• libro los hundidos y los salvados - Daniel Mendelsohn

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    Este libro empieza con la historia de un muchacho que crecio en una familia golpeada por la tragedia: seis de sus miembros desaparecieron en Europa durante la segunda guerra mundial. Era un asunto del que no se podia hablar y que fue aduenandose paulatinamente de la imaginacion del joven Daniel Mendelsohn. Muchos anos mas tarde, a partir del descubrimiento de unas cartas que su abuelo recibio en 1939, el silencio se convirtio en una pregunta que lo interpelaba y decidio seguir la pista de los parientes perdidos durante el exterminio nazi.

  • LOS HUNDIDOS Y LOS SALVADOS (TRILOGIA DE ...

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    Este libro, que cierra la trilogía de Primo Levi sobre los campos de exterminio, es una prueba viva de que sólo con la palabra, sólo si el horror se vertebra, ...

  • Los hundidos y los salvados (IMPRESCINDIBLES) Tapa blanda

    https://www.amazon.es/Los-hundidos-los-salvados-IMPRESCINDIBLES/dp/8499422942

    Este libro, que cierra la trilogía de Primo Levi sobre los campos de exterminio, es una prueba viva de que sólo con la palabra, sólo si el horror se ...

  • Los hundidos y los salvados (Contemporánea) Tapa blanda

    https://www.amazon.es/Los-hundidos-los-salvados-Contempor%C3%A1nea/dp/849942726X

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  • Los hundidos y los salvados - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Los_hundidos_y_los_salvados

    Los hundidos y los salvados es un libro de ensayos del autor italiano Primo Levi. Escrito en 1986 es el último trabajo del autor.

  • Los hundidos y los salvados - Primo Levi | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-los-hundidos-y-los-salvados/273107

    18 sept 2018 — Este libro, que cierra la trilogía de Primo Levi sobre los campos de exterminio, es una prueba viva de que sólo con la palabra, ...

  • LOS HUNDIDOS Y LOS SALVADOS · LEVI, PRIMO - Tipos ...

    https://www.tiposinfames.com/libros/los-hundidos-y-los-salvados/22837/

    Este libro, que cierra la trilogía de Primo Levi sobre los campos de exterminio, es una prueba viva de que sólo con la palabra, sólo si el horror se ...

  • Los hundidos y los salvados - Libro de Primo Levi - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/82895/los-hundidos-y-los-salvados

    El libro que cierra la trilogía de Primo Levi sobre los campos de exterminio es una prueba viva de que, sólo con la palabra, sólo si se articula el horror, ...

  • LOS HUNDIDOS Y LOS SALVADOS (TRILOGÍA DE ... - Alibrate

    https://www.alibrate.com/libro/los-hundidos-y-los-salvados-trilogia-de-auschwitz-3-/59872ea6cba2bce50c1e2f28

    “Los hundidos y los salvados”, tercer libro de la trilogía de Primo Levi, resulta un texto reflexivo y conmovedor. Su fina prosa reflexiva conduce al lector por ...

  • Los hundidos y los salvados - Primo Levi -5% en libros | FNAC

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    Los hundidos y los salvados, libro o eBook de Primo Levi. Editorial: Peninsula. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Una Odisea de Daniel Mendelsohn

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  • Amor de verano de Jazmin Riera

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    Me pare todavia pasmada y lo abrace; el me envolvio con carino y me levanto practicamente sin esfuerzo. Yo senti que todo daba vueltas.”

  • Como poner a un duque a tus pies (La comitiva del cortejo 1) de Eleanor Rigby

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    La venganza es un plato que se sirve bien frio… Pero con el hielo uno tambien puede quemarse.

  • Torres en la cocina 3 de Javier Torres , Sergio Torres

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  • Juegos prohibidos 5 de Emma M. Green

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    Ese beso tan sublime… La pantalla subiendo… Tristan y yo, cayendo en la trampa, frente a todos esos rostros impresionados. Si tan solo pudiera borrar esa imagen. Arrancarla de mi mente donde esta tan grabada, para siempre. Sienna esta furiosa. La castana, humillada por nuestra culpa, atraviesa la multitud del country club y nos ordena con una voz glacial que la sigamos. Tristan obedece, se pone de pie y me ofrece la mano animandome con su mirada grave y protectora. Mi corazon me incita a tenerle confianza, a creer en el, en nosotros, pero me quedo postrada, incapaz de moverme. Los murmullos se multiplican, se hacen mas fuertes. Craig interviene, llega hasta mi sosteniendo todas las miradas acusadoras, toma suavemente mi muneca y me convence de seguirlo hasta el estacionamiento. Recupero el uso de mis pies, pero de la palabra todavia no. En el auto reina un silencio de muerte. Lucho contra las lagrimas, estoy en otro mundo. Harry se duerme rapidamente, acurrucado en su asiento del auto. Tristan esta volteado hacia el otro lado y sus amplios hombros forman una barrera entre nosotros. Al bajar de la SUV, me doy cuenta de que lo peor todavia esta por llegar. - !No se conformaron con arruinar la ceremonia de mi premio, no! !Hicieron que no me atreva NUNCA mas a salir de mi casa por la verguenza que siento! Los gritos de Sienna llevan mas de una hora resonando en la residencia familiar. Mientras que mi padre permanece mudo, volteado hacia la ventana, su mujer se desganita sin parecer para nada cansada. Y a pesar de mis timpanos que timbran, a pesar de todo lo que me molesta de ella, me siento culpable. Me odio por haber arruinado su velada. Me odio por haber decepcionado a mi padre, por haber dado ese espectaculo, por haber manchado el retrato familiar. Y por haberle hecho sufrir todo eso a Tristan. Pero mas que nada, me odio por haberme enamorado del unico chico al que no tenia derecho de amar. << No tienen derecho >>, eso es lo que todos deben estar pensando. Justo cuando acababa de decirle, o casi, que lo amaba. Siento que regresamos al punto de partida. Tristan no me ha mirado, no me ha dicho ni una sola palabra desde que dejamos el country club. Con la mirada dura y pareciendo intocable, el mira la pantalla plana de la television apagada, como si fuera a lograr atravesarla para huir. Cuanto lo comprendo... Y Sienna continua hecha una furia dando vueltas alrededor de mi: - !Maldita sea, digan algo! !Al menos eso nos deben! !Craig, reacciona! ?Te das cuenta de lo que hicieron? - ?Solo fue un beso? pregunta de pronto mi padre, pareciendo cansado y sin mirarnos. ?Uno solo? ?Nada mas? Estoy agotada. Agotada de tanto mentir, de tanto actuar, de tanto esconderme. Estoy a punto de confesarlo todo cuando Tristan voltea finalmente hacia mi. Mi corazon se detiene, me doy cuenta de que ya no es el mismo. Nuestra burbuja, nuestra serenidad, nuestra osmosis realmente acaba de romperse. ?Todo el camino que recorrimos fue en vano? Tiene los brazos cruzados, la mordida apretada, sus ojos me examinan cuidadosamente, con cierta ternura. Esperaba encontrar en ellos enojo, desconfianza, pero estaba muy equivocada. El parece comprender que estoy a punto de confesarlo todo. Parece leer la desesperacion en mi mirada. Y con una infima senal de la cabeza, me dice que no. Me impide hacerlo. No estoy segura de entender por que. Me siento confundida. Una lagrima corre por mi mejilla. Tristan se voltea y toma el control de la situacion. Su voz ronca llega a rescatarme. - Fue un error… resopla hacia mi padre. Lamento lo que hice. Yo soy el unico responsable, no sean tan duros con Liv. Esto no se va a repetir. Nunca. Mi corazon se rompe en mil pedazos. Se que no dice estas palabras en serio. Se que solo esta buscando sacarnos del apuro, pero ya no logro quedarme alli y seguir fingiendo, asi que huyo. Una vez que llego a mi habitacion, puedo darle rienda suelta a mi llanto. Toda la noche. *** La informacion recorrio toda la isla en menos de veinticuatro horas. Bonnie y Fergus llegaron a mi casa al dia siguiente de la catastrofe, mientras que Tristan estaba desaparecido, aparentemente decidido a no verme ni hablarme. La casa estaba desierta, ya era hora de que me liberara. Mis mejores amigos tuvieron derecho a la version completa, a toda la historia de Tristan et Liv desde el principio. Bonnie estaba furiosa, Fergus impresionado. Ambos convencidos de que lo odiaba. Disgustados de que hubiera podido mentirles por tanto tiempo. Y luego se hicieron a la idea, poco a poco, venciendo el dolor. Hay que decir que probablemente mis abundantes lagrimas les ayudaron a sentir compasion. Despues de hacerme un millon de preguntas, Bonnie concluyo que siendo mi mejor amiga debia haberlo sabido antes. Fergus se conformo con suspirar y admitir que oficialmente era el ultimo loser del grupo. Y los tres nos pusimos de acuerdo en que estaba prohibido volver a hablar del tema, hasta que pusiera mis ideas en orden. Y que la vida normal retomara su curso.

  • Reino de ladrones de Leigh Bardugo

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    Kaz Brekker y su equipo han dado un golpe tan temerario que ni siquiera ellos pensaban sobrevivir. Pero en lugar de conseguir una buena recompensa, a su regreso de la Corte de Hielo tienen que seguir luchando por sus vidas. Traicionado y debilitado, el equipo esta corto de recursos, aliados y esperanza. Mientras poderosas fuerzas de todo el mundo llegan a Ketterdam para desentranar el secreto de la peligrosa droga conocida como jurda parem, viejos rivales y nuevos enemigos emergen para desafiar el ingenio de Kaz y poner a prueba las fragiles lealtades del equipo. Una guerra se aduenara de las oscuras y tortuosas calles de la ciudad, una batalla por la venganza y la redencion que decidira el destino del mundo Grisha.

  • Secreto de Amor (Locura 2) de Virginia Camacho

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    Tess Warden sabe lo que es amar, entregarse por ese amor, construir una familia confiada en el... Y tambien sabe lo que es perderlo todo, enfrentarse al futuro con incertidumbres y miedo, con el alma rota y llena de cicatrices. ?Que harias si un dia el amor que perdiste toca de nuevo a tu puerta? ?Arriesgarias todo de nuevo, o el miedo te haria quedarte donde estas? El destino ha decidido enredarlo todo de nuevo, de maneras inesperadas, para darle a esta mujer que lucha cada dia un pequeno solaz.

  • Secretos en las paredes de Kimberley Freeman

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    1891: Tilly Kirkland, huerfana desde nina, encuentra un hogar lleno de amor con su abuelo en Dorset. Pero la Inglaterra del siglo XIX es un lugar que no perdona a una joven con pocos medios. Asi que cuando la salud de su abuelo empeora aparece justo a tiempo la aparicion de Jasper Dellafore.

  • Deseos prohibidos de Eberth Solano

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  • El caliz y la espada de Bernardo De Worms

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    Corre el ano 797 y el reino de Carlomagno esta a punto de alcanzar su apogeo. La espada del monarca se ha convertido en garante de la estabilidad de la Iglesia en cuanto se refiere a su poder secular, pero tambien de su expansion a nivel de dominio espiritual en Europa. Pronto el Papa Leon III lo coronara Emperador de occidente. Sin embargo, en una abadia de Alemania, se conserva, protegido por el mayor secreto, un objeto fabuloso que, se dice, otorga un poder ilimitado al Rey; pero que, por esa misma razon, despierta un prurito inmoderado de posesion entre sus enemigos. A la muerte del nonagenario Ramiro, discipulo del monje que lo habia sacado de Espana para evitar que cayera en manos de los musulmanes y cuya reputacion de mago omnimodo lo habia convertido en su temible custodio, se desencadena en la abadia, entre los diferentes grupos de espias a sueldo de las grandes potencias de la epoca, una lucha cruel por apoderarse de el o, cuanto menos, de usarlo en beneficio propio. Para ello, no dudaran en asesinar y torturar. Sin embargo, cuando al fin consiguen hallarse ante el objeto de todos sus deseos, mueren sistematicamente, pues desconocen la clave que les hubiera permitido un uso eficaz. Bernardo, un joven novicio recien llegado al monasterio, acabara descubriendola.

