me ha preparado y el cafe recien hecho me dejan temporalmente sin argumentos. --?Ya se ha marchado tu amiguita o sigue durmiendo?--pregunto arqueando las cejas. --Se ha marchado, tenia prisa. No te hemos despertado por la noche, ?no? Es que es un poco escandalosa--explica como si fuese la cosa mas natural del mundo. --Apenas me he dado cuenta--miento, aunque lo que de verdad me apetece decirle es que no solo me ha despertado a mi, sino supongo que tambien a todo el edificio. Menos mal que suele cambiar de pareja, porque nos terminarian echando del apartamento. Mientras doy buena cuenta del desayuno, Claudia termina de lavar los platos. Eso es algo que voy a echar de menos cuando Andres se mude a vivir conmigo. Esta chica no tiene problemas para lavar los platos, cocinar para ambas, o incluso planchar la ropa, con la pereza que me da a mi lo de planchar. Suerte que con el dinero que gana mi chico podremos permitirnos a alguien que lo haga por nosotros. --?Hoy no tienes que ir a la facultad?--pregunto extranada de que siga aqui. --Nos cancelaron la primera clase, el profesor tenia no se que reunion con una universidad de Mexico para un programa de movilidad, pero salgo ahora--responde dedicandome una sonrisa antes de dirigirse a su dormitorio a cambiarse. El detalle del desayuno me ha suavizado un poco. Quiza, lo mejor sea no tener un enfrentamiento directo con ella y, en cuanto convenza a mi novio para que se venga a vivir conmigo, explicarle que debe dejar el piso en un par de semanas porque necesitamos nuestro espacio. Creo que eso sera lo mas conveniente, asi evito discusiones innecesarias. Claudia parece buena chica, es solo que tiene las hormonas disparadas o quiza que las lesbianas tienen mas sexo, no lo se.

  • No hay atajos de Nicolas Lopez Cisneros

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    Estan desapareciendo cientificas especializadas en generacion de energia y materiales de uso militar aunque ningun gobierno se ha dado cuenta todavia. Cuando una de ellas es la hermana de Opengate, la persona que ha contratado para que la localice, perseguira a sus secuestradores desde Boston a lo mas profundo de la selva del Amazonas, descubriendo que el hecho de vivir en el siglo XXI, no impide el que siga existiendo la esclavitud.

  • Algo tan estupido como un. Te quiero de Vanessa Lorrenz

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    Que sucede cuando el hombre al que amas, esta enamorado de otra mujer que resulta ser tu mejor amiga.
    Cuando Carol conocio a Ian se enamoro perdidamente de el, pero Ian habia entregado su corazon a Anne jurando que no volveria amar a otra mujer como la amaba a ella, cuando Mark entra en accion provocado los celos de Ian todo puede suceder.
    Lograra Carol conquistar el amor de Ian, acompanala a enfrentar los fantasmas del pasado que volveran para atormentarla, mientras se embarca en la busqueda su gran amor, en esta apasionante historia.
    !Solo recuerda una cosa, nunca y digo nunca le digas a un hombre en la primera cita algo tan estupido como un TE QUIERO!

  • Pasion (Tentacion 2) de Dylan Martins

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    Tras los acontecimientos ocurridos dos meses atras, a consecuencia de un tropiezo que le cuesta demasiado caro, Alexis esta intentando rehacer su vida junto a su pequena hija Lucia, a la que se aferra.
    Es la llegada del verano la que le hace plantearse un cambio laboral durante unos meses. En ese contexto, Lucia y el tienen claro lo que quieren hacer. Para lograrlo, deciden emprender un viaje que le permitira obtener muchas de las ansiadas respuestas a sus interrogantes.
    Sin embargo, sera otro hecho, vivido junto a todos los companeros de su oficina, el que propiciara que su vida vuelva a poner rumbo a un puerto tan inesperado como deseado por el protagonista.

  • Los amos del mundo estan al acecho de Cristina Martin Jimenez

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    En las reuniones secretas de Bilderberg se decide el destino del mundo. Si no tienes el honor de ser invitado, simplemente no existes, no eres nadie. El objetivo del Club es acabar con nuestras libertades personales y manipularnos mediante un unico gobierno mundial establecido en la ONU. ?Como es posible que Google, Nokia, Coca-Cola o el FMI puedan cambiar nuestras vidas? En este libro politicamente incorrecto, Cristina Martin Jimenez desvela las ultimas mentiras fabricadas por los <> para mantener a la poblacion atemorizada y, como consecuencia, controlada.