  • Infantil de Lourdes Benitez

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    Quitandome los auriculares mire la hora. <<10:30>>. Me habia tomado 20 horas arreglar la nueva habitacion, a pesar de no ser fanatica de la limpieza, era reconfortante ver como las cosas estaban en su lugar. Solo pasaron dos dias desde que llegamos, dejamos un pequeno pueblo tranquilo, por una ciudad abarrotada, siempre enloquecida y ruidosa. Tenia algo de esperanza por quedarnos en el mismo lugar, lo mio no eran los cambios, pero no podia hacer nada al respecto, y no era la rebelde de la familia. Hay algunos que prefieren revelarse cuando algo no ocurre como quieren, otros se adaptan, y luego estan las personas como yo: que nos vamos a un rincon a sufrir, mientras arrojas palitos que provocan silencios incomodos. Si, de esa manera me vengaba en los momentos en que me encontraba inconforme, ?maduro, no? Doblando la ultima prenda, una vieja camiseta de mi papa, la guarde junto a las demas, y finalmente, mire alrededor. Como nunca tuve una habitacion sola, casi podia sentir las lagrimas salir de la emocion. Era magnifico, y aunque tenia pocas cosas, rapidamente llenaria mis repisas de libros y tebeos. Y como realmente la paciencia no era lo mio, significaba que debia buscar algun trabajo durante el verano. Suspirando algo exhausta, baje las escaleras. Mis pies descalzos resonaron contra el suelo de madera, mientras hacia una simple cola de caballo, para alejar esa cabellera revoltosa que tenia. Por suerte se habian ido todos, mis padres de compras y mis hermanos a pasear. Lo que significaba que, al menos, me quedaban unas dos horas de soledad. Ademas era sabado, los cuerpos lo sabian, y obviamente el mio lo sabia. Exacto. Fui directamente hacia la sala de estar, sente mi trasero en el sillon, mi mano sobre el mando y llene mi boca de frituras. Debia admitir que comia como una puerca, mi hermana Kate siempre se reia por lo poco femenina que era. No era que fuese una rata de alcantarilla, pero preferia quedarme tranquila leyendo. --Cielos, olvide la bebida --murmure frustrada, mientras subia el volumen del videomusical para escucharlo desde la cocina que estaba a unos metros. Luego de zigzaguear entre las cajas aun llenas, me puse a buscar los vasos. Mi habitacion era la unica que estaba ordenada, mientras que el resto de la casa estaba hecha un desastre, ya que todos preferian salir antes que poner las cosas en su sitio. Unos exagerados diez minutos despues encontre una taza para servirme, y cuando estaba por volver a la sala, lo escuche. Fue tan rapido, pero estaba ahi, como un pequeno golpe, algo que chocaba contra una superficie dura. Mi mirada se desvio hacia todas direcciones, pero no veia nada raro, y se seguia oyendo. Confundida, corri rapidamente para apagar la television y volvi. El silencio me abordaba una vez mas, y cada poco segundos se escuchaba un “toc”. Me quede mirando la puerta que daba al patio cuando entendi que el ruido provenia de alli. Y sin cuidado avance. Se que tendria que ir adentro, y no me confundan con aquellas personas que les gustan las aventuras, porque no, no lo era. Era algo peor, algo que siempre me habia metido en problemas. Curiosa, demasiado curiosa, y aprendi que era un gran defecto de la peor forma posible. Hace unos anos, Kate habia hecho que la acompanara a casa de una amiga y yo me habia negado. Pero como habria chicos, y yo era muy pequena y no sabia mentir, fui obligada a ir. Despues de varias horas mirando a la gente moviendo la cabeza por la musica, subi a una habitacion, dispuesta a encontrar algo mejor que hacer. Lo que no esperaba era escuchar gritos, y como los tontos se meten donde no los llaman, fui a ver que ocurria y vi a la mejor amiga de mi hermana besandose con su novio… en la cama… desnudos. En el momento en que entendi lo que pasaba, ya habia visto demasiado y mi pobre inocencia de nina de 10 anos quedo manchada. --Ouch... --murmure cegada por el resplandor del sol. Dejando que mis ojos se acostumbrasen a la luz, escanee la zona lentamente para saber que era el sonido. Sin embargo, solo me encontre con el cesped. Lo extrano era que estaba segura de que el sonido habia parado en el instante en que mi pie toco el suelo verdoso. Mi ceno se fruncio al no encontrar nada fuera de lo normal. Agudice mis oidos, y estuve asi, unos minutos, como una idiota mirando a la nada, y pensando en demasiado. Y de repente, la escuche. Una voz. --?Pero que…? --mi rostro se giro en direccion de la valla que separaba la casa de al lado. Me acerque hacia ella hasta colocarme a unos centimetros, y desde alli, un rostro de un muchacho aparecio. Lo que llamaba mas la atencion era su cabello que era cubierto por un azul electrizante. Ademas, llevaba el medio mas largo que los costados y algunos mechones caian sobre su frente, como si hubiera pasado su mano varias veces. En cuanto observe su rostro, mi aliento quedo atorado en la garganta. Habia una suavidad en el, junto a la piel palida y mejillas rosadas, que decia que era joven, tal vez de mi edad. En sus finos labios se dibujaba una hermosa sonrisa, y aquellos ojos azules, casi turquesas, no mostraban ningun signo de maldad. Aun con aquellos piercings en sus labios, ceja, y nariz, no irradiaba nada que no fuese confianza. ?Quien era este chico? Mis pateticos pensamientos no se detuvieron en que queria, sino en lo bello que era. --?Tienes azucar? --su voz me trajo de vuelta a la realidad, y comprendi en lo tonta que estaria al observarlo fijamente, aunque no parecia molestarle. <>. --?Que?--mi voz temblo al hablar, me sentia avergonzada. Su rostro se movio a un costado, haciendo que su sonrisa brillara aun mas, y me observo. --Cierto, cierto, presentaciones --mascullo, retandose a si mismo. Su mano, aparecio decidida ante mi esperando ser estrechada--. Soy Matthew, el vecino, ?y tu? --dijo. Con una lentitud e inseguridad inexplicable, eleve mi mano hacia la suya y cuando estuve a punto de bajarla, el la sostuvo. No la estrecho como lo haria una persona normal, sino que las entrelazo. La calidez que esta emitia, provoco un cosquilleo en mi estomago. --Me llamo Clarie --conteste. --Encantado --sonrio, ahora si--. ?Tienes azucar? --?Azucar? --repeti extranada ante su peticion. --Si, azucar, mi mama la escondio porque la semana pasada me comi los cinco paquetes que habia comprado. --Sus extranas palabras parecian ser sinceras, mientras miraba de un lado a otro como si alguien estuviera a punto de aparecer. --?Comiste cinco paquetes de azucar? --pregunte, sorprendiendome por tercera vez. <>. Matthew asintio con la cabeza. --Si, ella dice que tengo un problema, pero no lo creo, mi cuerpo lo necesita para desarrollarse -- aclaro, solemnemente--. Asi que… ?Me das azucar? Por favor, tengo muchisima hambre. Aunque nada de lo que estaba diciendo tenia sentido, no pude evitar reir, parecia salir simplemente de un sueno. --Esta bien… --!Genial! --Levanto los brazos al aire, en forma de victoria--. Traeme una taza o mejor un paquete por favor y yo despues te lo devuelvo. <>. Le di una ultima mirada a Matthew y, sin decir nada mas, entre a casa en busca del azucar. --!Gracias! !Gracias! --festejo el, contento de verme regresar con el paquete entre las manos. --De nada, sera mejor que vuelva a...--balbucee. --!Oh, y una cosa mas! --me detuvo cuando comprendio que iba a marcharme--. No le cuentes a nadie esto. Mi madre quiere que vayamos a darles la bienvenida y si se da cuenta me quitara mis ocho comidas diarias !Gracias! --Se esfumo. Y asi, en un instante, dio vueltas mi mundo. Capitulo 2 Ese mismo dia, horas mas tarde, ellos llegaron. Matthew y su madre Debby. A diferencia de su hijo, era una mujer pequena, morena y con el cabello negro largo hasta los hombros. Pero sus ojos eran del mismo tono azul turquesa, identicos a los de Matthew. Queria evitarlo, los habia visto a traves de la ventana, escondida tras las cortinas gruesas. Corri como una loca y fui dispuesta a esconderme en el bano, donde me encontre con mama, duchandose. No pude escapar de la situacion. Minutos mas tardes aparecio y se sento a mi lado, mientras yo temblaba como una gelatina. --Lamento no haber traido mas galletas, es que mi hijo se comio gran parte de ellas --explico la senora Grayson, fulminando con la mirada a su hijo, cuando descaradamente tomo una de las bandejas que acaba de traer. Pero el no le prestaba atencion porque tenia la mirada clavada en mi. Trague saliva ante los nervios, era raro sentir eso, cuando simplemente era un chico de dieciseis anos (mi edad). <>. --No es nada --aclaro mama con una dulce sonrisa, mientras apartaba un mechon de su largo cabello castano de sus ojos. Siempre habia admirado su belleza y la elegancia que desprendia. Con unos jeans oscuros y una camisa rosada con flores, lucia digna para salir a una fiesta. Y yo, con un pantalon de yoga y la camisa gigante de papa (manchada de chocolate) parecia un leon salvaje. Trague el nudo de mi garganta y mire a Matthew por un segundo sabiendo que el lo estaba haciendo. Mi mirada choco con la suya, y sonrio. Todavia con la galleta a medio camino, dejo de realizar esa accion, para sonreirme.

  • Almas Silenciosas de Ann Cleeves

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    Un nuevo caso para la inspectora Vera Stanhope.

  • La muerte tambien juega al ajedrez de Luis Ablanque Ramirez

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    Daniel, un joven estudiante de Derecho, se ve en la situacion de jugar la partida de ajedrez mas importante de su existencia. Mientras la partida transcurre, la novela nos desplaza por una serie vertiginosa de sucesos en los que los cambios de circunstancias van de la mano del descubrimiento de la intensidad y riqueza de la vida. Acompanado por su abuelo y por su hermana, Daniel participa en una insolita rebelion antifranquista, se involucra en la lucha de los guerrilleros guatemaltecos, es victima y testigo de un catastrofico terremoto en Ciudad de Guatemala y se embarca en la busqueda del legado de un fabuloso pueblo maya en las selvas de El Peten. Detras de esta dinamica esta la historia, pero mas alla de ella, la logica del destino encarnada simbolicamente en una diminuta talla que por azar llega a manos de Daniel y que determina el curso de sus pasos. Huidas, encuentros amorosos, revelaciones y un despliegue epico, que llega a ser extraordinario, nos hablan del hombre de todos los tiempos, leve y profundo, anhelante y lucido mientras se acerca al destino que tambien es el sentido del juego.

  • Lo que habita dentro – Malenka Ramos de Malenka Ramos

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    O te ocupas tu del monstruo o el monstruo se ocupa de ti. “Cuando uno se da cuenta de que sus padres no son los superheroes que siempre ha creido que son, que los monstruos son reales y ellos no pueden verlos. Esa es la historia, el verdadero dilema. Y entonces solo caben dos soluciones: o te ocupas tu del monstruo o el monstruo se ocupa de ti”. UN JUEGO DE NINOS QUE PAGARAN TODA LA VIDA – Octubre 1987, San Petri (Costa de la Muerte). En la noche de brujas un grupo de ninos entra en la antigua casa Camelle, un lugar abandonado del que se cuentan terribles leyendas. Pero la casa guarda un oscuro secreto y un pozo del que pende una bombilla que no deberia haber funcionado. Uno, dos y tres, os atrapare. Las noches se convierten en una lucha por sobrevivir a las visiones, los aranazos en el armario y los sonidos bajo la cama. Dos de los chicos desaparecen y algo les persigue. Actualmente todos esos ninos y ninas son adultos, pero jamas se han podido desprender de sus visiones y de los terribles acontecimientos que vivieron siendo tan jovenes. La casa Camelle esta en obras y alguien ha abierto el pozo. Los mensajes y las visiones de ninos fantasmales les persiguen con mas intensidad.

  • Inocencia robada de Arnaldur Indridason

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    En la ultima planta de un decadente sanatorio mental de Reikiavik, un paciente esquizofrenico se lanza al vacio ante los ojos de su hermano. Casi al mismo tiempo, en otra parte de la ciudad, un profesor de escuela que acaba de jubilarse es asesinado en un incendio provocado. Los dos fallecidos habian sido maestro y alumno decadas atras y en las ultimas semanas se habian visto en varias ocasiones. Ahora les corresponde al malhumorado e intuitivo inspector Erlendur y a su equipo de investigacion desvelar que inimaginable secreto ocultaba esa turbulenta relacion.

  • Semihumana, Jennifer L. Armentrout de Jennifer L. Armentrout

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    Dividida entre el deber y la supervivencia, ya nada puede ser igual.
    Todo lo que creia saber Ivy Morgan se ha venido abajo. Tras ser traicionada y estar a punto de morir a manos del Principe de los Faes, ha de guardar a toda costa un secreto perturbador. Porque, si la Orden lo descubre, la matara.

  • El Libro de Julieta de Rossana Colome Zumarraga

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    Dos historias, dos tiempos, dos almas que las unen. La vida es como la flama de una vela. Cuando esta se apague, una flama nueva volvera a encender la vela.

  • Quien es el Boss ahora (La asistente personal 3) de Lexy Timms

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    De la autora superventas USA TODAY, Lexy Timms, llega una novela romantica de multimillonarios que te hara perder la cabeza y enamorarte otra vez.

  • No quiero! Una melodia para mi corazon de Celia Del Rio

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    !No quiero!

  • Besos bajo la lluvia, Joana Arteaga de Joana Arteaga

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  • Flores y sombras de Lian Hearn

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    Una arrebatadora historia de amor y guerra, de mujeres y hombres, del nacimiento del Japon moderno.

  • La teteria de la felicidad (Valerie Lane 1) de Manuela Inusa

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    Laurie es la propietaria de una pequena tienda de te en la romantica Valerie Lane de Oxford. En su teteria se venden los tes mas deliciosos del mundo, y sus clientes se sienten como en casa; es comoda y acogedora e irradia la misma calidez que la propia Laurie. Su unico problema: el amor nunca le ha acabado de funcionar. Y, mientras, Laurie lleva meses sonando con Barry, su atractivo proveedor de te… Asi que las amigas de Laurie deciden que es hora de trazar un plan.