  • El sentido de mi adiccion de Mery Eme

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    Es sabado, 23 de junio de 2018. Son las once de la manana. No he dormido bien, me encuentro cansada. Me giro en la cama alargando mi brazo y buscandole, pero ya se ha ido. Hay un profundo silencio en la casa. Chequeo mis mensajes en el telefono, pero no hay nada. El se ha marchado sin dejar el mas minimo rastro. Hace meses que presiento que todo ha cambiado. Las cosas ya no son como antes. No hay mensajes de despedida ni llamadas inesperadas para decirme que me quiere. Estamos perdiendo nuestra esencia. Nos estamos perdiendo... a nosotros. He pasado de morir de amor a matarme de celos. Permanezco desnuda en la cama. Hace mucho calor. Puede que en el exterior hayamos sobrepasado los 28 oC. Me siento en la cama con los pies en el suelo y abro los brazos en cruz, estirandome. Respiro profundo, como si quisiera tragar el mundo de una sola exhalacion y me quedo ausente mirando el agua de la piscina a traves de la enorme cristalera del dormitorio que da al jardin. Cojo unas naranjas, las parto por la mitad y las exprimo con la mano sobre el interior de un vaso. !Odio el sonido del exprimidor! Salgo desnuda hasta el borde de la piscina y compruebo la temperatura del agua. Esta fria, !muy fria! Y voy dando los ultimos sorbos del zumo antes de zambullirme. Me lanzo a la piscina. La temperatura del agua hace que sienta como se me hiela la cabeza, es como si se me paralizase el cuerpo. Hago unos largos y salgo del agua para tumbarme en la hierba, notando como los rayos de sol secan mi piel, y me siento revitalizar. Poco despues suena un mensaje en mi movil. Es Fanny, quiere asegurase de que todo sigue en pie para la cita de esta noche. Le respondo afirmativamente para continuar con la perversa encerrona que he planeado para el. Mi unica pretension es ver si soy capaz de provocarle celos despues de dar un paso mas en nuestros juegos. Hoy seremos cuatro, uno mas que de costumbre. Va a ser la primera vez que hacemos un intercambio con otra pareja y, ciertamente, no me atrae nada la idea de hacerlo, pero tengo mis motivos y estoy dispuesta a todo. Le hago una llamada para ver si hoy comeremos juntos en casa. --Hola, carino. ?Que tal va tu manana? --Bien, solo que tengo mucho trabajo que ultimar para rematar la semana. --?Vendras a comer? --No lo creo. Posiblemente llegue poco antes de la hora de cenar. --He invitado a cenar a Fanny y a Manuel, que es su pareja. --?Su pareja? !Esto es una novedad! No me agrada mucho que vengan los dos, ya conoces a Fanny. Seguro que no trae buenas intenciones. --?Tienes algun problema si ocurre algo despues de cenar? Los segundos de silencio antes de su respuesta me dicen que me va a mentir. --!No, carino! No hay ningun problema. Si no lo tienes tu, yo tampoco lo tengo. --!Perfecto! Nos vemos esta noche. Un beso, amor. --Adios. Un beso. El juego ha cambiado. Voy a tener sexo a solas con otro hombre, mientras el disfruta del cuerpo de Fanny. Para mi, incluso despues de lo vivido, me resulta extrano. No me siento comoda. Me parece ir demasiado lejos. Ahora ya no es solo compartir el cuerpo de otra persona como si fuera un juguete, sino que me siento como una puta cedida por su pareja a otro hombre, para que disfrute plenamente de mi con su consentimiento. Pese a todo, estoy excitada. Debo admitir que esta adiccion al sexo en la que estamos sumidos es la misma que esta matando nuestra relacion, me tiene descontrolada. Mando un mensaje a Fanny para pedirle que me envie una foto de Manuel. Tengo curiosidad por ver la cara de ese hombre que, tal como me dijo, es tan atractivo y tan pervertido en la cama. La respuesta a mi mensaje es inmediata. Fanny me acaba de enviar una fotografia de Manuel en banador mientras luce su palmito en la playa. !Dios mio! !Esta tremendo! No se si la finalidad de la terapia que me he marcado dara los resultados deseados. Espero que despues de acostarme con Manuel no me cree una nueva dependencia sexual y sea peor el remedio que la enfermedad. Manuel es mulato. Su cuerpo es de esos que se moldean en las playas jugando al voley mientras las chicas hacen como que miran el juego, fantaseando con otras pelotas que no son precisamente las que vuelan por encima de la red.