  • Gritos antes de morir de Laura Falco Lara

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    Como tantos otros martes, al salir de la oficina Tom se acerco hasta la libreria de la esquina de Brekley y Preston Street. Le encantaba pasarse horas rebuscando entre todos aquellos libros viejos hasta encontrar algun ejemplar interesante; algun libro que le permitiese enriquecer aun mas su mente, y de paso fortalecer el increible ego que tenia. Aquella tarde, sin embargo, no estaba Ronald, el viejo propietario. En su lugar atendia la tienda un hombre de mediana edad, pelo canoso y aspecto desalinado. Sin hacerle demasiado caso, Tom avanzo hasta el fondo del local y empezo a hojear las ultimas incorporaciones. Tras una media hora, aquel peculiar individuo se acerco y le pregunto: --?Busca algo en especial? --No --contesto, algo molesto por la interrupcion--. Me gusta ver los libros a solas y elegir sin prisas --dijo en tono cortante, casi desconsiderado. --Ya, pero ?puedo aconsejarle? --?Como dice? ?Aconsejarme usted? ?Que podria yo aprender de un simple dependiente? -- respondio, altivo e ironico. --Bueno, a veces la persona mas insospechada es la que mejor sabe lo que necesitas. Tom se sintio algo presionado, cosa que por otro lado le molestaba sobremanera. --Tranquilo... No me hace falta. Tengo claro lo que quiero, y dudo que usted me pueda ayudar -- contesto, con grandes dosis de suficiencia y de soberbia. --Creo que hay un libro que deberia ver --insistio el hombre, subiendose a la escalera para poder alcanzar el ultimo estante. Esa fue la primera vez que Tom lo vio. Era un libro antiguo, de piel repujada y mas de seiscientas paginas que amarilleaban por los extremos. Fue tanta la insistencia del dependiente que Tom accedio a darle un vistazo. Nada mas tenerlo entre sus manos pudo observar algo que le inquieto bastante. En la cubierta, grabado a fuego, se podia leer el siguiente titulo: Historia de Tom Abnett. --?Que es esto? --inquirio, mirando fijamente a aquel extrano personaje. --?Nunca se ha preguntado sobre el final de su vida? ?Sobre lo que los demas piensan de usted, lo que siente su mujer hacia su persona? --?Que clase de broma de mal gusto es esta? --interrumpio Tom, algo nervioso. --No es ninguna broma. Usted sabra si quiere leerlo --contesto el hombre mientras se alejaba. Entonces, justo cuando Tom se disponia a abrirlo, se giro en seco y dijo: --Pero tenga cuidado: si empieza no podra parar. Saber demasiado no siempre es bueno. Perplejo, Tom observo detenidamente aquel tomo. Muerto de curiosidad, lo abrio por una pagina al azar y empezo a leer. Tom sabia que ella era la chica con la que siempre habia sonado, pero le faltaban agallas para decirle lo que sentia. Debian de faltar diez minutos para que la pelicula terminara cuando por fin se decidio. Le tomo la mano entre las suyas y sin dudarlo le planto un beso en los labios, temiendo su reaccion. Por su lado, Mia estaba nerviosa. Hacia mucho tiempo que esperaba que Tom se decidiera a besarla, y, cuando este lo hizo, creyo que se iba a desmayar. Noto que las piernas le flojeaban y el corazon le latia mas rapido de lo normal. Ella tambien sabia que Tom era el chico que mas le gustaba de todo el instituto. Tom cerro el libro, impresionado por la exactitud con que sus hojas reflejaban el momento preciso en que beso a una chica por primera vez. ?Como era posible? ?De donde habia salido aquel misterioso volumen? Inquieto, lo abrio de nuevo, esta vez por la pagina 110. No era la primera vez que discutia con Mike, su companero de trabajo. Entendian la empresa y su labor en ella de formas muy distintas. Sin embargo, esta vez, Mike, harto del desprecio y la soberbia con que Tom le trataba, estaba dispuesto a conseguir que le despidiesen. Ese fue el motivo por el cual filtro aquellos informes falsos que dejaron a Tom en evidencia ante sus superiores y llevaron a su despido. El siempre penso que se habia tratado de un error burocratico, que se debieron entregar algunos borradores hechos por los becarios en vez de su informe original. Nunca sospecho de Mike. Con los ojos encendidos y completamente fuera de si, Tom volvio a cerrar el libro. --!Sera cabron! --exclamo a voz en grito, haciendo que el resto de clientes le mirasen. Luego, tras una breve pausa, se dirigio al mostrador y le dijo al dependiente: --!Me lo llevo! ?Que otras verdades ocultaria ese libro? ?Cuantos secretos mas descubriria al adentrarse en el? Poseido, cegado por un ansia enorme de saber, Tom llego a casa, se sento en el orejero del salon y lo abrio por la primera pagina. Iba a leerlo de cabo a rabo, penso. Queria saber todo lo que los demas pensaban de el. Aquella noche, para la sorpresa de Amy, su mujer, Tom estaba tan absorto en la lectura que no quiso probar la cena, ni tampoco irse a la cama. De madrugada, Tom seguia leyendo sin descanso. Las horas habian pasado pero el continuaba ahi, enfrascado en aquellas paginas. --Asi que no soy un buen amante, ?eh? --le dijo a Amy en cuanto la vio aparecer por la puerta del salon. --?Como dices? --pregunto ella, perpleja. --Y, por cierto, dile a tu madre que no soy un fracasado, si acaso lo sera su marido, que no tuvo mas remedio que casarse con ella cuando la dejo embarazada. --Pero... ?a que viene semejante sarta de idioteces? Colerico, enfurecido con el mundo entero, Tom agarro el libro y se encerro en su habitacion; definitivamente, aquel dia no iria a trabajar. Cuando Amy regreso a casa por la tarde, encontro a Tom sentado en el sofa con la mirada perdida; parecia sumido en su mundo, lejos de alli. Preocupada, se acerco y se sento junto a el, pero este seguia ignorandola. Entonces tomo el libro de Tom de encima de la mesa y lo examino atentamente. --?Que es este libro? --pregunto, al ver su titulo. --Una condena --respondio Tom, con expresion desencajada. Amy lo miro sin comprender el sentido de sus palabras.

  • Barbaros en Hispania de Daniel Gomez Aragones

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    En el ano de Nuestro Senor de 409 los barbaros cruzaron los Pirineos penetrando en el corazon de Hispania. Asi, se inaugura una nueva etapa para la historia de Espana, la cual ha sido enmarcada dentro de los mal llamados <>. Este libro descubre al lector que la luz es mas fuerte que la sombra: Suevos, vandalos y alanos mancharon con su sangre la piel de toro y dejaron una huella en nuestra historia que el autor rescata y pone en valor. La caida del Imperio romano de Occidente, la cultura guerrera alana, el gran rey vandalo Genserico, el singular reino Suevo y su destruccion por parte del reino Visigodo de Toledo, germen de la actual Espana, son algunos de los fascinantes temas que se podran descubrir con rigor y amenidad en este trabajo. Una epoca cargada de Identidad, Tradicion y Esencia que hoy en dia se hacen tan necesarias para recordar lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos.

  • Las cuatro estaciones II. Otono e invierno de Stephen King

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    Dos terrorificas historias que confirman a Stephen King como un maestro indiscutido en reflejar esa barrera invisible donde se traspasan los limites de la razon, la moral o el bien para dejar paso al instinto mas primitivo, donde el hombre da rienda suelta a las pasiones mas inconfesables e inquietantes, pero no por ello menos reales.

  • El claro mas oscuro (Tracy Crosswhite 3) de Robert Dugoni

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    La inspectora Tracy Crosswhite tiene un don para los crimenes sin resolver… y cierta debilidad por ellos. Asi que cuando Jenny, su antigua companera de la academia de policia, le pide ayuda con un caso, Tracy acepta de inmediato: se trata de un oscuro episodio relacionado con el suicidio de una estudiante de instituto, ocurrido cuarenta anos atras en extranas circunstancias.

  • Destruccion 2 de Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton

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    No era mi cuerpo. No, tampoco era la sombra de un pajaro. Ojala lo fuese. Ojala hubiera tenido esa libertad que tanto anoraba en esos animales para volar alto y desaparecer de este jodido mundo. No podia decir que estaba confusa. No. Yosabia con claridad lo que habia sucedido en mi vida, loque me habia llevado a ser esa mujer engreida y vanidosa durante tantos anos. Llevaba varias semanas en Irlanda. No tenia contacto con nadie. Ni siquiera habia tenido la valentia de coger algunas llamadas de Jess. Ahora yo habia elegido esa vida de soledad y de retiro. Nunca imagine que eldineropudiera hacer tanto dano en una persona. No era la primera vez que pensaba en el mal uso que le estaba dando a la fortuna de mi padre. Podia haber ayudado a mucha gente que lo estaba pasando francamente mal con un poco de esos ingresos que semanalmente llenaban mi cuenta corriente. Pero hay algo que hace que las personas vanidosas lo sean, que sean codiciosas y que solamente piensen en si mismas. Y se trata de la falta de generosidad. Lo vi en James, en mi hermano, que malgastaba con voluntad el dinero de mis padres, y lo vi en mi, que solo pensaba en modelitos y en tratamientos de belleza. Para ser una persona vanidosa, lo que tienes que hacer es no pensar en el resto de la humanidad, sino solo en ti. Ahora me daba cuenta, lejos, muy lejos de Brad y quienes podian haber sido unos amigos excepcionales, de que mi vida habia sido un puto desastre. Me martirizaba pensandolo una y otra vez. Aquella manana de lunes no sali de casa. Llovia. Aproveche para quedarme en la cama. Pensaba en montar algun negocio o en buscar trabajo para deshacerme de esa vida de excesos y pereza continuada que siempre habia llevado. Queria ser otra mujer. Mi separacion de Brad habia sido un punto de inflexion en mi vida. Que el hermano del que podia haber sido el hombre de mi vida hubiese sido atropellado, asesinado, por James, me ponia enferma. Estaba a punto de enloquecer. Quiza, lo unico positivo que habia detras de aquella tragedia es que yo podia renegar de mi pasado turbio y comenzar desde cero. Debia poner tierra de por medio. No desayune. Me levante a mediodia y me duche. No tenia ganas de meterme nada en el estomago aquel lunes. Ademas, no sabia cocinar nada. Solo habia comprado latas y platos precocinados desde que me instalara alli. Y aquello todavia me hacia menos apetecible acercarme a la nevera o a la encimera. Me prepare un te y estuve mirando por la ventana. Una pequena plaza con una diminuta arboleda era el paisaje que contemplaba desde mi salon, todo un lujo en aquella ciudad donde la neblina y una llovizna intermitente desdibujaban las fachadas de las casas que me rodeaban. ?Tenia miedo? Si, lo llamare miedo. Tenia miedo, no a comenzar, sino a recordar. Cada vez que recordara, sentiria el temblor, la nostalgia, la ausencia de Brad y de lo que podia haber sido el inicio de una vida feliz. Tenia miedo a tantas cosas. Ni siquiera tenia a Marlene ayudando en casa. No tenia a nadie con quien hablar, con quien desahogarme. Me ahogaba, pero era un castigo que merecia, maldita sea. Pese a la fina lluvia, decidi salir a dar una vuelta por la ciudad. Cuando una viaja por tantos lugares del mundo y duerme en los hoteles mas caros, termina por no darle importancia a las ciudades que visita. Lo que cambia un lugar es tu punto de vista, tu estado de animo, la compania. Yo siempre habia viajado sola o con James. Ahora me daba cuenta de que, si Brad estuviese a mi lado, Dublin me pareceria una ciudad maravillosa, pero ahora era otra de esas ciudades europeas que habia visitado sin que me emocionara significativamente. Me puse ropa deportiva. Queria pasar desapercibida. No queria que nadie se fijara en mi cuerpo, en mi rostro. Alli no era conocida. De hecho, no era conocida en ningun lugar delmundo, salvo por mi apellido McRay. Yo llevaba la sombra de mi padre alla donde fuese y eso era un estigma con el que James y yo debiamos cargar. Camine durante un largo rato por Grafton Street y curiosamente algo hizo que me detuviera delante de un escaparate. No tenia ganas de llenar mi nuevo armario con ropa cara. No me apetecia nada ir de compras. ?Donde me detuve? Fue delante de una libreria. No habia reparado en ella pese a haber pasado por aquel lugar decenas de veces las ultimas semanas. De nuevo fue un libro sobre pajaros la que me atrajo la atencion. Sin pensarmelo dos veces, entre. Compraria aquel libro donde una preciosa gaviota suspendida en el aire aparecia en la portada. Se trataba de un ensayo del prestigioso biologo Trevor Jones. Entre sin pensarmelo dos veces. Una anciana amable regentaba aquella pequena libreria. Me sonrio. Estuve hojeando diversos libros y algunos albumes infantiles que tenian unas ilustraciones preciosas. Aunque nunca habia sido proclive a leer, salvo esos libros sobre aves, decidi que no me vendria nada mal hacerme con una pequena biblioteca en casa. Seguramente contribuiria a darle un caracter mas acogedor y romperia con esa fria atmosfera que ahora tenia en su interior. Mientras me hacia con unos cuantos libros, entre ellos, ese ensayo sobre aves, alguien cruzo el umbral de la puerta de entrada, alguien que desperto mi curiosidad. Era un hombre que, seguramente, rondaba los cuarenta anos. No era un jovenzuelo, pero se notaba que se cuidaba muy bien. Su porte atletico y una mirada seductora enseguida hicieron que bajara la mirada. Me estaba poniendo muy nerviosa. ?Como podia sucederme eso? No sabia como reaccionar o comportarme. El magnetismo que despedia aquel hombre, cuya madurez y seguridad se notaban en su voz al hablar con la dependienta y en la eleccion de un traje gris, estaba en sintonia con esa actitud varonil que destilaba con cada gesto. Como lalibreria no era muy grande, enseguida se percato de mi presencia. Que idiota era. Estaba ante un tipo muy interesante y yo llevaba un chandal y unas zapatillas de deporte. Sin embargo,mi rostro estaba ahi, frente al suyo, en esa distancia justa y prudente en que dos personas pueden mirarse detenidamente sin que ninguno de ellos se sienta intimidada. Y eso hizo el. Fijarse en mi. Y yo me sonroje. Tenia claroque, a estas alturas, yo no creia en los flechazos y en nada parecido a enamorarse a primera vista. Si alguna vez experimente algo parecido a eso, fue con Brad. Pero creo que, a estas alturas, no me sentia capacitada para volver a experimentar algo asi. Pero he de confesar que la aparicion de aquel hombre en la libreria hizo que, por unos momentos, me olvidara de todo lo que habia sucedido en Manhattan, de todo lo que habia dejado alli. Imaginaba continuamente a Brad, aniquilado al saber que yo, a la que habia amado salvajemente, era la hermana de su mayor enemigo. Con atrevimiento y, sin saber por que, me dirigi al mostrador para pagar mis libros. El hombre habia comprado una antologia de cuentos orientales que la dependienta estaba envolviendo pacientemente. Estaba claro que era un libro para regalar. Al acercarme, senti su fragancia oscura y penetrante. Tenia gusto al elegir el perfume como habia tenido al elegir su indumentaria. Un corte de pelo refinado y algunas canas le daban un aire misterioso. Si me preguntais si me acordaba de Brad en aquel momento, os dire que no lo habia olvidado. Que aquel chico al que James habia destrozado su vida seguia en mi corazon y el hecho de que yo me hubiese trasladado a Dublin a vivir era la prueba fehaciente de lo que estaba diciendo. Pero la presencia de aquel hombre me tenia cautivada. En otro tiempo, ni siquiera lo hubiera mirado. Pero ahora que habia descendido al reino de los mortales, me encantaba recrearme en la belleza de la gente corriente. Habia escarmentado. Estaba harta de aquellas falsas amistades en los circulos de mi hermano y en esos ligues de una noche donde no habia ninguna diferencia entre un consolador y aquellos chicos de portada de revista. Fingi que no estaba interesada por la curiosa eleccion de aquella antologia de cuentos, pero el, sin embargo, no pudo evitar comentar algo sobre el libro que habia elegido. --No sabia que a alguien le pudiese interesar ese trabajo sobre aves -- manifesto con una voz suave y tersa. --Si. Me encanta leer sobre pajaros. --?Quien me iba a decir que una joven tan hermosa tendria esos gustos tan peculiares? --?A que se refiere con "peculiares"? -- pregunte seria, tratando de seguirle el juego. --No me malinterprete, senorita. Conozco al autor. --?De verdad? -- volvi a preguntar. --Si, ademas, es un tipo extraordinario. --No he leido ningun libro de el, solamente algunos articulos que ha ido publicando en Internet --dije con tono apagado. --No le va a defraudar si le gusta el apasionante mundo de los pajaros -- dijo el esbozando una leve sonrisa. --No se si se esta burlando de mi. --No me estoy burlando. Simplemente me encanta saber que hay personas que sienten pasion por estos temas. ?Es usted biologa? --Bueno, algo parecido -- menti con un tono enigmatico. El hombre volvio a sonreir y sus ojos parecian que querian leer algo en los mios. No sabia comointerpretar aquellas palabras y aquel tono que, aunque natural y espontaneo, no dejaba de tener un halo de seduccion.