  • El valor de una promesa de Susana Oro

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    Ya estaba por nacer. Habian pasado cinco anos desde el dia que sonaron con engendrar un hijo sin que la semilla de Eduardo echara raices en el vientre de Amanda, quien ya no tenia deseos de pensar en biberones y panales. Pero la nina llego sin pedir permiso. Asi, sin mas, se presento un dia llenando a su madre de nauseas y antojos de, frutillas con crema, helado de arandanos, melon con jamon, mayonesa de aves y pollo al curri. El vientre materno era un bombo que retumbaba en el cuerpo delgado de Amanda. ?Por que no la dejaban salir? Pum, pum, pum... Ya estaba harta de estar flotando alli adentro cuando afuera habia vida y un mundo hermoso por conocer. Empujo con la cabeza intentando abrir la puerta. La madre sintio que se partia en dos de dolor, grito y se acuclillo en el suelo esperando que la contraccion pasara. Treinta y siete anos y encima primeriza. No estaba para estos trotes, menos con una nina que no habia dejado de moverse en su vientre. Solo rogaba que no se le arruinara el cuerpo. Eduardo Parker corrio como alma que lleva el diablo para ayudar a su mujer a levantarse. Era un hombre de cabello del color del trigo. Siete anos menor que su esposa, que se hacian evidentes al verlos juntos. El aun tenia el rostro juvenil y un cuerpo de musculos firmes ganado con el rudo trabajo del campo. Esos Ojos, de color gris claro, reflejaban su mirada carinosa y su caracter jovial. Era como si sonriera con los ojos, sobre todo en ese momento, cuando el sueno de tener a su hija en brazos ya casi era una realidad. -Maldito bastardo -dijo Amanda como si odiara a Eduardo. No lo odiaba, pero le molestaban los siete anos menos y el enorme trabajo de seduccion que tuvo que desplegar para lograr que se casara con ella. En ese momento de dolor los resentimientos daban vuelta por su mente y queria cargarlo de culpas, por ser mas joven, por no necesitar tantos arreglos para estar siempre apuesto, por haber luchado tanto para que la aceptara... y encima, por no estar sufriendo lo que ella estaba padeciendo. Despues de todo, por culpa de su semilla sentia que se moria. Tampoco recordaba la felicidad de Eduardo y los preparativos que habian compartido durante los nueve meses de gestacion. En realidad habian sido ocho meses y medio, porque la nina inquieta que llevaba en el vientre decidio salir antes de la fecha prevista. -Si, querida, tienes razon -dijo Eduardo intentando apaciguarla mientras la tomaba en brazos-. Mejor vamos a la clinica, que ya hable con Alfredo para decirle que empezaron las contracciones -aclaro, se cargo el bolso que habia dejado sobre el sillon y salio con Amanda en brazos. El capataz abrio con prontitud la puerta de la camioneta mientras le quitaba el bolso a Eduardo para dejarlo en la cabina. La nina eligio ese momento para dar otro empujon. ?Que pasaba que no le abrian la puerta? Ella queria salir, mirar el mundo y sonreirle a la vida. Empujo nuevamente con la cabeza, y Amanda se retorcio. -Ya viene, ya viene, maldicion. Ya viene. Hijo de puta. Te odio por lo que me has hecho - grito Amanda a Eduardo, que corrio a sentarse frente al volante y sin responderle a su esposa salio levantando polvo con los neumaticos. Tomo el movil y llamo a Alfredo, el medico y amigo de la familia. -Estamos en camino, Alfredo. Las contracciones son una tras otra -explico Eduardo. -Bien -dijo Alfredo, tapo el aparato y lanzo un grito que debio escucharse en toda la pequena clinica-. !Ya vienen! !Avisen a todo el pueblo que la nina Parker ya llega! Pueblo chico, penso Eduardo, nego con la cabeza y no pudo evitar la sonrisa. En cinco minutos ellos estarian alli, y tambien todos los vecinos. Nubes oscuras corrian carrera en el cielo. El sol habia desaparecido cuando Eduardo estaciono en la puerta de la clinica. Se bajo y alzo a Amanda, que grito y se retorcio cuando otra contraccion le hizo ver las estrellas. En ese momento un rayo rasgo el cielo y el trueno silencio el alarido de la mujer. La lluvia no espero que ingresaran, sino que decidio caer sobre ellos. Amanda quedo empapada y con el cabello peinado de peluqueria pegado al rostro. Apreto los dientes, y Eduardo no supo si era por las contracciones o por haber perdido el peinado, ya que su esposa era una mujer que solo se preocupaba cuando perdia su impecable apariencia. -Solo unos minutos mas y tendremos a nuestra pequena -dijo Eduardo para tranquilizarla. -Deberia ser solo mia, ya que tu no has pasado por esto. Malditos hombres que se atribuyen nuestro mismo derecho y no hacen nada -dijo Amanda furiosa mientras otro empuje le quitaba las ganas de seguir insultando a Eduardo. Eduardo prefirio no decirle que llevaba ocho meses consintiendo cada uno de sus caprichos y aguantando cada una de sus estupideces cuando hablaba de lo bella que seria la nina. Pero en momentos como ese, en el que recibia todo su veneno, todo el pasado volvia a su mente. Se habia casado con Amanda sin estar enamorado. El habia dejado de creer en el amor, era un sentimiento danino, y despues de que ella insistiera hasta el hartazgo, decidio que lo mejor era tener una esposa que no amara para evitar las decepciones. Ella tampoco lo amaba, solo se habia encaprichado porque era atractivo y lo consideraba una especie de trofeo. Era una cabeza hueca, siempre lo habia sido, y desde que habia quedado embarazada no hablaba de otra cosa que de la belleza que tendria su hija teniendo dos padres tan hermosos. Dejo de recordar las banalidades de Amanda. En unos minutos la nina de sus suenos los llenaria de alegrias y Amanda, cuando la tuviera en brazos, tal vez, se decidiera a dejar de lado las frivolidades. -Que mal dia para nacer -dijo una anciana asomada al ventanal de la sala de espera que daba a la calle. -Cuantas lagrimas va a derramar esa nina -dijo otra senalando el diluvio que se habia desatado cuando Eduardo saco a Amanda de la camioneta. -?Se fijaron que a Eduardo se le cruzo un gato negro? -pregunto otra dejando ver su cara de asombro. -Si, si, y para colmo Eduardo paso bajo una escalera -aclaro otra, y las cuatro se santiguaron para que las desgracias no las alcanzara a ellas. Eduardo avanzo por el pasillo cargando a su bella esposa, que se retorcia de dolor en sus brazos. -Ya pasa querida, ya veras que en un suspiro nuestra adorada nina habra llegado -Trato de calmarla mientras empujaba la puerta batiente de la sala de guardia. -!Suspiro!, ya te quisiera ver a ti dando ese suspiro. Maldito hombre, todo esto es por tu lujuria. Te odio, te odio..., nunca mas me vas a tocar. Me oyes. !Ay Dios...! !Ay mi madre querida, porque no me dijiste que era tan dificil esto! Si lo hubiera sabido no me