  • La invencion ocasional de Elena Ferrante

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    Vuelve la escritora mas misteriosa y fascinante de la actualidad, autora de la saga Dos amigas, con mas de treinta millones de lectores.

  • A finales de enero de Javier Padilla

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    A mediados de los anos sesenta, algunas universidades espanolas vieron nacer una movilizacion, cada vez mas organizada y resuelta, contra la dictadura franquista. El regimen respondio primero con desconcierto y enseguida con represalias sistematicas y una durisima represion policial que dejo muchas victimas por el camino. Esta obra reconstruye los pormenores de una revuelta estudiantil -no menos intensa que el Mayo frances del 68-, y narra el compromiso con la libertad de tantos jovenes que hicieron historia y la padecieron, afrontaron palizas y penas de carcel al tiempo que se enamoraban y discutian entre cervezas y tabaco sobre marxismo, psicoanalisis y el amor libre.

  • Creedme de Ken Armstrong , T. Christian Miller

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    Una investigacion sobre varios casos de violacion en Estados Unidos que muestra los mecanismos que pone el descredito sobre las victimas.

  • Solo he sido feliz a tu lado de Sophie Saint Rose

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    Mathew acaricio la espalda de Ingrid que sentada en la cama se estaba poniendo las medias. --No pongas esa cara. --Es pensar lo que opinaran los chicos y me pongo de los nervios. --Le miro de reojo. --Y Aaron. --Gimio llevandose la mano a la frente. --Esto es una locura. Cogio su barbilla e hizo que levantara su rostro hacia el. Apreto los labios al ver en sus preciosos ojos azules que estaba a punto de echarse atras y no podia consentirlo. No podia perderla de nuevo. Llevaban diez anos separados y por fin habian limado asperezas. Habian conseguido entenderse y no pensaba consentir que nadie se interpusiera en su camino. --Te quiero. Te he querido media vida. Ingrid sonrio acariciando su rostro. --Y yo a ti, mi amor. Pero tenemos ya una edad... --?Edad? Cuando se ama la edad no importa. Y tu estas hecha una jovencita. --Carino, que nuestra hija pequena tiene veintiseis anos. Le guino un ojo. --Y es casi tan lista como yo. Ella agacho la mirada. --Lo paso muy mal con el divorcio. Era la unica que aun vivia conmigo y... --Eh... es nuestra vida. Samantha lo comprendera. Ingrid se mordio el labio inferior porque la conocia muy bien y le iba a sentar como un tiro. No porque no quisiera que fueran felices, sino porque temeria que todo se torciera de nuevo y volvieran a perder la pequena tregua que habian conseguido tras diez anos de discusiones. -- Solo prometeme una cosa. --Lo que quieras. --Dejame hablar a mi con ella primero. --Mathew apreto los labios como hacia su hija cuando algo no le gustaba demasiado y vio en sus ojos verdes que estaba a punto de protestar. -- Si se lo decimos juntos van a saltar fuegos artificiales porque teneis el mismo caracter. El acaricio su melena rubia hasta llegar a su cuello y la beso suavemente en los labios. -- Muy bien. Habla con ella, pero no dejes que te convenza. --Mathew suspiro levantandose y se paso las manos por su cabello negro que empezaba a tener canas en las patillas, lo que le hacia mas sexy. --Aaron se va a quedar de piedra. --Seamos francos, no le va a sentar bien a nadie. Por Dios, si nos hemos tirado los trastos a la cabeza diez anos --dijo incredula como si no entendiera como habian llegado alli. --Cielo, eso es porque nos queriamos. Si hubieramos sido indiferentes a lo que hacia el otro, ni nos hubieramos hablado y todo nos hubiera dado igual. --Van a creer que estamos locos. --Y lo estamos. Estamos locos el uno por el otro y no pienso estar ni un minuto mas disimulando. Llevamos asi casi un ano. Quiero casarme otra vez contigo, preciosa. Ingrid sonrio ilusionada. Mucho mas ilusionada que la primera vez porque estaba mas enamorada si eso era posible. --Bueno, pues este fin de semana se lo digo. Mathew se acerco, cogio sus manos y la levanto para abrazarla por la cintura. --Perfecto. Y en Navidades la boda. --No, ese sofa no pega ni con cola --dijo a su ayudante descartando ese modelo en la decoracion para el salon de los Connelly. Preocupada se paso la mano por la frente apartando su flequillo rubio--. Dime que me estas tomando el pelo. Quieren algo clasico, Albert. El suspiro y se paso la mano por el puente de la nariz. --Lo siento, Samantha... pero la nina no deja de llorar con los colicos y casi no pego ojo. --Vete a casa. --Se sento en su sillon molesta fulminandole con sus ojos verdes. --No, no... Me quedo que estoy buscando el aparador del hall que me pediste y... --Asi no me sirves para nada. Vete a casa y descansa. O mejor, vete a dormir a un hotel. Albert rio por lo bajo. --?Hablas en serio? --Mira, tengo que hacer esta presentacion el lunes. No quiero que pienses que soy insensible con tu situacion, pero si no me gano a estos clientes mi despacho va a durar menos abierto de lo que duraria un caramelo ante la puerta de un colegio. Son gente de pasta que es lo que necesito y conocen a muchisima gente que pueden proporcionar buenos ingresos en el futuro. !Asi que te aconsejo que si quieres conservar el trabajo y si quieres que esto despegue para asegurarlo, ya puedes ir poniendote las pilas por mucho que llore tu nina! !Ayer no dormi para terminar el diseno del dormitorio y tu solo tenias que buscar un punetero sofa! Albert se sonrojo. --Lo siento, Samantha. Suspiro tirando el lapiz sobre la mesa. --Vete a casa, te vere el lunes. Ya lo terminare yo. Su ayudante apreto los labios y salio del despacho en silencio. Samantha juro por lo bajo mirando el sofa que era realmente horrible. Se notaba que lo habia buscado sin ninguna gana. Necesitaban exclusividad. Se mordio el labio inferior cogiendo el raton para pinchar en su pagina favorita, rezando para que hubieran traido algo nuevo cuando le sono su movil. Al ver que era su madre lo cogio distraida. --Mama, estoy trabajando. --?Estas reunida con algun cliente? --?Cliente? Eso seria casi un milagro. Estoy con un diseno. --?Vienes a cenar a casa? --Mama, tengo que terminar esto. Esperan una presentacion el lunes y... --Tenemos que hablar. La frase fatidica le hizo entrecerrar los ojos. --?Que pasa? ?Es David? --Tu hermano esta bien. Pero me gustaria contarte algo importante. --?Como de importante? --?Vas a venir o no? --pregunto levantando la voz. Sorprendida miro el telefono. --Vale. --Su madre suspiro como si estuviera aliviada. -- Mama, ?estas bien? ?No estaras enferma? --pregunto preocupada levantandose--. Voy para alla. --No estoy enferma, cielo --dijo con carino. --Menos mal, por un momento me he mosqueado. ?Por que no me lo cuentas por telefono? --Prefiero decirtelo cara a cara. --Estas muy misteriosa. --Bufo mirando los disenos desperdigados sobre la mesa. --Esta bien, cenare contigo. --De repente se enderezo. --Esto no sera otra encerrona para que conozca a un hombre, ?no? Mira que si es eso me voy a cabrear. --No, hija. Nada de encerronas. --Menos mal, porque ya he pasado cinco veces por eso y esta vez no seria tan amable con todo lo que tengo que hacer. Su madre se echo a reir. --?Amable? Cielo, al ultimo le plantaste antes de que llegara el primer plato. --Es que no hablaba, mama. Lo decia yo todo --dijo exasperada--. Menudo aburrimiento de vida.--Pues he tenido que cambiar de dentista porque me miraba con rencor. --Tu te lo buscaste por meter la nariz donde no te llama nadie. No me busques mas citas, te lo he dicho mil veces. --Te aseguro que despues de lo del dentista he aprendido la leccion. --Pues mira, de algo ha servido. Te veo en un par de horas, ?vale? --Iba a colgar cuando dijo rapidamente --Mama, ?tienes bizcocho? Su madre se echo a reir. --Te hare uno. Gimio de gusto. --Te quiero. Mi trasero no te lo agradece tanto como mi estomago, pero te quiero. Ingrid riendo colgo el telefono y lo dejo sobre la encimera de la cocina mirando los dos bizcochos, las pastas y la lasana que estaba a punto de meter en el horno. No sabia donde lo metia, pero si su hija estaba mas relajada cuando comia la iba a inflar. --Uy, el pan de ajo... Vio como devoraba la lasana como si no hubiera comido en una semana y fruncio el ceno. -- Hija, ?te alimentas bien? Estas mas delgada. --Esto esta buenisimo --dijo con la boca llena antes de cortar otro pedazo --. Me alimento a base de pizzas congeladas. La miro con horror. --Hija, tienes que alimentarte mejor. ?Que ocurre? ?El negocio no va bien?--Eso es decir poco. Me lo gasto casi todo en alquileres. Entre la casa y la oficina casi no llego. --Si necesitas dinero... Su orgullosa hija la miro fijamente dejando de masticar. --No necesito nada, mama. Suspiro sirviendole mas agua. --Papa podria echarte una mano. --Pienso hacerlo sola. Ya me habeis ayudado bastante. --Puede presentarte clientes. --Claro, voy a tirar de sus amigos para que me contraten por compromiso. Quiero salir adelante por mi misma como los demas. Ingrid apreto los labios. --Aaron y David lo han tenido mas facil. Han aprendido del mejor. Gruno metiendose el ultimo pedazo de lasana en la boca y cuando mastico levanto una de sus cejas rubias. --Mama, estoy encantada con este banquete que has preparado, ?pero no tenias algo importante que contarme? Llevo aqui una hora y todavia no has soltado palabra. La verdad es que estoy intrigada. Ingrid se puso nerviosa. --?No quieres mas? Ya lo se. He hecho tarta de manzana y... Samantha entrecerro los ojos. --?Que pasa, mama? --Al ver que forzaba una sonrisa y que parecia realmente preocupada se mosqueo. --Mama, ?no me habras mentido? Me dijiste que ese catarro... --Estoy totalmente curada, cielo. Suspiro del alivio. --?Quieres soltarlo de una vez? Forzo una sonrisa de una manera que parecia una loca peligrosa. --Sabes que hay momentos en la vida que... No, mejor empiezo de otra manera. --Samantha entrecerro los ojos. --La vida puede darte sorpresas. A veces son agradables y a veces no tan agradables. Pero no todas las que en principio parecen desagradables lo son del todo. Solo hay que ver el lado bueno. --Dios mio, sabia que ese profesor de yoga iba a liarte con sus paranoias. --Que no, que Fruido no tiene nada que ver en esto.