habria casado. Eduardo arqueo las cejas, lo habia perseguido hasta volverlo loco para que se casara con ella, y ahora lo culpaba, penso pero no emitio palabra. Unos cuantos pasos mas y pudo recostar a su mujer sobre una camilla para dejarla en las habiles manos de una enfermera. Por la frente de Amanda se derramaban gotas de sudor y de sus ojos brotaban gruesas lagrimas, tan gruesas como las gotas de lluvia que salpicaban el cristal de la ventana. Ese cabello color zanahoria con bucles siempre ordenados estaba pegado a su rostro, y sus impactantes ojos almendrados de un hermoso color tostado se veian desencajados de furia y dolor. Eduardo nunca habia visto a Amanda en ese estado desalinado y enfurecido, ni siquiera cuando se levantaba con sus cabellos revueltos y los ojos hinchados despues de una mala noche. Ella, la mujer mas arreglada del pueblo parecia una arpia en ese momento. -!Te desprecio, te odio me oyes! !Te quiero fuera de mi cama! !Nunca te ame! ?Has entendido? -grito Amanda. Y el lo sabia de sobra, pero hacia lo imposible para que el matrimonio funcionara. -Todas dicen lo mismo Eduardo, es mejor hacer oido sordo a sus palabras -comento la enfermera mientras preparaba a Amanda para la llegada del medico, que habia salido a tomar un refrigerio antes de atender el parto de la mujer de su amigo. Ella estaba en pleno trabajo previo y siendo primeriza Alfredo estaba seguro de que tendrian una buena cantidad de horas de espera hasta que naciera la nina. Por recomendacion de la enfermera, Eduardo se dirigio a la sala de espera. Amanda estaba atendida por la gente de la clinica y dos amigas, que le secaban el sudor de la frente y la ayudaban a respirar cuando la atacaba otra nueva contraccion. Eduardo hubiera querido correr a todos para ser el quien la atendiera y calmara, pero su mujer habia preferido echarlo, y no pensaba contradecirla. La mitad de los pueblerinos estaban congregados en la sala de espera. Muchas mujeres y pocos hombres. Las mujeres tenian esa curiosidad innata que las hacia estar presente en cada acontecimiento importante como nacimientos, casamientos y velorios. En un rincon, Eduardo diviso a ese hombre que queria como a un padre. Eran vecinos y habia sido el mejor amigo de su padre. Sonrio, pero al instante se le borro el gesto y fruncio el entrecejo al ver que Quino estaba acompanado de su terrible nieto Alan, el hijo de Marian, penso con una mezcla de dolor y resentimiento. El demonio habia seguido a su abuelo, se dijo Eduardo y apreto los punos. Ese chico era lo mas salvaje que habia visto en su vida, y solo tenia siete anos. Tenia sus motivos. Todos sabian que sus padres se habian peleado tres anos por pasarle la tenencia al otro y el pobre habia quedado lleno de resentimientos, que descargaba en sus abuelos y en los vecinos del pueblo. A Eduardo recordar a la madre del nino le producia nostalgia. Pero la aparto, Marian no merecia su nostalgia, ademas el era un hombre casado y en pocos minutos seria un padre entregado a su hija. Amanda empezo a gritar como si la estuvieran matando. Eduardo camino nervioso por la sala de espera, ida y vuelta, ida y vuelta, ida y vuelta... Deberia ser el quien estuviera con su mujer, se repitio y apreto los punos al recordar que lo habian echado como si fuera un extrano. !Era el padre de la nina, maldicion!, se dijo y respiro profundo varias veces para calmarse. Pocos minutos despues Alfredo ingreso corriendo a la sala de parto, y luego de unos cuantos gritos e insultos mas de su esposa el silencio se apodero del lugar, que fue roto por un alarido desgarrador seguido del llanto lastimero de Amanda. Eduardo temblo. Su hija, su querida hija no habia llorado, penso y sintio que le faltaba el aire. Miro a sus vecinos tratando de encontrar una respuesta, pero todos estaban mudos y observaban la puerta batiente por donde Alfredo deberia salir a dar la mala noticia, pero nadie aparecia, ni Alfredo ni las enfermeras. En un rincon, junto a una maceta de plantas de hojas verdes, Alan sonreia burlon al observar las caras de susto de la gente que habia venido a conocer la nina. El habia seguido a su abuelo escabullendose entre los matorrales y los troncos de los arboles, desoyendo los consejos de la abuela para que se quedara con ella. Alan sabia que una vez que su abuelo lo viera en la clinica no lo echaria. Si todos iban a estar en el nacimiento de la nina de Eduardo, ?por que el no?, despues de todo tenia el mismo derecho que los otros de estar alli. Inclusive, podria darle un pequeno pellizco a la nina para que fuera aprendiendo de chiquita a no meterse con el, penso sin dejar de lado esa sonrisa burlona. Su abuelo lo zarandeo para que guardara la compostura. Alan fruncio el ceno, lo insulto y le dio una patada en la pierna para dejarle en claro que nadie podia retarlo. Quino perdio el equilibrio por unos instantes y contuvo las ganas de reprender a su nieto. Solo siete anos de edad y nadie se atrevia a contradecirlo, retarlo y mucho menos enderezarlo, ni hablar de educarlo. Su nieto era un salvaje y asi seguiria porque tanto Quino como su mujer Rosario habian desistido en sus intentos por civilizarlo. Que se las arreglara como pudiera, esa habia sido la ultima decision que habian tomado despues de sus miles de intentos por encausarlo. Un murmullo indescifrable se apodero de la sala, y Eduardo escuchaba desesperado los comentarios. "Debe estar muerta", "No, no, quiza tiene algun problema genetico", "Es primeriza y esta mas cerca de los cuarenta que de los treinta, a lo mejor la nina ha nacido con algun problema mental", "Callate, Lola, que algunas mujeres han tenido hijos sanos inclusive a los cincuenta". Quino Martin, que aun estaba dolorido por la patada que le acababa de dar su terrible nieto, se acerco rengueando a su amigo Eduardo y le palmeo el hombro. Tantos anos de amistad le permitian saber la angustia que estaba sufriendo en ese momento de incertidumbre, ya que nadie salia a informarles lo que estaba pasando en la sala de partos. Pero no dijo nada. ?Que le podia decir? Solo se quedo a su lado haciendole compania mientras aguardaban que alguna enfermera o Alfredo salieran a dar la noticia, que no debia ser muy alentadora. Las gotas de lluvia seguian golpeando contra el vidrio y los comentarios de la gente se desviaron por otros derroteros. Algunos decian que la lluvia presagiaba malos augurios para la nina Parker. Otros, que la naturaleza estaba dando cuenta de las lagrimas que derramaria en el futuro, o que cuanto mas diluviara mas lloraria la nina en su adultez; si es que estaba con vida. Alan escuchaba asombrado la cantidad de cosas que le iban a pasar a la hija de Eduardo, y decidio aprovechar el alboroto para meterse en esa habitacion donde estaba viva o muerta la nina de los Parker. Paradito con sus piernas desnudas chorreadas de barro y la remera blanca estirada de tanto acampanarla con las manos, Alan se ajusto el lazo que le sujetaba el pantalon corto para que no se le cayera, y camino como un adulto hasta el borde de la camilla. Vio a Amanda tumbada con la cara enterrada en la almohada llorando a mares, y al medico de bata celeste acunar a un bebe tapado por una mantilla suave como el algodon. -Dejame verla -exigio Alan al medico. Hablo fuerte y con la cabeza bien levantada para que se enterara de que el estaba alli-. ?Esta muerta o es tonta? -?Y tu que haces aca si nadie te invito a entrar? -dijo ofuscado Alfredo al ver al travieso nieto de Quino metido en la sala de parto. -Y a mi que me importa si me invitan o no. Yo entro -dijo con arrogancia mientras le daba una patada en las espinillas para que se torciera y le dejara ver a la nina muerta. El medico, que hacia de obstetra si era necesario, se inclino de dolor y Alan pudo echarle una buena mirada al bebe, que le sonreia con una enorme boca y lo miraba con unos ojos mas grandes que toda la cara. Tenia unos pelos tan parados que se parecia al espantapajaros que el habia fabricado para que los pajaros no se comieran el maiz que sembraba su abuelo. -!Puaj!, si que eres fea y no estas nada muerta como dicen afuera. Nunca, nunca vi a alguien tan feo. ?De que te ries, nina tonta?, acaso no te han puesto frente al espejo. Al ver que la nina hacia un puchero por sus palabras, Alan Martin, por primera vez en su corta vida sintio que lo invadia una extrana sensacion de tristeza, y un feo nudo de angustia le cerro la garganta. Nunca se emocionaba por nada y tampoco lloraba, penso cuando descubrio que unas lagrimas amenazaban con escapar de sus ojos. Parpadeo varias veces para contenerlas, y se indigno por su debilidad. El era el nino mas atrevido y travieso del pueblo, el que hacia lo que queria, el que nadie contradecia. ?Por que tenia que sentir ardor en los ojos por una nina horrible que estaba a punto de llorar?, si el solo estaba diciendo la verdad. Ella era tan fea que su madre lloraba desconsolada al ver la cara horrible de la hija que habia tenido. Pero, a pesar de su indignacion, intento consolarla. -No llores nina tonta, que supongo que vas a llorar muchisimo cuando seas grande y nadie quiera casarse contigo por ser tan fea. La impertinencia del nino al meterse en la sala de partos sin que nadie lo invitara, rompio la incertidumbre y elucubraciones de los vecinos. Eduardo habia ingresado despues del nino, seguido de las mujeres y hombres que estaban aguardando el feliz acontecimiento. Tras el nino, Eduardo Parker dejaba salir el aire que se le habia estancado en la garganta al no escuchar el llanto de su hija, y una sonrisa le curvo los labios. El nieto de Quino no estaba halagando a su nina, por el contrario, pero que importaba si lo primordial era que su hija estaba viva. Quino Martin, por su parte, observaba desconcertado a su nieto, que por primera vez mostraba una pequena debilidad frente a alguien. Su nieto era frio como un tempano de hielo desde que su madre lo habia abandonado, y esa actitud del nino lo emociono. Para sorpresa de Alan, la nina risuena dejo escapar una lagrima por su mejilla arrugada y el ya no pudo aguantar mas la angustia al verla llorar. Nunca le habia pasado algo asi y, a pesar de la furia que sentia por ese nudo que tenia en la garganta y no lo dejaban respirar, se sento en el piso y pidio al medico que le dejara sostenerla. Ante el gesto afirmativo de Eduardo, el medico le entrego a la pequena. Alli la acuno contra su pecho sin darse cuenta que su abuelo, el padre de la nina y la mitad del pueblo que habia ido a conocerla lo miraban desconcertados. Nadie se atrevio a hablar, solo observaban sin comprender la relacion entre el nino y la recien nacida. -Ya basta de ser llorica. Eso te hace mas fea todavia de lo que ya eres. Deja de llorar que nadie te va a querer... -Asombrosamente la nina no lloraba a gritos como cualquier bebe, sino que dejaba escapar unas gruesas lagrimas de los ojos, como si no se pudiera contener. Alan vio que la pobre y fea nina intento sonreir a pesar de su silencioso llanto, y eso lo golpeo como si sus siete anos de travesuras, de hacer llorar a las maestras y de golpear a los mas debiles de la escuela, hubieran desaparecido de su vida. Ese bebe que le sonreia para congraciarse con el lo habia transformado en un nino debil. A pesar de su enojo, por lo que ella conseguia de el, no pudo evitar consolarla como le parecio mejor-. Mira, para que no llores mas, te digo, que si cuando te hagas grande no hay nadie que se quiera casar contigo, que seguro no va a haber nadie ya que eres tan fea que no se te puede ni mirar, yo voy a casarme contigo. ?Esta claro?, ?asi vas a dejar de llorar? -La nina lo miro, le sonrio de oreja a oreja y con su manito pequena se apodero del dedo pulgar de Alan sellando la promesa que el le acababa de hacer. Eduardo estaba tan emocionado al saber que su pequena hija estaba viva y aparentemente sana, que no presto demasiada atencion a lo que habia pasado entre Alan y la nina. Se agacho junto al nino y sonrio al ver a su pobre hija con los pelos parados como un puercoespin, sonriendole como si lo reconociera. Tenia los ojos y la boca demasiado grandes para ser una recien nacida, y estaba tan arrugada que parecia una anciana en sus ultimos momentos de vida, no un bebe recien venido al mundo. Pero a Eduardo esa sonrisa cautivadora lo hizo sentir el padre mas orgulloso del mundo, y sin sacarsela a Alan le pregunto. -Puedo cargar a mi hija. -Y bueno, pero no la vayas a tirar al piso y la vayas a dejar peor de lo que ya es. Si hasta parece un espantapajaros. Ella si que mantendria el maiz de mi abuelo sano hasta la cosecha - dijo Alan levantandose del piso cuando Eduardo le saco la nina de los brazos. Todo sucedio demasiado rapido. Amanda se precipito de la camilla para intentar arrebatarle la nina a Eduardo, mientras le explicaba que esa no era su hija. Insulto, pataleo y grito delante de los pueblerinos que le habian cambiado la nina, que alguien tan poco agraciada no podia ser su hija, y que la alejaran de su vista porque no podia mirarla. Las exclamaciones de los vecinos evitaron que los presentes vieran el gesto de dolor e indignacion de Eduardo ante las palabras de su mujer. Tampoco escucharon sus palabras: "Como puedes ser tan despreciable. Te prefiero lejos de nuestras vidas antes de que mi hija sufra las consecuencias de la frivolidad de su madre. No mereces ser madre de esta nina". Amanda cayo al suelo, la bata cubierta de sangre, pero lo que mas asusto a todos era el odio con que miraba a la nina.