  • Candela de Juan Del Val

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  • Un amor perfecto de Sandra Heys

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    Un matrimonio de conveniencia que dara lugar a un amor irresistible, un deseo irrefrenable y la felicidad para toda la vida.

  • El presidente ha desaparecido de Bill Clinton

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    Hay secretos que solo un presidente puede saber. Hay situaciones que solo un presidente puede resolver. Pero hay decisiones que ni siquiera un presidente querria tomar.

  • Bajo el Silencio de Maria Blazquez

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    Una madre, una hija, un cadaver.
    Olaya regresa a Santa Sierra por la muerte repentina de su madre, tras veinticuatro anos sin verla. Evarista, quien cuido de ella realmente durante su infancia, la recibe al llegar. Al encontrarse sola junto al cadaver de su madre, Olaya comienza a repasar su historia desde que, con dieciocho anos, sus padres la enviaron a Inglaterra a trabajar sin billete de vuelta, como hicieron con su hermano Valen dos anos atras. Con un febril y apasionado discurso frente a su madre muerta, Olaya evoca las pruebas a las que se sometio para estar a la altura de las exigencias de unos padres que ya se dedicaban a vivir sus suenos, libres, sin hijos que cuidar. Cuando Olaya entiende que esas pruebas no formaban parte de su educacion, sino la excusa de sus padres para librarse de unos hijos que les sobraban, su personalidad se renueva con distintas y propias aspiraciones.

  • El extrano orden de las cosas de Antonio Damasio

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    De uno de los neurocientificos mas importantes del mundo nos llega el que sin duda sera uno de los libros de referencia sobre el origen de la vida, la mente y la cultura, ofreciendo una nueva forma de entender la vida, la cultura y los sentimientos.
    En este libro el autor nos aporta las claves para comprender que son los sentimientos y que relacion tienen con nuestro cuerpo. Una vez mas, nos demuestra que cuerpo y mente estan intimamente relacionados y que los sentimientos son los cimientos de nuestra mente, revelaciones del estado de la vida en el seno del organismo entero.
    Damasio nos presenta una investigacion unica y pionera en la relacion que se establece entre el hecho de sentir y su condicion de regular la vida, conocida con el nombre cientifico de homeostasis. Deja claro que
    descendemos tanto a nivel biologico, como psicologico e incluso social de un largo linaje que comienza con tan solo unas pocas celulas vivas; que nuestras mentes y culturas estan ligadas por un hilo invisible a la antigua vida unicelular; que hay una poderosisima fuerza de autoconservacion que lo gobierna todo, inherente a la propia quimica de la vida.
    La misteriosa naturaleza de las cosas nos ofrece una nueva forma de entender el mundo y tambien del lugar que nosotros ocupamos en el.

  • Yo nunca de Eduardo Trillo

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  • Sean Cote es irresistible de Iris T. Hernandez

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    No puedo apartarlo de mi mente… Sabia que un dia u otro ocurriria, aunque me hubiera gustado ser yo quien le dijera la verdad. Ahora ya es tarde. Me ha dejado muy claro que no quiere ni verme, y siento que lo he perdido para siempre.

  • Camino a una tierra extrana de David Park

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    Con una prosa elegante y sugestiva, Camino a una tierra extrana es el viaje introspectivo de un padre que busca a su hijo; un retrato psicologico, perfectamente hilvanado, acerca de una familia en una crisis emocional y, sobre todo, una hermosa reflexion del significado de la paternidad.

  • Entre dos vidas de Jennyfer L.f

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    La vida de Daniela es perfecta, o eso cree ella. A sus casi treinta anos es una mujer de exito que dirige una sucursal bancaria en Barcelona; lleva un nivel de vida a todo tren junto a Cristhian, su pareja, con el que comparte una vision poco romantica del amor.

  • El pecado que mato a Carolina Martin de Eugenia Dalmau

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    El 26 de diciembre una vecina encuentra muerta a Carolina Martin en su casa de la urbanizacion Los Cerezos. A Jaime Reyes, investigador con mucha experiencia a sus espaldas, le asignan como companero al subinspector Manuel Serra, un policia novato. Ambos se encargaran de esclarecer la muerte y notaran detalles extranos. Nadie ha visto a Carolina desde el dia 24 ni se ha preocupado por localizarla.
    Jaime y Manuel se veran inmersos en una investigacion complicada, pues iran descubriendo que los allegados a Carolina tenian un motivo para cometer el crimen; aunque lo que mas les llamara la atencion sera comprobar que la personalidad de los sospechosos encaja a la perfeccion con cada uno de los pecados capitales.
    Las pesquisas de los inspectores, junto a las pistas que iran encontrando, los sumergira en una trama de ambiciones, infidelidades, celos y dinero que destapara los secretos y oscuros intereses de cuantos rodeaban a Carolina Martin. Pero... ?que pecado la mato?