  • La Ciudad de los Hombres Santos (Los buscadores 3), Luis Montero Manglano de Luis Montero Manglano

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  • Yo no vengo a decir un discurso de Gabriel Garcia Marquez

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    ?Que hago yo encaramado en esta percha de honor, yo que siempre he considerado los discursos como el mas terrorifico de los compromisos humanos? G. G. M. Los textos que Gabriel Garcia Marquez ha reunido en este libro fueron escritos con la intencion de ser leidos por el mismo en publico, ante una audiencia, y recorren practicamente toda su vida, desde el primero, que escribe a los diecisiete anos para despedir a sus companeros del curso superior en Zipaquira, hasta el que lee ante las Academias de la Lengua y los reyes de Espana al cumplir ochenta anos. Estos discursos del premio Nobel nos ayudan a comprender mas profundamente su vida y nos desvelan sus obsesiones fundamentales como escritor y ciudadano: su fervorosa vocacion por la literatura, la pasion por el periodismo, su inquietud ante el desastre ecologico que se avecina, su propuesta de simplificar la gramatica, los problemas de su tierra colombiana o el recuerdo emocionado de amigos escritores como Julio Cortazar o Alvaro Mutis, entre otros muchos. El lector tiene entre sus manos el complemento indispensable a una obra narrativa que nos seguira hablando en un largo porvenir.

  • El hilo invisible de Gemma Lienas

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    Las dudas atormentan a Julia: ?De verdad quiere a su marido? ?Esta dispuesta a ser madre? ?Terminara a tiempo el guion que escribe sobre el verdadero papel de la cientifica Rosalind Franklin en el descubrimiento de la doble helice del ADN?
    Con el objetivo de huir de tanta incertidumbre, acepta una invitacion de su familia francesa para pasar el mes de agosto en la isla de Batz, en la costa bretona. Alli, en la vieja casona familiar, y al lado del mar, la esperan una bisabuela imponente, un tio abuelo extranamente melancolico y un tio, librero de anticuario, muy atractivo.
    Gracias a la capacidad de observacion de Julia, que capta un detalle enigmatico en unas fotografias antiguas que se remontan a la segunda guerra mundial, lo que tendrian que haber sido unas vacaciones familiares pronto se convertiran en unos dias de investigacion sobre sus origenes y su identidad.

  • Seduciendo al canalla de Olivia Kiss

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    Sebastian Cook ha conseguido todo lo que tiene a base de trabajo duro y sacrificio, asi que se prometio que jamas caeria en las redes de una de esas damas de la alta sociedad para las que durante anos fue invisible. Ahora, siendo rico, poderoso y atractivo, es famoso en Londres por sus escarceos amorosos y por dirigir junto a su socio uno de los clubs de juego mas conocidos. Por eso cuando Daphne Smith irrumpe en su local con una propuesta de lo mas escandalosa, el no duda en intentar deshacerse de ella lo mas rapido posible. En primer lugar, porque es una solterona y no quiere verse metido en ningun lio. En segundo lugar, porque la chica resulta ser mas interesante y avispada de lo esperado. Y, en tercer lugar, porque presiente que si la deja entrar en su vida podria terminar siendo su perdicion. Pero ?como librarse de esa joven que parece destinada a cruzarse en su camino?

  • Homo climaticus de Jose Enrique Campillo Alvarez

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    Un recorrido desde el Big Bang a la actualidad para comprender como el clima condiciono la evolucion de la vida y de nuestra especie. Un libro de divulgacion cientifica que analiza los logros evolutivos, culturales y sociales de los seres humanos desde su aparicion hasta el presente.

  • No mas miedo de Erica Jong

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  • Su cancion de Rose B. Loren

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    Anabel es una joven sonadora espanola afincada en Canada. Tras terminar sus estudios financieros acepta el trabajo de ninera que le ofrece un reconocido compositor de fama mundial, que abandono su carrera tras la muerte de su esposa y que actualmente dirige la empresa familiar.

  • El Chico de las Estrellas de Chris Pueyo

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    Erase un nino que jamas vivio mas de dos anos seguidos en una misma casa, por lo que decidio pintar las paredes de todas sus habitaciones con estrellas. Su rechazo al colegio y una familia inusual le empujaran a emprender un viaje donde no todo seran constelaciones y pedirle deseos a la luna. Es hora de bajar al barro, equivocarse con una princesa y terminar encontrando un principe. ?o no?

  • El beso de Daniela de Clarisa Ozores

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    Esta es la historia de mi primer amor. La historia de unos meses de mi vida, cuando tenia solo veinte anos, casi veintiuno. De mis paseos por la universidad y mis salidas nocturnas, de una noche de Carnaval y un viaje que parecio desdibujarse en mi memoria como si cayese en un profundo sueno. En fin, la historia que comenzo por un beso de Daniela.

  • El intruso. Mi vida en clave de intriga de Frederick Forsyth

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  • Tormenta en La Habana, Clive Cussler de Clive Cussler

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    Dirk Pitt regresa en esta nueva y emocionante novela del maestro de la aventura, el autor superventas mundial Clive Cussler.