  • Desesperada (Novias 2) de Eva Alexander

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    Ni la mitad. Estaba recorriendo la carretera que me llevaba a mi ciudad natal y no sentia ni la mitad de la felicidad que deberia sentir, esa felicidad que era un sueno para mi. Mi primer recuerdo era de la entrada a la ciudad, el camino rodeado de arboles verdes y altos hasta el cielo. Recuerdo que iba sentada en el asiento de atras sosteniendo un muneco de Mickey Mouse, mirando por la ventanilla del coche y escuchando a mis padres hablar. Se por lo que me contaron mis padres y por las fotos que llenaban cada pared de nuestra casa que ese dia volviamos de Disneyland, que me llevaron para celebrar mi tercer cumpleanos, pero lo unico que yo recuerdo es que estaba muy feliz, que mientras el coche iba por esa carretera era la nina mas feliz del mundo. Mi madre decia que era porque era la primera vez que salia de la ciudad y que nada se puede comparar con la felicidad de volver a casa. No digo que no tenia razon, pero no he vuelto a sentir esa felicidad, ni ahora ni en las otras veces que he vuelto a casa. Tal vez tiene algo que ver con el hecho de que mis padres ya no estan. ?Tal vez? Seguro que si. Estaba volviendo a casa, mejor dicho, estaba corriendo de vuelta a casa. He conseguido hacer un desastre de mi vida y todo por buscar esa felicidad que ahora me doy cuenta de que no existe para mi. Anos y anos de busqueda para nada, tiempo perdido, esfuerzo y lagrimas en vano. El nunca llego. El, el hombre que me haria tan feliz como mi padre hizo a mi madre. Se que estas pensando, que estoy persiguiendo un sueno que no es mio, que si algo fue bueno para mi madre no necesariamente sera bueno para mi. Que estoy buscando algo para sentirme cerca de ellos, de tenerlos a mi lado a pesar de que llevan veinte anos muertos. Deberia saber mejor que eso, ?verdad? Al fin y al cabo, soy psicologa, se todo lo que hay que saber sobre traumas. !Dios! A cualquier paciente le diria que deberia olvidar el pasado, le ayudaria a encontrar algo mas en que centrar su atencion. Pero ?lo hago? No, yo sigo adelante con la busqueda de ese hombre sin importar las consecuencias y eso es lo que me ha llevado a este momento, a volver a casa llorando. Abandone mi consulta, mis pacientes, mis amigos, para ir a casa a llorar, a curar mis heridas. Lo que no sabia era si iba a conseguirlo, nunca en mi vida estuve tan herida, tan humillada y avergonzada. Nunca senti ese dolor tan atroz en mi corazon. La ultima vez que pase por algo parecido consegui sobrevivir aqui, en casa, tuve ayuda, mucha, y por eso estaba volviendo. Kent Village, mi ciudad natal, la ciudad de mis padres, la ciudad donde nacieron mis abuelos y bisabuelos. Un pueblo pequeno en la montana rodeado de bosques, donde la gente vivia tranquila y eso era justo lo que necesitaba. Soledad, tranquilidad. Queria ir a pasear por el bosque, respirar el aire fresco y aclarar mi mente. Queria poner orden en mi vida y este era el lugar perfecto. Poco despues de entrar en el pueblo gire a la derecha echando un vistazo a la senal oculta por las ramas de los arboles. Mountain Lounge. !Dios! Mi padre era el mejor del mundo, pero ahi habia fallado y mira que no era muy dificil encontrar un buen nombre para las cabanas. No se como hizo para encontrar clientes, pero lo consiguio. Las cabanas estaban siempre reservadas, invierno y verano, los huespedes llegaban para pasar un buen rato. No habia mucho que ver excepto la montana, pero me imagino que eso era lo que ellos buscaban. Soledad, tranquilidad. Se notaba la falta de cuidados y no solo en los hierbajos que rodeaban el camino, el propio camino era un desastre. Mi pequeno hibrido Lexus de color rojo solido era perfecto para la ciudad, para la montana no tanto y solo de pensar en la factura del taller mecanico me entraba un ataque de panico. Habia ahorrado durante mucho tiempo para comprarme el coche y no pense que un dia iba a tener que hacer un viaje en la montana por caminos llenos de rocas, baches y socavones que iban a destrozarlo. Era mi culpa por haber salido corriendo de la ciudad y no pensar en el coche, pero la verdad es que no pense en nada mas que no fue correr. Correr de mi vida. Correr de esa mirada que veia cada vez que cerraba los ojos. Correr de esa palabra pronunciada con tanto asco. Desesperada. Ahora tampoco era un buen momento para pensar en lo que me hizo coger el coche y venir aqui, tenia que concentrarme en llegar a las cabanas con el coche de una sola pieza. Muchos minutos despues llegue al claro que debia ser el aparcamiento, pero en cambio era solo un mar de hierbajos. Ni loca iba a dejar a mi precioso coche ahi asi que segui adelante y me detuve delante de la fuente. Justo enfrente estaba la cabana principal y a los lados las otras cabanas. Tres a la izquierda, tres a la derecha y otras cuatro detras de estas. Todas formaban un circulo y en el medio estaba la fuente, una que habia construido mi madre con piedras que recogio en el rio que bajaba de la montana t corria detras de la propiedad. Tenia una forma extrana, piedra sobre piedra con el agua saliendo de un lugar que no podia ver, y de pequena pasaba horas mirando e intentando averiguar que era. A veces me parecia que era un elefante, otras que era una nube. Cuando estaba convencida de que habia conseguido dar con la forma justa iba corriendo a contarle a mi madre y ella me abraza riendo, diciendo que debia intentar una vez mas. Nunca averigue lo que mi madre quiso construir y tal vez no esta mal, tal vez es asi como debe ser, tal vez deberia pasar el resto de mi vida sentada en el porche intentando descifrar el misterio de la fuente. Las cabanas estaban en mal estado y no queria imaginarme como estaban en el interior, con el exterior tenia suficiente. Pintura que una vez fue blanca ahora estaba gris ahi donde quedaba algo, algunas ventanas estaban rotas, el techo de la cabana Rosa tenia un agujero. Si, cabana Rosa. Mi padre nombro el establecimiento y mi madre las cabanas. Rosa, Blanca, Roja, Azul, Verde, Morada, Gris, Violeta, Amarillo y Turquesa. La verdad es que mis padres hicieron muchas cosas que ahora me cuesta entender, mira que hicieron con los nombres con lo facil que hubiera sido poner numeros como en los hoteles. Baje del coche y al poner el pie en el suelo maldije. Mis sandalias eran tan ideales para este sitio igual que el Lexus para un camino de montana. Salir corriendo no fue una buena idea y ahora me tocaba pagar el precio. Maldije entre dientes mientras caminaba y sentia los tacones hundiendose en el barro, mientras la hierba raspaba mis tobillos. Me sente en el pequeno banco que estaba enfrente de la fuente y mire la cabana principal. Mi casa. Yo naci ahi, mi madre se puso de parto durante la nevada mas horrible de ese invierno y sobrevivi gracias a que mi abuela estaba de visita y ayudo a mi madre. Creci ahi, dije mis primeras palabras, di mis primeros pasos, hice muchas cosas y me faltaban muchas por hacer. Este sitio siempre fue mi lugar feliz y ahora solo era uno abandonado, deteriorado por el tiempo y por el dolor. Veinte anos cambian un lugar, cambian a las personas. Cerre los ojos y recorde como estaba antes. Las cabanas blancas, las flores de todos los colores brillando en tiestos en cada porche. El sonido del hacha de mi padre cortando los troncos para la chimenea. El olor a galletas que estaba horneando mi madre. Las risas de los ninos que llegaron por la manana con sus padres y se hospedaban en la cabana Blanca. No habia soledad o tranquilidad, solo ruido, risas y felicidad. Lo queria para mi, lo busque sin encontrarlo durante los ultimos diez anos de mi vida y empiezo a creer que lo estuve buscando en el lugar equivocado. Abri los ojos mientras una idea se formaba en mi cabeza, pero no tuve tiempo para dejarla fluir. El sonido de un coche llego y aun despues de tantos anos reconoceria ese motor entre miles. Era un milagro que todavia estuviera funcionando y tambien era un milagro que la persona que lo estaba conduciendo pudiera hacerlo. Me quede quieta mientras aparcaba el coche, mientras bajaba y caminaba hacia mi y solo cuando se detuvo detras de mi me levante. --Hola, abuela --dije sonriendo. --Hija. Eso fue todo, una sola palabra y las lagrimas empezaron a salir a una velocidad increible como si el tono de la abuela fue la senal de que podrian comenzar. --Hija --repitio la abuela mientras yo le rodeaba los hombros con los brazos y la abrazaba con fuerza. Llore recordando la ultima vez que lo hice en los brazos de ella. Fue hace veinte anos cuando la policia llamo a la puerta y dijo que mis padres habian fallecido en un accidente de coche. El ultimo fin de semana de cada mes era para mis padres, era su ritual, su tiempo de enamorados como lo llamaba mi padre y el accidente ocurrio justo cuando volvian de uno de esos fines de semana. Nunca supe a donde iban, si iban en coche o en avion, y no me importaba ya que ellos volvian felices. Yo pasaba esos dias con los abuelos y hacia todo lo que mis padres me prohibian. Era feliz hasta ese dia, cuando mi padre ignoro los avisos de tormenta y condujo a casa, bueno, debido a la falta de visibilidad y a la carretera mojada condujo hacia un barranco. Cayeron, el coche exploto, se incendio y no quedo nada para enterrar. Me quede huerfana a los diez anos y gracias a mis abuelos, los padres de mi madre, he sobrevivido. Estaba en su casa cuando me dijeron sobre mis padres y es ahi donde me quede hasta que me fui a la universidad. Nunca mas volvi a casa. Dos dias despues del funeral la abuela quiso llevarme a casa para recoger algo de ropa y en cuanto tomo el camino que llevaba a las cabanas empece a llorar y a gritar. Paso lo mismo semanas despues, meses despues, hasta que entendieron que no podia, que no queria volver a este lugar que habia sido mi hogar. Ya no lo era, lo que lo convertia en mi hogar eran mis padres y ellos ya no estaban ahi asi que no tenia sentido volver. Los abuelos respetaron mi decision, no vendieron la casa, no la cuidaron, no la tocaron, la dejaron como estaba que fue lo que yo les pedi. Hasta cuando llego el momento de enfrentar al pasado, de olvidar y de darle una oportunidad al futuro, de darme la oportunidad de ser feliz sin la necesidad de tener lo que ellos tenian. Sin amor. La abuela sintiendo que mi crisis habia terminado rompio el abrazo y en esos dos segundos que tarde en bajar mis brazos ella consiguio sacar un panuelo que me entrego. Blanco, planchado, doblado perfectamente y con sus iniciales bordadas. C.A.K. Caroline Anne Kent, mi abuela que a sus ochenta anos tenia una mirada que expresaba vitalidad, confianza y optimismo y eso es algo que yo no habia heredado. La confianza la tenia, bueno, en mi vida profesional si, en lo de privado no tanto. ?El optimismo? Nunca lo tuve y con cada paciente que no conseguia ayudar me iba mas hacia el lado oscuro, ese en el que no habia esperanza. --Has vuelto --dijo la abuela. --Si --asenti limpiando mi rostro con el panuelo que olia a vainilla. --Vamos a devolverle la gloria a este lugar --dijo ella mirando hacia las cabanas. ?Como diablos sabia que habia vuelto para hacer justo eso cuando ni yo misma no lo sabia hasta hace poco? La mire con los ojos entrecerrados y ella me atrapo. Se acerco, levanto la mano y acaricio mi mejilla. Sus ojos azules, y los de mi madre, brillaban con una emocion desconocida mientras que sus labios esbozaban una pequena sonrisa ensenando sus dientes perfectos. Ochenta anos y tenia la dentadura perfecta, el cutis de una mujer de sesenta y el cabello blanco, pero ni una de esas cosas delataban su verdadera edad. Para cualquiera podria pasar por una mujer mucho mas joven y mas de una vez me pregunte como lo hizo. Como sobrevivio a una infancia dificil, a la perdida de dos bebes, a la muerte de la unica hija que le quedaba y finalmente a perder al que fue su amor durante mas de cincuenta anos, el abuelo.--Este es tu lugar, Jane, siempre lo fue. Solo tenias que darte cuenta tu misma --declaro la abuela antes de darse la vuelta y caminar hacia la casa principal. Me quede mirandola, extranada por la agilidad de sus pasos. Parecia que estaba flotando, su chaqueta de punto que le llegaba hasta los tobillos pareciendo la capa de un superheroe. Malva, su chaqueta era de color malva igual que la falda y la camisa. El pequeno sombrero era blanco como el cabello que le caia poco por debajo de los hombros. Seguramente olvido que tenia cita en la peluqueria para cortarlo, a la abuela le gustaba el mismo corte desde hace mas de cincuenta anos. Corte bob a la altura de la mandibula y le sentaba tan bien que hace anos se lo robe, ahora era mi corte de cabello y la unica diferencia era que mi color era castano, un castano normal y aburrido. La abuela llego a la puerta y empezo a buscar en sus bolsillos, en los de la chaqueta, en los de la falda. Nada, la llave no estaba. Sonrei acercandome al pillar del porche, el de la izquierda donde justo a metro y medio de altura habia un escondite. Mi padre hizo un agujero en la madera y ahi guardaba la llave de repuesto, mejor dicho, las llaves. Veras, la abuela es muy olvidadiza en cuanto a las llaves y no es de ahora que ya tiene ochenta anos, no. Eso le viene de muy joven, es alguna mierda genetica que heredo mi madre y luego yo. Mi padre, harto de volver de donde estaba para abrirle la puerta a mi madre cada vez que ella olvidaba las llaves tuvo la idea de esconder algunas. Llaves, muchas llaves. Es extrano como funciona la mente humana, mi madre recordaba cada lugar en las que estaban escondidas, pero nunca recordaba coger la llave cuando salia de casa. A mi me pasa algo parecido, tanto que tengo al cerrajero en la lista de contactos favoritos. Intente todo lo posible, poner una nota en la puerta para verla antes de salir, colgarla de una cadena a mi cuello como los ninos, hice cincuenta copias y las guarde en todos mis bolsos. ?Y sabes que? Pues que en vez de mirar hacia la puerta y ver la nota yo miraba mis zapatos, la cadena me la quitaba cuando llegaba a casa y olvidaba ponerla de nuevo, las cincuenta llaves se acabaron un dia y olvide hacer otras copias. Al final renuncie y puse una cerradura electronica ya que el codigo nunca se me olvidaba. La parte mala es que no es muy barata y para reemplazar todas las cerraduras de las cabanas iba a salir muy caro, tanto que no podia permitirmelo. Voy a tener que seguir el ejemplo de mi padre y encontrar nuevos lugares para guardar llaves fuera de la casa. Recordar hacer copias tambien era buena idea. Menos mal que no hay muchos robos en el pueblo que si no los ladrones tendrian una manera muy facil de entrar a mi casa. --Jane, la puerta se ve muy floja. ?Por que no le das una patada a ver si la abres? -- pregunto la abuela. Mire la puerta despues de recoger la llave de su escondite y muy floja no parecia, la verdad es que la madera se veia muy solida. Y sucia, me arme de valor mientras miraba las telas de aranas y buscaba a esos bichos que me provocaban un miedo atroz. --?Por que romper la puerta si tengo una llave? --pregunte acercandome. --Esta es mi chica. --Sonrio la abuela. Meti la llave en la cerradura y la gire, la puerta se abrio haciendo un ruido espeluznante y juro que casi espere ver una arana gigante en la casa. Pero no, el sonido era algo normal en una puerta que llevaba veinte anos cerrada. Tal vez deberia reconsiderar mi decision. Tal vez. Segui a la abuela dentro, pero mientras ella iba hacia la cocina Dios sabe porque, yo me quede en la entrada. Justo delante estaba el escritorio que usaba mi madre para todo relacionado con las cabanas. Encima estaba el ordenador y la agenda de mi madre con su boligrafo favorito. Detras, en la pared, estaba el armario de las llaves con llaveros coloridos para saber a que cabana pertenecia. Amaba ese rincon, de pequena me sentaba ahi y me imaginaba que era mayor, que este era mi negocio. Pero lo que mas amaba era la agenda de mi madre, que no se porque razon encontraba tan fascinante. Me acerque al escritorio e ignorando el polvo cogi la agenda y la abri. Nombres, fechas, numeros de telefonos. Mi madre nunca me dejo tocarla y creia que ahi escondia secretos oscuros, pero lo unico que habia era la lista de clientes y las citas de mi madre. Jueves, diez de la manana, peluqueria. Viernes, ocho de la tarde, cena en el CP. Sabado, diez de la noche, CP con FP. Esas eran las ultimas notas de mi madre, las ultimas citas que hizo y de repente ya no quise recordar. Cerre la agenda y la deje en el mismo lugar. Limpie el sudor de mis manos en el vestido veraniego que llevaba y camine hacia el salon. Era el lugar en el que mas tiempo pasabamos como familia, fue mi lugar favorito, pero ahora solo podia sentirme agobiada. Las paredes de un marron extrano, las estanterias que cubrian todas las paredes de la habitacion, los muebles grandes y feos, los objetos que llenaban cada superficie. Me estaba ahogando, la habitacion parecia que me queria ahogar y tuve que dar media vuelta e ir a buscar a la abuela. La encontre en la cocina. Limpiando. --?Abuela? --Coge un trapo y ayudame --dijo ella. Despues de seis horas de conducir sin una sola parada para comer o ir al servicio, lo que menos me apetecia era limpiar suciedad de veinte anos. Estaba mirando los trapos y buscando la manera de convencer a la abuela de que esto era una mala idea cuando ella se dio la vuelta, puso las manos en las caderas y me miro. --?Vas a limpiar o vamos a casa y me cuentas sobre lo que te ha traido de vuelta a casa? --pregunto la abuela. Suspirando di un paso hacia la mesa y cogi un trapo. --Voy a limpiar --murmure. --Lo sabia. Claro que lo hacia, ella lo sabia todo y antes de darme cuenta iba a saber la razon de mi vuelta, pero no ahora. Lo que importaba en ese mismo instante era pasar tiempo con la abuela en lo que fue mi casa durante los primeros anos de mi vida y lo que esperaba que iba a ser mi hogar hasta el fin de mis dias.

  • Corazones que vuelven a latir (Corazones 3) de Claire Contreras

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    Victor Reuben es el abogado matrimonialista mas cotizado de Los Angeles. Nicole Alessi, futura exmujer de la estrella de cine mas famosa del momento, es su ultima cliente, ademas de la hija de su jefe. Ante un divorcio tan mediatico, no hay cabida para problemas adicionales. Afortunadamente, ni abogado ni cliente tienen nada que ocultar. si no contamos con la sesion de sexo alucinante que compartieron.
    Una vez.
    Dos veces.
    Tres veces.
    Aunque eso fue hace mucho tiempo, y la ocasion de estar juntos se desvanecio. Si son capaces de dejar el pasado a un lado, todo saldra bien. Pero si continuan devorandose con los ojos cada vez que se ven, las cosas se pueden complicar.

  • Miles de emociones con tu nombre de Ana Forner

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    Me llamo Valentina y soy de La Rioja. Creci entre vinedos y mi mundo era la bodega y Victor.