  • La tercera Frida de Enrique Escalona

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    Esa manana, la ciudad amanecio oculta por un manto de niebla que flotaba en silencio. El oficial aleman Karl Gurlitt salio del Hotel Le Royal seguido por dos soldados. Se internaron en la Plaza de Bellecour, caminando entre la bruma, sin poder ver los edificios de ventanas altas, balcones de hierro forjado, chimeneas de ladrillo y buhardillas con tejados que rodean la explanada. Tampoco era posible admirar la basilica que domina la colina de Fourviere en el horizonte. Solo quedaba a la vista, ademas de la blancura, la tierra rojiza que cubria la plaza. Oyeron gritos en la lejania y se detuvieron; era mejor ser precavidos. Lyon era conocida como la capital de la Resistencia, el movimiento frances que luchaba contra el invasor; es decir, contra ellos. Retomaron el paso. El sol habia aparecido como un halo entre las nubes. Un sol frio, sin fuerza para disipar la bruma de la noche. Karl penso que ya debian de haber llegado al otro lado de la plaza y temio haber perdido la linea recta. Nunca habia sido bueno para orientarse. Antes de la guerra atendia la tienda de antiguedades de su familia y rara vez salia de Hamburgo. Un viento gelido disipo algo la neblina y revelo la estatua del rey Luis XIV a caballo y senalando con un dedo la calle Emile Zola: la direccion que debian tomar. Caminaron en fila india por una banqueta estrecha y llegaron al edificio que hace esquina con la Plaza de los Jacobinos. Afuera estaba estacionada una camioneta de la que descendieron tres cargadores que se apresuraron a hacer el saludo nazi. Karl saco la llave del porton, lo abrio y el grupo paso frente a la puerta del departamento del matrimonio Mercier, los conserjes del edificio. --Estan subiendo. Han de traer las llaves de monsieur Barda --murmuro Claire. --Mejor. Asi no vendran aqui --susurro Antoine, su esposo. El dia anterior, un grupo de agentes de la Gestapo se habia llevado a Daniel y Berthe Barda, arquitectos franceses, de religion judia y habitantes del tercer piso. Karl Gurlitt estaba ahi para saquear su hogar. Su trabajo consistia en apropiarse de los bienes de las familias judias deportadas a campos de concentracion. Los muebles, las joyas, las antiguedades y las prendas lujosas se vendian en el mercado negro. Si aparecia alguna obra de arte clasico, la mandaba como regalo para el Fuhrermuseum que construia Adolf Hitler en Austria, el cual reuniria las obras incautadas a los paises ocupados. Karl abrio la puerta y encontro una decoracion peculiar, con muebles escasos y modernos, hechos con tubos cromados, tapizados en telas lisas y sin florituras. La duela de madera estaba libre de estorbos; unas discretas lamparas de acabado metalico decoraban las esquinas y habia una enorme pintura abstracta en la pared principal. --?Que es esto? --pregunto un soldado y senalo una pintura que mostraba frutas hechas con formas geometricas coloridas. --Es arte degenerado --contesto Karl. "Degenerado" era el termino que usaba el regimen nazi para describir el arte moderno y de vanguardia. Algunas de esas obras eran destruidas, y otras, revendidas a coleccionistas. Karl descolgo la obra, la coloco sobre la mesa y saco un sello que estampo en la parte posterior: la marca de la ERR, organizacion responsable de confiscar bienes culturales. Indico a los cargadores que se la llevaran, junto con una escultura de dos personajes abrazados y fundidos en un beso. Reviso un librero, encontro catalogos de exposiciones de arte, tratados de arqueologia y manuales tecnicos sobre arquitectura. Nada que le interesara. Entro a la recamara principal, se puso unos guantes y saco la ropa de los armarios. Encontro joyas que metio en una bolsa y un reloj que deslizo en su bolsillo. Siguio con la recamara de los ninos. Husmeo en un armario; movio algunos juguetes; no encontro nada interesante. Ordeno a los cargadores vaciar el piso. Dio instrucciones: los muebles, la estufa y los abrigos irian a una bodega; las cosas restantes serian usadas como combustible para la calefaccion. La memoria de una familia seria consumida por las llamas. Antes de irse, Karl se fijo en un cuadro sobre la chimenea. Era un dibujo hecho de lineas negras: parecia un laberinto y tenia algo de enigmatico. Lo descolgo y le coloco el sello por la parte de atras. Como era pequeno, decidio llevarselo el mismo. Los conserjes escucharon las botas militares bajando las escaleras. Temian que tocaran a su puerta, asi que contuvieron la respiracion hasta que escucharon que se cerro el porton. Antoine espero un instante, busco una silla, la puso cerca de la entrada, subio en ella y abrio la puerta de una alacena empotrada sobre el pequeno cuarto de bano. Un nino de tres anos se asomo, silencioso, y Claire lo recibio con un abrazo. --La senora Barda me lanzo una mirada insistente cuando paso por el pasillo. Ahi entendi que habia escondido al nino. El pequeno, de cabello rubio y lacio, tenia ojos de color gris muy claro, que transmitian miedo y tristeza. Se chupaba el dedo, abrazado a la senora Mercier. Aunque no comprendia a donde se habian llevado a sus papas, intuia que ya no volverian. Karl regreso a su habitacion en el Hotel Le Royal y se asomo por la ventana hacia la Plaza de Bellecour. La neblina se habia disipado. Habia soldados a un costado de la escultura del rey. Alguien habia pintado en la base VIVE LA FRANCE LIBRE con la Cruz de Lorena, simbolo de la Resistencia. Los alemanes solian decir que no les importaba quien lo habia hecho, sino quien pagaria por ello, asi que detenian a cualquiera que pasara para interrogarlo y amedrentarlo. El sol ya no se veia a simple vista; habia cobrado fuerza y deslumbraba. En un mes comenzaria la primavera y brillaria con toda su intensidad. Los dias cortos y oscuros del invierno no durarian por siempre. Tampoco la ocupacion alemana. Karl sabia que el Tercer Reich se derrumbaria antes de los mil anos que Hitler habia prometido. Mucho antes. Ya tenia listos sus documentos falsos y escaparia de Europa en la primera oportunidad que se le presentara. Admiro su botin personal. Se puso el reloj; la cubierta debia ser de oro; le quedaba bien. Luego coloco el cuadro sobre el buro para admirarlo. Personalmente no tenia nada contra el arte moderno, y ese dibujo de lineas en tinta negra le parecia bien hecho. ?Seria una obra valiosa? Ya no parecia un laberinto, sino dos piramides vistas desde arriba. Encontro algo escrito a mano en la parte inferior; una palabra en una lengua desconocida, que pronuncio con lentitud. Decia: "TEOTIHUACAN". 1 TU LO SERAS Esa manana de febrero las jacarandas de la Ciudad de Mexico amanecieron llenas de florecitas moradas. Los arboles de la colonia Roma lucian una explosion violacea y los ciclistas se detenian para sacar sus telefonos, tomar una foto y ser los primeros en reportar el inicio de la "temporada jacarandosa" en las redes sociales. Los turistas senalaban la colorida invasion desde el segundo piso del Turibus e incluso los automovilistas --que en esta ciudad de trafico suelen ser irascibles o indiferentes-- bajaban la ventanilla para contemplar el paisaje. Era un hermoso dia con un cielo azul que anticipaba el final del suave invierno capitalino. Damian Diosdado llego hasta el cruce de Mazatlan y avenida Veracruz y se detuvo para dar una vuelta completa sobre su eje y admirar las jacarandas en flor. Era un joven sensible a la belleza. De hecho, habia sido entrenado para reconocerla y encontrarla: era un detective especializado en buscar tesoros. Habia aprendido bien el oficio de su padre y de su abuelo, el fundador de la Agencia Diosdado. Era capaz de rastrear el destino de una escultura robada, de localizar una moneda o de investigar donde andaria el timbre faltante de una coleccion. Su aspecto era el de un joven alto, pero no demasiado; delgado tirando a flaco; moreno y de cabello negro. Usaba ropa anticuada: pantalon de pinzas, camisa negra abotonada hasta el cuello y un saco de lana a cuadros que habia encontrado entre las cosas que dejo su abuelo. Hay que decir que su estilo vintage no desentonaba entre la gente que habitaba ese barrio de artistas y creativos que vestian como les daba la gana: chicas con botas a la rodilla y piernas tatuadas; barbones de saco, chaleco y reloj de bolsillo, o corredores en ropa deportiva fosforescente que pretendian seguir en la decada de 1980. Esa manana, a Damian lo habia despertado la llamada de don Fernando Mondragon, un conocido exfuncionario de cultura y coleccionista de arte que le pidio ir a su casa de inmediato. Como se trataba de algo urgente, le entusiasmaba la posibilidad de conseguir un buen caso. Llego a la calle Valladolid, llena de flamantes edificios de departamentos que tienen por fachada entradas de garaje y letreros de no estacionarse --como si fueran hogares para carros y no para personas--. La unica casa antigua que sobrevivia era aquella de don Fernando, un pequeno castillo de ventanas altas y vitrales que reproducian el escudo de su familia. En cada esquina tenia remates de cantera con forma de dragon y en las paredes, frondosas enredaderas verdes. El lugar se veia tal y como hacia un siglo, excepto por las camaras de vigilancia que monitoreaban el exterior. Damian se detuvo frente al porton de madera, que tambien tenia tallado un dragon en relieve, y toco el timbre del interfon. Mientras esperaba a que abrieran, saco su celular para fotografiarse frente a la casa. Tenia una coleccion de selfies en sitios de la Ciudad de Mexico que parecian ser de otro pais. En esa foto podria decirse que estaba en Europa, tal vez en Francia. Claro, era una mera suposicion, porque Damian nunca habia estado en el Viejo Continente. Su trabajo como detective de tesoros era esporadico y ni siquiera podia pagar la renta de un departamento; dormia en el sillon de su despacho, sus gastos eran limitados y la posibilidad de un viaje al extranjero era mas bien lejana. Se oyo el tono indicador de que la puerta estaba abierta. Damian la empujo y se encontro con don Fernando. Era un hombre delgado, bien conservado, de abundantes canas, que vestia un traje de pana. Aunque no lo conocia en persona, lo habia visto en los diarios y en la television, inaugurando exhibiciones o dando entrevistas. Tras saludarse, caminaron por un pasillo cubierto de azulejos gastados, entre jarrones, plantas y medias columnas decorativas. Entraron a un salon de techo alto con vigas de madera e iluminado por los vitrales de dragones que se veian desde el exterior. Las paredes tenian cuadros de distintos tamanos. La mirada entrenada de Damian reconocio los azules intensos de Rufino Tamayo y un paisaje con un volcan en erupcion, el cual solo podia ser obra del pintor Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl. Don Fernando se veia apurado, poco dispuesto a hacer una visita guiada de su coleccion. Tomo asiento en una silla de respaldo alto y madera dorada que parecia un trono --algo excesiva y cursi, para ser sinceros-- y senalo a Damian un sillon estilo rococo para que se sentara. --Agencia de Detectives Diosdado --leyo don Fernando en la tarjeta que Damian le habia entregado. --Asi es. Me especializo en investigaciones sobre obras de arte y antiguedades. Mi abuelo la fundo y la continuo mi padre, pero el se fue de Mexico y ahora yo estoy al frente... --No necesita leerme sus cartas credenciales --lo interrumpio don Fernando--. Supe de usted por el caso de la moneda de la muerte y me sorprendio que hubiera encontrado ese extrano peso de plata para la familia Lorca. Ahora soy yo quien necesita sus servicios y tengo prisa por mostrarle algo. --?De que se trata? Don Fernando se levanto y camino hacia una de las esquinas del salon. Alli habia un caballete con una pintura de grandes dimensiones, tapada con una tela blanca, que descubrio de un tiron. Era una pintura al oleo de un par de metros de largo y poco mas de un metro de alto. Mostraba una de las escenas mas extranas que Damian hubiera visto: un escenario teatral enmarcado por unas gruesas cortinas rojas y una escenografia de hojas gigantes. En medio habia una mesa con patas de animal de la que salia sangre. Los primeros personajes eran un nino y una nina bien vestidos que miraban al espectador con gesto tranquilo; enseguida habia un monstruo de brazos largos, overol y cabeza diminuta que parecia ser un judas de cartoneria, como los que queman en Semana Santa. En el otro lado de la mesa habia un venado, un esqueleto gigante de carton y un personaje largo y flaco que tenia un brazo clavado en la mesa y el otro unido al munon de la figura central, nada menos que la inconfundible Frida Kahlo, en huipil y falda de tehuana. El conjunto recordaba la pintura de La ultima cena, de Leonardo da Vinci, pero en version de pesadilla. --?Es lo que estoy pensando? --pregunto Damian y se acerco a ver la firma de la pintora--. Esta debe ser La mesa herida. Don Fernando. !usted ha hallado la pintura perdida de Frida Kahlo! Don Fernando levanto los hombros con indiferencia y senalo el cuadro con la barbilla para que Damian continuara con su inspeccion.

  • No destruyas al Devorador de Lighling Tucker

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    ?Se puede recomponer un corazon roto?
    Chase no esperaba que, al reencontrarse con Aimee cinco anos despues, no reconociera a la mujer que tenia ante el.
    Aimee esta destruida, esa es la mejor definicion de la mujer que es ahora. Consumida por los excesos a los que recurre para olvidar, la linea entre la vida y la muerte comienza a desdibujarse.
    ?Se puede seguir amando a pesar de la distancia?
    El nunca dejo de buscarla, habria descendido al mismisimo Infierno para traerla de vuelta. Y eso Aimee lo sabe. Chase esta dispuesto a romper todas las barreras que ella este dispuesta a poner entre ambos.
    ?Por que huir?