  • Navidad. y algo mas de Priscila Serrano

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    Erase una vez una noche estrellada, una noche repleta de luces de colores... En cada esquina, la gente cantaba la misma cancion: Navidad, Navidad, dulce Navidad. ?En serio? O sea, ?no hay mas repertorio? A veces pienso que se quedaron anclados en esa cancion. Menos mal que en mi casa se saben mas. Me encuentro en un atasco con el coche, esperando pasar el maldito semaforo que se ha puesto en verde cuatro veces y todavia sigo aqui, sin poder avanzar por la cantidad de vehiculos que hay a esta hora. A este paso, me comere las uvas aqui y eso que aun estamos a veintitres de diciembre. Mi mania de dejarlo todo para ultima hora... Todavia me faltan por comprar algunos regalos de Papa Noel para mis sobrinos, unos sobrinos que piden demasiadas cosas y encima muy caras. Creo que al final comprare lo que me salga de las narices y santas pascuas. Cuando por fin cruzo el semaforo, estoy a solo cinco minutos del centro comercial. Aunque claro, ahora la cola para entrar sera incluso mas larga. Dios mio, el ano que viene empiezo a comprar los regalos en verano. Casi una hora despues, consigo aparcar el coche y me bajo con la clara intencion de correr como si se me fuera la vida en ello. Voy tan rapido que parece que estoy en una maraton. Miro el reloj de mi muneca justo cuando entro en el centro comercial y compruebo que son casi las nueve de la noche. Pronto cerraran asi que tengo muy poco tiempo. Encima aqui hay mucha gente. Me estoy agobiando. Camino sorteando a las personas y me dirijo hacia la tienda de juguetes. Espero tener suerte y encontrar algo que les guste a Paula y Julia. Mis sobrinas han sido muy claras en su carta a Papa Noel, quieren la misma muneca. Exactamente la misma y su madre, es decir, mi hermana, no la ha encontrado. Suerte que mi amiga Susana me ha dicho que esta manana habia visto cinco munecas aqui. Comienzo con la busqueda loca y tras sortear a muchas personas en el camino, veo a lo lejos la estanteria donde se suponia que debian estar las cinco munecas, pero solo quedan tres. Entonces veo a camara lenta como una senora coge una. Me quedo expectante, rezando para que no coja ninguna mas y la veo marcharse con la munequita de los... <>, me digo a mi misma justo cuando emprendo camino hasta esas perfectas munecas que parecen sonreirme desde sus cajas rosadas y llenas de brillos. No pueden ser mas feas pero claro, si mis ninas las quieren, la tita Julia se las consigue. Cojo la primera y me la llevo al pecho como si hubiese conseguido el premio a la mejor tia del ano y justo cuando toco la segunda, alguien agarra el otro lado de la caja y mis manos comienzan a temblar. Miro a la persona que esta quitandome lo que llevo buscando mas de diez minutos y nos quedamos congelados. <>, pienso. --?Julia? --Su voz me pone la piel de gallina. Es esa misma voz que tantas veces me susurraron palabras bonitas hace mas de un ano. --David... Hola --titubeo, nerviosa--. Cuanto tiempo. ?Que tal? Sonrie al percatarse de mi nerviosismo y no le culpo, se me nota tanto que hasta siento como arden mis mejillas. --Bien, muy bien. No sabia que estuvieras en Madrid --dice sin soltar la muneca, cosa que yo tampoco hago. Me quedo pensativa unos segundos, los mismos en los que el no me quita la vista de encima. Es mas, incluso me ha repasado de arriba abajo, aunque no haya mucho que ver con tanta ropa. El polar que llevo me llega hasta las rodillas y ni que decir de lo gordo que es; hasta podria pasar por una embarazada. Dios me libre, ya tengo suficiente con mis sobrinas. --Eh, si. Llevo viviendo aqui cinco meses, pense que era buena idea volver a casa. --Agacho la cabeza un poco avergonzada. Nuestra historia de amor fue la mas bonita que he vivido en toda mi vida. No hay dia que no recuerde todos los momentos que pasamos juntos en Canarias. Nos fuimos a vivir alli tras dos anos de novios porque me habia salido un trabajo. El trabajo de mi vida, en realidad. Eramos felices, el tambien habia conseguido un buen empleo, pero no fue suficiente. Al menos no para el. Entonces, una noche decidio por los dos y se marcho dejandome alli sola, sin familia ni amigos. No llevabamos tanto tiempo en Canarias como para tener un vinculo con otras personas y me dolio que me dejase tirada cuando teniamos tantos planes. --Me alegro de que hayas vuelto --responde sincero. --Gracias, yo tambien. Nos quedamos un momento en silencio y tiro de la muneca, pensando que la va a soltar pero no lo hace. Es mas, el tira tambien. Alzo una ceja incredula, pues de verdad pensaba que iba a dejar que me la llevara. No, por lo visto no sera asi. --Eh... Necesito esa muneca --le digo con calma. --Yo tambien y mucho --replica aferrandose a ella. --No lo entiendes, necesito las dos munecas. Ya sabes que tengo dos sobrinas y las dos quieren la misma muneca. Y no hay mas en ninguna parte. --Yo tambien tengo una sobrina a la que no veo desde hace mas de cinco meses y es la unica que queda. Vamos, no seas egoista, ya tienes una. Comienzo a negar, poniendome mas roja aunque no por verguenza sino por el cabreo que esta creciendo en mi interior, lenta y dolorosamente. Creo que David no recuerda como me pongo cuando me enfado y hoy va a ver la peor parte de mi como no suelte la dichosa muneca. --Espera, pensemos con claridad, por favor --refiere pasandose la mano que tiene libre por su precioso y sedoso cabello negro. No puedo dejar de observarle--. Echemoslo a cara o cruz. ?Te parece? --Alzo una ceja con altaneria y a la misma vez enseno mi preciosa mueca de desconcierto que tanta gracia suele hacer pero que a el, por increible que parezca, le resulta tierno. --Sigues siendo la misma --murmura de pronto. Abro los ojos desorbitadamente y me muerdo el labio inferior justo cuando se acerca unos milimetros. Ha sido un leve movimiento que he notado al oler mas de cerca su colonia. <>, pienso mirandole a los ojos. David sonrie dulcemente y yo creo que pronto caere al suelo hecha gelatina. Es tan guapo, siempre lo ha sido. Niego desechando cualquier pensamiento sobre el hombre que me dejo tirada solo por no ser capaz de vivir con su novia en otro lugar y crear su propio hogar. No fue capaz de luchar. --?Sabes? Dejare la muneca con una condicion --propone. --?Que condicion? --Que cenes conmigo esta noche. --Trago saliva nerviosa, muy nerviosa y me quedo sopesando su propuesta. Como si fuera posible aceptarla como si nada... --Lo siento pero no puedo --respondo sin titubear. --Entonces, dame la muneca que tengo que irme. --No te la vas a llevar, yo la he visto antes. No es justo que vengas ahora y me la quites, asi como... --?Asi como que? ?Que ibas a decir, Julia? --Me interrumpe, sabiendo que si no llega a hacerlo, podria haber dicho algo de lo que despues me arrepentiria. Y la verdad es que necesito gritarle algunas cosas que tengo atascadas en la garganta desde que lo vi marcharse, desde que salio por la puerta aquella noche en la que creia que me esperaba con una cena romantica. Era nuestro aniversario y al final fue nuestro ultimo dia juntos. Es todo tan surrealista. --Nada, sera mejor que me vaya. --Me giro, dejandole la muneca. Ya buscare otra. Camino con la unica muneca que he conseguido entre los brazos, como si quisiera llenarlos de algo que no sea soledad. Luego la pego a mi pecho, ahi donde aun sigue doliendo. Donde, a pesar del tiempo, sigue latiendo por la unica persona que he amado en mi vida. Pero fue tan cobarde, tan egoista. Llego hasta la caja y pongo la muneca sobre la cinta para pagarla y asi irme de una maldita vez para volver a mi casa, de donde no saldre hasta manana a las nueve de la noche. Tengo el dia libre asi que me hundire en mi miseria con el fin de que algun dia pueda volver a salir del pozo con una sonrisa y gritando que lo he superado. Lo mas gracioso de todo es que pensaba que asi era, que habia superado la ruptura, el abandono, pero ahora que he vuelto a verle, me siento incluso peor que antes. Sobre las once de la noche, llego a mi apartamento y tras dejar la muneca y mi bolso en la entrada, me quito el polar para dejarlo sobre la silla de comedor. En seguida enciendo la calefaccion y las luces del arbol de navidad. No es que me guste, en realidad creo que es mas por costumbre que otra cosa; mis padres siempre me han ensenado lo valioso de esta epoca, lo bonito que es pasarlo con la familia y amigos, con el amor... No tengo de eso, no hay amor por ninguna parte. Voy hasta la cocina y me preparo un chocolate caliente para despues sentarme en el sofa con la manta que me regalo mi hermana el ano pasado, es de borrego y muy calentita. Aqui en Madrid hace demasiado frio, tanto que no soy capaz de desnudarme para ponerme el pijama hasta que la casa este caldeada. Enciendo la tele y busco una pelicula en Netflix, justo cuando escucho unos toques en la puerta. Me pongo nerviosa, no suelo recibir visitas a esta hora. En realidad, no suelo recibir visitas, soy algo solitaria. Me levanto y arrastro los pies hasta la puerta. --?Quien es? --Pregunto asustada. --Soy David. ?Me abres la puerta? Apino los labios y frunzo el ceno. ?Que hace aqui? Me pongo de espaldas a la puerta y echo la cabeza sobre ella. Me quedo asi unos segundos, pensando si abrir o no. Suspiro un par de veces cuando vuelvo a escuchar su voz. --Julia, por favor. Necesito hablar contigo --suplica y escuchar asi su voz, no hace mas que hacerme mas dano. Se lo que quiere decirme, como tambien se lo que puedo llegar a sentir cuando lo escuche. Tambien se que sigo enamorada y que mi vuelta ha sido por el y nada mas que el. Eso no lo sabe, no he llegado a decirselo porque cuando llegue, David no estaba. Estuvo fuera un tiempo, segun su madre necesitaba pensar y este no era el lugar. La verdad es que no sabia que tambien habia regresado a Madrid. --Yo, sigo queriendo... --Lo escucho suspirar--. Te he traido una cosa. --Dejalo en la puerta y vete, David. No es el momento de hablar algo que podrias haberme dicho en otra ocasion, en otro lugar --esto ultimo lo digo mas para mi que para el, aunque estoy segura de que me ha escuchado. --No pienso irme hasta que me abras y me dejes hablar contigo. Solo cinco minutos y si despues de eso sigues sin querer verme, me ire y no te molestare mas. Sin mas, abro la puerta y me mira. --Solo cinco minutos, es lo maximo que te doy. Tu a mi no me diste ni un minuto para poder hacer que... No termino la frase cuando sus labios chocan con los mios. Siento la calidez de sus manos cogiendo mis mejillas para apresarme mas a su boca, para no dejarme ir. Por un momento intento escapar de el, de este beso que hara estragos en mi, que hara que vuelva a caer en sus brazos como si no me hubiesen soltado nunca. Nos separamos unos milimetros con la respiracion agitada. David pega nuestras frentes para despues clavar sus ojos verdes en los mios y suspira. --No sabes lo que he necesitado este beso, lo que he sonado con este momento --declara con la voz cargada de agonia. --Si no me hubieras dejado alli, no habria sido un sueno --respondo, demostrandole cuan dolida estoy. --Perdoname, no tenia que haberte dejado. No sabes lo que me arrepiento. --Se separa de mi --. Pense que yo seria una piedra en tu camino, en esa vida que tanto te habia costado conseguir. Ser la jefa de recursos humanos en esa empresa fue siempre tu sueno y yo no queria que lo dejaras por mi, porque yo no era feliz alli. Crei que hacia lo mejor para ti... --Pero no fue asi, rompiste mi corazon en mil pedazos y me convertiste en lo que ves ahora; una mujer dolida que no es capaz de ser feliz y mucho menos confiar en nadie --le interrumpo dandome la vuelta para ir hasta el sofa y volver a sentarme. Hundo la cara entre mis manos a la vez que siento las suyas cogerlas para hacer que lo mire. Esta de rodillas frente a mi y creo que esta noche sera mi fin, lo estoy viendo venir. --?Que era lo que me traias? --Intento relajar el ambiente con una pregunta que no viene al caso. Sonrie de lado y coge la bolsa que traia en las manos y que no habia visto hasta ahora. Saca la muneca y yo alzo ambas cejas, sorprendida. Me la tiende para que la coja. --Es tuya. --?Por que? --Porque no tengo nada. Todo lo que soy, lo que tengo... lo que ves, es tuyo Julia y quiero que siempre sea asi. --Vuelve a agacharse frente a mi--. Te quiero mucho mas que aquella noche en la que me equivoque, la noche que no logro olvidar porque no soy capaz de sacarte de mi mente. Te quiero mucho mas que cuando te vi la primera vez en esa gasolinera. --Me regala una sonrisa sincera y tierna--. Te quiero incluso mas que cuando me tiraste aquel vaso de agua en la cara cuando intente pedirte una cita. Pero es que estaba tan loco por ti que no era capaz... No puedo seguir escuchando sus palabras porque ya han calado hondo en mi pecho, mucho mas hondo que cuando comenzamos con este amor que no morira jamas. Lo beso con todo el amor que soy capaz de sentir por el, con el mismo amor que he intentado esconder y no he podido. David me abraza, me encierra entre sus brazos a la vez que me levanto para poder abrazarle. Subo mis manos hasta su cuello y entrelazo mis dedos en su nuca, buscando mas profundidad en este beso que marcara un antes y un despues en nuestra historia. Estamos tan absortos en nosotros mismos que no nos damos cuenta de que un movil comienza a sonar hasta pasados unos segundos. No es el mio, como va a serlo si yo odio ese villancico: Navidad, Navidad, dulce Navidad. Que alegria en este dia hay que celebrar. Me separo de el y alzo una ceja para despues mirarle a los ojos. Reprimo la carcajada porque se que no es el momento. --?En serio? --Pregunto. Mas el no responde--. Odio esa cancion. --Lo se, por eso mismo la he puesto de tono de llamada. --Arrugo la frente--. Me recordaba a ti. Estallo en una estruendosa carcajada que hace que el se una a mi. Ambos nos reimos sin motivo aparente y sin embargo, no podemos parar. --Feliz Navidad, dulce Navidad, Julia --murmura cerca de mi boca. --Feliz Navidad, dulce Navidad, David. Nos besamos para sellar nuestro amor, para demostrar que ni el tiempo y mucho menos la distancia es capaz de acabar con algo tan poderoso como es el amor verdadero. Despues de esto, amare el villancico y lo cantare todas las Navidades que pase junto a el porque se que esta vez, sera para siempre.

  • Llegaste para quedarte, Carol S. Brown de Carol S. Brown

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    Elliot Wise, segundo hijo del duque de Lennox, ya no ha vuelto a ser el mismo desde hace un ano. Una horrible tragedia se cernio sobre el, destruyendo su vida, por eso, ante la noticia de ser el heredero de el ducado de Weston, no muestra demasiado entusiasmo. Dicha herencia conlleva un titulo y responsabilidades con nombre de mujer. ?Quien es esa joven, que no se comporta como una dama, pero que le despierta sentimientos que creia olvidados hace ya mucho tiempo?
    Cassie Price, vive de cerca la perdida del viejo duque de Weston, siendo este su padrino, ahora vera como un desconocido hereda su titulo y se instala en la casa. Algo le dice que el nuevo duque no sera tan permisivo con ella. Ese hombre querra tener voz y voto en su futuro, y eso es algo que ella no piensa permitir.

  • Silverville de Victoria Alvarez

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    Dicen que a la hora de vengarse el mas debil puede ser el mas feroz. Y en Silverville, Colorado, una venganza esta a punto de fulminar todos sus suenos de plata. Cuando en 1872 Grace Mallory se instala en la antigua mansion de su familia politica, los rumores no tardan en circular por el pueblo. ?Una dama viviendo sola en un caseron deshabitado? ?Por que no la ha acompanado John, el heredero de la compania minera con el que contrajo matrimonio lejos de alli? ?Y que pretende ahora al mudarse a la zona? A sus veintidos anos, Ruby Lawrence ha experimentado de sobra la sensacion de ser subestimada por su condicion de mujer.

  • Tropiezos con el deseo de Esther Valentin

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    Nunca he sido la tipica chica que se lia con el primero que se le cruza.
    La virginidad la perdi con un novio que aun cree que estamos juntos a pesar de llevar casi un ano separados.
    No creo en el sexo sin amor y a pesar de eso me encuentro con un hombre que ni siquiera recuerdo el nombre en un callejon, el entre mis piernas y yo entregandole mi cuerpo.

  • el cuerpo prohibido de Cynthia Wila

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    Como la Cenicienta --intervino el analista. Y dio por finalizada la sesion. Camila permanecio unos segundos recostada en el divan sin moverse. A veces las verdades pueden dejarnos ciegos por un rato, penso. Su respiracion era lenta; la mirada clavada en un punto fijo del techo, casi en penumbras. Asi se sentia en ese momento. Cuando Patricio Blanchet se levanto para abandonar el sillon, pudo sentir su perfume moviendose en el espacio de aire que los separaba. Ese aroma de hombre acompano sus pasos hacia la salida haciendo aun mas evidente su silencio. Lo siguio con la vista. Era muy alto, seguramente pasaba el metro ochenta; la espalda ancha y unas piernas bien formadas con muslos que parecian siempre contraidos. Tal vez por su profesion o debido a esa personalidad indescifrable que la mantenia intrigada, no solia hablar demasiado: ni antes ni despues de terminar los encuentros. Sus labios, de proporciones desiguales, estaban cerrados al dialogo. Pero esos ojos intensos reflejaban mensajes ocultos que sus pacientes intentaban descubrir, como quien trata de encajar la pieza que falta en un rompecabezas. Patricio la esperaba en el escritorio de estilo ingles ubicado a unos metros del divan. Camila Infraga Mitre, por fin, se incorporo. Pago sus honorarios y lo saludo con gesto pobre. Una atmosfera densa la rodeo al salir del edificio. Como de costumbre, cruzo al bar ubicado en la esquina y pidio un cortado espumoso. Hoy --mas que nunca-- necesitaba esos minutos de soledad que a veces la relajaban y otras la empujaban a mortificarse. Solo le habia descripto la escena del accidente: ?Que tenia que ver el hecho de haber perdido un zapato al desmayarse con el cuentito de la Cenicienta? Era logico que se le cayera luego de semejante golpe pues se habia desvanecido al instante. Las preguntas se sucedian a borbotones en su mente, aunque siempre ligadas a las mismas cosas. Y eso la confundia mas. <> --!Y a Patricio unicamente se le ocurrio decir: como la Cenicienta! --murmuro enojada para si. En el cuento de los hermanos Grimm, la protagonista no recibia ninguna gratificacion. Por el contrario, era objeto de exigencias que la humillaban constantemente. Sin embargo, el maltrato de la madrastra y sus hermanas simbolizaba una rivalidad fraterna que las mantenia unidas a su manera. Su propio nombre --Cenicienta-- referia a la condicion de vivir entre cenizas; cuestion que la degradaba respecto de las demas. Su existencia quedaba a la espera de un superheroe que la rescatara de una vida miserable, que incluia un duelo no resuelto por la muerte de su madre. Entonces, sobre el final, un principe hermoso operaba de redentor y lograba liberarla de toda su desgracia. La fabula mencionaba a una mujer que padecia y a otras que la hacian sufrir. El varon venia a poner un corte a esta situacion dolosa, pero, en definitiva, no parecia ser el protagonista de la historia. Al fin, Camila pudo hilvanar algo de lo que habia ocurrido en su terapia: solo se trataba de mujeres... La madre de Cenicienta, al igual que su propia madre, metida en cada una de las cuestiones de su vida. Los cuentos de hadas tenian por costumbre intimidar a sus heroinas describiendo un mundo con gente malvada empenada en hacerles dano. ?Que estaba tratando de sugerirle su analista con esta analogia? Sus intervenciones la empujaban a buscar dentro de ella la responsabilidad que le cabia en cada situacion de la que se quejaba. Quizas por eso habia aludido a la Cenicienta aquella tarde, en la que Camila no paraba de querellar a su marido desde que entro. No recordaba muy bien como habia llegado al relato del accidente, lo cierto fue que, de iniciar la sesion a puro reproche contra su esposo, termino hablando del viaje de sus padres y su desmayo. Otra vez aparecia en escena como la pobre desgraciada que habia perdido la conciencia y !un zapato! Cuando en verdad, habia sido la unica que no sufrio dano: su padre termino con las costillas rotas y su hermana con la clavicula fracturada. Ella, nada. Pero en su discurso afloraba como la victima. --!Basta! --dijo de pronto. Ya no soportaba el cumulo de preguntas y mas preguntas que no paraban de torturar su cabeza. Pago al mozo con una sonrisa y se marcho. Ese detalle jamas faltaba: aunque estuviera de mal humor, siempre sonreia ante la gente. Durante el trayecto hacia la oficina de su marido llamo Irma, la nueva secretaria, para recordarle que esa noche cenarian con el grupo de inversores que llegaba del Sur. Lucio estaria de buen animo, y ella deberia simular gestos amables como venia haciendo desde hacia un ano. Reclino la cabeza hacia atras y se acomodo en el asiento del vehiculo. La sesion con Patricio, sus palabras y el calor agobiante de la tarde la habian dejado exhausta. Cerro los ojos y comenzo a evocar situaciones cargadas de sufrimiento. Mas que recordar, eran dificiles de olvidar aquellas imagenes llenas de dolor. ?Era posible olvidarse de todo y empezar de nuevo?, penso. Infidelidad... esa palabra la perseguia desde nina. En rigor, desde antes de su nacimiento. Ya su abuela le habia advertido del tema. Como una parte mas de los cuentos que le relataba de pequena, siempre aludia a la tal Pasifae, la princesa de Colquis de la mitologia griega que fue dada en matrimonio al Rey Minos de Creta. Las numerosas infidelidades de su esposo la habian enfurecido de tal manera, que ideo una venganza y le lanzo un conjuro para que ninguna amante se atreviera a sus brazos: en cada una de sus relaciones eyacularia viboras y escorpiones dentro del vientre de sus companeras, y con ello las condenaria a la muerte. <>, le decia con el dedo en alto. Como para olvidarlo... * * * Nacida en Paris, Ivonne Lafont, la abuela de Camila, habia crecido en medio de un clima candente producto de una Primera Guerra Mundial que devasto las economias europeas. La politica restrictiva de prestamos aplicada por los Estados Unidos en una epoca que pedia a gritos su colaboracion, influyo en las finanzas del Viejo Continente perjudicando a Francia frente a las deudas contraidas con el pais americano. La estrategia consistia en sortear los compromisos adquiridos con las indemnizaciones devengadas por Alemania en su favor, sin prever que el antiguo invasor jamas le pagaria. Las presiones contra el pais germano que habia quedado en ruinas generaron una inflacion imposible de manejar, lo cual incito a su acreedor a tomar cartas en el asunto: en 1923 el ejercito frances y su aliado de Belgica ocuparon la franja alemana del Ruhr, centro de produccion de carbon, hierro y acero; a Francia la tentaba la riqueza de esas tierras. Si bien la ocupacion no pretendia ser violenta, existieron incidentes de sabotajes promovidos por pequenos grupos de resistencia civil armada que obligaron a Francia a reprimir y ejecutar. La contienda se cobro la vida de manifestantes huelguistas y algunos soldados franceses, entre los que se encontraba Bernard Lafont, padre de Ivonne, quien, tras salvar su pellejo durante la Primera Guerra, fallecio de septicemia luego de haber sido baleado en un enfrentamiento con jovenes alemanes. La pequena Ivonne vio llegar a la ciudad el contingente de oficiales que volvian a su patria; caminaban por el centro de una hilera de gente que se habia aglutinado alli para esperarlos. Los sanos estaban primeros en la fila; atras, rezagados marchaban los heridos. Algunas mujeres tiraban flores a su paso; otras, en cambio, escondian su llanto entre panuelos blancos por aquellos que habian muerto. Ivonne cayo en la cuenta de que todas ellas tenian algo en comun: vestian de manera humilde y en sus rostros podia verse el sufrimiento. Carol Lafont, su madre, vio que dos soldados sostenian a Bernard al final del camino. Corrio y se abalanzo sobre el: <>, dijo su companero. Luego de llevarlo al hogar, Carol tomo la mano de Ivonne y la arrastro desesperada en busca de algun medico para salvar a su marido. Llego al hospital en un grito suplicando que la acompanaran a su casa pues Bernard no podia moverse. Pero nadie tuvo tiempo para ella; estaban demasiado ocupados con aquellos que podian pagar para ser atendidos. Y la mujer no tenia recursos. Con diez anos, la nina comprendio que solo los pobres luchaban en el frente y solo ellos eran los que morian. Esa impresion quedo grabada de manera tan fuerte en su memoria que, a partir de entonces, se instalo en su mente una idea que la acompanaria siempre: su corazon estaria del lado de quienes padecieran injusticias. La perdida definitiva de un papa al que no habia conocido demasiado, puso a Ivonne ante otro desafio: debio enfrentar la depresion de una madre cuyo duelo no cederia con el tiempo en ese mundo de tiranos y comunistas. Asi crecio la joven, sufriendo por su padre fallecido y por la escasa presencia de una mama abulica que la privo de carino. A poco de cumplir los quince anos, ya trabajaba como mesera en el bar de la familia de una amiga intima. Sirviendo jarras de cerveza helada para soportar el calor de un verano agobiante, su mirada quedo capturada por el hijo de un importante terrateniente argentino que estaba de paseo por Paris y se deslumbro con ella en cuanto la vio. Ivonne admiraba el estilo malevo de los hombres latinos, que conocia muy bien debido al triunfo de Carlos Gardel en sus tierras; el extranjero de veintinueve anos que la pretendia se peinaba a la gomina como el cantante, y sus modos reflejaban los de esos machos rudos de Buenos Aires que penaban por amor en las frases de los tangos. La diferencia de edad entre ambos no impidio que ella se fuera con el hacia America para casarse bien lejos de su historia, en busca de un futuro diferente. Logro su cometido, pero la vida no le seria tan simple: con el tiempo conoceria el precio de vivir con la soberbia de aquel hombre. Mientras el reconocido diario El Mundo destacaba el enlace del hijo de Don Antonio Infraga Mitre con una bella francesa, la alta sociedad argentina les dio la espalda. A pesar de los buenos modales y su hermosura, se notaba que la joven foranea no tenia clase ni distincion, y tampoco la instruccion adecuada para estar a la altura de semejante prometido. Pero la boda se realizo igual y los amigos de la familia asistieron simulando cortesia a pesar del desacuerdo. En el pais se vivia un clima de exaltacion: el radical Hipolito Yrigoyen triunfaba de manera abrumadora en los comicios accediendo a su segunda presidencia con setenta y seis anos, sin saber por entonces que no lograria terminar su mandato.

  • El holocausto espanol de Paul Preston

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    La represion durante la guerra y en la inmediata posguerra contada por el mas prestigioso hispanista de la actualidad.

  • Mamba negra (El clan de las serpientes 1) de Steffany Kennels

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    La joven y letal lugarteniente Ayshane Ivanova, heredera legitima de la Yakuza japonesa en Espana e hija de Eduard Ivanov, el capo de la organizacion criminal rusa mas peligrosa del pais, se vera obligada a pedir ayuda a aquellos de los que siempre habia rehuido.
    Sola y oculta entre las sombras de un mundo que hasta los demonios mas oscuros preferian evitar, Ayshane sabia que no acabaria con la organizacion que la vio nacer. Salvo que tentara a aquellos cuyo honor era inquebrantable para dar caza a su mayor enemigo, y quien mejor que Erick Roman, Inspector Jefe de un trio de agentes de elite de la policia.
    Arrastrados por Ayshane, Erick y sus agentes se veran envueltos en un infierno sin ser conscientes que no solo estan poniendo en riesgo sus vidas sino tambien, la integridad de sus corazones.

  • La nada oscura de Meg Gardiner , Misterios

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    ?PUEDE UN ASESINO SER ENCANTADOR? En los ultimos meses, han desaparecido varias mujeres en una zona del sur de Texas. La policia ha establecido algunos vinculos entre ellas: son jovenes, guardan cierto parecido fisico y todos los presuntos secuestros se produjeron un sabado por la noche. La agente Caitlin Hendrix, miembro de la Unidad de Analisis de Conducta del FBI, sospecha que un psicopata recorre las carreteras de los alrededores de Austin a la caza de posibles victimas. Sus peores temores se ven confirmados cuando aparecen los cadaveres de dos de las mujeres buscadas, vestidas con camisones blancos y rodeadas de polaroids.

  • La mujer que aranaba las paredes de Jussi Adler-olsen

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    Primera entrega de Los casos del Departamento Q, un imparable best seller en toda Europa (Novela negra)